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SOCIEDAD FINISECULAR:
AUGE Y CAÍDA DEL LIBERALISMO
Antes de que hubiera terminado la Guerra del Pacífico, los chilenos y los extranjeros se
dirigieron en gran número hacia Antofagasta y Tarapacá para excavar el salitre del poco
generoso desierto. El primer paso consistía en llenar de dinamita los hoyos taladrados en la
cubierta de roca calcinada por el sol. Al detonar, los explosivos hacían saltar la capa superficial
(la costra) y dejaban expuestos los yacimientos de salitre. Una vez arrancado del desierto, el
mineral era cargado en carretas o autorrieles para ser transportado a las refinerías, donde se
usaba el proceso Shanks para extraer el salitre del caliche. El método de refinado demandaba
mucha mano de obra. Cuando las chancadoras gigantes de la planta habían pulverizado el
caliche sacado a mano, éste era vertido en depósitos donde el mineral pulverizado se mezclaba
con agua y luego era calentado. El líquido caliente y rico en salitre fluía entonces a una serie de
estanques donde el salitre era separado primero del líquido, luego concentrado y finalmente
secado. En último lugar, los trabajadores cargaban el salitre en polvo en sacos de arpillera para
embarcarlo rumbo a Europa a bordo de los clípers salitreros.
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Como consecuencia de la Guerra del Pacífico, Chile obtuvo un vasto territorio en el que se
explotaba el salitre, recurso natural que por entonces era demandado por los sectores agrícolas de
las principales potencias comerciales, tanto europeas como americanas. Así, la aparición del salitre
en el marco económico chileno va a producir un extraordinario cambio en la configuración
económica de nuestra nación.
El comercio del salitre fue el verdadero motor de la economía chilena durante el período 1883 –
1930. Hacia la zona salitrera comenzaron a llegar los capitales de empresarios nacionales y
extranjeros (ingleses, franceses y alemanes), los que constituyeron ―oficinas‖ para la explotación
del mineral.
El surgimiento y consolidación de la industria salitrera en Chile pasó por distintas etapas, entre las
que es posible destacar las siguientes:
El Estado peruano había expropiado los yacimientos e instalaciones salitreras y había entregado
certificados a sus antiguos dueños, que serían pagados más adelante. Esos documentos podían
transarse en el mercado. No obstante, el gobierno no pudo cumplir su compromiso y la Guerra del
Pacífico hizo descender a niveles mínimos el valor de los certificados. Nadie deseaba comprarlos
debido a la incertidumbre que rodeaba al futuro de las propiedades salitreras.
Al terminar el conflicto, el gobierno chileno decidió reconocer la propiedad privada y entregar las
oficinas salitreras a los dueños de los certificados. Esta situación fue aprovechada por algunos
particulares que acumularon certificados a bajo precio. En un comienzo operaron con capitales
chilenos obtenidos principalmente a través del Banco de Valparaíso.
La determinación del gobierno chileno fue conocida anticipadamente por los ingleses John North
(El Rey del Salitre) y Robert Harvey, quienes montaron una vasta organización financiera de
carácter internacional que puso en sus manos a diversas compañías salitreras.
El Estado chileno sólo estableció un impuesto sobre el producto que se exportara. La injerencia del
capital extranjero fue en aumento y así, si en 1882 el 36% de la propiedad salitrera estaba en manos
de nacionales y sólo un 64% en manos de los ingleses, en 1889 estos últimos eran prácticamente
dueños de la totalidad.
Esta política, a tono con el liberalismo imperante, tuvo funestas consecuencias, ya que, aparte de
entregar el salitre a consorcios extranjeros, no elaboró un plan sistemático que tendiese al
robustecimiento de la economía nacional, no tuvo protección legal y la deficiente organización
financiera obligó a la contratación de préstamos.
La riqueza del salitre permitió al Estado pagar las deudas originales durante la Guerra del Pacífico y
luego mantener el poderío militar en medio de circunstancias internacionales adversas. También
incrementó la riqueza privada y permitió a los altos sectores sociales llevar una vida de holgura y
ostentación.
El predominio de las empresas salitreras del Rey del Salitre, en Tarapacá, causó una gran
preocupación al presidente José Manuel Balmaceda. Dichas empresas controlaban gran parte de la
producción del nitrato y, además, North era accionista mayoritario de la Compañía de Ferrocarriles
Salitreros, que imponía fletes muy caros a los otros empresarios.
Era de temor que el audaz inglés intentase establecer un verdadero monopolio para dificultar o
retener la exportación del salitre por algún tiempo y obtener así un alza del precio. En ese caso, las
entradas fiscales decaerían peligrosamente hasta que se regularizase la exportación.
Para evitar esos problemas, el presidente Balmaceda sugirió la conveniencia de que otras compañías
extranjeras o inglesas se incorporasen a los trabajos salitreros y también empresas chilenas. Por otra
parte, para contrarrestar el monopolio ferroviario de North, se concedió autorización a otra
compañía inglesa para establecer una nueva vía férrea.
Balmaceda no estuvo contra el capital inglés, sólo procuró diversificar la posesión de las salitreras y
del transporte. Desgraciadamente, no hizo casi nada para llevar adelante sus planes y la situación
permaneció prácticamente igual.
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―Mis conciudadanos tienen sus ojos fijos en Tarapacá, porque de esta región mana la substancia
solicitada en todos los mercados del mundo para rejuvenecer la tierra envejecida.
La aplicación del capital chileno en aquella industria producirá para nosotros los beneficios de la
exportación de nuestra propia riqueza y la regularidad de la producción, sin los peligros de un
posible monopolio.
Ha llegado el momento de hacer una declaración a la faz de la República entera. El monopolio del
salitre no puede ser empresa del Estado, cuya misión fundamental es sólo garantizar la propiedad y
la libertad. Tampoco debe ser obra exclusiva de particulares, ya sean éstos nacionales o extranjeros,
porque no aceptaremos jamás la tiranía económica de muchos ni de pocos. El Estado habrá de
conservar siempre la propiedad salitrera para resguardar la producción y la venta y frustrar en toda
eventualidad la dictadura industrial en Tarapacá.
Es éste un sistema condenado por la moral y la experiencia, pues el régimen económico de las
naciones modernas está probado y demostrado que sólo la libertad de trabajo alumbra y vivifica la
industria...
Por último, debemos invertir el excedente en obras reproductivas, para que en el momento en que
el salitre se agote o se menoscabe su importancia por descubrimientos naturales o los progresos de
la ciencia, hayamos formado la industria nacional y creado con ella y los ferrocarriles del Estado, la
base de nuevas rentas y de una positiva grandeza‖.
ACTIVIDAD 1: De acuerdo a la lectura del documento anterior, responda las siguientes preguntas:
2.- ¿Qué medidas sugiere Balmaceda para corregir la actividad salitrera en nuestro país?
3.- Luego de la lectura del último párrafo, ¿se observa en Balmaceda una reflexión visionaria
respecto de la economía chilena?
Hubo una migración interna, trasladándose grupos de obreros a las oficinas salitreras y los puertos
del norte. La agricultura recibió un estímulo y aumentó su producción para abastecer a la región
salitrera.
El salitre fue un regalo caído del cielo para la economía chilena y tales regalos muy fácilmente
resultan mal administrados. La literatura sobre el tema suele estar llena de reproches para los
intereses extranjeros que controlaron gran parte del negocio. En 1895, a las compañías británicas
correspondía alrededor del 60% de todo el salitre exportado; en 1918, la participación chilena en la
industria había aumentado al 60% de la producción. ¿Habría sido más apropiado para Chile un
monopolio del salitre nacionalizado? El gobierno se negó a tomar este camino, en gran medida
porque parecía más barato y eficiente permitir que los extranjeros asumieran la tarea de la
producción. Un monopolio nacionalizado posiblemente habría dado más dinero a Chile, pero, dado
que no había forma de evaluar cuán eficiente o exitoso habría sido, la pregunta parecía ociosa. En lo
que se refiere a lo que sí se ganaba, se ha estimado que, en 1924, las salitreras habían generado
alrededor de 6.900 millones de pesos oro, alrededor de un tercio de los cuales llegaron a las arcas
del gobierno. Los impuestos parecen haber correspondido a alrededor del 50% de los costos de
producción; un 25% más correspondía a los salarios. Una alta proporción de las ganancias del
salitre permanecían así en Chile. El crecimiento del comercio del salitre era espectacular.
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Las políticas de desarrollo que aparecen extractadas en el texto anterior, reflejan el sentir de
Balmaceda al respecto. Durante su gobierno, las rentas fiscales engrosadas con los derechos sobre la
exportación del salitre, fueron orientadas a la inversión en obras públicas. Según las ideas del
Presidente, la riqueza calichera sería temporal y era necesario, por lo tanto, invertir los nuevos
fondos del Estado en obras que perdurasen en el tiempo. De acuerdo a lo anterior, el mandatario
desarrolló un nutrido programa en el que invirtió $11.326.720, lo que correspondió al 15% del total
de los gastos fiscales en 1890. Entre las principales obras públicas se cuentan:
Canalización del río Mapocho, que subsiste hasta el día de hoy en la ciudad de Santiago.
Inauguración del Viaducto ferroviario del Malleco, de 300 metros de largo por 100 de alto.
Aumento en 1.200 Kilómetros del tendido de líneas férreas, sobre los 1.000 que ya existían.
Levantamiento de 300 puentes, entre ellos algunos de gran magnitud, como los del Maule y
Biobío, 700 kilómetros de caminos de primera clase, mejorando así las comunicaciones.
ANÁLISIS DOCUMENTAL
―La expansión de la actividad exportadora del salitre, aun cuando haya ido controlada en gran
medida por capital foráneo, lejos de constituir un enclave aislado que inhibió el desarrollo del
capitalismo en Chile, habría sido por el contrario un factor fundamental en su expansión y
florecimiento. El Estado, y los mercados de trabajo, consumos e insumos del Norte Grande, fueron
probablemente los mecanismos mediadores principales a través de los cuales se estimularon
importantes transformaciones socioeconómicas y políticas de tipo capitalista con el resto de la
sociedad chilena, incluyendo concretamente los sectores industrial y agrícola. Que este desarrollo
capitalista no haya logrado reproducir el de los países industriales maduros, sino que haya adoptado
la forma del capitalismo subdesarrollado, estructuralmente heterogéneo y dependiente...‖
―En nuestra opinión, la etapa inicial de la economía chilena moderna comenzó en 1880, cuando el
país estaba muy atrasado. Dadas las condiciones iniciales, un crecimiento rápido estaba fuera de
lugar. La inversión extranjera en el salitre y en el cobre, cumplió un papel muy importante,
conectando la economía nacional con el resto del mundo. A pesar que los inversionistas extranjeros
remesaron utilidades relativamente altas, Chile no tenía alternativa en ese momento histórico. Los
gobiernos chilenos desplegaron sus mejores esfuerzos para retener la mayor cantidad posible del
excedente de las exportaciones. Su principal error estuvo en no saber cómo cambiar la situación
existente, y en no identificar los obstáculos para el avance del desarrollo y de las relaciones con los
inversionistas extranjeros.‖
1.- ¿Qué relación se puede establecer entre la actividad exportadora del salitre y el desarrollo del
capitalismo?
2.- ¿Cuál fue el rol que cumplió el Estado en esta fase de la economía?
3.- ¿Qué función cumplió la inversión extranjera en la industria minera del país? ¿Cómo se
manejaron estas relaciones económicas?
En 1914, sin embargo, la industria del salitre parecía menos estable que antes. Tras años de pagar
precios artificialmente altos, los consumidores europeos comenzaron a usar fertilizantes
alternativos, tales como el sulfato de amonio. Una amenaza aún más grande surgió entonces: en
1913, la planta procesadora Haber – Bosch de Oppau (Ludwigshafen) en Alemania comenzó a
producir, lanzando al mercado toneladas de salitre sintético –la peor de todas las pesadillas–. El
estallido de la Primera Guerra Mundial, sin embargo, impidió la expansión de este proceso y, por
ende, resguardó temporalmente el monopolio del salitre chileno.
En un comienzo, el impacto de la guerra fue altamente destructivo. El bloqueo naval británico cerró
los mercados alemanes, que antes de 1914 recibían más del 25% de las exportaciones de salitre
chileno. Sin embargo, los poderes aliados aún lo necesitaban para fabricar explosivos, pero no
contaban con los barcos para transportarlo a Europa. Enormes cerros de salitre se apilaban en los
puertos chilenos. Inevitablemente, la producción se contrajo: entre mediados de 1914 y comienzos
de 1915, la producción mensual decayó en más del 66% y muchas salitreras debieron cerrar. Pero, a
mediados de 1915, la situación mejoró sustancialmente. Los poderes aliados enviaron nuevamente
barcos a Chile y el propio gobierno chileno les arrendó algunos de sus transportes navales a
compañías privadas. Aunque los costos de traslado por barco eran mucho mayores (de un 700% a
un 800%), las salitreras prosperaron una vez más.
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Sin embargo, irónicamente el negocio del salitre produjo una bonanza mucho menor de lo que
podría haberse esperado. Los poderes aliados pronto se unieron a los Estados Unidos, creando el
Nitrate of Soda Executive, una agencia de compras central, que eliminó la competencia entre los
países aliados y obligó a los chilenos a bajar los precios, reduciendo tanto las ganancias de las
salitreras como los ingresos del gobierno.
Luego de la Gran Guerra, el desenlace de la economía del salitre era previsible: tenía los días
contados. Esto, porque con el nitrato sintético de origen alemán, los mercados hacia donde se
orientaba la producción nacional, forzosamente cambiarían de oferente y, por lo tanto, abandonarían
la adquisición de nuestras partidas. Esto, desde luego, va a producir enormes consecuencias:
El éxodo de los capitales ingleses: los inversionistas en el salitre chileno, en su gran mayoría
ingleses, decidieron rescatar su capital de la racha decadente de las transacciones salitreras que
se observa durante la década de 1920. El ciclo salitrero, para ellos, en Chile había concluido y,
en consecuencia, había que buscar otras áreas productivas en Chile o fuera de él.
Los riesgos sociales: con el cierre de las oficinas salitreras, a partir de 1924 va aumentando
peligrosamente el número de desempleados en el norte. Cada vez, son más las personas que
pierden sus fuentes laborales, lo que genera el aumento de la presión social sobre los gobiernos,
especialmente a partir de la primera administración de Arturo Alessandri Palma (1920 – 1925).
LA EXPANSIÓN SALITRERA
AÑO Número de Personas Ocupadas (en Producción Exportación
Oficinas miles) (miles de (Miles de Toneladas)
Toneladas)
1880 2,8 224 224
1885 4,6 436 436
1890 13,0 1.075 1.063
1895 53 22,5 1.308 1.238
1900 51 19,7 1.508 1.454
1905 90 30,6 1.755 1.650
1910 102 43,5 2.465 2.336
1915 115 45,5 1.755 2.023
1920 101 46,2 2.523 2.794
1925 60,8 2.523 2.517
1930 44,1 1.592
CONCLUSIÓN: ¿Por qué no usó el Estado ese regalo del cielo que constituían los impuestos para
diversificar la economía y darle alternativas para cuando se acabara el auge del salitre? Tal política
hubiera requerido que el Estado mantuviera los impuestos sobre la renta, las propiedades y las
donaciones. Sin embargo, dado que tales gravámenes recaían principalmente en los más
acaudalados, el Congreso prefirió abolirlos a favor de gravar a los consumidores extranjeros del
salitre. Además, concebir políticas alternativas no era difícil, pues resultaba casi imposible llevarlas
a la práctica, por la inoperancia de los gobiernos parlamentarios a quienes les tocó vivir la crisis.
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Entre los años que le correspondió dirigir el país (1896 – 1891), Balmaceda participó como
protagonista del quiebre definitivo del presidencialismo portaliano. Sin embargo, la vía hacia el
Parlamentarismo se inició mucho antes de él, incluso él mismo representó en su vida política
anterior este sistema. Igual como lo hicieron muchos de sus contemporáneos de diferentes
corrientes ideológicas: conservadores, radicales, nacionales y la variada gama de liberales.
Debemos ver en Balmaceda al político que se inició en el Club de la Reforma y que hizo carrera
como parlamentario, diplomático y Ministro del Interior y Relaciones Exteriores. Inicialmente se
desempeñó como agricultor y periodista.
Al finalizar el gobierno de José Joaquín Pérez, se pudo apreciar una posición anti presidencialista en
el Congreso, que llegó a representar la mayoría de los partidos políticos, incluyendo a los
nacionales.
Sin embargo, la crisis política demoró antes de estallar, motivada por dos sucesos de gran relevancia
para el país: la Guerra del Pacífico y los conflictos Teológicos.
Una vez que se aquietaron los ánimos, pasó al primer lugar el problema político, que sólo se
acallará con el quiebre definitivo del presidencialismo, producto de la derrota del gobierno en la
Guerra Civil de 1891.
Para lograr este quiebre, el Congreso, los partidos, la oligarquía, dispondrán de una herramienta
legal: La Constitución de 1833, que podía ser interpretada con un carácter parlamentario a través de
dos mecanismos: la Interpelación a los Ministros de Estado y las Leyes Periódicas.
Estas prácticas parlamentarias ya habían sido aplicadas en el pasado. Sin embargo, como aún no
había llegado el momento de la crisis, se encontraban resortes para esquivar el quiebre, como
ocurrió en el gobierno de Manuel Montt en 1858. En aquella oportunidad, ante la retención de la ley
de presupuesto para ese año, el Presidente llegó a presentar su renuncia al Senado, y los
parlamentarios que no podían aceptar esa decisión, lo apoyaron a través de un Ministerio de
Conciliación, que apaciguó los ánimos.
Con Balmaceda en cambio, las cosas no sucedieron así. La problemática política mayor se
presentaba en la inestabilidad del parlamento dividido y tendencioso, en especial en los grupos
liberales que él tanto había deseado unir en un partido monolítico, que reemplazara al partido
liberal de gobierno ya anquilosado, y con el Presidente de la República como único jefe. Sería un
partido de la causa liberal pero sin caudillos y este partido único tendría la iniciativa de elegir a su
sucesor en el gobierno.
Sin embargo los deseos de Balmaceda no pudieron cumplirse, porque la unión de los liberales debía
ser pactada a través de beneficios que el mandatario concedería, debía por lo tanto equilibrar
especialmente lo vinculado al Ministerio del Interior.
En principio, la unión se logró en el Ministerio de Aníbal Zañartu entre Junio de 1887 y Abril de
1888, congregando en el gabinete a dos liberales de gobierno, a dos liberales independientes y a do
nacionales. La crisis se produjo de todas formas, porque los independientes estimaron que se había
favorecido a los nacionales en las elecciones parlamentarias y municipales de 1888.
Aquí se logró indudablemente un avance hacia al Parlamentarismo: los partidos con mayoría en la
Cámara, podían negociar en un plano de igualdad con el Presidente.
A su vez, el deterioro de la base política del gobierno continuó. La fracción antisanfuentista del
partido liberal, retiró su apoyo al Presidente Balmaceda y así el cuadrilátero ganó mayoría en las
dos Cámaras.
La situación en 1891 era la siguiente: por una parte, el Presidente que parecía no notar el proceso ya
cumplido de la evolución institucional y, por otro lado, la oposición que defendía el
parlamentarismo como forma de gobierno. El problema circunstancial era el manejo de las Leyes
Periódicas. Así, la negociación de ambos frentes se fue anulando, al igual que los intentos de
mediación.
La tendencia hacia una economía dirigida de Balmaceda, chocaba con el espíritu liberal
individualista del S. XIX acarreándole muchos enemigos. A nivel internacional, esto se observó al
iniciarse la revolución. El gobierno vio cerrada toda posibilidad de crédito y no logró que se le
entregaran los dos buques que había mandado construir a Francia.
Desde el punto de vista social, destacaría el ansia de predominio de la oligarquía agrícola, bancaria
y minera que, a través del Parlamento, pretendía controlar el poder público.
Los hechos políticos se precipitaron el 1 de Enero de 1891. El Congreso no había aprobado las leyes
periódicas de presupuesto para ese año y Balmaceda con un manifiesto al país, declaró que se
pondría en práctica el presupuesto de 1890 y que el Parlamento no se reuniría hasta después de
efectuada la elección de Marzo de 1891. La mayoría parlamentaria suscribió un acta destituyendo a
Balmaceda a partir del 1 de Enero de ese año.
Las Fuerzas Armadas se dividieron para apoyar los dos frentes de combate: el Congreso fue
ayudado por la Armada, que dirigía el capitán de navío, don Jorge Montt y el Ejército afianzó al
Presidente de la República.
Al inicio de la guerra, la situación se inclinaba hacia Balmaceda, pero pronto las cosas empezaron a
cambiar. La aristocracia fue opositora al presidente, al igual que las mujeres y colonias extranjeras .
El resto de los grupos sociales fueron manejados por los dos bandos en pugna.
Las acciones militares en el Norte otorgaron el triunfo a los revolucionarios. Fueron cayendo en sus
manos Iquique, Antofagasta y Tacna. Con el dominio de Tarapacá, los opositores dispusieron de la
riqueza salitrera y organizaron un ejército formado por obreros salitreros en la tropa y jóvenes de la
oligarquía en la oficialidad. Los acompañaron algunos jefes de más experiencia: Estanislao del
Canto, Jorge Boonen y Emilio Corner.
Las operaciones navales fueron largas. Fue hundido el acorazado Blanco Encalada por las
torpederas Lynch y Condell, muriendo más de 100 tripulantes. Frente a Quintero, en Concón, las
tropas presidencialistas fueron derrotadas el 20 de Agosto y ocho días después, la batalla de Placilla
marcó el triunfo definitivo de los revolucionarios.
Los miembros de la Junta llegaron a Santiago. El presidente Balmaceda, para evitar persecuciones
en las fuerzas leales, se refugió en la Legación Argentina y allí permaneció hasta expirar su
mandato. Finalmente se suicidó después de dejar su ―Testamento Político‖.
La guerra civil costó al país más de 10.000 vidas y más de $ 100.000.000 de pérdidas le significó al
Estado.
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―Mi vida pública ha terminado. Debo por lo mismo, a mis amigos y a mis conciudadanos, la íntima
confesión de mi experiencia y de mi convencimiento político.
El triunfo y el sometimiento de los caídos, producirán una inquietud momentánea, pero antes de
mucho, renacerán las viejas divisiones, las amarguras y los quebrantos para el jefe del Estado.
El régimen parlamentario ha triunfado en los campos de batalla, pero esta victoria no prevalecerá. O
el estudio, el convencimiento y el patriotismo abren camino razonable y tranquilo a la reforma y a la
organización del gobierno representativo, o nuevos disturbios y dolorosas perturbaciones habrán de
producirse entre los mismos que han hecho la revolución unidos y que mantienen la unión para el
afianzamiento del triunfo, pero que al fin concluirán por dividirse y por chocarse. Estas
eventualidades están, más que en la índole y en el espíritu de los hombres, en la naturaleza de lo
principios que hoy triunfan y en la fuerza de las cosas.
Este es el destino de Chile y ojalá las crueles experiencias del pasado y los sacrificios del presente,
induzcan a la adopción de las reformas que hagan fructuosas la organización del nuevo gobierno.
Seria y estable la constitución de los partidos políticos, libre e independiente la vida y el
funcionamiento de los poderes políticos y sosegada y activa la elaboración común del progreso de la
República.
Si nuestra bandera, encarnación del gobierno del pueblo y verdaderamente republicana, hacaído
plegada y ensangrentada en los campos de batalla, será levantada de nuevo en tiempo no lejano, y
con defensores numerosos y más afortunados que nosotros, flameará un día, para honra de las
instituciones chilenas y para dicha de mi patria a la cual he amado por sobre todas las cosas de mi
vida.
Cuando ustedes y los amigos me recuerden, crean que mi espíritu con todos sus más delicados
efectos, estará en medio de ustedes‖
ACTIVIDAD 3: De acuerdo a la lectura del documento anterior, responda las siguientes preguntas:
2.- ¿Qué problemas enfrentarán los vencedores de la Guerra Civil y el nuevo gobierno que se
implantará?
3.- ¿Qué medidas tendrán que adoptar para evitar los problemas?
4.- ¿Cuáles son las condiciones que debe cumplir el sistema de gobierno ideal para tener éxito en
Chile?
5.- ¿Se muestra optimista Balmaceda respecto al funcionamiento del sistema parlamentario?
ANÁLISIS DOCUMENTAL
―...Inició su gobierno con auténticas intenciones de pacificar los ánimos de la clase política.
Reanudó relaciones con la Santa Sede y el nombramiento de Mariano Casanova como Arzobispo de
Santiago, terminó con la ―Lucha Religiosa‖. Por otra parte, quiso fortalecer su base de sustentación
política, uniendo a la ―Familia Liberal‖, como la llamaba. Pero sus anhelos de paz no resultaron.
Los conservadores no olvidaron que el Presidente Balmaceda, siendo Ministro del Interior de
Domingo Santa María había defendido con vigor la ―proyección y trascendencia de las leyes laicas‖
y lo compartirían levantando banderas liberales (Comuna Autónoma, descentralización
administrativa, libertad electoral, etc.). Y la familia liberal, jamás pudo reunirse, toda vez que había
desaparecido precisamente el único factor que propiciaba la cohesión de ella, la guerra doctrinaria.
Fuera de los conservadores, casi todas las agrupaciones políticas, máxime los liberales, se
fraccionaron en múltiples y transitorios bandos formados en torno a determinadas personalidades
que abrigaban por lo general, mezquinos afanes que defendían con pasión. Si había un elemento
común a todos ellos y, más profundamente en la clase dirigente, era doblegar la potestad del primer
mandatario y de su Gabinete y, para eso sí, pudieron estructurar breves combinaciones
parlamentarias. De manera que Balmaceda nunca pudo contar con un apoyo estable del Poder
Legislativo, aunque hubo esfuerzos serios y bien intencionados por avenir a ambos poderes. La
rotativa ministerial que se apreció en el quinquenio es prueba palmaria de ello...‖
―...Durante su asilo, había tomado una determinación. No podía huir ni entregarse a la Junta de
Gobierno, ambas eran salidas indignas. Optó por el suicidio. El 19 de Septiembre, un día después de
haber cumplido su mandato presidencial, se disparaba un disparo en la sien...‖ ―...Además de las
razones políticas señaladas, la clase dirigente actuó motivada por intereses económicos –salitreros o
bancarios— en contra de la supuesta política económica de Balmaceda, que se contraponía a
ellos...‖ ―...Fue un acontecimiento netamente político. Fue el choque de dos concepciones
absolutamente diferentes. Por un lado, la de Balmaceda, que si bien es cierto, era liberal en sus
comienzos, una vez que fue ministro de Santa María, comprendió la importancia de la autoridad
presidencial para oponerse a las pretensiones de un Parlamento dividido e indisciplinado. Por el
otro, la aristocracia que buscaba la fórmula del régimen parlamentario ―en el modo y forma‖ como
ella lo entendía, conquistar para sí el poder total sobre Chile. Y así ocurrió después de 1891. Se
constituyó en Oligarquía‖.
―Hay una mirada que plantea que la pugna entre los liberales gobiernistas y opositores no fue
exclusivamente de carácter ideológico – doctrinaria, sino que se relaciona con problemas de índole
social, pero en el sentido de linaje, de casta, de honra. Diversos testimonios de protagonistas de la
época, muestran que Balmaceda, ya en sus primeros gabinetes, prescindió de sus ―íntimos‖, de sus
viejos compañeros que lo habían elevado a la presidencia y habría ubicado en cargos ministeriales a
jóvenes advenedizos dispuestos a todo, que la gente distinguida percibía como siúticos y cursis. En
el ejército también se advirtió un reemplazo de los ―hijos de familia‖ y de los caballeros, por gente
modesta y advenediza. Esta actitud del presidente constituía una afrenta que afectaba la autoestima
y la consideración social de que gozaban y ponía en cuestionamiento el poder de la oligarquía hasta
ese momento sin contrapeso...‖
1.- Señale el origen que cada uno de los autores citados le otorga a la crisis de Balmaceda.
2.- Al establecer un análisis comparativo de las tres tesis, ¿cuáles serían las ideas centrales de éstas?
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- La Comuna Autónoma: en 1891 se había establecido por iniciativa del conservador Manuel
José Irarrázaval, configurándose así el control del Ejecutivo sobre las Municipalidades y con
ello control de las elecciones.
A) PARTIDO CONSERVADOR: Rama del peluconismo que se había identificado con la Iglesia,
había llegado a ser su partido. En este período desplegaba una poderosa representación
parlamentaria. Los más representativos líderes fueron Abdón Cifuentes y Carlos Walker Martínez
C) PARTIDO DEMÓCRATA: Fundado por jóvenes radicales, que quisieron crear ―centros de
opinión‖ que llevasen al partido Radical a los elementos populares (obreros, artesanos) y de clase
media (profesionales). A pesar de su sincera preocupación social, se los tildó de rojos, aunque no
tenían nada de revolucionarios y, poco a poco, se transformó en un partido más del régimen.
F) PARTIDO LIBERAL: Vivía en permanente ebullición y división, motivado casi siempre por
personalismos y diferencias momentáneas y pasionales, se podían distinguir varias facciones
liberales, entre las más importantes se cuentan: los doctrinarios o sueltos, ligado a los hermanos
Matte y los mocetones, que buscaban alianza con los Nacionales y liderados por Isidoro Errázuriz.
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Este gobierno, el último del periodo parlamentario, se caracterizó por las rotativas ministeriales y
una serie de ataques opositores que terminan por imposibilitar la labor presidencial.
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El problema más importante del cambio del siglo en Chile fue la llamada Cuestión Social, que las
clases dirigentes no pudieron o no supieron resolver. El problema social afectaba a las clases
trabajadoras (campesinos, mineros artesanos, obreros fabriles), éstos no lograban encontrar solución
a sus problemas, pero, instintivamente buscaban a través de la agitación laboral, formación de
entidades comunitarias (mutuales, sindicatos, etc.) una salida a la crisis en la que estaban inmersos.
Estas acciones que buscaban la atención del gobierno a sus problemas no lograron sus objetivos,
pues sólo recibieron como respuesta una fuerte represión, que sólo terminó por profundizar aun más
el quiebre de la sociedad chilena de principios del siglo XX.
Los factores que habían llevado a la sociedad chilena al borde de una crisis fatal al no reconocer ni
menos enfrentar los problemas de la llamada ―Cuestión Social‖ fueron numerosos y muy variados
La estratificación social de Chile en el período parlamentario tiene como elemento relevante la
fuerza y pujanza de la clase media que debido a varías razones se convierte en el grupo más
importante del período y el grupo bajo que busca reivindicaciones sociales y laborales.
GRUPO MEDIO: Formado por comerciantes, profesionales liberales, miembros del Ejército,
funcionarios de la administración pública, comerciantes extranjeros y aristócratas empobrecidos.
GRUPO BAJO: Compuesto por los trabajadores industriales, mineros, trabajadores del campo,
proletariado urbano. Es el estrato social que protagonizará el problema más importante del inicio de
la vigésima centuria: La ―Cuestión Social‖.
Por otra parte, los ―patrones‖ empiezan a adquirir costumbres extranjerizantes en su modo de vida,
que los llevan a establecerse en las ciudades y sólo esporádicamente vuelven al campo, dejando a
sus campesinos en manos de administradores inescrupulosos que acentúan los abusos y la
explotación, que se expresan en el aumento de la inseguridad, las vejaciones y el bandidaje. Ante
esta situación, al campesino sólo le queda la opción de seguir el camino de sus ―patrones‖,
emigrando a la ciudad, donde enfrentarán problemas aún mayores que los que tenían en el campo.
2.- VIVIENDAS
Lo primero que desean encontrar los emigrados en la ciudad es lo básico, una vivienda, pero,
precisamente esto va a ser el primer obstáculo y problema muy difícil de resolver.
Las viviendas urbanas fueron adaptadas para la gran demanda habitacional; las antiguas casas se
arrendaban por piezas, donde en cada una de ellas se aglomeraban entre ocho a doce personas, que
compartían un patio común donde habían uno o dos pilones de agua, que se disputaban
ardorosamente los vecinos. Estas viviendas carecían de alcantarillado y demás servicios y, junto al
hacinamiento humano, contribuía en forma importante a la proliferación de todo tipo de
enfermedades y epidemias que les afectaban y que provocaron muchas muertes.
Como la demanda de viviendas era constante, los cánones de arriendo alcanzaban cifras
escandalosas. Los arriendos para la clase popular en Chile eran porcentualmente más altos que los
cobrados al mismo grupo social en Inglaterra, donde obviamente la vivienda permitía una mejor
calidad de vida. La división de las casas en piezas de arriendo sólo satisfacía las necesidades de los
trabajadores más afortunados y de mejores salarios, tales como artesanos. Para los otros grupos,
menos afortunados, estaban los conventillos y cités donde la calidad de vida era aún más degradante
En esta época hubo algunos intentos, a nivel gubernamental, para mejorar el sistema de viviendas,
pero desgraciadamente fracasaron por causa de la lentitud del trabajo legislativo en la época del
Parlamentarismo.
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―La pieza en que tuvo lugar la asfixia de cuatro personas tiene 4,10 por 3,80 metros... la pieza una
sóla puerta que es de madera. Sin ninguna apertura que permita renovación del aire interior cuando
está cerrada, que fue lo que aconteció en el caso de los asfixiados... en el caso actual no puede caber
duda que la asfixia ha sido producida a causa de haberse encerrado en un local destinado a dos
personas, cuanto más nueve personas, dejando además la puerta herméticamente cerrada‖.
―Es en esta clase de viviendas –conventillos- donde se aglomera la parte de la población más difícil
de alojar en buenas condiciones. El alojamiento de personas que viven de una renta o sueldo fijo,
ofrece sin dudas menos dificultades que el obrero que recibe el salario semanal... El problema se
complica aún más tratándose de aquel grupo, tan numeroso de personas. Especialmente mujeres,
que viven de un oficio manual o que ejercen alguna pequeña industria como son las lavanderas,
verduleras, costureras y que van a refugiarse a los conventillos, porque en ninguna otra parte
podrían encontrar habitaciones más baratas, pero también la más infeliz‖.
ACTIVIDAD 5: De acuerdo a las revistas y diarios anteriores, responda las siguientes preguntas:
3. ¿Qué problemas detecta el diario con respecto al tipo de viviendas a las que obreros y
trabajadoras pueden optar?
El desarrollo material y moral que significó la emigración campo – ciudad, la vida promiscua del
conventillo, el alcoholismo, la ineficiencia burocrática relacionada con las Leyes Laicas y la
incitación a no cumplirlas por parte de sacerdotes exaltados, el nomadismo obrero fueron causas
principales de la desintegración de la familia popular urbana; el quiebre familiar y la ilegitimidad
tuvieron funestas consecuencias, tales como el abandono de niños y la gran mortandad infantil.
El hacinamiento urbano provocó rápidamente una nueva amenaza, las epidemias endémicas, que
resurgían periódicamente y que mataban a miles de personas, por ejemplo la viruela, entre 1909 y
1910 produjo entre 10.000 y 30.000 muertes, el tifus (fiebre tifoidea y tifus exantemático), patología
directamente relacionada con las pésimas condiciones sanitarias (falta de agua potable y
alcantarillado), provocó en el primer decenio del siglo XX, 18.000 muertes aproximadamente.
La gran inflación con que se inicia el siglo XX convierte en más miserable a las clases trabajadoras,
ya que les consumía alrededor del 40% de los modestos ahorros que los obreros lograban reunir.
La Miseria, condición de la cual casi les era imposible salir, aún a trabajadores como artesanos, que
eran los más prósperos de la clase asalariada, prácticamente empuja a la masa urbana a ser víctima
de la usura. Se dieron: las cuentas de fiado, los pagos semanales en los almacenes, para la compra
de ropa y las auténticas Agencias de Empeño, que prestaban dinero tomando como garantía joyas,
herramientas, que tasaban generalmente a un valor inferior a la mitad del valor real de la prenda y
cobrando intereses exorbitantes, que llegaban a un 120% anual.
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La inexistencia de reglamentos laborales permitía los más grandes abusos en contra de los
trabajadores. Los niños y las mujeres eran las víctimas más desamparadas en el campo laboral.
La jornada laboral no tenía duración máxima, ya que podía fácilmente exceder de las 12 horas
diarias; el descanso prácticamente no existía, sólo en 1907 fue obligatorio el descanso dominical.
EL TRABAJO SALITRERO
El trabajo en la pampa salitrera era arduo y peligroso: a menudo había que cargar sacos de más
de 140 kg., los mineros tenían que abrirse camino constantemente entre explosiones, desechos
que caían y carretas o autorrieles en movimiento. Las refinerías no eran menos peligrosas. Al
operar en plantas llenas de vapor o polvo, los trabajadores tenían que evitar caer en las enormes
máquinas moledoras o en los depósitos llenos de líquidos hirvientes. La tasa de accidentes era
alta, y dada la falta de servicios médicos, la mayoría de ellos resultaban fatales o dejaban a las
personas inválidas.
Atraídos por la perspectiva de un trabajo bien remunerado, miles de hombres emigraron desde el
sur hacia las salitreras. Entre 1875 y 1907, la población del Norte Grande aumentó de 2.000 a
234.000 personas. Iquique se convirtió en la cuarta ciudad más grande de Chile; Antofagasta, en
la séptima. Una nueva sociedad surgió en la pampa y en los florecientes puertos, pero marcada
por una profunda división de clases. Las elites comerciales de Iquique construyeron hermosas
casas y se dieron el gusto de gozar de una activa vida social. Los hombres que excavaban el
caliche vivían en casuchas, construidas a menudo con planchas de zinc, que ofrecían poca o
ninguna protección contra las temperaturas extremas del desierto. Sin agua potable, ni sistema de
alcantarillado, los mineros y sus familias eran presa fácil de las epidemias o la tuberculosis,
enfermedades siempre presentes. La gran masa de mineros del salitre tenía que satisfacer sus
apetitos en las pulperías, almacenes pertenecientes a las compañías salitreras que solían vender
productos de mala calidad a precios excesivos. Aislados en los campamentos y pagados con
fichas, los mineros se veían obligados a tratar con ellos. Sin embargo, a pesar del trabajo
peligroso y las condiciones de vida por lo general miserables, los hombres seguían llegando por
miles al norte. Por muy sórdida que fuera la vida en las salitreras, era menos letal que vivir en
los conventillos.
Trabajar en las salitreras también estaba mejor remunerado. Prácticamente todos los trabajadores
urbanos chilenos ganaban más que los trabajadores rurales, pero, según consta en un informe del
gobierno de 1913, el minero del salitre ganaba en promedio salarios más altos que cualquier otro
tipo de trabajador, incluidos los de las plantas metalúrgicas o los de los Ferrocarriles del Estado
–las elites de la fuerza laboral industrial en ciernes-. Los mineros mejor pagados recibían casa
gratis (sea lo que sea que esto haya significado) y pagaban sustancialmente menos por sus
alimentos que los trabajadores urbanos –incluso si compraban en las tan desprestigiadas
pulperías –. A veces podían ahorrar lo suficiente como para comprar parcelas de tierra o
pequeños negocios cuando emigraban de vuelta al Valle Central.
Las normas de seguridad e higiene en el trabajo eran casi inexistentes, como se pudo notar en el
ejemplo anterior, en las salitreras anualmente morían o quedaban inválidos más de 1.000
trabajadores, a causa de las condiciones peligrosísimas en las cuales laboraban.
La clase dirigente, mientras tanto, en su gran mayoría permanecía indiferente y ciega, pues suponían
que los males de las clases populares eran exagerados, con fines políticos y revolucionarios por
algunos literatos, por mero afán imitativo de la ―Cuestión Social Europea‖.
Sin embargo, existía un grupo grande de esta clase que estaba convencida que el Estado debía
combatir los vicios y lacras sociales como el alcoholismo, el juego, la prostitución, la usura; que se
debía fomentar, la construcción de viviendas obreras, el ahorro popular, que debía extenderse la
educación a los sectores más humildes, etc. Pero era el espíritu de estas reformas y en la
intervención del Estado, donde se estrellaban y diluían las posibilidades ciertas de darle solución.
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Por un lado, la clase trabajadora buscaba a través de la movilización, sindicalización y las huelgas la
solución para sus problemas más elementales y, por otra, el Estado y la oligarquía respondían en
forma equivocada a esta inquietud, lo que precipitará a nuestra sociedad a la crisis de los años ‗20.
Organizaciones obreras que nacieron al calor de la lucha social, sin estatutos legales como hoy, son:
- SINDICATOS: Buscan mejorar las condiciones del trabajo que desempeñaban sus afiliados.
Existían ―sindicatos blancos‖ (controlados por social-cristianos), los ―sindicatos rojos‖
(controlados por socialistas y comunistas) y los ―sindicatos amarillos‖ (políticamente neutros).
Las primeras huelgas a fines del siglo XIX realizadas por obreros urbanos, portuarios y
ferrocarrileros, fueron:
- En 1890, la de mayor envergadura, afectó a gran parte de la región salitrera, con peticiones
sencillas, pago en dinero, libertad de comercio, algunos beneficios sociales.
- Entre 1903 y 1907 las huelgas de las Mancomunales de Tocopilla, obreros del carbón,
estibadores de Valparaíso. La represión de este movimiento provocó la solidaridad de todos los
trabajadores del puerto, el saldo de la represión fue de 50 muertos y 200 heridos.
Pero los más importantes y trágicos sucesos se produjeron en Santiago e Iquique. En 1905, Santiago
vivió la famosa ―huelga de la carne‖, que pedía la abolición del impuesto al ganado argentino y
protestaba por el alza del costo de la vida, empezó como un pacífico motín popular y terminó
dejando alrededor de 300 heridos.
La culminación de estas movilizaciones se produce en Iquique, en la Escuela Santa María, donde las
protestas de los trabajadores salitreros desataron la más tremenda represión oficial, con niveles de
violencia horrorosos. El problema había comenzado en forma similar a otras huelgas, un petitorio
común, fin de las fichas, jornales a tipo de cambio fijo, balanza y vara para las pulperías,
indemnizaciones y desahucios; los huelguistas recibieron el apoyo de los trabajadores de la ciudad
de Iquique, que paralizaron, los trabajadores en huelga albergados juntos a sus familias en la
Escuela Santa María fueron baleados por efectivos militares, por ordenes del General Roberto Silva
Renard, el número de muertos según las distintas fuentes osciló entre 500 y 2.000 personas, esta
masacre debilitó al movimiento obrero, que sólo se recobrará en la década siguiente.
Después de 1907, a pesar del debilitamiento del movimiento, se siguieron efectuando huelgas, las
de 1909 en Santiago; 1911 y 1913 entre los marítimos de Valparaíso, hacia el final de la década
hubo una interminable serie de huelgas que respondían a años de crisis socio–económica y agitación
política.
ANÁLISIS DOCUMENTAL
―...Sin bajar hasta el simple jornalero, tenéis por todas partes artesanos relativamente cultos,
explotados de una manera inicua: carpinteros herreros, albañiles, operarios de fábricas a quienes se
les exige un trabajo de 10, 12 o más horas diarias y se les paga un salario que no les alcanza para
satisfacer sus necesidades y las de sus familias, para que hablar de los que se imposibilitan, aun
cuando se en el trabajo mismo. ...La situación humillante en que viven los inquilinos a quienes su
grosera ignorancia y falta de energía moral mantienen adheridos a un pedazo de terreno que se les
presta a cambio de la entrega absoluta a su patrón de su trabajo, su libertad, su honor y el de su
familia, su vida entera. ...La situación del obrero en la región salitrera, particularmente en las
oficinas: mucho se ha hablado de los jornales fabulosos que gana el obrero y su despilfarro. Esto
habrá sido en otro tiempo, los salarios han bajado mucho porque hay sobrante de brazos, a causa de
que muchas sociedades han cerrado alguna de sus oficinas porque con los bajos precios del salitre
no les convenía su elaboración. ...La Oficina proporciona, según dice, alimentación y vestuario a
precio de costo, pero la Oficina especula en la Pulpería y obliga a sus empleados a comprar todo
ahí, para lo cual hace los pagos en fichas, que en otra s partes no se reciben o se admiten con
descuento, y no se permite la entrada a los terrenos de la Oficina a ningún comerciante que lleve
especies de las que se venden en las Pulperías. Estas fichas han sido una de las principales causas de
los disturbios populares de aquella región.‖
(Dr. J. Valdés Cange, seudónimo de Alejandro Venegas: “Sinceridad, Chile Íntimo de 1910)
1.- Identifique los abusos más importantes que sufren los trabajadores urbanos y los trabajadores de
las salitreras.
2.- De acuerdo al texto, ¿existe alguna protección laboral para los trabajadores? .Comente
brevemente la situación
3.- ¿Qué importancia económica para patrones y obreros tienen el sistema de Pulperías y pago con
fichas.
El domingo 22 del presente, a las 3 P.M. se llevará a efecto por las sociedades obreras de la capital
un grandioso desfile con el fin de solicitar respetuosamente del Supremo Gobierno la abolición del
impuesto que grava la internación del ganado, medida que traerá inevitablemente el abaratamiento
de este artículo, poniéndose al alcance del pueblo. El mismo día y a la misma hora verificará una
manifestación análoga en toda la República.
Tenemos la íntima convicción de que el pueblo entero nos acompaña en esta justísima petición y
que, sacudiendo ese día su apatía, nos prestará su concurso personal formado en la Alameda de las
Delicias, donde esté la bandera de su respectiva comuna, bajo la dirección de la comisión
correspondiente, para unirse a las sociedades obreras y dar mayor realce a esta manifestación.
Pedimos al pueblo de Santiago que haga memorable el 22 de octubre, observando el más completo
orden y compostura durante el desfile, que no haya gritos e incidentes que denigren nuestra cultura
y civilización. ¡Todos los padres de familia al desfile! ¡Viva la República! ¡Viva el orden! ¡Todo el
pueblo al desfile!
(Mensaje del comité central de la abolición del impuesto al ganado, 1905)
2.- ¿Qué reacción cree el Comité que tendrá el pueblo frente a su propuesta?
3.- ¿Cuál fue la consecuencia que se produce respecto de este acontecimiento en Santiago?
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―Voy a hablaros sobre algunos aspectos de la crisis moral que atravesamos... Me parece que no
somos felices; se nota un malestar que no es de cierta clase de personas ni de ciertas regiones del
país, sino de todo el país y de la generalidad de los que lo habitan. La holgura antigua se ha trocado
en estrechez, la energía para la lucha de la vida en laxitud, la confianza en temor, las expectativas en
decepciones. El presente no es satisfactorio y el porvenir aparece entre sombras que producen
intranquilidad.
¿Tenemos algunos rieles más, algunas escuelas, algunos pocos miles de habitantes?, enhorabuena;
pero ¿qué importancia tiene esto para juzgar de nuestro adelanto, si esos centenares de rieles
debieran ser millares, se esas docenas de escuelas debieran ser centenares y si esos pocos miles de
habitantes debieran ser millones? ¿Y qué vale ello delante de las obras públicas en ruinas, de la
agricultura decadente, de las minas inutilizadas, del comercio anémico, de los capitales perdidos,
del ánimo enfermo?
En mi concepto, no son pocos los factores que han conducido al país al estado en que se encuentra;
pero sobre todo me parece que predomina uno hacia el que quiero llamar la atención y que es
probablemente el que menos se ve y el que más colabora, el que menos escapa a la voluntad y el
más difícil de suprimir. Me refiero, ¿por qué no decirlo bien alto?, a nuestra falta de moralidad
pública; sí, la falta de moralidad pública que otros podrían llamar inmoralidad pública.
Hablo de la moralidad que consiste en el cumplimiento de su deber y de sus obligaciones por los
poderes públicos y los magistrados, en el leal y completo desempeño de la función que les atribuye
la carta fundamental y las leyes, en el ejercicio de los cargos y empleos, teniendo en vista el bien
general y no intereses y fines de otro género... Ceguera sería desconocer que el país es víctima
(empleo deliberadamente la palabra) tanto de una crisis económica, cuanto de una crisis moral que
detiene su antigua marcha progresista‖.
1.- ¿Por qué Mac-Iver tiene esa visión tan pesimista del momento que atraviesa Chile?
―La clase capitalista o burguesa, como le llamamos, ha hecho evidentes progresos a partir desde los
últimos 50 años, pero muy notablemente después de la guerra de conquista de 1879 en que la clase
gobernante de Chile se anexó a la región salitrera. La última clase, como puede considerarse en la
escala social, a los gañanes, jornaleros, peones de los campos, carretoneros, etc., vive hoy como
vivió en 1810. Si fuera posible reproducir ahora la vida y costumbres de esta clase de aquella época
y compararla con la de hoy día, podríamos ver fácilmente que no existe ni un solo progreso social...
Esta clase más pobre de la sociedad, más pobre en todo sentido –material y moral- ha vivido tanto
antes como ahora en un ambiente completamente católica y cristiana. Si afirmamos que hoy vive
más dominada por la iglesia, que antes, no haríamos una exageración. Sin embargo, antes se notaba
en esta clase mejores costumbres que ahora. Con sobrada razón podríamos preguntarnos: ¿por qué
no ha progresado esta clase social que ha vivido siempre al amparo moral del catolicismo? Y si a
los cien años de vida republicana, democrática y progresista como se le quiere llamar, existen estos
antros de degeneración (los conventillos) ¿cómo se pretende asociar al pueblo a los regocijos del
primer centenario? Sintamos pesar por los niños que allí crecen, rodeados de malos ejemplos,
empujados al camino de la desgracia. Allí están, en abigarrado conjunto dentro del conventillo, la
virtud y el vicio, con su corolario natural de la miseria que quebranta todas las virtudes. Si hubiera
habido progreso moral en la vida social, debió detener el aumento de los conventillos, como debe
detenerlo en lo sucesivo, pero esto ya no se operará por iniciativa especial de la burguesía sino por
la acción proletaria que empuja la acción de la sociedad...‖.
(Luis Emilio Recabarren: “Ricos y Pobres a través de un siglo de vida republicana, 1910)
1.- ¿Cuál es la visión que nos presenta el autor del texto de las condiciones sociales de Chile?
2.- ¿Por qué el autor considera que los conventillos son un antro de degeneración?
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ACTIVIDA10: Complete el siguiente Mapa Conceptual del tema de la Cuestión Social en Chile:
Las luchas que sostuvieron los obreros y la preocupación de los partidos políticos del período de la
República Parlamentaria, lograron finalmente que en el transcurso de las dos primeras décadas del
siglo XX, se pudieran aprobar las siguientes leyes:
AÑO LEY
1898 Contra la usura en el crédito prendario
1902 Alcoholismo
1912 Ley de la silla (obligación de los dueños de establecimientos comerciales, de tener silla para
el descanso de sus trabajadores)
1920 Caja de Crédito popular (Organismo estatal para conceder créditos prendarios)
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