Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Introducción:
Los trastornos de ansiedad se caracterizan por presentar miedo y ansiedad, así como mostrar a la
persona con una alteración excesiva en su actuar.
Los trastornos de ansiedad existentes se pueden diferenciar entre sí, para esto más adelante
mostraremos sus diferencias, estas diferencias se pueden visualizar principalmente por la situación
que ocasiona el miedo o ansiedad en la persona.
Para poder diagnosticas esta clase de trastorno se debe tener en consideración, que la persona no
debe estar bajo el efecto de ninguna substancia o fármaco.
La persona se encuentra asustada o ansiosa frente la separación de aquellas personas con las que
presenta mayor apego.
La persona presenta una incapacidad para hablar en las situaciones sociales en que hay
expectativa de hablar, a pesar de que la persona pueda desenvolverse adecuadamente frente a
otras situaciones. Lo cual será muestra de consecuencias significativas en los logros académicos o
laborales, o puede llegar a alterar la comunicación social normal.
- Fobia especifica:
- El trastorno de pánico:
La persona experimenta recurrentes e inesperadas crisis de pánico, manteniéndolo
preocupado o intranquilo frente a tener nuevas crisis o cambia de manera desadaptativa
su comportamiento por miedo a las crisis de pánico.
Aparicion inesperada de miedo, malestar intenso que alcanza su nivel máximo muy
rápidamente, acompañada de síntomas físicos y o cognitivos. Las crisis pueden ser
esperadas, por la aparición de miedo frente a situaciones temidas o inesperadas,
ocurriendo sin razón aparente.
- Agorafobia:
Los individuos con agorafobia se sienten temerosos o ansiosos ante 2 o más de las
siguientes situaciones:
Uso de transporte público, estar en espacios abiertos, encontrarse en lugares cerrados,
hacer colas o estar en multitud. Y encontrarse solos fuera de casa en otras situaciones.
La persona teme a causa de pensamiento sobre el desarrollo de síntomas similares a la
crisis de pánico.
para activar conductas de sumisión que neutralicen conductas hostiles de otros -en miedos de
carácter social-;
para dotarnos de las herramientas o conocimientos que permitan sortear los riesgos y/o acceder a
nuestros objetivos.
Cada uno de estos componentes puede actuar con cierta independencia. La ansiedad puede ser
desencadenada, tanto por estímulos externos o situacionales, como por estímulos internos al
sujeto, tales como pensamientos, sensaciones, imágenes. El tipo de estímulo capaz de evocar la
respuesta de ansiedad vendrá determinado en gran medida por las características de la persona, y
por su circunstancia.
Son muchos los investigadores que han estudiado la relación entre el nivel de activación
psicofisiológica del organismo y la capacidad de individuo para desenvolverse de una manera
eficiente. En general se considera que el mejor rendimiento se consigue con niveles medios de
activación.
originan más problemas de salud, y más intensos, e implican mayores limitaciones para quien los
padece.
Factores activadores: Con esta expresión nos referimos a aquellos hechos, situaciones o
circunstancias que son capaces de activar el sistema de alerta, la preparación para responder ante
ellas y la respuesta propiamente dicha. Hemos señalado anteriormente que la ansiedad está
fundamentalmente vinculada a la percepción de amenaza, por lo tanto, esencialmente, los
factores activadores de la ansiedad son aquellos que están relacionados con la amenaza y su
naturaleza. Hemos indicado, también, que la percepción de riesgo, es decir de lo considerado
amenazante, depende fundamentalmente de un proceso de evaluación, consciente o automático,
determinado por la valoración de qué pasa y cómo nos afecta, por un lado; y qué podemos hacer
frente a ello, por otro. Básicamente, en términos generales, la ansiedad procede de dos grandes
tipos de problemas. En primer lugar, de la posible obstaculización o entorpecimiento de planes,
deseos o necesidades, aún en desarrollo, cuya consecución es para nosotros importante o
necesaria – por ejemplo, la superación de un examen para acceder a un puesto de trabajo- En
segundo lugar, del posible deterioro o problematización de objetivos que ya hemos alcanzado,
logros con los que ya contamos o forman parte de nuestro estatus. Así, percibiríamos como
amenazante la pérdida de la salud o el trabajo.
También se encuentran en este grupo de factores otros que por diversas vías inducen una sobre-
estimulación/sobre-activación del organismo: podemos mencionar especialmente el estrés y el
consumo de sustancias, particularmente las estimulantes.
Factores de mantenimiento: Este grupo de factores afectan fundamentalmente a aquellos casos
en que los problemas originarios de ansiedad no se resuelven satisfactoriamente, o bien cuando la
ansiedad alcanza límites de trastorno. Una vez que la ansiedad se manifiesta como problema tiene
ciertas probabilidades de incrementarse. En el momento en que la ansiedad aparece, debido a los
factores activadores, ayudados en más o en menos por los factores predisposicionales, si es
excesiva y sostenida, propicia la aparición de problemas de salud. Estos problemas, que
previamente no existían, son debidos a la ansiedad, pero, a su vez, la multiplican. La salud es un
bien valorado en sí mismo. Si se problematiza, por cualquier motivo incluida la propia ansiedad,
genera un incremento del estado de alerta e indefensión.
Se ha de considerar además, que la salud es una condición necesaria para la realización de otros
planes que pueden resentirse por el nuevo estado del organismo, lo que llevaría a la aparición de
nuevos problemas, distintos de los que originariamente motivaron la ansiedad, pero que
contribuyen a su retroalimentación.
Las acciones vinculadas a la ansiedad como mecanismo de alarma -obsérvese esta voz: ¡¡ Al arma
!!-, por su valor adaptativo y de supervivencia, son jerárquicamente prioritarias sobre otras
acciones, de forma que se retiran de éstas últimas recursos atencionales, cognitivos y
conductuales para poder responder satisfactoriamente a la emergencia. Tiene su lógica que, si por
ejemplo, se declara un incendio, la gestión de otros programas de acción en curso – leer, realizar
un informe, participar en una reunión, comer- pase a un segundo plano. Si la ansiedad es puntual,
la paralización provisional de estos programas, o su seguimiento bajo mínimos, no representa
grandes inconvenientes; pero si el estado de alarma se prolonga en el tiempo afecta severamente
a su desarrollo y, a la postre, tendría consecuencias tales para individuo que se convertirían en
nuevas fuentes de ansiedad.
__________
Fuente: Baeza Villarroel, J. C. (2008). Clínica de la Ansiedad. Psicólogos especialistas en el
tratamiento de la ansiedad. Madrid y Barcelona