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Conferencia de Pino Solanas en la Facultad de Física y Matemáticas de Córdoba

5-6-07

Pino: bueno, buenas tardes. Mis disculpas por este retrazo. Mi querido amigo, Sergio Tagle...
algo le pasó, porque quedó en pasarme a buscar 6 menos 20, y él es el culpable de este
extraordinario... esta extraordinaria recepción, así que le estoy infinitamente agradecido a
Sergio, y a todos los muchachos y autoridades de esta casa, que me permiten este privilegio
de poder conversar o aportar nuestros puntos de vista en vísperas del estreno de esta última
película mía, Argentina Latente, que intenta correr el injusto velo, el olvido, a uno de los
patrimonios más ricos que desarrolló la Argentina a lo largo de su historia. Ese patrimonio
consiste en lo que fueron aportando miles de artesanos y técnicos, miles de ingenieros de
todas las especialidades, y miles de científicos, investigadores, biólogos, médicos, técnicos,
físicos, matemáticos, etc. etc. etc.

Lo más curioso del caso es que a mi se me ocurrió hacer esto al constatar el vacío informativo
que había sobre esta materia. En otros países es orgullo nacional, es una fiesta nacional,
celebrar los logros espectaculares de su tecnología y de su ciencia.

Andando por los caminos de la patria descubrí que modestos ciudadanos, incluso funcionarios,
y profesionales, no tenían ninguna idea de quién había construido ese puente espectacular, o
aquella represa hidroeléctrica: ¿quién la concibió? ¿quién la ideó? ¿quién estuvo al frente de
su construcción? ¿Y estos aviones, que parece que eran buenos? No estoy hablando de hace
muchísimos años... Hace muy poco tiempo, a comienzos de los años ’90, el avión de
entrenamiento Pampa compitió en 2 licitaciones internacionales con los mejores aviones del
mundo. No encontré a nadie que supiera quién había concebido y dirigido todo eso, como
tampoco en otras disciplinas de la ciencia.

Lo más escandaloso es que hace dos o tres meses, se inauguró en Australia otra “tontería”
Argentina... un reactor de alta sofisticación, un reactor nuclear para investigaciones científicas.
Es decir, es un súper reactor, mucho más sofisticado y refinado que cualquiera de los simples
reactores de generación eléctrica. Allí trabajaron durante 4 años 80 u 90 ingenieros y físicos
nucleares argentinos. Ese reactor fue ganado por licitación a las mejores y mayores empresas
de construcción atómica del mundo. La General Atomic de Estados Unidos, la Siemens, la otra
empresa francesa que construye submarinos nucleares, etcétera, etcétera. Nadie sabía
quiénes lo habían construido.

Entonces, no solamente es un dato menor... es un dato escandaloso. Es un hecho que debe


provocarnos dolor de hasta qué punto el sistema informativo de vaciamiento cultural y
comunicacional argentino ha producido semejante agujero, semejante olvido. Argentina tendría
que haber celebrado como una fiesta nacional la inauguración de este reactor argentino en
Australia. No nos hubiera extrañado, pensándolo bien, que hubieran partido varios charters con
cientos de argentinos, y que el canal público de televisión hubiera transmitido en cadena la
inauguración. Fue una noticia más, como si producir semejante complejidad fuera un tema
menor y cotidiano.

En consecuencia, esta película hace de esa certidumbre, de esa injusticia, y también del hecho
que buena parte de los argentinos sienten que somos un país pobre, que no tenemos nada
porque lo perdimos todo, y que no tenemos capacidades para la ciencia y la técnica. Lo que si
todos recuerdan es que miles de argentinos profesionales e investigadores han venido
abandonando el país, quebrando familias, porque claro, el país no tiene destino para los
jóvenes investigadores, para los jóvenes que tienen vocaciones científicas.

Bueno, la respuesta es obvia, Argentina es uno de los territorios y naciones más ricas del
mundo. No encontré nadie que supiera que Argentina es la sexta reserva metalífera del
planeta. No es solo uno de los 5 países exportadores de granos... es la 6ta reserva de metales.
Por supuesto, todas estas noticias están bien silenciadas, hay que buscarlas con lupa en los
diarios.

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País riquísimo, que produce una gran riqueza, que se va al extranjero, que no nos queda nada
de esta riqueza aún hoy, y por supuesto las empresas de servicios públicos que fueron
privatizadas así como el petróleo y el gas, sigue estando en manos extranjeras, porque no hay
decisión contraria. Pero casi todos los bienes públicos fueron dados en concesión, y las
concesiones tienen un límite de tiempo, y pueden ser revocadas por no cumplimiento de las
cláusulas contractuales, ¿me entienden?

Tal es el caso del petróleo. Las corporaciones petroleras estaban obligadas a perforar nuevos
pozos para reponer las reservas que se iban chupando. Esto no lo hicieron, y ningún gobierno
fue capaz de obligarlas a cumplir con la ley. ¿Me entienden? Porque todo tiene razones.
Cuando no hay razones y el sistema mediático no da razón a ninguno de los hechos, ni explica
las causas, terminamos creyendo que este es un país maldito. Acá hemos vivido con gobiernos
que han permitido basurear los compromisos contraídos con la nación, y por supuesto con la
Constitución también. Más de la mitad de las concesiones petroleras violan la ley nacional de
hidrocarburos 17.319, que está en vigencia. Esta ley dice que ningún concesionario puede
tener más de 5 áreas de explotación. Repsol tiene 60 y tantas, Petrobras 28, Pluspetrol 14 o
15... los años ’90 dejaron un racimo de complicidades con el saqueo de los recursos naturales
del país. Esto no ha sido revertido, mal que le pese a muchos compañeros y muchos amigos
cuyas esperanzas son mayores y les impide ver hechos de la realidad.

Yo no he perdido las esperanzas, pero soy testigo de 50 de la vida política nacional, y he


constatado a lo largo de este medio siglo una tendencia, yo no diría cualidad, diría una
limitación de los espíritus argentinos que con mucha facilidad depositan toda su fe y esperanza,
apasionada, militante, y le cuesta mucho ver el desvío, o la simple traición, de los puntos de
partida.

Miren, yo tenía 20 años y fui testigo de la gran campaña por “Frondizi Presidente” para impedir
el continuismo del golpe gorila... Recordemos que la revolución libertadora a los pocos meses
se pasó a fusil a 15 o 20 argentinos... incluso se dio el abuso de fusilar a dos dignos generales
en la prisión de presos comunes: la Penitenciaría de Buenos Aires. Venía de bombardear la
Plaza de Mayo un mediodía, 16 de junio del 55. Entonces, en aquellos años de oposición a ese
régimen que había confinado a 4000 dirigentes sindicales y sociales en Ushuaia, y otras tantas
en la Patagonia, llegó Frondizi con un proyecto de nacionalismo económico y de acabar con las
leyes del régimen gorila. Pero a los 45 días, lejos de hacer esto, ascendía a general de ejército
a Aramburu, y almirante a Rojas. Y se ponía a negociar contratos, cesiones y concesiones
petroleras. En aquel momento, tenía 23 años, yo era secretario privado del que era presidente
de Gas del Estado, un verdadero talento, un ingeniero argentino, que en el año ’46 fue
nombrado presidente, el primer presidente de Gas del Estado, y que le dice a Perón “General,
yo me hago responsable de traer el gas desde Comodoro Rivadavia a Buenos Aires. Será el
gasoducto más grande o más largo del mundo. Yo me hago responsable de esto.” –“¿y cómo
lo financiamos?” le pregunta Perón... “Lo vamos a financiar con lo que produce la empresa.”

En el año 48 se inauguraba el gasoducto más grande del mundo, ese ingeniero era Julio D.
Canessa, que se había formado en la YPF de los Generales Mosconi y Baldrich, en los años
’20. Uno que hacía de la ética, de la defensa de la ética pública, de la ética de la nación,
bandera mayor. Te discutía hasta el precio de una silla cuando hubo que comprar sillas. Bueno,
la YPF de Mosconi no entregaba un lápiz nuevo si no le devolvías el cabo del lápiz usado. El
patrimonio público, el capital de la sociedad, es más sagrado que el capital individual. Estos
conceptos estaban entonces. Bueno, yo fui testigo de cómo se traicionaron las esperanzas del
año ’58, como Frondizi fue para otro lado, y 8 meses después estaba Álvaro Alzogaray como
ministro de economía y por supuesto “nos tiraron desde el balcón”... y con Canessa nos fuimos
a casa. Desde entonces estuve yo ligado al tema de la energía. Eso hizo que en los años ’90
cuando fui elegido diputado nacional o aún antes, cuando se empezó a rumorear en el ’90 que
venía la privatización de YPF, fui de los primeros que salió a atacar a Menem por la
privatización de YPF. “No, no van a privatizar nada”, decían los compañeros. “¿cómo se te
ocurre que van a vender YPF?”, “Van a privatizar algunas empresas burocráticas”; “No seas
ansioso, dejá que tome tiempo”. Lo llamaban el tigre de los llanos... pero en verdad no era
“Tigre” sino la Comadreja de los llanos, por su capacidad destructiva. “Pero lo que está
haciendo es táctico”. Pero yo no podía aceptar la Reforma del Estado. La aceptaron todos los
dirigentes, que deberían ser juzgados por traidores a la patria: el Congreso le delegaba al

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Poder Ejecutivo, contra lo que dice la Constitución Nacional, la facultad de vender todo el
patrimonio público, sin balance ni inventario. No existe en la historia nacional un abuso
semejante.

Y a 2 meses de asumir Menem, toda la dirigencia, y los compañeros más combativos, decían
“es un juego táctico”, “no es tan así”, “dejá el tiempo”. Bueno, igual pasó con Alfonsín. Cuando
en abril del ’85, en plaza de Mayo, mandó a su militancia a casa, porque entrábamos en la
economía de guerra. Y caía el plan económico de Grinspun, gran ministro de economía que
cuestionaba la deuda externa que había dejado la dictadura, porque era una canallada, una
estaba monumental: de esos 42.000 millones de deuda externa, 26.000 era deuda privada, de
la cual no había constancia en ningún banco, ni en el Banco Central. Había sido la estafa de la
bicicleta financiera... las empresas se hacían dar créditos en el extranjero, sacaban el dinero,
entraba al país y volvía como aval de nuevos créditos... eso está contado en la película
Memoria del Saqueo. Esa deuda privada la reconoce el gobierno de Alfonsín en el año ’85,
cuando Machinea... el “joven y brillante” Machinea... se hace cargo del Banco Central y por
primera vez reconoce la deuda externa, otorgando pagarés del Banco Central, ya que no había
ni un registro de la existencia de esa deuda. Por supuesto, también se le dijo a las militancias
“estos son juegos tácticos, tené confianza, hay que apoyar al gobierno, la crisis siempre es muy
honda...” El principal argumento fue siempre “estamos en una crisis monumental”... Ese fue el
principal argumento del plan Prebisch en el ’56, fue el principal argumento de Frondizi, en el
’58... Grinspun fue despedido por Alfonsín, y vino Sourrille con el plan Austral. Y dos años
después vinieron las leyes de impunidad al terrorismo de estado. Y con Menem pasó otro tanto.

En consecuencia, queridos amigos, y veo muchos jóvenes, que es lo que más me interesa, hay
un conjunto de principios y de normas fundantes de una nación democrática, porque puede
haber proyectos de otro signo, en el marco de una Nación que retoma las tradiciones
latinoamericanistas y emancipadoras de la causa de Mayo, de San Martín, de Bolívar, de
Artigas, de estas tradiciones, hay un conjunto de principios fundantes, donde sea quien sea el
que viene y no los respeta, hay que decirle No. Lo que no significa negar todas las cosas
buenas que de pronto ese gobernante pudo estar haciendo.

Yo estoy diciendo que después de tantos años he sido testigo, en estos 50 años, testigo activo,
de esta porción de la historia Argentina. Vacúnense contra las pasiones desenfrenadas que
impiden ver la violación de algunos de esos principios fundantes de un país democrático e
independiente. En el año ’89 se votó la ley de Reforma del Estado, y en el ’90 se empezó a
vender todo. Y en el ’91 estaban todos tan desarmados que fueron testigos mudos de la gran
estafa de la privatización de las dos primeras empresas del país: YPF y Gas del Estado. En el
Congreso votaron diputados “truchos”, salió en los diarios. Se pusieron recursos de amparo,
pero como lo primero que hizo Menem fue privatizar los medios de comunicación, tras pacto
con los grupos mediáticos, a los que les dijo: “apoyen mi plan privatista y les entrego el canal
por casi nada”. También Menem multiplicó los jueces de la Corte Suprema, con jueces amigos,
y multiplicó las cámaras federales. En consecuencia, toda denuncia contra los graves delitos
federales que se cometieron, eran encajonadas.

Y vuelvo a esto: ¿qué es esto? Córdoba: la madre de la industria metalmecánica Argentina.


Desde ésta Córdoba surgió el polo industrial, tecnológico y científico que habría de desarrollar
las industrias nacionales de punta, pioneras de esta epopeya. Fue el brigadier de la Colina con
la Fábrica Militar de Aviones, que en 1930, construye con diseño propio el primer prototipo
diseñado y fabricado enteramente en el país. En el año 45 al 47 construirían 200 aviones de
entrenamiento, el DL, y ahí le toca el turno al ingeniero Brigadier Juan Ignacio San Martín, que
despieza el avión ya construido “DL” y le dice a Perón “yo voy a intentar construirlos en
Córdoba, hacen falta 200... pero déjeme intentarlo”. No se podían importar aviones de
entrenamiento, acababa la guerra, nadie te vendía un avión. Entonces desarmó el avión, y en
un gran hangar colocó todas las piezas. Llamó a los 300 talleristas y pequeños industriales de
córdoba, y les dijo “señores, tengo que construir 200 aviones, ¿quién se anima?”. Bueno, fue
un día entero de deliberaciones y recorridas, y después se construyeron los 200 aviones.

Nadie puede imaginarse cómo fue posible que un año después, en esa fábrica estaba saliendo
el primer avión a reacción del hemisferio sur, el Pulqui 1. Octavo país en el mundo. ¡Con qué
velocidad! Hoy nos cuesta creer que en el año ’50 Argentina había construido un caza

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bombardeo que competía en calidades con el mejor avión norteamericano, y el mejor avión
ruso. El “Sabre 86” y el “Mig 15”: era el Pulqui 2. Por supuesto los odios y las presiones
internacionales han sido tan grandes para impedir el desarrollo nacional, que en el año ’56
cuando hubo que comprar aviones de combate, la famosa revolución libertadora compró los
“Gloster Meteor” ingleses, infinitamente inferiores al Pulqui 2. Ese dinero que tendría que haber
alimentado la fábrica, para construir 24 o 36 aviones, fue a parar a los ingleses.

Alguno se preguntará “¿pero tan importante es la fábrica militar de aviones?”. Bueno, las
industrias de armamentos en la Argentina tenían como fin servir a la defensa nacional, sobre
todo cuando nacía un gran proyecto nacional que aspiraba a ayudar a la patria grande,
independizarse de los poderes económicos. Mirándolo desde adentro, estos proyectos
permitieron la acumulación de una masa de materia gris descomunal. En la fábrica militar de
aviones trabajaban 10.000 técnicos e ingenieros de todas las especialidades... desde la
metalurgia a combustibles, electrónica, aleaciones, etcétera etcétera. Bueno, este gran canalla
de Menem terminó de romper el plan aeronáutico argentino, entregando gratis al primer
consorcio armamentista del mundo, la Lockheed-Martin, la fábrica. Es más: le pagamos
nosotros a ellos para que mantengan nuestros aviones. Lo cuenta muy bien en la película el
comodoro Alfredo Aguirre que está acá con ustedes. Esto se entregó a cambio de nada. Se le
entregaron incluso las patentes de todos los aviones nacionales a la Lockheed-Martin. Yo le
pregunto, “pero, ¿el Pampa es de la Lockheed-Martin?”... “sí, sí”. ¿Hasta qué punto este
gigantesco traidor a la patria que hoy es Senador de la Nación, -y que me avergüenza hasta el
vómito- hasta qué punto ese Congreso, ese Senado, es una cloaca nacional?

Pero no fue solamente eso, sino que al proyecto Embraer, proyecto Brasilero, lo abandonó.
Voy a hacer historia: Argentina aventajaba a Brasil, no solamente en petróleo, sino también en
aviación. Le sacaba muchos cuerpos de ventaja. Cuando Argentina había construido el Pulqui
en el 50, y el Pampa en los años 80, los brasileros habían llegado con un avioncito turbo hélice
que se llamaba Tucano. Y Brasil le propone a Argentina producir un avión de pasajeros
conjuntamente. Es el llamado proyecto Embraer. El gobierno de Alfonsín entra, y hace un
aporte de 40-50 millones de dólares. Construyen un primer prototipo del Embraer y no es
satisfactorio. Hay que hacer una nueva inversión para continuar. Hay que colocar otros 50
millones de dólares. Menem dice “no, no vamos a gastar tanta plata”. Pagó su avión
presidencial “Tango 1” 58 millones de dólares. Hoy la fábrica Embraer es líder mundial en
fabricación de aviones de pasajeros, hasta 120 pasajeros. Encontrás aviones Embraer en la
compañía Alitalia, en la Lufthansa, en la compañía Suiza, en Copa, en Continental, y en 20 o
30 compañías internacionales más. El proyecto Embraer le da a Brasil más beneficio que toda
la exportación del café.

Lo que vivimos en los años ’90 fue la destrucción de las potencialidades industriales y científico
técnicas argentinas. Es la época que Cavallo manda a los científicos a lavar platos. Que un
súper ministro de economía diga eso, debería ser una conmoción nacional, porque es de una
ignorancia que no tiene nombre. La comunidad internacional está entrando en la sociedad del
conocimiento, donde el recurso científico técnico es el más buscado, y los señores Menem y
Cavallo, sin ninguna inocencia o ignorancia, argumentaban de que era más barato importar
ciencia y tecnología. Claro, esto era funcional a retrotraer al país primario, solo productor de
materias primas, para agonía de la industria nacional. Piensen que en la aventura neoliberal,
promovida por planes minuciosamente estudiados por el Banco Mundial y el Fondo Monetario,
termina en la catástrofe del 2001, donde el 80% de las grandes empresas argentinas pasaron a
manos extranjeras.

¿Cuál es la importancia de esto? Miren... cuando una empresa es extranjera, no produce


tecnología en el país. La importa, ¿entienden? La tiene hecha y la trae. Las automotrices
internacionales no son industria nacional, son armadoras nacionales. Producen algunas partes
de sus repuestos, pero la inteligencia y la ingeniería, no es nacional. Esto es gravísimo. ¿Por
qué? Porque la masa de miles y decenas de miles de científicos, ingenieros e investigadores,
los tiraron a la basura, o les dijeron “hagan las valijas y váyanse. No hay trabajo para
ustedes”...

Algún despistado, malintencionado o estúpido puede creer que se defienden las empresas del
Estado por nacionalismo o posición ideológica. Las empresas del Estado son los bastiones de

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la tecnología nacional. Junto a cientos de pequeñas y medianas empresas y fábricas
subsidiarias aseguraban investigación genuina nacional. Le encargaban a técnicos e ingenieros
argentinos la producción de piezas, máquinas, herramientas, y complejos industriales. Cuando
esto se acaba, el destino que le queda a un país, es decirle a sus hijos “chicos, el país está
maldito, hagan las valijas y váyanse, no hay trabajo, no hay desarrollo de la ciencia y la
tecnología”. En los años ’90, junto a otros éxodos por los maltratos, persecuciones al sector
científico-técnico, bajos presupuestos, se produjo una de las mayores fugas de cerebros
argentinos hacia fuera. Hoy 50.000 profesionales e investigadores de lo mejor del país, están
trabajando en el extranjero. Lo cual representa una desinversión colosal, porque todo eso nos
ha costado muchísimo dinero producirlo, ¿no? Y se lo regalamos a los del norte, sin que les
haya costado nada.
En consecuencia, el compromiso de desarrollar industria tiene que ver con la necesidad de
reasegurar trabajo genuino en todas las especialidades, para que el país alcance grados de
independencia y soberanía nacional. Las empresas del Estado eran el motor de la tecnología
nacional. YPF, Gas del Estado, los 37 talleres-fábrica ferroviarios donde se fabricaban
locomotoras diesel a vapor y todo tipo de vagones, y esos 37 talleres fábrica, al mismo tiempo,
estaban alimentados por cientos de pequeñas fábricas.

Bueno, en consecuencia hemos vivido en los años ’90 un plan minuciosamente estudiado de
desindustrialización del país... y cuando digo minuciosamente estudiado, está en el discurso y
las posiciones del Departamento de Estado, años ’70, y de Henry Kissinger, y la comisión de la
Trilateral, formada por Estados Unidos, Europa y Japón, planteaban en sus documentos, que
era necesario para el mejor desarrollo del mundo de ellos, desindustrializar Chile y Argentina,
para que fueran países proveedores de materias primas y alimentos, y que el polo industrial del
cono sur debía ser Brasil. Eso está en los documentos de la Trilateral, y en los planteos de
Henry Kissinger para América Latina.

En consecuencia, en los años ’90 sufrimos la aplicación rigurosa de estos planes, a través de
una camada de dirigentes aventureros que hicieron de la traición al voto popular su
metodología de la acción política. No me voy a referir a las cuestiones menores, las
corruptelas, los mordiscos de aquí, los mordiscos de allá... me estoy refiriendo en este
momento a grandes cosas. Quebraron la Argentina en sus grandes estructuras estratégicas,
pero esto no quiere decir que se haya perdido todo. Bastaría un simple decreto, para tirar abajo
los 3 decretos que firmó Menem para privatizar y desregular la actividad petrolera en Argentina.
No sé si nos entendemos. Yo se lo dije al presidente cuando lo visité con Hebe de Bonafini.
“Presidente, no la hagamos tan complicada... con un decreto, usted baja los 3 decretos
desreguladores de Menem, que fueron un atentado a 82 años de política de Estado
consensuada entre todas las fuerzas del país”.

Ustedes saben que el petróleo se descubre en 1907. Gobierna el conservador Figueroa


Alcorta, que al saber que hay petróleo dice “todo eso le pertenece ahora a la nación”. Desde
entonces hasta Menem, pasando por gobiernos de todas las fuerzas políticas y militares, todos
acataron esa gran política de Estado, que decía “el combustible es un servicio público, los
hidrocarburos son un bien estratégico y no renovable”. A lo que nosotros le agregamos: la
energía es un bien social, y un derecho humano. Pero esto puede recuperarse con voluntad
política.

¿Qué tiene que ver esto con la ciencia y la técnica? Dirán ustedes... Miren... en los años ’70,
los laboratorios de YPF en Florencio Varela, eran tan avanzados, que le vendían a Francia y a
Italia catalizadores para sacarle el plomo a las naftas. YPF fue la primera petrolera estatal de
occidente. Desde 1923, allí se desarrollaron investigaciones extraordinarias, y había ingeniería
en petróleo. Cuando llega Menem, en la facultad de ingeniería de Buenos Aires se suprime la
ingeniería en petróleo, la ingeniería naval, la ingeniería ferroviaria, y la ingeniería vial. Se
impone el modelo que viene pujando desde la famosa “Alianza para el Progreso”, de destruir el
tren y reemplazarlo por el automotor. ¿Me entiende? Es la época del gobierno de Frondizi y
Álvaro Alsogaray, ministro de economía: es el desembarco de las multinacionales del
automotor en la Argentina desde los años ’60. Modelo que emparenta a las constructoras
automotrices con las corporaciones petroleras, y con la construcción de autopistas,
destruyendo el más extraordinario, moderno y eficaz sistema de transporte, que en todas las
naciones sigue siendo el ferrocarril. El ferrocarril llega a cualquier punto, aunque haya una

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semana de nieve o de lluvia. No así el transporte automotor. Ustedes saben que al destruir el
ferrocarril, de 42.000 kilómetros de vías, pasamos a 8000; 800 pueblos se convirtieron en
fantasmas, porque el tren ya no pasaba por sus estaciones. Quedaron incomunicados y se
produjo un extraordinario éxodo, una catástrofe social. Cerca de un millón de argentinos
emigraron hacia las ciudades. De estos hechos, tampoco hay mucha información. Quizás en
los últimos años a partir de la catástrofe del 2001, 2002, empezaron a surgir unos estudios
sociales antropológicos económicos. Porque las universidades también fueron arrastradas a la
fiesta irresponsable y colonizadora del modelo neo-liberal. Estas ingenierías fueron
reemplazadas por ingenierías de administración o de gestión. Proporcionar técnicos de
servicios. Proporcionar ingenieros de mantenimiento, no ingenieros para crear, inventar, idear y
fabricar lo que el país necesita. Muy bien decían acá los muchachos: lo primero que tiene que
saber una universidad es para qué forma profesionales. ¿Para qué? ¿Para quién los forma? Y
en consecuencia, ¿cómo debe formarlos?

La fiesta neo-liberal convirtió a nuestras universidades en fábricas de profesionales para las


naciones desarrolladas. Inadmisible. Esto debe ser denunciado y reemplazado por otra
concepción. Ya lo decía el ingeniero Juan Maggi... que nadie lo recuerda y fue un verdadero
talento de la ingeniería nacional. Maggi fue el primer presidente de Agua y Energía, empresa
creada en el ’47, y que tiene como misión empezar a desarrollar los proyectos de las usinas
hidroeléctricas del país. Luego sería Secretario de Transporte en el ’51, y hace un plan integral
de transformación de los ferrocarriles nacionales. Maggi decía “lo primero que hay que saber
es para qué formamos ingenieros: ¿para que se vayan al extranjero y hagan su mejor carrera
individual? ¿O por el contrario, formamos ingenieros que lo primero que tienen que saber es
que los formamos para el desarrollo y la defensa económica, científica y técnica del país?” Una
Nación que está en desarrollo y que acosada por otros países que no quieren que se
desarrolle, y que no le venden esto, y lo chicanean en lo otro. Reitero: ¿Para qué formamos
profesionales? Hay que formar profesionales para la defensa y desarrollo del país. Lo cual
requiere que ese profesional conozca bien las necesidades del país. Por supuesto en aquel
momento había un plan estratégico nacional. Porque nadie puede formar ingenieros si no
especificamos el “para qué”, y el “para qué”, en cualquier país, es lo que se llama el Proyecto
Nacional, un proyecto estratégico nacional cuyas líneas generales están consensuadas con las
principales fuerzas políticas del país. Porque usted no desarrolla un plan o una industria en 4
años. Argentina tuvo un proyecto estratégico, en los años 40-50... y desde aquel entonces, el
país navega sin proyecto estratégico. ¿Qué quiere decir esto? ¿Cuál es el perfil de la Argentina
en el mundo? ¿Qué tenemos los argentinos? ¿En qué somos fuertes o en qué podemos ser
fuertes? ¿Cuáles son nuestros recursos naturales? ¿Cuáles son nuestras capacidades
científico técnicas? Por lo tanto, en este mundo tan competitivo, ¿cuáles son las cuñas que
puede meter Argentina? ¿Qué le podemos vender al mundo? Convengamos en que si
vendemos solo soja, carne petróleo y oro, acá no hay destino para nadie. Está claro. Ya lo
vimos. Por lo tanto, el destino de cualquier país grande es encontrar un perfil. Hay países
pequeñitos, con muy poquitos millones de habitantes, eh. Finlandia. Buena parte de ustedes a
lo mejor tiene un teléfono que se llama Nokia. Esto es finlandés. Es número 1, o comparte el
número 1 con alguna americana en la fabricación de teléfonos, y en telefonía mundial.
Encontró el nicho. Eso le significa la absorción de cientos o miles de técnicos ingenieros de
electrónica, para poder competir con la continua evolución que tiene este tipo de aparatología.

Argentina no tiene un proyecto estratégico. En mi película Argentina Latente, funcionarios de


primer orden en Argentina lo dicen. Enrique Martínez, presidente del Instituto Nacional de
Tecnología Industrial lo dice en la película “yo no tengo directiva alguna”. “¿Pero cómo
trabajan?”. “En función de lo que nos piden”. Cuatro mil técnicos e ingenieros en 40 y tantas
especialidades industriales trabajan en el INTI, para ayudar a desarrollar tecnología nacional.
Es la función del INTI, y no tiene directivas: ¿qué hacemos? ¿Construimos un ómnibus,
construimos trenes? ¿Qué podemos hacer? Lamentable. Desperdicio absoluto de miles de
capacidades.

Por el contrario, ¿qué tiene la Argentina como recurso? Acabo de decir que la Argentina es uno
de los países más ricos en recursos naturales, y que nos basta para tener absoluta
independencia económica, si esos recursos naturales estuvieran al servicio del bienestar de la
nación, es decir, si fueran nacionales... Bolivia, el país más pobre y débil del continente, acaba
de demostrar que se puede. Llega el primer presidente indio de América Latina y da una gran

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lección a la “ilustrada” democracia liberal latinoamericana, porque en los años ’90, todas esas
democracias, una tras otra, fueron un ejemplo de entreguismo, corrupción, y traición al
mandato popular. Carlos Salinas de Gortari, procesado y prófugo por todos los delitos en las
privatizaciones mejicanas, y que terminó su mandato mandando a asesinar al candidato Coloso
que le iba a suceder PRI. Carlos Andrés Pérez, expresión de una oligarquía Venezolana que se
fumó los recursos de la petrolera más importante de América, y terminó reprimiendo en el
“Caracazo” con 4000 muertos.

Todos burlaron el mandato. Brasil... la red Globo en 6 meses inventó un presidente de un


monigote aventurero: Collor de Melo. Y Carlos Menem. Yo lamento que Cavallo haya nacido
por acá. No es la única provincia con males. Mendoza dio a Dromi, el teórico de las
privatizaciones, y a Manzano, que no se resiste a caer y detenta buena parte del sistema
comunicacional argentino.

Bueno, entonces, decía que Evo Morales le dio una lección a América. ¿Cuál lección? Yo no
voy a decir que hay que premiarlo porque es honesto, porque es un deber ser honesto, pero
hay que destacar que es el único presidente latinoamericano que ha cumplido con la palabra
empeñada a sus votantes. Y en 6 meses de tiempo dijo “no vamos a imponer esto por la
fuerza, vamos a nacionalizar el petróleo y el gas con los más amables y elegantes modales,
dentro de la constitución y la democracia”. Después de 6 meses, ninguna empresa se fue,
como chantajeaban los medios de comunicación, y Bolivia no cayó en el caos, y del 18% que
recibía Bolivia, hoy recibe el 82%, y de 200 millones de dólares que recibía antes, hoy Bolivia
saca 1600 millones.

¿Por qué digo esto? Digo esto porque si Bolivia pudo, qué fácil y simple le sería a la Argentina,
que además tiene toda la legislación para hacerlo. Menciono solo una: La Ley de Emergencia
Económica, que se renueva todos los años. El país está lejos de estar en emergencia
económica, con el 8,5% de crecimiento anual, y con 40.000 millones de dólares en el Banco
Central. Sin embargo, la renuevan porque les permite tener mayor margen de gobierno en
ciertos frentes. Con esa ley, si lo necesitás “te pasás a degüello a todo”. Illia, Arturo Illia, un
honorabilísimo y digno presidente, asumió y a los pocos meses cumplió, y pasó a degüello los
contratos petroleros que había firmado Frondizi. ¿Pasó algo? No, no pasó nada. Porque esto
es común en el mundo de las negociaciones de las concesiones petroleras.

Volviendo un poco a la Argentina y los temas de mi película, yo he querido salir a contar,


recordar, hacer memoria contra el olvido, que la Argentina en el pasado pudo hacer cosas
extraordinarias, y que hoy las sigue haciendo, buena parte de ellas. Y si no hace otras, no es
porque no estén las capacidades, sino porque no hay decisión política. La Fábrica Nacional de
Aviones se puede recuperar con un simple decreto. Porque se renueva todos los años el
contrato.

Hoy la Argentina fabrica barcos de 60.000 toneladas en los Astilleros Río Santiago. ¿Dónde
están los Astilleros Río Santiago? Están en el puerto de La Plata. Es una gran fábrica de
fábricas. Allí se puede construir cualquier exótica maquinaria que se necesite para cualquier
uso. Allí se construyeron las turbinas de Yacyretá, la mayor represa hidroeléctrica de la
Argentina. Se construyeron parte importante de la usina de Embalse. Pueden construir un
motor de 20 metros de largo para colocar en un barco. Y se construyen, se construyeron,
barcos de alta sofisticación, como las corvetas misilísticas.

Esas potencialidades las tiene la Argentina. Por supuesto tenemos una industria de petróleo y
gas hiper desarrollada, aunque esté en manos privadas. Tenemos algo extraordinario que es
todo el dominio del ciclo nuclear. Esto lo revela esta película. Por primera vez la cámara se
mete y recorre todo el ciclo de la energía nuclear en la Argentina.

Enrique Gaviola, uno de los primeros grandes físicos que dio la Argentina, fue uno de los
iniciadores de la escuela físico-matemática en la universidad de La Plata, años ’20. Uno que
termina su doctorado junto a la generación de la física cuántica en Alemania, en los años ‘20, y
que lo trae a Albert Einstein a La Plata. De ese núcleo extraordinario surge una generación de
físicos con mil voltios de revolución, muchachos. Que no le tenían miedo a nada. Son los que
va a ser el núcleo fundante de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Entre ellos está José

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Balseiro, un extraordinario físico que se empeña en realizar las ideas de Gaviola, que trabajó
en el Observatorio Astronómico de Córdoba, y fundó esta Facultad, entre tantas de las otras
múltiples actividades científicas que promovió.

Balseiro se propone realizar algunas de las ideas de Gaviola. ¿Cuáles eran esas ideas? Vamos
a crear un instituto superior de física donde bequemos a los mejores alumnos de física
matemática del país, y los concentramos en un campus, en el centro atómico y los becamos.
Los alumnos, además de formarse, debían seguir con sus profesores, las investigaciones que
ellos estaban realizando en el centro atómico. El sueño del pibe. Con sus propios profesores,
seguirlos en sus investigaciones. Pero Balseiro también planteaba otra posición que venía de
Gaviola, que es el desarrollo de un sentido ético en el investigador científico, la
responsabilidad social del científico. La sociedad ha puesto mucho en él, a través de las
universidades, para formarlo, por lo tanto, el científico, entre otros compromisos, tiene que
devolverle a la sociedad un acto de gratitud para con el país que lo ha formado. Fíjense qué
curioso. A los egresados del Balseiro se los quieren contratar rápido cuando egresan. Van por
el doctorado a los diferentes centros atómicos del mundo, realizan una experiencia de un par
de años, y la inmensa mayoría de ellos, a pesar de ofrecimientos de sueldos importantes, ha
regresado al país. Se les ha inculcado y tienen un gran amor al país.

Voy a recordar una anécdota que es muy significativa, porque ese sentido de patriotismo
estaba más allá de las culturas políticas. Argentina es un país cosmopolita y plural. Yo soy
autor de la cláusula de cultura que está en la Constitución Nacional, reforma del ’94, que dice
que hay que proteger la identidad y pluralidad cultural. La Argentina se formó con múltiples
aportes culturales y migratorios. Argentina es Mitre y Sarmiento, y del otro lado, los caudillos
que fueron degollados por estos. Argentina es el ejército masacrador de Roca, o el ejército
aristocratizante y oligárquico de Uriburu, pero Argentina también es el ejército nacional de
Perón, que desarrolla toda la gran industria Argentina y buena parte de lo que hemos estado
hablando. Argentina es el ejército vergonzoso y vendepatria de Carlos Maria de Alvear y de
Rondeau. Recordemos 1815: derrota de Napoleón en Waterloo, vuelven las monarquías, es la
restauración monárquica en Europa, la Santa Alianza. Vuelve Fernando 7mo; una expedición
española toma Cartagena y Caracas, Bolívar está en retirada, y San Martín queda aislado y sin
recursos, como gobernador de Cuyo. ¿Qué dice Alvear? Que “estas provincias aspiran a
pertenecer a Gran Bretaña, obedecer sus leyes, acatar su mandato...” eso dice Alvear, el
compañero de San Martín, en su llegada a Buenos Aires en el mismo barco en 1811.

Pero, Argentina es Belgrano y San Martín. Frente a semejante traición, el ejército del Norte y el
ejército de los Andes, desacatan el mandato de Alvear, y se insurreccionan, y cae Alvear.
Argentina es esa totalidad. Compréndase esto como una invitación a defender la unidad
nacional, lo cual no significa defender el remate la Nación.

Iba a recordar a Bernardo Houssay. Ustedes saben de que fue un antiperonista furioso, del
sector aristocratizante argentino, y fue también un gran talento, primer premio Nóbel en
fisiología, padre de la escuela fisiológica Argentina, hombre de un rigor espectacular, que
trabajó con modestísimos medios. Voy a contar esta anécdota porque hay que levantarle un
monumento a Houssay, no solamente por científico se lo merece, sino de gratitud a un gran
patriota. Cuando sacó el premio Nóbel, tuvo ofertas millonarias para irse a trabajar afuera. No
quiso: “yo estudié y me formé aquí, y no voy a abandonar a mis alumnos”... ¿me entienden
chicos? Uno de sus alumnos privilegiados, el Dr. Charreau, bioquímico, es invitado a la
Universidad de Harvard, a dar un seminario. En su estancia, le ofrecen quedarse como su
profesor. Charreau le escribe a Houssay, y le dice “estoy tentado de quedarme... le adelanto
que mis planes son quedarme...”. Houssay le escribe una carta y le dice “mi querido Charreau,
sus padres han hecho mucho por usted, sus profesores han hecho mucho por usted, yo hice
mucho por usted, en consecuencia, le doy un mes para que haga las valijas y se vuelva a
casa”. Y Charreau se volvió a casa. Houssay es también un grande, porque invirtió muchas
horas de su tiempo haciendo amansadoras en la casa de gobierno, para que le llevaran el
apunte. Tenía la obsesión de crear un organismo para promover la carrera del investigador
científico. Hasta ese entonces, el investigador científico no era una carrera, había que
investigar después de hora, y bancarse sus investigaciones. Houssay impone el
reconocimiento de la carrera del investigador científico con dedicación exclusiva, y nace el

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CONICET. Hoy hay 12.000 becarios del CONICET, trabajando en todo tipo de investigaciones
de todas las disciplinas. Eso se le debe a Houssay.

Por eso digo que el país es todo esto, y tengamos las ideas políticas que tengamos, hay algo
superior que es el amor a la Patria. El amor a la Nación. La defensa del interés nacional, la
defensa de los valores democráticos y éticos, y esto es obviamente lo que debemos impulsar.

Nuestra película “Argentina Latente”, le rinde homenaje a Córdoba, porque acá recordamos no
solamente la industria automotriz a través del testimonio del Ingeniero Francisco San Martín,
que falleció, y yo lo pude filmar en el 2002 o 2003, en el Museo de la Industria. Hemos estado
en Las Varillas, filmando la reconstrucción de una fábrica de maquinaria agrícola que hoy es
pionera. De fábrica quebrada pasó a ser pionera en el mercado interno y ser una de las
principales exportadoras... pero acá también funciona el Instituto Aeronáutico Universitario,
donde hay 6000 o 7000 muchachos y chicas que estudian carreras que tienen que ver con la
ingeniería aeronáutica. Argentina fue el 4to país del mundo, desde Córdoba, en colocar un ser
vivo en la atmósfera y traerlo a tierra. Año ’70 o ’71 el monito Juan que murió en el zoológico.
Es decir, teníamos un desarrollo en cohetería y combustibles, extraordinario.

Y acá en Córdoba está la “Estación Terrena Córdoba”. No es una excentricidad, pertenece a la


Comisión Nacional de Actividades Espaciales, que preside una eminencia científica Argentina
que casi nadie lo conoce. Al menos en la capital federal no hay nadie que lo conozca, ningún
cronista que sabe que existe.

Este señor es Conrado Franco Varotto, egresado del Balseiro, y alumno del gran Jorge Sábato,
un físico nuclear que a él se debe el nacimiento de la ciencia de la metalurgia en la Argentina,
la modificación de los metales en su estructura molecular. ¿Por qué es grande Conrado
Varotto? Tenía 35 años cuando le encomendaron enriquecer uranio. Nadie le quería dar
bibliografía, nada de información en los años 70-80 en la Argentina. Vendíamos reactores
nucleares con uranio enriquecido y no podíamos enriquecer uranio ni teníamos quien nos lo
vendiera. ¿Me entienden?

Don Franco Varotto, le pregunté “¿cómo hizo para hacer esto?”. En 15 meses encontró el
camino y logró enriquecer Uranio. ¿Saben lo que me dijo? Me dijo una cosa extraordinaria, y
está en esta película. “El éxito de mi misión es que tuve unos pibes extraordinarios”. “Unos
pibes extraordinarios, no le entiendo, Varotto”... “Mire, el más viejo era yo. Tenía 35 años.
Todos los que me rodeaban, que eran decenas, eran todos chicos. Por supuesto,
profesionales, egresados de las universidades. Todos muy, muy jóvenes”. Y dice, “por algún
milagro del supremo, los chicos que salen de nuestras universidades son de un talento creativo
extraordinario... las universidades tienen muchos problemas, ya lo sabemos, pero no se puede
hacer ciencia si no es con talento y creatividad, y los chicos argentinos la tienen”. Varotto dice
que son como anguilas que se meten por cualquier recoveco y encuentran la vuelta. A nada le
dicen que no se puede. Si no va por acá, va por acá, o va por acá. Y dice otra idea
extraordinaria, que debería asimilar tanto tecnócrata, o tantas concepciones tecnocráticas que
sufrieron las universidades, al estar trasladando modelos tecnológicos y científicos
extranjeros... Varotto dice “para hacer grandes cosas en ciencia, no se necesita tener un país
perfectamente estructurado, equilibrado y realizado, como tantas veces hemos escuchado”.
Aquello de “como en Estados Unidos o Francia”. No se necesita nada de eso. Por cierto que se
necesita un mínimo de orientación, un piso mínimo que asegure el desarrollo de los proyectos,
pero lo esencial, dice Varotto “es tener creatividad. Y los pibes argentinos tienen una
creatividad extraordinaria”. Varotto además es grande porque asimilando las ideas de Jorge
Sábato, que decía “no nos podemos quedar solo en las ciencias duras”, tenemos que
transformar esta capacidad científica en capacidad operativa, en tecnología. Y hace 30 años, a
iniciativa de Conrado Franco Varotto, fundaron la empresa estrella que tiene la Argentina, que
se llama INVAP, creada por la Comisión Nacional de Energía Atómica en asociación con la
provincia de Río Negro. Con sede en Bariloche, es la empresa pública que viene demostrando
que con objetivos claros y buena administración, es un ejemplo de eficiencia, y de rentabilidad
porque ganan muchísimo dinero. ¿Qué hace INVAP? INVAP fue la encargada de construir
todos los prototipos de reactores de investigación científica que Argentina ha instalado ya en 5
países. El último en Australia. Venciendo a las empresas líderes como les dije. INVAP también
es quien fabrica satélites de última generación, y construye un satélite por encargo de la

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NASA, y construye satélites para un proyecto conjunto con Italia, que serán satélites de última
generación a radar para prevenir por primera vez las catástrofes climáticas, inundaciones,
incendios, etcétera. Estos satélites tienen la misión de observar la tierra, y fotografiarla. El
satélite argentino que cada 90 minutos pasa por nuestro territorio y que de la estación de
Córdoba en Falda del Carmen se monitorea su paso no es un satélite a radar, entonces
muchas veces por la nubosidad y tantos otros factores o de noche, no pueden sacar
fotografías. No obstante las imágenes que manda a la tierra permiten identificar objetos de 1,80
mts. de distancia.

Vale una anécdota cuando nos visitó el presidente Chino hace 2 años, le regalaron una carpeta
con las fotografías de China de 48 horas antes. Todo eso se hace acá. Pero la nueva
generación de satélites a radar saca fotografías de noche, de día, con nubes, sin nubes.
Bueno, todas esas cosas se están hoy produciendo en la Argentina.

Bueno, el corolario en todo esto, es que Argentina no solamente es un país muy rico en
materias primas, sino de un potencial científico muy grande. Voy a terminar recordando uno de
los grandes conflictos que sigue presente y que ha signado la historia Argentina. Es el conflicto
entre “se puede” o “no se puede”. ¿Será posible hacer esto? No, no es posible. Desde los
albores de la Patria, hubo quienes decían que era imposible enfrentar a los ingleses. La 2da
invasión trajo 11.000 hombres profesionales, y Buenos Aires tenía solamente 20.000 hombres,
40.000 habitantes. La mitad eran hombres, y entre viejos y jóvenes, y chicos. Pero hubo un
puñado de locos con mucha dignidad y coraje, que trabajaron mucho y construyeron una fuerza
que junto a todo el pueblo de Buenos Aires expulsó a los ingleses. A pesar de todos los que
decían “nos van a matar a todos, los ingleses ahorcan o degüellan”, “no te metas”. Años
después. Otro loco dijo “hay que cruzar los Andes, vencer a los españoles en Chile, y de allí
por mar vencerlos en el corazón del imperio: Lima”. Dijeron que estaba loco. No se conoce en
la historia de las hazañas militares, que se haya atravesada una cordillera de esta altura con
5000 hombres, 7000 mulas y caballos, etcétera, etcétera, etcétera. “Esto es una locura, una
aventura absoluta. Nos van a pasar a todos a degüello”... decían... San Martín aislado, ¿qué
hizo? Convocó a todo el pueblo de Cuyo y dijo “estamos en peligro, una expedición española
de 10.000 hombres viene por nuestras cabezas, pero los vamos a enfrentar, y los vamos a
derrotar. Desde mañana, declaro emergencia para todos. Todos cobraremos la mitad de los
sueldos. La otra mitad vendrá para la construcción del ejército”. ¿Pero cómo un ejército, si
Mendoza era una aldea? Había algunos talleres, algunas zafras... ¿qué había en Mendoza?
Muy poco. ¿Me entienden lo que estoy diciendo? Frente a los “no se puede”, San Martín dijo
“¿cómo no se puede?”... Hay un viejo proverbio chino que dice “una hormiga nunca podrá
matar a un elefante, pero se lo puede comer. Todo es cuestión de tiempo”. Algunas cosas se
hacen rápidas, otras se hacen, pero en 3, 4 o 10 veces más de tiempo. El ejemplo de San
Martín, da nacimiento a la industria nacional: construye de la nada, todo su armamento,
cañones, munición, pólvora, sables, fusiles, en los talleres que inventa en Mendoza, con la
ayuda de un extraordinario personaje que es Fray Luis Beltrán, que tenía conocimientos en
química, fundiciones y estas cosas. San Martín demuestra que se puede, y San Martín antes
de cruzar los andes vuelve a convocar a su pueblo y le dice... “seamos libres, lo demás no
importa nada: si no tenemos vestimenta lo haremos con lo que nos tejan nuestras mujeres y
sino andaremos en pelotas como nuestros hermanos los indios”. La otra actitud grandiosa de
San Martín es que cuando el Director de Buenos Aires Rondeau, en el año 21, habiendo ya
vencido a los españoles en Chile, y en vísperas de su campaña al Perú, Rondeau le ordena
que venga con su ejército para disciplinar a los caudillos díscolos del litoral, y San Martín, que
es la cara del ejército democrático nacional anticolonialista emancipador, y que realiza su
campaña junto a negros, mulatos, indios y criollos, le contesta a Rondeau “jamás mi espada ni
mi ejército estará para reprimir a mis conciudadanos y hacer correr sangre Argentina...”

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