Texto 1: La ciencia como vocación: Para hablarnos de la vocación, Weber parte haciendo
una comparación entre los sistemas educativos de selección de asistentes y “privatdozent”,
de los sistemas norteamericano y alemán respectivamente. Señala que el primero funciona como un empleado, quien recibe un sueldo y por tanto está sometido, igual que cualquier empleado de una fábrica a la alienación producto del dominio de su empleador quien dispone de él, sobrecargado con trabajos y restado de la posibilidad de la investigación en los años en que de más energía cuenta. Esto se opone en el caso de los “privatdozent” alemanes, pues ellos tienen mucha menos carga en el trabajo, lo que implica que aunque forzosamente, tengan más tiempo para dedicarse a la investigación y hacer suyo el conocimiento, pero esto está acompañado de una regla: No se reciben sueldos, es puramente un cargo científico altruista, casi honorífico y exclusivo de quienes pueden asegurarse otros medios de financiamiento para vivir.
Ambos tipo de docentes sin embargo, están sometidos a las reglas del azar para su designación, que una persona pueda acumular dos cualidades importantes: Ser un sabio y ser buen profesor, es simple casualidad, también depende de méritos extra académicos, por lo que la vocación del científico es poco recompensada, claro que el sistema alemán intenta al menos ser mucho más plutocrático, pertenece aún a una aristocracia con conocimientos suficientes, mientras que el estadounidense es puramente burocrático. Hay todo un sistema de designación basado principalmente en la exigencia de llenar las salas de clases, como símbolo de la calidad del profesor, cosa que sin embargo es, la mayor parte del tiempo, ajena a su labor.
Para asegurarse, sin embargo éxito, los profesionales deben cumplir con dos cosas que son esenciales, una es la pasión por lo que se está haciendo, él debe tener convicción de que su aporte será significativo, a pesar de que, como todo conocimiento científico está sometido a una regla del tiempo que lo hará en breve obsoleto, aunque sin embargo sea la llave que abre la puerta que había estado cerrada por muchísimos años e ilumina a los oscurecidos. Por otro lado está el trabajo, la pasión por sí sola no logra nada, requiere estar acompañada de un trabajo duro, horas frente al escritorio. Pasión más esfuerzo resulta en mayores probabilidades de éxito. Tanto en la ciencia, como en el arte, la ingeniería y todas las disciplinas.
La ciencia no debe ser ideologizada, el docente, más que cualquier otro debe dedicarse únicamente a la descripción de conceptos, mostrar los hechos, los resultados, seguir siempre una estructura lógica que va desde un hecho o fenómeno social y sus posibles consecuencias o derivaciones en tal o cual caso. El profesor no está sometido a críticas en su aula, pues hay una asimetría de conocimiento y de autoridad: El profesor habla, los alumnos escuchan. En pocas palabras deben alejarse todos aquellos elementos que constituyen ideas, juicios o pensamientos personales de aquellas cosas que se enseñan. El objetivo es que el estudiante adquiera por sí mismo posturas una vez analizados los hechos.
En pocas palabras, el sentido de la labor científica no es más que la satisfacción de crear algo nuevo y entregarlo desinteresadamente a los demás para que ellos lo hagan propio y lo interpreten. Debe estar exento de ideologías y debe ser producto de la pasión y el trabajo duro. El conocimiento puede desarrollar ideas pero las ideas nunca crean conocimiento. Texto 2: La Imaginación Sociológica : A lo que C. Wright Mills se refiere cuando habla de la promesa es a que existe algo, una capacidad especial, una cualidad mental superior que permite ver los distintos fenómenos desde una perspectiva científica que se resume en el análisis y asociación de los hechos que tienen incidencias biográficas en las personas, tradicionalmente llamadas psicológicas. con la historia de una sociedad.
Mills plantea que “ ni la vida de un individuo ni la historia de una sociedad pueden entenderse sin entender ambas cosas ”. Es habitual que los hombres se sientan abrumados, pues son esclavos de lo cotidiano y lo ordinario, no conocen ni se preocupan de las cosas que van más allá de lo puramente práctico para su individualidad. Cuando enfrentan un problema buscan soluciones desde cosas personales, por ejemplo, frente a los problemas de la ciudad: Buscan vivir alejados, tener autos rapidos, construir autopistas, sin pensar en los problemas inherentes de una ciudad, establecidos desde el mismo momento en que esta se instituyó.
La promesa por tanto es la capacidad de asociar, de analizar y discernir que el buen cientista social, no solo el sociólogo, adquirirá y permitirá primero a él, luego a sus lectores entender de una manera más acabada la sociedad y todas aquellas cosas que transforman, revolución, dinamizan o destruyen a las sociedades. En pocas palabras, la sociedad no se entiende sin entender la convergencia entre la biografía personal y la historia común. Tener imaginación sociológica consiste en ser capaz de reconocer que existen estructuras sociales detrás de cada hecho o manifestación puntual y observar el vínculo que la crea. Por ejemplo, la forma en que el liberalismo sumado al pensamiento económico mercantilista derivan en el desarraigo de los individuos y la alienación por la separación de él de sus medios de trabajo con el fin de aumentar la producción.
Poder crear un objeto de estudio adecuado es en gran medida condicionado por la capacidad de reconocer los verdaderos vínculos que los crean. De nada sirve ver cada guerra en particular, hay muchas estructuras detrás de ella, por ejemplo una concepción del poder, un sistema de democracia representativa, y cierta noción de estado nación sujeta a un territorio sobre el cual tiene soberanía.
La ciencia social tiene el deber de educar a las personas, entregar por algún medio esta cualidad esencial para entender el mundo y hacer frente al fenómeno negativo acarreado por la ciencia natural. Esta última ha creado grandes avances en sus campos de especialidad pero ha abierto problemas y controversias en las sociedades humanas. No son capaces de dar respuesta a las inquietudes humanas y sus subjetividades.
Esta cualidad mental especial debe convertirse y de hecho, esta haciendolo, en el común denominador de nuestra vida cultural. Debe convertirse en una necesidad, debemos ser capaces de ver aquello que subyace bajo los fenómenos sociales para entender los fenómenos y en caso de que sea necesario, atacarlos y transformar nuestra sociedad. No podemos entender nada y mucho menos transformar nada si no comprendemos la intrincada red de vínculos y relaciones entramada entre cada biografía personal de cada individuo que forma parte del todo y la historia de la sociedad bajo la cual éste vive. Para esto, la literatura es un instrumento fundamental. Texto 3: El sentido común y la interpretación científica de la acción humana: Schutz comienza señalando que todas las cosas, incluso aquellas que son de la vida cotidiana, son más que una simple presentación sensorial, son objetos de pensamiento. Todos los fenómenos no son simplemente lo que se ve que de hecho pasa, entre ellas hay ideologizaciones, ideales, ideas, dudas, todo un entramado de creaciones intelectuales subjetivas. En base a todas estas cosas, productos de la imaginación, se constituye lo que se llama sentido común. Todo nuestro pensamiento supone construcciones, los hechos puros no existen, todos tienen un contexto.
Esto no significa que la ciencia no sea capaz de captar el sentido del mundo, sino que captamos solamente ciertos aspectos. Aquellos que nos interesan para vivir, obtenidos a través de lo que se llama método científico.
Schutz diferencia entre los objetos de la ciencia natural y la de la ciencia social. El primero solo recoge datos, observa la realidad y formula teorías a partir de aquello, complementado con más datos empíricos. Por su parte, la ciencia social tiene un campo de observación que no es inestructurado. Está cargado de sentidos y significados dados por seres humanos que viven dentro, lo que le da un carácter de subjetividad. En pocas palabras, lo que hace el científico social es construir sobre la construcción ya hecha por los individuos o grupos de individuos, llamada sociedad. Reelabora el sentido común, el pensamiento, lo enlaza y lo vincula con otros y lo comprende en su totalidad, todo bajo las reglas que le dan a la sociología la rigurosidad de la ciencia.
Esta metodología por un lado, no es igual al de la ciencia natural ni la ciencia matemática, pero tampoco puede diferenciarse del todo. En cuanto a lo que se refiere a la organización correcta del pensamiento, las ciencias convergen, todas tienen una pretensión de objetividad.
El conocimiento a mano, como llama Schutz el sentido común, tiene la función de permitirnos la vida en conjunto con los demás. Por medio de él, creado en base a sensaciones, nos relacionamos con los demás y somos capaces de discriminar aquellas cosas que nos significan más, de aquellas que significan menos, y a la vez permite identificarlas a todas en subconjuntos.
El mundo es intersubjetivo porque vivimos en él como hombres entre otros hombres, con quienes nos vinculan influencias y labores comunes, comprendiendo a los demás y siendo comprendidos ellos. Todo nuestro conocimiento a mano debe estar dado por la relación con otros y servir para orientarnos en el mundo. Todo el conocimiento que tenemos está dado por ese conocimiento a mano que a su vez consiste en la expresión de una cultura, la cual no puede entenderse si no es por la aceptación de algo obvio: el hecho de ser producto de una historia común. No puedo entender un objeto sociológico si no lo vinculo con su contexto histórico y con el entendimiento subjetivo que tiene un individuo particular sobre éste (Similar a la idea de Mills). → Esto se llama, postulado de la interpretación subjetiva de las ciencias sociales.
En el conocimiento del mundo presupone la existencia de semejantes inteligentes señala Schutz, lo que implica que el mundo es accesible para todos, aunque acepto que haya cierta subjetividad en el significado particular que cada persona da a los objetos.
Es por esto que la particularidad biográfica, cosa siempre personal, debe considerarse en el estudio de los objetos: para evitar la idealización de que los distintos entendimientos no son producto de otra cosa diferente a la perspectiva desde donde se miran los fenómenos. En pocas palabras el sentido común, es idealmente común pero no puede ser muy preciso ni real y lo que es bueno y correcto no puede ser común a todos por naturaleza. Ambas cosas (sentido común y concepciones personales) son socialmente creadas y el sociólogo debe verlas en perspectiva. Hay que reconocer sin embargo que la comunicación y el entendimiento dentro de la sociedad, sin esto, es simplemente imposible: Es necesaria la idea de que cada persona asociada a mi mismo grupo se halla implicado en mi biografía.
Cuando pensamos en otro dentro de nuestras relaciones sociales siempre vemos un símismo parcial existente solo en la relación con nosotros y cuando pensamos en el mundo siempre hacemos idealizaciones, por ejemplo: el de que el mundo es racional. De esto se sigue que todas las decisiones y todas las interacciones sean en base a probabilidades.
Todo esto pareciera señalar que llegar a un acuerdo entre personas o que, por ejemplo, un país, una empresa o un grupo cualquiera es imposible pues las personas son muchas veces irracionales y siempre subjetivas. Sin embargo ahí es donde entra en juego la cultura y la sociedad, ella actúa coercitivamente sobre los individuos y los obliga a acciones virtualmente racionales, obliga a todos a perseguir fines similares y a pensar parecido. Sin la cultura la sociedad se hace imposible. Hay normas, buenas costumbres, modales, etc. Que hacen posible la vida en sociedad y la realización de fines comunes entre los individuos.
En resumen: Las acciones solo son potencialmente racionales y la racionalidad tiene muchos grados. La certidumbre empírica sobre lo que hacen los demás es imposible.
Schutz señala que estudiar la sociedad y el comportamiento humano de la misma manera que lo hace la ciencia natural es imposible. Se debe, por el contrario abordar la conducta humana y su interpretación de sentido común en la realidad social, lo cual requiere el análisis de todo el sistema de proyectos y motivos, de significatividades y construcciones considerado en las secciones precedentes. Tal análisis, como ya vimos, debe remitir necesariamente al punto de vista subjetivo, es decir a la interpretación de la acción y su aspiración de racionalidad. En pocas palabras, el cientista social debe reemplazar el conocimiento del sentido común por el conocimiento científico que elabora. Él construye un modelo de un puro sector del mundo social como aplicable a este específico sector y que omite datos que se consideran contingentes y aislados de esa realidad que se trata. La ciencia social no busca principios universales.
Lo importante para lograr esto es la metodología: El cientista social, cuando está en cumplimiento de su labor debe alejarse de su conocimiento a mano y así ser capaz de juzgarlo. De esta manera conoce pero no se ve influido por él. Debe estar en una situación científica y desde ahí crear modelos compatibles con el sentido común de individuos reales. Texto 4: La práctica de la sociología reflexiva : Bourdieu llama a aprehender la investigación como un emprendimiento racional. Renunciar a la mistificación del trabajo hecho. No se trata de impresionar sino de correr riesgos. Esto es aplicable a cualquier objeto de estudio: Un objeto no tiene porque ser valioso en sí mismo ni reconocido socialmente como tal. No hay objeto demasiado mundano o insignificante si está bien tratado.
Lo importante es el rigor de la construcción del objeto. Un modo de pensar que sea poderoso y sostenible debe ser capaz de transformar lo insignificante en objeto científico. Para lograrlo es siempre necesario apoyarse en la práctica.
En sociología no existe una evidencia tal que se repute como siempre correcta y que automatice el pensamiento, por tanto la elaboración de ideas y la consecuente reflexividad necesaria debe ser siempre parte del sociólogo en su investigación. Para tener prácticas adecuadas debe acompañarse de un habitus: normas implícitas en la acción del investigador que investiga un objeto cualquiera, actúan como un sentido más. El habitus se entrena en la práctica, pero no por una práctica torpe o descontrolada: la práctica no tiene ningún sentido si no es acompañada de la teoría y viceversa.
La sociología que se centra en investigar objetos que solo son evidente y por tanto usa siempre las mismas metodologías, como si ellas fueran algo diferente a la teoría que no puede no ser casuística. Lo que hace es ver de una manera fetichista eso que considera evidente y por lo general, no llega muy lejos pues se deja absorber por preconcepciones desarrolladas científicamente por otros y en suposición, probadas como verdaderas. Un investigador no puede aplicar en todos casos la misma metodología, debe incluso mirar las de disciplinas vecinas. El objeto no se construye en un inicio, en un solo acto, debe ser formulado por la aplicación de las metodologías,
Todo se reduce en pensar relacionalmente: ver lo no evidente, asociar un fenómeno con una serie de asuntos que lo anteceden y no quedarse solamente en lo evidente. Para el análisis relacional es necesario separar ciertas propiedades de ciertas entidades. Al entender por ejemplo el poder o la fuerza no hay que verlo como necesariamente adosado al Estado por ejemplo, sino ver en qué consiste el poder y observar que efectivamente el Estado lo capitaliza, pero no es una cualidad única solo de él. En este mismo sentido, sabemos que es mejor estudiar exhaustivamente un puro fenómeno localizado que abarcar mucho pero no obtener nada.
Construir un objeto implica tomar una posición activa: no basta con observar datos empíricos y simplemente constatarlos. Debe hacerse una teorización en torno a él. Debe ponerse los conceptos a prueba y desarrollar el análisis de los vínculos de un fenómeno con otro. Se debe hacer una interrogación sistemática del o de los fenómenos para construir un modelo posible.
La construcción de un objeto científico, siempre, implica la separación del sentido común, entendidas por aquellas representaciones de todos. El deber del sociólogo es conocer un objeto y separarlo totalmente de toda la “mistificación” alrededor de él. Separar al objeto de las preconcepciones que lo rodean y lo hacen socialmente de una manera. Para hacer esto, la mejor herramienta imprescindible en realidad es el auto cuestionamiento a la propia investigación. Cuando un sociólogo estudia un objeto, por ejemplo la pobreza, no debe hacerlo desde la perspectiva de lo que es la pobreza socialmente entendida ni tampoco por medio de las categorías que definen la pobreza, como deciles o quintiles, en el caso de Chile. El Estado o las instituciones, tanto públicas como privadas ideológicas no deben “encargar” las investigaciones y si lo hacen no deben influenciarlas por medio de la presión del financiamiento para que vayan en una dirección y acepten categorías hechas desde arriba.
Aceptar la imposición de los conceptos sin cuestionarlos, sin hacer una duda radical de lo que significan socialmente y reemplazar aquello por un concepto científico reformulado equivale a ser el instrumento de alguien más. → La sociología es rebelde.
Para separar los objetos de su carga ideológica el sociólogo debe estar alerta a lo que la sociedad desea imponer y también debe constantemente revisar la historia. Se debe rastrear el origen del problema, su germen en la historia. La burocracia estatal también crea conceptos y ellos deben ser evitados pues tiene a universalizar los problemas e imponerlos. El Estado oficializa ciertos problemas pero lo hace buscando siempre ciertos resultados y se relega a la labor de expertos: estos, definidos desde antes entre aquellos que pueden cumplir con las expectativas de una respuesta esperada.
El lenguaje es una barrera natural y a veces insoslayable para el sociólogo que pretende practicar la duda radical (planteada antes) El lenguaje es en sí mismo un depósito de preconstrucciones tenidas como siempre verdaderas y naturales. El lenguaje no está desideologizado, está de hecho, cargado de significados pero es algo tan básico y fundamental para el razonamiento humano que lo que el lenguaje dice se tiene como una evidencia absoluta. El lenguaje crea categorías, las personas las replican: Cuando se habla de jóvenes, adultos, ancianos se habla de categorías burocráticas.
Según Bourdieu la duda radical debe pasar por estos conceptos pero incluso ir más allá, remitirse a su origen mismo, a la idea misma de la división etaria, a la idea misma de ocupación o de profesión. Para hacerlo recomienda la división de los conceptos en campos y así establecer relaciones entre ellos y también separarlos de aquellas cosas que se le han adosado en su proceso de formulación. Para ello, a menudo dice Bourdieu es necesario incluso contradecir las normas y desafiar los criterios usuales del rigor científico. Hacer verdadera ciencia consiste muchas veces en correr el riesgo de salir de los rígidos límites de la metodología.
Finalmente Bourdieu especifica: Lo qu se debe cuestionar es la traición académica en su totalidad. Debe haber una desconfianza metódica de todo aunque eso produzca el doble ciego, de no poder confiar en los instrumentos legados por otros intelectuales y el peligro de, justamente, adoptarlos. Lo preconcebido tiene fuerza porque está incluido dentro de lo que es para nosotros evidente, pasa desapercibido porque se da por obvio. La ruptura requiere ver las cosas desde otra perspectiva, de alguna manera ser una persona nueva. Así se construye un objeto. Se requiere de una verdadera revolución mental, una ruptura epistemológica, una puesta en paréntesis de todo: conceptos, métodos y modos de pensar. Texto 5: Sobre la individualidad y las formas sociales : La sociedad según Simmel sólo es posible por medio de un proceso de conciencia que pone en relación distintas esferas individuales que subsisten independientes. La particularidad de esta asociación es que no se hace por cada individuo sino que se realiza por sí sola. Por sus mismas características tiende a la síntesis y es en sí contempladora de la unidad objetiva que constituye.
Sin embargo, si ocurre de esta manera, cómo los individuos condicionan la sociedad y constituyen en ese proceso lo que nosotros llamamos sociedad. El sujeto no necesariamente es consciente de la existencia de una sociedad pero sí puede reconocer un vínculo con los demás, esto es posible por la socialización, fuerza que ejerce la sociedad sobre los individuos.
Socializarse no es un proceso, no va adquiriendo gradualmente una teoría sino que hay una adopción inmediata. Entre los sujetos hay una relación de reciprocidad y en esa relación se va adquiriendo la socialización.
Nosotros vemos a los demás generalizados en cierta medida. Toda imagen que tenemos sobre otro individuo está determinada por las semejanzas. Claro que esa semejanza no puede ser total pues cada individuo tiene en sí una profunda individualidad, que lo hace diverso. El hecho de que hagamos una generalización del otro es prueba de que no podemos tener un conocimiento perfecto de la individualidad ajena. Las relaciones con otros se estructuran sobre la deficiencia.
Siempre imaginamos a los otros como un tipo ideal de hombre al cual debiera pertenecen, ignorando la particularidad, lo que lo coloca en una categoría que no coincide con él por entero, es solo un promedio, sin el cual la sociedad difícilmente puede constituirse.
Según Simmel todos somos fragmentos, no sólo del hombre en general, sino de nosotros mismo. Somos el inicio pero no el fin del tipo de hombre absoluto. La mirada de otro completa la fragmentación, le da un orden pero nunca somos pura y enteramente lo que un ser humano terminado, es.
Todo este entramado de lo que nosotros que debe ser alguien cuando lo vemos constituye un a priori desde el cual miramos y juzgamos a los individuos. Esta mirada equivale a mirar a los demás a través de un velo, el cual no solo cambia a los demás sino que los asimila en la sociedad. Vemos a los demás como habitantes del mismo mundo particular.
Se debe señalar que el sujeto y su individualidad no es por entero parte de un grupo o parte de una sociedad. El empleado no es solo empleado. El a priori demuestra que la vida no puede ser enteramente social y nuestras relaciones muchas veces son solo formales y superfluas en razón de eso.
Para formar parte de algo como individuo dentro y no como ese objeto, debo mantener mi individualidad reservada. No puedo ser asimilado del todo. Ser uno con Dios no tiene sentido si no se es otro que Dios. Sabemos que somos producto de la sociedad, pero no somos solo eso. Somos miembros de la sociedad pero no somos la sociedad. Nosotros nos sentimos al mismo tiempo partes de un algo e individuos independientes. Esto según Simmel es simultáneo y requiere de un equilibrio para ser posible. En ese equilibrio es que existe la sociedad y se hace posible.
***Podemos decir entonces que la sociedad es producto de elementos desiguales. Los intentos de suponer una igualdad y crear modelos en base a ellos solo son posibles por una equivalencia, jamás igualdad en estructuras, vidas y destinos. La sociedad en resumen es posible gracias al a priori que tenemos sobre los demás, cuyo punto culmine es la idea de una profesión: caracterización a la que todos pueden llegar pero quien es, lo es enteramente, aunque no exclusivamente.
La sociedad solo existe cuando hay una acción recíproca entre los sujetos. La acción recíproca siempre persigue instintos o fines determinados. La asistencia de esas acciones significa que sus portadores se convierten en una unidad orgánica. La unidad, la sociedad, no es posible si se rompe la reciprocidad.
La socialización sólo se presenta cuando hay una coexistencia aislada de los individuos quienes cooperan entre sí. Los individuos bajo la persecución de sus intereses se asocian. La sociedad se constituye cuando los intereses crean un influjo mutuo. Sin fines profundos comunes, simplemente la sociedad no existe.
La sociología como ciencia sólo puede proponerse la investigación sobre las acciones recíprocas. Solo ahí está la sociedad. Lo demás es materia de la psicología.
Sin embargo hay que señalar que la vida humana en sociedad tiene influjos comunes en muchas áreas, lo que implica que su estudio no debe hacerse en torno a un puro objeto sino que en torno a muchos posibles distintos. En ellos es que la socialización evoluciona y funciona como un ente de autoconservación.
La sociología en su estudio de los sujetos y sus acciones debe asociarlos, abstraerse de su particularidad psicológica y remitirse a las relaciones: como ellas existen, las significaciones que tienen y cómo constituyen parte de una unidad. Para hacerlo debe asociarse a las personas en diferentes círculos concéntricos que abarquen su individualidad y ver los puntos de asociación con otros.
A modo de resumen se puede decir decir que la sociología debe estudiar aquellos puntos de encuentro entre los individuos, quienes con fines comunes se asocian. Ver la teoría funcionalista de la cultura de Malinowski.
Texto 6: Ensayo sobre el Don: ¿Qué es lo que mantiene unida a la sociedad? : Lo primero que señala Marcel Mauss es que es muchas y diversas civilizaciones existe la figura del regalo o don como un contrato adquirido entre dos partes ajeno a lo meramente económico y en suposición voluntario, pero que en realidad si crea una relación de proporcionalidad entre las partes y mantiene vivo el intercambio.
Este tipo de figuras o fenómenos, Mauss los llama fenómenos sociales totales, pues se expresan a la vez en todo tipo de instituciones: religiosas, jurídicas, morales, económicas, etc.
En el caso concreto del regalo: se ve que por un lado se supone es opcional y gratuito, pero implica un deber moral de ser devuelto, un valor económico cuantificable para poder ser devuelto proporcionalmente, hay una mistificación, un formalismo y muchos tipos de intereses. ¿Pero, qué es lo que produce que se deba devolver, que haya un interés, en simple, por qué se transforma en un fenómeno social total? Creemos que sobre esta roca se construye, en parte, la sociedad humana.
En ninguna sociedad distinta a la nuestra existió nunca el intercambio económico de una cosa por otra, expresada con un valor cuantificable. Las personas ordinarias no participaban en contratos de intercambio económico. Más notable aún es el hecho de que lo que se intercambia no se reducía a bienes útiles como es hoy, sino que también amabilidad, cortesía, fiestas, mujeres. El mercado no es el único escenario para el intercambio. Pero lo que tienen en común todos los intercambios es que adquieren carácter de obligatorios y de no cumplirse el riesgo social es grande: guerras. De eso podemos fácilmente llegar a la idea de que un fenómeno social total como el regalo es una creación funcionalista basada en una necesidad, la seguridad: así la creación cultural tiene la función de mantener a la sociedad unida, de crear y mantener una relación entre partes que de otra manera no tendrían un vínculo y de entablar una reciprocidad, un mismo estatus, o respeto.
A simple vista pareciera que el intercambio de un regalo es algo inocuo pero no es así, es tanto una forma de relación que así puede mantenerse, como una competencia de quién puede dar lo mejor y en razón de eso demostrar y perpetuar un status, que no es más que una diferenciación, la reafirmación de una individualidad especial. También puede estar acompañado de otros objetivos, por ejemplo elegir en aquel que puede dar el mejor regalo y siempre devolver, al líder o una razón moral de obligación e incluso un deber religioso ritual, ser generosos y respetuosos da “ razón” para que los dioses lo sean con nosotros.
taonga El regalo, don o , de la cultura maorí, es un vehículo de estatus, de categoría, de maná, en parte define quien soy yo en frente de los demás. Los objetos no tienen un valor cuantificable pero si un espíritu. Si yo recibo algo, debo devolverlo, si recibo e intercambio, debo devolver algo equivalente en retorno. Es un deber imperativo hacerlo, ignorarlo es ponerse en guerra con los otros, lo mismo ocurre con recibir: Rechazar es un insulto pues el regalo es una expresión de lo íntimo propio dado en ofrenda al otro. El regalo no existe solo para demostrar estatus, ni solo para obtener un beneficio, no es solo para honrar a los dioses o los muertos o querer la paz. Es vehículo de unión. Es Fenómeno social total. La caridad y obligatoriedad de dar limosna. Texto 7: Conceptos en la descripción de la sociedad: carácter social de los conceptos y la sociedad conceptualmente mediada : Marx: de la misma manera que el ser humano cambia la naturaleza de las cosas y les da una utilidad, cambia las cualidades de los objetos y las cambia por conceptos, cargados de significados y cargado de implicaciones. Marx se refiere al caso del fetichismo a la mercancía, que de la misma manera, su valor no está dado por propiedades ni por el tiempo de trabajo, está dado por ideas y conceptos de creación humana, ajenas al objeto mismo. En el caso de los objetos producidos por el trabajo, ellos mismos adquieren por sí una capacidad social y se relacionan, independiente del trabajador.
Lo que sí es importante precisar, es que la relación social que se crea con el trabajo, no es una relación social de una persona, trabajador o dueño de los medios de producción con otro, comprador o adquisidor. El objeto por si solo tiene un carácter social con otro objeto, el dinero. Así la relación es de mercancía y dinero, ajena al individuo que la crea y es su dueño legítimo.
La relación social que adquiere esta cuantificada y su cuantificación depende de lo socialmente aceptado por el mercado. Yo puedo producir una mesa con mi trabajo, y puede ser una mesa muy particular, con grandes detalles y muchas horas de trabajo. Pero se califica de igual manera como una mesa y su valor está determinado por ese concepto. Se hace una abstracción del valor real para equipararse al valor de otra cosa diferente y que termina por separar al trabajador de su producto, en la medida que su idea de lo que es no es importante. El valor no incluye lo que la cosa es sino que se representa por un valor socialmente reconocido e independiente de la voluntad, la previsión y los actos de su hacedor.
***En este sentido, el dinero también es una creación conceptual socialmente elaborada y aceptada, con valores independientes a sus hacedores, quienes son subordinados. El dinero corrompe y separa a los trabajadores de sus objetos y por consiguiente de sus relaciones sociales con los demás, compradores.
La relación social se aliena y se disfraza con la careta del dinero contra el valor de la mercancía. Cuando hago una transacción no soy con otra persona, es mi dinero, aceptado porque tiene una individualidad propia definida y cuantificable con un bien que deseo, o creo desear, pues puede ser una necesidad creada. (y de hecho la mayor parte del tiempo lo es).
Las determinaciones sociales, podemos decir a modo de resumen, tienen una apariencia de objetividad. Se suponen verdaderas y siempre de esa manera porque tienen un valor que es aceptado y es fetichista. Impera la creencia de que ese valor está dado naturalmente y no puede ser cambiado, es parte de la esencia del objeto intercambiado, sea que esa naturaleza aumente o disminuya el valor, es así y la voluntad del sujeto está atada, no puede influir en su trabajo, que por tanto, simbólicamente le es arrebatado.
Las cosas no son de por sí valiosas, son valiosas porque socialmente lo son. El dinero no representa una entidad abstracta en su definición pero sí en la práctica. La sociedad y sus ideas, que no pueden ser universales, median las relaciones y establecen las reglas de interacción, llegando a entregarla al objeto en desmedro del sujeto. Texto 8: Conceptos en la descripción de la sociedad: carácter social de los conceptos y la sociedad conceptualmente mediada : Durkheim para explicar cómo la sociedad está conceptualizada y mediada por esos conceptos, toma el ejemplo de la religión. Para hacerlo se aleja de la concepción de religión como sistema de ideas que explica cosas particulares (naturaleza, ideal, etc.) y la ve como aquel sistema de principios que puede dar respuestas que nos ayuden a vivir y que en ese sentido no se aleja mucho a lo que, en principio, es la ciencia.
Con esto, la religión sigue siendo un sistema de ideas y una idea dice Durkheim, no es más que un elemento de nosotros mismos. Pero sin embargo agrega algo más que es dado por la religión: La ilusión de la salvación. Para crear esta ilusión, el objeto la religión debe inspirar fuerzas superiores, ajenas a nosotros pero que a la vez podamos captar, estas son, fuerzas sociales. (la sociedad es más que la suma de sus miembros y ejerce coacción en el individuo).
El culto y su rito son los que entregan a las personas la satisfacción y la idea de una posible salvación. Ese culto es socialmente construido y sus normas son acordadas, todas incluidas en un determinado concepto de culto. Así, no hay una definición para cada culto en particular, todo culto supone un concepto de rito y ese media la sociedad de los creyentes. La necesidad del culto se explica en que la sociedad debe estar en acto para influir en los individuos (debe desarrollarse, vivirse) cuando la gente sigue el rito está actuando socialmente bajo ideas socialmente creadas.
Durkheim también señala que la mayoría de las grandes instituciones sociales han surgido de una derivación de la religión. Y aunque, por ejemplo la ciencia ya no siga el carácter dogmático religioso, al igual que ella, busca dar explicaciones a las inquietudes sociales a las vez que influye en la creación de esas inquietudes ( fetichismo de la ciencia) . Si la religión ha constituido lo que es esencial en la sociedad es porque la sociedad es el alma de la religión (La religión no puede existir sin sociedad).
Hay que precisar también que la religión está constituida por una idealización de la sociedad, creada no por cada individuo sino que por la sociedad misma. Así la religión nos es tan propia como nos es la sociedad pero tan lejana al mismo tiempo como lo es cualquier modelo ideal de hombre. Claro que la religión no es sólo ideal también es representación de la realidad (idea del demonio representa el mundo real).
Una cosa imprescindible para que todo esto ocurra es que la sociedad tenga conciencia de sí y mantener en intensidad esa conciencia. Una sociedad y por tanto la religión necesita de la idealización porque es el mecanismo para crearse y recrearse. La sociedad ideal forma parte de la sociedad real, en suma: La sociedad se constituye y se va recreando, al igual que la religión por sí misma. Ella va condicionando a los individuos según los devenires de su idealidad y es por tanto así que los conceptos: Ideal, mejor, perfecto, meta, religión, etc. Median la vida en sociedad, pues la sociedad es ideal y media la vida del sujeto.
La sociedad según Durkheim es principalmente las ideas que la constituyen. Las ideas se conceptualizan. La sociedad son fuerzas de acción sobre los sujetos. Texto 9: Pensar y describir lo social desde los números y la estadística : Desrosieres parte señalando que los números pueden usarse para representar realidades. Más allá del uso de palabras, la estadística parece comunicar algo por sí misma, aunque con la posibilidad también de ser fetichizada. Esta estadística es sin embargo peligrosa pues tiende a crear un hombre promedio, cualitativamente no mejor pero si lo “correcto”. (Cuando la campana de Gauss clasifica a sujetos por ejemplo, por sus conductas, lo ideal y correcto es estar dentro del promedio, la cima de la curva y no en ningún extremo).
El hecho de que lo que señale la curva pueda ser seguido y de hecho, lo sea, dice desrosieres, hace que no solo sea un medio de prueba de teorías sino que puede servir como instrumento de gobierno, para la homogeneización de los sujetos. La estadística y la ciencia por sí misma no pueden ser inocuas, la estadística crea realidad. Es cierto que la estadística no se plantea con ese objetivo pero su primacía puede desviarse. Se puede gobernar a través de los instrumentos.
Cuando una investigación se hace, debe ser respaldada por estadística, además de otras técnicas de prueba. Pues la estadística es una herramienta indispensable de prueba. El problema está en cuando adquiere un carácter fetichista, un carácter de siempre infalible e indiscutible.
Por otra parte, por ese mismo carácter de la estadística, adquiere aún mayor importancia. Tiene la capacidad de definir cómo pensar a la sociedad. Cuando un gobierno piensa en su agenda política no puede no hacerlo respaldandose en aquello que considera infalible: La estadística. Es así como la realidad creada por la estadística se transforma en la realidad hacia la que hay que avanzar y en cómo hay que pensar y describir lo social. Un sociólogo serio debe historizar estas técnicas y sus planteamientos.
La estadística en el mundo académico dice Desrosieres, se ve y se piensa como una mera herramienta de prueba de las teorías y las investigaciones. Se la ve como subordinada y no con una individualidad propia. De esta manera no se suele problematizarla. La estadística tiene una historia, no vista solo en su desarrollo, sino en cada estadística particular. Cuando se la usa, se le puede usar seleccionando solo aquello que se quiere seleccionar. No hay que absolutizar su verdad sin problematizarla.
Desrosieres dice que el universo de las técnicas no es unívoco y exterior a las pasiones del mundo social. Las técnicas son desarrolladas y usadas por sujetos o agrupaciones de sujetos: Es decir, sociedades. Ellos tienen intereses, como ya vimos, sociedad no es solo realidad también es idealidad (Durkheim) La técnica sirve para probar la conveniencia de esa idealidad, convencer y poner en práctica. Así, la realidad es coconstruida entre política social y estadística, ambas al servicio de una sociedad en desmedro muchas veces de otras. La estadística no solo consiste en cuantificar cosas sino que también en calificar y dividir. Según la edad de una persona se la separa de otras y se les asigna una categoría. Ellos así, adquieren una existencia nueva y autónoma de lo que son realmente. Forman parte de un grupo que no les es propio. Así la estadística les otorga a ellos una nueva realidad. El hecho de crear categorías, en principio para simplificar el mundo y hacerlo legible, abordable, lo modifica y crea otro mundo, estados a los que aspirar. Texto 10: El lugar de las imágenes en la descripción de la vida social : Becker señala que las imágenes y gráficos pueden y de hecho son utilizados para transmitir ideas, muchas veces, por sobre las palabras mismas. Incluso, cuando muchos expertos piensan en el funcionamiento de una máquina por ejemplo, lo hacen por medio de imágenes y lo comunican por diagramas.
Las imágenes comunican ideas que son difíciles de transmitir en palabras. Tienen la ventaja de poder condensar y hacer comunicable algo muy complejo. Simplificando para el entendimiento suficiente de cualquier persona. De esta manera, según Becker, la imagen tiene un componente intelectual no despreciable, pese a que se origine en el arte y no en la ciencia ni la literatura.
En el caso de la sociología, las imágenes, los diagramas, etc. No pueden dar cuenta de una imagen que describa toda la sociedad, pero si por imágenes pueden representarse ideas, grandes entidades conceptuales y mecanismos o fenómenos sociales importantes. Todo acompañado siempre de argumentos teóricos. De esta manera, las imágenes se hacen un espacio en la descripción de la vida de la sociedad, entran en aspectos que incluso las palabras no pueden representar fielmente.
No es que las imágenes tengan otro tipo de descripción o se refieran a una cosa diferente, sino que permiten sintetizar detalles y tener una relación más clara con la realidad empírica estudiada. Necesitamos de técnicas que permitan mostrar la mayor cantidad de datos y que los lectores puedan manejarlos de manera sencilla. Sin embargo la dificultad que la sociología debe enfrentar, es el riesgo de que la información graficada sea simplemente omitida, pues el lector siente que la explicación debe ser tarea del autor no de él.
Por otra parte una particularidad de la imagen es que entrega la tarea del análisis al lector, lo que puede derivar entonces, en múltiples interpretaciones de la misma cosa. Ahí es que actúa la socialización en la interpretación de imágenes. Interpretamos a partir de nuestro conocimiento a mano. Si vemos la imagen de un hombre desmesurado, le pondremos la etiqueta de pobre, vagabundo o proletario, sin necesario ser nada de eso. También puede ocurrir que veamos la imagen de un vagabundo lavándose los dientes, cosa que desafía y es el poder de la imagen toda la preconcepción de lo que el vagabundo es. Nos entrega una carga de realidad que difícilmente podríamos conocer fuera de la imaginación. Siempre la imagen es algo y no otra cosa, independientemente de las interpretaciones. Ahora, como ocurre con todos los objetos de la sociología, para hacer una interpretación correcta y acabada, se necesita la eliminación de preconcepciones, tanto de sentido común como científicas.
A lo que apunta Becker es a que las personas no deben simplemente limitarse a lo textual pero tampoco a lo visual. No hay tampoco una condición que limite el entendimiento de uno u otro recurso. La combinación de ambos medios produce siempre una comprensión mayor del objeto de estudio. Se requiere si, de usuarios que estén dispuestos a hacer el esfuerzo de decodificar la información y sus significados, más allá de una mera constatación, aceptación o actitud pasiva. Se requiere un rol activo.
Otra particularidad de las imágenes , es que se usan dentro de organizaciones y estructuras sociales, son parte y son creadas desde ellas. Entender eso posibilita también una mejor comprensión.
Las imágenes son construcciones sociales, son representaciones sociales. Lo fotografiado es lo digno de ser fotografiado y tiene una carga social importante. Puede que la fotografía de un periodista y la de un sociólogo se parecen mucho, pero en su fondo, su construcción, puede apuntar a cosas radicalmente distintas. Su mismo uso está motivado por causas distintas.
Lo que sí es aplicable a todas las imágenes es el hecho de que ellas mismas cuentan una historia y constituyen un todo completo, coherente y verídico. Lo que dice una imagen es verdad, aunque sea la imagen de un montaje. Presenta una situación, un acto, un concepto, una idea, una historia. Claro que su verdad en sí misma puede ser ajena a su interpretación, muchas veces dada solamente por el contexto del usuario.
Las fotografías adquieren su significado en el contexto. No existen de manera aislada. Su contexto está dado por la perspectiva del usuario, de quien la encarga y la carga de todo el conocimiento que existe en torno a la imagen, idea o concepto que representan. Tienen la posibilidad de ser fieles a esos conceptos o por el contrario destruirlos. El contexto, en definitiva es lo que da sentido a las imágenes. No es igual ver, para un judío un cuadro de la 2da guerra mundial que para un chileno, sin ningún tipo de vinculación con el hecho representado más que el aprendido al respecto, no hay un vínculo emocional.
De esta manera una misma imagen, bien acompañada de una teoría, un contexto adecuado, o suficiente, junto con otros distintos recursos puede servir para explicar y mostrar a otros aquello que de otra manera sería invisible a sus hijos. Y ese es entonces el lugar de las imágenes en la ciencia social y la sociología, mostrar realidades, mostrar conceptos nuevos o su quiebre, poder en definitiva sintetizar sin dejar de mostrar aquello que es significativo.