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CAPÍTULO 3

CAPÍTULO 3. ANÁLISIS MORFOTIPOLÓGICO DEL PAISAJE URBANO


EN EL CENTRO HISTÓRICO DE SANTIAGO DE CUBA

3.1. Introducción

El presente capítulo —correspondiente a la tercera etapa de la investigación


— contiene los resultados de la aplicación del procedimiento metódico para
el análisis morfotipológico del paisaje urbano en el centro histórico de
Santiago de Cuba. En este apartado se exponen los factores determinantes
de la configuración paisajística del objeto de estudio, así como la discusión
de la encuesta para la definición de sus componentes básicos. De igual
modo se evalúa la efectividad del proceso metódico planteado, mediante el
examen gráfico-teórico pormenorizado de los componentes identificados y
la caracterización morfotipológica del paisaje urbano en la ciudad histórica
de Santiago de Cuba.

3.2. Aplicación del procedimiento metódico para el análisis


morfotipológico del paisaje urbano

La implementación del método para el análisis del paisaje urbano tiene


como objetivos esenciales, en primer lugar, validar los presupuestos gráfico-
teóricos formulados para el examen de los componentes físicos de la escena
urbana y en segundo lugar, caracterizar y definir consecuentemente los
principales valores morfotipológicos del paisaje citadino en el centro
tradicional de Santiago de Cuba. Su aplicación estará en correspondencia
con los cuatro niveles referidos en el epígrafe 2.2 —capítulo 2— de la
investigación: 1) Factores determinantes, 2) Estructura, 3) Morfotipología y
4) Articulación sistémica.

3.2.1. Análisis de los factores determinantes

La etapa que inicia el primer nivel del procedimiento metódico —


Determinación del Problema de Estudio— está compuesta por la
declararación del objeto de estudio: el paisaje urbano en el centro histórico

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de Santiago de Cuba y la sucesiva determinación de su campo de análisis:


rasgos morfotipológicos caracterizadores. La fase subsiguiente corresponde
al análisis histórico-evolutivo del objeto de estudio, orientado al
reconocimiento de sus principales agentes condicionantes, atendiendo a las
categorías formuladas en el epígrafe 2.2.1 —determinantes físico-
naturales, socioculturales y urbanos.

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CAPÍTULO 3

3.2.1.1. Estudio histórico-evolutivo del paisaje urbano en el centro


tradicional de Santiago de Cuba

La evaluación de los factores contextuales de mayor influencia en la


configuración paisajística del centro histórico de Santiago de Cuba se
desarrolla mediante un análisis evolutivo espacio-temporal. En este caso se
emplean dos fuentes documentales básicas: 1) las descripciones compiladas
en las crónicas de la ciudad —E. Bacardí 1 y C. E. Forment2—, los libros o
diarios de viajeros, las publicaciones de época, así como las exploraciones
arqueológicas e históricas referidas al tema y 2) los planos urbanos
disponibles a partir del siglo XVII, que brindan información sobre la
configuración planimétrica, extensión, contenido y densidad de la ciudad,
entre otros aspectos.

Los resultados derivados de este estudio se sintetizan y organizan


cronológicamente en la Tabla 3.1, Anexo 5 de la investigación. Para una
mejor comprensión del proceso evolutivo se escinde el mismo en cuatro
períodos básicos: primigenio (1515-1600), formativo (1601-1799), de
desruralización (1800-1898) y de modernización (1900-2000).

La clasificación anterior responde a las siguientes consideraciones: 1) la


inexistencia de referencias textuales y cartográficas de la ciudad, que
testimonien un desarrollo urbano ostensible en el transcurso del siglo XVI;
2) la constatación de un prolongado y cíclico periodo de crecimiento,
configuración y compactación de la ciudad, a través de crónicas y planos
que abarcan desde la segunda mitad del siglo XVII hasta las postrimerías
del siglo XVIII; 3) la notable influencia de los flujos migratorios franco-
haitianos en el progreso socioeconómico de Santiago de Cuba y su
repercusión en el acelerado desarrollo urbano verificado a lo largo del siglo
XIX y 4) las transformaciones urbanísticas aparejadas a la instauración de la
1
Bacardí y Moreau, Emilio: Crónicas de Santiago de Cuba, Tomo I-X, Tipografía de
Carbonell y Esteva, Rambla de Cataluña, Barcelona, 1908-1924.
2
Forment Rovira, Carlos E.: Crónicas de Santiago de Cuba, Tomo I, Ed. Arroyo, Santiago de
Cuba, 1953 y Tomo II, Ed. Alqueza, Santiago de Cuba, 2006.

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república a principios del siglo XX y al posterior triunfo revolucionario de


1959, que representan un continuo proceso de modernización de la ciudad.

3.2.1.1.1. Período primigenio (1515-1600)

La villa de Santiago de Cuba, fundada a mediados de 1515 por el


Adelantado D. Diego Velázquez de Cuellar, quedó asentada en la
profundidad Nordeste de una bahía de bolsa, sobre un sistema de terrazas
ondulantes bordeadas por la cordillera montañosa de la Sierra Maestra y
limitadas, en su extremo Sur, por el mar. Entre los motivos que propiciaron
su surgimiento y el final establecimiento allí del gobierno insular cuentan las
ventajas comunicativas de su puerto respecto a la Española, Jamaica y
Tierra Firme, la protección del mismo dada su configuración natural y la
sugerencia del monarca de crear un establecimiento en la costa suboriental
de la Fernandina.3

El núcleo inicial de la villa se conformó a partir de la plaza central (actual


parque Céspedes), rodeada por los primordiales edificios —la iglesia
principal, la casa de gobernación, el ayuntamiento, el cabildo y la residencia
del gobernador. De ese punto partieron las principales calles dispuestas en
una trama que se extendió progresivamente lo largo de los ejes Norte-Sur y
Este-Oeste. El trazado inicial resultó una retícula, que con seguridad
respondió a las experiencias urbanas de los colonizadores y a la influencia
de las condiciones físico-geográficas de su emplazamiento. 4 (Ver Gráfico
3.1).
3
Ver Portuondo Zúñiga, Olga: Santiago de Cuba desde su fundación hasta la Guerra de los
Diez Años, Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 1996, p. 6.
4
En este caso se consideran la opiniones diversas sobre el origen del trazado y
organización de las primeras ciudades fundadas por los colonizadores teniendo en
cuenta: en primer lugar la probable influencia de las ciudades hipodámicas griegas y los
campamentos militares romanos, devenidos más tarde en ciudad como es el caso de
Lugo, Cádiz, Cáceres o Zaragoza en España; en segundo lugar la experiencia urbanística
del medioevo español; en tercer lugar las teorías de ciudad ideal generadas durante el
Renacimiento y que influenciaron el trazado regular de los poblados ibéricos del 500 y por
último la concreción de un modelo asumido como resultado de las experiencias
edificatorias durante el periodo de conquista del territorio americano. Ver De Terán,
Fernando y otros: La ciudad hispanoamericana. El Sueño de un Orden, Centro de Estudios
Históricos de Obras Públicas y Urbanismo, Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo,
Madrid, 1989, pp. 63-102.

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Del período primigenio no existe testimonio gráfico alguno y las


descripciones textuales son escasas, (ver Gráfico 3.2 a). Las primeras
construcciones asimilaron los materiales constructivos usados por los
aborígenes —guano, tabiques de tabla y horcones de madera— con
excepción de escasas edificaciones conformadas de cal y canto. Las calles
crecieron adaptándose a la topografía abrupta principalmente en los ejes de
menor pendiente Norte-Sur.

Durante este espacio de tiempo la villa sufrió varias despoblaciones debido


a los frecuentes sismos, los incendios incontrolados, las discordias internas
y el ataque de corsarios y piratas. A pesar de obtener su iglesia el título de
Catedral en 1522 y más tarde la villa el de ciudad 5 en los finales del siglo
XVI Santiago de Cuba contaba con un área edificada de escaso desarrollo y
una marcada apariencia rural.

5
Ver Buch López, Ernesto: Del Santiago colonial, Ed. ROS, Santiago de Cuba, 1944, p.35.

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3.2.1.1.2. Período formativo (1601-1799)

Esta etapa abarca las dos siguientes centurias en el desarrollo del núcleo
urbano santiaguero, siglo XVII y XVIII. En esta etapa la ciudad pierde su
condición de capital insular y el desarrollo es notablemente lento,
sustentado esencialmente en el contrabando, la explotación de las minas
del Cobre y la ganadería. En la segunda mitad del siglo XVII se edificó un
sistema defensivo para la protección del enclave, 6 comenzó el lento proceso
de compactación de las manzanas existentes y se extendió la ciudad en sus
dos ejes cardinales de crecimiento. Estos procesos están asociados al
aumento de la población del lugar así como a la fundación de ingenios y
vegas de tabaco propiciados por el tráfico ilegal de bozales hacia la
jurisdicción.7 Los sismos y huracanes frecuentes afectaban las
construcciones de cal y canto y las viviendas de embarrado. Las
edificaciones eran de un solo nivel y fundamentalmente de plantas
compactas según el plano de 1669. (Ver Gráfico 3.2 b).

En la primera mitad del siglo XVIII la ciudad presentaba cuatro plazas


conformadas, visibles en el plano de 1712, estos espacios estaban
asociados a edificaciones de relevancia dentro del paisaje citadino: la
Catedral, la iglesia de Sto. Tomás, el convento de San Francisco y la ermita
de Santa Ana (posterior iglesia de Dolores). El crecimiento para esta fecha
era notable, en 1751 se contaban alrededor de 115 manzanas bien
definidas y 30 en proceso de formación. E. Buch al describir la apariencia
del paisaje urbano de esta etapa apunta:

El ornato no estaba sujeto todavía a normas de regularidad: cada


cual fabricaba sin guardar distancias ni simetrías. Desconocíanse
las bellas formas arquitectónicas. Caedizos o colgadizos y
atarazanas, viviendas rudimentarias de una sola planta
6
Para esta fecha está construido el Castillo de San Pedro de la Roca y se culmina en 1679
las fortalezas de la Punta, La Estrella y Santa Catalina. Ver Mateizán, Roberto: Cuba
pintoresca y sentimental, Tomo I, Ed. Tipografía Arroyo Hermanos, S.A., Santiago de Cuba,
Cuba. /s.f./, p. 282.
7
Ver Portuondo Zúñiga, Olga: Ob. cit., p. 38.

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CAPÍTULO 3

distinguidas por sus vertientes, constituían el tipo de edificación


corriente entre los adinerados, y rústicas casas de guano y yagua,
albergaban al vecindario pobre que constituía el noventa por
ciento de la localidad. […] Las calles eran de tierra, sin aceras,
trazadas a capricho, formando zanjas rellenas con basuras.8

En los últimos decenios de la centuria las edificaciones se cubrieron en su


inmensa mayoría con tejas criollas, las plantas se articularon alrededor de
patios interiores, elevaron sus puntales y surgieron corredores y balcones.
De igual modo se emplearon las maderas preciosas locales en la
construcción de los techos de armadura y en las restantes obras de
carpintería. Para este término se decretó la destrucción de edificios
ruinosos, la numeración de las casas, el nombrado de las calles y se
comenzó en 1789, con el gobierno de Juan Bautista Vaillant, el empedrado
de algunas calles y el alumbrado público con lámparas de petróleo. 9 Sin
embargo existían aún vías discontinuas y carentes de conformación y en
muchos casos no estaban delineados del todo los espacios públicos. El
paisaje citadino contenía aún rasgos de ruralismo como se percibe en la
siguiente descripción:

A pesar de las modificaciones, ruinas y reedificaciones, de haber


sido Santiago la Capital, de concurrir en su jerarquía eclesiástica el
asiento de la Diócesis, de tener edificios suntuosos de piedra de
cantería que lucían capiteles corintios, rejas y portadas góticas y
frontispicios románicos, había en algunos trechos de la ciudad,
como en nuestras modernas aldeas rurales, montículos y
“maniguas en lo principal de su interior”, según frase escrita en el
Bando que en el año 1775, se promulgó para que se procediera a
la tumba y desmonte.10

8
Buch López, Ernesto: Santiago de Cuba, ciudad de heroísmo y de leyenda, Ed. Lex, La
Habana, 1947, pp. 26 – 27.
9
Ver Bacardí y Moreau, Emilio: Ob. cit., Tomo I, p. 257.
10
Mateizán, Roberto: Ob. cit., pp. 286-287.

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La prosperidad económica de la nobleza criolla, los bandos


gubernamentales para el control de la vida citadina y la acción de los
agentes naturales, fundamentalmente la lluvia y los sismos ejercieron en
este período influencias notables sobre el paisaje urbano. (Ver Anexo 5). La
urbe ganó, por procesos de erosión y sedimentación, terreno al mar; sin
embargo su crecimiento principal se experimentó hacia la mitad nordeste.
(Ver Gráfico 3.1).

3.2.1.1.3. Período de desruralización11 (1800-1898)

El primer decenio de la decimonovena centuria constituye el momento de


inicio del proceso de desruralización del núcleo urbano de Santiago de
Cuba. A partir de esta fecha la ciudad comenzó a experimentar un
significativo crecimiento y transformó palpablemente la fisonomía de su
paisaje edificado. A propósito se plantea:

La ciudad de Santiago de Cuba cuyos adelantos no habían hasta


entonces guardado porción ninguna con los de la Habana […]
mejoró su aspecto, extendió su caserío y aumentó su población en
términos que de menos de 15 000 individuos que había contado
en 1792 resultó tener más de 20 000 en 1808.12

Este incremento fue tan rápido que para 1811 los habitantes de la
jurisdicción eran ya 30 000. 13 La causa fundamental del desarrollo
constatado radicó en los flujos inmigratorios franceses que tuvieron lugar a
lo largo del siglo, desde la etapa de la Revolución franco-haitiana de Saint-

11
Se toma el término desruralización, asimilado por Maria Elena Orozco en su
investigación doctoral, por describir efectivamente el proceso que tiene lugar en el
núcleo urbano santiaguero en el período que se trata. Ver Orozco Melgar, Maria Elena: La
desruralización en Santiago de Cuba: Génesis de una ciudad moderna (1788-1868), Tesis
presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias del Arte, Universidad de
Oriente, Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas, Santiago de Cuba, 1994.
12
Pezuela, Jacobo de la: Diccionario geográfico estadístico, histórico de la isla de Cuba,
Tomos II, Imprenta del Establecimiento de Mellado, Madrid, 1863, p. 180.
13
Ver Bacardí y Moreau, Emilio: Crónicas de Santiago de Cuba, Tomo II, Tipografía de
Carbonell y Esteva, Rambla de Cataluña, Núm. 118, Barcelona, España, 1909, p. 75.

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CAPÍTULO 3

Domingue (1800-1808) hasta la última oleada directa desde Francia


acaecida entre 1836 y 1868.14

La ciudad heredada del XVIII contaba en ese momento con cerca de 120
manzanas bien delimitadas y algunas en formación en las zonas periféricas.
Las calles y caminos de acceso al recinto urbanizado se encontraban en
muy mal estado, no existía alcantarillado y los procesos de erosión les
hacían prácticamente intransitables. En la primera mitad del siglo XIX se
alcanzó el límite actual con la bahía, (ver Gráfico 3.1), mediante el relleno
paulatino de zonas colindantes al mar y el cegado de áreas pantanosas. En
esta porción, conocida como Barrio de la Marina, se instalaron inicialmente
los inmigrantes franceses.

Las autoridades gubernamentales y eclesiásticas comenzaron a


preocuparse por la organización y configuración de la urbe —se dividió la
ciudad en cuatro curatos, dos distritos y doce cuarteles. Las calles San
Pedro y San Gerónimo constituían entonces los ejes fundamentales en la
dirección Norte-Sur y Este-Oeste respectivamente. (Ver Gráfico 3.2 c). El
enclave albergaba varios edificios importantes devenidos acentos urbanos
(entre ellos once iglesias), se incrementó el número de plazas y parques, se
modernizó el puerto y arribó el ferrocarril. Las calles Gallo, Enramadas,
Marina (actual Aguilera) y Cristina se convertirían en arterias comerciales
por excelencia, en su recorrido existían tiendas de ropa y víveres, casas
comisionistas, fábricas de tabaco y de licores, ferreterías, panaderías y
chocolaterías.15

14
Se plantean cuatro flujos inmigratorios franceses; el primero tienen lugar en el período
de 188-1808 a raíz de la Revolución de Saint-Domingue, el segundo corresponde al
retorno de los inmigrantes franceses expulsados hacia territorios de los EE. UU. y el
Caribe, tiene lugar a partir de 1813. Los dos últimos flujos ocurren directamente desde
Francia y se asocian con la reanimación de las relaciones políticas con España y la
búsqueda de nuevos capitales, los mismos tienen lugar en la etapa que media entre 1818
y 1868. Ver Cruz Ríos, Laura: Flujos inmigratorios franceses a Santiago de Cuba (1800
-1868), Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 2006.
15
Ver Fleitas Monnar, María Teresa: “El puerto de Santiago de Cuba a fines del siglo XIX: la
utopía de su modernización, en Memorias, Santiago de Cuba, Año 2, Nº. 2, Ediciones
Alqueza y Santiago, Oficina del Conservador de la Ciudad, Santiago de Cuba, 2005, p. 63.

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CAPÍTULO 3

El crecimiento vertiginoso de la industria cafetalera, fomentada por los


colonos franceses, la proliferación de comercios e instituciones culturales y
económicas y la voluntad manifiesta de los gobernantes santiagueros
provocó que en la segunda mitad del período Santiago de Cuba alcanzara
un desarrollo sin precedentes. Esta aseveración se evidencia en el siguiente
planteamiento:

Coetáneamente se fueron bifurcando caminos de mejoramiento en


las iniciativas de toda índole; la explotación de minas cercanas, el
auge creciente de la industria y del comercio; la modernización de
las costumbres con el intercambio de visitantes europeos, y para
fortuna general el gobierno renovador de Carlos Vargas Machuca
en un quinquenio maravilloso (de 1855 a 1860) prestó alas
generosas a todo intento de cultura y a todo avance de ornato […]
Empedró calles y aceras. A la oscuridad de siglos sucedió el
prodigio del gas. Los Paseos de Concha y de Cristina se
embellecieron. Construyó edificaciones notables, el Mercado, los
Hospitales, los cuarteles, instituciones de caridad, como el edificio
Hijas de María. Reformó la Casa de Gobierno. Abrió líneas férreas a
Sabanilla y Caney. Del inmundo cobertizo dedicado a Carnicería (y
que dio nombre a la calle) trazó e hizo la plazuela de Serrano. Puso
fuentes al servicio del vecindario en distintos lugares de la
población, y laboró de tal modo que los convecinos agradecidos le
llamaron el genio prolífico del progreso.16

Unido a lo anterior quedó abierto en 1827 el Cementerio “Santa Ifigenia”, en


la loma de Santa Ana, fuera de la ciudad y se comenzaron las obras del
acueducto dada las prolongadas sequías que azotaban a la población. En los
últimos dos decenios del XIX comenzaron las beligerancias internas por la
independencia cubana, tiene lugar la Guerra de los Diez Años (1868) y
posterior al Pacto del Zanjón se reinicia en 1895 la Guerra Necesaria

16
Buch López, Ernesto: Ob. cit., p. 18.

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CAPÍTULO 3

organizada por J. Martí, A. Maceo y M. Gómez. La ciudad sufrió entonces un


período de estancamiento en su desarrollo urbano, que se extendió hasta el
término de la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana. Para esta fecha el
paisaje citadino exhibía rasgos identitarios que trascendieron hasta la
actualidad: el vínculo visual con el mar y el paisaje montañoso, la textura y
cromatismos de los techos, la sensación de confinamiento de sus viaductos,
el carácter polifuncional de sus plazas y parques, así como una notable
centralidad asociada al núcleo fundacional.

3.2.1.1.4. Período de modernización (1900-2000)

Durante el período republicano (1901-1959) la ciudad de Santiago de Cuba


se sometió a un conjunto de reformas que dejaron su impronta en el paisaje
urbano. Para esta fecha la localidad contaba con 70.000 habitantes y se
inició un proceso de expansión hacia las zonas de “Espanta Sueño” y “Vista
Alegre” con un modelo urbano diferente al del núcleo histórico. Unido a este
proceso se perfilaron con mayor claridad los bordes de la urbanización
tradicional. (Ver Gráfico 3.1).

En la primera mitad del siglo XX se construyeron edificios importantes y de


contrastante escala en el enclave citadino como la Colonia Española, el
Edificio de la Aduana, el Colegio de los Jesuitas, los hoteles Venus, Casa
Granda e Imperial, los Teatros Martí y Aguilera, el Club San Carlos, el Banco
Español y la actual sede del Museo Bacardí, entre otros. La arquitectura
ecléctica, art decó, protorracionalista, monumental moderna, neocolonial y
racionalista dotan al paisaje de una apariencia actualizada y diversa,
conservando las proporciones y tipologías arquitectónicas heredadas de la
colonia, así como el colorido estridente que dota al paisaje urbano un aire
singular.17

También en esta etapa se construyó, por iniciativa del entonces alcalde


Emilio Bacardí Moreau, la escalinata de Padre Pico (1903) y el Palacio

17
Ver Duharte Jiménez, Rafael y Elizabeth Recio Lovaina: Santiago de Cuba siglo XX,
cronistas y viajeros miran la ciudad, Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 2005, p. 50.

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CAPÍTULO 3

Provincial (1914) dando continuidad a la calle Aguilera, principal arteria del


sistema de plazas Este-Oeste —para ese entonces interrumpida en el tramo
de San Félix a Reloj. Como parte de la modernización se instaló el
alumbrado de acetileno y más tarde el servicio eléctrico (1908), con el cual
arribó también el tranvía. Ambos eventos transformaron la visión
paisajística del entorno al insertarse el cableado como un componente más
del contexto citadino.

El suceso de mayor envergadura en el proceso de modernización de la


ciudad está asociado a la labor de la Comisión de Fomento Nacional (1948),
que acometió entre sus acciones: el drenaje de la ciudad, la construcción de
una nueva red de acueducto y del Paseo de Circunvalación, la
pavimentación de las calles y principales accesos a la ciudad así como la
construcción de aceras. (Ver Gráfico 3.2 d). De esta manera “La ciudad de
calles intransitables, por donde corrían de continuo aguas pestilentes, ha
cedido su lugar a una ciudad de calles bien pavimentadas y limpias de las
que han desaparecido las nubes de polvo que eran antes azote implacable
de los santiagueros”.18

Así arribó el centro histórico urbano a la segunda mitad del siglo XX, con
seis barrios bien delimitados, 19 manzanas compactadas, calles
definitivamente conformadas y una marcada diversidad estilística y
temática en sus edificaciones. En la década de 1960, con el triunfo
revolucionario de 1959, apareció el primer Plan Director para la ciudad y su
entorno inmediato. El desarrollo económico impulsado por el gobierno
revolucionario, unido al crecimiento urbano, perfiló en la ciudad zonas de
carácter industrial, de comercio, de marcada centralidad y de hábitat. Los

18
San Martín Odria, José R.: Memoria de las obras realizadas por la Comisión de Fomento
Nacional durante el gobierno del Dr. Ramón Grau San Martín, /s.e. /, Cuba, (1944-1948),
p. 47.
19
Según plano de Luis Martínez Vidaud (1960) la ciudad histórica se compone de los
barrios: Aguilera, Bravo, Castillo Duany, Leyte Vidal, Maceo y Moncada. Ver López
Rodríguez, Omar: La cartografía de Santiago de Cuba, una fuente inagotable, Oficina del
Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba y Junta de Andalucía, Consejería de Obras
Públicas y Transportes, Sevilla, 2005, plano anexo Nº 25.

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CAPÍTULO 3

procesos de urbanización se concentraron a partir de entonces en las zonas


periféricas heredadas y en otras de nuevo surgimiento como el Distrito José
Martí (1963),20 creado para mitigar los efectos del devastador huracán Flora.

En el núcleo tradicional se acometieron acciones en menor medida: se


construyó el Parque del Ajedrez, la Cafetería las Pirámides (1966) y el Museo
de la Lucha Clandestina (1976) por al arquitecto Walter Betancourt y se
restauraron edificios de valor como la Casa Natal de José María Heredia
(1960), la Casa de Diego Velázquez (1965) o la Casa Natal de Antonio Maceo
(1974). (Ver Gráfico 3.2 e).

El rescate del patrimonio edificado experimentó un apreciable salto a partir


de la declaración del centro histórico urbano como Monumento Nacional en
el año 1979. En esta etapa se comenzaron a sistematizar las intervenciones
en el interior del mismo con el objetivo de dinamizar y conservar edificios y
ambientes relevantes, la Calle Heredia y la callejuela San Bartolomé
constituyen experiencias en este sentido.21 También se rescataron edificios
dañados como la antigua iglesia de Ntra. Sra. de los Dolores (1988), el
corredor de Carnicería y Heredia —actual Museo del Carnaval, 1983— y la
Casa de la Trova (1986). Un creciente número de profesionales formados en
la Revolución inician investigaciones sobre los valores urbanos y
arquitectónicos de la ciudad histórica con vistas a su conservación y
rescate.22 En 1988 se constituyó el Grupo para el Desarrollo Integral de la
Ciudad.

La década de 1990 estuvo caracterizada por la influencia de cambios


sociopolíticos en el plano internacional. El país atravesó por limitaciones
materiales y económicas que repercutieron en la fisonomía de la ciudad. 23 El

20
Ver López Rodríguez, Omar: Santiago de Cuba: tres tiempos y una imagen, Colección
Santiago de Cuba, Ed. Publicigraf, Santiago de Cuba, 1994, pp. 42-47.
21
Ver Ibídem, p. 45.
22
Ver Rodríguez Valdés, Roberto y otros: Apuntes sobre la arquitectura santiaguera, Ed.
Forum-UNESCO, Universidad Politécnica de Valencia, España. 1995, p. 58.
23
Ver Rodríguez Romeo, Miguel A. y Alejandro Botín Morales: “Análisis de la arquitectura de
la década de los `90 en la ciudad de Santiago de Cuba”, Trabajo de Diploma, Tutor: Arq.
Roberto Rodríguez Valdés, Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, 2000, p. 56.

115
CAPÍTULO 3

centro histórico revitalizó parcialmente sus fundamentales arterias


comerciales remodelando tiendas y unidades gastronómicas con el objetivo
de recaudar divisas convertibles.

En el año 1997 se crea oficialmente, por decreto Nº 207 del Consejo de


Ministros, la Oficina del Conservador de la Ciudad (OCC), 24 esta institución
contribuirá posteriormente a la elaboración del Plan Especial de
Revitalización del centro Histórico Urbano (PERCHU). 25 Se continúa así la
labor de salvaguarda del patrimonio edificado con intervenciones
importantes, como la practicada a la Plaza Dolores (1994), al Museo E.
Bacardí (1995), la reanimación de El Tivolí, el Hotel Casa Granda (1998) y el
Vivac (1999), entre otros.

Entrado el siglo XXI el paisaje urbano de la ciudad histórica de Santiago de


Cuba constituye testimonio palpable de las acciones planificadas tanto
como de la iniciativa privada. La ciudad conservará una marcada
centralidad referenciada al núcleo fundacional y sus arterias colindantes —
Parque Céspedes y plazas asociadas a la vía Aguilera, Enramadas y Santo
Tomás. A pesar de la loable labor desarrollada por la OCC existen aún
ámbitos con marcados signos de deterioro, oquedades sin soluciones
concretas en la trama citadina, así como intervenciones incontroladas que
alteran la continuidad, proporción y volumetría de los perfiles. Entre los
factores determinantes de mayor peso en el periodo analizado cuentan: la
economía y la disponibilidad de recursos, la asimilación de nuevas
tecnologías y materiales de construcción, los cambios de funciones de

24
López Arias, Elsi María: “Comportamiento de las lesiones y estado actual de las viviendas
coloniales en el centro histórico de Santiago de Cuba”, Tesis presentada en opción al
grado científico de Doctor en Ciencias Técnicas, Universidad de Oriente, Santiago de
Cuba, 2004, p. 37.
25
PERCHU: Plan Especial de Revitalización del Centro histórico Urbano. Este plan,
amparado en el marco legal del decreto 204 aprobado por el consejo de Estado y de
ministros, persigue como objetivo esencial la protección y regulación del conjunto de
elementos de interés cultural, arquitectónico, patrimonial e histórico que conforman el
centro histórico urbano de Santiago de Cuba. Ver Normativas Urbanísticas del PERCHU,
Maqueta de la Ciudad, Oficina del conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba,
Documento Inédito, 2007.

116
CAPÍTULO 3

varios inmuebles, así como la acción restauradora de la oficina técnica del


Conservador de la Ciudad.

3.2.1.2. Síntesis de variables determinantes en la configuración del


paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba

El anterior estudio histórico-evolutivo permite reconocer y sintetizar las


variables determinantes en la configuración paisajística del núcleo
tradicional santiaguero. Las mismas se identifican atendiendo a los eventos
de mayor relevancia, detectados en los períodos analizados, (ver Anexo 5,
Tabla 3.1), y su incidencia concreta en la conformación del paisaje citadino.
(Ver Tabla 3.2).

Tabla 3.2: Variables determinantes en la configuración del paisaje urbano


en el centro histórico de Santiago de Cuba.

CATEGOR VARIAB
INFLUENCIAS
ÍAS LES
Temperatura y eventos lluviosos influyeron en la
configuración arquitectónica —techos inclinados,
articulación de plantas, puntales y fenestración,
disposición yuxtapuesta de los lotes, patios
Clima
interiores—, así como en urbana —erosión, desvío
de vías para canalizar flujos pluviales, estrechez
de calles para aprovechar el sombreado,
sedimentación en zonas bajas.
Determina Vínculos visuales con el paisaje contextual de la
ntes físico- ciudad, calles de pendientes acusadas,
naturales Topogra escalinatas, corredores y pretorios como
fía mecanismos de adaptación de la arquitectura,
deformación del trazado rectilíneo de las vías,
puntos de miradores naturales.
Renovación arquitectónica y búsqueda de técnicas
Activida y materiales resistentes al sismo, retardo del
d crecimiento urbano por daños a la arquitectura y
sísmica pánico en la población, limitación del crecimiento
en altura de las edificaciones.

117
CAPÍTULO 3

CATEGOR VARIAB
INFLUENCIAS
ÍAS LES
Explotación agrícola, ganadera, minera y comercio
ilícito, revertidos en prosperidad de la nobleza
Econom criolla, condicionan arquitectura de la ciudad,
ía desarrollo de la industria del ron, zonas de
desarrollo industrial provocan extensión de la
ciudad.
Asentamientos inmigratorios provocan
crecimiento urbano, surgimiento de nuevas
edificaciones y transformación cultural, formación
Determina
de identidad local, influencias del mando
ntes Socieda
eclesiástico en la organización de la ciudad:
sociocultur d
construcciones religiosas, educativas y de
ales
beneficencia. Eventos históricos-culturales
asociados a inmuebles y ambientes específicos
fomenta el surgimiento de hitos urbanos.
Carencia de normativas urbanas —procesos de
configuración espontánea de la ciudad—, control
Normati eventual a través de bandos: para continuar
vas calles, derribar edificios ruinosos, eliminar
malezas, construir aceras o recoger basuras, los
planes y
Crecimiento, cantidad y densidad poblacional
influyen en procesos de compactación de las
Dimensi manzanas, en configuración de arterias
ón principales y en deterioro de edificaciones por
sobrecarga de habitantes. Tamaños de manzanas
y lotificación caracterizan el esquema urbano.
Determina Las calles y su trazado definen visuales
ntes paisajísticas, propicia eventos urbanos singulares:
urbanas Trama callejones, callejas, discontinuidad vial o inflexión
y determina el carácter reticular de la
urbanización.
Compacidad de la ciudad y homogeneidad de la
Granula trama conforma espacios urbanos confinados y de
do perspectivas cerradas. Del mismo modo las vistas
panorámicas revelan texturas tupidas y variadas.
Fuente: Tabla elaborada por el autor, 2007.

3.2.2. Análisis de la estructura del paisaje urbano

118
CAPÍTULO 3

La identificación de las principales variables determinantes en la


configuración del enclave histórico santiaguero resuelve el primer nivel de
la propuesta metódica planteada, a la vez que permite ingresar en la etapa
inicial del segundo nivel —Estructura—, consistente en la definición de la
unidad de paisaje urbano. Esta última queda precisada como: el conjunto
edificado contenido dentro de los límites que marcan el perímetro
del centro histórico de Santiago de Cuba. Se trata en este caso de la
porción de ciudad contorneada por el paseo de la Alameda y la avenida
Jesús Menéndez al Oeste, por el paseo Martí al Norte, por la plaza de Marte
y la avenida de Los Libertadores al Este y por la calzada “24 de Febrero” al
Sur-sureste. (Ver Gráfico 3.1).

Para la precisión enunciada han sido considerados los límites de crecimiento


de la ciudad histórica hasta finales del siglo XIX, las tipologías urbano-
arquitectónicas que identifican a esta porción, los eventos históricos y
socioculturales asociados a la misma, así como las características físico-
naturales de su asentamiento.

Gráfico 3.1: Plano de crecimiento, por períodos, del centro histórico


urbano de santiago de Cuba (1515-1908).

119
CAPÍTULO 3

120
CAPÍTULO 3

121
CAPÍTULO 3

122
CAPÍTULO 3

123
CAPÍTULO 3

124
CAPÍTULO 3

La fase subsiguiente de este nivel corresponde a la desarticulación de la


unidad de paisaje urbano con el propósito de reconocer sus componentes

125
CAPÍTULO 3

básicos. En esta etapa se aplican tres procedimientos elementales: las


encuestas a grupos sociales que habitan y/o tributan al centro histórico de
Santiago de Cuba, las encuestas y entrevistas a especialistas, así como la
síntesis de las experiencias emanadas de estudios precisos sobre la
temática y de la observación de la realidad.

3.2.2.1. Procesamiento de encuestas aplicadas a grupos sociales


que habitan o tributan al centro histórico urbano de Santiago
de Cuba

La implementación de la encuesta, (ver Anexo 3) está orientada a la


identificación de los principales componentes del paisaje urbano en la
ciudad histórica de Santiago de Cuba, así como a la detección de los sitios
de mayor significación para sus habitantes. La selección de esta
herramienta responde a la rapidez de su instrumentación y procesamiento,
así como a la posibilidad de aplicación a un considerable número de
individuos.

En la presente investigación se encuesta una muestra de 500 personas. 26


Esta cifra minimiza el margen de error y permite alcanzar un elevado
porciento de confianza. Los componentes identificados con mayor
frecuencia en la unidad de paisaje precisada se recogen en el Anexo 6,
Gráfico 3.3, del trabajo. En este caso, teniendo en cuenta la frecuencia
absoluta de observaciones referidas a las variables en estudio (elementos
componentes del paisaje urbano), se realiza un corte en las primeras ocho
categorías, considerando para ello que hasta dicha posición el valor medio

26
Para la selección de la muestra se emplearon dos variantes: la propuesta por el Harvard
College, que toma como base la tabla elaborada por Tagliecieri para establecer el número
de elementos a incluir en una muestra cuyo universo se considera infinito. En este caso
para una seguridad del 90 % y contemplando un límite de error de un 10 %, los
elementos a muestrear son 225 personas. La segunda variante para el cálculo de la
muestra se apoya en el empleo de un programa de computación denominado MUESTRA,
utilizado ampliamente en disímiles estudios vinculado a las investigaciones sociales
desarrolladas por el ICRT (Instituto Cubano de Radio y Televisión). De este modo para una
población infinita, un error de 5 % y un 95 % de confianza la muestra válida se compone
de 395 elementos.

126
CAPÍTULO 3

se encuentra ubicado por debajo de la misma. 27 Lo anterior permite


reconocer como principales componentes del paisaje urbano en el centro
histórico de Santiago de Cuba los siguientes: plazas, escalinatas,
monumentos, calles, balcones, miradores urbanos, edificios y callejones.

Para la determinación de los sitios más significativos, seleccionados por la


población encuestada, (ver Gráfico 3.5, Anexo 8), se consideró la
frecuencia absoluta de observaciones referentes a las variables en estudio
(sitios de mayor significación), acordándose el corte en las primeras catorce
categorías. Se verifica en este caso que hasta dicha posición, el valor medio
se ubica por debajo de la misma.28 Así quedan definidos como sitios de mayor
significación: parque Céspedes, la Catedral (santa basílica metropolitana de
Santiago de Cuba), museo Emilio Bacardí, plaza de Marte, Balcón de
Velázquez, museo de Ambiente Histórico (conocido también como casa de
Diego Velázquez), escalinata de Padre Pico, hotel Casa Granda, plaza
Dolores, Ayuntamiento (sede del Poder Popular Municipal), plaza Alameda
(anterior alameda Michaelson), calle Enramadas, Palacio de Gobierno
Provincial y calle Heredia.

3.2.2.2. Procesamiento de encuestas y entrevistas a especialistas

Los resultados de la encuesta a especialistas se resumen en el Gráfico 3.4,


Anexo 7 y en el Gráfico 3.6, Anexo 9 de la investigación. En este caso
fueron encuestados 25 especialistas, los que en posterior entrevista
confirmaron como principales componentes del paisaje urbano en la ciudad
histórica de Santiago de Cuba los siguientes: las plazas, calles, edificios,
miradores urbanos, escalinatas, el mar, balcones y callejones. De similar

27
Hasta esta posición, considerando el valor medio de la distribución de frecuencia (174.4)
y el valor calculado de la desviación estándar (231.88), la selección de la octava
categoría corresponde a más del 68 % de las observaciones. Los cálculos de frecuencia
media y desviación estándar referidos a la encuesta procesada son resultado del trabajo
de especialistas del Departamento de Estadística del Centro Provincial de Higiene y
Epidemiología en Santiago de Cuba, año 2007.
28
Hasta este lugar, teniendo en cuenta el valor medio de la distribución de frecuencia
(28.22) y el valor calculado de la desviación estándar (55.03), la selección de la
decimocuarta categoría corresponde a más del 68 % de las observaciones.

127
CAPÍTULO 3

modo se precisaron como sitios de mayor significación: parque Céspedes,


plaza Dolores, iglesia Catedral, plaza de Marte, la plaza Alameda, calle
Enramadas, museo Emilio Bacardí, calle Heredia, mirador del Tivolí,
Ayuntamiento, balcón de Velázquez, escalinata de Padre Pico y el edificio
del Palacio de Gobierno Provincial.

3.2.2.3. Resultados de la observación de la realidad y experiencias


de estudios realizados

El proceso de observación de la realidad se desarrolla a través de un


sistemático trabajo de campo, consistente en múltiples recorridos por
diversas áreas del centro histórico urbano de Santiago de Cuba. Este
procedimiento permite confirmar la estructuración del paisaje citadino en
los componentes revelados por las encuestas. En tal sentido coinciden
también los resultados de las investigaciones realizadas en torno al paisaje
histórico urbano santiaguero —integrados por exhaustivos levantamientos y
abundantes análisis gráfico-teóricos de diversos componentes paisajísticos
—, que exploran la morfotipología de las calles, 29 las plazas,30 los hitos31 y
los miradores urbanos.32

En cuanto a los sitios de mayor significación para los grupos sociales


vinculados al centro histórico urbano es posible señalar concordancias entre
los señalados en las encuestas y aquellos que se declaran en disímiles
estudios publicados sobre Santiago de Cuba —Guía de Arquitectura, Oriente
de Cuba; Santiago de Cuba en su 485 Aniversario; Santiago de Cuba siglo
29
Muñoz Molina, José Manuel y Jorge Luís García Pérez: “Análisis gráfico-teórico del paisaje
urbano de las calles del centro histórico de Santiago de Cuba”, Trabajo de Diploma, Tutor:
Arq. Roberto Rodríguez Valdés, Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, 2002.
30
Orúe Choy, Abel y Liana Yissel Álvarez Silveira: “Análisis gráfico-teórico de los espacios
abiertos en el centro histórico urbano de Santiago de Cuba”, Trabajo de Diploma, Tutor:
Arq. Roberto Rodríguez Valdés, Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, 2004.
31
Ruiz Fernández, Geima y Randall Martínez Izaguirre: “Análisis gráfico-teórico de los
miradores en el paisaje urbano del centro histórico de Santiago de Cuba”, Trabajo de
Diploma, Tutor: Arq. Roberto Rodríguez Valdés, Universidad de Oriente, Santiago de Cuba,
2006.
32
Arner Reyes, Erly y Yisel Gómez Campos: “Análisis gráfico-teórico de los hitos en el
paisaje del centro histórico urbano de Santiago de Cuba”, Trabajo de Diploma, Tutor: Arq.
Roberto Rodríguez Valdés, Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, 2005.

128
CAPÍTULO 3

XX, cronistas y viajeros miran la ciudad; Cuba a pluma y lápiz; Santiago de


Cuba, valores monumentales y Apuntes sobre la arquitectura santiaguera,
entre otras.

3.2.2.4. Síntesis de componentes básicos del paisaje urbano y sitios


de mayor significación

La definición de los componentes básicos del paisaje citadino en el centro


histórico de Santiago de Cuba se deriva del análisis comparativo de los
datos obtenidos tras la aplicación de los procedimientos antes descritos. Los
resultados se enuncian y categorizan en la Tabla 3.3, atendiendo a la
naturaleza geométrica de cada componente, así como a la escala de la
unidad de paisaje urbano especificada.

La confrontación de los sitios de mayor significación señalados por los


grupos encuestados, aquellos nombrados por los especialistas, así como los
referidos en estudios revisados, permite arribar a la siguiente selección:
parque Céspedes, iglesia Catedral, museo Emilio Bacardí, plaza de Marte,
balcón de Velázquez, museo de Ambiente Histórico, escalinata de Padre
Pico, hotel Casa Granda, plaza Dolores, plaza Alameda, calle Enramadas,
calle Heredia, mirador del Tivolí, edificio del Ayuntamiento y edificio del
Palacio de Gobierno Provincial.

129
CAPÍTULO 3

Tabla 3.3: Componentes básicos del paisaje urbano en el centro histórico


de Santiago de Cuba.

CATEGORÍAS COMPONENTES BÁSICOS


Edificios
Componentes puntuales  Miradores naturales
Miradores
 Balcones (mirador asociado a la
urbanos
arquitectura)
 Calles
Componentes
Calles  Callejones
longitudinales
 Escalinatas
Componentes extendidos Plazas  Plazas

Fuente: Tabla elaborada por el autor a partir del procesamiento de resultados de las
encuestas y entrevistas, 2007.

3.2.3. Análisis gráfico-teórico de la morfotipología de los


componentes básicos del paisaje urbano

El examen gráfico-teórico de los componentes básicos de la unidad de


paisaje urbano corresponde al tercer nivel del proceso metódico formulado y
se desarrolla atendiendo a las variables de estudio enunciadas para esta
fase en el segundo capítulo de la investigación. El objetivo esencial de esta
etapa consiste en la caracterización formal, compositiva y tipológica de los
componentes paisajísticos reconocidos en el epígrafe anterior.

3.2.3.1. Morfotipología de los componentes puntuales

El análisis morfotipológico de los componentes puntuales en el paisaje


histórico urbano de Santiago de Cuba abarca el estudio de los edificios y los
miradores naturales y asociados a la arquitectura. El resultado se compone
de tablas de gráficos demostrativos, en función de las categorías y variables
instrumentadas para cada examen, así como una síntesis de los rasgos
caracterizadores de cada componente paisajístico.

3.2.3.1.1. Caracterización morfotipológica de los edificios

130
CAPÍTULO 3

En el caso particular de los edificios —atendiendo a la cantidad contenida en


la unidad de paisaje urbano y considerando que los mismos se observan
como parte integrante de los restantes componentes paisajísticos— se
examinan inicialmente sus rasgos generales más comunes Posteriormente
se procede al análisis detallado de aquellos inmuebles que por su
autonomía y mayor significación, según los resultados de las encuestas
aplicadas y las experiencias de estudios realizados, constituyen acentos
reconocibles en el paisaje citadino del casco histórico de Santiago de Cuba.
En este caso se tratan los siguientes inmuebles: edificio del Palacio de
Gobierno Provincial, museo de Ambiente Histórico, hotel Casa Granda,
edificio del Ayuntamiento, iglesia Catedral, museo Emilio Bacardí, iglesia
Dolores y museo de la Lucha Clandestina. (Ver Gráfico 3.7).

Los edificios constituyen componentes esenciales del paisaje histórico


urbano de Santiago de Cuba. Su disposición mayoritaria en lotes
yuxtapuestos y su planimetría articulada responden tanto al esquema del
trazado urbano como a los determinantes naturales y socioculturales
locales. Estos aspectos influyen en la formación de límites físicos continuos
en el perímetro de arterias y plazas de la ciudad y a la consecuente
percepción de los mismos como ámbitos cerrados.

La ciudad histórica abarca un área de 3,2 Km 2 y contiene cerca de 9744


edificaciones distribuidas en 386 manzanas. La mayor parte de los
inmuebles corresponden a construcciones de la época republicana (5471
obras) y en menor medida al período colonial (1792 obras) o revolucionario
(2481 obras).33 Lo anterior explica el predominio de la arquitectura ecléctica
en el entorno del conjunto tradicional, aún cuando algunas zonas conservan
notables rasgos de la etapa colonial o acentos eminentemente modernos.

33
Ver “La ciudad histórica de Santiago de Cuba, patrimonio cultural y problemática
urbanística”, Diagnóstico Urbanístico del Plan Maestro de Revitalización de la Ciudad
Histórica de Santiago de Cuba, Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de
Andalucía y Oficina del Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba, 2002.

131
CAPÍTULO 3

La edilicia del paisaje histórico urbano de Santiago de Cuba es


predominantemente de un nivel y se diversifica en tres tipologías básicas:
fachada simple, corredor y balconaje, —son poco frecuentes los portales. Las
fachadas muestran proporciones usualmente apaisadas, con vanos de
acentuada verticalidad (2-2,5% del ancho) distribuidos simétrica o
asimétricamente. Las plantas se presentan mayormente articuladas en L, en
C y en U —en menor medida anular y compacta. Esta articulación facilita la
disposición medianera de los inmuebles, lográndose planos de fachadas
ininterrumpidos. Las dimensiones de las diversas edificaciones componentes
de los perfiles citadinos son semejantes y varían eventualmente con la
presencia de obras vinculadas a funciones de singular relevancia social.

Las texturas predominantes en la escena urbana están conformadas por


tratamientos superficiales de fachadas: ranurados o estriados, enchapes,
elementos decorativos adosados, pilastras, pretiles, así como herrerías en
ventanas y barandales. Se identifica también un amplio registro cromático
(policromía) con predominio de matices primarios. Las construcciones
manifiestan una sistemática adaptación topográfica —basamentos, pretorios,
escalinatas, corredores elevados—; climática —techos inclinados, cubiertas de
tejas, altos puntales, patios interiores— y sísmica —estructuras de
horconadura, techos de armaduras, paredes de cuje.

La volumetría de las construcciones es recurrentemente prismática con bases


poligonales de naturaleza rectangular, trapezoidal o combinación de ambas.
La adición de volúmenes a las superficies de fachadas se compone en mayor
medida por ventanas voladas, enmarques y pilastras de ligera proyección así
como aleros o balcones de proyección más acentuada. La macicez de la
edificación es aligerada frecuentemente a través de fenestraciones y
ornamentos incorporados al diseño.

El análisis gráfico-teórico de los edificios de mayor significación para los grupos


sociales que habitan o tributan a la unidad de paisaje urbano —ver ejemplos
expuestos en Gráfico 3.8 y Gráfico 3.9— y su posterior comparación (ver

132
CAPÍTULO 3

Anexo 10, Tabla 3.4), permite sintetizar las siguientes regularidades


morfotipológicas:

 Predominio de plantas compactas o anulares (en O), con simetría axial y


geometría básica rectangular.
 Euritmia de las líneas contenidas con ligera tendencia a la acentuación
de la verticalidad.
 Fachadas frecuentemente texturadas por medio de ranurados, imitación
de sillares, ornamentos añadidos y tratamiento de carpinterías,
barandales y rejas.
 Preferencia por los colores claros, brillantes, con detalles contrastantes.
 Emplazamientos usuales en esquina, con visibilidad de más de una
fachada ocupando media manzana o manzana completa. (ver Gráfico
3.10).
 Fachadas alineadas respecto a los límites viales, con accesos frontales
hacia espacios extendidos, simétricas y resueltas a partir de geometrías
simples (rectángulos, detalles triangulares o semicirculares) dispuestas
en ritmos alternos o continuos.
 Proporcionalidad entre los componentes figura-fondo, fenestraciones de
verticalidad acentuada. Escala usualmente humana y en ocasiones
monumental.
 Masa equilibrada, con volúmenes prismáticos de base rectangular o
trapezoidal, con proyecciones exteriores —balcones, ventanas voladas,
pilastras o columnas adosadas— y macicez aligerada mediante
ornamentos y fenestración.
 Jerarquía del edificio por proyección del plano base o disposición en
plano topográfico superior. Acentuación de accesos y composiciones con
figuras contrastantes —frontones, pórticos o volúmenes pronunciados).

Gráfico 3.7: Ubicación de edificios significativos en el plano del centro


histórico de Santiago de Cuba, según resultados de encuesta.

133
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.8: Síntesis de análisis morfológico / Catedral de Santiago de


Cuba.

134
CAPÍTULO 3

135
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.8 a: Síntesis de análisis morfológico / Catedral de Santiago de


Cuba.

136
CAPÍTULO 3

137
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.8 b: Síntesis de análisis morfológico / Catedral de Santiago de


Cuba.

138
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.9: Síntesis de análisis morfotipológico / Museo Emilio Bacardí.

139
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.9 a: Síntesis de análisis morfotipológico / Museo Emilio Bacardí.

140
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.9 b: Síntesis de análisis morfotipológico / Museo Emilio Bacardí.

141
CAPÍTULO 3

142
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.10: Síntesis de análisis tipológico/ emplazamiento en edificios de


mayor significación.

143
CAPÍTULO 3

3.2.3.1.2. Caracterización morfotipológica de los miradores urbanos

144
CAPÍTULO 3

Los miradores urbanos constituyen fenómenos de singular frecuencia en el


paisaje del centro histórico de Santiago de Cuba. Estos eventos están
condicionados por la forma y disposición del trazado citadino, la
configuración de la arquitectura y los mecanismos de adaptación de ambos
al medio físico local. Entre sus principales atributos cuentan: contribuir a
una mejor comprensión de la estructura urbana, orientar al transeúnte
mediante una visión abarcadora del entorno y dinamizar los recorridos a
través de puntuales aberturas del campo visual.

La sistemática observación de la realidad conduce a la identificación de tres


tipos substanciales de sitios miradores: miradores naturales —vinculados a
espacios públicos de pequeñas dimensiones, portadores de visuales
panorámicas y reconocidos por una manifiesta apropiación estática—;
miradores asociados a las calles —puntos del trazado vial donde se
registran visuales panorámicas y una usual apropiación dinámica— y
miradores incorporados a la arquitectura —espacios o volúmenes
contenidos en las edificaciones, que proporcionan visuales panorámicas
hacia el exterior. (Ver Gráfico 3.11).

a) Miradores urbanos naturales

Considerando la amplitud de las vistas generales contenidas, su


reconocimiento dentro de la trama urbana, su persistencia en el tiempo, así
como la facilidad de acceso y posibilidad de estancia de personas; se
reconocen en la unidad de paisaje urbano los siguientes sitios miradores
naturales: Beneficencia, Tivolí, Balcón de Velázquez, Princesa, Virgen y San
Carlos, Virgen y Santa Rosa, Los Desamparados, Callejón Santiago y Los
Maceos.

El análisis gráfico-teórico de los sitios miradores naturales (ver ejemplo en


Gráfico 3.12) y su consecutiva caracterización (ver Tabla 3.5 del Anexo
11), permite resumir las siguientes regularidades morfotipológicas:

145
CAPÍTULO 3

 Constituyen espacios abiertos de pequeñas dimensiones, con escalas


íntimas, usualmente difusos y de fácil acceso.
 Se hayan emplazados en áreas elevadas de la topografía del centro
histórico, partiendo de la cota 10 —faldas de la segunda terraza de la
ciudad—, hasta los 50 metros de altura sobre el nivel del mar.
 Las visuales panorámicas contenidas se orientan regularmente hacia
el oeste, con ángulos de percepción entre los 120º y 180º .
 Las texturas percibidas desde estos sitios son heterogéneas y tupidas,
se identifican rasgos recurrentes como: cubiertas de tejas de matices
rojizos, yuxtaposición de volúmenes a diferentes niveles, dispersión
de diversos focos de vegetación y un vínculo visual parcial con la
bahía y total con las montañas de trasfondo.
 En las vistas panorámicas desde el sitio se reconocen frecuentemente
acentos urbanos, edificios de fácil identificación, contrastantes por su
tamaño y morfología, que posibilitan la orientación del observador.
 Los sitios miradores naturales se hallan generalmente asociados a
edificios o eventos urbanos significativos que facilitan su
intervisibilidad, es decir también su reconocimiento desde varios
puntos de la trama urbana.

b) Miradores urbanos asociados a las calles

El análisis de los miradores asociados a las calles (ver Gráfico 3.11), revela
el vínculo de estos eventos con los puntos de mayor altitud en la ciudad,
principalmente con las arterias orientadas en dirección Este-Oeste. En cada
caso se registra una percepción completa del trayecto vial y sus
intersecciones a la vez que se reconocen en las visuales panorámicas (60º-
90º de apertura) texturas heterogéneas y tupidas resultantes de la
superposición de volúmenes escalonados, de focos de vegetación dispersos
y de las líneas entrecruzadas del tendido eléctrico. Se constata igualmente
una amplia gama de matices cromáticos, predominantemente rojizos
(techos de tejas cerámicas) y una reiterada presencia de las montañas y el
mar (bahía) como paisaje de trasfondo.

146
CAPÍTULO 3

c) Miradores urbanos incorporados a la arquitectura

El análisis de los miradores incorporados a la arquitectura exhibe resultados


similares a los antes expuestos, (ver Gráfico 3.8). En este particular se
agrupan sitios como: los corredores altos —espacios condicionados por la
topografía del emplazamiento—; los balcones —corridos y aislados a partir del
segundo nivel estructural— y las terrazas en el primer nivel de las
edificaciones o en azoteas. En todos los casos las perspectivas resultan
mayores de 120 º y los obstáculos visuales son escasos. Las texturas
apreciadas son heterogéneas y los colores diversos conservándose el
recurrente contraste entre los volúmenes yuxtapuestos de las edificaciones y
las montañas —también porciones visibles de la bahía— de fondo.

Gráfico 3.11: Ubicación de sitios miradores en el plano del centro histórico


de Santiago de Cuba.

147
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.12: Síntesis de análisis morfológico/ Mirador de la Beneficencia.

148
CAPÍTULO 3

149
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.12 a: Síntesis de análisis morfológico/ Mirador de la


Beneficencia.

150
CAPÍTULO 3

151
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.13: Síntesis de análisis morfológico/ Miradores asociados a las


calles.

152
CAPÍTULO 3

153
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.13 a: Síntesis de análisis morfológico/ Miradores asociados a las


calles.

154
CAPÍTULO 3

155
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.13 b: Síntesis de análisis morfológico/ Miradores asociados a las


calles.

156
CAPÍTULO 3

157
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.14: Síntesis de análisis morfológico/ Miradores incorporados a la


arquitectura.

158
CAPÍTULO 3

159
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.14 a: Síntesis de análisis morfológico/ Miradores incorporados a


la arquitectura.

160
CAPÍTULO 3

161
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.14 b: Síntesis de análisis morfológico/ Miradores incorporados a


la arquitectura.

3.2.3.2. Morfotipología de los componentes longitudinales

El análisis morfotipológico de los componentes longitudinales del paisaje


urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba contempla el examen de
tres expresiones básicas del fenómeno vial: las calles, los callejones y las
escalinatas. Estas manifestaciones se reconocen a través la observación
detallada de la realidad, la experiencia de investigaciones sobre la temática
particular y los resultados de las encuestas, resumidos en la Tabla 3.3 del
presente acápite.

3.2.3.2.1. Caracterización morfotipológica de las calles

Las calles conforman la red de espacios públicos más grande de la ciudad


histórica. Su trazado y configuración responden a la influencia primordial de
determinantes físico-naturales —topografía y clima—, así como urbanas. En
la unidad de paisaje urbano definida las calles comportan una disposición
reticular, orientadas básicamente en dirección Norte-Sur (cerca de 43 calles)
y Este-Oeste (cerca de 36 calles), con una dimensión transversal que oscila
entre los tres y siete metros y dispuestas regularmente en tramos continuos
con longitudes entre cincuenta y cien metros. En áreas de pendientes

162
CAPÍTULO 3

suaves la disposición vial es rectilínea y continua, a diferencia las zonas de


medianas y pronunciadas pendientes donde se registran puntos de
inflexión y curvaturas del trayecto. (Ver Gráfico 3.15).

El examen gráfico-teórico de las calles en el centro histórico urbano de


Santiago de Cuba y la posterior comparación de sus resultados permite
sintetizar las siguientes regularidades morfotipológicas:

 Las calles constituyen regularmente espacios abarcados, con límites


verticales continuos producidos por la disposición yuxtapuesta de las
edificaciones.
 Las perspectivas que se generan dentro de los ámbitos son
usualmente cerradas o semiabiertas debido a la frecuente
discontinuidad, curvatura o angulación del trayecto vial.
 Los límites físicos verticales exhiben amplia diversidad de texturas —
generalmente vinculadas a los tratamientos ornamentales y herrerías
en carpinterías. De igual modo se registran contrastes cromáticos
frecuentes en una amplia pluralidad de matices —policromía.
 Los edificios que componen los perfiles se integran visualmente a
partir de la continuidad de las líneas horizontales, la persistencia del
nivel de fachada y del ritmo y disposición simétrica o equilibrada de la
fenestración y demás ornamentos. Se registran puntuales fachadas
asimétricas y desproporcionadas rompiendo la unidad del perfil.
 Existen eventuales irregularidades en la volumetría de los límites
verticales de las calles provocadas principalmente por la inflexión o
desfase del trayecto vial, por la concavidad que generan los
corredores y la prominencia o convexidad asociada a balcones,
ventanas voladas y pretorios.
 Las siluetas de los perfiles son generalmente homogéneas
predominando los remates horizontales, en áreas de pendientes
acusadas se perciben siluetas escalonadas.

163
CAPÍTULO 3

 La escala del espacio de las calles es humana, con predominio de altura


de los límites verticales sobre el ancho del plano base. Esta
proporcionalidad crea una singular sensación de confinamiento.

El estudio tipológico revela la existencia de cinco tipos básicos de calles


atendiendo al comportamiento de los límites físicos verticales —perfiles—,
que definen el espacio y su relación con el plano base. (Ver Gráfico 3.16).

 De dirección continua: cuando el trayecto de la calle es rectilíneo e


invariable y las líneas de fachada que determinan el espacio se
disponen de forma paralelas entre sí y con el eje longitudinal del plano
base. Este tipo es el más frecuente y su ubicación más común tiene
lugar en las áreas de pendientes suaves o medias. (Ver ejemplos en
Gráfico 3.17).
 De dirección variable: cuando el trayecto vial cambia constantemente
de dirección y las líneas de fachada que determinan el espacio se
disponen paralelas entre sí y con la curvatura del plano base. Las
calles de dirección variable o curvas son de menor frecuencia y se
disponen generalmente en áreas de pendientes pronunciadas. (Ver
ejemplos en Gráfico 3.17).
 De límites verticales convergentes: cuando las líneas de fachadas se
disponen de forma angulada entre sí o respecto al eje longitudinal del
plano base. El tipo convergente se presenta discretamente en el
paisaje citadino y se halla generalmente asociado a las vías de acceso
a plazas o plazuelas. (Ver ejemplo en Gráfico 3.17 a).
 De dirección quebrada: cuando el trayecto vial rectilíneo cambia de
dirección generando un punto de inflexión. Este tipo es frecuente
dada las ligeras angulaciones en intersecciones con la finalidad de
adaptar la calle a los accidentes topográficos del emplazamiento. (Ver
ejemplo en Gráfico 3.17 a).
 De plano base desfasado: cuando se desplazan el eje longitudinal del
plano base y los límites espaciales en dirección transversal

164
CAPÍTULO 3

bloqueando parcial o totalmente la perspectiva. (Ver ejemplos en


Gráfico 3.17 a).

En función de las formas de articulación de las calles (ver Gráfico 3.18), se


identifican como tipos más frecuentes de intersecciones en la unidad de
paisaje urbano las siguientes:

 Intersección perpendicular (en T).


 Intersección oblicua en cruz (en X).
 Intersección perpendicular en cruz (en +).
 Intersección oblicua (en Y). (Ver ejemplos ilustrados en Gráfico 3.19-
3.19 a).

165
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.15: Delimitación de las áreas según magnitud de pendientes


registradas en las calles.

166
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.16: Tipos de calles en el centro histórico de Santiago de Cuba


según comportamiento de los límites físicos verticales (perfiles)
que definen el espacio y su relación con el plano base.

167
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.17: Ejemplos de tipos de calles en el centro histórico de Santiago


de Cuba, según comportamiento de sus límites físicos
verticales.

168
CAPÍTULO 3

169
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.17 a: Ejemplos de tipos de calles en el centro histórico de


Santiago de Cuba, según comportamiento de sus límites
físicos verticales.

170
CAPÍTULO 3

171
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.18: Localización de intersecciones, según formas de articulación


de las calles en el centro histórico de Santiago de Cuba.

172
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.19: Análisis de ejemplos de intersecciones, según formas de


articulación de las calles.

173
CAPÍTULO 3

174
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.19 a: Análisis de ejemplos de intersecciones, según formas de


articulación de las calles.

3.2.3.2.2. Caracterización morfotipológica de los callejones

Los callejones constituyen variaciones particulares de los espacios


longitudinales, caracterizados esencialmente por una acusada estrechez de
la dimensión transversal del plano base. La exploración de estos
componentes longitudinales, en el paisaje urbano del centro histórico de
Santiago de Cuba, revela en todos los casos la concurrencia de los
siguientes rasgos morfológicos:

 La escala espacial de los callejones y callejas es siempre humana y en


ocasiones reducida —relaciones proporcionales de 2:1 o mayores
entre límites verticales y plano base.
 Los límites verticales son generalmente continuos y las perspectivas
cerradas tanto en el umbral de arribo como en la culminación del
trayecto.

175
CAPÍTULO 3

 El espacio es siempre abarcado —sensación de intimidad y


confinamiento.
 La longitud del tramo es generalmente breve, en comparación con la
extensión de las calles regulares, el trayecto contiene regularmente
puntos de inflexión.
 En los perfiles limítrofes predominan las fachadas simples, de un nivel
con pretorios incorporados.
 Las edificaciones contenidas en los callejones se corresponden
proporcionalmente con las dimensiones del ámbito, son policromas y
presentan texturas heterogéneas.

Atendiendo a la variabilidad del trayecto se reconocen tres tipos básicos de


callejones en el centro histórico de Santiago de Cuba: de dirección continua,
de dirección variable y de dirección quebrada. (Ver Gráfico 3.20 y
ejemplos expuestos en Gráfico 3.21).

3.2.3.2.3. Caracterización morfotipológica de las escalinatas

Las escalinatas son incidentes urbanos singulares, que resultan de una


particular adaptación de la calle a la accidentada topografía del enclave
citadino. Su configuración se fundamenta en el escalonamiento del plano
base en la dirección de una pendiente, otorgando al trayecto un carácter
absolutamente peatonal. En la unidad de paisaje urbano precisada se
reconocen cinco escalinatas: de Padre Pico, de Los Maceo, del Callejón
Santiago, de Virgen y de Lauro Fuentes, (ver Gráfico 3.20). En todos los
casos el análisis gráfico-teórico permite resumir las siguientes regularidades
morfológicas:

 Constituyen tramos escalonados de corta longitud, asociados a


diferencias bruscas de nivel entre dos calles con direcciones
perpendiculares.
 La dirección del trayecto es rectilínea, con límites verticales continuos
y paralelos.

176
CAPÍTULO 3

 Las visuales desde el arranque de la escalinata producen perspectivas


cerradas y desde el arribo o desembarco, perspectivas abiertas —
asociadas usualmente a puntos miradores.
 Las edificaciones componentes de los perfiles limítrofes se disponen
escalonadamente produciendo una silueta dinámica, con eventuales
prominencias o concavidades en planos verticales —balcones,
ventanas voladas y corredores.
 Los perfiles limítrofes están compuestos por fachadas integradas a
partir de la continuidad de las líneas horizontales, de la simetría
parcial y los ritmos continuos de sus elementos componentes. Las
texturas predominantes son heterogéneas y los matices cromáticos
diversos. (Ver análisis ilustrados en Gráfico 3.22-3.22 a).

Las escalinatas resultan eventos pintorescos de fuerte apropiación dinámica


y estática por parte de los habitantes y visitantes de la ciudad. Se destacan
también como puntos de referencia, que orientan al transeúnte, al tiempo
que contribuyen a otorgar dinamismo y variedad al recorrido.

Gráfico 3.20: Ubicación de callejones y escalinatas en el plano del centro


histórico de Santiago de Cuba.

177
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.21: Análisis de callejones en el paisaje urbano del centro


histórico de Santiago de Cuba.

178
CAPÍTULO 3

179
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.21 a: Análisis de callejones en el paisaje urbano del centro


histórico de Santiago de Cuba.

180
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.22: Análisis de las escalinatas en el paisaje urbano del centro


histórico de Santiago de Cuba.

181
CAPÍTULO 3

182
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.22 a: Análisis de las escalinatas en el paisaje urbano del centro


histórico de Santiago de Cuba.

3.2.3.3. Morfotipología de los componentes extendidos

La exploración de los componentes extendidos del paisaje urbano en el


centro histórico de Santiago de Cuba contempla el análisis de las plazas y
sus expresiones a menor escala, es decir plazuelas, plazoletas o parques. La
detallada y sistemática observación de la unidad de paisaje urbano revela la
existencia de cerca de veinte espacios públicos de carácter extendido, de
los cuales siete portan la categoría de plazas o plazuelas y los restantes de
parques menores. (Ver Gráfico 3.23).

La caracterización morfotipológica de estos componentes es resultado de un


pormenorizado estudio gráfico-teórico de los sitios de mayores índices de
reconocimiento, según las encuestas y entrevistas practicadas. En este caso
se seleccionan los siguientes sitios: parque Céspedes (antigua plaza de
Armas o plaza Mayor), plaza de Marte, plaza Dolores, plaza Alameda
(antiguo paseo Michaelson), parque del Ajedrez, plazuela de Santo Tomás,
plaza del Mercado, parque Serrano y plazuela de Trinidad.

El análisis de los espacios extendidos escogidos, (ver ejemplo recogido en el


Gráfico 3.24) y su posterior comparación, (ver Gráfico 3.25) permiten
sintetizar las siguientes regularidades morfotipológicas:

183
CAPÍTULO 3

 Las planimetrías de las plazas están resueltas a partir de figuras


poligonales —usualmente rectangulares o trapezoidales—, bordeadas
generalmente por calles y con una diseño simétrico.
 Los espacios de los componentes extendidos, en la unidad de paisaje
estudiada, son abarcados, con límites continuos y perspectivas
predominantemente cerradas.
 La ocupación de una o más manzanas se perfila como emplazamiento
más frecuente para plazas y ocupación de media manzana o porción
más pequeña para plazuelas y parques.
 Las fachadas limítrofes se disponen en forma yuxtapuesta e integran
a través de la continuidad de líneas horizontales —cornisas, niveles de
balcones, pretiles, enmarques—, así como mediante la
correspondencia de alturas y proporciones de fenestraciones,
distribución rítmica de aberturas y composición simétrica.
 Las escalas son variables: monumental en plazas principales, y
humana en plazuelas y parques de reducidas dimensiones.
 Los perímetros de los ámbitos están integrados por fachadas de
variados matices cromáticos. Las texturas predominantes consisten
en ranurados, almohadillados, decoraciones ornamentales —
principalmente en fachadas eclécticas—, tratamiento de carpinterías y
herrerías.
 Los perfiles limítrofes presentan siluetas homogéneas de marcada
horizontalidad y puntuales escalonamientos, ocasionados por la
inserción de edificios de mayor altura, por escalonamiento o por la
adaptación de las edificaciones a un plano inclinado.
 Las fachadas que componen los límites verticales están orientadas
generalmente hacia el espacio extendido.
 Plano base nivelado, diferenciado por textura, color y por proyección
sobre el nivel de la calle (adaptación topográfica).

184
CAPÍTULO 3

 Presencia de monumentos conmemorativos situados sobre el eje


principal de la composición (generalmente en el centro del espacio) y
vegetación en los extremos o perímetro.
 Edificios y calles de significación asociados al espacio, situados en los
ejes de simetría o composición principales o definiendo
eventualmente un límite físico del lugar.
 Accesos a los espacios frecuentemente tangenciales, en menor
medida perpendiculares.

185
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.23: Ubicación de los espacios extendidos en el plano urbano del


centro histórico de Santiago de Cuba.

186
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.23: Síntesis de análisis morfológico/ Parque Céspedes.

187
CAPÍTULO 3

3.4. Articulación sistémica

La caracterización integral del paisaje urbano en el centro histórico de


Santiago de Cuba se completa en la etapa de la articulación sistémica,
correspondiente al último nivel de análisis del proceso metódico. Aquí se
plantea como objetivo esencial el examen de las múltiples interrelaciones
que se establecen entre transeúntes y componentes del paisaje urbano así
como entre estos y el conjunto urbano en su totalidad. En este caso se
observan las tres categorías definidas previamente en el acápite segundo
de la investigación: interrelación hombre – componente, interrelación entre
componentes e interrelación componente – conjunto.

3.4.1. Análisis de interrelación hombre-componente

El estudio de las interrelaciones hombre-componente se fundamenta


básicamente en la evaluación de los modos de apropiación del espacio
urbano y de la dinámica espacial experimentados por el transeúnte. El
análisis de los anteriores aspectos en la unidad de paisaje urbano posibilita
la síntesis los siguientes rasgos caracterizadores:

 Predominio del tránsito peatonal en la mayor parte de los espacios


públicos del centro histórico.
 Altos niveles de apropiación dinámica en arterias relacionadas con la
centralidad del núcleo histórico (calles Aguilera, San Francisco y
Heredia en dirección Este – Oeste y calles Santo Tomás, San Félix y
Corona en dirección Norte – Sur).
 Posesión dinámica de las calles propiciada por establecer vínculos
entre inmuebles de alto valor de uso, por las dimensiones del plano
base y facilidad para la circulación peatonal y por cualidades formales
de los límites verticales.
 Intensa posesión dinámica en tramos viales asociados a funciones
comerciales –calle Enramadas desde Plaza de Marte a Corona y Santo
Tomás desde San Francisco a San Basilio.

188
CAPÍTULO 3

 Posesión estática asociada a espacios extendidos (plazas y parques)


principalmente próximos al centro. Potenciada por la presencia de
mobiliario urbano, vegetación de resguardo, carácter de intimidad
espacial (espacios abarcados), valores formales de los límites físicos e
inmuebles de significación y valor de uso vinculados al sitio.
 Presencia de posesión estática en corredores y balcones –espacios
incorporados a la arquitectura-, así como en miradores naturales
-relación con espacio público- y en escalinatas.
 Posesión dinámica en recorridos con perspectivas cambiantes
(apertura y cierre) y escala íntima o reducida –callejones o pasajes-.
 Ausencia de vínculos visuales con espacios extendidos en el trayecto
de acceso a los mismos.
 Permanencia de contacto visual entre el transeúnte y gran parte de
los acentos urbanos en el paisaje urbano –facilitado por la altura
promedio de las edificaciones, la escala de los acentos urbanos y la
disposición topográfica de los viaductos-.

3.4.2. Análisis de interrelación entre componentes

La evaluación de la interrelación entre componentes comprende el análisis


de las diversas combinaciones entre pares de una misma categoría y de
categorías diferentes. En este caso se analizan las conexiones entre
espacios extendidos, las intersecciones viales, la interrelación de
componentes puntuales y longitudinales, la interrelación de componentes
puntuales y extendidos, así como la interrelación de componentes
extendidos y longitudinales. Atendiendo a estos aspectos es posible
sintetizar las siguientes regularidades:

 Predominio de conexiones articuladas (intermedias) entre plazas y


parques de la unidad de paisaje urbano.
 Destacan como intersecciones viales más frecuentes las
perpendiculares y oblicuas. Se registran como más numerosas las

189
CAPÍTULO 3

confluencias de cuatro (intersección en cruz o equis) y de dos vías.


Menos frecuentes las confluencias de cinco y tres vías.
 Los componentes puntuales significativos (acentos urbanos) se
encuentran frecuentemente contenidos en el trayecto vial, es decir
formando parte de los perfiles o en esquinas, al margen de una
intersección vial. En el caso de los miradores urbanos pueden
aparecer desviados del trayecto. Eventualmente aparece el
componente puntual al final de un trayecto (Iglesia Dolores - calle
Aguilera, Iglesia Dolores – calle Carnicería) o aislado (Edificio de la
Plaza del Mercado, iglesia Catedral).
 Reiterada asociación de acentos urbanos puntuales con espacios
extendidos. Las plazas y plazuelas contienen generalmente inmuebles
de significación conformando uno de los límites verticales del espacio
o contenido dentro de los perfiles limítrofes. La disposición de los
componentes puntuales más usual es la lateral.
 Los espacios extendidos están generalmente limitados por calles
dispuestas de forma tangencial, usualmente cuatro vías. En plazas
que ocupan áreas equivalentes a dos o más manzanas se presentan
conexiones viales perpendiculares.
 La presencia de monumentos en espacios extendidos es reiterada y
su disposición generalizada es al centro de la composición. Los puntos
de vegetación se distribuyen simétricamente próximos a los bordes
del plano base.

3.4.3. Análisis de interrelación componente – conjunto

El examen de la relación entre los componentes y el conjunto atiende a los


vínculos físicos y visuales observados a escala de la unidad de paisaje
urbano. En este caso el análisis parte de la definición de subsistemas
teniendo en cuenta las rutas o zonas de mayor intensidad en el uso,
notables índices de apropiación, mayor concentración de componentes
significativos o singularidad en su trazado y diseño en comparación con

190
CAPÍTULO 3

otras áreas de la unidad de paisaje urbano. La experiencia de estudios


precedentes y conjunción de los resultados de encuestas a la población,
entrevistas a especialistas y detallada observación de la realidad permiten
definir los siguientes subsistemas:

1. Subsistema de plazas principales (calle Aguilera desde plaza Alameda


hasta plaza de Marte).
2. Subsistema Tivolí (calle Padre Pico desde plaza del Mercado -
escalinata de Padre Pico - mirador del Tivolí, calle Rabí, calle San
Carlos y callejón Santiago hasta escalinata de Virgen).
3. Subsistema San Francisco (calle San Francisco desde parque de la
Normal hasta avenida Jesús Menéndez).
4. Subsistema Enramadas - Carnicería (calle enramadas desde Plaza de
Marte hasta parque Serrano, carnicería hasta Santa Lucía, y desde
parque serrano hasta avenida Jesús Menéndez).
5. Subsistema Santo Tomás (calle Santo Tomás desde calzada de Martí
hasta calle Trocha).
6. Subsistema Martí (calzada Martí desde Terminal Ferroviaria hasta
avenida de los Libertadores).

El estudio individual de los subsistemas, a través del procedimiento de


visión serial, y su posterior análisis comparativo posibilitan la formulación
de los siguientes rasgos caracterizadores:

 Aumento progresivo de la concentración de acentos urbanos a medida


que los recorridos de cada subsistema se aproximan a la zona central
de la ciudad.

 Conservación del carácter abarcado de los espacios públicos,


continuidad de los límites verticales, diversidad estilística y cromática
de las edificaciones que integran los perfiles.

 Amplia visibilidad del trayecto y reconocimiento de acentos urbanos


(componentes puntuales como elementos referenciales de
orientación).

191
CAPÍTULO 3

 Dinámica del recorrido: cierres de perspectivas por angulaciones,


defasajes o inflexiones en el recorrido, apertura visual por ensanche
del recorrido en espacios extendidos (parques, plazas o plazuelas),
transición de espacios de visión limitada a puntos de apertura visual
-miradores urbanos, escalinatas, calles miradores-.

 Perfiles con siluetas homogéneas predominantemente horizontales


con escalonamientos puntuales, aumento de altura de los perfiles a
medida que los recorridos se aproximan a la zona central de la unidad
de paisaje urbano.

 Subsistema de plazas principales alterna escala íntima de tramos


viales con escala monumental de espacios extendidos estableciendo
la mayor dinámica en el recorrido.

 Las interconexiones espaciales que se establecen en los subsistemas


son generalmente en serie.

 Visibilidad reiterada de paisaje de trasfondo de la ciudad –montañas y


bahía- en puntos altos y medios de los recorridos, particularmente en
subsistemas orientados en dirección Este – Oeste.

 Persistencia de planos inclinados, alternancia de ascenso y descenso a


lo largo del recorrido.

3.5. Caracterización general de la unidad de paisaje urbano

La observación de los resultados obtenidos del análisis de los diversos


componentes del paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba
y de sus modos de interrelación posibilita la caracterización del mismo a
partir de la síntesis de sus principales valores morfotipológicos:

1. Adaptación topográfica: manifestada en el escalonamiento de las


edificaciones, en las proyecciones de planos bases en espacios de
plazas y parques para salvar desniveles o en las escalinatas como
mecanismos para solucionar variaciones de nivel pronunciadas entre
calles.

192
CAPÍTULO 3

2. Adaptación climática: evidenciada en la disposición yuxtapuesta de


las edificaciones como medio para la reducción de superficies
expuestas al sol, en los esquemas planimétricos de las edificaciones
articulados para permitir ventilación cruzada, en las proporciones de
vanos en fachadas para mayor iluminación y flujo de aire, en los
puntales y cubiertas inclinadas de tejas cerámicas para aislamiento
térmico y efectiva evacuación pluvial.
3. Determinación espacial: constatada en la proximidad y compacidad
de los perfiles configurando espacios públicos abarcados con
perspectivas usualmente cerradas, en la continuidad de los límites
verticales, en los cierres de intersecciones y en las inflexiones y
cambios de dirección de las calles.
4. Centralidad: expresada en la concentración de acentos urbanos y
espacios extendidos de escala monumental en el área central del
núcleo histórico así como en los altos niveles de posesión estática y
dinámica registrados en zonas del centro de la unidad de paisaje
urbano.
5. Acentuación: dada por la reiterada presencia de acentos urbanos
asociados a espacios públicos, miradores urbanos y arterias de alto
flujo, por la diferenciación en escala de edificios de alta significación y
por la disposición de edificaciones relevantes en planos base
proyectados como mecanismo de jerarquía.
6. Visibilidad: otorgada por la disposición topográfica de algunas vías
contenedoras de puntos de amplias visuales panorámicas, por la
presencia de miradores naturales con perspectivas de hasta 180
grados en cotas elevadas del emplazamiento citadino así como por la
incorporación de balcones y corredores a la arquitectura del entorno
propiciando puntos de amplio contacto visual con el paisaje de
trasfondo conformado por las montañas y el mar (bahía).
7. Dinámica de recorridos: manifestada en la alternancia entre espacios
de escala íntima (calles y callejones) y espacios de escala intermedia
o monumental (plazas, plazuelas o parques), en aperturas y cierres de
perspectivas durante los recorridos, en cambios de direcciones o
intermitencias de los trayectos viales, en variaciones de pendientes
de los planos bases.

193
CAPÍTULO 3

8. Diversidad: expresada en la multiplicidad de volúmenes fusionados o


articulados que conforman la textura heterogénea del paisaje urbano,
por las diversas texturas táctiles y visuales contenidas en los techos,
en la vegetación, en las fachadas que conforman los perfiles urbanos,
en los planos bases de plazas y parques, o en la trama del tendido
eléctrico. Asimismo se percibe este fenómeno en la multiplicidad de
matices cromáticos de las fachadas y en la composición volumétrica
de las mismas –adición de volúmenes a través de ventanas voladas,
pretorios o balcones y substracción a través de corredores-.
9. Articulación: manifestada en las conexiones seriadas que establecen
los viaductos con las plazas, en los accesos tangenciales a los
espacios extendidos y en la inexistencia de preámbulos visuales de las
plazas o parques desde las calles.

3.6. Conclusiones parciales

La aplicación del procedimiento metódico para el análisis morfotipológico


del paisaje urbano en el centro histórico de Santiago de Cuba y la
evaluación crítica de sus resultados permite formular las siguientes
conclusiones:

 La conjunción de encuestas a grupos sociales y especialistas que


habitan y tributan al centro histórico, de entrevistas y síntesis de
experiencias emanadas de estudios específicos sobre la temática
urbana y la observación científica de la realidad posibilitan precisar y
categorizar los componentes básicos del paisaje urbano en el centro
histórico de Santiago de Cuba. Los mismos se definen como continúa:
edificios, miradores naturales, balcones, calles, callejones, escalinatas
y plazas.
 Los estudios estadísticos desarrollados y el análisis de las
investigaciones realizadas en torno al paisaje histórico urbano
santiaguero facilitan la definición de los sitios de mayor significación
para los grupos sociales que habitan y tributan al enclave citadino.

194
CAPÍTULO 3

 El análisis gráfico – teórico de los componentes puntuales,


longitudinales y extendidos en el paisaje urbano del centro histórico
de Santiago de Cuba, atendiendo a los aspectos contenidos en la
propuesta metódica instrumentada en el CAPÍTULO 2 de la
investigación, permiten sintetizar sus principales regularidades
morfotipológicas.
 El análisis de la articulación sistémica, considerando las
interrelaciones hombre – componente, entre componentes y
componente – conjunto, revela regularidades y singularidades
morfotipológicas que posibilitan la caracterización de la unidad de
paisaje urbano a una escala más general.
 El análisis crítico comparativo de los resultados obtenidos en la
aplicación del proceso metódico para el estudio del paisaje urbano en
el centro histórico santiaguero permite la caracterización general del
mismo a partir de la definición de sus principales valores
morfotipológicos.

195
CAPÍTULO 3

Gráfico 3.15: Subsistemas para la evaluación de la articulación sistémica


en el paisaje urbano del centro histórico de santiago de Cuba.

196

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