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hasta el momento documento alguno que acredite cualquier atri- fecta conjunción entre yeserías y pinturas murales, en un mismo
bución, si bien se debe pensar en Ia primera de ellas. Es muy pro- muro, creando una perfecta confusión en cuanto a identificación
bable que al mismo tiempo que se efectuaban Ias obras del inte- deI material se refiere. Con esta magnífica obra de ornamenta-
rior del templo, se ejecutaran los revocos y pinturas localizadas ción, que llega a ocultar incluso Ia propia trama arquitectónica,
en sus muros exteriores. se está preludiando los grandes programas ornamentales de
La Iglesia de Santa María Ia Blanca presenta tres naves, finales de siglo y principios del XVIII.
separadas por columnas de orden toscano sobre Ias que voltean En cuanto a Ios revocos exteriores, los localizados en Ia
arcos de medio punto, rematando en Ia nave central, en una espadana deben corresponder a Sánchez Falconete, simulándose
potente cornisa ornamentada con elementos florales. Esta nave un aparejo de ladrillo de color rojo, con enmarque a base de
se cubre con bóveda de medio cafión con lunetos ciegos, presen- círculos negros, flanqueado por pilastras cuyo cajeado imita el
tando media naranja sobre el teórico crucero. Las naves laterales, ladrillo. En los extremos, debían existir volutas fíngidas en color
por su parte, 10 hacen con bóvedas de aristas y arcos fajones. A ocre. de Ias que tan sólo se conserva el arranque de una. En el
los pies se levanta el coro. De gran factura son Ias yeserías barro- segundo cuerpo se simula el ladrillo y en Ias ménsulas se hace
cas que cubren Ia bóveda central y cúpula. Motivos vegetales de abstracción del cimacio característico en Ia arquitectura de Ia pri-
gran carnosidad, guirnaldas, flores, ángeles y cabezas de queru- mera mitad del seiscientos. En cuanto a Ia superfície mural deI
bines, se reparten profusamente por ellas. Sobre el coro figuran recinto, el piso alto ofrece los motivos más interesantes. Así,
dos cabezas que Ia tradición popular ha querido identificar con entre Ias ventanas, aparecen figuras geométricas, círculos negros
los Marqueses de Villamanrique, los cuales tenían comunicación y rombos rojos, sobre fondo blanco, en perfecta disposición ase-
directa al coro desde su casa y al parecer fueron patrocinadores mejando un pavimento o panel de azulejos. En el hastial apare-
de Ias obras. En Ias pechinas se disponen cuatro nifios y en Ia ce una especie de círculo o disco, abierto en cuatro lados y, en su
media naranja una profusa pero ordenada ornamentación a base interior, se localiza el anagrama de Ia Virgen María, del que
de temas vegetales y cabezas de querubes. En Ias naves laterales, pende un corazón.
Ias yeserías ofrecen menos interés, desarrollándose temas de
carácter geométrico. Sin embargo resulta muy interesante Ia per-
Iglesia del Hospital de Ia Caridad

Según indica el analista Diego Ortiz de Zúniga. desde


mediados del siglo XV existía en Ia ciudad una Hermandad y
Cofradía de Ia Santísima Caridad, cuyo principal cometido 117fue
Ia de enterrar a los ajusticiados y a los pobres desamparados •
A tal fin, el racionero de Ia catedral don Pedro Martínez. labró
una pequena capilla en el cementerio de San Miguel, donde se
enterraban a los ajusticiados y ahogados. Allí tuvo su primera
sede Ia Caridad y a principios del XVI, se trasladó a Ia capilla de
San Jorge, junto a Ias Atarazanas Reales. En el cabildo celebrado
por Ia Hermandad el día 30 de abril de 1640, se plantea por pri-
mera vez levantar una nueva capilla'". Un ano más tarde se diri-
gen al Rey solicitándole autorización para rehacerla y ampliarla.

117. ORTIZ DE ZuNIGA, Diego: Anales eclesiásticos ... Op. cit. Tomo IV, Madrid, 1795, pp.
85-86.
118. BROWN, jonathan: Imágenes e ideas erl Ia pintura espafiola dei sigla XVII. Madrid, 1978,
p.132.
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Argumentaban los hermanos que el templo era muy pequeno y da preexistente y no Ia construcción de una nueva, si bien Ia uni-
corría riesgo de caerse ante su pésimo estado de conservación, formidad arquitectónica que ofrece Ia actual fachada de Ia igle-
proponiendo "se labre y haga de nuevo, alzándola de 10hollado sia parece responder a un proyecto unitario.
en altura y alargándola y ensanchándola de manera que quede Relacionado con Ia fachada de Ia iglesia, se ha conservado
capaz"?". Conseguido el beneplácito real, en el cabildo del día 6 un interesante dibujo fechado en 1654, donde se indican Ias
de noviembre de 1644, se decide construir el nuevo templo, ocho labores efectuadas hasta ese momento. Estudiado por Morales,
varas más largo y cuatro más ancho que el antiguo. se aprecian algunas diferencias entre el proyecto y su realiza-
Según López Martínez, en marzo de 1645, el arquitecto ción material, sobre todo en cuestiones de carácter ornamen-
Pedro Sánchez Falconete dio Ia planta, alzado y condiciones tal'". En relación con esta circunstancia, habría que preguntar-
para Ia ejecución de Ia nueva iglesia del hospital'". La obra fue se sobre Ia autoría del dibujo conservado. Morales sefiala que
rematada en el maestro albafiil [uan González, el cual estuvo al debió ser Sánchez Falconete quien 10 realizó, ya que en aque-
frente de Ia misma hasta su conclusión. No se ha podido locali- 110smomentos dirigía Ias obras del templo y el disefio coinci-
zar documento alguno que relacione a Falconete con este tem- día con 10 propuesto en el pliego de condiciones. Ante Ia falta
plo. Sin embargo, se halló Ia obligación contraída por González, de otros datos documentales que pudiesen acreditar a otro
siendo probable que este documento estuviese precedido de un maestro como su autor, debió ser Falconete el artífice de este
pliego de condiciones firmado por Falconete, hoy desaparecido. magnífico dibujo, único conservado hasta el momento del
González se comprometía a realizar Ia obra a carne y cuero, arquitecto. Otra de Ias cuestiones interesantes en Ia escritura de
según una planta que le fue entregada, derribando previamente obligación firmada por Juan González es Ia referida al levanta-
"Ia torre bobeda y pilares" de Ia iglesia antigua. Además, eleva- miento deI campanario en el testero de Ia iglesia, el cual debe-
ría el suelo del templo dos varas, con el fin de evitar los danos ría tener tres huecos para poner Ias campanas, "para cuio efec-
que producían Ias inundaciones del río, realizaría una lonja o to se hara traza en el discurso de Ia obra". Gracias al dibujo
atrio con sus gradas, delante de Ia portada principal y construi- citado, podemos conocer su disposición ya que definitivamen-
ría Ia sacristía tras el presbiterio. En cuanto a Ia disposición inte- te no fue realizado. Alzado sobre un zócalo, presenta dos cuer-
rior, el templo debería ir recorrido con sus pilastras y pilastrones pos, el inferior resuelto a modo de un vano serliano, con dos
con basas, frisos y cornisas. Como cubierta proyecta realizar una huecos rectos que flanquean a otro de medio punto, recorridos
bóveda de cafión con lunetos y !'enriquecer de yesería todas Ias con dobles pilastras apoyadas y rematadas en ménsulas. En los
bobedas y arco faciendo en cada cosa Ia labor o labores que fue- extremos volutas y pirámides sobre pequenos pedestales.
ren convenientes". Como culminación de este primer cuerpo iría frontón curvo
Muy interesante son Ias condiciones que se dan para Ia rea- con aletas albergando al centro un vano de medio punto entre
lización de Ia portada, ya que se indica "he de levantar el claro pilastras con ménsulas, rematado en frontón curvo, que confor-
de Ia puerta de Ia dicha yglesia todo 10 que permitiere y diere maría el segundo cuerpo.
lugar Ia labor de Ia portada que oy tiene Y haciendole su diente De estas dos últimas cláusulas del contrato, Ia referida a Ia
de junto y rreformar todas Ias colunas con basas capiteles comi- portada y al campanario, se podría deducir que en un principio
sas y frontispicio y el demas hornato que tiene rreduciendolo a no existía un alzado del edificio, sino sólo su planta con Ia dis-
el uso moderno haciendolo de junto y limpio conforme a buena posición de Ia iglesia y Ia sacristía. Pero a su vez, Ia posibilidad
obra'?", En este texto parece plantearse Ia reforma de una porta- manifiesta de que para hacer esas labores se recurriese a nuevas
trazas, sin definir quien debería hacerlas.
119. GESTOSO Y PÉREZ, José: Sevilla Monumental y Artística, Tomo II!. Sevilla, 1892, pp.
323-324.
122. Los cambios sufridos en Ia fachada respondían más a temas ornamentales que estruc-
120. LÓPEZ MARTÍNEZ, CeIes tino: "La Hermandad de Ia Santa Caridad y el Venerable
turales. MORALES, Alfredo J.: "La fachada de Ia Iglesia de Ia Caridad según un dibujo de
Maüara", Archivo Hispalense, vol. 1, nQ 2. Sevilla, 1943, pp. 6-7.
1654", Revista de Arte Sevillano, núm. 2. Sevilla, 1983. pp. 9-15.
121. A.H.P.S. Protocolos Notariales. Legajo 11.029. Folios 194 vto.

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Las obras del templo de Ia Caridad, se dilataron en el tiern- La fachada del templo se articula en tres
po debido principalmente a motivos de orden económico. Hacia cuerpos, con una estructura sencilla desarro-
1659 se habían construido dos terceras partes deI edifício, que- llada verticalmente. En el inferior se localiza
dando por culminar Ias labores de Ia capilla mayor y de Ia sacris- Ia puerta de ingreso, adintelada con enmar-
tía. Aún en 1662, afio del ingreso de Miguel de Mafiara en Ia que de orejetas y en cuya clave se coloca una
Hermandad, se hallaban sin concluir Ias bóvedas y Ia cabecera, cartela cuadrangular, quedando flanqueada
encargando a Pedro López del Valle a quien conocía desde que por dobles columnas de orden toscano, alza-
interviniera en Ia Iglesia de San Benito de Calatrava, viese el das sobre pedestales, que albergan sendas
estado de Ias obras y proyectase su finalización=, Carecía el tem- hornacinas con Ias efigies modernas de San
plo del presbiterio y sacristía, Ias bóvedas no estaban aún reali- Luis y San Fernando, que sustituyen a Ias que
zadas y estaba sin solar. Introduce López una serie de variantes figuraban en el proyecto original de San
respecto al proyecto inicial, siendo Ia principal, Ia proyección de Pedro y San Pablo. Sobre este cuerpo, discu-
una media naranja en el tramo anterior al presbiterio, en vez de _ rre un friso decorado con triglifos, sobre el
Ia bóveda de medio cafión con lunetos original. También se ha que apoya Ia cornisa ornamentada con pares
supuesto que se debió hacer Ia torre, aunque quizás pueda de mútulos que coinciden con 105 triglifos
corresponder a principios del siglo XVIII, como indica el azulejo inferiores. Sobre esta cornisa un frontón
en ella conservadov-, Asimismo debió actuarse sobre Ia fachada, curvo con aletas rizadas, da paso al segundo
en el sentido de sustituir algunos elementos ornamentales. Fue cuerpo. Este piso intermedio presenta tres
el caso de los dos escudos que aparecen en el dibujo de 1654, por calles. La central se organiza bajo un arco de
paneles de azulejos. En cuanto a Ia intervención de Iuan medio punto rehundido que cobija el balcón
González, maestro que se mantuvo al frente de Ias obras desde con vano adintelado que sirve de iluminación
el principio, es probable que sobre el disefio original de al coro, flanqueado por pilastras corintias y
Falconete y Ias propuestas de López del Valle, para Ia cabecera, cartela en Ia clave, quedando rematado en un
hiciese cambios e introdujese novedades que hoy ciertamente no frontón curvo y roto. Sobre é1 figura otro
se pueden definir. En este sentido, Ias variantes de Ia portada registro con un panel de azulejos con Ia representación de Ia
sobre el dibujo que se conserva de 1654 o el1evantamiento de Ia Caridad. Las calles laterales ofrecen Ia misma disposición, con
media naranja, a priori obra de López del Valle, también pudie- un primer cuerpo entre pilastras cajeadas culminado en frontón
ran deberse a González. De hecho en algunas cláusulas del con- curvo partido, y un segundo de Ias mismas características, si
trato se deja entrever Ia posibilidad de que se pudiesen hacer tra- bien el frontón es recto. En ellos se albergan pane1es de azulejos
zas en el discurso de Ia obra, como fue Ia de Ia espadafia que con San Jorge y Santiago, que sustituyen a 10s escudos previstos
remataría el conjunto y que finalmente no se hizo. Las obras se en el proyecto original, en Ia parte baja, y Ias a1egorías de Ia Fe y
concluyen el16 de marzo de 1670, a falta del retablo mayor que Ia Esperanza, en Ia alta'". Actualmente, Ia fachada se remata con
se contrataría ese mismo afio. Meses más tarde, en una reunión una especie de ático que ha sido relacionado con Ia obra del
de los hermanos, Mafiara informa que los cuadrosde Murillo ya arquitecto Leonardo de Figueroa y, más recientemente, con Ia
se hallan colgados en el templo. Indudablemente, Ias yeserías producción de Esteban Carcía'".
que enmarcan los lienzos, así como Ias del cuerpo de Ia nave ya
125. Según Morales, uno de los escudos debió ser el real, por ser duefio de Ia Capilla de San
estaban realizadas. Su disefio más arcaizante que Ias del presbí- Jorge, mientras que el segundo pudiera pertenecer a don Bernardo de Valdés, a quien corres-
terio pudiera deberse a Falconete. pondía el patronato de Ia capilla mayor. MORALES, Alfredo J.: "La fachada de Ia Iglesia de
Ia Caridad ... Op. cit. p. 10.
126. ANGULO íNIGUEZ, Diego: "Dos esculturas genovesas de 1682 en el hospital de Ia
123. LÓPEZ MARTfNEZ, Celestino: "La Hermandad de Ia Santa Caridad ..." Op. cit. p. 7. Caridad de Sevilla. EI arquitecto Leonardo de Figueroa", Archiva Espaiiol de Arte, núm. 196.
124. VALDIVIESO, Enrique; SERRERA CONTRERAS, [uan Miguel: EI Hospital de Ia Caridad Madrid, 1976. pp. 453-454. También se ha adjudicado este remate a Esteban García, a quien
de Sevilla. Sevilla, 1980, p. 17. MORALES, Alfredo J.: "La fachada de Ia Iglesía de Ia también se atribuyen los patios, FALCÓN MÁRQUEZ, Teodoro: "Algunas puntualizaciones
Caridad ...", Op. cit. pp. 12. sobre los hospitales de los Venerables y de Ia Caridad", Labarataria de Arte, nO 11. Sevilla,
1998, pp. 188-189.

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EI interior, de planta rectangular de una sola nave y cabece-
Convento de San Francisco
ra recta, mantiene los esquemas constructivos de los templos
conventuales sevillanos. EI coro, ubicado a los pies, se levanta EI Convento de San Francisco tiene su origen en el siglo XIII,
sobre arcos que apoyan en columnas de mármol. La sacristía, en aquellos monjes que acompafiaron aI rey santo en el proceso
por su parte, se construyó tras Ia cabecera presentando planta de Reconquista de Ia ciudad. En Ia fundación parecen coincidir
rectangular. La nave se cubre con bóveda de cafión, comparti- todos los historiadores y se fecha en 1268, afio en el que el rey
mentada con arcos fajones y lunetos, donde se abren vanos de Alfonso X, dona una mezquita y unas casas para que Ia comuni-
iluminación. EI espacio anterior al presbiterio se cubre con una dad pudiese labrar el convento. Por tanto, Ia presencia de los
media na ranja, que no fue disefiada por Falconete, sino proba- franciscanos en Ia ciudad se puede considerar como Ia más anti-
blemente por López deI Valle. Sus muros se articulan mediante gua en cuanto a órdenes religiosas se refiere. EI edificio subsistió
pilastras corintias, cuatro pilastrones del mismo orden que hasta el afio 1840, momento en el que se inicia su demolición tras
soportan Ia cúpula, y una cornisa ornamentada con mútulos. Los Ia orden del arquitecto Melchor Cano127.
tres primeros tramos del inmueble y el frente del coro, realizados A Ias importantes labores realizadas en el siglo XVI, como
con los proyectos de Falconete, poseen una interesante decora- 116. Iglesia de/HI fueron Ia traza del nuevo arco de acceso al recinto conventual,
Caridad. Interior
ción a base de yeserías geométricas de cartones recortados. Sin Pedra Sánchez Fa, por parte de Diego de Riafio en 1527, Ia ejecución cinco afies más
embargo, en Ia cabecera con temas vegetales, mascarones y put- [uan Ganzález y p, tarde, de los sepulcros de dona Leonor Manrique de Castro y
tis, se abandonan esos esquemas geométricos avanzando hacia dei VaI/e. 1645-16
don Francisco de Zúfiiga y Guzmán, por los genoveses Antonio
un mayor volumen y movimiento. Estas yeserías debieron ser María Aprile y Pierángelo della Scala o Ia amplia reforma a fina-
ejecutadas por los hermanos Borja, aunque se desconoce el les de siglo del claustro, se van a afiadir en el seiscientos Ia eje-
autor de los disefios. Ya se ha indicado que en 1664, Pedro López cución de Ia escalera, Ia remodelación de los claustros y Ia orna-
del Valle es requerido por Miguel de Mafiara para Ia culmina- mentación y embellecimiento de Ias capillas de Ia Piedad y del
ción de Ias obras. Aún estaba sin ejecutarse Ia capilla mayor, por Comulgatorio, entre otras.
10 que cabría Ia posibilidad de que este arquitecto hubiese hecho La primera actuación de importancia documentada en el
los dibujos pertinentes. Tampoco hay que desestimar Ia posibílí- recinto, corresponde a Ia labor de cantería de Ia escalera princi-
dad de que Bernardo Simón de Pineda, Pedro Roldán o Iuan de pal. Así, en diciembre de 1635, el maestro cantero Antonio
Valdés Leal, artistas que entrarán por esos afios en contacto con Rodríguez, se comprometió a labrar toda Ia piedra necesaria
Ia institución, pudiesen haber presentado disefios a requerimien- para Ia escalera del convento, Ia cual debía ser extraída de Ias
to de Mafiara. .
canteras portuguesas de Setúbal, obligándose a tener concluida
Ia obra para fines de junio de 1636. Los escalones deberían ser
lisos con bocel y filetes por fuera, con un ancho de dos varas, Ias
losas de Ia solería de media vara. Rodríguez percibiría 46 reales
por cada vara'". Según González de León, Ia escalera francisca-
na era "ancha y cómoda, con sus gradas de mármol blanco, con
fuertes pasamanos de híerro":".
Entre los afios 1641 y 1645, se ejecutan diversas labores en
los claustros del cenobio. De hecho, en el cabildo municipal cele-
brado el 6 de septiembre de 1641, se leyó una petición de Ia

127. En relación ai convento franciscano véase, CASTILLO UTRILLA, María José dei: EI
Convento de San Francisco, Casa Grande de Sevilla. Sevilla, 1988.
117. Iglesia dei Hospi~' 128. A.H.P.S. Protocolos Notariales. Legajo 6.975. Folios 410. EI concierto 10 firmó el día 11,
Caridad. Yeseríns. residiendo el cantero en Ia collación de Omnium Sanctorum.
Pedra, Pabla y 129. GONZÁLEZ DE LEÓN, Félix: Noticia artística, histórica y curiosa de todos Ias edificios
Miguel de Borja. públicos de esta muy nob/e ciudad de Sevilla. Sevilla, 1844. pp. 51-69.
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