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La familia romana

1.- Características de la familia romana


Hemos heredado de los romanos muchos aspectos relativos al ámbito
familiar (costumbres, marco jurídico, términos lingüísticos,...), pero si
queremos caracterizar a la familia romana no debemos fijarnos en las
semejanzas con una familia actual, sino en las diferencias que existen
entre ambas. Son precisamente las diferencias las que dan identidad
propia, las que singularizan y definen. Por esta razón nos vamos a centrar
en el estudio de dos ámbitos en los que la familia romana se aleja
sensiblemente de una familia actual, a saber, la composición de la unidad
familiar y el poder del cabeza de familia.

Por lo que respecta a la composición, en Roma integraban una familia


no sólo las personas ligadas por vínculos de sangre, i.e., cónyuges e hijos,
sino también todos aquellos que mantenían una relación de dependencia
con el "pater familias" (esclavos, libertos y clientes). Una familia
romana, por tanto, era mucho más amplia que una familia actual y podía
estar formada por cientos de personas.

En cuanto al cabeza de familia, en Roma este papel correspondía


indefectiblemente al padre o “pater familias”. Un "pater familias"
romano tenía un poder enorme, la llamada “patria potestas” o
“manus”, y en uso de él podía incluso matar a cualquier miembro de su
familia (esclavos, desde luego, pero también hijos e incluso esposa en
algunos casos). Actualmente las cosas han cambiado un poco: la antigua
"patria potestas" la comparten padre y madre, se ejerce sobre los hijos
hasta la mayoría de edad y no conlleva una autoridad tal que permita
causar daño, y mucho menos matar. De todos modos nuestra lengua,
más conservadora que nuestras costumbres, sigue evocando a la familia
romana en palabras y expresiones referidas al poder/autoridad del cabeza
de familia (patria potestad, emancipación, pedir la mano, etc).

Atendiendo a su amplitud y al poder del “pater familias” un historiador


norteamericano ha comparado la familia romana con una familia mafiosa.
2.- Esclavos
Los esclavos eran personas privadas de libertad, explotadas como fuerza
de trabajo, a las que se podía comprar y vender como vulgares
mercancías.

a) Vías para la esclavitud

En Roma la condición de esclavo podía adquirirse por varias vías:

 Por nacimiento. Todo hijo de una esclava se convertía


automáticamente en esclavo del dueño de su madre. Los
esclavos de este tipo, nacidos en el seno familiar, eran
particularmente apreciados por su fidelidad y recibían el
nombre de "vernae".

 Por derecho de conquista. Los romanos subastaban ("sub


hasta") como esclavo a todo enemigo capturado en el curso
de una guerra. Esta costumbre pervivió hasta la Edad
Moderna (en el 995 Otón el Grande, rey de Germania, derrotó
a los húngaros, pueblo eslavo, y vendió como esclavos a los
prisioneros; su número era tal que desde entonces el
genticilio "eslavo/esclavo" -slave- se convirtió en sinómino
de siervo).

 Por insolvencia. Un deudor insolvente podía ser reducido a


esclavitud por sus acreedores. El dinero obtenido de la venta
era destinado a cubrir la deuda contraída. A finales de la
República este derecho, dado lo impopular que era, no se
ejercía.

 Por exposición o venta. Era habitual en Roma abandonar a


los hijos recién nacidos si no eran acogidos en el seno familiar.
Los bebés expuestos podían ser recogidos por cualquiera para
criarlos y venderlos como esclavos.

b) Mercados
Los esclavos eran comprados y vendidos por los "mangones",
mercaderes especializados, en mercados específicos. En estos mercados
los esclavos, desnudos y con un cartel colgado del cuello que indicaba sus
habilidades ("titulus"), eran expuestos sobre una plataforma que
facilitaba su examen por los posibles compradores. Aquellos esclavos que
no habían tenido antes amo llevaban uno o ambos pies blanqueados con
yeso.

c) Tipos y función de los esclavos

Los esclavos domésticos vivían en la casa familiar y estaban destinados


al servicio de los otros miembros de la familia (pedagogo, peluquero,
cocinero,...). Su situación era privilegiada si se les compara con los
esclavos empleados en negocios familiares (artesanía, minería,
agricultura). Muchos esclavos de este último tipo ni siquiera conocían a
su dueño: un capataz se encargaba de controlarlos.
d) Trato y consideración

Para los romanos los esclavos eran personas


incompletas sin madurez afectiva, ni
intelectual. De hecho el nombre genérico
que se les daba era el de "puer"
(curiosamente la sociedad esclavista de
Norteamérica coincide en esta consideración
pues llamaba "boys" a los esclavos).
Clarificador a estos efectos es un poema de
Horacio en que habla de un paseo que había
dado por el campo. A pesar de que lo
acompaña un esclavo, el poeta asegura que
no hay nada tan grato como pasear a solas.
Evidentemente para Horacio un esclavo no
era compañía, o no lo era más de lo que
podía serlo un perro.

El "pater familias" podía castigar incluso


con la muerte la torpeza de un esclavo. De todos modos esta medida era
poco práctica -suponía una pérdida económica- y cada vez estaba peor
vista socialmente.

A pesar del razonable trato que recibían, algunos esclavos, incapaces de


adaptarse a la condición servil, terminaban huyendo o al menos lo
intentaban. Si eran atrapados, el dueño, a manera de castigo y
advertencia para próximos compradores, grababa a fuego en su frente las
letras "FUG" de "Fugitivus".

Algunos esclavos, en su empeño por ser libres, llegaron a organizarse y a


enfrentarse al ejército romano en las llamadas guerras serviles. La más
famosa de todas ellas fue encabezada por Espartaco en el siglo I a.C.

3.- Libertos
Los libertos eran esclavos manumitidos,
liberados por su amo (de ahí el nombre). Era
frecuente que el "pater familias"
manumitiera, concediera la libertad, a los
esclavos más fieles y laboriosos, sobre todo en
su testamento.

Los esclavos que pasaban a ser libertos


celebraban y anunciaban a todos su nueva
condición colocándose durante un tiempo un gorro frigio, el píleo, que
luego adoptaron los revolucionarios franceses para simbolizar la
adquisición de la libertad.

Jurídicamente los libertos, a pesar de ser libres, eran ciudadanos


incompletos ya que tenían derechos civiles (casarse con una romana, ...),
pero no políticos. Sus hijos, en cambio, ya gozaban de la plena
ciudadanía.

Todo liberto seguía ligado como cliente a la familia de su antiguo amo.

4.- Clientes
Los clientes eran ciudadanos libres que habían establecido una relación
de apoyo y socorro mutuo con otros "pater familias" mejor situados
social y/o económicamente que ellos. Estos "pater familias" recibían el
nombre de patronos.

El cliente debía prestar los siguientes servicios al patrono:

 Apoyo electoral e incluso militar.


 Presentarle sus respetos todas las mañanas ("salutatio")

A cambio podía contar con la ayuda del patrono en los pleitos y en las
dificultades económicas. De hecho los que carecían de medios recibían en
la "salutatio" una cestita, la "sportula", con alimentos para el día.

El vínculo patrono-cliente no es exclusivo de Roma. En la Hispania


prerromana existía algo parecido, la "devotio", en virtud de la cual una
persona se comprometía a defender con su propia vida a otra de mayor
prestigio. Si ésta moría violentamente, la otra debía morir también.
5.- Los hijos
Los hijos, por oposición a los esclavos, son llamados a veces "liberi/-
orum", término que procede del adjetivo "liber/-era/-erum: libre". A
pesar del nombre, la situación jurídica de los hijos difiere poco de la de
los esclavos ya que la "patria potestas" daba al "pater familias" un
enorme poder sobre ellos.

Este poder se sustanciaba en los siguientes derechos:

 “Ius exponendi”, derecho a aceptar o no dentro de la familia


al recién nacido. Cuando un niño nacía era depositado por la
comadrona en el suelo. Si el padre aceptaba al hijo, lo recogía
u ordenaba que fuera amamantado; en caso contrario era
abandonado en un vertedero o junto a la columna Lactaria.

Las causas que llevaban a un padre a rechazar a un hijo eran


muchas (defectos físicos, dudas acerca de la paternidad, ...).
Eso sí, era más fácil que fuera expuesta una niña que un niño.

La exposición de un hijo no deseado era una práctica tan


habitual en Roma que ni las leyes consiguieron frenarla
(desde Rómulo existía una ley de dudosa eficacia que penaba
con la confiscación de la mitad del patrimonio el abandono de
un varón o de una hembra, si ésta era la primera hija).

 "Ius vitae necisque", derecho a ordenar la muerte de


cualquiera de los hijos. Se trata de una medida extrema que
el "pater familias" tomaba generalmente tras consultar a un
consejo de familiares y para castigar una falta gravísima
(comisión de delito contra el Estado en caso del varón,
relaciones ilícitas en caso de la hija).

 " Ius vendendi", derecho a vender a los hijos como


esclavos. Si el niño vendido era manumitido por su amo,
volvía a estar sometido a la "patria potestas". El hijo sólo
conseguía ser "suo iure" si era vendido tres veces por el
padre y manumitido otras tres por el amo. En el caso de las
hijas con una bastaba.

La existencia de estos derechos no implicaba que fueran ejercidos


indiscriminada o caprichosamente ni que la situación fuera la misma en
todo momento:
 Los dos últimos derechos no se ejercían ya a finales de la
República. Por eso despertó tanta indignación la actuación de
Catilina, noble romano que en el siglo I a.C. mató a su hijo de
12 años, fruto de un matrimonio anterior, sin otro motivo que
propiciar un futuro matrimonio.

 En época imperial por influencia del cristianismo todos estos


derechos terminaron desapareciendo.

6.- La esposa
La situación de la esposa estaba condicionada por el tipo de matrimonio
que la uniera a su marido. Existían dos clases:

* El más antiguo era el matrimonio "cum manu". En virtud de este


matrimonio el padre renunciaba a la patria potestad sobre su hija para
asumirla el esposo. La mujer estaba sometida a la autoridad de su marido
"filiae loco", i.e., a manera de una hija, por lo que su esposo podía
castigarla incluso con la muerte en caso de faltas graves (infidelidad, ...).

* El matrimonio "cum manu" fue sustituido a partir del siglo II a.C. por
el matrimonio "sine manu", en que el padre, a pesar del matrimonio,
conservaba la "patria potestas" sobre la hija. Esta circunstancia daba
cierta independencia a la mujer, y más cuando la dote que aportaba al
matrimonio era cuantiosa, ya que el marido hacía lo posible para no
contrariarla y no perderla con un divorcio.

El matrimonio "sine manu", del que poseemos más datos, se podía


disolver por iniciativa de cualquiera de los cónyuges (la esposa debía
consultar con sus padres). El trámite era muy simple y rápido. Consistía
en enviar a la pareja una nota con este mensaje: "Tuas res tibi habeto".

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familia romana fue una institución principal de la antigua Roma, presente en el ámbito social y
jurídico, que estaba compuesta por todos los que vivían bajo la autoridad del cabeza de familia o pater
familias.
Era compuesta por todos aquellos individuos que nacidos libres vivían bajo la conducta propia de
un estatus parental natural y jurídico, político, económico, religioso, etc, estatus civil y estatus social al
modo romano, esto suponía asumir tanto la protección como la autoridad del cabeza de familia que era
el pater familias. Familia también es una palabra con la misma raíz que los famuli ("criados de
los Oscos") y por lo tanto en Roma, se comprendía a algunos sirvientes o siervos llamados
específicamente fámulos. Desde el corazón de la familia romana se derivó el concepto de la fide romana
(confianza).

Índice

 1Generalidades
 2Clasificación de las familias romanas
o 2.1Familia agnaticia
o 2.2Familia cognaticia
o 2.3Familia gentilicia
o 2.4Familia por afinidad
 3Las mujeres en la familia romana
 4El matrimonio en la Antigua Roma
o 4.1La ceremonia de boda
o 4.2El divorcio
 5Véase también
 6Referencias
 7Enlaces externos

Generalidades[editar]
En el derecho romano se tenían cuatro acepciones para la familia: agnaticia, cognaticia, gentilicia y por
afinidad.
La familia romana era legalmente tan fuerte que ciertas cuestiones que hoy se tratan en los juzgados o en
los templos, entonces se trataban en casa, bajo el mando del cabeza de familia. La familia era realmente
la célula básica de la sociedad romana.
El pater familias era el hombre romano que no dependía de nadie (sui iuris) y de quien dependían los
demás (alieni iuris). No importaba que estuviese soltero o casado, ni su edad. Una mujer nunca podía ser
cabeza de familia.
La patria potestas de un cabeza de familia romano le permitía, de así quererlo, disponer de la vida de
cualquier miembro familiar, venderle como esclavo e inclusive darle muerte. Podía también abandonar
legalmente a un hijo nacido de su mujer o reconocerlo. Podía incluso prohijar hijos de otros, así como
concertar casamientos de los hijos. Realmente, es él quien forma la familia romana.
Como jefe de familia es también el sacerdote de la religión familiar y el juez en los conflictos entre
familiares, pero para esto último tiene que contar con el asesoramiento de un consejo familiar.
Para entender lo anterior, hay que tener en cuenta que el parentesco natural, fundado en la descendencia
física de la mujer, y que los romanos llamaban cognatio, carecía de valor civil, en tanto el parentesco
civil, fundado en el reconocimiento por parte del hombre de su descendencia o en la adopción como
hijos de descendencia ajena, y a lo que los romanos llamaban agnatio, era el único parentesco
legalmente válido.
La adoptio era el acto de adoptar a alguien. Pero, si ese alguien era cabeza de familia, se adopta a toda
su familia y el patrimonio pasa al adoptante. En este segundo caso se llama adrogatio. Teniendo en
cuenta que la autoridad paterna también se llama manus, la emancipatio o 'emancipación' consiste en
liberar a un hijo de la potestad paterna o hacerlo pasar a la potestad de otro.
Por la adoptio un hijo extraño pasa a igualarse civilmente al hijo de legítimo matrimonio. Por eso los
romanos daban más importancia a la decisión legitimante del pater familias (agnatio) que al hecho físico
del parentesco natural (cognatio).
Clasificación de las familias romanas[editar]
En el derecho romano se tenían cuatro acepciones para la familia.
Familia agnaticia[editar]
Se entendía por familia agnaticia al conjunto de personas bajo la misma potestad doméstica, o que lo
estarían si el común pater no hubiese muerto, por línea de varón (hasta el sexto grado). Así, por ejemplo
forman parte de la familia agnaticia de un individuo bajo la potestad de su abuelo (avus): su padre
(pater), su tío paterno (patruus), su hermano (frates), su hijo (filius), el primogénito de su tío paterno
(frater patruelis o patruelis) así como el hijo de éste (nepos ex patruelis) o su propio nieto (nepos), así
mismo todos los varones adoptados por el pater familias. La muerte del ascendiente no implica la
disolución del vínculo hasta el sexto grado.
Familia cognaticia[editar]
Se entendía por familia cognaticia al parentesco por consanguinidad natural. Es decir, las personas
vinculadas por la procreación y el nacimiento.
Se compone de un tronco común y dos líneas:

 Línea recta: Aquellos que descienden unos de otros. Puede ser


ascendente o descendente. Por ejemplo: padre, hijo, nieto, bisnieto,
etc.
 Línea colateral: Aquellos que no descienden unos de otros pero
tienen un tronco común. Por ejemplo: hermanos.
En el ejemplo expuesto en el anterior punto, formarían parte de la familia cognaticia del individuo
señalado todos los anteriores señalados además de la abuela (avia), la madre (mater), la hija (filia), la
hermana (soror), la tía paterna (amita), el tío materno (avunculus), la tía materna (matertera), la hija del
tío paterno (soror patruelis), el hijo y la hija de la tía paterna (amitinus y amitina), el hijo y la hija del tío
materno (matruelis), el hijo y la hija de la tía materna (consobrinus y consobrina), y sus descendientes.
Familia gentilicia[editar]
Se entendía por familia gentilicia el conjunto de personas que tenían en común la misma base que
la familia agnaticia, es decir, la gens. Sin embargo, se consideran grados más lejanos, con la condición
de que los involucrados se sientan parientes.
Familia por afinidad[editar]
Se entendía por familia por afinidad aquella compuesta por uno de los cónyuges y
los agnados o cognados del otro.
Para contar los grados, se cuenta como si un cónyuge ocupara el lugar del otro en su familia.

Las mujeres en la familia romana[editar]


A diferencia de los griegos, que tenían a sus mujeres en las casas y si tenían tiempo libre, no lo pasaban
en familia, los romanos sintieron un atractivo grande por la vida doméstica. La mujer aparece como
compañera y cooperadora del hombre romano, está a su lado en los banquetes, comparte con él
la autoridad sobre los hijos y criados y participa también de la dignidad que tiene su marido en la vida
pública. Pero esta libertad no impide que sea austera y reservada, especialmente en la época republicana;
incluso en el banquete, la mujer estaba sentada, no recostada, y no bebía vino sino mulsum (vino con
miel); en cualquier caso, está siempre en un segundo plano bajo la autoridad marital y es así que no
participa en la vida pública, en la política, en la literatura, ni puede ser cabeza de familia e incluso los
nombres de oficios de la primera declinación son masculinos.
La educación femenina era prudentemente liberal. En la época infantil niños y niñas se criaban juntos;
las escuelas elementales también eran mixtas. Terminados los estudios primarios, las chicas de buena
familia continuaban instruyéndose privadamente en el conocimiento de la literatura latina y griega; al
mismo tiempo aprendían a tocar la lira, a bailar y a cantar. Esta educación intelectual no impedía que la
mujer hiciese determinadas labores: vigilaba y dirigía a las esclavas, atendía los trabajos más delicados,
bordaba, etc. Aparte de esto, la mujer no tenía derechos ni podía ser cabeza de familia

El matrimonio en la Antigua Roma[editar]


Artículo principal: Matrimonio (Derecho romano)

Para cualquier romano normal el pragmatismo era parte de su forma de pensar, de manera que el
matrimonio no se escapaba de esta costumbre utilitarista.
Los romanos, institucionalmente monógamos, concibieron las relaciones sexuales continuadas, con
voluntad de convivencia y de vida en común, como un contrato, ya no entre dos personas, sino entre dos
familias.
Para empezar, en el derecho romano clásico, para contraer matrimonio era necesario que ambos
contrayentes ostentaran la ciudadanía romana. Esto es, que gozaran no sólo del status libertatis sino
también del status civitatis (que fueran libres y además, ciudadanos romanos), es decir el IVS
CONUBIUM. Cualquier otra unión (p.ej. ciudadano-extranjera) era considerado un concubinato
("contubernio").
Debían también (para contraer matrimonio) tener la madurez sexual suficiente (por haber alcanzado una
edad o porque biológicamente mostraran signos de haberla alcanzado); usualmente, los hombres se
consideraban aptos para casarse a los catorce años y las mujeres a los doce. Los hijos nacidos de este
matrimonium iustum (o iusta nuptia) serían sometidos a la patria potestas.
El casamiento de dos jóvenes dependía casi exclusivamente de los padres; pocas veces se tenían en
cuenta las inclinaciones de los interesados. Una vez decidido el matrimonio el primer paso era la
celebración de los sponsales, ceremonia arcáica en la que los respectivos padres concertaban el
casamiento de los hijos y establecían la dote que la joven aportaría al matrimonio. Antiguamente los
desposados ya quedaban obligados a la fidelidad recíproca y si el matrimonio no se celebraba en el plazo
estipulado, se podía perder la dote. Consultados los dioses, si los agüeros eran favorables, se cambiaban
los anillos, que tenían un valor simbólico.
Ante la ley, solo los ciudadanos romanos tenían derecho a contraer matrimonio. La tradición conservó el
recuerdo de tiempos en los que los patricios no podían casarse con una plebeya, prohibición caída pronto
en desuso (Lex Canuleia).
Hubo dos formas de matrimonio que estuvieron sucesivamente en vigor:

 matrimonio cum manu: la mujer pasaba a formar parte de la familia


de su marido y estaba sujeta a su poder marital (manus). Podía
realizarse esta unión de tres maneras:
- Confarreatio: forma sacra de contraer matrimonio. Rito llamado así por la pieza de pan (far) que los
esposos ofrecían al Dios Júpiter durante la ceremonia nupcial. Era la forma de casamiento propia de
los patricios. Su carácter sacro lo hacía de difícil disolución, pero no imposible (el divorcio sería
mediante la difarreatio).
- Coemptio: forma más usual y práctica. Se realizaba una compraventa ficticia de la novia, por la que el
marido adquiría la manus (poder) sobre ella. Es la versión matrimonial de la ceremonia de liberación de
esclavos, la manumissio.
- Usus: cuando los esposos cohabitaban ininterrumpidamente durante un año, el marido adquiría la
manus sobre la mujer; sin embargo, esto podía ser evitado gracias a la "trinoctii usurpatio", según la
cual, si la mujer se ausentaba durante tres noches seguidas del hogar marital, evitaba caer en la manus
maritalis. Puede verse como una versión matrimonial de la prescripción adquisitiva.

 matrimonio sine manu o libre: en él, la esposa continuaba


perteneciendo a la familia paterna y conservando los derechos
sucesorios de su familia de origen. A pesar de la facilidad de
disolución de este matrimonio (bastaba con la simple separación de
los esposos) los romanos tenían conciencia de la seriedad de
este vínculo.
La ceremonia de boda[editar]
El ceremonial que mejor se conoce es el patricio. La boda constituía uno de los acontecimientos más
importantes dentro de la vida familiar.
El día de la boda era escogido con toda cautela; sería pernicioso casarse en mayo, mientras que la mejor
época era la segunda quincena de Junio.
En la víspera de la boda la joven consagraba a una divinidad sus juguetes de niña; después, se acostaba
con el traje nupcial y una cofia de color anaranjado en la cabeza. Eran características de la vestimenta
nupcial el peinado y el vestido con velo. El traje era una túnica blanca que llegaba a los pies, ceñida por
un cinto. De la cabeza de la desposada caía un velo de color anaranjado (flammentum) que le cubría la
cara.
En todos los actos del rito matrimonial la futura esposa era asistida por la pronuba, una matrona casada
una sola vez. El rito empezaba consultando los auspicios: si el resultado no era malo, quería decir que
los Dioseseran favorables a esta unión. Terminada esta parte, tenía lugar la firma de las tabulae
nuptiales (contrato matrimonial) delante de diez testigos; después la pronuba ponía las manos derechas
de los esposos una encima de la otra y con esto los esposos se comprometían a vivir juntos. Acabadas las
formalidades, tenía lugar el banquete nupcial.
Después, hacia la tarde, comenzaba la ceremonia de acompañamiento de la esposa a casa del esposo.
Este, de repente, fingía arrancar a su joven mujer de los brazos de su madre. Entonces iban a casa del
marido. La mujer iba acompañada de tres jóvenes; uno de ellos llevaba una antorcha de espino (spine
alba) encendida a la casa de la esposa. La gente que los seguía mezclaba cantos religiosos y pícaros.
Cuando llegaban a casa del marido, adornaban la entrada con cintas de lana y la untaban
con grasa de cerdo y aceite. El marido le preguntaba a la esposa cómo se llamaba, ella le respondía ubi
tu Gaius, ego Gaia ("si tú Gaio, yo Gaia"), entonces los que la acompañaban la levantaban a pulso para
que no tocase el quicio de la puerta con el pie y la hacían entrar en la casa. Después era recibida por su
marido y la pronuba pronunciaba unas plegarias a la divinidad de la nueva casa (para que recibiesen con
agrado a esta nueva habitante); con esto terminaba la fiesta y los invitados volvían para sus casas.
El día de después del casamiento había un banquete íntimo (repotia, reboda) para los parientes de los
esposos.
El divorcio[editar]
Como el matrimonio romano estaba pensado para ser una institución que debía renovarse con el
consentimiento continuado de los cónyuges (affectio maritalis), se permitía el divorcio. Como todo
contrato, el matrimonio podía disolverse o terminarse. Primitivamente, el derecho de revocación
pertenecía únicamente al hombre; este solo tenía que reclamarle a su mujer delante de un testigo las
llaves de la casa y decirle: tuas res habeto ("coge tus cosas").
En principio, el matrimonio patricio por confarreatio (vid. supra) no podía disolverse, pero pronto los
romanos inventaron una ceremonia de efectos contrarios a la primera, a la que llamaron difarreatio.
El matrimonio por usus o por coemptio se terminaba con la mancipatio o transmisión de la potestad del
marido en favor de un tercero, que manumitía a la mujer
En el derecho romano se tipificaba el tipo de divorcio según su causa:

 Divortium ex iusta causa: como, por ejemplo, el adulterio de la


mujer o el marido.
 Divortium bona gratia: por causas no imputables a algunos de los
cónyuges (esterilidad, impotencia, etc.)
 Divortium sine causa: cuando alguno de los cónyuges repudiaba al
otro sin que mediase causa que justificara este comportamiento.
 Divortium communi consensu: de mutuo acuerdo.

Véase también[editar]
 Familia
 Derecho de familia
 Lista de familias romanas

Referencias[editar]
Enlaces externos[editar]
 Ausonio: Cento nuptialis (Porcentaje de bodas).
 Texto latino, con índice electrónico, en el Proyecto Perseus.
Empleando el rótulo activo "load", que se halla en la parte
superior derecha, se obtiene ayuda en inglés con el vocabulario
latino del texto.
Categorías:
 Familias de la Antigua Roma
 Sociedad de la Antigua Roma
 Derecho romano
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Características de la familia romana

La familia era la institución nuclear de la sociedad romana.


Estaba formada por un grupo amplio de personas (hijos, esposa, clientes y
esclavos) bajo la dirección del pater familias, que poseía amplios poderes:

 Podía decidir sobre la vida y la muerte de sus miembros, la patria


potestas.
 Dirigía los cultos a los dioses del hogar.
 Representaba políticamente a sus miembros.
 Era el propietario de los bienes familiares.

Las familias que descendían de un antepasado común formaban gens cuyos


componentes tenían el mismo nombre.

Introducción
Este trabajo habla de la familia en la época de roma, habla de las responsabilidades de cada
uno de los miembros de la misma, de las obligaciones así como de los derechos, de la
denominaciones y jerarquías, de cómo se podía llegar a ser parte de una familia romana, y
como se podía llegar a perder este derecho.
Eran los tiempos en los cuales el paterfamilias podía disponer de todo cuanto poseía
como bienes, incluyendo los esclavos, y en cierta forma, de la vida o muerte de los hijos (jus
vitae necisque), en cuanto al tema de la Patria Potestad y su vinculación directa con el Derecho
de Familia, por no discutir entre quienes piensan que el Derecho de Familia, más que de
Derecho Privado, ha pasado a ser parte substancial del Derecho Público, por ser el Estado el
principal protagonista de este tipo de Derecho o en todo caso, un tercer tipo de Derecho que
reúne particularidades del Privado y Público simultáneamente.

La Familia Romana
En Roma una familia estaba integrada no sólo por las personas ligadas por vínculos de sangre,
i.e., cónyuges e hijos, sino también todos los que dependendian del "pater familias"
(esclavos, libertos y clientes). Una familia romana, era mucho más amplia que una familia
actual y podía estar formada por cientos de personas.
La familia romana era un pequeño país donde el padre era el gobernante, con derechos
establecidos sobre sus integrantes y responsabilidad legal por ellos ante la sociedad. Desde un
principio Roma se había organizado en gens, en manzanas donde vivían gentes unidas por un
mismo apellido; vivían en familia, pero en familia directa, con un solo padre, con una
sola autoridad, y en régimen monogámico.
El Pater Familias:
Tenía la obligación de mantener a la familia, representarla políticamente y oficiar los ritos
religiosos domésticos. Tenía autoridad sobre todos los miembros de su familia, incluso decidir
sobre su vida o su muerte.
Los Hijos:
Los hijos, por oposición a los esclavos, son llamados a veces "liberi/-orum", término que
procede del adjetivo "liber/-era/-erum: libre". A pesar del nombre, la situación jurídica de
los hijos difiere poco de la de los esclavos ya que la "patria potestas" daba al "pater
familias" un enorme podersobre ellos.
Este poder se sustanciaba en los siguientes derechos:
 "Ius exponendi", derecho a aceptar o no dentro de la familia al recién nacido.
 "Ius vitae necisque", derecho a ordenar la muerte de cualquiera de los hijos.
 " Ius vendendi", derecho a vender a los hijos como esclavos.
La Esposa:
La situación de la esposa estaba condicionada por el tipo de matrimonio que la uniera a su
marido. Existían dos clases: el más antiguo era el matrimonio "cum manu". En virtud de
este matrimonio el padre renunciaba a la patria potestad sobre su hija para asumirla el esposo.
El matrimonio "cum manu" fue sustituido por el matrimonio "sine manu", en que el padre,
a pesar del matrimonio, conservaba la "patria potestas" sobre la hija. Esta circunstancia
daba cierta independencia a la mujer. Este matrimonio se podía disolver por iniciativa de
cualquiera de los cónyuges (la esposa debía consultar con sus padres). El trámite era muy
simple y rápido. Consistía en enviar a la pareja una nota con este mensaje: "Tuas res tibi
habeto".
Esclavos:
Los esclavos eran personas privadas de libertad, explotadas como fuerza de trabajo, a las que se
podía comprar y vender como vulgares mercancías.
En Roma la condición de esclavo podía adquirirse por varias vías: Por nacimiento. Todo hijo
de una esclava se convertía automáticamente en esclavo del dueño de su madre, eran
particularmente apreciados por su fidelidad y recibían el nombre de "vernae". Por derecho
de conquista. Los romanos subastaban ("sub hasta") como esclavo a todo enemigo
capturado en el curso de una guerra. Esta costumbre pervivió hasta la Edad Moderna. Por
insolvencia. Un deudor insolvente podía ser reducido a esclavitud por sus acreedores. El
dinero obtenido de la venta era destinado a cubrir la deuda contraída. Por exposición o
venta. Era habitual en Roma abandonar a los hijos recién nacidos si no eran acogidos en el
seno familiar. Los bebés expuestos podían ser recogidos por cualquiera para criarlos y
venderlos como esclavos. Los esclavos eran comprados y vendidos por los "mangones".
Los niños esclavos eran considerados frecuentemente como juguetes, pues en ese tiempo los
juguetes de los niños eran animales (aves, perros, conejos (para las niñas)), aunque también
existían casos de verdadero afecto. Los niños y adolescentes esclavos favoritos eran liberados,
teniendo casi en todo los mismos derechos que los nacidos libres (joyas, cortejos, vestidos de
príncipe), salvo en el atuendo característico (praetexta) de los nacidos libres.
Libertos:
Los libertos eran esclavos manumitidos, liberados por su amo. Era frecuente que el "pater
familias" manumitiera, concediera la libertad, a los esclavos más fieles y laboriosos, sobre
todo en su testamento. Jurídicamente los libertos, a pesar de ser libres, eran ciudadanos
incompletos ya que tenían derechos civiles (casarse con una romana,), pero no políticos. Sus
hijos, en cambio, ya gozaban de la plena ciudadanía.
Los libertos nunca llegaron a formar una clase social, sobretodo porque los hijos de los libertos
eran considerados libres, nacían libres. Los libertos eran casi todos comerciantes o artesanos, y
era bastante frecuente que llegasen a ser más ricos que los propios amos o que cualquier noble.
Clientes:
Los clientes eran ciudadanos libres que habían establecido una relación de apoyo y socorro
mutuo con otros "pater familias" mejor situados social y/o económicamente que ellos. Estos
"pater familias" recibían el nombre de patronos.
El cliente debía prestar al patrono: Apoyo electoral e incluso militar; presentarle sus respetos
todas las mañanas ("salutatio") a cambio podía contar con la ayuda del patrono en los pleitos
y en las dificultades económicas. De hecho los que carecían de medios recibían en la
"salutatio" una cestita, la "sportula", con alimentos para el día.
Parentesco:
Parentesco viene del padre o la madre, el abuelo u otros ascendientes de quien se desciende.
Los romanos entendían el parentesco en dos sentidos: el parentesco del derecho civil y el
natural; cuando concurren ambos derechos, se contrae un parentesco natural y civil a la vez.
Tipo de Parentesco: "Agnatio" y "Cognatio".
El natural, es el que deriva de las mujeres cuando tienen hijos ilegítimos; es natural y civil,
cuando derivan de un matrimonio legítimo.
El parentesco natural se llama así o se le denomina "cognatio", y el civil es designado
corrientemente "agnación", que es el que viene por línea del varón.
La "agnatio" es el parentesco civil fundado sobre la autoridad paterna, ya que del
paterfamilias dependía la composición de la familia, siendo libre de cambiarla a su arbitrio.
Cuando muere el cabeza de familia, los que le estaban sometidos empiezan a constituir
distintas familias, pero continúan unidos por el parentesco agnaticio.
La "cognatio" es el parentesco que une a las personas descendientes unas de otras en línea
directa o que descienden de un autor común, sin distinción de sexo.
Clases Y Grados De Parentesco:
Tenemos el parentesco natural y el parentesco por afinidad. En el primero se
distingue: a) el parentesco en línea directa o recta, que se divide en dos: la ascendente y
la descendente, de la primera derivan por el segundo grado las líneas colaterales. El
parentesco en línea recta es aquel que une a dos personas, de las cuales una desciende de la
otra y b) el parentesco colateral, que es aquel que une a dos personas que descienden de
un mismo autor, sin que la una descienda de la otra, como los hermanos y sus descendientes
los tíos paternos y maternos. El parentesco por afinidad es el que se origina por el
matrimonio y lo forman los parientes de uno de los esposos y los parientes del otro. En el
parentesco por afinidad no hay grados.
Nacimiento:
Cuando un niño nacía era depositado por la comadrona en el suelo. Si el padre aceptaba al hijo,
lo recogía u ordenaba que fuera amamantado; en caso contrario era abandonado en un
vertedero o junto a la columna Lactaria.
Las causas que llevaban a un padre a rechazar a un hijo eran muchas (defectos físicos, dudas
acerca de la paternidad, ...). Eso sí, era más fácil que fuera expuesta una niña que un niño.
La exposición de un hijo no deseado era una práctica tan habitual en Roma que ni
las leyes consiguieron frenarla (desde Rómulo existía una ley de dudosa eficacia que penaba
con la confiscación de la mitad del patrimonio el abandono de un varón o de una hembra, si
ésta era la primera hija).

Costumbres de la Familia Romana


El patriarca se encargaba por las mañanas de repartir las tareas domésticas a los esclavos y de
atender a su contador que le traía las cuentas del negocio todas las mañanas. El padre era
sobretodo el dueño del patrimonio, tenía claros derechos de autoridad sobre las mujeres
(esposa, hijas), los hijos y los esclavos, pero también era el representante legal ante los actos de
los hijos. Si un hijo cometía delito, también el padre era culpable. El padre era también juez,
pues resolvía litigios al interior de su pequeño reino. En las familias nobles el padre no veía a
los hijos sino hasta la noche, por eso el cristianismo y su amor filial para con el padre "debió
producirles a los paganos el efecto de una intimidad un poco repugnante y de una humildad
servil; tenía que parecerles algo plebeyo".
Los hombres libres de familias acomodadas no andaban casi nunca solos, no se vestían ni se
calzaban nunca ellos mismos sino que lo hacían por ellos los esclavos (lo que si hacían solos era
lavarse los dientes). Ni siquiera en la alcoba conyugal estaban solos, había siempre a mano un
esclavo, durmiendo frecuentemente detrás de la puerta. Las damas debían salir de casa siempre
en compañía: una señorita de compañía (comites) y un caballero de servicio(custos), aunque
sus salidas eran poco frecuentes y las más conservadoras salían semi veladas. Tampoco los
jóvenes debían salir sin un custodio.
En cuanto a las señoras romanas, sabido es que se casaban poseyendo una dote, que no
siempre pasaba en manos del marido, quien en cierta forma, cargaba también una dote toda su
vida (su testamento). La tradición romana estipulaba que una mujer que se separaba del
marido regresaba con el padre, pues la hija era algo así como un préstamo del padre al yerno.
Las habían fidelísimas a su marido, a quien seguían al exilio e incluso al suicidio, y otras que
tomaban a cargo todas las labores del padre de manera muy eficiente, y finalmente, algunas
que se casaban con una fortuna mayor a la del marido, y que solían rechazar su autoridad. Las
mujeres libres eran frecuentemente ociosas, muchas pasaban el día hilando en el huso, pero
unas pocas ayudaban al marido sobre todo en lo contingente a la contabilidad del hogar.
Un personaje típico de la romanidad, por levantar siempre abundantes comentarios, era el de
la viuda; aquella era sumamente codiciada y casi siempre tenía una corte de pretendientes; era
considerada "irresistible" por no tener amo alguno, y por tener en su poder toda la herencia.
Podía tranquilamente volver a casarse con quien quisiera, e incluso el concubinato era tolerado,
siempre y cuando existiese una promesa explícita de matrimonio.
Las jovencitas, en cambio, debían mantenerse vírgenes, o al menos, llevar sus relaciones en el
más estricto secreto. El concubinato era aceptado, en un principio considerándolo como un
término peyorativo pero con el tiempo como algo normal u "honorable"; tenía incluso bien
determinados sus aspectos jurídicos. El concubinato debía asemejarse lo más posible al
matrimonio, los hijos de una pareja de concubinos eran considerados ilegítimos y no tenían
derecho a la herencia paterna, más si a la materna. La concubina debía ser una mujer libre
(viuda (vidua) o divorciada) puesto que los esclavos no tenían derecho a casarse.
Entre los romanos, eran los padres de familia quienes decidían si aceptaban o no al
recién nacido. La señal de aceptación la daba el padre cuando lo levantaba del suelo donde lo
había dejado la matrona: el padre lo tomaba o acogía (tollere) con tal acto. Si por el contrario
no lo aceptaba, el hijo era expuesto, es decir, era dejado en algún basurero público o en algún
domicilio; en tal caso los recién nacidos o bien morían, o bien eran recogidos por tratantes de
esclavos que lo alimentarían para posteriormente venderlo.
Los criterios usados para abandonar a los recién nacidos (niños expósitos) eran
diversos: a los malformados se los exponía siempre, los pobres los exponían por no tener con
qué alimentarlos; la clase media prefería tener menos hijos para poder educarlos mejor. En el
campesinado de las provincias orientales, la familia que había llegado a un máximo tolerable de
hijos regalaba los sobrantes a otras familias que los aceptaban gustosos (más trabajadores para
la familia); aquellos hijos regalados eran llamados threptoi (tomados a cargo). Pero incluso los
ricos llegaban a no desear un hijo, frecuentemente por cuestiones legales de testamento. Los
niños expuestos rara vez sobrevivían: los ricos no lo querían ver más mientras que los pobres
guardaban algunas esperanzas de que el niño fuese acogido.

El Matrimonio en la antigua Roma


El matrimonio entre los romanos no era respaldado por escrito; había una ceremonia con
testigos donde además era entregada la dote de la mujer (si es que tenía una), y por supuesto
también una fiesta.
No había tampoco ningún alcalde o párroco que presenciara necesariamente la ceremonia. Era
un acto privado "que ningún poder público tenía porqué sancionar", pero era
obligatorio llevar testigos.
Tipos de Matrimonios:
Matrimonio "Cum Manu" y "Sine Manu"
La "manus" acompañaba casi siempre al matrimonio para que la mujer pudiera entrar a la
familia civil del marido, caer bajo su potestad y ocupar con respecto a él el lugar de una hija,
participar en su culto privado y poder heredarlo como "heres sua" (heredera suya).
En el matrimonio "sine manu" la mujer no salía de su familia natural, no haciéndose agnada de
la familia de su marido, éste no adquiría sobre ella ninguna potestad; la mujer ocupaba ante el
marido el mismo plano de igualdad, no se le consideraba con respecto a él (como en el
matrimonio "cum manu-loco filiae) en el lugar de una hija.
La convivencia de una pareja era tolerada; así lo demuestra la diferencia que había entre
matrimonios con mano (cum manum) y las uniones sin mano (sine manu), en el primer caso la
mujer pasaba oficialmente a obedecer a su marido, mientras que en el segundo caso, a pesar de
dejar la casa, la mujer seguía bajo el mando de su propio padre.
El adulterio era algo grave que daba derechos al padre o al marido de matar a su hija o esposa,
y también al amante. Sucedía cuando un hombre, casado o soltero, era sorprendido en el acto
con una mujer casada. Si la mujer era soltera, o si era una prostituta o extranjera o esclava, no
se consideraba adulterio, aún si el hombre con el que era sorprendido era casado.
El matrimonio tenía relación con asuntos legales, sin que la falta de un documento escrito
representase un problema pues siempre se efectuaban las debidas investigaciones. Tenía
relación con el patrimonio (sobre todo en lo relativo a la herencia), con la legitimidad de los
hijos y con la dote, sobretodo porque el divorcio era perfectamente legal. El divorcio era tan
informal como el matrimonio, y bastaba con que uno de los dos cónyuges se decidiera y
celebrara el acto ante testigos. La mujer, tanto si ella se había separado como si había sido
repudiada, se llevaba su dote; los hijos en cambio, al parecer, se quedaban con el padre. Se
divorciaban y volvían a casar con mucha frecuencia, por lo que era normal ver en una casa hijos
de distintas madres, además de los adoptados.
Requisitos para Contraer Matrimonio:
 La "Pubertad": Con esta palabra se designa en el hombre la aptitud de engendrar y en la
mujer la de concebir. La edad de la pubertad se fijó para los varones los catorce años y las
mujeres eran núbiles a los doce.
 Consentimiento de los contrayentes: El consentimiento recíproco de las partes es
necesario para contraer matrimonio.
 El consentimiento del paterfamilias: El derecho de los ascendientes para consentir o
prohibir el matrimonio de sus descendientes deriva de la potestad paterna, de la cual es un
atributo.
 El "connubium": Que es la aptitud legal para contraer las "iustae nuptiae-connubium est
uxoris iure ducendae facultas". Tendrán "connubium" los ciudadanos romanos, los "latini
veteres" y aquellas personas a quienes por concesión especial se otorgue esta ventaja.
Impedimentos para Celebrar el Matrimonio.
 Impedimentos que resultan del parentesco.
 Impedimentos resultantes de la afinidad. La afinidad es el lazo que une a un esposo con los
parientes del otro.
 Otros impedimentos. El matrimonio anterior no disuelto.
 Impedimentos por razones políticas y sociales.
Disolución del Matrimonio:
 Por la esclavitud: como pena del derecho civil y por la pérdida de la ciudadanía
 Por cautividad: pero el matrimonio se considera subsistente si los dos esposos son hechos
prisioneros y juntos obtienen la libertad.
 Por muerte de uno de los esposos: La viuda debía guardar luto durante diez meses.
 Por divorcio: En Roma fue un principio generalmente admitido que el matrimonio podía
disolverse con entera libertad, tal como se contraía.
El Divorcio:
Es la ruptura voluntaria del lazo conyugal; puede resultar del consentimiento mutuo de los
cónyuges ("bona gratia"), o de la voluntad de uno solo, en cuyo caso se dice que es por repudio.
El divorcio por repudio puede hacerse cuando hay motivo legal: infidelidad, atentado contra la
vida del cónyuge; y cuando no hay causa para repudiar, en cuyo caso se castiga al cónyuge
generalmente con pérdidas patrimoniales.
Otras Uniones Matrimoniales.
El Concubinato: debió su frecuencia a las disposiciones que prohibían el matrimonio entre
los ingenuos y los libertinos. Se tomaba por concubina a aquella con quien el matrimonio
estaba vedado.
El concubinato se contrae sin las formalidades de las "iustae; es necesaria la pubertad de las
partes; no se requiere el consentimiento del paterfamilias; no podrá contraerse entre personas
cuyo parentesco o afinidad los volvería incapaces para contraer "iustae nuptiae". El
concubinato es incompatible con el matrimonio no disuelto, no pudiéndose tener a la vez
esposa y concubina.
Costumbres Matrimoniales:
La edad mínima para el matrimonio era de catorce años para los hombres y de
doce años para las mujeres. Para poderse casar debía haber consentimiento mutuo y
además aprobación por parte de ambos padres. La fecha preferida para casarse era en junio,
poco antes del solsticio de verano (21 de Junio), cuando el sol está en su apogeo. Una de las
costumbres matrimoniales era la presencia de diez testigos como también la de los regalos de
boda. "La noche de bodas se desenvolvía como una violación legal" pero habían también
algunos hombres que respetaban la timidez de su mujer, solo que en tales casos la
sodomizaban.
El día antes de la boda la novia dedicaba los juguetes de su infancia a su Lares familiar (dios
familiar representado en estatuillas a la entrada de la casa cuya función era protegerlos de los
extraños), y también su bulla (collar protector del mal de ojo que usaban desde el octavo día de
nacidos). El día de la boda se iniciaba con un cortejo; se encendían antorchas que seguían un
camino hacia la casa del novio. La prometida, que iba con un velo en su rostro, era acompañada
por tres niños que debían tener a sus padres aún con vida. Dos niños iban tomados de la mano
al lado de la novia, mientras que el tercero iba delante con una antorcha de espino que había
sido encendida anteriormente en la casa de la esposa. Se consideraba que los restos de esta
antorcha tenían la capacidad de otorgar longevidad.
Se sentaba a los novios uno al lado del otro, ambos con la cabeza cubierta por un velo, en
un banco cubierto con piel de oveja ofrecida en un sacrificio. Después continuaba con un acto
en el que el novio daba una vuelta a la derecha del altar, tomaba un poco de sal y un pan
redondo de espelta (una variedad de trigo), el panis farreus, que ambos compartían. Tal acto
consagraba la unión y la mujer pasaba en ese momento de las manos del padre a las manos del
flamante marido.

Conclusión
La familia está organizada en Roma sobre la base del patriarcado; el papel del paterfamilias era
el principal y de ahí que la madre ocupara un lugar completamente secundario. La familia se
desarrollaba exclusivamente por vía de los varones, la mujer al casarse salía de su familia civil
para pasar a formar parte de la familia del marido.
La familia son muchas personas que están bajo la potestad de otro, como el paterfamilias, la
materfamilias, el filiusfamilias, la filiafamilias y los demás descendientes.
Paterfamilias. Es aquel que tiene el señorío en su casa y se le designa correctamente con este
nombre aunque no tenga hijo, pues el término no es sólo de relación personal, sino de posición
de derecho. Es paterfamilias el varón que es "sui iuris" cualquiera que sea su edad. El jefe de
familia tiene bajo su potestad a sus hijos y demás descendientes sobre los cuales ejercerá la
"patria protestas". También se encuentra bajo su potestad su esposa, si la tiene "in manu", sus
esclavos y una persona libre cuando la tiene "in mancipium". Compartiendo el hogar con el
paterfamilias, pero desempeñando un papel secundario, tenemos a la materfamilias, que es la
que vive honradamente, pues se distingue de otras mujeres por sus costumbres, dando lo
mismo que sea casada o no, ya que ni el matrimonio, ni el nacimiento hacen a una mujer de
familia, sino las buenas costumbres.
Los romanos entendían el parentesco en dos sentidos, el parentesco natural se llama así o se le
denomina "cognatio", y el civil es designado corrientemente "agnación", que es el que viene por
línea del varón.

Bibliografía
 http://www.universidadabierta.edu.mx/Biblio/F/FloresAlfonso_DeRomano.htm
 Aula Virtual: Ludus: espacio de trabajo reservado a mis alumnos de Griego, Latín
y Cultura Clásica.
 es.wikipedia.org/wiki/Familia romana?.
 www.portalplanetasedna.com.ar/roma.htm?

Anexos
erminológicamente y en sentido estricto familia deriva de famulus, siervo, criado doméstico, de
donde familia equivaldría al número de siervos de una casa. Pero con familia también se indica el
caudal y bienes de la misma, la ascendencia, descendencia y parentela, y por supuesto, el conjunto
de personas que viven en una casa bajo la potestad del dueño de ella. En este último sentido según
Ulpiano, llamamos familia en sentido propio (familia propio iure) a un grupo de personas vinculadas
entre ellas por el hecho de estar sometidas a la voluntad de uno solo, el paterfamilias. Con un
significado más amplio (familia communi iure) familia indica el conjunto de todas aquellas personas
que habrían estado sometidas a la misma autoridad si el común paterfamilias no hubiese muerto.


El concepto de familia en Derecho romano no coincidía con el que tenemos actualmente.

Tabla de Contenidos

1 Concepto de familia en Roma y en la actualidad


2 Agnación y familia agnaticia
3 Cognación
4 Afinidad
5 Adquisición y pérdida de la patria potestad
6 Conventio in manum
7 Emancipación
8 Personas sui iuris y alieni iuris

- Concepto de familia en Roma y en la actualidad


El concepto de la familia romana no coincide con nuestra noción actual de la misma: en Roma,
el lazo que une a las personas que pertenecen a la misma familia es exclusivamente la sujeción
a la potestad de un pater, en nuestros días, la base de toda familia es normalmente el vínculo
natural de consanguinidad o parentesco de sangre (cognación).
- Agnación y familia agnaticia
Precisando con más exactitud tales conceptos, se denomina agnación (adgnatio) la relación que
vincula a todas las personas que componen la familia, no sólo entre ellas, sino también con
relación al pater, a cuyo absoluto poder están sometidas; y familia agnaticia (familia
adgnatitia) es el grupo doméstico así constituido. El vínculo agnaticio no se rompía con la
muerte del paterfamilias, pues en tal caso, la familia originaria se fraccionaba para formar
varias familias menos extensas e independientes, pero ligadas entre sí por la adgnatio,
resultando así, que la familia agnaticia comprende no sólo las personas que están, sino también
las que hubieran podido estar sujetas a la potestad de un mismo paterfamilias, si éste no
hubiese fallecido.


Son agnados, según Gayo, los parientes por línea masculina, esto es, los parientes por parte del
padre.

+ ¿Quiénes formaban la familia agnaticia?

Forman parte de la familia agnaticia:


a) La mujer que al casarse con el pater o con alguno de los varones sometidos a su potestad,
cumpliese el acto solemne de la conventio in manum.

b) Los hijos legítimos de ambos sexos y los descendientes legítimos de sus hijos y nietos
varones.

c) Las personas que el padre acoja en la familia mediante la adopción o la arrogación.



d) Los hijos concebidos en vida del paterfamilias y nacidos tras su muerte (póstumos).



+ ¿Quiénes eran excluidos de la familia agnaticia?

No formaban parte de la familia agnaticia la mujer del pater o la de sus descendientes


legítimos, cuando el matrimonio no se hubiese acompañado de la conventio in manum;
tampoco la integraban los emancipados ni los descendientes por línea femenina (de hijas y
nietas), que no guardan vínculo agnaticia alguno con el grupo familiar al que pertenecían sus
madres respectivas.



Desde este punto de vista, pater no significa padre en sentido biológico, sino más bien "jefe"; y
la procreación no es el vínculo exclusivo ni único que une a las personas que pertenecen a una
misma familia, sino más bien la sujeción a un jefe común, el paterfamilias.


Tal estructura basada en vínculos agnaticios, un tanto superficial y arbitraria, creó situaciones
injustas, sobre todo en el campo del derecho de sucesiones, sufriendo por ello profundas
transformaciones, sobre todo durante los siglos IV y V d.C. Con Justiniano, la antigua familia
agnaticia desaparece casi completamente, asumiendo características muy similares de aquéllas
que hoy distinguen a la familia moderna, basada fundamentalmente en vínculos de sangre
(cognación).

- La cognación
: parientes en línea recta o en línea colateral


Frente a la agnación que, como hemos visto, era un vínculo familiar puramente jurídico e
inherente a la estructura patriarcal de la familia romana fuertemente jerarquizada (podríamos
hablar de parentesco civil), la cognación (cognatio, del verbo gigno = engendrar) es el vínculo
o parentesco de sangre que existe entre personas que, o bien descienden la una de la otra, o bien
tienen un tronco común. De ahí que podamos hablar de dos grupos de parientes: parientes en
línea recta (directa línea) y parientes en línea colateral (transversa línea). Los primeros son
aquéllos que han nacido unos de otros, y pueden contemplarse tanto en sentido ascendente
(padres, abuelos, bisabuelos, etc.), como en sentido descendente (hijos, nietos, biznietos,
etc.), Los parientes en línea colateral son aquéllos que, sin descender directamente unos de
otros, tiene no obstante un ascendiente o tronco común (hermanos, tíos, sobrinos, primos,
etc.).



+ Grados de parentesco

La mayor o menos proximidad del parentesco, tanto en línea directa como colateral, se mide
por grados, y cada grado equivale a una generación: tot sunt gradus quot sunt generationes, es
decir, tantos son los grados cuantas son las generaciones.



En línea recta, para concretar el grado de parentesco, sólo habrá que subir hasta el tronco
común (línea recta ascendente) o bajar desde él (línea recta descendente). Así, entre el hijo y su
padre habrá un grado y entre el abuelo y su nieto, dos.



Para establecer el grado de parentesco en la línea colateral, habrá que subir hasta el tronco
común y luego descender hasta el pariente del cual queremos determinar el grado. Por ejemplo,
si deseamos conocer el grado de parentesco que existe entre dos hermanos, es preciso primero
subir desde uno de ellos hasta el padre (un grado) y luego bajar desde el padre hasta el otro
hermano (dos grados), resultando que los hermanos son entre sí parientes en segundo grado,
que en la línea colateral es el más próximo. Si se tratase de dos primos, A y B, hijos de dos
hermanos, C y D, hijos a su vez de X, habría que subir desde uno de ellos (A) al ascendiente
común, o sea el abuelo (X), contabilizándose dos grados, resultando que A y B son entre sí
parientes en cuarto grado. Tío y sobrino serían parientes en tercer grado, pues desde el tío al
ascendiente común (padre) hay sólo un grado, y desde éste al sobrino hay dos. Y así
sucesivamente. En nuestro Derecho la cognación es la base de la sucesión intestada y de la
tutela legítima.
- Afinidad

Afines son, según Modestino los cognados del marido y de la mujer (adfines sunt viri et uxoris
cognati), de donde podemos definir la afinidad (adfinitas) como el vínculo que une a un
cónyuge con los parientes consanguíneos del otro. Existe afinidad, por ejemplo, entre uno de
los cónyuges y los descendientes o ascendientes del otro, o bien entre uno de los cónyuges y los
parientes colaterales del otro.


La afinidad tiene relevancia en cuanto puede ser impedimento para el matrimonio o crear una
obligación de alimentos.

- Adquisición y pérdida de la patria potestad

+ Adquisición de la patria potestad

La patria potestad se adquiere de varios modos: por nacimiento, y por adopción.

. Adquisición de la patria potestad por nacimiento

Los hijos procreados en justas nupcias (hijos legítimos) entraban a formar parte de la familia
por causas naturales, y quedaban sometidos a la autoridad del paterfamilias. La maternidad se
demuestra obviamente por el hecho del parto (mater semper certa est, dice Paulo en D. 2, 4, 5).
En cuanto a la paternidad, según Ulpiano se presumen procreados por el marido los hijos
nacidos después de los 182 días siguientes a la celebración del matrimonio y antes de los diez
meses a partir de la disolución del mismo (300 días). Desde luego, la presunción es iuris
tantum, esto es, admite prueba en contrario. Tal presunción de paternidad e idénticos plazos son
contemplados en los artículos 116 y 117 de nuestro Código civil.



Los hijos habidos fuera del matrimonio, adquieren el título y condición de legítimos mediante
la legitimación, acto que reviste diversas formas, entre las cuales, la más frecuente tiene lugar
cuando el que tiene hijos de una unión ilegítima, contrae posteriormente matrimonio legítimo
(subsequens matrimonium). Nuestro Código civil regula también la legitimación por
subsiguiente matrimonio (artículos 119, 121, 125).

. Adquisición de la patria potestad por adopción

La adopción en general es la integración de un extraño como hijo en el seno de la familia. Hay


dos clases de adopción: la de una persona sui iuris denominada adrogatio y la de una
persona alieni iuris, que es la adopción propiamente dicha (adoptio). Las explicamos
enseguida.

a) La adrogación es el género de adopción más antiguo. Cuando el paterfamilias adopta a una


persona sui iuris , esto es, a otro paterfamilias, no sólo se somete a su autoridad el adoptado,
sino que toda su familia entra a formar parte de aquélla del arrogante, el cual, aunque en un
principio adquiría a título universal todo el patrimonio del arrogado, en época justinianea sólo
adquiere el usufructo y la administración del mismo (C. 6, 61, 6).

Era un acto con graves consecuencias que sólo podía tener lugar previa información del
Colegio de los pontífices sobre la oportunidad de la arrogación. Si la opinión era favorable se
sometía al voto del pueblo reunido en los comicios, que en última instancia era quien aprobaba
la adrogatio. Tales formalidades entraron en desuso hacia el final del siglo III d.C. y fueron
reemplazadas por la decisión del emperador que prestaba su autoridad (adrogatio per
rescriptum principis).

b) La adopción en sentido estricto (adoptio) es menos antigua que la adrogación y sus


consecuencias son menos graves, pues no implicaba la absorción de una familia por otra.
Mediante ella, una persona alieni iuris deja su familia primitiva y entra a formar parte de la
familia del adoptante.

Antiguamente la adopción se operaba mediante un proceso fingido entre el adoptante y


el paterfamilias del que iba a ser adoptado, y ante la pasividad de su paterfamilias que no se
oponía en el juicio, el magistrado accedía a tal pretensión, adjudicándoselo como filius al que
así lo reclamaba. En consecuencia, el paterfamilias a cuya autoridad estaba sometido el
adoptado antes del fingido proceso, perdía la patria potestas sobre el mismo, que se sometía a
la patria potestas del adoptante. Posteriormente se simplificó el procedimiento de adopción,
quedando consumada con una simple declaración concorde de las tres partes interesadas ante el
magistrado, esto es, adoptante y el padre de éste, de todo lo cual quedaba efectiva constancia.

En época justinianea nuevos criterios inspiraron la adopción, según los cuales esta tiende a
constituir una relación análoga a aquélla que deriva de la procreación, y en consecuencia
Justiniano dispuso que el adoptante haya de tener al menos 18 años más que el adoptado. Que
tales criterios son los mismos que informan nuestro Derecho, lo demuestra el hecho que nuestro
Código civil exige que el adoptante tenga al menos 25 años, y en todo caso, catorce años más
que el adoptado (art. 175,1).

- Conventio in manum
Manus es un término técnico utilizado precisamente para indicar el poder del marido sobre la
mujer y conventio in manum es el acto en el que la mujer, sometiéndose a dicho poder, entra a
formar parte de la familia del marido, desvinculándose de la familia de origen: si el marido
era paterfamilias, la mujer ocupaba en la misma familia el lugar de una hija (loco filiae); si el
marido era filiusfamilias, la mujer ocupaba el lugar de una nieta (loco neptis).

+ La conventio in manum no es una forma de matrimonio

La conventio in manum no es una forma de matrimonio, y aunque presume su existencia, es un


acto independiente encaminado, como vimos, a hacer entrar a la mujer en un grupo agnaticio
distinto de aquél al que pertenecía. La conventio in manum, que según Gayo podía realizarse de
tres formas distintas (confarreatio, coemptio y usus), aunque todavía se menciona por los
jurisconsultos de principios del s. III d.C., cayó pronto en desuso y desapareció en derecho
justinianeo.
- La emancipación
La emancipación es el acto solemne por el que el paterfamilias (padre de familia), renuncia a la
patria potestad que tiene sobre su hijo y lo hace independientemente (sui iuris o no sometido a
la potestad de otro). Es, en definitiva, una causa de extinción de la patria potestad o patria
potestas. Antiguamente el procedimiento para llevar a cabo la emancipación era muy complejo
y se operaba a través de una triple venta ficticia del hijo a un comprador simulado, el cual
renunciaba otras tantas veces al poder adquirido sobre el mismo. Con la tercera venta y
subsiguiente renuncia del comprador, el hijo quedaba libre de la potestad de su padre: el
número tres, en aquella lejana época en que estaba vigente tal procedimiento, tenía
connotaciones mágico-religiosas.

Justiniano suprimió las complejas y arcaicas formalidades de la antigua emancipación,


permitiendo al padre emancipar al hijo mediante una simple declaración del juez competente,
que así lo hacía constar, exigiéndose la presencia y el consentimiento del hijo en el mismo acto.
La emancipación es también una de las causas de extinción de la patria potestad recogida en los
artículos 169 y 314 de nuestro Código Civil.
- Personas sui iuris y alieni iuris
Sólo el paterfamilias es sui iuris, esto es, no sometido a la potestas de otro; sólo él tiene, en
principio, plena capacidad jurídica y de obrar, así como poder absoluto sobre todos los
miembros del grupo familiar. Personas alieni iuris son todas aquéllas que están sometidas a la
patria potestad y carecen de capacidad patrimonial. Así los hijos no pueden ser titulares de
derechos reales ni obligaciones, ni mucho menos testar, y al igual que el esclavo, todos los
beneficios que obtengan negociando van a pasar al pater, único titular de derechos
patrimoniales en el ámbito familiar. Sin embargo, en la esfera del Derecho público, puede ser
candidato y acceder a las magistraturas, así como contraer legítimo matrimonio (iustae
nuptiae).


+ El peculio o peculium: un pequeño patrimonio cedido por el paterfamilias

Esta situación inicial fue mitigándose paulatinamente, sobre todo a través de la figura del
peculio (peculium, era un pequeño patrimonio que el paterfamilias concedía al hijo para que lo
administrase personalmente), y el Derecho romano fue reconociendo al filiusfamilias, sobre
todo a partir de la época postclásica, una cada vez más amplia autonomía patrimonial, hasta la
equiparación en la práctica con el paterfamilias en el Derecho justinianeo, en el cual el hijo era
dueño de todas sus adquisiciones, aunque el padre tuviese el derecho de administrarlas.

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Fuente:
Derecho privado romano, Antonio Ortega Carrillo de Albornoz. Páginas 35 - 41.
La familia romana
1. 1. La familia era la base de la civilización romana. Estaba formada por todas aquellas
personas, emparentadas o no, que estaban vinculadas a una domus, vivían juntas y
dependían de un mismo patrimonio y de la autoridad de un pater familias. Las
personas principales de una familia eran el padre (pater) y la madre (mater), que en su
conjunto se llamaban parentes. Los hijos de ambos sexos (filius et filia) se llamaban
liberi porque habían nacido libres. El padre y la madre eran llamados dominus y
domina por los esclavos (servi), que también formaban parte de la familia.
2. 2. El padre (PATER), el cabeza de familia y el encargado de dirigirla, recibía el título
de pater familias. Este papel correspondía al varón de mayor edad de la familia (por
ejemplo, el abuelo) y, a su muerte, los hijos pasaban a su vez a ser pater familias de
sus propias familias). El pater familias tenía la obligación de mantener la familia,
representarla políticamente y oficiar los ritos religiosos domésticos. El padre tenía la
autoridad jurídica sobre los hijos (patria potestas) y también la autoridad jurídica sobre
los esclavos (manus). Según el tipo de matrimonio, el padre también podía tener la
manus sobre su esposa. Así pues, dentro del hogar el pater controlaba todo el dinero,
tenía autoridad sobre su esposa, clientes, libertos y sobre todo sobre sus hijos, a los
que concertaba los matrimonios, pudiendo incluso decidir sobre su vida o su muerte.
3. 3. La esposa (UXOR) era la señora de la casa (DOMINA). Por ley, toda mujer romana
dependía de un varón, ya fuera su marido, su padre o el pariente masculino más
próximo. Podía haber realizado una matrimonio cum manu, la autoridad y su
patrimonio pasaba al marido, o sine manu, donde la mujer seguía bajo la patria
potestas de su padre y podía disponer de sus bienes y herencia. La esposa poseía las
llaves de la despensa, dirigía las tareas del hogar y su obligación era darle hijos a su
marido. Para promover la natalidad, la ley romana otorgaba privilegios a las madres de
tres hijos por haber cumplido con su deber.
4. 4. Se consideraba hijos a los niños nacidos de matrimonio legítimo entre ciudadanos
que hubiesen sido aceptados por el padre. Para ello el niño era depositado a sus pies,
si el padre lo alzaba en brazos, ésta era la señal de que lo reconocía como propio.
Con ello lo legitimaba y le comprometía a su crianza y educación. De no ser
reconocido, el niño podía ser adoptado por otra familia, o incluso ser abandonado o
vendido como esclavo. Desde finales de la República, el hijo no reconocido por el
padre podía ser criado por la madre independientemente de la familia, y a partir del
siglo III d. de C. se deroga la ley que permite al padre ejercer su derecho de vida y
muerte sobre los hijos.
5. 5. Los romanos eran muy supersticiosos; al recién nacido le colgaban en el cuello una
bola (bulla) de metal, que era una especie de amuleto destinado a protegerlo de los
maleficios. Desde pequeños, los niños vestían una túnica corta, de lana o de lino, con
cinturón, y sobre ella la toga praetexta. Con un ancho bordado de púrpura. A los 17
años el joven cambiaba la bulla y la toga praetexta por la toga viril.
6. 6. Los esclavos (SERVI) no poseían la categoría de personas sino de cosas. Eran una
propiedad y como tal podían ser comprados o vendidos. Los esclavos lo eran porque
habían sido derrotados y capturados en alguna guerra, porque habían sido vendidos
por no haber podido hacer frente a las deudas, por castigo legal o simplemente porque
nacían de padres esclavos. Todo hijo de mujer esclava era considerado como tal,
aunque el padre fuera un ciudadano.
7. 7. En Roma, los esclavos podían llegar a comprar su libertad e incluso llegar a ser
ciudadanos romanos. Cuando un esclavo era manumitido por su amo (es decir,
liberado) se convertía en LIBERTO, añadía los apellidos de su antiguo amo a su
nombre y pasaba a formar parte de los CLIENTES de su antiguo propietario con quien,
a partir de entonces, le unirán lazos de fidelidad y dependencia.
La concepción principal de la familia romana es aquella que la comprende como un
conjunto de personas sometidas a la potestad del paterfamilias. Esta relación puede
existir por motivos jurídicos o naturales. Ulpiano explica que este núcleo
constituye, proprio iure, el sentido estricto del grupo familiar y la describe de esta manera
en el siglo III d. C., cuando ya se han producido cambios sustanciales en la estructura de la
familia. La definición de Ulpiano sigue entroncando con la concepción patriarcal
originaria, por la cual el fundamento último de la familia es la adgnatio, esto es, la
potestad o parentesco civil. Dicho parentesco civil tiene más importancia que la cognatio,
es decir, el parentesco natural por filiación o vínculo de sangre. De este modo, a una
familia romana pertenecen las personas sujetas a la potestad del paterfamilias por haber
nacido en ella o por haberse incorporado a la misma a través de actos jurídicos o
religiosos.

Estatua de Ulpiano en el Palacio de Justicia de Bruselas. Fue uno de los grandes juristas
romanos.
Allende el sentido propio de la familia romana, es decir el adgnaticio (cuya base es el
parentesco civil), los juristas contemplan también otra concepción que se asienta en los
lazos naturales de parentesco. Esta forma de familia cognaticia (o natural) predomina
en el período histórico comprendido entre la economía agrícola y la expansión
imperial del comercio. Asimismo, posteriormente se produce una paulatina disolución
de los vínculos de potestad por motivo de la progresiva aparición de nuevas relaciones
comerciales. Todo lo dicho supuso una transformación de la estructura familiar en los
inicios de la etapa imperial, y fueron formalizadas con las reformas de Justiniano.

El patrimonio agrario (mancipium) más antiguo lo constituía el huerto o fundo familiar,


los aperos, los esclavos y los animales de tiro. De esta manera, la familia se organiza como
una entidad económicamenteindependiente. En esta línea, la Ley de las XII
Tablas diferencia entre los bienes de cambio (pecunia) y la familia como grupo de
personas y cosas sujetas a la autoridad del paterfamilias. Posteriormente, debido a la
nueva economía monetaria en el período de la Roma clásica la pecunia tiene mayor
relevancia. La res mancipi de la economía agraria va cediendo su papel central a los
bienes de cambio relacionados con el comercio y la industria artesanal.

La cohesión del grupo familiar se cristalizaba principalmente en la comunidad de cultos


religiosos. En las preces y súplicas religiosas siempre iban unidas familia y domus (la
casa romana). Se rezaban primordialmente a los ascendientes difuntos y a los dioses
lares (los propios del culto doméstico o privado). La familia era la forma social
fundamental de la organización política. Las familias eran los componentes más
elementales de la sociedad, y la agrupación de varias de ellas que supuestamente
descendían de antepasados comunes formaban una gens. El derecho al voto y la
pertenencia a las asambleas requerían tener la condición de paterfamilias y figurar como
tal en el censo popular.
Representación de dioses lares.
Debido a la cuestión hereditaria, el problema de la determinación de la proximidad
del parentesco adquirió importancia. Los juristas han distinguido los grados y las
líneas. Los primeros aluden a la cantidad de engendramientos entre dos personas de una
misma familia. Las líneas se subdividen en rectas y colaterales. La línea recta es la que
vincula a una persona con sus descendientes o con sus ascendientes. La Línea colateral es
la que relaciona a los diversos parientes con un ascendiente común.

Sin duda alguna, el tema central en la cuestión de la familia romana es la potestad


del paterfamilias. En cuanto a estas relaciones de potestad hay que decir que el jefe del
grupo familiar tiene pleno poder (incluso se podría decir que casi absoluto) sobre el resto
de los miembros. Esta potestas ha sido representada tradicionalmente por el símbolo de
la mano protectora y dominante y se manifiesta principalmente de tres formas:

1. La manus: es el poder sobre la mujer.


2. La patria potestas: es el poder sobre los hijos.
3. La dominica potestas: es el poder sobre los esclavos.

La manus era una potestad marital del paterfamilias sobre la mujer. Desde una etapa
primitiva, la mujer se sometía a la manus del marido por el acto conventio in manum.
Esta institución se llevaba a cabo mediante tres formas distintas: a través de una
ceremonia religiosa en la que participaban el marido y la mujer en condición de igualdad,
lo que se denomina confarreatio; a través de un acto simbólico análogo a
la mancipatio (una de las formas de la adquisición de propiedad) en el que la mujer
ostenta la condición de sujeto del acto al igual que el marido y no de objeto, lo que se
denomina coemptio; y por la permanencia de la mujer en la casa del marido durante un
año, lo que se denomina usus. En la época imperial la conventio in manum acabó
desapareciendo. Justiniano llega incluso a excluir cualquier mención a la manus de su
compilación del Derecho romano.

Mosaico de Justiniano en la iglesia de San Vital, Rávena


La patria potestas era el poder del padre al que estaban sometidos los hijos. Se trataba de
un poder casi ilimitado que englobaba cuatro derechos principalmente. En primer lugar,
el derecho de vida y muerte (ius vitae et necis) para cuya práctica el padre necesitaba
consultar a los parientes (que conformaban un tribunal) y respetar el juicio del censor
(que podía vetar la decisión) sobre posibles arbitrariedades en la voluntad del padre. En
segundo lugar, el derecho de vender (ius vendendi) al hijo como esclavo, lo cual sólo se
podía hacer en el extranjero y no en territorio romano. En tercer lugar, el derecho de dar
al hijo al damnificado por una acción ilícita realizada por el vástago (ius noxae
dandi). Con este acto el padre queda exonerado de la responsabilidad. En cuarto lugar,
el derecho de abandonar al recién nacido (ius exponendi).

La patria potestad se adquiere fundamentalmente por el nacimiento de hijos “en justas


nupcias” (iustum matrimonium). El padre debe realizar una ceremonia religiosa para
aceptar al hijo como propio, de modo que tiene la condición del padre. Por el contrario, los
hijos ilegítimos mantienen la condición de la madre. También existía la ceremonia de
la arrogación (adrogatio), por la que una persona es declarada hijo legítimo de
otro paterfamilias y, por tanto, se somete a su patria potestas. La intencionalidad de la
arrogación radica en conceder familia y descendencia a quien no la tiene. Asimismo, es
posible la adopción (adoptio) por la que el adoptado se separa de su familia original y
adquiere la condición de hijo legítimo de otra distinta. Así pues, el paterfamilias obtiene
la patria potestas sobre el adoptado.

La causa principal que provocaba la extinción de la patria potestas era la muerte


del paterfamilias. Tras la muerte del padre, los hijos tienen sus propias familias.
La patria potestas también desaparece al perder el padre la ciudadanía romana, ya sea
por esclavitud o por adoptar otra distinta. Si el paterfamilias es capturado en una guerra,
entonces sus derechos se mantienen en suspensión hasta que retorne. Como se ha dicho
anteriormente, al dar al hijo en adopción o al ser arrogado el padre, la patria potestas se
extingue. Lo mismo ocurre al entregar a su hija in manu.

Sin embargo el acto más importante en lo que respecta a la extinción de la patria


potestas es la emancipación. Dicha figura del Derecho romano consiste en un acto
solemne por el cual el paterfamiliaslibera al hijo de su poder. Se trata de un acto
voluntario del padre, es decir, que procede de su iniciativa y no de la exigencia del hijo.
Para llevar a efecto la emancipación se hacía uso del recurso de la “triple venta” prevista
en las XII Tablas. Si el padre vendía tres veces sucesivas a su hijo, entonces quedaba libre
de la potestad paterna (XII Tablas, IV. 2: si pater filium ter venum duuit, filius a pater liber
esto). La venta es por mancipatio, la cual es un acto de venta imaginaria usado en los
negocios para transmitir propiedades, de ahí el nombre.
Se cree que en su origen, la emancipación tuvo una connotación penal y punitiva para
separar de la familia a un hijo considerado indigno. No obstante, posteriormente se
terminó convirtiendo en un acto para beneficiar al hijo, al otorgarle la capacidad de
disponer de un patrimonio propio. De esta forma, el hijo se hacía sui iuris (derecho
propio), por lo que pasaba a tener la capacidad de ocuparse de sus asuntos propios de
manera independiente.

Por último, la dominica potestas es la potestad del paterfamilias sobre los esclavos. Hay
que partir por mencionar que la institución de la esclavitud romana es un objeto de
estudio muy amplio que atraviesa diversas etapas. En un principio, se basaba en la idea de
la desigualdad entre los hombres y en el sometimiento de los vencedores de una guerra
sobre los derrotados. Los esclavos romanos eran parte de la familia en tanto que se
integran en sus cosas en propiedad (forman parte de la res mancipi), y no podían ser
titulares de derechos. Sin embargo, los esclavos romanos sí podían intervenir en los
negocios relativos al patrimonio de su dueño. En lo que respecta al patrimonio, los
esclavos no tienen propiedades y sus adquisiciones van a parar al paterfamilias. El
patrimonio paterno sólo podía mejorar por las acciones de sus sometidos como principio
general del Derecho clásico.

Mosaico romano en el que aparecen esclavos.


El dueño de un esclavo podía concederle la libertad mediante la manumisión que, a lo
largo de la historia romana, se formalizó de diversos modos. Esta evolución en las formas
de manumisión acabó por considerar como válida (en la compilación de Justiniano)
cualquier declaración de voluntad de liberar al esclavo. Además, después de ser
manumitido, el esclavo sigue vinculado a su anterior dueño. Por el derecho de patronato,
el liberto debe reverencia y asistencia al patrono (su antiguo dueño) y tiene ciertas
obligaciones con él. Entre estas obligaciones se encuentran la de asistir al patrono cuando
enferme, hacer jornadas de trabajo o cuidar el sepulcro de la familia. Si el liberto muere
sin hijos, entonces el patronohereda su patrimonio. Además, el patronato lo heredan los
hijos del paterfamilias, pero los hijos del libertono están obligados por esta relación. Por
otro lado, el patrono tenía la obligación de prestar su fides a su anterior esclavo, de modo
que, entre otras responsabilidades, debía asistirlo si llegaba a la indigencia. La clase social
de los nacidos libres se denomina ingenuii, mientras que la clase social de los libertos es
distinta y se llama libertini. Estos últimos tenían restricciones en el ejercicio de algunos
derechos.

En la época preclásica, los esclavos de la Roma primitiva provenían de los prisioneros


capturados en guerras y batallas con las poblaciones itálicas cercanas. Estos esclavos se
dedicaban principalmente a labores domésticas y al trabajo agrícola. El régimen de la
esclavitud se modifica en el Derecho clásicodebido a que la cantidad de esclavos
aumenta por los nuevos territorios conquistados por Roma. En esta etapa, los esclavos
reciben un peor trato y tienen unas condiciones más estrictas. Sin embargo, también hay
que tener en cuenta que la influencia de ciertas doctrinas filosóficas (como el estoicismo)
favorece medidas que reprimen los abusos de la dominica potestas contra los esclavos.
En este período tampoco poseen personalidad jurídica pero, al contrario que en la etapa
anterior, puede mantener sus propios cultos. Las causas de esclavitud son la captura
como prisionero en la guerra, nacer de una mujer esclava y ser condenado a la pena
de esclavitud.
Ilustración de Jacek Ogonowski.

Finalmente, en la legislación del Bajo Imperio romano existe una tendencia hacia la
libertad, debido al impulso que trajo el auge de las ideas cristianas como igualdad ante
Dios de todas las personas. No obstante, el sometimiento a la dominica potestas y la
incapacidad de los esclavos siguieron vigentes. En esta época se prohíbe la separación de
las familias de esclavos, se facilitan las manumisiones y se castiga a quien mata a un
esclavo.

Costumbres de la Antigua Roma


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Mosaico del frigidarium de las termas romanas dei Cisiarii de Ostiadonde seres mitológicos se mezclan
con escenas de la vida cotidana: carros tirados por mulas, figuras marineras, etc.

Fresco pompeyano del Edificio dei Triclini en Moregine, donde se representa una ceremonia religiosas
(probablemente la compitalia) a a la que asiste un grupo de personas vistiendo togas.

El Coliseo.

Costumbres o vida cotidiana en la Antigua Roma son los usos y costumbres propios de
la vida cotidiana en la Antigua Roma, que constituyen la base de su cultura y su civilización e
identifican la idiosincrasia romana; las rutinas diarias de los habitantes de sus ciudades (fue
esencialmente una civilización urbana), la vida privada o familiar y la vida pública; los ciclos
laborales y festivos (fasti et nefasti), el "ocio y el negocio" (otium et negotium), las diferentes
ocupaciones, oficios y cargos de la vida económica, social, política y religiosa.

Índice

 1La ciudad
o 1.1La vivienda
 1.1.1La domus
 1.1.2Las insulae
 2Indumentaria
 3Alimentación
o 3.1El ientaculum
o 3.2El prandium
o 3.3La cena
 4Sexualidad
 5Salud y enfermedad
 6Diversiones
o 6.1Circo, teatro y anfiteatro
 6.1.1Combates de gladiadores
o 6.2Las termas romanas
 7Sociedad
o 7.1Familia
 7.1.1Pater familias
 7.1.2El matrimonio
 7.1.2.1La ceremonia de boda
 7.1.2.2El divorcio
o 7.2Clases sociales
 7.2.1Patricios
 7.2.2Plebeyos
 7.2.3Esclavos
 8Economía
o 8.1Actividades agropecuarias
o 8.2Actividades industriales
 8.2.1Minería y metalurgia
o 8.3Actividades comerciales, transportes y correos
o 8.4Moneda
o 8.5Medidas y pesos
o 8.6Finanzas y política económica
 9Vida política y militar
o 9.1Organización del Estado
 9.1.1Senado
o 9.2Rey
 9.2.1Asambleas
 9.2.2Magistraturas
 9.2.2.1Dictador
 9.2.2.2Censor
 9.2.2.3Cónsul
 9.2.2.4Pretor
 9.2.2.5Cuestor
 9.2.2.6Edil curul
 9.2.2.7Vigintisexvirato
 9.2.2.8Tribuno de la plebe
 9.2.3Etapa imperial
o 9.3Ejército
 9.3.1La legión
 9.3.2El combate terrestre
 9.3.3La armada
 10Fases vitales, nacimiento y muerte
 11Religión y mitología
 12Festividades y calendario
 13Educación, escritura y lectura
 14Véase también
 15Referencias
o 15.1Notas
o 15.2Bibliografía
o 15.3Enlaces externos

La ciudad[editar]
Artículo principal: Ciudad romana
Antigua ciudad de Roma.

Plano de la ciudad-campamento (castrum) de Novaesium,1 actual Neuss.

Durante la época imperial, Roma fue la ciudad más poblada y espléndida del mundo. En
Roma tenía lugar una animada vida social y comercial. Su prosperidad económica y el hecho
de ser la capital política se conjugaron para que su planta urbana se llenara de
bellas estatuas, imponentes edificios, y arcos y columnas conmemorativas de los triunfos
militares.
La vivienda[editar]
Artículo principal: Vivienda (Roma Antigua)

Los principales modelos de la vivienda urbana eran dos: la insulae y la domus. Las residencias
de los ciudadanos romanos dependían del grado de riqueza. Los patricios y
los équites habitaban en lujosas villae, que tenían grandes jardines con fuentes y hermosas
vistas.
La domus[editar]
Plano de una domus romana.

La domus era de origen etrusco y de estructura rectangular, y se acabó convirtiendo por


influencia griega en una vivienda amplia para gentes adineradas. Tenían un sólo piso, dividido
en habitaciones designadas para un sólo uso: comedor, dormitorio, etc. Se entraba por el
corredor vestibulum en su parte exterior y fauces en el interior hasta llegar al atrium, que era
un patio que actuaba como núcleo central de la casa. Era muy amplio y luminoso, con una
abertura en el techo llamada compluvium por donde entraba la luz, el aire y la lluvia, que
correspondía a una pila rectangular llamada impluvium, destinada a recoger el agua de la
lluvia. En él se hallaban el lararium (altar doméstico) y la caja de caudales familiar.
Tras el contacto con los griegos, se anexionó al domus el peristylum, rodeado de un pórtico, a
veces con dos pisos, sostenido por columnas. El despacho del pater familias se
llamaba tablinum e interconectaba el peristilium y el atrium. La cocina era muy pequeña, y
generalmente próximos a ella estaban los retretes y el baño. Las habitaciones para dormir,
separadas por cortinas se llamaban Cubícula; para comer, triclinium. Las dependencias del
servicio no tenían un lugar fijo en la casa.
Las insulae[editar]
Los orígenes de las insulae están en la superpoblación, pues eran edificios de varios pisos
con balcones. Parece ser que los edificios de cinco o seis pisos eran corrientes en Roma y
Tertuliano menciona uno posiblemente mayor.2
Carecían de agua corriente, eran poco confortables y de mala calidad, lo que propiciaba los
incendios y hundimientos. La frecuencia de los incendios por lámpara de aceite hacían
relativamente baratos los pisos más altos, al ser los más difíciles de evacuar.
La mayoría eran de alquiler, y en ellas vivían las clases populares. Era tal la carencia de
servicios que por la noche se tiraban por la ventana todo tipo de desechos.

Indumentaria[editar]
Reconstrucción de la indumentaria de una familia romana.
Toga romana.

Artículo principal: Indumentaria (Roma Antigua)

El traje en la Antigua Roma constaba de dos tipos de piezas, como en el griego, llamadas:

 indutus, las interiores,


 amictus, las exteriores.
En los primeros tiempos, se reducían las prendas a la túnica, semejante al quitón de los
griegos y a la toga propia y exclusiva de los ciudadanos romanos que por ello, se llamaban
gens togata, mientras ellos decían de los griegos gens paliata. A veces, llevaban otra túnica
interior, denominada subúcula, equivalente a nuestra camisa, y la superior solía ceñirse con
un cinturón llamado cíngulum o cintus, cerrado con broche o fíbula. La toga era una amplia
vestidura de lana, de corte elíptico, cerrada por abajo y abierta por arriba hasta la cintura. Al
llevarla, se recogía por los pliegues del lado derecho y se echaban terciados hacia el hombro
izquierdo.

 Su color era generalmente blanco (alba, cándida), sobre todo, en los que aspiraban a
la magistratura; de donde se derivó el nombre de candidatos que hoy está en uso en
nuestra lengua.
 Los niños y los magistrados llevaban una toga adornada con tiras de púrpura (trábea, toga
praetexta)
 Los conquistadores en su entrada triunfal vestían la toga con bordados de palmas de oro
(toga palmata)
 Los emperadores ostentaban la toga hecha completamente de púrpura (toga purpúrea) o
con bordados de oro (toga picta).
Alimentación[editar]
Artículo principal: Gastronomía romana

Véanse también: Historia del pan, Historia del vino, Historia de la gastronomía de
España, Grandes hambrunas e Historia del hambre en España.

Representación del siglo III de un refrigerium,3 comida anual conmemorativa de los difuntos.

El ientaculum[editar]
El ientaculum se correspondía con el desayuno o lo que es lo mismo la primera comida del
día, hay que tener en cuenta que el romano se levantaba muy pronto por lo que no era normal
hacer comidas copiosas, todo lo contrario, por lo general eran bastante simples y casi siempre
tomadas de pie, consistían en pan untado con ajo o sal o sin untar ambos acompañados de un
pedazo de queso.
El prandium[editar]
El prandium era al mediodía y una de las comidas que los romanos se saltaban habitualmente,
o la única que hacían en todo el día dependiendo de sus posibilidades económicas. El
prandium consistía en una dieta a base de pan, carne fría, verduras y fruta acompañada
con vino, pero todo ello en cantidades moderadas.
La cena[editar]
La cena romana se producía después del baño, al término de la hora Octava o Nona; en ella
los romanos tomaban verduras como entrantes en forma de ensaladas o la plancha,
y carne o pescado: podía ser carne roja o blanca y la manera de confeccionarla pasaba por
los asados aromatizados con hierbas o la carne a la plancha aderezada
con habas, coles, espárragos, etc., o pescados diferentes según la época: sardinas, pez
espada, etc., finalizados los segundos platos se pasaba a los postres que solían ser frutas de
temporada: uvas, manzanas, peras, etc., acompañadas de vino Nomentum.
Es importante aclarar que los romanos no bebían mientras comían, pues consideraban que el
sabor dejado por el vino desvirtuaba los diferentes paladares para los platos de la cena, por lo
que su consumo se posponía hasta llegados los postres o finalizados éstos, cuando estaban
saturados de comida y llegaba la hora distendida de las largas conversaciones entre los
invitados.

Escena erótica en un fresco pompeyano de la Casa di Cecilio Giocondo.


Sexualidad[editar]
La imagen de una Roma degenerada y corrupta, en la que el componente de libertad y
promiscuidad sexual es uno de los más morbosos, es en gran medida una exageración
resultado de la crítica política interesada que iniciaron ciertos grupos entre los propios
romanos; primero en defensa de las virtudes tradicionales y los valores familiares en contra
del ascenso de los homines novi y las transformaciones socio-políticas de finales de la
República, luego (a finales del siglo I a. C.) para identificar a la familia imperial (Augusto y
Livia) con esos mismos valores, después para denigrar la memoria de unos u otros
emperadores (Tiberio, Calígula, Nerón) y mujeres de su entorno (Mesalina, Julia), y por último
para oponer como un todo la mundana civilización clásica con la propuesta ascética que
representa la moral sexual cristiana, que identifica a Roma con la bíblica prostituta de
Babilonia.4
Véanse también: Historia de la sexualidad, Arte erótico en Pompeya y Herculano, Museo secreto
de Nápoles, Homosexualidad en la antigua Roma y Prostitución.
56

Salud y enfermedad[editar]

Instrumental quirúrgico hallado en Pompeya.

La desconfianza romana a la profesión médica, identificada con los griegos, fue expresada en
la frase de Plinio el Viejo: sine medicis… nec tamen sine medicina ("sin médicos, pero no sin
medicina"). La llegada de la influencia de la medicina griega se recoge en una historia
legendaria: en el año 293 a. C., ante una grave epidemia, los romanos consultaron los libros
sibilinos, que indicaron que debía pedirse ayuda al dios griego Asclepio en Epidauro. Se
mandó una nave, y el dios viajó a Roma en forma de serpiente, instalándose en la isla
Tiberina donde se le levantó un templo, latinizando su nombre como Esculapio. Allí los
sacerdotes proporcionaban somníferos a los enfermos, que en sus sueños recibían
instrucciones sobre el tratamiento del propio dios. Más de un siglo antes, en el 431 a. C., el
cónsul Cneo Julio Mentodedicó un templo a Apollo medicus ("Apolo el sanador");7 y también
hubo un templo dedicado a Salus ("la salud") en el Mons Salutaris, una parte del monte
Quirinal. Cicerón criticaba el culto popular a deidades malignas como Febris ("la fiebre"), Dea
Mefitis ("la malaria"), Dea Angerona ("la afección de garganta") y Dea
Scabies ("el sarpullido").8
Las medidas higiénicas de la Roma primitiva incluyeron el mítico saneamiento de la Cloaca
Máxima, la prohibición de los enterramientos dentro de la ciudad y la preocupación de los
ediles por la limpieza de calles y el abastecimiento de agua (catorce acueductos en la ciudad
de Roma).
Catón el Censor, partidario de no innovar la medicina romana tradicional, se opuso a la
actividad del primer médico griego que se testimonia ejerciendo en Roma: Arcagato de
Esparta (año 219 a. C.), apodado carnifex ("ejecutor").9 Ya en el año 46 a. C., la expulsión de
los extranjeros que decretó Julio César para mitigar la hambruna exceptuó a los médicos
griegos.
Además de la contratación privada de médicos por las familias ricas, existían médicos públicos
(archiatri) pagados por las ciudades.
La medicina militar romana incluyó los hospitales militares (Valetudinaria), en los que salas de
una capacidad de cuatro o cinco enfermos se alieaban a ambos lados de un pasillo central.
A partir del siglo IV se fundaron hospitales civiles o de caridad, de inspiración cristiana.10

Véanse también: Historia de la medicina#Roma y Medicina en la Antigua Roma.


11Las enfermedades contagiosas son aquellas que se transmiten de un individuo enfermo a
uno sano por contacto directo o indirecto. El contagio directo se presenta cuando la
enfermedad no se transmite por medio de un agente intermediario, como en el caso de la
varicela o la difteria.
ENFERMEDADES:

En el contagio indirecto se requiere de un medio para la propagación de


la enfermedad; tal es el caso de la malaria que se propaga por el
mosquito anofeles.

El microbio patógeno, causante de la enfermedad infecciosa, requiere de vías de transmisión


como son: vía oral, por ingestión de sustancias contaminadas, por ejemplo el cólera; vía
respiratoria, por inhalación del aire, como la gripe, vía genital, por contacto sexual, como el
SIDA, vía sanguínea, transfusión de sangre, picadura de insectos o mordeduras, así por
ejemplo la hepatitis, la malaria y la rabia.

Diversiones[editar]
El pueblo romano disfrutaba en su tiempo libre de los espectáculos públicos que se ofrecían
en el circo, el teatro o el anfiteatro; y de los baños públicos o termas.
Circo, teatro y anfiteatro[editar]
Losa de Hispalis donde se identificaron tablas de juego –tabulae lusoriae- incisas en la piedra, muy
populares en la época. Las más abundantes son las circulares con cruz inscrita, un juego similar al “tres
en raya”. En las losas aparece frecuentemente más de un tablero, a veces superpuestos, por lo que el
esquema seleccionado sería tiznado para jugar. Las fichas circulares, como las que aparecen en la
imagen, se fabricaban con trozos de vasos de cerámica, placas de mármol, etc.

Vencedor de una carrera de cuadrigas.

El circo, el teatro y el anfiteatro formaban la trilogía de equipamientos públicos destinados a la


diversión de los ciudadanos.
El circo, la instalación más grande de las tres, estaba destinado a las carreras; pero también
podía servir para realizar representaciones que conmemoraban los acontecimientos del
Imperio, como las naumaquias (batallas navales simuladas), que requerían llenarlo con agua
(hay restos de conducciones para ese fin en el circo romano de Calahorra). Los circos
romanos, inspirados en los hipódromos y estadios griegos, solían ser de medidas mucho
mayores que estos; eran recintos alargados con remates circulares en los extremos y con una
arena recorrida en su centro por una barrera central (la spina, donde se solían colocar
columnas, estatuas y obeliscos conmemorativos) que formaba dos calles por donde corrían
las cuadrigas tiradas por caballos. Los contadores de vueltas solían ser huevos de piedra o
estatuillas de delfines.
Lucerna decorada con una escena de lucha de gladiadores.

Combates de gladiadores[editar]
Artículo principal: Gladiador

El origen de los combates de gladiadores hay que buscarlo en las costumbres funerarias de
los etruscos, en cuyos monumentos aparecen representados y, remontándose algo más, es
probable que se encontrase alguna relación con la costumbre de inmolar los prisioneros en la
tumba del héroe muerto en la guerra, practicada por algunos pueblos primitivos.
Constituían una parte de los juegos fúnebres de los etruscos y parecen referirse al culto
de Saturno, lo cual indica que en un principio se celebraban durante las Saturnales. Dichos
combates se introdujeron en Roma hacia el siglo III a. C. Como no siempre había prisioneros
que combatieran mientras el cadáver se quemaba en la pira, pues tal era el momento en que
se producía el duelo gladiatorio, en que la sangre que se vertía era como un holocausto
ofrecido al difunto, no faltaban hombres temerarios que se prestaban libremente a combatir.
Tales fueron los primeros gladiadores.
Como sucedió con otras muchas costumbres de la antigüedad, los combates de gladiadores,
que habían comenzado por ser un rito de significación religiosa, acabaron por ser un
espectáculo bárbaro y sangriento que llegó a inspirar una pasión desenfrenada.
Si se ha de creer a Valerio Máximo, los hermanos Marco y Décimo Bruto dieron el
primer munus gladiatorium en el año 490 de Roma, 264 a. C., en el foro Boario con motivo de
los funerales de su padre.
Como eran muchos los sistemas ideados para combatir y variados los lances y suertes de
cada combatiente, se fijaron reglas al arte del gladiador, cuya enseñanza estaba
encomendada a los lanistas o gladiadores viejos. A cargo de éstos, estaban los gladiadores
fiscales, o dependientes del fisco, pues el Estado los mantenía bajo un régimen especial y les
pagaba. Otros lanistas reclutaban y mantenían muchachos para combatir en la arena, que
luego alquilaban para funerales, comidas y otras solemnidades. No faltaron tampoco
particulares opulentos que tenían gladiadores y los césares, como es lógico, poseían los
mejores.
Los autores antiguos, especialmente Suetonio, dan muchos detalles de los combates de
gladiadores y de la intervención que en tales fiestas tomaron algunas veces los emperadores.
Por ejemplo, Nerón hizo pelear un día en el anfiteatro a cuatrocientos senadores y doscientos
caballeros. Trajano, de vuelta de su expedición al Danubio, hizo que, en los 123 días de las
fiestas organizadas, combatieran diez mil gladiadores.
Los gladiadores educados en las escuelas por los lanistas se alquilaban o vendían, de suerte
que los lanistas eran al mismo tiempo sus maestros y sus empresarios. Estas escuelas, que la
gente rica se daba el lujo de sostener en los últimos años de la República, estaban repartidas
en diferentes puntos del territorio romano. El Imperio fundó muchas
otras: Domiciano estableció cuatro en Roma, llamadas ludus
Gallicus, Dacicus, magnus y matutinus. En Preneste, Rávena y Alejandría, a causa de lo
saludable de su clima, se establecieron de esta clase de instituciones imperiales y la escuela
de Esgrima de Capua conservó mucho tiempo su antigua reputación.
Las termas romanas[editar]
Archivo:Public bath sign - Sabratha (cropped).jpg
Mosaico de Sabratha que publicita las termas locales con el texto SALVOM LAVISSE ("es saludable
bañarse") junto a unas sandalias de baño y tres estrigiles.

Vista parcial de las ruinas de las termas de Caracalla en Roma.

Artículo principal: Termas romanas

A finales del siglo V a. C. las antiguas estancias de baño asociadas a los gimnasios griegos se
perfeccionaron y crecieron en complejidad convirtiéndose en estancias independientes
destinadas solo al baño. Estas estancias ofrecían baños de vapor y piscinas frías, templadas y
calientes.
En Roma, siguiendo el ejemplo griego, se construyeron estancias similares que pronto fueron
del gusto de la ciudadanía. Ya no solo se realizaban los actos de limpieza y relajación, así
como aquellos medicinales cuando las aguas tenían propiedades curativas, sino que se
añadía un cuidado del cuerpo que incluía prácticas deportivas y un ritual de masajes con
diferentes sustancias como esencias y aceites especiales.
El nombre de termas se aplica por primera vez a unos baños construidos por Agripa en el
año 25 d. C. Nerón construyó unas termas en el campo de Marte, hoy totalmente
desaparecidas. Las primeras termas de carácter monumental son las que inició Domiciano e
inauguró Trajano, pero fueron ampliamente superadas por las de Caracalla, cuya inauguración
tuvo lugar el año 216.
El uso de las termas se generalizó en el mundo romano a partir del siglo I a. C., cuando se
descubrió un sistema que permitía calentar y distribuir el aire caliente gracias
al ingeniero Cayo Sergio Orata. Su uso fue difundido por el Imperio romano a toda Europa.
Las actuales ruinas de las termas romanas de Caracalla dan idea del monumental tamaño del
complejo termario que se extendía con servicios como biblioteca o tiendas. Estas
instalaciones, construidas alrededor del año 217, tenían un aforo de 1.600 usuarios. Las
termas de Diocleciano, otras de la importantes instalaciones de este tipo de la capital del
Imperio, fueron remodeladas por Miguel Ángel que convirtió su tepidarium en la iglesia de
Santa María de los Ángeles.
Los restos termales romanos más antiguos de los que hay noticia son las termas de Pompeya,
datadas en el siglo II a. C.
Los baños romanos abrían al mediodía y cerraban al ponerse el sol. En los lugares destinados
al baño había departamentos separados para hombres y mujeres; si no había espacios
separados, el establecimiento abría unas horas al día para mujeres y otras para hombres. En
algunas ocasiones, durante el Imperio, se permitió el baño conjunto a hombres y mujeres.

Sociedad[editar]
Véanse también: Antigua Roma#Estructura social y política, Clases sociales de la Antigua
Roma y Status (Roma).
1213

El status definía el estado legal de una persona en tres coordenadas: el status civitatis (en
cuanto a la ciudadanía romana), el status libertatis (en cuanto a la libertad o esclavitud) y
el status familiae (en cuanto a la posición dentro de la familia -paterfamilias o filii familias).
Además del status, las divisiones sociales tenían en cuenta la ascendencia (determinaba la
división entre patricios y plebeyos), el ordo (rango determinado por el censo de riqueza,
encabezado por el ordo senatorius y el ordo equester, con varios estratos intermedios -classis-
y cerrado por los infra classem) y el honor (rango determinado por el nivel alcanzado en
el cursus honorum -ejercicio de magistraturas cada vez de mayor nivel, que culminaba en el
consulado-, la apertura de las magistraturas a los plebeyos permitió a algunos de ellos -
los homines novi- establecer su familia dentro de la nobilitas).
Los nombres de patricios y plebeyos eran opuestos, pero el de nobles era común a todos, porque la
nobleza consistía en los empleos curules; y los más nobles eran aquellos que habían tenido más en sus
casas. Por esto había muchos plebeyos que eran infinitamente más nobles que otros patricios. 14

Familia[editar]
Artículo principal: Familia romana

La familia romana, a diferencia de la familia actual (en la sociedad industrial o postindustrial),


estaba constituida no solo por los padres, hijos y parientes, sino también por todos los que
vivían bajo la autoridad del cabeza de familia o pater familias; incluidos naturalmente
los esclavos (familia ancilar). Familia es una palabra emparentada con famuli ("los criados") y,
por lo tanto, los comprende a ellos también.
El principal vínculo social extra-familiar, la relación patrón-cliente, era de hecho la
incorporación de un extraño al ámbito familiar.
La familia romana era legalmente tan fuerte que ciertas cuestiones, que hoy se tratan en
los juzgados o en los templos, entonces se trataban en casa, bajo la presidencia del cabeza
de familia. La familia era realmente la célula básica de la sociedad romana.
Pater familias[editar]
El pater familias ("padre de familia") era el varón que ejercía la jefatura de una familia romana,
al no depender de nadie y ser aquél de quien dependían los demás miembros de ella. Acceder
a esa condición exigía la extinción de la patria potestas del propio padre (habitualmente, por la
muerte de éste), siendo indiferente el propio estado civil (casado o soltero) o la edad. La mujer
romana nunca podía ser cabeza de familia.
La mayoría de edad se conseguía al vestir la toga viril, decisión que dependía del tutor o del
padre. Que el hijo formara una familia propia (convirtiéndose en paterfamilias) era sólo posible
tras la muerte de su padre. Entre tanto, los hijos recibían un pequeño salario (peculium) y
debían responder a su autoridad. La patria potestas de un cabeza de familia romano era muy
fuerte. Puede disponer de la vida, muerte y venta como esclavo de cualquier miembro de su
familia. Puede reconocer o no a los hijos nacidos de su mujer, aceptarlos o abandonarlos
legalmente. Puede incluso adoptar como propios a hijos de otros (adoptio). Puede concertar el
matrimonio de sus hijos.
Como jefe de la familia es también el sacerdote de la religión familiar (culto a lares y penates y
veneración de las maiorum imagines -imágenes de los antepasados-) y el juez que resuelve
los conflictos entre familiares, pero para esto último tiene que contar con el asesoramiento de
un consejo familiar.
El parentesco natural (cognatio), fundado en la descendencia física de la mujer, carecía de
valor civil, en tanto el parentesco civil (agnatio), fundado en el reconocimiento por parte del
hombre de su descendencia o en la adopción de la descendencia ajena, era el único
parentesco legalmente válido.
El matrimonio[editar]
Artículos principales: Matrimonio en la Antigua Roma y Matrimonio (Derecho romano).

La unión legal de marido y mujer dependía casi exclusivamente de los padres de ambos;
pocas veces se tenían en cuenta las inclinaciones de los interesados. Una vez decidido
el matrimonio el primer paso era la celebración de los sponsalia, ceremonia arcaica en la que
los respectivos padres concertaban el enlace y establecían la dote que la novia aportaría al
matrimonio. Antiguamente los desposados ya quedaban obligados a la fidelidad recíproca y, si
el matrimonio no se celebraba en el plazo estipulado, se podía perder la dote. Consultados los
dioses, si los agüeros eran favorables, se cambiaban los anillos, que tenían un valor simbólico.
Ante la ley, solo los ciudadanos romanos tenían derecho a contraer matrimonio. La tradición
conservó el recuerdo de tiempos en los que los patricios no podían casarse con una plebeya,
prohibición caída pronto en desuso (Lex Canuleia, 445 a. C.) Los hombres se consideraban
aptos para casarse a los catorce años y las mujeres a los doce.
Hubo dos formas de matrimonio que estuvieron sucesivamente en vigor:

 Matrimonio cum manu: la mujer pasaba a formar parte de la familia de su marido y estaba
sujeta a su poder marital (manus). Podía realizarse esta unión de tres maneras:
— Confarreatio: rito llamado así por la pieza de pan (far) que los esposos compartían
durante el sacrificio nupcial. Era el matrimonio propio de los patricios.
— Coemptio: la venta de la novia,15 primero real, después simbólica. Era el matrimonio
plebeyo.
— Usus: se contraía mediante la convivencia marital de los futuros esposos durante un
año, pero era preciso que la cohabitación fuese continua: tres noches consecutivas de
ausencia llevaban consigo la nulidad matrimonial.

 Matrimonio sine manu o libre: en él la esposa continuaba perteneciendo a la


familia paterna y conservando los derechos sucesorios de su familia de
origen. A pesar de la facilidad de disolución de este matrimonio (bastaba con
la simple separación de los esposos) los romanos tenían conciencia de la
seriedad de este vínculo.
La ceremonia de boda[editar]
El ceremonial que mejor se conoce es el patricio. La boda constituía uno de los
acontecimientos más importantes dentro de la vida familiar.
El día de la boda era escogido con toda cautela; sería pernicioso casarse en
mayo, mientras que la mejor época era la segunda quincena de junio.
En la víspera de la boda la joven consagraba a una divinidad sus juguetes de
niña; después, se acostaba con el traje nupcial y una cofia de color anaranjado en
la cabeza. Eran características de la vestimenta nupcial el peinado, el velo de
color anaranjado (flammentum) que le cubría la cara, y una túnica blanca que
llegaba a los pies, ceñida por un cinto.
En todos los actos del rito la esposa era asistida por la pronuba,
una matrona casada una sola vez. Empezaba consultando los auspicios: si el
resultado no era malo, quería decir que los dioses eran favorables a esta unión.
Terminada esta parte, tenía lugar la firma de las tabulae nuptiales (contrato
matrimonial) delante de diez testigos; después la pronuba ponía las manos
derechas de los esposos una encima de la otra y con esto los esposos se
comprometían a vivir juntos. Acabadas las formalidades, tenía lugar
el banquete nupcial.
Después, hacia la tarde, comenzaba la ceremonia de acompañamiento de la
esposa a casa del esposo, durante el que se simulaba el rapto de la novia. El
novio fingía arrancarla de los brazos de su madre y la llevaba a su casa. La mujer
iba acompañada de tres jóvenes; uno de ellos llevaba una antorcha
de espino (spine alba) encendido en casa de la esposa. La gente que los seguía
mezclaba cantos religiosos y pícaros. Cuando llegaban a casa del marido,
adornaban la entrada con cintas de lana y la untaban con grasa de cerdo y aceite.
El marido le preguntaba a la esposa cómo se llamaba; ella le respondía: «Ubi tu
Gaius, ego Gaia» («Si tú Gaio, yo Gaia»); entonces los que la acompañaban la
levantaban a pulso para que no tocase el quicio de la puerta con el pie y la hacían
entrar en la casa. Después era recibida por su marido y la pronuba pronunciaba
unas plegarias a la divinidad de la nueva casa. Con esto terminaba la fiesta y los
invitados volvían para sus casas.
El día de después del casamiento había un banquete íntimo (repotia,
"tornabodas") para los parientes de los esposos.
El divorcio[editar]
Como todo contrato, el matrimonio podía anularse (divortium). Primitivamente, el
derecho de revocación pertenecía únicamente al hombre; este solo tenía que
reclamarle a su mujer delante de un testigo las llaves de la casa y decirle: «Tuas
res habeto» («Coge tus cosas»).
En principio, el matrimonio patricio por confarreatio no podía disolverse, pero
pronto los romanos inventaron una ceremonia de efectos contrarios a la primera,
a la que llamaron diffarreatio.
El matrimonio por usus o por coemptio se anulaba con la mancipatio o transmisión
de la potestad del marido en favor de un tercero, que manumitía a la mujer.
Clases sociales[editar]
La división en clases sociales se inicia con la diferenciación
entre patricios y plebeyos. Las luchas de éstos últimos por conseguir derechos no
llevó a una completa equiparación, pero sí a un cierto equilibrio, y permitió el
ascenso social de los homines novi. La participación política y el servicio militar se
basaba en el grado de riqueza y la capacidad de dotarse a sí mismo de
equipamiento militar (los equites de un caballo). La prolongación de las guerras y
la difusión masiva de la esclavitud en los últimos siglos de la República arruinó a
los pequeños propietarios rurales (adsidui o assidui), forzados a abandonar sus
tierras para atender sus obligaciones militares e incapaces de competir con la
aristocracia terrateniente de los latifundistas , verdadera beneficiada de la
expansión imperial, junto con los grandes comerciantes y los concesionarios de
contratos públicos (publicani). Los proletarii, que no servían en el ejército por no
contar con más propiedad que su prole (sus propios hijos), formaban la base más
numerosa de los ciudadanos romanos, pero mantenían sus derechos, lo que les
convertía en una fuerza a tener en cuenta por la demagogia de los políticos en
liza (tanto nobiles como populares) que les mantenían alimentados y entretenidos
con el reparto gratuito de comida y los espectáculos públicos (panem et
circenses).
Patricios[editar]
Los patricios conformaban una clase formada inicialmente por los padres de
familia (Pater familias) o bien por hijos de padres de familia vinculados a la
obediencia paterna (los hijos varones no alcanzaban la condición de padre de
familia hasta que el padre moría y se independizaban, pero se daba por
descontado que alcanzarían esta condición). Se les llamaba también Patres.
Estos Patres y sus descendientes que componen las personas de las
treinta curias primitivas forman la clase de los patricios, «patricii». Ellos
constituyen una nobleza de raza y ellos solos participan del gobierno del Estado y
gozan de todos los privilegios del ciudadano romano.
Eran los descendientes de las familias más antiguas de la ciudad. Constituían la
clase aristocrática y formaban el verdadero pueblo romano. Eran considerados
superiores al resto de los habitantes, gozaban de todos los derechos, poseían
tierras y eran los llamados a formar el ejército romano, la Legión.
Con el paso del tiempo, el peso social, demográfico y político del patriciado fue
decayendo. Poco a poco se fueron viendo obligados a ceder cada vez más cuotas
de poder a los plebeyos, cuyo número y poder económico y social crecía
constantemente. Así, con el paso de los años, los matrimonios mixtos entre
plebeyos y patricios fueron admitidos. También se permitió el acceso de los
plebeyos a las más altas instituciones, como el consulado (estipulándose que al
menos uno de los dos cónsules debía ser plebeyo). Pese a todo, ser patricio era
el status más alto y ambicionado de la sociedad romana. Determinados puestos,
sobre todo religiosos, estaban reservados únicamente a ellos. En una sociedad
tan orgullosa y elitista como la romana ser patricio, ser romano de pura cepa era
el máximo orgullo.
Los patricios fueron languideciendo poco a poco. Al conformar la élite de la
sociedad romana, cada vez que tenía lugar una guerra civil o una convulsión por
el cambio de un emperador, sus filas eran diezmadas durante o después del
conflicto por el bando vencedor (donde, indudablemente, también había patricios).
A finales de la República y principios del Principado de Augusto tan solo las
siguientes familias patricias continuaban dando cónsules con regularidad: Julios,
Domicios, Pinarios, Postumios, Claudios, Valerios, Junios, Sergios, Servilios,
Loureiros y Cornelios.
En la época del emperador Constantino, en el Bajo Imperio, tan solo se tiene
constancia de la pervivencia de la Gens Valeria.
Plebeyos[editar]
Según la terminología empleada por los autores de la antigua Roma,
los plebeyos eran qui gentem non habent ("los que no tienen gens" o "no forman
parte de la gente"). Es decir, eran plebeyos los que no podían ser considerados
como patricios porque no podían remontar su línea familiar a antepasados
conocidos entre las antiguas familias romanas. De todos modos, el término en sí
era de una gran extensión pues entre los plebeyos existían situaciones muy
diferentes a todos los niveles; prácticamente desde la fundación de la ciudad se
detecta la presencia de extranjeros asentados por diversos motivos;
fundamentalmente atraídos por la prosperidad de la ciudad, gran cantidad de
mercaderes y artesanos libres confluyen desde las comarcas cercanas, desde las
ciudades de la Magna Grecia e, incluso, desde las ciudades-estado
metropolitanas de la Hélade. Muchos de ellos eran, sin duda, ricos mercaderes.
La tradición atribuye a Servio Tulio la inscripción de la plebe en registros públicos,
organizándola en los colegios profesionales de flautistas, tintoreros, zapateros,
joyeros, carpinteros, curtidores, alfareros, etc.; estas reformas de Servio Tulio,
basadas en el censo, permitió que entraran a formar parte del ejército y de
los comicios centuriados y, posteriormente, hasta en el mismo Senado.
Con todo, el hecho de que estas gentes no patricias se vieran marginadas y
carecieran de ciertos derechos civiles (por ejemplo carecían de derecho a votar),
fue causa de múltiples enfrentamientos entre patricios y plebeyos, haciendo que
fueran tomando conciencia de clase, que ellos mismos se reconocieran plebeyos,
se coaligaran sin tener en cuenta el nivel de riqueza y se unieran en una lucha
reivindicativa de las aspiraciones comunes. Pero sólo al comienzo de la República
es cuando se constituyen como un grupo organizado en el que todos reconocían
un elemento común: su no pertenencia al patriciado, al margen de su fortuna o su
pobreza. A ellos se les une otro sector social, el de los proletarios (proletarii), el
elemento más marginal o inferior de la población romana.
En resumen, la composición social de la clase plebeya podemos decir que estuvo
constituida por: personajes influyentes y ricos vinculados al ejército; los
plebeyos adsidui, es decir, los que poseían bienes; y los proletarii que no poseían
nada —entre los que se encontraban los libertos, es decir los esclavos
emancipados, bien por decisión testamentaria de sus dueños, por méritos
contraídos durante su período de esclavitud o por haber comprado su libertad—.
En el siglo IV a. C. se producen las primeras sublevaciones de la plebe
reclamando más derechos civiles, siendo así que, espoleados por la presión de la
plebe, los patricios romanos elaboran un sofisticado código legal, la ley de las
doce tablas, que a grandes rasgos, son herederas nuestras actuales leyes, con el
fin de acallar las protestas del pueblo. Además, la plebe consigue tener
representantes (tribunos de la plebe) con poderes para garantizar sus derechos
frente a la clase dominante.
Esclavos[editar]
Artículo principal: Esclavitud en la Roma Antigua

La sociedad romana se hizo esencialmente esclavista como consecuencia de su


expansión territorial, primero por Italia y después por toda la Cuenca del
Mediterráneo. Tanto su economía como su estructura social se basaba en un
sistema de clases donde el esclavo constituía el escalón más bajo de la sociedad.
Los esclavos de ciudad solían tener familia y una gran autonomía. Podían lograr
la manumisión de diferentes formas:
 Con su propia muerte; entonces se le liberaba para que tuviera un entierro de
hombre libre.
 Con la muerte de su amo, que en su testamento solían liberar a sus esclavos
como muestra de generosidad. Cuando eran liberados de este modo, se les
dejaba alguna propiedad o dinero.
 Comprando su libertad, ya que después de haber pasado años de
intermediario de su amo en los negocios, podían ganar un peculio.
 Por declaración ante un magistrado. Amo y esclavo defendían su libertad ante
un magistrado. Si era aceptada, se le ponía un bastón en la cabeza como
señal de su libertad
Muchos emancipados permanecían en sus casas haciendo las mismas labores,
aunque con mayor dignidad.
Los esclavos eran propiedad absoluta de su dueño. Carecían de personalidad
jurídica, de propiedad y hasta de familia propia, porque su matrimonio, aún
conseguido con el permiso del amo, se consideraba un simple concubinato, y los
hijos eran propiedad del amo. Los esclavos domésticos eran recibidos con una
ceremonia, y se les purificaba echándole agua sobre su cabeza.
Ayudaban al amo a ponerse la toga, pues era una labor de gran complicación.
Eran los encargados de recibir a los invitados, recogerles la toga y los zapatos y
ofrecerles un baño caliente o un lavado de pies. Los más guapos y de mejores
modales servían la comida vestidos de colores vivos, que contrastaban con sus
cabelleras, con las que a veces sus amos se secaban. Los más agraciados
servían el vino y cortaban los manjares mientras que los que limpiaban los platos
y recogían las mesas iban peor vestidos. A cada invitado se le adjudicaba un
esclavo servus ad pedes que permanecía a sus pies. Los que nacían como
esclavos y eran educados, formaban una clase privilegiada entre la servidumbre.
No se les permitía entrar a representaciones teatrales. A los esclavos se les
adjudicaban las tareas de acuerdo a su nivel cultural.
A los esclavos se les podía poner un collar con una placa en la que se leería
«Tenemene fucia et revo cameadomnum et viventium in aracallisti», traducido
como «Detenedme si escapo y devolvedme a mi dueño».
El precio de un esclavo nos llega a través de Catón, y sabemos que era de
promedio unos mil quinientos denarios, precio que subió a lo largo del siglo II a. C.
hasta alcanzar los veinticuatro mil sestercios.
Algunos esclavos tenían la consideración de hombres libres, bien por la
humanidad de sus amos o por el trabajo intelectual que desarrollaban. Esto pasó
con los esclavos procedentes de la Antigua Grecia, que en cierto modo el amo
consideraba de mayor educación que la suya. Estos eran los que servían como
secretarios, administradores o educadores. En el siglo III se redujeron las masas
de esclavos y estos empezaron a valorarse casi como hombre libres. El
emperador Diocleciano era hijo de un esclavo que había comprado su libertad.
Los libertos fueron a partir del siglo VI según el emperador Justiniano ciudadanos
sin distinción alguna, procedentes de la esclavitud. Si no conservaban los lazos
de fidelidad a sus casas eran llamados libertos ingratos. Ejercían
mayoritariamente la labor de comerciantes o artesanos, y en menor medida de
maestros romanos (ludi magister), gramáticos (encargados de la enseñanza
secundaria), banqueros o médicos, que no tenían la remuneración.
La economía romana, como su sociedad, dependían del trabajo de esclavos, que
eran fundamentales en los latifundios, minas e industrias. Esta economía aumentó
a partir del siglo II gracias a las victorias de Julio César, que puso en subasta a
aproximadamente un millón de esclavos durante la Guerra de las Galias (58–
51 a. C.) En Delos, llegaron a subastarse hasta diez mil esclavos en un solo día.

Economía[editar]
Artículo principal: Economía en la Antigua Roma

Actividades agropecuarias[editar]
Artículo principal: Agricultura y ganadería en la antigua Roma

Los agricultores eran el núcleo de la sociedad de la Antigua Roma. El cultivo


principal eran los cereales (sobre todo el trigo) y las leguminosas. Más tarde se
introdujo la vid, y aún más tarde se importó el olivo. Como árboles frutales
destacó la higuera. También se cultivaban hortalizas y lino. De la importancia de
la ganadería es muestra que la riqueza se denominaba (pecunia, "rebaños"), y los
ahorros personales peculium ("haber en ganado").
Al principio los romanos poseían la tierra en usufructo; más tarde se introdujo
la propiedad privada de la tierra. Las primeras explotaciones se
llamaban heredium (de herus, "dueño"), y en un principio no superaban las
dos yugadas (5.400 metros cuadrados), aunque aparte estaban la casa,
las cuadras, la barbechera y los pastos. Estas pequeñas porciones de tierra
pronto fueron superadas y si en algún caso se mantuvieron fue para agricultores
de las tierras conquistadas, pero no para los ciudadanos romanos.
Los romanos mejoraron las técnicas agrícolas. Introdujeron el arado
romano tirado por bueyes, molinos más eficaces, como el de grano, la prensa
de aceite, técnicas de regadío y el uso de abono.
Los campesinos cultivaban la tierra con su familia. Solo los grandes propietarios
usaban esclavos o jornaleros.
Los rebaños eran apacentados en pastos comunales propiedad del Estado, pero
solo podían disfrutarlos los ciudadanos romanos, siendo la excepción el disfrute
por no ciudadanos, aunque fueran propietarios.
Al trabajo sucedía el descanso: cuatro veces al mes, cada ocho días (Nonae) el
campesino detenía su actividad y se dedicaba a las compras en la ciudad y otros
asuntos. Las fiestas se hacían después de la sementera de invierno, y el
descanso duraba entonces un mes tanto para el amo como para el esclavo y los
animales (se llamaba a esta fiesta las Paganalia -de pagus, "campo"-).
Actividades industriales[editar]
Artículo principal: Industria en la antigua Roma

Cuando Roma no era más que una aldea, todas las tierras del Lacio (la región
donde estaba incluida Roma) eran esencialmente agrícolas. Su riqueza no iba
más allá de las labores del campo y sus productos y este sistema de economía
prevaleció hasta el cuarto rey, es decir hasta Anco Marcio. Pero estos pueblos
mantenían un activo comercio con los etruscos que ya tenían una civilización muy
avanzada y una industria muy desarrollada. Estos pueblos del Lacio mantenían
también relaciones comerciales con los pueblos griegos asentados en todo el
litoral de Italia y que enviaban sus productos elaborados.
A medida que Roma iba conquistando los distintos pueblos que componían la
península de Itálica la producción industrial iba aumentando, incrementándose
con la industria de estas ciudades sometidas y los artesanos itálicos emigraban a
la ciudad de Roma donde encontraban más comodidad y trabajo, dando así
origen a una industria local. Muchas industrias florecieron por la aparición de las
grandes obras públicas, por el aumento de población y sus necesidades y por el
refinamiento del lujo que ya despuntaba en la gran ciudad.
Varios acontecimientos contribuyeron en la multiplicación y desarrollo de la
industria en esta época del Imperio. Uno de los más importantes fue la mejora de
las comunicaciones terrestre y marítima. El comercio con los países lejanos y la
exigencia cada vez mayor de los abastecimientos militares, vinieron a incrementar
la industria.
El cristal era importado de Egipto, primer lugar del Mediterráneo donde surgió
esta fabricación. Roma importaba las ricas copas de cristal que sólo los grandes
señores podían disfrutar y de las que se hacía gran ostentación en las casas.
Cuando esta industria empezó a desarrollarse por toda Italia se hicieron trabajos
algo más bastos y después surgió la fabricación de piedrecitas de cristal
destinadas a la elaboración de mosaicos, alternando con el mármol el ónice y el
oro. Se empezaron a fabricar también en cristal unas láminas especiales quĐe se
adaptaban a las ventanas, llamadas specularia (o gruesas láminas de cristal) y
que se emplearían en sustitución de las láminas de yeso llamadas lapis
specularis que hasta la fecha era lo que servía como hoja de una ventana. En las
excavaciones de Pompeya fueron encontrados fragmentos de specularia.
En esta época imperial surge una gran competencia con las provincias romanas
del Norte y de Occidente. En Hispania se produce un acero templado de gran
calidad, buenas lanas y buen garum. En la Galia sobresale el arte del bronce y los
trabajos de metales preciosos junto con los vasos de arcilla y el calzado (que se
difundió por todas partes y fue muy apreciado). En el norte de Europa se
producían buenas armas.
Minería y metalurgia[editar]
Artículos principales: Minería romana y Metalurgia romana.
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Actividades comerciales, transportes y correos[editar]


Artículo principal: Comercio en la antigua Roma

Véase también: Cursus publicus


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Moneda[editar]
Artículo principal: Moneda en la Antigua Roma

Medidas y pesos[editar]
Artículo principal: Medidas y pesos en la Antigua Roma

Finanzas y política económica[editar]


Artículos principales: Finanzas en la Antigua Roma y Política económica en la
Antigua Roma.
19

Véase también: Economía en la Antigua Roma#Impuestos en Roma


Véanse también: Agentes in rebus, Aerarium, Ager publicus, Comes y Congiarium.

Véanse también: Donativum, Fiscus, Publicani, Rationalis y Rationibus.


Véanse también: Patrimonium Caesaris, Patrimonium rei privatae, Aerarium
saturni, Aerarium militare y Economía del ejército romano.
2021

Vida política y militar[editar]


La ciudadanía romana suponía la participación en la vida política en distinto grado
según la posición social (determinada por el origen familiar, el poder económico y
las redes clientelares), así como un servicio militarmuy prolongado, y diferenciado
también según las circunstancias sociales. El cursus honorum ofrecía a la élite
dirigente la posibilidad de emprender una carrera político-administrativa
ascendente a lo largo de su vida; mientras que cualquier ciudadano libre, por muy
humilde que fuera, participaba en las asambleas populares.
La extensión de los derechos políticos fue gradual a lo largo de la historia.
Logrado en los primeros siglos de la República un cierto equilibrio entre patricios y
plebeyos, el ascenso de los homines novi, la extensión territorial (con la
incorporación de las élites provinciales -de origen romano o indígena- a la
ciudadanía romana) y el cambio de régimen al Imperio (Principado de Augusto)
terminaron por convertir el origen familiar en poco más que algo honorífico; pero
continuó existiendo una clase u orden senatorial (ordo senatorius o nobilitas) que
representaba la élite política tanto en Roma como en las provincias. Evidenciada
la decadencia del Imperio romano, la extensión de la ciudadanía a todos los
habitantes libres (Edicto de Caracalla, año 212) dejó de proporcionar ningún
beneficio, e incluso los cargos públicos, antes ferozmente competidos, pasaron a
ser una onerosa carga a evitar, de modo que las reformas de Diocleciano y de
Constantino los convirtieron hereditarios, en una prefiguración
del feudalismo medieval. La propia definición de la libertad personal acabó por
carecer de contenido (más allá de lo formal) ante el reforzamiento de la autoridad
imperial, convertida en un abierto despotismo (Dominado), y la crisis del
esclavismo.
Véanse también: Auctoritas, Potestas, Imperium y Dignitas.

Organización del Estado[editar]


Artículos principales: Gobierno de la Antigua Roma e Historia de las instituciones en
la Antigua Roma.
Véanse también: Anexo:Instituciones políticas de la Antigua Roma, SPQR, Civis
Romanus sum y Et facere et pati fortia Romanum est.
Senado[editar]
Artículo principal: Senado romano

El Senado (del latín senex, 'anciano') fue la principal de las instituciones del
gobierno de la Antigua Roma. Se originó como una institución consultiva de
la monarquía romana, formado exclusivamente por patricios (un representante de
cada gens), y adquirió mayores prerrogativas con la República, en que pasó a
refrendar a través de su auctoritas los actos de los cónsules, extendiendo su
competencia a los actos de otros magistrados y comicios, temas religiosos,
conflictos entre magistrados, policía, crímenes con pena capital cuando esta era
conmutada, cuestiones militares y financieras y tratados internacionales.
El senado fue creado por Rómulo y sobrevivió a los tres períodos de la historia de
Roma, pero en el Imperio su poder era casi nulo.
Rey[editar]
Artículo principal: Monarquía romana

Inicialmente Roma fue una monarquía electiva cuyos rēgēs (plural de rēx -
reyes en latín-), excepto Rómulo, el fundador de la ciudad, fueron elegidos por las
gentes de Roma para gobernar de forma vitalicia; ninguno de ellos usó la fuerza
militar para acceder al trono. Aunque no hay referencias sobre la línea hereditaria
de los primeros cuatro reyes, a partir del quinto rey, Tarquinio Prisco, la línea de
sucesión fluía a través de las mujeres de la realeza. En consecuencia, los
historiadores antiguos afirman que el rey era elegido por sus virtudes y no por su
ascendencia.
Los textos de los historiadores romanos clásicos hacen difícil la determinación de
los poderes del rey, ya que refieren que el monarca posee los mismos poderes de
posteriormente detentaron los cónsules. Algunos escritores modernos creen que
el poder supremo de Roma residía en las manos del pueblo, y el rey sólo era la
cabeza ejecutiva del Senado romano, aunque otros creen que el rey poseía el
poder soberano y el Senado sólo ejercía correcciones menores sobre sus
poderes.
Lo que se conoce con certeza es que sólo el rey poseía el auspicium, la
capacidad para interpretar los designios de los dioses en nombre de Roma, como
el jefe de los augures; de forma que, como ningún negocio público podía
realizarse contra la voluntad de los dioses, y era suya la capacidad de darla a
conocer mediante los auspicios, estaba en una posición política decisiva. El rey
era reconocido por el pueblo como la cabeza de la religión estatal y el mediador
ante los dioses, por lo cual era reverenciado con temor religioso. Tenía el poder
de controlar el calendario romano, dirigir las ceremonias y designar a los cargos
religiosos menores. Fue Rómulo quien instituyó el cuerpo de augures, siendo él
mismo reconocido como el más destacado entre todos ellos, mientras que Numa
Pompilio instituyó los pontífices, atribuyéndosele la creación del dogmareligioso
de Roma.
Más allá de su autoridad religiosa, el rey estaba investido del imperium: la
autoridad militar y judicial suprema. El imperium del rey era vitalicio e implicaba su
inviolabilidad e irresponsabilidad jurídica (no podía ser llevado a juicio por sus
acciones). Al ser el único investido con imperium en la Roma de su época, el rey
poseía autoridad militar indiscutible como comandante en jefe de todas
las legiones romanas. No existían aún las leyes romanas que posteriormente
salvaguardaban a los ciudadanos de los abusos cometidos por los magistrados
con imperium. El imperium del rey le otorgaba tanto poderes militares como
poderes judiciales plenos; con la capacidad de resolver cualquier cuestión jurídica
y legal en todos los casos expuestos ante él. Aunque podía designar pontífices
para que actuasen como jueces menores en algunas causas, sólo él tenía la
autoridad suprema en todos los casos, tanto civiles como criminales, tanto en
tiempo de guerra como de paz. Un consejo asistía al rey durante todos los juicios,
aunque sin poder efectivo para controlar sus decisiones. Mientras algunos autores
sostenían que no había apelación posible a las decisiones del rey, otros opinaban
que cualquier propuesta de apelación podía ser llevada ante el rey por un patricio,
mediante la reunión de la Asamblea de la Curia.
Otro de los poderes del rey era la capacidad para designar o nombrar cargos u
oficios, entre ellos el de tribunus celerum que ejercía tanto de tribuno de
los Ramnes ('romanos'), como de comandante de la guardia personal del rey, un
cargo equiparable al de prefecto del pretorio existente durante el Imperio. Este
cargo era el segundo al mando tras el propio monarca, y poseía la potestad de
convocar la Asamblea de la Curia y dictar leyes sobre ella. El tribunus
celerum debía abandonar su mandato a la muerte del monarca.
Otro cargo designado por el rey era el prefecto urbano, que actuaba como el
guardián de la ciudad. Cuando el rey se hallaba ausente de Roma, este cargo
recibía todos los poderes y capacidades del rey, hasta el punto de ejercer
el imperium mientras se hallase dentro de la ciudad. Otro privilegio exclusivo del
rey era el de designar a los patricios que debían ejercer como senadores.
Bajo el gobierno de los reyes, el Senado y la Asamblea de la Curia tenían en
verdad poco poder y autoridad. No eran instituciones independientes, en el
sentido de que sólo podían reunirse, y de forma conjunta, por orden del rey, y sólo
podían discutir los asuntos de Estado que el rey había expuesto previamente.
Mientras que la Asamblea curiada tenía al menos el poder de aprobar leyes
cuando el rey así lo concedía, el Senado era tan sólo un consejo de honor del rey.
Podía aconsejar al rey sobre sus actos, pero no imponerle sus opiniones. La única
ocasión en que el rey debía contar expresamente con la aprobación del Senado
era en caso de declarar la guerra a una nación extranjera.
Las insignias y honores que únicamente los reyes de Roma podían ostentar
consistían en: acompañarse de doce líctores que portan las fasces (haz de varas
con un hacha en su centro), sentarse en la silla curul, usar el color púrpura (toga
picta y calzado rojo), y coronarse con una diadema plateada sobre la cabeza. De
todos estos distintivos, el más destacado era la toga púrpura.
Asambleas[editar]
Artículos principales: Asambleas romanas y Comicios romanos.

Véanse también: Comitia Calata, Comitia Tributa, Comitia Centuriata, Comitia


Curiata y Concilium Plebis.
2223

Véanse también: Tribu romana, Curia y Curión.

Magistraturas[editar]
Artículo principal: Magistratura romana

Las magistraturas ejercían distintas funciones de gobierno, y se ocupaban por


personas elegidas por el Senado o los Comicios entre ciudadanos que cumplieran
ciertos requisitos. Para impedir la concentración excesiva de poder en un
gobernante que pudiera llevar de hecho a una tiranía o una monarquía (cosa que
terminó ocurriendo con el Imperio), las magistraturas funcionaban siguiendo
principios tales como:

 La electividad, sin posibilidad de reelección en el periodo siguiente (iteratio,


dos años para optar a una magistratura de nivel superior y diez años para
repetir en el consulado -Lex Villia annalis, 182 a. C.-)
 La temporalidad de los cargos, normalmente una anualidad.
 La gratuidad; el cargo se desempeñaba ad honorem, sin retribución, por el
honor que confería (lo que, sumado al gran coste que suponía una campaña
electoral que garantizase la elección, en la práctica suponía que sólo los ricos
podían acceder a las magistraturas).
 La responsabilidad política. Las magistraturas mayores se sometían a
cuestionamiento al término de su ejercicio, las menores podían ser
cuestionadas en el transcurso de su mandato.
 La colegiatura (collegia), que implicaba el ejercicio simultáneo de la misma
función por un "colega" que podía vetar la decisión del otro (intercessio).
 La jerarquía y gradualidad, que estimulaba el comportamiento virtuoso del
ocupante de un cargo inferior mediante la expectativa de acceder en un futuro
(siguiendo el cursus honorum) a magistraturas de mayor potestas ("poder"),
que pueden vetar las decisiones de las magistraturas inferiores.
Los magistrados con imperium (poder militar de mando y castigo) eran
denominados magistrados curules por tener derecho a sentarse en una silla curul.
Dictador[editar]
La dictadura romana era una magistratura excepcional, y por tanto incumplía las
características ordinarias de las magistraturas. Era el gobierno extraordinario que
confería a una persona, el dictador, una autoridad suprema en los momentos
difíciles, especialmente en caso de guerra. La dictadura nació a propuesta de Tito
Larcio, quien fue además el primero en ejercer el cargo. El dictador era nombrado
por uno de los cónsules en virtud de una orden del Senado, que tenía la potestad
de determinar cuándo era necesario el nombramiento y quién debía ocupar el
cargo. En un principio, sólo los patricios podían ser nombrados dictadores, pero
en el año 356 a. C. se les reconoció ese mismo derecho a los plebeyos.
Censor[editar]
Las funciones del censor romano estaban inicialmente confiadas al cónsul, que
podía delegarlas. La censura se ejercía cada cinco años (lustro), periodo a cuyo
término se realizaba un ritual de purificación con varios sacrificios
llamado lustratio. Después se creó la magistratura colegiada de los dos censores,
elegidos cada cinco años de entre los senadores que habían desempeñado el
consulado, constituyendo la culminación de su carrera o cursus honorum. Sus
competencias consistían en revisar el censo (la lista de ciudadanos y la del
Senado), y decidir qué obras públicas iban a ser costeadas por la República en
los siguientes cinco años. Sus tareas se realizaban durante dieciocho meses, y
terminaban con la realización de la ceremonia lustral, cesando inmediatamente
después en el cargo.
Cónsul[editar]
El consulado romano era la magistratura dúplice que sustituyó a la monarquía al
frente del Estado. Cada año se elegían dos cónsules.
Progresivamente los cónsules fueron perdiendo atribuciones: primero algunas
facultades judiciales civiles y criminales (delegadas en Cuestores o Decenviros
nombrados en cada caso); después sus decisiones debieron ser refrendadas por
el Senado; después perdió la administración del Tesoro (en favor de los
Cuestores) y la de los archivos públicos; después perdió el control de las arcas
del ejército (en favor de los Cuestores Militares); más tarde perdió sus funciones
de censor (en favor de los Censores) y de nombrar las vacantes del Senado
(también atribuidas a los Censores); después perdió la facultad de nombrar
Cuestores (que pasó a los comicios tribunados); luego perdió otras atribuciones
judiciales (en favor del Pretor); después las competencias sobre fiestas, policía y
mercados (en favor de los Ediles Curules), y también la facultad de nombrar
dictador (que pasó al Senado). Al final solo conservaba algunas funciones
menores, el poder ejecutivo de las leyes y el mando del Ejército.
Pretor[editar]
Los pretores eran los encargados de presidir los tribunales, durante un año,
aunque finalizado este tiempo podían convertirse en propretores y gobernar otro
año sobre unos territorios determinados. Eran ocho, y podían considerarse los
ayudantes de los cónsules.
El cónsul perdió las funciones judiciales civiles en favor de un magistrado curul
designado como pretor, por plazo de un año, quien poseía el imperium y figuraba
entre los magistrados de mayor jerarquía. Su nombramiento recayó en los
Comicios Centuriados y con el mismo ceremonial religioso que se usaba para la
elección del cónsul. La insignia de su cargo era la toga pretexta. Al pretor
correspondían además las funciones consulares cuando los cónsules estaban
ausentes.
Hasta el 337 a. C. sólo los patricios podían ser pretores, desde entonces pudieron
acceder a la pretura los plebeyos. Progresivamente los plebeyos ostentaron la
magistratura en la mayoría de las ocasiones.
El pretor dividió sus funciones a partir del 246 a. C.: el Praetor Urbanus se ocupó
de las cuestiones de los ciudadanos; y el Praetor Peregrinus de las cuestiones
suscitadas entre ciudadanos romanos y no ciudadanos. La división de funciones
fue necesaria por el incremento de las causas.
Cuestor[editar]
Los primeros cuestores fueron jueces encargados de los casos de asesinato y de
insurrección o alta traición. Con el tiempo su denominación más común
fue Quaestores Parricidii y Decemviri Perduellionis (no debe confundirse con
el decenvirato ni con los Quindecenviri). Eran nombrados para cada caso y no
constituían una magistratura permanente.
A fines del Siglo III a. C. los Decumviri o cuestores perdieron sus atribuciones
judiciales que pasaron a los Triunviri Nocturni (no debe confundirse con
el triunvirato).
Simultáneamente a estos cuestores judiciales existieron los cuestores
administrativos, en los cuales delegaba el rey la administración de los fondos
públicos. Con la república sus funciones pasaron a los cónsules que las delegaron
en dos cuestores civiles (para el Tesoro público) y dos cuestores militares (para
las arcas del ejército). Más tarde su nombramiento paso a los Comicios
Tribunados.
Edil curul[editar]
Los ediles curules surgieron durante la República Romana, inicialmente para
organizar algunas celebraciones. Eran designados por los Comitia Tributa.
Inicialmente ejercieron la magistratura alternativamente patricios y plebeyos;
después la designación fue independiente de la clase; el 541 ab urbe condita se
volvió a su designación alternativa (patricios en los años impares y plebeyos en
los años pares).
Más tarde asumieron funciones policiales, sanitarias, morales, abastecimientos,
mercados, precios, calidad, y organización de juegos.
Véanse también: Edil y Edil romano.

Vigintisexvirato[editar]
El vigintisexvirato eran los veintiséis cargos menores con los que comenzaba
el cursus honorum.
Tribuno de la plebe[editar]
Además existía una magistratura especial reservada exclusivamente a
los plebeyos, que no formaba parte del cursus honorum ni confería imperium:
el tribuno de la plebe, junto con el cargo asociado de edil plebeyo.
Véase también: Tribuno

Etapa imperial[editar]
Artículo principal: Imperio romano

En este período, Augusto creó el Principado o Alto imperio romano, una


monarquía encubierta que se mantuvo desde finales del siglo I a. C. hasta la crisis
del siglo III.
Este tipo de gobierno fue el resultado de la evolución de las instituciones
republicanas, adaptándolas a las necesidades de un verdadero Imperio. El
gobierno es dividido entre el Princeps (o emperador romano), sus provincias
imperiales y su propio tesoro (Fiscus); y los antiguos organismos, las provincias
senatoriales y el Aerarium o tesoro público. Pero en la práctica el gobierno de la
Roma imperial fue un protectorado del Princeps, que ostentaba todos los poderes
(Auctoritas, Maiestas y Potestas) y vigilaba a las autoridades tradicionales.
En el Bajo Imperio romano, las reformas de Diocleciano convirtieron en sistema
político en un mecanismo todavía más centrado en el Emperador, que se pasó a
llamar Dominus ("señor"), con lo que se habla de la época del Dominado

Ejército[editar]
Artículo principal: Ejército romano

Artículo principal: Historia de la estructura del ejército romano

Recreación de un casco de un centurión romano de finales del siglo II.


Reproducción de un gladius romano del 70 a. C.

En la evolución del ejército romano se pueden distinguir tres grades


periodos: Monarquía, Republica e Imperio. Posteriormente evoluciono en
el ejército bizantino.
La legión[editar]
Artículo principal: Legión romana

Véase también: Legionario

En los primeros tiempos no había distinción entre ejército y legión, Roma disponía
de una sola legión de hasta tres mil infantes y trescientos caballeros. Sin embargo
las guerras en aquella época eran escaramuzas limitadas que acababan con el
invierno, y es dudoso que alguna vez se llegara a reunir el ejército al completo. Ni
siquiera era un cuerpo permanente, se reclutaba y licenciaba según las
necesidades.
El tamaño de la legión pasó de unos tres mil hombres a más de cuatro mil,
pudiendo llegar hasta los cinco mil. También hubo una mayor especialización de
los soldados, pero tácticamenteno se produjeron cambios y se mantuvo la
estructura básica de la falange hoplita.
A comienzos de la etapa republicana la legión se organizó con una estructura
mucho más formal y estricta. Como las guerras eran más frecuentes y habían
dejado de ser simples escaramuzas, las batallas requerían más planificación.
A medida que las campañas aumentaban en duración se hacía evidente que la
situación de una ciudadanía militarizada permanentemente no era sostenible.
Esto supuso muchos problemas económicos hasta finales del siglo V a. C. y
principios del siglo IV a. C., cuando Roma empezó a tener tamaño suficiente para
que los soldados sólo fuesen una proporción pequeña de la población.
Especialmente importante fue la victoria frente a la ciudad etrusca
de Veyes (369 a. C.), cuyo territorio y población fueron anexionados. En esta
época el Estado ya compensaba a aquellos que sufrieran un perjuicio económico
por tener que abandonar su trabajo.
La lealtad del ejército se reforzaba por el juramento (sacramento) de fidelidad y
obediencia a los superiores y de no desertar de la batalla. Las faltas de disciplina
se castigaban de acuerdo a su gravedad con la suspensión del sueldo, con azotes
o hasta con la muerte. El castigo para unidades completas consistía
en diezmarlas, es decir, aplicar la pena de muerte a uno de cada diez legionarios.
Durante el transcurso de la etapa republicana se solía reclutar un máximo de tres
o cuatro legiones. Sin embargo continuaron teniendo, como durante la monarquía,
una existencia efímera. Únicamente se hicieron permanentes las legiones I a IV.
Éstas, mandadas por un cónsul la pareja, eran los ejércitos consulares. Durante
la segunda guerra púnica se reclutaron muchas más legiones para poder hacer
frente a la gran amenaza de Aníbal.
Hacia el final de la República Cayo Mario reformó el ejército. Se hizo permanente.
Se abolieron los límites establecidos por las clases de Servio Tulio y se aumentó
la paga del legionario, con lo que el número potencial de estos aumentó
considerablemente. Los nuevos soldados, sin trabajo y sin propiedades, no
deseaban que llegara el final de la campaña, que también significaba el final de la
paga. Los soldados se alistaban por dieciséis años, periodo que se fue ampliando
hasta veinte o veinticinco. Así se profesionalizó el ejército.
En la época imperial el ejército estaba formado por treinta legiones de unos cinco
mil trescientos hombres cada una. La legión ya era un cuerpo permanente, podía
variar en número y composición pero siempre existía, cada una con sus símbolos,
historia y glorias particulares. En ellas había gran variedad de especializaciones
como soldados, zapadores, policía militar, cuerpo médico, etc.
El combate terrestre[editar]
El esquema romano clásico de combate constaba de una vanguardia de velites. A
continuación venía la infantería pesada dispuesta en tres líneas:

 hastati
 principes
 triarii, que sólo entraban en combate en situaciones extremas.
A la derecha de la infantería se disponía la caballería romana, y a la izquierda la
caballería de los aliados auxilia.
En vista de sus defectos la formación en falange fue sustituida por el manípulo,
consistente en dos centurias bajo el mando del mayor de ambos centuriones.
Cada una de estas tres líneas de infantería ya no era continua, sino que se
separaba en manípulos, con un pequeño cambio de orden:

 hastati, diez manípulos de ciento veinte soldados


 príncipes, diez manípulos de ciento veinte soldados
 triarii, cuyo manípulo constaba de sesenta hombres
 velites, o infantería ligera, que se disponían delante de las líneas de infantería
pesada para explorar y hostigar al enemigo sin trabar contacto directo.
El hueco que quedaba entre dos manípulos de la primera línea se encontraba
cerrado por un manípulo en la segunda línea, y a su vez la tercera línea cerraba
los huecos de la segunda. El resultado era una disposición en forma de tablero de
ajedrez —accies— que dotaba de gran flexibilidad a los movimientos de la
infantería.
La reforma de Cayo Mario sustituyó los manípulos por la cohorte, formada por
seis centurias (un manípulo de hastati, uno de príncipes y uno de triarii),
homogeneizando el equipo individual de cada soldados y suprimiendo la infantería
ligera. Cada grupo de dos cohortes estaba bajo el mando de un Tribunus Militum,
que daba órdenes a los 6 centuriones de la cohorte, cuya jerarquía venía dada
por el orden de las centurias —de 1 a 6— en la cohorte; a su vez, cada centurión
era asistido por un optio, un soldado que sabía leer y escribir, por un
portaestandarte o signifer, y por un tesserarius o suboficial de inteligencia. Cada
cohorte estaba dotada de mucha más independencia táctica. Si la legión actuba
en conjunto, las cohortes se disponían en damero en dos líneas —dúplex
accies— o tres líneas —triple accies—, según la consistencia y resistencia de la
línea enemiga.
La armada[editar]
Artículo principal: Armada romana

Fases vitales, nacimiento y muerte[editar]


Artículo principal: Cultura romana#Fases vitales

Religión y mitología[editar]

Relieve que representa una suovetaurilia, sacrificio ritual de un cerdo, una oveja y un toro.

El triunfo de la Cruz sobre los ídolos paganos, de Tommaso Laureti, fresco de


las stanze del Vaticano.

Artículos principales: Religión en la Roma Antigua y Mitología romana.

La religión politeísta practicada en la Roma antigua tenía cultos privados,


familiares, y cultos públicos, inseparables del sistema político. Su mitología,
las leyendas y mitos que conformaban su cosmovisión tradicional, tenía su origen
en las religiones ancestrales de los latinosy otros pueblos itálicos, especialmente
de los etruscos; que se sincretizó con la de los pueblos conquistados por todo el
Mediterráneo, y especialmente con la religión griega, aunque también fue muy
importante el contacto con la religión egipcia y las religiones orientales,
especialmente los cultos mistéricos. La mayoría de las divinidades
del panteón romano se identificaron con las de la mitología griega; habitualmente
los dioses a identificar fusionaron sus mitos tradicionales, o en ocasiones unos
suplantaron a otros. Lo mismo ocurrió con multitud de divinidades locales de todo
el Imperio, con algunas excepciones. La relación con las
religiones monoteístas (judaísmo y cristianismo) fue mucho más problemática, y
terminó en un radical enfrentamiento: las guerras judías, las persecuciones con
las que el Estado romano pretendió erradicar el cristianismo y, desde el Edicto de
Milán y el Edicto de Tesalónica, la cristianización del Imperio romano, con la
consiguiente persecución de las religiones tradicionales, calificadas
de paganismo.
Véanse también: Cristianización, Cristianismo primitivo y Reacción pagana.

Festividades y calendario[editar]
Artículos principales: Fiestas romanas y Calendario romano.

Educación, escritura y lectura[editar]


Artículo principal: Educación en la Roma Antigua

Fresco pompeyano que representa una joven con su stilus y su tablilla encerada.

Desde los últimos siglos de la República, la élite social proporcionaba a sus hijos
una educación era al modo griego. El paedagogus (palabra griega de la que
deriva la actual "pedagogo") era el esclavo que conducía al niño a
la schola ("escuela").
En la primera enseñanza, el nutritor o tropheus era el responsable de enseñara al
niño a leer y de su educación hasta la pubertad. Debía dirigirse a su padre
llamándole domine(señor).
La schola ("escuela") estaba regida por el calendario religioso; las clases se
daban por las mañanas y era mixta hasta los doce años. Un grammaticus era el
responsable de enseñar a los niños los autores clásicos y la mitología; mientras
que a las niñas, consideradas adultas a los catorce años (domina en
latín, kyria en griego), podían tener un preceptor que le enseñara los clásicos.
La siguiente etapa de la educación tenía lugar en el gymnasium o palaestra. En
Oriente, las principales materias eran la lengua griega, las obras
de Homero, retórica, filosofía, música y deporte. En cambio, en Occidente, se
enseñaba además latín, en detrimento de la música y el deporte. A los dieciséis o
diecisiete años, había una bifurcación en el camino de los jóvenes, que tenían que
decidirse por el ejército o los estudios.
Véanse también: Alfabeto latino y Escritura cursiva romana.

Mientras que la epigrafía pública se tallaba en piedra o fijaba a los monumentos


con letras de bronce, o se trazaba mediante incisiones en placas de plomo; la
escritura de todo tipo de documentos se realizaba generalmente con tinta
sobre papiro (posteriormente sobre pergamino) en la redacción definitiva que se
deseaba conservar (en algunos casos, con incisiones sobre marfil). Las
anotaciones y comunicaciones cotidianas y el aprendizaje se realizaba con
incisiones sobre fragmentos de cerámica (lo que los griegos llamaban ostrakon)
o tablillas de cera utilizando un stilus (punzón).
Los rollos eran la forma habitual de recopilar los textos y conservarlos en
las bibliotecas; el formato "libro", con páginas, no se impuso hasta el comienzo de
la Edad Media.

Reconstrucción ideal de una biblioteca romana en el Museo della Civiltà


Romana (Museo de la Civilización Romana.24

Las bibliotecas romanas comenzaron siendo trofeos bélicos traídos a Roma por
los generales victoriosos en las campañas de Oriente, comenzando por la del
rey Perseo de Macedonia, que Lucio Emilio Paulo regaló a sus hijos (uno de los
cuales era Escipión el Africano). El prestigio que proporcionaba la posesión de
una biblioteca hizo que se generalizaran en las mansiones de los ciudadanos
ricos que pudieran costearlas. En el año 79 a. C. se fundó el Tabularium para
custodiar los documentos públicos, con las funciones de un archivo central. Asinio
Polión fundó la primera biblioteca pública. Augusto fundó la Biblioteca Octaviana y
la Bibliioteca Palatina, y Trajano la Biblioteca Ulpia25 (cuyo primer bibliotecario
fue Gayo Meliso, y que era gigantesca -18.000 metros cuadrados, incluyendo dos
templos dedicados a Júpiter y a Juno y salas de usos múltiples-). Todas ellas
tenían secciones griega y latina, y funcionaban como centros culturales y
educativos además de custodiar todo tipo de textos, ordenados en
los foruli y nidi ("nidos"), espacios resultantes del cruce de las estructuras de
los plutei o pegmata (estanterías muebles o incorporadas a los muros -no deben
confundirse con los Plutei de Trajano-), y adecuados a la forma "rollo"; mientras
que para la forma "libro" se utilizaron los armaria ("armarios"). En la construcción
ideal de una vivienda romana, que tradicionalmente guardaba los documentos en
el tablinum, la estancia donde se gestionaban los negocios, Vitrubio recomendaba
dedicar a la biblioteca una sala orientada al este, que también sería idónea para
recibir a los amigos.26
Candela cubo
Véanse también: Biblioteca de Celso y Biblioteca de Adriano

RELIGIÓN, FAMILIA y COSTUMBRES EN


LA ANTIGUA ROMA
27 julio, 2017 Sin categoría

Comparto nuevamente con ustedes la lectura de “Los romanos”[1], de R. H.


Barrow. Este libro, aborda el estudio de la persistencia del espíritu inmortal de la civilización
romana. Cuna de occidente, su aporte fue fundamental para el establecimiento de la
civilización europea.
“Los romanos” no se propone ser un libro de historia. Barrow se propone describir a los
romanos como pueblo, como civilización y como cultura, y, de esta manera, el libro brinda las
bases para conocer los hitos más importantes, los diferentes períodos (la monarquía, la
república, el imperio) y las personalidades destacadas en política, filosofía, literatura, e
historia. Para el autor el libro es una invitación a la reflexión, a la búsqueda, a la
reconstrucción de una historia apasionante.La religión romana fue primero la religión de la
familia y, luego, de su extensión, el Estado. La familia estaba consagrada y, por tanto,
también el Estado. Las sencillas creencias de las familias y los ritos practicados por ellas se
modificaron y ampliaron, en parte por nuevas concepciones debidas a nuevas necesidades, y
en parte por el contacto con otras razas y culturas, a1 unirse las familias para constituir aldeas
y, por último, la ciudad de Roma.
Los antropólogos han dado el nombre de “animismo” a la etapa de la religión primitiva en la
que se supone que en todas las cosas reside una “fuerza”, un “espíritu” o una “voluntad”. Para
el romano de los primeros tiempos, el numen, fuerza o voluntad, residía en todas partes o,
mejor dicho, se manifestaba en todo lugar por medio de una acción. Lo único que se sabe de
esta fuerza es que es capaz de obrar, pero su manera de actuar es indeterminada. En el reino
del espíritu. cuya característica es 1a acción, el hombre es un intruso. ¿Cómo podrá mitigar el
pavor que siente y cómo conseguirá que el numen realice el acto requerido, logrando para sí
“la paz de los dioses”?
Lo más urgente es “fijar” esta fuerza vaga de una manera aceptable pare ella, limitando o
dirigiendo su acción a algún fin vital del hombre. Se pensaba que al dar un nombre a su
manifestación en los fenómenos concretos, se definía lo que era vago, y, por decirlo así, se
encauzaba su energía hacia el fin deseado. Y así como las actividades del campesino y de su
familia, ocupados en labrar el campo, en tejer y cocinar y en criar a los hijos, eran muchas, así
la acción de esta fuerza se dividía en innumerables poderes nominados, que comunicaban
energía a los actos de la Vida familiar. Todas las operaciones diversas de la naturaleza y del
hombre -la vida multiforme de los campos, las habituales tareas del labrador, el diario trajín de
su mujer, la crianza y el cuidado de los hijos- se realizaban en presencia y por la energía de
estas vagas potencias transformadas ahora en deidades carentes de forma.
Acompañaban al acto de “denominar”, es decir, de invocar, oraciones y ofrendas de alimentos,
de leche y de vino y, en ocasiones, sacrificios de animales. E1 paterfamilias, que era el
sacerdote, conocía las palabras y los ritos apropiados. Palabras y ritual que fueron pasando
de padres a hijos hasta que se fijaron inmutablemente. La más mínima alteración en la
invocación o en la ceremonia podía impedir que el numen interviniera en el acto que el
individuo o la familia se proponía emprender, sobreviniendo entonces el fracaso. Los nombres
de muchos de estos dioses domésticos han pasado a las lenguas europeas: Vesta, el espíritu
del fuego del hogar; los Penates, preservadores de la despensa; los Lares, guardianes de la
casa; pero había otros muchos. Las oraciones eran diarias; la comida de la familia una
ceremonia religiosa en la que ofrendaban incienso y libaciones. Ciertos festivales se
relacionaban con los difuntos, los cuales se consideraban a veces como espíritus hostiles y
que había que expulsar, por lo tanto, de la casa por medio de ritos, otras como espíritus
benévolos que se asociaban íntimamente a todas las fiestas y conmemoraciones de la familia.
Cuando éstas se unieron para formar una comunidad, el culto y el ritual de la familia formaron
la base del culto del Estado. Al principio, el rey era el sacerdote y, cuando desapareció
la monarquía, perduró el título de “rey de las cosas sagradas”. Para ayudar al “rey” había
“colegios” de sacerdotes, hombres cualesquiera, no de una casta especial, colegas para dirigir
el culto y las fiestas. El principal colegio era el de los pontífices, que conservaba el saber
acumulado, dictaba reglas, registraba las fiestas y los principales acontecimientos de
significación religiosa para el Estado. Los pontífices produjeron un Derecho sagrado (ius
divinum). Los colegios menores les ayudaban; así las vírgenes Vestales cuidaban del fuego
del hogar del Estado, los augures interpretaban los presagios que veían en el vuelo de los
pájaros o en las entrañas de un animal sacrificado; pues se suponía que los dioses imprimían
en los órganos delicados de un animal consagrado signos de aprobación o desaprobación. Se
concedía importancia nacional a los festivales agrícolas de los labradores: la recolección, la
seguridad de los linderos, la persecución de los lobos para ahuyentarlos de los campos, se
convirtieron en asuntos importantes de la ciudad. Fueron adoptándose nuevas festividades
que se anotaban en un calendario del cual tenemos constancia. En un principio, Marte fue un
dios de los campos; los campesinos-soldados, organizados para la guerra, lo convirtieron en el
dios de las batallas. A medida que el horizonte de los romanos se ensanchaba, nuevos dioses
atrajeron su atención, e incluyeron en el Calendario deidades de las ciudades etruscas y de
las ciudades griegas de Italia. Júpiter, Juno y Minerva vinieron de Etruria; el griego Hefaistos
fue equiparado a Vulcano, que los romanos habían adoptado de sus vecinos etruscos.
También había muchas deidades “itálicas”, porque si bien para simplificar hemos hablado de
“romanos”-Roma misma estaba constituida por una fusión de tribus itálicas con cultos propios,
que indudablemente tendrían cierto aire de familia.
Los colegios se encargaban de establecer, registrar y trasmitir, sin alterarlas, las fórmulas de
invocación y de oración. En siglos posteriores, podía darse el caso de que un sacerdote
utilizase una liturgia expresada en un idioma pare él incomprensible, y que el pueblo tomara
parte en ritos cuyo sentido apenas captaba y que, sin embargo, tenían un significado.
Procesiones y días de fiesta, diversiones y sacrificios, imprimían en la mente popular el culto
del Estado. Más tarde veremos cómo el alud de ideas religiosas griegas y orientales irrumpió
sobre Roma y como se adoptaron los mitos y las leyendas pare proporcionar el carácter
pintoresco del que carecía la religión nativa. Pues, especialmente en los siglos IV y III a c., se
introdujeron nuevos cultos en la practica religiosa del Estado, aunque en lo que toca al mito y
al ritual quedaron inconfundiblemente marcados con el sello romano. Pero la influencia de
esas ideas nunca llegó hasta el corazón de la antigua religión romana, inmutable en su
naturaleza esencial. Con el aumento de los testimonios de la literatura y de las inscripciones
se ve claramente que, tanto en la ciudad como en el campo, persistió la antigua religión. Los
hombres cultos del último siglo a. c., versados en la filosofía y la crítica griegas, quizás
considerasen esta religión como una mera forma; pero estos mismos hombres desempeñaban
cargos en los colegios sagrados y fomentaban su práctica en el Estado, y hasta en la
familia. Augusto, el primer emperador, no edificaba en el vacío cuando se propuso salvar del
colapso al Estado restaurando la antigua religión romana y la moralidad inherente a ella.
Esta religión fría y un poco informe sostenía una rígida moral, y la mitología no impedía el
desarrollo de esta moral. Homero había plasmado para los griegos leyendas sobre los dioses
en versos inmortales -hasta que en una época posterior los críticos objetaron que estos dioses
eran menos morales que los hombres-. Los romanos, aparte de las fórmulas de las oraciones,
no tenían escrituras sagradas y, por tanto, no había ninguna moralidad mítica que destruir. Lo
que le interesaba al individuo era establecer relaciones adecuadas con los dioses, no
especular acerca de su naturaleza. Lo que a la ciudad le interesaba era lo mismo, y se le
permitía al individuo entregarse a sus creencias particulares, si así lo deseaba. La actitud
romana siempre es la misma; la tolerancia, con tal de que no se perjudicara la moral pública y
que no se atacara al Estado como Estado. E1 romano, a medida que se desarrollaba,
asignaba a los dioses su propia moralidad. E1 proceso puede ilustrarse de la manera
siguiente:
Una de las primeras fuerzas que se individualizó fue el poder del sol y del cielo; a este poder
se le llamó Júpiter, a no ser que Júpiter fuese el espíritu único del cual se individualizaron
otros numina. A1 principio se acostumbraba prestar juramento al aire libre, bajo el cielo, donde
no podía ocultarse ningún secreto a un poder que lo veía todo. Bajo este aspecto de fuerza
atestiguadora, Hércules recibió el epíteto de Fidius, “el que se ocupa de la buena fe”. De
nuevo aparece en escena la tendencia individualizadora: se personificó el abstracto del epíteto
Fides, “buena fe”. Y el proceso, continuó: se atribuyeron otros epítetos a Fides pare designar
las diferentes esferas en que Fides actuaba.
Esta habilidad pare abstraer una característica esencial es parte del proceso mental del jurista.
Los romanos demostraron la capacidad de aislar lo importante y buscar sus aplicaciones; de
aquí su jurisprudencia. En el tipo de especulación que exige una imaginación creadora, pero
que casi parece hacer caso omiso de los datos de la experiencia, fracasaron. Pero lo mas
importante es que el aislamiento de las ideas morales daba a éstas un nuevo realce. En el
hogar y en el Estado las ideas morales ocuparon un lugar semejante al de las “fuerzas”
mismas. Eran cosas reales en sí, y no creadas por la opinión; tenían validez objetiva. No es
necesario indicar que las cualidades abstractas apenas pudieron haber inspirado un
sentimiento religioso fervoroso, pues tampoco lo lograron las “fuerzas”. Además, estas
cualidades pronto fueron personificadas en una larga serie de “romanos nobles”. La cuestión
es que las ideas morales estaban envueltas en la santidad del culto religioso, y no podrá
comprenderse la literatura posterior si las virtudes, a las que tan a menudo apelan el
historiador y el orador, no se interpretan en este sentido. Estas ideas estaban ligadas al deber,
impuesto a la casa y al Estado, de adorar a los dioses. Aquí es donde ha de encontrarse la
raíz de ese sentido del deber que caracterizó al romano en su mejor aspecto. A menudo le
hacía parecer poco interesante, pero podía llegar a ser un mártir por un ideal. No discutía
acerca de lo que era honorable o justo; sus ideas eran tradicionales e instintivas y las sostenía
con una tenacidad casi religiosa.
Ningún. clamor de la plebe por el mal, ,ningún ceño tirano, cuyo fruncimiento puede matar; es
capaz de debilitar el poder que hace fuerte, al hombre de firme y justa voluntad.
[1] Barrow, R. H., Los romanos, FCE, México, 1950. Primera edición en inglés, 1949.

La Familia Romana
1. Origen de la Familia Romana: su origen se infunde mucho antes de la "ley de las XII
Tablas", que instuye que la familia son bienes de un ciudadano no sujeto a patria
potestad, fallecido, sin testamento,y que se transmite a falta de herederos y desendientes
directos.
1.1. Concepto: es aquella que constituye toda formacon fundamental en una sociedad, la cual
estaba dirigida por un ( paters-familias), ó jefe, y se establecio en los ambitos sociales y
juridicos.
1.1.1. Evolucion: su origen se infunde mucho antes de la era Romana, en la epoca de las
primeras civilizaciones y a traves del tiempo fue generando mayor grado de union, en la epoca
de Roma fue establecida por la " Ley de las XII tablas".
2. El Parentesco: Era el vinculo que entrelazaban a las personas y las cuales dependian de
sus relaciones personales.
2.1. Tipos de Parentesco: a) parentesco por agnacion: es el que exste entre el (
paters-familias) y las personas sometidas a su potestad crea un ( vinculo de
pertenencia). b) parentesco por gentetalidad: es el vimculo que existe entre el
paters-familias que tiene un ascedente comun. c) parentesco por
cognacion: que presenta parentesco por sangre que descienden de otros. d)
parentesco por afinidad: es el vinculo que existe entre el conyugue y los parientes
consanguineos de su conyugue.
2.1.1. El Parentesco se puede establecer: se puede dar en linea recta; todos aquellos que
descienden unos de otros. y en linea corateral: aquellos que descienden unos de otros y cada
generacion equivale un grado; 1° grado: consanguiniedad. 2°
grado: hermanos. 3° grado: primos hermanos en la linea corateral.
2.1.1.1. Nociones del Parentesco: Es la relacion juridica que existe entre personas que
descienden de un tronco en comun. Los Derechos que derivan del parentesco: La alimentacion,
el respeto, y la consideracion de sus descendentes con los ascendientes y la tutela legitima.
3. La Patria Potestad: Era una institucion del Derecho civil que le dio el oder al paters-
familas ó jefe un varon mas antiguo de la familia que importaban un conjunto de
derechos sobre las personas y bienes de los filius, con pocas obligaciones.
3.1. Evolucion de la Patria Potestad: Se baso en la efectiva potestad ó poder sobre los hijos y
sus descendientes, poder ejercido solo por el ascendiente varón de mayor edad, se
equiparaban a la potestad marital que se tenia al respecto a la mujer y era equivalente en
menor grado a la potestad sobre los esclavos; se ergia el paters-familias que podia realizar
cuaalquier transancion con referente a sus benes y individuos que poseian leyes al gradoo de
venderlos como esclavos.
3.1.1. Caracteristicas de la Patria potesta: a) Fue la principal institucion fundamental en el
Derecho Romano. b) Era un poder civil que el Paters-familia
ejercia sobre los hijos legitimos dentro y fuera del
matrimonio. c) Los efectos que ejercia el Paters sobre los hijos
era el derecho de castigar, el derecho a venderlos en el territorio extranjero. d) La
capacidad juridica de las personas se establecia en relacion a la posicion que presindian en la
familia, y solos el paters obtenia capacidad en el derecho privado. e) La mujer ocupaba
una posicion digna dentro de la familia como Maters pero no tenian potestad.
3.1.1.1. Efectos de la Patria Potestad: Eran relevantes en el derecho privado, ya que el filius-
familias carecian de capacidad juridica; sin embargo en el derecho publico no limitaban la
actividad de los sometios a ella de modo que una vez alcanzada la edad adulta podria votar en
las asambleas populares, ser magistrados ó senadores.
3.1.1.1.1. Extincion de la Patra Potestad: las Causas eran la muerte natural del paters-filius, la
capitis deminutio maxima ( perdida de la libertad) de cualquiera de ellos etinguia el vinculo, la
capitis deminutio media ( la perdida de la ciudadania), y la capitis diminutio minima( perdida
de la calidad de sui iuris), ya sea por adopcion ó adrogacion, las mujeres, la emancipacion, y los
filius sacerdotes.
4. La Emancipacon: Era la desvinculacion de la patria potestad que ejercia el paters-
familia sobre un integrante de su familia bajo su responsabiliadad.
4.1. Efectos de la Emancipacion: A) Perdida de todos los derechos sucesoros entre
emancipador y emancipado. B) Perdida de la relacion entre el emancipado y
emancipador. C) El emancipado formaria parte de una nueva
familia y el seria el paters. D) Pérdida de los lazos de adgnatio con su anterior
familia. E) El emancipador empezaba a generar sus propo
patrimonio.
4.2. Formas de la Emancipacion: a) Para poder realizar la emancipacion solo acontecia a los
ntegrantes de la familia. b) Era un contrato verbal y contaban con
testigos para dar FÉ de dicha emancpacion. c) Solo se podia realizar enel territorio
Romano. d) tambien se les consedia a los esclavos para
pasar a otro paters o emigrar fuera de Roma.
5. Vinculacion del Derecho Romano con el Derecho Venezolano actual.
5.1. La Patria Potestad en la actualidad: En el Codigo Civil, en titulo VI en sus articulos n° 261,
262y 263, trata sobre las tutelas de los padres sobre los hijos, el respeto hacia los padres y
tambien la tutela o salvaguarda de los hjos fuera del matrimonio, la madre en este caso
tomaria tutela de los hijos si el padre llegase a faltar.
5.2. La Extincion de la Patria Potestad: en el Codigo Civil, captulo III, sobre los articulos n° 278,
279, 280. se expresan de la siguiente forma se extinguira la patria potestad en caso de:
maltrataos a los hijos, en caso de peligro a los hijos, en trato de corrupcion ó prostitucion, y
malas costumbres.
5.2.1. La Emancipacion: El Codigo Civil, captulo II, en sus articulos n° 382, 383, 384,385 y 387,
sobre los efectos de la emancipacion son: el matrimonio, tambien le coniere derecho sobre su
capacidad juridica, tambien para obtener patrimonio propio.

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