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CURSO DE AUTORREALIZACIÓN DE ANANDA EN

ESPAÑOL

Segunda Parte: Raja Yoga

Lección 4

LOS YOGA SUTRAS DE PATANJALI

La Filosofía India consta de seis sistemas filosóficos: Nyaya, Vaisheshika,


Samkhya, Yoga , Mimamsa y Vedanta, de los cuales los tres principales son El
Sankhya, El Yoga y El Vedanta.
El Sankhya explica cómo (aparentemente) el Infinito se vuelve finito y cómo
nuestra naturaleza en cuanto seres humanos, busca la satisfacción en este mundo
material sin conseguirla jamás.
El Vedanta explica la naturaleza de la realidad última que produce la verdadera
satisfacción.
El Yoga es el puente perfecto entre el Sankhya y el Vedanta. Responde a las
preguntas: ¿Cómo puedo alcanzar la verdadera satisfacción? ¿Cómo puedo alcanzar esa
realidad última?
Patanjali en sus Yoga Sutras responde a estas preguntas de forma concisa. Esta
obra, escrita en forma de aforismos, es considerada como la primera y más importante
exposición de la Filosofía del Yoga.

Estructura de los Yoga Sutras


No se conoce con exactitud la fecha ni el autor de los Yoga Sutras. La mayoría de
los eruditos coinciden en atribuírselos a Patanjali y dan como fecha de su escritura el
siglo II a.C. Patanjali no creó la Filosofía y las enseñanzas del Yoga, sino que las
extrajo de las antiguas Escrituras Indias. Sus Yoga Sutras son la parte central del Raja
Yoga y contienen el camino hacia la Iluminación.
El libro comprende 195 sutras o aforismos y está dividido en cuatro partes o padas:
- Samadhy (“conciencia cósmica” o “éxtasis divino”). Presenta una visión global del
Yoga y de los objetivos de su práctica. Expone cómo alcanza la mente el estado del
Yoga; los obstáculos en el camino del Yoga y algunos de los diferentes tipos de
samadhi.
- Sadhana (“prácticas espirituales”). Describe los obstáculos para llegar al Samadhi y
presenta prácticas específicas para alcanzarlo. La parte central de estas prácticas son
las ocho etapas del Ashtanga Yoga, de las cuales en este pada se describen las
cinco primeras.
- Vibhuti (“poderes sobrenaturales”). Se describen las tres últimas etapas del Ashtanga
Yoga y los poderes (siddhis) derivados de su práctica.

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- Kaivalya (“estado absoluto, único e ilimitado”). Describe la naturaleza del deseo y de
la percepción humanos y cómo se progresa hacia el estado de Kaivalya.

El Ashtanga Yoga
En el Asthanga Yoga Patanjali nos proporciona un mapa del camino que tenemos
que recorrer y nos explica qué debemos hacer para alcanzar el estado que todos
buscamos, el estado de júbilo, paz y plenitud constantes. Una explicación de estas ocho
etapas será de ayuda para comprender los objetivos más profundos del Yoga.
1- Yama – Restricciones.
2- Niyama –Observancias
3- Asana – Quietud del cuerpo
4- Pranayama – Control de la energía
5- Pratyahara – Interiorización
6- Dharana – Concentración en un punto
7- Dhyana – Absorción
8- Samadhi – Unión con el Infinito
Las dos primeras etapas del sendero óctuple de Patanjali se conocen como yama y
niyama. Yama significa control; niyama, no control.
Literalmente estas dos etapas se refieren a los síes y los noes del sendero espiritual.
Curiosamente, al igual que “Los Diez Mandamientos” de Moisés, son diez. Pero existe
una diferencia importante entre unos y otros, los Yamas y los Niyamas son más
recomendaciones que mandamientos, y no ponen el énfasis en qué te ocurrirá si no los
cumples, sino en los beneficios que obtendrás siguiéndolos. Cada uno de estos
principios, cuando se practica perfectamente, ofrece una recompensa espiritual
definitiva. Puede mejorarse indefinidamente en su cumplimiento, hasta llegar a la
perfección espiritual.

1. Yama. (Control, los noes). Son cinco:


Ahimsa (No-violencia)
Satya (No-mentir)
Ashteya (No-robar)
Brahmacharya (No-sensualidad)
Aparigraha (No-codicia o No-apego)

Es interesante notar que todas estas virtudes se formulan en términos negativos.


Esto significa que cuando eliminamos nuestros errores no podemos ser sino
benevolentes, veraces, respetuosos con la propiedad ajena, etc. Porque nuestra
naturaleza es ser buenos. Actuamos de otra forma, no porque sea natural que lo
hagamos así, sino porque hemos abrazado un estado antinatural de inarmonía egoísta.

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2. Niyama. (No-control, los síes). Son:
Saucha (Limpieza)
Santosha (Contentamiento)
Tapasya (Austeridad)
Swadhyaya (Autoestudio o Introspección)
Ishwara pranidhana (Devoción al Señor Supremo)

3. Asana. (Postura).
Postura significa la capacidad de mantener el cuerpo inmóvil como requisito previo
para la meditación profunda Algunos autores han querido señalar que aquí Patanjali se
refiere a la necesidad de practicar las posturas de yoga como preparación para la
meditación. Pero Patanjali estaba hablando, no de prácticas, sino de diferentes etapas en
el desarrollo espiritual.
Asana se refiere a cualquier postura que nos resulte cómoda, con tal de que la
columna vertebral se mantenga recta y el cuerpo relajado. Se dice que un signo de
perfección en asana es la capacidad para sentarse en calma, sin mover un músculo,
durante tres horas. Muchas personas meditan durante años sin alcanzar resultados
notables simplemente porque nunca han entrenado a sus cuerpos para sentarse en calma.
Mientras no se domine el cuerpo, las percepciones más elevadas, tan sutiles que sólo
florecen en la quietud perfecta, no pueden alcanzarse.
Es bueno practicar algunas posturas de yoga antes de la meditación, ya que ayudan
a conseguir asana o postura firme. Pero muchas personas cometen el error de suponer
que deben perfeccionar la práctica de las posturas de yoga antes de intentar siquiera
meditar. Esto es totalmente falso. Ni siquiera es necesario en absoluto practicar las
posturas para la meditación.

4. Pranayana. (control de la energía).


Como comentamos al hablar de asana, muchos autores han cometido el error de
creer que en el Ashtanga Yoga, Patanjali habla de prácticas y no de diferentes etapas del
desarrollo espiritual, afirmando que en este caso se refiere a ejercicios respiratorios. El
control de la energía a menudo se realiza con la ayuda de ejercicios de respiración, de
ahí que los ejercicios de respiración hayan llegado a conocerse como pranayanas. Sin
embargo, Patanjali se refiere al control de la energía que se consigue como resultado de
diversas técnicas y no a las técnicas mismas.
Patanjali no da detalles sobre técnicas de pranayama específicas; de hecho el
pranayama se menciona únicamente en seis sutras. Las técnicas que en hatha yoga
generalmente se conocen como “pranayama”, son técnicas de respiración basadas en la
estrecha unión existente entre prana (energía), respiración y mente. Pero éste es un
concepto muy limitado, incluso hablando sólo de técnicas existen muchas más. Por
ejemplo, los Ejercicios de Energetización de Paramhansa Yogananda son pranayamas,
pues recargan las células del cuerpo de prana y enseñan a controlar su flujo.
Pranayama indica realmente un estado en el que la energía del cuerpo alcanza una
armonía tal que su flujo se invierte; pasa de dirigirse hacia fuera, hacia a los sentidos, a

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dirigirse hacia dentro, hacia el Ser Divino que reside en el corazón de todos los seres.
Sólo cuando toda la energía del cuerpo se dirige hacia este Ser, nuestra conciencia es
suficientemente intensa como para atravesar los velos de la ilusión y entrar en el
superconsciente. Dirigir esta energía hacia el interior es el primer paso para la
contemplación divina.

5. Pratyahara. (Interiorización de la mente).


Una vez que, por medio de pranayama, la energía ha sido dirigida de nuevo hacia
arriba, hacia su fuente en el cerebro, se hace necesario dirigirla hacia el interior del
cerebro. De esta forma se evita que fluya hacia el exterior, hacia los objetos del
pensamiento y como consecuencia hacia la inquietud mental. Es decir, hay que
interiorizar la conciencia, así los pensamientos dejarán de vagar por los interminables
desvíos de la inquietud y la ilusión y se enfocarán en los misterios más profundos de las
moradas del alma.
Esta interiorización es el estado de pratyahara, el estado en que la mente se retira
de los objetos y experiencias externas.

6. Dharana. (Concentración).
Es un estado de contemplación o conciencia interior fija. Uno puede ser consciente
de las realidades espirituales interiores, la luz interior por ejemplo o el sonido interior o
sentimientos místicos profundos, antes de alcanzar esta etapa, pero sólo después de
alcanzarla puede entregarse completamente a la concentración en esas realidades.
En este estado la mente se centra en un único punto; ya no es perturbada por las
sensaciones recibidas a través de los sentidos, ni por la inquietud ni por los
pensamientos externos.

7. Dhyana. (Meditación, absorción).


Por medio de la concentración prolongada en los distintos estadio de conciencia,
comenzamos a adoptar las cualidades de cada uno de ellos. Si meditamos en los
placeres de los sentidos, el Ser Interior llega a identificar su felicidad con la satisfacción
de esos placeres; el individuo pierde de vista la morada interior del Ser como fuente real
de sus placeres. (Pero si algo material fuera realmente causa de felicidad, lo sería para
todos los hombres. El hecho de que no sea así prueba que son nuestras reacciones frente
a las cosas materiales, no las cosas mismas, las que producen nuestra dicha). Del mismo
modo, concentrándonos en nuestros defectos personales sólo fortalecemos esos
defectos. (Es un grave error llamarse continuamente a si mismo pecador, como
proponen muchos seguidores ortodoxos de algunas religiones. Debemos concentrarnos
en la virtud si queremos llegar a ser virtuosos). Así, concentrándose en la luz interior o
en alguna otra realidad divina que se perciba cuando la mente está en calma, se
adquieren gradualmente esas cualidades de la realidad interior.
En el estado de Dhyana nos absorbemos y nos identificamos con el objeto de
nuestra concentración El ser individual comienza a expandirse en la identificación con
alguna de las cualidades universales, por ejemplo con uno de los ocho atributos de Dios:
paz, calma, luz, sonido, amor, júbilo, sabiduría y poder. La mente pierde su

4 P-II, Lecc.4
identificación con el ego y comienza a sumergirse en el gran océano de conciencia del
que forma parte.

8. Samadhi. (Unidad).
En este estado la conciencia de ego se disuelve. La identificación individual se
convierte en universal y se adquiere la percepción de unidad con el universo y su
Creador.
El samadhi llega cuando el alma, perdiendo por completo su identidad corporal, se
funde con la realidad superior de la cual el cuerpo y toda la creación no son sino una
manifestación. Una vez que se ha roto el control del ego no hay nada que impida
expandir la conciencia hasta el infinito. El devoto en profundo samadhi comprende la
verdad de las palabras de Cristo, “Yo y mi Padre somos uno”. La pequeña onda de luz,
perdida la ilusión de una existencia separada del océano de luz, se convierte en el vasto
océano.
Existen dos estados de samadhi: sabikalpa samadhi y nirbikalpa samadhi. El
primero está ligado a la quietud total de la meditación y la detención de la respiración.
En el segundo se permanece en el estado de unidad universal incluso durante la
actividad exterior.
En los estados más elevados de samadhi, el devoto es capaz no sólo de retener su
sentido de identidad con el Océano Infinito, sino también de ser consciente de la
pequeña ola de su ego y actuar a través de ella. Puede hablar, trabajar, sonreír y vivir en
todos los aspectos como un ser humano normal, sin perder su comprensión interior de la
Divinidad.
No se debe creer que estos estados son ilusorios. Son Realidad; nuestra limitación
actual es la ilusión. Muchos grandes yoguis han demostrado su omnipresencia de
diferentes formas. Los estudiantes interesados harían bien en leer la Autobiografía de un
Yogui, donde se describen muchas grandes almas y su experiencia de Dios.
Estas etapas sutiles de revelación espiritual pueden alcanzarse, en un nivel inferior,
en una existencia humana normal. Pues así como una alta montaña tiene en común con
un pequeño montículo el hecho de que ambos suben en pendiente hasta una cima, así las
verdades más elevadas se relacionan con los caminos prácticos de la vida diaria. Ésta es,
de hecho, la razón inmediata por la que toda persona inteligente se beneficia del estudio
de la Filosofía.

Afirmaciones 3
Las palabras tienen una influencia decisiva sobre la mente. Como dijimos en una
lección anterior, son como lentes que podemos enfocar a voluntad, concentrando
nuestra conciencia, nuestra energía, en el objeto deseado. Ya hemos visto que utilizadas
de esta forma tienen poder para transformarnos física, mental y espiritualmente, siempre
que no sean exageradas, que salgan del corazón y se digan con sinceridad y sentimiento.
Incluso palabras que no tienen un significado concreto, como los mantras*, poseen

*
Un mantra es una vibración sonora que canaliza la energía y purifica la mente. Jong-So es un mantra
gracias al cual la mente se libera de sus hábitos y apegos y se concentra para meditar.

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vibración. Para que las palabras sean efectivas debes poner en ellas tu vibración; de esa
forma se cargan de significado, adquieren significado.
El poder de las palabras y su utilidad en nuestra transformación personal es
reconocido desde hace miles de años por la cultura de la India y se ha recogido en la
tradición oral, así aparece en el siguiente cuento.

El escéptico

Caía la tarde, un grupo de buscadores de la verdad se había reunido a escuchar las


enseñanzas de labios de un sabio yogui. Sentados bajo un árbol a la orilla del río,
absorbían las palabras del maestro, que departía sobre el poder del mantra.
- ¿Por qué sabemos que dice algo, que no son simples palabras?. Porque transmite
un estado de conciencia.
Así se expresaba el yogui ante sus atentos seguidores. Pero no todos los oyentes
escuchaban con la misma fe, entre ellos había un escéptico en quien las palabras del
yogui levantaban dudas continuas. El yogui seguía hablando melodiosamente:
- Por eso os aseguro que la recitación del mantra puede conduciros al conocimiento
de vuestro auténtico ser, de vuestro ser más elevado, del Único Ser.
Al llegar a este punto el escéptico ya no pudo contenerse:
- Lo que afirmas no son más que palabras vacías, sin base. ¿Cómo puede la
repetición de unas palabras conducirnos al Ser?. Si yo repito ahora “halva, halva, halva”
¿acaso ese delicioso postre se hace realidad?. ¿Has visto que se haya materializado?.
Dame tú una prueba de lo que dices si pretendes que te crea.
Ante esta interrupción el yogui parecía furioso, dispuesto a enfrentarse con el
escéptico. Todos los presentes se preguntaban atónitos qué iba a suceder. Se levantó y,
gritando, ordenó a aquel hombre:
- ¡Callate!.
Al hombre aquel mandato le hizo hervir de rabia. Era tanta su ira que comenzó a
temblar, perdió el control y fuera de sí vociferó:
- ¿Cómo te atreves a hablarme en ese tono?. ¿Tú dices ser un santo y vas por ahí
vociferando y dando ordenes a los demás?.
Entonces el yogui, sentándose, se dirigió a él afectuosamente, todo signo de enfado
había desaparecido de su rostro y su voz, con la más profunda ternura le dijo:
- Siento mucho haberte ofendido. Pero díme, ¿cómo te sientes en este momento?.
- ¡Me siento ultrajado!.
El yogui concluyó:
- Una sola palabra injuriosa te ha herido. Observa qué terrible efecto ha tenido esa
sola palabra sobre ti. Si esto es así, ¿no crees que los términos que designan al Ser
tendrán el poder de transformarte?.

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El Poder de la Concentración
La concentración es la utilización de toda nuestra atención en el objetivo que nos
hayamos propuesto conseguir. La concentración no es sólo una capacidad mental; para
concentrarte, además de la mente, tienes que enfocar los sentimientos del corazón, la fe
y las aspiraciones más sinceras en aquello que hagas. Sólo así alcanzarás tus objetivos.
La falta de concentración es la causa fundamental de la falta de éxito en la vida. La
mayoría de las personas utiliza solamente un diez por ciento de su atención en la
realización de sus tareas, llevándolas a cabo con falta de concentración.
Para tener éxito en cualquier empresa enfoca toda tu atención en una sola cosa a la
vez; pero también es importante tener una mente flexible para que, si es necesario, en
cualquier momento puedas llevar tu atención a otra tarea.
Al contrario de lo que suele creerse, la concentración no tiene por qué suponer un
esfuerzo mental. De hecho, cuando verdaderamente deseas algo, piensas continuamente
en ello, sin realizar ningún esfuerzo. Concéntrate con interés en lo que hagas y estarás
embebido en dicha tarea.
Afirmación:
Pongo toda mi atención en cuanto hago. Con mi poder de concentración elimino
todos los problemas y obstáculos que me salen al paso.
Oración:
Señor, enséñame a concentrar en Ti mis sentidos, mis aspiraciones y todo mi ser.

Rutina
• Pon tu máxima atención en cuanto hagas a lo largo del día, incluso en las cosas
que te parezcan sin importancia.
• Concéntrate en cada una de las partes de tu rutina de meditación: los Ejercicios
de Energetización, el Hatha Yoga, la Oración y las distintas técnicas de
Meditación.
• Utiliza especialmente tu concentración mientras realizas la técnica de Jong-So.
Centra en ella toda tu atención y haciendo uso de tu fuerza de voluntad y
concentración no permitas que ningún pensamiento te distraiga.

Hoy haz lo siguiente


• Revisa tu postura de meditación. Si te parece que no es correcta, haz los cambios
que creas necesarios. Comprueba que estás cómodo/a, pero al mismo tiempo
despierto/a y preparado/a.
• Comienza tu meditación con una oración. Pon toda tu atención y tus
sentimientos en tus palabras, para que no se convierta en una oración vacía. No
te olvides de este paso tan importante.
• Canta, ya sea en alto o mentalmente. Recuerda que cantar abre el corazón y es
de gran valor para alcanzar una meditación profunda. En Ananda existen
grabaciones de cánticos que pueden serte útiles.

7 P-II, Lecc.4
• Medita con devoción. Recuerda la oración de esta lección y concentra tus
sentidos, tus anhelos, tu Ser completo en Dios.

Si tienes alguna pregunta no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

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8 P-II, Lecc.4
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Segunda Parte: Raja Yoga

Lección 5

HATHA YOGA DE ANANDA I

Algunos aspectos claves del hatha yoga de Ananda

Antes de comenzar la práctica de hatha yoga existen algunos aspectos importantes


que debes tener en cuenta para que sea lo más efectiva posible; también para evitar
posibles problemas físicos.

A) Precauciones para tu seguridad


Por encima de todo realiza las posturas con total relajación. No fuerces jamás los
movimientos, no estires o tenses en exceso. Desde luego no llegues nunca al punto de
dolor. Llega sólo hasta el primer punto en que sientas resistencia, detente y respira como
si estuvieras respirando en ese punto, relájalo. Si sientes dolor deja el estiramiento
inmediatamente. Un exceso de tensión conduce al dolor, reduce la flexibilidad e incluso
puede producir lesiones.
Toma precauciones en caso de condiciones de salud especiales, como enfermedades
del corazón, tensión arterial alta o baja, problemas importantes de espalda, cuello,
rodilla, etc. La mayoría de las posturas pueden modificarse para adaptarse a cualquier
edad o nivel de capacidad física. Si tienes alguna duda consulta con un médico o un
profesor de yoga experimentado. Las mujeres en periodo de menstruación deben evitar
las posturas invertidas. A partir del tercer mes del embarazo y el periodo posterior al
parto, deben evitarse las posturas que exigen doblarse hacia delante. Muchas de las
demás posturas son muy beneficiosas durante el embarazo y se ha comprobado que
ayudan al parto.

B) Consciencia
A lo largo de la rutina permanece consciente de la energía, de tus movimientos y de
la respiración. No estás “haciendo yoga” sólo mientras mantienes un asana. Cada
momento de tu rutina debe contribuir a la interiorización de la conciencia.
Para que esto sea posible, muévete despacio, con movimientos deliberados y
gráciles. Muévete siempre desde tu centro, desde tu columna. Al salir de una postura
siente que la energía utilizada al hacerla regresa a la columna.

1 P-II, Lecc.5
C) Pausas
Después de cada postura vuelve a una postura neutra de descanso, como Tadasana,
Balasana (la postura del embrión), la postura de meditación o Savasana (la postura de
relajación profunda).
Las pausas no sirven sólo para recuperarte físicamente. Son momentos para mini-
meditaciones, para centrarte, concentrarte interiormente y asimilar los efectos de la
postura que acabas de realizar. A veces durante una pausa sentirás los efectos de la
postura más profundamente que mientras la hacías.

C) Comienza por la izquierda


En las asanas que se hacen primero con un lado del cuerpo y después con el otro,
generalmente comenzamos con el izquierdo. Este mismo principio se sigue en distintas
técnicas de pranayama, incluyendo los Ejercicios de Energetización.
Hacerlo así ayuda a armonizar los movimientos externos del cuerpo y la respiración
con el movimiento interno natural de la fuerza vital en la columna astral. Con ello
resulta más fácil llegar a tomar conciencia de la energía de la columna y profundizar en
la práctica. El efecto de “comenzar por la izquierda” es sutil pero de gran ayuda.

D) Uso de la respiración
En Ananda es muy importante el uso consciente de la respiración. Al entrar y salir
de un asana la inspiración y espiración se utilizan para ayudarte a moverte con gracia y
de forma segura. En el asana utiliza la respiración para hacer más profundo el
estiramiento, la relajación, la concentración, la conciencia de la energía y la experiencia
en su conjunto. Entre asanas utiliza conscientemente la respiración para aumentar o
equilibrar los efectos del asana anterior o para atraer la energía hacia la columna más
profundamente.
Por encima de todo, a lo largo de la práctica, con cada inspiración expulsa toda
pereza, duda, inquietud e indiferencia.

E) Afirmaciones
Las afirmaciones que se proponen con cada asana deben repetirse (generalmente en
silencio) mientras se mantiene la postura. Cada afirmación está pensada para
sintonizarte más profundamente con la corriente de energía que despierta el asana y con
los estados de conciencia concretos asociados a esa corriente. Repite la afirmación con
concentración y sensibilidad, con el sentido de despertar y sintonizarte con los poderes
internos que yacen en ti.

2 P-II, Lecc.5
Posturas
A continuación te presentamos tres nuevas posturas sencillas, pero que te aportarán
importantes beneficios:

1. Tadasana- Postura de la montaña de pie

“Estoy listo/a para obedecer la más mínima de Tus órdenes”

Instrucciones
Ponte de pie con los pies a la altura de la cadera, los dedos de los pies hacia delante.
Deja el abdomen relajado para que puedas respirar con el diafragma.
Distribuye el peso del cuerpo por igual entre los dos pies, repartiéndolo desde el
talón hasta la punta de los dedos. Arraiga los pies en el suelo y estira las piernas.
Mantén las rodillas flojas, no las bloquees.
Si es necesario pliega la pelvis para establecer las curvas normales de la columna.
Inspira y estira la columna, desde su base hasta la coronilla. Espira y relaja los hombros
separándolos de las orejas. Levanta el mentón, poniéndolo paralelo al suelo. Mantén las
palmas de las manos mirando hacia tu cuerpo. Elévate ligeramente estirando todo el
cuerpo para sentirte ligero/a y alerta.
Respira suave y naturalmente y afirma mentalmente, “Estoy listo/a para obedecer la
más mínima de Tus órdenes”.

Variaciones
Existen muchas teorías sobre cuál es la postura alineada perfecta. Te recomendamos
que busques aquel alineamiento de tu cuerpo en el que te sientas en equilibrio (físico,
mental y energético), bien apoyado/a en el suelo y lo más ligero/a posible. Debes estar
atento/a a tu alineamiento a medida que pase el tiempo.

Beneficios
• Contribuye a tener una postura y respiración correctas.
• Relaja y equilibra el cuerpo y calma la mente.
• Ayuda a desarrollar el sentido de estar centrado/a, la atención y la receptividad.

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2. Vrikasana- Postura del árbol

“Estoy listo/a, estoy sereno/a”

Instrucciones
Desde Tadasana, lleva el peso del cuerpo a la pierna izquierda, arraigando el pie en
el suelo. Fija la mirada en un punto estacionario del suelo o de la pared frente a ti. Lleva
la planta del pie derecho por encima del tobillo izquierdo, con los dedos del pie derecho
apoyados en el suelo.
Abre la cadera derecha de forma que tu rodilla derecha mire hacia fuera y la pelvis
hacia delante. Estira el cóccix hacia abajo. Equilíbrate.
Inspira y haz un círculo con los brazos mientras los subes lateralmente por encima
de la cabeza, junta las palmas de las manos al llegar arriba. Espira y relaja los codos y
los hombros manteniendo la columna estirada.
Respira suavemente y de forma natural mientras mantienes la postura y afirma
mentalmente, “Estoy listo/a, estoy sereno/a”.
Para salir, inspira y extiende los brazos hacia arriba; espira, relájate y lleva los
brazos en círculo hacia abajo a los lados del cuerpo. Relaja la pierna derecha y lleva el
pie derecho hacia delante, vuelve a Tadasana.
Haz una pausa para integrar los efectos de la postura. Después repítela con el otro
lado.

Beneficios
• Tonifica los músculos de las piernas. Abre las articulaciones de la cadera.
• Reduce el estrés.
• Aumenta la conciencia de la columna vertebral.
• Estimula el sentido de estar centrado/a y la calma bajo cualquier circunstancia.

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3. Sasamgasana – Postura de la liebre

“Soy dueño/a de mi energía, soy dueño/a de mi mismo/a”

Instrucciones
Desde balasana, la postura del embrión, cógete los talones, curvando los dedos de
las manos hacia la mano contraria. Lleva la frente tan cerca de las rodillas como te
resulte cómodo y reposa la coronilla ligeramente en el suelo.
Continúa agarrando los talones mientras inspiras y levantas los glúteos estirando los
brazos. Utiliza la cabeza sólo como un punto de apoyo, no descargues tu peso sobre
ella; la mayor parte del peso debe estar reposando en las piernas. Espira y relaja los
brazos, hombros y parte alta de la espalda de forma que estén extendidos y abiertos.
Respira suavemente y de forma natural mientras mantienes la postura y afirma
mentalmente, “Soy dueño/a de mi energía, soy dueño/a de mi mismo/a”.
Para salir inspira, después espira y baja los glúteos dejándolos descansar en los
talones y recostándote en balasana.
Haz una pausa para integrar los efectos de la postura.

Variaciones
• Si tienes problemas de cervicales, desde balasana lleva los brazos hacia delante
apoyándolos en el suelo, sitúa los codos a la altura de los ojos. Reposa la
coronilla en el suelo. Inspira y levanta los glúteos dejando que el peso del cuerpo
sea soportado por los brazos y codos. Con este apoyo puedes dejarte ir un poco
hacia delante sobre la frente y estirar la parte posterior del cuello.
• Si tus brazos son demasiado cortos para cogerte los talones, quizá puedas
conseguirlo levantándote sobre los dedos de los pies.

Beneficios
• Libera la tensión de los hombros, parte alta de la espalda y columna. Lleva la
sangre hacia el cerebro. Quita la fatiga mental y ayuda a aliviar los dolores de
cabeza.
• Ayuda a combatir la inquietud y la hiperactividad.

5 P-II, Lecc.5
Respiración
La respiración adecuada es fundamental para sentirnos “vivos” y cargados de
energía. Desde hoy comienza a prestar atención a los ritmos naturales de tu respiración.
Pronto descubrirás que en esta aparentemente simple función vital se esconden tesoros
espirituales.
Te presentamos un ejercicio de respiración sencillo:
Tiéndete en Savasana. Deja que los brazos descansen a los lados de tu cuerpo con
las palmas de las manos mirando hacia arriba.
Inspira muy despacio y profundamente e imagina que la respiración llena tus pies.
Retén la respiración y siente que los músculos, los huesos y la piel se impregnan con la
energía respiratoria hasta llegar a hormiguear de vitalidad. Retén la respiraron sólo
mientras te resulte cómodo. Espira y relájalos. Si lo deseas puedes repetir el proceso, en
vez de hacer respiraciones excesivamente largas.
Haz el mismo ejercicio con las pantorrillas, los muslos, caderas, abdomen y
estómago, manos, brazos, antebrazos, pecho, hombros, espalda, cuello, garganta,
mandíbula, lengua, músculos faciales, ojos y cerebro. Siempre despacio y suavemente,
siempre con la mayor atención.
Comprobarás que este simple ejercicio tiene el poder no sólo de energetizar tu
cuerpo, sino también de curar muchas dolencias.

Rutina
• Utilizando las asanas aprendidas hasta ahora, te sugerimos una rutina de hatha
yoga con la siguiente secuencia: Tadasa, Vrikasana, Balasana, Sasamgasana,
Bhujangasana, Balasana y Savasana.

• A la hora de hacer hatha yoga ten en cuenta que su práctica es una buena
preparación para la meditación, pero no debe “robarte” tiempo de meditación.
Practícalo cuando tengas tiempo suficiente, no le sacrifiques tu tiempo para
meditar. Yogananda afirma: “…el hatha yoga es un excelente sistema, ya que el
cuerpo forma parte de la naturaleza humana y debe mantenerse en buen estado
de salud para que no obstruya nuestros esfuerzos espirituales. Sin embargo, las
personas devotas, inclinadas a buscar a Dios, no otorgan demasiada importancia
a las posturas yóguicas y no es estrictamente necesario que las practiquen”.

• Practica las posturas enfocándote siempre en la meta principal del yoga de


Ananda: la elevación de la conciencia.

Hoy haz lo siguiente


• Antes de sentarte a meditar haz los Ejercicios de Energetización.

• Practica el ejercicio de respiración que se presenta en esta lección.

• Si tienes tiempo, realiza la rutina de hatha yoga que se te propone en el apartado


anterior. Si tu tiempo es escaso pero quieres practicar un poco de hatha yoga,
elige dos o tres asanas, por ejemplo: Sasamgasana, Bhujangasana y Balasana,
seguidas de la relajación profunda.

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Segunda Parte: Raja Yoga

Lección 6

YAMAS

Los principios morales básicos del yoga se recogen en dos secciones generales de
los Yoga Sutras de Patanjali: Yamas (las restricciones) y Niyamas (las observancias).
Patanjali propone estas normas directrices porque el hombre no percibe fácilmente,
salvo después de muchas penosas pruebas y errores, las leyes que gobiernan su propia
naturaleza. Muchos de sus actos son autodestructivos: la drogadicción, por ejemplo. Se
puede decir, "Soy libre de drogarme cuando quiera". Esto es cierto, pero no es una
afirmación de verdadera libertad, ya que la drogadicción conduce a la esclavitud mental.
La verdadera libertad se obtiene comprendiendo las leyes naturales y ateniéndose a
ellas. Los principios morales universales son en realidad postes indicadores hacia la
libertad verdadera y eterna.
Los principios de yama están concebidos como directrices a seguir para que nuestra
energía no se "derrame" y podamos avanzar espiritualmente. Un cubo lleno de agujeros
no puede llenarse de leche. De igual forma, la mente humana no puede llenarse de la
paz divina mientras sus poderes se vacíen continuamente a través de apegos y deseos.
Las normas de yama están concebidas para ayudar al yogui a tapar esos "agujeros" y
que pueda así comenzar a almacenar en su cuerpo y cerebro la "leche" de la paz divina.
Las normas del yama o control, son proscriptivas. Cuando podamos eliminar la
inarmonía física y mental de nuestro organismo, no tendremos que trabajar para
volvernos armoniosos. Somos espíritu; lo que nos hace creer que somos otra cosa es el
velo de la ilusión que se ha echado sobre la perfección eterna de nuestra verdadera
naturaleza. El oro puede ser enterrado en el barro, pero si le quitamos el barro volverá a
aparecer dorado.
Las normas de yama son:
1) Ahimsa, no-violencia
2) Satya, no-mentir
3) Ashteya, no-robar
4) Brahmacharya, no-sensualidad
5) Aparigraha, no-codicia
Puede parecer extraño ver estos principios enunciados de forma negativa. La razón
es que cuando la cualidad negativa se elimina, revelan su virtud opuesta. Cada regla del
yama sirve, asimismo, para permitir que florezcan virtudes innatas. Hablando de una
1 P-II, Lecc.6
manera figurada, cada yama elimina la suciedad que recubre el oro de nuestro auténtico
ser. Lo que queda, una vez que hemos eliminado la tendencia negativa, es una realidad
del alma.

1.- Ahimsa, (no violencia).


Es un término popularizado por Mahatma Gandhi, que gracias a la resistencia no
violenta, condujo a la India a la emancipación política de Gran Bretaña. La no violencia,
entendida correctamente, es el Arma Disuasoria del hombre fuerte; convierte al enemigo
en amigo al desvanecer la posibilidad de fomentar el conflicto.
La razón de que se formule negativamente (podría haberse traducido como
"benevolencia") es que cuando desechamos de nuestro corazón el impulso a dañar a los
demás, la benevolencia se revela como una cualidad natural del corazón.
La meta del yoga es comprender la unidad de toda la vida. Todo cuanto separe
nuestra conciencia de la inmensidad de la vida equivale a una negación de la unidad que
buscamos por medio de la meditación. El deseo de dañar a un ser vivo, o al medio
ambiente, que en cierto grado es vivo y consciente, nos aliena de la realidad del alma y
afirma la ilusión del ego. Todos somos expresiones de Dios, de la misma forma
(utilizando una imagen muy querida por Yogananda) que las llamas de un quemador de
gas, aunque parezcan separadas unas de otras, son sólo manifestaciones del gas que hay
bajo ellas. Si te hago daño, en sentido real estoy haciéndome daño a mí mismo. El dicho
de Jesús, "Ama a tu prójimo como a ti mismo" en sentido profundo significa, "Ama a tu
prójimo; él es tú Mismo".
Lo importante en las normas de yama y niyama no es su expresión exterior, sino la
actitud interna del corazón. En este mundo de relatividad es inevitable hacer daño con
sólo vivir. Cuando respiramos mueren multitud de gérmenes. Al conducir, el parabrisas
del coche se llena de insectos. Es imposible practicar literalmente ahimsa hasta la
perfección.
A lo que se refiere Patanjali, esencialmente, es a la actitud mental, no a los actos
literales del cuerpo. Es la actitud personal la que puede conducirnos hacia la liberación
o hacia una esclavitud mayor. Lo que se entiende por ahimsa es una actitud de no hacer
daño (un sentimiento de benevolencia universal). Por tanto, para practicar ahimsa,
debemos mantener en todo momento una actitud no violenta.
El Bhagavad Gita declara que existen situaciones en las que debe infringirse un
daño menor para impedir uno mayor, evitar ese daño menor es en sí un acto de
violencia. A veces es necesario luchar, por ejemplo hacerlo en una guerra justa, con
ánimo de brindar seguridad al inocente frente a la voluntad destructora del agresor.
Es importante también comprender el principio de la no violencia en cuestiones
sutiles, por ejemplo: se puede matar el entusiasmo de los demás; del mismo modo la
burla, la falta de respeto, tratar a los demás airadamente o con miradas de desprecio,
constituyen formas de violencia que, por no ser físicas sino psicológicas, pueden hacer
incluso más daño que herir el cuerpo.
Al practicar Hatha Yoga, debemos tener una actitud de no violencia hacia nuestro
cuerpo. Tenemos que realizar las posturas con un sentido de relajación, de
autoexploración y no de castigo.

2 P-II, Lecc.6
La no violencia se aplica también a la meditación. El deseo de infligir daño crea en
nosotros una tensión interna, que entra en conflicto con la paz que intentamos
desarrollar mediante la meditación.
Patanjali indica que cuando desarrollamos Ahimsa a la perfección, hasta la fieras
salvajes y los criminales se amansan en nuestra presencia.

2.- Satya, (no mentir).


Su enunciado de modo negativo indica que cuando hemos superado el deseo de
distorsionar la verdad se revela nuestra tendencia natural: ser veraces.
Satya es la actitud necesaria para superar nuestras falsas nociones sobre la vida.
Nuestro camino hacia Dios consiste en liberarnos de las falsas ilusiones. El científico
que en su investigación trabaja con rigor, sin que ninguna predisposición personal
influya en sus resultados, está practicando el no mentir. La persona que examina sus
gustos y aversiones sin prejuicios, también está practicando satya. Para un examen
profundo de la realidad se necesita una visión limpia y cristalina.
El no mentir debe ser entendido en sentido sutil, porque los hechos y la verdad no
siempre son sinónimos. Por ejemplo, una persona hospitalizada puede estar muy
enferma, y si se le dice "¡Estás muy mal!", esta afirmación puede empeorar su estado.
Pero si la visualizamos con buena salud y le decimos con profunda convicción "¡Te
encuentro muy bien!", es posible que nuestras palabras le den fuerza e incluso que se
cure.
Existen verdades superiores e inferiores. Llamar a un hombre estúpido no es una
verdad superior. Utilizar palabras hirientes, aunque se basen en hechos evidentes, pero
superficiales y temporales, es una falsedad en sentido espiritual. El alma es siempre
sabia, siempre perfecta. Por tanto ser veraz no significa ser objetivo al pie de la letra.
Hay que recordar que la verdad es siempre beneficiosa, pero la afirmación de un
hecho puede ser beneficiosa o perjudicial. Si existe la posibilidad de que sea dañina, no
debe ser tomada como una verdad en su sentido más elevado. Si en algún momento
comprendes que no puedes hablar sinceramente sin riesgo de hacer daño, la mejor
alternativa es guardar silencio.
Una actitud de no mentir significa ver las cosas tal como son, aceptar la posibilidad
de estar equivocado, cuidar que los gustos y aversiones no perjudiquen la percepción de
la realidad. La veracidad significa buscar siempre la Luz Divina brillando en medio de
la oscuridad, ver a Dios en todo y en todos, afirmar la bondad incluso ante la maldad y
hacerlo siempre desde la honestidad absoluta, no porque nos gustaría que fuera así.
Satya es esencial en la meditación como defensa contra las alucinaciones y contra
los apegos a otros engaños comunes, que llegan a la mente procedentes del
subconsciente. Las alucinaciones son un obstáculo para la meditación; pueden ser
visuales, pero también pueden tomar otras formas engañosas: por ejemplo, de guía
"intuitiva"; estas “intuiciones” y falsas visiones procedentes del subconsciente,
deprimen la mente, alejándola de la superconciencia.
¿Cómo se puede saber si una experiencia es superconsciente o es una alucinación?.
Las experiencias superconscientes van acompañadas de una elevación de la conciencia
interior. Asimismo producen resultados beneficiosos y duraderos. Las experiencias
superconscientes no son vagas, por ejemplo si se ve una luz en la superconciencia será

3 P-II, Lecc.6
clara, no turbia o difusa. La inspiración que se siente produce claridad mental, no
vaguedad o confusión.
En Hatha yoga el dominio del cuerpo está en relación con la conciencia que se tiene
de él. En las posturas de yoga se debe tener una actitud de no engaño. Al practicar las
posturas sé consciente interiormente de tu cuerpo. Por ejemplo, concéntrate en la
tensión que impide el estiramiento; sé honesto reconociéndola. Te darás cuenta de que
aceptándola podrás superar el obstáculo que te impide avanzar.
Patanjali, en los Yoga Sutras, indica que la persona en quien este principio de satya
se establece firmemente, desarrolla el poder de alcanzar los frutos de la acción sin
necesidad de actuar. Su simple pensamiento, su sola palabra, son vinculantes para el
universo.

3.- Ashteya, (no robar).


Ashteya no solamente significa no adueñarse de lo que pertenece a otros, sino no
codiciar la propiedad de los demás. Significa no desear nada que no sea tuyo por
derecho. Significa no desear siquiera lo que es tuyo por derecho, puesto que tu felicidad
no debe estar condicionada por el hecho de conseguirlo o no. El deseo nos mantiene
atados a las cosas, buscando la felicidad en ellas, en lo externo y lleva a la mente lejos
de su verdadera identidad, impidiéndonos alcanzar la dicha espiritual.
Este yama puede entenderse como contentamiento con lo que se tiene, sabiendo que
lo que nos pertenece por derecho llegará en su momento. Podemos trabajar por
conseguirlo, pero no debemos trabajar movidos por el deseo, así no viviremos “para lo
exterior” sino para nuestro ser más profundo.
El robo, o la codicia, debe ser entendido también en sentido sutil. Hay personas que,
según Sri Yukteswar, “cortan las cabezas de los demás para parecer más altas”. Hablar
con crueldad a otros o de otras personas, es pensar que la virtud nos pertenece a
nosotros exclusivamente. Fortalecer nuestro ego a expensas del ego de los demás es
reforzar el engaño. El ego es el mayor obstáculo que nos separa de la auténtica visión de
la unidad de la vida.
Astheya es esencial en la meditación, ya que el más leve deseo llevará a la mente
hacia el exterior. El secreto de la paz interior es la ausencia de deseos. Mientras no
seamos capaces de calmar los deseos del corazón, la meditación no será posible. El flujo
de la energía debe ser canalizado desde el corazón hacia el interior y hacia arriba, hacia
el entrecejo, si queremos que la meditación nos conduzca a la iluminación.
En la práctica de Hatha yoga toma conciencia de que toda la energía del universo
está a tu disposición. Ábrete mentalmente al flujo de la energía y dirígela a tu cuerpo
mediante el ejercicio directo de tu voluntad e irrádiala también a los demás como una
bendición.
Patanjali, en los Yoga Sutras, indica que la persona en quien el principio de Astheya
se establece firmemente, tendrá riqueza siempre que la necesite y todas sus necesidades
estarán cubiertas.

4.- Brahmacharya, (no sensualidad).


Quizá para comprender este yama deberíamos comenzar delimitando qué significa
sensualidad en sentido yóguico. En la interpretación de Patanjali no todos los placeres
sensoriales implican sensualidad. No se trata de que rechacemos el mundo y sus
infinitas bellezas tachándolas de sensuales. Debemos entender la sensualidad como

4 P-II, Lecc.6
aquella tendencia, derivada de los placeres sensoriales, que nos aparta del sentido de
unidad universal y nos lleva a acentuar la conciencia de estar separados de los demás
seres de la creación. Una experiencia será tanto más sensual cuanto más se oriente hacia
los sentidos y el egoísmo. Por tanto, para practicar brahmacharya debemos evitar las
experiencias que emboten nuestra sensibilidad espiritual y buscar aquellas que
aumenten nuestra conciencia y la armonía con cuanto nos rodea.
Brahmacharya debe interpretarse como auto-control. Se basa en el reconocimiento
de que nuestro auténtico poder procede de nuestro interior, no de las satisfacciones
externas. Cuanto más vivamos en esta dirección, sin derrochar nuestras energías en lo
sensual, más poder alcanzaremos. Dispersar nuestras fuerzas (incluyendo hablar
demasiado, actuar demasiado o toda clase de excesos) nos lleva a perder el control.
A muchas personas les resulta difícil comprender el sentido del auto-control porque
la satisfacción sensorial, incluso la liberación de tensiones, suele ir acompañada de una
aparente sensación de libertad y, como consecuencia, de una cierta paz interior. Pero un
sentimiento auténtico de paz y libertad no son posibles si conllevan una disipación de
energía. La energía es la clave del autodesarrollo y la verdadera paz y libertad necesitan
aporte, no gasto, de energía. La verdadera libertad debe trasmitir un sentimiento de
poder, de expansión y de bienestar.
El grado de conciencia de una persona depende de la cantidad y dirección de la
corriente de su energía interior. Debemos tratar de alimentar al máximo nuestra energía
interior y dirigirla hacia el cerebro. La norma para alcanzar la felicidad es retirar nuestra
energía de los sentidos y dirigirla hacia nuestra fuente interna y ascendentemente hacia
el ojo espiritual.
Durante el siglo veinte se escribió mucho sobre los perjuicios de la represión. No se
estudiaron los efectos elevadores de la transmutación. No se puede hablar de represión
cuando una persona utiliza medios científicos para dirigir la corriente de energía hacia
el cerebro. Cuando se actúa voluntariamente no hay represión sino transmutación.
Cuando se aprende a dirigir así la energía los efectos son totalmente positivos: mayor
alegría, mayor poder de concentración, mayor fuerza física.
Patanjali afirma que cuando se perfecciona el principio de no-sensualidad física y
mental, el yogui adquiere enorme vigor. Swami Vivekananda atribuía sus espectaculares
poderes mentales a la observancia de brahmacharya. Se cuenta que en una ocasión le
regalaron la Encyclopeadia Britannica. Dos semanas más tarde había leído ¡los trece
primeros volúmenes!. Cuando uno de sus discípulos puso en duda que hubiera podido
retener mucho de cuanto había leído, Vivekananda le desafió:
- Pregúnteme lo que quiera de esos trece volúmenes.
Respondió correctamente a todas las preguntas, incluso fechas y nombres de
lugares.
Durante la meditación puedes aplicar este principio esforzándote por llevar la
energía y la conciencia por la columna hacia el entrecejo.
En las prácticas de las posturas de yoga realiza también este ejercicio de
interiorización de la energía. No permitas que se gaste en el simple ejercicio muscular o
el movimiento.

5 P-II, Lecc.6
5.- Aparigraha, (no codicia).
Aparigraha también se ha traducido como no-avaricia. Realmente el significado más
sutil de este yama es el de no-apego.
No-codicia se refiere a no desear ni siquiera lo que es nuestro, lo que ya nos
pertenece. Recuerda que el tercer yama hablaba de no desear lo que no nos pertenece,
pero en este caso se va más allá, hasta no identificarnos siquiera con nuestro cuerpo y
nuestra personalidad, sino con aquella parte de nosotros que se vuelve hacia el interior.
Aparigraha nos propone vivir en el mundo como invitados que pasan aquí una
temporada, con una parte de nuestra mente viviendo siempre en la eternidad, libre de
todo apego. Este no aferrarse a nuestras cosas, no codiciar nada de cuanto tenemos,
conduce a superar las identificaciones temporales, incluso la identificación con nuestro
cuerpo actual, que es nuestro sólo durante un corto periodo de tiempo. Por eso Patanjali
afirma que practicada hasta la perfección, la no-codicia tiene como resultado recordar
encarnaciones pasadas, antiguas identificaciones con otros cuerpos, otros lugares y otros
hechos.
La base para practicar este yama es recordar que nada nos pertenece, ni siquiera
nuestros actos o nuestros pensamientos, porque todo pertenece y forma parte de Dios.
Debemos superar la identificación con nuestra mente y nuestro cuerpo que oscurece la
verdad de que el alma es, en esencia, infinita y eterna. Fortalecernos en nuestro
auténtico ser nos permite disfrutar de todo cuanto se nos presenta en el mundo sin
preocuparnos por su pérdida. Nos aporta alegría.
Durante la meditación esfuérzate por liberarte mentalmente de las identificaciones
mundanas. Corta las cuerdas emocionales que te atan a tus posesiones. Puede resultarte
útil afirmar mentalmente: “¡No soy el cuerpo!. ¡Soy Espíritu, siempre gozoso, siempre
libre!”.
En la práctica de Hatha yoga trata de vencer los dictados del cuerpo. Y en general en
tu vida diaria no te sometas a él. Tu cuerpo es tuyo para utilizarlo, no para mimarlo. No
te permitas nunca decir: “Estoy cansado”. Quizá el cuerpo necesite descanso, pero tú no
eres el cuerpo, eres el alma siempre perfecta. Gradualmente intenta disciplinar tu cuerpo
para que no te domine y seas tú quien ejerza el mando.

Conversación sobre meditación con Swami Kriyananda


Te presentamos una trascripción de los principales puntos tocados por Swami
Kriyananda en una charla sobre meditación grabada el 3 de Octubre de 2003. Pertenece
a la grabación “A course in Meditation” y en ella Kriyananda responde a diversas
preguntas planteadas por los estudiantes.
¿Qué es la meditación?
Meditar es llegar a conocer nuestra naturaleza más elevada y espiritual. Si bien
puede meditarse al margen de un contexto espiritual, por ejemplo mediante el silencio
interior, la práctica de la devoción ayuda a sentir que estamos más allá de nuestro
pequeño ser y a concentrarnos en el ser más elevado, en Dios.

6 P-II, Lecc.6
Meditar es dirigir nuestra atención a un único objeto, enfocando la mente, a través
de la concentración, en Dios o en uno de sus atributos o bien en nuestra naturaleza más
elevada.
¿Significa dejar la mente en blanco?
No, es un estado de conciencia intenso. Piensa en algún momento de tu vida en que
te hayas sentido especialmente elevado, por ejemplo contemplando una puesta de sol.
En tales momentos te absorbes mental y emocionalmente en el atardecer; así es la
meditación. Por el contrario el vacío mental lleva implícito un bloqueo; el estado de
pasividad, de opacidad, nos hace descender del superconsciente al subconsciente.
¿Es una huida de la realidad?
No, nuestros sentidos nos muestran un mundo que es muy distinto del mundo real.
La materia es energía. Si pudieras ver tu cuerpo tal como el científico ve a través del
microscopio, lo observarías como un enorme número de átomos. La meditación nos
ayuda a percibir la realidad en todos sus niveles. Además, al poner a la mente bajo
nuestro control, nos permite hacer todo mejor, nos permite ir más allá del ego.
¿Meditar está reñido con el cristianismo o el judaísmo?
En absoluto, todos los grandes santos han meditado. En la conversación, ¿no
tenemos que escuchar en la misma medida en que hablamos?. Después de la oración es
necesario escuchar la respuesta de Dios, la inspiración que procede de lo alto. ¿Cómo
podría ser la meditación in-espiritual?. Significa calmar la mente. “Cálmate y
comprende que Yo soy Dios”.
¿Quién necesita meditar?
Todo el mundo. Todos necesitamos calma, concentración. Meditar es como tener un
telescopio: enfoca las cosas y así podemos ver las realidades que nos rodean con
claridad.
¿Es posible meditar y seguir atendiendo a la vida práctica?
La meditación y la fe son las cosas más prácticas que existen. Jesús dijo, “Busca
primero estas cosas y todo lo demás se te dará por añadidura”. Cuanta mayor claridad
mental se tenga, más rápidamente se encontrarán las soluciones a los problemas; al
meditar se aprende a canalizar la energía y se hacen las cosas bien. Las personas que no
tienen control sobre su mente necesitan mucho tiempo para resolver un problema
sencillo y a veces no consiguen encontrar la solución. Si se utiliza adecuadamente la
energía y se dirige la mente correctamente, las soluciones llegan con rapidez, sin
esfuerzo. La mente consciente se orienta hacia los problemas; la mente superconsciente
se orienta hacia las soluciones. Por tanto la meditación es lo más práctico que conozco.
¿Puede meditar cualquier persona?
Teóricamente sí. Pero en términos prácticos quizá no. Algunas personas son
incapaces de sentarse en calma o no quieren sentir paz y son psicológicamente
incapaces de tranquilizarse. Pero incluso la persona más inquieta puede meditar. El
Bhagavad Gita dice, A la persona que no tiene paz, ¿cómo le será posible la felicidad?.
¿Existen personas que no deberían meditar?
Sí, las personas que tienden a huir de la realidad, como las personas esquizofrénicas,
desequilibradas o que sufren alucinaciones. El estado en que se encuentran estas

7 P-II, Lecc.6
personas hace que todavía no puedan meditar. Deberían llevar una vida físicamente
activa, aprender a relajarse y objetivar la realidad y quizá prestar servicio a los demás.
¿Con qué frecuencia se debe meditar?
Depende de cada individuo, pero debe hacerse todos los días. Del mismo modo que
hacemos muchas otras cosas todos los días, deberíamos tener una higiene mental y
espiritual diaria. Constamos de cuerpo, mente y alma. Meditad todas las mañanas y
todas las tardes.
¿Durante cuánto tiempo se debe meditar?
Mientras disfrutes de ello, aunque un principiante quizá no disfrute. Medita mientras
puedas hacerlo sin sentir una explosión interior y sin dormirte. Al principio puedes
meditar de 5 a 15 minutos por la mañana y por la tarde, mientras seas positivamente
consciente de lo que haces y no lo hagas pasivamente, mientras puedas hacerlo con una
clara intención. Después aumenta el tiempo progresivamente. Llegará un momento en
que comenzarás a sentir gozo. Entonces medita mientras se mantenga ese gozo. Poco a
poco nacerá, o así debería ser, un vivo deseo de que llegue el momento de meditar, el
momento de estar con Dios.
¿Por qué se debe meditar?
Para convertirse en un ser humano completo. Decimos, “Sólo soy un ser humano”,
pero yo digo, no, todavía no somos humanos. Tenemos que comprender que poseemos
un gran potencial de gozo y amor. Quien no esté dispuesto a hacerlo es como aquellos a
quienes se refería Jesús cuando dijo, “Deja que los muertos entierren a los muertos”.
¿Es mejor meditar solo o en grupo?
Solo, pero en equilibrio con los demás. Trabajando juntos recibimos la influencia de
la devoción y la elevación de los demás. Por eso las celebraciones religiosas en las
iglesias pueden elevar más. Por supuesto existen personas que se siente más elevadas al
aire libre. Pero recibir la influencia de los pensamientos de los demás puede ser
beneficioso.

Ejercicio de meditación
Visualiza una luz blanca en el corazón; expándela hacia fuera y hacia arriba. Siente
que la luz no te pertenece, sino que tú eres parte de esa luz y de la alegría que produce.
Expande mentalmente la luz hasta que llene la habitación donde te encuentras. Permite
ahora que llene todo el edificio y la vecindad. Siente que esa luz bendice a todas las
personas y todas las cosas, que todo brilla gracias a esa luz. Vete más allá de la ciudad y
del país. Ya no eres el ego sino la luz. Bendice a todos. Vete más allá de tu nación, a tu
continente y después a todos los continentes y océanos. Contempla a todos como tus
hermanos y hermanas.
Expándete más allá de la tierra. Intenta ser para todos un canal de esa luz, que todos
puedan verla como si se abriera su ojo espiritual. Expándete a los planetas del sistema
solar, a las galaxias del universo. Las estrellas son como pequeñas luces de una ciudad
lejana que brillan en la infinitud de tu propio ser. Medita en esa luz y en el amor y el
gozo que es Dios. Di, “Yo soy tu luz, tu amor, tu gozo. Todo es uno. Soy uno contigo”.

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Rutina
• Reflexiona profundamente en el mensaje de los yamas, no sólo en su parte obvia
sino en su significado sutil.
• Obsérvate, practica la introspección y pon todo tu esfuerzo en cumplir las
directrices dadas por Patanjali. Aunque te parezca que ya las practicas puesto
que no matas, no robas, etc. profundiza en ellas y en tus actitudes: ¿tienes
tendencia a juzgar a los demás y no juzgarte a ti, te dejas arrastrar en la crítica a
tus semejantes, quieres que las cosas y las personas sean como tú deseas y no las
aceptas tal como son…?
• Proponte cambiar tus actitudes. Comienza dirigiendo tu esfuerzo hacia aquélla
que te parezca más sencilla de cambiar o bien hacia aquélla que sea causa de las
demás.

Hoy haz lo siguiente


• Antes de sentarte a meditar haz los Ejercicios de Energetización.
• Si tienes tiempo haz la rutina de Hatha Yoga que conoces.
• Al comenzar la meditación haz una oración a Dios y los Maestros para que te
guíen y te ayuden.
• Practica de 6 a 12 ciclos de respiración medida, adaptando la duración de la
respiración a tus capacidades.
• Libérate mentalmente de todo apego.
• Repite mentalmente: “No soy el cuerpo. Soy Espíritu, siempre gozoso, siempre
libre”.
• Concéntrate en tu columna y en el ojo espiritual y dirige tu energía hacia ellos.
• Realiza el ejercicio de meditación propuesto en esta lección.
• Medita con gozo, con devoción.

Si tienes alguna pregunta no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

Curso de Autorrealización de Ananda en Español


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Nevada City, CA 95959
Estados Unidos

Teléfono: 1-530-478-7569
E-mail: info@anandaespanol.org
Página Internet: http://www.anandaespanol.org

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