DINÁMICA “SI ERES LÍDER, ERES LUZ DEL MUNDO”

1. SIGNIFICADO DE LA DINÁMICA.

El líder está llamado a ser luz del mundo.

Nuestro compromiso es mantener nuestra luz encendida siempre para brindarla al prójimo:
nuestros esposos, esposas, hijos, hijas, hermanos, hermanas, padres, madres, familiares, amigos,
compañeros de trabajo o estudio, en fin, para todos los que nos rodean.

Nuestra tarea es ser luz e ir encendiendo esa luz en los demás. Procuremos entender el
significado de la luz en nuestras vidas.

La luz brilla en la oscuridad de este mundo. La luz es la Verdad sobre nuestra salvación y la Vida
que nos está reservada y que debemos buscar sin cesar y sobre cualquier otro interés, cosa,
actividad o persona. La luz es la Verdad sobre el amor de Dios por nosotros y sobre su Enviado,
Jesucristo. La luz es la Verdad contenida en el Evangelio.

La Luz es la Vida Eterna que Dios nos da, la Vida divina en nuestras almas. La luz es la Vida de
hijos de Dios que Él ha encendido en nuestras almas desde nuestro bautismo. Dios es nuestro
Padre desde el bautismo.

Esa luz brilla a través de nuestras obras ante los demás. Es la luz de nuestra vida de amor hacia el
prójimo en nuestras obras diarias.

Es también la Verdad sobre la derrota del pecado y del demonio gracias a la VICTORIA DE
CRISTO CON SU MUERTE EN LA CRUZ. Derrota que se verifica y se debe verificar en
nuestras vidas muriendo al pecado y viviendo la santidad día a día, cada vez más. Fuimos
liberados de las garras del demonio, de las manos del príncipe de este mundo, del Príncipe de las
Tinieblas.

LA LUZ ES CRISTO, QUIEN DIJO DE SÍ MISMO, «Yo soy la luz del mundo; el que me siga
no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.» (Jn 8, 12); y también: «todo
el que es de la verdad escucha mi voz» (Jn 18, 37).

EL NOS LLAMA AHORA. ¡¡No seamos sordos a su llamado!!

CON SU AMOR, CON SU PALABRA LLENA DE VERDAD, CON SU CUERPO Y SU

SANGRE, VIENE A ENCENDER NUESTRAS VIDAS CON EL FUEGO DEL ESPÍRITU
SANTO, CON EL FUEGO DE SU AMOR.
JESÚS, EL SEÑOR SE ACERCA AHORA, A CADA UNO DE NOSOTROS Y NOS DICE:

“Vosotros, pues, sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mt 5, 48).

Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un
monte. Ni tampoco se enciende una lámpara y la ponen debajo del celemín, sino sobre el
candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de
los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en
los cielos» (Mt 5, 13-16)

Que cada una de nuestras obras de cada día esté llena de la luz del evangelio, de la luz de Cristo.

Que nuestras obras sean luz para los demás. Que todo nuestro obrar sea perfecto para que
glorifique a Dios nuestro Padre. Que nuestras obras no contradigan la fe que anunciamos con
nuestros labios.

2. EJECUCIÓN DE LA DINÁMICA.

Se enciende o se trae un cirio encendido que represente a cristo (a semejanza del Cirio Pascual),
y se coloca en un lugar central delante de la asamblea.

Se acercan los participantes uno por uno, en dos filas. Se les entrega impreso el siguiente diálogo
y una vela apagada. Cuando llegan a donde está el Cirio encendido se les interroga a cada uno
por separado:

P. ¿Aceptas el llamado de Dios a ser líder cristiano?

R. Si, acepto.

Entonces, se le invita al participante a encender su vela del Cirio encendido. Una vez encendida
su vela, se le interroga:

P. ¿Eres líder cristiano?

R. “Soy líder cristiano. Soy luz del mundo. Brille la luz de Cristo, la luz del
evangelio, en mis buenas obras para glorificar a nuestro Padre Dios”.

A continuación, el participante vuelve a su lugar y permanece en él con su vela encendida.

Cuando todos han encendido su vela y retornado a su lugar, se invita a todos a repetir juntos el
lema:
(De ser posible el lema esté proyectado para que todos puedan leerlo juntos, al unísono, en voz
alta)

P. ¿Eres líder cristiano?

R. “Soy líder cristiano. Soy luz del mundo”.

3. EXPLICACIÓN.

Se explica como una pequeña luz en una habitación oscura y aun en un gran salón lleno de
oscuridad brilla, y atrae, y sirve de guía.

Se hace ver que si mi vela se apaga otro la puede encender, que debo encenderme del ejemplo de
los demás.

Se explica que yo puedo encender al que se le apagó la vela, con mi buen ejemplo.

Que yo puedo encender muchas velas como lo hizo Cristo.

Se explica cómo una luz puede encender todas las velas apagadas. Cristo iluminó al mundo
entero. Nosotros somos otros cristos. El Señor comparte con nosotros su misión. Si la aceptamos
y la llevamos a cabo, sucederá como en el salón; la luz se multiplicará y habrá más claridad, todo
se verá mejor. No hay comparación entre una sola vela encendida en un salón oscuro y el
resplandor de la luz de todas nuestras velas encendidas conjuntamente. BASTA UNA SOLA
PERSONA QUE VIVA AUTÉNTICAMENTE EL EVANGELIO PARA PRODUCIR UN GRAN
CAMBIO. Sucede como dijo el Señor: «¿A qué compararé el Reino de Dios? Es semejante a la
levadura que tomó una mujer y la metió en tres medidas de harina, hasta que fermentó todo» (Lc
13, 20-21).

Cuando enciendes la vela apagada de otro tu luz no pierde nada. “Compartir el fuego, entonces,
al enseñar, entrenar, cuidar, acompañar, capacitar, no implica perder combustible, correr peligro
de ser copiado, o tener menores posibilidades de crecimiento” (Andrea Truchi1). Eso significa
que al iluminar con tus buenas obras a los demás vas por el camino de la salvación propia; es
decir, estás haciendo lo necesario para salvarte; y al hacerlo, incluso sin darte cuenta, estás
ayudando a la salvación de los demás. No pierdes nada al brillar para otros y encender con tu
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encender-otra-vela-frase-de-james-keller-1900-1977sacerdote-consejero-espiritual-escritor-productor-de-radio-y-
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amor sus vidas apagadas para Dios; al contrario, habrá un beneficio doble: primero, al quedar
ellos encendidos con la luz de Cristo, su luz brillará también para ti; te iluminarán sus buenos
ejemplos, y quien sabe, algún día cuando tu luz se haya apagado, sea alguno de ellos quien ayude
encender la vida divina en tu alma; y, segundo, Dios que todo lo ve y todo lo sabe, no dejará de
premiar cada una de las obras buenas que hagas por amor a Él; es decir, que por una pequeña
obra de amor aquí en la tierra tendrás un premio de gloria en el cielo.

Y recuerden que nuestro compromiso debe ser constante, siempre; pues el destello, como la luz
de un flash de una cámara fotográfica, casi no sirve para iluminar el camino, al contrario, a veces
ciega. Nuestra luz si es constante iluminará nuestro propio camino y el de los demás. Aquí se
requiere constancia.