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Es necesario decir cómo se formaba una compañía, mejor dicho, cuáles son los
personajes típicos de la comedia del arte, los necesarios para llevar a cabo una
representación. Ya nombramos a Arlecchino, vamos a comenzar por él.
En la comedia del arte también hay criadas, fantesche, que por lo general
terminan relacionándose con los criados. Podemos citar a Pasqueta y
Colombina como las más famosas. Estas hablan en dialecto toscazo.
Como ellos forman parejas, están los enamorados, jóvenes dichosos. Ellos
recitan sin máscaras, son el centro de la escena, la trama va tejiéndose para
ellos (ya veremos cómo). Son bellos, y los servidores están a su disposición.
Hablan en dialecto toscano, pero un toscano literario, no el mismo de las
servidoras. Podemos decir, por exagerar, que hablan en poesía.
Pero sin dudas, hay tres roles fundamentales más en las compañias de la
comedia del arte: dos senex y un capitán. Los origines de estos personajes
también pueden ser rastreados en las comedias de Plauto (miles gloriosus, por
ejemplo).
Los senex (viejos) son dos: Pantalón es veneciano y es mercader. Tiene dinero
y por eso lleva pantalones, porque lleva el dinero en los bolsillos. Su nombre
hace referencia a uno de los santos identificados con Venecia (San Pantaleón,
después de San Marcos, es uno de los más queridos por el pueblo veneciano…
debemos recordar una de nuestras tradiciones, la de comer ñoquis los 29 de
mes, surge a través de la figura de este santo. Hay otra hipótesis que propone
otro origen, aun veneciano, para este nombre: San Marcos, que se reveló en
forma de león alado, es el panta – león).
Otro viejo famoso es El doctor o también llamado Balanzón. Como su nombre lo
indica, la balanza representa a la justicia, Balazón es un jurista, es abogado. Se
viste con la toga negra de la Universidad de Bologna, y habla el dialecto
boloñés. A veces puede ser médico, sin perder su hábito.
Estos viejos suelen ser malhumorados, tacaños, llenos de connotaciones
negativas. Son ridiculizados constantemente, pero sobre todo porque suelen
enamorarse, obviamente, sin ser correspondidos.
El otro personaje es un militar, el capitán. Hubo varios famosos: el Capitán
Matamoros, el Capitán Spaventa (espanto) y la lista sigue. Este también es
ridiculizado y puesto en situación, porque también se enamora pero no es
correspondido, sobre todo por su carácter de fanfarrón. Es muy soberbio, y usa
palabras grandilocuentes. Tiene un claro origen español; y no olvidemos que es
España, en la época de la comedia del arte, la que ocupa y domina el sur y el
norte de Italia, sobre todo militarmente. Una España que acaba de extender
sus dominios a un nuevo mundo, y cuya corona posee una Italia magnífica y
final: es el Renacimiento, el nombre de la máxima expresión artística y cultural
de la italianidad, y a su vez el último brillo de esplendor, ya que después se
fragmentaría todo por lo menos hasta la reunificación, a finales del siglo XIX.
Debemos decir que, por lo general las tramas consistían en intrigas amorosas,
dos enamorados y un despechado. Pero más común era que la intriga estuviera
protagonizada por más de tres, por cuatro, cinco o seis. Correspondidos
algunos, otros no, o bien, no correspondido ninguno, formando un círculo
insalvable de amor. D’amico lo ilustra así:
In principio si tratta spesso (vedere gli acquarelli della Raccolta Corsini di Roma) di
scenografie rozze e sommarie; solo col tempo, coll’arricchirsi della tecnica pittorica e
delle belle prospettive; secondo il gusto barrocco e magnifico del Sei e Settecento, si
ebbero visioni nuove, più o meno suntuose e fastose.
Ma il bello poi si è che anche i personaggi, nel loro fondo, non sono altro che la
trasformazione di quelli della commedia classica: i vecchi, i giovani innamorati o
scapestrati, i servi lestofanti che tengon loro mano, i pedanti, gli smargiassi, e via
dicendo. E alla Commedia classica si ritorna essenzialmente, con gli intrighi: solo che
qui non si hanno più gli scrupoli accademici circa la cosidetta “favola doppia”, la quale
mescolando due intrecci d’amore, nuocerebbe nientemeno che al principio aristotelico
dell’unità d’azione: gli intrecci d’amore nella Commedia dell’arte son di regola due, tre,
quattro, cinque. In quello fra gli scenarî pubblicati dal Bartoli che s’intitola Intrighi
d’amore, ce ne sono addirittura sei: Lucinda ama Valerio, Ubaldo ama Lucinda; Ottavio
ana, non conoscendola, la propria sorella; Pasquetta, la fantesca, tira a farsi sposare
dal vecchio Pandolfo; Colombina, altra fantesca, fa lo stesso con Stoppino, un’altro
vecchio, Ubaldo vuol ottenere le grazie di Pasquetta. Uno studioso russo autore della
monografia, dino ad oggi, più accurata e completa sulla Commedia dell’arte, in
Miclacewsky, s’è divertito a rappresentare questi intrecci con atrettanti grafici. Per
esempio, nella Finta notte di Colafronio, l’uomo A ama una donna B, la quale invece
ama un altro uomo C, che a sua volta ama un’altra donna D, che rinsalda in circolo
amando A. Ne Le tre gravide A ama B, C ama D, E ama F; ma poi c’è un signor G che
pure ama D e un signor H che ama a sua volta a F. Ne Li tre becchi, A ana B, la quale
peró e anche amata da C e da D, F ama G, ma G ama riamata H, il quale H è amato da
I, la quale è amata da K. Complicazioni, come si vede, tra cui anche oggi un pubblico
uso agli imbrogli delle più aggrovigliate pochades parigine perderebbe la testa.