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I I universo fascinante de la Edad Media

c ijii 1U profusión de mitos, símbolos y alego­


rías viene ejerciendo su magia en el mundo
actual a través de los poetas de nuestro
tiempo.
i.V-eli rctoroo
romancea la tradición
anglonormando
anglosajona
El presente volumen nos ofrece la traduc­
ción completa de un romance medieval per­
teneciente al momento de la reacción anglo­
sajona que intenta sacudir de sí los efectos
de la dominación normanda. Lo precede un
ajustado análisis de la civilización anglosajo­
na sobre la cual se imponen la lengua y la
cultura de Francia a partir del año 1066.
Rosa Pastalosky, estudiosa de las literatu­
ras de la Europa Septentrional, es profesora
titu la r de Literatura Inglesa y Norteamericana
en la Facultad de Humanidades de La Plata;
profesora titu la r de Literaturas de la Europa
Septentrional en los Profesorados Superiores
N9 1 y N9 2 de la Capital Federal y ha reali­
zado seminarios de su especialidad en uni­
versidades de Inglaterra y Alemania. Es auto­
ra de numerosos trabajos entre los cuales
se cuentan: El testimonio social en los ro­
mánticos ingleses con Faja de Honor de la
S.A.D.E.; G. B. Shaw, su ideario filosófico,
político y social; Historia del teatro norte­
americano; Henry Fielding y la tradición pi
caresca con premio del Fondo Nacional de las
Artes del año 1970; La novela victoriana en el
mundo industrial. Se suman los estudios y
traducciones en publicaciones especializadas
del país y del extranjero.
COLECCION ENSAYOS
2. HERNÁNDEZ: POESÍA Y POLITICA, de Ro­
dolfo A. Borello. Rosa Pastalosky
3. EL ESTRUCTURALISMO, de Guillermo Fran-
covich.
4. LA REVOLUCIÓN DE LA JUVENTUD, de
Moisés Ochoa Campos.
5. ALFONSO SASTRE, DRAMATURGO Y PRE­
CEPTISTA, de Francis Donahue.
6. MANUEL BELGRANO, PERIODISTA, de Ar­
mando Alonso Piñeiro.
7. TOYNBEE, HEIDEGGER Y WHITEHEAD, de
Guillermo Francovich.
8. ROBERTO PAYRÓ Y SU TIEMPO, de María
Carmen Leonard de Amaya.
9. ASPECTOS DE LA CULTURA AFRICANA
El Romance Anglonormando
EN EL RÍO DE LA PLATA, de Néstor Ortiz y el
Oderigo.
10. ENRIQUE BANCHS, POETA DEL SENTI­
MIENTO HUMANO, de David Martínez. Retorno
11. CONVERGENCIAS, de Osvaldo Rossler.
12. LA LITERATURA MODERNISTA EN LA AR­ a la
GENTINA, de Carlos Alberto Loprete.
13. HUGO BETTI, TEATRO DE LA CULPA Y Tradición Anglosajona
DEL RESCATE, de Elena F. Lo Cicero.
14. GROTESCOS Y ABSURDOS EN LA LITERA­
TURA ITALIANA, de Elena F. Lo Cicero. Apéndice: Traducción de Sir Gawain
15. EL HUMORISMO EN EL TEMPERAMENTO and the Green Knight
CRIOLLO, de Alberto F. Rivas. (Sir Gawain y el Caballero Verde)
16. MACUMBA, de Néstor Ortiz Oderigo.
17. TRAYECTORIA DE LA POESÍA GAUCHES­
CA, de Horacio J. Becco, Rodolfo A. Borello,
Adolfo Prieto y Félix Weinberg.
18. APROXIMACIÓN SEMIÓTICA A UN TEXTO
DRAMÁTICO, de Ana María Lorenzo y Orbit
E. Negri.
19. CLAVES PARA EL CUENTO, de Alba Omil y
Raúl Alfredo Piérola.
20. EL ROMANCE ANGLONORMANDO Y EL
RETORNO A LA TRADICIÓN ANGLOSAJO­
NA, de Rosa Pastalosky.
Primera Parte

1. La literatura anglosajona frente


a la invasión normanda
1066, el año de la invasión normanda en Ingla­
terra, marca para la vida británica en todos sus
aspectos —histórico, cultural y político— un mo­
jón inconfundible entre dos etapas definidas: la
antigua civilización anglosajona y la nueva co­
rriente anglonormanda. A pesar de la enorme
gravitación política y social ejercida por la con­
quista, W. P. Ker atribuye la gran diferencia en­
tre las dos eras a la "desaparición absoluta de la
vieja poesía inglesa”.1 La genuina poesía anglo­
sajona, de decidida influencia nórdica, había al­
canzado, mucho antes de la conquista, un grado
tal de madurez, cuya fuerza y modernidad pueden
apreciarse aún hoy, por su vigencia para el hom­
bre de todas las épocas, en los escasos textos de
que disponemos en la actualidad. También la pro­
sa había logrado un alto grado de desarrollo a
través de los trabajos de Alfred the Great (871-
901), cuyas traducciones del latín de estudios fi­
losóficos y religiosos —conocidos en la traduc­
ción de Boetius— constituyen una prueba evi­
dente de la evolución cultural lograda por el
pueblo anglosajón. Al respecto, R. R. Darlington
afirma:
"Los normandos, de raza vigorosa, si bien algo
Hecho el depósito que marca la i Ker, W. P.: English Literature Medieval, Oxford Univ.
IMPRESO EN LA ARGENTINA Press, London, 1945.
7
ruda, se vieron enfrentados en Inglaterra con una tres lenguas en los primeros siglos de la conquis­
civilización altamente desarrollada, más antigua, ta: francés, latín y el vacilante anglosajón en su
y en muchos sentidos superior a la propia. Es etapa transicional.
evidente que el período al cual pusieron fin los Si bien la desaparición de un idioma bien pue­
trágicos sucesos de 1066, en sentido alguno pue­ de determinar la muerte de una literatura y, con
de considerarse como una era de estancamiento ello, la extinción de un pueblo —pues fue consen­
y decadencia, porque desde cualquier ángulo que so casi unánime en los autores que la invasión
se mire, la última fase de la vieja historia inglesa normanda significó un siglo en blanco para la li­
es rica, tanto en sus logros como en promesas." 2 teratura de Inglaterra— preciso es recordar, no
Después de la conquista, la literatura sufre un obstante, que algunos poemas, tales como The
colapso. El sometimiento del pueblo vencido a Site of Durham, en verso aliterativo, parece ser
los conquistadores victoriosos, trae consigo la de­ posterior a la conquista. Por otra parte, hay evi­
saparición de la edad heroica que había legado dencias que muestran rasgos de una decadencia
a las generaciones futuras poemas épicos de la anterior de la vieja poesía anglosajona, comen­
envergadura de Beowulf o la Batalla de Maldon, zada y sentida años antes de la conquista.4
ambos de procedencia teutónica. Después de 1066, la aliteración poética pasó a
Junto al aspecto literario, gravitan otros fac­ la tradición oral y en algunas partes del país,
tores de suma importancia en esta declinación de principalmente en el Norte y en el Oeste, el ver­
la cultura: costumbres totalmente ajenas a la aus­ so aliterativo continuó cultivándose, mantenido
tera civilización anglosajona, nuevos modos de a través de la tradición oral, probablemente sin
vida, sumado todo ello, a la introducción de una interrupciones. Es innegable, no obstante, que a
nueva lengua. El idioma francés, que pasó a ser pesar de esta probable y tenue producción poé­
la lengua de la clase gobernante y de la nueva tica en verso aliterativo y en la vieja lengua, el
aristocracia, relegó al anglosajón a las clases más golpe de muerte a la cultura nórdica había sido
populares con el resultante y gradual surgimiento ya asestado. En lo sucesivo, debía surgir una nue­
de una nueva lengua: la anglonormanda. Parale­ va corriente literaria, bajo nuevas fluctuaciones
lamente se escribía en latín, con preferencia en e influencias de toda índole, en un lento proceso
los monasterios, sobre temas religiosos y didác­ de reconstrucción. El cambio habría de ser tan
ticos. El latín era, además, la lengua de los do­ grande como lo supone el trasvasamiento de una
cumentos públicos, de la ciencia, la filosofía y la civilización a otra, con el fusionamiento de dos
historia. La conocida Historia Regum Britanniae, tendencias en sus orígenes totalmente opuestas:
de Geoffrey de Monmouth, del siglo xix, suminis­ la corriente septentrional invadida por el sol del
tró abundante y fructífero material, que fuera mediodía. La literatura anglosajona de origen ger­
más tarde bien aprovechado en poemas y roman­ mánico sobre la cual las influencias nórdicas pa-
ces.3 Puede hablarse así de la coexistencia de
2 Darlington, R. R.: "The Last Phase of Anglo-Saxon
History” (History, London, June 1937, págs. 1-13).
3 Daiches, David: A Critical History of English Lite- 4 Wilson, R.: Early Middle English Literatura, Methuen
rature, Secker & Warburg, London, 1968, t. 1. & Co., London, 1968.
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ganas gravitaban con más fuerza que las latinas,5 palabra de Paulinus y los allí reunidos se convir­
poco parentesco ofrecía con las brillantes cancio­ tieron en cristianos. Edwin fue bautizado en York
nes de gesta introducidas por la conquista. El y sobre ese mismo terreno se construyó una
sentido trágico de la vida que se recoge en la iglesia.
poesía inglesa del siglo vm, tal como ha llegado A pesar de las sucesivas y casi rápidas conver­
hasta nosotros,6 confiere a la misma, junto con siones, las sensaciones de desamparo y desespe­
un sentimiento de dignidad y grandeza, una at­ ranza persisten dolorosamente durante largo
mósfera de inevitable soledad y desamparo. tiempo en las expresiones poéticas anglosajonas.
El determinismo pagano siguió gravitando en Se ha dicho que pasar de Beowulf a la Chanson
la vida anglosajona aún después de la llegada de Roland es pasar abruptamente de las tinieblas
de los emisarios cristianos enviados desde Roma a la luz. Las diferencias obedecen a múltiples
por el Papa Gregorio en el año 597. El rey Ethel- factores: en primer término, el traslado, al que
bert fue el primero en adoptar la doctrina de la ya hemos hecho mención, del temperamento nór­
esperanza y años más tarde, Edwin, rey de Nor- dico al meridional. No pueden descartarse para
thumbria, casado con la hija de Ethelbert, reunió esta etapa histórica los elementos señalados por
en su corte a los oficiantes paganos para que es­ la crítica determinista, si recordamos que ésta se
cucharan allí la palabra de Paulinus, el predica­ aplica a los períodos de comunicaciones lentas
dor cristiano. El historiador Beda venerabilis, en y dificultosas cuando los pueblos nómades en el
su Historia Ecclesiastica Gentis Angtorum, nos Norte vivían confinados bajo las influencias in­
dice que un anciano, después de escuchar la pa­ hóspitas de un clima cruel. En consecuencia, las
labra iluminada, exclamó: “Oh rey, la vida del duras condiciones de vida, la lucha por la subsis­
hombre se me aparece como el vuelo de un go­ tencia, las constantes guerras en las que se pe­
rrión a través del salón en donde tú permaneces leaba por conservar el trozo de suelo avasallado
sentado a la mesa con tus señores —un cálido por tribus invasoras, habría de manifestarse ne­
fuego arde en el hogar, pero afuera hay frío, llu­ cesariamente en el tono melancólico y fatídico
via y tormenta. El gorrión entra volando por una de la poesía inglesa de esos siglos.7 Como deri­
puerta, se detiene por un instante, y luego sale vación necesaria de las situaciones apuntadas, de­
volando por la otra, para hundirse en la oscuridad be agregarse que el lenguaje y la versificación
de la tormenta. Así transcurre, por un momento, septentrional ofrecían un constraste manifiesto
la vida del hombre, ante nuestra visión; pero, con los ritmos de la poesía francesa. El verso
¿qué hay antes; qué hay después? No lo sabemos. aliterado con su predominio de consonantes o
Si este hombre puede decimos algo de estas co­ grupo de consonantes y dos acentos rítmicos in­
sas, escuchémoslo”. Fue así que escucharon la teriores en cada uno de los hemistiquios en que
se divide la línea, transmite, a través de su fór-
5 Girvan, Ritchie: Beowulf and the Seventh Century,
Methuen, London, 1971. — Wright, David: "Introduction”, 7 Chambers, H. K.: "Some Aspects of Medieval Lyrics”,
en Beowulf, Penguin Books, 1959. en Early English Lyrics, Sidgwick & Jackson, London,
6 Ker supone que pudo haber existido en la temprana 1937. — Brugger, Use M.: Introducción a Las Elegías An­
Edad Media un tipo de literatura cómica que no ha llegado glosajonas, Textos Universitarios, Fac. de Fil. y Letras,
hasta nosotros. Buenos Aires, 1954.
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muía repetida, una singular austeridad, la cual, "Muchas veces el hombre solitario implora
a pesar de su monotonía, conserva toda su fuer­ el favor, la compasión del Señor y, no obs­
za. El verso meridional ofrece, a la inversa, innu­ tante, tiene el corazón contristado y por un
merables variaciones. A sus combinaciones de lapso agotador debe remover a la fuerza con
rimas asonantadas y de consonantes, se agregan sus manos el océano helado recorriendo los
las combinaciones métricas que van desde el ver­ caminos del agua y viajando por los senderos
so monosilábico hasta el alejandrino. Las suge­ del exilio. En verdad, el destino está deter­
rencias de brillo y color en las descripciones de minado. Así dijo el hombre errabundo re­
banquetes, vestimentas, festejos y batallas con­ cordando penurias, crueles asesinatos y la
trastan con las tinieblas y el terror en que aparece muerte de sus parientes.”
envuelto el paisaje en las descripciones anglosa­ (De "El Hombre errabundo”, en Elegías
jonas. Valgan los siguientes ejemplos para ilus­ Anglosajonas. Trad., prólogo y notas, de
trar el contraste: Ilse Brugger.)
Beowulf, en el poema que lleva su nombre, lle­ Veamos, a modo de contraste, un pasaje tomado
ga al reino de los daneses para ayudar a su rey, al azar de la Chanson de Roland, de la cual cons­
Hrothgar, a vencer al monstruo devastador y allí ta que fue entonada por un juglar antes de la
narra alguna de sus hazañas a los admirados batalla de Hastings en el año 1066 para animar
oyentes: a los normandos en su lucha contra los anglosa­
"Permanecimos juntos durante cinco no­ jones. La exuberancia marcial potenciada por la
ches hasta que una terrible tormenta nos se­ reiteración de imágenes cromáticas, lumínicas y
paró; un mar tempestuoso, el más cruel de auditivas contribuían a tal fin. Y fue justamente
los climas, la noche y el viento del Norte, se la gesta heroica de Roldán, la que habría de obrar
volvieron contra nosotros. Las olas se en­ su pronta influencia al abrirse paso en la litera­
cresparon y los habitantes del abismo se agi­ tura de las nieblas y las tormentas fatídicas:
taban azuzados por la cólera. Entonces, el "Marsil avanza por el medio de un valle
dorado corselete que yo usaba, mi fuerte ma­ con la gran hueste que había reunido. El rey
lla entrelazada a mano, me ayudaron contra ha contado veinte escuadrones. Brillan los
mis atacantes. Algún temible monstruo logró yelmos de dorada pedrería, los escudos y las
asirse fuertemente de mí y me arrastró ha­ cotas jaldes. Siete mil clarines tocan a car­
cia el fondo, pero tuve la suerte de tomar al gar y el estrépito es grande por toda la co­
bruto con la punta de mi espada y despa­ marca. Dijo Roldán: ‘Oliveros, compañero y
charlo al instante.” hermano: Canelón el pérfido ha jurado nues­
(Beowulf, Cap. VIII.) tra muerte. La traición no puede quedar es­
Las elegías anglosajonas recopiladas en manus­ condida y muy gran venganza tomará el em­
critos durante los siglos vm y xx, abundan tam­ perador. Tendremos batalla fuerte y dura:
bién en imágenes tenebrosas entre las que no jamás hombre alguno vio otra así dispuesta.
puede abrirse camino la esperanza: Pelearé con mi espada Durandarte y vos, com<
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pañero, lucharéis con Altaclara: ¡Las hemos gro se arremolinó sobre la conflagración; el
llevado por tantas tierras y hemos acabado rugido de las llamas se mezclaba con el so­
tantas batallas con ellas! No se les debe can­ nido del llanto, hasta que un furioso viento
tar mala canción'. amainó el fuego y el blanco cuerpo caliente
"Marsil ve el martirio de su gente, hace se deshizo en pedazos. Una mujer de cabellos
sonar los cuernos y las bocinas y luego ca­ trenzados cantó una endecha en memoria de
balga con su gran hueste levada.” Beowulf, repitiendo una y otra vez que temía
(Cap. CXII. Traducción del texto francés a los malos tiempos que se avecinaban con
del siglo xn, del manuscrito de Oxford, por sangre, terror, cautiverio y humillación. El
Martín de Riquer. Espasa Calpe.) cielo tragó el humo totalmente.”
Las diferencias se acentúan en los pasajes alu­ En lugar del fuego aniquilante, la muerte de
sivos a las ceremonias del ritual, ya fuera en Roland, en el campo de batalla, presagia un fu­
funerales, festejos e invocaciones. El entierro de turo de luz:
Beowulf, seguido de las lamentaciones y vatici­
nios fatídicos del pueblo, ofrece un marcado con­ "CLXXIV. Siente Roldán que se apodera
traste frente a la gloriosa muerte de Roland. de él la muerte y que de la cabeza le descien­
Agreguemos a ello que la estructura de Beowulf de al corazón. Ha ido corriendo bajo un pino
refuerza la concepción de la vida en tinieblas sim­ y se ha echado de bruces en la hierba verde.
bolizada por el "vuelo del gorrión” desde las tor­ Pone bajo él la espada y el olifante y vuelve
mentas hacia la oscuridad de lo desconocido. El la cabeza hacia la gente pagana. Lo ha hecho
poema comienza con un funeral de rito pagano así porque quiere que Carlos y toda su gente
y finaliza también con un funeral de característi­ digan que el gallardo conde murió conquis­
cas similares, sin ningún atisbo de trascendencia. tando. Rezó su confesión intensa y repetida­
La obra encierra la vida entre un comienzo y un mente, y por sus pecados ofreció a Dios el
cierre de negras humaredas que suben de las guante.”
piras funerarias, en total oposición a las visiones “CLXXV. Siente Roldán que su tiempo se
angelicales que saludan el tránsito del héroe me­ acaba. Está cerca de España en un monte es­
ridional. carpado, y con la mano se ha golpeado el
Beowulf ha sido vencido por el dragón, que pecho: ‘Dios, ante tu poder confieso mi cul­
también muere en la lucha y el pueblo llora su pa por los pecados, los grandes y los peque­
muerte: ños, que he cometido desde la hora en que
nací, hasta este día en que he sido alcanzado'.
"El pueblo de los geats preparó para Beo­ Ha tendido hacia Dios el guante diestro. An­
wulf, tal como él lo había pedido, una esplén­ geles del cielo descienden hasta él."
dida pira alrededor de la cual pendían yel­ “CLXXVI. El conde Roldán se echó bajo
mos, escudos y brillantes corazas. un pino y ha vuelto el rostro hacia España.
Sobre el carro, los guerreros encendieron Se puso a recordar muchas cosas: tantas tie­
una pira funeraria gigantesca. El humo ne­ rras como había conquistado, la dulce Fran­
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cia, los hombres de su linaje, Carlomagno, su importante contribución de escritos de carácter
señor que lo crió. No puede retener el llanto religioso y didáctico en la vacilante lengua anglo-
ni los suspiros; pero no quiere olvidarse de normanda. Es muy posible que la tradición oral
sí mismo y enumera sus pecados y pide per­ poética, como ya se ha dicho, hubiera continuado
dón a Dios: ‘Padre verdadero que jamás men­ vigente, pero el desuso de la vieja lengua en los
tisteis, que a San Lázaro resucitasteis de la círculos culturales, tornaba cada vez más esca­
muerte y preservasteis a Daniel de los leones, sos los manuscritos anglosajones.
preserva a mi alma de todos los peligros por De aproxidamamente 1200, es el Brut de Laya-
los pecados que cometí en mi vida’. Ofrece mon,8 en verso aliterativo, en donde aparece por
a Dios su guante diestro; San Gabriel lo to­ primera vez la historia del rey Arturo en lengua
ma de su mano. Le sostenía con el brazo la inglesa. La aliteración monótona e incierta, como
cabeza inclinada. Con las manos juntas ha una forma que persiste a pesar del cambio impe­
ido a su fin. Dios le envió a su ángel Queru­ rante, no tiene la belleza ni el vigor de la antigua
bín y a San Miguel del Peligro; junto con poesía anglosajona, aunque, a pesar de sus de­
ellos vino San Gabriel. Llevan al paraíso el ficiencias, logra, por momentos, transmitir el mis­
alma del conde.” terio y la fuerza de la figura arturiana. El poema
relata el comienzo de la raza británica originada
Se trata, evidentemente, de dos concepciones en Bruto (con frecuencia la u se hizo i en la evo­
de vida llamadas a chocar entre sí violentamente lución idiomática). Según la leyenda, Bruto, bis­
—por lo menos en un principio. Resulta entendi- nieto de Eneas, después de muchas desventuras,
ble que la literatura escrita enmudezca casi total­ por consejo de Diana, llegó a establecerse en Al-
mente durante un año y que la influencia meri­ bión, a la que dio el nombre de Britania (derivado
dional no pueda manifestar sus efectos de inme­ de Bruto). Según esta historia, los británicos pue­
diato, sino al cabo de muchos meses de domina­ den atribuirse un antecedente troyano común con
ción. Por otra parte, tampoco puede hablarse los romanos. La historia del rey Arturo es na­
desde el comienzo de influencia propiamente di­ rrada con profusión de detalles, junto con las
cha, ya que la literatura que ha de gestarse en profecías del mago Merlin, de gran ascendiente
suelo inglés en el siglo x i i , es totalmente ajena en la juventud del rey legendario. Perteneciente
a la idiosincrasia anglosajona. La variación te­ a la raza primitiva y originaria de los “oíd Bri-
mática es coincidente con el cambio de lengua tons”, que fueron derrotados por las tribus ger­
y las estructuras y estilos serán aquéllos que re­ mánicas de los anglos, los sajones y los jutos, el
quieran los nuevos temas estrechamente vincula­ rey Arturo se erige en el defensor heroico de la
dos a una civilización diferente. Los autores ha­ raza británica, por su lucha contra los invasores
blaron supuestamente de una literatura de tran­ teutónicos. En toda la narración sigue Layamon
sición. Si la hubo, casi no han llegado a nosotros el texto de Wace, quien, a su vez, se inspira en
testimonios de ella. Se hace necesario arribar a
los comienzos del siglo xm , para advertir el pau­ s Greenfield, S. B.: Studies in Oíd English Literature
latino crecimiento de una literatura de caracterís­ (in honour of A. G. Brodeur), Eugene, Gregon, 1963, La-
ticas anglonormandas. En el siglo xn hay una yamon tradujo el Román de Brut de Wace, quien siguió
la Historia Regum Britanniae, de Geoffrey of Monmouth.
16 17
la Historia de Regum Britanniae, de Geoffrey de historia de Bretaña tiene como centro la leyenda
Monmouth. No es historia propiamente dicha; arturiana y la historia de Roma incluye asuntos
sería más exacto hablar de "novela histórica",9 más vastos correspondientes al mundo de la an­
sin olvidar del todo que Geoffrey es el primer tigüedad.
autor que confiere al rey Arturo personalidad Las historias de Bretaña proporcionaron las
histórica y lo rodea de caballeros famosos más grandes leyendas que luego recorrieron el con­
tarde en las gestas del romance francés. El mago tinente. Los viejos mitos germánicos del romance
Merlin, que según las viejas leyendas hizo nacer arturiano, son el punto de partida de una honora­
a Arturo por artes mágicas, es en el Regum Bri­ ble tradición literaria. La historia de Tristán e
tanniae, mitad hombre y mitad demonio. El ca­ Isolda se atribuye a un cierto Brother Robert que
rácter demoníaco de Merlin se conserva en mu­ escribió las Tristan’s Saga noruegas de las cuales
chas leyendas y prevalece en la prosa francesa el poeta anglonormando Thomas compuso la pri­
del siglo xm . En la obra de Malory y en su con­ mera versión en verso,11 aunque probablemente
temporáneo anglonormando Robert de Boron —co­ de acuerdo con lo que el mismo Thomas informa,
mo veremos— el mago legendario aparece envuel­ habrían ya existido numerosas historias en torno
to en un ropaje de misterio y magia orientados al destino de Tristán.12
hacia la tradición cristiana. A partir del siglo xil, la leyenda arturiana ins­
Mientras tanto, el romance francés, continua­ piró profusamente a los poetas anglonormandos,
dor de los cantares de gesta, junto con el poema entre quienes se destaca el ya mencionado Chré­
religioso y alegórico, van cambiando paulatina­ tien de Troyes, cuyo Conte de Graal despertó in­
mente el gusto del público inglés. Lo curioso es terés por el misterio del tema en otro poeta an­
que los grandes temas pertenecen a la historia glonormando —también ya mencionado—, Robert
británica. Los cultores de leyendas anglonorman- de Boron, quien identifica la historia del Grail, con
das del siglo xn carecieron de originalidad y fuer­ la copa en la cual José de Arimatea recogió la
za. El elemento mágico está ausente en el ro­ sangre de Jesús crucificado. El tema del Santo
mance de Chrétien de Troyes y sus imitadores. Grail fue tratado en numerosos poemas, aunque
Según Ker, tienen elegancia, pero les falta mis­ para percibir la belleza del misterio sobrecogedor
terio.10 que emana de la magia del mismo, es necesario
Joan Bodel, poeta francés, en un poema épico llegar al poema de Thomas Malory, del siglo xv,
sobre las guerras de Carlomagno, clasificó las Morte D’Arthur, escrito en prosa poética, y al
historias de los poemas narrativos de la época Párzival, de Wolfram von Eschenbach, en Alema­
según su asunto en: la historia de Francia, la his­ nia, bastante anterior (1200 aproximadamente).
toria de Bretaña y la historia de Roma la grande. Los poetas normandos que utilizaron los temas
La historia de Francia gira en torno a la figura
de Carlomagno, en las canciones de gesta. La 11 La obra de Robert Brother y los fragmentos de Tho­
mas han sido traducidos al inglés por R. S. Loomis: The
9 Thorpe, Lewis: Geoffrey of Monmouth’s The History Romance of Tristram and Isolt, New York, 1923.
of the Kings of Britain, Penguin Classics, 1966. 12 Wilson, R. M.: The Lost Literature of Medieval En-
10 Ker, W. P.: The Cióse of Teutonic Epic, Oxford Uni- gland, London, 1952. — Bédier, J.: Les Légendes Épiques
versity Press, London. (3? ed., París, 1929).
18 19
anglosajones se valieron probablemente de la tra> elementos sobrenaturales. Sus temas, en su ma­
dición oral que se venía transmitiendo a través yoría de inspiración céltica, son tomados de la
de las generaciones.13 En el poema Merlin, tam­ tradición folklórica. Entre los más conocidos se
bién atribuido a Robert de Boron, el poeta vuelve cuentan los Lais, de Marie de France, dedicados al
a hacer alusión a la historia del Santo Grail, en rey Henry II de Inglaterra. Por el asunto y el tra­
estrecha conexión con la corte del rey Arturo.14 tamiento del tema, son muy similares al romance,
Todo parece indicar que en el Santo Grail se ha­ pero además de no poseer la longitud de este
lla atesorado el misterio del antiguo ritual de los último, faltan en esas historias breves la intensi­
más profundos secretos de la vida y de la muerte. dad de expresión y la profundidad de sentimientos
Jessie L. Weston, después de manifestar las du­ del poeta heroico.16 En general, se los considera
das y sugerencias que cubren el velo del misterio antecesores del romance.17 Se hace necesario arri­
en torno al Santo Grail, agrega: bar a la mitad del siglo x i i i para hallar el romance
"Probablemente nunca lo sabremos, pero de escrito en inglés medio y en verso octosilábico.
una cosa podemos estar seguros, el Grail es una Claro está, que antes de arribar al romance me­
fuerza viva, nunca morirá; puede desvanecerse dieval en lengua inglesa, hay un largo, proceso en
de pronto ante nuestra vista, y hasta por siglos, el cual se maneja la versificación francesa y se
desaparecer de la literatura, pero subirá a la su­ introducen los nuevos ritmos, en diversidad de te­
perficie nuevamente y volverá a ser, una vez más, mas con sus correspondientes estructuras. El oc­
un tema de inspiración vital, así como después tosílabo había sido ya manejado con bastante
de haberse adormecido tras la época de Malory, maestría por los poetas religiosos y didácticos.
despertó a una nueva vida en el siglo xix, con Del año 1220 es el largo poema alegórico, en for­
remozada frescura a través del genio de Tenny- ma dialogada y verso octosilábico ágil, The Owl
son y Wagner.” 15 and The Nightingale (La lechuza y el ruiseñor).
Durante el siglo xn y buena parte del xiii, la En el altercado que se produce entre ambos pá­
nueva literatura insular consta principalmente de jaros, cada uno de ellos pretende defender y exal­
crónicas rimadas y traducciones del francés y la­ tar los méritos de su canto. La lechuza sería, en
tín al inglés de transición, conocido hoy como ciertos aspectos, la personificación de la vejez, la
"inglés medio”. Circulan las historias inspiradas sabiduría y la reflexión, en tanto que el ruiseñor
en leyendas escandinavas y la nueva poesía narra­ sería la personificación alegórica de la juventud
tiva en la vacilante lengua inglesa se afianza en despreocupada y la alegría de vivir.18 La profu-
los “Bretón Lais”, cuentos breves en octosílabos
pareados, de asunto británico, con abundancia de 16 Ker, W. P.: ob cit.
n Originariamente se consideraba "romance” al poema
13 Everett, Dorothy: Essays on Middle English Litera- escrito en una de las lenguas derivadas del latín en la
ture, Al the Clarendon Press, Oxford, 1959. Edad Media. La lengua romance de Francia fue la más
14 Merlin-, mago presentado en las leyendas primitivas importante en sus comienzos para este tipo de poesía na­
con carácter demoníaco, aparece en leyendas posteriores rrativa.
de la épica arturiana como un consejero mágico del rey 18 Según David Daiches se trataría de un altercado
Arturo. entre dos tipos de poesías: la didáctica y la amatoria o
15 Weston, Jessie L.: From Ritual to Romance, A Dou- simplemente se estarían oponiendo dos tipos de vida: la
bleday Anchor Book, New York, 1957. monástica y la secular.
20 21
sión de símbolos y alegorías se entrelazan a Sumer is icumen in. El verano ha llegado.
través de este largo debate que llega, por momen­ Lhude sing cuccu. Alto suena el canto
tos, a tomar las características de un pleito me­ Groweth sed and del cucú.
dieval. El ruiseñor que abre el debate insultando bloweth med, Crece la semilla y
a la lechuza, está posado y canta alegremente and springth the wde florece la pradera,
sobre un cerco lleno de flores, en tanto que la nu. se ve surgir el bosque
lechuza responde y lanza sus gritos dolorosos des­ Sing cuccu. renovado.
de un tronco cubierto de hiedra. Pronto se trans­ Awe bleteth after Canta el cucú.
forma en litigante y el poeta llega a olvidar que lomb, Bala la oveja detrás
se trata de dos pájaros; son dos personajes ale­ Lhouth after calve cu. del cordero.
gorizados cuyo debate toma la forma de un juicio. Bulluc sterteth, Muge el ternero
Si bien el conflicto queda sin resolver, la lechuza bucke verteh, siguiendo a la vaca.
parece llevarse la mejor parte. La evidente in­ Murie sing cuccu. Se estremece el toro,
tención moralizadora y didáctica del poema, mi­ Wel singes thu, cuccu, salta el macho
rado sin simpatía por los poetas provenzales, res­ Ne swike thu naver cabrío,
ponde a la corriente de la poesía religiosa culti­ nu. alegre canta el cucú.
vada desde los conventos. cucú, cucú.
El significado alegórico de las estaciones, prin­ Qué hermosamente
cipalmente de la primavera florida, vibra con gran cantas cucú.
encanto lírico en versos de inspiración francesa Que no se termine
(1172-1307).19 La primavera no evoca, en estos tu canto.
poemas meridionales, el ritual mítico de las es­
taciones. Los mitos de la vegetación no asoman
en las canciones primaverales que ora cantan al 2. El romance anglonormando
amor pasional, ora lloran las desdichas del aman­
te abandonado. Los ritmos son libres, rápidos y El romance de procedencia normanda y que
espontáneos como en la canción Springtime, en comenzó a aparecer en Inglaterra a mediados
la cual el amante experimenta amor, belleza y del siglo xm, no responde, por el momento, a la
alegría en la estación de las flores: tendencia didáctica y moral-religiosa señalada más
arriba. En la línea de los Lais bretones y conti­
nuador de los mismos, el romance explota el ele­
mento maravilloso a través del material folklórico
suministrado por la tradición oral. Pocos han lle­
gado hasta nosotros. Los más conocidos de este
siglo en forma completa son King Horn (1225) y
Havelock, the Dañe (1275), ambos rimados en
versos octosilábicos y sobre temas escandinavos.
i0 Frazer, James George: A Study in Magic & Religión, Originariamente, habían sido narraciones celtas
MacMillan & Co., London, 1949. que pasaron de la tradición oral a la composición
22 23
escrita y se transformaron en romances franceses creer a la princesa que Horn ha muerto. Llena
influidos en mayor o menor grado por el ambien­ de dolor exclama Rimenhilda:
te cortesano-caballeresco y el espíritu de los trova­
dores. King Horn narra la historia de Horn, hijo "Corazón, que ahora estallas
del rey de Sudán, vencido por los sarracenos, quie­ Porque ya no tienes más a Horn
nes después de devastar el país, dan muerte al Por quien tú has penado amargamente."
rey y deciden hacer lo mismo con el niño; conmo­ Cayó postrada en su lecho
vidos, empero, por la belleza de la criatura, deci­ Allí está oculto su puñal
den abandonarlo en una barca, a la deriva, junto Para matar con él a su odiado rey
con otros niños de familias nobles. La corriente Y darse muerte a sí misma
los arrastra hasta la tierra de Ailmar, rey de Wes- En esa misma noche
ternesse, quien los recibe en su palacio. Allí crece Si Horn a ella no acudiera.
Horn, esbelto y fuerte y en su juventud gana el Dirigió el puñal hacia su pecho
amor de Rimenhilda, la hija de Ailmar. Descu­ Pero Horn pudo impedirlo.
biertos los amores de los jóvenes, Horn es expul­ Alcanza a quitarse su camisa,
sado del reino. Siete años deberá esperar la prin­ Se arranca las envolturas negras
cesa el retorno de Horn y en prueba de fidelidad, Que cubren su cuello
entrega al proscripto un anillo el cual servirá más Y dijo: "Reina tan amada,
tarde de reconocimiento. Horn se lanza a la bús­ Yo soy Horn, tuyo absolutamente.
queda de aventuras en tierras extrañas. En Irlan­ Tú no puedes reconocerme
da mata a un gigante y libera al país de los sa­ Yo soy Horn de Westernesse,
rracenos. Erigido en héroe salvador, le es ofrecida En tus brazos bésame”.
la mano de la princesa, pero fiel a su promesa de
amor a Rimenhilda, rehúsa todos los honores con­
feridos. Mientras tanto, la joven princesa del rei­ La desesperación de Rimenhilda y su intento
no de Ailmar, es obligada a contraer matrimonio de quitarse la vida, convencen a Horn de su amor
con otro príncipe; pero impulsada por su amor y de su fidelidad. Pronto da muerte a su rival y
secreto, consigue informar a Horn de su suerte, él, junto con sus compañeros, se lanzan a recupe­
quien llega a Westernesse, disfrazado de mendigo, rar su reino.
a tiempo para evitar la boda. Como en la tragedia Otro momento de reconocimiento, de gran emo­
antigua, el reconocimiento juega un papel pre­ tividad, lo ofrece el encuentro de Horn con su
ponderante en el romance medieval. En el mo­ madre, quien durante muchos años ha vivido ocul­
mento preciso en que Remenhilda sirve el vino a ta en una cueva junto al mar. Horn continúa su
los invitados, olvida llenar la copa del peregrino peregrinaje en el cual debe tropezar con todas las
recién llegado. Se acerca a ella el mendigo y le dificultades que traerán la preparación y la ma­
pide bebida porque "beggars are thirsty” (los men­ durez al joven príncipe para llegar a ocupar el
digos están sedientos), dice. Mientras ella le sir­ sitial que por nacimiento le corresponde. En sus
ve, Horn le muestra el anillo y alude veladamente sueños es advertido que un traidor intenta robarle
a sus amores y a la promesa pendiente; pero hace a la princesa; vuelve a Westernesse, mata al nue­
25
vo pretendiente y se une finalmente en matri­ quien con la ayuda de un vasallo reconquista Di­
monio con Rimenhilda. namarca y luego libera a Inglaterra de las manos
El matrimonio con la mujer amada simboliza la de Godrich.
culminación de todos los esfuerzos; el adulterio, La importancia creciente que la mujer adquiere
simboliza, por el contrario, un estado de decaden­ en el romance, diferencia fundamentalmente a la
cia y corrupción que el héroe no pudo detener. narrativa medieval francesa de la épica anglosa­
Para llegar a la meta que sólo se alcanza des- jona, eminentemente heroica, carente de elementos
pues de atravesar grandes penurias, es necesario eróticos. El amor como elemento primordial de]
antes vencer obstáculos sobrehumanos, atravesar romance, contribuyó, por cierto, a la dulcificación
todas las pruebas y demostrar en ellas el máximo del tono narrativo y le confirió atractivos que no
valor junto con la destreza y la perfección inhe­ poseía la ruda poesía heroica de la Inglaterra
rentes a la condición de caballero real. Es el largo germánica. Por otra parte, conviene destacar que
peregrinaje hacia la iniciación. en Inglaterra el elemento amatorio no alcanzó
Havelock, the Dañe, narra la historia de la prin­ nunca la intensidad del romance francés. El in­
cesa Goldburth, por una parte. A la muerte de terés por la aventura, el esfuerzo y la batalla
su padre, Athelwold, rey de Inglaterra, queda la reciben atención preferente. De allí que la poesía
joven heredera al cuidado de su tío, el perverso lírica provenzal, no haya tenido en Inglaterra la
Godrich, quien prometió al rey casar a la princesa influencia directa que la misma ha ejercido a tra­
con el mejor hombre del reino. Mas, en lugar de vés de los trovadores de Provenza, sobre Fran­
ar cumplimiento a su palabra, busca los medios cia, Italia y especialmente en los Minnesingers de
para liberarse de la heredera del trono. Paralela­ Alemania.20 En lugar del exaltado ideal amoroso
mente a la suerte de la princesa Goldburth, asis­ de la poesía cortesano-caballeresca, son las arduas
timos al destino de Havelock, hijo del rey de los luchas en regiones inhóspitas, y casi siempre con­
daneses. Desconocedor de su origen real, ha sido tra elementos sobrenaturales, lo que cautiva y
cnado, desde muy pequeño, por un pescador muy atrae al poeta inglés.
humilde, a quien Godard, su guardián, se lo había Muy pronto decae en Inglaterra el interés por
confiado para que le diera muerte. El pescador, el romance cortesano y el exceso de traducciones
apiadado del niño y contrariando sus órdenes, con­ da paso al nuevo romance que si bien no deja de
serva al pequeño, quien, librado a su suerte, llega servirse de la inspiración normanda, va recupe­
un día, en sus vagancias, a la Corte de Inglaterra, rando paso a paso, elementos de la tradición an­
donde ingresa en el palacio, como ayudante deí glosajona. Numerosos autores señalaron las dife­
cocinero. Se destaca allí, naturalmente, en todas rencias entre el romance del inglés medio y la
las tareas, realiza las más maravillosas hazañas- épica anglosajona. La poesía heroica, tal como
hace despliegue de fuerza y poder y, finalmente’, la advertimos en Beowulf, por ejemplo, presenta
Godrich, el tío de la princesa, aprovecha la oca­ un ambiente más austero, sin brillo, como ya se
sión para dar cumplimiento a su promesa casan­ ha dicho, y carece por entero de atractivos mun-
do a Goldburth, con el mejor hombre del reino.
Pero la princesa percibe una señal en el aliento
del joven, y reconoce el origen real de Havelock, 20 Ker, W. P.: ob. cit.
26 27
danales. Se había tratado de exaltar las hazañas el encanto de todo lo remoto e inalcanzable .-1
de héroes que ocuparon algún sitio dentro de la Las aventuras de este tipo de narrativa, des­
historia o de la leyenda. Las mujeres no ejercen arrolladas en el campo de lo maravilloso, desco­
sobre estos caballeros ningún poder seductor. Son nectadas de los hechos de la vida real, adquieren
madres y hermanas, y están ausentes, en conse­ significación a la luz de los elementos ritualísticos
cuencia, los encantos de la amada bella. En Beo­ de la tradición pagana, en la cual los ciclos de la
wulf, la esposa y las hijas del rey Hrothgar atien­ naturaleza parecían encerrar en sí mismos el mis­
den a los guerreros, curan sus heridas y les pro­ terio de la existencia. La sucesión de las estacio­
curan bebida y alimento. El romance, por el nes, el desplazamiento del invierno por la prima­
contrario, introduce elementos románticos plenos vera, así como el verano por el otoño, o el año
de atractivos mundanales. El escenario maravi­ viejo reemplazado por el año nuevo, aparecen re­
lloso y fantástico —en ningún momento ausente lacionados en esta poesía, con la lucha entre opues­
en la poesía heroica anglosajona— adquiere en tos a la que está sometida la vida del hombre. La
el romance anglonormando el brillo y la fasci­ primavera, después del letargo invernal de la tie­
nación del amor junto con las secuencias propias rra, trae su eclosión de flores promisora de fru­
del elemento erótico. La seducción y muy pronto tos; culmina luego en la abundancia vital del ve­
el adulterio son elementos que marcan la deca­ rano, estación en la cual la naturaleza le prodiga
dencia y simbolizan la degradación del teocentris- al hombre su producción generosa; le sigue natu­
mo medieval. El mago Merlin, en la versión muy ralmente el proceso de declinación en el marchi­
posterior de Thomas Malory, Morte D’Arthur (si­ tamiento otoñal, y después, nuevamente el invier­
glo xv), deja caer sus brazos en la impotencia no y muere otra vez la tierra, pero sólo en apa­
frente a los ruegos de salvación y pedido de con­ riencia. Los antiguos cantaron a la sucesión de
sejo del rey Arturo, porque "éste es ya el mundo las estaciones en un ritual que se correspondía
de los hombres”, dice el mago al viejo rey y la con los ciclos de la vida. La vieja costumbre de
magia debe ceder su reino a un mundo empobre­ cubrir con flores a los muertos obedecía a esta
cido que se mueve entre las limitaciones de la creencia que descansa en los mitos de la vegeta­
razón antropocéntrica. ción. La muerte es la posibilidad de una nueva
Retornamos a la poesía heroica anglosajona y primavera.22 En el romance medieval, la muerte
advertimos que tampoco aquí la lucha tiene los del héroe era saludada como la única posibilidad
atractivos vinculados con la victoria, porque lleva de resurrección. El verdadero amor, en su mo­
en sí el sello de lo inevitable, la condena de un mento de mayor plenitud, corresponde, en la obra
destino infausto, mientras que el héroe del roman­ de Malory, al verano de la vida (Libro XVIII, cap.
ce pelea con ardor y brillo, seguro del éxito. Su XXV). El verano simboliza el gran momento de
gallardía y su perfección moral lo colocan a la la reproducción que los griegos asociaron al mito
altura de los invencibles, lo que unido a la segu­ de Diónisos. Dentro de esta inspiración surge el
ridad de la gloria anhelada, confiere a la batalla equiparamiento de Malory con las leyes del amor:
todos los encantos románticos de la alegría de 21 Ker, W. P.: Epic and Romance, Oxford Univ. Press,
vivir. Ker ha definido el romance como "un pro­ London, 1948.
ducto de la imaginación que posee el misterio y 22 Frazer, James George: ob cit.
28 29
" ... porque así como las plantas y los árbo­ mi te pensar que se ha producido una evolución
les producen sus frutos y florecen en Mayo, desde el ritual hacia el romance.23
así también el corazón lozano y amante surge Las victorias del caballero se asocian con la ce­
y florece en sus manifestaciones amatorias. lebración de las fiestas de la primavera o con la
Porque el lozano mes de Mayo da bríos al entrada del Año Nuevo. Los dioses de la antigua
amante y lo obliga de alguna manera con más mitología se han transformado en caballeros me­
fuerza que cualquier otro mes, por diversas dievales y las diosas de la fertilidad se han con­
causas. Porque es entonces cuando todas las vertido en las hermosas damas de la corte o en
plantas y los árboles se renuevan como el reinas sin atributos trascendentes.
hombre y la mujer y del mismo modo vuel­ Durante el siglo xiv, la poesía narrativa alcanza
ven a la mente de los amantes las antiguas nuevo brillo en Inglaterra. El momento era pro­
gentilezas de viejas tradiciones y muchas ge­ picio para cantar las glorias del héroe idealizado.
nerosas actitudes olvidadas por negligencia. Las victorias de Eduardo III (1327-77) sobre Fran­
Así como el invierno borra, arrastra y destru­ cia habían dado a Inglaterra conciencia de su
ye al verde verano, lo mismo hace el amor fuerza y unidad. Por otra parte, a partir de la
inestable en el hombre y en la mujer.” pérdida de la Normandía durante el reinado de
"En consecuencia, si el mes de Mayo pro­ John (1204), derrotado por su tío Philip de Fran­
duce el florecimiento de los jardines, dejad cia, los reyes de Inglaterra habían dejado de
que el hombre en sagrada veneración haga sentirse parte de la corona francesa y buscaron
florecer su corazón en este mundo, primero el apoyo del pueblo inglés. Estos hechos contri­
hacia Dios y luego para felicidad de aquéllos buyeron a la búsqueda y al afianzamiento de la
ante quienes ha comprometido su fidelidad.” tradición sajona, en un proceso gradual que cris­
talizó en muchos sentidos importantes de la vida
Toda la vida de la creación se manifiesta, en cultural y política de Inglaterra. Para advertir la
las tradiciones antiguas, en armonía con los pro­ magnitud de la reversión que se produce a partir
cesos cíclicos de la muerte y la resurrección y del siglo xxii, es necesario señalar en qué medida
dentro de esta temática podemos explicarnos los la invasión había afectado todos los aspectos de la
ciclos correspondientes al niño perdido y reen­ vida ciudadana. Las clases sociales inferiores,
contrado que se reitera en el romance medieval. después de la conquista normanda, habían queda­
Es el recién nacido destinado a morir que salvado do relegadas a un punto tal, que la misma lengua
por medios milagrosos, deberá ganar, tras un lar­ autóctona llegó a reflejar la situación de some­
go peregrinaje, el lugar que le corresponde, natu­ timiento y de inferiorización del pueblo anglosa­
ralmente, por destino. Generalmente es el niño jón. Walter Scott, en su novela Ivanhoe, presenta
maravilloso nacido para ser rey; perdido en su el proceso de cambio a través de una lucha ge­
temprana niñez, es sometido a una sucesión de neracional a fines del siglo xn, la cual puede ha­
pruebas en las cuales debe probar su fuerza, su cerse extensiva a todo el momento histórico. Mien-
hombría, hacer gala de sus dotes sobrehumanas
que lo habilitan para ejercer su función por man­ 23 Weston, J. L.: ob cit. — Lewis, C. B.: Classical Myth
dato divino. La recurrencia de temas cíclicos per- and Arthurian Romance, Oxford Univ. Press, London, 1932.
30 31
tras el brioso Ivanhoe, amante de la lucha y la ción telúrica. Los reyes, que a partir del rey Juan
aventura, sigue al rey normando Ricardo I (Co­ y su derrota en Francia en la batalla de Bouvines
razón de León) en la tercera cruzada contra los (1214), debieron someterse a la Magna Charta
turcos por la recuperación del Santo Sepulcro, (“The key stone of English Liberty”), aprendieron
Cedric, padre del joven aventurero, vive firme­ a respetar los derechos del ciudadano, quien de
mente adherido a las tradiciones anglosajonas y ahí en más, ya no sería esclavo del privilegio forá­
reniega de su hijo por su colaboración con el rey neo. La Carta fue firmada el 15 de junio de 1215
normando. Ivanhoe representa a la nueva gene­ y en ella se establecía que las decisiones del sobe­
ración que al romper amarras con el pasado, trata rano debían ser aprobadas y promulgadas por la
de afianzarse en el presente con nuevas perspec­ Asamblea Parlamentaria. Comenzaba el largo y
tivas, en tanto que Cedric, su padre, afianzado en espinoso camino hacia la democracia.
la fuerza de la raza, quiere recuperar la savia
de la tradición auténtica. Para explicar a su hijo
la magnitud del avasallamiento normando, apela al 3. Reacción aliterativa
testimonio vivo que ha quedado en la lengua de
manera permanente. Las carnes comestibles re­ Es indudable que un cambio de tal envergadura
ciben un nombre para el animal vivo que debe ser debía reflejarse de alguna manera en el terreno
criado por labriegos, campesinos y por el peón cultural. En primer término, la lengua anglosa­
de campo en general, como las palabras cow, hog, jona relegada —como se ha dicho— a las clases
pig, sheep, etc. —nombres de origen sajón; pero inferiores, recupera mucho de la jerarquía per­
cuando ellas llegan a la mesa de los señores —co­ dida. La lógica indica, además, que la lengua fran­
mo muy irónicamente dice Cedric— las mismas cesa ya ha hecho sus infiltraciones en la lengua
reciben una denominación de origen francés; beef, vernácula y se ha ido produciendo el paulatino fu-
pork, lamb. Los nombres de las jerarquías mili­ sionamiento de ambas. Pero hubo, al mismo tiem­
tares son de origen latino sin paralelos en la len­ po, una tesonera labor de los poetas, que proba­
gua sajona, con excepción de mariner, cuyo ante­ blemente venían actuando en las tierras del Oes­
cedente anglosajón es seaman; el resto: general, te y del Norte sin interrupción, aún después de la
colonel, tenant, soldier, etc., son palabras de ori­ conquista. En el siglo XIV las condiciones estaban
gen latino y quedaron incorporadas definitiva­ dadas para que se produjera una reacción poética
mente en la lengua; algunas desde la invasión en todos los campos. Si bien no se abandonan
normanda, otras fueron entrando paulatinamente del todo los nuevos ritmos y la rima continúa en
en el idioma después de la dominación. Hasta el uso, se produce un retorno a la aliteración con
soberano: sovereign, había cambiado el vocablo. predominio de consonantes. El movimiento fue
Walter Scott pone en labios del personaje el tes­ tan manifiesto que recibió el nombre de "Allite-
timonio lingüístico como prueba irrebatible para rative Reviva!”. Se trata de un curioso resurgi­
presentar la proyección de la dominación meri­ miento, puesto que de pronto, sin antecedentes
dional en toda su magnitud. Las luchas ya aludi­ inmediatos, en la poesía llevada al manuscrito,
das —entre Inglaterra y Francia— significaron renace el verso aliterativo con acabada formación
para el pueblo anglosajón un medio de recupera­ artística e inspiración segura. Los ritmos inciertos
32 33
del Brut de Layamon, no pueden dar una respuesta and the Werwolf (William y el lobo), con verso
satisfactoria al interrogante.24 La opinión de va­ aliterativo correcto que ya poco retiene de aquel
rios autores coincide en afirmar la coexistencia vigor original; sólo quedó la monotonía de la re­
de una poesía aliterativa de producción continua. petición de fórmulas sin la belleza rítmica de los
El Norte y el Oeste habrían preservado los anti­ viejos modelos. En general, son historias en torno
guos ritmos, principalmente a través de la tradi- a la épica del Rey Arturo y los caballeros de la
ción oral, en tanto que la poesía de Londres y del Mesa Redonda en las cuales siempre vibra el mis­
Sur respondía a la influencia meridional. A me­ terio del Santo Grail; se trata de un misterio que
dida que la situación socio-histórica va condicio­ arranca en sus orígenes de las antiguas tradicio­
nando un cierto desapego a las influencias meri­ nes orientales y de la cultura griega. El cristia­
dionales, se produce un retorno' a la tradición nismo, al conectarse con los misterios orientales
y con ello resurgen las formas que habían que­ y fusionarse con el Oriente helenizado, adopta el
dado relegadas a ciertas regiones de Inglaterra. Santo Grail como símbolo de la copa sagrada que
Es así que a partir de 1350 se advierten dos co­ contiene la sangre de Jesús y puede dar, así, la
rrientes claramente definidas dentro de la poesía resurrección y la vida.
narrativa: aquella que retoma la tradición anglo­ El Grail era secreto y misterioso, sólo revelado
sajona y quiere mantenerse fiel a un pasado he­ a los elegidos que habían alcanzado la condición
roico y austero a través de sus temas y sus ritmos, de tales por su pureza y su perfección espiritual,
en tanto que la otra línea responde a las influen­ ambos traducidos en la belleza y el poderío físicos.
cias de Francia e Italia, sin desechar totalmente Los símbolos se agrupan apretadamente en torno
las fuentes autóctonas. Una y otra tienen sus gran­ a los misterios del Grail. Lleva en sí la significa­
des exponentes y ambas dejaron obras en la lite­ ción generadora de la tierra; da o quita la fertili­
ratura insular que constituyen, por una parte, la dad, el vigor y la salud, de acuerdo con las vir­
culminación de un proceso y, por la otra, el co­ tudes del caballero señalado para su custodia. La
mienzo de una nueva era. Valga lo dicho para la tierra baldía en torno al castillo del rey pescador,
obra de Chaucer dentro de la segunda línea, en viejo y enfermo, recuperará su fertilidad junto
cuya poesía eclosionan las influencias meridiona­ con la salud del rey, cuando Párzival, el caballero
les al tiempo que se abre un nuevo y auspicioso destinado de la mesa redonda, logre la madurez
camino en la literatura inglesa. Dentro del resur­ espiritual para recibir en custodia el sagrado mis­
gimiento de la poesía aliterada también aparecen terio.
poemas en los que coexisten la rima y la alitera­ Casi todas las leyendas agrupadas en torno a los
ción.^ Del primero de los poemas puramente ali- misterios del Santo Grail y la tierra baldía, tienen
terativos de este período, ha llegado hasta nosotros como centro al rey Arturo y los caballeros de la
un fragmento del romance sobre el Santo Grail, mesa redonda. Arturo, figura romántica con al­
titulado José de Arimatea. Del año 1355 es William guna base histórica, es mencionado en la Historia
Regum Britanniae como un probable jefe o gene­
ral de los siglos v o vx. Algunas tradiciones lo co­
2* Everett, Dorothy: ob cit. — J. P. Oakdcn: Alliterative nectan con los viejos luchadores celtas, pertene­
Poetry in Middle English, Manchester, 1930. cientes a los "Oíd Britons” que lucharon contra
35
la invasión germánica de las tribus primitivas.25 san en torno a la castidad. Si bien sólo el último
En la compilación de leyendas arturianas de Ma­ de estos poemas pertenece al romance y los tres
lory, el Santo Grail es sostenido entre sus manos primeros tienen mayor parentesco con poemas
por una “dama muy joven y bella”, ante quien religiosos, hay una similitud en el espíritu de los
"el rey Arturo se arrodilló devotamente y dijo mismos y en el manejo de los temas que los vincu­
sus oraciones”-. Ante la pregunta de Sir Launce- la a una reacción contra una forma de vida ajena
lot sobre el significado de la copa misteriosa, con­ —como se ha dicho— a la tradición insular. Son
testó el rey: alegorías religiosas de hondo espíritu bíblico, en
las que se insiste en la salvación del hombre a
"Es el objeto más rico que puede llegar a través de la pureza. El estilo similar y la temática
tener un hombre, y cuando este objeto se ale­ recurrente de estos cuatro poemas es lo que ha
je de la mesa redonda, ésta desaparecerá.” permitido atribuir los mismos a un solo autor,
(Libro XI, Cap. 2°.) quien ha puesto su énfasis en una ética religiosa
que descansa en la purificación del alma a través
Los autores franceses encontraron un rico ma­ del sometimiento a la voluntad divina. Pearl es
terial en las leyendas arturianas y reelaboraron un bello poema simbólico-alegórico, aliterativo, en
en torno a ellas profusión de romances en los estrofas octosilábicas de doce versos. Mientras
cuales el amor mundanal, la vida cortesana y las el padre llora la pérdida de "su perla” —su hijita
justas caballerescas por el señor feudal y por la de dos años— la pequeña hace su aparición en ra­
bella dama ocupaban la atención preferente del diante belleza, a través de un río en un jardín
poema. que simboliza el paraíso. Cuando el atribulado
La “reacción aliterativa” del siglo xiv (c. 1370- padre intenta cruzar el río, no puede hacerlo. “So­
1380) no incluyó solamente la restitución de los lamente en pureza puede ser atravesado.” La niña
viejos ritmos; intentó una mayor inclusión de la reprocha al padre su ignorancia:
lengua anglosajona y pretendía desalojar del nue­
vo romance el tema erótico y la superficialidad “¿Cómo supones que puedes atravesar la
de la vida cortesana. Entre los exponentes más corriente sin sufrir la muerte y el juicio de
importantes de este intento de retomo a la tradi­ Dios?”
ción anglosajona, se han encontrado en un ma­
nuscrito la inclusión de cuatro poemas, presumi­ En Cleanness y Patience el poeta, que vuelve
blemente del mismo autor, aunque las conjeturas a abordar temas teológicos, insiste en la pureza
en torno a la identidad del mismo no han arro­ de la mujer y en la santidad del amor consagrado
jado ninguna luz hasta el presente. La temática de por el Sacramento.
estos cuatro poemas titulados: Pearl, Cleanness,
Patience y Sir Gawain and the Green Knight, ver­ En Sir Gawain and the Green Knight, el caba­
llero debe emprender un largo peregrinaje para
25 Beda Honorabilis: Historia Ecclesiastica Gentis An- dar cumplimiento a una promesa que reúne las
glorum. — Geoffrey of Monmouth: Historia Regum Bri- características del ritual. Sir Gawain ha prome­
tanniae. tido ir al encuentro del Gigante Verde al finali­
36 37
zar el ciclo de las cuatro estaciones que ha co­ el Rey Arturo quien decide entonces, salvar el
menzado en el día de la Natividad. Ya el año toca honor caballeresco. En tal situación se adelanta
a su fin y con él debe finalizar el peregrinaje del Sir Gawain para responder al reto. Todo ataviado
caballero que dará fiel cumplimiento a su pala­ de verde, el Gigante monta sobre un enorme ca­
bra. En el romance de Malory la promesa de Sir ballo también enjaezado de verde, color que en
Gawain es hecha en la gran fiesta de la Mesa Re­ los mitos de la vegetación sugiere la idea de la
donda en el día de la Resurrección "con gran es­ vida en plenitud. Sir Gawain derrota fácilmente
plendor y abundante comida”. al visitante, pero deberá al cabo de un año —en
Pasa ante la vista de los caballeros el Holy la Natividad siguiente— aceptar el desafío en la
Grail, pero nadie consigue verlo y dice Sir “capilla peligrosa”. Los avatares del camino son
Gawain: vencidos naturalmente por Sir Gawain; el poema
no insiste en ellos. Han perdido importancia las
"Hemos sido servidos en este día con las luchas en el campo de batalla, el encuentro con
mejores carnes y bebidas que pudiéramos ima­ animales salvajes y las heridas del cuerpo. Hay
ginar; pero una cosa nos ha desencantado; no una batalla mucho más dura que aguarda a Sir
hemos podido ver el Santo Grail, porque es­ Gawain y es la que deberá librar dentro de sí, al
taba preciosamente cubierto. Por ello, haré vencer con la fuerza del “dragón” a sus propias
aquí un juramento, que desde mañana sin tentaciones. En el poema de Malory, el rey Artu­
posponer un instante, comenzaré a trabajar ro sueña con un terrible dragón. Cuando pregunta
en la búsqueda del Santo Grail y ello me to­ a Merlin acerca del significado del sueño, respon­
mará un año y un día o más si fuera necesa­ de el mago:
rio y no retornaré a la Corte hasta tanto no "El dragón eres tú mismo con tu fuerza y
haya visto plenamente lo que apenas se nos tus caballeros... que deben liberar al mundo
insinuó aquí.” de tiranos."
4. Estudio comparativo de Sir Gawain and the En esta serie de poemas, la tiranía más fuerte
Green Knight: símbolos, mitos y tradiciones es ejercida por las pasiones del hombre enemi­
gas de Dios.
En el romance del siglo xxv que ha llegado has­ La empresa está sembrada de dificultades. En
ta nosotros y que se traduce en el presente tra­ el romance de Malory, el rey Arturo lamenta la
bajo, la gran fiesta de la Mesa Redonda tiene lu­ decisión de Sir Gawain, porque duda que ella pue­
gar en las celebraciones de la Natividad. En lu­ da ser llevada a feliz término:
gar del resplandor del Santo Grail que se insinúa “Porque cuando ellos parten de aquí —dice
a los caballeros, hace su aparición, ante ellos, el el rey refiriéndose a sus caballeros— estoy
Gigante Verde, quien reta a duelo a alguno de los seguro de que nunca más se encontrarán en
integrantes de la Mesa sin hacer distinciones. To­ este mundo, porque morirán muchas veces
do parecería atisbar, de alguna manera, el mo­ en la búsqueda."
mento de la decadencia, puesto que ninguno de los
caballeros se atreve a dar un paso adelante y es (Libro XIII, Cap. XVI.)
38 39
Todo anuncia en la obra de Malory, la quiebra Green Knight siempre en vinculación con la gran
de la Mesa Redonda, simbolizada en la traición empresa del viaje, símbolo de la vida misma que
y el adulterio de Launcelot y Guinevere. Sir Ga­ encierra el gran misterio del contraste entre la
wain emprende el camino; en él, encuentra a un vida y la muerte.
ermitaño, quien le dice que sólo alcanzará su ob­ El viaje hacia la Capilla Peligrosa simbolizó a
jetivo mediante la purificación de sus pecados: través de las distintas tradiciones, el viaje del
“porque has vivido pecaminosamente du­ alma hacia la salvación. En los romances artu-
rante muchos inviernos” —dice— rianos, el misterio del Santo Grail unido a la Ca­
pilla hace suponer que estamos ante el símbolo
(Libro XIII, Cap. VII.) del bien supremo del espíritu hacia el cual el hé­
roe dirige sus esfuerzos. Bousset,26 al hacer re­
Aunque el poema de Malory e.s eminentemente ferencia al culto de Mithra, en el ritual sideral
cristiano, los mitos de la vegetación están siem­ de la antigua Babilonia, explica que el viaje hacia
pre presentes y al identificar la vida pecaminosa el mundo desconocido constituía la gran aventura
con el invierno, se está señalando al pecado como del espíritu con todos los riesgos y peligros que
la muerte del alma. daría al héroe, finalmente, el acceso al misterio
El trasfondo moral-religioso de estos poemas de la vida futura. Bousset rastrea el viaje hacia
es evidente. La insistencia en la castidad y en la la región del misterio desde los viejos mitos has­
pureza pertenecen, junto con la aliteración y el ta el cristianismo.
lenguaje —liberado en gran manera de palabras La aliteración vigorosa y rítmica se ajusta con
francesas— a la reacción antinormanda. De ahí precisión a esta sucesión de contrastes y corres­
que fondo y forma se correspondan entre sí. El pondencias. Cada estrofa de longitud desigual
amor cortesano que había llegado hasta la idea­ sin rima es seguida por cinco versos breves de
lización del adulterio, propagado por los trova­ verso aliterativo y rima alternada, los que a la vez
dores y aplaudido por una aristocracia decadente sirven de conclusión y énfasis a la estrofa ante­
en las cortes de Francia, no podía ser bien reci­ rior. Estamos dentro de la correspondencia entre
bido por el temperamento inglés, depositario de fondo y forma. Los versos que se transcriben a
aquella austeridad heredada de los viejos britá­ continuación pertenecen a los primeros versos
nicos, en cuya poesía poco lugar quedaba para del romance:
la frivolidad. Es por ello, que cuando las cir­ Sithen the sege and the assaut —
cunstancias se tornan propicias, la reacción se was cesed at Troye
produce, no sólo en la alegoría religiosa, sino The borgh britened and brent —
también en el romance arturiano. to brondes and askes,
Sir Gawain es un poema de elementos comu­ The Tulk that the trammes —
nes al ritual y al romance. La lucha entre opues­ of tresoun ther wroght
tos se manifiesta claramente en la sucesión de Was tried for his tricherie —
las estaciones cuyos ciclos se corresponden de the trewest on erthe.
manera perfecta con la vida del hombre. Los Bousset: Der Himmelfahrt der Seele, Archiv für Re-
contrastes se suceden en Sir Gawain and the 26
ligionswissenschaft (v. IV).
41
A pesar de que el poema presenta en sus valo­ das estaba ausente; Brythnoth en The Battle of
res esenciales los elementos básicos correspon­ Maldon, dice:
dientes a la reacción anglosajona, no deja de ser
evidente que los tres siglos de conquista dejaron “Antes el hierro y el filo dispondrán el ar­
un sello indeleble en la cultura que la fuerza de bitraje”
la tradición no consiguió borrar. En su faz exte­
rior, advertimos el predominio de las imágenes Más adelante, en el mismo poema, leemos:
cromáticas, lumínicas, auditivas que rodean la at­ "Aguijoneado por la ira, clavó su arma de
mósfera palaciega y adornan tanto al héroe co­ fresno en el ufano soldado del mar que había
mo a los otros personajes en todos los momentos causado su herida y avezado en las tretas de
de la historia. La vestimenta de Sir Gawain es la guerra, hizo que el mortífero instrumento
espléndida y sobrepasa en lujo y colores a Rol­ atravesara la garganta del hombre.”
dan de cuyo aspecto exterior poco se habla. Si
bien en el romance francés se nos dice: "muy
gallardo tiene el cuerpo y el rostro claro y son­ En otro de los numerosos pasajes en los que
riente”, y una y otra vez junto con su bravura se hace referencia a la batalla, leemos:
se hace mención de su gallardía, —“combate "Offa blandió su lanza de fresno”
gallardamente”, leemos—, muy poco hay en la
descripción de la vestimenta de Roldán que
anticipe el soberbio despliegue de diaman­ y exhortando a los guerreros a seguir en la lucha,
tes, oro y plata que cubren las vestiduras de agrega:
Gawain. El brillo del oro y las piedras del Can­ “ ...mientras continúe viviendo el arma en
tar de Roldán lucen en las armas, precisamente la ágil mano, sea el duro hierro, la lanza o
en su espada, la famosa Durandarte, de la que una buena espada.”
irradia todo el esplendor que cubre al conde me­
dieval; pero aún aquí, lejos se está de llegar a la Poco sabemos de la vestimenta de los soldados
exuberancia de piedras preciosas engarzadas en y cuando de ella se habla, predomina el hierro
el oro y plata relucientes del escudo de Sir Ga­ como lo más valioso que poseen. Beowulf hace
wain. Se agrega a todo ello, la reiteración refe­ su entrada en la corte de Hrothgar, bajo un re­
rente a los pesados armiños de su capa y las bri­ luciente corselete de malla y se hace referencia
llantes sedas que lo envuelven, como puede leerse al mismo con las palabras: “El trabajo de un dies­
en las largas descripciones del poema atinentes tro herrero”. Después de ofrecer sus servicios a
no sólo al aspecto exterior de Gawain, sino a los los daneses —pues con ese fin ha llegado—, dice
recargados lujos que cubren la armadura de
Gringolet, su caballo. el aguerrido enviado de los Geats:
En conclusión y a pesar de tratarse de una “Si soy muerto en combate, enviad a Hy-
"reacción anglosajona”, advertimos que muy le­ gelac la cota de malla que actualmente uso.
jos ha quedado la adustez de los viejos poemas Porque es el mejor corselete del mundo, el
heroicos, en donde el brillo de las espadas dora­ trabajo de Weland, el herrero.”
43
No dejan de mencionarse en el poema heroico cultura los hábitos incorporados por la conquis­
anglosajón vestimentas y armas de oro, aunque ta, tal como se intenta en toda la producción de
eso sucede en las historias del pasado, que a ma­ este período: a través de la forma por un lado y
nera de leyenda se narran en el austero palacio por el otro, por la prevalencia de los temas en
para pasar el tiempo, pero cuando van a la lucha los cuales los valores espirituales cobran mayor
del presente, son el fresno, el hierro y la bravura envergadura que el valor expuesto en el campo
de sus brazos, los que entran en acción, sin otros de batalla. Sin embargo, es evidente que los há­
aditamentos.27 bitos de los conquistadores penetraron hondo en
Si pasamos a las descripciones palaciegas, las el pueblo mismo de los británicos y de los anglo­
diferencias adquieren igual jerarquía, pues a pe­ sajones y el fusionamiento ya no pudo evitarse.
sar de no encontrar referencias precisas a la aus­ Ya en los primeros capítulos que transcurren en
teridad de los viejos palacios, nada transmite el palacio de Camelot, los mayores lujos "llega­
la idea de brillo u ornamentación. A la in­ dos de Francia y Oriente” dan una idea de rique­
versa, en el romance de Sir Gawain, hay dos pa­ za en el conjunto tan deslumbrante como la que
lacios minuciosamente descriptos. Es indudable impera en los palacios del romance francés.
que debemos asignar una valoración diferente al Se relata la “espléndida celebración” que se
lujo imperante en la corte del rey Arturo y a] lleva a cabo en Camelot, con motivo de las fies­
derroche de esplendor que nos asombra en el tas de la Natividad. Los regalos que se ofrecen
palacio del caballero Bertilak. En este último con motivo del Año Nuevo rivalizan en riqueza y
predominan los elementos asociados a la tenta­ cuando hace su entrada la “gloriosa Guinevere”
ción bajo la cual es puesta a prueba la virtud —apelativo con el que siempre mencionan a su
auténtica de Sir Gawain. El caballero de la Mesa reina— ella va a tomar su asiento en:
Redonda deberá mostrar su fuerza interior fren­ “el principesco trono, con sus preciosas
te a la belleza de las damas, la frivolidad del am­ colgaduras a los lados, de espléndida seda;
biente, las risas y la diversión disipante, todo en­ seda de Toulouse; tapicería de Turquestán
vuelto en ropajes deslumbrantes como cabe a la lo cubría desde lo alto, bordada brillante­
atmósfera de superficialidad desviadora de la vir­ mente con las mejores gemas de garantido va­
tud y por lo tanto, ajena a los ritos sagrados lor que la riqueza de cualquier tiempo pudie­
y a los hábitos que intentaban realzar los cul­ ra comprar” (Cap. IV).
tores de la “reacción aliterativa". Pero la inten­
ción de este movimiento de retorno y recuperación La reaparición del mundo céltico que ofrece el
de los valores auténticos de la raza británica nos poema está siempre vinculada con el viaje espiri­
haría suponer que no es el brillo de joyas y se­ tual de Gawain desde Camelot primero, y luego,
das lo que debería exhibirse en el palacio de la desde el bello palacio de Bertilak hacia la Capilla
Mesa Redonda, si prevaleciera la reacción con Verde. La tierra baldía asociada a los peligros
todo su vigor y hubieran podido desalojar de su que debe afrontar el caballero en terrible soledad
a través de regiones inhóspitas hundidas en la
27 Leake, J. A.: The Geats of Beowulf, Madison, 1966. nieve del desolado invierno, nos transporta a la
— Hodgkin, R. H.: A History of the Anglo-Saxons, 3rd. soledad y a las angustias del Navegante:
ed., 1952.
44 45
"He desperdiciado inviernos entre las aguas bién considerado un encantamiento contra
gélidas cuyo bramido circundaba al vagabun­ los poderes mágicos."29
do cubierto por las heladas, lejos de los se­
res queridos’’ Después de atravesar "entre las rocas desnu­
(.E legías Anglosajonas, trad. y notas de Use das donde los fríos torrentes bajaban con estruen­
Brugger) do de las cimas y pendían sobre su cabeza en lá­
minas de hielo", el caballero le rogó a María en
Estos viajes siempre tienen lugar en invierno; la víspera de Navidad, que al día siguiente le
están muy cerca de la muerte. Todos los elemen­ permitiera, en alguna parte, asistir al servicio di­
tos nos aproximan a lo fantasmal, al misterio y vino. El ruego del caballero es escuchado y muy
al terror. Se le recuerda al hombre la transito- pronto puede divisar un palacio extraordinario,
riedad terrenal a través de fuertes contrastes: sale al que rodean además del foso de rigor, un her­
Gawain del cálido palacio en donde imperan la moso parque”. Y qué decir del contraste que le
alegría, el calor de los salones y la comodidad de es ofrecido a la vista del caballero, ya cuando
los blandos lechos, para entrar de lleno en la at­ puede advertir desde la distancia el interior del
mósfera gris y helada, poblada de presencias palacio y se le permite la entrada al mismo, con
aterrantes, en tierras cubiertas de hielo, en donde todos los honores.
no se atisba la posibilidad de un nuevo creci­ Estos contrastes que aparecen a lo largo de
miento vegetal en las tierras sin vida. Brian Stone todo el poema están en directa relación con el
en su estudio sobre el poema nos dice que des­ juego de apariencia y realidad que la vida nos
pués de la partida de Gawain de Camelot, su viaje presenta en todo momento evidentes, además,
lo lleva a través de las regiones de un invierno en la poesía anglosajona; vinculados, a su vez,
hostil; parecería, dice el autor citado, que se va con los ciclos de la existencia y con los mi­
aproximando "al otro mundo tal como el que se tos de la vegetación. En Beowulf cada amanecer
describe en las historias célticas”. 2® Con respecto trae una nueva esperanza; le sigue la lucha y des­
a los árboles que se mencionan en el poema, cita pués de la dura lucha, la victoria; luego, el ban­
Brian Stone a la Madre Angela Carson, quien quete en palacio, el cual fatalmente terminara en
asigna a cada uno de los árboles una significa­ la oscuridad de la noche. Es entonces cuando los
ción particular: guerreros, entregados al reposo, deben sufrir los
ataques del monstruo, con la total aniquilación
El espino del cual se cree generalmente para algunos de ellos.
que es la guarida de los duendes; se supone La diferencia fundamental con la cual contri­
que las raíces del roble llegan al otro mun­ buye la “reacción aliterativa”, está vinculada con
do; y el avellano, algunas veces asociado con la experiencia cristiana. En la primitiva poesía
el conocimiento de lo sobrenatural, es tam- anglosajona predominan los elementos paganos:
la aniquilación es definitiva, no hay lugar para la
29 Mother Angela Carson, O. S. U.: “Morgan la Fée as
28 Stone, Brian: Estudio sobre Sir Gawain an the Green the Principie of Unity in Gawain and the Green Knight ,
Knight, Penguin Classics, 1974. in Modem Language Quarterly, v. 23, 1962.
46 47
esperanza; la oscuridad y la muerte son el destino senderos helados del crudo invierno, a través de
ma
ma LaTíf Ruma
R Vld”, leemos:
hombre- En el conocido poe- los cuales habrá de llegar a la "Capilla Peligro­
sa”; y allí es en donde le aguarda la posibilidad
“La tierra en su seno despiadado retiene de la muerte. Nuevamente el invierno aparece co­
nectado con la muerte. Las tierras que rodean a
“ nte 3 yl0Sdesaparecieron.”
que fallecieron consímct°res orgullosos la Capilla Verde son áridas; la vegetación ha de­
(Elegías Anglosajonas con trad. y notas de saparecido. Son las tierras en donde el pecado ha
Iise Brugger) desterrado la posibilidad del surgimiento de la
vida. La ausencia del paisaje, el ámbito tene­
broso, el imperio del terror, nos retrotraen al
6- co?trario’ en estos poemas del siglo xiv mundo céltico. Por otra parte, allí está cerca
predomina la esperanza con la fuerza de las vir- la amenaza. ¿Es una amenaza demoníaca, co­
udes teologales. La visión del hermoso parque mo la que debe enfrentar Beowulf al acercar­
y el palacio son la respuesta inmediata a la ple­ se al lago en donde habitan Grendel y su madre?
garia que Sir Gawain dirige a la virgen para que Los peligros son similares en ambos poemas y el
se le conceda escuchar misa en el día de N a " camino y los sitios llenos de cuevas; "...despe­
reprocha
reprocha ealP°e^
al padrea su desolación
la desde
por lael ausencia
más alIá ñaderos castigados por los vientos... donde los
ríos de las montañas se precipitan bajo los oscu­
d T lala Tsalvación
de ív a cdC aguarda
,<SU Pf rla"’ porc*ue
a todos por laigual.
esperanza ros arrecifes” —tal como nos presenta Beowulf el
La plegaria de Sir Gawain ha sido respondida paraje en donde se halla la morada del mons­
truo—, tiene similitud con la proximidad de la
todos
todos los fe ,aS1St”1a
los festejos f lafestividades
de las misa y Partieipará
sagradas en de Capilla Verde. En su cercanía el vasallo de con­
el palacio en donde predomina la vida de apa­ fianza, asignado por el señor del castillo para
riencias, esas mismas apariencias conllevan en sí acompañar a Sir Gawain, huyó despavorido, al
1 ' ™ S' U.na í° " da significación espiritual para tiempo que rogaba al caballero que no siguiera
la vida del caballero. La vida fácil, festiva y ale- por ese desierto escalofriante y salvaje, el cual,
gre del castillo es sólo aparente para Sir Gawain dice:
p o r lLa
por las queaue debe ^ laSel”hombre
d h3 atravesar ás terribles luchas
y otra vez “Nadie atraviesa por orgulloso que esté de
su armadura” (Cap. LXXXIII).
realidad11
realidad. JS*g°Si volvemosmÍSm°
a los61 avatares
duaIismodel apariencia-
camino Pero Sir Gawain cumplirá su promesa; sigue
pronto asistimos a las más dolorosas dificultades solo su camino y espoleando a Gringolet:
vacióngU n 31 Peregrin° en Ia senda de la sal-
“Se introdujo por una espesura junto a la
r, !:as f*estas en palacio llegan a su fin y Gawain orilla de un río y cabalgó por la escabrosa
debe abandonar los cortinados de seda, el calor pendiente hacia la quebrada... con grandes
vesar despeñaderos encorvados de escabrosa cruel­
vesar C°m° dldades parque
de su habitación; deberáenatra­
el hermoso para internarse los dad.” (Cap. LXXXVII.)
48 49
El parentesco descriptivo con el poema anglo­ Pero se trata de la sensación exterior en estre­
sajón nos lleva a la investigación de otro proble­ cha relación con la atmósfera circundante. En­
ma de mayor envergadura. El héroe del pueblo frentado con el gigante, Gawain se apresta a re­
de los Geats, sabe que va a enfrentarse con el cibir el golpe prometido en el primer encuentro;
monstruo de la destrucción. La lucha entre las se diría, empero, que su conducta en el castillo
fuerzas del bien y del mal, tal como se ha inter­ frente a la tentación seductora de la hermosa da­
pretado esta primera parte de Beowulf no ofrece ma, le ha conferido una suerte de inmunidad
las dificultades que nos presenta la proximidad moral. . t¡
de la lucha entre Sir Gawain y el Caballero Ver­ Adjetivos tales como “horrendo”, "salvaje’,
de. Han llamado la atención de varios críticos "brutal”, se agrupan en torno a la figura del gi­
las diferencias esenciales que presenta el gigante gante cuando éste se apresta en una primera ins­
en la forma horrenda de su primera aparición en tancia a asestar el golpe mortal sobre un Gawain
la corte del rey Arturo, con la figura que poste­ resignado a aceptar un fatídico destino (XCI).
riormente nos ofrece en la propia Capilla. Si bien Pero cuando finalmente el hacha cae con feroci­
en el primer momento de este segundo encuen­ dad sobre el “desnudo cuello” del caballero, la
tro se presenta amenazante y capaz de invadirnos sorpresa del lector no es menor que la del propio
de terror, a través de cambios rápidos y suce­ Gawain, al ver transformado el esperado golpe
sivos se va transformando en la figura amable y mortal en una herida superficial que “apenas ro­
sonriente que estaba llamada a dar a Gawain so­ zó su piel”. El gigante había levantado el hacha
lamente una lección moral. tres veces; dos, sin producir efecto alguno y sólo
Finalmente, se disipan del todo los temores del la tercera vez dejó sobre su piel la leve herida.
caballero junto con su sorpresa al enterarse y ver La explicación de conducta tan extraña la da el
cómo el gigante es capaz de transformarse y apa­ mismo Caballero Verde:
recer como el poderoso caballero, el generoso se­ "Por dos veces os asesté dos golpes fingi­
ñor del castillo. dos." (XCVI)
No puede aceptarse la afirmación de Brian
Stone quien no sólo ha considerado al Caballero sólo que el tercer “leve” golpe obedece a la falta
Verde como "the common enemy of man’’, sino también "leve” cometida por Gawain al haber
que refuerza el concepto al decir que " ... se tra­ aceptado ocultamente el obsequio de la dama. Por
taría de un Macbeth como perífrasis del diablo”.30 otra parte, se trataba de una falta menor y dis­
Cierto es que cuando Gawain se va acercando a culpable porque no estaba puesta en juego la cas­
la Capilla Verde tiene la impresión de que se tidad del caballero. Gawain lo había recibido
acerca a la morada del diablo: bajo la promesa de la dama quien le aseguró que
con ese objeto inofensivo —un cinturón— salva­
"En tal lugar se ha de ver a Satanás lla­ ría su vida mientras lo usara. Gawain no aceptó
mando a maitines a la media noche.” el obsequio por complacer los deseos de la bella,
(LXXXVII) sino por la necesidad de protegerse en su temible
visita a la "Capilla Peligrosa”. No faltó a los cá­
30 Stone, Brian: ob cit. nones de la castidad, aunque tampoco cumplía con
50 51
las leyes de la caballería que impedían a un miem­ Después de escuchar las palabras de Dios: "Tú
bro de la Mesa del rey Arturo sentir cobardía eres el hijo mío querido”, leemos:
ante el peligro. Además, faltó a la palabra em­
peñada con el señor del castillo con respecto al "Y en seguida el Espíritu lo empujó al de­
intercambio de ganancias, pues ocultó celosamen­ sierto donde se mantuvo cuarenta días y cua
te el obsequio recibido. “Mentira y cobardía”: renta noches. Allí fue tentado de Satanás.
dos faltas muy graves en un caballero y a pesar (Evangelio según San Marcos, I, 11, 12 y 13).
de que Gawain se recrimina, sin disminuir el peso
de su culpa y se siente muy avergonzado por su Con el mismo espíritu es utilizado Mefistófeles
conducta, no la ha considerado grave el Caballero en la obra Fausto, primero por Marlowe en el Re­
Verde, a juzgar por lo lenitivo del castigo aplicado. nacimiento inglés, y en el siglo xvm y principios
Es evidente que estamos frente a un impor­ del xix en la obra cumbre del mismo nombre, por
tante cambio en el cartabón de valores; la sua­ Goethe. Dentro de la misma línea aparece Sata­
vidad de la sentencia con respecto a la conducta nás en El Paraíso Perdido de Milton. El poeta
de Gawain que tanto temió por su vida y lo llevó del puritanismo inglés presenta al diablo con to­
a traicionar un juramento contrasta con la fiere- da la cohorte en el pandemonio; —y aunque el
za y el valor de aquellos héroes nórdicos que en mismo Satanás pretenda ignorarlo—, está al ser­
nada medían el peligro de sus vidas al batirse vicio de Dios que creó al hombre para alcanzar la
con héroes y dragones. perfección por su propio esfuerzo.®1
La dura ética pagana ha dado paso en el En el siglo xiv tiene vigencia ya, en cierto mo­
siglo xiv y aún antes, a los valores de la moral do, esta concepción de Satanás al servicio de
cristiana por una parte, y por la otra, entran en Dios. La lectura de la Biblia, difundida a partir
juego la tolerancia y la clemencia cuando se trata del siglo xm por los intensos estudios de las Es­
de juzgar las debilidades humanas. Sir Gawain crituras realizadas en Oxford, culmina con la tra­
es un poema cristiano y no puede admitirse en­ ducción de las mismas a lengua inglesa por John
tonces la concepción del gigante bajo un aspecto Wicliff, y la prédica de los Lollards, por su parte,
diabólico. Podría aceptarse en algún aspecto, la contribuye a popularizarlas. Chaucer nos ofrece
asociación demoníaca en un sentido totalmente abundantes testimonios de la difusión del libro
cristiano, si dejamos de lado la concepción paga­ sagrado.
na del mal y aceptamos al diablo como un agente Todo induce a ver en Sir Gawain and the Green
de la tentación al servicio de un designio supe­ Knight, el camino hacia el Humanismo bajo la in-
rior: el demonio existe y es usado por Dios para
poner a prueba al hombre creado con libertad de
elección. Se trataría del demonio bíblico que ins­
tado por Dios hizo sufrir a Job los mayores ho­ 31 John Milton, en Paradise Lost, pone en labios de
rrores para poner a prueba la fuerza de su fe. Dios las siguientes palabras con respecto a la libertad del
Jesús debió soportar las tentaciones de Satanás hombre que fue creado "en justicia y rectitud, capaz de
sostenerse en tal estado aunque con libertad para caer”,
“durante cuarenta días y cuarenta noches" para "...porque así les he creado, libre y libres deben perma­
dar la prueba final de sus poderes celestiales. necer...” “ ...hasta que en serviles lazos se enreden por
sí mismos” (Libro III).
52
53
fluencia de Platón y San Agustín,32 ya conocidos de las deidades paganas con muchos elementos
en la época. Debemos agregar, no obstante, que de la ambigüedad paradojal de las alegorías nór­
ni aún bajo la concepción demonológica humanis­ dicas. Sin correr el riesgo de alejarnos dema­
ta, puede interpretarse la figura del Caballero siado, podemos traer a colación la profusa simbo-
Verde con una faz satánica. Si bien se presenta logia que rodea al mito de Baco. Pero debemos
de manera aterrante en la primera parte y el volver a insistir que estamos ante un romance
terror predomina en ciertos momentos de la fase cristiano y al mismo tiempo hemos de recordar
final previa a la metamorfosis y reconocimiento, la fusión del cristianismo con la filosofía griega
todos los pasos del gigante van conduciendo pau­ de tanta importancia en la preparación del hu­
latinamente a Gawain por un duro camino de manismo.
pruebas que él puede soportar. También Dios Si bien Larry D. Benson ve en el hacha del gi­
puso a prueba a Abraham, su siervo favorito, pi­ gante el arma característica de los invasores nór­
diéndole a su hijo como sacrificio máximo, en dicos paganos, enemigos de los cristianos, el mis­
prueba de su fe y lealtad inalterables, más lle­ mo Brian Stone que utiliza para el Caballero Ver­
gado el momento supremo, libera Dios a Abraham, de la denominación “The common enemy of
porque ya ha dado pruebas suficientes con su in­ man”, prefiere considerar al hacha del gigante
tención y su sufrimiento y no le exige a su hiio como “el hacha de Cristo”, de acuerdo con la con­
{Génesis, 22/1-14). cepción de varios críticos. Cita al respecto las
J. A. Burrow rechaza la concepción demoníaca palabras de Juan Bautista que anuncia la llegada
del gigante, dado que el mismo “torvo personaje" de Cristo con el hacha que limpiará las mieses y
guió a Gawain por el camino de pruebas y salva­ separará la cizaña del trigo (Mateo, 3/1 a 12).
ción.83 Por último, es el mismo caballero feroz Tampoco puede descartarse cierta ambigüedad
quien absuelve a Gawain de toda culpa (XCVI). a pesar de tratarse de un indiscutible poema cris­
Entran también en juego elementos que deben tiano, porque los elementos de la superstición
tenerse en cuenta y son los referentes a la supers­ popular son demasiado fuertes todavía como pa­
tición popular. Estos seres mitológicos sobrena­ ra quedar totalmente excluidos de estas apari­
turales aparecen en casi todos los romances, his­ ciones terroríficas sobrenaturales. Claro está que
torias y leyendas de la época, rodeados por un la ambigüedad desaparece y la intención del poe­
halo terrorífico, el cual a su vez reúne en sí to­ ma surge con toda claridad con respecto a la con­
das las ambigüedades, mitad demonio y mitad dei­ ducta que debe observar Gawain en todo momen­
dad. Si el gigante es la personificación de la Pri­ to. Se le exigió toda la rectitud de un caballero
mavera, como lo sugieren muchas imágenes del cristiano y no se le perdonó el menor desliz,
poema, conlleva en sí mismo los signos míticos aunque no estuviera involucrada su castidad.
Sir Gawain es a todas luces un romance de
82 Bishop, Morris: The Penguin Book of the Middle intención moralizante y como todos los poemas
Ages, 1979. — Colin Me Evedy: The Penguin Atlas of Me­ correspondientes a la reacción anglosajona que
dieval History, 1979. — Muirhead, John H.: The Platonie llegaron a nosotros, el tema gira fundamental­
Tradition in Anglo-Saxon Philosophy, London, 1931. mente en torno a la castidad. El amor no está
83 Burrow, J. A.: A Reading of Sir Gawain and the
Green Knight, Routledge & Kegan Paul, 1965. ausente; han desaparecido los elementos pasio­
54 55
nales que lo rodean y lo tornan —según esta con­ las regiones desoladas por las que debe atravesar
cepción que anticipa el puritanismo— en peca­ el caballero a los salones entibiados del castillo,
minoso. La concepción platónica es justamente sin transición alguna. También entra en juego en
la que más se ajusta para interpretar la relación estas escenas la contraposición apariencia/reali­
de Gawain con respecto a la dama. Si bien ella, dad, de las que se vale con frecuencia el poeta.
en su papel de tentadora, usa todos los recursos En apariencia, Gawain lleva la mejor parte.
de la seducción sexual, el caballero responde a Mientras él duerme plácidamente en el cómodo
los avances de la bella con la galantería y ternura lecho de una lujosa habitación, el castellano está
que le valen los inocentes besos con que ella res­ expuesto a todos los peligros del bosque; en lu­
ponde a su actitud. El poema hace referencia a cha con fieras salvajes soporta las inclemencias
todos los conflictos que tal situación debían crear­ de un riguroso invierno. Por cierto, que a pesar
le necesariamente a un caballero como Gawain: de las apariencias, Gawain envidiaría su suerte.
están comprometidos además de su castidad, el Las luchas del alma, para un caballero de su tem­
sentimiento de lealtad inalterable al señor del ple, entrañan más peligros, riesgos y amenazas de
castillo cuya confianza no debe traicionar y por las que él está acostumbrado a sufrir en el cam­
otra parte está en juego el orgullo de su virilidad po de batalla.
que no puede permanecer ausente (LXVI-LXXI). Las escenas de la cacería están expuestas con
A pesar de estos conflictos ineludibles, Gawain vivo realismo. Los tres episodios corresponden a
triunfa sobre sí mismo. La pureza de la conducta tres animales diferentes: el ciervo, el jabalí y el
del caballero de la Mesa Redonda en tales cir­ zorro. Cada uno de estos animales del bosque
cunstancias, le valen más tarde la vinculación que utiliza los recursos que les son propios y los ca­
el Caballero Verde hace entre la virtud de Ga­ zadores, a su vez, les conocen los subterfugios. La
wain y la "perla”. En las leyendas medievales persecución del zorro tiene todo el patetismo y la
la pureza aparece con frecuencia asociada con gracia, con que lo hizo famoso la experiencia y
'perlas”. Tenemos además el testimonio del poe­ la tradición popular.
ma del mismo nombre hallado en el mismo ma­ Desde la primera salida del castillo, concierta
nuscrito que contenía a Sir Gawain and the Green el caballero con Gawain el curioso pacto del in­
Knight, en el cual, como ya se ha dicho, la perla tercambio de ganancias: el caballero daría a Ga­
simboliza la pureza. wain todo lo obtenido en sus peligrosas cacerías
La lucha interior de Sir Gawain por mantener y Gawain le ofrecería en cambio, las ganancias
intacta su pureza frente a los atractivos de la obtenidas en palacio. Nos preguntamos, empero,
hermosa señora del castillo es muy intensa. El ¿qué podría ofrecer Gawain desde su cómodo le­
autor ha utilizado como contraste y símbolo cho o desde los placenteros salones junto al fuego
para la misma las tres escenas de cacería en el en sus frívolas diversiones como favorito de las
bosque en correspondencia con las tres visitas que damas? Sin embargo, a juzgar por el resultado
la dama hace a Gawain en su habitación. La téc­ final, Gawain es quien mejor retribución trae en
nica del contraste evidente en todo el poema, ad­ el intercambio. Regresa el castellano de la ter­
quiere en estas escenas el mismo relieve que el cera cacería, en la cual a través de grandes ries­
paso de las estaciones o el brusco cambio desde gos, como ya se ha dicho, en regiones salvajes
56
llenas de sorpresivos peligros, logró con la ayuda animales salvajes, exponiendo la vida de sus cuer­
de sus experimentados vasallos y de sus hábiles pos. Al mismo tiempo Gawain batallaba en la
lebreles, atrapar al astuto Reynard. Allí Gawain comodidad de su abrigada habitación, exponiendo
es el primero en salirle al encuentro y lleno de la vida de su alma. Los besos "tan puros y bue­
seguridad dice: nos” que conmueven al señor del castillo tienen
"Sin dilación seré el primero en cumplir el un profundo significado. Es dable reconocer que
contrato que hemos establecido, en un todo el comportamiento de Gawain a través de una au­
de acuerdo, sin escatimar el vino. téntica pureza espiritual fue capaz de cambiar la
Despues abrazó al castellano y lo besó tres pasión y sexualidad en pureza y bondad.
veces, tan dulce y firmemente, como lo haría Platón intenta varias definiciones del amor;
un fuerte caballero." una de ellas, puesta en boca de Diótima, personi­
ficación del amor, dice entre muchas otras ideas
El señor del castillo siente y valora la pureza afines: "Amor de la generación y del parto en la
de esos besos; son los que Gawain ganó de la da­ belleza”. El hombre busca la inmortalidad y cuan­
ma a través de su conducta intachable. do no puede lograrla por el alma, trata de lo­
El clima de valoración espiritual dentro del cual grarla por el cuerpo:
se mueven los seres y las cosas en el poema, da " ...la naturaleza mortal busca en lo posi­
al resultado del comportamiento de Gawain una ble existir siempre y ser inmortal, y solamente
significación mucho más elevada que a los obje­ puede conseguirlo con la procreación, porque
tos obtenidos en el terreno material, aunque estos siempre deja un ser nuevo en el lugar del
últimos hubieran sido ganados con riesgo de sus viejo.”
vidas. De ahí que diga el castellano al efectuar (El Banquete)
el intercambio:
"Lo mío es inferior, porque yo he cazado Más adelante hace la diferenciación entre el
todo el día y solamente he obtenido esta poco amor del cuerpo y el amor del alma y nos dice
favorecida piel de zorro, ¡que el diablo se la la "sapientísima Diótima”:
lleve! Y éste es un precio para pagar..." “Es en inmortalizar su virtud, según creo,
(y agrega con desprecio hacia su contribución) y en conseguir un tal renombre en lo que to­
. • .por las preciosas cosas que vos habéis dos ponen todo su esfuerzo, con tanto mayor
obtenido aquí, tres besos tan puros y buenos." ahínco, cuando mejores son, porque lo que
(LXXVII) aman es lo imperecedero. Así pues los que
son fecundos según el cuerpo se dirigen en
La piel de zorro como la de los animales ante­ especial a las mujeres y ésta es la forma en
riores, fueron ganadas como venimos diciendo, a que se manifiestan sus tendencias amorosas
través de duras luchas; pero son batallas libra­ porque, según creen, se procuran para sí, me­
das en el terreno material. Los hombres han pe- diante la procreación de hijos, inmortalidad,
leado con los elementos del terreno y del clima memoria de sí mismos y felicidad para todo
y han escapado hábilmente a los peligros de los tiempo futuro. En cambio, los que lo son
58 59
según el alm a... pues hay hombres, añadió, seguidas por las de Bologna, París, Montpellier y
que conciben según las almas, más aún que Oxford dedican su especial atención al estudio
en los cuerpos, aquello que corresponde al de las culturas orientales; junto con ellas, se abren
alma concebir y dar a luz. Y ¿qué es lo que las puertas a la filosofía griega y la doctrina aris­
le corresponde?: la sabiduría moral y las de­ totélica enciende la mecha de la discusión en el
más virtudes, de las que precisamente son pro­ pensamiento especulativo de los neoplatónicos.36
genitores los poetas todos y cuantos artesa­ Pero es, a todas luces, a través del impacto del
nos se dice que son inventores." pensamiento augustiniano expuesto en el sentir
cristiano de la época, unido a la concepción de
{El Banquete) la filosofía griega, lo que imprime un sello de pu­
reza en las relaciones amatorias, en las que el
Sabemos naturalmente, que el neoplatonismo cuerpo debe quedar ausente. Son éstas y no otras
penetra directamente en la cultura inglesa a par­ las pautas dentro de las cuales se ubica el com­
tir del esfuerzo logrado por los humanistas en el portamiento de Gawain frente a la dama, porque
siglo xv; mas no podemos establecer la vinculación no hay rechazo hacia la bella. El caballero no
directa de los Diálogos con el pensamiento anglo­ deja de experimentar admiración y atractivo
sajón en el siglo xiv porque no poseemos la do­ frente a los avances seductores, más las virtudes
cumentación necesaria para ello. Es posible, sin cristianas que ordenan sus actos, logran orientar
embargo, rastrear ciertas influencias griegas de sus sentimientos hacia el terreno espiritual y
intensa gravitación en el medioevo, aunque se tra­ transforman la tentación del cuerpo en un encuen­
taría de una ligazón indirecta, puesto que a partir tro de almas. Esta comunion que trasciende las
del siglo v, el cristianismo estrecha lazos con la barreras del cuerpo explica la magnitud de la
filosofía platónica.34 Los místicos medievales, por conquista obtenida por Gawain y percibida por
otra parte, se nutren hondamente en el sistema el señor del castillo cuando dice: "tres besos tan
escolástico y crean, siglos más tarde, la gran po­ puros... ”
lémica fisurante entre la doctrina de Aristóteles Por otra parte, debemos ahora analizar la con­
y Platón. Mas, lo cierto es que ya en la teología ducta de la señora del castillo.
cristiana había echado raíces el pensamiento pla­ Si bien la bella dama realizó a conciencia el
tónico, principalmente a través de San Agustín.35 papel de tentadora, pues nos enteramos más tar­
Sin pretender introducirnos en el proceso que de que obró de acuerdo con las órdenes de
sigue el platonismo a través de la religión y la su esposo, el caballero de poderes sobrena­
cultura en estos siglos —lejos está del tema que turales, no puede decirse de ella, como no puede
nos ocupa— agreguemos a lo dicho que en el si­ afirmarse con respecto al señor del castillo, que
glo x i i i , las universidades de Salerno en Italia haya sido un agente del mal. Ambos obligaron a
34 Bishop, Morris: ob cit. — Seebohm, Frederic: The Gawain a realizar su lucha interior, de la que sa­
Oxford Reformers, Colet, Erasmus and More, Everyman’s lió victorioso. Es una victoria tan preciosa que
Library, 1938. le ganó para sí, lo que podría llamarse inmuni-
35 Stentón, Doris Mary: English Society in the Early
Mídale Ages, en The Pelican History of England, t. III, 36 Bishop, Morris: ob. cit.
1981.
dad frente a los golpes del gigante; victoria que relata la Mujer de Bath en el cuento que lleva su
no fue completa, porque Gawain omitió inten­ nombre en donde la horrible vieja se transforma
cionalmente ofrecer al caballero el cinturón ob­ en una hermosa joven por la fuerza magica del
sequiado por la dama. Si bien la omisión tiene, beso que accede a darle el apuesto joven para
como ya hemos dicho, mucha importancia dentro salvar su vida. ,
de los cánones caballerescos, la misma ha perdi­ Por último cuando Gawain pregunta al ca a
do jerarquía dentro del poema porque no ha afec­ llero su verdadero nombre, que hasta entonces no
tado la castidad de Gawain. le había sido revelado, el transformado gigan
acepta no sólo dar su nombre: “Bertilak del Alto
Finalmente, ya en la Capilla Verde se nos revela Desierto”, bajo el cual se lo conoce como el se­
lo que ya sospechábamos con respecto a la iden­ ñor de la comarca, sino que también explica a
tidad del torvo gigante; pues no es otro que el Gawain el cómo y el porqué de la metamorfosis
señor mismo del castillo, quien por obra de la Entra en este proceso un p e rso n a je ya conocido
metamorfosis ha sido transformado en esta te­ en el romancero arturiano y al c u a l da amplia r
rrible deidad. Numerosos indicios del poema, percusión Malory en el siglo xv. Es Morgan de
desde el arribo de Gawain al castillo, nos inducen Fay (Morgana el hada), “quien permanece en m!
a anticipar este final que no resulta, por lo tanto, casa”, dice el caballero en su explicación (XCVIII),
del todo sorpresivo. El recibimiento que se le la que produce los terribles cambios. Mas abajo la
hace a Gawain ya desde las afueras del miste­ llama “Morgana la diosa", quien adquirió muclf
rioso castillo: antes de bajar el puente para per­ de las artes mágicas de Merlin. Conocida en las
mitir su ingreso es reconocido por los guardias, leyendas populares como una terrorífica deidad
quienes transmiten la sensación de que aguarda­ de poderes maléficos,3* actúa en el poema que hoy
ban su llegada. Todos los pasos de Gawain, por traducimos, de la misma manera que en el]poema
otra parte, lo han ido conduciendo en esa direc­ de Malory. Es la diosa con poderes destructores
ción. Luego sigue el encuentro con el señor de la que le permiten desintegrar la Mesa Redonda y
comarca con su cordialidad tan especial. Las aten­ Uevar al rey Arturo a la muerte. En el romance
ciones de que es objeto y las seguridades que re­ Sir Gawain, solamente se nos anticipa que ella
cibe por parte del poderoso castellano de que lo
guiará hasta llegar al encuentro con el Caballero En diferentes leyendas, Morgana una
Verde en el preciso lugar y en el día ya fijado son
38 a p a r e c e c o m o

elementos que pertenecen al ámbito de lo sobre­


natural.
Las características de esta metamorfosis, pre­
SSSSggggfe S
sentes en otros poemas de la época, apuntan ha­
cia la influencia que ejerce en este siglo prepa­ se encarga de atraer ^ Art
ratorio del Humanismo, la obra de Ovidio.37 Re­
cordemos el pseudo romance, quasi-parodia que
37 Daiches, David: A Critical History of English Lite-
rature, t. I. cember, 1950).
62
buscaba la muerte de Guinevere, pero no se ex* 5. Hacia el fin de la Edad Media
tiende el poeta en las causas de su odio hacia la
reina. Nada se nos dice aquí con respecto a la A la segunda mitad del siglo y cerrando el re­
traición de la "gloriosa Guinevere” en su relación surgimiento aliterativo, pertenece al extenso poe­
adúltera con Launcelot, el caballero destinado a ma de índole religioso-moral titulado Piers Plow-
buscar el Santo Grail. El adulterio, la traición, man escrito por William Langland. Mezcla de ser­
el engaño, debían necesariamente llevar a Arturo món moral y alegoría religiosa, contiene todos
a la muerte y al aniquilamiento de la vieja raza los elementos de una vigorosa reacción antifran­
de héroes. ¿No tendríamos acaso en esta situa­ cesa. Su verso, lengua y temática se erigen en
ción de decadencia moral, la explicación simbó­ baluarte de la tradición con un fuerte rechazo
lica de la desaparición de los fuertes "Oíd Bri- hacia la frivolidad cortesana y la condena enér­
tons”, cuya historia se perdió en la bruma de gica del adulterio, del afán de lucro y los placeres
los tiempos? Los viejos símbolos fueron adopta­ mundanales. Piers Plowman puede ser conside­
dos después por los poetas cristianos quienes co­ rado como un testimonio de esta reacción anglo­
mo en el caso de Sir Gawain, les insuflaron los sajona y, al mismo tiempo, un sólido documento
nuevos valores de la ética cristiana. de los tiempos, en cierta medida anticipatorios de
En la explicación que da Bertilak con respecto la reforma.
a Morgana, solamente nos dice que ella es media Paralelamente a la reacción anglosajona entra
hermana de Arturo, quien por la magia de Mer­ en la literatura inglesa una nueva corriente en
lin, fue engañosamente concebida por la Duquesa la cual se fusionan y unifican las diversas ten­
de Tintagel, madre de Morgana y por lo tanto dencias. Es un fusionamiento de culturas y tra­
es tía de Gawain. A diferencia de las leyendas diciones, presente ya en los tres siglos de infil­
populares que la representan como una bruja tración normanda a través de la vida en común
horrible, en este poema se habla de ella como de de ambas civilizaciones. La lengua adquiere pre-
una hermosa dama de muchos años "the aged valencia en esta unificación y con ella, la proso­
beldame who is al home”, dice el caballero. dia, de fundamental importancia para la nueva
A pesar de que ya Gawain sabe que todo ha sido versificación. Geoffrey Chaucer y en menor gra­
planeado por su tía, quien se alegraría de volver­ do John Gower y otros poetas de la segunda mi­
lo a ver —dice el poderoso caballero—, Gawain tad del siglo xiv reciben y adaptan las influen­
rehúsa volver al castillo y no acepta las reiteradas cias literarias y sociales traídas del continente,
y amables invitaciones de Bertilak. principalmente de Francia e Italia, de gravita­
Emprende el regreso hacia la corte del Rey Ar­ ción enorme en la corriente renovadora. La vita­
turo y la Mesa Redonda, en donde en sus minu­ lidad del lenguaje de Chaucer se imprime con
ciosos relatos de todo lo acontecido, no da im­ fuerza en su poesía estructurada con rima y mé­
portancia alguna a sus peligros, riesgos o aven­ trica continental, por una parte y por la otra, asi­
turas. Todo su énfasis es puesto en la gran lec­ miladas ya a la literatura insular.
ción moral que exhibe —como autocastigo— en Se acepta sin retáceos que con el lenguaje poé­
la pequeña herida recibida, la cual en ningún mo­ tico de Chaucer comienza la evolución y desarro­
mento trata de ocultar. llo hacia la lengua inglesa culta, que desde enton­
64 65
ces siguió el natural proceso idiomático hasta evidente que estamos ya a las puertas del Hu­
nuestros días. La transformación no reside sólo manismo. El Medioevo teocéntrico va quedando
en la lengua, porque con ella asoma la corriente atrás y el hombre hace su entrada en la era an-
que va desde el sofisticamiento y la idealización tropocéntrica en la cual mostrará hasta dónde
del romance en su marcha hacia el realismo pre­ puede llegar por sí solo. El individuo, como se
sente en el surgimiento de una nueva clase social: ha dicho, no evidencia todavía su complejidad
la burguesía. psicológica; ello se advertirá en el Renacimiento,
La obra más conocida de Chaucer y la más po­ aunque se atisba ya la vida diaria con muy pocas
pularizada, leída aún en nuestros días fuera de concesiones a la fantasía. El primero de los cuen­
los ámbitos eruditos es, sin duda, The Canterbury tos le corresponde al caballero. Es un caballero
Tales (Los cuentos de Canterbury). Las noveda­ real y como tal, cuenta con el lenguaje que con­
des de fondo y forma introducidas en estas his­ viene a un personaje de su clase: un romance. Su
torias hilvanadas y estructuradas muy a la usanza vestimenta no es precisamente la de Sir Gawain.
italiana de la época39 son muchas: aparecen per­ Vuelve de la guerra contra los “turcos paganos”.
sonajes reales; si bien no podemos hablar todavía Ha estado en lejanas y exóticas tierras en lucha
de psicologías individualizadas, los cuentos nos contra los moros en “defensa de la fe cristiana'
permiten, en cambio, reconocer tipos represen­ y describe el poeta su vestimenta tal como po­
tantes de diferentes oficios, profesiones y clases demos imaginarla después de sus trajines: "No
sociales. En un extenso» prólogo, el autor presenta estaba vestido elegantemente. Llevaba una túni­
a un número de peregrinos reunidos en el Ta- ca hecha de fustán, sucia y oscura, con manchas
bard Inn dispuestos a emprender al día siguiente en donde su armadura había dejado las marcas”.
la marcha de peregrinación al Santuario de Bec- No podemos decir lo mismo en todo aquello re­
ket. El posadero, personaje de extraordinaria vi­ ferente a modales, lenguaje y a toda su conducta
talidad, oficia, dentro del conjunto de cuentos, de en general, pues allí sigue viva la tradición caba­
actante unificador de los mismos. Hace la pre­ lleresca, que a pesar del realismo, podía mante­
sentación de los personajes, propone el relato de ner su vigencia, sin dejar de ver que en el con­
los cuentos durante la marcha para hacerla me­ junto resulta un personaje anacrónico. El ro­
nos tediosa y luego distribuye y presenta a los mance del caballero no puede encuadrarse, na­
cuentistas. Se observa una interesante coheren­ turalmente, en el realismo, aunque han desapa­
cia entre la descripción del personaje en el pró­ recido de él los elementos mágicos y maravillo­
logo general por una parte, con las palabras que sos; con la falta de alegorías y ausencia de sím­
luego el posadero dirá sobre el mismo más la pre­ bolos, el romance medieval ha perdido fuerza y
sentación que en la mayoría de los cuentos hace belleza. El total debilitamiento del género se evi­
el relator y, por último, con el cuento mismo. Es dencia en otros cuentos de la serie. La Mujer
de Bath relata una historia que no es otra cosa
39 Si bien Chaucer afirma no haber tenido acceso di­
recto al Decameron de Boccaccio, hay otras obras de es­
que la parodia de un romance y el mismo Chau­
tructura similar conocidas en el siglo xiv a las que el poeta cer, como integrante de la caravana, intenta con­
inglés tuvo acceso como la Gesta Romanorum, Gesta Fran- tar un romance interrumpido a tiempo por el po­
corum con antecedentes orientales de importancia. sadero. Es el “Cuento de Sir Topaz” en versos
66 67
octosilábicos y rima consonante, pesada y monó­ Isolda ni tampoco conduce a la muerte y des­
tona, con carencia intencional de atractivos so­ trucción de una casta de héroes como en el caso
noros. En una historia absurda nos relata cómo de la reina Guinevere. Por el contrario, tampoco
Sir Topaz se prepara para luchar con un gigante asoma la sutileza en los groseros embustes de
de tres cabezas que lo había desalojado de un las mujeres de estos cuentos destinados a divertir
lugar del bosque en donde él suspiraba por su con la risa fácil que todo lo acepta porque es real.
amada. El posadero interrumpe al Chaucer rela­ Junto a los cuentos derivados del fabliau, no fal­
tor con un brusco: tan los meritorios relatos de tenor moralizante
inspirados en el exemplum, entre los cuales se
“¡Basta de todo esto en nombre del Señor! destaca el “Cuento del estudiante de Oxford”; es
Nos estáis aburriendo de muerte con toda esa la adaptación del relato de la paciente Griselda
charla artificiosa. Ya de eso hemos tenido que Chaucer conoció en la historia de Petrarca.
bastante... ¡Al diablo con esas rimas! ¡Son Llegamos así al final de Edad Media. Una nue­
el purgatorio!” va clase social reclama su literatura. Las puertas
del castillo se han cerrado o quizás quedaron to­
La exclamación tiene la suficiente fuerza para talmente abiertas. Se han bajado los puentes y
asestar al género su golpe de muerte. Ello ex­ se han cerrado los fosos para que a través de
plica, por otra parte, por qué al primer cuento ellos entre y salga la vida de todos los sectores
del caballero le siguen de inmediato y sin tran­ con sus reclamos e insistencias para mostrar lo
sición los cuentos derivados del Fabliau, relata­ que siempre había existido a pesar del oculta-
dos por personajes comunes tales como “el moli­ miento para las letras doradas. Pero ha desapa­
nero”, “el mayordomo”, "el cocinero”, etc., en los recido quizás para siempre el héroe homérico que
que campean la gracia y la comicidad. A semejan­ cede su lugar con todos los auspicios propiciados
za de lo que ocurre en las narraciones del género por el cambio, al antihéroe. Con Chaucer se ini­
en la misma época en Italia y Francia, no se aho­ cia en la literatura inglesa lo que ya se había
rra la procacidad para lograr el efecto risible. La producido en Italia: el cuento antiheroico que
sociedad entera de la época desfila en esta pin­ marcha sin tropiezos hacia la “epopeya destrona­
toresca caravana. Es la clase media con sus mu­ da” como en su momento Menéndez y Pelayo
jeres a la pesca de marido, sus comerciantes, ar­ denominara a la novela, el glorioso género post­
tesanos, estudiantes y clérigos de todas clases. renacentista.
La comicidad surge de situaciones conocidas, mas
no por ello, disculpables. Clérigos mezquinos, ávi­
dos de dinero, dispuestos a obtenerlo por cual­
quier medio, aparecen en situaciones jocosas y
grotescas, dejando al descubierto la acerba crí­
tica que en la misma época relataban, a manera
de denuncia, los sermones de Piers Plowman con
el ceño adusto. El adulterio no tiene en estos
cuentos el acento trágico o sublime de Tristán e
68 69
Segunda Parte

Sir Gawain and The Green Knight


(Sir Gawain y el Caballero Verde)

El manuscrito de fines del siglo xiv, consultado


para la presente traducción, se encuentra en la
biblioteca del Museo Británico, junto con los poe­
mas Cleanness, Patience y Pearl. Nos ha parecido
conveniente seguir la división y numeración adop­
tada por las ediciones de Penguin Classics, cuya
traducción al inglés moderno, en las diferentes
ediciones, nos ha servido de consulta y apoyo.
PRIMERA PARTE
I. El sitio y el ataque habían cesado ya en Troya, la
ciudad destruida ardía transformada en brasas y cenizas.
El hombre que allí urdió sus planes de alta traición fue
juzgado por su falsía, la más real sobre la tierra. Eneas
el noble y su digna descendencia conquistaron reinos des-
pues y retuvieron en sus manos casi toda la riqueza de
las islas occidentales. El noble Rómulo se dirigió primero
a Roma y le construyó sus muros lleno de orgullo. Le dio
su propio nombre que aún retiene. Ticio fundó la Tos-
cana, surgieron ciudades. Longbeard levantó casas en Lom-
bardía y más allá de las aguas francesas, Félix Brutus,
con alegría, fundó Bretaña, sobre tierras escarpadas, don­
de la guerra y el dolor y el asombro su poder con fre­
cuencia despliegan y la bendición o el error mortífero, ha­
cen, a su vez, del hombre un gigante.
II. Y cuando esta brigada fue fundada por este noble
valiente, crecieron aquí bravos varones que en tiempos
turbulentos se regocijaban en la lucha cuando la confusión
reinaba. Muchas maravillas, aquí más que en otras tie­
rras, ha enviado la fortuna desde aquellos remotos tiem­
pos. Pero de todos los reyes británicos que aquí moraron,
Arturo fue el de mayor renombre, según he oído. Por
ello, me propongo relatar un hecho relevante que muchos
mencionan como una evidente maravilla. Un increíble
suceso entre las hazañas de Arturo. Escuchad durante
una o dos horas mi historia. La contaré al pimto tal como
la oí relatar en la ciudad; como los copistas la han vertido
con exactitud en la historia del país de tiempos idos, con
letras que se unen verazmente en una tradición fuerte y
audaz.
III. Estaba este rey en Camelot una Navidad con caba­
lleros leales, incomparables vasallos, miembros bien cono­
cidos de la Mesa Redonda, en espléndida y decorosa cele­
bración libres de cuidados. Allí luchaban continuamente
en torneos y combatían con alegría estos gentiles caballe-
73
DoraUeUa?H W festejos
Y Cantabandurante
estribillos y danzaban, algún extraño buscara a alguno de sus fuertes caballeros
porque allí los seguían quince días en- para medirse con él en una riesgosa justa: la vida contra
ttando
a n d oalegres
T t0dacanciones,
13 abUndancÍa 3^ alc§ría imaginables^ can­ la vida, en donde cada uno dejara al otro el favoi de la
magníficas de oír. Se divertían Fortuna, la suerte más justa. Tal era la costumbre del
Todo e ? los
^ salones
«= Vrantey t0d° 61 día’ rey cuando reunía a la Corte, en todas las fiestas famosas,
lodo en camaras erabailaban
regocijo P°r las noches,
deleitante para en el castillo, entre su alegre comitiva. Asi prosperaba
los señores y sus damas. Moraban todos allí con todos los entre la multitud un rey noble y majestuoso allí perma­
la neció fuerte y firme mientras el año comenzaba.
la CrTstíarfd
Cristiandad,d ‘TlasV damas
* * Caba“maser0S
hermosasrenombrados
de todos losde
tiempos y el rey más gallardo que alguna vez en Corte VI. Erecto permanecía el fuerte rey de porte^ majestuo­
“ ° 'f Por(lue este espléndido conjunto de hombres de so, dejando transcurrir el tiempo en conversación, ante la
n- con611sus" fogoso
edad de oro, agraciados cabecera de la mesa. El buen Gawain fue ubicado junto
voluntad de Dios y aclamado rey. Unpor
hués-la a Guinevere y Agravain, el de la mano fuerte, en elJ a d o
fácümente ° “ ^ C°Uado que no P°día mencionarse opuesto, ambos hijos de la hermana del rey, los más bra­
vos caballeros. El Obispo Baldwm encabezaba la mesa
porque estaba a la derecha del rey Arturo (posicion de
IV-. ^ an -¡oven era el año que la víspera había visto su honor) y Ywain, el hijo de Urien, se sentó junto a el.
Todo estaba dispuesto en el estrado y servido con digni­
saTe™srservie^
f l il ! ' Ínraba ^ día ®yn elsaImos
^ °S Cantos pati° habían
donde Ios comen-
cesado en dad y muchos hombres prominentes estaban en las mesas
en elf salón ’“ /acIamado
h T Yc°nSU C0P itiva d ie ro n su entrada laterales Luego llegó el primer plato con tal sonar de
gritos de clérigos y laicos trompetas (de los que pendían brillantes blasones y tal
í w , an™ clado repetidamente. Luego los señores y las ruido de tambores con un hermoso sonido de flauta, su­
d ™as se adelantaron para distribuir presentes. Con sus mergiéndose en ruidos y ecos salvajes que elevaban los
manos brindaron graciosamente los regalos de Año Nue­ corazones con los cantos. Luego se sirvieron deliciosos
vo haciendo chanzas y alboroto con los ofrecimientos. manjares a los huéspedes, alimentos frescos finamente dis­
Las damas reían ruidosamente aunque perdieran su ri- puestos, tal cantidad de fuentes llenas que poco espacio
yTIos ganadores no estaban pesarosos bien lo podéis quedaba en las mesas para las diversas sopas dispuestas
creer. Luego de lavarse se adelantaron a sus puestos en en plata sobre el mantel. Cada uno de los convidados se
orden jerárquico, los de más alto rango primero con la servía libremente y en abundancia; doce platos había para
hermosa y alegre Guinevere en el medio, sobre eí princÜ c a d a pareja con buena cerveza y brillantes vinos para
pesco trono, con sus preciosas colgaduras a los lados de ambos.
esplendida seda, seda de Toulouse; tapicería de Turques- VIL De la comida no diré ya nada más, porque es
tan lo cubría desde lo alto, bordada brillantemente con evidente que se servía en abundancia; ahora, otro ruido
las mejores gemas de garantido valor que la riqueza de muy diferente se dejó oír con insistencia, el que proba­
cualquier tiempo pudiera comprar. Muy hermosa era esta blemente permitiría que el soberano comenzara a comer>
rema de ojos grises y brillantes; ningún hombre sin men­ porque apenas se había acallado el ruido de las trompetas
tir podría decir que había visto alguna más hermosa. v se había servido dignamente el primer plato en la corte,
V. Pero Arturo, no solía comer antes de que todos es­ cuando apareció a la entrada una figura aterrante que
en altura sobrepasaba a todos los hombres de la tierra.
tuvieran sem dos. Alegre y cordial como un niño y amante Desde el cuello al muslo era muy grueso y corpulento, su
oo sentado
J n t ^ /durante
CÜVf' Foco
largo letiempo,
§ustaba
tan Permanecer acostado
brioso era su joven espalda y miembros eran tan largos e inmensos que era,
creo, un semigigante terrenal, pero, por sobre todo se
hrm ” u palpitante su sangre. Sin embargo, algo le narecía a un hombre, y aunque enorme, era el mas ele­
é Kn-eSÍ 6 momento: era su noble anuncio de que gante de los jinetes, porque si bien de e s p a l d a y pecho
tud ? f no COmer
tud, hasta tanto en unplenamente,
se narrara día Estivoalguna
de tal aventu­
magni­ su cuerpo era muy ancho, sus miembros era^ “ be1^ , ^
ra extraña, no relatada hasta el presente, alguna maravilla sus partes, perfectamente proporcionadas. Sorprendidos
ante su tez, un enemigo de furioso porte. Los hombres
? ‘ra°rdm ana Pudiera creer, acerca de los antepasa­ quedaron estupefactos porque el torvo gigante aparecía
dos o de los ejercitos, u otro alto tema; o hasta tanto bajo un color de un verde reluciente.
74 75
mano, sostenía un hacha enorme “ ¡r. y,amonstruosa, un yelmo
VIII. Y verdes vestiduras lo envolvían. Una túnica de cabeza de esa hacha
dos tercios de largo, ajustada en la cintura, un hermoso destructor repulsivo de d Forjado en oro verde
manto forrado lo cubría de la más fina piel que hallarse era larga como una cana P ^ ^ brillante pulido con
pudiera, maravilloso atavío de pieles con caperuza caía yunacero
anchoeraborde
el mango y la 1ahlado p a ^ ocortar
agudamente ^ como pQ1.
las
de sus rizos y descansaba sobre sus hombros; pantalones navajas mas Wosas. El h° forjado en h o
bien ajustados del mismo tono verde sujetos en las pan­ su
torrillas, con espuelas tintineantes de refulgente oro sobre
seda bordada, con broqueles en las piernas para cabalgar. hasta su extremo, con grabadosjerdes hermosos
enorme y fuerte mang , q d dise-
enroscado
Y realmente toda su vestimenta era de un verde vivo, así ños. Agarrado a ^ cabjíza, penetraba en
como su cinturón y los brillantes dispuestos en encanta­ en su derredor; de sí con costosas borlas
agujeros
adheridasa enregular dlstan s°bre tachas
£ c del verde ^ brillante
e n tr e

dor arreglo sobre el rico atavío que lo envolvía y su mon­ abundancia dentro
tura trabajada en seda. Sería tedioso describir todos los ricamente recamadas Este b elevado dosel, sin temor
adornos y bordados, tales pájaros y moscas en vistoso del salón dirigiéndose ^ CChó miradas feroces
verde con oro en todas sus partes. Las colgaduras en el al peligro. No saludo a n , P Qn; "¿Qujén es y
pecho de su caballo con nudos y clavos esmaltados sobre a todos. Sus primeras p reunión? Con gusto lo ob-
su brida y los estribos sobre los que se apoyaban eran dónde está el Principal de ^ a ^ ^ r s a r í a con él”. P r e ­
todos del mismo color. Así era también la espléndida silla servaría con mis Propí°s °3 , J caballeros mientras cabal-
que brillaba y relucía con verdes piedras. El corcel que
montaba impresionaba de igual manera por su color ver­ % ? £ £ £ £ S se detuvo a estudiar quién podría
de; inmenso y fogoso en todo su vigor y violencia con ser el noble más renombrado.
freno y rienda, un corcel para servir a tal caballero.
IX. Sí, todo vestido de verde aparecía el gallardo jine­ XI. La gente q u r ta ^ c o s í podría
te. Su cabello, al igual que su verde corcel, pendía ligero, porque todos se niara ^^ caballo tuvieran tal color,
amontonándose en rizos, con un manto sobre sus hom­ significar, que un J verdes aún parecían; brillaban
bros y una gran barba hirsuta sobre su pecho caía junto verdes como el pasto y^ma aUe verde sobre ei 0ro. Los
con los hermosos rizos que libres pendían de su cabeza, más ostentosamente q .. se acercaron a el, con
hasta por debajo de los hombros, de manera tal que la que estaban de pie, los * él pudiera hacer,
mitad de sus brazos quedaba debajo de los cabellos cir­ todo el asombro del mundo_ a* osas pero ninguna como
cundantes, cubierto por una capa real que cerraba en su porque habían visto cosas a trataba de un fantasma
cuello. La crin de ese soberbio caballo así como las barbas ésta. Por ello, f nsara°rn
aX S'
de la tierra de las^maravil as, ^los l o s más valerosos estaban
Todos n
bien peinadas y rizadas, entrelazadas en gruesas trenzas acobardados y no se u voz. A través del
con cordones de oro, resplandecían en el verde y el do­
rado. Su cola al viento y su melena, de acuerdo con el tados, inmóviles, asom^ ° SseP° ejante a la muerte. De
resto, atadas con cintas de verde brillante, estaban bor­ alto salón había un si sumergido en el sueño, se
dadas en los extremos con exquisitas piedras, mientras
que una correa que las atravesaba, enhebraba desde arriba
muchas campanillas resonantes de oro brillante y bruñido. f quPSn° £ £ ? a tan gr°teSCO
Tal caballo y caballero, en el ancho mundo entero nunca visitante.
antes había sido visto u observado por ninguno de aqué­
llos allí reunidos. Semejante al relámpago parecía y veloz
t % 23*5 -S-S5SK
para golpear y aturdir. Los hombres pensaban que sus X„ . Como
temibles golpes, una vez asestados, significaban muerte.
X. Pero él no tenía coraza ni yelmo, ni pechera ni ar­
rss&s:
bienvenido. Soy rey de , con noSotros, hasta tanto,
madura de plata para combatir, ni escudo para atacar, ni dignaos desmontar y queda . «Rueg0 ayuda a
hojas afiladas para dar estocadas; sólo sostenía un ramo , L tiempo, expreséis vu,*ro % £ * mi
de acebo en una mano, acebo que es más verde cuando ¡ £ r r » ¿ S i S ...a «o™. Pero como
los bosquecillos están magros y desnudos; y en la otra
77
76
vuestra reputación, noble señor, es muy alta, y vuestro cido vuestro orgullo? Vuestras victorias, vuestro valor,
astillo y caballeros son reputados como los mejores los vuestras glorias, ¿dónde están? ¡La algarabía y el renom­
mas valientes en combates a caballo, los más belicosos bre de la Mesa Redonda se ven hoy abrumados por la
los mas dignos que el mundo haya criado, los más valien­ palabra de un hombre porque todos renuncian por temor
tes contendientes en las justas viriles y como la caballero­ a una lucha aún no comenzada!” Después de esto rio tan
sidad es aquí la regla, de ello estoy seguro, mi camino me ruidosamente que el señor se apenó. La sangre cubriosus
ha traído hasta aquí y debo hablar. Por esta rama que claras facciones de vergüenza. Estalló como un furioso
llevo, podéis estar seguros que mi propósito es de paz, no huracán; su comitiva experimentó lo mismo. El rey, que
busco peligros, porque si hubiera venido en atavíos gue­ no perdía el valor, se adelantó hacia el caballero.
rreros, mi coraza y mi yelmo que ahora en mi morada XV. “Por el cielo”, dijo entonces Arturo, "tonto es lo
están, nu escudo y mi afilada espada de brillo refulgente que solicitáis, pero ya que firmemente buscáis la tontería,
al igual que otras armas de guerra hubiera traído. Por tenedla si queréis. Nadie aquí se asusta de vuestras gran­
eso, como no deseo guerrear aquí, llevo ropas livianas des palabras. Alcanzadme vuestra hacha ya, en nombre
pero si eréis tan bravos como afirman los más valientes’ del cielo, y yo os daré el presente que pedís. Se adelanto
me concederás de buen grado, un deseo que solicito por hacia él rápidamente y tomó su mano y con ferocidad el
derecho. Entonces, dijo Arturo, en respuesta: "Noble otro caballero desmontó de un salto. Entonces Arturo e
caballero, si el duelo mortal es vuestro deseo, no os falla- tomó el hacha, sostuvo el mango y la agito violentamente
remos en la lucha”.
como para saludar con ella. El intrépido caballero estaba
parado junto a él, fornido y alto. Sobrepasaba a cual­
, í 11,1’ t“No’ “° es combate lo que busco, porque a decir quiera del salón en una cabeza o mas. Acaricio su barba
verdad, hay solo muchachos imberbes en esta mesa de con su rostro severo, volvió su túnica con modales tran­
banquete. Si estuviera envuelto en armadura, sobre un quilos, menos amilanado y desfalleciente por los poderosos
alto corcel, ninguno entre vosotros podría alcanzarme golpes que si un comensal le hubiera alcanzado un poco
vuestra fuerza es escasa. Es por ello que en esta corte de vino. Entonces Gawain, junto a Guinevere, le expreso
vrUI+er0,,U1gar ™ Jueg0 de Navidad. Porque es el día de la al rey su intención: “Yo os ruego en justicia, confiadme
Natividad y el Año Nuevo y hay muchos jóvenes aquí. Si esta lucha, hacedla mía”.
alguien en esta casa tiene un espíritu tan intrépido, una
mente tan valiente y un impulso tan loco como para ases­ XVI. "Si me concedierais, gran señor”, dijo Gawain al
tar un fuerte golpe a cambio de otro, le ofreceré gratui­ rey, “que yo abandone este asiento y me ponga de pie a
tamente esta afilada hacha; esta hacha, que es bastante vuestro lado. Si me permitierais sin ofensa, abandonar la
pesada, para que la maneje a gusto. Yo recibiré el primer mesa, si así lo admitiera mi señora, yo me acercaría allí
golpe, asi desguarnecido como estoy. Si algún valiente para hablaros delante de esta corte de nobles. Porque
se siente inclinado a intentar lo que sugiero, que se ade­ no me parece propio en lo que concierne a conducta, si
lante y que tome esta hacha, que tome posesión de la vuestro salón escucha un desafío tan arrogante que sea
misma que yo no la reclamaré. Luego esperaré el golpe vuestra persona real quien se adelante a satisfacerlo,
inmóvil sobre este suelo. Siempre que se me permita’ cuando tantos valientes sobre estos bancos están sentados.
retornar el golpe con entera libertad. Pero él tendrá un Los mejor dispuestos del mundo como yo, bien creo, y
ano y un día de plazo, yo lo guío. Apresuraos ahora y de­ los mejores en el campo cuando se da la batalla, be que
jadme oír quién responde a esta propuesta.” soy el más falto de sabiduría y el más débil, y la perdida
de mi vida significaría realmente muy poco. El muco
XIV. Si los había asombrado al comienzo, más inmó­ valor está en que mi tío es mi rey. No hay bendición en
viles quedaron ahora los jóvenes de todo rango en el cas­ mi cuerpo salvo la que vuestra sangre me otorga. Y dado
tillo. t i jinete se volvió en su silla y dirigió sus ojos que este asunto es tan tonto, no es a vos a quien corres­
feroces en derredor, posando sobre todos sus cejas cer­ ponde y como yo os lo he solicitado primero, transferíd­
dosas y verdes, su barba se balanceaba al inclinarse, para melo, y si hablo sin honor que toda la corte me juzgue,
ver quien se incorporaba. Como nadie viniera a medirse sin reproches.” Luego, prudentemente hablaron en voz
con el, tosio fuerte y respiró pesadamente, antes de decir- baia acerca de ello y entonces dijeron todos al unisono
¿Como, es esta la casa de Arturo de cuyo honor se ha­ que el rey coronado debía abandonar el asunto y a Ga­
bla en todas partes tan copiosamente? ¿Se ha desvane­ wain debía dejarse el juego.
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l*eg0 el, rey ordenó al caballero a ponerse de la piel. Colocó sus hermosos y largos rizos sobre su coro­
pie. El se levanto de inmediato y se aprestó gallarda­ na, mostrando perfectamente su desnudo cuello y la nuca.
mente; vino a postrarse ante el rey y asió el arma. El Gawain asió el hacha y la puso en alto, adelanto el pie
rey se la entregó satisfecho, le dio la bendición de Dios izquierdo sobre el piso y rápidamente acuchilló la parte
y gustoso lo incitó a ser fuerte de espíritu y vigoroso de expuesta, de modo tal que la afilada hoja se introdujo
musculos. Primo, tened cuidado con vuestro único gol­ destrozando el hueso, se hundió en la suave carne y la
pe , aconsejo el rey. "Y si golpeáis con acierto, soporta­ partió en dos y el centelleante acero golpeo el suelo. La
reis luego, seguramente, el golpe de retomo que él os hermosa cabeza cayó del cuello. Rodo por el suelo,
asestara despues.” Avanza Gawain hacia el caballero con modo tal que la gente la empujó y la detuvo con sus pies
la gran hacha en mano, y valientemente, sin abatirse cuando pasaba. Luego la sangre borboto del cuerpo, bri­
afronta las consecuencias. Luego, el hombre vestido de llante sobre el verde. Pero el caballero no cayo ni vacilo
verde dijo a Gawam el noble: "Afirmemos nuestro pacto un ápice, sino que resueltamente se adelanto sobre pies
en calma; antes de seguir adelante os exijo, noble caballe- bien firmes hacia donde estaban los nobles caballeros, con
ro,_ „ r vuestro nombre; decídmelo verazmente y sin en- movimientos mágicos tomó su espléndida cabeza y Presto
gano En buena fe”, dijo el caballero, “Gawain es mi la levantó. Luego se dirigió a su caballo, tomo la brida,
nombre y suceda cualquier cosa después, yo os asestaré caminó hacia el estribo y se volvió, sosteniendo con su
este golpe y en un lapso de doce meses recibiré la res­ mano su cabeza por el cabello. Se ubico sobre la silla
puesta, con cualquier arma que deseéis y sin un segundo tan firmemente como si nada le hubiera pasado, aunque
para defenderme. El otro, confiado, respondió: “Soy el no tenía cabeza. Volvió su busto sobre ese enorme cuerpo
mas feliz de los hombres, debo recibir de vos el golpe que sangraba y mucho horror y asombro provoco al co­
oír Gawain, para que yo pueda seguir adelante". menzar a hablar.
XVIII. “Por Dios, Sir Gawain”, dijo el Caballero Ver­ XX. Porque él sostenía en la mano su cabeza en alto
de, me regocija satisfacer aquí mi pedido de vuestro con el rostro dirigido hacia la renombrada como la mas
revestido puno. Vos os habéis hecho cargo alegremente, hermosa, en el estrado; y levantó sus parpados con mirada
con buen discurso, del pacto que yo solicité al rey en brillante y amenazadoramente salió de sus labios lo que
pleno, pero consentiréis, bajo juramento, que me busca­ habréis de oír: " ¡Preparaos para realizar lo que habéis
reis en algún sitio donde consideréis que podréis hallarme prometido, Gawain; buscadme con fe hasta hallarme, mi
cajo el cielo y buscaréis vuestro pago por lo que me ha- buen hombre, de acuerdo con vuestro juramento escu­
gais ante esta digna reunión.” “¿Cómo os buscaré? /Có­ chado por estos caballeros en este salón. Id a la Capilla
mo encontraré vuestra casa?”, preguntó Gawain. "Por el Verde sin negaros —y gustosamente os asestaré en el
Dios que me creó, nada sé; no conozco, caballero, vuestro brillante Año Nuevo— un golpe tal como el que vos habéis
nombre ni vuestra corte; pero dadme exactas instruccio­ asestado. Bien lo merecéis. Como el caballero de la
nes y decidme vuestro nombre y mis esfuerzos máximos Capilla Verde soy por muchos conocido. Por lo tanto
me conducirán allí; así os ofrezco mi juramento bajo mi si preguntáis por mí, me hallareis. Id, entonces, o de lo
honor de caballero.” "Para este Año Nuevo, esto es sufi­ contrario, seréis llamado cobarde, en justicia. ,Luego,
ciente, nada más hace falta”, dijo el Caballero Verde a giró ferozmente tomando las riendas, se abalanzo hacia
Gawain, e cortesano. "A decir verdad, una vez que haya la puerta del salón, con su cabeza en la mano y salía
recibido el golpe, después que vos lo hayáis debidamente fuego de los pedernales. Hacia donde iba, nadie lo sa­
dirigido, os informare de inmediato, acerca de mi casa de bía ni tampoco saber podían de qué país venia. Enton­
mi hogar y de mi nombre. Luego podréis observar vues­ ces! ¿qué hacer? Del Caballero Verde, el rey y Gawam
tro pacto y preguntadme, y si yo nada os digo, entonces mucho rieron, pero evidentemente consideraron el asunto
bien podréis daros por satisfecho, quedaos en vuestra como algo extraordinario en el mundo de los hombres.
propia tierra y no busquéis más pruebas. Ahora tomad
vuestra torva arma; veamos vuestro estilo de lucha.” "Con XXI. Aunque el honorable rey Arturo estaba verdade­
gustoel ,acero.
po, le respondió Gawain, acariciando, al mismo tiem­ ramente sorprendido, no dejó que ello s e advirtiera, pero
diio claramente a la hermosa reina, en el lenguaje de la
XIX Parado sobre el piso estaba el Caballero Verde corte: "No desmayéis, querida señora; tales destrezas vie­
con gallardía, la cabeza un poco inclinada para exponer nen bien en Navidad, como la representación de mterlu-
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dios, la risa, el canto y la buena música hecha para los luz, cuando después de recibir las gotas de rocío de las
señores y las damas. Pero ahora puedo comer, debo decir­ hojas, disfruta el resplandor bendito del sol brillante.
lo, después de haber visto algo para maravillarse”. Miró a Después llega apresurada la cosecha, urgiéndola, advirtién­
Sir Gawain y afablemente dijo: "Ahora, señor, colgad vues­ dole que el invierno llega pronto levantando el polvo con
tra hacha, ya habéis abatido demasiado”. Y sobre el negro sus vientos y haciéndolo desaparecer de la faz de la tierra.
palio, arriba en el dosel, fue audazmente colgada donde Los vientos furiosos en los cielos rugientes luchan con
todos los hombres podrían observarla y maravillarse y el sol; las hojas caen de los árboles y yacen sobre el
relatar con sincero testimonio, su proeza. Luego se diri­ suelo y el pasto otrora verde se torna gris. Lo que sur­
gieron ambos hacia la cabecera de la mesa, el rey y el gió de la raíz y el pimpollo, ahora madura y se pudre;
leal caballero y los hombres allegados les sirvieron, con así, el pasar del año deja sus muchos ayeres, y retorna
gran dignidad, abundantes porciones de cada manjar y el invierno, así es el mundo, os lo aseguro. De este modo
todas las clases de comida y música también. Se divir­ llegó el día de San Miguel, con la amenaza del invierno y
tieron todo el día hasta que la oscuridad llegó a sus costas. Gawain consideró el camino que debía seguir.
Ahora, Gawain, meditad en el peligro y para que no os
destruyáis al salir a buscar el riesgo que vos habéis XXIV. Pero él se quedó en la Corte con Arturo hasta
reclamado como vuestro. el día de todos los Santos, cuando Arturo brindó un es­
pléndido y rico banquete, especialmente para Gawain, con
mucha alegría, en la Mesa Redonda. Los elegantes caba­
SEGUNDA PARTE lleros y las alegres damas se lamentaban por Gawain
con ansiedad; pero sólo se hablaba de cosas divertidas y
XXII. Tal era la importancia de las aventuras de Ar­ se hacían chistes sin ningún regocijo. Después de la cena,
turo en Año Nuevo, porque él estaba ávido por escuchar con el corazón contristado, se dirigió a su tío y le habló
las hazañas de los caballeros. Aunque se dijeron pocas sencillamente de su partida de esta manera: “Ahora, señor
palabras al principio, al sentarse, la locuacidad no cono­ de mi vida, os solicito permiso para mi partida. Conocéis
ció límites después, tan animada era la conversación. Le la clase de trato hecho; poco me preocupan las pruebas
gustaba a Gawain comenzar los juegos en el salón, pero que he de pasar, carecen de importancia, pero estoy obli­
aunque el final fuera difícil, no os asombréis, porque des­ gado a soportar el golpe y debo partir mañana para bus­
pués de la bebida fuerte, los hombres son briosos de car al Caballero Verde, según Dios vea conveniente guiar­
espíritu; el Año Nuevo se desliza con rapidez, nunca su­ me”. Luego, los más destacados de la compañía se acer­
cede lo mismo dos veces. No se puede predecir desde el caron, Ywain y Eric y otros en grupos. Sir Dodinal, el
comienzo cómo se han de realizar las cosas. Sí, pasó fiero, el duque de Clarence, Launcelot y Lionel y Lucan, el
esta Navidad y (llegó) el año siguiente; las estaciones se bueno. Sir Bor y Sir Bedivere, ambos hombres fuertes y
sucedieron una tras otra. Después de la Navidad viene el muchos admirados caballeros con Mador en el portón.
tiempo difícil de la Cuaresma, cuando sólo se debe ingerir Toda la compañía de la Corte llegó junto al rey con pesada
pescado y alimentos magros. Después la temperatura pri­ preocupación en sus corazones para escuchar el consejo
maveral lucha contra el mundo de los vientos, el frío del rey. Mucho temor se experimentaba en el salón, que
retrocede y declina, las nubes se deshacen en brillantes un hombre gallardo como Gawain debiera salir a la bús­
aguaceros, la lluvia derrama calidez sobre la hermosa queda de un salvaje golpe y no pudiera ya nunca más
llanura donde aparecen las flores. Las praderas de pasto, llevar su espada. Dijo Gawain con alegre ánimo: "Si el
al igual que los bosques, se visten de verde; los pájaros destino es horrendo o bello, ¿por qué he de vacilar o te­
se preparan a construir y alegremente cantan a la alegría mer?, ¿qué debe hacer el hombre, sino arriesgarse?”
del verano siguiente que embellece la colina y el valle.
Junto a los cercos fértiles y riscos brotan los pimpollos XXV. Permaneció allí todo el día y al amanecer pidió
y se abren y de los hermosos bosques suben los más su armadura. Todo su equipo le fue traído. Primeramen­
dulces sonidos. te extendieron una alfombra roja sobre el piso y la gran
pila de dorados atavíos de guerra brillaban sobre ella.
XXIII. Luego viene la estación del verano con suaves Allí pisó el hombre fuerte, tomó el acero en su mano; el
vientos, cuando el zéfíro respira sobre semillas y plantas. justillo que vestía era del más costoso material de Tur-
En un paraíso se encuentra la vegetación que surge a la questán; luego venía la capa de la corte de hechura im­
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pecable, finamente forrada de piel, con cierre firme. Lue­ Salomón concibió una vez para señalar la verdad sagrada,
go pusieron los zapatos de acero en los pies del hombre por su derecho intrínseco, porque es una figura que tiene
fuerte. Envolvieron sus piernas en acero con hermosas cinco puntas y cada línea se une y se cierra con la otra;
grebas completadas con rodilleras brillantes y luego co­ y es infinito en todas partes y los ingleses lo denominan
nectaron la rodilla con goznes de nudos de oro. Después en toda la región, según he oído, el Nudo Infinito. Por
venían los pemiles de plata que con ingenio envolvían consiguiente, va con Sir Gawain y su brillante armadura,
sus gruesos muslos y los aseguraron con correas. Luego porque siempre leal en cinco cosas, cada una de cinco
envolvía al guerrero la coraza entrelazada con anillos de maneras, Gawain era considerado bueno como el oro más
blanco acero que descansaban sobre rico material. Tenía puro, sin ninguna villanía y desplegaba todas las virtudes
armadura pulida en brazos y codos, brillantes y alegres en batalla. Así llevaba él este nuevo pentágono sobre saco
guantes de metal y todo el rico equipo para ayudarlo en y escudo, como un hombre de verdad, siempre fiel con
cualquier circunstancia. Con levitón ricamente trabajado, la templanza del caballero.
espuelas de oro aumentaban su orgullo. Lo cruzaba a tra­
vés el cinturón de seda de la espada con la hoja firme XXVIII. En primer lugar se lo consideraba intachable
al costado. en sus cinco virtudes. Luego, sus cinco dedos nunca fa­
llaron y toda su confianza sobre la tierra descansaba en
XXVI. Envuelto en su armadura su porte era noble. las cinco heridas que recibió Cristo en la Cruz, como lo
En todas sus cintas y adornos brillaba el oro. Así guar­ dice el Credo. Y cuando el hombre valeroso estaba ocu­
necido escuchó misa e hizo ofrendas y oraciones en el pado en el campo de batalla, por encima de todas las co­
altar mayor. Luego llegaron el rey y su corte, se despidió sas en esto pensaba, que sus proezas dependían por com­
con gentil cortesía del rey y la reina, quienes lo encomen­ pleto de los cinco goces puros que la sagrada Reina del
daron a Cristo y le dieron el beso de despedida. Por en­ cielo recibió de su Niño. De acuerdo con esto, el cortés
tonces, Gringolet ya estaba preparado y cubierto con una caballero tenía la imagen de la reina grabada en el interior
silla que vivamente resplandecía con muchas franjas de del escudo, y así, cuando la miraba, se elevaba su corazón.
oro, enjaezado totalmente a nuevo para esta gran ocasión De las cinco virtudes advierto que el famoso hombre
La brida estaba bordada y atada con oro brillante al igual practicaba más la generosidad y la bondad del amor que
que los adornos de la armadura y las hermosas orlas. La guiaban el resto. Luego su continencia y cortesía nunca
grupa y el jaez hacían juego con los arcos de la silla, y corrompidas, y la Piedad era la virtud superior. Estas
todo estaba dispuesto sobre tela roja con clavos del más cinco virtudes puras estaban más afirmadas en este hom­
rico oro que brillaba y refulgía como los rayos del sol. bre que en cualquier otro y entrelazándose todas entre sí,
Luego su casco equipado con broches muy fuertes y acol­ no tenían final, pues estaban fijas en cinco puntos que
chado por dentro; lo tomó y lo besó suavemente; se ele­ nunca fallaban; nunca se amontonaban de un solo lado ni
vaba sobre su cabeza y lo aseguraron a su espalda con se separaban entre sí, sin final en ningún ángulo; ni tam­
una brillante banda de seda sobre el pulido protector de poco puedo decir en dónde comenzaba su diseño o dónde
su cuello, bordado y tachonado con las mejores joyas continuaba hacia su fin. Así se formaba regiamente este
sobre amplios bordes de seda, con pájaros junto a las nudo sobre este escudo brillante en oro rojo sobre gules
costuras, tales como loros pintados mezclados con cara­ rojos tal como es el Pentágono puro, así lo aprendió la
coles marinos y tortugas y lazos de verdadero amor borda­ gente sabia. Ya Gawain estaba preparado y alegre, presto
dos tan tupidamente como si muchas bellezas en algún tomó sus flechas y durante todo el día las usó, siempre
retiro hubieran estado ocupadas en ello durante siete in­ que lo veía conveniente.
viernos. La corona sobre su cabeza era lo más precioso,
sin duda, llena de diamantes, despedía una brillante luz. XXIX. Acosó al corcel con sus espuelas y salió al
camino con tanto ímpetu que salía fuego de los peder­
XXVII. Entonces le mostraron el escudo de gules re­ nales. Todos cuantos veían pasar su gallardía, se entris­
lucientes con el Pentágono inscripto en oro; él lo colocó tecían en sus corazones y todos decían en voz baja, en el
en la banda y alrededor de su cuello, lo suspendió con mismo tono, preocupados por el hermoso caballero: “Por
elegancia y le sentaba muy bien. Y deseo contarles, aun­ Cristo, es una desgracia que vos, señor, que vivís tan
que me detenga un poco, por qué el Pentágono le corres­ noblemente, os perdáis. Encontrar sobre la tierra a un
ponde a este príncipe de caballeros. Es un símbolo que amigo en la fe no es fácil. Habría sido más sabio haber
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trabajado con más prudencia y haber hecho al querido por cierto ya lo habrían destruido muchas veces. Pero la
caballero un duque del reino. Un magnífico señor de los lucha poco lo preocupaba; peor era el invierno cuando
hombres habría sido y habría tenido un destino más feliz las frías aguas claras caían en torrente de las nubes y
en lugar de ser enteramente destruido. Decapitado sin se congelaban antes de caer a la tierra árida. Medio
elegancia por un ser sobrenatural. ¿Quién suponía que muerto por la helada, dormía en su armadura noche tras
el príncipe aprobaría tal consejo dado vertiginosamente noche entre las rocas desnudas donde los fríos torrentes
por los caballeros en los juegos de Navidad?” Muchos de­ bajaban con estruendo de las cimas y pendían sobre su
rramaban las lágrimas oprimidas en ojos llorosos, m H » cabeza en láminas de hielo. Así en el peligro y el dolor,
ese digno caballero salió en la búsqueda de la corte ese en estado lamentable, el caballero solitario recorrió el
día. Sin vacilación ni temor salió rápidamente; su camino país, hasta la víspera de Navidad, y en esa noche dirigió
era rudo y fatídico, o así las historias lo cuentan. su lamento a María y le rogó que lo guiara hasta encon­
trar algún amparo.
XXX. Ya el gallardo Sir Gawain va cabalgando en XXXII. Alegremente cabalgaba por la mañana junto
nombre de Dios a través del reino de Bretaña sin sobre, a una montaña hacia una cavidad boscosa asombrosamen­
saltos en su espíritu. Con frecuencia, en la larga noche te salvaje con altas colinas a los lados que flanqueaban
yacía solo sin compañía alguna y no hallaba en las cerca­ un bosque de elevados robles mohosos, un centenar, todos
nías alimento de su gusto; no tenía más compañía que juntos. Los avellanos y los espinos se entrelazaban con
su marcha entre bosques y cerros, ningún viajero para rudos musgos viejos que se arrastraban por todas partes
conversar en el camino, sólo a Dios, hasta que llegó a la y sobre las heladas ramas los pobres pájaros piaban
región del Norte de Gales. Mantenía siempre la isla de lastimeramente, torturados por el frío. El gallardo caba­
Anglesey1 a su izquierda y caminó a través de los vados llero galopaba debajo de ellos sobre Gringolet a través de
por la playa, frente a Holy Head hacia el desierto de muchas ciénagas y pantanos, un hombre totalmente solo,
Wirral donde muy pocos habitaban a quienes Dios o temía nada más que fracasar por la suerte adversa. Para
algún hombre generoso les brindara su amor. Y siem­ asistir al servicio divino esa misma noche fue conducido
pre, a medida que avanzaba, requería a cuantos él en­ por una hermosa doncella que disipó nuestros temores,
contraba si conocían o tem'an conocimiento de un ca­ suspirando, dijo: "Os ruego, Señor, y a vos, María, dulce
ballero vestido de verde o si podían guiarlo hacia la madre tan querida, que en algún refugio con los debidos
región donde se levantaba una Capilla Verde. Pero no honores pueda escuchar Misa matinal mañana por la ma­
había nadie que no le dijera ''no”, porque nunca en ñana; humildemente lo pido y me aprestaré allí a rezar
sus vidas habían posado sus ojos sobre cosa alguna con
tal aspecto verde. La senda era escabrosa y extraña en­ el Pater, el Ave y el Credo". Se persignó y lloró por sus
tre tristes y desolados cerros. Muchas veces habría de pecados y dijo: “Cristo aligera mi causa, que vuestra cruz
cambiar su humor antes de que avistara ese templo. sea mi guía”. Rezó y espoleó a su corcel.
XXXI. Cabalgaba lejos de sus amigos, un hombre soli­ XXXIII. Tres veces se había hecho la señal del Salva­
tario que escalaba muchos riscos en sitios desconocidos. dor cuando en el bosque advirtió una morada rodeada por
En todas las orillas o playas en donde el valiente cruzaba un foso sobre una planicie encerrada por arbustos y tre­
las aguas, encontraba un enemigo frente a él, por capri­ mendos troncos de árboles en derredor. Era el castillo
cho de las circunstancias, tan fiero y horrendo era uno más hermoso que alguna vez caballero poseyera, ubicado
de ellos, que se vio forzado a luchar. Tantas maravillas sobre una inexpugnable empalizada jalonada por estacas,
encontró en las montañas que seria tedioso relatar una sobre una llanura con un parque alrededor; muchos ár­
décima de ellas. Se batió a muerte con dragones, luchó boles había en sus dos millas de circunsferencia. El donoso
contra los lobos, guerreó con los salvajes que habitan caballero contempló el castillo desde un ángulo que re­
en los despeñaderos, otras veces peleó con toros, osos y saltaba brillante a través de los robles relucientes. Luego
jabalíes y ogros que lo perseguían en altos collados. Si levantó su yelmo y agradeció fervientemente a Jesús y San
no hubiera sido tenaz en su esfuerzo y temeroso de Dios, Julián, dos bondadosos patrones que le habían hecho la
gracia y satisfecho su deseo. "Que me sea concedido
1 Anglesey: Isla del Mar de Irlanda, al Norte de Gales. Principal
ahora buen alojamiento”, dijo el gallardo caballero y agui­
centro religioso de los druidas. joneó a Gringolet con sus espuelas de oro, y casi por
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casualidad emergió en el camino principal, que llevó al chos hombres altivos se apresuraron a_ ofrecerle sus res­
valiente a un extremo del puente de un solo galope. El petos Cubierto con sus hermosas vestiduras, fue guiado
puente levadizo vertical, los portones cerrados, firmes v al salón donde un gran fuego ardía vivamente. Entonces,
seguros huracán.
el muro bien provisto, no se estremecían ante el príncipe de estas gentes salió de su cámara para sa­
nmgun ludar en digno estilo al hombre en su castillo. Sus pri­
meras palabras fueron: “Eréis bienvenido a esta morada;
XXXIV. El caballero todavía sobre el corcel perma- considerad todas las cosas y lo que gustéis de este lugar
como vuestras”. “Yo os doy mis mejores gracias, ¡quiera
a paredT estaba
t0, profundo
sumergidafoso <lue se extendía
profundamente en el alrededor,
agua y de Cristo pagar vuestras bondades!”, dijo Gawain y con
gran alegría se confundieron en estrecho abrazo.
ahí se levantaba hasta una enorme elevación a lo alto en
dura piedra recortada hasta la cornisa. Construida bajo XXXVI. Gawain observó al caballero que tan bien lo
tnl*! y entre
a! ellas
,? “ torrecillas
ás aIt° estil°
que’ salían
sobresalientes estruc-
hacia adelante había recibido y consideró que la fortaleza tenía un va­
construidas con abundancia de pequeñas aberturas con liente dueño, un hombre poderoso_en la flor de la viaa,
postigos para cerrarlas; nada mejor había sido visto al- de talla estupenda. Su barba rojiza era amplia y bri­
eI cabaIIero y adentro podía divisar un es- llante, de caminar intrépido sobre fuertes piernas; sus
f °,n eleyad0 con torres y torrecillas en el techo facciones ardientes como el fuego, libre era su hablar y
^ y hermosos pináculos colocados a lo largo parecía, en verdad, el hombre con las condiciones propias
con recortadas bóvedas artísticamente trabajadas. Muchas para ser príncipe de gente de tanto temple. Este principe
chimeneas blancas vio el caballero sobre la cima de las lo condujo a un apartamento y ordenó expresamente que
torres resplandecientes en blancura. En muchas partes se comisionara a un hombre para servir a Gawain; y a su
surgían pináculos pintados congregados en racimos entre mandato, un grupo de hombres hechos para servir, _lo
las almenas; daba la impresión de una perspectiva copia­ llevaron a una hermosa habitación con un lecho majes­
da del papel Todo parecía al gallardo caballero montado tuoso. Las cortinas de la cama de seda brillante con
sobre Gnngolet demasiado bueno si él pudiera ganar la brillantes bordes de oro, tenía las colchas hábilmente
entrada a la corte interior y albergarse en esa casa mien­ bordadas con hermosos paneles, trabajadas en las orillas
tras duraba el Día Sagrado; ¡qué alegría! El saludó y en con las más bellas pieles. Con anillos de oro rojo sobre
lo alto apareció un portero educado quien dio la bienve­ los cordones corrían las cortinas; tapicería de Toulouse
nida al caballero errante y escuchó su pedido. v Turquestán sobre las paredes y finas alfombras sobre
el piso hacían juego adecuadamente. Allí, entre alegre
conversación, el hombre fue desvestido y liberado de sus
XXXV. Buen día”, dijo Gawain. "¿Entregaréis vos mi atavíos de batalla y de sus espléndidas ropas. Los servi­
mensaje al alto señor de esta casa, a quien pido aloja­ dores le trajeron de inmediato ricas ropas de la mejor
miento. Si, por San Pedro”, contestó el guardia "Y calidad para que eligiera y se cambiara. En un momento,
pienso que podéis alojaros aquí tanto como gustéis se­ cuando eligió una, fue vestido con ella y \e sentaba en
ñor , luego se alejó y volvió prestamente con una comi­ gran estilo con polleras amplias, se parecía ciertamente
tiva auspiciosa para dar la bienvenida al caballero Se a los que allí estaban reunidos como si la primavera en
bajo el puente levadizo con toda majestad y ellos salieron todos sus colores se hubiera hecho presente. Sus ágiles
y lo honraron postrándose cortésmente sobre el frío suelo miembros debajo de las vestiduras brillaban con ele­
para darle una digna bienvenida. Lo hicieron pasar a gancia. Los hombres pensaban que Jesús nunca había
través del portón que se abrió de par en par y él los hecho a un caballero tan gentil y gallardo. De cualquier
saludo con reverencia y cabalgó a través del puente parte del mundo que fuera a la vista se veía a un principe
Servidores sostenían la silla mientras él desmontaba y su sin par en el campo donde los hombres caen en la lucha.
corcel fue alojado en el establo por varios hombres for­
nidos. Luego los caballeros descendieron con ceremonia XXXVII. En el hogar de la chimenea donde ardían los
para conducir alegremente al bravo caballero al salón carbones, se colocó una silla para Sir Gawain, en alto
Cuando se quito el yelmo, muchos se adelantaron para estilo lujosamente cubierta con almohadones sobre ma­
tomárselo y servir a este hombre majestuoso y también terial acolchado, ambos artísticamente trabajados; luego
r Í9mar0n su brillante espada y escudo. Luego, saludó echaron sobre este hombre un magnífico manto, una pieza
arablemente a cada uno de los apuestos caballeros y mu­ reluciente lujosamente bordada, bellamente forrada en piel
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del mas fmo armiño sobre la tierra, al igual que su cape­ bondadosamente le dijo que era el mejor recibido de los
ruza. En ese espléndido lugar se sentó con dignidad; sin­ hombres en el mundo entero. Gawain le expresó su gra­
tió al instante el calor que le traía bienestar. De inme- titud, se abrazaron seriamente y permanecieron graves
diato sobre finos caballetes se extendió una mesa, la durante todo el servicio. Luego, la dama sintió deseos
cubrieron con un mantel brillante, limpio y blanco y colo­ de contemplar al caballero y con su comitiva de bellezas,
caron cucharas de plata, saleros y adornos. El digno abandonó su reclinatorio. De cuerpo de brillante aparien­
caballero se lavó gustoso y se acercó a su comida. En cia, la más bella en cierto modo de todas las mujeres.
el mas alto estilo los sirvientes le trajeron las mejores A Sir Gawain le parecía superior a Guinevere. Se dirigió
sopas muy bien sazonadas y pescados de todas clases, al­ al presbiterio para escoltar a esta espléndida dama.
gunos horneados en pan, algunos tostados sobre el fue­
go, algunos hervidos, otros guisados y sazonados con XL. Cuando Gawain hubo observado a esa criatura
especias y siempre envueltos en salsas, tal como gustaban llena de gracia, obtuvo permiso del señor para unirse a
al hombre. El gentil caballero lo juzgó generosamente las damas. Saludó al caballero con una profunda inclina­
un festín y a menudo decía, mientras los sirvientes lo ción y levemente abrazó a la hermosa besándola al estilo
servían y él comía: “Este presente me hará hacer peni­ de la corte y cumplimentándola. Ellas ansiaban su com­
tencia, pronto será compensado”. El caballero se alegró pañía y él de inmediato solicitó serles su fiel seguidor, si
nuevamente porque el vino alegraba su espíritu. ellas lo permitían. Ellas lo tomaron para sí y conversando
XXXVIII. Luego, cortésmente hicieron preguntas al lo condujeron a una habitación en lo alto. Junto al
caballero para saber de él, y él, de manera amable, dijo fuego, ellas pidieron especias que los hombres se apre­
que venía de aquella corte donde el gran Arturo reinaba suraron a traer, siempre con los vinos que calientan el
por si solo, el rey más noble de la Mesa Redonda y que corazón. Con amorosa bondad venía el señor repetidas
era Sir Gawain quien ahora estaba en la casa, llegado veces y una y otra vez les recordaba que debía fluir la
en Navidad por cosas dél destino. Alegremente rió el se- alegría; con ceremonia él se quitó la caperuza, la ató a una
ñor cuando supo quién era el caballero que él tenía en su jabalina y la ofreció como una muestra de honor a quien
casa; tal felicidad le produjo que todos los hombres del pudiera probar su habilidad para hacer mas divertida esa
castillo se alegraron y rápidamente se presentaron ante alegre Navidad. “Y yo trataré, os lo aseguro, de luchar
Gawam, de quien conocían las proezas y el valor, las ma­ con los mejores, antes de dejar estas vestiduras, con la
neras puras y perfectas, digno caballero de alabanzas sin ayuda de mi buen amigo.” Lleno de placer, el poderoso
par. Su fama es la primera en las categorías de los hom­ señor hizo cosas alegres para contentar en esa noche a
bres. Luego, cada caballero se acercó a su vecino y mur­ Sir Gawain, con juegos en el salón. Hasta que llegado
muró. Ahora veremos los modales más gentiles en una el momento, el señor pidió luz, Gawain se despidió y se
figura sin tacha de conversación virtuosa, sin preguntar retiró a descansar con gran deleite.
podremos oír un hablar sublime, dado que tenemos aquí XLI. En esa mañana, cuando los hombres recuerdan
un vastago de buena crianza. Dios nos ha hecho la gran el nacimiento de nuestro Señor que murió por nuestro
merced de proporcionarnos un visitante tal como Gawain; destino, se eleva la alegría hacia El en todos los hogares
cuando alegres celebremos el nacimiento de Cristo y los del mundo; y lo mismo sucedió allí en la festividad del día.
cortesanos se sienten y canten, el noble caballero demos­ En las comidas principales y en las menores, hombres
trará los modales de los grandes; su conversación de amor fuertes servían raras fuentes con finos aderezos a todos
cortesano estimulará nuestra cultura". los reunidos en el estrado. En el más alto sitio de honor,
XXXIX. Cuando el gentil caballero terminó de comer se sentaba el más anciano y a su lado, cortésmente, creo,
y se incorporó, era ya cerca de la medianoche, los sacer­ el señor. Juntos, Gawain y la alegre dama, en el medio
dotes se dirigían a sus oraciones y las campanas llamaban de la mesa, donde se servía primeramente la comida con
majestuosas como corresponde, para honrar esa gran fes­ finos modales; y después, a través del salón, como se
tividad con los cantos de la víspera. El señor se hinca considerara mejor, cada caballero, según su categoría, era
para orar, también lo hace la señora; ella camina con muy bien servido. Había carne y alegría y mucho encanto,
gracia a su oratorio privado; alegre avanza Gawain y va a tal punto que me resultaría difícil relatarlo, aunque hi­
nacía allí rápidamente, pero el señor lo tomó de su capa ciera el esfuerzo por describirlo. Pero sé, sin embargo,
y lo condujo a su asiento, lo llamó por su nombre y que el caballero y la hermosa noble tuvieron gran solaz y
satisfacción sentados uno junto al otro en las discretas con-
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fídencias de su alegría cortesana; sus respuestas irrepro­ mucho tiempo, y si Dios me lo concede, más satisfacción
chablemente puras con que el príncipe hacía su juego tendría en verlo que en ganar nuevas riquezas por el sol
eran incomparables. Sonaban las flautas y los tamborci- de Dios. Por eso, con vuestra venia, debo seguir mi ca­
llos, las trompetas resonaban; cada alma hallaba su solaz mino; me quedan sólo tres días para despachar mi asunto,
y los dos se encadenaban entre sí. y mejor me sería caer muerto antes que fallar en mi
misión.” "Entonces”, dijo riendo el señor, "podéis queda­
XLII. Hubo mucha alegría ese día y al día siguiente ros todavía un poco, porque yo os dire, cuando expire el
también y en el tercero se acumularon los regocijos; pero plazo, dónde es vuestra cita. No os preocupéis más por
suave fue el jubileo en el día de San Juan, el último día el lugar de la Capilla Verde, porque podréis permanecer
de los festejos, así lo creía la gente. Como había hués­ en vuestro lecho, valiente caballero, hasta la mañana del
pedes preparados para partir en el gris amanecer, pasaron primero, y salir luego a media mañana hacia el sitio del
la noche con vino en maravilloso estilo, brincando durante encuentro, para aquietar allí vuestro espíritu. No salgáis
toda la noche en sus danzas señoriales. Finalmente, cuan­ hasta el día de Año Nuevo, luego levantaos e id con ale­
do ya era tarde, aquellos que vivían lejos, se despidieron gría; el camino os será mostrado, queda apenas a dos
antes de emprender sus caminos. Gawain también dijo millas de aquí.”
adiós, pero el buen anfitrión lo abrazó, lo llevó hasta el
fuego de su propia habitación y lo abrazó otra vez, agra­ XLIV. Luego Gawain, al oír esto, exclamó alegremen­
deciéndole de todo corazón por el fino favor que le había te: "¡Por sobre todas las cosas, ahora, de todo corazón,
hecho al honrar su casa en esa alta festividad, iluminando os doy las gracias!, porque ya ha sido alcanzada mi meta
el palacio con su brillante compañía. "Mientras yo viva, por vuestra bondad y me quedaré aquí y haré lo que
señor, creo que prosperaré ahora que Gawain ha sido mí consideréis conveniente para mí”. Entonces el príncipe,
huésped en la propia fiesta de Dios.” "Gracias, señor", apretando su brazo, se sentó junto a él; luego, para solaz
dijo Gawain. "En buena fe, vuestro y todo vuestro es eí de ellas, hizo venir a las damas para deleitarlas también;
honor, ¡quiera el alto Rey recompensaros! Estoy a vues­ apartados, se transportaron en mutuos placeres y el señor,
tro servicio, caballero, para satisfacer vuestra voluntad, como alguien que sólo puede abandonarse a su sentimien­
como las buenas costumbres me obligan por derecho, en to, pronunció cálidas y alegres palabras. Luego habló a Sir
las grandes y en las pequeñas cosas.” Luego, el señor lo Gawain, diciendo en voz alta: Os habéis determinado a
invitó a permanecer un poco más para retener más al hacer lo que os he pedido, ¿os mantendréis en vuestra
caballero, pero Gawain, en respuesta, a pesar de ello empresa aquí y ahora?” "Sí, señor, por cierto , dijo el
apresuró su partida. leal caballero, "mientras yo permanezca en vuestra forta­
leza estaré a vuestras órdenes.” "Dado que os habéis
XLIII. Luego, le preguntó el castellano qué terrible esforzado desde lejos”, dijo el señor, "entonces velad des­
asunto lo había alejado en esa festividad de la corte del pierto conmigo, no estáis bien provisto de sustento y
rey en Camelot, solo y con tanta celeridad, antes de que sueño, lo sé, pero permaneceréis largo tiempo en vuestra
finalizara el período de las fiestas en los hogares. "Bien habitación, hasta tarde y con tranquilidad, mañana hasta
podéis inquirir”, admitió el caballero, "un asunto impor­ la hora de la misa, y luego comeréis cuando os plazca,
tante y urgente me alejo de allí, porque me he compro­ con mi esposa a vuestro lado para confortaros con su
metido a buscar un sitio para hallar algo que no sé en compañía hasta que yo vuelva a la corte. Yo me levantare
dónde he de encontrar, en toda la tierra de Logros.2 ¡Que al amanecer, saldré a cazar.” Cuando Gawain juró su
nuestro Señor_me asista! No puedo dejar de hallarle en asentimiento, se inclinó como hacen los bravos caballeros.
la fiesta de Año Nuevo. Este es mi problema, señor, por
ello os ruego que me digáis, en verdad, si alguna vez llegó XLV. "Más aún”, dijo el caballero, "hagamos un trato
a vos una historia de la Capilla Verde, o sobre qué suelo o por el cual, vuestro será todo cuanto yo gane en el bos­
gleba se encuentra o del caballero que la posee, también que y será intercambiado por cualquier cosa notable que
de color verde, porque en ese lugar estoy obligado a en­ os acontezca. Noble señor, jurad lealmente hacer
contrar a ese hombre, por el pacto sellado entre nosotros, trueque, ya salgáis de él con buena o mala fortuna.
si aún estoy vivo. Desde ahora hasta Año Nuevo no hay "Por Dios”, dijo el buen Gawain, "estoy de acuerdo y me
hace feliz que os agrade el juego.” Luego el príncipe de
2 Geoffrey de Monmouth deriva el nombre Logres del rey Locrino esas gentes dijo: “¿Qué cantidad de vino se traerá para
Generalmente se considera como tal al reino de Arturo. sellar el trato?”, y rompieron a reír. Bebieron y bromearon
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en conversaciones superfluas, los señores y las damas vuelo oblicuo de las jabalinas al ser lanzadas! Volaban
tanto como desearon. Y luego, con refinamiento francés y los dardos en todas las direcciones del bosque. La ancha
muchas bellas palabras, se detuvieron para hablar nueva­ cabeza mordiendo en las ijadas marrones. Gritaban mien­
mente y decir las buenas noches, besándose al despedirse tras manaba la sangre y caían muertos en el cesped siem­
en estilo cortesano. Con múltiples fíeles vasallos y con pre perseguidos de cerca por los perros a sus talones y
antorchas encendidas, cada uno de los bravos hombres por las fuertes notas del cuerno de los cazadores que los
fue finalmente conducido a su blando lecho. Antes de ir instaban. Como el desgarramiento de las colmas resona­
a dormir, ellos repitieron su trato. El príncipe de esas ban los violentos sonidos. Si alguna de las bestias salva­
gentes, decían los hombres, sabía hacer volar alto su jes escapaba a los arqueros, era arrastrada hacia abajo
ingenio. y encontraba la muerte entre los perros despues de ser
cazada desde las alturas e impelidas hacia el agua, tan
hábiles eran los servidores de la cacería, tan gigantescos
TERCERA PARTE los lebreles que los apresaban al instante. Los arrebataban
brutalmente con tanta rapidez, a primera vista, lo juro.
XLVI. En la débil luz antes del amanecer, la gente se El señor, con humor animado, los impulsaba, luego se
detenía y desmontaba. El día transcurría alegremente
6n ,movlmlento>' los huéspedes que debían partir, hasta que descendió la oscuridad y la noche.
daban ordenes a sus palafraneros, quienes estaban viva­
mente ocupados ensillando a los animales, adornando su XLVIII. De cacería a través del bosque iba el valiente
armadura y atando el equipaje. Arreglados para cabalgar señor mientras el buen Gawain yacía en su cómodo lecho,
en el mas rico estilo, los huéspedes saltaron sobre sus permaneció oculto hasta que la luz del alba brilló en las
“ rf S’ sostuvieron sus bridas y cada jinete cabalgó paredes, cubierto bajo el hermoso cortinado que cerraba
hacia el camino elegido. El amado señor de la región no
fue el ultimo dispuesto, para cabalgar con su obligada el lecho; dormitaba somnoliento cuando percibió un leve
comitiva. Bebió Tapidamente una sopa después de escu­ sonido sospechoso y la puerta se abrió sigilosamente, be
char misa y se apresuró con el resonar del cuerno hacia incorporó de entre las cobijas, tomó el borde del cortinado
campo de caza antes de que los primeros rayos del sol v observó en esa dirección para ver qué era. Era la dama
cayeran sobre la tierra. Sobre sus altos corceles estaban en toda su hermosura quien, secreta y silenciosamente,
urijpr cerró la puerta, luego se dirigió a su lecho; el bravo ca­
unieronSUSa sus
caballeros- Luego, estos
perros, abrieron hábilesde cazadores
las puertas las perrerasse ballero, turbado, se quedó tieso con sutil habilidad y sueno
los hicieron salir y sus trompas de caza resonaron con fingido. Ella se adelantó en silencio, se acerco a su lecho,
tres fuertes sonidos. Los perros salieron gruñendo y la­ asió la cortina, se introdujo en su interior y se sentó
drando ferozmente y cuando entraron en la cacería los suavemente al borde de la cama. Allí observo durante
sp w r°n retroceder a latigazos. Había un centenar de largo rato, esperando que él despertara. Por largo tiempo
seleccionados cazadores de fama resonante. Los cuidado­ permaneció el caballero fingiéndose dormido, consideran­
res se dirigieron a sus puestos. Los cazadores desataron do en su alma esta circunstancia extraordinaria, su signi­
a los perros; el bosque se llenó con los estridentes soni- ficación y posibles consecuencias. "Pero sena mas pruden­
dos de las trompas. te” se dijo a sí mismo, “descubrir sus deseos hablándole
directamente.” Entonces se movió en su lecho, se estiro
XLVII. Al primer grito, las salvajes criaturas tembla­ v se volvió hacia ella, abrió sus ojos, actuó simulando
ron de temor. El ciervo distraído se abalanzó hacia las asombro; y para causar más efecto con su actitud, ma­
cañadas o hacia alguna elevación del terreno, pero an- nifestó horror. Con sus hermosas mejillas blancas de
siosamente fueron dispersados por sus enemigos que ladra­ tintes rosados, con labios sonrientes y aire enamorado,
ban vigorosamente. Dejaron en libertad a los cervatillos dijo ella con dulzura:
con cabezas de altas ramas y los bravos gamos también
con, fP?. anchos mogotes porque el noble príncipe había XLIX “Buenos días, Sir Gawain”, dijo la hermosa
prohibido expresamente que molestaran a los ciervos dama. “ ¡Qué poco protegido estáis en vuestro.sueno, que
machos en sus primeras estaciones. Pero los cervatillos cualquiera puede introducirse aquí! Ahora habéis sido
fueron mantenidos a distancia con sus gritos e impelidos tomado en un triz. Pero hagamos un entre nosotros,
con ruidos violentos hacia los profundos valles. ¡Oh, el
tr a to

yo os sujetaré en el lecho, estad seguro de ello , dijo la


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dama, riendo, estas palabras juguetonas. "Buenos días, abierta generosidad. Ciertos hombres, por sus hechos, re­
hermosa señora”, dijo Gawain alegremente. "Haced con­ ciben la estima de los demás, pero con respecto a mí, yo
migo lo que gustéis; eso bien me place porque yo busco la no merezco los honores que se me dispensan; vuestra
gracia y me rindo fácilmente ante ella, lo cual es, a mi honorabilidad os lleva a hablar bien de mí.” “ ¡Por María!”,
entender, el mejor camino”, y así le contestó, risueño y dijo la noble dama. “No me parece que así sea, porque
en forma picaresca. “Pero hermosa señora, si me otorgáis si yo fuera digna de toda la femineidad y toda la riqueza
pronta licencia y quisierais liberar a vuestro prisionero del mundo estuviera en mi mano y por medio de algún
y le permitierais levantarse, abandonaría el lecho para trato pudiera elegir a un señor, sería con vuestras nobles
guardar mejor compostura y podría disfrutar más en vues­ cualidades, caballero, que ahora conozco, vuestro buen as­
tra conversación.” "No, por cierto, señor”, se apresuró a pecto, modales graciosos y gran cortesía, de todo lo cual
decir la bella. "No os moveréis de vuestro lecho, tengo yo ya había oído, pero aquí compruebo, ningún señor sobre
una mejor idea. Os tendré asegurado aquí junto a mí y así la tierra podría sobrepasaros.” “Por cierto, querida seño­
conversaré con el caballero que he encadenado, porque ra, lo veis todo mejor”, dijo el caballero, "pero me siento
bien sé, caballero mío, que vuestro nombre es Sir Gawain, orgulloso del elevado precio que me habéis puesto y so­
a quien todo el mundo venera adonde quiera que él vaya, lemnemente como vuestro servidor, os digo, eres mi so­
porque los señores y sus damas y toda la gente, tienen berana, quiera Cristo recompensaros: me he convertido en
vuestro honor y vuestra cortesía en alta estima, y ahora vuestro caballero.” Luego de muchos asuntos hablaron
aquí estáis vos realmente y estamos completamente solos; hasta media mañana y después y todo el tiempo ella se
mi señor y sus vasallos están muy lejos, otros todavía comportó como si lo adorara, pero Sir Gawain estaba en
están en sus lechos, al igual que mis doncellas; firmemente guardia de manera digna. Aunque ella era la mujer más
cerrada con buen cerrojo está la puerta y dado que yo divertida que el guerrero había conocido, él se sentía po­
tengo en esta casa a aquél que a todos agrada, mientras co inclinado para el amor debido al peligro que él pronto
dure mi tiempo, yo me tomaré lo suficiente prolongando debía enfrentar: su destrucción por el golpe, era su des­
nuestra conversación. Mi cuerpo joven es vuestro, haced tino. Entonces dijo la dama que debía retirarse y él asin­
con él lo que queráis, mis fuertes impulsos me obligan tió con rápida gentileza.
a ser vuestra sierva.”
L. “En verdad”, dijo entonces el buen Gawain, “buena LII. Luego, ella se despidió con risa sonora, y ponién­
suerte es la mía, aunque difícilmente sea yo el héroe de dose de pie, lo asombró con estas fuertes palabras: “ ¡Quie­
quien habláis. Soy completamente indigno, lo admito de ra Aquél que ayuda a todos recompensaros por este placer!
ser considerado tan altamente como sugerís. Por Dios, Pero difícilmente alguien habría dicho que vos erais Ga­
contento estaría si me permitierais tratar con palabras wain”. Y el caballero preguntó ansiosamente qué signifi­
u otros medios de satisfacer a una dama tan perfecta. Se­ caban esas palabras, porque temía que él hubiera dejado
de mostrar los más finos modales. Pero la hermosa lo
ría un inmenso placer.” “Por cierto, Sir Gawain”, contestó bendijo y le contestó: "Un hombre tan grande como Ga­
la hermosa dama, “si yo disminuyera o ignorara vuestra wain, la expresión misma de la virtud y de la galantería
fama sin tacha y vuestras proezas que todos admiran, difícilmente habría pasado un rato con una dama sin
mostraría una pobre crianza. Pero no existe dama alguna, solicitar un beso de cortesía en algún momento o pausa
noble señor, que quisiera más que todas las riquezas o el de la conversación”. “Sea como vos decís”, dijo Gawain,
dorado oro que poseen, teneros en sus brazos como yo os “os besaré a vuestro pedido como corresponde a un ca­
tengo ahora y deleitarse amorosamente en vuestras ligeras ballero que teme ofenderos, sin ninguna otra demanda.”
chanzas, lo que les daría un placer perfecto y desvanecería Ante estas palabras, ella se aproximó, lo tomó en sus bra­
sus pesares. Pero como yo amo al Señor, el Rey Celestial, zos, se apoyó en él amorosamente y besó al caballero.
tengo absolutamente en mi mano todo cuanto deseo a Luego se encomendaron a Cristo donosamente y sin decir
través de su gracia." No le disgustaba la seducción a esta nada más, ella se encaminó hacia la puerta. El se alistó
dama de hermoso rostro, pero el caballero respondió con para levantarse prestamente, llamó a su sirviente, eligió su
palabras puras a todas sus instancias. atavío y una vez vestido con elegancia, se dirigió a misa.
Luego fue hacia la comida servida en alto estilo y se di­
LI. “ ¡Señora!”, dijo el caballero jovial. "¡Que María virtió mucho hasta que salió la luna por la noche. Una
os recompense! Porque en verdad he hallado en vos una bienvenida tal por mujeres afamadas, nunca fue otorgada
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a caballero porque todas las hermosas le prodigaban sus y latían los contentos corazones cuando arribaba el señor
elogios. al salón. Era evidente el regocijo de la mesa cuando
Gawain lo saludó.
LUI. Todavía exaltado estaba en su deporte el castella­
no cazando en los áridos pastizales de los salvajes brezales; LV. Ordenó luego el señor que todos se reunieran en el
tantas presas había matado al ponerse el sol, venados de salón, hizo bajar a las señoras con sus damas de compa­
todo tipo, que fue una hazaña maravillosa. Luego, al fina­ ñía. Antes de que todos estuvieran reunidos, pidió a los
lizar, la gente se agrupó con ansiedad y rápidamente jun­ hombres que le trajeran el producto de la cacería. Luego,
taron en un montón, los ciervos cazados. Aquellos de alegremente y de muy buen humor, llamó a Gawain, midió
mayor rango se acercaron con sus sirvientes, tomaron los la talla de las vigorosas bestias y le mostró la buena y
animales que de aspecto eran más grandes y de acuerdo gruesa carne desollada de las costillas. “¿Gustáis de este
con los hábitos los cortaron en presas. Algunos que cere­ deporte? ¿Me elogiáis por esto? ¿Debo sentirme totalmente
moniosamente los asesoraban encontraron grasa del grosor complacido por prosperar como cazador?” “Ciertamente',
de dos dedos en los peores. Luego hacían una hendedura respondió, “desde hace siete años no he visto tan esplen­
por el medio, extraían el estómago, lo raspaban con un dido botín en la estación del invierno.” “Y todo os lo
afilado cuchillo y ataban las tripas. Luego separaban las ofrezco a vos, Gawain", dijo el buen hombre, ‘ porque de
patas, el cuero era arrancado, la panza abierta y las acuerdo con nuestro pacto, podéis reclamarlo como vues­
visceras extraídas con cuidado, por temor de que se aflo­ tro.” “Por cierto, así es, y yo os digo lo mismo , dijo
jaran las ligaduras hechas. Luego extrajeron el esófago, Gawain, “porque también las verdaderas ganancias que he
despegaron diestramente la musculatura de la tráquea y obtenido en esta gran casa no puedo permitírmelas y de­
arrancaron las tripas. Luego sus afilados cuchillos corta­ ben perteneceros.” Y puso sus brazos alrededor y lo beso
ron a través de los huesos del hombro y lo introdujeron de la manera más donosa que pudierais imaginar. “A ca­
a través de un pequeño hueco, dejando los lados intactos. tad mis ofrecimientos, señor, porque es cuanto he recibi­
Después, lo hendieron a través del pecho, separándolo do, por grandes que hubieran sido, con gran placerlos lo
en dos partes. De ahí uno de los hombres comenzó a tra­ daría.” “Y así os lo agradezco”, dijo el caballero. “Bien,
bajar en el gaznate y con rapidez lo rajó justo para la hor­ vuestro puede ser el mejor obsequio si me informáis
quilla. Separó la carne de los omóplatos y rápidamente dónde vuestra sabiduría se enriqueció de tal manera.
y con cuidado, liberó el lomo de las costillas. De la misma “ ¡No había tal cláusula en nuestro contrato! ¡No exijáis
manera procedió con las vértebras en todo el trayecto nada más!”, dijo el otro. “Tenéis lo vuestro, no pidáis
hasta el anca y sacaron el anca entera y la cortaron en más.” Rieron alegremente con dignas y amables palabras.
rodajas y así siguió todo este proceso en las entrañas del Luego se apresuraron hacia la cena de frescas y deliciosas
venado que retorcieron alrededor de una horquilla y libe­ comidas.
rados los pliegues del lomo, se apresuraron para separar
todo en dos partes y liberar el espinazo. LVI. Y sentáronse más tarde junto al fuego rodeados
por el auditorio en la sala donde los criados les servían
LIV. Luego cortaron la cabeza y también el pescuezo repetidamente los más raros vinos, en alegres festejos,
y después separaron suavemente los lados del espinazo y ellos se pusieron de acuerdo en la noche cuando se en­
arrojaron hacia el bosque la recompensa de los ciervos. contraron en un pacto similar al precedente, para inter­
Luego, cada uno de ellos, como compensación de acuerdo cambiar las posibles hazañas del otro día, no importaba
con lo que les correspondía, atravesó los fuertes flancos cuán novedosas fueran. Ellos acordaron este trato ante
junto a las costillas y ahí, de las patas de los venados, toda la corte que observaba y se llenaron las copas para
colgaron su botín. Con las mejores partes de la piel ali­ sellarlo. Al final, se despidieron cariñosamente, retirán­
mentaron a sus perros y dejaron para ellos los sobrantes, dose cada uno con premura hacia su lecho. El gallo había
el hígado y las tripas bien embebidos en el pan mezclado cantado tres veces. El señor saltó de su lecho y sus servi­
con la sangre. Animosamente realizan la matanza entre dores también; se reunieron para la misa y se distribuyeron
los ladridos de los perros. Luego se dirigieron a sus ho­ alimentos y a las primeras luces, la gente se dirigió al
gares transportando la carne, con fuerza sonaban los po­ bosque hacia la partida de caza. Gallardamente, pronto
derosos cuernos de caza. A medida que la oscuridad des­ los cuernos de caza los condujeron hacia un lugar desier­
cendía, se acercaban al cómodo castillo donde tranquila­ to. Los enormes perros, soltados a través de los espinos,
mente permanecía nuestro caballero. Los fuegos crujían salieron a toda prisa.
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LVII. Junto a un cenagal, rápidamente olfatearon la no olvidó venir a darle su enhorabuena y a acosarlo para
presa, dieron aviso y el cazador principal incitó a los hacerlo cambiar de idea.
perros delanteros, animándolos con abundante descarga LIX. Ella descorrió la cortina y dirigió sus miradas a
de vocablos; oyéndolos, los perros se lanzaron al instante, Sir Gawain, quien al punto le respondió con amable sa-
se esforzaron furiosamente, cuarenta juntos, e hicieron tal
eco de rugidos, todos aullando a un tiempo, que los bancos ludo, y ella respondió ansiosamente con palabras ardoro-
rocosos de los contornos resonaron por la violencia del sas, se sentó con suavidad a su lado y con una carcajada
ruido. Los cazadores los instaban con sus gritos y el so­ y mirada amorosa, le dirigió estas palabras: “Me parece
nido de los cuernos. Luego, todos juntos, en grupo, se extraño que seáis Gawain, una persona tan bien dispuesta
lanzaron cruzando el campo con rapidez entre un charco para todo lo bueno y, sin embargo, nada conoce de nobles
y un tremendo despeñadero, sobre una cumbre pedre­ costumbres y cuando llega a conocerlas, ¡las rechaza!
gosa, junto a una empinada roca cerca de un pantano ¡Muy pronto habéis rechazado lo que yo ayer os insinué
donde las piedras escabrosas se precipitaban con terrible por medio de los más sinceros signos del habla que po­
rudeza. Ellos corrían en la búsqueda siguiendo los gritos, seo!” “¿Qué?”, preguntó el asombrado caballero. "No he
luego rodearon el peñasco y la cumbre rocosa, en la cer­ advertido ninguno, pero si es cierto cuanto me decís, soy
tidumbre de que su presa se ocultaba dentro de su cerco, enteramente culpable.” “Os aconsejé acerca del (arte de)
porque el aullido de los perros significaba que allí estaba Besar", dijo la bella; "cuando se concede un favor, éste
la bestia, luego sacudieron los arbustos, invitándola a debe ser aceptado de inmediato; esto es lo que corresponde
salir; y de pronto apareció salvajemente sesgando la línea a un caballero de la corte que guarda las reglas.” "Dulce
de los hombres, un mortífero jabalí de increíble tamaño; dama, desdecios de tal afirmación”, dijo el valiente caba­
un solitario separado de la manada, viejo y musculoso; el llero, “porque no me atrevería a hacer tal cosa por temor
más enorme, horrendo y espectral en sus gruñidos; grande a ser negado. Si yo me adelantara y fuera rechazado, la
fue la pena cuando se introdujo entre los perros, derribó falta habría sido mía.” “Pero nadie”, dijo la noble dama,
a tres de ellos y corría libremente, veloz y a salvo. Todos "podría negarse a vos. ¡Eréis lo suficientemente fuerte
daban alaridos. “ ¡Cuidado!”, gritaban, “ya lo tenemos”, e para forzar con vuestra fuerza, si lo desearais, si alguien
hicieron sonar los cuernos fuertemente, para unir a todos fuera tan malcriada como para ofreceros resistencia!” "Sí,
los perros; muchos fueron los alegres gritos de hombres buena guía me dais, Dios Mío”, contestó Gawain, “pero
y perros, mientras se apresuraban hacia su presa para amenazantes son los malos pensamientos y no prosperan
matarla allí al instante. Muchas veces vuelve a gruñir y en ningún país ni prosperan los obsequios otorgados sin
ataca a los perros. Consigue herir a los canes, que lanzan buena voluntad. Yo estoy aquí a lo que mandéis, a ofre­
gritos lastimeros. ceros un beso cuando lo deseareis. Podéis hacerlo cuando
lo consideréis propicio, o desistir, aquí mismo.” La bella
LVIII. Los hombres se adelantaron dispuestos a matar­ dama se inclinó y bellamente besó su rostro; mucho con­
lo; le dispararon flechas, con frecuencia en el blanco; versaron luego los dos de amor, dolor y gracia.
pero a pesar de toda su destreza no podían atravesar sus LX. “Quisiera saber de vos, caballero”, dijo la noble
ijadas, ni tampoco sus flechas dar entre sus erizadas dama, "si esto no os enoja, qué argumentos usáis para
cejas. Aunque los afilados dardos se rompían en pedazos estar tan vigoroso y tranquilo en este momento, un caba­
allí donde pegaban, la cabeza los rebotaba. Pero una vez llero tan generoso tal como lo dice vuestra fama; si lo
que el jabalí, vencido por los incesantes golpes, aguijo­ más excelso de la caballería, la cosa más elogiable es el
neado y enloquecido, se lanzó contra los hombres, los leal juego del amor, la doctrina misma de las armas.
atacó salvajemente en impetuoso asalto, de manera tal Porque la historia de los debates de los verdaderos caba­
que los menos valientes retrocedieron temerosos; pero el lleros, es relatada por el título y texto de sus hazañas,
señor, montado en ligero corcel, lo siguió a estocadas; hizo cómo los señores pusieron sus vidas en peligro por su
sonar su trompa de caza como un valeroso caballero en verdadero amor, sufrieron las más terribles pruebas por
batalla. Reunió a los perros mientras cabalgaba a través la causa de un gran amor y con valor vengaron y olvida­
del bosque, siguiendo al salvaje jabalí hasta que se puso ron sus propias calamidades y trajeron de regreso bien­
el sol. Y así pasaron este día, mientras nuestro gallardo aventuranza por sus virtudes. Vos ereis el más gentil y el
caballero yacía en su lecho. A buen resguardo, el amable más justo de vuestra generación; en todas partes son co­
Gawain reclinado en su cómoda cama; la brillante dama nocidos vuestro honor y alta fama; y, sin embargo, yo me
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he sentado a vuestro lado aquí en dos ocasiones sin haber horrendamente la espuma en su boca y él afilaba sus blan­
oído de vos alguna sílaba de las historias de amor. Si cos garfios; fue muy duro para los bravos hombres que
ereis tan refinado, escrupuloso y cumplidor, debierais estar allí se encontraban y tenían la obligación de destruirlo a
ansioso por demostrar a una dama joven vuestros descu­ distancia, porque ninguno, por temor, se atrevía a acer­
brimientos en el arte del amor cortesano. ¿Cómo ereis carse. Había herido ya a tantos hombres que a nadie
tan ignorante a pesar de vuestro renombre? ¿O me creéis se le ocurrió verse destruido también por los garfios de
tan insulsa como para no disfrutar en vuestra diversión? quien, todo rojo, rugía.
¡Qué ignominia! Permanezco sentada aquí, sin compañía,
y me quedaré hasta obtener algo del juego cortesano; y así, LXIII. Ya se acercó el castellano mismo estimulando
mientras mi señor esté lejos, me enseñaréis la fama de a su caballo y vio al jabalí reducido por sus hombres
vuestro real talento.” acumulados alrededor. Desmontó vivamente, dejó a su cor­
cel, sacó y blandió su brillante espada y se adelantó con
LXI. "Por la buena fe”, dijo Gawain. "¡Quiera Dios re­ intrepidez, caminando rápidamente a través de la corrien­
compensaros! Me da gran felicidad y es un gran placer te hacia donde estaba la bestia salvaje. El bruto vio el
para mí que una dama tan bella como vos haya venido arma y al que la dirigía y se encolerizó de tal manera
hasta aquí y se tome trabajos con alguien tan pobre y que en una explosión de fieros bufidos que todos se sintieron
con su clemencia se entretenga con su caballero; me re­ ansiosos por el señor, por temor de que él se llevara la
conforta enormemente. Pero necesito iluminarme para in­ peor parte. De inmediato, el bruto salvaje saltó hacia el
terpretar el verdadero amor y poder construir los temas hombre y el barón y el jabalí formaron un solo grupo
de las historias de armas, puesto que estoy seguro tenéis en el agua arremolinada; lo peor fue para la bestia por­
más talento en ese arte que yo y un centenar de tales que el hombre la controló bien y en el momento preciso
como yo que habitan sobre la tierra; sería una gran ton­ hundió la punta de su espada hasta el puño en la cavidad
tería, noble dama. Para satisfaceros forzaría todos los de su pecho y el corazón se hizo pedazos y la bestia, ago­
dones de mi alma, porque estoy altamente obligado hacia tada, se hundió entre gruñidos y fue arrastrada por la
vos y por siempre seré un leal servidor de vuestra gene­ corriente con sus dientes al desnudo. Un centenar de
rosidad, así me salve Dios.” La majestuosa dama lo tentó perros y aún más atacaron, arrebataron y destruyeron; los
y lo puso a prueba con preguntas para atraerlo hacia el hombres la remolcaron hasta la orilla y allí los perros
mal y en nada más pensaba. Pero él se defendió tan la deshicieron.
firmemente que no manifestó falta alguna ni había maldad
evidente en ninguna de las partes, solamente bendición. LXIV. Trompas de caza anunciaron el triunfo, los cuer­
Durante todo el día rieron y jugaron hasta que ella le dio nos bramaban; había gritos de orgullo de todos los pre­
un gracioso beso, le deseó una agradable partida y siguió sentes. Los perros ladraban a la bestia estimulados por
su camino. sus dueños, por los cazadores principales a cargo de esa
cacería. Luego, vino de ellos, experto en las artes de caza,
LXII. Sir Gawain se puso en movimiento y se dirigió comenzó a abrir al jabalí con su cuchillo. Primero separó
a misa; la comida estaba preparada y fue servida con la cabeza y la elevó a lo alto. Luego cortó de manera
grandes honores. Los caballeros y las damas pasaron todo ruda todo a lo largo del espinazo. Sacó las tripas y las
el día en entretenimientos, pero el castellano anduvo de asó sobre carbones, y mezcladas con pan, fue el premio
cacería por el campo, persiguió a su desventurado jabalí, de los perros. Luego cortó los músculos de las anchas
mientras éste se agitaba entre los cerros, entonces golpeó ijadas, sacó las visceras, puso las dos mitades juntas
el lomo de sus mejores perros, que detenidos ladraban al y las colgó de un fuerte poste. Entonces, apresuraron el
enemigo, y los separó hasta que, obligados por los arque­ regreso con la enorme bestia y llevaban la cabeza del ja­
ros, se abrió la brecha y salió al campo abierto el animal balí delante mismo del barón, quien, por sobre todos, la
a hacer lo que pudiera; tan velozmente volaban los dardos había destruido en la corriente con la fuerza de su brazo;
que la gente allí concentrada, aún los más fuertes, a veces le pareció que había pasado un siglo cuando saludó a Ga­
retrocedían, pero de pronto se sintió tan cansado que ya wain en el salón. A su llamado, vino este último a recoger
no pudo luchar y con la velocidad que todavía poseía, se su botín.
abalanzó hacia una cueva sobre una elevación en una
roca, junto a la cual fluía un arroyo. Dejó el terraplén a LXV. El señor exclamó en voz alta riendo alegremente
sus espaldas y comenzó a raer el terreno. Burbujeaba cuando vio a Sir Gawain y habló con regocijo; fueron
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llamadas las dulces damas y los sirvientes reunidos. En­ vuestra habitación y descansad con comodidad mientras
tonces el les mostró los escudos, les describió su gran yo iré a cazar al bosque y en cumplimiento de nuestro
eelHjabalí
a h a / cuando
long’tudeste
y ^ huyó
peligrosidad de la ferozFuelucha con trato intercambiaremos lo que nosotros hayamos logrado
por el bosque. así que cuando finalice la cacería. Dos veces os he puesto a prue­
Gawain lo felicito por la gran hazaña, ensalzó el mérito ba y las dos veces fuisteis leal. Ahora, la tercera vez, que
ftierza™ d h í pl° porque una bestia con tanta sea la mejor’, ¡pensad en ello mañana! ¡Alegrémonos
Shombre
m ás’hab?a vifl r 6 Va,'lente’ un jabaIÍ de taI tamaño, mientras podamos, regocijemos nuestras mentes porque
W la elogio,t C.líando tocaron la enorme cabeza, el el duro destino puede asestar su golpe en cualquier mo­
hombre justo expreso horror ante el relato del mento'” Esto fue concedido amablemente y Gawain se
señor. Ahora, Gawain”, dijo el buen hombre, "esta presa quedó. Se trajeron bebidas que incrementaron la alegría
“ vuestra por nuestro contrato hecho, por cierto lo sa­ y luego se dirigieron a sus lechos. Toda la noche duerme
béis.’ “Asi es”, dijo el caballero. "Y ciertamente a fe Sir Gawain y todavía descansa, pero el señor, de acuerdo
mía, yo os daré todas mis ganancias como recompensa ” con su costumbre, muy temprano está levantado y ya ves­
El abrazo el cuello del castellano y lo besó tiernamente tido.
f }Íeg<? se acerco una segunda vez en el mismo estilo. “En
t a ó fGawain,
n Z Thasta ? d6Sde qUe lleguénoa hay
la residencia”, LXVIII. Después de la misa, él y sus hombres hicieron
afirmo este momento, nada ciue una ligera comida. Alegre fue la mañana; pidió su caba-
tdlano lio v ya los hombres han montado delante del porton
tellano. Eréit Eréis eln hombre
S G U mas
e ?”’ gentil
dÍjo b-lonam em e vuestra
que conozco; el cTs principal, una hueste de valerosos jinetes p a r a seguirlo.
tratos ” n° S la flagelado si continuáis así en vuestros Maravillosa estaba la región del bosque porque la helada
aún permanecía y el sol naciente brillaba enrojecido entre
las deshechas nubes, borrando en su belleza la negruia
v se dispusieron lujosamente los caballetes del cielo. Los cazadores liberaron a los perros y en las
y las mesas, se extendieron manteles y se colgaron fla­ rocas y en los árboles resonaron los cuernos de caza.
meantes faroles, los criados colocaron a n to ría s de cera Algunos encontraron y siguieron las huellas de los zorros,
en las repisas y atendieron a toda la reunión. Mucha y diversificaron astutamente los caminos; un^ pequeño
alegría y jubilo brotaba allí junto al fuego y en diversas perro advirtió algo por el olfato, un perro mas grande
formas cantaron las nobles canciones durante la cena- llamó a los otros perros cazadores de zorros y olfa
despues un concierto de villancicos de Navidad y nuevas teando febrilmente se abalanzaron los lebreles hacia ade­
canciones con danzas con el mejor de los regocijos que lante en la huella exacta. El zorro huía con rapidez pero
en pronto lo encontraron y cuando pudieron distinguirlo,
en conastantea
constante rSe Y ~“eStr°
compañía junto a la cabalIer°
dama. Conse mantuvo
modales persiguieron a velocidad, dando avisos inequívocos con
hechizantes ella se acercó a él y solicitó secretamente al s u s violentos ladridos. A través del dificultoso campo
vigoroso caballero de manera tal, que él quedó atónito volvía sobre sus huellas, giraba y volvía sobre las mis­
y disgustado en su interior. Pero su buena crianza le im­ mas y a menudo se detenía a e s c u c h a r hasta que final­
pedía rechazarla abiertamente; se comportó con educación mente, junto a un pequeño foso salto sobre un seto vivo
T n le! ?UIe,rr fueran las calumnias que sobre él cayeran’ y se ocultó silenciosamente a un lado del valle, consi­
Todos se divirtieron en el salón tanto como podía durar derando que su estratagema había desviado a los perros,
cIloraCd e lL a la g°’ “ ÍnVÍtaCÍÓD ^ CaSteIIan°' pasaron al pero tropezó en una trampa oculta de los perros de caza
y allí en una hendidura, tres grandes lebreles lo amena
zaron al unísono. Rápidamente retrocedió y en p ro to d o
t^ Lí VIí' Allí,bebi?ron, discurrieron y decidieron disfru- desánimo se abalanzó por un sendero diferente
Pern elSi° principesco
Z-y íllversioncaballero
similar pidió
a la víspera del bosque.
Pero permisode para
Año Nuevo.
partir
en la manana porque su tiempo concertado se aproximaba LXIX. Entonces llegó el momento de vivo deleite al
y por fuerza debía ir. Pero el señor no se lo permitió y le escuchar a los perros, cuando reunidos en tropilla se
imploro que se quedara aún y le dijo: "Os iuro como rm amontonaron entre sí, porque cuando lo divisaron, grita­
verdadero caballero, que llegaréis a la Capilla Verde para ron con tal estrépito, que los peñascos arracimados pa­
cumplir lo que debeis, mi señor, a la luz del Año Nuevo recían caer sobre ellos. Y ya cuando los cazadores admi­
mucho antes de la salida del sol. Por ello, quedaos en rados lo vieron, (el animal) gruñía salvajemente
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perros que lo interceptaban; lo llamaron ladrón y lo ame­ que él se vio forzado a ceder al amor o a rechazarla
nazaron repetidamente; con los perros que no le perdían groseramente. Su caballerosidad estaba en juego, pues
pisada, era imposible huir. Cuando lo trajeron a la luz temía parecer despreciable, porque especialmente temía
intentó usar los artificios de Reynard.s Sí, obligó él aí por su mala situación si él se hundía en el pecado y trai-
señor y a sus servidores a bailar entre las montañas has­ doramente deshonraba al señor de la casa. “ ¡Dios me
ta el mediodía, mientras que en gran armonía en el cas­ proteja, que tal cosa nunca ocurra!”, dijo el caballero.
tillo, el honrado caballero dormía entre elegantes corti­ Por ello, con palabras risueñas, él desvió gentilmente
nas, en la fría mañana. Pero el deseo de la dama por las declaraciones directas que salían de sus labios. ^ Dijo
cortejarlo, no le permitió seguir durmiendo, pues no se la bella al varón: "Culpa vuestra será si no amais el
debilitaba el propósito clavado en su corazón; se levantó cuerpo viviente que está muy junto a vos. A menos que
con rapidez y corrió hacia él, envuelta en un encantador tengáis una amante más deseada a quien quereis mas,
salto de cama que llegaba hasta el suelo. Adornada con una doncella con quien estáis comprometido, unido tan
las más finas pieles de la más pura calidad, sin cofia indisolublemente que no queréis separaros de ella, y veo
como era habitual, pero con las más costosas joyas en­ que estoy en lo cierto. Ahora, decidme la verdad, os lo
hebradas en cuentas sobre la espléndida redecilla de su ruego. Por todos los amores que existen, no escondáis
cabello, su rostro de hermosísimas facciones y su bello la verdad con engaños”. Entonces, con suavidad, dijo el
cuello no tenían velo. Su pecho estaba descubierto al caballero sonriente: “Por San Juan, a nadie debo mi
igual que su espalda. Penetró por la puerta de la habi­ juramento ni lo deseo por ahora”.
tación y la cerró detrás de sí. Abrió una ventana y lla­
mó al caballero y vivamente lo regañó con hermosas LXXIL “Esas palabras”, dijo la hermosa mujer, “son
palabras llenas de alegría: “ ¡Ah, señor, qué dormir pro­ las peores que podría escuchar, porque para gran angus­
fundo! La mañana es vital y clara”. El había estado tia mía, me veo plenamente contestada. Dadme ahora un
durmiendo profundamente, pero ahora tenía que escu­ generoso beso y me iré de aquí como una_ mujer que
char. amando mucho es muy desdichada en esta tierra. Lue­
go, suspirando, se inclinó y lo besó decorosamente ^y
LXX. El noble suspiró sin cesar en un dormitar in­ apartándose de él, se incorporó y dijo: En este adiós,
quieto, mientras amenazantes pensamientos acudían en querido mío, hacedme este favor: dadme algún objeto
tropel a la luz del amanecer, acerca del destino que al como presente, vuestro guante quizás, para mitigar mi
día siguiente le señalaría su suerte en la Capilla Verde pena cuando os recuerde”. "Por cierto, lo haré”, dijo el
donde Gawain habría de saludar a su hombre, cuyos gol­ caballero, “desería tener aquí el objeto más hermoso que
pes debería soportar sin resistir. Pero al recuperar la poseo, porque vos ciertamente habéis merecido plena­
conciencia se incorporó con garbo, salió de la zona de la mente y con derecho, una recompensa más rica de la
somnolencia y respondió de inmediato. La hermosa da­ que podría daros. Pero como señal de verdadero amor,
ma, riendo de manera adorable, se precipitó sobre su las cosas significan poco. No corresponde a vuestra dig­
espléndido rostro y lo besó dulcemente. El la saludó con nidad tener en este momento un mero guante para ate­
dignidad y noble ademán y al observar su alegre y so­ sorar como regalo de Gawain. Porque yo estoy aquí en
berbio atuendo, sus perfectas facciones y su hermosa una misión en regiones ignotas, y no tengo vasallos ni
figura, sintió brotar un éxtasis que le sofocaba el cora­ equipaje con cosas valiosas. Esto me apena por vos, her­
zón. Una dulce sonrisa festiva se deslizaba en su alegría mosa dama. Pero estamos atados por el destino y debe­
hasta que la felicidad rebosó entre ellos con resplandor mos sobrellevar valientemente sus designios." "No, hono­
alegre y brillante. Con regocijo los dos entablaron una rable señor (la bella no estaba de acuerdo), aunque no
conversación de verdadero deleite y si María no hubiera me deis ningún presente, recibid de mí este testimonio.
vigilado a su caballero, el peligro los habría amenazado.
LXXI. Pero esa incomparable princesa lo presionaba LXXIII. Ella le ofreció un rico anillo trabajado en
tan ardientemente que lo llevó hasta el justo límite en oro rojo, con una brillante piedra de conspicuo engarce
que refulgía tan brillantemente como el claro sol; Pedéis
creer que su valor era extraordinario. Pero el caballero
l zorro Renard, popularizado bajo este nombre, es el personaje
central de muchas íabulas satíricas pertenecientes al Bestiario medieval lo rechazó y dijo rápidamente: “ ¡Por Dios, mi bella dama,
Gracioso, ingemoso y astuto, simboliza al hombre que por sus nada de obsequios ahora!, no teniendo nada que ofrecer,
artes trata de engañar a sus semejantes. nada aceptaré”. Ella insistió con su obsequio y el nue­
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vamente lo rechazo y sentó firmemente su negativa en grandes y pequeños pecados. Pidió la absolución al sacer­
su fe de caballero. Disgustada por este rechazo, diio dote y fue absuelto totalmente y salió tan puro que el
ella prestamente: “Si rehusáis mi anillo por muy valio­ día del juicio podría haber sido al día siguiente. Luego
so, indudablemente me estaríais mucho menos obliga­ se divirtió entre las nobles damas con hermosos cantos
do, si yo os diera mi cinturón, un obsequio menos cos­ y se extasió en placeres para él desconocidos, hasta el
toso , y graciosamente se quitó de su vestido, el cintu­ anochecer. Tan honorable se manifestó con todos que
rón que rodeaba su cintura bajo su maravillosa capa un ellos dijeron: “Nunca desde su llegada se había mostrado
cmturón de seda con un borde de oro bordado solamente el caballero con tan puro encanto”.
en las orillas, con adornos trabajados a mano. Y le su­
plico al príncipe con maneras agradables, pero él le dijo LXXVI. Ahora prolongaría él su estada allí bajo la
que no podía tocar ningún tesoro, ni oro, ni ningún protección del amor. El príncipe estaba todavía en el
obsequio, hasta que Dios le hiciera la gracia de lograr campo en los placeres de la caza, despues de dar con
con éxito la empresa a la que estaba obligado. “Por el zorro que había perseguido tanto. Cuando él saltó la
ello, os ruego, os contentéis y no insistáis más en vues­ cerca buscando la presa en el lugar en donde él oía a
tros propositos, porque os aseguro que nunca podrá ser los perros que estaban cercando al zorro, Reynard llego
os debo cien veces más por la generosidad que me ha­ corriendo a través de la espesura del bosque con la cua­
béis brindado; y siempre a través de todos los tiempos drilla de perros palpitantes detrás; el señor, conocedor
sere vuestro adorador." de la bestia salvaje, la esperó astutamente; luego sacó su
LXX1V- "¿Rehusáis esta seda?”, dijo entonces la be­ reluciente espada y la dirigió hacia el zorro. La bestia
lla, ¿una cosa tan simple y que por ser pequeña es de quiso escapar a la hoja cortante, pero un perro se aba­
escaso precio? Pero alguien que conociera el valor en­ lanzó hacia ella antes de que pudiera hacerlo, y justo
trelazado en ella, apreciaría sus propiedades como algo frente a las patas del caballo cayeron sobre el animal;
mas precioso quizás, porque el hombre que ate su cuerpo todos asustaban a la astuta presa con salvajes rugidos.
con este cinturón verde, mientras con él esté estrecha­ El señor desmontó rápidamente y la levantó, arrebatan-
mente sujeto, seguro se halla contra cualquier atacante dola a las garras furiosas, la levantó en alto por encima
que quisiera matarlo, porque ninguno podría destruirlo.” de sus cabezas y gritó con todo vigor mientras los furi­
Entonces el príncipe meditó y le pareció que podría pro­ bundos perros en hordas le ladraban. Allí se apresura­
tegerlo en el peligro que lo acechaba cuando llegara a la ron los cazadores con abundantes cuernos, haciéndolos
Capilla Verde, para aguardar su derrota; sería una es­ resonar espléndidamente hasta que vieron a su señor.
pléndida estrategia para escapar a la muerte. Entonces Cuando toda su corte se había aproximado para el mo­
el le concedió que lo obsequiara y la dejó hacer. Ella le mento de la matanza, todos los que llevaban trompas
puso el cinturón con palabras mágicas, satisfecha porque de caza las hicieron sonar y los que poseían cuernos
el accedió a aceptarlo y le rogó que por ella, siempre lo gritaron con estrépito. El réquiem que se elevó por el
ocultara y lo escondiera de su esposo con todo cuidado. alma de Reynard y la conmoción que produjo, fue de
De inmediato juró el noble que nadie sabría nada de las más alegres, dijeron los hombres. Los perros deben
ello. Luego, repetidas veces le agradeció con todo su tener su premio, les acariciaron las cabezas, luego sos­
corazón y su ardor y por tres veces besó ella al caballero tuvieron al zorro que aparecía rojo dentro de su piel
constante. enrojecida.
LXXV. Después, con palabras de despedida, se alejó LXXVII. Luego emprendieron el regreso, ya era casi
de el, porque ya no esperaba nada más. Se retiró de in­ de noche, hacían sonar sus grandes cuernos con bravura
mediato. Sir Gawain se levantó, se vistió y se atavió con al igual que cuando salieron. Finalmente, desmonto el
ricas vestiduras, pero guardó la cinta deamor quele señor en su amado castillo y halló el fuego encendido y
había dado la dama, la ocultó con cuidado donde él más junto a él, al buen Sir Gawain de muy buen humor por
fácilmente podría hallarla. Luego fue de inmediato a la la buena amistad que había hecho entre las damas. Usa­
capilla, en secreto se aproximó a un sacerdote y le rogó ba una túnica turquesa que llegaba hasta el suelo. Su
que lo elevara en la vida y le enseñara cómo podría levitón de suave piel le sentaba muy bien y su caperuza
lograr la salvación futura. Después, exponiendo sus fal­ del mismo tono colgaba de su hombro, caperuza y lsvi-
tas, se confesó plenamente, pidiendo misericordia por sus tón adornados con armiño. Salió al encuentro del señor
en medio del salón; Gawain se adelantó y lo saludó con
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alegría de esta manera: "Sin dilación seré el primero servido por sus atenciones y solícitos cuidados porque
en cumplir el contrato que hemos establecido en un todo ellos se habían afanado por servirlo y todos ellos estaban
de acuerdo sin ahorrar el vino". Después abrazó al cas- tan tristes al decir adiós como si el héroe hubiera vivido
tellano y lo besó tres veces tan dulce y firmemente como siempre en la casa. Luego, los señores lo condujeron
lo haría un fuerte caballero. "Por Cristo”, exclamó e] con luces a su habitación y alegremente lo llevaron al
otro, "os haréis de una fortuna traficando en este co­ lecho para descansar. Si durmió —no me atrevo a ase­
mercio cuando las condiciones os sientan.” "No penséis gurarlo— (sería) menos profundamente que de costum­
con lógica acerca del intercambio", dijo Gawain, “pues bre, mucho pesaba en su mente sobre el mañana, si él
yo he pagado adecuadamente sobre las ganancias obteni­ tenía intención de obrar como pensaba. Dejémoslo des­
das.” "Por cierto”, dijo el otro caballero, "lo mío es cansar tranquilo, tiene casi lo que buscaba; se retrasó un
inferior, porque yo he cazado todo el día y solamente poco mientras duró el proceso que narro.
he obtenido esta poco favorecida piel de zorro, ¡que el
diablo se la lleve! Y éste es un precio para pagar por
las preciosas cosas que vos habéis obtenido aquí, tres CUARTA PARTE
besos tan puros y buenos.” “Es bastante”, reconoció
Gawain. "Y gracias a vos por la Santa Cruz", y el señor LXXX. Ya se aproximaba el Año Nuevo, la noche
le narró, mientras estaban de pie, cómo había sido muer­
to el zorro. había pasado, la luz del día desvaneció las sombras
como la deidad manda. Pero feroz era la tempestad a la
LXXVIII. Con alegría y cantos y comidas a voluntad, que el mundo despertó; las nubes enviaron a la tierra
se divirtieron en gran manera; con la risa de las damas un frío cruel, infligiendo a la carne los fríos del Norte.
y deliciosos chistes, Gawain y su buen anfitrión estaban La nieve caía en helado tumulto y las bestias se conge­
muy contentos juntos, menos cuando el exceso por em- laban; el viento silbante gemía desde las alturas y enviaba
briaguez parecía entorpecerlos. El señor y sus hombres grandes tempestades a la profundidad de los valles. Aten­
hacían muchas cosas ingeniosas, hasta que llegó el mo­ tamente escuchó el caballero que yacía en su lecho; aun­
mento de la partida y los bravos hombres fueron invi­ que sus párpados permanecían cerrados, casi no dormía.
tados a retirarse a sus lechos. Entonces, el héroe hu­ El canto de los gallos le recordó su cita. Antes de que
mildemente se despidió de su anfitrión, el primero a el día alboreara se vistió a la luz de una lámpara que
quien dijo adiós, agradeciéndole sinceramente: "¡Que el iluminaba su habitación. Llamó a su sirviente que presto
altísimo Rey os recompense por vuestra cortesía en esta respondió y le ordenó que trajera su cota de malla y
fiesta y por la maravillosa semana de mi estada aquí! silla de montar. Salió el hombre y le trajo su armadura,
Os ofrecería ser uno de vuestros hombres si gustáis, y con esplendidez arregló el atavío de Sir Gawain. Pri­
pero mañana debo partir como sabéis, si me guiáis taí meramente lo vistió con ropas que lo protegieran del
como lo habéis prometido hacia la Capilla Verde donde frío, luego en su otra armadura que había puesto a buen
se decidirá mi destino en el día del Año Nuevo tal como resguardo; con la armadura de su pecho y abdomen bri-
Dios lo disponga”. "Con todo mi corazón”, dijo su anfi­ lantemente pulidos y limpios los enmohecidos anillos
trión, "realizaré de buena fe lo que yo os he prometido.” de su rica cota de malla. Y fresco como al principio, gus­
Le designó un sirviente para ponerlo en el camino y toso se dispuso a dar gracias con sinceridad.
guiarlo hacia las colinas sin dilación, internándolo a tra­
vés del bosque y la selva por el camino más directo. LXXXI. Se vistió de la manera más principesca. Su
Con todos los honores correspondientes, Gawain agrade­ levitón con símbolo de acciones inmaculadas hecho en
ció al caballero y después del adiós, se despidió de las terciopelo con preciosas joyas, embellecido y unido con
damas brillantemente. costuras bordadas y finamente adornado con pieles de
la más alta calidad. No dejó el cinturón, el obsequio
LXXIX. Así habló con tristeza, lo besó con pena y de la dama; ¡por su propio bien Gawain no lo olvidó!
expresó a todos sinceramente sus infinitas gracias y ellos Cuando había colocado la espada en la trabilla sobre
devolvieron palabras de bondad a Sir Gawain encomen­ su saliente cadera, el caballero arrolló su cintura dos
dándolo a Cristo con exclamaciones de tristeza. Luego veces con su prenda de amor, con rapidez y deleite, la
se despidió honorablemente de todos los habitantes de la ató alrededor de su cintura. El verde cinturón de seda le
casa, recompensando a todos los hombres que lo habían sentaba muy bien, cubierto por las reales vestiduras rojas
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que ricamente exhibía. Pero Gawain no usó el cinturón LXXXIV. "Os he guiado hasta este lugar, Sir Gawain,
por su valor real, ni por la ostentación del adorno a y ahora no estáis lejos del sitio señalado que con tanto
pesar de su brillo, ni por el dorado reluciente que reful­ celo habéis tratado de hallar. Pero os debo decir, por
gía en los extremos, sino para salvarse cuando la necesi­ cierto, dado que os conozco y ereis un caballero a quien
dad lo obligara a soportar un mal golpe o a resistir el amo con todo respeto, tomad mi consejo como guía y
cuchillo o la espada. Cuando estuvo ya vestido, salió el os irá mejor. Porque el lugar hacia donde os dirigís es
gallardo caballero, derramó su agradecimiento a mares peligroso. En ese desierto habita el peor hombre del
a los hombres de fama y poder. mundo porque es violento, feroz y amante de la lucha,
es el más fuerte de todos los hombres de la tierra, su
LXXXII. Entonces ya estaba preparado Gringolet, ese cuerpo es más grande que los cuatro mejores de la casa
gran caballo inmenso que había estado asiduamente aten­ de Arturo o Héctor o cualquier otro. En la Capilla Ver­
dido en adecuado establo; el fiero corcel ya dispuesto, de gana sus grandes batallas, nadie atraviesa ese lugar
estaba anhelante de galope. Sir Gawain se acercó a él e por orgulloso que esté de su armadura, sin recibir un
inspeccionando su manta dijo seriamente para sí, aseve­ golpe mortal de su terrible mano, porque es un hombre
rando con certeza: "Aquí en este castillo toda la gente sin consideración para los extraños; porque ya se trate
muestra una conducta honorable, el hombre que los de un plebeyo o un capellán que cabalgue junto a la
mantiene ¡que la fortuna lo acompañe!, la deliciosa da­ capilla, monje, clérigo o un hombre de otra clase, él
ma, ¡que el amor la acompañe mientras viva! Así, por considera tan conveniente matarlo como conservarse él con
caridad atienden a un huésped casual, honorable y gene­ vida. Por ello, os aseguro, tan ciertamente como que
rosamente. ¡Quiera El desde lo alto, el Dios del cielo, estáis sentado en vuestra silla, si vais allí tendréis vuestra
recompensaros a vos y a cuantos os acompañan! Y si sentencia, si así lo desea el gallardo caballero. Creedme
yo pudiera vivir más tiempo sobre la tierra, con gusto aunque tuvierais veinte vidas más. Ha vivido allí desde
os daría alguna rica reco'mpensa si pudiera". Luego su­ hace mucho tiempo y ha llenado el lugar de sangre. No
bió al estribo y montó. Su hombre le acercó el escudo, lo podréis impedir su golpe, que es rápido y cruel.”
colocó sobre su hombro y dio impulso a Gringolet con
sus espuelas de oro. El caballo saltó hacia adelante y no LXXXV. "Por ello, buen Sir Gawain, ¡dejad al terrible
se detuvo más a cabriolar. Su hombre iba montado, debi­ hombre en soledad! Cabalgad por otra ruta, hacia alguna
damente cargado con jabalina y lanza. "Encomiendo a región remota. ¡Id, en nombre de Dios y que El favo­
Cristo este castillo. Quiera El su fortuna aumentar.” rezca vuestra suerte!, y yo retornaré a mi casa y me dis­
pongo a jurar solemnemente por Dios y los santos (por
LXXXIII. Se bajó el puente levadizo y los amplios mi salud, Dios me asista y haré cualquier otro juramen­
portones liberados de barrotes fueron abiertos de par en to) que guardaré silencio con respecto a vos, no diré a
par. Al atravesar los tablones, el príncipe lo bendijo y nadie lo que en verdad sé, que habéis huido del caballe­
elogió al escudero hincado que lo saludó y rogó a Dios ro.” "Muchas gracias”, respondió Gawain un poco heri­
que concediera la salvación a Sir Gawain. Y Gawain si­ do y dijo: "Es generoso de vuestra parte mirar por mi
guió su camino con el único hombre que lo pondría en la bienestar, buen hombre, y creo que lo guardaréis en
recta senda hacia ese peligroso lugar donde debía aguar­ vuestro corazón lealmente. Pero por mucho silencio que
dar su penosa suerte. Por escarpados picos con desnudos guardéis, si yo abandonara este lugar, huyera del hombre
arbustos pasaron, treparon por riscos helados; bajo las en la forma en que proponéis, me transformaría en un
altas nubes las cerradas nieblas emergían de la bruma caballero cobarde sin excusa posible. Pero iré a la Ca­
de los pantanos y se deshacían en las montañas. Las pilla Verde para recibir lo que el Destino me envía, con­
colinas aparecían cubiertas bajo un inmenso manto de versaré con ese valiente para dicha o desgracia; y eso
brumas. En las alturas, junto a ellos surgían arroyos es lo que el Destino decidirá por sí solo. Aunque él sea
bullentes que agudamente bajaban en brillantes cascadas. cruel con su hacha y no sea fácilmente derrotado, nuestro
El camino a través de los bosques era terrible y salvaje, Señor es sabio y no carece de fuerza para salvar a los
hasta que llegó la hora en que el sol brilló en lo alto ese suyos.”
día. Estaban sobre una alta colina rodeados por la nie­ LXXXVI. “Por María”, dijo el otro caballero. "Si
ve, cuando el sirviente se detuvo y le dijo a su amo que pensáis lo que decís, estáis dispuesto a enfrentar solo
permaneciera allí. todos los peligros. Si deseáis perder vuestra vida, yo no
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os detendré. Aquí está la lanza para vuestra mano, el que me ha emboscado en esta cita, para destruirme aquí.
yelmo para vuestra cabeza. Cabalgad por este riscoso Esta es una capilla de desgracias. ¡Maldita sea! Es el
sendero más allá de aquel peñasco hasta que arribéis a oratorio más demoníaco que jamás haya visto.” Con el
esa escabrosa quebrada en la hondonada, luego mirad alto yelmo sobre su cabeza, lanza en mano, fue hasta
en torno a vuestra izquierda y divisaréis allí en el valla el techo de esa tosca morada. Luego, desde esa altura
la Capilla misma y al torvo caballero que constantemente oyó, desde una dura roca sobre la orilla más allá del
la vigila. Ahora, noble Gawain, hasta la vista, en el nom­ arroyo, un ruido salvaje que resonaba entre los peñascos
bre de Dios. No iría con vos por todo el oro del mundo, como para partirlos, como si se estuviera afilando una
ni avanzaría una pulgada más en este bosque como vues­ enorme guadaña en la piedra de amolar. ¡Qué!, giraba
tro acompañante.” Después de estas palabras, ese jinete con violencia y amolaba como el agua del molino. ¡Qué!,
del monte tomó las riendas con violencia, picó fuertemen­ hacía un estruendo sonoro y tumultuoso, hiriente al oído.
te al caballo con sus talones, lo hizo saltar velozmente "¡Por Dios!”, dijo entonces Gawain, "supongo que eso
y dejó allí al caballero solitario. "Por Dios”, dijo Ga­ continúa como una salutación para mí, para saludarme
wain, "juro que no lloraré ni gemiré; puesto al buen con dureza. Hágase la voluntad de Dios —¡ay de mí!—,
cuidado de Dios, demostraré mi confianza en El.” sería un grito de cobarde. Ningún estruendo me ha de
aterrar aunque hoy deba morir."
LXXXVII. Luego espoleó a Gringolet y galopó por el LXXXIX. Entonces, el gentil caballero llamó clamoro­
sendero, se introdujo por una espesura junto a la orilla samente: "¿Quién es el que aquí gobierna y que conmigo
de un río y cabalgó por la escabrosa pendiente barig la tiene asignada una cita? Porque el buen caballero Ga­
quebrada. Luego buscó en su derredor, pero el sitio pa­ wain está aquí sobre el terreno. Si alguno desea algo,
recía desierto y salvaje y no divisó señal alguna de mo­ dirija hacia aquí sus pasos y satisfaga sus requerimien­
rada habitable. Pero a ambos lados de las orillas, pro­ tos ahora o nunca”. "¡Quedaos allí!”, dijo alguien desde
minentes y empinados, había grandes despeñaderos en­ la orilla por encima de su cabeza, "y de inmediato reci­
corvados de escabrosa crueldad; las erizadas puntas de biréis lo que una vez juré daros.” Pero siguió haciendo
las rocas parecían cepillar el cielo. Luego, él paró su el ruido ensordecedor y se volvió para continuar amolan­
caballo, se detuvo allí, escudriñó en todas direcciones do, antes de descender. Luego se introdujo en un grueso
en busca de la capilla. En ninguna parte vio algo que despeñadero a través de un agujero, hizo girar la cuña
saltara a la vista, sólo que no lejos, en la parte más de una roca con un arma terrible, un hacha danesa debi­
baja, emergía un baluarte encantado, un túmulo de su­ damente afilada para asestar el golpe, con un amplio bor­
perficie lisa junto a un arroyo que fluía hacia una caída de cortante de mango curvo, afilada en la piedra de
de agua echando espumarajos como si hirviera febrilmen­ amolar; la hoja medía nada menos que cuatro pies con
te. El caballero, espoleando al caballo, lo condujo hacia brillo fulgurante como la seda y el caballero verde estaba
el baluarte, se bajó decidido del estribo, ató a un árbol vestido como al principio, su aspecto era el mismo, sus
las riendas enganchándolas en tom o a una rama rugosa miembros, sus rizos y su barba, con pies firmes se movía
y fue hacia el túmulo, caminó en derredor inspeccionan­ sobre el terreno; dejó el arma sobre la tierra pedregosa
do y se preguntaba qué podría significar aquello. Tenía y con paso arrogante se movió junto a ella. No vadeó
un agujero en cada extremo y en cada costado y estaba el río para llegar a la misma, sino que saltó sobre el
cubierto de pasto en muchas partes. Adentro, todo era hacha con pasos enormes, avanzó violenta y ferozmente
hueco, sólo una vieja caverna o la grieta de un antiguo junto a la orilla sobre la nieve. Sir Gawain se acercó
despeñadero, no podía explicarlo exactamente. " ¡Oh Dios!, a saludarlo. El caballero, sin inclinarse, dijo: "Noble
¿es la Capilla Verde este baluarte?”, preguntó el noble señor, dignamente dais cumplimiento a la cita que de­
caballero. "En tal lugar se ha de ver a Satanás llamando béis".
a maitines a la medianoche.”
XC. "Gawain”, dijo el caballero verde. “ ¡Que Dios
LXXXVIII. "El lugar está desierto, ciertamente”, dijo os asista! Ereis bien venido a mi morada, os lo aseguro,
Gawain, "es un horrible oratorio todo cubierto de hier­ y habéis llegado aquí a su debido tiempo como corres­
bas y bien apropiado para el caballero vestido de verde ponde a un hombre de honor y reconocéis el pacto sellado
para decir sus oraciones a la manera del diablo. Siento entre nosotros. En esta época, hace doce meses, tomas­
ahora en mis cinco sentidos que es el demonio mismo teis vuestra parte y ahora, en este Año Nuevo, debo yo
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prestamente tomar el desquite. Y estamos solos aquí en turo os confirió os preserve y salve vuestro cuello, si eso
este valle, sin nadie que nos separe de cualquier manera os sirve de algo!" Entonces, Gawain dijo estallando con
que llagamos el juego. Quitaos el yelmo de la cabeza y repentino furor: "¡Adelante, hombre atropellador!, vos
recibid aquí vuestro pago. Y no digáis ni hagáis más avanzáis demasiado. Pienso que vuestro corazón tiene
de lo que yo hice cuando vos me habéis separado la ca­ temor de vos mismo.” “Por cierto”, dijo el otro, "habláis
beza de un solo golpe.” “No”, dijo Gawain. "Por Dios ferozmente, yo no alargaré el asunto dilatando nuestro
que me ha dado el alma, no me quejaré de ningún modo negocio, lo juro.” Se paró a horcajadas para golpear, los
ante la penosa estocada que me aguarda; dirigid el certe­ labios hocicados, el ceño fruncido, Gawain lamentó su
ro golpe y yo permaneceré inmóvil y no os ofreceré re­ situación porque ahora nada podía salvarlo.
sistencia; podréis actuar libremente, os lo juro.” Con la XCIII. Subió el hacha al momento y la bajó directa­
cabeza baja, Sir Gawain se inclinó y mostró la luciente mente hacia el desnudo cuello, con el borde afilado. Aun­
piel desnuda. Se comportó como si no tuviera temor y que la sacudió salvajemente, leve fue la herida, una herida
no quiso evidenciar sus cuidados. superficial en el costado en donde la cuchilla cortó la
XCI. Luego el Caballero Verde presto se preparó. Le­ piel y desde sus hombros la sangre brillante cayó al sue­
vantó en alto su horrible arma para golpear a Gawain lo. Cuando Sir Gawain vio su sangre que brillaba en la
y la elevó con toda la fuerza brutal desplegada en su nieve, saltó velozmente hacia atrás, con rapidez levantó
cuerpo agitándola salvajemente para asestar un golpe su yelmo hacia su cabeza y encogiendo sus hombros arro­
mortal. Si la hubiera dirigido activamente como apunta­ jó su escudo al frente, agitó su brillante espada y dijo
ba, el audaz y valiente caballero habría muerto por e] ferozmente (porque nunca desde que su madre lo criara,
golpe. Pero Gawain miró a la horrenda arma junto a él se había sentido tan feliz, tan contento en el mundo):
que venía disparada por el aire estremecido para des­ "Cesad vuestros golpes, señor, no me golpeéis más. Has­
truirlo, y sus hombros se encogieron levemente ante el ta aquí he soportado un golpe sin resistir y si ofrecéis
filo agudo. El otro, detuvo de repente el hacha descen­ otros, deberé responder seriamente, resistiendo, os asegu­
dente y luego reprochó al príncipe con palabras altaneras; ro, con la más profunda ira. El único golpe por el cual
"Vos no ereis el Gawain”, dijo el caballero, “cuya gran­ sellamos nuestro trato en la corte del digno rey Arturo
deza es tal que ni en valles ni montañas, ejército alguno ha sido dado. Por lo tanto, ya es bastante, caballero”.
ha atemorizado, porque retrocedéis por temor antes de XCIV. El intrépido caballero se detuvo y se inclinó
sentir el daño. No podría imaginar en él tal cobardía. sobre su hacha, dejó el mango en la tierra e inclinó su
Yo no retrocedí ni huí cuando vos me asestasteis el golpe cabeza, observó a Sir Gawain sobre el terreno delante
ni presenté subterfugios en la casa del rey Arturo. Mi de él y consideró su manera audaz, valiente y temible
cabeza rodó a mis pies, pero yo no huí, pero vos desfa­ en las armas. Su corazón se ablandó, luego se expresó
llecéis cobardemente sin haber sido tocado. En conse­ alegre en su poderosa voz, con discurso resonante, di­
cuencia, debo ser reconocido como el mejor”. Gawain ciendo al caballero: “Hombre valiente, no estéis tan cruel­
dijo: "La próxima vez no retrocederé como antes, pero mente resuelto. Nadie aquí os ha hecho mal fuera de las
si mi cabeza rueda por el llano será para siempre”. reglas de caballería, contrariando el convenio hecho en
XC1I. "Pero rápido, animaos, hombre, por vuestra fe la corte del rey Arturo. Os prometí un golpe que habéis
y terminad el asunto. Hacedme sufrir mi suerte de in­ recibido, consideraos pagado. Yo cancelo todas las otras
mediato porque yo sobrellevaré el ataque sin desmayos deudas de cualquier clase. Si hubiera sido más activo,
hasta que vuestra hacha me haya golpeado. Este es mi quizás podría haberos hecho sufrir asestando un golpe
juramento.” "Recibidlo entonces”, dijo el otro, levantan­ más fuerte. Primeramente en broma, he fingido que os
do su hacha tan fieramente como si estuviera loco, lo golpeaba y no os he hecho un corte profundo y estuve
amenazó con fuerza pero no lo golpeó y detuvo su mano acertado, debido al trato de la primera noche, porque vos
vivamente sin dañarlo. Gawain esperó impasible sin mo­ lealmente habéis confiado en mí, dándome vuestras ga­
ver un músculo y permaneció firme como una piedra o nancias como un buen hombre. El otro golpe fingido fue
el tronco de un árbol que se aferra a la tierra rocosa con por el día siguiente, cuando vos habéis besado a mi her­
cien raíces aferradas. Luego, nuevamente el caballero mosa esposa y los besos llegaron a mí; por esas dos cosas,
verde comenzó a mofarse: “ ¡Ahora que ereis valiente inofensivas por dos veces, os asesté dos golpes fingidos.
debo golpearos! ¡Que la alta orden de caballería que Ar­ Porque, verdad por verdad, es la palabra, nada hay que
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temer, Dios lo sabe. Pero habéis faltado a la tercera y XCVII. “No, por cierto”, dijo el caballero, tomando
por ello recibisteis vuestra herida”. su yelmo y quitándoselo con dignidad mientras le daba
las gracias, “mi permanencia me ha bastado, ¡que la suerte
XCV. “Porque ese cinturón bordado que usáis, me per­ vaya con vos!, quiera Aquél que brinda las riquezas, hon­
tenece. Bien sé que mi propia esposa os lo ha dado. Su raros con ellas y encomendadme a la galante dama, vues­
conducta y sus besos me son completamente conocidos tra bella esposa; mis debidos respetos para las queridas
y los galanteos de mi esposa fueron obra mía. Yo la damas que con sus alegres artificios han hecho pecar al
envié para que os tentara y vos, por cierto, parecéis ser caballero. Pero no es extraño que un tonto se vea enlo­
el más perfecto paladín que alguna vez pisó la tierra. quecido de esta manera y cargado de dolor por las intri­
Como la perla de precioso valor con respecto a la blanca gas de mujeres, porque aquí en la tierra Adán por una
arveja, así, por cierto, es Gawain, con respecto a otros mujer fue engañado y Salomón por muchas y lo mismo
alegres caballeros. Pero aquí flaqueó vuestra fe, habéis le ocurrió a Sansón, Dalilah lo llevó a su condena; y más
fallado en algo, señor, pero no fue por una cosa de gran tarde David fue enceguecido por Betsabé y mucho sufrió
valor, ni tampoco para cortejar, sino por amor a vuestra por ello. Desde entonces fueron víctimas de sus engaños.
propia vida, lo cual es menos censurable.” El otro va­ Sería un verdadero placer amarlas sin confiar en ellas,
liente caballero quedó en suspenso durante un rato, tan si algún señor pudiera, porque éstos fueron los mejores
lleno de furia, que su cuerpo temblaba y la sangre de de la antigüedad, los más favorecidos por la fortuna bajo
su pecho afloró a su rostro. Se encogió de vergüenza el reino de los cielos, cuyos corazones fueron injuriados.
ante lo que decía el caballero. Las primeras palabras que Estos cuatro cayeron bajo las intrigas de mujeres a quie­
el buen caballero pudo pronunciar fueron: "¡Malditas nes ellos habían disfrutado. Concededme el perdón enton­
sean la cobardía y la codicia! Su vicio y villanía son la ces, si caí bajo la astucia femenina."
destrucción de la virtud”. Luego tomó el nudo y con un
movimiento brusco lo aflojó y con gran enojo entregó XCVIII. “Pero vuestro cinturón”, dijo Gawain, “ ¡Dios
el cinturón al caballero. ” ¡Oh falsedad, que la mala for­ os recompense por él!, con placer lo usaré, no por el relu­
tuna me confunda! Yo fui cobarde en nuestro encuentro ciente oro, ni por el material, ni por la seda, ni colgantes,
y la cobardía se unió al vicio para corromper mi natura­ ni por su valor, ni por su fino trabajo o maravilloso
leza junto con la generosidad y la lealtad que pertenecen honor, sino que siempre lo veré como un signo de mi pe­
a la caballería. Ahora soy culpable y falso y por siempre cado y recordaré con remordimiento, cuando alcance la
temible. En el camino de la traición y la falsedad van gloria, la falsedad y cobardía de la carne perversa, cuán
la desdicha y el dolor; reconozco, caballero, cuán depra­ vulnerable es a la carne y al pecado. Y así, cuando el
vadas mis vergonzosas faltas aquí aparecen. Si puedo orgullo me aguijonee por mis proezas de armas, una
ganar vuestra buena voluntad, me iré de aquí presta­ mirada a este amado lazo, me humillará nuevamente.
mente.” Pero una cosa os solicito si ello no os incomoda, dado
que ereis el dueño de las tierras en las que he perma­
XCVI. Entonces el otro caballero rió y dijo cortésmen- necido un tiempo, hacedme saber, por vuestro honor de
te: "En mi opinión, vos habéis reparado vuestro delito; caballero y que El, que está arriba sentado en lo alto
habéis confesado vuestras faltas plenamente con amplio juzgando en el cielo, ¡os recompense!, cuál es vuestro
reconocimiento y habéis obtenido el castigo en la punta de verdadero nombre y no haré más preguntas.” “Por cier­
mi hacha. Quedáis absuelto de vuestro pecado y tan in­ to”, dijo el otro, "os diré mi título. Bertilak del Alto
maculado ahora como si nunca hubierais caído en falta Desierto soy llamado aquí en esta tierra. Fui transfor­
desde que nacisteis. Con respecto al cinturón de bordes mado completamente y tomé una coloración terrible a
dorados, os lo doy, señor. Al verlo tan verde como mi través de la poderosa Morgan de Fay que reside en mi
ropa, Sir Gawain, podréis meditar esta prueba cuando casa. Por los ardides de su hechicería de gran sapiencia,
estéis en la compañía de grandes príncipes, porque será ella ha adquirido muchas de las artes mágicas de Merlin,
una señal perfecta en las reuniones de caballeros, de la porque una vez prodigó su amor y deleitó a ese sabio
gran aventura en la Capilla Verde. Volveréis a mi cas­ susceptible, un hechicero que vuestros caballeros conocen
tillo en este frío Año Nuevo para divertiros en el resto de nombre. Desde entonces ella se convirtió en 'Morgana
de esta gran fiesta con gran alegría”. Luego dijo el señor, la diosa', puede oprimir a los más arrogantes y domarlos
riendo: "Vos y mi burlona esposa, llegaréis a un acuerdo para sus propósitos.”
después de vuestra reñida lucha”.
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XCIX. “Ella me envió en esta forma a vuestro cas­ usarlo mientras viva. Porque el pecado no puede ocul­
tillo para poner a prueba el gran orgullo de la casa, la tarse sin consecuencias lamentables, dado que una vez
reputación y el gran renombre de la Mesa Redonda; ella adherido, ya no se nos despegará.” El rey y toda la corte
me puso en esta horrenda forma con su hechizo, para consolaron al caballero y todos los señores y damas per­
engañaros y para hacer sufrir a Guinevere y asustarla tenecientes a la Mesa mucho rieron y concluyeron ama-
mortalmente con horrible pavor ante las palabras ate­ blemente que todos los valientes de la cofradía, debían
rrantes del fantasma con su cabeza en su mano delante llevar una banda, una cinta colocada oblicuamente, de
de la digna mesa. Esa es la bella anciana que está en mi un verde brillante, del mismo color que la de Sir Gawam
casa; es, por cierto, vuestra propia tía, semihermana de y la usarían en su nombre. Así llegó a significar el re­
Arturo, hija de la duquesa de Tintagel, que en su mo­ nombre de la Mesa Redonda y eterno honor para aquel
mento por Uther fue madre de Arturo, que ahora reina. que la llevaba como lo cuenta el libro más extraordinario
Por ello, os ruego, bravo señor, volved a vuestra tía, de romances. De este modo se llevó a cabo esta hazaña
divertios en mi casa, porque mis hombres os aman y os en los días de Arturo, de la que dan testimonio los li­
aseguro, señor, yo también os quiero como un caballero bros de Bruto, el valiente varón, después que había cesa­
de Dios, por vuestra honestidad.” Pero Gawain rehusó do el sitio y asalto de Troya. Hazañas de tan alta rama
firmemente con una negativa final. Ellos se abrazaron se oían con frecuencia aquí en la antigüedad. ¡Que ahora
y se besaron encomendándose mutuamente al Príncipe Cristo, con su corona de espinas, nos conceda su gracia
del paraíso y allí se separaron sobre la tierra fría. Ga­ eterna!, amén.
wain, sereno sobre el corcel, se dirigió a la corte con
buen ánimo y el caballero vestido de verde, hacia alguna
otra parte se encaminó.
C. Ya va Gawain sobre Gringolet cabalgando en tierras
solitarias; por gracia ha salvado su vida. Unas veces
permaneció en una casa, otras permaneció a la intempe­
rie y resultó vencedor en diversas aventuras en los valles
de las que no he de hablar aquí. Se curó la herida que
recibió en su cuello y el brillante cinturón que lo rodeaba
oblicuamente como una banda, fue atado a un costado y
asegurado por debajo del brazo izquierdo con un nudo
firme, como señal de que él había sido sorprendido en
vergonzoso pecado; y así llegó a la corte sano y salvo.
Cuando los grandes supieron del arribo del buen Gawain,
hubo júbilo general ante la grata noticia, el rey besó al
caballero, la reina hizo lo mismo, y así lo hicieron mu­
chos nobles importantes que quisieron saludarlo. Todos
le preguntaron acerca de su viaje y con veracidad él les
narró todas sus tribulaciones, lo que le sucedió en la ca­
pilla, la buena disposición del caballero, el amor de la
dama, y por último, el cinturón. Mostró la cicatriz de la
herida recibida en su cuello donde lo alcanzó el golpe
del valiente, para proclamar su mala fe. Se lamentó de
su desgracia y divulgó su deshonra y la sangre afluyó
a su rostro cuando mostró la marca de la vergüenza.
CI. "Mirad, éste es el lazo, mi señor”, dijo el caba­
llero, “esta banda sobre mi cuello testimonia mi culpa­
bilidad, ésta es mi ruina y mi vergüenza, la carga que
llevo por haber caído en cobardía y en codicia. Este
es el signo de la deslealtad en que incurrí, y debo
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INDICE

Primera parte:
La literatura anglosajona frente a la inva­
sión normanda ........................................... 7
El romance anglonormando ........................... 23
Reacción aliterativa ......................................... 33
Análisis comparativo de Sir Gawain and the
Green Knight: símbolos, mitos y tradi­
ciones ........................................................... 38
Hacia el fin de la Edad Media .................... 65

Segunda parte:
Traducción de Sir Gawain and the Green
Knight
la. parte ............................................................... 73
2a. parte ............................................................... 82
3a. parte ............................................................... 94
4a. parte ............................................................... 111
Esta edición, con una tirada
de 1.000 ejemplares
ha sido compuesta en tipo Aster ST,
compaginada, impresa y encuadernada
en Macagno, Landa y Cía., S.R.L.
Aráoz 164, Buenos Aires, Argentina.
Junio de 1982

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