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ÍNDICE
BIBLIOGRAFÍA Y ABREVIACIONES
UTILIZADAS EN LAS NOTAS 7
CAPÍTULO VI
LAS ÚLTIMAS PRESUPOSICIONES 9
1Q El individuo 9
2º La vida inmanente. 43
3íl La determinación. 58
CAPÍTULO VII
LA ECONOMÍA COMO ALIENACIÓN DELA VIDA 73
CAPÍTULO VIII
LA GÉNESIS TRASCENDENTAL DE LA ECONOMÍA 145
CAPÍTULO X
LA REDUCCIÓN RADICAL DEL CAPITAL A LA SUBJETIV1DAD: C = Ü 295
CAPÍTULO XI
LA REPETICIÓN DE LAS TESIS ESENCIALES 349
1º La críticade la ganancia. 349
2 °Lasformas del capital. 397
9, _ _;,... .,
·CAPITULO XII
LAESTRUCTURA DEL LIBRO I 429
CONCLUSIÓN
EL SOCIALISMO 467
7
Sociales. Para los Fundamentos(Grundrisse)de la críticade la economía
políticahemos elegido la traducción de R. Dangeville publicada por
ediciones Anthropos.
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CAPÍTULO VI
Las últimas presuposiciones
1~El individuo
9
Marx JI. Unafilosofiade la ecanomía
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CapituloVI:Las últimaspresuposiciones
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Marx II. Unafilosoflade la economía
necesidad , etc., y que los sujetos se comportan como hombres unos frente a otros,
en resumen , que son cons ciente s d e su pertenenci a a la misma especie o colectivi-
dad . Esto no se encuentra en ningún otro lado .. . un elefante n o produce pa ra un
tigre" (op. cit., I, 189).
11. Costes, V, 127-128;D, I, 115-116.
12. Ibíd., 154-155;D, I, 130.
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CapítuloVI:Las últimaspresuposiciones
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Marx II. Unafilosofíade la economía
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CapítuloVI: Lasúltimaspresuposiciones
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Marx II. Unafiloso/fade la economía
por las cualidades de los otros 25, para Marx, desdeel 44, esa situación
representa un escándalo. En la misma época, la crítica del dinero
~ue está tomada de Shakespeare, pero en la que Marx pone toda
su pasión- muestra también que no hay (o más bien, que no tiene
que haber) una realidad universal superior a los individuos que les
_distribuye sus predicados .y cualidades como determinaciones que
les vienen del exterior y afectan una a tal individuo, otra a tal otro,
predicados y cualidades que son susceptibles de repartirse entre esos
individuos de otra manera. Porque, mirado más de cerca, el dinero no
es otra cosa que el género tal como lo comprende Feuerbach, esa po-
tencia superior a los individuos que intercambia arbitrariamente los
predicados del ser, que los posee realmente ella misma, mientras que
el individuo es sólo el lugar de su actualización provisoria y siempre
parcial 26•
La ambigüedad del humanismo del joven Marx se reconoce hasta
en el vocabulario, cuando se hace evidente que el término de hombre
ya no designa a la esencia que domina a sus manifestaciones particu-
lares -el Hombre que realiza la Historia, la humanidad que totaliza las
cualidades humanas- sino que designa al individuo concreto, aquel
en quien tiene que existir esa totalidad de predicados, que no puede
reducirse a uno de esos predicados y, por ej~rnplo, a ser sólo un obrero.
Este es el sentido de los textos en los que se na creído encontrar aquella
fil~sofía de la esencia del -hombre pero que, por el contrario, la hacen
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CapítuloVI: Las últimaspresuposiciones
27. Mt!,nuscr ítos del 44, 71-72, sub rayado por nosotro s.
28. Ibíd.", 123.
29. Tesisprovisorias para la reforma de lafi losofia, § 61.
30. Le christianisme découvert [El cristianismo al descubierto], citado por Avron en
Ludwig Feuerbachou la transf ormation du sacré[Lud wig Feuerb ach o la transforma-
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Marx II. Unafilosofíade la economía
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CapítuloVI: Lasúltimaspresuposíciones
34. Fenomenología
del espíritu,op. cit, II, 310.
35. Manuscritosdel 44, 144. Señalemos además que, al rechazar constantemente la
identificación entre el hombre y la conciencia de sí, los Manuscritosdel 44 definen
el humanismo de un modo diametralmente opuesto al de Bauer, y que alcanzaría
ya para rechazar la idea de una simple transferencia de lo universal hegeliano al
concepto de "hombre" y, en un mismo movimiento, al concepto feuerbachiano
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Capítulo VI: Las últimas presuposiciones
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CapítuloVI: Las últimaspresuposiciones
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Marx 11.Unafilosoftade la economía
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tes, VII, 250; ES, 267.
44. !bid., 168; ES, 212.
¡.· 45. Ibíd., 139;D, 111,155.
!t 46. Ibid., 64; ES, 150;subrayado por no sotros.
47. Ibíd., 65; ES, 151;subrayado por Marx.
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Marx II. Unafilosofiade la economia
51. Costes, VII, 60; ES, 198; cf. también: "Olvida que simplemente ha destruido la
forma fantástica y espectral que los pensamientos de patria, etc., tomaron en el
cerebro del 'joven', pero que aún ni siquiera rozó esos pensamientos en tanto que
expresiones de relaciones reales" (ibíd.,62; ES, 149).
52. lbíd., 64; ES, 150.
53. Ibíd., 180; ES, 219.
54. lbíd., VIII, 5-6; ES, 272.
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CapituloVI: Las últimas presuposicíones
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58. Ibíd., 99-100; ES, 172-173.
59. Ibid., 101; ES, 173; subrayado por nosotros.
;¡ 60. Bajo el título "El falso principio de nuestra educación o humanismo y realis-
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I mo".
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CapítuloVI: Las últimas presuposiciones
61. Cf. por ejemplo la tesis nu 3: "Sólo por medio de un mund o espiritual el es-
píritu ·esrealment e espíritu "; nº7: "El espíritu es el creador de su mundo esp iri-
tual"; nll9: "Sólo es real en unió n con lo espiritu al, su creación" (Costes, VII, 98;
ES, 171).
62. Ibíd., 99; ES, 171; subrayado por Marx.
63. Ibíd., 105; ES, 175.
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1
'nadie puede e.ncadenar vuestra voluntad ... no hay hechicería que
, pueda encadenar y determinar la voluntad" 64 • La critica de Marx es
doble. En primer lugar rechaza la posibilidad misma de definir la
vida individual por la voluntad, oponiéndose así a la concepción de
la filosofía clásica de un sujeto libre y, al mismo tiempo, a las teorías
políticas que procuran fl:mdar el Estado en el libre consentimiento
de los ciudadanos. En segundo lugar, Marx reprocha a Hegel el sus-
tituir por una voluntad sustancialmente una, universal y absoluta,
esas voluntades particulares cuya confluencia sólo puede asegurarse
a través de la mridad de una perspectiva ideal. "Hegel idealizaba la
representación que los ideólogos políticos se hadan del Estado, partía
de individuos particulares aunque únicamente de la voluntadde esos
individuos. Hegel transforma la voluntad común de esos individuos
en voluntad absoluta., y Jacobo el Simpl~ toma de buena fe esa ideali-
zación de la ideología corno la justa concepción del Estado" 65•
Es cierto que Stirner rechaza el concepto de Estado, lo "absoluto",
y sólo retiene el puro querer del individuo. ¿Por qué, sin embargo,
Marx coloca a Hegel y a Stimer bajo la misma crítica? ¿Por qué el
propio Hegel podía pasar tan fácilmente de las múltiples voluntades
individuales a la voluntad universal? Po~que, como hemos visto, la
voluntad es la representación de un fin, 1~elevación por encima de la
singularidad de la sensación inmediata y,como tal -como apertura
del medio de la representación, de la conciencia y del pensamiento-,
una facultad de lo universal. Esta situación metafísica no sólo es evi-
. ,9.-enteen Hegel: a su vez tampoco Stirner escapa a ella. "Tuvimos la
··enorme dicha de ver a san Sancho realizar la gran hazaña de aniqui- ·
lar el Estado por una simple modificación de la voluntad, que na-
turalmente depende a su vez de la simple volunt _ad" 66 • Querer otra
cosa, plantear otros fines, representarse lo real de otro modo y, por
ejemplo, negar el Estado en lugar de reverenciarlo, evidentemente
nada cambia en lo que es, en la existencia del Estado. La impotencia
de la voluntad es idénticamente la impotencia de la conciencia, del
pensamiento, es la impotencia por principio del medio ontológico
de la irrealidad. La críticadel conceptostirnerianode individuorepitela
crítica
...
de la ideología.Marx se dio el gusto de poner en evidencia la
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Marx II. Unafilosofiade la economía
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CapítuloVI:Las últimas presuposiciones
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Marx II. Unafilosofiade la economía
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84. Lire· le Capital, op. cit., 1, 105. [Existe publicaci ón en castellano , que incluye so-
lamente los textos de L. Althusser y E. Baliba r, y por lo tanto deja afu era, entre
otros, el de Ranci.ere: Paraleerel capital,Siglo XXI, México, 1969. En cuanto al tex-
to de Ranciere , llevaba por título "El concepto de crítica y la crítica de la econo-
mía política desde los Manuscritos del 44 al Capital" (N. del T.)]
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Marx II. Unafilosofía de la economía
mistificación
quehabíamos
señaladocomoconstitutivadesu ser1'91• Una vez
que se ha identificado al sujeto con una mistificación, la disipación de
ésta es la disolución de aquél. Se reduce el agente de la producción
a su conciencia, mientras que Marx lo había definido por oposición
a esa conciencia. La pretendida expulsión del individuo fuera de la
.problemática no es más q'lle la consecuencia del concepto ideológico
de individuo y su aplicación ciega.
Es ese concepto ideológico de individuo -y no el individuo real-
lo que Marx rechaza cuando pone en cuestión la representación que
podíatenersedel individuo en el sigloxv111,a saber, la de un individuo
aislado, "libre de lazos naturales" y a partir del cual se podría recons-
truir la sociedad civil y la sociedad política. "El cazador y el pescador
aislados, esos ejemplares únicos de los que parten Smith y Ricardo,
.forman parte de esas ficciones del siglo xvnr carentes de vuelo, de
esas robinsonadas .. ."n. No es difícil mostrar que, por el contrario, los
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individuos han vivido y producido siempre en grupo, en un princi-
pio y de manera natural, en la familia y el clan, que no es más que una
familia extendida; más tarde, en comunidades de formas diversas,
surgidas del antagonismo y la fusión de clanes" 93• Esta verdad resulta
más evidente cuanto más atrás nos remontamos en las sociedades
pasadas. "Cuanto más nos remontamos en;'la historia , tanto más el in-
dividuo -y, por consiguiente, el individuo productor- aparece como
un elemento dependiente , parte de un conjunto mayor "94 • De allí a
creer que el individuo es una invención reciente, que apareció en el
~lo xvn1 por ejemplo, y que antes sólo existen totalidades de las que
·aún no emerge el individuó como tal, hay sólo un paso. Ciertamente, ·
esa emergencia del individuo -correlativa de la desagregación de la
totalidad en la que está inmerso primitivamente- puede ser situada
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antes en la historia. Hegel la interpreta como el advenimiento del
cristianismo con la declinación de la Ciudad antigua. En todo caso,
el individuo viene después, las sociedades más primitivas ignoran
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su concepto y sería absurdo querer comprenderlas a partir de él, que
justamente no cumple en ellas papel alguno .
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99. Ibíd .
100. Es, recordémoslo , la tesis de Hegel , para quien la propiedad es la objetiv a-
ción y, como tal, la realización d e la individualidad .
101. Ibíd., 241; ES, 261; subrayado por no sotros .
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Marx II. Unafilosofíade la economía
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211 Lavidainmanente.
La segunda presuposición del análisis económico de Marx es la _vida .
Se trata por lo tanto de una vida monádica. Esto es lo que diferencia
el pensamiento de Marx del romanticismo alemán y hace que, lejos
poder ubicarse en su prolongación , se oponga directamente al mis-
mo. La vida ya no es -como para Herder, Goethe, Schelling, Holderin,
Novalis y el joven Hegel- la totalidad, el a1ma del mundo, la esencia
fluida que atraviesa a todos los seres vivientes, que está presente en
cada uno pero como lo que los sobrepasa infinitamente. El individuo
mismo es la totalidad, esa vida es su vida y no la potencia universal
en la que va a abolirse. Que la vida sea y pueda ser la vida del in-
dividuo resulta de la naturaleza misma de la subjetividad tal como
la comprende Marx. Mientras que en Hegel el proceso dialéctico de
la vida sólo llega al saber de sí en la negación que ese saber mismo
constituye, y que es idénticamente la esencia de la subjetividad y de la
conciencia -de suerte que la existencia humana, que es el saber de la
vida, existe en otro lado que en esa vida, por encima de ella, está sepa-
rado de ella y, como negación de la vida, es también la conciencia de
la muerte, de suerte que, como dice Hegel, "la conciencia de la vida
frente a él, que él quiere aniquilar todo aquello que , ~'n tanto que propiedad pri va-
da, no es susceptible de ser poseído por todos" (Manuscritos del 44, 85). De allí su
apología de la "comunidad de las mujeres, donde la mujer deviene entonces una
propiedad colectiva y común". Ahora bien , a ojos de Marx esa dominación de la
propiedad no es otra cosa, justamente, que la negación de la individualidad . ."Ese
codrtmismo, al negar por doquier la individualidad del hombre , es precisamente la
expresión lógica de la propiedad privada , que es esa negación " (ibf.d.).Siempre en
nombre del individuo, en los mismos textos del 44 se condena la propiedad priva-
da cuando se muestra que la misma reduce al hombre al único sentido del tener, es
decir, reduce la subjetividad a una sola intencionalidad , constituyendo así, en ese
sentido muy preciso, su "alienación " . Agreguemo s que, en el Manifiesto delpartido
comunista,en respuesta a los ataques de que eran objeto los comunistas , Marx se
posicionó claramente sobre el problema de la propiedad pri va da indicando qu e de
ningún modo rechazaba la apropiación por el individuo de los bienes sociales sino,
muy por el contrario, sólo los del trabajo ajeno. "El comunismo no quita a nadie el
poder de apropiarse de los productos sociales; sólo retira el poder de adueñars e,
por esa apropiación , del trabajo de otro" (Pl, L 177). Por lo tanto se pone de m ani-
fiesto inequívocament e qu e el posici onamiento de Marx frente a la propiedad pri-
vada e~tá detenninado úni cament e por la cuestión central de la individualidad , ya
que la propiedad se justifica o se condena según se pre sen te como la expresión de
la individualidad y como el producto de su traba jo o, por el contrario, como lo que
le arranca ese producto al indi viduo . La propiedad que se condena es la que La
ideologíaalemanadefinía como la "disposición de la fuer za de trabajo de otro " (Cos-
tes,VI, 172; ES, 61).
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CapítuloVI: Las últimas presuposiciones
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Marx II. Unafilosofiade la economía
creador.
Stimer es el 'yo', Szeliga el 'tú' del Libro. Por lo tanto Stirner,
el creador, se relaciona con Szeliga, la criatura, como con su 'enemigo
más irreconciliable' n 112• Marx percibe inmediatamente que esa u.fra-
seología" sobre Szeliga repite las tesis de la metafísica alemana: Lo
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Marx Il. Unafilosofiade la econamía
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para la negación, la imposibilidad por principio de suprimir -o poner-
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1; las detemtinaciones reales del yo: que la negación no está presente en
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11·1 ,: i éste y, precisamente por esa razón, nada puede ni "a favor'' ni "contra''
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éLEl individuoescapaporprincipioalpoderdeladialéctica.
Ese es el sentido último de toda la polémica contra Stirner . Porque
el .Único pretende construir su propiedad siempre con ayuda de la ne-
gación, y eso es lo que Marx le prohibe constantemente . Por ejemplo,
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119. Otado por Marx, ibíd., 44; ES, 298.
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CapítuloVI: Las ~ltimas presuposiciones
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,¡ que el yo nunca puede decir "no soy lo que soy", porque a la vida no
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se le puede oponer ninguna de sus determinaciones, ni éstas pueden
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llevarse a cabo en otro lado que en el seno mismo de esa vida, en esato-
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representarse, como hace san Max, que es posiblesati.sfacer una pasión
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l1q·,. 123. Ibíd ., 40-41; ES, 295.
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en su totalidad"
124
• Es cierto que en la sociedad que conoce Marx y, a
tación a todas las otras, sino que la que se encuentra limitada a la actua-
lización de ciertas posibilidades es esa vida misma, el individuo total
en la positividad de su desarrollo efectivo. En tanto que real, la finitud
no es una categoría del pensamiento sino de la praxis. Del manuscrito
mutilado surge esta verdad fulgurante: "Si esa pasión toma un carácter
abstracto, indiferente, si se opone al yo como una potencia extraña, si
entonces la satisfacción del individuo aparece como la satisfacción ex-
clusiva de una sola pasión .. . ellono tienequeverconla conciencia sinocon
sinoconlavida"125 •
elser,no tienequeverconelpensamiento
La exclusión de la negatividad por fuera del contenido de la vida
real del individuo, el hecho de que éste no puede disolverse en una to-
talidad de propiedades exteriores unas a otras y ligadas según las leyes
de esa exterioridad, es decir de la negatividad que la funda, es precisa-
mente lo que hace imposible la definición stirperiana del yo como ne-
gatividad y como negación. "Yo que, como Di~s, soy la nada de todo lo
demás" 126 • La tentativa stirneriana de emancipación total del individuo
se basa en la interpretación metafísica del yo como poder radical de
negación, ya que el yo es libre en la medida en que puede negar todas
las./'-detenninaciones del ser y las suyas propias . "San Sancho escapa a la
determinación arrojándose en la falta de determinación" 127• Dado que
está fundada en la fuerza de esa negatividad metafísica, la voluntad se
le aparece a Stirner como un medio privilegiado de liberación. Por ello
esa voluntad liberadora misma nunca tiene que devenir una modali-
dad positiva y efectiva de la vida, una determinación, sino que debe
permanecer por el contrario como el principio negador de toda deter-
minación . ''En san Sancho, la determinación de sí [Selbstbestimmung]
ni siquiera consiste en la voluntad, sino ... en la reserva mental de una
indiferencia respecto de toda determinación , indiferencia que reencon-
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duos que se liberaban se afirma por primera vez como potencia real, o
una potencia ya existente se acrecienta por la supresión de una barrera .
Por cierto que esa supresión de una barrera -simple consecuencia de la
creación de una potencia nueva- puede considerase como lo principal.
Pero sólo se llega a esa ilusión si se toma la política como fundamento
de la historia empírica o ;si, como en Hegel, de lo que se trata es de
mostrar por doquier la negación de la negación'' 148 • Y también: " ... el
verdadero derrocamiento de las barreras, que es al mismo tiempo un
desarrollo muy positivo de la fuerza productiva , una energía real, una
satisfacción de necesidades imperiosas y por lo tanto una extensión
de la potencia de los individuos, ha sido transformada en el simple
franqueo de un obstáculo" 149 • Y de este modo la liberación, a saber la
efectuación fenomenológica de una potencialidad subjetiva de la vida,
se transforma en la negación vacía de algo; de este modo, para Stimer,
"estar libre de algo significa solamente estar exento o desembarazado
de algo" . "Pero -dice Marx- en ningún lado se construyen vías férreas
por amor a la categoría 'liberados de' " 150• Finalmente, lo que excluye la
definición del ser de la vida por la negatividad es el hecho de que ésta,
como proceso universal✓ permanece indeterminada y contradice así la
tercera presuposición del pensamiento de,Marx.
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3.aLa determinación.
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Monádica , radicalmente inmanente , la vida también es, en efecto, una
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1 vida determinada. Una vez más debe mencionarse aquí la influencia
•ae Feuerbach . Fue Feuerbach el que le dio a Marx la idea de que lo
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esencial era justamente la vida y no una verdad teórica, obra de una ra-
zón impersonal, de un puro pensamiento. "La verdad -dice La esencia
delcristianismo-- es el hombre y no la razón in abstracto,
es la vida y no el
151
pensamiento" • En Feuerbach, Marx encontró el primer bosquejo de
una interpretación de la vida como inmanencia (es decir, con su ley en
sí misma). "Mi vida es la ley verdadera y viva. Quien lleva a cabo la ley
• 1 toma necesariamente el lugar de la ley, a saber en tanto que ley nueva ,
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148. Ibíd., VIII, 113; ES, 335-336.
149. Ibíd., 110-111; ES,334.
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150. Ibíd.
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CapítuloVI:Las últimaspresuposiciones
ley cuyo yugo es dulce y ligero" 152• Con su ley en sí misma, fundada en
sí misma, experimentándose a sí misma: es de ese modo que la vida es
lo que es, dulzura y alegría. "Todo lo que es experimenta la paz sólo
en su propio elemento, en su propio ser" 153 . Y también: "Toda perfec-
ción, toda fuerza y esencialidad, es la autentificación y la confirmación
inmediata de sí. No se puede ~mar, querer, pensar, sin sentir esas acti-
vidades como perfecciones; no
se puede percibir que se está amando,
queriendo, pensando, sin extraer de ello un sentimiento de júbilo infi-
nito"154.Feuerbach llama divino, Dios, a lo que está en esa condición
de una inmanencia radical a sí mismo. "Tu sentimiento ilimitado de ti
mismo se extiende tanto como tu ser, y en tanto que se extiende eres
Dios" 155 • Y también: "Sólo es verdadero, perfecto, divino, quien no vive
más que para sí mismo" 156 .
El sentido de la crítica de la religión, si posee alguno, surge ante
nosotros. Así como la antropología no significa la ruina de la ontología
sino la emergencia de una ontología nueva y más profunda, el ateísmo
sólo en apariencia es la negación de Dios, es sólo la negación de un Dios
exterior -exterior al hombre, dice Feuerbach-, de hecho exterior a la
vida . Se rechaza la exterioridad como tal en tanto que incapaz de cons-
tituir la esencia de la vida, es decir de la diviniq.ad. Porque, "de manera
general, en sus relaciones esenciales la vida es de naturaleza totalmente
divina" 157• Este rechazo de la exterioridad y e~te reenvío de la vida a sí
misma explican que cada determinación, cada fuerza de la vida, deba
ser éonsiderada en sí µrisma, tal y cómo es para sí misma, según su cua-
lida~ propia, abstracción hecha de toda significación trascendente por
la fual se pretendiere mod.IBcarsu ser, hacer de él un signo de otra cosa,
el símbolo de algún absoluto imaginario. Justamente, ese agregado de
urta significación sintética a la esencia de la vida es lo que, arrancando
a esta última de su inmanencia pura, pretende arrancarla también de
su ley interior para reconocer ilusoriamente en ella otra ley. "Por lo tan-
to ... no debemos transformar las determinaciones y las fuerzas de la
152. Ibíd., 279. Aquí son evidentes los orígenes crist iano s del pensamiento de Feu-
erbach y por consiguiente del propio Marx.
153. Ibid., 166.
154. lbi a., 122.
155. Ibíd., 125.
156. lbíd., 119.
157. Ibi d., 426.
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1 CapítuloVI: Las últimaspresuposiciones
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Capítulov'I: Las últimaspresuposiciones
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175. Ibíd., VIII, 73-74;ES,314. Marx dice también del "método" de Stimer: "Se co-
mienza por colocar el Estado y el trabajo como una especie particular de sagrado,
tallada a medida, y a continuación se resuelve esa categoría particular en la cate-
goría general de lo 'sagrado'; y todo eso puede hacerse sin decir nada ni acerca
del trabajo ni acerca del Estado" (ibíd.)
176. Ibíd., VIII, 62; ES,308.
177. Ibíd., 57-58; ES,306.
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CapítuloVI: Las últimaspresuposiciones
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Marx JI. Unafilosofiade la economía
dad 180, en Marx vemos surgir una concepción totalmente diferente del
principio de individuación, y es así porque la subtiende una ontología
nueva, aquella que en las TesissobreFeuerbach sustituyó a la metafísica
tradicional de la intuición (ya sea una metafísica racionalista o empiris-
ta). Lo que determina toda realidad, lo que la califica, especifica y hace
de ella lo que es, lo que~ individualiza, es esa misma realidad, a saber,
lo que ella es para sí :rrusma, no en la intuición o bajo la mirada de la
conciencia sino en la experiencia inmediata de la praxis, como modo
de la subjetividad inmanente original que hace justamente de ella una
determinación no ya del ser objetivo sino de la vida.
Ahora bien, la definición del principio de individuación al interior
de una ontología de la praxis está cargada de consecuencias. Mientras
que el ser-en-conjunto de las determinaciones que encuentran sus
"condiciones esenciales" en la sensibilidad es la yuxtaposición o la su-
cesión, es decir, en cualquie,r caso, la exterioridad, las determinaciones
subjetivas de la praxis advienen a la experiencia y se experimentan de
entrada como pertenecientes a un mismo flujo fenomenológico. Por
eso las interpretaciones que Feuerbach y Marx dan de la división del
trabajo se oponen término a término, aunque una y otra se apoyen en
el concepto de determinación: porque d~ uno al otro el concepto ha
sufrido una mutación radical. En efecto, ~l problema de la división del
·I trabajo no es otro que el de la relación entre las determinaciones. En
Feuerbach esta relación es externa, reside en la exterioridad como tal, y
las cualidades permanecen extrañas como los individuos en que se rea-
;ji ~·lizan. Pero Marx no podía admitir esa exterioridad , no concebía, como
1' :1;
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l¡i ·· hemos visto, que la satisfacción caiga por fuera de la necesidad, el dis-
··,¡'d•Ir frute por fuera del trabajo. Una vez más, no se trata de una exigencia
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, ética, de un juicio que viene de otro lado. La necesidad misma tiende
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hacia su propia realización, una satisfacción que permaneciese extraña
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a ella sería puro sinsentido. Es el trabajo el que quiere el disfrute , y en
t,:1i ' primer lugar el disfrute de sí. A la exterioridad de las deternúnaciones
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feuerbachianas -exterioridad que encuentra su esencia en el tiempo y •
l -: 1
: ,¡:.! . que, como tal, es insuperable (el género, justamente , no es más que la
sumatoria exterior de todos los predicados)- se opone radicalmente la
. ,! interioridad recíproca de las determinaciones de la praxis, interioridad
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j¡;i,!I ISO. Esta concepción será también la de Hu sserl en sus Leccio nes paraunafenome-
l]::.
:: nología de la conciencia interna deltiempo, op. cit., cf. § 31.
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Capítulo VI:Las últimaspresuposiciones
181. Cf: por ejemplo estos textos de los Manuscritos del 44: "Oer tame nte comer,
beber, proc rear, etc., son también fun ciones ... humanas. Pero separada s abstra c-
tamente del resto del campo de las activida des human as y transform adas de este
modo en fin último y único, son bestiales" (op. cit., 61). Y también: "La economía
política sólo conoce al obrero como bestia de trabajo, como un animal redu cido a
las necesidade s vitales más estric tas" (ibíd., 14).
67
L
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CapítuloVI: Las últimas presuposíciones
69
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Marx II. Unafilosoftade la economía
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187. Ibíd., 91-92; D, L 76-77. Muchos otros textos muestran esa unidad y solida -
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: ridad entre las diferente s esferas de la vida, por ejemplo: "La revolución de un
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pueblo es total¡ en otros términos , cada esfera hace la revolución a su modo. ¿Por
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qué la pren sa no la haría en tan to que prensa? " (ibíd., 21¡ D, I, 39).
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' 1: ' 'i' 188. Ibíd., 49; D, I, 54.
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1 ~:. 1 1 ! . 189. Ibíd., 58-59; D, I, 59 .
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CapítuloVI: Lasúltimaspresuposiciones
71
L
f4.
cuando esa vida deja de ser una vida de libertad, cuando en virtud
de una perturbación enigmática deja de ser la vida, la ley surge como
una evocación y un signo, simple sustituto ideal de una realidad de-
clinante: "y sólo después de que, por su acción verdadera, el hombre
ha mostrado que dejó de obedecer a la ley natural de la libertad, ésta,
en tanto que ley de Esta~o, lo fuerza a ser libre, del mismo modo que
las leyes físicas sólo toman para mí la forma de un elemento extraño
cuando mi vida ha dejado de ser la vida de esas leyes, es decir, cuan-
do es alcanzada por la enfermedad" 192• Así, toda la obra de Marx está
recorrida por esta verdad esencial, a saber, que por fuera de la vida
sólo puede quedar un despojo exangüe y el cielo vacío de la irrealidad,
porque, en su inmanenda radical, la vida contiene la realidad. Por eso
su ley no puede ser una ley propiamente dicha, sino solamente ella
misma . El manuscrito del 42 y La cuestiónjudía, que prolu'ben "que el
hombre considere como su verdadera vida la vida política situada más
allá de su propia individualidad" 193, encuentran un eco en la crítica de
la historia hegeliana de La ideologíaalemana:"Por lo tanto la historia se
debe escribir siempre según una norma situada por fuera de ella, la
real producción de la vida aparece como no histórica, mientras que lo
histórico aparece separado de la vida vulgar, situado por fuera y por
,, encima del mundo" 194• :
i:,,
La triple caracterización de la realidad como radicalmente inma-
nente y, por consiguiente, como vida, como una vida por esencia mo-
.ti nádica y siempre determinada, no es una simple curiosidad filosófica,
l 1
,...cuya evidenciación no ofrecería más que un dudoso interés para 'el
¡1 ' esclarecimiento de la obra de Marx. La economía surge y se determina
!:
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en la problemática en relación con esos tres caracteres fundamentales
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de la realidad y como su negación paradójica: la "realidad" económica
1
,¡ ' se propone desde un principio como la alienación de la vida.
1 ~ ~
72
CAPÍTULO VII
La economíacomoalienaciónde la vida
1° La inversiónde la teleologíavital.
La interpretación de la economía como alienación de la vida es un
tema constante del pensamiento de Marx, atraviesa toda su obra y
reviste en ella múltiples formas. En cualquier caso, no se trata aquí de
proponer una elucidación sistemática de la misma sino simplemente
algunos ejemplos. Su estudio valdrá como d~scripción preparatoria.
La alienación de la vida podrá ser aprehendiq.a con algún rigor recién
una vez que hayamos establecido el estatuto :de lo económico.
Para la vida, entonces, alienarse en la economía quiere decir en
primer lugar -de un modo aún indeterminado- devenir otro, reves-
tir •Wla naturaleza ajena, extraña a su naturaleza original, que de ese
modo se ve falsificada y se pierde. Por esta alienación, las determi-
naciones, las leyes, las relaciones de la vida -entendiendo por ello
los individuos vivientes- devienen determinaciones, leyes, relaciones
económicas. Marx señala por doquier y denuncia de manera implaca-
ble esa sustitución de las relaciones vivientes de la vida por relaciones
económicas. Dicha sustitución es lo que define a la economía mercan-
til, la cual va a constituir justamente el tema explicito y constante de
su análisis. En efecto, lo que la caracteriza es que las relaciones que
se instituyen entre los individuos no proceden de ellos ni tienen en
• ellos su principio, no son cada vez la expresión de sus determinacio-
nes subjetivas esenciales. No son relaciones de amor, de amistad, de
colaboración en un trabajo que se emprende en común con un obje-
tivo común, portador o representativo de sus necesidades vitales y
73
L
Marx II. Unafilosofíade la economía
i .. ! I'' sólo existen unos para otros en tanto que sus mercancías existen, de
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L Pl, I, 351; subrayadopor nosot ros .
2. Op. cit., L 92; para mostrar con un caso límite el carácter monstruoso de esa
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definición económica del indi viduo, el texto agrega: ''Además, dado que aquí el
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hombre no es más que la individuación del dinero, en tanto que tal es inmortal
. : '¡1·11!, ! como el dinero, y su perpetuaci ón por la herenci a no es otra cosa que la realiza-
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CapítuloVII:La economíacomoalienaciónde la vida
- Shakespeare ]"4 •
Es cierto que para Marx la vida individual es siempre una vida
determinada, y que en el proceso económico los individuos apa-
recen siempre con una determinación que define la función de los
mismos en ese proceso. Así, 11en el sistema de intercambio aún poco
desarrollado ... los individuos sólo entran en ~elaciónmutua bajo una
forma determinada"&,como señores y vasallo.s, propietarios y siervos,
como miembros de una casta y, más tarde ) corno maestros y arte-
sanos, etc. Pero los individuos entran en relación precisamente con
esas determinaciones, que son las determinaciones de .su vida, de su
actj..vidady de su trabajo. Por más limitada que sea cada vez su indi-
vidualidad, es a partir de ésta que se presentan el uno frente al otro,
a partir de lo que son en tanto que hacen lo que hacen, en tanto que
artesanos, siervos, señor, vasallo, etc. En el sistema desarrollado del
intercambio desaparece esa presencia de la individualidad en la rela-
ción, desaparece la determinación de ésta por aquella. Poco importa
lo ·que un individuo es, lo que hace y cómo lo hace, sólo cuenta la
mercancía que tiene en sus manos, o más bien su valor. Precisamente,
los individuos sólo se relacionan entre sí en tanto que poseedores de
mercancías. "En las relaciones monetar ias y en el sistema de inter-
3. PI, I, 293.
4. Ibíd., 400. [El fragmento de Shakespeare corresponde a un parlamento de
Shylock en El mercaderde Venecia, acto 4 (N. del T.)].
5. Grundrísse,I, 100 .
75
L
Marx II. Unafilosofiade la economía
6. Ibíd.
7. Pl, I, 398.
76
CapituloVII:La economíacomoalienaciónde la vida
8. Ibíd.,'619~620.
9. Grundrisse,I, 93.
10. Ibid., 99.
11. Ibíd., 97.
77
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CapítuloVII: La economíacomoalienaciónde la vida
79
rr Marx II. Unafilosofíade la economía
16. Ibíd.
17. Ibíd., 94.
18. Ibíd., 97.
19. Ibíd., 97-98.
80
CapítuloVII:La economíacomoalienaciónde la vida
81
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CapítuloVII: La economíacomoalienaciónde la vida
29. Ibíd., VII, 244; ES, 263. Marx agrega: "Por ejemplo, prop iedad [Eigentum] y
propiedad [Eigenschaft], property, propiedad y particularidad , 'propio' en el sen•
tido mercantil y en el sentido individual, valor, value, [Wert], comercio, intercam -
bio, exchange [Verkehr, Austausch], etc., todas expresiones emp leadas para rela-
ciones comerciales tanto como para cualidades o relacione s de individuos como
tales" (íbíd.).
83
Marx II. Unafilosofíade la economía
1
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.;,•en objetos de intercambio. Desde un primer momento, la produccfón
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·· mercantil produce lo que produce con miras al intercambio, a título
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: de mercancías. Ello significa, en primer lugar, que el intercambio ya ·
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!' ¡ _ .. no es un simple medio en el trayecto que va de la producción al con-
' ! ,.,
;:; J sumo sino que, muy por el contrario, el consumo sólo será posible si
la producción está orientada en primer lugar al intercambio y se defi-
ne por éste. "El individuo ya no produce directamente sus medios de
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,l subsistencia sino valores de cambio; dicho de otro modo, su producto
¡,i ¡: debe pasar por un proceso social antes de ser para él un medio de
-¡·r: . subsistencia" 32 •
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~ ti ~ . . 30. Pl., I, 624.
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¡i 1· ' . 31. El Capital,11, 1, 37.
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CapítuloVII: La economía comoalienaciónde la vida
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CapítuloVII: La economíacomoalienación de la vida
87
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• . 1· • ; que una mediaciónparala economía.Por esa razón la segunda forma, a
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·11) ,.,., diferencia de la primera, carece justamente de toda significación para
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43. Ibid., 695, subrayado por nosotros.
44. Ibíd.
45. Ibíd., 693.
46. Ibíd. 693.
47. Ibíd.
88
------ - .. -- .
48. El intercambio de una mercancía por otra tiene razón de ser, ya que, aunque
11
89
Marx II. Unaftlosofta de la economía
f. 110 son la misma cosa que t.:100, es decir dinero, y desde el punto de
vista de la cantidad, la primera suma es una cantidad limitada tanto
como la segunda ... Una vez que el aumento de valor pasa a constituir
el objetivo final del movimiento, f. 110 tienen la misma necesidad de
90
CapítuloVII: La ecanomíacomoalienaciónde la vida
incrementarse que E 100"54 . Por eso "el último término de cada ci-
clo D M D es el primer término de una nueva circulación del mismo
tipd', y cada valor incrementado que sale del proceso "está listo para
recomenzar el mismo juego". Tal es entonces el resultado de la sus-
titución del valor de uso por el valor de cambio: mientras que aquel
ponía cada vez un término en la circulación y por consiguiente en la
producción, ya nada limita la producción y circulación del valor de
cambio como tal, que continúan indefinidamente el movimiento irre-
frenable de su incremento. El dinero devino capital: "por el contrario,
la circulación del dinero como capital posee su finalidad en sí misma,
porque el valor continúa valorizándose sólo por ese movimiento in-
cesantemente renovado. Por lo tanto el movimiento del capital carece
de límite" 55 •
Desde una perspectiva marxista, se ha discutido frecuente y exten-
samente qué podía considerarse como una revolución en el sentido
propio del término. La Revolución Francesa del 89 no es más que la
toma del poder por la burguesía. ¿No hay que considerar más bien la
Comuna, que como se sabe fue objeto de reflexión de Marx, reflexión
que lo condujo a modificar la concepción que tenía del poder en un
régimen socialista? ¿O debemos pensar, hoy, en la Revolución de
Octubre en Rusia*? En tanto que la revoluciqn "va hasta el fondo de
las cosas" y concierne a la realidad, los periplos de las luchas por el
poder y las mutaciones constitucionales o institucionales le son aje-
nos. No hay revolución política. Pero en la historia de la humanidad
sí h1~.bouna revolución propiamente dicha, una alteración total de los
baéamentos mismos de la sociedad, y esa revolución es precisamente
la inversión de la teleología del intercambio, el hecho de que, .a partir
de un momento dado, la producción, que ya no se orienta al valor de
uso sino al valor de cambio, devino ilimitada. Porque el valor es una
cantidad, y una cantidad siempre puede aumentarse ; su aumento in-
definido está inscrito en ella como posibilidad propia. Esa producción
indefinida del valor para sí mismo, de plusvalor , es el capitalismo.
El capitalismo es la revolución mundial , la única revolución que co-
noció la humanidad en el curso de su larga historia. Las sociedades
que fueron alcanzadas por esa revolución se vieron modificadas de
54. Ibíd.
55. Ibíd.
"'El libro de Henry se publica en 1976 en Edicion es Gallimard [N . del T.].
91
r- .¡
!
92
CapítuloVII: La economíacomoalienaciónde la vida
93
Marx II. Unafilosofíade la economía
trabajo asalariado, por otro capital, esas son las formas que reviste el
valor de cambio desarrollado y su encarnación, el dinero" 61 •
Además de constituir un desarrollo ilimitado del trabajo, la pro-
ducción de valor de cambio también es -en tanto que producción de
su incremento, el plusvalor- un desarrollo ilimitado del sobretrabajo.
La conexión entre la producción de valor y la producción de sobre-
trabajo se hace evidente si a las sociedades mercantiles oponemos
las sociedades que obedecen a la teleología de la vida. Sin embargo,
también dentro de éstas el trabajo aparece como producción de oro
y plata. "Cuando, desde el punto de vista económico, la forma de
una sociedad es tal que lo que predomina no es el valor de cambio
sino el valor de uso, el sobretrabajo está más o menos circunscrito al
. ¡
círculo de las necesidades determinadas. Pero el carácter de la pro-
1 '
..
1 1 ducción misma no genera un apetito voraz . Cuando de lo que se trata
es de obtener valor de cambio bajo su forma específica, por la pro-
ducción de oro y plata, encontramos ya en la Antigüedad el trabajo
más excesivo y terrible" 62 • Pero mientras que en el mundo antiguo esa
1
1.
producción de plusvalor resulta una excepción, deviene justamente
'! .
regla y principio en la economía mercantil, que de este modo se basa
en el sobretrabajo. "Tan pronto como ~os pueblos cuya producción
se mueve todavía en las formas inferio~es de la esclavitud y la servi-
dumbre son arrastrados a un mercado, internacional dominado por
i ·, el modo de producción capitalista y, a causa de ese hecho, la venta
' ..i'_ de sus productos al extranjero se transforma en su principal interés,
i '.~
. los horrores del sobretrabajo ... se agregan a la barbarie de la eséla-
¡
1
94
CapítuloVII: La economíacomoalienaciónde la vida
95
i .
cambio" 68• Y también: "la econorrúa política, que hace una crítica del
sistema monetarista y mercantilista ... se ensaña con el sistema como
si se tratara de una ilusión, de una teoría falsa, no quiere reconocer en
él la forma bárbara de su propio principio fundam.ental" 69 •
El principio fundamental de la economía burguesa, el valor de
cambio en sí mismo y en tanto que tal, no solamente determina la
producción, en cuanto a su fin, como producción de valor precisa-
mente, como proceso de valorización. Que repercute sobre la produc-
ción misma quiere decir también: lo queel valorde cambiosometeahora
y reducea sí es la esenciade la producción,la actividadmisma comotal, y
1
!. el trabajoya no solamenteproducemercancías,él mismo es mercancía.El
Capitaldice respecto del modo de producción capitalista: "Lo que lo
distingue de los otros modos de producción no es el hecho de que en
él se producen mercancías, sino de que el carácter dominante y de-
terminante de su producto es ser mercancía. Esto implica, en primer
lugar, que el propio obrero entra en escena solamente como vendedor
de una mercancía, por lo tanto como trabajador asalariado libre, y el
trabajo en general como trabajo asalariado" 70 • Marx no dejó de ex-
traer la consecuencia inmediata de este hecho decisivo. En tanto que,
como trabajo, la actividad individual e,s ella misma una mercancía,
sus leyes, las leyes de la praxis vital, se yen transmutadas en las leyes
mismas de toda mercancía, en leyes económicas. No sólo la teleología
del valor remplaza a la teleología de la vida, sino que lo que se preten-
de ahora es sustituir la naturaleza de la vida y sus leyes por las leyes
! . ~·
• . 1, I'· mismas que prescriben su naturaleza a una cosa y, por consiguiente,
;, ¡
!' ·· por la naturaleza de la realidad económica. Marx habló con dureza
i· . respecto del "trabajo". Pero la crítica del trabajo sólo es comprensible
1
:·¡ i '·
a la luz de esa sustitución fundamental de la realidad viviente por
: ¡ ._
68. Ibíd.
69. Ibíd.
70. El Capital,III, m, 254.
71. Pl, I, 527; subrayado por nosotros.
96
CapítuloVII: La economíacomoalienaciónde la vida
Dado que las leyes del trabajo son las leyes de las mercancías, el
problema crucial del precio del trabajo, es decir del salario, reenvía
entonces necesariamente al problema del precio de las mercancías. Si
se resuelve este último problema, y si es cierto que en el trabajo la acti-
vidad se ve reducida a un problema puramente económico, entonces
el precio del trabajo también queda establecido. Ya en 1849 Trabajo
asalariado y capitalformula claramente la cuestión: "El salario es ... el
precio de una mercancía determinada, el trabajo. De este modo el sala-
rio obedece a las mismas leyes que determinan el precio de toda mer-
cancía. Por lo tanto es necesario hacer la siguiente pregunta: ¿cómo se
determina el precio de las mercancías?" 72• Toda la probl~mática de las
Conferencias del 49 se basa en esta presuposición fundamental. "Es
evidente que las mismas leyes generales que rigen el precio de toda
mercancía rigen también el salario o precio del trabajo" 73• Y por eso se
aplica inmediatamente al salario el principio de la determinación del
precio de las mercancías 74• Por eso, también, la problemática relativa
al salario irá a la par de la problemática del precio de las mercancías
y se encontrará con las mismas preguntas. Por ejemplo, la de si los
precios de mercado se explican por la ley de la oferta y la demanda o
si, como sostendrá Marx, esa ley únicamente es capaz de explicar las
variaciones de los precios alrededor de un va¡'lorfundamental y a par-
tir del mismo. En su comunicado de 1865*Marx declaraba: "La oferta
1
97
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1
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Marx II. Unafilosofiade 'laeconomía
98
Capítulo VII: La economíacomo a.líenaci6nde la vida
99
Marx II. Unafilosoftade la economía
100
CapítuloVII:La economíacomoalienaciónde la vida
101
Marx II. Unafilosofíade la economía
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y Mill: "Ricardo, Mili, etc., han hecho un gran progreso respecto de
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. productividad humana de la mercanda- como indiferente e incluso
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. . 1 . indeseable. La verdadera finalidad de la producción no es la cantidad
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103
F Ma-rxII. Unafilosofiade la economía
104
CapítuloVII: La economíacomoalienaciónde la vida
la realidad. "Una simple mirada alcanza ... para mostramos que la ca-
tegoría utilizar se abstrae de las relaciones reales en que me encuentro
con otros hombres" 94 • Como relación profética, que expone en el pla-
no de la idealidad un estado de cosas aún en gestación. Los elementos
nuevos esbozan el mundo por venir y los ideólogos lo formulan ya
como una universalidad que la historia realizará poco a poco. Es el
caso de Hobbes y Locke -que utenían ante sus ojos el desarrollo de
la burguesía holandesa" 95 y los primeros actos políticos ingleses-, de
Helvetius y d'Holbach, que presencian los debates financieros france-
ses y el desarrollo cosmopolita del comercio en París. Por el contrario,
lo que elementa al utilitarismo de Bentham y Mill es un contenido
real y plenamente desarrollado. De "abstracta", como era en un prin-
cipio, la categoría de utilización se vuelve paulatinamente adecuada a
lo real. "La primera corresponde a la burguesía militante, todavía no
desarrollada, la segunda a la burguesía dominante, desarrollada" 96 •
Entre esos dos estadios de la evolución se sitúan los fisiócratas. Estos,
al hacer de la relación económica pensada en la relación utilitaria el
fundamento de la sociedad, inauguraron verdaderamente la econo-
rrúa política. Ésta, en tanto que ciencia nueva y especial, reduce a sí las
otras relaciones vivient~s que existen dentro de la sociedad al mismo
tiempo que las deja subsistir por fuera de ~lla en una semiautono-
rrúa97.Es precisamente el utilitarismo de B~ntham el que llevaría a
cabo la reducción radical de todas esas relaciones individuales a la
sola relación económica, y ello en conexión con la gran industria y la
pretensión de la burguesía de presentar sus propias condiciones, las
cotttliciones directrices de la economía, como condiciones de toda la
sociedad. "La absorción completa de todas las relaciones existentes
por parte del utilitarismo, la elevación absoluta de ese utilitarismo
al papel de contenido de todas las demás relaciones, la encontramos
recién con Bentham, en el cual (después de la Revolución Francesa y
el desarrollo de la gran industria) la burguesía ya no se presenta como
94. Ibíd.
95. Ibíd., 47; ES, 453.
96. Ibíd., 49; ES, 453.
97. Marx dice acerca de la econonúa política que instituyeron los .fisiócratas: "En
tanto que ciencia especial absorbe las otras condiciones, la política, la jurídica, etc.,
reduciéndolas a condiciones económicas. Pero en esa absorción de todas las con-
diciones ve sólo un aspecto de las rrúsmas, y por lo tanto las deja, en cuanto a lo
demás, con su importancia autónoma por fuera de la economía" (ibíd., 50; ES,454).
105
Marx II. Unafilosofiade la economía
clase particular sino como la clase cuyas condiciones son las de toda
la sociedad" 98 • En ese momento el utilitarismo deviene adecuado a lo
real, es abstracto respecto de lo real en el sentido de que es acorde a él.
"El contenido econórrúco transforma poco a poco la teoría utilitarista
en una simple apología de lo existente '' 99 • Es en ese momento que
se propone como una teoría "verdadera", es decir, históricamente
fundada.
Del utilitarismo Marx dice que es la "ilusiónfilosóficahistóricamen-
tefundada". ¿Cómo puede ser una ilusión aquello que se encuentra
históricamente fundado? ¿Esa ilusión es también la de d'Holbach,
cuya teoría, "adelantada a su tiempo", permanece en ese sentido
abstracta, sin encontrar su efectuación económica adecuada 100? Sin
embargo, lejos de ser ilusorio, ¿no debe considerarse el carácter pro-
fético del utilitarismo de d'Holbach, como dice el propio Marx, como
"un progreso audaz y manifiesto, un esclarecimiento" 1º\ ya que al
rechazar la relación feudal de explotación como relación religiosa,
patriarcal, política e intelectual, la sustituye por la relación moderna
efectiva de utilidad, "la explotación recíproca como relación general
entre todos los individuos" 102 ? ¿El utilitarismo, entonces, es ilusorio
! en tanto que teoría, en tanto que se mu,eve en la esfera de la ideali-
!.
dad? Pero desde el momento en que r~conoce su relación con una
realidad material, desde el momento eri que se piensa en su carácter
1 referencial, la teoría, la ideología, es "verdadera". Por lo tanto es
1, .. .
necesario reconocer la tesis de Marx: el utilitarismo,todaideologíaen
. ,' ..
I',• general, es una ilusión, y ello precisamenteporque estáfundada históri-
1 ..
·.¡ •.: .
camente,es decir,económicamente,porquela realidadeconómicano es la
realidadsino su alienación("una realidad que precisa de la ilusión",
!
decía ya la Introduccióndel 44).
¿Por qué la realidad económica es la alienación de la realidad?
Porque hizo a un lado el conjunto de las relaciones vivientes que no
98. Ibíd.
99. Ibíd.,52; ES, 455.
100. El texto de La ideologíaalemanadice: "La teoría de d'Holbach , por lo tanto, es
la ilusión filosófica históricamente fundada acerca de la burguesía , que justamen-
te estaba naciendo en Francia y cuyo deseo de explotación puede ser explicado
también como el deseo de los individuos de desarrollar se plenamente en un co-
mercio recíproco liberado de las antigua s traba s feudale s" (ibíd., 45-46; ES, 452).
101. Ibíd., 46; ES,452.
102. Ibíd.
106
CapítuloVII: La economíacomoalienaciónde la vida
107
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108
CapítuloVII:La economíacomoalienaciónde la vida
109
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CapítuloVII:La economíacomoalienaciónde la vida
116. Ibíd.
111
Marx 11.Unafilosofiade la economía
117. Ibíd.,435.
118. Ibíd., 460.
119. Ibíd., 462.
120. Md., 463. Es por ejemplo el caso del obrero agrícola en Rusia. "A causa de la
propiedad colectiva del suelo de la comunidad aldeana, el obrero agrícola de Rusia
todavía no está completamente separado de sus medios de producción; todavía no
es un 'trabajador libre' en el sentido pleno del término" (El Capital,II, r, 35).
112
CapítuloVII: La economíacomoalienación de la vida
113
i
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Marx II. Unafilosofiade la economía
guas ataduras" 124• Esto quiere decir que el instrumento., la tierra, etc.,
siguen allí ante el individuo, pero a éste ahora le resulta imposible
apoderarse de ellos directamente. La apropiación inmediata se choca
contra la propiedad porque las condiciones objetivas de la produc-
ción devinieron valores. Propiedad extraña que sólo se puede adqui-
rir a través del intercambio y, para el trabajador ahora separado de las
condiciones de su producción, por el intercambio de la única cosa que
le queda., su fuerza de trabajo. "El capital presupone procesos histó-
ricos que colocaron a una masa de individuos ... en la situación ... de
trabajadores virtualmente libres, cuya única propiedad es su fuerza
de trabajo y la posibilidad de cambiarla por valores existentes; frente
a esos individuos, todas las condiciones objetivas de la producción
son propiedades extrañas (o, para ellos, no propiedades), pero son
intercambiables" 125• Es ese el sentido de la objetividad modificada,
que refiere ahora a las condiciones objetivas de trabajo . Con segu-
ridad también ellas entrarán en el desarrollo de un proceso práctico
a título de momentos, y su objetividad será reducida; pero esa re-
ducción ya no será inmediata, deberá llevarse a cabo a partir de una
oposición previa. Marx dice respecto de esas condiciones "objetivas":
"En tanto que valores que existen para sí mismos, se oponen ahora a
los individuos liberados de toda atadura iy desprovistos de propieda-
d"126 . Marx indica claramente qué signifi~a la nueva objetividad de las
.' condiciones objetivas del trabajo en tanto que han devenido valores:
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"el valor autónomo y que existe para sí. .. representa la indiferencia
del objetoen sí; vuelve las condiciones objetivas del trabajo extrañas
....--ala fuerza de trabajo viva. Todo esto llega tan lejos que las condi-
ciones materiales de la persona del obrero existen por fuera de él y
enfrentadas a él. .. la propiedad -es decir, las condiciones materiales--
está por lo tanto enteramente disociada y separada de la fuerza de
trabajo viva. Los medios de producción se le enfrentan ... " 127•
Lo que constituye la paradoja de esa separación absoluta entre las
condiciones del trabajo, que se le enfrentan como valores, y el trabajo
mismo, es el hecho de que tanto esas condiciones como su valor son
producidas precisamente por el trabajo . La ruptura del ciclo orgánico
124. Ibíd.
125. !bid., 466-467.
126. Ibíd.
127. !bid,, 415; subrayado por nosotros .
114
CapítuloVII: La economíacomoalienaciónde la vida
115
,L
Marx II. Unafilosoftade la economía
¿Cómo es que las condiciones del trabajo del individuo -que ini-
cialmente están ligadas a él en tanto constituyen las condiciones mis-
mas de su existencia en el mundo y que, según se constata en el curso
ulterior de la producción, provienen todas del trabajo- pueden por el
contrario alzarse frente a él., contra él, como condiciones extrañas y
hostiles, que él ya no puede apropiarse porque dejaron de ser la pro-
piedad de esa fuerza que las pone en movimiento., les da forma, les
da su eficiencia (esa fuerza de la que., a fin de cuentas, no son más que
una "prolongación")? Ello sólo puede tener lugar como consecuencia
de una expropiación arbitraria y brutal que ha literalmente arrancado
al trabajador lo que tenía entre sus manos, porque sólo la violencia ha
podido desligar lo que está ligado naturalmente, desgarrar la unidad
original, romper el ciclo orgánico en que la vida encuentra su rea-
lización primera. "Esa dolorosa, espantosa expropiación del pueblo
trabajador, he ahí los orígenes, la génesis del capital. Comprende toda
una serie de procedimientos violentos ... se ejecuta con un vandalismo
implacable aguijoneado por los móviles más infames y odiosos" 13º.El
capitalismo presupone una acumulación originaria de capital. Ésta
no comporta misterio alguno, no es otra cosa que el conjunto de las
condiciones naturales de la producción pero arrancadas a la praxis a
la cual están unidas inicialmente, arranc~das al "sujeto" de esa praxis,
es decir, al individuo en tanto que trab&jador. "De este modo, enton-
ces, lo que yace en el fondo de la acumulación originaria del capital,
en el fondo de su génesis histórica, es la expropiación del productor
inmediato, la disolución de la propiedad fundada en el trabajo perso-
~~ nal de su poseedor" 131 •
...
: . ¡:'. Marx muestra que esta sustracción al trabajador de las condicio-
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nes del trabajo significa una alienación, el devenir otro, en tanto que
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~ pertenecer a otro, de aquello que hasta entonces le era propio como
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prolongación de su ser, como el medio e instrumento mismo de su
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vida; para hacerlo erige una y otra vez (como antítesis de ese estado
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11 ' catastrófico en que se destruye el ciclo orgánico) el estado anterior, la
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I; propiedad colectiva de la comuna o la propiedad privada del trabaja-
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.. ' trabajo que la misma remplaza sino por la cantidad de trabajo que su fabrica-
ción absorbió" (Pl, I, 288-289) [Donde Henry escribe: "El valor de cambio de una
i; 11:.\' mercancía..." el original en alemán dice máquina.Optamos por seguir la edición
{ ¡i:i_: alemana, pues de este modo adquiere sentido el texto. (N. del T.)]
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130. Pl, I, 1238.
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CapítuloVII: La economíacomoalienación de la vida
dor mismo. "La propiedad privada del trabajador sobre los medios de
su actividad productiva es el corolario de la pequeña industria agríco-
la o manufacturera", la cual, agrega El Capital,es la II escuela en que se
elaboran la habilidad manual, el ingenio y la libre individualidad del
trabajador" 132• Este modo de producción formador de la individuali-
dad u sólo reviste su forma integral y clásica allí donde el trabajador es
propietario libre de las condiciones de trabajo que él mismo pone en
movimiento; el campesino, del suelo que cultiva; el artesano, de los
instrumentos que manipula con virtuosismo " 1a3 . Y también: "la pro-
piedad privada fundada sobre el trabajo personal, esa propiedad que
por así decir sueldaal trabajador aislado y autónomo a sus condicio-
nes exteriores de trabajo" 134 • No obstante el formidable impulso que
comunica a la producción, el capitalismo es juzgado -por oposición a
ese estado, que retrospectivamente parece idílico- como un estado de
descomposición. Respecto de la propiedad capitalista, Marx dice que
la misma pone fin a la apropiación inmediata de la tierra y del instru-
mento por parte del trabajador: uNo bien ese proceso de transforma-
ción descompuso lo suficiente y de arriba abajo la vieja sociedad, no
bien los productores se transforman en proletarios y sus condiciones
de trabajo en capital. .. " 135• Y el socialismo e~ pensado precisamente
como vuelta a ese estado originario de indivisión, ya que de lo que se
trata , al menos en sus primeras fases, es de d~volver el instrumento a
la mano que lo manipula, de restablecer la apropiación inmediata por
parte de la praxis del conjunto de sus condiciones. En un texto de una
evidencia deslumbrante, El Capitaldeclara respecto de la negación
deltapitalismo que abre la vía al socialismo : "No restablece no la pro-
piedad privada del trabajador sinosu prapiedadindividualfundada en
las adquisiciones de la era capitalista, en la cooperación y la posesión
común de todos los medios de producción, comprendido el suelo" 136•
Aquí se confirma innegablemente la interpretación de la crítica de
Marx al concepto de propiedad en su relación con el de indi viduo.
Únicamente porque el instrumento de producción devino colectivo
la propiedad social aparece como la mediación y la condición de la
1
117
1
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Marx II. Unafilosofiade la economía
137. Cf. "Considerandos del programa del partido obrero francés de 1880": "Sólo
hay dos formas en que los medios de producción pueden pertenecerles [a los
productores] : 1° la forma individual, que nunca existió en estado de hecho gene-
ral y que el progreso industrial elimina cada vez más; 2° la forma colectiva, cuyos
elementos materiales e intelectuales son constituidos por el desarrollo mismo de
la clase capitalista " (ibíd., 1538).
138. Ibid., 1296.
139. Grundrisse,II, 377-378 .
118
CapítuloVII:La economíacomoalienaciónde la vida
140. Ibíd.
141. Ibíd., subrayado por nosotros.
119
Marx II. Unafilosofiade la economía
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142. Pl, 1, 846; subrayado por nosotros.
143. Ibíd.
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Capítul.oVII: La economíacomoalienaciónde la vida
121
Marx II. Unafilosofiade la economía
122
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CapítuloVII:La economíacomoalienaciónde la vida
123
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Marx 11.Unafilosofíade la economía
152. En su sentido original , en Marx, "social" no designa otra cosa que esa de-
finición subjetiva de la intersubjetividad como fundada en la praxis. Por lo cual
ese pensamiento excluye desde un principio el concepto de una intersubjetividad
basada en la lucha entre las conciencias y, por la mediación de la misma, en el
despliegue trascendental de la objetividad; cf. en el tomo 1: cap. n, p. 103 y si-
gtrientes; y cap. v, 1°.
124
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1
mientras que otros están más allá esperando llevar a cabo la tarea que
espontáneamente se les atribuyó. Los diferentes roles, la importancia
de cada rol y la cantidad de ejecutantes para cada uno se distribu-
yen a partir de la praxis, de sus poderes específicos y subjetivamente
definidos. Cantidad y calidad de las acciones que se llevarán a cabo
están predeterminadas en la subjetividad orgánica antes de que ésta
las lleve a cabo efectivamente. La concordancia de las acciones, dado
que se enraíza en la subjetividad, es querida por ella. Los compor-
tamientos que, en el hacer-en-conjunto, acompañan la actividad de
cada uno, son queridos por cada uno en su adecuación por principio
con lo que él mismo hace. La asociación no es un carácter objetivodel
trabajoni una determinaciónquele vienedel exterior,quese le sobreañade
y que sóloes visibleparaun espectadorexterior,no es una determinación
teóricasinouna determinaciónpráctica.
Sin embargo, la asociación de los trabajadores en la organización
industrial de la producción aparece como una propiedad objetiva. La
exposición objetiva de las determinaciones originalmente subjetivas
de la praxis se lleva a cabo en el "trabajador colectivo" 153, término
que designa al proceso de producción comprendido objetivamente a
partir del material instrumental objetivo que: el mismo pone en mo-
vimiento. En el "trabajador colectivo" las dh fersas actividades de los
múltiples individuos en el trabajo se encuentran definidas en cuanto
a su calidad y cantidad por el sistema mecánico de conjunto en el que
se inscriben, de modo que ya no aparecen más que como funciones
de ..;,-.
ese conjunto . Por lo tanto, lo que constituye ahora el principio de
organización del trabajo y, al mismo tiempo , de ·asociación de los
trabajadores, es el sistema mecánico objetivo. "La división manufac-
turera del trabajo, entonces, no sólo simplifica y multiplica al mismo
tiempo los órganos cualitativamente diferentes del trabajador colec-
tivo; también crea una proporción matemáticamente fija que regula
su cantidad, es decir, el numero relativo de obreros en cada función
particular "154. Un poco más adelante Marx dice: "El mecanismo sólo
funciona por medio de un trabajo socializado o común. El carácter
cooperativo del trabajo deviene aquí una necesidad técnica dictada
125
•
Marx II. Unafilosoftade la economía
' ..
! o combinado. No obstante, ese trabajo colectivo o asociado ... es pues-
i.
to directamentecomodiferentedel trabajoreal... Ciertamente .existe en
forma de trabajo social. .. pero con independencia de sus elementos
reales, por lo tanto tiene una existencia separada" 158• Esa existencia,
ahora separada, de la asociación originariamente subjetiva, Marx la
155. !bid., 931 [Henry omite el siguiente pas aje, a continuación de "El mecanis-
mo": "con algunas excepciones que mencionaremos más adelante (N . del T.)]
11
126
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Capítu/.oVII: La economíacomoalienaciónde la vida
159. Ibid.
160. Ibid., II, 85; subrayado por no sotros.
161. Ibíd.
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Marx II. Unaftlosoflade la economía
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el modo de existencia del capital" 165•
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Esta situación en la cual la asociación deviene algo objetivo no es
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en sí misma nada objetivo. Precisamente, dado que el carácter social
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CapítuloVII: La economíacomoalienaciónde la vida
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CapítuloVII: La economíacomoalienaciónde la vida
131
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Marx II. Unafilowfta de la economía
1 :
que plantean que la división del trabajo muestra II que mientras los
hombres se encuentran en la sociedad natural. .. el acto propio del
hombre deviene para él una potencia extraña, opuesta, que lo subyu-
ga, en lugar de que él la domine ... Esta estabilización de la actividad
social, esa consolidación de nuestro propio producto como fuerza
concreta que nos domina, que escapa a nuestro control, que contra-
dice nuestras esperanzas, que aniquila nuestros cálculos, constituye
uno de los factores principales del desarrollo histórico pasado" 172. Y
también: "La potencia social, es decir, la fuerza productiva multipli-
cada que resulta de la colaboración de los diferentes individuos con-
dicionada por la división del trabajo, aparece a esos individuos ... no
como su propia potencia unida sino como una fuerza extraña situada
fuera de ellos, cuyo origen y finalidad desconocen y a la que tampoco
pueden dominar, sino que, por el contrario, recorre ahora toda una
serie particular de fases y grados de desarrollo, independiente de la
voluntad y la agitación de los hombres, e incluso regula esa voluntad
y esa agitación" 173 •
Los análisis de los Grundrissey el Capitalque se mencionaron va-
len entonces como desarrollo e ilustración de estos temas fundamen-
tales, esbozados especialmente desde los ~os 45-46. La reificación de
la que hablan esos dos textos designa la/transferencia de la relación
intersubjetiva a la objetividad y los divetsos modos !:legúnlos que se
lleva a cabo esa transferencia.
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Como transformación de las relaciones '
132
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CapituloVII: La economíacomoalienaciónde la vida
133
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Marx II. Unafilosofiade la economía
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CapítuloVII: La economíacomoalienaciónde la vida
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Marx II. Unafilosoftade la economía
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136
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CapítuloVII:La economíacamoalienaciónde la vida
que esa habilidad no tiene existencia por fuera de él, por fuera del
individuo viviente que trabaja, entonces cuando el individuo ofrece
su fuerza, su habilidad, etc., se ofrece a sí mismo. Por eso las declara-
ciones que afirman que el obrero se vende a sí mismo no provienen
de la dramatización romántica de una situación histórica, como si,
privado de todo, tanto del medio de trabajo como de su producto, el
trabajador no tuviera en efecto otra cosa para ofrecer que a sí mismo .
En los orígenes del capital es justamente así, pero esas condiciones
históricas del capitalismo recubren un fenómeno de esencia que va a
determinar todo el sistema y que no es otro que la estructura interior
de la praxis. Dado que esa estructura reside en la inmanencia radi-
cal de la subjetividad original, dado que, para el trabajó, alienarse
no puede querer decir objetivarse, dado que lo que el obrero aliena
en el capitalista no es algo de lo que pueda separarse, algo objetivo,
una mercancía fija y determinada de una vez por todas en cuanto a
su forma y su valor, sino por el contrario su vida misma, su fuerza
de trabajo, en efecto el capitalista va a apoderarse de ésta y no de
una cosa muerta, de un capital fijo, va a apoderarse del poder mismo
de la vida, de su poder indefinido de incremento y valorización, y el
enriquecimiento del capital es entonces posi~le.
El fenómeno central (y sobre el que va/ a concentrarse todo el
análisis de Marx) de la venta por el obrero ,¡i.esu vida misma, de su
,✓fuerza de trabajo", nos pone en presencia de un concepto radical-
mente nuevo de alienación, el concepto de la alienación real. Es real
en primer lugar porque concierne a la realidad en el sentido en que
la ·entiende Marx, a saber, la praxis misma, la subjetividad y la vida.
Como acabamos de ver, lo que el obrero aliena en el capitalista es a
sí mismo, su capacidad subjetiva de producción, su fuerza , su cuer-
po subjetivo, y no una realidad objetiva, una mercancía o una cosa.
Pero, como también acabamos de ver, el obrero no puede separarse
de su cuerpo, de su fuerza, que es su subjetividad misma, no pue-
de alienarlo en tanto y en cuanto alienación signifique objetivación.
Por lo tanto, la alienación es real por concernir a la realidad en un
segundo sentido, en el sentido de que no puede realizarse como ob-
jetivación. Pero entonces, ¿qué quiere decir alienarse, devenir otro,
devenir algo extraño, si se debe excluir la interpretación ontológica
que guía a la metafísica occidental y encuentra su formulación más
explícita en Hegel, si devenir otro ya no significa devenir un objeto?
Si alienarse ya no quiere decir objetivarse, ponerse ante sí como algo
137
•
L Marx II. Unafilosofíade la economía
1.
esa modalidad de otras? ¿Por qué la actividad, en su inmanencia mis-
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y ya no se produce en ella como su actualización y realización. En
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tanto la vida ya no la quiere, en tanto que es obligada y se la sufre,
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la praxis -similar a la necesidad insatisfecha que se transforma en
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malestar- reviste un carácter penoso y es sentida como una carga . La
alienación se define por la afectividad. Es la tonalidad específica de la
vida en tanto que vive el sufrimiento, en tanto que sacrificio, algo que
ya no hace a partir de sí misma y de su querer más interior . Aquello
138
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CapítuloVII: La economíacomoalienaciónde la vida
139
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CapituloVII: La economíacomoalienación de la vida
141
Marx II. Unafilosofiade la economía
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190, Child. Empl. Comm., II, rep. 1864, p. 21, citado por Marx, ibfd., 1312. "La es-
clavitud en las workhouses"(ibíd., 1343). "Los obreros de las minas están ligados
1 '
, ·_ (bound, expresión que, como bondage,data de la época de la servidumbre) por
i :i. doce meses al explotador de la mina ... o al propietario ... el trabajador se ve for-
' :
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zado a aceptar como parte de su salario un alojamiento rodeado de exhalaciones
pestilentes. No puede conducir sus propios asuntos como lo entienda adecuado;
bajo todas sus relaciones se encuentra en un estado de servidumbre" (ibíd., 1356).
;_11/ .. De la fábrica mecanizada, Marx dice: "Los obreros 'liberados' por ella proveen
' 1; ¡': •. el material humano utilizable a gusto y conveniencia" (ibíd., 1316). Del peonaje:
"El peonaje es un adelanto de dinero sobre un trabajo futuro. Con esos avances
sucede como en la usura ordinaria: no sólo el trabajador queda como deudor de
por vida, es decir, como trabajador forzado del acreedor, sino que esa condición
se hereda en la familia y en las generaciones futuras que, así, pertenecen efectiva-
mente al acreedor" (carta a Kugélmann del 11 de octubre de 1867).
191. Ibíd., 1375, nota.
142
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CapituloVII:La economíacomoalienaciónde la vida
143
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CAPITULO VIII
·Lagénesistrascendentalde la economía
1º La posibilidadporprincipiodelintercambio:trabajorealy trabajo
abstracto.
La economía -que constituye el tema del capítulo precedente, y de
la que también h'ataremos aquí- es la economía mercantil, más pre-
cisamente la economía mercantil en su forma desarrollada, el capita-
lismo. En cuanto a cuál es el objeto del Capitnl,el propio Marx dio la
respuesta en el prefacio al libro I, escrito en 'landres el 25 de julio de
1867: ªEn esta obra estudio el modo de producción capitalista y las
relaciones de producción e intercambio que le corresponden" 1• Sin
embargo, nos equivocaríamos mucho si creyésemos poder reducir la
problemática de Marx a un análisis económico. Si por un lado el sis-
tema capitalista constituye, en efecto, el tema dominante y constante
de los escritos económicos -es decir, prácticamente, de la totalidad de
la obra desde el 46- una lectura atenta de los primeros capítulos del
Capitalalcanza para mostrar que la investigación emprendida persi-
gue algo totahnente distinto que la edificación de una ciencia en el
sentido ordinario del término, a saber, la adquisición y formulación
sistemática de cierta cantidad de conocimientos positivos concer-
rúentes a determinado dominio del ser. Si así fuese, si el estudio del
sistema capitalista y sus leyes constituyera el tema exhaustivo de su
investigación, Marx no sería más que el último representante de la
escuela económica inglesa y, cualquiera sea la importancia de las mo-
dificaciones que aportó a las tesis de Smith y Ricardo, sólo se trataría
1. Pl, I, 548.
14.5
M.arxII. Unafilosofiade la economía
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del socialismo que debe sucederla, la economía mercantil ¿no perte-
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nece evidentemente a la fa~ticidad de la historia? ¿No escapa como
! ·q•' tal a la dimensión trascendental de la fundación por principio y la
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• 1 1 . apodicticidad? Pero lo que constituye el objeto último de la reflexión
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de Marx no es el intercambio en tanto que fenómeno histórico, su
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CapítuloVIII:La génesis trascendentalde la economía
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Marx II. Unafilosofiade la economía
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CapítuloVIII: La génesístrascendentalde la economía
' ceso de ese gasto y nada más". Y también: "El proceso de producción
2. lbíd., 564.
149
Marx 11.Unafilosofíade la economía
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CapítuloVIII:La génesis trascendentalde la economía
7. Ibíd., 607.
8. Ibíd., 279.
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CapítuloVIII: La génesis trascendentalde la economía
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• 10. lbíd., 1418 .
11. lbíd., 1419.
153
Marx II. Unafilosofiade la economía
cierta forma, se cambia por una misma cantidad de trabajo, bajo otra
forma" 12• Por lo tanto el principiodel régimencomunistaes el derecho,el
principiodel intercambio,el principiomismode la economíamercantil.La
única diferencia que existe entre el comunismo y el sistema mercantil
es que el primero emprende la aplicación efectiva del principio que
el segundo contraviene en la práctica en tanto que no da al obrero el
verdadero equivalente de su trabajo. Lo que diferencia al comunis-
mo del capitalismo no es entonces una cuestión de principio, muy
por el contrario: el comunismo no quiere otra cosa que la realización
del principio mercantil. Por lo tanto no sólo hay que decir que "la
sociedad comunista ... lleva todavía los estigmas del antiguo orden
en el que ha sido engendrada" sino, más aún, que realiza ese orden
al realizar el principio del mismo. Y Marx lo dice: "Por lo tanto aquí
[se trata de la sociedad comunista] el derecho igual es en principio
siempre el derecho burgués, por más que el principio y la práctica ya
no colisionen" 13 •
Dado que el comunismo es el desarrollo radical del principio de
la economía mercantil -€n lugar de ser, como el capitalismo, una
aplicación falaz del mismo-, sirve como revelador de la economía
mercantil, es la forma pura producida por su principio y en la que ese
principio aparece tal y como es. Es desta~able el hecho de que, contra
toda lógica, Marx califica como burgués ' a ese principio del derecho
y la igualdad. Si en la sociedad burguesa , es decir capitalista , no en-
cuentra más que su imagen deformada, y sólo se realiza plenamente
_;-en el comunismo, la problemática debería reconocerlo más bien como
principio del comunismo . Sólo que Marx va a hacer una crítica tan
radical de ese principio que parece preferible, en la exposición de un
programa revolucionario, que esa critica caiga sobre los estigmas del
viejo orden más que sobre la esencia misma del régimen que se va a
instituir. En todo caso, es significativo que dicha crítica tenga lugar
¡·,.
en el momento en que se aborda el estudio del orden comunista y su
1/'·. fundamento. El "progreso" que ese régimen constituye reside justa-
·¡· ·. mente en que el principio del derecho igual ya no es desmentido por
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:, los hechos. ''A pesar de ese progreso -€scribe Marx- ese derecho igual
. 1; permanece prisionero de una limitación burguesa. El derecho de los
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CapituloVIII:La génesistrascendentalde la economía
14. lbíd.
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CapítuloVIII: La génesis trascendentalde la economía
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22. Ibíd.
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ción por la cual se sustituye rma realidad por una idealidad , dejando
escapar la primera, que sin embargo subsiste intacta allí donde está,
es lo que Marx llama abstracción. La alienaciónen tanto que·idénticaa
la abstracciónes el actoprotofundadorde la economíay precisamentesu
génesistrascendental.
Como todos los grandes pensadores, Marx no escribió más que un
solo libro -al menos en lo que a econonúa respecta-, cuya estructura,
temas y tesis se encuentran a través de sus diferentes estados. El tema
inaugural es justamente el tema fundamental, la génesis trascenden-
tal de la economía, la teoría de la abstracción a partir de la cual la
econonúa se vuelve posible y, al mismo tiempo, constituyeun objetoen
la esferade la experienciahumana.Esa abstracción se presenta bajo una
doble forma. En primer lugar, es la abstracción en virtud de la cual
la mercancía se considera como un producto del trabajo y nada más
que eso. Esa consideración, que hace justamente de ella una mercan-
cía y traza el horizonte de la economía mercantil, es una abstracción
porque, al no ver en lo que se presenta en el mercado más que un
producto del trabajo, se pierden de vista sus cualidades materiales,
es decir también su valor de uso. "Es evidente -dice El Capital-que
cuando seintercambian mercancías se haipeabstracción de su valor de
uso, y que toda relaciónde intercambiose,!c aracterizajustamentepor esa
25
abstracción"• Ya decía la Críticade la economíapolítica:''Indiferentes
por lo tanto a su modo de existencia natural, sin consideración por
la naturaleza específica de la necesidad para la cual son valores de
..,.uso,las mercancías se compensan en cantidades determinadas, se
•' suplantan mutuamente en el intercambio, actúan como equivalentes
y representan así la mism~ unidad, por más que las haya de todas
apariencias y colores" 26• En efecto, lo que queda cuando se hace abs-
tracción de las cualidades materiales y la utilidad de las mercancías
es, únicamente, el hecho de que las produjo un trabajo. 11Una vez que
se ha hecho a un lado el valor de uso de las mercancías, no les queda
!: más que una cualidad, la de ser productos del trabajo" 27 •
Es necesario ver en qué el "producto del trabajo" consideradocomo
l,....,. tal es una abstracción: precisamente no es una cosa real, resultado de
. ;
' '!· la acción de un trabajo real, sino una pseudo-cosa, despojada de toda
162
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28. Ibíd.
29. Ibíd., 565.
30. Ibíd.
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Marx 11.Unafilosofiade la economía
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32. Ibid., 280.
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42. Ibíd., 281. Hay que destacar aquí la obsesión por la calidad que caracteriza al
l.'.;, . pensamiento de Marx, y el horror que éste tuvo por todo lo que la suprime.
43. lbíd., 282-283.
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CapítuloVIII:La génesistrascendentalde la economía
49. Ibíd.
50. Ibíd., "vacío" y "lleno" subrayados por Marx.
51. Ibid., 86; ES, 62.
52. Ibíd., 86-87; ES, 62; subrayado por nosotros.
171
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Marx II. Unafilosofíade la economía
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CapítuloVIII:La génesistrascendentalde la economía
55. Citado por Marx, fbíd., 576. [Se trata de la obra Some thougths on the interest of
money in general (Algunos pensanúentos sobre el interés del dinero en general),
de 1738, atribuida a K. H. Hennin gs (N. del T.)]
56. Ibíd., 1245.
173
Marx II. Unafilosofía de la economía
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CapítuloVIII:La génesistrascendentalde la economía
175
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61. Ibíd.
62. Ibíd., 572.
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65. Ibíd., 588.
66. Ibíd.
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67. Ibid., 589¡ subrayado por nosotros.
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Marx 11.Unafilosofiade la economía
182
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CapítuloVIII:La génesistrascendentalde la economia
obstante, poner el trabajo como medida del valor sin hacer abstracción
del carácter particular de los trabajos individuales conduciría a decir,
de manera absurda: "ya que el intercambio de botas y zapatos por
mesas no es otra cosa que el intercambio de zapatería por carpintería,
es por medio del trabajo del carpintero que se estimará con la mayor
exactitud el valor de las botas" 80• De hecho, hablar de "trabajo" es
llevar a cabo, al menos implícitamente, la abstracción constitutiva de
la economía. En tanto que no lleve esa abstracción que la hace posible
a la claridad de un concepto, la economía política permanece ciega
respecto de sí núsrna y de su fundamento: "La economía política clá-
sica nunca distingue clara ni expresamente el trabajo representado en
el valor y el mismo trabajo en tanto que se presenta en el valor de uso
del producto. En realidad hace esa distinción, dado que considera al
trabajo ya desde el punto de vista de la calidad, ya desde el punto de
vista de la cantidad. Pero no se le ocurre que una simple diferencia
cuantitativa de los trabajos supone su unidad o igualdad cualitativa,
es decir, su reducción a trabajo humano abstracto" 81 •
Por no haber hecho · esta distinción decisiva los fisiócratas se
equivocaron gravemente en su intento de aprehender el origen de
la riqueza burguesa. Su primer error es, sin dudas, el haber querido
determinar la naturaleza del plusvalor ante$ de elucidar la naturaleza
del valor. "Por lo tanto estudian el probl~ma bajo una forma com-
pleja, mientras que no lo han resuelto en su forma elemental 1182• Pero
el error que consiste en atribuir únicamente al trabajo de la tierra el
p~der de producir plusvalor no resulta solamente de la infracción al
principio cartesiano, tiene que ver precisamente con la confusión del
trabajo real con el trabajo abstracto, con la pretensión de atribuir al
primero la formación del valor y el plusvalor. Por lo tanto no hay que
decir, como ingenuamente se hace, que además del trabajo de la tierra
hay otros trabajos capaces de producir valor y por consiguiente plus-
valor, sino que ningún trabajode esetipo puedehacerlo,ni la industria
ni la agricultura, porque ningún trabajo real en tanto que tal produce
valor. Agreguemos que esa diferencia esencial entre trabajo real y
trabajo abstracto no sólo tiene una significación teórica cuyo desco-
nodmiento dejaría en el corazón de la economía política una zona
183
Marx II. Unafilosofía de la economía
2° La clarificación
radicalde los conceptosfundamentalesde la economía
y la delimitaciónde su estatuto.
La distinción entre trabajo real y trabajo abstracto, la fundación del
segundo a partir del primero, fundación que no es otra cosa que la
génesis trascendental de la economía, significan para ésta una clari-
ficación radical de sus conceptos fundamentales. En primer lugar la
clarificación del concepto de valor, en su relación con la elaboración
definitiva del ser del trabajo. El trabajo real crea el valor de uso, el
trabajo abstracto crea el valor de cambio. "Mientras que el trabajo
creador de valor de cambio es el trabajo general abstracto e igual, el
trabajo creador de valor de uso es por el contrario trabajo concreto y
particular que, según su forma y su materia, se divide en una varie-
dad infinita de tipos de trabajo" 64• En tanto que es al mismo tiempo
• 1
valor de uso y valor de cambio, la mercancía se refiere a esas dos for-
mas esencialmente diferentes y heterogéneas del trabajo, en su ma-
terialidad resulta del trabajo real y en s~ valor económico resulta del
trabajo social. "Las mercancías ... representan ... unas frente a otras la
doble forma del trabajo que contienen, dado que el trabajo concreto
particular existe realmente en su valor de uso, mientras que el tiempo
/ " de trabajo general reviste en el precio una existencia figurada, en la
8.3. Ibíd., 750. Sin embargo hubo un economista que sí supo distinguir el traba-
jo real del trabajo abstracto . Se trata de Steuart, quien "diferencia rigurosamente
el trabajo específicamente social que se encama en valores de cambio del trabajo
concreto que resulta en valores de uso" (ibíd., 312). Más aún, Steuart había conce-
bido explícitamente al primero como la alienación del segundo . "Llamo industria
-dice- al trabajo que por su alienación crea un equivalente universal" (ibíd.). Y
para hacerle justicia plenamente, Marx agrega que Steuart sabía muy bien que
ese trabajo social, que él llama burgués, existía antes de la época burguesa pro-
' · ¡: . ! .
piamente dicha, desde el momento en que el producto tomó forma de mercan-
' cía y como condición de la misma. ¿Por qué, sin embargo, en El CapitalMarx no
'i
' .' duda en atribuirse el descubrimiento de esa distinción fundamental entre trabajo
real y abstracto, sino porque, integrándola a la problemática trascendental de la
génesis de la econorrúa, iba a darle una significación decisiva, ya no la de simple
hecho , sino la de hecho "protofundador'', la de principio mismo de la econonúa
mercantil?
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.. ·I· 84. Ibid., 287.
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88. Grundrísse,L 108; subrayado por nosotros.
89. Ibíd., 78-79; subrayado por nosotros.
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CapítuloVIII:La génesistrascendentalde la economía
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CapítuloVIII:La génesistrascendentalde la economía
-nes ideales que éstas revisten en tanto que representan una realidad
·de otro orden, el fetichismo es idénticamente un materialismo o, si se
prefiere, un idealismo, y la identidad entre idealismo y materialismo
se ve reafirmada a propósito de la economía y nuevamente rechazada.
"El materialismo grosero de los economistas les hace ver las relacio-
nes de producción sociales de los hombres y las deterrrúnaciones que
de ellas resultan para las cosas como relaciones que dependen de las
propiedades naturales de las cosas. De hecho, ese materialismo es un
idealismo no menos grosero; es un fetichismo, ya que atribuye a las
113. "Una familia de obreros de Manchester en la que los hijos tienen una rela-
ción de intercambio con sus padres y les pagan por la comida y el alojanúento no
representa la organización económica tradicional de la familia, así como el siste-
ma del intercambio no represent a la economía natural de las sociedade s" (Grun-
drísse, 11, 438).
114. El Capital, Il, 1, 208; subrayado por nosotros.
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Capítulo VIII:La génesis trascendentalde la economía
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Marx II. Unafilosofiade laeconomía
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CapítuloVIII:La génesis trascendentalde la economía
197
Marx II. Unafilosofíade la economía
131. Ibíd., 237. "Una misma mercancía", dice Marx: para poder ser capital fijo o
/ '' capital circulante, la cosa real debe haber sufrido ya la transformación económi -
ca; no es ella sino su valor lo que será capital fijo o capital circulante.
132. Ibid., 197; subrayado por nosotros.
133. "Así, por ejemplo, las máquinas son un producto circulante para el fabrican-
te de máquinas ... A la inversa , para el capitali sta que la utiliza en el proceso de
producción, la máquina será capital fijo, porque para el primero es un producto
1 :·
! y para el segundo un instrumento de producción" (fbíd.,244). Señalemos que, en
'1; el momento mismo en que Marx distingue rigurosamente entre propiedades eco-
nómicas y propiedades materiales, su vocabulario sigue siendo impropio: la má-
quina no es capital fijo; sólo su valor -es decir , la representación ideal del trabajo
.·l ,.;
·i contenido en ella- puede serlo, o ser por el contrario capital circulante.
::!
134. El Capital,II, r, 179; subrayado por nosotros , Uno de los reproches de Marx
a Smith será justamente el haber confundido ese capital circulante, que forma
1 .
parte del capital producti vo, con el capital mercantil, que es extraño al mismo.
. ·I Asimismo, uno de los errores de Smíth -a quí no se trata entonces de un error
1 ,
económico sino de un ejemplo de fetichismo- "consiste .,. en considerar las carac-
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, ! . terísticas del capital fijo y el capital circulante como pertenecientes a los objetos"
(ibíd., 188).
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198
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CapítuloVIII:La génesistrascendentalde la ecanomía
3° Procesorealy procesoeconómico.
La disociación entre las propiedades económicas y la realidad evi-
denciada en el ejemplo del capital fijo reviste una significación abso-
lutamente general y nos invita a instituir una diferencia esencialentreel
procesomaterialy el procesoeconómicode la producción.El proceso real o
material de producción es la t.Tansformaciónde la naturaleza en valo-
res de uso. Es una actividad de la vida, que resulta de su necesidad y
procura volver homogéneas a ésta todas las cosas. Ese proceso real de
producción existe desde el origen de la historia, es la condición tras-
cendental de posibilidad de la misma y su realidad, y por eso es in-
manente a ella y reaparece en cada una de sus fases. "Reencontramos
así el proceso de trabajo, que... es común a todas las formas de la
producción" 135• Por eso es que ese proceso real está presente en el
capitalismo: "al incorporar... trabajo, el capital deviene proceso de
producción; pero es en primer lugar un proceso de producción mate-
rial: es un proceso de producción en general porque no hay diferencia
entre el proceso de producción del capital y el proceso de producción
material en general" 136• En tanto que el proceso de producción que se
lleva a cabo en el capitalismo es un proceso materiat reconocemos en
él los elementos de todo proceso real, a sabe~, la materia trabajada, el
instrumento y finalmente el trabajo mismo. ('En el origen, cuando el
valor se transforma en capital, el capital retoma el proceso de trabajo
pura y simplemente en el estado en el que lo encuentra: frente a esas
condiciones materiales, el capital representa entonces simplemente
la_J;Qtalídadde las condiciones del proceso y se escinde, como el pro-
ceso mismo, en ·sus diversos elementos cualitativos: materialde traba-
jo.. ., medio de trabajo (instrumentos, etc.) y trabajo vivo. El capital
se descompone entonces en esos tres elementos según su sustancia
material" 137• Cosa que Marx vuelve a afirmar de modo categórico : "el
capital presupone 1º el proceso de producción en general propio a to-
dos los estados de la sociedad, es decir, sin carácter histórico: humano,
si les parece''
138
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Marx II. Unafilosofiade la economía
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CapítuloVIII:La génesistrascendentalde la economía
141. Ibíd.
142. lbíd., 210-211.
143. Ibíd., I, 260.
201
!
que ver con la forma económica, con el valor propiamente dicho )"144•
En tanto que su "producto no es un producto", el proceso económico
se opone claramente al proceso real, del que Marx dice en otro lado:
"Desde el punto de vista del contenido, el proceso de producción crea
ante todo el producto. Esta primera modificación es sustancial y esen-
ci.al"14 5. Por supuesto, en lo relativo al producto, esa oposición entre
el proceso real y el proceso económico resulta de la oposición de los
procesos mismos y de las dos formas de trabajo que los constituyen,
en tanto que el trabajo económico se reduce a una pura producción
de valor.
En los ejemplos siguientes se lee fácilmente la diferencia entre el
proceso real y el proceso económico y la indiferencia del segundo res-
pecto del primero. Supongamos que a consecuencia de un aumento
de su productividad, que constituye una determinación real de un
trabajo concreto, éste produzca en un mismo lapso de tiempo una
cantidad de valores de uso que es el doble de lo que ·producía antes .
La riqueza social, si entendemos por ello la riqueza material efecti-
va, la que consiste precisamente en valor de uso, se ha duplicado .
Pero la riqueza económica, a saber, el valor que ese mismo trabajo
produce , no ha cambiado, porque tien~ su medida en el tiempo de
trabajo, que justamente sigue siendo ~l mismo, y como dice Marx:
.(/Evidentemente, la medida del trabajo -el tiemper no depende de
la productividad del trabajo" 146• Inversamente, "si por alguna razón
la fuerza productiva de todos los trabajos disminuyera en la misma
,. medida, de modo que todas las mercancías exigiesen, en proporcio-
,· nes iguales, mas tiempo de trabajo para su producción , el valor de
todas las mercancías habría aumentado; la expresión real de su valor
de cambio permanecería igual y la riqueza verdadera de la sociedad
habría disminuido, ya que se necesitaría más tiempo de trabajo para
crear la misma masa de valores de uso" 147.
Marx subrayó mucha s veces el carácter paradójico de la relación
que une la riqueza real a la riqueza económica, a saber su contin-
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147. Pl, I, 292-293.
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CapítuloVIII: La génesistrascendental de la economía
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Marx II. Unafilosofiade la economía
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152. El Capital,m,I, 232.
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154. Pl, I, 567.
""Salaire,prix et plus-value, según fue publicado en la edición de La Pléyade,que
Henry utili za. El texto también se encuentra en francés con el título de Salaires
,
prix et profít [N. del T.)
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CapítuloVIII: La génesis trascendentalde la economía
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Marx II. Unafilosofíade la economía
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176. Ibíd.
177. Ibíd., 87.
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212
CapítuloVIII: La génesis trascendentalde la economía
178. Ibíd., 84 .
179. Ibíd., 83-84.
180. Ibíd., 84.
181. Ibíd., 139-140.
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182. Ibíd., 85.
183. !bid., 81.
184. Cf. "La circulación de las mercancías se distingue esencialmente del inter-
cambio inmediato de productos" (PI, I, 651).
185. Grundrisse,I, 81.
186. Pl, 1,390.
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187. Grundrisse,I, 81.
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214
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CapítuloVIII: La génesis trascendentalde la economía
215
Marx II. Unafilosofiade la economía
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CapítuloVIII:La génesistrascendentalde la economía
195. Ibíd.
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Marx II. Unafilosofiade la economía
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CAPÍTULO IX
La realidadde la realidadeconómica
1° El fundamento metaeconómico
de la economía.Dialécticaentre el valor
de uso y el valorde cambio.
En tanto que la realidad económica es el devenir otro de la realidad,
más precisamente su sustitución por una realidad de otro orden, on-
tológicamente heterogénea y opuesta a ella, una entidad ideal, lo que
aparece en primer lugar es que la realidadcon,siderada en sí mismano es
económica.Se debe invertir aquí -y denunci~ como un error monu-
mental y un completo contrasentido sobre el pensamiento de Marx-
la conocida tesis del "marxismo" según la cual la realidad, al menos
la que debe reconocerse en el fondo de las sociedades humanas como
lo .Jil:Uelas contiene y determina, es justamente la realidad económica.
Se rechaza iguahnente la oposición (clásica en el marxismo) entre
estructura y superestructura , en tanto la primera es concebida como
una estructura económica capaz de producir y determinar a la segun-
da, a saber., el conjunto de los sistemas de representaciones. Strícto
sensu, lo II económico" está constituido por representaciones ideales,
por realidades abstractas como el "trabajo", el "valor", el "dinero ",
etc. Lejos de poder fundar otros sistemas conceptuales, que son onto-
lógicamente homogéneos a él, está fundado. Lejos de ser el principio
de una génesis, es su producto, el producto de la génesis trascenden-
tal de la econorrúa tal como acabamos de exponerla.
Que la realidad considerada en sí misma no es económica es la
afirmación fundamental de Marx, y una afirmación reiterada. La rea-
lidad es el movimiento de la vida que transforma la naturaleza para
219
Marx II. Unafilosofiade la economía
220
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CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
3. Pl, I, 728.
4. Ibid., nota .
5. Ibid., 731.
6. Ibúi., 735.
7. Grundrisse,II, 403; subrayado por nosotros.
221
Marx II. Unafilosofíade la economía
222
j
CapítuloIX: La realidadde la realidadeconámica
11. Ibíd., 508; cf. igualmente: "Si por ejemplo vendiera así todo el tiempo de su
vida, se transformaría inmediatamente en esclavo del empleador de por vida"
(ibíd.)
12. Grundrisse,II, 314.
13. Ibíd., I, 219-220; subrayado por nosotros; "subjetivo ", "sujeto viviente" , "tra-
bajador' ' subrayadas por Marx.
14. Pl, I, 731; el concepto de trabajo - y más en general de actividad- como movi-
miento es característico del pensamiento de Marx. Ya en el 44 se lo veía citar con
mirada favorable las palabras de Mili: "se puede reducir la actividad del hombre
223
Marx Il. Unafilosoftade la econamía
a elementos bastante simples. En verdad, no puede hacer más que producir mo-
vimiento; puede mover las cosas para acercarlas o ~ejarlas unas de otras; las pro-
piedades de la materia hacen el resto ... " (J. Mili, Eléments d'économie polítique ,
trad. Parisot, París, 1823, p . 7 [puede encontrarse en línea una versión facsimi-
~ ! lar completa de la edición en castellano, Elementos de economíapolítica,Miguel de
'
Burgos, Madrid, 1831 (N. del T.)], citado por Marx, Manuscritos del 44, 115). El
1· : propio Marx escribe también en los Grundrisse (II, 230): "Se trata siempre de un
ejercicio, en la medida en que el trabajo reclama una práctica manual así como
una libertad de movimiento, como podemos ver en la agricultura".
15. Pl, 1, 740; subrayado por nosotros.
16. Grundrisse,I, 243. Acerca de la significación última de esa proposición esen-
cial, cf. infra,p. 336 y siguientes .
224 •
L
CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
225
Marx II. Unafilosofíade laeconomía
226
CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
227
Marx II. Una filosofiade la economía
228
CapítuloIX: 1A realidadde la realidadeconómica
229
~
1
230
CapítuloIX : La realidadde la realidadeconómica
231
Marx II. Unafilosofíade la economía
11
232
__J
. CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
46. Ibíd.
47. Ibíd., Il, 155.
48. Ibíd.
49. Pl, I, 754.
50. Ibíd., 568.
233
Marx II. Unafilosofíade la economía
234
~
CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
como valor de cambioy sólo podrá ser útil a alguien, sólo podrá ser un
valor de uso, si, librada al intercambio, en primer lugar es arrancada
a su productor. Reconocemos el gran reproche de Marx, el hecho de
que, en la economía mercantil., la apropiación encuentra su condición
en la alienación. "El proceso de transformación de las mercancías en
valores de uso supone su alienación universal" 56 • En consecuencia, el
valor de uso sólo puede realizarse, llegar hasta la vida, si se hace valor
de cambio y se realiza primero como tal. "Para realizarse como valo-
res de uso deben realizarse por lo tanto como valores de cambio" 57 • Lo
mismo dice El Capital:"Por lo tanto es necesario que las mercancías
se realicen como valores antes de que puedan realizarse corno valores
de uso" 58• Pero la inversión de la teleología vital en la teleología eco-
nómica se invierte a su vez. La realización del valor de cambio es en sí
misma un problema: sin duda depende de condiciones económicas,
pero en primer lugar de una condición fundamental que no hace más
que expresar su estructura última, el hecho de que no es más que la
existencia formal del valor de uso y que encuentra en éste su sustan-
cia y su propia posibilidad. Como los valores de cambio sólo son tales
si primero son valores de uso, precisamente sólo se· intercambian si
primero han hecho reconocer su utilidad. '½ntes de que puedan reali-
zarse como valores es necesario que se const~te su valor de uso 1159 • Los
Grundrissedicen asimismo: "Ese valor de c~mbio tenía que materia-
lizarse en un producto, que en tanto que talposeía una utilidad para
otros y era objeto de sus necesidades'' 60. Siempre en El Capital:"Todas
las mercancías son no valores de uso para los que la poseen y valores
dttuso para los que no las poseen" 61 • Producidas para el intercambio,
para quienes no las poseen, las mercancías deben ser adquiridas por
éstos, deben ser valores de uso. La forma económica no deja de pre-
suponer aquello que viene a abolir. "Una mercancía sólo puede ser
alienada como valor de uso en favor de aquel para quien constituye
un valor de uso, es decir, el objeto de cierta necesidad" 62 •
235
Marx II. Unaftlosofia de la economía
63. Ibíd.
64. Ibíd., 294-295; subrayado por nosotros ..
65. Ibíd., 693.
66. Grundrísse,I, 216; subrayado por nosotros .
2.36
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... · ···-··--- ·-··· -----------
237
7
Marx lI. Unaftlosofiade la economía
sin embargo sólo existe como tal por su relación con todos los otros
valores de uso, los cuales no encuentran su propia medida -su valor
de cambio- en el valor de cambio de la mercancía elegida sino en su
valor de uso. "Si una mercancía mide su valor de cambio por los va-
lores de uso de todas las demás mercancías, inversamente los valores
de cambio de todas las demás mercancías se miden por el valor de
uso de esa mercancía particular"'°. El elemento vital cuya alienación
es la economía reaparece incesantemente en ella.
El carácter fundador del valor de uso en relación con el valor de
cambio es evidente si se hace notar el trivial y no obstante decisivo
hecho de que una mercancía pierde todo valor desde el momento en
que su valor de uso se destruye. "Deja de ser valor de cambio cuando
deja de ser valor de usd 171• En consecuencia, toda la circulación eco-
nómica depende del valor de uso y de sus propiedades específicas: "si
[las mercancías] no se venden en el tiempo deseado, se echan a per-
der y, junto con el valor de uso, pierden su propiedad de soporte del
valor de cambio" 72• Un proceso económico deviene inmediatamente
tributario de sus determinantes extraeconómicos: "Cuanto más pe-
recedera es una mercancía, más estrecho es el límite absoluto que su
naturaleza física pone a su periodo de cir~ulación como mercanda 1173•
La determmación del valor por el valor ~e uso no sólo se manifiesta
en el plano de la circulación sino también, más esencialmente, en el
interior del proceso de producción. En éste, las materias primas son
transformadas, y por lo tanto los valores de uso lig~dos a sus propie-
_..dadesoriginales son suprimidos; también debería serlo su valor de
.- cambio, en virtud del axioma que repite El Capital- "Si entonces el
valor de uso se pierde, el valor de cambio también se pierde igual-
mente" 74- y en consecuencia no podría ser transferido al producto .
Si no sucede así, si el valor de los medios de trabajo no se destru ye,
es porque su valor de uso tampoco lo hace: aparece bajo una forma
nueva en el producto. Paraéste, la posibilidadde replicarel valorde sus
condiciones estáinscritaen eldevenirdelvalorde usoy presuponesu propia
conservación o su desarrollo
. El proceso de valorización muestra enton-
1 -
70. Ibíd.
1 71. Grundrisse, I, 361.
72. El Capital, II, 1, 118.
73. Ibíd.
74. Pl, I, 754.
238
CapítuloIX : La realidadde la realidadeconómica
75. lbíd.
76. Grundrisse,I, 419.
77. Ibíd., 361.
239
Marx II. Unafilosofiade la economía
240
CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
explorar toda la naturaleza ... " 81• Pero la naturaleza es finita como la
subjetividad misma, una y otra son extrañas al valor.
Hemos visto que la economía encuentra su forma pura en el dine-
ro, y que éste se constituye en una serie de abstracciones a partir de
la realidad. Al cabo, el dinero vale por sí mismo y su producción es la
finalidaq. de todo el proceso . El valer para sí del dinero es el valer para
sí del valor. Pero el elemento económico puro no puede mantenerse
por sí mismo, la autonomía del dinero es sólo ilusoria. "Su autonomía
no es más que simple apariencia" 82• Y ello por dos razones . Así como
el valor de cambio de cada mercancía es inseparable de su valor de
uso, el dinero sólo en apariencia representa el valor de cambio en es-
tado puro: de todas las mercancías, es aquella cuya referencia al valor
de uso es más evidente. Porque cada mercancía satisface sólo un valor
de uso, representa sólo un valor de uso. "Desde el punto de vista del
valor de uso cada mercancía expresa sólo un aspecto de la riqueza
material, es sólo un elemento aislado de la riqueza, en la medida en
que responde a una necesidad particular". Por el contrario, por me-
dio del dinero se puede obtener la totalidad de los valores de uso, y el
dinero sólo significa la riqueza porque agrega al concepto formal de
la riqueza económica -a saber, el valor como tal- el concepto material
de la riqueza real, que no es otra cosa que el /conjunto de los produc-
tos útiles para la vida. "El dinero, por su parte, satisface todas las
necesidades, ya que se convierte directamente en objeto de cualquier
necesidad. Su propio valor de uso se realiza en la serie infinita de los
valores de uso que constituyen sus equivalentes . En su sólida sustan-
ciáde metal encierra toda la riqueza material que se despliega en el
mundo de las mercancías. De modo que si las mercancías representan
en su precio el equivalente general o la riqueza abstracta, es decir el
oro, éste representa en su valor de uso a los valores de uso de todas
las mercancías. Por lo tanto el oro es el representante general de la
riqueza concreta. Es el 'resumen de todas las cosas' (Boisguilbert), el
compendio de la riqueza social. Es a la vez, por su forma, la encama-
ción directa del trabajo general y, por su contenido, la quintaescencia
de todos los trabajos reales. Es la riqueza general individualizada" 83•
En tanto que riqueza general individualizada , el dinero repite la con-
81. Ibíd.
82. lbid., 176.
83. Pl, I, 382 .
241
Marx II. Unafilosofíade la economía
242
CapítuloIX: La realidadde la realidad económica
85. Ibid., 11, 155; "natu raleza p arti cular del valor de uso", "cuerp o del capital",
subrayados por Marx .
86. !bid., 213.
87. Ibid., 152.
88. Pl, I, 727.
243
Marx JI. Unafilosofiade la economía
244
CapítuloIX: La realidadde la realídadeconómica
245
Marx II. Unafilosofiade la economía
246
j
CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
99. Ibíd.; Marx cita la definición de capital que da Sismondi : "porción fructífera
de la riqueza acumulada ... valor permanente que se multiplica" (Nuevos princi-
pios de la economíapolítica,I, 89).
100. a . supra, t. 1,p. 479.
247
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Marx II. Unafilosoftade la economía
248
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CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
249
Marx II. Unafilosofíade laeconomía
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Marx 11.Unafilosofiade la economía
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CapituloIX: La realidadde la realidadeconómica
253
Marx JI. Unafiwsofiade la economía
114. Grundrisse,11,139.
254
CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
115. Pl, I, 746; cf. también: "El plusvalor ... al igual que la fracción que rempla za
al capital variable adelantado en salario, es un valor nuevamente creado por el
obrero durante el proceso de producción .. ." (El Capital, II, n, 41-42).
255
-
Marx II. Unafilosofíade la economía
7
su producción y, por consiguiente, de su naturaleza de puro efecto de
esa producción, precisamente las modalidades del valor no pueden
depender de dos principios distintos y, más aún, tan heterogéneos
como la realidad y la irrealidad. Elplusvalornopuedeprovenirdeltrabajo
vivo,si el valoren generales el resultadodel trabajoabstracto.Ahora bien,
Marx no solamente relacionó explícitamente la producción del plus-
valor con la actualización de la fuerza de trabajo, con su usoefectivo,
sino que, al mismo tiempo, hace lo propio con el valor mismo, como
muestra este texto inapelable de los Gnmdrisse,que da continuación a
la critica de la circulación agregando a ella una observación esencial.
11
Por consiguiente, en tanto que pone equivalentes, el intercambio,
por definición, no puede aumentar la suma de los valores ni el valor
de las mercancías intercambiadas. (Si en el intercambio con el trabajo
ocurre otra cosa es porque el valorde usodel trabajoproduceel valor,sin
vínculo directo con su valor de cambio)" 116•
Por lo tanto se vuelve a plantear la pregunta de Engels: "¿Qué
tipo de trabajo crea valor?", y con ella el sentido mismo de la proble-
mática de Marx nos interpela nuevamente y reclama una elucidación
más radical. De lo que se trata es de saber si la Unselbstiindigkeit
de la
econorrúa es un resultado provisorio y Íll1almente inexacto: porque si
el trabajo abstracto es el que crea el valor, también crea el plusvalor.
Pero el trabajo abstracto es una determinación económica. La refe-
rencia del plusvalor al trabajo abstracto significa entonces que resulta
de una determinación económica, que la valorizacióny finalmenteel
~apital mismose explicaneconómicamente, en resumen, que las determi-
. naciones económicas forman en su relación recíproca una totalidad
autónoma. Lo que está en cuestión es la génesis trascendental de la
econorrúa, en tanto que la misma ha postulado la Unselbsti:indigkeit de
la realidad económica, o que, más precisamente, aparece de pronto
como contradictoria, ya que al parecer -con Engels, pero también con
Marx- esa génesis trascendental misma había referido el valor al tra-
bajo abstracto y no al trabajo real.
¿O bien, por el contrario, la génesis trascendental de la economía
nos permite superar esa contradicción y establecerla como aparente?
En efecto, lo que establece -y es una tesis constante en Marx- es que
no haymásqueun único trabajo,la unicidad del proceso de producción
116. Grundrisse,11,139; "produce el valor" subrayado por Marx; "el valor de uso
del trabajo" subrayado por nosotros .
256
CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
257
Marx II. Unafilosofíade la economía
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CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
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CapítuloIX: La realidadde la realidadecanómica
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r CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
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7 1
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Capítulo IX: La realidadde la realidadeconómica
152. Ibíd.
153. Ibíd., 190.
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CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
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Marx 1I. Unafilosofiade la economía
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157. Ibíd.
1
1 .
273
-
Marx II. Unafilosofiade la economía
7
vuelve transparente desde el punto de vista económico. Expresados
en valor, los términos de ese intercambio muestran su desigualdad
cuantitativa ideal como la simple consecuencia de su desigualdad
real. Tenemos nuevamente ahora, por un lado., el valor de la fuerza
de trabajo., es decir la cantidad de trabajo necesario para producir
las subsistencias indispensables para la conservación de esa fuerza,
y por otro lado, en un primer momento, el uso de esa fuerza cedida
al capitalista, uso que no tienemás límitesy leyesque las de lafuerza vi-
tal misma. ''El valor de la fuerza de trabajo está detenninado por la
cantidad de trabajo necesario para conservarla y reproducirla, pero
el empleo de esa fuerza no tiene más límites que los de las energías
activas y la fuerza física del trabajador" 158• Volvemos a encontrar aquí
la disparidad entre un valor y un valor de uso; pero éste, el uso de la
fuerza de trabajo, según la ley del valor, es a su vez creador de valor.
Que ese uso sea independiente de la cantidad de trabajo necesario
para la producción de las subsistencias quiere decir, por lo tanto, que
la cantidad de trabajo en que se actualiza la fuerza de trabajo es inde-
pendiente de la cantidad de trabajo necesaria para su conservación y
reproducción: "La cantidad de trabajo que marca un límite al valor de
la fuerza de trabajo del obrero no impone límite alguno a la cantidad
de trabajo que esa fuerza es capaz de ej~cutar" 159 • En una conferen-
cia Marx se serviría de cifras para hacer ~omprensible esa verdad de
otro orden; ello es legítimo, ya que el valor mismo no es otra cosa
que una figuración de ese tipo, la figuración ideal de la praxis vital.
Imaginemos entonces a un hilandero que trabaja 6 horas para produ-
"tir las subsistencias que necesita y, al hacerlo, les confiere un valor
de 3 chelines. Nada le impide trabajar otras 6 horas para producir un
valor suplementario de 3 chelines, y es precisamente lo que hace en
1 .
manos del capitalista. "Para renovar cada día su fuerza de trabajo, [el
1
hilandero] debe producir cada día un valor de 3 chelines, empleando
para ello un trabajo de 6 horas. Ahora bien, eso no le impide trabajar
10, 12 horas y más. Resulta que, pagando el valor cotidiano o sema-
nal de la fuerza de trabajo, el capitalista ha adquirido el derecho de
usarla durante toda la jornada y toda la semana". Así es que "además
de las 6 horas necesarias para la reproducción de su salario, es decir
del valor de su fuerza de trabajo, el hllandero deberá trabajar otras 6
horas, que llamaré horas de sobretrabajo; este sobretrabajo se realiza
158. Pl, 1, 512.
159. Ibíd.
274
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CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
160. Ibíd.
161. Ibíd., 513 .
162. Ibíd.
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7
Marx II. Unafilosofíade la economía
276
CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
165. El Capital, III, 1, 309; subrayado por nosotros; sobre el problema específico
del trabajo comercial , cf. infra,cap . xr, p. 411-415.
166. Grundrisse, II, 188-189.
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CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
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CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
285
Marx II. Unafilosoftade la economía
trabajo" 177• Pero aquí interviene la disociación radical que Marx cree
deber hacer, ya no entre la conservación y el aumento de valor, sino
entre la producción del valor en general y por otro lado su simple
conservación. El texto prosigue: "Pero esa cantidad de trabajo ya
materializado el trabajo vivo no la conserva en virtud de ese agre-
gado cuantitativo, sino por su calidad de trabajo vivo o porque se
comporta como trabajo frente a valores de uso que contienen trabajo
pasado". Marx saca rápidamente la conclusión de que el salario que 1
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CapítuloIX: La realidadde la realida.deconómica
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Marx II. Unafilosofiade la ecanomía
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Marx II. Unafilosofiade la economía
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tan pronto como deja de hacer trabajar, su capital se desvaloriza. Así, por lo
tanto, el trabajo vivo no sólo agrega nuevo valor, sino que conserva y eterniza
el capital..." (Grundrisse, I, 318).
187. Pl, I, 734.
188. Ibíd., 736 . Señalemos también que en El Capital se retoman también otros te-
rnas elaborados por el análisis de los Grundri sse. En particular , la tesis general
según la cual el trabajo vivo es el que lleva a cabo la conservación del valor y por
consiguiente, al mismo tiempo, el que agrega valor, :y sin embargo no en tanto
que agrega valor sino como trabajo útil, en la medid.a en que, al transformar los
valores de uso de los productos que entran en el proceso de producción, conser-
va su carácter de utilidad y al mismo tiempo su valor. Además de los textos que
ya se mencionaron, citemos también éste: "El obrero comunica un valor nuevo al
objeto por adición de una nueva dosis de trabajo ... Por otra parte, reencontramos
co:rm')elementos del valor del producto los valores de los medios de producción
consumidos ... Los valores de los medios de producción se conservan entonces
por su transmisión al producto. Esta transmisión tiene lugar en el curso del tra-
bajo, durante la transformación de los medios de producción en producto'' (PI, I,
751). Notemos que la solución que finalmente da El Capital es más rápida y me-
nos elaborada que la de los Grundrisse. Como tal, puede prestarse a confusión y
reforzar la ilusión de que el que crea el valor es el trabajo abstracto , mientras que
el trabajo vivo se limitaría a conservarlo. Como ejemplo de pasaje ambiguo ci-
temos la continuación de ese texto: "El trabajador, por consiguiente, conserva el
valor de los medios de producción consumidos, lo transmite al producto ... no
porque agregue trabajo en general sino por el carácter útil, por la forma produc-
tiva de ese trabajo adicional" (Pl, I, 752). De hecho no puede subsistir equívoco
alguno sobre el fondo del pensamiento de Marx; hemos mostrado sobradamente
que la diferenciación interna del trabajo considerado en su doble relación con la
conservación y la creación del valor no es la diferenciación entre trabajo concreto
y trabajo abstracto, sino la esencia concreta del trabajo en general considerada en
sí misma o en la temporalidad específica que cada tarea particular exige de ella.
El Capitalhabrá de reafirmar con la mayor fuerza la afirmación decisiva según la
cual el trabajo vivo es la fuente única de producción y conservación del valor: "El
291
....
7 !
obrero no trabaja doblement e en un mismo lapso de tiempo, una vez para agre-
'1· gar un nue vo valor y otra vez para conservar el valor anterior ..." (Pl, I, 751).
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292
ar1
CapítuloIX: La realidadde la realidadeconómica
189. Grundrisse,
I, 317.
190. Ibíd., 316.
191. Ibíd.
192. Ibid., 317; subrayado por nosotro s.
293
-
Marx II. Una filosofía de la economía
193. Ibíd.
l. 194. Ibíd.
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CAPITULO X
La reducciónradicaldel capitala la
subjetividad:e = O
1. El Capital, m, I , 162.
295
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Marx II. Unafilosofíade la economía
296
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CapítuloX: La reducciónradicaldel capitala la subjetividad: e = O
5. Ibíd., 173.
6. Ibíd., 152.
* Titulado "La ley general de la acumulación capitalista" [N. del T.].
297
,
Marx II. Unafilosofiade la economía
7. Pl, I, 1121-1122.
298
CapítuloX: La reducciónradicaldel capitala la subjetividad:e = O
B. Ibíd., 762.
299
7
Marx II. Unafilosofiade la economía
9. Ibíd.
300
CapítuloX: La reducciónradicaldel capitala la subjetividad:e= O
·-
un valor superior al suyo. Así, cuando el capitalista cede un valor fijo
para asegurarse esa fuerza, recibe de su uso un valor que reproduce
el valor que ha puesto y produce al mismo tiempo un valor nuevo,
que de este modo se adquiere sin equivalente. Por lo tanto, la defini-
ción del capital variable no es otra cosa que la repetición del análisis
del intercambio entre capital y trabajo y, en último término, de las
propiedades de la subjetividad orgánica. "La característica del capital
variable es que una fracción determinada, dada de capital (y por lo
tanto, como tal, constante), una suma de valor dado ... se .intercambia
por una fuerza que aumenta de valor por sí misma, que crea valor,
la fuerza de trabajo, que no sólo reproduce su valor, pagado por el
capitalista, sino que produce al mismo tiempo un plusvalor, un valor
que antes no existia y que no se ha adquirido por medio de equiva-
301
--,
Marx II. Unafilosofíade la economía
lente alguno" 11• Que la repetición del análisis del intercambio entre
capital y trabajo constituye la definición esencial del capital variable;
que éste contiene a su vez el fenómeno de la valorización , es ·decir la
creación de plusvalor, la capitalización y la esencia del capital; que, en
consecuencia, el capital no resulta de ninguna propiedad económica,
de ningún valor adelantado --cualquiera sea la forma en que se realice
ese adelanto, ya sea en dinero o medios de subsistencia- sino que no
es otra cosa que el producto de una variación que es la variación de
la vida misma y su poder de incremento, de modo tal que, en efecto,
el plusvalor proviene del intercambio de un valor estable y constante
por aquello que resulta de esa fuerza creadora de valor que es la vida,
por una magnitud variable; todo esto se dice en el siguiente texto, que
concentra las tesis fundamentales Marx: "Lo esencial en la definición
del capital variable y, por consiguiente, en la conversión de una suma
de valor cualquiera en capital , es el hecho de que el capitalista cambia
una magnitud de valor determinada, dada (y en ese sentido, cons-
tante), por una fuerza creadora de valor; una magnitud de valor por
una producción de valor, por una operación de valorización. Que el
capitalista retribuya al obrero en dinero o en medios de subsistencia
no cambia en nada esa definición esencial .. ,.la creación del plusvalor
- la capitalización de la suma adelantada, pbr consiguiente- no resul-
ta ni de la forma monetaria ni de la form~ natural del salario o del
capital empleado para la compra de fuerza de trabajo. Proviene del
intercambio de valor por fuerza creadora de valor, de la conversión
de una magnitud constante en una magnitud variable" 12 •
~
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CapítuloX: La reducciónradicaldel capitala la subjetividad:e = O
303
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Marx II. Unafilosofiade la economía
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CapítuloX: La reducciónradicaldel capitala la subjetividad:e = O
17. Ibid.
18. Ibíd., 705.
307
r
19. Ibid., 765. Hay que señalar que esta idea bastante excepcional de poner el ca-
pital constante e .. Ose la sugirió a Marx el propio Smith, corno muestra este texto
del libro II: "En A. Smith todo el valor de la producción social se resuelve en ré-
dito, en plusvalor ... y por consiguiente el valor capital constante se postula como
nulo" (El Capital,II, n, 122). Pero la genialidad de Marx fue dar una significación
radical a ese punto de vista que, reduciendo a nada el capital constante, pemú-
te aislar el capital variable, mientras que en Srnith sucede lo contrario. Porque ,
como se verá (cf. infra,p. 320-321), Smith confunde el capital variable con el sa-
lario, lo reduce a un valor fijo cuya variación se vuelve incomprensible y, al mis-
mo tiempo, a capital circulante, de modo que la especificidad del capital variable
se pierde doblemente. Vemos aquí que una .misma tesis (e= O) puede conducir a
consecuencias diametralmente opuestas, en un caso a una obnubilación completa
de la esencia del fenómeno estudiado (el plusvalor) y en el otro a su clarificación
genial.
308
CapítuloX: La reducciónradicaldel capitala la subjetividad: c = O
309
--,
Marx 11.Una.filosofíade la economía
310
r-
.
311
7
Marx II. Unafilosofiade la economía
25. Este será el fundamento de la unidad del libro I del Capitalasí como, de ma-
nera general, del conjunto de la problemática "económica"; cf. infra, cap. xu.
26. Ibíd., 771; subrayado por Marx.
* Titulado "La tasa de plusvalor " [N. del T.).
312
CapítuloX : La reducciónradicaldel capitala la subjetividad:e = O
313
7
Marx 11.Unafilosofíade la economía
314
CapítuloX: La reducciónradicaldel capitala la subjetividad:e= O
315
Marx II. Unafilosojf.ade la economía
nemos de un lado los medios de trabajo, el capital fijo, y del otro los
materiales de trabajo y el salario, el capital circulante. Desde el punto
de vista del proceso de trabajo y de valorización, por el contrario,
tenemos de un lado los medios de producción (los medios de trabajo
y los materiales de trabajo).,capital constante., y del otro la fuerza de
trabajo, capital variable. Desde un punto de vista, los materiales de
trabajo se ubican en la misma categoría que los medios de trabajo, en
oposición al valor capital desembolsado en fuerza de trabajo. Desde
el otro punto de vista., la parte del capital desembolsado en fuerza de
trabajo se clasifica junto con la fracción desembolsada para los medios
de trabajo" 3º. Lo que en este primer estadio del análisis, que puede
no parecer más que una simple lectura, sugiere el carácter inesencial
de la dupla capital fijo - capital circulante en su oposición a la dupla
capital variable - capital constante, es la referencia de la primera al
"proceso de circulación" y de la segunda al "proceso de trabajo". De
este modo deviene operativo el primer esquema puesto en funciona-
miento en el proceso que Marx inicia contra la econorrúa, la necesaria
sustitución del plano de la circulación por el de la producción. En el
plano de la producción, sin embargo, se realiza una nueva di visión
entre los medios de producción o su equi':7alenteen valor, el capital
constante, y por otra parte la fuerza de trapajo y su índice, el capital
variable. Esta distinción que se instituye ett el seno de la producción
misma tiene un carácter esencial porque aísla en sí el elemento deter-
minante -ya se trate de la producción de valores de uso o de valores-
y porque a su vez el capital variable sólo aparece como esencia en
lA"medida en que reenvía a la fuerza de trabajo, al punto de que se
lo da como sinónimo de ésta. Lo que constituye el carácter falaz del
"punto de vista de la circulación" es que la diferencia esencial, en
el seno del proceso de producción, entre el elemento subjetivo y el
elemento objetivo -es decir, también, entre sus símbolos, el capital
variable y el capital constante- se ve recubierta y propiamente velada
por otra distinción, que ya no aísla la esencia sino que, ubicándola
por el contrario en la misma rúbrica que un elemento objetivo, tiene
por efecto hundirla, volviendo ininteligible al mismo tiempo todo el
proceso, del que ahora es el principio olvidado. Esa es la función de
obnubilación de la dupla capital fijo - capital circulante: la fuerza de
trabajo, o más precisamente su signo, el capital variable, forma parte
del capital circulante, a igual título sin embargo que el valor de las
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CapítuloX: La reducciónradicaldelcapitala la subjetividad:e = O
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CapítuloX: La reducciónradicaldel capitala la subjetividad:e ==O
36. Ibíd.
37. Ibíd., 205.
319
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41. Ibíd.,197.
42. Ibíd., subra yado por nosotros.
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CapítuloX: La reducciónradicaldel capitala la subjetividad:e = O
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Marx II. Unafilosofíade la economía
324
CapítuloX: La reducciónradicaldel capitala la subjetividad:e = O
esa escuela, y ello en razón de la significación filosófica infinita que dicha tesis
revistió a ojos de Marx .
52. El Capital,11,1, 275.
325
Marx II. Unafilosofíade laeconomía
326
CapítuloX: La reducciónradicaldel capitala la subjetividad:e = O
327
Marx II. Unafilosofiade la economía
56. Ibíd.; subrayado por nosotros . Si recordamos que la tasa de plusvalor, que "se
supone dada" , se refiere a la praxis y sus condiciones concretas, ya que expresa la
proporción entre trabajo y sobretrabajo , volvemos a ver con toda evidencia que la
producción de valor, en efecto, no tiene otro origen que la subjetividad.
57. Ibíd., 276.
328
J
CapítuloX: La reducciónradicaldel capitala la subjetividad:e = O
tasa de plusvalor = :~ :
100%, multiplicado por el número de
=
. 50000P 10
rotaciones= 10, da la tasa anual de plusvalor
5000
v =
1 = 1000%.
Por lo tanto, las tasas anuales de plusvalor son ahora iguales para A
y B, es decir 1000%,pero las masas de plusvalor son para B, f. 50.000
por año, para A, f. 5000; las masas de plusvalor producido son entre sí
como los capitales adelantados A y B, es decir 5000:500o 10:1.De este
modo, el capital B ha puesto en movimiento, en el mismo tiempo, 10
veces más fuerza de trabajo que el capital X' 58 • Así, el capital variable
es la medida exacta del valor y el plusvalor producido, conla condición
de que bajosu conceptose coloqueaquelloque produceefectivamenteese
valory eseplusvalor,a saber,la actualización
delafuerzadetrabajo.Por eso
el concepto adecuado de capital variable, como repite Marx a lo largo
de todo el análisis, es el capital variable empleado. Desde el momento
en que el capital variable es entendido en este sentido estricto, todas
las leyes de la producción del valor y el plusvalor, que son las leyes de
su producción a partir de la subjetividad y por ella, no se ven contra-
dichas sino por el contrario confirmadas, y ello porque, finalmente, el
concepto de capital variable no designa otra cosa que la subjetividad
misma. "Únicamente el capital efectivamente empleado en el proceso
de trabajo engendra plusvalor; sólo a él se aplican todas las leyes rela-
tivas al plusvalor, y por lo tanto también la ley según la cual, dada su
tasa, la masa de plusvalor está determinada por la magnitud relativa
del capital variable" 59•
<fleeste modo se disipa totalmente la aporía de los capitales A y B:
si se podía creer que dos capitales variables idénticos determinaban
dos tasas de plusvalor diferentes, es porque en realidad la identidad
se establecía sólo entre el capital adelantado B y el capital realmente
empleado A. Pero desde el momento en que el capital variable real-
mente empleado en B es idéntico al capital variable empleado en A,
la identidad de las tasas de plusvalor reaparece inexorablemente.
ºConsideremos para el capital B el primer periodo de producción
de 5 semanas . Al final de la 5ª semana se han empleado y absorbido
500P .
:E500. El producto-valor es de f..1000,por lo tanto SOO
v 100%.Igual
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Marx II. Unafilosofíade la economía
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CapítuloX: La reducciónradicaldel capitala la subjetividad:e :- O
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Marx II. Unaftlosofiade la economía
69. Ibid., 163; las palabras entre corchetes fueron agregadas por no sotros para de-
volver al texto su plena inteligibilidad .
70. Cf., Pl, 1, 212; 1032 [Se trata de Trabajoasalariadoy capitaly El Capital,secc. 6,
cap. "El salario 11, respectivamente (N. del T.)].
334
CapítuloX: La reducciónradicaldelcapitala la subjetividad:e = O
¿qué otra cosa hace el concepto de valor del trabajo sino confundir el
valor inicial y el valor final del capital variable y, con ayuda de esta
confusión, intentar asimilar subrepticiamente el primero al segundo?
Por el contrario, toda la problemática de Marx se dedica a disociar
radicalmente esos dos valores y, en lo concerniente a la cuestión del
salario, esa disociación adopta ahora la siguiente forma.
En tanto que designa el valor inicial del capital variable y que su
magnitud es idéntica a la cantidad de dinero desembolsado en sala-
rios, el "valor del trabajo" en realidad no es otra cosa que el valor de
la fuerza de trabajo. En efecto, lo que el capitalista compra al obrero es
el uso de esa fuerza de trabajo durante una jornada, una semana, un
mes, y en modo alguno su trabajo o el producto de ese trabajo. Ese es
el primer resultado del análisis del salario, la disociación radical entre
el valor del trabajo -cuya inexistencia se demostrará- y el valor de la
fuerza de trabajo. Si esta disociación exige un trabajo teórico conside-
rable es porque se la debe conquistar contra una ilusión muy fuerte,
y tanto más cuanto que no pertenece sólo al capitalista sino también
al obrero. Como éste recibe su salario recién después de haber hecho
su trabajo, por ejemplo al final de la semana , cree que lo que se le
paga es ese trabajo y que el salario es justamente el precio. "Como el
obrero -dicen las conferencias de 1865- recibe su salario después de
haber ejecutado su trabajo, y como, por otra parte, tiene conciencia
de que lo que le da efectivamente al capitalista es su trabajo, el valor
o precio de su fuerza de trabajo se le aparece necesariamente como
el P.recio o el valor de su trabajo mismo" 71 • Por consiguiente -y para
ret;mar la hipótesis de mayor constancia en El Capital-suponiendo
que el obrero reprodujo el valor de su fuerza de trabajo durante la
primera mitad de su jornada de trabajo y que a continuación produjo
un valor nuevo, el plusvalor, del cual se apodera el capitalista, vemos
que ese fenómeno esencial se encuentra disimulado detrás de la apa-
riencia de que al obrero se le ha pagado "el valor de su trabajo", es
decir, la totalidad de su jornada. '½unque sólo se paga una parte de
la jornada del obrero, mientras que otra parte queda sin pagar ... las
cosas suceden como si la totalidad del trabajo fuera trabajo pago" 72•
Esa ilusión es lo que caracteriza al trabajo asalariado por oposición a
la servidumbre, donde la distinción entre trabajo pagado y trabajo no
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Marx JI. Unafilosofiade la economía
73. Ibíd., 1031. Desde el primer capítulo del Capital Marx decía : "La fuerza de tra-
bajo del hombre en estado fluido, o trabajo humano, conforma el valor, pero no
es valor" (ibíd., 580).
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CapítuloX: La reducciónradicaldel capitala la subjetividad:c = O
337
r-···
Marx JI. Unafilosofiade la economía
74. De hecho, es esta pasividad de la praxis vital lo que tiene en vista Marx cuan-
do habla de una "fuerza natural".
75. El Capital, ID, 1, 50.
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CapítuloX: La reducciónradicaldel capitala la subjetividad:c = O
BO.Pl, 1, 1033.
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81. Ibíd.
82. lbíd., 1035.
83. Ibíd., 1034.
84. Ibíd., 1034-1035.
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CapítuloX: La reducción radical del capitala la subjetividad: c ""O
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CapítuloX: La reducciónradicaldel capitala la subjetividad:c = O
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CapítuloX: La reducciónradicaldel capital a la subjetividad:e = O
347
--,
90. Ibíd., subrayado por nosotros . Esta presuposición constante del .individuo vi-
viente que hace de él lo previo absoluto de todas las determinaciones económicas
la podemos ver también en est~ singular declaración , concerniente a la relación
primera entre el individuo y la economía mercantil, a la entrada del individuo
en ésta: "Para ser vendido en el mercado a título de mercancía , en todo caso, el
trabajo debería existir antes" (íbíd., 1030).
348
.. . -· --------------
CAPÍTULO XI
La repeticiónde las tesisesenciales
1 º La críticade la ganancia.
La repetición de las tesis esenciales, es decir, la formación subjeti-
va del valor y por consiguiente la reducción radical del capital a la
subjetividad, no reviste en la obra de Marx el aspecto de una simple
ºrepetición" , de una tautología. Su progreso consiste en que, al to-
mar en el campo de su temática las formas desarrolladas del capital
y los conceptos económicos teóricos a los que las mismas dan lugar,
la reducción del capital a la subjetividad se propone ahora como una
crítica de esas formas y esos conceptos. Esta crítica presenta necesa-
riamente un doble aspecto, un aspecto positivo y un aspecto negativo .
Repitiendo las tesis esenciales de la génesis trascendental de la econo-
mía y en particular de la economía mercantil, muestra que las formas
complejas del capital desarrollado se producen a partir de la forma
fundamental, a saber, la producción subjetiva del valor, por lo tanto
explica cada una de esas formas poniendo al desnudo su idéntica pro-
veniencia a su realidad. Así, por ejemplo, se muestra que la ganancia
no es otra cosa que plusvalor y que, por consiguiente, las formas de la
ganancia no son más que el producto de la descomposición o reparto
del valor producido por el obrero. Se nos descubre aquí el aspecto
negativo de la crítica de las formas del capital, el hecho de que esas
formas son simples formas , la apariencia que reciben los productos
económicos del trabajo cuando, insertos en el capital , capturados
por los modos de su desarrollo y precisamente por sus formas, se los
piensa ilusoriamente como perteneciente s al mismo. Esa ilusión es
llevada al límite cuando se pone al capital como una estructura que
349
l.__
---
Marx II. Unafilosofiade la economía
l. Grundrísse,II, 289.
2. Ibíd.
350
CapítuloXI: La repeticiónde lastesis esenciales
3. El Capital,III, r, 48-49.
4. Ibíd., 48 .
5. fbíd.
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6. Ibíd.
7. Ibíd.
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CapítuloXI: La repeticíónde las tesisesenciales
-
el valor de la mercancía producida queda escondida porque entre el
primero y el segundo la diferencia no siempre es considerable. De
este modo, se puede creer que el valor inicial que figura en el costo
reaparece de algún modo por sí mismo en el valor de la mercancía
resultante del proceso real de producción. Pero el hecho de que un
valor idéntico al del costo de producción, o por el contrario un valor
incrementado, reaparezca en la mercancía al final del proceso, no ex-
plica en modo alguno cómo se produjo ese valor de la mercancía. "Si
sé, por ejemplo, que ~ del valor de una mercancía que vale f 600, es
decir -E500, no son más que un equivalente, un valor que remplaza
8. Ibíd., 56.
9. Grundrisse,II, 289.
10. El Capital,m, l, 49.
353
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Marx II. Unafilosofiade la economía
las f. 500 de capital gastado y que por lo tanto sólo permite volver a
comprar los elementos materiales de ese capital, eso no me enseña
cómo se han producido los 5/6 del valor de la mercanda que constitu-
yen su precio de costo, rú el último 1/6 que constituye su plusvalor" 11•
Así denuncia la ilusión mayor del concepto de costo de producción,
la confusión de éste con el proceso subjetivo de producción de valor:
"En economía capitalista, el costo de producción toma el aspecto en-
gañador de una categoría de producción de valor" 12 •
La critica del costo de producción se presenta entonces como la
repetición de la problemática del capital variable. Y ello es inevitable,
si es cierto que el costo de producción no es otra cosa que el valor
adelantado por el capitalista, cuya parte esencial la constituye el ca-
pital variable . Consideremos un producto cuyo valor se descompone
en f, 400 gastadas en medios de producción y que definen por con-
siguiente el valor del capital constante, y f. 200 que representan el
valor producido en el curso del proceso de producción. Por un lado
sabemos que el valor del capital constante reaparece en el valor de la
mercancía producida, pero que "no nace en el proceso de producción
de estamercancía" 13, por otro lado, que el valor que nace en ese pro-
ceso -f. 200- una parte del cual (100) re;mplaza el valor adelantado
en salarios y la otra (100) define el plus~lor, es por el contrario y en
su totalidad extraña al valor adelantado. Esto quiere decir, según la
reiterada afirmación de Marx, que el valor adelantado en salarios no
reaparece en el producto -" ese valor capital adelantado no entra en
...modo alguno en la formación del nuevo valor" 14- sino que desapa-
. rece, sale del proceso, en el que por el contrario toma lugar -como
aquello que lo constituye, aquello por lo cual se ha cambiado ese va-
lor adelantado- la fuerza de trabajo que crea todo el valor que va a
nacer en el proceso. "El valor adelantado no agrega su propio valor al
producto . En lugar del mismo , lo que figura en el producto es, por el
contrario, un valor nuevo creado por el trabajo" 15 . Comoconsecuencia
analíticade ladisociación
radicalinstituidaentreel valardelcapitalvariable
adelantadoy el valorproducidoen el proceso,Marx puedeformularla ley
11. Ibíd.
12. lbíd .
13. Ibíd., subrayado por nosotros .
14. Ibíd. 1 50 .
15. Ibíd.
354
CapítuloXI: La repeticiónde las tesis esenciales
-
valores,. a igual titulo, y a igual título se vuelven a encontrar en el
valor del producto, ·creando así la ilusión de que lo constituyen, de
que lo han producido. "La fracción del capital invertida en trabajo se
distingue de la invertida en medios de producción. . . simplemente
porque pagó un elemento de producción materialmente diferente,
pero en modoalgunoporcumpliren cuantoa sufunción un papeldiferente
en el procesode creacióndel valorde la mercancíay, por lo tanto,en el pro-
cesode valorizacióndel capital.El precio de los medios de producción
reaparece en el costo de producción de la mercancía tal como figura-
ba ya en el adelanto de capital. .. Exactamente de la misma manera
que el precio o salario de las .. . jornadas de trabajo consagradas a la
producción de la mercancía reaparece en el costo de producción de la
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30. Ibíd.
31. Pl, I, 515.
32. Ibíd., 519.
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Marx II. Unafilosofíade la economía
33. Como se ve por ejemplo en su carta a Engels del 24 de agosto de 1867: "Lo
mejor que hay en mi libro .. .".
34. Ibid., 517.
35. Ibid., 518; subrayado por Marx.
360
CapituloXI: La repeticiónde las tesis esenciales
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Marx II. Unafilosofiade la economía
que una parte del gran Todo. "La ilusión según la cual todaslaspartes
delcapitaldan una gananciaigualproviene de la división del plusvalor
en porciones medias, independientemente de la proporción entre las
partes constitutivas del capital, fijo, circulante o variable (es decir,
relacionado con el trabajo vivo)" 53•
Como las determinaciones económicas mismas en general, su ca-
rácter ilusorio también tiene sus raíces en la realidad. La división del
capital en partes homogéneas, todas las cuales son valores y producen
una ganancia -la que, por esa razón, podrá adosarse a cada una de
esas partes y fundirse junto con ella, de igual modo, en el conjunto del
capital- descansa sobre el hecho de que las determinaciones del pro-
ceso real a las que corresponden -por un lado el capital constante, por
otro lado el capital variable- intervienen al mismo tiempo en el seno
de ese proceso, que para realizarse precisa no solamente su presencia
simultánea sino su colaboración. Dado que los elementos materiales
de la producción van juntos, sus equivalentes ideales se funden en
la homogeneidad de una misma estructura económica. "Como el
capital entra entero en la producción, y como sus diferentes partes
constitutivas se distinguen sólo formalmente unas de otras (dado que
son sumas de valor uniformes) la creaciqn de valores aparecerá tam-
bién uniformemente ligada a cada una d/eellas. Por lo demás, la parte
del capitalque se cambiap·or trabajosólo actúa productivamente en la
medida en que las otras partes del capital están asociadas a él. .. Así,
por lo tanto, parece que la creación del plusvalor, de la ganancia, es
, -.determinada uniformemente por todas las partes del capital. Por un
· lado las condiciones de trabajo aparecen como partes constitutivas
del capital, y por otro el trabajo se ve directamente incorporado al
capital cuando se pone en acción, de modo que todo el proceso de
trabajo aparece como un proceso propio del capital. En consecuencia,
la creación de plusvalor aparece como su producto, un producto cuyo
volumen, entonces, no se mide según el sobretrabajo que obliga a rea -
lizar al obrero sino según la productividad incrementada que procura
para el trabajo. Por eso aparece ahora como fuente de la riqueza" 54 •
Por lo tanto, la apariencia que este texto esencial denuncia es do-
'i ble: por un lado, la apariencia de que existe una estructuraeconómica,
una totalidad homogénea capaz de constituir el principio y, como tal,
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nales a las masas de los plusvalores respectivos" 74; etc. Lo que resulta
del examen de todos estos casos es que "entonces, la tasa de ganancia
está determinada por dos factores principales: la tasa de plusvalor y
la composición de valor del capital" 75 •
Aquí la problemática de la ganancia aparece como repetición de la
problemática del capital variable. En efecto, lo que Marx afinna cons-
tantemente es que, en tanto que la ganancia, sustancialmente, no es
otra cosa que plusvalor, su origen es entonces el mismo y reside en la
subjetividad de la praxis de los individuos que trabajan. Por eso, en el
momento mismo en que, al sustituir el plusvalor por la ganancia, se lo
pretende medir según el capital total y ya no según su naturante verda-
dero, inevitablemente nos encontramos con éste, en el sentido de que
la composición orgánica del capital total -es decir, de hecho, el lugar
que ocupa en el mismo el capital variable, equivalente económico de la
praxis real- deviene entonces el elemento determinante para el cálcu-
lo de la ganancia. Si se consideran por ejemplo dos capitales de igual
magnitud, la ganancia que reportarán depende únicamente de la masa
de trabajo vivo que ponen en funcionamiento, es decir, de la parte de
capital variable en ellos. Sean dos capitales: A, cuya composición orgá-
nica se escribe 100 v + 600 e, y B, cuya cm~posición orgánica se escribe
600 v + 100 e, suponiendo una misma tjtsa de plusvalor para ambos
casos (100%),mientras vemos que para el primero la tasa de ganancia
es de 100 =14 2 oYoy para el segundo de 600 =85 5 oYo.De este modo,
700 7 700 7
hay que decir con Marx que "con capitales de igual magnitud, la tasa
,,..de ganancia es diferente porque, para una misma tasa de plusvalor,
las masas de plusvalor producidas y por lo tanto las ganancias son
diferentes a consecuencia de la diferenciaentrelasmasasde trabajovivo
quese ponenen movimiento"76• Por lo tanto, lo que importa no es la
magnitud absoluta de un capital sino solamente, para cada fracción
de ese capital, la parte de capital variable que contiene. "La compo-
sición orgánica de los capitales es ... independiente de su magnitud
absoluta. Lo que importa es conocer, para cada fracción de 100, la
parte de capital variable y de capital constante" " . Y ello porque ese
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81. Ibíd.
82. Ibid., 91.
83. Ibíd., subrayado por nosotros.
84. Ibíd., 76.
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85. lbíd .
86. Ibíd., 126.
87. Ibíd., 302. Esta proposición también es notable en la medida en que muestra
que lo que ocurre en el plano de la totalidad, aquí la clase de los capitalistas, es
función de lo que ocurre cada vez a rúvel del elemento de cada capital particular
y, finalmente, de cada proceso real de producción .
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91. Ibid.
92. Ibíd., 104.
93. Ibid.
94. Cf. íbíd., 99-100, y supra,cap . vm , p . 206 .
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Capitu"lo
XI: La repetición de las tesi.sesenciales
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1 .
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97. Como muestra con claridad este "ejemplo'' de Marx: "Supongamos por
ejemplo que un capital de 100, con 20 obreros que trabajan 10 horas por día y
reciben un salario semanal total de 20, produce un plusvalor de 20; tenemos
entonces: 80 e+ 20 v + 20 p; p' = 100%, g' = 20%. Si la jornada de trabajo se lleva a
15 horas sin aumento de salario, entonces el producto total de los 20 obreros se
elevará en valor de 40 a 60... , como v, el salario pagado, sigue siendo el mismo,
el plusvalor pasa de 20 a 40, y tendremos : 80 e + 20 v + 40 p; p' = 200%, g' = 40%11
(ibfd., 70).
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perpetuo, por el modo en que se reparte entre las diferentes esferas según que la
tasa de ganancia baje aquí y aumente allá, el capital provoca una relación entre
oferta y demanda de tal carácter que resulta en la igualdad de la ganancia media
en las diferentes esferas de produ cción, de allí la transformación de los valores en
precios de producción" (íbíd.,210).
104. Ibíd., 179.
105. Ibíd.
106. Ibfd., 174.
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. ·· -- . ---- ··-····· ---------
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CapítuloXI: La repeticiónde las tesis esenciales
precio de producción depende del trabajo que se pagó pero, por otro
lado, ya no del trabajo no pagado que efectivamente se realizó en ese
proceso particular de producción sino de una cantidad de trabajo
no pagado que se determina independientemente de ese proceso, a
partir del conjunto del trabajo social no pagado y como una fracción
del mismo. A partir del concepto central de valor, Marx puede definir
ahora de modo riguroso los conceptos ideológicos de costo y precio
de producción: "El costo de producción de una mercancía depende
sólo de la cantidad de trabajo pagado que la misma contiene; el va-
lor depende de la cantidad total de trabajo, pagado y no pagado; el
precio de producción depende de la suma de trabajo pagado y una
cantidad determinada de trabajo no pagado, independiente de cada
esfera particular"m.
La problemática de la ganancia no tiene otra finalidad que sos-
tener, contra la apariencia que constituyen los fenómenos objetivos
del sistema, la tesis del origen subjetivo del valor. La preservación de
le ley del valor venía a mostrar en primer lugar que, en tanto que la
ganancia no es otra cosa que plusvalor y, por lo tanto, producto del
trabajo vivo únicamente, la diferencia que se instituía entre ellos no
podía poner en cuestión su identidad sustancial ni por consiguiente
su igualdad. Se trataba de una diferencia puramente formal, consis-
tente en referir una misma magnitud a dos magnitudes diferentes, de
modo que la diferencia de los términos de referencia y por lo tanto
la diferencia de los cocientes, la diferencia entre la tasa de plusvalor
y la tasa de ganancia, era lo único que permitía diferenciar de modo
extrmseco el plusvalor y la ganancia, de modo tal que su identidad
original, lejos de verse cuestionada por esa diferenciación, era su
1 condición. Sin dudas, bajo la forma de la ganancia, esa referencia del
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1:
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plusvalor al capital total adelantado tenía como efecto enmascarar el
origen real del plusvalor, y sin embargo no podía cambiar nada en el
plusvalor ni en la ganancia. "Por esa razón, en efecto, el plusvalor dis-
frazado de ganancia renegó de su propio origen y perdió su carácter;
se volvió irreconocible. Pero hasta ahora la diferencia entre ganancia
y plusvalor no era más que una modificación cualitativa, un cambio
de forma, mientras que en este primer grado de transformación sólo
existe una diferencia real de magnitud entre tasa de ganancia y tasa
391
Marx II. Unafilosoftade la economía
392
r Capítulo XI: La repeticiónde las tesis esenciales
embargo sólo son posibles a partir de éste. Y ello porque "es evidente
que, en lo concerniente a la totalidad del capital social, la suma de los
valores mercancía que el mismo produjo (o, si se prefiere una expre-
sión monetaria, sus precios) es igual al valor del capital constante más
el valor del capital variable más el plusvalor" 114. Por lo tanto la ganan -
cia, la tasa de ganancia y la diferencia eventual entre la ganancia y el
plusvalor, no son más que fenómenos relativos al reparto de este últi-
mo, fenómenos que vienen a enmascarar su creación verdadera pero
que no pueden sustituirla. Después de la diferenciación de sus tasas,
la diferencia cuantitativa entre el plusvalor y la ganancia corona la
obnubilación que se anuncia en el fenómeno del costo de producción.
Al considerar únicamente el costo de los medios de producción y el
salario, el costo disimulaba el origen del plusvalor y, a decir verdad,
la idea misma de una formación de valor, ya que, según su concep-
to, el valor del salario no hacía más que reaparecer en la mercancía .
La ganancia media lleva a término esa disimulación ya que, una vez
desaparecido el origen del plusvalor, éste puede ser referido al capi-
tal total por la mediación de su relación con el conjunto del capital
social. En un texto de gran densidad Marx pensó esta sepultación de
la praxis bajo los fenómenos objetivos del sistema, que encuentran su
representación conjunta y complementaria en el costo de producción
y en la disociación entre ganancia y plusvalor . "La diferencia efectiva
de magnitud que existe no sólo entre la tasa de ganancia y la tasa de
plusvalor sino, también , entre la ganancia y el plusvalor en las esferas
particulares de producción, disimula completamente la naturaleza
real-y el origen de la ganancia ... Con la transformación de los valo-
res en precios de producción, la base misma de la determinación se
oculta a la mirada. Finalmente: en el momento en que el plusvalor se
transforma en simple ganancia, y la fracción del valor de las mercan-
cías que constituye la ganancia confronta a la otra fracción que repre-
senta el costo de producción, el capitalista ya perdió la noción misma
de valor, porque no se encu entra ante el trabajo global que costó la
producción de la mercancía sino solamente ante la fracción del tra-
bajo que el capitalista pagó en forma de medios de producción vivos
y muertos; la ganancia se le aparece entonces como algo exterior al
valor inmanente de la mercancía. Esa representación de las cosas se
ve entonces perfectamente confirmada , consolidada , osificada , por el
hecho de que, para una esfera de producción particular , la ganancia
!,
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129. Ibíd., 93; texto particularmente interesan te, que confirma tod a la
problemática de la subjetividad en Marx que hemo s bosquejado : la subjetividad
es desvalorizada sólo en tanto que pierde el sent ido original que tiene en la
praxis para designar por el contrario una forma de la representación o de la
conciencia, aquí el conocimiento.
130. Ibíd., 94.
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r CapítuloXI: LArepeticiónde las tesisesenciales
137. Ibid., 48. Por eso en el mismo pasaje Marx agrega que las diferencias
entre esas dos formas de capital son puramente funcionales, se remontan a las
diferencias que existen "entre la función dinero y la función mercancía".
138. Ibíd., 50; subrayado por nosotros.
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CapítuloXI: La repeticiónde las tesis esenciales
Cosa que los manuscritos del libro III repiten: "El capital mercantil
no es sino el capital dentro de la esfera de la circulación. El proceso
de circulación es una fase del conjunto del proceso de reproducción.
Pero en el curso de la circulación no se produce ningún valor y por
lo tanto ningún plusvalor. En ella sólo se producen modificaciones
formales de la misma masa de valor" 147• Marx creyó apropiado repetir
hasta el cansancio que la transferencia de la circulación de mercancías
a una clase particular de capitalistas no puede cambiar en nada la
impotencia de la circulación como tal respecto de la creación de valor:
"En tanto la compra y la venta de mercancías ... no crean valor ni
plusvalor cuando los capitalistas industriales se ocupan de ellas por
sí mismos, tampoco crearán valor ni plusvalor si otras personas lo
hacen en lugar de ellos" 148 • ·
407
L
Marx II. Unafilosofiade la economía
1
150. Ibíd., 316. Además del valor de la mercancía, definido por la producción, el
otro factor que según Marx determina el precio de venta es la tasa de ganancia,
que escapa igualmente a la voluntad del comerciante (cf. ibíd.).
151. Ibid., 345.
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CapítuloXI: La repeticiónde las tesisesenciales
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Marx II. Unafilosofiade la econamia
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1 CapítuloXI: La repeticiónde las tesis esenciales
411
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Marx JI. Unafilosofíade la economía
163. Ibíd.,111
, I, 284.
164. Ibíd., 292.
165. Ibíd., 297.
412
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. ·---·-- ·------------
413
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Marx II. Unafilosofiade la economía
414
-• -----------------
172. Ibíd., 303-304. Señalemos que lejos de suprimir la aporía de un trabajo que
no produce valor, la problemática del capital comercial, muy por el contrario, se
apoya en esa aporía. Sin dudas, la solución de esta dificultad sólo es posible si
noo remontamos, de modo más último, a la alienación original que constituye a
la realidad económica como tal. Para un trabajo, la posibilidad de no producir
valor presupone la definición econónúca del mismo precisamente como trabajo
que produce valor. Sobre el fondo de esta definición, siempre es posible un
desfasaje entre el trabajo vivo realmente realizado por el individuo y el valor que
ese trabajo produce, más exactamente entre ese trabajo vivo y el trabajosocialque
produce valor. Este era el caso del pobre tejedor inglés: una parte de su trabajo
real no producía valor. Es. el caso del trabajo comercial: es un trabajoinútil desde
el punto de vista de la producción real de los bienes y, por lo tanto, ineficientedesde
el punto de vista de la producciónde valor. Por eso, lo que se le atribuye no es el
valor que él mismo produce sino una parte del valor producido por el trabajo
productivo industrial. De este modo, la econorrúa mercantil restablece una
suerte de justicia a partir de la situación paradójica que ella núsma ha creado al
producir una circulación económica y por lo tanto un trabajo comercial que, una
vez más y siempre según Marx, no sirve para nada.
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Marx II. Unafilosofíade la economía
177. Ibid., 44 .
178. Ibíd., 45.
179. Ibid.
418
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CapítuloXI: La repeticiónde las tesis esenciales
180. Ibíd.
181. Ibíd., 46 .
182. Ibíd.
419
'1
1
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Marx 11. Unafilosofiade la economía
183. Ibíd.
184. Ibíd., 36.
185. Ibíd., 40.
420
CapituloXI: La repetición de las tesis esenciales
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1
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Marx II. Unafilosofíade la economía.
422
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CapítuloXI: La repeticiónde las tesis esenciales
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ll_
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194. Ibíd.
195. Ibíd., 56-57.
196. Ibíd., 43 .
197. Ibíd.
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J
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CapítuloXI: La repeticiónde las tesis esenciales
425
L
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Marx II. Unafilosofíade la economía
202. Ibíd.
203. Ibíd., 164.
204. "No sólo la ganancia consiste en la apropiación de trabajo ajeno, también
el capital que sirve para poner en funcionamiento y explotar ese trabajo está
constituido por un bien ajeno, que el capitalista financiero pone a dispo sición del
capitalista industrial, y esa operación es su ocasión para explotar a su vez a este
último" (ibíd., 169).
426
CapítuloXI: La repeticiónde las tesis esenciales
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CAPITULO XII
La estructuradel libroI
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1
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Marx II. Unafilosofiade la economía
2. Ibid., 1018 .
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CapítuloXll: La estructura del libroI
3. Ibíd., 1256-1257 .
1 431
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Marx II. Unafilosofiade la economía
4. Ibid., 1259.
5. Ibíd., 1246.
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,r--
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''
1
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1 CapituloXII: La estructuradel libroI
6. Ibid., 1252-1253.
7. Ibíd., 797-798.
8. Ibíd., 1443.
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Marx II. Unafilosofiade la economía
9. lbíd., 1377.
10. Ibíd., 1386.
11. Ibíd., 1383.
12. lbíd., 1379.
13. El 18 brumaría ... , op. cit ., 354.
434
CapítuloXII: La estructuradel libro I
* Se trata del h'bro que Henry utiliza para las citas del libro I del Capital: Marx,
Karl, Oeuvres économiquesvol . I, París , Gallimard , Pléya de, 1965. Rubel estableci ó
y comentó la edición . Para la ma yoría de los textos , la traducción está a cargo del
pr opio Rubel y L. Evrard . La excep ción es El Capital (tomo 1), con traduc ción de
Joseph Roy y revisión de la trad u cción por p arte de Rubel [N. del T.].
14. Pl, I, 1169.
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Marx II. Unafilosofíade la economía
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CapítuloXII: La estructuradel libro I
1
1 17. Ibíd., 1068.
'
18. Ibíd.
l 19. Ibíd., 1072 .
"'Titulado "Transformación del plus valor en capital" [N. del T.].
1
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Marx II. Unafilosofiade la economía
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'
dignación sino que la mirada con que percibían ese desamparo y sus
formas concretas obedecía a presupuestos o prejuicios más o menos
similares. Los hombres cultivados que componían las Comisiones de
investigación eran utilitaristas. Convencidos junto con los teóricos de
la época de que, semejantes a las leyes naturales, las leyes económicas
producían los mejores efectos posibles y, en consecuencia, había que
dejarlas jugar libremente, encontraron la desmentida más brutal a sus
creencias cuando tomaron en consideración esos "efectos". Cuanto
más fuertes fuesen esas creencias, más dolorosamente sentirían la
desmentida. Por otra parte, esos hombres eran cristianos. Creyentes
o no, estaban penetrados por los ideales de la compasión ante el su-
frimiento, de la solicitud hacia los pobres, etc. Todo aquello que la
organización social de la Edad Media y el Renacimiento mal que mal
habían respetado se veía bruscamente pisoteado. Los presupuestos
morales -si no filosóficos o religiosos- de su indignación, Marx los
compartía ampliamente. En todo caso, lo que tuvo en común con esos
hombres que, al estudiar la situación de las clases trabajadoras, leían
en la misma la desmentida de las teorías económicas que gozaban
de la más alta estima, fue la puesta en cuestión de esas teorías, y ello
en un sentido muy preciso. Lo que se discutía en principio no era su
exactitud, como lo haría Marx. Lo que aparecía como discutible era la
pretensión de la teoría de constituir como tal un sistema autónomo,
la idea de que existen leyes económicas puras, leyes suficientes y efi-
cientes por sí mismas y a las que hay que someterse.
_!..aposición de Buret -uno de los discípulos de Sismondi que,
así como su maestro, tuvo una enorme influencia sobre Marx- es
singularmente esclarecedora al respecto. Lo que esos pensadores re-
prochaban a la econonúa política era precisamente que se presentase
y constituyese corno una disciplina de teoría pura, que estableciese
leyes de la economía, es decir de la riqueza mercantil, sin tomar en
cuenta a los hombres que llevaban a cabo los trabajos de los que re-
sultaba esa riqueza. En efecto, si de lo que se trata es únicamente del
funcionamiento de leyes económicas y el despliegue de sus efectos,
"no queda más que confiar en que el rey, solo en su isla y girando
constantemente una manivela, haga efectuar por autómatas toda la
obra de Inglaterra" 2º.Buret expresa la misma idea cuando interpreta
20. Antoine Eugene Buret, De la misere des classes laborieuses en Angl eterre et en
France[Sobre la miseria de las clases trabajadoras en Inglaterra y Francia] , 2 vol.,
1
1 Paris, 1840, lntroduction, 1, 7. Buret se refiere aquí a Sismondi.
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Marx II. Unafilosofiade la ecanomía
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CapítuloXII: La estructura del lz"bro
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1 33. Ibíd.
34. Ibíd., 1350; y así en Bradford, en el 123 de Vulcan Street, encontramos 16
1
1 personas en una habitación.
35. Ibíd., 1353 .
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Marx II. Una.filosofiade la economía
41. Ibíd., 1342; sub ray ado por nosotros [Es el anexo X en la ed ición de La Pléiade
qu e us a Henry; lleva po r título "La acumul ación del capital" y reenvía al capítulo
"Ley general de la acumul ación capitali sta"; como se recordar á y Henry señaló,
Rubel de splazó parte de alguno s capítulo s colocándol as como anexo. (N. del T.)].
42. Ibíd., 769-770; subrayado por n osotro s.
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CapituloXII: La estructuradel lz"bro
I
43. Ib{d., 1531 [La revista está disponible en línea y p ara descargar, en su versión
original, en el acervo digital de la Bibliothequenationalede France, http://ga1lica.
bnf.fr (N . del T.)].
44. Grundrisse,11,366.
45. !bid.
46. Ibíd., I, 210-211; subrayado p or nosotros .
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CapítuloXll: La estructuradel libroI
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CapítuloXII: La estructuradel libroI
1
Esta absorción de la fuerza de trabajo viva por el capital -que hace del
mismo no un simple objeto tautológico, un valor ideal, definido, sino
una "relación", su relación con la fuerza de trabajo- la hace posible
el consumo individual, en tanto que, al no dejar de reproducir esa
fuerza, tampoco deja de reproducir esa relación: "Dadoqueel capitales
una relacióny que ésta lo vincula esencialmentea lafuerza de trabajoviva,
el consumodelobreroreproduceesarelación6º. 1
'
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Marx II. Unafilosofíade la economía
454
r CapítuloXII: La estructuradel libroI
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1 Marx 11.Unafilosofiade la economía
456
CapítuloXII: La estructuradel libroI
succiona más animada es su vida" 72• El "capital ... valor que succiona
la fuerza creadora del valor" 73 • Dado que el capital, como valor ideal y
como tal eterno, vive sólo de la sangre del obrero, precisamente sólo
puede mantenerse intercambiándose sin cesar por esa vida pasajera y
frágil, revistiendo una forma efímera. "Incansablemente se despoja de
su forma eterna de dinero para revestir la forma perecedera de lamer-
cancía. En efecto, la eternidad sólo puede manifestarse bajo una for-
ma efímera, es aquello que transcurre: a la vez proceso y vida. Pero el
capital sólo adquiere esta cualidad succionando constantemente como
un vampiro el alma del trabajo vivo" 74• Marx dice también que la vida
en la que el capital se sumerge para escapar a la muerte es su sangre.
Esa sangre de la cual no se lo puede privar ni por un instante, sangre
que "succiona" incesantemente, de modo tal que toda restricción que
se establezca a las horas de trabajo es para él un peligro de muerte.
Esa sangre que, cuando los niños fueron puestos · a trabajar desde su
más tierna edad, devino la suya: 'í\nte la menor restricción legal de las
horas de trabajo doblaban las campanas de la industria inglesa. Porque
ese vampiro no podía vivir sin succionar sangre y, más aún, sangre de
niños" 75• Por eso cuando en la segunda mitad del siglo XIX el Estado se
esfuerza por limitar ese tiempo de trabajo, actúé;l"para impedir la trans-
formación de la sangre de los niños en capita1"?6• La imagen del vampi-
ro está presente -veremos por qué- en los textbs políticos, por ejemplo
a propósito de la clase campesina sujeta a la gran burguesía capitalista.
"El orden burgués, que a principios de siglo hizo del Estado el centine-
la encargado de velar por la defensa de la parcela recién constituida ...
se ttansfonnó actualmente en un vampiro que le chupa la sangre y la
médula y las arroja en la marmita de alquimista del capital" 77 •
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Marx Il. Unafilosofíade la economía
78. Pl, I, 214; "al cambiarse por trabajo inmediato, vivo" subrayado por Marx .
79. Ibíd., 213.
80. Ibíd., 215.
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CapítuloXII: La estructuradel libroI
81. Ibíd.
82. Ibíd.
83. Ibíd., 215.
84. Grundrisse, 11, 88.
85. Pl, I, 215.
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•
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-
CONCLUSIÓN
El socialismo
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7
!
l. El Capital,m,11, 102.
2. Ibfd., 104. Así, según Marx, el sistema de la sociedad por acciones es la
prefiguración de las "fábricas cooperativas de obreros". "Hay que considerar
las empresas capitalistas por acciones y, a igual título, las fábricas cooperativas,
como formas de transición del modo capitalista de producción al modo
colectivista, con la diferencia de que en las primeras la contradicción se resuelve
negativamente y en las segundas positivamente" (ibíd., 106).
468
,.
1
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1
Conclusión: El socialismo
3. Ibíd., 105.
¡ 469
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Marx JI. Unafilosofíade la economía
Sí ahorapostulamosun procesomaterialdeproduccióndelcualestuviese
excluidoeltrabajovivo,eseprocesoya noesun procesodevalorización, ningún
sistemadevalarresultani puederesultardelmismo,el capitalismo se vuelve
imposible.El pasaje del capitalismo al socialismo no es otra cosa que el
pasaje de un proceso de producción en que la parte de trabajo vivo es
preponderante a un proceso en que esa parte no deja de decrecer y,
en el límite, tiende a cero. Por eso, si queremos captar la separación
eidética entre capitalismo y socialismo, se puede oponer a la hipóte-
sis decisiva del Capital(e= O) esa otra hipótesis no menos esencial-si
por ello entendemos aquello que es capaz de poner al desnudo una
esencia- cv (capital variable)= O.Se trata, concretamente, de un sistema
de producción enteramente automático y cuyos productos, más allá
de su cantidad y calidad, no tienen valor alguno. La disociación en la
riqueza social entre riqueza real y riqueza económica se presenta aquí
en forma pura: una cantidad indefinida de valores de uso que ya no
tienen valor de cambio alguno. Y ese es el límite teórico, insuperable,
de la economía mercantil y a fortioridel capitalismo. Marx analizó en
dos oportunidades ese movimiento por el cual el trabajo vivo se ve
progresivamente evacuado del proceso de producción. Una vez en el
plano de los efectos, en el plano económico:,en El Capital.Sin embargo,
en la medida en que se trata de un análisi~, la ley "inmanente" de la
baja tendencial de la ganancia es referida i,hequívocamente a su natu-
rante real, al proceso real. Éste es objeto de una
temática explícita en los
Grundrisse.Se despliega entonces ante nosotros el acontecimiento que
va a determinar la historia moderna, incluso si se trata de una lústoria
~or venir, incluso si hoy aún no hacemos más que divisarla a lo lejos: la
disociación y elproceso
en el senodelarealidadentreelprocesodeproducción
de trabajo.
Sin dudas esta disociación está presente en el capitalismo y, mucho
antes de éste, en las formas elementales de la producción humana, por
ejemplo en la agricultura 4• Si se examina el proceso que conduce a la
producción de cereales y que se extiende por determinada cantidad de
meses, está claro que no coincide con el trabajo humano efectivo que es
su condición: este se interrumpe durante los largos periodos necesarios
a la germinación del grano sembrado, a la maduración de la cosecha al
sol, etc. Lo mismo sucederá mucho más tarde en la industria, donde el
tiempo de fabricación de un producto excede el tiempo de trabajo en
470
Conclusión:El socíalismo
razón de las inevitables interrupciones del mismo, yase deban a las con-
diciones materiales de esa fabricación o a la praxis vital misma (tiempo
necesario para comer, para descansar, para dormir, etc.). Ahora bien,
es sumamente notable que Marx haya tomado en consideración como
lo hizo esta disociación entre el tiempo de producción y el tiempo de
trabajo (y en consecuencia entre éste y aquella). Porque no se trata de
11
un hecho -por otra parte banal y además contingente" - que se debe-
ría tomar en cuenta como un factor entre otros, sino que es el principio
mismo de su análisis. Si el trabajo vivo es el único que produce valor,
la delimitación de las efectuaciones subjetivas en el seno del proceso de
producción es idénticamente la captación de su naturante. Por eso, des-
de el momento en que se manifiesta la diferenciación entre los tiempos
de producción y de trabajo, lo que se ve puesto en cuestión es precisa-
mente la presuposición del pensamiento de Marx: "La cuestión que nos
ocupa aquí es que, a igual tiempo de trabajo ... ciertos productos exigen
una duración variable para ser terminados. En este caso se pretende
que el capital fijo actúa solo, sin ayudade trabajovivo alguno,y se cita el
ejemplo de una semilla hundida en la tierra ... es necesario plantearesta
cuestiónen todasu pureza".Conocemos la respuesta: lo que constituye
el principio del valor es el trabajo y su duración (y no la duración de la
producción). "El valor,y por lo tantotambiénel plusvalor,no es iguala la
.duraciónde lafase de producci6nsinoal tiempode trabajo-el materializado y
el vivo- empleadoen el cursode lafase de producción.El trabajo vivo -que
se utiliza en proporción al trabajo materializado- es el único que puede
producir plusvalor, porque crea tiempo de sobretrabajo". Por eso, agre-
ga Marx, "se afirmó con razón que la agricultura era, en ese sentido,
menos productiva que otras industrias (en tanto que la productividad
se identifica aquí con la producción de valores )"5 • Por lo tanto, si las
condiciones naturales hacen divergir proceso de producción y proceso
de trabajo, éste sigue siendo el único fundamento de la valorización.
"Lo quees necesario reteneres que el capital no produce plusvalor si no
utiliza trabajo vivo" 6•
Desde una perspectiva económica, el hbro TI.del Capitalretoma la
disociación de los tiempos de producción y de trabajo con la signffica-
ción que recibió en los Grundrisse,a sabe,:-,la reducción decisiva de 1a
producción de valor a 1asubjetividad. Después de examinar las "razo-
471
•
Marx II. Unafilosojiade la economía
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r
Conclusión:El socialismo
9. Grundrisse,II, 211.
10. Ibid.
11. !bid., subrayado por nosotros.
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,..
12. Ibíd.
13. Ibíd., 214.
14. Ibíd., 212; subrayado por nosotro s.
i 474
_
__J
Conclusión:El socialismo
trabajo, y por otro lado pone el tiempo de trabajo como única fuente
y medida de la riqueza ... Por un lado, despierta todas las fuerzas de
la ciencia y la naturaleza, así como de la cooperación y la circulación
sociales, a fin de hacer que la creación de riqueza sea independiente ...
del tiempo de trabajo utilizado para la misma. Por otro lado, pretende
medir las gigantescas fuerzas sociales así creadas según el patrón del
tiempo de trabajo, y encerrarlas en límites estrechos, necesarios para
que el valor ya producido se conserve como valor" 15 • El siguiente texto,
no menos esencial, vuelve a decir que la autodestrucción del capital
es, idénticamente, el movimiento histórico por el cual el trabajo vivo
puesto como fundamento del valor se ve eliminado del proceso de
producción, el movimiento por el cual el proceso de producción y el
proceso de trabajo no dejan de divergir por extenuación progresiva del
segundo: 11El tiempo de trabajo es el único principio determinante para
el capital. Ahora bien, el trabajo inmediato y su cantidad dejan ... de ser
el elemento determinante de la producción y por lo tanto de la crea-
ción de valores de uso . En efecto, se reduce cuantitativamente hasta
proporciones ínfimas y cualitativamente a un papel indispen sable pero
subalterno respecto de la actividad científica general , de la aplicación
tecnológica de las ciencias naturales y de la fuerza productiva que sur-
ge de la organización social del conjunto de ~ producción ... De este
modo el capital, como fuerza dominante de la p roducción , actúa en el
sentido de su propia disolución" 16• ·
475
l
Marx II. Unafilosoftade la economía
17. Ibíd.,221.
18. Ibid.
19. lbíd., 217-218.
20. Ibfd., 222.
476
,,,,.,.
Conclusión:El socialismo
21. Ibíd.; subrayado por nosotros . Las palabras entre corchetes fueron agregadas
por nosotros .
477
L
•
Marx 11.Unafilosofiade la economía
22. Costes, VI, 155; ES, 45-46; subrayado por nosotros. En la obra de Marx
es constante la identificación de la producción a la existencia misma de los
individuos y su condición de vida. Como ejemplo, citemos también este pasaje
del Capital donde se afirma dicha identificación a propósito de la producción
y por lo tanto de la población rural. "Sin dudas , mucho antes del periodo de
la gran industria, la cooperación y la concentración de los medios de trabajo,
aplicados a la agricultura, ocasionaron grandes cambios, repentino s y violento s,
en el modo de produciry por consiguiente en las condiciones de vida y los medios de
ocupación de la poblaciónrural" (Pl, I, 964; subra yado por nosotro s).
23. Costes, IV, 155;ES, 46.
24. Costes, VI, 232; ES, 97-98.
478
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Conclusíón: El socialismo
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Conclusión:El soci.ali.smo
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Marx II. Unafilosofiade la economía
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1
Conclusión:El socialismo
sí. La filosofía del desarrollo radical del individuo y del individuo total
no es entonces un resto de la antropología humanista de juventud¡ al
témúno del análisis económico, es su resultado al mismo tiempo que
una profecía . En La ideología alemanala definición subjetiva de la pro-
ducción se da como parte de las ''presuposiciones" que constituyen la
"condición primera de toda historia hurnana" 34; y así lo entendimos en
nuestros desarrollos, como la condición trascendental de la historia al
mismo tiempo que de la sociedad. Sucede que esta definición de la his-
toria seguía siendo tributaria del estado actual de la civilización y de su
pasado milenario, al cual se adecúa. La historia que sigue -que segui-
rá- a la econorrúa mercantil no será menos la historia de los individuos,
la historia de sus vidas: en cierto sentido, lo será por vez primera. No
será su historia en tanto que historia de sus vidas, sino por el hecho de
que esa historia de sus vidas también será querida por esa vida con-
forme a las virtualidades más propias e interiores de la subjetividad
viviente. Ya no será la historia de las necesidades "materiales" sino de
11
sus necesidades "espirituales •
¿Cómo puede ser "libre" una vida espiritual? ¿No es siempre y ne-
cesariamente tributaria de las fuerzas productivas? Loqueaparece es que
no.Cuando se planteó el problema de la liberta~ del individuo-proble-
ma que pertenece incontestablemente a la te~eología permanente del
pensamiento de Marx- el marxismo sólo pudo resolverlo repitiendo
sus propias presuposiciones erróneas. Como según el marxismo las
fuerzas productivas determinan la existencia individual, la única ma-
nertl de liberarla era organizar las fuerzas productivas y las estructuras
socfales de modo tal que el condicionamiento que ejercen y continúan
ejerciendo sobre el individuo se lleve a cabo en conformidad con lo
que se quiere que sea esa existencia individual. La determinación cau-
sal de la subjetividad no se detiene, debe ser detenninada a su vez,
la libertad del individuo no será más que esa doble determinación y
una suerte de astucia de la razón, la utilización del detenninismo con
un fin moral . Es que en todos los casos se postula la objetividad de las
fuerzas productivas, y la acción de las mismas permanece asimilada a
un proceso natural. Sin embargo, en la economía mercantil las fuerzas
productivas no determinan al individuo al modo de una relación exter-
na, sino que son las fuerzas de ese individuo y la subjetividad misma.
En el socialismo, la relación de las fuerzas productivas con la subjeti-
483
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Marx II. Unafilosofiade
la economía
484
Conclusión: El socialísnw
485
iiiiif
35. Pl, I, 285. [Henry dice erróneamente "valor de uso "; en realidad es
"valor de cambio": 1) en primer lugar es consistente con lo que él mismo dice
inmediatamente antes, "se representa a sí mismo en el valor de cambio"; 2)
tanto Kustnetzov en la versión castellana, como otra versión en francés que
encontramos (www .marxist.org/francais) dicen "valor de cambio" , "valeur
d'échange"¡ 3) más importante, Marx usa Tauschwert, que es= "v alor de cambio"
(N. del T.)]
36. Ibíd., 340.
37. Ibíd., 283,
38. Ibíd., 297.
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Conclusión:El socialismo
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Conclusión:El socialismo
44. PZ,I, 611-612. ¿Es necesario observar que este texto provee por sí solo una
luminosa confirmación de la interpre tación de la teoría de las clases que hemos
propuesto en estas investigaciones, interpretación que vale también para las
relaciones sociales en la economía mercantil, ya que, lejos de cambiar algo al
hecho de que las relaciones de producción están constituidas por la pr axis misma
de los individuos que trabajan , esa economía, o el capitalismo, se basa por el
contrario en ese hecho y se limita a" disfrazarlo"?
489
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490
Conclusión:El socialismo
50. Pl, I, 614. La continuación del texto -''Pero tienen por base la inmadurez
del hombre individual, al que la hlstoria, por así decir, no ha cortado aún el
cordón umbilical que lo une a la comunidad natural de una tribu primitiva ... "-
es del mayor interés: confirma la crítica del concepto hegeliano de hombre
político como definido por la colectividad y realizado sólo .en ella, y muestra
indiscutiblemente que el pensamiento de Marx, en el momento mismo en que
encuentra el socialismo histórico, sigue comandado por la presuposición radical
de una filosofía del desarrollo individual.
51. Costes,VI, 225; ES, 93-94.
52. Pl, I, 613.
491
Marx II. Unafilosofiade la economía
492
Conclusi6n:El socialismo
55. Ibíd.,109 .
56. Ibíd., 109-110.
493
..
Marx II. Unafilosofiade /Jleconomía
494
Conclusión:El socialismo
57. PI, I, 613; "como" subrayado por nosotros ; flsocial", "tiempo de trabajo"
subrayado por Marx.
58. El Capital, II, u, 13.
495
L
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Marx II. Unafilosofíade f.a economía
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Conclusión:El socialismo
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Marx II. Unafilosofiade la economía
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Conclusión:El socialismo
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NicolásGómez
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Epílogodel traductor
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Sobrela traduccióny sobreel Marx de Henry
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Epílogodel traductor
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Sobrela traduccióny sobreel Marx de Henry
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Epílogodel traductor
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Sobrela traduccióny sobreel Marx de Henry
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Epílogodel traductor
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Sobrela traduccióny sobreel Marx de Henry
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Epílogodel traductor
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