Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
EL MÉDICO EMPATICO 1
La empatía es un proceso de entendimiento de las
experiencias subjetivas del individuo compartiendo
esa experiencia “por sustitución (poniéndose en el
lugar de otro) manteniendo a la vez la posición de
observador. Es una herramienta útil en la entrevista
médica que le puede permitir expresar su angustia
con mayor libertad. Las raíces de la empatía se
explican como un proceso que se desarrolla a partir
de un sustrato al que se adiciona experiencias
relevantes, memoria y fantasía. Si bien el
comprender al paciente es una meta que vale la
pena, el discernimiento empático del médico puede
tener impacto terapéutico al reflejarse en el paciente,
a través del uso del lenguaje, para expresar apoyo o
simpatía, para justificar la conducta o para alentar la
expresión emocional mas profunda.
1
-2-
2
-3-
3
-4-
4
-5-
5
-6-
6
-7-
7
-8-
8
-9-
9
- 10 -
EL PROCESO EMPÁTICO
Saber y entender la experiencia subjetiva de otro
individuo es algo que la especie humana, se supone,
está capacitada a hacer; pero probar esto
objetivamente puede ser difícil, las raíces de esta
habilidad ser ver en unn estadío temprano del
desarrollo humano y son, tal vez, compartidos con
primates no humanos. Cuando un bebé llora en una
10
- 11 -
11
- 12 -
12
- 13 -
13
- 14 -
14
- 15 -
15
- 16 -
16
- 17 -
EL LENGUAJE DE EMPATÍA
Mientras que se considere a la empatía como
poseedora de un gran valor social, en la actualidad es
una facilidad humana neutral cuyo valor se deriva a
partir de la manera en la cual es utilizada.
Imagínese al estafador quien sigilosamente se
introduce en la mente de su víctima, informándose
de las debilidades de ella y manipulándolas en su
propio pérfido beneficio. En medicina, la empatía, en
un mínimo, tienen un valor diagnóstico ya que ayuda
al médico a comprender el estado afectivo del
17
- 18 -
18
- 19 -
FACILITACIÓN
El primer tipo de frase empáticos están
dirigidos a facilitar la entrevista médica. Sirven
para profundizar el flujo de material emocional
y para promover la alianza terapéutica a través
de una vinculación o conexión con el paciente.
Esta conexión toma lugar mostrándole al paciente
que tu conoces como se siente, no diciéndoselo. Una
persona que proporciona tensión de salud, después
de escuchar la narración de la historia del dolor del
paciente, respondía el paciente, “usted como se
siente”. El paciente inmediatamente replicaba, “ no,
usted no lo sabe” observe a un estudiante de
medicina completando la revisión de sistemas
durante una entrevista de práctica cuando preguntó
acerca de la existencia del dolor de cabeza (cefalea),
el paciente quien previamente había sido algo
reservado, se animó y dijo: “ni siquiera se que es
dolor de cabeza, nunca he tenido un dolor de cabeza
en mi vida”. Por alguna razón esto tenía gran
importancia para el paciente, pero el alumno, sin
19
- 20 -
20
- 21 -
21
- 22 -
22
- 23 -
JUSTIFICACIÓN
23
- 24 -
SOMATIZACIÓN Y NO ADHERENCIA
El tratar con pacientes que somatizan o son no
adherientes es probablemente la tarea más
frustrante para el médico practicante. Es el
parte está frustación la que actúa como un
bioqueo para cualquier intento de empatia. Con
el paciente no adherente, el médico se siente
debilitado en sus esfuerzos por ser útil. Más que
el adaptar una aptitud positiva, el médico
necesita ponerse del lado del paciente sin ser
juez y, como una suposición inicial, esperar que
el paciente sea racional en sus elecciones. Por
ello, una actitud apropiada es “debe ud. tener
muy buenas razanes para no tomar sus
medicinas. ”El paciente puede estar todavía
24
- 25 -
25
- 26 -
PRUEBAS DE EMPATÍA
A diferencia de la mayoría de pruebas
diagnóstico, con la empatía no existe estándar
de oro contra el cual el sentido propio de
entendimiento del paciente puede ser evaluado.
Algunos autores han recomendado que la empatía se
ha logrado cuando los pensamientos o asociaciones
del médico proceden o coinciden con los del paciente,
o cuando el médico es capaz de completar las frases
del paciente. Esto parece más importante para el
médico, donde el acuerdo es hablar acerca de mundo
interno de uno. En la medicina parece que al menos
un primer paso hacia una actitud empática
apropiada ha ocurrido cuando las acciones del médico
y sus palabras estimulan y profundizan el flujo
emocional del paciente. El éxito no se calcula por
cuán rápido ocurre este proceso ya que algunos
26
- 27 -
TRABAJO PRÁCTICO
27
- 28 -
28
- 29 -
34
- 35 -
35
- 36 -
38
- 39 -
47
- 48 -
49
- 50 -
Rahner ha dicho que el hombre termina su carácter de ser itinerante con la muerte. En esta
afirmación subyacen tres conceptos sobre el ser humano que quisiera destacar. En primer
lugar, encontramos la idea del homo viator de la tradición cristiana. Es decir, el ser que
transita por el mundo de paso hacia una vida imperecedera en comunión con Dios. El
segundo concepto, en clave ontológica, es la afirmación de que nuestra humanidad solo se
extingue cuando "dejamos de ser". El tercer concepto, de tipo biológico, se refiere a lo
efímero de nuestra corporeidad y a la incesante transformación que ella experimenta, hech
inherente a la condición esencialmente mutante de la vida natural.
Las tres realidades descritas aportan puntos referenciales importantes para un análisis del
problema que nos ocupa. Como primera consideración, los aspectos sobrenaturales de la
vida humana y la vinculación personal y única a los designios del Amor encarnado. Este es
hecho que otorga a la vida temporal su significado pleno, poniendo de manifiesto la especi
dignidad de la que está revestida la creatura humana: única que Dios ha querido por sí
misma (Gaudium et Spes Nº 12). En segundo término, la inmutabilidad ontológica del ser
vivo, que unido al concepto anterior permite afirmar que si ese ser solo se extingue con la
muerte, la dignidad sobrenatural de la que está revestido no puede extinguirse antes. Por
último, si agregamos a los dos conceptos anteriores la dimensión humana biológica, direm
que esa dignidad existe y permanece íntegra en una persona que corporalmente se
transforma desde su concepción hasta el momento en que deja de existir. Obviamente, esta
transformación incluye los cambios que sobre la biología normal inducen las distintas
alteraciones y enfermedades a las que están sujetas las personas. En consecuencia, la
dignidad intrínseca e inmutable de las personas no depende del estadio del ciclo vital en el
que se encuentran, ni de las características morfológicas y funcionales que pueden adquiri
perder durante este ciclo.
A partir de los conceptos anteriores, podemos afirmar que desde una perspectiva cristiana
"morir con dignidad" no significa otra cosa que el reconocimiento que toda persona merec
vivir con dignidad hasta que su vida concluye. Por lo tanto, ayudar a morir dignamente no
otra cosa que "respetar la dignidad de una persona que se encuentra en el proceso de mori
Esto último incluye, por supuesto, las acciones destinadas a minimizar su padecimiento. To
acción que se aparta del fin mencionado y, particularmente, aquellas que intentan resolver
problema del dolor, de la angustia o de la pérdida total de autonomía, acortando la vida de
enfermo, lesionan su dignidad, atentan contra el orden natural, y, por lo mismo, son
moralmente inaceptables.
Geffrè, en su libro "La muerte como necesidad y como libertad" afirma: "el valor de una
50
- 51 -
antropología se verifica en el modo con que da cuenta de esa situación límite que es la
muerte". A su vez, las diversas culturas, y aun las civilizaciones, se fundan en una visión
antropológica determinada, por lo que podemos decir, reformulando la frase de Geffrè, que
"el valor de una cultura se verifica en sus actitudes ante la vida y, como corolario, ante la
muerte".
El Magisterio Pontificio, junto con reconocer los múltiples aspectos positivos de la cultura
actual, considera que estamos inmersos en una crisis antropológica profunda y lamenta qu
el predominio de una visión materialista y utilitarista del mundo haya conducido a una baj
valoración de la vida humana inerme. Esta actitud de las sociedades contemporáneas,
particularmente las pertenecientes a países industrializados, explica la aceptación que tien
en ellas acciones contra la vida naciente y la vida en fase terminal. Juan Pablo II, en su
encíclica Evangelium Vitae, denuncia que en las sociedades mencionadas estos atentados
contra la vida humana han perdido su carácter de "delito" para asumir el de "derecho" (EV
N° 11). En palabras del Santo Padre, se trata de "una cultura contraria a la solidaridad, qu
en muchos casos se configura como verdadera "cultura de la muerte" (EV, N° 12)".
Juan Pablo II se refiere, concretamente, al aborto legalizado y a las acciones que afectan a
los moribundos. Estas últimas incluyen terapias que buscan prolongar innecesariamente la
vida y otras que buscan acortarla. El primer caso se denomina "ensañamiento terapéutico"
consiste en la mantención de tratamientos que prolongan vidas carentes de toda posibilidad
de sobrevida ulterior. Aunque en una "cultura de la muerte" tal actitud resulta paradójica,
ella se manifiesta otro rasgo característico de las sociedades de fin de siglo, cual es, su
carencia de comprensión del sentido de la muerte y lo "antinatural" que esta resulta cuand
las personas están centradas en el goce del presente.
Las acciones cuyo fin es acortar la vida del enfermo, provocando la muerte, incluyen la
eutanasia y el suicidio asistido. Ambas surgen cuando, por razones de "calidad de vida" o
explícitamente utilitaristas, se considera que mantener la vida no tiene sentido. En el caso
la eutanasia, un agente sanitario ejecuta la acción que provoca el deceso del enfermo,
generalmente mediante la administración de depresores del sistema nervioso central. El
"suicidio asistido", en cambio, consiste en la puesta a disposición del enfermo de todos los
medios necesarios para que este pueda poner fin a su vida mediante el uso de fármacos. Pa
muchos, este tipo de eutanasia es una alternativa legítima de "muerte digna" y en Holanda
tiene consecuencias penales cuando los médicos que la efectúan respetan ciertas normas
establecidas para este efecto.
Esos profesionales actúan avalados por una bioética que considera que la eutanasia no
51
- 52 -
1 Discurso del Decano de la Facultad de Medicina, Dr. Pedro Rosso Rosso, con ocasión de
inauguración del Seminario "Morir con Dignidad. Debate ético, médico y jurídico sobre el
final de la vida". Aula Magna Centro de Extensión, Santiago, 10 de agosto de 1999.
No puede, decían en síntesis, un capellán acercarse a un enfermo que está próximo a morir
teme morir, hablarle de la muerte y animarlo a afrontarla con entereza, si él mismo, el
capellán, no se ha planteado el problema de su propia muerte, si él no está preparado para
morir él mismo, en ese instante. No se puede decir a un moribundo palabras de rutina; las
palabras convincentes solo salen de un corazón convencido; tienen que expresar una honda
fe en lo que uno dice, una experiencia personal de vida, un testimonio de la propia actitud
ante la muerte, que al capellán también lo espera.
El problema del capellán no es el mismo que el del médico. El capellán ha acudido a atend
un enfermo de su propia religión, que comparte su fe y su actitud ante la vida y ante la
muerte. Y está allí para eso, para ayudarlo a morir bien: con coraje, con dignidad, con
confianza, con paz, dentro de esa fe compartida.
No se trata aquí tampoco de la actitud del médico ante su propia muerte. Se trata de la
actitud del médico ante la muerte de su enfermo o, si se quiere, ante la actitud de su enferm
ante su propia muerte, sea esta compartida o no por el médico.
53
- 54 -
fe inalterada que quiere morir tal como ha vivido, fiel a sus creencias.
Puede ser también un hombre arreligioso pero con principios humanísticos claros. Recuerd
como uno de los primeros filmes que vi de niño, uno en blanco y negro que relataba la vida
del fundador de la familia Rothschild, el célebre banquero israelita. En su lecho de muerte,
rodeado por su familia, el moribundo daba a sus hijos sus últimas recomendaciones: "vivan
con dignidad", les decía: "sufran con dignidad; mueran con dignidad". ¿Cómo habría podi
su médico, oyendo tales palabras, prescindir de ellas y negarle a su enfermo la posibilidad
morir, según su deseo, con dignidad.
El médico debe tomar en cuenta esa dimensión humana, ética y espiritual de su enfermo, su
fe, su esperanza, su conciencia, o su sentido de la vida y ayudar al enfermo a morir como é
desea morir, y si el enfermo ya ha perdido la conciencia, como él deseaba morir.
Recuerdo haber sido llamado por su hija a asistir a un hombre ilustre a quien yo no conocí
Solo sabía que toda su vida pública era la de un político, había sido totalmente ajena y aun
contraria a la tradición católica mayoritaria en nuestro país. Entré solo a la pieza del
moribundo. Estaba pálido como un papel, rodeado de almohadas, respirando difícilmente,
claramente angustiado. "Señor", me dijo, "déjeme morir en paz. Quiero morir como he vivi
Respete mi conciencia". Lo miré con admiración. Por mucho que, como cristiano, hubiera
querido verlo morir en lo que es para mí la verdadera fe, sentí la grandeza de un hombre q
a la hora de la verdad, da testimonio de su sinceridad y de su consecuencia. Eso es lo que e
médico debe respetar.
En Chile, cuatro siglos de evangelización han creado una cultura católica a la cual pocos
escapan totalmente. La gran mayoría de los chilenos se declaran creyentes, de alguna
manera y en algún grado pero creyentes al fin. Y a la hora de la muerte, la fe a menudo
revive, se reanima. Aun el que ha vivido mal, quiere morir bien, en su fe.
Lo mismo ocurre por cierto a los judíos, a los protestantes, a los evangélicos y a los
católicos: todos pertenecemos a la gran tradición judeo-cristiana que se inicia hacia el
comienzo del segundo milenio antes de Cristo, cuando un viejo nómade del desierto sirio
escuchó una voz que le intimaba una orden y le hacía una promesa. Abraham reconoció la
voz de Dios, creyó y obedeció.
Voy a exponer brevemente cuál es la actitud del judío y del cristiano ante el hecho de la
muerte, cuál es el sentido que le da y cómo procura librarse de ella, vencer la muerte. Con
fin de ayudar al médico, partícipe o no de esta tradición, a adecuar su conducta ante el
enfermo creyente, permitiéndole morir como él desea morir.
La muerte, para el hombre, se presenta antes que nada como un hecho, un hecho ineludible
54
- 55 -
Pero el hombre quiere entender la muerte, su muerte, le busca un sentido. Y finalmente asp
a liberarse de la muerte, a superar la muerte, a sobrevivir, o por lo menos a encararla con
dignidad y con coraje. Vamos a ver estos tres aspectos, primero en el Antiguo Testamento y
luego en el Nuevo.
A. En el Antiguo Testamento
El israelita ve morir a sus seres queridos y eso le duele, y sabe que él también va a morir y
eso lo angustia. Job, en su dolor, deseaba la muerte como una liberación: es la excepción.
Ezequías no quería morir, quería seguir viviendo: es la actitud común.
El judío no tiene clara la distinción abstracta que hace el griego entre el alma y el cuerpo.
más concreto. Él distingue el hombre vivo y el hombre muerto, el cadáver. Cree, sin embarg
como casi todos los hombres y los pueblos, que fuera del cadáver hay algo en el hombre qu
sobrevive y se lo imagina como una sombra, una sombra polvorienta, silenciosa, triste,
miserable, olvidada, incapaz incluso de alabar a Dios, privada de esperanza. Y esta sombr
vive de alguna manera en el sheol, el "lugar de los muertos", el "infierno" o los "infiernos"
-en las traducciones latinas del Antiguo Testamento- y que no es el infierno de la teología
católica lugar de castigo de los pecadores no arrepentidos, sino algo vago e indefinido.
2. El sentido de la muerte
Para el israelita, como para muchas religiones primitivas, la muerte no viene de Dios sino
hombre mismo. Es castigo del pecado. Dios no quiere la muerte. Quiere que el hombre viva
El demonio es el que quiere la muerte del hombre y tienta al hombre para que peque y mue
Pero ¿cómo justificar la muerte del inocente? El judío no tiene respuesta a esta pregunta.
Espera una revelación más plena que empieza a vislumbrarse en los últimos libros del
Antiguo Testamento, en los libros de los Macabeos o en el de la Sabiduría, y se manifestará
plenamente en el Nuevo Testamento.
55
- 56 -
de ella, vencer la muerte; aspira a la vida, a una vida plena, a una vida sin fin. Pero él sab
que esto no depende de él; tampoco depende de los médicos, lo sabemos mejor que nadie:
todos los enfermos, todos, al final, se nos mueren. Pero Dios que es "el viviente", que es "la
vida", puede liberarnos de la muerte. Dios quiere que el hombre "se convierta y viva". La
enfermedad es un correctivo que invita al hombre a prepararse para esa vida sin fin a la cu
aspira. El padre que castiga a su hijo apunta a lo mismo: a liberarlo del pecado y de la
muerte para que pueda vivir la vida plena.
Pero la Biblia va más lejos. Entrevé un mesías, el "servidor de Yahvé", que librará a los
hombres de la muerte, aun aquellos que ya murieron y que arrastran en el sheol una
existencia miserable. El sheol adquiere carácter de un purgatorio, más que de un infierno:
lugar de espera, de purificación, la antesala de un destino diferente, de un destino mejor.
Judas Macabeo pide que se ofrezcan sacrificios por los que han muerto en el combate. Los
mártires de la persecución de Antíoco mueren con confianza de que gozarán en otra vida p
premio de su fidelidad a Dios. Se puede, por lo tanto, salir del sheol, y más allá del sheol h
algo que más tarde los cristianos llamarán el cielo.
B. El Nuevo Testamento
El hombre vive sujeto a la ley del pecado y de la muerte y no puede por sus propios esfuerz
librarse de ellos. Entonces Dios baja del cielo a la tierra; se hace hombre, comparte el
destino humano; asume el pecado, sin haberlo cometido; se somete al sufrimiento y a la
muerte, a una muerte real, semejante a la nuestra, con dolor, angustia, agonía, con
desesperanza. Una vez muerto, su cadáver es puesto en el sepulcro. Pero Él "desciende a lo
infiernos" -como lo dirá más tarde el Credo-, al lugar de los muertos, al sheol, y libera a
estos abriéndoles paso a lo que más tarde se llamará el cielo.
Como dijo San Agustín: "Dios bajó del cielo a la tierra para que el hombre subiera de la
tierra al cielo. Dios se hizo hombre para que el hombre llegara a ser Dios". Así culmina el
mensaje del Nuevo Testamento acerca de la muerte.
¿Qué desea, al acercarse la hora de la muerte, un cristiano de religión católica que tenga u
mínimun de formación y de vida cristiana? O ¿qué desea para él o debe desear para él, su
56
- 57 -
familia?
Antes que nada, un poco de paz, para que pueda atender a sus deseos profundos: disponer
sus bienes, despedirse de los suyos y prepararse para el encuentro con Dios.
Para sus fieles en peligro de muerte, la Iglesia Católica tiene tres sacramentos que han de
celebrados por el presbítero los dos primeros, y por el presbítero, el diácono o un laico
ministro de la Eucaristía, el tercero. La Reconciliación, por la que se perdonan los pecados
la Unción de los Enfermos, que fortalece el alma para encarar la muerte y aplica al enferm
los méritos de Cristo; y la Comunión Eucarística, en forma de viático. Así como se celebra
una manera especial la Primera Comunión, así también la Iglesia le da una solemnidad
especial a la Última Comunión.
Fuera de estos sacramentos, el creyente que se muere desea y necesita ser acompañado por
oración de quienes lo rodean, escuchar y hasta donde él pueda, participar en esa oración,
sentirse invitado a la confianza en Dios, que es un Padre que lo comprende, lo perdona y lo
quiere, esperando el momento en que el Señor vendrá para llevarlo con Él allí donde Él est
y comparta su gloria.
El médico hará lo posible para que se den las condiciones adecuadas para lograr este fin
deseado: dosificará los calmantes para aliviar el dolor sin embotar la conciencia; retirará
sondas o mascarillas que no sean absolutamente necesarias, aislará al enfermo de sus
compañeros de sala en la medida en que esto sea posible y facilitará el acceso de la familia
del ministro de su religión.
Para el que tiene fe, el mundo es un aeropuerto y el hombre es el piloto de un avión que cor
por la pista, casi al igual que el auto de carrera, pero sabiendo que va a despegar. Y que au
cuando puede correr por la pista como un auto, su avión, está hecho para volar. Sirve para
tierra, pero está hecho para el cielo.
La compartamos o no, debemos respetar esa esperanza. Nosotros los médicos acompañamo
a nuestros enfermos, sean o se crean pilotos de auto o pilotos de avión, hasta el final de la
pista. Y a los que tienen confianza en el despegue y sienten el llamado de los espacios
infinitos, dejémoslos prepararse para el vuelo sin retorno.
57
- 58 -
Paradigma Biomédico
Los enfermos sufren enfermedades categorizables
Se pueden considerar por separado las enfermedades físicas y las
mentales
Cada enfermedad tiene un agente causal específico. Asumiendo la
resistencia del huésped, la enfermedad nace por exposición al patógeno
58
- 59 -
Investigación empírica
Pertenece al mundo de la abstracción. La enfermedad como alg
externo al paciente
Basada en datos empíricos (los sentidos, instrumentos técnicos)
Objetividad: entrevistas tipo pregunta-respuesta
Verificación de los resultados: método experimental o científico
Fortaleza: predicción científica, comunicación científica.
Terapia
Paradigma Postmoderno
La enfermedad no está separada de la persona, ni esta de su ambiente
experiencia de vida. Las categorías diagnósticas se usan en contexto
Todas las enfermedades tienen componentes mentales y físicos
Las causas son múltiples, aunque conviene centrarse en una principa
Las causas no son unidireccionales
La relación entre el médico y el paciente es el centro de la curación
Rol del terapeuta: Comprender la enfermedad, idealmente
diagnosticarla y Comprender al paciente
Metáfora: el organismo vivo
Antecedentes: Escuela griega de Cos: importancia de la descripción d
la enfermedad y del paciente
60
- 61 -
de curación. Solo con competencia narrativa podrá un médico brindar una atenc
médica empática". Aspectos tan prácticos como decidir el curso de un tratamien
decisiones de mayor dificultad como las de carácter ético, solo podrán llevarse a
cabo exitosamente con una buena competencia narrativa. Podrán reconocer las
historias con sus aspectos complejos y contradictorios, mejorar la interpretación
signos físicos, comportamientos y cambios emocionales, ser conmovidos por
historias de sufrimiento, hacerse más accesibles a los pacientes en sus dificultad
y, como regalo, comprender mejor el sentido de sus propias vidas".
La autora propone tres grandes formas de mejorar la competencia narrativa: escribir (por ej. historias desde
perspectiva de los pacientes, acontecimientos difíciles en nuestra práctica clínica); leer (mucho más accesib
para todo el mundo, permite a través de la imaginación reforzar la capacidad empática al recorrer la experi
de otros, entrenarse en entrar en otros mundos y encontrar sentido dentro de ellos, para poder encontrar un
en medio de vidas caóticas, llenas de pérdidas y sin sentidos; leer aumenta la tolerancia a la incertidumbre,
aumenta nuestros recursos y nuestro valor, y nos ayuda a escuchar las historias hasta el final) y en tercer lu
reflexionar sobre cómo el dolor ha afectado nuestras propias vidas.
es la forma fenomenológica en la
que los pacientes experimentan la salud
o enfermedad
promueve la empatía y la relación
médico paciente
permite la construcción de
conocimiento
puede aportar elementos o
categorías nuevas
62
- 63 -
se recuerda fácilmente
se basa en la experiencia
promueve la reflexión
En la investigación, la narrativa...
Volviendo al inicio, nos preguntamos, cuáles podrían ser los contenidos y métod
adecuados, y en qué momentos del currículo, para despertar en el alumno sus
capacidades intuitivas, su sensibilidad dramática, la capacidad de captar la
experiencia del enfermo?
Novack y sus colaboradores (12) han sistematizado los objetivos que debería inc
un currículo de medicina para lograr un desarrollo de las capacidades humanísti
de los médicos. Las experiencias a lo largo de varios países son numerosas, e
incluyen métodos tan diferentes como cursos de literatura y medicina,
entrenamiento de la empatía, grupos de discusión sobre los aspectos emocionale
la práctica médica, discusión del genograma y la propia historia familiar, etc. To
apuntan, finalmente, a una apertura en nuestra forma de percibirnos a nosotros
63
- 64 -
4 Engel G. L. The need for a new medical model: a challenge for biomedicine.
Science 1977; 196:129-136.
64
- 65 -
5
5 AFRONTANDO LA ENFERMEDAD
El afronte con la enfermedad puede ser un serio
problema para el paciente y el médico. Por eso,
cualquier profesional en los cuidados de salud que
trabaja con pacientes enfermos y con otros
igualmente concernientes se enfrenta a problemas
específicos prácticamente todo el tiempo, a menos
que la práctica profesional esté limitada a tecnología
impersonal y a la “medicina de ensamblaje”.
Para los pacientes y el médico, el afronte puede ser
mutuamente beneficioso y constructivo o dañino y
deletéreo. Las estrategias de afronte usadas por
uno pueden ser complementadas por las estrategias
del otro, o desafortunadamente, pueden ser también
antagonistas.
El afronte puede definirse mejor como una conducta
que soluciona problemas que tiene el propósito de
brindar alivio, gratificación, tranquilidad y equilibrio.
Nada es esta definición asegura un resolución
permanente de problemas. Implica una combinación
65
- 66 -
66
- 67 -
67
- 68 -
68
- 69 -
69
- 70 -
EL COMPROMISO
El afronte se refiere a la forma en que un paciente
responde y se enfrenta a problemas dentro de una
70
- 71 -
71
- 72 -
72
- 73 -
73
- 74 -
74
- 75 -
75
- 76 -
76
- 77 -
77
- 78 -
78
- 79 -
TABLA 1
Vulnerabilidad:
Desesperanza: El paciente lo ve todo perdido,
ningún esfuerzo vale la pena, no hay chance alguno.
Frustración: El paciente se molesta al pensar en su
recuperación.
Perturbación: El paciente está tenso, agitado, en alta
alarma
Depresión: El paciente está temeroso, no desea
hablar, apático.
Falta de poder: El paciente se queja de estar muy
débil como para esforzarse algo más, no puede tomar
decisiones.
Ansiedad: El paciente se siente en el borde de la
desesperación.
79
- 80 -
TABLA 2
Enfrentado La Enfermedad (para averiguar como se
enfrenta el paciente la enfermedad).
Problemas: En su opinión, qué ha sido más difícil para
usted desde que su enfermedad empezó.
80
- 81 -
81
- 82 -
82
- 83 -
83
- 84 -
84
- 85 -
85
- 86 -
86
- 87 -
87
- 88 -
88
- 89 -
89
- 90 -
90
- 91 -
6
FAMILIAS RELACIONES Y SALUD
91
- 92 -
APOYO SOCIAL
92
- 93 -
93
- 94 -
94
- 95 -
MATRIMONIO:
95
- 96 -
96
- 97 -
97
- 98 -
¿Apoyar o Perjudicar?
98
- 99 -
99
- 100 -
100
- 101 -
101
- 102 -
102
- 103 -
103
- 104 -
104
- 105 -
105
- 106 -
Parejas Homosexuales:
Las parejas de hombres homosexuales o lesbianas han
variado buscando recientemente la aprobación legal de
matrimonio entre personas del mismo sexo. Aún no se
han hecho estudios sobre la comparación de cómo la
salud emocional y física de las parejas en las relaciones
homosexuales que duran tiempo, difieren de la salud
de homosexuales y lesbianas que permanecen no
comprometidos.
Tampoco se ha investigado sobre la diferencia entre
la salud de individuos envueltos en relaciones
homosexuales, con aquellos en matrimonios
heterosexuales.
Familia:
106
- 107 -
107
- 108 -
108
- 109 -
109
- 110 -
110
- 111 -
111
- 112 -
Abusos de Sustancias
112
- 113 -
Crimen
113
- 114 -
114
- 115 -
Pérdida de la Autoestima
Los hijos de padres divorciados frecuentemente tienen
conceptos bajos de sí mismos, los niños, luego del
divorcio de sus padres frecuentemente no desarrollan
un sentido interno estable de masculinidad, por lo que
la relación con el padre frecuentemente se acaba luego
del divorcio. Entonces al no ver al padre día a día y
bajo la custodia de la madre, los padres son idealizados
como figuras irreales y distantes. Las hijas también
pierden su autoestima , los sentimientos de rechazo
por ser mujer le dificulta la valorización de su
femineidad. Se identifican con la vulnerabilidad
materna.
115
- 116 -
116
- 117 -
Suicidio
Investigaciones han demostrado que la inestabilidad y
disrupción familiar son causas principales del suicidio
entre los adolescentes. Los niños están más propensos
de convertirse en suicidas cuando son criados en
familias que no tienen intimidad y afecto. En contraste,
117
- 118 -
118
- 119 -
con una madre viuda fue menor que los efectos de vivir
con una madre divorciada o separada.
Estos estudios demostraron que la simple ausencia de
un progenitor no puede explicar el efecto pero la
experiencia de tener una familia que atravesó por el
rigor de la dinámica del divorcio y la separación pone a
las hijas en mayor riesgo de asumir una futura
maternidad siendo soltera.
Convivencia:
119
- 120 -
120
- 121 -
121
- 122 -
122
- 123 -
6
SALUD MENTAL, BIENESTAR Y
ESTRÉS 125 pag
123
- 124 -
SUICIDIO:
124
- 125 -
125
- 126 -
126
- 127 -
127
- 128 -
128
- 129 -
129
- 130 -
130
- 131 -
7 SALUD MENTAL Y
MEDICINA
132
- 133 -
133
- 134 -
134
- 135 -
135
- 136 -
136
- 137 -
137
- 138 -
138
- 139 -
139
- 140 -
NIVELES DE ESTRÉS
140
- 141 -
141
- 142 -
142
- 143 -
143
- 144 -
144
- 145 -
145
- 146 -
146
- 147 -
147
- 148 -
148
- 149 -
149
- 150 -
150
- 151 -
151
- 152 -
152
- 153 -
153
- 154 -
154
- 155 -
155
- 156 -
“MATRIMONIOS MÉDICOS”
156
- 157 -
157
- 158 -
158
- 159 -
159
- 160 -
160
- 161 -
161
- 162 -
162
- 163 -
163
- 164 -
164
- 165 -
165
- 166 -
166
- 167 -
167
- 168 -
168
- 169 -
169
- 170 -
170
- 171 -
171
- 172 -
172
- 173 -
173
- 174 -
174
- 175 -
175
- 176 -
176
- 177 -
177
- 178 -
178
- 179 -
179
- 180 -
180
- 181 -
181
- 182 -
182
- 183 -
183
- 184 -
184
- 185 -
185
- 186 -
186
- 187 -
187
- 188 -
188
- 189 -
189
- 190 -
190
- 191 -
191
- 192 -
192
- 193 -
193
- 194 -
194
- 195 -
195
- 196 -
196
- 197 -
RESUMEN
197
- 198 -
CASO DE ESTUDIO
Hace más de 10 años, un grupo de educadores
médicos y científicos sociales se reunieron para
planear un programa de investigación y descubrir
que le ocurre a los estudiantes de medicina a lo
largo de os 4 años de escuela medica.
Consiguieron la cooperación de casi una clase
completa de la escuela médica que fueron
evaluados en 6 ocasiones en 4 años. Aunque el
estudio se investigo muchos aspectos de la
experiencia de la escuela medica, nuestro interés
aquí esta en la depresión.
198
- 199 -
199
- 200 -
200
- 201 -
201
- 202 -
202
- 203 -
203