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El símbolo del mal escondido en La

Piedad, de Miguel Ángel


En la escultura Cristo tiene un quinto incisivo, un diente supernumerario y antiguamente
una metáfora del mal y del pecado

La Piedad representa a una jovencísima Virgen María

sosteniendo a Cristo muerto . Según el contrato firmado por

ambas partes, el escultor cobraría cuatrocientos cincuenta ducados

de oro siempre y cuando entregase la obra antes de un año. El genio

florentino remató su escultura cuando faltaban dos días para

cumplir el año.
La escultura es sobradamente conocida por todos y no necesita

presentaciones. Quizás lo que no sea tan popular es que la boca de

Cristo tiene tres incisivos en la arcada superior, en lugar de dos,

que es lo habitual. En otras palabras, tiene un diente

supernumerario.
La conexión con el mal
Se conoce como dientes supernumerarios aquellos que exceden de

la fórmula dentaria habitual: 20 dientes «de leche» o deciduos y 32

permanentes. Las causas que motivan su aparición son

desconocidas, si bien se ha descubierto la existencia de un patrón

hereditario.

A pesar de que los dientes supernumerarios pueden aparecer en

cualquier localización, lo más frecuente es en la zona central de la

arcada maxilar, son los llamados mesiodens .

La profundidad del pensamiento del toscano se puede intuir a

través de su prolífica creación artística, en la que se adivinan

concepciones teológicas, filosóficas y anatómicas. Es sabido que

tenía vastos conocimientos del cuerpo humano , no en balde

aparece en la portada de algunos tratados del médico belga Andreas

Vesalio (1514-1564) participando en una disección.


Si no fue un error anatómico, ¿qué simbolizaba el mesiodens? Hay

que partir de la premisa que los artistas muchas veces son los

notarios de su época y en el Renacimiento las deformidades del

cuerpo y las anomalías anatómicas eran interpretadas por algunos

eruditos –como Savoranola- como una figuración del mal. El

quinto incisivo era una metáfora del mal y del pecado .

Jesús y la carga de los pecados de los hombres

Si observamos con detalle la Capilla Sixtina podremos

descubrir que en el infierno hay más de un personaje con el

quinto incisivo . Un guiño simbólico que gustó mucho al

renacentista, ya que lo representó durante cinco décadas, el tiempo

transcurrido entre La Piedad (1497-1499) y la Crucifixión de San

Pedro en la Capilla Pasolina de Roma (1545-1550).


Ahora bien, ¿cómo se puede explicar que la escultura de Cristo

tenga un quinto incisivo, según esta concepción teológica? La única

explicación posible es que el Hijo de Dios ha cargado con

todos los pecados de los hombres y con su sangre ha liberado a

la Humanidad del pecado original.

Parece ser que cuando La Piedad de Miguel Ángel fue expuesta

muchas voces críticas pusieron en duda que aquella genialidad

pudiera ser obra de un florentino –enemigos encontrados de los

romanos- de 24 años.

El florentino decidió zanjar la cuestión cierta noche. En un ataque

de ira, de los que tenía bastante acostumbrados a sus coetáneos,

penetró en el Vaticano y a escondidas cinceló en la cinta del pecho

de la Virgen el siguiente mensaje: «Michel Agelus Bonarotus


Florent Facieba» (Miguel Ángel Buonarroti, florentino, lo hizo). De

esta forma, La Piedad se convirtió en la única obra firmada por

el insigne escultor .

Por cierto, Miguel Ángel no fue el único en representar estas

malformaciones dentarias, también las podemos encontrar en La

Piedad de Lorenzo Salimbeni (1568-1613) y en las Ilustraciones que

realizó Sandro Botticelli (1445-1510) para la Divina Comedia.

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