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DESARROLLO DE LA FLOR:

Fig. 42. Esquemas que muestran estadios de desarrollo temprano de la flor. Corte
transversal. A. ápice vegetativo (arriba) y floral (a la derecha e izquierda debajo del ápice
vegetativo). B. Flores con sépalos y primordios de los pétalos. C. Corte plano de una flor
exponiendo el primordio de los estambres. D. Flor con gineceo, los carpelos encierran a las
placentas pero aun no se prolongan para formar el estilo (tomado de ¿??).
Durante la transición de la fase vegetativa a la reproductiva, suele haber muchos cambios
morfológicos. En muchas plantas el eje se elonga abruptamente o bién se ensancha y crece de
manera aplastada. El meristemo apical y los meristemos de los ejes de las brácteas pueden
desarrollar flores en ese orden, lo que se refleja en el tipo de inflorescencia. En el ápice
vegetativo del meristemo apical usualmente continúa la función sobre el desarrollo del primordio
foliar, pero en el caso del desarrollo de la flor, la actividad de la zona meristemática del ápice
disminuye hasta que se pierde completamente o hasta que quedan unos residuos pequeños no
activos.
El receptáculo floral esta formado por nudos, entrenudos y apéndices florales. Por
acortamiento de los entrenudos los nudos se encuentran muy agrupados y presentan poco
crecimiento apical. Por ello los apéndices se observan con una disposición espiralada. En el
meristemo apical de las inflorescencias y de las flores individuales de la mayoría de las plantas
hay una zona central de células con vacuolas grandes que cubre una región de células
relativamente pequeñas las cuales son ricas en protoplasma y que se dividen anticlinalmente casi
siempre. Con su desarrollo la actividad del meristemo lateral disminuye.
Los órganos florales se inician como las hojas, por divisiones periclinales de células
localizadas por debajo de la protodermis o embebidas en esta. Estas divisiones periclinales son
seguidas por otras divisiones anticlinales y el primordio se desarrolla como una protuberancia. El
crecimiento en longitud y grosor es dorsiventral como en los primordios de las hojas. Los sépalos y
pétalos se originan, como las hojas, a partir de divisiones periclinales en una o más capas de la
superficie interna del meristemo apical. Dicho origen es aparentemente igual en mono y en
dicotiledóneas. Esas estructuras muestran una actividad apical de corta duración seguida de
crecimiento intercalar y son responsables del incremento de la anchura.
Los estambres tienen un origen más profundo que los sépalos y pétalos, se desarrollan como
un brote corto, con crecimiento apical de corta duración seguido de crecimiento intercalar, de éste
último se desarrolla el filamento. Con respecto al gineceo, su desarrollo varía en relación a detalles
de la unión de los carpelos con otra u otras partes florales. Si el capelo no es unido (fusionado) los
primordios individuales de los carpelos se inician en un punto por divisiones periclinales en el
ápice, crecen hacia arriba (se elongan) debido a la actividad marginal y adquieren forma de saco.
En algunas especies en la elongación intercalar de la base del carpelo algunas partes se unen.
La unión de las partes del periantio o de los carpelos debe ser congénita u ontogénica o
una combinación de ambas. Puede ocurrir, parcial o completamente durante la ontogenia, aunque
la evidencia de fusión de las partes del periantio es borrada si las divisiones periclinales y otras,
ocurren en las capas epidérmicas superpuestas.

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