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Evolución de los métodos de cálculo en las estructuras

diseñadas con pórticos de concreto armado para edificios en el


área norte de Latinoamérica

ALONSO ROMERO MARTÍNEZ

Universidad Central de Venezuela, Facultad de Ingeniería, Ciclo Básico,


Departamento de Dibujo, Caracas, Venezuela.

RESUMEN

El trabajo arriba epigrafiado constituye el estudio e investigación de la evolución de


las teorías y métodos de cálculo aceptados como generalizados o frecuentes en la
construcción de edificios en el ámbito geográfico señalado en el título del trabajo y
desde el inicio del cálculo estructural hasta nuestros días. Se hace referencia al
bloque rectangular de compresión y al método del momento tope, como
simplificaciones en el cálculo de secciones de piezas estructurales. También se
estudia el desarrollo y evolución de las teorías clásica y plástica, y se hace una
evaluación comparativa de cada uno de los métodos destacando sus ventajas y
desventajas. Del mismo modo se ha presentado aquí el desarrollo alcanzado en las
últimas décadas en el campo del análisis sísmico. Se comenta la influencia que
ejercen los métodos de análisis de estructuras en la determinación de los factores
de seguridad, ya que, de la exactitud del método depende la fiabilidad de los
resultados. Se establecen conclusiones derivadas de la estabilidad de la
construcción primitiva, de los métodos de análisis, de los métodos de cálculo
basados en la teoría clásica y plástica y de las experiencias sísmicas, tomando
como referencia los factores de seguridad.
Palabras claves: evolución de la arquitectura, evolución de la ingeniería, evolución
de las normas, cálculo estructural, diseño de estructuras.

DEVELOPMENT OF CALCULATION METHODS FOR STRUCTURES DESIGNED WITH


REINFORCED CONCRETE PORTICOS FOR BUILDINGS IN NORTHERN LATIN
AMERICA.

ABSTRACT

The paper in the above title constitutes the study and research conducted on the
development of calculation methods and theories generally accepted or frequently
used in the construction of buildings in the geographical area indicated in the name
of the paper, from the beginnings of structural calculation to the present day.
Reference is made to the rectangular compression block and to the moment of peak
compression method as simplifications in the calculation of sections of structural
components. The development and evolution of classical and plastic theory are also
studied, and a comparative evaluation is made of each method, highlighting their
advantages and disadvantages. Also presented is the development achieved over
the last decades in the field of seismic analysis. Comments are included on the
influence of methods for analysing structures to determine safety factors, since the
reliability of the results depends on the accuracy of the method. Conclusions
derived from the stability of the oldest or most primitive construction are
presented, from the point of view of structural analysis methods, calculation
methods based on classical and plastic theories as well as seismic experiences,
taking safety factors or guarantees as the reference.
Keywords: architectural development, engineering development, standards
development, structural calculation, structural design
.
Recibido: Julio de 2003 Recibido en forma final revisado: Febrero de 2005

1 INTRODUCCIÓN

El cálculo estructural ha evolucionado paralelamente al desarrollo de la matemática


y de las leyes de la mecánica. La aparición del concreto armado impulsa
violentamente el arte de construir porque le permite al constructor mayor libertad
para diseñar. Los pórticos que se construían con pesadas piedras monolíticas o con
ladrillos trabados para formar las columnas, dinteles y arquitrabes, ahora son
sustituidos por el concreto armado, obteniéndose de este modo, elementos
verticales esbeltos y dinteles de secciones reducidas. El desarrollo que se logró en
las técnicas constructivas fue vigorizado cuando se comenzó a utilizar el cálculo
estructural, que se apoyó en los métodos derivados de la mecánica complementada
con el análisis matemático, y que sustituyeron los métodos empíricos. Esto fue
posible cuando se descubrió que todos los fenómenos naturales se pueden estudiar
mediante las relaciones exactas de la matemática, siempre que se establezcan
modelos adecuados. Así se abrió el camino para la ciencia moderna y para el
desarrollo del cálculo de estructuras, siendo el cálculo integral y el diferencial, un
instrumento muy potente para realizar tales operaciones. La estructura ha sido
siempre un componente esencial de la arquitectura, por ello, los logros obtenidos
en su desarrollo influyen de manera determinante en el planteamiento de nuevas
propuestas con técnicas mejoradas y uso más racional de los materiales. En un
principio el concreto se utilizó según el real saber y entender de los constructores,
sin apoyarse en ninguna normativa, fue en 1904 cuando se creó en Norteamérica la
primera comisión "Joint Comité" para estudiar el concreto (Marín 1971). A partir de
esta fecha se comenzaron a realizar estudios rigurosos para reglamentar el uso del
concreto armado, dando lugar a la Norma Norteamericana que se publicó por
primera vez en 1912, sin embargo, en 1910 se había adoptado como ley las
Normas de la Asociación Nacional de Consumidores de Cemento. En los sistemas
constructivos clásicos y antiguos, toda la obra constituía la estructura, por
consiguiente, se desperdiciaba gran cantidad de material porque se colocaba en
sitios donde no se requería para absorber esfuerzos, pero sí para cerramientos; en
cambio, el sistema moderno permite construir el esqueleto de la edificación
independientemente de los cerramientos, y éstos, por no ser estructurales, se
pueden fabricar con materiales más livianos y económicos. No obstante, se podría
decir que fue con el sistema constructivo gótico que se comenzó a racionalizar la
estructura al diseñar arcos que empujaran menos sobre los muros, como son los
arcos ojivales, y al tratar de concentrar los esfuerzos mediante nervaduras en sitios
que se reforzaban con los contrafuertes. En América se usó en la época
precolombina el sistema estructural llamado de horconadura (Gasparini 1986), que
también permitía construir previamente el esqueleto de la edificación porque estaba
concebida con horcones que constituían las columnas y viguetas de madera que
formaban los dinteles. El cerramiento se hacía con palmas o con barro reforzado
con caña amarga.

2 MÉTODOS DE ANÁLISIS

Los principios básicos de la estática fueron descubiertos desde el principio con gran
exactitud y han servido de base a todos los métodos de análisis; sin embargo, la
laboriosidad que representan los cálculos matemáticos que se requieren para
relacionar las cargas externas que actúan sobre una estructura con las reacciones
que provocan en los apoyos y con las fuerzas internas que se desarrollan en sus
miembros, fue lo que dio lugar a la búsqueda de diversos métodos que facilitasen
su utilización. Así se han introducido los métodos aproximados que producen
resultados muy cercanos a los reales y generalmente mayores que estos; el
inconveniente se presenta en los nodos de los pórticos, porque, si existe un
verdadero valor del momento en el nodo, cuando se obtiene en las vigas un
momento mayor que éste, en las columnas resultará menor, ya que siempre se
tienen que cumplir las leyes del equilibrio, en consecuencia, el momento en la
columna no está del lado de la seguridad; por lo tanto, se debe mantener la
práctica prudente de mayorar las cargas cuando se usen estos métodos. Las cargas
permanentes se pueden determinar con certeza, en cambio las cargas variables
siempre serán inciertas, lo cual introduce en los cálculos una imprecisión; lo cual
indica que no tiene sentido realizar largas y complicadas operaciones para tratar de
obtener resultados precisos, si los datos no lo son. Ahora bien, si se cuenta con
herramientas que faciliten el manejo de los algoritmos, entonces se justifica la
aplicación de un método de análisis riguroso por laborioso que éste sea. La única
ventaja que tendría este método es que no se suma su propia deficiencia con la
incertidumbre de las cargas. El punto de aplicación de las cargas es un factor
importante que afecta la precisión de los resultados; esto exige un interés especial
por parte del calculista en estudiar cuidadosamente la distribución de las cargas y
evitar transformar las que son concentradas en repartidas, porque éstas nunca son
equivalentes, si satisfacen las solicitaciones de momento, no será así con las de
corte y viceversa. Con los recursos que existen actualmente de la computación
electrónica y los programas computarizados que han sido elaborados para el
análisis de pórticos, no se justifica incurrir en deficiencias derivadas de la
estimación del sistema de cargas de diseño, ya que dichos programas están
concebidos para introducir todas las condiciones de carga con facilidad. El tiempo
que un calculista invertía anteriormente en efectuar los cálculos de una edificación,
utilizando reglas de cálculo o máquinas rudimentarias de calcular, hoy lo puede
emplear con ventaja en hacer un buen estudio del sistema de cargas que se
aproxime lo mejor posible a las que actuarán realmente durante la vida útil del
edificio; sólo así serán mas exactos los cálculos realizados con el computador, de lo
contrario, si seguimos aplicando las mismas hipótesis, los resultados seguirán
siendo imprecisos.

3 TEORÍA CLÁSICA

El primero de los métodos de cálculo que se usó para determinar las secciones de
los diferentes elementos estructurales, fue el que se basó en las cargas admisibles.
Se establecieron unos coeficientes que afectaban la capacidad resistente de los
materiales, limitando el trabajo del concreto hasta un 45% de su capacidad a la
rotura y el del acero hasta un 50% (MOP 1967). Estos valores surgieron de la
llamada teoría clásica, que se apoyaba en la hipótesis del comportamiento elástico
de los materiales, y que seguían la ley de Hooke. Se sabe que el concreto no es
elástico, pero los ensayos han demostrado que, para niveles bajos de carga, las
deformaciones son sensiblemente proporcionales a los esfuerzos. Esto permite
efectuar un análisis lineal de la pieza. La linealidad en matemática es una
bendición, porque nos permite predecir situaciones aplicando ecuaciones y
fórmulas, es decir, se puede tener un conocimiento previo del futuro
comportamiento de una pieza cuando ésta sea sometida a la acción de una fuerza.
Si no existe una relación lineal entre fuerza y deformación, el análisis resulta más
complejo.

La evolución de los métodos de cálculo para el diseño estructural ha sido mucho


más marcada que la de los métodos de análisis, porque, cuando se comenzó a
utilizar el concreto como material de construcción, se conocía muy poco sobre sus
propiedades físicas y elásticas. Se trató como un material elástico, pero se sabía
que no lo era. Por esta razón se limitó la capacidad resistente de las piezas a
valores tan bajos. La relación n entre los módulos de elasticidad del acero y del
concreto (MOP 1967) incluida en todas las fórmulas de la teoría clásica, introduce
una notable imprecisión en los cálculos, ya que el módulo de elasticidad del
concreto no existe puesto que este material no es elástico, sin embargo, este
artificio simplificó los cálculos y facilitó el diseño durante muchos años porque se
convertía así un material realmente heterogéneo en otro ideal homogéneo que
cumplía con la ley de Hooke; transformándose de este modo un problema no lineal
en otro lineal.

Desde 1904 hasta nuestros días se han realizado numerosos ensayos con piezas de
concreto armado sometidas a compresión, tracción, flexión y corte, que han
contribuido a clarificar el comportamiento de este material bajo la acción de
diferentes cargas. En 1950 ya se hablaba del método de rotura; pero fue en 1956
cuando las normas del American Concrete Institute (ACI) lo establecieron por
primera vez, dejando como método alternativo, el clásico (ACI 1971). Por otra
parte, los métodos de análisis que se estaban aplicando siempre han dado
resultados fiables; el calculista sabía cual era la incidencia de las cargas en las
piezas estructurales, por lo tanto estaba consciente de las limitaciones y podía
tomar sus precauciones. Además, para el cálculo de estructuras de poca altura, que
eran las más frecuentes antes de los años 60, se usaba generalmente el método de
Cross, que permite alcanzar la precisión que se desee. Y para estructuras más altas
se usaban métodos aproximados de los cuales se conocía también el grado de
aproximación, y los calculistas estimaban valores de las cargas un poco más altos
que los esperados. Pero ahora, cualquier método, aún los más laboriosos, se
pueden computarizar, lo cual hace aún más fiables sus resultados, naturalmente,
siempre que los programas y los datos de salida se interpreten correctamente.

El conocimiento que se venía adquiriendo del comportamiento de los materiales


debería haberse traducido en una reducción del factor de seguridad, es decir, en un
incremento de los coeficientes de trabajo de los materiales; sin embargo, no fue
así. Durante el período que se estuvo aplicando la teoría clásica se mantuvieron
constantes los coeficientes de reducción 0,45 para la resistencia del concreto y 0,50
para el acero. Sólo hubo algunas variaciones para el coeficiente de trabajo del
concreto que se empleaba en columnas, que inicialmente era de 1/3 (MOP 1967) y
luego se empleó también 0,45. Esta penalización mayor para el concreto en
columnas se debió a que en un principio no se tomaba en cuenta la flexión en las
columnas y sólo se analizaban para que resistieran carga axial. Ya se sabe que esta
condición no es real, puesto que siempre estará presente la flexión en una
columna, bien sea por excentricidades en las cargas, o por momentos en los
extremos de la pieza provenientes de las vigas que concurren al nodo o por efecto
de pandeo en columnas largas.

Si se analiza la situación que se ha planteado, realmente el criterio para determinar


estos coeficientes no fue el de suministrar un factor de seguridad, sino el de
mantener unas condiciones de trabajo tales que la pieza se comportase
elásticamente. Lógicamente, al avanzar en los estudios experimentales, lo que se
estaba ratificando era la característica inelástica del concreto, inclusive para niveles
bajos de carga, por consiguiente, la respuesta no podía ser la de incrementar los
coeficientes de trabajo. En el fondo, se estaba manteniendo un factor de seguridad
elevado.

4 TEORÍA DE ROTURA

Es fácil deducir que el camino por la teoría elástica estaba equivocado y en


consecuencia, no se podía avanzar con este criterio. De allí surge la necesidad de
fijar la atención en el estado de rotura del material. Este es un punto que se puede
determinar claramente, puesto que la pieza se carga hasta que se rompa y se
establecen factores de seguridad para que la rotura no ocurra en condiciones de
servicio. Así se abandona la teoría clásica y se comienza a aplicar la teoría de los
estados límites (Arnal H. 1985). Esta resulta más racional aunque se aparte
apreciablemente de la teoría de la línea recta, lo cual hace inaplicables las fórmulas
lineales; sin embargo, permite establecer diferencias entre los tipos de carga, cosa
que no se podía hacer aplicando la teoría clásica. Esto permite que el factor de
ponderación se aplique a la carga que actúa sobre la estructura, de tal manera que,
si la determinación de una carga es fiable, el factor de mayoración puede ser bajo,
en cambio, si hay incertidumbres, el factor se puede aumentar. Esto fue lo que se
estableció en las normas del ACI al asignar un valor para el factor de ponderación
aplicado a las cargas permanentes igual a 1,4 y otro igual a 1,7 para las cargas
variables. Pero la transición no se aplicó a toda la estructura; la teoría de los
estados límites se comenzó a aplicar primero al cálculo de columnas, ya que los
resultados de los ensayos rápidamente demostraron la inconveniencia de utilizar la
teoría clásica en el diseño de estos elementos. El comportamiento de una pieza
sometida a carga axial en condiciones de servicio presenta muchas incógnitas,
basta con observar un diagrama de interacción para percatarse de la dificultad que
existe en definir el estado de tensiones en una sección flexocomprimida, puesto que
la acción de la carga es independiente de la del momento, lo cual introduce una
indeterminación en el problema; pero la respuesta física del material ante la acción
combinada de la carga axial y la flexión es única para una combinación
determinada. Una barra en flexocompresión que falle en tracción, mejora su
capacidad resistente cuando se incrementa la carga axial en compresión; en
cambio, si falla en compresión, cualquier incremento de momento o de carga axial
en compresión provoca el colapso de la pieza.

El problema de la flexión fue el primero que se resolvió para las vigas de concreto
armado, pero era necesario aplicar factores de seguridad altos porque no se podía
confiar en la calidad de la preparación de las mezclas. En cambio, el problema de la
flexocompresión es el que ha sufrido más cambios en el tratamiento que se le ha
dado en las normas; se han realizado numerosos ensayos con columnas y todavía
no están despejadas todas las dudas; es muy reciente la clarificación que se ha
tenido respecto al comportamiento de una sección ante las solicitaciones
combinadas de carga axial y momento, de aquí que las columnas hayan sido
sometidas a coeficientes de seguridad mayores que las vigas, principalmente
cuando se aplicaba la teoría clásica que es completamente inadecuada para diseñar
columnas. Sin embargo se cuenta actualmente con buenos procedimientos para el
cálculo de columnas y diagramas elaborados por los profesores Joaquín Marín y
Antonio Güell (1984).

Ahora bien, el mejor conocimiento del comportamiento del concreto reforzado y la


fiabilidad en los métodos de análisis, permitirían reducir los factores de seguridad
para las cargas; de hecho en los primeros reglamentos se usaron valores tales
como 1,2 para cargas permanentes y 1,5 para las variables, ya que sólo serían
necesarios para garantizar el buen funcionamiento de la estructura cuando actúen
sobre ella cargas no previstas en el cálculo o se produzcan los movimientos de
carga que son muy difíciles de predecir.

Quedan dos imprecisiones que no han sido completamente resueltas: la resistencia


del concreto, tanto a la compresión como a la tracción, y el valor de la deformación
en el momento de la rotura; aunque pareciera que la imprecisión fuese solamente
una, ya que fc' está relacionado con ec, sin embargo, el valor de fu no es muy
sensible a las variaciones de eu, por lo tanto, este factor no es importante para
determinar el momento de agotamiento. La imprecisión de la que se está hablando
sería solamente una, si existiese el módulo de elasticidad del concreto, puesto que
relacionaría estos dos parámetros linealmente, pero como no es así, cualquier
aproximación que se haga en el valor de Ec, no tiene sentido porque el material
está en el rango plástico; afortunadamente, en las proximidades del estado de
agotamiento, las variaciones de la deformación inciden poco en el esfuerzo, y, por
otra parte, en la práctica, estas grandes deformaciones no son permisibles porque
son la señal de que el elemento estructural ha fallado.

5 MÉTODO DEL MOMENTO TOPE

El método del Momento Tope fue un procedimiento simplificado que se usó en


España y que apareció por última vez en la Norma EH - 91 publicada por Real
Decreto 1039/1991, el 28 de Junio (Ministerio de Fomento 1995). Esta Norma
estuvo vigente hasta que fue derogada por la Norma EHE publicada por Real
Decreto 2661/1998, el 11 de Diciembre (Ministerio de Fomento 1999). Aunque este
método no se ha utilizado en Latinoamérica, que es el ámbito de este trabajo, sin
embargo, se considera conveniente incluirlo con fines comparativos.

El momento tope se calcula adoptando la distribución rectangular de esfuerzos en el


concreto y el diagrama bilineal en el acero. Para el caso del diseño balanceado,
definido por el agotamiento simultáneo del concreto y del acero, la profundidad
ylím del diagrama de compresión es el 75% de la profundidad xlím del eje neutro
(fig. 1). Estos valores se denominan límites, porque determinan el tipo de falla; si
la profundidad del bloque en compresión es menor que el límite, significa que el
porcentaje de acero es menor o igual al balanceado, la viga está subrreforzada y la
falla se producirá en tracción. En caso contrario, el porcentaje de acero será mayor
que el balanceado, la viga resultará sobrerreforzada y la falla se producirá en
compresión.

Fig. 1 Profundidad del diagrama de compresión y distribución lineal de


deformaciones

(Tomada de la Norma EH – 91 España)


Fig. 2 Ley de deformaciones y tensiones (Tomada de la Norma EH-91 España)

Considerando una sección rectangular con acero en compresión y en tracción,


sometida a una carga normal excéntrica (fig. 2), la ecuación de equilibrio de
fuerzas es:

(1)

Despejando y en (1) y dividiendo entre d:

(2)

El valor de la profundidad relativa del bloque de compresiones obtenida en (2) debe


ser menor o igual que la profundidad relativa límite (ylím/d), para que la falla sea en
tracción.

1.1 HIPÓTESIS BÁSICAS del método del momento tope

Este método se fundamenta en las siguientes hipótesis:

En un elemento cualquiera, toda sección plana permanece plana después de la


deformación, para piezas en las que la relación l0/h de la distancia
entre puntos de momento nulo, a la altura total, sea superior a 2.

 Bajo la acción de las solicitaciones, las armaduras tienen la misma


deformación que el concreto que las envuelve.
 Se aplicarán a las secciones las ecuaciones del equilibrio de fuerzas y
momentos, igualando la resultante de las tensiones del concreto y del acero
(solicitación resistente), con la solicitación actuante.
Se define como momento tope del concreto en una sección, el momento producido,
con respecto a la armadura de tracción, por una tensión de compresión igual a
0,7fcd [1]aplicada uniformemente a toda la sección útil. Se entiende por sección
útil el área que corresponde a la altura útil, es decir, la comprendida entre la
armadura de tracción y el borde opuesto o borde comprimido (fig. 3).

Tomando momentos alrededor del baricentro de la armadura de tracción en una


sección rectangular de ancho b

· A la deformación de agotamiento del concreto en compresión se le asigna el


valor de 0,0035.

· El diagrama de reparto de tensiones en la zona de concreto comprimido se


asimila a un rectángulo de base igual a la resistencia de cálculo del
concreto fcd y cuya altura y se cuantifica en función de x (fig. 4):

Cuando

Cuando

Siendo x la profundidad de la fibra neutra de deformaciones, y d la altura útil de la


sección.

· Si el rectángulo de compresiones del concreto anteriormente definido,


proporcionase un momento respecto a la armadura de tracción superior al
momento tope, se considerará que la base del rectángulo no es fcd, sino otra
menor, de valor tal que dicho momento respecto a la armadura de tracción
resulte precisamente igual al momento tope.
· Cualquiera que sea el tipo de acero se considerará el diagrama bilineal de
cálculo (en tracción o en compresión). La resistencia de cálculo del acero a
compresión fyc,d se limita, por definición, al valor:

Se admite que, si la distancia d’ del centro de gravedad de la armadura de


compresión a la fibra extrema más comprimida no es superior al 20% del canto útil,
la tensión de dicha armadura, al llegar al agotamiento, es igual en todos los casos a
la resistencia de cálculo del acero. Si, excepcionalmente, la distancia d’ resulta
superior al valor indicado, deberá determinarse la tensión en la armadura por
medio de la ecuación de compatibilidad de deformaciones.
·

1 Bloque Rectangular De Compresión

C. S. Whitney propuso una simplificación en la distribución de los esfuerzos que se


producen en una sección de concreto armado, representándolos gráficamente
mediante un bloque rectangular (Fig. 5) en lugar de la curva parabólica obtenida en
los ensayos, según la cual el máximo esfuerzo no está en la fibra más alejada del
eje neutro sino un poco más abajo. El bloque rectangular es un artificio que permite
hallar más fácilmente la ubicación de la resultante de compresión y su magnitud.
Para que su área y su centro de gravedad sean equivalentes a los del diagrama real
parabólico, se toma un esfuerzo promedio constante de 0,85fc’ y su altura a debe
ser igual a 0,85kud. Según esto, la fuerza de compresión es la siguiente:

C = (0,85fc’ )(0,85kud)b

C = 0,7225fc’ kubd

2 análisis sísmico

El desarrollo del análisis sísmico es muy reciente, y ha coincidido con el avance


significativo ocurrido en los métodos de análisis matemático, por esto su evolución
ha sido muy rápida, y después de muchas décadas adaptando los métodos
estáticos para determinar las fuerzas sísmicas que son dinámicas, a partir de 1967
(MOP 1967) aparecen tres normas sucesivas con modificaciones sustanciales en la
determinación de las acciones e introduciendo los métodos dinámicos (COVENIN.
1982). Lo más importante en estas últimas disposiciones es que las estructuras
deben ser lo suficientemente dúctiles para disipar energía, de manera que la
estructura, incursionando en el rango plástico, no sufra mayores daños (COVENIN
1998). Últimamente se le ha dado mucha importancia al efecto de la tabiquería y
muros solidarios con los pórticos, reconociendo así la influencia que éstos ejercen
en la rigidez de la estructura. Se hace más énfasis en la regularidad de las
estructuras. El hecho de exigir más limitaciones y cálculos más complicados para
los edificios de geometría irregular, obliga a los proyectistas a racionalizar los
diseños haciéndolos regulares. Así se lograrán proyectos más económicos. El
análisis sísmico realizado conforme a las nuevas normas, contiene fórmulas muy
elaboradas y de laboriosa aplicación, sin embargo, no constituyen ninguna traba
para la ejecución de los proyectos, puesto que los cálculos se hacen mediante los
programas computarizados elaborados para tal fin. No obstante, habrá que ser más
cuidadoso en la determinación de las variables, principalmente en la ubicación
exacta de la implantación del edificio en la zona que corresponda, a fin de no
penalizar la estructura con mayores coeficientes cuando no sea necesario, ya que
esto puede influir notoriamente en el costo de las obras.

Fig. 3 Momento Tope (Tomado de la Norma EH-91 España)

Fig. 4 Diagrama de reparto de tensiones (Tomado de la Norma EH – 91 España)


En las edificaciones que se construyen en zona sísmica, las fuerzas horizontales que
se aplican a la estructura como resultado del análisis, siempre serán estimadas y
nunca habrá la certeza de que no sean rebasadas al producirse un sismo. Por esto,
es preferible que se efectúen los cálculos para las fuerzas horizontales,
independientemente de las verticales, de esta manera se obtienen los resultados
con los diagramas de momento, fuerza axial y fuerza cortante sólo por cargas
verticales, que se pueden controlar porque provienen de causas tangibles y a los
cuales se les puede aplicar el factor de ponderación que recomiendan las normas, y
aparte, se aplican las cargas horizontales para obtener los diagramas
correspondientes. Es muy acertado el criterio adoptado para las fuerzas sísmicas,
cuyos valores se obtienen ya mayorados mediante los procedimientos dados en las
normas para edificaciones sismorresistentes, ya que, al no ser reales dichas
fuerzas, es más lógico que se utilicen unos valores que conduzcan a un diseño
adecuado de los elementos que forman la estructura, para que ésta se comporte
conforme a los niveles de resistencia que sean capaces de evitar daños graves ante
la acción sísmica.

Las investigaciones que se han realizado hasta esta fecha con relación a los
movimientos sísmicos, no garantizan que el estudio del comportamiento de una
estructura sometida a la acción de estas fuerzas, haya concluido. Tampoco
aseguran que las acciones sísmicas reales sean las esperadas. Además, existen
efectos como el de la resonancia que se puede producir al interactuar el sistema
estructural con el terreno, que amplifica infinitamente las fuerzas que actúan sobre
la estructura, y que son imprevisibles.
8 CONCLUSIONES

El diseño de la construcción primitiva fue totalmente empírico, mas no así el


análisis, sólo que éste se sustentó en la única acción conocida entonces: la fuerza
de la gravedad. Esto condujo a la ejecución de estructuras estáticamente bien
concebidas, que se apoyaron en las leyes de la mecánica que ya se habían
demostrado. Siempre que las resultantes de las cargas verticales y de los empujes
laterales se mantuviesen dentro del área de la base de sustentación, la estructura
se mantendría en pie; esto fue lo que se logró construyendo estructuras de gran
volumen. Lógicamente, siendo el único efecto conocido el gravitacional, las fuerzas
horizontales que se consideraban eran las producidas por los empujes laterales
provenientes de arcos, bóvedas, cúpulas y caras inclinadas de dovelas colocadas en
dinteles; las fuerzas sísmicas se ignoraban. Ahora bien, las estructuras que se
diseñan atendiendo a las leyes de la estática se comportan muy bien ante
solicitaciones gravitatorias, pero no ante las dinámicas.

Para ser consecuentes con el método de diseño que exigen actualmente todas las
normas, que es el de rotura, se requiere utilizar un buen método de análisis. Esto
es así por dos razones:

1. El método de rotura prevé que la pieza estructural alcance el estado de


agotamiento, por lo tanto, un resultado erróneo puede ocasionar una falla
imprevista.

2. Además, si los resultados del análisis son precisos, hay un mejor


aprovechamiento del material que trabajará a su máxima capacidad.
El método de Cross, que se utilizó por muchos años como herramienta de cálculo,
tiene la ingeniosidad de que permite visualizar, al hacer la distribución de
momentos en los nodos, el modo como actúan físicamente las solicitaciones en los
miembros, por esta razón, es recomendable que, aunque ya no se use como
método de análisis en las oficinas de proyecto, se siga enseñando en las
universidades como un recurso didáctico para el aprendizaje del análisis estructural.

El hecho de no utilizar la relación modular en el método de rotura, es una gran


ventaja, porque se elude la necesidad del módulo de elasticidad del concreto y,
además, se trabaja con la sección agrietada, que no requiere de la inercia de la
sección para el cálculo de la capacidad resistente en el agotamiento.

La necesidad de reducir el esfuerzo admisible en la teoría clásica a menos de la


mitad de la resistencia del concreto en compresión para trabajar en el rango
sensiblemente elástico del material, no cambia sustancialmente el resultado final
del diseño, ya que, en condiciones de servicio, una pieza diseñada por el método de
rotura trabaja la mayor parte del tiempo de su vida útil en estos niveles de esfuerzo
correspondientes al rango elástico. Esto se puede asegurar porque el método de los
estados límites exige para el diseño una carga mayorada que es aproximadamente
1,5 veces mayor que la estimada en condiciones de servicio. Además la carga
estimada está por encima de la real porque las normas establecen cargas variables
superiores a las que probablemente ocurran y, si la edificación se ha diseñado
según las normas de resistencia al sismo, posee una potencialidad mucho mayor.
Quiere decir, que para que una viga alcance el estado de agotamiento, debe
aplicársele una carga casi el doble de la que soporta en condiciones normales de
servicio.

Cuando se aplicaba la teoría clásica, prácticamente se trataban las columnas de


concreto armado del mismo modo como se hacía con la piedra en la construcción
primitiva, que se le consideraba trabajando sólo a compresión; en estas condiciones
la pieza funcionaba bien porque el concreto es una piedra, pero no se sabía hasta
que punto resistían la flexión que necesariamente ocurría. Este último efecto fue el
que obligó a que se penalizaran las columnas con un factor de seguridad mayor.
Los diseños que se realizaron utilizando el método clásico fueron satisfactorios en
cuanto a seguridad; pero una sección diseñada por la teoría clásica resulta algo
más grande que si se diseña por teoría de rotura. Esto no es una desventaja si la
edificación se ubica en zona sísmica, ya que las secciones que tienen mayor
dimensión son más rígidas y por lo tanto, los desplazamientos serán menores.
Además, resultan más dúctiles, lo que es deseable en estructuras aporticadas. El
método más adecuado para diseñar y revisar elementos estructurales de concreto
armado es el que se basa en la teoría de rotura. Si bien es cierto que las hipótesis
que se asumen no se cumplen estrictamente, en la práctica de la ingeniería lo que
importa es que los resultados sean satisfactorios y que se puedan obtener mediante
operaciones sencillas, y no que las hipótesis sean absolutamente correctas, pero
que conduzcan a resultados sensiblemente iguales realizando operaciones mucho
más complicadas y engorrosas. "Si nos hemos de equivocar, hagámoslo por el
camino más corto".

Para aplicar la teoría de rotura se requiere un amplio conocimiento de las


estructuras y del comportamiento de los materiales. Es necesario determinar con
cierta precisión cuál es el punto de aplicación y la dirección de las cargas, ya que
estos factores influyen en la distribución de los esfuerzos internos en las piezas;
también se requiere precisar la magnitud de las cargas, y la frecuencia y
alternabilidad de las mismas en los diferentes tramos, para diseñar secciones que
tengan la capacidad resistente adecuada. Esto se debe a que la sección se diseña
con las dimensiones mínimas para responder a la solicitación impuesta, lo cual
implica la rotura de la pieza cuando alcance la carga máxima. Además, se requiere
un buen conocimiento de las propiedades mecánicas y físicas del material, que
permitan establecer el nivel de carga que produzca la cedencia en los materiales
elásticos como el acero, o la rotura por agotamiento en los materiales frágiles como
el concreto.

Esto explica por qué la teoría de rotura comenzó a aplicarse a partir de 1956,
aunque desde 1904 los análisis siempre se hicieron cargando las probetas hasta la
rotura. Era necesario que los ensayos de laboratorio esclarecieran todos los factores
que hemos enunciado en los párrafos anteriores. Naturalmente, siempre se hace
difícil determinar con precisión absoluta cada una de las cargas que actúan en un
pórtico estructural. De aquí la necesidad de que los factores de seguridad dependan
del tipo de carga. Como las cargas permanentes se pueden determinar
exactamente en un proyecto, con un pequeño margen de error, los factores de
ponderación tienen valores más bajos; las cargas variables que son impredecibles,
tienen factores más altos.

Llama la atención, que los factores de minoración de resistencia que establecen las
normas son relativamente pequeños en comparación con los coeficientes de
mayoración de las cargas. Las acciones bajo las cuales trabaja una estructura son
mucho más conocidas y controladas en las edificaciones destinadas a los usos
frecuentes, que las deficiencias en la preparación de las mezclas, el
comportamiento aleatorio del concreto, la fluencia bajo cargas sostenidas, y las
incertidumbres en los métodos de cálculo. Sería conveniente hacer una revisión de
los coeficientes y determinar, si es que las estructuras han funcionado bien porque
el exceso de seguridad al mayorar las cargas compensa la deficiencia en la
respuesta del material, y no por los valores intrínsecos de los factores.
Probablemente, si se disminuye la penalización a las cargas verticales, y se
aumenta a la resistencia de los materiales, se racionaliza el criterio y se logran
estructuras más económicas en el rango de la seguridad.

Todas las Comisiones de Normas han volcado su atención al diseño y no al análisis


de las estructuras. Esto es muy lógico, ya que el nivel de preparación que
adquieren los profesionales que se dedican al cálculo estructural, ha sido muy bien
logrado por las universidades, y las modificaciones que se puedan introducir en los
métodos de análisis estructural, obedecen solamente al desarrollo en el orden
tecnológico. Sin embargo, Los métodos de análisis influyen en la precisión de los
cálculos y, por ello, en la economía de los diseños; pero se debe tener muy en
cuenta el objetivo fundamental del calculista, que no es el de analizar una
estructura con el fin en el mismo análisis, sino en el diseño de esa estructura, es
decir, el calculista no analiza un pórtico para quedarse con el análisis, sino porque
lo va a diseñar. Hasta ahora, nada hace pensar que pueda ocurrir una variación en
las leyes de la mecánica, en cambio si es posible que se puedan seguir produciendo
innovaciones en el comportamiento de los materiales, que modifique la respuesta
de una estructura ante solicitaciones externas. La respuesta de una columna en
flexocompresión sigue siendo incierta, ya que depende de todas las combinaciones
matemáticas que se puedan establecer entre las magnitudes de la carga axial y el
momento flector; de tal manera, que cualquier punto del diagrama de interacción
que se tome para el diseño, será hipotético. Por esto el factor de seguridad para las
columnas siempre tendrá que ser mayor que para las vigas. Es cierto que la
mayoría de las columnas trabajan en condiciones de servicio debajo de sus
capacidades límites, pero algunas de ellas, las que se escogen para diseñar con las
cargas que las solicitan, sí pueden trabajar a su máxima capacidad cuando actúen
sobre la estructura todas las cargas, incluyendo las sísmicas, y la falla de una
columna tiene efectos de propagación, de aquí la mayor importancia que se le debe
dar al diseño de las columnas.

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