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Mayra Alejandra Villegas.

Universidad del valle.


Lic. En Historia

LA ORALIDAD: LA NECESIDAD DE UN CORPUS QUE NUTRA SU ANALISIS Y PERMITA ROMPER LA


EXCLUSIÓN “NATURAL” POR PARTE DE LA HISTORIA Y LA LITERATURA.

El siguiente ensayo pretende abordar los conceptos de oralidad y narrativa trabajados de manera
semejante por dos autores: Juan Moreno Blancoi con narrativas de la oralidad cultural en el contexto
colombiano y por Darío Muñoz Onofreii con la construcción narrativa en la historia oral, en cuanto
a su estructuración y utilización como parte sustancial dentro de la construcción de un corpus que
de mayor validez y seguridad a la oralidad como objeto de estudio, permitiendo así, comprender
estas formas de trasmisión que son comúnmente excluidas de los cánones educativos colombianos.

En este sentido, se intentará visibilizar la importancia o más bien necesidad de abordar los temas
sobre la trasmisión oral, entendiendo como a través del lenguaje se manifiesta un producto de
construcciones culturales asimiladas dentro de la cotidianidad y así mismo transmitidos de forma
diferente a la comúnmente arraigada, la escritura. En este sentido, la diversidad de sus contenidos
y la gran cantidad de significantes, representan un gran valor para nuevas investigaciones, es
importante resaltar la variabilidad presente dentro de estas fuentes orales que no han sido
profundamente analizadas, desde los relatos míticos que han sido generalmente relegados a na
parte de la literatura y que contrariamente presenta Moreno Blanco con su análisis de estos textos
como un tema poco explorado y que es además de gran importancia respecto a la labor política en
el reconocimiento de estas culturas orales.

Tanto para Moreno como para Muñoz, la oralidad y su construcción narrativa son poseedoras de
una carga significativa que debe ser necesariamente analizada para el reconocimiento cultural que
ya se ha definido en la actualidad no es un concepto homogéneo con el que toda la población del
territorio colombiano se pueda identificar, entendiendo las diversidades ya marcadas y propias de
cada grupo y su agencia dentro de acontecimientos de carácter importante. En este sentido,
mencionara Muñoz, en su análisis sobre la utilidad del reconocer la oralidad como una forma de
conocimiento, y el hecho de que algunas culturas dentro del territorio nacional bajo el respaldo de
la constitución de 1991 deban ser reconocidas por su “heterogeneidad cultural” plantea el estudio
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de todas estas culturas reconociendo su forma de construcción y preservación del conocimiento,


deba ser visto ya no como un “simple asunto académico sino también político” 1

Sobre este mismo punto (el reconocimiento cultural de la oralidad como práctica significativa), se
referirá Muñoz Onofre al referirse a la importancia de la historia oral como “un recurso
indispensable para la pervivencia histórica de la cultura en la medida en que implica el ejercicio de
la comunicación en el marco de relaciones sociales cotidianas y su circulación contribuye, en sí
misma, al mantenimiento o renovación de los ámbitos culturales y las tradiciones humanas.2 Así
mismo, el reconocimiento de la construcción narrativa para Moreno responde a un proceso de
significación amplio con el cual se representan un grupo particular de sujetos concretos y que por
ende se identifica como símbolo de una cultura regional que “dado el acervo que lleva consigo no
nació en un lugar nacional sino en un lugar único donde se juntaron coyunturas históricas y étnicas
no acaecidas en ninguna otra parte.”3 Es decir, que solo en el marco de las relaciones cotidianas
que se presentan dentro de un grupo concreto ya se encuentran múltiples significantes que
construyen una forma de conocimiento que ha sido trasmitida de forma oral y gestual que es
necesario estudiar no solo dentro del reconocimiento de comunidades ágrafas sino también, en la
importancia de la construcción narrativa y lo que implican en los estudios sobre historia oral.

Por otro lado, la exclusión implícita que se ha dado desde la historia hacia la utilización de fuentes
orales en principios de su validez y rigurosidad científica y dentro de la literatura atrapándolos como
un contenido de carácter ficcional o mítico que no solo lo desnaturaliza de su carácter cultural
presente en la oralidad, sino también representa una degradación dentro de los contextos literarios,
será explicado por Moreno como producto de “la monumentalización que se hace de la literatura
como exclusiva realidad textual”4 y por Onofre, como nuestra forma de ser en el mundo, producto
de nuestras matrices disciplinares5 y que sin embargo, dado el reciente interés por el significado y
su inmersión cultural de las poblaciones ya sean en forma de relatos “míticos” o en la narración de

1
Juan Moreno Blanco. “Corpus y cánones de la oralidad cultural para la educación en Colombia” en:
Narrativas de la oralidad cultural en el contexto colombiano: una introducción. Universidad del Valle. (Cali:
2011), 33
2
Darío Muñoz Onofre.” Construcción narrativa en la Historia Oral,” Nómadas No. 18, (mayo 2003): 95
3
Moreno, Corpus y cánones de la oralidad cultural para la educación en Colombia, 42
4
Moreno, Corpus y cánones de la oralidad cultural para la educación en Colombia, 37
5
Muñoz, Citando a Gertz (1994): Construcción narrativa en la historia oral, 97
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acontecimientos vividos para fines de la construcción de la memoria, ha sido necesario revisitar


desde nuevas perspectivas y replanteándose su método, más cuando es necesario buscar su
integración dentro de una agenda educativa en aras de “aspiraciones pluralistas, democráticas y de
reconocimiento que necesita la realidad civil del país colombiano”6.

En este sentido, la necesidad de un corpus que plantee y responda a los diferentes cánones de la
sociedad colombiana se debe plantear desde la premisa (planteada por Onofre) de que el mundo se
encuentra socialmente compartido por medio del lenguaje siendo la herramienta que envuelve
nuestra realidad y la dota de significado.7 Por lo cual la necesidad de entender las narraciones dentro
su “anclaje social” pudiendo conocer “el aquí y el ahora en el que el texto “funciona””8 volviendo
representativo el texto oral. Así mismo, el corpus de la oralidad, antes de ser planteado como tal,
debe comprender su prefiguración en el ámbito de la cotidianidad, a su vez que su fragmentaria
circulación en forma de opiniones y pequeños relatos de experiencias personales o sobre
acontecimientos comunitarios, lo que llamaría Onofre, “historia todavía no narrada”9 por lo que la
interpretación de estas situaciones que podrían considerarse “comunes” o “tradicionales” para
algunos sujetos concretos, es un punto de partida para el desarrollo de proyectos educativos
regionales.

Como un último punto, cabe resaltar lo mencionado por Onofre sobre el reconocimiento de la
construcción narrativa de la historia oral que comienza antes de la entrevista en la que se obtienen
los relatos orales puesto que, “Lo que una persona cuenta al narrar una historia está mediado por
los significados disponibles en los ámbitos culturales en los que se ha desenvuelto, no sólo porque
los hereda de una tradición, sino fundamentalmente porque participa cotidianamente, junto con
sus semejantes en su recreación.”10 Y que complementa Moreno al referirse al relato como aquel
que “dice más que él mismo y su universo de sentido lo ancla a un tejido narrativo y de sentido más
amplio”11 entendiendo por esto, la complejidad de los estudios orales y lo que representan para los
avances a nivel interpretativo y político que permita la inclusión de estos conocimientos dentro de

6
Moreno, Corpus y cánones de la oralidad cultural para la educación en Colombia, 34
7
Muñoz, Construcción narrativa en la historia oral, 96
8
Moreno, Corpus y cánones de la oralidad cultural para la educación en Colombia. 37
9
Muñoz, Construcción narrativa en la historia oral, 96
10
Muñoz, Construcción narrativa en la historia oral, 97
11
Moreno, Corpus y cánones de la oralidad cultural para la educación en Colombia, 45
Mayra Alejandra Villegas.
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los marcos literarios e históricos y su importancia dentro del contexto colombiano en materia de
educación y reconocimiento cultural.

En este sentido, y a modo de conclusión, es posible decir, según lo expuesto por estos dos autores,
desde sus diferentes puntos de enunciación en cuanto al carácter de la oralidad y la construcción
narrativa como categorías cargadas de significado para los futuros estudios que aborden estas
problemáticas en cuanto a comunidades construidas alrededor del lenguaje y su expresión corpórea
como es el caso de algunas comunidades indígenas culturalmente poco estudiadas o al análisis de
ciertas memorias respecto a acontecimientos importantes para las regiones o en algunos casos para
el país en sí. Es el carguero de todo un nuevo método de estudio que se apropie y valide la oralidad
como una fuente respetable y equiparable a las fuentes escritas avaladas por nuestros antecesores,
pero que en contextos actuales adquiere un mayor nivel de agencia por parte de las comunidades.

BIBLIOGRAFÍA.
Muñoz, Onofre, Darío. 2003. Construcción narrativa en la historia oral. Nómadas Núm. 18
(mayo): 93 – 102.

Moreno Blanco, Juan. 2011. Corpus y cánones de la oralidad cultural para la educación en
Colombia. En Narrativas de la oralidad cultural en el contexto colombiano: una introducción, 35-57
Cali: Universidad del Valle.

i
JUAN MORENO BLANCO: Docteur en Études Ibériques et Ibéro Américaines, Université Michel de
Montaigne–Bordeaux 3. Profesor Titular de la Escuela de Estudios Literarios, Facultad de Humanidades de la
Universidad del Valle. Miembro del Grupo de Investigación Nación/Cultura/Memoria. Ganador del Premio
Jorge Isaacs 1998 con el ensayo La crónica de Indias y la Expresión Americana. Participó en la traducción de El
legado de la hermenéutica de Jean Grondin, (2009). Entre sus últimas publicaciones se encuentran Novela
histórica colombiana e historiografía teleológica a finales del siglo XX , Transculturación narrativa: la clave
wayúu en Gabriel García Márquez, los cuales presentó en la FILBO 2015, y es coautor del libro La nación
imaginada. Ensayos sobre los proyectos de nación en Colombia y América Latina del siglo XIX. Su último libro
se titula Borges en francés (2015).

ii
DARIO MUÑOZ ONOFRE: doctor en ciencias sociales de La Universidade Estadual De Campinas. Magister
en estudios culturales de la Pontificia Universidad Javeriana, sede Bogotá. Otros de sus textos son: "Sobre el
concepto de pulsión” (1996), "Sexualidades "ilegítimas ". Biopolítica heterosexista y política de
reconocimiento."(2006). "Jóvenes sin tregua. Culturas y políticas de la violencia” (2005) entre otros.

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