CONCLUSION:

En consecuencia, la adicción al juego es inmoral, tanto en el caso de quien se deja arrastrar,

hasta caer en la adicción, como de quien la promueve para enriquecerse acosta de las
desgracias de otros. Además, es un mal que acecha con rapidez a la sociedad moderna.
Un mundo en donde el dinero es el fin primordial de la felicidad, induce a caer bajo esta
adicción. La ludopatía es un caso real, que nos apena mucho, pero no podemos tapar lo que es
y lo que nos rodea en esta sociedad que poco a poco cambia más. Queremos llegar a concluir
para todo aquel que nos lee, que a pesar de todo lo trágico que hemos podido leer, no
dejemos de lado nunca que todo puede suceder, y que tal vez este acontecimiento esté más
cerca de lo que nosotros podemos creer. Por eso debemos estar muy atentos a nuestro
vínculo más cercano ante todas las cosas que existe, nuestra familia. Estemos pendiente en
ellos, para no lamentar en un futuro los problemas que podrían ocurrir. Y así seguir
practicando esa armonía, que tanta falta nos hace hoy en día. Pero en especial, la
comunicación familiar que se ha perdido al pasar los años, por muchos factores sea cual sea.
Porque esa es la única forma, de que una familia sea feliz y se puedan valorar unos a otros.