La soberanía nacional es el poder que tiene el pueblo por medios de sus
gobernantes para dirigir su nación dentro de un territorio sin que exista la intromisión de ninguna otra nación es decir solo el pueblo dentro de su territorio puede ser gobernado por el gobierno al cual eligen y ningún otro más. La soberanía por su parte se encuentra estrechamente ligada a lo que es el concepto mismo de estado, de manera que el poder soberano viene a ser uno de los elementos que contribuye para estructurarlo. Por todo lo anteriormente mencionado, se dice que la Soberanía Nacional es la máxima autoridad y lo más importante dentro del estado. Por ende, la soberanía es uno de los elementos más representativos para el poder del estado, pues es el tan mencionado "pueblo" quien ejerce el poder público. La soberanía como uno de los valores más arraigados por una nación deberá estar en constante defensa y fortalecimiento, porque ella permite la libre toma de decisiones en el interior del país, pues la soberanía de una nación no está sujeta a otros Estados o poderes que imperen en el exterior. Se debe salvaguardar para favorecer la plenitud en la vida política y social dentro del territorio nacional y poder asegurar mediante la dirección coherente de decisiones para pactar objetivos de óptimo desarrollo, reforzar la identidad y la cultura de un pueblo. Otra definición, y en esencia similar a las demás, apunta que la soberanía es la capacidad, tanto de orden jurídico como real, de poder decidir de manera eficaz todo conflicto que altera la unidad de cooperación social territorial (población y territorio).