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En el año 1517 se establece en España una nueva dinastía, la dinastía de los Hamburgo o austrias

que comprende los reinados de Carlos I (V de Alemania) (1517-1556) y de su hijo Felipe II (1556-
1598) en esta época España se convierte en la primera potencia mundial gracias a su inmenso
imperio que se extiende por territorios europeos y americanos. La corona de Castilla sigue
ocupando el papel preponderante en política, economía y cultura. En el siglo XVI la monarquía
hispánica se apoyaba en la unión de las dos coronas: Castilla y Aragón, ahora bien, mientras que
en Castilla predominaba el autoritarismo regio y la centralización, en la corona de Aragón cada
reino mantenía su propia autonomía. A pesar de estas divergencias la monarquía fortaleció su
autoridad y la centralización del poder siguiendo el modelo del resto de las monarquías europeas
de la época.

1.-El modelo político de la nueva dinastía:

1) Las bases de la nueva monarquía:

Para asegurar sus objetivos políticos los Austrias perfeccionaron y adaptaron los instrumentos
creados bajo el reinado de los reyes católicos. Necesitaron crear nuevos órganos de gobierno y de
justicia, un ejército permanente, un cuerpo de funcionarios profesionales al servicio del nuevo
estado y una hacienda capaz de mantener ese costoso aparato de burocracia. Este nuevo modelo
de estado obliga a fijar los principales órganos de gobierno en la corte. Ni los reyes católicos ni
Carlos I tuvieron una residencia fija pero con la llegada al trono de Felipe II Madrid se convirtió en
la capital de la monarquía española (1560). Aunque tanto Carlos I como Felipe II, su hijo,
practicaron una política personalista y de gobierno directo para la gestión de los asuntos de estado
confiaron en una élite de poder que se fue consolidando en la corte. Entre esta élite destacaban
los secretarios reales que eran los colaboradores más directos del monarca en las tareas de
gobierno porque servían de enlace entre el monarca y los consejos.

A) El régimen de consejos:

En los territorios españoles del imperio de Carlos I y Felipe II estuvieron regidos por un conjunto
de consejos que asesoraban a los monarcas.

a) El consejo de Estado

Se creó en tiempos de Carlos I como un órgano consultivo para asesorar la política exterior. Tenía
como funciones principales los asuntos relativos a la paz y a la guerra, los movimientos de las
embajadas y los matrimonios reales, lo componían diez miembros casi todos de la alta nobleza y el
alto clero. Todo el régimen de consejos estaba coordinado por este consejo de Estado que era un
órgano común a todo el imperio.

b) Los consejos territoriales

Eran los responsables de la gestión de los distintos territorios de la monarquía. Los más
importantes eran:

1-El consejo real de Castilla: era el organismo fundamental de la administración castellana, entre
sus competencias estaba la supervisión de las audiencias y el fomento de las actividades
comerciales y artesanales.

2-El consejo de Aragón: se establece a finales del siglo XV, asesoraba al monarca en sus relaciones
con los reinos de la corona de Aragón incluyendo a Sicilia y a Cerdeña, estos reinos se gobernaban
mediante virreyes nombrados por la corona.

3-El consejo de Indias: se creó en el año 1574 y se ocupaba del gobierno y administración de lo
territorios americanos, tenía funciones legislativas y judiciales.

c) Los consejos temáticos

Los más importantes eran:

-El consejo de la Inquisición creado por los reyes católicos con el fin de vigilar a los judío-
conversos. Con el rey Carlos I la inquisición moderó su actividad pero la intensificó en tiempos de
Felipe II. Al frente del consejo estaba el inquisidor general, nombrado por el Papa a propuesta del
rey.

-El consejo de hacienda cuya función era organizar los ingresos y gastos de la monarquía, es decir,
el presupuesto. Sus primeros cargos recayeron en súbditos flamencos.

Otros consejos fueron el de guerra y ordenes militares.


B) Los virreinatos:

Al residir los reyes en Castilla y sobre todo después de que Felipe II fijase su residencia en Madrid
se hizo necesario que el monarca tuviera un representante en cada uno de los reinos de su estado
que hicieran sus funciones, así van nombrando virreyes en cada reino de la corona de Aragón, en
Nápoles , en América y en Portugal.

C) Las audiencias o chancillerías:

Sigue la estructura dada por los reyes católicos pero aumenta su número, además de Valladolid y
Granada van surgiendo en La Coruña, Sevilla, Canarias, América y en cada reino de la corona de
Aragón. Por encima de todas ellas estaba el consejo real de Castilla que actuaba como tribunal
superior de justicia y nombraba a los miembros de esos altos tribunales o audiencias.

D) El ejército permanente:

Aunque se formó a finales del siglo XV con los reyes católicos, sin embargo, con los austrias se
convirtió en el mejor instrumento de su autoridad y en la pieza básica para mantener su
hegemonía en Europa durante el siglo XVI

a) Los tercios

Eran la base del ejército de los Austrias, se habían creado a partir del año 1534 para defender los
dominios de Italia y de Flandes. Eran una unidad de combate que contaba con infantería,
caballería y artillería. Pero el elemento esencial era la infantería que fue desplazando a la
caballería como unidad de combate.

b) La escuadra o marina de guerra

Estaba formada por barcos de remos (galeras) que tenían sus bases en el mediterráneo y por los
galeones (barcos de vela muy veloces, aptos para la navegación por el atlántico y para la lucha a
distancia gracias a su artillería) eran muy importantes para la flota de Indias a la que daban
protección en sus viajes. La escuadra mantuvo el dominio en el mar durante prácticamente todo el
siglo XVI.

E) El aparato burocrático:

Para que toda esta estructura de poder funcionara correctamente fue imprescindible que creciese
el número de funcionarios que trabajaban para la monarquía. Los cargos más importantes
recayeron en miembros de la alta nobleza o del clero aunque algunos cargos fueron
desempeñados por miembros de la pequeña nobleza o de la alta burguesía fieles al monarca. La
nueva administración multiplicó el número de cargos burocráticos, no siempre bien pagados hasta
el punto de que en ocasiones los cargos fueron objeto de venta por parte de los propios monarcas,
angustiados por la necesidad económica de dinero. Entre los funcionarios reales de menor
categoría, pero de gran utilidad para los Austrias destacaban los corregidores en Castilla y los
bailes (batles) y los vegueres en la corona de Aragón que eran funcionarios con funciones
administrativas, financieras y judiciales, eran los transmisores de las decisiones de la corte a los
municipios.

F) La diplomacia:

La intensa política exterior de los austrias así como la necesidad de buscar equilibrios en muchos
frentes obligó a la monarquía a mantener embajadores permanentes en las principales capitales
europeas: Roma, París, Londres y Viena.

G) Las finanzas:

La financiación de ese aparato burocrático y la del aparato militar fue una de las mayores
preocupaciones de la monarquía de los austrias

a) Los principales gastos

Cestilla soportó casi en exclusiva los gastos que ocasionaba mantener el aparato estatal y la
política exterior, los recursos económicos obtenidos en el resto de los territorios serían para cubrir
los gastos que ocasionaba el funcionamiento del aparato administrativo territorial. Las mayores
dificultades para la hacienda la planteaban los gastos de la política imperial y las numerosas y
costosas guerras de los austrias.
b) Las fuentes de ingresos

Para hacer frente a estos gastos la corona contaba con ingresos ordinarios y extraordinarios, entre
los ingresos ordinarios estaba el “servicio’’ que era una cantidad otorgada al monarca por las
cortes de los diferentes reinos de la monarquía. El otro impuesto se llamaba la alcabala que
grababa las transacciones o intercambios comerciales.

Los ingresos extraordinarios procedían de las remesas de metales preciosos (oro y plata) que
llegaban de América, de la venta de títulos de hidalguía y la venta de cargos públicos, a esto hay
que añadir los préstamos de particulares (los juros o títulos de deuda pública) o préstamos de
banqueros alemanes, genoveses y flamencos lo que provocaba un endeudamiento progresivo del
estado. El aumento de los intereses de los préstamos y de la disminución del oro americano, a
partir de mediados del siglo XVI, ocasionaron sucesivas bancarrotas durante el reinado de Felipe II
(en 1557 y 1575).
Felipe II de España, también conocido como “el prudente”, se caracterizó porque durante su
reinado la monarquía española fue la primera potencia europea en alcanzar la mayor extensión
territorial hasta entonces ya que incorporaba territorios de todos los continentes. Fue rey de
España, Portugal, Sicilia, Nápoles, Cerdeña, soberano de los Países Bajos, duque de Milán y
Borgoña y rey de Inglaterra e Irlanda. A continuación, en esta lección de un PROFESOR te
ofrecemos una breve biografía de Felipe II de España comentándote aquellos aspectos más
sobresalientes de su vida.

Índice

Felipe II (1527–1598)

El reinado de Felipe II (1556 – 1598)

La política exterior de Felipe II

Presencia española en el Atlántico

Felipe II (1527–1598)

Comenzamos esta breve biografía de Felipe II de España hablando de los primeros años de este
monarca español. Felipe era hijo de Carlos I de España e Isabel de Portugal, ambos se encargaron
de que este recibiera la mejor educación pues en el futuro acabaría siendo rey de España.

Sus maestros le inculcaron la pasión por las letras y por el arte, Juan Martínez Silíceo se encargó de
que este aprendiese latín, italiano y francés y Juan de Zúñiga le enseño el oficio de las armas, con
tan solo quince años este participó en la defensa de Perpiñán.

A los 18 años tuvo su primer hijo, Carlos, y se quedó viudo de su primera esposa María Manuela
de Portugal. Antes de que este fuera rey ya durante el reinado de su padre se hizo cargo del
gobierno en varias ocasiones por la ausencia de este, debido a los conflictos en los Países Bajos
(1539) y Alemania (1543, eso sí, bajo la tutoría del Consejo de Regencia, aun así, esto le permitió
coger experiencia.

Ya en 1554 su padre Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico le cedió la
corona de Nápoles y el ducado de Milán. Este mismo año se acabó casando con María Tudor, hija
del rey Enrique VIII de Inglaterra por lo que Felipe II se coronó como rey consorte de Inglaterra.
Entre los años 1555 y 1556 su padre decidió abdicar convirtiendo a su hijo, Felipe II en el nuevo rey
de España, por ello recibió las coronas de Castilla y Aragón, Sicilia y los Países Bajos, quedando
Austria y el Imperio Germánico a Fernando I de Habsburgo, hermano menor de Carlos V.

El reinado de Felipe II (1556 – 1598)

Continuamos con esta breve biografía de Felipe II de España hablando, ahora, del reinado. Lo
primero que hizo el monarca tras ascender al poder fue reforzar y modernizar la administración de
la monarquía hispánica, alejándolas de aquellas tradiciones medievales y de la ambición por el
dominio mundial muy seguido durante el reinado de su padre.

Hubo grandes reformas sobre todo en el sistema de gobierno y justicia, llevó a cabo una
burocracia centralizada y realizó una supervisión personal y directa de los asuntos del Estado.
También otro de los grandes cambios es que trasladó la corte a Madrid, convirtiéndola en la
capital de la monarquía española.

En el terreno financiero tuvo más problemas ya que los grandes gastos militares hicieron que en
tres ocasiones (1560, 1575, 1596) la monarquía española se encontrase en bancarrota.

La política exterior de Felipe II

Continuamos con el resumen de la biografía de Felipe II hablando de una de las principales


estrategias de su reinado: la política exterior. Como ya dijimos anteriormente, el Sacro Imperio
Romano Germánico pasó a manos de Fernando I de Habsburgo lo que favoreció la política
internacional de Felipe II porque España quedaba libre de las obligaciones imperiales.

Uno de los primeros proyectos que tuvo que abandonar en base a la política exterior fue el
propósito de alianza con Inglaterra al quedarse de nuevo viudo de María Tudor en 1558. Los
triunfos militares de las Batallas de San Quintín y Gravelinas pacificaron el conflicto periódico que
tenía con Francia para ello se firmó la paz de Cateâu Cambrésis en 1559, además este pacto se
reforzó gracias al matrimonio de Felipe II con Isabel de Valois, hija de Enrique II de Francia; este
fue realmente un hecho imperante puesto que Francia había sido la potencia rival durante el
reinado de su padre Carlos V y ahora dejaba de ser un problema para España.

De este modo, Felipe II pudo dirigir su política exterior hacia el Mediterráneo y frenar de esta
manera el poder islámico protagonizado por el Imperio Otomano, para ello tuvo que reprimir una
rebelión interna de los moriscos en Granada en la que tramando el peligro venidero formó la Liga
Santa en la que Venecia, Génova y el Papado se unieron a España, de esta manera se obtuvo otra
de las grandes batallas del imperio español, la Batalla de Lepanto (1571), que supuso una
disminución de la tensión por el control del Mediterráneo.

Posteriormente reorientó su política exterior hacia los Países Bajos para atender la grave situación
de sublevaciones contra el dominio español llevada a cabo por el protestantismo, sin embargo y a
pesar del enorme esfuerzo militar encabezados por los generales Luis de Requeséns, don Juan de
Austria y Alejandro Farnesio, muchas de las provincias del norte se declararon independientes y
nunca más fueron recuperadas por España.

Presencia española en el Atlántico

La orientación atlántica supuso la anexión de Portugal a España en 1580, y no solo Portugal sino
todas las posesiones que esta tenía en África y en Asia, de esta manera Felipe II reino como Felipe I
de Portugal. Fue aquí tras esta invasión al país lusitano cuando el imperio español alcanzó su
mayor extensión territorial.

Entre 1584 y 1590 se permitió intervenir también en la disputa sucesoria de Francia,


aprovechando las guerras de religión, para ello apoyo al bando católico e intento que su hija Isabel
Clara Eugenia se hiciese con el poder frente al bando protestante de Enrique de Navarra, futuro
Enrique IV de Francia, sin embargo, consiguió que Enrique IV renunciara al protestantismo por lo
que Francia finalmente se quedó en la órbita católica.

La presencia española en el Atlántico hizo que aumentara la tensión con Inglaterra, la cual además
de ofrecer su ayuda a los rebeldes protestantes de los Países Bajos, a menudo los corsarios
ingleses robaban muchas de las mercancías que se encontraban en los galeones españoles de la
zona del Caribe, todo ello conllevó a que Felipe II planease una expedición de castigo contra
Inglaterra la “ Grande y Felicísima Armada” compuesta 130 buques, 2000 remeros y 20.000
soldados que zarparon de Lisboa en 1588 hacia Flandes para que las tropas incrementasen en
números de soldados.

En su primer encuentro la superioridad técnica de los ingleses demostró ser mayor que la española
y tras algunas batallas desastrosas llevadas a cabo en el mar del Norte, la Armada Española decidió
regresar, en el regreso un fuerte temporal acabo con la derrota de la expedición, y a raíz de este
fracaso fue sarcásticamente rebautizada como por los británicos como la “Armada Invencible”. A
partir de este momento se podría decir que se inicia la decadencia del Imperio Español en Europa.
El declive coincidió ya con la vejez de Felipe II que falleció un 13 de septiembre de 1598 a los 71
años de edad en el Monasterio del Escorial, construido bajo su

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