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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTÍN DE AREQUIPA

FACULTAD DE INGENIERÍA DE PRODUCCIÓN Y SERVICIOS


ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERÍA ELECTRÓNICA

CURSO:

SEMINARIO DE TESIS

TEMA1: Maneja conceptos relativos a la realidad, conocimiento y sus tipos.

INTEGRANTES:

 Pinto Quispe Patricia 2014


 Madueño Tica Meliza 2014
 Sullca Mamani Ruth 20140493
 Vivas Apaza Jesus 2014
 Delgado del Carpio Marcelo 2014

AREQUIPA – PERÚ

2018
Contenido
1. CONCEPTO DE CONOCIMIENTO .................................................................................................. 3
2. ELEMENTOS DEL CONOCIMIENTO ............................................................................................. 3
3. MODOS DE APREHENSIÓN: ........................................................................................................... 5
4. VERDAD Y CONOCIMIENTO ....................................................................................................... 12
5. EPISTEME Y CIENCIA ................................................................................................................... 15
6. LA REALIDAD ................................................................................................................................. 20
7. REFERENCIAS................................................................................................................................. 26
CONOCIMIENTO
1. CONCEPTO DE CONOCIMIENTO
La definición de conocimiento es muy compleja ya que surge de un hecho espontáneo e instintivo.
“Se puede describir como el contacto del ser con el mundo”
Se caracteriza por la presencia de un sujeto frente a un objeto. El sujeto cuando ve al objeto, lo
capta y lo hace suyo a través de una operación cognoscitiva.
El conocimiento depende de la naturaleza del objeto y los medios utilizados para reproducirlo.
Así, se pueden distinguir dos grandes grupos de conocimiento, el conocimiento sensorial y el
conocimiento racional.
El conocimiento sensorial, se encuentra en hombres y animales, y se capta a través de los sentidos.
El conocimiento racional es inherente a los humanos y se capta a través de la razón.

2. ELEMENTOS DEL CONOCIMIENTO


- Objeto
- Sujeto
- Sujeto – Objeto

1.1. Concepto de Objeto

El objeto es la cosa o persona reconocida por el sujeto. La cosa conocida no se llamaría objeto
si no se reconociera, por lo que es condición necesaria que un sujeto vea y reconozca al objeto,
para que este sea un objeto.
Existe una relación interesante entre el sujeto y el objeto. Cuando estos dos interactúan, el
objeto permanece inalterado.
Sin embargo, el sujeto sufre una modificación durante el conocimiento al obtener una serie de
pensamientos hacia el objeto.
Pueden generarse excepciones, por ejemplo si una persona cree que está siendo observada y
modifica su conducta pese a no estar segura de si es el objeto de algún otro sujeto.
Aquí se manifiesta la diferencia entre conocimiento objetivo y conocimiento subjetivo. El
conocimiento subjetivo se inclina a los intereses del sujeto frente al conocimiento objetivo que
expresa exactamente lo que ha sido observado sin añadir elementos externos.
Llegar al conocimiento totalmente objetivo es muy difícil para cualquier sujeto, ya que existen
límites a los impulsos ajenos que pueden interferir en la medida del conocimiento.
1.2. Concepto de Sujeto

No se puede hablar del conocimiento sin un sujeto que lo tenga. El sujeto es la persona que
capta algún objeto de la realidad y obtiene un pensamiento sobre el mismo.
Por ejemplo, en el caso de los científicos, son sujetos que, a través de sus observaciones y
experimentos de la ciencia, proporcionan pensamientos racionales sobre ellos y forman la serie
de conocimientos que conocemos por ciencia.
El sujeto puede recibir información del exterior, e incluso actuar, sin que ello implique que
"conozca que conoce" (consciencia). Esto nos lleva a cuestionarnos algo anterior: ¿cómo
caracterizar el conocimiento que el ente tiene de sí mismo?. Cuando el ente "perro" se mira
una pata, se está conociendo a sí mismo. Por lo tanto nos vemos obligados a diferenciar entre
ente que conoce y sujeto del conocimiento. El sujeto será pues una parte del ente. Este sujeto
es una parte del ente que, aunque sustentada materialmente, tiene una naturaleza de tipo lógico.

1.3. Relación Sujeto - Objeto

Se vera la relación existente entre ambos elementos principales del conocimiento, analizando las
posturas mas importantes.
a) Teoría de las Ideas platónicas: (idealismo antiguo): Según Platón además del sujeto y de las
cosas debemos considerar un mundo de las ideas. Las cosas son pues una copia, una
imitación una mímesis de las ideas. La perfección está en las ideas. Una cosa será mejor,
más pura, en cuanto se parezca más a la idea de la que fue copiada.
b) Para el raciocinio, con Descarte como representante, el fundamento de todo conocimiento
está en el sujeto. El sujeto es capaz de ir construyendo todo su conocimiento. Para ello cuenta
también con una serie de intuiciones, de ideas claras y distintas, entre las que está la idea de
Dios, que se denominan ideas innatas. El sujeto es estimulado por una percepción de las
cosas.
c) Otra postuma opuesta defiende el empirismo representado por Hume. El sujeto no tiene ideas
innatas. El único modo de conocimiento posible es el conocimiento sensible. Las cosas
afectan a la capacidad de conocer del sujeto produciendo una impresión en él.
d) Idealismo trascendental kantiano. Para este autor, el conocimiento no surge del pensar del
sujeto ni tampoco de la impresión sensible de la cosa, sino de la relación y conjunción de
ambos elementos. Todo conocimiento surge de la cosa, pero no lo agota.
e) Por ultimo, el idealismo absoluto, representado por Hegel. Para Hegel el ente es único: el
sujeto o espíritu absoluto. Las cosas son parte de ese sujeto absoluto que son producidas por
él en el mismo proceso de pensarlas.
3. MODOS DE APREHENSIÓN:
Las formas de conocimiento según heesen:

Para Hessen, el conocimiento puede ser dividido principalmente en dos clases: conocimiento
sensible y conocimiento intelectual. En su discurso, el conocimiento sensible es aquél que tiene
su origen en la realidad, en la experiencia, en el mundo de las cosas. El conocimiento sensible es
pues el conocimiento según el empirismo. Por otra parte el conocimiento intelectual es aquél que
tiene su origen en el sujeto y que, sólo de forma más o menos indirecta, tiene en cuenta las
percepciones. Este conocimiento no se aplica sobre las cosas, sino que opera sobre las propias
ideas del sujeto.

En un segundo nivel, nuestro autor cree reconocer una posible división del conocimiento
intelectual entre conocimiento discursivo y conocimiento intuitivo. El primero es el que, aplicado
a unas ideas o conceptos originales, va desarrollando otros conceptos derivados de aquél mediante
unas reglas de discurso basadas en la lógica. Por el contrario el conocimiento intuitivo es capaz
de "ver" conceptos e ideas nuevas sin necesidad de la laboriosa capacidad lógica de la razón. Son
aquellos conceptos que el sujeto considera verdades evidentes y que no necesitan justificación.

Por último Hessen distingue dos tipos de conocimiento intuitivo, uno racional y otro irracional.
El conocimiento intuitivo racional es aquél que aprehende evidencias que tienen que ver con el
pensamiento. Así por ejemplo "dos más dos son cuatro" o "no se pueden dar A y no A
simultáneamente y en el mismo sentido5". Pero el hombre posee otras dos facultades espirituales
además del pensamiento: el sentimiento y la voluntad. El conocimiento intuitivo irracional es el
que aprehende evidencias que tienen que ver con estas dos últimas facultades del espíritu. En este
apartado entrarían conocimientos como "matar es malo". En resumen la posición de Hessen puede
resumirse en la tabla 1.
Sensible Intelectual
Conocimiento que comienza Conocimiento que comienza en el sujeto y que tiene que ver
en la realidad, en el mundo con las ideas, con los conceptos que él posee. Es un
de las cosas. Tiene que ver conocimiento de idealidades.
con la realidad externa. Discursivo Intuitivo
Conocimiento que, Conocimiento que se obtiene mediante
partiendo de evidencias, mediante la visión de ideas
conceptos anteriores, "claras y distintas".
obtiene otros nuevos Racional Irracional
mediante un discurso Conocimiento Conocimiento
que sigue las leyes intuitivo que tiene intuitivo que tiene
de la lógica. que ver con la que ver con las
facultad del hombre facultades del
denominada hombre
"pensamiento". Por denominadas
ejemplo "dos y dos "sentimiento" y
son cuatro". "voluntad". Por
ejemplo "matar es
malo".
Clasificación de las formas de conocimiento.

caracterizamos a grandes rasgos el conocimiento como una relación entre el sujeto y las cosas
(figura 1).

Pero para poder identificar con precisión los distintos tipos de conocimiento conviene que
exploremos la estructura interna del sujeto del conocimiento. Para ello, en primer lugar, hemos de
señalar que la afectación que las cosas producen sobre el sujeto inciden directamente sobre una
facultad humana que denominaremos sensibilidad.

Es aquí importante destacar que, a pesar de las similitudes obvias con el planteamiento kantiano,
nuestro concepto de la sensibilidad difiere del de Kant, pues en nuestro caso el conocimiento
sensible se encuentra preñado tanto de los "a priori" como de las categorías kantianas. Nuestra
sensibilidad engloba por tanto a la sensibilidad kantiana y a parte del entendimiento kantiano.

Este tipo de conocimiento así adquirido lo denominaremos conocimiento intelectual o secundario,


y pasa a engrosar el caudal de conocimientos del sujeto que, por tanto, estará pues formado por el
conjunto del conocimiento adquirido por la sensibilidad y el elaborado por la inteligencia (figura
2).
Ahora bien, la elaboración que realiza la inteligencia del sujeto para obtener un nuevo objeto de
conocimiento a partir de conocimientos primarios, admite dos formas. Por una parte esta
derivación puede realizarse siguiendo unas estrictas leyes formales de pensamiento que
concuerdan con las de la lógica y la matemática.

La facultad de realizar este proceso la denominamos razón, y al conocimiento por ella adquirido,
conocimiento racional.

.El conocimiento elaborado por otros procedimientos, se denomina conocimiento irracional,


haciendo referencia al hecho de que ha sido obtenido sin el auxilio de un discurso de la razón
(figura 3).
Conocimiento racional pueden distinguirse dos tipos, que siguiendo la terminología de
Hessen,denominaremos discursivo e intuitivo.

Conocimiento discursivo sería el que procede tras un más o menos penoso esfuerzo de búsqueda lógico-
matemática. El conocimiento intuitivo sería, por el contrario, el que aparece como evidente a la razón (dos
más dos son cuatro). En mi opinión sin embargo, el único motivo para distinguir entre un conocimiento
discursivo y otro intuitivo radica en el tiempo que necesita el sujeto en llegar a la conclusión de su
razonamiento. En este sentido el conocimiento intuitivo sería aquél al que el sujeto llega inmediatamente.
Esta inmediatez, entendida siempre en términos psicológicos, puede ser debida a que:

 Las estructuras cognoscitivas del sujeto, ya sean éstas biológicas o culturalmente adquiridas,
disponen ya del resultado del razonamiento;

 Que el razonamiento es una repetición de razonamientos anteriores realizados, y por tanto


aprendidos, por el sujeto; o, por último a

 Que el razonamiento necesario sea tan simple para las capacidades del sujeto, que el tiempo
psicológico empleado en él sea nulo.

 Como puede observarse buena parte de estas condiciones que posibilitan un conocimiento
intuitivo carecen de cualquier tipo de universalidad, y están muy ligadas a cuestiones particulares
de cada sujeto y cada razonamiento.
Conocimiento irracional, Este es un tipo de conocimiento que, según nuestros propios
términos, no se basa en la razón, y por ello no es racional, sino en otras facultades de la
inteligencia, y por tanto es un conocimiento inteligente. No es algo gratuito, transcendente al
sujeto, ni sobrenatural. Es un conocimiento que, basándose en objetos ya proporcionados
por la sensibilidad, y por tanto referido en última instancia al mundo de las cosas, elabora
nuevos conocimientos por métodos diferentes del discurso o la intuición lógico-matemática.
Pero el calificativo de irracional en ningún momento supone una valoración negativa de este
tipo de conocimiento.

Entre las facultades no racionales del sujeto de conocimiento, somos capaces de identificar
dos: la conmoción y la voluntad (figura 4). La facultad de conmoción es frecuentemente
denominada sentimiento. Sin embargo el apelativo de sentimiento nos parece que tiene
connotaciones más periféricas que las que nosotros le atribuimos a esta facultad. Por ello
hemos preferido denominarla conmoción.

Entre este tipo de conocimiento, que denominaremos conocimiento irracional conmocional,


o simplemente conocimiento conmocional, podemos distinguir las siguientes variantes:

 Conocimiento afectivo. Es el que se produce cuando se establecen emociones


afectivas entre sujeto y objeto. El amor, el odio, la amistad, la ira, los celos, la
venganza y todo un largo repertorio de glorias y miserias humanas responderían a
este tipo de emociones afectivas. Mediante ellas establecemos un conocimiento de
las cosas adicional al sensible y racional.
 Conocimiento estético. La conmoción producida por la contemplación de algo
bello, no sólo produce un conocimiento de las formas externas del objeto, sino que,
en muchas ocasiones, nos permite conocer sin palabras, sin discurso lógico, las más
recónditas honduras del ser de las cosas.

 Conocimiento ético. La afectación que nos producen las cosas se traduce en muchas
ocasiones en una valoración de las mismas. Esta valoración tiene generalmente poco
que ver con criterios racionales.

 ¿Por qué calificamos de bueno, malo, útil o perjudicial, a determinados objetos?.


En buena medida por la afectación que el sujeto recibe ante la presencia de la cosa.

 Conocimiento metafísico. El conocimiento sensible produce en ocasiones en el


sujeto un tipo de conmoción que podíamos denominar metafísica. El sujeto se
conmueve ante el orden y el caos de las cosas, ante sus por qués primeros y sus fines
últimos y se siente parte de un cosmos inteligible, aunque no siempre racional. Se
conmueve ante conceptos como el de ser, realidad, alma o dios. Por supuesto que
son conceptos creados por el propio sujeto , pero creados a partir de conocimiento
sensible, por medio de conmociones no racionales, y justificados racionalmente en
un segundo momento.
4. VERDAD Y CONOCIMIENTO

4.1. Concepto de verdad

El concepto de verdad es con frecuencia polisémico, y ha sido utilizado, y lo sigue


siendo, en muy diversos contextos esto lleva con frecuencia a una cierta confusión en
el uso del término.

4.2. La condición de verdadero

La condición de verdadero se predica de dos formas diferentes: de una forma objetiva


y de una subjetiva.
4.2.1. Verdad objetiva
Verdad de carácter absoluto, universal, objetivo, en correspondencia con la realidad.

a) Verdad de un conocimiento
En este sentido de conocimiento o enunciado verdadero se pueden aún distinguir dos
modos: el lógico y el epistemológico. Sus características principales son las siguientes:
 Se dice que un conocimiento o enunciado es verdadero desde un punto de
vista lógico, si no es contradictorio consigo mismo o con el cuerpo de
conocimientos del sujeto. Para ello el conocimiento en cuestión debe ser
consistente de acuerdo con las leyes de lógica del sujeto. De este conocimiento
se dice también que es "formalmente verdadero". Obviamente este modo de
entender lo verdadero sólo puede predicarse del conocimiento racional.

 Por otra parte, se dice que un conocimiento es verdadero desde un punto de


vista epistemológico cuando existe una correspondencia entre el
conocimiento y la realidad. En nuestra terminología cuando se corresponden
el objeto y las cosas. Esta forma de entender lo verdadero es, como se puede
observar, mucho más ambiciosa que la anterior y, por tanto, mucho más
problemática. Según la teoría gnoseológica que se sostenga se admitirá en
mayor o menor medida un conocimiento verdadero en este sentido
epistemológico. Un rasgo distintivo de esta acepción de lo verdadero es que
puede predicarse no sólo de un conocimiento racional y, por tanto,
verbalizable, sino que también se puede proclamar de conocimientos
irracionales inefables. Así, por ejemplo, podemos hablar de lo verdadero, de
la adecuación con la realidad, de un conocimiento estético o metafísico.
b) Verdad de una realidad
El segundo tipo de sustantivo al que se puede aplicar el calificativo de verdadero es a
una realidad. Pero también en el caso de las realidades, lo verdadero se puede decir en
dos sentidos: ontológico y confidencial.

 En sentido ontológico Se dice de algo que es verdadero como contraposición a


aparente, ilusorio, irreal, inexistente. Las realidades son verdaderas en cuanto
que son. Este es el sentido griego de lo verdadero como "aletheia", como
desvelamiento del ser, como búsqueda de lo que permanece tras la apariencia y
el cambio. En este sentido es en el que el Dios cristiano afirma "Yo soy el
Camino, la Verdad y la Vida".
 En sentido confidencial Según los hebreos algo es verdadero cuando se puede
confiar él, cuando cumple sus promesas, cuando mantiene su fidelidad. Este es
el sentido de la palabra hebrea "emunah". El Dios del Antiguo Testamento es
verdadero precisamente en este sentido, y, de hecho, para los hebreos es lo único
completamente verdadero.

4.2.2. Verdad subjetiva


A veces se dice de algo (conocimiento o realidad) que es verdadero, sin por ello
pretender que esa calificación tenga carácter absoluto o universal, si no, bien al
contrario, siendo conscientes de las limitaciones personales, sociales, históricas y
culturales que impone el sujeto que juzga algo como verdadero. Aunque obviamente
aquí pueden establecerse numerosos matices, distinguiremos tres tipos de predicaciones
subjetivas de lo verdadero:

a) Lo verdadero en un sentido relativo, es decir admitiendo los condicionantes


del sujeto. Algo es verdadero para mí, o para nosotros, y sólo hasta cierto punto.
b) Lo verdadero es en sentido histórico, es decir, admitiendo la influencia del
momento histórico (historia personal, social y cultural) en el que se afirma. Algo
es verdadero ahora, pero no necesariamente lo fue ayer, y puede dejar de serlo
mañana.
c) Lo verdadero en un sentido utilitario, es decir, condicionándolo a la utilidad
que me pueda proporcionar su uso. Así, por ejemplo, una teoría científica es
verdadera en este sentido, cuando es capaz de realizar predicciones acertadas y
cuando me permite elaborar una tecnología a partir de ella que resuelve
problemas de orden práctico. En este sentido, la mecánica de Newton y la de
Einstein, y por tanto sus dos cosmovisiones, pueden ser igual y simultáneamente
verdaderas, a pesar de ser incompatibles.
4.3. Criterio de verdad

El término criterio de verdad puede ser entendido en un doble sentido: como método y
cómo certeza.
a) Criterio de verdad es el método, el camino, el procedimiento que permite al
sujeto adquirir un conocimiento verdadero. Según desde la posición
epistemológica desde la que se parta, el método tiene mayor o menor
importancia, y es de una naturaleza o de otra. Así, por ejemplo, para Platón, el
método es el camino que permite ir desvelando las imágenes y nos conduce a la
idea. Para los racionalistas como Descartes, el método consiste en el conjunto
de reglas que permiten a la razón producir conocimiento verdadero. Para los
empiristas el criterio de conocimiento debe basarse en los sentidos, en la
experiencia. Para Kant el método tiene que ver con el análisis de las condiciones
de posibilidad del conocimiento según las categorías del sujeto. Y para Hegel,
en el idealismo absoluto, el método es el devenir del espíritu en la historia que
culmina en su propia filosofía.

b) Criterio de verdad como certeza, es decir, como el conocimiento que el sujeto


tiene de que su conocimiento es verdadero, como conciencia de verdad. Esta es
pues una forma de autoconocimiento.
Tipos de certeza:

 Certeza de la reflexión. Cuando el sujeto conoce el mundo de las cosas y


forma su objeto de conocimiento, no puede, desde dentro de sí, comprobar
la adecuación entre su conocimiento y algo externo a sí. Se necesitaría un
meta sujeto que pudiese comprobar dicha adecuación. Pero cuando el sujeto
se toma a sí mismo como blanco de sus conocimientos, cuando reflexiona,
cuando encamina su razón a un autoconocimiento, entonces el mundo al que
apunta el objeto del conocimiento (conocimiento racional) no es exterior al
sujeto, sino interno. La razón puede entonces comparar objeto y referente
porque ambos son internos, y por tanto puede conocer si hay verdad o no en
dicho autoconocimiento. Por ejemplo, tengo certeza del conocimiento
(autoconocimiento) que tengo en este momento de que estoy reflexionando
sobre el problema del conocimiento.

 Certeza lógica. Esta certeza tiene más que ver con la verdad en sentido
lógico que en sentido epistemológico. Cuando el sujeto obtiene un
conocimiento aplicando las leyes lógicas de la razón, el nuevo conocimiento
y los originales de los que partió, constituyen un sistema lógicamente
consistente, interno al propio sujeto y por tanto observable directamente por
él. El sujeto está cierto de la verdad (validez, consistencia lógica) del nuevo
conocimiento.

 Certeza irracional. Cuando el sujeto se vuelve sobre sí mismo y toma como


objeto de su conocimiento, no un conocimiento racional previo, sino un
conocimiento irracional (ver modos de aprehensión en el tema anterior),
puede tener certeza, al contemplarse a sí mismo, de la verdad de su
metaconocimiento. Veamos un ejemplo. Un sujeto puede tener, según vimos
un conocimiento metafísico (irracional) de dios. Al volverse sobre sí conoce
(metaconoce) que está conociendo a dios. Pues bien, el sujeto puede tener
certeza de que está conociendo a dios (certeza de su metaconocimiento),
aunque no puede tener certeza de que dios exista (certeza de su
conocimiento).

4.4. Fundamento del conocimiento.

El conocimiento tiene que limitarse pues a verdades subjetivas, condicionadas al sujeto


a la sociedad y a la cultura. Verdades que sin embargo están preñadas de realidad por
estar fuertemente imbricadas en la cosa, de la cual no pueden prescindir, a la cual no
pueden oponerse. Verdades, en definitiva, que nos permiten actuar en el mundo, pero
no desvelar sus más íntimos misterios.
5. EPISTEME Y CIENCIA

El vocablo y el concepto de epistéme nace como término técnico autónomo, tan sólo en
tiempo de Sócrates, y el problema que plantea se desarrolla con plenitud en Platón y en
Aristóteles.

El idioma griego carece de un término genérico para designar todos los modos del saber; no
hay en él ningún vocablo que signifique simplemente "saber", en toda la neutralidad y
amplitud que esta palabra posee en nuestros idiomas. Existen, en cambio, términos que
indican modos distintos de eso que nosotros llamamos saber, pero con una concreción y una
riqueza de matices que quedan irremisiblemente perdidos, casi siempre, al traducirlos a
idiomas modernos. Por ejemplo, gignóskein y syniénai.

El primero (gignóskein) apunta el saber de las cosas adquirido en el trato efectivo con ellas,
especialmente con la vista, y es un modo de conocerlas inequívocamente, tales como se
presentan en la vida práctica. Es un saber que se funda en "haberlo visto uno por sus propios
ojos"; por ejemplo, saber que esto que veo es un peral y no un manzano, un rombo y no un
cuadrado, etc.

El segundo (syniénai) apunta más bien al poder que tiene el hombre de producir
pensamientos, de emitir proposiciones y expresiones que, en su detalle, podrán ser o no
adecuadas a las cosas, pero que implica la existencia de una capacidad de entenderlas, en
perfecta armonía y hasta simbiosis con la compleja estructura de la realidad. Es el poder de
"entender" algo complejo, de expresarlo e ir de acuerdo en nuestras expresiones con el
montaje mismo de la realidad.

Entre ambos términos surge la idea y el vocablo de epistéme, que designa, por lo pronto, un
modo de saber acerca de las cosas que rebasa el entorno de su simple noticia. Es algo más
que saber, por ejemplo, que esto es un árbol, o que este árbol es un manzano y no un peral.

En este sentido, la epistéme es algo que nos aproximaría a lo que nosotros llamamos ciencia.

La ciencia moderna, en efecto, es también un saber que rebasa la simple noticia de las cosas.
Pero en este caso, noticia no significa el eîdos y la figura pregnante y rigurosa que de aquéllas
poseemos, sino las impresiones más o menos precisas, pero siempre vagas, que acerca de sus
coincidencias y regularidades obtenemos en la vida corriente. Noticia significa aquí tan sólo
conocimiento empírico; y a él se opone el conocimiento científico, que pretende descubrir la
inexorable necesidad objetiva de las cosas. El rigor científico no significa tanto la posesión
de la interna necesidad de las cosas, sino la precisión objetiva; con lo cual no es un azar el
que la ciencia no logre lo que se propone sino sustituyendo las cosas llamadas empíricas, las
cosas tales como aparecen en la vida corriente, por otras cosas que se comportan
relativamente a las primeras, como el límite a las fluctuaciones que a él se aproximan.
Mientras la epistéme griega trata de penetrar en las cosas para explicarlas, la ciencia moderna
trata, en buena parte, de sustituirlas por otras más precisas.

El problema es otro. Lo que separa a nuestra ciencia de la epistéme aristotélica no es la


riqueza de las verdades positivas que logra, sino algo previo y más radical; sin ello no
tendríamos ni tan siquiera un criterio justo para hacer el balance de estos tesoros intelectuales.
Es injusto medir el alcance de la epistéme comparándola con los resultados positivos que
nuestra ciencia logra, por la razón sencilla de que la epistéme aristotélica se propone algo
radicalmente distinto de lo que se propone la ciencia. Considerada desde el punto de vista de
lo que la epistéme se propone, la ciencia no es ni verdadera ni falsa; es otra cosa. En realidad,
desconoce el problema de los griegos. Y el hecho de que se haya tomado en el Renacimiento
la Lógica de Aristóteles tan sólo como un mero órgano silogístico y formal del saber, es el
testimonio más elocuente de lo que venimos diciendo.

Para mostrar el abismo que separa la intención que anima a la epistéme de la que anima a la
ciencia examinemos la cuestión desde tres puntos de vista: el punto de partida, el problema
que se plantea y el tipo de saber obtenido, tanto en la ciencia como en la epistéme.

5.1. EL PUNTO DE PARTIDA

Fijémonos, para mayor claridad, en el ejemplo de la física, porque tanto la epistéme


physiké como la ciencia física son, sin la menor duda, los dos productos más acabados de
nuestro saber de las cosas.
Lo que ha dado lugar a este saber es el hecho de los cambios del universo material. Si éste
fuera un mundo que descansara inmóvil sobre sí mismo, al modo del orbe matemático, no
habría ni epistéme physiké ni ciencia física. Ambas nacen como respuesta a las preguntas
que plantea el hecho de que las cosas sean unas veces de una manera y otras de otra. Para
entendernos, llamemos a los cambios del universo movimientos. Lo que en este cambio o
movimiento atrae al hombre es precisamente lo que en él se manifiesta, lo que tras él se
oculta.

Designemos a lo que en el movimiento se manifiesta con el vocablo tradicional


de fenómeno, en su sentido más puro y casi etimológico, sin alusión a ningún sistema
filosófico: lo que se manifiesta o muestra por sí mismo en algo. Movimiento y fenómeno son,
pues, el doble punto de partida de nuestro saber sobre el universo físico. Veamos cuán
distintas son ya, en este punto de partida, la epistéme y la ciencia.

a) EL MOVIMIENTO: Aunque hemos tomado el movimiento en su sentido más amplio,


es decir, como un cambio de estado de cualquier índole que sea, nos fijaremos, para mayor
claridad, en el tipo más sencillo de movimiento: en el movimiento local. Sí un cuerpo cambia
del lugar A al lugar B, decimos que se ha movido de A a B. ¿Qué hay en este movimiento
que sea propiamente movimiento?

Hay, por lo tanto, un estado inicial A y un estado final B. Como tales, forman los límites del
movimiento; pero en sí mismos no van envueltos en él: el movimiento transcurre
precisamente entre A y B. ¿Qué hay en este "entre"?

Hay, indudablemente, una serie de estados intermedios por los que pasa el móvil para ir de
A a B. Pero estos estados intermedios son, por muchos conceptos, esencialmente distintos
del estado inicial. Entre otras razones, porque son, no los límites, sino los momentos del
movimiento. Pero, además, estos estados intermedios no tienen el mismo tipo de existencia
real que los estados inicial y final. En realidad, el conjunto de estos estados intermedios es,
en cierto modo, arbitrario. Ninguno de ellos, propiamente hablando, es "estado", porque el
móvil no "está" en ninguno de ellos, a la manera como está en el estado inicial y final. Cada
estado intermediario sólo puede describirse como tal estado mediante una intervención real
o mental del hombre por la que, real o mentalmente, detenemos el movimiento, es decir,
consideramos cuál sería el estado del cuerpo si no continuara, si quedara estando allí donde
real o mentalmente queremos detenerlo.

Como acertadamente hacía observar Bergson, esta yuxtaposición de estados llevaría, más
que a un movimiento, a la recomposición cinematográfica de un movimiento irreal: la
sucesión, inclusive perfecta e infinitesimal, de estados sería un film, mas no un movimiento.
Pero a esta juiciosa observación de Bergson deben añadirse algunas más. Por lo pronto, la
más sencilla, y con frecuencia olvidada, de que todos estos estados han de serlo de un móvil
de quien sean verdaderamente "estado". La pantalla cinematográfica no es un sujeto que vaya
pasando por los diversos estados proyectados en ella; por eso no se mueve. Pero hay aún algo
más.

Cada uno de los estados intermediarios por que atraviesa el móvil ha de ser de tal índole, que
precisamente éste no quede en aquél, sino que, por sí mismo, le lleve al estado siguiente: el
movimiento no es un quedar en cada uno de los infinitos estados intermediarios, sino
justamente al revés: un no-quedar en ninguno de ellos, pasar siempre de uno a otro. En cada
estado, pues, hay algo que arrastra al móvil hacia el estado siguiente: es lo que desde el siglo
xiv comenzó a llamarse ímpetu, el impulso inherente al móvil, una vez que está en
movimiento, aunque haya desaparecido la actuación de los factores que lo desencadenaran.
La mecánica moderna nació precisamente cuando pudo darse expresión matemática al
ímpetu.

Por tanto, resulta claro que la mecánica considera en el movimiento local el paso de unos
lugares a otros. Es el transcurso de estos diversos estados, el curso del movimiento, lo que
constituye el punto de partida de la ciencia. Si se quiere, el despliegue del movimiento como
función de una serie de factores, cuya determinación es precisamente obra de la ciencia.

Cuando un griego se enfrenta con el movimiento, incluso con el movimiento local, su mente
va disparada hacia algo distinto. Lo que le interesa en el movimiento es el móvil que está en
él. No se pregunta por el despliegue del movimiento, sino por el estado del móvil.
Cualesquiera que sean las concepciones que los griegos —por lo menos de la Academia o
del Liceo— puedan haberse formado del movimiento, coinciden todas en un punto de vista
fundamental: en colocarse en el punto de vista del móvil. El movimiento no es función, sino
estado del móvil. Dicho brevemente: desde este punto de vista, el móvil no está
en movimiento porque pasa de A a B, sino que pasa de A a B porque está en movimiento. El
movimiento no se obtiene por un despliegue de estados, sino al revés: por una especie de
repliegue sobre el mismo móvil descubrimos en él algo que lo hace inestable.

b) EL FENÓMENO: En este movimiento, decíamos, se pone de manifiesto el móvil en sus


diversos estados. Son los fenómenos. En realidad, es la definición trivial de todo
conocimiento físico: el conocimiento de los fenómenos naturales.

¿Qué entiende la ciencia por fenómeno? Fenómeno es lo que se manifiesta en la naturaleza;


por tanto, algo perfectamente real de ella: la lluvia, la caída de los cuerpos, las variaciones
de la temperatura, etc.

Entendidos así los fenómenos como acontecimientos reales, la ciencia se propone determinar
cuándo, dónde y cómo aparecen. Pretende circunscribir con la mayor precisión posible el
área temporal y espacial de su aparición, y para esto emplea preferentemente la medida. En
todo caso, el fenómeno, como objeto de la ciencia, implica la alusión esencial a alguien ante
quien aparece, y sin el cual habría ciertamente existencia real, pero no un aparecer. La
naturaleza es, en este sentido, espectáculo: el "espectáculo de la naturaleza" es la mejor
traducción de los "fenómenos científicos".

Un griego encuentra el problema del fenómeno en una dimensión diferente. Mientras la


ciencia considera en el fenómeno, en el aparecer, aquel ante quien aparece, el griego
considera en el fenómeno la aparición de aquel que aparece. Lo que importa a un griego, más
que los espectadores, son precisamente los personajes del espectáculo. ¿Qué es lo que
aparece? ¿Quién es el que aparece? La lluvia, el color del semblante, los estados de claridad
de las cosas, etc., son sucesos de la naturaleza, operaciones suyas que, en su mismo operar,
constituyen el despliegue o la manifestación misma del operador.

Completando la fórmula anterior, diríamos, pues, que lo que constituye el punto de partida
de la ciencia es el transcurso del espectáculo de la naturaleza. El objeto de la epistéme serían
las cosas que se manifiestan en aquél.

5.2. EL PROBLEMA DE LA "EPISTÉME" Y DE LA CIENCIA

En este movimiento y con estos fenómenos, tanto la epistéme como la ciencia tratan de
estudiar lo que llamamos la naturaleza. La naturaleza se concibe siempre como ese todo
circundante de donde emergen, como por un nacimiento, los fenómenos naturales.
Interprétese este nacimiento como una verdadera generación al modo griego o como un
mecanismo al modo moderno, siempre se trata de una emergencia o procedencia de los
fenómenos respecto de esa naturaleza, concebida como fuente o sistema de fuerzas
productoras de aquéllos. Y, en efecto, ante aquel espectáculo de la naturaleza, el hombre no
se limita a contemplarlo, sino que trata de inquirir lo que se llaman las "fuerzas naturales".

En cambio, un griego ve en una fuerza, ante todo, la alusión, en cierto modo, el ser fuerte.

De aquí la diferencia esencial entre el sistema de fuerzas que la ciencia maneja y la causalidad
que trata de describir la epistéme griega. Para la ciencia, la fuerza actúa por su propia índole,
uniformemente. Sólo se habrá conseguido el estudio científico de una fuerza natural cuando
se hayan determinado unívocamente las condiciones en que aparece y el modo como actúa,
es decir, un conjunto de manifestaciones que suceden a otras anteriores. Solamente cuando
aquéllas se hallen necesariamente vinculadas a las primeras podrá estrictamente hablarse de
conocimiento científico. Es decir, la uniformidad en las actuaciones de la naturaleza y su
formulación precisa es la finalidad que la ciencia persigue, esto es, la lex, la ley. Pero
tratándose de causas, esta uniformidad, esta ley, no es un objeto, sino justamente un
problema: ¿cómo tienen que ser las cosas para que en sus actuaciones se conduzcan
uniformemente? Porque el concepto de causa no se identifica con el de determinación
uniforme. Causalidad no es sinónimo de determinismo. Por esto, ninguna crisis de
determinismo, dentro de la ciencia, implica, ni remotamente, una crisis de la causalidad.
5.3. EL TIPO DEL SABER

Todo saber físico es saber el porqué de las cosas.


El "porqué" de la ciencia es siempre un "cómo" que recae sobre un "quién". Cómo y por
quién se produce lo que se produce.
Pero, en cambio, para la epistéme, el problema del "porqué" es esencialmente el problema de
averiguar qué hay en la causa. No se trata de saber quiénes las producen, sino qué son esos
quiénes que las producen.
En resumen: la ciencia trata de averiguar dónde, cuándo y cómo se presentan los fenómenos.
La epistéme trata de averiguar qué han de ser las cosas que así se manifiestan en el mundo.
Con estos prenotandos podemos ya intentar circunscribir con alguna mayor precisión el
supuesto fundamental que late en la ciencia y en la epistéme, a saber, su idea de la realidad.

6. LA REALIDAD

6.1. Enfoques y concepciones


Existen diferentes formas de concebir o interpretar la realidad, entre ellos la reduccionista y
la holística, la realidad es un universo que contiene lo social y lo natural, entre ambos existen
relaciones permanentes y dialécticas, que están en constante cambio.
Las concepciones sobre la realidad van desde el mundo de las ideas que se forman a través
de los sentidos, o de los datos, que será la sustancia, lo concreto, porque según esta última
corriente, la realidad se concibe constituida por el conjunto de datos resultados de la
causalidad.
Según Platón
Platón consideraba que nuestros podrían manipularse y presentar una realidad ficticia,
a la vez, que la ignorancia nos puede llevar a tener una distorsión de la realidad, existe pero
que no es cierta, esta situación la ilustra en su obra La República, en el libro séptimo, en
donde nos presenta la alegoría de la caverna. (Platón, 2005)
Platón después de La República, escribió el diálogo Teeteto, en esta obra nos conduce a
concluir que el conocimiento científico no es absoluto ni todo, que hay más realidad, que
todavía no ha sido descubierta, pero no es que no exista, es real, mientras no sea descubierta
existe y no al mismo tiempo, esta posición filosófica de Platón, coincide con la mecánica
cuántica.
Platón expone en el Teeteto, “el problema de lo Uno y lo Múltiple, advirtiendo que lo Uno
(lo que “es”) es necesario que sea porque aun lo “otro” (lo no uno, lo que no “es”) tiene ser.
Es decir, el “ser” es porque “es” y porque “no es”, análogamente podemos afirmar que el “no
ser” es porque “es” en tanto “no es”.(Hernández, 2003, p. 31)
Según Aristóteles
Aristóteles, por el contrario, para él los datos percibidos por los sentidos son fehacientes
con la realidad, esa percepción es racional, es el resultado del procesamiento de los datos
sensoriales por la razón, pensaba “las realidades sociales en términos de naturaleza”.
(González, 1997, p. 535)
Según Emanuel Kant
Emanuel Kant tomó ambas posiciones, la realidad percibida por los sentidos y los juicios
racionales para explicar la realidad, “Kant extrajo la categoría de la realidad, de los juicios
afirmativos”. (Franceschi, 1994, p. 164)
Kant sostuvo que en la relación entre sujeto y objeto la realidad es una “cualidad del ser y de
su esencia que debe ser percibida-interpretada por un observador”.(Romeo, n.d., p. 52)
Según Carlos Marx
Carlos Marx afirmó que los filósofos se habían preocupado por interpretar la realidad,
pero no de transformarla, sin embargo, para que ocurra se debe primero interpretar, y él lo
hizo a través de una investigación minuciosa de la economía política, mejor conocida como
El Capital, en esta obra expone y explica la piedra angular de la explotación capitalista, que
denominó plusvalía. “Es preciso reconsiderar la tesis de Carlos Marx y transcender
progresivamente de la interpretación sesgada y distorsionante hacia la comprensión de la
realidad bajo el postulado de que compresión y transformación son términos indisolubles”.
(Sanson, 2010, p. 9)
Abordajes de la realidad
En la teoría del conocimiento encontramos, entre otros, tres abordajes de la realidad, el
primero es el empirismo, sostiene que es real todo aquello que podamos experimentar, el
segundo es el racionalismo su posición es que lo único real es el producto de la razón y es
la única fuente de conocimiento, y la tercera es el idealismo transcendental, consiste en un
sincretismo de las anteriores.
En este mismo orden, podemos mencionar el objetivismo y el subjetivismo, el filósofo Ortega
y Gasset, pretendió superar estos abordajes de la realidad, al considerar que la realidad solo
es una, pero que la realidad tiene más de una cara, a lo que él le llamó, perspectivismo, sin
embargo la realidad ofrece varias caras que son reales, de acuerdo con la posición que ocupe
el ser cognoscente, así cambiará la perspectiva.
Según Ortega, “La perspectiva es uno de los componentes de la realidad. Una realidad que
se ofrezca de modo idéntico a distintos espectadores es un imposible, tan absurdo como un
punto de vista absoluto”. (“Historia de la filosofía” n.d.)
Emilio Durkheim, por su parte, expuso como la primera regla fundamental el considerar los
hechos sociales como cosas, lo que significa abordarlos desde el punto de vista científico, es
decir, no solo la morfología y las formas, sino también sus contenidos.(Durkheim, 1990, p.
31)
Observamos que interpretación o percepción de lo que significa realidad, no es una cuestión
de orden científica, sino filosófica o lingüística.
De acuerdo con Cecilia Tovar, en la recensión que realizó del libro de Alberto de la Torre,
en su obra Física cuántica para filósofos.
Es erróneo, suponer que son los nuevos descubrimientos en las ciencias los que nos obliga a
ir más allá de lo sensible para acceder a lo real, puesto que la actitud filosófica exige ahora
(y desde su aparición) ir más allá de lo sensible para acceder, ya no a lo real, pero si a la
explicación de lo sensible, que en primera instancia se nos presenta como lo real. (Hernández,
2003, p. 33)
Con esta situación planteada volvemos al inicio, para concluir con el desarrollo filosófico
epistemológico que el conocimiento de la realidad en su totalidad es quimérico, y que en el
mejor de los casos conoceremos una parte de la realidad, y no la realidad en sí.
6.2. La realidad oculta
La construcción del conocimiento científico inicia con un abordaje teórico, y no
directamente con el estudio de la parte de la realidad que se problematizará.
La teoría es el punto de partida, desde el cual se construye el objeto de estudio, los
componentes del proceso de investigación y las fases del mismo, es decir, el cómo se genera
el conocimiento científico, para que desde una posición crítica justificar o invalidarlo, dentro
del contexto histórico, social, económico, cultural, etc., precisamente en que se dio, porque
esos factores pudieron haber incidido directa o indirectamente, o en su defecto haber podido
condicionar o determinar en la particular circunstancia en que se produjo el conocimiento
científico.
La epistemología de manera global es considerada el estudio completo del desarrollo de la
producción del conocimiento científico, de principio a fin, se considera una validación de la
cientificidad gnoseológica. “Es ésta pues, quien estudia, evalúa y critica el conjunto de
problemas que presenta el proceso de producción de conocimiento científico”. (Andrés &
Francy, 2014, p. 2)
Lo epistemológico hace énfasis en la forma de producción del conocimiento, y no en el
conocimiento científico en sí, es decir, estudia las condiciones multivariables del ser
cognoscente en relación con el objeto de estudio, toma en cuenta las fuentes y orígenes de la
construcción del conocimiento y los mecanismos, las concepciones y las formas
metodológicas de aproximarse a la realidad oculta.
Lo ontológico en sentido general se ocupa de reflexionar acerca del fenómeno de la realidad,
sus relaciones, características, procesos y mecanismos; utiliza la conceptualización abstracta
de un fenómeno concreto, que permita acercarse desde la construcción conceptual relevante
y de categorías, con un instrumental metodológico, que le permitirá su aproximación a la
realidad no visible, que está ahí, y tiene participación en el objeto de estudio.
Las relaciones entre objeto-sujeto, objetividad-subjetividad, forma-materia, etc., son
términos dicotómicos que forman parte de un todo, ambos pertenecen a la misma realidad
ontológica y epistemológica, son indispensables para la elaboración del conocimiento
científico, por lo general, sin uno de ellos, no se puede lograr obtener una visión apropiada
del objeto de estudio.
Lo intransitivo de la ciencia se refiere a la realidad no sensible, a la oculta y que existe
independientemente de ser cognoscente, son esas estructuras con vinculaciones y tendencias
causales que forman los procesos y mecanismos internos.
Lo intransitivo constituye lo ontológico que espera ser explicado por la ciencia y las teorías
que constituyen lo epistemológico, el conocimiento transitivo se construye sobre la base de
los aportes anteriores de la ciencia, es decir, lo transitivo parte de sí mismo, para lograr una
mejor aprehensión y explicar científicamente lo intransitivo.
El conocimiento transitivo cambia en la medida que se logra dar una mejor reflexión
comprensiva y coherente de la realidad intransitiva, debido entre otros, por el avance
científico y tecnológico de los instrumentos que conforman los métodos de investigación
científica, con el agravante que el cambio del conocimiento transitivo también está sujeto a
los cambios de la realidad intransitiva, la afectación de los cambios es mutuo.
La realidad existe independiente de la construcción teórica, es la investigación científica
la que edifica una concepción de la misma, que no es única, porque la realidad tiene
varias caras.
La teoría y los métodos son partes integrales del conocimiento científico, la teoría es el marco
conceptual donde se ejecutarán los métodos, la teoría es síntesis y estructura coherente, que
surge del resultado de la interpretación que de un proceso de investigación científica, que
reflexiona sobre todo esa dimensión epistemológica y ontológica.
Es importante la contrastación o confrontación de la teoría con la realidad, la legitimidad y
el alcance de sus aportes.
Los métodos son procedimientos estratégicos, para conseguir un conocimiento
específico o un objetivo cognitivo propuesto, cuentan con un instrumental que permite
buscar esa parte de la realidad que no es visible a simple vista, la idoneidad de la utilización
depende, entre otros, del ser cognoscente.
En la construcción del conocimiento científico se pueden emplear diferentes métodos de
investigación. “Los métodos de investigación pueden valorarse como un conjunto de
procedimientos ordenados que permiten orientar la agudeza de la mente para descubrir y
explicar una verdad” (Hintelholher & Marissa, 2013, p. 4).
Desde el punto de vista heurístico se podrán utilizar métodos alternativos, que incluso pueden
estar en contra posición con los tradicionales, pero aquí prima la creatividad, no solo en la
utilización, sino en la creación de medios auxiliares o modificación de los ya existentes.
Los procedimientos heurísticos por lo general están constituidos por principios, reglas y
estrategias, que facilitan aproximarse de manera más propicia al objeto de estudio.
La investigación científica es una producción social del conocimiento, porque en ella
participan factores, fuentes, concepciones teóricas, dinámicas y procesos que han sido
creados o modificados por miembros de la sociedad, en un contexto estructural en donde se
reproducen relaciones interpersonales condicionadas en algunos casos por las relaciones de
producción y de poder.
La investigación científica es una acción o práctica social, desarrollada por generaciones, no
es una simple tabula rasa, libre de juicios de valor y donde se inscriben tipologías de hechos
y sucesos científicos, no es acumulativa en el sentido literal; la historia de las revoluciones
científicas ejemplifica las rupturas que se han producido en la ciencia, lo cual es un conjunto
de conocimientos que se fueron desarrollando en el devenir histórico en contextos y
condiciones específicas.
La investigación científica puede dar como resultado la creación de una futura “ciencia
corriente”, que puede irrumpir al dar explicaciones que la ciencia predominante no ha sido
capaz de hacer.
El contenido científico está dado con la captura de relaciones internas, a partir de que hay
elementos y componentes de la realidad que tienen características específicas que hacen que
los fenómenos se puedan relacionar entre ellos, las relaciones internas no se producen
automáticamente, sino en ciertas condiciones.
Asimismo de la captura de los procesos de la realidad, y no el simple uso del método o de
los métodos de investigación.
Una de las responsabilidades del científico es la capacidad de transformar el
conocimiento de la vida diaria en conocimiento científico, no se trata de verdades del
conocimiento sino de la validez del conocimiento, y tiene que ver con la adecuación del
conocimiento con la práctica, y su particularidad, porque un conocimiento general es
impreciso, no se puede determinar ni concluir a la ciencia como la búsqueda de la verdad,
por otra parte, se considera: “La verdad, entendida como una correcta definición de la
realidad es verdad objetiva para los realistas como Popper”. (Chalmers, 1982, p. 204)
El propósito de la ciencia es falsar las teorías, y si estas son falsables es porque no resisten
las pruebas a que son sometidas, se evidencia la inconsistencia y procede el reemplazamiento
por una mejor.
Este planteamiento es para referirse a que la ciencia no es absoluta, inmutable y eterna, todo
está en constante cambio. “Lo importante en este caso no es que una teoría permita alcanzar
un alto grado de comprobación sobre lo que postula, sino que su eficiencia depende de que
no sea considerada como un sistema acabado, sin necesidad de más procesos de falsación”.
(Hintelholher & Marissa, 2013, p. 7)
Los dominios de la realidad, en donde predominan los elementos que observamos, es el
dominio de lo empírico de la realidad, que son las manifestaciones externas de los
fenómenos.
La realidad implica otros hechos que no vemos de manera directa, es decir, un dominio
fáctico o de hechos que no observamos, hablamos de procesos que no se miran pero que se
dan, ocurre en un contexto de relaciones.
Tenemos el nivel de los mecanismos, se refiere a que las cosas que observamos son el
resultado que se dan en el proceso de las relaciones internas de los fenómenos, aquí
encontramos el dominio de lo real.
La realidad natural y social es dinámica y dialéctica, en sus relaciones internas, es decir, en
los procesos y mecanismos en el tiempo y el espacio, tiene diferentes niveles de complejidad.
El objeto de estudio se construye, no está ahí, se considera procesual, la construcción inicia
con los pre conocimientos que el ser cognoscente posea de una realidad que está en
permanente cambio, que está en relación con su experiencia sensorial, reflexión y su
formación conceptual previa, en la medida que se sumerge en ella, se da cuenta la necesidad
de la utilización de instrumentales metodológicos que no fueron considerados al principio
por tener a prima facie una vista panorámica epidérmica del objeto de estudio.
6.3. El Universo

6.3.1. Metafísica
La Metafísica (o Filosofía primera) que es el saber filosófico por antonomasia, estudia el ser
en cuanto ser. Debido a ello la Metafísica es la ciencia filosófica fundamental, ya que al
estudiar el ser en cuanto ser busca el conocimiento de la totalidad de las cosas, de todo lo que
existe o puede existir. Mientras que las demás ciencias estudian el ser «en cuanto es cuerpo»
(el ser corpóreo) o el ser «en cuanto que es racional» (el ser humano), la Filosofía primera
estudia el «ser en cuanto que es ser». Por eso se refiere a todas las cosas, pues la idea del ser
es la más universal de todas las ideas. La Filosofía primera se refiere, pues, a todas las cosas;
luego éstas son su objeto material. Pero sólo puede referirse a todas las cosas unitariamente
desde la idea que a todas las abarca, precisamente la idea de ser.
6.3.2. Concepción del Universo
Por referirse a todas las cosas, la Filosofía tiene relación con la concepción que el ser humano
tiene del universo. De alguna manera todo hombre tiene su idea de lo que es el mundo, el
cosmos o el universo, y esto se debe a que el hombre no sólo está en el mundo, sino que el
hombre, de alguna manera, al ser consciente, tiene al mundo como objeto total. Y este “tener”
al mundo depende de la propia experiencia vital.
Sin embargo, la Filosofía no se puede limitar a esta clase de concepción popular o cotidiana
del universo porque la Filosofía exige objetividad; la Filosofía no puede limitarse a una
simple expresión de la subjetividad del filósofo, porque no es una concepción subjetiva, sino
que por tratarse de una ciencia, o de un conocimiento por causas necesarias y últimas,
requiere necesariamente objetividad. Esto nos conduce a ver la necesidad de la Filosofía
realista para una adecuada y profunda concepción del mundo, porque el saber vulgar y las
ciencias particulares o experimentales, no pueden ofrecernos una concepción
totalizadora y adecuada del universo.Ninguna ciencia puede generalizar su especialidad
sin caer en un reduccionismo, aunque sus generalizaciones procedan del conocimiento
científico en un ámbito particular. Y aún más, precisamente como el universo es un objeto
que trasciende todas las ciencias particulares o los sectores de las disciplinas especiales,
requiere científicamente de un método que no sea el método particular propio de ninguna de
ellas. Por todo eso, se ha demostrado históricamente que no hay mejor método que el de una
concepción filosófica realista y objetiva de lo que es la realidad.
Si vemos hacia atrás, antes de la religión e incluso dentro de las religiones paganas, el
hombre siempre ha intentado encontrar, aunque de modo meramente natural, el
sentido último de su existencia. Al carecer de una fe verdadera, el hombre ha recurrido en
la historia a las fuerzas naturales de su razón. Sin embargo, es necesario observar que también
históricamente las religiones son las que han propuesto a la Filosofía los temas para una
concepción más clara del universo, o si se quiere para una concepción que salve al universo
y al hombre (carácter soteriológico de la Filsofía). De hecho, en la religión católica existen
una serie de verdades que se han llamado preámbulos de la fe (preambula fidei), que son
alcanzables por la razón humana. Se trata de certezas que de alguna manera determinan el
sentido del universo y de la existencia humana.

7. REFERENCIAS

- https://www.lifeder.com/elementos-del-conocimiento/
- http://www.fgbueno.es/med/dig/gb55nf3.pdf
- https://ssociologos.com/2014/08/28/la-realidad-en-la-formacion-del-conocimiento-
cientifico/
- http://www.infocatolica.com/blog/concordia.php/1508310623-para-una-
concepcion-adecuada

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