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Autor: BYRON FANDIÑO

Curso: Ética Profesional


Guateque

¿Por qué la sociedad dejó de involucrarse en la política?

En las votaciones del 11 de marzo varias personas me preguntaron con sarcasmo


¿ya eligió quién lo va a robar? La forma en que me hicieron la pregunta, me da a
entender que no solamente las personas que no votan se encuentran inconformes,
y tal vez desilusionadas en los que alguna vez consideraron una luz de progreso
sino también aquellas que ejercen su derecho al voto.

Los actos de corrupción que se manifiestan todos los años tanto en entidades
privadas como públicas ha generado que la sociedad pierda la esperanza en
proyectos que tenían gran ilusión para mejorar su calidad de vida. Sabemos que la
política es una de las formas más recurridas en las que se puede conseguir
recursos, pero, si la sociedad no ve los resultados de la obtención de esos recursos,
se empieza a convertir en un ciclo vicioso la relación entre política y corrupción,
tanto así que estas dos palabras se han convertidos en sinónimos dentro de nuestro
lenguaje coloquial.

Pero, ¿por qué la corrupción se sigue presentando si se evidencia que la fiscalía


encuentra los pilluelos?, por ejemplo el caso de los 4 gobernadores de la Guajira,
condenados a 10 años de cárcel por peculado, y el quinto gobernador se encuentra
investigado. Según Donatella della Porta, menciona que “la corrupción surge
cuando la política empieza a atraer a individuos que desean y pueden sacar
provecho personal de los recursos públicos, es decir, cuando el político ideológico
es suplantado por el político de negocios”. Para complementar la idea de Donatella,
aplicado a nuestra realidad, un individuo que desea demasiado y gane un salario
mínimo, prefiere traicionar su integridad moral para conseguir su ideal de vida
contraponiéndose a sus deberes con la sociedad, teniendo en cuenta que la pena
a pagar es baja con relación a la ganancia económica.

Es así como los hechos de corrupción hacen que la sociedad sea el medio para
conseguir los recursos y no el fin, lo cual representa todo lo contrario a la idea
filosófica de Kant respecto a la dignidad humana, donde el ser humano por el hecho
de existir es un valor absoluto y no es un medio para otros.

Debido a la mala aplicación del poder político, el filósofo y escritor Adolfo Sánchez
Vásquez, mediante su libro Ética y Política, hace una invitación al ser humano a
reinventar la política, dándole nuevamente el significado del cual se originó, es decir,
buscar el beneficio de la sociedad, con equidad, justicia y reconociendo su dignidad,
para recuperar la esperanza de la sociedad, uniéndose en la construcción y
fortalecimiento de los valores humanos.

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