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Breve historia de las unidades

La creación del sistema métrico decimal en tiempos de la Revolución francesa y la posterior creación de dos
patrones de platino que representaban el metro y el kilogramo, el 22 de Junio de 1799, en los Archives de la
République en París, puede verse como el primer paso en el desarrollo del actual Sistema Internacional de
Unidades, SI.

En 1832, Gauss promocionó fuertemente la aplicación de este sistema métrico (metro + kilogramo), junto con
el “segundo” (definido en astronomía), como un sistema coherente de unidades para las ciencias físicas. Gauss
fue el primero en hacer mediciones absolutas del campo magnético de la tierra en términos de un sistema
decimal basado en “tres unidades mecánicas”, el milímetro, el gramo y el segundo, para las respectivas
magnitudes de longitud, masa y tiempo. En años posteriores, Gauss y Weber extendieron estas mediciones
para incluir fenómenos eléctricos.

Estas aplicaciones en el campo de la electricidad y el magnetismo fueron desarrolladas adicionalmente en la


década de 1860, bajo el liderazgo activo de Maxwell y Thomson, a través de la Asociación Británica para el
Avance de la Ciencia (BAAS, ahora BA). Ellos formularon los requisitos de un sistema coherente de unidades
con unidades fundamentales o básicas y unidades derivadas. En 1874 la BAAS introdujo el sistema CGS, un
sistema coherente tridimensional de unidades basado en las tres unidades mecánicas, el centímetro, el gramo
y el segundo, utilizando prefijos que iban desde micro a mega, para expresar submúltiplos y múltiplos decimales.
El desarrollo posterior de la física como una ciencia experimental se basó, en gran medida, en este sistema.

Los tamaños de las unidades coherentes del CGS en los campos de la electricidad y el magnetismo demostraron
ser inconvenientes, por lo que en la década de 1880 el BAAS y el Congreso Internacional de Electricidad,
predecesor de la Comisión Internacional Electrotécnica (IEC), aprobaron un conjunto de unidades
prácticas, mutuamente coherentes. Entre ellas estaban el ohmnio de resistencia eléctrica, el voltio para fuerza
electromotriz y el amperio para la corriente eléctrica.

Después de la firma de la Convención del Metro, el 20 de Mayo de 1875, la cual creó al BIPM y estableció la
CGPM y el CPIM, comenzó la construcción de nuevos prototipos internacionales del metro y el kilogramo. En
1889 la 1ª CGPM decretó a los prototipos internacionales para el metro y el kilogramo, los cuales, junto con el
segundo astronómico como la unidad de tiempo, constituyeron las unidades de un sistema de unidad mecánico
tridimensional, similar al sistema CGS, pero con las unidades base “metro, kilogramo y segundo”, el sistema
MKS.

En 1901 Giorgi mostró que es posible combinar las unidades mecánicas de este sistema, metro–kilogramo–
segundo , con las unidades eléctricas prácticas para formar un único sistema coherente cuatridimensional
añadiendo a las tres unidades básicas una cuarta unidad, de naturaleza eléctrica como el amperio o el ohmnio,
y reescribir las ecuaciones encontradas en el electromagnetismo, bajo la forma llamada “racionalizada”. La
propuesta de Giorgi abrió el camino a una serie de nuevos desarrollos.

Después de la revisión de la Convención del Metro por la 6ª CGPM en 1921, que amplió el alcance y las
responsabilidades del BIPM a otros campos de la física y la posterior creación del Comité Consultivo de
Electricidad (CCE, ahora CCEM) por la séptima CGPM en 1927, la propuesta de Giorgi fue discutida por la IEC,
por la Unión Internacional de Física Pura y Aplicada (IUPAP), y por otras organizaciones internacionales. Esto
llevó al CCE a proponer, en 1939, la adopción de un sistema de cuatro dimensiones basadas en el metro, el
kilogramo, el segundo y el amperio, el sistema MKSA, propuesta aprobada por la ClPM en 1946.

Después de una investigación internacional que llevó a cabo el BIPM a partir de 1948, la décima CGPM, en
1954, aprobó la introducción del ampere, el kelvin y la candela como unidades fundamentales, para las
magnitudes corriente eléctrica, temperatura termodinámica e intensidad luminosa, respectivamente. La 11ª
CGPM en 1960 le dio al sistema el nombre de Sistema Internacional de Unidades, abreviado SI. En la XIV
CGPM en 1971, después de largos debates entre físicos y químicos, la versión actual del SI se completó
añadiendo al “mol” como la unidad básica de la Cantidad de Sustancia, elevando el número total de unidades
básicas a siete.

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