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ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DE LOS GLÓBULOS BLANCOS

El número de leucocitos es mucho menor que el de glóbulos rojos; en realidad, en


un adulto normal sólo a 6500 a 10000 glóbulos blancos por milímetro cúbico de
sangre. A diferencia de los eritrocitos, los leucocitos no funcionan dentro del
torrente sanguíneo, pero lo utilizan como medio para desplazarse de una región
del cuerpo a otra. Cuando los leucocitos llegan a su destino, deja la circulación y
migran entre las células endoteliales de los vasos sanguíneos, penetran en los
espacios de tejido conjuntivo y llevan a cabo su función. Dentro del torrente
sanguíneo y también en los frotis, los leucocitos son redondos; en el tejido conjuntivo
son pleomorfos. Por lo general protegen al cuerpo de sustancias extrañas.

Los leucocitos se clasifican en dos grupos:

 Granulocitos, que tienen gránulos específicos en su citoplasma.


 Agranulocitos, que carecen de gránulos específicos.

Tanto los granulocitos como los agranulocitos poseen gránulos inespecíficos

Existen tres tipos de granulocitos

 Neutrófilos
 Eosinófilos
 Basófilos

hay dos tipos de agranulocitos

 Linfocitos
 Monocitos

Neutrófilos

Los neutrófilos constituyen la mayor parte de la población de glóbulos blancos son


fagocitos ávidos y destruyen bacterias que invaden espacio de tejido conjuntivo.
Los neutrófilos son una de las primeras células que aparecen en infecciones
bacterianas agudas.

En el citoplasma de los neutrófilos se encuentran tres tipos de gránulos:

 Gránulos pequeños y específicos


 Gránulos azurófilos más grandes
 Gránulos terciarios

Los gránulos específicos contienen varias enzimas y agentes farmacológicos que


ayudan a llevar a cabo sus funciones antimicrobianas.

Los gránulos azurófilos son más grandes y menos abundantes que los gránulos
específicos. Surgen al principio de la granulopoyesis y aparecen en todos los
granulocitos, lo mismo que los monocitos y los linfocitos. Los gránulos azurófilos son

Bibliografía: Wojciech Pawlina MD, Michael Ross PhD. Ross. Histología: Texto y atlas. 7ª ed.
Wolters Kluwer; 2016.
Gartner PL, Hiatt JL. Texto y atlas de histología. 3ª ed. McGraw-Hill; 2011
los lisosomas de los neutrófilos y contienen mieloperoxidasa, que con el MET se ve
como un material granulado fino.

Los gránulos terciarios de los neutrófilos son de dos tipos. Un tipo contiene fosfatasas
y a veces se lo llama “fosfasoma” mientras que el otro tipo contiene
metaloproteinasa que según se cree facilita la migración del neutrófilo a través del
tejido conjuntivo.

Una propiedad importante de los neutrófilos y otros leucocitos es movilidad. Los


neutrófilos son los leucocitos más abundantes de la primera onda de células que
llegan a un sitio de lesión hística. La migración está controlada por la expresión de
moléculas de adhesión en la superficie del neutrófilo que interacciona con los
ligandos correspondientes en la superficie de las células endoteliales.

La fase inicial de la migración neutrofilia ocurre en las vénulas postcapilares y está


regulada por un mecanismo que comprende el reconocimiento neutrófilos célula
endotelial. Las selectinas presentes en la superficie del neutrófilo circundante
interaccionan con receptores en la superficie de las células endoteliales. Como
consecuencia de la interacción el neutrófilo se adhiere parcialmente a la célula
endotelial, lo que reduce la velocidad de circulación del leucocito y determina
que “ruede” sobre la superficie del endotelio.

En una segunda fase otros grupos de moléculas de adhesión presentes en la


superficie del neutrófilo, las llamadas integrinas, es activado por señales de
quimiocinas de las células endoteliales.

En la tercera fase las integrinas y otras moléculas de adhesión de la superfamilia


de las inmunoglobulinas expresadas en la superficie del neutrófilo interaccionan
con sus receptores específicos en las células endoteliales, lo que fija el leucocito al
endotelio. El neutrófilo extiende entonces un seudópodo hacia una unión
intercelular. La histamina y la heparina liberadas en el sitio de la lesión por los
mastocitos perivasculares abren la unión intercelular y el neutrófilo migra hacia el
tejido conjuntivo.

Una vez que el neutrófilo se ha introducido en el tejido conjuntivo la migración


adicional hacia el sitio de la lesión que está dirigida por un proceso conocido como
quimiotaxis, que consiste en la unión de moléculas quimiotácticas y proteínas de la
matriz extracelular a receptores específicos en la superficie del leucocito.

Una vez en el sitio de la lesión hística el neutrófilo debe reconocer cualquier


sustancia extraña antes de que pueda producirse su fagocitosis. Los neutrófilos
pueden reconocer algunas bacterias y gérmenes extraños que no han sufrido
modificaciones de su superficie, pero otros microorganismos tienen que estar
opsonizados para que les resulten más atractivos. Después del reconocimiento y la
adhesión el antígeno es incorporado en el neutrófilo mediante la extensión de
pseudópodos internalizado para formar un fagosoma. Luego los gránulos azurófilos
y específicos se fusionan con la membrana del fagosoma y las hidrolasas

Bibliografía: Wojciech Pawlina MD, Michael Ross PhD. Ross. Histología: Texto y atlas. 7ª ed.
Wolters Kluwer; 2016.
Gartner PL, Hiatt JL. Texto y atlas de histología. 3ª ed. McGraw-Hill; 2011
lisosómicas de los gránulos azurófilos digieren el material extraño. Tras la digestión el
material degradado se almacena en cuerpos residuales o sufre exocitosis. La
mayoría de los neutrófilos mueren en este proceso; la acumulación de bacterias
destruidas en otro que los muertos constituye el espeso exudado amarillento
llamado pus.

Los neutrófilos también secretan interleucina-1, una sustancia conocida como


pirógeno. La interleucina-1 induce la síntesis de prostaglandinas, las que a su vez
actúan sobre el centro termorregulador del hipotálamo para producir el aumento
de la temperatura corporal. La fiebre es, por lo tanto, una consecuencia de la
inflamación aguda que comprende una respuesta masiva.

Eosinófilos

Los eosinófilos tienen más o menos el mismo tamaño, o quizá, sean apenas más
grandes que los neutrófilos y su núcleo es típicamente bilobulado. El citoplasma
contiene dos tipos de gránulos: abundantes gránulos específicos grandes y
alargados y gránulos azurófilos.

La liberación de arilsulfatasa e histamina por los eosinófilos en los sitios de


reacciones alérgicas modera los efectos potencialmente deletéreos de los agentes
vasoactivos inflamatorios. El eosinófilo también participa en otras respuestas
inmunológicas y fagocita complejos antígeno-anticuerpo. En consecuencia, la
cantidad de eosinófilos suele ser elevada en las muestras de sangre de sujetos con
alergias o infestaciones parasitarias. Los eosinófilos desempeñan un papel
importante en la defensa del huésped contra los helmintos parásitos. También se
los encuentra en gran cantidad de la lámina propia de la mucosa intestinal y en
otros sitios de inflamación crónica potencial.

Basófilos

Los basófilos constituyen menos del 1% de la población total de leucocitos. Son


células redondas cuando están en suspensión, pero pueden ser pleomorfas
durante su migración a través del tejido conjuntivo. Los basófilos tienen
aproximadamente el mismo tamaño que los neutrófilos, aunque quizá sea apenas
más pequeños.

El citoplasma del basófilo contiene dos tipos de gránulos: gránulos específicos que
son más grandes que los gránulos específicos del neutrófilo y gránulos azurófilos
inespecíficos.

 Gránulos específicos. Estos gránulos contienen diversas sustancias, entre ellas


heparina, histamina, heparán sulfato y leucotrienos. La heparina, un
glucosaminoglicano sulfatado, es un anticoagulante. La histamina y el
heparán sulfato son agentes vasoactivos, que, entre otras acciones, causa
la dilatación de los vasos de pequeño calibre. Los leucotrienos son lípidos
modificados que desencadena la contracción prolongada del músculo liso
de la vía aérea.

Bibliografía: Wojciech Pawlina MD, Michael Ross PhD. Ross. Histología: Texto y atlas. 7ª ed.
Wolters Kluwer; 2016.
Gartner PL, Hiatt JL. Texto y atlas de histología. 3ª ed. McGraw-Hill; 2011
 Gránulos inespecíficos. Son los lisosomas de los basófilos y contienen varias
de las hidrolasas acidas lisosómicas habituales similares a las de otros
leucocitos.

Los basófilos están relacionados desde el punto de vista funcional con los
mastocitos del tejido conjuntivo, pero no son idénticos a ellos. Tanto los mastocitos
cómo los basófilos fijan un anticuerpo secretado por los plasmocitos, la IgE, a través
de receptores de Fc expresados en la superficie celular. La exposición ulterior al
antígeno específico para la IgE desencadena la liberación de los agentes
vasoactivos de los gránulos de los basófilos y los mastocitos. Estas sustancias causan
las alteraciones vasculares importantes que se asocian con la hipersensibilidad y la
anafilaxia. Además, tanto los basófilos como los mastocitos derivan de la misma
célula madre hematopoyética. Los precursores de los mastocitos están presentes
en la sangre, pero no se diferencian hasta haber abandonado la circulación para
alojarse en el tejido conjuntivo.

Linfocitos

Los linfocitos constituyen 20 a 25% del total de la población circulante en leucocitos.


son células redondas en frotis sanguíneo pueden ser pleomorfas cuando migran a
través del tejido conjuntivo. Los linfocitos son un poco más grandes que los
eritrocitos y tienen un núcleo redondo ligeramente indentado que ocupa la mayor
parte de la célula.

Los linfocitos se subdividen en tres categorías funcionales:

 Linfocitos B
 Linfocitos T
 Células nulas

Los linfocitos carecen de funciones en el torrente sanguíneo, pero en el tejido


conjuntivo se encargan el funcionamiento apropiado del sistema inmunitario. A fin
de ejercer su capacidad inmunológica, migran a los compartimientos específicos
del cuerpo para madurar y expresar marcadores de superficie y receptores
específicos. Las células B penetran en regiones no identificadas aun de la médula
ósea, en tanto que las células T se desplazan en la corteza del timo. Una vez que
se tornan competentes en sentido inmunológico los linfocitos salen de sus sitios
respectivos de maduración penetran al sistema linfoide, se dividen por mitosis y
forman una clona de células idénticas. Todos los miembros de una clona particular
pueden reconocer y responder al mismo antígeno.

Después de la estimulación de un antígeno específico proliferan las células b y t y


se diferencian en dos subpoblaciones:

 Células de memoria, que no participan en la reacción inmunitaria, pero son


parte de la zona con una “memoria inmunológica” y están preparadas para
precipitar una respuesta inmediata contra una exposición subsecuente a un
antígeno o sustancia extraña particulares.

Bibliografía: Wojciech Pawlina MD, Michael Ross PhD. Ross. Histología: Texto y atlas. 7ª ed.
Wolters Kluwer; 2016.
Gartner PL, Hiatt JL. Texto y atlas de histología. 3ª ed. McGraw-Hill; 2011
 Células efectoras, que pueden clasificarse como células B y T (y sus subtipos).

Las células efectoras son impuestos con capacidad inmunitario que pueden llevar
a cabo sus funciones, es decir, eliminar antígenos. Las células B tienen a su cargo el
sistema inmunitario de mediación humoral; esto es, se diferencian en células
plasmáticas, que producen anticuerpos contra antígenos. Las células T se
encargan del sistema inmunitario de mediación celular. Algunas células T se
diferencian en células T citotóxicas, que establecen contacto físico con células
extrañas o alteradas por virus y las destruyen. Además, ciertas células que tienen
como función el inicio y desarrollo o la supresión de la mayor parte de las
reacciones inmunitarias de mediación humoral y celular. Para ello liberan
moléculas de señalamiento conocidas como citocinas que inducen reacciones
específicas de otras células del sistema inmunitario.

Las células nulas se constituyen con dos poblaciones distintas:

 Células madre circulantes, de las que proceden todos los elementos formes
de la sangre.
 Células asesinas naturales, que pueden destruir a algunas células extrañas y
alteradas por virus sin la influencia del timo o células T.

Monocitos

Los monocitos son los leucocitos más grandes en el extendido de sangre. Se


movilizan desde la médula ósea hacia los demás tejidos, en donde se diferencian
en los diversos fagocitos del sistema fagocítico mononuclear, como por ejemplo los
macrófagos del tejido conjuntivo, los osteoclastos, macrófagos alveolares, los
macrófagos perisinusoidales hepáticos y los macrófagos de los ganglios linfáticos,
el bazo y la médula ósea entre otros. Los monocitos permanecen en la sangre por
solo unos 3 días.

Los monocitos se transforman en macrófagos, que actúan como células


presentadoras de antígenos en el sistema inmunitario. La inflamación, como ya sé
señaló, el monocito abandona el vaso sanguíneo en el sitio inflamado, se
transforma en macrófago de los tejidos y fagocita bacterias, otras células y detritos
hísticos. El monocito-macrófago es una célula presentadora de antígenos y
desempeña un papel importante en las respuestas inmunitarias al degradar
parcialmente los antígenos y presentar los fragmentos de las moléculas del MHC II
ubicadas en la superficie del macrófago a los linfocitos T CD4 coadyuvante para
su reconocimiento.

Bibliografía: Wojciech Pawlina MD, Michael Ross PhD. Ross. Histología: Texto y atlas. 7ª ed.
Wolters Kluwer; 2016.
Gartner PL, Hiatt JL. Texto y atlas de histología. 3ª ed. McGraw-Hill; 2011

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