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U.N.E.D.

Centro Asociado de Cartagena


Titulación: Psicopedagogía
Asignatura: Métodos, Diseños y Técnicas de Investigación Psicológica
Tutor Colaborador: Julio Sánchez Meca

TEMA 2 LA MEDICIÓN DE LO PSICOLÓGICO

1. INTRODUCCIÓN

La posibilidad de medir los fenómenos objeto de estudio constituye un factor


clave para poder considerar científica a una disciplina. Así, la Psicología
comenzó a ser considerada como ciencia cuando se demostró que era posible
medir los fenómenos psicológicos.

No obstante, como ya se trató en el tema anterior, el estatus científico de la


Psicología ha sido objeto de un largo y controvertido debate. En este tema se
retoma esta cuestión para alcanzar dos objetivos: (a) para mostrar cómo la
adopción del método científico positivo condujo a la psicología en particular y a
las ciencias sociales en general a un callejón sin salida, por lo que al tema de la
medición se refiere; y (b) para ilustrar el papel absolutamente fundamental que
juega la medición en la descripción y explicación (y, por ende, en la predicción y
control) de los fenómenos psicológicos.

Los objetivos de este tema son, pues, responder a estas preguntas:

(a) ¿Por qué es importante medir en psicología?


(b) ¿Es posible medir lo psicológico?
(c) ¿Qué significa realmente medir lo psicológico?
(d) ¿Cómo se mide lo psicológico?

2. NECESIDAD DE LA MEDIDA PSICOLÓGICA

¿Por qué es importante medir en psicología? Porque la medida es consustancial


a la ciencia, constituye el fundamento mismo de la propia entidad científica de la
disciplina. Una medición rigurosa de las variables psicológicas constituye el paso
previo para cualquier uso posterior que se vaya a hacer de ellas. Ese uso
posterior pueden llevarlo a cabo psicólogos y educadores, en el ámbito de la
psicopedagogía, en el desarrollo cotidiano y habitual de su profesión.

3. POSIBILIDAD DE LA MEDIDA PSICOLÓGICA

3.1 La licencia para medir en ciencias sociales

A la psicología no le resultó fácil obtener su licencia para medir, ya que sus


orígenes coincidieron con el auge la ciencia positiva inspirada en la física, a
principios del siglo XX, donde los primeros brotes de medición de lo psicológico

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se desarrollaron en el mismo marco de la medición de las magnitudes físicas,
esto es, dentro de lo que Savage y Ehrlich (1990) denominan como concepción
conservadora de la medición, formalizada por los axiomas de cantidad de Hölder
(1901).

Los axiomas de Hölder establecían que un fenómeno es susceptible de ser


medido siempre y cuando los objetos sobre los que se asignan los números
cumplan con las propiedades aritméticas de tales números. Dicho de otra forma,
según estos axiomas sólo se puede medir cuando es posible la concatenación o
combinación de objetos y ésta se realiza conforme a la adición de los números
asignados a los objetos.

Este enfoque de la medición surgido en las ciencias físicas constituyó un


callejón sin salida para la psicología, ya que los psicólogos carecían de unidades
que se pudieran concatenar o combinar para formar un continuo de medida (no
todas las operaciones que se pueden llevar a cabo con números corresponden
exactamente a las operaciones empíricas que se pueden aplicar a los fenómenos
conductuales).

Si la mayoría de las variables psicológicas son propiedades intensivas, es


decir, no son susceptibles de concatenación alguna, entonces la medición
fundamental o directa es inviable en psicología. Para salir de este callejón la
psicología ha propuesto varias soluciones de las que aquí presentaremos dos:

(a) postular un nuevo tipo de medición que se acomode bien a las características
peculiares de la medición psicológica: la medición por índices; y
(b) sustituir la idea de la concatenación de los objetos por la elaboración de
diferentes escalas de medida por las que se asignan números a los objetos
según ciertas reglas: las escalas de medida de Stevens.

3.2 La medición por índices

La medición por índices o indicadores consiste en partir de una definición del


fenómeno o aspecto psicológico que se desea medir y elaborar un conjunto de
variables que ponen de manifiesto tal fenómeno, para obtener un valor cuantitativo
mediante la combinación de los valores obtenidos en las distintas variables
registradas.

3.3 La teoría de las escalas de medida de Stevens

La otra salida al callejón al que habían llegado las ciencias sociales al tratar de
emular a la ciencia natural es la que Savage y Ehrlich (1990) denominan
concepción liberal de la medición. Esta salida consistía en considerar que en
psicología son posibles distintos niveles de medición, de tal forma que las
cantidades en las que se manifiestan los fenómenos psicológicos son creadas
por las operaciones utilizadas para medirlas y no existen independientemente de
sus operaciones de medida.

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Según la teoría de las escalas de medida de Stevens (1946), son cuatro
los posibles niveles de medida: nominal, ordinal, de intervalo y de razón. Cada
uno de ellos otorga un significado diferente a los números asignados a los
objetos, sujetos, hechos o conductas en cuestión y soporta un tipo u otro de
posibles transformaciones en ese conjunto de números.

Escala nominal. Representa el nivel de medida más bajo, ya que los números se
asignan a los objetos con el único fin de designarlos o clasificarlos, sin indicar
tales números orden o magnitud. La única relación con la que cumplen los
números bajo esta escala es la relación de igualdad-desigualdad. No es posible,
pues, realizar ninguna operación aritmética con ellos. Por ejemplo, una escala
nominal sería el resultado de asignar números a las diferentes categorías de la
variable opción religiosa profesada (1: católico; 2: protestante; 3: musulmán; 4:
budista, etc.).

Escala ordinal. En esta escala los números asignados a los objetos no sólo
permiten decidir si un objeto es igual o diferente a otro (relación de igualdad-
desigualdad), sino también si un objeto posee en mayor grado que otro la
característica de interés (relación de orden). La escala ordinal admite cualquier
transformación monótona creciente que se realice a los números asignados a los
objetos, es decir, cualquier transformación que haga corresponder a una sucesión
ordenada de números otra sucesión de números ordenados del mismo modo que
los primeros. Finalmente, en una escala ordinal no es posible realizar
operaciones aritméticas con los números. Por ejemplo, una escala ordinal sería el
resultado de valorar el dolor sufrido por un paciente mediante una escala del tipo
1-2-3-4-5, representando 1 poco dolor y 5 mucho dolor.

Escala de intervalo. En esta escala los números asignados a los objetos no


sólo permiten decidir si un objeto es igual o diferente a otro (relación de
igualdad-desigualdad) o si posee en mayor o menor grado la característica de
interés (relación de orden), sino que estos números se pueden sumar y restar y,
además, las diferencias entre estos números se pueden multiplicar y dividir. La
escala de intervalo admite cualquier transformación lineal del tipo y = ax + b
(donde a > 0 y b ≠ 0). Finalmente, en la escala de intervalo no existe el cero
absoluto, sino que es relativo. Por ejemplo, los tests psicométricos de inteligencia
se considera habitualmente que siguen una escala de intervalo.

Escala de razón. En esta escala los números asignados a los objetos admiten
como válidas las relaciones de igualdad-desigualdad, orden, suma, resta,
multiplicación y división. La escala de razón admite cualquier transformación del
tipo y = ax (donde a > 0). En consecuencia, en una escala de razón existe el cero
absoluto (es decir, ausencia del fenómeno). Son ejemplos de variables que
siguen una escala de razón el peso, la masa, el volumen, la estatura, la tasa
cardíaca, el tiempo de reacción, etc.

4. APROXIMACIÓN A LA MEDICIÓN PSICOLÓGICA

4.1 Definición

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Una vez demostrada la necesidad de medir los fenómenos psicológicos y la
posibilidad de llevar a cabo tales mediciones, el paso siguiente es alcanzar una
definición de qué es medir lo psicológico.

Medir consiste en estimar la cantidad de atributo presente en un objeto


(individuo o estímulo); la medida refleja cuánto de ese atributo o característica
está presente en la persona o en el estímulo.

La teoría de la medición se ocupa justamente del estudio de los modelos


mediante los cuales se conocen las reglas para una correcta asignación de los
números. La medición de lo psicológico resulta especialmente complicada
debido a que el objeto de la medición son constructos o características latentes,
es decir, las variables psicológicas no son directamente observables (por
ejemplo, la inteligencia, el locus de control, la independencia de campo, el
histrionismo, etc.), por lo que han de ser inferidas a partir de una muestra de
indicadores indirectos de las mismas, no existen para ellas unidades
convencionales de medida (como el metro, el kilo o el minuto) y, en buena lógica,
contienen un error de medida mayor que las variables manifiestas o directamente
observables (como el peso, la estatura, la edad, el sexo).

Así pues, la medición de lo psicológico implica pasar del plano de las


variables latentes o constructos (plano teórico) al plano de las respuestas
observables, de los indicadores empíricos (plano empírico) mediante una
adecuada representación empírica de los constructos y, a continuación, se pasa
del plano de los indicadores empíricos a los números (plano matemático)
mediante una adecuada representación numérica de los indicadores empíricos;
por supuesto, los constructos o variables latentes de interés pueden formar parte
de un modelo teórico que puede ser representado formalmente en un modelo
matemático.

4.2 Dificultades

De la definición de qué es medir en psicología se desprenden, al menos, tres


dificultades:

(a) La medida de lo psicológico es indirecta. Los constructos psicológicos son


con frecuencia variables latentes no directamente observables, por lo que
tienen que ser medidos de forma indirecta mediante indicadores empíricos
supuestamente relacionados con el constructo que se desea medir.
(b) La medida de lo psicológico es relativa. Los indicadores empíricos que
miden lo psicológico son arbitrarios, están siempre referidos a un grupo o
población de objetos (individuos o estímulos).
(c) La medida de lo psicológico es probabilística. El error aleatorio de medida
que se comete al medir variables latentes obliga a una interpretación
probabilística de tales mediciones, siendo imposible obtener mediciones
absolutamente exactas y precisas del fenómeno de interés.

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5. INSTRUMENTOS DE MEDIDA

Una vez alcanzada una definición de qué es medir en psicología, pasamos a


plantear una clasificación de los instrumentos de medida típicos en este ámbito.

5.1 Clarificación terminológica

Son muy diversos los términos que se utilizan habitualmente para denominar a los
instrumentos de medida; por ejemplo, tests, escalas, pruebas, cuestionarios,
inventarios. Aquí seguiremos el uso más común de los términos test y prueba
para referirnos a cualquier instrumento de medida y limitaremos el uso del término
escala para referirnos al rango de valores que puede adoptar una variable (como,
por ejemplo, la puntuación total en el test). Por último, los términos valoración
(‘assessment’) y evaluación (‘evaluation’) no deben ser confundidos con los de
medición, ya que valoración no implica necesariamente cuantificación, mientras
que medición sí; y evaluación implica realizar juicios de valor acerca del objeto
medido, mientras que la medición no implica tal juicio.

5.2 Clasificación

A continuación, se presenta una clasificación de los diferentes instrumentos de


medida atendiendo a siete criterios diferentes:

(1) En función de lo que mide el test:


(a) Test cognitivo: Prueba que mide rendimiento, inteligencia o aptitudes.
(b) Test no cognitivo: Mide personalidad, actitudes, intereses o valores.
(2) En función del tipo de respuesta que se demanda del sujeto:
(a) Test de ejecución máxima: Las preguntas de la prueba plantean
problemas o situaciones para cuya ejecución exigen que el sujeto ponga
en marcha toda su habilidad.
(b) Test de ejecución típica: Las preguntas de la prueba plantean
situaciones habituales de la vida cotidiana y el sujeto tiene que
responder indicando cómo se comporta normalmente en este tipo de
situaciones.
(3) En función del tipo de prueba:
(a) Test de velocidad: Prueba con tiempo límite para su aplicación que
puede ser realizada correctamente por todos los sujetos si se les diera
tiempo suficiente para ello, ya que se trata de tareas fáciles.
(b) Test de potencia: Prueba cuyas preguntas varían en dificultad y cuya
correcta resolución depende del nivel de habilidad o conocimientos que
posean los sujetos.
(4) En función de la clase de prueba:
(a) Test proyectivo: Prueba que presenta tareas muy poco estructuradas,
con estímulos vagos o ambiguos y en la que se dan instrucciones muy
generales al sujeto, de modo que es la forma en que éste percibe o
interpreta el material del test lo que proporciona información acerca de
su funcionamiento psicológico.

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(b) Test psicométrico: Prueba que presenta tareas muy estructuradas, con
preguntas claramente definidas y con instrucciones muy específicas y
detalladas que permiten obtener información acerca de alguna
característica de su funcionamiento psicológico.
(5) En función del tipo de aplicación de la prueba:
(a) Test individual: La prueba se aplica a un único individuo cada vez.
(b) Test colectivo: Se aplica simultáneamente a un grupo o colectivo de
sujetos.
(6) En función del formato de aplicación de la prueba:
(a) Test manipulativo: La respuesta del sujeto requiere la manipulación del
material implicado en el problema o tarea a resolver en la prueba.
(b) Test oral: Las instrucciones y las preguntas de la prueba, así como las
respuestas del sujeto se formulan oralmente.
(c) Test de papel y lápiz: Las instrucciones y las preguntas de la prueba,
así como las respuestas del sujeto se presentan y recogen por escrito.
(d) Test informatizado: Las instrucciones y las preguntas de la prueba se
presentan a través de la pantalla de un ordenador y las respuestas del
sujeto son a través del teclado o el ratón.
(7) En función del contenido verbal de los ítems:
(a) Test verbal: Prueba cuyos ítems requieren un nivel básico de
comprensión verbal, dominio del idioma y escolarización para su
correcta resolución.
(b) Test no verbal: Prueba que emplea material gráfico en sus ítems.

5.3 Estatus métrico

Según Hopkins (1998) existe una estrecha correspondencia entre la madurez


científica de una disciplina y el grado en el que se pueden medir de forma objetiva
y precisa las variables relevantes para esa disciplina.

Las puntuaciones obtenidas en los tests psicológicos son habitualmente


medidas por índices para las que suele asumirse una escala de intervalo (según
la clasificación de Stevens), una asunción que no está justificada teóricamente.
Es por ello que en el ámbito de lo psicológico se hace preciso examinar y probar
empíricamente la calidad métrica de los instrumentos utilizados para obtener
medidas de las variables psicológicas, mediante el estudio de su fiabilidad y
validez.

6. REFLEXIÓN FINAL

Todos los instrumentos de medida a los que se ha hecho referencia en este tema
se engloban dentro de los métodos directos de recogida de información (como
también lo son la entrevista, la observación o los registros psicofisiológicos), ya
que se caracterizan porque para su aplicación se requiere de la colaboración y
participación activa de los sujetos a los que se les aplica el test o prueba. Pero
también existen los métodos indirectos, en los que la recogida de información por
parte del profesional (psicólogo, evaluador, educador, etc.) tiene lugar sin el
conocimiento del sujeto y, por tanto, sin la cooperación directa del mismo en el

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proceso de medida. Tal es el caso del análisis de material documental, el registro
de datos procedentes de otras investigaciones y, en general, la obtención de
información no directamente de los propios sujetos, sino de indicios o claves que
permitan inferir cuál ha sido la conducta de los sujetos o cómo ha sucedido el
fenómeno psicológico en cuestión.

Finalmente, no se debe vincular de forma estricta los diferentes


instrumentos de recogida de información con metodologías concretas de
investigación. Una determinada metodología de investigación como, por ejemplo,
la metodología experimental, puede servirse perfectamente de instrumentos de
uso más frecuente en otras metodologías como las pruebas o tests psicológicos
o las entrevistas.

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