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Hace poco tomé una decisión. Saqué de mi vida a un amigo por machista.

No solo ha tratado a varias parejas de una


manera bastante cuestionable, indeseable de hecho, sino que además se dedica a hacer campaña constante contra la
mujer a través de una sutil pero peligrosa dialéctica.

Me preocupa esta aceptable tolerancia con gente que se dedica a difundir supuestos estudios sobre el alto porcentaje de
hombres maltratados (he llegado a leer 8 de cada 10 hombres) o la manipulación femenina (como si fuéramos las
creadoras de una nueva enfermedad mental).

En tiempos de crisis el odio aumenta, y se ceba con los colectivos vulnerables. Desgraciadamente, las mujeres
somos uno de esos colectivos y desgraciadamente es fácil percibir esta carga contra nosotras (ya existe una feminización
de la pobreza).

Vosotrxs diréis que la sociedad no es ni xenófoba, ni homófoba y ¡por dior, Carmen, lo menos de todo machista! ¡Ves
cosas donde no hay nada! Bien, las cosas se han suavizado, no son lo que eran, pero creo que solo superficialmente.

Nuestra educación ha sido tan pésima que ni siquiera ha trabajado decentemente por construir unas mentes más libres y
abiertas y seguimos teniendo un montón de ideas arcaicas que podrían corresponder a nuestros abuelos, o a los padres
de nuestros abuelos. Busca en tu memoria conversaciones con amigos, conocidos, vecinos… y piensa. Seguro que has
palpado el machismo, la homofobia o la xenofobia. Y no hace falta tener sesenta años, tengo veintiocho y podría poner
varios ejemplos. Y bastantes.

Lo dicho: me preocupa esta permisividad, esta tolerancia, este modo de tragarnos todo, de no decir “basta”. Somos
capaces de ser convencidos de las cosas más inverosímiles.

“Esta tía exagera”, pensaréis. Bien, aquí casos reales de vidas reales. Vividos y/o reproducidos por gente joven. De
la treintena. Pasen y vean que “progres semos todos” (aunque reproduzcamos un montón de micromachismos o
machismo a secas).

NUESTRAS MADRES
Sí, esas señoras que han estado en el medio de ideas patriarcales y un nuevo resurgir de la mujer, que no han sabido bien
encontrar su lugar, que quieren que la mujer avance con ciertos “peros”. Mujeres que, entiendo, no han sabido encajar
todo esto, y por muy modernas que se vean, tienen una historia familiar a sus espaldas, una educación machista por
excelencia, años de represión. Ellas han hecho lo que han podido, sin más. Esas madres que nos han dicho: “no seas
golfa”, “no te comportes como un chicote”, “eres poco femenina”, “haz las labores de la casa, tus hermanos no tienen por
qué hacerlo, son los hombres”, “que trabajador es tu hermano, pobrecito, cuánto madruga, cuántas horas hace en la
fábrica” (y jamás han dicho cuánto esfuerzo haces tú manteniendo varios trabajos, estudiando y ayudando en cosas de la
casa, porque es lo que se espera de ti, porque eres mujer y no te quejas, y lo haces y nadie vendrá a decirte “felicidades”),
“sirve a tu padre el primero y las mejores raciones”, “ningún hombre te soportará”. Seguro que muchas de vosotras
reconocéis estas frases.

Cierto es, como dije, que nuestras madres han hecho esfuerzos por adaptarse, y han contrarrestado esto con: “hija, si no
te casas, no es el fin”, “si no encuentras una pareja que quieras y te trate bien, mejor estar sola”, “ojalá hubiera
sido yo tan independiente como tú”, “pues sí, que las chicas lo pasen bien, eso que se llevan para el cuerpo, que
nosotras hemos sido muy tontas”. Repito que ellas lo hicieron lo mejor que pudieron. Pero ahí están parte de sus ideas,
machistas como su educación, como gran parte de la educación que se ha recibido en este país durante décadas.

HOMBRES JÓVENES QUE EN LAS DISCOTECAS DECIDEN QUE


PUEDEN TOCARTE SIN PREVIO AVISO
Sin que les hayas dado permiso para ello, sin que sea un cortejo recíproco, debes aceptar como amabilidad que te
aprieten contra ellos, como halagos que intenten rozar su miembro contra ti, que hagan gestos obscenos mientras estás
girada, que cuando intentes decirles que te respeten, te llamen gorda, reprimida, imbécil, puta, o incluso que pidan
perdón a nuestras parejas, a los hombres, pero no a nosotras, porque a nosotras no se nos pide perdón, somos
propiedad del novio, al parecer (y pobres esas chicas que llaman la atención por un bonito físico. Encima si tiene dos
dedos de frente, se siente incómoda y lo dice, la llaman creída, estúpida, ¿qué se habrá pensado? ¡Si está buena! ¡Es de
dominio público!).

Que si hablas con ellos, quieras que te agarren la mano, te toquen la cara. E insisto, sin dar muestras de coqueteo, de
nada. Y que se ofendan si les dices que mantengan las distancias. “Cosas de jóvenes, cosas de imbéciles, Carmen,
nada más”. Sí, claro, cosas de imbéciles, sí, e incluso de imbéciles borrachos, pero a mí eso no me consuela. Me
sigue pareciendo un comportamiento que no quiero aceptar ni pasar por alto. No es algo fortuito, es un comportamiento
machista, una adaptación del clásico comentario “todas putas menos mi madre”.

AMIGO ENCUENTRA NOVIA. LA NOVIA ES BASTANTE GUAPA.


MEJOR PARA ÉL. AMIGO DECIDE EXHIBIRLA COMO UN TROFEO
No solo actúa humillándola (porque no, no es halagador, es bastante denigrante) publicando a los cuatro vientos “que ese
cuerpo ES SUYO”, sino que decide jactarse ante el resto de amigos y amigas, porque tiene para él ese físico tan ansiado
socialmente, ese cánon que marca el éxito que ha tenido como hombre. “Mi novia es la mujer más guapa de este
grupo”, “mi novia tiene las mejores tetas de este grupo” y un largo etcétera de ordinarieces respecto al trofeo que
supone el cuerpo de ella, como si ella no fuera nada más, como si el resto de amigas no fuéramos nada más, porque no
somos tan bonitas (que eso lo dirá él, por cierto), como si él fuera mejor persona, mejor hombre por tenerla al lado, pero no
en un sentido emocional, intelectual, no; sino por lucirla (y tras “exponerla”, incluso va e intenta “ocultarla” para que
nadie la mire, nadie le diga nada, nadie se la quite). Que sí, también hay tías que exhiben, que hablan ordinarieces
(léase esto en el siguiente punto) pero sigue siendo un comportamiento machista (también hay negros violentos y no por
eso un acto de violencia xenófoba contra un afroamericano deja de serlo).

MUJERES JÓVENES QUE OPINAN QUE TODAS SOMOS MUY


PUTAS
Que oye, para mí las putas (como profesión) son respetables, pero que se me diga en plan despectivo no me hace
ninguna ilusión. ¿Por qué somos putas? ¿Porque decidimos sobre nuestros cuerpos y nuestra sexualidad? ¿Cuándo te
conviertes en puta? El hombre es un putero en el momento que paga por irse con profesionales del sexo pero nosotras
somos putas de raíz, ya está. En ambos casos, somos las culpables del uso de ese adjetivo. Mujeres jóvenes que
piensan que son libres porque deciden adaptarse al molde masculino: críticas a sus compañeros sexuales, burla
sobre el tamaño de sus penes, sobre sus físicos, críticas a hombres menos atractivos, conversaciones constantes
sobre temas sexuales de una manera bastante denigrante, sin un ápice ni de gracia ni de sentido… No, no sois modernas,
ni feministas, ni estáis reivindicando nada, ni cambiando las cosas. Estáis cogiendo el molde masculino creado durante
años, un molde machista, y os estáis metiendo en él.

AMIGA TIENE ENTREVISTA DE TRABAJO. ¿TIENES PAREJA?


¿DESDE CUÁNDO? ¿QUÉ PLANES DE FUTURO TENÉIS? ¿VIVÍS
JUNTOS? ¿OS CASARÉIS? ¿CUÁNDO? ¿VAS A SER MADRE?
Y dependiendo de las respuestas, la contratan con una duración o con otra. A nadie le importa para trabajar si estás
casado, si eres gay, si te gusta que te azoten por la noche, si quieres tener o no niños. ¿Esta es la conciliación entre
vida familiar y laboral que defendemos? Muchos aquí dirán que desde el punto de vista del empresario blablabla. El
empresario debería dedicarse a cosas más interesantes que esta chorrada. Las personas no dejan de ser trabajadoras
porque tengan hijos. Un trabajador que es tratado con la dignidad que merece (incluido el derecho a pedir tiempo para
ejercer de madre o padre) es mucho más eficaz en su trabajo que uno al que le explotan y humillan sistemáticamente. Al
contrario de lo que nos han vendido, no es para nada productivo machacar a la gente, no es rentable para nadie, ni para la
empresa, ni para el trabajador. De otra parte, las mujeres recibimos dos mensajes muy contrarios a lo largo de
nuestra vida: somos más mano de obra (y el sistema se frota las patitas) pero debemos seguir siendo madres
porque la natalidad blablablabla y porque es lo más natural blablabla. Es decir: debes ser trabajadora, pero no dejes
de lado tu deseo de ser mami para generar más mano de obra y afianzar el futuro de varias empresas durante décadas. Y
a todo esto, te vas a la calle. ¿No os parece demencial? Pues sí, lo es. Porque estamos en un mundo enfermo. A menudo
las mujeres trabajadoras lo pasan mal, porque tienen que adaptarse al ritmo que el capitalismo nos ha vendido
como “normal” y a la vez, ser buenas esposas y madres y no abandonar el hogar. Ellas sienten que no llegan, no
llegan en el trabajo, por la presión, porque piensan que ya no rinden, que son más torpes, y no llegan en casa, porque
cuando lo hacen solo quieren descansar y el sentimiento de culpa y abandono es tal que se sienten malas madres. Y no
son culpables de nada. El culpable es este sistema al que deberíamos ponerle freno antes de pegarnos una buena hostia
(¡ah, no! ¡Que ya nos la estamos dando!). Al contrario de lo que se piensa, y de todos esos empresarios y gente de bien,
tertulianos y cía., que dicen que trabajamos poco y mal, y que tendríamos que trabajar como chinos, el problema no son
las horas, las bajas por maternidad o enfermedad, etc.; es la mala gestión del tiempo, una mala planificación de las
jornadas y la vida laboral lo que falla. Y las mujeres trabajadoras lo sienten muy mucho.

ATAQUES SEXUALES
¿Cuántas de nosotras hemos vivido experiencias en las que nos han tocado sin permiso? ¿Cuántas al ir a pedir ayuda
hemos oído como respuesta “será un enfermo, olvídate”? (No sé a vosotros, pero a mí la pasividad esta me pone
enferma. Sé que la gente lo hace para tranquilizarte, pero normalizarlo me parece cuanto menos peligroso; luego
pasa lo que pasa, que pones el informativo y todo te sabe a poco y te comes las lentejas con cuerpos desmembrados de
por medio).

En otro punto, hablé de esos ataques de muchachos en discotecas, aquí hablo de ataques en lugares públicos por parte
de hombres de cualquier edad. Véase: roces en el autobús, roces en la FNAC, persecuciones en cualquier lugar porque el
señor ha decidido que con cualquier pretexto debe tocarte… Y esto que cuento nos ha pasado a amigas y a mí.

Pero os contaré el caso más alarmante que me ha ocurrido: un muchacho llevaba tiempo fijándose en mí en el metro. Un
día decide bajar en mi parada y seguirme. Con una excusa, me habla. Yo contesto amablemente. Al llegar a casa de mis
padres, me despido de él, pero él quiere mi móvil, le digo que no. Entonces cuando voy a entrar al patio, decide poner el
pie haciendo tope con la puerta para que no la cierre. Me coge de las caderas y el cuello, me abraza contra él y me
intenta dar un beso en la boca. A todo esto, yo haciendo fuerza. Le aparto y le digo que se marche, que voy a llamar a la
policía. Como estoy asustada, dejo de hacer fuerza para cerrar la puerta y él entra al patio. Se ríe. E intenta calmarme y
volver a tocarme. Me voy hacia atrás. Entra un vecino mío y el tipo se asusta y se marcha. El muchacho en cuestión es
un joven que cuando no está trabajando en lo que puede se dedica a beber hasta hartarse. Ese día olía
considerablemente a alcohol. Sí, es un pobre diablo. Pero no deja de ser desagradable e intolerable lo que hizo. Y yo
también me doy pena, porque me hizo pasar un rato de lo más horrible.

A menudo pienso que este sistema (lo siento, hago referencias constantes pero es que no creo que todo esto sea fortuito,
todo está claramente relacionado) nos hace esclavos del trabajo y el dinero y, a menudo, pagamos nuestras
frustraciones con otros que consideramos más débiles por alguna razón. Esta reflexión es la misma con la que
comencé a escribir. Y la suscribo. Las mujeres somos un blanco fácil para mucha gente. No deberíamos ser permisivos
con esto. Ni normalizar lo poco o nada normal. No es normal que alguien decida que sus genitales deben rozarse contigo
en una tienda. No es normal que te persigan por la ciudad produciéndote miedo. No es normal que te acorralen en el
propio patio de tu finca. No lo es. Es acoso. Y ese acoso lo vivimos particularmente las mujeres. No es divertido, ni
simpático. Y cuando lo contemos estaría bien recibir un trato empático en lugar de un “¿pero tú le hablaste?” (Para
insinuar que le diste coba) o “no exageres, tampoco es para tanto”.
SI NO ERES MADRE Y NI TE LO PLANTEAS, ERES EGOÍSTA Y
ROZAS LO ANTINATURAL
Creo que la maternidad debe ser bonito, llevar a un ser dentro debe ser una sensación inexplicable (aunque bueno, nos
dejamos la parte de estrías, nauseas, pies hinchados, de que ese ser crecerá y tal…) pero también creo que cada cual
tiene derecho a decidir, según su propio criterio, su propia experiencia vital, si procrear o no. Me cuestiono ese supuesto
instinto de las mujeres por ser madres y me pregunto si no es más bien una construcción social. En cualquier caso,
aun suponiendo que tenemos un instinto de madres, también tenemos un cerebro y una capacidad de decisión, ¿por
qué deberíamos responder a él sin más? No nos convierte en malas personas, ni malas mujeres. Imponernos la
maternidad como único objetivo vital es de un machismo bastante importante. El clásico “la mujer se dedica a sus labores
y la crianza de los niños”. No limitemos a la gente. Que la gente decida qué quiere hacer. Con quién quiere acostarse y
levantarse. Y si quieren o no tener un hijo o 300.

NOSOTRAS, LA REGLA Y EL TRABAJO


Sí, tenemos la menstruación. Y duele. Y percibimos cambios hormonales. Tal es así, que el porcentaje más alto de
suicidios (o intentos) en las mujeres, es en la semana previa a que les venga la menstruación (por supuesto, estas mujeres
tienen otros factores de peso para llegar a estos límites, sencillamente es un apunte para que entendáis tanto cambio).
Aun así, nos tomamos nuestra medicación y nos vamos a estudiar, trabajar, como el que más. Vale, a veces el dolor
nos puede. Pero no nos convertimos en seres poco productivos. Aún en el supuesto de tener que pedirnos un día,
compensamos con creces esta falta. No os creáis lo que os diga un empresario, es el mismo que os critica cuando
reclamáis que os paguen vuestras horas extras, y que te mira raro si le dices que ya está bien, que entre entrar antes y
salir más tarde les estás regalando horas, el que fomenta que compitas con tus compañeros para que no haya unidad y no
os pongáis de acuerdo en lo realmente importante, etc. De otra parte, muchas mujeres deben faltar a su trabajo en esos
días del mes por pura prescripción médica. Lo pasan tan mal, pierden tanta sangre y los dolores son tan terribles, que no
pueden ni moverse. ¿Por qué os cuento todo esto? Porque también he oído la maravillosa frase de: “Es mejor no contratar
a tantas mujeres porque tienen la regla y son madres (al hilo de lo anterior)”. Es decir, se nos pretende marginar incluso
por nuestra condición biológica.

FEMINAZISMO
Este término lo creó un fascista para criticar a las feministas. Mucha gente usa este término para hablar de feministas
radicales que odian a los hombres. Bien, no hay ninguna corriente de tal tipo. El feminismo nada tiene que ver con esto, y
mucho menos con la palabra “nazi”. Mezclar una palabra como feminismo, con un claro componente de libertad, con
la palabra nazi, que ya sabemos todos de que va, es un insulto en toda regla. A lo largo de mi vida, me han llamado
feminazi en repetidas ocasiones por intentar expresar las ideas que he redactado en este texto. No sé si quién está
leyendo esto ve en mis palabras odio hacia los hombres, ápice de prepotencia, pero creo que nada más lejos de la
realidad. Las veces que he intentado reflexionar sobre el feminismo y sobre las cosas que he visto y he pensado lo que
suelo encontrarme al paso es lo siguiente: “eso no es machismo”, “es que eres muy sensible”, “es que hay tíos
tontos” (insisto, sí, y también son maleducados, sí, y machistas, y si no lo son, al menos reproducen conductas
machistas), y qué queréis que os diga, me parece de nuevo una permisividad bastante lamentable. Y no es por nada, pero
con la permisividad no hemos llegado a ningún lado. Mira a tu lado y me cuentas.

TODOS LOS SUPUESTOS BENEFICIOS QUE LA LEY NOS HA


DADO
Mucha gente argumenta que se nos está favoreciendo enormemente por el mero hecho de ser mujeres. Supongo que
hablamos de una Ley de Violencia de Género que responde a una lacra social. No sé si os habéis percatado, pero cada
dos por tres, un hombre mata a su pareja. Nadie dice que los hombres sean asesinos, solo decimos que hay una
corriente de machismo enfermizo que lleva a creer que esa persona es tuya sí o sí, y que “o conmigo o con nadie”. Creo
que la ley es necesaria, sí, creo que la ley tiene muchas lagunas, también. Una cosa no quita a la otra. Pero usar esta ley
como forma de ataque para decir que las mujeres estamos prácticamente discriminando a los hombres, me parece un
poco atrevido. Que además ¿habéis visto los resultados? Mejoría 0. Por algo será, ¿no? Estaría bien que se criticara esto
en lugar de patalear y decir “y yo no” o sentirse ofendido porque de este modo “se insinúa” que los hombres son asesinos
(¿? ¡Bajo ningún concepto!).

En cuanto a La Ley de Paridad, solo se aplica a nivel electoral, eso en primer lugar. Y en segundo lugar, en el supuesto
caso que llegados el momento se decidiera que las empresas contrataran el mismo número de mujeres que de hombres,
estaríamos hablando de discriminación positiva. Para muchos, esto es un sinsentido. Pues bien, os lo explicaré. Estas
medidas se aplican cuando una sociedad está en proceso de cambio para ayudar o beneficiar a sectores de la
población que por el momento han sido discriminados. La idea es que esas medidas acaben siendo obsoletas
porque la propia sociedad acaba aceptando como normal tratar a la gente equitativamente. ¿Creo que esto es la
panacea? No, no lo creo. De hecho creo que suelen ser medidas superficiales, parches. Ahora bien, no creo que haya que
machacar a las mujeres y nuevamente cebarse contra nosotras diciendo frases como: “Si quieren ser tratadas igual, que
se ganen el puesto” (¿os recuerdo el comentario de un empresario conocido mío de no contratar a mujeres porque quieren
ser madres y tienen la regla?). Atacándonos a nosotras, no hacemos nada. Hay que ser crítico, de acuerdo, pero no
podemos generar nuevas reticencias por cuestión de género cuando lo que se pretende es que las distancias se
acorten.

Y lo dicho, estaría bien tener una visión más amplia: sigue habiendo asesinatos, agresiones a mujeres a manos de sus
parejas, nos siguen despidiendo por ser madres (o amenazando con ello), o cobrando menos que nuestros compañeros, y
como dije al inicio, hay una clara feminización de la pobreza (varios estudios de la ONU lo ratifican). Critica las leyes, las
medidas, perfecto, pero no a nosotras, no insinúes que “inventamos”, que poco más y nos gusta una postura de victimismo
para machacar al hombre. Para nada.

Me gustaría deciros algo más a todos los que leéis esto pero especialmente a vosotros, y de la forma más honesta: sé que
la mayoría no aprobáis estos comportamientos, sé que la mayoría sois razonables y sensibles con los comportamientos
que denigran a otrxs. Pero muchas veces, sin querer, a través de esta permisividad, esa tolerancia y pasividad que
vengo comentando, somos cómplices de ideas machistas, es más, las estamos aprobando (de ahí los llamados
micromachismos que se producen entre familiares, amigos, etc.). No hay nada de divertido ni de tolerable en lo que vengo
contando. Cuando las mujeres os pedimos apoyo, os lo pedimos para erradicar este tipo de comportamientos que, como
he dicho, podrían resurgir más en estos tiempos donde el odio engendra más odio. Y no os lo pedimos de una manera
paternalista, ni para que nos digáis “ea ea”, sino porque buscamos el apoyo de nuestros iguales. Cuando no véis todo
esto, estáis negando a vuestras madres, vuestras hermanas y vuestras parejas, estáis negando toda una historia de
machismo y patriarcado. No es que a nosotras nos guste ir de víctimas, pero no podemos mirar para otra parte y negar la
mayor.
La falacia del "feminismo bueno".
Bien. Hay algunas famosas que andan hablando de "feminismo bueno" con la intención de desmarcarse de cualquier
feminismo que suene radical o demasiado "protestón".

¿Qué deciros? Me parece el feminismo de pastel que le gusta a la industria, ese que se puede tolerar porque "es
bonito". O mejor dicho, no me parece feminismo, solo una mala representación del término para vender discos, libros y
películas.

Sé que sueno quejica, que me paso la vida cuestionando todo, pero desde el momento que abrazas el feminismo y
analizas tu entorno, nada vuelve a ser lo mismo y necesitas ser crítica para no caer en los mismos errores que nos
han llevado a aguantar el sistema con toda su discriminación machista.

¿Por qué esta nueva oleada de "feministas" me parecen un sin sentido? Pues muy sencillo: este "feminismo bueno" es un
feminismo que no habla de patriarcado, es aquel que entiende que las feministas odian al hombre y chorradas por el estilo-
las mismas que el sistema se ha encargado de meternos en la cabeza: “¡cómo puedo quejarme tanto... si entro gratis a las
discotecas!” (Es una de esas frases idiotas que tengo entré mis favoritas)-, ideas que las personas feministas estamos
más que hartas de desmentir.

Son estas "buenas feministas" las que van de rebeldes sin profundizar, por puro "postureo", sin argumentos de peso y que
creen que por estar todo el día lamiendo palos o cualquier objeto que simule el falo, están rompiendo con el machismo.
Porque sí, el feminismo es entendido por mucha de esta gente solo a través del terreno sexual. Veamos. Claro que el
feminismo es sinónimo de liberación sexual, que estoy a favor de hablar sin tapujos del sexo, que no me escandalizan los
desnudos de mujeres y hombres, que cada uno es libre de hacer lo que quiera, que no debe ser omitido en la música, el
cine, el teatro... pero cuando todo el tiempo nos topamos con mujeres con físicos aceptados y ensalzados por el sistema,
comportándose de la forma sexualmente aplaudida para poner palote al personal, ¿el feminismo no se acaba yendo por la
puerta, quedando una estrategia de marketing pura y dura, donde ellas son el modelo frustrado que seguimos las mujeres
(porque esos cuerpos no son los nuestros), la fuente de deseo de ellos y el sexo es tratado desde una perspectiva
consumista?

No tengo un manual de cómo ser la perfecta feminista, ni tampoco quiero imponer a nadie como entender el
movimiento, vamos creciendo a medida que leemos, que maduramos y que vamos aprendiendo sobre el tema. Yo
he tenido y tengo algunas frases, comportamientos que han mamado del machismo (e intento rectificar). Tengo
también mis contradicciones, pero no voy a pasar por alto que quieran hacer de algo bueno como es el
feminismo, una puta caricatura barata.

Porque el feminismo no es Bridget Jones, ni Sexo en Nueva York, ni las canciones de Beyoncé. Entiéndanme, me
río con Bridget, me cae hasta simpática, he visto esa serie de éxito e incluso tengo un personaje favorito y
Beyoncé tiene canciones que me gustan e indiscutiblemente tiene un gran talento para la música y el baile, pero
soy realista; eso no es feminismo, o lo es solo un poquitín, y con mucha sutileza, vayan a sonar demasiado
reivindicativos (puedo reconocer que tienen puntazos buenos pero a la misma vez que caen constantemente en
los mismos tópicos).

Y no creo que sean feministas por lo siguiente: Bridget Jones aparentemente es una mujer independiente, con una vida de
mujer moderna. Sin embargo su único objetivo en la vida pasa por casarse con un hombre de éxito, mejor posicionado que
ella, que le de la vida que merece y el reconocimiento que toda su familia le recuerda día tras día, porque ella, por sí sola,
es un desastre. Al parecer ella no puede ser lo que es sin más, rellenita (no para de llamarse gorda y yo la veo perfecta) y
un caos simpático de mujer, sino que necesita un hombre que destaque por ella (los dos hombres con los que mantiene
relaciones son respetados en sus profesiones, con cierto reconocimiento social).
Sexo en Nueva York, más de lo mismo: mujeres ultramodernas, que hablan de hombres 24 horas al día. Aplaudo que una
serie hable de mujeres liberadas sexualmente pero también soy consciente de las múltiples contradicciones que muestra.
Viven solas, tienen sus trabajos, sus aficiones, pero de nuevo solo persiguen amar y follar con hombres todo el tiempo, a
cada paso que dan. Ah no, la protagonista no solo vive para eso, también para otro de nuestros grandes objetivos vitales:
estar de moda. Me encanta la moda, no me malinterpreten, pero la moda que me sale a mí de la "figa", no la de las
pasarelas. Os repito que he visto la serie y me he reído. Y me he llegado a enganchar - sé que puede sonar contradictorio,
pero en fin, que yo también consumo los productos que nos venden y tengo mis incoherencias, no vivo aislada del planeta,
ni soy perfecta-, pero no puedo dejar de darme cuenta que el mensaje es el mismo que el de muchas otras pelis y series:
nuestro objetivo vital es casarnos, enamorarnos para siempre jamás, ser a través de una pareja y todos esos mitos que ya
no me creo.

He leído que Beyoncé se ha proclamado feminista, dentro de este "feminismo bueno". Como dije, Beyoncé me parece
buena artista. Pero no significa que porque ella hable de feminismo, se me caigan las bragas. Tampoco tengo el poder de
dar o quitar el carnet de feminista pero sí puedo reflexionar al respecto.

Voy a creerme que Beyoncé se está cuestionando el sistema. Venga va. Me lo creo. Podría ser, ¿por qué no? Si es así,
amiga Beyoncé, estarás conmigo que la mayoría de tus canciones son machistas.

Recuerdo una canción que tiene con su anterior grupo, Destiny's Child, donde dice que un hombre debe ser su soldado,
que sea capaz de pegarse con otros por ella y que le pueda proporcionar ropa y joyas de lujo. En cuanto a esa canción
que nos gusta a todos- la primera que la baila soy yo-, esta que el vídeo clip es en blanco y negro, nos canta que si alguien
le quiere de verdad, la forma de demostrárselo es "poniendo un anillo aquí". Beyoncé es conocida por declarar que las
mujeres que "se respetan", tienen noviazgos largos y acaban casadas. Declaraciones totalmente feministas (ironía
activada).
Repito, voy a creerme que Beyoncé se pone las noticias, tiene sensibilidad y se da cuenta que la mujer está en clara
desventaja. Me lo creo. Y me alegro. Pero si sigue abrazando el feminismo tendrá que dejar de decir cosas como estas,
tendrá que darse cuenta que la industria que le blanquea la piel en portadas y fotos para que no sea demasiado negra, la
industria que explota por sistema su sexualidad y no la de su novio, un rapero bien tapado, la industria que le dice que
cante todo el tiempo sobre amor eterno y que un hombre la rescatará de sus problemas, es PATRIARCAL y por
consiguiente, machista.

Como acabo de decir, puedo creerme que gente con éxito mediático se cuestione cosas, vea las injusticias y quiera
combatirlas. Puedo creerme que cantantes, actrices, directoras de cine... estén encaminando su vida hacía el feminismo,
abriendo su mentalidad, luchando a su manera. Pero si es así, tendrán que darse cuenta que eso que llaman "feminismo
bueno" es una falacia.

Y lo es, porque realmente no es bueno, es confuso. Es un feminismo de foto, de portada, que no critica el amor
romántico que nos han metido en vena, que no habla de la heteronormatividad, que no critica las estructuras
laborales... y que no se rebela contra el sistema, porque se nutre del propio sistema, porque es una creación de
este.

Y es que esto pasa siempre: existe un movimiento bueno, con ideas positivas y reivindicativas para la sociedad, entonces
lo primero que hace el sistema es burlarse de él. Más tarde, cuando ve que aun así sigue teniendo auge entre la
población, se lo apropia y lo deforma de la manera que pueda serle rentable. Esto pasa con este "feminismo bueno". El
sistema te llama feminazi, radicalota, odia hombres, marimacho... lanza burlas, desprestigia el movimiento, miente sobre
él, confunde... Cuando aun así el feminismo sigue en aumento y hay cada vez más hombres y mujeres activistas, el
sistema piensa: "¡podemos sacar tajada!" y entonces hace su propia representación de que es ser feminista y ese
feminismo jamás cuestionará las estructuras de las cuales se alimenta. Así de claro.
Y bienvenido sea que se hable de feminismo si eso hace cuestionar cosas, si me permite haceros esta reflexión o que
mujeres y hombres de todo el planeta, se hagan preguntas sobre el tema y se impliquen. Pero seamos más listos, más
inteligentes y veamos más allá. Este "feminismo bueno" no es el feminismo que queremos porque no nos ayudará a
salir del heteropatriarcado, se disfrazará de moderno, de reivindicativo y rápidamente volverá a donde nació: el
machismo.

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