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MICROORGANISMOS EN EL AIRE EN ESPACIOS CERRADOS

1. Bases teóricas

1.1.1. Calidad del aire en interiores.

Es un término que se refiere a la calidad del aire dentro y alrededor del


edificios y estructuras, especialmente en lo que se relaciona con la salud y
el confort de los ocupantes del edificio. La Calidad del aire interior puede ser
afectada por gases, (incluyendo monóxido de carbono, radón, compuestos
orgánicos volátiles), material particulado, microbios contaminantes (moho,
bacterias) o cualquier material o factor estresante de energía que puede
inducir a condiciones adversas para la salud. Las principales estrategias de
control calidad son, la filtración y el uso de ventilación para diluir los
contaminantes. Estos son los métodos principales para mejorar la calidad
del aire interior en la mayoría de los edificios. Para conocer la calidad del
aire interior deben recogerse muestras de aire, controlar la exposición
humana a los contaminantes, recoger muestras en la construcción de
superficies y elaborar modelos informáticos de flujo de aire dentro de los
edificios. CONTROL AMBIENTAL ESPAÑA SUR S.L.

La conexión entre el uso de un edificio como lugar de trabajo o vivienda y la


aparición, en algunos casos, de molestias y síntomas que responden a la
definición de una enfermedad es un hecho que ya no puede cuestionarse.
La principal responsable es la contaminación de diversos tipos presente en
el edificio, que suele denominarse “mala calidad del aire en interiores”. Los
efectos adversos debidos a esa deficiente calidad del aire en espacios
cerrados afecta a muchas personas, ya que se ha demostrado que los
habitantes de las ciudades pasan entre el 58 y el 78 % de su tiempo en un
ambiente interior que se encuentra contaminado en mayor o menor grado.
Es un problema que se ha visto agravado por la construcción de edificios
diseñados para ser más herméticos y que reciclan el aire con una proporción
menor de aire fresco procedente del exterior con el fin de aumentar su
rentabilidad energética. Actualmente se acepta de forma general que los
edificios que carecen de ventilación natural presentan riesgo de exposición
a contaminantes. El término aire interior suele aplicarse a ambientes de
interior no industriales: edificios de oficinas, edificios públicos (colegios,
hospitales, teatros, restaurantes, etc.) y viviendas particulares. CONTROL
AMBIENTAL ESPAÑA SUR S.L.

La calidad del aire interior está ampliamente considerada como un problema


significativo de salud ambiental y económica. Los indicadores de calidad del
aire deben determinar que el aire interior: satisfaga los requerimientos
respiratorios, prevenga la acumulación de contaminantes; y permita el
bienestar. BROWN (1997), citado por IZQUIERDO, L. (2016).

1.1.2. Contaminación del aire interno

Desde los años 80, la preocupación de la comunidad científica sobre los


efectos en la salud provocados por la calidad del aire al interior de los
edificios aumenta. Informes respecto a problemas de salud tales como
cefaleas, irritación de las mucosas, sensación de cansancio e incluso
problemas de claustrofobia en trabajadores que se encuentran en espacios
confinados confirman el problema. Al parecer, estos síntomas tienen
relación con el clima generado al interior de los inmuebles. Por ejemplo, la
humedad relativa superior al 60 % puede influir en la calidad del aire y de
esta manera aumentar la presencia de síntomas oculares y respiratorios, los
cuales pueden agravarse durante la jornada de trabajo. Se cree que el
problema es reciente, con el tiempo los cambios en los diseños de los
edificios ideados para mejorar la eficiencia energética han hecho que los
hogares y las oficinas sean cada vez más herméticos. Los avances
tecnológicos en construcción han llevado al empleo, en mayor cantidad, de
materiales de construcción sintéticos, contribuyendo a ofrecer espacios
cómodos a un menor costo. Sin embargo, han propiciado que los ambientes
interiores alojen fácilmente contaminantes, como compuestos orgánico-
volátiles (COV) provenientes de diferentes fuentes, entre las que se
destacan: la calefacción, los microorganismos, e incluso los mismos
materiales de construcción (pinturas, barnices, disolventes y conservantes).
DAZA, MARTINEZ Y CARO (2015).

Los agentes químicos como el monóxido de carbono, dióxido de carbono y


otras sustancias también fungen como factores condicionantes de la calidad
del aire, al igual que el material particulado en suspensión que tiene una
composición diversa. Igualmente la temperatura y humedad juegan un papel
determinante en la conducta y propagación de bacterias y hongos y la
reducción del confort. CABALLERO Y CARTIN (2007).

Los espacios interiores son microambientes importantes al abordar los


riesgos de la contaminación del aire. La mayor parte de la exposición diaria
de una persona a muchos de los contaminantes del aire proviene de la
inhalación en interiores, tanto por la cantidad de tiempo que se pasa en estos
ambientes como por los mayores niveles de contaminación que hay en ellos.
OMS (2004) citado por IZQUIERDO, L. (2016).

1.1.2.1. Contaminación física del aire interior.

Son distintas formas de energía que, generadas por fuentes concretas,


pueden afectar a quienes están expuestos a ellas. Pueden ser
mecánicas (ruido, vibraciones), térmicas, electromagnéticas,
radiaciones ionizantes, radiaciones no ionizantes (incluso las
lumínicas), etc. Dan lugar a efectos muy distintos entre sí. Requieren,
asimismo, métodos de medida y análisis particulares. Aunque pueden
incidir a través del medio aéreo. VAQUERO DE LA HOZ (2011)

1.1.2.2. Contaminación química del aire interior.

Es toda sustancia orgánica e inorgánica, natural o sintética que


durante una fabricación, manejo, transporte, almacenamiento o uso,
puede incorporarse al medio ambiente en cantidades suficientes para
lesionar la salud de las personas que entran en contacto con ellas.
Está constituido por materia inerte (no viva), pues en otro caso se
considerará contaminante biológico. Puede llegar al agua, a los
alimentos o al aire. VAQUERO DE LA HOZ (2011)

1.1.2.3. Contaminación biológica del aire interior.

Los agentes biológicos tienen un serio impacto en los índices de


calidad del aire interno de edificios, viviendas y clínicas diversas y, los
principales factores biológicos que causan el problema son hongos,
bacterias y virus, protozoarios, insectos, algas, pichones y roedores.
Según las características de construcción, ventilación y uso, el edificio
puede permitir la acumulación y proliferación de microorganismos y
sus metabolitos (por ejemplo: endotoxinas y micotoxinas) así como la
acumulación de otros compuestos orgánicos y la circulación del aire
exterior contaminado. CABALLERO Y CARTIN (2007).

Uno de los mayores problemas del aire al interior es la carga de


partículas biológicas como: hongos, bacterias, esporas, toxinas, virus,
entre otras. Los bio-aerosoles o partículas biológicas en suspensión
usan el aire como medio de transporte y dispersión, llegando de esta
manera a las personas que respiran un promedio de 14 m3 de aire por
día. Recientemente se ha incrementado el interés por la evaluación de
la calidad microbiológica del aire al interior de las edificaciones, entre
otras razones, porque los microorganismos además de contribuir al
deterioro de infraestructuras y materiales, son agentes etiológicos
productores de toxinas y sustancias volátiles, que en ocasiones
causan enfermedades respiratorias, sistémicas y alergias. Actividades
antropocéntricas como hablar, estornudar, caminar, peinarse, entre
otras, al parecer son el principal factor de dispersión de
microorganismos, debido a que se crean aerosoles que facilitan su
transporte. Elementos como alimentos, plantas, flores, polvo, textiles,
cortinas, alfombras, mobiliario en mal estado, sobre todo de madera,
promueven la contaminación biológica del aire. A pesar de que los
seres humanos están constantemente expuestos a los mohos, por lo
general sin sufrir daño a la salud, en algunos casos, cuando se trata
de personas sensibles o alérgicas, la inhalación de un número
suficiente de esporas de moho puede desencadenar síntomas como
sequedad y escozor en ojos, nariz y garganta, piel seca, cefalea y
letargo; y así producir ciertas enfermedades como asma, rinitis o
bronquitis. DAZA, MARTINEZ Y CARO (2015).

1.1.3. Contaminación del aire interior desde fuentes exteriores.

El aire que respiramos en los interiores es dependiente del aire del exterior
sobre todo en las ciudades. Las emisiones próximas del exterior pueden
venir de la entrada de humos de los escapes de vehículos (aire de las salidas
al exterior de garajes cercanos), gases de calderas, polvo de obras próximas
y aire desechado que vuelve a entrar por las tomas de aire acondicionado,
instalaciones sanitarias y baños y cocinas y de otros habitáculos y de
filtraciones desde el basamento, desde cloacas o componentes infiltrados
en el terreno Puede penetrar a través de respiraderos, ventanas y otras
aperturas mal ubicadas. Se producen efectos combinados de fuentes de
contaminación interior con las de origen exterior. VAQUERO DE LA HOZ
(2011)

1.1.4. Acceso de los contaminantes aéreos químicos y biológicos al


organismo humano.

Los contaminantes químicos y biológicos existentes en el aire pueden tener


diferentes vías de acceso al ser humano, como la exposición de piel o
mucosas, pero lógicamente la preferente es la vía respiratoria. Al llegar con
el aire respirado, se distinguen dos niveles de penetración VAQUERO DE
LA HOZ (2011).

 Vías aéreas superiores: nariz, boca, faringe y laringe, donde se sitúa


el primer filtro de paso y se produce la deposición de las partículas de
mayor tamaño.

 Vías aéreas inferiores: tráquea, bronquios principales, bronquiolos y


alvéolos pulmonares, que es una estructura muy ramificada, a la que
llegan vapores, gases y las partículas no antes rechazadas, en función
de su tamaño. Llegados hasta el alvéolo pulmonar, produce daños
locales o se incorporan a la sangre y se distribuyen por todo el
organismo.

1.1.5. Enfermedades transmitidas por el aire.

Gran número de infecciones humanas y animales se trasmiten por el aire y


causan enfermedad, principalmente, en el aparato respiratorio. Las
enfermedades respiratorias tienen una gran importancia socio económica ya
que se trasmiten fácilmente a través de las actividades normales del hombre,
son las más frecuentes en la comunidad y el motivo más importante de
absentismo laboral y escolar. No hay que olvidar que una persona, a lo largo
de su vida, respira varios millones de m3 de aire, gran parte del cual contiene
microorganismos. Se calcula que se inhalan al día una media de diez mil
microorganismos, pero el hombre posee eficaces mecanismos de defensa
para evitar que invadan el aparato respiratorio. Sin embargo, el control de
estas enfermedades es difícil porque los individuos que las padecen suelen
seguir realizando sus actividades cotidianas y además, en algunas de ellas,
no se dispone de agentes terapéuticos ni vacunas eficaces. Se caracterizan
por su tendencia a causar epidemias, siendo más frecuentes durante el
otoño y el invierno, cuando las personas se reúnen en recintos cerrados. DE
LA ROSA, MOSSO Y ULLÁN (2002).

La inhalación de forma continua de partículas de contaminantes químicos,


incrementa la susceptibilidad a las infecciones respiratorias. Esto ocurre en
los mineros, por inhalación de sílice y carbón, y en trabajadores de diversas
industrias que producen materiales como la piedra arenisca, en los que hay
una predisposición a la tuberculosis. Además, el aire de las grandes
ciudades, contaminado con derivados de la combustión de hidrocarburos,
incrementan la gravedad de las infecciones respiratorias. DE LA ROSA,
MOSSO Y ULLÁN (2002).

Hay numerosas enfermedades bacterianas trasmitidas por el aire. Están


producidas, principalmente, por bacterias Gram positivas debido a su mayor
supervivencia en el aire. Afectan al tracto respiratorio superior (faringitis,
epiglotitis, difteria) e inferior (bronquitis, neumoní- as, tosferina, tuberculosis)
o, desde éste pasan a sangre y otros órganos (meningitis, carbunco
pulmonar, fiebre Q, peste). DE LA ROSA, MOSSO Y ULLÁN (2002).
Enfermedades bacterianas transmitidas por el aire
Enfermedades Géneros y especies
Amigdalitis, faringitis, bronquitis,
Streptococcus pyogenes
escarlatina
Difteria Corynebacterium diphtheriae
Streptococcus pneumoniae
Neumonía clásica Staphylococcus aureus
Klebsiella pneumoniae
Meningitis Neisseria meningitidis
Meningitis, epiglotitis, neumonía Haemophilus influenzae
Tosferina Bordetella pertussis
Tuberculosis Mycobacterium tuberculosis
Legionelosis Legionella pneumophila
Actinomicosis Actinomyces israelii
Nocardiosis Nocardia asteroides
Fiebre Q Coxiella burnetii
Carbunco pulmonar Bacillus anthracis
Peste Yersinia pestis

Fuente: Observatorio Medioambiental Vol. 5 (2002): 375-402

1.1.6. Principales factores ambientales que determinan la presencia de


bacterias en el aire.

Los microorganismos, como seres vivos que son, necesitan condiciones


adecuadas de temperatura, humedad y presencia de nutrientes para
desarrollarse. Cuando estas condiciones son óptimas una sola bacteria
puede producir más de 2 millones en 7 horas ya que cada microorganismo
se divide en 2 cada 20 minutos. MONTES (2012).

La temperatura y la humedad relativa están muy relacionada con el


desarrollo de las bacterias, por lo que es difícil separar los efectos que
producen ambas. En tal sentido es importante y necesario describir cada
una de ellas:

1.1.6.1. Temperatura.

La mayoría de las bacterias se desarrollan a un rango de temperatura


por encima de 30 °C, pero las temperaturas mínimas y máximas varían
considerablemente para las diferentes especies. Las bacterias
patógenas al hombre crecen mejor a una temperatura cercana al
cuerpo humano (37°C). LLOP et al (2001) citado por IZQUIERDO, L.
(2016).

Las temperaturas bajas retrasan el crecimiento de los gérmenes, a


temperaturas de refrigeración este crecimiento es muy lento, por ello
en la nevera los alimentos se conservan durante más tiempo. A
temperaturas de congelación se impide la multiplicación de los
gérmenes. Las altas temperaturas producen la muerte y destrucción
de los microorganismos, así a 65º C mueren gran parte de los
gérmenes patógenos y a 100º C se destruyen prácticamente todos los
gérmenes. MONTES (2012).

1.1.6.2. Humedad relativa.

Es el factor determinante en el crecimiento de los microorganismos.


Cuando la humedad relativa del aire decrece, disminuye el agua
disponible para los microorganismos, lo que causa deshidratación y
por tanto la inactivación de muchos de ellos. Las bacterias requieren
una mayor humedad. Las Gram negativas resisten peor la desecación
que las positivas; esto se refleja en que existe poca evidencia de
transmisión por el aire de bacterias Gram negativas, con la excepción
de Legionella. LIDWELL (1990) citado por IZQUIERDO, L. (2016).
El agua es un elemento indispensable para la vida, incluida la de las
bacterias, cuanto mayor sea el contenido en agua en el aire, más fácil
será que crezcan en él, contaminándolo y alterándolo.

1.1.7. Microorganismos del aire.

La atmósfera no tiene una microbiota autóctona pero es un medio para la


dispersión de muchos tipos de microorganismos (esporas, bacterias, virus y
hongos), procedentes de otros ambientes. Algunos han creado
adaptaciones especializadas que favorecen su supervivencia y
permanencia. Los microorganismos dispersados por el aire tienen una gran
importancia biológica y económica. Producen enfermedades en plantas,
animales y humanos, causan alteración de alimentos y materiales orgánicos
y contribuyen al deterioro y corrosión de monumentos y metales. DE LA
ROSA, MOSSO Y ULLÁN (2002).

Los microorganismos o microbios son el elemento clave en tanto hablamos


de biocontaminación y de riesgo infeccioso. De hecho son el objeto a
considerar en la evaluación y toma de decisiones en los definidos como
ambientes hospitalarios controlados. Su característica básica es que no se
ven por el ojo humano; para que una materia pueda ser así vista debe tener
un grosor mínimo de 40µm (valga como comparación que el grosor de un
pelo suele ser de 70µm). Dentro del mundo microscópico miden las
partículas de polen 10-100µm, las de polvo fino de 0,5-5, las de polvo
atmosférico 0,001-20 y las de humo de tabaco 0,01-1µm. De los microbios,
las esporas miden 10-30µm, las bacterias 4-9 y los virus 0,003-0,07µm.
DOMÍNGUEZ (2009) citado por VAQUERO DE LA HOZ (2011).

El tiempo que permanecen los microorganismos en el aire depende de la


forma, tamaño y peso del microorganismo y de la existencia y potencia de
las corrientes aéreas que los sostengan y los eleven. Son factores adversos
los obstáculos, que al oponerse a los vientos, disminuyen su velocidad y su
potencia de arrastre, y las precipitaciones, que arrastran al suelo las
partículas suspendidas. DE LA ROSA, MOSSO Y ULLÁN (2002).

Es hacia los microorganismos patógenos donde hay priorizar la atención e


importancia y en concreto hacia los responsables de los principales riesgos
infecciosos ambientales, en tal sentido hay que considerar en el aire hongos
y bacterias por su indudable presencia en ambientes cerrados como son los
hospitales:

1.1.7.1. Hongos.

Los hongos son organismos vivos eucariotas que se clasifican dentro


del reino Fungi, incluyéndose las levaduras, mohos y setas. De
manera general, los hongos, anteriormente se clasificaban dentro de
las plantas, sin embargo, presentan características y particularidades
propias que permitieron agruparlos dentro de un reino específico, el
Fungi, diferente al de las plantas. Las características principales para
separarlos de las plantas es que los hongos son heterótrofos y sus
paredes celulares no están construidas a partir de celulosa, dichas
paredes se componen de un biopolímero llamado quitina. GRISALES
(2017)

Los hongos ambientales se encuentran tanto en el exterior como en el


interior de los domicilios. A pesar de que las diferencias entre la
concentración de elementos fúngicos presentes en espacios cerrados
y ambientes abiertos es controvertida, se acepta que los niveles de
hongos en el exterior están muy condicionados por las variaciones
climáticas, y esto también influye en la diversidad de los hongos del
interior. GARRET (1998) citado por IZQUIERDO, L. (2016).

1.1.7.2. Bacterias.
Son microorganismos unicelulares que se reproducen por fisión
binaria muchas de las cuales son saprófitas, otras son beneficiosas y
el hombre las utiliza para la producción de sustancias en su beneficio
(yogur, antibióticos) pero existe un grupo de ellas que causan
enfermedades y se las denomina bacterias patógenas. Las bacterias
para poder ejercer su agresión necesitan alimentarse y multiplicarse y
esto lo hacen a expensas de las sustancias que componen los
alimentos o las células del organismo. OMS (2016).

Dentro de los géneros bacterianos encontrados en el aire con


frecuencia están Staphylococcus, Streptococcus, Bacillus subtilis,
Micrococcus y Actinomyces como Gram positivas, ampliamente
relacionadas con cuadros infecciosos de vías respiratorias. De las que
no se encuentran con mucha frecuencia están: Klebsiella sp,
Pseudomona sp, Enterobacter sp, Citrobacter sp, y Serratia sp como
bacterias Gram negativas. IZQUIERDO, L. (2016).

1.1.8. Clasificación bacteriana.

1.1.8.1. Tinción Gram.

La tinción Gram es una prueba potente y rápida que nos permite


diferenciar dos clases de bacterias estas son: Bacterias grampositivas
y las gramnegativas.

Hans Christian Gram fue un bacteriólogo danés (1853-1938) que ideó


el método de tinción de bacterias que, en su honor, posteriormente fue
bautizado con su nombre. La técnica de la tinción Gram es un tipo de
tinción diferencial empleado en microbiología que permite diferenciar
rápida y fácilmente las bacterias según sus características morfológicas.
El principio del método se basa en la tinción de todas las bacterias
mediante cristal violeta o violeta de genciana y posteriormente decolorar
los microorganismos con alcohol-acetona, lo que sucede con los Gram-
, mientras que los Gram+ siguen manteniendo la coloración.
Posteriormente se utiliza un colorante de contraste para visualizar los
microorganismos Gram- como la fucsina o safranina. De este modo
podemos visualizar las bacterias Gram+ de color azul-violáceo mientras
que las Gram- se visualizaran de color rojo o rosa. MORA (2012).

Fuente: m. pírez, m. mota “Temas de bacteriología y virología médica”.

La pared celular brinda una estructura rígida que da forma a la célula y


estas pueden destruirse o romperse en condiciones especiales. Entre
los constituyentes de la pared Celular de las bacterias Gram (+) y Gram
negativas Existen importantes diferencias.

1.1.8.2. Bacterias gram positivas.

Tiene una capa gruesa de Peptidoglicano (mureina) y dos clases de


ácidos teicoicos: Ácido Lipoteicoico que está en la superficie, empotrado
en la capa de peptidoglicano y unido a la membrana citoplásmica. Y
Ácido teicoico de la Pared que está en la superficie y se une sólo a la
capa de peptidoglicano. El ácido Teicoico es el responsable del
determinante antigénico del organismo.

1.1.8.3. Bacterias gram negativas.

Tiene una capa delgada de Peptidoglicano (mureina) unida a una


membrana exterior por lipoproteínas. La membrana exterior está hecha
de proteína, fosfolípido y lipopolisacárido . En el lipopolisacárido, la
porción de lípido está embebida en el fosfolípido y el antígeno O
polisacárido está en la superficie. El lípido se llama Lípido A y es tóxico,
pero el lipopolisacárido entero se llama Endotoxina. La pared de la
célula tiene poros llamado Porines para el transporte de substancias de
peso molecular bajo. Entre la membrana citoplásmica y la pared celular
hay un espacio periplásmico con enzimas hidrolíticas, enzimas
inactivadoras de antibióticos y proteínas de transporte.

1.1.9. Niveles de contaminación biológica

La AENOR ha propuesto un Comité Técnico de Normalización (CTN 171)


para elaborar directrices sobre la calidad del aire interior. En este contexto,
la Comisión de la Comunidad Europea ha propuesto cinco categorías
diferentes para evaluar el nivel de contaminación microbiana en el aire en el
interior de los ambientes no industriales (CEC, 1993) citado por
IZQUIERDO, L. (2016).
Dichas categorías de evaluación bacteriana se describen en el siguiente
cuadro.

Categoría de UFC/m3 en el aire


contaminación Bacterias
Muy bajo < 50
Bajo 50 – 100
Intermedia 100 – 500
Alto 500 – 2.000
Muy alto > 2.000

Fuente: Documento editado en 1993 por la Comisión


de las Comunidades Europeas

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