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DICCIONARIO ARGENTINO ILUSTRADO CON NUMEROSOS TEXTOS POR TOBIAS GARZON Profesor Naclonal de Ensetanza Secundaria PUBLICADO BAJO Los AUSPICIOS DE LA COMISION NACIONAL DEL CENTENARIO DE LA REVOLUG Y DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL, (repdsrica argent BARCELONA IMPRENTA ELZEVIRIANA DE BORRAS Y MESTRES Rambla de Catalufia, nuims. 12 y 14 —— 19190 —~ Es PROPIEDAD DEL AUTOR INTRODUCCION sc ia verborum vetus interit aetas, et juveniom rivsijlorent moda mata, wigenique.» (Horacio.) «La palavra humana es mas expresiva y dur ster que eh movnnmente, Sehaiense las palabras Ge wsaba us" pucblo se sabrd sus rdeds, 10 gue Wihaliana al dicance we sus mars 6 de si intel encia. logue conacia 3 fo gue tgnoraba.» (Bscmrros ner Das D. Nicocks AvaLLanepa; t. Ty 1385, PAB. 109,) 2 Cual es el fin que me propuse al emprender este trabajo? ‘Al principio comencé a formar un vocabulario de barbarismos; pero resultaron tantos y tan generalizados en el pais (y me refiero al lenguaje de la gente culta), que empez6 a repugnarme el nombre de barbarismos dado 4 este inmenso caudal de voces, entre las cuales hay un numero no insignificante que corren también en las otras naciones de la América hispana. Veia en esto un desconocimiento de la ley ineludible y universal de la evolucion de la lengua. Me parecia el colmo de la insensatez bauti- zar con tal nombre los vocablos neumonia, cactus, tifus, torreja, paralelé- gramo, omdplato, azucarera, presupuestay, influenctar (*) y tantisimos otros, por no estar aceptados en esta forma por Ia Real Academia Espa fiola, pues equivalia 4 admitir, como me decia en una carta notable el emi- nente lingitista peruano D. Ricardo Palma, que diez y ocho millones de espafoles nos impongan la ley 4 cincuenta y tantos millones de american Pero no fué esto solo. Empecé a darme cuenta de que una multitud de términos usados en la Repiiblica Argentina no constaban en el Diccio- nario de la Lengua. Habia ademas otros muchos que tenian muy distinto significado en la peninsula, tales como fiambrera (caja de tela metalica (*) Seginta Academia, nenntonia, cacto, fifo, torrifa, pavalelogyanio. omoplato, asucarero, Bre- suponer, fnglr. vr para guardar la carne y otros comestibles}, que para los espafioles signi- fica lo que nosotros Ilamamos viandas ; pelléu (cuero peludo 6 lanudo que va sobre la montura de la caballeria), vestido talar antiguo, que era regularmente de picles, segiin la Academia; calabaza, voz con que de- signan el zapallo en Espafla, aunque para nosotros es muy distinta la una del otro por su forma, color y sabor; mecedora, la silla de hamaca de los argentinos; rejflla, la esterilla, segtin nosotros... ¢Sera posible, me decia, que este idioma nuestro, nacional, — caste- Mano por su indole andtogica y sintactica y casi en su totalidad por sus elementos prosédicos y ortograficos, pero cada dia més distinto del que se habla en la peninsula por su vocabulario 6 expresién de las ideas madres, — carezca de un diccionario propio, que registre las palabras, frases y modismos usados en la Reptiblica Argentina y que no estén incluidos en el Diccionario de la Academia, 6 que, si lo estan, no tienen el significado que nosotros les damos? Todo esto me indujo 4 cambiar de plan, y 1a obrilla que en un princi- Pio no era mis que un simple indice alfabético de barbarismos, vino 4 ser un Dicctovario Arcextixo. Pero no atribuya el lector Ia eleccién de este nombre, que no corresponde ‘ila limitada extension y escasa importancia de este trabajo, aun defecto que es y ha sido durante toda mi vida la contraria de mi caracter. No: no es una vana y ridicula pretension lo que me ha sugerido la idea de poner al frente de este modesto libro el aparen- temente rumboso titulo de Dicciovario ARGENTINO. Me repugnaba este nombre, y confieso que lo borré varias veces del manuscrito, substitu- yéndolo por el de Diccionario pe ARGENTINISMos; pero encontrando que éLexpresaba lo que yo queria, aunque imperfectamente, pues no es un diccionario completo, ni hay una lengua argentina sino castellana, opté por él, en vista de que este vocabulario registra muchas voces cuyo uso se halla extendido por los demas paises de Hispano-América (las que no son argentinismos sino americanismos ), y en cambio, otras son regio- nales de ciertas y determinadas comarcas de Ia Reptiblica Argentina. Agréguese a esto que hay en él no pocos vocablos que tienen carta de ciudadania en todo et mundo civilizado. He tomado, pues, el adjetivo ARGENTINO en la simple acepcién de perteneciente a nuestro pais 6 que tiene reiacién con él, y Diccionario en la que le da restrictivamente el Sr. Zorobabel Rodriguez en el titulo de su Diccioxario de Chilenismos. Quien crea que este vocabulario es del lenguaje gaucho estara en un grave error. Sin salir de la a, salteando al acaso articulos y dejando de lado los afines, son de uso corriente en todo el territorio de la Reptiblica, y nada tienen de guasas, las voces abarrolar (en el juego de la malilla), abiscochar, abordar (un tema, una cuestién), acaparar, acdpite, acciden- tado (campo, terreno, ete.), acoplado (referido 4 un tranvia), acridio, acuerdista, achiva, adjuntar, acronave, aeroplano, aguada ( nuestras acepciones), aguapey, ajedrecista, alambrar, alambre-carril, albardén, vin algodonero, alienado, aimacén (nuestra mas comin: acepcion), altruis- mo, antipestoso, apendicitis, etc., ete Volviendo, ahora, 4 la pregunta que hice al empezar este prélogo, puede ya facilmente descubrir, con lo dicho, el lector, que en esta obra me he propuesto demostrar el estado actual de la lengua en la Reptiblica Argentina y que en ella no se habla ya el idioma que hablan en Espana, si el Diccionario de la Real Academia traduce con fidelidad el uso co- rriente en Ja peninsula. A mas de algunas noticias acerca del origen y formacion de un buen numero de palabras, se halla ilustrado con un copioso caudal de textos 6 pasajes de antores americanos, particularmente argentinos, —historiado- res, estadistas, educacionistas, hombres de ciencia y de gobierno, orado- res, viajeros, poetas, ete. He pedido también al diario, 4 la revista y 4 la crénica su valiosa cooperacién. Ellos son Ta lengua ; ellos son el alma y la vida de Tas socie~ dades. Su vocabulario es el vocabulario del pueblo en sus multiples mani- festaciones, en las diversas situaciones creadas por Ja varia fortuna, la posicién y los distintos estados de sus individuos,—vocabulario notable en pintura y en colorido, porque expresa Ja realidad, la verdad, y nos mues~ tra todo lo mas interesante que presenta el escenario de la sociedad —su modo de vivir, de sentir y de pensar,—en su lenguaje propio, leno de vi riedad, riqueza y esplendor. La crénica es el cuadro vivo de Ja cultura de un pueblo. Ella habla ligero y sin vueltas; cambia todos los dias, y aun en un mismo dia, las escenas, relatando lo que sucede con el lenguaje sencillo y espontineo de las multitudes, 6 se eleva como el Aguila 4 las altas regiones, siguiendo el vuelo del pensamiento que marcha 4 Ia van- guardia de la civilizacién. Va muy de prisa, como el vapor y la electrici- dad. Sigamosla, no la desdefiemos, si no queremos quedarnos atras. Ella triunfara al fin é impondra la ley. « Los novelistas » , dice el sefor E. Go- mez Carrillo, «los poetas, los fildsofos, los publicistas, se especializan cada dia mas. Los cronistas no, porque son de consuno novelistas ¥ poe tas, fildsofos y publicistas, psicdlogos y artistas. El universo entero les pertenece. Les pertenece con sus almas y sus paisajes, con sus crimenes, con sus felonias, con sus lagrimas, con sus dolores, con sus goces, con sus heroismos, con sus noblezas, con lo que se ve y con lo que no se ve con el mundo y los mundos, en fin. ».... «Leed las noticias cotidianas de ‘un periddico. Cualquiera de ellas contiene una crénica. El borracho que insulta, el ratero que cae en el garito, el marido que se venga, la mujer que se escapa, el nifio que se pierde, el libro que aparece, la comedia que se representa, el cuadro que se expone, la actriz que triunfa, el compane- ro que se bate, todo es «croniqueable» . No se me critique, pues, el haber pedido al diario y @ la crénica su ilustrada contribucién, Henando esta obra de citas y pasajes, con los cuales me propongo demostrar en los respectivos articulos la sancién del uso, vir Si es condicion esencial de una lengua completa el no carecer de nombres para designar las cosas, fuerza es convenir en que en un diccio- nario destinado también para los americanos no deben faltar las voces que en América dan 4 conocer las cosas que en ella existen. El no haberlas en Spafla no es motivo para que sus nombres no figuren en el diccionario oficial, pues esta es una de las causas de que ciertas obras hispanoameri- canas, por no decir todas, son entendidas 4 medias en Espaia, porque su léxico no da ninguna luz para conocer el significado de dichos nombres. El sefior Juan Valera, miembro distinguido de la R. Academia Espa flola, en carta de 26 de marzo de 1888, dirigida 4 nuestro celebrado poeta don Rafael Obligado, le decia: «Tan nuestras, tan espafolas considero Yo las poesias de Vd., que me avergtienzo de no entender por completo aquellos vocablos que significan objetos de por ahi, como aberemoa, guaya- edn, pacard, guinchar, burucuyd, seibo, ombii, payador, chaja, fandu- bay, mole, chaitar, achiras, totoral, camalote, quena y otros; y si no es tan en nuestro Diccionario, como sospecho, quisiera definirlos bien 6 in- cluirlos en él». Se dira, tal vez, que siendo la lengua espafola, no deben introducirse en ella vocablos que no se usan en Espafia. Este argumento prueba de- masiado y por consiguiente no prueba nada. Siendo también y lamando- Se Castellana, no debieran haberse incluido en ella, como se ha hecho, nu- merosos vocablos que no se usan en Castilla: el diccionario de 1a Acade- mia, aunque castellano, registra muchas voces provinciales que sdlo se emplean en determinadas regiones de Espafia. Por qué, entonces, nohan de agregarse también las nuestras, aunque no se usen en Ia peninsula? éNo somos nosotros espaioles de origen ? Pero nuevo mundo exige nueva lengua, no hay mas remedio, y asi Parece creerlo la Academia; y cuando decimos nueva, no queremos sig- nificar con esto una transformacién radical 6 fundamental de su sintaxis, una nueva formacién del plural de los nombres y del género de los adje- tivos, ni tampoco una revolucién en la conjugacién de los verbos (por mas que no hay ya poder humano que haga decir a un crecido mimero de argentinos arrienda, apricta, invierna, asuela, dolerd, queramos, satis- fictese, vidria, adecua, evacua, etc.); no, en fin, una degeneracién del sis- tema particular en que esta basada la lengua espaftola y que la distingue de las demds, sino simplemente mudanza, renovacién (que las lenguas son como los arboles, que voltean y renuevan sus hojas, segiin el sentir de Horacio); enriquecimiento de su vocabulario, aun cambiando, si nece- sario fuere, la prosodia, por la introduccién de palabras de pronunciacién ¥ origen exoticos, pero que ya estan incorporadas por el uso al idioma de los argentinos; tales como chalet, chauffeur, chic, chop, fool-ball, sport, turf y tantas otras, entre las cuales hay unas en que la ch francesa (equivalente la sch alemana)) juega un rol importante, y exige que sea substituida por un nuevo signo para evitar el que se la confunda con la 1x ch castellana, y otras cuya ortografia debiera también reformarse de acuerdo con la nuestra; con lo cual, familiarizandonos con los sonidos exéticos de los idiomas de las naciones que nos los traen con sus progre- sos y civilizacién, nos acercamos cada vez més 4 ellas, ganando no poco en esta aproximacién de caracter cosmopolita. Y adviértase que muchas de estas voces no tienen equivalentes en castellano. Nuevo mundo reclama nueva lengua ; nuevos objetos piden nuevos nombres; nuevas produccio nes, nuevos animales, nuevas plantas, nuevas cosas, nuevas riquezas, exi- gen nuevas voces, Las modas, los usos y las costumbres, las circunstan- cias, las situaciones de los hombres, los modos de vivir, que cambian con el tiempo y con el contacto de unos pueblos con otros, el desarrotlo de las ciencias, de las artes y de las industrias, el progreso, en fin, trae también consigo aparejado el de la lengua, cuyos cambios son los latidos de la vida de un pueblo en la carrera triunfal de sus adelantos. Por otra parte, en un pais cosmopolita como el nuestro, 4 donde afluye copiosamente la inmigracién extranjera,—no como los barbaros en el mediodia de Europa, sino como los portavoces pacificos del progreso— con sus multiples elementos de origen extrafio que se entremezclan y se confunden con los nuestros por los vincutos de la amistad, de las relacio- nes comerciales y hasta de la familia, no es posible evitar Ia aclimatacion de voces de otros idiomas, que, aun sin ser necesarias, se aprenden en ciertos centros donde no se conocen sus equivalentes castellanas con la frecuencia de oirlas nombrar. Unas, por lo novedosas, otras, por lo cam- pantes y sonoras, despiertan vivo interés y mueven 4 Ia atencién, que las graba en la imaginacién de las multitudes : asi, ellas, primero, empiezan 4 usarlas por hacer alarde de que las concen, y después concluyen por apropidrselas y transmitirlas insensiblemente 4 todos los gremios Hay en la Reptiblica Argentina una lucha entre el elemento civili- zado y el pueblo indocto, en la que el uno sostiene la pureza del caste- llano hasta donde es posible, dada la variedad de agentes que obran sobre él, pero enriqueciéndolo gradualmente con nuevas voces, much:s de las cuales, como hemos visto, repugnan 4 su indole prosodica y orto- grafica; el otro persiste en mantener Ja jerga, las formas ridiculas y heteréclitas, con sus cambiantes de colorido, que dan las diversas regio- nes y el contacto con Jas gentes que vienen del extranjero; pero ambos, eso si, y es lo mas lamentable, van desterrando sin conmiseracion un sinntimero de vocablos que hacen falta y que eran lustre y esplendor de 1a hermosa lengua de Castilla: enriquecimiento por una parte; desfigura- miento, desgarramiento y empobrecimiento, por otra. Y esta es una ley fatal del desenvolvimiento de los pueblos, contra la cual-son impotentes todos los esfuerzos. El mundo marcha sin tregua y sin descanso, y en esta marcha la lengua paréceme el clarin que anuncia la victoria, 6 la voz apagada de {os caidos y de los rezagados, cuando los pueblos van descendiendo, dejando 4 sus espaldas los trofeos de sus conquistas. No x atajemos, pues, este movimiento — y j quién podra poner puertas al campo! — ni sigamos los caprichos del vulgo, dando carta de ciudadania 4 giros exdticos, que desfiguran la lengua. Si hemos abierto de par en Par nuestros puertos al comercio de todas las naciones, fuerza es tam- bién que tengamos abierto nuestro vocabulario, introduciendo en él las Voces nuevas que designan los objetos y productos nuevos que ellas nos envian. «Las lenguas cultivadas>, dice A. Darmesteter, citado por Rivods, sno pueden vivir las unas al lado de las otras sin hacerse mutuos présta. mos. Las relaciones pacificas entre pueblos civilizados no consisten sola~ mente en el cambio de ideas y de productos; hay también una importa- cidn de palabras, que tienen la ventaja sobre las otras, de no empobrecer @ la naci6n que da.» » El desenvolvimiento del comercio y de la industria ha hecho asi Pasar de pueblo 4 pueblo, con millares de objetos nuevos y de ideas nue- vas, los términos con que se designan; los cuales, franqueando las barre- ras con menosprecio de las aduanas, van 4 aclimatarse, cuales en Fran- cia, cuitles en Inglaterra, cudles en Alemania, en Italia, en Espafia, y algunos a In vez en todas partes. » No tenemos Ia pretension de que nuestro Diccionario sea una obra completa: es una simple y modesta contribucién, que con otras del mismo género concurriran A formar en tiempo més 6 menos lejano ese monumento de ta lengua que propiamente puede Mamarse la obra de los sigtos, Pero, entretanto, algo habremos hecho nosotros, poniendo nuestro humilde grano de arena en esa gigantesca piramide, donde estaran en- cerrados el pasado y el presente de los pueblos del Plata. Porque el diccionario de la lengua de una nacién es como un registro 6 un museo muy hermoso y colosal donde se guardan las riquezas que ella posee. En él estan sus costumbres, su civilizacién, sus adelantos y sus deca. dencias; los restos de sus tradiciones pasadas, con sus vocablos olvidados; las voces nuevas que surgen a la vida Ienas de luz y Iozania, iluminadas ¥ fecundadas por el mismo sol que bana con sus rayos de luz y de pro- Breso las cosas y los objetos nuevos que ellas significan Nuestro Diccionario cuenta con algunos millares de palabras, frases ¥ modismos, y aun refranes, usados en la Repiiblica Argentina. y que, 6 no figuran en el Diccionario de la Real Academia de 1899, 6 difieren de Sus homénimos parcial 6 totalmente en su significado. Contiene tambien un considerable mimero de voces castellanas que han sufrido transfor- macion, y otras que, anticuadas en Espafia, son en 1a Argentina de uso corriente; lo que demuestra que, en lo tocante a Ta lengua, vivimos como de prestado 6 de favor. Numerosos vocablos y frases notables — muchos de Ios cuales estan consagrados por el uso aun en el lenguaje oficial — andan peregrinando de boca en boca y de pueblo en pueblo como pros- x critos 6 desterrados, sin hallar una patria que los adopte, cobijandolos bajo los pliegues de su bandera. Las columnas de un diccionario nacional son los pafios de esta bandera protectora, y la nacién que carece de él no ha construido todavia el arca que ha de guardar las riquezas de su Iengua, que son sus tradiciones, su historia, sus conquistas y su civilic zacion. Por la premura con que he tenido que publicar esta obra, que debe ser presentada a la Comision Nacional del Centenario en el préximo mes de Mayo, no me ha sido posible definir numerosas voces y frases, que quedardn para un suplemento que se publicarfa en otra oportunidad; ni he podido tampoco consultar muchos y respetables autores que tenia sefialados en mis apuntaciones. Por esta causa, y la de no tener a mano las obras, he dejado sin describir algunas plantas. Pero, aunque deficiente como es este trabajo, me queda la satisfaccién de haber contribuidoen la medida, de mis fuerzas 4 la realizacion de una obra de patriotismo, desde que con esta publicacion ya podra figurar nuestro pais entre las naciones sudameri- canas que tienen un vocabulario propio, si bien éste, como he dicho antes, y lo repito nuevamente, esta. muy lejos de ser un trabajo completo, La Repiiblica Argentina y las de Bolivia y el Paraguay son las tnicas que carecen de un diccionario nacional. El Brasil tiene Beaurepaire-Rohiin; 1a Republica O. del Uruguay, & don Daniel Granada; Chile, & Zorobabel Rodriguez y Anibal Echeverria ¥ Reyes; el Perti, 4 Paz Soldin y 4 Palma; cl Ecuador, al Dr. Carlos R. Tobar; Colombia, 4 don Rufino José Cuervo, y Venezuela & Zerolo, Toro y Gémez, tsaza, Rivods y otros. No pasaré por alto la importante contribucién que han prestado, acumulando ticos materiales para la ulterior formacién de un Diccionario Argentino, gute sera la obra del tiempo y de la labor de muchos, 4 mas de don Daniel Granada con su erudito Vocaputarto Rfortatexse Razoxapo; don Sa- muel A. Lafone Quevedo, con su preciosa obra Tesoro pe CaTAMARQUE- stsuos; don Antonio Dellepiane, con su interesante libro Et. Ib1oma Det Deurro; los sefiores Luciano Abeille y Ernesto Quesada, con sus prolijas y luminosas disquisiciones sobre el jdioma de los argentinos, y, por fin, Gon R. Monner Sans con su infatigable ¢ ilustrada labor que ha dado al pais obras de verdadero mérito, como Desvestin y Notas at. CASTELLANO EN LA ARGENTINA (1903). No terminaré este prdlogo sin manifestar mi mas profundo reconoci- miento 41a Comision Nacional del Centenario y a la Universidad Nacio- nal de Cordoba, bajo cuyos auspiciog se publica esta obra en los dias det gran aniversario de nuestra glorios? Revolucion de Mayo. T. Garzon Barcelona, 20 de Abril de 1910. DOS PALABRAS MAS El lector encontrara voces que llevan esta indicacién: Arg. (Repu- Dlica Argentina), y que, sin embargo, son subrregionales, lo que vale decir que se usan solamente en algunas’ partes mas 6 menos extensas del territorio argentino. Esta falta de determinacién es debida 4 la dificultad con que hemos tropezado, en la multitud de casos, para establecer_con exactitud la distribucién geografica de todos los vocablos, en una obra, como ésta, casi totalmente original. Contribuciones ulteriores, 6 una segunda edicion de la obra, salvarian en parte esta deficiencia. Pero cuando hemos podido averiguar la ubicacién exacta de los vocablos, 6 gue en una provincia 6 region tienen una acepcidn distinta de la que ha _consagrado el uso en otras, lo hemos indicado con las abreviatu. ras correspondientes. Como muchos articulos de este vocabulario se refieren 4 palabras 6 frases que se usan en Espana y en la Argentina, pero con acepciones distintas, para distinguir las dé nuestro pais hemos puesto en ellas La abreviatura Arg., que quiere decir ; voz (6 frase) que corre en la Aracn. fing en esta acepcion; pero, volvemos a répetir: no quiere decit_ argon. Hnésmo; Ja raz6n queda ya apuntada en la pagina Vide la Introduccion, El Diccionario de la Academia que cito es el de 1899. Pido disculpa 4 los autores de quienes he tomado textos para ilustrar esta obra, si, por no separarme de este propésito, y en atencion 4 la bre. vedad, he tenido que retazar preciosos pasajes, dejando no pocas veces lo Mejor, que con gusto hubiera tomado integros, dando con ellos ” los articulos mas reaice € interés. Y si con otros he hecho lo contrario, tras cribiéndolos integros, 6 una parte considerable, ha sido porque contenian Varios regionalismos, para evitar el retaceo del texto en la ilustracion de los diversos articulos. Es lo que he hecho, por ejemplo, con el soneto del Dr. Lorente, que en el articulo Cratupo he incluido integro, porque en GI _campean otros argentinismos, tales como flete, pangaré, ‘parcjero, compadrito, palenque, pispar, cimarrdn, mandarse mudar, puyo. alo, prante, etc. En los articulos encabezados por estas palabras. 10 hago mas que citar el texto contenido en el articulo Cuatupo, agregando sim. Plemente que ahi est empleada la voz 6 frase correspondiente A propésito del libro del Sr. R. Monner Sans, Notas at. CASTELLANO ENTIVA, permitaseme manifestar con franqueza que él esta ado en el mismo plan del presente, el cual dos aftos antes de la fecha (1903) en que se publicé esa obra, le ‘hiciera conocer al sefior Monnes ans, en todos sus de n carta de que conserva copia, el que estas scribe. Puede ya imaginarse el lector la mala impresion que me ¢ausaria, cuando, habiendo Tlegado.4 mis manos por primera vez ese libro. debido 4 la atencion de mi distinguido amigo el Sr. don Martin Gil, me encontré con que muchas voces que yo ya tenia definidas en mi Dic. cionario, se hallaban incluidas en la obra del seflor Monner Sans Mucho agradecera el autor de este libro 4 los amantes de las letras hispano-americanas, si tuviesen a bien favorecerlo con su juicio, haciendo las observaciones que oportunas creyeren sobre sus deficiencias y defec tos, que, en verdad, no son escasos, por las dificultades que envielve un trabajo de este género. y por la insuficiencia de! que tuo la audacia de emprenderlo y de seguir adelante en su atrevido proposito, sin desmayat ante Ja magnitud de una idea superior a sus fuerzas. Debo un recuerdo carifioso al Sr. Dr. Juan A. Dominguez, Director del Museo de Farmacologia de la Facultad de Ciencias Médicas de la ciudad de Buenos Aires y catedriitico de la materia, cuya ilustrada contribucion me ha servido para la clasificacién y descripcién de algunas plantas. ABREVIATURAS EMPLEADAS EN ESTE DICCIONARIO abl. abr. Ac, 6 Acad facep. aceps. aj, adv. adv. arm. |: adv. . a adv. adv. m advoneges ss advices ag. Age as: Alban. Alq. Amer. ‘Amer, Mertd. Apl 5 ADL A persis 8 t.6 Are Ara Arqueol Astrol Astron ss Bias. baat Bor bras. bret Bor. colect Cotom. ‘i Com. comp, compl. = compl. air. conj conj. advers. nj. comp verbo active, abiattvo, abril. Real Academia, acepci6n, acepciones. adjetivo advernio dverbio de afirmacion dverbio de cantidad, adverbio de lugar Adverbio de modo. adverbio de negacién, adverbio de tiempo ‘agosto. Agricultura. sleman. Albatiteria. Alguimis. ambigue. ‘América América Meridtonal antiwado, é anciouada, ‘Aplicase, ‘Aplicado & persona, dsase también como sustantivo. Argentina Arquitectura. Arqueologia. Astrotosia. Astrononfia. Biason ‘bajo latin Botanica brasileno, 6 orastiena iretén, 6 bretona. Burmeister, capital federal Carpinteria catalan, é catalana, celvico, éeeltica Cetreria Cirugia. citado, 6 citada, 6 chia. ‘colectivo. Colombia. Comercio, conan de dos. comparativo, dcomparativa, ccomplemento complemento directo, conjuacién. conjancién adversativa conjuncion comparativa, con. condic onj. copulat. con, dist. con), disyune con. Hat . corrup. + ait Dane. aa : defect er. despect | ate! | pice. - | Dice, Ae.,6Dice. Acad, 4 Dice. R. Ac. aie. ae Eousd. |)! Equit.. 2 ‘ Ese. escand. |S Esge cexplet. expr. expe, eit. fam, Farm. febr. fem, fest. fe : Fil Fis Fist. : fam, : For, for. Fore. Fotogr: tr 5 franc free frig fr figs y fara fe. proverb. frees fat. gall gen. gent. « si | Geoa, : conjancién condictonal. conjuncién copulativa. conjanciga distribuciva. conjuncién disyantiva. conjuncién ilad ccontracctén, corrapci6n, Chie aiminativo. Danza. ative. verbo defective. derivado, 6 derivada. espectivo, d despectiva Diccionario. Diccionario de 1a Real Aca ‘emia. aigase Ecuador. Equitacion ecultura cescandinavo, 6 escandinaya, Esgrima. exclamactén, exctamaterto, exclamatoria, cexpletivo, é expletiva expresién expresién eliptica, sastantivo femenino familiae Farmacia. febrero, femenino. festivo, 6 festiva, figurado, ¢ Ggarada, Filosofia. Fisica. Fisiologia, flamenco, 6 amenca. Foro. Fortiicactén, Forogratia frase francés, 6 francesa frecuentativo, 4 frecuenta- frase figurada frase figurada y familiar frase proverbial futuro, gallego enero, genitive. Geodesia xIV Geogr. Geol Geom. | ger. Germ, germ, nom, ot ee Gram. Gran. S| Gris, 6 Griseb guar. hebr. Hein. lara, Hier. Hig. Hist, Nae hol imperat, impers. Impr. « Ind, 6 inate. Inder... int, 6 nti ing! inter. - inter}. nus. irda, irreg. ital. ial ioe Jarisp. L. tat. Ling. oe toc. fam, toe. fam. con} Hoc: fg. ¥ fam, m. adv, Mar. Mar. arg. Mat. may. Med Mg. mej. Meta metapl. meta. Mi Min, Mineral Mont. . ms. advs, Mas. Gogratia. Gealogia. Geometsia, + gerundio. Germania, germénice, germantca. ‘Gnoméntea. otico, gotica ariego, griega, Gramatien Dr. Daniel Granada. 2 Grisebach, * guarant hebreo, hebrea Heine. Hidrautica Hieronymus, Higiene, Historia Natural, holandes, hoiandesa. modo imperativo. verbo impersonal Imprenta modo indicative. indeterminado, modo infinitive, Inglés, ¢ ingles interior de 1a Repdbitca A\ sgeatina. interject Inusitado, ¢ tousitada. fronica, irénica, Irregular. Htallano, 6 iealsana, juli. Janio, Jurisprudencia, Lorentz, satin Linguistica, Iitoral tocucién, lecucisn familiar. Tocucion familiar conjunsiva, ocucion fgurada y familiar sustanttvo mascitlina. modo adverbial Marina. ‘Marina argemtina, maseutina, Matematicas, mayo. ‘modo conjantive, Medicina Meco mejicano, 6 meficana, Metalurgia. metapiasme, Miticia, Mineria Minesatogsa Moneerta + modos adverbiates, Muse. my he gat. ominat. » ap. sum, Numism. rms, Obst. Ortogr, poe pa part. comp.. « part.conj. - « art. tasep. | Per. pers. Patt. Pint. ph. poet. Por antonom. Por excel.» Por ext. port pp. pr Pr pr Pr. br br pr pr. pr. pr. Bs. Alves, | pr Burg. pr. Cad. be Can pr. Cast pr. Cat pr. Cord. pr. Corr. pr. Cub. pr. Entrers, prep. rep. insep res, ret pr. Bxer, br. Putip, r. Gal pr. Gran, priv., 6 privat pe. Ju pe. Mal sustantivo masculine ¥ fe menino. verbo neutro. negaclon, 6 negative, 6 ne ‘gativa, negative, é negativa. + nominative. noviembre, nombre propio. nimere. Numismatica, nameros. Obstetricia, ‘octubre, Octogratia, partietpi partletpio active, particula comparativa. particula conjantiva, particula inseparable. Perd. persona, Paitip Pintura. plural. oetico, 6 podtica. Por antonomasi Por excelencia. Por extensiéa. + portugues, J porcuuesa, participio pasive, + provinciny § proviacial. provinci + provincial de Alicante, + provincial de Andalucia, ide Albacete, Provincial de las Antillas. provincial de Aragén, Provincial de Avila. provincial de Badajor provincial de las Baleares. provincia de Buenos Alres. provincial de Burgos. provincial de Cadiz, provincial de Canarias, provincial de Castilla, + provincial de Catalusa; 6 provincia de Catamarea, en Ja Reptoticn Argentina, provinciat de Cordoba (Es Pana); 6 provincia de Cor- doo (Repibilea Argen- tina). + provincia de Corrientes, provinelal de Cota. provincia de Entrerrios. © prepasicién. Dreposicion inseparable. presente preterit provinciat de Extremadura, provincial de Filipinas, provincial de Galicia + provincial de Granada. privatlvo, é privativa, provincia de Juiuy. provincial de Malaga, pe. Mall. - pr. Manch. pr. Mend. pr. Mure. pr. Nav. pron. pron. dem. rom, pers. pron, poses. pron. relat. prondne prov. prov. provs. inter provs. sinscr- Sch., d Sch separ sept. + provinetal de Mallorca, 1 provincial de Ia Mancha. provincia de Mendoza, 1 provincial de Marcia, provinciat de Navarra, pronombre. pronombre demostratlvo, pronomore personal Pronombre posesivo. Pronombre relative, Prondnciase, é pronincianse. | provensal provinclas. provincias del interior. provineias del litoral, provincial de Palma. provincial de Ia Rioja (Es pata); 6 provincia de Ia Rioja (Republica Argen- tina). provincial de Salamanca provincia de Sal provincial de Santander. provincia de Santiago del Estero provincial de Sego provincial de Sev! 1 provincia de San Luis. 1 provincia de Santa Fe. | provincial de Toledo 1 provincia de Tucuman, provincial de Valencia Provincial de Zaragoza. poco sade, J wsada. quichaa, Quimica, verbo reflexive. Real Academia. verbo reciproce. retran. retranes. eegular. Retérica, Zorobabel Rodriguez. sustanuve, 1 Sustancive comén de dos Schlecht, entido. separative, separativa. septiembre, at. sh sing St Hu sub sup. Taarom, Teol. errit territs. teutén. Tint. TopoRs Oo Ue, one, as Ume ss Umer Dimes. Usb 6 usab. Goea . Ciena. Bren weer Wres V..6, we detect Venez. Veter. ve fre. Vol Foo. xv ‘sustantive femenino, Shelley. singular, sustantive mascalino. Se. Hilaire. subjuntivo. uperlative. tiempo. Tauromaqula. Teologta, territorio. territorlos. euténico, 6 tearénica. Tintoreria ‘Toposratia Usase, Usase como... ‘timo, ¢ aleima. Usase mas como. ‘Wsnse mas como reflexivo. Usase mas como sustantivo. Usabase, Usase tambien como activo. Waase tamblén como adje- ve. Usase también como neuro. Usase también como refle sive. ‘Gsare también como sustane vease. 1 werte activo, verbo defective. Venezuela. ‘Veverloaria, verbo frecuentative. verbo neutro. Volateria, verbo reflexivo. Zooiogsa, ara las voces guaranfes, empleamos, como €! Dos tor D. Danlel Granada en sa Vocasurano Rfor.arEs- se Razoxapo, los sigutentes sigmos gotueal * gucuratnasal, ABA A... prep. que, delante de los infinitivos, denota que esta por hacerse lo que el verbo significa; construccién gélica muy en boga en la Rep. Arg . Esta acep. se aproxima dla primera nuestra de ABOMBADO Parece que en Chile se usa también en nuestra primera acep., segtin esta redondilla de Guajardo (7 gustador), citada por el seor Zorobabel Rodriguez, si bien. éste pretende dar 4 abombado el sentido de ebria, que para nosotros no tiene en esta estrofa: De nie por faatasie Rimancce 8) otro dia AGnito y abomba ABOMBAMIENTO. sm, lrg, Aturdi- miento,atolondramiento que siente uno cuan- do estd adombado. || srg. Accion y efecto de abonbar 6 adonbarse el agua t otro I quido, y también la carne, ABOMBAR. v. a. lrg. Aturdir, atolon- rar, marear, ya sea esto efecto de wn ruido fuerte y continuado 6 de una conversacion sostenida y enfadosa, ya de una atmésfera ABO pesada, un aire viciado, ete. U. 1. c. x. El se- fior Daniel Granada lo'da t. c. n. Nunca lo he visto usado como tal en la Rep. Arg. | Arg. Echar 4 perder el agua de manera que despida mal olor, y tambien la carne, hacien- | do que empiece 4 descomponerse y oliscar. (U.m.c.1.—LaR, Acad. trae este verbo en la acep, de «dar figura convexay, y en la fig. y fam. de casordar, aturdirs _ABORDAR. v a. fig. rg. Aplicado 4 una Gificultad, una cuestién, un tema 6 asunto, tratarlos, discutirlos franca y resueltamente, fin de’ darles solucién pronta y definitiva. —

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