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DE LOS CONCURSOS
ESTADO DE
CESACIÓN DE PAGOS
GALEANO, JULIETA
OLIVIERI, NAREL
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INTRODUCCIÓN
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DESARROLLO
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De tal modo, liquidado el patrimonio no habrá posibilidad de pago total, pues siempre
quedará un saldo insoluto.
La cesación de pagos, en cambio, no responde necesariamente a tal desequilibrio, sino
a cualquier otra causa, como una situación de iliquidez financiera, que impida al deudor cumplir
regularmente con sus obligaciones pecuniarias.
La cesación de pagos no supone un pasivo superior al activo, de modo que la
liquidación de los bienes de la masa puede producir fondos suficientes para cancelar todo el
pasivo, incluso los intereses suspendidos (art. 228 LCQ).
En tal caso se produce una conclusión del estado de quiebra que hace cesar también
los efectos de la ineficacia concursal, y de las responsabilidades patrimoniales ya que no existe
perjuicio para los acreedores.
Los hechos a través de los cuales se exterioriza la cesación de pagos, o sea los hechos
“reveladores” de la situación, se enuncian en el artículo 79: 1) Reconocimiento judicial o
extrajudicial del mismo, efectuado por el deudor; 2) Mora en el cumplimiento de una obligación;
3) Ocultación o ausencia del deudor o de los administradores de la sociedad, en su caso, sin
dejar representante con facultades y medios suficientes para cumplir sus obligaciones; 4)
Clausura de la sede de la administración o del establecimiento donde el deudor desarrolle su
actividad; 5) Venta a precio vil, ocultación o entrega de bienes en pago; 6) Revocación judicial
de actos realizados en fraude de los acreedores; 7) Cualquier medio ruinoso o fraudulento
empleado para obtener recursos.
Este artículo no es taxativo, sino enunciativo, pues pueden existir otros hechos
reveladores de la cesación de pagos, como la clausura de una cuenta bancaria o el suicidio del
deudor.
La determinación de su fecha inicial está reglada en el artículo 117: “Dentro de los
TREINTA (30) días posteriores a la presentación del informe general, los interesados pueden
observar la fecha inicial del estado de cesación de pagos propuesta por el síndico”.
El estado de cesación de pagos no significa que debe existir una insuficiencia o déficit
del activo frente al pasivo, pues esto conduciría a sustituir la formula doctrinaria de la cesación
de pagos por el desequilibrio aritmético entre ambos elementos patrimoniales. La demostración
de la cesación de pagos no es un hecho (incumplimiento), sino un estado del patrimonio.
(CNCom., Sala B, 16/3/1994, “Cía. Embotelladora Argentina S.A. s/quiebra s/inc. impug.
Informe”).
El mero incumplimiento no evidencia una cesación de pagos como estado patrimonial;
la ley de concursos, al suministrar hechos reveladores hace un esfuerzo de concretizar objetiva
y tangiblemente lo que es un estado, apreciando el juez si tales signos se dan o no, y en su
caso, el alcance que tienen dentro del contexto global y sumario que conforma el marco
apreciativo de la legislación concursal.(CNCom., Sala B, 16/3/1994, “Cía. Embotelladora
Argentina S.A. s/quiebra s/inc. impug. Informe”).
El criterio para justipreciar la existencia de la cesación de pagos no podrá ser
exclusivamente contable ni tampoco meramente jurídico. Tal estado no debe consistir en un
desequilibrio momentáneo, subsanable mediante la productividad o el crédito que goza el
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comerciante, sino en una insolvencia general y definitiva con carácter de estabilidad. (CNCom.,
Sala B, 16/3/1994, “Cía. Embotelladora Argentina S.A. s/quiebra s/inc. impug. Informe”).
Sobre el estado de cesación de pagos nuestra ley positiva actual recoge para definirlo el
llamado concepto amplio y atiende no necesariamente a que existan obligaciones exigibles
impagas, sino a la situación empresarial en su conjunto, de cuya evolución normal
necesariamente devendrá la imposibilidad de afrontar en forma regular las obligaciones ya
contraídas en razón del desequilibrio ínsito de la situación patrimonial, que revele ser
permanente, estable e incapaz de ser saneado por las vías normales concretas al alcance de la
empresa aun cuando la manifestación de tal estado se prevea y en realidad suceda en un
período ulterior. (Dictamen del fiscal de Cámara, CNCom., Sala A, 29/4/1983, “Miguel Ángel
Canelli S.A. s/quiebra”).
La efectiva cesación de pagos solo puede resultar de la exhibición de títulos que
constituyen un crédito líquido y exigible, o eventualmente de la oportuna intimación judicial o de
la sentencia firme que condene a la deudora a hacer efectivo su importe.
La existencia de una obligación de hacer, no es título que reúne las características
recordadas, en tanto no se traduzca en una obligación de dar sumas de dinero. (CNCom., Sala
C, 20/3/1984, “González, Manuel s/pedido de concurso”).
La cesación de pagos constituye un estado patrimonial caracterizado por la
imposibilidad de afrontar los compromisos que lo gravan. Este estado de hecho suele
comenzar con una serie de actos de significado ambiguo, pero que con el transcurso del tiempo
se acentúan y revelan el desequilibrio patrimonial del deudor. (Sala D, 23/9/1994, “Arrighi,
Norberto s/quiebra”; Sala E, 24/10/1995, “Cía. Técnica instrumentación y montaje S.A.
s/quiebra”; Sala A, 9/11/1995, “SaiWelbers Ltda. s/quiebra s/inc. de determinación de la fecha
de cesación de pagos”).
La insolvencia se manifiesta por hechos reveladores de donde se sigue que, en el
momento de acaecer alguno de tales hechos se habrá producido la cesación del deudor.
Y dentro del elenco legal, no puede negarse la trascendencia de la mora en el
cumplimiento de las obligaciones. (CNCom., Sala B, 11/9/1987, “Molina Villa de Rosario S.A.
s/quiebra”).
Si bien la cesación de pagos es considerada por la LCQ como un estado que comienza
en una fecha a determinar en el concurso, la terminología utilizada en su articulado no es
uniforme.
Según resulta del siguiente análisis comparativo, se la toma en forma indistinta como
una época, un estado o una fecha en sí misma:
Art. 1: “estado de cesación de pagos”.
Art. 11, inc. 2): “época en que se produjo la cesación de pagos”.
Art. 39, inc. 6): “época en que se produjo la cesación de pagos”.
Art. 66: “estado de cesación de pagos”.
Art. 78: “estado de cesación de pagos”.
Art. 115: “fecha de cesación de pagos”.
Art. 116: “fecha de iniciación de la cesación de pagos”.
Art. 117: “determinación de su fecha inicial”.
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Art. 169: “fecha de iniciación del estado de cesación de pagos”.
Art. 235: “desde la fecha de la cesación de pagos”.
Pueden darse estos casos en los supuestos de los artículos 4, 66, 68, 69, 160 y 161, a
saber:
a) En el concurso de agrupamientos es suficiente que uno de sus integrantes se
encuentre en dicho estado (art. 66).
b) No se requiere que lo esté el garante que se concursa conforme al artículo 68.
c) Para el acuerdo preventivo extrajudicial, no es necesaria la cesación de pagos del
deudor: basta que tuviere dificultades económicas o financieras de carácter general
(art. 69).
Por lo tanto, si sobreviniera la quiebra por incumplimiento de tal acuerdo, ésta no
tendría como antecedentes la cesación de pagos.
d) La extensión de la quiebra, prevista a partir del artículo 160, no requiere la cesación
de pagos del sujeto alcanzado por esta medida, y por lo tanto, según el artículo 169,
para el caso de masa única se le debe fijar una fecha que, por no ajustarse a los
hechos, se la suele denominar como “ficta”.
Remisiones
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CONCLUSIONES
GALEANO, JULIETA
Para concluir con este trabajo, me parece conveniente remarcar que el estado de
cesación de pagos –presupuesto objetivo del régimen concursal- puede interpretarse como el
estado de impotencia patrimonial del deudor, para poder hacer frente a todas sus obligaciones
o deudas.
Esta situación, debe tener el carácter de permanente y general, para poder ser
considerada como tal. Esto es, que no se trate de hechos pasajeros o momentáneos.
Entonces, la simple mora del deudor en sus pagos, no es demostrativa, por si misma,
del estado de cesación de pagos. La jurisprudencia admitió la cesación de pagos fundada en la
insuficiencia del activo frente al pasivo, la inexistencia de recursos para asegurar el pago de
todas las obligaciones, sin tener la posibilidad de mejorar esta situación, todo sin que se dé,
solamente, el incumplimiento material del pago. Los retardos en el cumplimiento de sus
obligaciones, son síntomas que permitirían diagnosticar la posible impotencia del deudor.
A todo lo dicho, es importante destacar que, quien decidirá si es procedente o no el
estado de cesación de pagos del deudor, va a ser el juez competente.
OLIVIERI, NAREL
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BIBLIOGRAFÍA