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Análisis comparativo de los TLC de Corea

con Chile y Perú

INFORME SIA #7

7 de mayo de 2014
Fuente Recalca

Tanto en las rondas de negociación como en las discusiones en las


comisiones del Congreso, el Gobierno colombiano y los defensores de
los TLC han justificado la firma del acuerdo con Corea por los
supuestos beneficios obtenidos por Chile y Perú con Corea.

La realidad muestra que en ambos casos las pérdidas para estas


economías suramericanas son significativas. Los TLC con Corea han
generado una pérdida onerosa en la industria, mientras la agricultura
no ha obtenido los beneficios esperados.

En el caso peruano, el TLC entró en vigencia en agosto de 2011.


Desde entonces las exportaciones de esta nación hacia Corea cayeron
10%, al pasar de US$ 1.700 millones a US$ 1.530. Por su parte, las
importaciones crecieron 7% en el mismo periodo, de US$ 1.500
millones a US$ 1.600 millones. La balanza comercial se ha
deteriorado de manera notable considerable, pasando de tener un
superávit cercano a los US$ 200 millones a un déficit de US$ 60
millones en 2013.

Al igual que Colombia, Perú cuenta con una oferta exportable


altamente concentrada y reducida, lo que resulta en que las
exportaciones tradicionales han crecido más que las no tradicionales.
Tan solo 8 empresas ubicadas en Perú exportan el 95% de los bienes
totales. Todas ellas son transnacionales minero-energéticas como
Glencore y Xstrata. De otra parte, las 10 principales empresas
importadoras controlan el 57% de las compras totales. En estas
sobresalen las de electrodomésticos, automóviles y demás productos
industriales como KIA, LG, Samsung y Daewoo.

En tan solo dos años las exportaciones de automóviles compactos


surcoreanos al país andino han crecido un 89,9%, mientras las de
resinas sintéticas se han elevado un 85,7 por ciento y las de pantallas
de televisión un 80 por ciento, sentando un precedente de lo que le
espera a Colombia de ratificarse el TLC.

Lejos de obtener los supuestos beneficios en el sector agrícola, tan


renombrados previamente, como se ha hecho en Colombia, las
exportaciones agrícolas peruanas cayeron 39% entre 2011 y 2012 y
no crecieron (0%) entre 2012 y 2013. El resultado se debe en parte a
la exclusión por parte de Corea de más de 100 productos agrícolas en
las negociaciones y los impedimentos para el ingreso de productos
peruanos a sus puertos, alegando falta de calidad y medidas
fitosanitarias. Entre los productos excluidos resaltan las cebollas,
ajos, pimiento piquillo y páprika. Incluso el embajador coreano en
Perú, afirma que “hay muchos productos peruanos, sobre todo en el
sector agrícola, que tienen un gran potencial de crecimiento en mi
país pero que no son exportados. No obstante, para consolidar esta
meta, tenemos que trabajar conjuntamente en los meses siguientes
para coordinar los detalles técnicos que faciliten este intercambio”. Es
decir, el TLC con Corea se presenta como una gran oportunidad para
los agricultores pero cuando el tratado entra en vigencia, los
coreanos encuentran cualquier tipo de trabas y limitaciones
(principalmente fitosanitarias) que impiden que los agricultores
puedan exportar efectivamente sus productos al mercado asiático. Así
lo confirma el viceministro de Comercio Exterior de Perú, Carlos
Posada, quien asegura que los requerimientos sanitarios de productos
agrícolas han sido enviados al Gobierno coreano de acuerdo con
plazos establecidos en el acuerdo, pero la autoridad sanitaria de
Corea no aprobó el ingreso de más de 15 productos.

El TLC de Corea con Chile tiene 11 años de implementación y cuenta


con suficientes elementos de análisis para extraer importantes
conclusiones sobre la conveniencia o no de tener un tratado comercial
con el país asiático. Chile es un caso atípico: su ubicación geográfica
le permite complementariedades con los países del hemisferio norte,
en la producción de alimentos y bienes agrícolas que dependen de las
estaciones climáticas.
No obstante, Chile se encuentra con serias dificultades en el
intercambio comercial de productos agrícolas a Corea ya que este
sector en el país asiático sigue gozando de importantes subsidios y
protección desde el Estado, tanto para la producción como para la
distribución y comercialización. Los productos más importantes de la
agricultura y ganadería coreana que gozan de dicha protección
incluyen el arroz, carnes de cerdo y pollo, tubérculos y hortalizas.

En los primeros cuatro años de implementación, las exportaciones


chilenas a su socio coreano se incrementaron 274%, pero sus
importaciones lo hicieron en 507%, evidenciando una notoria
desventaja del país suramericano en este acuerdo. En 2012 el
superávit chileno fue de US$ 2.100 millones, pero para 2013
disminuyó 23%, llegando a menos de US$1.600 millones.

Adicionalmente, el crecimiento de las exportaciones se debe en un


80% al cobre, seguido por la celulosa (6%). Los alimentos
procesados representan un 5,4% del total exportado, mientras que
las exportaciones frutícolas, forestales distintas de celulosa, y envíos
de muebles, representan en conjunto alrededor de un 4%.

Al igual que en la negociación con Perú, Corea logro excluir mas de


400 productos del intercambio comercial con Chile, de los cuales la
gran mayoría corresponden al sector agropecuario. Unos 302
productos fueron excluidos al denominarlos en la categoría “DDA”, en
la que se especificó que se realizaría la desgravación arancelaria
después de la culminación de la Ronda de Doha de la OMC. Esto
nunca ocurrió, impidiendo la venta de productos chilenos como
carnes bovinas y de aves, productos lácteos, miel,ajos, ciruelas,
frutillas y jugo de uva. Las naranjas, otro producto “DDA”, se
encuentran afectadas por un arancel muy alto (54,9%). Vuelve y
juega, Corea no solo protege sus productos, sino que busca cualquier
tipo de trabas y limitaciones para impedir el ingreso de productos
chilenos a sus puertos.

Tal como lo alertó la OMC hace algunos años, “La política de


protección de Corea es de carácter dual. La protección de los
productos manufacturados, relativamente reducida, contrasta con los
elevados niveles de protección y la escasa orientación al mercado en
la agricultura, el sector más distorsionado”, demuestra que el TLC
con Corea en términos agrícolas no es mas que una ilusión.

Contrariamente a las certezas encontradas en las exportaciones del


sector minero-energético e importaciones de automóviles,
electrodomésticos y textiles, no existe ningún tipo de evidencia
internacional que permita demostrar que se pueda lograr beneficios
importantes con este acuerdo económico. La oferta agrícola de
Colombia cuenta con serias dificultades estructurales que no podrán
solucionar con un TLC con Corea, donde se exigen elevados niveles
de calidad, bajos precios, exigentes restricciones fitosanitarias, entre
otras. Además, Colombia deberá competir con potencias agrícolas
como EEUU, China, Nueva Zelanda, Australia y la Unión Europea, que
abastecen casi en su totalidad la demanda de alimentos de Corea.

En conclusión, la evidencia internacional presentada por Chile y Perú


en su intercambio comercial con Corea en el marco de TLC, muestra
que estos tratados han servido para facilitar el abastecimiento
coreano de productos minero-energéticos mientras sus empresas
industriales obtienen mercados enteros a partir del desplazamiento
de industrias locales. Por su parte, los supuestos beneficios en el
sector agrícola nunca llegaron. Estas experiencias deben ser tenidas
en cuenta para la discusión que se mantiene en la Comisión Segunda
de la Cámara de Representantes del Congreso que pretende ratificar
el TLC con Corea.

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