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DESARROLLO PERSONAL y SOCIAL EN LA EDAD ADULTA

INTERMEDIA
Es el período de edad comprendido desde los 40 hasta los 60 años.
La mayoría de la gente acepta los cambios en sus capacidades reproductoras y
sexuales - menopausia y período crítico masculino- y en la disminución de la
agilidad al caminar, pero suele haber alguna angustia por la disminución del
atractivo físico.
1. CAMBIOS FÍSICOS
Desde la temprana edad adulta hasta los años intermedios, en general suceden
cambios biológicos tan gradualmente, que con dificultad se perciben hasta que
un día, un hombre de 45 años, se da cuenta que no puede leer sin lentes, o una
mujer de 55 años admite que no es tan rápida como solía realizar sus actividades
domésticas.
El funcionamiento físico y la salud son usualmente buenos en estos años, a
pesar de que no están en el nivel máximo del de la edad adulta intermedia.
a. Los cambios físicos incluyen:
 Habilidad disminuida para bombear sangre.
 Funcionamiento disminuido de los riñones.
 Secreción disminuida de enzimas en el tracto gastrointestinal, que
llevan a la indigestión y al estreñimiento.
 Debilitamiento del diafragma.
 Ensanchamiento de la glándula prostática en el hombre lo que causa a
menudo problemas de vesícula y problemas sexuales.
b. Problemas de salud:
Las enfermedades más comunes de la edad intermedia son:
 El asma
 La bronquitis
 La diabetes
 Los desórdenes nerviosos y mentales (irritación o depresión)
 La artritis
 El reumatismo
 Deterioros de la vista y el oído
 Enfermedades de los sistemas circulatorio, digestivo y genito-urinario.
2. DESARROLLO COGNITIVO
(Palacios, 1999). Señala, que el desarrollo durante la adultez y la vejez está
caracterizado por procesos de cambio, pero también con importantes elementos
de continuidad. Estos elementos de cambio y de continuidad están implicados
en el desarrollo cognitivo (pensamiento pos formal, conocimiento experto y
sabiduría).
En apariencia el desarrollo cognitivo no es uniformen en la edad adulta madura,
ya que implica pérdidas y ganancias en diferentes habilidades y en diferentes
épocas.
a. Características Distintivas de la Cognación adulta
(Según Fierro (1999), p.581.).
 Es relativamente estable y coherente en su comportamiento, aunque
también capaz de cambio adaptativo.
 Es diferente de otras personas como resultado de un proceso de
desarrollo diferenciador generado con los años y con la experiencia,
proceso que acaba por configurarle como persona singular y única,
aunque no rara o excéntrica.
 Es capaz de tomar decisiones razonables relevantes para sí mismo en
condiciones de incertidumbre.
 Se adapta a las situaciones, a las circunstancias, a la vez que actúa para
adaptarse a sus propias necesidades.
 Es capaz de afrontar los acontecimientos adversos que le afectan y las
situaciones complejas que se le presentan.
 Sabe discernir cuándo está indefenso, a merced de fuerzas externas, y
cuándo no lo está, cuándo tiene, al menos en parte, bajo su control las
circunstancias de su vida.
 Desarrolla patrones de comportamiento en curso abierto de acción y no
en ciclos repetitivos, cerrados sobre sí mismos y auto perpetuados.
 Gracias a lo cual es capaz de cuidar de sí mismo, de gestionar su propia
experiencia de vida en orden a hacerla satisfactoria al máximo.

3. DESARROLLO SOCIAL EN EDAD INTERMEDIA


Todos los cambios que se producen en la edad adulta nos indican que los
aspectos sociales son la clave de la madurez. Ya veíamos cómo a nivel cognitivo
el sujeto, durante esta etapa, necesita volcarse en la sociedad, ayudar a sus hijos
y poner las bases de la estructura social.
Se potencializan las relaciones familiares y, sobre todo, las relaciones íntimas
entre los esposos.
Los aspectos del desarrollo de la vida adulta intermedia son: La Familia
(paternidad-maternidad, Matrimonio, Divorcio, Relaciones con los padres, los
abuelos, el ámbito laboral y las Relaciones Sociales.
Es una etapa de la vida en la que la socialización es básica, ya que el sujeto
pasa de una existencia sin responsabilidades a formar una Familia, con todo lo
que ello supone, además de unas exigencias de horario de trabajo debidas a su
nueva actividad laboral. Este es un cambio espectacular de obligaciones y
deberes, tanto en la planificación de su futuro, como en la estructura de una
nueva vida. Todo esto implica un giro en su estatus social y, por supuesto, en
sus relaciones sociales y comportamientos. Todos los cambios que se producen
en la edad adulta nos indican que los aspectos sociales son la clave de la
madurez.
Lo que especialmente marca el cambio de vida del sujeto, no es tanto la edad,
sino la época y la sociedad en la que le ha tocado vivir. El sujeto irá actuando en
cada momento según las exigencias que determinan los roles y estatus sobre
los que va pasando. Además, cada momento socio-histórico tiene sus normas y
tareas.
Todos estos aspectos originan gran variabilidad entre los sujetos. Por otra parte,
la presión ambiental está formada por aquellos estímulos que recibe el sujeto y
ponen en movimiento su conducta. Para que el sujeto se encuentre cómodo es
necesario que equilibre sus habilidades con las necesidades del entorno.
Algunos autores consideran que, entre la edad adulta temprana y la media, se
da un período de transición o crisis, en el cual el sujeto se replantea su vida. Esto
coincide con un pequeño declive físico, con la pérdida de los padres, la
adolescencia de los hijos, la crisis matrimonial e, incluso, posibles cambios de
trabajo. Otros autores consideran que estas crisis se producen sólo en aquellos
sujetos con inestabilidad psicológica y con determinadas tendencias
neuroticistas desde la adolescencia. La edad adulta media es una etapa de gran
producción intelectual y creativa y de autorrealización. Durante este momento se
educa a los hijos y se les prepara para la vida adulta. El adulto se encuentra
satisfecho de su vida profesional y de su relación familiar, dado que al tener los
hijos mayores, la pareja se puede dedicar más a sí misma, a la vez que se van
aceptando los cambios fisiológicos y se incorpora la problemática de los padres
ancianos con toda su repercusión.
La persona adulta en su vida social, también se comunica con otros grupos
sociales, a conectarse con su medio, compartir triunfos; tiene relaciones
profesionales, pertenece a asociaciones culturales, deportivas, intelectuales o
religiosas. Es el momento de las grandes relaciones de amistad. Se potencian
las relaciones familiares y, sobre todo, las relaciones íntimas entre los esposos.
4. CRISIS DE LA MITAD DE LA VIDA
Esta crisis es una ocasión para redefinir y reorientar la personalidad, un rito de
pasaje entre la adolescencia y primera juventud y nuestra inevitable cita con la
vejez y con la muerte. Vivir este paso con conciencia le da mas sentido a la vida;
vivirlo sin conciencia hace que uno permanezca prisionero de la infancia, por
muy exitoso que sea en lo exterior.
El paso por la edad media de la vida representa una oportunidad maravillosa,
aunque penosa, para revisar nuestro sentido de ser.
El desarrollo personal depende de la propia capacidad de internalizar y de
hacerse responsable; se necesita de conciencia y de coraje.
Jung, hablando del trabajo de crecimiento personal afirma:
"la obra consiste en tres partes: darse cuenta, resistencia y acción. La psicología
se necesita sólo en la primera parte, en la segunda y en la tercera partes la
fortaleza moral es quien tiene el rol predominante"
La invitación de este paso por la edad media de la vida es hacerse consciente,
es aceptar la responsabilidad de lo que queda de vida.
a. La Personalidad Provisional
Cualquiera que sea la realidad, estará, hasta cierto punto, moldeada por los
lentes al nacer, genético, familiar, cultural, que nos hacen mirar la vida y
contemplar la realidad desde esos puntos de vista, pero no desde otros.
El primer paso para hacer que el paso por la edad media de la vida sea
significativo es reconocer la parcialidad de los lentes que hemos usado,
provenientes de la familia, y de la cultura. Estos lentes generaron una vida
condicional que representa, no quienes realmente somos, sino cómo fuimos
condicionados parar ver la vida y hacer nuestras elecciones. Creemos que la
manera como hemos aprendido a ver el mundo es la única manera de verlo, la
manera correcta, y poco sospechamos de la naturaleza condicionada de nuestra
percepción. Vamos conformando así una personalidad provisional, que consiste
en una serie de estrategias elegidas por el niño pequeño para manejar y controlar
la angustia existencial y autoprotegerse.
El sentido de la crisis de la edad media de la vida proviene, especialmente, del
dolor de la separación entre el ser interior y la personalidad adquirida o
provisional. La disparidad entre el sentimiento de ser y la personalidad
provisional se hace tan profunda, que ya no s e puede más suprimirla o
compensarla. La persona sigue funcionando con las antiguas actitudes y
estrategias, pero ya no son efectivas. Entonces, los síntomas de malestar de la
crisis de la edad media son, no sólo la expresión de la existencia de un ser interior
que está más debajo de la personalidad adquirida, sino que también son un
imperativo poderoso para la renovación.
Este paso ocurre cuando choca la personalidad adquirida con las demandas del
Self (ego; personalidad, individualidad). Hay una urgencia a morir al viejo ser
para que pueda nacer uno nuevo. No es una muerte final, es un pasaje que nos
ayuda a adquirir nuestro potencial y nos permite obtener la vitalidad y la sabiduría
de un envejecimiento maduro. Este paso representa finalmente una urgencia
interna de moverse desde la vida provisional a la verdadera madurez, desde el
falso self a la autenticidad.
b. La Llegada De La Mitad De La Vida
Empieza con una presión interna, como un movimiento tectónico que termina en
temblor o terremoto. Las capas de la personalidad chocan, los síntomas se
hacen presentes: depresión, adicciones, infidelidades, cambios repentinos de
trabajo, etc...Son síntomas autorreguladores del trabajo psíquico.
Jung, afirmaba que la neurosis debe ser entendida, en último término, como el
sufrimiento de un alma que no ha aún descubierto su significado". El sufrimiento
existe, nuestro deber es encontrar su sentido.
Se puede decir que al sufrir la presión tectónica de la psique uno puede no
descubrir el sentido último de la vida, pero uno está obligado a encontrar el
significado del conflicto, esa colisión de selfs que se da en la edad media de la
vida. De esta muerte-renacimiento, surge una nueva vida. Uno es invitado a
volver a ganarse la propia vida, a vivirla más conscientemente, a luchar por sacar
significado de la miseria.
La crisis de la mitad de la vida se da:
En episodios de la vida que nos hacen forzosamente tomar conciencia
(enfermedad grave, viudez, separaciones, etc.)
Cuando la persona se ve forzada a mirar su vida más que como una sucesión
lineal de años, donde los hechos se suceden y llevan a un fin que está por verse.
En el momento del a toma de conciencia se introduce una línea vertical, Kairos,
y ese momento de la vida se percibe en una perspectiva de profundidad. Por lo
tanto, la crisis de la edad media de la vida, no es necesariamente un hecho
cronológico que debe darse entre tales y tales años, es más bien un Kairos. Dos
formas de medir el tiempo: Chornos: el tiempo lineal, secuencial; Kairos: el
tiempo que se revela en su dimensión más profunda, en el momento preciso, en
el lugar preciso.
Cuando la persona se ve obligada a preguntarse nuevamente por el sentido, por
la propia identidad, ¿quién soy yo además de mi historia y de los roles que he
realizado?
Cuando la persona es urgida a dar respuesta a hechos que hasta ese momento
han sido obviados o negados.
El paso por la crisis puede empezar aun a los 20 años, pero son pequeños
sucesos que dejamos pasar, a los que no les prestamos atención porque es
demasiado lo que tenemos que hacer, lograr, construir, desafiar, vencer.
Quedan, esos sucesos, inmersos en el inconsciente. Pero en el momento de la
toma de conciencia, en la segunda mitad de la vida, es un verdadero crimen
permanecer en la inconsciencia.
c. Síntomas Y Experiencias Que Ocurren En Esta Etapa De La Vida
Se dan, no son un trabajo del Ego. Representan el movimiento imparable de la
vida hacia la totalidad, un proceso teleológico.
Un nuevo tipo de pensamiento: En la infancia, y hasta mas o menos los diez
años, predomina el pensamiento mágico, el niño es el centro del universo, existe
aún una confusión entre el mundo externo, objetivo y el mundo interno lleno de
deseos. Los deseos son posibilidades, más aún probabilidades, y su proyección
a futuro, implica hacer realidad los sueños menos realizables.. Luego, en la
adolescencia predomina el pensamiento heroico, tiene mayor realismo, pero
mantiene una gran esperanza, y una gran capacidad de proyección de lo
desconocido a través de fantasías de grandeza y logros. Sirve para atrevernos
a salir de casa e introducirnos en la vida. En la mitad de la vida, después de
haber experimentado la caída de las proyecciones, de las esperanzas y
expectativas y de haber sufrido las limitaciones del talento personal, de la
inteligencia y del coraje, ya no se puede seguir manteniendo ninguno de los dos
tipos de pensamientos anteriores, y surge entonces, el pensamiento realista. La
vida nos llama a consider rla desde una nueva perspectiva y nos enseña la
diferencia entre esperanza y conocimiento, y sabiduría. La esperanza se basa
en lo que podría ser. El conocimiento es la valiosa lección de la experiencia. La
sabiduría es siempre humilde, nunca prepotente. Este tipo de pensamiento tiene
como objetivo reubicar a la persona en una relación humilde, pero digna, con el
universo.
Hay 4 grandes pasos en la vida, cada uno con el poder de definir la identidad:
 La primera identidad: infancia, se caracteriza principalmente por la
dependencia del ego del mundo real de los padres, dependencia física y
psicológica. Antiguamente esta etapa duraba hasta la pubertad y ahí
existían los ritos de iniciación que ayudaban al niño a separarse de sus
padres, a aprender la sabiduría de la tribu, a adquirir destrezas
necesarias en la vida adulta y a encontrar el sentido de la existencia.
Actualmente todo eso se ha perdido y la sociedad occidental ya no ayuda
en nada a los púberes a asumir el rol de adultos, ni da guías, ni
conocimiento, ni sabiduría. El eje central es la relación padres-hijo-
 La segunda identidad comienza en la pubertad: hay labilidad del ego
y confusión espiritual al no recibir las guías necesarias para la transición.
El principal objetivo de esta etapa es solidificar el ego para así poder
separarse de los padres, entrar a un mundo más basto y luchar por la
sobrevivencia y la realización de deseos. Este período comienza en la
pubertad y dura hasta alrededor de los 40 años, es la primera adultez,
que también se puede prolongar toda la vida. Esta es una existencia
provisional, al cual le falta la profundidad y unicidad que hace que la
persona sea realmente individuo. El eje central se encuentra entre el ego
y el mundo.
 La tercera fase de identidad: la segunda adultez parte cuando nuestras
proyecciones se han disuelto. El sentimiento de traición, de expectativas
fracasadas, el vacío y la pérdida de sentido que ocurren con la disolución
de proyecciones, crean la crisis de la edad media de la vida. Sin embargo,
es en esta crisis donde uno tiene la posibilidad de llegar a ser un
individuo-que traspasa el determinismo de los padres, los complejos
parentales y el condicionamiento cultural. El eje conecta el ego con el Self
(pro positividad del organismo)
 La cuarta identidad es la mortalidad, que implica aprender a vivir con
el misterio de la muerte. El eje central es el Self y Dios, o Self.Cosmos.
Si no tenemos alguna relación con el cosmos, con la realidad cósmica
misteriosa que trasciende la individualidad, nos constreñimos a vivir una
vida intrascendente, superficial y árida.
d. Retirada De Las Proyecciones
Las discrepancias entre las esperanzas silenciosas y la realidad cotidiana, causa
un gran dolor durante la crisis de la mitad de la vida. Cuando las proyecciones
se desvanecen y cuando ya no se puede negar más la insatisfacción por como
uno está usando la energía vital, entonces uno está en la crisis de la mitad de la
vida.
Cambios en el cuerpo y en la percepción del tiempo
Durante la primera adultez, el cuerpo es considerado imbatible, que nos
acompaña siempre, cualquiera sea el requerimiento que le hagamos. En la
segunda mitad de la vida este mismo cuerpo, ya no responde y nos enfrenta a la
realidad de nuestros límites. Algo similar ocurre con la percepción del tiempo.
Éramos inmortales, hacíamos proyecciones a largo plazo, contábamos con la
vida por delante para realizar nuestros deseos, anhelos y esperanzas. La
percepción cambia brutalmente, somos mortales, existe un límite y además
nunca podremos lograr todo eso en lo que hemos soñado. Es un sentimiento de
límites e incompleta.
La disminución de la esperanza:
Al enfrentarnos realísticamente con la vida, las esperanzas que poblaban el
mundo infantil y adolescente empiezan a decrecer y todos, sin excepción nos
encontramos con límites, con pérdidas y con la muerte. Nuestra esperanza de la
vida sin límites, de la inmortalidad y de lo todopoderoso termina.
Una segunda disminución de la esperanza es el encuentro con las limitaciones
de las relaciones interpersonales. Nuestra fantasía infantil-adolescente era que
nosotros sí haríamos una elección perfecta, que no cometeríamos errores al
relacionarnos, y que ese otro, nos protegería, nos entendería, respondería a
nuestras necesidades, y nos cuidaría. Ahora nos encontramos con que es una
persona ordinaria, igual que nosotros, que también tiene necesidades, y que
proyecta casi las mismas expectativas en nosotros. No hay nadie, ahí afuera que
se pueda hacer cargo de nosotros, que nos cuide y que nos salve o nos sane de
nuestras heridas. Sí, existe una persona muy delicada en nuestro interior que
está lista y deseosa de ser nuestra compañera constante.

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