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MÉXICO EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL: EL TELEGRAMA

ZIMMERMANN.
México en la Primera Guerra Mundial: El Telegrama Zimmermann. A cien años
del inicio de la Primera Guerra Mundial, vale la pena recordar un incidente de
gran importancia del que México fue protagonista relevante.

La Gran Guerra se desarrolló de 1914 a 1918 e involucró a las grandes potencias del
mundo, que se alinearon en dos bandos enfrentados: por un lado, los Aliados de la
Triple Entente, constituida por Francia, el Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda y el
Imperio Ruso y, por el otro, las Potencias Centrales de la Triple Alianza, coalición
integrada por los Imperios Alemán y Austrohúngaro, a la que posteriormente se unieron
Bulgaria y el Imperio Otomano.

El detonante fue el asesinato el 28 de junio de1914 en Sarajevo del archiduque


Francisco Fernando, heredero de la corona del Imperio Austrohúngaro y de su esposa, la
condesa Sofía Chotek, a manos de Gavrilo Princip, estudiante serbio miembro de la
facción terrorista Mano Negra —organización cuyo objetivo era la ruptura de las
relaciones de las provincias eslavas del sur y la creación de una Gran Serbia-. A raíz de
ello Austria declaró la guerra a Serbia y poco a poco fueron uniéndose más países al
conflicto: el Imperio Ruso se unió a Serbia, Alemania apoyó a Austria y, en total,
involucró a una treintena de naciones, entre ellas a Japón -que había firmado una
alianza con Gran Bretaña en 1902-, Rumanía, Grecia y Portugal, las cuales se
incorporaron dentro del bloque de la Triple Entente. Italia permaneció neutral hasta
mayo de 1915, cuando rompió su pacto con la Triple Alianza para satisfacer sus
aspiraciones territoriales y declaró la guerra a los Imperios Centrales.

En enero de 1917, el conflicto se encontraba en un punto muerto. Los ingleses sabían


que Europa sólo se salvaría si Estados Unidos intervenía, pero el presidente de dicho
país, Woodrow Wilson, se aferraba a su neutralidad y a sus esfuerzos por negociar la
paz. Pero, de pronto, el instrumento para empujar a los norteamericanos a entrar en la
conflagración llegó a una oficina inglesa. Uno de los miles de mensajes interceptados
por el equipo de decodificadores británico era un telegrama en clave de fecha 16 de
enero de Arthur Zimmermann, ministro de Asuntos Exteriores del Imperio Alemán,
dirigido a su embajador en Washington, Johann von Bernstorff, para que éste a su vez lo
enviara al representante germano en México, Heinrich von Eckardt, instruyéndolo a
acercarse al Gobierno mexicano con una propuesta para formar una alianza contra la
Unión Americana, en el caso de que esta última se involucrara en la guerra europea.

Conforme al libro de Barbara Tuchmann "El telegrama Zimmermann" y a la traducción


de Arturo Quirantes (1), el significado aproximado en español sería:

"(Telegrama) 130, (clave) 13042. Telegrama del ministerio de asuntos exteriores, 16 de


Enero: número 1. Alto secreto. A descifrar por usted mismo.
Tenemos la intención de comenzar la guerra submarina sin restricciones a partir del
primero de febrero. Se intentará, no obstante, que los Estados Unidos se mantengan
neutrales. Para el caso de que no sea posible lograrlo, ofrecemos a Méjico una alianza
sobre las siguientes bases: guerra conjunta, tratado de paz conjunto, generosa ayuda
financiera y acuerdo por nuestra parte de que Méjico podrá reconquistar los territorios
de Tejas, Nuevo Méjico y Arizona perdidos en el pasado. Dejo los detalles a su
excelencia. Sírvase usted comunicar lo anteriormente dicho al presidente, en el más
absoluto secreto, tan pronto como la declaración de guerra contra Estados Unidos sea
algo seguro, y sugiérale que invite inmediatamente, por iniciativa propia, a Japón para
unirse y que haga de intermediario entre nosotros y Japón. Sírvase advertir al presidente
que el uso despiadado de nuestros submarinos ofrece ahora la perspectiva de que
Inglaterra sea forzada a la paz en pocos meses.

Acuse recibo. Zimmermann. Fin del telegrama."

El mensaje sugería que nuestro país se uniera a la causa germana y lanzara un ataque
militar contra su vecino del norte. Para este fin, Alemania se comprometía a prestar
asistencia financiera y armamentística a México para que recuperase por la fuerza los
territorios perdidos en la Guerra de Intervención estadounidense de1846-1848,
equivalentes al 51% del total de su extensión. Para todo ello era fundamental que pasara
un tiempo que permitiera a México organizarse lo suficiente, por lo que era
indispensable que el contenido del telegrama permaneciera en secreto.

Sin embargo, el mensaje fue interceptado y descifrado por los criptógrafos Nigel de
Grey y William Montgomery de la unidad de la Inteligencia Naval Británica conocida
como "Habitación 40" (Room 40), lo que puso en un dilema al gobierno inglés, que
quería exponer a su contraparte estadounidense su contenido incriminatorio si bien
temía que si lo daba a conocer, los jefes del espionaje alemán advertirían que su código
había sido roto y lo modificarían de inmediato pero que, si no lo hacía, perdería una
oportunidad única para que Estados Unidos considerara unirse a la guerra, lo que en su
opinión inclinaría la balanza hacia el lado de los aliados.

Finalmente, el Gobierno inglés estimó que con el propósito de evitar las sospechas
estadounidenses y al tratarse de un envío entre dos países neutrales, la embajada
alemana en Washington remitiría el mensaje a su embajada en la Ciudad de México por
conducto del sistema telegráfico comercial. Por tanto, los agentes británicos pensaban
que, de obtenerse, podrían transmitirlo al gobierno de Estados Unidos bajo la excusa de
que había sido conseguido por el espionaje británico en nuestro país, ocultando el
verdadero origen del descubrimiento.

Londres contactó a un agente en México, conocido sólo como el Señor H, quien obtuvo
una copia. Para suerte de los agentes británicos, el documento había sido remitido
utilizando un código que podía ser descifrado en su totalidad, presumiblemente debido a
que la embajada alemana en la capital mexicana no tenía los códigos secretos más
nuevos o porque no se consideró que los británicos pudieran interceptar un telegrama
germano en Estados Unidos. La misiva fue entregada por el almirante William Hall al
Ministro de Relaciones Exteriores británico, Arthur James Balfour, quien a su vez la
hizo llegar al Presidente Woodrow Wilson por conducto de Walter Page, embajador
estadounidense en Londres,

El 1 de marzo el Gobierno de Washington publicó en la prensa el contenido íntegro del


telegrama. La reacción inicial del público estadounidense fue creer que se trataba de un
ardid británico para llevarlos a la guerra en el bando aliado. Sin embargo, en cuanto se
le convenció de que el telegrama era real, se hizo inevitable que Estados Unidos entrara
en la conflagración. El Presidente Wilson respondió a esta manifestación de hostilidad
hacia su país solicitándole al Congreso que se armaran las naves a manera de defensa
frente a potenciales ataques de submarinos alemanes. Unos cuantos días después, el 2 de
abril, solicitó al Congreso declararle la guerra a Alemania, lo que sucedió el día 6.

Por su parte, al poco tiempo de recibir el telegrama, el presidente Venustiano Carranza


comisionó un consejo militar para verificar la validez del proyecto propuesto por el
Imperio Alemán; la conclusión, como era de esperarse para una época tan turbulenta,
confirmaba que el resultado de una ofensiva mexicana para recuperar sus antiguos
territorios sería desastroso, ya que traería graves consecuencias políticas y sociales y
eventualmente conduciría a un nuevo conflicto con Estados Unidos. Además, la Gran
Guerra seguía desarrollándose en Europa, donde Alemania luchaba en dos flancos y se
enfrentaba al bloqueo naval de la Royal Navy británica, por lo cual parecía casi
imposible que el Imperio estuviera en condiciones de proveer armas en cantidad
suficiente para las graves hostilidades que con toda seguridad se avecinarían en suelo
mexicano.

Adicionalmente, el Gobierno de Carranza estaba más preocupado por la Expedición


Punitiva al mando del General John J. Pershing para capturar a Pancho Villa y por el
hecho de que ni siquiera podía asegurar su pleno control sobre el territorio mexicano, lo
que hacía riesgoso embarcarse en una guerra exterior. Considerando todos los factores
adversos, el 14 de abril el primer mandatario mexicano declinó la oferta de Arthur
Zimmermann, cuando Estados Unidos ya había entrado a la Gran Guerra y retirado a
sus tropas de suelo nacional (2).

Algunos estudiosos han manifestado que la intención de los alemanes consistía más
bien en evitar la entrada de Estados Unidos en la contienda, mediante un ataque
mexicano que sirviera como distracción al gobierno de Wilson y lo disuadiera de ayudar
a la Triple Entente. Sin embargo, fue evidente que Zimmermann carecía de datos serios
sobre las verdaderas fuerzas bélicas de cada uno de los países vecinos, así como de las
delicadas relaciones existentes tras la ocupación estadounidense de Veracruz de 1914 y
los efectos de la Revolución en la estabilidad política de México.

En virtud de que submarinos germanos habían atacado previamente naves de la Unión


Americana cerca de las islas británicas, puede considerarse que el telegrama no fue una
causa determinante para su entrada en el conflicto; sin embargo, desempeñó un papel
crítico al cambiar la opinión pública estadounidense frente a las intenciones del Imperio
Alemán.

El Telegrama Zimmermann contribuyó a truncar los planes de neutralidad de Woodrow


Wilson y a declararle la guerra a Alemania y a sus aliados, produciéndose justamente
aquello que el Ministro alemán deseaba evitar: la entrada de Estados Unidos en el
conflicto europeo y el soplo de aire fresco para un aliado como el Reino Unido, que
caminaba hacia el colapso por la falta de suministros, lo que condujo, por último, al
inicio de la profunda transformación del mapa de Europa y al establecimiento de un
nuevo equilibrio político mundial (3).

(1) El Telegrama Zimmermann: El documento secreto que cambió el curso de la


Primera Guerra Mundial, TUCHMAN, Barbara W.,RBA Libros, 2010
(2) Una de las causas por las que Pershing retiró sus fuerzas de México fue la inminente
entrada de Estados Unidos a la Primera Guerra Mundial, ya que no deseaban tener dos
frentes de batalla y que surgiera una posible alianza entre México y los Poderes
Centrales europeos.
(3) Cuatro imperios se derrumbaron, transformando el mapa de Europa, rediseñado por
los tratados de paz de 1919-1920, conocidos como La Paz de París:
o el Imperio Zarista se transformó en la Rusia comunista (más tarde la URSS),
o el Imperio Otomano se disolvió y quedó reducido a Turquía (península de Anatolia y
Constantinopla),
o el Imperio Austrohúngaro desapareció y dio lugar a cuatro nuevos Estados: en su
lugar surgieron Austria, Checoslovaquia, Hungría y Yugoslavia como países
independientes,
o el Imperio Alemán, si bien conservó tal denominación, se convirtió en la República de
Weimar (1919- 1933), que gobernaría sobre una Alemania mermada territorial y
económicamente por el pago de las reparaciones de guerra.

http://www.internacionales.pri.org.mx/TemasdeInteres/TemaInteres.aspx?y=2681

febrero 2015

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