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UNIVERSITAT DE BARCELONA

CONSTRUCCIÓN Y VALIDACIÓN DE UNA


ESCALA DE ANSIEDAD ANTE LA MUERTE

Tesis doctoral presentada por:


Joaquín Tomás Sábado
Marzo 2002
UNIVERSITAT DE BARCELONA
Divisió de Ciències de la Salut
Facultat de Psicologia

Departament de Metodologia de les Ciències del Comportament

Programa de Doctorat: Avaluació en Ciències del Comportament:


Metodologia i Aplicacions

(Bienni: 1997-99)

CONSTRUCCIÓN Y VALIDACIÓN DE UNA


ESCALA DE ANSIEDAD ANTE LA MUERTE

Tesis doctoral presentada por:


Joaquín Tomás Sábado

Dirigida por:
Dra. Juana Gómez Benito

Barcelona, Marzo 2002


A Isabel, Iván e Inés
Agradecimientos

A la Dra. Juana Gómez, que dirigió este trabajo, por su estímulo y


orientación constantes.

A los profesores Donald Templer, de la California School of


Professional Psychology y Ahmed Abdel-Khalek, de la Universidad de
Kuwait, por el interés mostrado hacia esta investigación y sus valiosas
sugerencias y aportaciones teóricas.

A mis compañeros de trabajo de la Escola Universitària d’Infermeria


Gimbernat y del Institut Català de la Salut, por su paciencia y apoyo.
ÍNDICE

página
Introducción 17

PARTE TEÓRICA

Capítulo 1. Revisión conceptual: La ansiedad y la ansiedad


ante la muerte 25
1.1. La ansiedad 27
1.1.1. La ansiedad según la perspectiva psicoanalítica 30
1.1.2. La ansiedad según las teorías del aprendizaje 31

1.2. La ansiedad ante la muerte 35


1.2.1. La visión psicoanalítica 37
1.2.2. La aportación existencialista 38
1.2.3. El enfoque cognitivo-conductual 39

Capítulo 2. Instrumentos de medida de la ansiedad ante


la muerte y otros constructos relacionados 41

2.1. La Escala de Ansiedad ante la Muerte (Death Anxiety


Scale: DAS) de Donald Templer 43
2.1.1. Introducción. 43
2.1.2. Construcción de los ítems 44
2.1.3. Fiabilidad 45
2.1.4. Validez 45
2.1.5. Dimensiones factoriales de la escala 46
2.1.6. Adaptación de la DAS a otros idiomas 51
2.1.7. Forma española de la DAS 51

2.2. La Escala de Depresión ante la Muerte (Death Depression


Scale: DDS) de Templer, Lavoine, Chalgujian y
Thomas-Dobson 57
2.2.1. Introducción 57
2.2.2. Construcción de la escala 58
2.2.3. Estructura factorial 60
2.2.4. Forma española de la DDS 62

2.3. La Escala de Obsesión ante la muerte (Death Obsession


Scale: DOS) de Abdel-Khalek 67
2.3.1. Introducción 67
2.3.2. Construcción de la escala 68
2.3.3. Análisis factorial 71
2.3.4. Forma española de la DOS 72

2.4. La Escala Revisada de Ansiedad ante la Muerte


(Revised Death Anxiety Scale: RDAS) de Thorson
y Powell 77

2.5. La Escala de Ansiedad ante la muerte de Corriveau-Kelly 83

2.6. La Escala de Ansiedad ante la Muerte para niños, de


Schell y Seefeldt (Death Anxiety Scale for Children:
DASC) 87
2.7. La Escala de Afrontamiento de la Muerte de Bugen
(Coping with Death Scale: CDS) 93

2.8. El Índice de Amenaza de Krieger, Epting y Leitner


(Threat Index: TI) 97

2.9. El Perfil de Actitud ante la Muerte de Gesser, Wong


y Reker (Death Attitude Profile: DAP) 103

2.10. La Escala de Miedo a la Muerte de Collett-Lester


(Collett-Lester Fear of Death Scale: CLFDS) 109

Capítulo 3. Variables relacionadas con la ansiedad ante


la muerte 115

3.1. Ansiedad ante la muerte y género 117

3.2. Ansiedad ante la Muerte y edad 123

3.3. Ansiedad ante la muerte y variables de personalidad 129

3.4. Ansiedad ante la muerte y ocupación 133

3.5. Ansiedad ante la muerte y estado de salud 143

3.6. Ansiedad ante la muerte y religiosidad 147

3.7. Ansiedad ante la muerte y conducta suicida 153


3.8. Ansiedad ante la Muerte y educación sobre la muerte 157

PARTE EMPÍRICA

Capítulo 4. Construcción y validación de la Escala de Ansiedad


ante la Muerte 167

4.1. Planteamiento del problema y objetivos de la


investigación 169

4.2. Estudio 1. Desarrollo de la escala 175


4.2.1. Marco teórico 175
4.2.2. Generación de los ítems 178
4.2.3. Validez de contenido 179
4.2.4. Formato de respuesta 182
4.2.5. Correlación ítem-total 182

4.3. Estudio 2. Formato de respuesta de la NEAM 185


4.3.1. Objetivo 185
4.3.2. Método 185
4.3.2.1. Sujetos 185
4.3.2.2. Procedimiento 185
4.3.3. Resultados 186

4.4. Estudio 3. Determinación de la validez concurrente,


consistencia interna y estabilidad test-retest 187
4.4.1. Objetivos 187
4.4.2. Método 187
4.4.2.1. Sujetos 187
4.4.2.2. Medidas 188
4.4.3. Resultados 189
4.4.3.1. Validez concurrente 189
4.4.3.2. Consistencia interna y estabilidad 190

4.5. Estudio 4. Determinación de la estructura factorial


de la escala 191
4.5.1. Objetivo 191
4.5.2. Método 191
4.5.2.1. Sujetos 191
4.5.2.2. Procedimiento 191
4.5.3. Resultados 191

4.6. Estudio 5. Estadísticos descriptivos de las


puntuaciones de la NEAM en distintos grupos de
población 197
4.6.1. Objetivo 197
4.6.2. Método 197
4.6.2.1. Sujetos 197
4.6.3. Resultados 198

4.7. Estudio 6. Influencia de la edad en las puntuaciones


de la NEAM 201
4.7.1. Objetivo 201
4.7.2. Método 201
4.7.2.1. Sujetos 201
4.7.2.2. Procedimiento 201
4.7.3. Resultados 203

4.8. Estudio 7. Influencia del género en las puntuaciones


de la NEAM 213
4.8.1. Objetivo 213
4.8.2. Método 213
4.8.2.1. Sujetos 213
4.8.2.2. Procedimiento 213
4.8.3. Resultados 214

4.9. Estudio 8. Análisis de la capacidad discriminante de


los ítems de la NEAM 217
4.9.1. Objetivo 217
4.9.2. Método 217
4.9.2.1. Sujetos 217
4.9.2.2. Procedimiento 218
4.9.3. Resultados 219

4.10. Estudio 9. Influencia de la deseabilidad social


en las respuestas a la NEAM 221
4.10.1. Objetivo 221
4.10.2. Método 221
4.10.2.1. Sujetos 221
4.10.2.2. Instrumentos 221
4.10.3. Resultados 222

4.11. Estudio 10. Análisis del funcionamiento diferencial


de los ítems de la NEAM 223
4.11.1. Objetivo 223
4.11.2. Método 223
4.11.2.1. Sujetos 223
4.11.2.2. Procedimiento 223
4.11.3. Resultados 224

4.12. Estudio 11. Determinación de las diferencias en las


las puntuaciones de la NEAM según
el puesto de trabajo en profesionales
de enfermería 225
4.12.1. Objetivo 225
4.12.2. Método 225
4.12.2.1. Sujetos 225
4.12.3. Resultados 226

4.13. Estudio 12. Relación entre la NEAM y los estresores


laborales en profesionales de enfermería
hospitalaria 227
4.13.1. Objetivo 227
4.13.2. Método 227
4.13.2.1. Sujetos 227
4.13.2.2. Instrumentos 227
4.13.3. Resultados 228

4.14. Estudio 13. Desarrollo de la forma catalana de la


NEAM 231
4.14.1. Objetivo 231
4.14.2. Método 231
4.14.2.1. Procedimiento y sujetos 231
4.14.3. Resultados 233
4.15. Estudio 14. Desarrollo de la forma inglesa de la
NEAM 235
4.15.1. Objetivo 235
4.15.2. Método 235
4.15.2.1. Procedimiento y sujetos 235
4.15.3. Resultados 237

Capítulo 5. Conclusiones y Discusión 239

Referencias Bibliográficas 255

Anexos 303
ÍNDICE DE TABLAS

tabla página
1. Aspectos diferenciales entre miedo y ansiedad 29
2. Death Anxiety Scale 45
3. Forma española de la DAS 53
4. Ítems de la DDS 59
5. Forma española de la DDS 63
6. Ítems de la forma inglesa de la DOS 70
7. Forma española de la DOS 73
8. Ítems de la RDAS 79
9. Traducción española de la RDAS 81
10. Death Anxiety Scale for Children 90
11. Componentes del Threat Index de 25 constructos 99
12. Items del Death Attitude Profile 106
13. La Collett-Lester Revised Fear of Death Scale 112
14. Enunciado de las 43 proposiciones iniciales 178
15. Medias de puntuaciones de los jueces expertos 180
16. Escala de 33 ítems 181
17. Enunciados y correlación ítem-resto de ítems de los
veinte ítems definitivos 183
18. Correlaciones producto-momento de Pearson de las
cuatro escalas de actitud ante la muerte y las medidas
generales de obsesión, ansiedad y depresión 190
19. Estructura factorial rotada de la NEAM 193
20. Estructura factorial rotada de las escalas de actitud
ante la muerte y neuroticismo general 195
21. Estadísticos descriptivos y comparación por género
de las puntuaciones de la NEAM en cada grupo 198
22. Distribución de las edades de los sujetos de la muestra 202
23. Coeficientes de correlación entre las puntuaciones NEAM
y la edad para mujeres, hombres y muestra total 204
24. Coeficientes de correlación entre la edad y las puntuaciones
NEAM en los cuatro grupos de edad 206
25. Medias de las puntuaciones NEAM, valor t y significación
de la diferencia por género en cada uno de los grupos de
edad y en el total de la muestra 214
26. Puntuaciones medias y significación de hombres y mujeres
en los ítems de la NEAM 215
27. Puntuaciones medias y significación de hombres y mujeres
en los cinco factores de la NEAM 216
28. Diferencias de medias y significación en cada uno de los
ítems entre los grupos superior e inferior 219
29. Índices de discriminación de los ítems de la NEAM 220
30. Estadísticos de Wald y valores p para cada uno de los ítems
de la NEAM en las variables género y grupo de población 224
31. Medias y desviaciones típicas de las puntuaciones NEAM
del personal de enfermería según el puesto de trabajo 226
32. Coeficientes de correlación NEAM/NSS 229
33. Ítems de la forma catalana de la NEAM 232
34. Ítems de la forma inglesa de la NEAM 236
ÍNDICE DE GRÁFICOS

gráfico página
1. Gráfico de sedimentación factorial de la NEAM 194
2. Gráfico de sedimentación factorial de las escalas
de actitud ante la muerte y de neuroticismo general 195
3. Línea de regresión edad-puntuación NEAM para la
muestra completa 204
4. Línea de regresión edad-puntuación NEAM para
las mujeres 205
5. Línea de regresión edad-puntuación NEAM para
los hombres 205
6. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en el
total del grupo de edad de 16-25 años 207
7. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en el
total del grupo de edad de 24-40 años 207
8. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en el
total del grupo de edad de 41-65 años 208
9. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en el
total del grupo de edad de 66-93 años 208
10. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en las
mujeres del grupo de edad de 16-25 años 209
11. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en los
hombres del grupo de edad de 16-25 años 209
12. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en las
mujeres del grupo de edad de 24-40 años 210
13. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en los
hombres del grupo de edad de 24-40 años 210
14. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en las
mujeres del grupo de edad de 41-65 años 211
15. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en los
hombres del grupo de edad de 41-65 años 211
16. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en las
mujeres del grupo de edad de 66-93 años 212
17. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en los
hombres del grupo de edad de 66-93 años 212
- 17 -

INTRODUCCIÓN

La muerte es el fin natural e inevitable de nuestro cuerpo. No obstante,


el lenguaje humano ha dotado a la palabra muerte de los significados y
connotaciones más negativos, de manera que, por lo general, aparece
asociada al dolor, la tristeza, la pérdida y el final. Es innegable que el
hombre ansía vivir y teme profundamente a la muerte, aunque, en realidad,
camine constantemente hacia ella. De alguna manera, el tema de la muerte
y, en particular, los sentimientos, miedos y actitudes que genera, ha
constituido, desde siempre, tema de interés de las disciplinas centradas en
el estudio del hombre. Evidentemente, al tratarse de un fenómeno de
absoluta trascendencia en la vida de cada persona, la muerte constituye un
elemento generador de actitudes individuales y sociales que pueden
condicionar el propio proceso vital.

Nos encontramos con una sociedad que, siendo mortal, rechaza la


muerte. La vida obligatoriamente feliz debe alejar toda idea de muerte, que
ha dejado de ser admitida como un fenómeno natural necesario y es
- 18 -

considerada como un fracaso, tanto por el sistema sanitario en el que se


delega la responsabilidad del cuidado de los moribundos, como por el resto
de la sociedad. Socialmente es tabú hablar de la muerte; rápidamente se
cambia de tema o se recrimina al que realiza el comentario. La muerte es
un personaje incómodo al que se desea olvidar y ante el cual el profesional
sanitario se encuentra en una situación conflictiva: como miembro de la
sociedad participa en el rechazo de la muerte, mientras que como agente
sanitario, tiene el encargo de esa sociedad de luchar contra ella. Por otra
parte, el escenario sanitario ha cambiado y hemos pasado de la visión del
paciente asistido en su lecho por el médico de cabecera, al ejercicio de una
medicina dispensada en hospitales de alta tecnología por equipos
multidisciplinarios. De acuerdo con Siso (2001), nuestra sociedad ha ido de
morir en el lecho doméstico a finalizar su existencia en una unidad de
vigilancia intensiva, conectado a máquinas capaces de mantener el aliento
vital más allá de donde, muchas veces, el enfermo y su propia dignidad
hubieran querido llegar, en un desmedido afán de prolongar la vida.

Es posible que, en el fondo, todo esto sea consecuencia de una


polarización del sistema de valores, que únicamente considera positivos y
deseables aspectos como la competitividad, el consumo, el culto al cuerpo
y el éxito, mientras que valora como negativos y rechazables el fracaso, el
envejecimiento, la enfermedad y la muerte. Se ha llegado a un punto en el
que incluso deben reprimirse las manifestaciones individuales de duelo,
porque la sociedad no acepta que se le recuerde la existencia de la muerte.

Sin embargo, el pensamiento y la consciencia de la propia muerte, una


característica exclusivamente humana, comporta reacciones de
desesperación y miedo, convirtiéndose en la causa fundamental de la
ansiedad experimentada por las personas.
- 19 -

Desde esta perspectiva, la idea de construir un instrumento dedicado a


evaluar la ansiedad ante la muerte tiene su origen, en primer lugar, en la
constatación, desde mi trabajo como docente en la Escuela de Enfermería,
de que, tanto los profesionales como los estudiantes, manifestaban con
frecuencia que su principal fuente de incomodidad y preocupación estaba
constituida por el afrontamiento de las situaciones de agonía y muerte de
los pacientes. Posteriormente, al intentar profundizar en la cuestión,
pudimos comprobar que el estudio de las actitudes ante la muerte, en
particular la ansiedad ante la muerte y sus factores asociados, era un tema
recurrente con una abundante producción científica en la literatura
anglosajona de los últimos cuarenta años, en cuyo ámbito se contaba,
además, con instrumentos de evaluación cuidadosamente construidos y
validados, algunos de ellos muy ampliamente usados. Sin embargo, cuando
quisimos centrarnos en el estudio del tema dentro de nuestro entorno social,
nos encontramos con un panorama radicalmente distinto. Apenas cuatro
tesis doctorales y otros tantos artículos de investigación se habían dedicado
en España en los últimos años, algunos de una forma marginal, al tema de
la ansiedad ante la muerte. Lógicamente, en lo que se refiere a las escalas
de medida, la situación era similar. Ningún instrumento original se había
construido y únicamente uno, La Death Anxiety Scale, se había traducido al
español y utilizado en algunos estudios empíricos.

Nos pareció que la construcción de una escala original de evaluación de


la ansiedad ante la muerte, totalmente validada en nuestro ámbito cultural y
social, se justifica por la evidencia de que la muerte es experimentada de
diferentes modos según la sociedad donde tiene lugar. La cultura, la
religión y las creencias, el apoyo familiar y social, la profesión, el sexo, la
edad, así como el nivel socioeconómico, son factores que influyen en el
- 20 -

modo de afrontar la muerte (Sobrevía, 1999). De esta manera, tal como


apunta Urraca Martínez (1981), nuestra particular idiosincrasia a la hora de
enfrentarnos a la enfermedad, el dolor, el proceso de morir y la propia
muerte, plantea dudas acerca de la idoneidad del uso de instrumentos
adaptados de las versiones originales extranjeras, por lo que es
imprescindible poder contar con instrumentos construidos y validados en
nuestro propio entorno social, para evaluar las actitudes ante la muerte.

Asumiendo este planteamiento, en este trabajo se pretende realizar una


revisión del concepto de ansiedad ante la muerte y de las variables
humanas que se han considerado relacionadas, así como una descripción de
las principales escalas de medida que se han desarrollado en relación con la
ansiedad ante la muerte y otros constructos relacionados. Como objetivo
central se plantea la construcción de un instrumento psicométrico válido y
fiable, para evaluar, en nuestro medio, la ansiedad ante la muerte, que
pueda ser utilizado, tanto en la medida de la eficacia de intervenciones
formativas (p.e. cursos de acompañamiento en los procesos de muerte)
como en la evaluación predictiva o diagnóstica aplicada a grupos concretos
que, por sus características personales o profesionales, se encuentran
sometidos a estímulos relacionados con el constructo (enfermeras, médicos,
estudiantes...) que pueden condicionar su rendimiento, su estabilidad
emocional e incluso determinar posibles incapacidades. Asimismo, puede
ayudar a determinar la necesidad de puesta en marcha de programas
formativos para profesionales.

La parte teórica del trabajo se ha estructurado en tres capítulos. En el


capítulo primero se aborda el tema de la ansiedad general y la ansiedad ante
la muerte desde una perspectiva teórica. En el capítulo segundo se hace una
descripción de algunos de los instrumentos psicométricos usados en la
- 21 -

evaluación de la ansiedad ante la muerte y otros constructos relacionados,


habiendo incluido aquellas escalas que se han considerado más
importantes, bien por la frecuencia de su uso en estudios de investigación
realizados, o bien por su aportación novedosa o futuro prometedor. El
tercer capítulo se dedica al estudio de la relación de la ansiedad ante la
muerte con aquellas variables biográficas o sociales que se han considerado
intervinientes o condicionantes de los niveles de ansiedad ante la muerte
que presentan las personas.

La parte empírica se inicia con el planteamiento del problema y


objetivos, así como el fundamento teórico de partida, presentándose un
total de catorce estudios que, a partir de diversas muestras, abordan, en su
conjunto, todo el proceso de construcción y validación de la Escala de
Ansiedad ante la Muerte, incluyendo la generación de ítems, determinación
del formato de respuesta y de la capacidad discriminante de los ítems,
abordaje de los distintos aspectos de la validez y de la fiabilidad, análisis de
las posibles fuentes de sesgo en las puntuaciones, estadísticos descriptivos
de la escala en distintos grupos de población y su relación con variables
como el género, la edad y el estrés laboral. Por último, se han realizado
sendos estudios de adaptación de la escala al catalán y al inglés, con el
objetivo de que estas versiones puedan utilizarse en trabajos de
comparación inter-cultural.
- 23 -

PARTE TEÓRICA
- 24 -
- 25 -

CAPÍTULO 1. REVISIÓN CONCEPTUAL: LA


ANSIEDAD Y LA ANSIEDAD ANTE LA MUERTE
- 26 -
- 27 -

1.1. LA ANSIEDAD

La ansiedad puede definirse como una tensión anticipatoria ante una


amenaza provocada por un evento indeterminado que provoca un
sentimiento molesto de incertidumbre. Se trata de un sentimiento subjetivo
que implica la presencia de aprensión, tensión, inquietud, temor indefinido
e inseguridad ante un peligro no aclarado o definido. La ansiedad
constituye un efecto negativo tan intensamente relacionado con el miedo
que en muchas ocasiones ambos términos se utilizan de forma
indiferenciada. De la misma manera que la ansiedad, el miedo supone
también una combinación desagradable de tensión y anticipación. Sin
embargo, existen importantes diferencias en cuanto a las causas, duración y
mantenimiento que evidencian la conveniencia de distinguir entre el miedo
y la ansiedad. De una forma estricta, el término miedo se aplicaría para
describir la reacción emocional ante un peligro específico, ante una
amenaza identificable, que se caracteriza por su alta intensidad,
presentando las características de una emergencia. Por lo general, el miedo,
- 28 -

que tiene un enfoque específico, es episódico y disminuye o desaparece


cuando el peligro se aleja de la persona, o la persona del peligro. Por el
contrario, en el estado ansioso la persona tiene dificultades para identificar
la causa de la tensión y de la intranquilidad o la naturaleza del suceso
anticipado; sería como tener miedo a algo, sin saber exactamente qué es ese
algo (Limonero, 1994), constituyendo un estado difuso, inespecífico,
desagradable y persistente. Mientras que el aumento y la disminución del
miedo suelen ser limitados en el tiempo y en el espacio, la ansiedad tiende
a ser invasiva y persistente, estando presente, al menos en el fondo, la
mayor parte del tiempo, constituyendo un estado de hipervigilancia en
lugar de una reacción ante una emergencia (Rachman, 1998). De la misma
manera, el miedo es más probable que sea intenso y breve, provocado por
activadores y circunscrito, mientras que la ansiedad tiende a ser uniforme,
con un nivel más bajo de intensidad y sin unos límites claramente
establecidos. En la tabla 1 se resumen los principales aspectos diferenciales
para distinguir entre miedo y ansiedad.

Para Pichot (1987), la ansiedad, o angustia, términos que él usa de


manera prácticamente sinónima, es un estado emocional con tonalidad
negativa que se compone fenomenológicamente de tres elementos
fundamentales: la percepción de un peligro inminente, una actitud de
espera ante este peligro y un sentimiento de desorganización, unido a la
consciencia de una total indefensión ante el peligro. Esta descripción
muestra claramente las relaciones existentes con el miedo. En los dos casos
la percepción de un peligro presenta componentes psicológicos y las
manifestaciones somáticas son parecidas, cuando no idénticas. La
diferencia teórica fundamental sería que, por lo que concierne al miedo, la
fuente de peligro es un objeto o una situación objetivamente amenazante
para el individuo, contrariamente a lo que sucede con la ansiedad. En este
- 29 -

sentido, sigue siendo útil la definición dada por Jaspers en 1913 en su


Psicopatología General: “El miedo está dirigido hacia alguna cosa; la
ansiedad no tiene objeto”.

Tabla 1. Aspectos diferenciales entre miedo y ansiedad*


Miedo Ansiedad
Enfoque específico del peligro Fuente de peligro inespecífica

Conexión comprensible entre miedo Conexión indeterminada entre


y peligro ansiedad y peligro

Normalmente episódico Prolongada

Tensión circunscrita Intranquilidad invasiva

Peligro identificable Peligro no identificable

Provocado por señales del peligro Ataque imprevisible

Disminuye cuando se aleja el peligro Persistente

Circunscrito al área del peligro Sin límites claros

Aparece ante un peligro inminente No suele existir un peligro inminente

Respuesta a una emergencia Estado de hipervigilancia

Sensaciones corporales de Sensaciones corporales de vigilancia


emergencia

Calidad racional Calidad de confusión


*Tomada de Rachman (1998)

La presencia de la ansiedad en todos los estados psicopatológicos, a


excepción, parece ser, de ciertos trastornos de personalidad, representa la
razón principal por la que su diagnóstico se realiza con un cierto grado de
- 30 -

incertidumbre y de que la distinción entre ansiedad primaria y


sintomatología secundaria o sintomatología primaria y ansiedad secundaria
pocas veces es evidente y, con mucha frecuencia, se determina en función
de las teorías explícitas o implícitas de los diferentes autores (Samuel-
Lajeunesse, 1987).

1.1.1. LA ANSIEDAD SEGÚN LA PERSPECTIVA


PSICOANALÍTICA. Freud fue uno de los primeros autores en destacar la
importancia de la ansiedad en el funcionamiento psíquico humano. Para
Freud (1973a), la ansiedad es un componente invasivo y crítico de la
neurosis, distinguiendo entre una ansiedad neurótica y una ansiedad
objetiva. Considera como neurótica aquella ansiedad inapropiada y
excesiva, que envuelve a la persona en un miedo expectante que le
atormenta y le anticipa siempre lo peor, y que puede llegar a constituir un
rasgo de personalidad. Por ansiedad objetiva Freud entiende aquellas
reacciones de miedo ante la percepción de un peligro externo o la
expectativa de un daño previsible. La ansiedad objetiva sería una ansiedad
racional y conveniente en muchos casos, aunque en ocasiones puede
derivar hacia el exceso y la inapropiación, pudiendo solaparse con la
ansiedad neurótica.

Freud describió también un tercer tipo de ansiedad que vendría a


corresponder a lo que hoy conocemos como trastornos fóbicos. Considera
que estos miedos fóbicos no son inherentemente irracionales, en cuanto
tienen un cierto fundamento lógico y, de alguna manera, asume el
pensamiento de Hall (1897) en el sentido de que las características de estos
miedos parecen obedecer más a orígenes antiguos y condiciones pasadas
que a situaciones actuales. Así, Freud (1973b) afirma que algunos miedos
“como los miedos a animales pequeños, tormentas, etc., tal vez podrían
- 31 -

considerarse como vestigios rudimentarios de una predisposición congénita


de preparación ante peligros objetivos”. En este sentido, puede considerarse
que Hall y Freud anticiparon el concepto de “fobias predeterminadas”
propuesto muchos años después por Seligman (1971).

Lógicamente, la concepción psicoanalítica de la ansiedad se encuadra


dentro de la teoría general del psicoanálisis. Desde esta perspectiva, se
afirma que la ansiedad tiene un origen fundamentalmente sexual, de
manera que los impulsos sexualmente inaceptables son reprimidos en el
inconsciente y transformados en representaciones simbólicas. De esta
manera, la ansiedad humana está estrechamente relacionada con la
restricción sexual (Freud, 1973c) y tiende a ser reemplazada por síntomas
neuróticos, sueños simbólicos y otras manifestaciones. El desarrollo de la
ansiedad es considerado una reacción del yo al peligro que supone las
demandas de su libido, transformando un peligro interno en uno externo.
Esto significa que cuando el impulso sexual no puede satisfacerse es
descargado convirtiéndose en miedo.

1.1.2. LA ANSIEDAD SEGÚN LAS TEORÍAS DEL APRENDIZAJE.


La idea de que el miedo y la ansiedad son adquiridos según un proceso de
aprendizaje condicionado puede remontarse al descubrimiento por Pavlov
del proceso de condicionamiento y su importancia en la adquisición de
respuestas emocionales. Esta idea fue revisada y desarrollada por Watson y
Reyner (1920) y Jones (1924) y posteriormente elevada a teoría formal por
Mowrer (1939). Algunas de las ideas principales propuestas por Mowrer
fueron sometidas a análisis experimental y aplicadas después a situaciones
clínicas por Wolpe (1958) e incorporadas en parte por Eysenck (1957) a su
teoría general de la personalidad y a sus aplicaciones a la psicopatología
(Eysenck y Rachman, 1965).
- 32 -

Básicamente, la teoría del aprendizaje defiende la idea de que los


miedos son adquiridos por condicionamiento u otros procesos de
aprendizaje y que estas respuestas adquiridas de miedo, a su vez, generan
conductas de huida y/o evitación. Estas conductas generadas por el miedo
persisten y se fijan por el refuerzo que supone la disminución del miedo o
la ansiedad que obtienen como consecuencia de su ejecución. De esta
manera, un estímulo incondicionado, como un sobresalto, causa respuestas
incondicionadas, como malestar y miedo. El miedo actúa como impulso
primario y lleva a conductas de huida. Una disminución del miedo como
consecuencia del éxito de la huida reforzará las conductas de huida.

Aquellos estímulos neutros que frecuentemente preceden a los estímulos


incondicionados se convierten en estímulos condicionados por simple,
clásica y pavloviana contigüidad condicionante. El estímulo condicionado
actuará como señal para activar una respuesta condicionada, la ansiedad,
que actúa como un impulso secundario que incita a conductas de evitación.
También aquí, el éxito de la evitación de los estímulos incondicionados
reduce el impulso secundario de la ansiedad y, en consecuencia, se produce
un refuerzo de las conductas de evitación. Según esto, la conducta fóbica
de evitación sería una evitación aprendida que se mantiene simplemente
porque actúa reduciendo la ansiedad (Klein, 1987).

El incremento de la influencia del enfoque cognitivista en la Psicología


en general ha supuesto una considerable ampliación de la teoría del
aprendizaje de la ansiedad, que ha incluido en su análisis importantes
componentes cognitivos (Emery y Tracy, 1987).
- 33 -

Dentro de esta línea, uno de los planteamientos teóricos más conocido


es el Modelo Cognitivo de Beck. Para Beck, el sentimiento subjetivo de
ansiedad es un aspecto de un mecanismo arcaico de supervivencia en
cuanto que, ontológicamente, la ansiedad constituyó un elemento protector
en épocas pasadas (Beck, 1976; Beck y Emery, 1985). En la actualidad, la
ansiedad se produciría fundamentalmente como una reacción primitiva y
desadaptativa a las amenazas psicosociales. Este mecanismo de
supervivencia arcaico consta de la interacción de los sistemas cognitivo,
conductual, fisiológico y afectivo. El contenido cognitivo se centra en las
amenazas al dominio personal, concretamente a los compromisos sociales y
al sentido de la libertad y de la individualidad, provocando respuestas de
emergencia, psicológicas y biológicas, a una amenaza real o percibida. Una
vez se ha iniciado la respuesta de emergencia se activan mecanismos para
facilitar información sobre el peligro y las posibles formas de
afrontamiento, provocando una selección individual que refuerza aquellas
estrategias que son apropiadas para el peligro percibido y suprime aquellas
que son incongruentes con él.
La apreciación cognitiva de la respuesta de emergencia activa el sistema
nervioso autónomo provocando respuestas primarias y automáticas (lucha,
huida...), así como una ansiedad subjetiva destinada a estimular estrategias
de afrontamiento. Esta activación se produce, de forma separada o
simultánea, en el ámbito de dos sistemas conductuales: el enérgico y tónico
sistema nervioso simpático; y el anérgico y atónico sistema nervioso
parasimpático. Las estrategias activas del sistema energético (lucha, huida
y otras similares) se movilizan cuando la persona se siente amenazada,
mientras que el sistema anérgico provoca reacciones de inhibición (por
ejemplo, desmayo) cuando la persona se siente indefensa. Ambas son
reacciones de los sistemas cognitivo, motor, somático y afectivo que
forman parte de una reacción psicofisiológica superior que activa el
- 34 -

sentimiento subjetivo de la ansiedad y provoca un incremento o


decremento del tono muscular.
Beck describe dos mecanismos autoprotectores que se activarían de
forma congruente: el primero lo constituiría un sistema reflexivo inhibitorio
que reacciona instantáneamente con estrategias automáticas y
estereotipadas; el segundo es un sistema voluntario contingente, más lento
y que utiliza procesos de información y estrategias de selección más
complejas.

También desde esta perspectiva cognitivista, McReynolds (1976, 1989)


ha desarrollado la teoría asimilativa de la ansiedad. McReynolds parte de
la idea de que el individuo tiende a ordenar sus experiencias en un sistema
organizado global. Este sistema representa en su integridad la concepción
del individuo de la realidad y se estructura en una especie de banco de
datos que la persona ordena, intercala y va aumentando con la
incorporación de nuevas entradas que deben ser asimiladas. La teoría
asume la existencia de dos tipos de ansiedad: una ansiedad primaria
(cognoscitiva), que estará en función del material experiencial no asimilado
que tiende a acumularse; y una ansiedad secundaria (condicionada) que
será el producto de la asociación de señales neutras con estados de alta
ansiedad primaria.
- 35 -

1.2. LA ANSIEDAD ANTE LA MUERTE

De una manera similar a lo que sucede con la ansiedad general, algunos


autores tienden a utilizar los términos “miedo a la muerte” y “ansiedad ante
la muerte” de una manera prácticamente indiferenciada. Sin embargo, en
nuestra opinión, son varias las razones que hacen conveniente diferenciar
de una manera clara entre ambos constructos. En principio, si atendemos a
las diferencias generales entre miedo y ansiedad, expuestas en el capítulo
anterior, pensamos que prácticamente todas ellas son válidas cuando los
dos términos se refieren al ámbito concreto de la muerte. Por otro lado, de
acuerdo con Rasmussen y Jhonson (1994), parece inadecuado hablar de
miedo a la muerte cuando nadie puede saber exactamente lo que es estar
muerto. Como mucho, las personas podrán experimentar miedo con
respecto a aspectos específicos de la muerte, como sus causas o el proceso
de morir, pero la experiencia de estar realmente muerto es desconocida y,
por tanto, las reacciones de aprensión hacia ella deben ser consideradas
como ansiedad (Kastenbaum, 1992).
- 36 -

La ansiedad ante la muerte puede definirse como una reacción emocional


producida por la percepción de señales de peligro o amenaza, reales o
imaginadas, a la propia existencia (Limonero, 1997), que pueden
desencadenarse ante estímulos ambientales, como cadáveres, cementerios,
etc.; estímulos situacionales, que se hayan condicionado por asociación con
los anteriores y sean capaces de provocar una respuesta condicionada; y
también por estímulos internos de la persona, como pensamientos o
evocación de imágenes relacionadas con la muerte propia o ajena.
Asimismo, la ansiedad ante la muerte puede entenderse como una
expresión simbólica de una sensación de catástrofe inminente que en sí
misma no constituye ninguna amenaza directa de muerte.

La preocupación por la muerte y la ansiedad resultante no se limita a


ciertos tipos de personalidad más o menos neuróticas, sino que constituyen
preocupaciones y ansiedades que están presentes, en diferentes formas o en
diferentes niveles, en todas las personas (Rosemhein y Muchnich, 1984-
85). Los estudios realizados han puesto en evidencia que la ansiedad ante la
muerte presenta interrelaciones significativas con ciertos estados
subjetivos, como depresión, insomnio, bajos niveles de proyectos de vida,
ansiedad general y otros componentes que afectan al funcionamiento
individual (Thorson y Powell, 1988).

Aunque, por lo general, la literatura sobre investigación de la ansiedad


ante la muerte incluye pocas referencias a la teoría subyacente, estimamos
conveniente, por las implicaciones que tienen en la práctica, realizar un
breve repaso de las principales posturas teóricas bajo las que se ha tratado
el tema.
- 37 -

1.2.1. LA VISIÓN PSICOANALÍTICA. Freud (1973d), en su análisis de


la muerte con relación a los principios psicoanalíticos afirma que la muerte
propia no se puede concebir; tan pronto intentamos hacerlo podemos notar
que en verdad sobrevivimos como observadores. Así pudo aventurarse en
la escuela psicoanalítica esta tesis: En el fondo, nadie cree en su propia
muerte, o, lo que viene a ser lo mismo, en el inconsciente cada uno de
nosotros está convencido de su inmortalidad.

Para Freud (1973e), la finalidad de toda vida es la muerte, de manera


que la psicodinámica humana está dirigida por un instinto de muerte
paralelo a la tendencia general de todas las cosas vivas a regresar a su
estado anterior. Este instinto de muerte estaría en la base de las conductas
agresivas, sádicas y masoquistas.

Fundamentalmente, la teoría freudiana concibe la ansiedad ante la


muerte como un fenómeno originado en la ansiedad de castración, la
ansiedad de separación y el miedo a la desintegración. En este contexto, la
muerte puede considerarse como una amante, un reencuentro con la madre,
una separación de la madre, un castigo por la agresión y un castigo por los
deseos incestuosos.

El tratamiento y la interpretación de la ansiedad ante la muerte dentro de


la teoría psicoanalítica adquirirá connotaciones distintas entre los sucesores
de Freud. Así, por ejemplo, Hitschmann (1937) consideró cinco estados de
ansiedad neurótica: miedos nocturnos, fobias a animales, miedo
compulsivo a la muerte del progenitor del mismo sexo, ansiedad histérica
ante la muerte y agorafobia. La matriz genética de todos ellos estaría en un
complejo de Edipo no resuelto, en un sentimiento de culpa debido a la
agresión y en el miedo a la muerte como consecuencia de la represión del
- 38 -

impulso asesino contra el progenitor del mismo sexo. Klein (1948), por su
parte, considera que la ansiedad ante la muerte es la base fundamental de
toda ansiedad humana, afirmando que los trastornos paranoides surgen
como producto del miedo a la desintegración y la destrucción.

1.2.2. LA APORTACIÓN EXISTENCIALISTA. En los años posteriores


a la II Guerra Mundial se produce la incorporación de las ideas
existencialistas a un panorama caracterizado por la controversia entre
aquellos teóricos que ven la ansiedad ante la muerte como la preocupación
humana más característica y fundamental y aquellos que la consideran
únicamente una trasformación secundaria de otros problemas. En este
contexto, autores como Kierkeggard, Heidegger o Sartre realizan sus
análisis filosóficos en los que se pone de relevancia el concepto de la
muerte. La alternativa existencialista plantea como proposición básica que
todas las personas viven permanentemente bajo la amenaza del “no ser” al
que puede conducir la muerte. Darse cuenta de la futura “no existencia”
será una condición previa para entender plenamente la vida y liberarse de la
ansiedad. Así, Kaufmann (1976) afirma que, si bien es el conocimiento de
la muerte lo que provoca ansiedad, también proporciona a muchas personas
alegría y significado a sus vidas. Becker (1973), por su parte, llega a
proponer que tanto la depresión como la esquizofrenia representan intentos
extremos de control de la ansiedad relacionada con la muerte. En la
formulación de Becker, el “terror a la muerte” es la fuerza motivadora
primaria de la conducta humana, tanto a nivel individual como social.
Aquellas personas que presentan síntomas tan diversos como miedo a
viajar o miedo al fracaso, en el fondo están realmente preocupados por el
miedo subyacente a la “no existencia”.
- 39 -

1.2.3. EL ENFOQUE COGNITIVO-CONDUCTUAL. La consideración,


desde una perspectiva cognitivo-conductual, de un proceso de aprendizaje
como origen de las actitudes y preocupaciones relacionadas con la muerte
se apoya en un importante cuerpo de investigaciones existentes en la
literatura, que han demostrado un alto nivel metodológico y conceptual y
que se han dedicado, fundamentalmente, al estudio del desarrollo de las
actitudes hacia la muerte en niños y adolescentes (Kastenbaum, 1987).
De una forma muy general, los principales aspectos que se considerarían
en cuanto a la ansiedad ante la muerte desde la perspectiva teórica del
aprendizaje podrían resumirse en los puntos siguientes:

1. El desarrollo de las actitudes hacia la muerte forma parte de la


interacción general entre el grado de maduración del individuo y
sus experiencias vitales individuales.
2. Los individuos presentarán distintas prioridades en cuanto a sus
preocupaciones respecto a la muerte, en función de la interacción
entre su grado de desarrollo y sus experiencias personales.
3. Las respuestas cognitivas y conductuales particulares ante
situaciones o estímulos relacionados con la muerte están
mediatizadas por las influencias familiares y étnicas que se han
ejercido sobre el individuo en sus distintas etapas de desarrollo.
4. Estas respuestas no representan “miedo” o “ansiedad” en un
estado puro, sino que incluyen también las estrategias de
afrontamiento desarrolladas por el individuo.
5. La manera de afrontar y manejar las preocupaciones relacionadas
con la muerte hay que analizarlas dentro del contexto global de
las estrategias utilizadas para percibir y manejar las amenazas a
nivel general.
- 40 -

6. Hay que tener en cuenta que los problemas significativos que


puedan surgir en el afrontamiento de los aspectos relacionados
con la muerte, probablemente se deriven de dificultades surgidas
en el proceso de aprendizaje o por la propia naturaleza del tema
de la muerte.

En definitiva, el análisis de las similitudes y diferencias entre los


distintos enfoques existentes de la ansiedad ante la muerte, sugiere la
necesidad de disponer de un modelo abierto, posiblemente basado en una
integración de teorías, que sea competente para el abordaje integral de un
fenómeno tan complejo como es la ansiedad ante la muerte.
Probablemente, como propone Tomer (1994), un modelo de ansiedad ante
la muerte resultante de la integración de varios enfoques teóricos será capaz
de reconocer su multidimensionalidad, su presencia en distintos niveles de
la conciencia y las múltiples causas que inciden en ella, de manera que
pueda servir para derivar hipótesis de trabajo que ayuden a una mejor
comprensión de las actitudes ante la muerte y de la naturaleza humana en
general.
CAPÍTULO 2. INSTRUMENTOS DE MEDIDA DE
LA ANSIEDAD ANTE LA MUERTE Y OTROS
CONSTRUCTOS RELACIONADOS
- 42 -
- 43 -

2.1. LA ESCALA DE ANSIEDAD ANTE LA MUERTE (DEATH


ANXIETY SCALE: DAS) DE DONALD TEMPLER

2.1.1. Introducción. La aparición en 1970 de la Escala de Ansiedad ante la


Muerte (Death Anxiety Scale: DAS) de Templer (1969, 1970) constituyó,
en cierto modo, el punto inicial de una prolífica corriente de investigación
psicológica sobre los aspectos relacionados con la muerte y el morir,
especialmente en lo que se refiere a la construcción de instrumentos
psicométricos dedicados a evaluar los mecanismos de afrontamiento que
las personas movilizan ante la idea de la muerte. La brevedad y sencillez de
la DAS (quince ítems con respuesta dicotómica verdadero/falso), elementos
nada despreciables cuando se trata de explorar aspectos tan delicados como
los relacionados con la percepción de la mortalidad, hicieron que pronto se
convirtiese en el instrumento más ampliamente utilizado y citado en la
literatura especializada, de tal manera que, en los últimos años,
aproximadamente el 60% de los estudios publicados en el ámbito
anglosajón sobre la ansiedad ante la muerte han utilizado la DAS como
instrumento de evaluación (Neimeyer y Van Brunt, 1995). En 1984, el
artículo de Templer (1970) sobre la construcción y validación de la DAS
fue declarado cita clásica por el Current Contents.
- 44 -

2.1.2. Construcción de los ítems. Templer, que aplicó su tesis doctoral


(Templer, 1967) a la construcción y validación de la DAS, se inspiró en la
Escala de Miedo a la Muerte de Boyar (1964), por entonces el mejor
instrumento disponible para valorar la ansiedad ante la muerte (Lonetto y
Templer, 1986). En un primer paso, redactó cuarenta ítems iniciales que
intentaban reflejar estímulos y experiencias vitales relacionados con la
ansiedad ante la muerte. Para determinar la validez de contenido de estos
ítems, se pidió el dictamen de un grupo de “jueces expertos” formado por
un psicólogo clínico, dos estudiantes graduados de psicología clínica y
cuatro capellanes de hospital, que debían dictaminar sobre la adecuación de
los ítems, asignando a cada uno de ellos una puntuación entre el uno y el
cinco, según el grado de relevancia del ítem para la medida de la ansiedad
ante la muerte. A partir de la evaluación de los jueces, se eliminaron los
nueve ítems que obtuvieron una media de puntuación por debajo de tres.
Los treinta y uno restantes se diluyeron entre los doscientos últimos ítems
del Inventario Multifásico de Personalidad de Minesota (MMPI) aplicando
el cuestionario, con formato de respuesta dicotómica (verdadero/falso), a
tres grupos independientes de sujetos: cuarenta y cinco estudiantes de una
clase de psicología de la Universidad de Kentucky; cincuenta estudiantes,
de 25 a 57 años, de diversos centros universitarios de Kentucky y
Tennesse; y cuarenta y seis estudiantes de una clase de introducción a la
psicología de la Universidad de Western Kentucky.

A partir de las respuestas de los tres grupos de sujetos, se retuvieron


aquellos ítems que obtuvieron un coeficiente de correlación biserial-
puntual significativo al nivel 0,10 (α = 0,10) en al menos dos de los tres
análisis. De este modo, quince ítems pasaron a formar parte de la DAS
definitiva; nueve de ellos puntúan verdadero (1, 4, 8, 9, 10, 11, 12, 13 y 14)
- 45 -

y seis falso (2, 3, 5, 6, 7 y 15), con lo que el rango de posibles puntuaciones


totales será de cero a quince, correspondiendo las puntuaciones más altas a
mayores niveles de ansiedad ante la muerte. La tabla 2 contiene estos
quince ítems en su forma original inglesa.

Tabla 2. Death anxiety Scale


1. I am very much afraid to die
2. The thought of death seldom enters my mind
3. It doesn’t make me nervous when people talk about death
4. I dread to think about having to have an operation
5. I am not at all afraid to die
6. I am not particularly afraid of getting cancer
7. The thought of death never bothers me
8. I am often distressed by the way time flies so very rapidly
9. I fear dying a painful death
10. The subject of the after death troubles me greatly
11. I am really scared of having a heart attack
12. I often think about how short life really is
13. I shudder when I hear people talking about a World War III
14. The sight of a death body is horrifying to me
15. I feel that the future holds nothing for me to fear

2.1.3. Fiabilidad. El examen de la fiabilidad de la escala reveló una


consistencia interna, calculada mediante la fórmula 20 de Kuder-
Richardson, de 0,76 y una correlación test-retest de 0,83.

2.1.4. Validez. La validez de la escala fue estudiada en dos muestras


diferentes: una formada por pacientes psiquiátricos hospitalizados, y la otra
- 46 -

por estudiantes universitarios. En la muestra de pacientes psiquiátricos,


aquellos sujetos que habían manifestado espontáneamente una alta
ansiedad ante la muerte obtuvieron puntuaciones DAS significativamente
superiores a los controles (p<0,01). En la muestra de estudiantes
universitarios se utilizó conjuntamente la DAS, la Escala de Miedo a la
Muerte de Boyar y el MMPI, buscando, fundamentalmente, estudiar las
correlaciones entre la DAS y otra medida de ansiedad ante la muerte y con
las escalas de ansiedad contenidas en el MMPI: la Escala de Ansiedad
Manifiesta de Taylor (1951) y la Escala de Ansiedad de Welsh (1956). La
correlación obtenida entre la DAS y la Escala de Miedo a la Muerte fue de
0,74 (p<0,01), mientras que las correlaciones de la DAS con la Escala de
Ansiedad Manifiesta de Taylor y con la Escala de Ansiedad de Welsh
fueron, respectivamente, de 0,39 y 0,36 (ambos p<0,05). Por su parte, las
dos escalas de ansiedad general correlacionaron entre sí 0,78 (p<0,01), lo
que evidencia que la DAS correlaciona positivamente con las escalas de
ansiedad general, aunque no tanto como intercorrelacionan entre sí estas
escalas de ansiedad general; y mucho más, hasta el 0,74, con la otra medida
de ansiedad ante la muerte. Por otro lado, asociando la DAS a la Escala de
Tendencia de Respuesta de Couch-Keniston (1960) y a la Escala de
Deseabilidad Social de Marlowe-Crowne (Crowne y Marlowe, 1960),
Templer encontró que las puntuaciones de la DAS apenas están influidas
por la tendencia de respuesta y la deseabilidad social.

Los datos de ambos estudios, en su conjunto, permitieron concluir a


Templer que la DAS tiene validez discriminante y no es simplemente otra
medida de ansiedad.

2.1.5. Dimensiones factoriales de la escala. Aunque ya Templer (1970) y


Pandey y Templer (1972) habían advertido de la probable
- 47 -

multidimensionalidad de la DAS, la comprobación de esta hipótesis se


llevó a cabo en estudios posteriores.

Warren y Chopra (1979), aplicando la DAS a una muestra de


estudiantes australianos, obtienen, mediante análisis de ejes principales con
rotación Varimax, tres factores significativos que, en su conjunto, explican
el 38% de la varianza total. El factor 1, que explica el 17,58% de la
varianza, lo denominan “factor puro de ansiedad ante la muerte” y presenta
las mayores cargas factoriales en los ítems 7, 5 y 1; el factor 2, que explica
el 11,23% de la varianza, lo denominan “factor de preocupación general” y
tiene las cargas factoriales más altas en los ítems 11, 13, 2, 3, 10 y 8; el
factor 3, al que denominan “factor de miedo al dolor y a las operaciones”,
explica el 9,18% de la varianza y las mayores cargas factoriales las
presenta en los ítems 9, 14, 11, 15, 4 y 6.

Por su parte, Devins (1979), utilizando una muestra heterogénea de 211


sujetos con un rango de edad de 17 a 97 años, obtiene, también mediante
análisis de ejes principales con rotación Varimax, cinco factores
significativos con valores propios superiores a la unidad, que,
conjuntamente, explican el 56,7% de la varianza total. El factor 1, que
denomina “miedo a la muerte personal”, explica el 20% de la varianza y
tiene las cargas factoriales más altas en los ítems 1, 5 y 10; el factor 2, al
que denomina “preocupaciones sobre el sufrimiento y demora de la
muerte”, explica el 9,10% de la varianza y las mayores cargas factoriales
las presenta en los ítems 4, 6, 9 y 15; el factor 3, denominado “proximidad
subjetiva de la muerte”, explica el 9,10% de la varianza, presentando las
mayores cargas factoriales en los ítems 8 y 12; el factor 4, denominado
“miedos relacionados con la muerte”, explica el 8% de la varianza y tiene
las cargas factoriales más altas en los ítems 3, 11, 13 y 14; el factor 5,
- 48 -

denominado “pensamientos molestos sobre la muerte”, explica el 6,60% de


la varianza y las mayores cargas factoriales las presenta en los ítems 2 y 7.

Lonetto, Fleming y Mercer (1979), en un estudio dirigido a comparar las


estructuras factoriales de las respuestas a la DAS en grupos con distinto
grado de experiencia relacionada con los moribundos y con la muerte,
utilizaron un total de 856 sujetos pertenecientes a cinco grupos: estudiantes
canadienses, estudiantes norirlandeses, estudiantes de servicios funerarios,
enfermeras y miembros de una fraternidad universitaria. Aplicando el
análisis de componentes principales con rotación Varimax separadamente
para cada grupo, obtuvieron puntuaciones factoriales que contrastaron entre
sí mediante el análisis de la función discriminante múltiple, intentando
encontrar la naturaleza de las diferencias entre los grupos. Se identificaron
cuatro factores significativos comunes a todos los grupos. Estos cuatro
factores explicaban entre un 61,82 y un 72,57%, según el grupo, de la
varianza total, con una media del 64%. El factor 1 se denominó “cognitivo-
afectivo” y venía determinado por la preocupación por la muerte (ítems 1 y
5), alteración al hablar de la muerte (ítem 3), pensamientos sobre la muerte
y sus consecuencias (ítems 2 y 7), preocupación por la otra vida (ítem 10) y
preocupación por el futuro (ítem 15). El factor 2 se denominó “alteraciones
físicas” y estaba definido por el temor a las intervenciones quirúrgicas
(ítem 4) y las reacciones negativas ante un cadáver (ítem 14). El factor 3,
denominado “conciencia del tiempo” se definía por el malestar
experimentado ante el paso del tiempo y la brevedad de la vida (ítems 8 y
12). El factor 4, denominado “estrés y dolor” se definía por el miedo a una
muerte dolorosa (ítem 9), miedo a padecer un cáncer (ítem 6), miedo a un
ataque al corazón (ítem 11) y miedo a la posibilidad de una tercera guerra
mundial (ítem 13).
- 49 -

Martin (1982-83) estudió las respuestas a la DAS de 210 enfermeras


canadienses con edades comprendidas entre los 21 y los 59 años. El análisis
de ejes principales determinó cinco factores significativos, a los que Martin
denominó: 1) negación de la ansiedad ante la muerte; 2) ansiedad general
ante la muerte; 3) temor anticipatorio a la muerte; 4) miedo a la muerte
física; y 5) miedo a la muerte catastrófica. Según Martin, la estructura
factorial de esta muestra de enfermeras difiere significativamente de las
encontradas en muestras en muestras de estudiantes, debido, en especial, al
factor “negación de la ansiedad ante la muerte”.

Gilliland y Templer (1985-86) administraron la DAS a una muestra de


la población general y a una muestra de pacientes psiquiátricos. En la
primera muestra obtienen cuatro factores: 1) miedo a la muerte y al morir;
2) pensamientos y palabras sobre la muerte; 3) proximidad subjetiva de la
muerte; y 4) miedo a lo desconocido. En la muestra psiquiátrica, obtuvieron
los siguientes cuatro factores: 1) miedo a la muerte y al morir; 2)
conciencia del tiempo; 3) terror a la muerte; y 4) obsesión por el futuro.
Según Gilliland y Templer, el primer factor representaría el miedo a la
muerte, mientras que los otros tres estarían relacionados con la ansiedad
ante la muerte.

Administrando la DAS a una muestra de estudiantes filipinos y


sometiendo las respuestas al análisis de componentes principales con
rotación Varimax, Lester y Castromayor (1993) identifican seis factores
significativos.

Abdel-Khalek, Beshai y Templer (1993) analizaron factorialmente la


versión árabe de la DAS, que fue administrada a una muestra de 428
estudiantes egipcios. Efectuando análisis separado por sexos no apreciaron
- 50 -

diferencias significativas entre las estructuras factoriales de hombres y


mujeres. Encontraron cinco factores, que explicaban el 53,70% de la
varianza total de los hombres y el 52,90% de la de las mujeres. Los factores
fueron denominados: 1) pensamientos sobre la muerte; 2) dolor de la
muerte; 3) preocupación por la muerte; 4) brevedad de la vida; y 5)
aprensión del futuro.

Saggino y Kline (1996), aplicaron la versión italiana de la DAS a una


muestra de 257 sujetos. Mediante el análisis de componentes principales
con rotación oblicua Oblimin obtienen tres factores con valores propios
superiores a 1, que explican, conjuntamente, el 40,30% de la varianza total.
El contenido de las saturaciones sugiere que el factor 1 parece representar
el miedo a la muerte y el morir; el factor 2 el paso del tiempo; y el factor 3
el miedo al dolor y a las operaciones.

En el estudio de validación de la forma holandesa de la DAS,


Hoogstraten, Koele y Van der Laan (1988) obtienen, con análisis de
componentes principales con rotación Varimax, cinco factores
significativos, aunque con una estructura factorial poco clara, donde sólo el
primer factor (miedo a la muerte futura) y el segundo (conciencia del paso
del tiempo) vienen claramente definidos. El factor tercero y el cuarto son
absolutamente ambiguos, mientras que el quinto únicamente está
representado por el ítem once.

A partir de los trabajos expuestos, todo parece indicar que la DAS es,
efectivamente, un instrumento multidimensional. Asumiendo esta
afirmación, Lonetto y Templer (1986) plantean la existencia de cuatro
factores, de carácter universal, que describen la ansiedad ante la muerte: el
principal factor o componente lo forman las reacciones cognitivas y
- 51 -

afectivas ante la muerte; otro componente se refiere a los cambios físicos


reales y/o imaginarios que se dan en la muerte y en las enfermedades
graves; el tercer componente es la noción del paso del tiempo, que puede
comprimir el futuro y expandir el pasado; el cuarto componente se refiere
al dolor y el estrés, reales y/o anticipados, que aparecen en las
enfermedades crónicas y terminales y en los miedos personales.

2.1.6. Adaptación de la DAS a otros idiomas. Aunque la gran mayoría de


las investigaciones sobre la DAS se han realizado en países de habla
inglesa, existen trabajos publicados sobre la adaptación y uso de la escala al
árabe (Beshai y Templer, 1978; Abdel-Khalek, Beshai y Templer, 1993;
Abdel-Khalek, 1986, 1991, 1997a, 1998a, 1988c), al holandés
(Hoogstraten, Koele y Van der Laan, 1998) al alemán (Wittkowski y
Baumgartner, 1977), al italiano (Saggino y Kline, 1996), al portugués
(Donovan, 1993) y al japonés (Ohyama, Furuta y Hatayama, 1978).
Lonetto y Templer (1986) mencionan que la escala se ha traducido también
al chino, al coreano y al afrikaans, pero, al parecer, se trata de
comunicaciones personales no publicadas. Los trabajos realizados con la
forma española los presentamos en el punto siguiente.

2.1.7. Forma Española de la DAS. En consonancia con el escaso interés


suscitado entre los investigadores por el tema de la ansiedad ante la muerte,
existen muy pocos trabajos en nuestro país que hayan abordado la cuestión
desde una perspectiva científica, lo que contrasta con el abundante material
existente en la literatura anglosajona. No obstante, la DAS es, hasta el
momento, la única escala de actitud ante la muerte que se ha traducido y
- 52 -

adaptado a la población española y de la que se dispone de algunos


hallazgos empíricos.

Sánchez y Ramos (1980) realizaron la traducción de la DAS al español,


presentándose sus propiedades psicométricas en el posterior trabajo de
Ramos (1982), donde, utilizando tres muestras diferentes de ancianos,
estudiantes universitarios y enfermeras, concluye unos índices de fiabilidad
y validez adecuados para una escala de estas características. En la tabla 3
figuran los ítems de la DAS española.

Valdés (1995) aplicó la DAS, junto a otras escalas, para estudiar las
actitudes ante la muerte en los cónyuges de pacientes hospitalizados en
unidades de cuidados intensivos, utilizando como controles personas cuyos
cónyuges no estaban hospitalizados. No se encontraron relaciones
significativas entre edad y sexo y la ansiedad ante la muerte, aunque sí se
observó que las personas cuyos cónyuges estaban hospitalizados
presentaban un menor nivel de ansiedad ante la muerte.

En un estudio dirigido a determinar posibles diferencias en cuanto a la


ansiedad ante la muerte entre estudiantes y profesionales de enfermería,
Vilaseca et al (1996) obtienen unas puntuaciones DAS medias en
enfermeras de 6,78 (DT: 2,60) y de 7,95 (DT: 2,59) en estudiantes,
diferencias que resultan estadísticamente significativas.

Por su parte, Limonero (1997) ha utilizado la DAS aplicándola a


estudiantes de Psicología con objeto de analizar la ansiedad ante la muerte
y determinar si la experiencia vicaria de la muerte y las reflexiones ante la
propia muerte modulan la ansiedad experimentada ante ella. Encuentra
puntuaciones DAS medias de 8,2 (DT: 3,19) para el total de la muestra, con
- 53 -

diferencias significativas entre los hombres (media: 6,8) y las mujeres


(media: 8,5).

Tabla 3. Forma española de la DAS


1. Tengo mucho miedo a morirme
2. Raramente me viene a la cabeza la idea de la muerte
3. No me pone nervioso que la gente hable de la muerte
4. Me horroriza pensar que he de sufrir una operación
5. No tengo ningún miedo a morirme
6. No estoy especialmente temeroso de llegar a tener un cáncer
7. No me molesta nunca la idea de la muerte
8. A menudo me siento mal cuando el tiempo pasa tan rápidamente
9. Me da miedo morir de una muerte dolorosa
10. El tema de la otra vida me preocupa mucho
11. Me espanta tener un ataque al corazón
12. A menudo pienso que la vida es realmente muy corta
13. Me estremezco cuando la gente habla de la tercera guerra mundial
14. La visión de un cadáver me horroriza
15. Pienso que el futuro no me depara nada que temer

Tomás y Guix (2001) aplicaron la forma española de la DAS al estudio


de la ansiedad ante la muerte en personal de enfermería hospitalaria con
objeto de valorar los posibles efectos de un curso de formación en
acompañamiento durante el proceso de muerte. En su estudio obtuvieron
unas puntuaciones DAS medias de 7,10 (DT: 3,00) para enfermeras y de
8,14 (DT: 2,99) para auxiliares de enfermería. El análisis de las diferencias
observadas en las puntuaciones de ambos colectivos les permitió
- 54 -

comprobar que el curso actuaba disminuyendo la ansiedad ante la muerte


en las enfermeras pero aumentándola en las auxiliares de enfermería.

En un trabajo reciente, Tomás y Gómez (en revisión, a) han estudiado


las propiedades psicométricas de la DAS en una muestra de 187 estudiantes
de Psicología de la Universidad de Barcelona, formada por 147 mujeres y
40 hombres, con una edad media de 20,81 años (DT = 3,43) y un rango de
19 a 46. Obtuvieron unas puntuaciones medias para el total de la muestra
de 5,98 (DT = 2,84). La media de las mujeres fue de 6,20 (DT = 3,42) y la
de los hombres de 5,03 (DT = 2,65). Las diferencias entre las puntuaciones
de mujeres y hombres resultaron estadísticamente significativas (t: 2,18;
p<0,05).

Para valorar la estabilidad temporal, un total de sesenta y cuatro sujetos


volvieron a contestar la DAS tres semanas después de la primera
administración, obteniéndose un coeficiente de correlación test-retest de
0,873. La consistencia interna se estimó mediante el coeficiente alfa de
Cronbach, obteniéndose un alfa de 0,734.

Las intercorrelaciones entre los ítems se sometieron al análisis de


componentes principales con posterior rotación Varimax. Siguiendo el
criterio de valores propios superiores a la unidad y el examen visual del
scree test, se identificaron cuatro factores significativos que, en su
conjunto, explican el 53.92% de la varianza total. El factor I, que explica el
27.35% de la varianza, presenta sus mayores cargas factoriales en los ítems
5, 1, 2, 7, 10 y 15; se ha denominado factor cognitivo-afectivo, porque sus
cargas factoriales prácticamente coinciden con las del primer factor
identificado por Lonetto, Fleming y Mercer (1979). El factor II, que explica
el 9,71% de la varianza, se etiquetó como dolor y enfermedad y está
- 55 -

configurado de forma muy similar al tercer factor de Warren y Chopra


(1979), al factor 2 de Devins (1979) y al factor 3 de Saggino y Kline
(1996), presentando las cargas factoriales más altas en los ítems 11, 9, 4 y
6. El factor III, que explica el 8,22% de la varianza, tiene las mayores
cargas factoriales en los ítems 3, 14 y 13 y se ha denominó estímulos
relacionados con la muerte Sus cargas factoriales coinciden, a excepción
de un ítem, con las del factor 4 de Devins (1979). El factor IV, que explica
el 7.64% de la varianza, se etiquetó como conciencia del paso del tiempo y
las mayores cargas factoriales las presenta en los ítems 12 y 8, coincidiendo
exactamente con el factor 3 de Devins (1979) y el factor 3 de Lonetto,
Fleming y Mercer (1979).

A partir de los resultados obtenidos, se concluye que las propiedades


psicométricas de la forma española de la DAS que se ha utilizado en este
trabajo son satisfactorias y cercanas a las obtenidas en estudios previos.
También la estructura factorial es coherente y considerablemente similar a
las obtenidas por otros autores. Estos resultados, en su conjunto, apoyan el
uso de la escala como instrumento válido y fiable de evaluación de la
ansiedad ante la muerte en sujetos de habla hispana.
- 56 -
- 57 -

2.2. LA ESCALA DE DEPRESIÓN ANTE LA MUERTE


(DEATH DEPRESSION SCALE: DDS) DE TEMPLER,
LAVOINE, CHALGUJIAN Y THOMAS-DOBSON

2.2.1. Introducción. Veinte años después de la aparición de la DAS,


Templer et al (1990) introducen el concepto y construyen la Escala de
Depresión ante la Muerte (Death Depression Scale: DDS). Como
justificación del constructo y de la necesidad de contar con un instrumento
psicométrico para la evaluación de la depresión asociada al tema de la
muerte, argumentan la evidencia de componentes depresivos, dolor y
tristeza en conexión con la muerte propia, la muerte de otros o la muerte en
general, tal y como se desprende de la literatura sobre los aspectos del
duelo, los estadios psicológicos del proceso de la muerte postulados por
Kübler-Ross (1966), las comunicaciones de los clínicos y las impresiones
de autores existencialistas acerca de la desesperación y del sentimiento de
absurdidad de la vida en relación con la finitud humana. En cuanto a las
características del constructo que la escala ha de medir, Templer et al
plantean las siguientes hipótesis:
- 58 -

1. La depresión ante la muerte correlaciona positivamente con la


ansiedad ante la muerte.
2. La depresión ante la muerte correlaciona más alto con la depresión
general que con la ansiedad ante la muerte.
3. La depresión ante la muerte correlaciona más alto con la ansiedad
ante la muerte que con la ansiedad general.

Estas hipótesis se plantearon sobre la base de estudios anteriores que


han indicado que la ansiedad ante la muerte correlaciona consistentemente
con las medidas de ansiedad general y depresión general (Lonetto y
Templer, 1986) y teniendo en cuenta el estudio de Gilliland y Templer
(1985-86) donde se encontró que la ansiedad ante la muerte correlaciona
algo más alto con las escalas de ansiedad general que con las escalas de
depresión general.

2.2.2. Construcción de la escala. A partir de los conceptos de depresión y


de muerte, los autores formularon cincuenta ítems iniciales. La validez de
contenido de estos ítems fue determinada por seis psicólogos y cuatro
estudiantes graduados de psicología, a los que se dieron las siguientes
instrucciones: “adjunto encontrará el formato preliminar del inventario de
depresión ante la muerte. Le pedimos valore cada uno de los ítems con una
de las siguientes valoraciones: 1 = irrelevante para la ansiedad ante la
muerte; 2 = ligeramente asociado; 3 = moderadamente asociado; 4 =
considerablemente asociado; 5 = muy asociado”. Los veintiún ítems que
recibieron una puntuación media inferior a tres fueron eliminados, siendo
retenidos los veintinueve restantes.

Los veintinueve ítems retenidos, junto con la DAS y las escalas de


Ansiedad y Depresión de Zuckerman y Lubin (1985) fueron administrados
- 59 -

a 190 estudiantes de Psicología. Los sujetos, 62 hombres y 128 mujeres,


tenían un rango de edad de 16 a 59 años, con una media de 32,21 (DT =
8,82). Los diecisiete ítems con una correlación corregida ítem-resto de
ítems superior a 0,30 fueron retenidos para formar la escala definitiva de
depresión ante la muerte. El coeficiente Kuder-Richardson-20 de
consistencia interna calculado para estos diecisiete ítems fue de 0,77. La
tabla 4 contiene los ítems de la Escala de Depresión ante la Muerte en su
forma original inglesa.

Tabla 4. Ítems de la Death Depression Scale

1. I get depressed when I think about death


2. Hearing the word death makes me sad
3. Passing by cemeteries makes me sad
4. Death means terrible loneliness
5. I become terribly sad when I think about friends or relatives
who have death
6. I am terribly upset by the shortness of life
7. I cannot accept the finality of death
8. Death deprives life of its meaning
9. I worry about dying alone
10. When I die, I will completely lose my friends and loves ones
11. Death does not rob life of its meaning
12. Death is not something to be depressed by
13. When I think of death, I feel tired and lifeless
14. Death is painful
15. I dread to thing of the death of friends and loved ones
16. Death is the ultimate failure in life
17. I feel sad when I dream of death
- 60 -

En definitiva, la Escala de Depresión ante la Muerte (DDS) original es


un cuestionario autoadministrado que consta de diecisiete ítems con
formato de respuesta dicotómico (verdadero/falso). Todos los ítems
puntúan verdadero, a excepción de los ítems once y doce que puntúan
falso, de manera que el rango de posibles puntuaciones posibles es de cero
a diecisiete, correspondiendo las puntuaciones más altas a mayores niveles
de ansiedad ante la muerte. Según los resultados obtenidos por Templer et
al (1990), la DDS correlaciona 0,67 con la DAS; 0,26 con la escala de
depresión general y 0,36 con la escala de ansiedad general.

2.2.3. Estructura factorial. Templer et al (1990) sometieron las respuestas


a la DDS al análisis de componentes principales con rotación Varimax,
obteniendo seis factores con valores propios superiores a uno, que, en su
conjunto, explican el 63,3% de la varianza total. El factor 1, que explica el
25,8% de la varianza, se etiquetó como “desesperación ante la muerte” y
tiene las cargas factoriales más altas en los ítems 8, 11 y 16. El factor 2,
que explica el 10,4% de la varianza, se denominó “soledad ante la muerte”
y sus mayores cargas factoriales las presenta en los ítems 4, 13, 9 y 10. El
factor 3, denominado “miedo a la muerte”, explica el 7,9% de la varianza y
sus mayores cargas factoriales corresponden a los ítems 15, 14 y 17. El
factor 4, que explica el 6,9% de la varianza, se ha denominado “tristeza
ante la muerte” y las mayores cargas factoriales las tiene en los ítems 3 y 2.
El factor 5, que explica el 6,3% de la varianza, se denominó “depresión
ante la muerte” y tiene sus mayores cargas en los ítems 12 y 2. El factor 6,
denominado “finalidad de la muerte”, explica el 6% de la varianza y tiene
sus cargas más altas en los ítems 7 y 6.

Abdel-Khalek (1998a) aplicó la forma árabe de la DDS a una muestra


de estudiantes libaneses. Tras el análisis de componentes principales con
- 61 -

rotación Varimax se identificaron cinco factores significativos con valores


propios superiores a uno que, en su conjunto, explican el 60,2% de la
varianza total. El factor 1 explica el 32,2% de la varianza y se ha
denominado “depresión ante la muerte”, presentando las mayores cargas
factoriales en los ítems 2, 3, 13, 14, 17, 4 y 1. El factor 2, que explica el
9,1% de la varianza, se ha denominado “finalidad de la muerte” y las
mayores cargas factoriales las tiene en los ítems 7, 9, 6, 8, y 16. El factor 3,
denominado “tristeza ante la muerte”, explica el 6,9% de la varianza y
tiene sus mayores cargas factoriales en los ítems 5, 15 y 1. El factor 4, que
explica 6,1% de la varianza, se ha denominado “significado de la muerte” y
presenta las mayores cargas factoriales en los ítems 12, 11 y 8. El factor 5,
que explica el 5,9% de la varianza, presenta las mayores cargas factoriales
en los ítems 10 y 16 y se consideró un factor residual.

Las propiedades psicométricas de la DDS parecen garantizar una


adecuada consistencia interna, validez de contenido y una estructura
factorial significativa. La correlación con otros instrumentos psicométricos
está a favor de su validez de constructo. No obstante, según se desprende
de los resultados obtenidos en diferentes estudios (Siscoe et al, 1992;
Alvarado et al, 1993; Triplett et al, 1995; Abdel-Khalek, 1998a; Roshdieh
et al, 1999) su capacidad discriminante para diferenciar entre la ansiedad y
la depresión ante la muerte puede ser discutible. Así, las correlaciones entre
la DAS y la DDS encontradas por Templer et al (1990) y por Alvarado et al
(1992), de 0,67 y 0,55, respectivamente, aunque altas, pero previsibles,
dado que ambas son medidas de actitudes negativas ante la muerte, son
presentadas como prueba de la capacidad discriminante de las escalas entre
sus respectivos constructos. En la misma línea pueden considerarse las
correlaciones DAS/DDS obtenidas por Abdel-Khalek, de 0,71 (Abdel-
Khalek, 1998a), de 0,67 (Abdel-Khalek, 1998b) y de 0,73 (Abdel-Khalek,
- 62 -

2000-01), respectivamente, en estudios realizados con la versión árabe de


estas escalas. Sin embargo, Hitze et al (1994), en una investigación dirigida
a determinar la depresión y la ansiedad ante la muerte en varones
homosexuales enfermos de SIDA, encontraron una correlación de 0,91
entre la DAS y la DDS. Es obvio que esta correlación indica que en este
estudio los dos instrumentos sobre la actitud ante la muerte no utilizan
entidades separadas y que, al menos para esta muestra, la ansiedad y la
depresión ante la muerte no pueden considerarse constructos diferentes.
Teniendo en cuenta que todos los estudios anteriores utilizaron como
sujetos de estudio estudiantes universitarios, puede inferirse que las
situaciones y características personales de los participantes y su
sensibilidad ante el tema de la muerte, afectan a la capacidad discriminante
del instrumento. Por otro lado, las correlaciones de la DDS con las escalas
de depresión general no son significativamente superiores a las
correlaciones de la DDS con las escalas de ansiedad general (Templer et al,
1990; Siscoe et al, 1992), aunque, como argumentan Triplett et al (1995)
este efecto podría deberse al hecho de que varios ítems de las escalas de
ansiedad general y de depresión general contienen síntomas tanto de
ansiedad como de depresión (por ejemplo, dificultades para dormir, fatiga y
preocupaciones somáticas).

2.2.4. Forma española de la DDS. Tomás (en prensa) ha realizado la


traducción y adaptación parcial de la versión española de la DDS, bajo la
hipótesis de que la depresión ante la muerte es una entidad propia que,
aunque relacionada, puede considerarse de forma separada a otros
constructos interesados en las reacciones psicológicas ante la muerte.

En primer lugar procedió a la traducción y adaptación de la versión


original inglesa de la DDS. Siguiendo las recomendaciones de Hambleton
- 63 -

(1996), se utilizó el procedimiento de traducción directa/inversa,


obteniendo un alto índice de concordancia que garantizaba la equivalencia
lingüística. La tabla 5 contiene los ítems de la DDS en su versión española.

Tabla 5. Ítems de la versión española de la Escala de Depresión ante la


Muerte

1. Me deprime pensar en la muerte


2. Me entristece oír la palabra muerte
3. Me entristece pasar cerca de un cementerio
4. La muerte supone una terrible soledad
5. Me pongo muy triste cuando pienso en amigos y allegados que han
muerto
6. Me molesta mucho pensar en lo corta que es la vida
7. No puedo aceptar que la muerte sea el final
8. La muerte despoja a la vida de su significado
9. Me preocupa morir solo
10. Cuando muera perderé todos los amigos y personas queridas
11. La muerte no quita significado a la vida
12. La muerte no es algo que deba deprimir
13. El pensar en la muerte me produce cansancio y desánimo
14. La muerte es dolorosa
15. Me asusta pensar en la muerte de amigos y personas queridas
16. La muerte es el último fracaso de la vida
17. Me siento triste cuando sueño con la muerte

En un trabajo posterior (Tomás y Gómez, en revisión, b), la DDS


española, junto con la DAS y medidas de depresión general y ansiedad
general, se administraron a una muestra formada por 218 estudiantes de
- 64 -

Enfermería. Los sujetos, 186 mujeres y 32 hombres, tenían una media de


edad de 22,39 años, con una desviación típica de 3,33 y un rango de 18 a
40.

La consistencia interna de la escala, estimada mediante el coeficiente


alfa de Cronbach, resultó ser de 0.831. Para valorar la estabilidad temporal,
setenta y tres de los sujetos volvieron a responder a la DDS cuatro semanas
después de la primera administración, obteniéndose un coeficiente de
correlación test-retest de 0,874.

Todas las correlaciones entre la DDS y las demás escalas administradas


fueron positivas y significativas, aunque la correlación de la DDS con la
DAS (r: 0,78) fue muy superior a la correlación entre la DDS y las medidas
de depresión general (r: 0,23) y ansiedad general (r: 0,31).

Con las respuestas a los 17 ítems de la DDS se llevó a cabo el análisis


de componentes principales con rotación Varimax. Siguiendo el criterio de
Kaiser de autovalores superiores a la unidad, se identificaron cuatro
factores significativos que, en su conjunto, explicaban el 53.36% de la
varianza total. El factor I, que explica el 30.49% de la varianza, se etiquetó
como depresión ante la muerte y tiene las cargas factoriales más altas en
los ítems 17, 2, 1, 14, 3, 13 y 12. El factor II explica el 9.83% de la
varianza y denominó finalidad y tristeza de la muerte. Las mayores cargas
las presenta en los ítems 15, 7, 5, 9 y 6. El factor III, etiquetado como
significado de la muerte, explica el 6.90% de la varianza y las cargas más
elevadas las presenta en los ítems 8 y 11. El factor IV, que explica el 6,13
de la varianza, se etiquetó como sentimiento de pérdida y presenta las
mayores cargas en los ítems 10, 16 y 4.
- 65 -

Los estadísticos descriptivos y la estructura factorial obtenidos en este


estudio realizado con la versión española de la DDS, no presentan, en
general, diferencias notables con las obtenidas en muestras de otras
culturas. La correlación de 0,78 con la DAS, aunque más alta que las que
aparecen en otros trabajos, es prácticamente igual a la obtenida por Abdel-
Khalek (1998a) en su estudio con una muestra de estudiantes libaneses.
Esta alta correlación, en cierto modo lógica al tratarse de dos medidas de
actitud ante la muerte, indica que, aunque puede defenderse la
independencia de ambos constructos, existe una importante relación entre
ellos y pueden solaparse fuertemente en determinadas poblaciones, tal y
como se evidencia en el trabajo de Hintze et al (1994), donde la correlación
entre la DAS y la DDS alcanza un valor de 0,91. Sobre este tema, Siscoe et
al (1992) argumentan que la ansiedad ante la muerte y la depresión ante la
muerte son constructos que pueden agruparse en el concepto de “malestar
ante la muerte”, que presenta distintos componentes subjetivos en las
diferentes personas. Mientras que para algunas personas habrá un
predominio de la ansiedad ante la muerte, en otras, con el mismo nivel de
malestar ante la muerte, los componentes depresivos tendrán un papel más
dominante.

Por lo que respecta al análisis factorial, la estructura resultante es


coherente con las proposiciones planteadas en los ítems y confirma el
carácter multidimensional del constructo. Hay que destacar el alto nivel de
coincidencia entre la estructura de cargas factoriales encontrada en este
estudio y la obtenida por Abdel-Khalek (1998a) utilizando la versión árabe
de la DDS. Por el contrario, al comparar las cargas factoriales de nuestra
muestra con las de los 6 factores obtenidos por Templer et al (1990) se
aprecian estructuras sustancialmente distintas.
- 66 -

Todo parece indicar que las características psicométricas y estructura


factorial de la versión española de la DDS se encuentran considerablemente
más próximas de las manifestadas por la muestra libanesa estudiada por
Abdel-Khalek (1998a) que de las aportadas por Templer et al (1990) en su
estudio de validación de la escala original. Cabe suponer que determinados
elementos, en especial los relacionados con la concepción sociocultural de
la vida y de la muerte, intervienen en estas afinidades y diferencias.
- 67 -

2.3. LA ESCALA DE OBSESIÓN ANTE LA MUERTE (DEATH

OBSESSION SCALE: DOS) DE ABDEL-KHALEK

2.3.1. Introducción. Recientemente, Abdel-Khalek (1998b) ha introducido


el concepto de Obsesión ante la muerte, bajo la consideración de que la
muerte constituye un elemento de obsesión en algunos individuos que
pueden llegar a verse dominados por su idea obsesiva. A partir de las ideas
generales de obsesión y muerte y considerando las obsesiones como “ideas
persistentes, pensamientos, impulsos o imágenes que son experimentados
como intrusivos e inapropiados y que causan una marcada ansiedad o
incomodidad”, Abdel-Khalek considera la obsesión ante la muerte como
una entidad caracterizada por reflexiones, ideas persistentes o imágenes
intrusivas centradas sobre la propia muerte o sobre la muerte de personas
significativas. El constructo se justifica sobre la base de las observaciones
clínicas que evidencian que la idea de la muerte es uno de los temas
comunes de los cuadros obsesivos (Okasha et al, 1994; Emmelkamp y Van
Oppen, 1994). Asimismo, los trabajos de Thomsen (1991) y de Chia
(1996), realizados con pacientes diagnosticados de trastorno obsesivo-
compulsivo, coinciden en la apreciación de que las ideas obsesivas
- 68 -

relacionadas con la muerte y la enfermedad se sitúan inmediatamente


detrás de las de suciedad y contaminación.

2.3.2. Construcción de la escala. Para proveer el instrumento psicométrico


que proporcione una medida de la obsesión ante la muerte, entendida como
preocupación, impulsos e ideas persistentes relacionadas con la muerte,
Abdel-Khalek (1998b) ha desarrollado la Escala de Obsesión ante la
Muerte (Death Obsession Scale: DOS) que pretende complementar los
conceptos de ansiedad ante la muerte y de depresión ante la muerte con un
tercer elemento, dentro del contexto general del “Discomfort ante la
Muerte” propuesto por Triplett et al (1995). Para la construcción de la
escala, Abdel-Khalek parte de las siguientes hipótesis:

1. La obsesión ante la muerte correlaciona positivamente con la


DAS y con la DDS.
2. La obsesión ante la muerte presenta una mayor correlación con la
obsesión general que con la ansiedad general y la depresión
general.

Los ítems fueron construidos a partir de la idea de que la muerte es una


parte inevitable de la vida humana o su última etapa y que la obsesión es un
trastorno neurótico caracterizado por rasgos específicos, los principales de
los cuales son las ideas intrusivas, pensamientos persistentes, imágenes
repetitivas o impulsos dominantes. Bajo este presupuesto se formularon 25
proposiciones iniciales. Las proposiciones fueron escritas en idioma árabe
moderno y todas ellas eran indicadores positivos de obsesión ante la
muerte, pues, al parecer, los sujetos árabes presentan problemas para
responder a ítems formulados de forma negativa, especialmente en formato
Likert (Abdel-Khalek & Beshai, 1993; Abdel-Khalek, 1998b). Para
- 69 -

proporcionar la validez de constructo, las proposiciones fueron enjuiciadas


por diez miembros del Departamento de Psicología de la Universidad de
Kuwait, que debían puntuarlas con una escala de cinco puntos, desde el 1
para irrelevante en la obsesión ante la muerte, hasta el 5 para muy asociado
con la obsesión ante la muerte. Los ítems que obtuvieron una media igual o
menor a tres fueron eliminados, con lo que seis de ellos fueron suprimidos
en este proceso, quedando retenidos los otros diecinueve.

La escala de diecinueve ítems fue administrada a 141 estudiantes


egipcios (70 hombres y 71 mujeres). Calculando la correlación ítem-resto
de ítems, se eliminaron los cuatro ítems que presentaban una correlación no
significativa, de manera que la versión final de la DOS quedó constituida
por quince ítems, que presentaban un rango de correlaciones ítem-total de
0,39 a 0,81. La tabla 6 contiene estos quince ítems en su forma inglesa.

Como formato de respuesta se aplicó la respuesta múltiple tipo Likert


con cinco opciones (1 = nada; 2 = poco; 3 = lo justo; 4 = mucho; 5 =
muchísimo), con lo que la escala presenta un rango de puntuación de 15 a
75, correspondiendo las puntuaciones más altas a mayores niveles de
obsesión ante la muerte.

Para calcular las correlaciones y estructura factorial se usó una muestra


de 148 estudiantes de la Universidad de El Cairo, a quienes, además de la
DOS, se administraron la Escala de Ansiedad ante la Muerte (DAS) de
Templer (1970) en su adaptación árabe (Abdel-khalek, 1986); la Escala de
Depresión ante la Muerte (DDS) de Templer et al (1990) en su forma árabe
(Abdel-Khalek, 1997b); la subescala de Rasgo del Inventario de Ansiedad
Estado-Rasgo de Spielberger et al (1983) en su forma árabe (Abdel-Khalek,
1989) como medida de ansiedad general; el Inventario de Depresión de
- 70 -

Beck (Beck y Steer, 1993) en su forma árabe (Abdel-Khalek, 1998e) como


medida de depresión general; la Escala Árabe de Evaluación Obsesivo-
Compulsiva desarrollada por Abdel-Khalek (1998c) como medida de
obsesión general; y las subescalas de Neuroticismo y Extroversión del
Cuestionario de Personalidad de Eysenck (Eysenck y Eysenck, 1975) en su
forma árabe (Abdel-Khalek y Eysenck, 1983).

Tabla 6. Ítems de la forma inglesa de la DOS


1. Some questions about death come to my mind which I am unable to
answer
2. The idea that I will die at a young age dominates me
3. I fail to dismiss the notion of death from my mind
4. Thinking about death preoccupies me
5. I find it greatly difficult to get rid of thoughts about death
6. I recall alarming and painful aspects of death
7. I feel I am compelled to think about death
8. The idea of death overcomes me
9. I have an exaggerated concern with the idea of death
10. I find myself rushing to think about death
11. I fear to be dominated by the idea of death
12. I think about death continuously
13. Thinking about death causes me much tension
14. The recurrence of the idea of death annoys me
15. A feeling that I will die suddenly overtakes me

Los resultados obtenidos indican que la DOS correlaciona 0,62 con la


ansiedad ante la muerte; 0,57 con la depresión ante la muerte; 0,44 con la
obsesión general; 0,33 con la ansiedad general; 0,41 con la depresión
- 71 -

general; 0,35 con neuroticismo; y 0,07 con extroversión. El coeficiente


alpha de Cronbach de la DOS fue de 0,91, mientras que el coeficiente de
correlación test-retest a una semana fue de 0,92, denotando una alta
consistencia interna y estabilidad.

Adicionalmente, una muestra de 418 estudiantes egipcios fue utilizada


para calcular las puntuaciones medias de la DOS. Las mujeres (N = 206)
obtuvieron una puntuación media de 34,2 (DT=12,8), mientras que los
hombres (N = 212) puntuaron una media de 32,2 (DT=12,4). Las
diferencias de puntuaciones por género no resultaron estadísticamente
significativas.

2.3.3. Análisis factorial. El análisis de ejes principales con rotación


oblicua Oblimin, evidenció una estructura factorial compuesta por tres
factores con valores propios mayores que 1 que, en su conjunto, explican el
65,4 % de la varianza. El primer factor, que explica el 47,6% de la
varianza, se ha denominado “reflexiones sobre la muerte” y las mayores
cargas factoriales las presenta en los ítems 5, 9, 12, 8, 10, 4, 3 y 7. El
segundo factor, que explica el 9,8% de la varianza, se denominó
“dominación por la muerte” y tiene las cargas factoriales más altas en los
ítems 2, 1, 15 y 6. El tercer factor, denominado “repetición de la idea de la
muerte”, explica el 8% de la varianza y tiene las mayores cargas factoriales
en los ítems 14, 11 y 13.

Maltby y Day (2000a; 2000b) han estudiado las propiedades


psicométricas de la DOS aplicándola a sujetos de habla inglesa, obteniendo
unos resultados que prácticamente coinciden con los de Abdel-Khalek,
tanto en lo que se refiere a la estructura factorial e índices de consistencia
- 72 -

interna y estabilidad, como a las correlaciones con otras medidas de actitud


ante la muerte y de neuroticismo general.

2.3.4. Forma española de la DOS. La traducción y adaptación de la DOS


al español ha sido realizada por Tomás y Gómez (en prensa). Para la
traducción de la escala trabajaron con la versión en lengua árabe
(proporcionada por el autor) y la versión en lengua inglesa. Dos equipos de
expertos bilingües procedieron separadamente a la traducción de cada una
de las versiones, siguiendo procedimientos de traducción directa-inversa.
Una vez traducidas, las escalas fueron contrastadas y consensuadas para
formar la escala definitiva. Cabe destacar el elevado grado de coincidencia
observado entre ambas traducciones. La tabla 7 contiene los ítems de la
forma españolas de la DOS.

Como parte del proceso de validación, la forma española de la DOS,


junto con otros instrumentos, fue contestada por 344 estudiantes de
Psicología y Enfermería, 294 mujeres y 50 hombres, con una media de
edad de 20,39 años (DT: 3,06) y un rango de 17 a 46.

Los coeficientes de correlación obtenidos con los otros instrumentos


psicométricos administrados fueron de 0,70 con la DAS; de 0,72 con la
DDS; de 0,41 con la escala de Psicastenia (Pt) del MMPI, considerada
como medida de obsesión general; de 0,35 con la Escala de Ansiedad
Manifiesta de Taylor, considerada como medida de ansiedad general; y de
0,28 con la Escala de Depresión de Zung, considerada como medida de
depresión general.

Para evaluar la consistencia interna se obtuvo el coeficiente alfa de


Cronbach, resultando un valor de 0,89. Cuatro semanas después de la
- 73 -

primera administración, 109 sujetos volvieron a responder a la DOS,


obteniéndose un coeficiente de correlación test-retest de 0,90.

Tabla 7. Ítems de la forma española de la Escala de Obsesión ante la


muerte
1. A veces me hago preguntas sobre la muerte que soy incapaz de
responder
2. Me domina la idea de que moriré joven
3. No puedo apartar de mi mente la idea de la muerte
4. Pensar en la muerte me preocupa
5. Me resulta muy difícil librarme de los pensamientos sobre la muerte
6. Evoco aspectos alarmantes y dolorosos de la muerte
7. Me siento obligado a pensar en la muerte
8. La idea de la muerte me supera
9. Me preocupa de manera exagerada la idea de la muerte
10. Me encuentro impulsado a pensar en la muerte
11. Temo ser dominado por la idea de la muerte
12. Pienso constantemente en la muerte
13. Pensar en la muerte me causa mucha tensión
14. Me molesta la reiteración de la idea de la muerte
15. Tengo el presentimiento de que me moriré de repente

Con objeto de determinar la estructura factorial de la escala, se procedió


al análisis de ejes principales con posterior rotación oblicua Oblimin, al ser
éste el método de análisis utilizado por Abdel-Khalek. Se identificaron tres
factores con valores propios superiores a la unidad, que explican
conjuntamente el 60,89% de la varianza total. El factor 1, que explica el
43,87% de la varianza, se denominó “pensamientos sobre la muerte” y
- 74 -

tiene las mayores cargas factoriales en los ítems 3, 10, 12, 7, 5, 9, 8, 11 y 1.


El factor 2, denominado “persistencia de la idea de la muerte”, explica el
9,30% de la varianza y las mayores cargas factoriales las presenta en los
ítems 4, 14 y 13. El factor 3, que explica el 7,72% de la varianza, se
denominó “amenaza de la muerte” y sus mayores cargas factoriales las
presenta en los ítems 15 y 2.

A partir de los resultados obtenidos en este estudio puede concluirse que


la forma española de la DOS presenta coeficientes de consistencia interna y
estabilidad temporal satisfactorios y muy similares a los encontrados en las
muestras árabe (Abdel-Khalek, 1998b) e inglesa (Maltby y Day, 2000a).
Asimismo, las correlaciones con otros instrumentos, en general,
concuerdan con los estudios anteriores y apoyan las hipótesis previas
planteadas por Abdel-Khalek en la construcción de la DOS.

Con relación al análisis factorial, se han obtenido al igual que en los


estudios anteriores, tres factores significativos. Aunque, en un principio, la
comparación de la estructura factorial con la de Abdel-Khalek puede
sugerir diferencias notables, el examen pormenorizado evidencia
similitudes y coherencia. Así, las siete mayores cargas factoriales del
factor 1 corresponden a ítems que también cargan en el factor 1 de Abdel-
Khalek; teniendo en cuenta que este primer factor explica en ambos casos
un porcentaje de varianza total superior al 40%, puede inferirse una
considerable similitud entre las dos estructuras. En cuanto al factor 2
obtenido en la muestra española, está muy próximo al factor 3 de Abdel-
Khalek; y las formulaciones de los ítems que cargan en él coinciden en
referirse a aspectos de preocupación y tensión en torno a la “persistencia
de la idea de la muerte”. El factor 3, en el que cargan únicamente dos
ítems, podría, en principio, parecer un factor residual; sin embargo, si
- 75 -

atendemos a la formulación de los ítems (“tengo el presentimiento de que


me moriré de repente” y “me domina la idea de que moriré joven”) vemos
que son los únicos de la escala que hacen referencia a la posibilidad de la
propia muerte de forma prematura o repentina, por lo que parece coherente
que ambos se agrupen en un factor caracterizado por la “amenaza de la
muerte”.
- 76 -
- 77 -

2.4. LA ESCALA REVISADA DE ANSIEDAD ANTE LA MUERTE


(REVISED DEATH ANXIETY SCALE: RDAS) DE THORSON Y
POWELL

La Escala Revisada de Ansiedad ante la Muerte (RDAS) de Thorson Y


Powell se construyó a partir del trabajo de Nehrke (1973), quién utilizó un
instrumento confeccionado con una combinación de la Escala de Miedo a
la Muerte de Boyer (1964) y la Escala de Ansiedad ante la Muerte (DAS)
de Templer (1970), a las que añadió un ítem de construcción propia, hasta
constituir un cuestionario de 34 ítems con formato de respuesta dicotómico
verdadero-falso, que Nehrke aplicó en varios estudios posteriores (Nehrke,
1974; Nehrke, Bellucci y Gabriel, 1978; Nehrke, Morganti, Willrich y
Hulicka, 1979).

Thorson (1977) utilizó este cuestionario construido por Nehrke, al que


denominó Escala NTB (por Nehrke-Templer-Boyer), en una muestra de
estudiantes graduados y no graduados de la Universidad de Georgia,
- 78 -

aplicándolo conjuntamente con el Cuestionario de Preferencias Personales


de Edwards (Edwards Personal Preference Schedule: EPPS) que considera
quince rasgos diferentes de personalidad (Edwards, 1959). En este estudio,
Thorson encuentra que las mujeres puntúan significativamente más alto que
los hombres en ansiedad ante la muerte, mientras que la correlación con la
edad no es significativa. Asimismo, aparecen varias relaciones
significativas entre las puntuaciones de la Escala NTB y varios rasgos
identificados por el EPPS. En un trabajo posterior con una muestra de 659
sujetos, Thorson y Perkins (1977) realizaron el análisis factorial de la
Escala, encontrando cuatro factores significativos a los que denominaron:
miedo al aislamiento y a la inmovilidad; miedo al dolor; miedo a la
finalidad de la muerte; y miedo al entierro y a la descomposición.

Bajo la consideración de que la Escala NTB estaba más dirigida a la


claustrofobia y al aislamiento que a la verdadera ansiedad ante la muerte,
Thorson y Powell (1984) realizan su revisión, eliminando o reformulando
algunos de los ítems e incluyendo otros de producción propia. De este
modo, llegan a la definitiva Escala Revisada de Ansiedad ante la Muerte
(RDAS), que queda constituida por 25 ítems, los cuales, en un principio, se
presentan con un formato de respuesta dicotómico verdadero-falso, que se
puntuaba dando un punto a las respuestas que indicaban ausencia de
ansiedad, dos puntos a los ítems dejados en blanco y tres a los que
indicaban ansiedad; de manera que el rango de posibles puntuaciones
totales se situaba entre 25 y 75, indicando las puntuaciones más altas mayor
ansiedad ante la muerte. La tabla 8 contiene los 25 ítems de la RDAS en su
forma original inglesa.

Para estudiar las propiedades psicométricas del instrumento, se aplicó la


RDAS a una muestra de 599 estudiantes y adultos (Thorson y Powell,
- 79 -

1988). Obteniéndose un coeficiente alpha de Cronbach de 0,804 y una


solución factorial con siete factores ortogonales significativos. También
aquí se dieron unas puntuaciones totales significativamente más altas en
las mujeres.

Tabla 8. Items de la Revised Death Anxiety Scale

1. I fear dying a painful death


2. Not knowing what the next world is like troubles me
3. The idea of never thinking again after I die frightens me
4. I am not at anxious about what happens to the body after burial
5. Coffins make me anxious
6. I hate to think about losing control over my affairs I am gone
7. Being totally immobile after death bothers me
8. I dread to think about having an operation
9. The subject of life after death troubles me greatly
10. I am not afraid of a long, slow dying
11. I do not mind the idea of being shut into a coffin when I die
12. I hate the idea that I will be helpless after I die
13. I am not at all concerned over whether or not there is an afterlife
14. Never feeling anything again after I die upsets me
15. The pain involved in dying frightens me
16. I am looking forward to new life after I die
17. I am not worried about ever being helpless
18. I am troubled by the thought that my
19. The feeling that I will be missing out on so much after I die disturbs
me
20. I am worried about what happens to us after we die
21. I am not at all concerned with being in control of things
22. The total isolation of death is frightening to me
23. I am not particularly afraid of getting cancer
24. I will leave careful instructions about how things should be done
after I am gone
25. What happens to my body after I die does not bother me
- 80 -

En trabajos posteriores, Thorson y Powell han utilizado la RDAS en el


estudio de las relaciones de la ansiedad ante la muerte con diversas
variables, como los estudios de medicina (Thorson y Powell, 1991), el
sentido del humor (Thorson y Powell, 1993), la ocupación (Thorson y
Powell, 1996), la pertenencia étnica (Thorson, Powell y Samuel, 1998a), la
edad (Thorson, Powell y Samuel, 1998b) o la religiosidad (Thorson y
Powell, 1989; 1990).

Así pues, la RDAS es una escala que consta de 25 afirmaciones, 17 de


ellas puntúan de forma positiva y ocho de forma negativa. Como formato
de respuesta, los autores recomiendan (Thorson y Powell, 1994) el uso de
la respuesta múltiple tipo Likert, con cinco opciones: total acuerdo,
acuerdo, posición neutra, desacuerdo y total desacuerdo, puntuando cuatro
para el total acuerdo, tres para el acuerdo, dos para la posición neutra, uno
para el desacuerdo y cero para el total desacuerdo, en los ítems positivos
(No 1, 2, 3, 5, 6, 7, 8, 9, 12, 14, 15, 16, 18, 19, 20, 22 y 24), e invirtiendo la
puntuación (total acuerdo = 0; acuerdo = 1; posición neutra = 2; desacuerdo
= 3; total desacuerdo = 4) en los ítems negativos (No 4, 10, 11, 13, 17, 21,
23 y 25). De esta manera, el rango de puntuación total para un sujeto será
de cero a cien, correspondiendo las puntuaciones más altas a mayores
niveles de ansiedad ante la muerte.

La RDAS no ha sido formalmente adaptada al idioma español ni, en


consecuencia, han podido identificarse estudios que hayan utilizado este
instrumento en la población española. La versión que aparece en la tabla 9
constituye una traducción simple de la escala original inglesa que se ha
realizado a título ilustrativo.
- 81 -

Tabla 9. Traducción española de los ítems de la Revised Death Anxiety


Scale
1. Me da miedo morir de una muerte dolorosa
2. Me preocupa no saber cómo será el otro mundo
3. Me asusta la idea de no volver a pensar nunca más después de mi
muerte
4. No me preocupa lo que le pasará a mi cuerpo después de la muerte
5. Los ataúdes me ponen nervioso
6. Odio pensar en la pérdida del control de mis asuntos después de mi
muerte
7. Me preocupa estar totalmente inmóvil después de muerto
8. Me horroriza pensar que he de sufrir una operación
9. Me preocupa mucho el tema de la otra vida
10. No me da miedo morir de una muerte lenta y larga
11. No me preocupa la idea de que me meterán en un ataúd cuando
muera
12. Me molesta la idea de estar totalmente indefenso después de la
muerte
13. No me preocupa en absoluto si hay vida o no después de la muerte
14. Me molesta pensar que ya no sentiré nada después de muerto
15. Me da miedo el dolor que acompaña a la muerte
16. Espero una nueva vida después de la muerte
17. No estoy preocupado por sentirme indefenso algún día
18. Me perturba el pensamiento de que mi cuerpo se descompondrá en la
tumba
19. Me molesta el sentimiento de perderme muchas cosas después de
muerto
20. Me preocupa lo que pasa después de morir
21. No estoy interesado en absoluto por controlar las cosas
22. Me asusta el total aislamiento de la muerte
23. No estoy especialmente preocupado por la posibilidad de llegar a
contraer un cáncer
24. Dejaré instrucciones cuidadosas sobre cómo hacer las cosas cuando
me haya ido
25. No me preocupa lo que le pasará a mi cuerpo después de la muerte
- 82 -
- 83 -

2.5. LA ESCALA DE ANSIEDAD ANTE LA MUERTE DE


CORRIVEAU-KELLY

En un intento de mejorar la fiabilidad y validez de la Escala de


Ansiedad ante la Muerte (DAS) de Templer (1970), Kelly y Corriveau
(1995) han desarrollado una escala en la que, además de incrementar el
número de ítems, incorporan un formato de respuesta múltiple, que
consideran más fiable que el formato dicotómico.

La Escala de Ansiedad ante la Muerte de Corriveau-Kelly contiene


cuarenta y ocho ítems que reflejan una variedad de cuestiones relacionadas
con la muerte. Se incluyen modificaciones de los quince ítems de la DAS
de Templer junto con nuevos ítems basados en las experiencias clínicas de
los autores con pacientes que han manifestado cierto grado de ansiedad
ante la muerte. El formato de respuesta de la escala es tipo Likert con siete
opciones que van del total acuerdo al total desacuerdo.
- 84 -

Como justificación de las propiedades psicométricas de su escala, Kelly


y Corriveau (1995) presentan un trabajo que comprende dos estudios. En el
primero de ellos participan 108 estudiantes de Psicología de la Universidad
de Massachusetts que contestaron la Escala de Corriveau-Kelly y la DAS
en una primera administración, volviendo a ser contestarlas dos semanas
más tarde. El coeficiente de fiabilidad test-retest de la DAS fue de 0,85,
similar a los encontrados en otros estudios, mientras que la nueva escala
obtuvo un coeficiente test-retest de 0,95. En el examen de la consistencia
interna, la DAS obtuvo un coeficiente de 0,73 calculado mediante la
fórmula 20 de Kuder-Richardson, que está muy próximo al resultado
original (KR-20: 0,76) obtenido por Templer (1970). Por su parte, la escala
de Corriveau-Kelly obtuvo un coeficiente alpha de Cronbach de 0,95. Así
pues, todo parece indicar que el nuevo instrumento aporta una considerable
mejora de la consistencia, tanto en el tiempo como en el contenido.

En el segundo estudio, 26 voluntarios matriculados en cursos de


entrenamiento en programas de hospice (cuidados paliativos) contestaron la
DAS y la escala de Corriveau-Kelly antes de empezar el programa y a su
finalización. Ambas escalas sugieren un decremento de la ansiedad ante la
muerte en el post-test. No obstante, el t-test de significación de medias
aplicado a la DAS muestra diferencias no significativas (p>0,05) entre
ambas administraciones, mientras que las puntuaciones de la nueva escala
revelan una disminución altamente significativa (p<0,01) en la segunda
administración. Con estos datos, puede deducirse que la Escala de
Corriveau-Kelly parece más sensible para detectar la reducción de la
ansiedad ante la muerte después del tratamiento.

Los resultados de estos estudios sugieren que la nueva escala parece


tener una mayor fiabilidad, según se deduce de los análisis test-retest y de
- 85 -

consistencia interna. De hecho, en estos estudios, los coeficientes test-retest


y de consistencia interna obtenidos exceden los de todas aquellas escalas de
ansiedad ante la muerte cuya información está disponible. Además, parece
que la escala es más sensible que la DAS para detectar cambios
secundarios a intervenciones o tratamientos.

Lamentablemente, el texto original de la escala no ha sido publicado,


por lo que no disponemos de él, habiendo resultado infructuosas las
peticiones a los autores para que nos lo facilitasen. Asimismo, en la
literatura científica no hemos identificado ninguna investigación posterior
que haya utilizado este instrumento.
- 86 -
- 87 -

2.6. LA ESCALA DE ANSIEDAD ANTE LA MUERTE PARA NIÑOS


DE SCHELL Y SEEFELDT (DEATH ANXIETY SCALE FOR
CHILDREN: DASC)

Dentro del interés general por la comprensión de las respuestas humanas


ante la muerte y el morir, las reacciones de los niños ante la muerte ha
constituido también un campo tradicional de interés de la Psicología
científica, en un intento de llegar a una mejor comprensión de sus
sentimientos y ansiedades, que permita una ayuda eficaz en el caso de que
se encuentren inmersos en experiencias de esta naturaleza. Sin embargo, no
existe unanimidad en cuanto a la posibilidad de aparición de respuestas
ansiosas ante la muerte en los niños de corta edad. Algunos autores han
concluido que los niños, dada su incapacidad para entender la naturaleza
universal e irreversible de la muerte, no pueden experimentar ansiedad ante
ella (Hansen, 1972; Melear, 1973). Otros, aún aceptando que los niños ven
la muerte como temporal y reversible, han encontrado que son conscientes
de ella y les provoca sentimientos de ansiedad. (Nagy, 1948; Anthony,
1971; Galper et al, 1981).
- 88 -

Diferentes metodologías se han desarrollado para profundizar en la


comprensión de las reacciones de los niños ante la muerte y el morir. Las
técnicas utilizadas comprenden pruebas proyectivas (Ireland, 1997-98),
verbalizaciones de los propios niños sobre sus preocupaciones acerca de la
muerte (McConville et al, 1970; Morrissey, 1963), informes de las madres
indicando el nivel de miedo que sus hijos podrían experimentar en relación
con algunos objetos o situaciones (Dollinger et al, 1984) o estudios sobre
respuesta eléctrica dérmica y frecuencia cardiaca (Alexander y Adlerstein,
1958). No obstante, seguramente debido a las limitaciones propias, tanto de
la naturaleza del tema como de la edad de los niños, son escasos los
instrumentos desarrollados que permitan una evaluación fiable de la
ansiedad ante la muerte en niños de corta edad. Además, algunas de las
medidas que se han propuesto son difícilmente aplicables en situaciones
escolares, mientras que otras, como las entrevistas a niños con
enfermedades terminales, no son aplicables a todos los niños. También hay
que tener en cuenta la imposibilidad de usar preguntas directas sobre los
sentimientos acerca de la muerte y el morir, que podrían promover en los
niños reacciones de ansiedad y miedo.

Con el propósito de aportar un instrumento que pueda aplicarse a la


evaluación de la ansiedad ante la muerte de niños con un rango de edad de
cinco a doce años y que, además de garantizar propiedades suficientes de
fiabilidad y validez, permita su administración en todo tipo de situaciones,
Schell y Seefeldt (1991) han desarrollado la Escala de Ansiedad ante la
Muerte para niños (Death Anxiety Scale for Children: DASC), que consiste
en una serie de palabras, unas neutras y otras relacionadas con la muerte, a
las cuales los niños han de responder en términos de “no asustado”, “un
poco asustado” o “muy asustado”.
- 89 -

Para seleccionar las palabras neutras y relacionadas con la muerte que


debían figurar en la escala, los autores confeccionaron una lista a partir del
Project Basic Instruction Guide: Writing Supplement, desarrollado por el
Maryland State Department of Education (1984). Esta lista, que ha sido
ampliamente utilizada en el aprendizaje del vocabulario en escuelas
públicas elementales del estado de Maryland, está basada en The American
Heritage Word Frequency Book (1971) y contiene la mayoría de las
palabras más utilizadas en idioma inglés.

Una serie preliminar de 63 palabras se pasó a 114 estudiantes


universitarios, que debían responder mediante un formato Likert de cinco
puntos, de “no ansiedad” a “alta ansiedad”. La misma lista se pasó a 58
niños de tercer a sexto grado de una escuela elemental, para que valorasen
las palabras respondiendo “no asustado”, “un poco asustado” o “muy
asustado”. A partir de las respuestas de ambos grupos se seleccionaron diez
palabras neutras y tres palabras relacionadas con la muerte para formar la
escala definitiva. Como criterio de puntuación se decidió puntuar con uno
la respuesta de “no asustado”, con dos la de “un poco asustado” y con tres
la de “muy asustado”. La medida de ansiedad ante la muerte será el
cociente obtenido al dividir la puntuación media de cada niño en las
palabras relacionadas con la muerte por la puntuación media de las palabras
neutras. La tabla 10 contiene la versión original inglesa de la DASC.

Las pruebas realizadas por los autores para evaluar las características
psicométricas de la escala han resultado una correlación test-retest a las dos
semanas, de 0.87 para las palabras relacionadas con la muerte y de 0.79
para las palabras neutras. Para determinar la validez de la DASC se
administró a una muestra de 81 niños y 79 niñas, alumnos de una escuela
elemental, con edades comprendidas entre los cinco y los diez años. La
- 90 -

lista de palabras fue leída a cada niño individualmente, grabándose sus


respuestas, a la vez que se grababan su frecuencia cardiaca y actividad
electrodérmica. Se encontró que las diferencias de puntuación total por
género estaban muy cerca de la significación estadística (p<0.7). También
era casi significativa la correlación entre la edad y la puntuación DASC (r:
0.12; P<0.06).. Se observó que los niños de la muestra respondían con una
mayor resistencia dérmica a las palabras relacionadas con la muerte que a
las palabras neutras, aunque su frecuencia cardiaca no difería
significativamente entre los dos grupos de palabras (p<0.06).

Tabla 10. Death Anxiety Scale for Children


USE Not Scared A little Scared Very Scared
SMILED Not Scared A little Scared Very Scared
KILLED Not Scared A little Scared Very Scared
TURNED Not Scared A little Scared Very Scared
YEARS Not Scared A little Scared Very Scared
LIKE Not Scared A little Scared Very Scared
DEATH Not Scared A little Scared Very Scared
STARTED Not Scared A little Scared Very Scared
BOY Not Scared A little Scared Very Scared
EYES Not Scared A little Scared Very Scared
DIED Not Scared A little Scared Very Scared
PRODUCTS Not Scared A little Scared Very Scared
FILLED Not Scared A little Scared Very Scared

Según Schell y Seefeldt (1991), la DASC es una escala apropiada y de


fácil uso para evaluar la ansiedad ante la muerte en niños que están
aprendiendo a leer o que ya han adquirido la habilidad de la lectura, que
- 91 -

provoca la respuesta de los niños ante la muerte de una manera sutil y no


amenazante, y que puede ser útil para explorar factores ambientales o
experienciales y para incrementar la comprensión de las respuestas de los
niños ante la muerte y el morir.
- 92 -
- 93 -

2. 7. ESCALA DE AFRONTAMIENTO DE LA MUERTE DE


BUGEN (BUGEN’S COPING WITH DEATH SCALE: CDS)

La investigación realizada por Bugen (1980-81) acerca de los


resultados de la educación sobre la muerte concluye con la verificación de
una falta de concordancia entre los diversos estudios existentes en la
literatura. Bugen plantea como posible causa de esta inconsistencia la
utilización de instrumentos de medida con carencias en cuanto a la
fiabilidad y la validez, expectativas poco realistas y falta de sensibilidad en
el criterio de resultados. Como alternativa, Bugen se plantea la
construcción de una medida más sensible basada en el “afrontamiento”
como resultado deseable de los programas de educación sobre la muerte,
que reflejaría con más fidelidad los cambios reales producidos. El concepto
de afrontamiento planteado por Bugen está íntimamente relacionado con el
constructo teórico formulado por Bandura (1977, 1982, 1986) de
“autoeficacia” percibida, que, a su vez, se relaciona con la noción de
competencia. Bandura defiende la idea de que la autoeficacia percibida es
el mejor predictor de una amplia gama de variables que condicionan el
- 94 -

nivel de ansiedad del individuo. Bugen se plantea que este razonamiento


puede ser igualmente válido en el campo de las actitudes ante la muerte, de
manera que las variables relacionadas con la competencia ante la muerte
pueden presentar diferentes implicaciones que las medidas de ansiedad ante
la muerte, incluyendo una mejor predicción de ciertas conductas
relacionadas con la muerte.

Desde esta perspectiva teórica, Bugen (1980-81) desarrolló la Escala de


Afrontamiento de la Muerte (Coping with Death Scale: CDS) para evaluar
los efectos de un seminario sobre la muerte y el morir. La escala consiste
en treinta cuestiones con formato de respuesta tipo Likert de siete puntos,
que reflejan cambios observados en estudios anteriores. Los resultados
obtenidos por Bugen indicaron que los individuos que participaron en todo
el seminario mostraron un incremento del afrontamiento en 23 de los 30
ítems, mientras que los sujetos de control, que participaron sólo en un 14%
del seminario, únicamente incrementaron el afrontamiento en uno de los
ítems. En consecuencia, Bugen sugiere que el éxito de los ítems de
afrontamiento en reflejar los cambios, en contraste con la escasez de
evidencia válida de resultados positivos de la educación sobre la muerte
con la utilización de las escalas habituales de medida de la ansiedad ante la
muerte, puede deberse a una excesiva focalización de estas escalas hacia
cuestiones bioéticas y medidas de rasgo de la ansiedad ante la muerte,
aspectos que no pueden ser tan sensibles al cambio producido por la
educación como es el afrontamiento.

El estudio de las propiedades psicométricas de la CDS ha sido realizado


por Robbins (1990-91) con la intención de establecer las medidas de
fiabilidad y validez, que no fueron consideradas en el trabajo inicial de
Bugen.
- 95 -

En el estudio de validación, Robbins utilizó una muestra de noventa y


cuatro estudiantes y graduados, sesenta y ocho mujeres (edad media: 30.1;
DT: 10) y veintiséis hombres (edad media: 28.5; DT: 9.9), a los que
administró los treinta ítems de la CDS, junto con la Escala de Deseabilidad
Social de Marlowe-Crowne (Crowne y Marlowe, 1960), la DAS de
Templer (1970), el Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo (Spielberger et al,
1983) y la Escala de Miedo a la Muerte de Collett-Lester (CLFDS; Lester,
1974). El análisis de consistencia interna de la CDS resultó un alfa de
Cronbach de 0.89. Cincuenta y tres de los sujetos volvieron a contestar la
CDS ocho semanas después de la primera administración, obteniéndose un
coeficiente de correlación test-retest de 0.91. Las diferencias de
puntuaciones entre hombres y mujeres no resultaron estadísticamente
significativas (p = 0.61); tampoco se apreciaron diferencias significativas
por el estado marital o por tener hijos. En la muestra utilizada la CDS
correlacionó significativamente con la edad (r: 0.36; p<0.01) con mayores
puntuaciones de afrontamiento para los sujetos de más edad.

Las correlaciones de la CDS con los otros instrumentos utilizados


fueron negativas y significativas con la DAS (r: -0.51; p<0.01), con la
subescala de miedo a la propia muerte de la CLFDS (r: 0.54; p<0.01), con
la subescala de miedo a la muerte de otros (r: -0.60; p<0.01), con la
subescala de miedo al morir propio (r: -0.49; p<0.01), con la subescala de
miedo al morir de otros (r: 0.56; p<0.01), con la subescala de ansiedad-
estado (r: 0.34; p<0.01) y con la subescala de ansiedad-rasgo (r: 0.51;
p<0.01); y no significativa con la escala de deseabilidad social (r: 0.17;
p<0.05).
- 96 -
- 97 -

2.8. EL ÍNDICE DE AMENAZA DE KRIEGER, EPTING Y


LEITNER (THREAT INDEX: TI)

El Índice de Amenaza (Threat Index: TI) constituye, dentro de los


numerosos instrumentos de medida utilizados para evaluar las actitudes
ante la muerte, el único que se deriva directamente de una teoría de la
personalidad (Neimeyer, 1994a), la teoría de las estructuras personales de
Kelly (1955). El planteamiento principal de esta teoría es que las personas
construyen el significado de sus vidas, ideando, poniendo a prueba y
revisando continuamente las teorías personales que les ayudan a anticipar
sus experiencias. Cada teoría individual, que Kelly denomina sistema de
estructuras, consta de un número indefinido de estructuras personales que
ayudan al individuo a diferenciar, integrar y predecir los acontecimientos.
Dentro de este sistema, las dimensiones más centrales, denominadas
estructuras nucleares, se ocupan de dirigir la propia identidad y la
existencia y su cuestionamiento provoca la aparición de la amenaza,
definida como la conciencia de un cambio inminente de gran alcance en las
propias estructuras nucleares. Kelly utiliza la muerte como ejemplo
paradigmático de amenaza, considerándola como una estructura nuclear
- 98 -

alternativa que es incompatible con la estructura actual. Según las propias


creencias, la persona podrá anticipar un cambio más o menos radical y, en
consecuencia, percibir una amenaza más o menos fuerte (Tomer, 1994).

El TI fue originalmente introducido como una entrevista estructurada


(Krieger et al, 1974) dedicada a evaluar la tendencia de los sujetos a situar
su yo y la muerte en dos polos opuestos de una muestra de constructos. Sin
embargo, aunque este formato ofrecía una amplia perspectiva sobre las
preocupaciones en torno a la muerte del sujeto, que podrían ser relevantes
en un contexto clínico, las limitaciones propias de la entrevista, en especial
el tiempo necesario para su realización, llevaron a Krieger et al (1979) a
plantear el instrumento en formato de cuestionario autoadministrado, para
poder ser aplicado en situaciones grupales y en un tiempo más reducido.

En su forma autoadministrada, el TI se ha usado en diferentes versiones.


Las más usadas son las que contienen treinta y cuarenta constructos
(ítems), respectivamente (Rigdon et al, 1979; Neimeyer et al, 1984),
aunque también existen versiones con veinticinco (Moore y Neimeyer,
1991) e incluso una versión reducida que consta solamente de siete ítems
(Neimeyer et al, 1988). La tabla 11 contiene los constructos usados en la
versión de veinticinco ítems.

La puntuación de amenaza de los sujetos se obtiene sumando el número


de escisiones en el cuestionario. La escisión es definida operacionalmente
como la tendencia de los sujetos a situar elementos del yo ideal y de la
propia muerte en polos opuestos de los constructos (Moore y Neimeyer,
1991); por ejemplo, para el constructo bipolar previsible-imprevisible,
situarse en previsible para el yo y en imprevisible para la propia muerte.
- 99 -

Tabla 11. Componentes del Threat Index en su forma de 25


constructos
1. Sano..........................................Enfermo
2. Fuerte........................................Débil
3. Existencia..................................Inexistencia
4. Abierto......................................Cerrado
5. Cuerdo.......................................Loco
6. Feliz..........................................Infeliz
7. Competente...............................Incompetente
8. Bienestar...................................Malestar
9. Seguro.......................................Inseguro
10. Concreto...................................Abstracto
11. Conforme..................................Disconforme
12. Cambiante.................................Estático
13. Específico.................................General
14. Objetivo....................................Subjetivo
15. Previsible..................................Imprevisible
16. Animado...................................Inanimado
17. Fácil..........................................Difícil
18. Aprender...................................No aprender
19. Esperanza..................................Desesperanza
20. Útil............................................Inútil
21. Productivo...................... ..........Improductivo
22. pacífico.....................................Violento
23. Vivo..........................................Muerto
24. Comprender..............................No comprender
25. Ayudar......................................Egoísmo
- 100 -

Los trabajos dedicados al establecimiento de sus propiedades


psicométricas y sus relaciones con otras variables de personalidad, han
concluido que el TI presenta una satisfactoria consistencia interna y
fiabilidad test-retest, al menos en períodos superiores a nueve semanas
(MacInnes y Neimeyer, 1980; Rigdon y Epting, 1985). Asimismo, otros
estudios han demostrado la convergencia del TI con los instrumentos
habituales en la evaluación de las actitudes ante la muerte, incluida la DAS
(Dattel y Neimeyer, 1990; Neimeyer, 1977; Neimeyer y Dingemans, 1980;
Tobacyk y Eckstein, 1980; Wood y Robinson, 1982).

Moore y Neimeyer (1991) contrastaron, mediante análisis factorial


confirmatorio de la versión de veinticinco ítems del TI, una estructura
dimensional en la que se identifica un factor global de amenaza, así como
tres subfactores significativos: amenaza al bienestar, incertidumbre y
fatalismo.

Desde su aparición, el TI ha sido ampliamente utilizado en estudios


empíricos. Así, por ejemplo, Neimeyer et al (1983) exploraron mediante el
TI las relaciones entre las orientaciones personales hacia la muerte de una
muestra de médicos y sus respuestas a la muerte de sus pacientes. Van de
Creek et al (1994) aplicaron el TI junto con otros instrumentos a familiares
de pacientes que estaban siendo intervenidos quirúrgicamente, encontrando
una asociación significativa entre las experiencias previas de los sujetos
como pacientes y las puntuaciones del TI. Kirchberg et al (1998), por su
parte, han utilizado el TI en el estudio de las actitudes y respuestas de
cuidadores en situaciones relacionadas con la muerte. En un estudio
reciente, Warren y Beumont (2000) han aplicado el TI a una muestra de
personas anoréxicas, en un intento de comprender cómo los individuos con
- 101 -

conductas atentatorias a su propia supervivencia entienden el fenómeno de


la muerte en general y su propia muerte.

No obstante, algunos autores han planteado objeciones a la validez del


TI. Así, Chambers et al (1992) en un estudio en el que aplicaron la versión
de treinta constructos del TI a 42 estudiantes y 15 pacientes infectados por
el VIH, encuentran que ni las escisiones ni los emparejamientos eran
necesarios o suficientes para explicar la amenaza, concluyendo la falta de
evidencia que apoye el principio de que las escisiones son por definición
amenazantes, mientras que las concordancias son no amenazantes.
- 102 -
- 103 -

2.9. EL PERFIL DE ACTITUD ANTE LA MUERTE DE GESSER,


WONG Y REKER (DEATH ATTITUDE PROFILE: DAP)

En un intento de evitar algunas de las limitaciones de las escalas


existentes, Gesser, Wong y Reker (1987) se plantean el desarrollo de un
instrumento multidimensional de actitud ante la muerte que denominan
Perfil de Actitud ante la Muerte (Death Attitude Profile: DAP). A nivel
teórico, el DAP está basado en dos factores generales: primero, el miedo a
la muerte y al morir como elementos independientes, tal como se plantean
en los trabajos de Collett y Lester (1969) y Nelson y Nelson (1975); y
segundo, el concepto de aceptación de la muerte como actitud positiva,
formulado por Ray y Najman (1974). A partir de estos dos factores, Gesser
et al (1987) incluyen, en principio, las siguientes cinco dimensiones en el
DAP:

1. Miedo a la muerte. Manifestado por pensamientos y sentimientos


negativos hacia la muerte como estado.

2. Miedo al morir. Que comprende pensamientos y sentimientos


negativos hacia el proceso de morir.
- 104 -

3. Aceptación de la muerte, desde la perspectiva de la proximidad. La


muerte es vista como un tránsito hacia otra vida feliz. Este primer
tipo de aceptación de la muerte es concebido a partir de las
observaciones de Feifel (1955), de que algunos pacientes
hospitalizados viven la muerte como un paso a la vida eterna, de
manera que presentan una actitud positiva hacia la muerte e incluso
pueden desear su ocurrencia.

4. Aceptación de la muerte, desde la perspectiva del escape. La muerte


se ve como un escape de una existencia dolorosa. Esta segunda
forma de aceptación de la muerte fue sugerida por Shneidman (1966)
y supone que la muerte es aceptada por lo que supone de escape al
dolor y al sufrimiento.

5. Aceptación neutral de la muerte. Supone que la muerte no es deseada


ni temida, sino que, simplemente, se acepta como una realidad
inevitable.

A partir de estas cinco categorías teóricas, se confeccionaron un


conjunto de 26 ítems, seis para la dimensión de miedo al morir y cinco para
cada una de las demás. Para determinar la validez de contenido de las
dimensiones del DAP, se solicitó a doce sujetos de 18 a 25 años; doce de
35 a 40 y doce mayores de 60 años, que situasen cada ítem en la categoría
que considerasen más apropiada. Los 23 ítems que alcanzaron un mínimo
de acuerdo del 70% fueron seleccionados y ordenados aleatoriamente para
formar el DAP.
- 105 -

El cuestionario formado por los 23 ítems se pasó a una muestra de


cincuenta jóvenes (23 hombres y 27 mujeres; edad media: 21.4), cincuenta
personas de mediana edad (21 hombres y 29 mujeres; edad media: 41.4) y
cincuenta mayores de sesenta años (23 hombres y 27 mujeres; edad media:
74.3) que debían puntuar cada ítem mediante una escala tipo Likert de
cinco puntos acuerdo / desacuerdo. Las correlaciones ítem / total subescala
presentaron un rango de 0.49 a 0.94. Los 23 ítems se sometieron al análisis
de componentes principales con rotación Varimax. Aunque se obtuvieron
cinco factores con valores propios superiores a uno, a partir del examen del
scree test, se decidió prescindir del quinto factor y de los dos ítems que
cargaban en él, quedando constituido el DAP definitivo por los restantes 21
ítems, tal como figuran en la tabla 12. Estos 21 ítems fueron refactorizados
en una solución de cuatro factores con rotación Varimax, que, en conjunto,
explicaba el 51.6% de la varianza total. El factor I, etiquetado como
“aceptación de la muerte orientada a la proximidad”, explica el 21.9% de la
varianza y contiene cuatro ítems de aceptación / proximidad. El factor II,
etiquetado “miedo a la muerte y al morir”, explica el 13.5% de la varianza
y contiene tres ítems de miedo a la muerte y cuatro de miedo al morir. El
factor III, etiquetado “aceptación de la muerte orientada al escape”, explica
el 8.8% de la varianza y contiene cinco ítems de aceptación / escape y uno
de aceptación neutral. El factor IV, etiquetado como “aceptación de la
muerte neutral”, explica el 7.5% de la varianza y contiene los restantes
cuatro ítems de aceptación neutral.

En este análisis destaca que, contrariamente a lo planteado, el miedo a la


muerte como estado y el miedo al morir como proceso, en realidad forman
una sola dimensión. Todos los ítems que la forman se relacionan con
pensamientos y sentimientos sobre la muerte, tanto como estado como
proceso. De hecho, como argumentan Gesser et al (1987), el proceso de
- 106 -

morir puede temerse porque precede a la muerte y, de manera recíproca,


puede temerse a la muerte porque es precedida por el proceso de morir.
Tabla 12. Items del Death Attitude Profile
1. I see death as a passage to an eternal and blessed place
2. I am tired of living
3. I am worried about dying a violent death
4. Death is simply part of the process of life
5. I would neither fear death nor welcome it
6. I don’t see any purpose or meaning in prolonging this life
7. I fear dying a painful death
8. I find it difficult to face up to the ultimate fact of death
9. I don’t see any point in worrying about death
10. I worry about dying an untimely death
11. I look forward to a life after death
12. I feel that there is nothing to look forward to in this world
13. I believe that I will be in heaven after I die
14. I fear dying a slow death
15. Death makes little difference to me one way or another
16. I am resigned to the fact that we all have to die
17. I am disturbed when I think of the shortness of life
18. To fear pain makes sense, but death is merely a relief from pain
19. I believe heaven will be a much better place than this world
20. The prospect of my own death arouses anxiety in me
21. I see death as a relief from the burden of this life

La consistencia interna de las subescalas se estimó mediante el


coeficiente de fiabilidad Theta de Armor (1974). Se obtuvieron unos
coeficientes Theta de 0.89 para aceptación proximidad; 0.66 para
- 107 -

aceptación / escape; 0.60 para aceptación neutral; y 0.89 para miedo a la


muerte y al morir. Estos coeficientes permiten concluir a los autores que el
DAP presenta una adecuada consistencia interna.

Para evaluar la validez concurrente del DAP se usaron dos escalas de


bienestar: la Escala de Felicidad de la Universidad de Newfoundland
(Memorial University of Newfoundland Scale of Happiness: MUNSH) de
Kozma y Stones (1980) y la Escala de Desesperación (Hopelessness Scale:
HS) de Beck, Weissman, Lester y Trexler (1974), que se administraron
juntamente con el DAP a una muestra formada por jóvenes, personas de
mediana edad y mayores de sesenta años.

Como era de esperar, La MUNSH y la HS presentaban una correlación


inversamente significativa (r: -0.42; p<0.001). El miedo a la muerte y al
morir correlacionaba negativamente con la felicidad (r: -0.44; p<0.001) y
positivamente con la desesperación (r: 0.15; p<0.05).

La aceptación de la muerte como escape correlacionaba positivamente


con la desesperación (r: 0.50; p<0.001), pero no correlaciona
significativamente con la felicidad (r: -0.06; n.s.). Parece que la
desesperación, como medida sensible a las tendencias suicidas, está más
directamente relacionada con la aceptación / escape que con la felicidad, de
manera que los individuos que se ven superados por la desesperación y las
expectativas de futuro negativas, pueden acogerse a cualquier medio para
escapar de su problemática, incluyendo la muerte como una opción válida.

La aceptación neutral no está relacionada con la desesperación (r: 0.01;


n.s.), pero correlaciona positivamente con la felicidad (r: 0.21; p<0.01).
Puede inferirse que los individuos que están satisfechos con su vida y
- 108 -

encuentran placenteras las experiencias vitales, son más capaces de aceptar


la muerte como una realidad.

Contrariamente a lo esperado, no aparece relación significativa entre la


aceptación de la muerte / proximidad y la felicidad (r: 0.10; n.s.) y la
desesperación (r: 0.09; n.s.). Aunque Steinitz (1980) encontró una
correlación positiva y significativa entre la creencia en la otra vida y el
bienestar, a partir de estos resultados parece que esta creencia no está
relacionada con la felicidad o la desesperación.

En cuanto a las diferencias por edad, el miedo a la muerte y el morir


presenta una relación curvilínea con la edad, ya que éste es relativamente
alta en los jóvenes, máxima en la mediana edad y desciende a sus niveles
más bajos en los mayores de 60 años.
- 109 -

2.10. ESCALA DE MIEDO A LA MUERTE DE COLLETT-LESTER


(COLLETT-LESTER FEAR OF DEATH SCALE: CLFDS)

La Escala de Miedo a la Muerte de Collett-Lester (Collett-Lester Fear of


Death Scale: CLFDS; Collett y Lester, 1969) es otro de los instrumentos
clásicos en la evaluación de las actitudes ante la muerte, que presenta la
particularidad de distinguir entre la muerte y el proceso de morir, por un
lado, y entre uno mismo y los otros por otro, estructurándose en cuatro
subescalas separadas: miedo a la propia muerte, miedo a la muerte de otros,
miedo al proceso de morir propio y miedo al proceso de morir de otros.

Sin embargo, los estudios realizados con la CLFDS no han encontrado


una estructura factorial concordante con la formulación teórica de Collett y
Lester. Así, Lester (1974), en una muestra de 264 estudiantes, encontró un
total de once factores, de los cuales únicamente dos coincidían con las
subescalas originalmente planteadas. Por su parte, Livnech (1985a), a partir
de las respuestas de 200 estudiantes universitarios, identifica cuatro
- 110 -

factores: miedo general a la muerte propia, interacción con moribundos,


evitación de moribundos y actitudes ante la propia muerte.

Otro aspecto que ha suscitado críticas sobre la validez de la escala es el


referente a la posible influencia de las respuestas socialmente convenientes,
en cuanto que, tanto Dickstein (1977-78) como Hayslip y Stewart-Bussey
(1986-87) encuentran correlaciones negativas y significativas entre
medidas de deseabilidad social y la CLFDS.

En el único estudio aparecido donde se analiza la estabilidad temporal


de la CLFDS, Rigdon y Epting (1985) obtienen un coeficiente de
correlación test-retest a siete semanas de 0.55 para el conjunto de la escala.

En cuanto a la posible diferencia por sexo en las puntuaciones de la


CLFDS, los estudios realizados son poco concluyentes. Aunque Livneh
(1985b), Neimeyer et al (1986) y Rigdon y Epting (1985) encuentran
puntuaciones significativamente más altas en las mujeres, otros trabajos
(Fang y Howell, 1976; Lester, 1972, 1984-85; Loo, 1984b) no obtienen
diferencias significativas por género.

Por lo que respecta a la edad, parece que, en general, existe correlación


negativa entre puntuaciones CLFDS y edad. Kurlychek y Trepper (1982) y
Smith et al (1983-84) han encontrado que los ancianos obtienen
puntuaciones más bajas que los jóvenes. Por su parte, Shursterm y Sechrest
(1973) encontraron que las puntuaciones de las enfermeras correlacionaban
negativamente tanto con la edad como con la experiencia.

Vargo (1980) estudió las relaciones entre la CLFDS y la DAS en una


muestra de 72 estudiantes de enfermería, obteniendo una significativa
- 111 -

correlación entre ambos instrumentos. También Bohart y Bergland (1979)


encuentran un funcionamiento similar de las dos escalas al utilizarlas en la
evaluación de procedimientos dirigidos a la reducción de la ansiedad ante
la muerte en estudiantes.

Dado que la CLFDS original contiene un número desigual de ítems para


cada subescala y, además, parece que existen algunas dificultades para
puntuarla, Lester (1994) ha presentado una revisión del instrumento en la
cual todas las subescalas tienen el mismo número de ítems (ocho) y se ha
simplificado el sistema de puntuación. La tabla 14 contiene la forma
original inglesa de la CLFDS revisada.

En las pruebas de validación realizadas con esta forma revisada, Lester


(1994) ha obtenido unas correlaciones test-retest a dos días, de 0.85 para el
miedo a la propia muerte; 0.79 para el miedo al propio proceso de morir;
0.86 para el miedo al propio proceso de morir y 0.83 para el miedo al
proceso de morir de otros, mientras que la consistencia interna, estimada
mediante el coeficiente alfa de Cronbach fue de 0.91, 0.89, 0.72 y 0.87,
respectivamente. El análisis de la estructura factorial ha evidenciado siete
factores significativos, con una distribución de saturaciones que no
proporciona un apoyo consistente a la formulación teórica de las cuatro
subescalas.
- 112 -

Tabla 13. La Collett-Lester Revised Fear of Death Scale

How disturbed or made anxious are you by the following aspects of death
and dying? Read each item and answer it quickly. Don’t spend too much
time thinking about your response. We want your first impression of how
you think right now. Circle the number that best represents your feeling.

Your Own Death Very Somewhat Not


1. The total isolation of death 5 4 3 2 1
2. The shortness of life 5 4 3 2 1
3. Missing out on so much after you die 5 4 3 2 1
4. Dying young 5 4 3 2 1
5. How it will feel to be death 5 4 3 2 1
6. Never thinking or experiencing 5 4 3 2 1
7. The possibility of pain and punishment
during life after-death 5 4 3 2 1
8. The disintegration of your body after
you die 5 4 3 2 1

Your Own Dying


1. The physical degeneration involved 5 4 3 2 1
2. The pain involved in dying 5 4 3 2 1
3. The intellectual degeneration of old
age 5 4 3 2 1
4. That your abilities will be limited as
you lie dying 5 4 3 2 1
5. The uncertainty as to how bravely
you will face the process of dying 5 4 3 2 1
6. Your law of control over the process
of dying 5 4 3 2 1
7. The possibility of dying in a hospital
away from friends and family 5 4 3 2 1
8. The grief of others as you lie dying 5 4 3 2 1
- 113 -

The Death of Others


1. Losing someone close to you 5 4 3 2 1
2. Having to see the person’s dead
body 5 4 3 2 1
3. Never being able to communicate
with the persons again 5 4 3 2 1
4. Regret over not being nicer to the
person when he or she was alive 5 4 3 2 1
5. Growing old alone without the person 5 4 3 2 1
6. Feeling guilty that you are relieved
that the person is dead 5 4 3 2 1
7. Feeling lonely without the person 5 4 3 2 1
8. Envious that the person is death 5 4 3 2 1

The Dying of Others


1. Having to be with someone who is
Dying 5 4 3 2 1
2. Having the person want to talk about
death with you 5 4 3 2 1
3. Watching the person suffer from pain 5 4 3 2 1
4. Having to be the one to tell the person
that he or she is dying 5 4 3 2 1
5. Seeing the physical degeneration of
the person’s body 5 4 3 2 1
6. Not knowing what to do about your
grief at losing the person when you
are with him or her 5 4 3 2 1
7. Watching the deterioration of the
person’s mental abilities 5 4 3 2 1
8. Being reminded that you are going to
go through the experience also one day 5 4 3 2 1
CAPÍTULO 3. VARIABLES RELACIONADAS CON LA
ANSIEDAD ANTE LA MUERTE
- 116 -
- 117 -

3.1. ANSIEDAD ANTE LA MUERTE Y GÉNERO

En la revisión efectuada por Pollak (1979) de los estudios realizados


hasta 1977 con relación a la ansiedad ante la muerte, se constató que la
mayoría de las investigaciones concluían que las mujeres presentaban una
ansiedad ante la muerte superior a la de los hombres. Los trabajos
realizados posteriormente parecen confirmar esta tendencia, incluso
indicando que se trata de un fenómeno universal.

La gran mayoría de estos estudios han utilizado la DAS como


instrumento de evaluación en estudiantes universitarios. Diferencias
significativas de puntuaciones DAS entre hombres y mujeres en muestras
de estas características han sido comunicadas, entre otros, por Chiappetta,
Floyd y McSeveney (1977); Davis, Martin, Wilee y Voorhees (1978) y
Sadowski, Davis y Loftus-Vergari (1979). A los mismos resultados llegan
Brubeck y Beer (1992) en una muestra de estudiantes de escuela
secundaria, mientras que Lonetto et al (1980), en un estudio comparativo
entre estudiantes norirlandeses y canadienses, concluyen que en ambas
- 118 -

muestras las mujeres puntúan significativamente más alto en la DAS.


También Devins (1980-81) encuentra puntuaciones DAS
significativamente más altas en mujeres, en una muestra que incluye
sujetos sanos y enfermos con un rango de edad de 60 a 97 años.

En otros trabajos se han relacionado las diferencias por género en las


puntuaciones DAS con otras variables. Ianmarino (1975), aplicando la
DAS a una muestra de alumnos de diferentes escuelas superiores, constata
que las mujeres y aquellos sujetos que viven con un solo progenitor
puntúan significativamente más alto que las mujeres y aquellos sujetos que
viven con ambos progenitores. Por su parte, Cole (1978-79), estudiando las
relaciones entre las actitudes ante la muerte y el sexo y estado marital, halla
que los hombres que viven solos presentan unas puntuaciones DAS
significativamente más altas que las mujeres que viven solas. Para evaluar
posibles diferencias étnicas, Sanders, Poole y Rivero (1980) aplicaron la
DAS a una muestra interracial de ancianos con un rango de edad de 60 a 87
años, encontrando que, tanto las mujeres de raza negra como las de raza
blanca, puntuaban más alto que los hombres. En otra comparación
interétnica, Schumaker, Warren y Groth (1991) comparan las puntuaciones
DAS en sujetos japoneses y australianos, observando que las mujeres
australianas puntúan significativamente más alto que los hombres
australianos, pero, sin embargo, no aprecian diferencias entre hombres y
mujeres de la muestra japonesa. Por último, Dickinson et al (1997), en un
trabajo realizado con estudiantes de medicina de primer curso dirigido a
estudiar los posibles cambios en la ansiedad ante la muerte tras la
realización del curso de anatomía, concluyen que las mujeres puntúan
significativamente más alto en la DAS que los hombres, tanto antes como
después del curso.
- 119 -

Utilizando otros instrumentos de evaluación los resultados llegan a unas


conclusiones similares. Así, Thorson y Powell (1984), aplicando la RDAS
a una muestra de estudiantes y adultos con un rango de edad de 16 a 60
años, encuentran puntuaciones medias significativamente más altas en las
mujeres. No obstante, en un estudio posterior (Thorson y Powell, 1988),
aunque siguen observando puntuaciones totales significativamente
superiores en las mujeres, comprueban que las puntuaciones de las mujeres
eran significativamente superiores a las de los hombres en sólo cuatro de
los 25 ítems, aquellos que estaban relacionados con el miedo al dolor, el
miedo a las operaciones, lo que ocurre con el cuerpo después de la muerte y
la descomposición del cuerpo, lo que parece confirmar la idea expuesta por
Diggory y Rothman (1961) de que las mujeres presentan una ansiedad ante
la muerte mayor en aquellos aspectos relacionados con la integridad
corporal. Por su parte, McMordie (1979), utilizando la Escala de Ansiedad
ante la muerte de Templer/McMordie (McMordie, 1978) en una muestra de
estudiantes universitarios, también encuentra que las mujeres puntúan
significativamente más alto que los hombres.

En los estudios realizados con la versión árabe (Beshai y Templer,


1978) de la DAS, se han observado puntuaciones significativamente más
altas en las mujeres que en los hombres, tanto en muestras egipcias (Abdel-
Khalek, 1986; Abdel-Khalek, Beshai y Templer, 1993) como en libanesas
(Abdel-Khalek, 1991) y kuwaitíes (Abdel-Khalek, 1997). Además, las
diferencias obtenidas en estas muestras son sensiblemente superiores a las
que aparecen en estudios con sujetos anglosajones. Templer (1991),
haciendo referencia a las importantes diferencias en las puntuaciones DAS
encontradas entre hombres y mujeres de países árabes, sugiere que, aunque
de un modo especulativo, parece razonable pensar que en aquellos países
en los que el rol sexual supone importantes diferencias entre hombres y
- 120 -

mujeres, que incluyen la idea de valentía, los hombres reflejen una


ansiedad ante la muerte considerablemente menor que las mujeres.

Los escasos estudios de los que se dispone en muestras españolas


también se han realizado utilizando la DAS. Así, Ramos (1982) aplicó la
versión española de la DAS a tres muestras: ancianos, estudiantes
universitarios y enfermeros titulados. En los tres grupos las mujeres
puntuaron más alto que los hombres, aunque estas diferencias no
alcanzaron significación estadística en ninguno de los casos. Limonero
(1997), por su parte, en un estudio realizado con estudiantes de psicología,
encuentra que las mujeres obtienen puntuaciones DAS significativamente
superiores a los hombres. También Poveda et al (2000) obtienen
puntuaciones significativamente más altas en las mujeres en una muestra de
usuarios de consulta médica de atención primaria.

Aunque existen otros trabajos que no han apreciado diferencias por


género en ansiedad ante la muerte (Neymeyer y Dingermans, 1980; Conte,
Weiner y Plutchick, 1982; Neymeyer y Neymeyer, 1984; Eggerman y
Dustin, 1985), es evidente que las diferencias, cuando aparecen, lo son
siempre en la misma dirección. No obstante, lejos de aceptar, de entrada,
que las mujeres experimentan una mayor ansiedad ante la muerte que los
hombres, se ha intentado encontrar una explicación plausible a estas
disparidades. Tal vez la hipótesis más aceptada es la que plantea, desde una
perspectiva expresivo-emocional (Stillon, 1985), que las mayores
puntuaciones observadas, simplemente reflejan una mayor facilidad de las
mujeres a admitir y expresar los sentimientos de preocupación, lo que
también explicaría la superior prevalencia observada de trastornos
generales de ansiedad en el sexo femenino (American Psychiatric
Association, 1994; Usall, 2001). Alternativamente, los resultados obtenidos
- 121 -

por Wong, Reker y Gesser (1994), sugieren que estas diferencias


observadas podrían deberse al hecho de que los hombres intentan evitar los
pensamientos relacionados con la muerte con una mayor intensidad que las
mujeres, actuando más defensivamente ante las ideas intrusivas sobre su
mortalidad.
- 122 -
- 123 -

3.2. ANSIEDAD ANTE LA MUERTE Y EDAD

En uno de los primeros estudios importantes realizados sobre la


ansiedad ante la muerte, Templer et al (1971) valoraron el grado de
ansiedad ante la muerte en función de la edad en un total de 1271
individuos pertenecientes a diversas poblaciones, sin que aparecieran
correlaciones significativas entre las puntuaciones de la DAS y la edad en
ninguno de los grupos estudiados. No obstante, en este estudio, el grupo de
sujetos de más edad presentaba una media de 48,8 años, con lo que no se
contaba con medidas de sujetos de edad avanzada. Todo parece indicar que,
cuando se utilizan sujetos ancianos, lo más probable es obtener una
correlación negativa entre la edad y la ansiedad ante la muerte.

Así, Nehrke et al (1977-78) obtuvieron una significativa correlación


negativa entre edad y ansiedad ante la muerte en una muestra formada por
ancianos de distintos tipos de residencias. Por su parte, Elkins y Fee (1980)
concluyen que la edad correlaciona negativamente, tanto con la ansiedad
ante la muerte como con la ansiedad física, mientras que Rasmussen y
- 124 -

Brems (1996) constataron que, tanto la edad como la madurez psicosocial


correlacionan negativamente con la ansiedad ante la muerte, de manera que
a mayor madurez psicosocial y mayor edad, menor ansiedad ante la muerte.

En una muestra de 400 residentes en California pertenecientes a varios


grupos étnicos, Kalish (1977) encuentra que los ancianos de todos los
grupos étnicos piensan en la muerte más a menudo pero se muestran menos
ansiosos ante ella, que los sujetos más jóvenes. Estos hallazgos concuerdan
con los obtenidos por Nelson (1979-80) con 699 sujetos de Virginia, que
concluye que la edad está negativamente correlacionada con el miedo a la
muerte y la repugnancia a interactuar con moribundos, valorados mediante
un inventario multidimensional. Asimismo, Robbins et al (1992), en su
investigación con personal cuidador de residencias de ancianos,
encontraron correlación negativa significativa entre edad y ansiedad ante la
muerte, de manera que, de todas las variables que estudiaron, la edad era el
mejor predictor de la ansiedad ante la muerte. La mayor ansiedad ante la
muerte en jóvenes ha sido también contrastada en diversos trabajos que han
usado distintos instrumentos (Neimeyer, 1985; Robinson y Wood, 1984;
Stevens, Cooper y Thomas, 1980).

Stevens et al (1980) administraron la DAS a 295 sujetos con un rango


de edad de 16 a 83 años, encontrando que los sujetos de más edad (60-83
años) puntuaban significativamente más bajo que los más jóvenes, por lo
que consideran que la edad del individuo es un factor importante a la hora
de interpretar las puntuaciones de la escala y aconsejan el uso de tablas
normativas de edad para una correcta valoración.

Sin embargo, la relación entre la edad y las preocupaciones ante la


muerte parece no ser lineal, según se desprende del estudio de Gesser et al
- 125 -

(1987), quienes administraron el Death Attitude Profile a 50 individuos en


cada uno de tres grupos de edad: jóvenes (18-25 años), media edad (35-50
años) y ancianos (>60 años). Los resultados indicaron una relación
curvilínea entre la edad y el miedo a la muerte y al morir, puesto que éste
era relativamente alto en los jóvenes, máximo en la edad media y mínimo
en los ancianos. Investigaciones posteriores (Thorson y Powell, 1994) han
identificado fuentes especiales de ansiedad para los jóvenes (por ejemplo,
descomposición, dolor y aislamiento) y para los adultos (pérdida de control
y existencia de otra vida).

De forma similar a lo que sucede en las diferencias de ansiedad ante la


muerte por el género, la casi general correlación negativa entre la edad y la
ansiedad ante la muerte es más obvia que su explicación. Es posible que la
actitud más positiva hacia la muerte y el morir en los ancianos y su
confirmada mayor aceptación de la propia muerte (Wong et al, 1994),
refleje la disminución de la calidad de vida y nivel de salud, su mayor
religiosidad, su mayor experiencia en pérdidas ocasionadas por la muerte o
su menor expectativa de vida (Neimeyer y Van Brunt, 1995). También,
como sugieren Thorson y Powell (1988), el hecho de que los ancianos
hayan acumulado a través de los años circunstancias vitales desagradables,
puede hacer menos traumático el proceso de morir.

A partir de la constatación de una mayor aceptación de la propia muerte


y una menor ansiedad ante la muerte en los ancianos, un segundo tema de
interés para la investigación lo constituye el estudio de las variaciones que,
dentro de la población anciana, se producen con relación a la ansiedad ante
la muerte. Mullins y Lopez (1982), en un estudio realizado en residencias
de ancianos, encontraron que los sujetos de edad más avanzada (>75 años)
manifestaban unos niveles de ansiedad ante la muerte superiores a los de
- 126 -

sus compañeros residentes más jóvenes (60-75 años). Aunque este


resurgimiento del miedo a la muerte en la edad más avanzada, seguramente
refleja una agudización de las ansiedades relacionadas con el dolor que se
supone acompaña a la agonía o con la proximidad subjetiva de la muerte,
parece conveniente que, como sugieren Was y Forgar (1982), para una
comprensión pormenorizada de la influencia de la edad sobre la ansiedad
ante la muerte, debería considerarse el uso de entrevistas, además de los
cuestionarios habituales.

El estudio de Templer et al (1979) realizado en una población


penitenciaria es el único identificado en el que aparece una correlación
positiva y significativa (r: 0,28) entre edad y ansiedad ante la muerte.
Según Lonetto y Templer (1986) esta circunstancia estaría provocada por el
hecho de tratarse de un grupo al que la sociedad considera como marginado
y cuyas expectativas de futuro serían más bien negativas, de manera que la
edad y la estancia en prisión podrían actuar acentuando este negativismo.
Además, son varios los autores que han sugerido que la integración social
disminuye la ansiedad ante la muerte, como resultado de un esfuerzo para
evitar la disonancia cognitiva (Nelson, 1979-80).

Recientemente, Galt y Hayslip (1998) han planteado la conveniencia de


diferenciar entre una ansiedad ante la muerte abierta o consciente, frente a
la ansiedad ante la muerte encubierta o inconsciente, sugiriendo que la edad
puede actuar de forma diferencial en ambos tipos de ansiedad. En un
estudio realizado con sujetos jóvenes (17-25 años) y mayores (>60 años)
que respondieron a una serie de pruebas psicométricas, entre las que se
encontraban la DAS y la Collett-Lester Fear of Death Scale (CLFDS), Galt
y Hayslip (1998) concluyen que existen diferencias significativas por edad
en los niveles de ansiedad ante la muerte, tanto abierta como encubierta.
- 127 -

Los sujetos de más edad evidencian mayores niveles de ansiedad ante la


muerte abierta, mientras que los jóvenes presentan niveles superiores de
ansiedad encubierta. Para los autores, estos resultados prueban la distinción
entre ambos tipos de ansiedad ante la muerte, explicándose las diferencias
en términos de experiencias acumuladas a lo largo del ciclo vital de
pérdidas ocasionadas por la muerte, que disminuiría en las personas
mayores la necesidad de negar miedos sobre la propia muerte, a la vez que
los sensibilizaría ante la posibilidad de la pérdida de relaciones íntimas con
otras personas.
- 128 -
- 129 -

3.3. ANSIEDAD ANTE LA MUERTE Y VARIABLES DE


PERSONALIDAD

Además de intentar aclarar las características multidimensionales de la


ansiedad ante la muerte, las investigaciones han dirigido gran parte de su
interés hacia el estudio de la potencial influencia que las características
individuales de personalidad pueden presentar sobre ella. De este modo,
puede contarse en la actualidad con una abundante literatura sobre las
relaciones de la ansiedad ante la muerte con rasgos de personalidad,
intentando identificar aquellos que están más fuertemente asociados y que
pueden utilizarse como variables predictivas. Entre las variables de
personalidad que se han estudiado y que han mostrado algún tipo de
relación con la ansiedad ante la muerte, se incluyen características de
sociabilidad (Tomer y Eliason, 1996), emocionalidad (Schwab, 1996),
agresividad (Kvist, Rajantie, Kvist y Siimes, 1991), percepción del paso del
tiempo (Joubert, 1983), tensión (Smith, 1977) y humor (Mager y Cabe,
1990).
Usando el 16PF (Sixteen Personality Factor Questionnaire; Cattell,
1946) y la DAS, Neufeldt y Holmes (1979) encuentran que los individuos
- 130 -

con más tensión y sentimiento de frustración presentan también una mayor


ansiedad ante la muerte. Howells y Field (1982), utilizando el EPI
(Eysenck Personality Inventory; Eysenck y Eysenck, 1975) confirman que
el neuroticismo (emocionalidad) está significativamente asociado con el
miedo a la muerte. También Templer (1972b) concluye que la escala de
neuroticismo del EPI correlaciona positivamente con la ansiedad ante la
muerte. En un estudio similar, Loo (1984), utilizando el EPI y la Collett-
Lester Fear of Death Scale (CLFDS), encuentra también una positiva y
significativa asociación entre neuroticismo y las puntuaciones de la
CLFDS. En un estudio más complejo, Frazier y Foss-Goodman (1988-89),
utilizando la DAS, la FODS (Fear of Death Scale; Sarnoff y Corwin, 1959),
el EPI y la JAS (Jenkins Activity Survey; Jenkins, Zyzanski y Rosenman,
1979) en una muestra de 161 estudiantes, obtienen resultados que indican
que las características de personalidad tipo A están positivamente
correlacionadas con la ansiedad ante la muerte y que aquellos individuos
que son emocionalmente hipersensibles y manifiestan tensión, ansiedad y
otros sentimientos emocionalmente molestos, presentan también altos
niveles de ansiedad ante la muerte.

La relación entre la ansiedad ante la muerte y las subescalas del MMPI


(Minnesota Multiphasic Personality Inventory; Hathaway y McKinley,
1967) fueron ya estudiados por Templer en el estudio de validación de la
DAS (Templer, 1970). Templer observó que las subescalas presentaban
correlaciones muy bajas con la DAS utilizando una muestra de estudiantes
de instituto, lo que atribuyó a la limitada psicopatología de los sujetos. Sin
embargo, cuando se realizó la prueba con pacientes psiquiátricos
hospitalizados, se constató un aumento general de las correlaciones, en
especial con las subescalas de esquizofrenia, psicastenia y depresión.
Estudios posteriores han demostrado la elevada preocupación que los
- 131 -

aspectos relacionados con la muerte provocan en pacientes esquizofrénicos,


obsesivo-compulsivos y deprimidos.

Utilizando también la DAS y el MMPI en una muestra de estudiantes


universitarios con una edad media de 28,2 años, Levin (1989-90) obtiene
correlaciones positivas significativas entre la DAS y las subescalas Hs, Pd,
Pt, Sc y Si; y significativas correlaciones negativas con L, K y Ma. Estos
resultados sugieren también la existencia de una fuerte relación entre
psicopatología y ansiedad ante la muerte. En un trabajo posterior, Florian,
Mikulincer y Green (1993-94) encuentran una significativa relación entre el
MMPI con el modelo de miedo a la muerte personal propuesto por Florian
y Kravetz (1983).
- 132 -
- 133 -

3.4. ANSIEDAD ANTE LA MUERTE Y OCUPACIÓN

Parece razonable pensar que la influencia de la ocupación sobre la


ansiedad ante la muerte dependerá, fundamentalmente, de la naturaleza del
trabajo que la persona realice, en función de que éste se relacione o no con
aspectos relacionados con la muerte, como es el caso de los trabajadores
sanitarios o funerarios, o bien se trate de actividades de riesgo que, de
alguna manera, supongan un peligro para la integridad física o para la
propia vida.

El enorme incremento que se ha producido en nuestra sociedad del


número de personas que mueren institucionalizadas, en hospitales y
residencias, ha dirigido el interés de muchos investigadores sobre las
actitudes ante la muerte hacia los profesionales de la salud y, de manera
muy especial, hacia médicos y enfermeras. Una de las primeras
aproximaciones a esta cuestión la constituye el trabajo de Feifel et al
(1967), en el que concluyen que los médicos y estudiantes de medicina
presentan, en comparación a otros grupos, una exagerada ansiedad ante la
- 134 -

muerte, lo que les llevó a conjeturar que muchos médicos podían verse
inducidos a elegir su profesión como un mecanismo de defensa ante su alto
grado de ansiedad ante la muerte. Sin embargo, las investigaciones
posteriores no han proporcionado apoyo a estos resultados. Así, por
ejemplo, Howells y Field (1982), no obtienen diferencias significativas de
ansiedad y miedo ante la muerte entre una muestra de 178 estudiantes de
medicina y un numero comparable de estudiantes de ciencias sociales. A
similares conclusiones llegan Thorson y Powell (1991) comparando las
puntuaciones RDAS de estudiantes de medicina y controles de la población
general.

No obstante, el hecho de que los médicos, a nivel general, no parezcan


presentar una ansiedad ante la muerte significativamente alta, no niega la
posibilidad de que al menos algunos de los aspectos de la muerte afecten a
estos profesionales e influyan en su conducta profesional. Garfinkle y
Block (1996), en un trabajo realizado para evaluar cómo las actitudes y
ansiedades de los médicos en prácticas de medicina de familia pueden
afectar al cuidado que dan a los pacientes terminales y sus familias,
estudiaron la ansiedad ante la muerte y las actitudes ante el paciente
terminal y sus familias en 60 médicos residentes, concluyendo que la
ansiedad ante la muerte correlaciona positivamente con actitudes que
reflejan incomodidad y evitación ante las preguntas de pacientes y
familiares. También Viswanathan (1996) ha encontrado que la ansiedad
ante la muerte de los médicos estudiados se relaciona significativamente
con el modo utilizado para comunicar a los familiares la muerte inesperada
de un paciente. Kvale et al (1999), por su parte, comprueban que aquellos
médicos residentes que muestran más ansiedad ante la muerte también
presentan más incomodidad ante sus pacientes agonizantes. En una línea
análoga, Schulz y Aderman (1978-79), bajo el razonamiento de que los
- 135 -

médicos con alta ansiedad ante la muerte estarán menos dispuestos a


aceptar la situación terminal de sus pacientes y, por tanto, más inclinados a
aplicar medidas extremas para prolongar su vida, plantean la hipótesis de
que los pacientes terminales de médicos con alta ansiedad ante la muerte
sobreviven más tiempo en su estancia final en el hospital que los pacientes
de médicos con baja ansiedad ante la muerte. Administrando la DAS a una
muestra de 24 médicos de hospital con un rango de edad de 38 a 87 años y
examinando posteriormente los archivos del hospital para determinar el
número de pacientes tratados por cada médico y el tiempo de estancia de
los pacientes terminales, encuentran que los pacientes de médicos con alta
ansiedad ante la muerte permanecieron en el hospital una media de cinco
días más antes de morir que los pacientes de médicos con moderada o baja
ansiedad ante la muerte. También se han obtenido resultados que indican
que los médicos que se sienten muy amenazados por la perspectiva de su
propia muerte, tienden a considerar más factores antes de decidir si
informan sobre su diagnóstico a los pacientes terminales (Eggerman y
Dustin, 1985).

Una gran parte de las investigaciones sobre las actitudes ante la muerte
de los profesionales sanitarios han sido dirigidas hacia el colectivo de
enfermería. Este interés se justifica, como apuntan Brockopp et al (1991),
por la posibilidad de que la constante interacción de la enfermera con el
dolor, la agonía y la muerte ajenas, pueda influir en su ansiedad y en sus
actitudes ante la muerte, y afectar a la calidad de los cuidados que
proporciona a sus pacientes. Para Keith (1998), las reacciones personales
ante la muerte de las enfermeras condicionan de forma muy importante las
estrategias que utilizan en su trabajo. De hecho, según Price y Bergen
(1977), el establecimiento de relaciones significativas con la muerte parece
ser la principal causa de estrés en enfermeras de unidades coronarias, que
- 136 -

manifiestan que la responsabilidad de controlar la enfermedad y muerte, les


provoca un conflicto inconsciente entre el sentimiento de ser responsable
del cuidado del paciente enfermo o agonizante y el sentimiento de sentirse
responsable de su agravamiento o muerte. Fitch et al (1999), a partir de las
respuestas de 249 enfermeras oncológicas, establecen que el contacto y
afrontamiento de la muerte constituye uno de los aspectos más difíciles de
su trabajo; mientras que Lees y Ellis (1990), con una amplia muestra de
enfermeras, estudiantes de enfermería y personas que habían dejado el
ejercicio de la enfermería, hallan que el contacto con la muerte es el
elemento estresante más frecuentemente citado. Por su parte, Stoller (1980-
81), en un trabajo realizado con una muestra de enfermeras de hospital
general, encuentra que los miedos y ansiedades relacionados con la muerte
eran predictores significativos de respuestas a situaciones donde la
intervención profesional no era eficaz o donde la enfermera no tenía una
tarea específica a realizar.

En el ámbito de enfermería, las investigaciones se han centrado,


sobretodo, en las diferencias de ansiedad ante la muerte entre enfermeras y
otros colectivos; y en comparaciones intergrupales dirigidas al estudio de
posibles diferencias en función de la especialidad o unidad donde la
enfermera desarrolla su trabajo.

En cuanto a la primera cuestión, todo parece indicar, según se


desprende, entre otros, de los trabajos de Neimeyer et al (1986) y de
DePaola et al (1992), que las enfermeras no presentan una ansiedad ante la
muerte significativamente distinta a la población general y que incluso
pueden manifestar menos ansiedad ante aspectos concretos de la muerte.
De hecho, Servaty et al (1996) encuentran que los estudiantes de
enfermería manifiestan menos rechazo que los controles a la comunicación
- 137 -

con personas agonizantes; además, este rechazo es inferior en los


estudiantes de cursos avanzados, en comparación con los principiantes,
coincidiendo con los resultados de Ohyama et al (1978) y Vilaseca et al
(1996), que obtienen puntuaciones DAS más elevadas en estudiantes de
enfermería de primer y segundo curso que en los de tercero. Del mismo
modo, diversos autores han mostrado una correlación negativa entre
ansiedad ante la muerte y años de experiencia profesional de la enfermera
(Denton y Wisenbaker, 1977; Whinttenberg, 1980).

Con respecto a las diferencias entre enfermeras de distintas unidades,


son numerosos los trabajos que han pretendido determinar la posible
influencia que el contacto más o menos frecuente con la muerte y con
enfermos terminales presenta sobre sus niveles de ansiedad ante la muerte.
Aunque, de un modo general, no se ha establecido una relación
significativa entre la ansiedad ante la muerte de la enfermera y la
proporción de fallecimientos en su unidad (Shusterman y Sechrest, 1973;
Telban, 1980), Payne et al (1998), estudiando la ansiedad ante la muerte y
respuestas de afrontamiento en enfermeras de cuidados paliativos y
enfermeras de emergencias, encuentran que las enfermeras de paliativos
presentan una menor ansiedad ante la muerte y más habilidad para afrontar
situaciones relacionadas con el cuidado de sus pacientes. También
Brockopp et al (1991), en una muestra de 105 enfermeras, que incluía
enfermeras de cuidados paliativos, psiquiatría y ortopedia, encuentran
diferencias significativas entre las enfermeras de cuidados paliativos y las
otras especialidades, en relación tanto a la ansiedad como a las actitudes
ante la muerte, por lo que plantean la necesidad de un examen sistemático
de las relaciones que pueden existir entre las actitudes y sentimientos
relacionados con la muerte y la calidad de los cuidados que las enfermeras
proporcionan a sus pacientes.
- 138 -

Bene y Foxall (1991) aplicaron la Escala de Ansiedad ante la Muerte de


Templer/Mcmordie (1979) y la Nursing Stress Scale (NSS) de Gray-Toft y
Anderson (1981) a enfermeras de cuidados paliativos y enfermeras médico-
quirúrgicas. Aunque no aparecen diferencias significativas entre ambos
grupos en las puntuaciones de ansiedad ante la muerte, se observa que la
ansiedad ante la muerte correlaciona positiva y significativamente con la
frecuencia y severidad del estrés laboral en las enfermeras médico-
quirúrgicas, pero no en las de cuidados paliativos. Del mismo modo, la
ansiedad ante la muerte correlaciona significativamente con la muerte y el
morir como fuente de estrés laboral en las enfermeras médico-quirúrgicas.
Análogamente, Mallet et al (1991) encuentran que las enfermeras de
cuidados intensivos presentan niveles significativamente superiores de
estrés laboral, mayor burnout y más ansiedad ante la muerte que las
enfermeras de cuidados paliativos; por otra parte, obtienen índices de
correlación de Pearson que indican asociación positiva entre burnout y
estrés ocupacional y entre burnout y ansiedad ante la muerte. Por su parte,
Peace y Vincent (1988), comparando los niveles de ansiedad ante la muerte
y de educación sobre la muerte entre enfermeras de cuidados paliativos y
enfermeras de otros servicios, no encuentran diferencias significativas en
las puntuaciones DAS entre ambos grupos, aunque las enfermeras de
cuidados paliativos presentan una significativa mayor preparación
educacional en el proceso de muerte y el cuidado de enfermos terminales.

Otro aspecto que ha suscitado cierto interés es el relativo a las relaciones


entre la ansiedad ante la muerte y determinadas actitudes personales de la
enfermera. En este sentido, Sherman (1996) constata que la actitud positiva
ante el SIDA correlaciona negativamente con la ansiedad ante la muerte.
Por su parte, Eakes (1985) encuentra que las enfermeras de residencias de
- 139 -

ancianos que presentan una mayor ansiedad ante la muerte también tienen
actitudes más negativas hacia la vejez.

Aunque de una forma más limitada, la ansiedad ante la muerte también


ha sido objeto de interés de los investigadores fuera de las profesiones de
medicina y enfermería. Amenta (1984) comparó las puntuaciones de
ansiedad ante la muerte de un grupo de voluntarios que abandonaron un
programa de cuidados a pacientes terminales después de haber servido un
año, con otro grupo que continuaron en el programa, encontrando
puntuaciones DAS significativamente superiores en aquellos sujetos que
habían dejado el programa. En este mismo campo, Robbins (1992) aplicó la
DAS de Templer/McMordie y dos medidas de afrontamiento y
competencia ante la muerte a tres grupos de voluntarios de cuidados de
pacientes terminales y a un grupo de controles. Los grupos no se
diferenciaban significativamente en la medida de ansiedad ante la muerte;
sin embargo, los voluntarios más veteranos puntuaron significativamente
más alto que los principiantes y los controles en la medida de
afrontamiento de la muerte y todos los voluntarios puntúan más alto que los
controles en la medida de competencia ante la muerte. Robbins (1994)
sugiere que la actuación de los voluntarios puede predecirse menos por la
ansiedad ante la muerte que por la “competencia ante la muerte”,
conceptualizada como habilidad en el manejo de situaciones relacionadas
con la muerte, independientemente de la incomodidad personal. En este
sentido, las escalas de afrontamiento y competencia ante la muerte podrían
ser más útiles que la medida de la ansiedad ante la muerte como métodos
de selección y evaluación en este ámbito.

Neemeyer y Dingemans (1980) estudiaron las actitudes ante la muerte


que presentaban los integrantes de un grupo de consejeros voluntarios en
- 140 -

prevención de suicidios, comparándolos con controles no voluntarios. Los


resultados mostraron que los voluntarios presentaban una mayor ansiedad
ante su propia muerte, pero no ante la muerte de otros. No obstante, en un
trabajo posterior realizado para contrastar estos datos (Neimeyer y
Neimeyer, 1984), se encuentra que los voluntarios obtienen puntuaciones
DAS significativamente más bajas que los controles, con lo que no hay una
evidencia clara de diferencias entre voluntarios y controles. Además, puede
cuestionarse que los voluntarios con ansiedad ante la muerte más alta sean
menos eficientes como consejeros que aquellos que presentan una ansiedad
ante la muerte más baja, ya que un tercer estudio (Neimeyer y Pfeiffer,
1994) ha indicado que no existe correlación significativa entre las
puntuaciones de la DAS y un cuestionario de habilidades como consejero
en prevención de suicidios.

Lattanner y Hayslip (1984-85) administraron la DAS y Escala de Miedo


a la Muerte de Collett-Lester (CLFDS) a dos grupos distintos de sujetos;
uno formado por bomberos y empleados de funeraria, y otro formado por
una amplia gama de profesionales sin ninguna relación con la muerte. No
se observaron diferencias significativas entre ambos grupos en las
puntuaciones DAS ni en las subescalas de miedo a la propia muerte y
miedo al morir propio de la escala de Collett-Lester. Sin embargo, los
sujetos del primer grupo mostraron valores significativamente menores en
las subescalas de miedo a la muerte de otros y miedo al morir de otros de la
CLFDS.

Otros estudios realizados con empleados y directores de funerarias, bajo


el planteamiento de que la exposición constante a estímulos relacionados
con la mortalidad afectarán de alguna manera a los niveles de ansiedad ante
la muerte, no han llegado a resultados concluyentes. Rockwell (1981)
- 141 -

obtuvo puntuaciones DAS más bajas en directores de funeraria y


psiquiatras que en psicólogos y consejeros en prevención de suicidios,
aunque las diferencias no alcanzaban significación estadística. Por su parte,
Schell y Zinger (1984) encontró que las puntuaciones DAS de directores de
funeraria eran similares a las de los estudiantes de servicios funerarios y
menores que las de un grupo de estudiantes universitarios, aunque en este
estudio el porcentaje notablemente superior de mujeres en el grupo de
estudiantes puede haber actuado como variable de confusión. Por el
contrario, Thorson y Powell (1996) en una muestra de 60 empresarios de
funeraria encuentran puntuaciones RDAS sorprendentemente altas con
relación a los controles, en un estudio donde la variable género fue
controlada.

Policías, bomberos y militares en activo, como profesiones que pueden


tener la necesidad de arriesgar la propia vida en el desarrollo de su
actividad profesional, han sido también objeto de atención por parte de los
investigadores de las actitudes ante la muerte. Hunt et al (1983)
compararon las puntuaciones de la CLFDS entre un grupo de bomberos y
oficiales de policía y otro formado por estudiantes universitarios. Aunque
los grupos no diferían en preocupación sobre la muerte de otros, el primer
grupo mostró más miedo a la propia muerte. Sin embargo, Ford et al
(1971), utilizando también la CLFDS en una muestra de policías, carteros y
estudiantes varones, comprobaron que los policías no diferían
significativamente de los grupos control en su miedo a la muerte. Por su
parte, Koob y Davis (1977) administraron la DAS a 72 oficiales del ejército
y a sus esposas. La comparación de las puntuaciones medias resultó
puntuaciones significativamente más altas en las esposas. Sin embargo, la
comparación con datos publicados de otras muestras, indicó que, tanto los
- 142 -

oficiales como sus esposas, manifestaban menos ansiedad ante la muerte


que la mayoría de los otros grupos estudiados.
- 143 -

3.5. ANSIEDAD ANTE LA MUERTE Y ESTADO DE SALUD

En una revisión de 49 trabajos de investigación relativos a las relaciones


de la ansiedad ante la muerte con distintas variables demográficas, Fortner
y Neimeyer (1999) concluyen que los resultados indican que una mayor
incidencia de problemas físicos y psicológicos son predictores de niveles
más altos de ansiedad ante la muerte en personas mayores. Sin embargo, La
afirmación de que el deterioro de la salud física o el padecimiento de una
enfermedad grave incrementan, por sí mismos, los niveles de ansiedad ante
la muerte, es, cuando menos, discutible a la luz de la literatura existente.
Así, por ejemplo, Lucas (1974) aplicó la DAS y otros instrumentos a tres
grupos de enfermos masculinos y sus esposas: pacientes con hemodiálisis
domiciliaria, pacientes con hemodiálisis hospitalaria y pacientes
quirúrgicos. No encontró diferencias significativas en las puntuaciones
DAS entre los tres grupos, mientras que en los dos grupos de hemodiálisis
las mujeres puntuaban significativamente más alto que sus maridos. Las
puntuaciones de todos los sujetos no presentaron diferencias significativas
con las obtenidas por muestras previas normativas. Lucas concluye que el
hecho de padecer una enfermedad grave no necesariamente supone un
- 144 -

aumento de la ansiedad ante la muerte. También Gielen y Roche (1979-80),


en un grupo de 13 enfermos de la enfermedad de Huntington encuentran
puntuaciones DAS muy dispersas, pero con una media ligeramente inferior
a la población general, aunque la DAS correlaciona positivamente con la
psicopatología. A conclusiones similares llega Templer (1971), que aplicó
la DAS, la escala D del MMPI y el Cornell Medical Index-Health
Questionnaire (CMI) a una muestra de jubilados, encontrando que, si bien
había una correlación positiva entre ansiedad ante la muerte y depresión,
aparecía correlación negativa y significativa entre la patología somática y
la ansiedad ante la muerte.

En la misma línea, Robinson y Wood (1984) compararon las


puntuaciones del Treat Index, la DAS y la Collett Lester Fear of Death
Scale (CLFDS) en tres grupos diferentes de sujetos: personas con buena
salud, personas sometidas a chequeos médicos rutinarios, personas con
artritis reumatoide y personas con cáncer, sin encontrar diferencias
significativas de ninguna de las medidas en ningún grupo. Tampoco
Neustadt (1982) obtuvo relación significativa alguna entre ansiedad ante la
muerte y salud física en una muestra de ancianos de 66 a 99 años que
vivían en residencias.

Como posible explicación de estos resultados, Lonetto y Templer


(1986) sugieren que la relación entre la ansiedad ante la muerte y el estado
de salud física parece ser el resultado de un uso intenso de la negación. Esta
negación puede ser tanto adaptativa como desadaptativa. Es adaptativa, en
tanto que una preocupación continua por la muerte no es productiva y
conduce a la muerte psíquica; será desadaptativa, cuando provoque la
evitación de decisiones y acciones necesarias para la vida y su finalidad.
- 145 -

No obstante, sí parece demostrada la influencia de la ansiedad ante la


muerte sobre las preocupaciones en torno a la salud. Así, Knight y
Elfembein (1996), en una muestra de estudiantes universitarios, obtienen
resultados que indican que aquellos estudiantes que puntúan más alto en la
DAS están más preocupados y dedicados activamente al cuidado de su
salud. En otro trabajo realizado con mujeres participantes en un cribaje de
cáncer de ovarios, Franco et al (2000) han encontrado que las puntuaciones
DAS correlacionan positivamente con la disposición a seguir las
recomendaciones de exámenes ginecológicos complementarios.

Asimismo, se ha considerado que la disposición personal hacia la


donación de órganos puede reflejar las relaciones entre ansiedad ante la
muerte y las preocupaciones por la salud y la integridad física. En este
campo, Robbins (1990), estudiando los factores de personalidad
relacionados con la donación de órganos, informa que los no donantes
puntúan más alto, tanto en la DAS como en la CLFDS, mientras que los
potenciales donantes puntúan más alto en una escala que refleja la
aceptación de la muerte. De forma similar, Sanner (1997) encuentra que
los donantes de médula ósea, además de manifestar una actitud más
positiva ante todo tipo de donaciones de órganos, tanto en vida como
después de la muerte, manifiestan menos ansiedad ante la muerte y miedo a
las lesiones físicas.

Como consecuencia de la pandemia del SIDA, son numerosos los


trabajos que se han dirigido hacia la investigación de las preocupaciones
individuales sobre la muerte de los afectados por la enfermedad y los
factores que intervienen. Hintze et al (1994) se plantearon estudiar la
relación entre la ansiedad ante la muerte y el malestar subjetivo, el
diagnóstico médico y la conciencia del diagnóstico que tenían otras
- 146 -

personas significativas, en una muestra de hombres afectados por el SIDA,


obteniendo resultados que indicaban que los pacientes con mayor deterioro
físico presentaban las mayores puntuaciones de ansiedad ante la muerte.
Asimismo, los pacientes cuyos padres tenían conocimiento de su
diagnóstico presentaban una ansiedad ante la muerte significativamente
más altas. Estos resultados, que pueden parecer congruentes con el sentido
común, discrepan, sin embargo, tanto de los resultados de los estudios
anteriormente citados, que, por lo general, no sugieren una relación
estrecha entre el bienestar físico y el psicológico, como de los obtenidos
por Catania et al (1992), que observaron, también en pacientes afectados
por el SIDA, que la ansiedad ante la muerte se relacionaba negativamente
con el soporte familiar.
- 147 -

3.6. ANSIEDAD ANTE LA MUERTE Y RELIGIOSIDAD

Los aspectos religiosos constituyen una de las variables de estudio más


habituales con relación a la ansiedad ante la muerte. Algunos teóricos y
teólogos sugieren que esperar otra vida después de la muerte es lo único
que hace manejable el miedo a la muerte; es decir, la creencia religiosa
reduciría el miedo a la muerte en aquellas personas que esperan obtener la
vida eterna. Lo cierto es que, como afirma Elias (1987), no existe idea
alguna, por extraña que parezca, en la que los hombres no estén dispuestos
a creer con profunda devoción, con tal de que les proporcione alivio ante
el conocimiento de que un día ya no existirán, con tal de que les ofrezca la
esperanza de una forma de eternidad para su existencia.

De este modo, las creencias religiosas parecen ser la respuesta humana a


la angustia provocada por la idea de la total desaparición, en cuanto ofrecen
una garantía de trascendencia. En efecto, todas las religiones han subrayado
el fenómeno de la muerte humana como un hecho natural iniciador de otra
- 148 -

existencia, de manera que la muerte orgánica no constituye sino la


transición a una vida eterna (Poveda de Agustín, 1992).

A menudo se ha considerado que la religiosidad indicaría una necesidad


de protección contra el miedo a la muerte (Lester, 1972). Sin embargo,
aunque esta fuera la causa, no acaba de quedar claro si las personas
particularmente religiosas presentan inicialmente una alta ansiedad ante la
muerte, que intensifica su religiosidad; o baja, como resultado de su fe
(Kastenbaun y Costa, 1977).

No obstante, los resultados de las investigaciones acerca de la cuestión


de si la ansiedad ante la muerte varía en función de los niveles individuales
de religiosidad no llegan a conclusiones definitivas. Algunos de estos
estudios no han encontrado asociación significativa entre ansiedad ante la
muerte y religiosidad. Así, Templer y Dotson (1970), en una muestra de
213 estudiantes universitarios, no encontraron relaciones significativas
entre las puntuaciones de la DAS y varias variables de afiliación religiosa,
creencias y actividades religiosas. Aunque los autores justifican esta falta
de relación por el hecho del limitado efecto que la religión parece tener
sobre los jóvenes, otros estudios han indicado resultados similares de
pequeña o nula relación entre ansiedad ante la muerte y religiosidad
(O’Rourke, 1976; Sullivan, 1977; Blythe, 1981). Sin embargo, al aplicar la
DAS y el mismo inventario de religiosidad del estudio anterior a una
muestra de sujetos considerados muy religiosos en el sentido tradicional,
Templer (1972a) encuentra que aquellas personas que asistían a ceremonias
religiosas con mayor frecuencia, que creían en la vida después de la muerte
y opinaban que la Biblia debe interpretarse literalmente, presentaban una
menor ansiedad ante la muerte. A similares resultados llegan, entre otros,
los trabajos de Young y Daniels (1980), Minean y Brush (1980-81) y Aday
- 149 -

(1984-85), que también encuentran una relación negativa entre la ansiedad


ante la muerte y la religiosidad.

Asimismo, otros estudios han encontrado una relación curvilínea entre


ansiedad ante la muerte y religiosidad, donde los sujetos con un nivel
medio de religiosidad presentaban las puntuaciones más altas de ansiedad
ante la muerte (Nelson y Cantrell, 1980; Slezak, 1980; McMordie, 1981).

En un intento de diferencias entre las características intrínsecas y


extrínsecas de la religiosidad, Bolt (1977) administró la DAS, la Escala de
Orientación Religiosa y un cuestionario sobre consecuencias de la muerte a
una muestra de estudiantes. Sus resultados indican que la religiosidad
extrínseca correlaciona positivamente con la ansiedad y el miedo a la
muerte, especialmente en lo que se refiere a las preocupaciones
relacionadas con aspectos de la otra vida; la religiosidad intrínseca no
aparece significativamente relacionada con la ansiedad o el miedo ante la
muerte, aunque sí correlaciona negativamente con las preocupaciones
acerca de la otra vida. También Clemens (1998), en una muestra de
ancianos, obtiene resultados que indican que los individuos con motivación
religiosa intrínseca puntúan significativamente más bajo en varias medidas
de ansiedad ante la muerte que aquellos con motivación religiosa
extrínseca.

Thorson y Powell (1990), por su parte, aplicaron la Escala Revisada de


Ansiedad ante la Muerte (RDAS) y la Escala de Motivación Religiosa
Intrínseca (Intrinsic Religious Motivation Scale: IRMS) de Hoge (1972) a
una muestra heterogénea de 346 sujetos que presentaban una edad media de
43,6 (DT: 23,4) años y un rango de 18 a 88, encontrando que aquellos
sujetos de más edad y con una puntuación más alta en motivación religiosa
- 150 -

intrínseca puntuaban significativamente más bajo en la RDAS, con lo que


concluyen que tanto la edad como la religiosidad se asocian negativamente
con la ansiedad ante la muerte.

Según plantean Rasmussen y Johnson (1994), gran parte de las


contradicciones que aparecen en las investigaciones sobre la cuestión de las
relaciones entre ansiedad ante la muerte y religiosidad, podrían deberse a
un error metodológico al no diferenciar entre espiritualidad y religiosidad,
entendiendo la religiosidad como un constructo caracterizado por niveles
altos de satisfacción vital, un elevado sentimiento del significado de la
vida, creencia en la otra vida y grado de certeza de otra vida después de la
muerte que no estaría sujeta a una afiliación religiosa concreta. Por su
parte, la religiosidad estaría más relacionada con prácticas y rituales
asociados a una afiliación religiosa concreta. Estos argumentos concuerdan
con los aportados por Wittkowski y Baumgartner (1977), según los cuales
la fe religiosa está más asociada con la disminución de la ansiedad ante la
muerte que las prácticas religiosas. La diferenciación entre estos dos
conceptos vendría a ser paralela a la propuesta por Rasmussen y Johnson
entre espiritualidad y religiosidad.

En su investigación, Rasmussen y Johnson (1994) administraron la DAS


de Templer (1970) y la Escala de Bienestar Espiritual (Spiritual Well-
Being Scale = SWBS) de Paloutzian y Ellison (1982), que evalúa los
niveles de bienestar espiritual y religioso, a una muestra de cien graduados
y estudiantes de Psicología de la Universidad de Alaska. El análisis de las
respuestas a ambos cuestionarios confirma que la espiritualidad presenta
una relación negativa y significativa con la ansiedad ante la muerte,
mientras que no aparecen relaciones entre ésta y la religiosidad. Estos
resultados sugieren que es la espiritualidad, más que la práctica de una
- 151 -

religión, la que disminuye los niveles de ansiedad ante la muerte, de


manera que aquellas personas que presenten un mayor nivel de satisfacción
vital y mayor sentimiento de significado y propósito de vida,
probablemente presentarán menos ansiedad ante la muerte.

Siguiendo una línea de investigación similar, Alvarado et al (1995), en


una muestra de población general, concluyen que distintas variables
religiosas, como el grado de convicción y la creencia en la vida después de
la muerte, se asociaban negativamente tanto con las puntuaciones de la
Escala de Ansiedad ante la Muerte (DAS) de Templer (1970) como con las
de la Escala de Depresión ante la Muerte (DDS) de Templer et al (1990).
Por su parte, Maltby y Day (2000b) han estudiado las posibles relaciones
entre la orientación religiosa y el nuevo constructo propuesto por Abdel-
Khalek (1998b) de obsesión ante la muerte. Aplicando la Escala de
Obsesión ante la Muerte (Abdel-Khalek, 1998b) y un inventario de
orientación religiosa (Age Universal I-E Scale-12) que mide tres
constructos relacionados con la religión: intrínseca, extrínseca-personal y
extrínseca-social (Maltby, 1999), encontraron una significativa correlación
negativa entre la obsesión ante la muerte y una orientación intrínseca hacia
la religión, mientras que la correlación entre la obsesión ante la muerte y
las orientaciones religiosas extrínseca-personal y extrínseca-social
resultaron ambas significativamente positivas.
- 152 -
- 153 -

3.7. ANSIEDAD ANTE LA MUERTE Y CONDUCTA SUICIDA

Aunque se acepta que el fenómeno del suicidio ha aumentado en la


sociedad industrial, todavía persisten muchas incógnitas sobre su dinámica
y su verdadera incidencia. Los especialistas sostienen que la verdadera
incidencia de suicidios está enormemente infravalorada en las estadísticas
oficiales, lo que dificulta su prevención.

La predicción del riesgo suicida ha sido objeto de numerosos trabajos de


investigación en un intento de identificar variables asociadas. Sin embargo,
las limitaciones metodológicas inherentes al tema hacen que muchos
estudios supuestamente prospectivos resulten ser una comparación
retrospectiva entre “intentos” y “no intentos”, dentro de poblaciones
psiquiátricas, lo que provoca que, a veces, se hagan predicciones sobre
suicidios consumados cuando los datos se limitan a los intentos
(Kastenbaum y Costa, 1977).

Está comprobado que la depresión es un importante factor en la


predisposición al suicido de adolescentes y adultos. Así, Garrison et al
- 154 -

(1991) confirman la relación entre la depresión y la ideación suicida e


intentos de suicidio. También encuentran que los acontecimientos vitales
indeseables son un predictor significativo de ideación suicida e intentos de
suicidio. Del mismo modo, Angst et al (1999) afirman que se han
encontrado trastornos del estado de ánimo altamente asociados al suicidio,
especialmente en pacientes con depresión mayor. Además, tanto la
comorbilidad con otros trastornos, como la ansiedad y la agitación, como
los cambios rápidos en el estado depresivo, incrementan el riesgo de
suicidio. También se ha confirmado la relación entre la incidencia de
conductas suicidas y situaciones vitales que predisponen al estado
depresivo, como el juego patológico o el paro laboral (Campbell et al,
1998-99).

En una muestra de 31 pacientes depresivos hospitalizados, Templer et al


(1974) comprobaron que la mejoría del cuadro depresivo venía
acompañada de un descenso en las puntuaciones de la DAS, considerando
que estos resultados prueban que la ansiedad ante la muerte, además de ser
una entidad que puede fluctuar, es un síntoma de la depresión. Las
demostradas relaciones entre depresión y suicidio, por un lado, y entre
depresión y ansiedad ante la muerte, por otro, justifican el interés de los
investigadores hacia la influencia que la ansiedad ante la muerte puede
tener en los intentos de suicidio o en la ideación autolítica.

D’Attilio y Campbell (1990) examinaron las relaciones entre ansiedad


ante la muerte y suicidio potencial en una muestra de 62 adolescentes con
edades comprendidas entre los 16 y los 20 años. La correlación entre la
DAS y la Suicide Probability Scale (Cull y Gill, 1982) era positiva y
significativa (p<0,01), indicando una alta asociación entre ansiedad ante la
muerte y riesgo de conducta suicida.
- 155 -

Sin embargo, las relaciones entre suicidio y ansiedad ante la muerte


también son controvertidas. Goldney (1982) en una muestra de 103 mujeres
jóvenes que habían intentado suicidarse no encuentra diferencias
significativas en las puntuaciones de ansiedad ante la muerte respecto a los
controles. Coincidiendo con los resultados de Tarter et al (1974), tampoco
observa relación entre la ansiedad ante la muerte y el riesgo de letalidad del
intento de suicidio, aunque aparece una correlación negativa débil pero
significativa entre las medidas del intento suicida y la ansiedad ante la
muerte, indicando que los más serios intentos de suicidio habían sido
realizados por los sujetos con menor ansiedad ante la muerte. Por su parte,
Lester (1979), en una muestra de estudiantes universitarios, no encuentra
diferencias en las actitudes ante la muerte entre aquellos sujetos que
expresan su preferencia sobre un método de suicidio activo y los que
preferirían un método pasivo; mientras que Gothelf et al (1998), en la
evaluación de los componentes del concepto de muerte en adolescentes con
conducta suicida, encuentran que éstos evalúan la muerte como un estado
más agradable y tienen más preocupaciones sobre la muerte que los
controles, por lo que sugieren que la evaluación del concepto de muerte
podría ser potencialmente válida en la valoración de adolescentes con
elevado riesgo de suicidio.

Con relación a la posición personal frente al fenómeno del suicidio, se


ha encontrado que la aceptabilidad del suicidio correlaciona negativamente
tanto con la religiosidad como con el miedo a la muerte (Hoelter, 1979). De
forma similar, Hansen y McAleer (1983-84) informan que las enfermeras
con mayor ansiedad ante la muerte presentan un menor grado de aceptación
del suicidio de pacientes con enfermedades terminales.
- 156 -

El suicidio es, quizás, el ejemplo más claro de muerte consecuencia de


una conducta o de un estilo de vida, de manera que puede inferirse una
relación con otras conductas autodestructivas. En esta línea, Cotton (1996-
97) en un estudio realizado con 254 estudiantes afroamericanos a los que
administró la RDAS y la Lethal Behaviors Scale (Thorson y Powell, 1987)
que mide conductas peligrosas, como, por ejemplo, tendencia a la anorexia,
posesión de armas o consumo de drogas; encuentra, tanto en hombres como
en mujeres, una significativa relación negativa entre ansiedad ante la
muerte y grado de compromiso con conductas potencialmente letales.
- 157 -

3.8. ANSIEDAD ANTE LA MUERTE Y EDUCACIÓN SOBRE LA


MUERTE

En los últimos años, las investigaciones realizadas en el campo de la


ansiedad ante la muerte se han centrado en procurar el desarrollo de guías
educacionales que puedan aplicarse a la reducción de esta ansiedad
mediante el desarrollo de programas de educación para la muerte, en
especial, en aquellos profesionales cuyo trabajo implica un contacto
cotidiano con el sufrimiento y la muerte humanas (Kingma, 1994; Petit de
Mange, 1998). Sin embargo, la evaluación de los resultados obtenidos en
diversos trabajos aporta resultados ambiguos, cuando no contradictorios
(Beck, 1997). Algunos informes indican resultados positivos (Bugen, 1980-
81; Telban, 1981; White, 1983; Lockard, 1989; Tye, 1996; Hutchison, y
Scherman, 1992), otros sugieren que no tiene ningún impacto (Combs,
1981; Waldman y Davidshofer, 1984; Peace y Vincent, 1988; Coleman,
1993), mientras que algunos otros indican que los participantes acaban el
programa con un aumento de sus preocupaciones y ansiedades sobre la
- 158 -

muerte (McClam, 1980; Mullins y Merriam, 1983; Knight y Elfenbem,


1993).

Maglio y Robinson (1994), en un meta-análisis realizado a partir de 62


trabajos publicados sobre el tema, llegan a la conclusión de que la
educación para la muerte no sólo no contribuye a disminuir los niveles de
ansiedad ante la muerte, sino que los incrementa, aunque este incremento
es menor cuando los programas de educación son experienciales y mayor
con los teóricos.

Por su parte, Johansson y Lally (1991) constatan que un programa de


educación para la muerte produjo una significativa disminución de la
ansiedad ante la muerte en estudiantes de enfermería avanzados, mientras
que el mismo programa incrementó los niveles de ansiedad en los
estudiantes de primer curso. Esta discrepancia podría atribuirse a la
circunstancia de que los estudiantes avanzados han tenido experiencias
clínicas que implicaban la muerte de algunos pacientes, mientras que los
estudiantes de primer curso no han tenido estas experiencias. De aquí
podría deducirse que la eficacia de la educación para la muerte en la
disminución de los niveles de ansiedad ante la muerte está relacionada no
sólo con los conocimientos adquiridos sobre el tema, sino que depende,
sobretodo, de las experiencias previas del sujeto. En este sentido, la
supervisión de las características y experiencia clínica previa de los sujetos
puede ser un factor importante a la hora de evaluar el impacto de un
programa de educación para la muerte. Esta hipótesis concuerda con las
observaciones de Rasmussen y Brems (1996), que encuentran una
correlación significativamente negativa entre las puntuaciones de la DAS y
el Inventario de Desarrollo Psicosocial de Constantinopla, lo que les
- 159 -

permite concluir que la ansiedad ante la muerte disminuye conforme


aumenta la madurez psicosocial.

Sin embargo, el efecto de las experiencias previas sobre la ansiedad ante


la muerte es también un tema controvertido en los trabajos disponibles en
la literatura especializada. Así, Thorson y Powell (1996) encontraron
puntuaciones de ansiedad ante la muerte sorprendentemente altas respecto a
los controles en un estudio realizado en directores de funeraria. En la
misma línea, Geizhals (1975) informa que las enfermeras hospitalarias, con
frecuente contacto con la agonía y la muerte de sus pacientes, puntúan
significativamente más alto en la DAS que los terapeutas ocupacionales del
mismo hospital. Para Thorson y Powell, una posible explicación podría
estar en el hecho de que aquellos profesionales que han de mantener una
exposición constante a factores relacionados con la mortalidad,
presentarían menos habilidad para reprimir la ansiedad y el miedo a la
muerte.

Se ha sugerido que los efectos de la educación para la muerte sobre la


ansiedad ante la muerte pueden estar en función de una secuencia temporal.
Avalando esta hipótesis, Murray (1974) no aprecia diferencias entre los
niveles previos de ansiedad ante la muerte en una muestra de enfermeras, y
los obtenidos a la finalización de un curso de educación para la muerte de
seis semanas de duración, pero se constata una significativa disminución al
realizar la misma evaluación cuatro semanas después de finalizado el curso.
Por su parte, Vilaseca et al (1996), utilizando la versión española de la
DAS (Sánchez y Ramos, 1980), observan que los estudiantes de enfermería
de segundo curso presentan unas medias de puntuación ligeramente
superiores a los de primero, pero significativamente inferiores en los de
tercero. En este mismo estudio se aprecia que los profesionales de
- 160 -

enfermería presentan una notable disminución en las puntuaciones DAS


con respecto a los estudiantes.

En estudios que se han realizado con estudiantes de medicina, en general


no se han observado cambios significativos de los niveles de ansiedad ante
la muerte entre las medidas realizadas en el momento del comienzo de sus
estudios y el momento de la graduación (Thorson y Powell, 1991), aunque
sí se observa una disminución significativa de la ansiedad ante la muerte en
un trabajo realizado con una muestra de estudiantes de medicina, tras la
realización de un curso de formación en el proceso de la muerte y de los
moribundos (Kaye, 1991).

Otro aspecto objeto de frecuentes estudios es la posible relación


existente entre la ansiedad ante la muerte y el estrés laboral. Bene y Foxall
(1991), estudiando enfermeras de cuidados paliativos y de servicios
médico-quirúrgicos concluyen que la ansiedad ante la muerte correlaciona
significativamente con la frecuencia y severidad del estrés laboral en el
caso de las enfermeras de servicios médico-quirúrgicos, pero no se aprecia
relación en las enfermeras de cuidados paliativos. Por su parte, Mallett et al
(1991), en una comparación entre enfermeras de cuidados paliativos y de
cuidados intensivos, encuentran que las enfermeras de cuidados intensivos
presentan niveles significativamente mayores tanto de ansiedad ante la
muerte como de estrés laboral y burnout (síndrome de “estar quemado”)
que las enfermeras de cuidados paliativos. Aunque las conclusiones en este
aspecto tampoco son unánimes, parece evidente que existe una asociación
positiva entre ansiedad ante la muerte y burnout y estrés laboral, que
debería tenerse en cuenta a la hora de diseñar programas formativos y
educacionales.
- 161 -

No obstante, el diseño de programas de educación sobre la muerte se


enfrenta generalmente con dificultades a la hora de considerar las variables
que afectarán a la eficacia del programa, ya que las conclusiones sobre el
tema no son unánimes ni consistentes. Se han propuesto varias
explicaciones posibles a esta inconsistencia, como las diferencias en
duración, sistemas de evaluación y metas de los diferentes programas. Sin
embargo, todo parece apuntar a que la diferencia fundamental de la eficacia
de los programas de educación sobre la muerte radica sobre todo en la
metodología de enseñanza utilizada, en función de que ésta sea de
naturaleza fundamentalmente didáctica o experiencial (Durlak, 1994). Los
programas didácticos centran su interés en el conocimiento y la
información sobre los aspectos relacionados con la muerte, buscando la
intensificación de la conciencia cognitiva de los participantes y la
comprensión de cuestiones relacionadas con el tema, mediante lecturas,
conferencias y discusiones en grupos grandes. Por el contrario, los
programas experienciales, aunque pueden utilizar algunas de las mismas
técnicas de enseñanza, dedican gran parte de su tiempo a animar a los
participantes a que examinen, comenten y compartan sus sentimientos
personales y sus preocupaciones personales y experiencias mediante el uso
de role playing, fantasía, exposiciones y simulaciones, de manera que
puedan sentirse más cómodos y aceptar cualquier sentimiento negativo
suscitado por el tema de la muerte.

En la literatura especializada son numerosos los trabajos que evidencian


la superior eficacia de los programas de educación experienciales frente a
los didácticos, en la reducción de los miedos y ansiedades relacionados con
la muerte.
- 162 -

Vargo y Batsel (1984), comparando ambos métodos en estudiantes de


enfermería, encontraron que el formato experimental fue significativamente
más eficaz para reducir la ansiedad ante la muerte y reforzar la integración
psicológica. Por su parte, Durlak (1978-79), al contrastar las puntuaciones
pre y postest en cuatro escalas de medida de los sujetos de un grupo de
intervención experiencial con las de un grupo didáctico y un grupo control
sin intervención, observa que el grupo experimental muestra una reducción
significativa de los miedos y ansiedades relacionados con la muerte,
mientras que los otros dos grupos experimentan ambos un aumento de las
puntuaciones. En estudiantes de enfermería españoles, Tomás y Aradilla
(2001) han comprobado que, tras la realización de un curso de educación
sobre la muerte donde se seguía una metodología básicamente experiencial,
se producía una significativa reducción en el postest del grupo de
intervención, tanto de las puntuaciones DAS como de las DDS, mientras
que en el grupo control no se apreciaban cambios significativos. Resultados
que también apoyan la mayor eficacia de la metodología experiencial
aparecen, entre otros, en los trabajos de White (1983), Lockard (1989),
Hutchison y Scherman (1992) y Tye (1996).

Bailis y Kennedy (1977) sugieren que los resultados de un programa de


educación sobre la muerte podrían explicarse en términos de consecución
de tres grados: un primer grado supondría la introducción de estímulos y
actividades relacionados con la muerte; en un segundo grado se procedería
al examen de los mecanismos de defensa; por fin, el tercer grado
comprendería la confrontación y superación de las ansiedades ante la
muerte. Este modelo supone que, cuando la naturaleza eminentemente
didáctica del programa de formación o las propias características y
experiencias de los sujetos no permiten superar el segundo grado, la
movilización de los mecanismos de defensa provocará un aumento de la
- 163 -

ansiedad ante la muerte, mientras que la consecución del tercer grado, a


través de procedimientos experienciales, provocará su disminución.

No obstante, se ha señalado que, en un programa de formación de


características mayoritariamente experienciales, el hecho de que un sujeto
llegue a la confrontación y superación de las ansiedades por la exposición a
estímulos relacionados con la mortalidad, estará también en función, aparte
de ciertas variables demográficas, de las actitudes personales (DurlaK,
1994), formación previa (Kaye y Loscalzo, 1998), experiencias
individuales (Gow y Willians, 1977) y características del trabajo que
realiza (Geizhals, 1975; Bene y Foxall, 1991; Mallett et al, 1992; Payne et
al, 1998).

Otro aspecto importante de los programas de educación para la muerte


es la permanencia temporal de los cambios producidos. Aunque el apoyo
empírico de la relación causa-efecto es escaso, también en esta cuestión
parece evidente una mayor eficacia de la metodología experiencial. Así,
Durlak y Reisenberg (1991) encuentran que los participantes en programas
experienciales mostraban exactamente el mismo nivel de cambio positivo
en las evaluaciones efectuadas cuatro meses después de la intervención. En
la misma línea, Telban (1981) obtiene resultados que indican que los
sujetos con historia de haber asistido a un curso o taller experiencial sobre
la muerte obtienen puntuaciones más bajas en la Escala de Ansiedad ante la
Muerte de Templer que aquellos que nunca han asistido. En su conjunto,
estos datos indican que los cambios producidos por este tipo de educación
no son transitorios y permiten ser optimistas con respecto a la estabilidad a
medio-largo plazo de los efectos de la educación para la muerte. Además,
independientemente de los efectos que los programas de formación
presenten sobre la ansiedad ante la muerte, de una manera prácticamente
- 164 -

general, los sujetos manifiestan un impacto positivo que se traduce en una


mayor aceptación de la muerte como parte de la vida y una mejor
disposición para tratar con personas en proceso de muerte (Leviton y Fretz,
1979; Wittmaier, 1979-80; Kaye et al, 1994).
- 165 -

PARTE EMPÍRICA
- 166 -
- 167 -

CAPÍTULO 4. CONSTRUCCIÓN Y VALIDACIÓN


DE LA ESCALA DE ANSIEDAD ANTE LA
MUERTE
- 168 -
- 169 -

4.1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y OBJETIVOS DE LA


INVESTIGACIÓN

Aunque, como se ha dicho anteriormente, el tema de la ansiedad ante la


muerte no ha sido objeto de especial atención por parte de la investigación
científica en nuestro país, es evidente que, en la actualidad, está
apareciendo un creciente interés hacia todo aquello que se refiere, en
general, a la fase final de la vida y a las actitudes que se adoptan hacia ella.
De forma similar a lo que sucedía en Estados Unidos sobre los años sesenta
y setenta (Durlak, 1994), proliferan cada vez más todo tipo de cursos,
seminarios, conferencias..., sobre temas relacionados con la muerte, el
duelo o la atención a los moribundos. Del mismo modo, asumiendo la
importancia del tema, las materias en relación con la educación sobre la
muerte o los cuidados paliativos se están generalizando en los programas
docentes de personal sanitario o cuidador.

En este contexto, el tema específico de la ansiedad ante la muerte y, más


concretamente, su conceptualización y evaluación, adquiere una
importancia fundamental, en cuanto que la ansiedad constituye la
- 170 -

manifestación más común del malestar experimentado por las personas ante
la consciencia de la mortalidad como fenómeno universal e irreversible. En
la investigación aplicada, la evaluación de la ansiedad ante la muerte se
dirige, de forma prioritaria, a la detección de cambios como consecuencia
de intervenciones educativas, buscando, por lo general, que se produzca
una disminución de los niveles de ansiedad ante la muerte de los
participantes. Sin embargo, el estudio de la función adaptativa de la
ansiedad ante la muerte puede también aportar interesantes perspectivas en
nuevas áreas de estudio, como, por ejemplo, el cumplimiento de
tratamientos médicos, conductas de riesgo o conducción imprudente, donde
un aumento experimental de la ansiedad ante la muerte tal vez pueda
contribuir a la fijación de conductas más saludables (Lonetto y Templer,
1986).

Otro aspecto fundamental de la investigación relacionada con la


evaluación de la ansiedad ante la muerte es la necesidad de partir de una
teoría conceptualizadora en la que puedan situarse, tanto el propio proceso
de investigación como los hallazgos que se obtengan. Gran parte de las
investigaciones realizadas sobre el tema no están enmarcadas en un sistema
teórico y conceptual (Tomer, 1984), lo que limita la formulación de
hipótesis apriorísticas dirigidas a confirmar o refutar los principios clave de
la teoría. Como señala Neimeyer (1994b), para que el ámbito de la
investigación sobre la muerte supere la fragmentación caótica, es
fundamental que los estudios empíricos que se realicen se deriven de forma
más estricta de teorías de reconocido alcance.

De acuerdo con los resultados de los trabajos disponibles en la literatura


sobre las características de la ansiedad ante la muerte y de los instrumentos
de medida que se han utilizado en su evaluación, el objetivo general de esta
- 171 -

investigación es la construcción y validación de una escala psicométrica


aplicada a la evaluación de la ansiedad ante la muerte. A partir de este
objetivo general, se plantean los siguientes objetivos específicos:

-Establecer el cuerpo teórico de referencia.

-Construir el número suficiente de ítems preliminares referidos al


dominio definido, que permita, mediante los análisis adecuados,
elegir los ítems óptimos que formarán la escala definitiva.

-Determinar el formato de respuesta adecuado y garantizar la


capacidad discriminante de los ítems de la escala.

-Garantizar índices aceptables de fiabilidad y validez en todas sus


vertientes.

-Estudiar las relaciones de las puntuaciones de la escala con diversas


variables demográficas.

-Establecer los estadísticos descriptivos de las puntuaciones de la


escala en distintos grupos de población.

-Estudiar las posibles fuentes de sesgo en las puntuaciones de la


escala.

-Determinar las diferencias de puntuaciones entre distintas


especialidades de enfermería y su relación con el estrés laboral.
- 172 -

-Desarrollar formas equivalentes de la escala en los idiomas catalán e


inglés.

Estos objetivos específicos dan lugar a la formulación de las siguientes


hipótesis de trabajo:

1. El formato de respuesta tipo Likert que se ha utilizado en la


escala es adecuado y compatible con el uso de un formato
dicotómico.

2. La escala presenta unos índices aceptables de consistencia


interna y estabilidad temporal.

3. La estructura factorial de la escala es congruente con el


planteamiento teórico y diferencia claramente los elementos
endógenos y exógenos relacionados con la génesis de la ansiedad
ante la muerte.

4. La escala correlaciona más alto con las escalas de actitud ante la


muerte que con las escalas de neuroticismo general.

5. La escala correlaciona más alto con las escalas de ansiedad


general que con las escalas de depresión general y obsesión
general.

6. Las puntuaciones de la escala correlacionan negativa y


significativamente con la edad.
- 173 -

7. Las mujeres obtienen puntuaciones totales significativamente


superiores a las de los hombres.

8. Los ítems de la escala presentan una aceptable capacidad


discriminante.

9. La respuesta a los ítems de la escala no está significativamente


influenciada por la deseabilidad social o la tendencia a las
respuestas complacientes.

10. Los ítems de la escala no presentan funcionamiento diferencial


(differential item functioning: DIF) con respecto a las variables
género o grupo de población.

11. Los profesionales de la salud (médicos y enfermeras) no


presentan puntuaciones significativamente superiores a las de
otros profesionales.

12. La escala correlaciona positiva y significativamente con los


elementos relacionados con la muerte causantes de estrés laboral
en enfermeras de hospital.

13. Las formas catalana e inglesa de la escala presentan las


propiedades adecuadas para garantizar su equivalencia
lingüística.
- 174 -
- 175 -

4.2. ESTUDIO 1. DESARROLLO DE LA ESCALA

4.2.1. Marco teórico. Para la construcción de la escala se ha partido de


los trabajos y principios teóricos planteados por Donald Templer,
especialmente en su teoría de los dos factores de la ansiedad ante la
muerte. Según Templer (1976), la ansiedad ante la muerte está determinada
de forma tanto interna como externa. En su teoría de los dos factores de la
ansiedad ante la muerte, Templer propone que son dos los determinantes
generales: el propio estado de salud psicológica del individuo y las
experiencias personales en relación con la muerte, sugiriendo que la salud
psicológica estaría más relacionada con la generación interna de ansiedad
ante la muerte, mientras que las experiencias personales se relacionarían
con la generación externa.

Posteriormente, Lonetto y Templer (1986) han propuesto ampliar la


teoría de los dos factores con la inclusión de un tercer factor, posiblemente
de una naturaleza existencial, parcialmente independiente tanto de la salud
psicológica como del aprendizaje y que se referiría a la concepción
personal de cómo encaja uno mismo en el esquema del universo; cómo las
- 176 -

prioridades de la vida conforman este esquema y cómo la perspectiva de la


muerte da o quita significado a la vida.

Templer considera que, en general, existe un considerable apoyo


empírico a su teoría de los dos factores de la ansiedad ante la muerte. Así,
se ha comprobado que los pacientes psiquiátricos presentan una ansiedad
ante la muerte significativamente superior a los controles (Templer, 1970;
Templer y Ruff, 1975). Asimismo, las escalas de ansiedad ante la muerte
correlacionan positiva y significativamente, de forma prácticamente
general, con las medidas de psicopatología, como la ansiedad, la depresión
o la inquietud existencial (Kuperman y Golden, 1978). También se ha
observado que un descenso de la ansiedad ante la muerte venía
acompañado de un descenso de los síntomas de depresión en pacientes
ingresados tratados con antidepresivos (Templer, Ruff y Simpson, 1974).
Por otro lado, la similitud en los niveles de ansiedad ante la muerte dentro
de los miembros de la misma familia apoya la idea de su formación dentro
del contexto de las relaciones interpersonales (Koob y Davis, 1977; Lucas,
1974; Templer, Ruff y Franks, 1971).

El planteamiento de Templer es que la ansiedad ante la muerte


constituye una entidad multifactorial que sólo puede medirse de forma
indirecta y que nunca podrá ser totalmente entendida. Se encuentra
básicamente en el ámbito de las experiencias subjetivas y presenta
componentes tanto cognitivos como afectivos. La modificación de los
niveles de ansiedad ante la muerte a consecuencia de estrategias
educacionales y de intervención proporciona evidencia de que la ansiedad
ante la muerte es una entidad fluida que puede ser modificada mediante
estímulos relacionados con la muerte (Lester y Templer, 1992-93). Desde
este planteamiento, Lonetto y Templer (1986) sugieren que la mayor parte
- 177 -

de lo que llamamos ansiedad ante la muerte está producido por los


siguientes elementos:

1. Preocupación por el impacto cognoscitivo y emocional del morir


y de la muerte.
2. Anticipación y miedo a las alteraciones físicas que comportan la
muerte y el morir.
3. Percepción del paso del tiempo y de su limitación entre el
nacimiento y el morir.
4. Preocupación por el estrés y el dolor que acompañan a la
incapacidad, la enfermedad y el morir.

En sus últimos trabajos, Templer pone especial énfasis en la


diferenciación entre la ansiedad ante la muerte que es generada por
elementos internos y aquella que tiene su procedencia en elementos
provocadores externos. De alguna manera, la idea de considerar dos tipos,
internos y externos, de generadores de ansiedad ante la muerte no es más
que una extrapolación práctica de los principios de la Teoría de los dos
factores, para facilitar su aplicación a los trabajos empíricos de análisis y
medida. En este trabajo se ha asumido este planteamiento, considerando
que los elementos externos productores de ansiedad ante la muerte estarían
específicamente relacionados con estímulos relativos a la mortalidad y
serían, básicamente, unidimensionales desde la perspectiva factorial. Los
elementos internos, por su parte, de una mayor complejidad en sus
componentes, vendrían asociados principalmente a sentimientos y
pensamientos sobre la muerte, creencias sobre la trascendencia y, en
general, el significado que la vida y la muerte tienen para cada persona.
- 178 -

Estos criterios y fundamentos teóricos han dirigido la formulación de los


ítems y los análisis realizados en la construcción de la escala. Se decidió
denominar a la escala “Nueva Escala de Ansiedad ante la Muerte”, de
manera que su abreviatura “NEAM” será en adelante utilizada para
denominarla siempre que nos refiramos a ella.

4.2.2. Generación de los ítems. Atendiendo a los principios teóricos


expuestos y basándose en los conceptos de la inevitabilidad de la muerte y
de que la ansiedad es un estado emocional negativo que carece de objeto
específico, se construyeron 43 proposiciones preliminares, 28 de las cuales
eran indicadores positivos de ansiedad ante la muerte, mientras que 15 lo
eran negativos. La tabla 14 contiene los enunciados de estas 43
proposiciones.

TABLA 14. Enunciado de las 43 proposiciones iniciales

1. Me molesta oír hablar de temas relacionados con la muerte


2. No me preocupa envejecer
3. A menudo pienso que la vida es demasiado corta
4. Me sentiría incómodo viviendo cerca de un cementerio
5. No me preocupa si hay algo después de la muerte
6. Me altera mucho oír la sirena de una ambulancia
7. Me dan mucho miedo las armas de fuego
8. Hay cosas peores que la muerte
9. Me molesta cumplir años
10. Me impresiona mucho la visión de un cadáver
11. Quisiera estar consciente en el momento de morir
12. Frecuentemente pienso que puedo tener una enfermedad grave
13. No soporto la visión de la sangre
14. La muerte es un proceso natural que no me provoca inquietud
15. Me da miedo morir de una muerte repentina
16. Me preocupa morir solo
17. Pienso que sería más feliz si ignorase que he de morir
18. No tengo especial interés por vivir hasta una edad muy avanzada
19. Me dan pánico las alturas
20. Nunca aceptaría trabajar en una empresa funeraria
21. Me da igual lo que pase con mi cuerpo después de mi muerte
22. Leo siempre las esquelas necrológicas de los periódicos
23. Me cuesta aceptar la idea de que todo se acabe con la muerte
- 179 -

24. Siempre que puedo, evito asistir a funerales


25. Preferiría morir antes que perder las facultades mentales
26. Me angustia entrar en un cementerio
27. Me aterra oír las estadísticas de accidentes de tráfico
28. La muerte está asociada al dolor y al sufrimiento
29. No me da ningún miedo viajar en avión
30. Creo que tengo más miedo a la muerte que la mayoría de las personas
31. Frecuentemente pienso en mi propia muerte
32. Tengo fobia a los hospitales
33. Nunca me ha preocupado la posibilidad de morir joven
34. La certeza de la muerte no quita significado a la vida
35. Me cuesta mucho aceptar que he de morir
36. Muchas veces me pregunto cuál será la causa de mi muerte
37. Soy muy optimista respecto a lo que me depara el futuro
38. Los ataúdes me ponen nervioso
39. Quisiera que mis órganos fueran utilizados para trasplantes después de mi muerte
40. Me asusta la posibilidad de ser víctima de una catástrofe natural, como inundaciones o
terremotos
41. Siempre me ha atraído tirarme en paracaídas
42. Si se me diagnosticase una enfermedad mortal, preferiría saberlo
43. Me asusta la idea de la nada después de la muerte

4.2.3. Validez de Contenido. Las 43 proposiciones fueron sometidas a la


evaluación de un grupo de “jueces expertos”, formado por: dos médicos
forenses, dos médicos especialistas en cuidados paliativos, cuatro
enfermeras especialistas en cuidados paliativos, dos psicólogos
especialistas en cuidados paliativos y un capellán de hospital. El
cuestionario que contenía las proposiciones fue presentado a los jueces
expertos acompañado de las siguientes instrucciones:

El siguiente cuestionario contiene los 43 elementos preliminares para la


construcción de una escala de valoración de la “Ansiedad ante la
Muerte”. Le pedimos que, tras la lectura del cuestionario, valore cada uno
de los elementos, puntuándolos de 1 a 5, de acuerdo a los siguientes
criterios:

1 = inadecuado para evaluar la ansiedad ante la muerte


- 180 -

2 = poco adecuado para evaluar la ansiedad ante la muerte


3 = moderadamente adecuado para evaluar la ansiedad ante la
muerte
4 = considerablemente adecuado para evaluar la ansiedad ante la
muerte
5 = muy adecuado para evaluar la ansiedad ante la muerte

Cualquier comentario, sugerencia o crítica adicionales que desee hacernos


nos será de mucha utilidad.

En la tabla 15 se expresan las medias de las puntuaciones asignadas por


los jueces expertos a cada uno de los ítems.

Tabla 15. Medias de las puntuaciones


Asignadas por los jueces expertos

Ítem N° Media N

1 4.55 11
2 3.27 11
3 3.45 11
4 3.18 11
5 3.91 11
6 2.36 11
7 1.91 11
8 3.55 11
9 2.64 11
10 3.55 11
11 4.36 11
12 4.00 11
13 2.00 11
14 4.55 11
15 4.36 11
16 4.55 11
17 4.36 11
18 3.55 11
19 1.64 11
20 3.27 11
- 181 -

21 4.18 11
22 3.64 11
23 4.64 11
24 4.00 11
25 3.82 11
26 3.64 11
27 2.91 11
28 4.45 11
29 2.64 11
30 4.55 11
31 4.64 11
32 3.09 11
33 3.91 11
34 3.82 11
35 4.55 11
36 3.64 11
37 3.09 11
38 3.82 11
39 2.91 11
40 3.00 11
41 2.09 11
42 4.27 11
43 4.36 11

Las proposiciones que obtuvieron una media de puntuación igual o


menor a 3 fueron eliminadas, de manera que se suprimieron en este proceso
10 de ellas, quedando retenidas las 33 restantes. Veintiuna de las
proposiciones se puntuaron en dirección positiva y doce en dirección
negativa. Seguidamente, se procedió a ordenar aleatoriamente estos 33
ítems, quedando en el orden que aparece en la tabla 16.

TABLA 16. Escala de 33 ítems

1. Leo siempre las esquelas necrológicas de los periódicos


2. Me sentiría incómodo viviendo cerca de un cementerio
3. Me molesta oír hablar de temas relacionados con la muerte
4. Quisiera estar consciente en el momento de morir
5. Me da miedo morir de una muerte repentina
6. La muerte es un proceso natural que no me provoca inquietud
7. Me impresiona mucho la visión de un cadáver
8. Me da igual lo que pase con mi cuerpo después de mi muerte
9. Nunca aceptaría trabajar en una empresa funeraria
10. Me asusta la idea de la nada después de la muerte
- 182 -

11. A menudo pienso que la vida es demasiado corta


12. Preferiría morir antes que perder las facultades mentales
13. Si se me diagnosticase una enfermedad mortal, preferiría saberlo
14. La certeza de la muerte no quita significado a la vida
15. Frecuentemente pienso en mi propia muerte
16. Muchas veces me pregunto cuál será la causa de mi muerte
17. A menudo pienso que puedo tener una enfermedad grave
18. No tengo especial interés por vivir hasta una edad muy avanzada
19. Los ataúdes me ponen nervioso
20. La muerte está asociada al dolor y al sufrimiento
21. Soy muy optimista respecto a lo que me depara el futuro
22. Me angustia entrar en un cementerio
23. Hay cosas peores que la muerte
24. Nunca me ha preocupado la posibilidad de morir joven
25. No me preocupa si hay algo después de la muerte
26. Me cuesta mucho aceptar que he de morir
27. Creo que tengo más miedo a la muerte que la mayoría de las personas
28. No me preocupa envejecer
29. Siempre que puedo, evito asistir a funerales
30. Me cuesta aceptar la idea de que todo se acabe con la muerte
31. Tengo fobia a los hospitales
32. Me preocupa morir solo
33. Pienso que sería más feliz si ignorase que he de morir

4.2.4. Formato de respuesta. Se decidió utilizar un formato de respuesta


tipo Likert con seis opciones: total acuerdo, considerable acuerdo, ligero
acuerdo, ligero desacuerdo, considerable desacuerdo y total desacuerdo,
que puntúan de cinco a cero o de cero a cinco, según la dirección del ítem,
de manera que los ítems en sentido positivo puntúan desde cinco para el
total acuerdo hasta cero para el total desacuerdo, mientras que los ítems con
sentido negativo lo harán a la inversa.

4.2.5. Correlación ítem-total. Con los 33 ítems retenidos se construyó un


cuestionario que fue administrado a 129 estudiantes de Enfermería. Los
sujetos, 113 mujeres y 16 hombres, presentaban un rango de edad de 18 a
34 años, con una media de 21,09 y una desviación típica de 2,93.
- 183 -

Se calculó la correlación ítem-resto de ítems, suprimiéndose los 13 ítems


que presentaron una correlación corregida menor a 0,30. Los 20 ítems
restantes presentaron un rango de correlaciones de 0,30 a 0,65. Todas estas
correlaciones eran estadísticamente significativas y menores que la
fiabilidad de la escala. Estos 20 ítems fueron combinados aleatoriamente
para formar la escala definitiva. En la tabla 17 aparecen los enunciados de
los ítems y la correlación ítem-resto de ítems obtenida en cada uno de ellos.

TABLA 17. Enunciados de los 20 ítems definitivos y su correlación


ítem- resto de ítems
r
Ítem ítem-resto
1. Me angustia entrar en un cementerio 0,4724
2. La certeza de la muerte no quita significado a la vida 0,3012
3. Me molesta oír hablar de temas relacionados con la muerte 0,3896
4. Nunca me ha preocupado la posibilidad de morir joven 0,3018
5. Me cuesta aceptar la idea de que todo se acabe con la muerte 0,5732
6. Pienso que sería más feliz si ignorase que he de morir 0,3671
7. Creo que tengo más miedo a la muerte que la mayoría de las personas 0,5846
8. No me preocupa envejecer 0,3406
9. Me cuesta mucho aceptar que he de morir 0,6482
10. Nunca aceptaría trabajar en una empresa funeraria 0,4100
11. Me asusta la idea de la nada después de la muerte 0,5171
12. La muerte es un proceso natural que no me provoca inquietud 0,4779
13. Muchas veces me pregunto cuál será la causa de mi muerte 0,4340
14. No tengo especial interés por vivir hasta una edad muy avanzada 0,3187
15. Los ataúdes me ponen nervioso 0,4355
16. No me preocupa lo que haya después de la muerte 0,3012
17. A menudo pienso que puedo tener una enfermedad grave 0,3950
18. Hay cosas peores que la muerte 0,3920
19. Me impresiona mucho la visión de un cadáver 0,3471
20. Frecuentemente pienso en mi propia muerte 0,3022
- 184 -

En la escala definitiva, trece de los ítems (N° 1, 3, 5, 6, 7, 9, 10, 11, 13,


15, 17, 19 y 20) puntúan en sentido positivo (de cinco para el total acuerdo
a cero para el total desacuerdo), mientras que los restantes siete ítems (N°
2, 4, 8, 12, 14, 16 y 18) puntúan en sentido negativo (de cero para el total
acuerdo a cinco para el total desacuerdo). De esta manera, el rango de
posibles puntuaciones totales será de cero, para el mínimo nivel de
ansiedad ante la muerte, hasta cien para el nivel máximo.

En el anexo 1 se incluye el modelo de cuestionario definitivo de la


NEAM que se ha utilizado para la recogida de los datos.
- 185 -

4.3. ESTUDIO 2. FORMATO DE RESPUESTA DE LA NEAM

4.3.1. OBJETIVO. Comparar dos formatos de respuesta de los ítems de la


NEAM.

4.3.2. MÉTODO.

4.3.2.1. Sujetos. Este estudio se llevó a cabo con una muestra de 98


estudiantes de Enfermería, 85 mujeres y 13 hombres, con un rango
de edad de 18 a 27 años.

4.3.2.2. Procedimiento. Los veinte ítems de la NEAM se


administraron en dos formas distintas de respuesta: una forma con
respuesta dicotómica (si / no) y la otra con formato de respuesta tipo
Likert de seis puntos (total acuerdo, considerable acuerdo, cierto
acuerdo, cierto desacuerdo, considerable desacuerdo y total
desacuerdo). Ambas versiones, impresas en hojas separadas, fueron
administradas sucesivamente a los sujetos en orden
contrabalanceado. Los sujetos fueron asignados aleatoriamente a la
combinación Likert / dicotómica o dicotómica / Likert.
- 186 -

4.3.3. RESULTADOS.. Los coeficientes de correlación producto-


momento de Pearson entre los dos formatos de la escala fueron de 0.89
para las mujeres, 0.81 para los hombres y de 0.87 para el grupo total. Estos
coeficientes pueden considerarse como evidencia de la equivalencia de los
dos formatos, de manera que pueden utilizarse alternativamente en función
de los objetivos concretos del estudio y de las características de los sujetos.
No obstante, diversos autores (Hoogstraten et al, 1998; Kelly y Corriveau,
1995; Limonero, 1997; Lonetto y Templer, 1986; McMordie, 1979) han
remarcado las ventajas que presenta el formato Likert, de manera que es
ésta la forma de respuesta que se ha elegido para la NEAM y la que se ha
utilizado a lo largo de todo este trabajo.
- 187 -

4.4. ESTUDIO 3. DETERMINACIÓN DE LA VALIDEZ


CONCURRENTE, CONSISTENCIA INTERNA Y ESTABILIDAD
TEST-RETEST

4.4.1. OBJETIVOS. Establecer las correlaciones de la NEAM con otros


instrumentos de medida y determinar coeficientes de consistencia interna y
de fiabilidad test-retest.

4.4.2. MÉTODO.
4.4.2.1 Sujetos. Para determinar las propiedades psicométricas de la
escala se utilizó una muestra formada por 344 estudiantes
universitarios (294 mujeres y 50 hombres), de los cuales 181 eran
estudiantes de 2º curso de Psicología de la Universidad de Barcelona
y 163 eran estudiantes de Enfermería de una Escuela Universitaria
adscrita a la Universidad Autónoma de Barcelona. La media de edad
de los sujetos era de 20,39 (DT = 3,06) años, con un rango de 17 a
46. Todos los sujetos participaron de forma voluntaria y bajo
condiciones de estricto anonimato.
- 188 -

4.4.2.2. Medidas. Los instrumentos psicométricos que se


administraron fueron los siguientes:

1. La NEAM.

2. La adaptación española (Sánchez y Ramos, 1980) de la Death


Anxiety Scale (DAS) de Templer (1970).

3. La adaptación española (Tomás, en prensa) de la Death


Depression Scale (DDS) de Templer et al (1992).

4. La adaptación española (Tomás y Gómez, en prensa) de la Death


Obsession Scale (DOS) de Abdel-Khalek (1998).

5. Los 50 ítems de la Taylor Manifest Anxiety Scale (Taylor, 1953)


en su forma española (Gómez, Menquial,, Lull y Leal, 1971),
como medida de ansiedad general. Esta escala fue construida a
partir de ítems del MMPI que cinco psicólogos clínicos
experimentados consideraron relacionados con la ansiedad
manifiesta. La escala mide la ansiedad-rasgo, no el estado de
ansiedad, y no está diseñada para medir el cambio
sintomatológico, pues no se dispone de evidencia sobre su
sensibilidad a los cambios de los niveles de ansiedad.

6. Los 20 ítems de la Depression Scale de Zung (1965) en su forma


española (Conde y Franch, 1984), como medida de depresión
general. La escala de Zung constituye un instrumento útil y rápido
para la detección de la depresión como trastorno psiquiátrico, que
posibilita detectar cambios cuantitativos a lo largo de un
- 189 -

tratamiento. La fiabilidad y validez de la escala, así como su


estabilidad han sido confirmadas tanto por el autor como por
Conde, que la adaptó al castellano y ha estudiado ampliamente
sus propiedades en la población española.

7. La escala de Psicastenia (Pt) del Inventario Multifásico de


Personalidad de Minnesota (MMPI, Hathaway y McKinley,
1967), como medida de obsesión general. Esta escala está
integrada por 48 frases elaboradas con el propósito de encontrar
características de la personalidad clasificada como psicastenia,
término introducido por Janet y que actualmente se encuentra en
desuso; sus características incluyen reacciones fóbicas y
obsesivo-compulsivas, que se manifiestan en dudas excesivas,
dificultad para tomar decisiones, excesiva preocupación obsesiva,
actos compulsivos y ritualistas, perfeccionismo en las exigencias
tanto para sí mismo como para los demás.

4.4.3. RESULTADOS.

4.4.3.1. Validez concurrente. La tabla 18 contiene la matriz de


correlación de las cuatro escalas de actitudes ante la muerte y las
medidas de obsesión, ansiedad y depresión. Todas ellas son positivas
y significativas al nivel de confianza del 99%, aunque los índices de
correlación son sensiblemente más elevados entre las escalas que
pertenecen al mismo grupo (actitudes ante la muerte o neuroticismo
general).
- 190 -

Tabla 18. Correlaciones producto-momento de Pearson de las cuatro


escalas de actitud ante la muerte y las medidas generales de obsesión,
ansiedad y depresión (N = 344)
Escala 1 2 3 4 5 6 7
1. NEAM -
2. DAS 0.79* -
3. DDS 0.79* 0.72* -
4. DOS 0.76* 0.70* 0.72* -
5. Taylor 0.35* 0.35* 0.36* 0.40* -
6. Pt 0.31* 0.30* 0.32* 0.42* 0.81* -
7. Zung 0.20* 0.21* 0.17* 0.29* 0.70* 0.74* -
*p<0.01

4.4.3.2. Consistencia interna y Estabilidad. La consistencia interna


de la escala, estimada mediante el coeficiente alfa de Cronbach,
resultó ser de 0,83, sin que la eliminación de ninguno de los ítems
supusiese un aumento de este coeficiente. Cuatro semanas después
de la primera administración, 109 de los sujetos volvieron a contestar
la NEAM, obteniéndose un coeficiente de correlación de Pearson
entre ambas administraciones de 0,936 (p<0,001).
- 191 -

4.5. ESTUDIO 4. DETERMINACIÓN DE LA ESTRUCTURA


FACTORIAL DE LA ESCALA

4.5.1. OBJETIVO. Establecer la validez de constructo de la NEAM


mediante la determinación de su estructura factorial.

4.5.2. MÉTODO.
4.5.2.1. Sujetos. Para realizar este estudio se utilizó la misma
muestra del estudio 3.

4.5.2.2. Procedimiento. Las respuestas de los 344 sujetos de la


muestra se sometieron al análisis de componentes principales con
posterior rotación ortogonal Varimax.

4.5.3. RESULTADOS. Tomando como referencia el criterio de Kaiser de


autovalores iguales o superiores a 1 y el examen visual del screen-test
(gráfico 1), se identificaron cinco factores significativos, que, en su
conjunto, explican el 54.60% de la varianza total. El primer factor, que
explica el 26.15% de la varianza, se ha etiquetado como generadores
externos de ansiedad ante la muerte y las cargas factoriales más elevadas
las presenta en los ítems 15 (los ataúdes me ponen nervioso), 19 (me
- 192 -

impresiona mucho la visión de un cadáver), 10 (nunca aceptaría trabajar en


una empresa funeraria), 1 (me angustia entrar en un cementerio) y 3 (me
molesta oír hablar de temas relacionados con la muerte). El segundo factor,
que explica el 9.22% de la varianza, se ha etiquetado como significado y
aceptación de la muerte; las cargas factoriales más elevadas las presenta en
los ítems 7 (creo que tengo más miedo a la muerte que la mayoría de las
personas), 18 (hay cosas peores que la muerte), 14 (no tengo especial
interés por vivir hasta una edad muy avanzada), 9 (me cuesta mucho
aceptar que he de morir), y 12 (la muerte es un proceso natural que no me
provoca inquietud). El tercer factor, que explica el 7.86% de la varianza, se
ha etiquetado como pensamientos sobre la muerte y tiene las mayores
cargas factoriales en los ítems 20 (frecuentemente pienso en mi propia
muerte), 13 (muchas veces me pregunto cuál será la causa de mi muerte),
17 (a menudo pienso que puedo tener una enfermedad grave) y 4 (nunca
me ha preocupado la posibilidad de morir joven). El cuarto factor explica el
5.83% de la varianza y se ha etiquetado como la vida después de la muerte;
las mayores cargas factoriales las tiene en los ítems 16 (no me preocupa lo
que haya después de la muerte), 11 (me asusta la idea de la nada después de
la muerte) y 5 (me cuesta aceptar la idea de que todo se acabe con la
muerte). El quinto factor, que explica el 5.54% de la varianza, se ha
etiquetado como brevedad de la vida y las mayores cargas factoriales las
presenta en los ítems 2 (la certeza de la muerte no quita significado a la
vida), 6 (pienso que sería más feliz si ignorase que he de morir) y 8 (no me
preocupa envejecer). La tabla 19 contiene la estructura factorial rotada de
la NEAM para la muestra de 344 estudiantes, con las saturaciones iguales o
superiores a 0,40.

Tabla 19. Estructura factorial rotada de la NEAM


- 193 -

Ítem Componentes
1 2 3 4 5

15. Los ataúdes me ponen nervioso 0.82


19. Me impresiona mucho la visión de un cadáver 0.78
10. Nunca aceptaría trabajar en una empresa funeraria 0.74
1. Me angustia entrar en un cementerio 0.72
3. Me molesta oír hablar de temas relacionados con la muerte 0.51
7. Creo que tengo más miedo a la muerte que la mayoría de las personas 0.64
18. Hay cosas peores que la muerte 0.64
14. No tengo especial interés por vivir hasta una edad muy avanzada 0.53
9. Me cuesta mucho aceptar que he de morir 0.52
12. La muerte es un proceso natural que no me provoca inquietud 0.49
20. Frecuentemente pienso en mi propia muerte 0.71
13. Muchas veces me pregunto cuál será la causa de mi muerte 0.65
17. A menudo pienso que puedo tener una enfermedad grave 0.64
4. Nunca me ha preocupado la posibilidad de morir joven 0.58
16. No me preocupa lo que haya después de la muerte 0.70
11. Me asusta la idea de la nada después de la muerte 0.68
5. Me cuesta aceptar la idea de que todo se acabe con la muerte 0.51
2. La certeza de la muerte no quita significado a la vida 0.73
6. Pienso que sería más feliz si ignorase que he de morir 0.41
8. No me preocupa envejecer 0.40

Valores propios 5.23 1.84 1.57 1.16 1.11

% varianza explicada 26.15 9.22 7.86 5.83 5.54


- 194 -

Gráfico 1. Gráfico de sedimentación factorial de la NEAM

2
Autovalor

0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20

Número de componente

La matriz de correlaciones entre las siete escalas utilizadas se sometió a


un análisis de componentes principales con posterior rotación Varimax.
Tanto el criterio de Kaiser de autovalores superiores a uno como el examen
visual del screen-test (gráfico 2) identificó claramente dos factores
significativos, que en su conjunto explicaban el 82.63% de la varianza
total.

El primer factor, que explica el 57.39% de la varianza, se ha etiquetado


como “actitudes ante la muerte” y tiene las mayores cargas factoriales en la
NEAM, la DDS, la DAS y la DOS. El segundo factor, que explica el
25.24% de la varianza, se ha etiquetado como “neuroticismo general” y las
mayores cargas factoriales las presenta en la escala Pt (obsesión), la escala
de Zung (depresión) y la de Taylor (ansiedad). La correlación entre ambos
- 195 -

factores fue de 0.387 (p<0.01). La tabla 20 contiene las cargas factoriales


de esta estructura.

Tabla 20. Matriz factorial rotada de las escalas de actitud ante la


muerte y neuroticismo general
Escala Factor 1 Factor 2
NEAM 0.923
DDS 0.891
DAS 0.880
DOS 0.845
Obsesión general (Pt) 0.908
Depresión general (Zung) 0.899
Ansiedad general (Taylor) 0.882
Valores propios 4.02 1.77
% varianza explicada 57.39 25.24

Gráfico 2. Gráfico de sedimentación factorial de las escalas de actitud


ante la muerte y neuroticismo general
5

1
Autovalor

0
1 2 3 4 5 6 7

Número de componente
- 197 -

4.6. ESTUDIO 5. ESTADÍSTICOS DESCRIPTIVOS DE LAS


PUNTUACIONES DE LA NEAM EN DISTINTOS GRUPOS DE
POBLACIÓN

4.6.1. OBJETIVO. Establecer los estadísticos descriptivos de las


puntuaciones de la NEAM en los distintos grupos de la población que se
han estudiado.

4.6.2. MÉTODO.
4.6.2.1. Sujetos. En este estudio se han analizado las respuestas a la
NEAM de 1597 sujetos, 1185 mujeres y 412 hombres, que estaban
distribuidos en los grupos siguientes.
• 393 diplomados en enfermería
• 78 médicos
• 274 trabajadores de profesiones no relacionadas con la
sanidad, fundamentalmente textil y artes gráficas
• 105 profesores de educación secundaria y educación especial
• 79 estudiantes de educación secundaria
• 618 estudiantes universitarios de las carreras de Psicología,
Enfermería y Fisioterapia
• 50 jubilados
- 198 -

4.6.3. RESULTADOS. La tabla 21 contiene las puntuaciones medias de la


NEAM para cada uno de los grupos estudiados y para el total de la muestra,
separadamente por sexo y por total.

Tabla 21. Estadísticos descriptivos y comparación por género de las


puntuaciones NEAM en cada grupo
Edad NEAM
Grupo Sexo N M DT M DT t
mujeres 329 34.26 8.70 39.94 15.34
enfermeras hombres 64 34.86 10.24 35.17 17.08 2.23*
total 393 34.36 8.96 39.16 15.71

mujeres 41 35.76 6.74 35.68 11.97


médicos hombres 37 42.86 9.13 29.22 9.95 2.58*
total 78 39.08 8.66 32.62 11.46

trabajadores mujeres 165 32.27 10.24 45.30 15.61


no sanitarios hombres 109 35.35 10.98 39.54 18.49 2.68**
total 274 33.50 10.63 43.01 17.02

mujeres 44 40.93 8.50 40.02 16.22


profesores hombres 61 37.48 12.46 36.97 13.74 1.04*
total 105 38.92 11.06 38.25 14.83

estudiantes mujeres 536 20.73 2.69 43.62 16.33


universitarios hombres 82 21.83 4.35 34.62 13.55 4.75**
total 618 20.87 2.98 42.43 16.27

estudiantes mujeres 46 16.61 0.61 47.15 16.02


secundaria hombres 33 16.39 0.61 46.42 16.01 0.20
total 79 16.52 0.62 46.85 15.91

mujeres 24 73.96 7.77 32.83 15.99


jubilados hombres 26 76.50 7.12 34.42 17.85 0.33
total 50 75.28 7.48 33.62 16.83

mujeres 1185 28.26 11.75 42.34 16.02


total hombres 412 34.63 16.20 36.80 16.21 6.03**
total 1597 29.92 13.34 40.91 16.24

*p<0,05 **p<0,01
- 199 -

Como puede verse, a excepción del grupo de jubilados, las mujeres puntúan
más alto que los hombres en todas las demás submuestras. La diferencia
por género alcanza significación estadística en cinco de las siete
comparaciones, así como en el total de la muestra.
- 200 -
- 201 -

4.7. ESTUDIO 6. INFLUENCIA DE LA EDAD EN LAS


PUNTUACIONES DE LA NEAM

4.7.1. OBJETIVO. Establecer la relación entre la edad y las puntuaciones


de la NEAM.

4.7.2. MÉTODO.

4.7.2.1. Sujetos. En el estudio de la influencia de la edad sobre las


puntuaciones de la NEAM se partió de la misma muestra
heterogénea del estudio 5, utilizando los 1584 sujetos de los cuales se
disponía del dato de la edad. La media de edad era de 29,92 años
(DT: 13,34) con un rango de 16 a 93. La tabla 22 contiene la
distribución en frecuencias absolutas y porcentajes acumulados de
las edades de todos los sujetos de la muestra.

4.7.2.2. Procedimiento. En un primer análisis, las edades de los


sujetos se correlacionaron linealmente con las puntuaciones totales
- 202 -

obtenidas en la NEAM, de forma global y separadamente, por sexo.


Posteriormente, se segmentó la muestra en cuatro grupos de edad:
grupo 1 = de 16 a 25 años; grupo 2 = de 26 a 40 años; grupo 3 = de
41 a 65 años; grupo 4 = de 66 a 93 años; comparándose las
puntuaciones de los cuatro grupos.

Tabla 22. Distribución de las edades


de los sujetos de la muestra
Porcentaje
N Frecuencia acumulado
16 43 2.7
17 40 5.2
18 95 11.2
19 144 20.3
20 129 28.5
21 106 35.2
22 79 40.2
23 64 44.2
24 65 48.3
25 60 52.1
26 43 54.8
27 46 57.7
28 34 59.8
29 33 61.9
30 45 64.8
31 21 66.1
32 27 67.8
33 22 69.2
34 24 70.7
35 28 72.5
36 28 74.2
37 26 75.9
38 23 77.3
39 22 78.7
40 44 81.5
41 20 82.8
42 24 84.3
43 19 85.5
44 14 86.4
45 15 87.3
46 26 89.0
47 13 89.8
48 21 91.1
49 16 92.1
- 203 -

50 15 93.1
51 4 93.3
52 13 94.1
53 2 94.3
54 11 94.9
55 5 95.3
56 6 95.6
57 4 95.9
58 7 96.3
59 1 96.4
60 1 96.5
61 1 96.5
63 1 96.6
64 1 96.7
65 5 97.0
66 2 97.1
67 3 97.3
68 2 97.4
69 3 97.6
70 5 97.9
71 2 98.0
72 5 98.4
73 2 98.5
75 1 98.5
76 2 98.7
77 2 98.8
78 2 98.9
79 2 99.1
80 5 99.4
81 2 99.5
82 1 99.6
83 1 99.6
88 1 99.7
89 2 99.8
90 1 99.9
91 1 99.9
93 1 100.0
Total 1584

4.7.3. RESULTADOS. Las correlaciones entre las puntuaciones NEAM y


la edad para el total de la muestra, para hombres y para mujeres, aparecen
en la tabla 23. Todas ellas son negativas y significativas. El examen visual
de la línea de regresión del total de sujetos (gráfico 3), hombres (gráfico 4)
- 204 -

y mujeres (gráfico 5) evidencia la similitud de la tendencia en los tres


análisis.

Tabla 23. coeficientes de correlación producto-momento de Pearson


entre las puntuaciones NEAM y la edad para mujeres, hombres y
muestra total
N r p
Total 1584 -0.140 0.001**
Mujeres 1173 -0.128 0.001**
Hombres 411 -0.109 0.027*

Gráfico 3. Línea de regresión edad-puntuación NEAM para la muestra


completa (N = 1584)
100

80

60

40
puntuación

20

Observada

0 Lineal
10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

edad
- 205 -

Gráfico 4. Línea de regresión edad-puntuación NEAM para las


mujeres (N = 1173)
100

80

60

40
puntuación

20

Observada

0 Lineal
10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

edad

Gráfico 5. Línea de regresión edad-puntuación NEAM para los


hombres (N = 411)
100

80

60

40
puntuación

20

Observada

0 Lineal
10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

edad
- 206 -

En la tabla 24 aparecen los coeficientes de correlación y su significación


(valores p) en cada uno de los cuatro grupos de edad, para el total de
sujetos y, separadamente, para hombres y mujeres. Las líneas de regresión
de los gráficos 6 a 17 permiten el examen visual de la relación NEAM/edad
en cada uno de los casos.

Tabla 24. Coeficientes de correlación entre la edad y las puntuaciones


NEAM en los cuatro grupos de edad
Edad N r p
Mujeres 662 -0.054 0.162
16-25 Hombres 163 -0.191 0.015*
Total 825 -0.084 0.016*
Mujeres 342 -0.103 0.057
26-40 Hombres 124 -0.018 0.847
Total 466 -0.091 0.052
Mujeres 147 -0.073 0.378
41-65 Hombres 98 -0.002 0.986
Total 245 -0.066 0.302
Mujeres 22 0.338 0.124
66-93 Hombres 26 -0.285 0.158
Total 48 0.003 0.984
*p<0,05
- 207 -

Gráfico 6. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en el total del


grupo de edad de 16-25 años (N = 825)
100

80

60

40
puntuación

20

Observada

0 Lineal
14 16 18 20 22 24 26

edad

Gráfico 7. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en el total del


grupo de edad de 26-40 años (N = 466)
100

80

60

40
puntuación

20

Observada

0 Lineal
24 26 28 30 32 34 36 38 40 42

edad
- 208 -

Gráfico 8. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en el total del


grupo de edad de 41-65 años (N = 245)
100

80

60

40
puntuación

20

Observada

0 Lineal
40 50 60 70

edad

Gráfico 9. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en el total del


grupo de edad de 66-93 años (N = 48)
70

60

50

40

30

20
puntuación

10
Observada

0 Lineal
60 70 80 90 100

edad
- 209 -

Gráfico 10. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en las mujeres


del grupo de edad de 16-25 años (N = 662)
100

80

60

40
puntuación

20

Observada

0 Lineal
14 16 18 20 22 24 26

edad

Gráfico 11. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en los


hombres del grupo de edad de 16-25 años (N = 163)
100

80

60

40
puntuación

20

Observada

0 Lineal
14 16 18 20 22 24 26

edad
- 210 -

Gráfico 12. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en las mujeres


del grupo de edad de 24-40 años (N = 342)
100

80

60

40
puntuación

20

Observada

0 Lineal
24 26 28 30 32 34 36 38 40 42

edad

Gráfico 13. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en los


hombres del grupo de edad de 24-40 años (N = 124)
100

80

60

40
puntuación

20

Observada

0 Lineal
24 26 28 30 32 34 36 38 40 42

edad
- 211 -

Gráfico 14. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en las mujeres


del grupo de edad de 41-65 años (N = 147)
100

80

60

40
puntuación

20

Observada

0 Lineal
40 50 60 70

edad

Gráfico 15. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en los


hombres del grupo de edad de 41-65 años (N = 98)
80

60

40

20
puntuación

Observada

0 Lineal
40 50 60 70

edad
- 212 -

Gráfico 16. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en las mujeres


del grupo de edad de 66-93 años (N = 22)
70

60

50

40

30

20
puntuación

10
Observada

0 Lineal
60 70 80 90 100

edad

Gráfico 17. Línea de regresión edad-puntuación NEAM en los


hombres del grupo de edad de 66-93 años (N = 26)

100

80

60

40
puntuación

20

Observada

0 Lineal
24 26 28 30 32 34 36 38 40 42

edad
- 213 -

4.8. ESTUDIO 7. INFLUENCIA DEL GÉNERO EN LAS


PUNTUACIONES DE LA NEAM

4.8.1. OBJETIVO. Establecer las diferencias por género en las


puntuaciones de la NEAM.

4.8.2. MÉTODO.

4.8.2.1. Sujetos. La relación entre el género y las puntuaciones


NEAM se estudió en la muestra de 1597 sujetos descrita en el
estudio 5.

4.8.2.2. Procedimiento. A fin de obtener datos más pormenorizados,


la comparación hombre / mujer se realizó en el total de la muestra y
en cada uno de los grupos de edad utilizados en el estudio 6.
Asimismo, se analizaron las diferencias en cada uno de los ítems de
la NEAM y en los cinco factores identificados en el análisis factorial.
En todos los casos, las puntuaciones medias de hombres y mujeres se
compararon mediante la prueba “t” de Student para muestras
independientes.
- 214 -

4.8.3. RESULTADOS. En la tabla 25 figuran las puntuaciones NEAM,


valores t y significación estadística (valores p) para cada uno de los grupos
y para el total de la muestra. Obsérvese que las puntuaciones NEAM son
significativamente superiores en las mujeres en todos los casos, a
excepción del grupo de más edad (66 a 93 años), donde los hombres
puntúan más alto que las mujeres, aunque de forma no significativa.

Tabla 25. Medias de las puntuaciones NEAM, valor t y significación de


la diferencia por género en cada uno de los grupos de edad y en el total
de la muestra
Grupo de
edad N Media DT t p
Mujeres: 662 43.52 16.02
16-25 Hombres: 163 38.80 15.59 3.38 <0.01
Total: 825 42.59 16.04
Mujeres: 342 41.91 16.04
26-40 Hombres: 124 36.04 17.30 3.42 <0.01
Total: 466 40.35 16.57
Mujeres: 147 39.88 15.43
41-65 Hombres: 98 35.17 15.23 2.35 <0.05
Total: 245 38.00 15.49
Mujeres: 22 31.68 15.76
66-93 Hombres: 26 34.50 17.88 -0.574 0.57
Total: 48 33.21 16.82
Mujeres: 1185 42.34 16.02
Total Hombres: 412 36.80 16.21 6.03 <0.01
Total: 1597 40.91 16.24
- 215 -

La tabla 26 contiene las puntuaciones medias, desviaciones típicas,


valores t y valor de significación de hombres y mujeres en cada uno de los
ítems de la NEAM.

Tabla 26. Puntuaciones medias y significación de hombres y mujeres


en los ítems de la NEAM
Media (DT) Media (DT)
o
N ítem mujeres hombres t p

1 2,09 (1’71) 1,47 (1,63) 6,55 <0,001**


2 1,09 (1,59) 1,13 (1,76) -0,41 0,679
3 1,51 (1,50) 1,40 (1,64) 1,28 0,200
4 3,22 (1,71) 2,93 (1,81) 2,92 0,003**
5 2,60 (1,85) 2,24 (1,99) 3,20 0,001**
6 1,72 (1,70) 1,61 (1,81) 1,06 0,289
7 1,00 (1,37) 0,81 (1,28) 2,44 0,015*
8 2,48 (1,71) 2,52 (1,74) -0,44 0,659
9 1,94 (1,71) 1,48 (1,66) 4,75 <0,001**
10 2,68 (1,88) 2,07 (1,91) 5,57 <0,001**
11 2,03 (1,75) 1,69 (1,79) 3,37 0,001**
12 2,43 (1,63) 1,90 (1,72) 5,67 <0,001**
13 2,26 (1,75) 1,90 (1,75) 3,54 <0,001**
14 3,28 (1,73) 3,03 (1,78) 2,51 0,012*
15 2,23 (1,75) 1,63 (1,77) 5,94 <0,001**
16 2,81 (1,78) 2,63 (1,92) 1,71 0,087
17 1,72 (1,60) 1,63 (1,54) 0,98 0,329
18 1,52 (1,81) 1,10 (1,58) 4,46 <0,001**
19 2,18 (1,77) 2,07 (1,78) 1,11 0,266
20 1,56 (1,50) 1,57 (1,51) -0,11 0,914
- 216 -

Únicamente en tres ítems los hombres puntúan por encima de las mujeres,
mientras que en los 17 restantes son las mujeres las que puntúan más alto,
alcanzando la diferencia por género significación estadística en doce de
ellos.

En la tabla 27 aparecen estas mismas medidas referidas a cada uno de


los factores, observándose diferencias por género estadísticamente
significativas en los cuatro primeros, mientras que en el quinto factor las
puntuaciones medias de hombres y mujeres son prácticamente iguales.

Tabla 27. Puntuaciones medias y significación de hombres y mujeres


en los cinco factores de la NEAM
Medias (DT) Medias (DT)
o
N factor mujeres hombres t p
1 9,17 (5,31) 7,23 (5,30) 6,39 <0,001**
2 11,68 (5,939 9,71 (5,849 5,89 <0.001**
3 8,76 (4,45) 8,03 (4,34) 2,86 0,004**
4 7,44 (4,16) 6,56 (4,47) 3,64 <0,001**
5 5,29 (3,29) 5,26 (3,31) 1,28 0,898
- 217 -

4.9. ESTUDIO 8. ANÁLISIS DE LA CAPACIDAD


DISCRIMINANTE DE LOS ÍTEMS DE LA NEAM

4.9.1. OBJETIVO. Determinar la capacidad de los ítems de la NEAM para


discriminar entre los sujetos con puntuaciones totales altas y bajas.

4.9.2. MÉTODO.

4.9.2.1. Sujetos.. Para realizar el análisis de la efectividad de cada


uno de los ítems de la NEAM para discriminar entre los individuos
que puntúan alto y bajo en la escala se partió de la misma muestra de
1597 sujetos utilizada en los estudios 5 y 7. A partir de esta muestra
total se seleccionaron dos submuestras: la primera (n: 413)
compuesta por aquellos sujetos cuya puntuación en la NEAM era
igual o superior a la puntuación correspondiente al percentil 75 de la
distribución de puntuaciones de todos los sujetos. La segunda
submuestra (n: 406) estaba formada por aquellos sujetos con
puntuaciones iguales o inferiores al percentil 25. De esta manera, se
contaba con, aproximadamente, el 25% de los sujetos con mayor
- 218 -

puntuación por un lado, y el 25% de los sujetos con puntuación más


baja por otro.

4.9.2.2. Procedimiento. Para estudiar las diferencias en cada ítem


entre los dos grupos se utilizaron dos procedimientos:

1. Diferencia de medias. Se compararon las medias de la puntuación


de cada ítem entre los grupos mediante la t de Student para muestras
independientes.

2. Índice de discriminación de los ítems. Previamente al cálculo del


índice de discriminación, se dicotomizaron las respuestas a los ítems,
de manera que las puntuaciones cero, uno y dos se recodificaron
como cero y las puntuaciones tres, cuatro y cinco como uno. A
continuación, se procedió al cálculo del índice de discriminación
aplicando la siguiente fórmula:

D = ns/Ns – ni/Ni

Donde:
ns : es el número de sujetos del grupo superior que puntúan
uno en el ítem.

Ns : es el número total de sujetos del grupo superior que han


respondido al ítem.

ni : es el número de sujetos del grupo inferior que puntúan uno


en el ítem.
- 219 -

Ni : es el número total de sujetos del grupo inferior que han


respondido al ítem.

4.9.3. RESULTADOS. En la tabla 28 se muestran las diferencias entre las


medias de los dos grupos, así como los valores t y la significación. Puede
verse que, como cabía esperar, todos los ítems presentan diferencias
significativas al nivel de significación alfa: 0.01.

Tabla 28. Diferencias de medias y significación


en cada uno de los ítems entre los grupos
superior e inferior
Diferencia de
Ítem medias t p
1 2.46 24.99 <0.001
2 1.09 9.66 <0.001
3 2.10 22.01 <0.001
4 1.62 13.74 <0.001
5 2.77 26.08 <0.001
6 2.40 23.88 <0.001
7 2.03 24.02 <0.001
8 1.40 12.14 <0.001
9 3.01 35.69 <0.001
10 2.11 17.48 <0.001
11 2.53 26.39 <0.001
12 2.28 22.55 <0.001
13 1.72 14.60 <0.001
14 1.14 9.55 <0.001
15 2.56 26.11 <0.001
16 2.07 17.61 <0.001
17 1.77 17.30 <0.001
18 1.62 13.73 <0.001
19 2.27 21.56 <0.001
20 1.65 17.01 <0.001

La tabla 29 contiene los índices de discriminación de cada uno de los


ítems, que presentan una media de 49.9. De acuerdo con el criterio de Ebel
(1965) el poder discriminante es plenamente satisfactorio en los 16 ítems
- 220 -

que presentan un índice de 0.40 o superior, mientras que puede


considerarse aceptable el de los cuatro ítems que presentan una puntuación
de 0.31 a 0.38.

Tabla 29. Índices de discriminación


de los ítems de la NEAM
Índice de
Ítem discriminación

1 0.61
2 0.31
3 0.52
4 0.41
5 0.67
6 0.58
7 0.41
8 0.37
9 0.75
10 0.48
11 0.59
12 0.58
13 0.42
14 0.36
15 0.65
16 0.50
17 0.43
18 0.38
19 0.56
20 0.40
- 221 -

4.10. ESTUDIO 9. INFLUENCIA DE LA DESEABILIDAD SOCIAL


EN LAS RESPUESTAS A LA NEAM

4.10.1. OBJETIVO. Averiguar si las respuestas de los sujetos a la NEAM


pueden verse influenciadas por la deseabilidad social o la tendencia a las
respuestas complacientes.

4.10.2. MÉTODO.

4.10.2.1. Sujetos. Se utilizó una muestra de 79 estudiantes de


enseñanza secundaria, 46 mujeres y 33 hombres, con una edad media
de 16.52 años (DT: 0.62) y un rango de 16 a 18 años.

4.10.2.2. Instrumentos. Los sujetos contestaron un cuestionario que


contenía la NEAM y la Escala de Sinceridad (escala L) modificada
del Inventario Multifásico de Personalidad de Minesota (MMPI).
Aunque la escala L se utiliza fundamentalmente para evaluar la
franqueza del individuo a la hora de contestar a la prueba, se ha
- 222 -

comprobado su utilidad en la evaluación de la tendencia a las


respuestas socialmente deseables y se ha utilizado con este fin en
diversos estudios (Moore y Neimeyer, 1991).

4.10.3. RESULTADOS. El coeficiente de correlación de Pearson entre las


puntuaciones de la NEAM y de la escala L fue de 0,08 para las mujeres,
0,09 para los hombres y 0,07 para la muestra total, resultando no
significativo en los tres casos.
- 223 -

4.11. ESTUDIO 10. ANÁLISIS DEL FUNCIONAMIENTO


DIFERENCIAL DE LOS ÍTEMS DE LA NEAM

4.11.1. OBJETIVO. determinar si se detecta funcionamiento diferencial de


los ítems (DIF) de la NEAM, respecto a las variables género y grupo de
población.

4.11.2. MÉTODO.

4.11.2.1. Sujetos. En este estudio se utilizó la misma muestra


descrita en el estudio 5.

4.11.2.2. Procedimiento. Para determinar el posible DIF de los ítems


se utilizó el procedimiento de regresión logística. Previamente, se
dicotomizaron las respuestas a los ítems, recodificando los valores 0,
1 y 2 como 0 y los valores 3, 4 y 5 como 1. Como posibles fuentes de
DIF se consideraron dos variables: el género y los grupos de
población descritos en el estudio 5. En el análisis se tomaron,
sucesivamente, las respuestas a cada uno de los ítems como variable
dependiente, tomando como variable independiente el género y el
grupo de población, respectivamente.
- 224 -

4.11.3. RESULTADOS. La determinación del posible DIF de los ítems


respecto al género y el grupo de población mediante la regresión logística
se realizó a partir del análisis del estadístico de Wald, considerándose
sesgados aquellos ítems con un valor p <0,05. La tabla 30 contiene los
valores del estadístico de Wald y sus correspondientes valores p para los 20
ítems de la NEAM en las dos variables analizadas.

Tabla 30. Estadístico de Wald y valores p para


cada uno de los ítems de la NEAM en las
variables género y grupo de población
Género Grupo
Ítem Wald p Wald p
1 1,16 0,28 0,84 0,36
2 3,21 0,07 3,40 0,07
3 0,59 0,44 2,41 0,12
4 1,87 0,17 1,27 0,26
5 0,51 0,47 0,01 0,92
6 0,26 0,60 1,88 0,17
7 0,14 0,70 1,55 0,21
8 2,12 0,16 0,01 0,92
9 1,69 0,19 0,56 0,45
10 1,62 0,20 0,56 0,45
11 2,49 0,11 3,45 0,06
12 0,43 0,51 3,34 0,07
13 1,37 0,24 0,17 0,68
14 2,45 0,11 0,21 0,64
15 2,35 0,12 1,97 0,16
16 0,25 0,61 0,89 0,34
17 0,03 0,84 0,20 0,65
18 0,01 0,95 3,33 0,07
19 3,07 0,08 0,70 0,40
20 1,91 0,17 1,91 0,17

Como puede verse no aparece ningún valor del estadístico de Wald que
presente un valor p<0,05, por lo que ni el género ni el grupo de población
se manifiestan como fuente de DIF en ninguno de los ítems.
- 225 -

4.12. ESTUDIO 11. DETERMINACIÓN DE LAS DIFERENCIAS EN


LAS PUNTUACIONES NEAM SEGÚN EL PUESTO DE TRABAJO
EN PROFESIONALES DE ENFERMERÍA

4.12.1. OBJETIVO. Determinar las posibles diferencias en las


puntuaciones NEAM de profesionales de enfermería, en función de su
lugar de trabajo o especialidad.

4.12.2. MÉTODO.

4.12.2.1. Sujetos. Se utilizó una muestra formada por 307


diplomados en enfermería, 256 mujeres y 51 hombres. La edad
media era de 33,03 (DT: 8,40) años, con un rango de 21 a 58. Los
sujetos, que trabajaban en diversos centros hospitalarios de la
provincia de Barcelona, pertenecían a cuatro grandes ámbitos de
trabajo: unidades de cuidados intensivos (UCI) (n: 70); unidades de
hospitalización general (n: 65); unidades de oncología y cuidados
paliativos (n: 70) y servicios de urgencias y emergencias (n: 102).
- 226 -

4.12.3. RESULTADOS. En la tabla 31 figuran las medias y desviaciones


típicas de las puntuaciones NEAM según el puesto de trabajo. Aunque se
aprecian las mayores puntuaciones en el grupo de oncología y paliativos y
las más bajas en cuidados intensivos, en general, las diferencias entre los
grupos son escasas y el análisis de la varianza (Anova) muestra que estas
diferencias no son significativas (f: 1,22; p: 0,303).

Tabla 31. Medias y desviaciones típicas (DT)


de las puntuaciones NEAM del personal de
Enfermería según el ámbito de trabajo
Servicio N Media DT
UCI 70 37,31 14,22
Hosp. General 65 40,69 12,74
Oncología y Pal. 70 41,79 16,07
Urgencias y Em. 101 40,93 16,20
Total 306 40,25 15,06
- 227 -

4.13. ESTUDIO 12. RELACIÓN ENTRE LA NEAM Y LOS


ESTRESORES LABORALES EN PROFESIONALES DE
ENFERMERÍA HOSPITALARIA

4.13.1. OBJETIVO. Determinar la posible relación entre las puntuaciones


de la NEAM y los estresores laborales de los profesionales de enfermería
del ámbito hospitalario.

4.13.2. MÉTODO.

4.13.2.1. Sujetos.. El estudio se realizó en un total de 175


diplomados en enfermería, 157 mujeres y 18 hombres, con una edad
media de 33,29 años (DT: 8,11) y un rango de 18 a 57, que
desempeñaban su trabajo en distintas unidades hospitalarias de
enfermería.

4.13.2.2. Instrumentos. Además de la NEAM, los sujetos


respondieron la Escala de Estresores Laborales para Enfermería
(Nursing Stress Scale: NSS) de Gray-Toft y Anderson (1981), que
- 228 -

constituye el instrumento más conocido y utilizado en el ámbito


anglosajón para el estudio del estrés relacionado con el trabajo de
enfermería hospitalaria (French et al, 2000). La NSS, que ha sido
recientemente traducida y adaptada al español (Mas y Escribá, 1998;
Escribá et al, 1999), es un cuestionario autoadministrado que puede
responderse en un tiempo no superior a diez minutos y que consta de
treinta y cuatro ítems referidos a situaciones que son susceptibles de
provocar estrés laboral en el ámbito de la enfermería hospitalaria.
Las posibles opciones de respuesta para cada uno de los ítems son:
nunca, alguna vez, frecuentemente y muy frecuentemente, que se
puntúan todos ellos desde cero para nunca, hasta tres para muy
frecuentemente, de manera que las posibles puntuaciones totales
pueden fluctuar entre cero, para el mínimo nivel de estresores, hasta
ciento dos para el máximo. En la única referencia disponible hasta el
momento en muestras españolas, Escribá et al (2000) han encontrado
medias de puntuación NSS de 34,16 en un estudio realizado con
enfermeras hospitalarias.

4.13.3. RESULTADOS. La correlación entre las puntuaciones totales de la


NEAM y de la NSS resultó próxima a cero y no significativa (r: 0,053; p:
0,488). No obstante, asumiendo que la NSS contiene elementos estresores
de índole muy distinta, se procedió a realizar su análisis factorial para
poder comparar la NEAM con los distintos factores resultantes. Mediante
el análisis de componentes principales con rotación Varimax se obtuvieron
seis factores significativos que, en su conjunto, configuraban una estructura
factorial muy clara y significativa. Estos seis factores fueron etiquetados
como: a) relaciones profesionales, b) conflictos de competencias, c) muerte
y sufrimiento, d) presión laboral, e) habilidades profesionales y f)
comunicación intragrupal.
- 229 -

Una vez establecidas las puntuaciones totales de los factores, se


calcularon los coeficientes de correlación de la NEAM con cada uno de
ellos. Estos coeficientes están expresados en la tabla 32. Puede
comprobarse que las correlaciones con cinco de los factores (I, II, IV, V, y
VI) son muy bajas y no significativas. Sin embargo, la correlación es
estadísticamente significativa con el factor III, el etiquetado como muerte y
sufrimiento, que está configurado por aquellos ítems que se refieren a
situaciones estresantes relacionadas con situaciones de agonía y muerte de
los pacientes.

Tabla 32. Coeficientes de correlación entre la NEAM y los seis factores


de la Nursing Stress Scale (NSS)
Factor Correlación p
I. Relaciones profesionales 0,036 0,640
II. Conflictos de competencias 0,066 0,386
III. Muerte y sufrimiento 0,188 0,013*
IV. Presión laboral 0,013 0,860
V. Habilidades profesionales 0,090 0,237
VI. Comunicación intragrupal -0,064 0,476
- 230 -
- 231 -

4.14. ESTUDIO 13. DESARROLLO DE LA FORMA CATALANA DE


LA NEAM

4.14.1. OBJETIVO. Construir la versión catalana de la NEAM y


proporcionar evidencia de su equivalencia lingüística.

4.14.2. MÉTODO.

4.14.2.1. Procedimiento y sujetos. En primer lugar se procedió a la


traducción al catalán de la forma original española de la escala. Tres
profesores universitarios con perfecto dominio de ambos idiomas,
realizaron una primera traducción. Posteriormente, otros tres
profesores bilingües realizaron la traducción inversa catalán-español.
El nivel de coincidencia entre la forma original y el resultado de la
traducción directa / inversa fue prácticamente total por lo que, tras
realizar pequeñas modificaciones, se consideró que ambas formas
presentaban equivalencia lingüística. La tabla 33 contiene los ítems
de la forma catalana de la NEAM.

Una muestra de treinta sujetos, pertenecientes al profesorado y


personal administrativo de una escuela universitaria, que
- 232 -

manifestaron conocimiento de ambas lenguas, respondieron la


NEAM en sus formas española y catalana. Ambas versiones de la
escala fueron administradas separadamente y en orden
contrabalanceado a los sujetos, que fueron asignados aleatoriamente
a la secuencia español / catalán o catalán / español.

Tabla 33. Ítems de la forma catalana de la NEAM


1. Em fa angúnia entrar en un cementiri.
2. La certesa de la mort no li treu significat a la vida.
3. Em molesta sentir parlar de temes relacionats amb la mort.
4. Mai m’ha preocupat la possibilitat de morir jove.
5. Em costa acceptar la idea de que tot s’acabi amb la mort.
6. Penso que seria més feliç si ignorés que haig de morir.
7. Crec que tinc més por a la mort que la majoria de la gent.
8. No em preocupa envellir.
9. Em costa molt acceptar que haig de morir.
10. Mai acceptaria treballar en una empresa funerària.
11. M’espanta la idea del no-res després de la mort.
12. La mort és un procés natural que no em provoca inquietud.
13. Moltes vegades em pregunto quina serà la causa de la meva mort.
14. No tinc un interès especial per viure fins una edat molt avançada.
15. Els taüts em posen nerviós.
16. No em preocupa el que hi hagi després de la mort.
17. Sovint penso que puc tenir una malaltia greu.
18. Hi ha coses pitjors que la mort.
19. M’impressiona molt la visió d’un cadàver.
20. Sovint penso en la meva pròpia mort.
- 233 -

4.14.3. RESULTADOS. El coeficiente de correlación entre las formas


española y catalana de la NEAM fue de 0.97, lo que proporciona
considerable evidencia de la equivalencia lingüística de ambas versiones.
Se realizó también la comparación de medias entre ambas formas mediante
la prueba t de Student. El valor de t fue de 0,34 (p = 0,73) lo que indica que
ambas versiones funcionan en los sujetos como estímulos equivalentes.

En el anexo 2 se incluye el cuestionario de la forma catalana de la


NEAM que se ha utilizado para realizar este estudio.
- 234 -
- 235 -

4.15. ESTUDIO 14. DESARROLLO DE LA FORMA INGLESA DE


LA NEAM

4.15.1. OBJETIVO. Construir la versión inglesa de la NEAM y


proporcionar evidencia de su equivalencia lingüística.

4.15.2. MÉTODO.

4.15.2.1. Procedimiento y sujetos. Los veinte ítems de la NEAM


fueron traducidos al inglés por un experto bilingüe. A continuación,
dos psicólogos conocedores de ambas lenguas evaluaron la
traducción con relación a la equivalencia de significado, realizándose
modificaciones hasta llegar a un acuerdo en todos los ítems. Esta
versión preliminar inglesa fue traducida de nuevo al español y el
resultado comparado con la forma original española, encontrándose
un elevado grado de similitud. La tabla 34 contiene los ítems de la
forma inglesa de la NEAM.
- 236 -

Un total de veinte sujetos, profesores de inglés en escuelas de


idiomas, respondieron la NEAM en sus formas española e inglesa,
que les fueron administradas separadamente en orden
contrabalanceado, siendo asignados aleatoriamente a la secuencia
inglés / español o español / inglés.

Tabla 34. Ítems de la forma inglesa de la NEAM


1. I get upset when I am in a cemetery
2. The certainty of death does not make life meaningless
3. It annoys me to hear about death
4. I have never been worried about the possibility of dying young
5. I find it difficult to accept the idea that it all finishes with death
6. I think I would be happier if I ignored the fact that I have to die
7. I think I am more afraid of death than most people
8. Getting old does not worry me
9. I find it really difficult to accept that I have to die
10. I would never accept a job in a funeral home
11. The idea there is nothing after death frightens me
12. Death is a natural process that does not trouble me
13. I very often think about the cause of my death
14. I am not specially interested in living to a very old age
15. Coffins make me nervous
16. I am not worried about what’s after death
17. I often think I may have a serious disease
18. There are worse things than death
19. The sight of a death body deeply shocks me
20. I frequently think of my own death
- 237 -

4.15.3. RESULTADOS. Se obtuvo una correlación entre las formas


española e inglesa de la NEAM de 0,95, con lo que ambas formas pueden
considerarse lingüísticamente equivalentes. La comparación entre las
puntuaciones medias de los sujetos en ambas versiones resultó un valor t de
0,27 (p = 0,78), indicando la similitud de las dos formas.

El cuestionario conteniendo la forma inglesa de la NEAM que se ha


utilizado en este estudio figura en el anexo 3.
- 239 -

CAPÍTULO 5. CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN


- 240 -
- 241 -

Por lo que respecta a la primera hipótesis planteada, relativa a la


determinación del formato de respuesta más conveniente para la escala, los
resultados del estudio 2 indican que, tanto el formato dicotómico
(verdadero, falso) como el tipo Likert con seis opciones, que se ha venido
utilizando a lo largo de este trabajo, son intercambiables y pueden usarse
ambos de forma fiable. La decisión de utilizar uno u otro puede depender
esencialmente de dos circunstancias: la primera de ellas se referiría a las
propias características de los sujetos que han de responder a la escala, los
cuales, en ocasiones, como consecuencia de su edad, de su nivel cultural u
de otras situaciones personales o situacionales, pueden encontrar serias
dificultades para responder de forma fiable el formato múltiple, mientras
que pueden hacerlo más fácilmente con una forma verdadero / falso. La
segunda circunstancia condicionante estaría relacionada con las
características y objetivos concretos del estudio, especialmente en lo
referente a si se trata de un diseño transversal o longitudinal. Así, si lo que
se pretende es tomar medidas transversales de ansiedad ante la muerte,
probablemente será más útil y sencillo utilizar el formato dicotómico,
mientras que si, por el contrario, se quiere detectar cambios en el tiempo en
los niveles de ansiedad ante la muerte, como consecuencia de una
intervención o exposición, el formato Likert será considerablemente más
sensible y su utilización más aconsejable.
- 242 -

Por otro lado, el coeficiente alfa obtenido, con un valor de 0,83 y el


coeficiente test-retest de 0,94 denotan que la NEAM posee una alta
consistencia interna y una satisfactoria estabilidad temporal, de manera que
también la hipótesis No 2 puede considerarse plenamente confirmada.

Con relación al análisis factorial, la estructura resultante es significativa


y congruente con los elementos que Lonetto y Templer (1986) han
enunciado como generadores de ansiedad ante la muerte y que se han
asumido en el planteamiento teórico. Asimismo, el número de factores
significativos obtenidos concuerda con estudios previos que, utilizando
básicamente la DAS, suelen concluir estructuras factoriales formadas por
cuatro o cinco factores (Abdel-Khalek et al, 1993; Devins, 1979; Gilliland
y Templer, 1985-86; Hoogstraten et al, 1988; Lonetto et al, 1979; Martin,
1982-83).

No obstante, parece conveniente realizar un análisis detenido de la


estructura de las cargas factoriales (tabla 19), para poder apreciar la
coherencia de las agrupaciones de los ítems y justificar las denominaciones
asignadas a cada factor.

En la muestra utilizada, el mayor porcentaje de varianza (26,15%) viene


explicado por el factor formado por cinco ítems que contienen en su
formulación especialmente referencias a ataúdes, funerarias, cadáveres y
cementerios y que se ha denominado generadores externos de ansiedad
ante la muerte, al referirse todos ellos a situaciones o elementos que
constituyen en nuestro medio la referencia externa de la muerte. De alguna
manera, el hecho de que sea precisamente este factor el que explica el
porcentaje mayor de varianza podría relacionarse con el papel que la
muerte tiene actualmente en nuestra sociedad y la tendencia general a
- 243 -

ocultarla, a apartarla de nuestra vida cotidiana y a confinarla en la asepsia


hospitalaria.

El segundo factor está constituido por cinco ítems que plantean


proposiciones cuya idea común es la percepción personal de la muerte y la
posición que se adopta ante ella. Puede considerarse que, si el primer factor
está determinado fundamentalmente por elementos materiales y externos,
de naturaleza social y cultural, este segundo factor viene claramente
configurado por la dimensión interna e individual del significado de la
muerte, de ahí que se haya etiquetado como significado y aceptación de la
muerte. Cabe comentar aquí que, en todos los análisis factoriales
exploratorios que se han realizado en otras muestras a lo largo de este
trabajo, estos dos primeros factores, con pocas variaciones en su
composición, representan una constante de aparición como componentes
más importantes, con variaciones en las diferentes muestras en el orden de
importancia en cuanto al porcentaje de varianza explicada por cada uno de
ellos.

Los cuatro ítems que configuran el tercer factor se refieren a


pensamientos y preocupaciones en torno a la idea de la muerte y, en cuanto
a los planteamientos teóricos, podría considerarse relacionado, tanto con el
impacto cognoscitivo y emocional de la muerte, como con la anticipación y
miedo de la muerte y el morir. Aunque se decidió denominar este factor
pensamientos sobre la muerte, atendiendo a las formulaciones explícitas de
sus ítems, es evidente que su naturaleza está claramente determinada por la
conciencia de la propia mortalidad.

El cuarto factor, al que se ha denominado la vida después de la muerte,


presenta también un claro significado, dado que está formado por los tres
- 244 -

únicos ítems de la escala que se refieren explícitamente a la posibilidad o a


la duda de que haya algo después de la muerte biológica. En este sentido,
este cuarto factor vendría a constituir la que podría considerarse dimensión
espiritual o de creencias, que podría relacionarse con las ideas filosóficas o
religiosas.

En cuanto al quinto factor identificado, que se ha denominado brevedad


de la vida, aunque presenta un significado un tanto ambiguo, parece estar
en relación con la percepción personal del paso del tiempo y con el
significado que el sentimiento de la inevitabilidad de la muerte da o quita a
la vida.

En conjunto, puede concluirse que la estructura factorial resultante


confirma la hipótesis No 3, especialmente en lo que se refiere a la
diferenciación teórica expuesta entre elementos generadores internos y
externos de ansiedad ante la muerte. Desde este planteamiento, el primer
factor puede ser considerado como un factor puro de generadores externos
de ansiedad ante la muerte, mientras que los restantes cuatro factores
representarían otras tantas facetas diferenciadas de generadores internos,
que, concretamente, estarían constituidos por el significado de la muerte
(factor 2), pensamientos relacionados con la muerte (factor 3), creencias
sobre la trascendencia de la vida humana (factor 4) y percepción del
tiempo (factor 5)

Por lo que respecta al análisis factorial que se ha realizado a partir de la


matriz de intercorrelaciones de las siete escalas, los dos factores
identificados, que se etiquetaron como actitudes ante la muerte y
neuroticismo general, confirman claramente que el conjunto de las cuatro
escalas de actitud ante la muerte forman una entidad diferencial de medida,
- 245 -

mientras que la ansiedad, obsesión y depresión general pueden ser


categorizadas en otra. Además, según puede observarse en la tabla 20, la
NEAM aporta la carga más elevada al factor de actitudes ante la muerte, lo
que constituye otro elemento a favor de su validez como medida de
ansiedad ante la muerte.

El análisis de la tabla 18, que contiene la matriz de coeficientes de


correlación de la NEAM con los otros instrumentos utilizados, plantea
varias cuestiones. Por un lado, la correlación con las tres escalas de actitud
ante la muerte es prácticamente la misma, con lo que podría dudarse de la
eficacia práctica de la consideración de los tres constructos. Especialmente,
por lo que se refiere a la DDS, los resultados obtenidos apoyan las reservas
planteadas en otros trabajos con respecto a su capacidad para diferenciar
entre la ansiedad y la depresión ante la muerte, e incluso a la conveniencia
de considerar ambos constructos de forma separada (Abdel-Khalek, 1998a,
Alvarado et al, 1993; Roshdieh et al, 1999; Siscoe et al, 1992; Tripplet et
el, 1995).

La importante diferencia que se observa entre las correlaciones de la


NEAM con las medidas de la muerte y las medidas de neuroticismo
general, aún siendo todas ellas significativas, confirma la hipótesis No 4 y
da soporte a la consideración de la NEAM como una escala de actitudes
relacionadas con la muerte. Además, la correlación es mayor con la escala
de ansiedad general (Taylor) que con las escalas de obsesión (Pt) y
depresión (Zung), siendo estas correlaciones prácticamente las mismas para
la NEAM y para la DAS, lo que permite confirmar la hipótesis No 5. En su
conjunto, todos estos resultados proporcionan considerable consistencia a
la consideración de la NEAM como una medida específica de ansiedad ante
la muerte.
- 246 -

Con relación a la edad, la primera conclusión es que presenta una


correlación negativa y estadísticamente significativa, tanto en mujeres
como en hombres, en el análisis efectuado con el total de los sujetos de la
muestra, confirmando la hipótesis No 6. Este resultado está plenamente de
acuerdo con lo que parece ser una tendencia general en muestras
constituidas por sujetos con un rango amplio de edad, incluidos ancianos,
tal vez porque, como sugieren Lonetto y Templer (1986), cuantos más años
se pasan de la mitad de la vida más tiempo hay para reconciliarse con la
muerte.

Sin embargo, hay que destacar que estos resultados no concuerdan con
los obtenidos en el estudio realizado por Gesser et al (1987), quienes
observaron la existencia de una relación curvilínea entre la edad y el miedo
a la muerte y el morir. Por el contrario, los datos de nuestro estudio indican
una relación negativa lineal entre la edad y la ansiedad ante la muerte, en
cuanto se produce una disminución constante y mantenida desde las
puntuaciones máximas del grupo de 16-25 años a las mínimas en el grupo
de 66-93.

En cuanto a la interpretación de la relación entre la edad y la ansiedad


ante la muerte en los distintos grupos de edad, puede ser más útil la
valoración visual de las líneas de regresión que los propios coeficientes de
correlación. De esta manera, puede observarse que, prácticamente, en todos
los gráficos la línea de regresión mantiene una pendiente negativa más o
menos pronunciada, excepto en el grupo de más edad, donde la línea es
prácticamente horizontal (gráfica 7), como consecuencia de la inversión de
la relación entre las dos variables en las mujeres de este grupo (gráfico 16).
Aunque el dato es llamativo e interesante, la ausencia de antecedentes al
- 247 -

respecto en la bibliografía y el pequeño tamaño del grupo no permite


aventurar la conclusión de que en las mujeres de edad avanzada la
correlación con la ansiedad ante la muerte se invierte para tomar un signo
positivo, aunque es posible que esta cuestión puede constituir un tema de
interés en futuros esfuerzos investigadores que pueden emprenderse a partir
de esta observación.

En la mayoría de los estudios que se realizan sobre la ansiedad ante la


muerte, las posibles diferencias por género constituyen un punto de
especial atención. De acuerdo con este interés, se ha realizado el análisis de
la influencia del género en las puntuaciones de la NEAM a cuatro niveles:
a) a nivel general, comparando las medias de hombres y mujeres del total
de la muestra; b) a nivel de ítem, comparando las medias de hombres y
mujeres en cada uno de los ítems de la NEAM; c) a nivel factorial,
comparando las medias de hombres y mujeres en cada uno de los cinco
factores que forman la estructura factorial; y d) por grupos de edad,
comparando las puntuaciones de hombres y mujeres en cada uno de los
grupos que se formaron para el estudio de la edad.

Con respecto al primer nivel y coincidiendo con la gran mayoría de los


estudios disponibles en la literatura, resulta evidente el hecho de que las
mujeres presentan puntuaciones significativamente superiores (p<0,001) a
los hombres.

Con relación al análisis de las puntuaciones en cada uno de los ítems


(tabla 25), se observa que las mujeres puntúan más alto que los hombres en
diecisiete de los veinte ítems, alcanzando la diferencia significación
estadística en doce de ellos. Únicamente en tres de los ítems (dos, ocho y
- 248 -

diez) las puntuaciones medias de los hombres son ligeramente superiores a


las de las mujeres.

En el examen de las diferencias a nivel factorial se aprecia que las


mujeres obtienen puntuaciones significativamente más altas en los cuatro
factores más representativos. Únicamente en el quinto factor las
puntuaciones medias son prácticamente iguales en ambos sexos. No
obstante, la ambigüedad ya comentada de este factor hace difícil la
explicación. Lo cierto es que dos de los tres ítems que cargan en este factor
(la certeza de la muerte no quita significado a la vida y no me preocupa
envejecer) pertenecen a aquellos en los cuales los hombres puntúan más
alto que las mujeres.

En cuanto a la comparación por grupos de edad (tabla 24), en todos los


grupos se aprecian unas puntuaciones significativamente superiores en las
mujeres, a excepción del grupo de 66-93 años, donde vuelven a aparecer
discrepancias, ya que, aunque la diferencia no alcanza significación
estadística, los hombres puntúan considerablemente más alto que las
mujeres. Es evidente que los resultados obtenidos en esta muestra de
ancianos exigen continuar la línea de investigación en este tipo de sujetos
para aclarar si realmente estamos ante una tendencia general o ante el
efecto de algún tipo de sesgo.

Puede concluirse que la hipótesis No 7 queda plenamente confirmada, en


cuanto que todos los análisis indican una tendencia general de las mujeres
a puntuar más alto en la NEAM, coincidiendo con los resultados
observados en trabajos previos llevados a cabo con otras escalas de medida
de la ansiedad ante la muerte. La investigación empírica deberá aclarar si
estas diferencias se deben a que realmente las mujeres presentan, por lo
- 249 -

general, una mayor ansiedad ante la muerte que los hombres, o más bien
son el reflejo de circunstancias como las planteadas por Stillon (1985), para
quien las mayores puntuaciones del sexo femenino en estas escalas son un
simple reflejo de la mayor facilidad que tienen las mujeres para admitir y
expresar sus sentimientos de preocupación; o por Wong et al (1994), que
atribuyen las diferencias al hecho de que los hombres actúan de una forma
mucho más defensiva ante las ideas y pensamientos que están relacionados
con su mortalidad.

De la misma manera, las hipótesis 8 y 9 pueden considerarse


confirmadas, ya que tanto la capacidad discriminante de los ítems para
diferenciar entre aquellos sujetos que presentan puntuaciones bajas o altas
en el total de la escala (estudio 8), como la ausencia de sesgo en las
respuestas a los ítems a causa de la deseabilidad social o respuestas
convenientes (estudio 9), parece haber quedado suficientemente
demostrados en los respectivos estudios.

Por lo que se refiere a la hipótesis No 10, relativa al posible


funcionamiento diferencial de los ítems con respecto a las variables sexo y
grupo de población, los resultados de la regresión logística apuntan hacia la
confirmación del planteamiento teórico de ausencia de DIF en los ítems de
la NEAM por efecto de estas variables.

En general, no parece que existan diferencias notables en las


puntuaciones NEAM entre los distintos grupos de población estudiados
(tabla 21). Si prescindimos del grupo de estudiantes de educación
secundaria y del grupo de jubilados, donde las puntuaciones están
claramente influenciadas por las edades de los sujetos, las conclusiones
más relevantes serían que los profesionales de la salud no presentan altos
- 250 -

niveles de ansiedad ante la muerte; de hecho, los médicos son el grupo que
presenta las puntuaciones más bajas, mientras que los diplomados en
enfermería alcanzan puntuaciones ligeramente por debajo de la media
general, resultados también concordantes con estudios previos (Howells y
Field, 1982; Thorson y Powell, 1991) y que confirman la hipótesis No 11.
Tampoco parece, en razón de las escasas diferencias observadas (tabla 30),
que el lugar de trabajo de las enfermeras sea un factor muy importante a la
hora de condicionar el nivel de ansiedad ante la muerte de estos
profesionales. No obstante, los resultados obtenidos en el estudio 12
aportan algunos datos adicionales de interés. El primero de ellos es la
evidencia de que los aspectos relacionados con la muerte constituye una de
las principales fuentes de estrés para los profesionales de enfermería.
Aunque se ha sugerido que estos profesionales, que han de afrontar con
considerable frecuencia la agonía y la muerte de sus pacientes, pueden
desarrollar estrategias de afrontamiento eficaces para minimizar el impacto
de estos eventos y su influencia en el desarrollo de estrés laboral (García et
al, 2001), estos resultados no parecen apoyar esta idea y ponen de
manifiesto la complejidad de las reacciones emocionales ante la
exposición al proceso de la muerte ajena, concordando con las
observaciones de otros trabajos realizados con enfermeras que han
concluido que el contacto y afrontamiento de la muerte constituye la fuente
principal de preocupación y estrés (Fitch et al, 1999) y que los conflictos
personales, la insatisfacción personal y la frustración causados por la
pérdida de los pacientes, son comunes en el personal de enfermería (Lewis,
1999). Por otro lado, el hecho de que la NEAM correlacione
significativamente con el factor relacionado con la muerte, además de
servir de confirmación al planteamiento de la hipótesis No 12, constituye un
elemento más de apoyo a su validez como medida de la ansiedad ante la
muerte.
- 251 -

El hecho de presentar una forma catalana de la escala se debe al


propósito de que ésta pueda ser utilizada de forma indistinta y eficaz en
nuestra realidad cultural y social bilingüe. De hecho, Poveda et al (2000)
ya plantean las dificultades que han encontrado al utilizar escalas en idioma
castellano exclusivamente en sujetos de la Comunidad Valenciana, por lo
que animan a los investigadores a trabajar en la traducción y adaptación de
los instrumentos más usados a todos los idiomas oficiales del Estado
Español.

En cuanto a la forma inglesa de la NEAM, su construcción ha estado


motivada por la posibilidad de que en el futuro la escala pueda ser
utilizada en estudios multiétnicos que permitan la comparación de
puntuaciones y estructuras de muestras pertenecientes a otros medios
sociales y culturales.

Aunque se ha procurado garantizar la equivalencia lingüística de ambas


versiones con la forma original y los resultados parecen apoyar esta
pretensión y proporcionar la suficiente evidencia para considerar
confirmada la hipótesis No 13, sería deseable que estudios posteriores
tuviesen en cuenta la determinación de todas sus características
psicométricas en poblaciones específicas.

Únicamente comentar, para finalizar, que, aunque la investigación de las


actitudes y reacciones humanas ante la muerte resulta un campo de trabajo
para clínicos y teóricos que puede presentar gran interés y posibilidades, lo
cierto es que, en la práctica, su realización presenta considerables
dificultades. Como apunta Templer (Lester y Templer, 1992-93), para la
mayoría de las personas la muerte no resulta un tema fascinante y son
- 252 -

pocos los jóvenes que entran en el campo de la Psicología para involucrarse


como clínicos o investigadores en el tema. Además, las intervenciones
realizadas sobre los estados de malestar o de ansiedad ante la muerte no
suelen conducir a resultados espectaculares. Es evidente que ninguna
intervención o terapia puede cambiar el hecho de que, inevitablemente, la
muerte llegará un día u otro.

Sin embargo, estas consideraciones no significan en absoluto que el


tema de la muerte deba ser apartado del interés de la investigación
científica. Más bien al contrario, factores como el aumento de la esperanza
de vida, el envejecimiento de la población y la progresiva
institucionalización de la muerte han propiciado el desarrollo de nuevas
perspectivas en el cuidado de las personas en proceso de muerte, como el
movimiento Hospice y todo el planteamiento general de los Cuidados
Paliativos, que ya están demandando formación rigurosa y sistemática para
los profesionales sobre los temas relacionados con la muerte, no sólo para
poder proporcionar una ayuda eficaz a las personas a las que dispensan sus
cuidados, sino también desde la perspectiva del afrontamiento y manejo de
sus propios miedos y ansiedades ante el contacto cotidiano con la muerte
ajena.

En este contexto, el presente trabajo pretende aportar un instrumento de


medida válido, que, aplicado a la evaluación de la ansiedad ante la muerte
pueda contribuir a la contrastación empírica de hipótesis relacionales y al
desarrollo en nuestro país de una línea investigadora rigurosa dedicada a la
mejor comprensión de los distintos factores que actúan sobre las actitudes
ante la muerte y a las posibilidades de una intervención formativa o
modificadora, en especial en aquellas personas que han de afrontar
diariamente, como parte de su trabajo, el sufrimiento, el dolor y la muerte
- 253 -

de los demás. En realidad, sólo ellas pueden entender el verdadero


significado de acompañar a las personas en su agonía y en su muerte, e
intentar conseguir que este trance se integre armónicamente en lo que ha
sido el proceso vital de estas personas.
- 255 -

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- 303 -

ANEXOS
- 304 -
- 305 -

Anexo 1. Cuestionario de la forma española de la


NEAM
- 306 -
- 307 -

ESCALA NEAM
SEXO: mujer hombre SERVICIO:
EDAD: ............ PROFESIÓN:
En cada una de las siguientes cuestiones, marcar con una X la opción de respuesta elegida,
según el grado de acuerdo

1. Me angustia entrar en un cementerio


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

2. La certeza de la muerte no quita significado a la vida


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

3. Me molesta oír hablar de temas relacionados con la muerte


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

4. Nunca me ha preocupado la posibilidad de morir joven


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

5. Me cuesta aceptar la idea de que todo se acabe con la muerte


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

6. Pienso que sería más feliz si ignorase que he de morir


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

7. Creo que tengo más miedo a la muerte que la mayoría de las personas
total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

8. No me preocupa envejecer
total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

9. Me cuesta mucho aceptar que he de morir


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo
- 308 -

10. Nunca aceptaría trabajar en una empresa funeraria


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

11. Me asusta la idea de la nada después de la muerte


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

12. La muerte es un proceso natural que no me provoca inquietud


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

13. Muchas veces me pregunto cuál será la causa de mi muerte


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

14. No tengo especial interés por vivir hasta una edad muy avanzada
total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

15. Los ataúdes me ponen nervioso


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

16. No me preocupa lo que haya después de la muerte


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

17. A menudo pienso que puedo tener una enfermedad grave


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

18. Hay cosas peores que la muerte


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

19. Me impresiona mucho la visión de un cadáver


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo

20. Frecuentemente pienso en mi propia muerte


total considerable ligero ligero considerable total
acuerdo acuerdo acuerdo desacuerdo desacuerdo desacuerdo
- 309 -

Anexo 2. Cuestionario de la forma catalana de la


NEAM
- 310 -
- 311 -

ESCALA NEAM
SEXE: dona home
EDAT: ............ PROFESSIÓ:
A cadascuna de les qüestions següents, marqueu amb una X l’opció de resposta escollida,
segons el grau d’acord o desacord.

1. Em fa angúnia entrar en un cementiri


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

2. La certesa de la mort no li treu significat a la vida


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

3. Em molesta sentir parlar de temes relacionats amb la mort


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

4. Mai m’ha preocupat la possibilitat de morir jove


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

5. Em costa acceptar la idea de que tot s’acabi amb la mort


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

6. Penso que seria més feliç si ignorés que haig de morir


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

7. Crec que tinc més por a la mort que la majoria de la gent


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

8. No em preocupa envellir
total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

9. Em costa molt acceptar que haig de morir


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord
- 312 -

10. Mai acceptaria treballar a una empresa funerària


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

11. M’espanta la idea del no-res després de la mort


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

12. La mort és un procés natural que no em provoca inquietud


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

13. Moltes vegades em pregunto quina serà la causa de la meva mort


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

14. No tinc un interès especial per viure fins una edat molt avançada
total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

15. Els taüts em posen nerviós


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

16. No em preocupa el que hi hagi després de la mort


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

17. Sovint penso que puc tenir una malaltia greu


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

18. Hi ha coses pitjors que la mort


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

19. M’impressiona molt la visió d’un cadàver


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord

20. Sovint penso en la meva pròpia mort


total considerable lleuger lleuger considerable total
acord acord acord desacord desacord desacord
- 313 -

Anexo 3. Cuestionario de la forma inglesa de la


NEAM
- 314 -
- 315 -

NEAM SCALE
SEX: female male
AGE: ............ OCCUPATION:
Read the sentences below and place a tick in the box which most closely coincides with opinion.

1. I get upset when I am in a cemetery


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

2. The certainty of death does not make life meaningless


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

3. It annoys me to hear about death


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

4. I have never been worried about the possibility of dying young


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

5. I find it difficult to accept the idea that it all finishes with death
I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

6. I think I would be happier if I ignored the fact that I have to die


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

7. I think I am more afraid of death than most people


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

8. Getting old does not worry me


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

9. I find it really difficult to accept that I have to die


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree
- 316 -

10. I would never accept a job in a funeral home


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

11. The idea there is nothing after death frightens me


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

12. Death is a natural process that does not trouble me


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

13. I very often think about the cause of my death


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

14. I am not specially interested in living to a very old age


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

15. Coffins make me nervous


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

16. I am not worried about what’s after death


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

17. I often think I may have a serious disease


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

18. There are worse things than death


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

19. The sight of a death body deeply shocks me


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

20. I frequently think of my own death


I completely I quite I slightly I slightly I quite I completely
agree agree agree disagree disagree disagree

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