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El Problema Cartesiano del Conocimiento

a través de la “Refutación del Idealismo” de


Kant

I
En la segunda edición de la Critica de la Razón Pura Kant introduce algunas sec-

ciones para complementar su obra, esto debido a criticas que recibió tras la primer

edición de su obra magna; dentro de las cuales se encuentra la “Refutación del ide-

alismo”, que aparece en la “Doctrina Trascendental de los Elementos”, como parte

de la “Lógica Trascendental”, en la primera división “La Analítica Trascendental”, en

el Libro II de la “Analítica de los Principios”, capitulo II del “Sistema de Todos los

Principios del Entendimiento Puro”, como primer tema incluido bajo el numero 4 “Los

postulados del Pensar empírico en General”.1 Hacer un análisis de esta refutación

permitirá trazar el cambio en la perspectiva filosófica idealista que se dio en los sig-

los XVII y XVIII en cuanto a lo que a la relación Sujeto-Conocimiento corresponde.

Después de Descartes el problema de la fundamentación objetiva del

conocimiento, al quedar el sujeto escindido del mundo, toma dos vertientes: em-

pirismo y racionalismo; tanto uno como el otro, trataran de dar respuesta al proble-

ma del conocimiento. En el pensamiento Kantiano vemos, de una manera, sinteti-

zadas las perspectivas filosóficas que surgen a partir de la respuesta que da

Descartes al problema de la fundamentación del conocimiento. La respuesta Kan-

tiana a tal problema es el giro de tuerca necesario para complementar la idea de Su-

jeto que nace de las investigaciones Cartesianas; la confrontación que hace Kant a

11 Todas las citas de la Critica tomadas de KANT Immanuel, Critica  de  la  razón  pura, Abreviada como CRP,
seguida de A (primera edición de 1781) o B (segunda edición de 1787), dependiendo de la edición en que este
contenida; y, su paginación original. La “Refutación del idealismo” se encuentra en I. KANT CRP B 274
Descartes en la “Refutación del idealismo”, nos puede servir para ilustrar este giro

de tuerca, pues, en ella “el argumento de Kant es un test en el que se ponen a

prueba los alcances y aplicabilidad de los principios que operan en la funda-

mentación kantiana de la experiencia.”2 Kant, en esta sección, pone en uso lo que

ha expuesto en toda su “Doctrina Trascendental de los Elementos”, frente a la teoría

Cartesiana del autoconocimiento, según la cual la intuición de lo interno es privile-

giada sobre la intuición de lo externo.

Primeramente presentaré el Idealismo Cartesiano y su propuesta frente a la fun-

damentación del conocimiento; seguidamente analizaré la refutación kantiana y su

interpretación al idealismo cartesiano; y, por ultimo, desarrollaré los resultados de-

rivados de esto.

II

Previo a Descartes, el sistema gnoseológico imperante en la época medieval es el

legado por Aristoteles, el cual corresponde a un realismo, en donde el objeto consti-

tuye el elemento fundante de la relación cognoscitiva, “las cosas son las que tienen

en su propio ser la esencia, la cual es accesible al pensamiento porque el pen-

samiento se pliega, coincide perfectamente con ella.”3 Las cosas son inteligibles por

la presencia misma de su ser, el cual nos confiere su concepto; sin embargo, con los

hechos históricos y el descubrimiento de la subjetividad se resquebraja esta certeza

que da unidad a la inteligibilidad objetiva del realismo. Surge así el problema de la

fundamentación de el conocimiento, ¿Qué puente media entre sujeto y objeto?, “ si

2 Santiago, ECHEVERRI, La existencia del mundo exterior: un estudio sobre la refutación kantiana del idealismo, p. 144
3 Manuel GARCIA MORENTE, Lecciones preliminares de filosofía p. 133

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el conocimiento ha de ser objetivo, entonces el objeto no puede constituir el criterio

ultimo del conocimiento, ya que el criterio tiene que ser siempre independiente y

previo a aquello a de lo que es criterio.”4

El ser como puente de union sujeto-objeto tambalea y he aquí la solución de

Descartes: si lo mediato tambalea es porque no nos hemos dado cuenta de lo in-

mediato que hay en la relación de conocimiento. Habra que ir tras de algo que nos

permita sortear el error, que no pueda ser puesto en duda, que sea pues es anterior

a la relación conceptual; por esta razón hace del dudar mismo parte de su método.

El cogito5 es aquello que se nos presenta con esta condición de inmediatez y por

tanto indubitabilidad que busca Descartes, “es la única verdad que no necesita crite-

rio o, mejor, que es criterio de si misma porque es al mimo tiempo subjetiva y objeti-

va”.6 La conciencia (el pensamiento) al dudar, piensa en el pensar (que se da al du-

dar) y al mismo tiempo este pensar necesariamente cae en un sujeto, en un exis-

tente. Descartes pretende establecer la indubitabilidad del “existo” presentándolo

como implicado formalmente por “pienso”, este mismo indudable y conocido de

manera inmediata. Siguiendo la terminología kantiana el cogito corresponde un

juicio analítico y, por tanto, a priori. Lo inmediato y fundamental es, para Descartes,

el sujeto pensante. Es en este punto que Descartes da el gran brinco, del cual

hablaremos mas adelante, al pasar de cogito a res cogitans; es decir, al sustan-

cializar el pensamiento.

4 Pilar LÓPEZ DE SANTA MARÍA, “El idealismo Cartesiano” en Thémata No. 12 p. 228
5 ”Así que, ciertamente, -nos dice Descartes en la segunda de las Meditaciones- al considerar bastante todas estas
cosas [los argumentos de la duda], se determina finalmente que este pronunciamiento, yo soy, yo existo, cuando
quiera que yo lo profiera o lo conciba mentalmente, es necesariamente verdadero” (AT VII, 24-5). Todas las
referencias a las Meditaciones vienen de: Rene DESCARTES, Meditaciones  acerca  de  la  Filoso4ía  Primera.  
Seguidas  de  las  objeciones  y  respuestas, Traducción de Jorge Aurelio Diaz; la cual a su vez esta traducida del
texto de Adam Charles; Tannery Paul, Ouvres de Descartes, Paris, 1983. Y serán citadas con la abreviatura
(AT) seguidas de numero de tomo párrafo y pagina de la presente edición.
6 P. LÓPEZ DE SANTA MARÍA, op.cit p. 229

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El realismo tomaba al objeto como punto de partida, el objeto era en si mismo

inteligible, es decir, independiente de todo pensamiento, el objeto esta siempre

dado; pero con Descartes, por su método, lo único indubitable que se tiene es el yo

pensante, tendrá que demostrar la realidad objetiva del mundo exterior. Vimos que

el cogito, al ser independiente de la relación de conocimiento, esta fuera de la duda,

y demuestra así, un criterio de objetividad independiente de la subjetividad;

Descartes establece así lo característico de ese datum fundamento del conocer que

es el cogito y, es que, éste es claro7 y distinto8. Seguidamente al distinguir de entre

todos los posibles objetos de su pensamiento da cuenta de que la idea de Dios es la

única, clara y distinta, que tiene en si misma la garantía de que existe fuera del pen-

samiento9. En adelante Dios es garantía de que los objetos, pensados en el sujeto

como ideas claras y distintas, son reales, tienen realidad. Es decir, que el mundo

tiene realidad.

Después de Descartes, ya no puedo confiar de la veracidad de los objetos en si

por la actuación de Dios en ellos; sino por la voluntad de Dios en mi misma concien-

cia. Su sistema comprende tres substancias: “el yo pensante o pensamiento [lo in-

terno], la extension [lo externo] y Dios.”10 Postulando así un dualismo ontológico -ya

que hay una afinidad sustancial entre res cogitans y Dios- con una física

7“Llamo conocimiento claro - escribe Descartes- al que se presenta de un modo manifiesto a un espíritu atento
… Entiendo por conocimiento distinto el que es tan preciso y tan diferente de todos los demás que solo com-
prende lo que manifiestamente aparece al que lo considera, como es debido”. (Principios, I, § 45)
8 Justo después del pasaje en el que se da el pronunciamiento del cogito Descartes escribe: “Me parece que se
puede establecer ya como regla general que es verdadero todo aquello que percibo muy clara y distintamente”.
(AT VII 35 )
9“Toda la fuerza del argumento -escribe Descartes en la tercera de sus Meditaciones- esta en esto, que reconozco
que no podría suceder que yo exista con una naturaleza como la mía, con la idea de Dios en mi, si, en verdad,
Dios no existiese también.” (AT VII, 52-2.)
10 M. GARCIA MORENTE, op.cit, p. 156

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mecanicista, es decir, que el hombre es mecanismo en todo lo que no es pen-

samiento puro.

III

Pasemos ahora a la “Refutación del Idealismo”; mucho se ha escrito sobre este tex-

to acerca de que Kant, ni refuta el idealismo, ni da una demostración completa de

los objetos exteriores.11 Kant no refuta el idealismo, en el sentido en que pruebe la

existencia de objetos exteriores, tal como Descartes se propone hacerlo a partir de

la tercera de sus Meditaciones; pues él mismo construye, en la CRP, un tipo de ide-

alismo, el idealísimo trascendental que declara incognoscible la “cosa en si”, por

esta razón Kant no busca probar la existencia de las “cosas en si”. Lo que hace es

que prueba, desde la base, insuficiente el cogito como fundamentación del

conocimiento de objetos externos; argumenta que no se puede llegar a la experien-

cia interna mas que por medio de la experiencia externa; y, por consiguiente, todo el

argumento del idealismo problemático12 queda refutado.

Empece este trabajo dejando clara la ubicación de la Refutación, pues es de gran

importancia ésta; Kant esta haciendo uso de todo lo expuesto en su “Doctrina

Trascendental de los Elementos”. La refutación no solo tiene el sentido negativo

frente al idealismo problemático, arriba mencionado; sino también tiene el sentido

positivo de asentar el establecimiento de las condiciones de posibilidad de la experi-

11 S. ECHEVERRI, op.cit, y B. LONGUENSSE, “Kant’s  ‘Ithink’  Versus  Descartes  ‘I  am  a  thing  that  thinks’”,  
en  Kant and the Early Moderns, En ambos trabajos se mencionan gran cantidad de artículos, con diversos puntos de
vista resultantes sobre la “Refutación del Idealismo”, aquí no es mi intención revisarlos ni hacer una revisión
escolástica de los argumentos de Kant; sino ver como se complementa la filosofía Cartesiana con las investiga-
ciones Kantianas.
12Kant llama idealismo problemático a la “postura que defiende que sólo la afirmación empírica ≪Yo existo≫ es
indudable” I. KANT, CRP B 274

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encia interna, expuestas en los Elementos, frente a un pasado filosófico. La tesis

principal de Kant en la “Refutación del Idealismo”es el siguiente:

“La mera conciencia, aunque empíricamente determinada, de mi propia existencia


demuestra la existencia de los objetos en el espacio fuera de mi.” 13

Desmenucemos esto: Descartes, según vimos, encontró lo inmediato en el cogito, el

pensamiento que se piensa así mismo, y de ahí surge una hipóstasis, el pen-

samiento toma el sentido de ser “en si mismo” es decir, sustancia pensante; Kant

nos dice que esa conciencia de la existencia que se da en el yo soy, yo existo, solo

puede ser posible como determinación temporal, empíricamente determinada, y esa

determinación se haya “necesariamente ligada también a existencia de las cosas

fuera de mi.”14 Kant hace caer en cuenta al cartesiano que su pensamiento nece-

sariamente toma lugar en un tiempo determinado. Cuando digo, con Kant15: “me

percibo como pensando”, quiere decir que me constituyo en el tiempo, y también en

el espacio, un cierto tiempo y un cierto espacio que son mi consciencia. "En

Descartes –Deleuze afirma- hay la erección de un orden temporal que es constituti-

vo de la dimensión metafísica”16; En cambio para Kant, soy un fenómeno en el tiem-

po (forma determinada) "aparezco y me aparezco a mi en el tiempo”17.

De Descartes a Kant hay un giro; pues, para el segundo, la conciencia es ya un

fenómeno, es decir un posible objeto de conocimiento y, como tal, determinado por

la sensibilidad, por la intuición temporal; el tiempo en Kant es una intuición a priori

de nuestra sensibilidad, es decir, constitutiva de la experiencia; en Descartes, sin

13 I. KANT, CPRP B 275


14 CPRP B 276
15 Es decir, acorde a lo expuesto en la “Estética Trascendental”
16 Gilles DELEUZE, Kant y el tiempo, p. 66
17 Idem.

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embargo, la conciencia (el cogito) y el tiempo kantiano se cuecen aparte, pues este

es, no un fenómeno, sino, algo “en si”; por tanto él, no concederá esto, pues en

principio, decide dudar de toda intuición empírica. De el giro que aquí se mostró

hablaremos en la siguiente sección.

Prosigamos con la refutación: “en realidad la experiencia externa - escribe Kant-

es inmediata [y] solo atreves de ella es posible no, la conciencia de nuestra propia

existencia, pero si su determinación en el tiempo, es decir, la experiencia interna.”18

Kant liga la experiencia externa (espacio-temporalmente determinada) con la expe-

riencia interna (determinada temporalmente); esto es, igualmente, parte de ese giro

mencionado arriba. Pareciera que Kant nos esta diciendo todo lo contrario que

habíamos visto con descartes, pues habíamos visto que con el lo inmediato es lo

interno, el cogito; no obstante, a mi parecer, lo que esta haciendo es clarificar y

complementar el pensamiento cartesiano.

En Descartes, hemos dicho, lo inmediato es el cogito, el “yo pienso”; Kant re-

plantea y da un paso atrás, “la conciencia de nuestra existencia”, “el yo

pienso” (antes de su determinación temporal), es inmediata si, y a la vez, espon-

tánea. “La representación ‘yo pienso’ sólo expresa la existencia del sujeto de man-

era indeterminada, mientras que el autoconocimiento toma como punto de partida la

conciencia del existencia determinada en el tiempo.“ 19 ¿Que quiere decir que para

Kant el “yo pienso” sea espontáneo? Quiere decir que es una proposición formal y

carente de contenido concreto, razón por la cual no proporciona ningún conocimien-

to concreto del Yo o de sus estados (pues es indeterminado). No pertenece a la

sensibilidad como en Descartes; sin embargo, al ser únicamente formal, no puede

18CRP B 276
19 S. ECHEVERRI, op.cit, p. 160

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ser acompañada de ninguna otra representación20. “La representación ‘Yo soy’, que

expresa la conciencia que puede acompañar a todo pensamiento, constituye lo in-

mediatamente incluido por la existencia de un sujeto, pero no es todavía un

conocimiento de este sujeto, ni es, consiguientemente, un conocimiento empírico”21.

Es decir, el “Yo pienso” para Kant no es todavía experiencia, es tan solo una de las

condiciones para que ésta se de. Al predicar existencia de aquí, Descartes, Según

Kant, está mezclando la intuición de esta condición formal, con la percepción em-

pírica que es el autoconocimiento (determinado en el tiempo), de la cual predica una

existencia “en si”.

Ilustrando este punto, el cogito cartesiano interpretado desde la “Refutación” que-

da así: ≪Yo pienso≫ (determinación activa) ≪yo soy, yo existo≫ existencia indeter-

minada (de un sujeto pasivo, es decir, que al mismo tiempo esta siendo sujeto y ob-

jeto) determinable solamente en el tiempo; esta determinación, que es el pensar,

solo puede determinar lo indeterminado (el ser) mediante la forma del tiempo, “el ser

que somos es para nosotros un fenómeno una aparición y como tal ésta está deter-

minada por la forma de determinación mas universal: el tiempo, la forma de deter-

minación de los fenómenos.”22 Kant cae en cuenta que el cogito es ya, una relación

de conocimiento.

De esta manera queda clarificado el cogito, todo conocimiento se da en un suje-

to, si, “yo pienso, yo soy” y; no obstante, este conocimiento que es el auto-

conocimiento es ya un distanciamiento del sujeto a si mismo, una objetivación del

20 “la llamo apercepción pura para distinguirla de la empírica, o también apercepción originaria, ya que es una auto-
conciencia que, al dar lugar a la representación Yo pienso (que has de poder acompañar a todas las demás y que
es la misma en cada conciencia), no puede estar acompañada por ninguna otra representación. Igualmente,
llamo a la unidad de apercepción la unidad trascendental de la autoconciencia, a fin de señalar la posibilidad de
conocer a priori partiendo de ella. “La originaria unidad sintética de apercepción”, en KANT, CRP B 132
21 CRP, B 277.
22G, DELEUZE, Kant y el tiempo, p. 109

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sujeto, todo conocimiento es para un sujeto. El puente que media entre sujeto-objeto

no puede estar en el cogito; pues en el, o hay conocimiento (en cuyo caso este

puente es ya dado, por tanto, hay otras condiciones), o es previo a este (en cuyo

caso es, en tanto que formal, una entre otras condiciones; pues por si solo todavía

no es conocimiento). Debe haber algo mas que logre este propósito cartesiano de

objetivación de lo dado.

IV

Hemos visto como Kant clarifica el cogito cartesiano; en un momento veremos, de

que manera complementa las investigaciones de Descartes. Pero, primero re-

tomemos las investigaciones cartesianas, en las Meditaciones metafísicas se lee:

“Yo soy, yo existo, es necesariamente verdades, mientras este siendo pronunciada o

concebida por mi espíritu”23 Vemos aquí que el carácter de necesidad lógica que

tiene el cogito esta en función de una percepción contingente. Descartes,

apresuradamente y con un pasado de realismo aristotélico del que todavía no esta

muy distanciado, no podrá conceder que el cogito sea uno entre otros fenómenos y

es por esto que el ve en el una sustancia pensante. “Todos éstos [res extensa res

cogitans y Dios] son otros tantos residuos del viejo realismo, en el cual no consiente

Aristóteles llamar real a algo si no es real «en sí» y «por sí» y sin condición

ninguna.”24

El proyecto kantiano consiste en mostrar como en la relación de conocimiento, lo

que Descartes apresuradamente llamo sustancia, ser, no es un ser “en si” sino un

23 AT VII 25-11.
24 M. GARCIA MORENTE, op.cit p. 259

!9
ser para ser conocido “un ser puesto lógicamente por el sujeto pensante y

cognoscente mismo, como objeto de conocimiento, pero no en si ni por si, como una

realidad trascendente.”25 En Kant el carácter trascendente da las filosofías previas

se deja a un lado para trabajar sobre lo trascendental. El conjunto de pensamientos

que permiten a Descartes salir del solipsismo de la segunda de sus Meditaciones no

seria para el nada sin esas nociones a priori que permiten que sean objeto de

conocimiento. Hemos visto que en Kant hay un elemento similar al cogito, la sintesis

de la apercepcion pura, ésta, combinada con las categorías (como formas del en-

tendimiento a priori) y las formas puras de la sensibilidad tiempo y espacio, todas

condiciones necesarias de la subjetividad, y, por tanto a priori, aseguran la objetivi-

dad. Es esta la forma en que Kant complementa lo iniciado con Descartes.

De esta forma, estos elementos tienden este puente entre sujeto-objeto que bus-

ca descartes de objetivación del conocimiento. Con la advertencia de que el

conocimiento es una relación y los descubrimiento kantianos sirven para a esta

relación, El sujeto es sujeto en cuanto destinado a conocer el objeto, no como un

ser absoluto. En Kant vemos una ontología cognitiva o psicológica en su “Doctrina

Trascendental de los Elementos” y de ahí pasa a su “Método” hacia la Metafísica;

mientras que Descartes parte de su método para realizar sus investigaciones on-

tológicas y su teoría metafísica. la cuestión en Kant ya no es trascendente, sus in-

vestigaciones son trascendentales; vemos que hay un salto en Kant en el marco de

partida, en contraposición a las investigaciones cartesianas. Tal como el termino

Kantiano “ trascendental” nos lo indica este salto es dado dentro del sujeto mismo;

ya no fuera de los limites de la physis si no en cuanto a lo que refiere a lo que con-

stituye la psiquis entendida ya no en su acepción metafísica sino como la desi-

25 Ibid. p. 222

!10
gnación de todos los procesos y fenómenos que hacen la mente humana como una

unidad.

Las tesis Kantianas suponen una superación de Descartes en el sentido de que

estas son una síntesis de todas las teorías y problemas que dieron inicio con el giro

subjetivista en ontología introducido por Descartes y desarrollado, aunque en térmi-

nos de psicología empírica, por Locke, al cual le debemos la primer teoría de

conocimiento. Kant, si bien, esta sintetizando una psicología empirista, una

metafísica racionalista y elementos de física newtoniana, da un giro a los conceptos

de tal manera que la forma en la que los esta usando no tiene precedente, tal es el

giro copernicano kantiano el cual permite la transición de un idealismo con reminis-

cencias realistas a un idealismo trascendental tal como vemos en Kant.

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