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Un joven, ya no daba más con sus problemas.

Cayó de rodillas, orando:

“Señor, no puedo seguir. Mi cruz es demasiado pesada”

El Señor, como siempre, acudió y le contestó:

“ Hijo mío, si no puedes llevar el peso de tu cruz, guárdala dentro de esa habitación.
Después, abre esa otra puerta y escoge la cruz que tú quieras “.

El joven suspiró aliviado. “ Gracias, Señor ” dijo, e hizo lo que le había dicho.

Al entrar, vió muchas cruces, algunas tan grandes que no les podía ver la parte de
arriba.

Después, vió una pequeña cruz apoyada en un extremo de la pared.


“Señor”, susurró, “ quisiera esa que está allá”

Y el Señor contestó,
“Hijo mío, esa es la cruz que acabas de dejar”

Cuando los problemas de la vida nos parecen abrumadores, siempre es útil mirar a
nuestro alrededor y ver las cosas con las que se enfrentan los demás.

Verás que debes considerarte más afortunado de lo que te imaginas

 Seguir a Jesús significa tomar decisiones, y las decisiones


significan que dejamos atrás ciertas posibilidades, incluso
aquellas que nos parecen importantes. Al negarme a mí
misma(o), le pido a Jesús me ayude a no sentir nostalgias o
arrepentimientos, sino que pueda enfrentar el futuro
confiadamente.
 Gran parte de la vida pareciera ser acerca de recoger, reunir,
ahorrar y preparar. Jesús habla de otra manera, de dejar ir. Si
hay algo de lo cual yo estoy demasiado apegada – posiciones,
opiniones, relaciones – yo pido por la ayuda de Dios.
 Tomar la cruz no es una prueba de resistencia sino una
invitación a imitar a Jesús, a caminar con Él como su discípulo.
Yo trato de prestar atención, no del esfuerzo que requiere de mí,
sino de la invitación de Jesús a seguirlo.
Este texto es muy conocido por “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie
a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga”. Renunciar, es decir a todo aquello
que nos impide cumplir la Palabra de Dios, la indecisión, la pereza, el
conformismo, la vergüenza, la indiferencia, no actuar con buenos valores,
actitudes, etc. y aún con nuestros problemas y pecados esforzarnos por seguir lo
que Cristo nos enseñó, en acciones y buenas actitudes. ¿Entiendo que Cristo me
dice: renuncia, vence todo lo que impide que hagas buenas acciones, hazlas, aún
con tus pecados o problemas?, ¿Que significa salvar o perder la vida, se refiere a
lo material, a mi ego, a acumular triunfos, o a que?, ¿Que quiere decir con que si
se avergüenza de mi y de mis palabras?, ¿Me ha sucedido, lo he hecho, lo he
visto?
Mi Señor, que tan cierto es aquel refrán “Haz el bien, sin mirar a quien”, así es
como siento que me hablas y me dices, solo haz buenas obras, buenas acciones,
se que tienes una cruz de pecados, pero … tu amor es tan grande, tan
misericordioso, tan bondadoso, que solo nos pides eso, buenas obras y lo demás
vendrá por si solo; sabes de nuestra humanidad y nos comprendes; ayúdame mi
Señor a vencer esos prejuicios, esos miedos, esos obstáculos y finalmente a
seguirte. Quiero salvar la vida como tú nos lo pides, no avergonzarme de ti y no
tengo porque, porque se tú eres verdad y tus palabras me llevan al camino de la
eternidad.

• El evangelio de hoy presenta las condiciones para poder seguir a


Jesús. Pedro no entendió la propuesta de Jesús cuando éste le habló del
sufrimiento y de la cruz. Pedro acepta a Jesús como mesías, pero no
como mesías sufriente. Ante la incomprensión de Pedro, Jesús describe
el anuncio de la Cruz y explica el significado de la cruz para la vida de los
discípulos (Mc 8,27 a 9,1).
• Contexto histórico de Marcos: En los años 70, cuando Marcos escribe,
la situación de las comunidades no era fácil. Había mucho sufrimiento,
muchas cruces. Seis años antes, en el 64, el imperador Nerón había
decretado la primera gran persecución, matando a muchos cristianos. En
el 70, en Palestina, Jerusalén estaba siendo destruida por los romanos.
En los otros países, estaba empezando una tensión fuerte entre judíos
convertidos y judíos no convertidos. La dificultad mayor era la Cruz de
Jesús. Los judíos pensaban que un crucificado no podía ser el mesías,
pues la ley afirmaba que todo crucificado debía de ser considerado como
un maldito de Dios (Dt 21,22-23).
• Marcos 8,34-37. Condiciones para seguir a Jesús. Jesús saca las
conclusiones que valían para los discípulos, para los cristianos del
tiempo de Marcos y para nosotros que vivimos hoy: Si alguno quiere
venir en pos de mi, tome su cruz y sígame. En aquel tiempo, la cruz era
la pena de muerte que el imperio imponía a los marginados. Tomar la
cruz y cargarla en pos de Jesús era lo mismo que aceptar ser marginado
por el sistema injusto que legitimaba la injusticia. La Cruz de Jesús no es
fruto del fatalismo de la historia, ni es una exigencia del Padre. La Cruz
es la consecuencia del compromiso libremente asumido por Jesús de
revelar la Buena Nueva de que Jesús es Padre y que, por consiguiente,
todos y todas deben ser aceptados/as y tratados/as como hermanos y
hermanas. Por este anuncio, él fue perseguido y no tuvo miedo a dar su
vida. No hay prueba de mayor amor que dar la vida por los hermanos. En
seguida, Marcos inserta aquí dos frases sueltas.
• Marcos 8,38-9,1: Dos frases sueltas: una exigencia y un aviso. La
primera (Mc 8,38), es la exigencia para no avergonzarnos del Evangelio,
y tener el valor de profesarlo. La segunda (Mc 9,1), es un aviso sobre la
venida o la presencia de Jesús en los hechos de la vida. Algunos
pensaban que Jesús vendría luego (1Ts 4,15-18). Jesús, de hecho, ya
había venido y estaba presente en las personas, sobretodo en los
pobres. Pero ellos no lo percibían. Jesús mismo había dicho: “Cuando
ayudasteis al pobre, al enfermo, al sin casa, al preso, al peregrino, ¡era
yo!” (Mt 25,34-45)
4) Para la reflexión personal
• ¿Cuál es la cruz que pesa sobre mí y que hace pesada mi vida? ¿Cómo
la llevo?
• Ganar la vida o perder la vida; ganar el mundo entero o perder la propia
alma; avergonzarse del evangelio o profesarlo públicamente. ¿Cómo
acontece esto en mi vida?

Gálatas 3:13
PREGUNTA:
¿Qué significa la declaración en Gálatas 3:13 que dice: "Maldito todo el
que es colgado en un madero"?

RESPUESTA:
En Gálatas 3:13 el apóstol Pablo cita una declaración de la ley mosaica
en Deuteronomio 21:23 sobre el castigo de uno que hubiera cometido
algún crimen digno de muerte. El castigo designado por Dios era que lo
mataran colgándolo en un madero. Esta muerte era señal de ser
MALDITO POR DIOS debido al crimen cometido.
Sabemos que Cristo no cometió ningún delito (I Pedro 2:22;Hebreos
4:15; II Corintios 5:21). No obstante, El llevó "nuestros pecados en su
cuerpo sobre el madero" (I Pedro 1:24). El se hizo pecado en la cruz para
que nosotros pudiéramos ser justos delante de Dios (II Corintios 5:21).
En la cruz Cristo llevó la culpa y el castigo por nuestros pecados. Por
tanto, El fue "hecho por nosotros maldición" (Gálatas 3:13). Es en este
sentido que Cristo fue MALDITO cuando fue colgado en el madero. No
fue por ningún delito Suyo sino porque llevaba NUESTROS delitos y la
maldición de Dios que nos corresponde a NOSOTROS cayó sobre el.
********
En cuanto al argumento que Cristo solamente nos libró de la maldición
de la ley, no de la ley misma, creo que hay dos maneras de refutar este
concepto:

(1) En el contexto de Gálatas 3: La maldición es la consecuencia para


“todos los que dependen de las obras de la ley” (Gálatas 3:10). No es
posible librarnos de la maldición de la ley mientras sigamos tratando de
justificarnos “por la ley” (Gálatas 3:11), lo cual “ninguno” puede hacer. El
sistema de la ley no funciona para el ser humano debido a la
imperfección del hombre y que el sistema de la ley misma “no es de fe”
(Gálatas 3:12). Además en Gálatas 3:24 “la ley” se identifica como
nuestro “ayo”, “pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo” (Gálatas 3:25,
es decir, ya no estamos bajo la ley – estamos libres de ella en Cristo.

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