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27 Siempre ha sido mérito del poeta comprender las cosas; sacar las cosas, como por milagro, de la impura corriente en que pasan confundidas, y hacerlas insignes, irrebatibles frente a la ceguera de los que miran, Por ejemplo: todos nos sentimos mordidos por algo, desgastados por innumerables bocas sin fondo; algo sin sentido que nos deshace. Preguntamos. Nadie responde. Pero hay alguien: saca la cara negra sobre la corriente de su rio de renglones cortos, respira y nos dice: “Qué es nuestra vida mds que un breve dia?”, y entonces, tocados de golpe, comprendemos: sabemos que somos heno, verduras de las eras, agua para la muerte. ¥ no sélo el tiempo: los poetas nos han ensefiado la amargura, el placer, el gozo de estar libres, y él viento y las noches y la esperanza. Qué hago, qué digo, qué estoy haciendo? Es preciso hablar, es necesario decir lo que sé, desvergonzarme y abrir mis papeles chamuscados en medio de tantas fiestas y gritos. Y prestar mis ojos, imponerlos. detrés de las mascaras alegres ara que permitan y compadezcan, y miren y quieran, y descubran ue estamos desnudos, que no tenemos. Con un germen cas he podido ver las ¢ se levanta, sale com del rineén oscuro ¢ Y me intranquiliza No me queda nad: viejos, nuevos nom que se mezclan sua el sabor de todos s Es como al princig cuando nos trabaja y los besos saben a © como en las pla €l viento y Ia espu de un gusto de ro Hay cosas que sé § presencias que sier aunque hayan qué Puedo hablar y pt veces las ventanas y vuelan: son paja que baja de todas rumbo al corazin, de una enfermeda Me asomé otra ve a ver si tocabas er No era nadie. To saben que te estoy

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