DUELO: NO SE TRATA DE ENTENDER, SI NO DE SENTIR…

Guadalupe Paloma Abelino Peralta

El duelo es algo normal y común que todos experimentamos alguna vez a lo largo
de nuestra vida, pero muchas veces sobrellevar la perdida de algún ser querido,
puede convertirse en uno de los más grandes retos a los cuales nos enfrentamos,
dado a que éste conlleva principalmente una serie de emociones y sentimientos de
profunda tristeza y dolor.

Todos reaccionamos de manera distinta ante el duelo, puesto que existen diferentes
culturas y costumbres que nos van creando patrones acerca de cómo reaccionar y
enfrentarnos a ello, algunas de ellas son tan comunes que de seguro las hemos
escuchado más de una vez, tales como no llores porque es malo, déjalo descansar,
los hombres no lloran, etc., si analizamos estas frases que acabo de mencionar son
las primeras palabras que decimos cuando damos el pésame.

Y es por esto mismo ocurre que nos vayamos haciendo a la idea de que llorarle a
nuestro ser querido no es lo correcto y que debemos seguir adelante haciendo de
cuenta que no pasa nada, cuando la realidad es que es sano que vivamos nuestro
duelo, hay que entender que así como la felicidad se disfruta, con la tristeza también
se puede hacer lo mismo, porque son las emociones las que nos hacen ser
humanos, en caso contrario solo seriamos máquinas o un robot y éste no es el caso,

Aceptar la pérdida de un ser querido nos puede tomar desde días, meses, hasta
años, no hay una duración normal del duelo, sino que es a través del tiempo en el
cual la persona misma se va percatando de su recuperación, siempre con la ayuda
de sus redes de apoyo más cercanas y del mismo modo mantenido hábitos de vida
saludables que le permitan poco a poco recuperar el sentido y el rumbo de su vida.

Cabe resaltar que aunque todos y todas sabemos que poseemos esa capacidad
de adaptación y de superación ante la pérdida que nos permite continuar con
nuestra vida satisfactoriamente, también es probable que algunas personas no lo
logren y que tengan que lidiar con el duelo más tiempo, y esto no quiere decir que
sean incapaces, sino que muchas veces no cuentan con el apoyo moral necesario
para sobrellevarlo, y aquí ya es sumamente importante tomar en cuenta la búsqueda
del apoyo de un especialista en salud mental que pueda orientar a la persona y
ayudarle a aceptar su perdida.

Por último, me permito mencionar que a lo largo de nuestra vida nos estaremos
encontrando con este gran desafío de despedir a personas importantes que nos
marcarán definitivamente, y cada uno de nosotros lo vivirá de acuerdo a su
experiencia y aprendizaje personal, lo importante aquí es resaltar que no se trata
de solo vivir nuestro duelo, sino de sentirlo, lo cual implica enfrentarnos y
entregarnos de lleno al dolor y a la tristeza, como lo hacemos con la alegría y la
felicidad, pero al mismo tiempo descubriendo la enseñanza que nos puede brindar
cada una de estas experiencias que hacen únicas nuestra existencia.