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El clima en las ciudades

Bases

Circulación atmosférica local

En una ciudad, se forma una circulación atmosférica local. Se puede observar


la denomindada brisa urbana y la elevada densidad de edificios modifica la
velocidad y la dirección del viento. El viento puede mejorar la calidad del aire
en una ciudad, pero también puede causar un enfriamiento demasiado intenso
de los edificios.

En una ciudad la circulación atmosférica se controla por factores naturales y


antropogénicos, por ejemplo, temperatura del aire, relieve de la superficie, presencia
de diversas barreras (colinas, bosques, edificios altos). El área urbana se calienta
mucho más rápido durante el día que las zonas no urbanas. Por lo tanto, aparece una
diferencia de presión atmosférica, con una zona de presión más baja sobre la ciudad y
presión más alta sobre las zonas no urbanas colindantes. Esta diferencia genera un
movimiento del viento hacia el interior de la ciudad. Éstos son vientos locales, de
distinto origen y de mucha menor escala espacial que los que los vientos provocados
por la circulación atmosférica y las diferencias de presión sobre un contintente. Cuando
no hay viento (debido a la circulación atmosférica) sobre un área determinada, es
cuando mejor se desarrolla la brisa urbana. En primer lugar, el aire caliente que hay
sobre la ciudad aumenta y llega a los alrededores como la denominada anti-brisa.
Después se enfría, se hace más pesada y desciende volviendo a la ciudad como brisa
urbana.

1. Brisa urbana
Autor: Mateusz Kaminski

Cuando el viento llega a la ciudad cambia su dirección, sigue el túnel creado por las
calles con edificios altos en ambos lados, o evita las barreras que consisten en edificios
situados perpendicularmente a la dirección original del viento. Las principales
carreteras que llegan a la ciudad también se comportan como pasillos por los que el
viento entra por la tarde en la ciudad. En las calles anchas, el viento simplemente
sigue el curso de la calle. Sin embargo, en las calles estrechas la velocidad del
viento aumenta de forma significativa en las esquinas. Además, el viento
genera remolinos locales en las plazas y en los cruces de calles donde se
juntan varias corrientes de aire.
En el centro de una ciudad, la velocidad del viento es menor que en los alrededores y
por ello el viento tiene una dirección hacia fuera de la ciudad. La velocidad del viento
está estrictamente relacionado con las características de la superficie, es decir,
densidad y altura de las barreras que causan la reducción de la velocidad del viento
(edificios, árboles, etc.). En el centro de la ciudad, la velocidad del viento se reduce un
20% en comparación con los alrededores, y se ven frecuentemente vientos más
débiles (<3m/s) que fuera de la ciudad.

Cuando el viento sopla perpendicularmente a los edificios situados en hilera, el lado


que se encuentra a barlovento (en contra del viento) está expuesto a fuertes ráfagas,
mientras que el lado que está a sotavento (en la misma dirección del viento) se
denomina sombra aerodinámica. Además los edificios están ventilados intensamente lo

impacto negativo para la salud y el


que tiene un

comfort de los habitantes. Los bloques de pisos que están


situados uno detrás del otro causan remolinos locales a sotavento, pero el tamaño de
un remolino aumenta con la altura del edificio. Si las distacias entre los bloques
disminuye, reduce la velocidad del viento hasta el 50%. Cuando el viento choca con un
edificio alto, la corriente de aire se divide. Una parte se mueve de forma ascendente,
mientras que el resto va alrededor del edificio, lo que provoca que aumente la
velocidad del viento un 30% en las esquinas del edificio. Los edificios bajos
situados cerca de los altos, suelen experimentar el impacto negativo de la
modificación de dirección del viento. Las corrientes de aire generadas por los
edificios altos (descrito abajo) pueden causar por ejemplo la vibración de
edificios más bajos.

2. Simulación de movimiento del viento en las proximidades de un edificio


Autor: Mateusz Kaminski

3. Simulación de movimiento del viento en cerca de los edificios


Autor: Mateusz Kaminski

Cuando la velocidad del viento es mayor de 3m/s los efectos sobre las condiciones
aerosanitarias son en su mayoría positivos, ya que mejora la ventilación de la ciudad e
incrementa la evaporación. Pero al mismo tiempo, aumenta la dispersión de la
contaminación atmosférica y durante el invierno provoca pérdidas de calor en los
edificios expuestos frecuentemente a rachas de aire.
Flujo de viento alrededor de los edificios.
Cuando el viento incide sobre un edificio se crea una zona de alta presión (positiva) en la fachada del terreno frontal al viento
(BARLOVENTO) y en la cubierta; al rodear al edificio incrementa su velocidad, creando zonas de relativa baja presión (negativa) en
las caras laterales y en la cara posterior del edificio (SOTAVENTO).

La acción del viento sobre el edificio que produce diferencias de presión en sus fachadas se llama efecto aerodinámico.

El viento tiene además un efecto mecánico, al producir cargas adicionales sobre la estructura, y un efecto térmico al enfriar las
superficies del edificio.

En estudio realizado por Kukreja se determinó la influencia de la forma y dimensiones de las construcciones sobre el patrón de flujo
de aire alrededor de los edificios.

En la figura se muestra la nomenclatura que se dió a las proporciones de la edificación:

ancho

altura

relación ancho / altura

longitud

pendiente del techo

aleros

orientación con relación al viento

Ancho.

Al aumentar el ancho de una edificación, la profundidad de la sombra aerodinámica permanece relativamente constante.
Altura.

Al aumentar la altura de una edificación, aumenta la profundidad y altura de la sombra aerodinámica en la misma proporción.

Relación ancho / altura.

Al disminuir esta relación aumenta la profundidad y altura de la sombra aerodinámica.

Longitud.

A medida que se incrementa la longitud de una edificación, se aumenta la profundidad de la sombra aerodinámica.

Pendiente del techo.

En caso de techos con pendientes hasta 30º prácticamente no se modifica la sombra aerodinámica.

Aleros.

Cualquiera que sea la posición o proporción de los aleros no se produce una variación significativa en la sombra aerodinámica.

Orientación con relación al viento.

A medida que el ángulo que forma la dirección del viento y la dimensión mayor de la edificación se acerca a 90º, mayor será la
sombra aerodinámica.
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Ventilación en espacios exteriores.


Cuando el arquitecto enfrenta el trabajo de diseñar un asentamiento la consideración de la acción del viento alrededor de los
edificios deviene en factor primordial. En climas cálido-húmedos una correcta ubicación de los edificios con relación al viento,
propicia una efectiva ventilación natural de los mismos, sin embargo, en climas cálido-secos resulta necesario lograr una adecuada
protección de los vientos que aportan aire caliente no favorable al microclima interior.

El viento, al incidir sobre los edificios, origina un determinado patrón de flujo del aire. Los obstáculos, naturales o artificiales, también
contribuyen a la modificación de ese flujo.

Esto implica que el arquitecto, basándose en los datos meteorológicos de partida y adecuándolos a las condiciones del sitio de la
obra, puede llegar a hipótesis sobre cuál será el movimiento del aire alrededor de los edificios, pero una confirmación de esta
hipótesis solamente puede obtenerse en estudios de modelación en un túnel de viento. Actualmente se investiga para lograr la
simulación por computación, pero los programas resultan complicados debido a la complejidad del problema.

Experimentos realizados en el Departamento de Estudios


Tropicales de la Asociación Norteamericana de Arquitectos,
muestran que si en un asentamiento rural a campo abierto se
ubican las construcciones de una planta en fila, tal como se
muestra en la figura, la sombra aerodinámica de cada
construcción se superpone con la siguiente, trayendo como
consecuencia que los edificios quedan sumergidos en una
zona de estancamiento del aire, impidiendo su adecuada
ventilación.

En este caso sería necesario espaciar las edificaciones a una


distancia igual a seis veces la altura para lograr la ventilación. .
Esto tiene el inconveniente de bajar la densidad de
construcción, con el consiguiente aumento del índice de
terreno por vivienda, solución muy costosa de proyecto.

Si los edificios se disponen alternos el flujo de aire se hace mucho más


uniforme, reduciéndose considerablemente las zonas de estancamiento
del aire, posibilitándose, por lo tanto, una mejor ventilación de los edificios.
Una serie de estudios realizados por Weston en Australia
mostraron que si un edificio bajo se ubica dentro de la
sombra aerodinámica de un edificio considerablemente más
alto, este incremento en la altura pudiera llegar a generar
una corriente de aire en el edificio más bajo, pero de sentido
inverso al del viento del lugar.

El viento al incidir sobre la fachada de un edificio relativamente


largo divide su flujo en dos partes provocándose una aceleración de
su velocidad en las esquinas del edificio.

En caso de existir dos edificios relativamente cercanos pueden


producirse ráfagas de una velocidad aún mayor en la zona entre
ambos edificios.

Otro problema que se presenta en las ciudades que tienen edificios muy altos es que
éstos últimos producen un gran incremento de la velocidad del aire al nivel del peatón,
lo cual puede resultar muy molesto, tanto por su efecto mecánico como térmico. Esto
induce la adopción de soluciones de diseño que pueden ser parte del propio edificio o
la adopción de elementos exteriores, tales como vegetación, otros edificios auxiliares,
entre otras soluciones, que actúen como rompevientos.

En el diseño de áreas exteriores donde se cumplen funciones como estar, pasear, jugar o simplemente transitar deben tomarse las
decisiones en dependencia del clima del lugar. En climas áridos las personas realizan todas sus actividades en el interior, pero en
climas tropicales, templados y aún fríos, las personas realizan una gran parte de sus actividades en el exterior, para ello requieren
de protección de la radiación solar térmica y luminosa, así como del polvo.

La plantación de árboles, arbustos y otros tipos de vegetación contribuye a bajar la temperatura del aire por enfriamiento
evaporativo, purifica el aire, proporciona sombras protectoras de la radiación y disminuye el efecto de deslumbramiento al filtrar la
luz. La privacidad visual puede ser resuelta en climas cálidos construyendo barreras verdes perforadas que obstruyan la visión, pero
al mismo tiempo permitan el paso del aire.

La protección contra el viento que proporciona una barrera de árboles compuesta por varias especies comunes con follaje de
densidad media, se muestra en la figura.
Resulta interesante que la velocidad del viento comienza a disminuir antes de llegar al obstáculo, como consecuencia de la
presencia de la masa de aire presionado que se encuentra en esa cara. La menor velocidad del viento, es decir, la mayor protección
posible se alcanza a una distancia comprendida entre 4 y 5 veces la altura de la obstrucción

Las barreras de árboles pueden componerse en función de la altura necesaria, tal como se muestra en la figura .

Para la ubicación de chimeneas, extractores y otras fuentes contaminantes, debe analizarse cuidadosamente el perfil de la sombra
aerodinámica de los edificios, para evitar que la salida de los contaminantes quede atrapada dentro de la misma y que la polución
afecte al propio edificio o a los circundantes. La altura de la chimenea debe ser tal que la salida del humo quede fuera de la sombra
aerodinámica del edificio.
1. Túnel de viento: Instalación de laboratorio donde se simula la acción del viento sobre un
edificio mediante la utilización de maquetas. Para realizar estudios de ventilación los más
recomendables son los túneles de capa límite, en los que se simula la rugosidad del terreno
previa al edificio, para simular la turbulencia.
2. Sombra aerodinámica: El viento, con estructura de flujo laminar, al incidir sobre un
obstáculo desvía las líneas de flujo hacia arriba y hacia los lados del mismo, produciendo
zonas de estancamiento o turbulencia, previas a la recuperación del flujo. La dimensión de
estas zonas estará en función de la altura del obstáculo y del grado de permeabilidad del
mismo.

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