Vous êtes sur la page 1sur 6

HIPÓCRATES DE COS

(Llamado el Grande; Isla de Cos, actual Grecia, 460


a.C. - Larisa, id., 370 a.C.) Médico griego. Según la
tradición, Hipócrates descendía de una estirpe de
magos de la isla de Cos y estaba directamente
emparentado con Esculapio, el dios griego de la
medicina. Contemporáneo de Sócrates y Platón, éste lo
cita en diversas ocasiones en sus obras. Al parecer,
durante su juventud Hipócrates visitó Egipto, donde se
familiarizó con los trabajos médicos que la tradición
atribuye a Imhotep.
Aunque sin base cierta, se considera a Hipócrates autor de una especie de
enciclopedia médica de la Antigüedad constituida por varias decenas de libros (entre
60 y 70). En sus textos, que en general se aceptan como pertenecientes a su
escuela, se defiende la concepción de la enfermedad como la consecuencia de un
desequilibrio entre los llamados humores líquidos del cuerpo, es decir, la sangre, la
flema y la bilis amarilla o cólera y la bilis negra o melancolía, teoría que desarrollaría
más tarde Galeno y que dominaría la medicina hasta la Ilustración.
Para luchar contra estas afecciones, el corpus hipocrático recurre al cauterio o
bisturí, propone el empleo de plantas medicinales y recomienda aire puro y una
alimentación sana y equilibrada. Entre las aportaciones de la medicina hipocrática
destacan la consideración del cuerpo como un todo, el énfasis puesto en la
realización de observaciones minuciosas de los síntomas y la toma en
consideración del historial clínico de los enfermos.
En el campo de la ética de la profesión médica se le atribuye el célebre juramento
que lleva su nombre, que se convertirá más adelante en una declaración
deontológica tradicional en la práctica médica, que obliga a quien lo pronuncia, entre
otras cosas, a «entrar en las casas con el único fin de cuidar y curar a los enfermos»,
«evitar toda sospecha de haber abusado de la confianza de los pacientes, en
especial de las mujeres» y «mantener el secreto de lo que crea que debe
mantenerse reservado».
Aunque inicialmente atribuida en su totalidad a Hipócrates, la llamada colección
hipocrática es en realidad un conjunto de escritos de temática médica que exponen
tendencias diversas, que en ciertos casos pueden incluso oponerse entre sí. Estos
escritos datan, por regla general, del período comprendido entre los años 450 y 350
a.C., y constituyen la principal fuente a través de la cual es posible hoy hacerse una
idea de las prácticas y concepciones médicas anteriores a la época alejandrina.
ARISTÓTELES
(Estagira, 384 - Calcis, 322 a.J.C.) Filósofo
griego. Hijo del médico real de Macedonia, estuvo
veinte años en la Academia de Platón, primero
como discípulo y luego como investigador y como
tutor. Candidato a ser el sucesor del maestro, se
afirma (aunque es dudoso) que quedó
despechado por el nepotismo de la elección de
Espeusipo y marchó a Assos (Asia Menor), donde
escribió su diálogo Sobre la filosofía (la «carta de
Assos») y fundó un centro de estudio bajo la
protección de su amigo Hermias, gobernador de Atarnea, con una de cuyas
parientes, llamada Pitias, se casó.
Muerto Hermias (capturado y crucificado por el sátrapa Mentor), partió hacia Lesbos
como huésped de Teofrasto; fiel a la amistad, compuso la Oda a la virtud, en
memoria de Hermias y por la que veinte años después sus enemigos intentaron
procesarle por impiedad. Aceptó luego de Filipo II de Macedonia el cargo de
preceptor de Alejandro Magno (de 13 años), quien siempre conservaría un gran
respeto por su maestro, le apoyaría económicamente e incluso le mandaría desde
el Indo ejemplares de la fauna y de la flora de su imperio.
Aristóteles se había trasladado mientras tanto de nuevo a Atenas y había fundado
el Liceo, donde enseñaba paseando (de ahí el nombre de escuela «peripatética»),
seguía sus investigaciones y análisis de datos, correspondientes a los más diversos
campos (arte dramático, constituciones políticas, deportes olímpicos, zoología), y
elaboraba una veintena de obras. Sin embargo, al morir Alejandro (a los 33 años),
el clan de Demóstenes (autor de las Filípicas y, por tanto, enemigo de Aristóteles)
se envalentonó y el Estagirita volvió a decidir su partida, para «ahorrar a los
atenienses un segundo atentado contra la filosofía» (el primero lo habían cometido
con Sócrates). Al año siguiente, moría en Eubea de úlcera de estómago.
Escondidas en una bodega (para protegerlas de los proveedores de Pérgamo), sus
obras fueron olvidadas, descubiertas por azar, ordenadas y editadas por Andrónico
de Rodas en la Roma de Cicerón, redescubiertas como totalidad en la Edad Media
por los árabes, cristianamente interpretadas (bautizadas) por los tomistas y
neoescolásticos, relegadas por los modernos y, por último, definitivamente
rehabilitadas a partir de Hegel.

De ellas, la tradición ha recogido con el nombre de Órganon las obras de lógica:


Categorías, De la interpretación, Primeros y Segundos analíticos, Tópicos y
Refutaciones de los sofismas. Además de la Retórica, de la Poética (en parte) y de
Sobre el alma, la «antropología» de Aristóteles comprende la Ética a Eudemo, la
Ética a Nicómaco, la Política y la Constitución de Atenas. Sus obras sobre la
naturaleza son Del cielo, De la generación y corrupción, los Meteoros, la Mecánica,
De las partes de los animales, De la generación de los animales, Sobre el caminar,
Sobre el movimiento, etc. Los varios libros de la Física y de la Metafísica
fundamentan y coronan el conjunto.
Gracias a él, sabemos de la ciencia positiva de la época y de los trabajos y
concepciones de sus predecesores y contemporáneos. Aristóteles aporta siempre
agudas y originales observaciones y no pocas de sus adquisiciones lo han sido de
las ciencias naturales de todos los tiempos (algunas, incluso, no confirmadas hasta
el siglo XIX): describió unas 400 especies (de las que disecó unas 50), distinguió
entre animales «sanguíneos» (vertebrados) y «exangües» (invertebrados), clasificó
a los murciélagos como mamíferos, describió la vida social de las abejas, distinguió
entre insectos dípteros e himenópteros y entre rocas y minerales y aportó la noción
capital de especie.
Clasificador y analista universal (de regímenes políticos, de géneros literarios, de
categorías y de modos de razonar e, incluso, del ser y de las causas) y tan atento
al fenómeno del lenguaje como reticente con los abusos del habla, Aristóteles se
planteó además y sobre todo las grandes cuestiones de fondo: la estructura de la
materia, la organización de la vida, el poder del espíritu y sus límites, la libertad del
hombre y su sentido y la trascendencia misma de la divinidad y su misterio.
ROBERT HOOKE
(Freshwater, Inglaterra, 1635 - Londres, 1703)
Físico y astrónomo inglés. Aunque principalmente
es conocido por sus estudios sobre la elasticidad,
fueron notables asimismo sus descubrimientos
astronómicos y sus aportaciones a la biología.
Formado en la Universidad de Oxford, Robert
Hooke colaboró en el seno de esta institución con
el químico británico Robert Boyle en la construcción
de una bomba de aire (1655). Cinco años más
tarde formuló la ley de la elasticidad que lleva su nombre (ley de Hooke), que
establece la relación de proporcionalidad directa entre el estiramiento sufrido por un
cuerpo sólido y la fuerza aplicada para producir ese estiramiento.
Hooke formuló esta ley como resultado de sus experiencias, en las que colocaba
pesos en la parte inferior de muelles de metal y medía hasta dónde se estiraban los
muelles como reacción. Observó que la longitud en que se estiraba el muelle era
siempre proporcional al peso que se le colocaba; es decir, si por ejemplo se
duplicaba el peso, se duplicaba también la longitud. En esta ley se fundamenta el
estudio de la elasticidad de los materiales.
Hooke aplicó sus estudios a la construcción de componentes de relojes: desarrolló
el escape de áncora para el control de los relojes de péndulo (1666), y creó la junta
universal que permitía transmitir el movimiento entre dos ejes inclinados entre sí,
sin necesidad de montar en ellos engranajes de ruedas dentadas. En 1662 fue
nombrado responsable de experimentación de la Royal Society de Londres, siendo
elegido miembro de dicha sociedad al año siguiente.
En 1664, con un telescopio de Gregory de construcción propia, Robert Hooke
descubrió la quinta estrella del Trapecio, en la constelación de Orión; fue además el
primero en sugerir que Júpiter gira alrededor de su eje. Sus detalladas descripciones
del planeta Marte fueron utilizadas en el siglo XIX para determinar su velocidad de
rotación. Un año más tarde fue nombrado profesor de geometría en el Gresham
College.
Ese mismo año publicó Robert Hooke su obra Micrographia (1665), en la que
describió en detalle las estructuras de diversos insectos, fósiles y plantas partiendo
de una serie de observaciones microscópicas. Después de examinar la estructura
porosa del corcho, Hooke acuñó el término "células" para designar las minúsculas
celdillas poliédricas que veía; ya en el siglo XIX, la moderna citología, rama de la
biología centrada en el estudio de la célula, adoptaría este término para designar la
unidad básica estructural de los tejidos.
LEONARDO DA VINCI
Considerado el paradigma del homo universalis, del sabio
renacentista versado en todos los ámbitos del conocimiento
humano, Leonardo da Vinci (1452-1519) incursionó en
campos tan variados como la aerodinámica, la hidráulica, la
anatomía, la botánica, la pintura, la escultura y la
arquitectura, entre otros. Sus investigaciones científicas
fueron, en gran medida, olvidadas y minusvaloradas por sus
contemporáneos; su producción pictórica, en cambio, fue de
inmediato reconocida como la de un maestro capaz de
materializar el ideal de belleza en obras de turbadora
sugestión y delicada poesía.
En el plano artístico, Leonardo conforma, junto con Miguel Ángel y Rafael, la tríada
de los grandes maestros del Cinquecento, y, pese a la parquedad de su obra, la
historia de la pintura lo cuenta entre sus mayores genios. Por los demás, es posible
que de la poderosa fascinación que suscitan sus obras maestras (con La Gioconda
a la cabeza) proceda aquella otra fascinación en torno a su figura que no ha cesado
de crecer con los siglos, alimentada por los múltiples enigmas que envuelven su
biografía, algunos de ellos triviales, como la escritura de derecha a izquierda, y otros
ciertamente inquietantes, como aquellas visionarias invenciones cinco siglos
adelantadas a su tiempo.
Leonardo nació en 1452 en la villa toscana de Vinci, hijo natural de una campesina,
Caterina (que se casó poco después con un artesano de la región), y de Ser Piero,
un rico notario florentino. Italia era entonces un mosaico de ciudades-estado como
Florencia, pequeñas repúblicas como Venecia y feudos bajo el poder de los
príncipes o el papa. El Imperio romano de Oriente cayó en 1453 ante los turcos y
apenas sobrevivía aún, muy reducido, el Sacro Imperio Romano Germánico; era
una época violenta en la que, sin embargo, el esplendor de las cortes no tenía
límites.
A pesar de que su padre se casaría cuatro veces, sólo tuvo hijos (once en total, con
los que Leonardo entablaría pleitos por la herencia paterna) en sus dos últimos
matrimonios, por lo que el pequeño Leonardo se crió como hijo único. Su enorme
curiosidad se manifestó tempranamente: ya en la infancia dibujaba animales
mitológicos de su propia invención, inspirados en una profunda observación del
entorno natural en el que creció. Giorgio Vasari, su primer biógrafo, relata cómo el
genio de Leonardo, siendo aún un niño, creó un escudo de Medusa con dragones
que aterrorizó a su padre cuando se topó con él por sorpresa.
CARL VON LINNÉ [LINNEO]
(Carolus Linnaeus en latín; Carlos Linneo en
castellano; Rashult, Suecia, 1707 - Uppsala, id.,
1778) Botánico sueco. Su temprano interés por las
plantas hizo que a la edad de ocho años se le
conociera ya por el apodo de «el Pequeño
Botánico», si bien compaginó esta vocación con los
estudios de medicina, que cursó en las
universidades de Lundt y Uppsala, y con su
establecimiento, en 1738, en esta última ciudad
como médico privado y como profesor de medicina
en su universidad (1741).
Además de realizar expediciones botánicas a Laponia por cuenta de la Academia
de Ciencias de Uppsala, Linneo amplió sus estudios de medicina en los Países
Bajos, y recorrió otros países europeos, como Gran Bretaña y Francia. Fue
catedrático de botánica en la Universidad de Uppsala (1742).
Considerado el creador de la clasificación de los seres vivos o taxonomía, Linneo
desarrolló un sistema de nomenclatura binomial (1731) que se convertiría en
clásico, basado en la utilización de un primer término indicativo del género, escrito
en letras mayúsculas, y una segunda parte correspondiente al nombre específico
de la especie descrita, escrita en letra minúscula. Por otro lado, agrupó los géneros
en familias, las familias en clases, las clases en tipos (fila) y los tipos en reinos.
Con anterioridad a sus trabajos habían existido ya intentos de introducir cierto orden
en la aparente confusión que supone la ingente variedad de seres vivos. El primero
que trató de establecer una clasificación fue Joseph Pitton de Tournefort (1656-
1708) mediante la introducción de un sistema clasificatorio natural basado en la
«realidad objetiva de las especies, los géneros y las clases». Casi simultáneamente
John Ray redactó una obra monumental, Historia plantarum generalis (1686-1704),
en la que intentó distribuir de una manera racional las plantas y definir con precisión,
básicamente, la noción de especie a través del establecimiento de sus relaciones
con una comunidad de origen.
Los trabajos de Tournefort y Ray tuvieron continuidad en las investigaciones
iniciales de Carlos Linneo en el campo de la botánica, que se centraron en el estudio
de los estambres y los pistilos, y que le indujeron a pensar que podría introducir una
nueva y mejor clasificación de las plantas basada en el estudio de su aparato
reproductor (sistema sexual). Sin embargo, al tener en cuenta únicamente el
carácter de la flor, el sistema, incluso en opinión del propio autor, resultaba
demasiado artificial.

Vous aimerez peut-être aussi