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De esta forma, una clasificación que es poco adecuada para los minerales, como es la genética
(el cuarzo, por ejemplo, se clasifica ría en todos los grupos que se establezcan, pues se forma en
todos los ambientes geológicos posibles) sí es adecuada para la clasificación de rocas y de
yacimientos minerales, pues éstos tienden a formarse por procesos concretos y únicos. No
obstante, el problema a menudo es identificar correctamente qué proceso es el que ha formado
una roca o un yacimiento mineral en concreto.
Una ventaja importante de la clasificación genética es que nos permite establecer un criterio
importante para la investigación de otros yacimientos similares: el conocimiento preciso del
modo de formación implica identificar las rocas con las que se asocia, las relaciones que presenta
la mena con la ganga, las relaciones espaciales entre roca y yacimiento y a su vez éstas con su
entorno estructural. Este cuadro nos va a servir de guía en la búsqueda de nuevos yacimientos
en áreas próximas, o en otras regiones similares desde el punto de vista geológico.
Por tanto, la clasificación que hemos adoptado aquí para el estudio de los yacimientos es en
general, una clasificación genética, basada en la identificación del proceso geológico que ha
dado origen a esa concentración de minerales. Estos procesos pueden ser englobados en dos
grandes grupos:
1. Procesos exógenos, esto es, todos aquellos que tienen lugar por encima de la superficie
terrestre, como consecuencia de la interacción entre las rocas y la atmósfera y la
hidrosfera.
2. Procesos endógenos, o todos aquellos que tienen lugar por debajo de la superficie
terrestre, como consecuencia de los procesos de liberación del calor interno del planeta,
materializados en la Tectónica de Placas y procesos asociados, tales como el
magmatismo y el metamorfismo.
La exposición de las rocas a la acción de los agentes externos de nuestro planeta (atmósfera,
hidrosfera) produce una serie de efectos que en general conocemos bien: alteraciones (por
ejemplo, la oxidación de los metales, como el hierro), cambios bruscos de temperatura,
disolución de componentes. Fenómenos que se conocen con el nombre
de meteorización (química y física). Como resultado, los materiales duros y compactos se
disgregan y disuelven en parte, y los productos (fragmentos, sales), son transportados hídrica o
mecánicamente. La migración y posterior depósito de estos productos serán consecuencia de
las condiciones físicas y químicas del medio (barreras físicas y químicas).
Estos procesos conducen a la formación de las rocas y yacimientos de origen exógeno. A efectos
de una clasificación más detallada, se pueden diferenciar dos grandes subtipos: rocas o
yacimientos residuales (originados como consecuencia de los fenómenos de meteorización in
situ, de la propia roca-madre), y rocas o yacimientos sedimentarios, originados como
consecuencia de los fenómenos de depósito, en general a distancias más o menos grandes de
las rocas-madre. Estos yacimientos o rocas sedimentarias se clasifican en mayor detalle, en
función del proceso sedimentario:
Los procesos que tienen lugar por debajo de la superficie de nuestro planeta tienen su origen
en la liberación de su calor interno, y se manifiestan en una serie de fenómenos, algunos de los
cuales pueden observarse directamente en la superficie, como es el caso del volcanismo.
Esta liberación del calor interno se produce de dos formas: por radiación (o conducción) y
por convección. La radiación es la liberación del calor transmitido desde zonas calientes a zonas
frías, de la misma forma que el extremo exterior de una cuchara sumergida en un líquido caliente
termina calentándose: no implica movimiento de materia, solo transmisión del calor. En
la convección el calor se transmite en forma de movimiento de lo caliente hacia zonas frías.
Ejemplos son la convección de aire caliente que se produce desde los radiadores de las
habitaciones, y el movimiento que se produce del agua al calentarla en un recipiente.
De la misma manera, nuestro planeta, cuyo interior se encuentra a altas temperaturas, libera su
calor de estas dos formas. Por un lado, emite calor hacia el espacio, con lo que la temperatura
superficial es un compromiso entre el calor que el propio planeta libera y el producido por la
irradiación solar, y esta temperatura aumenta con la profundidad (gradiente geotérmico). Por
otra parte, la convección produce un lentísimo movimiento de las rocas de zonas profundas
hacia la superficie, que fuerza el movimiento de las rígidas placas litosféricas, lo que conocemos
con el nombre de tectónica de placas.
La combinación de estos dos mecanismos (y las interacciones que se producen entre las placas)
es responsable de los fenómenos internos del planeta: fenómenos sísmicos (terremotos),
fenómenos magmáticos (volcanismo, como más conocido) y fenómenos de transformación de
las rocas al quedar sometidas a altas presiones y/o temperaturas (metamorfismo). Los
fenómenos sísmicos no dan origen a rocas ni a yacimientos, pero los otros dos sí.
El origen de los magmas. La formación del magma obedece a fenómenos complejos, que
tienen lugar en regiones profundas de la corteza, o el manto superior. Por tanto, su
estudio solo se puede abordar desde la experimentación en laboratorios muy
especializados, que permita reproducir las condiciones de alta presión y temperatura
responsables de estos procesos. Un aspecto muy importante a considerar es que se
originan por fusión incompleta de los materiales correspondientes: no es una fusión
total de éstas, sino parcial, comenzando por los minerales de punto de fusión más bajo,
y finalizando con los más reactivos. Esto hace que, en función de cual sea el porcentaje
de fusión, se puedan obtener a partir de un mismo material madre magmas muy
diferentes.
La evolución del magma: una vez formado, y hasta que se consolida completamente por
cristalización, el magma asciende a través de la corteza terrestre, sufriendo algunos
cambios mineralógicos y químicos. Entre estos cambios, los más importantes son la
cristalización fraccionada (posibilidad de que algunos de los cristales que pueda
contener el magma se separen de éste), la asimilación (digestión parcial de rocas de la
corteza por el magma durante su ascenso) y la mezcla de magmas. Estos cambios, por
tanto, pueden modificar de forma muy importante la composición de un magma.
Con posterioridad a la cristalización principal del magma, los fluidos residuales se liberan
y evolucionan entre la zona de cristalización y la superficie. Cristalizan allí donde se
encuentran con condiciones favorables para ello: cuando el enfriamiento del fluido
provoca la cristalización de determinados minerales, o cuando cambian las condiciones
de presión, o de Eh-pH. En ocasiones, estos fluidos llegan a regiones superficiales, dando
origen al desarrollo de sistemas geotérmicos.
Por otra parte, el magma puede alcanzar la superficie de la corteza, dando origen a los
procesos volcánicos. En estas condiciones se pueden dar dos situaciones diferentes: que
alcance la superficie continental, en un medio su aéreo, o que la salida del magma, o
erupción, se produzca bajo el agua del mar, o de lagos... Cuando el enfriamiento es muy
brusco, los componentes mayoritarios del magma cristalizarán o se enfriarán formando
un vidrio (obsidiana o perlita) o un material es coriáceo (pómez), mientras que los
volátiles se liberarán a la atmósfera, y se dispersarán. En el segundo caso, los volátiles
podrán interaccionar con el agua y sus sales, formando compuestos insolubles de esos
elementos (Pb, Zn, Cu, Fe, Hg....) lo que dará origen a yacimientos minerales.
De esta forma, los procesos magmáticos se pueden considerar como un conjunto de procesos
muy activos en la formación de yacimientos, tanto de rocas como de minerales de interés
minero.
Todo ello nos lleva a una clasificación en que prima el criterio genético, la relación que se
establece entre el proceso geológico responsable de la formación de la roca o mineral
correspondiente y su producto final.
La erosión y el transporte
Sedimentación detrítica
Sedimentación orgánica
Plutonismo y subvolcanismo
Volcanismo
Metasomatismo
Hidrotermalismo
CONCENTRACIÓN MAGMÁTICA:
TIPO PROCESO
Magmático Primario:
- Cristalización diseminada, sin concentración
Diseminación
- Diferenciación y acción de la cristalización
Segregación
- Diferenciación e inyección
Inyección
- Diferenciación de la cristalización y
II. Magmático Secundario:
acumulación del magma residual
Segregación del líquido residual
- Presión filtrante e inyección
Inyección del líquido residual
- Separación y acumulación de líquido
Segregación del líquido inmiscible inmiscible
Inyección del líquido inmiscible - Lo mismo que lo anterior, pero con inyección
Los minerales metálicos cristalizaron antes que los silicatos de las rocas, y es de suponer que se
separan por cristalización.
Procesos:
DISEMINACION: La cristalización simple de un magma profundo “in situ” producirá una roca
ígnea granuda en cuya masa pueden estar diseminados los cristales que se formaron primero.
Si estos son valiosos y abundantes el resultado será un yacimiento de mineral magmático.
Toda la masa rocosa, o parte de ella puede constituir el yacimiento y los cristales pueden ser o
no fenocristales, en este proceso también los depósitos resultantes tendrán la forma de la roca
intrusita, que puede ser un dique, chimenea o una pequeña masa en forma de bolsonada con
un volumen considerable comprada con la mayoría, de los yacimientos minerales.
SEGREGACION: Este término se emplea a menudo de un modo general para designar los
depósitos magmàticos, diferenciándolos de las formadas por solución u otros medios.
La segregación puede tener lugar también por la caída de los cristales pesados
formados: Primero en la parte inferior de la cámara magmática.
PROCESOS:
Este líquido residual puede segregarse de los intersticios cristalinos hacia el interior de la cámara
magmática y cristalizar sin que se produzca posterior desplazamiento, dando lugar a la
formación de los últimos minerales pirogénicos. En caso de inmovilidad, este líquido forma
segregaciones magmáticas secundarias. Estas masas pueden llegar a tener suficiente volumen y
riqueza para formar valiosos depósitos de mineral metálico.
Las rocas huéspedes son comúnmente la antarita, norita, gabro, o rocas afines.
Las masas minerales resultantes pueden ser de forma irregular, en forma de capas o diques y
generalmente atraviesan la estructura primaria de las rocas huéspedes, o cortan a las rocas
invadidas.
Los yacimientos formados de esta manera están constituidos principalmente por calcopirita,
pirrotina, níquel, cobre, penetradita, a los que también acompañan platino, oro, plata y otros
elementos, los cuales están confinados a las rocas ígneas básicas de la familia del gabro.
Este tipo de depósitos comúnmente se encuentran en forma de masas aisladas en las paredes
inferiores de las intrusiones diferenciadas, principalmente cuando hay depresiones en el suelo.
Su volumen esta en proporción al de la intrusión madre
Los depósitos son irregulares o tienen forma de diques. Si la fracción residual es rica en matrices
volátiles los depósitos resultantes pueden presentar algunos estados de transición que se
asemejan a los tipos hidrotermales.
* Se debe hacer una clara distinción entre ambos efectos (y lo que ocasiona cada uno) puesto
que el METAMORFISMO DE CONTACTO no da origen a yacimientos minerales, salvo algunos
casos poco comunes de yacimientos no metálicos; en cambio el METASOMATISMO DE
CONTACTO si puede dar origen a yacimientos valiosos.
*EXOGENOS O EXTERNOS: Se producen en las rocas invadidas por la masa ígnea; estos efectos
de grandes masas intrusitas son originalmente muy importantes; consisten en una cocción y
endurecimiento de las rocas circundantes produciendo en ellas una completa transformación.
Los minerales antiguos se deshacen y sus iones se recombinan formando nuevos minerales que
son estables bajo las nuevas condiciones. Ejemplo: en una caliza impura que contenga Mg y Fe,
o Cuarzo y arcilla el oxido de calcio y el Cuarzo pueden combinarse para formar la wollastonita,
si se combina la dolomita+cuarzo+agua forman la tremolita.
Este efecto también puede darse en las rocas; por ejemplo: una roca cristalizada simple como la
cuarcita proveniente de las areniscas o el caso de los mármoles que provienen de la
recristalizaciòn de las calizas o dolomitas.
La alteración será mas intensa mientras más cerca este de la intrusión formando las conocidas
aureolas metamórficas de contacto que varían de forma y tamaño.
Si a los efectos del calor producido por el metamorfismo se añade el calor mucho mas elevado
del metasomatismo, formaran los nuevos minerales que están constituidos por adiciones q se
agregan del magma; constituyendo de esta manera una mineralogía mas variada y compleja.
PROCESOS Y EFECTOS: La temperatura en el contacto inmediato debe ser similar a a la que tiene
el magma y cuando estos son mayormente silicios esta temperatura oscila entre 500 y 1100 ºC
CAMBIO DE VOLUMEN: A las rocas invadidas se les adiciona grandes cantidades de materiales
y de las mismas rocas también se sustraen otras cantidades de materiales. Sin embargo este
intercambio no se produce en la misma cantidad, de manera que se producen cambios de
volumen.
Los depósitos son generalmente diseminados pero en forma muy irregular alrededor de la zona
de contacto y tienden a concentrarse en el lado de la intrusión donde su buzamiento o
inclinación es bastante suave.
FORMA Y TAMAÑO: Pueden tener casi todas las formas y sus ramificaciones pueden
proyectarse hacia el exterior a lo largo de los planos de estratificación, las fisuras (o junturas) las
formas mas irregulares se presentan en las calizas. En general los depósitos de metamorfismo
de contacto son de volumen relativamente pequeño con dimensiones que pueden variar entre
25-150m, la textura de los minerales también es bastante variable y sus cristales pueden ser
grandes o pequeños.
Metasomatismo
Albita, hornablenda y turmalina de origen metasomatico en un granito metamorfizado de Stone
Mountain, Atlanta