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Museología y museografía

PROYECTO AYUDA/INVESTIGACION

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CULTURA ARTÍSTICA
Colección dirigida por
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Museología y museografía YhuSe.
Luis Alonso Fernández

Ediciones ' del Serbal

FACUm r ' ~ . ~ HISTORIA


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Reimpresión 2013

© 1999, Luis Alonso Fernández


© 1999, incluida la presentación, Ediciones del Serbal
Francesc Tarrega 12 - 08027 Barcelona
serbal@edicionesdelserbal.com
http://www.edicionesdelserba l.com

Impreso en España
Depósito legal: B-49.617-2001
Diseño gráfico: Zimmerman Asociados
Impresión: Talleres gráficos Soler
ISBN: 978-84 -7628-276-2
Sumario

Prólogo 9
Preámbulo, por Peter Davis 11

l. MUSEOLOGÍA Y MUSEOGRAFÍA
l .Museo, museología y museografía 18
2.La museología y la museografía
en el tiempo y hora del museo 20
3.La nueva museología 25
4.El término, el concepto y la definición de «museo» 28
5.Museología y museografía: definición, objeto
y objetivos en un nuevo paradigma de acción 32
Notas al capítulo 1 36

2. MEMORIA, INTERPRETACIÓN Y RELATO.


PASADO Y EVOLUCIÓN DEL MUSEO
l .El tiempo que pasa, el tiempo que perdura y el Gran Tiempo 41
2.El testimonio histórico del museo.
Origen y evolución histórico objetiva del museo 42
3.Precedentes y precursores de los museos en la antigüedad,
antes de Grecia clásica y Roma 44
4.El testimonio de la memoria colectiva.
El «porvenir del pasado» 46
5.Museos vienen de Musas. Grecia clásica.
Período helenístico 46
6.El museum latino. Los orígenes del coleccionismo en Roma 48
7 .Del thesaurus a los tesoros y relicarios.
Cristianismo, edad media y Bizancio 49
8.Colecciones especiales, cámaras de las maravillas,
gabinetes y galerías. Renacimiento y barroco 51
9.Siglos xvm y xrx: de la colección y el gabinete de curiosidades
al museo moderno 55
10.Colecciones y museos públicos .
Asentamiento y consagración del museo 59
11 .Balance europeo, entre el viejo y el nuevo mundo 61
12.El testimonio antropológico. La evolución cultural
de la humanidad y el origen de los museos 62
Notas al capítulo 2 64


3. PRESENTE Y FUTURO. EL MUSEO Y LA SOCIEDAD ACTUAL
l .Museo y sociedad. El siglo xx: revaluación
del museo y especialización de sus contenidos 73
2.Reconstrucción y metamorfosis (1945-1968) 78
3.Crisis y replanteamiento ( 1968-1977) 81
4.En la sensibilidad llamada posmoderna de una situación
conocida como postindustrial ( 1977-1992) 83
5.Aporías del museo actual (a partir de 1992) 85
6.Nuevas perspectivas ante un nuevo siglo y milenio 88
Notas al capítulo 3 89

4. EL PASADO EN EL PRESENTE. MUSEOS Y PATRIMONIO


l .La realidad y la conciencia. El pasado para el futuro 97
2.lnvestigación e interpretación de una herencia inapreciable 98
3.Protección, conservación y acción cultural 99
4.Museos, patrimonio y comunidad 101
Notas al capítulo 4 105

5. TIPOS Y CATEGORÍAS DE MUSEOS


l.Orígenes, filosofías y roles en la sociedad.
Especialización y funcionalidad 107
2.Tipologías museísticas. Criterios y sistemas.
Clasificación del ICOM 109
3.Museos y contenidos 110
4.Museos de arte 110
5.Museos generales, especializados, monográficos y mixtos 123
6.Museos de historia 127
7.Museos de etnografía, antropología y artes populares 129
8.Museos de ciencias naturales 131
9.Museos científicos y de técnica industrial 132
10.0tras variaciones tipológicas de museos 134
Notas al capítulo 5 136

6 . USOS, FUNCIONES Y ROLES CONVENCIONALES DEL MUSEO


l .Coleccionismo de bienes culturales 150
2.Análisis e identificación de las piezas 156
3.Documentación y clasificación de los objetos museísticos 159
4.lnvestigación de las colecciones 165
5.Preservación y conservación de las colecciones 170


6.Seguridad en los museos 195
7.Restauración de los bienes culturales 199
8.Exposición y difusión 202
9.Educación y acción cultural. El público y el museo 226
10.El rol social del museo y el servicio a la comunidad 231
Notas al capítulo 6 233

7. EL PROGRAMA MUSEOLÓGICO,
EL PROYECTO ARQUITECTÓNICO
Y SU DESARROLLO Y APLICACIÓN MUSEOGRÁFICA
!.Orígenes históricos del edificio del museo: templo o palacio 271
2.Modalidades del edificio de museo 275
3.Museografía y teoría de la arquitectura del museo 278
4.El programa y el proyecto 282
5.Arquitectura y servicios en el museo 294
Notas al capítulo 7 308

8 . GESTIÓN Y ADMINISTRACIÓN DEL MUSEO


!.Organización, gestión y administración del museo 315
2.Procedimientos del museo. Disposiciones legales y financieras 318
3.Departamentos y personal del museo 320
4 .Mecenazgo, patrocinio y gestión de museos 322
5.El museo y su boutique 323
6.La demanda sociocultural y los conflictos de intereses del museo 325
Notas al capítulo 8 327

EPÍLOGO
Museología y museografía: un desafío para un nuevo sistema
de valores en nuestro tiempo 333
Proyección sociocultural del museo: sistema abierto e interactivo 334
Museos y patrimonio cultural: el permanente porvenir del pasado 339
Notas al epílogo 338

BIBLIOGRAFÍA
l. Fuentes generales 339
II. Historia y concepto de los museos 341
III. Funciones de los museos 346

RELACIÓN DE MUSEOS, GALERÍAS Y CENTROS DE ARTE 357


ÍNDICE NOMINAL Y TEMÁTICO 363


Prólogo

«Este libro no pretende ser más que una intro- como es (era) la carencia de un manual y, en
ducción a la teoría y la práctica del museo», afir- general, de una bibliografía amplia y reciente en
mábamos en el prólogo a la primera edición de español», siguen justificando su publicación. De
nuestro manual titulado precisamente Museología. hecho, desde entonces se invirtió esta tendencia,
Introducción a la teoría y práctica del museo ( 1993). y esto debió animar probablemente la aparición,
Y añadíamos a continuación: «como toda intro- un año después, de otros textos de contenidos
ducción, posiblemente necesite justificar primero análogos. Coincidente en el tiempo con la ver-
su conveniencia, antes de señalar sus pretensio- sión castellana del clásico de Georges Henri Ri-
nes. Y tal vez, por tratarse de una disciplina como viere La muséologie selon .. .. , Cours de muséologiel
la museología, se requiera una doble explicación textes et témoignages (1989), es de justicia dejar pa-
acerca de su oportunidad en este momento y en tente sin embargo que al menos sí ha precedido a
este nuestro entorno. A pesar de la ya secular his- esos otros estudios en español de tema museoló -
toria de su objeto propio y de su llamativo desa - gico y museográfico, cuya aparición valoramos.
rrollo en las cuatro últimas décadas, la ciencia de El balance se nos presenta muy positivo,
los museos aparece en muchos sentidos y en no alentador y sugerente, reiteramos. Los cometi-
pocos ambientes -incluidos algunos museísticos- dos que le asignamos a nuestro entonces solita-
como una perfecta desconocida». rio manual de museología en lengua castellana
Más de cinco años han transcurrido ya des - -no ignoramos, por supuesto, el libro de Aurora
de que fechamos aquel prólogo. Un período de León El museo. Teoría, práxis y utopía, publicado
tiempo que nos ha permitido la reflexión y eva- en 1978- se han cumplido muy generosamente,
luación sosegadas no sólo del libro en sus diver- traspasando el umbral del perfil meramente pro-
sos planos de consideración, sino también sobre pedéutico para insertarse en ese contexto más
las variables que se han introducido en la reali- amplio y deseado de la preparación y formación
dad y circunstancias del museo como institución de universitarios, y en el de los especialistas de
en sí y en las del área de la museología y la mu - los museos y el patrimonio.
seografía. Las previsiones se han visto superadas en pri-
Nos ha permitido verificar, por ejemplo, que mer lugar en nuestro propio medio profesional
algunas de las razones que nos impulsaron en- y universitario. Nuestros estudiantes de mu-
tonces a publicar el manual siguen identificán- seología y cursos de doctorado han encontrado
dose con «el interés creciente que la formación en el libro un instrumento válido para la fun-
en la teoría y la práctica de los museos suscita damentación y clarificación de conceptos. Para
actualmente sobre todo en los medios universi- ellos, como para otros muchos, el manual resul-
tarios, y no sólo de nuestro país» . Y que otras, ta una ayuda adecuada para su información y
en aquel momento «estrechamente relacionadas comprensión diacrónica y sincrónica acerca de la
con las posibilidades instrumentales que se ofre - complejidad del panorama museológico y mu -
cen para colmar esta inquietud y necesidades, seográfico, y un medio muy estimado para su

Geografía e Historia

iniciación al estudio, el debate y la práctica de los conocimiento, en sus fuentes y metodología, en
métodos, las técnicas y las fuentes museísticas y el amplio repertorio de enfoques, posibilidades
patrimoniales. y alternativas, en el valor y funciones de esta
El libro ha venido a ocupar, además, un pues- institución secular y de la ciencia que de ella se
to nada desdeñable en los ya muy numerosos ocupa», como afirmábamos en el prólogo cita -
cursos y másters que vienen impartiéndose a lo do, sino a consolidar niveles de conocimiento y
largo y ancho de la geografía española. Entre práctica profesionales en un formato accesible.
ellos, los dos que me cabe el honor de dirigir: Nuestra doble condición de profesor de museo-
el actual magíster en Museografía y exposiciones y logía y de conservador de museos continúa obli-
el entonces pionero experto en diseño e instalación gándonos a impulsar la profundización tanto en
de exposiciones de arte, títulos propios ambos de la la filosofía y teoría de los museos (la museolo -
Universidad Complutense de Madrid, contribu- gía) como en la descripción y trabajo práctico del
yendo a atender así a una demanda estudiantil museo (la museografía). Y ello, con la aportación
nacional e internacional en constante crecimien- de posibles soluciones a los problemas concep -
to en este campo. tuales, formales, técnicos y socioculturales que
Sea como fuere, lo cierto es que la museo- reinventa cada día sobre el museo la situación
logía, que es una disciplina cada vez más inten- cambiante de nuestro tiempo.
cionalmente presente en nuestra sociedad a tra- En el camino cada vez más relacionable de
vés de su objeto propio, el museo, y a través de las materias de la museología y la museografía
sus cada vez más interdisciplinares profesionales y los planes de estudios a nivel internacional, el
exige también nuevos análisis, perspectivas y módulo europeo inicia su andadura con la espe-
planteamientos, incluidos lógicamente los de la ranza de que comience a brillar de nuevo con luz
técnica propia que aplica sus conocimientos, la propia. Un camino recíproco de enriquecimiento
museografía. Por esta razón, hemos considerado se abre para estudiantes, profesores, universida -
necesario, más que revisar y mejorar en lo po- des, profesionales e instituciones museísticas, en
sible el siempre perfectible planteamiento y los el que situamos el perspicuo escrito -sintónico
contenidos de nuestro manual anterior, intentar con la concepción más actual y ecológica de la
conseguir nuevas perspectivas al amparo de un conservación y la nueva museología- Museos,
nuevo libro que atienda más intensa y actualiza- conservadores y ética de la conservación, que ha re-
damente estos contenidos y que amplíe las áreas dactado expresamente como preámbulo para
de consulta y aplicación museológico-museográ - este nuevo libro nuestro colega el profesor Peter
ficas en favor del usuario. Davis, de la Universidad de Newcastle . Una es-
La eclosión de los nuevos museos y el rescol- pléndida aportación que le agradecemos y que
do aún vivo a nivel internacional de las grandes transcribimos con el deleite y la satisfacción de
exposiciones temporales -pasada ya en parte la los buenos encuentros.
megalomanía de la blockbuster exhibition (exposi- Por todo ello, estamos convencidos de la po -
ción-bomba demoledora)-, al propio tiempo que sitiva repercusión que en los medios universi-
la creciente demanda social de acontecimien- tarios, y en los especialistas y profesionales de
tos y servicios culturales en y desde el museo, los museos producirá la reflexión e investigación
así lo aconsejan. Cumplidas básicamente con el que sobre nuevos enfoques del tema hemos ela-
manual anterior las necesidades de iniciación al borado y redactado bajo el título inequívoco de
trabajo del museo, nuestro empeño se encami - Museología y museografía.
na ahora no sólo a «introducir al lector -a los L.A.F.
alumnos universitarios, especialmente- en su Madrid, marzo de 1999
Preámbulo
Museos, conservadores y ética de la conservación

El desafío

El tigre del Museo de historia de Hong Kong te más dilatado, una población con una total falta
lanza hacia afuera su mirada desde una jungla de interés o preocupación por el mundo natural?
de plástico al paso de los visitantes del museo, Como la naturaleza es asunto propenso a cre-
recordándoles que los desproporcionados hor- cientes amenazas por las actividades del hombre,
migón y neón del último medio ambiente urba- primariamente a través de la pérdida del hábitat,
no fue una vez área de increíble belleza natural, pero también desde el cultivo excesivo, la polu-
una verdadera selva. Existe todavía belleza en ción y el comercio de la fauna salvaje, éste es el
Hong Kong, pero de una especie diferente, en momento en que la población humana necesita
que las circundantes montañas y el rutilante mar estar más vigilante, más preocupada, acerca de
proporcionan un telón de fondo al hormigón y la fauna salvaje, la selva y la conservación bioló-
a las torres de cristal que alcanzan el cielo. La gica. Tenemos por tanto un dilema real; de una
naturaleza conserva un pequeño pie de apoyo parte, una descuidada población que se siente di-
en los parques públicos de Hong Kong Island y vorciada de la naturaleza, y de otra, los hábitats y
Kowloon, donde los loros disputan ruidosamen- ecosistemas naturales que necesitan protección.
te en los árboles, locos vuelos a través del cre- No es simplemente un caso de pérdida de biodi-
púsculo, y donde una negra cometa flota sobre versidad, sino del rol que las especies juegan en
los termales arriba, vigilando una nueva especie la amplia expresión del mantenimiento de ecosis-
de jungla. Hasta en este aparentemente hostil temas globales, y en último término, de la super-
ambiente, la naturaleza mantiene todavía una vivencia de la especie humana. Aquí yace pues el
pequeña e importante presencia. más grande desafío de cara a los conservadores
Sin embargo, poca gente, local o turista, pa - y educadores de museos, a estar intrínsecamente
rece caer en la cuenta; la mayor parte lo ignora. implicados en un más amplio movimiento para
Este modelo no se limita a Hong Kong, lo mismo documentar el cambio biológico, pero tal vez lo
podría decirse de Londres, Madrid o Los Ánge - más importante, a intentar suscitar la conciencia
les. El ambiente urbano y la necesidad de sim- de resultados de la conservación y el cambio de
plemente sobrevivir han fabricado en apariencia actitudes hacia la fauna salvaje y el medio am-
un medio ambiente irrelevante; la naturaleza es biente para facilitar su protección. Los «conser-
contemplada sólo como una utilidad, como un vadores» del título de esta nota tienen por tanto
manantial de alimento, vestido o medicina. Este que abarcar a «todo» el que trabaje en museos,
hecho llega a ser más relevante y de interés cre- especialmente aquéllos que lo hacen en la arista
ciente a medida que la población humana con- cortante, el personal de educación.
tinúa su emigración hacia lugares urbanos. ¿A Vital es también que lleguen a implicarse to-
dónde pues nos conduce esto? ¿Veremos una po- das las disciplinas especialistas; a pesar de que
blación en crecimiento que no permita sobrevivir los biólogos tengan justificadamente la posibili-
a la naturaleza, que desprecie las urdimbres de dad de reclamar que la conservación es prerroga-
interconexión que nos ligan a un medio ambien - tiva suya, todos los conservadores pueden usar


sus colecciones para el buen efecto de promo- Se ha argüido que los recolectores de caza de
ver mensajes de conservación. El conservador todo el mundo no reconocen una «selva » separa-
de arte puede referirse a paisajes del pasado o da; que es sólo con el desarrollo de la agricultura
al hábitat perdido, o a los usos de selvas, plan- y el pastoreo cuando llega la idea de que la selva
tas y animales que han sido siempre una enorme fue distinta del hábitat humano.
fuente de inspiración para los artistas. El h isto- En Europa, la especie humana ha obtenido
riador social puede pintar vivas imágenes del im- una variedad de actitudes para con la naturaleza
pacto de la recolección excesiva (la industria del a través de la historia. Algunos filósofos clásicos
pescado) o el impacto medioambiental de las ex- griegos o romanos vieron la naturaleza como un
tracciones de recursos naturales (carbón, plomo sistema ordenado, que era equilibrado y armo -
y efectos de polución). Los arqueólogos pueden, nioso. Lucrecio sin embargo arguyó que la na-
por ejemplo, poner en evidencia la implicación turaleza era caprichosa e inconstante - tanto que
del hombre en la extinción de algunas especies los caprichos del medio ambiente produjeron
(mamuts), los etnógrafos describir civilizaciones una época dura para la gente. Cuando se lee el
que tienen sorprendente conocimiento de las es- poema épico Beowulf a uno se le recuerda que en
pecies locales, pueblos que pueden vivir como la Inglaterra anglosajona la selva fue considerada
parte de un ecosistema sin poner en peligro su como peligrosa; la palabra inglesa wilderness deri-
existencia. ¿Especialistas de disfraces? El impac- va del vocablo anglosajón wild (d) eor que quiere
to del comercio de plumas y pieles de gato, cai- decir bestia salvaje. Buffon describió en la Euro -
manes y carey. Cada uno puede, y debe, repre- pa del siglo xvm la visión usualmente sustenta-
sentar una parte. da de que la naturaleza era caótica y la selva un
«melancólico desierto». Una visión alternativa
fue destacada por los poetas románticos ingleses
Nuestra mirada cambiante del siglo xrx, quienes vieron la naturaleza como
de la naturaleza algo hermoso, sublime e inspirador; esta visión
difiere un poco de la idea de naturaleza como
La idea de que el hombre está divorciado de la dramática y poderosa, como maravillas escéni-
naturaleza, que se ve a sí mismo como algo se- cas que edificaron el espíritu que fuera «descu-
parado o especial, no es tampoco nueva, ni, a bierto» por los exploradores pioneros del Oeste
pesar de mi reciente observación, está confinada americano .
a los habitantes de ciudad. Para los nativos nor- Un real cambio en la apreciación de la natu-
teamericanos, los blancos colonos son identifica- raleza llegó en el siglo xrx, y especialmente con
dos como seres separados de la naturaleza más George Perkins Marsh y la publicación de Hom -
bien que como una parte de ella; tenían poco bre y naturaleza en 1864. Se produjo aquí la pri-
aprecio de la selva en razón de su propio bien, mera verificación de que tan pronto como el te-
entendiendo el territorio y la fauna silvestre sólo rritorio es domesticado o alterado aparecen las
como una utilidad. El jefe Lutero Oso de Pié - consecuencias para el género humano. Fue la
Chief Luther Standing Bear- (citado por Botkin y primera vez en que se destacó la opinión de que
Keller, 1982) decía que: el sostenimiento de la vida humana depende del
mantenimiento del equilibrio de la naturaleza .
nosotros no concebíamos la gran llanura abierta, la Por supuesto, la gente ha estado fascinada por
belleza de las ondulantes colinas y la sinuosa corriente la historia natural antes de esto, identificando
con su enmarañado crecimiento como un despoblado.
Solamente para el hombre blanco fue la naturaleza plantas y animales, o recolectando fósiles; fue
una selva y el territorio fue infestado con animales educativo, hasta importante, en términos de po-
indomesticados y un pueblo salvaje . sición social. Pero después de 1864 la naturaleza


fue comprendiéndose hasta ser importante en su den nuestro papel, es verdaderamente fácil mo-
propio derecho, y la idea de ética de la tierra - la farse. Pero debemos creer que lo que hacemos
naturaleza-, los animales, las plantas, incluso las es muy importante, a pesar de que suene trivial.
rocas, obtuvieron derechos, y también llegaron Como un educado, y tal vez privilegiado, sector,
a través de la obra de Aldo Leopold. En A Sand la mayor parte del personal del museo ha tenido,
County Almanac ( 1949) Leopold deja establecido desde una temprana edad, que ser expuesto a
el caso de que la gente es responsable no sólo las imágenes del campo y de la fauna silvestre.
ante los otros individuos y ante la sociedad, sino Fascinación, interés y un deseo de aprender el
también ante los animales, las plantas, las rocas, impulso de respetar la fauna silvestre y el medio
los minerales, la tierra y el agua; el medio am- ambiente, o como el conservacionista senegalés
biente. Baba Dioum ha establecido, «al final conservare-
En el siglo xx hemos absorbido este senti- mos solamente lo que queremos . Querremos so-
miento por la naturaleza; el medio-ambientalis- lamente lo que entendemos; entenderemos sólo
mo ha llegado a ser un poderoso impulsor en la lo que se nos ha enseñado».
sociedad, un conductor hacia una ulterior reva- Éste debe ser el resultado final para la edu-
luación de actitudes y estilos de vida. Parece que cación del museo acerca de la fauna salvaje, si
ahora estamos tomando en serio a Marsh; de re- el uso de los especímenes biológicos, geológicos,
pente nos damos cuenta de que la naturaleza es arqueológicos o etnográficos es para desarrollar
importante para nuestra supervivencia. y mejorar una ética de la conservación. La última
razón del por qué cuidamos de las colecciones,
del por qué las presentamos en exposiciones, del
¿Acción para el futuro? por qué realizamos investigación, del por qué
proyectamos programas educativos; la última
El medio -ambientalismo no sólo ha afectado a razón es la de los fines de la conservación. Por
la sociedad, sino que también ha tenido un dra- supuesto, existen otros propósitos a lo largo del
mático impacto sobre los caminos en que los camino: nuestra propia satisfacción intelectual,
museos de historia natural perciben su cometido despertando o reanimando un interés por la sel-
(Davis, 1996) . Museos y conservadores han re- va o la vida salvaje en otros, el cumplimiento del
conocido un nuevo y esencial rol. para ensayar trabajo con niños o adultos. ¿Pero es posible que
y mantener el contacto entre nosotros mismos y educando a Ja gente sobre la selva y el medio
el medio ambiente, a través de la investigación ambiente se consiga ulteriomente algo más que
científica, las exposiciones y las actividades edu- engendrar un simple respeto? Examínese este
cativas. Este nuevo objetivo se refleja en las de - pasaje de un cartel de anuncio, la exposición del
claraciones de la misión de los museos de todo esqueleto de una ballena en Queen's Square, en
el mundo, pero especialmente en los museos de el Liverpool de mediados del siglo xrx:
historia natural. La gente puede estar confundida
¿Por qué son nuestros caminos reales, nuestras calles y
sobre qué hacemos los conservadores o educa - nuestras casas tan nocivos y están expuestos a depreda-
dores -«He gastado el fin de semana durmiendo ciones, incendio provocado y pillaje? ¿Por qué están las
con los modelos de dinosaurios de tamaño natu- vidas de los individuos en tanto peligro de atrevidos y
ral» ... «Estoy ocupando un día de actividad ha- sanguinarios saqueadores? Por consiguiente, ¿es nuestra
blando sobre serpientes» ... «Consumí todo el día juventud de ambos sexos, en algunas circunstancias de
melancolía, tan hostil con Ja sociedad como para que
fabricando animales en origami» ... «He pasado
sean realizados, a través de las leyes de sus comarcas,
toda la semana sujetando aquellos escarabajos ofensivos ejemplos de pública justicia? La respuesta es:
que hemos recolectado» ... «Colocando de nuevo la educación está fundada sobre principios erróneos. El
el pez en alcohol». Para aquellos que no entien- estudio de la naturaleza está enteramente descuidado,


aunque, después de la religión, es ese estudio exacto Hagamos las cosas un poco más fáciles para
el que propaga, estima y amamanta hacia la madurez, nosotros mismos. No estamos solos ... hay otras
los mejores afectos del corazón humano y los mejores
principios de un ordenado y fiel ciudadano. Sobre este gentes ahí fuera, intentando también convencer
fundamento está recomendada una visita a la ballena, al mundo de que la ética de la conservación es
y estamos contentos de ver que éste es un motivo de importante. La fotografía de la fauna silvestre
continua admiración ... es visitada por tales multitudes parece investigar nuevos modelos de excelencia
que se debe abrigar una esperanza de que Ja grandeza y cada año, la red de las organizaciones de con-
la sublimidad del objeto están infundiendo un amor por
las obras de la naturaleza en el carácter de toda la ciudad. servación a nivel internacional, nacional y local
continúa creciendo; el nuevo rol en la educación
Tal vez sea éste un reclamo un poco exagera - de la conservación está siendo asumido por los
do para los beneficios de la visita a un esqueleto zoos, jardines botánicos y acuarios. Es especial-
de ballena, pero debe ser una semilla de la ver- mente importante que los museos trabajen con
dad en Ja idea de que es importante y hasta más estas otras entidades en proporcionar compren -
válido para la sociedad de hoy el que aquí sea sivos y coherentes mensajes; red es la palabra
alegada. Las descripciones del Liverpool del siglo clave y esto es importante. Todavía no lo practi-
x1x podrían ser igualmente de Madrid, Newcastle camos lo suficiente, y en tiempos de dureza eco-
o Hong Kong según nos aproximamos al mile- nómica necesitamos alcanzar recursos y pericia
nio. ¿De esta manera tiene el aprendizaje de la para repartir buenas entregas educativas.
naturaleza un real impacto social? No hay inves-
tigación que confirme esto, aunque uno puede
esperar que el entendimiento de cómo se con - Bioparques, misiones y audiencias
duce el mundo natural puede ayudarnos a com-
prender las actividades de la gente. Y hasta tal En Estados Unidos de América las colecciones de
vez agradarle, y también respetarle. animales y plantas vivos están llegando a ser tam-
Si existe substancia en estas visitas, entonces bién cada vez más adaptados al medio-ambien -
es obvio que los conservadores del museo tienen talismo. Zoos y jardines botánicos están, por su-
un papel vital que realizar: podemos ayudar a los puesto, considerados como museos en América,
individuos, a la sociedad, a la fauna silvestre, al y en ese país la distinción entre jardín botánico,
mundo. Ésta es una enorme responsabilidad. Y zoo y museo es cada vez más borrosa. El concep-
llega a ser más que una responsabilidad, ya que to de bioparque -combinación de plantas vivas y
nuestro mundo se está haciendo más accesible animales y presentaciones del museo usando ob-
y multicultural con creces, y ya que al mismo jetos y elementos interactivos- ha sido propuesta
tiempo la biodiversidad continúa su caída y ame- por el director del Zoo Nacional de Washington,
nazan otras desgracias medio ambientales. Michael Robinson. El reciente lanzamiento de
¿Quién es nuestra audiencia para los men - Amazonia en el Zoo de Washington es el primer
sajes que nosotros estamos intentando inves- peldaño al respecto. Bioparques probablemente
tigar en los museos? A buen seguro, no preci- existen ya, aunque no se les llame así, en otras
samente clases de escolares. Nuestra audiencia instituciones de América -en el Jardín Botáni-
debe incluir a los mayores, a los sin trabajo, a las co de Missouri por ejemplo. Es posible también
minorías étnicas. ¿Cómo afrontamos las dificul- sostener que fue Europa la que proporcionó el
tades que nos proporcionan las actitudes hacia primer concepto, a través del Zoo Emmen en los
los animales o el medio ambiente en diferentes Países Bajos, con su museo Biochron a la entra-
culturas? ¿De qué modo vamos a arreglárnoslas da y los hábitats de estimulante inmersión. Sin
como conservadores, como educadores, con ta- embargo, es particularmente interesante ver en
les demandas? América la adopción de la conservación como
u na llave objetiva dentro de las presentaciones de proyecto? Es improbable que las mujeres in-
de las misiones de todos los virtualmente mayo- duzcan actitudes para la vida silvestre o el me -
res museos de historia natural, zoos y jardines dio ambiente en sus propias comunidades; pero
botánicos . Por ejemplo, en la presentación de la tiene que existir un incremento de comprensión
misión del Jardín Botánico de Missouri se pue- en alguna parte, aunque sea sólo un poco, tal
de leer: «Para descubrir y obtener conocimiento vez dentro de la familia inmedia ta.
obre plantas y su entorno en orden a preservar Los museos necesitan innovar ideas como
y enriquecer la vida». George Perkins Marsh po- ésta; nosotros también necesitamos proporcio -
dría haber estado orgulloso de esta presentación. nar estimulantes muestras de historia natural
Existen varias manifestaciones y actividades para reconocer las vías en las que todas nuestras
fascinantes que están teniendo lugar en museos colecciones puedan ser utilizadas para el fin de la
ameri canos, pero una que merece ser digna de conservación. Sobre todo, necesitamos las apti-
especial mención se ha venido produciendo en tudes de la gente para, sobre el interés, establecer
la Academia de Ciencias Naturales en Filadelfia en ella la comunicación de mensajes, e infundir
desde hace numerosos años. Esto es significati- comprensión. Para realizar esto necesitamos al-
vo en términos de un recordatorio acerca de la canzar ideas y experiencia, y resulta alentador
cuestión clave de quiénes deberíamos tratar de ver el número de estimulantes desarrollos que
lograr nuestros mensajes como consecuencia de están aconteciendo, y reconocer que los museos
quién es nuestra audiencia . El proyecto es cono- continúan realizando una contribución vital al
cido como WINS -Women Into Natural Sciences- y movimiento medio-ambientalista.
es un esfuerzo del personal de educación de la
Academia para investigar dentro de la comuni- PETER DAVIS
dad negra de Filadelfia. El objetivo para el plan Museum Studies
es el de «joven mujer negra de padres solteros Department of Archaeology
que vive dentro de ciertos barrios geográficos University of Newcastle upan Tyne
de la ciudad». El concepto es invitarlas a tomar
parte del equipo del museo un día a la semana
y proporcionarles una formación básica en las
ciencias naturales dentro de un original, amis-
toso ambiente. Han pasado varios años ya, y es
un acontecimiento real; no solamente algunas
de estas mujeres han encontrado trabajo dentro
de la ciencia, sino que virtualmente todas regre -
san a la Academia de modo regular, unas como
voluntarias, algunas como visitantes, otras sim-
plemente para reavivar viejas amistades. Todas
las mujeres han sido subyugadas por el plan a Referencias
través del museo y, complacidas de ser parte BOTKIN, D.B. y KELLER, E.A. ( 1982) En vironmmenta/ Studies:
de una institución científica, tienen un ilimita- Earth as a Living Planet. (Cap. l: Environmental Ethics).
do entusiasmo por la historia natural, y como Merrill Publishing Co., Columbus.
DA VIS, Peter ( 1996) Museums and the Nacural En vironment.
resultado llegan a ser educadoras en su propio Leicester University Press.
ambiente. Efectivamente, algunas de ellas han LEOPOLD, A. ( 1949) A Sand County Almanac. Nueva York,
terminado involucrándose en actividades edu - O.U.P .
cativas dentro del museo . ¿Quién puede evaluar MARSH, G.P. ( 1864) Man and Nature. Charles Scribner's Sons.
qué impacto tiene sobre la sociedad esta clase Nueva York.


l. Museología y museografía

seográfica a la propia justificación y existencia de


una ciencia museológica.
Así lo confirma el primer tratado conocido so-
bre esta materia, que no aparece, sin embargo,
hasta principios del siglo XVIII. Redactada en latín
-con lo que entonces se aseguraba su difusión in-
ternacional-y publicada en 1727 por el marchan-
te de Hamburgo Caspar Friedrich Neickel, la Mu-
seographia neickeliana es una obra expresiva del
afán clasificador y enciclopedista de la Ilustración.
Titulada Museographia oder Anleitung zum rechten
Begriff und nützlicher Anlegung der Museorum, oder
Raritatenkammern (Museografía u orientación para el
adecuado concepto y conveniente colocación de los mu-
seos o cámaras de curiosidades), 1 su autor obsequió
en ella a los aficionados amantes del coleccionis-
mo con un diseño del museo ideal que preconi-
zaba el cientifismo y didactismo públicos de su
tiempo, además de ofrecer una serie de consejos
muy prácticos sobre la elección de los lugares más
adecuados para acoger los objetos y la mejor ma-
nera de clasificarlos y conservarlos, tanto los pro-
venientes de la naturaleza como los producidos
por las ciencias y las artes. Afronta por primera
vez problemas generales, sin depender para ello
Caspa r Friedrich Neickel, Museographia, Leipzig, 1727. (Frontispi- en particular de un proyecto o de una colección
cio del tratado, mostrando un «in terior de museo idea l», según concreta.
grabado de Strahoaesky).
Para Adalgisa Lugli, «en el tratado el término
museographia resume todo a lo que se refiere en
En el principio fue el deseo y la voluntad de to- este momento el museo. Se examina la estructu-
dos los pueblos en todas las culturas y civilizacio- ra de lo recolectado y se compila un inventario
nes por conservar hacia el futuro su patrimonio. de lo existente y de sus características, ciudad por
Inmediatamente después fue Ja museografía, ciudad, por toda Europa. Aquello que aparece en
antes incluso que el museo propiamente dicho. primer plano es el museo en sus elementos cons-
Lógicamente, la realidad patrimonial y museable titutivos y en su contenido. Esto es cuanto inte-
ha precedido en el tiempo y en la práctica mu- resa al autor. De cuando en cuando se decide a


de uso en el museo. La colección semiprivada,
abierta a un flujo muy limitado de visitantes más
que cualificados, huéspedes ilustres o amantes y
estudiosos, tiene sus sistem as de autoconserva-
ción, que regulan un modesto acceso de público.
»Ello se ve bien en las rarísimas imágenes anti-
guas que muestran interiores de m useos de mara-
villas, galerías o cabinets de curiosité. La estancia que
contiene Ja colección está a menudo va cía. A ve-
ces puede verse a uno o dos visitantes. Aparece en
solitario el coleccionista o una figura equivalente,
~
,.,,,,. ~

ti que es la anticipación del conservador del museo


f moderno. En las colecciones enciclopédicas de las
f; .y ~i maravillas, como el museo boloñés de Femando
Cospi ( 1677), puede haber una rareza viviente, un
Gabinete de Historia Natural (1599) del humanista napolita no enano en este caso, para mostrar Ja colección ».2
Ferrante lmp erato (Fuente: Bazin, 1967). En todo caso, el nombre y los contenidos del
tratado 3 reflejan con claridad la intención del
aclararnos la apariencia de la colección de la que marchante alemán de orientar didácticamente
habla, si se trata de una institución eclesiástica, a los coleccionistas de objetos naturalia y curiosa
privada, de soberanos o príncipes. Los repertorios artificialia en las funciones específicamente mu -
son abiertos a aquellos que quieran visitarlos. Lo seográficas, como podemos comprobar. 4 Reco -
ensaya con el florecer de una literatura a cuyo gé- mendaciones y consejos para ordenar coleccio -
nero pertenece también la obra de Neickel, que nes concebidas y orientadas más como cámaras
comienza a describir e inventariar las principales de curiosidades que como gabinete de arte. En
colecciones europeas, a menudo en el contexto éste se apreciaba sobre todo su rareza por encima
del recuento del viaje. Aquí podemos encontrar de su calidad estética. Pese a Jo cual, en el trata-
una característica del tratamiento museológico do de Neickel se asientan históricamente tam-
que puede tener un aspecto proyectado en forma bién unas bases de concepto y aplicación que se
de consejos, ideas para realizar un museo, incluso integrarán en el siguiente proceso de definición
también presentarse como una literatura museís - de la museología como ciencia de los museos y,
tica que no proyecta, sino que realza y clasifica consecuentemente, en la técnica que la aplica, la
situaciones existentes. En este sentido, la neicke- museografía.
liana es verdaderamente una museografía, es de-
cir, un viaje en torno a los museos del tiempo. El
término está profundamente cambiado en el uso l. Museo, museología y museografía
moderno.
» ~S una distinción muy fuerte la que separa al Por tanto, hace más de un siglo que la museología
museo entre el siglo xvm y el x1x, y está, después se esfuerza por consolidar su concepto y natura -
de la Revolución Francesa (pero con amplia an- leza. Un largo proceso que describe el estableci-
ticipación ya en tiempos de la Ilustración), en su miento de los principios que fundamentan sus
propio ser público en un sentido completamente funciones y aplicación, la dimensión real que estas
nuevo, es decir, abierto por utilidad pública. Pero últimas representan y las vicisitudes para su reco-
en el momento en el que Neickel escribe suMuseo- nocimiento como disciplina independiente. Du-
graphia no ha entrado aún ninguna preocupación rante este tiempo, Ja museología, que atiende en
Interio r del Museum
Wormianum (1655).

todos sus aspectos a una de las instituciones más de museología y museografía, que pueden llegar
controvertidas e influyentes en el ámbito cultural, a confundir.
en general, y patrimonial, en particular, como es el Se hace necesario, por ello, reflexionar sobre
museo, contempla y alimenta todavía cercano el éstas y otras cuestiones y fijar aquellos concep-
fragor del debate y la polémica entre los diversos y tos que, como los citados, resultan básicos e im-
diferentes especialistas y profesionales de su área. prescindibles para el estudio de esta disciplina.
Las discusiones se centran a veces, no sólo La imprecisión o la ambigüedad en su definición
en el análisis y la definición científica de su ob - y utilización no pueden presidir, como ocurre
jeto, objetivos y metodología (o en la existencia a veces con artículos en revistas especializadas
o no de un sistema específicamente museológi- y programas museológicos, el fondo de los nu -
co), sino también en su capacidad para justificar merosos problemas y asuntos que atañen a una
o no la realidad cambiante del museo desde la ciencia joven y en continuo desarrollo como es la
vertiente de la museología tradicional, en con- museología, y a su objeto propio, el museo. Una
traposición con la «nueva museología», y desde disciplina que asienta y reafirma incluso su pro-
la perspectiva de adecuarse o no a las exigencias pio nombre después de la Segunda Guerra Mun-
de esta sociedad finisecular y postindustrial de dial, apoyándose en la general renovación de la
nuestros días, etcétera. problemática existente en torno al museo . Y una
Se mueve en ocasiones este debate en el te- institución ésta que comienza a ser e interpretar-
rreno incluso de las contradicciones que surgen se como algo mucho más que un lugar donde se
todavía a causa de la diversa interpretación y ter- guardan y conservan obras y objetos, hayan sido
minología utilizadas por diferentes especialistas recolectados con aceptación y simpatía general,
en temas prioritarios, tales como es la definición o hayan entrado en él sin un acuerdo unánime .
2. La museología y la museografía
en el tiempo y hora del museo

La museología, atendiendo a lo que expresa el


término en su doble origen etimológico griego,
es la ciencia del museo. Se ocupa de todo lo con-
cerniente a estas seculares instituciones. Y aun-
que se esté constituyendo y desarrollando como
disciplina científica prácticamente en nuestros
días, sus orígenes y fundamentos pueden en con -
trarse en las mismas o en paralelas situaciones
históricas y en causas análogas a aquellas que
produjeron el nacimiento y la evolución del mu -
seo.
Históricamente, la realidad museológica des-
cribe un desarrollo creciente desde el quattrocento
italiano, extendiéndose luego por otros países,
entre ellos Francia, Alemania, Holanda, Austria
y Bohemia. Tres siglos más tarde, su propagación
es constatable desde la península ibérica hasta el
Charles Towneley en su gabinete de Park St reet en Westminster, norte y el este europeos, llegando a las orillas del
1781-1783. (Jo hann Zoffa ny). Neva, en San Petersburgo, donde Catalina II co-

Charles Robert Cockerell, Museo de lord E/gin en Park Lane, 1808.


loca sus colecciones en el Pequeño Ermitage, que que se siente al entrar en la casa de Dios, por
había hecho construir en 1765. Las investigacio - cuanto los ornamentos de más de un templo, ob-
n es rigurosas y metódicas del siglo XVIII sobre jeto de adoración, estaban de nuevo expuestos
determinados aspectos museológicos, incluida la en este lugar para el santo destino del arte».
publicación del tratado de Neickel, prepararon el A Goethe, como a tantos otros seres sensibles
auge del museo y su estudio surgido después de y refinados de su tiempo, el museo le proporcio-
la Revolución Francesa. naba la oportunidad de profesar lo que a me-
El siglo xrx consagró la realidad de fenóme - nudo se ha denominado la «religión del arte»:
no europeo del museo moderno, recogiendo la experimentar un sentimiento que le sobrecogía
tradición, el debate y la experimentación ante- por creer en su valor trascendental. Pero en ese
riores. Se produjo un avance sensible en las téc- culto y adoración que se ejercía en el museo so-
nicas museográficas y en la conformación de la bre las obras de arte -al ser público, el museo se
rnuseología, sobre todo en Alemania. Espíritus convierte, como se ha dicho también, en «un
sensibles a la realidad patrimonial y museológi- templo del genio humano»-, lo que verdadera-
ca, como Johann Wolfgang von Goethe, venían mente producía a artistas, aristócratas, intelec-
ejerciendo desde el siglo anterior una contribu- tuales y público una auténtica convulsión inte-
ción nada desdeñable a la ciencia y la técnica rior era precisamente esa puesta en escena de
de los museos. Su influencia sería decisiva, por los objetos, el espectáculo de su organización,
ejemplo, sobre Luis 1 de Baviera, con quien man- disposición y representación espacial; el aura de
tenía correspondencia, cuando confió en 1816 al sacralidad y contextualización ritual que envol-
arquitecto Leo von Klenze la construcción de la vía esa escenificación. Es decir, la interpretación
fam osa gliptoteca de Munich. Posteriormente, el museo gráfica.
rey le encargaría también levantar una copia de La impresión recibida en su primera visita a
los Propileos entre aquélla y el edificio opuesto la Galería de Arte de Dresde dejó marcado para
(el Antikensammlungen, realizado en 1846 por siempre al gran escritor alemán, quien no ahorró
el arquitecto Ziobland) en la Konigsplatz de la esfuerzos para contribuir positivamente a la me-
capital bávara. jora de estos templos de la cultura, impulsando su
En 1786 visitó Goethe por primera vez la desarrollo científico y técnico.
Galería de Arte de Dresde, uno de los museos Preocupado por la disposición y presentación
mejor instalados entonces en Alemania. El poeta de las obras, Goethe publicó su teoría sobre la
plasmó el recuerdo de las emociones que recibió doble articulación del museo -agrupar las colec-
en esa visita en su obra Dichtung und Wahrheit ciones en dos zonas, una sintética y esencial para
(Poesía y verdad), historia de su juventud, publi- el público y la otra más desarrollada para los ya
cada en 1811. La elocuencia de sus palabras no iniciados o expertos- en 1821, en un artículo
deja lugar a dudas: «La hora de la apertura de la de Kunst und Altertum (Arte y antigüedad). Desa-
galería, esperada con tanta impaciencia, llegó al rrollarían después este enfoque otros escritores
fin, y quedé sobrecogido de admiración, porque y museólogos, como Ruskin en 1853 desde las
todo aquello estaba muy por encima de cuan- páginas de The Times, compartiendo la opinión
to yo había podido imaginar. En la sala circular. de su amigo y director de la National Gallery de
magnífica y muy bien dispuesta, con los marcos Londres, el pintor Eastlake; lo defendería más
deslumbrantes, recientemente dorados, y su piso tarde Louis Agassiz en Francia; y lo recomen -
de madera encerada, reinaba un profundo silen- daría en 1903 el doctor Wilhelm von Bode -el
cio; más parecía un espectáculo que un taller de museólogo creador en Berlín de Museumsinsel
trabajo, y causaba una impresión solemne, única (Isla de los Museos), entre 1897 y 1930- desde
en su género, y tanto más parecida a la emoción el semanario alemán Die Woche (La semana). La


puesta en escena de los objetos, su ordenación e cado a las colecciones del cercano Oriente (Vor-
interpretación constituían ya, de algún modo, el derasiatisches Museum) y el que mostrara el arte
eje central de sus preocupaciones museográficas. alemán desde las invasiones de lo pueblos bár-
La doble articulación goethiana del museo la baros hasta el Rococó (el Deutsches Museum),
aplicaría parcialmente en 1886 el Natural History ubicado en la impresionante isla de los museos
Museum de Londres, y se realizaría plenamente, (Museumsinsel) de Berlín.
en 1907, en otras dos instituciones museísticas: El desarrollo de las investigaciones museoló -
el Bayerisches National Museum de Munich y el gicas y el establecimiento y definición de los prin-
Museum of Fine Arts de Boston. Según este mis- cipios de la museología como ciencia adquieren
mo principio del museo doble se construiría tam- en el siglo xx su total consolidación y crecimien-
bién, entre 1920 y 1928, el Philadelphia Museum, to. En ello van a concurrir los esfuerzos de per-
denominado desde 1938 Pennsylvania Museum sonalidades e instituciones de los diversos países
of Art, en los Estados Unidos de América. occidentales europeos - Francia, Italia y España,
El desarrollo museológico y museográfico entre ellos-, sobre todo de los anglosajones con
alemán encontró una gran definición e impor- los Estados Unidos y Canadá, y especialmente
tancia en el Berlín finisecular decimonónico y después de la Primera Guerra Mundial.
en los primeros años de nuestro siglo. Más que Pero no sólo los occidentales han desarrolla-
en ningún otro país europeo, fue en la Alemania do y consolidado una ciencia tan relevante de
del s. XJX donde se estudiaron de forma racional nuestro tiempo como es la museología. Museó-
los problemas planteados por la situación de los logos de países del Este europeo (de Polonia, la
museos en la sociedad y por su organización. Se antigua Checoslovaquia, la desaparecida Repú -
realizaron numerosos trabajos e investigaciones blica Democrática Alemana, Hungría o la hoy
orientados al establecimiento de los principios de dividida Yugoslavia), de varios latinoamericanos
la ciencia de la museología, principalmente en (Argentina, Brasil, Chile o México, entre ellos),
torno y bajo el impulso de dos destacadas per- y de otras latitudes, como Japón o Australia, han
sonalidades: Gustav Waagen ( 1794-1868), el sa- destacado también en la innovación e impulso
bio y famoso director de la pinacoteca de Berlín, de la museología en la segunda parte del siglo xx.
quien innovó parcelas importantes de la crítica Antes de 1914 la situación era un tanto con -
de arte y la metodología museológica; y su conti - fusa:
nuador, el ya citado museólogo doctor Wilhelm
von Bode. Director de los museos reales La museología era solamente práctica: los conservado-
desde 1897 hasta 1920 en la capital alemana, la res la realizaban de la misma manera que M. Jourdain
hacía la prosa . Se convierte en teórica y dogmática.
labor del doctor Bode fue ingente en la reorgani- En enero de 1926, un profesor de historia del arte de
zación de todas las colecciones enriquecidas por la Sorbona, que será uno de los escritores más pene -
Federico Guillermo III y sus consejeros, y en la trantes de su tiempo, M. Henri Focillon, presentaba
construcción de nuevos edificios para albergar- un informe en el Instituto de Cooperación Intelectual,
las. A él se deben la edificación ( 1897 a 1903) e organismo de la reciente Sociedad de Naciones, con
miras a fundar una institución internacional que
instalación renovadora del Kaiser Friedrich Mu - asegurase una cooperación permanente de todos los
seum (llamado hoy Bode Museum), donde pres- museos de los países miembros: tal será la Oficina
cindió de la ordenación tradicional de las piezas Internacional de Museos. Con un plan muy vasto se
por técnicas y mezcló todo tipo de obras para proseguirá así la obra de estudio y análisis que habían
realzar el estilo propio de una misma época; y el comenzado las grandes asociaciones nacionales de los
museos, la británica, fundada en 1889 en York (The
triple conjunto museístico construido entre 1907 Museum's Association) la americana (American Asso-
y 1930 del Pergamon Museum (para las riquezas ciation of Museum) y la alemana (Deutsches Museum
acumuladas de esta ciudad helenística), del dedi- Bunde), fundada en 1917. Mediante publicaciones,
congresos y reuniones de expertos, las asociaciones
nacionales y la Oficina Internacional de Museos para la Museología (ICOFOM), que a través de
desarrollan una intensa actividad investigadora para los documentos que produce titulados Museolo-
elaborar las mejores formas de organización, de ad-
ministración, de conservación y de presentación. La
gical Working Papers (MuWoP) se ocupa de sus
técnica introduce la ciencia: cada gran museo tendrá orígenes y del problema fundamental de su exis-
su laboratorio de estudio; Munich y el Louvre habían tencia.
dado el ejemplo .5 En otro sentido, hasta la segunda postguerra
mundial el término que venía empleándose desde
La Sociedad de Naciones publicó regularmen - el siglo xvm para denominar la naciente ciencia
te desde 1926 hasta 1946, a través de la Ofici- de los museos era -por influencia francesa, so -
na, la notable revista Mouseion. Y produjo los dos bre todo- el de museografía. Después de 1945,
volúmenes de Muséographie, primera publicación por unificación de criterios y, especialmente, por
internacional sobre esta materia, resultado de las ajuste riguroso a las conclusiones y conceptualiza-
actas de una Conferencia de estudios organizada ción de la disciplina por los grupos de trabajo, se
por la propia Sociedad de Naciones y celebrada impuso el de museología, coincidiendo con el que
en Madrid 6 en 1934. venían utilizando los países anglosajones. Ello ha
Después de la Segunda Guerra Mundial, des- propiciado, junto a los titubeos naturales de una
aparecida la Sociedad de Naciones, tampoco so- disciplina en constante crecimiento y consolida-
brevivió la Oficina Internacional de los Museos. ción como ciencia, algunas imprecisiones en la in-
El director del museo de ciencias de Buffalo, Es- terpretación y en el uso de la terminología, como
tados Unidos, Mr. J. Chaucey Hamlim creó en hemos indicado.
1946 e impulsó bajo el patrocinio de UNESCO Por consiguiente, aunque la actividad museo-
otra sociedad de profesionales de los museos, lógica -teoría y práctica- hacía tiempo que venía
el International Council of Museums (ICOM), desarrollándose, tanto el término como el carác-
Consejo Internacional de los Museos, que tuvo ter científico de esta disciplina no han adquirido
su primera reunión en París en 1947 y luego fijó reconocimiento unánime universal ni siquiera
allí su sede, sustituyendo a la anterior. Su órga- después de la primera mitad de nuestro siglo xx.
n o de expresión es la revista trimestral Museum, Muchos son los factores que en ello han concu-
continuadora de Mouseion, que se publica desde rrido, entre otros la falta de fijación o confusión
1948. El ICOM difunde las informaciones que le del concepto y naturaleza de la museología de-
co nciernen de interés museológico y museográ- bido a los rapidísimos cambios producidos en su
fi co por medio del boletín ICOM News, Noticias del objeto propio, el museo, especialmente en los
ICOM, que también se publica en español. veinticinco o treinta últimos años. Un problema
La institución del ICOM viene siendo un au- de crecimiento y transformación natural de es-
téntico motor de impulso de la museología y los tas instituciones que parece haber desbordado a
m useos. Constituida por los diferentes comités veces a su disciplina. La definición y consolida-
n acionales, su creciente actividad se pone de ma- ción de ambos han corrido parejas, en influencia
nifiesto en la organización de reuniones y con- recíproca, y en sintonía con la propia evolución
gresos internacionales, en los estudios y trabajos sociocultural.
técnicos realizados por comisiones especiales, en En este proceso, resulta imprescindible y
la aportación de repertorios bibliográficos y en decisiva la aportación continuada de la museo-
la publicación de obras especializadas, además grafía. Ensanchando el horizonte tradicional de
de la revista y el boletín de noticias citados. La los museos y la museología, las innovaciones
brillante serie de sus Conferencias o Reuniones museográficas han conseguido integrar la com-
Generales se inició en 1948. En el caso concreto plejidad y crecimiento de aquéllos en el propio
de nuestra disciplina, hay que destacar la impor- dinamismo de una sociedad que ha terminado
tante ayuda del Comité Internacional del ICOM


INSTITUTA ASHMOLEANA.

El museo fun dado hace más de trescie ntos años por Elías Ashmol
en Oxford, alberga una de las colecciones de Historia Natural
El Muse um Tradesca nt ianum (1 656) f ue e l origen del Ashmolea n más importantes del mundo. Erig ido e n 1683 en la Universidad
Museum (1683) de Oxford, cuyo «Reglamento » de 1714 aparece de Oxford, es hoy la sede del Museum of Histo ry of Science.
redacta do en latín (Fuente: Bazin, 1967).

por apasionarse con proyectos o concepciones H. Riviere, que fue director del ICOM desde 1948
integrales como las del ecomuseo o la patrimo- hasta 1966, destaca, entre otras, la de Rugues de
niología. Varine-Bohan por su actividad e innovación teó-
Esto ha sido posible, fundamentalmente, gra- rica, quien sucedió a Riviere en la dirección del
cias al desarrollo producido después de la segunda ICOM, cargo que ocupó de 1966 a 1975.
contienda mundial, protagonizado e impulsado Pero en el impulso de la museología y los mu-
por personalidades y escuelas que han consolida- seos durante ese amplio período que va desde la
do rigurosa e incansablemente su carácter moder- creación y afiliación del ICOM a la UNESCO en
no. Entre ellas, la francesa del grupo de l'Ecole 1946 hasta, prácticamente, los primeros años de
du Louvre, con la figura excepcional de Georges la década de los ochenta, no sólo han influido
Henri Riviere 7 en la responsabilidad de dirigir como determinantes las innovaciones técnicas
entre 1930 y 1950 los cursos de museología allí en las áreas de la conservación, la presentación o
impartidos. Una actividad que se hizo permanen- la investigación de las colecciones . Tampoco han
te desde 1941, y en la que también era directo sido exclusivas a este fin, aunque sí muy impor-
responsable Germain Bazin, conservador jefe del tantes, las realizadas y exportadas por los museos
museo y autor de la ya citada y clásica visión his - norteamericanos y canadienses en materia de
tórica de los museos. Junto a la personalidad de G. nuevos modelos, instalaciones o funciones socio-


culturales y didácticas; o la renovación teórica y Utilizamos la locución nueva museología
práctica de los nuevos museos alemanes, británi- para referirnos a una concepción contrapuesta a
cos, franceses, holandeses o italianos; o las inda- la tradicional, pero específicamente para deno-
gaciones en torno a nuevos enfoques y funcione s minar a todo ese movimiento internacional que
del museo realizadas -teóricamente, sobre todo- ha conseguido remover desde sus cimientos un
por escuelas museólogicas de los desaparecidos secular «Sosiego», tanto de la institución museís-
países socialistas del Este europeo, etcétera. tica como del patrimonio cultural. En busca de
Con todo, aun siendo decisivas estas y otras un nuevo lenguaje y expresión, y de una mayor
aportaciones que podríamos citar, como las pro- apertura, dinamicidad y participación sociocultu -
venientes de la docencia e investigación de la ral, la <<nueva museología» preconiza e impulsa
museología en universidades de los más variados una tipología distinta de museo, como podremos
países -tanto en occidente como en oriente, en los comprobar a lo largo del presente tratado. Apa-
industrializados y en los que están en período de reció la denominación de <<nueva museología» al
desarrollo-, 8 en el progreso de la museología y los principio de los años ochenta, y desde entonces
museos han sido determinantes asimismo la pro- ha venido siendo empleada con significaciones
pia «crisis de la institución museística» y su cues- variables y puntos de definición diferentes, según
tionamiento como entidad e instrumento cultural. los diversos autores.
Estos factores han producido, paradójicamente, Para algunos especialistas,9 las nuevas ten-
avances sin precedentes en la ciencia del museo. dencias en los museos (y, por ello, en la mu-
seología) están íntimamente relacionadas con el
impulso recibido, a partir del trabajo de Geor-
3. La nueva museología ges H. Riviere, por la tercera generación de los
ecomuseos y el sueño popular en los setenta. Y
A lo largo de nuestro siglo se han producido cí- por otras concepciones o experiencias análogas,
clicas invectivas contra la realidad y funcionali- como las del museo de Níger en Niamey, organi-
dad de los museos, en sincronía con los aconteci- zado entre 1958 y 1970; los museos de vecindad
mientos culturales, especialmente los artísticos. de los Estados Unidos (el de Anacostia, en parti-
Una de las últimas ha coincidido con la crisis de cular); o la Casa Museo en México, inspirado en
la institución y con la llamada «revolución ro- lo que fue definido como «museo integral» en la
mántica» de mayo de 1968. Situación que ha mesa redonda de Santiago de Chile, en 1972. Se
durado hasta prácticamente 1982, con una in- despejaron estas tendencias en el primer Atelier
fl exión muy significativa en torno a 1977, año international des écomusées et nouvelles muséologies,
en que se abre al público el Centro Nacional celebrado en Québec en el otoño de 1984, que
Georges Pompidou, en París. desembocó un año después en la creación del MI -
En esta crisis, el museo ha tocado el fondo NOM (Movimiento Internacional para una Nueva
de alguno de los problemas planteados y ha ser- Museología, Lisboa, 1985), presidido por Pierre
vido, paradójicamente como decimos, de acicate Mayrand.
a la renovación y aplicación de la ciencia mu- Otros autores, defendiendo también que el
seológica. Junto a un auténtico florecimiento de movimiento de la <<nueva museología» comien-
nuevos museos, la museología ha universalizado za en Francia 10 después de 1982, así como en
sus principios y convicciones, ha afianzado sus otros países -en Quebec en particular-, con una
métodos y ha multiplicado sin solución de con- cohorte de nuevos museólogos, precisan que
tinuidad el abanico de corrientes revitalizadoras «intentan reflexionar sobre el futuro de una ins-
en poco más de década y media. Entre ellas, las titución llamada a ser el centro de la vida cultu-
conocidas como nueva museología. ral del mañana, a partir de la conservación de


un patrimonio vuelto a ser vivo y no enfermo idea de revelación del patrimonio, a la conciencia-
en mausoleos inaccesibles para la mayoría .. . ». 11 ción comunitaria y el ecomuseo, a la superación
Especialistas en el tema, como André Desva - de la posible dicotomía o contradicción existente
llées, 12 destacan los aspectos de innovación en en el museo entre la necesidad de la conservación
la investigación de un lenguaje museográfico y la utilización del patrimonio como un banco de
para las presentaciones, señalando como pione- bienes rentables. En todo ello, se aprecia una más
ros a Jean Gabus 13 en el Museo de Etnografía de cercana e influyente visión antropológica.
Neuchatel (Suiza), al teórico Duncan F. Came- «No es una casualidad - resalta Desvallées-
ron14 en la Art Gallery de Ontario (Canadá) y a que sea la disciplina etnográfica la que más haya
Georges Henri Riviere, a la vez teórico y práctico, ayudado a los museógrafos a encontrar su len-
que fue responsable del Musée National des Arts guaje: no puede contentarse con exponer obras
et Traditions Populaires de París y director del maestras de arte y debe aprehender los testimo -
ICOM, como ya hemos mencionado. nios culturales y lo mismo los naturales más varia -
La <<nueva museología» ha sido propiciada dos.»15 Y añade: «Sus expuestos (por definición:
e impulsada, en realidad, por una serie de cir- todo lo que puede exponerse) son susceptibles de
cunstancias de carácter técnico y museográfico, ser seleccionados entre toda suerte de cosas rea -
y por una evolución de apertura en la mentali- les, o documentos primarios. Pueden ser también
dad de los museólogos. Ésta se corresponde con documentos secundarios: imágenes (originales,
la constatable en la demanda sociocultural del fotográficas , cinematográficas o magnetoscópicas;
público o de comunidades concretas, que ha te - gráficos notables o mapas; vaciados y maquetas,
nido un continuo crecimiento desde el fin de la diagramas o modelos abstractos, etc. ), grabacio-
Segunda Guerra Mundial. Entre estas causas o nes sonoras, audio-visuales. Además, la etnogra-
circunstancias, es necesario citar la apertura pro- fía no puede utilizar estos expuestos más que en
veniente de una mayor investigación científica y el interior de un discurso museográfico, como
sus consiguientes aplicaciones tecnológicas sobre signos. El discurso puede ser analítico o sintéti-
lós objetos de la cultura material, sobre la con- co, diacrónico o sincrónico, tipológico o ecológico
servación del patrimonio en suma . (cuando se trata de una conservación en el lugar,
Junto a la apertura y la previa puesta en cues- una restitución por traslado, incluso una recons -
tión del museo y sus funciones patrimoniales en trucción tendente a presentar un conjunto com-
nuestra sociedad, destacan la búsqueda e inves- plejo idéntico a la realidad); puede desarrollar
tigación de un nuevo lenguaje, el esfuerzo por procesos operativos o, excepcionalmente, utilizar
conseguir una nueva tipología viva y participa- expuestos en presentaciones simbólicas -como
tiva para la comunidad, en consonancia con su en las antiguas presentaciones esteticistas. »16
naturaleza de institución privilegiada que es, de El museólogo croata Tomislav Sola reconoce
la conservación, análisis y difusión de testimo - la crisis y falta de consolidación, entre otros pro-
nios naturales y culturales originales. Por ello, y blemas, en la disciplina museológica . Pero admite
según su especialidad, tiene la obligación de ser al sin embargo como evidente su indiscutible pro-
propio tiempo que un conservatorio de especies o greso después de la Segunda Guerra Mundial gra-
un banco de bienes, un instrumento especial para cias a Francia «que ha puesto los fundamentos de
la educación primera y permanente mediante el la museología moderna» y, particularmente, a los
acercamiento a lo concreto, e, incluso -herencia trabajos teóricos y prácticos de G. H. Riviere y de
sin duda del espíritu del 68-, un instrumento de H. de Varine -Bohan, además de otros pensado-
desarrollo controlado de la economía y un hogar res, como Marcel Evrard.17 Y afirma expresamen-
cultural accesible a todos. La animación y partici- te: «La nueva museología consiste sobre todo en
pación culturales están íntimamente unidas a la una extensión de parámetros de la museología


tradicional y toma la forma de una nueva puesta el experto encargado de dirimir la verdad, para
en cuestión. Hoy en día se puede considerar que convertirse en un «Catalizador» al servicio de las
esta etapa está archivada, en la medida en que no necesidades de la comunidad.
existen ya medios eficaces para suprimir la 'solu- En este sentido, «la exposición» del nuevo
ción de recambio'. Durante la centena de años de museo resulta ser un método, uno de los más
su proceso, la museología antes que nada se ha importantes útiles de diálogo y concienciación
consagrado a sí misma, esforzándose en encon- de que dispone el museólogo, ya que aquélla,
trar en sus ambiciones no solamente su inspira- «considerada como una puesta en escena de los
ción, sino incluso su razón de ser» .18 objetos, constituye un lenguaje visual utilizado y
No se trata, por consiguiente, tan sólo de una practicado por todos en la vida cotidiana ».
actitud renovadora frente a módulos de con- Sea como fuere, lo cierto es que algunos mu-
cepto y actuación opuestos, los de una posición seos construidos o remozados en las décadas de
tradicional. La nueva museología es, como de- los ochenta y noventa, inscritos o no en la lla -
fiende Marc Maure, 19 un «fenómeno histórico» mada <<nueva museología », 20 se han constituido
y un «sistema de valores»; una «museología de en paradigmas de la renovación museológica, en
acción», que puede ser esquemáticamente defi- auténticos hitos de la consagración de las téc-
nida por los parámetros siguientes: nicas museográficas y de una tecnología apli -
l. Por el de «la democracia cultural». Ningu- cada casi revolucionaria. Y, sobre todo, de un
na cultura dominante debe ser ensalzada como dinamismo y proyección socioculturales igual-
«la cultura» en detrimento de la variedad de cul- mente imitables. Alternativos, innovadores, he -
tu ras existentes o que han existido en el territo- terodoxos incluso, los nuevos museos resultan
rio nacional; hay que preservar, valorar, utilizar una consecuencia del desarrollo y revitalización
y difundir la propia cultura de cada grupo. recíprocas de que son deudores ellos y la museo-
2. Por el de «Un nuevo y triple paradigma» grafía/museología, en ese viaje ya secular que
(en que se constata claramente su diferencia tan- vienen compartiendo, por más que, como po-
to con la museología como con el museo tradicio- drá comprobarse en las páginas que siguen, este
nales), enunciado de este modo : «de la monodis- maridaje no haya estado exento de problemas y
ciplinaridad a la pluridisciplinaridad, del público alguna que otra vacilación, ni aunque aún no se
a la comunidad y del edificio al territorio». hayan disipado todas las contradicciones -apa-
3. Por el de «la concienciación» (de la comu- rentes o reales- que entrañan estas instituciones
nidad respecto de la existencia y valor de su pro- y la ciencia que de ellas se ocupa, tanto desde su
pia cultura). perspectiva tradicional como nueva.
4. Por el de «un sistema abierto e interacti- El carácter eminentemente orientador, con-
vo». Un nuevo modelo de trabajo museístico, en sultivo y didáctico que pretende este manual de
el que el proceso u operaciones lineales de colec- Museología y museografía nos obliga en conse-
tar, preservar y difundir en el museo tradicional cuencia -y como requisito previo para cualquiera
-constituyendo un mundo en parte aislado de la otra cuestión de su contenido-, en primer lugar, al
sociedad- se transforma e integra en el nuevo análisis del término y el concepto de museo, como
mu seo, dinámicamente, en otro circular y abier- objeto propio y específico que es de la ciencia de
ro, teniendo por objeto el patrimonio donado la museología y de la técnica de la museografía.
por la comunidad. En segundo término, se imponen como impres-
5. Por el del «diálogo entre sujetos». El fun- cindibles la definición de estas dos disciplinas, el
cionamiento del nuevo museo está basado en la esclarecimiento de sus objetivos y la considera-
participación activa de los miembros de la comu - ción de su metodología y aplicaciones. Después,
nidad. El museólogo deja de contemplarse como se analizarán los demás aspectos concernientes a


la memoria e historia, a los tipos y categorías, a El museo descrito era, en realidad, un com-
los usos y funciones, a la organización, técnicas, plejo del siglo m a.c. que incluía, además de la
renovación, alternativas, etc., de los museos, así famosa Biblioteca, un observatorio astronómico,
como el de su vinculación al patrimonio histórico, un jardín botánico, una colección zoológica, las
según el esquema trazado que figura al inicio de salas de trabajo y estudio y el anfiteatro citados.
este estudio. Aunque no se trataba de un museo en el sen -
tido actual, el término usado en Alejandría pro-
venía de mouseion -el templo dedicado en Atenas
4. El término, el concepto a las Musas- y se había enriquecido ya cuando lo
y la definición de «museo» utilizó Estrabón para referirse a un riguroso centro
interdisciplinal de la cultura y el patrimonio, como
La palabra museo (proveniente de la latina mu- era el de Tolomeo Filadelfo, muy de acuerdo con
seum y a su vez de la griega mouseion, «lugar de la pretensión helenística del saber universal. Pesa-
contemplación» o «casa de las Musas» en Ate - ba en ello, como es lógico, también la congruen-
nas) ha tenido a lo largo de la historia numero- cia con el desarrollo del culto a aquellas deidades
sas aplicaciones y significaciones hasta su sentido que «enseñaron a Hesíodo un bello canto mientras
actual. Roma utilizó el término para describir un apacentaba sus ovejas al pie del divino Helicón ... ,
«lugar de discusión filosófica». Definida por Gui- las Musas, que habitan las mansiones olímpicas, las
llaume Budé en su Lexicon-graeco-latinum ( 15 54) nueve hijas del poderoso Zeus: Clío, Euterpe, Talía,
como «un lugar dedicado a las Musas y al estu- Melpómene, Terpsícore, Erato, Polimnia, Urania y
dio, donde se ocupa de cada una de las nobles Calíope» .22 «Las alumbró en Pieria» canta el viejo
disciplinas», cuando el geógrafo Estrabón em- poeta en otro lugar de su Teogonía, «amancebada
plea, en el siglo r a. C., el término «museo», esta- con el padre Crónida, Mnemósine, señora de lasco-
ban ya acuñados no sólo el vocablo y el sentido linas de Eleuter como olvido de males y remedios
general y justificado su origen etimológico, sino de preocupaciones». 23
también un cierto desarrollo significativo, poli- Nada mejor que un nombre derivado del sa-
valente en cierto modo. Con ello, describiendo el cro contexto de las Musas para denominar una
mouseion de Tolomeo Soter o Tolomeo Filadelfo institución que ha devenido en el museo actual.
en sus palacios reales de Alejandría, adelantaba Al fin y al cabo -ingredientes y concomitancias
Estrabón veinte siglos antes algunos enfoques y históricas aparte-, las nueve hijas de Zeus y
aspectos museológicos interdisciplinales. Mnemósine patrocinan con el flechador Apolo
las artes y las letras en la mitología clásica.
El museo forma también parte de estos palacios rea- «La palabra museo -precisaban los estatutos del
les: tiene un paseo público, una exedra con asientos ICOM aprobados en 1961 (que a su vez modifica-
y una especie de sala común de los hombres de es-
ban los de 1951) y vigentes hasta 1968- designa a
tudio que forman el Museo. Este grupo de hombres
no solamente mantiene la propiedad en común, sino todo establecimiento permanente, administrado
que también tiene un sacerdote a cargo del Museo, en beneficio del interés general para conservar,
que primero era nombrado por los reyes, pero ahora estudiar, hacer valer por medios diversos y, sobre
lo es por César. El así llamado Serna, también es una todo, exponer por deleite y educación del público
parte de los palacios reales, era el recinto que conte-
un conjunto de elementos de valor cultural: colec-
nía los lugares de enterramiento de los reyes y el de
Alejandro Magno; ya que Tolomeo, el hijo de Lagos, ciones de objetos artísticos, históricos, científicos y
anticipándose a Pérdicas, se llevó el cuerpo cuando técnicos, jardines botánicos y zoológicos y acuarios.
estaba trayéndolo desde Babilonia y se desviaba hacia Las bibliotecas públicas y los centros de archivos
Egipto, movido por la codicia y el deseo de hacer de que mantienen salas de exposición de manera per-
ese país el suyo .21
manente serán asimilados a los museos. »


Una definición que, como casi todas las con- afín a la primera de Goode, y a la mentalidad
tenidas y desarrolladas en las diversas redaccio - decimonónica del museo, proveniente de la Ilus-
nes de los Estatutos del ICOM -los últimos da - tración, y siempre presente en la conformación
tan del año 1974, ratificados con modificaciones del museo moderno. Suele encontrar su comple-
posteriores en la xvr Asamblea General de La mento en el aspecto museográfico -es también el
Haya, en 1989-, lleva la marca de Georges Henri caso de Goode ( 1889)- en concepciones como la
Riviere. Revisados y modificados en sus diferen - expresada por P. Crep en 1934, al defender que
tes Asambleas generales, la definición de museo el museo debe ser «cómodo y bello, funcional y
(también las de museología y museografía) ha estético, arquitectónico y plástico». 27
sufrido retoques y ampliaciones sucesivas, como Las definiciones propuestas y defendidas por
veremos . Los estatutos de 1961 se cambiaron Georges H. Riviere, muy numerosas, están refe-
en la VII Asamblea, celebrada en Alemania en renciadas en el libro citado de La muséologie se-
1968. Estos últimos estuvieron vigentes hasta la lon ... 28 Tuvo muchas ocasiones para debatirlas y
publicación en 1975 de los aprobados el año an- desarrollarlas en su larga labor docente y en las
terior. Y la XIV Asamblea general, que tuvo lu- numerosas asambleas, congresos y seminarios
gar en Londres en 1983, añadió también algunos del ICOM. Ya en 1958 había hecho coincidir las
puntos a la definición de museo de los estatutos de museo, museología y museografía por él re-
de 1968, que comentaremos por su relevancia. dactadas29 con las contenidas en los estatutos en-
Antes, señalaremos de entre las muchas de- tonces vigentes. Esto ocurrió también en 1975.
finiciones aparecidas a lo largo de casi un siglo En general, las diferentes asociaciones inter-
redactadas por diversos autores, algunas espe- nacionales de los museos han elaborado defini-
cialmente significativas. Además de reflejar di- ciones o descripciones sobre museo, museología y
ferentes posiciones y mentalidades ante la rea- museografía (también, sobre otros conceptos cla-
lidad museística y patrimonial, han influido sin ve), que no siempre suelen identificarse, aunque
duda en las decididas por el ICOM; y en todo sí coincidir esencialmente con las defendidas por
caso muestran la evolución de la imagen y del el ICOM. Otro tanto ocurre con las ofrecidas por
concepto de museo a través del tiempo. las enciclopedias de reconocimiento universal.
Así, por ejemplo, Georges Brown Goode de- En la edición de 19 54, la Bolshaia Soviets ka En-
finió en 1895 el museo como «una institución ciklopedia, publicada en Moscú (t. 28, pág. 493)
para la preservación de aquellos objetos que me- afirmaba: «Los museos son instituciones que
jor explican los fenómenos de la naturaleza y la reúnen, conservan y exhiben documentos histó-
obra del hombre, y la civilización de éstos para ricos, reliquias de la cultura espiritual y material,
el aumento del saber y para la cultura y la ilus - obras de arte, colecciones, ejemplares de los ob-
tración del pueblo» 24 . En 1889, G. B. Goode se jetos naturales» .3 º
expresó de esta otra forma : «Un eficiente museo Desde 1962 en que así lo adoptó, The Ameri-
educador debe ser descrito como una colección can Association of Museums viene definiendo el
de rótulos instructivos, cada uno de ellos ilustra- museo como «un establecimiento permanente no
do por un muy bien seleccionado ejemplar». 25 lucrativo, que existe no con el propósito primor-
M. Foyles, por su parte, definía en 1929 el dial de gestionar exposiciones temporales, exento
museo como una «institución en la que la meta de impuestos sobre la renta federales y estatales,
es la conservación de los objetos que ilustran abierto al público y administrado en interés del
los fenómenos de la naturaleza y los trabajos público, para fines de conservación y preserva-
del hombre, y la utilización de los objetos para ción, estudio, interpretación, reunión y exhibi-
el desarrollo de los conocimientos humanos y la ción al público para su instrucción y deleite de
ilustración del pueblo». 26 Una descripción muy objetos y especímenes de valor educativo y cultu-


ral, incluyendo material artístico, científico (tanto mente, un museo es una institución para la custo-
animado como inanimado), histórico y tecnológi- dia de objetos y para la interpretación de aquellos
co. Los museos así definidos pueden incluir jardi- objetos tanto investigados como exhibidos» .37 V.
nes botánicos, parques zoológicos, acuarios, pla- Eliseeff, por su parte, describía a comienzos de la
netarios, sociedades históricas, y casas históricas década de los setenta el museo como «UD con-
y lugares que reúnan además los requerimientos junto especializado o diverso, en el que las fun-
prescritos en la cláusula precedente». Suele mo- ciones son múltiples. El punto común de todos
dificar levemente esta definición para reflejar los los museos es el interés que reporta al patrimonio
cambios de los museos y de las circunstancias, natural y cultural de la humanidad». 38 Criterio
acompañadas estas definiciones de breves comen- cercano al de Crispolti, cuando afirmaba que el
tarios, como ocurrió en los años 1970 al propo- museo debe ser «Servicio cultural público, relacio-
ner su esquema de «Museum Accreditation». En nado con la documentación y la experiencia de
1973, por ejemplo, definía el museo como «Una las inquietudes figurativas, visuales y objetuales
institución organizada y permanente, no lucrati- de nuestro siglo, servicio activo y no sólo centro
va, esencialmente educadora o estética en su pro- de conservación de obras, aunque sólo sea un
pósito, con un equipo profesional que utiliza sus sentido no estadístico». 39
tangibles objetos y cuidados para ello, y los mues- En todo caso, sin duda que han sido los esta -
tra al público según un plan regulado». 31 tutos del ICOM (los primeros fueron redactados
La Encyclopaedia Universalis dedica desde su en 1947, y en su art. 3 ya se define el museo),
edición de 1968 algunas páginas al desarrollo del modificados en la citada VII Asamblea de Alema-
concepto de museo y de museología. Desarrolla- nia de 1968, 40 los que han desarrollado y preci-
dos por Germain Bazin, 32 la actualización apare- sado en su sentido más amplio el concepto y la
cida en 1989 dedica amplios comentarios de Gil- comprensión de museo* en el Título II (asumien-
bert Lascault a musée, 33 del propio Bazin a musées, do la definición de 1947), que transcribimos tex -
muséologie y crises de l'institution muséologique34 y tualmente :
de André Desvallées a nouvelle muséologie. 35
La Encyclopedia Britannica, en su edición de Título II. Definición de museo
Artículo 3: El ICOM reconoce como museo a toda
1974, definía al museo de hoy con palabras de institución permanente, que conserva y expone co-
Rugues de Varine-Bohan -entonces director del lecciones de objetos de carácter cultural o científico,
ICOM, y que se identifican con su propia defi- para fines de estudio, educación y deleite.
nición, como veremos- como «una institución Artículo 4: Entran en esta definición:
que reúne, estudia y conserva objetos represen- a) las salas de exposición que con carácter permanen-
te mantienen las bibliotecas públicas y las colecciones
tativos de la naturaleza y del hombre con el fin de archivos;
de mostrarlos después al público para su infor- b) los monumentos históricos, sus partes o dependen-
mación, educación y deleite . En esta definición, cias, tales como los tesoros de las catedrales, lugares
el término museo incluye no sólo aquellas ins- históricos, arqueológicos o naturales, si están abiertos
tituciones conocidas como tal sino también las oficialmente al público;
c) jardines botánicos y zoológicos, acuarios, viveros
galerías de arte (no comerciales), las galerías y otras instituciones que muestran ejemplares vivos;
de imágenes, los seculares tesoros eclesiásticos, d) los parques naturales .
ciertos monumentos históricos, las exposiciones
permamentes al aire libre, los jardines botánicos
y zoológicos, los acuarios, y las bibliotecas y ar- * [La UNESCO, por medio de D.A. Allan, lo había definido
en 1960: «Un museo en su forma más simple consiste en
chivos siempre que estén abiertas al público». 36 un edificio como casa de las colecciones de objetos para la
En otro sentido, Edwin H. Colbert, definía en contemplación, estudio y deleite», The organization of mu-
1961 el museo del modo siguiente: «Sumaria- seums, París, 1960, pág. 13].
En los estatutos redactados en la XI Asamblea transformar la sociedad»; o, cuando se trata de
:=-eneral de Copenhague en 1974 puntualiza el museos pequeños o museos regionales, en que
:-=OM: están «formados por sus comunidades respectivas
para preservar su herencia cultural específica»
Artículo 3: El museo es una institución permanente, (en palabras del programa preliminar del comité
sin finalidad lucrativa, al servicio de la sociedad y organizador de la XVII Conferencia del ICOM'95
de su desarrollo, abierto al público, que adquiere,
conserva, investiga, comunica y exhibe para fines de
(Stavanger, Noruega, 1-7 de julio) «El museo y
estudio, educación y de deleite, testimonios materiales las comunidades»); o en que «existen para el be-
del hombre y su entorno. neficio de todos, y en especial para el de la memo-
Artículo 4: El ICOM reconoce que responden a esta ria colectiva de una región» (Conferencia del ICR,
defi nición, además de los museos designados como comité internacional del ICOM para los museos
tales:
a} los institutos de conservación y galerías perma-
regionales, 1993).
nentes de exposición mantenidas por las Bibliotecas Una definición con la que, lógicamente,
y Archivos. coinciden esencialmente otras instituciones,
b} los parajes y monumentos naturales, arqueo- como The British Museums Association, que en
lógicos y etnográficos, los monumentos históricos su asamblea anual de 1984 adoptó la siguiente:
y los sitios que tengan Ja naturaleza de museo por
su s actividades de adquisición, conservación y co-
«Un museo es una institución que colecciona,
m unicación . documenta, preserva, expone e interpreta testi-
c} Las instituciones que presenten especímenes vivos, monios materiales e información asociada para
tales como jardines botánicos y zoológicos, acuarios, beneficio del público». Definición que, a su vez,
viveros, etc. 4 1 asumió la Comisión de Museos y Galerías britá -
nicas en 1988.
La XIV Asamblea General (Londres, 1-2 de También se han fijado en la defendida por el
agosto de 1983) añadió a este artículo los puntos ICOM y en otras propiciadas por la UNESCO los
iguientes: diversos autores. Así, Francesco Poli, refiriéndo-
se en concreto a los museos de arte, y después de
d) Parques naturales .
e) Centros científicos y planetarios.
afirmar que «constituyen el patrimonio artístico
público», (y de puntualizar: «Se pueden definir
En posteriores asambleas generales, congresos metafóricamente (en su conjunto) como el 'dic-
y reuniones, los distintos comités del ICOM han cionario de los valores artísticos ', en el sentido de
continuado matizando y enriqueciendo esta defi - que lo que no está presente en ellos no es arte,
nición, como ocurrió en la XVI Asamblea General o todavía no lo es oficialmente» ), 42 cita «unas
(La Haya, 1989 ), que ratificó la de los estatutos de definiciones genéricas de museo: El museo, un
1974 y 1987. Es decir: «El museo es una institu- medio de comunicación, el único dependiente
ción permanente, sin fines lucrativos, al servicio del lenguaje no verbal, de objetos y de fenóme-
de la sociedad y de su desarrollo, abierto al públi- nos demostrables. El museo, una institución al
co, que adquiere, conserva, investiga, comunica servicio de la sociedad que adquiere, comunica
y exhibe para fines de estudio, de educación y de y, sobre todo, expone con la finalidad del estu-
deleite, testimonios materiales del hombre y de su dio y del ahorro, de la educación y de la cultura,
entorno» . En esta actualización han sido decisi- testimonios representativos de la evolución de
vas diferentes posiciones de la nueva museología la naturaleza y del hombre. (Definiciones saca-
y la cada vez más clara influencia de disciplinas das de la revista de la UNESCO, Cultures, vol. xvr,
como la antropología o la etnografía. Se insiste, núm. 1, Editions de la Baconiere)». 43
sobre todo, en que los museos son instituciones Por su parte, Hans Heinz Holz, refiriéndose
«al servicio de la sociedad y su desarrollo» y «para también al museo de arte, y dentro de las preocu-


paciones socioculturales de la década de los se- distintas, sí al menos conceptualmente matiza-
tenta al respecto -incluidos los nuevos comporta- das en función de posiciones más innovadoras
mientos artísticos y el conceptual-, si no lo define, o alternativas, nacidas después de la reconocida
al menos lo califica como «cámara del tesoro y «Crisis del museo» a finales de los 60, como lue -
lugar de exposición». Un expresivo y doble título go analizaremos. Pero, sobre todo, provenientes
para distinguir entre la misión del museo (reunir y de la nueva museología.
exponer objetos de arte) y la otorgada a la Kunstha-
lle -sala de arte- (sitio del acontecer del arte) .44
Desde otro punto de vista, casi un siglo an- 5. Museología y museografía:
tes incluso de la creación del ICOM se ha venido definición, objeto y objetivos en
consolidando una doble tendencia de teorización
un nuevo paradigma de acción
sobre el museo, a favor y en contra, en que pensa-
dores, escritores, intelectuales y artistas, etc., han La museología, de acuerdo con el término y tal
llegado a construir toda una especie de propedéu - como hemos adelantado, es la ciencia del mu-
tica particular sobre la ciencia y el objeto museís- seo. Una definición etimológica que requiere la
ticos, de cuyo debate se ha ocupado recientemen- adecuada confirmación conceptual mediante el
te J. L. Déotte. 45 Los primeros, los defensores del oportuno análisis y desarrollo, una vez se han
museo, parten de la concepción filantrópica, en- conocido en síntesis la evolución y el estableci-
ciclopedista y didáctica de la Ilustración, y del Ro- miento de los principios de esta disciplina.
manticismo imperante en la época de definición La juventud de la museología como ciencia
del museo público y moderno. Los segundos, los -en parte, todavía en proceso constituyente-, a
detractores, arrancan de una crítica militante por la que ha precedido en el tiempo y en el espacio
la privación de autonomía e independencia de las la museografía, como también se ha indicado, es
obras al entrar en el museo, y por su conversión uno de los motivos para que antes de 1945 no
final en un mausoleo o panteón anquilosado e apareciera su definición o descripción ni en los
irregenerable. Ambas tendencias coexisten en la diccionarios ni en las enciclopedias al uso. Sólo
actualidad, y han protagonizado resonantes in- después de aquella década, comienzan a incluir-
cursiones a lo largo del siglo xx, como veremos. 46 la muy tímidamente, designándola unas veces
Pese a todo, la definición de museo más uni- como «especialidad» y otras como «ciencia» .48
versalmente aceptada sigue siendo la proporcio- La consolidación de la museología como cien-
nada y desarrollada en los estatutos del ICOM. cia y su definición han propiciado en los cinco o
Asunto distinto es, como veremos, la renovación seis últimos decenios un largo debate, todavía no
conceptual y funcional que se le exige actualmen- cerrado. No exento de posiciones encontradas y,
te al museo y, por tanto, las nuevas acuñaciones sobre todo, de una confusión evidente al tratar
que aparecen para expresar movimientos alter- los conceptos de museología y museografía, esta
nativos a la institución museística «Ortodoxa». 47 situación obligó al ICOM a acometer el estudio y
Pero también hay que señalar que hoy, in- la redacción de sendas definiciones, publicándo-
sistimos, aun persistiendo el reconocimiento a las en inglés y francés en 1970. La de museolo-
las definiciones del ICOM, lo cierto es que la gía, en concreto, con estas palabras:
evolución del propio museo, de la museología y
de la práctica museográfica han producido otros Museología es la ciencia del museo; estudia la his-
enfoques y análisis en el panorama actual del toria y razón de ser de los museos, su función en la
sociedad, sus peculiares sistemas de investigación,
fenómeno patrimonial y museístico. Y, conse- educación y organización, relación que guarda con el
cuentemente otras denominaciones, califica - medio ambiente físico y clasificación de los diferentes
ciones o definiciones, más que esencialmente tipos de museos. 49


Algunos autores, entre ellos L. Salema, ha- El conocimiento científico es aquel que con-
bían expresado algunos años antes su concepto sigue la comprensión objetiva y racional de un
de la museología y la museografía. En 1963 es- sector de la realidad. Y como cada zona de la rea-
cribía: lidad exige un determinado y específico modo de
conocimiento, para que una disciplina pueda ser
El estudio del museo en sí, en su estructura, es el considerada científica debe contar con suficien-
objeto de la museografía ampliada en la llamada
te autonomía para la elaboración sistemática de
museología, que no se limita a los problemas arqui-
tectónicos o expositivos, sino que tiene intereses más esos principios y teoría de valor universales. Su
amplios como son la extensión de la vida del museo, carácter científico no consiste tanto en la natu-
su funcionamiento y finalidad. 50 raleza del objeto de estudio ni en la metodología
empleada considerados aisladamente, como en
Para Georges Henri Riviere ( 1981 ), la museo - que la adecuación entre su objeto y los méto-
logía es: dos de investigación consigan hacer avanzar me-
diante el conocimiento objetivo y comprobable
una ciencia aplicada, la ciencia del museo. Estudia ese sector de la realidad investigada.
la h istoria y la función en la sociedad, las formas En esta comprensión de un sector de la rea-
específicas de investigación y conservación física, de
presentación, animación y difusión, de organización lidad estriba la vocación y consistencia científica
y funcionamiento, la arquitectura nueva o rehabili- de una disciplina, cualquiera que sea su clasi-
tada*, los emplazamientos admitidos o seleccionados, ficación (humana y social, o natural y experi-
la tipología, la deontología. 51 mental). 52 La utilización y consolidación de esa
metodología adecuada a su objeto, y la provisión
Una definición que venía a coincidir substan- y acrecentamiento de unas fuentes propias de
cialmente con la formulada por el ICOM, en la investigación y actuación tanto objetuales, como
que habían quedado clarificados ya tanto el objeto documentales y literarias, completan su carácter
como los objetivos de la museología, así como su científico .
calificación científica, y sus coincidencias y diferen - La museología cumple con éstos y otros re-
cias con la museografía, que luego analizaremos. quisitos que la acreditan como ciencia, a pe-
En una formulación académica, suele decirse sar de las dudas y controversias que plantea su
que las ciencias se especifican por su objeto for- constante crecimiento y sus matizaciones inter-
ma l. Desde esta perspectiva, el museo es el ob- disciplinales. De hecho, puede comprobarse que
jeto propio y específico de la museología y de la las numerosas generaciones de museólogos y
museografía. Y mientras que para la primera es museógrafos han conseguido en poco más de un
tanto objeto formal como material, sobre cuya siglo hacer avanzar de manera sorprendente no
totalidad de aspectos y cuestiones debe construir sólo la realidad viva de la institución en sí, sino
un sistema específico de principios y aplicaciones también el conocimiento objetivo de la historia,
de valor universal -es decir, proporcionar el co- estructura y organización, funciones y perfec-
nocimiento científico de la realidad museística-, cionamiento técnico y sociocultural del museo.
para la museografía, como veremos, el museo es Tanto el campo u objeto de estudio, como los
u n objeto físico en el que aplica cuantos princi- objetivos y métodos que la museología utiliza en
pios y normativas sistematiza la museología me- su desarrollo investigador, la caracterizan como
diante unas técnicas cada vez más especializadas ciencia autónoma, capaz de convertir mediante
en las diversas áreas en que interviene. enfoques museológico/museográficos debida-
mente orientados el objeto museístico en el mu -
* G.H. Riviere utiliza el término francés muséalisée, «musea- seo real, el sustrato material museográfico en el
lizada». (N. del A.) fenómeno museológico .


Por consiguiente, debemos situar la museolo- denamiento de las instalaciones científicas de los
gía entre las ciencias humanas y sociales, ya que museos». 56 Una definición que venía precedida
se diferencia por su área de conocimiento y objeto por la distinción que Georges Henri Riviere había
de estudio -la realidad patrimonial y cultural del hecho en 1958 entre la museología («es Ja ciencia
museo- de las denominadas ciencias experimen- que tiene por objeto estudiar las funciones y la
tales (como la biología o la física), cuya área y ob- organización de los museos») y la museografía:
jetos de conocimiento son los hechos naturales. «Es el conjunto de las técnicas relacionadas con
Las dudas que surgen acerca de su condición cien- la museología». 57 En 1981 matizaría el concepto
tífica, sobre todo entre algunos especialistas de afirmando que la museografía es «Un conjunto
museos y ciertos tratadistas de la materia, 53 cons- de técnicas y de prácticas, aplicadas al museo». 58
tatan en todo caso concepciones excesivamente Es decir, la museografía trata diversos aspec-
restringidas de «ciencia», muy cercanas a veces al tos, desde el planteamiento arquitectónico de los
erróneo concepto de «ciencia exacta» . Pero tam- edificios a los aspectos administrativos, pasando
bién influye en esta apreciación la circunstancia por la instalación climática y eléctrica, de las co-
común a varias ciencias recientes, que han nacido lecciones . Las actividades propias de Ja museo-
o empezado a desarrollarse como disciplina inde- grafía son de carácter evidentemente técnico,
pendiente a partir del siglo xvm y aún hoy, más de afectando de modo fundamental al continente
un siglo después, siguen consolidando y ensan- de los museos; y al contenido desde el punto de
chando su condición rigurosamente científica. 54 vista más literalmente físico y material.
Respecto de la museografía, la Enciclopedia Inevitables tanto la contraposición museolo-
Universal Ilustrada Europeo Americana, afirmaba gía/museografía, como la delimitación de las fun-
textualmente en su edición de 1923: ciones que competen a una ciencia y a la disciplina
(técnica) que aplica sus postulados y directrices,
(Etimológicamente.- Del griego mouseion, museo, y Jos tratadistas y estudiosos nos proporcionan,
graphein, describir: catálogo o descripción de uno o cada vez con mayor claridad, suficientes elemen-
más museos. ss
tos de definición y especificación. Muchas veces,
ampliando aquellas que el ICOM ha emitido con
Es evidente que esta descripción etimológica
la autoridad que le corresponde. Porque, desde la
carece del rigor lingüístico y conceptual inheren-
afinidad etimológica a la analógica identificación
te a las definiciones del ICOM. Pero es perfecta-
del objeto y objetivos, museología y museografía
mente válida a la hora de ilustrar de una forma
adquieren a veces fuera de rigor la utilización si-
más gráfica los matices diferenciales existentes
nónima, por ello mismo se hace más necesaria la
entre la museología y la museografía. Es decir,
delimitación de sus coincidencias, diferencias y
entre la ciencia de los museos y la técnica que
analogías. Incluida la definición etimológica .
expresa y aplica todos sus conocimientos.
Existe la diferenciación real. La museografía
De la museografía, hasta la edición de 1970
se mueve en el plano de lo práctico y concreto de
no se ocupa de ella, el Dicionario de la Real Aca-
los hechos; la museología, como ciencia teórica,
demia Española de la Lengua, dice : «Estudio de la
normativa y planificadora, en el del análisis de
construcción, organización, catalogación, instala-
los fenómenos museísticos, que conviene tener
ción e historia de los museos». Es decir, mezcla
presente para evitar imprecisiones y equívocos.
en una sola definición funciones de la museolo-
Es lo que evitan las buenas descripciones y defi-
gía y la museografía, pero de manera incompleta.
niciones al calificar a la museografía como:
Ese mismo año el ICOM define Ja museogra-
fía del modo siguiente: «Es la técnica que expre- la teoría y práctica de la construcción de los museos,
sa los conocimientos museológicos en el museo. incluyendo los aspectos arquitectónicos, de circula-
Trata especialmente sobre la arquitectura y or- ción y las instalaciones técnicas . Pero todo ello, más


los problemas de adquisiciones, métodos de presen- anglosajona, que viene a sustituir gradualmente,
tación, almacenamiento de reservas, medidas de se- aunque se mantengan confusiones, a la antigua
guridad y de conservación, restauración y actividades
museografía. (.. .) La museología se apoya en la
culturales proyectadas desde los mu seos, constituye
una nueva ilisciplina más amplia que recibe el nombre historia de la colección, y así se ha afirmado en
de museología. 59 muchas partes y de modos muy diversos, pero
siempre con una coherente determinación: el co-
Cuando se considera el origen histórico de la nocimiento es condición indispensable para cada
m useografía y de la museología aparecen más proyecto. El conocimiento es la clave de la tutela.
intrincadas las relaciones de ambas en su géne - La museografía como sistema de indicaciones
sis inicial. Y esto porque, aunque la actividad de funcionamiento, como análisis de situacio-
m useológico/museográfica de retrotraerse a los nes prácticas y propuesta de soluciones es a su
remotos principios de los museos, la diferencia- vez eminente y asépticamente técnica . (... ) Una
ción propiamente dicha comienza de hecho con disciplina cognoscitiva por mantenerse estricta-
el desarrollo del museo moderno, el decimonó - mente ligada a la museología como una cara de
nico. Al deshacerse los antiguos coleccionismos la misma medalla . No se da la una sin la otra». 60
aristocráticos en favor de unos museos de carác- En algunos casos, debido sobre todo a la con -
te r social, la consecuencia más inmediata fue el cepción de la museografía como teoría y práctica
acrecentamiento de estas instituciones y la mul- de la construcción de museos, incluyendo en ella
tiplicación de los problemas técnicos -almacena- tanto los aspectos arquitectónicos como los rela-
m iento, conservación, instalación, exhibición, tivos a las diferentes instalaciones técnicas, se ha
ci rculación de los visitantes, iluminación de las conformado especialmente en Italia una acep-
alas, ventilación, seguridad ... - que de ellos de- ción del término museografía identificado con la
\'ienen. Así nació, por necesidad, la museografía, restauración de monumentos, como lo demues-
que terminó ampliándose y reafirmándose en tran tanto el enfoque de escuelas especializadas
la ciencia de la museología. De ahí, su intensa y como la aparición de publicaciones que vinculan
complementaria hermandad. estrechamente estos dos conceptos. 61
Con independencia de quienes piensan, como Finalmente, en el contexto de los nuevos
hemos indicado, que el término mu seología es museólogos, la «museología es una ciencia que
de adopción anglosajona (museology), y que vino tiene por objeto el estudio del papel del museo
a sustituir a la antigua y neickeliana museogra- en los fenómenos de fabricación de un patrimo-
fía, lo cierto es que ambos vocablos expresan eti- nio», como la define Marc Maure. 62 Y aüade: «Es
mológica, técnica y funcionalmente conceptos una definición basada sobre una perspectiva teó-
diferenciables y complementarios. rica colocando el acento sobre el rol del museo
En concreto, Adalgisa Lugli se refiere a la mu- como expresión e instrumento de un proceso de
eología y a la museografía, entre otras, con estas identificación. Existen evidentemente otras for-
palabras: «La afirmación del término museología mas de definir la museología, pero no es objetivo
se apoya en una general renovación de la proble- mío discutirlas. La idea principal a retener es que
mática en torno al museo. Por primera vez en la la museología es una ciencia social». 63
historia de esta institución, a partir de la inmedia- Una ciencia social y de acción, cuyo método
ta postguerra se crea un organismo internacional, más eficaz para sus fines se concreta en la expo -
el ICOM (International Council of Museums), sición, que es a la postre el método museográ-
afiliada a la UNESCO, que inicia en 1948 sus tra- fico por excelencia para la puesta en escena de
bajos de coordinación entre los museos de todo los objetos, y para la difusión, comunicación y
el mundo. Es en este contexto en el que se afir- diálogo con la comunidad. Una ciencia, la nue-
ma ante todo el término museology, de adopción va museología, que se nos presenta como un


fenómeno histórico existente objetivamente y comunidad, el diálogo entre sujetos y su sistema
como un sistema de valores; una ciencia pura abierto e interactivo la consagran con el perfil
y aplicada, con diferentes formas de prácticas, más idóneo dentro de un nuevo paradigma de
en las que el tratamiento y los contenidos plu- acción y democracia sociocultural para el museo
ridisciplinales, así como la concienciación de Ja de nuestro tiempo.

NOTAS AL CAPÍTULO 1 minerales, monedas y medallas ... ) Studies International, que viene apa-
reunidos por Tradescant, padre e hijo, reciendo periódicam ente bajo la rú-
1 Fue editada por Hubert, Leipzig y como resultado de sus extensos tra- brica de la Smithsonian Institution de
Breslau, en 1727, con un total de 464 bajos, y que llegó a ser el núcleo del Washington . La edición de 1988 (que
págs. Ashmolean Museum de Oxford; y ha sido realizada bajo la responsabi-
2 LUGLI, A., Museologia, Milán, Edito- Museum Petiverianum (Petiver, 1695- lidad de Jane R. GLASE R, Director,
riale Jaca Book S.p .A., 1992, págs . 1703 ), catálogo de la colección del bo- Office of Muse um Prograrns, Mar-
19-21. tánico James Petiver (c. 1665- 1718). cia M. ANDERSEN, Editor, y Robin
3 Algunos autores consideran que el 5 BAZIN, G., Le temps des musées, Lieja/ FOGG, Recopilador, y publicada por
antiguo término museographia ha Bruselas, Editions Desoer, 1967. Ver- Office o! Museum Prograrns, Smith-
sido sustituido gradualmente por el sión en español El tiempo de los mu- sonian Institution, Washington,
de museología, de adopción anglo- seos, Barcelona, Daimon, pág. 267. D.C./ International Council o! Mu -
sajona (museology). Pero, de todos 6 La Conferencia debatió el tema Ar- seums, Committee far the Training
modos, la realidad es que el signifi- chitedure et aménagement des musées of PersonneL Leicester, England),
cado etimológico y de contenido de d'art. Los volúmenes fueron publica- informa con detenimiento sobre 460
cada uno de éstos los hace comple- dos con el título Muséographie . Archi- centros que imparten cu rsos de mu -
mentarios y diferenciables. tecture et aménagement des musées d'art. seología en diversas universidades y
4 La ordenación y clasificación de las Conference International des Mu- museos de los EE. UU. y de un os 40
colecciones tuvo también un repre - sées, Institut International de Coo- países de todos los conrinentes. En
sentante destacado en el naturalista peration Intelectuelle, Societé des otro sentido, la importancia crecien-
sueco Carlos de Linneo (1707-1778). Nations, Madrid, 1934 (París, 1935) . te de la museología se evidencia en
Clasificó todas las especies vegetales, 7 La personalidad, los trabajos, las pu- el repertorio ofrecido por la obra ya
introdujo la nomenclatura binaria y blicaciones y la influencia determi- citada de Peter WOODHEAD y Geof-
adelantó la clasificación de las plan- nante de G. H. Riviere no sólo en el frey STANSFIELD, Keyguide 10 Infor-
tas basadas en el parentesco natural. tema del ecomuseo, sino también en mation in Museum Swdies ( 1989, 2ª
Son clásicas sus publicaciones sobre otros muchos campos de la teoría y ed., 1994), una guía muy completa.
los tres reinos de la naturaleza Systema la práctica museológico/museográfi- 9 HUBERT, F., «llistorique des éco-
Naturae (1735) y la lista de las espe- ca, han sido estudiados, recogidos y musées », La M11Séo/09ie selon Georges
cies de plantas conocidas en Species ponderados por 32 especialistas, en Henri Riviere, op. dr. ( 1989), págs.
Plantarum (1753). Un aspecto éste de muchos sentidos discípulos y here- 146-154.
la clasificación de las colecciones que deros de su obra, en el espléndido 1OEs necesario destacar al respecto
resulta imprescindible para la publica- volumen ya citado de 402 págs. y nu - en Francia la Assodarion ,\f11Séologie
ción de catálogos. Peter WOODHEAD merosas il., La Muséo/ogie se/on Geor- Nouvelle et Expfrimemarion Soda/e,
y Geoffrey STANSFIELD citan en su ges Henri Riviere. Cours de Muséologie MNES), cu yos trabajo , cursos for -
obra Keyguide to Information Sources / Textes et témoignages, Paris, Dunod, mativos y publicaciones vienen apa-
in Museum Studies (Londres y Nueva Bordas, 1989. Versión en español La reciendo desde la década de los 80 .
York, Mansell, 1989, págs. 5-6) los Museología. Curso de museología/Textos Un conjun to de textos fue reunido
madrugadores catálogos Museum Wor- y testimonios, Madrid, AkaL 1993. bajo el título S u;·ellcs m:iséologies y
mianum (Worm, 1655), catálogo de la 8 La expansión e intensificación de la dirección de A. XICOL.\.S, Marse -
colección del físico danés Olaf Worm los estudios de la museología , funda- lla, Muséologie nouwlle ec expérimen-
( 1588-1654), un surtido de especíme- mentalmente universitarios, han ad- tation soda/e, 1986, de 190 págs. La
nes de historia natural y arqueología quirido en los 35 o 40 últimos años publicación de las aaas de los cursos
prehistórica; Museum Tradescantianum niveles y calidades sorprendentes. Su sobre temas especializados consti-
(Tradescant, 1656), una lista de los alcance e importancia a escala mun- tuye siempre materia atractiva. Por
contenidos de la famosa colección dial quedan de manifiesto, por ejem- ejemplo, y referidos al arte contem-
(animales disecados, plantas secas, plo, en publicaciones como Museum poráneo, son muy in eresames L'art


contemporain. Diffusion-animation- 18 SOLA, T., «Concept et nature de 27 CREP, P., en «L'architecture des
formation, Musée de Saint-Etienne: la muséologie», en Museum, París, Musées comme plastique», Mou-
MNES, 1986, 94 págs.; y Scénogra- UNESCO, núm. 153, 1987, pág. 46. seion, París, 1934, págs. 7-17.
phier l'art contemporain, Savigny-le- 19 En «La nouvelle muséologie - 28 Véanse especialmente las páginas
Temple : MNES, 1988. qu'est-ce-que c'est?», ICOFOM, Sym- 81 -89.
11 LEROUX-DHYS, J-F., «Note sur posium «Museum and Community Il», 29 RIVIERE, G.H., en Seminario Re-
quelques musées d'apres 1980», en Stavanger, Norway, July 1995, ISS gional de la UNESCO sobre la función
La Muséologie selon .. ., op. dt., págs. 66- 25, ICOFOM Study Series, editado educativa de los museos (del 7 al 30 de
67. por Martín R. Scharer, Alimenta- septiembre de 1958), Estudios y do-
12 Véanse especialmente los artículos rium Food Museum, Vevey/Suiza, cumentos de Educación, núm. 38,
«Les ecomusées», en Universalia 80, 1996, págs. 127-132. París, UNESCO, 1961 («Definiciones
págs. 421-422; «Verités premieres 20 La <<nueva museología» como mo- fundamentales», pág. 15).
de muséographie ... et de muséolo- vimiento internacional renovador 30 Véase NEUSTUPNY, J., Museum and
gie», Scénographier l'art contemporain, no puede circunscribirse lógica- Research, Praga, The Office of Regio-
Savigny-le-Temple: MNES, 1988, mente a sólo los grupos citados. En - nal and Museum Work of the Natio-
págs. 25-40; «Nouvelle muséolo- tre los británicos, además del núcleo nal Museum in Prague, 1968, quien
gie», en Encyclopaedia Universa/is, de Leicester, es necesario destacar, cita esta definición de la enciclopedia
París, sup. de 1989, págs. 921-924; entre otros, a los autores de The New soviética en las págs. 153-154.
y Vagues, une antologie de la nouvelle Museology, Londres, editado por Pe- 31 Así aparece en Museum acreditation:
muséologie, Macan, Éd. W, MNES, ter Yergo, Reaktion Books, 1989. professional standards, Washington,
vol. 1, 1992, y vol. 2, 1995, coordi- 21 ESTRABÓN, Geografía, libro XVI, The American Association of Mu-
nada por A. Desvallées. l. 5 y ss., Londres, Loeb Classical seums, vol. VII, 1973, pág . 8.
13 Véase «Príncipes esthétiques et Library, Harvard University Press y 32 Además de en su libro citado Le
préparation des expositions didac- William Heinemann Ltd ., 1932, edi- temps des musées ( 1967).
tiques/ Aestetic principies and ge - ción a cargo de H. J. Janes. 33 Tomo 15, págs . 914-917 de la edi-
neral planning of educational exhi- 22 HESÍODO, Obras y Fragmentos: «Teo- ción de 1989 (Publicada por Ency-
bitions», en Museum, núm. 18 (1), gonía», Madrid, ed. Gredas, S.A., clopaedia Universalis France, S.A.,
1965, págs. 2-59, il. !Museum 18 (1), 1978, págs . 63 y sigs. París).
1965, págs. 65-97. 23 Ibídem. 34 Págs. 447-450 de la edición de 1968.
c4 Entre sus numerosos artículos, debe- 24 Cit. por BURCAW, G. E., en Introduc- Y págs. 919-921, t. 15, de la publica-
mos recordar «Problems in the lan- tion to Museum Work, Nashville, The da en 1989.
guage of museum interpretation», American Association for State and 35 Tomo 15, págs. 921-924, 1989. 36 .
en Le musée au service des hommes d'au- Local History, 1975 (2ª. ed.1984), pág. Edición de 1974, pág. 649 (todo el
jourd'hui et demain, Actas de la 9ª. 9. (En el cap. Museum defined (págs. art. pp. 649-662).
Conferencia del ICOM, París, ICOM, 1-13) ofrece numerosas defirticiones 36 En The New Encyclopedia Britannica,
1972, págs. 89-90; «L'organisation de museo y otras: objeto, objeto de 15ª edición, 1988, el artículo «Mu-
et l'admirtistration des musées», en museo, espécimen, artefacto, objeto seums» fue redactado (págs. 478-
Colloque sur les musées dan le monde artístico, obra de arte, colecciones, 490) por Geodffrey D. Lewis.
d'aujourd'hui, París, UNESCO, 1969, colección, acrecentamiento, registro, 37 «What is a museum?», Curator 4
publicado en Nouvelles de l'ICOM (2), catalogación, clasificación de las co- (2), Nueva York, 1961, págs. 138-
1970, págs.2-6; y «The 'language' of lecciones, exhibición, rótulo, exposi- 146.
museum interpretation», en Chiers ción, muestra artística, galería de arte, 38 En «Musées et ordinateurs», en
d'histoire mondiale, «Musées, societé, museo de arte, museo general, museo Museum, vol. XXIII, núm. 1, 1970-
connaisances I Museums, society, enciclopédico, edilicio o lugar históri- 1971, págs . 2-3.
knowledge» , 14 (1), 1972, págs. 48- co, proyecto de preservación, jardín 39 CRISPOLTI, S., «Conservazion e, in-
57. botánico, arbolario, herbolario, jardín formazione, arte e potere nella ga-
: 5 Art. cit. «Nouvelle muséologie», en zoológico, acuario, museo de niños, llería pubblica», L'uomo e /'arte, Mi-
Encyclopaedia Universa/is, París, sup. planetario, centro de la naturaleza, lán, núm. 405, agosto-septiembre
de 1989, pág. 922. centro de visitantes, centro de ciencia, 1971, pág. 16.
:6 Ibídem. centro de arte; 12 puntos sobre la de 40 Publicados en España por la Direc-
: - Su pensamiento puede apreciarse en «museo»; «museología» y «museo- ción General de Bellas Artes, Ins-
anículos como «Le Creusot-Mont- grafía».) pección de Museos, Madrid, 1969.
ceau -les Mines: la vie d'un écomu- 25 Ibídem. 41 Traducción al español de Consuelo
sée, bilan d'une décenie», en Mu- 26 FOYLES, M., en Tite Museum News, SANZ PASTOR, en Museos y coleccio-
seum, 32 (4), 1980, págs. 226-234. Washington, 1929. nes de España, Madrid, Ministerio de


Cultura, 1980, reedición revisada y por ejemplo), como en el artículo ciones de carácter permanente que
ampliada, págs . 6-7 (Nueva edición, «Museo y museología» de la Gran adqu ieren, conservan, investiga n,
1990). Enciclopedia Rialp (GER), edición de comunican y exh iben, para fines
42 POLI, F., Producción artística y merca- 1984, págs. 490-49 2, continúa sien - de estudio, educación y contem-
do, Barcelona, G. Gili, 1976 (1975 ), do fiel a las definiciones del ICOM. plación, conjuntos y colecciones de
pág. 40. Otros, como Fernando Salas López, valor histórico, artíst ico, científico y
43 Ídem, nota 1O del capítulo « ll. Mu- al aceptar y reproducir esta defini - técnico o de cualquier otra natura-
seos, salas de exposiciones, acade- ción en sus publicaciones, recono - leza cultural ». Una definición total-
mias », pág. 131. cen incluso que «el actual concepco mente fiel a la del ICOM.
44 HOLZ, H.H., De la obra de arte a la de museo, universalmente aceptado, 48 Así, aunque el Diccionario de la
mercancía, Barcelona, G. Gili, 1979 es el definido en los Estatutos del Real Academia Española de la len-
( 1972), pág . 90. lCOM en 1974». [SALAS LÓPEZ, F. gua no la incluye en sus ediciones
45 Especialmente en su obra Le mu- de, El museo, cultura para todos, Ma- de 1956 y 1970 - sí figura en la de
sée, /'origine de l'esthetique, París, drid, Ministerio de Cultura, col. Cul- este último año una definici ón de
L'Harmattan, 1993. Y anteriormente tura y Comunicación 13, 1980, págs. museografía, en 1957 el Diccionario
en BARY, M.O. de - WASSWEMAN, 34-35] . Aurora León, en cambio, co- Espasa describe la museología como
Vagues. Une anthologie de la nouvelle nociendo la actividad de la UNESCO «especialidad que trata de la orga-
muséologie, Mai;on, 1992, Éditions en este sentido, prefiere detenerse nización y régimen de los museos.
W.M.N.E.S. («Presentation», págs. con cierta amplitud en la «teoría del Se dice particularmente de los que
15-39). museo» desde variados puntos de guardan antigüedades arqueológi-
46 Entre los defensores resulta obli- vista, y analizar junto a definiciones co-anísticas». Enciclopedias como
gado recordar a Goethe y a tantos diversas de «museo » los aspectos la Unii-ersalis ya citada o la Gran
pensadores y escritores que, ba- más preocupantes de la museología, Enciclopedia Larousse (publicada en
sándose en Leibniz, Kant, o los ro- la museografía y la propia institu- español por Editorial Planeta, Bar-
mánticos alemanes Schlegel, Hegel ción en sí desde la perspectiva de la celona) le dedican, en cambio, un
y Navalois, etc., encuentran en el década de los setenta [LEÓN, A., El amplio tratamiento desde 1968, de-
museo el «Santuario» ideal para el museo. Teoría, praxis y utopía, Madrid, nominando ciencia a la museología.
arte. Marce! PROUST [En busca del Cuadernos de Arte Cátedra, 1978. La Nueva Enciclopedia Larousse (li-
tiempo perdido] o André MALRAUX Ver especialmente al respecto «La brairie Larousse, Parí , ed ición es-
[Le museé imaginaire ( 1947), tra- teoría del museo», en el cap. U, págs. pañola de Plaza & Janés, Barcelona,
ducido en español por Las voces del 67-91]. 1981, pág. 6821 ) define la museo -
silencio (Buenos Aires, 1956), y en Existen definiciones restrictivas y logía como la «Ciencia que trata
inglés Museum without Walls. Th e Voi- hasta sorprendentes, como las que de la organización e instalació n de
ces of Silence], pueden considerarse nos propone José FERNÁNDEZ los museos. (Sin. mu eografía) ».
seguidores . Entre los detractores, se ARENAS [Introducción a la conserva- lo que no contribuye a un escla-
tiene por pionero a QUATREMERE ción del patrimonio y técnicas artísticas, recimiento riguroso, al identificar
DE QUINCY [Considérations morales Barcelona, A riel, 1996] : «museo: la museología con la museogra-
sur la destina/ion des ouvrages de lárt lugar público donde se guardan y fía. En parte lo corrige al am pliar
( 1815 ). reeditado, París, Éd. Fayard, muestran obras de arte; museografía: a continuación: «la museología se
1989], pudiendo incluir en la nómi- ciencia práctica de conservación del ocupa de los problemas referen-
na a personalidades tan representa- patrimonio que consiste en ordenar tes a la conservación y presenta-
tivas como Burke, Nietzsche, Paul el arte dentro del museo; museología: ción de los fondos museís ticos ».
VALÉRY [ «Piéces sur l'art: proble- ciencia general de los museos y del En cualquier caso, puede crea r una
mes des musées» , Oeuvres completes. patrimonio artístico; museólogo: mu- cierta confusión al no diferenciar
1, págs. 1290-1294, París, Pléiade, seógrafo o persona dedicada a los bien las que son funciones propias
1960], E. Jünger, Merleau -Ponty, museos» (Págs. 190-191). de la museología de lo que es la
G. Duthuit, o Th. ADORNO [Pris- Por otra parte, el Real Decreto aplicación de las técnicas museográ -
mas, Barcelona, 1962], etc. 620/1987, de l O de abril, por el fica s.
4 7 Entre los autores españoles debemos que se aprueba el Reglamento de Desde las páginas de la Encyclopaedia
citar, por ejemplo, a Consuelo SANZ Museos de Titularidad Estatal y del Universa/is, Germain Bazin mantie-
PASTOR que, tanto en las sucesivas Sistema Español de Museos, en su ne (tanto en la edición de 1968, pág.
ediciones del libro citado Museos y artículo l º define así los museos: 447, como en la de 1989, pág. 918)
colecciones de España (en la reedición «De acuerdo con lo dispuesto en el que «la museología, ciencia que se
citada de 1980, págs. 6- 7; y en la pe- artículo 59.3 . de la Ley 1611985, de aplica a todo lo que concierne a los
núltima aparecida, Madrid, Minis- 25 de junio, del Patrimonio Históri- museos, a su historia y a su organi-
terio de Cultura, 1986, págs. 7-1 O, co Español, son Museos las Tnstitu- zación, nació en el siglo xvm ».
49 ICOM News, París, vol. 23, núm. l, 54 «El carácter tan reciente con que [... ] La finalidad de la ciencia mu-
1970, pág. 28. irrumpe la ciencia museológica seológica -como la de toda discipli-
50 SALERNO, L. y otros, «Musei e co - en la actualidad -escribía Aurora na científica- radica en la obtención
llezioni », en Enciclopedia Universa/e León en 1978- motiva la aclaración de resultados que suministren datos
de/l'arte, vol. lX, Florencia, Sansoni. de cienos errores conceptuales y reales y eficaces para la historia.[ .. . ]
1963 . la necesidad de elaborar un códi- La Museología comporta todos los
51 La Muséologie selon ... , op. cit., pág. 84. go terminológico que clarifique el caracteres -sujeto, objeto, sentido,
52 Karl R. POPPER defiende a este res- sentido de esta incipiente discipli- medios y finalidad- que la constitu-
pecto que todas las ciencias «prac- na. Disciplina que hasta hace pocos yen autónoma y cualitativamente
tican el método de resolver pro- años se ha movido en una práctica se confirma como ciencia al contar
blemas, el método de conjeturas asistemática que ofrecía un cúmulo con tres elementos básicos:
y refutaciones, que es el utilizado de datos y hechos museográficos sin 1º Ser expresiva de algo real (ele-
tanto para reconstruir un texto de- una cierta ordenación coherente, mento histórico) .
teriorado como para construir una sin directrices valorativas y sin un 2° Ser explicativa de forma global de
teoría acerca de la radioactividad» método de análisis que canalizara contenidos y comportamientos par-
(Conocimiento objetivo, Madrid, Tec- los postulados museológicos. ciales (elemento teórico).
nos, 1982 [1972], pág. 175). »Lo museográfico y lo museológico, 3° Ser emisora de métodos empíri-
La museología, cumple también, en los primeros términos causantes de cos (elemento práctico) .
este sentido, con la práctica de mé - los primeros planteamientos erró- »Por tanto, los hechos, los prin-
todos para resolver problemas de neos de la ciencia del museo, aun cipios, los juicios estimativos y
carácter conceptual, procedimental formando parte de un eje común normas fundamentan el carácter
y técnico, tanto desde un plantea- histórico-artístico, comportan en científico de la Museología.» (Ídem,
miemo de conjeturas (alternativas y sus respectivas raíces etimológicas págs. 93-95).
posibilidades) como desde el punto significados y funciones diferentes. 55 Espasa-Calpe, Barcelona, 1923 .
de vista de refutaciones (rentabili- No obstante, las similitudes y dife- 56 ICOM News cit., vol. 23, núm. 1,
dad y proyección sociocultural. .. ), rencias que en su campo de acción 1970, pág. 28.
además de la objetiva realización las hacen converger y diverger al 57 Seminario regional de la UNESCO sobre
m useográfica. tiempo, representan un exponente la función educativa de los museos, cit.,
53 Debates en torno a este tema se pro- válido para la delimitación de sus 1958, pág . 15.
ducen habitualmente en las reunio- funciones y para la asignación de 58 La muséologie selon ... cit., pág. 84.
nes anuales del Comité para la Mu- sus métodos operativos . 59 ROJAS, R. y CRESPAN, J.L./TRA-
seología (lCOFOM), como queda »Ciertamente, las afinidades entre LLERO, M., Los museos en el mundo,
indicado. La década pasada de los 80 la labor museológica y museográfica Barcelona, Salvat, 1973, págs. 41-
h a enriquecido documentalmente se concentran en que la meta fun- 42.
-no sólo por medio de los MuWoP damental de ambas radica en actuar En este sentido, además de los au-
citados, o con las actas del MINOM sobre el museo a todos los niveles.» tores y grupos renovadores de la
de la <<nueva museología»- la situa- (LEóN, Aurora, op . cit., pág. 91). museología citados [incluidos los
ción real de esta ciencia. Numero- «La Museología -insiste en otro simposios y documentos de MuWoP
sos expertos participantes en estas aspecto Aurora León- es ciencia so- (Museological Working Papers), ICO-
reuniones (véase el art. de T. Sola, cial no sólo porque el mismo con- FOM Studies Series], otros muchos
cit. en la nota 18), aun discrepando tenido del museo -el objeto- es un han insistido recientemente tanto
no pueden negar los avances reales elemento esencialmente socializa- en la estrecha relación entre la mu-
de una ciencia y de su técnica en do. Es decir, que el material básico seología y la museografía, como en
constante crecimiento; o la expan- de análisis procede de la realidad el carácter científico de la primera.
sión cada vez mayor de su objeto histórico-social, lo que supondría (Véase por ejemplo, Museum Studies
propio, el museo. Tampoco, la cali- un detenido estudio de la sociedad in Material Culture, editado por Su-
dad científica de los contenidos y la actual que, por la complejidad de fe - san M. PEARCE. Londres, Leicester
metodología empleada en el estudio nómenos que presenta, desbordaría University Press, 1989; «What Is
e investigación de los diferentes cur- los límites del tema. [ ... ] También Museum Studies», en la op. cit. de
sos, diplomaturas y demás titulacio- como ciencia histórica ha nacido de P. WOODHEAD y G. STANSFIELD
nes universitarias en esta materia, un necesario apoyo a la cultura, a (1989, 2ª ed. 1994), págs. 11-13 es-
impartidos por centros de garantía la que ayuda a buscar nuevos plan - pecialmente; Orazio CURTI, «Mu-
internacional, que avalan más si teamientos, y de comportar los me- seologia e didattica dei musei della
cabe los objetivos conseguidos por dios más eficaces de divulgación de scienza e della tecnica », en AA.VV.,
ese avance (teórico y práctico) de la los conocimientos y de creación de Il museo centro di ricerca, «Musei e
m useología. la sensibilidad artística y científica. Gallerie d'Italia», Nuova serie l,

Geografía e Historia
Roma, De Luca Editare, 1982, págs. ed il restauro dei monumenti. Universi- logía aplicada a un museo de arte
24-26.] ta degli studi di Roma «La Sapienza», moderno»/ »La museografía aplica-
Franco MINISSI expresa así su punto Roma, Bonsignori Editare, 1992. da a un museo de arte moderno»,
de vista: «Los dos términos "museo- También, Sandro RANELUCCI, respectivamente) una teoría y plan-
logía" y "museografía" a los que co- Restauro e museografia. Centralita del/ teamiento ortodoxos sobre el tema,
rrientemente se atribuye un idéntico Storia, Roma, Multigrafica Editrice, en parte ilustrado con la experiencia
significado, por cuanto en el pasado 1990. de la reestructuración del Museo de
las dos disciplinas venían normal- En otros casos, como AA.VV., Arte Moderno de Río de Janeiro . El
mente siendo tratadas por un único Pare un museo. Come conduire enfoque museográfico arquitectóni-
personaje, el conservador o director un 'operazione museografica?, Bolog- co es lo que Antonio PIV A ha desa-
del museo, y se confundían por ello na, Progetto Leonardo, Societá Edi- rrollado posteriormente en Lo spazio
la una con la otra, van asumiendo trice Esculapio, 1990, el enfoque y del museo. Proposre per /'arce coniempo-
ya características propias de especi- los contenidos son eminentemente ranea in Europa, Venecia, Saggi Mar-
ficidad, aunque manteniendo estre- coincidentes con las concepciones y siglio, 1993.
chamente ligadas su recíproca com- definiciones de la museografía más 62 MAURE, Marc, art. cit. «La nouvelle
plementariedad e interdependencia » universalmente aceptadas. muséologie - qu 'est-ce-que c'est?»,
(en JI museo negli anni'80, Roma, De modo análogo, Irma ARESTI- ICOFOM, Symposium Museum and
Ed izzoni Kappa, 1983, pág. 13). ZÁBAL/ Antonio PIV A, en Musei in Community JI, 1996, pág. 28.
60 Op. cit., págs. 16-18 y 40. trasformazione. Prospettive della mu- 63 Ibídem.
61 Así, Franco MINISSI/Sandro RA- seologia e della museografia, Milán,
NELUCCI en su libro Museografía. Mazzotta, 1991, elaboran en dos
Scuola di specializzazione per lo studio propuestas paralelas («La museo-
2. Memoria, interpretación y relato.
Pasado y evolución del museo

La historia y la evolución del museo están ín- En consecuencia, el museo tal y como hoy lo
timamente ligadas a la propia historia humana. conocemos es un invento nacido curiosamente
Especialmente, a la necesidad que el hombre de bajo el entusiasmo y la visión de las élites ilus-
todos los tiempos, culturas y lugares ha sentido tradas del siglo XVIII. Pero fue convertido en insti-
de coleccionar los más diversos objetos y de pre- tución pública y diseñado como un instrumento
servarlos para el futuro. Esta constante ha pro- moderno de culturización por diversos factores
du cido después de miles de años de gestación el determinantes del espíritu enciclopedista del si-
nacimiento del museo, que explica sectores im- glo de las luces y, sobre todo, por decisión e im-
portantes de esa evolución humana en múltiples posición de la Revolución Francesa.
facetas de su desarrollo sociocultural, técnico y Bajo el título genérico de El testimonio histó-
científico. Una institución que completa el pro - rico del museo, intentaremos sintetizar su origen
ceso histórico general de la humanidad, prove - y desarrollo desde una doble perspectiva: desde
yéndola de otros elementos diferentes a los ex- la clásica concepción de su «evolución histórico-
presados por la historia escrita. obj etiva» -lo que incluye incluso un desarrollo
Los objetos coleccionados y conservados en conceptual a través de los diversos términos em-
Jos museos son elementos fundamentales para pleados en su denominación- y desde «la evo -
el conocimiento de aquellos períodos a los que lución cultural de la humanidad», que implica
pertenecen, pero también necesarios para el de- consideraciones de carácter más sincrónico y en-
arrollo sociocultural del mundo moderno. Con foques fundamen talmente etnológicos.
las bibliotecas y los archivos, los museos son los
depositarios de Ja mayor parte de los testimonios
más preciados de la creación humana a través l. El tiempo que pasa, el tiempo
de los siglos, como se reconoce unánimemente. 1 que perdura y el Gran Tiempo
El museo, en cuanto institución pública acce-
ible a toda clase de visitantes, es una realidad o Afirma Germain Bazin, en su clásico sobre el
fen ómeno reciente. No así sus orígenes etimoló- origen histórico objetivo de la institución mu -
gicos y las primeras formulaciones patrimonia- seística El tiempo de los museos,2 que «describir
,es y socioculturales, como hemos visto. Hasta el tiempo de los museos es tanto como narrar
finales del siglo XVIII, la cultura y el arte no eran la historia del concepto "museo", añadiéndole,
más que un adorno en la vida de los privilegia- además, la historia del concepto "tiempo". Sobre
dos, bien como elementos de exaltación religio- ese punto, nuestra época ha acumulado los es-
-a, bien como curiosidad superior reservada a los tudios metafísicos, psicológicos, psicoanalíticos,
potentados y la nobleza. Iglesias y palacios guar- sociológicos, etnológicos y científicos; salvo los
daban celosamente Ja casi totalidad del patrimo- últimos, que atañen a otro aspecto del proble -
nio histórico-artístico que la humanidad había ma, todos conducen más o menos a la presencia
producido hasta entonces. en la conciencia humana de dos nociones del


tiempo: la del tiempo que pasa y la del tiempo capaces de comprender no sólo la razón del ser
que perdura. Las civilizaciones arcaicas que re- del tiempo pasado como exponente y testigo de la
chazan la historia sólo conocen la segunda, la producción de una época o explicativo de secto-
que los etnólogos han llamado "el Gran Tiem- res importantes del desarrollo de la humanidad,
po", al que se refieren los primitivos, los cuales, sino también de interpretar la inexorable acción
mediante el ritual y el mito, llegan a anular el del tiempo que pasa, y por qué el «Gran Tiem-
tiempo que pasa; la existencia está entonces tan po» puede y debe ser un ingrediente importante
íntimamente integrada al grupo que es un an- a la hora de potenciar la memoria colectiva. Sin
tecedente natural que no se distingue en nada el tiempo, sin su inmarcesible acción, no puede
de la continuidad del universo . Todo hombre haber ni pasado ni memoria ni patrimonio. Por
puede redescubrir en sí mismo la huella de ese tanto, tampoco interpretación ni relato. Conocer,
"Gran Tiempo", intentando aprehender de nue- interpretar y relatar el pasado en el presente es
vo los recursos de su infancia, en la que el juego sin duda la forma de mayor garantía para ase-
tenía el mismo papel que el mito para los primi- gurar el permanente porvenir del pasado. Y en
tivos, cuando crecía al abrigo de toda sensación esta beneficiosa acción los museos han ejercido
de transcurso del tiempo. y ejercen un importante protagonismo: el de su
»El paso del tiempo se agravó cuando la hu- testimonio histórico en la evolución cultural de
manidad tomó conciencia de un destino propio la humanidad.
-un destino profano- aceptándose como res-
ponsable de las resgestae, cuando el individuo,
desprendido del grupo, se concibió como causa 2. El testimonio histórico del museo.
y no como efecto [... ].Erigido en absoluto, el pa- Origen y evolución histórico-objeti-
sado se convierte también en refugio; es entonces va del museo
cuando los hombres sienten transcurrir una civi-
lización y se interesan por su historia, y la fuerza Los orígenes del museo enraizados en la pro-
de las ideas no se les revela más que cuando su pia civilización griega avalan, reiteramos, des-
reino va a terminar. Hegel decía que el pájaro de de la etimología misma y el contexto cultural,
Minerva sólo aparecía en el crepúsculo. El he- la génesis y el desarrollo de una institución que
lenismo cobra conciencia de sí mismo mientras fundamenta sus principios y testimonia con su
hace historia, se busca y se analiza, se consultan realidad la propia evolución cultural de la hu-
los archivos, se recopilan los documentos, se acu- manidad. Y aunque, como veremos, antes de la
mulan los escritos en bibliotecas colosales que época clásica griega coleccionar objetos preocu-
compiten mutuamente, como las de Alejandría y paba a otros muchos pueblos y culturas, ha sido
Pérgamo, y, en fin, se reúnen en los museos los Grecia -sobre todo a partir del Helenismo- la ci-
testimonios artísticos de ese clasicismo, juzgado vilización que convirtió casi en obsesión sagrada
inimitable, e incluso existe un interés por los bal- su afán de reunir y conservar en los templos y
buceos que le han precedido. El hombre se con- otros edificios variados productos de la creación
suela de su presente por lo que fue su pasado». 3 humana, especialmente objetos artísticos y otros
Sabemos que el tiempo no perdona lo que se de valor y significación diversa. La creación artís-
ha hecho sin contar con él. Los pueblos y civiliza- tica se constituyó para ellos en elemento esencial
ciones, las comunidades o cualquier grupo étnico integrante del conocimiento y la práctica en las
o cultural, que tienen clara conciencia de que el diversas disciplinas. Y, en todo caso, fue Grecia la
patrimonio conservado por el museo es mucho que puso las bases incuestionables para la inven-
más que una inestimable herencia del pasado o ción, consolidación y exportación europea del
una excelente representación escenográfica, son museo casi veintitrés siglos después .


Casi todos los esfuerzos precedentes encami- templación de las obras maestras provenientes
nados a evidenciar la historia cultural humana de la inspiración de las Musas (.. . ), prevé, junto
a través del museo se congregaron a finales de a los templos, instalaciones provistas de un per-
la década de los sesenta, insistimos, en el traba- sonal atento para recibir a los turistas que hacen
jo de investigación histórica realizado por Ger- una peregrinación artística» .4
main Bazin en Le temps des musées (El tiempo de los Desde aquellos antiguos mouseion griegos
museos) citado. Se convirtió en el «estudio» im- hasta los museos de nuestro tiempo, parte de la
prescindible y por antonomasia desde ese plan- historia de la humanidad ha quedado salvaguar-
teamiento histórico-objetivo de los orígenes y la dada y resumida por estas instituciones. El afán
evolución del museo. de coleccionismo y la acumulación de objetos de
El enfoque desde la «evolución cultural de valor realizados en las distintas etapas históricas
la humanidad» se lo debemos, especialmente, y en las diferentes civilizaciones han estado liga-
a Rugues de Varine-Bohan. Sus publicaciones, dos desde el principio de los tiempos a factores
manifestaciones y trabajos sobre la institución muy diversos . Entre ellos, los de la propia subsis-
museística han impulsado posteriores estudios tencia del hombre, la curiosidad y la admiración
en esta dirección por parte de numerosos defen- (cuando no la sorpresa) por lo raro, lo bello o
sores de las nuevas tendencias de la investiga- lo misterioso. Lo mistérico y lo religioso -espe-
ción museológica. cialmente esto último- ha presidido el mayor
En cualquier caso, ambos planteamientos porcentaje de los objetos coleccionados y conser-
resultan positivamente complementarios para vados por el hombre como creaciones represen-
desvelar la significación y relevancia del mu- tativas o esenciales de una civilización, cultura o
seo como testigo especialmente cualificado para período determinado que había que transmitir a
explicar el desarrollo de la historia humana. Y la posteridad.
no excluyen cualquier otra posición de análisis Aunque el hábito del coleccionismo, que será
crítico -histórico, técnico -museológico, y hasta transcurriendo los siglos causa e ingrediente in-
psico/socio/lingüístico- sobre los orígenes y evo- dispensable para la creación del museo, se re-
lución del museo y sobre otros aspectos de su monta como hemos indicado a épocas y situacio-
valoración como testimonio de ese proceso cul- nes muy anteriores y distintas de la griega -a la
tural humano. prehistoria inclusive, como ha apuntado André
No sólo los hechos, sino también los térmi- Leroi-Gourhan 5 y nos lo han recordado, entre
nos empleados para designar en el tiempo y en otros, Georges Henri Riviere 6 y Germain Bazin-,7
el espacio la institución museística (precursores, el determinante en el origen histórico-objetivo
imilares y análogos incluidos) muestran aspec- de la institución es el que parte de Grecia.
tos determinantes en la configuración real del Muchos de los términos empleados por la ci-
museo y en la fijación (y evolución) de su con- vilización helénica continúan siendo válidos hoy
cepto. Su definición etimológica y de contenidos en día para expresar las diferentes tipologías o
adquiere así, a la luz de la consideración históri- especialidades del museo. Y sobre todo, algunas
ca, su sentido más completo. conservan esencialmente su significación origi-
Los orígenes griegos del museo están relacio- naria. Consolidados estos términos por Roma,
na dos con la esencia misma de la cultura clásica, que los recibió del Helenismo, además de museo
como queda apuntado . Por ello también con al- (en su matización actual), entre los más significa-
gunas de sus figuras relevantes, no sólo con el tivos debemos citar los de pinacoteca, dactiloteca,
substrato mitológico y sociológico. gliptoteca y tesoros.
Pierre-Maxime Schuhl comenta la intención En el siglo v a.c., los Propileos de la Acrópolis
de Platón de que, con objeto de «facilitar la con- de Atenas, construidos por Pericles -y de cuyos


también los estandartes, los trofeos y cuantos ob-
jetos y tesoros podrían identificar o cualificar la
realidad patrimonial y cultural de la polis.
La pinakothéke representa, por tanto, desde el
punto de vista del origen histórico, una institución
más cercana a la concepción de nuestro museo
tradicional. El mouseion, en especial a partir del en-
foque alejandrino, se presenta como el precedente
más claro de algunos planteamientos que los cen-
tros pluridisciplinales de nuestros días intentaban
establecer y practicar -con un sentido integral- en
el ámbito de la cultura y las artes actuales.
Términos como gliptoteca (colección o museo
de piezas de glíptica; en sentido amplio, museo
de esculturas) o dactiloteca, entre otros términos
de procedencia griega, fueron transmitidos por
los romanos -por ejemplo, dactiloteca aparece ya
en Plinio-, y utilizados en el renacimiento (dac-
tiloteca pasó a designar colecciones de camafeos)
y se potenciaron en el período neoclásico con el
Tesoro de los Atenienses en Delfos. nacimiento del museo moderno.
El término y el concepto tesoro (thesaurus), por
su parte, nos ha llegado con una precisión y rigu-
pormenores nos da cuenta Plutarco-, 8 estaban roso sentido clásico griego, confirmando que no
dotados de una pinakothéke en una de sus alas, sólo fueron el mouseion y la pinakothéke las institu-
como describe Pausanias. 9 ciones que, desde un ángulo objetivo, determina-
La descripción de Pausanias (c. 120-128 d.C.) ron el nacimiento histórico de los museos. Porque,
de esta pinacoteca ateniense incluye, como po- aunque en rigor puedan reducirse todos al prime-
demos constatar, obras de Polignoto y de otros ro de los citados, los tesoros acumulados están en
artistas. Pero, a la vez, en esta referencia a la la raíz nutricia de aquéllos. Y si antes nos hemos
Acrópolis de Atenas, el escritor se detiene luego referido a la influencia religiosa en la labor de acu-
en anotaciones de cuantas riquezas arquitectóni- mulación y salvaguarda de los bienes históricos y
cas y escultóricas encuentra a su paso, salpicadas culturales -a lo largo de la historia este influjo es
de consideraciones históricas, mitológicas y ar- constante y determinante-, el ejemplo griego de
quitectónicas interesantes. los tesoros de los templos fundamenta por sí solo el
Con las dos instituciones de la antigüedad origen histórico objetivo de los museos.
clásica griega citadas, el mouseion y la pinakothéke,
se especificaron ya desde tan lejanos tiempos dos
vertientes complementarias que hoy confluyen 3. Precedentes y precursores
en la concepción del museo actual. de los museos en la antigüedad, an-
En el mouseion, haciendo honor a su origen
tes de Grecia clásica y Roma
etimológico, los griegos intentaron recoger los
conocimientos y el desarrollo de la humanidad. El nacimiento y desarrollo de los museos, su au-
En la pinakothéke, guardaban no sólo las pintu- téntica historia, están en todo caso inexorable-
ras, las obras de arte antiguo, las tablas .. ., sino mente unidos a la del hombre en su trayectoria


sociocultural. Y el hombre, como nos recuerda el propio apelativo que en aquella época se le
el pensamiento moderno, practica igualmente asignó a la exhibición, ésta llevaba implícito el
la esperanza y esa otra «esperanza a la inversa» deseo de ser contemplada a nivel popular.
que es la nostalgia. De ella, y de un espíritu reli - Para Geodffrey D. Lewis, el desarrollo hacia
gioso innegable, están teñidos tanto los orígenes la idea del museo sucede a buen seguro alrede -
como la evolución de los museos, y acaso desde dor del segundo milenio a.c . en Larsa, Mesopo -
el paleolítico a nuestros días. Antes de inventar- tamia, donde se realizaban copias de las viejas
se el museo, el museo ya existía, no sólo como inscripciones para su uso en las escuelas. Pero la
vocación intencional de todos los pueblos y cul- idea incluye también la interpretación del ma-
turas en todas las épocas, sino como una realidad terial original. Los criterios han sido fijados por
patente e incluso desarrollada intensamente en sir Leonard Woodley en los descubrimientos de
muchos de ellos, aunque fuera de modo muy di- los niveles de la ciudad de Ur en Babilonia, en
fe rente a como terminó por configurarse en Gre - el siglo VI a. C. Sus hallazgos indican que los re-
cia clásica y Roma. yes Nabucodonosor y Nabónides coleccionaron
antigüedades en su días. Inclusive, en una sala
cercana a un no desenterrado templo -escuela
3. 1. El cercano Oriente se ha encontrado no sólo una colección de an -
En las antiguas civilizaciones, la actividad colec- tigüedades sino también una tabla describiendo
cionista fue debida sobre todo a la preocupación inscripciones del siglo XXI a. C. Woodley ha inter-
por la vida del más allá. De este modo, los egip- pretado la tableta como el rótulo de un museo.
cios llegaron a formar enormes depósitos de ob- Este descubrimiento parece sugerir que Ennigal-
jetos preciosos, que son verdaderos museos fu- di-Nanna, hija de Nabónides y sacerdotisa que
nerarios, como advierte Bazin.· dirigía la escuela, tuvo un pequeño museo di -
Hace más de medio siglo nos explicó Andrés dáctico allí. 11
Ovejero 10 que los precedentes de los actuales
museos se encuentran en el Antiguo Oriente,
3.2 Analogías en el lejano Oriente
donde en el año 1176 a. C. los elanitas, después
de haber saqueado toda la región de Babilonia, Si es cierto que el museo es un fenómeno tí-
reunieron la totalidad de este botín de guerra y picamente europeo, también lo es el hecho de
lo expusieron en el templo de la ciudad de Inxu - que estas instituciones han desbordado sus pro-
xinak. Algo más tarde, en el siglo rx a. C., se for- pios límites originarios y se han convertido en
m aría otro museo de trofeos bélicos en la gran imprescindibles indicadores del desarrollo de
puerta occidental de la ciudad de Assur. importantes sectores de la historia cultural de la
También en el palacio de Nabucodonosor se humanidad, de aquellas culturas incluso que en
expuso una gran colección de piezas de guerra principio aparecen profundamente diferenciadas
destinadas «a que las contemplaran todos los de la europea (o europeas) , como la japonesa o
pueblos», que recibió la denominación de Bft la china; o las africanas, sudamericanas y oceá-
Tavrát Nixim (gabinete de maravillas de la hu - nicas. En el caso de estos tres últimos grupos de
manidad). Este intento de Nabucodonosor pue - culturas, el resultado museológico-museográfico
de ser calificado ya -en cierto modo y salvando es fruto del colonialismo europeo.
las distancias cronológicas- como museo, puesto El culto al pasado y a los personajes famo -
que no se trata de una recolección de objetos ex- sos también condujo en países del Oriente a la
puestos para el deleite de un número reducido formación de colecciones de objetos. Sabemos
de personas, lo que constituye la característica que pinturas y caligrafías adornaban los palacios
propia de las colecciones, sino que, como indica imperiales de China en el siglo u o m d. C. Más


tarde, en el siglo vn d. C., se construyó en Nara, especímenes materiales de la historia natural y
Japón, el Todai-ji, templo residencia del Gran humana son indispensables, ya que son la ma -
Buda (Daibutsu), una colosal estatua sedente de teria prima de la historia, los hechos innegables,
bronce. Los tesoros del templo podían ser con- la verdad sobre el pasado. La conservación es el
templados en el depósito de Shoso-in, en Nara. medio a través del cual preservamos. Es un acto
En este sentido, también algunas comunida- de fe en el futuro. La principal tarea de un mu-
des islámicas formaron colecciones de reliquias seo es preservar aquellos objetos del pasado que
en las tumbas de sus recientes mártires. La idea están a su cargo para las generaciones presentes
de waaf, formulada por el propio Mahoma, se- y futuras.» 13
gún la cual la propiedad era entregada para bien Estas razones de la «memoria colectiva » y «el
público y para fines religiosos, también contribu- porvenir del pasado» son las que impulsan, por
yó a la formación de colecciones. ejemplo, desde hace más de una década a un país
En concreto, por lo que se refiere a Japón y de culturas milenarias como China a intentar re-
China, cuyos criterios más primigenios sobre la constituir por completo sus riquezas artísticas; 14
conservación de la obra de arte, del coleccionis- o a Irán, a acoger de nuevo hace algunos años en
mo e incluso de la propia concepción de arte han Teherán el tesoro de Darío como primera medi-
diferido notablemente de la idea europea, han da de identificación con su grandioso pasado ...
terminado por asimilar la propuesta museológica Ésta es también la razón por la que Hungría
del viejo continente . Y aunque parezca extraño, recibió en 1977 de manos del entonces secretario
no sólo por una evidente asunción de influjos de estado norteamericano Cyrus Va n ee, la coro-
colonialistas, sino por haber llegado a coincidir . na de oro de San Esteban, preciado tesoro que en
-pese a los largos períodos y etapas de sus lon- el siglo ix donara el papa al pueblo húngaro. Un
gevas culturas- en su evolución con un tipo de tesoro que, desde tiempos lejanos, ha constitui-
desarrollo análogo al europeo. 12 do el símbolo por excelencia del pueblo magiar,
y que es el exponente más claro del poder aglu -
tinante que la obra artística ejerce sobre el entor-
4. El testimonio de la memoria colecti- no natural humano que la ha posibilitado. Cada
va. El «porvenir del pasado» país, cada pueblo se identifica con su pasado por
medio de las creaciones del patrimonio histórico
El fenómeno del coleccionismo ha sido en todas artístico que el museo recoge, estudia y expone
la culturas el germen de los museos, trascen- para su contemplación por el público. (Lo com-
diendo un origen puramente europeo, para ser probaremos mejor en las páginas que siguen.)
universal. Y ello, porque el museo es, entre otras
muchas cosas, el certificado de antigüedad de los
países; algo así como el acta notarial que testifi- 5. Museos vienen de Musas.
ca la existencia del inconsciente colectivo de un Grecia clásica. Período helenístico
pueblo a lo largo de su historia. «Todo lo que
realmente conocemos sobre nosotros mismos La Grecia clásica ha dado al mundo del coleccio-
y sobre nuestro mundo proviene del pasado. Y nismo y los museos no sólo el origen etimológico
todo lo que conocemos verdaderamente del pa- y la significación más primigenia del patrimonio
sado es aquella parte que ha sobrevivido bajo la histórico artístico, además de los fundamentos
forma de objetos materiales. Solamente una pe- y muchas de las mejores realizaciones de la ci-
queña fracción de nuestra historia está consig- vilización occidental. Su calidad y proteica ca-
nada en la literatura, y la literatura está sujeta a pacidad creadora ha consagrado e impulsado
los errores de interpretación humanos. Sólo los también hacia el futuro un fenómeno común a


muchas otras civilizaciones, como hemos visto,
pero que a partir de su tratamiento y concepción
terminará con el correr de los siglos siendo mó-
dulo ejemplar de carácter universal.
En este sentido, cuando hacemos referencia
a Grecia no podemos evitar ser reiterativos. Son
muchos los hechos y los conceptos generados
que nos obligan a ello, especialmente los prove-
nientes del pensamiento y el arte.
A diferencia de las culturas y civilizaciones
mesopotámicas (como la asiria o la babilónica),
y de otras predecesoras suyas en el Egeo (la mi -
cénica y la cretense), la griega tratará de evitar
la norma del orden autocrático, y ello permitirá Prop ileos, Acrópolis de Atenas, donde se encontraba la famosa
incluso una concepción más democrática del co- Pinakothéke del siglo de Pericles.

leccionismo de obras de arte y de otras integran-


tes de sus tesoros .
Sabemos por sus historiadores -Herodoto,
de haber hecho sus devociones ante la divinidad. Los
entre ellos- que en la mayoría de los peristilos sacerdotes, encargados de la custodia de los templos,
de los templos famosos (Atenas, Olimpia, Delfos, eran sus responsables y su tarea no era una sinecura.
Éfeso, Samos ... ) los griegos ofrecían a la admi - Los archivos -en mármol- de muchos templos, y
ración pública las reliquias artísticas del pasado. especialmente de Apolo en Delfos, que han llegado
Algunos, como el santuario de Juno en Samos o hasta nosotros muy completos, nos informan sobre
la administración de los santuarios y principalmente
el tesoro de los Atenienses en Delfos alcanzaron sobre la gestación de colecciones; eran, según la
un renombre y atracción comparables a lo que, fortuna de los donadores, objetos más o menos lu-
en otro sentido, ejercía la pinacoteca de los Pro- josos hechos de oro, plata, bronce o de alguna otra
pileos. Aquellos templos se convirtieron, en todo materia preciosa, e incluso cuadros u oynakes. Esta
caso, en lugar de peregrinación y visita de turis- obras solían estar firmadas con los nombres de los
más grandes artistas de Grecia. Los sacerdotes se en-
tas, 15 y la pinacoteca de los Propileos atenienses cargaban de los inventarios; a su llegada, los exvotos
en un «establecimiento cultural» de primer or- se consignaban en un registro de entrada y las obras -
den. Con independencia de lo que nos ha trans- eran catalogadas en el siguiente inventario general.
mitido Pausanias, en tiempo de Pericles el arte Las estatuas se situaban en los atrios del santuario,
poseía en Grecia un gran sentido social y forma- las estatuillas y objetos, dispuestos en el prodomos o
el naos sobre estantes en los que se acumulaban; los
ba parte de la vida cotidiana, hasta tal punto que más preciosos o los más frágiles se ponían en joyeros.
los artistas incluidos en la pinacoteca -los más De vez en cuando se procedía a un arreglo general y a
reconocidos entonces- prestaban gran atención una comprobación del inventario, comprobación que
a los juicios que el pueblo emitía sobre sus com- se llevaba a cabo siempre con ocasión de un cambio
posiciones, que llegaban a influir en su estilo. de magistratura; un inventario contradictorio tenía
entonces a la vez el valor de un reconocimiento para
Los tesoros implicaban otros aspectos. Y na - el sacerdote entrante y un descargo para el saliente.
die mejor que Germain Bazin para recordárnos- Al igual que los de nuestros museos de hoy, los inven-
los con precisión: tarios eran muy detallados y comprendían el nombre
del objeto, la materia, el peso, los signos particulares,
Formados por una acumulación lenta de exvotos lle- el nombre del dios al cual se había hecho la ofrenda,
vados por los fieles, los tesoros de los templos fueron la ocasión de la dedicación, la fecha, el nombre y la
en Grecia los primeros depósitos de obras de arte que nacionalidad del donador.
se visitaban pagando un óbolo al sacristán, después Algunas veces, alrededor del mismo templo los habi-


tantes de una ciudad construían un pequeño monu- 6. El museum latino. Los orígenes
mento o capilla votiva (thesaurus) destinado a recibir del coleccionismo en Roma
sus donaciones . El santuario de Delfos ha conservado
muchos y uno de ellos, el de los atenienses, hace unos
años se ha podido reedificar. 16 Los romanos heredaron la afición por el co -
leccionismo de obras de arte de los griegos .
Hemos comentado ampliamente 18 la utiliza- Aunque en el caso de propietarios pudientes e
ción que en la época helenística (siglo m a. C.) ilustres -Pompeyo, Cicerón o Julio César, por
hizo del término mouseion Tolomeo Filadelfo ejemplo- se enorgullecieran de sus colecciones
para designar su centro cultural de Alejandría. como signo externo de poder e influencia so-
Aquel recinto, donde fraternizaban artistas, cial, no sólo como manifestación de distinción
poetas y sabios en una especie de cooperación personal, ornato de sus villas y amor a las artes.
intelectual, contaba con un observatorio, salas En otros casos, los conocidos saqueos de Siracu-
de reunión, laboratorios, jardines zoológicos y sa (212 a. C.) y de Corinto (146 a. C.) sabemos
botánicos y, sobre todo, con la famosa biblio- que sirvieron para llenar los templos de Roma de
teca en la que se guardaban unos ochocientos obras de arte griegas.
mil manuscritos. Era, sin duda, una especie de Con ello, el coleccionismo inicia entre los ro -
ciudad universitaria que no sólo concedía impor- manos una fórmula nueva, que practicarán otras
tancia al cultivo del intelecto, ya que la naturale - culturas y países posteriormente: el coleccionis-
za era considerada como elemento indispensable mo formado con los botines de las armas victo-
para la formación humana. Así, el acceso al edifi- riosas, con lo conquistado por los cónsules o con
cio, por ejemplo, estaba flanqueado por grandes la apropiación y exportación de piezas valiosas
avenidas de árboles frondosos . Aunque Tolomeo por parte de gobernadores de las diferentes pro-
Filadelfo materializó este conjunto, fue sin em- vincias romanas.
bargo su padre, Tolomeo 1, quien con ayuda de Además de con su producción autóctona,
Demetrio de Falera había concebido la idea de Roma puso en marcha con los expolios griegos
llegar a realizar un «establecimiento de cultura». un comercio hasta entonces inusitado de obras
La biblioteca de Alejandría llegó a ser un genui- de arte, 18 y también un hábito de culto públi-
no museo, pues en ella, junto a los volúmenes co a los trofeos conquistados. Cada vez que se
literarios se conservaban innumerables obras de anexionaba un nuevo territorio se hacía impres-
arte que la dinastía de los Tolomeos había colec- cindible celebrarlo con su exhibición en lugares
cionado a través del tiempo. populares como los pórticos de Catulo, Metelo,
En la época helenística, otros príncipes del Pompeyo, Livia o el atrio de la Libertad, etc.
Oriente griego, no sólo Tolomeo Filadelfo, con Famosos expolios fueron Jos de Marcelo en
su inmensa riqueza, reunieron además de los Siracusa (212 a. C.), con abundantes cuadros y
volúmenes que constituían las obras de las bi- esculturas griegas requisadas; el también cita-
bliotecas, piezas maestras de arte de la escultu - do de Corinto (146 a. C.) , que puso a la venta
ra y pintura griegas de todas las épocas, inclui- el cónsul Mumio, triunfador en Grecia; 19 o las
da la arcaica. Así, en Pérgamo se ha encontrado exportaciones atribuidas a Sila , conquistador de
al mismo tiempo que la herencia de su famosa Atenas, que negociaba a gran escala con obras
biblioteca parte de la colección de escultura for- de arte extraídas de Epidauro, Delfos y Olimpia,
mada en el s. II a. C. por Atalo. En este período, además de la confiscación en el Pireo de una rica
las colecciones artísticas superan las áreas de los biblioteca que, al parecer, contenía la obra com-
templos y santuarios, se inician las actividades de pleta de Aristóteles. (El transporte marítimo de
los marchantes que facilitan los intercambios de Grecia a Roma produjo numerosos hundimien-
las obras y comienza la crítica de arte. tos, cuya recuperación en tiempos recientes ha


dado lugar al hallazgo de obras tan llamativas uno de los cuales versaba sobre la utilidad de ex-
como los bronces de los «guerreros de Riace» ). poner públicamente los cuadros y las estatuas en
Otras veces, despojos como el llevado a efecto lugar de tenerlos relegados en los jardines y en
por el propretor Gaio Yerres en los templos de los palacios de los particulares. 22
Sicilia, hizo reaccionar al propio Cicerón con su Excepciones aparte, los romanos como hemos
célebre alegato. 20 indicado, aunque no crearon una institución espe-
En Roma el coleccionismo adquiere, además cial para contener y conservar las colecciones públi-
de una intensificación de su carácter «privado» en cas [el museum latino estaba dedicado a santuarios
relación con el período helenista, una dimensión consagrados a las musas, a escuelas filosóficas o a
rigurosamente económica, como un valor suscep- centros de enseñanza e investigación, siguiendo la
tible de comerciarse, como una inversión renta- concepción del «museo científico» ptolomeico; era
ble socioeconómicamente hablando. Ello provocó sobre todo un lugar para las discusiones filosóficas
una gran avidez hacia todo tipo de curiosidades y teoréticas, como hemos adelantado al definir el
de la naturaleza y de las obras de arte griegas. museo], sí que convirtieron sus palacios y, sobre
Cuando no podían adquirir las originales, encar- todo, sus lujosas villas en auténticos museos de
gaban copias de las obras maestras escultóricas o obras originales o copias griegas, pinturas, objetos
pictóricas. Y aunque plazas y otros lugares públi- variados de orfebrería y piedras preciosas -verda-
cos se llenaron de esculturas y otras obras de arte, deras dactilotecas, las que formaban-, propiciando
destacó sobre todo la afición de carácter privado. al tiempo un intenso mercado del arte y una gran
Durante el último siglo de la República, Roma actividad en los talleres de reproducciones.
poseía ya célebres colecciones particulares, como En cualquiera de las tres épocas -clásica griega,
. la de Lúculo . Julio César hizo donación de la helenística y romana- a que nos hemos referido,
suya -la famosa dactyloteca, que contenía seis los ejemplos sobre coleccionismo, acumulación de
colecciones de piedras grabadas- al templo de tesoros, creación incluso de centros para la exposi-
Venus Genetrix para que fuera admirada públi- ción y conservación de las obras de arte son nume-
camente, y Asinius Pollio quiso también que el rosos. El propio Pausanias nos habla de cómo en
pueblo admirara los objetos por él recopilados. el Poecilo de Atenas se untaban de pez los escudos
Según Vitrubio, 21 las pinturas eran colocadas en votivos para evitar la corrosión; o cómo la Atenea
magníficos gabinetes orientados hacia el norte, Partenos de Fidias se protegía en el Partenón de
por contraposición a las bibliotecas, que se situa - la sequedad de la atmósfera colocando a sus pies
ban en la parte oriental de los edificios. depósitos de aceites para evitar la disgregación de
En la época del Imperio las pinacotecas lle - su estructura criselefantina. En Pérgamo, además
garon incluso a tener funcionarios encargados de las salas para la conservación de los libros, la
de su vigilancia, al menos desde la época de los biblioteca tenía otra de honor para las reuniones
Antoninos . Quizá la personalidad más destaca - académicas, conteniendo esculturas de filósofos,
da de todo el período imperial, desde el punto poetas e historiadores. «Era -según Bazin- una es-
de vista museológico, fuera Marco Agripa, quien pecie de pequeño museo histórico, tradición que
n o sólo abrió sus colecciones al público sino que volverá a usar la Italia del renacimiento. »23
tenía la firme convicción de que el arte debía ser
patrimonio de la comunidad. Entre los deberes
del estado para con el pueblo, Agripa conside- 7. Del thesaurus a los tesoros y relicarios.
raba de fundamental importancia la educación Cristian ismo, edad media y Bizancio
artística, insistiendo en las teorías ya formuladas
por Platón a este respecto. El emperador romano Después del edicto de Milán en el 313, la Iglesia
n o dudó en defender tales tesis en sus discursos, potenció la utilización de formas plásticas propias


frente a las paganas heredadas, pero continuan- sa colección de obras de arte, especialmente ro -
do con el enfoque didáctico que Roma había mano, y otros numerosos tesoros. Entre ellos,
inspirado, y sin perder de vista ciertos hábitos y el capturado por el duque de Friul a los hunos,
costumbres procedentes de la época griega. Así, el botín de guerra conseguido por Alfonso II el
reconocemos un paralelismo más que mimético Casto (791 -842 ) a los musulmanes en la toma de
entre el thesaurus griego -es decir, aquel peque- Lisboa (ocupada en el 715 ), y los presentes que el
ño monumento o capilla votiva construidos por califa Harun-Al-Rachid (786-809) enviara desde
los habitantes de una ciudad en torno a un san- el Oriente y que fueron divididos entre un nú -
tuario, destinado a recibir donaciones, como el mero de casas religiosas a comienzos del siglo rx.
famoso de Delfos- y las capillas, ermitas y santua - Los puertos mediterráneos de Lombardía y la
rios cristianos, siempre abiertos a las donaciones Toscana, unidos a la influencia y significado ecle -
y ofrendas de los fieles, enriquecidas constante- sial de Roma produjeron un gran movimiento de
mente con objetos de culto, exvotos y relicarios. antigüedades. Se dice que Henry de Blois, obispo
Una costumbre que ha llegado incólume a nues- de Winschester, había comprado antiguas escul-
tros días. El coleccionismo, en cualquier caso, fue turas durante la visita a Roma realizada en 1151 ,
transformándose así desde la antigüedad en los y para enviarlas a Inglaterra tuvo que realizar un
llamados tesoros eclesiásticos que adquirieron viaje de alrededor de un mes. Pero, como advier-
gran desarrollo en la alta edad media. te G. D. Lewis 24 «el movimiento de antigüeda-
Durante este primer período, iglesias y monas- des no se redujo a las de Italia. Material exótico
terios llenaron sus espacios de gran cantidad de de otras áreas que entraba en los puertos pron-
obras de arte y objetos de metales y piedras pre- to encontraba su destino en colecciones reales,
ciosas, pero sólo de uso litúrgico (cruces, copones, en tanto que la participación veneciana en la IV
misales, relicarios), que a menudo eran profana- Cruzada a comienzos del siglo XIII consiguió tras -
dos, mutilados y robados de los camarines, y a ve- ladar los famosos caballos de bronce a la Basílica
ces fundidos para obtener monedas. En cambio, de San Marcos de Venecia».
notables piezas procedentes del paganismo eran Otro de los templos y monasterios famosos
también destruidas cuando no podían transfor- que acumularon rico patrimonio durante la edad
marse en objetos de culto cristiano. El contraste media, además de San Marcos de Venecia, fue
estuvo protagonizado por las series de coleccio- el de Saint-Denis de París. Los tesoros de ambos
nes de objetos raros (piedras bezoar, colmillos de constituyeron verdaderos conjuntos museísticos
elefante o cocodrilos disecados, etc. ), a los que se de obras de arte. Como lo fueron otras coleccio -
atribuían especiales poderes mágicos o milagrosos. nes medievales famosas. Así, en Francia, a me-
En la baja edad media, desaparecida la diados del siglo xrv, el rey Carlos V el Sabio y sus
preocupación del milenarismo e impulsado el hermanos Luis de Anjou (rey de Nápoles y Sici-
desarrollo de las ciudades, volvieron la estima- lia) , Juan (duque de Berry) y Felipe el Atrevido
ción por los valores mundanos y las costumbres (duque de Borgoña) se dedicaron a reunir gran
coleccionistas de los objetos bellos, que contri- número de obras de arte, alcanzando a formar
buían a un mayor bienestar de la vida. Se forma - colecciones auténticamente impresionantes.
ron en Europa grandes colecciones de señores El «espíritu de colección» y el deseo de mos-
feudales, aristócratas y príncipes, y continuaron trar los bienes culturales no prevalecieron, sin
las de la Iglesia. En algunos casos, coincidían es- embargo, en el medioevo a causa, sobre todo, de
tos dos aspectos en una misma colección. la concepción vigente del mundo y de la vida;
Ya en los siglos vrn-rx, el emperador Carlo- la Weltanschauung (visión del mundo) teocrática
magno (768-814), creador del Sacro Imperio medieval consideraba la vida humana y todas
Romano -Germánico llegó a reunir una fabulo- sus manifestaciones como algo secundario .


De este modo, los objetos artísticos estuvie-
ron guardados, por ejemplo en España, durante
casi diez siglos en los monasterios y en los tem-
plos, aunque estos objetos se limitaban la mayor
parte de las veces a los legados escritos y a las
arquetas donde éstos reposan. Desde el siglo VI
el lugar destinado a servirles de receptáculo fue
el ábside; a partir del siglo rx se conservan -espe-
cialmente en las construcciones pertenecientes
al arte asturiano- en una cámara situada sobre
el santuario, en el ábside central de la iglesia,
que se llamó por ello «cámara del tesoro». En
otras ocasiones los objetos de valor se resguarda -
ban bajo fuertes bóvedas o en los ángulos de los
claustros cistercienses.
Por último, en Bizancio, que había sido ador-
n ado con numerosas obras de arte clásico por
Constantino cuando la capital llevaba su nombre
- y donde se había refugiado el saber, la cultura y
Vista de los jardines y del cortile del Belvedere en Roma (1589),
el arte después de la caída del Imperio Romano según el pintor Hendrick van Cleeve. Detalle del cuadro pintado
de Occidente (en el 41 O fue la toma y saqueo de a partir de un dibujo realizado en Roma entre 1550 y 1555 (Fuen-
te: Bazin, 1967).
Roma)- tuvo tres espléndidas «edades de oro» y,
por tanto, acumulación de patrimonio histórico-
artístico. Pero especialmente por obra de uno de
u emperadores, Constantino VII Porfirogene- los coleccionistas y humanistas como para los
ta, destacado arqueólogo y coleccionista de ob- artistas. En la segunda mitad del siglo xv comen-
jetos artísticos, que no sólo mostraba a veces a zó a utilizarse el término museo con un sentido
us invitados en los banquetes y reuniones, sino cercano al actual, al aplicarlo Cósimo de Médi-
que ordenaba se expusieran en la vitrina llama- cis a su colección de códices y curiosidades. Un
da pentapyrgion durante las fiestas religiosas y sentido diferente al global helenístico y romano,
políticas . como expresión que denominaba un centro del
saber general humano, como era el «templo de
las musas».
8. Colecciones especiales, cámaras de Junto al descubrimiento de los monumentos,
las maravillas, gabinetes y galerías. las piezas de arte escultórico o los textos de la
Renacimiento y barroco Roma antigua, las cortes renacentistas italianas
llenaron sus palacios y sus ocupaciones con la
Suele reconocerse a la Italia del renacimiento apasionante afición de recuperar la antigüedad.
el mérito de haber impulsado, mediante el de- El coleccionismo anterior había puesto las ba-
-arrollo del humanismo y la investigación en ses del llamado coleccionismo erudito del renaci-
:os testimonios del arte de la antigüedad, si no miento, consecuencia en parte de «una concien-
a creación del concepto de museo moderno, sí cia histórica de la civilización pasada y de una
al menos el de su precedente histórico más re- conciencia crítica del presente» .25 Después de la
evante. Las obras y antigüedades expuestas ad- entrega de este período a la recuperación del pa -
quirieron entonces un valor ejemplar tanto para sado, no tendrían ya solución de continuidad la
formación y el enriquecimiento de las grandes


colecciones, 26 que habrían de constituir pasado Italia, cuyas consecuencias fueron la formación
el tiempo los museos más importantes . Se pro- de las primeras grandes colecciones. El despertar
ducía así uno de los puntos claves en ese proceso del interés por la herencia de la Roma clásica y el
histórico objetivo de la creación de las institucio - ascenso de familias comerciantes y banqueras en
nes museísticas que provenía del pasado remoto. el área del Mediterráneo norte produjeron tanto
Hugues de Varine-Bohan resume la trayecto - la creación de impresionantes colecciones de an-
ria seguida desde su momento embrionario has - tigüedades como un relevante patronazgo de las
ta la situación actual con este sencillo trazado: artes . Igual que ocurre con los restantes aspectos
de la cultura, la historia de los museos se identi-
Este origen tan esquemático se ha transformado, fica durante el renacimiento fundamentalmente
desde la antigüedad, en los llamados tesoros: primero, con Italia. El hombre pasa a ser el centro del uni -
los tesoros eclesiásticos, cuando la Iglesia era el lugar
de estudio y de conservación de los conocimientos verso y como consecuencia se vuelven a admirar
humanos; después, los tesoros reales, en las cortes, todas sus creaciones . Además, la aparición de las
consideradas éstas como los centros de las relaciones monarquías absolutas y el capitalismo de nobles
internacionales; por último, los tesoros llamados y banqueros contribuyen también a fomentar,
«gabinetes de curiosidades» de la gran burguesía y insistimos, el coleccionismo y el mecenazgo.
de los aristócratas «cultos», que en última instancia
poseían el privilegio de transmitir los conocimientos En la Florencia del siglo xv, como hemos ade -
y la cultura. De este modo se llegó en el siglo xvm a la lantado, Cosme el Viejo de Médicis ( 1389-1464) 28
creación de los museos institucionales, abiertos a un inkió sus colecciones, a las que llamó museo. La co-
cierto tipo de público. En los siglos x1x y xx los museos lección fue desarrollada por sus descendientes hasta
se abren definitivamente a todos los públicos. 27 su donación al Estado en 1743 para ser accesible «al
público de la Toscana y de todo el mundo».
Las influencias que guiaron al renacimiento
Los ideales del mecenas renacentista descri -
europeo están presentes ya en el quehacer de
ben una variable que se inicia en el afán de la
construcción de grandes obras hasta terminar. en
generaciones siguientes, en la sola condición de
coleccionistas. La historia de los Médicis es parti-
cularmente ejemplar en este sentido, y el cinque-
cento señala, por otra parte, el momento álgido en
ambos aspectos. En contraposición al quattrocento,
el siglo XVI muestra un coleccionismo sistemático,
apareciendo incluso los expertos en esta materia
que ayudarán al desarrollo de la historia del arte y
de la ciencia, e instituciones museológicas.
En este tiempo, los Médicis de Florencia ad-
mitían visitantes en sus palacios y hasta reco-
mendaban a sus servidores que proporcionasen
un trato atento y agradable a cuantos decidían
contemplar sus colecciones. Lorenzo el Magnífico
( 1449-1492), nieto de Cósimo, llegó a reconocer
que el disfrute del arte era un deseo común a toda
la humanidad.29 Contrató incluso al primer con-
servador de nombre conocido -Bertoldo, escultor,
Galería histórica de retratos del Castillo de Bea uregard (c. 1627),
arqueólogo y discípulo de Donatello, (que había
en el Loira, cerca de Blois, Francia (Fu ente : Bazin, 1967) . recibido la asesoría de este último)-, para que cui-


dara, ordenase y protegiera las piezas de su gabine-
te de medallas antiguas, bajorrelieves, piedras gra-
badas, bustos, etc., además de sus colecciones de
esculturas del siglo xv (Donatello, Verrocchio, etc.)
y pinturas de Paolo Ucello, fra Angelico, fra Filip-
po Lippi, Boticelli, los hermanos Van Eyck. .. , entre
otros maestros de entonces. El gran duque Cos-
me I (+ 1574) encargó en 1559 la construcción de
los Uffizi (1564) a Giorgio Vasari. Históricamente,
puede considerarse como el primer edificio pro-
yectado para museo, puesto que las colecciones de
arte fueron instaladas en la primera planta (Cosme
I la había previsto para los artesanos), dejando la
planta baja para «Oficinas» administrativas de la
ciudad de Florencia. 30 La Galería de los Uffizi pudo
ser visitada por el público en 1582, apareciendo
incluso en las guías para turistas de la época.3 1
Además de los Médicis, otras familias de La Tribuna de la Galería de los Uffizi (1780), según óleo de Johan
Zoffa ny (Col. Real de Windsor) .
Florencia -como los Rucellai, los Strozzi o los
Quaratesi- reunieron en sus palacios auténticas
colecciones de museo . En otras ciudades o re-
públicas italianas las familias principescas guar-
daron en sus palacios riquísimas colecciones de
obras famosas. Así, los Montefeltro en Urbino,
los Gonzaga en Mantua, los Visconti en Milán,
los de Este en Ferrara, los papas en Roma.
En esta última ciudad, los papas rivalizaban en
este sentido con los príncipes y reyes europeos. El
Antiquarium, fundado por Sixto IV en 1471, fue
abierto al público en el Capitolio romano. Fra An-
gélico fue promocionado por Nicolás V; Paulo II
crea su extraordinaria colección de glíptica; Julio II
el museo del Belvedere 32 y León X, ayudado por
Rafael -quien realiza una Memoria sobre los mo -
numentos antiguos-, organiza los museos del Va- La Tribuna de los Uffizi, Florencia, en la actua lidad.
ticano.
Hubo también excepciones entre los papas en
cuanto a la afición por el coleccionismo . Así al- En suma, durante el renacimiento, al mismo
gunos de ellos, como Pío V y Sixto V, retiraron tiempo que la institución del mecenazgo hacía
de su recinto gran número de obras que fueron florecer el gusto por la colección, se renovó el
a parar, bajo la imputación de «paganismo», al concepto de museo confiriéndole un matiz eru-
Capitolio de Roma. Otras, como doce bustos de dito y humanista. El mecenas trataba de engran-
emperadores romanos, fueron recogidas por el decer su colección proporcionando al artista los
emperador Maximiliano; y los Médicis florenti- medios necesarios para que trabajase a su servi-
nos procuraron escoger para su colección cuan- cio. El tipo de este personaje quedó, por anto-
tas obras pudieron. 33 nomasia, fijado en El príncipe de Maquiavelo y,


sobre todo, en El cortesano de Baltasar de Casti- Carlos I en 1649, y de la colección del banquero
glione.34 francés Jaback, que por dificultades financieras
El modelo de Italia fue seguido por los demás se vio precisado a desprenderse de sus mejores
países europeos. Durante los siglos XVI y xvrr, 35 piezas. A esto hay que añadir otras dos coleccio-
los reyes, los aristócratas, las altas jerarquías de nes más, la del cardenal Mazarino y la del abad
la Iglesia y la burguesía pudiente se convirtieron de Marolles, que le fueron regaladas al rey. En
en apasionados coleccionistas, y colocaron las 1692 la Academia de Pintura y Escultura se ins-
bases de los futuros museos nacionales. 36 taló en el palacio, transformándose una vez al
En Holanda, por ejemplo, fue la burguesía la año el Salón de Sesiones del mismo en sala de
que desarrolló el coleccionismo, mientras que en exposiciones. Al final del reinado de Luis XIV la
Flandes creó las grandes colecciones la aristocra- colección se trasladaría a Versalles.
cia, que contribuiría a enriquecer además las de Los reyes de España reunieron la colección de
los reyes de España . pintura más importante de Europa . Iniciada por
En Francia, el renacimiento contó con un Carlos I -el emperador Carlos V- y por su hijo
experimentado coleccionista, el rey Francisco I, Felipe II (1527-1598), los penúltimos Austrias,
cuyas piezas eran conocidas por el gran público Felipe III y Felipe IV, enriquecieron los tesoros
solamente a través de los rumores que circula- de aquéllos mediante obras de arte compradas
ban en la nación, calificándolas como les mervei- y traídas de Flandes, Nápoles y Milán. Para este
lles de Fontainebleau, por ser éste el lugar donde trabajo encargaban a sus virreyes o se valían de
estaban albergadas. Según el historiador Chris- agentes especiales. Velázquez mismo fue envia-
tian Aulanier 37 este palacio se reconstruyó reem- do a Italia en 1649 con esta encomienda. Estas
plazando a la primitiva fábrica medieval, entre colecciones fueron la base del actual Museo del
otras razones para acoger las colecciones del rey. Prado -el edificio fue construido en 1785-, y de-
Invitó para estos objetivos a famosos artesanos y jaron de ser propiedad real para pasar a ser patri-
artistas franceses e italianos, que construyeron monio del Estado.
y embellecieron este chateau situado en un bos- En general, como se ha indicado, las coleccio-
que con abundante caza a unos 50 km al este de nes reales de toda Europa crecieron muy decisi-
París. Monarcas sucesores y algunas otras per- vamente en los siglos XVI y xvrr sobre las iniciadas
sonalidades de la política y la Iglesia ampliarán en la centuria anterior. 38 El rey Matías I (Matías
de modo más ecléctico la colección clasicista de Corvino) de Hungría (1458-1490) fundamenta-
Francisco I, y el conjunto terminaría formando ría las del reino magiar a partir de sus pinturas
los museos nacionales franceses. conservadas en Buda y guardando antigüedades
Luis XIV (1638-1715), a instancias de su mi- romanas en el castillo de Szombathely.
nistro Colbert, trasladó la colección de Francis- Por su parte, Maximiliano I de Austria ( 1459-
co I desde Fontainebleau al palacio del Louvre, 151 9) adquirió una colección para su castillo de
donde hizo que se establecieran varios artistas Viena . Fernando de Habsburgo -el archiduque
para que así tuvieran la oportunidad de com- de Austria, Fernando del Tiro! ( 1529 - 1595 )- for-
pletar su formación estética al contacto con las mó una variada colección que incluía marfiles y
grandes obras. Sin duda detrás de tan desintere- pinturas de China. Reunió en su castillo de Am-
sada acción se ocultaba el enorme pragmatismo bras cercano a Innsbruck más de mil cuadros,
de Colbert, quien consideró que así se libraría de una biblioteca de cuatro mil volúmenes, grandes
los impuestos de otros países. Bajo su mandato cantidades de medallas, bronces, cerámicas y ta -
las colecciones reales crecieron sorprendente - pices, cercanos estos últimos al millar. Esta co-
mente con la adquisición de la colección de la lección, así como la de Rodolfo II, yerno de Car-
corona inglesa, puesta en venta tras la muerte de los V, que había reunido en Praga, fue trasladada


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Planta del Palacio Schónbrunn (Belvedere), Viena.

a Viena. Pero el verdadero fundador del museo conciencia europea», que conlleva la sustitución
de Viena fue el archiduque Leopoldo Guillermo, de los viejos conceptos tradicionales por el predo-
quien nombró conservador de sus colecciones minio de la razón. Esta característica, es decir, el
al pintor flamenco David Teniers el Joven, del conocimiento a la luz de la razón, se materializará
que dejó testimonio en su famoso cuadro. Estas durante el siglo XVII en el espíritu enciclopedista.
colecciones fueron trasladadas al palacio del Bel- La nueva concepción racionalista del mun-
vedere, de Viena, y abiertas al público por orden do conduce indefectiblemente al desarrollo de
del emperador José II en 1783. la investigación y de la crítica; lo que junto con
los descubrimientos de las ciudades romanas
de Herculano y Pompeya desembocará en una
9. Siglos xvm y x1x: de la colección mayor valoración de las civilizaciones de la anti -
y el gabinete de curiosidades al mu- güedad y en un florecimiento más extendido del
seo moderno coleccionismo.
En el aspecto museológico el siglo xvrn aporta
Según se admite, a finales del siglo xvII se produce un deseo de especialización en lo que se refiere
una revolución intelectual, la llamada «crisis de la a las diferentes materias museables, alcanzando


la ideología difundida por la Ilustración tanto a ciencias al que pudieran tener acceso incluso las
la crítica de arte como a las diferentes manifesta- comunidades de escolares .
ciones estéticas. 39 Aunque es cierto que el museo público fue mo-
Los valores culturales, políticos y pedagógi- tivado especialmente por los cambios sociales del
cos del museo empiezan a resaltarse con espe- xvm, como derecho de acceso de todos a la cul-
cial acento. Se produce un cambio respecto al tura y al arte, también lo es que ya en el siglo
espíritu del coleccionismo: la colección deja de xvII había habido inquietudes entre escritores,
ser un elemento de ostentación y prestigio para intelectuales y coleccionistas para que sus pro -
su propietario, y en cambio se exaltan primor- pietarios facilitasen la apertura al público. 4 2 En
dialmente los valores de la historia nacional de 1778 se piensa seriamente en la creación de un
cada país. El museo se convierte así en un aula museo de pintura y escultura 43 y, posteriormen-
permanente de lecciones históricas. Una historia te, las obras son trasladadas al Louvre donde el
que habrá de estudiarse con criterios cronológi- conde D' Angivillier, director con Luis xvr de las
cos cada vez más rigurosos . Por ello, se imponen Construcciones Reales, comenzó las gestiones
unas ordenaciones museográficas de orden cro- para el acrecentamiento de los fondos del fu-
nológico muy rígido, que convierte a la exhibi- turo museo, cuya sede sería la Gran Galería del
ción, lógicamente, en instrumento de aprendi- Palacio. D' Angivillier defendía, con un sentido
zaje, sustituyendo en este sentido la labor de las museológico loable, que debían ser adquiridos
academias, y reutilizándose de este modo como aquellos objetos que fueran precisos para cubrir
medio de conocimiento y exaltación de los valo- las lagunas existentes con el fin de mostrar al
res históricos nacionales. público un panorama completo de las diferentes
Francia fue el país donde los valores del si- escuelas. La atención museológica y museográfi-
glo xvm iban a ser especialmente estimados . Se- ca propició incluso que en 1784 se nombrase un
ría también el que destacara en su preocupación conservador para el cuidado general de las pin-
por los museos. La Ilustración, la Enciclopedia y turas y para que su adecuada instalación gozara
el propio Diderot estaban convencidos de que el también de una perfecta ilumin ación cenital. 44
pueblo era capaz de apreciar las obras de arte. Con la Revolución Francesa de 1789 -una re -
El traslado efectuado por Luis XIV a Versalles volución ideológica y social-, se consagró en la
permitió la contemplación de la colección real práctica la teoría de que el arte era creación del
a la corte y a algunos artistas privilegiados. En pueblo. Su disfrute, por tanto, no podía ser pri-
1750 decidió Luis XV enviar ciento diez pintu- vilegio de una clase social patentada. Ello impul-
ras al palacio de Luxemburgo de París, que fue só más el desarrollo del museo como institución
abierto dos días por semana. Madame Pompa- pública. El gobierno republicano decidió en 1791
dour presionó al rey para que la colección fuera la instalación definitiva de las colecciones en el
mostrada regularmente al público, pero los cor- Louvre y, mediante decreto, abrió el museo al
tesanos se opusieron a esta idea y el palacio se público el 10 de agosto de 1783, pudiendo ser vi-
cerró. sitado, en principio, tres días de la «década» (se -
En 1765, Diderot, 40 haciéndose eco de los de- mana de 1O días establecida por la República) .45
seos del pueblo que desde mediados del siglo xvm Durante la época de Napoleón -que además
venía solicitando la posibilidad de contemplar los de enriquecer considerablemente los fondos del
cuadros de la realeza, diseñó en el tomo IX de la museo los reordenó y catalogó-, el Musée Napo -
Encyclopedie4 1 un programa museológico para el leon y el convento de los Petits-Augustins fueron
Louvre, cuyos fundamentos estaban inspirados las dos principales instituciones que recogieron
en el mouseion de Alejandría. En este proyecto las numerosas obras de arte que llegaban enton-
se pretendía crear un templo de las artes y de las ces a París. El responsable de haber convertido


el convento en una reserva y salvaguarda de las considerarse como el creador del concepto mo -
tumbas reales de Saint-Denis fue el pintor Ma- derno de museo, el museo público, que tendría su
rie -Alexandre Lenoir. 46 Después de la revolución consolidación en el siglo xrx, y su máximo desarro-
de 1848 el Museo del Louvre y sus colecciones llo (con sus crisis sonadas y alternativas) en el xx. 49
pasaron a ser propiedad nacional. En Austria, el emperador Carlos VI trasladó
A pesar de que el primer museo público de las colecciones de la Corona (debidas principal-
Europa fue el British Museum de Londres, 4 7 el mente a las comentadas de Rodolfo lI y el ar-
ejemplo francés repercutió en el resto de los paí- chiduque Leopoldo Guillermo) con el concurso
ses, en especial, como decimos, en aquéllos que, del conde Althann al antiguo arsenal de Stall-
como España, estaban emparentados por razo - burg, cuyas instalaciones duraron desde 1720 a
nes de la monarquía y por las relaciones y vicisi- 1728, y cuyo inventario es un ejemplar único
tudes habidas en la época napoleónica. museológico. 50 En 1776-1778 José II encarga la
Como después analizaremos, las colecciones instalación de las colecciones en el castillo del
de los reyes de España estuvieron instaladas en Belvedere al pintor Rosa, quien es sustituido en
el desaparecido Alcázar madrileño de los Aus- 1778 por Chétien de Meche!, más experto . En
trias, en El Escorial, en el Casón del Buen Re - 1784 publicó en Basilea el catálogo del museo,
tiro y en otros palacios, como el de El Pardo, La que debió abrirse hacia 1781, en que se permitió
Granja o de Aranjuez. Podían visitarse las colec- la entrada al público tres veces por semana. La
ciones con permiso especial, salvo aquellas pocas reforma acometida por Meche! fue muy positiva
obras cedidas a iglesias (como la de San Pascual museográficamente y radicalmente distinta a la
de Madrid, que en el siglo xvm albergó la colec- planteada por Rosa. Una ordenación museográ-
ción de los almirantes de Castilla), donde podían fica que no gustó a todos, entre ellos Von Rit-
ser admiradas por el público. Debido a las ideas terhausen, quien llegó a afirmar: «El que desee
de la Ilustración y a las estrechas relaciones con escribir una historia del arte, puede entrar; pero
Francia, en el siglo xvrrr cuajó la necesidad de ins- el hombre sensible debe permanecer fuera». 51
talar un museo público en España. El afrancesa- Otros, como el viajero francés L. Viardot, apre -
do marqués de Urquijo (1768-1817) defendió el ciaron en el museo al menos un cierto orden en
proyecto de un museo nacional ante el rey José las colecciones. 52
Bona parte, quien dispuso su fundación median - En Alemania, donde la Galería de Prusia ad-
te decreto de 20 de diciembre de 1809. Lo for- mitió ya en el siglo xvrr la visita de estudiantes de
marían las colecciones reales, las pertenecientes la Academia de Arte, en 1797 Federico Guillermo
a órdenes religiosas suprimidas y otras de pro- II ordenó que los mejores cuadros de los palacios
piedad privada .48 Sin embargo fue Fernando VII reales fueran al Castillo de Berlín y admitió desde
qu ien se hizo cargo de la realización del museo, esta fecha visitas limitadas. Estudió con el profe-
disponiendo primero para su ubicación el palacio sor de arte antiguo de Berlín A. Hirt un proyecto
madrileño de Bella Vista, pero decidiendo por para el Museo de Berlín, promulgándose en 1810
último su instalación en el edificio que Juan de la fundación del primer museo público en Alema-
Villanueva había construido en tiempos de Car- nia, cuya instalación se realizó en 1830 con un
los III, El Prado (1785), para museo de ciencias riguroso programa museológico, como veremos.
naturales. El museo nacional de El Prado se in- Entre 1780 y 1781 el duque de Baviera,
auguró, como se ha dicho, en 1820, pasando sus Karl Theodor, instala un museo público en la
obras a ser propiedad nacional en 1868. Hofgartengalerie, un edificio construido sobre
En toda Europa va a desarrollarse esta tenden- las arcadas del patio. En Munich, las coleccio-
cia de convertir sobre todo las colecciones reales nes acumuladas por el archiduque Guillermo IV
en museos públicos. Por ello, el siglo XVIII puede (1508-1550) -fueron aumentadas por Alberto


PLANTA ALTA

SEGUNDO
PISO (SUR 1
SEGUNDO PISO (NO RTE !
CERRA DO POR OBRAS

INSTA LACIO N TEMPORAL:


PINTURA ESPA;;fOLA. ITALIANA Y FRANCESA

17A 18A
PLANTA PRINCIPAL

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ººº 000
35T:T37
GOYA

PRIMER PISO

PLANTA BAJA

PLANTA BAJA

AS . ASCENSORES

e VENTA PUBLICACIONfS

Plantas de orientación del Museo del Prado, Madrid, en 1993.


V- darían origen a la Alte Pinakotheke, que ha - se . Es el caso de los museos del Vaticano, cuyas
bría de conseguir su máximo esplendor a partir colecciones papales constituyen, como hemos
del siglo XVIII. El landgrave de Cassel abriría su visto, una constante desde el siglo xv. 56 O el de
ga lería al público en 1760. La Galería de Dres- los paradigmáticos ejemplos ya comentados de
de, que podía visitarse desde tiempo atrás previa Francia, España, Alemania o Austria.
solicitud, adquiere a mediados del xvn una fama Un fenómeno ilustrado que va a trascender
bien ganada. Recordemos que Goethe, como los límites continentales europeos antes de fi -
hemos comentado, la visita por primera vez en nalizar el siglo, extendiéndose precisamente por
1786, causándole una honda impresión que aquellos territorios por los que circularían los ai-
quedó reflejada en su obra Poesía y verdad ( 1811 ). res de ansia de libertad, antes incluso de la inde-
pendencia real de las metrópolis. Nos referimos
a los países de las dos Américas, pero también a
10. Colecciones y museos públicos. otras latitudes de Asia, África u Oceanía, aunque
Asentamiento y consagración el mayor desarrollo de estos museos tendrá lugar
del museo durante los siglos XIX y xx. Con su establecimien-
to se desarrollará también un especial espíritu
En la génesis de la construcción del museo mo- nacionalista y el perfil de institución expresiva
derno -que, como queda indicado, no puede ca- de esa identidad nacional, promovidos precisa -
lifica rse rigurosamente así hasta su consolidación mente por la Ilustración y por los ideales de la
como entidad de función pública y social-, inter- Revolución Francesa de 1789.
vienen factores provenientes del establecimiento En este sentido, debemos constatar el hecho
de otras colecciones públicas 53 que precedieron a de que ya en 1771 la Charleston Library Society
la conformación de los grandes modelos citados . de Carolina del Sur anunció su intención de for -
Junto a los ricos conjuntos (gabinetes de arte y mar un museo con fines didácticos: promover el
de curiosidades ) reunidos durante generaciones mejor conocimiento de la agricultura y plantas
por las monarquías europeas, las colecciones de medicinales en aquélla. O que otro de los pri-
otros sectores de la nobleza, la Iglesia o la bur- meros museos americanos, el Peale Museum,
guesía pudiente van a integrar los fondos de los fue fundado en Filadelfia por el pintor Charles
museos públicos, pero también muchos de ellos Wilson Peale en 1786.57
servirán de ejemplos previos. La influencia europea del museo llegó tam-
Recordemos que en un orden cronológico y bién antes de finalizar el siglo xvm a otras co-
con un concepto riguroso, no sólo como prece- lonias, no sólo a las americanas. En la antigua
dente significativo, la primera institución en la Batavia (hoy Yakarta, capital de Indonesia en la
que convergen una siglo antes de la Revolución isla de Java), por ejemplo, en 1778 se inició la
Francesa de 1789 casi todos los elementos desa- colección de la Batavia Society of Arts and Scien-
rrollados del museo moderno es el Ashmolean ce, que llegaría a ser el Central Museum of Indo-
Museum de Oxford. 54 El primero de los excep- nesian Culture . En otras latitudes, como la India,
cionales museos que un país como la Gran Bre- los orígenes de algunos museos fueron similares .
taña, proclive desde el siglo xvn a su creación Así, el Indian Museum de Calcuta, basado en las
(no tanto a permitir las visitas públicas en los colecciones iniciadas en 1784 por la Asiatic So-
primeros momentos) , va a organizar a partir de ciety of BengaL y el Prince of Wales Museum of
entonces. 55 Western India, en Bombay.
El establecimiento de algunos otros museos Pero el asentamiento del museo en tierras
fam osos, aunque en sentido estricto se organi- americanas -como en Europa y otros países-
cen en el XVIII, llevaba ya incluso siglos gestándo- tuvo su momento expansivo, insistimos, desde
En Sudáfrica, en 1825 se creó un museo en
Ciudad del Cabo, basado en la colección zoológi-
ca de sir Andrew Smith. En tierras de Australia,
a iniciativa del aficionado naturalista Alexan-
der Macleay se abrió en 1827 lo que llegaría a
ser el Australian Museum de Sidney; el National
Museum of Victoria, fundado en Melbourne en
1854, fue seguido por la National Gallery of Vic-
toria en 1861, y por el Science Museum of Victo-
ria, en 1870. En el norte de África, concretamen -
te en Egipto, a iniciativa del arqueólogo francés
Mariette se fundó en 1857 el Museo Egipcio. 58
La segunda mitad del siglo x1x va a lanzar de-
finitivamente la creación de museos en los Esta-
dos Unidos, desde la iniciativa privada. En este
aspecto, es importante la Smithsonian Institu-
tion de Washington, D. C., 59 una entidad de la
que dependen en la actualidad numerosos mu -
seos, entre ellos la National Gallery (1937). La
primera de las sedes históricas de museos, típica
en los Estados Unidos, fue la Hasbrouck House,
en Newburgh, Nueva York, que sirvió como úl -
timo cuartel general a George Washington en la
guerra de la Independencia. Fue adquirida en
1850 por el estado de Nueva York. 60
Museo de Yogyakarta, Indonesia. Consecuencia del impulso privado, uno de
los primeros museos americanos, el de la Uni -
versidad de Yale, tiene su origen en el legado
comienzos del siglo XIX. En América del Sur, en que en 1867 realizó James J. Jarves de sus co-
una primera fase, Argentina funda en 1812 su lecciones. Otros muy conocidos, que provienen
Museo de Ciencias Naturales en Buenos Aires. tanto de la iniciativa privada como de la partici-
Brasil, basándose en la selección de pinturas pación de las autoridades públicas, nacidos to-
donadas por el rey de Portugal, abrió al público dos ellos a finales del s. x1x, están ubicados: dos
en 1818 su Museo Nacional, en Río de Janeiro. en Nueva York, el American Museum of Natu-
Colombia inauguraría en Bogotá su Museo Na- ral History (creado en 1869) y el Metropolitan
cional, en 1824; en 1830 lo haría Chile con su Museum of Art (inaugurado en 1870); otro en
Museo de Historia Natural, en Santiago; Uruguay Boston, el Museum of Fine Arts, fundado en
abriría también su Museo de Historia Natural en 1870 y cuyo edificio se terminó en 1909; y el
Montevideo, en 1834. En el norte, la colección Art Institute de Chicago, creado en 1879, que
zoológica de la Pictou Academy en Nova Scotia, comenzó la construcción de su sede en 1893.
en Canadá, quedó abierta al público hacia 1822; Después, durante el siglo xx, el crecimiento de
la del National Museum of Canada se inició como los museos en los Estados Unidos ha continua-
parte del Geological Survey en 1843 -trasladán- do de modo espectacular.
dose a Ottawa en 1880-; el precursor del Royal En una segunda fase, Iberoamérica ha ex-
Ontario Museum de Toronto, el Ontario Provin- perimentado también desde finales del siglo xrx
cial Museum, sería fundado en 1855 .


un crecimiento notable de museos, que ha pro- cultura tan diferente como Zimbabwe, 62 Egip-
seguido durante el siglo xx. Nacidos unos con el to, 63 Uganda, 64 Kenya 6 5 o Mozambique. 66
perfil regional, provincial o local, como el Museo
y Biblioteca Municipal de Guayaquil ( 1862), en
Ecuador, el de Ouro Preto (1876), en Brasil, el ll. Balance europeo, entre el viejo
.\1.useo Hualpen (1882), en Chile, o los Museos y el nuevo mundo
Regionales de Córdoba ( 1887) y Gualeguay-
chu (1898), en Argentina; promovidos algunos En consecuencia, el museo es un fenómeno eu-
por Universidades, como el Museo Geológico de ropeo extendido como institución pública y di-
Lima, en Perú, o el Museo Geográfico e Geológi- dáctica sobre todo durante los siglos x1x y xx por
co de Sao Paulo, en Brasil; dedicados otros a un los más variados países del mundo . Un producto
ema específico, como el Museo Marítimo de Ti- preparado por el desarrollo particular qu e vivió
gre, en Argentina, fundado en 1892, seguirán po- el viejo continente en el siglo xvn y el xvm en
enciándose los museos especializados nacionales su propio territorio geográfico y antropológico,
\. se consagrarán a veces a la memoria de sus como podrá comprobarse mejor en el apartado
personajes históricos (como el Museo Bartolomé siguiente, y que exportó al resto del mundo, co-
~litre, 1906, de Buenos Aires, al que fuera pre - menzando por sus propias colonias. Un fenóme-
idente de Argentina), o a héroes continentales, no radicalmente europeo que arrancará enton-
como el Mu seo Simón Bolívar ( 1911 ), erigido en ces de las metrópolis hacia, sobre todo, los países
Cara cas, Venezuela, a la memoria del Libertador. del <<nuevo mundo», para terminar realizando
El fenómeno del museo llegó también en su con el tiempo un recorrido de ida y vuelta, como
a entamiento a otras latitudes geográficamente una especie de efecto boomerang, muy saludable.
alejadas del viejo continente, acaso no tan cerca- Lo es, fundamentalmente, a partir de la naciona-
aas a su influencia cultural. En Japón se inaugu- lización de las colecciones reales y de otras pri-
::ó ya en 1872 un museo representativo del desa- vadas, como instrumento de carácter ideológico
:-rollo de su floreciente industria y de sus recursos y sociocultural, según se ha visto, más allá de la
aaturales, que constituirá las bases de sus actua- consideración histórico-objetiva de su proceso.
.e Tokyo National Museum y National Science En síntesis, las fases de este proceso hasta su
~1 use um. En Bangkok, las colecciones deposita- configuración actual, que coinciden práctica-
·a en 1874 en el Gran Palacio se convertirían mente con las que marcan la evolución fuera de
:nedio siglo después en el Museo Nacional de Europa, pueden sintetizarse en cuatro períodos
~aila ndia. En China, donde pueden contabilizar- generales: el primero, de planteamiento y defi-
-e n umerosas instituciones desde finales del siglo nición como institución pública (1789 a 1850);
JX, debemos resaltar como el primero en sentido el segundo, adentrándose ya en el siglo xx, de
riguroso el Museo Nantong, en la provincia de consolidación internacional (de 1850 a 1914).
~'· angsu, creado en 1905, al que seguirían en la El tercero, de crecimiento y revisión, será inte-
década siguiente el Museo de la historia de Chi- rrumpido por la Segunda Guerra Mundial ( 1939-
aa, en Pekín, y el Museo del Territorio del Norte, 1945). Después de 1950, se produce una espec-
en Tiengtsin. La antigua Ceilán (hoy Sri Lanka) tacular evolución de los museos, no exenta como
.abrió al público en 1877 su Museo Nacional; y en las fases anteriores de momentos de crisis y alter-
• 906 lo hizo el Pesawar Museum, en el Pakistán. nativas, que analizaremos detenidamente en el
En el continente africano, durante las últimas capítulo siguiente.
décadas del xrx y primeras del xx continúan los Citados los más claros ejemplos europeos de
:nuseos inspirándose en los modelos europeos. museo público en el primer período, se produjo
_.\sí, en Sudáfrica, 61 pero también en lugares de entre 1850 y 191467 una proliferación de nue-
vas fundaciones. 68 Con ella llegó la consagración pedéutica» (en compañía de la propia naturaleza,
de los museos de identidad nacional que habían las ciencias y las técnicas) para el conocimiento
aparecido en la primera mitad del x1x, 69 pero de la evolución cultural de la humanidad. 7 5
también una primera diferenciación tipológica. 70 Rugues de Varine-Bohan 76 ha defendido e
A principios de siglo aparecerán en los paí- impulsado el análisis del origen de los museos
ses industrializados algunos de esos nuevos tipos desde la perspectiva de la evolución cultural de
de museos, que intentarán recoger y exhibir los la humanidad. En 1973 describió sucintamente
elementos de su más reciente pasado, conscien- las tres etapas -preindustrial, revolución/evolu-
tes de su importancia sociocultural. Así, tanto en ción industrial y postindustrial- en que divide
Europa,7 1 como -desde esa y otras perspectivas- este proceso. 77 En él advierte inserto el fenóme-
en los Estados Unidos de América, 72 entre otros no europeo de la invención y exportación del
países occidentales, 7 3 se producirá un desarrollo concepto moderno de museo al resto del mundo
imparable de nuevos museos. Con unas varian - desde comienzos del siglo XIX. 78
tes de orientación didáctica peculiares, desde Es una larga y compleja trayectoria la efec-
1917 se potenciarían también los museos en la tuada desde el mouseion griego hasta la aparición
desaparecida Unión Soviética y otros países del y consolidación del museo tal y como lo conoce-
antiguo bloque socialista del Este europeo. mos 24 o 25 siglos después. La evolución cultural
de la Humanidad ha venido definiendo, en este
sentido, no sólo esas tres etapas de conformación
12. El testimonio antropológico. La general desde una perspectiva antropológica o
evolución cultural de la humanidad etnológica, sino también una serie de concepcio-
y el origen de los museos nes del museo -más allá de sus modelos o tipo-
logías concretas, como veremos- que explicitan
Complementarias, pero diferentes a la explica- la génesis y evolución de estas instituciones en
ción histórico-objetiva del origen de los museos cuanto instrumentos de expresión y compren-
desarrollada por Germain Bazin pueden conside- sión que han sido y continúan siéndolo de im-
rarse algunas otras concepciones que arrancan de portantes sectores de la historia humana.
posiciones antropológicas, sociológicas o etnoló- El desarrollo cultural ha fijado, especialmen-
gicas. También, aquellas otras que fundamentan te, estas concepciones o modalidades del museo
su discurso en la evolución técnico -museográfica en su evolución hasta la situación actual:
o en la del carácter instrumental y didáctico que
conlleva en sí la institución museística. l. Concepción alejandrina, como centro cien-
La historia de los museos está estrechamente tífico y universal del saber.
vinculada a la historia de la humanidad y, por lo 2. Concepción romana del museum, herede-
mismo, a la del pensamiento. 74 El pensamiento ra del helenismo, como templo de las musas o
(como el lenguaje, al que está íntimamente uni- escuela filosófica, pero introduciendo los matices
do) cumple funciones esenciales en el desarrollo del carácter privado y representativo del colec-
de la sociedad. Cada parcela de esta evolución cionismo, frente a la formulación colectiva del
está marcada por acontecimientos y realidades museo ptolemaico.
que el hombre ha venido protagonizando y cons- 3. Concepción renacentista, el museo-colec-
truyendo. Señalan otros tantos aspectos de la ción, heredero directo de la concepción romana,
historia de la sociedad y de la evolución del pen- pero formulado como el más claro precedente
samiento, que siempre ha intentado aprehender del concepto moderno de museo.
y eternizar en la memoria colectiva o en institu- 4. Concepción ilustrada, o el museo como ins-
ciones como el museo, en muchos sentidos «pro- trumento científico y alojamiento (conservación)
de los testimonios del saber y la creación huma- de desarrollar el concepto de museo público que
nas. nos trajo la Revolución Francesa; y hace ya lustros
5. Concepción revolucionaria: el museo pú- que estamos convencidos de que la superación del
blico, como medio de cuestionamiento crítico y museo-almacén no ha liquidado la crisis de iden-
lección sociocultural. tidad y de significación sociocultural aparecida a
6. Concepción del siglo xx : el museo organi- principios de los setenta y agudizada en esta lla-
zado, vivo y didáctico desde los antecedentes del mada sensibilidad postmoderna de la situación co-
«museo almacén». nocida como finisecular y postindustrial.
7. Concepción posmoderna: el museo como Relacionada con la concepción anteriormen-
seducción y espectáculo, en la ascensión y au - te reseñada, Rugues de Varine-Bohan manifiesta
tolegitimación protagonística del espectador. su postura personal sobre la historia de los mu -
(Dentro de los parámetros de la llamada cultura seos y sobre la propia institución del museo con
postmoderna que, entroncando con la situación cierta amplitud en el artículo de la Encyclopaedia
finisecular, está dominado como ella por el con- Britannica citado, edición de 1974, especialmen-
sumo y los medios de comunicación, y se en- te en el apartado IV: «History of museums», don-
cuentra por tanto reestructurado según la lógica de proclama de entrada que «la historia de los
de la seducción y del culto a lo efímero.) museos será presentada desde un punto de vista
8. Concepción finisecular (impredecible futu - esencialmente sociológico. Se contemplará tam-
ro del museo): desde la muerte del «invento ilus- bién la influencia de la historia de las ciencias
trado» (museo enciclopédico) a las alternativas sobre los museos» .79
fragmentadas, las redefiniciones socioculturales La concepción del museo como centro cul-
y el nacimiento de la multinacional museística. tural vivo ha dinamizado prácticamente casi to-
Una concepción que admite numerosas variantes, dos los esfuerzos realizados en los veinticinco o
como puedan ser: a) El museo en sí o de sí mismo treinta últimos años de este siglo en su moder-
(el museo se identifica sólo con el contenedor y nización tecnológica y sociocultural. Un centro
sustituye o suplanta a los contenidos). b) El museo cultural vivo al servicio de todos y utilizado por
de tipología o configuración espectacular equívoca todos que defiende la llamada «nueva museolo-
(el museo como «espacio para el espectáculo»; o gía», 8º y que proviene de una situación especial-
museo como «parque temático» o «feria de frivo- mente sensible a la misión y funciones del mu-
lidades») . e) El museo reciclable o museo comodín seo desde la segunda posguerra mundial.
(el museo productor de cultura acomodaticia y de De ahí que, al considerar la evolución de los
rentabilidad sociopolítica coyuntural; o museo- museos con posterioridad a 1945, defensores e
fa ctoría de resultados políticamente correctos). d) impulsores de las nuevas corrientes museológi-
El gran museo especular (o museo-tribuna y refle- cas como André Desvallées enfoquen el análisis
jo de líderes idealistas, de las ambiciones y sueños desde una posición cercana, si no comprometi-
de profesionales, de la eficacia de gestores, de ma- da, a los enfoques antropológicos, etnológicos y
quillaje de imagen de <<nuevos mecenas» y mero- sociológicos. 81 Una situación similar parece darse
deadores del patrimonio y la cultura, etc.; museo también en el caso de Danielle Giraudy y Henri
de lo inconcreto, difuso, simulador y efectista de Boulhet, 82 Oliver Impey y Arthur Mac Gregor, 83
una situación siempre cambiante). Henri-Pierre Jeudy 84 o Ludmilla Jordanova .85
Atendiendo al desarrollo de los museos dentro Pero, sin duda , además de la extraordinaria
de la evolución cultural de la humanidad, hoy es- labor teórica y práctica de Georges Henri Rivie-
ramos a caballo de planteamientos alejandrinos y re desde el ángulo especialmente sociológico y
renacentistas, somos herederos del afán pedagógi- etnológico-etnográfico, 86 uno de los autores que
co de la Ilustración, nos sentimos en la obligación ha abordado con mayor profundidad la historia


de los museos a partir del enfoque sociológico del hombre serán presentados dentro de un total
ha sido Kenneth Hudson.87 «Les guste o no», entorno contextual (... ) »89
nos advierte, «en la actualidad todos los museos La perspectiva de lo social es determinante
sean del tipo que sean, son, en mayor o menor para el análisis adecuado de los museos desde la
medida, museos de historia social, en el senti- vertiente de la evolución cultural de la humani -
do de que todo lo que poseen o exponen tiene dad. Considerados de este modo, no parece que
implicaciones sociales. Algunos pretenden ne- su proceso haya obtenido -al menos a mediados
gar este hecho -los museos de arte son especial- de la década de los setenta y según opinión de
mente culpables de que persista esta especie de Varine-Bohan 90- el desarrollo deseado. Lo que
vana ilusión sobre sí mismos-: sin embargo, las no impide valorar este método de análisis sobre
"implicaciones sociales" tienen muy distinta sig- el origen y evolución de los museos como ex-
nificación para los museos grandes que para los traordinariamente positivo, hasta el punto de
pequeños. »88 «Creo que es enteramente posible que fundamenta los mayores avances museoló-
-recalca en el prefacio del último de los libros ci- gico/museográficos alcanzados en las dos o tres
tados- que el día del museo etnográfico ha llega- últimas décadas de nuestro siglo.
do ya y que, en los años que vienen, los hábitos

NOTAS AL CAPÍTULO 2 en los modernos medios de comuni- estudiar manifestaciones variadas


cación de masas (publicaciones ilus- en una tribu de Nueva Guinea que
Los diversos especialistas en coleccio- tradas, cine y televisión), que difun- permanece en la edad de piedra . En
nismo y patrimonio museístico que den sobre todo imágenes y signos, estos orígenes de la humanidad apa-
citaremos en su momento no tienen conceden una nueva importancia a recen colecciones, productos del ins-
duda alguna al respecto. Tampoco, las culturas del signo cuya forma su- tinto animal de poseer y de la idea
el público mínimamente informado. prema es el arte» (En Los museos en el humana de crear el saben>.
Roberto ROJAS, bajo el título «El mundo, op. cit., 1973, pág. 23). 7 G. BAZIN comenta: «El gusto por la
museo: testimonio de la historia hu- 2 Traducido a los principales idiomas, colección es sin duda muy antiguo:
mana» lo defendía en 1973 con estas la edición original en francés (Lieja y en el paleolítico. ya reunía el hom -
palabras: «Las colecciones de objetos Bruselas, 1967) fue seguida por la de bre series de conchas, guijarros, hue-
contenidas en los museos son un ele- París (1968 ... y 1984). Daimon (Bar- sos de animales que podían servir
mento de fundamental importancia celona, 1969) lo publicó en espafiol, de adornos a las vestimentas y que
en el desarrollo cultural del mundo como se ha indicado. (Siempre que constituyen los primeros «tesoros».
moderno. Los museos, junto con las citemos esta obra lo haremos refi- («La muséologie», art. cit .. Encyclo-
bibliotecas y los archivos. contienen riéndonos a la edición de Daimon, y paedia Universa/is, 1968, pág. 44 7.)
los testimonios del trabajo realizado mediante: BAZIN. G., op. cit., pág ... ). 8 En Vidas Paralelas (c. 115 d. C.).
por el hombre a través de toda su 3 Ídem, págs. 5 y 6. «Los monumentos se elevaban con
historia. Pero el papel que juegan 4 SCHUHL, P-M .. Platon et les Musées, una grandeza que imponía, con una
los museos es quizá más amplio que Mélanges d'esthetique et de science de belleza y una gracia inimitables. (... )
el de las bibliotecas y archivos para /'art offerts a Étienne Souriau, París, La admiración por los monumentos
conocer la historia de la actividad Nizet, 1952, pág. 249 . de Pericles crece, puesto que fueron
creadora humana desde los orígenes. 5 Véase Préhistoire de l'Art occidental, hechos en poco tiempo y destinados a
Desde hace aüos, en efecto, se consi- París, 1965. Anota Leroi-Gourhan la una larga duración. (... )Los Propileos
dera que la civilización del objeto y existencia de un instinto de coleccio- de la Acrópolis fueron terminados en
del signo es más vasta y compleja que nista en el hombre prehistórico. cinco aüos por el arquitecto Mne-
la de la palabra escrita, puesto que la 6 En La Muséologie selon .. ., pág. 48, don- sicles» . (Véase PLUTARQUE, Vies,
cultura humana no comenzó con la de comenta la convicción de Leroi- tomo III: Pericles-Fabius Maximus: Al-
escritura, ni se reduce a ella, como se Gourhan . Y afirma expresamente : cibiade-Coriolan. Pericles, París. Societé
había supuesto. «Se observa este fenómeno en lu- d'Edition «Les Belles Letres», 1969,
"Por otra parte, las condiciones de la gares europeos y en el otro extremo 13, 1 a 16, págs. 29 a 32.) Respeta-
civilización contemporánea, basada del mundo: Dillon Ripley ha podido mos en los párrafos que incluimos


la traducción al español de Fuentes y 11 En «Museums». Th e New En- caligrafías más renombradas de ro-
documentos para la historia del arte, Bar- cyclopaedia Britannica, vol. 24, l 5th das las provincias de China. El últi-
celona, G. Gili, 1982. vol. I a cargo de edition, 1988, pág. 479. mo emperador chino de la dinastía
José Pitarch et al. 12 Como explica Bazin, «los su - de los Han, Hien-ti ( 190-220), orga-
9 «A la izquierda de los Propileos -es- tiles coleccionistas de China y Japón nizó una especie de ga lería nacional
cribe Pausanias- hay un edificio que evocan a los príncipes y cardenales con retratos de sus ministros agrupa-
comiene pinturas, y en las que el de los siglos xvn y xvm. La afición a dos en una sala, llamada la Sala del
tiempo no ha sido causante de que las colecciones se remonta a los pri- Unicornio (animal fantástico de buen
estén oscuras; aparecen Diomedes y meros orígenes del Imperio chino augurio). que recuerda los gabinetes
Odisea, el uno robando el arco de Fi- y responde a esa veneración por el de retratos contemporáneos que se
loctetes en Lemnos. y el otro en llio pasado elegida por los celestes, para formaban en Europa en los siglos XVI
la Atenea. Allí, en las pimuras, se en- los cuales lo que fue es la garanría y xvrr. Y he ahí lo que será el siglo
cuentra también a Orestes matando de lo que es y de lo que será. Ren- xvm en Occidente, el «gabinete de las
a Egisro, y Pílades a los hijos de Nau- dían culto a los grandes hombres de damas» : un sucesor del trono de los
plio, que vinieron en ayuda de Egis- otro tiempo, los emperadores mí- Han encargó al pintor Mao Yen-Chu,
ro; cerca de la tumba de Aquiles está ticos, los sabios y los filósofos que especialista en el género del retrato,
Políxena, a punto de ser degollada, crearon los cimientos de la civiliza- las efigies de las damas de la corte.
y Homero hizo muy bien en omitir ción y supieron captar las fuerzas de »En uno de sus palacios, ll amado de
acto tan cruel y asimismo me pare- Ja energía universal, conciliándose las Dos Misteriosas Terrazas, el em -
ce bien que haya cantado la toma con los elementos por la invención perador Yang, de la dinastía de los
de Esciro por Aquiles y no como de la astronomía, de la adivinación Suei (589-604) había instituido dos
los que dicen que Aquiles hizo vida del calendario, de la irrigación, del galerías: una, llamada La Misterio-
en Esciro entre las muchachas, cosa tejido de la seda, de la agricultura, sa Caligrafía, guardaba numerosas
que, precisamente, también pintó de la música. de la danza y de las obras maestras de este arre, la otra,
Polignoto. Y pimó también a Odisea artes, formulando los principios Los Preciosos Vestigios, esraba con -
junto al río presenrándose a Nausica eternos que rigen las relaciones en - sagrada a las pinturas. Pintura y ca-
y a sus compañeras, todo conforme a tre el Cielo y la Tierra por una parte ligrafía iban siempre emparejadas.
como lo dice Homero. y los hombres por otra. Al contrario »Los T'ang no fueron conquistado-
»Hay también, entre arras pinturas, que en Occidente, siempre movi - res, protegieron las artes, incluso las
la de Alcibíades y en la pintura se do por una fuerza interna hacia el practicaban cuando tenían ocasión.
representa el emblema de la victoria porvenir, las generaciones sucesivas como el emperador Hiuan, Tsong,
de sus caballos en Nemea; y se ve a seguían mirando hacia el pasado, que fue pintor y calígrafo. Bajo la
Perseo cuando fue recibido en Séfiro considerado como el modelo a se- dinastía de los Song (950-1260) los
y presenta a Polidecres la cabeza de guir. emperadores se solían interesar por
la Medusa. »Los chinos tu vieron muy pronto el las letras y por las artes más que por
»De lo relativo a Medusa, no quiero sentimiento de la historia (... ). En la política. y ese exceso de refina-
hablar miemras traro del Ática. En- una época en que el mundo occiden- miento acabó por cosrarles el impe-
tre las pinturas, a continuación del tal se hundía en la barbarie. hacía ya rio; muchos de ellos se dedicaron a
niño que lleva las hidrias y el lucha - siglos que los chinos practicaban el la pintura .
dor que pintó Timénero. está Mu- «amateurismo» . Sin duda los pri- »Es la gran época de la crítica del
seo: yo he leído poesías en las que meros coleccionistas fueron los em- arre en China: los coleccionistas se
se dice que Museo recibió de Bóreas, peradores: calígrafos ellos mismos. disputaban las obras maestras de los
como regalo, el poder volar, y me animaron este arte que en China era artistas del pasado o del tiempo pre-
parece qu e esto lo dijo Onomácrito; tan apreciado como la pintura. Es sente; sobre esas pinturas, delicadas,
de Museo ni nguna obra es segura, lícito suponer que Ts'in Che-Huang- evanescentes, insertan sus sellos,
excepto el himno en honor de De- Ti (259-210), el gran acaparador de inscribiendo a menudo incluso sus
méter escrito para los Licómidas.» tierras, fundador del Imperio chino apreciaciones; esta costumbre, que
(Pausanias, Descripción de Grecia: Ati- y administrador genial. encargó ca- proseguirá en las dinastías siguien-
ca y Laconia, Madrid, Aguilar, 1964, ligrafías y pinturas para el esplén- tes, acabará por desfigurar las pin-
págs. 95 y sigs. ) dido palacio que se hizo edificar en turas chinas, concedía precio a la
10 Cfr. OVEJERO, Andrés, Hieng-yang. La dinastía de los Han genealogía de las pinturas y, al igual
«Concepto actual del Museo Anísti- elevará más aún el cetro de las artes; que hoy, el hecho de haber perte-
CO»; Discurso de ingreso del Acadé- la pintura y la caligrafía se practica- necido a coleccionistas célebres au -
mico electo A.O .. Madrid. Sucesores ron allí como especulaciones filosó- mentaba el valor de una obra .
de Rivadeneyra, 1934 (Discurso de ficas. El emperador Wu (siglo 11 a. »En la época Song, el Japón, ya en
ingreso en la Academia de Bellas C.) instituyó una Academia imperial contacto con China desde hacía mu-
Artes de San Fernando de Madrid). en donde reunió las pinturas y las chos siglos, imitó el ejemplo de ésta


y promovió el coleccionismo. Has- pudo resistir la tentación de mandar prosperidad ya estaba declinando.
ta entonces Jos únicos depósitos de colocarla en su dormitorio, después (.. . ) Los Medici, una de las más po -
obras de arte del Japón eran los de de haberla sustituido por otra figura. derosas familias de mercaderes, que
los templos; Jos aficionados japone - Pero el pueblo romano se mostró de pronto había de convertirse en la
ses conquistaron a precio de oro las tal manera en contra que en el tea- primera de Italia en lo que a la ban -
obras maestras de los grandes art is- tro pidió a grandes gritos la restitu- ca se refiere.(... ) La casa de Florencia
tas de Ja época Song y más respe - ción del Apoxiom eno y el empera- se dedicaba sobre todo a operaciones
tuosos que los coleccionistas chinos dor lo devolvió a su emplazamiento bancarias (el auge de los Medici co-
se guardaban muy mucho de poner primitivo». (Véase PUNE, Histoire menzó con Ja asociación financiera
en ellas sus sellos, lo que a nuestros Naturelle, París, Firmin Didot freres. del padre de Cosme. Giovanni, con
ojos da a esas obras, conservadas fils et Cie., Librairies, 1865, t. rr. lib. la Curia) y al comercio ... » (ANTAL,
hoy en las colecciones particulares XXXIV. 4, págs . 437 y sigs.) F., El mundo florentino y su ambiente
del Sol Naciente, un carácter espe- 23 BAZIN. op. cit., pág. 15. social, Madrid, Guadarrama, 1963
cialmente precioso». (Bazin, G., op. 24LEWIS, G. D.. art . cit. (1988). pág. (1947), págs. 25 y 57.)
cit. págs. 26-27 ). 479. Según Eilean HOOPER-GREEN-
13 WARD, Ph. R., «La conservación: el 25 TOSCANO, B., «Collezionismo e HILL, el primer museo de Europa
po rvenir del pasado». Museum . vol. mercato», en Enciclopedia Feltinelli fue el Palacio Ricardi de los Medici
XXXIV, núm. 1, 1982, pág.6. Fischer, «Arte 2/ l» . Milán. 1971. en Florencia, c. 1440, obra de Mi-
14 Véase el número especial «Museos pág. 106. chelozzo . «El 'primer museo de Eu -
en China» de Museum, vol. XXIII, 26 Las grandes colecciones de arte han ropa'. el hogar de la familia Medici
núm. 4, 1980. sido minuciosamente ana lizadas en la cumbre de su dominio social,
15 Véase texto y nota 4. por diversos especialistas. Además cultural y político en Florencia.»
16 BAZIN, G., op. cit. pág. I 4. de autores como G. BAZIN en la op. Museums and the Shaping of Knowled-
17 Véase cap. I, El término, el concepto y cit .. debemos recordar a SALMON, ge, Londres, Routledge, 1992, pág .
la definición de «museo». P., De la collection au Musée, Bruselas. 25. (Cfr. cap. 2 The first museum of
18 «Los escritores romanos satíricos 1958; SALERNO, L. (en colabora- Europe?, págs. 23-46.)
Marcial. Estacio, Suetonio, Juvenal ción con BARBINI. G., ARIAS. P. 29Véase BOCCHI. M.F., La belleza della
y Séneca han trazado las siluetas de E., MAFEI, F. y MARCENARO. c.). cita di Firenze, Florencia, M. G. Cine-
todos los tipos de coleccionista. » (G . «Musei e collezioni» , en Enciclopedia lli, 1677.
BAZIN, op. cit., pág. 17.) Universa/e dell'Arte, t. IX. Firenze, 30 Véase también PRINI, P., «La Floren-
19 «En Roma el rey Ata lo hizo una 1963; COOPER, D., Les grandes colec- cia y la Toscana de los Médicis en Ja
oferta de 600.000 sestercios por un tions privées. París. Port Royal. 1963; Europa del siglo XVl», enMuseum, vol.
cuadro de Arístides que formaba HOLST, N. von, Creators. Collector XXXIII, núm. 2, 1981, págs. 99-115 .
parte del botín de Corinto .. . » (Idem . and Connaisseurs: The Anatomy of Ar- 31 Francisco I realizó una nueva clasifi-
pág. 16). tistic Taste from Antiquity to the Present cación de las colecciones. y encargó
20Véase CICERÓN. M. T., Discours, Day, Londres, 1967 ( 1960); IMPEY, su instalación en los Uffizi a Buon-
tomo V: Seconde action contre Verres; O./MACGREGOR, A., eds., The Ori- talenti, quien hizo decorar las gale-
libro IV: Les oeuvres d'art, II y III. gins of Museums, Londres, 1985; TA- rías con pinturas originales. Con su
París, Societé d'Edition «Les Belles YLOR, F. H., Princes and Artists: Pa - donación al Estado en el siglo XVIH
Lettres», 1927. págs. 8-1O. tronage and ldeology at Four Habsburg quedaron los Uffizi convertidos en
21 Véase VITRUBIO. M. L., Los diez libros Courts, 1517-1633, 1976. Los museos institución pública. En 1993, los
de la arquitectura, Barcelona, Edito- y colecciones de España, además de Uffizi sufrieron un terrible atenta -
ria l Iberia, s.A., 1970. (Por ejemplo. la op. cit. de C. SANZ PASTOR, han do con significativos desperfectos,
el libro VII, cap. V, págs. 192-194, en sido estudiados especialmente por J. permaneciendo abiertas durante los
el que formu la una teoría pictórica A. GAYA NU-0, en Historia y guía tres años siguientes sólo 34 salas. La
(«De la manera de pintar las habita- de los museos de España, Madrid. 1968 reconstrucción y plan de ampliación
ciones »). de clara ascendencia peri- ( 1955), y en La España de los museos, en su primera fase propició la aper-
patética). San Sebastián, M. Información y tura al público de 16 nuevas salas el
22 Plinio el Viejo nos detalla cuestio- Turismo, 1970. 28 de septiembre de 1996 con la ex-
nes al respecto, como ésta: «Lisipo 27VARINE-BOHAN, H. de, en declara- posición «L'Officina de la Maniera»,
era muy fecundo y es, tal como ya ciones a Pierre Kister. Los museos en en homenaje a un doble 500° aniver-
hemos dicho antes. el escultor que el mundo. op., cit., 1973, pág . 1O. sario de los pintores Jacopo Carrucci,
hizo más obras; entre ellas la de un 28 «En 1434, Cosme de Medici puso llamado Pontormo, y Giovanni Ba-
hombre que se frota. Marco Agripa fin al régimen sostenido por varias ttista di Jacopo, llamado Rosso Fio-
había colocado esta estatua delante facciones de la burguesía convir- rentino, que se había cumplido en
de sus baños; agradó singularmente tiéndose de hecho, aunque no de 1995, pero que no pudo celebrarse
al empe rador Tiberio, quien (... ) no nombre, en jefe de Ja ciudad, cuya por los desperfectos del atentad o.


32 Bramante fue el encargado de pro - ción de toda suerte de museos: de 39 En rigor, los modernos museos se
yectar los planos para el Belvede - historia, de arte, de historia natural. forman en los siglos xvm y x1x . Fue-
re, donde se albergarían más tarde de ciencias. En Alemania, el término ron los cambios sociales los que
esculturas importantes de la época Wunderkammer designa una colección plantearon en ese momento el pro-
clásica . Unido mediante una galería de curiosidades de la naturaleza y el blema del acceso de todos a la cultu-
al palacio, se constituyó «Il Cortile», término Kunstkammer una colección ra y al arte .
donde desembocaban doce corredo - artística. En Francia, se dice un "gabi- 40 Oeuvres esthétiques, París, Ed itions P.
res, cada uno de ellos con una visión nete", "gabinete de rarezas", cuando Verniere, 1968. Salons (edición crí-
de Europa y presididas por el Lao - se trata de objetos insólitos proporcio- tica) , 3 vols., Oxford, 1957, 1960 y
coonte, una escultura de Apolo y nados por la naturaleza o de objetos 1963 . Bibliografía crítica sobre Di-
otras figuras de mármol. preciosos. Esta palabra adquiere en derot puede verse en SCHLOSSER,
33 11 Cortile se cerró al fin. Durante dos- el siglo XVII un valor internacional. El J. von, La literatura artística, Madrid,
cientos años su realidad pervivió so- término "curioso" empleado para de- Cátedra. 1976, págs . 565-566 .
lamente en el recuerdo de grabados signar a un aficionado (amateur), apa - 41 Dirigida por D'Alembert y el propio
y vaciados. En esta situación lo en - rece en el siglo xv1. En Italia. se dirá Diderot. el tomo I apareció en París
contró Evelyn en su viaje a Roma en en el siglo xv111 conoscitore y en español en 1751. y concluyó su publicación
1645 . El Belvedere quedó al cuidado aficionado. En el curso de los siglos en 1773 . Diderot trazó este progra-
del médico papal M. Mercati, quien xv1, XVII y xv111 se forman algunas de ma en su artícu lo «Louvre» .
valoró solamente aquellas escultu - las grandes colecciones principescas, 42 Así, A. Olearius lo demuestra en el
ras caídas por su condición materiaL nacionalizadas más tarde, que consti- prólogo que escribió en 1674 para el
como mármol de la mejor calidad. tuyen los fondos de un cierto núme- catálogo de la colección del duque
Durante el papado de Clemente XIV ro de museos de hoy día: las de los Schleswig-Holstein y Gottorf. El ana-
volvió a renacer el Antiquarium. En papas en Roma, las de los Médicis en tómico Frederick Ruysch permitía
Il Cortile no pudieron, sin embargo, Florencia. de los Habsburgo en Viena siempre la visita de personalidades a
exponerse aquellas obras deterio- y Madrid. de los Wittelsbach en Mu- sus colecciones . Era, evidentemente,
radas, reduciéndose a pocas piezas nich, de los Hohenzollern en Berlín. una apertura elitista . Actitud que re -
de corativas de escultura pequeña, de los Borbón-Parma en Nápoles, de sultaba común a otras colecciones de
alg unos sarcófagos, en una nueva los Valois y Barbones en el Louvre. otros países. Sólo la nobleza o perso-
galería reconstruida. de los Romanoff en San Petersburgo. nalidades, diplomáticos, militares de
Por otra parte, los tempranos mu- Inglaterra fue privada de este origen alta graduación, etc., tenían acceso
seos públicos del Vaticano carecían por las ventas, entre 1650 y 1653, de a las colecciones de Mr. Townley en
de adecuada accesibilidad. Para po- las colecciones de Carlos t que había Londres de la «villa romana» .
der visitarlos había que recurrir a tenido el más bello gabinete de pintu- 43 Véase al respecto G. BAZIN, op . cit.,
alguna persona fam iliarizada con el ras de Europa. Pero en este país se de- págs. 15 0 y sigs .
Jugar. sarrolla muy pronto la concepción del 44Fue nombrado el pintor Hubert Ro-
34 Más que un sentido claro de mu- museo público, reunido para servir al ben, quien nos ha dejado numero -
seo, el renacimiento italiano acu- progreso de los conocimientos huma- sos cuadros que represe ntan tanto
ñó y fijó el concepto de colección, nos: Ashmolean Museum de Oxford proyectos para la Gran Galería del
cuyo cometido más relevante era (1677), British Museum de Londres Louvre, como lienzos que muestran
el de engrandecer personalmente (1753) ». (Artículo «Museologie» cit., vistas del museo después de su aper-
a su poseedor, de acuerdo con el 1968.) tura en 1793.
co ncep to de valoración del indivi- 37 Véase AULANIER, Ch., Histoire du 45 «El gobierno francés de la Conven-
duo, centro y medida del universo. Palais et du Musée du Louvre, París, E. ción nacionaliza las obras prove-
35 G. BAZIN estudia el coleccionismo des Musées Nationaux, 1947-1955. nientes de las colecciones reales, las
europeo de los siglos xv y xv1 en el 38 Modelos a la vez de material cien- iglesias, los bienes de los emigrados;
cap. 4 «Las cámaras de las maravi- tífico y arte reunieron la casi totali- constituye depósitos, después mu-
llas» , y el del xvII en el 5, titu lado «El dad de las monarquías o principados seos, principalmente el Museo cen -
arte real», de la op. cit. (1967) págs . europeos. Así se caracterizaron las tral de las artes, abierto en la gran
55 -81 y 83 -106, respectivamente. contenidas en las «bóvedas verdes » galería del Louvre el 10 de agosto de
36 Como apunta Bazin en otro lugar, del Palacio de Dresde de Federico 1793, el museo de los Monumentos
~ la ampliación del campo de los co- de Sajonia (1670-1733) . En 1569- franceses, museo de historia, abierto
nocimientos humanos, el culto a los 1571 Alberto V, duque de Baviera, en el Convento de los Petit-Augus -
hombres ilustres y a los múltiples erigió en Munich un edificio para tins en 1795, el Conservatorio de las
descubrimientos que se realizan en sus colecciones. El rey de Polonia artes y oficios, Museo de la ciencia,
el siglo xv1 (arte y letras antiguas, Segismundo 11 Augusto albergó su creado en 1793 y abierto en Saint-
ciencias, civilizaciones extranjeras en colección en el castillo Wawel en Martin-des -Champs en 1798, el Mu-
Occidente), iban a estimular la crea- Cracovia. seo de historia natural. abierto en el


antiguo Jardín de Plantas del Rey en la erudición humanista y se abrió aumentos de los legados y diversas
1793. Al mismo tiempo, la Conven- al pueblo gracias a la Revolución vicisitudes tanto de sus propietarios
ción inaugura un nuevo procedi- Francesa. como de sus descendientes. Es este
miento de enriquecimiento artístico Lo cierto es que en su creación influ- el caso, por ejemplo, entre tantos
y científico: la contribución de la yeron estos y otros factores impor- otros, de la Colección Olaf Worm,
guerra de las naciones vencidas, mé- tantes: como la labor de Diderot ya que en 16 5 5 fue transferida al Real
todo practicado por Napoleón que citada; la Crítica del juicio ( 1790), de Gabinete de Copenhague, a causa
le dará la magnitud de una política E. KANT (versión en español, Espa- del conflicto de intereses entre los
europea, suscitando la creación de sa Calpe, Madrid, 1977); la Aesthetica herederos, después de la muerte de
museos en los reinos vasallos y prac- (1750-1758) de A. G. BAUMGAR- su propietario .
ticando los cambios entre estas di- TEN (O lms, Hildesheim, 1961 ) y 54Basado como núcleo esencial en el
versas instituciones . Bajo el lmperio, las campañas arqueológicas de J.J. Musaeum Tradescantianum ( 1656),
la administración de las Bellas Artes WINCKELMANN y su Historia del arte la Universidad de Oxford erigió el
es confiada a Denon Vivant, nom- en la antigüedad (1764), la primera edificio que el 21 de mayo de 1683
brado en 1802 director del Museo historia del arte escrita. (En español, inauguraría el Príncipe de York (Edi-
central de las artes que, en 1803, es Barcelona, Iberia, 1967). También, la ficio que quedó como sede del Mu -
llamado museo Napoleón» (BAZIN, posición de W. GOETHE. seum of History of Science, una vez
art. cit., pág. 448 . Véase sobre todo 50 Realizado por Althann y decorado se construyó e inauguró el nuevo en
su op. cit. (1967), págs. 129-191) . con las copias de todas las obras en 1839).
46 Véase LENOIR, M. -A., Musées des mo- miniatura por el pintor Fernando 55 Algo más tarde que Oxford (y que
numents Fran(ais, on Description histori- Storffer, consta de tres volúmenes Londres con el British Museum,
que et chronologique de Statues en marbre (1720, 1730 y 1733). La disposición 1759), la ciudad universitaria de
et en bronze, Bas-reliefs et Tombeaux des de las salas se conoce gracias a los Cambridge iba a contar con un
Hommes et des Femmes celebres, pour aguafuertes de F. von STAMPART museo importante: el Fitzwilliam
servir a l'Histoire de France et acelle de y A. von PRENNER, titulados Prodo- Museum, debido al legado de lord
l'Art, 5 vols., París, lmp. Guilleminet, mus Theatrum artis pictoriae, publica- Fitzwilliam of Meryon. Graduado
1800-1806. Musée Impérial des Monu- dos en 1735. en 1764 por su Trinity Hall College
ments Fran(ais. Recueil des graveures 51 En Batrachtungen über die Kaiserlich- y muerto en 1816, donaría a la fa-
pour servir al'Histoire des Arts en France, Konigliche Bildergalerie zu Wien, 1785. mosa ciudad y universidad de Ingla-
París, lmp. d'Hacquart, 1811 . (Cit. por G. BAZIN, op. cit., pág. terra sus importantes colecciones.
4 7 Fundado en 17 5 3 con la colección 159). 56 Al reorganizarse las colecciones, en
del físico sir Hans Sloane, se abrió al 52 Véase Les Musées de l'Al/emagge et de 1734 se forman los museos del Ca-
público en 1759, bien es verdad que Rusie, París, Hachette, 1844. pitolio, el Palazzo dei Conservatori
las visitas se realizaban en contadas 53 Como la que en 1523, en la Repúbli- se convierte en 1749 en galería de
ocasiones. ca de Venecia, constituyó el legado pinturas y, en 1772, se abre al pú -
48 El decreto de la fundación del mu- de los hermanos cardenales Dome- blico como sede de una amplísima
seo Josefino lo reproduce Mariano nico y Antonio Grimaldi (comple- colección de antigüedades el Museo
de MADRAZO en su Historia del Mu- tada más tarde por los herederos Pío Clementina. Su arquitectura
seo del Prado: 1818- 1868, Madrid, C. en 1583) al parecer para promover neoclásica, su conjunción contene-
Bermejo, 1945, págs . 53-54. la erudición y favorecer la sede del dor-contenido, fue emulada por nu-
49 Para Henri FOCILLON (véase La gobierno. O como la que se formó merosos países de Europa .
escultura románica. Investigaciones so- en Zurich en el s. xvrr, al recibir su 57 El crecimiento de sus colecciones
bre la historia de las formas, Madrid, municipio colecciones eclesiásticas. fue más rápido que el espacio dis -
Aka l, 1987 (1931 ); La vida de las for- En este sentido, Ja ciudad de Basi- ponible, por lo que fue instalado en
mas, Madrid, Xarait, 1983 ( 1934); lea también formó una colección el Independence Hall. Luego, y tras
Arte de Occidente. La edad media romá- pública cuando adquirió en 1661 el numerosas vicisitudes, a mediados
nica y gótica, Madrid, Alianza, 1988 rico gabinete de Basilio Amerbach, del siglo xtx se dispersaron las colec-
( 1938) ), el museo es una creación que iba a ser exportado. Nueve años ciones, no sin antes haber formado
exclusiva del siglo de las luces, bien después lo instaló para su exhibi- en Londres su hermosa colección de
es verdad que continuando la tra- ción en la biblioteca universitaria. China una gran exposición.
dición renacentista de los gabinetes En 1694, el abad de Saint-Vincent 58 Instalado primero en la localidad
de antigüedades y curiosidades. En de Besan¡;on (Francia) donó sus co- de Bulaq por Mariette, el egiptólo-
cambio, para otros autores, como lecciones de pinturas y medallones a go sucesor de aquél, G. Maspero, lo
Andrés OVEJERO (en Concepto ac- la abadía para formar una colección trasladó a El-Ghiza y, en 1902, pasó
tual del museo artístico ( 19 34)) , el pública. En general, en todos Jos definitivamente a El Cairo, al edifi-
museo es una creación de la crítica países y sociedades las colecciones cio que actualmente ocupa.
alejandrina, que se engrandeció con públicas se vieron favorecidas por 59 El caballero inglés James Smithson


legó un millón y medio de dólares comunista» de Marx y Engels, Fran- con su museo al aire libre de Arn-
para que se estableciera en los Es- cia pasó a ser República y tuvieron heim ( 1912) y, más tarde Cardiff, en
tados Unidos una institución «para lugar revoluciones en Alemania Gales, con el Welsh Folk Museum
el aumento y la difusión del saber y Austria. En el segundo ( 1850- (1947).
entre los hombres». Después de mu- 1914), se producen entre otros 72 La gran importancia de los museos
chas controversias, en 1846 el Con- acontecimientos histórico-culturales se verá resaltada en los Estados Uni-
greso americano aceptó el legado Ja primera exposición mundial en dos de América desde 1900 gracias
y dictó legislación estableciendo la Londres ( 18 51) -la segunda sería a los extraordinarios legados y fun-
Smithsonian como una institución en París, en 1855- y después de un daciones realizados por los magna-
encargada de representar «todos trepidante fin de siglo, los aconteci- tes de la industria, el comercio, las
los objetos de arte e investigación mientos precipitarían el estallido de finanzas, la prensa, etc. Nombres
de curiosidades de historia na tura!, la Primera Guerra Mundial ( 1914- como Andrew Mellan, Samuel H.
plantas y especímenes geológicos y 1918). Kress, Benjamin Altman, J. Pierpont
minerales» pertenecientes a los Es- 68 Como ejemplo, citemos Gran Breta- Margan, Henry C. Frick, entre otros
tados Unidos. El United States Na- ña, donde antes de 1850 había unos muchos, están desde entonces uni-
tional Museum se abrió en 1858 59 museos, creándose 295 nuevos dos a la creación de museos como
como parte del programa científico entre esa fecha y 1914. los de Atlanta, Houston, Denver,
de la Smithsonian, constituyendo el 69 Recordemos algunos ejemplos cen- Nueva Orleans, Kansas City, etc.,
primero de sus numerosos museos, troeuropeos: el Museo Nacional de o los de la Universidad de Harvard
la mayoría de los cuales están situa- Hungría (1802), fundado en Pest ( 1928) o la ya citada National Ga-
dos a lo largo del conocido Mali de la por la Asamblea húngara con lasco- llery de Washington ( 1937).
capital federal norteamericana . lecciones del conde Ferenc Széchen- 73 G. BAZIN, defendiendo el origen
60 Con ello se introdujo el precedente yi; el Museo de Praga, que en 1818 desde las colecciones de la realeza,
de que las autoridades públicas pro- fue organizado con las colecciones sintetiza así las fases del «museo
veen y mantienen el edificio de los de historia natural de los condes de público»: "La primera fase puede
museos, mientras que un cuerpo de Sternberg y de otras familias como ser llamada «arqueológica"; se abre
administradores asume la respon - afirmación de identidad nacional; el con el transporte a Londres por lord
sabilidad sobre las colecciones y el Mu seo de Moravia en Brno ( 1918) Elgin de mármoles del Partenón, ad -
equipo profesional. y los de Zagreb y Liu bliana ( 1921). quiridos por el British Museum en
6 1 Entre ellos, los de Grahamstown Además de los del antiguo Imperio 1816, y sigue con los grandes des -
(1 837), Port Elizabeth (1856), Austro -Húngaro en Viena y estados cubrimientos de las grandes civiliza-
Bloemfontein (1877), Durban de la actual Alemania ya citados, ciones clásicas o preclásicas habidas
(1887), Pretoria (1893) y Pieterma- Centroeuropa hirvió materialmen- en el Medio Oriente, bajo el territo -
ritzburgh ( 1903). te con la fundación de museos en rio del inmenso Imperio turco, son
62 En 190 l se fundan los Museos Na- Polon ia (el Museo Nacional, ideado realizados por alemanes, ingleses y
cionales de Bulawayo y de Harare, en 1775 se creó en 1862; el de Pu- franceses . El museo tiende a servir
antigua Salisbury. lawy, cerca de Varsovia, de la prin- las intenciones políticas de los sobe-
63 Además del Museo Egipcio citado, a cesa Czartoryska, sólo duró unos ranos, principalmente los museos de
principios de siglo se crean otros dos : ocho años a principios del siglo xix); historia: Museo de Versalles, consa-
el Museo de Arte Islámico ( 1903) y Grecia instalaría en 1829 su Museo grado a todas las glorias de Francia
el Museo Copto (1908). Arqueológico Nacional, en Egina; por el rey Luis Felipe ( 1832); Museo
64 El Uganda Museum ( 1908) tiene su mientras que una confederación de de los Soberanos del Louvre, y el
origen en las colecciones reun idas países (desaparecida hoy día), como Museo de las Antigüedades nacio -
por los British District Commissio- Yugoslavia, no fundaría su Museo nales de Saint-Germain, creados por
ners. Arqueológico Nacional de Belgra- Napoleón lll; en Viena, Museo de
65 El National Museum of Kenya, en do hasta mediados del siglo xx, en la Armada, construido entre 1850 y
Nairobi, lo inició en 1909 la East 1944. 1856, el Tesoro Imperial, abierto en
Africa and Uganda Natural History 70 Comenzaron a diferenciarse el «mu- 1871. En el curso de la segunda mi-
Society. seo nacional» (llamado también tad de siglo, el interés se lleva hacia
66 El primero de Mozambique fue el «histórico») del «museo de cien- la pintura y son creados los museos
Museu Dr. Alvaro de Castro, funda - cias», del «museo etnológico», del de arte industrial o de arte aplicado
do en 1913 en Maputo . «museo de artes industriales», etc. a la industria, llamados todavía de
6 El primer período señalado com- Se producirían grandes avances mu- arte decorativo, nacidos del senti-
prende desde la Revolución Fran- seográficos y museológicos, como se miento de inquietud que provoca
cesa de 1789 hasta el fracaso de las verá más adelante. la conciencia de una decadencia del
revoluciones europeas de 1848-49. 71 Pionera fue Suecia, en este sentido, artesanado; el primero es el Victoria
En 1848 se publicó el «Manifiesto a la que siguieron los Países Bajos, & Albert Museum de Londres en


1851. El mismo desarrollo industrial a la mejor comprensión de la histo - por definición, es una cosa viva; por
que había hecho nacer los museos ria humana . Y en este sentido, los eso no se habla de ella ni tampoco se
de arte decorativo acarrea en el fin albergues de tesoros son, hoy en acumula, ni tan sólo se la conserva.
de siglo la aparición de museos des- día, los museos .. . » (Los conservadores »La segunda etapa es la revolución
tinados a preservar las creaciones de obras de arte, San Sebastián, CIM, y evolución industriales, que dura
del arte popular en vía de desapa- 1977 (edición inglesa, Londres, Al - hasta la Il Guerra Mundial. En esta
rición rápida: museos de folklore, dus Books Limited, 1973), pág. 7). época asistimos al traspaso de los
museos al aire libre (Nordiska Mu- 75 «¿Son los museos la memoria del centros de decisión, de poder, y de
seer, fundado en Estocolmo en 1873 mundo?», se preguntaba Domini- los que yo llamo "centros de iniciati-
por el doctor Arthur Hazeli us) . Esta que POULOT a principios de los va cultural", a las ciudades. Se da un
clase de museo conocerá una gran 80, pasando a analiza r después el empobrecimiento en el sentido de
brillantez en las democracias popu- problema del museo desde un pun - que el campo pierde en gran parte
lares. En Francia, la iniciativa de la to de vista fundamentalmente so- la iniciativa cultural y abandona su
organización metódica de los mu - ciológico . (En «L'avenir du passé. creatividad, que se concentra en las
seos de artes y tradiciones populares Les musées en mouvement», en ciudades .
se remonta a un decreto de 1937, Débat, núm. 12, mayo l 98L págs. »La tercera etapa es el período post-
dictado por un gobierno del frente 105-115.) En tanto que Jean-Paul industrial (me refiero aquí a los paí-
popular. El desarrollo de las cien- ARON, en una entrevista realizada ses industrializados): Los poderes
cias y las técnicas ha hecho nacer por Philippe Dagen, venía a calificar políticos, económicos y culturales
museos especiales, que tendrán un al museo como «una agresión con- se concentran en las metrópolis y
gran favor del público en los Estados tra la memoria». (En Le Monde, Pa- la iniciativa cultural desaparece casi
Unidos de América. Uno de los más rís, 14-1 -1989.) totalmente. Es sustituida por la in-
antiguos es el Deutsches Museum 76Recordemos que fue presiden- novación tecnológica : cualquier pro-
de Munich, fundado en 1903. te del ICOM de 1966 a 1975. Su blema vital que anteriormente era
»A finales del siglo XIX, todos los pensamiento ha quedado expresa- solucionado por y para la gente aho-
testimonios de la naturaleza y de do en artículos como «Museum», ra se resuelve mediante la gestión
la actividad humana encuentran Encyclopaedia Britannica, Londres, de oficinas de estudios, laboratorios
así su lugar en los museos. A partir E.B. Inc., 1974, págs . 649-662; y admin istradores; es decir. los pro-
de 1870, fecha de la fundación del «Un musée "eclaté" : le Musée de blemas se solucionan también para
Metropolitan Museum de Nueva l'homme et de ]'industrie -Le Creu- la gente, pero no son sol ucionados
York, EE .UU. muestra una particu - sot Montceau -les-Mines», en Mu- por la gente. En esto radica la inno-
lar atracción por este modo de for - seum, París, UNESCO, vol. XXV, vación» .
mación cultural que es la institución núm . 4, l 973, págs . 242-249; «Le 78 »Ésta es la situación en los países ac-
museológica . (.. . ) En este país, se de - musée moderne», en Museum, vol. tualmente desarrollados. En los paí-
ben los museos en su mayor parte a XXVIII, núm . 3, 1976, págs. 127- ses que han tenido más o menos un
fundaciones privadas, alentados por 139.; «L'écomusée», en Gazette, vol. mismo tipo de desarrollo, aunque
las. desgravaciones de impuestos que XI, núm . 2, Ottawa, 1978, págs. 29 - no forzosamente paralelo, como Ja-
acuerda el fisco a los donantes. Raros 40: «La participation de la popula - pón y China, las estapas históricas a
son los que pertenecen a las colecti- tion . Principes», en La muséologie que nos hemos referido son simila-
vidades públicas como la National selon ... , op. cit. (1989), págs. 312-315 . res.
Gallery de Washington, propiedad 77 En la citada entrevista concedida a »A partir de principios del siglo XIX,
del Estado Federal: incluso ésta ha Pierre Kister, publicada en Los mu- el desarrollo de los museos en el res-
nacido de la donación realizada por seos en el mundo, op. cit. El museólogo to del mundo es un fenómeno pura -
el senador Andrew Mellan de sus describe textualmente: «Desde una mente colonialista. Han sido los paí-
colecciones y de la cantidad nece- aproximación fundamentalmente ses europeos los que han impuesto a
saria para construir un museo, pre- etnológica podemos considerar tres los países no europeos su método de
sente al que ven drían rápidamente etapas: análisis del fenómeno y patrimonio
a unirse las donaciones de Kress y »Una etapa preindustriaL en la que culturales; han obligado a las élites
Wiedenen> (Art. «Muséologie» cit., la iniciativa cultural está difusa en de estos países y a los pueblos a ver
pág. 448) . el seno de la población, donde cada su propia cultura con ojos europeos.
74 «Tesoros de la mente -los llama hombre y cada grupo social es crea - Por tanto, los museos de la mayoría
John Fitz Maurice MlLLS-, o sea, un dor de cultura. En esta situación de las naciones son creaciones de la
medio por el que se pueda estable- preindustrial, la palabra cultura no etapa colonialista .
cer un lazo de unión con el pasado existe . Y excepto para una peque - »La descolonización ha sido política,
del hombre, que nos oriente hacia ña élite, sin importancia culturaL el pero no cultural; por consiguiente,
el descubrimiento de una nueva e concepto de museo no puede exis - se puede decir que el mundo de los
inesperada riqueza que contribuya tir. No hay teorización de la cultura, museos, en tanto que institución y
en tanto que método de conserva- truido a causa del progreso técnico la acción de las Asociaciones na-
ción y de comunicación del patrimo- y económico y de las nuevas modas cionales de los museos, y el estudio
nio cultural de la humanidad, es un estéticas.» universitario de la museología que
fenómeno europeo que se ha exten - La etapa 1850-1 950 está marcada se pone en marcha con cierto relieve
dido porque Europa ha producido la por una serie importantes de fenó- en universidades como las de Brno
cultura dominante y los museos son menos : continuación de la revo- (Checoslovaquia), Leicester (Ingla-
una de las instituciones derivadas de lución industrial en Europa y los terra), París, Boulder (Colorado,
esa cultura.» (Págs. 10-13). EE.UU. de América; contraste de la EE.UU .), Nueva York y en otras par-
79 El recorrido que hace Varine-Bohan institución museística en los regíme- tes . «La investigación museológica y
sobre la historia de los museos es, nes democráticos y en los dictatoria- museográfica -afirma-, los estudios
por tanto, esencialmente sintónico les; las fundamentales transforma - de conservación y los exámenes
no con la materialidad cronológi- ciones en las ciencias y el progreso sociológicos llevados fuera sobre el
ca de los hechos (que lógicamente técnico; la expansión colonizadora público se han multiplicado, expre-
resulta el soporte de cualquier tipo euroarnericana, económica o polí- sando todos ellos ansiedad y deseo
de análisis), sino con el espíritu que tica, a todo el mundo; la ascensión -ansiedad de un museo que experi-
anima y desarrolla la evolución cul - de los medios de comunicación; la mentan en sí mismo cambiado, criti-
tural de la sociedad . democratización de la educación y cado y alcanzado por el progreso de
Parte del supuesto geocultural que la cultura ... Nacen nuevas tipologías la cultura y la sociedad; deseo, por
conforma el área mediterránea para de museos y comienzan a cuajar las el contrario, de adaptarlo al mismo
aclarar el origen del coleccionismo diferentes asociaciones en los países y encontrar nuevos métodos.» Ter-
y los museos, como un fenómeno desarrollados. Y, junto a esta expan- mina refiriéndose a los museos de
evolutivo de los rasgos que defi- sión museológica a la par que la tec - Asia, África, Latinoamérica y otras
nieron la civilización clásica greco- nológica y la científica, hechos tan latitudes (un fenómeno también
latina. Consecuentemente con ello, relevantes como la revolución bol- expansivo tanto a nivel de creación
analiza la influencia tanto del cris - chevique de 1917 o las dos guerras de estas instituciones como desde
tianismo y del espíritu religioso de mundiales van a protagonizar cam- la función rea lizada por el trabajo
la edad media como, sobre todo, la bios profundos en las colecciones y de formación de personal especia -
habida desde el comienzo del rena - los museos -algunos, destruidos-, y lizado) y al porvenir -un porvenir
cimiento hasta el apogeo del clasi- entre otras consecuencias inmedia- de muchos problemas, tal como se
cismo, con la segmentación de la tas de aquella situación cabe contar atisbaba a principios de los setenta-
cristiandad y la secularización de la expansión del fenómeno museís- que les espera en la sociedad actual.
la educación; y la decisiva aporta- tico en los Estados Unidos, muchas «Socialmente -precisa-, el museo
ción de la aristocracia y de la bur- veces a costa de grandes adquisicio - no acepta distinciones de clase, raza
gues ía cultivada en la creación del nes en países devastados o empo - o edad . Invita a la apertura del es-
coleccionismo sistemático . brecidos por la guerra . (Se trasladó píritu, al constante conocimiento de
El siglo xvrn lo contempla Varine- también la capitalidad artística del los problemas del ayer, el hoy y el
Bohan como el tiempo de las prime- arte de París a Nueva York .) La re - mañana . Es, finalmente y además de
ras colecciones públicas, en el que novación de los museos america- todo lo anterior, un elemento esen-
se incluye el comienzo investigador nos repercutirá en un viaje de ida cial del entorno cultural del hombre
sobre los objetos del museo, su con- y vuelta sobre la renovación de los presente y futuro.»
servación y restauración . Pero tam- museos europeos y de otros muchos 80 Véase en el cap. I el epígrafe La nue-
bién, como el tiempo en que estas países del área occidental. va museología .
ideas se extienden por el mundo es- Califica Rugues de Varine Bohan 81 Expresiones y contenidos desarro-
lavo y por Norteamérica. el período 1950-1970 (recordemos llados por Desvallées en su artícu lo
El período comprendido entre 1790 que el artículo se publica en 1974) «Nouvelle mouséologie» (Encyc/o-
y 1850 -es decir, prácticamente corno el de la «organización de los paedia Universa/is cit., ed . de 1989,
desde la Revolución Francesa- lo museos», en cuya labor serán im- págs. 921-924), como «Apertura de
analiza desde el punto de vista de la portantes la modernización técnica un ámbito de investigación cientí-
nacionalización de las colecciones y social-pedagógica de los museos fica», «La investigación de un len-
privadas y la eclosión de los mu - en los países del norte y socialistas guaje», «La puesta en cuestión»,
seos en la Europa occidental. «Una europeos (con otro sentido a la ex - «Hacia una nueva tipología», «La
explosión museológica -escribe-, pansión acelerada de los norteame- animación participante», «La reve-
coincidente con la Revolución in- ricanos) y el impulso otorgado por lación del patrimonio», «La con-
dustrial, que preservará una parte el ICOM y sus diferentes y especia- ciencia comunitaria y el ecomuseo»
importante de los valores del mun- lizados comités internacionales. En o «De la conservación al banco de
do antiguo, que de otra manera po- la modernización y organización de datos», se refieren claramente a es-
drían indudablemente haberse des- los museos tiene su peso específico tas preocupaciones.


82 Le musée et la vie, París, Documenta- tánicos. Pero se ha consagrado como 90 Ante la pregunta: «¿Ha habido algu-
tion Franc;aise, 1977. experto en museología a partir de la na evolución en este modo de consi -
83 The Origins of Museum, Oxford, Cla- publicación en 1975, junto con Ann derar el fenómeno de los museos?» ,
rendon Press, 1987. Nicholls, de The Directory of Museums por parte de P. Kister, Varine-Bohan
84Mémoires du social, París, PUF (Co - (London , Macmillan), una autén- contesta: «Fundamentalmente no.
llection Sociologie d'aujord'hui), tica enciclopedia de los museos del Si eliminamos la excepción que
1986. mundo. Son fundamentales desde confirma toda regla, podemos afir-
85 Cuando enfoca su reflexión sobre un enfoque sociológico, sus obras : mar que no hay ningún cambio.
los museos desde una pespectiva si - A Social History of Museums, Londres, Casi todos los museos del mundo se
milar a la que hemos tratado, en su Macmillan, 1975, 210 págs. con han adaptado a las nuevas y diver-
estudio «Objects of Knowledge: A ilustr.; Museums for the 1980s: a sur- sas situaciones progresivamente, ya
Historical Perspective on Museum», vey of world trends (con Prefacio de que de lo contrario habrían muerto,
publicado en The New Museology Georges Henri Riviere) . Londres/ pero quedan todavía muy lejos de lo
( 1989) cit., págs. 22-40. París, Macmillan/UNESCO, 1975, que deberían ser. Desde el punto de
86 Véase La muséologie selon ... , ( 1989) 128 págs. con ilustr.; Museums ofin- vista cultural no han evolucionado.
op. ci1. fluence, Cambridge, Cambridge Uni - Han seguido la moda, con 20 o 25
87 Kenneth HUDSON, que ha sido versity Press, 1987, 220 págs. con años de retraso, según el país». (En -
desde asistente en la Universidad de ilustraciones. trevista cit. en Los museos en el mundo
Bristol hasta productor de la BBC y 88 HUDSON, K., «El museo como cen- (1974), págs. 13-14) .
profesor de la Universidad de Bath tro social», Letra Internacional, Ma-
en Inglaterra, ha adquirido reco- drid, 15116, oto11o/invierno 1989,
nocimiento internacional por sus (73-76) pág. 73.
publicaciones sobre arqueología in- 89 HUDSON, K., Museums of influence,
dustrial y patrimonio industrial bri- op. cit., pág. VIII.
3. Presente y futuro.
El museo y la sociedad actual

En 1971, la IX Conferencia General del ICOM museo en América Latina contemporánea, en el


celebrada en Grenoble y París tomó como tema que tuvo lugar la famosa «Declaración de Santia -
de la reunión «El museo al servicio del hombre, go», considerada unánimemente como el punto
hoy y mañana», constituyendo no sólo un giro de partida del movimiento internacional de la
radical sobre las funciones que el propio Consejo nouvelle muséologie («nueva museología» ), que
Internacional de los Museos venía atribuyendo preconiza y defiende el museo como instrumen -
convencionalmente a estas instituciones -colec- to al servicio de la sociedad y de su desarrollo. El
cionar, conservar, restaurar, investigar y comu- ICOM ha sido desde entonces muy sensible ha-
nicar-, sino también el comienzo de una serie de cia este movimiento, y ha asumido abiertamente
cambios de orientaciones e impulso de nuevas el debate sobre muchas de sus propuestas, como
actividades y propuestas, que han terminado por lo indican, por ejemplo, los temas de las dos últi-
cuajar especialmente en el convencimiento ge- mas conferencias generales: «Museos, ¿posibili-
neral de la importancia y obligación que tienen dades sin fronteras?» (Quebec, Canadá, 1992) y
los museos a la hora de desempeñar su papel en «El museo y las comunidades» (Stavanger, No-
la sociedad, la educación y acción cultural y el ruega, 1995).
desarrollo de la comunidad a la que sirven . Un movimiento que ha revitalizado muchas
No incompatibles por válidas y necesarias de estas instituciones, y que ha generado una
las funciones tradicionales o convencionales del nueva y rica corriente de pensamiento y posi-
museo, la Conferencia insistió en que éstas de - tivas perspectivas hacia el futuro, como hemos
berán estar «en primer lugar al servicio de la hu- comentado en el capítulo primero. Pero que ne-
manidad» y de una sociedad en continuo cam- cesita para su mejor comprensión de una consi-
bio. Y admitió y sostuvo que «es cuestionable deración y reflexión sobre la situación general
el concepto de "museo" que perpetúa valores a precedente.
propósito de la preservación del patrimonio cul-
tural y natural de la humanidad, no como ma -
nifestación de todo lo que es significativo en la l. Museo y sociedad.
evolución del hombre, sino simplemente como El siglo xx: revaluación del museo
posesión de objetos». Es decir, que el museo no y especialización de sus contenidos
sólo debe servir al visitante tradicional, sino que
debe abrirse especialmente a la comunidad, al Entre las notas particulares que distinguen la si-
conjunto social en el que está inserto . tuación y m orfología de los museos en el siglo xx
La Conferencia marcó un hito también al u ti- de aquéllas que propiciaron en el s. x1x su con-
lizarse en Grenoble por primera vez el término figuración moderna, destacan las de la especiali-
écomusée ( «ecomuseo» ), y propició la celebración zación de sus contenidos y las mejoras formales
en Santiago de Chile al año siguiente del semi- y técnicas que acompañan tanto a la acogida y
nario de la UNE SCO sobre la función social del conservación como a la presentación, investiga-


ción y difusión de sus colecciones. Pero, sobre invención, desarrollo, asentamiento y exporta-
todo, esa última característica que define el perfil ción del museo: la actitud y posición colonialista
de una sociedad muy industrializada (y/o postin- europeas. En ese análisis pueden aclararse cuan-
dustrial), «sustantivamente» diversa de la ante- tas crisis, contradicciones, desajustes, etc., con-
rior: el irresistible crecimiento de la demanda del lleva la evolución del museo. Pero también se
público y su protagonismo en el fenómeno del aprecian los constantes esfuerzos por adaptarse
espectáculo del museo actual. a las nuevas situaciones que esta institución ha
De ello depende que el museo no se limite sido capaz de lograr en el tiempo y en el espacio
en nuestro tiempo a sólo las tradicionales funcio- a lo largo de los últimos cien años de existencia
nes de la recolección, presentación y aumento de como institución moderna, junto con sus indis-
sus fondos, sino que haya adquirido en muchos cutibles aportaciones socioculturales.
sentidos una cierta dimensión social. Lo que im- La primera mitad del siglo xx está marcada
plica una serie de vicisitudes y acontecimientos por una serie de acontecimientos y sus profun-
marcados en ese proceso por la expansión y ex- das consecuencias. Entre ellos, dos guerras mun-
plotación de la institución museística, su reno - diales, la revolución rusa de 1917 y períodos de
vación conceptual, tecnológica y didáctica, y por recesión económica. Para los museos europeos,
los momentos de crisis y definición de su propia van a ser éstos momentos de profunda revisión
realidad y cometidos. y reacondicionamiento. Gobiernos, asociaciones
Las diferencias socioculturales existentes en- profesionales y otros sectores sociales revisan la
tre los diversos países manifiestan, lógicamente, función o el papel de los museos en una sociedad
no sólo los contrastes de desarrollo de las so- en constantes y profundos cambios, impulsando
ciedades respectivas, sino también en este caso una serie de sugerencias para mejorar su servicio
la fase concreta de evolución en que se hallan al público. En algunos países se desarrollan nue-
los museos. Ello no impide, sin embargo, que vas propuestas, en otros nacen nuevos museos
puedan analizarse de modo análogo idénticas que continúan reflejado su ascendencia diversa.
cuestiones de concepto, estructura, función y Pero todas estas tentativas van a fructificar en las
proyección sociocultural -salvados los matices tres primeras décadas del siglo en un conjunto
peculiares-, comunes tanto a los museos de paí- de iniciativas institucionales y de grupos espe -
ses en vías de desarrollo como a los propios de las cializados que llevarán a término la creación de
sociedades avanzadas. organismos internacionales y el impulso de la
El problema de «identidad» de la institución museología -y, consecuentemente, del progreso
en sí misma considerada y de «identificación» o museográfico en los museos- en diversos países
respuesta a una sociedad cada vez más exigen - del mundo, especialmente en aquéllos anterior-
te, por ejemplo, son elementos comunes a casi mente colonizados por las potencias europeas, o
todas las variantes nacionales y supranaciona - estrechamente vinculados todavía a sus antiguas
les que vienen configurando los problemas más metrópolis.
universales del museo a lo largo del siglo xx, Las experiencias e innovaciones museológi-
pero que clavan sus raíces, como hemos com- co/museográficas introducidas en el primer ter-
probado, en la situación y mentalidad de la so- cio de siglo, potenciarán algunas décadas des-
ciedad decimonónica. pués ciertos recursos generales del museo que
Aplicando criterios sociológicos, las diferen- harán posible la realización de mayores cambios
cias socioeconómicas y culturales explican por sí después de la Segunda Guerra Mundial. Entre
mismas algunos de estos problemas . Sin embar- estas experiencias, debemos destacar las surgidas
go, adquieren su más completo sentido si se con- desde vertientes o ideologías casi antagónicas en
templan desde la perspectiva que ha generado la la sociedad del siglo xx, a las que de algún modo
Planta del Museo de Bellas Artes de Bastan (según Bazin, 1967). Planta de l Museo de Bellas Artes de Bastan (Sea rin g, 1982).

ya nos hemos referido: los enfoques de países ticular concepto de la museología aplicada: el
socialistas del este europeo y las concepciones y Heimatmuseum (museo de la patria) , cuya evo-
transformaciones propiciadas por los países capi- lución provenía del siglo x1x, y el Heeresmuseum
talistas occidentales. (museo de la armada). Sobre todo el primero .2
Por otra parte, el espíritu nacionalista que En el Heimatmuseum, los escolares podían fami-
acompaña en los albores del siglo xx la revitali- liarizarse con sus antepasados prehistóricos, y a
zación de museos históricos y otros de carácter través de la contemplación de los diferentes ob-
n acional desde la situación decimonónica, ma- jetos de uso diario -que luego modelaban en el
n ifestará al filo de la Primera Guerra Mundial su taller-museo-, podrían conseguir mayor conoci-
carácter exacerbado. Ello facilitará la utilización
política de estas instituciones al servicio de las
ideologías fascistas en el período de entregue -
rras, acuñando si no una nueva tipología sí al
menos un nuevo perfil de museo. A pesar de las
m ejoras museográficas evidentes, en la Alema-
nia nazi y en la Italia fascista, sobre todo, los mu-
seos se convirtieron en un instrumento de ma -
nifestación de superioridad de estos países sobre
los demás, a través de los bienes culturales que
acumularon y exhibían.
En Alemania, donde el Deutsches Museum
de Munich 1 había llegado a convertirse en 1925
en el medio de expresión cabal de la civilización
germánica, en tiempos de Hitler se impulsaron
otros dos museos, interrelacionados entre sí, en De utsches Museum, M unich.
los que los expertos nazis proyectaron su par-


miento y estima de la raza aria germánica, clave Estados Unidos su identidad y perfiles propios en
para mantener la unidad nacional en el futuro. 3 el período que va desde 1914 a 1940, en medio
Por su parte, Italia inauguró entre 1926 y de un clima intelectual propicio para asignársele
1938 dos instituciones especialmente significati- las funciones de aprendizaje y entretenimiento. 9
vas: el Museo del Imperio Romano y el Museo Al final de los años veinte, psicólogos reconoci -
Mussolini. 4 La reunión de obras maestras de la dos, como el profesor de la Universidad de Yale,
Roma clásica, obtenidas de treinta y seis provin- Edward D. Robinson, llegaron a aplicar ya a los
cias del país, constituía un factor esencial para museos las teorías de la percepción más avanza-
estimular entre la ciudadanía la aspiración del das, con el fin de obtener de ellos el mejor bene-
imperio. Una copiosa información acompañaba ficio educador. Desde el otro punto de vista, y tal
intencional y programáticamente los objetos ar- como señala Laurence Vail Coleman, «el período
tísticos, que convertían la capital italiana en la formativo de construcción se extiende, para ser
indiscutible y eterna Caput lmperii. La finalidad exactos, desde 1916 hasta 1942. Esto es, desde
de los museos y de cuantas muestras se celebran la terminación del primer edificio racionalmente
en ellos 5 subordinaba cualquier otro interés pe- planificado para lo que hoy puede ser llamado
dagógico o cultural a la idea de que Italia llegaría museo con pleno derecho hasta el término de la
de nuevo a dominar el mundo, aunque de he- última estructura museística, en la preguerra» . 10
cho no se tomaban medidas didácticas adecuadas La amplísima muestra Armory Show que tuvo
para la mejor contemplación y comprensión de lugar en 1913 en el arsenal de Nueva York cons-
los objetos. tituyó la primera gran manifestación de arte de
En Rusia, la Revolución de 1917 había pro - vanguardia europeo en los Estados Unidos. Pero
porcionado a los soviets un fabuloso patrimonio también fue un revulsivo para proyectar algu-
que gracias a Lenin pudieron conservar casi in- nos de los nuevos museos que habrían de inau-
tacto .6 Encontraron en el museo un instrumen- gurarse en las décadas siguientes . 11 En especial,
to especialmente adecuado para los fines de The Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva
propaganda y educación ideológica del pueblo. York, 12 abierto al público en 1929; y la ya citada
Se produjo con ello una reforma museológica National Gallery of Art de Washington, 13 funda -
de grandes proporciones. En 1921, la Oficina da en 1937 e inaugurada en 1941.
para la Conservación de los Objetos de Arte y Con independencia del tirón de los museos
Arqueología creada al efecto controlaba ya to- de arte, pero también resaltando este fenómeno
dos los museos de la Unión Soviética. Los pala- en la sociedad americana de las cuatro prime-
cios, las riquezas de los zares y otras colecciones ras décadas del siglo xx, puede contabilizarse de
privadas confiscadas constituyeron una materia 1916 a 1932 la creación y remodelación de 165
prima excepcional para la creación de numero- nuevos museos; y de 1933 a 1941, inclusive, la
sos museos,7 que sólo en el período comprendi- de otros 123. Una expansión extraordinaria que
do entre 1921 y 1936 alcanzaron la cifra de 542 supuso no sólo crecimiento numérico, sino tam-
nuevas instituciones. 8 bién un salto cualitativo desde el punto de vista
Durante el período de entreguerras, el desa- de la atención a los problemas de instalación,
rrollo general de los Estados Unidos de Améri- selección y ordenación de las obras, iluminación
ca tuvo también su proyección significativa en y protección de las mismas tanto en las salas de
el progreso de los museos, especialmente en los exhibición como en los almacenes de reserva; y,
aspectos didáctico y de nuevas construcciones. sobre todo, un desarrollo de los recursos didác-
Un fenómeno paralelo o similar al ocurrido en la ticos en el museo.
Unión Soviética, pero de signo totalmente distin- Junto a la democratización de la cultura y el
to. Puede decirse que el museo adquirió en los patronazgo de la clase privilegiada al servicio de
Calle S4 de Nueva York

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Calle S3 de Nueva York
temporales Torre delJard1n Rec@pción pub/IOO de!Museo

M useo de Arte Modern o (MoMA), por Nueva York, plantas después de la ampliación de Cesar Pelli & Associates.

la sociedad, en el progreso de los museos de la lista de los depósitos a los aliados, que acusaron
primera parte del siglo xx influyó determinante - recepción mediante diversos mensajes conveni-
mente otro factor: el turismo. Un fenómeno que dos de la BBC. [... ] Los países peor defendidos
traería a los países del área mediterránea y de fueron Alemania e Italia; demasiado confiados
la Europa occidental cuantiosos beneficios, entre en una victoria fácil, procurada por Blitzkrieg,
ellos el del desarrollo de los museos de arte y ar- los gobiernos de esas naciones, que no habían
queología, especialmente.
La segunda contienda mundial interrumpió
brutalmente este progreso. Muchos museos y te -
soros europeos sufrieron grandes estragos, cuan -
do no fueron parcialmente destruidos. O tuvie-
ron que soportar el traslado de un país a otro. 14
«La más gigantesca migración fue la de las co-
lecciones de Leningrado, enviadas detrás de los
Urales, pero la defensa pasiva más perfeccionada
fue la de Francia, realizada a gran escala en todo
su territorio, en los castillos de provincias, mo -
delada y reajustada sin cesar para amoldarse a
las fluctuaciones de las operaciones de guerra. El
director de los museos de Francia, miembro de Maqueta para la ampliación del MoMA, Yoshio Taniguchi,
la Resistencia, comunicó en muchas ocasiones la 1998.


considerado jamás la eventualidad de una inva- tralia e incluso Japón. Los países part1opantes
sión, tomaron medidas precipitadas en el último en la contienda, se vieron obligados hasta bien
momento. El Museo de Dresde, evacuado bajo entrada la década de los cincuenta a una laborio-
las bombas, perdió setecientos cuadros; pero los sa reconstrucción material, económica y social.
estragos más sensibles se produjeron en Berlín: Aunque se incluyera también la del patrimonio
tesoros robados, mil trescientos cincuenta y tres histórico y los museos, sólo después de restaña-
cuadros quemados y perdidos, entre ellos cua- das las heridas más graves producidas por la tra-
trocientos veintisiete anteriores al siglo xrx, y al- gedia sobrevino de hecho ese auténtico renaci-
gunos de los más bellos del Kaiser-Friedrich Mu- miento museístico.
seum destruidos por la explosión de la Flakturm Estados Unidos y Canadá desarrollaron a rit-
en Friedrichshafen». 15 mo vertiginoso la creación de nuevos museos, 17
Entre los numerosos acontecimientos de la junto con la ampliación y modernización de un
dramática situación sufrida por Alemania, siguen gran número de los antiguos, en medio de una
apareciendo todavía datos y noticias reveladoras situación boyante. Se conviertieron así en punto
del trasiego que soportaron algunos fondos mu - de referencia para los de otras partes del mundo.
seísticos. Como una colección de 4.500 dibujos El progreso de estas instituciones en el viejo con -
y grabados del Museo de Arte (Kunstverein) de tinente encontraría en estos ejemplos elementos
Bremen, que tras diversas peripecias durante la valiosos para su renovación, no sólo de carácter
guerra fueron en parte robados y en parte dis- técnico y museográfico, sino también de funcio-
persados. Pero 364 obras fueron recogidas -con- namiento y proyección sociocultural.
cretamente, el 4 de julio de 1945-, de un castillo No obstante, el desarrollo museístico euro-
prusiano por el entonces teniente del Ejército peo acontecido en las dos décadas siguientes a
Rojo Víctor Baldin. Trasladadas a la Unión Sovié- la guerra mundial se caracterizó en parte por
tica, hoy se encuentran en el Museo Pushkin de causas diferentes entre los países sureños del
Moscú, esperando su retorno al museo alemán. 16 área mediterránea, por un lado, y los nórdicos
La posguerra trajo, por el contrario, espec- y los socialistas, por otro. El esfuerzo colecti-
taculares cambios y un largo período de creci- vo de profesionales y expertos, y el interés de
miento y renovación del museo. Y, si en alguna los gobiernos por la restitución y restauración
época reciente del museo podemos comprobar patrimonial, así como la convicción de que los
ese efecto bumerán al que antes nos referíamos, museos debían adaptarse a una nueva y prome-
es en este período de reconstrucción material, tedora situación posbélica, consiguieron superar
sociológica y también psicológica que siguió a la los desastres sufridos al propio tiempo que rea -
segunda contienda mundial, cuando los museos vivarlos con aliento innovador.
van a realizar conceptual, material, legal y orga- Entre el conjunto de factores diversos que in-
nizativamente un auténtico renacimiento. tervinieron en esta recuperación y en la confor-
mación de nuevas tipologías, fue el empuje tu -
rístico, como decimos, uno de los más decisivos
2. Reconstru cción y m e tamorfosis para los países del área mediterránea; mientras
( 1945- 1968) que fueron la visión pedagógica y didáctica del
museo, y un nuevo espíritu de servicio a la co-
Pero este proceso de expansión y modernización munidad, los que impulsaron su renovación en
de los museos se realizó de modo muy diferente los países del norte y de la Europa oriental.
en los países europeos -tanto en los occidentales Los resultados que definieron, en todo caso,
como en los del bloque socialista- respecto del a este período de desarrollo extraordinario de
efectuado en los Estados Unidos, Canadá, Aus - especialización de los museos, de modernización


conceptual, tecnológica y didáctica, se hicieron organización y funcionamiento general y espe-
sobre todo ostensibles en la expansión de los mu- cializado de los museos, así como para la forma-
seos regionales, de los museos al aire libre, de los ción adecuada de su personal de trabajo.
museos de arte y los centros de exhibición tem- Propiciadas las primeras por la evolución y
poral (kunsthalle), y en la configuración e impul- creciente demanda sociocultural y participación
so de los ecomuseos. 18 del público en los bienes del museo, entre 1965 y
La primera parte de los sesenta fueron años 1970 tuvo lugar la aparición y desarrollo del mu -
especialmente propicios para el desarrollo de los seo del barrio (neighbourhood museum). Un centro
museos de arte, y de los de arte contemporáneo sociocultural de la comunidad local, creado con
en particular. Los precios de los objetos artísti- el estímulo de los problemas sociales (y raciales)
cos y antigüedades comenzaron a registrar un de diversas comunidades cada vez más sensibili-
irresistible crecimiento y un flujo constante en zada~, pero que de hecho se convirtió a menudo
galerías, salas de subastas y tiendas especializa- en una especie de estación difusora en la periferia
das, que afectaban cada vez más a la realidad del de los grandes museos situados en el centro de las
coleccionismo y los museos. El tráfico de estos metrópolis, por cuyo matiz elitista ha sido fuerte-
bienes culturales entre algunas ciudades occi- mente criticado, especialmente en aquel tiempo.
dentales terminaron por consagrar también al En segundo lugar, el florecimiento de los mu-
ueva York de la posguerra como el primer cen- seos obligó a una redefinición -conceptual y pro-
tro mundial del arte, cuyas conexiones y circui- gramática- de los existentes, y a una clasificación
tos con Londres, París, Zúrich y más tarde Tokio rigurosa y científica tanto de los antiguos como
establecieron un intenso mercado mundial sin de los que surgían incesantemente después de
solución de continuidad. La explosión especta- la guerra con innovadoras propuestas, cada vez
cular de los precios en el mercado artístico ten- más específicas y expresivas del múltiple abani-
dría lugar a partir de la década de los setenta y co del patrimonio, para una nueva sociedad en
alcanzaría las mayores e inimaginables cotas des- constante crecimiento de ambiciones culturales
de mediados los ochenta y hasta comienzos de cuantitativa y cualitativamente consideradas. El
los noventa. 19 progreso tecnológico vino a contribuir de modo
Por otro lado, las repercusiones de la Segun- decisivo a la modernización de todas las tipolo -
da Guerra Mundial se hicieron notar también en gías museísticas, incluidas aquellas de configura -
otras áreas y aspectos del patrimonio y la mu - ción tradicional o convencional.
seología, directa o indirectamente relacionadas En cuanto al tercer grupo, está protagonizado
con la recuperación y restitución de los bienes por el entusiasmo y hasta la necesidad de redes -
culturales. Debemos señalar, entre ellas, unas de cubrir la propia cultura, que impulsaron tam-
carácter sociológico y económico-cultural; otras, bién después de la guerra la multiplicación de
de definición conceptual y de aplicación técnica las exposiciones temporales e itinerantes. Estas
y museográfica, ante la aparición de nuevas ti - actividades ejercieron en su formalización inter-
pologías de museos; un tercer grupo, impulsado nacional de intercambios una significativa labor
por la «revelación» y concienciación del valor de consolidación de la política de paz entre los
del patrimonio, y por los esfuerzos para mejor pueblos. Con ello, se vitalizó el conocimiento de
conservarlo y acrecentarlo; en cuarto lugar, la los diversos patrimonios nacionales, y se intensi-
apertura hacia una nueva concepción funcional, ficaron los esfuerzos para la investigación de las
proxémica, didáctica y difusora de los cada vez ciencias analíticas y técnicas de la preservación,
más completos servicios socioculturales del mu - conservación y restauración de las obras.
seo; por último, la consolidación de instituciones Los problemas de embalaje, transporte, segu-
nacionales e internacionales para el estudio, la ridad, instalación, presentación, iluminación de


las piezas ... , climatización de los museos (tempe- nivel internacional, debemos insistir en la im-
ratura ambiente y humedad relativa), unidos a portancia del lnternational Council of Museums
los planteados por la creciente polución atmos- (ICOM) con sus comités especializados24 , y el In-
férica, propiciaron el avance museográfico y la ternational Institute for Conservation of Historie
creación en 1958 por la UNESCO del lnternatio- and Artistic Works (IIC), de Londres, bajo el am-
nal Centre for The Study of The Preservation and paro de la UNESCO.
The Restoration of Cultural Property (ICCROM) Muchos países poseen una serie de organi-
de Roma; pero también la de otros centros y la - zaciones y asociaciones especializadas que han
boratorios. importantes, 20 como el Institut Ro- fundado sus numerosos museos locales, provin-
yal du Patrimoine Artistique de Bruselas, el del ciales, regionales o nacionales, desarrollando al
Museo del Louvre (especializado en el análisis de propio tiempo una intensa actividad de forma-
pinturas) 21 y el del Museo de Historia Natural, ción del personal, publicaciones, conferencias y
en París. otras facetas de difusión sociocultural. Habituales
La apertura señalada en el cuarto grupo incluye en los países de cultura anglosajona, destacan sin
la aparición en la escena museística de la búsque- embargo los Estados Unidos de América, donde
da de un nuevo lenguaje museográfico, a partir la proliferación de asociaciones es sorprenden-
sobre todo de ciertas ideas sobre su función didác- te25 y donde han conseguido una extraordinaria
tica, la educación popular y la democratización de dinamización .
la cultura. Con ello, se impulsó la experimenta- Entre todas ellas, además de la American As-
ción de técnicas que consiguieran hacer llegar la sociation of Museums y la American Association
presentación de las obras, el mensaje del museo, a for State and Local History, destaca como única
cuanto mayor número de visitantes mejor. desde el punto de vista de su oferta -no sólo en
La renovación museológica iniciada en los Washington D.C. sino in situ donde se la requie-
años sesenta/setenta y consolidada en los ochen- ra-, bien de formación del personal, bien de pro-
ta bajo la comentada posición de la «nueva mu- visión de recursos sobre todos los demás aspec-
seología»22 ha sido desde entonces un vehículo tos de las operaciones de los museos: la ya citada
dinamizador de esta apertura del museo, en la Smithsonian Institution, en este caso a través de
que a la par que las innovaciones museográfi- su Office of Museum Programs, al que pertenece
cas impulsadas han cuajado otros planteamien - el Museum Reference Center, creado en 1974.
tos (inéditos hasta hace unos años) de museos En el Reino Unido destacan otras cuatro aso -
llamados a veces heterodoxos, alternativos o de ciaciones. La pionera es The Museums Associa-
nueva tipología, etc. Una posición crítica, profun- tion,26 fundada en 1889, a la que pertenecen los
damente abierta a la solución de problemas pre- cerca de 3.000 miembros del cuerpo de museos
sentados por la complejidad de un cada vez más británicos. Con más de un siglo de existencia, 27
vasto patrimonio y por la necesidad y demanda la labor de esta emblemática asociación cuen-
de una sociedad en constante transformación. 23 ta en su haber con una inestimable aportación
En el último grupo de las repercusiones (a conceptual, técnica y difusora en el campo de los
corto y medio plazo) que produjo la segunda museos, además de protagonizar en los últimos
contienda mundial está el nacimiento (o la po- tiempos un esfuerzo conjunto con otros medios
tenciación) de instituciones, organizaciones y en el plan actual de renovación de los más impor-
asociaciones nacionales e internacionales que tantes británicos. 28
van a crear no sólo una amplísima infraestruc- Incluidos los citados, en todo el mundo exis-
tura de apoyo a los museos, sino también el de- ten unos treinta países 29 que poseen este tipo de
sarrollo de un conjunto de profesiones en torno asociaciones. Con mucha o normal vitalidad, lo
al patrimonio histórico y a estas instituciones. A cierto es que han contribuido -y contribuyen to-


davía- a la renovación de los museos en sus res- el giro copernicano que vino a ser el movimiento
pectivos países. 30 Algunas, como las Asociaciones del conceptual frente a ciertos convencionalismos
de Amigos de los Museos, que agrupa la World y tradición del arte objetual. Y que encontraba ila -
Federation of Friends of Museums (WFFM) co- ción lógica con otras actitudes que cíclicamente
laboradora a nivel internacional con el ICOM, han aparecido desde principios de siglo de modo
arrancan de tiempos remotos, herederas de los casi ritual, entre ellas incluso las de algunos con-
afanes y el clima de las élites ilustradas. 3 i servadores de museos como Salmon Reinach
Otras instituciones internacionales relevantes quien, junto con Maurice Barres, los había califi-
en el campo de la organización, comprensión y cado ya de «depósito de cadáveres», de «Cemen-
apreciación de los museos son: la Association of terios», de «hipogeos», a comienzos de la cen-
Science-Technology Centers (ASTC) (fundada en turia. También los pintores fovistas -no sólo los
1973 y con sede actual en Washington), la Com- fu turistas- habían pensado en la «quema» de es -
monwealth Association of Museums (en 1989 tas instituciones, conocedores sin duda de lo que
estaba radicada en Calgary, Canadá) o el Interna- ya a principios del siglo XIX mantuvo al respecto el
tional Laboratory for Visitor Studies (ILVS), crea- grupo más avanzado y radical del taller de David.
do en 1986 como una organización no lucrativa En todo caso, en mayo de 1968 estudiantes y
dentro del departamento de psicología de la Uni- profesionales protestaron ardientemente contra
versidad de Wisconsin-Milwaukee, en Estados la realidad y la imagen balzaciana del conserva-
Unidos. dor y sus colecciones polvorientas en el museo,
convirtiéndose en expresión sintomática de esa
crisis de identidad y confusión funcional que
3. Crisis y replanteamiento ( 1968-1977) representaba esta secular institución frente a
las aspiraciones de vitalismo y dinamicidad que
La efervescencia sociocultural que había venido exigía la demanda popular, reclamando su su -
cuajando desde la inmediata posguerra terminó
por definirse en una actitud de contestación glo-
bal en torno a los acontecimientos protagoniza-
dos por la revolución romántica del mayo francés
de 1968. Los museos se convirtieron en punto de
mira de esta contestación. Espontáneamente se
erigió en París una agrupación de profesionales
que arremetió contra estos organismos calificán-
dolos como instituciones pasivas y burguesas,
coincidiendo con una generalizada conciencia-
ción del valor social y la democratización de la
cultura. Al propio tiempo, se extendió esta ac-
titud por los diversos países del área occidental,
resucitando incluso argumentos cercanos a los
utilizados cinco décadas antes contra los museos
por los fu turistas revolucionarios .32
Una crisis de conciencia hacia esta actitud de
contestación de 1968 respecto a los museos no re-
sultaba, por consiguiente, desconocida, sino que
pareció resurgir animada por las innovadoras pro-
puestas socioculturales, y muy especialmente por La Gioconda. Museo del Louvre, París, en los años setenta .

Geografía e Historia

presión. «¡La Gioconda al metro!» (la Joconde au a una cnuca total no sólo el espacio museístico
métro!) se consagró como el grito de guerra que y su contenido, sino también la realidad y justi-
removió las más altas instancias y los más invo- ficación de estas entidades en tanto que medios
lucrados estamentos de la política cultural y mu- o vehículos de la cultura . Fundamentó su pode-
seística de Francia, cuyas repercusiones se vieron rosa argumentación -por intentar resumirlo- en
rápidamente secundadas por grupos de artistas conceptos y términos antropológicos, rompiendo
en países como Estados Unidos, que pretendie - los estrechos y viejos esquemas de una mentali-
ron arrojar el arte de los museos. Una figura tan dad occidental, heredera del invento europeo del
representativa como Vasarely, no dudó en afir- museo, en cuyos límites y convencionalismos no
mar en 1970: «Quiero terminar con todo lo que cabía el sentido integral de la cultura.
precisamente quiere el museo: la obra única e Para justificar la cualificación de instrumento
irreemplazable, el peregrinaje, la contemplación cultural, el museo debe soltar lastre tanto a nivel
pasiva del público» . del espacio («templo», «palacio», «mausoleo»)
Esta situación venía alimentada por varias como al de los contenidos («tesoros» de las éli-
causas coincidentes. Entre ellas, la convicción de tes) y adquirir una dimensión contextualizada,
los más dinámicos conservadores de museos cons- expresiva de un desarrollo global de la huma -
cientes de la necesidad de entrar en la cuestión de nidad. El objeto museable no puede alzarse por
fondo y reflexionar sobre la reforma de su propia sí solo como testigo de civilización, simplemente
profesión, aunque su aviso de alarma llegaba un por colocarlo en un espacio museístico, no im-
poco tarde y sus propuestas no fueron tenidas en porta cuál. La sacralización museística cierra la
cuenta por los poderes públicos. De todas formas, posibilidad de una dimensión auténticamente
la contestación tanto interna como externa siguió reveladora de la evolución cronológica de la his -
su curso y produjo consecuentemente una bre- toria, de los seres vivos, de la humanidad, si no
cha imparable. Otras causas confluyentes fueron se contempla ese bien cultural musealizado in -
las determinadas por la concepción y el ejercicio serto en su propio ambiente.
de las «Casas de la cultura» , cuya función estaba Consecuencia del espíritu renovador que ema-
marcada principalmente por su carácter de ani- nó de aquella Conferencia del ICOM y de otras
madores culturales en el medio más cercano al reuniones han sido el convencimiento y el interés
público, en contraposición a la labor «estable» de por temas que superan los puros aspectos técni-
los museos. 33 Y decisivas fueron -debemos repe- cos en el museo. También, una clarificación más
tirlo-, las causas de la crisis de identidad, de fun - rigurosa de los objetos musealizados. El desarrollo
ción, de servicio y rentabilidad sociocultural que de las ciencias humanas y la primacía otorgada a
acabaron por poner en cuestión incluso la propia la antropología, junto con una concepción inter-
existencia del museo como institución y en cuan- disciplinal de la museología, han propiciado una
to que instrumento cultural. investigación que se ha traducido en la universali-
La puesta en cuestión más conocida -y segura- dad de los conocimientos dentro, como se admite,
mente el detonante final de un proceso que llevó de una unidad cósmica y biológica . En este con-
a tocar fondo en el problema- se produjo durante texto hay que contemplar la conformación (pero
la sesión plenaria de la citada IX Conferencia Ge- también la elocuencia) de los museos de la técnica
neral del ICOM celebrada en París y Grenoble, en y la industria, los museos de parques y los eco-
1971, dedicada a las cuestiones de «El museo al museos en diferenciación sensible con los clásicos
servicio del hombre, hoy y mañana», o «Actua - museos de ciencias y los de historia natural.
lidad y futuro». En ella tuvo un papel muy des- En otro sentido, y como consecuencia tam-
tacado, de protagonista indiscutible, un profesor bién de aquella puesta en cuestión de la exis-
de la república de Dahomey, S. Adotevi. Sometió tencia misma del museo que capitalizó la con-


testación de mayo de 1968, el bien musealizado, de información y comunicación de resultados in-
tanto tiempo concebido como objeto de delec- mediatos y «políticamente correcto», que conso-
tación -que ha caracterizado especialmente a la lidar a medio o largo plazo ese otro museo-centro
obra de arte-, se torna desde entonces sobre todo de conservación, investigación, presentación, in-
en objeto de consumo, en un instrumento de los cremento del patrimonio y difusor socio-cultural.
mass media y hasta en objeto de sometimiento. Son los signos de los tiempos. Muchos son los
El museo, en un estabecimiento educador, dis- que han deseado terminar con el carácter «Sacro-
puesto a reemplazar la delectación por el conoci- santo» del museo del pasado e implantar el «Cul-
miento y a facilitar la toma de conciencia. to al presente» mediante la lógica de la seducción
La concepción pluridisciplinal alcanzará a y de lo efímero. Pero son más, sin duda, los que
partir de la reivindicación popular de aquel intentan compatibilizar el carácter de la cultura
acontecimiento contestatario los más altos, pa- de la conservación con el deleite y el enriqueci-
radigmáticos pero también contradictorios resul - miento del patrimonio, incluida la seducción de
tados en el área de los museos de arte: el Cen- lo permanente.
tre National Georges Pompidou de París. Una
institución que ha definido paradójicamente las
aspiraciones de un período de replanteamientos 4. En la sensibilidad llamada
y expansión tan esplendorosa del museo como posmoderna de una situación cono-
fueron los años ochenta. Inaugurado en 1977, cida como postindustrial
( 1977-1992)
el popular Beaubourg ha sido finalmente puesto
también en cuestión y abandonado internacio-
n almente como modelo a imitar. 34 A mediados de los años ochenta estaban común-
Pero la crisis y el replanteamiento del museo mente de acuerdo gran número de pensadores,
consiguió también a partir de entonces el camino sociólogos, críticos, etc., en calificar de posmoder-
hacia una nueva tipología, cuyas líneas de defini- no al estado de la cultura en las sociedades más
ción señalan de una parte su natural y privilegia- desarrolladas. Una concepción que venía afian-
da condición de centro de conservación, investi- zándose desde finales de los setenta para explicar
gación y difusión de los testimonios naturales y la situación que acontece cuando las sociedades
culturales originales, así como su responsabilidad llegan a un estadio de esta naturaleza. Es decir,
de constituirse, según su especialidad, en autén- cuando las sociedades alcanzan la llamada edad
ticos conservatorios de los ejemplares o especies, postindustrial y las culturas la edad posmoder-
y en -como insistirá Rugues de Varine-Bohan- na, se produce una serie de transformaciones en
un banco de datos. De otra, el museo debe ser las reglas de juego de las artes, las letras y las
un instrumento fundamental y permanente de ciencias, que los especialistas y casi inventores
acción educadora mediante el acercamiento a la como Jean-Franc;ois Lyotard 35 (también Frederic
realidad concreta, y hasta instrumento de desa - Jamesson 36 o Jean Baudrillard, 37 especialmen-
rrollo controlado de la economía, sin olvidar que te) han definido como de honda significación:
debe hacerse cálido, accesible y participativo cul- el saber cambia de estatuto. Otros intelectuales,
turalmente hablando a todo tipo de visitantes. como Jürgen Peper, 38 Jürgen Habermas 39 o Ge-
Como centro de conservación y exhibición, el rald Graft, 4 0 entre otros muchos, habían presen-
museo no regateará tampoco esfuerzos para be- tado ya o lo hicieron inmediatamente después se-
n eficiarse del progreso técnico y científico en la rias preguntas que cuestionaban abiertamente si
recuperación patrimonial. Pero sobre él aleteará la expresión «movimiento posmoderno» repre-
durante lustros la sombra tentadora de algunos sentaba adecuadamente los objetivos y prácticas
de preferir más el esplendor de un museo-centro de la cultura contemporánea.


La cuestión esencial estriba en la pérdida de tidos, propicia al culto de la «escenificación de
confianza, a través del devenir histórico, en la la apariencia» y al espectáculo y simulacro de la
capacidad de la razón, que legitimaba las mani - cultura, preocupada más por los valores efímeros
festaciones culturales y artísticas anteriores a la que por los contenidos y los resultados a largo
condición posmoderna. Esa pérdida de capacidad plazo, el museo ha terminado a veces constre-
se manifiesta en las vanguardias artísticas, por lo ñido a la irresistible tentación del éxito especta-
que la posmodernidad no cree en la razón y sí en cular e inmediato de las multitudes. Un lugar de
el individuo; no en la ciencia y sí en el «sabio», y encuentro colectivo, espacio esplendente y cada
por tanto la legitimación de la ciencia y el arte se vez más llamativo y moderno, capaz de atraer
realiza al margen de cánones enciclopedistas: el incluso a gentes no deseosas de recibir otro be-
saber en su forma contemporánea ya no es cien- neficio cultural que la compensación del entrete-
cia, sino que se ha·transformado en capacidad de nimiento y el fulgor del festival.
relación; es información. Los conceptos de ambi- Una cultura de consumo específica de este fi -
valencia, polivalencia y ambigüedad han hecho nal de siglo, alentada especialmente por los gran -
desaparecer los de unicidad y univocidad, por lo des montajes de las exposiciones excepcionales,
que resulta imposible aplicar los clásicos cánones que ha sido denominada por algunos pensadores
de las clasificaciones artísticas. (entre ellos, los italianos Remo Bodei y Ornar Ca-
Y al hablarse de estilo posmoderno, de hom- labrese) como neobarroca, 43 en el sentido de que
bre posmoderno, de cultura y arte posmodernos, no existe una idea de orden en los diferentes cam -
en realidad podría comprobarse la imposibilidad pos de análisis, ya no hay cánones en la ciencia y
de su definición, que radica en que todo ello se el arte, debido a que las estructuras de las obras y
convierte en una eclosión multifacética, pan- los comportamientos de consumo que circulan en
cultural y panartística. Nada se consolida, como la sociedad actual tienen el mismo carácter.
moda 41 que es, por lo que toda manifestación es- El museo, acusado de ser en el inmediato pasa-
pecialmente la artística surge y se muestra como do un templo sacrosanto del patrimonio, un mau-
«proyecto», aunque aparezca como una apuesta soleo solemne y estático, se ha convertido efecti-
cultural que desplaza a quienes sean incapaces vamente en una catedral laica que ha sustituido a
de integrarse y resistir su vorágine. los templos religiosos de antaño: la participación
«En un primer momento, la expresión "posmo- pública en los festejos estaba asegurada en ellos
demo" apareció en el discurso arquitectónico como por la asistencia a las funciones y ritos eclesiales;
reacción contra el estilo internacional y la mono- ahora, esta participación continúa siendo sagrada:
tonía de las creaciones de vanguardia, que recha- los museos conservan y festejan los objetos del
zaban la herencia del pasado. Más tarde, la expre- arte y la ciencia, las religiones de la posmoderni-
sión posmodernidad pudo referirse al conjunto de da& Aquéllos resultan más accesibles al público,
una cultura que se caraaeriza no solamente por su menos crípticos y oscurantistas que los dogmas,
desprecio de las vanguardias, sino también y fun - los ritos y las funciones propiamente religiosas.
damentalmente por la desvitalización, la deslegiti- La década de los ochenta impulsó toda una
mación de las grandes ideologías de la historia y por generación de nuevos y llamativos museos en
su obsesión narcisista del Yo, del bienestar y de la los países occidentales, incluido Japón. Más co-
salud. [... ] La cultura posmoderna está dominada nocidos los de arte (especialmente de arte con-
por el consumo y los medios de comunicación, y se temporáneo) y los de ciencia y técnica, también
encuentra, por tanto, reestruaurada según la lógica destacan por su concepto museológico y didácti-
de la seducción y de lo efímero» .42 co otros diseñados de acuerdo con las tipologías
Consecuentemente, en una época como la de visión etnológica y antropológica. Y tanto a
descrita, que permanece actual en muchos sen- nivel de los contenidos como del contenedor.


Pero en este tiempo se ha intensificado, sobre
todo, la construcción y el uso de los centros de
exposiciones, su carácter e importancia sociocul-
tural, cuya significación y perfil interdisciplinal
resultan más adecuados para alimentar la de-
manda pública en esta situación posmoderna y
neobarroca. En ella tienen prevalencia los valo-
res expresivos generados y justificados por esa
misma participación de las multitudes, frente a
los de carácter instrumental que encuentran su
fundamento en la defensa de intereses.
Si es cierto que el museo actual resulta sin-
tónico con este tipo de cultura, lo es también el
hecho de que en poco más de dos décadas ha
devenido a una nueva situación de redefinición
y comportamientos, de configuración versátil, La Neue Staatsgalerie, Stuttgart, de James Stirling, inaugurada
en el que elementos fácticos de este momento - en 1984 está considerada por algunos como un nuevo paradigma
de museo posmoderno.
moda, comercialización, rentabilidad, atracción
de las masas ... - 44 han terminado por convertirlo
en un instrumento adecuado para el nuevo triba-
lismo cultural, en punta de lanza de esa revolu - 5. Aporías del museo actual
ción silenciosa de las multitudes a que se refiere (a partir de 1992)
Ronald Inglehart; o en la expresión más certera
de la culminación del proceso de secularización, Sea como fuere, y reiterando nuestra opinión,
en la que, según Gellner, se estaría produciendo lo cierto es que los museos se han convertido en
una especie de reencantamiento del mundo. las tres o cuatro últimas décadas en un lugar de
Insistimos: después de su evidente progreso encuentro e intereses múltiples para la sociedad
en la primera parte del siglo, el museo ha encon- de esta situación finisecular y casi trimilenaria.
trado a partir de su crisis y puesta en cuestión Aclamada por unos, debatida y denostada cícli-
de los sesenta/setenta una nueva dimensión en camente por otros durante parte de nuestro siglo
este final de siglo, en esta sensibilidad posmo- y en algún otro momento del pasado, esta ins-
derna45 y neobarroca de una situación calificada titución pública que es el museo ha tenido que
(dentro de un concreto contexto socioeconómi- superar sus propias contradicciones instrínsecas
co) como postindustrial. Una institución muy y, en no pocos sentidos, la resaca de las más re-
diferente -tal vez radicalmente diferente- a la cientes revoluciones sociopolíticas, económicas y
fórmula convencional, patrimonialista y enci- culturales: aquéllas que han continuado empu-
clopédica heredada de las élites ilustradas que jando en el área occidental ese fenómeno nun-
lo crearon en los inicios de la edad contempo- ca bien definido -la vieja dama desconocida de
ránea. Tal vez porque, como advirtió también Baudelaire- llamado modernidad. 46
H. de Varine -Bohan prediciendo la desaparición Todo ello y su larga trayectoria han conver-
de la «significación histórica» de la institución tido a los museos en caja de resonancias, en
llamada «museo», haya llegado ya el término lugar común para la expresión de aspiraciones
de su concepción y tipología tradicional, y haya variopintas y en instrumento dilucidador de di-
coincidido con el fin del contexto cultural y de ferentes posiciones para sectores muy específi-
la clase social que lo crearon. cos de esta sociedad, que creen ver en ellos la


reencarnación de lo sacro en un contexto funda - como entonces era concebida y funcionaba la
mentalmente laico. No sólo se han convertido, a institución museística, se neutralizaba totalmen-
la postre, en los nuevos templos de la cultura y te el hecho estético, y se defecaba o arrojaba la
el patrimonio de esta sociedad neoilustrada, sino obra de arte a un limbo vano y de una candidez
también para algunos y bajo razones muy diver- no tan inocua como aparentemente parecía.
sas en el ágora inevitable de la consagración del La puesta en cuestión del museo se expre -
espectáculo, cuando no en el de la presentación/ saba, en todo caso, como reflexión crítica, pro-
representación y revaluación social de ciertas éli- puesta renovadora o alternativa revolucionaria a
tes del momento. una situación insostenible para las mentalidades
Insistimos en que la situación actual ha veni- progresistas. Era una apuesta casi colectiva y cla-
do precedida por una profunda reconstrucción y morosa por la reconversión de estas institucio-
transformación física , técnica, museológica y so - nes, desde perspectivas ideológicas lógicamente
ciocultural de los museos surgida en la segunda diferentes .48
posguerra mundial, y por una dolorosa supera- Una inflexión significativa en esa crisis de iden-
ción de la crisis de identidad que les sobrevino tidad y su correspondiente compromiso de reno-
al final de los años sesenta y primeros setenta . vación sociocultural se produjo en torno a 1977,
Todos ellos, y muy especialmente los de arte, coincidiendo con la inauguración del Centro Na-
han tenido que soportar y remontar una serie cional Georges Pompidou en París. Comenzaba a
de mutaciones conceptuales y procedimentales cuajar entonces un replanteamiento del museo
para recuperar credibilidad y eficacia sociocultu- acorde con ambiciosas aspiraciones de intelec-
ral. Sin duda, un paroxismo determinante para tuales y artistas, con las de un público sensible
el futuro inmediato de la institución, que se hizo al problema, e incluso con las de una cierta cla-
emergente poco tiempo antes de la llamada y se política. El paradigma Beaubourg se convirtió
tantas veces ya citada «revolución romántica» pronto en un efecto cuasi contagioso dentro del
del mayo francés de 1968, y que sólo ha sido panorama de las macrosituaciones artísticas in -
parcialmente resuelta por algunos a partir de ese terdisciplinales y en un proto inevitable de hiper-
preciso momento. mercado cultural. Jean Baudrillard, especialmen-
Se produjo, en consecuencia, un cerco impla- te, se ha encargado de denunciar, como hemos
cable y hasta una cadena de invectivas contra el comentado, las contradicciones y el paradógico
museo, cuyos matices dibujaron un abanico muy efecto bumerán del que considera «monumen-
contrastado de posiciones frente al problema. to de disuasión cultural», recalcando que, como
Cierto es que el terreno estaba bien abonado y «monumento a los juegos de simulación de masa,
resultaba propicio para todo tipo de contestación el Centro funciona como un incinerador absor-
y rebeldía. Desde aquéllos que mantenían -entre biendo toda energía cultural y devorándola» .49
los grupos beligerantes callejeros, especialmen- En consecuencia, ha bastado poco más de
te- la simple y rotunda negación de su justifica- década y media para comprobar cómo el Pom-
ción y existencia como instrumento patrimonial pidou y todos los beaubourgs aún existentes han
y cultural, a la mayoría de los que defendían una pasado de ser ejemplos paradigmáticos en las
crítica diáctico-propedéutica de puesta en cues- aspiraciones constantes de la modernización de
tión del futuro del museo. El propio Adorno, el los museos y centros de gestión/difusión cultu -
lúcido e implacable autor de Crítica cultural y so- ral de nuestro tiemp o para convertirse en un
ciedad y de Teoría estética, 47 venía a considerar al elemento que «Se agota en su propia revolu-
museo -constituido como la meta natural de la ción». so Los cánones del perseguido proyec-
obra de arte- un factor de contemplación des- to de la modernidad en este área, en concreto
interesada de aquélla, en el sentido de que, tal aquéllos que afectan a las propuestas creativas,


Pero hay quienes se plantean serias reservas -el
museólogo croata Tomislav Sola, entre ellos- y
muestran un cierto pesimismo sobre la situa-
ción museística en esta nuestra «edad de la an-
gustia» , en la que «la autosatisfacción arrogante
de la era industrial ha dado lugar a la ambición
de mejorar la calidad de vida», pero en la que
«el mundo y sus museos están a la búsqueda
de un modelo de supervivencia». 54 O incluso,
rechazan abierta y radicalmente la institución
museística, como el sociólogo francés Jean-Paul
Aron, para quien el museo es «una agresión
contra la memoria», «todo propósito museográ-
fico, esencialmente pernicioso» y estamos in-
mersos en la «borrachera del museo, fenómeno
La «Exposició n Velázquez» (1990), en el Museo de l Prado, en contemporáneo por excelencia». 55
Madrid, fue un acontecimiento sociocultura l de p rim er orden. No ha sido fácil, por tanto, ni resulta sen-
cilla esta reconversión, y tampoco hoy en día
de conservación y exhibición, y de proyección es aceptada y funciona con una universalidad
y difusión del arte contemporáneo han variado de convicciones y criterios. La confianza en una
radicalmente. La vieja ambición de conciliar -si recuperación museológica corre pareja a los
no identificar- vida y arte, arte y vida, en los nuevos proyectos, y a un espíritu de contex-
ámbitos de la colectividad cultural ha adquiri- tualización antropológica que debe presidir su
do unos parámetros más racionales y reduci- funcionamiento, y que se inserta en el espíritu
dos. Los modelos maximalistas del museo de de la llamada <<nueva museología» . El museo
arte y de todo lo que él contiene, concentrados continúa siendo, pese a todo, un instrumento
en los grandes centros urbanos, han hecho crisis valiosísimo para la sociedad, al que se le exige
- ¿permanente?, ¿transitoria?- en nuestro en- una sincronización cada día más apurada con
torno antropológico más cercano : los conceptos la realidad del momento y que identifique sus
de territorialidad/interterritorialidad asignados contenidos y funciones con las necesidades de
a estas instituciones parece que han acabado su entorno sociocultural.
por imponerse como alternativas para una me- El mundo de los museos busca afanosamen-
jor distribución y rentabilidad socioculturales. te un «nuevo orden» de concepto y función so-
A ello han contribuido también de mane - cioculturales a las puertas del tercer milenio. Re -
ra decisiva reflexiones y posiciones diversas y chazado por muchos como un simplista «museo
h asta antagónicas sobre los problemas del mu - escaparate», se exige por algunos a estas institu-
eo actual, que vienen marcando pautas desde ciones que abandonen su misión coleccionista
los años ochenta. Algunas, como las del crítico y conservacionista en favor del consumo de un
n eoyorquino Douglas Crimp, ofrecen un aba - «museo del espectáculo». Pero está claro que las
nico creciente que va desde la consideración nuevas corrientes vitalizadoras apuestan por una
obre las ruinas del museo al discurso del mu - ética de la conservación y por el reto de una con -
eo51 posmoderno comentado. 52 Otras intentan cienciación de la comunidad a través de la estima
reciclar su optimismo y convicciones persona - y el valor de su propia cultura patrimonial. Y es de
les paralelamente al porvenir y la vitalidad del esperar y de desear que esta apuesta termine con
museo, como ocurre con Dominique Poulot. 53 gran parte de las aporías del museo actual.


6. Nuevas perspectivas ante un nuevo Lo propio de un tesoro es sobre todo su am-
siglo y milenio plitud. Es ella quien le proporciona su brillo, su
meraviglia, el halo que parece unificar los objetos
Los finales de siglo suelen ser propicios para de- amontonados y oscurecer su origen real. Que co-
terminadas catarsis y reflexiones de gran parte nozcamos la historia de aquellas cosas, su pedigrí,
de la sociedad . No ajenas a ciertos temores y du- al artesano que las ha producido, no cambia nada.
das adquiridas miméticamente de experiencias La cosa exhibida como elemento del tesoro escapa
históricas remotas, éstas parecen renacer cada a su origen, sea cual sea. El tesoro es un desplie-
vez que se acerca una división tan convencio- gue de cosas fetichizadas, llenando una habita-
nal como es la del final de un siglo o la de un ción, un lugar, una cripta donde se opera la alqui-
milenio. Especialmente para ciertos espíritus mia de la fetichización . [... ] Hablo de museo para
sensibles a los cambios y estados de ánimo, esta hablar de fetichismo y de fectichización: de aque-
situación suele someterles a la sensación de estar lla relación con el objeto que debe ocuparnos al
viviendo -por traducir la incomodidad de su in- igual que ocupó a nuestros antecesores. Más que
certidumbre- un cierto clima áspero y patético, nada para emitir la hipótesis de que el fenómeno
y con frecuencia incluso angustiado. Otros in- museal tal como lo conocemos está acompañado
dividuos, en cambio, esperan del tránsito a una de una especie de expansión del fetichisno: nace
nueva situación la mejora de sus proyectos y la de los fetichismos «paralelos» y no necesariamen-
esperanza de un futuro prometedor. Ambas pos- te complementarios entre sí, en nuestro modo de
turas suelen producir, finalmente, profundas y asumir y de sufrir, de «amar», de codiciar, los ob-
rotundas novedades en las formas de ver e inter- jetos, de deambular alrededor de ellos. Y el museo
pretar la realidad y, en consecuencia, diferentes es la escena ideal. [... ] El museo ejerce su poder
modos de actuación en su medio. de legitimación en aquel proceso que llamo feti -
Desde una convicción nada temerosa pero chización: atribuye otras funciones al objeto abro -
realista, ya que tiene en cuenta las posibles va- gando su o sus funciones anteriores.57
riables originadas en la sociedad por divisiones Desde el punto de vista conceptual, seguro
convencionales, gran parte de las actuaciones que el museo continuará debatiendo su propia
y propuestas de los distintos comités y de las realidad y definición en una nueva circunstan-
Asambleas Generales del ICOM en estos últimos cia sociocultural que nos viene. Y seguirá siendo
años viene tratando de preparar los ánimos y verdad, como piensan Peter Woodhead y Geof-
el camino para que estas instituciones cumplan frey Stanfield, que «es tal la variedad de públicas
una misión concienciadora y liberadora a través instituciones que se describen a sí mismas como
del patrimonio, pero dentro de un nuevo sentido museos que a veces resulta difícil ver qué tienen
de servicio para la comunidad en el próximo fu- en común». 58 Pese a ello, el museo seguirá «fe-
turo. Es tal vez lo que reconocidos defensores de tichizando» los objetos, y ofreciendo un cierto
la nueva museología piensan que debe ser como halo transcendente al público.
nuevo concepto global el museo: una «estructu- Desde el punto de vista funcional y progra-
ra descentralizada (un territorio), más un patri- mático, las nuevas perspectivas del museo para la
monio material e inmaterial, natural y cultural, próxima centuria y milenio pasan por adaptarse
para un desarrollo de la comunidad». 56 cada vez más a las necesidades socioculturales de
¿Podrá mantener el museo en el próximo fu- la comunidad a la que sirven. Para ello, podrán
turo ese aura fetichista de las cosas, de los objetos encontrar su más sólida razón y pragmatismo si
del «tesoro» de que habla Remo Guidieri, al refe- se mantienen abiertas a las experiencias museo -
rirse a «Lo imaginario del museo», a la «Museofi- lógicas más cercanas a orientaciones antropo-
lia» y a «La estilización generalizada»? lógicas contrastadas, y a las sugerencias y reco-


mendaciones que una organización especializada tenciones «Museos para una nueva era». 59 Todo
como el ICOM ha venido intensificando a este un reto para una institución más que bimilenaria
fin, sobre todo desde su Conferencia General de en sus orígenes, y tricentenaria en su consolida-
1992 en Quebec (Canadá), bajo el lema ya citado ción.
de «Museos sin fronteras» y su conclusión de in-

N OTAS AL CAPÍTULO 3 que se trata de una «casa» no de un dades financieras, hicieron al extran-
museo». (Op. cit. [1967], pág. 269). jero, y de las que fueron receptores
1 Fundado en 1903 e inaugurado en 3 Debemos deslindar el uso que hicie- coleccionistas tan famosos como el
1905, el Deutsches Museum van Meis- ron los nazis del Heimatmuseum en político Andrew Mellan -creador de
terwerken der Natürwissenschaft und su tiempo, del concepto que ha veni- la National Gallery of Art de Wash-
Teknik (Museo Alemán de las Obras do adquiriendo desde su nacimiento ington- o Calouste Gulbenkian,
Maestras de las Ciencias Naturales en el XJX hasta su última significación creador de la Fundación que lleva su
y de la Técnica) responde al afán de en nuestros días. «Desde su creación» nombre en Lisboa .
crear en los comienzos de siglo mu- nos dice Andrea HAUENSCNILD 7 Además de las tres grandes coleccio-
seos que recogieran y exhibiesen di- al respecto, «Su vocación ha estado nes rusas de este momento : el Pala-
dácticamente no sólo la cultura de siempre estrechamente ligada a los cio de Invierno del Ermitage de San
las obras originales -especialmente diferentes contextos ideológicos que Petersburgo (con su gran colección
las artísticas-, sino también de patri- determinan la noción de la 'Heimat'. de pinturas y otros objetos reuni-
monio técnico y científico, aunque [... ] En la sociedad alemana occiden- dos por Pedro el Grande, Catalina
ello hiciera necesario acompañarlo tal de los años 80, la 'Heimat' está II, el zar Nicolás I y los marchantes
de medios expresivos diversos, como cada vez más desmitificada, y con ella moscovitas Iván Morozov y Sergey
maquetas y otro de montajes. Res - el 'Heimatmuseum'. La 'Heimat' es Shchukin); el Museo de Prehistoria,
ponde asimismo a las nuevas tipolo- redefinida como un espacio natural Historia y Etnografía Rumyanzov, y
gías y la especialización de los conte- y socio-cultural particular, un terri- la Galería Tretyakov de Moscú -el
nidos museísticos que caracterizan al torio de satisfacción, manantial de museo del arte ruso desde el siglo
siglo xx. identidad, seguridad y posibilidades x a nuestros días-, los soviets crea-
2 «En Alemania» afirma G. BAZIN de de acción. [.. .] Hay actualmente un ron pequeños museos en las zonas
este momento, «los museos serán movimiento museológico en Alema- rurales, basados en las expropiacio-
movilizados también para la propa- nia Oeste, que considera el Heima- nes, que trataron de impulsar como
ganda. Se crean algunos nuevos con tmuseum como proceso y lugar de instrumentos didácticos, inmediata-
este fin: los Heimatmuseen, de los interacción del público con él mismo, mente después de los aspectos políti-
que se fundan más de dos mil entre con su historia, su realidad cotidia- cos y económicos de la nueva socie-
las dos guerras mundiales. Se trata na así como con su porvenir» . («Le dad.
entonces de resaltar el orgullo nacio- Heimatmuseum», en La Muséologie 8 La finalidad primordial de los museos
nal del pueblo alemán vencido y de selon .. ., op. cit. [1989], págs. 58-59). en la Rusia soviética estaba marcada
devolverle la conciencia de su fuer- 4 Véase al respecto GIGLIOLI, G. B., por la doctrina marxista, en la que
za, con el fin de convertirla de nue- Museo dell'Imperio Romano, Roma, los valores estéticos no eran más que
vo en agresividad. Al considerar el Colombo, 1938. manifestaciones de la lucha de clases.
sentimiento de la patria chica como 5 «Ita lia imitó este ejemplo [el de Servían para que el pueblo aprendie -
la fuente del amor y la adhesión a la los alemanes]. pero solamente en ra la historia de la Unión Soviética y
grande, el museo se regionaliza, se el campo de las exposiciones. La del resto del mundo. Hasta los traba-
miniaturiza, realzando la riqueza de Mostra Augustea della Romanita, jadores debían ver en ellos un instru-
una comarca, el genio de un hom- inaugurada en Roma en 1937 con mento de reorganización de la nueva
bre, la antigüedad de una industria, ocasión del centenario de Augusto, estructura social a través de la selec-
la poesía de las antiguas costumbres constituyó un prodigioso conjunto ción de las aportaciones del pasado.
populares, todo lo que amasó el alma de todo lo que Roma había creado en De hecho, la catalogación de las pie-
de la gran Alemania. [...] Resultado el mundo; destinada a estimular en zas se realizó desde un punto de vista
de una exposición que se llevó a cabo los italianos la conciencia imperial, antropológico /político: como recuer-
en 1925 para festejar el milenario de esa llamada terminaba con una glo- do de las distintas fases que la exis-
la unión de la Renania al imperio rificación del fascismo» . (G. BAZIN, tencia humana había tenido que so-
alemán, la Haus der Reinischen Hei- op. cit. [1967]. págs. 269-270). portar bajo los diferentes regímenes
mat es el ejemplo más grandioso de 6 Si exceptuamos algunas ventas de políticos. El montaje de las obras co-
ese modo de demostración. Notemos obras importantes que, por necesi- rrespondía, consecuentemente, a este


criterio, acompañando a las mismas poránea. (Véase COLEMAN, op. cit., que se ha propuesto ahora conseguir
otros objetos cotidianos de la época págs. 3 y sigs.) que regresen definitivamente a Bre-
para su mejor contraste y compren- l 2Las vicisitudes e importancia no sólo men. La policía ha podido recuperar
sión. Se procuraba el complemento de este museo sino también de la gé - otras 2.000 piezas hasta el momento .
necesario por medio de conferencias nesis del arte moderno en los EE.UU. (Bajo el título «El tesoro perdido de
y otras actividades encaminadas a la están íntimamente relacionados con Víctor Baldin», publicó FLANDRIN
mejor instrucción del público. la vida y la obra de AJfred H. BARR este artículo en español, en El País
9 La función educativa del museo Jr., primer director del MoMA desde Semanal, Madrid, núm. 39, domingo
encontró un respaldo mayoritario 1929. Todo ello puede comprobarse 17 de noviembre de 1991, págs. 79-
en la sociedad americana, aunque en la obra de BARR Dejining modern 86).
también tuvo sus detractores y críti- Art, Nueva York, Harry N. Abrams, l 7Los Estados Unidos, que antes de
cos, que vieron en esta actividad un Inc., 1986. Versión en español La 1920 contaban con unos 1.200 mu -
recorte, cuando no una anulación o definición del arte moderno, Madrid, seos, en 1964 tenían ya 4.600. (Se
atrofia, en la percepción estética de Alianza, 1989. produjo este año la creación de un
la obra por parte del espectador. Para l 3Como hemos comentado, la Natio - museo cada 3,3 días.) En 1970 al-
algunos de sus defensores, como nal Gallery of Art de Washington canzaban la cantidad de 6.000, y en
Francis Henry TAYLOR, director se creó con la donación de la co- la actualidad sobrepasan el número
del Metropolitan Museum of Art de lecciones de Andrew Mellan, quien de 8.000. Canadá, que ha experi-
Nueva York, el museo americano no también construyó su sede. A la mentado un progreso museístico
tenía mucho que ver con el invento donación de Mellon, que había ad- extraordinario tanto a nivel de nue-
europeo: no coincidía con el palacio quirido obras al Ermitage de San Pe- vas y modélicas instituciones como
abandonado del viejo continente, ni tersburgo y, tras la Primera Guerra desde el punto de vista de la nueva
había sido previsto como una solu- Mundial, obtenido beneficios de la Museología, contaba al final de los
ción para el almacenamiento de la dispersión de obras de los príncipes sesenta con unos 706. En compa-
riqueza nacional, sino que había na- alemanes, se unirían las de otros co- ración, Francia tenía entonces unos
cido como un fenómeno americano leccionistas, como Samuel H. Kress 1.183, Italia 972, el Reino Unido
más desarrollado por el pueblo, des- ( 1939) y Widener, que engrandece- 946, España 518; la Unión Soviéti-
de el pueblo y para el pueblo . (Véase rían de modo importante el museo. ca, 1.012, Checoslovaquia 436 y Po-
Babe/'s Tower. The dilema ofthe modern 14EI primer ensayo de evacuación lonia 335. En todo el mundo había
museum, Nueva York, Columbia Uni- de un gran museo había tenido lu- alrededor de 17.500 museos.
versity Press, 1945 .) gar durante la guerra civil española 18El inventor y alma de los ecomu -
lOCOLEMAN, L.V., Museum Buildings, ( 1936-1939). Las colecciones del seos fue Georges Henri Riviere. Una
Washington, D.C., The American Museo del Prado fueron enviadas de «forma popular y científica, difícil y
Association of Museums, 1950, vol. Madrid a Ginebra por el gobierno de exaltante a la vez de la museología»,
1, pág. 3. la República Española ante el avance como se ha dicho, cuya lenta gesta-
11 Recordemos que la iniciativa priva- de las tropas nacionales mandadas ción le tuvo ocupado muchos años.
da , que había impulsado la creación por el general Franco. En la salva- Los ecomuseos nacieron de una re-
de los grandes museos del s. x1x, y guarda de la colección del museo es- flexión fundamental sobre los mu -
otros de principios del siglo xx, como pañol durante la contienda tuvo un seos de historia celebrada en Rennes
el Museum of Fine Arts ( 1909) de papel destacado Pablo Picasso . en 1947, y evolucionarían a partir de
Boston, también abrirá los de este l 5BAZIN, G., op. cit. ( 1967), págs. 270 y 1967 sobre las experiencias obteni-
período. Para L. V. Coleman, los 271. das en Creusot, en el Parque natu -
museos americanos considerados 16Philippe FLANDRIN nos ha relata- ral de las Landas de la Gascuña, así
en sentido plenamente moder- do recientemente en un artícu lo los como en el Parque natural de Oues-
no, arrancan de la Primera Guerra pormenores de las vicisitudes su- sant. «En estos años -afirmó Rivie-
Mundial, siendo considerado como fridas por esta colección, escondida re- yo creé los museos donde las re-
el más antiguo en este sentido el en 1943 por el conde Friedrich von laciones del hombre y la naturaleza
Cleveland Museum of Art (1916). Koenismark en su residencia de Kar- deben encontrar una expresión dia -
Entre otros adelantados, el Newark nzow, una casa solariega de Brande- crónica, desde los tiempos geológicos
Museum, completado en 1926, y el burgo, en medio de un bosque y a hasta nuestros días, y una expresión
Buffalo Museum of Science ( 1929). orillas del lago Wuppersee, situada sincrónica, porque el museo se pro-
Distingue dos fases en este período a unos 70 km al norte de Berlín. La longa en el ambiente, que viene a
de formación: de 1916 a 1932, con requisa de Karnzow por el Ejército ser como una especie de puertas su-
museos de arquitectura realizada ruso recayó en el joven teniente de yas .» (De las declaraciones recogidas
según el viejo espíritu ecléctico. Y 25 años, Víctor Baldin, arquitecto, en el artículo «Une rencontre avec
de 1933 a 1942, construidos según quien sólo pudo llevarse una selec- Georges Henri Riviere, le musicien
cánones de la arquitectura contem- ción de 364 de grandes maestros, y muséographe qui inventa aussi les


écomusées», en Le Monde, París 8/9 monio Histórico Español (IPHE). (MPR); 22) Seguridad en los museos
de julio de 1979) . Véase también su 21 Potenciado ahora con los últimos (ICMS); 23) Vidrio .
op. cit. La muséologie selon ..., págs. 29, instrumentos cibernéticos. Al ICOM están afiliadas estas Orga-
65-66, 140-143, 146-165, etc. 22Véase lo tratado al respecto en el ca- nizaciones Internacionales: Armas e
l 9En 1970, sólo unos meses después pítulo I, y especialmente en el epí- Historia Militar (IAMAM); Artes del
de que Los cipreses y el árbol en flor de grafe «La nueva museología». Espectáculo (SIBMAS); Asociación
Van Gogh se vendiera por 1,3 mi- 23Debemos recordar que en la renova- de los Museos del Caribe (MAC);
llones de dólares, el mundo del arte ción y replanteamiento de los mu- Confederación Internacional de Mu-
y del coleccionismo se estremeció seos después de la guerra, el aspec- seos de Arquitectura (ICAM); Con-
con los 5,54 millones que alcanzara to pedagógico se vió especialmente greso Internacional de los Museos
en la sala de subastas Christie's de ejemplificado en Europa a partir de Marítimos (ICMM); Movimiento In-
Londres el Retrato de Juan de Pareja, las innovaciones de ciertos museos ternacional por una Nueva Museo-
de Velázquez, hoy en el Metropoli- etnográficos, como el de Neuchacel logía (MINOM) ; Museos de Agricul-
tan Museum of Art de Nueva York. (Suiza), bajo J. Gabus; de la transfor- tura (AIMA); Museos Europeos al
Pero entre 1985 y 1990 la irresistible mación del de París en el Musée de Aire Libre; y Museos de Transportes
alza de los precios intensificó su alo- l'Hommme o el trabajo incansable (IATM).
cada carrera sólo propicia para la es- de Georges H. Riviere, tanto desde la 25Junto a la American A.ssociation of
peculación económica de Ja obra de dirección del ICOM, como desde el Musseums, encontramos otras como
arte como valor de cambio, hasta el Musée des Arts et Traditions Popu- las Association of Art Museum Directors
punto de constituirse con ello un es- laires y desde la creación de los eco- y Association of Science Museum Direc-
calofriante coleccionismo de caja fuerte, museos. En América, las mayores in - tors y Jas Conferencias regionales.
cuyos resonantes y crecientes alda- novaciones aparecieron, en cambio, 26Las otras destacadas son: Scottish
bonazos cada vez más seguidos fue - en un museo de arte, An Gallery de Museums Council, Information
ron anotándose con la expectación Ontario, en Canadá, de la mano del Centre; Museums and Galleries
de un espectáculo singular en ese es- ya citado D. F. Cameron. Commission (aunque renombrada
pecial hit parade que las subastas iban 24Con sede en París, el ICOM está do- en 1981, existe desde 1931) y la Mu-
proporcionando . Se interrumpió esta tado de los órganos: seum Documentation Association, crea-
tendencia al alza desde la invasión de l. Asamblea general. 2. Consejo eje- da en 1977.
Kuwait por Irak y la siguiente guerra cutivo . 3. Directorio . 4. Comité con- 27La importancia y el alcance de la his -
del golfo Pérsico (2-8-1990 al 17-1- sultivo. 5. Comités nacionales (cada toria y actividades de esta asociación
199 1). país afiliado tiene el suyo) . 6. Comi- ha quedado claramente de mani-
El fenómeno, complejo y problemá- tés internacionales especializados. Y fiesto en la publicación reciente de
tico, de la comercialización del arte 7. Secretariado y Centro de Docu- Geoffrey LEWIS, Far lnstruction and
(y de otro tipo de patrimonio) será mentación Museológica UNESCO- Recreation. A Centenary History of the
tratado en otro lugar. Anotamos ICOM. En 1991, los comités interna- Museums Association, Londres, Quiller
aquí solamente este apunte sobre cionales -que atienden a las distintas Press, 1989.
sus comienzos de lanzamiento inter- materias especializadas- eran estos 28Entre las numerosas publicaciones
nacional a partir de los años setenta, 23: 1) Arqueología e Historia (I C- de la Asociación, debemos destacar
cuyos evidentes preparativos cuaja- MAH); 2) Arquitectura y técnicas realizado por AA. VV. el amplio Ma -
ron a la par que la vitalización de los museográficas (ICAMT); 3) Artes nual ofCuratorship. A Cuide to Museum
museos y el coleccionismo durante aplicadas (ICAA); 4) Arte moderno Practice, Londres, Butterworths/Mu-
los años sesenta, y de su puesta en (CIMAM); 5) Audiovisual y nuevas seums Association, 1984.
cuestión a final de la década . tecnologías (AVICOM); 6) Bellas Ar- 29Alemania, Argentina, Australia,
20Entre los actua les, destacan el CCI/ tes (ICFA); 7) Ciencias Naturales; 8) Austria, Bangladesh, Bélgica, Bra-
ICC (Canadian Conservation Institute ), Ciencias y técnicas (CIMUSET); 9) sil, Canadá, Checoslovaquia, China,
Ottawa, Canadá; el CAL (Conserva- Conservación (ICOM-CC); 10) Do- Dinamarca, España, Estados Unidos,
tion Analytical Laboratory, Museum cumentación (CIDOC); 11) Educa- Finlandia, Francia, Ghana, Holanda,
Support Center), Wa shington D.C.; ción y acción cultural (CECA); 12) Hungría, India, Irlanda, Italia, Ja-
The Getty Conservation Institute, Cali- Egiptología (CIPEG); 13) Etnografía pón, Noruega, Nueva Zelanda, Polo-
fornia; el citado en el texto IIC (In- (ICME); 14) Formación de personal nia, Portugal, Reino Unido, Suecia,
ternational Institute for Conservation of (ICTOP); 15) Gestión (INTERCOM); Suiza, Suráfrica y la dividida Yugo-
Historie and Artistic Works), Londres; 16) Indumentaria; 17) Instrumentos slavia (en Zagreb y Belgrado, espe-
IC OMOS (lnternational Council on Mo- de música (CIMCIM); 18) Intercam- cialmente).
numents and Siles) , París. En Madrid, bios de exposiciones (IC EE) ; 19) Mu - 30En España, además de la «Aso-
el ICRBC. (Instituto de Conservación y seos literarios (ICIM); 20) Museos ciación Española de Archiveros,
Restauraciónn de Bienes Culturales) del regionales (ICR) ; 21) Museología Bibliotecarios, Museólogos y Docu-
Ministerio de Cultura, hoy del Patri- (ICOFOM); 22) Relaciones públicas mentalistas» (ANABAD), que man-


tuvo una continuada publicación los firmantes proclaman: «Nosotros sin piedad las ciudades veneradas!».
de obras a través de su «Biblioteca queremos destruir los museos, las bi- 33En Francia, donde fueron creadas las
Profesional ANABAD Estudios» y de bliotecas, las academias de todo .. . ». «casas de cultura» por la V Repúbli-
noticias por medio de su «Boletín», Y añaden: «Por demasiado tiempo ca con un fin de reanimación cultu -
existen la Asociación Profesional de Italia ha sido un mercado de buho- ral popular, la contestación de mayo
Museólogos de España (APME) y la neros . Nosotros queremos liberarla de 1968 había llegado precedida del
Asociación Española de Museólogos de los innumerables museos que la debate en torno a la cuestión «pú-
(AEM) . El Cuerpo Facultativo de cubren toda de cementerios innu- blico» y «no-público», referido al di -
Conservadores de Museos., creado merables. Museos: ¡Cementerios!. .. seño y funciones de los centros mu-
oficialmente en 1973, y pertene- Idénticos, verdaderamente, por la seísticos y de otros culturales. Una
ciente al Ministerio de Educación siniestra promiscuidad de tantos reunión de directores de las casas
y Cultura, es una rama desgajada cuerpos que no se conocen. Mu- de cultura, celebrada poco antes en
del primitivo Cuerpo de Archiveros, seos: ¡Dormitorios públicos en que Villeurbanne, intensificó el interés
Bibliotecarios y Anticuarios (nacido se reposa para siempre junto a seres por este asunto, pretendiendo dotar
en 1858, reorganizado por Real De - odiados e ignotos! Museos : ¡Absur- a sus centros de un poder de choque
creto en 1887, además de otros ajus- dos mataderos de pintores y esculto- revolucionario.
tes sufridos posteriormente en 1932, res que van matándose ferozmente Como se sabe, las casas de cultura se
1954, 1956 y 1964, hasta la Ley que a golpes de colores y de líneas, a lo ocupaban principalmente del teatro,
lo hiciera independjente en 1973), largo de paredes disputadas! Que se pero organizaban también exposi-
al que pertenecen solamente no vaya a ellos en peregrinación una ciones de arte, moderno sobre todo .
más de 250 conservadores de mu - vez al año, como se va al camposan- Nacieron en los alrededores de París
seos. A este cuerpo se accede me - to en el día de Difuntos .. ., os lo con- para extenderse por otras provin-
diante oposiciones convocadas a ni- cedo. Que una vez al año se deposite cias. Apoyando su actividad sobre las
vel nacional. Otros, calificados como un homenaje de flores a los pies de manifestaciones temporales, se pre-
laborales o pertenecientes a organis- la Gioconda, os lo concedo ... Pero no sentaban públicamente como mejor
mos regionales o autonómicos tie- admito que se lleven cotidianamen- adaptadas que los museos al espíritu
nen otra forma de acceso -mediante te a pasear por los museos nuestras de una época que busca en el «acon-
contratos u otra clase de pruebas- a tristezas, nuestro frágil valor, nues- tecimiento», en «la oferta illnámica»
la profesión museística. (Citemos, tra morbosa inquietud. ¿Para qué el principio mismo de su razón de
por ejemplo, el Servei de Museus querer envenenarnos? ¿Para qué ser.
de la Generalitat de Catalunya, De- queremos pudrirnos? [... ] En verdad 34Probablemente, su crítico más se-
partament de Cultura, que se inte- yo os declaro que la visita cotidiana a vero ha sido Jean BAUDRILLARD.
resa por la gestión y administración, los museos, bibliotecas y academias (Cfr. L 'Effet Beaubourg: implosion et
conservación e interpretación de las (cementerios de esfuerzos vanos, dissuasion, París, Galilée, 1977.) El
colecciones relativas al patrimonio calvarios de sueños crucificados, re - capítulo «El efecto Beaubourg» de
de Catalu!la , del que dependen sus gistros de impulsos tronchados ... ) es su ensayo Cultura y Simulacro es un
profesionales de museos, y publica para los artistas igualmente dañina duro alegato contra esta institución
De Museus e Informatiu Museus desde que la tutela prolongada de los pa - y contra los poderes establecidos que
1988.) dres para ciertos jóvenes ebrios y de lo pusieron en marcha. «Este espa -
31 El «I Congreso Internacional de los voluntad ambiciosa. Para los mori - cio de disuasión -afirma-, articulado
Amigos de los Museos del Mundo» bundos, para los enfermos, para los sobre una ideología de visibilidad,
se celebró en Barcelona y Madrid prisioneros, sea : el admirable pasado de transparencia, de polivalencia, de
del 19 al 25 de junio de 1972 . Desde es, tal vez, un bálsamo para sus ma- consenso y de contacto, y sanciona -
entonces, cada tres años tiene lugar les, pues para ellos el porvenir está do por el chantaje a la seguridad, es,
su renovación. El «VII Congreso In- cerrado ... Pero nosotros no quere - hoy por hoy, virtualmente, el espa-
ternacional de la Federación Mun- mos saber nada del pasado. ¡Noso- cio de todas las relaciones sociales .
dial de Amigos de los Museos», se tros, los jóvenes fuertes y futuristas! Todo el discurso social está ahí y tan -
celebró en Córdoba (Espa!la), del 2 ¡Vengan, pues, los alegres incendia- to en este plano como en el del tra-
al 6 de abril de 1990. La Federación rios de dedos carbonizados! ¡Aquí es- tamiento de la cultura, Beaubourg
publica regularmente «WFFM chro- tán! ¡Aquí están !. .. ¡Vamos! ¡Prended es, en plena contradicción con sus
nicle» sobre sus actividades en la re - fuego a los estantes de las bibliotecas! objetivos explícitos, un monumen -
vista Museum de la UNESCO. ¡Desviad el curso de los canales para to genial de nuestra modernidad.
32En el punto 10 del primero de los inundar los museos !.. . ¡Oh, qué ale- Es agradable pensar que la idea no
tres manifiestos futuristas (publica- gría ver flotar a la deriva, desgarradas se le ha ocurrido a ningún espíritu
do en francés en Le Figaro de París el y desteñidas en esas aguas, las viejas revolucionario, sino a los lógicos de
20 de febrero de 1909; luego, en la telas gloriosas!. ..¡Empuñad los picos, un orden establecido, desprovistos
revista milanesa Poesia, núms. 1 y 2) las hachas, los martillos, y destruid de todo sentido crítico y, por tanto,


más cercanos a la verdad, capaces, en Press, 1985; edición española, «La a la estética idealista de Hegel, per-
su obstinación, de poner en marcha modernidad, un proyecto inacaba- mitiendo de una parte aprovechar
una máquina incontrolable, cuyo do», en Ensayos políticos, Barcelona, las apuestas actuales provocadas por
éxito mismo se les escapa, y que es Península, 1988. el retorno de un idealismo travesti -
el reflejo más exacto, incluso en sus 40En «The Myth of the Postmodern do; y, de otra, constituir una estética
contradicciones, del estado de cosas Breakthrogh». Literature Against materialista de la resistencia. Una
actual.» (Págs. 85 -86 de su edición Itself' Ideas in Modern Society, Chicago historia del posmodernismo, que
en español, Barcelona, editorial Kai- y Londres, Chicago University Press, insiste sobre la oposición idealismo/
rós, 1978.) 1979, págs . 31-62 . materialismo ha sido también enjui-
35Sobre posmodernismo, recomenda- 41Cfr. Roland BARTHES, Systeme de ciada por el examen de una recons-
mos el importante estudio de Steven la moda (El sistema de la moda), París titución de la historia sobre la que se
CONNOR, Postmodern Culture (Basil Éditions du Seuil, 1967. apoyan hoy ciertas teorías posmo-
Blackwell, 1989), publicada en espa- 42Gilles LIPOVETSKY, «C ultura de la dernaS>>. (Véase el epígrafe siguien-
ñol, Cultura Posmoderna. Introducción conservación y sociedad posmoder- te y, especialmente, la nota 51.) Por
a las teorías de la contemporaneidad, na», en La cultura de la conservación, otra parte, Douglas DA VIS ha anali -
Madrid, AkaL 1996. En 1979, dos Madrid, Fundación Cultural Banes- zado el fenómeno subsiguiente en su
años después de la apertura del Cen- to, 1993, pág. 79. obra The Museum Transformed. Design
tro Pompidou, apareció el libro de 43El semiólogo Ornar CALABRESE and Culture in the Post-Pompidou Age,
Jean-Frarn;ois LYOTARD La condi- ha publicado a este respecto La era Nueva York, Abbeville Press Publis-
tion postmoderne que, sobre todo des - neobarroca, libro en el que recoge hers, 1990.
pués de su traducción inglesa (Th e todas sus tesis, y que ha sido muy 46«La modernidad -escribió Charles
Postmodern Condition, Manchester, traducido. En él aplica la semiótica BAUDELAIRE en El pintor de la vida
Manchester University Press, 1984) a la historia del arte, contribuyendo moderna (1859-1860)-, es lo transi-
el movimiento posmoderno recibió a concebir la disciplina no como una torio, lo fugitivo, lo contingente, la
una confirmación interdisciplinaL continuidad de autores sino como m itad del arte, cuya otra mitad es lo
y centró el debate polidireccional un análisis de las obras . eterno e inmutable. Ha existido una
surgido en su entorno por efecto del 44«El museo corre el riesgo de ser su - modernidad para cada pintor anti-
caleidoscopio conceptual. En caste- perado rápidamente por algo que él guo .» [Cfr. Curiosités esthétiques. L 'art
llano se publicó como La condición mismo ha provocado : la comerciali- romantique, Garnier Freres, París,
posmoderna, Madrid, Cátedra, 1987. zación, la monetarización, en el sen- 1962, Le peintre de la vie moderne, pág.
36Entre las publicaciones de Frederic tido literal de la palabra, del bien cul- 467.]
JAMESON debemos citar, al menos: tural», adelantó a comienzos de los 47Cfr. Theodor W. ADORNO, Crítica
«The Politic of Theory: Ideological setenta H. de VARINE-BOHAN, en la cultural y sociedad, ArieL Barcelona,
Positions in the Postmodernism De- entrevista con Pierre Kister, en la op. 1969; Teoría estética ( 1970) , Taurus,
bate», New German Critique, núm. cit. Los museos en el mundo, 1973, pág. Madrid, 1980. «La palabra alema-
33, 1984, págs. 53-66; y «Postmo- 14. na museal [propio del museo], ad-
dern and Consumer Society», en 45La sensibilidad posmoderna, si ha vierte Adorno, tiene connotaciones
Ha! FOSTER et al. Postmodern Culture. podido constatarse lo ha sido sobre desagradables. Describe objetos con
Londres y Sidney, 1985. En español, todo en arquitectura. En este sen- los que el observador ya tiene una
La postmodernidad, Barcelona, Kai- tido, el crítico de arte neoyorq ui- relación vital y que están en un pro-
rós, 1985. no Douglas Crimp ha contrapuesto ceso de extinción. Deben su preser-
37La bibliografía de Jean BAUDRI- (desde 1980, en que lo hizo desde vación más al respeto histórico que a
LLARD es muy amplia . Además del la revista October, Nueva York, y las necesidades del presente . Museo
libro anteriormente citado, debemos en otras publicaciones posteriores, y mausoleo son palabras conecta-
recordar al menos De la séduction, Pa- como veremos) la investigación his- das por algo más que la asociación
rís, Galilée, 1980. En español: De la tórica seria y el historicismo fácil que fonética. Los museos son los sepul-
seducción, Madrid. Cátedra, 1981. Y se asocia desde entonces al posmo- cros familiares de las obras de arte.»
su participación con «El éxito de la dernismo. El punto de partida del [Vid. Theodor W. ADORNO, «Valéry
comunicación» en el colectivo tam- museo posmoderno lo constituye, Proust Museum», en Prisms, Lon-
bién citado de Hal FOSTER ed., La según Crimp, la Neue Staatsgalerie de dres, ed. Neville Speaman, 1967,
posmodernidad, Op. cit. Stuttgart (inaugurada en 1984), del págs. 173-186.]
38En «Postmodernismus: Unitary Sen- arquitecto inglés James Stirling, que 48Cfr., por ejemplo, Roben HUGHES,
sibility?», American-studiens. núm. no hace sino inspirarse para ello en «El museo a examen», New York
22, 1977, págs. 68-89. el paradigma del museo del siglo xx: Times Magazine, 9 de septiembre de
39«Modernity: an Unifished Project», el A/tes Museum de Berlín, de Karl 1973; Jean CLAlR, «Erostrato o el
en Postmodern Culture, ed. por Ha! Friedrich Schinkel. Entiende que museo en cuestión», en L 'art de mas-
Foster, Londres y Sidney, Pluto este último arquitecto «d ió forma así se n'existe pas, de Revue d'Esthétique,


1974, nº 3-4; Jacques LASSAIGNE, por sí mismos metonímicamente a do, trofeos de los anales antiguos,
«¿Cómo hacer de un museo de arte los objetos originales ni metafórica- obras maestras y efímeros montajes
moderno un museo vivo?», en Once mente a sus representaciones» [en escénicos de artistas, mecenas polí-
Ensayos sobre el Arte, Fundación Juan la comedia Bouvard et Pécuchet]; tiene ticos, todo el pandemonium de un
March, Ediciones Rioduero, Madrid, en cuenta las de Adorno, el «museo mercado de mercancías y de fetiches
1974; The American Assembly, lnter- de las imágenes» y el museo sin pa- estetizados desde su primera apari-
pretation ofthe Art Museums, Columbia redes de André Malraux, los postu- ción en nuestros escaparates . Esta
University, editado por Sherman E. lados de Michel Foucault, o los de crónica contemporánea reencuentra
LEE, Prentice Hall, Inc., Englewood Leo Steinberg sobre posmodernidad, y describe los misterios y maravillas
CLIFFS, New Jersey, 1975. y las de otros muchos autores. Le de esta forma de movilización per-
49Cfr. el cap. cit. de Jean BAUDRI- sirven a Crimp, en cualquier caso, manente que el autor llama 'esteti-
LLARD, «El efecto Beaubourg», en para emitir conclusiones como éstas: zación generalizada'».
Cultura y simulacro, editorial Kairós, 1ª. «La metáfora de Kramer sobre la 58En Keyguide to lnformation Sources in
Barcelona, 1978, págs. 83 -105, y la muerte y decadencia en el museo Museum Studies, Londres y Nueva
nota 34. recuerda el ensayo de Adorno.» 2ª . York, Mansell, 1ª ed. 1989, pág. 4.
50Id., pág. 105 . «Adorno insiste en esta mortalidad 59Los contenidos y conclusiones de la
51Douglas CRIMP, «On the Museum's museal como un efecto necesario de Conferencia los sintetizó el Comité
Ruins» en October, nº 13 (Nueva una institución apresada en las con- Español de esta manera:
York, verano de 1980), págs. 41-57; tradicciones de su cultura y, en con- MUSEOS PARA UNA NUEVA ERA
publicado después en Hal FOSTER, secuencia, extendiéndose a todos los «Política museológica, desarrollo
The Anti-Aesthetic: Essays in Posmoder objetos contenidos allí.» 3ª. «Tene- profesional y cooperación interna-
Culture, Port Tawnsend, Washing - mos aquí un ejemplo más del con- cional en materia de Patrimonio
ton, 1983, págs . 43-56. [Versión servadurismo de Kramer disfrazado y museos ante la perspectiva del
española, La postmodernidad, Kairós, como modernismo progresista .» 4ª . 2001»
Barcelona, 198 5; "Sobre las ruinas «Sin embargo, el análisis de Kramer El programa de actuación en el cam-
del museo», págs. 75-91]. Poste - no logra tener en cuenta hasta qué po de la museología para el decenio
riormente, CRIMP ha publicado On punto los derechos del museo a re- 1992-2001, propuesto y aproba-
the Museum 's Ruins en formato de presentar el arte de una manera co- do en la Conferencia General del
libro independiente con fotografías herente han sido ya puestos en tela Consejo Internacional de Museos
de Louise LA WLER [Cambridge, de juicio por las prácticas del arte en Quebec, sienta los objetivos y la
Massachusetts, y Londres, The MIT contemporáneo .. . posmodernista.» línea de acción de la anteriormente
Press, [1993], 1995, 348 págs.]. En 52En la nota 45 citada. citada Organización y propone un
este texto -que se completa con lo 53Dominique POULOT, «L'avenir du marco de reflexión para la política
comentado en la nota 45, a propó- passé. Les musées en mouvement», museológica, el desarrollo profesio -
sito de su artículo «The Postmodern en Le Débat, nº 12, mayo 1981 , págs . nal y la cooperación internacional
Museum», de 1987-, Crimp analiza 105-115. en materia de patrimonio y museos
la situación del museo a partir, entre 54Tomislav SOLA, «Concepto y na- ante la perspectiva del 200 l.
otras, de la opinión del crítico Hilton turaleza de la museología», cit., en El Comité Español del ICOM entien-
Kramer en contra de la inclusión de Museum, nº 153, 1987, págs. 47-48. de este documento como una base
la pintura de salón en la nueva ins - 55Philippe DAGEN, «Un entretien que permite : Definir el carácter del
talación del Metropolitan Museum avec Jean-Paul Aron. Une agression ICOM y del Comité Español ante la
[en «Does Géróme belong with contre la mémoire», en Le Monde, sociedad y las instituciones; inspirar
Goya and Monet?», algo así como París, 14 de enero de 1988. las actuaciones del Comité en el fu-
«¿Qué pinta Géróme entre Gaya y 56MAURE, Marc, art. cit., pág. 130. turo; promover el conocimiento de
Monet?», en New York Times, 13 de 57GUIDIERI, Remo, El museo y sus feti- las funciones y el papel de los mu-
abril de 1980, sección 2, pág. 35]; ches. Crónica de lo neutro y de la aureola seos como instituciones al servicio
se refiere a la opinión de Gustave ( 1992), Madrid, Ternos, 1997, págs. de la sociedad y de su desarrollo; fo-
Flaubert sobre el museo: «La serie 3 5, 57 y 71. [Título original: Chroni- mentar la cooperación y solidaridad
de objetos que exhibe el Museo se que du neutre et de láureo/e. Sur le mu- internacional en materia de museos
apoya solamente en la ficción de que sée et ses fétiches, E.L.A./La Diférence.] de patrimonio cultural y natural.
constituyen de algún modo un uni- Resulta interesante la presentación La civilización actual tiende a evo-
verso representacional preferente. que se hace del libro en la contra- lucionar hacia una sociedad basada
(.. . ) Si la ficción desapareciera, no portada: «Ni Babilonia, ni la ciudad en el bienestar, lo que significa un
quedaría del Museo más que una de México, ni la nave espacial de aumento del tiempo libre que se
serie de chucherías ornamentales, 2001, ni tampoco el edificio del Cha- puede emplear en el consumo cul-
un montón de fragmentos sin senti- se Bank bastarían para contener lo tural. Este hecho se manifiesta en
do ni valor que no pueden sustituir incontenible: la memoria del mun - un incremento del uso social del


patrimonio. El concepto de este tér- tegrar a los museos en las estrate- el patrimonio cultural y natural y su
mino va ampliándose día a día desde gias territoriales para el desarrollo degradación. *Favorecer el conoci-
el punto de vista cuantitativo y en económico y social. * Promover la miento, respeto y valoración de las
consecuencia los límites de la mu- diversificación de ofertas culturales distintas culturas, especialmente las
seología se ven desbordados ante y lúdicas así como de todos aquellos oprimidas o no desarrolladas. *Pro-
la necesidad de ofrecer propuestas servicios que sean de utilidad públi- mover y apoyar actividades en con-
científicas. culturales, educativas y ca . * Favorecer el desarrollo de em- tra de la discriminación sexual. la
lúdicas cada vez más numerosas y de presas de se rvicios culturales y tu- marginación social, la xenofobia y el
mayor calidad, mientras que a la vez rísticos que actúen en beneficio del racismo.
los museos deben enfrentarse a nue- sector patrimonial. Hacia un mejor entendimiento y una
vos retos e instrumentos de gestión Nuevas tecnologías y medios de co- mayor cooperación internacional:
alternativos. Además, las amenazas municación: *Adaptar los museos a *Impulsar los intercambios profesio-
contra la preservación de los bienes las nuevas tecnologías y lenguajes de nales, las relaciones internacionales
culturales y naturales no sólo no dis- comunicación, y promover el desa- de partenariado y hermanamiento
minuyen, sino que se mantienen y rrollo y la aplicación de nuevas tec- entre las instituciones museísticas,
en algunos casos incluso se intensifi- nologías. así como la creación de redes que
can. Formas de gestión ágiles y partici- permitan la cooperación internacio-
Los museos y sus profesionales cons- pativas : *Desarrollar nuevas formas nal. especialmente con los países con
cientes de esta realidad deben bus- de organización y gestión en los mu- más afinidades territoriales y lingüís-
car las estrategias que les permitan seos, promoviendo la aplicación de los ticas: Unión Europea, Cuenca Medi-
afrontar los nuevos retos, ofreciendo principios de subsidiaridad. descentra- terránea y países latinoamericanos.
un uso activo y dinámico de patri- lización y autonomía respecto a los po- Mejorando los recursos humanos:
monio, a la vez que encuentran pro- deres públicos. * Promover modelos de *Promover la formación profesional
puestas adecuadas para su conserva- organización basados en la democracia y el reciclaje para todos los niveles
ción. y la participación . *Fomentar la diver- laborales de los museos. *Adaptar
Por todo ello, los miembros del Co- sificación de formas y fuentes de ingre- las estructuras laborales a las nuevas
mité Español del ICOM invitan a la sos económicos . demandas sociales, revisando o re-
profesión museística, a los museos y Una actitud profesional ética y com- definiendo los perfiles profesionales
a las instituciones que intervienen prometida: *Velar por el prestigio de y homologándolos en el contexto
en la gestión del patrimonio cultural la profesión y fomentar la máxima europeo. *Fomentar la participación
y medioambiental. a plantearse una difusión y aplicación del Código de social y de trabajo desinteresado en
revisión de sus políticas y criterios Ética Profesional del ICOM. *Segu ir el seno de las instituciones museís-
de actuación en base a los sigui en tes los principios deontológicos en toda ticas mediante programas de coope-
principios y consideraciones: la actividad profesional, especial- ración voluntaria, asociaciones de
Los museos al servicio del desarrollo mente en la adquisición y transfe- amigos, etc. (Documento interno del
social: *Potenciar las posibilidades rencia de bienes culturales. *Apoyar Comité Español del ICOM).
que como centros para la educación la denuncia y la respuesta de los pro-
no formal tienen los museos. * In- fesionales ante los atentados contra


4. El pasado en el presente.
Museos y patrimonio

El patrimonio cultural -la herencia histórica, ar-


tística, científica, técnica ... de los diversos pue-
blos, culturas y civilizaciones- continúa siendo
el elemento expresivo más destacado de la evo-
lución y desarrollo de la Humanidad. Lo es en
sí mismo, considerado como un tesoro de valor
incalculable capaz de desentrafiar y avalar las
raíces y la idiosincrasia de esos pueblos y civili-
zaciones; lo es también, como referente insusti-
tuible para la adecuada interpretación del hecho
histórico-cultural en su propio contexto.
Una ciencia como la museología, que se fun -
damenta en la función tutelar y conservadora
que ejercen las instituciones que constituyen su
objeto propio, los museos (cuyo objeto, a su vez,
y objetivos son la conservación, investigación y Templos de Abu Simbe /, Egipto.
difusión del patrimonio), extiende de hecho su
cometido y atribuciones con pleno derecho a
todo el patrimonio cultural, hasta tal punto que tidos generación tras generación hasta nuestros
algunos autores preferirían cambiar su nombre días.
por el de patrimoniología.
El patrimonio, en todo caso, resulta esen-
l. La realidad y la conciencia.
cial e imprescindible para conocer e interpretar El pasado para el futuro
esa realidad evolutiva de la Humanidad a que
nos referimos, y es materia común de todas las
ciencias, especialmente de las llamadas huma- El desarrollo de los museos regionales y locales
nas y sociales, como la historia y la museolo- de carácter principalmente etnológico e históri -
gía. En consecuencia, resulta el punto de parti- co efectuado desde la década de los setenta, con
da insustituible, la propedéutica adecuada para atención preeminente a la animación participa-
cualquier actividad investigadora, tanto se rea - tiva y comprometida del público, trajo consigo el
lice ésta como historiación de un proceso o bien despertar de la conciencia colectiva sobre la rea-
como propuesta museológica. La exégesis del lidad del patrimonio. Un descubrimiento genera-
pa trimonio es al propio tiempo la explicación de lizado, que no ha hecho distingos en cualquiera
la vida integral del hombre sobre la tierra a tra - de los países que han estimulado esa conciencia
vés de los hechos y objetos por él producidos a mediante la exposición de unos contenidos fa-
lo largo de los tiempos, y conservados y transmi - miliares a los intereses de los vecinos naturales


del entorno físico y espiritual del museo, en el resultan, insistimos, el objeto y objetivo del mu-
sentido de poder explicar y reflejar mediante esa seo como institución, la parte más destacada del
realidad la cultura de sus habitantes. patrimonio no sólo susceptible de musealización
Se vivió desde esa perspectiva la estimulante sino también convertida de hecho en contenido
lección de que las exposiciones itinerantes pen- real de estas seculares organizaciones.
sadas y materializadas por los grandes centros Otro aspecto inseparable es el de su rigurosa
urbanos no modificaban la naturaleza del públi- interpretación, que requiere aplicar una metodo-
co visitante en esta clase de museos. Sólo des- logía adecuada y previamente la clarificación de
pués de que ese público hubiera recibido la «re- una serie de conceptos, sin los cuales el patrimo-
velación del patrimonio» se produjo de hecho la nio cultural no conseguiría su auténtica dimen -
«concienciación» colectiva sobre el patrimonio sión. Entre ellos, los de preservación, conserva-
cultural cercano en núcleos urbanos perifericos ción, restauración, restitución e intervención. Lo
o en poblaciones alejadas de los centros de de - que implica conjuntamente una actividad inves-
cisión : con la descentralización llegó también el tigadora, absolutamente imprescindible también
rechazo de las ofertas de exposiciones prefabri- para la mejor presentación, valoración y difusión
cadas, prefiriendo creer en sí mismos, y se in- de los bienes patrimoniales conservados.
centivaron los proyectos nacidos de la iniciativa
propia. 1
La realidad poderosa del patrimonio estriba 2. Investigación e interpretación
sobre todo en el reconocimiento de esa serie de de una herencia inapreciable
hechos y objetos que resultan y son considera-
dos testimonios significativos de las diferentes ac- La mayor parte del patrimonio que conserva-
tividades humanas en el tiempo y en el espacio: mos, dentro y fuera de los museos, es heredado.
es decir, el legado histórico de la Humanidad re- Pertenece a un pasado que nos lo ha transmiti-
calificado en nuestro tiempo . Su concepto actual do, y mediante el cual conocemos casi todo lo
radica , por lo tanto, en el reconocimiento de ese que sobre nosotros mismos y sobre el mundo es
legado, que ha venido haciéndose realidad efec- posible conocer. Son esos objetos que han so-
tiva en el mundo occidental casi paralelamente brevivido a la acción inexorable del tiempo la
a la propia constitución del coleccionismo y, en parte misma del conocimiento que poseemos.
todo caso, desde la revalorización de la antigüe - Sin ellos, resultaría también imposible o diez-
dad clásica por los humanistas del renacimiento. mada la necesaria visión equilibrada que exige
El legado patrimonial no puede constreñirse la realidad humana y su proyección futura, ade -
a sólo los bienes artísticos. Pero es cierto que esa más de su evolución pasada.
referencia del mundo artístico clásico inició e im- La investigación histórica, documental, técni-
pulsó hacia el futuro desde su enfatización en el ca y científica del patrimonio se impone por la
período señalado el concepto, definición y reco- simple y pura razón de un mayor conocimien -
nocimiento de todo el variado patrimonio cultu- to de nosostros mismos y del mundo. Es tanto
ral. Con independencia de constituir una parte como decir que de poco o nada valdría la exis-
importante del repertorio global, los bienes artís- tencia de un rico patrimonio sin la investigación
ticos han marcado muchas veces las pautas para debida . La excepcionalidad de su realidad física
el tratamiento de todos los bienes de interés cul- o estética sólo se desvela plenamente cuando se
tural, tanto de los denominados naturalia como produce su más correcta interpretación y valora -
curiosa artificialia, estando comprendidos entre ción dentro de su contexto o entorno integrado .
estos últimos los de carácter científico y técni - Para ello, la investigación resulta a la postre in-
co, y los artísticos, como sabemos. Unos y otros dispensable .


Si hemos de reconocer que el objeto de arte encomendado y exigido, como se ha indicado,
puede convertirse en la obra de arte real -el otras funciones necesarias para cumplir con su
sustrato material en el fenómeno artístico- me - cometido sociocultural. Entre ellas, las de anima-
diante enfoques históricos debidamente orienta- ción participativa, información y comunicación,
dos, como ha insistido Hans Seldmayr, cuando expresión de la conciencia comunitaria, banco de
se trata del patrimonio cultural en su conjunto datos, etc. Se ha puesto en cuestión si su finali-
no acertamos a ver un sistema mejor que aporte dad primera en nuestro tiempo deba ser la exhi-
enfoques para su adecuada recalificación entre bición más que la conservación de los bienes que
nosotros, para su interpretación, reconocimien- atesora, o tenga que convertirse en un centro de
to y valoración histórica, y para su más rentable difusión cultural por encima de su vocación de
difusión sociocultural que la aplicación de una vehículo que perpetúe hacia el futuro y de la for -
investigación metódica y científica. Y en ello, ma más íntegra los bienes que ha recibido.
la museología puede aportar como veremos la A pesar de la búsqueda de alternativas e in-
metodología conveniente, además de criterios novadoras concepciones tipológicas -que han
y planteamientos rigurosos y decantados, para hecho variar, evidentemente, el perfil y com-
la obtención de los resultados más objetivos. El portamientos convencionales del museo-, la sal-
programa museológico en sí, y las aplicaciones vaguardia y protección del patrimonio continúa
museográficas en particular, contienen por su siendo en la mayor parte de los casos y tipolo-
propia naturaleza la misión de una política de gías existentes inexcusable finalidad que justifi-
investigación y acrecentamiento del patrimonio, ca incluso en alto grado la razón misma de su
como notas determinantes, y en los que tanto la existencia . Lo que, a nuestro juicio, no resulta
acción coyuntural y de urgencia, como el desa - incompatible con las demás funciones a desarro -
rrollo de un proceso integral (basado en sólidos llar, sean de carácter investigador, pedagógico,
principios teóricos y en un sistema de proyección comunicativo o difusor, sean de naturaleza so-
práctica) están destinados a la defensa, estudio, cial o etnológico-antropológica.
enriquecimiento y propagación social de aquél. Entre los diversos medios e instrumentos uti -
Desde la selección y análisis del objeto mu - lizados para la necesaria protección y conserva -
seístico, su documentación entitativa y museo - ción del patrimonio cultural continúan siendo
gráfica, el tratamiento recibido en la dimensión los museos (y su ciencia, la museología) elemen-
del museo-laboratorio (recolección, restitución, tos imprescindibles, cuando no cada vez más
restauración ... ) hasta las operaciones de registro, especializados para cumplir con esa misión irre-
inventario y catalogación necesarias, todo está nunciable que le ha encomendado desde hace si-
encaminado a la identificación e investigación glos la humanidad entera. Desentenderse de esta
de esa parte del patrimonio que debe ser inter- función sería tanto como olvidar el valor de la
pretado, valorado y difundido como un bien de memoria colectiva que representa la realidad del
carácter sociocultural. De ello nos ocuparemos patrimonio, sin el cual, insistimos, no poseería-
con detenimiento más adelante . mos los conocimientos adecuados sobre nosotros
mismos y sobre el mundo.
La conservación del bien cultural no debe
3. Protección , con servación y acción confundirse ni reducirse, a nuestro juicio, a sólo
cultural su mantenimiento físico y material. La conserva -
ción museológica implica, por supuesto, la inte-
El museo ha sido tradicionalmente una institu - gridad de las piezas como presupuesto primero
ción que conserva y expone gran parte del pa- para cualquiera otra función patrimonial. En
trimonio cultural. En tiempos recientes se le han ella están involucrados la naturaleza y calidad
estético, no toma en consideración la necesidad de
proteger las colecciones. ¿Están preparados los res-
ponsables del patrimonio, es decir, los arqueólogos,
arquitectos, archivistas, bibliotecarios, conservadores,
especialistas de laboratorio, museólogos o restaura-
dores, etc., para hacer frente a estos peligros cada
vez más numerosos? Exceptuando algunos casos, la
respuesta es negativa . Basta comparar los programas
de formación y los concursos destinados a esos es-
pecialistas, desde hace treinta años con los actuales .
Rara vez la conservación forma parte integrante del
programa y, en los casos en que figura, a menudo cede
su lugar a la restauración.
Es menester un profundo cambio de mentalidad
para salvar lo que puede aún salvarse . Ese cambio
Mezquita Azul, Estambul, Turquía. de mentalidad debe operarse en los profesionales.
[... ] Es nuestro deber. Como decía un poeta francés,
«los países que no tienen leyenda están condenados
a morir de frío». No dejemos morir de frío a las ge-
del contenedor, las condiciones ambientales y de neraciones futuras. 2
instalación o almacenamiento, el control de los
riesgos de alteración o de deterioración interna y Junto a la preocupación por la integridad física
externa, y de cuantos otros factores puedan signi- y contextual del patrimonio, en muchas épocas
ficar la posible quiebra de las mejores condiciones y por muchos autores se han alzado denuncias
para su protección y seguridad. Pero la finalidad por la mutilación, depredación y tergiversación
última de las obras de un museo convierten su -cuando no, falsificación- del patrimonio cultu-
protección y conservación en un complejo tejido ral. El artístico, especialmente, ha sufrido en los
de funciones que transcienden el mero objetivo últimos tiempos acometidas de muy diversa ín-
material y físico. De éste y otros aspectos n os ocu- dole, entre ellas las del desarraigo natural, las del
paremos ampliamente en capítulos posteriores. abuso y especulación facilitados por los condi-
cionantes socioeconómicos que presionan sobre
El patrimonio -afirma Gael de Guichen- se ha trans- aquél cada vez de modo más acentuado, ante la
formado en un medio en manos de los poderes pú-
blicos, los que, en su afán por poner en práctica una debilidad e impotencia de algunos países ricos en
política «cultural», obligan a exponer, o mejor aún, patrimonio, pero infradotados en recursos para
a exhibir obras, y se niegan a tomar en consideración la protección y vitalización de sus inestimables
los riesgos que éstas corren. tesoros.
Obras que estaban dispersas han sido agrupadas En 1964, el crítico e historiador de arte Juan
en «rese rvas » que son insalubre s o consideradas
inadecuadas técnicamente. En caso de robo, incendio, Antonio Gaya Nuño, a quien se deben relevan-
inundación o ataque biológico desaparecen coleccio- tes ensayos sobre la historia y análisis de los mu-
nes enteras. seos españoles, 3 lanzaba un grito de alerta sobre
El clima a que estaban habituadas las obras ha el patrimonio europeo, que hoy podría ser cali-
sido radicalmente modificado, ya sea por el empleo ficado como alarmista, pero que en aquella si-
de calefacción central, de aire acondicionado o su
transporte a otro 1ugar. tuación posbélica resultaba, por más que apasio -
Objetos, y especialmente tejidos, que permane - nado, un documento vivo y representativo del
cían constantemente en la penumbra o se exhibían trasiego patrimonial artístico. Intentaba advertir
excepcionalmente son expuestos ocho horas por día no sólo de la depredación creciente del arte eu-
con una iluminación -artificial o natural- nefasta. ropeo y occidental después de la Segunda Guerra
Algunos arquitectos y diseñadores sólo ven en los
museos un medio para poner de relieve los objetos . Mundial, sino también resaltar el valor y la signi-
Su creación, a menudo valiosa desde el punto de vista ficación que el arte como patrimonio tiene para
co . La protección, conservación y defensa de los
beneficios culturales inmanentes a las obras (el
patrimonio en general) de un contexto o entor-
no natural determinado ha caracterizado - más
allá de intereses excesivamente nacionalistas o
endogámicos-, sus legítimas reivindicaciones .6
En cualquier caso, la preservación, salvaguar-
dia y potenciación del patrimonio culturaF pue-
den y deben encontrar las mejores garantías de
futuro e integridad en la labor continuada y efi-
caz de las funciones encomendadas a los museos
y exigidas cada vez con más contundencia por
el público. La concienciación colectiva respecto
de los valores del patrimonio cultural representa,
en consecuencia, Ja ampliación de usos y con-
El Taj Maha l, en Agra, India . sumo que debe facilitar el museo, pero también
uno de Jos acicates más expresivos para la conve-
niente protección y conservación de ese legado
los pueblos, para su historia y para la explicación histórico cultural.
de su idiosincrasia, privado del cual no podría
como debiera descubrir o fortalecer su identidad.
«Con toda evidencia -escribía- hay un modo 4. Muse os, patrimonio y comunidad
de ser y vivir europeo, ni más ni menos que una
fisonomía y una gastronomía, que una lírica o Las nuevas corrientes de la museología y la con-
una determinada predisposición religiosa . Natu- cienciación de responsables e instituciones mu -
ralmente, y esto es lo que más nos importa de seísticas han conseguido impulsar con inusitado
momento, hay un arte europeo, de riqueza tal convencimiento en nuestros días nuevas actitu-
en sus variantes y sus evoluciones cual para dar des y comportamientos sociales respecto de Jos
lugar a los empréstitos más diversos. Hoy día, lo museos, el patrimonio y la comunidad. El propio
principal y más ilustre de ese arte es envidiado. ICOM viene promoviendo a través de sus con-
Ha sido capaz de fecundar y modificar muchas ferencias generales -como la xvn, celebrada en
otras plásticas no europeas, acreditando siempre 1995 en Stavanger, Noruega, bajo el lema «El
una salud, una indestructibilidad, una solidez in- museo y las comunidades»-, o por medio de
terna de Ja que creo que todos los humanos es- números monográficos de sus publicaciones Mu -
tamos justamente orgullosos». 4 Y a continuación seum o Noticias del ICOM, aspectos tan decisivos
se detenía en la enumeración de los variados pe- y urgentes como son los de «Museos y pobla-
ligros a que estaba siendo expuesta Ja integridad ciones autóctonas», «Patrimonio cultural y trá -
del patrimonio artístico europeo, dependiendo fico ilícito» o «Museos comunitarios». En últi -
unos de Ja debilidad y la crisis del viejo continen- mo término, el ICOM demuestra su permanente
te entonces, y otros de factores externos, a veces preocupación por la conservación y difusión del
producidos por una voracidad incontrolada. 5 patrimonio, que tuvo un llamamiento dramático
Sírvanos este ejemplo para referenciar la en la XIV Conferencia celebrada en Bu enos Ai-
preocupación que, especialmente en la segunda res en 1986 a través de la exposición preparada
parte del siglo, ha existido en personalidades de por el Comité de Conservación (IC OM-CC) y Ja
sensibilidad refinada para con el legado históri- publicación en español, inglés y francés del libro
de Philip WARD La conservación del patrimonio: mente en ella gestionando, investigando y di-
carrera contra reloj (Marina del Rey, California, fundiendo sus propias colecciones, y ejerciendo
The Getty Conservation Institute, 1986, 2ª im - una intensa actividad edu cativa sobre su entor-
presión, 1992, 69 págs.). no natural comunitario. Aná logos a los museos
Y si la preservación del patrimonio es una de ciudades o localidades de población media,
empresa urgente y de preocupación y ocupación su objetivo principal es la concienciación de su
constantes, su difusión y concienciación comu- entorno o contexto natural humano y expresar
nitaria alcanzan en estos momentos las mayo- la forma de vivir de esa comun idad en la que se
res atenciones y dedicaciones de profesionales, encuentran, integrada normalmente por menos
instituciones y proyectos. En especial, por parte de 100.000 habitantes, y a veces por pequeños o
de los defensores de la nueva museología quie- mínimos reductos de población indígena .
nes, como el ya citado Marc Maure, 8 entienden Los pequeños museos -regionales, locales y
que cada uno de los elementos que conforman comunitarios- son expresivos también de una si-
la concepción y estructura del museo tradicional tuación paradójica y delicada como la que sufre
(un edificio + una colección + un público) han en estos momentos gran parte del mundo, espe -
sido superados y enriquecidos por los del nuevo cialmente la vieja Europa. Es decir, el papel rele-
museo: un territorio -estructura descentralizada- vante que los museos y monumentos históricos
+ un patrimonio -material e inmaterial, natural tienen en la actual situación geopolítica, en que
y cultural-+ una comunidad -desarrollo-, en el los nuevos acuerdos supranacionales pretenden
que la concienciación de la comunidad, un siste- reducir las fronteras nacionales, de un lado; y de
ma abierto e interactivo y el diálogo entre sujetos otro, el proceso de división en nuevas unidades
constituyen los goznes de ese nuevo paradigma nacionales, sustentadas a veces por ideologías y
de museo. actuaciones nacionalistas agresivas.
Para gran parte de la sociedad, el modelo de Por otra parte, la importancia del museo
museo o el museo por excelencia sigue siendo el regional, local o comunitario adquiere una di-
museo calificado como nacional e internacional. mensión destacada al configurarse o convertirse
De este modo, museos como el Prado en Madrid, en el inicio y la fundamentación de la experien-
el Louvre en París, el Kunsthistorisches en Vie- cia museística para la mayor parte de la gente,
na, el Ermitage en San Petersburgo, el Metro- que recibe de estas instituciones la visión de un
politan en Nueva York, la Alte Pinakothek en entorno inmediato y familiar, redescubriendo
Munich o el British Museum en Londres, entre continuamente su razón de ser y vivir en ese
tantos otros, se han convertido históricamente contexto humano . Es un desafío constatable el
en paradigmas internacionales. Su referencia re - hecho de cómo muchos de estos museos, que
sulta obligada a la hora de señalar prototipos de tradicional y previamente venían considerando
museos nacionales e internacionales. a su público como un grupo homogéneo, y que
Pero los museos más extendidos en el mundo ahora están comprobando sus múltiples dife-
son, en cambio, los llamados museos regiona- rencias étnicas, demográficas, de aspiraciones,
les y comunitarios. Diversos en su forma y co- etc., tratan de buscar innovaciones con las cua-
lecciones son, en general, resultado del afán de les puedan conciliar esos intereses contrastados
autoafirmación y autoexpresión de una comu- o dispares, respondiendo adecuadamente a esa
nidad, y no fruto del deseo, el poder y la orien- diversidad sociocultural o a las necesidades cam-
tación de grupos elitistas. La mayoría de estos biantes del público.
museos consiguen sobrevivir sólo cuando no se De acuerdo con algunas directrices citadas de
limitan a tratar algunos aspectos de su comuni- la nueva museología -en concreto, la posición de
dad respectiva, sino que se integran completa- Marc Maure que hemos adelantado-, estos mu-
Florencia, Italia.

Stupa de Swayambhu, va lle de Kathmandú, Nepal.

seos han ampliado el espectro de sus intereses pueda conocer mejor a la otra . El deseo y la es-
tradicionales hacia una visión más amplia y al peranza de las reuniones anuales del Comité In-
propio tiempo más atenta a su entorno o con- ternacional del ICOM para los museos regionales
texto inmediato. (ICR) celebradas en México en 1993 y en Austria
Así, frente al convencional concepto de edi- y Eslovaquia en 1994 fueron expresados en el
ficio como contenedor del museo, se prefiere el sentido de que éstos se conviertan realmente en
de territorio (como estructura descentralizada); «centros de cultura e intercambio en donde uno
el de patrimonio (material e inmaterial, natural y establezca un diálogo con sus vecinos y con los
cultural) sobre el tradicional de colección; y el de visitantes». Deseos y esperanzas que se vieron
comunidad (desarrollo de una comunidad con- potenciados en la citada XVII Conferencia Gene-
creta) sobre el indeterminado de público. ral del ICOM de Stavanger, en julio de 1995 .
Tal como se ha reconocido en encuentros y En algunas latitudes, las funciones de los mu-
reuniones de especialistas, los museos regiona- seos regionales y comunitarios han conseguido
les, locales y comunitarios tienen, por otra parte, variar substancialmente el papel tradicional del
un especial cometido en situaciones de conflicti- museo y los monumentos históricos conside-
vidad política, debiendo servir como un espacio rados como símbolos de identidad nacional, al
neutro donde cada una de las partes enfrentadas haber sido configurados y utilizados a menudo
como banderas de orgullo del colectivo nacional. tiva de una región. Los gastos de mantenimiento
Una realidad y unas funciones éstas que las cir- de los museos se justifican ampliamente porque
cunstancias pueden cambiar tajantemente cuan- éstos son necesarios para conservar la unidad de
do se rompe el estado nacional, como ha ocu- la sociedad. Es más aún, incumbe a todos los re-
rrido recientemente con la extinta URSS y con presentantes del gobierno la responsabilidad de
la fragmentada y enfrentada antigua Yugoslavia. ponerse al servicio de las personas de la socie-
¿Cuál es entonces y en esa situación el papel dad de la que ellos forman parte. Por esta razón,
de los museos?, se preguntan los expertos . El pa- recomendamos insistentemente que los museos
pel del museo regional y comunitario es -se ex- regionales den acceso gratuito a los miembros de
trae fácilmente- el de constituirse y actuar como la comunidad, que son los poseedores del patri-
un instrumento de comprensión intercultural no monio reunido en el museo». 9
sólo entre las culturas calificadas como «desarro- Y si es cierto que los museos regionales y co-
lladas» y las indígenas, sino también entre esas munitarios amparan y preservan muchas de las
mismas culturas consideradas «desarrolladas» y tradiciones locales -artesanías, lenguas, ritos re-
entre las propias indígenas. ligiosos, objetos autóctonos, etc.-, no lo es me-
En la Conferencia de Stavanger se evidencia- nos que la amplia diversidad cultural de una re-
ron tensiones y acusaciones mutuas entre par- gión desaparecería fácilmente sin la contribución
ticipantes de diversos comités nacionales que de estos museos . Tienen muchos puntos comu-
hasta hace muy poco formaban parte de una nes (analogía sociocultural y de servicio para sus
sola unidad nacional. Destrozos, robos y saqueos respectivas comunidades), incluyendo sus bajos
del patrimonio regional por parte de otra comu- presupuestos y la falta de reconocimiento nacio-
nidad vecina subyugadora o en conflicto bélico nal e internacional. No resultan publicitariamen-
salieron a la luz en numerosos debates y discu- te demasiado llamativos.
siones de los diferentes comités especializados Como han dicho J. Tirrul-Jones y Brian Tur-
del ICOM. Y lo más grave de todo es, a nuestro ner, «mientras que las olas de turistas invaden y,
juicio, la imposibilidad de un entendimiento cer- en ocasiones, arrastran a multitudes al museo,
cano entre las partes para detener tanta destruc- los museos regionales hacen hincapié en el servi-
ción y desaparición de gran parte de esos dife- cio a sus propias comunidades, que toma formas
rentes patrimonios. variadas, entre las cuales está, por supuesto, el
Finalmente, las funciones concretas de los turismo, que permite dar a conocer la historia
museos regionales y comunitarios en cada co- de la comunidad y suscitar el diálogo entre el fo-
munidad respectiva resultan doblemente renta- ráneo y el residente. Con mayor frecuencia, el
bles, desde el momento mismo en que su reali- principal servicio es la educación no formal para
dad implique una atención racional a los medios la comunidad misma. Así, los programas educa-
y a las necesidades de esa comunidad, unos cri- tivos de un pequeño museo pueden representar
terios adecuados en la adquisición de bienes co- hasta el 50% del tiempo de todos los empleados .
munitarios, una selección y formación específica Además, en muchos países, los museos comuni-
de los profesionales, su acertada y responsable tarios apoyan a grupos artísticos o dedicados al
actuación en el medio, un escrupuloso diseño medio ambiente o al estudio de la historia local,
de la tipología de las colecciones, una sensible en un proceso de enriquecimiento mutuo». 1º
acogida a los intereses del público, unos servicios No necesariamente inferiores, los museos pe-
personalizados, etc. queños y locales -que son mayoría en los seis
De acuerdo con las conclusiones del ICR, «los continentes, formados por sus comunidades res -
museos regionales existen para el beneficio de pectivas para preservar su herencia cultural es-
todos, y en especial para el de la memoria colee- pecial- pueden y deben ser excelentes centros
de patrimonio y educación de su público . Nor-
malmente, resultan un estímulo de participación
directa y activa, y desarrollan en la comunidad
un fuerte sentimiento de ser propietarios de su
institución. Muchas sociedades históricas locales
han visto reforzadas así la conciencia de la pobla -
ción sobre su propia historia y la atracción hacia
su identidad a través de este tipo de museos . Eso
fue, al menos, lo que el ICOM en su conjunto y
los diferentes comités especializados con el ICR a
la cabeza volvieron a destacar en la Conferencia
General de Stavanger, junto con esta conclusión
final : «el museo comunitario forma parte vital
Relieve de Stone M ounta in, Georgia, EE.UU.
de la comunidad misma, de igual modo que el
corazón forma parte esencial del cuerpo huma-
talaciones museográficamente adecuadas . Ello
no».
implica el cuidado atento a la formación de sus
La diversidad y riqueza intercultural de la
profesionales y la participación colectiva de los
mayoría de los países significa una manifestación
diversos sectores de la sociedad en esa empresa
de potencial y riqueza extraordinaria de cultu -
común. Pero, sobre todo, el que los responsables
ras diversificadas que lo integran, que no puede
y profesionales de los museos y el patrimonio
decaer ni desconocerse. A través de sus museos
profundicen en la correcta interpretación de los
deberán estimular la concienciación de su pobla-
valores que esos bienes patrimoniales significan
ción -de sus respectivas comunidades- sobre la
y expresan, para que sean difundidos y comu -
importancia de su patrimonio histórico -cultural
nicados con la más rigurosa profesionalidad y la
y natural.
mayor rentabilidad didáctica y sociocultural a
La obligación de acrecentar la recolección
sus diversas comunidades .
de los bienes museísticos corre pareja a la ne -
cesidad de conservarlos en condiciones e ins-

NOTAS AL CAPÍTULO 4 Frankfurt, en Alemania, auténtico muy personal acerca «Los mecanis-
paradigma de museo local etnoló- mos europeos . Museos, colecciones
l Además de los ejemplos específica- gico-histórico; y la Dulwich Picture y crisis del mecenazgo », para conti-
mente didácticos a los que nos refe - Gallery, al sur de Londres, una inte- nuar en capítulos siguientes con el
riremos en otro lugar, conviene des- resante asociación para ayuda mutua tratamiento de la «Proliferación de
tacar el conjunto de museos «casa y perfeccionamiento de los visitan- las ru inas», «El insulto de las restau -
del país» que en gran número flore - tes. raciones», «El pastiche europeo y la
cieron en Chile entre 1973 y 1974. 2 GUICHEN, G. de, «Un desafío a abdicación de la voluntad de estilo»,
También en Francia, al comienzo de la profesión», Museum, París, vol. «El arte y la guerra», «El colecionis-
1980 estaban en fase de creación más XXXIV, núm. 1, 1982, pág. 5. mo americano», «Nos quedamos con
de 300 centros de carácter descen - 3 Historia y guía de los museos de España, lo falso», etc.
tralizado. Kenneth HUDSON, entre 2a. ed., Madrid, Espasa Calpe, 1969; 6 El mercado único previsto para 1993
los numerosos ejemplos de este tipo y La España de los museos, San Sebas- en los países de la entonces CE, Co-
aparecidos en sus obras, nos habla tián D. Gral. de Promoción del Turis- munidad Europea (hoy, Unión Eu-
concretamente (en el artículo cita- mo, 1970, entre otros. ropea, UE) tenía pensado también
do «El museo como centro social» , 4 GAYA NU-0, J.A., El arte europeo la libre circulación de obras de su
de Letra Internacional, núms . 15/ 16, en peligro, Barcelona, EDASA, 1964, patrimonio histórico-artístico. Países
págs. 73 -78) de dos: el Museo Mu- pág. 17. como el Reino Unido, Paises Bajos y
nicipal de Rüsselsheim, cerca de 5 En este ensayo, daba una visión Bélgica, defensores de esta postura,
en la que afloran fácilmente el inte- ternacionales del ICOM. Realiza esta na del Mar y Cuevas de Altamira
rés y las conveniencias comerciales misión a través de la «Convención en Cantabria; Iglesia de San Miguel
y económicas de sus prestigiosas sa- sobre la Protección del Patrimonio de Lillo en Asturias; la Catedral de
las de subastas, tuvieron que acep- Mundial, Cultural y Natural», como Teruel; el Camino de Santiago. En
tar la postura contraria de España, veremos al tratar de las ciudades- 1998 fueron declarados Patrimo-
secundada por los demás países del museo, museos al aire libre, parques, nio de la Humanidad: las Médulas
sur: Italia, Grecia, Francia y Portu- jardines, etc. En diciembre de 1984 (minas de oro romanas) del Bierzo
gal. En ellos se concentra la mayor se habían declarado ya como Patri - (León) y el Liceo de Barcelona.
riqueza patrimonial de la CE -hoy, monio del Mundo 186 monumentos En otro sentido, la UNESCO siempre
Unión Europea, UE-, reconociéndo- de carácter natural o cultural. De Es- ha venido insistiendo desde todas sus
se a Italia y a España como los dos paña, la UNESCO había inscrito ya tribunas -como la revista Museum- en
primeros patrimonios culturales de entonces el Parque y Palacio Güell y su preocupación por la salvaguarda
la Humanidad. Una batalla política Casa Milá en Barcelona, la Catedral del Patrimonio. Los apartados sobre
que España venía manteniendo des - de Burgos, El Escorial (Monasterio y el «Retorno y restitución» de bienes
de 1989. El mercado único sin fron- Sitio), la Mezquita de Córdoba y la culturales (véanse, por ejemplo, los
teras no se aplicará al patrimonio Alhambra y el Generalile en Grana- núms. 149, 1, 1986, págs. 46-64; y
histórico-artístico. En enero de 1992 da. A finales de 1997, España era ya 172, 4, 1991, págs. 20 y sigs.) y sobre
la Comisión Europea aprobó en Es- el país con mayor número de con- «Tráfico ilícito»(por ejemplo, núm .
trasburgo una serie de medidas para juntos urbanos seleccionados: siete 187, 3, 1995, pág. 62), así lo demues-
evitar la huida de obras de arte. Los ciudades (Ávila, Cáceres, Córdoba, tra.
Doce (países, entonces miembros) Salamanca, Santiago de Compostela, 8 MAURE, Marc, art. cit., «La nou-
establecerían un régimen común Segovia y Toledo), además de estos velle muséologie -qu'est-ce-que
que permitirá, por una parte, la re- otros lugares declarados Patrimonio c'est?», ICOFOM Symposium Museum
cuperación de un «tesoro nacional» de la Humanidad: Catedral, Alcázar and Community 11, 1996, pág. 130.
exportado ilegalmente y, por otra, y Archivo General de Indias de Se - 9 De la reunión anual del ICR, Méxi-
impedirá la venta a países terceros. villa; Mezquita de Córdoba; Parque co 1993. Fue en esta reunión donde
Cada Estado podrá imponer un ré - Natural de Doñana en Huelva; Cate- uno de los participantes expresó su
gimen de autorización previa para dral de Burgos; Tea -tro Romano de «esperanza de que los museos re -
impedir la salida de obras de arte. Mérida; Parque Nacional de Garajo- gionales se conviertan en centros de
7 Un cometido, como hemos indicado, nay en La Gomera; Parque y Pala- cultura y en lugares de intercambio
primordial de la UNESC O a través de cio Güell y Casa Milá en Barcelona; en donde uno establezca un diálogo
sus distintos organismos. Sus decla- Monasterio de Santa Maria de Poblet con sus vecinos y con los visitantes».
raciones de «Patrimonios históricos (Tarragona); Monasterio y Sitio de l OTIRRUL-JONES, James, y TURNER,
de la Humanidad» a diversas ciu - El Escorial (Madrid) ; Monasterio de Brian, «Los museos regionales están
dades, conjuntos monumentales u Nuestra Señora de Guadalupe (Cá- al servicio de sus propias comunida -
obras excepcionales, completan su ceres); La Alhambra, el Generalile des», en Noticias del ICOM, nº 3, vol.
acción normal y la de los Comités In- y el Albaicín, en Granada; Santilla - 48, 1995, pág. 3.
5. Tipos y categorías de museos

Los variados orígenes, los distintos enfoques e ha venido exigido por su crecimiento y especia-
ideologías, y las diferentes funciones y cometidos lización. Para estas instituciones -es lo que ha
que se le han encomendado al museo no han ocurrido especialmente desde 1968-, han sido su
configurado sin embargo una rígida clasificación. propio dinamismo, su puesta en cuestión y hasta
Al menos, estas instituciones no se han presta- el haber tocado fondo en alguno de los proble -
do por sí mismas al diseño de unas complicadas mas originados por sus crisis de desarrollo, los
e inabarcables agrupaciones, a pesar de las di- que han propiciado el nacimiento de innovado-
ficultades de definición, estructuración y orga- ras tipologías.
nización que han encontrado a lo largo de su
historia. Su procedencia, bien como gabinete de
curiosidades y especímenes, bien como tesoros l. Orígenes, filosofías y roles en
de arte de la realeza o eclesiásticos (desde la edad la sociedad. Especialización
media, y desde el siglo xv1 al xvn) , marca de he - y funcionalidad
cho una doble tipología inicial -de los primeros
surgen los museos de ciencia; de los segundos, Lo cierto es que una de las atenciones que la in-
los de arte-, que constituirá la base del museo vestigación museológica ha mantenido con inte-
moderno en el siglo xrx. rés en las pasadas décadas ha sido, precisamente,
Las clasificaciones nacen a principios de este la clasificación científica de los museos, su co-
último siglo por imperativos pedagógicos, y como dificación y fijación tipológicas. La museología,
herencia de la actividad de las élites ilustradas y como ciencia rigurosa que es, ha impulsado esta
el enciclopedismo. El museo como «instrumento actividad por medio de expertos e instituciones
de educación» necesitó hacerse inteligible a los reconocidas, como el ICOM, con el fin de lograr
escolares y al resto de los visitantes, agrupándose una mayor especialización y funcionalidad de los
en categorías que estuvieran de acuerdo con la museos en el ejercicio de sus cometidos.
terminología y las disciplinas que integraban las Para ello ha tenido muy en cuenta su carácter
colecciones. de instrumentos de conservación, investigación y
La propia evolución del museo irá aportan- difusión del patrimonio cultural en una sociedad
do otras taxonomías o clasificaciones. Pero será como la contemporánea, cada vez más proclive
el siglo xx, especialmente después de la segunda a la especialización de contenidos y servicios . Y
guerra mundial, el encargado de abordar en su no ha prescindido en su propósito de aquella do -
totalidad una ordenación tipológica más rigurosa ble tipología originaria, que ha permanecido de
y específica, más amplia y contrastada, pero al algún modo presente en los diferentes museos
mismo tiempo lo suficientemente flexible como de los distintos países, reflejándose incluso en las
para no crear confusión ni estrangular las cada decisiones de los comités del ICOM al respecto.
vez más complejas estructuras y funciones de los De hecho, antes de que en 1963 se crearan
museos. Muy al contrario, este afán clasificador los primeros comités, los países occidentales te -
nían generalmente configurados sus museos de Varine-Bohan prefiere dividirlos en tres catego-
acuerdo con los criterios de las diversas discipli- rías -artísticos o estéticos, históricos y científi-
nas -artes, ciencias y técnicas- a que se referían cos-, desglosándolos en museos de arte, museos
las colecciones conservadas. Pero fue a partir de históricos, museos de la ciencia y museos espe-
esa fecha cuando se inició una clasificación gené- cializados (museos al aire libre, museos regio -
rica atendiendo a sus contenidos, que quedaron nales y otras instituciones que funcionan como
agrupados primero en cinco grandes bloques: museos). 12 Geodfrey D. Lewis los clasifica de este
museos de historia, museos de arte, museos de modo: museos generales, museos de arte, museos
etnología, museos de historia natural y museos de historia y museos de la ciencia.13
de ciencia y técnica, según se públicó en aquel Entre los autores españoles, María Luisa He-
momento. 1 En ese mismo año, el ICOM comple- rrera, 14 Alomar, Hoyos y Roselló, 15 Consuelo
taría esta clasificación2 con motivo de la creación Sanz Pastor 16 y Juan Antonio Gaya Nuño 17 han
de los Comités Internacionales de Trabajo sobre realizado algún análisis -general o parcial- sobre
problemas museográficos. Se establecieron una la tipología museística. Y Gratiniano Nieto Gallo,
serie de Comités de Estudio que respondían a que atiende a la clasificación del ICOM y la de los
una tipicación más compleja que la anterior, al museos españoles en los años setenta. 18
enumerar doce grupos .3 Posteriormente, al pro- En concreto, M. L. Herrera, sin realizar una
poner el Comité del ICOM la política a seguir en clasificación sistemática, divide los museos de
los museos, enumeró en uno de sus programas modo general en históricos y científicos, artísti-
ocho categorías. 4 cos y particulares, generales y monográficos, ad-
Diversos autores han venido realizando tam- mitiendo subdivisiones.
bién estudios de clasificación de Jos museos, Juan Antonio Gaya Nuño, por su parte,
de acuerdo con variados criterios y principios: prefiere agruparlos en: museos antropológicos
atendiendo al contenido o disciplina, al carác- y etnológicos, museos arqueológicos y de artes
ter cuantitativo o específico, a la propiedad, etc. decorativas, museos de arte antiguo, museos de
Así, Luigi Salerno distinguía a principios de los arte moderno y contemporáneo y museos de va-
sesenta, además de una primera división entre ria especialización.
museos de antigua formación -donde se inclu - Atención aparte merece Aurora León, quien
yen los museos mixtos y los museos públicos es - estudia y expone con amplitud este tema, anali -
tatales- y museos de nueva planta, en relación za y critica algunas otras posiciones, y determina
al contenido dos grupos: los documentales (his - tres tipologías museísticas «según la disciplina»,
tóricos, geográficos, etnográficos, militares, de la «según la densificación objetual» y «según la
ciencia, de la técnica, de las ideas, de cera ... ), en propiedad». 19
los que lo documental no comporta connotacio - Analiza a continuación los distintos tipos de
nes artísticas, y los de arte, desde la prehistoria a museos -de Arte, Arqueológicos, de Bellas Artes,
la edad contemporánea, según las asumidas di - de Arte Contemporáneo, de Historia, de Etnolo-
visiones y subdivisiones de la historia del arte. gía, de Ciencias y de Tecnología- según el conte-
De este modo, Salerno incluye el arte clásico en nido, para pasar a continuación a detenerse en la
los de bellas artes y el arte actual en los contem - clasificación según la densidad objetual.
poráneos .5 Y, por último, antes de analizar los museos se-
Por su parte, Germain Bazin, 6 Luc Benoist, 7 gún la propiedad, Aurora León afirma al respecto:
Jean-Yves Veillard,8 Jean Rose y Charles Penel, 9
P. Bucarelli 10 y Georges Henri Riviere, 11 entre La configuración de un museo depende substan -
otros, han dedicado importantes estudios a la ti- cialmente de la entidad a la que pertenece. Museos
públicos y privados son las dos tipologías básicas que
pología y clasificación de los museos. Hugues de analizamos, haciendo constar desde un principio
que el hecho de estudiarlos desde el punto de vista las colecciones, agrupándolos del modo siguiente:
de la propiedad atañe esencialmente a las fuentes 1. Musrns DE ARTE (conjunto: bellas artes, artes aplicadas,
de financiación, si bien, como consecuencia de ellas, arqueología)
se desprenden concepciones museológicas diversas. 1.1 . de pintura
Además, las diferencias que se establecen entre ellos 1.2 . de escultura
no afectan al uso público que en ambas entidades se 1.3 . de grabado
llevan a cabo, aunque sí es importante distinguir entre 1.4. de artes gráficas: diseños, grabados y litografías
«museo» y «colección privada» ya que ésta puede 1.5 . de arqueología y antigüedades
estar cond icionada por la utilidad restrictiva o amplia 1.6. de artes decorativas y aplicadas
que su propietario quiera conferirle, mientras que el l. 7. de arte religioso
museo privado es «público» socialmente. 20 1.8. de música
1.9 . de arte dramático, teatro y danza
Por su parte, Miguel Beltrán Lloris propone, 2. MUSEOS DE HISTORIA NATURAL EN GENERAL (comprendien-
al considerar los museos españoles, una triple do colecciones de botánica, zoología, geología, paleon-
tología, antropología, etc.)
clasificación basada en los criterios de extensión,
2. l. de geología y mineralogía
contenido y administración. 21 2.2 . de botánica, jardines botánicos
La amplia diversidad tipológica de los museos 2.3 . de zoología, jardines zoológicos, acuarios
sugiere a algunos otros tratadistas, como Timothy 2.4. de antropología física
Ambrose y Crispin Paine, plantear esta didácti- 3. MUSEOS DE ETNOGRAFlA Y FOLKLORE
ca pregunta «¿Qué otros tipos de museo puedes 4. MUSEOS HISTÓRICOS
4 .1. "biográficos», referidos a grupos de individuos,
pensar?», después de señalar «algunos tipos de
por categorías profesionales y otros.
museos»: 4 .2. y colecciones de objetos y recuerdos de
una época determinada.
1.Clasif i cados por las colecciones : 4 .3. conmemorativos (recordando un acontecimiento).
museos de geología; museos generales; museos de 4.4. «biográficos», referidos a un personaje
historia; museos de ciencia; museos de arqueología; (casa de hombres célebres).
museos de etnografía; museos militares; museos 4.5. de historia de una ci udad
de arte; museos de historia natural; museos in- 4.6. históricos y arqu eológicos
dustriales, etc. 4 .7. de guerra y del ejército
2. Clasif i cados por quienes los dirigen: 4 .8. de la marina
museos del gobierno; museos un iversitarios; mu - 5. MUSEOS DE LAS CIENCIAS Y DE LAS TÉCNICAS
seos independientes o museos privados; museos 5. l. de las ciencias y de las técnicas, en general
municipales; museos del ejército; museos de com -
5 .2. de física
pañías comerciales.
5.3. de oceanografía
3. Clasificados por el área que sirven :
5.4. de medicina y cirugía
museos nacionales; museos regionales; museos
5.5. de técnicas industriales, industria del automóvil
locales.
5.6. de manufacturas y productos manufacturados .
4. Clasificados por el público a quien sirven :
6 . MUSEOS DE CIENCIAS SOCIALES Y SERVICIOS
museos educativos; museos especiales; museos para
SOClALES
el público en general.
6 .1. de pedagogía, enseñanza y educación
5. Clasificados por el perfil de sus colecciones:
6.2 . de justicia y de policía
museos tradicionales; museos al aire libre; museos
7 . MUSEOS DE COMERCIO Y DE LAS COMUNICACIONES
de mansiones históricas. 22
7 .1 . de moneda y de sistemas bancarios
7 .2. de transportes
7.3. de correos
2. Tipologías museísticas. Criterios 8. MUSEOS DE AGRICULTURA Y DE LOS PRODUCTOS DEL
y sistemas. Clasificación del ICOM SUELO

El Sistema de Clasificación de museos que actual -


mente utiliza el ICOM atiende a la naturaleza de


3. Museos y contenidos Edaa Moderna I fapostciones iemporales / Num1smálica

Preh1stooa Proloh1slona
y co1omzac1ones /
Se admite que una clasificación es una teoría im- Roma y Edad Media
plícita, o una hipótesis sobre los caracteres más
significativos, que habrá de hacerse explícita, o
justificarse y explicarse . También, que los conte-
nidos son los rasgos más definidores del museo .
De este modo, los diversos autores, siguiendo en
mayor o menor grado las directrices del ICOM,
han elaborado sus propias clasificaciones o tipo-
logías de museos. Lo que nos permite, tomando
en cuenta las aportaciones de unos y otros, co-
mentar algunas de ellas -en este caso «según el
contenido» y las disciplinas-, de acuerdo con el
esquema siguiente:

A. Museos de Arte
- arqueológicos, de bellas artes, de arte con - La planta
Ase amplia por
temporáneo, centros de arte, de artes deco - dcba¡o..clel 1ard.n
Pasa de 2 800 m2 a
rativas. 8.7JO. A!oerqará receoc16n
tiendas btblloteca se1vicio dP
B. Museos generales, especializados, monográfi - documentac1M. an:hwo dimacen
y una parte v1s11:1ble
cos y mixtos
famb1~n ;mmtint~ "'I sec¡undo soiano. de 2 225 rr.? a 8 t 40 A e1 se
- Ciudades-museo, museos al aire libre, jar- B11asladan el atmacén. la seguridad y 'llt;11lanc1a la sa1a de confe1enc.as
dines, reservas y parques naturales. El eco - los labo1Jtonos y Otras 1rs1a-acio11es

museo. C La reoroducctón d:! l~s Cuevas de 1\l!anma se lrt1slada a otra sala del ec!Jhcio
C. Museos de historia
Dibujo de un plan de ampliación del Museo A rqueológico Nacio-
Complejidad y variedad de los museos histó- nal, Madrid, consistente en abrir al público almacenes visita bles
ricos. En el lugar de la historia . para mayor difusión de su colección de un millón
de objetos (según El País, 12-1-1998).
Museos militares y navales
D. Museos de etnología, antropología y artes po -
pulares
E. Museos de ciencias naturales sido conferida no sólo por su calidad explícita o
F. Museos científicos y de técnica industrial implícita, sino también por un sedimentado re -
G. Otras variaciones tipológicas de museos conocimiento en el tiempo, el que la historia del
arte, la crítica artística o su pertenencia inequí-
voca a las áreas y campos del arte les concede
4. Museos de arte como tal prerrogativa. Y aunque deban encon-
trar su sentido, significación y representatividad
Se entiende por museos de arte aquéllos cuyas dentro del marco general de la historia, los mu-
colecciones están compuestas por objetos de va- seos de arte presentan una idiosincrasia y perfil
lor estético, y han sido conformadas para mos- independientes, por lo que no deben confundir-
trarlas en este sentido, aun incluso cuando no se con los históricos.
todas las obras de arte que las integran hayan Convencional y tradicionalmente referidos a
sido concebidas con esta intención por su autor. los que albergan y exponen pintura, escultura,
La categoría artística de las piezas puede haberles artes decorativas, artes aplicadas e industriales,
y las denominadas en otros tiempos artes me- como condición indispensable para que se pro-
nores, en esta tipología se han incluido a me - duzca, sin otros recursos sustitutorios, el benefi-
nudo la mayoría de los museos de antigüeda- cio de la percepción y contemplación de la pieza
des, e incluso de folklore y artes primitivas . La original, como artes visuales que son. Las fun -
nomenclatura artística actual, que ha abolido ciones poética (en el sentido etimológico griego) y
desde hace tiempo la distinción entre artes ma- estética de las obras de arte sólo pueden cumplirse
yores (arquitectura, escultura y pintura) y me - provechosamente para el contemplador en una
nores (dibujo, grabado, etc.), añade a las artes situción que cuide escrupulosamente este carác-
plásticas tradicionales todo un amplio reperto- ter de intercomunicación íntima.
rio de nuevos procedimientos de expresión (fo- De ahí, la importancia del estado de conser-
tografía, cine, vídeo, historietas o cómics, insta- vación (o, en su caso, de la restauración), de las
laciones y montajes interdisciplinales, etc.), la piezas, y el ambiente, la atmósfera e iluminación
mayor parte pertenecientes al mundo contem- que se les proporciona en el museo. La dispo-
poráneo. sición didáctica de la instalación debe favorecer
La historia del arte, por medio de su triple y el deleite y la adquisición de conocimientos. Y,
convencional división en tres etapas (clásica, me- cuando se trata de obras maestras de las bellas
dieval, moderna y contemporánea), ha ejercido artes, las exhibiciones temporales deben acercar
una influencia determinante en la fijación de la al público la posibilidad de familiarizarse con las
tipologías museísticas de su área. Por ello, la an- colecciones que un museo no puede adquirir por
tigüedad clásica se ha albergado en los museos su rareza o alto precio.
arqueológicos -unos museos de arte con especia- Por ello mismo, y frente a otros bienes cultu -
les connotaciones y matices, como veremos-, el rales que admiten una reconstrucción ambiental
patrimonio medieval y moderno conforma (in- y expositiva, los museos de obras de arte deben
cluyendo el del siglo xrx) las colecciones de los huir de cualquier tipo de teatralización que im-
museos de bellas artes, y el arte plástico produci- pida ver o desvirtúe la contemplación íntegra y
do en el siglo xx se reserva a los museos de arte natural de las piezas en todo su esplendor. Ello
contemporáneo . Aunque, también en este caso, no debe estorbar el espíritu de animación cada
haya que matizar convenientemente, tanto en la vez más participativa del público que le exige al
concepción y diseño y en los contenidos, como museo actual, aunque sin caer en las equivoca -
en la utilización a veces ambigua de los términos ciones del fulgor efímero del puro espectáculo.
moderno y contemporáneo aplicados a estas ins - Como en su lugar se analizará, éste y los demás
tituciones, y al propio arte. tipos de museos requieren cada uno atenciones
Con independencia de que algunos museos específicas según su perfil y la naturaleza de las
- sobre todo, de reciente creación- atiendan las colecciones para que puedan hacer factibles las
manifestaciones artísticas de forma interdisci- diferentes funciones y fines que les han sido en-
plinal, junto a las artes plásticas deben incluirse comendados.
también en esta categoría de museos de arte los
relativos a las demás artes (música, literatura,
coreografía, artes escénicas diversas ... ), aunque 4.1 . Museos arqueológicos
cada uno de ellos adquiera su propia especifici- La arqueología, bien como actividad practICa,
dad museológica. bien como ciencia, estudia las antiguas civiliza-
Una de las características esenciales de todos ciones a partir de los monumentos y demás tes-
los museos de arte es la exigencia que imponen timonios ágrafos. Se constituye, por tanto, en la
las obras de mantener en su exhibición un con- fuente principal y en el valedor más riguroso a
tacto inmediato e íntimo entre éstas y el púbico, la hora de recolectar, valorar e interpretar los
objetos propiamente arqueológicos (proceden- España, entre tantos otros, se tienden a crear los
tes especialmente de las excavaciones). Resulta, museos integrados en su propio yacimiento.)
asimismo, subsidiaria de la historia, y encuentra En segundo lugar, con el fin de resaltar el va-
en la museología y la museografía la ciencia y la lor estético de sus colecciones, necesitan de espe-
técnica indispensables para configurar adecua- ciales receptáculos y soportes (vitrinas, plintos,
damente sus hallazgos en el museo. mesetas ... ), de muy cuidado diseño y funciona-
Con especiales connotaciones de valor histó- lidad, acompañados de cartelas y epígrafes que
rico y documental, las piezas arqueológicas las expresen con claridad el mensaje de las piezas.
define su ciencia como artísticas, por lo que en- Esa funcionalidad de los presentadores debe ir
tran con pleno derecho las instituciones que las acompañada de la sencillez estructural del con-
atienden en la tipología general de los museos junto de las instalaciones y los circuitos, que no
de arte, hasta el punto de ocupar muchos de los ahoguen las piezas, pero que también garanti-
arqueológicos un lugar especial y preeminente cen la seguridad y protección que necesitan. Y
entre todos los de esta tipología. no sólo por su fragilidad, sino también por su
carácter de valor excepcional en la mayoría de
Serían los años los que se encargaran de añadir mu- los casos. Representar en lo posible un entorno
cha flexibilidad a Jos conceptos de pura arqueología, adecuado, implica también huir de una excesiva
despojándola de buena cantidad de seco cientifismo
y añadiendo a su dominio la maravilla de las artes
artificialidad en la disposición proxémica de las
suntuarias . Acentuando esa duplicidad de nones es obras o en su iluminación; y también en la so -
como se ha llegado a obtener el óptimo semblante de briedad y claridad de la señalización, de los gráfi-
los museos arqueológicos (... ] .23 cos y demás medios expresivos de contextualiza-
ción y exposición didáctica .
Esta opinión de Gaya Nuño referida a los mu- Ejemplos a tener en cuenta entre los arqueo-
seos arqueológicos españoles 24 es válida para re- lógicos pueden contabilizarse tanto en épocas pa-
saltar la categoría de este tipo de museos entre sadas como, sobre todo, en últimas realizaciones
los de arte, y a la vez la extraordinaria atracción o remodelaciones. 26 En ellos se constata la ade-
que ejercen sobre el público. cuación de un proyecto museográfico riguroso
El carácter polivalente de los museos arqueo- -en el que la tecnología más probada se conjuga
lógicos (más allá de la inútil polémica, resalta con las experiencias más consolidadas- al plan-
en ellos el carácter artístico junto a otros varia - teamiento o programa museológico mejor dise-
dos elementos de naturaleza etnológico -antro- ñado. Un programa, como decimos, complejo y
pológica indudable), les obliga a atender pre- polivalente, al integrar en sus colecciones obje-
cisamente aspectos museológico -museográficos tos culturales de procedencia y naturaleza muy
peculiares de los artísticos y de otros afines a sus diversas: artísticos (de antes y después de la épo-
contenidos, y al propio tiempo cuidar en su pre - ca clásica); testimonios étnico-antropológicos de
sentación, instalación, iluminación e itinerario calidad histórico-estética ; y cuantos vestigios de
expositivo ciertos matices casi exclusivos. 25 las más arcanas civilizaciones (monedas, lápidas,
En primer lugar, frente a los de bellas artes, sellos, inscripciones .. . ), o de las artes suntuarias,
los arqueológicos requieren romper una cierta etc., puedan ser calificados rigurosamente como
aridez a la que son proclives en su presentación arqueológicos .
museográfica y didáctica que a veces les impo- Las diversas secciones que normalmente ad-
nen los objetos recolectados, al haber sido ex- miten este tipo de museos evidencian también
traidos de su situación original e instalados en las especialidades y disciplinas específicas (epi-
otros medios. (Por ello mismo, como en el caso grafía, numismática, glíptica ... ) que integran el
del museo de Pompeya en Italia, el de Delfos en complejo cometido que la arqueología y los mu-
Grecia, o los de Mérida, Itálica o Carmona, en
seos que atienden y se ocupan de estos bienes Evidentemente, ciertas tipologías o clasifica-
tienen encomendado. ciones no dejan de ser meros convencionalismos
utilizados para agrupar según criterios al uso ese
«todo continuo» que es a la postre el arte como
4.2. Museos de bellas artes creación (y si apuramos el argumento, hasta el
La propia denominación «museo de bellas artes» conjunto de todo el patrimonio de la Humani-
entraña en sí misma considerada una cierta ge - dad). Por consiguiente, debemos reconocer a es-
neralización, pero también una evidente ambi- tas divisiones el valor de un recurso de carácter
güedad. En principio, ateniéndonos a su título disciplinario o académico, teniendo en cuenta,
podría acoger todo tipo de artes plásticas, aun - eso sí, que muchas de ellas han nacido de la ló-
que de hecho, como hemos comentado, esta gica histórica o metodológica al aplicar diversos
tipología se reserva sólo una parte del patrimo- criterios de selección, análisis y valoración.
nio artístico, según la clasificación convencional A nuestro juicio, la distinción entre museos
adoptada. El problema surge, precisamente, a generales -los enciclopedistas procedentes del si-
la hora de acotar sus límites cronológicos, o es - glo xvm- y museos específicos (de arte, de histo-
tablecer, además de la distinción entre museos ria y de ciencia) es una consecuencia natural de
arqueológicos y de bellas artes, otra intermedia la especialización de los contenidos, que ha obli-
entre los primeros y los museos de arte moderno gado paulatinamente a acotar cada vez más los
y contemporáneo, como es la de «museos de arte campos y a constituir otras tipologías de «mu-
antiguo». seos especializados».
Esta última división es la que adopta, como Referente a los museos de arte, la denomina-
hemos anotado, Gaya Nuño, 27 dejando no obs- ción de los de bellas artes no debe, en todo caso,
tante explícita su posición al introducir el apar- confundirse ni con los calificados como mixtos
tado de los museos de arte moderno y contem- -cuyo repertorio obedece a una configuración
poráneo de este modo: de variados y hasta contrastados contenidos,
motivados muchas veces por necesidades o ra-
El autor de estas páginas está muy lejos de ser res- zones cuantitativas, no cualitativas- ni con los
ponsable de la tan artificial discriminación entre arte llamados generales . La distinción entre museos
antiguo y arte moderno[ ... ] El criterio discriminador
es un lastre viejo que continuamos arrastrando Jos
de arte moderno y contemporáneo, en cambio,
europeos, al contrario del más expedito sistema como continuadores de los arqueológicos y de
americano, que permite disfrutar en una sola entidad arte antiguo, proviene de la división por etapas
museal -y de porte no menor que el Metropolitan cronológico-estilísticas que ha proporcionado la
Museum, de Nueva York, o Ja National Gallery, de historiografía artística.
Washington- de la quieta dulzura de un primitivo
italiano o flamenco y de Ja fresca dinámica de un
Preferimos, no obstante, utilizar la cuádru-
cuadro cubista o expresionista . Y si este maridaje ple clasificación señalada (museos arqueológi -
pareciera violento, se les recordará no serlo más cos, museos de bellas artes, museos de arte con-
que la coexistencia de Botticelli y de las pinturas de temporáneo y museos de artes decorativas), por
la Quinta del Sordo bajo un mismo techo. 28 Como cuanto a nuestro juicio expresa mejor ciertas ca-
quiera que sea [... ], excepto en los casos de museos
de contenido muy general, vario y amplio, cual es
racterísticas de la naturaleza de los contenidos, al
el de muchos museos de título provincial, la pintura propio tiempo que respetan la visión sucesiva y
y la escultura posteriores a Goya se concentran en cronológica general de su producción.
instituciones museales de muy decidida segregación En los momentos actuales hay que entender
cronológica. Son los museos de arte moderno, los de estas divisiones con la flexibilidad a la que obli-
arte contemporáneo y los monográficos dedicados a
determinados artistas. 29
gan los nuevos enfoques de la historiografía ar-
tística, así como la aparición de tipologías de mu-
coherente planteamiento de las obras, cuya fun-
ción contemplativa debe encontrar Jos enfoques
pedagógicos convenientes para poder apreciar
también su contexto y evolución, la relación
existente entre los valores estéticos que contie -
nen y la sociedad que fue testigo de su creación.
Al excluir normalmente las obras reali-
zadas en el siglo xx, los museos de bellas artes
encuentran una mayor facilidad para la orde-
nación y presentación de sus colecciones, por
cuanto están ya perfectamente sedimentadas en
el tiempo y en el espacio -así como en su com-
prensión- las diversas formas de expresión artís -
tica que el hombre ha realizado. Algunas nuevas
Planta del Palacio de Invierno y museo del Ermitage,
San Petersburgo. propuestas y comportamientos del arte actual,
en cambio, no han adquirido todavía la suficien-
te perspectiva y contraste, lo que obliga a buscar
seos alternativos o heterodoxos, como veremos,
nuevos métodos museográficos para su instala-
que relativizan de forma evidente cualquier po-
ción en el museo.
sición razonada, en una situación marcada por
Suelen ser diferentes las metodologías aplica-
un eclecticismo practicante en la mayoría de las
das a la ordenación y presentación de las colec-
actividades humanas. 30
ciones de los museos de bellas artes. Sin que ello
Siguiendo con el convencionalismo, los mu-
constituya una norma inalterable y sin variantes,
seos de bellas artes exigen la consideración y
en el Reino Unido, por ejemplo -y en general en
aplicación de los principios que hemos citado en
los países de cultura anglosajona-, se ha prefe-
la presentación del capítulo. Sobre todo deben
rido normalmente la ordenación por técnicas y
estar dotados de una claridad expositiva y de un
procedimientos, separando las obras por escuelas
de los diferentes países o zonas culturales euro-
peas; mientras que en los países mediterráneos y
de herencia latina suelen presentarse atendien -
do a criterios cronológicos, pero también estilís-
ticos, temáticos y por escuelas. El perfil que ad -
quieren así los museos, diseñados de una u otra
forma, incide notablemente en la realización de
las diferentes funciones que deben cumplir en
la sociedad actual. 31 Unos cometidos complejos e
interdisciplinales, promovidos en todo caso con
Ja colaboración del resto de las manifestaciones
artísticas (música, danza, teatro, mimo, etc.), y
que necesitan materializarse en actividades com-
plementarias a la exhibición permanente, como
son las muestras temporales e itinerantes, y otras
de diversa índole sociocultural.
De todos modos, lo que quizás más importe
Museo del Ermitage, San Petersburgo. en esta cuestión de la tipología que tratamos es
el concepto que otorgamos a la expresión «bellas
artes», más allá de la terminología empleada.32
En esto sí suelen estar de acu erdo los diversos
autores; o al menos, museos de arte de carácter
general o mixto de máxima importancia por su
historia e influencia poseen dife rentes secciones,
entre ellas la de bellas artes, en la que se con-
tienen las artes plásticas desde la antigüedad/el
medioevo al siglo xvm o xrx inclusive.33

4.3 . Museos de arte contemporáneo


Su denominación no coincide con lo que afir-
Musée d'Art Moderne, C.N.G. Pompidou, Pa ris.
ma la historiografía más convencional -según la
cual la era o edad contemporánea se inicia con la
Revolución Francesa de 1789-, ni tampoco con
arte los estrictamente museológico/museográfi-
ciertas postulaciones de carácter filosófico o esté-
cos que impone su complejidad. Quizás por el
tico; ni tal vez siquiera con algunas de las cons-
desgaste semántico o por influencia de algunos
tataciones de la práctica habitual en los llamados
museos paradigmáticos que han nacido y man-
museos de arte contemporáneo.
tenido el título de «museo de arte moderno», 34
El concepto de contemporaneidad presenta
otros muchos creados recientemente han pre-
normalmente una utilización, cuando no signifi-
ferido utilizar este último calificativo, 35 frente a
cación ambigua. Aplicado este concepto a las artes
la decisión de otro grupo de nuevos proyectos
plásticas, algunas veces se le identifica con lo más
que lo han hecho con la denominación de «arte
moderno, implicando cuestiones de fondo. Otras,
contemporáneo». 36
es simple término de expresión temporal: bien si-
Son por tanto los conceptos de modernidad y
nónimo de coetáneo, bien descriptivo de un pe-
contemporaneidad -y, consecuentemente, los de
ríodo histórico amplio (la era o edad contemporá-
«vanguardia» y «posmodernidad», entre otros
nea). Como calificativo para una situación de un
afines y derivados- elementos que afectan pro-
inmediato pasado o correspondiente al momento
fundamente a esta clase de museos. En concreto,
actual se aplica, normalmente y en concreto, al
la revisión que en los útimos tiempos se realiza
arte realizado en el siglo xx. Es común, aunque
a nivel de la historiografía artística determinan
no unánime, la tendencia historiográfica a con-
también una revisión sobre el diseño, la metodo -
siderar que de Cézanne, Van Gogh y Gauguin
logía, las funciones y rentabilidad sociocultural
-llamados, pero tampoco unánimemente, «post-
de los museos de arte contemporáneo, cuestio -
impresionistas»- arranca el arte contemporáneo.
nes estético-sociológicas aparte. 37
El matiz o variables que uno u otro uso conlle-
Si la situación de los museos en su conjunto
ven en su aplicación al arte y a los museos debería
obliga a una reflexión y a un decidido replan -
siempre especificarse, en cada caso .
teamiento, los museos de arte contemporáneo
En medio de esta imprecisión o ambigüedad
reclaman, más aún, por su complejidad estruc-
-que aumenta al considerar su diferenciación
tural y por su carácter sintónico con la sensibili-
y/o identificación con el uso del término y del
dad actual, una adecuación de sus funciones. A
concepto «modernidad» - han nacido y se han
las características y contenidos generales de los
desarrollado los museos de arte contemporáneo,
museos de bellas artes - pero con los matices di-
añadiéndose a estos problemas de definición del
ferenciadores y desde la perspectiva histórica que
los distingue-, los de arte contemporáneo añaden complejidad conceptual y real del museo de arte
elementos de definición, estructura, contenido contemporáneo le convierte en un objetivo en
y funcionamiento muy específicos y complejos, constante revisión y replanteamiento. A los fac-
que les hacen aparecer como uno de los instru- tores propiamente artístico -culturales se añaden
mentos socioculturales de mayor repercusión en otros determinantes -a los que nos hemos refe-
la sociedad actual. rido ya- socioeconómicos y técnicos (museográ-
Desde el punto de vista de su concepción y ficos), y también didácticos, que le han transfor-
diseño, el museo de arte contemporáneo ha ve- mado en un sensible sintonizador no sólo de sus
nido soportando las tensiones normales de una reales necesidades y conflictos, sino también de
sociedad plural en constante transformación, cu- los imponderables de una encrucijada difícil de
yas contrastadas ideologías han impuesto tam- superar en función de su rentabilidad sociocul-
bién en el campo de la creación artística y en los tural, la actualización de los medios y una políti-
enfoques museológicos el ritmo de su trepidante ca o programa museológico convincentes.
evolución en este siglo. Desde esta perspectiva, los museos de arte
Consecuencia de ello son las numerosas crisis contemporáneo puede que encuentren su ma -
y replanteamientos -especialmente en el perío- yor dificultad sociocultural en la obligación que
do de entreguerras ( 1919 a 1939) y en torno a se les impone de tratar de conciliar su carácter
1968 y años siguientes- que ha sufrido en busca dinámico -la acogida de los objetos y manifesta -
de una mejor transcripción en sus contenidos y ciones más actuales- con la función conservado-
funciones de las variadas expresiones sociocul- ra y de consagración patrimonial; compatibilizar
turales de la civilización actual. (En esto, las di - su vocación de exponente de lo más innovador
ferentes ideologías y las diversas posiciones esté- (a veces potencial o realmente transitorio y efí-
tico-sociológicas han cobrado un papel relevante mero, inmediato y puntual, sin el contraste de
en el diseño del museo de arte contemporáneo, una suficiente perspectiva o criba histórica) con
que le hacen a veces radicalmente distinto según la natural o convencional finalidad del museo de
el modelo elegido . A las cuestiones de tradición y convertirlos y transmitirlos hacia el futuro como
modernidad, vanguardia e innovación, progresía bienes artístico-culturales de valor permanente .
y reacción, etc., se han unido en estos momentos La superproducción de esos objetos artísticos,
finiseculares el relativismo y eclecticismo de la tan diversos y hasta contrapuestos en su dimen-
sensibilidad neo barroca y posmoderna.) sión estética, técnica y procedimental, obliga por
En segundo lugar, lo que hace del museo de otra parte a un museo de artes actuales a una
arte contemporáneo una institución complejísi- delicada labor de selección, valoración y adquisi -
ma es, sobre todo, la multiplicidad de sus conte - ción de las piezas, sin la cual no podría esta ins-
nidos: a las bellas artes tradicionales (arquitec- titución cumplir adecuadamente su cometido de
tura, escultura, pintura, dibujo, grabado ... ) se significación y representación histórica, ni tam -
añaden las nuevas artes de la imagen (fotografía, poco el de información y difusión sociocultural.
cine, vídeo, multimagen ... ), nuevas expresiones En este sentido, las dos últimas décadas han
de la sociedad de consumo y de los mass-media impulsado y consagrado diversas concepciones
(además de las citadas, diseño, publicidad, gráfi- o tipologías de museos de arte contemporán eo,
cas innovadoras, cómics ... ), nuevas propuestas y resultantes de la trayectoria y resurgimiento ge-
comportamientos artísticos de carácter interdis- neral. Además de aquéllos que han conseguido
ciplinal (después de las propuestas del concep - renovar sus estructuras y dinamizar sus colec-
tualismo de finales de los 60 y primeros 70, las ciones y funciones, unos, más que configurarse
instalaciones y montajes de los 80, etc.). como centros de conservación y exhibición per-
Desde el punto de vista museológico, esta manente de obras, se han convertido sobre todo
en un dinámico instrumento de información y
difusión cultural; otros, atendiendo especial-
mente a las exposiciones del arte más actual, re-
sultan a la postre rigurosos y llamativos centros
culturales, cuya labor de promoción e impulso
de ciertas manifestaciones y artistas les convierte
en activos kunsthalle o, a lo máximo, en un even- ....
;·.:: nnm
1 1' .
tual museo.
Con matices, podrían denominarse museos A
de la consagración histórica (muestran períodos
y obras claves del arte contemporáneo univer-
sal),38 museos de la representación «Cultual»
(auténticos templos donde hoy se rinde culto al
MOCA (interior), Los Angeles.
arte y a su boato, y donde destacan normalmente
sus espectaculares ofertas de hipermercados cul-
turales) ;39 museos -eventuales o no- de la signi-
ficación experimental (innovadores e inusuales expresión, como adelantamos, queremos resal-
recintos museísticos, incisivos establecimientos tar su condición de prototipos de una nueva si-
de promoción del arte actual, que pueden pre- tuación -¿neobarroca, posmoderna, finisecular
sentarse como los ejemplos más alternativos o y postindustrial?-, en la que el predominio del
heterodoxos de la museografía contemporánea); contenedor (consecuencia de la irresistible ascen-
y museos de la autolegitimación postilustrada sión de los arquitectos en los museos, iniciada a
(una nueva y esplendente estirpe de museos de finales de los cincuenta con Frank Lloyd Wright
arte concebidos más allá de los cánones y la he- y el Guggenheim, como veremos) y la revisión
rencia de la Ilustración; su flamante arquitectu- del repertorio de obras a exponer -alejado, por
ra, sus peculiares diseños de la colección y de la supuesto, de cualquier tentación enciclopedista o
presentación de las obras demuestran, no obs- de explicitación convencional de los movimien-
tante, una paradójica postura, propia sin duda tos y tendencias históricos-, configura un pano-
de una situación de postindustrialismo «neoilus- rama a veces restrictivo y de bloques singulares
trado») . del arte actual, a veces segmentarizado y em-
El ritual mismo, la complejidad del museo de blemático, pero casi siempre endulzado con una
arte contemporáneo, han inducido a la experi- muy cuidada escenografía de los espacios y la dis-
mentación, a una práctica museográfica diferen- posición de las obras, en medio de una atmósfera
te en el tercero de los tipos citados. La reutili- generalmente ecléctica.41
zación de un edificio construido para otro uso Comprometidos con la fidelidad al porvenir
diferente al que ahora se le destina constituye el del inmediato pasado y a la experimentación en
común denominador de estos museos -eventua- el área de lo más joven, los museos de arte con-
les o no- de la significación experimental, que temporáneo parecen estar, en definitiva, atrapa-
destacan sobre todo por sus exposiciones de los dos entre la urdimbre de un tejido interminable
nuevos comportamientos artísticos. 40 y la condena de un permanente e indefinido
Por último, los museos calificados de la au- proyecto. Las exigencias de la demanda social y
tolegitimación postilustrada han comenzado la imposibilidad de una respuesta de desarrollo
a llenar el área de los países occidentales más incontestable a todos los niveles, sin duda que
desarrollados (Estados Unidos, Japón, Alema- los han colocado en el punto de mira de muchos
nia, Francia, Italia, incluso España ... ). Con esta intereses . Viven, por ello, una época de tensión
y de esperanza, que deberán hacer realidad ren-
table por medio de un enfoque especialmente trumento que aspira a sintonizar con la realidad
dinamizador. La proteica y aporética situación sociocultural de un mundo en constante cambio.
del arte de nuestro tiempo les ofrece un poten- De este modo podemos hablar hoy, además
cial incalculable, pero tal vez no les facilite la de las variadas tipologías convencionales de los
claridad de un buen programa museológico que museos de arte, de nuevos y renovadores pro-
necesitan, ésta especialmente, pero también el yectos institucionales junto a la conformación
resto de las tipologías museísticas. La museolo- de especiales establecimientos o espacios para el
gía y la museografía tienen, junto con la propia arte de naturaleza experimental y vanguardista.
historia del arte, una irrenunciable obligación de Entre los espacios dedicados al arte contem-
acercar de la manera más diáfana el mensaje de poráneo hemos de diferenciar los museos insti-
los contenidos a un público que así lo reclama. tucionalizados -coincidan o no con un modelo
mimético, o funcionen de acuerdo con esque-
mas particulares y propuestas innovadoras- de
4.4. Museos y centros de arte
los denominados centros de arte. Los primeros
Insistimos en que esta situación finisecular resul- están sometidos a unas coordenadas de carácter
ta propicia para los recuentos, las redefiniciones convencional y estable en ciertos sentidos, en
y la búsqueda de un nuevo orden artístico. Im- especial las que hacen referencia a la presen -
pelida por un clima de cierta ansiedad e incerti- tación del arte consagrado o más asumido so -
dumbre que ha derivado de la llamada cultura de cialmente y a la normativa museológica más ri -
la edad posmoderna en las sociedades calificadas gurosa. Los segundos, aplicando programas más
como postindustriales, y cargada también de un abiertos que el museo -de carácter singular o
cúmulo de contradicciones conceptuales y socia - monográfico, preferentemente-, han estabiliza-
les, el perfil de este momento se dibuja en parte do soluciones para la presentación e instalación
como una paradójica consecuencia del intenso de cierto tipo de arte contemporáneo: el nacido
experimentalismo histórico de las vanguardias y de los últimos comportamientos socio-artísticos
de las transformaciones sociales y estéticas de la citados, sobre todo.
segunda mitad del siglo . Consolidados a partir de los ochenta, los
Desde esta perspectiva, parece hasta normal centros de arte utilizan de un modo más flexi-
la resaca artística y museológica que los tres o ble y experimental el espacio expositivo, ampa -
cuatro últimos lustros han acumulado en el en- rados por unos medios tecnológicos avanzados
torno cultural occidental, en plena era posthistó- que les permiten mayores libertades estilísticas
rica como la que nos encontramos y a las puertas y didácticas en cada montaje. Por ello mismo,
del tercer milenio. en general requieren de otro tipo de contene-
El desarrollo museográfico ha devenido pare- dor diferente al del museo convencional, aun-
jo a una espectacular puesta en escena de las úl- que también existen excepciones, cuando se
timas propuestas artísticas, en especial aquéllas trata de centros de arte de carácter mixto o per-
provenientes de las tendencias estéticas de los fil institucionalizado . En su génesis y desarrollo,
años setenta y de sus neos de los ochenta. El mu- los centros de arte han tenido como referencia
seo ha ensanchado su realidad física y sociológi- inmediata las kunstha lle alemanas, término éste
ca hasta límites insospechados, siguiendo pautas utilizado internacionalmente para expresar su
tanto de carácter convencional para su moderni- específico concepto de espacio cultural y expo -
zación, como utilizando recursos especialmente sitor del arte de nuestro tiempo.
innovadores y revolucionarios, que lo han he- Tanto el museo innovador como el centro de
cho derivar o lo han convertido a veces en una arte han surgido de una intensa relación entre
institución heterodoxa o alternativa, en un ins- el espacio expositivo y la obra de arte, particu-
larmente sensible y diferenciada en nuestro si-
glo con respecto a los presupuestos del museo
ilustrado y decimonónico. Ello ha propiciado
también, entre el museo y el centro de arte, una
serie de relaciones, analogías y diferencias nota-
bles, como las que acabamos de anotar, que con-
viene tener presentes y concretar en sus justos
términos para no equivocar funciones y plantea-
mientos. En algunos casos, en que esa diferencia
aparece más teórica que real, se debe sobre todo
a presupuestos y actuaciones ambiguos de algu-
nas de estas instituciones.
De las numerosas definiciones citadas en pá-
Stedelijk Museum y Van Gogh Museum (a la derecha), y Rijksmu-
ginas anteriores que tanto el ICOM como los di - seum (a l fondo), en la Paulus Potterstraat de Amsterdam.
ferentes especialistas y museólogos han venido
fijando del museo, por lo que se refiere al de arte
podemos extraer al menos dos notas esenciales,
que prevalecen sobre todas las demás . Una, la ciales, que realizan una labor parecida, con la
de que el museo de arte está consagrado a uno única diferencia de que estas últimas lo hacen
o más campos del arte, con el compromiso y la para obtener beneficios.
ocupación de los objetos y otra, que deriva de La distinción esencial entre museo y centro
aquélla y en la que hay que poner el énfasis, es de arte estriba, en cualquier caso, en que éste,
la de la propiedad y preservación de importantes creado por y para la comunidad de su entorno,
colecciones por parte de la institución museísti- existe en función de la actividad del «entreteni-
ca . miento». El museo, en cambio, es una institu-
El centro de arte es un establecimiento cuyos ción permanente nacida para realizar una fun-
orígenes hay que situarlos en la conveniencia y ción educadora, difusora y estética importante
hasta la necesidad de la comunidad de recibir en desde la preservación, investigación y exhibición
principio lecciones de arte, donde se muestran de su propia colección.
los artistas locales, y donde se instala también Un museo representa, tal y como nos lo re-
otro tipo de arte que interesa a la comunidad cuerda constantemente el ICOM, tanto la me-
- incluidas las artes de acción-, pero en el que moria como la consciencia de la sociedad a través
ordinariamente no existe una colección perma- de sus colecciones y la intermediación de su per-
nente de objetos. sonal. Y en este sentido, debemos acentuar tres
Por tanto, un centro de arte no es un mu- aspectos o postulados absolutamente esenciales
seo, aunque pueda reducirse su realidad a algún para la plena realidad del museo. El primero de
tipo de institución museal según la definición del ellos es el de su calidad de institución cultural es -
ICOM. Para algunos podría ser, pero no necesa- trechamente relacionada con su medio ambien-
riamente, una institución permanente, educado- te, sin cuya relación, o cerrado a su mundo, no
ra, no lucrativa, y propietaria y preservadora de sobreviviría. Su desarrollo depende de sus ciclos
una colección, como lo es el museo. Para la ma- de vida y crecimiento internos, pero también de
yor parte de los especialistas, los centros de arte sus relaciones como organización con el exterior.
sólo toman prestadas y exhiben obras ajenas. No El segundo aspecto se refiere a la capacidad
coleccionan ni preservan nada, no son museos. de intervención de los miembros de estas ins-
Como tampoco lo son las galerías de arte comer- tituciones . Hasta tal punto es importante este
postulado, como doctrina probada que es, que el
acierto de los museos, su calidad y rentabilidad días históricas pusieron en cuestión el valor y la
culturales dependen en gran medida de la prepa- función social de la institución museística, ini-
ración museológica y de la capacidad profesional ciándose con los ataques de futuristas y dadaís-
de su personal especializado. tas especialmente las cíclicas inflexiones que el
El último de estos postulados, aunque no en museo contemporáneo ha venido sufriendo a lo
el orden de su importancia, y que ampara ple - largo de este tiempo, es constatable asimismo -y
namente a los otros dos, es el que sostiene que así lo hemos resaltado- que posteriores propues-
los museos sólo pueden justificar su existencia tas intensificaron la ruptura entre el contenedor
(actual y futura) en función del público, centro y el contenido, y entre la función didáctica de la
de todas sus preocupaciones. Los museos defi - colección y su capacidad crítica.
nen cada vez menos su misión en términos ab - Recordemos que fue en la segunda posgue-
solutos de la colección y cada vez más desde el rra mundial cuando comenzaron a delinearse
compromiso social. Se prefiere supeditar el es- nuevas tipologías de espacios museísticos y a po-
fuerzo de la muestra enciclopédica y objetiva de tenciarse su capacidad didáctica. La renovación
las colecciones a la pericia en la comunicación de técnico-museográfica consagró también la inter-
los conocimientos y de las problemáticas a través vención de famosos arquitectos y su irresistible
de los objetos artísticos y tomar posiciones frente ascensión protagonista . La personalidad y origi-
a aquéllas. nalidad de Frank Lloyd Wright le colocó con el
Esta postura ha provocado, si no una dico- Guggenheim en las antípodas de un Le Corbu -
tomía sí una contraposición de planteamientos sier y de un Mies van der Rohe, para quienes el
museísticos, expresados fundamentalmente en contenedor debía cumplir los fines museológicos
dos tipos de propuestas generales: el de la difu- más puros. De entonces ( 1956-1959) a hoy se ha
sión del contenido y los mensajes, que tradicio- producido en toda el área occidental una eclosión
nalmente viene estando ligado únicamente a la de nuevos museos, de múltiples y variadas tipo-
exposición de los objetos; y el de las actividades logías, alimentadas por arquitectos de prestigio.
complementarias emanadas de una visión antro- Con todo, ha sido y continúa siendo la recí-
pológica y sociológica de los contenidos y fun- proca influencia entre la evolución del arte y el
ciones del museo; es decir, un posicionamiento esfuerzo del museo por adaptarse a sus exigen-
social. En el caso concreto de las instituciones cias y a su función sociocultural lo que ha produ-
artísticas, esta dicotomía puede advertirse en la cido su transformación sin solución de continui-
consideración del museo más convencional en dad, y el nacimiento de espacios especializados
contraste con el museo renovado -aunque no como el «centro de arte» y demás alternativos
en todos los casos-, pero adquiere normalmente y heterodoxos. Desde el expresionismo abstrac-
sus perfiles más radicales en la contraposición de to o el art brut exigiendo un espacio contextual-
aquél con los centros alternativos y heterodoxos mente existencial, a la reutilización de los más
en sus numerosas ramificaciones y variantes. llamativos contenedores -fábricas, almacenes,
Es cierta la pérdida de la significación históri- escuelas .. .- por las tendencias neoconcretas y
ca del museo, como lo es también el esfuerzo de tecnológicas, los nuevos comportamientos del
su transformación a lo largo del siglo para adap- arte objetual, los ambientes y espacios lúdicos,
tarse a las nuevas circunstancias. Pero la rotun- el arte de acción, el arte pavera, el land art y sobre
didad de los nuevos comportamientos artísticos todo por las corrientes del arte conceptual..., se
y las contradicciones sociales y conceptuales de han producido así las más radicales mutaciones
la situación postindustrial han convertido a esta en el medio socio-artístico y los museos.
institución en el blanco y el reflejo de todas ellas. Al final, aunque hasta los conceptualistas y
Si -como ya hemos comentado- las vanguar - sus neos de los ochenta han conseguido incluso
en los noventa convertir el propio museo en es- al menos temporalmente para los nuevos com-
pacio privilegiado para sus obras y consumar la portamientos artísticos durante la década de los
consagración objetual de lo conceptual, lo cierto ochenta y la presente, bajo la referencia y ex-
es que el arte, al liberarse de sus servidumbres periencias de las kunsthalle alemanas. Y, al am -
conceptuales, formales, procedimentales y espa- pararse en la reutilización de esos tan variados
ciales, y de haber identificado de algún modo el contenedores inusuales hasta entonces para la
binomio arte/vida, ha precipitado en numerosos función expositiva, los centros de arte han pro-
casos su huida del museo y demás espacios de ducido resultados llamativos tanto en Europa
presentación convencionales. como en América, especialmente desde el punto
Es así como se ha potenciado el centro de arte de vista de la configuración espacial y el montaje
en sus formulaciones más diferenciadas, y has- de las exposiciones de vanguardia.
ta el propio museo -saltando la obra de arte de El fenómeno de los nuevos espacios mu-
los límites de esta institución renovada y confor- seísticos y expositivos titila actualmente en el
mada por ella misma . Pero también lo ha hecho firmamento de los debates y los recelos. Pero
incluso de los propios centros de arte para adue- también, en el de la apuesta de algunos por los
ñarse temporalmente de espacios públicos urba- enfoques más experimentales cara al futuro . Si
nos, y del paisaje mismo. Después de haber con- algunas kunsthalle famosas, respondiendo a un
seguido lugares alternativos y adecuados para las planteamiento diseñado al efecto, han marcado
construcciones y montajes, para las vídeo -ins - las pautas de organización espacial y actividades
talaciones, las diversas modalidades de arte efí- expositivas de los centros de arte, otros ejemplos
mero o interactivo, etc., el poliédrico y ecléctico actuales continúan con su iniciativa de innova-
abanico de las propuestas artísticas actuales ha ción ejerciendo un magisterio innegable en el di-
vuelto a los espacios de presentación museísticos seño de espacios museísticos.
en condiciones y supuestos especiales. Dos o tres variantes fundamentales pueden
Los más inusuales y hasta controvertidos es- advertirse, en cualquier caso, en los nuevos
pacios para el arte -tanto con el perfil de museo espacios museísticos a nivel internacional, de
como con el de centro- han surgido en contene- acuerdo con las clasificaciones apuntadas. Una
dores reutilizados, junto a una floración de nue - es la del proyecto de nueva planta para la pre-
vos proyectos. Desde la perspectiva arquitectó - sentación de colecciones convencionales; la se -
nica, los museos de arte contemporáneo pueden gunda se refiere a la instalación y exposición
analizarse atendiendo a la dialéctica existente de obras o montajes especiales en viejos conte -
entre el contenedor y el contenido, a los inten- nedores reutilizados. Una tercera podría ilustrar
tos de superación de este conflicto y a la doble los modelos institucionalizados mixtos, como
posibilidad de que el proyecto sea diseñado o son ciertos espacios de fundaciones o institutos
reutilizado para museo. De ello depende en gran de carácter cultural.
medida el desarrollo de un programa museoló - Pero, a veces, la imprecisión de planteamien-
gico adecuado, trátese de una configuración mi- tos y actuaciones como museos o como centros
mética o convencional, o de un programa más de arte desvirtúa su propio perfil, al no distin -
abierto y singularizado. guirse bien las funciones del museo y sus expo-
Entre los centros de arte podemos distinguir siciones temporales de las actividades propias de
dos tipos generales, unos más dedicados a la ex- un centro alternativo . Y, sobre todo, porque la
posición de obras y otros más a la creación artís- falta de claridad de ideas y de auténticas colec-
tica. Y dentro de ellos, matizar los que acomodan ciones de arte contemporáneo caminan en com-
más o menos un perfil institucionalizado. Ambos pañía muchas veces de una poco realista y profe-
han constituido, insistimos, una solución estable sional política museológica. Demasiadas veces, el
fulgor y el fervor del espectáculo someten muy do como un taller de trabajo para entendidos, al
desconsiderada e insensiblemente a los conteni- mismo tiempo que como un museo que acerque
dos y a los fines socioculturales. el público en general al mundo de Ja informática.
Otra cuestión distinta son las innovaciones
y/ o alternativas que aparecen como variantes
o heterodoxias de los museos y centros de arte.
4.5. Museos de artes decorativas
Unas, tienen un carácter exclusivamente co- Se reconocen bajo esta denominación los museos
mercial, y surgen al amparo y en los límites que conservan y exponen objetos de arte indus-
mismos a veces muy imprecisos de la produc- trial o de artes aplicadas a Ja industria, llamadas
ción artística y el mercado, de lo museístico y la aún «artes decorativas» desde la aparición y con-
obra de arte como mercancía . Es lo que ocurre formación de estas instituciones a mediados del
con el patentado artefacto español Art Box (caja siglo XIX. El máximo interés que la pintura había
de arte), una especie de autoservicio/galería de adquirido en este tiempo se trasladó al campo
arte ambulante, que es al propio tiempo vitrina- industrial, impulsado por un sentimiento de in-
escaparate renovable y expendedora de obras quietud de la conciencia colectiva ante la deca-
de arte, aparecido y divulgado por los medios dencia del artesanado.
de comunicación a principios de 1996, como así No sólo la pintura, sino también la escultura
lo ha sido el denominado en ese mismo año por y otros medios de expresión plástica adquieren
sus inventores - tres jóvenes barceloneses- Mu- la calificación de artes decorativas cuando bus-
seo Nacional de Arte Portátil: sus salas son maletas can un efecto ornamental o de adorno y no la
e instalan una exposición allí donde se lo solici- creación de obras con valor independiente. De-
ten o se lo propongan. nominación que ha venido utilizándose como si -
Pero otras resultan auténticas revoluciones nónimo de artes industriales y también de artes
museográficas impulsadas por las nuevas tecno- aplicadas, según queda indicado. 42
logías, como es el Centro de Arte y Tecnología de El primer museo de artes decorativas fue
la ciudad alemana de Karslruhe, que había sido creado en Inglaterra, después de la Exposición
pensado por Rem Koollhas para ser instalado en Universal celebrada en el Crystal Pala ce del Hyde
un contenedor electrónico gigante, que transmi- Park de Londres en 1851. El éxito impensado
tiera al exterior mediante sus paredes-pantallas que consiguió este acontecimiento 4 3 impulsado
gigantes las actividades artísticas y tecnológicas por el príncipe Albert, le llevó a fundar al año
realizadas en su interior. Al final, lo ha acogido siguiente el Department of Practica! Art (De-
un recinto industrial: el de la antigua fábrica de partment of Science and Art, un año más tar-
vehículos militares de esta ciudad. de), que terminaría por impulsar la creación de
En el caso del Ars Electronica Center (AEC) ese primer museo de artes decorativas. Utilizó el
de la ciudad austriaca de Linz, inaugurado el 2 beneficio de 186.000 libras obtenido con la ex-
de septiembre de 1996 en un nuevo edificio de posición para adquirir un solar en South Ken -
Klaus Leitner y Walter Hans Michl, se trata del sington; y con el crédito de 5.000 libras votado
primer museo de arte digital. Está dedicado ex- por el Parlamento se iniciaron las compras de las
clusivamente a Ja utilización de los más avanza- colecciones.
dos medios electrónicos en busca de una nueva Comenta Bazin:
definición de las artes, al tiempo que propone un
nuevo concepto de museología y museografía ci- El 6 de septiembre de 1852 el Museum of Manufac-
bernéticas. Dispone de una amplísima colección ture se abría en Malborough House, en un edificio
provisional, con objetos que habían pertenecido a la
de más de diecisiete años de manifestaciones ci- la Goverment School of Design y con otros adquiridos
bernéticas de todo el mundo, y se ha configura- en la exposición. Con el fin de que los artesanos, a
quienes las colecciones iban destinadas, se aprove- la máquina, a la que hacían responsable de la
chasen de ellas, se clasificaron por materias: textiles, mediocridad y falsedad de los objetos de la vida
metales, cerámicas, maderas, etc. Las sucesivas deno-
minaciones del museo ponen de manifiesto las dudas
cotidiana. Propuso el retorno al trabajo manual,
qu e tenían acerca del obj eto a que se destinaba; se le cuyos mejores ejemplos se encuentran en la
llamó Art Museum, después Museum of Ornamental edad media. La «Arts and Crafts Exhibition So-
Art y, fin almente, South Kensin gton Museum en ciety» de 1888 adoptó una actitud menos radical
1857, al ser trasladado al luga r que ocupa actualmen- que la propugnada inicialmente por el movi -
te, lo cual fue una form a h ábil de eludir una desig-
miento, aceptando una mayor colaboración con
nación demasiado precisa . En 1867 se terminó una
grandiosa construcción en hierro para dicho museo . el mundo moderno. La complejidad de la época
Creció tan rápidamente qu e, treinta años más tarde, se refleja en la evolución de los Arts and Crafts,
el edificio resultó pequeño. Fue preciso construir otro, a medio camino entre el éxito del art nouveau y
para el que Ja reina Victoria puso Ja primera piedra el reconocimiento de la industria del diseño. En
el 17 de mayo de 1899; inaugurado el 26 de junio de
todo caso, cuando de museos de artes decorati -
1909 por Eduardo VII, el museo tomó el nombre defi-
nitivo de Victoria and Albert Museum . [...] Desde sus vas se trata, esta complejidad queda no sólo de
orígen es, el Victoria and Albert Museum ha manteni- manifiesto, sino también adquiere su más atrac-
do una particularidad muy anglosajona: la de estar lo tiva dimensión si se acierta en la selección de los
m ejor organizado posible desde el punto de vista pe - objetos : éstos deben mostrar la riqueza y la per-
dagógico; esta actividad, consistente en préstamos de
fección técnica de su realización, pero sobre todo
exposiciones, de libros y de material de conferencias
se extiende a todos Jos países de la Commonwealth. - en unas peculiares instalaciones museográficas
Por otra parte, desde el principio se ha pensado en la que necesitan estos objetos- la relación existente
comodidad del público; el primero de estos restauran- (el contexto sociológico y estético) entre ellos y
tes de museo, que hacen tan agradables las visitas a los la época que propició su nacimiento.
museos anglosajones, se inauguró en el Victoria and
Albert Museum en 1865, en un edificio con paneles
de madera de estilo normando. 44
5. Museos generales, especializados,
monográficos y mixtos
El Victoria and Albert Museum,45 donde las
colecciones de estudios se pusieron desde el pri-
mer momento a disposición de los estudiantes, Hemos de reconocer que cualquier clasificación
sirvió de modelo al Musée d' Art et Industrie de los museos entraña el riesgo de la redundan-
fundado en Lyon por la Cámara de Comercio en cia, aunque sea parcial. Incluso los museos ge-
1858, al Musée des Arts Décoratifs de París y a nerales - y por muy amplios que se hayan fija-
los museos equivalentes de Viena, Berlín y Ham- do teóricamente sus objetivos y funciones-, en
burgo46 y de otras ciudades europeas. 47 el plano de Ja realidad todos ellos están de al-
Históricamente, la primera exposición de arte gún modo «especializados» desde su nacimiento
decorativo fue una iniciativa posrevolucionaria, «por su formación, por el gusto de su fundador,
impulsada en 1798 por el entonces ministro del por el país en que está situado, por las sucesivas
Interior francés, Frarn;ois de Neufcháteau, con la directrices que ha pasado y por el edificio en que
que intentó reanimar los productos de la industria encontró refugio», como escribe Luc Benoist.48
con su rehabilitación, y con la ruptura de la jerar- No obstante, existe una clara diferencia entre
quía entre las «artes liberales » y las «artes útiles», los museos generales y los especializados, entre
que la supresión de los gremios había agravado. los monográficos y los mixtos. La distinta com-
De Inglaterra surgió igualmente la primera posición y naturaleza de las colecciones, y su
reacción organizada contra la industria, enca- «Cuantificación» objetual entre los primeros; el
bezando William Morris en 1861 el movimiento perfil y carácter restringido o no de los exponen -
de los Arts and Crafts, opuesto al predominio de tes en la configuración museística, entre los se-
gundos, son elementos diferenciadores, muchas tancia ha terminado por obligarles a dividir los
veces determinantes, impuestos cuanto menos fondos, animados también por el avance de los
por la realidad histórica . museos especializados.
Precisamente, muchos de los museos genera- Como consecuencia del enfoque cada vez
les fueron creados en los siglos xvm, XIX y comien- más didáctico al que se vieron animados los mu-
zos del xx, procedentes del coleccionismo privado seos en las postrimerías decimonónicas y, espe -
y dentro del espíritu enciclopédico de la época. cialmente, a lo largo de nuestro siglo, la división
Algunos de estos museos han llegado a constituir de las colecciones de estos museos nacionales en
un buen número de importantes colecciones es- las diferentes secciones especializadas se justifica
pecializadas, cualificadas para formar o agruparse particularmente por la voluntad de resaltar aca -
en más de una categoría de especialización. Se démicamente las obras desde una perspectiva de
hace evidente este dato sobre todo en los más las diversas disciplinas tradicionales. Ello ha sido
grandes museos generales, poseedores de una también la causa de muchas decisiones arbitra -
riqueza patrimonial en cada uno de los diversos rias tomadas al respecto, originando tanto una
campos tan extraordinaria cualitativa y cuantita- «descontextualización» como una ubicación
tivamente considerada que pueden competir sec- dudosa de algu nas piezas polivalentes, que pue -
torialmente o superar incluso a los propios mu - den ser testimonios y contribuir igualmente al
seos especializados en sus respectivas áreas. conocimiento histórico, estético y tecnológico.
Algunos de estos museos generales lo son por La mayor parte de los museos generales han
su carácter nacional. O dicho de otra manera, sido creados para cumplir una misión global
muchos museos nacionales exponen normal - tanto en regiones como en localidades determi -
mente colecciones generales en su edificio prin- nadas, con el fin de promover -un dato inequí-
cipal. tal como había sido inicialmente previsto. vocamente ilustrado- el conocimiento entre los
Pero su evolución en el tiempo los ha empujado habitantes de esa región o de ese área concreta.
a buscar otros espacios, a causa de su crecimien- Una tipología de museos que se ha difundido
to y de otros factores coyunturales. Al instalar ampliamente tanto por los países occidentales
parte de sus colecciones en anexos, esta circuns- como, sobre todo, por los del desaparecido ám -
bito socialista del Este; y muy particularmente,
por aquellas zonas del planeta integradas por
naciones jóvenes (Australia, Nueva Zelanda,
Norte y Sudamérica) y por otras de influencia
anglosajona , como la India. 49 Uno de los fines
prioritarios que tienen los museos generales en
las áreas regionales o locales es el de servir de
intérpretes fidedignos de su historia natural y
humana, casi siempre homogénea culturalmen-
te hablando en cada una de esas zonas. Las ex -
posiciones temporales, especialmente las pre -
paradas por museos nacionales o recibidas en
intercambios especiales deben contribuir para
que la comunidad a la que pertenece el museo
vaya adquiriendo un mejor conocimiento de la
realidad nacional y de la herencia internacional.
Exposición de Gilbert & George (1996) en el Stedelijk Museum
Sin embargo, este tipo de museos se en -
de A msterdam. frenta normalmente a numerosos problemas
de carácter de mantenimiento a causa de los Los museos especializados han tenido un res-
costes materiales, y de los distintos especialis - petable auge desde mediados de nuestro siglo, y
tas y conservadores que necesitan para atender aún hoy en día, aunque los matices y el enfoque
y rentabilizar las diferentes secciones (historia, museológico-museográfico hayan variado en las
arqueología, ciencias naturales, etc.) de que dos últimas décadas. El beneficio irreemplazable
consta su colección. que para el público o para la materia propia de
Las variantes que suelen admitir los museos la especialización le proporciona esta tipología
generales se centran a veces en la intensificación puede a veces ensombrecerse ante el -si no des-
del programa de servicios al público, más allá de contextualización- ensimismamiento de su pro-
las tradicionales y multidisciplinales funciones pia materia concentrada. El máximo error consi-
que deben cumplir, las cuales se realizan a través tiría en considerar esta especialización como un
de las exposiciones. En otros casos, el espíritu del material completo de que se dota al museo para
museo general se plasma en la creación de estas cerrarse (acabarse) en sí mismo. La especializa-
instituciones in situ, como ya hemos apuntado, ción no debe ser incompatible con un sentido de
especialmente cuando se trata de zonas arqueo- integración universalista que es de hecho (y así
lógicas que pueden explicar así con mayor efica- debe ser considerado) la realidad del patrimonio.
cia la realidad natural o histórica de ese área . Y, Dentro de los especializados, los museos mo-
por último, podemos admitir una cierta gradua- nográficos cumplen con lo que por definición
ción en el concepto «general» aplicado a museos les corresponde: su dedicación especial a de-
de contenidos variados, no sólo a aquéllos que terminados aspectos del arte, la historia u otras
destacan por su cuantificación objetual. manifestaciones de la cultura. Por su finalidad
Cuando se aplica el concepto general o espe- intrínseca, tanto los especialistas como los mo-
cializado al museo de arte, por ejemplo, se con- nográficos en particular, la temática que abarcan
traponen al menos dos sentidos de la concep- puede ser muy particular y diversa. Tan varia-
ción historiográfica y museológica . En el primer da como diferentes son los campos, las materias,
caso, parece querer extractarse en ellos la idea la realidad multiforme que ha acompañado al
de lo absoluto en el arte, como valor universal: hombre en su actividad a lo largo de la historia.
el discurso perfecto y acabado de la historia del El museo mixto, en cambio, es una consecuen-
arte en todas sus dimensiones -cronológicas, cia de la combinación de un museo general y de
geográficas, estilísticas, sociológicas .. .- y en su otro especializado. En los mixtos de arte, puede
proyección museográfica en el museo . Un poco apreciarse esta simbiosis al comprobar distintos
parecido a lo que en el plano de la intención (del
paradigma ideal de la imagen representada) for -
muló André Malraux de su «museo imaginario»
del arte universal. so
Los museos especializados, más de acuerdo
con la museología moderna, presentan en cam-
bio la oportunidad de profundizar en una parce-
la del patrimonio cultural a través de esa cuidada
selección temática, técnica o procedimental; una
selección que se presenta como medio para la
más completa información e investigación de esa
actividad concreta, cuya riqueza posible puede
evidenciarse en la adquisición de conocimientos
especializados en ese terreno acotado. Jardín Botánico, Atlanta, Georgia, EE.UU.
espacios dedicados unos a la explicitación de como ciudades-museo. Deben ser consideradas
movimientos, tendencias, técnicas, estilos, etc., como auténticas realidades museísticas que han
a través de las obras expuestas; otros -incluso a superado las barreras físicas impu estas por los ob-
veces en un mismo ámbito-, al resalte de una jetos en los museos convencionales. Son conjun-
materia o aspecto del arte muy preciso. 51 tos monumentales, bienes urbanísticos, recintos
Entre los museos especializados destacan antropológicos o históricos... relevantes que se
aquellos que se orientan a la atención de una integran por méritos propios entre los bienes cul-
sola sección o un sector del público, como los turales de la Humanidad. Algunos -como ya ade -
museos dedicados a los niños, que no son una lantamos en su momento-61 han sido proclama-
parte o sección de un gran museo, 52 dotados de dos, junto con numerosas reservas y los más ricos
un programa específico de actividades y de una parques naturales, «patrimonio mundial » por la
peculiar forma de instalar y presentar las obras. Convención sobre la Protección del Patrimonio
Mundial, Cultural y Natural de la UNESC0 .62
Las ciudades-museo, típicas de países po-
5.1. Ciudades-museo, museos al aire libre, mu - seedores de culturas y civilizaciones antiguas
seos jardines, reservas y parques naturales.
El ecomuseo - como los mediterráneos, por ejemplo: Italia,
España, Grecia, Francia, la desaparecida Yugo -
Además de los museos regionales, de los que slavia, etc.- suelen ser motivo de estudios y de
realizan una actividad concreta y de los que especiales atenciones, como las de la citada Con-
atienden a un sector del público determinado, vención. Pero no solamente se trata de estas ex-
como son los dedicados a los niños, entran en cepciones,63 sino de una más detenida, cercana
la definición de museos especializados 53 también y continuada actuación sobre nuestro entorno
los museos al aire libre, las ciudades-museo, los patrimonial. 64 En mayor o menor grado, todas
museos jardines, parques naturales y los ecomu- las ciudades y poblaciones con un poco de his -
seos . Todos ellos encajan perfectamente en la de- toria suelen tener al menos partes que puedan
finición de museo redactada por el ICOM en sus considerarse monumentales; y en casi todas las
estatutos. 54 latitudes del mundo -y a pesar del deterioro eco-
Los museos al aire libre no están ubicados lógico evidente- existen espléndidas riquezas del
en convencionales o innovadores edificios, pero patrimonio natural de conformación tropical o
sí han sido creados para mostrar sus objetos en desértica, montañosas, marineras o volcánicas
un recinto urbano, en los límites de un jardín etc., catalogadas como parques naturales .
o de un parque, o en los de un lugar histórico Si los museos al aire libre presentan especiales
determinado. Dependiendo técnicamente por su problemas de conservación, instalación, circula-
materia de las disciplinas científicas correspon- ción de visitantes, protección y seguridad, etc., a
dientes, presentan sin embargo delicados proble- causa sobre todo de las inclemencias climáticas y
mas museológicos y museográficos, y un amplio su abierta exposición, las ciudades-museo nece-
abanico de variantes: museos de ciencias natu- sitan -como los parques- mayor acción conser-
rales (jardines botánicos y zoológicos), 55 museos vadora si cabe, expuestas como están a un más
arqueológicos, 56 museos etnográficos, 57 museos intenso y constante peligro de deterioro.
de la historia de la tecnología 58 o similares; 59 y El ecomuseo es un nuevo tipo de institución
museos de arte (jardines o espacios para la es- museística impulsado y desarrollado principal-
cultura) .60 mente por Georges Henri Riviere desde media-
Cuando el valor patrimonial y la función de dos de los años cincuenta . En esencia, según sus
conservación se hacen extensibles a recintos ur- teorías, en el ecomuseo se imponen dos temas,
banos amplios o totales éstos pueden calificarse «hacia los que deben converger las presentado-
nes museísticas: se trata del tiempo y del espacio cialmente para documentar de modo cronoló-
en torno a un territorio dado y las relaciones del gico un proceso o un conjunto representativo
hombre y la naturaleza». Dicho de otra manera, de un momento en un modelo de evolución. A
«Un ecomuseo es un instrumento que un po- causa de la naturaleza envolvente de la historia,
der público y una población conciben, fabrican muchos museos de este tipo suelen acompañarse
y explotan conjuntamente. [... ] Una expresión de numerosos objetos de arte y de ciencia, por
del hombre y de la naturaleza. El hombre es allí lo que pueden calificarse más propiamente como
interpretado en su medio natural». museos generales. En este caso, raras veces sue-
El propio Riviere dio tres versiones de la defi- len tener la condición de museos nacionales, a
nición evolutiva del ecomuseo, que hizo públicas pesar de que muchos de ellos han sido orienta-
en reuniones de la Comisión de Museología de la dos para reflejar la historia del país, especialmen-
Conferencia Permanente de los Parques. Prime - te en aquéllos cuya independencia es reciente, y
ra, en 1973, basada en tres conceptos: «Museo donde se utilizan como instrumentos para sen-
de un nuevo género: interdisciplinariedad basada sibilizar la conciencia nacional y el sentido de la
en la ecología; unión orgánica con la comunidad; unidad histórico-cultural.
y participación de esa comunidad en su cons- Según la UNESC0, 6 5 «en esta categoría es-
trucción y funcionamiento». Segunda, en 1976: tán comprendidos los museos, las viviendas y
«Museo que ha prorrumpido violentamente, in- los monumentos históricos de los museos al aire
tegrado por un órgano primario coordinador y libre que evocan o ilustran ciertos acontecimien-
órganos secundarios, cuyo objetivo es el de inter- tos de la historia nacional». 66
pretar el medio ambiente natural y cultural en el Por consiguiente, cabe en esta tipología una
tiempo y en el espacio con referencias comparati- amplia variedad de museos, que nos obliga a
vas fuera de la comunidad». La tercera, en 1980, analizar su complejidad y funciones, tanto des-
que hizo variar sensiblemente sus definiciones de el punto de vista de los soportes conceptuales
anteriores, desapareciendo la palabra museo: «El que los definen, como sobre todo de los conte-
ecomuseo es la expresión del hombre y de la na- nidos y enfoques que los distinguen a nivel mu-
turaleza; una escuela que ayuda a la formación seológico .
de especialistas e incita a la población a aprehen-
der mejor los problemas de su propio medio; una
escuela que asocia a esa población con sus accio-
6.1. Complejidad y variedad de los museos histó-
ricos
nes de estudio y de protección y la incita a apre -
hender los problemas de su propio porvenir». Todas las disciplinas que vertebran los diferen -
(Cfr. La muséologie, 1989, cit, págs. 146-165). tes tipos de museos concurren en el campo de
la historia. De ahí, la complejidad a la hora de
definir, a nivel de categorías, los museos histó-
6. Museos de historia ricos, según hemos adelantado. Por ello mismo,
las distintas clasificaciones de los especialistas,
Las denominaciones «museo histórico» o «mu- aunque se basen en las orientaciones y propues-
seo de historia» entrañan una amplia utilización tas del ICOM.
para designar en la práctica a cuantas institucio- Germain Bazin cita entre los museos histó -
nes proponen una perspectiva cronológica. De ricos: los de historia regional, los museos bio-
hecho, todos los museos cuyas colecciones han gráficos, los museos de folklore, los museos al
sido concebidas y presentadas dentro de una aire libre, los de numismática, los museos tipo -
perspectiva histórica pueden ser incluidos en gráficos, los museos de la navegación, los museos
esta categoría, al estar enfocado su objeto esen- militares, los museos de medios de transporte
y los museos especiales. 67 Es decir, incluye en más fácilmente las variantes tipológicas, las di-
esta clasificación algunos que pueden integrar- ferentes clasificaciones que se hacen de ellos. Se
se en categorías más específicas, como la de et- los ha identificado con los arqueológicos y con
nología, la de artes y costumbres populares, la los prehistóricos, y se incluyen a veces bajo el
de ciencia y té cnica, etc. epígrafe de museos históricos los etnológicos y
Consuelo Sanz Pastor, siguiendo las pautas etnográficos, que constituyen claramente una ti-
del ICOM -las que se desprenden de la defini- pología específica, como veremos. Explicable, en
ción establecida en sus Estatutos-, agrupa los cierto modo, esta tendencia, si se tiene en cuenta
museos en seis o siete categorías, 68 una de las que la historia escrita constituye una parte pe-
cuales es la de «museos de arte e historia», de la queña de la historia humana. Cada museólogo
que forman parte, afirma, los museos arqueoló - pretende a veces con la estructuración y visión
gicos y conmemorativos. histórica del museo proporcionar síntesis de las
Por su parte, Kenneth Hudson, al referirse a distintas respuestas culturales de la Humanidad
«la historia y costumbres de la patria» -uno de centradas en el marco de la historia : aquel en el
los capítulos en que agrupa los distintos tipos de que concurren, en definitiva, todas las activida-
«museos de influencia»-, 69 incluye una gama va- des y expresiones humanas. 72
riada en los siete destacados ejemplos que estu- Con independencia de su origen en el tiem -
dia:70 po 73 -en el que los gabinetes de retratos y las ga-
lerías de batallas famosas influyeron en un prin-
Acaso la única vía para definir la historia sea decidir cipio-, en los países de Europa y América se han
que consiste en el pasado, tal como ha sido procesado venido creando frecuentemente museos provin-
e interpretado por los historiadores. Ciertamente,
no es suficiente saber que Ja historia es el pasado . El ciales y locales de esta tipología, pero también
pasado es el material bruto de Ja historia, recribado nacionales, de diferentes matices y enfoques .74
y reasumido cada generación, si no siempre, muy La mayor parte de los museos históricos in-
frecuentemente. La mayor parte de los museos que tenta mostrar, por lo tanto, la completa histo-
pretenden ser museos de historia son de hecho poco ria de un país, de una región o de una locali-
más que almacenes y muestran el material bruto de
los historiadores. Las colecciones deben ser ordenadas dad desde sus orígenes -incluyendo la historia
en una lógica secuencia y tienen que demostrar cómo natural y la geografía- hasta el tiempo presente
una cosa guía a otra pero, con muy pocas excepciones, con todo lujo de perspectivas del desarrollo ac -
carecen del toque unificador de la filosofía que po- tual, tales como los beneficios de la comarca y
dría retornarlos dentro de Ja historia. Sobre el papel, el crecimiento urbano. En muchos casos, si los
hechos no son historia y, en términos museísticos,
objetos no son historia . Para llegar a la historia Jos objetos no son válidos o son inapropiados, los
hechos y los objetos tienen que contar unas coheren- conservadores de los museos suelen usar re -
tes e inteligibles «historias» , y Ja decisión de referir construcciones, maquetas y gráficos para man -
estas historias es, en el mundo occidental, un acto tener una continuidad cronológica y aumentar
de considerable coraje, porque allí no está acordada la oportunidad de interpretación dentro de su
Ja filosofía de la historia para dar sentido de todo y
para actuar como puente entre los profesionales y el esencial propuesta didáctica. Se integran en
público general.7 1 ellos el arte y las ciencias, recurriendo a todos
los medios audiovisuales posibles, a documen -
Los museos históricos se refieren, ciertamen- tos, mapas, reconstrucciones ecológicas etc. Y
te y de modo fundamental, a bienes «ideológi- normalmente -como si esto fuera un símbolo
cos», a cuanto ha afectado a través del tiempo más a tener en cuenta- este tipo de museos sue -
-hechos, materiales narrativos y discursivos de le estar instalado en viejos edificios de carácter
los hechos, cambios sociales ... - a las civilizacio- o valor histórico artístico, aunque este hábito ha
nes y a su desarrollo. Por ello pueden explicarse cambiado sensiblemente en los últimos años. 75
6.2. En el lugar de la historia acontecimientos muchas veces decisivos históri -
camente. Su variante más conocida internacio-
En tanto que museos históricos éstos incluyen
nalmente son las grandes «armerías», 81 aunque
material arqueológico, con independencia de la
debemos oportunamente resaltar las institucio-
tipología específica de los museos de antigüedades
nes de carácter general, los «museos del ejér-
analizada. Las colecciones de reliquias del mundo
cito», que además de contener normalmente
antiguo suelen encontrarse, como hemos visto,
varias secciones, intentan manifestar el proceso
en los museos nacionales de numerosas ciudades
histórico-militar y, en su caso, la actividad béli-
y países, especialmente de Europa y Asia. 7 6 Pero
ca de un país, una región o una ciudad, en los
otras muchas veces se procura no desarraigar de
cuales están implicados normalmente países, re-
sus yacimientos originales esa riqueza histórica
giones o ciudades vecinas. 82 Otros se erigen en
de la antigüedad, propiciando los museos in situ a
conmemoración de algún evento determinado, 83
que nos hemos referido en páginas ateriores. De
habiendo adquirido todos ellos un especial de-
esta concepción o planteamiento histórico-mu-
sarrollo después de la Primera Guerra Mundial.
seográfico surgen las variantes de los «museos-
Los museos marítimos, cuya función es la de
yacimiento» arqueológicos, los «museos- monu -
conservar y exponer cuantos objetos de interés
mento» histórico-artísticos, los «museos-paraje»
patrimonial se refieran a las diversas vertientes
histórico-culturales o los «museos conmemorati-
de la marina -militar, mercante, de investigación,
vos» de alguna destacada personalidad. 77
etc.- y del mundo marinero en general, han par-
Y aunque los museos etnológicos y de artes y
ticipado también de este importante crecimiento
costumbres populares son de hecho museos his -
en nuestros días. La mayor parte de ellos han sido
tóricos (también los arqueológicos, muchos de
instalados en edificios históricos, 84 pero algunos
los instalados al aire libre, etc., y otros análogos)
otros han sido provistos de nuevos planteamien-
Y así son incluidos por diversos especialistas en
tos museográficos e importantes edificios .85
sus clasificaciones,7 8 por su carácter especializa-
do e importancia nosotros los incluímos en una
tipología independiente, siguiendo las pautas y 7. Museos de etnografía, antropología
clasificaciones del ICOM. 79 y artes p opulares
En todo caso, siempre que se trate de musEos
históricos debemos tener muy en cuenta lo co -
mentado acerca de su complejidad y amplitud Agrupamos estos tres tipos de museos de natu-
de campo que les conceden a este tipo de ins - raleza histórica especializada en una clasificación
tituciones las distintas materias y disciplinas, y independiente, fundamentalmente por dos ra-
sus peculiares problemas de conservación, ins- zones: porque anteponen el interés cultural al
talación y presentación, y proyección didáctica y cronológico en la presentación de las obras; y
sociocultural. 8º porque, «Si la disciplina en que se basan estos
museos puede variar, ya que según la tenden -
cia y las circunstancias se denominan de etno-
6.3. Museos militares y navales grafía, de antropología o de folklore , al menos
Dentro del grupo de los históricos, los milita- todos ellos tienen algo en común: que se dedican
res destacan por sus muchas peculiaridades: no esencialmente a culturas o a elementos cultura-
sólo por los heterogéneos objetos de una fisono- les preindustriales contemporáneos o pertene-
mía contrastada y especializadas funciones que cientes a un pasado más o menos reciente, estu-
guardan y exponen, sino sobre todo por cuan- diados directamente». 86
Conviene advertir que a la denominación
to expresan a través de ellos - tanto originales,
como réplicas, copias y maquetas, etc.- acerca de «museos de folklore» le concedemos exacta-
mente el mismo significado que a los «museos tado 89 completan la visión de una tipología que
de artes, tradiciones y costumbres populares». solamente puede alcanzar su auténtica dimen-
Y que tanto los etnológicos como los de folklo- sión desde la perspectiva de la evolución cultu-
re pertenecen y estudian el campo etnogeográ- ral de la Humanidad. Debe tenerse en cuenta,
fico. además, que
Los museos etnográficos y antropológicos tie-
nen su claro precedente en los gabinetes de cu- del mismo modo que la etnología comenzó siendo
riosidades de los siglos xvr y xvn -en los que, entre una reunión de personas interesadas en el estudio
de cómo vivían los pueblos primitivos y exóticos, así
otros muchos objetos reunidos, se coleccionaban también la museografía comenzó siendo una exhibi-
«artilugios» y «artefactos» de pueblos y civiliza- ción de artefactos que hacían referencia a estas formas
ciones primitivas- y, sobre todo, en los más ilus- de vida . [... ]La transición del coleccionismo particu-
trados del xvm, cuya evolución iba a obligar en la lar a la exhibición pública por medio de museos de
segunda mitad del XIX a la aparición rigurosa de etnología comienza después de la fundación de las
primeras sociedades antropológicas, esto es, a partir
estas instituciones. de la segunda mitad del siglo pasado .90
La conformación de los museos etnográficos
marcan una serie de diferencias entre los diver- Desde entonces al presente, los museos etno-
sos países donde se ubican. lógicos o etnográficos han adquirido una con-
Por un lado, suelen ser habituales en las nue- solidación tanto conceptual como programática
vas naciones de África y Oceanía, para cuyas po- y funcional, 91 advirtiendo en su conformación
blaciones este tipo de institución les sirve como diferencias provenientes de la amplitud geográ-
instrumento indispensable de cohesión y unidad fico-cultural de sus colecciones. Son un tipo de
entre los distintos grupos tribales. museos que pueden presentar con cierta flexibi-
Por otro, cuando se trata de museos de et- lidad las variantes de museos nacionales, regio-
nología en los países occidentales e industriali- nales, provinciales, comarcales y locales -ade-
zados, también debemos resaltar unos cuantos más de al aire libre, 92 sin mengua de su función
matices de enfoque y constitución que los carac- sociocultural. Las remodelaciones de sus edifi-
terizan: naturaleza autónoma de los fondos en cios y las nuevas construcciones, 93 pero sobre
los museos de los países germánicos y escandi - todo una mayor especialización museográfica
navos, y compartición de los bienes etnográficos ayudada por los avances tecnológicos, han con-
con otras variadas materias en los del resto de vertido en la segunda parte de nuestro siglo a los
Europa. En los países que han protagonizado en museos etnográficos y de folklore en centros de
algún sentido la colonización, los etnográficos revovados interés y, por su normalmente muy
son, además y sobre todo, museos de la cultura cuidado enfoque didáctico, en un foco de pro-
de otros pueblos. yección sociocultural influyente.
Lo normal es que las capitales de las distin- Los museos de folklore tienen como objetivo
tas metrópolis colonizadoras europeas hayan y preocupación la etnografía del propio país don-
instalado en su momento los museos etnográfi- de están instalados, dedicándose el museo nacio -
cos, desde los cuales poder contemplar en medio nal a un tratamiento del conjunto y dejando a
de la euforia colonial de aquellos momentos, 87 los museos regionales, provinciales o locales los
como si se tratara de una gran ventana abierta, aspectos más concretos o parciales, de un terri -
un atractivo, lejano y desconocido mundo. Así torio más acotado. Han tenido un notable desa-
nacieron los mejores ejemplos que podemos ci- rrollo aquellos dedicados a la preservación de las
tar como expresivos de esta tipología, 88 tradiciones urbanas y rurales, ocupándose mu-
En este sentido, los ejemplos que estudia chos museos de historia en la documentación de
Kenneth Hudson en su Museums of Influence ci- los variados aspectos materiales de la vida con-
temporánea y en constituir una selecta colección siciones temporales, sino porque resultan sintó-
de objetos. Según G. H. Riviere, nicos con la preocupación general de conserva-
ción de la naturaleza y el entorno humano, entre
no se desarrollan exclusivamente de un modo au- otros aspectos de interés.
tónomo. Algunos de ellos van unidos a los museos
de etnografía, como ocurrió con el antiguo Museo
Los museos de ciencias naturales, herederos lejanos,
de Etnografía del Trocadero . Otros. lo están más o como los otros museos, de los antiguos gabinetes de
menos a mu seos de programa más amplio, pero en la curiosidades, tienen una gran importancia para las
esfera nacional como sucede con el Museo Nacional numerosas di sciplinas a que se dedican: geología,
del País de Gales, el de Checoslovaquia y numerosos mineralogía, botánica, zoología, antropología física .
museos regionales. 94 paleontología, ecología, etc. Esta lista sería aún más
larga, si se añadiesen en ella otras disciplinas que
Como se sabe, Artur Hazilius desarrolló en están con frecuencia incluidas en esos museos: pre-
1872 el primer museo sobre la vida y las costum- historia, arqueología americana, etnología. 97
bres tradicionales en el Nordiska Museet, en Es -
tocolmo (Suecia), al que siguió el primer museo Los primeros museos de este tipo que se crea-
al aire libre, el ya citado de Skansen. Después, ron fueron el Musée d'Histoire Naturelle de París
seguirían otros en diferentes países europeos, es- a fines del siglo xvrn, y el British Museum (of Na -
pecialmente en los escandinavos, Alemania, Paí- tural History) de Londres. 98 En el siglo x1x, con
ses Bajos, Suiza, Francia e Italia, donde suelen el desarrollo de las ciencias, se produjo un creci-
existir dos tipos : los especializados en etnografía miento importante de estos museos, no sólo en
exterior (los museos etnológicos ) y los dedicados Europa sino también en los Estados Unidos y en
a la etnografía nacional (de folklore o de artes y la América Latina, donde se unió a las ciencias
tradiciones populares). El citado Musée National de la naturaleza la antropología física y social. A
des Arts et Traditions Populaires de París, 95 es su larga evolución en la primera parte del siglo
uno de los buenos ejemplos que guarda y pre- xx ha seguido una rápida transformación des-
senta este tipo de colecciones instaladas en un pués de la Segunda Guerra Mundial, producién-
edificio. Al aire libre, además del Skansen y el dose la renovación de las secciones tradicionales
también referido National Museum of Niamey en museos destacados, especialmente a partir de
(Níger), destacan internacionalmente otros mu- la década de los sesenta, y convirtiéndose algu -
chos enclavados en las más variadas latitudes de nos de los mayores en centros internacionales de
Europa, África, América o Asia.96 taxonomía de las obras y de investigación. 99
El interés del público por los museos de cien -
cias naturales ha continuado creciendo, hasta tal
8. Museos de ciencias naturales punto que se han convertido en paradigmas de
iniciación museística de los escolares, en no po-
Entre los museos dedicados a algún área de la cos casos, y en medios elocuentes de transmisión
ciencia y clasificados genéricamente como «mu - del espíritu y la mentalidad científica de la época
seos de la ciencia» (ciencias de la naturaleza, tanto a nivel de la información sobre la investi-
ciencias exactas o aplicadas, ciencia/técnica -se gación y el progreso, como en la mentalización ,e
excluyen los de historia de la ciencia y de la tec- implicación personal y colectiva en el problema
nología, por estar considerados como propia- del desarrollo tecnológico y en el deseo de cono-
mente históricos), los denominados de «ciencias cer, apreciar y conservar el medio natural y el
naturales» figuran entre los pioneros del ámbito entorno humano desde una posición ecológica y
científico, y resultan en los últimos tiempos es- una perspectiva rigurosamente histórica.
pecialmente atractivos al público, no sólo por su Uno de los ejemplos que se han hecho clásicos
renovación museográfica y espectaculares expo- a nivel internacional por atender ambas funcio-
nes -la didáctica y la investigadora- es el Museo 9. Museos científicos y de técnica in-
de Historia Natural de la Villa de México ( 1964), dustrial
creado como centro educativo y de orientación
popular en pleno bosque de Chapultepec. Sus En la tipología de los museos de ciencias aplicadas
colecciones abarcan desde la geología y la mine- y museos de la técnica se encuadran, siguiendo
ralogía hasta la flora y la fauna del país mejicano, las pautas de los comités especializados del ICOM,
y fue instalado con los mejores adelantos museo- aquéllos que «son representativos de la civiliza-
gráficos de su género en aquel momento. 100 ción industrial; abarcan todas las técnicas y, dentro
Kenneth Hudson analiza como museums of in- de las ciencias, conceden la preferencia a las ma-
flu ence bajo el epígrafe «El hombre, la naturale- temáticas, la astronomía, la física y la biología ».J0 2
za y el medio ambiente»: 101 además del Natural Entre sus múltiples objetivos, estos museos
History Museum de Londres, el Norther Animal tienen la misión de mostrar desde la evolución
Park de Emmen (Paises Bajos), el Senckenberg general a las últimas innovaciones aparecidas en
Museum (Frankfurt, Alemania) y el Goulandris el campo de las ciencias y de la técnica, sin desli-
Natural History Museum (Kifissia, Grecia). garlas de su contexto histórico y sociocultural. Es
importante en ellos resaltar la relación existente
entre las llamadas ciencias puras y las aplicadas, y
evidenciar el desarrollo paralelo que ha existido y
existe entre ambas. Y que los objetos producto de
los descubrimientos y los inventos contribuyan a
esclarecer el largo proceso científico y tecnológico
habido a lo largo de la historia. Es decir, además
de conservar el patrimonio científico-técnico,
los museos de ciencia y técnica están obligados
a proporcionar al visitante los medios adecuados
para comprender la evolución y desarrollo de la
civilización industrial, y a descubrir en ella los
valores socioculturales, entre otros la tantas ve -
ces debatida adecuación entre el nivel de vida del
hombre y el avance técnico -industrial.

Aerospace Museum (interior), Los A nge les. 5cience M useum (in terior), Londres.
Ejemplo paradigmático entre este tipo de mu- nica que ven en ellos una estupenda tribuna de
seos es el ya comentado Deutsches Museum de publicidad para sus productos e investigación apli-
Munich, 103 fundado en 1903 e inaugurado en cada.105 Pero ha sido también la demanda popular
1905 . Un esfuerzo enciclopédico para mostrar la que ha impulsado este tipo de museos, por lo que
didáctica y prácticamente la evolución y el de- quizás se hayan convertido en los más dinámicos y
sarrollo científico-técnico de Alemania. En él se atractivos centros museísticos. La espectacularidad
presentaron por primera vez al público modelos de sus instalaciones participativas y la animación
mecánicos en movimiento. Con él se iniciaba sociocultural permanente preside algunos de los
una tipología de museos que ha tenido un gran más llamativos, como la Cité de les Sciences, les
desarrollo en diversos países industrializados, Techniques et !'Industrie de La Villete, en París, 106
especialmente de Europa y América. El Science que ha adoptado el modelo del Exploratorium de
Museum de Londres -construido en los primeros San Francisco y del Science Museum de Boston,
años del siglo- tendría sus antecedentes, como el en los Estados Unidos, o del Ontario Science Cen-
Victoria and Albert Museum, en la Exposición ter de Toronto, en Canadá. Los museos de esta
Universal de 18 5 1. Una firma alemana fue pre- naturaleza existentes en España han sido impul-
cisamente la que instaló en 1913 el Planetarium sados algunos también por entidades privadas, y
de París, en torno al cual Paul Langevin creará en otros casos por instituciones públicas o por una
en 1936 el Palais de la Découverte, y en el que el participación mixta pública y privada. 1º7
premio Nobel Jean Perrin realizará una impor- Uno de los aspectos más característicos a ni-
tante labor rodeado de un excelente equipo. Un vel museográfico de los museos de ciencia y téc-
museo científico que habría de distinguirse por nica es la utilización de prototipos y modelos, en
su enfoque y dedicación didácticas. 104 combinación con piezas originales u objetos con-
Ejemplo destacado de la primera época es cretos.108 Unos instrumentos que realizan una
también el Museum of Science and Industry de función eminentemente didáctica basados en el
Chicago (1933). Otros americanos y, con un ca- principio de analogía general y en la que guar-
rácter más especializado, surgirán posteriormen- dan con el objeto concreto, y cuya utilización sis-
te, como el Smithsonian's National Air of Space temática por parte de estos centros ha sido estu-
Museum (1972 - 1975), en Washington, D.C., y diada de modo pormenorizado por O. Petrick. 109
el California Museum of Science and Industry En cualquier supuesto, estén instalados con
de Los Ángeles, que incluye el Aerospace Hall mayoría de objetos concretos o piezas originales
(Museum), de 1984, así como el Air and Space -es el caso del Deutsches Museum de Munich- o
Garden y el IMAX Theater. En este sentido, el de- con prototipos o modelos (en los que se refleja
sarrollo de los diferentes países ha propiciado que incluso la alta tecnología aplicada), los museos
se orienten muchos de estos museos instalados de ciencia y técnica destacan, como decimos, por
en las dos últimas décadas como un instrumento su carácter de animación permanente, pero tam-
educativo de primer orden. Así, los de Calcuta, bién como impulsores del progreso museológico
Pilani y Bangalore, los tres en la India, o el Mu- a través de las técnicas de presentación emplea-
seo Tecnológico de la ciudad de México. O como das. Con su particular funcionalidad y misión,
el ya veterano Museo Nazionale della Scienza e se han convertido asimismo en una pieza indis-
della Tecnica Leonardo da Vinci de Milán, en Ita- pensable de la gigantesca máquina del tiempo
lia, que ofrece facilidades a las escuelas que no que resultan los museos; 110 en un recinto con
poseen laboratorios ni talleres. excepcionales repertorios de especímenes y do-
En la expansión y mantenimiento de muchos cumentación para público e investigadores, que
de los recientes ha influido la política de grandes permite el avance del conocimiento desde una
compañías o multinacionales de la ciencia y la téc- perspectiva multidisciplinal.
10. Otras variaciones tipológicas de Arqueología e Historia (ICMAH) del ICOM.
de museos Y den tro de este á rea, los denominados «museos
de patrimonio territorial» o museos territoriales,
El desarrollo último de los museos ha hecho así como los «museos de la civilización », han ad -
variar sensiblemente algunas de las tipologías y quirido una definición e importancia relevantes
clasificaciones acuñadas y ha introducido en la en el entramado sociocultural. 1 13 Una tipología
práctica algunas otras modalidades. La conven- qu e encuentra su analogía o coincidencia con
cional división de carácter general señalada 111 los denominados «museos de poblaciones autóc-
admite, como hemos comprobado, múltiples va- tonas » y «museos comunitarios », y que puede
riaciones. Muchas veces, éstas han surgido de un aparecer como la opuesta de los llamados recien-
determinado diseño o perfil conceptual que se temente «museos de autor », «museos de padre
le imprime al museo -bien en la configuración único» (véase Museum, núms. 172, 1992, y 185,
de sus colecciones, bien en los comportamien- 1995) o «museos de coleccionistas ». Se caracte-
tos funcionales a nivel sociocultural-; en otras rizan éstos por su llamativa individualidad y por
ocasiones, las nuevas modalidades han apareci- mantener el estigma de su fundador.
do ante las necesidades impuestas por la mayor Las clasificaciones o tipologías contempladas
rentabilidad concedida a un sector acotado del y codificadas por los especialistas continúan, en
conjunto patrimonial en las diversas especialida- cualquier caso, abiertas sin solución de continui-
des o por la propia dinámica de la demanda pú- dad, dependiendo a veces sus denominaciones
blica. Los enfoques didácticos y antropológicos del enfoque o criterio empleado, pero también
han determinado principalmente algunas mati- de los nuevos usos y valoraciones que se hacen
zaciones tipológicas. por parte de los propietarios, gestores y bene-
Desde esta perspectiva, hemos podido com - ficiarios de estas instituciones -y de los medios
probar cómo los ecomuseos constituyen una de técnico-pedagógicos y aplicaciones sociocultu -
las mayores innovaciones de la segunda mitad del rales-, y cuya palabra clave en que basar estas
siglo 112 , cuyo desarrollo o evolución de su con - divisiones o matizaciones tipológicas es, en opi-
cepto ha propiciado el «museo de sitio integra- nión de Timothy Ambrose y Crispin Paine, 1 14 la
do», impulsado desde 1992 por el Proyecto Situs, de «Centro de patrimonio».
que comprende el grupo de trabajo del Comité Otros puntos de vista de diversos autores, 11 5
insisten en el carácter peculiar que han termina-
do por conformar en una línea de conducta con-
creta -sobre todo elitista- muchas de estas insti-
tuciones, especialmente europeas, herederas de
concepciones tradicionales . En contraste con esta
situación -que en las dos últimas décadas ha va-
riado a veces de modo radical en muchos museos
europeos-, podemos apreciar Ja constante de la
atracción y confort de los servicios en los museos
americanos y canadienses, frente a una «dirigida
y calculada» dimensión didáctica en los de la ex-
tinta Unión Soviética y los antiguos países socia-
listas del Este europeo. 1 16 En esta configuración
pesa mucho el perfil ideológico y político que se
Museo de escultura abstracta al aire libre, Paseo de la Castellana,
les imprime, pero también el régimen de propie-
Madrid. dad que los rige, su titularidad y funcionamiento
administrativo. Así, mientras que la mayor parte
de los museos europeos tienen un origen y titu-
laridad públicas, 117 los museos norteamericanos
provienen y dependen casi en su totalidad de la
iniciativa privada. 118 De ahí, Ja diferencia tam -
bién de financiación y mantenimiento que dis-
tingue a unos y otros 119 y su diversa incidencia y
rentabilidad sociocultural.
El propio desenvolvimiento museístico en
los últimos tiempos ha obligado a entrar a estas
instituciones en una nueva fase de definición y
comportamiento. Más allá de la puesta en cues-
tión de las fronteras tradicionales, el avance de la
museología y de las tecnologías aplicadas a su in- Parque natural region al de las Landas de Gascuña, ecomuseo de
la Grand-Lande, Marqueze, Francia (según Riviere, 1989).
fraestructura y funcionamiento, los nuevos mé -
todos de financiación y rentabilidad, y las nuevas
exigencias del mundo actual. etc., han termina- que ver. Baste citar sólo dos grupos de ejemplos
do por configurar cada vez más un amplio aba- recientes para comprobarlo. El primero de ellos
nico de variantes, clasificaciones o tipologías. A comprende dos «modelos» que se muestran in-
veces, son consecuencia o simples matices de un geniosos y atractivos, como son el «Museo Infor-
desarrollo tipológico concreto, en el que los me- mativo» de Washington, denominado Newseum,
dios electrónicos e informáticos, 120 telemáticos, y el Museo Hispano de Ciencia y Tecnología
etc., reportan especiales perfiles, como ocurre (MHTC), un museo virtual que contiene una se-
con los «museos interactivos». Pero otras, resul - lección de piezas científicas de doce museos es-
tan específicas novedades tipológicas, como son pañoles; 122 el segundo está representado por un
los «museos tiflológicos» (es decir, «museos para solo y atípico «prototipo» dotado de imprevisi-
ciegos»), en cuya categoría destaca el instalado bles perfiles y contenidos, como es el «Museo del
por la ONCE en Madrid, que fue inaugurado el Arte Malo», el Museum of Bad Art (MOBA) de
14 de diciembre de 1992. Dedham (Massachusetts), que viene formándose
Muy en consonancia con la opinión ya co- desde 1992. 12 3
mentada de Peter Woodhead y Geoffrey Stan- Sea como fuere, y abierta como está la
field, de que «la variedad de las instituciones pú- posibilidad de acrecentamiento de las tipologías
blicas que se describen a sí mismas como museos de museos -rigurosos o anecdóticos, caprichosos
es tal que a veces es difícil descubrir qué tienen o innovadores, ortodoxos o heterodoxos, etc.-,
en común», 121 las tipologías y variedades de los debemos reconocer que tan sólo hemos tratado
museos aumentan llamativamente en nuestros de esclarecer en páginas anteriores y, sobre todo,
días con definiciones a menudo muy contrasta- a lo largo del presente capítulo, algunas de sus
das y hasta sorprendentes. En ello, no sólo las acuñaciones y denominaciones más comúnmen-
más modernas aplicaciones tecnológicas tienen te aceptadas. 124


NOTAS AL CAPÍTULO 5 nos del curso), s.a. de farmacia
En la op. cit. La muséologie selon naval
En ICOM News (Boletín de Noticias 1989, se detiene sobre este terna de la aeronáutica
del ICOM) , París, vol. 16, núms. en varios capítulos, pero especial - C) ETNOLOGfA
1-2, 1963. mente en el titulado «Musée et etnográficos
2 ICOM News, vol. 21. núm. 4, 1963 . societé, aujourd'hui», págs. 89 y de folklore
3 Estos doce Comités fueron: sigs. de artes y costumbres
a) Comité de Museos de Ciencias 12 VARINE-BOHAN, H. de, en el art. populares
y Técnica. b) Comité de Museos cit. de la Encyclopaedia Britannica, D) CIENCIA
de Ciencias Naturales . c) Comité 1974, págs . 654-656. de ciencias naturales
de Museos de Etnología. d) Co- 13 LEWIS, G.D., en «Muse um s» , an . de ciencias químicas
mité de Museos de Arqueología e cit. de la Encyclopaedia Britannica, de instrum entos científicos
Historia. e) Comité de Museos de edición de 1988, págs . 483-485. E) TÉCNICA
Arte Moderno. f) Comité de Mu- 14 El museo en la educación, Madrid - de técnica publicitaria
seos de Artes Aplicadas. g) Comité Barcelona, Index, 1971. de maquinaria industrial
de Museos Regionales. h) Comité 15 Museos Locales de Artes y Cos1umbres de reproducciones
de Museos de Vidrio. i) Comité de Populares, Madrid, Dirección Ge - de artes y oficios
Museos de Instrumentos Musica- neral de Bellas Artes, 1972. 2. Tipologías museológicas según la
les. j) Comité de Museos de Cos- 16 Museos y colecciones de España, Ma- densificación objetual
tumbres. k) Comité de Museos de drid, Dirección General de Bellas MU SEOS GENERALES
Transportes. 1) Comité de Museos Artes [1969, 1972, 1980, 1986], MU SEOS ESPECIALIZADOS
de Historia Militar. reedición corregida y aumentada, - Técnica artística
4 ICOM. Programme 1975-1977, Pa- Ministerio de Cultura, 1990. - Arte (arquitectura, pintura, es-
rís, Maison de l'UNESCO, págs. 17 La España de los Museos, San Sebas- cultura)
6- 7. Fueron éstos: l. Museos de tián, Ministerio de Información y - Materia física (textil, vidrio, ce -
Ciencias y Técnicas . 2. Museos Turismo, 1970. rámica ... )
de Historia Natural. 3. Museos de 18 NIETO GALLO, G., Panorama de - Actividad socio-cultural (moneda
Arqueología e Historia. 4 . Museos los museos espafioles y funciones mu- y timbre ... )
de Etnografía. 5. Museos de Artes seológicas, Madrid, Anaba, 1973, - Artista (Van Gogh, Rodin ... )
Aplicadas. 6. Museos de Arte Mo- págs. 39-55. - Casa museo (Rembrandt,
derno. 7. Museos regionales. 8. 19 LEÓN, A. , en la op. cit., El museo ... , Goethe, Beethoven ... )
Museos especializados: a) Museos págs. 114 a 170, obteniendo estos M USEOS MIXTOS
y colecciones de instrumentos resultados, que sintetizamos en el 3. Tipologías museológicas según la
musicales. b) Museos de Armas. siguiente esquema: propiedad
c) Museos de Historia Militar. l. Tipologías museológicas según la MUS EOS PÚBLICOS
5 SALERNO, L. [y otros], op. cit., disciplina - Estatales (Patrimonio nacional,
1963. A) ARTE ministerios ... )
6 BAZIN, G., en Cou rs de Muséologie, arqueológico (epigrafía, numis- - Estatales + institución cultural
París, Ecole du Louvre (edición mática, glíptica) (academias, departamentos uni-
interna a multicopista para los de bellas artes (pintura, escultura, versitarios)
alumnos del curso), s.a. artes menores, grabados, dibujos ... - Casa museo (Rembradt. Goethe,
7 BENOIST, L., Musées et Muséologie, ) Beethoven ... )
París, P.U.F., 1971. de arte contemporáneo (Museo M USEOS PRIVADOS
8 En «Problemes du Musée de bellas artes + fotografía, cómic, - Autonomía del Estado
d'histoire», en Museum, vol. XXV, vídeo -instalaciones, happenings ... ) - Tutela o subvención parcial de
núm. 4, 1973. de estilo (monográficos; ambien- alguna entidad estatal
9 «ROie du musée de science et te- tales: reconstituciones de cuadros 20 Idem, págs. 164-165.
chnique industrielle», Museum, de época/reconstituciones arqui- 21 BELTRÁN LLORIS, M., «Teoría del
vol. XXV, núms. 1/2, 1973. tectónicas/atmósfera de época) Museo», Caesaraugusta, núms. 35-
10 BUCARELLI, P., en Futuribili, op. B) HISTORIA 36, Zaragoza, 1971-1972. Resulta
cit., Roma, núms. 42-43, enero- de historia de las ideas de ello, el sigu iente esquema :
febrero de 1972 . del ejército y militar A) Por su extensión:
11 En «Musée des Beaux-Arts ou del correo y sello universal (nacio- 1. Museos generales. 2. Museos
Musée d'Etnographie? », en Ca- nal, cronológico, temática .. . ) especializados.
hiers, París. Y en Cours de Muséologie, de medios de transportes (ferroca- B) Por su contenido:
París, Ecole du Louvre (edición in- rril, carruajes, coches ... ) 1. Históricos. 2. De bellas artes. 3.
terna a multicopista para los alum- de criminología Arqueológicos. 4. Etnológicos .
5. Técnicos. 6. Historia natural. -en internacional actualidad este te neoclasicismo de la época.
7. Varios. último, desde que en 1985 se in- En Francia, el Musée de la Civi-
C) Por su administración : augurase su nueva sede, obra del lisation Gallo-Romain de Lyon es
l. Estatales . 2. Provinciales: a) arquitecto Rafael Moneo- y Ta- obra de Bemard Zehrfuss, reali-
Ayuntamiento y b) Diputación. rragona. También, los de Ambro- zado en 1975 . Ejemplo de la in s-
3. Privados. 4. Eclesiásticos . 5. na (Soria), Barcelona, Santander. talación in situ de un museo, el
Varios. León, Ampurias, Cádiz, Zaragoza. arquitecto ha tenido que enterrar
22 En Museum Basics, Londres-Nueva Oviedo, Toledo, Pamplona, etc. el edificio al no poder disponer si-
York, ICOM/Routledge, 1993, 25 Una reflexión personal interesan- quiera de una mínima banda del
pág. 7. te sobre los museos arqueológicos talud en pronunciada pendiente.
23 GAYA NU-0, J.A., op, cit., 1970, es el ensayo de Luis Caballero Zo- Solamente emerge la planta supe-
pág. 25. reda Funciones, Organización y Ser- rior.
24 Debemos recordar que la riqueza vicios de un Museo: el Museo Arqueo- Proyecto ambicioso es el Museo
arqueológica española es excep- lógico Nacional de Madrid, Madrid, de la Acrópolis de Atenas, previsto
cional -en variedad, cantidad y Anabad, 1982, 205 págs. para 1996. Fue ganado en concur-
calidad, por haber sido Espa!'ía 26 En el pasado inmediato, resalta- so internacional entre 436 partici-
cuna y cruce de muchísimas civi - ron instalaciones como las de los pantes por los arquitectos italianos
lizaciones en la antigüedad-, y en museos arqueológicos del Castello, Lucio Passarelli y Manfredi Nico-
consecuencia muy ricos en conte- Milán, o el Civico de Bérgamo, en letti en 1990. Catorce personalida-
nidos los muchos museos (nacio- Italia. El propio Museo Arqueoló- des formaron el jurado.
nales, autonómicos, provincia- gico acional de Madrid ha recibi- 27 Lo justifica así: «El hecho inicial
les, locales ... ) que desde el siglo do numerosas reformas positivas, y de que la escultura y pintura si-
pasado y primeros del presente está en proceso de una más amplia tuables cronológicamente entre
han venido construyéndose, remodelación. El llamativo conte- los aüos 1100 y 1800 signifiqu e la
promovidos especialmente por nedor del Museo Nacional de Arte ilación más continua y gloriosa de
las Comisiones de Monumentos. Romano de Mérida citado ofrece, cualquier arte occidental no exclu-
Una labor de recolección y sal- junto a su espectacularidad arqui- ye que sus obras puedan y deban
va guardia in gente que, como en tectónica, nuevos enfoques de pre- ser -aun datables en muy distintos
otros países europeos, especial- sentación de las obras, a pesar de momentos de ese largo ciclo- fon-
mente los mediterráneos, y en alguna que otra disfunción entre do de museos arqueológicos. Ya
otros de milenarias culturas de la el continente, los contenidos y los vimos que la arqueología no se
Humanidad, exp licita el valor de espacios de trabajo de los conser- oponía doctrinal ni científicamen-
significación y representatividad vadores y de servicio al público. te a la veneración de lo bello» (op.
que arqueólogos y museólogos Muchos otros españoles han sido cit., 1970, pág. 51) .
han concedido a estos objetos en renovados con innegables aciertos 28 Se refiere Gaya Nuria, lógicamen-
la interpretación del pasado más en esta última década. te, al Museo del Prado cuando
remoto del hombre. Entre los últimos proyectos y re- pone como ejemplo de la coexis-
Entre los españoles, el Museo Ar- modelaciones de centros arqueo - tencia entre dos autores diversos y
queológico Nacional de Madrid - lógicos, debemos citar: el Museo lejanos uno del otro en la estética
creado en 1867 e inaugurado en Civico agli Eremitani de Padua, y en el tiempo al Gaya de las Pin-
1871- es el segun do museo en im- Italia, obra del arquitecto Marco turas Negras y al Botticelli de los
portancia del país después del Pra- Albini y otros arquitectos, reali- cuadros de la «Historia de Nasta -
do. Insiste Gaya Nuño: «Hay que zado de 1969 a 1985 en un con- gio degli Honesti».
hablar en plural -en largo plu- vento del siglo xv1; el Museo Lapi- 29 GAYA NU-0, J.A., ídem, pá g.
ral- porque éstos son ya muchos, dario Maffeiano ( 1977 - 1982), en 169.
y puede ser que los más fascinan- Verana, también en Italia, obra de 30 A nivel de significación e inciden-
tes y mejor articulados de nues- Arrigo Rudi, es remodelación del cia de la institución museística, un
tra red museal. Razonemos estas promovido en el siglo xvrn por el ejemplo de enfoque renovador al
afirmaciones. En primer lugar, ilustrado Scipione Maffei, y que se respecto es el ofrecido por Ken-
el Arqueológico Nacional jamás reconoce como el primer ejemplo neth HUDSON en su obra Museums
pretendió una exahustividad y un europeo abierto al público. La re- of lnf/uence, (Cambridge University
monopolio que hubieran hecho modelación ha tenido que superar Press, 1987), ya citado, en el que
gigantesco, a la vez que enfadoso, los inconvenientes que tanto el presenta una clara taxonomía de
su talante ... » (págs. 25-26). Anali - edificio como el jardín arqueológi- los museos a imitar por los demás:
za a continuación los veintitantos co rezuman de las polémicas sur- los anticuarios y arqueológicos; los
más importantes, entre ellos los de gidas cuando fue construido entre templos del arte; los del hombre.
Sevilla, Córdoba, Granada, Mérida el decadente barroco y el incipien- la naturaleza y el entorno; los de


la ciencia, tecnología e industria; Valencia, Bilbao, etc. La mayoría Gibson «Un desafío contemporá -
los de historia y costumbres patri- de los provinciales y locales con- neo : el Museo de Estado del Er-
moniales; los de «la historia donde tienen al menos sección de bellas mitage », en Museum Internacional,
ha sucedido» (es decir, los museos artes, junto con las de arqueología París, UNESCO, nº 190, vol. 48, nº
in si1u); y los museos indicadores y de arte contemporáneo, como 2, 1996, págs. 46-50.)
del futuro. norma habitual. 34 Como el MOMA de Nueva York o
Entre los «templos del arte» -para 33 Ejemplos concluyentes pueden ser el Musée National d'Art Moderne
lo cual no utiliza las clasificacio- el British Museum de Londres, el de París, hoy integrado en el Cen-
nes convencionales- analiza cinco Louvre de París o el Museo Nacio - tre National Georges Pompidou .
instituciones «influyentes» muy nal del Prado en Madrid, aunque 35 Incluso han prescindido algunos
diversas y complementarias: el éste sea fundamentalmente una en su título del término «mu-
Louvre de París (el antiguo Musée pinacoteca, acaso la pinacoteca seo», como los españoles Institu-
Central des Arts o Musée Napo - más importante del mundo en co- to Valenciano de Arte Moderno
léon); el Altes Museum de Berlín; lecciones del pasado. Y así como el (IVAM), de Valencia, inaugurado
el Victoria and Albert Museum, Louvre tiene su extensión natural a principios de 1989 o el Cen-
de Londres; el Metropolitan Mu - en el museo de arte francés del si- tro Atlántico de Arte Moderno
seum, de Nueva York; y el tam- glo XJX, el Musée d'Orsay -obra de (CAAM), de Las Palmas de Gran
bién neoyorquino Museum of la citada Gae Aulenti en la antigua Canaria ( 1989), obra espléndida
Modern Art (MOMA). estación ( 1980-1986 )-, el Prado del arquitecto Francisco Javier
31 De las funcio nes específicas del también guarda el arte del siglo Sáenz de Oiza . Otros sí lo con-
museo -tanto las tradicionales x1x -y algunas obras del xx, como servan: Museum für Moderne
como otras acuñadas más recien- ocurrió con El Guernica de Picasso Kunst, de Frankfurt ( 1991 ), obra
temente- nos ocuparemos en Jos antes de su traslado en 1992 como de Hans Hollein; Museo Municipal
capítulos VI y VII siguientes. depósito al Museo Reina Sofía de de Arte Moderno, Nagoya, Japón
32 El nombre de este tipo de museos Madrid con todo su amplio re- ( 1983 - 1987), del arquitecto Kisho
en España ha tenido significativa pertorio de piezas preparatorias, Kurokawa; Musée d' Art Moder-
evolución. En muchos casos, los y otras de Juan Gris y Miró- en ne du Nord (Francia), de Roland
«museos provinciales» mixtos se edificio aparte, el Casón del Buen Somounet; Louisiana Museum,
denominaron en tiempos de «ar- Retiro, cercano a la sede principal Humleaek, Dinamarca, obra de
queología y bellas artes» . Pero al- construida por Juan de Villanue- J0rgen Bo y Vilhelm Wohlert; o
gunos otros importantes, como el va. el Musée d' Art Moderne de Bru-
de Sevilla, donde Ja riqueza patri- El Ermitage de San Petersburgo, el selas, con ocho plantas bajo tierra,
monial permite la especialización último de los grandes museos for- reabierto al público en 1984 des-
de varios centros, conserva preci- mados en Europa, abierto al pú- pués de 25 años de remodelación,
samente el nombre de Museo de blico en 1852, cuyas colecciones etc.
Bellas Artes, especialmente rico ocupan un recorrido de más de 36 Así, el Museum o! Contempo -
en obras de Zurbarán y Murillo. 14 kms, es un ejemplo de museo rary Art (MOCA) de Los Ángeles,
Otros, como el extraordinario mixto y enciclopédico, con nume- ( 1982-1986 ), de Ara ta Isozaki,
Museo de Arte de Cataluña, en rosas secciones de arte, incluida s y su extensión The Temporary-
Barcelona, inaugurado en 1934, las de bellas artes y contempo- Contemporary. The Museum of
es el resultado de fund ir en él los ráneo. En los últimos tiempos, y Contemporary Art (1983), reuti -
museos de bellas artes provincial de modo similar al período 1917- lización de dos viejos almacenes,
-creado en 1879- y municipal 1922, el Ermitage ha corrido peli - según proyecto de Frank Gehry; la
-1881- y las pinturas románicas gro inminente de deterioro y hasta Mediateca y Centro de Arte Con-
y góticas recogidas por el arqui- depredación. La nueva situación temporáneo (iniciado en 1984,
tecto Puig i Cadafalch. Un museo político-económica de Rusia y de- según proyecto de Norman Foster
que ha sido remodelado recien- más países de las antiguas repúbli- Associates), de Nimes, Francia;
temente (inaugurado en 1996), y cas soviéticas ha provocado esta Espacio Multimedia para el Arte
cuyo proyecto de reinstalación en incertidumbre. Pero, al fin, este Contemporáneo, en Palermo,
sede nueva -palacios de Montju'ic, Museo de Estado del Ermitage tie- Italia, según proyecto de Mario
de la Exposición Internacional de ne planteado hoy un reto en ma- Botta, comenzado en 1988; el
1929 transformados museográfi- teria de organización y desarrollo Centro Galego de Arte Contem-
camente- ha sido realizado por la internacional, de gestión, en cual- poránea, de Santiago de Compos-
polémica arquitecta italiana Gae quier caso, bajo el asesoramiento, tela, en España, debido al arqui-
Aulenti. También conservan la de- entre otros, de Stuart Gibson, di- tecto portugués Alvaro Siza Vieira
nominación de bellas artes otros rector general de Ideé Artistique (proyecto de 1988); el también
museos importantes, como los de Internationale. (Cfr. el artículo de español Museo de Arte Contem-
poráneo de Barcelona (MACEA). na »», 5ª ed., Madrid. Akal, 1990; Valencia, el Reina Sofía de Madrid
según proyecto ( 1990-1995) del o La condición posmoderna, de J.F. (hospital del siglo xvm) o el Mass
arquitecto Richard Meier. en la LYOT ARD, Madrid Cátedra, 1984 MOCA de North Adams (naves
vecindad de la antigua Casa de la ( 1979); «La modernidad inconclu- textiles reutilizadas), etc., y el pro-
Caritat, convertida por Albert Via- sa» de J. HABERMAS, en El viejo yectado de las Atarazanas en Sevi-
plana, Helio Piñón y R. Mercadé topo, núm. 62 (1981), págs. 45-50, lla, son ejemplos que ilustran esta
en Centro de Cultura Contempo- Il pensiero debile, de P.A. VATTIMO, tipología .
ránea; el CAPC Musée d'Art Con- Milán, Fratinelli, 1983, etc. 41 Aunque no en todos los casos,
temporain, de Burdeos, inaugura- 38 Análogos a los «museos de la con - este tipo de museos parece haber
do en 1984 en l'Entrepót Lainé; sagración» clásicos (los grandes recobrado una cierta calma en sus
«Le Magasin», Centre Nacional museos que muestran las mejo- planteamientos a pesar de sus in-
d' Art Contemporain de Grenoble, res obras de todos los tiempos: novadoras propuestas, propicias al
también en Francia, reconversión el British, el Louvre, el Prado, el debate y la polémica. No exclusiva
(1985-1986) de una fundición di- Kunsthistorisches de Viena, la de los museos de arte contempo-
señada por Gustave Eiffel. realiza- Alce Pinakothek de Munich, la ráneo -los de ciencia y técnica,
da por Patrick Bouchain . Galería de los Uffizi en Florencia, entre otros, participan también de
Otros muchos nombres sirven, el Metropolitan de Nueva York, la este énfasis de proxémica esceno-
como veremos, para designar los Nacional Gallery de Londres y de gráfica-, la supremacía del conte-
numerosos nuevos museos de arte Washington, etc.). los de la «con- nedor resulta en algunos apabu-
contemporáneo -tanto conven- sagración» contemporáneos son llante para las piezas expuestas,
cionales como alternativos- que se esos paradigmas del arte de nues- mientras que otros han consegui-
vienen creando en las dos últimas tro tiempo, ya citados algunos de do equilibrar los polos continente-
décadas . Por ejemplo, el Museo ellos, como el MOMA y el Gugg- contenido, no sólo con una selec-
Municipal de Mi:inchengladbach enheim, en Nueva York, el Musée ción muy cuidada e impactante
(1982), en Alemania. de Hans Nacional d' Art Moderne de París, de las obras, sino también con
Hollein; el High Museum of Art la Tate Gallery de Londres, etc. una adecuación previa del pro-
(museo mixto, 1983), de Atlanta, 39 Desde 1977 en que se inauguró, el yecto arquitectónico al programa
Georgia, EE .UU ., obra de Richard paradigma de los hipermercados museológico. La nómina de estos
Meier & Partners; ampliación culturales, el gran templo que da museos es abultada, pero debemos
( 1984) de la Neue Staatsgalerie culto al espectáculo y simulacro citar algunos como ejemplo de lo
en Stuttgart, por James Stirling de la cultura sigue siendo el C. N. afirmado : The Menil Foundation,
y Michael Wilford; la Colección Georges Pompidou en su conjun - en Houston, (EE.UU.), obra de
de Arte Nordrhe in Westfallen to -y hasta por parte del público Renzo Piano (1981-1987); Mu-
( 1975-1986) en Düsseldorf, según en los propios alrededores de su seo Watari-Um, de Tokyo ( 1985-
proyecto de Hans Dissing y Orto edificio de construcción «tubular» 1990), realizado por Mario Botta;
Weitling; la Fundación Tapies de o de high tech-, aunque puedan o los ya citados: Museo Municipal
Barcelona ( 1985-1990), de Lluís analizarse desde puntos de vista de Arte Moderno, en Nagoya, de
Domenech/Roser Amadó; o la Ga- diferentes algunas de las entidades Kisho Kurokawa; Neue Staats-
lería de Arte Contemporáneo de que lo integran, como el citado galerie, en Stuttgart, y The Clore
Niza, Francia (Galerie et Musée Musée d'Art Moderne o el IRCAM Gallery, en Londres, obras de Ja-
d' Art Moderne et Contemporain, de la música contemporánea. mes Stirling; Museo Municipal de
de Yves Bayard y Henri Vida!) y la 40 En los años setenta/ochenta Nue- Miienchengladbach, y el Museum
Whitechapel Art Gallery de Lon- va York impulsó junto al alterna- für Moderne Kunst de Frankfurt,
dres (1982-1985), según proyecto tivo New Museum of Contempo- los dos de Hans Hollein, en Ale-
de Alan Colquhoun y John Miller. rary Art, otros centros novedosos mania; el IVAM de Valencia o el
37 Cfr. estudios como los de Suzi GA- y hasta controvertidos (The Kit- CAAM de Las Palmas de Gran Ca-
BLIK ¿Ha muerto el arte moderno? chen, Dia Art Foundation, Exit naria, de Sáenz de Oiza, etc.
( 1984), Madrid, Hermann Blume, Art Gallery, The Gas Station .. . ). El 42 Las artes industriales remiten a la
1987; Cultura y simulacro (1978), ya CAPC de Burdeos, el Magasin de fabricación industrial o artesanal
citado, de Jean BAUDRILLARD; Grenoble, la Whitechapel de Lon- de los objetos a los que se les dota
Los primeros diez años. 1900-1910, los dres, el Temporary-Contemporary de aspecto y contenido artísticos
orígenes del arte contemporáneo, (Ma- del MOCA citados; el Castello de (o decorativos). En ellos deben
drid, Visor, 1991 ), de Valeriano Rivoli, en Turín, el Albert Dock simultanearse -e intencionalmen-
BOZAL; el clásico de Simón MAR- de Liverpool, convertido en la te por el autor en el instante mis -
CHÁN FIZ Del arte objetual al arte Tate Gallery, el taller de la Saatchi mo de su creación- el carácter de-
de concepto (1972), con el «Epílogo Collection de Londres, el recinto corativo con el fin práctico al que
sobre la «sensibilidad postmoder- monástico El Carme (IVAM) de se destina . No pueden aceptarse
como artes industriales aquellas En Alemania destaca, en estos minario regional de la UNESCO
piezas fabricadas para una deter- momentos, dentro de esta tipo- sobre la función educativa de los
minada función y que fueran pos- logía de museos el Museum für museos», celebrada en Río de Ja -
teriormente decoradas. Ni tampo- Kunsthandwerk Frankfurt am neiro del 7 al 30 de septiembre de
co, aun poseyendo valor artístico, Main. Creado en 1877, su esplén- 1958, organizada por G. H. Rivie-
aquellas obras que no pudieran dido edificio actual es el resultado re (entonces director del ICOM),
cumplir su fin práctico originario. de la remodelación de la antigua y cuyas actas públicó en el ya ci-
Por ello, la denominación de artes sede -menos de un cuarto del to- tado núm. 38 de los «Estudios y
industriales comienza a reservarse tal- y de la construcción de otros documentos de educación», de la
en la actualidad a las artes con sis- tres módulos (1979-1985), según UNESCO, París, 1961.
temas industriales de producción; proyecto de Richard Meier. Resul- 50 El que fuera ministro de Cultura
las de artes aplicadas y artes deco- ta espléndido por sus característi- francés con el general De Gaulle
rativas a los objetos que antes he- cas de utilización de luz natural y expuso estas ideas en publicacio-
mos descrito. la disposición de las salas, en orde- nes como «Le probleme fonda-
43 Ésta fue la primera exposición nado y fácil itinerario para los visi- mental du musée», La revue des
universal. Desde aquella mues- tantes, similar al High Museum of arts, París, t. l. 1954; Les voices du
tra de 1851 a las últimas celebra- Art de Atlanta (1980-1983), pero silence (1951), publicado en espa-
das, la World Expo 88 de Brisbane quizás con mejores aciertos en la ñol Las voces del silencio, Buenos
(Australia), la Expo 92 de Sevilla, adecuación de los espacios a las Aires, Emecé, 1956, que incluye
que tuvo lugar de abril a octubre exigencias de las colecciones en el «El museo imaginario de la es-
de 1992 en la capital andaluza y la de Frankfurt. cultura mundial>>, págs. 1-127. Y,
Expo 98 Lisboa, de mayo a octubre 47 En Madrid existen cuatro ricos sobre todo, en Le musée imaginaire
de 1998, las exposiciones univer- museos de artes decorativas: el (París, Gallirnard, 196 5), que se ha
sales han tenido una determinante Museo Lázaro Galdiano ( 1947), popularizado también con el títu-
influencia en el desarrollo no sólo donado por su creador al Esta - lo inglés de Museum without Walls
de los museos de artes decorativas do en 1947, con gran colección (El museo sin muros), Garden City,
y de artes populares -el mismo de- de pintura, escultura, orfebrería, Nueva York, Doubleday & Com-
sarrollo industrial que impulsó los medallas, bronces italianos, es- pany, Inc., 1967, 252 págs. il.
primeros provocó el nacimiento maltes, joyas, marfiles, tejidos, 51 Si de los museos generales pode-
de los segundos al final del siglo-, mobiliario, miniaturas, abanicos, mos citar ejemplos tan llamativos
sino también en el progreso mu - armas ... ; el Instituto Valencia de como el British Museum de Lon-
seográfico y técnico de los museos, Don Juan, fundado en 1916 por dres, el Ermitage de San Peters-
especialmente en el ámbito de las Guillermo Joaquín de Osma, con burgo o los museos del Vaticano,
muestras temporales e itinerantes. un contenido mixto (cerámica, te - etc. -entre los generales regionales
(Sobre la realidad y evolución de jidos, azabaches, armas, pintura, y locales, casi más que entre los
estos eventos, debemos recomen - monetario), pero especializado en nacionales, abundan los de perfil
dar la obra de AA.VV., Le /ivre des cerámica morisca con reflejos me- antropológico y etnológico, como
expositions universelles 1851-1989, tálicos de Manises, sobre todo; y el el extraordinario conjunto museís-
París, Éditons des arts décoratifs - Museo Nacional de Arte Decorati- tico del Walesh Folk Museum, en
Herscher, 1983.) vas, creado en 1871 bajo el nom - St. Fagan's, que completa la visión
44 BAZIN, G.. op. cit .. 1969 (1967), bre de Museo Industrial, y cuyo del National Museum o! Wales,
págs. 232 -233. contenido destaca por las artes en Cardiff; o como el Kanazawa
45 Cfr. HUDSON, K., Museums of In- suntuarias y populares -ejempla- Bunko Museum, en Yokohama,
fluence , op. cit .. 4 7 -54. res en su mayor parte españoles-, Japón-, de los especializados y mo -
46 En 1827 los arquitectos Beuth y por su colección del Extremo nográficos podrían citarse también
y Schinkel habían fundado el Oriente; y el Museo Municipal innumerables ejemplos y con mati-
Deutsches Gewerbemuseum zu ( 1927 rico en porcelanas del Buen ces muy diferentes.
Berlin para crear una escuela Retiro. Un museo especializado en un esti-
de arte y un museo. Éste fue el 48 BENOIST, L .. Musées et Muséologie, lo artístico es el Museo barroco (Ós-
Kunstgewermuseum -así se le lla- París, P.U.F .. 1971, pág. 116. terreischisches Barockmuseum) de
mó a partir de 1879-, instalado en 49 Recordemos el progreso de los Viena; en la personalidad de un ar-
1921 en el castillo real de la Mu - museos regionales ya comentado tista (como el Musée Rodin en París
seumsinsel, y que fue destruido. a finales de los años cincuenta, y y el de Filadelfia; el de Van Gogh
El Osterreichisches Museum für su especial proyección como ins- en Amsterdam, los de Picasso en
Kunst und Industrie de Viena fue trumento educador del público, Barcelona y en París, o el de Sorolla
instalado en un edificio construido cuya expresión más definitoria en Madrid, etc.). Museos monográ -
al efecto entre 1868 y 1871. de entonces la constituyó el «Se - ficos, especializados en una técnica
particular, son por ejemplo, el Mu - 57 Entre ellos, el National Museum de 1972. Contiene ocho apartados
sée du Céramique de Limoges, o el of Niarney (Níger), el Museo y 38 artículos, que tratan desde las
Musée de la Ferronnerie de Rouen, Skansen en Estocolrno (Sue- definiciones del patrimonio cul-
los dos en Francia; o el Museo de la cia), el Ma ihaugen Museurn, en tural y natural, su protección, el
Piel, en Barcelona. Lilliehammer (Noruega), o el comité internacional, los fondos
52 Son ya clásicos The Brooklyn Rijksmuseum voor Volskunde destinados, condiciones y modali-
Children's Museum de Nueva «Het Netherlands Opendutch- dades de la asistencia internacio-
York, el Bal Bharan de Nueva museum», en Arnhem (Países nal...hasta los programas educati-
Delhi, o el Museo de los Niños de Bajos). vos y los informes.
Argel, entre tantos. En otro sen- 58 El Greenfield Village (Detroit, En diciembre de 1984 la Conven-
tido, salas o secciones especiales EE.UU.) completa con sus nume- ción ya había inscrito como bienes
para niños -como las del Museo rosos pabellones al aire libre una del Patrimonio Mundial 186 joyas
de Bellas Artes de Marsella o la cierta historia social y técnica nor- de la riqueza cultural y natural de
del Museo Nacional de Cuba, en teamericana y los espléndidos con- todo el planeta. Y continúa la ins-
La Habana- adquirieron también tenidos del Henry Ford Museum. cripción de bienes.
desde mediados o finales de los se- 59 En España -que según asegura el 63 Santillana de l Mar, el casco an-
senta categoría de museos especia- historiador norteamericano Jo- tiguo de Salamanca, o la ciudad
lizados. El Children's Museum de nathan Brown es la cuna del co- antigua de Cáceres, entre tantos
Manhattan (CMOM), de 1989, es leccionismo mundial, al conseguir otros ejemplos, pueden ilustrar
una original institución que ayu- reunir cinco aristócratas de l siglo perfectamente el caso espaliol.
da a los niños a autodescubrirse. xv11 3.000 obras maestras (véase El Auténticos museos son la ciudad
También lo es el Museo Artequin, País, Madrid, 8 de noviembre de monumental de Ávila, el conjun-
de Santiago de Chile. 1991, pág. 3 5 )- existen dos prece- to histórico de Segovia y el casco
53 En el capítulo 3 nos hemos refe- dentes de museos al aire libre. Uno viejo de Santiago de Compos-
rido al desarrollo extraordinario de ellos data del siglo xv1, cuando tela, incluidos el 4 de diciembre
que obtuvieron entre los años el caballero don Juan Porcel puso de 1985 por la UNESCO en el
1945 y 1968 los museos especia- de moda en Andalucía la costum- Patrimonio Cultural de la Hu-
lizados: museos regionales, mu- bre de incrustrar lápidas con ins- manidad. Monumentos como la
seos al aire libre, museos de arte, cripciones romanas en el exterior Alhambra de Granada, los rami-
las «kunsthalle» y los ecomuseos. de los muros de las viviendas. El renses del prerrománico asturia -
Remitirnos a esta parte del libro otro está fechado en 1790, alio en no o la catedral de Burgos, entre
-véase especialmente la nota 18- que el canónigo Mariano Olivera otros, también han sido inscritos
en lo concerniente a los ecornu- propuso que se instalaran las re - en el Patrimonio Mundial. (Re -
seos, tanto en su concepción y de- liquias clásicas en el Paseo de la comendamos, como estudio es -
sarrollo por obra de G. H. Riviere, Explanada de Barcelona. pecializado y como repertorio de
corno por lo que respecta a las ex- 60 Como el Parque Vigeland de Oslo, bellísimas imágenes los dos tomos
periencias piloto de los ecomuseos donde se exhiben en medio de realizados bajo la dirección de
de Creusot en el Parque natural de cuidados jard ines las más repre- Luis BLAS ARITIO con la cola-
Las Landas de Gascuña, como en sentativas esculturas del artista boración técnica de la UNESCO,
el Parque natural de Ouessant. noruego; el Sculpture Garden El patrimonio del mundo, Madrid,
54 Véase al respecto El término, el con- del Hirshorn Museum, en Wash- Incafo/Plaza & Janés, S.A., 1985.
cepto y la definición de museo en el ington; el Lillie and Roy Cullen En ellos se recoge una selección
capítulo 1, y la nota 40 del mismo. Sculpture Garden, en Houston de los bienes del Patrimonio cul-
55 Numerosos en todo el mundo, (Texas); o el Museo de Escultura tural y nat ural de la Humanida d.)
citemos entre los españoles los al Aire Libre del Paseo de la Cas- 64 Cfr., en este sentido, el especial
Jardines Botánicos de Madrid, tellana, en Madrid, y el Museo de «Museos y Patrimonio Histórico»
Granada, Valencia, Blanes (Gero- Escultura al Aire Libre en Santa de Museum, París, UNESCO, vol.
na), Las Palmas de Gran Canaria, Cruz de Tenerife (Canarias), estos XXXII, núm. 3, 1980, especial-
Puerto de la Cruz (Tenerife); o los dos últimos de 1973. mente: STATCHEVA, Magdanina,
Zoológ icos de Valencia, Córdoba, 61 Especialmente en el capítulo 4 del «Sofía: el museo en la calle. Patri-
Jerez de la Frontera, Parque na- presente libro. monio arqueológ ico y urbanismo
tural de Doñana (Huelva), etc. El 62 Dicha Convención fue aprobada contemporáneo»; THIAM, Alasane
Jardín Botánico de Atlanta (Geor- por la Conferencia General de las y THILMANS, Guy, «Gorea: la isla
gia, EE.UU .) nos puede servir tam- Naciones Unidas para la Educa- histórica. Creación de un museo
bién como magnífico ejemplo. ción, la Ciencia y la Cultura en su histórico», y COSSONS, Neil,
56 Corno el Museo prehistórico en l 7a reunión celebrada en París del «Ironbridge Gorge: el museo en el
Moesgard (Dinamarca ). 17 de octubre al 2 1 de noviembre valle» .

Geografía e Historia
65 UNESCO/cuA/126, París, 20 de di- concepción general del museo his- !izaban el importante conjunto de
ciembre de 1963. tórico suele seguir en la línea de la Bauhaus-Archiv ( 1979) en Ber-
66 En este sentido, los citados Wel- Taine al considerar la obra huma- lín; Josef Paul Kleihues proyectaba
sh Folk Museum, en St. Fagan's, na como expresión de un método en 1980 el Museo de Prehistoria
Cardiff, y el Henry Ford Museum histórico. [... ] No obstante, cabe e Historia Antigua en Frankfurt,
& Greenfield Village, en Detroit, una clasificación que atienda a la ampliando y reestructurando el
podrían servir de ejemplos. actividad histórica. a) Natural. b) Convento de los Carmelitas (si-
67 BAZIN, G., en Muséologie, op. cit., Filosófica. e) Narrativa. d) De acti- glo xv); Michel Waeber y Pierre
Cours III, pág. l. vidades políticas y militares . e) De Zoelly realizaban el proyecto del
68 SANZ PASTOR, C., en op. cit., pág. evolución de un quehacer huma- Musée d'Art et d'Histoire (1981)
7. Los agrupa de la siguiente ma- no. f) De una actividad burocrática de Friburgo (Suiza) en el antiguo
nera: Museos Mixtos, Museos de o civil. En ellas entrarían un mu- matadero (1836); Michael Graves
Arte e Historia, Museos Científicos seo de historia de las ideas, de la ha sido el artífice de The Museum
(Ciencias Exactas, Naturales y sus historia del correo y del sello uni- of Art and Archaelogy ( 1985)
aplicaciones), Jardines Zoológicos, versal, de Criminología, de Farma- en la Emory University, Atlanta,
Botánicos y Acuarios, Monumen- cia, del Ferrocarril, de la Marina, Georgia (EE.UU.); y acaso Aldo
tos Históricos y lugares de interés. de la historia de la Medicina, un Rossi no vea culminado su Museo
69 HUIDSON K., op. cit., págs. 113 - museo del Ejército, de Areonáuti- Histórico de Alemania (Berlin) a
143. ca ... » (op. cit. págs. 133-134). causa de la reunificación del país
70 «Museum of the Army, Paris; 73 El Musée de l'Histoire de France y de los museos, duplicados du-
Skansen, Stocholm; Beamish, fue creado por el rey Luis Felipe rante tanto tiempo en el Este y el
Stanley; National Museum o! Po- (1773-1850) en Versailles. Mues- Oeste de la capital germana.
pular Arts and Traditions, Paris; tra con la ayuda de pinturas los 76 Por ejemplo, El Cairo o Luxor, en
Museum of the History o! the City acontecimientos destacados y la Egipto; Ammán, en Jordania; Te-
of Warsaw; Museum of German historia de las personas en el país salónica, Delfos o Atenas en Gre-
History, Berlin; y Museum of the durante más de mil años. cia; Edimburgo en Escocia, Cardiff
Jewish Diaspora, Te! Aviv.» (Es 74 Anotamos una selección, entre en Gales; Copenhague en Dina-
decir, un museo de historia mili- ellos algunos ya citados. Historia de marca; Madrid en España, etc.
tar; un museo etnológico, al aire una región: Musée de Bretagne, en 77 Entre los primeros, podemos citar
libre; otro etnográfico y popular; Rennes; historia de la ciudad: Mu- además de los comentados, algu-
un museo nacional de artes y tra- seos de Varsovia, Dresde, Londres, nos ejemplos como el Museo Ar-
diciones populares; un museo de Estocolmo, Amsterdam, Rotter- queológico en Taxila (Paquistán),
la historia de una ciudad; un mu- dam, Nueva York ...; el heimatmu- el Museo Arqueológico de Teho-
seo de la historia de una nación; y seum en Alemania; museos nacio- tihuacán (México) o el Museo de
un museo de la historia y vicisitu- nales: Museo Nacional de historia, «Madjnat Al-Zahra» en Córdoba
des de una etnia.) de la ciudad de México, y Museo (España); pero también otros de
71 HUDSON, K., ídem, pág. 113. Nacional de Historia en el Castillo tema diferente, como el reciente
72 «Dos directrices han guiado -es- de Chapultepec (México); Musée Museo de la Isla de Ellis, en Nueva
cribía Aurora León a finales de los National de Versailles et des Tria- York, dedicado a los emigrantes.
setenta al respecto- la concepción nons; Museo Nacional de Buda- Entre los segundos, los conjuntos
de estos museos en el siglo x1x (y pest; Muzium Negara de Kuala templarios del Borobudur (c. 850)
en los residuos decimonónicos de Lumpur, Malasia; el departamento y de Asu Prambanam (c. 900), en
la primera mitad del siglo actual) de historia nacional del Rijksmu- la isla de Java, cerca de la ciudad
y en la actualidad. A las metas de seum de Amsterdam, inaugurado y Museo de Yogyakarta; o el Ma -
evocación nostálgica de un pasa - en 1971 ; historia y ciencia : Mu- habalipuram (conjunto de mo -
do histórico en el siglo x1x se su - seum of History and Technology numentos) en la India. Paraje de
perpone en la actualidad la ense- de Washington D.C. singular belleza y de valor históri -
ñanza que de la historia se puede 75 Así, mientras que Madrid, por co-cultural es Kotor y su Golfo, en
extraer, fundamentalmente por ejemplo, construyó recientemente la desaparecida Yugoslavia; o de
la validez científica de un método un nuevo «museo de historia de la importancia histórica excepcional,
dialéctico para el análisis marxista ciudad», ya a finales de los sesenta por ejemplo, el paraje del río Gua -
de la historia, instrumento de co- el arquitecto Dieter Oesterlen re - dalete (en Cádjz), donde en el 711
nocimiento que ha transformado modelaba en profundidad con un los árabes ayudados por el obispo
la concepción del museo histórico nuevo proyecto ( 1960-1966) el D. Opas y los vitizianos derrotaron
en ciertos aspectos. Decimos en Historisches Museum am Hohen al último rey visigodo don Rodrigo,
ciertos aspectos -metodológicos Ufer, en Hannover, Alemania; e iruciaron la invasión y conquista
fundamentalmente- porque la Walter Gropius/ Büro Bandel rea - de gran parte de la península ibé-
rica. Una estancia de ocho siglos militares españoles destaca el Mu - invento europeo que se exporta y
-781 años, exactamente- que pro- seo del Ejército en Madrid (proyec- arraiga en los países que el viejo
dujo y no sólo para España un pro- tado en 1756 y creado en 1803), continente coloniza . Pero que,
ceso histórico, artístico y científico «con inaudita cantidad de objetos mientras a los colonizados se les
de primer orden . Los monumen- ilustrando las infinitas guerras de impone la cultura entonces do-
tos conmemorativos abundan en España, pero de mayor incentivo minante, la europea, a los museos
todas las latitudes, pero algunos por contener armas tan ínclitas que se instalan de esta naturaleza
alcanzan especial relieve, erigidos como las espadas granadinas de en territorio metropolitano revier-
en memoria de sus héroes nacio- Boabdil, último Rey de Granada, ten los bienes exóticos y de scono-
nales: como Mount Vernon (Vir- y de sus capitanes », según escribe cidos que recolectan los coloniza-
ginia, EE .UU.), dedicado a Geor- J.A . Gaya Nuño en La España de los dores .
ge Washington; el Monumento a museos, op. cit, págs.195-196. 88 Atendiendo a estos intereses se
Lenin en la Plaza Roja de Moscü 83 Como el Australian War Memo- fundaron el Musée de l'Homme
y el Museo Lenin (Ulyanovsk), en rial, en Camberra, y el Imperial en París y el Museum of Man-
la antigua Unión Soviética. O las War, en Londres. O como el Mu- kind -una extensión del British
Celdas-Museo Chopin y G. Sand, seo de la Revolución en Sarajevo, Museum- en Londres y el Tro-
en la Real Cartuja de Valldemosa y el Muzej Bitke Na Neretvi com- penmuseum (el museo del Real
(Mallorca), etc. memorativo de la Segunda Guerra Instituto Tropical) en Amsterdam;
78 Por ejemplo, H. de VARINE-BO- Mundial, los dos en la antigua Yu- o aquellos que, sin ser de categoría
HAN (art. cit. 1974, pág. 655, aun - goslavia. nacional, son espléndidos ejemplos
que los denomina genéricamente 84 Como el National Maritime Mu- etnográficos en su enriquecimien-
«museos de historia cultural») seum en Greenwich (Inglaterra) to con otras culturas a través de su
y Geodffrey D. LEWIS (art. cit. y el Maritime Museum instalado contacto con algün puerto interna-
1988, págs. 485 -486). en el restaurado muelle y entorno cional cercano, como es el caso del
79 Recordemos que entre las ocho costero de South Street en Nueva Übersee-Museum de Bremen (Ale-
grandes tipologías (l. Museos de York. O como algunos de los más mania), o la espléndida colección
arte. 2. Museos de historia natural. destacados museos marítimos es- que posee el Museo de Liverpool.
3. Museos de etnografía y folklore . pañoles: Torre del Oro (Sevilla); Entre los españoles destacan dos
4 . Museos históricos. 5. Museos de Museo del Astillero y Museo Na- afincados en Madrid: el antiguo
las ciencias y las técnicas. 6. Mu- val (los dos en Guarnizo, Canta- Museo Nacional de Etnología, in-
seos de ciencias sociales y servicios bria); Museo Marítimo de Barce- tegrado por los fondos del Museo
sociales. 7. Museos de comercio y lona o Museo Marinero de Bueu Antropológico ( 1910), más los
de las comunicaciones y 8. Mu- (Pontevedra) . El Museo Naval de pertenecientes a las secciones de
seos de agricultura y de los pro- Madrid, creado en la primera mi- Antropología del Museo Nacional
ductos del suelo), la dedicada a los tad del siglo xvm, posee además de Ciencias Naturales, fondos que
«históricos» incluye: los «museos de una colección de maquetas de pertenecieron a su fundador, el
biográficos» (grupos humanos), los navíos más representativos de Dr. González Velasco. En el edi-
«museos de época», «museos con- nuestra historia naval piezas tan ficio construido por éste en 1873
memorativos» (de un aconteci- importantes como la cana naval -un auténtico gabinete de curiosi-
miento), «museos biográficos » (un de Juan de la Cosa. El Museo de dades-, hoy remodelado, se asien-
personaje), «museos de historia Falúas Reales de Aranjuez conser- ta el Museo Etnológico. [Véase
de la ciudad», «museos histórico- va las grandes enbarcaciones de Pilar ROMERO DE TEJADA, Un
arqueológicos», «museos de gue- recreo utilizadas por los reyes de templo a la ciencia. Historia del Mu-
rra y del ejército » y «museos de la Casa de Borbón durante sus pa- seo Nacional de Etnología, Madrid,
la marina». Ésta es la clasificación seos por el río Tajo. Ministerio de Cultura, 1992, 79
que recomendamos, incluidas las 85 Destacado en este sentido es el págs., il., bibl.]. El otro, Museo
variantes. Deutsches Schiffahrtsmuseum en del Pueblo Español ( 1934), con-
O Cfr. VEILLARD, Jean-Yves, «Pro- Bremerhaven (Alemania), reali- tiene una extraordinaria riqueza,
blemes du Musée d'histoire», en zado en 1970 según proyecto de tanto de indumentaria regional
Museum, París, vol. XXV, núm. 4, Hans Scharoun. (La revista Mu - e histórica española, como de los
1973. seum dedicó el núm. 166, vol. XLII, más diversos objetos de orfebrería,
Como la Real Armería (Palacio núm. 2, 1990, a los «Museos por- artes industriales, etc. Estos dos
Real) de Madrid; o las de París, tuarios del mundo »). museos están legalmente inte-
Dresde, Florencia, Turín, Nueva 86 Seminario regional de la UNESCO so- grados en el denominado Museo
York y, sobre todo, la Torre de bre la función educativa de los museos Nacional de Antropología (B.O.E.
Londres. (1958), 1961, citado, pág. 50. de 7.05 .1993), cuya fusión en la
2 Dentro de los numerosos museos 87 No olvidemos que el museo es un práctica y el funcionamiento real


como único museo en la sede en - acentuado perfil didáctico. En los pulsado posteriormente por Carlos
tonces prevista todavía no se ha años 60 y 70 Mé xico creó grandes lll (1771), lo inauguró en 1776.
llevado a efecto, más de seis años museos, corno éste, el de Ciencias Este monarca encargó en 1785 al
después. Naturales y el de Arte Moderno. arquitecto Juan de Villanueva la
89 Ya hemos anotado al hablar de los 94 G. H. Riviere, en Seminario regional construcción de un nuevo edificio
museos históricos los que el autor de la UNESCO citado, pág. 51. para «Gabinete o Galería de Histo-
anal iza en el capítulo History and 95 Uno de los impulsores más nota- ria Natural, Academia de Ciencias y
customs of the homeland. bles que han tenido en nuestro Pórticos cubiertos para el paseo pú-
90 ESTEVA FABREGAT, C., «El et- siglo los museos etnográficos y blico». El hermoso edificio neoclá-
nólogo como conservador de mu- de folklore fue, como hemos in- sico construido terminósiendo, por
seo», en Pyrenae, Barcelona, 1969, dicado, G. H. Riviere, creador en decisión de Fernando VII, el «Real
t. V., págs. 159-184. 1937 del Département y del Mu- Museo de Pintura y Escultura» -es
91 Como advierte G.H. Riviere (en el sée National des Arts et Traditions decir, El Prado-, inaugurándose el
Seminario regional de la UNESCO Populaires, en París, además de J 9 de noviembre de 1819.
citado), «los museos de etnografía promover las respectivas Comisio- 99 Entre ellos, el British Museum (o!
tienen casi siempre un programa nes desde su dirección del ICOM. Natural History) de Londres, el
muy amplio, que comprende Asia, Según escribe C. Marcel-Dubois, Smithsonian's Nalional Museum
África, Oceanía, las regiones árti- «Georges Henri Riviere, que co- o! Natural History (Washington)
cas y con menos frecuencia, Euro - nocía la formación del músico y el y el American Museurn of Natural
pa». gusto por la música y su práctica, History de Nueva York.
92 «Los museos al aire libre tienen había favorecido ampliamente las 100 Cfr. BARRERA, A., «Le Musée
por objeto seleccionar, desmon- acciones susceptibles de promo- d'histoire naturalle de la Ville de
tar, transportar, volver a montar ver este ámbito, que estuvo muy México», en Museum, París, 1972,
y conservar, presentados en un unido desde el principio hacia vol. XXV, núm. 4.
lugar apropiado y completados 1929 al Trocadéro, futuro Musée 101 Op. cit., págs. 65-87.
con su equipo de origen, conjun- de l'Homme, después de la crea- 102 Seminario regional de la UNESCO,
tos o elementos arquitectónicos, ción del Museo Nacional de Arte cit., pág. 55. Entre otras ocasiones,
características de géneros de vida, y Tradiciones Populares en 1937» . la revista Museum ha dedicado re-
lugares de habitación, actividades (La Muséologie selon ... , op. cit., pág. cientemente un número mono-
agrícolas, artesanales, etc., y de 183). gráfico a los «Mu seos de ciencia y
culturas en vías de desaparición .» 96 Como el ya citado Maihauen Mu- tecnología» (núm . 50, vol. XXX-
(Seminario regional de la UNESCO seum, en Lilliehammer (Norue- Vlll, núm. 2, 1986).
cit., pág. 51.) Se refiere, lógica- ga), el Muzeul Satului de Bucarest 103 Véase en el capítulo 3 el epígrafe
mente, a los etnográficos al aire (Rumanía); el Museo Nacional de El siglo xx: revaluación del museo y
libre, de características análogas Preservación de Novgorod, en la especialización de sus contenidos, y Ja
pero diferentes a los no etnológi- antigua Unión Soviética; el Mu- nota l .
cos. (La revista Museum dedicó un seum of Traditional Architecture, 104 La sala de energía nuclear de este
número especial a «Los museos en Jos (Nigeria); o las numerosas centro está dedicada a los pro-
etnográficos y los museos al aire casas individuales de valor his- blemas y efectos nocivos que la
libre», París, UNESCO, nº 175, tórico conservadas como museos radiactividad puede ejercer sobre
vol. XLIV, nº 3, 1992). conmemorativos -algunos ya co- el organismo humano, así corno
93 El Anthropology Museum of the mentados, como Mount Vernon a los métodos y sistemas de pre-
University of British Columbia, en Virginia, dedicado a George vención existentes contra este pe-
en Vancouver (Canadá), es un WASHINGTON-, de entre los que ligro . Se ha destacado también por
destacado ejemplo de la atención la Cabaña de Tu-Fu en Cheng-tu, las exposiciones monográficas que
que en alg unos países desarrolla- en la provincia china de Sichuan, o viene realizando. (Cfr. al respec-
dos -tarnbien museísticarnente- se el Museo Leon Tolstoy en Moscú, to, ROSE, J. y PENEL, Ch., «Role
presta a los museos antropológicos resultan muy representativos. du musée de science et de techni-
y etnográficos. El proyecto ( 1974), 97 Seminario regional de la UNESCO que industrielle», en Museum, vol.
de Arthur Erickson Architects, fue cit., pág. 54. XXV, núm. 1/2, 1973 .)
realizado en 1976, constituyendo 98 El nuevo edificio del Natural His- 105 El SCITREI<, The Science and
por su forma y emplazamiento tory Museum de Londres data de Technology Museum of Atlanta,
una metáfora del arte americano 1879. El Museo Nacional de Cien- Georgia, Estados Unidos, puede
de la Costa Noroeste que contie- cias Naturales de Madrid tuvo sus resultar un ejemplo elocuente de
ne entre sus fondos. Ejemplo muy antecedentes en el «Real Gabinete cómo combinar esta influencia
interesante es el Museo Nacional de Historia Natural» ( 1752) duran- con un marcado interés didáctico
de Antropología de México, de te el reinado de Fernando VI. Irn- en sus instalaciones y actividades.
106 Proyecto ( 1980) de Adrien Fain- e institutos). Las salas de química secundario: propiedades externas
silber, construido en su primera y paleontología -esta última re- y formales) y según su naturaleza
fase entre 1983 y 1986. construye la vida del hombre en (conceptuales: abstractos. concre-
107 Menos espectacular que algu- la Tierra- son las principales nove- tos y matemáticos; materiales o
nos ejemplos citados, el Museu dades de este museo interactivo. tangibles). Se detiene en el prin-
de la Ciencia de Barcelona es un Asimismo, desde 1993 se proyecta cipio o modo de representación,
proyecto de los arquitectos Jordi un parque tecnológico en algunas en la terminología (modelo. cons-
Garcés y Enrie Soria, que han re- de las instalaciones de la Expo'92, trucción principal, maqueta, dio-
modelado y ampliado ( 1980) un en Sevilla. rama, modelo de demostración y
edificio construido a principios de A medio camino entre el «museo reconstitución), en el papel didác-
siglo por Josep Domenech i Esca- de historia» y el «museo multime- tico e ilustrativo de los modelos
pa. Se puede llegar a él por medio dia», pero en una línea de exal- técnicos en el museo y en sus con-
del último tranvía que funciona tación nacionalista que recuerda diciones. para terminar señalando
hoy en España, una auténtica planteamientos decimonónicos, la función del modelo: medio de
reliquia. Es un museo no acumu- se inscribe el Museu d'Historia de difusión cultural, formación de la
lativo de piezas históricas, pero sí Catalunya (MHC), inaugurado en retina y preparación visual.
eminentemente participativo, do- Barcelona por el President de la 110 Cfr. MORTON, A .. «Tomorrow's
tado de módulos que se pueden Generalitat de Catalunya, el Ho- yesterdays: science museums and
manipular, para conjugar lo lúdi- norable Jordi Pujo]. el 29 de febre- the future», en AA. VV., The Mu-
co con lo útil. Con una superficie ro de 1996. Un museo multimedia seum Time Machine. Londres, edi -
de 4.800 metros cuadrados, está que explica la historia de Cataluña ted by Roben Lumley, 1988, págs.
dividido en cinco salas: óptica, desde la prehistoria hasta las elec- 128- 143. Y DESVALLÉES, A ..
espacio, percepción. mecánica y ciones catalanas de 1980, ganadas «Problématique des musées tech-
ordenadores. Cuenta también con por el propio Pujo! con su partido niques, un secteur renaissant», en
un planetario, proyectado asimis- CiU, y que ha costado 4.500 millo- La Muséologie selon ... , op. cit., 1989,
mo su funcionam iento desde una nes de pesetas. El discurso museo- págs. 124-129.
concepción lúdica y pragmática gráfico se apoya en escenografías 111 1. Según la naturaleza de las co-
para los rúños especialmente. El espectaculares, objetos originales, lecciones o la disciplina; 2. Según
planetario tiene una cabida para artefactos manipulables y moder- la densificación objetual; y 3. Se-
80 personas, con una cúpula de nos sistemas de información in- gún la propiedad.
nueve metros de diámetro en la teractivos. Muy criticado a nivel 112 Siguiendo el magisterio de G. H.
que se pueden proyectar hasta político -inconcebible para mu- Riviere, los redacto res de La Mu-
cinco mil estrellas . chos en los albores del siglo XXJ-, séologie selon .. . han realizado seis
En este sentido, desde 1986 Ma- su proyecto museográfico ha sido agrupaciones, calificando la del
drid cuenta también con un pla- calificado además públicamente ecomuseo como <<nueva tipología
netario de 17 metros de diámetro por alguno como un híbrido entre m useística » en la sociedad actual:
y capacidad para 300 personas, así Disneyworld y Cecil B. de Mille . l. Museos de arte; 2. Museos de
como de un Museo de la Ciencia 108 Cfr. CZÉRE. B .. «Importance scien- las ciencias del hombre; J. Museos
y la Técnica en formación desde tifique et culturelle des modeles de las ciencias de la naturaleza; 4.
hace algunos años. Por otra par- dans le monde d'aujourd'hui», en Museos de las ciencias exactas y
te, el 4 de marzo de 1993 abrió Museum, vol. XXIII, núm. 4, 1970- de las técnicas avanzadas; 5. Mu-
sus puertas en la localidad madri- 1971, págs. 232-235. donde estu- seos multidisciplinales y museos
leña de Alcobendas «Acciona», dia las funciones específicas de los interdjsciplinales; y 6. Un nuevo
Museo Interactivo de la Ciencia. modelos y su necesidad en nues- tipo de museo, el ecomuseo.
el tercer centro de este tipo en tro tiempo desde el punto de vista 113 Cfr. DESVALLÉES, A., Musées
España junto al de Barcelona y filosófico, antropológico y técnico. d'histoire et musées d'anthropologie.
al Museo Domus de La Coruña, y RIVJERE, G.H .. en «Le modele musées de civilisation et musées de pa-
de Arata Isozaki, inaugurado en et le concret», Museum, vol. XXIII. trimoine territorial, en La Muséologie
1995. «Acciona» está dividido en núm . 4, 1970-1971, págs. 231- selon .... págs. 135 - 138.
cuatro salas. dedicadas a óptica. 233 . 114 Recordamos que establecen el si-
paleontología, química y energía. 109 PETRICK, O .. «Les modeles dans guiente cuadro ya reseñado de
otra llamada El cuarto de los niños les musées des sciences et des te - «algunos tipos de museos». 1.
y un Aula del futuro (con laborato- chniques», en Museum, vol. XXII, Clasificados por colecciones: Museos
rios de física, química, biología y núm. 4, 1970-1971, págs. 243- genera les, museos de arqueología,
tecnología. fuera del itinerario de 248. Clasifica los modelos según el museos de arte, museos de histo-
los jóvenes, y donde se imparti- carácter del objeto (esencial: pro- ria, museos de etnografía, museos
rán clases a profesores de colegios piedades internas y funcionales; de historia natural, museos de geo-
logía, museos de ciencia, museos de titularidad estatal inscritos al nos principales fuentes de financia -
mili tares, museos industriales, etc. Ministerio de Cultura -entre ellos ción.
2 . Clasificados según quiénes los diri- el Museo del Prado y el Mu seo Na- 120 Internet, que es una red entre
gen : Museos del gobierno, museos cional Centro de Arte Reina Sofía, ordenadores que cubre todo el
municipales, museos universita- que son organismos autónomos-. planeta y que permite al usuario
rios, museos del ejército, museos Otros dependen de las Adminis- la comunicación instantánea con
independientes o privados, museos traciones públicas autonómicas, otros usuarios cercanos o lejanos,
de empresas comerciales. 3.Clasifi- diputaciones o municipios . La ti- casi gratuitamente, fue aceptado
cados por el área que sirven: Museos tularidad de museos eclesiásticos en J 996 por la XVII' Asamblea
nacionales, museos regionales, y otros privados ofrecen también General del ICOM mediante una
museos locales. 4 . Clasificados por el mat ices de administración mixta Resolución en la que «recomien-
público a quien sirven: Museos edu- público-privada. da a todos los Comités Nacionales
cativos, museos especiales, museos 118 Sólo los dependientes del Smith- e Internacionales y a los museos
para el público en general. 5. Clasi- sonian Institution y del National miembros que examinen de ma-
ficados por el perfil con que muestran Park Services tienen unos estatu- nera prioritaria la posibilidad de
sus colecciones: Museos tradiciona- tos nacionales. [Véase «Asenta - utilizar las múltiples facetas de
les, museos al aire libre, museos de m iento de los museos» en el cap. Internet, en la medida de lo po-
mansiones históricas. Y hacen al fi - II. y la nota 59], los demás funcio - sible», nombrándose un grupo de
nal esta didáctica pregunta: «¿Qué nan como empresas privadas. trabajo, el ICOM-net. destinado a
otros tipos de museo puedes pen- 119 Existen en los Estados Unidos di- compartir la experiencia práctica
sa r? ». [En la óp. cit. AMBROS E, T. versos sistemas y órganos de fi- de este sistema.
y PAINE, C., Museum Basics, Lon - nanciación de la cultura, siendo 121 Op. cit., pág. 4.
dres, ICOM-Routledge. 1993, pág. el más importante el National En- 122 El Newseum de Washington ha
7 ]. dowment for Arts, al lado de otros sido concebido como el museo
115 Como el de Luc BENOIST, en su de carácter no nacional. pero sí de noticias del mundo. Su cons-
obra citada, Musées et Muséologie, muy dinamizadores, como el New trucción ha durado cinco años y
Paris, Presses Universitaires de York State Council for the Arts . ha costado 50 millones de dólares
France, Col. Que sais-ja?, 1971. A ellos suelen acogerse especial - (unos 7.000 millones de pesetas).
116 Para Luc Benoist (op. cit.), los mu- mente los proyectos innovadores Fue presentado al público español
seos de la Unión Soviética eran o alternativos. en el Congreso Mundial de Pe-
«una escuela dond e la tendencia Pero. en general. al no existir riodistas, celebrado en Granada
docente prevalece sobre el aspecto subvenciones estatales sin o una en el mes de marzo de 1997. Su
es tético. Esto explica en parte que tradición de donaciones y ayudas contenido está compuesto por los
el arte contemporáneo y oficial de privadas, los museos norteame - más variados formatos de presen-
los sóviets sea paradójicamente ricanos han desarrollado amplios tación de noticias, documentos y
una contibuación del arte burgués sistemas de financiación, que han objetos, contándose entre sus te-
de los salones de 1870 a 191 4, terminado por exportar a otros soros la carta que Cristóbal Colón
puesto que es un arte hipotecado, países occidentales. Basados en envió a Isabel la Católica para co-
rea lista y fotográfico, que puede un deshinibido concepto del co- municarle el descubrimiento del
transmitir un mensaje fuera del mercio y del mercado, los produc- Nuevo Mundo. Muchos de sus
suyo propio». tos mercantilizados no siempre contenidos son imágenes impac-
11 7 Entre ellos también existen dife- ni necesariamente derivan de su tantes sobre diversas efemérides
rencias. Por ejemplo, una adm inis- actividad propiamente museística de la Humanidad, como son las
tra ción independiente es la defen- e investigadora. El museo, como que constatan los primeros pasos
di da por la concepción y la práctica centro de investigación produce de del hombre sobre la luna, o las del
de los m useos ingleses; los museos hecho -como veremos en páginas asesinato en Dallas del Presidente
franceses funcionan integrados en siguientes- muchos bienes: catá - Jonh F. Kennedy. España aporta
una red autónoma; mientras que logos, libros, exposiciones tempo- al museo la primera portada del
los italianos y los españoles de- rales e itinerantes, etc., que puede desaparecido Diario de Barcelona,
penden mayoritariamente de la exportar fuera de su propio ámbito hasta entonces ( 1995) el periódico
administración pública. Los espa- con rentabilidad asegurada si tiene decano de Europa .
ñoles, en concreto, admiten a su calidad. Investigación, tmc1at1va El Museo Hispano de Ciencia y
vez varias diferenciaciones. ante cultural, márketing, buena tecno- Tecnología (MHCT) fue presentado
la ordenación actual del Estado logía y visión del futuro aseguran por el Ministerio de Educación y
de las Autonomías. Desde 1987 el posibilidades de financiación de los Cultura español el 23 de Junio de
Sistema Español de Museos está museos. Las ventas y los royalties 1997. Su presentación se hizo en
integrado por más de 60 museos suelen ser en los museos america - un CD -Rom que incluye más de
1.300 imágenes, 26 vídeos-audio Madrid, 18 de junio de 1997) . de la institución, señalan que no
y 385 instrumentos técnicos. Podrá 123 En los años ochenta hubo un mo- vale cualquier cuadro malo pin-
consultarse vía Internet (su web vimiento «artístico » curioso, espe- tado por su autor. Tiene que ser
provisional es htrp://mhct.dit.upm. cialmente en el ámbito de Nueva «especialmente repulsivo, hortera
es), y es propósito del Ministerio York, llamado bad painting, expo- y deleznable».
convertir antes del año 2000 ese nente de un estilo o moda muy 124 Confirmación de esta inquietud
museo virtual en un museo física- concretos. Este museo parece no clasificatoria, o especificación de
mente visitable, estando prevista su tener su mismo origen o intencio- las diversas taxonomías aplicadas
sede en las dependencias del anti- nes. Se trata de una colección de a los museos, es -como un ejem-
guo matadero de Legazpi, en Ma- un centenar de cuadros reunidos a plo más a citar- la triple denomi -
drid. partir del hallazgo casual en 1992 nación que los autores del ensayo
Es en este sentido donde convie- por un anticuario de Boston de citado The Museum Time Machine
ne tener presente la determinante una pintura al acrílico en un cubo (Londres, Comedia/Routledge,
influencia de esos medios de tec- de basura. Tan sorprendentemen- 1988) han aplicado a las tres par-
nología punta, como son los cita- te espantoso les resultó el cuadro tes en que dividen el libro: l. «El
dos del ciberespacio o las llama- a los amigos a quienes se lo mos- paisaje de la nostalgia»; II. «Mu -
das autopistas de la información . tró, que se pusieron a rebuscar en seos en un mundo cambiante»;
Jnternet confirma estas inmensas todos los mercadillos, vertederos y y lll. «Sociología del museo pú-
posibilidades, e incluso se puede cubos de basura en busca de cua- blico» , y la concepción de Kevin
presentar, como escribió puntual- dros «malos », detestables, los peo- Walsh sobre «Museos y patrimo-
mente Ramón NÚ-EZ, Director res imaginables ... nio en el mundo posmoderno»,
de la Casa de las Ciencias de La El resultado de todo ello es este desarrollados en su obra The Re-
Coruña (moncho@casaciencias-lc. atípico «museo del arte malo» . En presentation of the Past (Londres,
es), un desafío a los museos (cfr. su catálogo, publicado en 1997 Routledge, 1992).
«Internet, desafío a los museos», por Scott Wilson, Marie Jackson
art. publicado el el diario El País, y Tom Stankowitz, responsables
6. Usos, funciones y roles
convencionales del museo

Desde su configuración moderna en los umbra - En realidad, el almacenamiento de obras res-


les de nuestro siglo, el museo ha venido realizan- pondía a la concepción heredada del enciclope-
do una serie de funciones indispensables para la dismo y la Ilustración, que ha seguido patente
salvaguardia y el conocimiento del patrimonio en muchos de los grandes museos hasta nuestros
histórico cultural. Sin el ejercicio de esta misión, días: constituirse en los más completos centros
difícilmente se podría reflexionar tampoco de un de archivo, catalogación y exhibición de los bie-
modo conveniente acerca de la realidad y las ac- nes que atesoran. En el origen de esta vocación
tividades que a lo largo de los tiempos vienen hay que anotar otras intenciones, entre ellas la
definiendo el desarrollo del hombre en su medio de resaltar con ellos la dimensión nacionalista
ambiente natural, cultural y social. Los objetos del país al que pertenece el museo, como signo
que guarda, investiga y expone el museo resul- inequívoco entonces de grandeza y prestigio. A
tan en consecuencia elementos expresivos y, en la imperiosa necesidad de recolectar objetos va-
muchos casos, los más significativos de esa evo- liosos para evitar su desaparición, que convirtió
lución cultural de la Humanidad. a estas instituciones en un gran almacén o en
Tal vez por ello, durante décadas de nuestro un riquísimo panteón, poco a poco fueron suce-
siglo y hasta la puesta en cuestión del museo mis- diendo otras funciones hasta transformarlo pri-
mo en torno a 1968, la mayor parte de los mu- mero en un centro dinámico y luego en un labo-
seólogos, conservadores de museos y demás es- ratorio, en auténtico centro de investigación en
pecialistas en este campo estuvieran de acuerdo los últimos tiempos .
al menos en las funciones fundamentales que de- Consecuentemente, y en sintonía con este de-
ben cumplir estas instituciones: las de conservar, sarrollo, el ICOM ha venido concretando en su
presentar, investigar y difundir este patrimonio definición de museo las funciones esenciales que
cultural. debe cumplir en nuestro tiempo: conservación de
Históricamente, como hemos comprobado, los testimonios materiales del hombre y de su en-
han sido el afán de coleccionismo y la necesidad torno, investigación, exposición y difusión de ese
de evitar su pérdida los factores determinantes en patrimonio para fines de estudio, de educación
la labor de recolección y en el almacenamiento y de deleite, y al servicio de la sociedad y de su
de objetos de interés cultural en las instituciones desarrollo. Cometidos y funciones que la propia
museísticas . O, para ser más rigurosos, las causas UNESCO ha asumido e impulsado, especialmente
que produjeron el nacimiento de estos centros. desde 1960, al patrocinar y difundir un tratado,
La recolección y el almacenamiento -a los que se cuyo contenido se convirtió en el libro de con-
unía en los museos tradicionales el cometido del sulta inevitable. Un clásico en cierto modo, que
constante aumento de los fondos- obligaron a la se ocupa tanto de las funciones del museo como
ordenación y clasificación de las colecciones en también de todas aquéllas concernientes a su es-
su presentación pública y, posteriormente, a su tructura, gestión, administración y proyección so-
investigación y difusión cultural. ciocultural. 1
En el capítulo «El museo y sus funciones», l. Coleccionismo de bienes culturales
Douglas A. Allan, después de definir la institu-
ción, analiza las relativas a la colección, identi-
Desde una posición ortodoxa, el museo colec-
ficación , registro, preservación, exhibición, edu-
ciona y conserva objetos insustituibles para ser
cación y el público. Este repertorio, que no agota
exhibidos. Y aquí aparecen las tres más clásicas
evidentemente las funciones encomendadas al
realidades y funciones del museo: las de la co-
museo en Ja sociedad actual, encuentra el ne-
lección, conservación y exhibición. Funciones
cesario complemento en Jos otros capítulos del
que, para Waddell, por ejemplo, están interre -
libro, en los que se desarrollan de modo amplio
lacionadas y tienen la misma importancia. 5 Pero
y específico el resto de los temas referentes a la
también es cierto que, desde un punto de vista
organización y funcionamiento de estos centros.
más que lógico, real, la primera marca la diferen-
Aunque en las dos últimas décadas especial-
cia: de la colección dependen las otras dos fun-
mente han surgido nuevas formas de entender
ciones y, sin aquélla, estas últimas no tendrían
la concepción y el funcionamiento del museo, 2
lugar, ni tampoco el museo en sentido estricto.
el esquema y las directrices marcadas por la
«La única cosa que cada museo tiene en común
UNESCO con esta publicación, aun modificadas,
con cada otro museo -afirman Ambrose y Pai-
reactualizadas y ampliadas en muchos aspectos,
ne- es las colecciones.» Y, consecuentemente,
esencialmente han venido siendo recogidas por
hacen las siguientes preguntas: «Compara las
la gran mayoría de los tratadistas posteriores, que
definiciones de «museo» [indicadas] ... ¿Conoces
desde entonces hasta nuestros días consideran la
algunos museos que no entren dentro de algu:
realidad y las funciones de los museos desde un
na de esas definiciones? Si los conoces, ¿por que
punto de vista -si no tradicional- de algún modo
crees que aquéllos son llamados «museos»?» .6 El
convencional y ortodoxo, aunque han aparecido
abuso del término y la imprecisión del concepto
otros que en sus enfoques y tratamiento mues-
«museo» se confirman especialmente cuando no
tran signos inequívocos o confirmación de un
existe «colección». La colección es el marchamo
claro intento de ruptura forma!,3 según los casos .
y el catalizador de la institución rigurosamente
En otros, una posición identificada con el ICOM
museística. Sobre todo porque, como afirma Su-
como fue la de Georges Henri Riviere, se presenta
san Pearce, «la construcción de una colección es
hoy definida en su evolución y cambios respecto
un camino en el que organizamos nuestras rela-
de las funciones del museo, a causa no sólo de la
ciones con el mundo físico exterior del cual las
personal visión transformadora e innovadora que
colecciones son una parte. Formar la colección
experimentó el museólogo, sino también de la di-
es parte de la relación entre el sujeto, concebido
námica e influencia que imprimió su pensamien-
como cada ser humano individual, y el objeto,
to sobre sus discípulos, especialmente aquéllos
concebido como el mundo total, material o no,
que han agrupado su doctrina en el compendio La
que los sitúa fuera a él o a ella. Las colecciones
muséologie selon ... (1989), que venimos citando. 4
son un significativo elemento en nuestro inten -
Nosotros enfocamos el estudio de las funciones,
to por construir el mundo, así como el esfuerzo
estructura, organización, arquitectura y programa-
para entenderlos es un camino de exploración
ción del museo en este y en el capítulo siguiente. En
de nuestras relaciones con el mundo.» 7
concreto, las «funciones convencionales» (de colec-
Coleccionar (formar la colección de un mu-
cionar, identificar, documentar, registrar, inventa-
seo) 8 implica al menos tres aspectos a tener en
riar, catalogar, preservar y conservar, restaurar, ex -
cuenta: qué coleccionar, qué no coleccionar y
hibir y difundir, y la referente al público y el museo)
cómo coleccionar. De ellos se derivan otras ac-
se tratan en este primero; y las otras cuestiones del
ciones complementarias o subsidiarias: cómo
museo actual que citamos, en el siguiente.
seleccionar y legitimar las obras y cómo ordenar
y clasificar las colecciones, inevitablemente uni -
das a las otras dos prioritarias de cómo conservar
y cómo exhibir las obras. De éstas se derivan y
resultan, a su vez, las de la investigación, docu-
mentación, didáctica, restauración, reprografía,
publicidad y difusión, y proyección sociocultural.
(Lógicamente, algunas de estas funciones del mu-
stw han nacido o se han consolidado en la socie -
dad actual.)
Desde un punto de vista teórico general, sólo
debe coleccionarse aquello que resulta insusti-
tuible o irreemplazable. Una característica que
hace al objeto diferente de todos los demás. Si un
objeto raro puede ser fácilmente duplicado o es
individualmente insignificante, entonces no re -
sulta imprescindible . No toda obra única es por
ello mismo -pongamos por caso un ejercicio in -
fantil de caligrafía- irreemplazable. Su diferencia
con otro resulta normalmente insignificante. Y
desde otro punto de vista, una obra de arte mul -
tiplicada -grabados o múltiples escultóricos nu-
merados, por ejemplo-, cuantitativamente llegan
a ser algo común, pero resultan imprescindibles
cuando se inutilizan las planchas o los moldes, o
cuando el papel donde han sido estampados o el Dulw ich Co //ege Picture Gallery, Londres (1817- 18 13)
material en que se han fundido resultan de extre-
ma rareza o imposible de disponer normalmente
de ellos. Cualquier intento de reproducción será
tenido probablemente como una copia . Quienes forman la colección de un museo
Por consiguiente, desde el momento en que la tienen que ser probados expertos en la materia
palabra original no necesariamente significa uno de sus fondos, ser capaces de descubrir el valor
de la misma especie en este contexto, ello da a intrínseco de los objetos, que depende esencial-
entender generalmente que una obra es suficien- mente de dos notas conjuntas : cómo han sido
temente parecida sólo a sí misma y que un susti- concebidos y cómo han sido realizados. Al con-
tuto no basta como para reemplazarla. servador de museo responsable de las coleccio -
Esta condición de obra única en sí misma e nes le concierne incluso, si no establecer la atri-
insustituible debe ser refrendada por su cualifi- bución y la determinación del valor económico,
cación de pieza significativa y representativa de sí al menos tener un conocimiento claro de estas
alguno de los diversos niveles socioculturales: cuestiones. Nunca puede aceptarse como obje-
que pueda admitirse dentro del conjunto más to museable aquel mal concebido y pobremente
expresivo de las manifestaciones humanas, de su ejecutado, aunque su autenticidad esté fuera de
integración en el patrimonio de la Humanidad, duda y su cotización sea alta .
de su valor educativo y estético, y de su capaci- La concepción y el diseño de la pieza suelen
dad para explicar períodos o momentos revela- recomendarse por algunos especialistas como
dores del desarrollo de la civilización humana. elementos mucho más importantes que la con-
fección y la condición de la obra. Si el diseño es
piezas, sino que aseguren su adecuada integra-
ción en el conjunto de los fondos del museo.

La elaboración de las colecciones ha sido un proceso


rápido, abarcando todo tipo de objetos y ávidamente
seguido por todo tipo de gente .[... ] Algunas veces,
el impulso del coleccionista ha sido satisfecho por la
elaboración completa en Jo posible de series de obje -
tos; otras veces, ha ido ulteriormente conduciendo la
investigación dentro de Ja historia y ha coleccionado
el desarrollo de los objetos. Otras, ha rematado su
colección y sus estudios a través de una monografía
publicada, a veces aceptada como un autorizado
libro de texto sobre la materia . Las colecciones, bien
aceptadas como donaciones o bien adquiridas, gene-
ralmente han encontrado su destino dentro de algún
apropiado museo. [ .. .] Los museos se inician con la
colección y ésta se mantiene como primera función .
Departamento de fotografía de l MOMA, Nueva York, 1988. Un museo puede coleccionar cualquier cosa, pero no
puede coleccionar todas las cosas. Algunos de los más
antiguos museos han ofrecido la bienvenida a todas
bueno, el objeto tiene calidad de museo, de lo las promesas, pero con algunos desastrosos resultados.
[.. .]Periódicamente, el plan (de la colección) debe ser
contrario, no. Aunque la finalidad de la colección revisado, para ver si aparece la más pequeña imper-
de un museo deban ser objetos uniformemente fección, y para comprobar qué alcance tiene dentro
de alta calidad, hay algunos museos cuyo obje- de las necesidades de la localidad. Si existe necesidad,
tivo es una estrecha especie de incompletos. En y los fondos pueden ser encontrados, debe añadirse
lugar de coleccionar relevantes ejemplos de todos un nuevo ámbito, reclutar a un nuevo especialista, e
introducir el material para ilustrar un nuevo ramo de
los tipos importantes, muchos museos se especia- la ciencia o del arte. En particular, la situación debe
lizan en cualquier clase de intereses de la direc- ser revisada después de cada nuevo nombramiento de
ción o del equipo de trabajo. Coleccionan uno o conservador o director, que ha tenido tiempo de fami -
pocos tipos o períodos (de arte, por ejemplo) y liarizarse a la vez con las colecciones y con su público .9
se contentan con tener representativas variantes.
Las colecciones de calidad mixta son esencia - Si el museo limita su colección a la obra de
les para la investigación científica; esta actividad un artista, a una especialidad local, o a un tipo de
ha orientado a los museos en el servicio esencial arte, por ejemplo, que raramente aparece en el
de acertar a configurarlas. Porque el propósito de mercado, aquélla se convierte en la muestra me-
estas instituciones es específicamente construir y jor del funcionamiento de una organización, en
mantener una colección de valía que exponer tanto en cuanto lo que colecciona está adecuada-
al público, por ello mismo los museos no deben mente representado o ha dejado de estar dispo -
permitirse ser atraídos por los objetos basados en nible. Preservar y exhibir no produce la colección
una información irrelevante . de un museo. Un museo colecciona continua -
Las cinco formas más habituales de ingresar mente o se convierte él mismo en un objeto para
los objetos en el museo y constituir sus colec- ser coleccionado por algún otro. La excepción es
ciones (recolección, compra, donación, dación el museo poderosamente dotado que puede te-
y depósito) exigen -además de un complicado ner recursos para hacer lo que le plazca sea o no
proceso administrativo- una serie de actuaciones coincidente el beneficio con el valor del precio.
previas de carácter científico, que no sólo garan- En este caso, es claro que este tipo de institucio-
ticen el valor representativo y significativo de las nes10 son más un monumento conmemorativo
de su fundador o de sus promotores que un mu-
seo en el sentido riguroso del término. Son a ve-
ces aceptados como grandes exposiciones, pero
sólo muy pocas veces son conceptuados como
grandes museos. 11
Como hemos podido comprobar, las diversas
tipologías 12 de museos requieren metodologías
específicas distintas tanto para la formación de
sus colecciones como para su debido funciona-
miento y proyección sociocultural. 13 En todo
caso, los museos tienen que tener muy claro
también qué no deben coleccionar y cómo pue-
den coleccionar.
El éxito de una colección depende funda-
mentalmente de su adecuada planificación, 14
que está por encima de vicisitudes y circuns-
tancias determinadas, como puedan ser el gus-
to personal o la sucesión de un conservador por
otro. Las obras que no hayan sido seleccionadas
bajo la consideración de su relevancia no deben
entrar en el museo. Cualquiera otra considera- Actividades socioculturales. El IRCAM, C.N.G. Pompidou, París.
ción ajena a su valor intrínseco no debe marcar
pauta alguna decisiva para su selección. Sería un
error de base, por ejemplo, coleccionar y exhibir
objetos por cuanto resultan en especial un ejem- /
plo típicamente representativo. Lo típico o histó-
ricamente importante debe someterse a lo que es
auténtico y sobresaliente.
En nuestro siglo, algunos museos han toma - /
do como base de sus fondos algunas colecciones
con un proceso de crecimiento ya extinguido.
Han intentado rellenar algunas lagunas y orien-
tar su actividad a otros campos. Por lo que, evi-
dentemente, resultan a la postre heterogéneos.
Más allá de la orientación enciclopedista, se ha
cometido a veces el error de continuar e inten-
tar completar un «gabinete de curiosidades» que
debió en su momento enriquecer y entretener a
su creador, pero que en sí mismo considerado no
posee validez científica suficiente. Se debe huir
de una configuración de las colecciones extrañas
a un planteamiento selectivo y coherente.
En el proceso de selección y constitución de
las colecciones de un museo, las cuestiones aca-
démicas Como: de dónde proceden los objetos, L'atelíer Brancusi. C. N.G. Pomp idou, París.


quién los ha realizado, quién los ha usado, qué bolos del triunfo humano con lo que otros pue-
uso se les ha dado, cuándo han sido creados, den identificarlo, y están en valiosas colecciones
quién ha sido su propietario, de qué han sido por esta razón, pero no por su excelencia, por lo
fabricados o cuál es su rareza .. ., con todo ser que no deben entrar en un museo. Un museo
importantes no deben afectar la decisión sobre no debe confundirse con un relicario sin más . Lo
cuán relevante es un ejemplo del tipo que sea que merece ser solamente consagrado y conser-
presentado como valor representativo. vado como una reliquia podría no dominar las
La edad o época a la que pertenece una pie- obras por méritos intrínsecos.
za, por ejemplo, no señala más de bueno que Junto a los sistemas de recolección o consti-
lo que de bueno o menos bueno tenía aquélla tución progresiva de sus fondos, que toda ins-
cuando fue creada. Así como la edad añade un titución pública debería tener dispuestos para
valor económico y algunas veces una atractiva su escrutinio, los museos tienen que evitar caer
pátina , esto no altera la cualidad. De otra parte, en una situación de inflación a causa de los cos-
sólo cuando el material histórico es importante tos de mantenimiento de unas colecciones en
visualmente debe entrar en las colecciones del constante crecimiento -que no pueden dejar de
museo. (Normalmente, la materia histórica es justificarse-, y que son un factor deslumbrante
material con connotaciones históricas, no histó - en este tiempo nuestro de impulso económico.
ricamente importante, salvo raras excepciones.) Se impone una racionalización de los medios y
Las obras secundarias pueden atraer la atención adecuar los recursos a la función concreta que el
de los escolares, pero no la de la mayor parte de museo debe realizar en el medio social, y por el
los visitantes del museo. cual se justifican sus colecciones.
En consecuencia, un museo no debe conte- Otro de los aspectos a tener en cuenta en la
ner aquellas piezas de cuya importancia haya cuestión de qué no coleccionar en un museo es
que convencer al visitante. Valen evidentemen- su carácter legal. Cada institución es responsable
te para otro tipo de instituciones o para el co- de sus adquisiciones. Con independencia de la le-
leccionismo privado; los museos públicos deben gislación vigente al respecto en cada país, los mu -
aspirar a la máxima y evidente excelencia de las seos tienen la obligación de respetar los acuerdos
obras. Muchos objetos se han convertido en sím- internacionales vigentes sobre la licitud o no de
algunas importaciones, exportaciones y transfe -
rencia de dominio de una propiedad cultural. 15
En otro sentido, la preservación y la recogida
de información disponible es muy importante,
muy difícil, y de muy diferente responsabilidad
para acometer la introducción de la obra en la
colección de un museo. Como a los manuscri-
tos importantes en los archivos, lo mismo puede
aplicarse a las imágenes en movimiento. Las pe -
lículas originales de cine son insustituibles, muy
valiosas para ser exhibidas, y podrían entrar en
archivos especialmente diseñados para ellas . Las
copias de los originales, sin embargo, pueden ser
exhibidas en muchos sitios, pero no deberían
mostrarse en el museo.
Desde esta vertien te, hay objetos que no pue-
Sala de lectura infantil. C.N.G. Pompidou, París. den entrar en el museo por otras razones. Al me-
nos existe -pongámoslo como ejemplo- un tipo comentando. De hecho, aunque no pueda ha-
de arte que resulta irreemplazable pero que no blarse de criterios acomodaticios o coyunturales
puede ser coleccionado con normalidad, porque para justificar ciertas adquisiciones, sí que se tie-
no puede ser fácilmente instalado. La arquitec- nen muchas veces en cuenta la significación y
tura ha estado representada, como método co- representatividad de las obras como «fenómeno
mún, por dibujos y fragmentos . Coleccionar un sociológico», y no sólo como exponente de una
gran edificio y albergarlo en un museo supone cualidad de excelencia intrínseca para entrar a
seguramente un error, por cuanto la obras indivi- formar parte de las colecciones del museo.
duales no pueden competir sucesivamente en su En Ja formación de éstas, sin embargo, es de-
atención con las circundantes. En todo caso, debe cisivo que los responsables no sólo sean expertos
existir una razón de proporcionalidad y escala en en Ja materia y apliquen criterios acertados de
el conjunto de la colección y en la relación entre diseño y selección, sino que también conozcan
contenedor y contenidos. Cuando los interiores en profundidad en qué consiste y cómo hacer
pueden ser modificados sin daño significativo el proceso de «coleccionar» (tanto técnica como
para ellos, el uso adaptado en un museo debe ser, perceptivamente).
sin embargo, apropiado a la naturaleza y diseño De un modo general, podemos decir que el
de las colecciones, al museo en definitiva. impacto visual atrae normalmente al experto
Algo que puede ser organizado desde un ca- hacia el objeto, y éste trata de determinar qué
tálogo raras veces resulta irreemplazable. Es de- es lo que atrae su atención. Es un principio de
cir, aquello que puede ser incluido en una clasi- actuación para dilucidar posteriormente sobre
ficación multiplicable y previamente establecida, la conveniencia o no de seleccionar ese objeto .
normalmente pertenece a otras áreas o vertientes Mentalmente lo deberá comparar con otros ob -
del coleccionismo humano, pero no precisamen- jetos conocidos y análogos, y deberá anotar sus
te al carácter de singularidad y excelencia de las percepciones para una futura comparación real.
colecciones de un museo público. Esto nos permite enunciarlo como uno de los
Si el objetivo de un museo consistiera en co- posibles métodos de selección de obras para la
leccionar solamente lo que es bello, como co - colección de un museo .
menta Waddell, inmediatamente debería relle- En este sentido, un perito, un experto en la
nar su edificio ordenando mariposas y conchas materia a coleccionar puede (y debe) tener siem-
marinas . Admitidas éstas entre las más bellas de pre un conocimiento de un ejemplo singular que
todas las cosas, pero salvo raras excepciones no represente la más excelente adquisición de un
resultan irreemplazables. 16 determinado tipo de obra . Este ejemplo llegará
Los criterios de selección de las obras -tanto a convertirse en la base para establecer una rela-
de las provenientes de la naturaleza, como de la tiva valoración estética . Deberá seleccionar una
ciencia o de las artes- deben estar avalados por obra actual o crear una en su mente por com -
las metodologías específicas de las diferentes binación de elementos de unas cuantas obras.
disciplinas a que se refieren los fondos del mu- Cuando descubra un ejemplo relativamente
seo. Y, en su caso, por la sólida expertización de mejor, éste pasará a convertirse en su base de
quienes tienen como responsabilidad profesio- comparación hasta que encuentre otro que sea
nal la organización y funcionamiento de los mu - mejor, etc. Para que produzca resultados obje-
seos: el equipo de conservadores y la dirección tivos, la comparación ha de ser todo un proceso
del centro. Criterios que, como analizaremos en consciente y fundamentado.
otro capítulo, no coinciden muchas veces con La reflexión o consideración sobre algún tipo
los planteamientos convencionales y ortodoxos de obra que pudiera entrar en la colección de un
sobre el carácter de la colección que venimos museo necesita haber proporcionado los datos su-


ficientes para comprobar cómo una obra específi- colección en el museo. No sería posible encon-
ca, concreta, es mejor o peor que el mejor ejemplo trar ningún coleccionista, director o conservador
conocido. Una potencial adquisición necesita ser de museo que admitiera el riesgo -y menos la
estudiada desde diferentes ángulos y perspectivas realidad- de una desvirtuación en su colección o
-como veremos con más detenimiento en otro lu- en las del museo . Tampoco, nadie que quisiera
gar- y, a ser posible, analizada a la luz solar. Cada pagar el puro valor del mercado de un original
parte necesita ser considerada en sí misma y en la por una falsificación. Por ello mismo, ésta es una
relación de las partes con el todo. El bien cultural de las más decisivas tareas que les incumbe a los
-natural, científico-técnico o artístico- se concibe conservadores y demás especialistas de museos
solamente en una dimensión integral e integra- con carácter urgente. De sus resultados deriva-
dora, que no conviene olvidar. Si en esta u otra rán otras funciones a desarrollar: desde el cono-
consideración existiera alguna duda sobre la con- cimiento máximo de las obras para mejor con-
veniencia de integrar un objeto en la colección, servarlas y exponerlas, hasta su interpretación,
no debería ser incorporada al museo. valoración y difusión real como bien cultural de
El experto posee otros medios para conse- la Humanidad. Escribe D. A. Allan:
guir dilucidar en este sentido la conveniencia o
no de la posible adquisición o incorporación de La segunda función que debe realizar un museo es la
identificación precisa de cada uno de los ejemplares
una obra a la colección del museo: los datos pro-
adquiridos. En esto estriba el test del equipo profe-
porcionados por el equipo investigador. Y a nivel sional, por cuanto una fundamental característica de
personal, en último término, una referencia cla- nuestros museos tiene que ser su completa honestidad
ve para disipar un posible error en su decisión es y fiabilidad . Una vez se ha debilitado la seguridad es
el dominio y el conocimiento de otras coleccio- extremadamente difícil restablecerla. Si el equipo de
conservadores tiene alguna duda respecto de alguna
nes y las de otros museos análogos, en especial
obra, debería enviarse a alguna otra institución que
los más importantes. tenga los necesarios conocimientos especialistas a su
Modelos de coleccionismo privado compiten disposición. Cada ejemplar tal como es recibido debe
hoy con los mejores museos del mundo. Si el anotarse en una etiqueta unida y en la ficha índice
conservador experto puede determinar por qué numerada -si es posible, el mismo número será
pintado en la propia obra- su procedencia y cuándo
ellos lo poseen, qué hacen para actuar al respec-
y cómo fue adquirido. Este es sencillamente el co-
to y se cerciora siempre de qué es lo mejor que mienzo de fijar el ejemplar en su cronológico lugar
aquéllos poseen, el experto conservador habrá en la colección. Después comienza el laborioso pero
demostrado que tiene la capacidad adecuada cautivador trabajo de encontrar fuera todo lo que le
para ser «coleccionista» de un museo. Si, a pesar concierne para ser conocido . Es de hecho imposible
conocer demasiado sobre algún ejemplar; cuanto
de esta capacidad demostrada, no manifiesta to-
más conozca uno sobre él, más valioso llegará a ser.
tal seguridad sobre sus selecciones, lógicamente [... ] La identificación de los ejemplares que llegan al
deberá dejar este trabajo a otros. museo reclama en primer lugar una plantilla experta
y en segundo lugar una buena biblioteca de libros
de referencia, si concurren las exigencias de serios
2. Análisis e identificación de las piezas investigadores. De Jo que se sigue que un museo tie-
ne que tener una buena biblioteca de referencia con
todos los modelos relacionados con las materias de las
Entre las funciones que debe realizar un mu - colecciones; tales volúmenes deben ser valiosos como
seo por medio de sus conservadores -y previas a especímenes en sí mismos, y tienen que mantenerse
continuamente al día . En Jos grandes museos estas
muchas otras de nivel investigador-, están las de
obras de referencia son compiladas por los miembros
identificación, autentificación y datación de las principales de los equipos, que siempre encuentran
obras . Establecer la autenticidad entrañará otro medios para guardar un estrecho contacto con los
tipo de dificultades para conseguir una buena expertos de otros museos y universidades, de modo
que el fondo común de conocimiento está siempre debe estar muy profesionalmente preparado en
aumentando y prontamente disponible . 17 las materias propias de la naturaleza de las co-
lecciones para poder emitir juicios y resultados
La identificación, datación y autentificación con garantías. También, acertar a transmitir esos
de las obras en un museo es, en cualquier caso, resultados con la precisión terminológica y con-
una tarea laboriosa y delicada. Cuando se trata ceptual que ello requiere .
de obras de arte, especialmente las del pasado, En los museos de arte, por ejemplo, la for-
en este trabajo concurren aspectos particulares, mación de los conservadores debe ser rigurosa
ya que es muy raro encontrar algunas firmadas en museología, pero también en la ciencia histó-
por sus autores antes del siglo xv11. Con el Ro- rico-artística y en las técnicas y procedimientos
manticismo aparece el interés por el carácter artísticos empleados en las diversas épocas, y en
«Único» de la obra de arte. La antigüedad clásica particular en las utilizadas por aquellos artistas,
no desdeñaba -aunque sabían diferenciarlas- la movimientos y tendencias que integran las co-
copia con relación al original. En otros momen - lecciones del museo. 19
tos, maestros y ayudantes formaban todos una
sola empresa, cuya finalidad consistía sobre todo Un conservador de museo es el más idóneo para tener
en la «elaboración de obras de arte» , sin que se controlados Jos objetos desde esta su situación, de ma-
vieran en la obligación de distinguir entre la ori- nera que el conocimiento local sea siempre como un
premio, pero tendrá que tratar también con los tesoros
ginal del maestro y las demás copias realizadas
traídos por viajeros de ultramar o con los transmitidos
en su taller. por la herencia familiar desde las más remotas gene-
El problema de la identificación, datación y raciones. A la vez que una rigurosa diagnosis de los
autentificación de las obras artísticas ha adqui- objetos inusuales añade naturalmente reputación al
rido posteriormente una mayor complejidad, conservador y a su museo, no debe olvidarse tampoco
que no es una desgracia admitir la ignorancia sobre
no sólo cuando se analizan las pertenecientes al
algún asunto inusual. En la indagación sobre estas
pasado histórico por las razones señaladas, sino especies es donde la estructura del museo puede ser
en el caso concreto de las producidas en nues- muy valiosa: desde un solo conservador de museo al
tro tiempo, por las numerosas falsificaciones que amplio museo regional con una mayor plantilla de
han venido surgiendo en un contexto alimenta- expertos, y luego al inmenso museo nacional con
su enorme equipo, los laboratorios de investigación,
do por el trasiego comercial y lucrativo de que
las colecciones de referencia y las bibliotecas. Según
son objeto por parte de coleccionistas y mar- las circunstancias lo requieran, la demanda de infor-
chantes, y que resulta campo propicio para los mación e identificación puede seguir adelante en esa
especuladores sin escrúpulo. línea hasta que sea encontrado un experto que trate
En otros casos, la dificultad surge por la falta adecuadamente el asunto .2 º
de acuerdo entre los diversos expertos a la hora
de determinar la atribución de originalidad o au- 2 .1 . Las falsificaciones
tenticidad a una obra concreta entre varias posi-
bles, o en qué medida puede decidirse entre ellas Cuando los museos tienen que realizar funcio-
su condición de original, réplica o copia, después nes de asesoramiento o resolver la compra de
incluso de largos e intensos debates. 18 una obra, deben tener presente siempre el pro-
La función investigadora en un museo, de blema de las posibles falsificaciones . El equipo
la que nos ocuparemos más adelante, exige un especializado del museo necesita estar respalda -
mínimo de infraestructura de medios materia- do en último término, a la hora de tomar esa de-
les y humanos que hagan eficientes desde los cisión con recursos públicos, por los trabajos de
primeros análisis de las piezas hasta la profun - laboratorio y las conclusiones de los expertos. El
dización en sus características formales, técnicas amplio abanico de posibles objetos a coleccionar
y socioculturales . El equipo de conservadores aumenta el riesgo de equivocarse, facilitando en
cambio las posibilidades del falsificador. Aunque ción por los falsificadores, de acuerdo con el in-
las pinturas hayan sido en el pasado 2 1 y conti- terés de los coleccionistas. 28
núan siendo en el presente el campo favorito de Las técnicas y los métodos utilizados en Jos
la falsificación -Ja historia nos lo demuestra con museos para descubrir las falsificaciones de obras
prodigalidad, y con ejemplos a veces llamativos (artísticas, sobre todo) son diversas, como vere-
en museos y colecciones famosas)-, 22 piezas de mos al tratar de la investigación. Todos ellos es-
la más varia naturaleza y funciones 23 han resul- tán comprendidos, sin embargo, en tres tipos de
tado siempre atractivas para este fin. análisis o estudios: el relativo a la investigación
Pero como actividad bien estudiada y plani- crítica y estética; el basado en la aplicación de
ficada , las falsificaciones han tenido un crecien- procedimientos ópticos, físicos y químicos; y el
te desarrollo sobre todo a partir del siglo xvm, al proporcionado por la alta tecnología actual, es -
producirse una gran demanda del arte antiguo. 24 pecialmente la electrónica y la informática, que
El falsificador ha encontrado en el estudio cuida- incluyen evidentemente principios y normas de
doso del mercado -potenciado en las tres últimas las disciplinas o ciencias citadas.
décadas de manera notable en todos los cam- Como apunta WaddelL algunas falsificacio -
pos del coleccionismo- las condiciones propicias nes pueden ser de hecho prácticamente inde-
para aprovecharse de los gustos y las modas a la tectables, puesto que algunos historiadores de
hora de producir la imitación o falsificación de arte son falsificadores. Una mala autentificación
los diversos objetos. o atribución, aunque no lo pretenda su autor,
Durante el siglo xrx la práctica falsificatoria ad- puede consagrar la falsedad de una obra. Para
quirió una intensidad hasta entonces inusitada, ser capaz de autentificar aunque sólo sea un úni-
que hizo célebres no sólo a numerosos y refinados co tipo de objeto realizado durante un tiempo
falsificadores sino también a los escándalos que relativamente corto en una área restringida, el
protagonizaron algunos museos, 2 5 perfeccionán- historiador necesita conocer cada detalle de cada
dose la técnica de obras del pasado hasta extre- variedad que se ha hecho o se está haciendo.
mos increíbles en el siglo xx. 26 Han sido, sin em- Antes de que el historiador (o el conserva-
bargo, Jos pintores de las vanguardias históricas dor de museo) pueda rechazar algún ejemplo
los artistas propicios a la falsificación en nuestro espurio, necesita conocer todo sobre el diseño,
tiempo. En concreto, los españoles Pablo Picasso, las técnicas y los materiales. Puesto que algunos
Joan Miró y Salvador Dalí han suscitado la aten- tipos de objetos no han sido sistemáticamente
ción de los falsificadores con cierta asiduidad. Los bien estudiados, de ordinario la probabilidad tie -
dos últimos han sido incluso testigos en vida de ne que ser argumento suficiente en este caso, ge -
una auténtica avalancha de falsificaciones de sus neralmente adecuado, para emitir un dictamen.
obras.27 La confirmación de la autenticidad de un ob-
El ámbito de las falsificaciones en nuestros jeto es, en principio, una cuestión de probabili-
días no se ha restringido, evidentemente, a la dad hasta que aparezca la más clara certeza. La
pintura contemporánea. Cualquier época es procedencia puede ser más cómodamente falsifi-
buena para los especuladores, y cualquier tipo cada que los objetos mismos. Los coleccionistas
de patrimonio histórico-artístico es manipulado, están frecuentemente a merced de los marchan -
copiado y falsificado siempre que exista deman- tes, comerciantes o expertos que han dado au-
da por parte de los coleccionistas. No importa tenticidad a una particular pieza de su especia-
que sean objetos u obras de remotas culturas lidad.
y civilizaciones; o mejor dicho, la lejanía en el Un museo debe, por lo tanto, considerar fre -
tiempo y el espacio, y las notas de exotismo que cuentemente el expertizaje de los comercian-
conllevan, son a veces motivos de especial aten- tes o marchantes como una parte del precio de
compra y aceptarlo de modo positivo. Ello no porales, libros de registro, inventario, cataloga-
excluye el trabajo riguroso de laboratorio de ción, conjuntos, movimientos, conservación, do-
los conservadores, ni la consulta exterior, si es cumentación gráfica, reproducciones. 3. Fondos
necesaria. Aun empleando siempre las debidas bibliográficos: a) ingresos, registro y cataloga-
precauciones, los errores podrán aparecer oca- ción, movimientos, intercambios de publicacio-
sionalmente, y en ese riesgo no debe caer el con- nes, bajas; b) ingresos, libros de registro, preca-
servador de museo. La autentificación y adquisi- talogación, catalogación, kardex, movimientos de
ción de una pieza conlleva al propio tiempo que lectores, intercambios y movimientos de fondos.
una seguridad estética y técnica el acierto de su Sheila M . Stone, al ocuparse de la documen-
tasación económica y el de su representatividad tación de las colecciones, lo primero que hace es
sociocultural. 29 resaltar la importancia de esta función museís-
En último término, de la correcta identifica- tica:
ción de las obras en un museo dependen -insis-
timos- no sólo el acierto en el diseño de la co- Numerosos museos tienen colecciones de objetos po-
lección, sino también todas las demás funciones bremente documentadas que han perdido mucha de
su utilidad debido a la falta de información asociada.
que debe realizar: desde el registro, el inventario La documentación es fundamental para el trabajo del
y la catalogación adecuadas, a las de conserva- conservador, y es utilizada como una fuente básica
ción, exhibición, investigación, proyección di - de información sobre la colección. La documentación
dáctica y difusión social. amplia es el pivote sobre el que depende el trabajo del
conservador, y es esencial: 1. Para la gestión efectiva
de las colecciones, realización del almacenaje, seguri-
dad, control y protección. 2. Para formular políticas de
3. Documentación y clasificación adquisiciones al identificar la importancia y los límites
de los objetos museísticos de la colección . 3. Para facilitar a las colecciones ser
investigadas y publicadas . El valor de las publicacio-
nes y la presentación de la colección a través de las
El museo es esencialmente un centro de docu- exposiciones y el trabajo educativo está relacionado
mentación, donde se investiga y ordena la infor- con Ja cualidad de la documentación.
mación. La documentación de las obras en un Como ha confirmado la Asociación para la Docu-
museo resulta una labor compleja que incluye mentacion del Museo (MDA), con un efectivo siste-
múltiples aspectos, desde el tratamiento legal ma de documentación tales actividades implicarán
todavía mucho esfuerzo: pero serán posibles. Sin un
que se les otorga hasta los aspectos descriptivos sistema efectivo de documentación muchas de ellas
que las caracterizan. Comprende las funciones serán imposibles (Museum Documentation Associa-
de registro, inventario, control de los movimien- tion, Practica! Museum Documentation. Museum
tos de los objetos y catalogación (documentación Documentation System, MDA, Duxford, Cambrid-
científica) de las piezas. geshire, 1980). 30
En concreto, se ocupa tanto a nivel a) de los
«procesos» como b) de los «ficheros» a realizar, A continuación, previa una referencia sobre
de estos tres sectores activos del museo: l. Fon- la evolución de la documentación del museo
dos museográficos: a) ingresos, registro y cata- desde los años sesenta, expone el desarrollo de
logación, movimientos y bajas; b) ingresos I en- la documentación de las colecciones de acuerdo
tradas temporales (y depósitos no registrables), con estos epígrafes: l. Principios de la documen-
libros de registro, inventario, catalogación, con- tación. Modelos de datos. Características de un
juntos, movimientos, conservación, documen- sistema de documentación. 2. Prácticas de do-
ta ción gráfica, reproducciones. 2. Fondos docu- cumentación. Diseño del sistema. Formulación
mentales: a) ingresos, registro y catalogación, del resultado. 3. Salvaguarda de la información.
movimientos y bajas; b) ingresos/entradas tem- 4. Creación de un registro del objeto, con las si-
guientes fases: Fase 1. Entrada del objeto en el


museo. Fase 2. El museo asigna título al objeto . ción de las obras deben ser consideradas dentro
Fase 3. Se produce el registro permanente del de un «Sistema de documentación para museos»,
objeto . Fase 4 . Utilización de los registros. Fase a ser posible basado en las recomendaciones de
5. Procedimientos de control.3 1 UNESCO/ICOM, 33 aunque adquieran matiza-
Por su parte, la Comisión de Normaliza- ciones y variantes diversas, de acuerdo con los
ción Documental de Museos, del Ministerio de peculiares hábitos de los distintos países o insti-
Educación y Cultura español, ha publicado un tuciones museísticas. 34
denso y grueso volumen de 560 páginas titula- El registro es -en términos de una definición
do Normalización documental de museos: elementos genérica o de carácter enciclopédico- un índice,
para una aplicación informática de gestión museo- lista o libro para cosas, hechos y personas. En
gráfica (Madrid, Dirección General de Bellas nuestro caso se trata del control de entrada -y
Artes y Bienes Culturales, 1996), 32 en el que se salida- de los objetos del museo, a los que se les
ocupa programáticamente en tres bloques de: I. asigna un número de orden. 35
La documentación en el museo ( 1. Fondos mu - Salvo excepciones de carácter mixto, las for -
seográficos; 2. Fondos documentales; 3. Fon - mas de entrada de objetos en un museo son de
dos museográfi cos y documentales (elementos dos clases: 1) Entrada en régimen de propiedad,
comunes); 4. Fondos bibliográficos; 5. Admi- con tres variantes: a) por adquisición o compra;
nistración) . II. Área de sistema (6. Utilidades b) por donación; c) por dación; d) por recolección
del sistema; 7. Gestión de imágenes). Y III. Es- o hallazgo. Y 2) En régimen de custodia: e) en
tructura de la información (8. Codificación de déposito -temporal o indefinido- y f) como prés-
información). Además, de una Introducción so- tamo, una forma de entrada -siempre temporal
bre Documentación y museos y Desarrollo del y definida-, que es un tipo de depósito habitual
proyecto, y unos Anexos finales, en los que se para exposiciones temporales e itinerantes.
incluye: 9. Casos prácticos; 10 . Apéndice técni- Por tanto, sobre estas premisas debe estruc-
co; 11. Cuadro comparativo: bases de datos de turarse cualquier sistema de documentación en
catalogación; y 12 . Bibliografía . un museo (registro, inventario y catalogación),
que nos proponernos ahora desarrollar. Todas
estas acciones requieren la aplicación de un mé -
3 .1. Registro
todo adecuado, que incluye al menos la diferen-
De la identificación de una pieza se sigue de ciación entre lo que son los datos de las obras a
modo natural la de su registro. Todo objeto que documentar y los instrumentos o soportes don -
tenga entrada en un museo en primer lugar debe de deberán asentarse (y cómo) las características
ser inscrito con la asignación de un número en particulares y específicas de las piezas.
el registro, base del inventario general y de los En el libro de registro de obras en propiedad
catálogos -topográfico, sistemático, monográfi - pueden aparecer las siguientes casillas en las que
co, y razonado o crítico-, indispensables -como se asienten los datos correspondientes a estos
veremos en el apartado de «investigación y cata - conceptos :
logación en el museo»- para conocer adecuada- l. Número de entrada (número de orden) 36
mente la ubicación de las obras, su encaje dentro del objeto en propiedad. 2. Fecha de ingreso. 3.
de las líneas temáticas o el perfil de contenidos Número de Inventario general. 37 4 . Autor o pro-
del museo, su identificación y análisis pormeno - cedencia del objeto. 5. Descripción, naturaleza y
rizado, y las conclusiones contrastadas -razona - título del objeto . 6. Dimensiones. 7. Forma de in-
das o críticas- de una catalogación completa de greso en el museo. 8. Número de expediente. 9.
las piezas . Observaciones.
Las labores de registro, inventario y cataloga - En el registro de depósitos, deberían referen -
ciarse, al menos: 1. Número de orden. 2. Fecha carpeta con el mismo número de inventario de
del depósito. 3. Autor o procedencia del depó- la pieza. 2) Recogerla y guardarla en diferentes
sito. 4. Título o naturaleza del depósito. 5. Di- carpetas-archivos, según el documento. Lo más
mensiones. 6 . Entidad depositaria y lugar del de- práctico es guardar en cada archivo su contenido
pósito. 7. Contrato, acta u otra documentación y documentación específica, separando la infor-
sobre la recepción del depósito. 8. Propietario del mación permanente de la simplemente adminis-
depósito. 9. Plazo o clase de depósito. 10. Segu- trativa y de gestión.
ros. 11. Cancelación del depósito. 12. Acta y otra En cualquier caso, estas dos funciones del
documentación. 13. Retorno. 14. Otros datos. 38 registro e inventario de las colecciones de un
museo son susceptibles de desarrollo diverso
según el soporte que se utilice para asentar los
3.2. Inventario
datos, como hemos adelantado: Libros 42 o fichas
El inventario -que en sentido amplio es una re- manuales, 43 o soportes tecnológicos avanzados
lación valorada del patrimonio de una persona (electrónicos o informáticos). 44 Pero implica ne-
natural o jurídica, con expresión de su activo y cesariamente la existencia de un departamen-
su pasivo- es un listado más o menos comple- to de registro en el museo, que no sólo atienda
to de la totalidad de una parte de los fondos de las funciones urgentes del control y registro de
un museo .39 «La finalidad del inventario general las obras, sino que -como veremos al tratar de
es identificar un objeto cualquiera del Museo o la «estructura y organización del museo»- se
conocer los fondos del establecimiento con inde- encargue de controlar todos sus movimientos:
pendencia de su significación científica o artística verticales y horizontales, interiores y exteriores,
dentro de las colecciones». 4 º etc.
Un esquema de los apartados y conceptos
que deben estar presentes en un inventario ge-
3.3 . Informatización
neral de los fondos de un museo puede ser, por
este orden, el siguiente: l. Número de orden. 4 1 Si la adquisición, donación y depósito de obras 45
2. Número de Registro de entrada propiedad/ para la colección de un museo es un trabajo
depósito. 3. Autor o procedencia del objeto . 4. comprometido para el conservador, no lo son
Título de la obra o denominación según la na - menos las funciones de su registro, inventario y
turaleza de la misma. 5. Materia, procedimiento catalogación, que deben conjugar el rigor cien-
y técnica. 6. Dimensiones. 7. Peso. 8. Estado de tífico de los datos, con el mejor diseño de este
conservación. 9. Número de negativo fotográ - departamento de registro, así como con el ade-
fico. 1O. Datos descriptivos y complementarios. cuado uso de los medios técnicos y tecnológicos
11. Forma de entrada en el museo [adquirido, más avanzados.
hallazgo, donación, dación, depósito]. 12. Pre - La utilización de los ordenadores en un museo
cio . 13. Fecha de ingreso. 14. Expediente núme- o de una red informatizada interinstitucional son
ro ... 15. Catálogo sistemático (datos y número) . aspectos que poco a poco han acabado por impo-
16. Catálogo monográfico número... 17. Catá- nerse, especialmente en los centros importantes,
logo topográfico número (y referencia topográ- dotados generalmente de mayores medios econó-
fica) . micos y de más amplios compromisos con el pú-
De acuerdo con el concepto señalado de mu - blico. Los servicios administrativos internos y los
seo como centro de documentación, conviene socioculturales han adquirido, así, en los museos
indicar que dos son las formas más habituales -de modo análogo a otras áreas de actividades
de organizar toda la información: 1) Recogerla humanas y culturales (artísticas, técnicas o cien-
y guardarla toda ella especificada en un archivo - tíficas)- una configuración radicalmente distinta
a la que anteriormente se ofrecía. En el período máticos, y cuidando no sólo el sistema y la ma-
de tan sólo unos veinte años, el ordenador se ha nera de configurar la informatización, sino muy
instalado como un instrumento imprescindible en particularmente el control y uso de la terminolo-
una institución como el museo, que es también gía. 48 Porque «los problemas que confrontan los
un banco de datos para la sociedad actual.46 museos no están relacionados con los soportes
Así como hemos resaltado las recomendacio - físicos o lógicos de computación, sino que son
nes del ICOM para que se utilicen las múltiples inherentes a los procedimientos utilizados para
facetas de Internet en los museos, 4 7 debemos re - iniciar y administrar proyectos. Si no se determi-
cordar también la insistencia del Consejo Inter- na lo que se quiere hacer o la manera precisa de
nacional para que se informaticen los servicios hacerlo, los museos se lanzan a la informatiza-
de estas instituciones. Los museos tienen espe- ción con una ingenuidad inquietante» .4 9
cialmente la necesidad de configurar una base de El acierto de esta empresa dependerá del cum-
datos (es decir, la colección completa de datos a plimiento de estas y otras recomendaciones que
que se puede acceder con un sistema de infor- dictan desde los análisis concretos de sus estudios
matización) compatible con otros medios infor- y reuniones tanto el MCN, Museum Computer
Network (Red de Computadoras de Museos),
como el CIODOC -ICOM y el CIMI, Computer
Interchange of Museum Information Committee
(Comité de Intercambio de Información Museís-
tica Informatizada). En este sentido, resulta par-
ticularmente interesante el número especial que
recientemente ha dedicado de nuevo la revista
Museum al tema de la «Informatización». 5 º Una
auténtica guía sobre los aspectos, sistemas y nor-
mas más adecuados que pueden aplicarse en los
1a museos, en tanto que centros de información,
conservación, educación y difusión del patrimo-
1a y 1b. Manejo de obras de arte de
pequeño tamaño.
nio.
2. Incorrecto levantamiento de un
objecto .
Nunca debe hacerse por sus partes
salientes.
3.4. Control del movimiento de los objetos
3. Correcto traslado de cuadros
grandes . Para la mejor protección y seguridad de las co-
1b lecciones de un museo, pero también para su
preservación, estudio y mejor difusión es im-
prescindible contar con ese bien estructurado
Departamento de Registro . Debe ser como la
columna vertebral de la institución, por cuanto
su cometido es controlar todos los fondos y sus
movimientos, tanto verticales (internos), como
horizontales (externos), y articular toda la ac-
tividad que en este sentido generen los demás
departamentos del museo respecto del registro,
3 control y seguridad de las piezas de la colección.
Los fondos de un museo pueden moverse
Manejo de obras de arte. con independencia de que pertenezcan a una
Manejo en obras montadas en
«passe-partout» Carro para cuadros Carro para gavetas

Carreta-cajón

Carretilla Grúa hidráulica


Colocación de cuadros suspendidos sobre rieles

Manejo de obras de arte. Instrumentos de transporte interior de obras.

colección permanente o a una provisional. Los de exposiciones temporales, o que regresan. En


movimientos verticales (internos) pueden ser de cualquiera de los supuestos, estos movimientos
carácter temporal a largo plazo y a corto plazo. de obras pueden realizarse por un período corto
Los movimientos internos a largo plazo se o largo de tiempo, necesitando la autorización
realizan o bien a las salas de exposición o al al- de las máximas autoridades, y el levantamien-
macén de reservas. Necesitan la actualización de to de las correspondientes actas de entrega y re-
la signatura topográfica. Los movimientos inter- cepción. En el caso de obras de museos depen-
nos a corto plazo son los producidos por causas dientes del Estado en España, se requiere una
circunstanciales, como puede ser su traslado al orden ministerial que autorice los movimientos
taller de restauración , al laboratorio de fotogra- externos de las piezas, además de los preceptivos
fía, a los departamentos científicos de investiga- informes favorables de los conservadores.
ción, o a las salas de exposiciones temporales, Pero, en definitiva, sea cual sea el movimien-
etc. to realizado de las piezas, es el departamento de
Los movimientos horizontales (externos) son registro el que tiene la clave y la responsabilidad
los producidos por el ingreso o la salida de las de controlar la entrada y salida de las obras, y del
obras del museo. Pueden ser préstamos, depósi- movimiento interno de las mismas, dentro de un
tos, propuestas para estudio de adquisición, etc., organigrama interrelacionado entre los distintos
que entran o salen de la institución; pueden ser departamentos implicados, incluido el de pro-
obras de la colección permanente o del almacén tección y seguridad, y de anotar y registrar esos
de reservas que salen al exterior como préstamos movimientos en la base de datos.
1. Apilamiento de cuadros:
a) incorrecto,
b) correcto.

2. Correcto apilamiento
cruzado de cuadros.

3. Correcto apilamiento de
cuadros con astas de
madera.

a 1b

1. Fabricación de paneles
y cajas:
a) panel de doble cara,
b) panel entelado,
c) diversos tipos de paneles
y cajas,
d) cajas.

2. Manejo e instalación de
obras.
2 3

Colocación de obras en apilamientos.

1 . Embalaje de cuadros en cajón de


compartimentos.
2. Caja para embalaje de obras en
bandejas planas.
3. Encaje de un cuadro en su estuche
para embalaje en cajas con marcos
de corredera.
4. Levantamiento de adhesivo protec-
tor sobre el cristal de una obra en
su desembalaje:
a) correcto,
b) incorrecto.

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Embalaje y desembalaje de cuadros. Paneles, vitrinas y cajas.
instalaciones de carácter instrumental -biblio-
teca, archivo, laboratorio ... -, que proporcionen
al conservador la cobertura suficiente para un
ejercicio garantizado de aquellas operaciones.
Sin una rigurosa investigación y la aplicación de
una metodología adecuada, así como sin la re-
novación de las técnicas de laboratorio y el in-
tercambio de información y experiencias entre
los diversos museos, muy difícilmente podrán
cumplirse en estas instituciones con seguridad y
Transporte de obras del Pa-
rentabilidad las funciones de conservación y ex-
trimonio en cajas especiales hibición; pero tampoco las de restauración en su
(S.P.S.) por SIT, Madrid. caso y las de difusión cultural.
El museo como «centro de investigación y
proyección sociocultural» deviene de sus propios
El Registrar's Office es un departamento (puede ser planteamientos y programa. Es consecuencia de
un departamento o una sola persona, depende de la
envergadura del museo) crucial en el funcionamiento sus objetivos como institución, entre los cuales
de los museos en Estados Unidos. Su función es la de prevalece, en su concepción más actual, la idea
catalogar las obras de la colección permanente y de de servicio público, la provisión de beneficios
las exposiciones temporales, hacer un seguimiento a una sociedad que cada vez los demanda con
de las piezas en sus movimientos dentro y fuera del más intensidad participativa. De esta vertiente
museo, guardando a su cargo toda la documentación
al respecto. El registrar también tiene a su cuidado del museo -como centro de información y docu-
las obras de la colección cuando éstas precisen ser mentación, y como banco de datos- nos ocupa-
trasladadas. Es por lo tanto responsable de supervi- mos en éste y en los capítulos siguientes .
sar los traslados, y el embalaje de las obras de arte y En orden al procedimiento, la investigación
documentación de las mismas. Se ocupa también de en un museo debe entenderse, antes que como
realizar todos los trámites necesarios para el préstamo
temporal y/o adquisición de las obras, etc. 51 asistencia o provisión de resultados al público vi-
sitante o estudioso, como uno de los compromi-
sos internos de los conservadores ante la propia
4. Investigación de las colecciones colección: investigar y conocer científicamente
las obras para poder catalogarlas con todo rigor,
y así difundirlas con seguridad y garantía. Des-
Teniendo en cuenta la heterogeneidad de ma-
pués, podrán disponerse mejor los medios de es-
teriales originales y objetos relativos al conoci-
tudio e investigación al público interesado.
miento del hombre y de su entorno que recoge
Cuando se trata de museos de arte, por ejem-
el museo, entre las funciones indispensables que
plo, tal y como hemos comentado, los conserva-
éste debe realizar en la sociedad actual, la inves-
dores deben enfocar la investigación aplicando
tigación científica resulta decisiva no sólo para
una triple metodología. Primero, la que le pro-
las tareas de urgente y hasta tradicional come-
porciona el medio histórico-estético y crítico,
tido (identificación, registro, inventario y cata-
como soporte fundamental para el conocimiento
logación de las obras), sino sobre todo para las
de la obra como hecho histórico y hecho artístico
que articulan el museo en sí mismo considerado
que es en definitiva; y tanto desde el punto de
como «Centro de investigación y proyección so-
vista material y formal, como técnico, concep-
ciocultural».
tual, iconográfico, etc. Segundo, métodos ópticos
Para las primeras, y tal como hemos ade-
y físico -químicos, indispensables para el análisis
lantado, se requieren una serie de medios e
estructural y compositivo de la naturaleza de las Un instrumento habitual en los laboratorios
piezas. Y, tercero, la metodología que nace de la de museos para profundizar en la naturaleza de
aplicación de los medios tecnológicos más avan- los materiales de una obra, en su composición y
zados (electrónicos, cibernéticos, informáticos ... ), antigüedad, entre otros aspectos, es una cabina
que puede proporcionar datos objetivos con que conteniendo un contador Geiger, que mide la
dilucidar 52 cualquier duda de atribución o auten- radiactividad de los materiales, determinando la
tificación de una obra, o responder con seguridad cantidad de carbono 14 que se encuentra en los
a ciertas dudas planteadas por la constitución, los objetos. Es éste un isótopo del carbono ordinario
materiales, las técnicas o la época de una obra. que forma parte de todas las sustancias orgánicas
Dentro o fuera del laboratorio -o en otra uni- y que va desapareciendo de modo muy lento con
dad de análisis y estudio distinta al propio de- el paso del tiempo. La medida proporcionada por
partamento de investigación del museo, si fuera el contador Geiger del carbono 14 todavía pre-
preciso- el conservador debe asegurar la identi- sente en la pieza analizada facilitará su antigüe-
ficación, datación y autentificación de la pieza. dad o cronología.
Para ello, el laboratorio se ha convertido dentro Pero la aportación de la ciencia al museo, que
del departamento general de investigación del se hizo realidad desde que las fotografías fueron
museo, en una unidad absolutamente impres- tratadas con rayos X, no se agota para la inves-
cindible.53 Se pone en marcha desde el instante tigación histórica y la conservación patrimonial
mismo en que entra una obra en un museo, a la en el carbono 14 ni en la utilización de los ra -
que hay que analizar visual y fotográficamente yos infrarrojos, o en la instalación de espectro-
-con macro y microfotografías- o con otros me- metría de emisión de rayos ultravioleta. Como
dios de reconocimiento científico. aparece reflejado en la descripción del Conser-
vation Analytical Laboratory, la contribución de
La primera tarea de los científicos de estos laboratorios la ciencia y las nuevas tecnologías a los bienes
es descubrir los materiales de que están hechos esos culturales en general y a los artísticos en parti-
objetos, cómo y cuándo se hicieron, y asegurarse
de que no son copias ni falsificaciones. La segunda cular continúa abierta y se extiende a los más
tarea, aunque de igual importancia, es la de usar delicados servicios. Su intervención garantiza los
métodos científicos, valiéndose de la tecnología, para más amplios y los más específicos aspectos del
la reparación de los tesoros de los museos. Los objetos análisis, identificación, datación, conocimiento
pueden necesitar reparación y restauración bien al estético y entitativo, conservación, restauración,
incorporarlos al museo o bien, para salvarlos de los
daños sufridos por los avatares de la exposición. 54 etc., de las obras del museo.
Cuando se trata de pinturas, su análisis en el
En cualquier caso, los conservadores de mu- laboratorio del museo se inicia de dos maneras
seos necesitan estar en estrecho contacto con los complementarias: con la iluminación rasante,
científicos y fortalecer cada vez más sus objeti- que permite descubrir las particularidades de la
vos comunes. En múltiples ocasiones, de los da - superficie, incluidas la orografía del lienzo y las
tos suminstrados por el hombre de ciencia o por texturas de la actuación pictórica . Y con la utiliza-
los laboratorios especializados y de apoyo a los ción de la luz monocroma de sodio para obtener
museos 55 dependerán las decisiones y actuacio- fotografías de gran precisión, al anular el efecto
nes de los responsables de la conservación en los de los colores. La utilización del microscopio y del
museos. El científico, a su vez, deberá ponerse microscopio electrónico, proporcionando detalles
al servicio del estudio de la preservación del pa - fotográficos a gran escala (un microscopio elec-
trimonio cultural, pero sin utilizar los objetos en trónico puede pasar de los 40.000 aumentos), se
beneficio o como satisfacción de su propio inte- utiliza muy frecuentemente para el análisis com-
rés científico personal. parativo de la pincelada, de las texturas y de otros
caracteres de un lienzo con otro seguro del mismo un medio cada vez más necesario para ciertas
autor. 56 funciones de carácter científico. Unido este tra-
El análisis espectroscópico de los pigmentos bajo a la profundización histórico -crítica de las
añade datos de mayor seguridad a los estudios de piezas, a la ayuda tecnológica y a los intercam-
la naturaleza química de los colores empleados bios de resultados con otros museos, el conser-
en una pintura, cuando se realizan por medio de vador estará en la mejor de las condiciones para
la luz polarizada y usando los prismas de Nicol. El afrontar la catalogación razonada de los objetos
análisis de espectrometría facilita el conocimien - de un museo y su publicación. Sólo puede ga-
to de cada molécula de los pigmentos. También rantizar estas funciones una rigurosa y continua-
por comparación de los componentes químicos da dedicación científica.
de una obra con los auténticamente seguros -
existen atlas de espectrografía artística que con -
tienen espectrogramas de referencia- puede de-
4 .1. Catalogación
ducirse la falsificación o no de una pintura.
La fluorescencia de las sustancias irradiadas Debemos tener presente que la catalogación,
se ve intensamente excitada en la zona de la lla- como el registro y el inventario de las obras de
mada luz negra, próxima a los rayos ultravioleta. un museo, pertenece de hecho a esa actividad
Cuando se aplica a una superficie que ha sido más amplia que es la documentación. Pero tan-
alterada o repintada se desvelan estas anomalías, to la catalogación -y en sus términos también el
entre las que suelen aparecer signos o firmas fal- registro y el inventario-, como sobre todo la do-
sas, u otros elementos espúrios. Los rayos X, 57 cumentación en sentido integral no pueden ser
mejor que los infrarrojos, facilitan el estudio de sino resultado de una cuidadosa investigación.
la estructura interna de un lienzo. Por este me- De ahí que tratemos de la catalogación después
dio pueden descubrirse todos y cada uno de los de haber insistido en la labor investigadora del
pasos y capas -incluso hasta el primer esbozo li- museo.
neal-58 que el artista ha ido superponiendo en la Un catálogo suele definirse genéricamente
realización de su pintura. El conocimiento de la
estructura de una obra proporciona numerosos e como la ordenación de la totalidad o de una parte de
importantes datos de información sobre su pro- los datos de un museo, estableciendo unas catego-
rías previas. Pueden existir tantas clases de catálogos
pia realidad. 59 como se desee : de artistas, de nombres, de objetos, de
La espectrografía puede desvelar, por ejem- situación en el museo, etc. [... ] Catalogar quiere decir
plo, que el supuesto bronce de una escultura de numerar y juntar; de hecho significa dividir los datos
la época romana -como ha sucedido en nume- en subdivisiones comprensibles . El libro de registro
rosas ocasiones- era tan sólo puro cinc. O, como puede considerarse como un catálogo, ya que los
datos de los objetos están ordenados por números de
en el caso de análisis de bronces egipcios en el registro correlativo. [.. .] Pero no hay que confundir
laboratorio del Louvre, la espectrografía de una el catálogo con el libro de registro. Los catálogos se
conocida esfinge sometida a los rayos de alta utilizan para facilitar el servicio de los sistemas de
frecuencia emitió radiaciones de cobre, peltre y documentación y para tener acceso más fácil y rápido
plomo, los metales que contiene la aleación de la a las informaciones que se usan más a menudo. 61
escultura. La estatuilla de Osiris Luna, también
de la colección del Louvre, fue asimismo anali - La catalogación -es decir, la investigación que
zada mediante la instalación de espectrometría configura los catálogos- de los objetos coleccio-
de emisión en el sistema de rayos ultravioleta. 60 nados en un museo es labor irrenunciable de los
En la función investigadora de un museo, el conservadores. Según los criterios que se esta-
laboratorio se presenta, por consiguiente, como blezcan y la naturaleza y perfil de las colecciones
del museo se concretarán los distintos tipos de
catálogos. Analizamos brevemente cuatro moda- A) Criterios: I. Datos cronológicos. II. Cultura
lidades: catálogo topográfico, catálogo sistemáti- o movimiento artístico. III. Sección o estética. IV.
co, catálogo monográfico y catálogo razonado o Serie o época. V. Otros.
crítico. 62 B) Datos complementarios:
El catálogo topográfico atiende y especifica
. Propiedad
con todo detalle la ubicación de las obras en un a) Registro de entrada , . número
museo, con acompañamiento de datos y comen- Deposito
tarios a la influencia del medio, de la instalación b) Inventario general núm ... c) Catálogo mo-
y posibles cuidados especiales respecto de su pro- nográfico núm .... d) Catálogo topográfico núm ...
tección, seguridad, vicisitudes diversas, etc. Es C) Conceptos:
decir, si está expuesta en las salas permanentes: 1. Clasificación y naturaleza del objeto. 2.
en qué sala, en qué pared, panel, plinto, vitrina, Autor o procedencia. 3. Materia, soporte, pro-
etc. Si está en los almacenes de reservas: en qué cedimiento y técnica. 4. Dimensiones. 5. Esta -
peine, mechina!, estantería, anaquel, vitrina, do de conservación. 6. Negativos fotográficos
embalaje ... ; o en qué carpeta, portafolio, estante, núms .... 7. Síntesis histórica, estética y técnica.
ubicación especial por razón de la temperatura y 6. Variantes. 7. Bibliografía. 8. Observaciones. 9.
humedad relativa (en una cámara especial o un Otros datos.
frigorífico : por ejemplo, negativos fotográficos
en color), etc. En el catálogo monográfico se reunirán y agruparán
todos los antecedentes, noticias, trabajos, estudios y
El catálogo sistemático tiene como fin
observaciones a que hayan dado lugar cada uno de los
objetos del museo . [.. .1Es un repertorio abierto cons-
dar a conocer los objetos del museo en relación con tantemente a la entrada de nuevos datos. No supone
el cuadro artístico, arqueológico o histórico del terri- Ja redacción de las monografías por los conservadores,
torio o comarca que alcanza su área de acción, y que sino el acopio de los materiales para la redacción de
convenga a las necesidades docentes y científicas del aquéllas, las cuales, sin embargo, deberán ser hechas
mismo. El catálogo sistemático es el resultado de la cla - por los conservadores. En el catálogo monográfico se
sificación de Jos objetos en el museo según un orden incluirán, sin distinción, todos los objetos del museo,
científico conveniente a la naturaleza de los fondos sin otra condición que la de ser originales. Cada uno
y a las características históricas, artísticas y arqueoló- de los objetos será inscrito en una carpeta [... ] .64
gicas de la comarca a que corresponden. Ese orden
científico no puede señalarse a priori, ni aplicarse en
general a todos los museos; pero sí se pueden dejar El catálogo monográfico es, en realidad, el
señaladas las líneas generales de clasificación, según «expediente científico» de cada obra del museo.
un criterio histórico, en el que quepan, con la sufi- Su ficha de datos debe contener o resumir todos
ciente elasticidad, las particularidades que convenga los contenidos de los catálogos anteriormente
adoptar en cada museo. 6 3
citados, además de acoger los más particulares
y no contemplados en aquéllos. El repertorio
El catálogo sistemático -de modo análogo al
global de datos debe alimentar sobre todo la re -
«Catálogo de materias» en una biblioteca, que
dacción del catálogo razonado o crítico. El mo -
debe regirse según la CDU- ordena y presenta
nográfico necesita un soporte manual -archivo,
los fondos del museo de acuerdo con las civiliza-
fichero, carpeta, etc.-, donde suelen incluirse
ciones, las culturas, los temas, la iconografía, los
todos los documentos referidos a cada obra,
movimientos y tendencias (en museos de arte),
aunque puedan informatizarse -incluyendo
los estilos, las técnicas de producción o artísti-
imágenes y gráficos-, pormenorizados, todos los
cas, etc. Proponemos el siguiente esquema para
datos de su historial.
elaborar el catálogo sistemático - respetando, por
El catálogo razonado o crítico no sólo clasifi-
supuesto, la normativa de la CDU- en fichas, en
ca científicamente las obras de un museo, sino
páginas de un libro o informáticas:
que también las describe, discute, desentraña guro y reconocido de la obra (o, en su caso, «sin
su historia, las valora e interpreta con la mayor título»).
objetividad. Es resultado en muchos sentidos de 5. Lugar donde se realizó la obra.
la buena elaboración de los anteriores . Normal- 6. Fecha de realización -lo más exacta posi-
mente, el catálogo razonado o crítico consta de ble: día, mes y año- o de atribución de la obra. 65
tres partes: una primera introductoria (carac- 7. Es recomendable que las obras aparezcan
terísticas generales); una segunda, de desarro- por orden cronológico en la catálogo.
llo profundo de todos los aspectos de las obras 8. Materia, procedimiento, técnica y soporte
-el catálogo propiamente dicho-; y una tercera, de la obra.
como apéndice documental. 9. Medidas (altura x anchura x profundidad,
Los catálogos razonados lo pueden ser de to- esta última cuando se trate de objetos tridimen-
das las obras de la colección de un museo, orde- sionales), en centímetros (cm) normalmente,
nadas según un criterio determinado (cronológi- cuando son obras de tamaño medio a grande; las
co, temático, por materias, etc.) o -como suele muy grandes, como extensas superficies mura-
ser habitual en la mayor parte de los museos de les, en metros (m); las láminas o planchas de los
arte- por autores, ordenados Jos artistas alfabé- grabados, litografías, etc., se miden en milíme-
ticamente y cronológicamente sus obras. Esta tros (mm), y normalmente también los dibujos .66
catalogación incluye el establecimiento previo 1O. Firmado -y rubricado, si lo está-, y el Ju-
de una serie de siglas y su significación para ser gar donde esté en la obra. 67
traducidas correctamente, como puedan ser las 11. Si aparece fechada la obra por su autor y
abreviaturas (de nombres, títulos, técnicas, bi- dónde.
bliográficas, etc.) o aquellas que en los museos 12. Otras firmas, signos o inscripciones en la
de arte se refieren a los procedimientos, géneros obra.
o técnicas artísticas utilizados por los diferentes 13. Procedencia y propietario actual.
autores, y que constituyen las secciones o depar- 14. Número de catálogo del museo propieta-
tamentos del propio museo: pintura, escultura, rio de Ja obra, o de la Colección o Fundación.
dibujo, grabado, fotografía, vídeo, instalaciones, 15. Vicisitudes en la realización de la obra.
montajes, etc. 16. Vicisitudes en la procedencia o de los dife-
De este modo, admitido por ejemplo que la rentes propietarios.
sigla P= pintura; E= escultura; D= dibujo; Ag= 17. Otros títulos o nombres por los que se la
aguafuerte; Lt= litografía; Se= serigrafía; F= fo - conoce o se le atribuyen a la obra.
tografía; Vi= vídeo; Di= diseño; A= arquitectura; 18. Descripción pormenorizada de la obra
Ins= instalaciones; Mon= montajes, etc., debe (incluyendo posibles referencias históricas, esté-
establecerse un orden en la catalogación que ticas, temáticas, etc., y relación que guarda con
contenga, al menos los siguientes puntos, en el otras del mismo autor o de otros artistas).
«Catálogo razonado de obras»: 19. Exposiciones en que ha participado. 68
1. Cada obra irá acompañada de una repro- 20. Diagnóstico y curriculum de Ja obra res-
ducción fotográfica (y referencia a otros medios pecto a su conservación y restauración.
de reprografía). 21. Características particulares respecto de su
2. Cada obra irá precedida de la sigla corres- exposición, instalación, iluminación, protección,
pondiente a su procedimiento o naturaleza ar- transporte, enmarcado, etc.
tística. 22. Textos literarios o provenientes del autor
3. Le seguirá un número que corresponderá sobre la obra, si existieran (entrevistas, opinio-
al número de orden del catálogo. nes, anécdotas, etc.) .
4. A continuación aparecerá el título más se- 23 . Fuentes iconográficas y documentales so -


bre su origen, realización, influencia, repercusio- 5. Preservación y conservación
nes socioculturales, etc. de las colecciones
24. Bibliografía. De cuatro tipos: a) monográ-
fica sobre la obra; b) monográfica sobre su autor, La función de conservar los bienes culturales es,
pero se la estudia entre otras; c) general: la inclu- sin duda, uno de los compromisos más comple-
ye como objeto de estudio o la cita; d) en la que jos que ha adquirido el museo desde la perspec-
aparece reproducida, aunque no se la estudie, tiva de su configuración y definición convencio-
describa o cite textualmente. nales, de acuerdo con la propuesta y el impulso
En el catálogo razonado podrán y deberán del ICOM. El museo así concebido 71 -diferente al
desarrollarse en profundidad crítica los aspec- heterodoxo o alternativo, como veremos- es una
tos histórico-estéticos, sociológicos y lingüísti- pieza de singular importancia en el entramado
cos de la obra, así como los relativos a la biogra- de los medios que la sociedad ha dispuesto para
fía, evolución, significación y repercusiones del salvaguardar el patrimonio y así poder transmi-
autor en su propia dimensión creativa y en el tirlo a las generaciones venideras.
contexto de su época, su estética o estilo. Suge- «La consideración de la preservación de los
rimos este esquema para el «Catálogo razonado «recuerdos» conduce naturalmente a lo que es
de artistas»: la preservación de los especímenes», afirmaba
l. Apellidos y nombre del artista. 2. Nombres en 1960 Douglas A. ALLAN. Y añadía: «Es tan
o seudónimo por los que se le conoce. 3. Fecha vasto este tema que sólo puede ser intentado
y lugar de nacimiento. 4. Fecha y lugar de fa- aquí un bosquejo de las responsabilidades del
llecimiento. 5. Lugares de residencia y períodos conservador de museo. La preservación debe
(con indicación de fechas, países, ciudades, etc.). significar la protección del objeto contra el pro-
6. Nacionalidad (o nacionalidades del artista). ceso natural de destrucción por deterioro físico
7. Procedimientos o especialidades de expresión o químico o contra el ataque por organismos ta-
artística (escultura, pintura, dibujo, grabado, les como mohos o peste de insectos. Éstos varían
fotografía, cine, vídeo, djseño gráfico, etc.). 8. muy ampliamente de acuerdo con la naturaleza
Períodos fechados de actividad artística (lo más y composición del espécimen y las condiciones
concretos y razonados). 9. Galerías, marchantes, climáticas locales» .72
mecenas o patrocinadores del artista. 10. Forma- Veintidós años más tarde, Philip R. WARD
ción académica artística. 11. Formación investi- exponía y defendía la tesis siguiente:
gadora (innovación y madurez técnica, formal,
conceptual, etc.). 12. Aprendizaje e influencia de Todo Jo que realmente conocemos sobre nosotros
otros maestros. 13. Maestrado sobre otros artis- mismos y sobre nuestro mundo proviene del pasado.
tas. 14. Premios y reconocimientos (con especifi- Y todo lo que conocemos verdaderamente del pasado
cación de título, categoría y fecha de obtención) . es aquella parte que ha sobrevivido bajo la forma de
objetos materiales. Solamente una pequeña fracción
15 . Exposiciones individuales y colectivas. 69 16. de nuestra historia está consignada en la literatura, y
Contexto estético y sociocultural de la época del la literatura está sujeta a los errores de interpretación
artista . 17. Bibliografía .70 humanos. Sólo los especímenes materiales de la histo-
Sólo las consideraciones rigurosas y científi- ria natural y humana son indispensables, ya que son
cas serán las que consigan el verdadero y cabal la materia prima de la historia, los hechos innegables,
la verdad sobre el pasado. La conservación es el medio
conocimiento de las obras, y las que harán de a través del cual preservamos. Es un acto de fe en el
este tipo de catálogo un auténtico instrumento futuro. La principal tarea de un museo es preservar
sociocultural del banco de datos que debe ser aquellos objetos del pasado que están a su cargo para
el museo. las generaciones presentes y futuras 73
El propio Ward volvía cuatro años después a de- más añade a éstos la dimensión de la conservación
tenerse con profundidad en el concepto de la con - y dinamización socioculturales de las colecciones).
servación, y desarrollaba su doctrina amparándose La diferencia aparecía ya como real desde es-
en las funciones de los museos. «Por definición -es- tos supuestos y las definiciones convencionales
cribía-, los museos cumplen cuatro funciones bá- del diccionario, para el que preservar es «pro-
sicas: coleccionar, conservar, investigar y presentar teger o librar anticipadamente a una persona
e interpretar sus colecciones. La conservación es la o cosa de algún daño o peligro», mientras que
principal de estas responsabilidades, pues sin ésta, conservar es «mantener una cosa de manera que
la investigación y la presentación son imposibles y no se pierda o deteriore», y restaurar es «repa-
la colección pierde sentido. La conservación es una rar una obra del deterioro que ha sufrido» . La
técnica al servicio de la preservación.» 74 conservación preventiva en cambio, aun exis-
La evolución del museo y el progreso de los tiendo desde hace tiempo como un viejo con-
métodos científicos y tecnológicos que se aplican cepto en el mundo de los museos, ha requerido
actualmente han convertido a la conservación en un decantamiento conceptual y un tratamiento
punto de encuentro de muchos de los aspectos específico más lento. Pero sobre todo, ha exigi-
considerados esenciales tanto para la investigación do un cambio de mentalidad y una mayor orga-
como para la salvaguarda de la colección, incluido nización durante esta última década, desde que
el trabajo de laboratorio. Al fin y al cabo, los come- fuera establecida y admitida oficialmente una
tidos del museo como institución pública al servicio definición técnica de la preservación a mediados
de la sociedad y de su desarrollo son los de con - de los años ochenta, en el conocido documento
servar toda manifestación de interés de la actividad «El conservador-restaurador: una definición de
humana, investigar este patrimonio cultural, edu- la profesión», y como parte de la actividad del
car con él a la Humanidad y entrenener su ocio. profesional denominado desde entonces conser-
Desde este punto de vista, la conservación de vador-restaurador75 . Texto que, en una compa-
los bienes culturales antes de los años 1980 solía ración con posiciones y escritos de autores diver-
distinguir ya con matices particulares tres áreas o sos, parece diferir de algunos en la concepción
estadios generales de la preservación, conserva- al menos de la preservación y la conservación. 76
ción y restauración, correspondientes a un solo Por ejemplo, Georges Henri Riviere y Gilbert
proceso, el museológico y patrimonial. La preser- IDelcroix venían defendiendo, y lo mantenían
vación (referida a las condiciones favorables del en su publicación, una postura diferente de la
ambiente físico y material en que deben encon- expresada en el documento, al afirmar que la
trarse las colecciones; en el sentido de que el am- preservación «engloba a la vez la conservación
biente físico las proteja por sí mismo) se identifi- y la restauración» . (No es la conservación la que
caba ya de hecho con la conservación preventiva induye a las otras dos.)
(los medios técnicos y la técnica utilizados para
evitar el deterioro material de los objetos en un El estado material de las obras de arte y otros objetos
museo), y se diferenciaba lo que es la restauración muebles del museo -escriben- depende de los mate-
riales que los componen, de sus interrelaciones y de
(en cuanto intervención para recuperar o restituir, los medios a los que han sido expuestos en el curso
o para detener el deterioro de una obra, pudiendo de su existencia. La preservación depende de un
ser una parte de la conservación material, pero no conjunto de documentación de exámenes y de trata-
a la inversa), y de lo que es la propia conservación mientos realizados en el marco de una institución, el
patrimonial o museológica (es decir, una conser- museo, con vistas a identificar los objetos, datarlos y
asegurar su transmisión a las generaciones venideras.
vación integral, por cuanto incluye las condiciones Ello dependerá no solamente de los tratamientos que
propicias medio-ambientales, junto con el cuidado se podrían exigir, sino también de su mantenimiento
y salvaguardia material de los objetos, pero ade- en un medio favorab le. 77
olvidan que esa belleza o ese mensaje tienen por
soporte un material esencialmente perecedero» .79
Sea como fuere, y más allá de las indicadas apre-
ciaciones de matiz que defendemos entre preserva-
ción (o sea, condiciones previas medioambientales
adecuadas para la colección) y conservación pre-
ventiva (es decir, la acción positiva y la técnica para
evitar su deterioro en el museo), no encontramos
mayor dificultad para fusionarlas como dos caras
de una misma realidad de la conservación patri-
monial. Pero lo cierto es que no existe unanimidad
entre los especialistas a la hora de situar en el or-
den conceptual y funcional del proceso los concep-
tos y actividades de la preservación, conservación y
Museum Support Center, Smithsonian lnstitution Maryland
Washington, D.C. , ' restauración, ni tampoco desde la perspectiva de la
delimitación de las particularidades operativas de
cada uno de ellos, comenzando incluso con el uso
de la terminología. La triple actividad de la preser-
Por consiguiente, este concepto de preser-
vación, la conservación y la restauración continúa
vación está enfocado a la conservación museo-
propiciando diferencias y debates.
lógica o patrimonial, por cuanto se le supone
En el documento citado se dice textualmen -
imprescindible para poder cumplir su función
te: «La conservación, actividad del conservador-
sociocultural.
restaurador, consiste en el examen técnico, la
Sarah Staniforth, en cambio, concede a la
preservación y la conservación/ restauración de
conservación un protagonismo o un papel más
bienes culturales:
amplio, al incluir bajo este concepto los de pre-
El examen es el primer paso que se lleva a cabo
servación y restauración, cuando escribe: «La
para determinar la estructura original y los compo-
conservación es comprendida ahora abarcando
nentes de un objeto, así como el alcance de los de-
tanto la preservación como la restauración.» 78
terioros, alteraciones y pérdidas que sufre y la do -
Para Philip R. Ward, recordémoslo, «la conserva-
cumentación sobre los descubrimientos realizados.
ción es el medio a través del cual preservamos»,
La preservación es la acción emprendida para
defendiendo la conservación como «una técnica
retardar o prevenir el deterioro o los desperfec-
al servicio de la preservación».
tos que los bienes culturales son susceptibles de
Con independencia de estas matizaciones y
sufrir, a modo de control de su entorno y/o tra -
por encima de los diversos puntos de vista de los
tamiento de su estructura, para mantenerlos el
profesionales del área en la época anterior a los
mayor tiempo posible en una condición estable.
años 80, lo que sí es cierto es que el término y el
La restauración es la actividad llevada a cabo
concepto «conservación» implicaban e implican
para rendir identificable un objeto deteriorado o
una serie de connotaciones históricas, sociocultu-
con desperfectos, sacrificando el mínimo de su
rales, científicas y técnicas encaminadas al mante-
integridad estética e histórica» .8º
nimiento y transmisión al futuro del patrimonio
Se trata de salvar y mantener ese soporte ma -
cultural. Esa realidad en gran parte heredada que,
terial al que se refiere Gael de Guichen. Pero,
cuando se habla de ella, y como afirma Gael de
evidentemente, no por sólo una pura razón de
Guichen, «el público y las autoridades, fascinados
integridad física de los bienes culturales, sino por
por la edad, la belleza o el mensaje de los objetos o
cuanto de esa existencia material el conservador
monumentos que han perdurado durante siglos,
debe extraer y difundir lecciones de compren- dos aspectos se parecen los diversos y multiplica-
sión de la evolución cultural de la Humanidad. dos peligros que acechan al patrimonio cultural
El propio Guichen diferenciaba de hecho en en nuestra sociedad de consumo a los factores
ese tiempo las funciones y cometidos de los dis- que a lo largo de la historia han producido el de-
tintos profesionales respecto de la conservación terioro o la desaparición de tantos bienes cultu-
que hemos denominado patrimonial y museoló- rales. Han sido en especial los actuales elementos
gica, al hacerse estas preguntas: deteriorantes y la decidida actitud de enfrenta-
miento técnico y profesional contra sus efectos,
¿Están preparados los responsables del patrimonio, es los factores que han resultado finalmente más
decir, los arqueólogos, arquitectos, archiveros, biblio- decisivos para el desarrollo de la conservación
tecarios, conservadores, especialistas de laboratorios,
museólogos o restauradores, etc., para hacer frente a preventiva en la segunda parte de nuestro siglo.
estos peligros cada vez más numerosos? Por consiguiente, en un sentido rigurosamen-
te técnico, podemos afirmar que los conceptos
(Se refería Guichen al deterioro creciente del de conservación-restauración y conservación
patrimonio cultural, tanto de bienes muebles como preventiva son propios de esta situación actual,
inmuebles.) Su contestación fue contundente: aunque no resulten verdaderamente nuevos.
Han estado mucho tiempo en el ambiente y en el
Exceptuando algunos casos, la respuesta es negati- entorno de los museos y el patrimonio, siglos in-
va. Basta comparar los programas de formación y cluso. De ahí, que también podamos rastrear sus
los concursos destinados a esos especialistas, desde antecedentes, más allá incluso del siglo xlX, aun-
hace treinta años, con los actuales. Rara vez la con-
servación forma parte integrante del programa y, en que su dimensión o transcendencia resulten fun-
los casos en que figura, a menudo cede su lugar a la damentalmente testimoniales en muchos casos.
restauración. 8 1 Si la propia realidad del coleccionismo en las
diferentes culturas y civilizaciones de la historia
Transcurridos ya unos quince años desde que humana y la llegada a nuestros días de muchos
Guichen realizara estas manifestaciones, la situa- de sus tesoros o bienes culturales evidencian
ción ha variado substancialmente. Así ha podido una casi innata preocupación del ser humano
comprobarse a lo largo de las décadas ochenta por conservar sus riquezas patrimoniales, algu-
y noventa, debido a muchos factores, incluidos nos datos históricamente constatables demues-
la permanente actividad de este reconocido es- tran que en algunos períodos y culturas antiguas
pecialista del ICCROM, el desarrollo tecnológico concretas ya puede hablarse de una cierta acti-
aplicado y la labor de otros muchos profesionales tud positivamente enfocada a la conserva ción.
e instituciones. Sobre todo, nos encontramos en Fue Jean Jacques Rousseau, figura egregia del
condiciones apropiadas para verificar hasta qué pensamiento de la Ilustración, quien manifestó
punto se está consolidando el concepto y el tra- con perspicacia en los umbrales del nacimiento
tamiento de la conservación preventiva, después moderno del museo que «el primer sentimiento
de estos tres lustros. Pero para llegar a este es- del hombre fue el de su existencia, el segundo
peranzado momento actual, han sido necesarios el de su conservación». Una convicción del filó -
una muy lenta evolución, y un «cambio profun- sofo francés que coincide con los más antiguos
do de mentalidad», a lo largo incluso de siglos. testimonios que tenemos sobre la Humanidad y
el constante esfuerzo del hombre a lo largo del
tiempo por conservar sus objetos y útiles. Los
5.1. Antecedentes de la conservación preventiva antropólogos nos recuerdan que el hombre más
Por más que pueda encontrarse una cierta analo- primitivo, al contrario que un simio que puede
gía y homologación, sólo en muy pocos y limita- utilizar una vara como arma y que inmediata-
mente la tira después de utilizarla, guarda ese nor para las reuniones académicas, conteniendo
útil como suyo para que sea de nuevo usado y esculturas de filósofos , poetas e historiadores . Es
hasta que ya no pueda servir más. Con lo que decir, una especie de museo histórico, tradición
entra en conocimiento de su manejo, se familia- que llegaría a los tiempos del renacimiento ita-
riza con su empleo y es así empujado a perfeccio- liano.
narlo . La conservación se revela entonces como Por otra parte, al describir la pinacoteca de
un factor esencial de evolución y progreso. los Propileos en la Acrópolis de Atenas, el pro-
El instinto por el cultivo de la conservación se pio Pausanias aparece de nuevo como un precu -
manifiesta también en la constante humana des- pado precursor de la conservación al ofrecernos
de sus orígenes de prolongar el sentimiento de la una pincelada de examen sobre el estado de las
vida terrestre mediante los objetos que el difunto pinturas, y achacando su situación al medioam-
había acumulado en vida y que, junto con ali- biente físico, cuando afirma textualmente: «A
mentos y otros útiles, puedan ser los apropiados la izquierda de los Propileos hay un edificio que
para mantenerse en ese estado en el más allá. contiene pinturas, y en las que el tiempo no ha
Desde el paleolítico a los antiguos egipcios, sido causante de que estén oscuras ... ». 82
pasando por los pueblos de las más antiguas ci- En los templos griegos se conservaban los te-
vilizaciones mesopotámicas, los escitas o los vi- soros constituidos por los exvotos de los fieles,
kingos, etc., la idea de la conservación va unida como nos recuerda Germain Bazin. «Periódica-
tanto a la idea y patrimonio funerarios, como a mente -afirma-, para hacer sitio, los sacerdotes
todo lo que concierne al tema de lo divino. No elaboraban listas de sobrantes que sometían al
sólo los egipcios, sino también los griegos has- consejo del templo; como nada se debía destruir,
ta la época helenística, mantuvieron su idea de los objetos sin valor se hundían en los fosos de
la conservación patrimonial de lo sagrado cons- ofrenda o favisae: el del templo de Hera Argiva,
truyendo en piedra templos y tumbas, mientras en las fuentes de Selé, en Campania, ha dado a
que las residencias terrenas de hasta los propios los excavadores modernos treinta mil exvotos,
soberanos eran fabricadas en materiales muy pe- para los que se ha tenido que construir un museo
recederos. Los griegos, en particular, habitaban especial en Paestum. Los objetos de metal precio-
casas pobrísimas, mientras que los templos eran sos, pero considerados como de poco valor artís-
normalmente construcciones suntuosas . tico, se enviaban a la fundición para convertirlos
Pero además, como hemos adelantado, en en lingotes que contribuían a la fortuna del dios.
cualquiera de las épocas clásica griega, helenís- Las piezas de calidad artística se conservaban con
tica o romana, por ejemplo, los datos sobre el cuidado; los sacerdotes procedían a la reparación
coleccionismo y la acumulación de tesoros son de las dañadas por algún accidente, por el tiempo
paralelamente constatables a la creación incluso o por el uso.» 83
de numerosos centros para la exposición y con- Históricamente, el mouseion griego está asocia -
servación de obras de arte. El propio Pausanias do a los santuarios consagrados a las Musas, y a
en su Descripción de Grecia: Ática y Laconia nos ha- escuelas e instituciones filosóficas y científicas. El
bla cómo en el Poecilo de Atenas se untaban de famoso mouseion de Alejandría, creado por Tolo-
pez los escudos votivos para evitar la corrosión; meo Soter o Tolomeo Filadelfo en el siglo m a. C.,
o cómo la Atenea Partenos de Fidias se protegía en fue un museo científico, mientras que las obras
el Partenón de la sequedad de la atmósfera colo- artísticas eran conservadas por los Tolomeo en
cando a sus pies depósitos de aceite para evitar la su palacio. Los romanos heredaron este mismo
disgregación de su estructura criselefantina. En sentido para su museum, aplicándose incluso este
Pérgamo, además de las salas para la conserva- nombre a las villas particulares como sedes de
ción de los libros, la biblioteca tenía otra de ho- escuelas filosóficas. Pero el museo en su realidad
más cercana a la actual aparece ya en el siglo unido a un sentido filosófico, todo lo pasado es
n a.c. impulsado por los príncipes griegos del considerado como venerable o sagrado. Tienen
Oriente, y tendrá en sus herederos romanos un un gran sentido del valor simbólico y represen-
destacado desarrollo, aunque con un perfil total- tativo frente al casi monolítico valor original de
mente diferente, ya que promoverá la conserva - la obra de arte en occidente. Los chinos han ejer-
ción de las obras de arte pertenecientes a las épo- cido, no obstante, un enorme cuidado sobre su
cas arcaica y clásica no en función de su carácter patrimonio cultural, y especialmente sobre las
religioso, sino en el de sus cualidades estéticas . pinturas de sus colecciones, cuya conservación
«La obras de arte -apunta también Bazin- y restauración han sido realizadas a lo largo del
eran tan preciosas que se preocupaban de pro- tiempo por pintores con los medios y los mate-
tegerlas contra los peligros de la guerra. Algún riales originales que conservaban los monaste-
tiempo después del año 174, Pausanias pudo ver rios. Y han perpetuado el valor de las antiguas
en el Heroeon de Alejandría un vasto depósito de imágenes a través de copias, muchas de las cua-
estatuas de todas las épocas reunidas allí preci- les han llegado hasta nuestros días, desde las rea-
pitadamente para sustraerlas al pillaje cuando la lizadas en la época Song.
ciudad estuvo amenazada. Por su parte los japoneses, influidos en tantos
La posición de los romanos con respecto a las sentidos por los chinos, ofrecen un dato excep-
obras de arte puede quizá compararse a la de los cional a nuestro juicio, que es el de haber here -
americanos modernos con relación a las obras pro- dado muy tempranamente el gusto por el mu -
ducidas por la civilización occidental; el reunirlas seo. Pese a ser éste, en su formulación actual, un
pagando buenos precios por ellas es un elemento invento europeo que se ha exportado al resto del
de prestigio, ligado al poder y a la riqueza. ,,s4 mundo, Japón cuenta con el museo probable-
Sabemos que los romanos reunían obras de mente más antiguo del mundo, construido ex-
arte en los templos y en los pórticos, confiando presamente para albergar y conservar un impor-
su guarda a funcionarios que llamaban aeditui tante patrimonio. Es el Sh6s6-in del monasterio
(guardas de templos), y que existían especialis- de Todaiji de Nara, cerca de Kioto, construido en
tas que practicaban la restauración de piezas da - el siglo vm para recibir los tesoros del emperador
ñadas. Los remedios que se aplicaban resultaban Shomu, muerto en el 756. Su material, la ma-
a veces, como hoy en día , peores que los daños dera, ha sido renovado muchas veces, y ha con-
ocasionados . Pero también se tenía mucho cui- tribuido sin duda a la notable conservación de
dado en construir edificios destinados a recibir las obras que guarda -entre ellas, gran cantidad
las colecciones y a asegurar su buena presenta- de telas-, ya que posee buenas cualidades para
ción y su mejor conservación. absorber o condensar la humedad atmosférica,
Una figura excepcional que lo constata es Vi- esto es, resulta un buen regulador higroscópico.
truvio, arquitecto de la época de Augusto, cuyo Frente a la antigüedad, y transcurrido un
tratado De architectura ha llegado imperecedero cierto período de sombra que sucede a la caí-
hasta nosotros. Recomienda ya situar las pinaco- da del Imperio Romano, la edad media ha sido
tecas al norte, donde la luz es más estable, y las desde el siglo XI un período dominado más por
bibliotecas al naciente, porque «el poniente y el la creación y la evolución que por el afán de la
mediodía están sujetos a la humedad de los vien- conservación, aunque sí podamos apreciar al-
tos», que hacen nacer los gusanos y desarrollarse gunas actitudes conservacionistas importantes
los mohos.85 en torno al gran desarrollo de los monasterios
La mentalidad del lejano oriente respecto de y a los tesoros de las catedrales. Sólo a partir
la conservación es un poco diferente. La civiliza- del siglo XIV es cuando los coleccionistas ambi-
ción china, por ejemplo, entiende este concepto cionan las obras y tesoros acumulados, y se es-


timula la conservación de las colecciones. Los xvr, el stacco, que consiste en sacar del muro la
monumentos antiguos, sin embargo, derruidos capa sustentadora del color. Antes, entre 1566 y
o semiderruidos, sabemos que han sido siste- 1572, Domenico Carnevale había aplicado me -
máticamente utilizados como canteras, en una didas de consolidación en el techo de la Capilla
actitud pasiva cuya tónica permanecerá lamen- Sixtina, pintado por Miguel Angel.
tablemente incluso hasta el siglo xv11. En muchos sentidos, la despreocupación y
En el renacimiento se impulsa la conservación abandono de algunos bienes culturales artísticos
y restauración de las antigüedades. La apasiona- se ha debido a lo largo de la historia a posiciones
da búsqueda de las esculturas antiguas propició esteticistas, a las del gusto y la moda del momen-
el desarrollo de las excavaciones arqueológicas to, no sólo a imposibilidad de medios técnicos,
-preocupación que decrecería en el barroco-, y humanos o presupuestarios. El caso más llamati-
al propio tiempo el de la conservación y restau- vo de menosprecio a nivel global es, sin duda, el
ración, al pretender no sólo la restitución de sus que desde el renacimiento sufrieron en casi todos
partes mutiladas, sino también alcanzar en esa los países europeos los monumentos y obras de
restauración la situación del estado original con arte medievales. Sólo desde finales del siglo xvrr
el fin de restablecer así la idea del artista. De este comenzó a atenderse desde una perspectiva de la
modo, muchos de los conservadores de las co- conservación y restauración todo tipo de produc-
lecciones de los mecenas renacentistas italianos ciones occidentales, incluidas las calificadas duran-
fueron escultores, como en el caso de Donatello, te tanto tiempo como obras de la «barbarie griega»
Verrocchio y Bertoldo al servicio de los Médicis. (escuela bizantina) y de la «barbarie gótica».
Por otra parte, las excavaciones realizadas en el A este problema se añaden otros, como los de
subsuelo de Roma desde el siglo XVI aumentaron competencia y enfoque de escuelas diferentes, in-
la pasión por la conservación y restauración de cluida la tensa polémica surgida en el siglo XIX en-
las antigüedades, donde Lorenzetti se convirtió tre franceses e italianos al reclamar cada una de las
en un especialista de este tipo de trabajos. partes el haber tenido la iniciativa en la restaura-
Algunos hallazgos fueron particularmen- ción de las pinturas antiguas en el siglo xvrr, cuan-
te llamativos y celebrados, como ocurrió con do la realidad demuestra que unos y otros -pero
el Laocoonte, encontrado en 1506. En este caso, no sólo franceses e italianos- han practicado la
Sansovino realizó un grandioso ensayo en cera restauración de pinturas al menos desde mediados
y Baccio Brandinelli en mármol, pero la restau- del siglo xvr. Por ejemplo, la reposición en Gan-
ración del conjunto se confió a Montorsoli en te del Retablo del cordero místico de Jan Van Eyck,
15 34, quien se esforzó en encontrar por medio realizado por Jan Van Scorel y Lancelot Blondeel
de fuentes literarias antiguas la forma más ve- en 15 50, o la citada consolidación del techo de la
rosímil del grupo escultórico. Numerosas veces, Capilla Sixtina por Domenico Carnevale.
el entusiasmo restaurador resultaba paradójico, Pero en otro sentido, ciertas épocas o momen-
como cuando un grupo de escultores restauró en tos históricos han invitado más a la destrucción
1589 la columna antonina empleando para ello los que a la conservación de los bienes culturales,
mármoles del semidemolido Septizonium. o a un contradictorio sistema de conservación-
Por lo que respecta a la restauración de pin- destrucción. Es lo que aconteció en la Revolu-
turas antiguas, las primeras actuaciones de las ción Francesa, cuando la Convención prescribió
que se tiene noticia fueron realizadas sobre las la abolición de los emblemas feudales e invitó a
Bodas Aldobrandinas del Vaticano, que en 1604 o los ciudadanos a proceder con las instrucciones,
a comienzos de 1605 había tenido un despren- provocando un vandalismo de destrucción que
dimiento del lugar donde había sido recuperada, eclipsó incluso las medidas dictadas para favore-
mediante un sistema ya practicado desde el siglo cer, según su mandato textual, la conservación de
«todos los objetos que pueden servir a las artes, a enfrentamiento entre representantes de dos po-
las ciencias y a la enseñanza». En este tiempo, el siciones tan diametralmente opuestas, como fue -
pintor Marie-Alexandre Lenoir había despieza- ron las figuras de John Ruskin (1819-1900) y de
do la iglesia de la abadía de Saint-Denis de París Eugene-Emmanuel Viollet-le-Duc (1814-1879). 87
para alimentar con las tumbas reales el Museo El primero demostró ser un precursor de la
de los Monumentos Franceses, 86 que había in- conservación preventiva cuando escribió lo que
augurado en el convento de los Petits-Augustins sin duda constituía para él el lema de sus con-
en 1795. La abadía, abandonada y sin cubierta, vicciones y conducta : «Cuidad de vuestros mo-
detestada como monumento y expuesta a la ac- numentos y no será necesario restaurarlos». Es
ción del vandalismo incontrolable del momento, decir, se convirtió así en «un ardiente defensor»
aun habiendo sido durante tantas centurias el de esta nueva mentalidad, según Catheline Pé-
panteón de los reyes de Francia, corrió el riesgo rier-D'Ieteren, quien añade: «Esta actitud tenía
de ser totalmente demolida, lo que provocó que tanto más sentido cuanto que él reconocía que
Chateaubriand se hiciera eco de esta lamentable sólo la autenticidad expresada en la obra del ar-
situación en el Genio del cristianismo. Realmente, tista contenía el genuino valor a salvaguardar. La
muchas de las etapas de nuestra historia cultural persona, según él, no puede recuperar la mano
han sido una paradójica alternancia de conserva- y el espíritu del antiguo artesano. Preconizaba,
ción-destrucción casi increíble. por tanto, que la intervención fuera reducida a
la sola conservación en sentido estricto. Es obli-
gado sin embargo constatar que los preceptos
5.2. El siglo x1x, preludio para la conservación de Ruskin, tanto en el siglo xrx como en el xx,
preventiva
fueron menos seguidos en Europa que aquellos
A pesar de que el desarrollo de la conservación- diametralmente opuestos preconizados por Eu -
restauración y conservación preventiva es una gene-Emmanuel Viollet-le-Duc, para quien las
realidad propia de nuestro tiempo, debemos vol - partes perdidas o alteradas debían ser reconsti -
ver a recordar que como noción tiene un largo tuidas sobre la base de analogías tipo lógicas». 88
pasado. A principios del siglo XIX se produce un Por lo que respecta a las obras clásicas, la dis-
cambio destacado respecto del concepto de la tancia entre las dos concepciones está marcada
conservación y restauración de los bienes cultu- por las diferentes actuaciones de tratamiento que
rales. Se va a renunciar a la llamada restaura- iban a recibir los frontones del templo de Egina,
ción «integradora» de las antigüedades, que in- adquiridos por Luis I de Baviera en 1811, y las
tentaba restituir todas las partes que faltaban de esculturas del Partenón, conseguidas para el Bri-
una manera más o menos fantástica, procurando tish Museum de Londres por lord Elgin, en 1816.
conservar en adelante las obras tal y como aqué- La intervención del escultor veneciano neoclásico
llas habían sido encontradas. Canova fue la de respetar la originalidad de los
Pero este cambio realmente profundo no es mármoles recogidos por Elgin, mientras que Luis
fruto de la casualidad ni de la generación espon- I de Baviera encargó al escultor danés Thorwald-
tánea, y no será admitido universalmente sin una sen, que tenía su taller en Roma, restaurar los
a veces incisiva oposición por parte de quienes mármoles de Egina a la manera antigua. En ade-
defendían las intervenciones «integradoras» a la lante, el respeto al documento original tenderá a
antigua usanza. Muy presente y acaloradamen- ser practicado para los innumerables objetos que
te debatida en el tratamiento de las obras del pa- la arqueología en pleno desarrollo va a extraer de
sado clásico, esta nueva concepción terminará la tierra, aunque las excepciones, muy elocuentes
identificándose con los defensores del retorno a y numerosas, estén presididas, además de por un
lo medieval, y concretándose en un significativo espíritu idealista romántico, por el afán comercial


y el deseo de presentar una recuperación «inte- a obligarnos a modificar nuestros hábitos, nuestra
gradora» a las esculturas cotizadas en el mercado. manera de trabajar y que, por esto, deberá ser in-
Es muy conocido, y duramente ilustrativo a troducido en los cursos de formación de toda per-
este respecto, entre tantos ejemplos, el bárbaro tra- sona que se proponga trabajar en un museo?» 89
tamiento que recibieron dos cabezas romanas ad- Y afirma a continuación: «En realidad, el con-
quiridas en su tiempo por la Walters Art Gallery de cepto no es verdaderamente nuevo . Está en el
Baltimore. Pero igualmente aleccionadores son los aire desde hace tiempo, desde hace mucho tiem-
intentos realizados en nuestros días para encon- po. En el siglo XIX, Adolphe Napoléon Didron,
trar y arrancar las partes añadidas a ciertas obras escribió: "Conservar lo más posible, reparar lo
clásicas famosas, aunque sólo se haya conseguido menos posible, no restaurar a cualquier precio",
con suerte en algunas, como el Apolo del Belvedere dejando entender que era necesario intervenir lo
o el Laocoonte. Pero, en general, las transformacio- menos posible sobre el objeto para asegurar la
nes realizadas a esculturas clásicas desde el siglo autenticidad de su mensaje.
XVI al xvm alteraron profundamente la situación «En el curso de este siglo, con la apertura de
original de la pieza, y hoy resulta prácticamente numerosos museos, el desarrollo de las coleccio-
imposible su adecuada restitución. Y tampoco hay nes existentes y la creación de nuevas colecciones,
que olvidar que, casi hasta este mismo momento el montón de objetos sobre el que se "habría po-
que vivimos, ha permanecido en algunas latitu- dido intervenir" ha aumentado tanto que el res-
des europeas y occidentales una cierta inercia en taurador clásico ha sido rápidamente desbordado
la defensa de la restauración «integradora» tanto por la amplitud de la tarea, cuando no estaba úni-
para esculturas como para monumentos del pa- camente absorbido por la preparación de objetos
sado histórico. En nombre de una desafortunada seleccionados -¿debemos envidiarles o compade-
defensa de la «unidad de estilo» se han destruido cerles?- para una exposición temporal o para una
muchos bienes culturales importantes. Pero tam- exposición itinerante. Lo que es cierto es que en
bién es cierto que, especialmente después de la Se- un número muy importante de establecimientos
gunda Guerra Mundial, no sólo se han desarrolla- se encuentra un cúmulo de objetos no inventaria-
do con rapidez sino sobre todo se vienen aplicando do, abandonado en locales frecuentemente malsa-
con acierto métodos rigurosos de restauración, en nos y que, con el paso del tiempo, estas coleccio-
los que el respeto a la situación original de la obra nes han sufrido unos daños irreversibles». 9 º
de arte corre parejo a los medios y a la formación Ésta es todavía la dolorosa realidad y la delica-
profesional adecuados, y a la nueva mentalidad de da situación de gran parte de nuestro patrimonio
la conservación preventiva. cultural. Por ello, debemos centrar lo mejor po-
sible el tema que nos ocupa, y situarlo del modo
más adecuado en los límites temporales inmedia-
5.3. La conservación preventiva desde 1945 tamente anteriores al momento presente. Convie-
Que la conservación preventiva no es un con- ne puntualizar los elementos en que se ha basado
cepto verdaderamente nuevo es aceptado con y determinar en qué consiste concretamente lo
facilidad por la casi totalidad de especialistas en que encierra esta nueva expresión de la «conser-
el tema.«No está en mi intención entrar en un vación preventiva»; o lo que es lo mismo, señalar
debate terminológico - ha escrito recientemen- si es que existen los antecedentes conceptuales,
te Gael de Guichen-, pues para complicar la si- técnicos y operativos que justifican su conforma -
tuación, en cuatro años, es utilizada una nueva ción actual. Porque se trata, evidentemente, no
expresión: la "conservación preventiva". ¿Es ésta de una pura invención de nuestros días, sino de
una huida hacia adelante, un juego de manos, un una evolución y del desarrollo de todo un proceso
nuevo artilugio o un concepto importante que va que ha terminado en su definición presente.
Fue sobre todo después de los desastres ocu - raciones presentes y futuras. Los objetos que preser-
rridos en la Segunda Guerra Mundial y con el vamos no han sido destruidos por el tiempo, ya que el
tiempo, por sí solo, rara vez destruye . Por una u otra
nacimiento de la UNESCO cuando se intensifica- casualidad milagrosa han sobrevivido, a menudo por
ron las iniciativas y potenciaron las instituciones cientos de años, a veces por miles de años, al fuego,
dedicadas a la preservación de los llamados des - a la tempestad y los terremotos, a las guerras, al robo
de entonces «bienes culturales», para diferen- y el vandalismo pero, sobre todo, a nuestra propia
ciarlos de los «bienes de consumo» que producía negligencia. Frecuentemente, corren más peligro en
un edificio moderno que en ningún otro período de
la civilización moderna, creándose en 1958 el sus vidas : temperaturas variables, exceso o falta de
International Centre far The Study of The Preservation humedad, radiaciones ultravioletas, insectos, gases
and The Restoration of Cultural Property (ICCROM) atmosféricos y malos tratos pueden destruir lo que la
de Roma citado. naturaleza ha salvado. Los protegemos contra estos
Dos años antes, H. J. Plenderleith, avanzaba peligros utilizando un conjunto de técnicas que de-
nominamos conservación. 92
ya con un amplio tratado la teoría más consoli-
dada entonces sobre la preservación de las obras A nuestro juicio, las técnicas o el proceso de
de arte. Es más, de algún modo definía ya este preservación y conservación -y en su caso la res-
concepto al escribir en la introducción de su libro
tauración- de las colecciones de un museo co-
sobre «La influencia del medio ambiente», lo si-
mienzan cuando éstas entran en la institución
guiente: y se las somete no sólo a los diversos estudios y
El estado material de las obras de arte y de las antigüe-
actuaciones museológicas, sino sobre todo cuan-
dades, depende de los materiales que las componen do entran en contacto físico con las instalaciones
y del medio ambiente a que han estado expuestas museográficas -salas permanentes, temporales,
durante su existencia. La conservación dependerá, no almacenes de reservas, o laboratorios, etc.- y con
solamente de la aplicación del tratamiento que ellas las particulares condiciones ambientales. Las ac-
puedan exigir, sino también de su mantenimiento
en un clima favorable . El medio juega, en efecto, un
ciones de la conservación preventiva y de la con-
papel muy importante en materia de conservación. servación terapéutica o curativa son realidades
Es por ello que todo estudio de los innumerables as- perfectamente separables en nuestra situación y
pectos de la conservación de objetos de museo, debe planteamientos actuales de la restauración, aun-
ir precedido de una exposición general de los efectos que no lo eran para muchos autores antes del de -
por los cambios del medio, y en particular, por los de
temperatura y humedad relativa. El problema con-
sarrollo de la conservación preventiva en los años
cierne a la vez, al cambio del medio al cual se exponen ochenta, y en todo caso se las consideraba como
los objetos sacados de una excavación y a la creación unas resultantes inevitables de intervención sobre
en los museos, de un clima favorable para la conser- las obras a causa y como efecto de unas inade-
vación de las colecciones que en ellos se guardan. 91 cuadas condiciones de la preservación ambiental,
con independencia de que se mantuviera también
En los párrafos de esta introducción se sin- el principio de que sólo cuando es absolutamente
tetizan, por tanto, los elementos esenciales de necesario debe realizarse la restauración.
la conservación preventiva y las obligaciones En este sentido, ya en 1977 Cesari Brandi dis-
contraídas por el museo en esta materia, y que tinguía entre restauración preventiva y restau-
vienen a coincidir substancialmente con las posi- ración efectiva, basándolo en el siguiente argu-
ciones de la mayoría de los especialistas posterio- mento:
res. Concretamente, con lo que Philip R. Ward
defendía -en parte ya citado-, ventiséis años más «Como la restauración no consiste sólo en las inter-
tarde, cuando escribió: venciones prácticas efectuadas en la propia materia
de la obra de arte, tampoco estará limitada solamente
La principal tarea de un museo es preservar aquellos a tales operaciones, y cua lquier medida tendente a
objetos del pasado que están a su cargo para las gene- asegurar en el futuro la con servación de la obra de


arte, como imagen y como materia a la que resulta todo a la actividad del Fogg Art Museum, Har-
vinculada la imagen, es igualmente un proyecto que vard University, Mass ., Estados Unidos, que pu-
se incluye en el concepto de restauración. Por tanto,
esta distinción en una restauración efectiva llevada a
blicó el pionero Studies in Conservation, Technical
cabo en una pintura sólo puede darse a título práctico, Studies in the Field of Fine Arts ( 1932-1942). Des-
en cuanto que una y otra tienen validez por un único pués, con la creación de la UNESCO y los demás
imperativo indivisible que la conciencia se plantea en organismos especializados dependientes o no de
el acto de reconocer la obra de arte en su doble pola- esta institución, la triple área de la preservación,
ridad estética e histórica, y que lleva a su salvaguardia
como imagen y como materia». 93
conservación y restauración ha obtenido un im-
portante asentamiento y evolución. 96
Partía del supuesto de que «en cuanto que Por tanto, dentro del concepto de «preser-
la obra de arte se define en primer lugar en su vación» ya se incluía antes de los años ochenta
doble polaridad estética e histórica, la primera especialmente la situación del medio ambiente
dirección e investigación será la relativa a deter- físico en que se encuentran las obras, y que tiene
minar las condiciones necesarias para el disfrute en la «conservación preventiva» su acción posi-
de la obra como imagen y como hecho históri- tiva más técnica y necesaria. En la preservación
co». Y concluía en este sentido: entran los estudios del clima (temperatura am -
biente y humedad relativa), el de los efectos de
Si parecía más difícil demostrar la necesidad de la iluminación (natural y artificial), y el de otros
precaverse respecto al futuro disfrute de la obra de elementos deteriorantes como el polvo, humos,
arte, con la mera conservación del estado en que se bacterias, contaminación, etc. Es decir, todos los
encuentra, por el contrario, las otras dos direcciones citados por Ward, y los que Plenderleith había
de investigación, relativas al estado de consistencia de
Ja materia y a las condiciones que han de asegurarse
señalado como «Causas de degradación de los
para una buena conservación, no necesitan una ejem- objetos en el museo» .
plificación previa, ya que quedan confiadas no tanto a En la conservación, se atienden además otros
una apreciación que exija una particular sensibilidad aspectos como la protección y seguridad de las
artística e histórica, como a observaciones prácticas obras y del museo, medidas (aparatos técnicos)
y deduciones científicas, que se presuponen por sí
mismas en un campo que resulta menos discutible
de control contra el robo, el incendio, el vanda-
por ser más objetivo. 94 lismo; aparatos electrónicos para detectar el más
leve indicio de alteración ambiental, etc.
La conservación de objetos muebles e inmue- Robert L. Feller resumió con precisión en
bles tiene una larga historia. En el siglo x1x, gra- 1964 los peligros a que están sometidos los ob-
cias a los tratados de Venturi, Morelli y André jetos artísticos en los museos por acción de los
Michel, y a Ja influencia de las revistas de arte elementos ambientales, en especial por las radia -
que surgen con fuerza en ese momento, y de las ciones y la deterioración fotoquímica. 97 Podemos
exposiciones que se celebran, toma cuerpo la sintetizarlos -sin perjuicio de la consulta a otros
conservación de las obras artísticas. En 1882 se tratadistas eminentes en el tema-98 del modo si-
funda la Escuela del Louvre, primer centro de for - guiente:
mación de conservadores de museos en contacto
directo con las obras. Y aunque como profesión95 1. Radiaciones
se consagra su desarrollo en nuestro siglo con el La propiedad que tiene la luz de comunicar
nacimiento del Intemational Institute for the energía a los átomos y moléculas provocando
Conservation of Museum Objects (IIC) en 1950, transformaciones químicas en ellos se denomina
las funciones del conservador como distintas de «actividad fotoquímica».
las del restaurador y de las del científico fueron En los museos, suele haber dos tipos de for -
emergiendo durante los años 1930, gracias sobre ma de iluminación: a) de tipo incandescente (la
luz solar o la lámpara incandescente normal). va, la iluminación, la presencia de gases reacti-
Sus radiaciones varían en función de la tempe- vos en la atmósfera, etc.
ratura y se describen en términos de la deno- En cualquier caso, siempre se señalaba la con-
minada «temperatura del color» ; y b) lámpara veniencia de presentar una lista de materiales
fluorescente. En ésta, los átomos de mercurio sensibles y el grado de sensibilidad ante las ra -
activados emiten un espectro discontinuo e in- diaciones ultravioleta y las características concre -
tensifican el revestimiento fosfórico del tubo, tas de las posibles deterioraciones . Pero no hay
que emite así radiación continua en el ámbito que olvidar la verdad esencial de que los hechos
visible. Presenta una gran cantidad de varian- básicos eran ya bien conocidos a mediados de la
tes cromáticas, con un problema por separado. década de los sesenta : a) La exposición de ciertos
Emiten además un porcentaje variable de radia - materiales a la luz puede perjudicar los objetos.
ciones ultravioletas. b) La lista de materiales sensibles a la luz estaba
La iluminación más potente es la luz natural ya razonablemente establecida. c) Los principales
cenital; menor, la de las lámparas incandescen - peligros -alta intensidad, exposición prolongada,
tes. La iluminación fluorescente, intermedia, va- ciertas formas de iluminación más potente- tam-
ría de forma notable en su intensidad, emitiendo bién eran conocidos. La principal tarea que in-
un buen porcentaje de ultravioletas. cumbía -e incumbe- al director o al conservador
de un museo consistía en reducir a un mínimo
2. Sensibilidad de los objetos los efectos posibles de su exposición a la luz.
Los más sensibles a la acción de la luz son El cuadro de Plenderleith había marcado ya
los de tipo orgánico (tejidos, objetos de cuero, a mediados de los cincuenta sin duda puntos de
pieles, plumas, los disolventes y barnices de las máximo interés con los contenidos de las «Cau-
pinturas, los tintes y pigmentos, etc.). Los me- sas de degradación de los objetos de museo» .100
nos sensibles, las joyas, los objetos de metal o El estudio de Plenderleith 1º1 marcaba sin
de sustancias minerales (inorgánicas): cerámica, duda puntos de máximo interés en un cuadro de
esmalte y piedra. Son prácticamente inmunes a elementos deteriorantes sobre las obras del mu -
los efectos nocivos de la luz. seo. Un esquema a tener presente por quienes
vienen dedicándose desde entonces a profundi-
3. Factores de deterioración fotoquímica zar en la conservación de los bienes culturales en
Los que intervienen en los efectos de la luz estas instituciones. Coincide, en cualquier caso,
son tres: a) los relativos a la radiación (intensi- con el despegue que esta dedicación científica ha
dad, tiempo de exposición y distribución espec- protagonizado, especialmente después de 1945.
tral); b) los motivados por la naturaleza de los La UNESCO, como hemos indicado, ha im-
materiales; y e) los concernientes a la forma en pulsado de modo decisivo a través de su colec-
que estos últimos están expuestos al público . ción de ensayos Museums and Monuments'º 2 la
Los métodos para acortar el tiempo de expo- publicación de investigaciones de primera línea,
sición de un objeto a la luz pueden resumirse muchas de ellas resultado de una larga experien-
en protección con cortinas e instalación de inte- cia de laboratorio en universidades tanto euro-
rruptores, que sólo iluminan mientras el visitan- peas como norteamericanas. En concreto, Paul
te los contempla. Se eliminan los rayos ultravio- Coremans 103 sintetizó en su estudio El laboratorio
leta con filtros especiales, aunque su eficacia no del museo 104 todo un compendio científico sobre
es completa. Se utilizan filtros amarillos cuando la preservación, la conservación y la restaura-
la percepción del color no es importante (como ción.105
en el caso de los manuscritos) . Tienen particular Desde otra vertiente de experimentación y
importancia las condiciones en que se exponen análisis (la que nace de la investigación conti-
los objetos: 99 la temperatura, la humedad relati- nuada en un museo importante como The Na -
Causas de degradación de los objetos de museo

Humedad Enrarecimiento del aire Descuido


1
Aire comaminado
1 1
Sequedad Accideme
1
excesiva
1 1 1 1
Anhídrido Sulfuro de Hollín Polvo

Friabilidad
por desecación
sulfuroso

1
Blanqueamiento
Ablandamiento
hidrógeno

y
Manchas
Exposición a
luz, calor o
humedad excesivos

Deterioros en
Manipulación
las marqueterías
y embalaje
Distensión de
defectuosos
las telas

Cambios Ennegrecimiento de los Insectos y


rápidos pigmentos de plomo. roedores
Desdoro de Jos metales
1
Movimientos de los materiales
higroscópicos
Alabeo de la madera
Exfoliación de la pintura
Activación de las sales solubles

Humedad
excesiva

~;;~;,,---------------~~ ~ tas
Debilitación de los adhesivos
Pudrimiento de la cola
Cambios de tamaño
Manchas en el papel. vitela, etc.
Corrimiento de las tintas
Enmohecimiento del cuero
Aumento de Ja corrosión en los metales
Pérdida de la adherencia de las iluminaciones 1 1 1 1

en las estampas Polilla Carcoma y Termitas Ratas y


Adherencia de las hojas de papel satinado pez plateado ratones
Tirantez de las telas

Esquema, según Plenderleith (1956).


tional Gallery de Londres), Gary Thomson nos
ha dejado en su obra The Museum Environment 106
las claves teórico -prácticas -diagnosis y trata -
miento- para comprender todos los aspectos del
medio ambiente del museo: el protagonizado,
como factores o causas deteriorantes que son de
las obras, por la iluminación, la humedad y la
polución atmosférica. En una primera parte, su
análisis; en la segunda, los medios y remedios
para el control de estos estos factores y mitiga-
ción de las alteraciones que producen. Un rece-
tario no totalmente aceptado hoy día.
Como apunta Gael de Guichen, «en los años
1970, Gary Thomson, a la vista de los problemas
planteados por la instalación bastante sistemáti-
ca de la climatización en las galerías de pintura,
demostró la importancia del control del clima en
torno a las colecciones. Lo mismo sucedía con la Hig rotermógrafo (o termohigrógrafo).

iluminación. De esta época data el dicho: «Un


mal restaurador puede destruir un objeto por
mes . Un mal conservador puede destruir una co-
lección entera en un año»». 107
Por su parte, G.H. Riviere y G. Delcroix, al
tratar en un amplio capítulo el tema de la con-
servación, 108 incluyen en él la preservación, que
estudian en dos apartados: 1. La preservación de
los bienes muebles museísticos. 2 . La preserva-
ción de los bienes inmuebles museísticos.
En el primero, analizan l. El medio museísti-
co. II. Los objetos del museo. En el I destacan el
cambio del objeto natural o cultural desde una
situación propia a un ambiente artificial, el del
museo, señalando : l. Los riesgos variados de al-
teraciones químicas y físicas, unidos al clima y a
los accidentes. 2. El control de los riesgos (elimi- 111
nables con la ayuda de varios medios ). IH
l. Riesgos. Los factores primordiales, en ma-
teria de clima del museo, son la pureza y homo-
geneidad del aire, su temperatura, su humedad
y la iluminación.
a) Alteraciones provenientes del clima
higrotérmico: los factores más activos de aire 109
son ciertos gases (ozono, gas carbónico, dióxido
de azufre, óxido de nitrógeno), el vapor de agua
y las impurezas 110 . Control de temperatura y HR en una sa la de museo.
Mandos
Vi'ntilador

Oi"pósito 8,S l.

30
80% -

.!!
2S

20
60% ~
:
~

C> 1s EIHH'El'~HH~Hl ~
Medidores de mano para humedad y temperatura .
:.:;¡ -
10

b) Alteraciones provenientes del clima óptico: 1Sº 20° 25° 3Sº 40°
Gráficos funcional (arriba) y
de datos correlativos de un
dependerá de la intensidad y duración de la emi- re'mpe'ratura ºC deshumidificador.
sión lumínica, de la naturaleza de la irradiación
y del propio objeto iluminado. Los nuevos mé-
todos o tecnología descubierta podrán prolongar etc. Deben incluirse en este apartado las altera-
la duración de los objetos iluminados -la luz es ciones producidas por los visi tantes y los ma-
energía que altera el material sensible de los ob- los tratamientos de conservación y restauración.
jetos, hasta hacerlos desaparecer-, incluidos los 2. El control de riesgos.
más frágiles . a) Clima higrotérmico: la temperatura cons -
c) Alteraciones provenientes de accidentes: los tante y la humedad relativa de la atmósfera en
riesgos mecánicos en las operaciones de monta- un nivel conveniente son de fundamental im-
je y desmontaje; desplazamiento y transporte de portancia para el museo. «El objetivo supremo
las obras producen de hecho choques, vibracio- debe ser el tender a un acondicionamiento com-
nes, roces ... Los robos, incendios, inundaciones, pleto, que se caracteriza por un aire homogéneo,
del orden de 18 ºC (centígrados), para una HR
(humedad relativa) ambiente de 60 % .0 1 1
El mantenimiento de un equilibrio entre el
umbral de la sequedad y el umbral de la hume -
dad es lo deseable, y sólo posible si se tienen en
cuenta el clima de la región y las posibilidades
del museo. Asimismo, habrá que tener en cuenta
el microclima que se crea en el embalaje durante
el transporte de las obras en su correlación con el
medio ambiente. 11 2
A excepción de los metales, un objeto que esté
acostumbrado a una cierta humedad no debe ser
desplazado rápidamente hacia la humedad rela -
tiva aconsejada. Los objetos embebidos de sales
Humidificador hidroscópicas deberán ser desalados antes de ser
de aire
llevados al nivel de humedad recomendado.
Materiales orgánicos rígidos Materi ales orgánicos flexibles, Materiales orgánicos flexibles Materiales inorgánicosd
o frágilesª estables químicamenteb amodestructibles
químicamente'
Húmedo> 75 % Moho. Ablandamiento del adhesivo, Moho. Ablandamiento de la cola, Moho. Ablandamiento de la cola, Moho. Corrosión rápida
HR algunas pinturas. madera. encuadernaciones. encuadernaciones. de metales básicos
Los lienzos pueden encogerse Textiles pueden encogerse
> o< de una HR Para algunos, corrosión,
rítica agrietamiento, desintegración
Sobre 0 % HR Se desintegra y amarillea.
Si la vida del objeto es
50 años @50%, l00 años @30%,
200-400 años @l0%
~luctuación Tasa o riesgo de crecimiento de Si la capa pictórica es frágil, como P. Si la capa piaórica es frágil. como P. Fluctuaciones que pasan de una
alrededor de una fracturas: Si constreñida por el marco, etc. Si constreñida por el marco, etc. HR crítica desintegran algunas
HR media para @±5 %: P, B, A, M comoM comoM cerámicas contaminadas. piedra
a cual el nivel @±10%: P: muy pequeña y fa vorecen aparición de pátina
de estrés es cero M, A: ninguna -muy pequeña en metales
@±20%: P: pequeña
M, A: muy pequeña-pequeña
@±40%: P: grande
M, A: pequeña-grande
Temperatura > 30' C, ablandamiento de algunos > 30'Cablandamiento de algunos Se desintegra yamarillea. Algunos minerales se
demasiado alta adhesivos. ceras. pez adhesivos, ceras, pez Si la vida del objeto es desintegran
50 años @20' C, 200 años @lO'C,
500 años @- l 5' C
Temperatura Pérdida de flexibilidad Pérdida de flexibilidad Pérdida de flexibilidad
demasiado baja ej.: materiales acnlicos < 5' C
Fluctuaciones Velocidad o riesgo de crecimiento Si la capa pictórica es frágil. como P. Si la capa pictórica es frágil. como P. Algunos compuestos
de temperatura de fraauras: Si constreñida por el marco, etc. Si constreñida por el marco, etc. (ej.: esmaltes débiles ) como P
@±lO'C: P, B. A: comoM comoM
ninguna-muy pequeña
@±20'C: P, B, A: ninguna-pequeña
@±40'C: P. B, A. M:
ninguna-grande
Más los efectos indirectos si
fluaúa la HR
• Por ej.: madera (M), pinturas al óleo y a la tempera y policromos (P), barniz (B), pinturas acn1icas (A).
' Por ej.: papel no ácido y textiles, pergamino y fotos estables en blanco y negro.
' Por ej .: papel no ácido, films de acetato, fotos en color
' Por ej.: metales, minerales. cerámicas y cristal
Tab la de Efectos de HR in correcta y tempe ratura in correcta sobre materiales en museos
(Micha/ski, 1992, reproducido por/. Ga rcía Fe rnández, 1997).

Esto nos lo había dado a conocer también x 100) % . El aire se dice saturado cuando no
Plenderleith, quien definió además la humedad puede absorber humedad en forma de vapor. Al
relativa en estos términos: «Humedad relativa enfriarse el aire saturado, se provoca una con-
(HR): la humedad relativa de una muestra de densación de agua que se deposita en forma de
aire es la relación entre la cantidad de humedad rocío, porque el aire a temperatura más baja no
efectivamente conocida (h) en un volumen dado puede contener la misma cantidad de agua» 11 3 .
y la cantidad necesaria para alcanzar la satura- Así como la temperatura se mide con un ter-
ción (H) a la misma temperatura, o sea: HR=(h/H mómetro, para medir la humedad relativa se uti-
liza el higrómetro. Tanto Plenderleith114 como so- estudio los dos tipos de instrumentos (unos no
bre todo G. Thomson 115 analizan los instrumentos necesitan graduación; los otros sí necesitan gra-
y explican los métodos adecuados para realizar duación) , según aquel último autor. El instru-
estas mediciones. Riviere-Delcroix refieren en su mento polivalente para estas dos funciones es el
termohigrógrafo, que mide la temperatura al mis-
mo tiempo que la HR, mientras que el higrógrafo
sólo mide los grados higrométricos del aire.
Sea como fuere , el medio para eliminar los
riesgos unidos al clima higrotérmico es la clima -
tización, cuya eficacia deberá cumplir con las
funciones de purificación del aire, humidifica-
ción, deshumidificación, calefacción, refrigera -
ción .116 Una función ésta de la climatización de
los museos qu e presenta dificultades y variantes
en el acondicionamiento de edificios antiguos y
rehabilitados, pero que - al menos teóricamente-
resulta fácil en nuevas constru cciones . 117
b ) El control de los riesgos del clima óptico 118
M edidor de niveles de energía UV. lo resumen Rivfrre -Delcroix así:

La alteración de los objetos por Ja luz es tanto más


importante cuando: el tiempo de exposición es más
largo; la intensidad de la irrradiación global (en va-
tios/m 2) en la dirección del objeto es más grande; la
uniformidad de la claridad energética del objeto es
mala; la irradiación contiene más radiaciones azules,
violetas y ultravioletas; Ja irradiación ultravioleta es
de longitud de onda corta; Ja temperatura y la hume-
dad ambiente son más fuertes y aúnan su actividad .
Para medir el clima óptico, disponemos de tres
categorías de aparatos: los luxómetros, que dan en su
lectura directa la indicación de la iluminación en lux
recibida en un punto dado; los ultraviómetros; y los
aparatos indicadores de temperatura que están dest i-
M edidor de iluminación registrada.
nados a anotar los efectos de la irradiación luminosa
debido principalmente a los infrarrojos. (No debe
olvidarse igualmente el problema de la calefacción
en los museos.)
Numerosos medios pueden ser utilizados para pro-
teger las obras contra la luz natural y Ja luz artificial :
1. Protección de las obras contra la luz natural: Debe
reducirse siempre en un museo, utilizando : vidrios
Triplex; vidrios llamados inactivos, es decir, rechazan
las radiaciones nocivas; pantallas difusoras; lucerna-
rios de seguridad anti-UV; vidrios anti -UV; plásticos
especiales; cortinas de tela blanca, contraventanas.
2. Protección de obras contra la luz artificial: Utiliza -
ción de tubos fluorescentes que tienen la más fia ble
em isión de UV o equipados especialmente todos en
Luxómet ro portát il. asegurar un buen rend imiento de los colores (tipo
Philips blanco nú m . 27- 37); pantallas difusoras; fun -
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Pl ANILUX 6 mm 10mm

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a)

Gráficos de longitud de onda. a) Gráficos de parasoles y flujo de energía solar incidente.


b) Flujo de energía solar incidente.

das cubriendo los fluorescentes, que protejan contra tos del museo», Riviere -Delcroix, en el punto 3.
los rayos UV; revestimientos de los vidrios que absor- Formas del medio museístico se refieren a las dos
ban los ultravioletas; espejos fríos.
La pintura de los muros de las salas, cuando no
habituales: la exposición y el almacenamiento de
tengan otro revestimiento, debe preferirse mate, las obras. Se detienen en los riesgos de las obras
por ser difusora y contener pigmentos tales como el expuestas en espacios, bien cubiertos y cerrados,
óxido de cinc y el óxido de titanio, que absorben las bien cubiertos no cerrados, bien a cielo abierto .
irradiaciones ultravioletas . 119 Previenen respecto de los peligros por agen -
tes biológicos y otros que pueden correr las
c) Control de accidentes 12 º. Contra el robo y el obras en un almacén de reservas, y recomien-
incendio deben emplearse remedios preventivos dan desde la humedad relativa para los distin-
y curativos, instrumentos que pone al alcance la tos materiales orgánicos e inorgánicos, la ilumi-
tecnología actual, como son los aparatos electró- nación, la temperatura, etc., en estos espacios,
nicos. Como viene a decir F.K. Fall, 121 para evitar además de considerar los peligros y recomendar
los accidentes provenientes de los malos embala- las debidas precauciones ante los peligros que
jes, los traslados, y el mantenimiento habitual de pueden sobrevenir a los objetos del museo en
los objetos, solamente hay que observar reglas locales de tránsito.
sencillas y de buen sentido. El apartado II. Los objetos del museo, está
Antes de tratar la conservación de los «obje- desarrollado según el siguiente esquema: 1.
Examen científico: a) objetivos; b) Los métodos: 4. Adecuado almacenamiento (en estructuras
científicos 122 (métodos de examen; métodos de especialmente diseñadas para contener objetos
determinación de los constituyentes; métodos de frágiles, cuando no puedan ser almacenadas en
determinación de las «propiedades físicas» ; mé- peines y mechinales normales, o no puedan re-
todos de datación); e) Problemas. 2. Alteración posar en el almacén por su propio peso). 126
específica: metales y aleaciones; materiales silí- 5. Seguridad en la manipulación de las obras.
ceos y equivalentes; minerales y rocas; fósiles, es- (Lo que implica un conocimiento exhaustivo de
pecímenes geológicos; cerámica; vidrio; materia - los materiales, cómo y de qué están hechos los
les orgánicos; materiales orgánicos no celulares, objetos; y reflexionar sobre los movimientos a
los materiales plásticos; materiales complejos; realizar, en medios de traslado adecuados.) 127
objetos polícromos . 3. Tratamiento: a) aproxi- 6. Control y seguridad en el transporte. (Mo-
mación filosófica (conservación y restauración; dos y diseños garantizados de embalajes, y me-
deontología de la conservación y restauración). dios de trasporte seguros.) 128
b) aproximación técnica. e) Aproximación mo- 7. Tratamiento de los objetos . (Métodos tanto
dal. Museos: de arte; de ciencias del hombre; de de recolección como de consolidación adecuadas
ciencias de la tierra; de ciencias exactas y de téc- para su estudio y demás funciones necesarias,
nicas avanzadas; museos interdisciplinares. antes de llegar incluso a la restauración.)
Otros estudios importantes sobre la conser- 8. Limpieza respetuosa de los objetos. (Con -
vación y almacenamiento de los diferentes tipos servar significa limpiar. Limpiar para estabilizar-
de objetos del museo (material arqueológico; los e impedir posibles deterioros subsiguientes.)
papel; grabados, dibujos y acuarelas; pinturas de 9. Reparación, restauración, con los medios
caballete; arte decorativo; colecciones biológi- técnicos más avanzados y adecuados, y una pos -
cas; material de vertebrados; material etnográ- tura ética coherente .
fico; material geológico; instrumentos científi- 10. Conservación y trabajo sobre el terreno.
cos; tecnología; textiles; monedas y medallas; y (Encaminado a la «preservación de objetos de
materiales fotográficos) son los contenidos en el arte por medio de su estabilización para prevenir
citado Manual of Curatorship. A Cuide to Museum un deterioro mayor».)
Practice,123 temas que han sido desarrollados por El conservador de museos está obligado, en
diferentes especialistas. consecuencia, a planificar y aplicar un programa
En conclusión, la conservación de los objetos de conservación -y, en su caso, de restauración-
de un museo implicaba ya a finales de los setenta que proteja con los medios técnicos y humanos
y principios de los ochenta, siguiendo los conse- adecuados el bien cultural contra todo proceso
jos de Philip R. Ward, 124 lo siguiente: de destrucción o deterioro. Lo que requiere un
l. Estudio y diagnóstico correcto para un tra- conocimiento profundo de los agentes externos
tamiento correcto. e internos -la reacción de la propia naturaleza
2. Conocimiento del comportamiento de los de los objetos- para poder aplicar la metodología
materiales diversos. preventiva y curativa más efectiva y respetuo -
3. Control del medio ambiente (donde «las sa.1 29
colecciones están sometidas a un microclima A pesar de los problemas que pueda plantear,
artificial, y donde la temperatura, la humedad, el mejor sistema para regular el clima dentro del
los rayos ultravioletas y la actividad electrolítica, museo es la instalación del aire acondicionado.
biológica y química, unidos a la suciedad y las Un procedimiento que debe eliminar el riesgo
perturbaciones causadas por las actividades hu- de incubación y mantenimiento de gérmenes
manas, crean un sistema ecológico complejo de parásitos propicios a una instalación industrial
fuerzas interrelacionadas». 125 de esta naturaleza. Cuando ésta no sea posible, y


.
exista un sistema de calefacción por combustión de los años ochenta, es necesario reconocer que,
de hidrocarburos, las calderas y demás infraes - aunque existen claros precedentes al respecto
tructuras deberán estar alejadas lo más posible antes de 1945, resulta especialmente decisivo el
de las salas de exhibición y almacenamiento de período de algo más de una treintena de años
las obras . Puede existir un sistema combinado que va desde la creación de la Organización de
de calefacción y aire acondicionado, que re- las Naciones Unidas para la Educación, la Cien-
quiere la aplicación de medidas especiales, tanto cia y la Cultura (UNESCO) a la publicación del
para su instalación como para su uso en las dife- número monográfico de Museum en 1982, titu-
rentes estaciones anuales. 13 º lado La conservación: un desafío a la profesión, y a
Además de la temperatura y la humedad, en- la exposición y estudio de Philip Ward La conser-
tre los componentes importantes de una buena vación del patrimonio: carrera contra reloj, de 1986,
climatización están la aireación o ventilación ade- que pueden considerarse como los colofones de
cuadas. Su objetivo primero es el de contrarrestar la etapa.
el exceso de anhídrido carbónico, un elemento La actitud de la UNESCO fue desde el primer
nocivo especialmente para la conservación de momento la de una lucha decidida contra el pro-
algunos objetos, como pueden ser los pigmentos ceso creciente de destrucción de los bienes cul-
de pinturas que carecen de aglutinantesY 1 Los turales en el mundo moderno, que animó a la
límites permitidos de la presencia de este gas en creación de numerosas instituciones nacionales
ambientes públicos suele ser de un 0,10% según e internacionales, públicas y privadas . Se des-
normas sanitarias, y del O, 15% como máximo en tacan en esta actuación la «Convención para la
un programa de climatización. Estas cotas no de- protección de bienes culturales en caso de con-
ben sobrepasarse en el museo, sabiendo que las flicto armado» ( 14 de mayo de 1954), seguida de
constantes atmosféricas naturales marcan ya una diversas recomendaciones definiendo los princi-
media de densidad de un 0,03%. Pretender man- pios a aplicar en materia de registros arqueológi-
tener este porcentaje resulta casi una empresa im- cos, concernientes a la salvaguarda de la belleza
posible.132 y el carácter de los paisajes y lugares, tendentes a
La alcalinidad del aire, que resulta del des- proteger los bienes culturales puestos en peligro
prendimiento de ciertos materiales de revesti- por trabajos públicos y privados.
miento, es otro de los elementos nocivos para Algunas de las actuaciones de la UNESCO
la conservación ambiental del museo. Algunos, en este sentido han sido espectaculares, como la
como la pintura, producen una incidencia super- realizada para salvar los templos de Abu-Simbel
ficial, fácil de eHminar; otros, como el hormigón, en Egipto a causa de la presa de Asuán, o la in-
producen una alcalinidad de mayor duración, tervención en la ciudades de Florencia y Venecia
aunque el índice de desprendimiento disminuye después de las inundaciones del 4 de noviembre
progresivamente. 133 de 1966. Y en un sentido general, las provenien-
Como medidas de control de la alcalinidad tes de la Convención del Patrimonio Mundial
y acidez en la atmósfera del museo -y con in- Cultural y Natural, adoptada por la Conferencia
dependencia de las instalaciones de aireación General de la UNESCO en 1972, cuyos resulta-
general (evacuación de aire) de las salas de ex- dos son impresionantemente llamativos.
posición y servicios-, se utilizan aparatos de ven- Pero no podemos olvidar la actividad perma-
tilación autónomos, especialmente en las salas nente de todos los organismos que dependen
de los generadores, de máquinas y de embalaje y directamente de la UNESCO, como es el ICOM
desembalaje .134 con todas sus comisiones y comités, cuya labor
A la hora de hacer balance y síntesis de la resulta imposible de sintetizar aquí. O la de sus
situación de la «conservación preventiva antes publicaciones, incluidos la revista Museum y el
Correo de la UNESCO, y especialmente la serie de Por su parte Paul Coremans, al tratar de «El
«Museos y monumentos» iniciada en 1952, de laboratorio del museo», mantiene sobre la «Con -
gran repercusión y utilidad en materia de con- servación y restauración» lo siguiente:
servación y restauración durante más de los cua-
tro últimos decenios . No siempre es posible diseñar aquí los principa -
Sírvanos como ejemplo del enfoque que en les métodos de conservación y restauración: están
demasiado lejanos muchos de ellos, los materiales
materia de conservación mantenía la UNESCO del museo son demasiado diversos, y su estado de
a través de los puntos de vista que en los años conservación demasiado variable. [...] El presente
sesenta defendieron autores como el ya citado documento se limitará, por tanto, a consideraciones
Douglas A. Allan y Paul Coremans en publica- generales, ilustradas con ejemplos concretos de los
ciones patrocinadas por esta organización inter- datos disponibles en Bruselas.
En 1950, durante en tratamiento del Agnus Dei de
nacional. Afirma Allan en este sentido: Van Eyck, el Institut Royal du Patrimoine Artistique
definió este tratamiento como «una operación técnica
Algunos objetos tales como cabezas de hacha de enfocada a la máxima prolongación de la vida de la
piedra son casi indestructibles donde quiera que se obra -conservación-, con un mínimo de cirugía -res -
encuentren -pero siempre están expuestos a la rotura ta uración-» . 136
y la descamación si contienen sal. La cerámica bien Esta definición es válida para el tratamiento de
cocida y la porcelana también están expuestas a la todos los objetos del museo y los monumentos his-
fractura, aunque poco . Los objetos de madera pueden tóricos; la versatilidad del restaurador y la moda del
amparar pesadas carcomas, hormigas y otros insectos día tienen que ceder a la necesidad de preservar estas
destructivos y ciertos hongos; pueden ser también obras para las futuras generaciones. Es probable por
deteriorados o fragmentados si están expuestos a la esta razón que en Alemania y en los Estados Unidos,
humedad o sequedad más allá del grado óptimo de los técnicos que acometen este trabajo sean denomi-
humedad. El cuero reacciona en un sentido de causa nados «conservadores» mejor que «restauradores»
similar. El marfil tiende a astillarse. Los metales, con como son llamados no obstante en otros países .
excepción del oro, están expuestos a un proceso de El tratamiento de un objeto de museo es funda-
reacción química con cualquieras otras substancias mentalmente una «operación técnica». Esto es obvio,
con las que aquellos puedan entrar en contacto, puesto que es el material lo que llega a ser tratado y
proceso que tiende a acelerarse por la presencia de sometido a los reactivos en el laboratorio. Todavía los
la humedad y por una elevación de la temperatura. esteticistas mantienen justamente que la obra de arte es
y que conduce a la formación de óxidos, hidróxidos, «una cosa de la belleza» y que el tratamiento, en cual-
carbonatos, sulfuros, sulfatos y otras sales químicas . quier sentido, tiene que ser satisfactorio desde el punto
Tal proceso causa decoloración, descamación y am- de vista de la estética. Los trabajadores del laboratorio
polla, y eventualmente destruye la forma y la textura no pueden precisamente empapar una bella estatua
del espécimen. Por otra parte, hay especímenes que de madera en parafina con objeto de preservarla, y
se componen frecuentemente de una variedad de devolverla a la galería más oscura y grasienta. Ellos
materiales, de forma que una mayor parte de com- tienen que encontrar además una via para restaurar su
plicadas series de confusiones pueden afectarles con prístina apariencia; la obra será así preservada sin dar la
cambios de temperatura y humedad . Una pintura impresión de haber estado en el laboratorio.
puede estar compuesta de madera, o madera y lienzo, Con respecto a las pinturas de caballete y murales,
con un empaste, en consecuencia de una variedad de la aparente oposición entre la técnica (estética) y la
colores de pintura. y finalmente de un barniz para conservación (restauración) ha llevado a controver-
sellar la superficie; una silla de madera puede tener sias, especialmente alrededor del espinoso problema
ajustes de metal y una tela en el respaldo y el asien- de la «reconstitución del original». Algunos especia-
to; un grupo de figuras puede haber sido tallado de listas, sobre todo conservadores de museos, se sienten
una madera, pero tener un yeso en superficie y una tentados a reconstituir la obra lo más completamente
moldura, sobremontando antiguas capas de pintura posible. Su primera preocupación es presentarse
-y todos estos materiales son expuestos a sus propias al público con una muestra total en la cual el ojo
y particulares indisposiciones. Siempre tiene que ser no experimentado puede no distinguir demasiado
considerado el efecto de la fuente de luz de día, como fácilmente el original de otras adiciones. Otros -los
la luz solar causa la marchitación en pinturas, tapices, educadores- se oponen a esta deformación intencional
piel, plumas y vestidos. 135 de la obra. El grado de deformación varía de acuerdo
con el individuo responsable de ello, pero es siempre para aclarar muchos puntos y comparar las diferentes
peligroso; el visitante cree que está admirando la crea- formas de deterioración con la protección ofrecida
ción de un reverenciado genio, y lo que él ve puede por los productos en el mercado. En unos pocos años,
ser sólo el resultado de sucesivas intervenciones de deberían alcanzarse unos resultados concretos, que
varios restauradores en el transcurso de siglos . Esta podrían reducir ampliamente las sumas alocadas de
controversia purista se repetirá periódicamente hasta restauración de antiguos monumentos.
que se admita que cada tratamiento presenta un caso En arqueología, hay mucha menos oposición
especial, que en la restauración el respeto de la obra entre restauración y conservación; la conservación
maestra es el primer asunto, y que, finalmente, la es casi invariablemente la primera consideración. La
buena documentación (informes, fotografías) puede antigüedad es respetada más como un documento
hacer mucho para aliviar la ansiedad. El levantamiento venerable que como una manifestación de belleza, y
del barniz (total o parcial) es también muy debatido. los arqueólogos, mucho más que los historiadores de
Las partes litigantes están no menos encrespadas a arte, buscan la verdad entre los canales laberínticos
causa de estar siendo divididas por «una infinitesimal de un remoto y casi siempre anónimo pasado . Como
capa de barniz». ¿Y quiénes somos nosotros para di- norma, ellos prefieren que una masa ferruminosa
ferenciar entre barniz, pátina y «suciedad»? ¿Dónde sea saneada desde sus capas de herrumbre, y están
encontraremos el disolvente que levante el barniz sin contentos si el técnico les devuelve un hacha cuyos
destruir la capa original? ¿Cómo podemos levantar principales rasgos han sido preservados; ellos exigi-
un insano barniz, cuando todos conocen que antes rán al laboratorio el respeto de la fina pátina de una
de suspirar por ello se dañará la capa de pintura? La estatuilla de bronce, a menos que ésta perjudique la
discusión es frecuentemente académica, pues por más supervivencia de la figura o encubra la ornamentación
que cualquiera de nosotros podamos recomendar en o inscripciones que son indispensables para su estu-
teoría, el barnjz tendrá que ser removido en la práctica dio. Cualesquiera sean las dificultades del laboratorio
si la pintura en sí misma está en malas condiciones. -y son muchas- puede esto llevarse sobre sus obras
En otros casos menos comunes, tenemos que confiar con un espíritu tranquilo; y ello produce excelentes
en el respeto del operario hacia la obra, y sus caracte- resultados muchas más veces que en el campo de la
rísticas podrían estar mucho mejor salvaguardadas si pintura de caballete, donde la ética de tratamiento
se prestase más cuidado a la calidad del soporte que no ha sido definida todavía con suficiente claridad.
determina mayormente que la pintura es la misma . El creciente número de instrumentos de labora-
Razonables ayudas y barreras contra la humedad, que torio, los diversos métodos de conservación y restau-
se hacen posibles mediante técnicas de impregnación, ración y un firme desarrollo del interés por esta útil
pueden obviar la necesidad de un gran número de e interesante actividad ha traído nuevos laboratorios
asentamientos y transportaciones, cuyos resultados y talleres. La investigación es en cualquier caso esti-
finales resultan difíciles de prever, a excepción de su mulante para los físicos y químicos del museo, más
incremento en el coste de la restauración. sutil que para los restauradores cualificados. Y aun-
Con respecto a los monumentos históricos, la que nuestros principales laboratorios han abierto sus
restauración es siempre el principal objetivo. En puertas a muy pocos «aprendices», se ha realizado
muchos países, iglesias, catedrales y edificios civiles asimismo todo un pequeño progreso. Ha llegado el
son constantemente desfigurados por los andamjos; tiempo en que debemos considerar el establecimjento
nuevas piedras insertadas una a una contrastan cruel- de escuelas de investigación y conservación en un
mente con la pátina de aquello que todavía resiste a campo que afecta así tan de cerca a la preservación del
la mano del tiempo. La conservación de las piedras y patrimonio cultural de todas las naciones. 137
ladrillos por métodos de laboratorio han hecho esca-
so progreso; hay muy pocos productos que pueden Probablemente, Paul Coremans escribió estas
impedir o reducir la acción del tiempo por medio del
lavado y la impregnación. El hecho de que un peque - reflexiones antes de 1958, aunque se hicieran
ño país como Bélgica dedique decenas de millones de públicas dos años después. Porque lo cierto es
francos (10 millones de francos representan 200.000 que, coincidiendo con estos deseos, la UNESCO
dólares USA) anualmente para la restauración de creó aquel año en Roma el ICCROM, el centro
sus antiguos monumentos, da alguna idea de las internacional de estudios para la conservación
enormes sumas gastadas en esta tarea en el mundo.
Tiene que desearse el establecimiento rápido de un y restauración de bienes culturales ya citado, lo
laboratorio que sea exclusivamente dedicado a este que daba en realidad satisfacción sobre todo a
problema munilial. Tal como un taller podría servir unas necesidades muy generalizadas.
En otro sentido, a principios de los años se- introducen los vientos marinos en la atmósfera. Todos
tenta John Fitz Maurice Mills, internacional- los museos necesitan un sistema de renovación de aire.
[... ] Así como la filtración es la respuesta adecuada a la
mente conocido como restaurador de pinturas y
polución atmosférica, el aire acondicionado lo es para
activo contribuyente dentro del equipo británico el control de la cantidad de la humedad atmosférica.
al rescate de los tesoros artísticos de Florencia El contenido de la humedad se mide en términos de
tras la inundación de 1966, escribió un intere- humedad relativa. [... ] El director, enfrentado con los
sante y práctico tratado sobre Los conservadores problemas de control de luz y de acondicionamiento
del aire, debe, además, tener en cuenta la otra cara
de obras de arte, 138 que resume magníficamente
del problema: la de exponer sus objetos en las mejores
algunas de las posiciones conceptuales, técnicas condiciones . [... ] El museo, al propio tiempo que debe
y procedimentales que sobre la conservación atraer a los visitantes para que contemplen sus objetos,
y restauración se mantenían poco antes de los debe también poner éstos a buen recaudo de los pri-
años ochenta. meros. Todo director es consciente de que a cualquier
hora del día o de la noche pueden acechar al museo
En este libro resalta de entrada, a través del los ladrones. [... ] Urge, pues, la aplicación de sistemas
interrogante ¿Exhibición o protección?, una de seguridad, ahora que la tarea de los funcionarios de
posible dicotomía u oposición existente entre museos se dificulta aún más con la creciente afluencia
dos de las funciones esenciales del museo, cuyo de visitantes. [... ] Con frecuencia, los museos acep -
debate permanece todavía vivo en muchos de tan dificultades, al permitir que un objeto de arte se
exhiba en otros lugares con los riesgos impredecibles
nuestros ambientes actuales. Mills responde a que comporta su traslado. [... ] Según la opinión de los
esta cuestión afirmando que la solución no es expertos, el envase para el transporte de tesoros de
guardar los objetos del museo en recintos her- arte antiguo debe ser hermético. [... ] Además de las
méticos o inaccesibles al público. «Frente a esta medidas tomadas para controlar la temperatura y la
actitud extrema -afirma textualmente- cabe en- humedad es preciso aplicar un material almohadillado
para salvaguardar la obra de arte de los golpes bruscos
contrar un término medio con un límite de se- y de las vibraciones violentas, causadas por los propios
guridad que permita su contemplación sin que motores del avión o del barco en que se transporta. [... ]
implique la destrucción del objeto exhibido.» 139 Además de estas precauciones de empaquetamiento
Y pasa revista a cuantos agentes o ingredien- [de las obras de arte en préstamo, deben tomarse]
tes considera perjudiciales para la conservación otras medidas de seguridad [.. .] tanto en el viaje como
durante su exposición: custodiarlas día y noche. 140
de los objetos del museo, expresándolo, entre
otras, con estas palabras:
A finales de los setenta, estaban, pues, prepa-
Por extraño que parezca, la luz es uno de los mayores rados todos los ingredientes para el establecimien-
peligros de un museo. [.. .] Para proceder al control to y la consolidación de un nuevo compromiso
de la cantidad de luz, se precisa una medida previa. internacional para la conservación y restauración
La unidad internacional de medida de luz es el lux, de los bienes culturales, sobre todo si se tiene en
cantidad de iluminación incidente en una superficie
situada a un metro de una fuente luminosa de brillo
cuenta, como pudo comprobarse entonces, que
normalizado conocido como candela internacional. eran múltiples y diversos los peligros que se cer-
[... ] En la actualidad van en aumento los museos que nían sobre el patrimonio cultural. Se tomaron,
eliminan la luz natural y dan preferencia a la anificial, en consecuencia, medidas a diferentes niveles de
por la razón de que ésta es más fácil de regular. [...] La actuación, como la que refiere Gael de Guichen,
luz es el primer agente destructor de los tesoros huma-
nos. El segundo, o tal vez tan dañino como la luz, es la
cuando escribe: «Ante la amplitud de destruccio-
polución atmosférica . [... ] En climas desérticos [... ], el nes constatadas y documentadas, el ICCROM lan-
máximo peligro lo constituyen el polvo, la arena y la zó un curso sobre la conservación preventiva, y
excesiva sequedad atmosférica. En los climas tropica- Museum publicó un número especial titulado La
les, la excesiva humedad crea otros problemas, ya que conservación: un desafío a la profesión. 141 La idea de
favorece el desarrollo de mohos que llegan a producir
decoloración y descomposición. Los museos situados
que se necesitaba cambiar de actitud si se quería
en áreas costeras están amenazados por el salitre que asegurar un futuro a las colecciones, ganó lenta-
mente terreno, pero se harían de esperar una re - de los objetos debido al almacenamiento o a la
flexión organizada y una puesta en práctica» .142 exposición, se diseñan y construyen estructuras
Si, de una parte, fue Gael de Guichen quien especiales.») 5. Conservación y manipulación.
ideó el título de este número especial de Museum («Una de las principales razones para preservar
que refleja cabalmente la situación de la con- los objetos en los museos es la de asegurar que
servación preventiva antes de los ochenta, y de éstos estén disponibles para el estudio; y estudio
otra, fueron reconocidos especialistas quienes implica manipulación.») 6. Conservación y trans-
desarrollaron el grueso de los temas, es necesario porte. («El diseño y la construcción de embalajes
reconocer también que fue Philip R. Ward quien especiales son tareas complejas. [... ] El método de
resumió con precisión sus puntos esenciales en transporte debe ser rigurosamente seleccionado
los epígrafes de su artículo «La conservación: el para disminuir su duración y las manipulaciones
porvenir del pasado», 143 precedidos de esta con - bruscas.») 7. Conservación y tratamiento. («Mu-
sideración: «Los objetos que preservamos no han chos de los objetos encontrados en el terreno nos
sido destruidos por el tiempo, ya que el tiempo, llegan en condiciones precarias. Aún más nume-
por sí solo, rara vez destruye. Por una u otra ca- rosos son los que se desintegrarán rápidamente
sualidad milagrosa han sobrevivido, a menudo al entrar en contacto con un medio ambiente
por cientos de años, al fuego, la tempestad y los nuevo, a menos de que se intervenga a tiempo .»)
terremotos, a las guerras, al robo y el vandalismo 8. Conservación y limpieza . («Cada vez que se
pero, sobre todo, a nuestra propia negligencia. limpia un objeto, se pierde una pequeña parte
Frecuentemente, corren más peligro en un edifi- de su superficie y se modifica su aspecto original.
cio moderno que en ningún otro período de sus Sin embargo, esta limpieza es a veces necesaria
vidas: temperaturas variables, exceso o falta de y puede ser urgente cuando hay un grave dete-
humedad, radiaciones ultravioletas, insectos, ga- rioro. En estos casos, el objeto debe ser limpiado
ses atmosféricos y malos tratos pueden destruir para estabilizarlo y prevenir un estrago aún ma-
lo que la naturaleza ha salvado. Los protegemos yor.») 9. Conservación y reparación. («Cuando
contra estos peligros utilizando un conjunto de una pieza dañada es reparada, ¿hasta qué punto
técnicas que denominamos conservación». 144 debe ser restaurada? Si falta una parte, ¿sabemos
El desarrollo de este conjunto de técnicas lo cómo era el original? Y aún así, ¿podemos reem-
resume y concreta Ward en los diez espígrafes plazarlo?») 10. Conservación y trabajo sobre el
de su artículo, que enumeramos ilustrados con terreno. («Todas estas técnicas están encamina-
algunas de sus frases más significativas: l. Con- das a un fin: la preservación de objetos de arte
servación y estudio. («Los restauradores se guían por medio de su estabilización para prevenir un
por el precepto médico siguiente: un tratamiento deterioro mayor. [... ] La habilidad para impro-
es correcto cuando el diagnóstico es correcto.») visar y trabajar en condiciones difíciles, algunas
2. Conservación y comportamiento de los ma- veces sin contar con ayudas mecánicas, es a veces
teriales. («Cualquier objeto [... ] puede terminar más importante que el conocimiento científico .»)
en un museo y el museo debe saber cómo cuidar
de él.») 3. Conservación y control del medio am-
biente. («El museo es un edificio dentro del cual
5.4. La conservación preventiva después
de los años ochenta
las colecciones están sometidas a un microclima
artificial [... ] El conocimiento y el control de [la Un auténtico decálogo el de Philip R. Ward, vi-
temperatura ambiente y la humedad relativa] gente quince años después, que confirma nues-
constituye el aspecto más importante y difícil de tra convicción de que la conservación preventiva
la ciencia de la conservación.») 4. Conservación hoy es, ante todo, una evolución de los plantea-
y almacenamiento. («Para prevenir el deterioro mientos y actitudes anteriores a los ochenta, bien
es verdad que, por decirlo de nuevo con palabras inapropiadas; contaminantes y plagas ... ) han pa-
de Guichen, «resulta por tanto reconfortante sado casi a un segundo término al compararlos
constatar que después de [... ] años, han apareci - con otros considerados hoy «más destructivos»
do signos muy alentadores» .14 5 y repentinos, como puedan ser los desastres na-
Estos signos y confirmaciones pertenecen a las turales, el terrorismo o el vandalismo, el robo, la
décadas de los ochenta y noventa, y aparecen mag- acción del agua, del fuego, etc.
níficamente sintetizados en la siguiente relación De este modo, se constata que en la actuali-
de Guichen de siete puntos de definición que son dad el conservador o el restaurador raramente se
claves para este especialista del ICCROM. «Primer encargan de estos agentes de deterioro en el mu-
signo: un reconocimiento de la disciplina «conser- seo, pues el control sobre ellos pertenece más al
vación preventiva» con la realización de dos congre- ámbito de la alta tecnología aplicada que al de su
sos ... [ 1992 y 1994]. Segundo signo: el lanzamien- actuación cotidiana profesional. Siguen siendo
to, en 1991, del programa nacional de salvaguardia los factores medioambientales, que producen un
de las colecciones en los Países Bajos con el Plan deterioro más gradual, los motivos de su mayor
Delta ... Tercer signo: el lanzamiento del programa atención y actuación en las diferentes secciones
Prevención en los Museos Africanos -PREMA-, o departamentos de las instituciones museísticas
que se aplica a 32 países y que se prolongará du- donde se encuentran las colecciones. 14 7
rante 14 años. Cuarto signo: la creación en 1994 de Así parece apoyarlo, por ejemplo, Martine
un diploma de estudios especializados en conserva- Jaoul cuando afirma que «demasiadas veces sepa-
ción preventiva en la Universidad de París I... Otros rado de la vida diaria del museo, el almacén de
signos deben ser mencionados con categoría local, reserva es un lugar muy sensible para la conser-
como la creación de una plaza de «conservación vación preventiva. Para mantener con eficacia los
preventiva» en los grandes museos e institutos. [... ] roles de conservación preventiva es necesario pro-
La conservación preventiva requiere un cambio porcionar una presencia regular humana cerca de
profundo de mentalidad: Quien pensaba ayer ob- las colecciones. Bien preparados los registradores
jeto, hoy debe pensar colecciones. Quien pensaba podrían responsabilizarse de los almacenes, bajo la
sala, debe pensar edificio. Quien pensaba semanas, autoridad de los conservadores. Esta responsabili-
debe pensar años. Quien pensaba persona, debe dad a tiempo completo ayudaría mucho a la con-
pensar equipo. Quien pensaba gasto a corto plazo, servación preventiva y haría las colecciones de re -
debe pensar inversión a largo plazo. Quien pensaba serva más accesibles a un público más amplio». 148
angosto, debe pensar amplio. Quien pensaba en el En este sentido también, como labor o res -
día a día, debe pensar programa y prioridades. La ponsabilidad propia del conservador, sigue pre -
conservación preventiva consiste en tomar un se- valeciendo en el museo la preocupación por los
guro de vida sobre el porvenir de las colecciones. factores tradicionales que más modifican habi-
Sólo las especies desarrolladas se aseguran el porve- tualmente su medio ambiente, muy de acuer-
nir de sus bienes. Es tiempo de que en los museos do con Charles S. Tumosa y otros colegas de la
nos comportemos como tales.»146 Smithsonian Institution, cuando escriben: «Las
En el plano de la actuación y la práctica, la variaciones de temperatura y de humedad relati-
conservación preventiva ha variado incluso des- va juegan un papel preponderante sobre el estado
de la definición citada de la reunión del Comité de los objetos de los museos. Se pueden determi-
de Conservación en su reunión trienal de Co- nar los límites requeridos para estos parámetros
penhague, en 1984. Al menos, desde el punto de medioambientales examinando las propiedades
vista de que los agentes de deterioro considera- materiales de los componentes. Se considera que,
dos muy determinantes en años no muy lejanos para la mayor parte de los objetos, las variaciones
(temperatura, humedad relativa e iluminación de humedad relativa deben situarse entre 3 5 % y
65% y las variaciones de temperatura entre 18º Y 6. Seguridad en los museos
25 º Celsius, es decir en el mismo orden de mag-
nitud que para el confort humano». 149
Junto con los problemas de la temperatura y hu-
Sea como fuere, lo cierto es que la conserva-
medad, el enrarecimiento y contaminación at-
ción preventiva en la actualidad se apoya sobre
mosféricas, el polvo y microorganismos nocivos,
todo en un cambio notable de mentalidad, a par-
como las bacterias, etc., -factores deteriorantes
tir del cual establece y opera técnicamente desde
que es preciso erradicar o reducir su acción ~,e­
la perspectiva de una serie de planteamientos Y
gativa, como venimos indicando-, la protecoon
cuestiones generales (aplicación, evaluación, pa-
y seguridad del museo (contenedor y conteni-
rámetros medioambientales, estándares, etc.), y
dos) resulta una de las obligaciones más impor-
desarrolla sus contenidos y funciones ocupándo-
tantes que el conservador o responsable de un
se de los factores deteriorantes y de los métodos
museo debe cumplir con mayor precisión y celo.
concretos de actuación para paliar o eliminar sus
El fuego, el robo, actos vandálicos o agresio-
efectos nocivos.
nes incluso de carácter terrorista son algunos de
De este modo, atiende y estudia la humedad re-
los numerosos peligros que acechan a estas ins-
lativa, su naturaleza, reacciones y control; la crea-
tituciones, por lo que reclaman una serie de me-
ción de microclimas y el programa de gestión para
didas de seguridad. Una preocupación constante
el control de valores incorrectos ... ; la iluminación,
en este tiempo nuestro, cuya investigación de
su naturaleza, nuestro sistema visual, las reaccio-
técnicas, medios y actuaciones vienen presidien-
nes y procesos de deterioro; su medición y métodos
do desde primera parte del siglo la ocupación de
de control, el diseño de sistemas de iluminación, la . . . l 52
expertos e msntuoones.
tipología de lámparas y accesorios; los niveles de
Ha sido, sin embargo, después de la Segunda
iluminación; los contaminantes en el interior del
Guerra Mundial con la creación de la UNESCO Y
museo, los métodos de control y el programa de
el ICOM, cuando su Comité para la Seguridad en
gestión ... ; las plagas, su naturaleza, tipología y pro-
los Museos (ICMS) se ha preocupado con profun-
grama de gestión para su control, etc. . .
didad y amplitud de este tema y, como ya ade-
En definitiva, los agentes de detenoro conti-
lantamos, 153 y ha terminado por publicar bajo la
núan siendo actualmente los más habituales en
coordinación de su director Robert G. Tillotson,
la preocupación de la conservación prevent.i;a
y edición de Diana D. Menkes un completísimo
en los museos, 150 dentro incluso de la evoluoon
tratado, 154 exhaustivo y actual sobre el tema, con-
desarrollada desde los años ochenta. Y aunque
secuencia de un equipo de treinta y tres especia-
«oficialmente» no había sido fijada todavía hasta
listas de catorce países que formaban el comité en
mediados de aquella década una definición con-
1976.
sensuada, es fácilmente comprobable que ya en-
La sola enumeración de sus capítulos puede
tonces más de un especialista como Philip Ward,
aclarar por sí misma lo que constituye un indis -
Paul Philippot o Gael de Guichen (conviene revi-
pensable programa de reflexión y de puesta en
sar su importante bibliografía y su labor científi-
práctica de actuaciones para la protección y la se-
ca y educativa) 151 estaban convencidos de que la
guridad de las instalaciones museísticas e~ nue: -
conservación preventiva era y es «el conjunto de
tro tiempo. 155 (Por lo que juzgamos de mteres
acciones destinadas a asegurar la salvaguardia (o
académico y práctico presentar aquí una síntesis
a aumentar la esperanza de vida) de una colec-
de sus contenidos.) Se afirma, de entrada que
ción o de un objeto». Y que la conservación del
«el legado cultural de la humanidad ha sufrido
patrimonio era y es, parafraseando al primero de
pérdidas extraordinarias como consecuencia de
los autores citados, una competición contra el
robos y malversaciones. La urgente necesidad de
tiempo: una carrera contra reloj.
poner fin a estas pérdidas llevó a la creación, en
atentos capítulos al personal responsable de la
protección y seguridad en los museos, desde el
director y los conservadores a los subalternos y
personal de seguridad.
Como preámbulo a cualquier considera ción
al respecto, deberían tenerse en cuenta las pala-
SEGUNDO PISO bras de André Noblecourt:

La experiencia ha mostrado desgraciadamente que el


desconocimiento de las reglas de la lógica, por no decir
del simple sentido común, es con frecuencia -mucho
más que la falta de medios materiales y financieros-
la causa de los más graves errores en materia de
seguridad. 157
PRIM EA PISO

Pero en cualquier caso, siguiendo las direc-


trices marcadas por el estudio del ICOM, está
muy claro que la responsabilidad en el tema de
la protección y seguridad del museo incumbe di -
rectísimamente al director, al jefe de seguridad y
al personal del museo. Y puede que sea impres-
cindible enumerar, al menos, los epígrafes que a
1 De1ec1or ul1 ra • 11n1c11.
2 . Aspersoru . 10 Laminasmetal iudu.
cada capítulo dedica el estudio citado.
3 Vigilancia eléctrica. 11 . Al;trmu de a1r3e0
4 C11n1r11l de 1ire. 12. Cun1ac111s magn~!lioo1.
S. Au1om1gvllldor. 13. Puesto manual de alarma de incendio.
14 . Trampes de p1111ecci6n en los su elos.
7 . Consola prlncipal.
8 . rnspasi1iv11desupervisióndevalvulu .
15 . Detector de in1ru1;11nes.
15 Oe1ec1m dl! movimien to .
6.1. El personal de seguridad
9 . Conuol de circu!1ci6n oe aguil 17 Supervis;6n dl! ll!mpl!ratufl.
En resumidas cuentas -se dice- la seguridad de
los museos recae sobre los vigilantes . Los sistemas
mecánicos y electrónicos pueden complementar efi-
Ej emplo de señales que puede con t rolar un p uesto centra l de cazmente la vigilancia humana, pero nunca pueden
vig ilancia en un museo (Tillo tso n). reemplazarla. 158

Se aquilatan tanto las funciones como los de-


1974, del Comité Internacional para la seguridad rechos y obligaciones del personal de seguridad:
en los museos (ICMS), dependiente del Consejo su estatus y cualificaciones, sus deberes, los uni -
Internacional de los museos (ICOM) , y a la sub- formes convenientes, la formación y ascensos,
siguiente redacción, dos años más tarde, de este el número y organización, los vigilantes noctur-
libro sobre seguridad en los museos» . 156 nos .. . 159
Esta publicación La seguridad en los museos
atiende, por tanto, todos aquellos aspectos que
se refieren a la defensa, prevención contra peli-
6.2. Control de inventarios
gros, instrumentación para la seguridad y reme - A continuación, el estudio del ICOM trata el
dio contra las continuas acechanzas que las obras tema del «Control de inventarios» , afirmando
de los museos sufren respecto de su integridad que
física, tanto por agentes interiores, como, sobre
todo, por la acción de los exteriores . En el su- el control permanente de los objetos por medio de un
mario de este trabaj o se incluyen, lógicamente, inventario y de su inspección directa juega un triple
papel, indispensable, en la seguridad del museo, ya
que provee de un instrumento contra el robo, de una formación del personal y particularidades de
indicación inmediata de la ausencia de un objeto y de edificios históricos. 162
información descriptiva para recobrarlo en caso de
robo. El control por medio de un inventario es tan
importante que debe hacerse cualquier esfuezo por 6.4. Protección contra el robo
mantener escrupulosamente al día todos los ficheros
y medidas complementarias de protección . 160 El estudio dirigido por Tillotson se detiene en
consideraciones generales sobre este tema, anali-
6.3. Protección contra el fuego zando: las «motivaciones y objetivos probables»
( «[...] Existen dos grandes categorías de ladrones
Constituye este tema un capítulo importante en racionales: los ladrones profesionales que espe-
el estudio coordinado por Tillotson, que introdu- ran obtener un rescate del propietario, del mu-
ce con las siguientes palabras : seo o de la compañía de seguros; los ladrones,
aficionados o profesionales, e incluso los comer-
El fuego es el enemigo número uno de los museos, ciantes de obras de arte poco escrupulosos, que
ya que por lo general los daños que causa son irrepa-
rables. Esto es un tópico, pero de tan graves implica-
esperan revender el objeto a menudo en otra
ciones que debe ser tenido en cuenta siempre que se localidad del país»), «Elección de la protección
trate de seguridad en los museos. (...] Los fines más general», «Principios generales del funciona-
directos de la protección contra el fuego son impedir miento de los dispositivos de alarma», «Equipo
que el fuego se produzca, detectar su presencia, evitar técnico: criterios generales de selección», «Orga-
que se extienda y extinguirlo con el mínimo daño
para las personas y colecciones que se encuentran
nismos de ensayo y homologación de sistemas
en el museo (... ] Vista la complejidad de este tema de alarma»; Protección periférica: «Protección
y la continua investigación y perfeccionamiento en mecánica» , «Protección eléctrica/electrónica» -
los aspectos técnicos de la prevención de incendios con todas las variantes y sistemas que la tecno-
debe consultarse una fuente de información com- logía actual proporciona en este asunto-; Protec-
pleta y actualizada . La más útil es la National Fire
Association (NFPA), organización internacional. sin
ción interior: «Protección mecánica», «Eléctrica/
fines lucrativos, abierta a todo el mundo. La NFPA electrónica»; Protección de los objetos, Trampas
publica anualmente un conjunto de 16 volúmenes de de protección, Sistemas auxiliares : «Control de
reglamentos, normas y recomendaciones y manuales rondas», «Alarmas de atraco/pánico» y «Cintas
elaborados por sus diferentes comités técnicos, entre registradoras de llamadas telefónicas» . Es decir,
los que se encuentra uno de Bibliotecas, Museos y
Monumentos Históricos. La mayor parte de los artícu-
todo cuanto desde el punto de vista humano y
los contenidos en estos volúmenes se editan también tecnológico puede y debe emplearse en la pro-
en folletos independientes. 161 tección contra el robo en los museos en nuestros
días, sin perjuicio de posteriores perfecciona-
En este capítulo dedicado a la protección de mientos. 163
los bienes patrimoniales contra el fuego pasa
luego a tratar la «Prevención», generalidades,
6.5. Puestos centrales de vigilancia
reglamentos . «Detección», alarmas, señal de
incendio, sistemas de detección (detectores tér- El estudio que comentamos introduce este tema
micos y detectores de humo), normas, códigos afirmando:
y recomendaciones. «Extinción de incendios»,
sistemas de aspersores automáticos de agua, Cuanto mayor es un museo y más valiosas sus coleccio-
nes, más necesaria se hace la incorporación de un sistema
otros sistemas automáticos de extinción (dióxi-
de alarma para complementar el trabajo del personal de
do de carbono, halones, polvos químicos) , ex- seguridad. Este sistema puede dotarse con dispositivos
tintores portátiles, sistemas de toma de agua y que provoquen una alamrn local, en su irnnediata cer-
mangueras, evacuación automática del humo, canía, por medio de señales sonoras o visibles.
Otra posibilidad es Ja conexión directa del sistema expresamente el estudio del ICOM, analizando
de alarma a los departamentos de policía o bomberos; detenidamente también los desperfectos produ-
pero a menudo esto no es factible habida cuenta del
gran número de señales y las altas probabilidades
cidos por los graffiti; 167 así mismo, los Deterioros
de falsas alarmas que estos servicios tendrían que ambientales (humedad relativa y temperatu-
controlar. ra, luz; contaminación, suciedad, polvo; moho,
Una tercera solución [ ... ] es el empleado de un insectos, manipulaciones); termina el capítulo
puesto central que reciba las señales de los equipos señalando algunas otras consideraciones y solu -
técnicos instalados en el museo, seleccione las alar-
mas reales y avise entonces a los servicios de policía o
ciones a estos problemas de desperfectos en los
bomberos, si hay lugar para ello. El término «puesto museos.
central» se aplica en general a un centro de control
exterior al museo (puede estar en varios kilómetros)
y que tiene otros «abonados» que le envían señales 6.8. Reacción y actuación contra el robo
por medio de líneas telefónicas concertadas. 164 y la violencia
En este sentido, advirtiendo la posibilidad de
Y esta tercera solución es la que el estudio que «las medidas de prevención y protección
considera y desarrolla ampliamente en todos sus fallen por cualquier razón, deben establecer-
aspectos y variantes. se una serie de normas de actuación contra el
robo» . Entre estas normas el estudio analiza las
6.6. Seguridad de las personas que se deben aplicar en caso de «robo real», de
«disturbios civiles», de «amenazas de bomba»
Los «Límites de densidad», la «Prevención de ac- y de «chantaje» .
cidentes» y las «Situaciones de emergencia» son
los puntos que considera el estudio. 165 Un capí-
tulo ciertamente importante en algunos casos, 6.9. Planificación arquitectónica
en nuestro tiempo, donde ciertos museos más «La idea es disparatada. Llenar un espacio de
visitados son materialmente «invadidos» por los frágiles y valiosos objetos e invitar al público
visitantes con el consiguiente abanico de peligros a entrar*». Así comienza un reciente artículo
que ello puede desencadenar. en una revista de arquitectura que dedica un
número monográfico a los museos. De la lec-
6. 7. Desperfectos tura de revistas profesionales y de la visita a
museos se desprende que este concepto para-
La otra cara del problema de la seguridad del público,
creado por las aglomeraciones, es el problema de los dójico no ha sido llevado a la práctica por los
desperfectos del edificio, del interior o de las colec- arquitectos o planificadores de museos, ni en
ciones expuestas. 166 sus aspectos particulares ni en conjunto. Es sor-
prendente que los museos continúen diseñán-
Problema importantísimo éste, como queda dose para resolver problemas estéticos abstrac-
indicado, de las aglomeraciones del público -«in- tos o como manifestaciones monumentales, y
vasión», más que visita- sobre todo en ciertos no para proveer de los mejores y más flexibles
museos . Y de las consecuencias casi imprevisi- medios de exposición y almacenaje de las co -
bles en algunos momentos de esta aglomeración lecciones durante su conservación y protección
de visitantes sobre posibles daños o desperfec- en ellos . Parte del problema reside en que los
tos de las obras expuestas. Lo que requiere una arquitectos tienden a ser más artistas que inge-
puesta en marcha de actuaciones de prevención,
y en su caso, de reparación. * Yee, Roger, «Smoke gets in Your van Eycs», Progresive
Sobre la «protección» y «prevención» trata Architecture, marzo de 1975: 78 -81, pág. 78.
nieros. Pero hay también claros indicios de que restaurador: una definición de la profesión, pre-
los arquitectos se encuentran inseguros frente a sentado en la reunión del Comité de Conserva-
los museos, en cuanto a su uso y significación ción (ICOM-CC) de 1984 en Copenhague . 172
social, y a si están destinados a entretenimien-
to, educación, contemplación o investigación
científica. Además no suelen conocer bien los 7.1. Conservación, conservación preventiva
y restauración
fondos particulares del museo que proyectan,
las colecciones que se piensan exponer, ni el La restauración es una actividad muy compleja,
dato básico de si la exposición va a ser estática aunque nada más sea por lo que conlleva salvar
o cambiante. Los autores de artículos sobre ar- la propia realidad material del objeto. «Tiempo
quitectura muestran una cierta ambigüedad e atrás -opina Graeme Gardiner- era imposible
inseguridad sobre el papel de los museos dentro hablar de conservación sin referirse a la restau-
de la sociedad.** 168 ración.» Y añade a renglón seguido: «Hoy en día
El estudio del ICOM prosigue en su análisis en son muchos los museos, bibliotecas y archivos
profundidad sobre la planificación arquitectóni- que poseen sus propios talleres de conservación.
ca, tanto por lo que se refiere a las consideracio- Como la conservación es apreciada cada vez
nes generales, como a la «Selección del emplaza- más por el público, las instituciones utilizan su
miento y del edificio», a los «Sectores públicos» labor en este ámbito para dar una imagen mo -
y a los «Sectores cerrados al público». 169 derna y rigurosa de su enfoque de los problemas
de gestión y mantenimiento de las colecciones.
[.. .] Contrariamente a la restauración, la con-
6.10. Conclusiones y recomendaciones servación es un tipo de actividad relativamente
Por último, como compendio final a lo tratado nueva, que sólo ha alcanzado su madurez en los
en este apartado sobre la protección y seguri- últimos treinta años» . 17 3
dad de los museos, 170 recapitulamos todos sus De acuerdo con lo comentado, las acciones
contenidos transcribiendo textualmente en las de la conservación preventiva y de la conserva -
notas y a modo de apéndice las «Conclusiones ción terapéutica o curativa son realidades per-
y recomendaciones» que los 33 especialistas del fectamente separables en nuestra situación y en
Comité Internacional nos proponen sobre La se- los planteamientos actuales de la restauración.
guridad en los museos. 171 Aunque no lo fueran para muchos autores an-
tes del desarrollo de la conservación preventiva
en los ochenta, recordamos que algunos, como
7. Restauración de los bienes culturales Cesari Brandi, 174 mantenían ya en los setenta la
distinción entre restauración preventiva y res-
Muy cercana a la conservación, recordemos que tauración efectiva. Y esto, con independencia de
la función de restaurar los bienes culturales re- que rigiera como criterio profesional y ético el
sulta una labor muy diferente de la conservación que la restauración sólo debiera realizarse en ca-
preventiva, como así quedó ya perfectamente sos de rigurosa necesidad, y bajo el principio pre-
definido en el documento citado El conservador- vio de «absoluto respeto a la situación original
de la obra». Sobre la restauración prevalecen e
intervienen necesariamente los aspectos de pre -
** «¿Después de todo, en esta economía de consumo, la servación y conservación.
experiencia cultural no se reduce a una participación com-
pulsiva y ritualista en un mito enteramente fabricado?». Paul Coremans ha diferenciado la conserva-
Suzanne Stephens, «Museum as Monument», Progresive ción de la restauración con estas palabras:
Architecture, marzo de 1975, 42-47, pág. 44.
Se puede definir la conservación como una operación
tendente ante todo a prolongar la vida del objeto re- en una pieza de ensayo tanto las técnicas como
mediando sus degradaciones naturales y accidentales; los productos utilizados; y sólo si se justifica es-
la restauración, por el contrario, será considerada más
bien como una intervención de naturaleza quirúrgica
crupulosamente su necesidad, y si el resultado es
comprendiendo la eliminación de adiciones ulteriores lo suficientemente perceptible que ni engañe al
y su reemplazo por materiales mejores, para llegar a público ni a su fin educador.
veces hasta la reconstitución más o menos completa 3. En los tratamientos e intervenciones en
de aquello que se llama, bastante impropiamente obras de arte, el restaurador debe tener en cuen-
además, el estado original [... ] sólo el término de res-
tauración corresponderá a las operaciones delicadas
ta, como previene Coremans, que la expresión
denominadas «reconstrucción del estado original» o artística debe dominar la materia por su belleza
del «estado real», donde el artista de la restauración intrínseca, que en ningún caso puede quedar
reemplaza, a veces no sin exceso, al artesano de la anulada por la realidad y circunstancias de su so-
conservación. t 7 5 porte.
4. El enfoque científico y el humanista tie-
La actividad de la conservación y la de res- nen cada uno sus posibilidades y límites, que no
tauración requieren un profundo conocimiento son antagónicos, sino interdependientes y hasta
de los métodos y técnicas de análisis y diagno- complementarios. 179
sis de los bienes culturales, 176 antes de pasar a Según Riviere- Delcroix,
cualquiera intervención. No nos referimos sola-
mente a la capacitación técnica y científica de los en principio, cuatro tipos de agentes intervienen en
conservadores y de los restauradores en sus res- la conservación y restauración:
pectivas áreas, 177 sino sobre todo a una postura o - el responsable de la disciplina en la que se integra
el objeto;
enfoque tanto conceptual como deontológico y - el responsable científico del laboratorio, cuyos
técnico que convierta siempre esta labor en legí- conocimientos teóricos y su formación práctica le
tima, precisa y estrictamente necesaria respecto cualifican para proceder a los exámenes y enfocar
de las obras. el tratamiento;
Admitiendo que pueda no existir en el pro- - el museólogo, responsable de la presentación de
los programas;
ceso de conservación y de restauración una per- - el técnico de laboratorio, realizador de los trata -
fecta, objetiva y total seguridad acerca de la rea- mientos .*
lidad constitutiva, formal y funcional de un bien En caso de divergencia, corresponderá al responsable
cultural -y, por tanto, el trato o la intervención de la institución zanjar el asunto . 180
sobre esa obra no puede ser cabal-, al menos se
le debe exigir al restaurador que observe una se- En la actuación del conservador y del restaura-
rie de principios éticos y técnicos para eliminar dor son decisivos, lógicamente, los enfoques téc-
de su intervención cualquier daño irreparable. nico y modal. Es decir, el repertorio de conoci-
Es decir, que proceda en lo posible con la caute- mientos y capacitación profesionales que deben
la que reclaman estos criterios -técnicos, éticos y estar basados en una cuádruple fundamentación
estéticos- casi universalmente aceptados por los científica y técnica, artística, artesanal e histórica
conservadores y restauradores más responsables (por lo que se refiere al primero de los citados). Y
y mejor informados: la clasificación museística del objeto (artístico, de
l. La restauración no puede ser fija e irrever- las ciencias del hombre -históricos, etnológicos,
sible . La reversibilidad, de acuerdo con la defini -
ción de R.V. Sneyers, es la «posibilidad de elimi-
nar posteriormente los productos empleados por * La terminología francesa puede llevar a confusión respec-
to de la anglosajona, que designa bajo el nombre de conser-
un tratamiento dado» .178
vator al técnico que restaura y el de curator al «conservador>>
2. En el caso de una consolidación necesa- ( «conservateur>>) de nuestros museos. (Nota de Riviere).
ria , deberán haber sido experimentados antes
antropológicos .. .-, de las ciencias de la naturale- la identificación entre estructura y apariencia es
za, de las ciencias exactas y técnicas, o interdisci- prácticamente total, como ocurre en el caso de
plinal), referida al modo cómo plantear el trata - una escultura realizada en madera. En cualquier
miento concreto. caso, las acciones del restaurador deberán estar
Riviere señala cinco fases en el tratamiento avaladas por una capacitación profesional proba-
del objeto : da, fundamentada en el conocimiento científico
y respetuosa con los criterios y las fases de inter-
- una fase de limpieza (extraer las sales solubles de vención que hemos señalado.
una cerámica, por ejemplo), Tratándose, por ejemplo, de los museos de
- una fase de encolamiento, fijación, consolidación,
- una fase de restauración, arte, el problema de los materiales, soportes,
- una fase eventual de protección, técnicas y procedimientos del objeto artístico
- una fase de mantenimiento. 18 1 deberá preceder a su tratamiento, pero sería in-
suficiente su conocimiento en estos aspectos si
El laboratorio de conservación y restauración no hubiese también un riguroso conocimiento
de un museo debe ser, al menos, un instrumen- histórico artístico que iluminara la intervención
to bien dotado para la intervención, y no sólo concreta. 184 Pero, del mismo modo, ese cono-
de los primeros auxilios y urgencias, como ya cimiento técnico y humanístico debe exigír-
hemos comentado al tratar de la investigación. sele tanto al conservador como al restaurador
Para intervenciones especiales hemos citado y a la hora de la aplicación de un tratamiento a
descrito algunos de los centros más internacio- cualquier tipo de objetos, ya sean del área de
nalmente reconocidos en conservación y restau- las ciencias de la naturaleza, de las históricas,
ración. 182 De estos laboratorios especializados antropológicas y etnológicas, o de las exactas y
deben tomar referencia cualitativa los instalados técnicas. 185
en el museo, cualquiera que sea el carácter de
sus colecciones.
7.2. Conservación-restauración
Siempre precederá a cualquier interven-
ción, como decimos, el conocimiento lo más El concepto y definición de una actividad del
completo de la realidad y la función de los ob - patrimonio tan compleja como actual denomi -
jetos, cuya primera y primordial fuente de in - nada conservación-restauración tiene, en pala-
formación son ellos mismos. Las diversas mate- bras de Catheline Périer-D'Ieteren, «Un largo
rias que sirven de estructura o soporte a la obra pasado»; al menos, desde la época y las teorías
artística pueden sufrir diferentes procesos de de John Ruskin en el s. xrx, como hemos co-
deterioro: los textiles se apolillan y deshacen; mentado. Y una definición oficial tan sólo des-
los metales se oxidan y adquieren incrustacio- de 1984, desde los dos sucesos tan citados de la
nes diversas; la madera se carcome, se seca y se celebración de la reunión del Comité de Con-
hiende, etc. 183 servación (ICOM-CC) en Copenhague, y de la
Por ello, a veces no resulta fácil diferenciar aprobación del texto El conservador-restaurador:
claramente lo que es la estructura de la obra en una definición de la profesión.
sí. Cuando se trata por ejemplo, de una pintura Una definición que tuvo seis años de ges-
sobre tabla : una cosa es la estructura, el sopor- tación hasta llegar a esa fecha decisiva: desde
te, y otra la apariencia de la obra artística. Con que en 1978 A. Ballestrem presentara y discu-
los medios técnicos suficientes del laboratorio, tiera un documento de trabajo sobre el tema en
el análisis inmediato y la diferenciación primera la reunión trienal del Comité de Conservación
de estos dos elementos no resulta, en general, en Zagreb, y hasta que diversos intervinientes y
muy complicada . Los problemas surgen cuando miembros del ICOM lo remodelasen para obte-
ner su perfil definitivo. En este proceso no debe 8. Exposición y difusión
olvidarse el número de la revista Museum (vol.
XXXIV, nº 1, 1982), especial dedicado a La con -
La presentación o exhibición de objetos de valor
servación: un desafío a la profesión .
patrimonial y cultural ha sido una función que
«En el campo de la conservación-restaura-
histórica y sociológicamente puede rastrearse
ción -afirma Périer-D'Ieteren-, es vital el esta-
desde los precedentes y los orígenes remotos del
blecimiento de una documentación científica
coleccionismo y el museo; especialmente desde
directa, previa a toda intervención sobre el ob-
los tesoros medievales hasta las diversas catego-
jeto, durante los diversos estadios de restaura-
rías que aparecen a finales del siglo xvm y duran-
ción y después del tratamiento. Esta documen-
te el xrx, coincidiendo con la configuración del
tación justifica la intervención por medio de la
museo moderno. A pesar del origen y la perte-
provisión de un conjunto objetivo de datos de
nencia de las colecciones a las clases ilustradas,
referencia y constituye la memoria de la restau -
al final la muestra o exposición 188 de los fondos
ración para el futuro. Proporciona también una
de un museo no ha tenido otra justificación o
fuente preciosa de informaciones para la inves-
destino que el público, para cuya función han
tigación en la historia del arte porque ayuda a
sido clasificados aquéllos de acuerdo con algún
comprender mejor la génesis de la obra y su
sistema científico que cada época ha venido de -
historia material. [.. .] Las medidas de la conser-
terminando .
vación-restauración una vez tomadas, conviene
En este sentido, y de acuerdo con su desarro -
de nuevo considerar el futuro en una perspec-
llo, se reconocen cuatro tipos de funciones ge -
tiva de prevención, concibiendo planes de vigi-
nerales que han venido siendo asumidas por las
lancia y mantenimiento a largo plazo -el con-
exposiciones a lo largo del tiempo: la simbólz~c~,
trol será confiado a una persona cualificada-,
cuya finalidad de glorificación religiosa y pohtI-
un proceso esencial que, por ser muy a menudo
ca ha estado unida normalmente en casi todas
olvidado o desatendido, anula los esfuerzos hu -
las civilizaciones y culturas al valor ostentativo
.
manos y f manc1eros. rea l"iza d o s. »186
de los objetos; la comercial, unida lógicamente
En todo proceso de conservación preventiva o
al valor de la mercancía; la documental, íntima-
de conservación-restauración de bienes de interés
mente ligada al valor informativo o científico de
cultural el trabajo de laboratorio es, insistimos,
los objetos, y que utilizan tanto los museos de
totalmente esencial. Debe ocuparse al menos de
carácter científico o técnico, y los ecomuseos,
esas tres misiones principales, que -sin renun-
como todos aquellos organismos e instituciones
ciar a otras, como la formación y la respuesta a la
que desarrollan su actividad a través de exposi-
curiosidad del público- Maurice Bernard ha se-
ciones para la difusión de conocimientos. Y, por
ñalado: realización de «los análisis, mediciones e
último, la estética, unida al valor artístico de las
investigaciones necesarios para la restauración o
obras.
la adquisición de una obra de arte o una pieza de
Esta última función, por importante que sea
museo .. . », preparación hoy de «los métodos cien-
su reconocimiento y hasta su predominio en
tíficos que mañana serán útiles para la historia del
nuestros días, es relativamente reciente. Al me -
arte», y «llevar a cabo con los historiadores del
nos, hasta fines del siglo xvm no la registra el
arte una investigación pluridisciplinal que, gra-
diccionario en Francia, mientras que el sentido
cias a una colaboración bien entendida, permita
comercial del término «exposición » ya apare-
asociar las problemáticas históricas con los análisis
ce socialmente en la segunda mitad del xvr. Sin
más sutiles». 187
embargo, Ja función estética aplicada a las expo-
siciones ha adquirido, de hecho, Ja significación
paradigmática del término, cuando de un modo
general y espontáneo el público piensa y se re-
fiere a la «exposición».
En cualquier caso, las cuatro funciones seña-
ladas no resultan excluyentes o incompatibles
entre sí. Pueden lógicamente estar presentes
101
en una misma exposición. Es más, resulta im-
prescindible que algunas de ellas (las funciones
estética y documental, por ejemplo) convivan
y alienten lo mismo la atracción y el deleite de
una exposición de obras maestras de arte que la
información y el rigor científico que requieren
muestras del patrimonio científico-técnico, o las
de objetos etnológicos o arqueológicos.
Salvo las excepciones de carácter simbólico-
estético existentes desde la antigüedad clásica,
está comprobado que el origen histórico de la
función estética se encuentra en una progresiva
derivación de la función comercial de las expo-
siciones, siendo esta última una actividad pre-
ponderante en todo su desarrollo anterior. Pero,
curiosamente, la exposición y el mercado tienen Conformaciones de salas de exposición en museos (arriba),
y planta principal del Dallas Museum of Art (abajo), según
un nexo casi ancestral: las obras artísticas. L. V. Coleman (1950).
La postura de los coleccionistas ha sido y suele
ser, en líneas generales, la de mostrar sus tesoros,
mientras que los artistas han mantenido la cons- hibido, sí era desaconsejado a los pintores y es-
tante -por interés y hasta por necesidad- de po- cultores que pretendían liberarse de la condición
ner a prueba sus trabajos, de someter sus creacio- de artesano y aspiraban conseguir un estatuto
nes al juicio del público (con independencia de «liberal» en el marco del movimiento academi-
exponerlas también en otros casos para conseguir cista de mediados de siglo, siguiendo el ejemplo
su venta). Ésta era la postura de los artistas clási- de los italianos, inequívocos predecesores en esta
cos griegos al mostrar sus obras en la Pinacoteca empresa, como indicamos.
de Atenas, en los Propileos de la Acrópolis; o la de El Discurso pronunciado en 1648 por Martín
algunos renacentistas italianos, cuando lo hacían de Charmois ante la familia real para defender la
en la plaza de la Señoría de Florencia. causa de la nueva Academia de pintores y escul-
Es cierto que la Italia renacentista y barroca tores supuso el impulso de los nuevos métodos y
había marcado pautas tanto en el coleccionismo el rechazo de las prácticas comerciales tradiciona-
como en la exhibición de las obras de arte. Pero les, con independencia de las rigurosas condicio-
iba a ser en la Francia del siglo XVII donde las nes exigidas para la pertenencia a la corporación,
exposiciones artísticas iniciaran su andadura pu- y más allá de que se fijara o no en sus propios es-
jante de la mano de una manifestación oficial or- tatutos la defensa a mantener una «tienda» para
ganizada. La necesidad de exponer públicamente poder ejercer la actividad comercial.
las obras artísticas en otro medio surgió con la En este contexto surgieron los Salones, con la
quiebra del sistema tradicional de venta al pú- orden que Luis XIV dictó en 1667 para que se ex-
blico por parte del artista en el taller-tenderete pusieran obras de los académicos. Tuvieron lugar
instalado en la calle. Un sistema que, si no pro- en el Palacio Real, y luego en el Louvre, primero
en su Gran Galería (1699) y más tarde en el Sa-
lon Carré ( 1725), de ahí el nombre de «Salón» .
Se produjo entonces la aparición del «gusto», de
la delectación estética y de sus especialistas (los
críticos de arte y los eruditos), así como de sus
o O 0°(0 0
o o SC ATSO
consumidores y practicantes reclutados en círcu-
los que crecerían hasta constituir éxitos masivos

~~···~ .º . °~ -=----
en los Salones del xrx. La exposición de carácter
estético se convirtió desde entonces a nivel social
en la tipología por excelencia.
~
Hasta mediados de nuestro siglo el carácter
' ººº"'"
estético ha predominado incluso en la presen-
tación de los objetos de museos que no pertene-
cían al área artística. Después de la Segunda
Guerra Mundial -como casi todos los demás
aspectos relativos a la museología y la museo-
Ordenación de espacios y ruta prin cipa l para los visitantes a una
exposición, incluyendo otros servicios al público (Co leman).
grafía-, una auténtica revolución expotécnica ha
fabricado su propio sentido, cuidando de que las
piezas tengan una relación con las demás, más
bien que en su aislamiento de expresión, para
todo lo que no es estrictamente artístico.
Desde la tradición, pero también desde la in -

·r=+=¡I: ,..+···

1
·······""""""'"''"\

1
novación del concepto y funciones del museo en
la segunda parte de nuestro siglo, se reconoce
de hecho la coexistencia de diferentes escuelas,
cuyo carácter se manifiesta a la hora de presen-
tar los objetos del museo; y más en las décadas
de los sesenta y setenta que en la actualidad. Así,
...............:¡ ....... . ···~ .............. los antiguos países socialistas del Este europeo

~t ("'"'":. .' ¡-
. , ;e¡ se definieron en su momento por una presenta-
ción documental; países mediterráneos (Francia,
Italia, España ) por una presentación estética; el
área de países anglosajones, por una exposición
.................................· técnica y didáctica; otros países, por un plantea-
.
..................: r·············
:
miento antropológico y ecológico (México, es -
pecialmente, entre ellos). Históricamente puede
comprobarse que la exposición de los objetos en
el museo ha constituido una de las más atentas
preocupaciones, especialmente desde el siglo
pasado. La puesta en escena de los objetos, su
ordenación e interpretación constituían ya de al -
gún modo en tiempos de Wolfgang von Goethe,
cuando visitó en 1786 por primera vez en su
juventud la Galería de Arte de Dresde, que ya
Diversos planteamientos de circulación del público visitante en
hemos comentado, el eje central de sus preocu-
las salas de exposiciones (Coleman). paciones museográficas.
Todo objeto o bien cultural, al introducir-
lo en un museo o insertarlo en una exposición, · ··· · · .: 1 r ,.. ( "'" . . ..... .
ha perdido su autonomía de objeto en beneficio
de una cualificación nueva: nada más presenta-
da la obra, ésta se convierte en un suceso, en un
.....
performance lingüístico. Entra a formar parte de
una trama, de una historia que se cuenta, de un
mensaje coparticipado por todas las obras o pie-
zas que integran esa exposición, supeditando de
algún modo su carácter denotativo y connotativo
+
de obra aislada.
Así mismo, al considerarse la exposición como ___
........_
1 :
-
• ......_:· ..... .= .•"''"'
:-.--:

una puesta en escena de los objetos, se constitu-


,
•·····' .... '.... :... ....
ye aquélla en un lenguaje visual muy cercano
..
al utilizado y practicado por todos en la vida co-
tidiana, y se convierte por ello en un múltiple
medio de interpretación, diseño, instalación y
montaje de ese conjunto de objetos; un conjunto Diversos planteamientos de circulación del público visitante
integrado e interrelacionado que debe transmitir en las salas de exposiciones (Coleman).
un mensaje en su contexto. Como ha señalado
Philippe Dubé, «la exposición es a la vez presen- que la museografía actual se basa en una herencia
. , . , 18 9
cia, presentac10n y representaoon». que está constituida por diversas secuencias histó-
Desde el punto de vista de los contenidos, se ricas. [... ] En un primer período [... ], los métodos
comprueba la existencia de tres formas gene- in vitro, donde el gabinete de curiosidades actuó
rales de presentación coincidentes con las tres como un arquetipo irreductible de este modo de
principales tipologías de museos: museos de arte presentación. Posteriormente, la búsqueda de la
(presentación estética), museos de historia, ar- autenticidad y el gusto por una relación más di-
queología, antropología y etnología (comple- recta, más verdadera con el objeto, nos mostró el
ja presentación histórica), museos de la ciencia espécimen en vida, según la dinámica propia del
(presentación ecológica). in vivo, mientras que el recinto viene a encuadrar
Desde una perspectiva histórica, las técnicas y proteger el objeto ... Finalmente, este marcado
de exposición se han desarrollado considerable- interés por lo viviente nos conduce ineluctable-
mente en los últimos 100 años -o en los últimos mente al lugar de origen donde el hábitat natural,
145, incluso-. 190 De acuerdo con la influencia del en un proceso calificado in situ, se convierte en
progreso técnico, las exposiciones estáticas del el lugar, el espacio de encuentro privilegiado del
pasado en monumentales edificios se han tor- visitante con el objeto que quiere ven> .192
nado más rentables en una presentación de más y añade a continuación: «Esta trama histórica
completa y variada disposición, más profesionali- de las maneras de exponer la naturaleza se pro-
zadas. Su historia es, como también ha destacado longa en el tiempo por secuencias, sin obedecer
Philippe Dubé, «el resultado de un largo camino por tanto a un desarrollo lineal. Pero en el cur-
recorrido por los museos a traves, de 1tiempo».
. 191
so de los últimos siglos, cada episodio -in vitro, in
Tomando como ejemplo el campo de las ex- vivo, in situ- es la expresión no sólo de nuevos im-
posiciones de las ciencias de la naturaleza, Dubé perativos de presentación, sino de cambios impor-
describe de esta forma ese proceso: «Si profundi- tantes ocurridos en el dominio del conocimiento
zamos el análisis, nos damos cuenta rápidamente que evoluciona, como sabemos, al ritmo de los

Geografía e Historia

acontecimientos científicos. La ciencia, con su ri- museográficas de exposrc1on ha sido alentado
guroso método de examen empírico, va entonces por la posibilidad de que el público manipule
a influir enormemente en los modos de exposi- modelos animados en los museos científicos y
ción museística gracias a su enfoque constante- técnicos, en los interactivos, y por su creciente
mente renovado de la materia estudiada. [...] A protagonismo en el consumo sociocultural; por
partir del momento en que se reconoce que las la nueva señalética y las instalaciones de apara-
maneras de exponer son tributarias de las mane- tos documentales, con una influencia innegable
ras de pensar, estudiar el acondicionamiento del desde el punto de vista gráfico de los trabajos de
espacio museístico se convierte entonces en un la Bauhaus en los años veinte, que han llegado a
ejercicio casi filosófico en el que los esquemas del ser elemento imprescindible en la armadura es-
pensamiento, en el transcurso del tiempo, propo- tética de la presentación de objetos y en los mo -
nen nuevos esquemas para exponen> .193 dos de la información expositiva.
La adecuación de la escala y un nuevo sentido El auge y el espectáculo ofrecidos por las
de la escenificación han corrido parejos a la evo- exposiciones temporales e itinerantes, que han
lución de las formas de ver, interpretar y repre - terminado por adquirir una enorme compleji-
sentar los objetos en un museo, a esa evolución dad y creciente importancia sociocultural, han
del pensamiento. Los estilos de exposición a lo sido otras de las causas determinantes en la
largo de la historia coinciden con el grado de ac- modernización museográfica. A ésta han con-
ceso y conocimiento del público de los bienes del tribuido muy decisivamente las repercusiones
museo, confirmando así cómo su realidad de cul- de las técnicas teatrales y su particular lenguaje
tura material alumbra conceptos e ideas. Es decir, en la concepción del espacio de exhibición, en
que tal y como ha comentado Marcia Lord, «en la representación y puesta en escena, junto con
cierto sentido, la historia de los museos es la his - la iluminación efectista de los objetos. Esta in-
toria de cómo diversas formas de instalación de fluencia ha resultado viable al haberse consegui-
exposiciones han cambiado nuestra percepción do técnicamente un cierto control y regulación
de lo que vemos. El acto de seleccionar un objeto del uso de la luz procedente tanto de la fuente
y yuxtaponerlo con otros está lejos de ser aleato- natural como de la artificial, evitándose así gran
rio, pues comporta profundas implicaciones que parte de sus efectos fotoquímicos deteriorantes.
afectan al observador de diversas maneras» .194 En último término, y concerniendo no sólo a
El sentido de la escenificación y teatralidad exposiciones de arte, el desarrollo museográfico
de las instalaciones y montajes museográficos ha ha registrado un llamativo cambio en décadas re -
cambiado radicalmente durante nuestro siglo, cientes bajo la influencia de las nuevas propuestas
y en especial después de 1945. A ello han con- artísticas, a partir sobre todo de los movimientos
tribuido las diversas corrientes de la cultura, el pos y neoconceptuales y la llamada situación pos-
arte y el pensamiento, como comentamos, pero moderna. Y por la inclusión, en definitiva, y a gus-
también de modo decisivo el desarrollo técnico y to del consumidor, de nuevos usos y fórmulas de
científico de muy diversos campos, disciplinas y presentación y escenificación, en cuyo entramado
lenguajes. La mayor y hasta más sofisticada pro- destacan los numerosos instrumentos de variada
fesionalización de las exposiciones en nuestro y compleja tecnología (audiovisual, informática,
tiempo ha venido impulsada, entre otros, por los etc.), que se han incorporado como parte no irre-
campos de la moderna iluminación, las técnicas levante de la disposición y soporte de los objetos
de diseño espacial, las de preservación ambiental en la contextura de la exposición, entre ellos los
y las de creación de ámbitos adecuados para la recursos interactivos, cada vez más utilizados en
presentación y salvaguarda de los objetos. los nuevos museos. La investigación y publicacio-
En otro sentido, el desarrollo de las técnicas nes sobre la exposición en sí como acto de comu-
nicación y sobre su proceso de conceptualización, les son también una variante de las temporales,
diseño e instalación son, por lo demás, datos que con la diferencia de que aquéllas se deshacen al
confirman y acompañan ese destacado desarro- término de su función, y éstas por su pequeño
llo habido desde comienzos de los años sesenta, tamaño, su diseño integrado y su facilidad de ins-
y que ha adquirido en los setenta, ochenta y no - talación y transporte están habitualmente siem-
venta una destacada definición. 195 pre en disposición de ser de nuevo instaladas en
otros espacios diferentes. Por exposiciones móvi-
les se entiende aquellas que están construidas y
8.1. Tipologías de la exposición se mantienen con independencia de los espacios
La clasificación de exposiciones puede adquirir en que pudieran instalarse, como son las dise-
tantas variedades como criterios museológicos y ñadas para mantenerse en espacios limitados y
técnicos puedan aplicarse para destacar las ca- peculiares de autobuses, trenes, caravanas, etc.,
racterísticas y usos de este medio de comunica- provenientes originariamente de los fines comer-
ción específica del museo, que encarna al propio ciales o culturales de la publicidad.
tiempo su personalidad y su misión. De acuer- B) Según la naturaleza o cualidad material del
do con lo adelantado, debemos distinguir entre expuesto, podemos hablar de exposiciones de ob-
funciones generales de la exposición (las que jetos originales o exposiciones de reproducciones,
históricamente han originado y construido esta así como de exposiciones virtuales y mixtas, de
actividad museística), formas de presentación acuerdo con la existencia aparente y no real del
(de acuerdo con una evolución de las relaciones expuesto (medios tecnológicos, por ejemplo) o con
entre el contenedor y el contenido) y tipologías la presencia conjunta de objetos originales, repro-
expositivas propiamente dichas, que en rigor en- ducciones y otros sustitutivos del objeto. Algunos
cajan todas ellas en los dos grandes marcos de las autores llaman exposición interpretativa o exposi-
permanentes y las temporales. 196 No obstante, ción temática a la que se organiza sin objetos -sólo
podemos concretar las distintas clases y modali- con medios y soportes de variada tecnología, inte-
dades tipológicas de la exposición ateniéndonos ractivos sobre todo-, con el único fin de establecer
a variados criterios clasificatorios de concepto, y una serie de relaciones con el público mediante el
a caracteres de categorías funcionales. puro ejercicio de la representación práctica.
A) Según un criterio espacio-temporal, po- C) Según las características formales de su
demos clasificarlas en permanentes, temporales, enfoque, la exposición puede ser sistemática, si
itinerantes, móviles y portátiles. La exposición atiende a criterios o a una metodología de desa-
permanente es la propia del museo, como ins- rrollo preestablecidos (sobre una unidad temática,
titución estable que es, y expresa una continui- la agrupación de individuos de una especie, una
dad y mantenimiento en sus salas del grueso de síntesis de contenidos, el carácter de una época,
la colección. La exposición temporal, en cambio, la realidad de una etnia, un período histórico o
posee una duración limitada, se concibe como un un estilo determinado, etc.), de acuerdo con los
proyecto más concreto y circunstancial, y es el fines propios que se persiguen en esa muestra. O
medio más habitual de proyección sociocultural ecológica, si se propone dar una visión global y
tanto de los museos para su programa de acti- ambiental del mensaje o contenido de la exposi-
vidades periódicas, como de los demás espacios ción, relacionado con el hábitat e integrando en
e instituciones de actividad expositiva. Las itine- ella todos los elementos expresivos y definitorios
rantes son aquellos proyectos temporales que re - de su propuesta.
corren durante un tiempo determinado distintos D) Según la disposición intencional del men-
espacios de exposición dentro de un circuito pre- saje, la exposición puede ser de desarrollo temá -
visto y fijado. Las llamadas exposiciones portáti- tico, cuando se intenta reflejar una cierta pano-


rámica comprensiva de los contenidos; de tesis, aprendizaje, cuando no de reflexión, en el que el
cuando se apuesta por una posición o enfoque estímulo intelectual es muy importante». Las ex-
personal del mensaje y los modos conceptuales y posiciones de entretenimiento «Se diferencian de
museográficos con que transmitirlo; exposición otra clase de exposiciones en el hecho de que su
contextualizada, cercana en su planteamiento a objetivo es simplemente ofrecer diversión y en-
la ecológica, pero especialmente enfocada a cen- tretenimiento».
trar el mensaje y el hilo conductor en una inte- Por último, Belcher incluye en «Otras catego-
rrelación de valores, para que el discurso, la na- rías», las que califica como interactiva («las mues-
rración o la historia de la exposición aparezcan tras realmente interactivas son aquellas que pue-
lo más claros e integrados posibles. den modificar su presentación según la percepción
E) Según la extensión o densidad de los conte- que el disefiador tenga de la respuesta del especta-
nidos, la exposición puede calificarse como gene- dor», en palabras de C.S. Hill y R. S. Miles), 198 reac-
ral o generalista (amplias visiones o panorámicas tiva («la que automáticamente se pone en marcha
de objetos y contenidos), monográfica (reducida a delante del visitante», según Giles Velardel- 199 di-
un solo campo o criterio selectivo determinado), námica («animadas por medios mecánicos u otros
polivalente (permite diversos niveles de lectura, similares»), centrada en el objeto (éste «tiene pre-
según diferentes mentalidades, formación, edad, ponderancia sobre cualquier otro medio interpre-
etc.), y especial -que no especializada o mono- tativo»), sistemática («organización de los objetos
gráfica, aunque pueda presentar contenidos es- según un modelo aceptado»), temática («parte de
pecializados-, cuyo objetivo es una visión muy una línea argumental y recurre a los objetos para
particularizada, y una demostración de medios y ilustrar el tema»), y participativa («busca involu-
conformación técnica y escenográfica realmente crar al visitante a través del sentido del tacto»).
muy especiales (como lo son algunas de las gran-
des exposiciones de éxito en nuestro tiempo) .
F) Según las funciones históricas generales
8.2. Conceptualización, planificación y diseño
ya citadas (simbólica, comercial, documental y La exposición comprende un proceso o desa -
estética), la exposición puede adquirir tipologías rrollo múltiple en el que se destacan estos cinco
y presentaciones de los objetos coincidentes con elementos o fases esenciales, que incluyen a los
ellas, así como más o menos identificadas con los demás: l. Conceptualización y objetivos . 2. Pla-
museos de las grandes áreas del arte, la historia nificación o programa. 3. Producción y gestión
o la ciencia. del proyecto. 4. Disefio, instalación y montaje. 5.
Si atendemos a las categorías o caracteres des- Análisis y evaluación.
de la perspectiva del público receptor, podríamos Cada uno de estos apartados o fases debe res-
calificarlas como didácticas y no didácticas. Lo ponder a una estricta articulación ordenada y
que algunos autores, como Micha el Belcher, 197 coordinada que va desde la primera idea que se
prefieren resumir en tres categorías: emotivas, tiene y su correspondiente decisión a la termi-
didácticas y de entretenimiento. Tres clases con- nación real del proyecto y su evaluación. Debe
cretas de exposición, incluyendo como propias contener y expresar a su vez las cuatro vertientes
entre las emotivas ( «disefiadas y producidas con indispensables de todo proyecto expositivo como
la intención de provocar una reacción emotiva medio de comunicación (emisor, mensaje, recep-
en el espectador») las exposiciones estéticas y las tor y relación o nivel contextual), así como dife -
exposiciones evocadoras o románticas. El objeti- renciar claramente lo que es el bloque de configu-
vo de las exposiciones didácticas («dirigidas a la ración propiamente conceptual del que constituye
transmisión de información») es el de «instruir y la construcción y ejecución de su disefio material.
educar. Fomentan en el espectador un proceso de Para Gene Waddell, el proceso de exhibición
de los objetos del museo implica siete aspectos esta operación, y de la definición del proyecto,
a considerar: objetivo, selección, colocación, ilu- la planificación y disposición real de los objetos
minación, orden (secuencia), circulación, otros en el espacio deberá obedecer a unos criterios de
entretenimientos (público, señalización ... ) y pre- ordenación global de las colecciones en el mu-
servación.200 Otros autores, como P. R. Adams, seo, o del discurso concreto de la muestra tem-
analizan como esenciales para la exposición los poral o itinerante.
aspectos del planteamiento, emplazamiento, La adecuada clasificación de los fondos del
señalización, iluminación, diseño de vitrinas y museo debe preparar su instalación permanente
montaje de objetos. Anota Adams matices y di- o temporal. Pero, en cualquier caso, su ordena-
ferencias entre las exposiciones permanentes y ción dependerá del concepto de museo que se
temporales, además de ocuparse de las exposi- haya diseñado previamente. Un aspecto éste que
ciones itinerantes. 2º1 ha llegado en nuestro tiempo a las más claras di-
Por su parte, G. Ellis Burkaw, con la agilidad y ferencias respecto de la tradicional posición de
enfoque didáctico que le caracterizan, después de los museos: en general, se optó por la ordenación
señalar las «clases de exposiciones» 2º2 existentes cronológica de sus fondos , después de un largo
a su juicio, desarrolla las «Características de una período histórico de concepción enciclopedista .
buena exposición», con independencia de qué De esta concepción podían derivarse incluso los
clase sea, en estos siete puntos. La exposición compartimientos para la mostración de períodos
debe: l. Estar protegida y segura. 203 2. Ser visi- determinados, las obras de un solo autor en una
ble.204 3. Atraer la mirada.205 4. Mostrar buena única sala (en los museos de arte, por ejemplo) , e
apariencia. 206 5. Captar la atención. 207 6 . Ser útil incluso una sola obra en un espacio único. (Como
y provechosa. 208 7. Resultar muy agradable. 209 la antigua instalación de Las meninas de Velázquez
Todo ello lo resume en que una buena ex- en una habitación especial del Museo del Prado,
posición presenta significativos objetos, tiene un en Madrid.) Criterios de carácter cronológico,
importante propósito y ha sido bien planificada. monográfico, según la tipología de las salas, de at-
La buena planificación, añade, implica ciertos mósfera por ámbitos, etc., han venido aplicándose
fundamentos . Ordinariamente una exposición, normalmente en los museos convencionales.
sea la que sea, debe tener: 1) Buenos rótulos, En este sentido -independientemente del
incluyendo un fácilmente visible y legible pe- tipo de museo, aunque sí que es más propio de
queño título, un más detallado subtítulo, una o los de arte no clásicos- , podemos distinguir al
más cartelas adicionales facilitando la necesaria menos seis enfoques de ordenación de las colec-
información, y rótulos sobre los objetos donde ciones en un museo actual: a) Visión dicotómi -
se necesiten (como la leyenda de un periódico) . ca, en cuanto se aprecia una contraposición en-
2) Armonía entre los objetos y los rótulos -de - tre el contenido y el contenedor. (Es el caso de
ben aparecer perteneciendo al conjunto, ambos espacios reutilizados para una función museís-
contribuyendo al mismo fin. 3) Buen diseño, in- tica, sin especiales medidas de rehabilitación.)
cluyendo la colocación o disposición, buena uti- b) Planteamiento u ordenación evolutiva (la
lización del color, tipografía, iluminación, etc. 21 º anterior ordenación sucesiva por tendencias o
Después de una idónea selección de las obras movimientos de las vanguardias artísticas, en el
- según los diferentes criterios adoptados, bien Museo de Arte Moderno de Nueva York - visión
en el programa museológico para las exposicio- enciclopedista, en los períodos que comprende
nes permanentes, bien según el perfil e inten- esa evolución-; 211 o el Guggenheim, en su pri-
ción de la muestra, para las temporales e itine- mera configuración antes de la remodelación de
rantes; pero siempre dentro de una cualificada 1992, con su ordenación lineal del arte, tanto
representatividad-, inmediatamente después de en su concepto como en la espiral espacial de


Frank Lloyd Wrigth). c) Ordenación pormenori- para una posterior ampliación de los conceptos,
zada para una visión de la estética del detalle (la el programa, las técnicas y el resultado del pro-
existente en muchos museos actuales de ciencia yecto. (esquema en pág. 211).
y tecnología) . d) Visión reconstruida (la formu- Pensamos que un planteamiento válido y
lación del contenedor como contenido: desde pragmático es el que ofrece, por ejemplo, Larry
museos in situ a reconstrucciones de zonas mo - Klein. 212 Parte del convencimiento de que:
numentales urbanas, etc. O la triple interacción
existente entre la arquitectura exterior, la inte- es casi imposible generalizar sobre la calidad de diseño
rior y las obras en el Musée de la Gare d'Orsay, de exposición del museo . Varía desde el simplemente
pésimo al extraordinario . Es practicado tanto por
en París). e) Ordenación integradora (módulos y gente sin preparación (y aparentemente sin aptitudes,
ambientes -artísticos, históricos, técnicos ...-, en también) como por los más altos expertos y bien pre-
los que se produce una situación de circularidad: parados profesionales del diseño. Las instituciones son
hay un flujo y reflujo constante entre los com- enormemente variadas al respecto -desde el tamaño y
ponentes de la ordenación museística . Por ejem- la situación, a la consolidación del contenido y estilo
de organización. 21 3
plo, en los espacios singularizados del Museo de
Arte Moderno de Frankfurt). f) Planteamiento
Después, desarrolla el tema en cuatro puntos
compartimentado (estética del fragmento), cuya
fundamentales: «el departamento de exposicio-
visión está a expensas de una especie de mini -
nes», «el proceso del diseño», «el factor humano -
fundios -contraste y enclaves difícilmente rela-
diseño efectivo», y «conservación y seguridad».
cionables- que constituyen la colección también
Como debe ser normal al menos en los cen -
fragmentada de un museo concreto.
tros bien estructurados y dotados, el «departa-
Por lo que respecta al diseño y efectivo proce-
mento de exposiciones» resulta necesario en una
so de realización de Ja exposición en un museo,
idónea organización del museo, si se pretenden
suelen utilizarse diferentes métodos y enfoques:
cumplir con eficacia las funciones esenciales. En
desde el que contempla como determinante y
el caso de los ejemplos expuestos por Klein, el de-
previa la naturaleza de la iluminación a utilizar
partamento del Field Museum of Natural History
para el diseño de la muestra (por cuanto con-
de Chicago destaca tanto por la actividad desarro-
diciona los niveles perceptivo, proxémico, de
llada como por los planteamientos y estudios pu-
preservación/conservación y de seguridad de los
blicados. Uno de los asuntos que han preocupado
objetos); a los que supeditan el diseño bien a los
a estos departamentos -el desarrollo de sistemas
condicionantes espaciales, bien a Ja tipología y
y prncedimientos en orden a clarificar funciones,
entidad de los objetos, bien al perfil sociocultural
situar competencias y exponer procedimientos
y técnico de la propuesta, etc.; o a aquellos que
asentados-, este museo lo hizo en un documento
contemplan simultáneamente los diferentes pre-
interno ya citado, 214 entre cuyas recomendacio -
supuestos que integran tanto el proceso como el
nes se encuentran las siguientes:
resultado final de una buena exposición.
Muestra de la complejidad y del desarrollo Recomendamos que desde el inicio de una nueva
sistemático que exige ese proceso de la exposi- exposición, la planificación debe dejarse en manos de
ción, es el esquema que ofrecemos a continua- un equipo constituido por un científico, un educador
ción como uno de los posibles representativos y y un diseñador.
análogo a otras opciones diferentes. Resume a La responsabilidad del contenido y el énfasis de
la información debe recaer en los científicos. La res-
nuestro juicio global y gráficamente tanto las fa - ponsabilidad de ver qué planes de ideas y materiales
ses y elementos integrantes como los profesiona- alcanzan a las diversas audiencias, y de las que se
les protagonistas de su realización, desde la idea sigue una válida, racional y educativa secuencia debe
inicial hasta su término. Sirve de base además ser responsabilidad de los educadores. La responsabi -
lidad de trasladar estos aspectos a términos visuales
l. ID E A INIC I A L
contenido-m_e n saje

II. ACEPTA CI Ó N-DECISIÓN

III . CONCEPTUALI ZACIÓ N - consultor


Ideación, forma y commido perf i 1es -e n foque-dest in a ta ri o - di señador
Docume11tació11 DEFIN I CIÓN DEL PROYECTO - director
Altt'mativas y variables - comité responsable
TITULO Y NATURALEZA

- selección de obje10s I V. PLAN INI CIAL - consultor


- esbozo de texto -diseñador
conservador
- propósitos, objetivos - especialista
- catálogo co1n isario científico - experto
- subvenciones

V. a ) OBRAS PROPIAS Y b) PR É S T AMOS

enfoque general --consultor - consultor


esquemas VI. DIS E ÑO PRE LIMINAR - diseñador V b) l. PRESTAMISTAS - registrador
apuntes - experto (Registrar)

bocetos V b) 2 . R E GISTRO

lista final - consultor - registrador


de obje10s VII. PLAN D E TAL L ADO - experto V b) 3. CONSERVACIÓN - conservador
textos - fotográfo Y R E STAURACIÓN - restaurador
gráficos
maq ueta i•

VIII. DIS E ÑO FINAL V b) 3.1. C. PRE V E NTIVA


- consultor V. b) 3 . 2. RESTAURACIÓN
- diseñador
- director
- experto

textos - experto - diseñador


grá ficos IX . G E STIÓN Y - consuhor X . EVALUACIÓN DEL PROCESO - productor
señalética PRODUCCIÓN - diseñador - for m a y co n teni do - experto
ilu minación - personal de plantilla - com u n icació n y d idáct ica - educador
medios audiovisuales - presu pu estos y organizació n - evaluador
- comunicador
- materia les y d isefio fina l

espacio (ubicación. XL PREPARACIÓN DE LA E XPOSICIÓN - diseñador


infraestructuras. di fus ión. pub licidad - expeno
accesos. circulación. mantenim iento - consultor
segu ridad,
forma de presemación.
maque1a final
- consultor
XII. CONSTRUCCIÓN - diseñador
ma teriales y téc n icas - técnicos
- experto
- montadores
e instaladores
X I II . INSTALACIÓN Y MONTAJ E

XIV. EXPOSICIÓN TERMINADA - EVALUACIÓN FINAL

Esquema de génesis y desarro llo de la exposición: " De la idea inicial a la eva luación final ".
descansa en el equipo de la ex posición. La descarga de dibujos, la reproducción artística y demás
de estas responsabilidades re quiere el esfuerzo de especifi caciones.
equipo. Éstas no son responsabilidad es secuenciales.
Continúan a lo largo del proceso entero . El científico - Invitación y selección de contra tistas, fabri-
tiene que vislumbrar continuamente que los cambios cantes y suministradores.
educativos y del diseño no dañen el contenido infor- - Completada la fase de producción de diseño,
mativo, y el educador tiene qu e ver que el diseño no las siguientes completan el proyecto.
perjudique los fin es educadores [... ]2 15
1.4. Supervisión de la fase de construcción.
- Inspección de la fabricación e instalación.
El Exhibition Department de este museo desa - - Con trol de calidad y aceptación de especifi-
rrolla de manera muy completa el proceso del caciones.
diseño de exposiciones en una carta -gráfico so- 1.5. Fase de consultas en el proceso.
bre los «Procedimientos de la exposición» que - Revisiones periódicas, consultas al instruc-
transcribimos en síntesis en la nota .216 tor.
El desarrollo de los cinco bloques que com- - Revisar y actualizar los elementos de la ex-
ponen esta carta -gráfico puede, lógicamente, posición según las necesidades.
simplificarse y adaptarse a las exposiciones per- 2. Información normal:
manentes, temporales o itinerantes de cada ti- 2.1. Organizar la presentación de la informa -
pología de museo. Incluso, podría aplicarse a ción general.
otros planteamientos expositivos diferentes de - Progresión lineal.
los propiamente museísticos. Suele decirse que - O libre recorrido.
toda exposición -cualquiera que sea su natura- 2.2. Diferenciar las diversas opciones de pre-
leza, contenidos o finalidad- se encuadra o bien sentación.
en el ámbito comercial o en el museológico. Las - Para proporcionar alternativas al visitante.
dos áreas requieren, sin embargo, análogos enfo- - Utilizar la mejor ejecución técnica de los me-
ques o tratamiento de las parcelas esenciales para dios para llevar el mejor mensaje al visitante;
su configuración. En consecuencia, y en vista de no abusar en el diseño de la más alta tecno -
lo comentado, podemos recapitular las conside- logía que impida la comunicación.
raciones y actuaciones a realizar en un proyecto 3. El lugar y el espacio:
de exposición en los siguientes apartados y fases: 3. l. La exposición es un sistema experiencia!.
- Cada lugar y cada espacio condiciona y de -
1. Proceso de diseño: fine tanto la exposición en sí como la expe-
l. l. Fase de planificación (o campo de actua - riencia que el visitante recoge.
ción). 3.2. El diseñador determina la experiencia es-
- Investigación o recogida de datos . pacial.
- Fijación de objetivos.217 - Las secuencias o el énfasis del recorrido de-
- Concepto o desarrollo temático. penden del diseñador.
- Plan sobre un espacio previo o preliminar. - La secuencia experiencia! termina sólo cuan-
1.2. Fase de diseño. do el diseñador no puede influir más en el
- Diseño preliminar. espacio y el lugar.
- Diseño secundario. 4 . Programa de iluminación:
- Diseño final. 4.1 . La naturaleza o condiciones del espacio
- Documentación previa a la producción. causan impacto sobre un determinado plan
- Aprobada la fase de diseño se inicia la fase de de iluminación de una muestra concreta.
producción. 4.2. El ambiente de luz natural (ventanas,
1.3 . Fase de producción de diseño. puertas, claraboyas) es otra de las condi-
- Preparados el diseño final y la construcción
ciones serias a tener en cuenta en la ilu- escala respecto de la demanda y necesidad
minación de una exposición. pública de la muestra.
4.3. Otro problema de la iluminación es el pro- 8. Producción del proyecto:
ducido por los rayos ultravioleta e infra- 8 .1. Todos los esfuerzos realizados colectiva-
rrojos . mente para obtener la exposición 21 9 es lo
4.4. La distancia del foco lumínico, la cualidad que se conoce como «producción» .
de la luz, la intensidad y la duración de la 8.2 . Los aspectos imprescindibles de la produc-
exposición lumínica son factores a tener ción han quedado señalados en el punto
en cuenta y anular o controlar sus efectos 1.3.
negativos sobre los objetos expuestos.21 8
5. El público visitante: La exposición establece, insistimos, sobre
5. l. Es teoría común que la gente aprende y todo una estrecha relación con la iluminación y
retiene más si los modos de presentación el espacio, que marcan en definitiva los condi-
que se utilizan estimulan al propio tiempo cionantes de su configuración y carácter. Desde
el plano cognoscitivo y el afectivo. la perspectiva del diseño espacial. Geoff Mat-
5.2 . Los recursos interactivos pueden adquirir thews propone los siguientes esquemas para el
determinadas formas. En cualquier caso, «Diseño de exposición» , con estos comentarios
deben adaptarse a los diversos tipos de vi - previos:
sitantes en razón de la edad, la formación
personal o la dedicación profesional. Ciertas exposiciones, particularmente instalaciones
5.3. Los recursos electrónicos e informáticos permanentes a gran escala, deben de influir/determinar
el diseño general de las características del edificio . Su
pueden proporcionar tanto al diseñador diseño debe seguir Ja estrategia de las comunicaciones
como al público gran número de benefi- del museo o debe influir en su desarrollo subsiguiente y
cios en las funciones expositivas. (Tiene en su puesta en práctica. Propuestas para estas exposi-
mucha aplicación en las presentadas en el ciones, acaso con cierto detalle, deben en consecuencia
constituir una parte del proyecto de diseño.no
museo.)
Es esencial trabajar cerca de los consultores -es-
6. Actuación conjunta del equipo: pecialistas en la interpretación e insta lación cuando
6 .1. El diseñador, el científico, el pedagogo, el se trata de instalaciones permanentes a gran escala.
instalador y el montador. .. se deben a un tales como : 1. Lugares arqueológicos preservados
mismo programa. (ej .: el Museo de Arte Romano de Mérida). 2. In-
6.2. La aprobación de un plan concreto, impli- terior de edificio reconstruido (ej .: la Mackintosh
House, Hunterian Art Gallery, Glasgow) . 2. Maqui-
ca a todos los agentes tanto internos (de naria in situ (ej.: pla taformas giratorias en el National
un museo) como externos (contratistas, Railway Museum, Nueva York). 4. Vehículos (ej.:
constructores, suministradores) a respetar el navío Wasa en su museo de Estocolmo) . 5. Arte
todas y cada una de las fases del desarrollo por encargo (ej. : el mural de Miró en el Wilhelm-
del proyecto. Hack-Museum (colecciones municipa les de arte) en
Ludwigshafen) . El cliente designará normalmente
7. Estimación de costes y financiación: los consultores .22 1
7. l. El presupuesto económico de una expo -
sición deberá determinarse en función de Matthews resalta la importancia que tiene
la rentabilidad sociocultural de la exposi - tanto en la exposición como en el proyecto de
ción. museo el «plan o diseño detallado», advirtiendo
7.2. Con recursos propios o ajenos (subven- antes de ofrecer un esquema de diseño propia -
ción, patronazgo, etc. ) las exposiciones de mente museográfico y constructivo, lo siguien-
los museos deben atender a una raciona - te:
lización de los medios y a una relación de
DISEÑO DE LA EXPOSICIÓN Control med ioambiental

1------tGenera l

1---------1-squema interpretativo y 1-----_,Humedad, contaminación del


stra tegia de comunicaciones ire y temperatura ambiente

.--------,Iluminación
1 - - - - - - - i Tnsta laciones interiores
------,Ruido y acústica

Servicios y seguridad
1---------<Instalaci ones ex teriores

nergía y cmnunicaciones
1---------<nisei'io (plan) deta llado

Cañerías y saneamiento

Si no ha sido consultado previamente un diseñador rotección contra el fuego


especialista en exposición/museo, debe designarse en -
tonces uno para desarrollar e integrar los propósitos de la
Seguridad
exposición/comunicaciones para el museo en conjunto.

impi eza y desechos


8.3 Instalación y montaje de los objetos
Flexibilidad y accesos
Planificada la exposición, y diseñadas y construi-
das las instalaciones necesarias (sólo cuando se
ntegración
modifica profunda y estructuralmente el espacio
podemos hablar en sentido estricto de instala -
iesgos
ción, también cuando se trata de una propuesta
artística) , el montaje de los objetos y contenidos
debe atenerse con rigor al guión o programa es-
tablecido . Pero, en concreto, integrará en su pre-
sentación la adecuada ubicación en el espacio y Si nos limitamos a los objetos artísticos, la va-
medios físicos (paneles, soportes, vitrinas, etc.), riedad de procedimientos, técnicas y materiales
el orden o secuencia para su mejor contempla- que han conformado y conforman su realidad a lo
ción y lectura (concepto y mensaje a transmitir) largo de la historia, pero especialmente en nuestro
y el ambiente más propicio (protección y seguri- tiempo, particulariza en cierto modo los proble-
dad, climatización e iluminación) . Cada tipología mas.
de exposición y cada naturaleza de objetos a ex- En primer lugar, el montaje o instalación de
poner presenta particulares problemas. los objetos debe atenerse, entre otras, a las reglas
ómo obtener una vitrina desastrosa
aelde Guichen y Cengiz Kabaaoglu

Haga todo lo posible


para que la cerradura Sea generoso: deje bastante
sea alevosamente espacio entre las puertas
visible. corredizas para que el visi-
tante pueda agregar (o sus-
traer) un objeto, segun su
gusto. Otra solución podría
ser suprimir simplemente la
parte superior, haciendo una Evite cerrar herméticamente la
vitrina tipo acuario. vitrina, pues los objetos lucen
mucho más
Asegúrese bien de que la si están cubiertos de una capa
vitrina uniforme de polvo.
se bambolea. De esa manera,
en cuanto se acerque un
visitante empezarán a vibrar
todos los objetos. Éste es un
medio eficaz
para dar vida a un museo
sin recurrir a un servicio de
animación.

Haga de su vitrina un espejo.

Haga todo lo posible para


iluminar al máximo el área
que rodea la vitrina. Organice una imaginativa
carrera de obstáculos -o, si
prefiere, una pista de s/a/om- Y, sobre todo, dé absoluta
Instale reflectores dentro
para regocijo de los empleados prioridad a la estética.
de la vitrina y siénte-
encargados de cambiar las
se cómodamente a
lámparas fundidas. Recompen-
observar
se al ganador con una prima
los daños causados.
anual.

Cómo obtener una vitrina desastrosa, por Gael de Guichen y dibujos de Cengiz Kabaoglu (10 viñetas),
en Museum, monográfico dedica do a «Vitrinas», núm. 146, 2, 1985.
que la Proxémica 222 aplicada a las actividades ex- (A mayor distancia, mayor amplitud final del
positivas de un museo demanda. La teoría de la campo de visión.)
imagen y los aspectos de la percepción visual son 4. Unas condiciones ideales de visión son las
aspectos insoslayables a la hora de planificar la que describe ese ángulo del cono de visión de 54º
muestra e instalar los objetos. (27° por encima de la línea del horizonte + 27º
La colocación de los objetos está condiciona - por debajo de la línea del horizonte, o visual).
da tanto por la tipología de la sala, como por las En ese caso, la línea de horizonte -y de interés
posibilidades -distancia del objeto, densificación visual- mantiene la horizontal respecto del suelo
de público- que le ofrece al visitante el circuito desde el punto de vista del espectador y hasta
de la muestra permanente o temporal. señalar el centro de interés de la obra. Cuando
En cualquier caso, ya que la vista tiene ten - el espectador no la mantiene horizontal respecto
dencia más a bajar que a subir, las obras deben del suelo, puede haber una variación de +/- 6°
instalarse -un lienzo, por ejemplo- a baja altu- por encima o por debajo de la visual (27° +6 por
ra, cuando la posibilidad de contemplación no arriba, 27º -6º =21 , por debajo), pero siempre
admita dos o más líneas en fondo de visitantes. manteniendo los 54° del ángulo visual humano .
Los cuadros situados en alturas producen in - La buena visión de las obras depende, en cual-
convenientes e incomodidades (entre ellos, el quier caso, de la conjunción de varios elementos,
típico dolor de nuca), y una percepción sesgada como son los de la distancia y de la situación en
en parte. Tienen que considerarse las diversas que se encuentran respecto del espectador, esta-
posibilidades que ofrece el cono de visión hu- bleciéndose una triple relación correlativa: la de
mana, en el que intervienen: a) las magnitudes la altura de la obra, la de la porción de la obra
de las obras (altura, anchura, profundidad); b) que se sitúa por encima de la visual y la de la
situación de la obra en su concreta instalación, propia distancia en que se encuentra en relación
respecto del nivel del suelo; c) distancia del es - con el espectador. Se han podido establecer unas
pectador respecto de la obra instalada; d) campo escalas de distancias mínimas necesarias para
de visión autónoma del objeto (relación con los una adecuada percepción de las obras instaladas
contiguos), etc. en un muro o en posición vertical, como ésta:
Una posición ideal del espectador frente, por
ejemplo, a un lienzo marca, según diversas ex- Altura Por encima Distancia
de la obra de la visual aproximada
periencias y la aplicación de las teorías sobre la
percepción, el siguiente esquema: 0,50m 0,25 m 0,50 m
l,OOm 0,50 m l,OOm
1. La visión humana describe un cono cuya
1,50 m 0,80 m 1,50 m
máxima abertura ideal encuentra su correspon - 2,00 m 1,30 m 2,50 m
dencia con la posición que respecto del suelo y 2,50 m 1,80 m 3,50 m
del cuadro se sitúa el punto de vista humano. El 3,00 m 2,30m 4,50m
3,50 m 2,80m 5,50 m
ángulo visual normal humano es de 54°.
4,00m 3,30 m 6,50 m
2. La altura media o centro de interés de la 4,50 m 3,80 m 7,50 m
visión humana está en la teórica línea del hori - 5,00 m 4,30 m 8,50 m
zonte. El centro de interés de una obra se halla 6,00 m 5,30 m 10,50 m
en algún lugar de esa línea, y puede encontrarse
aplicando lo que los clásicos llamaron número Así, situado el punto de vista humano a una
de oro o sección áurea. 22 3 altura determinada (suele fijarse para adultos de
3. La apertura final del cono de visión huma- pie la de una banda entre 1,30, 1,40 y 1,60 m
na está directamente relacionada con la distancia sobre el suelo) , la distancia adecuada entre el es-
del espectador respecto de la obra a contemplar. pectador y una obra de 50 cm de altura es, mí-
nima de unos 50 cm, y máxima de unos 70 cm, lo harán los puntos máximo y mínimo de altura
siendo su cota máxima por encima de la visual de en relación con el suelo (el punto máximo debe
unos 0,25 I 0,35 m; para una obra de 2,00 m la señalar el borde superior del cuadro; el mínimo,
distancia mínima es de unos 2,50 m y la máxima el límite o borde inferior del cuadro) . Este esque-
de unos 3,90 m, siendo su cota má xima por enci- ma gráfico del cono de visión puede aclararnos lo
ma de la visual, de un 1,30 m aproximadamente. comentado .
(Recordemos que la línea de interés visual de un Según el gráfico, las distancias adecuadas se-
cuadro está por debajo de su línea media, según rían: 70 cm del espectador para un cuadro de 35
la aplicación de la sección áurea o número de cm de altura; 1,40 m para uno de 70 cm; 2,10 m
oro.) para el de 105 cm; 2,80 m para el de 140 cm; y,
Situado el punto de vista humano a una altura finalmente, 3,50 m para el que mida unos 338
entre 1,30 y 1,40 m, y manteniéndose los grados cm. Las alturas totales desde el suelo hasta el
del ángulo de 54° (27° + 27°, o las variantes indi- borde superior de los cuadros serían las siguien-
cadas) y la horizontalidad señalados, la distancia tes: 1,54, 1,72, 1,89, 2, 10 y 2,24 m, respectiva -
de 2,55 m aproximados del espectador a la obra mente. El borde inferior del primer cuadro esta-
produce un campo de visión cónica de 1,35 m ría del suelo a 122,5 cm, y el último, a 52,5 cm.
(apertura o diámetro de la base del cono sobre la La ordenación y colocación de obras de arte
obra), equivalente a la altura señalada del pun- sobre muro o panel debe, por tanto, ser reali-
to de vista. La altura máxima del cono de visión zada según unos criterios de proporcionalidad:
alcanza en ese caso, y en su punto superior -si tiene que hallarse el centro de interés de cada
se mantiene la horizontalidad de la visión y la una de ellas, y hacer que pase la teórica línea
distancia indicada-, entre 1,80 y 1, 90 m. El infe- del horizonte (entre 1, 30 y 1, 40 m del sue-
rior, entre 55 y 60 cm sobre el suelo. (El espacio lo) por ellos. Nunca se alinearán (por ejemplo,
comprendido entre ellos forma el buen campo de cuadros o análogos) por la parte inferior o supe -
visión: 0,55/0,60 + 1,35 m = 1,90/1,95 m , aproxi- rior (marco o extremos del lienzo) , a excepción
madamente.) de cuando coincidan en tamaño y formato las
5. Si la distancia del espectador respecto de obras . La distancia entre los objetos alineados
la obra es mayor de 2,55 m, el campo de visión debe ser lo suficientemente amplia que no pro-
aumentará la amplitud señalada; si es menos, duzca interacción. Pero tampoco excesiva que
disminuirá proporcionalmente . Como la línea impida en el recorrido establecer oportunas re-
del horizonte es una línea teórica que oscila de laciones o comparaciones.2 24
acuerdo con la posición (hacia arriba o hacia Siguiendo con los objetos artísticos, los tridi-
abajo) del punto de vista del espectador, el án- mensionales presentan a nivel de instalación pro-
gulo del cono de visión no variará (54°), pero sí blemas añadidos a los bidimensionales. Requieren
un espacio autónomo, casi siempre en su derre-
dor, a veces soportes o ámbitos especiales y sobre
todo una protección espacial y un trato lumínico
más complejos en razón de su corporeidad y si-
l.24m
tuación en las salas. 225 Lógicamente, las variantes
están también asociadas a los diversos materiales
52.5cm
(madera, bronce, cerámica, poliéster, acero, ma-
teriales mezclados, materiales pavera o de desecho,
etc.) que terminan por reclamar especiales aten -
ciones de presentación (espacios e iluminación) y
Cono de visión huma no. de proteccción y preservación ambiental. 22 6
J
Iluminación de esculturas en el Museo del Prado. Iluminación en el Kunstsammlungn Nordheim -Westfallen, Düssel-
dorf.

Iluminación en The Ciare Gallery, Londres. Iluminación en el Wallraf-Richartz-Museum!Museum Ludwig,


Colonia.

Instalación e iluminación
en la ampliación del
Iluminación en The Menil Collection, Houston, Texas. Metropolitan Museum,
Nueva York.
rn-
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H, s J
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6
1. Lienzo.
2. Montaje metálico.
3. Oistanciador.
4. Madera de nogal. bronce. 6. Barra metálica

f rr
~ Diseño de paneles utilizados en el Museo del Castel/o Sforzesco,
Milán. (planta, sección y alzado).
2 "
.4iS\ 7- · . .
·w,, Alzado
l
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1

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1
- 1
u
4

1. Soporte vertical y horizontal.


2. Base de soporte vertical.
5. Sección de la guía del soporte de
los cuadros.
1. Elemento de nogal
natural.
~:~_,,,,._,..,~
2. Muesca de hierro para

~ ·~
3. Punto de unión entre los 6. Vista desde arriba de la guia del colgar los cuadros.
montantes y la retícula de hilos soporte de los cuadros. 3. Tuerca ligera.
metálicos. 7. Alzado de soporte de los cuadros . 4. Ganchos deslizantes Planta
4. Sección del soporte tipo. 8. Sistema de tensión de los hilos para cortinas.
metálicos. 5. Cuadrado de hierro.
6. Base de hierro. Soporte

Diseño de estructuras móviles para sa las didácticas, utilizadas Diseño de paneles utilizados en la Ga//eria Civica d'Arte, Turín .
en el Museo del Palazzo Bianco, Génova. (planta, alzado y soporte.)

Soporte para esculturas Panel para relieves

L,rt·~"s·
l Alzado
Lateral
\ Lateral

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Planta

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4

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'~
Planta
o
Alzados
1(,, '""~...
1. Mensula de hierro. 3. Goma o caucho. 5. Muro.
1. Soporte de hierro. 3. Soporte metálico de
2. Panel inclinado. 4. Tuerca de bronce.
2. Panel translúcido. sujeción para el objeto.

Diseño de panel para relieves y soportes para esculturas, utiliza- Diseño de vitrina para objetos de orfebrería, utilizada
do en el Museo del Castel/o Sforzesco, Milán. en el Museo del Tesoro de San Lorenzo, Génova.
(planta, alzado y lateral.) (planta, alzado y sección.)
3

Alzado

3 3

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Planta
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1. Pie metálico.
p
BB
Secciones

2. Soporte metálico. 7
3. Panel troncopiramidal transparente.
Alzado
\·~:-.~:~:::.:.:

1. Lámpara fluorescente. 4. Tejido a exponer. 7. Cable de alimentación.


Diseño de vitrina troncopiramidal, utilizada en el Museo 2. Cristal . 5. Montante.
del Tesoro de San Lorenzo, Génova. (planta y alzado.) 3. Tapa. 6. Ménsula.

Diseño de vitrina para exponer tejidos, utilizada en el


Museo del Palazzo Bianco, Génova. (alzado y sección.)

Frente Lateral Alzado

6
1
'

1
_2 4
3

3
Alzado

1. Cristal curvado extrafuerte.


2. Cristal barnizado en gris.
3. Marcos de hierro barnizado.
4. Base forrada de tejido gris.
5. Techo de vidrio.
1. Vitrina hexagonal. 6. Soporte para los tubos fluores-
2. Vitrina octogonal. centes.
3. Vitrina de cuatro brazos. 7. Barras metálicas.

Diseño de vitrinas para objetos de cerámica y orfebrería, utiliza- Diseño de vitrina para instrum entos de cuerda, utilizada
das en el Museo Nacional Villa Giulia, Roma. en el Museo Municipal de Antiguos Instrumentos Musicales.
(p lanta y alzado.) (frente, lateral, alzado y sección.)
Condicionantes Objetivos Objetivos
básicos del visua les museográficos
alumbrado

Cuadro t---~-1- 1Con servación

Planta
Lateral Detalle del soporte

r ·~
Educación
Sección longitudinal

Visión Deleite
Alzado
J Sección t ransversal

1. Hierro pulimentado. 4. Barra de sustenta- documentos.


2. Bronce. ción de 7. Documentos.
3. Sección en "L" de las cortinas protec- 8. Tablero de madera.
aluminio. toras. 9. Soporte para el tablero
01ros 5. Guia de las cortinas. de madera.
6. Soporte para los 10. Madera.

Diseño de vitrina para documentos, utilizada en la Gallería della


Academia Carrara, Bérgamo. (planta, sección longitudinal, alza-
do, lateral, detalle del soporte y sección t ransversal.)

Vitrina para cerámica y vidrio Vitrina para pequeños objetos

Manutención '"f!1C==
Otros

1. Luz natural. 5. Cortinas.


2. Luz artificial. 6. Puerta deslizante.
3. Cristal protector 7. Repisas de cristal
Condicionantes de la iluminación y su contribución al logro de 4. Cristal transparente
los objetivos museográficos, según J.M. Casal López-Valeiras.

Diseño de vitrinas para cerámica y objetos análogos,


utilizadas en el Museo Municipa l de Biella, Italia.

Galería

1.
2.
A
1
Cuadro
Lámpara fluorescente.
1

3. Reflector con filtro difusor.


4. Reflector movil.
5. Panel de exposición movil.
6. Paneles deslizantes de
vidrio transparente o
translúcido.
7. Vidrio que absorbe el calor.
'
Planta
8. Luz natural.
9. Reflector móvil para
efectos especiales.
1. Soporte de hierro. 3. Soporte de sujeción para
2. Panel circular translúcido. el objeto.

Diseño de los sistemas de ilumin ación Diseño de vitrina circular para objetos de orfebrería, utilizada
del Museo de Arte Occidenta l, Tokio (Le Corbusier). en el Museo del Tesoro de San Lorenzo, Génova.
(alzado, planta, y sección.)
La buena instalación y el adecuado montaje nancia, esto es, el grado de intensidad de la luz, se
de los objetos deben apoyarse, por consiguien- expresa en unidades llamadas lux. Como hemos
te, en un escrupuloso diseño y planificación. Su indicado, el luxómetro mide la cantidad de lux
mejor presentación depende en gran medida de que reciben los objetos. En la iluminación en el
los medios tecnológicos y didácticos empleados, museo 230 , el grado de iluminancia debe ajustarse
en función de una rentabilidad sociocultural de a cada uno de ellos según sus necesidades. 231
las piezas expuestas y del programa museológico Proponemos esquemáticamente dos tablas: a)
global. Por ello, aunque lo tratemos más adelante, Sobre la iluminancia en servicio recomendada; y
debemos dejar constancia aquí de la importancia b) Límites recomendados de exposición total, en
de los sistemas audiovisuales en las exposiciones términos de iluminancia-horas por año. 232
tanto permanentes como temporales e itineran-
tes del museo. Como advierte Larry Klein, Tabla l: fluminancia.
OBJ ETOS ILUMINANCIA*

las presentaciones audiovisuales son características MÁXIMA

importantes de muchas exposiciones. El término in- RECOMENDADA

dica un amplio surtido de aplicaciones: desde alguna J. Objetos insensibles a Ja luz, como: Ilimi1ada. sometida
que otra simple, un botón que activa las luces para ex- metales, piedras, cerámicas. vidrios, a las consideraciones
plicar, a las presentaciones multimedia que emplean esmaltes. joyas, forja. etc. de la temperawra.
docenas de sincronizados proyectores de diapositivas 2. Pinturas (óleos/lienzo, s/tabla; 150 lux.
combinados con la movilidad de las imágenes de al 1emple. encáustica. al fresco.
cine de 70 mm, el vídeo y otros medios, tales como técnicas mixtas .. .); objetos de cuero
unidades de comunicación electrónica. 227 no pintado, en hueso, marfil. cuerno.
madera y Jaca.
3. Objetos especialmente sensibles a 50 lux.
8.4. Iluminación de los objetos la luz: como textiles, de ma1eriales
orgánicos delicados (ciertos
Insistimos en lo expresado acerca de la ilumina- especímenes de museos de historia
ción al tratar de la preservación y conservación natural o etnología); tapices, trajes,
de las obras. Debemos ahora proporcionar otros objetos de piel, cueros con pigmentos;
dibujos, acuarelas. guaches, miniaturas.
conceptos y sugerencias de carácter práctico, es- otras pinturas sobre papel; fotografías;
pecíficos para su mejor presentación. De la buena manuscritos, impresos, empapelados,
iluminación depende en muchos sentidos la su- sellos, etc.
pervivencia de gran parte de los bienes de interés * Hay que hacer notar que Ja tolerancia para el nivel de radiación de
cultural (histórico, artístico, técnico y científico), rayos ultravioleta (UV) es de 75 microwatios por Jumen.
pero también, y esencialmente, el fin mismo de la
exposición de las piezas: su contemplación. Que La iluminancia está condicionada por la fo -
un objeto pueda o no percibirse y contemplarse tosensibilidad de los objetos exhibidos. En este
de la manera más adecuada y surjan de su expo- sentido, y con el fin de facilitar una orientación
sición los beneficios de carácter didáctico y socio- realista sobre los parámetros del alumbrado, los
cultural son aspectos estrechamente vinculados especialistas en la materia han establecido los lí-
a la luminotecnia general aplicada a las instala- mites de las iluminancias máximas que permiten
ciones del museo y a la específica de las muestras los objetos inestables a las radiaciones electro-
temporales e itinerantes. magnéticas. Los de mayor repercusión museo-
Cualquier nivel luminoso que se proporcione gráfica, y sobre los que basamos la tabla anterior
en las salas de un museo es «Siempre una trans- son los establecidos por Gary Thomson, 233 hasta
gresión, ya que toda exposición a la luz228 causará el punto de haber sido reconocidas por numero -
deterioración; no hay un nivel mínimo por deba- sas instituciones de prestigio. 234
jo del cual no se producirá daño». 229 La ilumi- El problema planteado por la exposición to-
Luz artificial Luz diurna

Esquema de iluminación en The Ciare Gallery, Londres. Sección


de una sa la. (J. Stirling y M. Wilford).

tal, en términos de iluminancia -horas por año


ha provocado numerosos debates y posiciones Esquema de iluminación en The Ciare Gallery, Londres. Sección
encontradas entre expertos y conservadores. Es - de un módulo. (Stirling y Wilson).
cribe Casal López-Valeiras:
sobrepasen los 650.000 lux-hora-año sobre pin-
Esta realidad plantea una nueva dificultad bajo el turas al óleo y temple, cuero sin tintes, marfiles
punto de vista de la conservación de las obras foto- y otras obras de parecida sensibilidad a las radia-
deteriorables pues, si es conveniente que los niveles
cuantitativos de la iluminación varíen de forma irre- ciones magnéticas. 238
gular cuando se utiliza luz natural -los realizadores Como síntesis y recapitulación final, podemos
de la Clore Gallery consideraron que para percibirla concretar así la función del alumbrado de los ob-
debe oscilar entre 100 y 500 -600 lux- los estándares jetos en el museo: l. La iluminación potencia vi-
fijos de la iluminancia carecen de validez práctica. sualmente la exhibición de los objetos, incidien-
Por consiguiente, la solución es conocer los lux-hora
que recibe una pieza fotodeteriorable a lo largo de un do mínimamente sobre la composición espacial.
período -normalmente un año-y, así, cuando se con- 2. Destaca visualmente aquéllos y los de su en-
sidere qué límite admisible se va a superar, se adopten torno. 3. Sin su concurso no pueden obtenerse,
las medidas pertinentes para evitar que ello ocurra.2 35 como decimos, los objetivos esenciales de la con-
templación, educación y deleite. 4. Pero deben
Los valores de la segunda tabla (pág. siguien- tenerse muy en cuenta los condicionantes de la
te) son los recomendados por la Illuminating iluminación y su contribución a los fines museo-
Engineering Society 236 . Algunos conservadores gráficos. 5. Deberá armonizar las exigencias de la
como M. Wilson 237 , de la National Gallery de buena presentación con la conservación de las
Londres, y otros expertos proponen que no se piezas en un museo. 6. Las peculiaridades de los
Tabla II: Límites recomendados de exposición total
OBJETOS LUX - HORA- POR AÑO

Materiales exhibidos altamente 120.000*


sensibles: sedas, arte en papel, documentos
antiguos, encajes, tintes fugitivos.
Materiales exhibidos moderadamente 180.000**
sensibles: algodón, lana, otros textiles
con tintes estables, cienos acabados
de madera.
* Aproximadamente 50 lux x 8 horas por día x 300 días al año.
** Aproximadamente 75 lux x 8 horas por día x 300 días al año.
N. del A.: Estas iluminancias, si son cuidadosamente aplicadas,
no causarán peor situación en los materiales indicados que una
decoloración apenas perceptible durante diez años de exposición.
Estarán estrictamente excluídas todas las longitudes de onda más
cortas que 400 nm (namómetro =medida de longitud de onda).

objetos -su composición y fotosensibilidad- con-


dicionan las características de su iluminación. 7.
La supresión de las causas que afectan negativa-
mente a la visión es una exigencia básica e irre -
nunciable. 8. La luz natural, demandada a veces
por el público y reivindicada por algunos arqui-
tectos -desconociendo u olvidándose acaso de las
exigencias de la conservación de objetos fotode-
teriorables-, requiere en todo caso el control de
sus efectos deteriorantes, mayores que los pro-
ducidos por las lámparas. 9. En algunos museos
-como la Tate Gallery de Londres- en la cubierta
se dispone de lamas para el control automático
de la luz solar. O de sistemas de celosía perime-
trales (como en el Brandwie River Museum). 10.
Sistema de lamas de fibrocemento para la iluminación En otros, se difunde la luz natural en las salas
(Renzo Piano, Th e Menil Collection, Houston, EE.UU.).
mediante dientes de sierra (Ludwig Museum de
Colonia) o mediante módulos especiales (las la-
mas de fibrocemento diseñadas por Renzo Piano
en The Menil Collection de Houston, en Texas).
Se utiliza la iluminación directa-indirecta en
otros (Rijksmuseum Kroller-Müller, en Otterlo);
se difunde por medio de lucernarios piramidales
(en el MOCA de Los Ángeles, de Arata Isozaki) ;
o se combinan los lucernarios y las luminarias
Sistema de ilumina-
ción en el M useo de
(luz natural+ artificial), como en el Kimbell Art
Arte Romano de Mé- Museum de Forth Worth, en Texas. 239 11. En las
rida (Rafael Mo neo).
zonas de descanso, la luz natural se hace impres-
cindible. 12. La relación visual del visitante con
Fuente de luz ncandescente f luorescente Otras eléctricas ~uz natura l

Tradicional Halógena de cuarzo Tradicional Compacta Vapor de mercurio Vapor de sodio Haluros metálicos
alta presión alta presión

Voltaje 220 220, 12, 6 220 220 220y+ 220 220 y+

Tipos comunes ej. A60, R50, PARJ8 ej. MR16, PARJO T26 TC, TC-EL, TC -D, Varía generalmente HSE, HST' HIE, HIT, SN'
! nomenclatura A: bombilla común MR: reflector T: tubo fluorescente TC -DEL, TC -L, vatiajes altos: vatiajes: 50-250 valiajes: 40-600
R: reflector múltiple CW: blanca fría TC-F, TC-SB74 250 w y+
PAR: reflector PAR: reflector WW: blanca cálida
parabólico parabólico CWX: CW deluxe
El nº se refiere al El nº se refiere al WWX: WW deluxe
diámetro diámetro. "daylight": luz
También puede de- natural
nominarse con letras: Tipos especiales
BAB, EXN, etc.
Series Q: sin reflector,
el nº se refiere al
vatiaje

\"ida media, horas 2.000 normal. algu- 2.000 normal 10.000 normal 10.000 normal Varía 6.000-12.000 5.000-10.000
nas hasta 5.000

~anper at ur a 2.800 normal 3.000 normal CW-4.200 normal 2.700-2.800 Blanca fría 2.000-3.300 Varía, más común la 3.000-9.000
~e color ' K WW-3.000 normal cálida 4.000
"daylight"-6.500

:ndice de Reproduc- 100, excelente 100, excelente CW, WW: 50-60, Aprox. 85, bueno Las mejores 50, +alto 80 100, excelente 100, excelente
jón Crómatica inaceptable muchas por debajo dt
excelente a inacep- Deluxe: 70-90, regu- JO, inaceptable
2ble) lar a bueno
Tipos especiales:
90-95, excelente
:=ficacia luminosa 8-18 18-24 36-54 67- 121 66-84
. ens/vatio
50-70 baio
~isiónUV 75 normal, bajo 100-200 medio 50-250 varía, 50-150 bajo-medio Varía, 150-600, muy alto 300-600, muy alto
"Wilurnen filtro de cristal o de bajo-medio películas de plástico generalmente alto. películas de plástico
uy bajo a alto) plástico si está a una películas de plástico Existen filtros autoadhesivas para
:;'.rros existentes distancia adecuada a medida ventanas, o cristal
laminado con filtro
incorporado

Ventajas de su uso Buena variedad en Excelente variedad Larga duración La única fuente úlil a Utilizada para la ilu- Generan poco calor Alta eficacia luminosa Psicológicamente
~ museos tamaños del haz en tamaños de haz Baja emisión de calor distancias cortas minación de grandes Bajo consumo de Bajo consumo de agradable
luminoso luminoso Bajo consumo de Larga duración espacios para asegu- energía energía
Recambios baratos Luz más fría que energía Baja emisión de calor rar su seguridad Lámparas con haz
Luminarias a bajo las incandescentes muy estrecho
precio tradicionales

Jesventajas de Demasiado brillante a Demasiado brillante a Demasiado brillante a No se puede dirigir Distorsión pronun- Distorsión pronun- Luz muy fría Dificultad en el contro
uso en museos distancias canas distancias cortas distancias cortas fácilmente ciada ciada alto contenido de la intensidad
Alta emisión de calor Emisión de calor No se puede dirigir Pocas luminarias del color del color de UV Ventanas y mecanis-
Los haces luminosos moderada fácilmente existentes todavía mos de control caros
no son muy estrechos El costo de la lampara de construir y man-
es alto, teniendo en tener
cuenta su duración
luminarias caras

· ~!odelos ERCO

Tabla de "Características de las fu entes de luz encon tradas en museos " (l. García Fernández, 1997).


el exterior en espacios alternativos es muy bene- de siglo. En la segunda posguerra europea, la
ficiosa y hasta necesaria en un museo. 13. La luz preocupación pedagógica y la acción cultural en
artificial facilita la ordenación visual del espacio, países como los Estados Unidos constituyeron en
proporcionando las máximas posibilidades para muchos sentidos la punta de lanza de la ruptu -
el alumbrado de una exposición, bien integrado ra formal que se produjo en estas instituciones e
en los propios espacios de la exposición -ámbi- impulsaron hacia el futuro un nuevo diseño de
tos autónomos o empotrados en la instalación-, participación del público.
bien en espacios abiertos. 14. Potenciar el impac- Desde cualquier punto de vista que se consi-
to visual de las obras, al propio tiempo que atrae dere, tanto el contenido como el contenedor y la
la atención y concentración del público sobre las actividad museológico-museográfica sólo pueden
obras, reduce el atractivo del ambiente. 15. La justificarse social y culturalmente en función de
exposición de objetos especial y delicadamente su destinatario: el público. Ésta es la razón por la
fotosensibles exige la utilización de la luz artifi- que la mayor parte de las investigaciones y expe-
cial. 16. En un museo, como en toda institución riencias desarrolladas en los últimos años -aparte
pública, el alumbrado (artificial) de emergencia de las dedicadas a las técnicas de conservación y
y evacuaciones es una exigencia de la normativa exposición, que han sido muy importantes- ha-
legal en la mayoría de los países desarrollados . yan estado enfocadas a la dimensión pedagógica
En definitiva, la iluminación de los objetos, del museo. Tanto la UNESCO por medio de sus .
tanto desde el punto de vista técnico como fun- reuniones y seminarios (a partir de las celebradas
cional y estético 240 se aplicará de acuerdo con el en 1952, 1958, 1962 ... , etc.), y de sus publicacio-
diseño y la planificación de la exposición, que nes especializadas en el tema; 242 como el ICOM
deberá tener en cuenta especialmente las carac- por medio de las conferencias internacionales y
terísticas de cada pieza en particular, 241 la natu- de su Comité Internacional para la Educación y
raleza y condicionantes de la luz con sus nume- Acción Cultural (CECA); así como también por
rosas variables de calidad, etc., y la obligación de medio del trabajo de los departamentos de mu -
preservar y conservar lo mejor posible la integri- seología243 y de pedagogía de las más importantes
dad de las mismas, sin perjuicio de una adecuada universidades del mundo 244 y, por supuesto, por
presentación. la actividad cada vez más intensa y profesionali-
Durante el complejo desarrollo del proyecto zada de los departamentos de educación y acción
de una exposición deben realizarse, como hemos cultural de los museos (los DEAC); con el trabajo
adelantado en el esquema general, dos tipos de de todos ellos, se han fortalecido la dimensión pe-
evaluación: una primera de las fases del propio dagógica del museo y su acción cultural.
proceso del proyecto, y una última del resultado Las directrices sobre la educación y la acción
final de Ja exposición instalada y terminada, que cultural de los museos fueron ya fijadas por el
incluye necesariariamente el de su efectividad so- ICOM en su Conferencia General de 1966, y
ciocultural como medio de comunicación con el desarrolladas en los «Coloquios sobre el papel
público. De ella nos ocuparemos en el epígrafe 9.3. educativo y cultural de los museos», celebrados
en Leningrado/Moscú, del 11 al 21 de mayo de
1968; 245 y en París, en 1 971, etc. 246 Por su parte,
9. Educación y acción cultural. la Asamblea Euro-Americana de Museos de A rte de
El público y el museo 1975 se ocupó también de este tema en su «In-
forme final». 247
La misión educativa que deben tener los museos El público, que ha terminado por asumir en
ha sido uno de los factores más analizados y re- los últimos años un protagonismo innegable en
saltados desde su renovación en el último tercio las instituciones museísticas (de espectador pasi-
vo, la dinamización cultural y su concienciación valor que representa el descubrimiento e inter-
le han convertido en un actor relevante) , plan- pretación de su patrimonio, y sobre los benefi-
tea serios problemas tanto a nivel de relación con cios educativos que de todo ello pueda recibir,
el objeto (percepción-exposición-comprensión- debe ser una de las apuestas permanentes de
animación), como en el plano de una estructura la actividad difusora del museo a través de sus
adecuada y válida para todo tipo de visitantes. No departamentos de educación y acción cultural.
obstante la planificación de actividades por estra- Tanto su estructura y organización, como la
tos sociales, edades o niveles culturales, lo cierto calidad y preparación de sus profesionales, los
es que el museo debe siempre ejercer su misión medios e instalaciones, los objetivos y tareas, y
pedagógica y cultural teniendo en cuenta funda- Jos programas concretos de actuación educativa,
mentalmente dos grupos o tipologías de público tienen que propiciar ese descubrimiento e inter-
que acude a sus servicios: el espectador (visitante pretación por parte de los visitantes, y tratar de
pasivo) y el público actor (visitante activo), pero atraer a otros miembros de la comunidad que to -
también un tercero, el del público no visitante del davía no se acercan al museo. El descubrimiento
museo. El cambio sustancial de su actitud respec- y beneficio sociocultural del patrimonio -no sólo
to de la participación en el museo ha tenido un material, sino también inmaterial, natural y cul-
desarrollo paralelo a la renovación museológica y tural, como hemos indicado anteriormente-,2 51
los diferentes cambios sociológicos y tecnológicos encuentra sin embargo en la expresión y con-
acaecidos en los últimos cuarenta años, como he- notaciones de cultura material de los objetos su
mos comentado anteriormente .248 más reconocido y universal predicamento .
Así mismo, determinadas experiencias peda -
gógicas puntuales - no sólo la actividad continua- En años recientes, después de algunas décadas en la
melancolía, la interpretación de la cultura material
da de los departamentos pedagógicos del museo-,
ha llegado a ser una mayor preocupación académica.
mantenidas durante un tiempo más o menos Una razón para esto es el hecho de que las colecciones
amplio, han confirmado los esfuerzos realizados del museo representan la cultura material del pasado
por estas instituciones por proyectar su realidad y almacenada, en tanto que las exposiciones del museo
contenidos en su entorno social; y por dinamizar- son el principal medio a través del cual el pasado es
lo desde la escuela a los estratos de la gente mayor presentado públicamente; los museos se mueven fir-
memente en el frente de la imagen del pasado, y sus
de la sociedad de nuestro tiempo. 24 9 tangibles recuerdos, y corresponden cada vez más a
Además, ha terminado por establecerse una un resultado político en el sentido más amplio. Una
serie de condiciones para la efectividad de la fun - segunda razón es el estilo del pensamiento muy de la
ción pedagógica del museo, que se sintetizan en posguerra, que muestra interés en la idea de los con-
estos tres puntos: 1. Respeto absoluto a los mo- ceptos universalmente aplicables en direcciones en las
que la más reciente generación de estudiantes no lo
dos y formas culturales de cualquier comunidad. ha hecho, y que tiende a ver los objetos, con lenguaje,
2. Sensibilización previa del público a quien va como el principal medio a través del cual son creadas,
dirigida la experiencia del museo. 3. Posibilitar expresadas y validadas las relaciones humanas. 252
que sea el público -más que los técnicos y los
especialistas- quien de cida la forma en que el Susan M. Pearce viene a indicar así algunos
museo ha de hacer acto de presencia en su co- aspectos de los que es necesario e imprescindible
munidad. 250 ocuparse en este apartado, y que, partiendo de
la cultura material de los objetos, encuentran su
sentido en la exposición y difusión, como medio
9.1. La cultura material: descubrimiento, inter- de comunicación y diálogo, mediante técnicas
pretación y difusión de estudio del público, e incluso concibiendo el
La concienciación de una comunidad sobre el museo como centro de investigación del público.
Al referirmos a la cultura material, partimos
del supuesto de que el museo es el encargado de cuestión en la medida en que supone una apreciación
mostrarnos los objetos que transmiten ese tipo determinada del objeto de la que se deriva un com-
portamiento hacia él[ .. .]. El objeto es un documento .
de cultura, propia o ajena, actual o del pasado, La cultura material está constituida por los objetos,
y responsable también de la investigación cientí- por cualquier objeto al que suponemos portador de
fica que nos acerque al contexto cultural donde una información en sí mismo. Este hecho le da valor
nació y se desarrolló aquél. Es decir, el museo de documento con unas características determina -
debe ser el instrumento que nos haga descubrir das. 2s4
el objeto y nos lo presente del modo más contex-
tualizado y didáctico. 25 3 En una síntesis de las características del obje-
Por tanto, la primera condición que se re - to, la primera es ésta del objeto como documento,
quiere es que el objeto del museo posea capaci- en la que se basa su capacidad para comunicar, y
dad para comunicar, que tenga «lenguaje» con que no es otra que la de haber cumplido en su
el que justificar su condición de exponente de momento una función determinada, desapareci-
significación y testimonio de alguna porción por da la cual nos permite conocer las características
pequeña que sea de la evolución cultural de la de la sociedad en que nació y se desarrolló, es de -
Humanidad. Una condición radicalmente di- cir, su contexto. La segunda es la de que el objeto
ferente a lo que ocurre con los objetos no mu- es objetivo, siempre fiel a sí mismo. La tercera re-
seísticos, los de la vida cotidiana, que transmiten mite a su carácter involuntario, ya que el objeto
inmediatamente su nivel significativo, su valor se crea por necesidad, para cumplir una función.
funcional o símbólico incluso, por el solo hecho La cuarta hace referencia a su cualidad notarial
de ser objetos de uso común. Su comprensión o testimonial, que nos permite redescubrir y es-
resulta normalmente fácil: al conocer su funcio- cribir la historia de la Humanidad. La quinta es
nalidad, conocemos de inmediato su uso. su condición universal. La sexta, finalmente, se
En cambio, el objeto museístico -es decir, refiere al carácter integral del objeto, entendido
aquel que se encuentra en el museo por su con- como un microcosmos, ya que en él cohabitan
dición de poser un cierto nivel y valor cultural de todos los elementos significativos y representati-
representatividad y significación decantadas-, ha vos (materia, técnica, procedimiento, tema, fun -
llegado condicionado por el factor tiempo (que ción, calidad estética, valor simbólico, etc.) que
deteriora la significación) y por el factor cultural han hecho de él un auténtico documento.
(que lo cualifica como entidad que transciende En la medida en que conozcamos el contex-
su pura realidad material ), necesitando de un to cultural en que nació el objeto, en esa misma
medio con el que redescubrir su significación. medida se producirá su comunicación. Siempre
Ese medio es la contextualización, y el sistema aparecerá asociado a otros objetos, ya que el
para llegar a ella, la investigación del objeto, contexto es en realidad un conjunto de objetos
cuyo proyecto se inicia con el establecimiento interrelacionados que comparten una unidad de
de hipótesis por analogía con nuestros obj etos espacio, tiempo y función . En su relación, como
actuales. El descubrimiento de la cultura mate- partes de un todo unas explican a las otras, y
rial del objeto conlleva una especial estima de también el todo. Producen una especie de dis-
sus características específicas (rareza, valor esté- curso científico convertido en mensaje, cuyo
tico, cualidad científica, significativa antigüedad, perfil connotativo proviene del carácter polisé-
originalidad, excepcionalidad, etc.) y su consi- mico establecido cuando se descubre el significa-
guiente reconocimiento socio-cultural. do simbólico, el que le permite relacionarse con
los demás objetos. El objeto se convierte así en
¿Qué hace que un objeto sea considerado merecedor soporte material de un concepto cultural.
de estar en un museo? Posiblemente el concepto de
cultura material pueda ayudarnos a resolver esta
9.2. Estudio del público con la interrelación de los objetos; son portado-
res de sentido y significado.
El público, 255 y no sólo el visitante, es el elemen-
Por muy reacios que hayan sido los museos
to justificador, la razón última tanto de la exis-
en épocas pasadas, los estudios sobre el público
tencia del museo como sobre todo del ejercicio
de estas instituciones son absolutamente necesa-
de sus funciones y servicios a nivel sociocultu-
rios para conseguir los fines informativos, comu-
ral. El de la comunicación es primordial, como
nicativos y hasta formativos que se persiguen.
comentamos, y se establece esencialmente en la
exposición de los objetos; de ahí la atención de- Los métodos empleados para conseguir información
dicada al visitante real o potencial, al estudio del sobre el público del museo son variados. Los principa-
público, de su perfil y características sociodemo- les son: entrevistas formales, discusiones informales,
gráficas, de sus motivaciones, de sus expectativas cuestionarios escritos, tests (afectivos y cognitivos)
y estudios de observación. Cada técnica se adecua a
y condiciones sociales.
una situación y necesidad particular y ofrece un tipo
Como medio de comunicación y diálogo que específico de información. Dado que cada técnica
es, la exposición de los objetos crea una interac- también tiene sus limitaciones, puede utilizarse una
ción entre ella misma y el visitante, que se ma- combinación de ellas para ofrecer un conjunto más
nifiesta en la repercusión o impacto de aquélla y amplio de información. Sin embargo, garantizar que
en el comportamiento de éste . Entra este aspec- los espectadores estudiados sean una muestra repre-
sentativa de la población de visitantes en general es
to de lleno en la responsabilidad de los comu- mucho más difícil de lo que parece. No sólo ha de
nicadores,256 en los métodos de análisis que se ser representativa de cosas como sexo, edad y otros,
realizan sobre el aprendizaje y enseñanza, y es- sino que también ha de estar relacionada con el tiem -
pecialmente sobre el público visitante, incluidos po de la visita. Muchos museos registran acusadas
los aspectos psicológicos. 257 Extractamos algunas diferencias de público visitante entre el verano y el
invierno, períodos vacacionales y períodos escolares,
conclusiones comúnmente admitidas respecto días laborables y de fin de semana e incluso entre
de ciertos comportamientos del público visitan- diferentes horas del día y con diferente climatología,
te, y que deben tenerse en cuenta en la planifi- en días de lluvia o de sol. Así pues los métodos de
cación de las exposiciones. compilación de datos habrán de tener en considera-
1. El aprendizaje en las exposiciones es un ción estas variables. 2 59
proceso constructivo donde el espectador debe
Cualquiera que sea el esquema o combina-
participar, «interactuar», para aprender. 2. La
ción de las técnicas empleadas, lo importante
claridad del hilo conductor, la idea argumental,
es que se atienda suficientemente y de manera
la conceptualización de la exposición favorecen
comprensiva todos los factores y variables de la
la comprensión del visitante. La exposición debe
investigación sobre el público en el museo. 260
ponerse al servicio del mensaje. Los estudios
En la relación del visitante con el mensaje ex-
de Screven y Shettell258 manifiestan una gran
positivo existe la necesidad de información com-
preocupación por la finalidad comunicativa. 3.
plementaria, en la que hay que cuidar la finalidad
Se confirma la tendencia del visitante en nuestro
y el contenido, y tener en cuenta su clasificación
entorno de comenzar la visita por la derecha. 4.
según lenguajes y soportes. El visitante debe po-
Cuando se produce la llamada fatiga del visitante
der optar entre varias ofertas y para ello debe
-que consiste en el inicio de desinterés a partir
poseer las claves antes de elegir. Para un buen
del momento de máxima atención-, da mayor
aprendizaje no es adecuado leer toda la informa-
importancia a las piezas que encuentra en su ca-
ción antes de elegir. El lema podría ser: «Provocar
mino de salida al exterior. 5. La exposición es un
la pregunta para tener la respuesta preparada».
medio de comunicación para transformar la acti-
Al título que se quiera expresar debe acom -
tud del espectador. 6. Debe entenderse el objeto
pañar una información complementaria (verbal,
como un soporte de ideas: se construyen frases,
icónica o tridimensional) que facilite la com- entenderse no como un medio de juzgar sino como
prensión del discurso científico. Los objetos son un proceso de colaboración; de colaboración entre
los profesionales del museo y los visitantes .» Resulta
significantes que han adquirido esta condición
muy útil este concepto, ya que ni el conservador ni
porque la investigación científica sobre la cultura el diseñador, ni por supuesto miembro alguno del
y la sociedad de la época así se lo han conferido. equ ipo responsable de la producción de una exposi-
La producción de paneles informativos, así ción, puede, por definición, trabajar aisladamente y
como los niveles informativos, deben atender a la ninguno rechazaría tener presente a la persona para
la que todo el trabajo se realiza, es decir, el visitante
buena clasificación de los textos según su conte-
del museo. Por tanto, la evaluación es un medio
nido y soportes, y poseer las debidas condiciones para un fin, siendo el fin conseguir exposiciones que
de legibilidad, motivación y comprensión, tanto funcionen mejor y, como consecuencia, den mayores
de los textos y las ilustraciones como respecto de satisfacciones a los visitantes. 264
su ubicación y colocación en los paneles.
Los textos pueden ser orientativos, introducto- Tres son los tipos básicos de evaluación. El
rios o identificativos. Los textos orientativos son primero de ellos suele denominarse evaluación
los correspondientes a los títulos de la exposición conceptual del proceso, y se aplica al desarrollo
y es la primera información que recibe el público. del programa para evitar o corregir errores de
Pueden ser considerados como una guía concep- planteamiento. El segundo tipo, la evaluación fi-
tual para el visitante de lo que se expone. Contie- nal del diseño, forma parte de su ejecución, y se
nen un combinado de vieja y nueva información. realiza cuando el proyecto o la exposición están
Los textos explicativos no deben sobrepasar las 30 terminados. Por último, la evaluación sociocul-
o 60 palabras, y se colocan en paneles como am - tural o evaluación sumativa, como así se la lla-
pliación del título y subtítulos de la exposición. Los ma, analiza la efectividad de la exposición y se
textos identificativos, finalmente, corresponden a aplica cuando ésta ya es visitada por el público.
las cartelas de cada una de las obras u objetos. Para la consecución de resultados y descubri-
En este sentido, el conservador de museo y mientos, se necesita aplicar una adecuada me -
el diseñador de exposiciones deben realizar una todología. La evaluación exige, en este sentido,
escrupulosa actuación en la confección de los al menos los siguientes pasos en el proceso de
textos escritos 261 -de ellos depende gran parte de su planificación: 1. Identificación de las carác-
la comprensión del mensaje-, y observar ciertas terísticas a estudiar y criterios para evaluar. 2.
normas y sugerencias de los expertos, 262 así como Programa y técnicas de evaluación. 3. Recogida
también sobre la evaluación de la exposición. 263 de datos. 4. Valoración e interpretación de esos
datos. Lo que implica una utilización de me-
dios o procedimientos determinados, como son
9.3. Evaluación
la observación, los cuestionarios y la encuesta,
La evaluación, sinónimo de valoración, consiste para la elaboración del diseño y planificación de
en señalar a una cosa el valor correspondiente a una evaluación concreta .265
su estimación. Es un instrumento imprescindi- Las aportaciones de la evaluación están sufi-
ble tanto para conocer como para perfeccionar cientemente confirmadas técnica y experimen -
una actividad sociocultural tan importante para talmente en su aplicación sobre diversas áreas
el museo como es la exposición. de estudio, como puedan ser: perfiles de público,
impacto/opinión, espacio expositivo, soportes,
La evaluación es un término general que se refiere a comprensión, aprendizaje. 266
la valoración de muchos aspectos de la realización y Un instrumento imprescindible, como
en la actualidad se aplica frecuentemente a las expo-
siciones del museo en relación con su efectividad. «La
decimos, en el desarrollo de la función educa-
evaluación -nos dice Steven Griggs ( 1985)- debería tiva del museo, cuyo exponente máximo conti-
núa siendo la exposición, por más que ésta haya educativo, sino más bien a que, desde una perspectiva
acentuado en nuestros días sus perfiles teatrales artística, el diseño nunca podrá alcanzar un nivel ópti-
mo de definición. Indudablemente, los estudios sobre el
y dramáticos, y haya generado un intenso debate
visitante mejoran el profesionalismo, pero destruyen el
entre dos posturas diferentes en Ja interacción de «gancho» del trabajo . Es el camino que conduce a la ma-
consideraciones de orden educativo y comercial. yor precisión, pero también a lo menos sorprendente. 269
Las exposiciones, al aplicar conceptos propios
del teatro -los de dramaturgia y narrativa, entre Sea como fuere, habrá que tener muy en
otros-, muy cercanos a la metáfora y la abstrac- cuenta este debate, pero también, como reco -
ción, han centrado en ello el debate al que se mendación final, la doble que nos hace Belcher:
refiere Frank den Oudsten en su escrito titulado «Los espectadores son la savia de las exposi -
precisamente «La exposición como representa - ciones de los museos . Solamente cuando éstos
ción dramática» . En él contrapone esas dos co- entran por ellas y llenan los distintos espacios y
rrientes coexistentes hoy día: la defendida por los pasillos cobran vida estas áreas, en otro caso pa-
educadores «entusiastas» y la practicada por los sivas y muertas». Y hacer Ja mejor utilización del
creadores de exposiciones «ambiciosos». análisis de público y de la exposición, ya que «el
interés de la evaluación ha de estar en el uso que
Casi nunca se ha encomendado la supervisión (de la se haga de la información obtenida». 27 º
exposición temática) a un creador de exposiciones,
quien estaba en condiciones de convertir el cono -
cimiento y la sensibilidad de un conservador en un
material auténtico, y los dones estéticos del diseñador 10. El rol social del museo y el servicio
en una presentación coherente desde el punto de vista a la comunidad
dramático. 267

Y explica a continuación: Insistimos en que, desde la perspectiva de la


nueva museología, la función esencial del mu -
Desde un comienzo, el debate sobre este problema seo es ser un instrumento de desarrollo social y
tomó dos direcciones diferentes. Los educadores en - cultural al servicio de una sociedad democrática.
tusiastas dijeron: «Debemos saber más sobre lo que Pero ya en los años setenta se defendía que el
le gusta al público, a fin de lograr una presentación museo es ante todo una reflexión del hombre y
más eficaz del contenido ». Los creadores de exposi -
ciones ambiciosos dijeron: «Debemos ampliar aún
su actividad, de su entorno natural, cultural y
más nuestra visión y adquirir un mejor conocimiento social, y que habla un lenguaje específico: el del
de lo que el medio puede lograr en relación con una objeto, como «cosa real» que es, y expresión a
colección específica ». Estas dos tendencias se oponen través suyo de la cultura material.
más o menos diametralmente ».268 Una realidad comprobable ésta del rol social
del museo a lo largo de su historia, bien refle-
Frank den Oudsten defiende la introducción
jando el poder de la Iglesia o del Estado, bien
de «la dramaturgia y un mejor conocimiento en
ofreciendo la posibilidad de investigación y es-
las estrategias narrativas de la práctica de la ex -
tudio a los medios universitarios o escolares, o
posición». Y lo justifica de la siguiente manera:
Este enfoque, que consiste fundamentalmente en desa-
simplemente mostrándose como espejo de una
rrollar un concepto dramático, se basa en ideas completa - variedad de intereses -locales, colectivos, indi-
mente diferentes a las que subyacen en el enfoque de los viduales ... -, en una sociedad que simbolizaba y
«estudios sobre el visitante», dictado por consideraciones consagraba la magnificencia y el estatus social
de orden didáctico. Estos estudios constituyen un terreno del coleccionista, y que erigía el museo como un
movedizo como para que un diseñador de exposiciones
monumento glorificador de la ciudad.
intente colocar su visión sobre la materia en el primer
plano de una manera concisa. Esto no se debe a que En la actualidad, el museo pretende ser al
dichos estudios sean ineficaces desde el punto de vista propio tiempo que expresión de la comunidad
un instrumento a su servicio, tratando de rom- cultural. Se selecciona una cultura dominante
per la inercia anterior de manifestarse como una y es elevada a estatuto de «la cultura» en detri-
casa del tesoro ofrecido más a los visitantes turis- mento de la variedad de culturas existentes o que
tas que a la comunidad de su entorno inmediato. han existido en el territorio nacional. La cultura
El rol de la educación y de la actividad cultural de los «marginados», «Olvidados» y «Oprimidos»
del museo ha terminado afortunadamente por desarrolla el ámbito de elección de los «nuevos
implantarse como esencial en la sociedad con- museos» . El objetivo está en que todos los grupos
temporánea, afianzándose su cometido de expli- existentes en el marco del estado-nación tengan
car sectores del desarrollo cultural de la Huma- los mismos derechos y posibilidades de preservar,
nidad a través de los objetos y colecciones del valorar, utilizar y difundir su propia cultura» .271
pasado patrimonial, que se refieren tanto al área Sin duda, por estas mismas razones los res -
de lo antropológico-etnológico, como a las del ponsables de la Conferencia General del ICOM
histórico-artístico y del científico-técnico. de 1995 resaltaron sus características e impor-
En el programa de la citada Conferencia Ge- tancia: «Los museos comunitarios tienen mu-
neral del ICOM 1995, celebrada en Stavanger chos puntos en común: los visitantes tienen
(Noruega) se insistía en el rol del museo respecto relaciones entre ellos y con las exposiciones;
de la comunidad. «La gran mayoría de los mu- los museos comunitarios cumplen la función
seos del mundo -se justificaba- son instituciones de puntos de reunión para pueblos representa-
locales, formadas por sus comunidades respecti- dos en ellos y de medios de comunicación con
vas para preservar su herencia cultural especial. el mundo exterior; con frecuencia organizan
La población local a menudo ha desarrollado exposiciones vivas que se oponen a la simple
un fuerte sentimiento de propietaria de su mu - exhibición de «objetos en los muros»; por últi-
seo. Los museos, por otro lado, están caracteri- mo, son el lugar donde la comunidad organiza
zados por una participación directa y activa en sus fiestas y celebraciones. Otros aspectos que
la población, a través de conexiones con otras a menudo comparten son el bajo nivel de su
instituciones o grupos que trabajan en el campo presupuesto y la falta de reconocimiento que
cultural. Sociedades históricas locales han estado tienen a nivel nacional o internacional».
participando en este tipo de trabajo relacionado Y por estas mismas razones, reiteramos, el
con el museo, y contribuyendo así a reforzar la museo tiene que perfilarse y definirse en primer
conciencia del pueblo sobre su propia historia y lugar en favor de su comunidad, la de su entorno
su atracción por la identidad histórica.» inmediato o territorio antropológico, y compren-
Ésta es la razón primordial por la que el museo der las necesidades de todas y cada una de las
debe servir en primer lugar a su comunidad. Y en partes que la conforman: clases sociales, mino-
ella se basa el principal argumento de la nueva rías, elementos comunes, particularidades, etc.
museología para que se desarrolle un nuevo mu- Sobre esta base deberá redactarse el progra-
seo caracterizado por otros objetivos y prácticas ma museológico y el perfil de las colecciones;
que los del museo tradicional, tal y como lo ex- deberá formarse el equipo humano del museo,
presa por ejemplo Marc Maure cuando escribe: establecerse las actividades culturales, estructu -
«Para la nueva museología «el museo tradicio- rar los servicios al público y definir los medios
nal» -es decir, el modelo creado en el mundo más adecuados para la interpretación correcta y
occidental en el siglo xrx y que ha llegado a ser mejor difusión de sus colecciones. Es decir, debe -
sobre todo la norma para el desarrollo de la insti- rá enfocarse todo el proyecto a la medida y con -
tución museística- está profundamente marcado veniencia de la comunidad a la que debe servir,
por el proyecto de construcción de una cultura que es tanto como diseñar y ejercer el auténtico
nacional basada en el mito de la homogeneidad rol social del museo.
NOTAS AL CAPÍTULO 6 Exhibición. V. Organización y VI. III) El desarrollo y cuidado de las
El edificio. colecciones del museo. IV) El mu -
Dentro de la colección Museums Resulta representativo de una tra- seo y sus edificios. V) El museo y
and monuments, la UNESCO dedicó dición renovada el estudio colecti- sus gestión. VI) Recursos de ayuda
el volumen IX a The organization of vo Denkschrift Museen. Zur Lage der y servicios.
museums. Practica/ advice (también Museen in der Bundesrepublik Deuts- Otros profundizan y renuevan el
publicado en francés). Obra de va- chland und Berlin (West) [Memoria tratanliento y Ja concepción de es-
rios autores, consta de diez capítu- de museos. Sobre la situación de tos temas desde una perspectiva
los sobre El museo y sus funciones (por los museos en la República Federal más comprometida. Como lo hace
Douglas A. ALLAN), Administración Alemana y Berlín (Oeste)], Bonn, Susan M. PEARCE en sus numero-
de los museos (por Pierre SCHOM- Harald Boldt Verlag KG Boppard, sas publicaciones, y en concreto en
MER), El personal del museo (por 1974. (Analiza por taxonomías los su libro Museums, objeds, and collec-
D.D. ALLAN), Museos e investigación problemas y funciones del museo tions. A cultural study (Washington,
(por Hiroshi DAIFUKU), El museo y en nueve capítulos: Museos en nues- D.C., Smithsonian Institution Press,
el visitante (por H. DAIFUKU), Edu- tro tiempo (por Wilhem SCHÁFER), 1992), bajo estos 12 epígrafes: l.
cación en los museos (por Molly HA- El museo y el público (por Heiner Museos, objetos y colecciones. 2 .
RRISON), El laboratorio del museo TREINEN), Museos de naturaleza Objetos dentro y fuera de los mu-
(por Paul COREMANS), Colecciones: científica y de historia natural (por seos. 3. Coleccionar: cuerpo y alma.
su cuidado y almacenamiento (por Hi- Hermann AUER y W. SCHÁFER), 4. Coleccionar: conformar el mun-
roshi DAIFUKU), La exhibición (por Museos de historia de la cultura y arte do. 5. Museos: la razón fundamen-
P.R. ADAMS), Arquitectura del mu- (por Kurt BÓHNER, H. AUER y tal intelectual. 6. Constucción de la
seo (por Bruno MOLAJOLI), y Con- Gert van der ÓSTEN), La función del significación del museo. 7 . Signifi-
clusión (por G.H. RrvrERE). museo (por Gert van der ÓSTEN), El cación como función . 8. Significa-
2 De la estructura, organización, museo como instalación pública (por ción como estructura . 9 Significa-
gestión y administración del mu- Stephan WAETZOLDT), Epílogo ción en la historia. 1O. Objetos en
seo nos ocuparemos en el capí- sobre museos políticos (por S. WAET- acción. 11 . Problemas de poder. 12 .
tulo siguiente, pero adelantamos ZOLDT), Llamada de socorro urgente Proyectos y perspectivas.
ahora las áreas o secciones más para los museos alemanes desde 1971 y Pero, sobre todo, los más radical -
habituales en las que se asientan Examen general y recomendaciones). mente renovadores de las funcio-
y desarrollan sus diferentes fun- Innovador dentro de una cierta or- nes, objetivos y usos del museo
ciones, y cuyos organigramas (por todoxia actualizada es el volumino- actual son los defensores de la
áreas o por departamentos) resul- so Manual ofCuratorship. A Cuide to <<nueva museología», como he-
tan más o menos homologables o Museum Practice, Londres, Editado mos venido indicando.
coincidentes en la mayoría de las por M . A. Thompson, Butterwor- 4 Todo el tratado expresa bien desde
instituciones museísticas: A) Por ths/The Museum Association, un punto de vista histórico, bien
Áreas. l. Área de investigación cien- 1984. Obra colectiva, desarrolla en desde una perspectiva teórico-
tífica y técnica de la colección . 2. Área cuatro secciones generales Ja com- práctica las funciones propias del
de documentación. 3. Área de difusión plejidad de Ja conservación mu- museo en nuestro tiempo a través
y acción cultural. 4. Área de conserva- seística: I. El contexto del museo. de cuatro grandes bloques: Museo y
ción y restauración. 5. Área de admi- II. Manejo de Ja colección. III. Ser- sociedad lo contempla a través del
nistración. B) Por Departamentos . vicios del visitante. Y IV . Gestión y tiempo y el espacio, y en la situa-
l. Departamento de documentación . administración. ción actual; Museo y patrimonio in-
2. Departamento de conservación . 3 . Más recientemente, autores como cluye el estudio de dos funciones
Departamento de investigación y colec- Timothy AMBROSE y Crispin PAI- esenciales: la investigación y la
ciones. 4 . Departamento de difusión . NE, se han ocupado (en Museum conservación; en el Museo, instru-
5. Departamento de administración. Basics, Londres, ICOM-Routledge, mento de educación y cultura se de-
3 Así, por ejemplo, se sitúa dentro 1992) de aportar nuevos enfoques sarrollan cuestiones tan decisivas
de una posición convencional el sobre los diferentes aspectos y fun- como la de la presentación de los
enfoque del pequeño manual de ciones del museo actual en los seis objetos y la relación público-mu-
Gene W ADDELL, Colleding, Preser- capítulos de su estudio: I) Tipos y seo; La institución museística, por
ving, Exhibiting. A Theory of Museum El rol de los museos. TI) El museo último, comprende el estudio de
Work, Easley, Carolina del Sur (EE. y sus usos (33 importantes aspectos, Jos estatutos y organización, y la
UU.), Southern Historical Press, que van desde Los museos son para el arquitectura y la programación del
1984. Dedica al tema seis capítulos: público, El marketing, Introducción a museo.
I. El propósito de los museos. TI. la interpretación, La exposición, o Do- 5 Cfr. WADDELL, G., op. cit., pág.
Coleccionar. III. Preservación. IV. naciones, adquisiciones y préstamos). l. La función de «coleccionan>,
con independencia de ser para sido una característica del hombre - Oceánica : escultura de Nueva
el museo la primera en orden de desde los más remotos tiempos. Guinea.
importancia, es uno de los aspec- Desde los mismos comienzos han Oriental
tos que más ha preocupado a la sido esenciales para él la comida, China: bronce Shango Chou; va -
Humanidad en todos los tiempos, la ropa y las armas; ha aprendido sijas de gres Tang; escultura y pin -
y un tema de constante atención a acumular y ha necesitado alma- tura budista; jade tallado; caligra-
por parte de la literatura especiali- cenarlos para su futuro. Después fía; cerámica monocroma Ching,
zada en nuestro siglo; sobre todo, ha llegado el período en que ha muebles de casa, y seda bordada.
cuando se trata de coleccionar arte. coleccionado objetos como riqueza - India: escultura hindú.
Fruto de esta preocupación son personal y demostración de pres- - Japonesa : pintura monocromá-
los numerosos manuales y guías tigio. Con el aumento de compli- tica; espadas; kimonos; grabados
publicados para los coleccionistas cadas civilizaciones, se han incre- en madera .
privados, como son los que citamos mentado las oportunidades de - Islámica: caligrafía; cerámica de
en el apartado II. l. Colecciones y co- amontonar valiosos objetos, tales reflejos pintada; manuscritos ilu-
leccionistas, de la Bibliografía final de como armas y armaduras, sedas y minados; amplias alfombras teji -
este libro. La sola enumeración de tapicerías, oro y joyas. Principescos das con diseüos rectilíneos; hojas
los contenidos de algunos de ellos regalos decoraban palacios y tem- de metal.
no revelan cómo esta función obli- plos, cambiando de manos por las Occidental
ga a incluir y relacionar con ella a alianzas o con los matrimonios, o - Antiguo: fragmentos de arqui-
otras del museo. Por ejemplo, el de por la fortuna de la guerra . [... ] En tectura clásica; escultura y cerá-
Jeffrey H. LORIA, Callecting Original una fase posterior las colecciones mica griegas; retratos escultóricos
Art ( 1965), que lo desarrolla en 6 se han puesto de moda como un romanos.
capítulos: L Gusto, conocimiento y reflejo del buen gusto individual o - Medieval: textiles y mosaicos bi-
coleccionista. 2. Medios y técnicas. amplios intereses. Una vez que el zantinos; vidrios de color góticos.
3. Autenticación . 4. Dónde com- hombre ha tenido casa, riqueza y - Renacimiento: pintura italiana,
prar. 5. Enmarcado e instalación. familia, ha procurado coleccionar dibujos y escultura; pintura y gra -
6. Valor, precios y tendencias. O el libros, pinturas, objetos de arte bado nórdicos; grabados en ma-
de Lee ROSENBAUM, The Complete y curiosidades de la naturaleza». dera alemanes; tapices flamencos;
Cuide ta Collecting Art ( 1982), que lo ( «The museum and its functions», cordobán (cuero español) y meta-
hace más ampliamente en estos 10: en la op. cit. The organization of mu- listería española; tipografía.
l. ¿Qué coleccionar? 2. Negocios seums, 1960, pág. 13 .) - Ecléctico: muebles y platería in-
con comerciantes. 3. La acción en 9 !d., págs. 14-16. glesa; vidrio veneciano; muebles
subasta . 4. No sólo para millona- 1O Pueden encontrarse de esta clase, y tapetes franceses; porcelana; ha-
rios. 5. Alimenta a un artista ham- entre otros países, en los Estados bitaciones paneladas; pintura de
briento de hoy. 6. Convertirse en Unidos . paisaje al óleo; acuarelas; mapas
un perito. 7. Los grandes errores. 8. 11 No nos referimos aquí a centros grabados; joyas.
Proteger tus tesoros. 9. Cuando el especializados en exposiciones - Contemporáneo: fotografía; li-
coleccionista de arte se encuentra temporales, como las kunsthal/e, tografía; caricaturas; dibujos de
con el recaudador de contribucio- sino a instituciones museísticas arquitectura; arte comercial», (ap.
nes. l O. «Apreciación del arte» - que, por su estructura y organiza- cit., págs. 19 -20).
Coleccionar para beneficio. ción, o por el perfil y diseüo de sus 13 Douglas A. ALLAN se detiene
6 Op. cit., pág. 9. colecciones resultan sin coheren- (op. cit., 1980) en la génesis y los
7 Op. cit., pág. 37 . cia y funcionalidad adecuadas. problemas planteados por los di -
8 Douglas D. ALLAN afirma que 12 Algunos autores, corno Gene versos tipos de colecciones en los
«Lrna de las mayores tareas a rea- W ADELL], se atreven a sugerir un museos: «artes y oficios» y de -
lizar por el museo es traer ante los listado seleccionado de objetos a sarrollo histórico (págs. 14-16);
ojos las más fascinantes historias coleccionar en una visión enciclo- «sobre qué ideas deben estar ba-
de toda la historia del hombre del pédica del museo sobre las diver- sados los planes de los museos»
mundo pasado, mostrar cómo ha sas culturas. De este modo: (pág.16); sobre la cuestión de las
construido su conocimiento del «Primitiva. adquisiciones y las donaciones
mundo en que vive, y cómo ha - Indio-Americana: cerámica y (págs. 16-17) ; el campo de la his -
evolucionado su vida familiar, sus textil peruanos; escultura de la toria natura l (págs. 17-18 ); el área
artes y oficios, sus culturas y civili- costa NO; escultura de América de las colecciones de material et-
zaciones. Tales estudios muestran Central; cerámica Pueblo; cestería nográfico (pág. 18), etc.
cómo tardíamente en su historia enrollada . 14 Para Gert von der óSTEN, <da co-
ha desarrollado los museos, aun- - Africana : escultura de madera; lección, base a fin de cuentas de
que la creación de colecciones haya textiles. los museos, alcanza su éxito en las
adquisiciones sistemáticas» (op. cit. principios del siglo xvn para el no- la coincidencia de la mayor par-
Denkschrift Museen, 1974, pág. 141) . ble italiano Ciriaco Mattei. Existen te de los especial.istas); atribuído a
(Cfr. también Peter CANNON- dos ejemplares idénticos: uno, el (cuando no existe certeza, aunque
BOOKES, The nature of museum conservado en la Galería Doria sí argumentos suficientemente
collections, en Manual of Curatorship Panphili de Roma, que general- probados); réplica (cuando se de-
[ 1989], op. cit., págs. 115-126.) mente venía siendo considerado muestra la existencia de dos o más
15 Varias naciones han ratificado la como verdadero -en 191 O el la- obras de un mismo autor; diferen-
Convención de la UNESCO de moso historiador Lionelo Venturi ciándolas de la copia, aquélla rea-
1970 sobre la ilicitud de algunos apostó decididamente por su au- lizada por otro autor); del taller de
tipos de estas actividades. Pero tenticidad-; y el que se encuentra (si se pueden asegurar las coinci-
también a nivel regional se han actualmente en la colección de los dencias estílísticas y formales, etc.,
realizado acuerdos para evitar el Museos Capitalinos, considerado con las de un maestro conocido) ; y
saqueo o abuso sobre bienes cul- por la mayoría de los críticos e h.is- a la manera de (cuando no existen
turales. Así, en 1976, la Organiza- toriadores corno falso. Este último garantías fiables de pertenecer ni a
ción de Estados Americanos adop- había estado instalado en el des- un autor, ni a su taller o escuela,
tó la Convención de El Salvador pacho del que fuera inspector ge- pero cuyas características -fuera
sobre la protección de la herencia neral de Bellas Artes del Ayunta- de la época y de la corriente pre-
arqueológica, histórica y artísti- miento de Roma, Antonio Mufioz, cisa- le acercan a la impronta de
ca de las naciones americanas. de donde había pasado al despacho un autor o escuela conocidos y da-
El mismo propósito ha guiado la del alcalde Rebecchini. En 1953 lo tados. Exige un análisis minucioso
convención de 1969 del Consejo vio allí sir Denis Mahon, quien para no caer en falsa atribución).
de Europa sobre la protección de defendió desde entonces su au- 20 ALLAN, D. A., id., pág. 19.
la herencia arqueológica . El desa- tenticidad en contra de la opinión 21 Por falsificar cuadros de los más
rrollo y el afán de coleccionismo de Venturi y otros especialistas. La famosos pintores italianos, ya en
de los países industrializados no disputa ha durado unos 37 afias, 1671 tuvo lugar un proceso judicial
pueden justificar el más mínimo hasta que en febrero de 1990 un en Amsterdam contra Gerrit Uylen-
expolio de los países ricos patri- ordenador ha mediado en el litigio. burg, un discípulo de Rembrandt,
monialmente pero débiles en re - El ordenador ha analizado el soft- primo de su mujer Saskia. El pro-
cursos y protección. ware construido con el sistema del pio Miguel Angel, como se sabe por
16 «Este tipo de colecciones son ten - hipertexto -un sistema que permite el Vasari, real.izó una copia clásica
tadoramente baratas, pero el cos- fáciles confrontaciones en tre tex- de Cupido que enterró en una viña
to de preservación y exhibición tos, documentos técnicos e imáge- para darle aspecto antiguo.
de estos materiales normalmen- nes- y ha concedido a la obra de 22 Además de los capítulos dedicados
te excede con mucho su valor. la Pinacoteca Capitalina su asig- a las falsificaciones, reproducciones
Los costos pueden ser solamente nación al Caravaggio. Los resul- e imitaciones de obras de arte en
justificados cuando un objeto es tados fueron expuestos en la sala los tratados de museología, exis-
irreemplazable. La manía (hobby) de Santa Petronilla del museo ante te una amplísima literatura sobre
de coleccionar debería dejarse a numerosos críticos e historiadores, este tema, especialmente produ -
los individuos. entre los que se encontraban Giu- cida a partir de los años cincuenta
Aunque el valor económico es in- lio Cario Argan, Maurizio Calvesi, y sesenta, aunque ya en el siglo
útil para determinar el mérito esté- Pietro Pietrangelli, Cristoph From- pasado podemos encontrar algún
tico relativo de una obra, algunos mel, M.ichele Cordaro y el propio estud.io (como el de M. PRUNETII,
directores creen que no pueden Denis Mahon . Al confirmar las Awertimenti per distinguere i quadri
equivocarse si todo lo que adquie- tesis de este último, el ordenador originali dalle copie, Firenze, 1822),
ren cuesta por lo menos 5.000 dó- ha puesto en evidencia la probabi- y también en las prin1eras déca-
lares. Por este montante, sin em- lidad de que los dos cuadros sean das de nuestro siglo (como el de E.
bargo, es posible adquirir en todo del pintor, cuya práctica de real.izar BAYARD, L'art de reconaftre les frau -
caso una pintura secundaria impre- réplicas sobre un mismo tema está des, París, 1920). Entre otros que
sionista o innumerables obras de confirmada por otras obras. aparecen en la bibliografía al final
arte primitivo. Deben establecerse 19 En el estudio o ficha técnica de de este libro, adelantamos como
sensibles prioridades.» (WADDELL, una pintura, una escultura, un di- interesantes al respecto los estu-
G., op. cit., págs. 22 -23) bujo, un grabado, etc., el conser- dios de: E. PAUL, Geflilschte Antike,
17 ALLAN, D.A., op. cit., págs. 18 - 19. vador debe saber distinguir entre Leipzig, 1981, y Die Falsche Gottin,
18 Un ejemplo reciente que puede realizado por (cuando existe certe- Leipzig, 1962; G. SAUV AGE, Forge-
clarificarnos este tipo de situacio- za sobre el autor de la obra, basada ries, Fakes and Reproductions, Nueva
nes es el conocido lienzo San Juan en documentación original, en un York, 1965; R. G. REISNER, Fakes
Bautista que Caravaggio pintó a minucioso anális is científico o en and Forgeries in the Fine Arts. A Bi-
bliography, Nueva York, 1950; O. bían falsificado en el siglo pasado tándose la vida a principios de los
KURZ, uFakes».A handbook far collec- los italianos Alceo Dossena y Gio- años ochenta. En 1969 el escritor
tors ans students, Londres, 1948; 2a. vanni Batistiani, especializados en Clifford IRVING le había dedicado
ed. Nueva York, 1968; F. ARNÁU, el renacimiento florentino. su libro Fake! The Story of Elmyr de
El arte de falsificar el arte. 3.000 años de 26 Hasta mediados de siglo, en pin- Hory the Greatest Art Forger of Our
fraudes en el comerdo de antigüedades, tura destacan los casos de F. W. Time, Nueva York, McGraw-Hill
Barcelona, Noguer, 1961. Rohrich, un falsificador alemán Company, 1969, 243 págs .
23 Por ejemplo, la falsificación de especializado en Cranach el Vie- 28 Falsificaciones de objetos orien-
monedas. (Cfr. J.P.C . KENT, Coins: jo; y, sobre todo, el holandés H. tales y precolombinos llenan el
fakes and forgeries , en Manual of Cu- van Meegeren, quien entre 193 7 mercado occidental desde los años
ratorship, op. cit., 1984, págs. 371- y 1943 consiguió llevar a la per- setenta, y hasta el de las propias
373, con bibliografía específica.) fección aparente la fabricación de áreas de origen . Bronces chinos
24 El descubrimiento de las pinturas maestros holandeses. Consiguió primitivos y cerámicas de las di-
murales de Pompeya causó gran vender al Museo Boymans de nastías Ming, Sung y Tang, escul-
conmoción. De ello se aprovechó Rotterdam dos falsificaciones de turas indias medievales, todas fal-
un pintor llamado Giuseppe Gue- Peter de Hooch y seis Vermeer de sificadas, conviven en el mercado
rra, quien falsificó gran cantidad Delft. con escrupulosas copias precolom-
de pinturas de esta época roma- 27 La obras gráficas de Dalí y de binas (placas, máscaras de piedra,
na transformando fragmentos de Miró han sido especialmente pro- estatuillas, cerámicas .. . ) realizadas
frescos renacentistas. Algunas de picias a la especulación, manipu - en las ciudades mejicanas de Tax-
estas pinturas han llegado a mu- lación y falsificación, provocando co y Teloapán, difíciles de detectar
seos famosos -como el Louvre, lógicamente numerosas actuacio - 29 Como ya adelantamos de algú.n
que posee una- de las cerca de nes policiales y judiciales. Tam- modo al tratar de la función de
un centenar que adquirieron los bién sus pinturas. Jacques Dupin, u coleccionar», cuando los riesgos
jesuitas para su Museo Kirchne- catalogador oficial de las obras de económicos en la compra de las
riano de Roma, de donde pasaron Miró, ha denunciado frecuente- obras sean importantes, podrá jus-
a otros coleccionistas. mente -suele ver, asegura, una tificarse mejor una consulta cara a
25 En 1863 el Vaticano vendió al media de tres cuadros falsos a la expertos del exterior. Y ordinaria-
Museo del Louvre la colección semana- la producción espúria mente el precio de compra no tie-
Campana, en la que su propio en los mercados más activos, Ita- ne por qué ser abultado. Lo normal
conservador Pietro Penelli había lia, Estados Unidos y Japón, sobre es que el conservador tenga que
introducido diveras piezas falsifi- todo. De 1950 datan ya las pri- contar en su conocimiento con las
cadas por él. El British Museum meras falsificaciones, que adqui- características de la mayor parte de
fue también víctima de las habi- rieron un gran desarrollo a partir piezas y con la cooperación de un
lidades de este falsificador, a1 ad- del auge experimentado por Miró reputado marchante. Actualmen-
quirir en 1873 una tumba etrusca en los EE.UU. en 1960. Una au- te, la adquisición de obras es rela-
fabricada por Penelli. téntica invasión del mercado se tivamente rutinaria para algunos
Entre otros famosos ejemplos de produjo desde la muerte del artis- autores, desde el punto de vista de
falsificación citemos también el ta en diciembre de 1983. que no es diferente el suyo de cual-
del orfebre de Odessa l. Ruchomo- En España, donde en los últimos quier otro proceso de adquisición
vsky, quien falsificó La tiara de Sai- años han aumentado las falsifi- de bienes. Pero está claro que un
tafernes (rey escita del siglo m a.C.), caciones de obras de Miró y de museo solamente puede conocer si
coincidiendo con la excavaciones Dalí pero también de otros, como sus recursos han comenzado a ser
de los túmulos escitas de Ucrania. Sorolla, Solana (de quien hemos bien utilizados si se es consciente
En 1896 apareció en el mercado podido analizar personalmen- de qué es lo válido y qué es lo que
de antigüedades de Viena, donde te más de un centenar de obras se solicita para esta misión. Debe
fue rápidamente adquirida por el falsas), Grau Sala, etc.-, se hizo decidir de antemano qué es lo que
Louvre. Una campaña de prensa célebre el falsificador residen- más necesita y cuánto puede tener.
desató la duda sobre su autenti- te en Ibiza Elmir de Hory, cuya Es decir, tanto las adquisiciones
cidad, que fue confirmada final - maestría en la fabricación de pi- como otras formas de ingreso de
mente por su autor ante la policía. cassos, matisses, modiglianis, etc., las obras en un museo deben estar
Los museos norteamericanos de rayaba en la perfección . De Hory, sometidas, como hemos comenta-
Cleveland y St. Louis expusieron que no firmaba los cuadros - do, al rigor de un realista programa
como auténticas durante años una otros lo hacían por él-, no pudo museológico.
escultura renacentista de Minerva aguantar la presión de las críticas 30 STONE, Sheila M., «Documenting
y una terracota representando a y demandas judiciales que se cer- collections», en Manual ofCurator-
Diana, respectivamente, que ha- nieron finalmente sobre él, qui- ship, op. cit, pág . 127.
31 Id., págs. 127 -135. Acompaña bajo ha creado las listas de cate- dos por los museos para gestionar
Sheila M. Stone su explicación con gorías específicas para objetos de la información concerniente a sus
modelos de fichas de la británica arte y de arqueología. Otro grupo colecciones o de aplicabilidad a sus
Museum Association para piezas coordina las iniciativas relativas funciones de la conservación. Los
de geología, en las que constatan al vocabulario y a la terminología propósitos primarios de tal sistema
los aspectos de identificación, co- con el objeto de afinar las infor- incluye la ayuda del control y uso
lección, almacenaje, adquisición, maciones contenidas en los distin - de las colecciones y la seguridad
descripción, proceso de conserva- tos campos. (Para recibir informa- de Ja preservación de la informa-
ción y restauración, documenta- ción: Toni Petersen, Chair, Data ción sobre el patrimonio cultural
ción, registro, gestión, acceso, uso, Terminology WG, Art and Archi- y ambiental. Pueden incorporarse
visitable o no, historia, pautas, ob- tecture Thesaurus, 62 Stratton medios para ayudar a colocar las
servaciones ... Es decir, desarrolla Road, Williamstown, MA 01267, piezas, gestionar los movimientos
en el texto y explicita en las fichas EE.UU. Tel. (1-413) 458-2151. internos y los préstamos exter-
la información, registro, inventa- Fax: (1-413) 458-3757.) Otro nos, aplicar los procedimientos de
rio y catalogación de las piezas. grupo analiza toda la información seguros, garantizar las verificacio-
32 Dirigido por Andrés Carretero Pé- que los museos utilizan para la nes e inventarios, y Ja preparación
rez, el equipo lo han formado Ma- gestión, la investigación, la ex- de publicaciones y conferencias,
rina Chinchilla Gómez, Pilar Barra- posición y la conservación de los proveer fuentes de investigación,
ca de Ramos, M' Dolores Adellac objetos, facilitando la relación en - ayudar al desarrollo de las mues-
Moreno, Isabel Pesquera Vaquero tre las distintas fuentes de infor- tras y exposiciones, e incluir una
y Eva María Alquézar Yáñez. mación. (Katherine Spiess, Chair, provisión para el almacenamiento
33 Existen dos centros internaciona- CIDOC, Data Model Working a largo plazo y acceso a los datos. »
les de documentación en París que Group, Office of the Registrar, (Introduction, pág. l.)
constituyen la red de documenta - National Museum of American 35 En 1942, el Ministerio de Edu-
ción UNESCO -ICOM-ICOMOS . History, Room 5204, MRC 626, cación Nacional español a través
El UNESCO-ICOM Documentation Washington, D.C. 20560, EE :UU. de Ja Dirección General de Bellas
Centre (Maison de l'UNESCO, 1 Tel. (1 -202) 357-1894. Fax: (1- Artes y la Inspección General de
rue Miollis, 75015 Paris, (Tel. : 45 202) 633-9290 .) Museos Arqueológicos aprobó
68 28 49]), fundado en 1946 y 34 Por ejemplo, el estudio de E. POR- (O.M. de 16 de mayo de 1942,
confiado al ICOM en 1948, atien - TA, R.M. MONTSERRAT y E.M. B.O.E. núm. 157, 6 de junio) unas
de el campo de la museología y el ORRAL Sistema de Documentación Instrucciones para la redacción del in-
de las operaciones y servicios del para Museos, Barcelona, ICOM/ ventario general, catálogos y registros
museo. Éste une los datos de base Departament de Cultura de la Ge - en los museos servidos por el cuerpo fa-
bibliográficos (ICOMMOS) con el neralitat de Catalunya, 1982 [84 cultativo de archiveros, bibliotecarios y
UNESCO-ICOMOS Documentation págs., con fichas e il.], en princi- arqueólogos, publicadas en Madrid,
Centre (International Council on pio orientado a uso restringido de Aldus, S.A., 1942.
Monuments and Sites, fundado Cataluña, pero ampliado para su En ellas, se explican los conceptos,
en 1965, y con sede en 75 rue du difusión general. funciones y configuración en la
Temple, 75003 Paris, [Tel.: 42 77 En el aspecto de las peculiarida- práctica del «Inventario general»,
35 76]). El Comité Internacional des -y dentro de una amplia bi- del «Catálogo sistemático», del
del ICOM que se ocupa de estos bliografía que aparece al final del «Catálogo monográfico» y de Jos
problemas es el CIDOC (Centro de libro-, es fundamental la obra de «Registros de entrada de objetos
Documentación UNESCO-ICOM), R. B. LIGHT, D.A. ROBERTS y J.D. en propiedad y en depósito»; pre-
que fue fundado en 1966. El CI- STEW ART Museums Documentation senta de cada una de estas opera-
DOC estudia, elabora, mejora y Systems. Developments and Aplica- ciones un cuadro esquemático, y
difunde normas documentales tions, Londres, Batterworths, 1986. ofrece la reproducción facsímil de
por medio de sus grupos de tra - Estudian diversos sistemas de do- modelos utilizados entonces para
bajo especializados en distintos cumentación en museos y cen- estas funciones por diversos mu-
proyectos. En 1978 se creó una tros de Canadá, Estados Unidos, seos españoles.
primera lista de normas de in- México, Reino Unido, Francia, 36 El número de orden del registro
formación mínimas o «campos», Italia, Países Bajos, Suecia, Hun- debe ser siempre correlativo, una
publicada en Museum (Robert G. gría, la antigua URSS, Australia, numeración simple (324, 325,
CHENHALL y Peter S. HOMULOS, y los realizados por agencias in- 326, etc.), de acuerdo con la en-
«Normes d'information muséolo- ternacionales (la UNESCO-ICOM, trada cronológica de las obras en
gique») París, UNESCO, 1978, entre ellas). «La frase «sistema de el museo . Creemos que utilizar
vol. XXX, nº 3/4, págs. 205-212 . documentación del museo» se re- una numeración doble (núm. de
Posteriormente, un grupo de tra- fiere a los procedimientos utiliza- control de año + núm. de orden
del año: 90 .1, 90.2, 90.3, ... 91.1, 39 A efectos de inventario, entran en 43 Las fichas, en cambio, se reco-
91.2, 91.3, etc.,= el objeto núm.l, este listado los fondos propios del mienda que sean de formato DIN
núm. 2, núm. 3 .. .de 1990 o de museo y los depósitos, no así los A-4 en posición vertical (29,7 x
1991) para el registro por parte de préstamos para exposiciones tem- 21 cm.) y deberán incluir los datos
algunos museos cuando entran porales, que tampoco se inscriben a inscribir en el libro de registro
en bloque un conjunto de obje- en los libros de registo anterior- y a constituir las básicas del in-
tos, no contribuye demasiado a la mente descritos. Los préstamos de- ventario general. Suelen utilizarse
claridad y simplificación del mis- ben, sin embargo, ser controlados otras complementarias para los
mo. Defendemos una sola nume- administrativamente tanto en su diversos catálogos.
ración para cada objeto que entra recepción como en su salida del En el Sistema de documentación para
en el museo. Otro asunto es la nu- museo . museos (Barcelona, 1982) citado,
meración del inventario. 40 Instrucciones (1942), op. cit., pág. 15. además de analizar la situación del
37 Como veremos, la numeración Para el Reglamento de Museos registro, inventario y catalogación
del inventario puede coincidir con de Titularidad Estatal citado el en museos catalanes, se desarrollla
la recomendación del ICOM para inventario «tiene como finalidad un «Método de documentación »,
el registro de las obras, con una identificar pormenorizadamente que incluye desde las definicio -
triple cifra y según este orden : l. los fondos asignados al Museo y nes pertinentes a la diferencia-
Año de entrada abreviado 2. Núm. los depositados en éste, con re- ción entre compras, donaciones,
de entrada, y 3. Núm. de orden ferencia a la significación cien- préstamos y depósitos; desde la
dentro de la colección del museo. tífica o artística de los mismos, y numeración de los objetos (sis-
(Por ejemplo: 92/125/3.580; se conocer su ubicación topográfi- tema de un solo número, de dos
trataría del objeto 125 que hubie- ca. Este inventario se llevará por y de tres; elección de un sistema,
ra entrado en el museo en J 992, y orden cronológico de entrada de numeración de colecciones sepa-
que haría el número 3.580 entre los bienes en el Museo» (Cap. V, radas, recomendaciones y coloca -
todos los de la colección .) an. 12,1.a.). Una descripción de ción del número en el objeto) a
38 En España, por Rea l Decre- funciones que en algunos puntos las bajas de los objetos, el libro de
to 620/ l 987, de JO de abril, se no concuerda con la normativa registro, fichas del inventario ge-
aprueba el Reglamento de Mu- de 1942: en la «referencia» o «no neral, esquema de documentación
seos de Titularidad Estatal y del referencia » a la significación cien- en un museo, catálogos, clasifica-
Sistema Español de Museos. En su tífica o artística de las obras y a su ción genérica (de los objetos), no-
capítulo IV, art. JO se trata de los ubicación topográfica . menclaturas, archivo fotográfico,
tres tipos de Registros de los fon- Pensamos que algunos de estos aplicación del sistema (a museos
dos que deben realizar los museos aspectos son más bien propios de arqueológicos y a museos de cien-
adscritos al Ministerio de Cultura: los diferentes tipos de catálogos cias) y uso de ordenadores.
a) de la colección estable del mu - (monográficos, sistemáticos, razo- 44 Además del Museum Documenta-
seo; b) de los depósitos pertene- nados, topográficos), por más que /ion Systems (1986) citado, sobre
cientes a las Administraciones pú- los datos inscritos en el inventa- la utilización de ordenadores en
blicas; c) otros depósitos de otro rio referencien y valoren de algún estas funciones museísticas, re-
tipo de titularidad que ingresen modo la significación de las obras, comendamos el estudio The deve-
en el museo. En el art.11 trata de pero sin un desarrollo expreso. lopment of computer-based documen-
la Inscripción de fondos, donde dice 41 De acuerdo con lo expresado en la ta/ion de D. Andrew ROBERTS
obliga expresamente a: «a) Ser nota 36. (uno de los autores del anterior)
inscritos en el Registro correspon- 42 Los libros de registro e inventa- en el también citado Manual ofCu-
diente conforme a lo dispuesto rio deberán tener el papel de alto ratorship (1984), págs. 136-141.
en el artículo anterior, por orden gramaje, ph neutro (no ácido), se 45 Una de las obligaciones del conser-
cronológico de su ingreso, hacien- recomienda que sean de formato vador y del director de un museo
do constar los daros que permitan apaisado para que quepan mejor es conseguir contribuciones de
su perfecta identificación y, en su los datos, y tienen que estar en- objetos donados o en depósito, es-
caso, el número del expediente cuadernados. Los enunciados y pecialmente cuando resultan esen-
relativo al depósito. En este regis- casillas ocuparán para cada blo- ciales para completar el diseño de
tro se anotarán las incidencias ad - que de conceptos la doble página las colecciones expuestas y no es
ministrativas de todos los bienes. (desde la izquierda a la derecha), factib le la adquisición de aquéllos.
b) Ser marcados con su número numeradas correlativamente sólo Una tarea esencial y similar a la de
de inscripción en dichos Registros las segundas, las de la derecha . la compra de las obras, pero con
mediante la impresión de aquél Los datos se anotarán rigurosa- unas connotaciones éticas y unas
por el procedimiento más adecua- mente correlativos en los interli- consecuencias peculiares. Si todo
do a la naturaleza de los fondos» . neados horizontales. lo ofrecido a un museo fuera acep -
tado, seguramente no encajaría las instalaciones, de acuerdo con tory Programme» ( 1972) para los
en las líneas de un coleccionismo las necesidades actuales. museos de aquel país, y el Inventai-
sistemático y necesitaría otros es- Dos ejemplos que pueden ilus- re Général des Richesses Artistiques de
pacios o salas diferentes. Eso, en el trar perfectamente este tema, la France.
caso de que las obras fueran como son la rigidez de los estatutos de El enorme desarrollo adquirido
se supone de suficiente o resaltado The Barnes Foundation ( 1922), por la informática en los museos
nivel y categoría. Lo contrario se- en Filadelfia, cuya extraordinaria queda claramente expuesto en el
ría un grave error, tan grave o más colección de arte de las primeras Museum Documentation Systems ci -
que en la utilización equivocada vanguardias no puede sufrir la tado. Ultimamente, el ICOM está
de los presupuestos públicos para menor alteración museográfica; y impulsando (desde 1989-1990)
adquisiciones de obras. El museo los del museo creado por Isabella una red europea de museos a
debe saber captar la ayuda de un Steward Gardner ( 1840-1924) en través de los ordenadores. El Eu -
donante, pero nunca aceptar ob- Boston, en 1886, bajo el aseso - ropean Museums Network (EMN)
jetos cuya calidad no es de museo ramiento hoy ya anticuado pero pretende poner una primera fase
o, insistimos, la de aquéllos que inalterable de Bernard Berenson. en experimentación con sólo nue-
no potencian el perfil de la colec- Por último, el museo debe tener ve museos (entre ellos, el Museo
ción. El público acude al museo a muy claro que su compromiso no Arqueológico Nacional y el Mu-
contemplar obras representativas, es promover el valor económico seo Nacional Centro de Arte Rei-
de un valor y significación indu- de las obras de arte, aunque sí na Sofía, los dos en Madrid), que
dables. Acertar en la aceptación de exhibir las de mayor calidad sig- todavía no está resuelta. Este pro-
una donación o un depósito con- nificativa y representattiva, casi yecto -integrado en el programa
tribuye también a la mejor labor siempre las mejor valoradas. RACE, que utilizará ordenadores
de proyección cultural, y a la satis- 46 En 1970-1971, la revista Museum modulares Macintosh de Apple-,
facción del donante. de la UNESCO dedicó su vol. XXIII, permitiría a los visitantes acceder
Las donaciones y depósitos admi- núm. 1 a los ordenadores y la au - a la información gráfica y docu -
ten variaciones y obligan por ello tomatización de los catálogos en el menta l relativa a los fondos de
a diferentes estipulaciones en el museo. Citamos los artículos de : V. los museos incluidos en la red .
acuerdo o documento de donación ELISEEF, «Musées et ordinateurs» La información combinaría, en
y depósito. El conservador debe no (págs. 3-4); D.F. CAMERON, su caso, texto, imágenes, sonido
hipotecar por medio de algunas «Musées, systemes et ordinateurs» y vídeo. Es decir, una utilización
cláusulas de la operación el futu- (págs. 11 -14); E. ELLIN, «Considé- de tecnología multimedia y redes
ro en libertad de las colecciones, rations sur la création de banques de banda ancha. (Véase también
cambios y perfil del museo . Por de donnés muséographiques aux AA.VV. «La informatización de
supuesto, los depósitos que no lo U.S.A.» (págs. 18-20); J. CUISE- los museos. Experiencias a ni-
sean por un período indefinido, no NIER, «Perspectives pour une utili- vel mundial», en Computerworld,
deben ser catalogados nunca como sation d'un systeme d'information núm. 400, Madrid, 8 de junio de
parte de las colecciones. Tampoco automatique au Musée des Arts 1990, páginas 49 -58.)
deberían aceptarse si el deposi - et Traditions populaires, Paris» 47 Véase la nota 120 del capítulo V.
tante exige imponer unas condi- (págs . 37-45); G. BERGENGREN, 48 El interés por la informatización del
ciones en las que -aunque en ese «L'automatization du catalogue museo nació, de modo general, por
momento pudieran cumplirse- se des colections des musées en Sue- la iniciativa de los conservadores
prevé una cierta imposibilidad de de» (págs. 53-55); P. OLCINA, «Le responsables de la gestión de las co-
cumplimiento en un inmediato fu- centre UNESCO-ICOM: la docu- lecciones y la documentación de los
turo. Tampoco deberían aceptarse mentation au service du muséolo- objetos que las componen. Actual-
este tipo de condiciones o cláusu - gue» (págs. 59-60) . mente, la informatización se ha di-
las en el acuerdo sobre las dona - Los iniciadores del uso informá- versificado hacia asuntos de carácter
ciones. Aunque ésta sea, eviden- tico en los museos fueron, desde más general y al trabajo de oficina,
temente, la fórmula mejor para el finales de los sesenta aproxima - como son los de administración,
enriquecimiento de las colecciones damente: el grupo inglés de Lei- información y comunicación, colec-
de un museo, la falta de previsión cester, que se constituyó al final ciones e investigación, y programas
en el pasado hace que muchos como Informarion Retrieval Group of públicos (exposiciones interactivas,
museos y fundaciones estén en the Museums Association (IRGMA}, publicaciones, instalaciones y ser-
este momento amordazados, sin el también inglés MDA Information vicios para el público, etc.). Obvia-
posibilidad tanto de modificar el (Museum Documentation Association) mente, necesita crear estructuras de
perfil de la colección y su exposi- de Cambridge, la Canadian Heritage base de datos de archivo adminis-
ción permanente, como de moder- Information Network (CHIN, con su trativo, de catalogación de fondos
nizar incluso museográficamente inicial «Canada's National Inven- museográficos, de catalogación de
fondos documentales, de catalo- lia ROSE, Courrierspeak. A phrase Bastan, y en 1930 el Metropolitan
gación de fondos bibliográficos, de book for courriers of museum objects, Museum of Art de Nueva York.
reproducción, de movimientos y Washington y Londres, Smithso- Además de los pertenecientes al
bajas, de conservación, de docu- nian Institution Press, 1993). museo, en el siglo xx han surgi-
mentación gráfica, etc. En 1984, Concha VELA publi- do numerosos e importantísimos
Recordemos que en Espai'ia vie- có un expresivo análisis sobre laboratorios independientes. Es-
ne trabajando desde hace afias la estructura y funcionamien- pecializados en el estudio y con-
y muy positivamente al respecto to de uno de los paradigmas de servación de las obras museísti-
Ja Comisión de Normalización Departamentos de Registro, el cas -especialmente de arte- y del
Documental de Museos, que del MOMA, con este título: «El patrimonio en general, ya hemos
ha publicado el citado volumen «Departamento de Registro» del citado algunos -véase el cap. III,
Normalización documental de mu- MOMA de Nueva York: la im- en especial la nota 20-, como el
seos: elementos para una aplicación portancia del «Departamento de Institut Royal du Patrimoine Artis -
informática de gestión museográfica, Registro» como base de la organi- tique, de Bruselas, creado en 1938;
Madrid, Ministerio de Educación zación de los museos», en Boletín el Istituto Centrale del Restauro de
y Cultura, Dirección General de Anabad, XXXIV, núms . 2-4, Ma- Roma, fundado en 1959 bajo el pa-
Bellas Artes y Bienes Culturales, drid, 1984, págs. 239-262. trocinio de la UNESCO; Conserva-
1996. Por su parte, el problema del mo - tion Analytical Laboratory (CAL),
49 SARASAN, Lenore, «Why mu- vimiento de los objetos lo han es- en el Museum Support Center, del
seum computer projects fail», tudiado Rosa M. MONTSERRAT y Smithsonian Institution de Wash-
Museum News (Washington, D.C., Eduard PORTA en Moviment . Mo- ington, en Maryland; The Getty
American Association of Mu - viment d'objectes d'un museu. Formes Conservation Institut, en Marina
seums) , vol. 59, nº 4, págs . 40-49. de seguiment i control, Barcelona, del Rey, California; el CCI/ICC de
50 Museum internacional, 181, París, Generalitat de Catalunya, 1991 . Otawa, Ontario, Canadá; el !CO -
UNESCO, nº 1, 1994. El Sumario 52 Véase Ja nota 18 de este capítulo. MOS de París; el IIC de Londres o
refleja en su sola enumeración 53 El laboratorio de museo ha adqui - el ICRBC de Madrid, hoy IPHE.
el interés de este número mono- rido un desarrollo notable en nues- 54 MILLS, J.F.M., op. cit., (1973),
gráfico: Sistemas informáticos y tro siglo, pero tiene sus orígenes en 1977, pág. 23.
normas sobre información en los el anterior. El primero de todos - 55 El citado CAL de Washington D.C.
museos, Partir de cero: la intro- hoy ya no existe- fue el instalado es un ejemplo de infraestructura
ducción de computadoras en los en 1833 en el entonces Staatliche completísima: l. Almacén de de-
museos, Cómo manejar el cambio: Museum de Berlín. Fue a partir de pósito. 2. Estudio fotográfico. 3.
del fracaso al éxito en Ja National la Primera Guerra Mundial cuan- Conservación de muebles. 4. Al-
Gallery de Canadá, Los museos do se produjo de hecho el impul- macén de máquinas. 5. Materia-
como centros de información, Las so a la instalación de laboratorios les científicos . 6. Conservación de
computadoras y la gestión de los en los museos. El British Museum objetos. 7. Un triple espacio para
museos, La informatización de de Londres instaló uno pequeño la radiografía, microscopio elec-
los inventarios de las colecciones con el fin de analizar y reparar los trónico y la difracción de rayos-X.
de los museos en África, La docu- dai'ios sufridos por las obras alma- 8. Conservación de pinturas. 9.
mentación de colecciones se abre cenadas en los subterráneos de la Conservación de papel. 10. Con-
nuevos caminos en Chequia y en ciudad, puestas allí a salvo de las servación de tejidos. 11. Cabina
Eslovaquia, Automatizando el fu- bombas alemanas. Más de seten- de fumigación. 12. Instrumenta-
turo, Computadoras en el museo: ta ai'ios después, este laboratorio ción analítica, con sala oscura y
guía de fuentes de información. inicial ocupa ya todo un edificio, microscopio . 13. Prueba física e
51 RO WLISON, Eric B., Rules for Han- cada vez mejor dotado en medios investigación mecánica. 14. Sala
dling Works of Art, Nueva York, materiales y humanos, y donde se de arqueometría. 15. Química or-
The Museum of Modern Art, De- tratan todo tipo de objetos del pa- gánica. 16. Microquímica.
partment of the Registrar, 1987 trimonio cultural, a excepción de El CAL está dotado de los mayores
.[Versión en espai'iol Reglas para el las pinturas de caballete. adelantos tecnológicos, un perso-
manejo de obras de arte, 1987], pág. Siguiendo este ejemplo, en 1925 nal superespecializado y dispone
28. (Cfr. también Marjorie SHE- abrió su laboratorio el Louvre, es- de otros espacios para la informa-
LLEY, The Ca re and Handling of Arts pecializado, en cambio, en el aná- ción, seminarios de trabajo y otras
Objects. Practices in The Metropolitan lisis de pinturas, cuyas instalacio- actividades.
Museum of Art [1987], third prin- nes actuales están dotadas de los Como la propia institución se
tring (revised), 1992; Jill SNYDER, mejores adelantos tecnológicos. define, el MSC-CAL está com-
Caring for your Art, Nueva York, Dos ai'ios más tarde, en 1927, lo prometido en la investigación
Allworth Press, 1991 ; Carde- hizo el Museum of Fine Arts de de la conservación y estudio de
los objetos de los museos y de este tipo de materiales; este ins- plata de una hebilla medieval, to-
otros materiales de importancia trumento es usado también en un talmente cubierta de orín, desde
histórica . Dentro de sus áreas de programa de identificación de sus- la que pudo afrontarse con éxito
competencia sirve también como tancias orgánicas de importancia su total restauración.
un recurso para el apoyo científi- histórica o antropológica. Una sec- 59 El Retrato de Julio II (1512) de Ra-
co y técnico a varios museos del ción estudia el diseño de sistemas fael, conservado en los Uffizi, Flo-
Smithsonian así como a la más de micro y macro clima, y de sus rencia, fue considerado durante
amplia profesión museística. Es- efectos sobre objetos y sobre edi- mucho tiempo corno una copia.
tas actividades se desarrollan en ficios. Los esfuerzos del equipo en Entre otras pruebas, los rayos X
tres departamentos: arqueome- el departamento del tratamiento demostraron la dificultad de que
tría, ciencia de la conservación y de la conservación están dirigi- los cambios y experimentos in-
tratamiento de conservación. El dos especialmente al desarrollo ternos hubieran sido obra de un
departamento de arqueometría y mejora de la tecnología de los copista, preocupado siempre de
se ocupa de los estudios e investi- procedimientos de conservación. la apariencia exterior. El análisis
gación de procedencia arqueoló- En este departamento, grupos pictográfico demostró así mismo
gica, tecnología antigua, datación de especialistas en materiales y la existencia del aceite de nuez
y prospección, así como de los tipos de objetos, realizan los tra- corno ingrediente, característica
estudios que implican la autora- tamientos de las colecciones de de la obra de Rafael.
diografía de neutrones inducidos piezas del Smithsonian, especial- A este respecto, recomendarnos la
en el arte histórico. Esta investi- mente aquellos que presentan tal obra de Daniel GRAHAM y Tho-
gación se desarrolla utilizando las complicación de problemas que se mas EDDIE X-Ray Techniques in
instalacioes del CAL, en colabo- necesitan las más altas habilidades Art Galleries and Museums, Bristol
ración con el National Bureau of científicas e instalaciones presen- y Boston, Adarn Hilger Ltd., 1985.
Standars, Brookhaven National tes en el CAL en orden a encontrar Su contenido aborda: La unidad
Laboratory, de la Universidad de una solución. Este trabajo, parte de rayos X; Película de rayos X y
Maryland, y con otras institucio- del cual a menudo se ha hecho en pantalla de alta frecuencia; Proce-
nes cuando se precisa. El Smith- cooperación con el equipo cientí- dimiento de la película de rayos X:
sonian Archaeometric Research fico, conduce a un general trata - desarrollo, fijación, lavado y seca-
Collection and Records (SAR- miento metodológico. do; Procedimiento manual de pelí-
CAR) combina una investigación 56 Con este método, por ejemplo, el cula de rayos X; Procedimiento au-
de base de datos químicos, físicos, Stedelijkmuseurn de Amsterdam tomático; La cámara oscura; Toma
metalográficos, petrográficos y ha detectado numerosas falsifica- de radiografía; Consideraciones
otros de muestras de indagación ciones de Van Gogh. teóricas sobre la radiografía; La ra-
arqueológica, cuando es posible, Con él se podido determinar tam- diografía de pintura de caballete;
con el almacenamiento físico de bién, entre otros, el origen de una La radiografía de piedra y madera;
las muestras . placa miniatura de mosaico vi- Técnicas especiales radiográficas;
Los científicos en conservación driado (realizada en Alejandría, Protección contra la radación.
están comprometidos con una siglo 1 antes o después de C.) al 60 La imagen de esta prueba ilustró
amplia variedad de estudios en comparar su composición con las la cubierta del catálogo de la expo-
la composición de materiales en distintas utilizadas en el mundo sición La vida misteriosa de las obras
objetos históricos y las influen- antiguo. maestras. La ciencia al servicio del arte,
cias de estas composiciones sobre 57 Un difractómetro de rayos X ex - realizada por la Réunion des Musés
las propiedades de los materiales. presa en forma gráfica los resulta - Nationaux de France, bajo el comi-
Estudian también los factores ex- dos de un análisis por difracción sariado de Madeleine Hours, en-
ternos, como el ambiente, o cier- de rayos X de una pintura. tonces jefa del laboratorio de inves-
tos métodos de tratamiento, sobre 58 Las luces infrarrojas desvelaron el tigación de los museos de Francia .
estas propiedades. De especial im- dibujo al carbón típico de Juan de 61 Sistema de documentación para mu-
portancia son los estudios sobre Flandes (+ 1519) bajo las capas de seos, op. cit., págs.18. y 66.
los cambios de las propiedades pintura de su Anunciación, lo que 62 El Sistema de documentación para
químicas y físicas con el tiempo, confirmó la autoría del pintor fla - museos analiza desde la perspecti-
y las causas y estabilidad del de- menco. va y la experiencia de los museos
terioro en los objetos del museo. Los rayos infrarrojos han servido catalanes, tanto la justificación de
La sección de química orgánica para leer el texto de los famo- los catálogos, el aspecto del acceso
trabaja con el único espectróme- sos rollos de pergamino del mar a las informaciones, las caracterís-
tro de masa de gas cromatográfico Muerto. O para realizar fotogra - ticas de las fichas de catálogo (in-
que se ha dedicado solamente en fías que mostraron el estado de cluidas las medidas: DIN A-5, 14,8
los Estados Unidos para estudio de base del hierro y sus adornos de x 10,5 cm. y los colores diferen -
tes), conceptos para la realización [Depósito legal.V. 487, 1959]. pero con el matiz de «preserva-
de los catálogos, y los catálogos Recomendamos también para la dor» material). El término curador
mínimos en un m useo: el topo - catalogación de documentos es- -versión libre y directa del curator
gráfico (fichas de color verde) y el peciales (dibujo artístico, grabado, inglés- , empleado por lo general
denominado de clasificación gené- fotografía y partituras musicales) en países latinoamericanos, se uti-
rica (fichas de color amarillo [cfr. el estudio de Amalia SARRIA, de liza como sinónimo del término
págs. 66-74]). También, un diseño Ja Biblioteca Nacional de Madrid, europeo conservador.
de archivo fotográfico -fotografía Control de documentos especiales, En este sentido, conviene indicar
sistemática de los objetos, marcaje (S.a.), con bibliografía específica que antes de los ochenta se dife -
de positivos y negativos y almace- además sobre este tema de control renciaba claramente ya la pre-
namiento de documentos en álbu- y catalogación de documentos es- servación de la conservación, no
mes-archivadores-; aplicación del peciales . confundiendo esta última fun-
sistema en museos arqueológicos 67 Por ejemplo: Fdo . y rubricado: Pi- ción -preventiva o patrimonial-
y museos de ciencias; y, finalmen- casso, en áng. in!. o sup. dcho., o museológica- con la restauración,
te, el uso de ordenadores. izqdo., o en el centro, o en el bas- aunque forme esta última parte de
Como consta en la nota 35, las tidor, etc. aquéllas.
Instrucciones de l 942 de la Direc- 68 Con indicación de: a) número de Una de las instituciones históri-
ción General de Bellas Artes del orden entre todas las del autor; b) cas más prestigiadas en este cam-
Ministerio de Educación español, año; c) núm. con que aparece Ja po, como es el Institut Royal du
manda de acuerdo con la legisla- obra en el catálogo; d) cómo apa- Patrimoine Artistique (IRPA) de
ción entonces vigente: «Para la rece nombrada; e) si aparece re- Bruselas, diferenciaba en su plan-
buena organización técnica de Jos producida en el catálogo y cómo teamiento y en la práctica de for-
Museos, en todos ellos se deberá (blanco y negro, color, como es- mación de personal especializado
redactar separadamente : 1. Un In- tampa integrada ... ); f) propietario estas áreas. Su «Departamento
ventario genera l. 2. Un Catálogo o coleccionista en ese momento; de Conservación y Restauración»
sistemático. 3. Un Catálogo mo- g) otros datos de la exposición : in- comprende una sección propia-
nográfico. 4 . Una Guía sucinta del dividual o colectiva, etc. mente de conservación (Investi-
museo». (pág. 9). 69 Insistiendo en lo indicado en la gaciones históricas y técnicas) y
63 Instrucciones (1942), cit., pág. 21. nota anterior, en las individuales otra de restauración en la prácti-
64 Id., pág. 26 . debe figurar: título, fechas, lugar, ca (Tratamiento). (Cfr. Sneyers,
65 Conviene precisar las variantes. catálogo, patrocinador; en las co - R. V., «La conservation dans les
Ésta puede ser una fórmula: a) La lectivas, lo mismo, más obras par- Musées de Belgique», en Museum,
fecha sin paréntesis: cuando está ticipantes del autor y otros parti- vol XX, núm . 4., 1967, págs. 235-
confirmada y lo explícita; b) Sin cipantes de interés. 240.)
paréntesis, dos fechas separadas 70 En la bibliografía y documenta- 72 «Preservation », en «The Museum
por una barra /, cuando la obra ción se distinguirán la de carácter and Its Functions», The Organiza-
ha sido realizada en esos dos años, primario (propia del artista) y se- tions of Museums. Practica/ Advice,
aunque medie un cierto tiempo; c) cundario (otros autores ). París, UNESCO, 1960, 4ª impre-
Entre paréntesis la fecha, cuando 71 Como centro que debe conservar sión, 1978, pág. 20.
ha sido deducida con seguridad; d) toda manifestación de interés de 73 WARD, Philip R., «La conserva-
Entre paréntesis y precedida de la la actividad humana; investigar ción : el porvenir del pasado», Mu-
letra c. (= circa) o h . (=hacia) para este patrimonio cultural; educar seum, vol. XXIV, núm. 1, 1982, es-
señalar el año más probable de con él a la Humanidad y entretener pecial dedicado a La conservación:
realización; e) Entre paréntesis dos su ocio. Conservadores, investiga- un desafío a la profesión, pág. 6.
fechas precedidas de c. o h. y sepa - dores, educadores, restauradores, 74 WARD, Philip R., The Nature of
radas por el signo menos - (como etc., entre tan tos otros profesio- Conservation: a Race against Time,
c. 1932-1934), para señalar un pe- nales, ejercen su actividad en el Los Ángeles, The Getty Conser-
ríodo más aproximado de realiza - museo. vation Institute, 1986. Versión en
ción; y f) Con la signatura S.a =sin Y es en este contexto donde apa- español: La conservación del patri-
fecha atribuída de realización. rece a menudo la imprecisión de monio: carrera contra reloj, 2ª imp .,
66 La Junta Técnica de Archivos, Bi- contenido que se produce con la 1992, pág . 1.
bliotecas y Museos española publi- denominación y funciones del 75 Cfr. «El conservador-restaurador:
có en 1959 unas Instrucciones para «conservador», al derivarlas de la una definición de la profesión»,
la catalogación de dibujos y graba- traducción no de curator (conser- en Museum, nº 156, vol. XXXIX, nº
dos, dentro de las Ediciones Con- vador de museo en inglés, como 4, 1987, págs. 231-233. Este texto
memorativas del Centenario del conservateur en francés), sino de está basado en un documento de
Cuerpo Facultativo, 1858-1958. conservator (conservador también, trabajo presentado por Agnes BA-
LLESTREM al Comité de Normas tal conservation», en Manual of 88 PÉRIER-D'IETEREN, Catherine,
y de Formación del ICCROM en Curatorship, Londres, Butterwor- «Editorial- les enjeux actuels de
su reunión de noviembre de 1978, ths, 1984, pág. 192. la conservation-restauration/
sometiéndose también a discusión 79 GUICHEN, Gael de, «Un desafío a What's at Stake now in Conserva-
en la reunión trienal del Comité de la profesión», en Museum, vol. tion -Restaration», en Cahiers
Conservación en Zagreb, ese mis- XXXIV, nº !, 1982, pág. 4. d'étude. Comité de Conservation
mo año de 1978. Sirvió de base a 80 Ídem, pág. 232 . (ICOM-CC)I Study series. Committee
futuras revisiones por otros miem- 81 Id, pág. 5. for Conservation (ICOM-CC), Bruxe-
bros del ICOM antes de que se 82 PAUSANIAS, Descripción de Grecia: lles, ICOM/ICOM-CC/ULB, S.a.
estableciera una versión final del Atica y Laconia, Madrid, Aguilar, [1994], págs. 2-3.
texto en 1984, cuando el Grupo S.A. de Ediciones, 1964, págs. 95 y 89 GUICHEN, Gael de, «La conserva-
de Trabajo lo presentó al Conjun- siguientes. tion preventive: un changement
to del Comité durante su reunión 83 BAZIN, G., op. cit., 1967, pág. 14. profond de mentalité», en Ca-
trienal de Copenhague en sep- 84 Id., pág. 17. hiers d'étude. Comité de Conservation
tiembre de este último año. 85 Cfr. VITRUBIO, Marco Lucio, Los (ICOM-CC), cit. [1994], pág. 5.
En una nota del escrito se hace diez libros de arquitectura, Barcelo- 90 Ibídem.
constar que «este término [con - na, Editorial Iberia, S.A., 1970. 91 PLENDERLEITH, H.J., The Con-
servador-restaurador] se utiliza 86 Cfr. LENOIR, Marie-Alexandre, servation of Antiquities and Works
en este texto como un compromi - Musée des monuments Fran~aises, on of Art, Oxford University Press,
so, dado que el mismo profesio- Description historique et chronologique 1956. Versión en español, La con-
nal se denomina «conservador» des Statues en marbre et en bronze. servación de antigüedades y obras de
en los países anglosajones y «res- Bas-reliefs et Tombeaux des Hommes arte, Madrid, IC.C.R., 1967, «La
taurador» en los países de len - et des Femmes célebres, pour servir a influencia del medio ambiente»,
guas románicas y germánicas». /'Histoire de France et a cel!e de l'Art, pág. l.
76 Y se dice textualmente: «La conser- 5 vals., París, Imp. Guilleminet, 92 WARD, Philip R., ar/. cit. ( 1982),
vación, actividad del conservador- 1800-1806. págs. 6-7 .
restaurador, consiste en el examen 87 Eugene-Emmanuel VIOLLET-le- 93 BRAND!, C., Teoría del restauro,
técnico, la preservación y la con- Duc, Augustus Welby Northmore Turín, Giulio Einaudi editare,
servación/restauración de bienes PUGIN (1812 -1852) y John RUS- 1977. Versión en español : Teoría
culturales: El examen es el primer KIN son los máximos defensores de la restauración, Madrid, Alianza
paso que se lleva a cabo para de- del racionalismo gótico del siglo Editorial, 1988, pág. 57 .
terminar la estructura original y XTX, pero con diferencias notables. 94 Id, pág. 61.
los componentes de un objeto, así Si en todos ellos primaba la idea de 95 Recordemos que el antiguo
como el alcance de los deterioros, que el gótico era el sistema cons- Cuerpo de Archiveros, Bibliote-
alteraciones y pérdidas que sufre y tructivo en piedra más científico, carios y Anticuarios español (hoy
la documentación sobre los descu- y que debía por ello ser adoptado una de sus ramas es Facultativo
brimientos realizados. La preserva- incluso en los edificios de ladrillo, de Conservadores de Museos) se
ción es la acción emprendida para el enfrentamiento era radical entre crea en 1858.
retardar o prevenir el deterioro o Ruskin y Viollet-le-Duc respecto de 96 En 1966 el !COMOS publicó la
los desperfectos que los bienes cul- la restitución integradora defendi- «Carta internacional sobre la
turales son susceptibles de sufrir, a da por el segundo en contra de los conservación y la restauración
modo de control de su entorno y/o criterios innovadores del primero. de monumentos y parajes», en
tratamiento de su estructura, para Pugin servía de aglutinante entre cuya comisión de redacción par-
mantenerlos el mayor tiempo po- ellos, defendiendo sobre todo una ticiparon más de una veintena
sible en una condición estable. La teoría inversa a la sostenida por el de personalidades en la materia .
restauración es la actividad llevada clasicismo: con el resurgimiento de Dotada de 16 artículos, la car-
a cabo para rendir identificable un la edad media se consuma el trán- ta fue redactada en Venecia en
objeto deteriorado o con desper- sito de la concepción estética sensi- mayo de 1964. Consta de defini -
fectos, sacrificando el mínimo de ble y humana del clasicismo a otra ciones, cinco artículos dedicados
su integridad estética e histórica». basada en lo espiritual y divino, a la conservación. otros cinco a
(pág. 232). que es la del cristianismo. la restauración, uno a los lugares
77 RIVIERE, G. H., La Muséologie se- Cfr. MONEO VALLÉS, José Rafael, monumentales y otro a las exca-
Ion ..., París, Dunod/Bordas, 1987, y SOLA-MORALES RUBIÓ, Igna- vaciones arqueológicas.
pág. 205 y nota l. Versión en es- si de, Apuntes sobre Pugin, Ruskin y 97 FELLER, «Factores de deteriora-
pañol: La Museo!ogía ... , Madrid, Viol!et-le-Duc, Barcelona, Escuela ción fotoquímica sobre los objetos
Akal, 1993. [Cfr. pág. 267] . Técnica Superior de Arquitectura. del museo», en Museum, vol. xvu,
78 STANlFORTH, S., «Environmen- 1975. núm. 2, 1964, págs. 58-84.
98 Como el clásico citado de H.J. Iluminancia Temperatura Tono can sensiblemente la tonalidad de la
PLENDERLEITH The Conservation of (lux) de color (ºU) luz emitida . El efecto del filtro IR en
Antiquities and Works ofArt, de 1956. 50 2.700 cálido un enfriamiento del tono, mientras
99 Juan A. HERRÁEZ y Miguel A. 200 3.000-4.000 cálido-neutro que el del UV lo empobrece consi-
RODRÍGUEZ LORITE han publi- 300 4.000 neutro derablemente. En ambos casos que-
cado para el Ministerio de Cultura da alterado el rendimiento cromá-
español dos folletos con contenido tico de la luz empleada. Se sugiere
práctico para la preservación de 7. En ningún caso deberán ilumi- que antes de proceder al empleo de
los objetos: Manual para el uso de narse vitrinas o módulos desde el los mismos se diseñe adecuadamen-
aparatos y toma de datos de las condi- interior con fuentes de halógenas te la instalación (págs. 11-13) .
ciones ambientales en museos ( 1989) Y o incandescentes clásicas, con una 100 PLENDERLEITH, H.J., op. cit., fig.
Recomendaciones para el control de las liberación de energía en forma de 3, pág. 17.
condiciones ambientales en exposiciones calor superior al 90 por 100 de la 101 H.J. PLENDERLEITH publicó, an-
temporales (1991). En este último. se potencia nominal. tes de la obra citada de 1956, una
proponen en relación con la ilumi- 8. La energía calorífica suminis- serie de trabajos importantes so-
nación los siguientes consejos: trada por la iluminación debe es- bre la conservación de diversos ti-
l. La iluminación se adaptará a las
tar calculada en función de la ca- pos de objetos (grabados, dibujos,
normas generales de conservación pacidad de control del sistema de manuscritos, encuadernaciones
preventiva establecidas según la na- acondicionamiento, o viceversa. en piel. .. ), que aparecieron en los
turaleza de los objetos y matenales, 9. La iluminación de obras se re- años treinta y cuarenta.
utilizando fuentes de luz adecuadas, ducirá al horario de exhibición 102 Además de The organization of mu-
y en cualquier caso subordinando al público durante el período de seums. Practica/ advice, citado, son de
los criterios estéticos a los de conser- exposición, evitando períodos de particular interés en el campo de la
vación de las obras de arte. exposición a la luz innecesarios. conservación los volúmenes Il The
2. La iluminación natural de- 10. De forma previa al inicio de care of paintins (1952), VIII Protec-
berá controlarse con los medios la exposición, se deberá revisar tion of cultural property in theevent
adecuados de manera que, en el el sistema de iluminación de la ofarmed conjlict (1958) Y XI The
período diario, la máxima ilumi- sala procediendo a la limpieza conservation of cultural property, wzth
nación no sobrepase los niveles minuciosa y mantenimiento de special reference to tropical conditions
óptimos en cuanto a iluminancia luminarias, componentes ópticos ( 1961 ).
y componente ultravioleta. Se ad - y lámparas, renovando estas últi- 103 Director entonces del Institut Royal
vierte sobre las serias dificultades mas según la vida media indicada du Patrimoine Artistique y de los
de cálculo y diseño para un efecti- por el fabricante. Archives Centrales lconographi-
vo control de la luz natural. 11. El seguimiento de la ilumina- ques d'Art Narional de Bruselas.
3. Los sistemas de iluminación ar- ción se realizará mediante medi - Profesor también en la Universidad
tificial deben ser regulables. En los ciones puntuales para el ajuste de Gante.
casos en los que las fuentes sean de inicial del nivel que recibe cada 104 Capítulo VII de The organization
fluorescencia se utilizarán sistemas objeto o colección. Las medicio- of museums ( 1960), cit., págs. 93 -
de alta frecuencia (balastos y lámpa- nes se realizarán situando el sen- 118.
ras) que permitan esta regulación. sor de forma perpendicular al haz
105 Planteando su ensayo a partir del
4. En el caso de disponer de siste- de luz en la dirección correspon- «examen científico» de las obras,
mas de iluminación mixtos (gene- diente al eje óptico, una vez que
Coremans desarrolla el tema en
ral y de acento) debe tenerse en las lámparas hayan alcanzado el dos apartados: «Deterioración de
cuenta que es conveniente que máximo rendimiento después de viejos materiales» (clima, ilumi-
la iluminación general sea uni - su encendido. nación, específica tendencia a la
forme, y que la relación entre la Una vez concluida la exposición, los deterioración) y «Conservación Y
general y la del objeto no supere parámetros observados se expresa- restauración». Para terminar con
la proporción 1:4. rán de la siguiente forma para cada una serie de «Ejemplos concretos
5. El rendimiento cromático de las objeto: , . de examen y tratamiento», am-
J. Iluminación en lux. 2 . Indice de
fuentes de luz será inferior a 85, se- plia bibliografía, y unos apéndices
gún el Indice de Rendimiento Cro- iluminación en lux-hora/semanales. de interés: J. Tabla de concordan-
mático (IRC) de la Comisión Inter- 3. Radiación ultravioleta (UV) en
cia entre los grados centígrados
nacional de Iluminación (CIE). uW/m2. 4. Valor integrado de Rad . (Celsius) y los grados Fahrenheit.
6. Para la elección de la tempera - uv en u/Wm2-hora/semanales. II. Promedios mensuales de las
tura de color de las fuentes de luz 12. En cuanto al uso de filtros para temperaturas medias (en centí-
puede seguirse la siguiente tabla la radiación infrarroja y ultravioleta. grados) y humedad relativa (en
aproximativa: se debe tener en cuenta que modifi- porcentajes) de 34 ciudades de
países de todos los continentes. Tipo de colección % de humedad los cabellos alargados y el peso
III. Temperaturas medias (en cen- relativa con su indicador así cae la escala ».
tígrados) anuales y mensuales de Colecciones anatómicas (a excepción En la fig. 27 -pág . 69- muestra
las ciudades anteriores. IV. Pro- de las piezas embalsamadas) 40-60 y describe el termohigrógrafo re -
medios anuales (1953-1954) de Especímenes arqueológicos gistrador (Procema). Los dos ma-
- Materias higroscópicas 40-60 pas mantienen el registro de una
temperatura media y humedad
- Piedras, otros materiales inertes l 0-40
relativa (en porcentaj es) en unas Armas, armaduras, metales !los semana, la temperatura arriba y
pocas ciudades de los Estados Uni - elementos de madera necesitan la HR abajo. Explica y muestra
dos. V. Técnica fotográfica aplica- una protección especial) 20-40 el higrómetro reloj (fig. 28, pág.
da al análisis y la conservación. Cortezas. tejidos, cesterías, máscaras 40- 60 70), válido si está regularmente
106 Gary Thomson fue durante veinti- Especímenes botánicos 40-60 calibrado. La humedad se indica
cinco años (1960 a 1985) Consejero Cerámicas, tejas, piedras 20-60 en tarjetas. En la fig. 29 se repro-
Monedas 20-40
Cienúfico de la National Gallery de duce un higrómetro en cabes-
Trajes, alfombras de materias
Londres. Publicó este importante tra - textiles, tapicerías 30- 50
trillo, y en la 30, un higrómetro
tado en Butterworths, Londres, en Mobiliario 30-60 electrónico, que puede autocali -
1978, en asociación con The Inter- Vidrio 40- 50 brarse: el Nova Sina Mik 3000 .
national Institute for Conservation o! Insea os 40-60 116 Cfr. HARVEY, B., «Air conditio-
Historie and Artistic Works (ne). Marfiles, esculturas en hueso 50-60 ning for museums», en Museum
107 GUICHEN, G. de, art. cit. [1994], Lacas 50-60 Journal, Londres, vol. 73, 1973,
Cuero, pergamino 50-60
pág. 5. págs. 11-16.
Pintura sobre tela o madera 40- 55
108 En La Muséologie selon ... , cit., págs. Papel 40-50 117 Riviere-Delcroix se detienen en el
205-251. Biombos orientales 50-55
análisis de control de riesgos en el
109 El aire puro es un fluído gaseoso área de la climatización de museos,
cuya composición media en volu- 113 PLENDERLEITH, H., op., cit., pág. l . tanto de los que pueden admitir,
men es la siguiente: 114 PLENDERLEITH, H.J., «Métodos como los que no pueden admitir
nitrógeno 78,09 % para registrar la humedad relativa », una instalación artificial de climati-
oxígeno 20,94 % en op. cit., págs. 404-405. Nos habla zación, dando en cada caso nume-
argón 0,93 % sobre todo del higrómetro de moli- rosas recomendaciones. Entre las
gas carbónico 0,03 % nete o psicómetro. Lógicamente, la complementarias, por ejemplo, el
neón 0,0018 % tecnología actual ha evolucionado uso de sales para reducir los porcen-
helio 0,0005 % muchisimo en relación con la exis- tajes de humedad relativa. Utiliza-
metano 0,0001 % tente en los años cincuenta. ción de recipientes llenos de agua,
monóxido de 115 En el capítulo Humidity Part I, de saturadores, plantas verdes ... para
nitrógeno 0,00005 % la op. cit., págs. 66-80, G. THOM- acrecentar la humedad relativa.
xenón 0,00008 % SON analiza la importancia de la (pág. 212)
hidrógeno 0,00005 % humedad, la medición de la hu- 118 Para lo que se recomienda La lu-
bióxido de medad en el aire, el húmedo y miere et la protection des objets et
nitrógeno 0,000002 % seco bulbo higrómetro, los higró- spécimens exposés dans les musées et
ozono indicios metros electrónicos, higrómetros galeries d'art, realizado por el gru -
no mecánicos, cómo entender po francés «Eclairage des oeuvres
110 RIVIERE y DELCROIX analizan el mapa higrométrico, respuesta d'art », París, Association franc;aise
pormenorizadamente estas altera- del material del museo a la HR, de l'éclairage et ICOM, 1971.
ciones con ejemplos, porcentajes la mejor HR para los materiales 119 En op. cit., pág. 214.
y gráficos. absorbentes de humedad, clima 120 Para este tema véanse como in-
111 BROMMELLE, N.S., en La préser- dentro y fuera del museo, con- dispensables, entre otros estudios,
vation des biens culturels, notamment densación y punto de rocío, con- Prévention et sécurité dans les musées.
en milieu tropical, UNESCO, 1969, trol de humedad, control de HR Comité technique consultatif de
XI, pág. 319-320. en una sala, equipo de humidifi- la securité. Direction des Musés
112 Desde el punto de vista de la di- cación y deshumidificación, etc. de France, Ministere de la cul-
versa naturaleza de las coleccio- «Un elegante y rápido higróme- ture et l'environnement, París,
nes, la revista Museum publicó (en tro -explica en la fig . 26, pág. 67- Ed. Imprimerie nationale, 1977
el vol. 29, núm. 4, 1977) una tabla consiste simplemente en un con- (especialmente págs. 13-54 y 89-
de porcentajes de humedad rela- junto de cabellos humanos unidos 118); R. G. TILLOTSON, Museum
tiva aplicada a cada tipo de colec- a ambos extremos de una estruc- security!La sécurité dans les musées,
ción, que Riviere y Delcroix han tura soportando un peso junto a París ICOM/ICMS, 1977. (Versión
extractado del modo siguiente: una escala en el centro. Según la española, Madrid, Ministerio de
humedad relativa (HR) levante Cultura, 1980); y F. HOWIE (ed.),
Safety in Museums and Galleries, men de aire es la correlación entre citadas en la nota 51: el folleto de
London. Butterworths, 1987. la cantidad de vapor de agua pre- Eric B. ROWLISON, Rules for Han-
121 Cfr. Art objects their care and pre- sente en ese momento (HA= hu- dling Works of Art, The Art Galle-
servaiion: A handbook for museums medad absoluta) con la saturación ries Association of Au stralia, Ade-
and collectores, La Jolla, California, en la misma temperatura (S). La laide, 1987, publicado también en
Laurence Me Gilvery, 1973. fórmula español Reglas para el Manejo de
122 Remitimos a lo tratado en los apar- HR % = HR x 100 Obras de Arte por el Department
tados anteriores en que nos hemos s of the Registrar, The Internatio-
ocupado de las funciones de colec- nal Council of The Museum of
cionar, identificar, documentar, señalada por Riviére, equivale por Modern Art, Nueva York, 1987;
supuesto a la ya indicada de Plen- SNYDER, Ji!L Ca ring for your Art,
registrar, inventariar, investigar y
derleith. Nueva York, AJlworth Press, 1991;
catalogar. Exponemos solamen-
126 Riviere recomienda para los dife- SHELLEY, Marj orie, The Care and
te el esquema de esta parte, por
rentes objetos en el almacén de Handling of Art Objects, Nueva
cuanto supone un muy razona-
reserva, las siguientes condicio- York, The Metropolitan Museum
ble sistema organizativo de acción
nes: of Art (1987), tercera impresión
para la conservación de los obje-
tos. Recomendamos su estudio, a) Humedad relativa. revisada, 1992; ROSE, Cordelia,
- Materiales inorgánicos: metales Courrierspeak. A phrase book for
así como el de «La preservación de
40% HR; vidrio de 40% a 50 % couriers of museum objects, Wash -
los bienes inmuebles museísticos»
HR; piedra y cerámica sin sales ington, Smithsonian Institution
(págs. 233-249). Asimismo, resul-
solubles 40-60 % HR, con sales so- Press, 1993.
ta obligado citar aquí Les méthodes
lubles 60 % HR. 128 Además de la bibliografía citada en
scientifiques dans l'étude et la conser-
- Materiales orgánicos. La HR de- la nota 120, resultan muy prácticas
vation des oeuvres d'art, Ministere
pende de su procedencia: si pro- las Instrucciones para embalar, publi-
de la culture, Laboratoire de re-
vienen de un clima seco 50% HR; cadas en español (además de inglés
cherche, École du Louvre, 2a. ed.,
si provienen de un clima húmedo y portugués) por el Department of
París, La Documentation Franc;ai-
60 % a 65 % HR. the Registrar, The International
se (Col. Muséologie), 1985 .
b) Luz: completamente oscuro, y Council of The Museum of Mo-
12 3 En la Section III Collection Manage-
cuando la iluminación es necesa - dern Art (MOMA), 1983.
ment, págs. 203-367 .
ria se deben utilizar lámparas in- 129 Desde un punto de vista prácti-
124 En el art. cit., de Museum, vol
candescentes. co, y de acuerdo con los progre-
XXXIV, núm. 1, 1982, 6-9 .
e) Temperatura: lo más constante sos científicos, museográficos y
125 En la correlación temperatura
posible . técnicos más actuales, conviene
ambiente/humedad relativa, la
d) Aire no polucionado, con una tener en cuenta algunas actitudes
relación 15° C= 65% de HR, o la
muy ligera ventilación para los respecto de los factores deterio-
recomendada por N. S. Bromme-
materiales orgánicos. rantes externos al objeto, sobre
lle de 18° C = 60% de HR, que he-
e) Unidades de almacenamiento todo la temperatura ambiente, la
mos citado, resultan idóneas para
flexibles (en espacios con muros humedad relativa y la aireación
un aire homogéneo en el museo.
lo más asépticos posible). adecuadas, y los riesgos de incen-
La saturación, que es la cantidad
f) Salas de reservas no saturadas y
máxima de vapor de agua que un dio y robo, la incidencia negativa
no escalonar los objetos. de polvo y bacterias, de la conta -
volumen de aire puede contener
g) Prioridad absoluta para las minación atmosférica, etc., como
en una cierta temperatura, puede
inspecciones regulares sobre los referencia ejemplar a la hora de
expresarse en esta tabla :
insectos y roedores .. ., peligros de arbitrar los tratamientos y solu-
inundación, etc. ciones precisos.
Temperatura Gramos de agua
h) Control de fuego, mediante un Por lo que se refiere a los bienes
(º C) por m3 de aire
entorno de materiales ignífugos y artísticos, las legislaciones de to-
Oº 4,8 tecnología avanzada para detectar
5º 6,8 dos los países desarrollados -muy
su posible peligro y, en su caso, en consonancia con las directrices
10º 9,4 actuar lo más urgentemente posi-
15º 13 de la UNESCO en esta materia, a
ble. través del ICOM y de sus respec-
20º 17 i) Cuidado y planificación en los
25 º 23 tivos comités- coincide en marcar
lugares de tránsito de las obras normas estrictas especialmente
30º 30 (reprografía, talleres de embalaje,
35° 40 referidas a la adecuada climatiza-
laboratorios, montaje, etc.). ción de los museos -salas de expo-
40º 51 127 Para las obras de arte, recomen-
La humedad relativa de un volu- sición permanente y temporal, y
damos de nuevo las publicaciones almacenes de reservas- y de otros


espacios análogos, observando 132 De acuerdo con la normativa más Advice, París, UNESCO, 1960, pág.
unas condiciones idóneas de tem - contrastada y segura, en los mu - 20.
peratura ambiente y humedad re- seos debe evitarse llegar a una 136 Cfr. COREMANS, P., «L'agneau
lativa. densidad del 0,20% de co2' que mystique au laboratoire. Examen
Ya hemos visto cómo las obras de perjudicaría la conservación de et traitement», en Les primitifs
arte -pinturas, esculturas, dibu - las obras . Intentar mantener un flamands . Vol. III, nº 2, Amberes,
jos, grabados, fotografías, instala- máximo de O, 15% implica, según 1953.
ciones, otros objetos de naturale- experiencias y cálculos de fiabili - 137 COREMANS, P., «Conservation
za interdisciplinal, etc.- pueden dad, limitar las visitas a una expo- and restoration», «The Museum
afrontar determinados cambios sición en torno a un máximo de Laboratory», en The Organiza/ion
ambientales si está equilibrada la l . 500 personas. Un método para of Museums . Practica/ Advice, París,
relación entre la temperatura y la medición de C0 2 consiste en UNESCO, 1960, págs. 106-107.
cantidad de humedad expresada hacer pasar aire, en determinadas 138 Publicado en inglés por Aldus
respecto de la capacidad de vapor condiciones, por un fino tubo de Books Limited, en 1973, rea-
de agua que el aire puede conte- vidrio que contenga polvo mine - lizó la edición espari.ola con
ner en el punto de saturación, o ral neutro al que se le ha aplicado el título citado de Los conser-
humedad relativa. un colorante azul. La densidad vadores de obras de arte el Cen-
De acuerdo con lo comentado, lo de co2 quedará seri.alada por la tro de Información de Médicos,
deseable es que la temperatura longitud de la sección que resulte S.S. (CIM), San Sebastián, 1977.
permanezca inalterable en el edi- descolorida. 139 Id., pág. 8.
ficio del museo durante las vein- 133 La temperatura es un factor que 140 Ídem, págs. 8-21.
ticuatro horas del día. Lo más no- influye profundamente en este 141 El vol. XXXIV, nº l citado, de
civo son las fuertes oscilaciones. proceso, sobre todo en el vera- 1982, cuyo título se debió precisa-
Por tanto, mantener esa relación no, en que las temperaturas pa - mente a Gaet de Guichen.
de 15º, 17º o 18º C en una banda san en muchos países de los 30º 142 GUICHEN, G. de, art. cit. [1994],
de HR de 60±5% a 45±5% . C. Por ello es recomendable, por pág. 5.
130 La temperatura interior de un ejemplo, que los museos de nueva 143 Art. cit., págs. 6-9. Los concep-
museo puede variar respecto de construcción sequen sus contene - tos desarrollados en ese artículo
la ambiental natural, pero la hu - dores durante uno o dos veranos, fueron tomados de un folleto del
medad relativa debe manterse de y que se inauguren en invierno. propio W ARD publicado anterior-
modo constante . Según las ca - El C0 2 neutraliza también la al- mente por el Museo Provincial de
racterísticas del clima ambiental calinidad. Especialistas como K. Columbia Británica, Vancouver,
y la propia naturaleza de los ob- TOISHI y Tenzo KENJO han rea - Canadá.
jetos, la humedad puede admitir lizado su medición, así como tam - 144 GUICHEN, G. de, art. cit. [1994],
variaciones respecto de otras zo- bién el grado de acidez. (Cfr. su pág. 5.
nas geográficas con climas distin- estudio «Simple method of mea- 145 Id, págs. 5-6. La cursiva en los úl -
tos. El ambiente en que se han suring the alkalinity of air in new timos diez puntos no es del autor
creado los objetos debe mandar concrete buildings», en Studies in del art. cit.
en este sentido. La diferencia es Conservation : Journal of the Inter- 146 Ibídem.
notable cuando se trata de un national Institute for Conservation in 14 7 Cfr. al respecto la Tesis Doctoral
objeto creado en países tropicales Historie and Artistic Works, vol. 13, de Isabel GARCÍA FERNÁNDEZ,
respecto de otros de clima seco. núm. 14, Londres, 1963.) La conservación preventiva y la ex-
En ningún caso la HR de aquéllos 134 Cuestión aparte es el de las co- posición de objetos y obras de arte,
puede bajar de un 60±5%. rrientes y la velocidad del aire en (UCM ), Madrid, 1997.
131 Es el caso de algunas pinturas mu- las salas de un museo. Deben ajus- 148 JAOUL, Martine, «Conservation
rales, o de otro tipo de obras cuyos tarse las bocas de aireación, y no préventive: des réserves sous
gránulos no están perfectamente permitir que el aire circule a más haute surveillance», en Cahiers
cubiertos por aglutinantes, como de O, 1 mis -salvo en las mismas d'etude. Com ité de Conservation
acuarelas y la mayor parte de las bocas, donde puede alcanzar 0,20 (ICOM-CC), cit [1994], pág.8 .
pinturas orientales. Está demos- mis-, puesto que, comprobado 149 TUMOSA, Charles S., ERHARDT,
trado que la exposición durante que en cada sala gira dos o tres ve- David, MECKLENBURG, Marion
un mes o más de pinturas realiza- ces, resultaría nocivo para las obras F., y McC ORMICK-Goodhart,
das sobre papel con una cola fina, expuestas. Mark, «The Effects of Humiduty
en un ambiente cuya densidad de 135 ALLAN, D.A., «Preservation», epí- and Temperature on Exhibited
C0 2 sea superior al 0,2% al día, grafe citado del capítulo «The Mu- Objects», en Cahiers d'etude. Comi-
pierden parte de su colorido (bri - seum and Its Functions», en The té de Conservation (ICOM-CC), cit.
llo, saturación y tono). Organizations of Museums. Practica/ [1994], pág. 9.
150 Como muestra de un enfoque ac- feriales higroscópicos en relación a los 3.4.3.1. Iluminación de vnnnas .
tual de las preocupaciones de la valores de humedad relativa . 2.4.3. 3.4.3.2. Nuevas tecnologías. - Fi-
conservación preventiva puede Métodos pasivos para la creación bra óptica - Iluminación con películas
servirnos el Índice de la Tesis cita- de microclimas - Gel de sílice. Po- (films) prismáticas. 3.4.4. Medición
da de l. García Fernández, en el sicionamiento del gel de sílice - Otros y control de la radiación visible
que se explicitan fehacientemente materiales higroscópicos - Salas sa- y UV. - Filtros para uso con fuentes
las áreas, naturaleza, métodos y turadas - Humedad relativa versus de luz artificial - Control del daño
aplicaciones, etc., de los factores Temperatura. Soluciones. Sales satu- de la radiación UV: Intensidad de la
intervinientes en la conservación radas. 2.4.4. Métodos mecánicos luz. 3.4.5. Diseño de los sistemas
preventiva: para la creación de microclimas.- de iluminación. 3.4.5.1. Elección
l . La conservación preventiva. Unidades generadoras de microclimas de la fuente de iluminación. - As-
1.1. Qué es la conservación pre- (MCG)- Unidades de baja humedad pectos técnicos. - Disposición de las
ventiva. 1.2 . Aplicación de la con- relativa - Unidades de alta humedad luminarias. 3.4.5.2. Tipos de acce-
servación preventiva. Evaluación . relativa. 2.4.5. Vitrinas. Tipología sorios. - Difusores de las luminarias.
1.3. La conservación preventiva y y diseño.- Tipología - Funciones - - Prismáticos. - Lamas. - Polarizado-
los parámetros ambientales. 1.4. Tipos o niveles de protección. 2.4.6. res. - Diseños especiales. 3.4.5.3. Ni-
Estándares. 1.4.1. Establecimien- Vitrinas. Diseño y construcción de veles de iluminación. - Controles y
to de estándares. 1.5 . Conclusión . una vitrina de clima controlado estándares. - Iluminación de vitrinas:
1.6. Estado de la cuestión: los - Materiales - Diseño - Dimensiones fluorescentes, halógenas, fibra óptica.
agentes de deterioro. - Construcción - Seguridad - Ilumi- 4. Contaminantes. 4.1. Control
2. Humedad relativa. 2.1. Qué es nación. del aire en el interior de edificios.
la humedad relativa y cómo afec- 3. Iluminación. 3.1.La luz. 3.1.1. 4.1.1. Contaminantes proceden-
ta a los distintos materiales. 2.1.1. La luz y su espectro. - El espectro tes del exterior. 4.1.2 . Contami-
Historia de las especificaciones so- luminoso. -Algunas unidades básicas nantes producidos por materiales
bre humedad relativa. 2.2. Reac- relacionadas con la luz: intensidad de construcción. 4.1.3. Contami-
ciones y procesos de deterioro luminosa, iluminancia o ilumina - nantes dentro de vitrinas y otros
causados por niveles incorrectos ción. -Tipos de curvas espectrales: de contenedores. 4.2. Reacciones y
de humedad relativa. - Húmedo - transmisión, de reflectancia, de sensi- procesos de deterioro causados
Sobre o bajo valores críticos de la HR bilidad y de distribución de potencia. por contaminantes en objetos de
-HR por encima del 0% - Fluctuacio- -Aparatos de medición. 3.2. El siste- museos. 4.2.1. Dióxido de azufre
nes. 2.2.1. Conclusión . 2.3. El con- ma visual. - Cómo vemos. 3 .2. l. La (S0 2 ) - Piedra - Materiales celulósi-
trol de la humedad relativa. 2.3.1. agudeza visual. - El campo visual. cos - Materiales proteináceos - Tintes,
La medición de la HR - Registro 3.2.2. La distinción de los colores. pigmentos y textiles sintéticos- Metales
manual- Termohigrógrafos - Compi- 3.2.3. La definición y percepción -Crista/y vidrio. 4.2.2. Ozono (0 3 ).
lador de datos (data loggers) - Com- de detalles. - Deslumbramiento. 4.2.3. Óxidos de nitrógeno (Nox) .
pilador de datos centralizado por or- - Contraste. - Influencia de la edad 4.2.4. Compuestos volátiles or-
denador. 2.3 .2. Metodos de control en la visibilidad. - Conclusión. 3.3. gánicos. 4.2 .5. Partículas sólidas.
de Ja HR - Unidades localizadas de Reacciones y procesos de deterio - 4.3. Métodos de control. 4.3 .1.
control - Humidificadores - Deshumi- ro causados por la luz. 3.3.1. Los Niveles estándar. 4.3.2. Métodos
d1ficadores - Calefacción controlada procesos de deterioro. - Ley de re- de análisis de la calidad del aire en
por humidistatos - Salas dentro de ciprocidad. - Los estándares de lana edificios y vitrinas. - Gases inorgá-
salas - Contenedores y empaquetado azul (Blue Wool Standards). 3.3.2. nicos. -Compuestos orgánicos voláti-
- Microc/imas pasivos - Microclimas La radiación de los ultravioleta les. 4.3.3. Métodos de análisis para
activos. 2.3.3. Control medioam - (UV). 3.3 .3. La luz visible. 3.4. determinar el uso de materiales
biental en edificios históricos. 2.4. Métodos de control. La ilumina- para exposición. - El Test de Oddy.
Creación de microcl imas para la ción en museos y galerías. 3.4.1 . 4.4. Programa de gestión para el
preservación de objetos en mu- Luz natural versus luz artificial. control de los contaminantes. -
seos. 2.4.1. Historia de las espe- 3.4.2. Aspectos técnicos sobre ilu- Control mediante bloqueo - Control
cificaciones para la creación de minación. - Temperatura de color. por dilucción - Control utilizando
microclimas dentro de vitrinas. - El índice de reproducción cromática. materiales absorbentes - Control por
2.4.2. Conservación . Niveles de 3.4.3. Tipos de iluminación. - La reducción de otros productos reactivos
protección. - Protección contra va- luz natural y de día - Lámparas in- o catalizadores - Control por reduc-
lores incorrectos de humedad. - Inter- candescentes - Lámparas de descarga ción de la temperatura - Control por
cambio de vapor y humedad - Clasifi- de alta presión, de vapor de mercu- tiempo. 4.4.1. Vitrinas herméticas
cación de las vitrinas de acuerdo con rio y halogenuros metálicos - Otras o no.
su grado de hermetismo.- Fluctuacio- lámparas: de vapor de sodio, de baja 5. Plagas. 5.1. Introducción. 5.2.
nes de la HR - Funciones de los ma- presión - Lámparas fluorescentes. Tipos de plagas y métodos de
control. 5.1.1. Hongos. -Medios de para soportes. 6.8. Mantenimien- - PHILIPPOT, Paul, «Preserving
control. - Prevención. - Métodos de to. 6.9. Normas de estánda res de Word Art», en World Art. Themes of
control no químicos. - Métodos quí- conservación en exposición . - Ge- Unity in Diversity, Acts of the XXVth
micos de control-fungicidas. 5.1.2. nerales. - Espacio físico. - Colocación International Congress of the History
Vertebrados. - Prevención. 5.1.2 .1. de los objetos. - Procedimientos. of Art, Irving Lavin (ed.), vol. III,
Roedores. - Métodos de control no 151 Adelantamos una selección biblio- part VII, 1986, págs. 797-893.
químicos. - Métodos químicos de con- gráfica sobre «conservación pre- - THOMPSON, John M . A. (Ed.),
trol. 5.1.2.2. Aves. - Métodos de ventiva» en los museos desde fina- Manua l of Curatorship. A Cuide to
control no químicos. 5.1.2.3. Insec- les de los años sesenta a nuestros Museum Practice, Londres, But-
tos. - Prevención. - Métodos de con- días: terworths, The Museum Associa -
trol no químicos. - Métodos químicos - ROSE, Carolyn L. and TORRES, tion, 1984.
de control. - Insecticidas comúnmente Amparo R. de (eds.), Storage ofNa- - AA. VV., Caring for Collections:
utilizados en museos: sustancias fumi- tural History Collections: Ideas and Strategies for Conservation, Mainte-
gatorias; cloruros orgánicos; fosfatos Practica/ Solutions, Society for the nance and Documentation, Wash-
orgánicos; carbamatos; botánicos; in- Preservation of Natural History ington, o. c., American Associa-
orgánicos. 5.2. Programa de gestión Collections, 1992. tion of Museums, 1984.
para el control de plagas. - Evitar. - ODDY, Andrew (ed.), The Art of - SANDWITH, H., y STAINTON,
- Bloquear. - Detectar. - Responder. - the Conservator, Londres, The Bri- S., The National Trust Manual of
Recuperar/tratar. tish Museum, 1992. Housekeeping, Hasmondsworth,
6. La conservación preventiva - SEASE, Catherine, A Conserva- Reino Unido, Peguin, 1984.
y el proceso expositivo. 6.1. Es - tion Manual far the Field Archaeo- - GRAHAM -BELL, M. y MEIKLE,
tándares en exposición. 6.2. El logist, Los Angeles University of N., Preventive Conservation: A Ma -
proceso expositivo. 6.3 . La con- California at Los Angeles, 1992. nual, Ganada, British Columbia
servación preventiva y el control - ROSE, Carolyn L. y TORRES, Association, 1983 .
medioambiental en el proceso de Amparo R. de, Science, Technology - Museum (UNESCO, París), vol.
diseño y desarrollo de una expo- and European Cultural Heritage. Pro- XXXIV, nº 1, 1982, especial dedi-
sición . 6.3.1. Influencia de los pa- ceedings of the European Symposium, cado a La conservación : un desafío a
rámetros ambientales en el diseño Bologna, Ita/y, 13-16 June 1989. N.S. la profesión.
de exposiciones. - Temperatura y Baer, C. Saboni, A.I. Sors eds., - STOLOW, N., Procedures and
HR. - Iluminación. - Contaminan- Oxford, Butterworth-Heinemann Conservation Standards for Museums
tes. - Plagas. 6.4. La conservación Ltd, 1991. Collections in Transit and on Exhibi-
preventiva y los procedimientos y - BERDUCOU, Marie Cl., La con- tion, París, UNESCO, 1980.
técnicas expositivas. 6.4.1. La ma- servation en archéologie. Méthodes et - AA. VV., Reglas generales relativas
nipulación de objetos y obras de pratique de la conservation-restaura- a la conservación y manipulación de
arte. - Pinturas. - Objetos tridimen- tion des vestiges archéologiques, París, obras de arte, Caracas, Galería de
sionales. - Obras sobre papel. 6.4.2. Masson, 1990. Arte Nacional, 1980.
Preparación de las piezas. 6.4.2.1. - DI MATTEO, Colette, Histoire de - TILLOTSON, Roben G. [et al.] ,
Informes sobre la condición de los la Restauration en Eu rope. Acles du Museum security!La securité dans le
objetos. 6.4.3. Transporte y emba- Congres International «Histoire de musées, París, ICOM/ICMS, 1977.
laje . 6.5. Gestión y catalogación de la Restauration», Interlaken 1989, Versión en español: La seguridad
las colecciones. 6.5.1. Procesos de vol. I, Worms, Wrenersche Ver- en los museos, Madrid, Ministerio
registro para préstamo. - Formula- lagsgesellschaft, 1990. de Cultura, 1980.
rios de condiciones de préstamo. - Re- - PHILIPPOT, Paul, Pénetrer /'art, - W ARD, Philip R., Museum
cibos para las entidades que prestan restaurer /'oeuvre: une vision huma- Methods Manual, Victoria, Museo
los objetos. - Seguros. Formularios de niste. Hommage en forme de florilege, Provincial de Columbia Británica,
recibo de préstamo. 6.6. Seguridad. C. Périer-D'Ieteren, ed ., Courtrai, 1978.
6.6.1. Fuego. 6.6.2. Robos. 6.6.3. Groeninghe Eds., 1989. - THOMSON, Garry, The Museum
Vandalismo. 6.6.4. Cómo afecta la - DI MATTEO, Colette, «Restau- Environment, Londres, Butterwor-
seguridad en el diseño. 6. 7. Selec- ration des oeuvres d'art», en Ency- ths, 1978. [2nd ed., 1986].
ción de materiales. 6.7.1. Materia - clopedia Universa/is, vol. XV, París, - MILLS, John Fitz Maurice, Los
les estructurales. - Madera. - Metal. 1987. conservadores de obras de arte [Lon-
- Cristal, metacrilato y policarbonato. - WARD, Philip R., The Nature of dres, Aldus Book, 1973], San Se-
6.7.2. Materiales para fabricación. Conservation: a Race against Time, Los bastián, CIM, 1977.
- Pegamentos y adhesivos. 6.7 .3. Ma- Ángeles, The Getty Conservation - MacLEOD, K. J ., «Relative Hu-
teriales de control. - Barreras: pin- Institute, 1986. Versión en espa- midity: Its importance, Measure -
turas y barnices. 6.7.4. Materiales ñol: La conservación del patrimonio: ment and Control in Museums»,
para decoración. 6.7.5. Materiales carrera contra reloj, 2ª imp., 1992. Ottawa, Canadian Conservation
Institute, Technical Bulle/in, nº 1, incluido el citado Cahier d'étude. bellas artes .. ., situados en áreas
1975. Comité de Conservación (ICOM-CC)/ con unas condiciones climáticas,
- GULDBECK, E., The Care of His- Study serie. Committee for Conserva- régimen político o población muy
torical Collections: A Conservation tion (ICOM-CC), Bruselas, 1984. diferentes. Una tercera dificultad
Handbook for the Nonspecialist, Na- 152 Por ejemplo J. POUDEROUX, «La obvia es inherente a cualquier in-
hsville, Tennesse, American As- préservation des musées contre tento de mantener una actualiza-
sociation for State and Local His- les risques d'incendie», en Mou- ción, a nivel internacional, de los
tory, 1974. seion, París, 1930. constantes progresos en cuanto
- FALL, F.K., Art objects their care 153 Véase texto y nota 102 de este ca- a equipos técnicos y sistemas de
and preservation: A handbook for pítulo. protección contra incendios y ro -
museum and colectors, La Jolla, 154 Publicado primero en inglés y bos.
California, Laurence McGilvery, francés ( 1977), Ja versión en es- En 1964 la revista Museum de la
1973 . pañol por parte del Ministerio de UNESCO dedicó un número a
- BRADLEY, S. (Ed.), A Cuide to Cultura (Madrid, 1980) lleva por «La protección de los museos
Storage, Exhibition and Handling of título La seguridad en los museos contra el robo», con un análi -
Antiquities, Ethnographia and Picto- (traducción de Andrés CARRETE- sis, lleno de sensatez, de An-
rial Art, Londres, British Museum, RO PÉREZ) . dré F. NOBLECOURT sobre las
1970. 155 l. La responsabilidad. 2. El per- conclusiones de una encuesta
- FELLER. Roben L., «Factores de sonal de seguridad . 3. Control de de ICOM-lnterpol en 17 países
deterioración fotoquímica sobre inventarios. 4. Protección contra miembros de la Interpol. Diez
Jos objetos del museo», en Museum el fuego. 5. Protección contra el años más tarde, otro número de
(UNESCO, París), vol. XVII, nº 2, robo . 6. Puestos centrales de vi- Museum se ocupó de «Los museos
1964. gilancia. 7. Seguridad interna. 8. y el robo de obras de arte», si bien
- AA. VV., Publicaciones de la Seguridad de las personas, 9. Des- esta recopilación de artículos se li-
UNESCO, Colección «Museums perfectos. 10. Reacción y actua- mitó a mostrar la gran diversidad
and Monuments», especialmente ción contra el robo y la violencia . de los problemas de seguridad,
The Organization ofMuseums. Practica/ 11. Planificación arquitectónica. no a estudia rlos de modo siste-
Advice, París, UNESCO, «Museums 12 . Conclusiones y recomenda- mático. Los primeros intentos de
and Monuments»- IX, 1960. ciones. Apéndices: A. Modelo de sistematización tuvieron lugar en
- PLENDERLEITH, H.J., The Con- plan de evacuación de un museo. mayo de 1973, cuando el Comité
serva/ion of Antiquities and Works B. Cuestionario de amenaza de Nacional francés del ICOM, con
of Art, Oxford University Press, bomba . C. Perros policía . ayuda financiera de la UNESCO,
1956. Versión en español. La con- 156 Pág. 11. Y prosigue así la Intro- organizó un seminario de cinco
servación de antigüedades y obras ducción del libro : días sobre la seguridad de los mu-
de arte, Valencia/Madrid, ICCR. «La diversidad misma de los ca- seos en Saint Maximin, en el sur
1967. pítulos refleja la variedad de ele - de Francia. En la Conferencia del
Tres fuentes y publicaciones perió- mentos que implica la seguridad icom del año siguiente celebrada
dicas especializadas en conserva- en los museos: sistemas de ultraso - en Copenhague, se creó oficial-
ción : nidos y ética, diseño arquitectóni- mente un Comité Internacional
- Art and Archaeology Technical co y métodos de documentación, para la seguridad en los museos
Abstracts (AATA), publicado (dos medios ambientales y, en ocasio- a propuesta de dos de los partici-
números al año) por The Getty nes, personas también inestables. pantes en el Seminario de Saint
Conservation Institute, Los Ánge- Sin embargo, el factor que más ha Maximin: Roben R. TILLOTSON,
les, California, en asociación con impedido todo intento de análisis director adjunto del Museo Na-
el lnternational Institute for the sistemático es la constatación real cional de Historia y Tecnología de
Conservation of Museum Objects de que cada museo se enfrenta a la Smithsonian Institution, que
(nC) de Londres. problemas particulares en lo que fue nombrado presidente del Co-
- Studies in Conservation, publicado se refiere a seguridad. Y el espec- mité, y George H.H. SCHRÓDER,
en Londres por el ne, donde se tro de estos problemas se amplía si superintendente del Rijkmuseum,
referencian numerosas publica- tenemos en cuenta que Ja palabra que recibió el cargo de secretario .
ciones de conservación y restau- museo se emplea aquí abarcan- En la Conferencia del ICOM de
ración. Y en los impresos previos do edificios de interés histórico, junio de 1974, en Copenhague,
de las conferencias bienales del iglesias parroquiales, bibliotecas se decidió encargar al secretario,
propio ne . de libros raros, museos dedicados con la colaboración del doctor P.
- Publicaciones de las reuniones a personas célebres, vastos yaci- H. ONG, del Laboratorio Central
trienales del Comité de Conser- mientos arqueológicos, palacios TNO en Delft, de la puesta en
vación del ICOM (ICOM-CC). y castillos, museos nacionales de marcha de un informe sobre los
problemas de la seguridad en los esto se descuida con frecuencia», 3. La calidad de los equipos técni-
museos y los más recientes sis - añadió (pág. 184). El resultado cos aumenta sin que, en paralelo,
temas y dispositivos técnicos de es que un museo no puede saber progresen los conocimientos pro-
protección. El resultado de este cuándo falta algo . Cabe pregun- fesionales de los vigilantes.
examen, conocido como Infor- tarse cuántos museos tienen un 4. La fiabilidad de Jos sistemas
me Schroder, sirvió de documen - inventario satisfactorio de sus per- técnicos es grande y su sensibili-
to base para la primera reunión tenencias, aunque ellos mismos dad no disminuye con el tiempo,
oficial del ICMS, mantenida en los definan como «satisfactorios» . mientras que la atención de los
octubre de 1975 en el castillo de Algunos no disponen de fotogra- guardas puede verse afectada por
Montvillargenne, cerca de Chan- fías ni siquiera de las obras más el aburrimiento, Ja fatiga o los fac -
tilly (Francia), con la asistencia importantes de su colección. [.. .] tores emocionales.
de 28 de las 35 personas invita - Tal como están las cosas, no sólo 5. Mientras que un vigilante pue-
das . Además, una parte del In- están negando esa información al de verse impedido para dar la
forme se publicó en ICOM News público, sino que también se las alarma o enviar un mensaje, la
(1975, vol. 28, núm. 4). niegan a sí mismos. [.. .] Tienen señal de un detector es transmi-
Posteriormente, una redactora, un amigo en la división de segu- tida a través de un circuito prote -
Diana D. MENKES, se encargó ridad del ICOM. «Para desalentar gido, y la rotura del detector o de
de reestructurar y ampliar el in- la especulación, el tráfico ilegal y su cable activará una alarma de
forme inicial de la reun ión en el chantaje, los museos no debe- sabotaje.
colaboración con algunos desta- rían publicar el valor monetario de 6. Los vigilantes pueden, en ge-
cados miembros del Comité . Una sus objetos, ni tolerar valoraciones neral, responder y actuar rápi -
versión profundamente revisada de seguros exorbitantes», dice el damente en caso de alarma o
constituyó el tema principal de es- informe (pág. 118). La declara - incidentes, mientras que con un
tudio de Ja siguiente reunión del ción no aconseja explícitamente Ja sistema automático la actuación
ICMS, celebrada en julio de 1976 ocultación del valor total de la co- siempre será más lenta .
en el Jesus College de la Univer- lección, pero se puede interpretar 7. La instalación de sistemas de
sidad de Oxford. Las conclusiones así. En su debate con el National alarma exige fuertes desembolsos
de esta reunión, tras una nueva Bureau, el personal de los museos iniciales, mientras que el personal
ampliación y revisión del texto, se manifestó que si el público supiera de seguridad permite pagos perió-
han materializado en el presente lo valiosas que son las colecciones, dicos de menor cuantía.» (págs.
libro, que se publicó para la Con- podría dejar de hacer donaciones. 29-30 .)
ferencia General del ICOM cele- Y podría empezar a robar, aña - 160 Id., pág. 31.
brada en Leningrado y Moscú en dió Gilbert Ghez, medio en serio Y aunque en otro apartado de
mayo de 1977.» (págs. 11-13.) medio en broma» . (En Pricing the este m ismo capítulo acabamos de
157 NOBLECOURT, A., «La protección Priceless, Basic Books, 1989. Ver- dedicar ya una amplia reflexión a
de los museos contra el robo», Mu- sión en español Arte, inversión y este tema, conviene recordar con
seum, 1964, 17, 187. mecenazgo, Barcelona, Ariel, 1991, Tillotson los componentes deta-
158 TILLOTSON, R.G ., op. cit., pág. 21. págs. 170-171.) llados del control de inventarios,
Desde una perspectiva distinta a 159 Al comentar la combinación de bien que sólo sea enumerándo-
Ja de Tillotson como presidente alarmas automáticas y vigilantes los. El ICMS se ocupa de ello del
del ICMS, resulta interesante la nocturnos, se afirma, suponiendo modo siguiente:
opinión de un profesor de Econo- la imposibilidad de tal combina - Control de inventarios
mía, el norteamericano William D. ción por cuestiones económicas, a) Fichas descriptivas. Números de
Grampp, cuando comenta al res - tener en cuenta los puntos si- registro. b) Fichas fotográficas y es-
pecto: «Se dice que actualmente guientes: critas. c) Protección de fichas descrip-
los museos guardan una detallada « 1. Un detector es más sensible tivas. d) Control de movimiento inte-
relación de sus colecciones. En un que un hombre, pero es selectivo, rior: Registro de localización; ficha
informe del Consejo Internacio- respondiendo a un solo tipo de fe - de inventario anverso y reverso;
nal de Museos (ICOM) acerca de nómenos, mientras que el vigilan- recibos; inspecciones de control;
la protección de las colecciones te emplea sus cinco sentidos en la inventarios de control de los alma-
contra el robo, el fuego, los daños detección. cenes; inventarios de control de Jos
y otras pérdidas, Roben Tillotson 2. Hay mas posibilidades de que objetos expuestos. e ) Control de mo-
dijo que una condición necesaria un detector selectivo provoque vimiento exterior. Objetos de présta-
para la seguridad es una relación una falsa alarma que de que un mo; documentación/registro; obje-
completa de todo cuanto posee guarda llegue a falsas conclusio- tos de tránsito; ficha mínima .
un museo. «Sin embargo, en los nes en el análisis de la situación, Sobre esta última, se dice expresa-
círculos de museos se admite que dada su capacidad de decisión. mente :
«Si por motivos inevitables las merosos edificios y monumentos midades, los estanques, lagos y
posibilidades del personal para públicos que han sido acondicio- ríos cercanos pueden servir para
realizar los trámites menciona- nados para museos, no fueron di- aprovisionar de agua a las bom-
dos son limitadas, deberán, como señados como edificios públicos. bas de Jos servicios de bomberos.»
mínimo, cumplirse los siguientes En estos casos -como en todos (págs. 53-54.)
requisitos: los museos, por otra parte- deben 163 Véanse las págs . 57-84.
1. Para cada objeto deberá hacerse seguirse estrictamente las normas 164 Id.,pág.85.
una descripción, un informe sobre establecidas sobre límites de ocu- 165 Cji·. págs . 96-100.
su estado, una breve mención de pación y número de salas reque- 166 Id., pág. 103.
sus particularidades decorativas o rido.» (Cfr. Life Safety Code, NFPA 167 Cfr. GODETTE, M.; POST, M.,
de fabricación y una fotografía en 101, 1973.) y CAMPBELL, P.G., Graffiti-
blanco y negro. «La seguridad no puede, en nin- Resistant Coating: Methods of Test
2. Este inventario, de control mí- gún caso, sacrificarse en aras de and Preliminary Selection Criteria,
nimo, debe incluir la verificación la belleza o la autenticidad, y a NBSIR 75-789 (Washington D.C.:
semestral de la presencia de cada menudo es posible encontrar so- National Bureau of Standars,
objeto, con documentación foto- luciones satisfactorias a los pro- noviembre de 1975), y Graffiti
gráfica de las salas de exposición y blemas más espinosos. He aquí Removers: The Evaluation and Pre-
almacenes. algunas recomendaciones desti- liminary Selection Criteria, NBSIR
3. Deberá mantenerse el registro nadas a los edificios históricos en 75-914, diciembre de 1975 .
de entrada a los almacenes. particular. (Cfr. Protecting Our He- 168 TILLOTSON, R. G., op. dt., pág. 123.
4. Deben existir fotografías de to- ritage: A Discourse on Pire Protection 169 Se afirma con insistencia: «[ .. .]
dos los objetos expuestos, y un and Prevention in Historie Buildings en la etapa de diseño de un mu-
miembro del equipo de conser- and Landmarks, ed. Joseph F. Jen- seo pueden aportarse soluciones
vadores, responsable de la expo- kins [Boston: NFPA. 1970].) brillantes y económicas al pro-
sición, deberá realizar una inspec- - Si se encuentran en un lugar blema planteado por la frecuente
ción diaria de la misma. aislado y rodeado de árboles, de- oposición entre necesidades de
5. Cuando un objeto se encuentre ben disponerse buenos accesos a exposición de una parte, y de pro-
en tránsito, deberá controlarse su los bomberos. tección y preservación de otra. La
llegada a los puntos intermedios y - Pueden colocarse aspersores protección contra el fuego, el robo
a su destino final. disimulados en las ventanas, a lo y los deterioros ambientales se in -
6. En cuanto a los objetos en largo de los muros y en los tejados corpora desde el comienzo en la
préstamo, la institución receptora combustibles para protegerlos de estructura, los costos son mínimos
debe proporcionar periódicamen- fuegos exteriores. comparados con los que supone
te informes y fotografías indican - - Los materiales combustibles la adición posterior. Desgracia -
do el estado y emplazamiento del originales pueden ser imitados y damente, la protección «integra-
objeto.» (págs. 31-36.) reemplazados por otros incombus- da» suele estar desplazada en Jos
161 Id., págs. 37-38. tibles, como las placas de cemento- presupuestos de los museos por
162 «Los tipos de incendio -apunta el amianto para los tejados. consideraciones estéticas juzgadas
estudio- que pueden presentarse - Toda chimenea antigua, so- más positivas .
con más frecuencia en un museo bre todo, aquéllas que han de El proyecto, la forma y los mate-
o monumento histórico son cau - emplearse, debe ser reparada y riales de un edificio, su integración
sados por los siguientes materia- revestida con materiales refracta- en el emplazamiento, y su distri-
les: rios. bución interna pueden plantear y
Clase A: Combustibles ordinarios, - Las conducciones eléctricas de- comenzar a responder a algunas de
como papel, textiles, madera, que ben ser revisadas a conciencia . las cuestiones de la seguridad. Una
pueden extinguirse por enfriado, (Cfr. National Electric Code, nfpa 70, amplia variedad de equipo técnico
sofocación o humectación. 1975.) puede estar incorporado y contro-
Clase B: Aceites, grasas, pinturas y - Se sugiere el empleo de luz eléc- lado desde un puesto central del
líquidos inflamables, que pueden trica indirecta para Ja iluminación museo: no sólo los dispositivos an-
extinguirse por sofocación. ambiental, en Jugar de las peligro- ti-intrusión, sino también los sis-
Clase C: Equipos eléctricos en ac- sas velas y lámparas de aceite, que temas automáticos de aspersión y
tividad, que requieren un agente además producen hollín dañino. los detectores térmicos y de humo,
extintor no conductor.» (pág. 47.) - Con consentimiento del servicio los controles de temperatura y hu-
Y para prevenir y remediar estos de bomberos, las bocas de agua medad, el sistema general de ca -
peligros, se aportan medios y sis- pueden disimularse bajo tierra o lefacción y aire acondicionado, la
temas como queda indicado. detrás de los setos si se prefiere. Si iluminación, las tomas de agua y
En otro sentido, se afirma: «Nu - no hay bocas de agua en las proxi- los conductos de gas.
La meta debe ser atacar el proble- bién más efectivos. Cuando me- misas nunca deben hacerse para
ma con energía, ya que la segu- jor, e incluso más brillantemente, salir del paso momentáneamente.
ridad es una parte integral de la pueden resolverse los problemas 8. En los grandes museos, los di-
vida del museo, no un estorbo de contradictorios que enfrentan ex - rectores deben delegar su autori-
interés superficial. La seguridad posición y protección -contra el dad en materia de seguridad en
debería aparecer de un modo que, fuego, el robo y el deterioro am - un jefe de seguridad, especializa-
psicológicamente, haga sentirse biental- es durante el proyecto de do y dedicado por completo a esta
cómodo tanto al público como al construcción. tarea. Pero independientemente
personal. Sin embargo, no debe 4. Todos los museos, sean cuales del tamaño del museo, alguien
distraer ni molestar. Las cadenas sean su tamai'ío y sus ingresos, debe asumir este papel, aunque
han cedido su puesto a las ondas pueden intentar conseguir un ni- sea compartiéndolo con otras ta-
ultrasónicas, lo que representa una vel eficiente de seguridad . A me- reas.
liberación, no una nueva compli- nudo el primer paso es convencer 9. Las exigencias de protección
cación, para el arquitecto y el di- a quienes ejercen el control ad- contra el robo y contra el fuego
rector de museo» (págs. 123-124). ministrativo y financiero de que tienden a oponerse diametral-
170 Destacaremos del estudio de Ti- existe una necesidad de protec- mente; a pesar de ello, ningu-
llotson los demás aspectos sobre ción. na «solución de compromiso»
la «planificación arquitectónica» 5. Aunque puedan conseguirse debe debilitar una u otra for-
en el cap. IX dedicado a la Arqui- mejoras espectaculares en un bre- ma de seguridad. Por ejemplo,
tectura y programación en el museo. ve lapso de tiempo, debe estable- aunque los reglamentos contra
171 Transcribimos como Apéndice lo cerse cuidadosamente un plan de incendios exijan más salidas de las
siguiente: perfeccionamiento de la seguri- deseables desde el punto de vista
«Conclusiones y recomendaciones dad a largo plazo, por ejemplo de de la protección contra el robo,
A continuación se recogen algu - tres a cinco años, y, en cualquier puede prohibirse la entrada por
nas de las más importantes con- caso, la programación de la segu - estas puertas de salida, y reservar
clusiones y recomendaciones que ridad debe ser continua . las escaleras de incendio ún ica-
se desprenden de la consideración 6. El hecho de que las medidas mente para el descenso.
de los numerosos factores de la de seguridad puedan interferir u 1O. Cuando exista una incompati-
seguridad descritos en los capítu- oponerse a las consideraciones bilidad real entre las medidas con-
los precedentes. estéticas (en la concepción de un tra el fuego y contra el robo, debe
l. No hay soluciones absolutas corredor o exposición, por ejem- darse prioridad a las primeras, ya
para los problemas de seguridad plo) o a la libre circulación del que el fuego es, sin ninguna duda,
en los museos. Cada museo debe personal y los visitantes -e incluso el mayor enemigo del museo. Sus
estudiar sus propias peculiarida - entre ellas, como cuando las exi- daños suelen ser irreparables,
des, sus necesidades especiales de gencias de la seguridad contra el mientras que los objetos robados
protección y los peligros reales a fuego se oponen a las necesarias o deteriorados pueden ser recu-
los que tiene que hacer frente. En para la protección contra el robo- perados y restaurados. El fuego
todas las fases de este análisis se no deben constituir un freno para constituye además una fuente po-
debe acudir al consejo de los espe- los esfuerzos del personal ni crear tencial y constante de pánico para
cialistas. facciones enfrentadas en su seno . el personal y el público.
2. Siempre que sea posible, los Por el contrario, se hace necesa- 11. La seguridad no debe tener
museos, y especialmente los pe- ria la cooperación y el empleo de límites en el tiempo o en el espa-
queños, deberían concertar pla - todos los recursos disponibles en cio, es decir, toda protección ha de
nes regionales o naciona les para la búsqueda de soluciones que re- proyectarse para ser permanente
buscar las mejores fuentes de in - fuercen la buena marcha del mu - y continua, se encuentre el objeto
formación técnica, equipos dispo- seo. en los almacenes, en tránsito, ins-
nibles y opiniones especializadas 7. Para ser realmente eficaz, la se- talado en una exposición, en cur-
referidos a diversos aspectos de la guridad no debe ser considerada so de restauración o expuesto en
seguridad . corno una tarea ajena e impues - otra institución bajo condiciones
3. Los gerentes, directores, ad - ta, sino que debe formar parte ambientales inusuales.
ministradores, diseñadores y ar- integrante e indisociable del ser 12. Los préstamos sólo deben con-
quitectos deben tener siempre en del museo, de su funcionamiento certarse con aquellas instituciones
cuenta que los dispositivos de se- cotidiano. Sólo así pueden encon - que puedan asegurar unas condi-
guridad integrados en el momen- trarse soluciones satisfactorias a ciones de seguridad y almacenaje
to de la planificación del museo los problemas contradictorios . Las tan buenas o mejores que las del
no sólo son más baratos que los decisiones de actuación, la bús- museo de procedencia.
instalados más tarde, sino tam- queda de equilibrios y compro - 13. La vigilancia humana es la
base de Ja seguridad en los mu- 20 . En el momento del cierre debe paradas por muros cortafuegos y
seos. Los sistemas mecánicos y registrarse el museo en busca de puertas de cierre automático, que
electrónicos pueden aumentarla, personas que no hayan salido; los han de mantenerse siempre libres
pero nunca reemplazarla. ladrones así escondidos, en el su- para permitir su correcto funcio-
14. Hasta el presente se ha mini- puesto de que es más fácil salir de namiento .
mizado la importancia real de los un museo que entrar en él, cons- 27. La primera regla que el per-
vigilantes en los museos. Es preciso tituyen una amenaza creciente sonal debe conocer en lo que se
esforzarse por modificar esta actitud para los museos. refiere a incendios es que antes de
y elevar el nivel profesional, el esta- 21. Los vigilantes deben poseer intentar apagar un fuego se debe
tus y Ja actuación de los vigilantes. autoridad para controlar Jos obje - hacer sonar la alarma o avisar al
15. Puesto que las limitaciones tos que entran o salen del museo, servicio de bomberos.
financieras suelen conducir a y no verse intimidados por el per- 28. Es aconsejable instalar, además
una disminución lamentable del sonal o el público hasta el punto de las alarmas manuales, sistemas
número de vigilantes, su forma- de incumplir esta responsabilidad . de detección de incendios que
ción y actuación son de especial 22. Los inventarios de control avisen automáticamente al puesto
importancia. de la totalidad de los fondos de central de vigilancia o al servicio
16. Es muy recomendable que el un museo -a través de una de - de bomberos. En la actualidad, el
museo contrate y forme a su pro- tallada catalogación, registro y detector más comúnmente reco-
pio personal en Jugar de contratar documentación actualizada de mendado para una gran variedad
los servicios de una empresa espe- su situación y movimientos- son de sill!aciones es el de la ioniza-
cializada. De este modo se asegura de crucial importancia para Ja ción.
la lealtad primera de los guardias seguridad, aunque en los me- 29. Los sistemas de detección de
hacia el museo y no hacia un dios profesionales se admite que incendios sólo son útiles si la res-
agente intermediario . es una tarea a menudo olvidada puesta del personal o de los bom -
17. El personal de seguridad debe o considerada imposible por la beros es rápida (aproximadamen-
poder identificarse por algún tipo falta de tiempo del personal. Es te cinco minutos). Teniendo en
de atuendo especial que depen - preciso comprender que el man- cuenta que esta situación ideal no
derá, entre otras consideraciones, tenimiento y actualización de los siempre se da, es recomendable la
de la naturaleza del museo y sus ficheros no sólo tiene un efecto instalación de aspersores automá -
colecciones, de sus particulares disuasor contra el robo, sino que ticos de agua en los talleres, ofici-
necesidades de seguridad y de sus suele ser, además, el único modo nas, áreas de servicios e incluso en
relaciones con la comunidad en de recuperar el objeto robado. las bibliotecas.
que se encuentre. 23. Debe hacerse una inspección 30 . Cuando deben protegerse
18. No hay combinación de medi - diaria de Jos objetos expuestos, objetos especiales de gran valor,
das de protección y detección me - con ayuda de listas de control, y tanto del fuego como de los estra-
cánicas que resulte invulnerable preferiblemente por un miembro gos del agua, o allí donde existan
a un ladrón hábil y que dispon- del equipo de conservación, y los peligros especiales, como en los
ga de suficiente tiempo. Por ello, vigilantes deben hacer otro tanto laboratorios, pueden ser acon-
la regla debe ser no dejar pasa r en su área al entrar y salir de ser- sejables sistemas automáticos de
grandes lapsos de tiempo -un fin vicio. extinción que empleen otras sus-
de semana, por ejemplo- sin una 24. Los actos de vandalismo de - tancias: dióxido de carbono, halo-
inspección física del área protegi- penden en buena parte de la ima- nes, polvos químicos. Sin embar-
da. gen que el museo ofrezca al pú- go, recordemos que el agua es la
19. La vigilancia humana durante blico. Tanto el exterior del museo única sustancia que, usada en las
las veinticua tro horas del día es como las salas y sectores abiertos concentraciones necesarias para
recomendable por otras razones: al público deben mantenerse lim- los sistemas de inundación, no es
un vigilante nocturno puede de - pios y en buen estado, a pesar de tóxica para el hombre .
tectar problemas como un escape las invasiones de visitantes. 31. Entre los extintores portátiles
de agua antes de que cause daños, 25. El mayor peligro de incendio los más útiles son los que emplean
o el inicio de un incendio antes en un museo no proviene de las agua a presión y polvos químicos.
de que los sistemas de alarma o salas de exposición, sino de los la- El tipo de polvo químico multiuso
aspersión se pongan en funcio- boratorios, talleres, oficinas, zonas es superior a cualquier otro extin-
namiento, y puede investigar las de almacenaje, servicios, cocinas y tor de peso comparable.
causas de un ruido sospechoso o salas o edificios en construcción o 32. El personal y los vigilantes
de cualquier otra anomalía para la renovación . deben permanecer siempre aler-
que no existe dispositivo electró- 26. Las diferentes áreas funciona - ta ante la posibilidad de que un
nico apropiado . les de los edificios deben estar se - fuego resulte ser una estratagema


para encubrir un robo, o de que c1on particular, deben realizarse del objeto robado, al igual que los
pueda darse algún robo espontá- las actividades y medio ambiente comerciantes y coleccionistas con
neo durante la confusión provo- del museo durante las veinticua- quienes pudieran conectar los la-
cada por el fuego. En otras pala- tro horas del día para detectar la drones .
bras, deben controlarse todos los presencia de posibles causas de 44. Todo intento de chantaje para
aspectos de la seguridad . falsas alarmas, por ejemplo, co- obtener un rescate por un obje-
33. La amplia variedad de siste- rrientes de aire, aire acondicio- to robado, sea del museo o de su
mas técnicos de protección contra nado, tráfico intenso, campanas, agencia de seguros, debe recha-
el robo exige un análisis previo del movimiento nocturno del perso- zarse.
valor de los objetos a proteger, de nal de limpieza. 45. Para evitar la especula-
la distribución interna del museo 39. Las alarmas locales sólo son ción, el tráfico ilegal y los
y de su funcionamiento diario, de útiles si hay alguien cerca para chantajes, los museos no de-
la naturaleza de su servicio de se - oírlas y actuar. Los dispositivos ben hacer público el valor de
guridad, de los sistemas de protec- electrónicos de detección y alar- sus objetos ni permitir las ta-
ción contra el fuego empleados y ma, independientemente de su saciones abusivas de los seguros.
del tipo y rapidez de las respuestas sofisticación, fiabilidad y sensibili- 46. La seguridad comienza y aca-
con que se puede contar. dad, sólo son útiles si la respues - ba por la clara conciencia de la
34. Un análisis de las técnicas de- ta humana es eficaz. Las señales continua necesidad de protec-
lictivas -en cooperación con la po- transmitidas deben ser claras, sin ción. Entre sus componentes se
licía- puede ayudar a determinar ambigüedades, para facilitar la ac- incluyen la comprensión de los
la amplitud y sofisticación requeri- tuación rápida. motivos que empujan al robo y al
das en la protección contra el robo. 40. Si un dispositivo provoca un vandalismo, el conocimiento de
35. Los museos no deben conside- número tan elevado de falsas alar- los efectos perjudiciales del tiem-
rarse obligados a elegir sus siste- mas que llega a considerarse inútil po y el medio ambiente, el razo-
mas de protección a partir de los responder a cada señal, debe revi- nable temor al fuego y el honesto
equipos disponibles en el merca- sarse el sistema y mejorar el dis- reconocimiento de que las reglas
do. Ante necesidades especiales positivo o sustituirlo por otro que de seguridad, de sentido común,
en museos concretos puede ser emplee un sistema de detección en ocasiones, están lejos de obser-
más útil enunciar las particulari- diferente. No es aconsejable en varse siempre.» (págs. 126-139.)
dades requeridas y, con ayuda de ningún caso reducir la sensibili- 172 Véanse las respectivas definicio-
especialistas, plantear especifica - dad de los aparatos. nes en el epígrafe 5. Preservación
ciones concretas a las firmas co- 41. Deben hacerse controles y y conservación de las colecciones,
merciales. pruebas constantes para asegu - de este capítulo, pág. 170.
36. La efectividad de los tradicio- rarse de que el equipo funciona 173 GARDINER, Graeme, «Más vale
nales medios mecánicos de segu - correctamente y se cuenta con la prevenir que curar: preservación
ridad que proporcionan barreras protección necesaria. Debe verifi- frente a conservación», en Mu-
físicas -puertas metálicas, cerra- carse, por ejemplo, el agotamien- seum Internacional, París, núm.
duras, ventanas enrejadas- debe to de las baterías, los adhesivos 183,nº3, 199~ pág. 54.
ser subrayada, dada la tendencia que fijan los sensores a objetos y 174 Véase el punto 5.3. La conservación
actual a confiar totalmente en los vitrinas y la posible existencia de preventiva desde 1945, de este mis-
sistemas electrónicos, a menudo cables rotos o detectores faltos de mo capítulo, pág. 178.
en detrimento de la seguridad corriente o desconectados. 175 COREMANS, P., «La formation
en su conjunto . Es preciso buscar 42. Los museos con presupues- des restaurateurs», en Bulletin de
una combinación satisfactoria de tos reducidos no deben desespe- l'Institut Royal du Patrimoine Artisti-
sistemas mecánicos y electrónicos rar en su búsqueda de seguridad que, 8, Bruselas, 196 5, pág 131 .
de protección . ni sentirse obligados a recurrir a 176 No es éste el lugar para exponer
37. En ningún caso debe confiarse las cadenas y candados. Existen la teoría, las técnicas y el proceso
exclusivamente en un único siste- muchos tipos de dispositivos de de la restauración. La formación
ma de protección. La mejor forma pilas, muy baratos, que pueden específica de estos especialistas
de protección física es combinar ser construidos con materiales exige un perfecto conocimiento
dispositivos que funcionen según corrientes como pinzas y clavos, de estas materias. Ni más ni me-
principios de detección diferentes y que permiten una exposición nos de lo que algunos autores que
y tengan distintas áreas de co- adecuada y protegida. lo han investigado y publicado
bertura -periférica, volumétrica, 43. Una vez cometido un robo, preconizan a este respecto. Como
puntual- . no sirve de nada ocultar el hecho. pueda ser Cesare BRAND!, en su
38. Antes de decidir el sistema de La policía debe ser informada y Teoría de la restauración, ( 1977),
detección a emplear en una situa- recibir una descripción completa Madrid, Alianza, 1988. O, refi-
riéndonos a los bienes inmuebles conceptos y técnicas de consolida r, al servicio del arte», en Museum In-
en especial, otros, como Antón pegar, refijar, de una parte, junto ternacional, núm . 183, nº 3, 1994,
CAPITEL, en Metamorfosis de mo- con los problemas de aplicación pág. 26.
numentos y teorías de la restauración, que presentan; y métodos de pro- 188 G. Ellis BURCAW distingue en-
Madri d, Alianza, 1988. teger, restaurar y mantener el objeto tre exhibición ' (display ) y ex-
177 Tanto para el conservador como museístico.] posición (exhibit). «Una expo-
para el restaurador es absoluta- 182 Véanse especialmente las noras sición es una exhibición más
mente imprescindible conocer, 52, 53 y 54 del presente capítulo. interpretación; o, una exhibi-
cada uno en su campo, las téc- 183 Cfr. John S. MILL y Raymond ción es mostración (showing),
nicas específicas de los bienes WHITE, Chemistry of Museum Ob- una expos1c1011 es (de)mos-
naturales, de los científicos y téc- jects, Londres Bu tterworrhs Series tración y relato (relling). » En op.
nicos, y de los artísticos. En con- in Conservation and Mu seology, cit. Introduction to Museum Work
creto, para el rratamiento de los 1987. (1975), 2' ed . 1983, pág. 115, don-
objetos artísticos, resulta siempre 184 Cfr. MARUNISSEN, R.H., Dégrada- de remite a las definiciones del ca-
una referencia de cierta garantía tion, Conserva/ion et Restauration de pítulo primero (págs. 3-13) ya co-
comprobar si el restaurador cono- l'oeuvre d'Art, Bruselas, Ed. Else - mentadas. (Ver nota 24 del cap. l.}
ce y maneja con rigor contenidos vier, 1985. 189 DUBÉ, Ph.ilippe, «Exponer para ver,
como los que maneja, por ejem- - CLAAP, A. F., Curatorial care of exponer para conocer», en Museum
plo, el equipo coordinado por works of Art Paper, Ohio, Oberlin Internacional, París, UNESCO, núm.
Corrado MALTESE en Las técnicas Intermuseum Associarion, 1978. 185, nº 1, 1995, pág. 4 .
artísticas (1973), Madrid, Cátedra, - MÁLE, E., Restauration des pein- 190 Al menos desde las Exposiciones
1985, u otros autores que se citan tres de Chevalet, Fribourg, Office du Universales, iniciadas como he-
en la bibliografía general. Livre, 1976. mos comentado en 1851 con la
178 SNEYERS, R.V., en The conserva- - Conservation of stone, vol. 1, Lon- de Londres en el Crystal Palace de
tion of cultural property, with special dres, IIC, 1971. Joseph Paxton, en el Hyde Park.
reference to tropical conditions, cita- - Conservation for wooden objects, 191 DUBÉ, Philippe, art. cit., pág. 5.
do, UNESCO, 1969, pág. 225. vol. 2, Londres, IIC, 1971. 192 Ibídem.
179 «El tratamiento de un objeto en el 185 ARRHENIUS, O., BARKMAN, 193 Id.
museo es -afirma Coremans- pri- L., JOSTRAND, E., Conservation 194 «Editorial», Museum Internacional,
mariamente una «operación téc- of old rust iron objects. Reduction of París, UNESCO, núm. 185, nº 1,
nica» . Es obvio, puesto que lo que rusr with hydrogen gas, Estocolmo: 1995, pág. 3.
comienza a ser tratado y sometido Korrosionsinstitutet, 1973 . 195 La bibliografía especializada y mo-
a los reactivos en el laboratorio es - HELLWIG, F., Restoration and derna se inicia, entre otros, con el
lo material. Aunque las normati- Conservation of Historical Musical tratado Manual of traveling exhibi-
vas estéricas mantienen que una Instrum ents, en Ford, C., Londres, tions, Museums and Monuments,
obra de arte es «una cosa bella » y Ed. Making Musical Instruments, vol. V, París, UNESCO, 1953. Y
que el tratamiento, todo lo bené- Faber & Faber, 1979, págs. 155 y se completa por parte de esta or-
volo que sea, debe ser satisfactorio sigs. ganización con orros posteriores,
desde el punto de vista estético. - KATHPHALLA, Y., Conserva- como el citado The Organization
Los rrabajadores del laboratorio no tion et restauration de documents of Museums, 1960; Temporary and
pueden, por ejemplo, empapar de d'archives, París, UNESCO, 1973. Travelling Exhibitions, vol. X, París,
parafina una hermosa escultura de - La conservation et la resta u ration 1963; o Field Manual for Museums,
madera en orden a preservarla, y des tapisseries. Seminaire Interna- vol. XII, París, UNESCO, 1970.
enviarla de nuevo a la sala de ex- tional (18-19-20 de junio 1984), Remitimos al apartado ill.2. «Ex-
posición más obscura y grasienta. París, Institut Frarn;ais de Restau- posición: concepto, diseño, presen-
Deben sobre todo encontrar la vía ration des Oeuvres d' Art, Cen- tación y montaje» de la Bibliografía
de restaurar su prístina apariencia; tre National des Arts Plastiques, que aparece al final del libro; desta-
la obra será por ello preservada sin 1985. camos ahora los autores siguientes:
dar la impresión de haber estado 186 PÉRIER-D'IETEREN, Catherine, - ALLES, Alfred, Exhibilions: Uni-
en el laboratorio. » ( «Conservation «Les enjeux actuels de la con- versal Marketing Tools, Nueva York,
and restauration», en el cit. «The servation-restauration / What's Halsted Press, 197 3.
Museum Laboratory», The Organiza- at Stake now in Conservation- - ALWOOD, John, y MONTGO-
tion of Museums, [ 1960], pág. 106) . Restauration», en Cahiers d'etude. MERY, Bryan, Exhibition Planing
180 RIVIERE, G.H., op. cit. ( 1989), pág. Comité de Conservation (ICOM-CC) / and Design. A Cuide for Exhibitors, De-
229 . Study series. Committee for Conserva- signers and Contradors, London, B.T.
181 Ibídem. [Desarrollan Riviere- tion (ICOM-CC), págs. 2-4. Batsford Ltd., 1989, 175 págs., il.,
Delcroix en las págs . 229-232 los 187 BERNARD, Maurice, «La ciencia glosario.
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1982 . tado, con una introducción de ... rís, UNESCO) , fueron dedicados
- BR!NGER, J. P. y MARTINI, G., Nueva York, Whithney Publica - monográficamente a «Exposicio-
Les expositions á Théme, París, Do- tions, 1953. nes temporales» y a «Exposicio-
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tion for the Blind, 1992. Park Publishing, Inc., 1992, 134 el citado Manual of Curatorship
- Exhibits Planning Committee, págs., il., glosario, apéndices. ( 1984), págs. 304-402.
The Exhibition Process at Field Mu- - TURNER, J., Lighting: An Intro- 200 En op. cit., 1984, págs. 49 -61.
seum, Field Museum of Natural duction to Light, Lighting & light Use, 201 «The exhibition», en la op. cit.
History, Chicago, 1973. Londres, Bastford, 1994. The organization of museums, 1960,
- KLE!N, Larry, Exhibits: Planning - VARIOS, el citado Manual of págs. 126 - 144.
and Design, Nueva York, Madison Curatorship. A Cuide of Museum 202 «De acuerdo con la intención o el
Square Press, 1986, 252 págs., il., Practice, Londres, Butterworths/ propósito, las exposiciones deben
bibl. The Museum Association, 1984. clasificarse en estéticas o entre-
- KON!KON, Roben B., Exhibit (Especialmente: Giles VELARDE, tenidas -mostrar los objetos que
Design. The Craphics of Trade Show «Exhibition Design», págs. 394- la gente disfruta viendo; lo real
Communication, Nueva York, PBC 402; Michael BELCHER, «Com- -para transmitir información-; o
International, 1984. [Hasta 1992 municating through museum conceptual -para presentar ideas-.
ha publicado en esta editorial exhibitions», págs. 403-411, y Deben ser clasificadas de acuerdo
otros cuatro libros sobre Exhibit Steven A. GRIGGS, «Evaluating con la organización del material
Design . Exhibitions», págs . 412-422 .) bien sistemática -planteada de
- MAX WELL, David, The Exh ibit - VARIOS, Poinrs de vue sur acuerdo con la similaridad de los


objetos y su 'genética' relación de las exposiciones a nivel social.
con los otros-; o bien ecológi - 214 The exhibition Process at Field Mu-
ca -organizada de acuerdo con seum, citado por Klein.
el área, 'hábitat'-, o participando 215 Citado por Larry I<lein, pág. 65.
parentesco cada uno de los de- 216 Ésta es la síntesis:
más» (op. cit., pág. 116) .
203 Los objetos, el museo, el personal,
los visitantes.
204 Bien iluminada, fluida, sin incon-
venientes ni distracciones.
205 «Una exposición de la que los vi-
sitantes pasan es un fracaso» (pág.
118).
206 «Una exposición sucia, hecha con
descuido, sin gusto repelerá al vi-
sitante» (ibídem).
207 «Una exposición debe educar, es-
timular, producir emoción, entre-
tener, o todo junto[ ... ]» (ídem).
208 «Cuando el visitante se para y en-
trega a la exposición su atención,
ha entrado en contacto con el
museo[ ... ]» (ídem).
209 «El gusto debe definir cada museo
y cada tipo de visitante, pero el di-
señador tiene que esforzarse por
no desagradar [... ] » (ídem).
210 Cfr. BURCAW, G.E., Permanet Ex-
hibits y Temporary Exhibits, en op.
cit., págs . 115-123 y 129-133, res-
pectivamente.
211 Con el nombramiento de Kirk
Varnedoe como director del De-
partamento de Pintura y Escultu -
ra, en 1993 se realizó una reinsta-
lación de la colección permanente
del MOMA, que ponía fin a la lí-
nea iniciada por el primer director
del museo, Alfred H. Barr, Jr., y
que había llegado a su más com-
pleta expresión de ordenación
lineal evolutiva de las vanguar-
dias artísticas con William Rubin,
predecesor de Vamedoe. La yux-
taposición se mostraba típicamen -
te representativa de la atmósfera
plural en su reinstalación de la
colección permanente.
212 En el capítulo Museum Exhibition
de su op. ci1., Exhibits: Planning and
Design, 1986, págs. 64-89 .
213 Id ., pág. 64. Larry Klein se refie-
re lógicamente a la situación de
este campo en los Estados Unidos,
aportando valiosa información
sobre centros e instituciones, así
como datos sobre la repercusión
ACTIVIDAD PERSONA O PERSONAS RESPONSABLES
l. PROGRAMACIÓN
A Establecimiento del tema/asunto con preliminares objetivos
· i. Exposición perm ~fr1ei1ú~ -------------------- -· ····· -----· --- --- ··· ·· · ···a:tomrté.Pfañif"ExpOSrcrones
b. Administración
2. Exposición temporal a. Alguien, pero
b. aprnbado por.~o tnité Exposiciones: .................... ... ........ .
B. Tema/asumo analizado según conveniencias de Jos medios de Ja Departamento de Exposiciones
exposición, así como según los imperativos y directrices
establecidas. Someterlo de nuevo al Comité.
C .Presentar el .análisis.a.l~(Jn1i t~para apr(Jbaciónfinal: . Comité Exposición /Admi nistración
D. Entrevista con el 1cGrupo de Trabajo»(*). Establecimicn10 preliminar Comité, Administración y Oepanamcnto de Exposiciones.
de apunte de datos (apertura de datos) y datos para completar
la planificación. Daros determinados por otras actividades.
--- ·-- --- ----------· -- -- -------
E. Establecimiento de los planes preliminares y los plazos para las Departamento de Exposiciones
___ -~~ :~~~- ~-~~np~~1e ~ ~~-s:_ _________________ ________ _
~: In ~esti~aci~ll' g.u ió.n ~relirn_i~a_r y. obje_t_i vos del. ~roxe_cto Grupo de Trabajo; examen por el Comité y Administración
···········-··········-·········································-··-··-·· ···-··
11. DISEÑO PRELI MINAR
A. Esquemas de la exposición: Primera revisión por Jos diseiiadores del Grupo de Trabajo. Segundo examen por el Departa·
...... .. __ -~~~-~~~ .?.~ -~?-~~~: -~-~~~-i-~i_?~. ?.:!_Y.i_si_1_~ ~:~~ _y_ -~-~~~:~r:!~~ !~~!?.~ ___________________ _
B. Elementos del programa asociado, reunión. de comunicación. Grupo de Trabajo, en consulta con jefes del departamento pertinente y representativos para el
proyecto.
- --··-··-·····-·-
C. Plan preliminar y conceptos de presupuesto. Departamento de Exposiciones en consulta con el Grupo de Trabajo, especialistas de casa y
contratistas de fuera. Examen preliminar por el Presideme del Departamento de Exposiciones
... .. X. por el ~epa rlª nient() d~ _()b_ras'. _s~rv.i~i os.del. v_isi_tan_te y ,\_drninistra ción
D. Revisión fi nal del proyecto. ...................... ___ ---~-~~-~~ -~~-!~~-~~).?: .~-~-~~~~-9-~-~-~)~?-~i-~i_?~~-s_x_~?-~~~i-~~~~~¡-~~~ ···················-----·
E. Preparación del prospecto (consolidación del folleto informativo) Administración y el equipo clave
... ····-· ·······-· .... ··························--· -· ············
111. DISEÑO FINAL
A. Establecimiento de datos oportunos. Departamento de Exposiciones y Grupo de Trabajo. Coordinación, aprobación por cua111os
otros sean necesarios.
B: .~ u.i_óll _d es~_r_rolla_d~ y.ele_nie nlos.d_el pr_o~ra111a. asoci_ad_o:. .. . ... .............. Grup~ de Trabajo_ y__de_Pª.rlª111ell to_s_ .ªPropia~os ................................ ..... .
C. Coordinación de medios (si es necesario) investigación gráfica. Editor de Medios, según se requiera. Examen por el Grupo de Trabajo y Departame1110 de
Exposiciones.
························- .......... . ......... ····················- ··
D. Diseño. Diseñadores del Grupo de Trabajo en consulta con el equipo técnico y el Departamento de
Obras. Revisado por el Grupo de Trabajo
········· ······ ·· ···········-·· ··-·····--·-············ ·····························- ··············-··
E. Análisis del desarrollo. Preparado por el Departamento de Exposiciones y el Grupo de Trabajo. Revisado por el Comité
de Exposiciones y Administración .
..................... ······ .. ····-···-························· ······················ ···························
F. Plan y presupuestos actualizados. Departamento de exposiciones en consulta con el Grupo de Trabajo y
el Departamento de Obras. Examen por la Administración.
············-············································· ········· ···-········ ··········· ········
G. Selección de medios. si se requiere
······-····· · ·············--······-··-·--····
Ediwr de Medios. Exarn!ll _Por e_l_ ~rll~º de ~rabajo y Admi11imacióll : .............. .
f!:F_inaliz_a r_e_Ig_ui~ n ...... .. .... .... . Guionista apropiado. Revisado por el Comité de Exposiciones y Administración
............. ... ... ....... ............................................. .... ..... ... .......... ............
I. Finalizar el diseño. Diseñadores del Grupo de Trabajo en consulta con el equipo técnico el DepartamenlO de
Obras, el contratista de fuera, y Seguridad. Revisado por el Grupo de Trabajo y Ja Administra·
ción.
J. Elementos del programa asociado. Departamentos apropiados, en consulta con el Grupo de Trabajo y la Administración.
···· · ·-····· ·· ······················· ······· .. ................. . .... ................................ .......................... - ······················ ················
K. Plan y presupueslOs actualizados. DepartamenlO de Exposiciones. Grupo de Trabajo y Administración. DepartamenlO de Obras.
·······················-·················· ... ···· ·-·· -··· ··-··-·· -············-·····-········-···-·····-··-····· ············ ··· · ········-··-··-··-·········-·····-········
IV. PRODUCC ION DE DOCUMENTOS E INVITACIONES
A. Preparación de documentos de la postura final, dibujos finales Diseñadores del Grupo de Trabajo y Departamento de Obras. Revisión por el Departamento
y diseño final
..................... ............................................. .... . ...~~- -~~~-~~~~~~-~~'. -~ ?.~?-~~-~~?!~. ?.?:. ~~~1:1!~~~! ~~-~~?-~ .... -......... -.. -..
B. Contr~tos_~d) udica~os.-.......................................... ...... . Administración. DepartamenlO de Obras, Exposición.
························-·
C. Plan y presupuesto fina l; fecha precisa de Ja inauguración. Departamento de Exposiciones en consulta con departamentos peninentes. incluyendo el
.. -~-~P.~~~-1.1:1~~-t-~. ?.~.~~~~~:-~P.:~-~~-~~?~.~-~~-~!~~:~-~¡-~~ .....................
D. Elementos del programa asociado. Depanamemos pertinentes en consulta con el Grupo de Trabajo. Revisión por los departa·
memos apropiados y Administración.

(* ) El tt Work Group » lo constituyen un conservador (curaror) adecuado, el guionista, (Continúa en la pág. siguiente)
un representante de educación. el diseti.ador de la exposición y el diseñador gráfico.
(Continuación de la pág. anterior)
ACTIVIDAD PERSONA O PERSONAS RESPONSABLES
V. CONSTRUCCION E !NSTALAC!ON
A. Construcción de la exposición.
l. Preparación. Preparador Jefe
··------ ---- -- ·- --·-···- -- -- ----- ----- -- --- ------ .. ·-- ------ -- ---- ----- ----
2. Proyecto de gráficos Diseñador Gráfico
----- ---- ----- ··- ---- -- ---
3. Taxidermia* Taxidermista
4. Estructuras.
a. Copia de rótulos. ___________ ·---------------·- · Grupo de Trabajo, Educación. Guionista, si es apropiado.
--------- -------------·------------------------ -- ----· ---------- - --
b. Producción artística. Producción Gráfica.
5. Elementos externos de Ja exposición_. __________________ __ __ Contratista.
6. Preparación de la sala. Departamento Obras y Constructor.
---·--·--· ---·--·-------- ----·-- ·· ------- -- ·-··----- -----·--· - -------··---------------------- -- --------- --------
7. Equipo especial Compras. Departamento Obras.
------· --·--·-······ ---------------- --- -- --------------------- ------------------------- --------------- --------- -- ---------- -- -------
B. Construcción de elememos de la exposición descrita.
1_._~?.1:'1probación de la lista selecciona~~} coordinad_~: __________ ··· --·-··- ·--~-~P.~~-t~-~~~-t-~_?_~-~-~?.?_~i-~~?~~-~·--
-- _2 __C()p_ia _de__l()s_ele111e_n_t_os_d_e lae_xp_os_i<:i_ón de_scrita_ ·-- --· - --·-- ··· -- --- ·- __ _G_ru_P()_de_ Tra_b~j_o'. E_dllcació_n_~ de_pa_rtªCC1e!1t()S a¡iropia~()S -·---- __ ________ _
3. Carteles de los stands y paneles gráficos: Construcción por el de taller de Exposiciones o____ contratista de ______
______ _____ ____ fuera._____ ___ __ _ _.

- --- -------------- ----- ----- --- ··· ---- --- ----------


4. Aplicación de los gráficos'. ______________ __ __ __ ______ ______ _____ _ Departamento de Exposiciones. Producción de Gráficos.
5. Instalación. Departamento de Exposiciones. División de Producci?_~~----- - ---- ·------------------- - --------··--------
-
6.
--Catálogo y asunto descrito impreso.
------ --·- ------ ----------- -------------
Conservador (Curator) y personal de otro departamento, o el autor, según se requiera
--· ------ ------------------------- ------ ------------------- ------------ ------- ----------------·-------------- -- ------- -
7. Diseño del catálogo. Departamento de Exposiciones.
---- ----·- -·--------- --- ------- --- ·-- ----- -------- ---- --- ---- ------- ·-- ---- ----- ----- ---- -- ---- ----- ---- -- --- ------ ----- -- ---- ----- ------ --· ·-----
C. Instalación.
1. Impulso de la lista desarrollada y coordinada Departamento de Exposiciones y Departamento de Obras.
-- ----------- ------------ -------·--- ------ ------
2. Estructuras. Departamento de Exposiciones, Departamento de Obras, contratista de fuera.
--------------- --- -- ---- -
3. Especímenes y modelos. (Objetos y maquetas). Departamento de Exposiciones, División de Preparación, con la aprobación de conservadores
(curators ) pertinentes.
-- - --- ----- --- ------ ------ - -- -------- -------
4. Eq uipamiento. - D e¡iart a111~nto d_e ~bras: _
5. Información y señalización direccional. Departamento de Exposiciones. Departamento de Servicio de Visitantes y Departamento
de Obras.

*Se trata de un Museo de Historia Natural

Esquema de l proceso de una exposición (Klein, 1986).

217 Larry Klein nos propone (pág.16) 4. Hablantes extranjeros (lista de visita ntes se quiere atra er? H.
el siguiente «Cuestionario de ob- lenguas). 5. Número de visitas.-!!. Plan para grupos numerosos, in -
jetivos» '. l. Demográficos. A. Núme- Nuevas instalaciones. A. Describirlas dividu ales, niños pequ eños, gen-
ro de visitantes: l . Anualmente . 2. según la situación, tipo, función, te mayor, impedidos, no anglo-
Por estaciones: primavera/verano; tamaño, número y clase de visi- parlantes, otros. l. ¿Se necesitará
otoño/invierno. 3. Carga máxima . tantes . B. ¿Qué efe ctos tendrán las organizar reuniones, seminarios,
B. Tipos de unidades de visitantes: nu evas instalaciones sobre el trá- clases, actuaciones, películas?
l. Familias. 2. Grupos. 3. Indivi- fico existente y el aparcam iento? Cuántas y por cuánto tiempo. III.
duales. C. Orígenes'. l. Local. 2. C. ¿Atraerán nuevas audiencias Museo. A. Propósito y objetivos. B.
Regional (describir área). 3. Na- por sí mismas? D. ¿Qué viejas ins- Recorrido proyectado. C. Guiado
cional. 4. Forasteros (nacionali- talaciones deben ser vinculadas a o no guiado. D. Materiales dis-
dades). D. Medios de transporte'. las nuevas? E. Describir cómo cada ponibles y requeridos. E. Exposi-
l. Público. 2. Autobuses. 3. Auto- tipo de vi sitante es dirigido, y por ciones temporales o especiales. F.
móviles . E. Perfil: 1. Edad: niños, quién, qué ha visto, por dónde ha Programas de apoyo. G. Estudio
adolescentes, adultos, mayores. pasado durante su visita. ¿Cuánto de mercado, relacion es públi-
2. Educación: Escuela primaria, según las premisas? F. ¿Se reque- cas, promoción. IV. Presupuestos
escuela superior, facul tad, escue- rirá la ayuda del personal (guías y programas. A. Planificación . B.
la para graduados. 3. Ingresos: de recorrido, asistentes de apar- Construcción. C. Operaciones. D.
inferiores a $10 .000 (USAD); de camiento, seguridad, gua rdarro- Coste de programas. V. Proyecto de
$1 O a 40.000; superior a $40 .000. pa, etc.? G. ¿Qué clase de nuevos gestión. A. Plantilla . B. Consejeros.
VI. Actuaciones de la plantilla. A. higrómetro (las exposiciones de- ciología a la Psiquiatría. En Palo
Mantenimiento. B. Seguridad. C. ben tener material amortiguador Alto trabajan Bateson, Jackson y
Pormenores. D. Adrrúnistrativas . contra los cambios de Ja humedad Watzlawick, especialmente. En
E. Otros (especificar). relativa). 4. Iluminación: integral. Filadelfia, Birdwhistell, Scheflen,
218 Sobre la deterioración fotoquími- remota; continua, control de con- Sigman. Como independientes
ca de Jos objetos hemos tratado sumidor/ contador (las exposicio- pueden citarse Hall y Goffman .
en el apartado Preservar y conser- nes sensibles requerirán controles Bateson, Birdwhistell , Sigman,
va r. Además de Ja conservación dominantes sobre la dosificación Hall y Goffman trabajan en An-
y Ja seguridad de los objetos, son de la luz, particularmente IR y tropología; Jackson, Watzlawick
muy importantes los aspectos de UV -infrarrojos y ultravioletas). y Scheflen en Psiquiatría. (Cfr.
evaluación y mantenimiento de una 5. Información interpretativa en HALL, J., La dimensión oculta, Ma-
exposición. Ja forma de: a) comunicación drid, ed . Siglo XXI, 1977; HALL,
219 Con independencia de que sea pasiva: rótulo, gráfico; b) comu- La proxémica (De la nueva comuni-
permanente o temporal. G. Ellis nicación activa : banda de sonido cación de Winkin), Barcelona, Kai-
Burkaw dice «que la exposición automática/continua, gráfico ani- rós, 1984. SOMMER, Espacio y
temporal. o exhibición, difiere mado, presentación audiovisual o comportamiento individual, Madrid,
de Ja exposición permanente en ingenio cinético; c) comunicación Instituto de Administración Local,
el número de directrices a añadir reactiva: control de uso (botón de 1974. KNAAP, La comunicación no
sobre el asunto del tiempo. En pulsión, almohadilla de presión, verbal, ed. Paidós, 1980. DAVJS,
primer lugar, aquélla ordinaria- interruptor de inmediación, etc.), F., La comunicación no verbal, Ma-
mente emplea una mayor medida sonido, animación, audiovisual o drid, Alianza ed., 1981.)
de lo que yo llamo «muestra de cinetismo; d) comunicación inte- En este sentido, tendrán que estar
negocios» (op. cit., pág. 129). ractiva : tecnología educativa, in- presentes las sugerencias de espe-
220 MATIHEWS, Geoff, Museums and genios de microprocesadores con- cialistas, y la de tratadistas como
Art Galleries, Oxford, Butterworth trolados, base de datos on-line, etc. ARNHEIM, R., El pensamiento vi-
Architecture Design and Develop- Al reí erirse a las Instalaciones exte- sual, Buenos Aires, Eudeba, 1976;
ment Guide, 1991, pág. 78 . riores, Matthews anima a integrar Arte y percepción visual, Madrid,
221 Ibídem . En el Esquema interpretativo el proyecto con el paisaje, resal- Alianza Forma, 1979, etc. KEPES,
y estrategia de comunicaciones, Mat- tando Ja importancia que tienen G., El lenguaje de la visión, Bue-
thews incluye : l. Declaración de los panoramas de exposiciones en nos Aires, Infinito, 1976. LURIA,
propósitos y objetivos . 2. Crono- el exterior por razones estéticas: A.R., Sensación y percepción, Bar-
logía y/o conjunto de temas y/o disposición, bocetos, fotografías. celona, Fontanella, 1978. VILLA-
sistema de clasificación . 3. Estra- Y recuerda Ja protección y seguri- FA-E, J., Introducción a la teoría de
tegia de comunicaciones; publi- dad de la exposición, que debe ser la imagen, Madrid, Pirámide, 1990;
cidad, investigación, educación visible desde un punto de control. o WERTHEIMER, M., Principios de
y programas de la exposición. 4. (Cfr. págs. 78-79, donde aparecen organización perceptual, Buenos
División de las colecciones por también los esquemas reproduci- Aires, ed . Tres, 1960; etc.
disciplinas interpretativas, mate- dos.) 223 Los griegos ya descubrieron la jus-
rial. cultura, etc. En Instalaciones 222 Proxémica es la disciplina que es- ta proporción o la sección áurea y
interiores: l . Visión de ángulos, tudia la percepción y uso del es- el número de oro . Los pitagóricos
cambios en el nivel del suelo, al- pacio humano como elaboración llegaron a concretarlo práctica-
turas de los soportes/plintos de especializada de la cultura. Trata mente. Puede enunciarse así: Un
la muestra. 2. Alturas del muro de la noción de distancia fuera segmento queda dividido en dos
y techos . 3. Iluminación. 4. Man- del campo de Ja conciencia. La partes bien proporcionadas cuan-
tenimiento, accesos de Ja exposi- manera que tiene el hombre de do la relación de la menor a la mayor
ción. 5. Estéticas: escala, propor- estructurar el tiempo y el espacio es la misma que la de ésta al total. El
ción, color, textura, detalle de constituye una forma de comuni- centro de interés de un lienzo, por
estilo, yuxtaposición de piezas, cación común a todos Jos miem- ejemplo, no es el punto geométri-
etc. (colocación neutral. de época, bros de una cultura de un modo co o simétrico del cuadro, sino el
nueva) . Y requiere Ja combina- tácito e implícito. Los autores que resultante del cruce de dos coor-
ción de los siguientes elementos: han trabajado en este campo per- denadas que parten de los lados
1. Pieza(s) de las colecciones del tenecen a Ja Escuela de Palo Alto, mayor y menor del cuadro (hori-
museo . 2. Anclajes, montaje, so- California, cerca de San Francis- zontal y vertical). Al multiplicar
portes, plintos. 3. Preservación: co, y a otros Jugares de los Estados la totalidad de un segmento por Ja
protección de partes vulnerables/ Unidos como Filadelfia. Trabajan fracción 0,618 se obtiene Ja parte
móviles, cerradura, alarma, ba- en la Teoría de Ja Comunicación, mayor del fragmento. (El centro
rreras, acristalamiento, termo- desde Ja Antropología y Ja So- de interés del famoso cuadro de
Goya Los fusilamientos de la Moncloa tos, podiums... En hornacinas, do un objeto es iluminado por el
(1814) que expone el Museo del peanas, ménsulas, repisas, vitri- sol, la lámpara incandescente o el
Prado, en Madrid, es el personaje nas ... En soportes fijos o móviles tubo fluorescente, se encuentra
de la camisa de blanco resplandor (rotatorios) . Las nuevas propues- sometido al mismo tiempo a ra-
y brazos extendidos: marca el pun- tas artísticas de los «montajes», cliaciones ultravioletas, infrarro-
to de interés dramático de la obra y las llamadas «piezas» múltiples, jos y visibles. Para la protección
coincide con el centro de la sección o las «instalaciones» requieren el de los objetos en un museo debe
áurea.) seguimiento fiel del «proyecto» intentarse eliminar las radiaciones
224 El criterio más acertado en la co- del artista para su presentación ultravioletas (UV) y reducir las in-
locación y presentación de los adecuada. frarrojas y visibles.
objetos es el que nace del cono- 226 Otras obras de arte, como los di- 229 STANIFORTH, S., Environmental
cimiento perfecto de ellos: no so- bujos, grabados, fotografías, acua- conservation, en el cit. Manual of
lamente de su naturaleza y fun- relas, etc.; es decir, con soportes Curatorship, pág. 193.
ción, sino también de la intención de papel o magnéticos (como los M. A. RODRÍGUEZ LORITE insiste
confirmada del autor al crear la negativos fotográficos, las pelícu- a este respecto en que la ilumina-
obra . O de la finalidad de carácter las cinematográficas o los vídeos), ción «requiere un proyecto espe-
sociocultural que ha asumido his- así como requieren una conserva- cífico que se apoye en tres criterios
tóricamente, si no se conocen ni ción especial, también necesitan esenciales: la conservación de las
el autor ni especiales intenciones técnicas expositivas particulares . obras, el respeto y realce del espa-
museográficas. Para Ernst Neu - Las obras sobre papel deben llevar cio arquitectónico y la comodidad
fert, «las dimensiones del local de un enmarcado especial, «passe - visual del observador». (Cfr. «La
exposición dependen del tamaño partout» y cristal para exponerlos luz en el museo», en Iñaki DÍAZ
de los cuadros . El ángulo visual en muro o paneles, en mesetas, BALERDI (Coord.), Miscelánea mu-
normal en el hombre es de 54º, o vitrinas, atriles ... Y para conser- seológica, Servicio Editorial Univer-
sea de 27° por encima de la línea varlos en portafolios y carpetas, sidad del País Vasco, Bilbao, 1994,
horizontal de la vista, lo que para etc., en anaqueles y archivos ade- págs. 239-242.) Por su parte, l.
una distancia de observación de cuados. Cabinas y salas para su GARCÍA FERNÁNDEZ mantiene
10 m da una altura del borde su- proyección, etc. que «el diseño e instalación de
perior del cuadro de 4, 5 m sobre 227 KLEIN, L., op. cit., pág. 110. sistemas de iluminación dentro de
la visual horizontal. El borde in - 228 Sabemos que la luz es el resultado áreas de exposición tiene que ver
ferior del cuadro no debe quedar de la energía que se libera cuan- fundamentalmente con el control
a más de 70 cm por debajo de la do los electrones pasan dentro de la luz desde el punto de vista
visual horizontal. Sólo cuando se del átomo de una órbita a otra. estético teniendo en cuenta su ca-
trata de cuadros muy grandes se Esta energía es la causa necesaria pacidad para producir procesos de
rebasarán estos límites, compren- para conseguir que un cuerpo se deterioro». (En su Tesis cit. La con-
diendo desde el mismo zócalo ponga incandescente, condición servación preventiva y la exposición de
hasta un punto superior a Ja vi- indispensable para que emita luz. objetosyobrasdearte, pág. 165 .)
sual de 27°. Los cuadros pequeños Lo que provoca que la energía lu- 230 Los dos tipos de iluminación,
se cuelgan con su centro de gra- mínica vaya siempre acompañada natural y artificial, suelen com-
vedad (horizonte del cuadro) a la de la energía calorífica. La luz se binarse en la mayor parte de los
altura de la vi sta. propaga en ondas concéntricas museos. La iluminación natural
Superficie de pared por cuadro: que irradian en todas direcciones, elimina gastos, pero es más varia-
3-4 m 2 debilitándose a medida que se ble y fuerte . Común en los museos
Superficie de suelo por escultura: alejan de la fuente luminosa. La antiguos, ha sido de hecho reivin-
6-10 m 2 luz es una pequeña parte del es- dicada e implantada en nuestros
Superficie de vitrina para 400 to- pectro electromagnético. Al atra - días por arquitectos ilustres . Pre-
neladas: 1 m»>. vesar un prisma, el rayo lumínico senta tres variantes : la lateral, uti-
[Ernst NEUFERT, Arte de proyectar se descompone en un espectro lizada en las colecciones privadas;
en arquitectura (Berlín, 1936). Bar- visible, que va del violeta al rojo. la cenital, comenzó a utilizarse en
celona, Gustavo Gili, 1983, 13' Graduados según su longitud de el siglo xvm y fue la preferida de
ed., 8' tirada, 1991, pág. 486]. onda, resultan así: Rojo (longitud los museos construidos en el s.
225 Además del espacio autónomo y de onda más larga) : 0'760 micro - xrx. Inconvenientes de la cenital
la posibilidad de circular a su al- nes. Anaranjado: 0'656 micrones. son la sensación de claustrofobia
rededor, las esculturas conven - Amarillo: 0'589 micrones. Ver- en algunos visitantes, y se pro-
cionales presentan numerosas va - de: 0'527 micrones. Azul: 0'486 yecta o refleja en suelos, vitrinas
riantes de instalación: en el suelo, micrones. Añil: O' 431 micrones. y obras. La diagonal es una com-
sobre una plataforma, sobre plin - Violeta: 0'397 micrones. Cuan- binación de luz lateral y cenital
difusa y no directa. De la ilumina- que deben tenerse en cuenta tan- (fluorescentes, incandescentes,
ción artificial, la más conveniente to para la conservación como para pequeños proyectores, luz natural
y suave es la parecida a la luz na- la contemplación de los objetos en controlada ... ) e lluminaciones acep-
tural del norte, calidad día. Son la un museo. tables (no pasar de 300 lux para el
tecnología y las investigaciones en 233 THOMSON, G., «A new look at primer grupo de objetos, si no es
luminotecnia las que deben pro- colour rendering, leve! of ilumi- necesario; máximo de 150 lux a
porcionar a los museos las formas nance and protection from ul- 180 en servicio para los segundos;
y lámparas más adecuadas para su traviolet radiation in museum y no más de 50 lux para el tercer
buena utilización . (Cfr. tablas so- lighting», en Studies in Conserva- grupo) .
bre lámparas: KLEIN, págs. 94-94; /ion, Londres, núm. 6, 1961. (Cfr. 239 Laurence ALLEGRET analiza en
THOMSON, G., 174-175 .) su obra The Museum Environment, su obra Musées (París, Editions
Dentro de esta doble distinción, cit., págs. 10-13, 20, 166, 177). du Moniteur, 1987) La ilumina-
recordemos que, si a tenor de los 234 ICCROM Conservation dans les ción. Problema específico. La natu-
aspectos técnicos de la ilumina- musées: éclairage, International ral en: Museo de Arte e Historia
ción, hay que considerar la «tem- Centre for Conservation, Roma, de Friburgo (de Michel Waebery
peratura de color» y el «Índice de 1975, pág. 31.; The Chartered Pierre Zoelly, 1981 ); The Menil
reproducción cromática», dentro Institution of Buildings Services Foundation (Renzo Piano, 1987);
de los tipos de iluminación debe- (ClBS). Lighting Cuide. Museums Museo Nacional de Arte Romano
mos tener en cuenta la naturaleza and Galleries, London, 1980, pág. de Mérida (Rafael Moneo, 1986);
de la luz natural o luz del día, y 13; Commission Internationa- Museo Josef Albers, en Bottrop
tanto las variedades de la ilumina- le de l'Eclairage (CIE), Cuide on (Barnhard Küppers, 1983); Ae-
ción artificial más convencionales interior lighting, Viena, 2a. ed. rospace Hall (Museum), de Los
(lámparas incandescentes, de des- Central Bureau of the CIE, 1986, Ángeles (Frank O. Gehry, 1984);
carga de alta presión, de vapor de pág. 82; Centre d'Information de Museo Arqueológico de Arlés (en
mercurio y de halógenos metáli- l'Eclairage, Eclairage des musées ei proyecto 1984, de Henri Ciriani);
cos; de vapor de sodio, o las fluo- galleries d'art. La présentation des Extensión de la National Gallery
rescentes ... ) como las provenien- objects, París, 1987, pág. 1; Asso- de Washington (de Ieoh Ming Pei,
tes de las nuevas tecnologías: la ciation Frarn;aise de l'Eclairage, 1978); Museo de Arte Moderno
fibra óptica, y la iluminación con Recommendations relatives a la éclai- del Norte, en Vill eneuve-d'Ascot
películas ifzlms) prismáticas. (Cfr. rage interieur, 1Oª ed., París, Lux, (de Roland Simounet, 1983 );
GARCÍA FERNÁNDEZ, op. cit., 1977, pág. 14; Standars Associa- Museo de Arte Moderno de Lou i-
págs. 165-278.) tion of Australia, AS 1680-1976, siana, Humleboek (de Jorgen Bo
Sobre la iluminación de obras tri - Code of Practice for interior lighting y Vilhelm Wohlert, 1982). La ar-
dimensionales es interesante el and visual environment, North Sid- tificial en: Museo Ken-Domon,
escrito de Eduardo FORGUERA ney, 1976, pág. 54. en Sakata (de Yoshio Tanigu -
CABEDA «El alumbrado de es- 235 CASAL LÓPEZ-VALEIRAS, J.M., chi, 1983); Museo de la Estampa,
culturas . Un estudio experimental art. cit. pág. 25. en Matsumoto (de Kazuo Shino-
en Premisa», en el cit. Miscelánea 236 KAUFMAN, J. y otros., !ES. hara, 1982); págs. 110-111.
museológica (1994), págs. 243-259. Lighting handbook. Application volu- 240 Cfr. CASAL LÓPEZ-V ALEIRAS,
231 Cfr. CASAL LÓPEZ-VALEIRAS, me, Nueva York, 1987, págs. 7-34. J.M., Pinacotecas: iluminación y
J.M ., «La luz como agente degra- 237 En The Hampton site extension conservación de los cuadros.!Art Mu-
dante en el museo», en Electra, lighting considerations. Preprint, «A seums. The lllumination and Conser-
Madrid, 1988, núms. 29 y 30, Conference on lighting in mu- vation of Paintings, en Informes de
págs. 3-33; y la bibliografía citada seums, galleries and historie hou- la Construcción, Madrid, Instituto
al respecto en el epígrafe Preservar ses», Bristol 9/10-IV-1987. Eduardo Torroja de la Construc-
y conservar. 238 En la op . cit. La Muséologie selon ... , ción y del Cemento, CSIC, mayo-
232 Estas recomendaciones tienen pág. 213, se extracta de la obra La junio, 1988, págs. 17-46.
por finalidad aminorar el dete- lumiere et la protection des objects ec 241 Sólo a nivel de mera orienta-
rioro que la luz produce en los spécimens exposés dans les musées et ción, los objetos bidimensionales
objetos sensibles del museo o de galeries d'art [Association frarn;ai- instalados sobre muro/paneles
otros centros análogos. En la ilu- se de l'éclairage et ICOM, París, admiten: una iluminación am-
minación artificial, la luz emitida 1971], un cuadro sobre la ilu- biental natural controlada (filtros
por las lámparas incandescentes minación, cuyas tres columnas anti-UV, cortinas, etc.); o bien
contiene excesiva energía y se va atienden: Categorías de objetos ex- una atmósfera lumínica ambien -
hacia el extremo rojo del espectro. puestos (tres tipos: poco sensibles, tal (natural + artificial) de luz
Las fluorescentes, una luz azula- sensibles y muy sensibles), Fuen - difusa sobre el muro, y luz pun-
do-verdosa, en cambio. Aspectos tes de luz recomendadas o admitidas tual adecuada; o iluminación in-
directa artificial (bañeras) difusa, documentos de educación », París, 249 Junto a las experiencias de países
o con proyectores adecuados. En UNESCO, 1961.] como los Estados Unidos ya desde
los sistemas de carriles, focos o 24 7 Celebrada del 17 al 20 de octubre los años veinte, pero sobre todo a
instalaciones mixtas (luz natural en Ditchley Park, Oxfordshire, partir de 1960 -el MOMA de Nue-
+ artificial) controladas, hay que Inglaterra, el Informe manifiesta va York recibía entonces más de
evitar que los aparatos instalados respecto de la 'Educación' lo que 300.000 escolares al año-, otros
en los raíles electrificados rompan sigue : centros como el Museo de los Ni-
la estética del espacio (techo) y «Los museos de arte colaboran ños de Marsella (1968), con su
adquieran excesiva importancia con la sociedad simplemente con Museobús; el Children Museum
visual. Los objetos tridimensio- su existencia. La exposición de de Brooklyn, en Nueva York, con
nales -un bronce o un mármol, obras de arte es en sí misma edu- actividad en plenitud de efectivi-
por ejemplo- se resaltan con luz cativa. Los museos pueden ex- dad; o las experiencias de la Sala
rasante y enfocando otros focos tender su esfuerzo educativo por Pedagógica del Museo Nacional
sobre el muro o panel trasero otros medios recordando siempre de Cuba, en La Habana (también,
-evitando teatralidad efectista- que el primer interés es el con- a partir de 1968), han corrobora-
además de luz ambiente. Debe tacto directo entre el espectador do y corroboran la importancia de
evitarse tanto la multiplicación y la obra de arte . Las actividades estos centros en la educación in-
del claroscuro corno el aplana- educativas no deben dirigirse so- fantil. [Se hace inevitable citar las
miento de Jos volúmenes . En la lamente hacia la información; mejores experiencias realizadas
cerámica y el vidrio : combinar luz también deben estimular la curio- en este sentido en diversos países
general con enfoques concretos. sidad. del mundo, y recogidas por Ulla
Las vitrinas requieren, junto con El principal propósito de un mu - Keding OLOFSSON, Gral. Editor,
un diseño específico (cfr. Museum, seo es ofrecer a los visitantes la en Museums and Children, París,
vol. 2, núm. 146, 1985, dedicado posibilidad de establecer un diálo- UNESCO, 1979. En español: Los
a las vitrinas), procedimientos es- go interrogativo con una reacción museos y los niiios, Madrid, Minis-
peciales de iluminación . El con- activa hacia las obras de arte. terio de Cultura, 1983.]
trol de la temperatura en ellas, y La presentación de obras de arte 250 Toda esta problemática fue estu-
la calidad de su iluminación -el a una sociedad irregularmente in- diada en profundidad, como de-
desarrollo tecnológico propicia formada sobre historia, religión y cimos, en el «Coloquio » citado
constantes innovaciones, como otros aspectos de la cultura debe- de Leningrado/Moscú, de 1968.
la «fibra óptica»- pueden llegar rían ser cuestiones de interés para Resumimos el contenido de los
a ser una exigencia crítica. Otros los museos . nueve apartados y veintinieve
objetos específicos -instalaciones, La mayoría de los museos poseen puntos de sus conclusiones de la
montajes, vídeoinstalaciones ... - valiosas colecciones de estudio y siguiente manera:
exigen también procedimientos deben protegerse. Si las obras no A) Consideraciones y recomenda-
especiales. pueden enseñarse, durante tem - ciones genera les
242 Véanse sus numerosos Estudios y poradas deben cederse, al menos l. La acción rnltural y educativa
documentos de educación publicados, algunas de ellas, a otras institucio- de los museos, una de sus misio-
fruto de sus reuniones y semina- nes públicas debidamente capaci - nes esenciales, a llevar a cabo en
rios. tadas. No aprobamos Ja cesión de unión con otras instituciones edu-
243 Recordemos lo tratado al respecto obras de arte de los museos a ofi- cativas y culturales .
en el cap. I de este libro . cinas o lugares donde no pueden 2. Evolución del museo de acuer-
244 Véase la nota 8 del cap . l. ser protegidas adecuadamente y do con los cambios de la sociedad
245 Cfr. ICOM News, núm. 3, vol. 21, donde el público mayoritariamen- y el progreso.
noviembre 1968. te no puede tener acceso». («Final 3. Siendo el museo mirador y fac-
246 En 1958 había tenido lugar el Repon of the European-American tor del desarrollo de la sociedad,
ya citado Seminario regional de la Assembly on Art Museums», en debe adaptarse a sus cambios y
UNESCO sobre la función educativa Art Museums: A European-American transformarse a sí mismo. Tam-
de los museos, celebrado del 7 al 30 View, London, The British Mu- bién su acción educativa y sus
de septiembre en Río de Janeiro, seum, The American Assembly métodos deben evolucionar.
bajo la responsabilidad de Georges Columbia University, 1975 .) 4 . Cita las conclusiones del Colo -
Henri Riviere, entonces Director 248 Véase el cap. III, especialmente quio de París de 1964 sobre «Pa -
del ICOM. [Importantísimo para los apartados «Crisis y replantea- pel educativo y acción cultural de
Jos países en vías de desarrollo, miento ( 1968 -1977) » y «En la los museos» (El Museo debe ense -
y sobre todo para la América La- sensibilidad postmodema de una ñar; enseñar al visitante a ver, de -
tina, sus actas fueron publicadas situación conocida como postin- sarrollar su sensibilidad, ayudarle
en el núm . 38 de los «Estudios y dustrial» . a comprender. .. ), y las del Comité
del ICOM de 1965, en las que se En cada caso deberá aplicarse un ción de aquél, y velar por la coor-
invita a crear en cada país gru- método adecuado, acudiendo a Ja dinación de las actividades respec-
pos nacionales de trabajo para Ja experiencia de sociólogos y psi- tivas (exposiciones, conferencias,
educación en los museos. Asimis- cólogos, y también a la experien- sesiones cinematográficas, activi-
mo, las directrices de la UNESCO, cia nacida en el seno del museo . dades creativas).
pubicadas en Museum, vol. XXI, El ensamblado de estos métodos 16. En la ausencia de un centro
núm. 1, 1968. constituirá una verdadera peda- cultural, el museo debe unir sus
5. Responsabilidades de las auto- gogía del museo. esfuerzos a otros órganos de ac-
ridades a introducir la integración D) Museo y escuela ción cultural en una meta com-
progresiva de Jos museos en las 10. La acción educativa del museo plementaria.
estructuras nacionales y locales, debe adaptarse al nivel del públi- 17. Si el museo, sea de ciencia
y conceder a aquéllos los medios co escolar y a las necesidades de la o de arte, es Ja única institución
para desarrollar su acción educa- enseñanza. El personal debe estar cultural de Ja comunidad, es ne-
tiva . Se hace eco, al propio tiem- preparado tanto en el trabajo del cesario o al menos aconsejable,
po, de la necesidad de un trabajo museo como de los métodos pe- que se adapte al conjunto de las
coordinado de sociólogos, psicólo- dagógicos en uso, y también en el necesidades culturales del públi-
gos y educadores, indicada ya en conocimiento de su público: psi- co, creando las estructuras más
el Coloquio de 1964. cología, edad, nivel escolar. satisfactorias.
B) Definiciones 11. En el método de las visitas F) Formación del personal
6. Definición de educación desde «acompañadas», conviene recu- 18. El principal responsable del
el ángulo del museo: La educa- rrir a todas las formas de partici- museo no debe ser necesariamen-
ción es la acción que, por la ad- pación activa del visitante escolar, te un pedagogo. Deberá tener no-
quisición de los conocimientos y que permitan inculcar el valor de ciones de psicología y pedagogía,
Ja forma de Ja sensibilidad, sirve la acción estimulante del contacto y alguna experiencia en métodos
al enriquecimiento del visitante, con el objeto original, el educador modernos de ensefianza. Es de-
cualquiera que sea su nivel social no intervendrá más que en Ja in- seable que tenga una formación
y cultural, su edad y su origen. dispensable iniciación (ya posible- universitaria y que tenga un cier-
Señala las funciones de base de los mente impartida en Ja escuela) y to grado de especialización en al-
museos : recoger, estudiar, conser- para Ja animación de Ja visita. guna de las disciplinas del museo
var y presentar los elementos del 12. La información de Jos en- (arte, ciencia, arqueología, etc.),
patrimonio natural y cultural. És- señantes sobre las posibilidades pero no es obligatoriamente nece -
tos son los soportes imprescindi- ofrecidas por el museo debe co- sario que sea un «Selecto» entre
bles de la acción cultural y educa- menzar en los tiempos de su for- los miembros del personal cientí-
tiva de los museos. mación (en las escuelas normales, fico.
C) Formas y métodos especialmente). 19. El personal responsable de los
7. La acción educativa se ejerce E) El museo, centro cultural servicios educativos deberá traba -
en el museo y en el exterior del 13 . En el seno de su comunidad, jar en estrecha unión con sus co-
museo. Ella debe ser siempre la el museo debe ser un centro cul- legas de otros departamentos del
causa de los programas concerta- tural vivo y dinámico, sin preten- museo, deberá ser llamado por
dos con los usuarios, en función der ser él «solo» centro cultural. sus conocimientos de psicología y
de sus necesidades. Y debe estar 14. No conviene olvidar que son sociología, en lo que concierna a
coordinada con Ja acción de las las colecciones de objetos y do- los problemas de exposición o de
instituciones de vocación educati- cumentos las que constituyen la todos los otros problemas relati-
va (centros de enseñanza, centros originalidad del museo y su ra- vos al público.
culturales, etc.). zón de ser. La acción cultural en 20. A este fin, será deseable que
8. Utilización de las nuevas técni- el museo debe, antes que nada y los especialistas de la museología
cas de enseñanza, especialmente preferentemente, aplicarse a las y de la investigación sean, en el
aquellas que impliquen el uso de colecciones que posee. Otras ac- curso de sus estudios, puestos al
los medios audiovisuales, y aque- tividades de otro orden (música, cuidado de los problemas relativos
llos que llamen a Ja participación teatro, danza, cine, etc.), conser- a la educación.
activa del individuo, visitante ais- vando su carácter complementa- 21. Si la educación en el museo
lado o miembro de un grupo. rio. Éstas se realizarán de manera quiere ser plenamente eficaz,
9. La acción del museo se ejer- que permitan al público gozar al debe establecer un intercambio
ce sobre un público variado, en máx imo de Jos objetos. permanente de puntos de vista
nombre de su nivel cultural y en 15 . Si existe en la comunidad un entre el educador escolar y el edu-
nombre de su motivación. El visi- centro cultural, el museo deberá cador del museo. El primero debe
tante puede estar solo o en grupo. participar en Ja gestión y anima- apreciar la naturaleza de la contri -
bución del museo a la educación tos a venir al museo y ver mejor des educadoras del patrimonio
en general y a la enseñanza esco- los originales . de los museos -del artístico, en
lar en panicular. El segundo debe 26. La experiencia del cine ha particular-, han venido acompa -
estar al cuidado de los métodos y demostrado que era indispensa - ñados de una importante biblio-
metas de su colega en la escuela. ble para guiar y orientar a los ci- grafía especializada. Resaltamos,
22. Los museos deben, siempre neastas en la manera de ofrecer entre un numeroso repertorio:
que puedan, desarrollar una ac- un fin que sea verdaderamente ABBEY, D.S. y CAMERON, D.F.,
ción educativa, aunque no estén un instrumento educativo . Para The museum visitar: 1-survey design;
dotados de un personal encargado conseguir esta meta, deberá haber 2- results; 3- supplementary studies,
de la educación, como sería de- cooperación estrecha entre el ci- Toronto, Royal Ontario Museum,
seable. neasta, el experto del objeto tra- 3 vols.,1959-1961. ADAM, T.R.,
G) Percepción tado y el educador, a fin de deter- The museum and popular culture,
23. Es importante estudiar cier- minar el aspecto bajo el que tratar New York, American Associa -
tos aspectos de la psicología de la al sujeto. tion for Adult Education, 1939.
percepción que están interesados 27. Es importante que en los me- CHADWICK, A.F., The role of the
directamente con la educación en dios audiovisuales el educador del museum and art gallery in communi-
el museo. Problemas que afectan museo tenga una cierta compe- ty education, Nottingham, Univer-
a la presentación, a todas las ca- tencia en los problemas del film, sity of Nottingham, 1980. AA.VV.
tegorías de museos y a todos los de la TV etc., a la vez que un pun- Museums are far peo ple, Edimburgo,
departamentos del museo. Pero es to de vista de la producción y de Scottish Museums Council, 1985.
el educador del museo quien tie- su utilización. HARVEY, E.D. y FRIEDBERG,
ne la responsabilidad de conocer 28. El museobús juega un pa - B. (eds.) A museum far the people.
estos problemas y de aconsejar a pel importante al servicio de las Seminar on Neighborhood Mu -
sus colegas .. . Ciertos puntos po- poblaciones que no pueden fá- seums, Brooklyn, Nueva York,
drán ser estudiados con provecho; cilmente acceder al museo. Las 1969. - ICOM, The museum in
por ejemplo, la facultad y el grado experiencias en diversos países y the service of man: today and to-
de atención y comprensión de los especialmente en la India, mues- morrow: the museum 's educational
diferentes grados de edad, el valor tran cómo el museobús puede and cultural role ... , París, ICOM,
relativo de la palabra escrita, ha- contribuir efizacazmente a la edu- 1972. - UNESCO, Museums, ima-
blada o registrada, para estimular cación, más particularmente en gina/ion and education, París, 1973 .
la vista y ayudar la comprensión; las zonas rurales. Gracias a esto, PITMAN-GELLES, B., Museums,
¿La percepción es alentada por los las demostraciones y una cierta magic and children: youth education
métodos activos de participación, iniciación pueden ser dados sobre in museums, Washington, D.C .,
tales como la manipulación de sujetos de interés práctico, como Association of Science-Technolo-
objetos especialmente hechos y la electricidad o los modernos gy Centers, 1981. ZETTERBERG,
perparados para ella? auxiliares de la vida cotidiana; la H.L., Museums and adult education,
24. La percepción está entrañable- propia exposición puede ser signi- London, Evelyn, Adams and Mac-
mente unida a la estética. Las dos ficada por su film o por una discu- klay for ICOM, 1968 (N. del A.).
plantean problemas fundamenta- sión sobre el mismo sujeto. 25 l Especialmente en el epígrafe 4.4.
les de conocimiento, contempla- I) Acción internacional Museos, patrimonio y comuni-
ción y creación, problemas que no 29. Se recomienda una coopera - dad.
están limitados a una disciplina ni ción internacional a todos los ni - 252 Susan M . PEARCE, Museum Stu-
a un tipo de museo, sino que son veles. No solamente a través de dies in Material Culture, Leicester
inherentes a la psicología de la los cauces de la UNESCO y del University Press, 1989, pág. l.
imaginación y de la comprensión. ICOM; sino que es conveniente y 253 Un estudio adecuado al respecto
H) Métodos técnicos necesario un intercambio de ex- es el publicado por Ángela GAR-
25. Los auxiliares audiovisuales periencias e innovaciones entre CÍA BLANCO, Didáctica del museo.
(el film, la TV, las proyecciones las distintas instituciones museís- El descubrimiento de los objetos, Ma -
fijas) son, en general, los que fa- ticas entre sí. («Coloquio sobre el drid, Ediciones de la Torre, 1988,
cilitan la comprensión del museo papel educativo y cultural de los 171 págs., il., bibl. En el sumario
al público; son una atracción con- Museos», en ICOM News, vol. XXI, se aprecian fácilmente los pasos
tinua no desdeñable para este fin. núm. 3, noviembre de 1968.) y elementos que configuran este
Deben ser considerados, no por sí El convencimiento y la dedicación proceso, desarrollado con clari-
mismos; son un atraso salvo en el de algunos pensadores, psicólogos dad. Lo sintetizamos así: I. Una
caso en que su valor y su ser son o pedagogos de renombre (como utilización didáctica del museo,
en sí un objeto original, sino por- John Dewey, Jean Piaget o Pau- el descubrimiento de la cultura
que ellos incitan a niños y a adul- lo Freire, etc.) a las posibilida- material. ¿Qué es cultura material?
Objew de cultura material. II. El mu- desarrollándose en España desde d) Dónde, cómo y cuándo se apren-
seo instrumento pedagógico. La 1980. (Cfr. la Bibliografía en sus de: condiciones que debe
visita escolar al museo. Condiciones apartados correspondientes.) reunir la organización esco-
en que se realiza la visita escolar al 256 El primer análisis sistemático del lar y educativa y contenido
Museo. III. Cómo hacer la visita al visitante mediante la observación social de la enseñanza . La
Museo activa y participativa . Dis- se realizó en los EE . UU. de Amé- materia que lo estudia es la
tintos modos de acercarse a los objetos. rica en 1930. Los primeros estu- Sociología de la educación y
IV . Material didáctico. Análisis dios realizados sobre este tema organización escolar.
de algunos modelos. Publicacio- en España tuvieron lugar en la ¿Qué es el aprendizaje?
nes cuyo objetivo es informar. Conference International des Musées, Podemos decir que se produce
Material didáctico específico para celebrada en Madrid en 1934, or- aprendizaje cuando hay un cam-
alumnos . ganizada por la Oficina Interna- bio relativamente permanente en
254 GARCÍA BLANCO. A., op. cit., cional de Museos de la Sociedad la conducta o en los conocimien-
pág. 7. de Naciones. Hasta 1968 no apa - tos de una persona como conse-
255 La atención y estudios sobre el reció otro estudio. cuencia de la experiencia . Los
público han adquirido un in- 257 Juan Ignacio POZO*, profesor del cuatro rasgos que caracterizan el
cremento notable en las últimas Departamento de Psicología Bá- aprendizaje son: a) Para que haya
décadas. Desde una perspectiva sica de la Universidad Autónoma aprendizaje debe haber un cam-
de la nueva museología, es inte- de Madrid, destaca como aspectos bio, una diferencia entre el estado
resante destacar la revista Public psicológicos del visitante las ba- inicial y el estado final. Cambio
& Musées. Revue International de rreras motivacionales, espaciales, que no debe ser evaluable. b) Los
Muséologie, Lyon, Presses Uni- emocionales y comprensivas. Fi- cambios inducidos deben ser re-
versitaires de Lyon, France, que jamos nuestra reflexión sobre el lativamente permanentes. Lo más
viene publicándose desde mayo tema y reproducimos básicamen- eficaz es generar aprendizajes sig-
de 1992 . Entre los españoles, te, como una síntesis de interés, nificativos, relevantes para la vida
debemos resaltar algunos auto- su escrito «Lo que muchos profesores del que aprende. c) La enseñanza
res por los estudios y actividades están deseando saber sobre el apren- busca cambio de conocimientos,
que vienen desarrollando en los dizaje y nunca saben a quién pregun- de habilidades, afectivos, actitudi-
diversos campos relacionados con tan>. nales ... d) El aprendizaje requiere
el museo y el público. Además Introducción. Cuatro preguntas de experiencia previa; de hecho, se
de la didáctica (con aportacio - básicas sobre enseñanza. aprende como consecuencia de la
nes de Ángela GARCÍA BLAN- a) Qué contenidos disciplinares práctica . Lo esencial para que al -
CO, Margarita De los ÁNGELES, queremos que las personas apren- guien aprenda algo es proporcio -
Isabel CARIDE VARALLA, Pilar dan. La materia que lo estudia es narle las experiencias adecuadas.
CALDERA, José Lu is JORDANA la Epistemología y la disciplina Por enseñanza entendemos el con-
LAGUNA, Pilar LÓPEZ GAR - científica correspondiente . junto de decisiones que se toman
CÍA-GALLO, Carmen PADILLA b) A quién van dirigidos esos con- con el fin de planificar actividades
MONTOYA, María de los Ángeles tenidos. La materia que lo estudia para que ciertas personas apren-
POLO, María Dolores RAMÍREZ es la Psicología del profesor y la dan ciertas cosas. Estos aprendiza-
MITTELBRUNN o Pilar ROME- Psicología del alumno: desarrollo jes producidos por la enseñanza o
RO de TEJADA, etc., por citar cognoscitivo, desarrollo afectivo y la instrucción difieren del resto de
sólo algunos), son destacables los aprendizaje. aprendizajes que se producen de
trabajos sobre psicología y apren - c) Cómo se aprenden esos resul - modo no reglado o no deliberado
dizaje (de Juan Ignacio POZO tados que queremos lograr: aten - en la vida cotidiana .
MUNICIO), investigación sobre diendo a los recursos, métodos, y
el público, evaluación (del equipo estrategias de enseñanza que in- Elementos componenres de una situación
Mikel ASENSIO y Elena POL, de tervienen. La materia que lo estu- de aprendizaje (Cagné, 1985)
Eloísa PÉREZ SANTOS o de GAR- dia es la didáctica específica. 1. Resultados: 2. Procesos de aprendizaje:
CÍA BLANCO), de interpretación -aaitudes - atención
- destrezas motoras memorística
de textos escritos en el Museo (de
Emilio SÁNCHEZ MIGUEL), etc.
Estudios que aparecen en libros
* Escrito entregado a los alumnos y
desarrollado junto con otros temas de
Psicología del Aprendizaje aplicados a
- información verbal
- conceptos
- estrategias cognoscitivas
- adquisición

- recuperación
< significativa

y diversas publicaciones especia- - motivación - transferencia


lizadas, catálogos de exposiciones las exposiciones y museos en el magister
3. Condiciones:
en Museografía y exposiciones de la Uni-
o Actas de las Jornadas de Depar- -del alumno - de la tarea - del contexto escolar
versidad Complutense de Madrid, en el
tamentos de Educación y Acción curso académico 1995-1996.
Cultural de Museos, que vienen
-Actitudes: se pueden definir como Procesos de aprendizaje ño de cuestionarios en museos y
tendencias de acercamiento o de según el procesamiento de la información: exposiciones. 11.7. La utilización
rechazo con respecto a algo, que se del espacio expositivo. 8. Diseño
ECEPTORES
traducen en predisposiciones o de plantilla de observación sobre
prejuicios que determinan la con- • memoria - ¡ • atención el uso de unidades expositivas.
ducta de las personas. sensorial L 9. Discusión sobre las leyes del
a) Actitudes con respecto a su • motivación movimiento de los visitantes por
propia materia. el espacio expositivo. III. 1O. La
b) Actitudes con respecto al apren- • memoriaa • adquisión comprensión de los criterios y

1
dizaje, al estudio y al conocimien- corto plazo memorística claves expositiva s. 11. La recep-
to. ción del mensaje expositivo. 12.
• adquisición
c) Actitudes sociales. significativa Tipos de público y comprensión
- Información verbal: es algo qu e de la exposición: comparaciones
el alumno debe aprender literal- • recuperación entre expertos y novatos. IV . 13.
mente, de un modo reproducti- y trasferencia La utilización de mediadores co-
vo; no es necesario comprender. municativos en la exposición . 14.
• memoria a
El alumno debe hacer una copia largo plazo
El uso de textos en museos y ex-
exacta y almacenarla en la me- posiciones. 15. La comprensión de
moria . El proceso empleado es la los textos. 16. Diaporama sobre
repetición que da lugar a la auto- posibles soluciones museográficas
matización. tema El visitante del museo me- para los problemas detectados en
- Conceptos: una persona adquiere diante su atención y estudio del los estudios del público: recorri-
conceptos cuando es capaz de do - Perfil de los visitantes (datos de- dos por museos.
rar de significado a la información mográficos) con Ejemplos de des- 261 Un número monográfico de in-
que se le presenta, cuando com- cubrimientos; Los que no visitan cuestionable interés es el dedica -
prende, es decir, cuando es capaz el museo, Las actitudes y los in- do a « Textes et public da ns les mu-
de traducirlo con sus propias pala- tereses del visitante, El comporta - sées» por la revista citada Publics &
bras. miento del público (con Ejemplos Musées (Lyon, nº 1, mayo 1992),
- Estrategias del aprendizaje: rela- de descubrimientos), La reacción en el que aparecen estudios de Ju -
cionadas con los procesos o méto- del espectador. Los espectadores lie DESJARDINS I Daniel JACOBI
dos. Hacer del alumno un apren- con necesidades especiales: Ne- («Les étiquettes dans les musées
diz eficiente, capaz de controlar y cesidades físicas, Las necesidades et les expositions scientifiques et
planificar su propio aprendizaje. intelectuales y emotivas), Datos techniques» ), Chandler SCREVEN
Muy relacionada con los procesos antropométricos: Visión y ángulo ( «Comment motiver les visiteurs a
psicológicos, incluiría el dominio de visión y La franja visual (págs. la lecture des étiquettes»), Denis
de técnicas de recogida y adqui- 171-196, y 209-218, respectiva - SAMSON ( «L'évaluation formati-
sición de información, toma de mente). ve et la genese du texte» ), Rana
decisiones y la solución de proble- 260 Un programa comprensivo de GOTIESDIENER («La lecture de
mas prácticos, la adquisición de todos estos aspectos es el de- textes dans les musées d'art» ),
los hábitos de estudio, los recursos sarrollado por el equipo Mikel Marie-Sylvie POLI («Le pani-pris
mnemotécnicos. ASENSIO y Elena POL, del De- des mots dans l'étiquette: une
Se aprende a aprender utilizando partamento de Psicología Básica approche linguistique »), y David
los recursos y procesos del apren- de la Universidad Autónoma de UZZELL («Les approches socio-
dizaje que están a nuestra disposi- Madrid (UAM), en el magíster cognoscitives de l'évaluation des
ción. en Museografía y exposiciones de la expositions»).
Otro aspecto del aprendizaje es Universidad Complutense de Ma- 262 Emilio SÁNCHEZ MIGUEL, pro-
la importancia que adquieren los drid (UCM) el curso académico fesor del Departamento de Psico-
fracasos, ya que a partir de estos, 1995-1996, según este esquema: logía de la Universidad de Sala-
se establecen los propósitos, cam- 1.1. Las investigaciones sobre el manca, al ocuparse de Los textos
bios y reflexiones. público de los museos. 2. Tipos de escritos en el museo para el magis-
258 Cfr. SCREVEN, Ch.G. & SHETIEL, evaluaciones en museos. 3.Ám- ter en Museografía y exposiciones de
P., Visitar Studies Bibliography ans bitos de evaluación de aspectos la Universidad Complutense de
Abstracts, Shorewood, WI, ILUS del público: qué, por qué, cómo, Madrid (UCM), planteó su desa-
Publications, 3ª ed., 1993. cuándo, quién a quién evaluar. 4. rrollo con la explicación de varios
259 BELCHER, Michael, op. cit., pág. La utilización de cuestionarios en puntos previos : l. Construcción del
176. [En la versión en español, el museo. 5. Estudio de perfiles de texto base. Nociones claves: a) con-
pág. 215]. Belcher desarrolla el público. 6. Práctica sobre el dise- tenidos: niveles de actividad; mi-
croestructura o conexión lineal; 1.3. El texto como acto comuni- dos y representativos. A. 1. Unida-
macroestructura o idea global. b) cativo: texto y conversación. 1.4. des de observación ¿Qué observar?:
forma de organizar Jos conteni- Cuando no se comprende. 2. Una Continuo de conducta, conduc-
dos: superestructura (interrela- guía para el análisis de Ja legibili- tas, Interacciones, Productos de
cionar globalmente las ideas). II. dad de los textos. 2. l. Cuando los conducta. A.2. Parámetros de me-
Acceso a conocimientos previos: cons- textos presuponen demasiado. 2.2. dida ¿Cómo observar?: Ocurrencia,
truir un modelo de la situación. Cuando los textos carecen de co- frecuencia, duración, intensidad.
III. Autorregulación: se crean du- herencia . 2.3. Cuando los textos A.3 . Técnicas de registro ¿Con qué
rante la lectura metas (planifica- no son transparentes respecto de observar?: Registros narrativos, lis-
ción), se supervisa, detectando e su estructura. 2.4. Coherencia e tas de datos/catálogos de conduc-
identificando las dificultad es y se interés. 3. La elaboración de los ta. sistemas de categorías, registros
evalúan los resultados alcanzados. textos escritos: recursos y proce- de productos. procedimientos au-
IV. Elementos para la coherencia li- dimientos. 3. l. El uso de seüales tomáticos. A.4. Muestreo ¿Cuándo
neal (basado en el trabajo de Bru - y conectores. 3.2. El valor de los y/o a quién observar?: De tiempo, de
ce Brirton). El primer principio es títulos. 3.3. La organización de los situaciones. de sujetos.
que para facilitar la conexión entre textos en párrafos. 3.3 . El uso de B) Elaboración de cuestionarios.
las ideas conviene expresar con las recursos conversacionales. B. l. Determinación de objetivos
mismas palabras aquellos concep- 263 La evaluación de una exposición e hipótesis. B.2. Entrevista previa.
tos que sirven para interconectar requiere. al menos, la considera - B.3. Análisis de contenido. B.4.
las ideas entre sí. Segundo princi- ción de estos aspectos: I . Objeti- Elaboración de cuestionario pre-
pio: facilitar Ja labor del lector or- vos. 2. Campos de evaluación. 3. vio {4. l. Presentación. 4.2. Orga-
ganizando las partes de cada ora- Técnicas y métodos de evalua - nización. 4.3. Tipos de preguntas.
ción, de tal manera que el lector ción. 4. Tipos de evaluación. 5. 4.4. Codificación. B.5. Pilotaje.
encuentre primero la parte vieja o Interés de los resultados. B.6. Elaboración de cuestionario
conocida -la que especifica dónde 264 BELCHER, M., op. cit., pág. 202 y definitivo.
conectar esta oración con el resto pág . 245, respectivamente. C) La encuesta. Definición (Gar-
de su representación mental-, y a 265 Michael BELCHER habla de la cía Fernando): Instrumento de
continuación Ja parte nueva, que evaluación «naturalista» (o eva- investigación que, a través de ins-
establece qué nueva información luación «informa l») y de Ja eva- trumentos estandarizados de in-
debe ser añadida a esa represen- luación «formal» que «es tan ri- terrogación que permiten la com-
tación. Tercer principio: facilitar el gurosa como estructurada . Es un parabilidad de respuestas, obtiene
trabajo del lector haciendo explí- enfoque sistemático que busca mediciones cuantitativas de una
citos aquellos conceptos que sea obtener información objetiva que gran variedad de aspectos objeti-
necesario considerar más adelante sea precisa y contrastada. Puede vos y subjetivos de una población.
en el texto. V . Elementos para la co- ser cuantificada y estrictamente Etapas: C.l. Formulación de obje-
herencia global: hallar Ja diferencia aprovechable. Tanto Ja evaluación tivos. C.2 . Selección de la muestra.
entre dos párrafos, descubrir en informal como la formal utilizan C.3. Elaboración del instrumento
qué consiste esa diferencia, cuál técnicas distintas . En general, de med ida. C.4. Toma de datos.
de los dos no tiene nada que ver pueden dividirse en tres catego- C.5. Análisis de datos. C.6. Elabo-
con el resto, qué es lo que les hace rías: observacional. cuestionarios ración de informe.
iguales y distintos. VI. Elementos y entrevistas» (op. cit., págs. 205- D) Planificación de Ja evaluación.
para crear un contexto adecuado (ba- 206 y 249, respectivamente). D. l. Decisiones de utilización.
sado en el trabajo de Isabel Beck) . El equipo de evaluación del ma- {l. l. Naturaleza del comporta-
Problemas identificados . Solución. gister en Museografía y exposiciones miento a observar. 1.2 . Situacio-
Resultado final de la revisión del de la UCM (ASENSIO, GARCÍA nes naturales y artificiales. 1.3.
texto completo. Comparación en- BLANCO, POL y PÉREZ SANTOS) Momento de la evaluación. D.2.
tre el texto original y el texto revi- desarrolló en el curso 1995-1996 Planificación de la evaluación
sado, y evaluar las consecuencias estos temas a partir, entre otros, {2.1. Utilidad. 2.2. Técnicas. 2.3.
que las mejoras introducidas ten- de los siguientes esquemas: Decisiones de muestreo . 2.4. En-
gan para el lector. A) La observación: Procedimiento tretenimiento de observadores.
El esquema con el que desarrolla encaminado a articular una per- 2.5. Preparación del material.
el tema Los textos escritos en el Mu- cepción deliberada de la realidad, D.3. Toma de datos. 3.1. Proble-
seo contiene estos epígrafes: l. La de forma que mediante un regis- mas éticos. 3.2. Lugares para Ja
comprensión de los textos. l. l. La tro objetivo, sistemático y espe- observación. 3.3. Seguimiento y
coherencia textual: coherencia lo- cífico de la conducta espontánea resolución de problemas. 3.4. Pre-
cal; coherencia global. 1.2 . Cono- y una vez codificada y analizada paración de análisis. D.4. Criterios
cimientos previos y comprensión . nos proporcione resultados váli- de calidad. 4.2. Tipos de análisis.
266 El equipo citado resume así Al- !. CONOCIMIENTO DE LA EXPOSICIÓN 267 En Museum internacional, 185, nº
gunos ejemplos sobre utilidades de la l. 1995, pág. 14.
1.1. Definición de la exposición
evaluación . - visitantes 268 Id., pág. 15.
1. Perfiles de público : Gestión, - marco espacial 269 Ibídem .
planificación de actividades, ela- - exposición 270 BELCHER, M., op. cit., págs. 171
boración de folletos informativos, y 207 de la edición inglesa; págs.
señalización, marketing. 209 y 250, respectivamente, de la
2. EVALUACIÓN DESCRIPTIVA
2. Impacto/opinión: Organización edición en español.
2.1. Definición
de servicios, planificación de ex- 2.2. Objetivos de la evaluación 271 MAURE, Marc, art. cit., 1996, pág.
posiciones, diseño de exposicio- 129.
nes.
3. Espacio exposrnvo : Diseño de
2.3. Elección de técnicas
exposiciones, señalización, elabo - y procedimientos
ración de guías, mapas ... , organi-
zación espacial.
4 . Soportes: Elaboración de tex-
2.4. Recogida de datos
tos, audiovisuales, señalización .
5. Comprensión: Diseño de expo-
siciones, organización de piezas/
temas, elaboración de guiones de 2.5. Análisis de datos
contenido.
6. Aprendizaje : Elaboración de
guiones expositivos, diseño de 2.5. Hipótesis explicativas
exposiciones, planificación de ex-
posiciones.
Y conciben de esta manera el Pro-
2.6. Constrastación de hipótesis
ceso de evaluación de exposiciones:

2.7. Toma de decisiones


2.7.1. Modificaciones
2.7.2. Información

3. VALORACIÓN
3.1. Valoración
7. El programa muse.o lógico,
el proyecto arquitectónico y su
desarrollo y aplicación museográfica

Se dice que la primera condición de la historia ciones; el equipo de conservación y animación;


de los museos es su arquitectura, a pesar de que su entidad legal; b) su organización. Dependien-
en el orden lógico e intencional de los coleccio- do de su importancia, de su perfil o estatuto, y
nistas, mecenas y fundadores -también en el de de su grado de autonomía jurídica, comprende
los propios acontecimientos- hayan sido los bie- las funciones de organización, financiación, ges-
nes de interés cultural los que han producido el tión y administración del centro; las de la colec-
fenómeno museístico. Del mismo modo, pode- ción -adquisición, conservación y presentación-;
mos comprobar que la realidad del contenido y el personal -directivo, científico, técnico, admi-
del contenedor de estas instituciones ha venido nistrativo ... -; y las actividades o su proyección
siendo conformada por el pasado, por la historia sociocultural; e) El edificio o su arquitectura,
misma . Todo un lento proceso de estructuración en el que se incluyen los diferentes aspectos de
y organización hasta su diseño y funcionamiento diseño, construcción, funcionalidad, seguridad
actuales. etc., y que implica previamente la realidad de-
terminante del enfoque museológico. Es decir,
Es importante reconocer que la apa riencia formal estos tres aspectos señalados pueden expresarse
y la proliferación e importancia cultural del museo y resumirse -y en un orden lógico y real del pro-
tienen unas razones técnicas, económicas y sociales
como cualquier otra expresión de la cultura. Así, si ceso- en: el programa museológico, el proyecto
el museo fue en épocas anteriores considerado como arquitectónico y el desarrollo y extensión de los
«templo de las musas », majestuoso y alejado icónica- dos.
mente de la comunidad, tanto en su expresión formal En este triple entramado intervienen factores
exterior como en la interior, ¿qué nombre ponerles a histórico-sociológicos, museológicos y arquitec-
los múltiples ejemplos contemporáneos que abarcan
una variedad tan extensa de tipos, formas, tamaños, tónicos, o técnico-museográficos, cuya comple-
objetivos y funciones? El fondo del asunto se resume jidad requiere algunas consideraciones previas
en dos preguntas: ¿qué es un museo? y ¿qué espera antes de entrar en el análisis concreto del pro-
la sociedad de él? 1 grama y el proyecto.
Dos preguntas que debieran encontrar la do -
ble respuesta adecuada en argumentos no sólo l. Orí genes hi stóricos del edificio
-pero sí especialmente- de carácter sociomuseo- del museo: templo o p alacio
lógico. Lo cierto es que cuando nos referimos al
museo como institución real estamos señalando
Aunque es cierto que la historia de la arquitec-
de hecho al menos tres aspectos o planos que lo
tura de los museos, entendida como construc-
constituyen: a) su estatuto y los elementos inte-
ción de edificios específicamente diseñados y
grantes. Lo que incluye su tipología como enti-
dedicados a las funciones museísticas tiene su
dad cultural pública, semipública o privada; un
comienzo riguroso en el siglo xvr con los Uffizi
lugar o medio físico para el patrimonio; las colee-
En el siglo xrx, al democratizarse las reliquias
del feudalismo, muchos palacios y edificios no -
bles -símbolos del antiguo poder- fueron con-
vertidos en museos. Algunos países que impulsa-
ron decididamente la creación de museos y que
no tenían este tipo de patrimonio arquitectónico
-como los EE.UU., por ejemplo- terminaron por
construir sus edificios imitando con cierta exac-
titud la arquitectura tradicional europea de tem-
plos, palacios y castillos. En concreto, fueron los
modelos neoclásicos y de arquitectura palaciega
los adoptados por los norteamericanos, sigui en -
do también el ejemplo europeo de los nuevos
edificios. 2
En los propios países europeos -especialmen -
Galería del Palacio Pitti, Florencia, exponente te los mediterráneos-, la riqueza arquitectónica
de sus extraordinarias riquezas artísticas.
del pasado dio cobijo a los bienes patrimoniales,
junto con algunas pocas nuevas edificaciones.
de Florencia (construidos por Giorgio Vasari en En el centro y oeste de Europa, esta tendencia
1564, lo recordamos), destinados en gran par- se ha prolongado en muchos de sus monumen-
te a estos fines, la realidad de los contenidos y tos hasta la primera mitad de nuestro siglo, ha-
contenedores de museos proviene de tiempos y biendo encontrado de este modo un sistema de
circunstancias anteriores. El tiempo y la historia preservación y reanimación mediante su restau-
se han encargado, como decimos, de modelarlos ración, reinterpretación y rehabilitación para
y «modearlos» («modo» y «moda») desde el pa- usos museísticos. En la antigua URSS, después
sado remoto a los momentos actuales . de 1917, palacios y templos fueron convertidos
En occidente -aunque no sólo en nuestros en museos y casas de cultura para el pueblo.
países y entorno cultural-, todo ese proceso que Otros países, sometidos a la influencia o el
Bazin ha pormenorizado en su obra tantas ve- dominio europeos, siguieron desde el siglo x1x las
ces citada de El tiempo de los museos ejemplifica la pautas de sus respectivas metrópolis. 3 Como la
influencia del pasado sobre la arquitectura del India, donde Gran Bretaña reprodujo en la crea-
museo. Desde los tesoros de las épocas griegas y ción de museos los moldes del neogótico o de
romanas a los religiosos de la edad media -con - la arquitectura victoriana . Después de 1945, los
servados en templos, pinacotecas o villas, los cambios y nuevos planteamientos de la museolo-
primeros; o en iglesias y monasterios, los segun - gía y la museografía han producido la evolución
dos-, los contenidos y continentes museísticos de la teoría de la arquitectura de los museos. 4
modernos han sido preparados por el carácter En cualquier caso, la tipología de los museos
del coleccionismo y de los receptáculos específi- según su arquitectura -es decir, la historia de la
cos del renacimiento, por las colecciones reales y arquitectura de los museos- está trabada desde
aristocráticas de los palacios y castillos, y por el sus orígenes hasta los tiempos actuales por los
afán enciclopedista de la Ilustración. Es en este modelos del «museo-templo» o el «museo-pala-
momento, como hemos comprobado, cuando cio», como hemos comprobado en su considera-
aparece el concepto del museo moderno, tanto ción histórica. El esteticismo y el cientifismo de
en la clasificación y ordenación de las colecciones la época ilustrada y su continuidad posterior es-
como en el diseño del contenedor museístico. tán marcados en este sentido por una concepción
neoclasicista e historicista, cuyo esquema estruc-
tural se repite en la construcción de los principales
museos, tanto de arte como de ciencias o historia
natural; y lo mismo en su exterior (monumenta-
lidad de la fachada, escalinatas, columnas in antis,
frontones, decoración clasicista imitando templos
griegos .. .); como en su interior (elevados techos,
amplias escaleras, mármoles y piedras labradas,
lucernarios y cúpulas en sus espacios de distribu-
ción ... ). 5
En este sentido, el ejemplo de los palacios con-
vertidos en museos 6 será también imitado, com-
pletando el binomio templo-palacio como modelo
El Museo del Prado, en Madrid, fue proyectado por Juan de Vil/a-
para los edificios de museos hasta, al menos, la nueva en el s. xv111 para ser Gabinete de Ciencias Naturales.
segunda mitad de nuestro siglo. Al fin y al cabo,
uno de los paradigmas del museo moderno, la
aún cuando utilizara para ello espacios (conven-
Neue Nationalgalerie ( 1962 -1968) de Berlín, de
tos, palacios, iglesias ... ) pensados y construidos
Ludwig Mies van der Rohe, consagra con un len-
para otros fines distintos de los museísticos. Los
guaje actual la concepción del templo -museo. La
museos de nueva planta procuraron adaptarse a
sacralización del espacio y sus contenidos, tanto
las necesidades de las clasificaciones y ordenacio-
en rehabilitaciones de monumentos históricos (la
nes de especímenes que las disciplinas científicas
adaptación a las nuevas necesidades de los con-
imponían y a las prácticas de una incipiente mu-
ventos y palacios, ubicados normalmente en el
seografía.
centro de las ciudades, resulta difícil y costosa, la
Con independencia del ejemplo precursor de
mayoría de las veces), como en su reinterpreta-
los Uffizi de Florencia, los orígenes rigurosos del
ción en muchos nuevos edificios, contrajo por su
edificio de museo se encuentran en dos depen-
fidelidad a una morfología no funcional las limi-
dencias o habitaciones de residencias privadas:
taciones que a mediados de siglo van a provocar el gabinete y la galería. El primero, procedente
una ruptura con los modelos anteriores: dificul-
del italiano y acuñado en la palabra francesa ca-
tad de la circulación para los visitantes; problemas
binet, hay quien defiende su creación nórdica; la
de iluminación, climatología, seguridad, mateni-
segunda es sin duda un hallazgo mediterráneo .7
miento, falta de flexibilidad espacial, espacios de
Cualesquiera de los ejemplos destacados que
servicios al público inadecuados, etc. Nos referire-
podamos aducir de la época renacentista (en que
mos a esta cuestión al tratar más adelante de las
toman auge y primeras definiciones museísticas
dos modalidades generales del edificio destinado
estas dos piezas), o de los siglos inmediatamente
a museo.
posteriores, 8 terminarán remitiéndonos a Goe -
the y a su propuesta del «museo doble» (1821), 9
1.1 . El gabinete, la galería y la arquitectura de separar las obras maestras de las secundarias
del museo en plantas diferentes del edificio. Creyó en esta
solución, ante la desconcertante realidad de los
En sus orígenes dieciochescos y decimonónicos,
gabinetes y galerías.
el museo comenzó siendo sin especiales preocu-
La mezcla caótica de todo tipo de objetos que
paciones un recipiente de cierta neutralidad, un
dominaba los gabinetes y galerías, demuestra
almacén mejor o peor acondicionado para insta-
que no se habían planteado con una clara fina -
lación y exhibición de los objetos patrimoniales,
lidad constructiva y una definición funcional de
1 Junta directiva 1

1 Comité de dirección 1

1 Director 1

1 Proyecto director 1

Personal yconsejeros internos Consejeros externos


1 1 1 1

Equipo del comité Arquitectos consejeros


Consejeros especiales Consejero de construcción Factores externos
de revisión de diseño

Medios/operaciones Accesos impedidos Viceconsejeros Director de construcción Gobierno político


Colecciones Mantenimiento de seguridad Estructural Tasador Comunidad
Programas e Información Ingeniería Mecánica/electricidad
públicos Vigilancia Iluminación
Diseño de instalación Medio ambiente Diseño de seguridad
Mantenimiento y Clave
funcionamiento Seguridad vital
Cubiertas Acústica
Eliminación de riesgos Transporte vertical
Diseño interior Preservación histórica
Diseño de exposición Telecomunicaciones
Almacén de arte Audiovisuales
Centros de estudio Panorama
y biblioteca Paneles
Servicio de restaurante
Despachos
Tienda

Esquema de la orga nización del «Proyecto Director» en la arquitectura del museo (seg ún Darragh & Snyder, 1993).
espacios museísticos. La finalidad de la cultura y y ordenada clasificación de los especímenes, para
hasta Ja funcionalidad de la arquitectura es, como terminar siendo los museos, primero, recorridos
se sabe, una idea muy moderna. Los problemas históricos de explicitación retrospectiva; y, se-
que más han interesado y preocupado a la ar- gundo, ya en nuestro tiempo, lugar y pretexto
quitectura han sido los de construcción, los de de atracción cultural de las masas.
«fisiología», pero no los de función. Como se irá comprobando en páginas si-
guientes, el museo en la actualidad han aban-
donado el espíritu monumentalista de la Ilus-
1.2. Otras tipologías en el origen del edificio tración para adquirir combinaciones de líneas y
actual del museo
formas que mejor se adapten a las funciones cada
Históricamente, el museo moderno ha venido vez más diversificadas de estas instituciones. Se
aceptando, especialmente desde la segunda mi- ha superado en muchos casos incluso el estilo
tad del siglo xvm y hasta casi la primera década «postemplo» para dar paso a otras fórmulas ar-
del xx, Ja «mística» del museo como monumento quitectónicas muy relacionadas con el concepto
civil capaz de irradiar y difundir públicamente la del «museo-hipermercado», con el de «museo-
cultura y el patrimonio. Si podemos reconocer y teatro», con el de «museo -centro social», etc. Y
confirmar en sus orígenes arquitectónicos lamo- es que, en esta época «neoilustrada», han termi-
numentalidad del «templo grecorromano» o la nado consolidándose tanto arquitectónica como
del «arco de triunfo y templo» al mismo tiem- funcionalmente dos tendencias fundamentales:
po, y en general la de una morfología de monu - la del museo como «lugar del espectáculo» y la
mento, templo o palacio adecuado a su función del museo considerado en sí mismo como «mo-
histórica heredada de la Ilustración, es también numento artístico». Las dos han terminado por
cierto que los núcleos embrionarios del gabinete configurar dos auténticas nuevas tipologías so-
y la galería han adquirido en los tiempos actua - cio-arquitectónicas en el desarrollo del museo de
les unas fórmulas sucesorias o sucedáneas muy este final de siglo y milenio .
especiales.
El concepto winckelmaniano de templo de
arte recogió esta herencia grecorromana y neocla - 2. Modalidades del edificio de museo
sicista, en cuya conformación física actuaba de
modo permanente una herencia cultural de los En general, y salvo fórmulas mixtas u otras al -
usos e interpretaciones de aquellos lugares o es- ternativas empleadas en nuestro tiempo, dos son
pacios que la historia había relacionado (tal vez las modalidades del edificio destinado a museo,
miméticamente) con la conservación y presenta- que ya hemos adelantado: el monumento his-
ción del patrimonio acumulado. Los nombres y tórico reutilizado (y otros análogos, aunque no
la realidad de los mouseion, pinakothéke, thesaurus, siempre monumentales; es decir, el «arreglo»
collectio, o los de gabinete de curiosidades, galería, frente al «modelo»); y el edificio de nueva plan-
cámara, dactiloteca, gliptoteca, etc., fueron re- ta, diseñado y construido para ser contenedor de
cogidos por el museo moderno como elementos un museo determinado.
paradigmáticos en la configuración de su modelo
monumental.
La monumentalidad y «Sacralidad» del edifi- 2.1 . Transformación y rehabilitación de edificios
cio del museo debía resultar análoga tanto a los para museos
contenidos como a su misión y funciones públi- Una gran parte de los museos tradicionales están
cas . Se produjo el tránsito del templo winckel- alojados en edificios que no fueron construidos
maniano a la condición de gabinetes de rigurosa para la función museística. Lo que ha motiva-
do una laboriosa adaptación que conjugue el Pero la historia reciente demuestra que el fe -
respeto a la situación y carácter originales del nómeno expansivo de los museos implica tanto
monumento y las exigencias museográficas de la infatigable transformación de contenedores
una instalación moderna para los diversos obje- diseñados para otros fines -a veces, hasta ahora
tos de interés artístico, científico o técnico. En el inéditos, inusuales y llamativos espacios conver-
esfuerzo por conseguir una perfecta coherencia tidos en museos- como la incesante creación de
entre obra expuesta y las infraestructuras arqui- nuevos edificios en los diferentes países, sobre
tectónico-museográficas no siempre los resulta- todo en los industrialmente desarrollados.
dos han sido satisfactorios. Mayoritariamente, insistimos, la rehabilita-
ción de edificios históricos y monumentales ha
La historia de los edificios destinados deliberadamente tenido en algunos, como Italia, Francia o España
a museo es relativamente reciente. No va más allá de una práctica más habitual, aunque ésta no sea
dos siglos. Ciertamente que desde lo más remoto del
mundo antiguo existe la pasión del coleccionista y el ni una fórmula exclusiva ni el único método de
cuidado de las colecciones de objetos extraordinarios, creación de museos en éstos ni en otros países
raros, únicos y valiosos. Pero sólo desde la Ilustración mediterráneos. Lo que sí es cierto que en Italia,
existe el dispositivo museo como lugar público, civil por ejemplo, se han reutilizado los más varia-
y con voluntad de conocimiento asociada a la de la dos edificios antiguos tanto religiosos como civi-
posesión de una colección de objetos. La historia de
los edificios de los museos, desde el Pío Clementino les (conventos, monasterios, palacios, escuelas,
Vaticano hasta el último museo construido por James mercados, prisiones, molinos ... ) para albergar
Stirling, es, así, la historia de las interpretaciones. 10 y exponer colecciones museísticas. 12 Y también
en Francia, donde se encuentran algunas de las
Hay defensores y detractores de la rehabilita- primeras intervenciones en los momentos de la
ción y reinterpretación de edificios antiguos para configuración pública del museo. 13
fines museísticos. Para los primeros, su restaura- La obsesión por la fidelidad a la situación y
ción parcial o su reestructuración en profundidad ambiente originales llegó a desarrollar las re-
rescata a estas construcciones del olvido, el aban- construcciones de otras épocas, sistema que ya
dono y la posible destrucción totaL y pueden cum- en 1904 empleó el museólogo alemán Bode en
plir perfectamente las funciones museográficas si la presentación del Kaiser Friedrich Museum, en
la intervención es suficiente y adecuada. Entre las Berlín, ya comentado. 14 •
razones que esgrimen quienes no están de acuer- Los pastiches y desaciertos no fueron ajenos a
do con la rehabilitación generalizada de edificios este afán por reconstruir un ambiente, además de
históricos para la instalación de museos están las producir un ingente desarraigo de monumentos
de que, siendo respetuosos con la naturaleza del históricos de su ubicación natural. Este ha sido
eclificio, muy pocas veces puede conseguirse de uno de los motivos por los que la UNESCO y el
aquéllos una funcionalidad adecuada al fin pre- ICOM han impulsado congresos y otras actua-
visto; no permiten la flexibilidad y modularidad ciones para orientar las rehabilitaciones de los
necesarias; su readaptación a la moderna norma- museos en edificios históricos. Como la reunión
tiva museográfica resulta muy difícil y costosa; su conjunta ICOM-ICOMOS celebrada en Polonia
extensibilidad suele ser nula; su normal ubicación en 197 4, 15 dedicada a los problemas surgidos por
en el centro de los cascos urbanos antiguos impi- este tipo de intervenciones. Ante la imposibilidad
de la instalación de servicios del museo en esta so- de recuperar todos los edificios mediante su reha -
ciedad de nuestro tiempo (estacionamientos para bilitación para fines museísticos, uno de los po-
automóviles, espacios para cafeterías/ restauran- nentes de aquel congreso, William T. Alderson,
tes, guarderías, dependencias de atención a los director entonces de la American Association for
visitantes o amigos del museo, etc.) 11 . State and Local History, estableció los siguientes
cional del contenedor se deducirán prácticamen-
te las condiciones idóneas para el ejercicio socio-
cultural de estas instituciones.
Además de su funcionalidad, el edificio des-
tinado a museo debe poseer una condición idó-
nea respecto de su emplazamiento -no sólo fí-
sicamente considerado, sino también adecuado
y de fácil acceso a sus posibles visitantes, etc.-,
una morfología identificada con las funciones
propias de su tipología, una garantía constructi-
va y de equipamiento, de prestación de servicios,
etc., que hacen por todo ello necesarios tanto el
mejor de los planteamientos y proyectos arqui-
tectónicos, como su perfecto ensamblamiento y
adecuación al programa museológico concreto,
Plantas del Cullinam Hall, Houston. previamente establecido .
1954-1958 (Mies van der Rohe). La proliferación de nuevos museos en los
últimos años, en especial desde mediados de
criterios a utilizar en la selección de las posibles siglo, ha comprometido a numerosos estamen-
readaptaciones: tos e instituciones en la labor de su buen plan -
l. Valor documental del lugar donde se ha- teamiento y construcción; en la de su acertada
lla ubicado el edificio. Es decir, su posibilidad de conformación integral, en definitiva. Entre ellos,
vinculación con una célebre personalidad o un el ICOM y prestigiosos arquitectos, que han ter-
acontecimiento histórico. minado por erigirse en auténticos protagonistas,
2. Valor de representatividad respecto de una como veremos.
época o de una sociedad determinada. Bruno Molajoli precisó ya a finales de los años
3. Valor estético del edificio histórico, no sólo cincuenta la posición de Ja UNESCO-ICOM res-
en sí mismo considerado, sino también en cuan- pecto de Ja arquitectura de Jos museos, con in-
to a su posibilidad de presentar en un marco dependencia de los congresos y reuniones ce-
atractivo las colecciones de un museo. lebrados bajo su patrocinio y el de su Comité
Lógicamente, a estos tres puntos podemos Internacional para Ja Arquitectura y Técnicas
añadir nosotros, al menos, el que sea factible su Museográficas (ICAMT) en fechas posteriores.17.
buena adecuación y funcionalidad para los fines En su estudio desarrolla puntualmente cuestiones
museísticos . 16 generales (emplazamiento, buena accesibilidad,
concepto de centro cultural; bien resguardado del
tráfico, de las vibraciones y contaminación ..; inte-
2.2. Edificios de nueva planta grado en un entorno que le facilite un posterior
Desde finales del siglo xrx el modernismo había crecimiento, una perfecta conservación ambien-
propugnado la funcionalidad del edificio como tal, etc.) . Profundiza en la consideración del plan-
predominante sobre cualquier otro valor arqui- teamiento de estas instituciones (incluidos Jos
tectónico. En el caso de los museos, está claro pequeños museos): planificación, construcción y
que éste es uno de los requisitos fundamentales equipamiento; alojamiento de museos en edifi-
para cumplir sus objetivos, en perfecta conexión cios antiguos. Y marca y describe perfectamente
y adecuación con el programa museológico. Del los servicios imprescindibles del museo: desde las
acierto en la infraestructuración y dotación fun - salas para exposiciones temporales, a las salas de


lecturas y la cafetería/restaurante; los almacenes quitecto en la renovación museográfica que fue
de reservas; espacios para los servicios de bibliote- un tanto tardía y en algún caso reacia. Desde
ca, archivos y colecciones fotográficas, grabados, 1850, en que el Crystal Palace de Paxton emplea
registros sonoros, oficinas, laboratorios, talleres ... , nuevos materiales industriales, en la efervescen-
y las instalaciones técnicas y de seguridad.18 cia y apasionada defensa de los nuevos valores
El avance de la museología y el creciente in - parece no tener cabida todo aquello que pudiera
terés que el museo ha suscitado y suscita entre evocar formas tradicionales. El museo suena a
los arquitectos queda constatado no sólo por el lo más rancio y anclado de la tradición. Arqui-
florecimiento de una nueva arquitectura pen- tectos de entonces venían a proclamar eufóricos
sada para las diferentes tipologías, (o las innu- que no estaban dispuestos a convertirse en los
merables rehabilitaciones), sino también por su «embalsamadores del pasado» y que «la arqui-
actividad investigadora y publicista, desde el mo- tectura se asfixiaría sin remedio en las redes de la
mento mismo en que se intuían y demandaban tradición» .21 Le Corbusier, al regreso de su viaje
nuevas soluciones arquitectónicas. 19 a Oriente en 191 O, comenzaría a reconsiderar la
conexión entre lo contemporáneo y el pasado;
Es indudable que la creatividad y la sensibilidad del e impulsaría con ello tanto la inserción de con-
arquitecto son la base de un buen proyecto. El caso del ceptos, como algunas formas y factura de la tra-
museo no es una excepción, salvo que actualmente
éste trabaja cada vez más en estrecha relación con el dición en los modos vanguardistas . También, en
o los museólogos y conservadores, quienes tienen una el caso del museo, terminaría siendo una de las
conciencia más clara de la museología en general y primeras personalidades destacadas en su reno-
del museo y sus necesidades en particular. Muchos vación arquitectónica. 22
autores reconocen el valor de la vinculación con el
museólogo o el director durante la concepción del
museo . Este trabajo interdisciplinario es posible, por
una parte, debido a la evolución de la museología
3. Museografía y teoría de
y, por otra, a una actitud diferente tanto de la mu - la arquitectura del museo
seología como del quehacer arquitectónico ante la
sociedad. Arthur Eriksson, arquitecto y diseñador del
ya famoso Museo de Antropología de Vancouver, en
Desde los años sesenta especialmente, pero inclu-
Canadá, ha declarado: «La arquitectura es mucho más so desde la reunión de Madrid de 1934 (que dio
que sólo una parte del programa, ya que puede deter- origen a los dos citados volúmenes de Muséogra-
minar su estructura misma. No sólo debe responder de phie. Architecture et aménagement des musées d'art,
forma integrada a factores de objeto, emplazamiento, París, 1935), numerosas reuniones internacio-
organización del espacio, instalaciones técnicas y ma -
teriales, sino que debe tener una significación relativa
nales se han preocupado de analizar los proble-
al entorno físico y social de quienes la observan y mas generales de la arquitectura de los museos,
utilizan». (A. SUCKLE, El porqué de nuestros diseños, y especialmente las relaciones existentes entre
Barcelona, ed. CEAC, 1984.) [.. .] El museo es un gé- el arquitecto y sus responsabilidades para con
nero que siempre ha ejercido una gran atracción en estas instituciones. Dos de ellas, concretamente
los arquitectos . La relación entre el edificio y la cultura
parece ser en los museos más clara y evidente . Así lo
las organizadas por el ICOM en Milán ( 1961) y
demuestran las grandes obras de arquitectura dedica - en México ( 1968), contribuyeron decisivamente
das a esta institución desde sus inicios. La época actual a diseñar las líneas esenciales y a ensamblar un
no es una excepción; al contrario, la construcción de código internacional para el desarrollo de la mu-
museos ha venido a satisfacer una necesidad social seología y la museografía. 23
que justifica, en mayor o menor grado, su número
muchas veces exagerado y su lujo y espectacularidad
El museo como estructura material o como
con frecuencia innecesarios. 20 contenedor puede considerarse en muchos aspec-
tos como un instrumento insustituible de cono-
Una incorporación, en todo caso, ésta del ar- cimiento. Por ello, deberá dotársele de unos ade -
cuados sistemas para la exposición y legibilidad de
las colecciones, para su buen funcionamiento ge-
neral, y para la solución de los numerosos proble-
mas que afectan a la seguridad y la conservación
material de los objetos. Es decir, de todo aquello
que la museología ha conseguido evidenciar y sis-
tematizar como indispensable y que poco a poco
ha sido adaptado y aplicado por la museografía.
Lo cierto es que, desde las reuniones del
ICOM en los años sesenta, las relaciones entre
el director o responsable del museo y el arqui -
tecto han venido siendo cada vez más perfiladas
y definidas, asentándose al propio tiempo una
más convincente teoría de la arquitectura del
museo. Así, el director, asistido por su equipo
científico es considerado desde entonces como
el «maestro de obra», por cuyo título o prerro-
gativa diseña el programa y elige al arquitecto.
Consiguientemente, el arquitecto es el «maestro
del trabajo» y el encargado de elaborar el pro-
yecto de acuerdo con el programa. La coopera -
ción entre el maestro de obra y el maestro del
trabajo debe ser total en el perfeccionamiento
del programa y del proyecto, a los que deben
estar estrechamente vinculados los dos hasta su
terminación y hasta que las colecciones y las ex-
posiciones estén convincentemente instaladas.
Además, complementando la labor de estos dos Planta y sección de alzado del Guggenheim Museum,
máximos responsables, deben intervenir dife- Nueva York, 1956-1959 (F. Lloyd Wright).

rentes especialistas en otras disciplinas (soció-


logos, educadores, expertos en conservación, La teoría de la arquitectura del museo se ocu-
técnicos en iluminación, en climatología, en se- pa, en consecuencia, de la flexibilidad de los es-
ñalética, urbanistas, etc.), añadiendo al equipo pacios interiores, y de la modularidad y extensi-
básico científico el necesario asesoramiento que bilidad del edificio del museo; de las condiciones
requieren las diversas etapas de preparación y medioambientales antes incluso de la decisión
culminación del proyecto . final sobre un proyecto determinado y de la
La teoría de la arquitectura del museo ha concreta redacción final del programa museoló-
conformado y sistematizado a lo largo de es- gico; de las soluciones técnicas y de funcionali-
tas cuatro o cinco últimas décadas principios y dad museográficas; de las fases y metodología de
normativas de procedimiento y aplicación más evaluación del proyecto; del estudio de los espa -
acordes con sus necesidades y características ac- cios en función de las reacciones del personal del
tuales, tanto sobre su planificación, diseño, cons- museo; de la adecuación, en suma, del proyecto
trucción, habilitación y ocupación, como sobre arquitectónico y museográfico al programa mu -
su funcionamiento y funcionalidad museística seológico.
en todos los aspectos.
un plan de largo alcance. 3. Concretar el proceso
de un planteamiento formal, mediante la elabo-
ración y establecimiento de un programa; quién
va a realizar la obra; y fundamentar todos los as -
pectos (presupuestarios, técnicos, programáticos,
etc.) de la planificación. 4. Establecer y perfilar
el programa arquitectónico, que debe incluir al
menos una preparación ajustada por parte de la
1• piso 2° piso
dirección del proyecto, y especialmente por obra
de los responsables de su conceptualización, dise -
ño y aplicación; un esquema o modelo director;
un anteproyecto del programa arquitectónico. 5.
Definir el programa final para el proyecto arqui-
tectónico a realizar, en el que se encuentre tanto
un primer plan presupuestario como un primer
examen sobre su factibilidad.
Mantienen Joan Darragh y James S. Snyder
que «considerando el proceso del edificio del
museo, la forma organizativa más sencilla es se-
guramente la del nuevo museo. No existiendo
instalaciones ni edificio previo, se hace necesario
comenzar por el principio, y éste es el motivo de
que la construcción sea clara y sencilla para crear
una sede. Si existe una instalación previa y está
Plantas y alzados de l Museo de Arte Occidental de Tokio, disponible para este uso, puede potencialmente
1957 (L e Corbusier). ser ocupada en la forma en que existe, pero esto
no es lo idóneo. Resulta mucho más probable que
3 .1. Planificación el nuevo museo, dichoso por disponer de una ins-
talación existente, podría ser afrontado con una
Nos hemos ocupado en el capítulo anterior de de las dos opciones básicas: restauración o reutili-
la Planificación arquitectónica en relación con zación adaptada» .25
la «seguridad en los museos», aduciendo sobre La posición de Darragh y Snyder, al tratar de
todo argumentos y textos del estudio del ICOM los otros aspectos relativos a la planificación ar-
coordinado por Robert G. Tillotson. Ahora lo ha- quitectónica, podría quedar sintéticamente refle -
cemos desde el punto de vista del diseño y la or- jada en estos párrafos:
ganización específica del museo. 24
Es teoría generalmente aceptada por los diver- Cada museo tiene que comenzar el proceso de plani-
sos profesionales responsables o intervinientes en ficación para las nuevas instalaciones con un examen
la planificación arquitectónica del museo actual de su misión. La piedra angular conceptual del proce-
que ésta debe como mínimo: 1. Distinguir entre so de planificación de cualquier edificio, el estado de la
misión (o el estado de intenciones) es una articulación
la organización del <<nuevo museo» y la del «mu- concisa de los propósitos y objetivos de un museo,
seo existente», y entre los aspectos comunes y formados en su origen y preservados a lo largo de su
específicos que les puedan concernir a ambos. 2. existencia -preservados, pero nunca estáticos, puesto
Definir y desarrollar el planteamiento y estado de que tiene que reflejar y responder siempre al desa-
los objetivos; formular la fijación de las necesida- rrollo o cambio organizativo-. El principio del proceso
de planificación de un nuevo edificio es un momento
des, el análisis de los recursos para la edificación y
crítico para reexaminar la misión de un museo, con
el objetivo de conformarlo de nuevo (para una nueva
organización) o de reafirmarlo o reconfirmarlo (para
un museo existente).[ .. .] El estado de la misión es un
primer bloque conceptual de la organización del edi-
ficio, formando la base para su subsiguiente análisis y
determinación de necesidades. [.. .]Tan sencilla como
parece, la fijación de necesidades es de hecho un es-
calón complejo. [ ... ] El objetivo de esta fijación inicial
es presentar al equipo la idea de la planificación para
encontrar las futuras necesidades y estimular Jo que se
juzga creativo en esta área. Es importante anotar que
esto no es una tarea necesariamente simple, puesto
que el equipo tanto puede ser obligado por la rutina
de los programas e instalaciones existentes como de-
safiado por la probabilidad de nuevos ambientes en
los que aquéllos se desarrollan y perfeccionan.
Una vía para estimular lo que se piensa sobre las ne-
cesidades es acoplarlas a un análisis de los recursos,
ya que, como un museo comienza por considerar
cómo será el edificio, necesita igualmente también
de un enfoque sobre los recursos que sostendrán
la planificación de su construcción. Estos recursos
entran dentro de dos categorías: recursos para ser
alimentados a lo largo del plan de realización de un
edificio y recursos para ser explotados en el cumpli -
miento del mismo. [... ]
Lo que continúa y describirá los pasos desde la amplia
e informal fijación de necesidades y recursos hasta el
primer estadio formal del proyecto del edificio de un
museo será la elaboración de un programa arquitec- Le Corbusier. Esbozos y p lano de sit uación del Museo de A rte
tónico. Esto es importante, sobre todo, para ajustar Occidenta l de Tokio (1957).
los criterios esenciales que serán por último la llave
para obtener el éxito del proyecto: la formación de la
visión y la consolidación de la dirección. En primer gestión» (véase el apartado 4.2. de este capítu-
lugar, una organización tiene que tener o formar lo), como un «Modelo esquemático» de la «De-
una visión de sus futuras necesidades, determinadas finición espacial del programa arquitectónico»:
ahora ya desde la consideración y reconsideración
de su misión. [ ... ] En segundo lugar, es igualmente
«Áreas públicas» (espacios libres y espacios de
importante que la dirección del proyecto esté con pago) y «Areas no públicas». Entre los «espacios
seguridad en su lugar con el fin de asegurar que esta públicos»: I. Entrada . II. Servicios del visitante.
visión se conforme y que ello prevalezca durante el III. Instalaciones de orientación y educativas. IV.
riguroso proceso de construcción . [...] Galerías (de exposición y colecciones ). Los «es-
Antes de que sea realizado formalmente un progra -
ma arquitectónico, el desarrollo de la fase de plan-
pacios no públicos» están dedicados a actuación
teamiento del proyecto enfocará adecuadamente la con las obras: I. Para la «manipulación» (dique
fundamentación y asentamiento de qué puede o no de carga y descarga; fotografía , enmarcado ... ; la-
puede llegar a ser la base de iniciación de un plan de boratorios de conservación; almacenamiento).
construcción particular. 26 II. Para la «gestión» (colecciones y gestión de
conservadores; investigación); b) a funciones
Joan Darragh y James S. Snyder desarrollan que no requieren la habilidad con las obras:
ampliamente, como se comprobará más adelan - administración y plantilla, y funcionamiento y
te, la programación arquitectónica, presentando operaciones diversas. 27
en detalle tanto la «Organización del proyecto de
«La terminaoon del programa formal ar- sobre la junta directiva, a la introducción de la
quitectónico -escriben- señala el comienzo del fase de diseño y el proceso y desarrollo del mis-
proyecto real, como distinto del teórico, con mo .
un campo de acción y carácter definidos. Como La construcción exige una serie de pasos y ac-
tal, es éste también un momento determinante, tuaciones que comienzan con la preparación y la
ofreciendo la primera oportunidad real para fi - orden de actuación tanto del equipo y los medios
jar y analizar los parámetros del proyecto parti- como de la forma de realización del proyecto; el
cular», destacando al propio tiempo el «Primer cometido propiamente administrativo de la fase
presupuesto del proyecto» (según este esquema: de construcción; los cambios y revisiones, etc., y
l. Gastos pequeños; Il. Grandes gastos; III. Con- que terminan con el remate final y los elementos
tingencias del proyecto y su desarrollo) y la «Pri- de transición especiales para el diseño interior del
mera revisión de factibilidad» .28 museo.
La habilitación y ocupación del edificio del
museo es la fase definitiva del proyecto del mu -
3.2. Diseño, construcción, habilitación seo, de la que no pueden ni deben estar des -
y ocupación
vinculados ninguno de los agentes relevantes
La importancia del programa museológico y su de las fases anteriores, y especialmente el dúo
estrecha relación con la realización del proyec- formado por el museólogo y el arquitecto, cuya
to arquitectónico se amplía, si cabe, más aún al responsabilidad no debe terminar con la conven-
considerar la trascendencia de un buen plantea- cional «entrega del edificio», ya que no sólo es
miento y la necesidad de un adecuado plan de deseable sino necesario que el arquitecto pue-
diseño, construcción, habilitación y ocupación da actuar después de la inauguración oficial y
del edificio. De sus cualidades dependerá la con- la real evaluación de las reacciones del personal
dición de la arquitectura y funcionalidad del mu- del museo y las deducidas del adecuado análisis
seo. del público . La cooperación entre el director de
Como indica Geoff Matthews, llegado ese mo- la obra y el arquitecto debe continuar hasta que
mento «esta fase determina el planteamiento, el desaparezcan todos los posibles problemas de
diseño y la construcción con el suficiente detalle funcionamiento técnico y se consuma el mejor
como para producir un esquema definitivo (jun- de los acoplamientos museográficos del proyecto
tamente con el análisis de costos) que es el con- arquitectónico al programa museológico .
venido por todos los consultores y propuesto en
adelante como una solución recomendada para
el cliente. Si este estadio fue alcanzado por el fin 4 . El programa y el proyecto
del período de la factibilidad, utiliza este capítulo
[8. Esquema del diseño] para confirmar la solución Posiblemente, el problema fundamental de los
detallada y también para consultar sobre cual- museos en este momento sea el protagonizado
quier modificación a la relación detallada. por la extraña dialéctica que se produce entre la
Si la fase de factibilidad ha sido superada, los arquitectura del museo y su contenido. Es decir,
factores perfilados en esa fase deberían ser con - ese fenómeno ya muy generalizado en el que no
sultados para una mayor apreciación del tamaño se sabe muy bien hasta qué punto la arquitec-
del problema y como una rápida comprobación tura ejerce una función neutra de contenedor,
sobre la factibilidad de los más detallados reque- de envolven te y amparador de los objetos que
rimientos ahora disponibles para el cliente». 29 se exhiben en el museo o si, por el contrario, se
La fase del diseño incluye desde la selección erige en uno más -si no en el máximo- de los
del arquitecto y el convencimiento de su labor protagonistas que conforman la compleja reali-
Ha sido en el siglo xx, como hemos adelanta-
do, en estrecha vinculación con el movimiento
moderno, cuando se han producido los cambios
radicales tanto en la concepción del museo en
sí como en su realización arquitectónica. Unos
cambios que, antes de definirse en la séxtuple
f"l'M" •I ttfk t 1tt1 A
modalidad de enfoques del museo actual como
«obra arquitectónica» que analizaremos a con-
tinuación, dibujan un abanico interesante desde
la «asepsia arquitectónica» hasta su consagra-
ción como «protagonista » indiscutible.
Alzado del Guggenheim Museum, Nueva York (ampliación y
reforma, 1982-1992), por Charles Gwathmey y Robert Siegel.
Como en tantos otros aspectos, la idea que
Le Corbusier expresó de «museo de crecimien-
to ilimitado» ( 1939) -cuyo esquema descartó
dad de la exposición, el estudio y la delectación para el concurso del Musée d'Art Moderne (Pa-
de los bienes museísticos. rís, 1935), contrariamente a lo que se suele afir-
Esta situación es resultado de que determi - mar-, 3 1 es una constante indicativa que perma-
nados arquitectos de renombre hayan venido nece en el litigio entre museólogos y críticos de
concediendo a muchos de los nuevos museos arte, de un lado, y arquitectos, de otro. 32
la función de protagonistas -en mayor o menor De este modo, partiendo de los planteamien -
grado- en ese problemático e inevitable bino- tos de Le Corbusier, 3 3 y de un determinado mo -
mio museológico -museográfico del continente y delo teórico, el proporcionado por otro de los
contenido. Un asunto que merece la más atenta maestros del Movimiento Moderno, Ludwig
consideración, el riguroso análisis que evidencia Mies van der Rohe, con la maqueta del «Mu-
si esa irresistible ascensión protagonística de la seo para una pequeña población» ( 1942), tan
arquitectura de los museos se produce o no en conocida como divulgada por sus alumnos -
detrimento de la adecuada exposición de los ob- que utilizaban como motivo de composición, y
jetos museísticos: si se obstaculiza o no la realiza- que aprovecharon algunos posteriormente para
ción de las funciones museológicas esenciales y la realización de sus museos-; desde estos pre-
otros servicios museográficos, y si está justificada supuestos e innovaciones, insistimos, aparece
o no -y hasta dónde- una supremacía del conte- quizás la primera concepción del desarrollo mo-
nedor sobre el contenido: la de la arquitectura so- derno del museo: la de ser y servir arquitectóni-
bre los objetos del museo, en esa obligada acción camente como un contenedor aséptico, que no
conservadora, expositora, didáctica y contempla- interfiriera la exhibición de los objetos. En rea -
tiva que le concierne por definición a la entidad lidad, un gran espacio inexpresivo, estructura-
museística . do interiormente según el sistema de la estética
Conviene detener este análisis, por tanto, en neoplasticista, que dio origen en este sentido a
el carácter y la función que «el museo» ha ve- la tipología de «museo vacío sin arquitectura»,
nido teniendo, arquitectónicamente hablando, cuya flexible articulación implicaba una solución
al menos desde su configuración moderna. 30 no arquitectónica.
Pero sobre todo, en las cinco o seis intenciones Fue el propio Mies van der Rohe quien ensa -
museísticas clave de otros tantos arquitectos (in- yó la flexibilización y fluidez espacial, y lo consi-
dividualmente o en grupo), cuyas realizaciones guió en parte, en el Cullinan Hall (1954-1958),
resultan ejemplares, prototípicas, dentro de los del Museum of Fine Arts 34 de Houston, Texas,
diversos grados de protagonismo de la arquitec- en los Estados Unidos. Sus objetivos se cumplie-
tura museística más actual.
ocultar la arquitectura del museo en no pocos
casos y determinó, como contrapartida, el que
·:}rr·t~= ;/)~ otros arquitectos importantes, como Frank Llo-
yd Wright, acentuasen de nuevo el concepto de
;.,:,,c:t(~~~ :~ <.~. ~:_: ::.~:'} arquitectura en sus proyectos. Y lo hizo, sobre
todo, con el sin duda más original y célebre de
los edificios museísticos construidos en la segun-
da mitad de nuestro siglo: The Solomon R. Gu-
ggenheim Museum, de Nueva York. Proyectado
en el trienio 1943 - 1946, se realizó en el de 1956-
1959.
El Guggenheim 35 es uno de los museos más
propicios para la crítica museológica y el análisis
de originalidad creativa; pero sobre todo impor-
tante, decisivo en la cuestión de reintroducir la
Plano de sit uación y plantas del M useo Lo uisiana, idea de la arquitectura como protagonista en el
Hum lebaek-Copenhague, ampliación 195811 982
(J0rgen Bo, Wilhelm Wo hlert). museo: concebida, primeramente, como tal ar-
quitectura y, sólo después, relacionada con la fun -
ción museística a la que se le destina. Es decir, el
originalísimo proyecto arquitectónico antecede,
prevalece y hasta somete desconsideradamente al
programa m useológico, que debió haberle condu -
cido para su materialización funcional y museo-
gráfica.
Se colocó Wright de este modo en las antípo-
das de Mies y de otras concepciones más alejadas
en el tiempo, como aquéllas provenientes de la
Revolución Francesa, la Ilustración o el Roman -
ticismo respecto de los museos. Es decir, disoció
casi tajantemente el proyecto de arquitectura del
programa de museo . Reactivó, en definitiva, ha-
cia el futuro la preponderancia del contenedor
frente a los contenidos. 36
Interio r del M useo Louisiana (1 982). Hasta tal punto lo impulsó, que este protago-
nismo de la arquitectura ha obtenido en los tres
últimos decenios de nuestro siglo especiales cotas
ron en la Neue Nationalgalerie de Berlín ( 1962 - ' y repercusiones sobre las funciones museísticas.
1968) , donde tanto la concepción espacial como Después del Guggenheim, una auténtica eclosión
la estructura alcanzan los límites extremos del de nuevos museos ha terminado por diseñar un
lenguaje miesiano: en él consiguió la división de panorama peculiar, que puede ejemplificarse en
funciones y significaciones entre arquitectura las modalidades a que nos referíamos. Un pro-
y museo. Plasmó con él, como se ha dicho, «el ceso desarrollado en múltiples variables y tipo-
museo subterráneo sin arquitectura y la arqui- logías,37 alimentado por arquitectos de prestigio,
tectura visible sin museo» . todos ellos muy representativos dentro de las
Esta postura de Mies terminó por tratar de actuales corrientes arquitectónico -museísticas, y
L

Planta baja, con indicación del itinerario, en la situación inicial Planta primera, con indicación de itinerario, en la situación inicial
del Museo Picasso de Barcelona (1963). del Museo Picasso de Barcelona (1963).

cuyas definiciones y clasificaciones están siendo siglo. Concretamos nuestro punto de vista al res-
acuñadas por diversos estudiosos y críticos del pecto en las siguientes consideraciones.
tema. 38 l. Prevalencia arquitectónica. (O museo en
Pensamos que la importancia de la arquitectu- sí y de sí mismo, como expresión autónoma.)
ra de los nuevos museos debe ser analizada tanto Dentro de la dialéctica existente entre conte-
desde la perspectiva sociomuseológica como des- nedor y contenido, los representantes de esta
de la concepción del «museo-arquitectura» en sí postura han acentuado la prioridad arquitectó-
mismo considerado, sin desatender la relación y nica preconizada por el innovador modelo de
repercusiones que genera con el «museo-insti- Wright. Es el caso de un arquitecto tan brillante
tución». Muchas de las actitudes constatables se como el norteamericano Richard Meier, creador
insertan en el complejo y ecléctico ámbito con- de espléndidos contenedores de «luz natural»,
ceptual y formal de la situación finisecular, pos- de predominio absoluto de la estructura y los
moderna, deconstruccionista, neobarroca, etc., espacios sobre su inevitable función museográ-
que definen las tres últimas décadas de nuestro fica . Ha construido o están en fase de construc-


e instituciones de la Fundación (Museo Getty,
Centro para la Historia del Arte y las Humani-
dades, Instituto de Conservación, etc.) han di -
señado y perfilado de acuerdo con sus funciones
específicas.
En muchos sentidos, la contundencia y mo-
numentalidad de la arquitectura del Museo Na -
cional de Arte Romano de Mérida (1980-1985)
y la poca flexibilidad de los espacios construidos
para la instalación de las obras en la brillante
arquitectura de la Fundación Pilar y Joan Miró
( 1986-1992), en Palma de Mallorca, los dos de
Rafael Moneo, les emparentan con esta vertien-
te. Algo parecido ocurre con el Centro Galega de
Arte Contemporánea (CGAC)(l988-1994), de
Alvaro Siza Vieira, en Santiago de Compostela.
Planta segunda. Instalación de la colección permanente de l M u-
seo Naciona l Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, en 1992.
2. Dicotomía pactada. (O el museo en dos for-
mulaciones.) Esta modalidad estaría representa-
da por arquitectos de la línea del británico James
Stirling. En sus obras museísticas se produce, en
ción siete nuevos proyectos o ampliaciones de cierto modo, una dicotomía pactada, un binomio
museos. En todos, Meier es fiel a su carácter de complementario. El conjunto arquitectónico
creador de una hermosa arquitectura lumino- está redactado en dos temas: el del área no vin-
samente blanca y prevalente. Como se constata culada a exposiciones, como expresión autóno-
en el Museum für Kunsthandwerk (Museo de ma de creación arquitectónica; y el dedicado a la
Artes Decorativas) (1979-1985), de Frankfurt, exhibición de los objetos, en cambio, neutro, en
Alemania; o en el High Museum of Art ( 1980- la tónica tradicional de las concepciones neoclá -
1983) de Atlanta, Georgia, Estados Unidos . En sicas y románticas. Son excelentes representan-
los dos, la organización museográfica ha tenido tes de esta modalidad la ampliación de la Neue
que someterse negativamente a un orden ar- Staatsgalerie (1977-1984) de Stuttgart, Alema-
quitectónico preestablecido, anulados, además nia (J . Stirling y Michael Wilford), señalado por
de aspectos de flexibilidad y movilidad espacial, el crítico neoyorquino Douglas Crimp como un
los de funcionalidad museográfica. Eso mismo destacado ejemplo de museo posmoderno; el
sucede de manera análoga con el citado Museu Sackler Museum (19 79-1985) , ampliación del
d'Art Contemporani de Barcelona (MACBA), Fogg Museum of Art, en Harvard, Cambridge,
con sus 10.000 m 2 de extensión, que el arqui- Massachussetts, EE.UU. (J . Stirling, M. Wilford
tecto de New Jersey injertó en el centro históri - and Associates); The Clore Gallery ( 1989-1986 ),
co de la ciudad, en un barrio de fuerte identidad ampliación de la Tate Gallery, en Londres (Stir-
urbana. 39 ling & Wilford); o la Tate Gallery ( 1985-1988),
El caso de The Getty Center ( 1986-1998) es en el Albert Dock de Liverpool, en Inglaterra
muy diferente. El complejo de más de dieciséis (Stirling & Wilford).
edificios construidos en una colina de los montes En este apartado podríamos incluir la cons-
de Santa Mónica (Los Ángeles, California), cuyo trucción del ala este de la National Gallery de
programa arquitectónico fue aprobado en 1988, Washington por I. M. Pei y la solución que ofrece
ha venido siendo ajustado a los programas que en la ampliación del Louvre (1983 -1989). Tam-
los responsables de los diferentes departamentos
Espacios laterales de exposición del Museo Nacional
de Arte Romano de Mérida (Rafae l Moneo).

vencimiento museográfico y como consecuencia


de una cuidada atención al doble problema. Sert
destaca Ja autonomía arquitectónica -representa-
tiva, no de exposición- mediante la unidad for -
mal. Hollein fragmenta en Monchengladbach,
como método de exposición arquitectónica; y
hace que los espacios singularizados del museo
de Frankfurt sean respetuosos con el programa
Plantas del Museo Nacional de Arte Romano, museológico de Jean Christophe Ammann y su
1980-1985, Mérida (Rafael Moneo).
equipo.
Museos de formulación integrada pueden
bién, el Museo de Arte Moderno ( 1983-1987) en considerarse algunos hermosos ejemplos de ar-
Nagoya, Japón, de Kisho Kurosawa, y la Colec- quitectos importantes, pioneros en muchos as-
ción de Arte Nordhein Westfallen (1975-1986), pectos de la arquitectura contemporánea, como
en Dusseldorf, obra de Hans Dissing y Otto Weit- son los tejanos Museo Kimbell ( 1966-1972) en
ling. Forth Worth, de Louis Kahn, y la Colección De
3. Intento de resolución de la dicotomía. (For- Menil ( 1981-1987) en Houston, de Renzo Piano;
mulación integrada.) Esta tercera modalidad está o como lo son, sin duda, el Museo de Arte Con -
representada por arquitectos como el español Jo- temporáneo (MOCA) en Los Ángeles, realizado
sep Lluís Sert y el austríaco Hans Hollein. Autor por Arata Isozaki entre 1981-1986, y en cierto
el primero de la Fondation Maegth en St. Paul modo la solución que aportan Ricardo Legorreta,
de Vence, Francia, y de la Fundación Joan Miró Víctor Legorreta y Noé Castro en el Museo de
( 1975) en Barcelona; y el segundo, del Abteiberg Arte Contemporáneo (MARCO) de Monterrey,
Stadtisches Museum (Museo Municipal) ( 1972- México, inaugurado en 1991.
1982) de Monchengladbach, y del Museum für 4. El museo como atracción espectacular.
Moderne Kunst ( 1983-1991 ), de Frankfurt, am- Muy en consonancia con la mentalidad de una
bos en Alemania. 40 Los dos arquitectos intentan, época denominada posmoderna en una situa-
conservando sus peculiaridades, resolver la dico - ción calificada como postindustrial, los arquitec-
tomía estructural y funcional en una única for - tos que se pueden encuadrar en esta modalidad
mulación: los espacios expresivos nacen del con- intentan acentuar la realidad del museo como

Geografía e Historia
Los diez mandamientos del arquitecto de museos
inu Bambaru, de Canadá, cosecho estos mensajes trabajando en su país y en el extranjero

Tome medidas para


Elija los materiales que las reservas
de construcción mas queden totalmente
estrafalarios que saturadas un año
encuentre, sin olvidar después de la inau-
que su mantenimien- guración.
to debe ser totalmen-
te imposible.

Prevea el mayor
nímero posible de
cañerías en torno
a las colecciones.
Olvide la existencia
de colecciones.

', ·, ________
Confíe ciegamente en
un sistema centraliza-
do de aire acondicio-
Olvide la existencia nado para controlar
de los visitantes. la humedad relativa y
la temperatura.

Prevea que los


visitantes puedan
entrar en contacto
Olvide la existencia directo con las obras
del personal. expuestas .

Ubique las reservas


en
los rincones inacce- Y sobre todo, prevea
sibles un mueseo que sea
del edificio. un monumento a la
gloria del arquitecto,
es decir, a la suya.

«Los diez mandamientos del arquitecto de museos», según texto y dibujos de Dino Bambaru

-
en la revista Museum, París, UNESCO, 164, nº 4, 1989.


Neue Nationalgalerie, 8erlin, 1962-1968 (Mies van der Rohe).

polo de atracción de las masas, tanto por medio


de la potenciación excesiva de los recursos didác-
tico -pedagógicos, como por el realce espectacu-
lar del escenario, que permite al público erigirse
en auténtico protagonista de esa atracción. Una
modalidad heterogénea, que admite diferen-
tes matices, como: a) «la gran plaza» o «el gran
centro de encuentro social», cuyo paradigma y
espectacular contenedor es, sin duda, el Centre
National Georges Pompidou (1972-1977), de Pa-
rís, obra de Renzo Piano y Richard Rogers. 4 1 o
el Musée de la Gare d'Orsay (1980-1986), tam-
Museo Pio Clementina, 1822, Vaticano.
bién en París, proyecto de Gae Aulenti e Italo
Rota; 42 b) «museo como parque temático», en
el que encaja el enorme complejo de la Cité des
Nimes, Francia y, sobre todo, el Sainsbury Cen-
Sciences et de !'Industrie, en La Villette, París,
tre far the Visual Arts ( 197 4-1 977), East Anglia
proyectado en 1980, y realizado en su primera
University, en Norwich, Inglaterra, ampliado
fase en 1983-1986 por Adrien Fainsilber, con la
posteriormente. O como pueden ser los proyec-
colaboración de Silvain Mercier; y en el que por
tos de Rem Koolhaas, el no construido Centro
sus características de proyecto globalizador e in-
de Arte y Tecnología ( 1989-1990), en Karlsruhe,
t~rdiciplinar, con alardes de planteamiento espa-
Alemania, y la Kunsthal ( 1988-1992) de Rotter-
CJa!es y constructivos debemos incluir el citado
dam, Holanda, realizada con Fuminori Hoshino
Centro Getty de Los Ángeles, de Richard Meier;
(OMA Rotterdam).
e) «museo como espejo del poder tecnológico»,
5. Rehabilitaciones y reinterpretaciones de
en cuyo apartado entraría también el ejemplo
edificios antiguos. Como hemos indicado, las
anterior de la Cité des Sciences et !'Industrie,
instalaciones en edificios históricos o antiguos
pero que encuentra quizás su más clara defini-
(remodelaciones o reinterpretaciones de edi-
ción en proyectos tan diferentes como son los
ficios no pensados en su origen para funciones
de Norman Foster, el Carré d'Art. Mediateca y
museísticas) es lo que suele llamarse «el arreglo
Centro de Arte Contemporáneo ( 1984-1993) en
cio del Arsenal, de 1913. 43 La coordinación de la
reinterpretación en su primera fase por parte de
Antonio Fernández Alba ( 1982-1986) del Museo
Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid,
en un edificio hospitalario del siglo XVIII, cuya
última y más profunda intervención s~ debió
(1988 -1990) a los arquitectos José Luis Iñiguez
de Onzoño y Antonio Vázquez de Castro, podría
entrar como ejemplo a caballo entre la primera y
la tercera variante. La realización del Museo de la
Ciencia de Barcelona ( 1979-1980) por Jordi Gar-
cés y Enrie Soria puede ser un claro ejemplo del
Galleria deg li Uffizzi, Florencia, s. xv1 (Vasari). segundo tipo de intervención. La rehabilitació?
del Palacio de Villahermosa (primer cuarto del si-
glo xix) y su total transformación y reconversión
interior por Rafael Moneo en el flamante Museo
frente al modelo». Además de los numerosos
Thyssen-Bornemisza ( 1989-1992) en Madrid,
problemas que plantea su rehabilitación, en esta
puede ejemplificar el tercer tipo.
vertiente se dan los más variados enfoques y re-
6. Extensión alternativa. (O sucursal del mu -
sultados, dependiendo no sólo de las característi-
seo.) Puede presentarse como una intervención
cas del edificio reinterpretado y de la tipología de
especializada de las fórmulas anteriores, sobre
las colecciones, sino también del grado de ade-
todo de las últimas indicadas. No se trata sola-
cuación obtenido por la intervención -en mayor
mente de realizaciones mixtas, como sucede con
o menor profundidad- del arquitecto. Se intenta
las restauraciones y readaptaciones en mayor o
con estas intervenciones dar una respuesta uni -
menor grado, sino de una solución alternativa de
taria al problema, sumándose las diversas anéc-
«cuasi-museo» o de ampliación como «museo-
dotas espaciales y constructivas que lo integran.
temporal» o, si se prefiere, espacios culturales
Y adquieren diferentes peculiaridades, no sólo
para actividades temporales diversas. Present_a n
por el carácter de la intervención del arqu~tecto
también variantes: a) Centros de arte en espac10s
en sí, sino también por el alcance de esa inter-
alternativos (en una aduana portuaria, como el
vención: a) rehabilitaciones o reinterpretaciones
CAPC de Burdeos ( 1978) en el «Entrepot Lainé»
propiamente dichas; b) ampliaciones o adiciones;
de comienzos del siglo XIX, acondicionado en eta-
e) reconversiones globales. Los ejemplos son nu -
pas sucesivas por los arquitectos Jean Piestre y
merosísimos en los últimos tiempos. Pero, aparte
Denis Valode; en una fundición construida por
de los citados en la nota 12, debemos recordar
Gustave Eiffel, como «Le Magasin» de Grenoble
en el primer caso las reorganizaciones por Car-
(1985 -1986 ), reconvertida a las funciones ex-
la Scarpa de los Museos de Florencia, Pa1ermo,
positivas por Patrick Bouchain; en una antigua
Possagno, Venecia o Verana. La restauración y
iglesia, como la «Whitechapel Gallery» ( 1982-
arquitectura de interiores del equipo BBPR en
1985) de Londres, adecuada por Alan Colqu-
el Museo del Castello Sforzesco (1952-1956) de
houn y John Miller; o en un antiguo taller de
Milán. O la intervención de Guido Canali en la
reparación de motores, como la también londi-
Galería Nacional en el Palazzo della Pilotta (1970-
nense «Saatchi Art Collection» (1983 -1984), de
1986), en Parma. Como muestra de la segunda
Max Gordon; o en un complejo de naves texti-
variable, citemos la realización de Frank Gehry y
les abandonadas, como el Mass MoCA (proyecto
Asociados del Aerospace Museum ( 1982-1984),
en marcha desde comienzos de los años noven-
de Los Ángeles, agregado al remodelado edifi-
ta, con la intervención de varios arquitectos) en institución con formas variables que en ningún
North Adams, Massachusetts, por citar sólo cinco modo responde a un modelo definido, realiza-
destacados ejemplos); b) Sucursales propiamen- ble en un número indefinido de ejemplares. Se
te dichas (en grandes naves industriales, como el impone, pues, una actuación muy conjuntada
Temporary-Contemporary del MOCA ( 1983) en que atienda en cada caso y de forma precisa tales
Los Ángeles, reconvertidas por Frank Gehry; en variables. Un diálogo permanente entre el orde-
un complejo conventual español, como El Car- nador del programa y el traductor del proyecto
me ( 1989), remodelado por los arquitectos del de la arquitectura . El museólogo y el arquitecto
IVAM de Valencia; en un dique portuario, como aparecen, en todo caso, como actores decisivos
la Tate Gallery ( 1988) de Liverpool, de James para la consecución de la adecuada flexibilidad
Stirling y Michael Wilford); e) Interdisciplinales de espacios interiores y de la modularidad y ex-
o híbridos del patrimonio cultural. Son grandes tensibilidad de la arquitectura que el programa
centros y complejos culturales, como el Museo concreto demande.
Regional de la Técnica y el Trabajo ( 1984-1989),
en Manheim, Alemania, ingeniería de Ingeborg Al igual que los otros tipos de edificios, el museo se
Kuhler; el Museo de la Ciudad ( 1990-1994), en ha transformado a través de los años . Los magníficos
ejemplos contemporáneos tienen su antecedente
Groningen, Holanda, de los arquitectos Alessan- directo, probablemente, en los años sesenta, en la
dro y Francesco Mendini, con Gerda Vossaert y consolidación de la museología como ciencia, en el
Alexandre Mocika; o como lo son en este aspecto cambio de enfoques y objetivos del museo, en la
interdisciplinal los citados Centro Georges Pom- inclusión de otras disciplinas en el quehacer mu-
seístico (comunicación, informática, psicopedagogía,
pidou de París, el Centro Getty de Los Ángeles o
sociología, semiótica, etc.), en el desarrollo de la con-
la Mediateca y Centro de Arte Contemporáneo servación de bienes muebles, en el avance de Ja mu-
de Nimes. seografía y en el enorme desarrollo de la tecnología.
Suelen ser, en definitiva, o bien atrevidas Todo esto conlleva funciones y actividades, nuevas
reutilizaciones de espacios a veces insólitos para o no, dentro del museo, planteadas de una manera
más clara, precisa y (podríamos decir) profesional. Por
funciones museísticas, o construcciones de nue-
ello, el simple programa arquitectónico da paso a la
va planta innovadoras en el área de la exposición programación museística. Si bien la programación no
y difusión -no tanto en el de la conservación- y da lugar a nuevas funciones y enfoques, llama la aten-
a las que nos hemos referido en varias ocasiones ción hacia éstos, los jerarquiza, les da áreas basadas
a lo largo del presente estudio. 44 en estudios concienzudos y analiza sus relaciones, sus
requerimientos de personal y su equipo de acuerdo
con los objetivos más definidos. 45
4.1 . El programa, el proyecto y las funciones
museo lógicas
4.2. Arquitectura y programación
Cualquier proyecto riguroso de museo debe ser
En 1989, el equipo formado por Patrick O'Byrne,
el resultado de un proceso largo y colectivo, en el
arquitecto y programador, especializado en in-
que la definición del programa ilumine y conduz-
ca la realización arquitectónica. De otro modo se vestigación operacional (programación, plani-
ficación y normalización), muy conocido por
producirá una inevitable disfunción organizativa
museográfica que impedirá en consecuencia la haber elaborado el programa arquitectónico del
Centro Georges Pompidou y el de varios otros
materialización de sus tres grandes vocaciones:
conservación y exposición, estudio y documen - museos franceses, como el Museo de Orsay,
tación, educación y cultura. Con independencia el Louvre y el de Arte Moderno de Lille; y por
del producto fina l arquitectónico, debe tenerse Claude Pecquet, museólogo y programador,
responsable del programa de funcionamiento
en cuenta previamente que el museo es una
del Centro Pompidou y, en colaboración con
O'Byrne, de los programas del Museo de Orsay y diar, al mismo tiempo que la arquitectura, todos
del Louvre, entre otros, escribió: los equipamientos integrados en el edificio y los
mismos objetos que serán utilizados .. . Todo en
Hace exactamente diez afias contribuimos en un nú- un módulo arquitectónico que permita la flexi-
mero especial de Museum dedicado a la programación
bilidad.
de museos (Museum, vol. XXI, nº 2, 1979). Constaba
de dos partes. En la primera, titulada La programa- 3. Extensibilidad de la arquitectura. Es la fa -
ción, una herramienta al servicio de los conservado- cultad por la que tanto la gran obra como la se-
res, las autoridades y los responsables arquitectos, cundaria y sus equipamientos puedan obtener
se examinaba el papel, la función y el interés de la un desarrollo en volumen y en superficie, poco
programación como base preliminar de todo proyecto,
a poco las necesidades del museo y las condicio-
ya se trate de reorganizar, acondicionar o crear un
museo . En la segunda parte, varios autores describían nes respondan a las tendencias técnicas y estéti-
sus experiencias concretas (a nivel nacional e interna- cas del arquitecto, de acuerdo con el maestro de
cional) de programación aplicada a museos. Tuvimos obra. 4 8
la suerte de encargarnos, junto con otros especialistas, El respeto y el impulso de estas características
de la programación del proyecto del Centro Georges
en el diseño de un programa museístico depen-
Pompidou, cuya eficacia mejoramos. Posteriormente
participamos en otros proyectos importantes [... ] En den necesariamente de la mejor y más idónea
cada oportunidad pudimos comprobar el interés y la articulación del proyecto o programa arquitec-
pertinencia de este enfoque, tanto en los proyectos tónico, de la corresponsabilidad de actuación de
importantes y complejos como en los limitados y sen- cada uno de los miembros de los distintos secto-
cillos. Porque, en última instancia, la programación no
res que integran el proyecto y del acierto en su
es más que la reflexión lógica que debe preceder a la
ejecución de un proyecto o, dicho en otras palabras, desarrollo y aplicación concretos.
programar consiste en detenerse a reflexionar. ¿Qué Joan Darragh y James S. Snyder sostienen
hacer? ¿Para quién? ¿Cómo? ¿Con qué medios? He en el importante tratado que venimos citando,
aquí las preguntas que debe responder adecuadamen- Museum Design. Planning and Building for Art, al
te el programador. 4 6
desarrollar el tema de la «Preparación de un pro-
grama arquitectónico», lo siguiente:
Como comenta J. F. Leroux-Dhuys, «en su
curso [sobre arquitectura y programación], Para una organización de cualquier tamailo, la de -
Georges Henri Riviere insistía particularmen- cisión de comenzar un programa arquitectónico
te sobre ciertas características propias para una requiere una delegación explícita de responsabilidad
buena arquitectura de museo y preconizaba su- para la dirección y ejecución del proyecto. Esta res-
brayarlas en todo el programa». 47 ponsabilidad es delegada de acuerdo con los recursos
internos de un museo particular. Existe también una
Estas características son: distinción para ser realizado entre quienes dirigen el
1. Flexibilidad de los espacios interiores. Esta texto del programa y quienes realmente lo escriben.
flexibilidad no debe estar motivada por el afán Si es posible, un miembro del equipo existente (o del
de modificar permanentemente el recorrido mu- nuevo equipo formado de la organización) debería
seográfico o la estructura misma del museo ... Por dirigir la creación del programa . Desde los propios
objetivos de una organización, que tienen que ser
el contrario, es deseable que las estructuras y los suministrados por medio de sus esfuerzos de planifi-
equipamientos de un museo puedan llevarse a cación del edificio, la participación de los individuos
las modificaciones que traen el progreso científi- bien versados en sus programas y destrezas puede
co, técnico y deontológico en materia de museo- ayudar a asegurar este enfoque en esta etapa. 49
grafía, a las nuevas necesidades de sus usuarios,
así como a la eficacia y al confort acrecentado de (Y establecen el esquema de la organización
su personal. del proyecto-director en la arquitectura del mu-
2. Modularidad de la arquitectura . Según los seo, reproducido en la página 274).
principios de la Bauhaus, es recomendable estu- Proyecto director que debe conjugar los as-
pectos técnicos y museográficos con el acierto
en la elección del arquitecto y el constructor, en
estrecha vinculación con el museólogo progra-
mador.

¿Qué sucede en la práctica cuando se escoge a un


arquitecto contratista y por qué, después de la se-
lección, al programador todavía le queda mucho
por hacer? Ante todo [... ],nos econtramos ante una
creación plástica, expresión de convergencia entre
las necesidades del usuario expuestas por escrito (el
programa) y su representación formal (el proyecto).
[... ] Por lo general, en la fase preliminar el proyecto
no refleja sino los propósitos globales, la organización
de las principales funciones o el tratamiento de los
volúmenes. Aún no se ha entablado un diálogo entre
el contratante y el contratista; el proyecto sólo es, en
definitiva, una propuesta rica en posibilidades. Louis Khan, Kimbell Art Museum (1966-1972),
Ese diálogo tiene que establecerse, forzosamente, para Fort Worth, Texas, EE.UU.
ampliar el programa, dotarlo de los elementos positi-
vos de la creación arquitectónica y, al mismo tiempo,
rectificar los errores y las carencias del proyecto. A
veces, estos últimos se deben a una voluntad excesiva la realización de las funciones específicamente
del arquitecto de «marcar su territorio ». socioculturales, o lo que es lo mismo, el desarro-
Un museo es, con frecuencia , una empresa prestigio-
sa y excepcional en la que el genio creativo puede
llo del museo de acuerdo con su perfil específico .
expresarse más plenamente que en otros proyectos;
suele suceder que el continente (la arquitectura o
escenografía) predomine sobre la existencia del mu- 4.3. Forma y función . Estética y funcionalidad
seo . Demasiadas veces se olvida que una vitrina sólo de la arquitectura del museo
cumple una función : la de proteger y conservar las
El edificio del museo ha venido siendo conside-
obras expuestas. Y se la debe suprimir siempre que se
pueda para que la relación entre el objeto y el obser- rado tradicionalmente, al menos hasta los años
vador sea lo más sencilla y directa posible. cincuenta de nuestro siglo, como un santuario
Para paliar estos errores y accidentes, facilitar la inter- de la belleza y de la riqueza acumuladas del pa-
pretación del proyecto y contribuir a sopesar las con- sado. Por ello, la arquitectura en sí debía reflejar
secuencias de cada una de las decisiones que habrán
ese mismo concepto, esforzarse en representar y
de tomarse a medida que avance el proyecto, se puede
encomendar al programador la tarea de supervisar resaltar con la monumentalidad y brillantez de
la evolución del proyecto y prestar su asistencia; se un hermoso estuche su adecuación y dignidad
habrá alcanzado la fase de adecuación del programa para cobijar o guardar las mejores joyas, los te -
y el proyecto. so soros más sobresalientes de la Humanidad. Y así
ha seguido ocurriendo en numerosos países de-
En consecuencia, para que cualquier tipolo - sarrollados, que continúan imitando a menudo
gía de museo a nivel de organización de espa- su arquitectura tradicional.
cios51 pueda facilitar el desarrollo de las funcio- Con la influencia del movimiento moderno,
nes museográficas, debe estar lógicamente al de las nuevas tendencias arquitectónicas y del
servicio del programa museológico que en ellos desarrollo de la museología, han terminado por
se aplica. 52 El cumplimiento de estas condiciones configurarse fundamentalmente dos teorías: una
proveerá a la institución de la infraestructura fí- primera, la que mantiene que el museo como
sica y de los servicios adecuados, propios de un edificio es ya un monumento cultural en sí mis-
buen contenedor. De ello dependerá, insistimos,


mo considerado, cuyo emplazamiento, aparien- rrollo exterior del proyecto como en la aplicación
cia externa y riqueza de materiales constructivos museográfica interior del programa museológi-
lo convierten en todo un símbolo de su papel co. Muchas veces, las pretensiones estéticas del
en la comunidad y como referencia clave para arquitecto -incluidos originalidad y sello perso-
la ciudad; y una segunda, la de que el museo es nales- actúan en detrimento de la preservación
sencillamente un recipiente o contenedor con - y presentación de los objetos del museo, y de la
centrado sobre su interior y concebido estricta- adecuada percepción de las mismas por parte del
mente para servicio de sus colecciones y para sa - público visitante.
tisfacción intelectual y sociocultural del público
visitante.
De ambas teorías hemos realizado ya en pá- 5. Arquitectura y servicios en el museo
ginas anteriores oportunos comentarios y re-
flexiones, y hemos confirmado con suficientes Los servicios de un museo deben entenderse
ejemplos sus respectivas evoluciones desde la conjuntamente tanto desde un punto de vista de
segunda posguerra mundial hasta nuestros días. infraestructuras como de prestación de asisten-
Los primeros -edificios destacados habitualmente cias a los usuarios; y tanto desde la perspectiva
como algunos de los más celebrados museos, en- de las necesidades exigidas por la programación
tre ellos el Museo Guggenheim de Nueva York, museológica, como por la cotidiana entrega y
la Nueva Galería Nacional de Berlín, el Museo ejercicio de su trabajo por parte del personal -
Oakland en California o el Museo de Israel en Je- científico, administrativo y laboral-, que de ella
rusalén- suelen ser generalmente construcciones devienen. 53
no flexibles, ni extensibles, ni tan siquiera acor- Si los problemas de circulación vertical y hori -
des con el programa diseñado para ellos desde la zontal de los objetos, 54 del personal y del público
doctrina de la museología actual. Los segundos, en el museo condicionan de hecho el proyecto
que algunas veces han sido considerados como arquitectónico, a ellos se deben ajustar el diseño
obras maestras de la arquitectura -el Museo de y relación de todas sus áreas (de recepción, de
Arte Moderno de Louisiana, en Dinamarca, el exposición, de conservación y almacenamien-
Museo de Artes y Tradiciones Populares de Pa- to, de restauración; de estudio, investigación y
rís o la Galería Nacional Victoria de Melbourne, difusión; de actividades culturales .. .).55 Lo que
por ejemplo- , han sido concebidos y diseñados implica -dentro de la planificación arquitectóni-
en función de sus colecciones, y en los que su ca- desde la selección del emplazamiento y del
aspecto estético no prima -aunque no se exclu- edificio a la concepción de los espacios para el
ya- sobre sus aspectos funcionales . público, los materiales constructivos y la propia
Por principio, debe desearse un museo clara- seguridad de la institución.
mente funcional, a pesar de que muchas veces
su propia carta de creación esté sometida a un
concepto demasiado monumentalista o emble- 5.1. Accesos, accesibilidad, áreas de distribución
mático a causa de la actitud de sus promotores y y circulación
patrocinadores (políticos, fundadores, mecenas, La accesibilidad de un museo está determinada
etc.). La forma y la función deben encontrar un en parte por la buena disposición y relación de
ensamblaje adecuado para los mejores resulta- las tres zonas esenciales (pública, de trabajo y al-
dos funcionales y estéticos . La solución está en macenes) que lo articulan. Y empieza a definirse
la estrecha colaboración entre el «maestro de por la selección del emplazamiento, y por el di-
obra» (el museólogo responsable) y el «maestro seño y condiciones del edificio. 56
del trabajo» (el arquitecto), y tanto en el desa- Recomienda Geoff Matthews en este sentido:
Cuando esté decidida la ubicación y la relación de referencia visual del conjunto, y la opción de un re-
los espacios y los modelos de circulación, hay que corrido que evite la sensación de laberinto. [... ] Muy
considerar: ligada a la anterior, la zona de recepción adquiere
1. El acceso desde el exterior para los usuarios, per- especial importancia al ofrecer al visitante diferentes
sonal y vehículos de mercancías . opciones de visita, así como la oportunidad de prepa-
2. Las instalaciones no museísticas que tienen que rarse psicológicamente para el recorrido .58
estar aptas para actuar independientemente.
3. Puntos de control principal y secundarios.
4 . Se necesitan accesos internos a las escaleras y 5.2. Control y calidad medioambiental
salidas de emergencia para regulación de incendios.
5. Circulación interna de usuarios y personal, parti- En el capítulo anterior, al ocuparnos de la con-
cularmente los mayores y discapacitados. servación preventiva, nos hemos referido nece-
6. Movimiento interno de colecciones, exposiciones y sariamente a las condiciones medioambientales
otros materiales, incluyendo la necesidad de manipu- del museo. Debemos, no obstante, considerar
lación mecánica (por ejemplo, una grúa).
7. Circulación vertical: escaleras, rampas, escaleras aquí algunos otros aspectos y normas concretas
mecánicas, ascensores para los usuarios, personal y para el control del ambiente físico en el museo,
exposiciones; disposición dividida o separada. porque, como dice Eiji Mizushima, «la razón de
8. Puertas anchas para permitir el movimiento del ser de la arquitectura museística coincide, en
equipo y de las exposiciones, y para camillas de parte, con la del hábitat: proteger y preservar
usuarios; tener en mente la provisión de un paso para
actuaciones de control.5 7 objetos, pinturas, esculturas, documentos his-
tóricos, especímenes, el patrimonio científico,
El museo es también un conjunto de relacio- etc.». 59 Y comprobamos que, muchas veces, las
nes estructurales, espaciales y ambientales que condiciones físicas ambientales del museo no
deben estar funcionalmente a disposición de las son las más idóneas para esa preservación nece -
colecciones, de su conservación y exposición, y saria de los objetos a su custodia.
sobre todo, desde una perspectiva sociocultural,
al servicio del público visitante. Aspectos que no Los conservadores y los arquitectos sólo pueden
tomar medidas contra el deterioro de las colecciones
deben pasar desapercibidos al museólogo y al ar- que están a su cargo si conocen los factores que lo
quitecto, como tampoco lo son para Yani Herre- provocan y de qué modo actúan. Los más importantes
man, cuando escribe al respecto: son los siguientes:
La humedad del medio ambiente (que varía con el
Además de los aspectos espaciales y formales, produc- tiempo) y la capacidad de los materiales de absorber la
to de la voluntad creadora del arquitecto contempo- humedad dan lugar a variaciones en las dimensiones,
ráneo, el tratamiento de la circulación y de las áreas por no mencionar los peligrosos desplazamientos,
de distribución características de la arquitectura actual de un punto a otro en los objetos, de los elementos
obedece a diferentes razones, destacándose : disueltos por el agua. La radiación electromagnética
El aumento del número de visitantes, que ha llegado del sol o de otras fuentes luminosas, que provoca
en ciertos casos a verdaderas multitudes (el Museo cambios químicos, decolora la superficie y finalmente
del Aire y del Espacio, en Washington DC recibe hasta altera el material que compone los objetos. Además,
cincuenta mil visitantes por día [en 1989]) . al aumentar la temperatura de la superficie ilumina-
El tipo de visitantes, ya que cada vez se toman más da, la radiación puede provocar tensiones mecánicas
en cuenta las personas minusválidas, que necesitan nocivas entre los diferentes puntos de un objeto.
instalaciones especiales dentro del edificio. Las diferencias de temperatura debidas a cualquier
La conducta del público (ahora sabemos más sobre causa, ya sea que dependan de la ubicación o del
sus hábitos y dinámica de movimiento). tiempo, desplazan la humedad dentro del objeto y
Las actividades que se desarrollan dentro del museo. varían sus dimensiones. Si es demasiado elevada, la
Un nuevo concepto de distribución de las colecciones, propia temperatura puede impedir que el material
que se traduce en un recorrido diferente. reaccione contra las fuerzas a las que está sometido,
Deben resaltarse la introducción de un espacio central convirtiéndose entonces en posible causa de la defor-
de grandes dimensiones que permite al visitante una mación que sufren los objetos .
Además de estos factores, la ubicación de los museos
Legend bJ Stairs ~ lnfor-natlof" ~ Coat Check [AJ Audioguiaes ~ Bicyc!es
[8J Etevator rn Lad es ' ROOM lIJ T'"ephooe UiJ Resta•,raM D ~~~~~ 10 the

~ Escalator rn Men's Room ~ Smoking ~ Han::!tcapped ~ ~~e~~¡~~~~The


Papacy and Art

2 Second Floor

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1 First Floor

(1) 5rUI Mlfl :

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LL_~
fllt!!Amutl8Zrr1Sb"ffl

G Ground Floor

Plantas de l Metropolitan Museum of Art, Nueva York, co n seña lización didáctica, (1988).
Ground floor

Lower Level Ground FJoor ó. ""~" k>< Cho:>«1 '11$;·0·1

The Museum CoUectlona: Temporary Exhibitiona t /\.'4n'iRoorr

Palnting and Sculpture


Drawfngs Sec-ond Floor
t Lcx;..s ~oom

W a rerloun'nor'
Pnnts and lllustuted Books
Architecture and Deaign
Video Gallery
e Teo~Ol\(l.,..

Photography r8l Ei.~11'}1'1

Film TTY TW!ypewll"11· k>r 'Ni O..Oi

Plantas de l Museum of Modern Art, Nueva York, con señalización didáctica (1988).
. M useo de
Le Corbus1er. . do o controlado, c. 1930, (maqueta).
. creo'miento ilimita
Richard Meier, alzado sur, planta de cubierta y maqueta del Museo de Arte Contemporáneo (MACBA), Barcelona (1987-1995).

Richard Meier, perspectiva del proyecto y vista de la maqueta del conjunto del J. Paul Getty Cen te r, Los Ángeles, EE.UU., (1986-1998) .


Le Corbusier, Museo de Arte Occidental, Tokio, 1957-1959. Hans Hollein, Abteilberg S. Museum,
Mónchengladbach (1972-1982).

Josep Lluis Sert, Fondation Maegth, St. Paul de Vence. Renzo Piano y Richard Rogers, Centre N.G. Pompidou,
París (1972-1977) .
A Fernández Alba. Proyecto de rehabilitación del Centro Cult u- Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, en el «ej e cultural del Paseo
ral Reina Sofía, Madrid (1982-1986). del Prado», en 1986.

Gae A u len ti, Musée de la Gare d'Orsay, París (1980-1986). Cubiertas del CAAM. Sáenz de Oiza, Las Palmas (1989).
Renzo Piano, edificio para la Colección Beyeler (1998),
Basilea, Suiza.

Instalación de Mario Merz en el Mass MoCA (1990).

Frank Gehry, Museo Guggenheim Bilbao (1992-1997).


Vista aérea de su construcción en 1993.

Frank Gehry, Museo Guggenheim Bilbao (1992-1997).


Sección del edificio y su comparación de esca/a con la sección del Guggenheim New York (1956-1959) de Frank Lloyd Wright.
en zonas urbanas, donde el tráfico ha aumentado con-
siderablemente en los últimos cuarenta años, expone
las colecciones a otro tipo de tensión, ocasionada por
las vibraciones que pueden llegar a los objetos a través
de la estructura y el mobiliario del local.
De manera similar, numerosas partículas y sustancias
que están en el aire, además de la presencia cada vez
mayor de diversos gases (SO, NO, CO, etc.), causan
nuevos tipos de deterioro químico, superficiales o
profundos, que en general aumentan la velocidad a
la que se producen las distintas formas conocidas de
corrosión. 60

Los autores de este artículo, un equipo para


el estudio del ambiente físico en los museos
del Piamonte, Italia, realizaron a finales de los Exterior de la Neue Staatsga lerie, St uttga rt, 1984
ochenta un serio proyecto sobre este grave pro- (James Stirling & Wilfo rd).
blema museográfico. Después de describir los
«Objetivos concretos del proyecto» se detuvie-
ron en el «Control de la calidad ambiental de los
museos: problemas y métodos», estableciendo el
«diagnóstico de un museo», entre otros, en los
siguientes métodos para:

identificar y acopiar datos que ilustran el estado del


medio ambiente y del edificio del museo en su tota-
lidad, según categorías establecidas.
Organizar los datos obtenidos de manera que puedan
compararse y evaluarse según criterios establecidos.
Evaluar la situación real de un museo, descubriendo las
interrelaciones que existen entre las exigencias del edi-
ficio y las necesidades del museo, y poniendo de relieve
las contradicciones inevitables entre unas y otras. 61 Patio centra l de la Neue Staatsga lerie, Stuttgart, 1984
(James Stirling & Wildford).

Finalmente, los autores del proyecto descri -


ben en el artículo la «Evaluación cuantitativa»
realizada, y proponen en tres cuadros sinópticos:
L Lista de los requisitos que debe cumplir un
museo . IL Características del maletín [de instru-
mentos creados para el control]. IIL Característi-
cas técnicas del sistema de adquisición de datos
(SAD) 62 .

5.3. El departamento de registro y la articulación


vertical y horizontal de las colecciones
En el museo, el departamento de registro es, lo re -
cordamos, 63 su «columna vertebral». La recepción,
Th e Canadian Museum of Civilisation, Ottawa, Canadá .
control, movilidad vertical y horizontal, interna y
externa de las piezas, todos los aspectos témicos de
una exposición, seguros, seguimiento de su conser-
vación, etc., son cometidos de vital importancia que
le corresponden. El registro, inventario y cataloga-
ción de los fondos dependen de su funcionamiento .
Desde el punto de vista arquitectónico y mu -
seográfico, el departamento de registro debe ser
diseñado como una unidad interrelacionada con
las secciones vitales de la organización interna
del museo (dique de carga y descarga, almace-
nes, departamentos, etc.), y dotada de una co-
municación directa y bajo control con todas las
secciones (salas de exposiciones permanentes
The Nationa l Ga llery, Ottawa, Canadá. y temporales, laboratorios, conservación, etc.),
que haga factible y práctica su compleja respon-
sabilidad dentro de la institución.
Cuadro II. Características técnicas del maletín
Instrumentos Amplitud de las mediciones Resoluciones Autonomía de funcionamiento
Termómetro con:
- sonda para la temperatura del aire -I0/+120 C 0.1 e 20 h 1
- sonda para la temperatura de superficie -101+120 C 0,1 C' 4 h1
Higrómetro 0/100 % 0,1 % 3
Luxómetro con:
- sonda para la iluminancia \< 10.000 lx 0/10.000 lx 1 lx !Oh i
- sonda para la iluminancia \< 100.00 lx 0/100.000 lx !O lx 10h 1
Instrumento de medición
de los rayos ultravioletas 50/ 1.600 u W /m 50 u W/m
Flexómetro 0/5.000 mm !mm
Termohigrógrafo -15/+ 45 C 1e 7/14 días
Dispositivo para medir la humedad
en el interior de las paredes
l. Funcionamiento constante.
2. Temperatura de bola seca y de bola húmeda.
3. Humedad relativa.
4. Este aparato, al presentar las variaciones de la resistencia eléctrica dentro del material según
su contenido de humedad, permite una evaluación cualitativa diferencial del propio contenido.

Cuadro III. Características técnicas del sistema de adquisición de datos (SAD) *


Subsistema Sonda Amplitud de las mediciones Resolución 1
Externo Temperatura del aire -20/+ 52º C 0.1 ° e
Humedad relativa 0/100 % 1%
Velocidad del viento 0/50 mis 0,1 mis
Dirección del viento 0/360 1
Luz 01100.000 lx 10 lx
Interno Temperatura del aire -201 + 52° e 0.1 ° e
Humedad relativa 01100.000 % 1%
Iluminancia 0110.000 lx l lx
Temperatura de la superficie -201 + 52° e 0.1 ° e

* El sistema de adquisiciones de datos (SAD) fue pensado por los investigadores para realizar estudios continuos
durante períodos prolongados y en estrecho contacto con los centros de investigación y de tratamiento de datos.
l. Resolución relativa al subsistema de sonda y transductor.
Los edificios de los museos son usados de modo di- presentar y ver, educar y entretener, conocer y
ferente ahora que en el pasado. De repente (en las comprender, difundir y ayudar al desarrollo de la
últimas décadas) tenemos que enfrentarnos a hordas
de visitantes, fabulosos valores, instalaciones tempo-
comunidad, y que la función del equipo científi-
rales, exposiciones itinerantes, y a una «moda» de co del museo, así como la del registrador y la del
robos en los museos. Los edificios de los museos hoy, consejo asesor puede y debe realizar una labor de
como las fábricas, tienen que proveerse de seguridad, ensambladura esencial en el cumplimiento de las
y eficiente movimiento de los bienes. No necesitan por necesidades que el programa museológico prevé
ello ser menos hermosos .
¿Por qué puede aparecer un artículo sobre los progra -
en el desarrollo y aplicación del proyecto arqui -
mas de edificios en un libro de métodos de registro en tectónico. El departamento de registro exige, a
los museos? Porque en muchos museos el registrador, nivel estructural y para el buen funcionamiento
al mismo tiempo que el superintendente del edificio, el general del museo, unas instalaciones adecuadas,
jefe de seguridad, los restauradores y los conservadores, que deben ser diseñadas desde las recomendacio-
tiene que entender de la operación física de las insta-
laciones. El registrador puede no hacer mayor servicio
nes del ICOM al respecto (especialmente las del
al museo que ayudando al planteamiento, diseño y Comité Internacional de Arquitectura y Técnicas
supervisión del programa arquitectónico, o hasta en Museográficas, ICAMT) y de los especialistas en
la simple remodelación de las instalaciones del museo. el tema. Y tener muy presente en todo el proceso
Éste es solamente un tiempo de cuidadosas, duraderas del diseño y aplicación del proyecto arquitectó-
soluciones para los problemas de manejo y seguridad.
El registrador tiene una especial posición en el diseño
nico esa máxima absolutamente clarificadora de
de nuevas instalaciones desde las determinadas por el que, «en materia de arquitectura museística, si el
armazón físico de las operaciones de registro hasta las edificio no es correcto, nada es correcto».
provenientes de cómo es capaz la plantilla del registro
y sus sucesores de realizar bien su trabajo. 64

En definitiva, no debemos olvidar que los


museos son lugares para conservar y almacenar,

NOTAS AL CAPÍTULO 7 quitectura de los museos en sus 4 Véase el epígrafe Reconstrucción y


aspectos de planificación y dise- metamorfosis (1945-1968), especial -
HERREMAN, Yani, «Nuevos ño, nuevas tipologías y modelos, mente, pero también los otros del
lienzos para nuevos creadores: ocupación y servicios, etc., se han cap. III.
corrientes contemporáneas en la incrementado de manera notable 5 Recordemos los ejemplos del Mu-
arquitectura de museos», en Mu- en las dos últimas décadas, inclui- seo del Prado ( 1785) en Madrid,
seum, París, UNESCO, núm. 164, da la situación española . Desta- de la Gliptoteca (1816 - 1930) y de
4, 1989, pág. 197. can los dedicados a los museos de la Alte Pinakothek (1826 - 1836)
2 El origen y desarrollo de la arqui- arte, a los nuevos paradigmas in- de Munich; del British Museum
tectura moderna de los museos, y ternacionales y a los arquitectos- (1823 - 1847) de Londres; del con-
muy en concreto los norteame- «estrella», tanto libros y ensayos junto del Museuminsel ( 1907-
ricanos, ha sido estudiado como como artículos y números mono- 1930) de Berlín, o del American
ya hemos visto -cfr. el cap. III, y gráficos de revistas especializadas. Museum of Natural History (crea -
especialmente las notas 1O y 11-, (Puede comprobarse este extraor- do en 1869) y del Metropolitan
entre otros, por Laurence Vail dinario incremento en el apartado Museum of Art (inaugurado en
COLEMAN (Museum Buildings, correspondiente de la bibliografía 1880) de Nueva York; del Mu -
1950) . Y más recientemente por final.) seum of Fine Arts ( 1870-1909) de
Helen SEARING en New American 3 Como hemos comentado en los Boston; del Art Institute of Chica -
Art Museums, Nueva York, Whit- cap. II y III de este libro. (Véanse go (1879); del Royal Ontario Mu-
ney Museum of American Art/ especialmente los epígrafes Asenta- seum ( 1912) de Toronto, Canadá,
University of California Press, miento de los museos y Balance euro- etc.
1982. Los estudios sobre la ar- peo, del cap. Il.) 6 Como el del Louvre, antiguo
palacio real de París, cuya cons- del s. xvrn es el de cristalerías del manuales de la UNESCO, como
trucción se inició en 1546, y que castillo de Rosenborg, cerca de Co- por medio de los estudios apare-
se abrió como museo en 1793. O penhague, creado en 1714 por el cidos en la revista Museum. Así,
como el barroco Palacio del Belve- rey Federico IV. el vol. XXVI, núm. 3/4, 1974, fue
dere, en Viena, que reunió todas 9 Que hemos comentado ya en el dedicado íntegramente al estudio
las colecciones artísticas de la fa- cap . I, en el epígrafe La museología de la arquitectura del museo adap -
milia imperial austríaca, y que fue y la museografía, en el tiempo y hora tada a las metas a conseguir en la
abierto al público en 1783. del museo. actualidad. En este número desta-
7 Germain BAZIN ha estudiado con 10 SOLA-MORALES, I. de, «El sig- ca el trabajo de Manfred LEHM-
detenimiento en el cap. 7 de su nificado de la arquitectura de los BRUCK, Musée et architecture. O el
op. cit. El 1iempo de los museos (págs. museos», en Los museos de la última vol. XXVII, núm . 3, de 1975, dedi -
129 - 16 7) este tema de los Gabine- generación!The museums of the last cado a la conservación de los l uga -
tes y galerías. «Después del siglo xv1 generation, de MONTANER, J .M./ res históricos y la transformación
-escribe- las obras de arte o las cu- OLIVERAS, J., Barcelona, Gusta- de viejos edificios en museos. Una
riosidades se conservaban en dos vo Gili, 1986, pág. 6. consideración más actual sobre el
clases de locales, a los que se daba Sola-Morales sintetiza esta historia terna aparece en el número 164,
sentidos diferentes que no siem- de las interpretaciones seí'ialando vol. XLI, núm. 4, 1989, de Mu-
pre se distinguen: la «galería» o el cuatro fases: 1) templos de arte seum, dedicado monográficamente
«gabinete ». Materialmente, la ga- (acepción winckelmaniana); 2) a La arquitectura museística: más allá
lería es una sa la estructurada alar- gabinetes de clasificación y orde- del «templo» y ... más allá.
gada y de grandes dimensiones; el nada taxonomía; 3) retrospectivos 12 Desde mediados de siglo destacan
gabinete, más restringido, es una recorridos por el fluir del tiempo varias reconstrucciones y rehabili-
habitación, de forma aproxima- histórico; 4) espectáculo cultural taciones, algunas ya citadas (véa-
damente cuadrada. La galería de- para las masas.» ... el museo y su se el cap. V, Tipologías museísricas,
signa un local suntuoso, una sala arquitectura han sido a través de y nota 26): l. Museo Nazionale
de fiestas lujosamente adornada los grandes edificios, de Villanue- di San Mateo, de Pisa, en el mo-
en donde las obras de arte forman va y de Schinkel, de Leo von I<len- nasterio de San Francisco, que
parte integrante de la decoración; ze o de Goetfried Semper, de Le antes había servido de conserva-
en el gabinete, los objetos se han Corbusier y de Mies van der Rohe, torio ( 1845) y de cárcel (1866).
acumulado sin ornamentación, de de Louis I<ahn y de Hans Hollein, Acondicionamiento ( 1945-1949)
forma que haya lugar para el ma- un ineludible instrumento a través del arquitecto Piero Sanpaolesi. 2.
yor número pos ible de ellos [ ...]. del cual cada tiempo ha fijado la Galleria Nazionale e Museo di Ca-
En el siglo xvm, la moda del gabi - propia interpretación del arte y la podimonte, en Nápoles . Acondi-
nete se extiende simultáneamente relación entre el mundo valioso de cionamiento de un palacio civil: el
con la galería para obras de arte; los objetos preciosos y su lectura Palacio napolitano que Carlos III
es un amontonamiento de objetos por la sociedad de su tiempo» (Ibí- había heredado de su madre Isabel
y de pinturas, un verdadero cajón dem ). Farnesio, y que en el siglo x1x ha -
de sastre.» JJ La preocupación por la arquitectu- bía sido residencia veraniega de la
8 Bastará citar, como relevantes ra de los museos ha venido siendo familia real. Su acondicionamien-
muestras del siglo xv1, las galerías una constante en nuestro siglo a to a museo (1956) es obra del ar-
del Bramante, para unir el Belve- nivel museográfico. Desde la Ofi- quitecto Ezio Da Felice. 3. Museo
dere de lnocencio vm con el Vati- cina Internacional de Museos de Nazionale Villa Giulia, de Roma .
cano; y la galería del Palacio Far- la antigua Sociedad de Naciones Acondicionamiento de un palacio
nesio de Roma, decorada por los -por medio de sus reuniones y eclesiástico -donde transcurrió el
Carracci que, a través de Francia, congresos y de la publicación de la pontificado de Julio III, en el siglo
influirá en toda Europa. Del siglo revista Mouseion, de 1926 a 1946; xv1-, que en el xv111 fue posada y
xv11, la galería histórica del castillo y especialmente por medio de las en el x1x escuela de veterinaria. Su
de Beauregard, cerca de Blois; el actas de la reunión de Madrid de acondicionamiento ( 1955-1960)
gabinete de las Damas de Pibrac, 1934, que dio origen a los dos vo- se debe al arquitecto Franco Mi-
cerca de Tou louse; o las galerías de lúmenes citados de Muséographie. nissi. Profesor de Museografía en
Apolo en el Louvre y de los Espe- Architecture et aménagement des mu- la Facultad de Arquitectura de
jos en Versalles, las dos mandadas sées d'art, Paris, 1935-; a la labor Roma, su visión teórica y práctica
decorar por Luis XIV. La galería del ICOM desde 1948 a nuestros sobre el tema ha quedado explí-
del emperador Maximiliano, en días, se describe una investigación cita en libros como ll museo negli
Munich, con su Antiquarium, etc. y orientaciones constantes a este anni '80, Roma, Edizioni Kappa,
Un ejemplo de gabinete famoso respecto, tanto por medio de los 1983 . 4 . Museo Sant' Agostino,
en Génova . Aconilicionamiento Asamblea Constituyente. Desde gió el contenido de Museum. vol.
como museo (proyecto de 1965; 1790. en que se le había concedi- XXVII. núm . 3. 1975 citado.
finalizado en 1988) del convento do el convento, Lenoir había con- 16 En los años ochenta, las recons -
e iglesia de Sant' Agostino, en tor- servado allí. junto a estas obras de trucciones se pusieron de moda
no a un patio porticaclo del siglo arte, las tumbas reales de Saint- especialmente para museos de
xv111, realizado por los arquitec- Denis y esculturas de las iglesias arte contemporáneo en conte-
tos Franco Albini, Franca Helg, de París. (Cfr. Musée des Monuments nedores a veces insólitos, como
Antonio Riva y Marco Albini. Franrais. on Description historique et hemos señalado. No son exclusi-
5. Museo Civico agli Eremitani, chronologique des S1atues en marbre vas de esta modalidad de museos.
en Paclua. Rehabilitación ( 1969- et en bronze. Bas-reliefs et Tombeaux (Ver sobre todo el cap. V, Tipolo-
1988) para museo de dos claus- des Hommes et des Femmes célebres, gías museísticas).
tros del convento de los Eremitas, pour servir a /'Histoire de France et a 17 Como el coloquio celebrado en
del siglo xv1, por los arquitectos ce/le de l'Art. 5 vols ., Imp. Guille- Turín, Génova y Milán del 23 al
Marco Albini, Franca Helg y An- minet, Paris, 1800-1806.) 27 de mayo de 1961, recogido por
tonio Riva. 6. Galleria Nazionale 14 Véase cap. 1, epígrafe La museolo- «lcom News», vol. 15, núm . 3-4.
Palazzo della Pillotta, en Parma. gía y la museografía en el tiempo y junio-agosto, 1962. En él se resal -
Acondicionamiento del conjunto hora del museo. Entre las recons- taron la conveniencia y beneficios
histórico del citado palacio, com- trucciones famosas, además del inest imables de la participación y
puesto de cuerpos de muy dife- Muséc Cluny, cerca de París, con presencia de los arquitectos en el
rentes características, para museo sus fondos medievales; o el barro- museo.
y otros fines culturales, realizado co Palacio vienés del Belvedere 18 MOLAJOLI. B .. Museum architectu-
por Guido Canali. 7. Museo La- para colecciones de los siglos xv11 re, en The organization of museums,
pidario Maflciano, en Verona. Se y xvrn. debemos destacar algunas op. cit., 1960, págs. 146-185.
trata aquí de una remoclelación realizadas por los norteamerica- 19 Por ejemplo, los trabajos teóri -
(1977-1982) que Arrigo Rudi ha nos en este siglo. Como el trans- cos publicados por un grupo de
efectuado al museo que el ilustra- porte en 1929 de las habitaciones arquitectos en la revista francesa
do caballero Scipione Maffei ha- amuebladas por maclame Pompa- especializada en temas constructi-
bía promovido en el siglo xv111, en clour en el castillo de La Muette vos, Aujourd'hui. Art et Architectu-
un entorno barroco y neoclásico al Museo de Boston; o el Isabe- re. París. que dedicó el núm. 22,
complejo . lla Steward Gardner Museum, mayo -junio 1959 a los diferentes
En tocios estos ejemplos se ha también de Boston, calcado de aspectos y problemas museográfi-
procurado combinar las condi- un palacio italiano del siglo xv. cos.
ciones museográficas (presenta- Pero, sin duda, es el Metropolitan 20 HERREMAN, Yani, art. cit., pág.
ción, instalaciones, iluminación, Museum de Nueva York el que 198.
circulación de visitantes ... ) con muestra las reconstrucciones más 21 Cfr. ROGERS, E. N. , Esperienza de-
el respeto a la condición o natu - espectaculares: desde las n ume- lla archittetura. Torino, 1959.
raleza propia de los monumentos rosas salas de arte colonial -entre 22 Según Roberto Aloi (Musei. Ar-
intervenidos. (Muy significativo a ellas. un magnífico patio plate- chittetura, Tecnica, Milano, Ulrico
este respecto es el libro de Fran- resco español-, a los famosos The Hoepli ecl.. 1961 ), los primeros
co MINISSI/Sanclro RANELLUCJ, Cloisters, una sucursal del museo indicios de lo que se ha llama -
Museografia. Scuo/a di specia/izza- en Fon Tyron. al norte de Man - do «museo del mañana», en el
zione per lo studio ed il restauro dei hattan. donde se ha reconstruido que las zonas de exposición co-
monumenti, Universita clegli studi un auténtico entorno medieval mienzan a ver delimitadas sus
di Roma «La Sapienza», Roma, con torres, claustros y ábsides ro- funciones específicas, aparecen
Bonsignori Eclitore, 1992.) mánicos franceses y espaiioles de en estudios y proyectos de arqui-
13 Lo normal ha siclo buscar una Saint-Guilhelm -le Désert, Bon- tectos como Clarence S. Stein,
armonía -cronológica y concep- nefont-en -Comminges y San Mi- creador del proyecto de la más
tual- entre el marco arquitectó- guel de Cuxá y Trie, emre otros. antigua ciudad-jardín americana .
nico y su contenido. Se remonta Significativo también es el Hearst (Stein fue autor. además. de ar-
esta actitud al año 1795, en que Castle, en San Simeón. California. tículos interesantes, como «The
el pintor Marie-Alexanclre Lenoir ecléctica y lujosa mansión llena Art Museum of Tomorrow», en
instala en el claustro del con - de obras de arte europeas, que The Architectural Record, enero
vento de los Petis-Augustins el acumuló el magnate de la prensa, 1930. págs. 5-12; «Study Stora -
Musée des Monuments Frarn;-ais, y que sirvió para la realización de ge. Theory ancl Practice», en The
basado en las prop iedades ecle- Ciudadano Kane a Orson Welles. Museum News, 15 diciembre 1 944;
siásticas que habían siclo vendi - 15 Tuvo lugar entre el 9 y el 16 de sep- su punto de vista crítico en el cap.
das después de los Decretos de la tiembre. y de aquella reunión sur- III, «Eclairage naturel el éclairage
artificiel», del libro citado Muséo- te citados, se ha producido una arquitectónico con estas otras pa -
graphie, París, International Mu- ebullición de actividades, expo- labras de Yani Herreman: «La
seums Office, 1934; «Making Mu- siciones y publicaciones sobre la programación, como método de
seums Function», en Arquitectural arquitectura de los museos, como trabajo museístico, pone al des-
Forum, junio, 1932; o «Planning puede comprobarse en el aparta- cubierto, junto con la museolo-
for Art Museums Services», en do bibliográfico que aparece al fi- gía contemporánea, la compleji-
The Museum News, 1 enero 1939.) nal de este libro . dad y heterogeneidad del museo
No deben olvidarse arquitectos Citemos ahora a título de ejem- como institución y como edificio .
como L. Hautecoeur, J.C. Mo- plos la exposición celebrada y su Arquitectos como Le Corbusier,
reaux o Auguste Perret. Pero, publicación por el Whitney Mu- Frank Lloyd Wright y John Rus-
sobre todo, Henry van der Velde, seum of American Art, editado sell, o inclusive más lejanos, como
y su Museum Folkwang de Ha- por Helen SEARING New American Leo von Klenze, manejaron una
gen, Alemania ( 1900-1902) y el Art Museums, Nueva York, 1982; lista de objetivos y necesidades,
Rijksmuseum Kréiller-Müller en Museums and Galleries, de Geoff pero no fue sino en la fecha cita -
Otterlo, Holanda, (1937-1954); MATTHEWS, Londres, 1991; el vo- da que la metodología de Ja pro-
Victor Horta con su Museo de lumen Museum Design. Planning and gramación permitió al museólogo
Tournai (1914-1918); el Museo Building for Art, de Joan DARRAGH determinar más claramente sus
Municipal de La Haya, obra pós- y James S.SNYDER Nueva York, objetivos, y al arquitecto dar una
tuma de Berlage (1856-1934); o 1993: o la exposición y catálogo solución forma l y espacial al mu -
el Museum Boymans-van-Beu- Museos y arquitedura; nuevas pers- seo contemporáneo .
ningen de Rotterdam (1935). pectivas, MOPU, Madrid, 1994, etc., Además de los aspectos espaciales
23 Desde los años setenta vienen para confirmar esta eclosión. y formales, producto de la volun-
siendo cada vez más habituales las 24 Remitimos en este sentido a las tad creadora del arquitecto con-
reuniones, congresos y simposios, referencias bibliográficas finales, temporáneo, el tratamiento de la cir-
así como las publicaciones sobre resaltando no obstante aquí es- culación y de las áreas de distribución
los problemas diversos de la arqui- pecialmente Ja op. cit. Museum De- características de la arquitectura
tectura y los museos. Recordemos sign (1993) de J. DARRAGH y J.S . actual obedece a diferentes razo-
que la revista Museum ha dedicado SNYDER; FEHLIG, Teresa Anne, nes, destacándose : El aumento del
periódicamente números especia - Museums and Museum Architecture: número de visitantes [.. .].El tipo
les a la arquitectura de museos, es- Guide to Recen/ Literature, Monti- de visitantes [... ].La conducta del
pecialmente el vol. XXXl, núm. 2, cello, Ill., Vanee Bibliographies, público [... ]. Las actividades que
1979 (su primera parte se dedicó a 1990; BRAUER, Roger L., Facili- se desarrollan dentro del museo.
La programación, una herramienta al ties Planning: The User Requeriments Un nuevo concepto de distribu-
servicio de los conservadores, las autori- Method, Nueva York, American ción de las colecciones, que se tra-
dades responsables y los arquitectos), y Management Association, 1986; duce en un recorrido diferente. La
posteriormente el nº. 164 (núm. 4, Museum Architecture: Guide to De- conservación de las obras» . (He-
1989, titulado La arquitectura mu- sign, Conservation and Museum Ar- rreman, Yani, art. cit., pág. 198.)
seística: más allá del «templo» y ... más chitectu re in the United States, Mon- 31 LE CORBUSIER, Oeuvre complete,
allá. A este esfuerzo debemos aña- ticello, liL Vanee Bibliographies, 1910-1957, Zurich, ocho tomos,
dir el constante trabajo del Comité 1985; American Association of desde 1929); cfr. Oeuvre complete
Internacional de Arquitectura y Museums, Museums for a New Cen- 1934-1938, págs. 82-89.
Técnicas Museográficas del ICOM tury: A Report of the Commission on 32 «Le Corbusier formula esta idea
(ICAMT), sus reuniones y publica- Museums for a New Century, Wash- por primera vez el 8 de diciembre
ciones por parte de sus miembros. ington, D.C., 1984. de 1930, en una cana a Chris-
Es necesario tener en cuenta que 25 DARRAGH, Joan y SNYDER, Ja - tian Zervos : un volumen posado
los años setenta y ochenta fueron mes S., op. cit., pág. 23. sobre un pilotis, cuya entrada se
décadas de una gran actividad en 26 Id, págs. 32 -57 . hace por debajo, desde el centro
la construcción de nuevos mu- 27 Idem . Cfr. págs. 57-96 . del edificio. Desde allí, inscritas en
seos, junto con una masificación 28 Ibídem. una espiral, las salas se suceden.
de visitantes y un auténtico boom 29 MATTHEWS, G., en op. cit. Mu- De esta forma se puede prever un
en la proliferación de museos es- seums and Galleries, (1991) pág. 76. engrandecimiento infinito.» (Sta -
pecializados. Los noventa han 30 Remitimos a las consideraciones nislaus von MOOS, Le Corbusier,
traído consigo una cierta revolu- históricas anteriores. Y resaltamos (1968) Barcelona, Lumen, 1977,
ción en la concepción institucio- la transcendencia que tiene para pág. 175.)
nal de estas entidades públicas. la institución museística la en- Cita Von Moos palabras textua-
Paralelamente, junto a los llama- sambladura contenedor-contenido, les de Le Corbusier al respecto:
tivos paradigmas constantemen- o programa museológico-proyecto «Le musée s'éleve dans quelque


banlieue de París. 11 s'éleve au tecto William Ward Watkin, que el Centro Galego de Arte Contem-
milieu d'un champ de pommes sucedió al desaparecido Ralph poránea ( 1988-1994), construido
de terre ou de betteraves. Si le Adams Cram, se hizo una am- en Santiago de Compostela por el
site est magnifique, tant mieux . pliación en 1926 y, 32 años más arquitecto portugués Alvaro Siza
S'il est laid et attristé de pignons tarde, Ja del Cullinan Hall de Mies Vieira . Un caso diferente, pero
de lotissements ou de cheminées van der Rohe . Su última am- muy llamativo, es el que se refiere
d'usines, c;a ne fait rien .. . » (Ibí- pliación, iniciada en 1996 con la al Concurso de Ampliación y Re-
dem). construcción de un nuevo edificio modelación del Museo del Prado,
«Ese museo que sigue la evolu- en uno de los solares colindantes convocado en 1995 con la colabo-
ción de una espiral -prosigue VON propiedad del museo, es proyecto ración de la Unión Internacional
MOOS- existía con anterioridad de Rafael Moneo. de Arquitectos (UIA), y que el día
en los proyectos del Mundaneum, 35 Renovado y ampliado según pro- 6 de septiembre de 1996 fue decla-
de Ginebra, entonces con la forma yecto (1982) de los arquitectos rado desierto sobre l O proyectos
de una pirámide de gradas. [... ). Charles Gwathmey y Roben Sie- finalistas entre los últimos 540 par-
Si, por un lado, no sentía más que gel. tras un breve período de eje- ticipantes. La decisión del jurado
desprecio hacia el moho y el polvo cución (1991-1992) se reabrió el internacional abrió una situación
de las viejas colecciones, entrevé, museo en 1993. preocupante, pero el suceso puso
por otro, y cada vez más claramen- 36 Los museos, emblemáticos tem- en cuestión las bases del concurso,
te, en qué debe consistir un mu- plos de la cultura actual. conti- así como la falta de un programa
seo: instrumento de información núan provocando permanentes museológico concreto y previo que
que presenta, en una secuencia controversias. Especialmente, iluminara la propuesta de ideas
fácilmente comprensible, la suma cuando está ya asumido que un para la ampliación y remodelación
de la historia, especie de laborato- buen programa museológico es arquitectónica.
rio de la experiencia humana.» el que debe preceder al proyecto 37 Las modalidades o enfoques ac-
«La forma que Le Corbusier da a arquitectónico en la realización tuales del museo como «obra
su museo ofrece, sin embargo un cabal del museo. En España, un arquitectónica » tienen estrecha
sentido que va mucho más allá centenar de arquitectos, historia- relación, si no se identifican en
del propósito inicial. La noción de dores de arte, galeristas y escrito- parte, con las concepciones del
un «musée a croissance illimité», res denunciaron en 1990 que «el museo que ha fijado el desarrollo
es decir. que puede crecer según proyecto básico de la arquitecta cultural a través del tiempo. (Véa-
las necesidades y los recursos con italiana Gae Aulenti hipotecaba de se el epígrafe 2.12 . La evolución cul-
que cuente, es uno de los prime- manera evidente e irreversible el tural de la humanidad y el origen de
ros ejemplos de una verdadera futuro del Museo de Arte de Ca- los museos.)
flexibilidad en el edificio, que ha taluña». Denunciaron Ja fa lta de 38 Citemos cinco ejemplos. El arqui-
hecho de su autor, para utilizar correspondencia de un proyecto tecto Josep María MONTANER
un término de moda, un precur- arquitectónico cuyas obras estaban viene dedicando parte de sus pu-
sor de la arquitectura «móvil», en a punto de iniciarse con un plan blicaciones a la arquitectura de
Ja que todo el mundo se interesa museológico adecuado. Un error los nuevos museos. En Los museos
hoy.» (Id., págs . 175-176.) por desgracia demasiado habitual de la última generación ( 1986 ), del
33 «Hay que lamentar -afirma tam- entre nosotros, como lo prueban que es coautor con Jordi OLIVE-
bién Von Moos- que todas las las indecisiones y recomposiciones RAS, se detiene de forma general
proposiciones hechas por Le Cor- de planes que ha sufrido el Museo en: l. El programa para un mu-
busier en este sentido hayan sido Reina Sofía de Madrid desde 1986, seo contemporáneo. 2. Espacio
condenadas a permanecer en en que se abrió como centro de flexible versus salas y galerías. 3.
estado embrionario . Le Corbu- arte hasta 1996 en que se aplicó Exposición y conservación de Jos
sier hizo numerosos estudios de un segundo plan de reordenación objetos. 4. El museo como monu-
museos, pero no construyó más de su exposición permanente. La mento urbano. Y concluye con: El
que tres: el de Tokio, el de Ah- causa fundamental ha sido la falta museo contemporáneo, espacio
medabad y, en último lugar, el de un programa museológico ade- de síntesis entre Arte y Arqui-
de Chandigart. De sus proyectos cuado y previo a la intervención tectura. Donde entra en un más
para Europa -Francia, Alemania, arquitectónica y al comienzo de particular análisis y clasificación
Suiza-, ninguno ha sido realiza - sus actividades como museo. Pero es en su libro Nuevos museos. Espa-
do.» (Ídem., págs. 176-177.) [El también ha ocurrido algo parecido, cios para el arte y la cultura ( 1990),
primero lo realizó en 1957-59; el entre otros, con el Museo de Arte agrupándolos en estas seis cate -
segundo, en 1952-56; el tercero, Contemporáneo de Barcelona gorías: 1. Los grandes complejos
en 1964-68.) (MACBA), realizado entre 1987 culturales. 2. Los grandes museos
34 Construido en 1924 por el arqui- y 199 5 por Richard Meier; o con nacionales de arte. 3. Los museos


de arte contemporáneo. 4. Los 40 En 1989 Hans Hollein ganó el Cualesquiera fueran en detalle y
museos de la ciencia, la técnica y concurso para el Museo Guggen- profundidad los puntos concretos
la industria. 5. Los museos cívicos heirn en Salzburgo (Austria) . Un en que basaban los detractores y
y monográficos . 6. Las galerías y llamativo e interesante proyecto defensores del proyecto su posi -
centros de arte contemporáneo . que estaba previsto realizar con el ción, las razones de los primeros
Hace así recuento y anál isis de apoyo del gobierno austriaco, ex- podrían evidenciar en principio
26 nuevos proyectos pensados y cavándolo en la roca de la ciudad. todo un proceder -si era tal como
realizados entre 1975 y 1990. Y 41 Calificado como prototipo de «si- denunciaron- desacertado: su-
donde aplica unas categorías más mulacro de la cultura» por Jean peditar al orden arquitectónico
personales si cabe en la clasifica - BAUDRILLARD, el Pompidou preestablecido la organización
ción de los nuevos museos es en poco o nada tiene que ver con el rn useográfica.
Museos para el nuevo siglo (1995), otro proyecto museístico de Renzo 43 Frank Geh ry es el arquitecto del
analizando 24 proyectos en estos Piano citado, The Men il Collec- controvertido y llamativo Mu -
seis apartados clasificatorios, que tion, de Houston, en Texas. En seo Guggenheim-Bilbao (1992-
incluyen desarrollos temáticos este museo, insistimos, la arqui - 1997).
cada uno: l . La caja y los objetos. 2. tectura se ensambla morfológica y 44 Éstos, como tantos ejemplos que
Criaturas aditivas . 3. Museo y ciudad constructivarnente con el entorno, podríamos citar, son protagonistas
postindustria/. 4 . Espacios para el y Jos espacios interiores responden de las variadas tipologías arquitec-
arte contemporáneo. 5. El museo glo- sin duda a un programa museoló - tónicas del museo. Han sido muy
bal, y 6. El museo específico. gico, al perfil de la colección. estudiados por diversos autores
Los autores de Building the New 42 El espectáculo de una arquitectu- de la bibliografía ya citada. Entre
Museum ( 1986), editado por Su- ra dentro de otra, en detrimento ellos: He len SEARING ( 1982) ; Su-
zanne STEPHENS, prefieren para de la exposición y percepción de zanne STEPHENS, editor ( 1986) ;
sus consideraciones sobre «Arte las obras de arte del siglo x1x en Heinrich KLOTZ/Waltraud KRASE
y arquitectura» utilizar una doble la Gare d'Orsay, contrasta con la (New Museums in the Republic Federal
clasificación de los nuevos mu- ortodoxia empleada por Gae AU- ofGermany, Londres, 1986); MON-
seos : Arte y muros dentro y Arte y LENTI en la inclusión del Musée TANER/OLIVERAS (1986); Lau-
muros afuera. d' Art Moderne en el Centro Porn- rence ALLEGRET (1987 y 1992);
John COOLIDGE, en su obra Pa- pidou : espacios articulados al ser- J.M. MONTANER (1990 y 1995),
trons and Architects: Designing Art vicio de la instalación de las obras. James STEELE (1994), etc. Dou-
Museums In the Twentieth Century Volviendo al problema suscitado glas DA VIS clasifica y analiza en
( 1989) ana li za y clasifica museos por el Museo Nacional de Arte de seis apartados de su obra The Mu-
con su autor en tres epígrafes: l. Cataluli.a en Barcelona, a pesar de seum Transformed. Design and Cultu-
Amparando colecciones privadas . que los responsables municipales re in the Post-Pompidou Age (Nueva
II. Cuando el arquitecto tiene su de la Ciudad Condal afirmaron York, Abbeville Press, 1990) los
propio camino. III. Cuando el ar- que algunos de Jos problemas que tipos de museos: l. El museo impo-
quitecto y el equipo profesiona l apreciaban los expertos en la re- sible; II. París: El palacio del placer;
colaboran. forma y adecuación del Palau Na- III. El museo después del Pompidou:
La séxtuple clasificación que hace cional de Monjui"c ya habían sido lmperialismolpopulismol contradic-
Douglas DA VIS en The Museum subsanados en el proyecto deci - ción; IV. Añadir, enmendar, revisar: el
Transformed ( 1990 ) Ja incluirnos dido, y de la apasionada defensa museo crece; V. El antimuseo: alterna-
en la nota 44. Y, finalmente, que parece realizaron del trabajo tivas (donde incluye el Museo Na -
el profesor y arquitecto James de Gae Aulenti arquitectos como cional Centro de Arte Reina Sofía
STEELE, editor del llamativo vo- Oriol Bohigas o Lluís Domenech, de Madrid, bajo el epígrafe «Hacia
lumen Museum Builders ( 1994) los denunciantes criticaron sobre la confrontación», y el Museo Na-
hace honor al título ana lizando todo un error de base. Esto es, Ja cional de Arte Romano en Mérida,
sin clasificaciones Jos museos de falta de correspondencia de un de Rafael Moneo, bajo «El museo
32 arquitectos estrella de nuestro proyecto arqu itectónico con un como sitio, si no lugar», en págs.
tiempo. programa museológico, insisti- 185 y siguientes) ; y VI. El museo en
39 Un llamativo y luminoso contras- mos . Y presentaron como prueba la próxima centuria.
te en vecindad con la renovada, concluyente el hecho de que aún 45 HERREMAN, Yani, art. cit, pág .
histórica y monástica Casa de la no se hubiera decidido todavía 198 .
Caritat, convertida hoy en Cen- entonces si el Museo de Arte Mo- 46 O'BYRNE, Patrick y PECQUET,
tro de Cultura Contemporánea derno del parque de la Ciudade- Claude, «La programación, una
mediante la intervención arqui - la se instalaría o no en el Palau herramienta que no envejece», en
tectón ica de Albert Viaplana, He- Nacional. como al parecer estaba Museum, París, UNESCO, 164, n º4,
lio Pili.ón y R. Mercadé. previsto en principio. 1989, pág. 233.
47 En la op. cit, La muséologie selon ... , un problema de engullimiento de pedagógica y estética), conocer y
pág. 335 . las obras . Los problemas de esca- comprender (función científica) y
48 Geoff MATIHEWS propone en la y ciertas deficiencias funciona- difundir (función sociocultural),
la pág. 76 de su clara, sintética les existentes denotan más de un como ampliaremos -en cierto
y recomendable obra ya citada fallo importante en la comunión modo, como conclusión final- en
Museums and Art Ga/leries ( 1991) entre programa museológico y las últimas páginas del presente
el siguiente esquema del «Plan proyecto arquitectónico. Proble- libro.
general de trabajo» sobre el di- mas que existen de hecho, desde 54 En el museo, el Departamento de
seño del edificio, que presentan otras vertientes, en el Museo Rei- registro es, como hemos visto en
BEAVEN, L. y DRY, D. en su li- na Sofía ( 1982 - 1986 y 1988-90), el capítulo anterior, pieza esen-
bro The Architect's Job Book (4' ed., de Madrid, al haber precedido la cial en Ja circulación vertical y
Londres, Riba Publications, 1983): rehabilitación arquitectónica a un horizontal de las obras. Sobre su
nece sario programa museológico . realidad, estructura y funciones
rlsímesis de datos
El Instituto Valenciano de Arte es recomendable y ya clásico el
Plameamiento Moderno (IV AM) de Valencia, libro de DUDLEY, D.H.; BEZOLD
Accesos y circulación inaugurado en febrero de 1989, WILKINSON, l., y otros., Museum
l'structura y revestimiento proyecto de E. Giménez, S. Gar- Registra/ion Methods, Washington,
cía, J. Murcia, C. Salvadores y Ch. D.C., American Association of
loiseño del edificio ~ Forma Sanchís, parece responder a una Museums, ( 1953 ), tercera edi-
Terminaciones programación estudiada para una ción, 1979. [Dorothy Dudley fue
Ajustes y equipo situación concreta. durante más de tres décadas la Re-
>-Trabajos externos El 4 diciembre 1989 se inaugu- gistrar del MOMA de Nueva York
raba el Centro Atlántico de Arte -departamento modelo, que ha
-Contraste de propuestas
Moderno (CAAM) de Las Palmas dirigido después Eloise Ricciarde-
de Gran Canaria. Un proyecto ga - lli- e Irma B. Wilkinson lo fue del
nado en concurso internacional - Metropolitan.]
49 DARRAGH, Joan y SNYDER, como debe hacerse- por Francisco 55 NEUFERT, Ernst, en op. cit., pág.
James S., op. cit. Museum Design. Sáenz de Oiza. Un museo hermo- 486 analiza el proyect.o museístico
Planning and Building for Art, Nue- so e innovador, que responde a y presenta el siguiente «Esquema
va York, Oxford University Press todo un proceso ejemplar anima- de relación de un museo» :
en asociación con The American do y conducido por su director, el que contrapone los dos tipos de
Federation of Arts y el National escultor Martín Chirino, y por el entrada -público y obras- sepa -
Endowment for the Arts, 1993, Cabildo Insular. La prospección rando y oponiendo, pero relacio -
pág. 68 . de las necesidades reales y las po - nándolas con las demás áreas arti-
50 O'BYRNE, P. y PECQUET, C., art. sibilidades de futuro dio como re- culadas.
cit., págs. 234-235. sultado un programa museológico
51 Según el espacio interior, los mu- coherente y de vocación triconti- §ecepción
seos pueden ser: a) de plan ta li- nental que precedió y produjo en
rchivo
bre o fija (con paneles móviles consecuencia el proyecto arqui-
o con paredes fijas ): b) abiertos tectónico. El resultado no puede !Estudio
(en comunicación las salas con el ser más positivo, al nacer los espa- Sala de Conferencias
exterior, como el antiguo MEAC, cios expresivos del convencimien-
en Madrid) o cerrados (aislados to museográfico y como conse-
Control. Entrada
por completo del exterior, como cuencia de una cuidada atención
el Museo de Arte Occidental en al binomio contenedor-conteni-
Tokio, de Le Corbusier) : c) con do. Es decir, el t.riunfo de una en- 56 Como lo desarrolla Tillotson /
planta de forma rectangular o sambladura escrupulosa. Aquello ICOM, en op. cit. de La seguridad en
radial. De su configuración, pero que, a veces, descuidan algunos los museos, que transcribimos tex-
especialmente del diseño de su museos de nuestro tiempo . tualmente a continuación:
circulación, dependerá su acierto 53 No olvidemos que los cuatro com- «Selección del emplazamiento del edifi-
expositivo y de seguridad. ponentes esenciales del museo cio
52 Entre los recientes ejemplos espa- son: el público, el contenido, el conte- Los planificadores de un museo
ñoles, el Museo Nacional de Arte nedor y la planificación museística. Y no suelen tener la suerte y el lujo
Romano de Mérida (1980 - 1985), que los objetivos imprescindibles de elegir el lugar, pero si existe
obra de Rafael Moneo, presenta a cumplir en su triple misión con- alguna oportunidad de interve-
en su magnificencia y monumen - servadora, exhibidora e investiga- nir en el emplazamiento de una
talidad basilical de la nave central dora, son los de educar (función nueva construcción o en la adqui-
sición de un edificio existente, de- sitar varias casas o edificios adya - que puedan ser usados para esca-
ben tenerse en cuenta los siguien- centes; hay que reconocer que los lar el edificio o para ocultarse a la
tes puntos. museos adosados a otros edificios espera de poder penetrar. Las lí-
El emplazamiento debe ser fácil- o situados bajo un tejado común neas eléctricas principales deben
mente asequible al público y al o contiguo son extremadamente duplicarse en previsión de cortes
personal, preferentemente a lo vulnerables a la penetración . accidentales de energía . Las cajas
largo de las líneas de transpor- Es preciso hacer un cuidadoso exteriores de circuitos y otros dis-
te público . Debe tener un acceso análisis y determinar los puntos positivos que puedan proporcio-
fácil y seguro para los autobuses que necesitan un refuerzo en su nar corriente a los ladrones para
y un aparcamiento adecuado. Si estructura para impedir la entrada el empleo de herramientas eléctri-
es posible, debería realizarse una a través de techos, alcantarillas, cas deben estar protegidos.
encuesta sobre la criminalidad en conducciones antiguas, sótanos Para la propia seguridad personal,
el barrio para determinar su segu- y muros medianeros. El análisis el museo debe ser diseñado o re-
ridad. Los cuarteles de bomberos debe abarcar la totalidad de la si- modelado eliminando toda dificul-
y policía deben encontrarse cerca tuación física, y cualquier punto tad de circulación. Los escalones
y las rondas de los coches de po- débil debe ser reforzado y conso- de entrada deben ser suaves y con
licía deben pasar por el museo a lidado antes de poder considerar superficie antideslizante; deben
intervalos frecuentes. El número, efectivo rnalquier equipo de se- existir rampas y accesos para los
situación y estado de las bocas de guridad mecánico o eléctrico. Una minusválidos; debe tenerse cuida-
incendio y la presión del agua dis- excelente cerradura instalada en do con los enlosados y empedra-
ponible deben estar controlados, una puerta con el marco deterio- dos del exterior, ya que pueden
al igual que la eventual necesidad rado no proporciona mucha segu- no sólo ser peligrosos para los an-
de bombas auxiliares para alcan- ridad. cianos e impedidos, sino también
zar la presión necesaria durante Otra consideración seria a la hora proveer de proyectiles a los gam-
la extinción. La organización y de emplazar un museo es la posibi- berros.
distribución general del espacio lidad de inundación. El lugar pro- Sectores públicos
exterior debe permitir un fácil ac- puesto debe ser estudiado tanto en Una forma fundamental para la
ceso a los vehículos de socorro en lo que se refiere a la posibilidad de seguridad en los museos es que el
caso de emergencia . inundaciones naturales como a la número de puertas para la entra -
Muchos de estos factores -acce- eventualidad de inundaciones in- da y salida del público se reduz-
sibilidad, cercanía de las fuerzas ternas causadas por alcantarillas y ca al mínimo compatible con los
municipales de protección y otros desagües atascados o defectuosos. reglamentos para incendios. La
servicios necesarios- faltan en los Además, si la zona puede verse limitación de las entradas no sólo
medios rurales, que son el em- afectada por vibraciones y terre- reduce los vigilantes necesarios,
plazamiento habitual de edificios motos, las estructuras deben dise- sino que facilita el cobro de los de-
y castillos donados para museos ñarse o reforzarse para resistirlos. rechos de entrada, el depósito de
o mantenidos como tales. Falta Las estructuras exteriores pensa- objetos en los vestuarios y el re -
igualmente la efectiva protección das como barreras, cercas, vallas, cuento de los visitantes. Siempre
psicológica que supone el paso puertas o muros deben disponerse que sea posible, dicho recuento
constante de peatones y coches. de modo que no estorben el acce- debe hacerse por medio de dispo-
En consecuencia, el costo de una so a ningún servicio. Aunque los sitivos automáticos para liberar a
protección eficaz en estos 1ugares fosos, ríos y lagos puedan ser un los guardias de esta tarea . En cada
alejados puede ser mucho mayor modo de disuasión, en último ex- entrada, un puesto de guardia,
que el de los situados en áreas ur- tremo son sólo un medio de retar- con los medios de comunicación
banas. dar una intrusión (los fosos secos adecuados, debe vigilar la circula-
También es costoso dar una pro- suelen proveer a los intrusos un ción. Las puertas exteriores deben
tección adecuada a las casas an- área no vigilada donde preparar tener llaves y cerraduras diferen-
tiguas, a menudo convertidas en su penetración en el edificio) . tes de las usadas en las puertas in-
museos . Sus estructuras, diseña - El edificio mismo debe estar ilu- teriores del edificio.
das para la ocupación privada, minado con proyectores y, siem- En las entradas los visitantes de-
son susceptibles de incendios y pre que sea posible, no debe tener ben encontrar la información y
numerosos problemas de seguri- puertas, o ventanas rebajadas, rin- orientaciones necesarias, en for -
dad al pasar a tener un uso públi- cones oscuros, voladizos o nichos ma de carteles bien legibles, para
co. Debe observarse todo tipo de que no puedan ser observados que los encargados de la vigilan-
cuidados para asegurar las pre- directamente. En la planificación cia no se vean innecesariamente
cauciones necesarias cuando un de los alrededores, los árboles y sometidos a continuas preguntas.
museo se amplíe y llegue a nece- setos no deben colocarse de modo Los vestíbulos de entrada deben
tener un espacio suficiente para necesarios y evitar la congestión que controlan electrónicamente
asegurar la fluidez de la circula- en salas y vestíbulos. Los muros placas o etiquetas, identifican por
ción de visitantes y permitir la móviles pueden adaptarse a las di - medio de circuitos cerrados de
reunión y orientación de los gru- ferentes intensidades de las visitas televisión o accionan sistemas de
pos, especialmente los de niños. o a exposiciones especiales . El di- cierre automático como las cerra-
Las taquillas y tiendas del museo, seño de las galerías debe evitar lu- duras cifradas. El arquitecto y el
o las de cualquier otro estableci - gares sin salida, muros innecesa- especialista en seguridad deben
miento autorizado, deben situarse rios, salas de exposición pequeñas examinar cada puerta y su posible
en el vestíbulo, donde igualmente y vitrinas altas para asegurar el empleo para determinar el tipo de
se situará un amplio guardarropa mayor número de ángulos de ob- equipo de control necesario, y así
en el que el público pueda dejar servación, sea a los vigilantes, sea reducir el número de vigilantes
los objetos no permitidos en el a otros medios aux iliares como los necesarios.
interior. En los museos frecuen- circuitos cerrados de televisión . Sectores cerrados al público
tados por escolares deben existir El proyecto debe también tener Los sectores cerrados al públi -
servicios donde puedan dejar y en cuenta la posible existencia co se protegen más eficazmente
comer sus bocadillos. La entrada a de corrientes de aire que afecten cuando se encuentran separados
los auditorios, aulas, etc., debe si- al funcionamiento de dispositivos de las áreas públicas por barreras
tuarse también en el vestíbulo con detectores de movimientos del arquitectónicas importantes: pisos
el fin de facilitar la protección y li- tipo de los ultrasonidos . diferentes, por ejemplo. No debe
mitar los gastos de seguridad, en Los planos de construcción deben permitirse la entrada del públi-
panicular cuando estos servicios incluir sistemas de detección, in- co a estos sectores, a no ser que
se emplean fuera de los horarios corporados en los conductos, para cuenten con autorización y vayan
de apertura al público. Los teléfo - transmitir las señales al panel de acompañados por un miembro
nos públicos, lavabos, así como las control o puesto central, que tam- del personal.
informaciones sobre el museo, su bién puede controlar la tempera- Por motivos de seguridad, los
reglamento y sus actividades, de- tura y humedad, los sistemas de sectores cerrados al público en
ben situarse en esta misma zona . calefacción y aire acondicionado, el museo deben dividirse en dos
El puesto de primeros auxilios y la apertura y cierre de las puer- grandes áreas funcionales: una
debe ser fácilmente accesible a las tas. En las puertas mismas pueden que contenga la maquinaria, los
ambulancias. incorporarse interruptores mag - servicios de seguridad y las salas
Una vez pasados la entrada y el néticos antes de su instalación, lo de personal, y otra con los alma -
vestíbulo, un proyecto de museo que disminuye los costos y me- cenes, registros, salas de conser-
cuenta con innumerables posibili- jora su aspecto externo. Deben vación, restauración, preparación
dades de resolución de los proble- prevenirse igualmente conductos de exposiciones, investigación y
mas de orientación, congestión, para los teléfonos interiores, los oficinas. Cada una de ellas debe
observación y exposición, que im- puestos de vigilancia y los contro- diseñarse de modo que ofrezca
plican un mínimo de peligros de les de ronda, y la señalización de el grado de seguridad requerido
deterioro por el medio ambiente, las salidas de emergencia a lo lar- por el tipo de museo proyectado .
incluyendo al público. La estruc- go de las salas de exposición. Los Los almacenes y las cajas fuertes
tura misma puede determinar la cuadros de control de los sistemas deben situarse en el interior del
orientación y condicionar la circu- de alarma situados en dichas salas edificio, lejos de los muros exte-
lación, evitando aglomeraciones e deben estar bajo llave, siendo ac- riores. Son aconsejables salas de
infinitas molestias al personal de cesibles sólo a personas autoriza- almacenaje más pequeñas y nu-
seguridad : un jardín central con das . El alumbrado de emergencia merosas que las trad icional mente
estatuas, un patio, una escalinata debe atender las zonas abiertas al usadas para evitar los amontona -
destacada, la vista de una cristale- público, escaleras y salidas, y el mientos y prevenir una comparti-
ra, etc., son elementos que dan un sistema eléctrico de reserva debe mentación que evite la expansión
sentido de posición y dirección. asegurar el funcionamiento de los de los incendios.
Los espacios abiertos dentro del sistemas de detección. El arquitecto ha de insistir en el
museo pueden actuar como me- Las puertas que comunican las uso de materiales no inflamables,
dios de orientación, facilitando al áreas pública y privada deben es- seguros y de alta calidad . Y debe
mismo tiempo una rápida evacua- tar controladas con vigilantes o prever igualmente la existencia de
ción en caso de emergencia . cerrándolas con llave. Todas las sa- una cámara blindada en la zona
La atención prestada por el arqui- lidas al exterior del edificio deben de servicios para almacenaje de
tecto a la circulación de público y contar con guardias o equipo elec- materiales inflamables.
personal dentro del museo puede trónico. Numerosos nuevos siste- Cuando los almacenes se encuen-
reducir el número de vigilantes mas facilitan esta tarea: sistemas tren separados del museo debe
cuidarse que su protección contra proyecto en el Piamonte, Italia», claro y preparado, y su entrada y
el fuego y el robo sea tan buena en Museum, 164, núm. 4, 1989, disposición tiene que ser precisa
o mejor que la del propio museo. págs. 235-236. y permanentemente registrada .
La razón de este mayor grado de 61 Ibídem. Por quién y cómo sea resuelto y
protección es que los fondos al - 62 CUADRO l. Lista de requisitos que guardado este registro es función
macenados en depósitos, sótanos debe cumplir un museo (propues- del jefe administrativo del museo,
o áticos no suelen revisarse tan ta): quien debe nombrar un registra-
frecuentemente como las colec- Características arquitectónicas dor para que sea responsable de
ciones expuestas al público. Compatibilidad del edificio con los registros de todas las coleccio-
Todas las entradas y salidas del sus funciones de museo. Idonei- nes en el museo o puede hacer
edificio deben vigilarse por medio dad estructural de los locales para que cada conservador sea respon-
de guardias, sensores o circuitos un cambio de la función que cum- sable de las de su departamento.
cerrados de televisión . El personal plen. Posibilidad de ampliar los lo- En cualquier caso, tiene que esta -
ha de disponer de una entrada es- cales para adaptarlos a los progra- blecerse un buen sistema de regis-
pecial y directa al sector cerrado mas del museo. Unidad orgánica tro.
al público. Para la entrada y sali- de las colecciones con el estilo y El registro y la manipulación físi-
da de fondos u otros materiales, el género arquitectónicos. Nivel ca de los objetos así como su mo-
operación que debe ser vigilada y de interrelación entre el edificio vimiento interior y exterior en
supervisada por un miembro del y el sistema de exhibición. Flexi- los museos de arte e historia son
personal, debe existir otra entra- bilidad topológica del edificio para generalmente responsabilidades
da. Las áreas de embarque más se- organizar diversos tipos de exhibi- asignadas al registrador. En los mu-
guras son aquellas que permiten ciones a lo largo del tiempo. Obs- seos de ciencia, particularmente
realizar la carga y descarga en el táculos que se oponen al acceso en los grandes museos de historia
interior del edificio, con las puer- de las personas impedidas. Dete- natural, cuando se manipulan los
tas cerradas, previsión arquitectó- rioro del edificio. Salvaguardia del diferentes tipos de especímenes
nica muy recomendable. Junto al medio arquitectónico e histórico. requiere un conocimiento espe-
lugar de descarga debe disponerse Evaluación de las decoraciones cializado y técnicas que varían de
un área de depósito segura a cargo del mobiliario que forman par- campo a campo, este trabajo es
de un vigilante o conservador, o te integrante del edificio. Equipo frecuentemente una responsabili-
controlada por algún sistema me- para controlar la velocidad del dad de los conservadores. Todavía
cánico. aire en el ambiente. Protección en estos museos, sin embargo, hay
Las consideraciones sobre el di - contra los agentes físicos y quími- una oficina central de registro don -
seño y emplazamiento del puesto cos del deterioro. de un registrador, u otro miembro
central pueden verse en el capí- Salvaguardia de la plantilla, conserva un archivo
tulo 6. El arquitecto debe desa - Planes para salvaguardar las co- de entradas, y donantes, vendedo-
rrollar su plani[icación de modo lecciones en casos de emergen- res, u otras fuentes de adquisición,
que todos los sistemas de control cia (incendio, catástrofe natural, basadas en información suminis-
puedan ser supervisados desde un etc.) . Dispositivos para la seguri- trada por los conservadores. En los
solo punto y por una sola perso - dad de los visitantes y del perso- pequeños museos de arte, ciencia e
na• (págs. 124-132). nal. Número de guardianes. Me- historia, donde no existe un depar-
57 MATTHEWS, G., op. cit., pág. 76. canismos contra las intrusiones. tamento de registro indepenciente,
58 HERREMAN, Y., art. cit .. ( 1989), Detectores y extintores de incen - el di rector o el conservador debe
pág. 198. dios. ser responsable del registro de to-
59 MIZUSHIMA, E., «¿Qué es un mu- CUADRO II y I1I en pág. 304. dos los objetos». (op. cit., pág. 3.)
seo inteligente». Un punto de vista ja - 63 Véase el apartado 3.4. del capítulo 64 VANCE, David, «Planning ahead:
ponés», en Museum, 164, núm. 4, 6. Escriben DUDLEY y WILKIN - the Registrar's Role in a Building
1989, pág. 242. SON: «Tan pronto como cualquier Program• , en la op. cit. de DU-
60 FILIPPl, M., AGHEMO, Ch ., CA- obra de arte, o espécimen científi- DLEY y WILKINSON, y otros,
SETTA, G., LOMBARDI, C. y co, u objeto histórico entre en el Museum Registration Methods, pág.
VANDETTI. M ., «El control del museo, tiene que ser identificado 395.
ambiente físico en los museos: un inmediatamente por algún medio
8. Gestión y administración
del museo

La gestión y administración de los museos ha ad - mación de objetivos adecuada a las necesidades


quirido en nuestro tiempo una importancia co- y perfil de cada museo, y realizada dentro de
rrelativa a las funciones científica y educadora. una gestión realista y abierta.
Del presupuesto, pero sobre todo de su buena En segundo término, se impone una modifi-
gestión y administración, dependen en gran me- cación en el modo de utilización de los recursos
dida la conservación, exhibición, acrecentamien- y en los métodos de financiación. Puesto que el
to y difusión del patrimonio museístico. En la so- carácter de servicio social que tienen los museos
ciedad actual estos cometidos conceden a veces a -y, por tanto, no reducibles nunca a sólo térmi-
los museos la categoría de empresas de primera nos de mercado- no les justifica en modo alguno
línea, aunque, como por definición les corres- abandonarse a su suerte y no impulsar tanto la
ponde, tengan que limitarse a los beneficios de generación de recursos propios como la búsque-
una rentabilidad sociocultural. Se comienza, sin da de otros medios a través del mecenazgo y pa-
embargo, a denominar, por analogía con empre - trocinio.
sas de carácter cultural, operadores culturales a Por último, resulta necesaria la renovación
los museos cuando se trata de encontrar o cons- legal, administrativa e institucional de los órga-
truir su eficiencia, su rentabilidad en la sociedad. nos de gobierno de los museos, de acuerdo con
las nuevas necesidades y demandas sociales, y en
función de los objetivos que el museo debe con-
l. Organización, gestión seguir. La modernización organizativa a nivel de
y administración del museo la configuración del equipo responsable y de sus
atribuciones y responsabilidades es indispensa-
Desde este punto de vista, y debido precisamen- ble para la consecución de esa eficiencia cultural.
te a las nuevas, complejas e intensas demandas La rentabilidad sociocultural, dependiente
sociales, y a los profundos cambios cuantitativos por tanto de la buena gestión y administración
y cualitativos en sus funciones y servicios, los de la institución museística, resulta a su vez tam-
museos han iniciado o deben realizar un proceso bién consecuencia de dos realidades interdepen-
de modernización al menos en tres áreas funda- dientes: la economía y la museología, hasta el
mentales, si se pretende conseguir esa eficiencia punto de que especialistas en esta materia han
o rentabilidad sociocultural. terminado por desarrollar y poner en práctica
En primer lugar, se requiere la renovación de teorías innovadoras al respecto, acuñando in-
los arquetipos profesionales del museo, inclui- cluso los términos y conceptos que fundamen-
dos sus contenidos funcionales y operativos, y tan «un sistema de empresa museística»: los de
que viene impulsada por la actividad interdisci- museoeconomía y economuseología.
plinal generada actualmente en estas institucio - En el número 162 de la revista Museum 1 apa-
nes . Debe cuidarse la constitución y formación reció el neologismo museoeconomía, con el que
de equipos multidisciplinales con una progra- se intentaba poner de relieve, más que definir,


Consejo de administración

Director general

Comités consultivos

Director ayudante para Director ayudante para las


Director ayudame para la difusión
la ad1ninistración colecciones y la investigación

Terrenos y edificios Servicios ed u cativos Etnología

Contabilidad Exposiciones-Diseño Métodos-Técn icas

Personal Mercadotecnia (Marketing) Archivos

Planificación Tiend a Biblioteca

Organigrama del Consejo de Administración de un museo (según Coté, 1991).

Consejo de adm ini stración Director


Objetivos
l. Determinación de objetivos a aprobar 1. Elaboración de los objetivos
Personal
2. Comratación del direcwr general 2. Toda mra comratación o despido
Presupuesto
3. Aprobación del presupues!O y aprobación de los gastos por arriba 3. Preparación y ejecución. Información
de un cieno límite
Políticas globales
4. Aprobación 4. Preparación y ejecución
Búsqueda de medios financieros
5. Responsabilidades de los enfoques del medio 5. Subvenciones de programas normales. Representación
Programa de exposiciones
6. Aprobación de la política de exposiciones 6. Prepa ración y ejecución
Colecciones
7. Aprobación de la política. Se forma normalmente un comité 7. Elección y adquisición
de adquisiciones
Relaciones públicas
8. Companidas 8. Compartidas

Roles del Consejo de Administración y del Director de un museo (seg ún Coté, 1991).
las interrelaciones existentes entre la realidad
del museo y la economía en nuestra sociedad.
La evolución de la economía es un factor deter-
minante para la vida y evolución del museo que
éste no puede ignorar.
Posteriormente, el canadiense Cyril Simard
ha desarrollado el concepto de economuseología
en el estudio Économuséologie. Comment rentabili-
ser une enterprise culturelle, 2 presentándolo como
«Un sistema de empresa museística» e impulsan-
do al propio tiempo la «Fondation des économu -
sées du Quebec», de la que es presidente. Esen-
cialmente, la economuseología propugna un
modelo similar al de una pequeña empresa de
tipo artesanal respecto a la explotación, produc-
tora de bienes culturales (un objeto, un material,
un lugar, una persona) tanto tradicionales como
contemporáneos. Esta empresa debe constituirse
como centro de animación e interpretación de
la producción tradicional y actual, valorando las
características ambientales y patrimoniales de
esos bienes -muebles, inmuebles, lugares- cul- Exposición «Tesoros de Tuthankamon » en Nueva Orleans, EE.UU.,
turales. La economuseología tiene como objeto 18 septiembre 1977-15 enero 1978, ejemplo máximo
de la blockbuster exhibition (exposición -bomba demoledora).
fundamental la autofinanciación completa del
sistema .

El concepto que designa presenta una nueva opción la difusión de la cultura material de un país. [... ]Tiene
cultural. en virtud de la cual el mundo de la empresa la misión de renovar los productos tradicionales en
artesanal se asocia al de la museología, entendida función de la creatividad y las necesidades contempo-
en su sentido más amplio, para garantizar las bases ráneas. Se trata, pues, de un sistema mixto de empre-
financieras de un organismo destinado al desarrollo y sa y museo en el que los dos aspectos se reúnen para

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u- . tr4'i

Persp ectiva de la planta del piso de Seatle's Flay Plaza Pavillion pa ra la exposición «Tesoros de Tu tankamon» (jul.lnov. 78).
lograr su autofinanciación común, y que en general se exigen actualmente estos centros ha obligado a
hallan bajo un mismo techo. Al quedar asegurada la colocar al frente de su dirección y en no pocos
autofinanciación, el economuseo está en condiciones
de planificar mejor su futuro, desarrollar productos de
casos a especialistas en economía y en gestión de
mejor calidad, garantizar su continuidad a través de empresas. Los ensayos para atraer recursos y las
personas capaces y contribuir al enriquecimiento del prácticas concretas de gestión y administración
turismo cultural y científico de su territorio. 3 les hacen parecerse cada vez más -sobre todo, los
grandes museos- a empresas convencionales de
Resulta por tanto el economuseo una innova - esta sociedad de consumo y libre mercado.
ción tipológica, cuya aplicación a los prototipos Paralelamente, crecen los estudios y ensayos
tradicionales y/o convencionales de museo con- sobre enfoques y experiencias de mercadotecnia
llevaría una renovación de estructuras e infraes- y economía especializada aplicadas a los museos.
tructuras. En cambio, puede funcionar en insti- Casi todas las tipologías, pero especialmente los
tuciones que, como el ejemplo que se cita en la museos de ciencia y técnica y los de arte han
publicación anteriormente señalada, la Papelería promovido estudios en profundidad al respecto,
Saint-Gilles de Quebec (una empresa de fabri - y practican a menudo métodos revolucionarios
cación de papel a mano que en 1984 tuvo que de financiación, gestión y administración. Como
cerrar sus puertas por razones financieras, y que ejemplo, puede valer para ilustrarlo el congreso
así ha conseguido su revitalización y autofinan- y posterior publicación de los estudios que en
ciación) , son exactamente una empresa artesanal diciembre de 1989 organizó bajo la dirección de
mixta con funciones museísticas y sociocultura- Martin Feldstein, catedrático de Economía de la
les.4 La aplicación de estos conceptos a los mu - Universidad de Harvard, el National Bureau of
seos convencionales puede resultar positiva en la Economic Research sobre «Economía en los Mu-
medida que la gestión y administración de estas seos de Arte» .5
entidades puedan adaptar al menos en espíritu, Como escribe Feldstein en la presentación
parcial y análogamente los principios y el sistema del libro, un singular dilema afrontan las insti-
del economuseo. tuciones no lucrativas, que son al mismo tiempo
«ricas en arte y pobres en presupuestos operati-
vos» . La solución a este dilema en las institucio-
2. Procedimientos del museo. Dispo si- nes americanas fue lo que veinticinco especialis-
cion es legales y financieras
tas y responsables de museos y entidades de arte
intentaron clarificar en las discusiones sobre «la
La gestión y administración de los museos, en colección del museo» , «el m useo y el público»,
cualquier caso, están íntimamente condiciona- «las finanzas del museo», «el museo y el Gobier-
das por el sistema de financiación y el método no» y «consideración general».
económico que rija su funcionamiento. En las En no pocos sentidos, la renovación financie -
instituciones de régimen de propiedad privada, ra, gestora y administrativa son factores esencia -
especialmente, como son la mayoría de las exis- les en la reconsideración, redefinición y reptan -
tentes en Estados Unidos y otros países del área teamiento de los museos. Un tema que, entre
occidental no europeos, se apuran al máximo otros autores de solvencia, ha considerado tam -
métodos económicos y de gestión para rentabili- bién Stephen E. Weil. 6 En el capítulo «El museo
zarlas a todos los niveles. Ha devenido este pro- bien gestionado», Weil propone, junto con Earl
blema de la financiación y gestión en el más acu- F. Cheit como coautor, una serie de sugerencias
ciante de entre los muchos que acosan al museo para conseguir ese fin; un listado sin prioridad
en la sociedad actual. La demanda sociocultural y según el orden que sintetizamos del modo si-
la necesidad de perfeccionamiento funcional que guiente :
- Claridad de definición en la misión y obje- disciplinal dependen de su colección. Sin embargo, es
tivos del museo. difícil concebir que un museo pobremente gestionado
podría ser capaz tan siquiera de conseguir y mantener
- Habilidad para formular y concretar estra- un nivel de excelencia por mucho tiempo. La buena
tegias para los recursos y el proceso de consecu - gestión puede no ser la medida de un buen museo
ción de fines, demostrables. pero, a la larga, podría muy bien aparecer que es uno
- Capacidad para formular y ajustar, incluso de los requisitos críticos previos .7
en plazos concretos, los planes operativos en que
consisten las diferentes estrategias. Al tratarse de una institución de carácter so-
- Una estructura de gobierno que provea la cial, el museo exige, sin embargo, antes de su
visión institucional y el acceso a la variedad de puesta en marcha, de su financiación y gestión,
recursos que deben ser necesarios para producir una serie de condiciones y compromisos que ga-
programas. ranticen mínimamente su funcionamiento como
- Un compromiso de desarrollo de las actitu- empresa viable y rentable de acuerdo con sus fi-
des gestoras y vocacionales, y de conocimiento nes culturales. En palabras de Gene Waddel,
de su plantilla de personal.
como servicio público, el museo es una responsa-
- Competencia, lealtad, estabilidad, mutuo
bilidad pública . Si la comunidad quiere un museo,
respeto, motivación y buena orientación para el debe estar dispuesta a pagar su precio. Si no existiera
trabajo con cierta independencia y la consecu- disponible para coleccionar, preservar y exibir objetos
ción de los objetivos a buen fin de la plantilla. de calidad museística, una adecuada y segura fuente
- Apropiadas instalaciones físicas y buen de recursos, la creación de un museo debe esperar. 8
mantenimiento para producir los diferentes pro-
gramas. Por consiguiente, todo museo con indepen -
- Un sistema de potenciación de cada una de dencia de la tipología o el régimen o naturaleza
sus funciones. de su propiedad, debe estar sólidamente consti-
- Capacidad para resolver las necesidades y tuido y dotado de los suficientes recursos mate-
los deseos, en cuanto que su conjunción puede riales y humanos que le faculten a realizar una
configurar los programas del museo. apropiada y segura actividad sociocultural, de
- Mantenimiento de una positiva imagen pú- acuerdo con los objetivos y fines tantas veces
blica a través de las acciones de la institución y comentados. Ofrecer al público el bien patri-
de su plantilla de personal. monial con deficiente infraestructura y pobreza
- Mantenimiento de un favorable rango le - de medios equivaldría tanto como tergiversar la
gal que persiga lo que la institución pretende
conseguir desde la perspectiva de su carácter no
lucrativo, promoviendo el beneficio del disfrute
de sus bienes patrimoniales, y atendiendo espe-
cialmente su proyección sobre su inmediato en-
torno social.

No es necesario proclamar -afirman finalmente Weil


y Cheit- que la presencia de algunos o de la mayor
parte o incluso de todos estos atributos podría ser
en sí misma suficiente para hacer de un museo una
excelente institución. La gestión, aun la mejor, es
solamente una dimensión en la operación global del
museo. La excelencia del museo debe depender tanto
de la calidad de sus programas educadores y de otros, Maqueta y detalles de exposición.
M useo del No rte de Arizona, EE.UU.
cuanto la importancia de sus propósitos y el valor
mité internacional del ICOM para la Gestión de
Museos (INTERCOM)- vienen realizando análi-
sis, evaluaciones y sugerencias específicas para
el buen funcionamiento administrativo de estas
instituciones. Como las que realizó en 1975 so-
bre el equipo, educación, exposiciones, coleccio-
nes, adquisiciones, administración de los museos
de arte y entidades gobernantes la Asamblea
Euro-Americana de Museos de Arte. 12

3. Departamentos y personal
del museo

Para que un museo pueda funcionar de modo


adecuado, y ser al propio tiempo bien gestio-
nado, se necesitan al menos unas determinadas
infraestructuras y departamentos que nacen de
sus funciones (educativa o estética, científica o
investigadora, y de difusión sociocultural, como
venimos repitiendo) y un equipo mínimo de
trabajo. Estos espacios, departamentos y perso -
nal pueden resumirse en los cuatro apartados
siguientes: l. Infraestructuras y departamentos.
II. Actividades de los departamentos. III. Perso-
Imagen corporativa y productos comerciales (MoMA, Nueva
York). nal científico y técnico . IV. Otros componentes
humanos del museo. Se detallan a continua-
realidad cultural, al aparecer desfigurada, si no ción:
en condiciones de inminente peligro de destruc- l. Los departamentos y unidades mínimas en
ción . un museo son, unos para la exhibición y la con-
El procedimiento de todo museo adecuado a servación: 1. Salas de exposición permanente. 2.
sus funciones requiere, además de la convenien- Almacenes de reservas [a). visitables; b) no vi -
te infraestructura (instalaciones) y unos conte- sitables] y unidades de instalación y materiales,
nidos de interés cultural, una doble disposición equipamiento, embalaje y desembaje, etc.; otros,
estructural y programática , de probada efectivi- para la investigación y la documentación: 3. De-
dad, que podríamos simplificar en los planes o partamento de documentación e investigación.
medidas legales y financieras. Estos incluyen, en 4. Laboratorios (reprografía, restauración .. . ) y
primer lugar, una perfecta definición de su con- talleres de apoyo a las actividades del museo;
dición estatutaria, es decir, si son instituciones otros, para funciones complementarias: 5. Salas
de fundación y propiedad pública o privada; su de exposiciones temporales y salas polivalentes
sistema de organización; 9 el de su financiación 10 (didácticas y experimentales). 6. Salón de actos,
y administración. 11 auditorio, y/u otras instalaciones análogas .
En algunos casos concretos, cuando se trata II. Las actividades de los departamentos son
de una tipología determinada, diversas asocia- las de: registrar, investigar, documentar, infor-
ciones o asambleas del ramo -y no sólo el co- mar, comunicar, difundir, educar, servir a la
comunidad ... , además de conservar y exhibir
las colecciones del museo. Para su realización ARCHITECTURES
deberán estar dotados los departamentos de las
nuevas tecnologías de archivo, investigación y EN

~-
documentación, de acuerdo con la naturaleza y
exigencias de las colecciones. Para sus activida -
des el Centro de Información y Documentación
deberá estar constituido por la Biblioteca, Cine-
mateca, Videoteca, Fonoteca, etc.
ID. El personal científico y técnico debe estar G
formado al menos por los siguientes: 1. Equipo N
directivo: Director, Conservadores; Patronato u E
Organismo consultivo. (Los conservadores -como
personal científico- deberán responsabilizarse de
las distintas áreas y departamentos del museo) . 2.
Registrador (Registrar) y personal del departamen-
to: registradores, diseñadores, instaladores, embala-
dores, montadores ... 3. Restauradores. 4. Personal
de reprografía y gráfica: fotografía, comunicación,
publicidad.. . 5. Personal del departamento de
orientación y actividades pedagógicas. 6. Personal
cualificado de mantenimiento y conservación de las
instalaciones: arquitecto, ingeniero, etc.
IV. Otros componentes humanos del museo
son: l. Personal administrativo y de gestión. 2. Diseño en los catá logos del C.N. Georges Pompidou, París.
Personal subalterno: conserjes, ordenanzas, ce -
ladores, vigilantes nocturnos, oficiales de taller,
personal de limpieza, etc.
Desde el punto de vista legal, y como advierte de los corpus proporcionados por el ICOM 15 o
también Burcaw, por estudios de reconocida solvencia. 16
Sobre las cuestiones de financiación , ges -
los museos son productos de la sociedad. y si están
en la corriente del desarrollo profesional, sirven ac- tión y administración de los museos, deben te -
tivamente a la sociedad . El servicio incluye no sólo nerse en cuenta su particular condición como
responder a las demandas obvias, tales como la edu- institución -pública, privada, mixta, etc.- y las
cación, el entretenimiento y orgullo cívicos, sino que cuestiones puramente técnicas que esta mate-
también implica deliberadamente el compromiso de
ria impone para unas entidades cuyo fin no es
apoyo a los valores sociales. 13
el lucro, pero sí que tienen que rendir y renta -
Su estatuto legal y social dependerá en todo bilizarse culturalmente de modo positivo, pero
caso de las diferentes disposiciones o normati- también a nivel económico y de gestión . Por lo
vas que definan tanto su naturaleza y tipología, que requieren - no sólo los museos que funcio-
como sobre todo de la legislación a la que debe - nan, por su carácter privado, como una empre-
rán someterse en los diferentes países. 14 sa; también los de propiedad pública- una es-
En este sentido, siempre es conveniente con- tructura y equipo especializados . 17
sultar no sólo las respectivas legislaciones de
cada país, sino contrastarlas entre sí, y al amparo
4. Mecenazgo, patrocinio y gestión Jurídicamente, el título por el que se obtiene un servi-
de museos cio o producto se clasifica en «Oneroso» y «lucrativo».
El título oneroso conlleva una prestación mutua entre
las partes; contraprestaciones que tienen la finalidad
Como instituciones de servicio público que son, de compensarse entre sí. En cambio, el título lucrativo
es lógico que los museos reciban financiación representa las prestaciones de dirección única, sin
una prestación recíproca por parte de quien la recibe.
pública, aunque este beneficio no llega ni a Podríamos asociar el término oneroso al concepto
todos, ni en las cantidades y proporciones de - de patrocinio y el de lucrativo al de mecenazgo. El
seables, como sabemos . Pero ello no es incom- patrocinador busca una finalidad publicitaria con la
patible, insistimos, con el esfuerzo que tienen entrega de su aportación: aportación a cambio de
que realizar por incrementar los recursos po- mejora de imagen. Sin embargo, el mecenas busca
primordialmente la mejora de la institución a Ja que
tenciando sus propias posibilidades y por con - destina su aportación, siendo la eventual mejora de
seguir otros provenientes del mecenazgo y el imagen algo secundario o -incluso- insignificante.
patrocinio. Cada día son mayores las demandas Puede argumentarse que resulta difícil delimitar
sociales y cada vez es más necesario racionalizar cuándo hay mecenazgo y cuándo hay patrocinio;
tanto los recursos humanos, financieros y pa- a menudo resulta imposible saber por qué alguien
hace algo. Pero criterios como la existencia de contra-
trimoniales como rentabilizar las actividades de prestación del receptor, la publicidad de Ja acción, la
estas instituciones. En este cometido, el mece - personalidad de quien hace la entrega y la actividad
nazgo y el patrocinio -tan habituales y desarro- protegida nos puede servir para distinguir entre pa-
llados en los museos del área anglosajona, en trocinio y mecenazgo. 19
los norteamericanos especialmente- adquieren
una doble dimensión positiva, ya que no sólo Dirigir y gestionar los museos es hoy en día,
aportan medios necesarios sino también un ele- por tanto, una labor cada vez más compleja, no
mento calificador e incentivador externo, al ser sólo por la necesidad de atender las crecientes
validados los proyectos por parte del patrocina- demandas sociales mediante la consecución y
dor o el mecenas. También, porque los museos utilización de nuevos recursos financieros, sino
se obligan así a cuidar con más detalle la cali- muy especialmente desde la perspectiva de la
dad del proyecto y a administrar y gestionar con modernización de estas instituciones. Atañe a su
mayor rigor esos recursos. organización, al uso y conservación de los bienes
Este planteamiento conlleva la necesidad de patrimoniales, a la constitución de un compe-
poder actuar dentro de un marco legal y fiscal tente equipo multidisciplinal, y a la preparación
adecuado, y de estimular la participación de y reciclaje de los profesionales que lo integran, a
empresas e instituciones privadas en las activi- la generación de recursos propios, a la calidad y
dades de estas instituciones de servicio público, eficiencia de la difusión de sus actividades .
sean éstas de propiedad pública o privada. De Por ello, algunas universidades y cursos es-
ahí, la importancia de una legislación que pro- peciales de posgrado dirigidos al área de la mu-
mueva esta participación a través del patrocinio seología y la museografía vienen intensificando
y el mecenazgo, 18 que no se deben identificar ni en sus programas los relativos a la gestión de los
confundir. museos, además de impulsar y propiciar la apa-
El enfoque y la realidad del mecenazgo y del rición de publicaciones especializadas en estos
patrocinio marcan sus propias diferencias, tan- temas. Los profesionales deben prepararse es-
to jurídicas como operativas y funcionales, por pecíficamente en esta materia para desarrollar
muy pequeñas que aparezcan aquéllas entre competentemente su trabajo en los museos mo-
ambos conceptos. En todo caso, conviene tener dernizados . Tal es, por ejemplo, el propósito y
una idea clara de estas diferencias a efectos de la práctica que viene realizando desde hace años
ser conscientemente operativos. la canadiense Universidad Lava! de Quebec, un
país y una ciudad donde se han marcado impor- da de los museos, especialmente en la de algu-
tantes cotas de innovación en la gestión de los nos para los que este medio se ha convertido en
museos . una poderosa fuente de ingresos económicos. Un
El programa del curso «Administración de argumento más para que en su actuación como
los museos» del segundo ciclo de museología empresa socioculturalmente rentable pueda ade -
así lo demuestra, y puede servirnos como pauta cuar su capacidad presupuestaria a los objetivos
experimentada para un planteamiento de la for- racionalmente prioritarios, no subestimar los
mación de los profesionales de museos en este costes de capital, evitar un crecimiento excesi-
campo, sin duda un capítulo importante de la vo e innecesario, dedicar una mayor atención al
museología. En el curso, que ha sido convertido capital «que no tiene coste» (el valor no declara-
en libro para mejor difusión y conocimiento, 20 do de sus colecciones), intentar la aplicación del
«descubriremos -como nos dice el profesor Phi- principio de determinación de los precios a sus
lippe Dubé en el prefacio-, al hilo de su lectu- funciones ..., etc. Es decir, no menospreciar sus
ra, que el trabajo de gestión en un museo es de posibilidades como empresa .
alguna manera el mismo que en cualquier otro
sitio, con la diferencia de que un director o una Un museo tiene que decidir cómo debe gastar su di-
directora de museo debe estar más dotado de nero, y al hacerlo valora implícitamente sus diversas
funciones, se pregunta si valen realmente sus costes,
sensibilidad, que es la inspiración misma de la se pregunta si debería gastar más en una cosa y menos
vida museística ». en otra y cuánto debería gastar para conseguir dinero
Lo cierto es que, si en nuestro tiempo no se a fin de poder gastar más en todas ellas. (... ] Uno
toleran ni los museos mausoleos ni los museos no espera que un museo gaste más de un dólar en
mal dirigidos o deficientemente gestionados -sin conseguir otro dólar. Si fuera una empresa lucrativa,
aplicaría el mismo principio a todo lo que hace. 22
duda, porque sus profesionales no están adecua -
damente preparados para su modernización-, ya Históricamente, la utilización del patrimonio
en épocas pasadas y para algunas mentalidades para fines comerciales fue ideada por el francés
y ambientes sensibles estaba presente ese mismo Colbert, ministro de Luis XIV, en el siglo xv11.
problema en nuestras instituciones. Benjamín Pero prácticamente hasta tres siglos después, en
Ives Gilman debía de estar convencido de ello a plena resaca de la revolución de mayo de 1968,
principios de siglo, cuando escribió: «Dirigir una no se llegó a rentabilizar en Fran cia desde esta
empresa rentable con un déficit anual es invitar perspectiva el capital de los museos . Fue Clau -
a la ruina. Dirigir una empresa de caridad con de Soalhat, creador y responsable durante más
un déficit anual es invitar a la donación». 21 Pero de 20 años del departamento comercial de la
los museos, que no son ni pueden mantenerse Réunion des Musées Nationaux (RMN) fran-
como una empresa de caridad en nuestros días, ceses, quien lo impulsó desde 1968. El propio
deben hacer compatibles los préstamos, dona - Soalhat se encargaría de evidenciar que, hasta
ciones y daciones con sus propias adquisiciones, entonces, había existido un desierto absoluto
actividades y gestión de empresa sociocultural- en Francia, para destacar que el departamento
mente rentable, y reconocer sus costes de capital comercial de la RMN funcionaba con la obli-
en un marco de transparencia informativa. gación de conseguir beneficios como una PME,
una empresa privada, en la que él sería el di-
rector general.
5. El museo y su boutique
Para entonces, los museos norteamericanos
habían recorrido ya un largo y rentable camino
En la generación de recursos propios es cada vez en la gestión del museo (museum management),
más importante la venta de productos en la tien - haciendo internacionales tanto los conceptos
el resto del mundo sus tesis de gestión y finan-
ciación. Los Estados Unidos de América cuentan
en la actualidad con más de 8.000 museos, frente
a los poco más de 1.200 de Francia y los cerca
de 1.200 censados en España, aunque sólo unos
700 deban considerarse museos en sentido rigu -
roso. Antes de 1920, EE.UU. contaba con unos
1.200, pasando en 1964 a la cantidad de 4 .600.
Es decir, un impresionante crecimiento en sólo
poco más de veinte años.
Muchos de estos nuevos museos son resul -
tado de la iniciativa privada y no vinculados al
sector público, siendo en gran medida el motor
que ha impulsado su espectacular desarrollo no
sólo los intereses particulares de sus fundadores
sino muy especialmente su entrada en el orden
político, social y económico, como resultado de
valores de mercado en alza.
Por ello mismo, sobre todo los museos del pa-
sado, se encuentran ahora en la delicada disyun-
tiva de aceptar o no estas nuevas situaciones,
enajenarse o no a las fuerzas del mercado, inten-
tar un cambio en sus políticas para dejar de ser
un instrumento cultural anacrónico y abstracto,
sacudiéndose su natural inercia a la inmovilidad.

Salón de l ICOM, XVI Conferencia General, Una nueva estructura organizativa ha de cimentar el
Quebec, septiembre de 1992. camino para una comprensiva política institucional
de creación, planificación y gestión. Del estableci-
miento de una política sobre la mesa a través de su
como las expresiones de las estrategias para la cumplimiento bajo la línea de gestión dependerá la
obtención de fondos (jund raising) y obtención completa responsabilidad de todos los aspectos de las
de recursos (resource raising), las del comercio operaciones del museo. 23
cultural (cultural merchandising), mercadotec-
nia y difusión del museo (museum marketing and Todos los museos americanos organizan con
advertising), servicios de educación del museo mimo sus tiendas y la mercadotecnia para sus
(museum education services) , relaciones públicas y productos de consumo. Pero son dos neoyorqui-
medios (public relations and the media), patrocinio nos, especialmente, los que imponen las diferen-
(sponsorship), mecenazgo (patronage), voluntarios cias con «marca registrada» en este big business
en museos (volunteers in museums), gestión finan- de la cultura museística: el MET (Metropolitan
ciera (financia! management), contratación del Museum of Art) y el MOMA (Museum of Mo-
personal del museo (recruiting museum stafj), etc. dern Art). Y todos los demás -y no sólo en Es-
El extraordinario crecimiento de los museos tados Unidos-, intentan imitarlos, cómo no, con
habido en las dos o tres últimas décadas y las muy diferentes resultados, en los variados rinco-
necesidades de financiación de estas institucio- nes de esta aldea global en que vivimos .24
nes norteamericanas -la mayor parte privadas,
como sabemos- han terminado por imponer en
A) DEL EDIFI CIO AL TERRITORIO
El museo tradicional:
un edificio + una colección + un público
El nuevo museo:
un territorio + un p atrimonio + una comunidad
(estructura descentralizada) (material e inmaterial. (desarrollo)
nat ural y cultural)

sociedad

museo

C) EL NUEVO MUSEO

recolección

D) EL DIÁLOGO ENTRE SUJETOS

Esquemas sobre el museo tradicional y el nuevo museo (M. Maure, 1995).

6. La demanda sociocultural y los con- ciedad en general y de los responsables directos


flictos de intereses del museo de estas instituciones en particular- un lugar de
encuentro y de conflictos de intereses, significa-
El museo, convertido hoy en un instrumen- tivamente distintos a los existentes en el pasado.
to sociocultural de primer orden, resulta en no En primer lugar, el público visitante era con-
pocos casos -y con independencia del perfil que siderado normalmente hasta épocas recientes
adquiera este uso o utilización por parte de la so- como poco más que un problema de seguridad
para el museo, al estimarle causante de no pocos


riesgos de accidente, robo o vandalismo. Estos estaba organizado en torno a un principio de puesta en
mismos riesgos aparecen incluso incrementados reserva, en cierto modo, tanto de los objetos, como de
los fondos financieros, incluso de los individuos que se
en nuestros días, debido sobre todo al aumento separan de los circuitos de comunicación (marchante,
masivo de visitantes y a la revalorización de las informador, etc.) y cuya entrada al museo cambia Ja
colecciones, en especial las de los museos de arte. naturaleza social. Por lo tanto, en el curso de los últi-
Pero los programas y medios técnicos de seguri- mos decenios, los museos han desarrollado los cambios
dad con que se dotan hoy a estas instituciones en dirección al exterior, o dicho de otro modo, las sa-
lidas del sistema . Es muy evidente el desarrollo de las
de servicio público ofrecen mayores garantías exposiciones, tanto en número como en importancia,
de prevención y solvencia ante esos riesgos y pe- que corresponden a la creación de una interface (una
ligros, que por otra parte son análogos a los de entrecara) , por el museo y en el museo mismo, entre el
otras entidades o centros masivamente visitados mundo cerrado de la puesta en reserva y el medio am-
por el público, como son los teatros, las óperas, biente exterior. La dotación de servicios, Ja fabricación
de productos llamados «derivados» (objetos-regalos o
los cines, los pabellones culturales o deportivos productos de edición) participan de Ja misma lógica de
cerrados, etc. mediación entre dos mundos cuya economía simbólica
En segundo lugar, porque el museo ha toma - (de un lado puesta en reserva; de otro, intercambio) es
do conciencia de su auténtico rol social en nues- de naturaleza fundamentalmente diferente. Las discu-
tros días y, en consecuencia, ha transformado sus siones sobre Ja necesidad según la cual Ja circulación
del público (cuya característica psíquica primera es la
actividades y programas, creando o potenciando de entrar y salir) no debe afectar al régimen de reserva,
ciertos servicios, como son los de relaciones pú- caracterizado por la perennidad de Jos objetos, su no-
blicas, publicidad, información, documentación, circulación, su no-transformación. 2 5
apoyo a la investigación, educación, ayuda al
desarrollo de la comunidad, etc., en clara rele- Un segundo testimonio, referido al ICOM, y
gación o detrimento a veces, en opinión de algu- debido a la pluma de Patrick J. Boylan:
nos, de las funciones clásicas de la recolección y
conservación. O porque, en cualquier caso, este El tema «El museo al servicio del hombre, hoy y ma-
ñana» constituyó un hito en la reflexión del ICOM so-
papel social aparece como exponente de la nueva bre su propio papel. Tras haber focalizado su atención
concepción y definición del museo en la sociedad durante veinticinco años en las funciones tradicio-
contemporánea que vienen impulsando desde nales -coleccionar, conservar, restaurar, investigar y
los años setenta diversos autores o protagonistas comunicar-, el ICOM hizo hincapié, en las sesiones de
-<<nuevos» y renovados museólogos, u organi- Grenoble [ 1971], en el papel que los museos pueden
desempeñar en la sociedad, Ja educación y la acción
zaciones tan significativas como el ICOM, entre
cultural, y afirmó que las funciones deberían estar «en
ellos- del desarrollo museológico y museográfico primer lugar y sobre todo al servicio de la humanidad»
de nuestro tiempo. Mostremos dos testimonios y de una sociedad en continuo cambio, y sostuvo que
al respecto. Uno, perteneciente a un destacado «es cuestionable el concepto tradicional de 'museo'
representante de la <<nueva museología », Jean que perpetúa valores a propósito de la preservación
del patrimonio cultural y natural de la humanidad,
Davallon:
no como manifestación de todo lo que es significativo
en la evolución del hombre, sino simplemente como
Se sabe que durante mucho tiempo el museo ha sido posesión de objetos». En consecuencia, los museos
una entidad cerrada. Los cambios entre él y su medio deben aceptar que les incumbe servir al conjunto del
ambiente eran mínimos -y los que existían estaban medio social en el que actúan, no simplemente al
fuertemente controlados-. Lo esencial de la actividad público visitante tradicional.2 6
era interno. Las salidas eran poco numerosas (esen-
cialmente las del conocimiento); Jos objetos allí ingre-
sados no volvían a salir más; el dinero recaudado era
En tercer lugar, el museo como centro de
absorbido por esta actividad interna de conservación o conflictos de intereses se manifiesta actualmente
investigación y estaba poco controlado por el exterior. -debemos recordarlo- en las tensiones produci-
Se puede considerar que los individuos mismos que das a menudo por una relación discordante entre
allí entraban, allí hacían carrera. [ ... ] Todo el sistema
el contenedor y los contenidos -o, si se prefiere, sión es la de servir al conjunto de la sociedad,
entre arquitectos por un lado, y conservadores, mientras que otros siguen considerando la in-
críticos e historiadores de arte, por otro-, a las vestigación como su principal objetivo, y muy
que nos hemos referido ampliamente en páginas secundaria y elementalmente su papel cultural
anteriores. y social. La investigación en sí misma considera-
Por último, son esas mismas confirmaciones da no constituye una garantía de dinamización
de apertura, dotación de nuevos servicios y acti- sociocultural del museo si no existe una rela-
vidades de mayor compromiso público -es decir, ción directa con la comunidad y su desarrollo.
las misiones sociales y científicas del museo en En ese supuesto suele beneficiar solamente a su
nuestro tiempo- las que generan gran parte de personal científico, sin que pueda justificarse
los conflictos de intereses en el seno de la institu - social y culturalmente su labor en el museo . En
ción museística y en su personal: están basados la base del papel cultural y social de estas ins -
especialmente en esa turbación que se produce tituciones debe estar necesariamente el trabajo
al haber cambiado radicalmente el papel del mu- científico de su personal y asesores especiali-
seo como templo depositario de objetos y rique - zados. Porque gestionar y administrar bien un
zas para beneficio y deleite de una minoría, por museo implica, en definitiva y de modo impor-
el rol de la educación, el entretenimiento y el tante, conciliar las exigencias de la ciencia, que
desarrollo del conocimiento de la comunidad. no puede avanzar más allá de la investigación,
No es extraño que se generen o se hayan y las de la cultura, que debe orientarse hacia un
producido estos conflictos de intereses, ya que público cuanto más amplio, mejor.
para muchos museos su primera y principal mi-

NOTAS AL CAPÍTULO 8 2. «El segundo objetivo es de tipo neos. 3. Un centro de interpretación


cualitativo y consiste en renovar de la producción tradicional. El eco-
Museum, París, UNESCO, núm. la producción con el fin de con- nomuseo colecciona objetos de ci-
162, vol. XLI, núm. 2, 1989, págs. servar lo mejor de la tradición ». vilización consecuencia del lugar y
84-96. 3. «El tercer objetivo responde a explica sus procesos de fabricación
2 Édition du Centre Éducatif et la evolución del turismo cultural y a través del tiempo. 4. Una colec-
Culture! Inc., Montréal, 1990, 70 científico de la región, puesto que ción de creaciones actuales. El econo-
págs. se difunde el producto según los museo presenta así, para expresar
3 Économusée!Eco nomuseum/Econo- conceptos de la museología adap - nuestra modernidad, las obras de
museo. Folleto publicado por la tada » (págs. 11-15). creadores contemporáneos más in-
«Fondation des Économusées du Después de anotar en forma de in- novadores. 5. Un centro de archivo y
Québec», bajo la concepción ge- terrogantes quince puntualizacio- documentación. El economuseo con-
neral de Cyril SIMARD, Quebec, nes sobre criterios, objetivos, con- serva un fondo documental sobre
Canadá, 1992, de 22 págs. (el servación, producción, difusión, la empresa, sus investigaciones y
texto reproducido aparece en la puesta en marcha, y gestión desde realizaciones. 6. Una galería-tienda.
pág. 7). En Museum (núm. 172, el punto de vista práctico sobre la El economuseo vende en el lugar
vol. XLIII, núm. 4, 1991, págs. oportunidad de un proyecto de los productos fabricados en su em-
230-234, Ciryl SIMARD había ex- esta naturaleza, el folleto concreta presa por los artesanos profesiona -
presado sus teorías en el artículo finalmente en seis puntos qué con- les y sus diseñadores (págs. 16-17) .
«Economuseología, un neologis - tiene un economuseo: 1. Un espacio de 5 FELDSTEIN, Martin, Ed., Th e Eco-
mo rentable ». acogida. El economuseo rinde ho- nomics of Art Museums, Chicago y
4 En esta publicación se señalan menaje a sus creadores, tradiciones Londres, The University of Chicago
los «Tres objetivos y medios de y saber hacer. 2. Talleres de produc- Press, 1991.
intervención»: l. El objetivo fi- ción. El economuseo presenta sus 6 WEIL, Stephen E., Rethinking the
n anciero . La autofinanciación artesanos trabajando en perpetuar Museum, Washington y Londres,
completa de las operaciones, tan- las gestas antiguas tanto como rea - Smithsonian Institution Press,
to comerciales como culturales . lizando productos contemporá- 1990.


7 Idem, pág. 72. financiados por fondos privados y La protection du patrimoine culture/
8 WADDELL, G., op. cit., pág. 63. públicos, están necesitados en la mobilier: recueil de textes législatifs,
9 Recordemos que la comple- actualidad de la ayuda guberna- París, UNESCO, 1979-84. 2 vols.
jidad de la organización de los mental. 17 Un tratado importante sobre ad -
museos incluye: l . Las colec- Se formularon fuertes oposiciones ministración de museos es la
ciones. 2 . Las funciones mu - al principio de la obligación por obra en 6 vals. de RATH. F.L. y
seísticas convencionales. 3. La ges- parte del público de pagar entrada O'CONNELL, M. R., A bibliography
tión y administración. 4. El equipo para ver colecciones permanen- on historical organization practices,
científico y demás personal admi- tes. Tal carga económica es dis- Nashville (Tennessee) American
nistrativo-laboral. 5. Las activida- criminatoria y crea un obstáculo Association far State and Local
des pedagógicas e investigadoras. para el uso público de los museos, History: l . Historie preservation,
6. La difusión. 7. La arquitectura y ya que ello evita que muchos visi- 1975, 150 págs. 2 . Care and conser-
adecuación museográfica. tantes disfruten del beneficio cul- vation of collections, 1977, 115 págs.
10 Muy diferente, según dependan tural y educativo de los museos. 3. In terpretation, 1978, 99 págs. 4.
de una fundación o institución Estos ingresos deberían conside- Documentation of collections. 1979,
privada; o de la administración rarse como un expediente tempo- 229 págs. Administration, 1980,
pública de un país (estatal, regio- ral y se irán aboliendo a medida 236 págs. 6 . Research, 1984. 222
nal o autónómico, provincial o que el apoyo a los museos se vaya págs.
local ); o disponga de un estatuto ampliando . Debemos recomendar también
mixto público-privado; o inter- Los museos deben crear y desa - la Section IV: Managementand Ad-
venga la iniciativa privada (mece- rrollar un departamento de rela - ministration, del cit. Manual of
nazgo, patronazgo) , tanto en mu- ciones públicas que sea creativo y Curatorship, 1984, en la que se
seos de propiedad pública como eficiente de acuerdo con todas las estudian los siguientes aspectos:
privada. actividades de los museos». (Final Introduction [J.M.A. THOMPSON];
11 Pierre SCHOMMER concreta y de- Report, págs. 6-7) . Financia/ Management [F. ATKIN-
sarrolla la «administración de los 13 BURCAW, G. E., op. cit., pág. 191. SON]; The management of premi-
museos en cinco apartados: Orga- 14 Recomendamos consultar, por ses [M. HEBDITCH]; Personnel
nización general; personal; colec- ejemplo, la legislación del Minis- management [P.M. DIAMOND];
ciones; equipamiento y suminis- terio de Cultura español al efec- Relations between museums and em-
tros, locales, seguridad; el público; to. Y la legislación internacional ploying authorities and governing bo-
cuestiones de financiación. (Cfr. comparada. dies: national museums with special
Administration ofmuseums, cap. II de 15 Entre ellos, BURNHAM, B., The reference to museums with boards of
la op. cit. The organization ofmuseums protection of cultural property: a han- trustees [A. BOWNESS]; Adminis-
(1960), págs. 28 -51.) dbook of national legislations, París, tration of a national museum through
12 Report of the Eu ropean-American As- International Council of Mu- a board of trustees [A. FENTON];
sembly. Octubre 17-20, 197 5. Dit- seums (ICOM), 1974. [2 0 3 págs. Relations between museums and em-
chley Park, Oxfordshire; England. con bibliografía seleccionada]. ploying authorities and governing bo-
Art Museu ms: A European-American 16 Por ejemplo: ULLBERG, Alan D. dies: local authority museums whith
View, The British Museum, Lon- y ULLBERG, Patricia, Museum special reference to country museums
dres/The American Assembly, Trusteeship, Washington, D.C., [F. CHEETHAMJ; Hea/th and safe-
Columbia University, 1975. American Association of Mu - ty al work [P. V. SUDBURY]; Ap-
Sobre la administración, dejaron seums, 1981. [Un libro adecuado pendix l: General legal notes [D . J.
estas conclusiones: «Las activida - para la discusión sobre la organi- CHAPMANJ; Appendix JI: Code of
des de los museos de arte en Eu- zación, responsabilidad y compro- Conduct for Museum Curators.
ropa y Estados Unidos están cada misos legales de los administra - 18 Con la promulgación en España
vez más limitadas debido a la falta dores de museos.] PHELAN, M., de la Ley 30/l 994. de 24 de noviem-
de fondos para el mantenimiento Museums and the law, Nashville bre. de Fundaciones y de Incentivos
de sus servicios, por no decir nada (Tennessee), American Associa- Fiscales a la Participación Privada en
del desarrollo. En el futuro, es im- tion far State and Local History, Actividades de Interés General, co-
probable que los museos estén to- 1982. MALARO, M. C., A legal nocida popularmente como «Ley
talmente sostenidos de una forma primer on managing museum collec- del Mecenazgo» , se abrió una
privada o por fondos públicos. Es tions, Whashington, D. C., Smith- esperanzadora situación, a pesar
posible que en el futuro, los mu- sonian Institution Press, 1985. de parecer a muchos no lo sufi-
seos europeos costeados por el Es- SABA, H. [Preparado por. .., con la cientemente innovadora o efecti-
tado tendrán que conseguir dine - asistencia de N.G. SALAMÉ], The va como debiera. No obstante, el
ro de fuentes privadas, mientras protection ofmovable cultural proper- problema, en el fondo, es también
que los museos americanos, los ty: compendium of legislative textsl más cuestión de sensibilización de
MECENAZGO PATROCINIO financieras insuficientes y des -
Contraprestación No Si
iguales. 4.4. Invertir en la cultura.
Difusión de Ja prestación Finalidad secu n daria Objetivo primordial
4.5. Orientaciones y soluciones.
5. Museos y mercadotecnia: un ma-
Personalidad jurídica Generalmente Siempre
personas físicas personas jurídicas
trimonio de razón (por Maryse Vai-
llancourt). 5.1. Roles y recursos
Actividad protegida Letras y Artes Letras y Artes, Deportes,
Ciencia, Ecología, etc. del museo. 5.1.1. Los roles. 5.1.2.
Los recursos. 5.2. Los visitantes
NATURALEZA DE LOS RECURSOS del museo. 5.2.1. Los grupos es-
colares. 5.2.2. Los turistas. 5.2 .3.
Los grupos del tiempo libre. 5.2.4.
En metálico En especie
Los visitantes individuales. 5.3.
Una estrategia de mercadotecnia.
Lucrativo l. Subvención 5. Trabajo voluntario
2. Presu puesto 6. Patrocinio en especie 5.3.1. El programa. 5.3.2 . La acce-
3. Patrocinio 7. Mecenazgo en especie sibilidad. 5.3.3. Las tarifas. 5.3.4.
4. Mecenazgo La promoción . 5.3.5. Las relacio-
TITULO
nes públicas. 5.3.6 . La publicidad.
Oneroso 8. Entradas de visitantes 12. Intercambio de obras 5.4. Conclusión.
9. Ventas de productos 13. Intercambio de Parte III: Museos y gestión-reali-
1O. Prestación de servicios personal dad profesional. 6. Museos y evalua-
11. Alquiler de obras
ción (por Gérald Grandmont). 6.1.
Los principios de la evaluación.
Esquemas de «Recursos para el museo» (M. Ruyra de A ndrade, 1995). 6.2. Los objetos de la evaluación.
6.3. Modelos de evaluación. 6.3.1.
Las evaluaciones institucionales.
6.3.2. Los métodos de evaluación.
la sociedad, que no sólo remedios tes. 1.3. ¿Se puede definir la per- 6.4.1. El enfoque comparativo.
milagrosos de marcos fiscales ade- formance? 2. Tareas y organización 6.4.2. El enfoque cuantitativo.
cuados. (por Michel Coté). 2.1. Factores 6.4.3. El enfoque cualitativo. 6.5.
A este respecto resulta muy in- unidos a una redefinición de las La práctica de evaluación en el
teresante la publicación de AA. tareas. 2.2. Factores estratégicos. Museo de la Civilización en Que-
VV. Mecenazgo y conservación del 2.3. Factores externos . 2.4. Facto- bec. 7. La motivación en los nómadas
patrimonio artístico: reflexiones sobre res personales. 2.5. Formalización del empleo (por Katherine Trem-
el caso español, Madrid, Fundación o normalización. 2.5.1. Proceso. blay). 7.1. Entre el trabajo y el
Argentaría, Visor (Distribuciones, 2.5.2. Resultado. 2.5 .3. Forma - desempleo: la precariedad. 7 .2.
S.A.), 1995, resultado de un ciclo ción y comportamiento . 3. Gestión Un método y una cierta libertad.
de conferencias . y museos (por André Lapointe). 7.3. Análisis de resultados. 7.3.1.
19 RUYRA de ANDRADE, Margarita, 3.1. Definición de la gestión de Las condiciones de trabajo . 7.3.2.
«Consiga recursos para su mu- empresa. 3.1.1. Teorías de la ges- Los factores de motivación. 7.4.
seo», Revista de Museología, nº 4, tión-modelo operativo. 3.1.2. Las un mosaico de propuestas ilu-
Madrid, febrero de 1995, pág . 12 . funciones de base en la gestión. minantes. 7 .4.1. La palabra a los
20 Musées et gestion, bajo la dirección 3.1.3. El consejo de administra- profesionales con estatuto preca-
de Michel COTÉ, Quebec, Musée ción y el gestionario. 3.2. Defini- rio. 7.4.2. La palabra a los profe-
de la Civilisation, Université La- ción de la gestión de organismos sionales con estatuto permanente.
va!, 1991, 170 págs., bibl. culturales sin objetivo lucrativo . 7.4.3. La palabra a los profesiona-
La sola enumeración del sumario 3.2. I . Teorías de la gestión de la les que tengan un empleo estable
puede servir como excelente indi- excelencia. 3.2.2. Las cinco fun- después de muchos años como
cativo para establecer los puntos ciones básicas en gestión. 3.2.3. contratado. 7.5. Conclusión. 8.
esenciales de un programa para la El consejo de administración y el Administrar un museo regional. 8.1.
formación y la práctica de los ges- gestionario. La gestión de un museo regional
tores o de los conservadores en la Parte II: Museos y gestión-práxis. (por Louise Binette) . 8.2. Viaje al
gestión del museo. 4. La financiación de las artes (por país de Liliput (por Francine Du
Parte I: Museos y gestión-teoría. André Coupet). 4.1. Diferen- Bois). 8.3. La gestión de un museo
1. Museos y «performances» (por cia entre la oferta y la demanda. en la región (por Michele Para-
Michel Coté). 1.1. ¿De qué habla- 4.2. A la búsqueda de una nue- dis). 9. El voluntariado (por Céline
mos? 1.2. Instituciones performan- va dirección. 4.3. Contribuciones Lachapelle). 9.1. Síntesis históri-


ca. 9.2. Definiciones del volunta- 139.000 m 2 instalada en el mismo de una tienda convencional.
riado . 9.3 . ¿Por qué los volunta- Central Park y la Quinta Avenida. En Europa, todos los grandes
rios en un museo?. 9 .4. ¿Cómo Por ello, no es de extrañar que museos históricos y los de nueva
reclutar voluntarios?. 9.5. Perfil protestase contra la decisión de planta o remodelados -incluido
del voluntariado. 9.6. ¿Cómo diri- la administración Reagan cuando el Centro Reina Sofía de Madrid-
gir a los voluntarios?. 9.7. ¿Cómo quiso gravar sus actividades co- han seguido los pasos del ejemplo
motivar a los voluntarios?. 9.8. merciales, en particular su venta americano, aunque con diferen -
Relaciones entre los voluntarios y por correspondencia, que alcanzó tes resultados. Pero sin duda, en
el personal remunerado. 9.9. Las la mitad de sus ventas. El MET se cuanto a su organización y ambi-
dificultades aparecidas con los vo - esfuerza por compatibilizar su ca - ción comerciales, son los france-
luntarios. rácter de institución museística y ses los que vienen marcando en
21 GILMAN, Benjamin Ives, Museum su riqueza comercial. las últimos tiempos unas cotas
Ideals of Purpose and Method, Cam- El MOMA tardó unos cuatro destacadas, sobre todo desde 1989
bridge, 1918, pág. 373. años en el último proyecto de con el Louvre de la Pirámide. Su
22 GRAMPP, William D., Pricing the ampliación y renovación, en el inauguración el 30 de marzo de
Priceless: Art, Artist and Economics, que invertió unos 55 millones ese año confirmó una auténtica
New York, Basic Books, Inc., de dólares (unos 8.200 millones revolución mercantil con sus 520
1989. Versión en español: Arte, de pesetas de 1984) . Desde 1982 metros cuadrados y las 11 O per-
inversión y mecenazgo . Un análisis permaneció cerrado al público dos sonas destinados a esta actividad.
económico del mercado del arte, Bar- años durante la remodelación del Su amplia librería especializada
celona, Ariel, 1991, pág. 190. arquitecto César Pelli, pudiendo en arte y su doble nivel de tien-
23 PARKER III, Harry S., «Museum contemplarse tan sólo una selec- das señalan la importancia que
Finances», The Economics of Art ción de sus fondos en la única los responsables conceden a este
Museums [editado por Martin sala abierta. Junto a los 8.000 m 2 tipo de servicios y a los benefi-
FELDSTEIN], op. cit., pág. 61. conseguidos para exponer arte -el cios que se derivan de las ventas,
24 El MET, con tiendas en la sede del doble de la extensión anterior- complemento sustancioso de las
museo, en otras zonas de Man- destacó la construcción de un subvenciones del Estado. El visi-
hattan y en diferentes ciudades rascacielos de 50 plantas anexo tante podía elegir un souvenir, un
del país, vende desde manteles y al museo, la Museum Tower, cuyas capricho o un detalle selecto de
tazas de café a carteles y libros, seis primeros pisos fueron incor- interés entre un amplísimo abani-
reproducciones de piezas, cor- porados al museo y el resto vendi- co de objetos a la venta: además
batas, papeles de envolver, cajas dos como apartamentos. Con los de una línea de ropa con el nom-
para envases de regalo, objetos de beneficios obtenidos se financió bre del Louvre firmada por Janine
escritorio, bolsas de viaje, etc. El la ampliación y remodelación, se Roszé, para comenzar podía esco-
MOMA, amparándose en el pres- completaron las colecciones con ger entre 500.000 tarjetas posta-
tigio de sus colecciones, ha conso- adquisiciones importantes y se les, 12 .000 referencias de libros
lidado una tienda con objetos de renovaron espléndidamente los de arte y revistas especializadas,
calidad, muchos de ellos recono- servicios tanto internos como pú- unos 16.000 grabados, vaciados
cidos internacionalmente como blicos. escultóricos, joyas, etc.
símbolos de la creación y el diseño Las instalaciones comerciales del El espíritu mercantil en los
contemporáneos. MOMA, especialmente su Mu- museos franceses viene de le-
En 1989, The New York Times pu- seum Store en el edificio de la ca- jos. Pero es el departamen-
blicó un estudio estadístico sobre lle 53, son también un atractivo to comercial de la Reunión de
las operaciones del MET en 1988, lugar de consumo para el visi- los Museos Nacionales (RMN)
y los resultados no podían ser tante. Cuatro años después de la el impulsor de su pujanza ac-
más elocuentes. Las cifras de sus reapertura, en 1988, su política tual. Creada en 1895, la RMN
negocios, entre ventas y royalties, comercial le producía más de tres agrupa a treinta y tres de estas
alcanzaban la cantidad de 53 mi - millones de dólares en beneficios, instituciones en Francia. Sólo en-
llones de dólares, de los que 9,2 derivados de los 65,4 millones de tre el Louvre, Versailles, d'Orsay
eran de beneficios. Suponía un las ventas. Comprar en el MOMA, y Grand Palais acogen el 80% de
14% de los 68 millones de dólares como en el MET, se ha convertido los más de 4 millones de visitantes
que en el presupuesto de ese año para muchos neoyorquinos y para anuales. Quienes adquieran gra-
representaban los gastos de fun- los turistas en un signo de distin- bados en la librería de la Pirámi-
cionamiento. El MET es como un ción y lugar de moda. Un regalo de del Louvre podrán comprobar
nuevo rey Midas, que cuanto toca adquirido en el Museo de Arte que algunas planchas provienen
lo convierte en beneficio, una Moderno ha terminado por ser del Gabinete del Rey (creado por
enorme factoría de negocios de más apreciado que el proveniente Colbert en 1660, deviniente en la
Calcografía Nacional), comenzan- de francos en 1989 para un presu- Garouste y Combas. Otros, como
do a ser comercializadas a partir puesto global de 419 millones. Los Sicilia, Gucci o Gilbert & George,
del JO de julio de 1679, después productos de su tienda, firmados diseñaron una colección de ca-
de haber servido para imprimir por Starck y Delis, se vendieron misetas en series exclusivas. Su
los libros suntuosos de los invita- en una banda de los 10 a los 7.000 atractiva cafetería/restaurante era
dos reales. francos . Y los beneficios obteni- utilizada como lugar de convites
El volumen de negocios de la dos por sus concesiones (librería, y relaciones públicas por diferen-
RMN en 1990 sobrepasó la cifra de restaurante y aparcamientos) le tes empresas comerciales e indus-
240 millones de francos, gracias reportaron cerca de 6 millones, triales de categoría reconocida .
sobre todo al impulso propiciado habiendo sido 46 los totales entre L'Entrep6t Lainé, o CAPC Museo
por la nueva librería del Louvre, todos los dependientes de la RMN. de Arte Contemporáneo de Bur-
frente a los 180 millones de 1988. En este sentido, hay que resaltar deos obtuvo, en cualquier caso,
Los beneficios obtenidos en este el esfuerzo de los museos por de- un total de 755.500 francos de
último año fueron dedicados ín- sarrollar cada día una mejor mer- negocios con diferentes ventas en
tegramente a la adquisición de cadotecnia y una tecnología más 1988, de los que el 57% procedía
obras. Supusieron seis veces más avanzada para todos sus produc- de las ediciones propias del mu-
que las subvenciones y otro tan- tos, incluyendo las línea s de alto seo (catálogos o libros de artistas,
to más que lo recolectado por las diseño y firmas reconocidas. A especialmente). Una cifra muy
entradas a los museos. A través de mediados y finales de la década pequeña, si se compara con las de
las publicaciones de la RMN se pasada, ese invento llamado en otros grandes museos, habiendo
consiguió la mitad del montan- Francia CAPC (Centre d' Arts Plas- visitado el centro algo más de cien
te total: 25 millones de francos, tiques Contemporains) -hoy en mil personas. Las funciones de
de los catálogos; 24 millones, de grave crisis precisamente por la mercadotecnia y relaciones públi -
los libros ilustrados; 15 millones, fluctuación del mercado del arte cas del museo las estudia y atiende
de las tarjetas postales; otros 15, contemporáneo, la reducción de en el ICOM el MPR/Marketing &
de las diapositivas, derechos de presupuestos y la caída de visitan- Public Relations.
reproducción y carteles; y 11 mi- tes-, produjo una atractiva acogi- 25 DAVALLON, Jean, «Nouvelle
llones, de las guías de museos. Y da de productos de consumo, es- muséologie vs. muséologie?», en
las ventas provenientes de libros pecialmente el CAPC de Burdeos, op. cit. ICOFOM. Museum and Conm-
no publicados por la RMN alcan- cuyo fundador y director Jean- munity II, ICOFOM Study Series,
zaron la cifra de 57 millones, de Louis Froment consiguió en 1984 1996, pág.156.
los que 40 se obtuvieron en el un estatuto de transformación a 26 BOYLAN, Patrick J., «Cincuenta
Louvre . museo. años del ICOM», en Museum Inter-
Otros beneficios de la RMN pro- Froment involucró a reconoci- nacional, 191, nº 3, 1996, pág. 50.
ceden de centros y actividades di- dos artistas en el diseño de las
versos. Como el Centre National «etiquetas del Bordeaux» para
Georges Pompidou, que obtuvo de la serie titulada «el vino del mu-
derechos de entrada 20 millones seo », entre ellos a Mario Merz,
Epílogo
Museología y museografía: un desafío para
un nuevo sistema de valores en nuestro tiempo

La primera edición de mi libro Museología. Intro- años han sido testigos de una evolución tranqui -
ducción a la teoría y práctica del museo cerraba su la -algunos podrían decir, incluso, de una revo-
contenido con un epílogo escrito en 1992 acaba- lución- en el funcionamiento de los museos y
llo entonces entre la actividad profesional de la su respuesta a las cambiantes expectativas sobre
universidad española y el sexenio de trabajo en su papel como servicio público. Muy lejos de su
museos y universidades norteamericanos . Una propósito académico, el museo es percibido ac -
experiencia compartida y contrastada también tualmente en términos de ocio, esparcimiento,
con universidades y museos de otros países eu- turismo y, frecuentemente, como centro de inte-
ropeos, que nos proporcionó una perspectiva lo rés y de participación de la comunidad. La edu -
suficientemente amplia, variada y ecléctica (en cación, considerada a veces como una función
el sentido etimológico del vocablo griego eklec- del museo, comparte un puesto de honor con Ja
tós, «escogido», «distinguido» , «notable») como conservación del patrimonio cultural. El resul-
para establecer una reflexión en modo alguno tado ha sido una creciente diversificación de los
«unidimensional» o monocroma de la realidad papeles profesionales, haciendo que el personal
de los museos, la museología, la museografía y el del museo sea más competente en una amplia
patrimonio. El contraste de mentalidades y pos- variedad de disciplinas». 1
turas socioculturales (y hasta sociolingüísticas), Después de la crisis general que cuajó y fue
y el de enfoques profesionales y medios emplea- capitalizada socialmente por los sucesos del
dos nos venía regalando durante años el benefi- mayo francés de 1968, se produjo, como hemos
cio de las diferencias. analizado anteriormente, 2 la puesta en cuestión
Seis años después, puedo asumir y rubricar de la institución museística, y una posterior y po-
hoy, con mayores convicciones incluso, lo que sitiva reacción de replanteamiento y redefinición
entonces escribí. Pero se me ha presentado, ade- funcionales . Los museos, al tomar conciencia de
más, la oportunidad de añadir no sólo nuevos su misión de activos intérpretes del patrimonio
matices sin duda enriquecedores al menos desde encomendado y de educadores del público, han
la propia visión personal, sino también la de re - asumido la necesidad de convertirse también en
novar, potenciar y actualizar aquéllas en el di - auténticos centros de proyección sobre su entor-
seño de un nuevo libro con diferente formato: no social, como tantas veces ha reivindicado, en-
Museología y museografía. tre otros, Kenneth Hudson.
Los museos, la museología, la museografía y La renovación ha involucrado, al menos: 1.
el patrimonio siguen mereciendo los más aten- Una mayor concienciación hacia el contexto en
tos análisis y consideraciones por parte de los que se inscribe el fenómeno museístico y hacia
diversos especialistas en sintonía con una cada unos enfoques de carácter antropológico y socio-
vez más creciente preocupación sociocultural lógico. 2. Una mayor información, comunicación
que se suscita en nuestro tiempo. Como afir- y relación con el público. J. Una potenciación de
maba Marcia Lord en 1993, «los últimos veinte los medios pedagógicos y tecnológicos, tanto a
nivel de conservación y exposición de los obje- a convertirse en uno de los instrumentos so-
tos, como desde el punto de vista de investiga- cioculturales más demandados y codiciados en
ción y difusión. 4. La confirmación de la ruptura la actual situación postindustrial y sensibilidad
-y no sólo formal- con el estatismo casi cróni- posmoderna. Junto con su propia metamorfo-
co anterior y la subsiguiente dinamización de sis técnico-museográfica, el museo ha adquirido
la proyección sociocultural del museo sobre su nuevos parámetros de definición, expresión e in-
entorno . 5. El tránsito posterior del museo vivo terpretación del «bien cultural».
y participativo al museo-laboratorio y al museo- Teniendo en cuenta sus orígenes ilustrados y
banco de datos . 6. Aparición de numerosas al- de la progresía decimonónica, hablar hoy de la
ternativas y heterodoxias en la configuración de «significación histórica del museo» implica más
una nueva tipología de museo, en que el con- la utilización de un sentido diacrónico que sin-
cepto de «Conservatorio» se sustituye muchas crónico. Hace más de veinte años, Rugues de Va-
veces por el de «Centro difusor y comunicador», rine-Bohan vaticinó su desaparición y no tuvo
para el que no es necesaria ni posible la colección reparo en concluir: «Teóricamente, el museo
permanente, sólo la temporal o semipermanente está destinado a desaparecer coincidiendo con el
de las instalaciones o exposiciones puntuales. 7. fin del contexto cultural y de la clase social que
La consolidación, en definitiva, no sólo de una lo crearon». 4
despensa o banco de datos (o universidad para el ¿Han desaparecido ya este contexto y esta
pueblo, que diría Varine-Bohan), sino también clase social? Hay indicadores socioculturales
de un museo que es considerado como un lugar que parecen confirmarlo, aunque el museo, si
de encuentro social. 8. La mayor interrelación, es que ha muerto, ha renacido transformado de
en definitiva, del museo con la comunidad, como sus propias cenizas, como un nuevo ave Fénix
sostiene la nueva museología, lo recordamos, en una sociedad neoilustrada. La clase social que
para la que «el funcionamiento del nuevo mu - impulsa y controla ahora en el área occidental
seo está basado en el diálogo entre el museólogo estas instituciones ha cambiado el signo colonia -
y los miembros de la comunidad. Esto no debe lista con que exportara a principios del x1x al res -
confundirse con las actividades benévolas que to del mundo este «invento europeo» por el de
siguen de las premisas definidas por el museo. una actitud de rentabilidad multifacética.
[.. .] Diálogo entre el museólogo y los miembros Muchos de los nuevos proyectos confirman
de la comunidad, no considerados más como ob- no sólo la ruptura de la tradicional «conniven-
jetos de estudio, ni como receptores pasivos del cia» entre el contenedor y el contenido, previsi-
mensaje del museólogo, sino como sujetos ex- ble y deveniente desde su asentimiento histórico
pertos que son en las cuestiones concernientes a en la sociedad contemporánea -desde las van-
su propia historia y medio ambiente>>. 3 guardias históricas, si nos referimos a los museos
de arte-, sino que han precipitado incluso, como
decimos, la expansión y definición del bien cul-
Proyección sociocultural del museo: tural que atesoran al informar de él y comuni-
sistema abierto e interactivo carlo mejor al público destinatario . Una recípro-
ca y determinante influencia que nos ha hecho
Así, en casi tres décadas, la institución del mu - ver los contenidos -históricos, artísticos, cientí-
seo ha dado un vuelco espectacular a su imagen, ficos o técnicos- de los museos con nuevos ojos
modificando su perfil y funciones habituales. y hasta ha impulsado la recreación del entorno
De institución cuestionada y combatida -y a pe- patrimonial desde otras perspectivas que las pu -
sar de sus muchos problemas de crecimiento y ramente históricas.
asentamiento en la sociedad actual-, ha pasado En consecuencia, el mismo dinamismo mu-
seográfico que ha terminado por producir la ex- como el elemento que debería poner en contacto
pansión informativa, comunicativa y compren- a los artistas y la sociedad, establecerse como el
siva de los bienes culturales -al amparo, sobre lugar de encuentro, como instrumento de infor-
todo, del avance de la museología y los medios mación, comunicación y reflexión. Muchos de
tecnológicos de la sociedad actual, insistimos-, los nuevos museos se han convertido realmente
ha terminado también por acentuar esa ruptu- en aquello que se presentía, alentados por unos
ra entre el contenedor y el contenido, y entre la comportamientos y propuestas artísticos que son
función didáctica de la colección y su capacidad propicios a la exhibición y la animación, y por la
crítica . El creciente protagonismo de los arqui- positiva respuesta de un público más consumista
tectos en el museo es, como hemos visto, otro in- de actividades que contemplador.
grediente fundamental a la hora de valorar esta La reacción de algunos escritores, intelectua-
ruptura. Lo que no excluye, sino que muchas les u otros profesionales de la cultura ha sido a
veces la fundamenta, la atracción que sobre un veces beligerante tanto contra el inmovilismo y
determinado sector del público ejerce esta dico- pasividad de los museos, como contra la injustifi-
tomía espectacular. cada, a su juicio, labor museográfica, cualquiera
Además de la pérdida de la significación his- que sea. Así, para el sociólogo Jean-Paul Aron, lo
tórica del museo, hemos de tener en cuenta que recordamos, «la borrachera del museo», que es
su transformación comentada (desde el museo - un fenómeno contemporáneo por excelencia «es
almacén al museo-dinámico, desde el museo una agresión contra la memoria». 5
de los espectadores al museo de los actores, al Los museos, que han pretendido en su tra -
museo-laboratorio y al museo-banco de datos ... ) yectoria histórica ser depositarios y transmiso-
ha sido rebasada por la rotundidad de los fenó- res de testimonios excepcionales de la evolución
menos y comportamientos sociológicos incorpo- cultural de la Humanidad, como dice Tomislav
rados a su realidad como determinantes: ante su Sola,
normal incapacidad para satisfacer a un público
cada vez más exigente y activo, éste se ha alzado en Ja edad de Ja angustia, en el momento en que Ja
humanidad atraviesa una crisis de identidad y se halla
al final como el autolegitimador último frente a
enfrentada a la eventualidad del suicidio, es propensa
la obra del museo. Las estadísticas, las encues- a la introspección y a Ja autocrítica . La autosatisfac-
tas de opinión, la atracción masiva de visitantes ción arrogante de la era industrial ha dado lugar a la
al espectáculo del museo, etc., han motivado su ambición de mejorar Ja calidad de Ja vida . El mundo
potenciación por parte de políticos y mercado- y sus museos están a Ja búsqueda de un modelo de
técnicos -a veces cautivados por el esplendor de supervivencia. [...]En el museo, la realidad estaba se-
parada de la evaluación y de la crítica por Ja distancia
lo efímero-, hasta convertir a ese público en ca- histórica y Ja dignidad de la institución. En un mundo
talizador de lo que se ha configurado como re - mecanizado, la educación en tanto que adquisición
cinto emblemático de esta sociedad finisecular. de saber aparece como una panacea . Hoy en día, na-
cen nuevas necesidades y tomas de conciencia en el
mundo y en los museos. A medida que Ja tecnología
Museos y patrimonio cultural: ha reemplazado la producción en masa, Jos museos
creados recientemente manifiestan una sensibilidad
el permanente porvenir del pasado nueva para los detalles, para las micro-situaciones,
para el presente. [... ]No es Ja tecnología Ja que refleja
A finales de los años setenta y principios de los poco naturales a los museos, sino Ja manera como
ellos conciben su misión, y Ja falsa imagen que crean
ochenta, la reconsideración general de la función por su selección. 6
que debían desempeñar los museos en la socie -
dad moderna apuntaba que el museo del futu- La tecnología, las nuevas orientaciones mu-
ro -en el caso de los de arte- sería considerado seológicas, el propio devenir social han transfor-
mado y sometido a crisis continuas al museo de consecuencias imprevisibles, entre otras el peligro
nuestro tiempo. Pero si en algo ha cambiado su de caer en una postura en cierto modo metafísica .
situación desde 1968, lo ha sido en orden a dos Es cierto que en nuestros días, como también
enfoques, sino antagónicos sí al menos contra- escribe Sola, «la riqueza del museo reside en su
puestos. De un lado, el museo como centro pri- potencial de información, en su capacidad técni-
vilegiado de conservación, de análisis e investi- ca, su personal especializado y su proyecto mu -
gación, y de difusión de testimonios naturales y seológico» .8 Es decir, depende de su capacidad
culturales originales que es, se constituye según integral dentro de los parámetros de la museolo-
su especialidad en un conservatorio de especí- gía más adecuadamente expresada en el progra-
menes o en un banco de datos. De otro, se de- ma y en su aplicación. Pero, ante todo, el poten-
fiende sobre todo que el museo tiene que ser un cial de un museo remite siempre a la calidad de
instrumento privilegiado de educación primera sus colecciones perfectamente ensambladas en el
y permanente por la aproximación a lo concreto, programa museológico y en el proyecto museo-
al mismo tiempo que un instrumento de carácter gráfico: a la lección del pasado.
antropológico, que controle incluso la economía Sin embargo, esa lección del pasado manifies-
y que sea un centro cultural accesible y abierto a ta diferentes variables a medida que evoluciona
todo tipo de público. la sociedad contemporánea. Lo que obliga a los
Desde esta última perspectiva, el museo ha museos a un constante replanteamiento, a tra -
podido desarrollar mejor su concepto de parti- tar de adaptarse a las exigencias de los tiempos.
cipación, de animación cultural, redescubrir la Por ello, la XVIª Conferencia General del Con-
revelación e integridad del patrimonio, y tomar sejo Internacional de Museos (ICOM), celebrada
conciencia a nivel comunitario de los beneficios en la ciudad de Quebec, Canadá, del 19 al 26 de
culturales que de aquél puede y debe recibir septiembre de 1992, tuvo como lema general de
en su más auténtico entorno. No sólo ni espe- sus debates el siguiente: «Museos : ¿posibilidades
cialmente del que Riviere llamaba el museo del sin fronteras?». Y lo justificó de este modo: «En
tiempo (aquel que expone bajo su techo especí- vísperas de un nuevo siglo, los museos, definidos
menes, objetos y modelos, unidos a programas por el ICOM como «instituciones al servicio de la
audiovisuales representativos de este ambiente, sociedad y su desarrollo», trabajan árduamente
agrupados en el marco de los períodos .. . ), sino con el propósito de redefinir el papel que desem-
sobre todo del museo del espacio (aquél conser- peñan dentro de dicha sociedad. Actualmente
vado en terrenos continuos o discontinuos, in nuestros museos se ven confrontados con n ume-
situ, en edificios o no en su emplazamiento am- rosas dificultades, entre las cuales se encuentran
biental, como los etnológicos al aire libre) . las trabas a la libertad intelectual y creativa, los
Esta realidad y experiencia asentada en los problemas ambientales, el hambre a nivel mun-
últimos decenios no hace sino confirmar a nues- dial, las complejas tensiones en el seno de los
tro juicio la validez y capacidad del patrimonio sistemas políticos, las disparidades económicas
museístico para servir de instrumento de cono- entre el Norte y el Sur, la erosión de las cultu-
cimiento, educación y cultura, más allá de servir ras centenarias, el advenimiento de las nuevas
como medio de información y comunicación al tecnologías ... ¿Cuáles son las responsabilidades
visitante. Como han alertado algunos museólo- de los museos ante estos graves problemas que
gos, Jean -Yves Veillard entre ellos, «hoy en día se afectan a nuestro planeta?». 9
encuentra a menudo la idea de que un programa El común denominador de los diferentes Co-
museológico no deberá fundamentarse sobre las mités del ICOM debatieron estos temas desde
piezas que un museo posee, sino sobre las ideas pos1c10nes fundamentalmente antropológicas
que puede transmitir»; 7 lo que entrañaría unas y se esforzaron en sugerir remedios para una
adaptación realista de las instituciones museísti- En este sentido, recordamos lo que Domini-
cas y de la propia museología a la marcha de los que Poulot escribió hace más de década y media:
tiempos, conscientes de las numerosas barreras
sociopolíticas, económicas, técnicas y sociocultu - El porvenir del pasado es, en primer lugar, una po-
rales que les afectan en ese esfuerzo por conser- lítica nacional. La museología, la salvaguarda de los
monumentos, la colocación de placas conmemorati-
var, investigar y difundir el pasado y el presente vas descansan bajo una misma creencia en la eficacia
patrimonial en perfecta conexión con las necesi- de los símbolos visibles para conducir el espíritu de los
dades de la sociedad de nuestro tiempo. visitantes o de los paseantes a lo invisible, es decir, a
Las resoluciones adoptadas en ICOM'92 fue- la historia. [... ]El porvenir del pasado ha estado largo
ron dos. La primera de ellas está en consonancia tiempo unido a un sistema coherente de valores, el
recuerdo nacional. Hoy día, se dice, todos los pasados
con el lema general de la Conferencia, reivindi- tienen su porvenir. Pero este «progreso » tiene algo
cando que los museos puedan deshacer con la de inquietante: refleja el fin de la unanimidad en los
ayuda del ICOM los límites complejos, pero su - criterios de elección de un pasado. Y si no se olvida
perables, que los acosan. La segunda está reda c- nada más, ¿qué es lo que podrá recordarse? 13
tada en términos de «Prevención de las amena -
zas contra el patrimonio cultural y natural» . 10 Y Junto a estas y tantas otras reflexiones, el
todo ello desde la perspectiva de que el presente museo sigue estando en el punto de mira y de
se convierte inevitablemente en pasado, tanto preocupaciones no sólo de museólogos, museó-
cronológica como patrimonial y socio-cultural- grafos y demás profesionales de la institución
mente considerado, por lo que se requiere la museística y el patrimonio cultural, sino también
máxima atención y previsión de futuro. en el del interés de numerosos intelectuales,
La XVIIª Conferencia General del ICOM pensadores y escritores ajenos profesionalmente
(Stavanger, Noruega, 1-7 de julio de 1995) comple- a este campo.
tó esta preocupación con el lema «El museo y las Por ejemplo, en el de Remo Guidieri cuan-
comunidades», que ya hemos comentado, 11 y en do dedica a este invento cultural y patrimonial
cuyo Programa Preliminar se insistió en que «hay europeo una antología de textos redactados, ex-
desafíos y posibilidades [...] que afrontan los museos puestos o publicados entre 1983 y 1991, apare-
que previamente consideraban su público como un cidos primero en francés en 1992 y traducidos al
grupo homogéneo, pero ahora se dan cuenta que español en 1997, 14 y donde muestra su afilada
su público consiste en varios grupos de diferentes opinión sobre el estancamiento a que aquél se
etnias, edades, intereses, etc.» . Y que «la gran ma- enfrenta, con -entre otras- las siguientes pala-
yoría de los museos del mundo son instituciones bras:
locales, formadas por sus comunidades respectivas
para preservar su herencia cultural especial» . ¿A qué tipo de estancamiento se enfrenta el museo
hoy en día? Tengo que añadir estancamiento fértil
Se trata de la vitalidad del museo y de la me- tanto (y sobre todo) para la institución como para
jor rentabilidad del patrimonio cultural en el todo lo que tiene de estimulante para la creación. Mi
medio más cercano, además de asegurar hacia respuesta será voluntariamente imprecisa y, con un
el futuro el beneficio de un pasado inaprecia- poco de suerte estoy seguro que un día volveremos
ble por su valor para la comunidad. Un futuro a hablar de ello . Reúne las tres posibilidades de es-
tancamiento que he contemplado. En orden: exceso
que se asegura no sólo con la conservación sino del input («demasiadas obras»); dificultad, por varios
también con el incremento de las colecciones, de motivos, invencible, para constituir aún una teoría del
acuerdo con la convicción de que «la política de arte, la cual supone menos una consecutividad cro-
recolección y adquisiciones constituye, en cierta nológica de las obras y de sus autores que una visión
manera, un pulmón de la vida del museo». 12 Se unitaria de los «períodos»; por fin, «posmodernidad»
de la creación, lo que significa fragmentación de ésta
trata, en definitiva, del porvenir del pasado. y fragmentación del comentario sobre ésta. Por todo


esto, el fenómeno museal contemporáneo es crucial; Muchos son, sin duda, los que temen por
su carácter es sociológicamente paradigmático, en el el porvenir del pasado. Otros muchos, como
sentido en que reúne espontánea y objetivamente
Poulot, continúan preguntándose: «Y si no se
todas estas apuestas . 15
olvida nada más, ¿qué es lo que podrá recor-
darse?». Por fortuna, y a pesar de todos los pe-
Otros, prefieren encauzar su preocupación y
reflexión hacia la supervivencia del patrimonio ligros y riesgos actuales, la museología y la mu-
(material e inmaterial, natural y cultural). Como seografía -el museo, ante todo y, por tanto, los
Peter Davis, que lo hace desde el estudio de las profesionales bien preparados y competentes
en la materia- siguen y seguirán encontrando y
colecciones y el rol de los museos de historia
entregándose con esperanza y entusiasmo a esa
natural, haciéndose de entrada esta pregunta:
fuente inagotable de recuerdo que es el patri-
«¿Cuál es la significación de estas colecciones e
monio cultural de la Humanidad: el permanen-
instituciones al final del siglo veinte?» . Y emi-
tiendo una respuesta amplia y contundente con te provenir del pasado. 17
su muy interesante y actual ensayo sobre «los
museos y el medio ambiente natural». 16

NOTAS AL CAPÍTULO ce esencialmente pernicioso. [... ] nio y comunidad.


Percibo en esta borrachera, en esta 12 «Editorial» de Noticias del ICOM,
LORD, Marcia, «Editorial» de Mu- eclosión de los nuevos museos un especial «Colectar hoy para maña-
seum Internacional, París, UNESCO, síntoma de nuestra soledad moral na», nº 2, vol. 49, 1996, pág. l.
nº 180 (vol. XLV, nº 4, 1993, contemporánea: ya no tenemos 13 POULOT, D., «L'avenir du passé.
pág.3. memoria. [... ] En su lugar: una Les musées en movement», en Le
2 Véase la consideración histórica falsa memoria, una multiplicidad D€bat, núm. 12, mayo de 1981,
en el cap. 3, epígrafe Crisis y replan- de memorias artificiales. libros de pág. 115.
teamiento (1968-1 977) . todas clases ... Y museos monu- 14 Bajo el título ya citado de El museo
3 MAURE, Marc, art. cit. «La nou- mentales, evidentemente» . y sus fetiches. Crónica de lo neutro y de
velle muséologie - qu'est-ce-que 6 SOLA, T., art. cit.. en Museum, la aureola, Madrid, Ternos, 1997.
c'est» (1995), pág. 127. núm. 153, 1987, págs. 47-48 . 15 Op. cit., pág. 62.
4 VARINE-BOHAN, H. de, en la op. 7 VEILLARD, J.-Y., en el Informe 16 DAVIS, P., Museums and the
cit. Los museos en el mundo ( 1973 ), preparado para el coloquio del Natural Environment. The Role
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afirma Aron- se ha transformado ICOM, Programa Preliminar, pág. l].
en un inmenso caleidoscopio don- ICOM'92, Québec, Canadá, del 19 17 Véanse al respecto los nú -
de se yerra al azar de los signos . al 26 de septiembre de 1992 . meros de Museum: 149, vol.
Del mismo modo, los museos: se 10 Véase Noticias del ICOM, especial XXXVIII, 1, 1986; 156, vol.
les visita no por lo que muestran, ICOM'92 : «Eliminar barreras», XXXIX, 4, 1987; 162, vol.
sino por complicidad con una civi- núm. 1, vol 46, 1993. XLI, 2, 1989; 172, vol. XLIII,
lización de la apariencia. [... ]Todo 11 Véase en el cap. IV Museos, patrimo- 4, 1991.
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Aerospace Hall Museum, 132-133, 263, 290 París, 133, 289
Air and Space Museum, 133, 295 Cleveland Museum of Art, 90
Alte Pinakothek, 57, 102, 139, 305 Ciare Gallery, 218, 222-223, 286
Altes Museum, 93, 137 Colección Beyeler, 302
American Museum of Natural History, 60, 144, 306 - de Arte Nordheim-Westfallen, 139, 218, 287
Antropology Museum of the University of British Columbia, Cullinan Hall -Museum of Fine Arts, 277, 284, 309
144 Dallas Museum of Art, 203
Archivo General de Indias, 106 Deutsches Gewerbemuseum zu Berlin, 140
Ars Electronica Center (AEC), 122 - Museum zu Berlín, 22
Art Gallery of Ontario, 26, 91 - Museum zu Munich, 70, 75-76, 89, 133
Art Museum of London, 123 - Schiffahrtmuseum zu Bremerhaven, 143
Ashmolean Museum, 24, 36, 59, 67 Dia Art Foundation, 139
Australian Museum, 60 Domus, Casa das Ciencias, 145, 147
- War Memorial, 143 Dulwich Picture Gallery, 105
Biil Bharan Museum, 141 Exit Art Gallery, 139
Barnes Foundation, 239 Field Museum of Natural History, 21 O, 212
Batavia Society of Arts and Science, 59 Fitzwilliam Museum, 68
Bauhaus-Archivo, 142 Fogg Museum of Art, Harvard, 180, 286
Bayerisches National Museum, 22 Fondation Maegth, 287, 300
Bode Museum, 22, 276 Frick Collection, 151
Brandwie River Museum, 226 Fundación C. Gulbenkian, 89
British Museum, 57, 67-69, 102, 138, 140, 143, 241, 305 - Joan Miró, 287
-ofNatura!History, 131, 144 - Tiipies, 139
Brooklyn Children's Museum of New York, 141, 264 Galería Tretyakov, 89
Buffalo Museum of Science, 90 Galerie et Musée d'Art Moderne et Contemporain, 139
California Museum of Science and Industry, 133 Galle ria Civica d' Arte Moderna, 219
Canadian Museum of Civilisation, 303 - degli Uffici, 53, 66, 139, 242, 273, 275, 290
Central Museum of Indonesian Culture, 59 - dell' Academia Carrara, 221
Centre d' Art Contemporaine de Nimes, 138, 291 Gallería Nazionale, Palazzo della Pilotta, 290, 307
Centre d' Arts Plastiques Contemporains (CAPC), 139 - Nazionale e Museo di Capodimonte, Nápoles, 306
Centre de Cultura Contemporania de Barcelona (CCCB), Getty Center, 288, 292-293, 299
139, 310 Goulandris Natural History Museum, 132
Centre National d' Art Contemporain, 139 Grand Palais, 330
- National Georges Pompidou (CNGP), 25, 83, 86, 115, GuggenheimMuseum, 117, 120, 139,210,279,283,285-
138-139, 153-154, 289, 291, 300, 321 286, 294, 302, 310
Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), 138 -139, 301, - Bilbao (véase Museo Guggenheim)
311 - Salzburgo, 31 O
- de Arte Reina Sofía (MNCARS), (véase Museo Nacional Henry Ford Museum & Greenfield Village, 141
Centro de Arte Reina Sofía) High Museum of Art, 139-140, 286
- de Arte y Tecnología de Karslrue, 122, 289 Historisches Museum and Hohen Ufer, 142
- Galega de Arte Contemporánea (CGAC), 138, 286, 309 Hunterian Art Gallery, 214


Indian Museum, 59 - de Granada, 137
Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), 291, 311 - de León, 137
Isabella Steward Gardner Museum, 239, 307 - de Mérida, 13 7
Kaiser Friedrich Museum, 22, 78, 276 - de Oviedo, 137
Kanazawa Bunko Museum, 140 - de Pamplona, 137
Kimbell Art Museum, 226, 293 - de Santander, 137
Kunstgerwermuseum, 140 - de Sevilla, 137
Kunsthistorisches Museum, 102, 139 - de Taxila, 142
Kunstverein, Bremen, 78 - de Teotihuacán, 142
Louisiana Museum, 138, 286, 294 - de Toledo, 137
Ludwig Museum (véase Wallraf-Richartz Museum) - de Zaragoza, 13 7
Mackintosh House, 214 - del Castello, Milán, 13 7
Maihauen Museum, 144 - Nacional, Belgrado, 69
Maritime Museum of New York, 143 - Nacional, Egina, 69
Massachussetts Museum of Contemporary Art (Mass -Nacional, Madrid, 110, 137, 240
MoCA ), 139, 291, 302 - Artequin, Santiago de Chile, 141
Menil Collection, 139, 218, 224, 226, 263, 287, 310 - Bartolomé Mitre, 61
Metropolitan Museum of Art (MET), 60, 70, 90-91, 102, - Biochron, 14
113, 138-139, 241, 247, 296-297, 306, 307, 324, 330 - Boloñés Fernando Cospi, 18
MoCA (véase Museum of Contemporary Art ) - Boymans van Beuningen, Rotterdam, 236, 308
MoMA (véase Museum of Modern Art) - Chopin y G. Sand, 143
Musaeum Petiverianum, 36 - Civico agli Eremitani, Padua, 137, 307
- Tradescantianum, 24, 36, 68 - Cívico de Bérgamo, 13 7
- Wormianum, 19, 36 - Copto de El Cairo, 69
Musée Archéologique d'Arlés, 263 - de Ammán, 142
-Cluny, 307 - de Ahmedabad, 312
- d'Art et Histoire, Friburgo, 142, 263 - de Anacostia, 25
- et Industrie, Lyon, 123 - de Arnhem, 141
- Moderne, Bruselas, 138 - de Arte de Cleveland, 90, 236
- Moderne, París, 283 - de St. Louis, 236
- Moderne du Nord, 138 - Contemporáneo (CAPC), Burdeos, 290, 331
- d'Histoire Naturelle, París, 80, 131 - Contemporáneo (MARCO), Monterrey, 291
- de Bretagne, 142 - Islámico de El Cairo, 69
- de la Civilisation, 329 - Moderno de Barcelona, 313
- de la Civilisation Gallo-Romain, 137 - Moderno de Lille, 294
- de la Ferronnerie, 140 - Moderno de Louisiana, 263, 284, 294
- de la Gare d'Orsay, 138, 21 0, 289, 292, 301 - Moderno de México, 144
- de l'Histoire de France, 142 - Occidental de Tokio, 221 , 280, 281, 300, 311
- de l'Homme, 91, 143, 144 - de Artes Decorativas, Frankfurt, 286
- de l'Homme et de !'Industrie-Le Creusot Montceaulles- - de Atenas, 142
Mines, 70, 90, 141 - de Bangalore, 133
- de Saint-Étienne, 37 - de Bellas Artes de Bilbao, 138
- des Arts Decoratifs, 123 - de Marsella, 141
- des Arts et Traditions Populaires, París, 91 , 142, 294 - de Sevilla, 138
- des Monuments Frarn;ais, 68, 177, 307 - de Valencia, 138
- du Céramique, 140 - de Berlín, 57
- de Versailles et des Trianons, 142 - de Bloemfontein, 69
- des Arts et Traditions Populaires, 26, 131, 134 - de Calcuta, 133
-Rodin, 140 - de Ciencias Naturales, 60
Museo al Aire Libre de Arnheim, 69 - de México, 144
-Antropológico de Madrid, 143 - de Copenhague, 142
- de Vancouver, 278 - de Chandigart, 309
- Arqueológico de Ambrona, 13 7 - de Delfos, 142
- de Ampurias, 137 - de Dresde, 78
- de Barcelona, 13 7 - de Edimburgo, 142
- de Cádiz, 137 - de Escultura al Aire Libre de Madrid, 134, 141
- de Córdoba, 13 7 - de Santa Cruz de Tenerife, 141
- de Etnografía de Neuchiitel, 26, 91 - de Verana, 290
- del Trocadero, 131 - de Versalles, 70, 335
- de Falúas Reales de Aranjuez, 143 - de Viena, 54
- de Florencia, 290 - de Yogyakarta, 142
- de Historia de Cataluña (MHC), 145 - de Zagreb, 69
- de China, 61 - del Arte Malo (Museum of Bad Art, MOBA), 135
- de Ja Ciudad de Dresde, 142 - del Astillero, Guarnizo, 143
- de Ja Ciudad de Estocolmo, 142 - del Belvedere, 53
- de Ja Ciudad de Londres, 142 - del Castello Sforzesco, 219, 290
- de la Ciudad de Madrid, 142 - del Ejército, Madrid, 143
- de Ja Ciudad de Nueva York, 142 - de París, 142
- de Ja Ciudad de Rotterdam, 142 -del Ermitage, 20, 102, 113, 138, 140
- de la Ciudad de Varsovia, 142 - del Imperio Romano, 75
- Natural de Montevideo, 60 - del Louvre, 22, 56, 57, 68, 80, 81, 102, 138, 16 7, 188,
- Natural de Santiago de Chile, 60 236, 241, 287, 292, 306, 330
- Natural de Ja Villa de México, 132 - del Narte de Arizona, 31 9
- Natural, 68, 80 - del Palazzo Bianco, 219-220
- de Israel, Jerusalén, 294 - del Prado (véase Museo Nacional del Prado)
- de Itálica, 112 - del Pueblo Español, Madrid, 143
- de Ja Acrópolis de Atenas, 13 7 - del Territorio del Norte, Tiengtsing, 61
- de la Armada, Viena, 70 - del Tesoro de San Lorenzo, Génova, 219-22 1
- de la Ciencia Acciona, Alcobendas, 145 - Domus-Casa das Ciencias, 145, 147
- de A Coruña (véase Domus, Casa das Ciencias) - Egipcio, 60, 69
- de Barcelona (véase Museu de la Ciencia) - Español de Arte Contemporáneo (MEAC) , 51
- de París, 68 - Etnológico, Madrid, 143
- y la Técnica, Madrid, 145 - Etnográfico, LiverpooL 143
- de la Ciudad, Groningen, 291 - Fundación Thyssen-Bornemisza, 291
- de la Civilización, Quebec, 329 - Geográfico e Geológico de Sao Paulo, 61
- de Ja Estampa, Matsumoto, 263 - Geológico de Lima, 61
- de la Historia Alemana, 142 - Getty (véase Getty Museum)
- de China, 61 - Guggenheim de Bilbao, 302, 310
- de la Isla de Ellis, 142 - Guggenheim de Salzburgo, 310
- de la ONCE, 135 - Hispano de la Ciencia y Tecnología (MHCT), 135, 146
- de la Piel, Barcelona, 140 - Histórico de Alemania, 142
- de Ja Revolución, Sarajevo, 143 - Hualpen, 61
- de las Antigüedades de Saint Germain, 70 - Industrial de Madrid, 140
- de Liubliana, 69 - Informativo (Newseum) , Washington, 135
- de Liverpool, 143 - Interactivo de la Ciencia, Acciona, 145
- de Lord Elgin, 20 - Josef Albers, Bottrop, 263
- de Jos Niños, Argel, 141 - Josefino, 68
- de Jos Niños (Museobús), Marsella, 264 - Ken -Domon, Sakata, 263
- de los Soberanos del Louvre, 70 - Kirchneriano, 236
- de Luxar, 142 - Lapidario Maffeiano, Verana, 137, 307
- de Madinat Al -Zahra, 142 - Lázaro Galdiano, 140
- de Moravia, 69 - Lenin, 143
- de Níger, 25 - Lean Tolstoy, 144
- de Palermo, 290 - Maihaugen, 141, 144
- de Pompeya, 112 - Marinero de Bueu, 143
- de Possagno, 290 - Marítimo de Barcelona, 143
- de Praga, 69 - de Tigre, 61
- de Prehistoria e Historia Antigua, Frankfurt, 142 - Municipal, Biella, 221
- Historia y Etnografía Rumyanzov 89 - de Madrid, 140
- de Pulawy, 69 - de Rüsselhein, 105
-de Skansen, 131 , 142, 144 - de Antiguos Instrumentos Musicales, 220
- de Tesalónica, 142 - de Arte Moderno, Nagoya, 138, 139, 287
- de Tournai, 308 - de La Haya, 308
- de Venecia, 290 - de Ouro Preto, 61


- Mussolini, 75 - Zoológico de Córdoba, 141
- Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), 138, - de Jerez, 141
139, 144, 240, 286, 290, 301, 310, 311, 330 - de Valencia, 141
- d'Art de Catalunya, 138, 312 Museos Capitolinos de Roma, 235
- de Antropología de Madrid, 143 - del Vaticano, 59, 67, 140, 176, 236, 276, 289, 306
- de Antropología de México, 144 - del Piamonte, 306
- de Arte Portátil, 122 Museu de la Ciencia, Barcelona, 144, 290
- de Arte Romano, Mérida, 137, 214, 224, 263, 286- - Dr. Alvaro de Castro, Maputo, 69
287, 311 - d' Art Contemporani de Barcelona (MACEA), 139, 288,
- de Artes Decorativas, Madrid, 140 299, 310
- de Artes y Tradiciones Populares, París, 26, 131, 134, Museum Boymans-van Beuningen, 308
142 - Folkwang, Hagen, 308
- de Budapest, 142 - für Kunsthandwerk, Frankfurt, 140, 286
- de Bulawayo, 69 - für Moderne Kunst, 138, 139, 210, 291, 296
- de Sri Lanka, 61 - Isabella Steward Gardner, Boston, 239, 307
- de Checoslovaquia, 131 - of Art and Archaeology, Emory University, 142
- de Ciencias Naturales, Madrid, 143, 144 - of Beamish, 142
- de Colombia, 60 - of Contemporary Art (MoCA), Los Ángeles, 117, 138,
- de Cuba, 141, 264 226, 291, 321
- de Etnología (antiguo), Madrid, 143 - of Fine Arts, Boston, 22, 60, 75, 90, 241. 306, 310
- de Harare, 69 - of Fine Arts, Houston, 279, 286, 312
- de Historia de Chapultepec, 142 - of History and Technology, Washington D.C., 142
- de Historia de la Ciudad de México, 142 - of Science, Oxford, 24, 68
- de Historia y Tecnología (véase Smithsonian Institu- - of Mankind, Londres, 143
tion) - of Manufacture, Malborough House, 122
- de Hungría, 6 -of Modern Art (MoMA ), New York, 76, 90, 138, 139,
- de Polonia, 69 152, 210, 218, 247, 259, 264, 296, 297, 320, 324, 330
- de Preservación de Novgorod, 144 -ofNiamey, 25, 131, 141
- de Río de Janeiro, 60 - of Ornamental Art, 123
- de Tailandia, 61 - of Science and Industrie of Chicago, 133
- del País de Gales, 131 - of the Jewish Diaspora, 142
-del Prado, 54, 57, 58, 87, 90, 102, 137, 138, 146, 218, - of Traditional Architecture, 144
262,273, 305, 309 - Petiverianum, 36
- Nantong, 61 - Tradescantianum, 24, 36, 68
- Naval de Guarnizo, 143 - Wormianum, 19, 36
- de Madrid, 143 Muzej Bitke Na Neretvi, 143
- Nazionale della Scienza e della Técnica Leonardo da Muzeul Satului, 144
Vinci, 133 Muzium Negara, 142
- di San Mateo, Pisa, 306 National Gallery, 21, 139, 181, 224
- Villa Giulia, Roma, 220, 306 - , Ottawa, 240, 304
- Picasso de Barcelona, 140, 285 - , Victoria, 60, 297
- de París, 140 - History Museum, Londres, 22
- Pío Clementino, Vaticano, 276, 289 - Maritime Museum, Greenwich, 143
- Prehistórico de Moesgard, 141 - Museum of Canadá, 60
- Pushkin, 78 - Museum of Kenya, 69
- Regional de Córdoba, 61 - Museum of Niamey, 131
- de Gualeguaychu, 61 - Museum of Victoria, 60
- de la Técnica y el Trabajo de Manheim, 291 - Railway Museum, Nueva York, 214
-Rodin, 140 - Science Museum, Tokyo, 61
- Sant' Agostino, Génova, 307 Natural History Museum of Londres, 22, 132, 144
- Simón Bolívar, 61 Neue Nationalgalerie, Berlín, 273, 284, 289, 295
- Sorolla, 140 - Staatsgalerie, Stuttgart, 85, 93, 139, 286, 303
- Tecnológico de la Ciudad de México, 133 New Museum of Contemporary Art of New York, 139
-Thyssen-Bornemisza, 291 Newark Museum, 90
- Van Gogh, 140 Newseum of Washington, 146
- Watari-Um, 139 Nordista Museef, Estocolmo, 70
- y Biblioteca Municipal de Guayaquil, 61 Nueva Galería Nacional de Berlín (véase Neue Nationalga-
lerie) - Office of Museum Prograrns, 80
Oakland Museurn, San Francisco, 294 - National Air and Space Museurn, Washington, 133, 295
ósterreichisches Barockrnuseurn (Museo Barroco), Viena, - National Museurn of History, Washington, 144
140 South Kensington Museum, 123
- Museurn für Kunst und Industrie, Viena, 140 Staatliche Museum, 241
Pesawar Museum, 61 Stedelijksrnuseum, Amsterdam, 117, 124, 242
Price of Wales Museum of Western India, 59 Tate Gallery, 139, 226, 286, 291
Rijksmuseum, Arnsterdarn, 119, 142, 251 Tokyo National Museum, 61
- Kri:iller-Muller, Otterlo, 226, 308 - National Science Museum, 61
Rijksrnuseumvoor Volskude "Het Neederlands Openducht- Tropenmuseum de Amsterdarn, 143
museurn", Arnhern, 141 Übersee Museurn de Brernen, 143
Royal Ontario Museurn, Toronto, 60, 306 Uganda Museurn, 69
Saatchi Art Collection, 139, 290 United States Nacional Museum, 69
Sackler Museurn, 286 Van Gogh Museurn, 119
Science and Technology Museurn of Atlanta (SCITREK), Victoria and Albert Museum, 70, 123, 133
144 Vorderasiatisches Museum (Museumsinsel), 22
- Museurn of Boston, 133 Wallraf-Richartz Museum/Museum Ludwig, 218, 226
- Museurn of Londres, 132, 133 Walters Art Gallery of Baltirnore, 178
- Museurn of Victoria, 60 Welsh Folk Museum, 69, 140, 141
Sculpture Garden of Hirshorn Museum of Washington, 141 Whitechapel Art Gallery, 139, 290
Senckenberg Museurn, 132
Smithsonian Institution, Washington D.C ., 60, 69, 80, 146,
195

Geografía e Historia
,,
Indice nominal y temático

AATA (Art and Archaeology Technical Abstracts), 250 Alomar-Hoyos-Roselló, 108


Abbey, D.S., 266 Alquézar Yáñez, 237
Abu Simbel, 97 Aloi, Roberto, 307
Academia alta edad media, 50
- de Arte de Berlín, 57 Althann, conde, 57
- de Ciencias Naturales de Filadelfia, 15 Altman, Benjamín, 69
- de Pintura y Escultura de París, 54 Alwood, John, 257
accesos, 294 Amadó, Roser, 139
Acrópolis, 43-44, 137, 174, 203 amateu r, 67
acuarios, 30, 31 ambiente, 182
Adam, T.R., 266 control, 188-189
Adams, P.R., 209, 233 interpretación, 183
Adams Cram, Ralph, 309 Ambrose, Timothy, 109, 134, 146 - 147, 149, 233
Adellac Moreno, 237 Amerbach, Basilio, 68
administración de las bellas artes, 68 América, 15, 59, 71, 91, 121, 124, 128, 131-132
Adorno, Theodor, 38, 86, 94 American Association for State & Local History, 80, 277
Adotevi, S., 82 Ames, K.L., 257
adquisición de colecciones, 150-156 Ammann, Christophe, 287
aeditui (guardas de templos), 175 Amsterdam, 119, 124, 140, 142 - 143, 236, 241
aficionado, 6 7 ANABAD, 92
África, 59, 60, 71, 131, 144 análisis e identificación de las piezas, 156
Agassiz, Louis, 21 Andersen, Marcia M., 36
Aghemo, Ch., 314 Ángeles, Margarita de los, 267
Agnus Dei de Va n Eyck, 190 Anjou, Luis de, 50
Agripa, Marco, 49, 66 Anta!, F., 66
AlMA, Comité Internacional de los Museos de Agricultura, antigüedad, 50-52, 55, 98, 157, 175
91 Antikensammlungen (Antiquarium), 21
AJbaicín, 106 Antiquarium, 53
Albert, príncipe, 122 Antoninos, 49
Alberto V, duque de Baviera, 57, 67 Anunciación de Juan de Flandes, 241
Albini, Franco, 307 Apolo, 28, 67
Albini, Marco, 137, 307 - del Belvedere, 178
Alcázar de Sevilla, 106 aprendizaje, 267-268
Alcázar de Madrid, 57 Aquiles, 65
AJcibíades, 65 archiveros (ver Cuerpo de)
Alderson, William T., 277 archivos, 30
Alejandría, 28, 42, 48, 241 Arestizábal, Irma, 40
Alejandro Magno, 28 Argentina, 22, 60 -61, 92
Alemania, 20-22, 29-30, 57, 59, 69, 75, 78, 89, 92, 105, Arias, P.E., 66
117, 122, 131-133, 138 - 139, 190, 287, 289-291, 309 Arístide, 66
Alfonso II el Casto, 50 Aristóteles, 48
Alhambra de Granada, 106, 141 Armerías, 143
Allan, D.A., 30, 150, 156, 170, 190, 233-236, 247 Armory Show, 76
Allegret, Laurence, 263 Arnáu, F., 236
Alles, Alfred, 257 Arnheim, R., 261
Aron, Jean-Paul, 70, 87, 94 Austria, 20, 57, 59, 69, 103
arqueólogo, 12 Austrias, 54
arquitectos, 100 AVICOM, Audiovisual y Nuevas Tecnologías, 91
Arrhenius, O., 256 Ávila, 106, 141
Arsena l de Nueva York, 76
art box (caja de arte), 122
art brut, 120 Babilonia, 28, 45, 94
Art Institute of Chicago, 60, 306 bad painting, 147
art nouveau, 123 baja edad media, 50
arte objetual, 81 Baldin, Víctor, 78, 90
arte povera, 120 Ballestrem, A., 201, 243
artes aplicadas, 122 Bandel, Büro, 142
decorativas, 12, 123 barbarie, l 7 6
liberales, 123 Barbini, 66
populares, 129-131 Barcelona, 92, 106, 137-138, 140, 143-144, 287, 290, 299,
Arthur Erikson Architects, 144 309-310
Arts and Crafts Exhibition Society, 123 Barr Jr., Alfred H., 90, 258
Asamblea Euro-Americana de Museos de Arte, 227 Barraca de Ramos, Pilar, 237
asamblea húngara, 68 Barrera, A., 144
Asensio, Mikel, 267-269 Barres, Maurice, 81
Ashmol, Elías, 24 barroco, 17 6
Asia, 59, 71, 131, 144 Barthes, Roland, 93
Asiatic Society of BengaL 59 Bary, M.O. de, 38
Asociación de los Museos del Caribe (MAC), 91 Bath University, 72
- Española de Archiveros, Bibliotecarios, Museólogos y Batistiani, Giovanni, 236
Documentalistas (ANABAD), 92 Baudelaire, Charles, 85, 93
- Española de Museólogos (AEM), 92 Baudrillard, Jean, 83, 86, 92-94, 139, 313
- para la Documentación del Museo (MOA), 159 Bauhaus, 206
- Profesional de Museólogos de España (APME), 92 Baumgarten, A.G., 68
Asociaciones de Amigos de los Museos, 81 Baviera, duque de, 57
Association Franc;:aise de l'Ecla irage, 246 Bayard, Denis, 139
- Muséologie Nouvelle et Experimentation Social (MNES), Bayard, E., 236
36-37 Bayard, Yves, 139
- of Art Museum Directors, 91 Bazin, Germain, 18, 24, 30, 36, 39, 41, 43, 45, 47, 49,
- of Museums (AAM), 22, 29, 80, 91 51-52, 62, 64-69, 75, 89-90, 108, 122, 136, 140, 142,
- of Science Museum Directors, 91 174-175, 242, 272, 306
- of Science-Technology Centers (ASTC), 81 BBPR, equipo, 290
Asu Prambanam, 142 Beauregard, 52, 306
Assur, 45 Beaven, L., 311
Atalo, 48, 66 Belcher, Michael, 231, 257-258, 268-270
Atarazanas de Sevilla, 139 Beltrán Lloris, Miguel, 109, 136
Atelier International des Écomusées et Nouvelles Muséolo- 11 cortile, 51, 6 7
gies, 25 Benoist, Luc, 123, 136, 140, 146
Atenas, 28, 43, 47, 137, 142, 174, 203 Beowulf 12
Atenea Partenos, 49, 65, 174 Berducou, Marie Cl., 249
Ática, 65, 174 Bergengrem, G., 239
Atkinson, F., 328 Berlage, Hendrik Petrus, 308
Atlanta, 69, 125, 139, 141-142, 144, 286 Berlín, 22, 57, 67, 78, 90, 93, 123, 138, 140, 142, 240, 273
atribución, identificación de la obra, 156-158 Bernard, Maurice, 202, 256
Atrio de la Libertad, 48 Berry, duque de, 50
audiencias, 14 Bertoldo, 52, 176
audiovisuales, 265 Beuth, 140
Auer, H., 233 Bezold Wilkinson, Irma (véase Wilkinson, Irma B.)
Augusto, 89, 175 bibliotecas públicas, 30
Aulanier, Christian, 54, 67 bibliotecarios, l 00
Aulenti, Gae, 138, 289, 301, 309-310 bienes de interés cultural, 98
Australia, 22, 60, 78, 92, 124, 143, 237 biodiversidad, l L 14
bioparques, 14 Caballero Zoreda, Luis, 137
Birdwhistell, 261 cabaña de Tu-Fu, en Cheng-tu, 144
Bft Tavrat Nixim, 45 CAL, Maryland, 91
Bizancio, 51 Calabrese, Ornar, 84, 93
Black, Misha, 257 Caldera, Pilar, 267
Bias Aritio, Luis, 141 Calíope, 28
Blitzkrieg, 77 Calvesi, Maurizio, 235
Blockbuster Exhibition, 1O, 317 cámara, 277
Blois, Henri de, 50 Cameron, Duncan F., 26, 91, 239, 266
Blondeel, Lancelot, 176 Camino de Santiago, 106
Bo, J0rgen, 138, 263, 284 Campana, colección, 236
BoabdiL 143 Campania, 174
Bocchi, M.F, 66 Campbell, P.G., 252
Bodas Aldobrandinas, 176 Canadá, 22, 60, 78, 89-90, 92, 133, 144, 237, 303-304
Bode, Wilhelm von, 21-22, 276 Canadian Heritage ln[ormation Network (CHlN), 239
Bodei, Remo, 84 Canada's National Inventory Programme-CHIN, 239
Bohigas, Oriol, 31 O Canadian Conservation Institute (CCI/ICC), 91, 240
Bohner, I<urt, 233 Canali, Guido, 290, 307
Bolshaia Sovietska Enciklopedia, 29 Cannon-Bookes, Peter, 235
Bonaparte, José, 57 Capilla Sixtina. 176
Bonnefont-en-Comminges, 307 Capitel, Antón, 256
Borbón-Parma, 67 Capitolio, 53
Bóreas, 65 Caput Imperii, 75
Borgm'ia. duque de, 50 Caravaggio, 235
Borobudur, 142 carbono 14, 166
Boston, 90, 133, 147, 239, 309-310 Caride Va ralla, Isabel, 26 7
Botkin y I<eller, 12, 15 Carlomagno, 50
Botta, Mario, 138-139 Carlos I (Inglaterra), 54, 67
Botticelli, Sandro, 53, 113, 137 Carlos III (España), 57, 144, 306
Bouchain, Patrick, 139 Carlos V, emperador, 54
Boulhet, Henri, 63 Carlos V el Sabio, 50
Boylan, Patrick, 326 Carlos VI (Austria), 57
Bozal, Valeriano, 139 Carmel, James, 257
Bradley, S., 250 Carmona, 112
Bramante, 67 Carnevale, Domenico, 176
Brandi, Cesare, 179, 243, 256 Carracci, 306
Brandinelli, Baccio, 176 Carretero Pérez, Andrés, 237, 251
Brasil, 22, 60-61, 92 Carrucci, Jacomo (JI Pontormo), 67
Brawne, Michael, 257 Casa de la Caritat, 139, 31 O
Bringer, J.P., 257 - de las Musas (véase también Mouseion), 28, 43-44, 48
British Dictrict Commissioners, 69 - del País, 105
British Museums Association, 22, 31, 80 -Milá, 106
Brommelle, N.S., 245 - Museo de México, 25
Brown, Jonathan, 141 Casal López-Valeiras, José María, 221, 223, 263
Brown Goode, Georges, 29 casas de cultura, 92
Bruselas, 80 casas históricas, 30
Buccarelli, P., 108, 136 Casetta, G., 314
Buda (Gran Buda, Daitbutsu), 46 Casón del Buen Retiro, 57, 138
Budé, Guillermo, 28 Castello de Rivoli, I 39
Buffon, 12 Castiglione, Baltasar de, 54
Bulaq, 69 castillo de Ambras, 54
Buomalenti, 66 - de Beauregard, 52
Burkaw, G. Ellis, 37, 209, 256, 258, 261, 328 - de Berlín, 57
Burke, 38 - de Montvillargenne, 2 51
Burnham, Bonnie, 328 - de Pibrac, 306
- de Rosenborg, 306
- de Szombatherly, 54
- de Viena, 54 Clair, Jean, 94
-de Wawel, 67 clasificación de colecciones, 17-18, 36, 234-235
- del Belvedere, 57 clasificación de museos, 109-110, 137
- de la Muette, 307 Clemente XIV, 67
Castro, Noé, 287 Cleveland, 236
Catalina II, 20, 89 ClifL Stadford, 257
catalogación, 16 7-170 clima, 180-186
catálogos de colecciones, 167-1 70 climatización, 186, 188-189
- monográfico, 168 Clío, 28
- razonado o crítico, 169 Cloisters, The, 307
- sistemático, 168 CockerelL Charles Roben, 20
- topográfico, 168 Colbert, Edwin H., 30
catedral de Burgos, 106, 141 Colbert, 54, 323, 330
- de Sevilla, 106 colección
- de Teruel, 106 activa, 151-152
catedral laica (museo), 84 contemporánea, 1 53-156
Catulo, pórtico de, 48 de archivos, 30
CCI/ICC (Canadian Conservation Institute), 91, 241 de camafeos, 44
Centre d'In[ormation de l'Eclairage, 263 de la Corona, 57
centro de arte, 120 de los Almirantes de Castilla, 57
centro de exhibición temporal (kunsthalle), 79 de Olaf Worm, 68
centro de patrimonio, 134 del duque de Schleswig-Holstein y Gottard, 67
centros científicos, 31 deterioro de las, 180 y sigs.
César (el), 28 enciclopédica de las maravillas, 18
Cézanne, Paul, 115 gestión de una, 153, 159, 165
Chadwick, A.F., 266 investigación, 165-170
Chapman, D.J ., 328 ordenación de una, 150-156, 209-21 O
Chapultepec, México, 132, 142 pasiva, 149-150
Charleston Library Society, 59 zoológica, 60
Charmois, 203 coleccionismo, 48-49, 51, 91
Chateaubriand, 177 Coleman, Laurence VaiL 76, 90, 203, 205, 305
Cheetham, F., 328 columna antonina, 176
Cheit, Earl F. , 318 col/ectio, 275
Cheng-tu , 144 Colquhoun, Alan, 139, 290
ChenhalL Roben G., 237 Comisión de monumentos, 137
Chequia, 240 - de Museología de la Conferencia Permanente de los
Chétien de Meche!, 57 Parques, 127
Chile, 22, 60, 105 - de Museos y Galerías británicas, 31
CRIN, Canada's National Inventory Programme, 239 - Europea, 106
China, 46, 54, 61, 65, 69, 71, 92, 144 - de Normalización Documental de Museos, 160, 240
Chinchilla Gómez, Marina, 237 Comité Internacional de los Museos de Agricultura (AIMA),
Chirino, Martín, 311 91
Christie's, 90 Comité de Normas y de Formación del ICCROM, 243
Cicerón, 48-49, 66 - Español del ICOM, 94, 95
CIDOC, Centro de Documentación UNESCO-lCOM, París, - Internacional de Arqueología e Historia (ICMAH), 134
91, 162, 237 - Internacional para la Arquitectura y Técnicas Museográ-
ClMAM, Arte Moderno, 91 ficas (ICAMT), 91, 277, 305
CIMCIM, lntrumentos de Música, 91 - Internacional para la Conservación (ICOM-CC), 101,
CIMIC, Computer Interchange o[ Museum Information 199, 201-202, 243, 250
Committee, 162 - Internacional para la Educación y Acción Cultural
CIMUSET, Ciencias y Técnicas, 91 (CECA), 91, 226
cinquecento, 52 - Internacional para la Gestión de Museo (INTERCOM), 91
CIPEG, 91 - Internacional para la Seguridad en los Museos (ICMS),
circulación del público en las salas de exposiciones, 204-205 91
Ciudad del Cabo, 60 - Internacional para los Museos de Ciencias Naturales, 91
Ciudadano Kane, 307 - Internacional para los Museos del Vidrio , 91
Claap, Arme F., 256 - Internacional para los Museos Regionales (ICR), 31, 91,
103 pon Center, 91, 166, 241
- International pour la Muséologie/International Commit- conservator (véase conservador), 201
tee for Museologie (ICOFOM), 23, 91 Conservatorio de las artes y oficios, 68
- para la Seguridad en los museos (ICMS), 19 5-1 96, 199 Constantino, 51
Comités de Estudio, Programa del ICOM, 108, 136 Constantino VII Porfirogeneta, 51
- del ICOM, 107 construcciones reales francesas, 56
- especializados del ICOM, 104, 132 contador de Geiger, 166
- Internacionales de Trabajo, ICOM, 108 control de riesgos, 184
Committee for the Training of Personnel, ICOM, 36, 91 control de temperatura y HR, 183
Commission Internationale de l'Eclairage (CIE), 263 control y calidad medioambiental, 214, 295
Commonwealth Association of Museums, 81 Convención de El Salvador sobre la Protección de la Heren-
composición del aire, 245 cia Arqueológica, Histórica y Artística de las Naciones
Computer Interchange of Museum Information Committee Americanas, 235
(CIMIC), 162 Convención de la UNESCO de 1970, 235
conciencia del patrimonio cultural, 87, 98 Convención sobre la Protección del Patrimonio Mundial,
Concurso de ampliación y remodelación del Museo del Cultural y Natural, 106, 189
Prado, 309 convento de Petits-Augustins, 68
Conference International des Musées, Societés des Nations, convento de los Carmelitas de Frankfun, 142
36 Coolidge, John, 310
Conferencia General de la ONU para la Educación, la Cien - Cooper, Douglas, 66
cia y la Cultura, 141 cooperación internacional, 95
conformación de salas de exposición en museos, 203 Copenhague, 31, 142, 194, 199, 201, 284
Congreso Internacional de la Federación Mundial de Ami - copia de obras, 156 - 1 59
gos de los Museos, 92 Cordaro, Micbelle, 235
Connor, Steven, 92 Córdoba, 92, 106, 127, 142
conoscitori, 67 Coremans, Paul, 190, 192, 200, 233, 247, 256
consagración objetual de lo conceptual, 121 Corinto, 48, 66
consejo de administración de un museo, 316 corona de oro de san Esteban, 46
Consejo de Europa sobre la protección de la herencia ar- Correo de la UNESCO, 190
queológica, 235 Cósimo de Médicis, 51-53, 66
conservación, 183 Cospi, Fernando, 18
- ambiental, 183, 188-189 Cossons, NeiL 141
- biológica, 11 Coté, Michel, 316, 329
- de una colección, 99- 1Ol, 170-1 94 Coupet, André, 329
- integral, 171 Cranach el Viejo, 236
- museológica o patrimonial, 102, 171 Crep, P., 29, 37
- preventiva, 171-180 Crespán, J .L., 39
desde 1945, 178-194 Crimp, Douglas, 87, 93-94, 286
después de 1980, 194-195 Crispolti, S., 30, 37
- técnicas crisis de la conciencia europea, 5 5
almacenamiento, 193 - de la institución museística, 25, 30, 32
comportamiento de los materiales, 193 - y replanteamiento del museo, 81
control del medio ambiente, 193 cristianismo, 49-51
estudio, 193 crítica de arte, críticos de arte, 22, 48, 204
ética de la conservación, 11 Crónida (el padre), 28
limpieza, 193 cruzada, 50
manipulación, 193 Crystal Palace de Joseph Paxton, 280
restauración, 193, 201-202 Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios, 92, 244
trabajo sobre el terreno, 194 Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos, 92, 242,
transporte, 19 3 244
tratamiento, 193 cuevas de Altamira, 106
- terapéutica o curativa, 179 Cuisenier, J., 240
Conservación: un desafío a la profesión , 193, 202 cultura posmoderna, 84
conservador, conservadores (véase restaurador), 11-12, 14, Cultures (UNESCO) , 31
100, 192, 201, 239, 321 Cupido, 236
conservateur (véase conservador), 200 curator (véase conservador)
Conservation Analytical Laboratory (CAL), Museum Sup- curiosa artificialia, 18, 98
curiosidades, 6 7 Dirección General de Bellas Artes, 38, 160
Curti, Orazio, 40 director/dirección de museo, 239, 322
Czartoryska, princesa, 69 diseño
Czére, B., 145 del edificio (Mattews), 311
en los catálogos, 321
esquema del diseño, 284, 311
D'Alembert, 67 estructuras móviles, paneles, 219
D'Angivillier, 56 sistemas de iluminación, 220
D'Hory, Elmir, 237 vitrinas, 215, 219 -221
dación, 152, 161 Dissing, Hans, 139, 289
dactiloteca, 43, 44, 49, 275 Domenech, Lluís, 139, 310
Dagen, Philippe, 70, 94 Domenech i Estapa, Josep, 145
Daitbutsu (Gran Buda), 46 donación, donante, 152, 161, 239
Daifuku, Hiroshi, 233 Donatello, 52, 53, 176
Dalí, Salvador, 158, 236 Dossena, Alcea, 236
Darragh, Joan, 281, 292, 311 Dry, D., 311
Davallon, Jean, 257, 326, 331 Dubé, Philippe, 205, 257
Davey, Pe ter, 1O, 1 5 Dudley, DorothyH., 311, 314
David, taller de, 81 Dupin, Jacques, 236
Davis, Douglas, 93, 310 Duthuit. G., 38
Davis, F., 261
De arch itectura, 175
Dean, David, 257 East Africa and Uganda Natural History Society, 69
degradación de Jos objetos, 180-182 Eastlake, 21
Delcroix, Gilbert, 170, 183, 186-187, 200, 245-246, 257 École du Louvre, 24, 246
Delfos, Grecia, 47, 48, 50, 112, 142 Ecomuseé de la Grand Lande, 135, 141
Deméter, 65 ecomuseos, 23, 73, 79, 134, 318
Demetrio de Falera, 48 economusée/economuseum/economuseo, 37, 317
Denon-Vivant, barón de, 68 economuseología, 315, 317, 327
Déotte, J.L., 32 ecosistemas globales, 11
Departamento de educación y acción cultural de los museos edad media, 50, 107, 175, 243, 272
(DEAC), 226, 267 Eddie, Thomas, 241
- de Fotografía del MoMA, 1 52 edificios de nueva planta, 277-278
- de Museología, 226 edificios históricos como museos, 30, 275-277
- de Psicología de la Universidad de Wisconsin -Milwaukee, Edman, P.K., 257
81 Eduardo VII, 123
- de Registro, 161-163, 305 educación en el museo, 14, 226-231, 264-266
- de Registro del MoMA, 240 acción cultural y educativa, 264
- de Pedagogía, 226 acción internacional, 266
- de Psicología Básica de la UAM, 267-268 definiciones, 265
Department of Practica! Art (Dept. of Science and Art), 122 formación del personal, 265
Descripción de Grecia: Ática y Laconia, 174 formas y métodos, 265
Desjardins, Julie, 268 métodos técnicos, 266
desperfectos, 198 museo y escuela, 265
Desvallées, André, 26, 30, 37, 63, 72, 145 museo, centro cultural, 265
Deutsches Museum Bunde, 22 percepción, 266
development of computer-based documemation, 239 público y museo, 226-227
Dewey, John, 266 Éfeso, 47
Di Matteo, Collette, 250 Egipto, 28, 60 -61, 97, 142
Diamond, P.M., 33 Egisto, 65
Díaz Balerdi, Iñaki, 262 Eiffel, Gustave, 139
Dictung und Wahrheit de Goethe, 21, 59 elanitas, 45
Diderot, 56, 67 elementos deteriorantes, 180
difractómetro de rayos X, 242 Eleuter, 28
Dinamarca, 92, 138, 141-142 Elgin, lord, 69, 177
Diomedes, 65 Eliseef, V., 30, 240
Dioum, Baba, 13 Ellin, E., 239
embalaje y desembalaje de cuadros, 164 exhibición, 257
Encyc!opaedia Britannica, 30, 63 Exhibition Department Field Museum of Natural History
Enciclopedia Universa/ Ilustrada Europeo Americana, 34 of Chicago, 212
Encyclopaedia Universa/is, 30, 39 expolio, 48-49
enciclopedismo, 149 Exploratorium, 133
Encyclopedie, 56 Expo 88, 140
Engels, 69 Expo 92, 140, 144
Ennigal-di -Nanna, 45 Expo 98, 140
entrada de objetos, 115, 160-161 exposición
Entrepót Lainé, CAPC, 139, 290, 331 actuación conjunta del equipo, 213
Epidauro, 48 análisis y evaluación, 208
época neoilustrada, 275 blockbuster exhibition, 1O
equipamiento del museo, 311-314 características, 202 -207
Erato, 28 catálogos, 211, 260
Erhardt. David, 248 clases, 207, 208
escenificación 84, 202 conceptualización y objetivos, 208
Esciro, 65 construcción/fabricación, 260
Escorial, monasterio de EL 57, 106 costes y financiación, 213
Escuela de Palo Alto, 261 criterios de selección de objetos, 209-258
- del Louvre, 180 diseño, instalación y montaje, 10, 208, 213, 259-260
Espacio Multimedia para el Arte Contemporáneo, Palermo, enfoques de planificación, 208-214
138 espacio, 212
España, 22, 51, 54, 57, 59, 92, 106, 112, 117, 126, 133, evaluación, 230-231
137-138, 142-143, 145-146, 163, 204, 236, 238, 240, iluminación, 213, 222-226
276-277 información, 212
España de los museos, 105, 143 instalación de los objetos, 214-222
especímenes, 170 organización, 211-213
clasificación, 272 percepción, 216
espíritu del 68, 26 planificación y diseño, 208-214, 253
EE.UU., 14, 22-23, 25, 36, 60, 62, 69-71. 76, 78, 80-81 , 90, preservación y conservación, 199-201
92, 117, 131, 133, 139, 141-142, 146, 165, 180, 190, procedimientos de la exposición, 212
226, 233, 236, 238, 261, 264, 267, 272, 286, 289, 328 producción y gestión del proyecto, 208
Este, duques de, 53 público visitante, 213
Esteva Fabregat, C., 143 tipos de funciones, 202
estilización general izada, 88 Exposición Internacional de 1929, 138
estilo internacional, 84 Exposición Universal del Crystal Palace, 122, 133
- posmoderno, 84 exposiciones universales, 122 , 140
- postemplo, 275 expuestos, 26
Estrabón, 28, 3 7
ética de Ja conservación, 87
ética de la tierra, 13 factores de deterioración fotoquímica, 181
etiquetas de Bordeaux, 331 Fainsilber, Adrien, 144, 289
Europa, 12, 14, 17, 54, 57, 59, 61-62, 65-67, 71, 77-78, Falera, Demetrio de, 48
102, 121, 128, 131, 133, 138, 144, 146, 177, 274, 306, Fall, Frieda K., 187, 250
328 fases en el tratam iento del objeto (Riviere), 201
European-American Assembly of Art Museums, 227, 320, favisae (fosos de ofrenda), 174
328 Federico de Sajonia, 67
European Museums Network (EMN), 239 Federico Guillermo II, 57
Euterpe, 28 Federico Guillermo III, 22
evaluación, 230-231 : Federico IV de Dinamarca, 306
cuantitativa, 303 Fehlig, Teresa Anne, 308
de exposiciones, 270 Feldstein, Martin, 318, 327, 330
equipo de evaluación del magíster en Museografía y expo- Felipe el Atrevido (duque de Borgoña), 50
siciones de Ja UCM, 269 Felipe Il, 54
evolución del museo, 41 -72 Felipe III, 54
Evrard, Marce!, 26 Felipe IV' 54
examen de la obra, 172 Feller, Roben L., 180, 244, 250
Fenton, A., 333 Galerías :
Fernández Alba, Antonio, 290, 301 de Apolo, e l Louvre, 306
Fernández Arenas, José, 38 de Arte de Dresde, 21, 59, 205
Fernando de Habsburgo, 54 de los Espejos, 306
Fernando VII, 57, 144 de Prusia, 57
Ferrara, 53 del Bramante, 306
Fidias, 49, 174 del emperador Maximiliano en Munich, 306
Filadelfia, 15, 140, 239, 261 del palacio Pitti, 274
Filippi, M., 314 del Louvre, Gran (véase Museo del Louvre)
Filoctetes, 65 Doria Pamphili, 235
financiación, 318, 320 y ss. Histórica del castillo de Beauregard, 52, 306
Fitzwilliam of Meryon, lord, 68 Hunterian Art Gallery (véase Museos, Mackintosh Hou-
Flakturm, 78 se), 214
Flandrin, Philippe, 90 Gante, 176
Flaubert, Gustave, 94 Garces, Jordi, 145, 290
Florencia, 52-53, 66, 103, 139, 143, 242, 273-275, 290 -292 García, S., 311
Focillon, M. Henri, 22, 68 García Blanco, Ángela, 267, 269
Fogg, R., 36 García Fernández, Isabel, 248, 262-263
Fontainebleau, 54 Gardiner, Graeme, 199
Forguera Cabeda, Eduardo, 263 Garmelo, G., 256
Fon Tyron (véase Cloisters, The) Garouste, 331
Foster, Ha!, 93 -94 Gas Station, 139
Foster, Norman, 138, 289 Gauguin, Paul, 115
Foucault, Michel, 94 Gaya Nmio, Juan Antonio, 66, 100, 105, 108, 112-113,
Foyles, M., 29, 37 137, 143
fra Angelico, 53 Gehry, Frank O., 138, 263, 302, 310
fra Filippo Lippi, 53 Gellner, 85
Francia, 20, 22, 25, 36, 50, 5~ 56-5~ 59, 7~ 7~ 9~ 92, Generalife, 106
106, 117, 126, 131, 135, 137-141, 202 -204, 238, 242, Genio del Cristianismo, 177
251, 278 -279, 294, 309, 324, 330, 331 geología, 237
Frankfurt, 105, 132, 138-140, 142, 291, 296 Geological Survey, 60
Francisco I, 54, 66 Georgia, 125, 139, 141-142, 144, 286
Freire, Paulo, 266 Guernica, 138
Frick, Henry C., 69 Gér6me, 94
Friedberg, B, 266 gestión y administración
Friedrichdhafen, 78 - de las colecciones, l 53, 159-165
Friu l, duque de, 50 - de los museos, 315 y ss.
Frommel, Cristoph, 235 - de las actividades, 320 y ss.
Froment, Jean-Louis, 331 Ghez, Gilbert, 252
fuego, 195, 197, 252 Ghiza, 69
futur istas, 92 Gibson, Stuart, 138
Giglioli, G.B ., 89
Gilbert & George, 124, 331
gabinete, 67 Gilman, Benjamin Yves, 323 , 329
gabinete de curiosidades, 52, 67, 277 Gioconda, 81
gabinete de historia natural, 18 Giovanni de Médicis, 66
gabinete Giraudy, Danielle, 63
- de las damas, 65 Glaser, Jane R., 36
- de las Damas de Pibrac, 306 gliptoteca, 43, 44, 277
- de las Maravillas de la Humanidad (Bit Tavrat Nixim), 45 - de Munich, 21, 305
- del castillo de Rosenborg, 306 Godette, M., 253
- del rey de Francia, 330 Goethe, J. Wolfgang von, 21, 38, 59, 68, 205, 275
- de retratos contemporáneos (chinos), 65 Goffman, 261
- de rigurosa y ordenada clasificación, 277 Gomera, 106
Gablik, Suzi, 139 Gonzaga, 53
Gabus, Jean, 26, 91 González Yelasco, 143
galería , 18, 275-277 Goode, G.B., 29
Gordon, Max, 291 heeresmuseum, 75
Gottesdiener, Rana, 269 Hegel, Georg W. F., 93
Government School of Design, 122 heimatmuseum, 75, 89, 142
Goya, Francisco de, 94, 113, 13 7 helenismo, 42, 43
gráficos de longitud de onda, 187 Helg, Franca, 307
- de parasoles y flujo de energía solar incidente, 187 Helicón, 28
- funcional y de datos correlativos de un deshumidificador, Hellwig, F., 257
184 Hendrick van Cleeve, 51
Graft, Gerald, 83 Hera Argiva, templo de, 174
Graham, Daniel, 242 Herculano, 55
Graham-Bell, M., 250 Herodoto, 4 7
Grahamstown, 69 Heroeon de Alejandría, 175
Grampp, William P., 252, 330 Herrernan, Yani, 295, 305, 307, 310, 314
Gran Buda (Daitbusu), 46 Herrera, María Luisa, 108
Gran Palacio de Bangkok, 61 Hesíodo, 37
Granada, 106, 137, 141, 143 heterodoxias de los museos y centros de arte, 122
Grau Sala, 237 Hien-Ti, 65
Graves, Michael, 142 higrógrafo/higrómetro, 186
Grecia, 42-43, 45 -48, 69, 106, 112, 126, 142 higroterrnografo o terrnohigrógrafo, 183
Greenfield Village, 141 Hill, S., 208
Greenwich, 143 hipertexto, 235
Grenoble, 73, 82, 290 Hin, A., 57
Griggs, Steven A., 230 Historia de Nastasio degli Honesti, 13 7
Grimaldi, Domenico y Antonio, 68 Historia y guía de los museos de España, 105
Gris, Juan, 138 historiador socia L 12
Gropius, Walter/Büro Bandel, 142 Hiuan, 65
Guadalete, 142 Hohenzollern, 67
Gucci , 331 Holanda, 20, 54, 69, 92, 105, 132, 289, 291
Guerra. Giuseppe, 236 Holz, Hans Heinz, 31, 38
guía Hollein, Hans, 138- 139, 287, 300, 306, 31 O
personal, 264-265 Hombre y naturaleza, 12
folletos, 259 Homero, 65
Guichen, Gael de, 100, 105, 172-173, 178, 183, 193-195, Homulos, Peter S., 237
243-245, 248 Hooch, Peter, 236
Guidieri, Remo, 88, 94, 337 Hooper -GreenhilL Eilean, 66
Guillermo IV, 57 Horra, Víctor, 308
Gulbenkian, 89 Hory, Elmyr de (ver D'Hory, Elmir)
Guldbeck, Per E., 250 Hoshino, Furninori, 289
Gwathmey, Charles & Siegel, Roben, 283, 309 Hours, Madelaine, 242
Houston, 69, 139, 217, 224, 226, 277, 284, 287
Howie, F., 246
Habermas, J ., 83, 139 Hoyos-Alomar-Roselló, 108
Habsburgo, 67 Hubert, F., 36
Hall, J., 261 Hudson, Kenneth, 63, 72, 105, 128, 137, 140, 142, 333
Hamlin, Chaucey J ., 23 Rugues, Roben, 94
Han, dinastía de los, 65 huída del museo, 121
Harrison, Molly, 233 humanismo, 51
Harun-Al-Rachid, 50 humedad, 180 -185, 195
Harvard University, 180 Hungría, 22, 46, 54, 92, 238
Harvey, B., 246, 266
Harvey, E.D. and Friedberg, B., 266
Hasbrouck House, 60 IAMAM, Armas e Historia Militar, 91
Hauenschild, Andrea, 89 IATM, Museos de Transportes, 91
Hautecoeur, L., 308 ICAA, Artes Aplicadas, 91
Hazelius, Anhur, 70, 131 ICAM, Arquitectura, 91
Hearst Castle, 307 ICAMT, Arquitectura y Técnicas Museográficas, 91, 308
Hebditch, M., 328 ICCROM, International Centre for the Study of the Preser-
vation and the Restoration of Cultural Property Roma, Imperara, Ferrante, 18
80, 9L 173, 179, 192-194 Imperial Ward, 143
ICEE, Intercambio de Exposiciones, 91 Impey, Oliver, 63
TCFA, Bellas Artes, 91 Independence Hall, 69
ICIM, Literarios, 91 India, 59, 92, lOL 133, 141-142, 272
ICMAR Arqueología e Historia, 9 L 134 índice de rendimiento cromático (IRC), 244
ICME, Etnografía, 91 información, difusión, 259, 325
ICMM, Marítimos, 91 políticas de, 227-231
ICMS, Seguridad en los Museos, 91, 195-196, 199, 246, servicios de, 231 -233
250, 251 tecnología, 266
ICOFOM, Museo logía, 39 -40, 106, 331 informatización, 161 -162
ICOM, International Council of Museums, 23-24, 26, 28- base de daros, 162
30, 32-33, 38, 70-71, 80-81, 89, 9L 95, lOL 105-109, Informe Schriider (ICMS, ICOM ), 251
119, 127- 128, 146, 149, 162, 190, 195-196, 199, 202, Inglaterra, 12, 68, 123, 143, 159, 286, 289
233, 237-238, 240, 246 -247, 251-25 2, 263, 266, 279, Inglehart, Ronald , 85
280, 305, 308, 311, 320, 324, 326, 328, 33L 336 -337 Inocencia VIII, 306
& International Committee on Museum Security, ICMS, Inspección General de Mu seos Arqueológicos, 238
91 instalación de los objetos, 214-222
Estatutos, 28, 30-32, 38 Institut Frarn:;ais de Restauration des Ouvres d' An, Centre
Programas, I36, 337 National des Art Plastiques, 257
Reuniones Generales, 23, 28, 30 -3L 37, 73, 82, 88-89, - Royal du Patrimoine Artistique (IRPA), 80, 190, 241, 243
9L 95, l OL 103, 140, 146, 149 - 150, 170, 227, 232, Instituto de Cooperación IntelectuaL 22
251, 336 - del Patrimonio Histórico EspañoL IPHE, 9 L 241
- News/Nouvelles de l'ICOM/Noticias del IcoM, 23, 39, - Valencia de Don Juan, 140
136, 251, 266, 308, 337 INTERCOM, Gestión, 91, 320
- CC, Conservación, 91, 202, 248, 25I International Centre far the Study o! the Preservation and
- CIDOC, 91 the Resroration of Cultural Property, (ver ICCROM), 80,
- MPR Marketing & Public Relations, 336 91, 173, 179, 192
ICOMMOS, París, 237 International Council of Museums (ver ICOM)
!COMOS, Monumentos y Lugares, 9L 23 7, 279, 241, 244 - Council of the Museums of Modern Art, 247
ICR (Comité Internacional del TCOM para los Museos Re- - Institute far Conservation of Historie and Artistic Works
gionales), 31, 91, I04-105 (IIC), 80, 245
ICRBC, hoy Instituto del Patrimonio Histórico Español - Institute far the Conservation of Museum Objects (UC),
(véase IPHE) 180, 251
ICTOP, Formación del Personal, 91 - Laborarory far Visitar Studies (ILVS), 81
idea del artista, 176 Internet, 146-147
Ideé Artistique Internationale, 138 Inventaire Général des Richesses Artistiques de la France,
identificar (las p iezas), 156-157 240
IIC(MO) (véase International Institute far Conservation inventariar, inventario, 161-162
of Museum Objects) control de, 197
IIC(HAW) (véase International Institute far Conservation investigación de las colecciones, 165 -170
of Historie and Artistic Works) investigación e interpretación de una herencia inapreciable,
iluminación (en los museos), 180, 218, 223-224 98-99
artificial -natural, 180 Inxuxinak, 45
condicionantes de la, 22 Íñiguez de Onzoño, José Luis, 290
de los objetos, 222 -226 IPHE, Instituto del Patrimonio Histórico EspañoL 91, 241
sistemas de, 220 IRCAM de la Música Contemporánea, 139, 153
iluminancia, tabla 1 (Casal ), 223 Irving, Clifford, 237
iluminancia, tabla Il (Casal), 224 Isabel la Católica, 146
Ilustración, 17-18, 56, 63, 149 Isozaki, Arara, 138, 287
Illuminating Engineering Society, 223 Jstituto Centrale del Restauro, 241
imagen corporativa y productos comerciales, MoMA, 324 Italia, 22, 49 -5L 75-76, 78, 90, 92, 103, I06, 112, 117, 126,
imaginario del museo, 88 13L 133, 137, 204, 236, 238, 278 -279
IMAX Theater, 133 Itálica, 112
imitación (véase copia, original)
impedidos, visitantes, 295 , 314
Impey, O., 66 Jaback, 54
Jackson, 261 Knaap, 261
Jackson, Marie, 147 Koenismark, conde Friedrich von, 90
Jacobi, Daniel, 268 Konikon , Roben B., 258
Jacopo, Givanni Baptista di, 67 I oolhaas, Rem, 122, 289
Jamesson, Frederic, 83, 93 Kotor, golfo de, 142
JaouL Manine, 194 I<ramer, Hilton, 94
Japón, 22, 46, 61, 65, 71, 78, 84, 92, 117, 138, 140, 175, !<rase, Waltraud, 31 O
236 Kress, Samuel H., 69 -70, 90
jardín botánico, 14, 15, 30, 31 Kuhler, ln geborg, 291
Jardín Botánico de Atlanta, 125, 141 Kunst und Altertum, 21
- de Blanes, 141 Kunsthal, 289
- de Granada, 141 Kunsthal!e, 32, 79, 117-118, 121, 141
- de Las Palmas, 141 Kunstkammer, 67
- de Madrid, 141 Küppers, Barnhard, 263
- de Missouri, 14, 15 Kurosawa, Kisho, 138-139, 287
- de Puerto de la Cruz, 141 Kurz, O., 236
- de Valencia, 141
Jardín de Plantas del Rey, 68
jardín zoológico, 31 La Muette, castillo de, 307
Jarves, James J., 60 laboratorio, 23, 149
JaouL Manine, 248 Laborarorio Central TNO, 251
Jeudy, Henri-Pierre, 63 Lachapelle, Céline, 329
Jordana Laguna, José Luis, 267 Lagos, 28
Jordanova, Ludmilla, 63 lamas de fibrocemento, 224
Jos, Nigeria, 144 land ar!, 120
José Bonaparte, 57 Landgrave de Cassel, 59
José !I, 55, 57 Laocoonte, 67, 176, 178
Jostrand, E., 256 Lapointe, André, 329
Jourdain, M., 22 Larsa, 45
Juan de Flandes, 241 Las Palmas de Gran Canaria, 138, 141, 301, 311
Juan de la Cosa, 143 Lascault, Gilbert, 30
Juan de Pareja, 91 Lassaigne, Jacques, 94
Juan de Villanueva, 57-58 Lawler, Louise, 94
Julio César, 48-49 Le Corbusier, 120, 220, 278, 280, 281, 283, 298, 300,
Julio II, 53 306, 308, 309, 311
Jünger, E., 38 Le Debat, 338
Junta Técnica de Archivos, Bibliotecas y Museos, Le Monde, 91, 338
242 legislación de museos, 318-320
Juvenal, 66 Legorreta, Ricardo, 287
Legorreta, Víctor, 287
Leibniz, 38
Kahn, Louis, 287, 293, 306 Lehmbruck, Manfred, 306
Kant, Emmanuel, 38, 68 Leicester, 36, 40, 71
Karnzow, 90 Leitner, I<laus, 122
I<athapalla, Y., 256 Lemmos, 65
Kaufman, J., 263 Lenin (Vladimir Ilich U.), 76
Kenjo, Tenzo, 247 Lenoir, Marie -Alexandre, 57, 68, 176, 243, 307
I<ennedy, John F., 146 León, Aurora, 9, 38-39, 108, 136, 142
Kent, J.P.C., 236 León X, 53
Kepes, G., 261 Leopold, Aldo. 13, 15
Kioto, 175 Leopoldo Guillermo, archiduque, 55, 57
Kister, Pierre, 66, 70, 72, 93 Leroi-Gourhan, André, 43, 64
Kitchen, The, 139 Leroux-Dhys, J.F., 37
I<leihues, Josef PauL 142 Lewis, Geodfrey D., 37, 45, 50, 66, 91, 136, 143
Klein, Larry, 210, 222, 257, 258, 260, 262, 263 Lexicon-graeco-latinum, 28
Klenze, Leo von, 306, 308 Ley del Mecenazgo en España, 328
Klotz, Heinrich, 31 0 Ley del Patrimonio Artístico Español, 38
Liceo, Gran Teatro del, 106 Mahoma, 46
Licómidas, 65 Mahon, sir Denis, 235
Light, R.B., 237 Malaro, Marie C., 328
Lillie and Roy Cullen Sculpture Garden, 141 Malborough House, 122
Linneo, 36 Male, E., 256
Lipovetsky, Gilles, 93 Malraux, André, 38, 94, 125
Lisipo, 66 Maltcse, Corrado, 256
Liv ia, pórtico, 38 manejo de obras de arte, 162 - 163
Lombardi, C., 314 Mantua, 53
Londres, 11, 29, 67-70, 79, 102, 105, 122, 132 - 133, Mao Yen-Ch u, 65
138, 140, 143-144, 177, 183, 223, 306 maquetas, 282, 283, 319
López García Gallo, Pilar, 267 Maquiavelo, 54
Lord, Marcia, 206, 333, 338 mar Muerto, pergaminos del, 241
Lorenzetti, 176 maravillas de Fontainebleau, 54
Lorenzo el Magnífico, 52 Marcel-Dubois, C., 144
Loria, Jeffrey, 234 Marcelo, expolio de, 48
Los Ángeles, 11, 133, 138, 226, 289, 291 -293, 299 Marcial, 66
Louis de Anjou, 50 Marco Agripa, 49, 66
Lucrecio, 12 Marchán Fiz, Simón, 139
Lúculo, Lucio Licinio, 49 Marcenara, C., 66
lugar de la historia, en el, 129 Marictte, August Edouard, 60, 69
lugares arqueológicos, 30 Marijnissen, R.H., 256
- históricos, 30 Marollcs, abad, 54
- naturales, 30 Marqués de Urquijo, 57
Lugli, Adalgisa, 17, 35-36 Marsh, George Perkins, 12-13, 15
Luis de Anjou, 50 Martin de Charmois, 203
Luis Felipe, 70, 142 Martini, G., 257
Luis I de Baviera, 177 Maspero, G., 69
Luis XTV, 54, 56, 306, 323 mass media (medios de comunicación de masas), 83
Luis XV, 56 matadero de Legazpi, Madrid, 147
Luis XVI, 56 Marías l (Matías Corvino), 54
Luria, A.R. , 26 1 Mattei, Ciriaco, 235
Lutero Oso de Pié, 12 Matthews, Geoff, 213 -214, 257, 261, 282, 295, 308,
lux, 222 310, 314
luxómetro, 186, 222 Maure, Marc, 27, 35, 40, 94, 102, 106, 232, 270
luz, 225 mausoleos (muscos), 25, 32, 82, 84
Lyotard, Jean Franc;ois, 83, 93, 139 Maxirniliano, emperador, 53, 306
Maximiliano l de Austria, 54
Maxwell, David, 257
MAC, Asociación de los Museos del Caribe, 91 Mayrand , Pierre, 25
MacGregor, Arthur, 63, 66 Mazarino, cardenal, 54
Maclcay, Alexander, 60 McCormick-Goodhart, Mark, 248
MacLeod, K.J., 250 MCN, Museum Computer Network (Red de Computadoras
madame Pompadour, 56 ele Museos), 162
Maderuelo, Javier Meche!, Chétien de, 57
Maclinat Al -Zahara, 142 mecenazgo, 52, 322 -323
Madraza, Mariano, 68 Mecklenburg, Marion F., 248
Madrid, 11, 14, 23, 36, 67, 90, 92, 102, 110, 134, 137, Mcdicis, 52 -53, 66-67, 176
140, 142 - 146, 160, 217, 267-268, 274, 281, 288, 293, Medina Azabara, 142
306, 308-309, 311 medio-ambiente, 13, 132, 179
maestro de obra (en el museo), 279, 294 medidor de iluminación registrada, 186
maestro del trabajo (en el museo), 279, 294 - de niveles de energía UV, 186
Mafei, F., 66 - de mano para humedad y temperatura, 184
Maffei, Scipione, 137, 306 medievo, 50
Magasin, Le, 139, 290 Médulas, las, 106
magister en Museografía y Exposiciones, 10, 268-269 Medusa, 65
Mahabal ipuram, 142 Meegeren, H. van, 236
Meier, Richard, 138-140, 286, 289, 299 protección, 99-104
Meikle, M., 250 restauración, 109-201
Mellan, Andrew, 69- 70, 89-90 Moas, Stanislaus von, 308-09
Melpómene, 28 Moreaux, J.C., 308
Mendini, Alessandro y Francesco, 291 Morelli, 180
Meninas, Las, 209 Morozov, lván, 89
Menkes, Diana P., 196, 251 Morris, William, 123
Mercadé, R., 139, 310 Morton, A., 145
Mercati, M., 67 Moscú, 29, 89, 143-144, 226
Mcrcier, Silvain, 289 Mostra Augustea de la Roman ita, 89
Mérida, 106, 137, 287, 311 Mount Vernon, Virginia, 143-144
Merleau -Ponry, M., 38 mouseion , 28, 43-44, 48, 174, 275
merveilles de Fontainebleau, les, 54 lugar de contemplación, 28
Merz, Mario, 302, 331 casa de las Musas, 28
Metelo, pórtico de, 48 Mouseion (revista), 23, 306
México, 22, 94, 103, 132, 134, 142, 144, 204, 236, 278 Mouseion de Alejandría, 28, 56, 174
mezquita Azul de Estambul. 100 Movimiento Internacional para una Nueva Mu seología
mezquita de Córdoba, 106 (MINOM), 25
Michel. André, 180 Movimiento Moderno, 283
Michelozzo, 66 movimiento posmoderno, 83
Michl. Hans, 122 MPR, Relaciones Públicas, 91
Mies van der Rohe, Ludwig, 120, 273, 277, 284, 289, 309 multinacional museística, 63
Miguel Angel. 176, 236 Mumio, cónsul, 48
Milán, 49, 53-54, 133, 137, 278, 290, 307 Mundaneum, 309
Miles, Roger S., 208 Múnich, 23, 57, 67, 75, 102, 306
Mil!, John S., 256 Muñoz, Antonio, 235
Miller, John, 139, 290 Murcia, J., 31 J
Mills, John Fitz Maurice, 70, 192, 241 Murillo, Banolomé Esteban, 138
Minerva, 236 Musas, 28, 43, 174
Ming, 236 Museo, 65
Ministerio de Educación y Cultura, Madrid, 92, 146, 244 Museo para una pequei'ía población, de Mies van der Rohe,
- Dirección General de Bellas Artes, 238, 242 283
Minissi, Franco, 307 museofilia, 88
MINOM (Movimiento Internacional para una Nueva Mu- Museographia Neickeliana, 17-18, 35
seologia), 39, 91 Muséographie. Architecture et aménagement des musées d'an 23,
Miró, Joan, 138, 158, 236 36, 278
misiones, 14 museología, 9-1 O, 18-28, 32-36, 306
Mnernósine, 28 Museological Working Papers (MuWoP), 23
Misteriosa Caligrafía, La, 65 Muséologie Nouvelle et Experimentation Social (MNES),
Mizushima, E., 295, 314 36-38
Mne sicles, 64 Muséologie selon Georges Henri Riviere, 9, 29, 36, 39, 64, 127,
modernidad, 85, 115 145, 150
Molajoli, Bruno, 233, 277, 307 museólogos, 100
Monasterio de Guadalupe, 106 Musei11n internacional (IC OM, UNESCO), 23, 92, 190, 193,
- de Poblet, 106 202, 240, 270, 331
- y Sitio de El Escorial, 106 Museunz Accreditation (AAM), 30, 38
Moneo, Rafael. 137, 243, 263, 287, 290, 31 O, 311 - & Galleries Commission, 91
montaje (de exposiciones), 214-222 - Documenration System (MDA), 159
Montaner, Josep María, 306, 309, 310 - Documenta/ion Systems, 238-239
Montefeltro, los, 53 - Environment, Th e, 183
Montgomery, Bryan, 257 - Journal, 245
Montorsoli, 176 - Reference Center, Smithsonian lnstitution, 80
Momserrat. Rosa María, 237, 240 - Storc, MoMA, 330
Monumento a Lenin (Ulyanovsk), 143 - Suppon Center, Smithsonian Institution, 172
monumentos históricos, 30, 97-106, 275-277 Museum Asociation, 237
habilitación para museos, 275-277, 311 - Documentation Association, 91, 159
organización, 274 museum studies, 15
Museum Time Machine, 147 151-152,210, 214,217, 236, 240,246, 279, 284,296,
- Tower, MoJ\'tA, 330 297, 305-307, 32~ 330
Museums and Galleries Commission, 91 nuevas tecnologías y medios de comunicación. 95
Museums of lnfluence, 130, 132 nuevo museo. 88
Museumsinsel (isla de los museos), 21-22, 140, 271 comunidad-público, 103
desarrollo de la comunidad. 88, 102
esquemas (M. Maure), 325
Nabónides, 45 estructura descentralizada, 88, 102
Nabucodonosor, 45 patrimonio, 88, 102 -103
Nagoya, 138 terrilürio-edificio como contenedor, 103
Nairne, Sandy, 257 nuevo tribalismo, 85
Nairobi, 69 nuevos museólogos, 25
Napoleón, 56, 68-69 Núñez, Ramón, 147
Napoléon Didron, Adolph, 178
Nápoles, 50, 54, 67, 306
Nara, 46 objetos del tesoro. 88
National Bureau of Standars, Brookhaven National Labora - O'Byrne. P., 292, 311
rory, University of Maryland, 241 O'Connell. M .R., 328
- Endowmen t for Arts, 146 October, 93
- Fire Protection Association (NFPA), 197 Oddy, Andrew, 249
- Park Services, 146 Odisea, 65
Nauptilo, 64 Oesterlen, Dieter, 142
Naus ica, 65 Officina della Maniera, L'. 66
NBSIR,, 252 Oficina Internacional de Museos (de Ja antigua Sociedad
Nea!, Arminta, 257 de Naciones). 22-23, 36, 267, 306
Neickel, Caspar Friedrich, 17-18, 21 Oficina para la Conservación de los Objetos de Arte
Nelson, George, 257 y Arqueología (ex-URSS), 76
Nemea, 65 Olcina, P .. 239
Neufchateau, Frarn;ois de, 123 Olearius. A., 67
Neufert, Ernst, 262, 311 O limpia, 4 7-48
Neustupny, J., 37 Oliveras, J., 306, 309
New York State Council for the Arts, 146 Olofsson, Ulla Keding, 264
Newburgh, 60 Ong, P.H., 251
Newcastle, University oL 10 Onomácrito, 65
Niamey, 25, 131, 141 Ontario Science Cerner, 13 3
Nicolas, Alain, 36 Opas, obispo don, 142
Nicolás I, zar, 89 ordenadores, 161 - 162
icolás V, 53 Oresres, 65
Nicoletti, Manfredi, 13 7 Organización de las Naciones Unidas para Ja Educación,
Nichols, Susan, 72 la Ciencia y la Cultura (véase UNESCO), 189
Nielü Gallo, Gratiniano, 136 organization ofmuseums, The, 30
Níger, 25, J 31, 141 Oriente, 45-46, 140, 174, 278
Nimes, 138, 291 original, 157
Noblecoun, André F., 196, 251 Orral, E.M .. 237
Normalización documental de museos, 240 Osiris Luna, 167
Norther Animal Park, 132 Osma, Guillermo Joaquín de, 140
nueva museo logía, 19, 25-27, 30, 37, 63, 73, 88, Osten, Gert von der, 233, 235
91, 102 Ottawa, 60, 240, 303 -305
concienciación,27, 102 Otterlo, 224, 308
democracia cultural, 27 Oudsten, Frank den, 231
diálogo entre sujetos, 27, 102 Ovejero, Andrés, 45, 65, 68
fenómeno histórico, 27 Oxford, 24, 67-68
museología de acción, 27
nuevo y triple paradigma, 27, 102
sistema abierto e interactivo, 27, 102 Padilla Montoya, Carmen, 267
sistema de valores, 2 7 Paine, Crispin, 109, 134, 146, 150, 233
Nueva York, 60, 71, 76, 102, 113, 139-144, 146-147, Países Bajos, 14, 131, 237
palacio (museo), 82 Pearce, Susan M ., 40, 1SO, 227, 233, 266
palacio de Aranjuez, S7 Pecquet, C., 311
- de Bella Vista, S7 Pedro el Grande, 89
- de Dresde, 67 Pei, Ieoh Ming, 263, 287
- de Invierno del Ermitage, 89, 114 Pelli, César, 330
- de La Granja, S7 Pene!, Charles, 144
- de Luxemburgo, S6 Penelli, Pietro, 236
- de Nabucodonosor, 4S pentapyrgion, 51
- de Villahermosa, 290 Pepcr, Jürgen. 83
- de las Dos Misteriosas Terrazas, 6S percepción, teorías sobre la, 216
-del Beldevere, SI, S3, SS, 306 Pérdicas, 28
- del Louvre, S4, 67 Pérez Santos, Eloísa. 269
- Farnesio, 306 performance lingüístico, 20S
- Napolitano de Carlos !Il, 306 pergaminos del mar Muerto, 241
- Real (Francia). 203 Pérgamo, 42, 49, 174
- Ricardi, 66 Pericles, 43, 47
- Schonbrunn, SS Périer-D'Ieteren, Catheline, 177, 202, 243, 2S6
palacios de Montju"ic, 138 Perkins, G.M. (véase Marsh, George Perkins)
Palais de la Decouverte, 133 Perret, Auguste, 308
Palau Nacional de Montju"ic, 310 Perrin, Jean, 133
Palazzo dei Conservatori, 68 Perseo, 6S
paleolítico, 4S, 174 personal del museo (véase museo: plantilla, equipo)
Palo Alto, Escuela de, 261 Pesquera Vaquero, Isabel, 237
paneles informativos, 230 Pest. 69
paneles, vitrinas y cajas. 164 Petits-Augustins, convento de, S6, 177, 307
Panero, Julius, 2S7 Petiver, James, 36
panteón (museo), 32 Petrick, O., 133, 14S
Panteón de los Reyes de Francia, 177 ph neutro, 238
papelería Saint-Gilles de Quebec, 318 Phelan, Marilyn E., 328
París, 2S, S4, S6, 69, 71, 73, 79-82, 91 -92, 102, 133, 139- Philippot, Paul, l 9S, 249
144, IS3-IS4, 246, 2S7, 291, 294, 300, 306-307, 321. Piaget, Jean, 266
330 Piano, Renzo, 139, 224, 263, 289, 296, 300, 302
Park Street. 20 Pibrac, gabinete de las Damas de, 306
Parker III, Harry S., 330 Picasso, Pablo, 90, 138, 1 S8
Parma, 290, 307 Pictou Academie, 60
Parque Pieria, 28
- de la Ciudadela, 31 O Pierpont Margan, J., 69
- Nacional de Garajonay, 106 Pietermaritzburgh, 69
- Natural de Doñana, 106 Pietrangelli, Pietro, 23S
- Natural de Ouessant, 90, 141 Pílades, 6S
- Natural Regional de las Landas de Ja Gascuña, 90, 13 S, Pilani, museo de, 133
141 Pile, John F., 2S7
- y Palacio Güell, 106 pinacoteca, 43
parques naturales, 31 Pinacoteca de Berlín, 22
parques zoológicos, 30 Pinacoteca Capitalina, 23S
Partenón, 49, 69, 177 pinakothéke, 44, 27S
Passarelli, Lucio, 137 Pinturas negras, 137
patrimonio, 98, 100-1O1 Piñón, Helio, 139, 310
- del Mundo, 106, 141 Pío V, S3
patrimoniología. 23 pirámide del Louvre, 330
Patrimonios culturales e históricos de Ja Humanidad, 106 Pitman-Gelles, Bonnie, 266
Paul, E., 236 Piva, Anton io, 40
Paulo II, S3 planetarios, 30-31
Paulus Potterstraat, 119 - de Madrid, 14S
Pausanias, 44, 49, 64-6S, l 74-l 7S, 243 - de París, 133
Paxton, Joseph, 278 planificación arquitectónica, 199, 281-283
Peale, Charles Wilson, S9 Platón, 49


plaza de la Señoría de Florencia, 203 Puig i Cadafalch, 138
Plenderleith, H.J., 179, 181, 186, 244-246, 250 Pugin, Augustus Welby Northmore, 243
Plinio el Viejo, 66
Plutarco, 43, 64
PME (un empresa privada), 323 Quaratesi, 53
Poecilo de Atenas, 49, 174 Quatremere de Quincy, 38
Poi, Elena, 267, 269 quattrocento, 20, 52
Poli, Franccsco, 31, 38 Quebec 73, 89, 9~ 318, 32~ 336, 340
Poli, Marie-Sylvie, 268 Queen's Square, 13
Polidectes, 65 Quinta del Sordo, pinturas de la, 1 13
Polignoto, 44
Polimnia, 28
Políxena, 65 RACE, programa, 239
Pollio Asinius, 49 radiaciones, 180
Polo, M' de los Ángeles, 267 Ramírez Mittelbrunn, M' Dolores, 267
Polonia, 22, 67, 90, 92, 276 Ramsey & Sleeper, 257
Pompadour, Madame, 307 Ranelucci, Sandro, 4 0, 307
Pompeya, 55, 236 Rath, F.L., 33
Pompeyo, Gneo P. Magno, 48 Rattenbury, Arnold, 257
Pompeyo, pórtico de, 48 rayos X, 166-167
Pontorrno, Il, 67 Real Academia de Bellas Artes, Madrid, 65
Popper, Karl R., 39 - Armería, Palacio Real, 143
Porcel, Juan, 141 - Cartuja de Va lld emosa , 143
Porta, Eduard, 237, 240 - Gabinete de Copenhague, 68
Post, M., 252 - Gabinete de Historia Natural, El Prado, 144
posmodernidad, 83 -84, 93, 1 15 - Lengua Espaiiola, Diccionario de la, 34
posmoderno (museo), 83, 85, 87 - Museo de Pintura y Escultura (véase Museo del Prado),
Pouderoux, J., 25 0 144
Poulot, Dominique, 70, 87, 94, 337 -338 Rebecchini, 235
Pozo Municio, Juan Ignacio, 267 reconstrucción y metam orfos is ( 1945-1968), 78-81
prehistoria, 43, 145 recursos humanos, 95
PREMA, Prevención en los Museos Africanos, 194 recursos (econó micos) para el musco, 329
Prenner, A. von, 68 reencamamiento del mundo, 85
presentación (véase también exposición), 202, 226 Recve, James K., 257
preservación (véase también conservación), 170-195 registrar, 165, 304, 320
Pretoria, 69 Registrar Office, 165
primer museo de Europa, 66 registro (de obras), 160-161, 238-239, 304 y ss .
príncipe de York, 68 Reglamento de Museos de titularidad estatal, 238
Prini, P., 66 Reglas para el manejo de obras de arte, 246
prismas de Ni col, 16 7 regulador higroscópico, 175
proceso de una exposición (véase también exposición), 259- rehabilitaciónes, 275 -277
260 Reinach , Salmon, 81
programa museológ ico, el proyecto arqu itectónico y su Reino Unido, 90, 92, 105, 114, 238
desarrollo y aplicación muscográficos, 271-314 Reisner, R.G., 236
procedimientos del museo, 318-320 re lación de un museo, 311
Propileos, 43, 47, 64, 174 Rembrandt, 236
protección, conservación y acción cultural, 98 renacimiento, 44, 49, 51 - 53, 67, 71, 98, 176, 272
Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural renacimiento florentino, 236
de la UNESCO, 126 Rennes, 90
Proust, Marce!, 38 réplica, 157
proyección sociocultural del museo Representation ofthe Past, The, 147
sistema abierto e interactivo, 334-335 requisitos de un museo, 303
Proyecto Situs, 134 resgestae, 42
proxémica, 216, 261 res naturalia y curiosa art1ficialia, 18
Prunetti, M., 236 restauración, 172, 179, 199-202
público y museo (véase museo), 226-231 de los bienes culturales, 199-202
Puerto de la Cruz, 141 en las salas de un museo, 188
restaurador. 100, 200 -201 Sáenz de Oiza, Francisco Javier, 138-139, 301, 311
restitución e intervención, 97-99 Sainsbury Center for the Visual Ans. 289
Retablo del Cordero Místico. de Jan Van Eyck, 176 Saint-Denis, 50, 57, 177
Retrato de Julio JI. de Rafael. 241 Saint-Guilhelm-le Désen. 307
Réunion des Musées Nationaux de France, 242, 330-331 Saint Manin-des-Champs, 68
revolución romántica de mayo de 1968, 86, 323 Saint Maximin, 251
revolución silenciosa. 85 Saint Paul de Vence, 287, 300
revolución francesa. 18, 21. 56, 59, 63, 68-69, 71. 115, Saim Vincent de Besan~on, 68
176, 284 Sala del Unicornio, 65
revolución rusa de 1917, 76 Salame. N.G., 328
Riace, guerreros de. 49 Salas López, Fernando. 38
riesgos de alteraciones físico-químicas, 183 sala pedagógica del Museo Nacional de Cuba, 264
control de, 183 Salerno. Luigi, 33, 38, 66, 108, 136
Ripley, Dillon, 64 Salmon. Pierre. 66
Riva. Antonio, 307 Salón de Sesiones, Palacio del louvre, 54
Riviere, Georges Henri. 9, 24-26, 28, 33, 36 -37, 43, 63, 90, Salón del ICOM 1992, 324
108, 126, 130, 135, 140-141. 144-145, 150, 170, 183, Salones. 204
186-187, 201. 233, 243, 245-246, 256, 292 Salvadores, C.. 3 11
RMN, Réunion des Musées Nationaux, 242. 323, 330 Samson. Denis. 268
Roben, Huben, 67 San Francisco, 133, 261
Roberts, D. Andrew, 237, 239 San Juan Bautista (Caravaggio), 235
Robinson , Edward D., 76 San Marcos. Venecia, 50
rococó, 22 San Miguel de Cuxá, 307
Rodolfo II, 54, 5 7 San Miguel de Lillo. 106
Rodríguez Lorite, Miguel Ángel. 244, 262 San Miguel de Trie, 307
Rodrigo. rey don. 142 San Pascual de Madrid, 57
Rogers. E.N ., 307 San Petersburgo. 20, 67, 102, 113
Rogers, Richard. 289, 300 San Simeón. California, 307
Rohrich, F.W., 236 Sánchez Miguel. Emilio, 267, 268
Rojas. R .. 39, 64 Sanchís, Ch., 311
Roma. 28, 43, 48-53, 66-67, 80. 89, 177, 179, 235. 306 Sand County Al111a11ac, A., 13
RomanofL los. 67 Sandwith, Hermione, 250
romanticismo, 157, 284 Sanpaolesi. Piero, 306
Romero de Tejada. Pilar. 143, 267 Sansovino, 176
Rosa. pintor. 57 Sam'Agostino. convento e iglesia, 307
Rose, Carolyn L., 249 Sama Mónica. 286
Rose. Cordelia, 247 Santiago de Compostela, 106, 138, 141, 309
Rose, Jean, 144 Santiago de Chile, 25, 73
Roselló-Alomar-Hoyos. 108 Santillana del Mar. 106, 141
Rosenbaum, Lee, 234 santuario de Delfos, 48, 50
Rosso Fiorentino (véase Jacopo). 67 santuario de Juno, Samos. 47
Roszé, Janine, 330 Sanz Pastor. Consuelo, 38, 66, 108, 128, 142
Rota. !talo, 289 Sarajevo. 143
Rousseau, Jean Jacques, 173 Sarasan , Leonore, 240
Rowlison. Eric B., 240, 246 Sarriá, Amalia, 242
Rubin, William, 258 Saskia. 236
Rucellai, 53 saturación, 247
Ruchomovski, l. , 236 Sauvage. G., 236
Rudi, Arrigo, 137, 307 Scarpa, Cario, 290
ruinas del museo, 87 Schafer, Wilhem. 233
Ruskin, John. 201 , 243 Scharoun. Hans, 143
RusseL John, 308 Scheflen, 261
Ruyra de Andrade, Margarita, 329 Schinkel, Karl Friedrich. 93, 140, 306
R u ysch, Frederick, 6 7 Schlosser, Julius von. 67
Schommer. Pierre, 328
Schriider, George H.H ., 251
Saba, H., 328 Schuhl, Pierre-Maxime, 43, 64
Scottish Museums Council, 91 Sorolla, Joaquín, 140, 236
Screven, Ch .G. & Shettel, P., 268 species plantarum, 36
Searing, Helen, 75, 305, 308, 310 Stainton, Sheila, 250
Sease, Catherine, 249 Stallburg, arsenal de, 57
Sección A urea, 261 Stampart, F. von, 68
Segismundo 11 Augusto, 67 Stanifonh, Sarah, 172, 243, 262
Segov~, Espafia , 106, 141 Stankowitz, Tom, 147
Segunda Guerra Mundial, 18, 23, 26, 61, 70, 74, 77, 79, Stansfield, Geodffrey, 36, 40, 88, 135
100, 131, 134, 178-179, 195, 204 Starck y Delis, 331
Seldmayr, Hans, 99 Statcheva, Magdanina, 141
Selé, 174 Stavanger, 31, 73, 101, 103-104, 232
Serna, 28 Steele, James, 31 O
Seminario regional de la Unesco sobre la función educativa Stein, Clarence S., 307
de los museos, 140, 264 Steinberg, Leo, 94
sensibilidad de los objetos, 181 Stephens, Suzanne, 199, 310
sefiales de vigilancia (véase seguridad), 196 Stewart, J .D., 237
Septizonium, 176 Stirling, James, 85, 93, 276, 286
Sert, Josep Lluís, 287, 300 Stirling, J. & Michael Wilford Ass., 139, 286, 291, 303
Servei de Museus de la Generalitat de Catalunya, 92 Stolow, Nathan, 250
Sevilla, 106, 138 - 140, 143, 145 Stone, Sheila, 159, 237
Shchukin, Sergey, 89 Stone Mountain, relieve de, 105
Shelley, Marjorie, 240, 246 Storffer, Fernando, 68
Shomu, emperador, 175 Strahoaesky, 17
Sh6s6-in, depósito de, 46, 175 Strozzi, 53
SIBMAS, Artes del Espectáculo, 91 Studies in Conserva/ion, IIC, 250
Sicilia, José María, 331 Studies in Conserva/ion, Technica/ Studies in the Field of Fine
Siegel, Robert, 283 Arts, Harvard University, 180
Sigman, 261 Stuttgart, 85, 303
Sila, Lucio Camelio (exportaciones de ... ), 48 Suckle, A., 278
Simard, Cyril, 317, 327 Sudáfrica, 60-61, 92
Siracusa, 48 Suecia, 69, 92, 131, 237
Sistema de Documentación para Museos, 239 Suetonio, 66
sistema de empresa museística, 317 Suiza, 92, 131, 142, 309
Sistema Espafiol de Museos, 146 Sung, dinastía, 236
SIT Transportes Internacionales, 165 Swayambhu, Stupa de, 103
Siza Vieira, Alvaro, 138, 286, 309 Systema Naturae, 36
Sloane, sir Hans, 68 Széchenyi, Ferenc, 69
Smithson, James, 69
Smithsonian Archaeometric Research Collection and Re-
cords (SARCAR), 241 Taine, Hipólite, 142
Snyder, James S., 281-282, 292, 308, 311 Taj Mahal, 101
Snyder, Jill, 246 Talía, 28
Sneyers, R.V., 256 Tang, dinastía, 65, 236
Soalhat, Claude, 323 Taniguchi, Yoshio, 77, 263
Sociedad de Naciones (Societé des Nations), 22-23 Taxco, 236
sociedad finisecular, 19 Taxila, 142
- neoilustrada, 86 Taylor, F.H., 66, 90
- postindustrial, 19 Tehotiuacán, 142
sociedades históricas, 30 Teloapán, 236
sociología, 261 temperatura ambiente (en los museos), 180
software, 235 temperatura de color de las fuentes de luz, 244
Sola, Tomislav, 26, 37, 39, 87, 94, 335 , 336 templo de Apolo en Delfos, 47
Sola Morales, Ignasi, 306 - de las Musas, 51
Somounet, Roland, 138 - sacrosanto del patrimonio, 84
Song, dinastía, época, 65, 175 - winckelmaniano, 275
Sorbona, 22 Temporary-Contemporary at MOCA, 138-139, 291
Soria, Enrie, 145, 290 temps des musées, Le, 36, 43
Tenniers el Joven, David, 55 Turner, Brian, 104, 106
Teogonía, 28 Turner, J., 257
teoría de la comunicación, 261 Tutankamon, 317
termohigrógrafo (o higrotermógrafo) 18 3
Terpsícore, 28
tesoro de Daría, 46 Ucello, Paolo, 5 3
tesoro de los Atenienses, 44, 4 7 Ullberg, Alan D. & Patricia, 328
tesoros, 43-44 UNESCO, 23, 24, 30-31, 37 -38, 73, 80, 92, 106, 127, 138,
tesoros de la élite, 82 140-141, 143 - 144, 149 - 150, 179, 181, 190, 191, 195,
tesoros de Tutankamon, 317 226, 233, 237, 240, 247,250 -251, 256-257, 264, 265,
tesoros eclesiásticos, 30, 50 27~ 305-30~ 31~ 328
testimonio histórico del museo, EL 41 UNESCO-ICOM Documentation Centre (Maison de
testimonios, 98 l'Unesco), 160
textos explicativos, 230 UNESCO/ICOMOS, 237
textos identificativos, 230 UNESCO/CUA, 141
textos orientativos, 230 Unión Internacional de Arquitectos (UIA), 309
Theodor, Karl, 57 Universidad Complutense de Madrid, 10
thesaurus, 48-51, 275 -de Bath, 72
Thiam, Alasane, 141 - de Harvard, 69, 318
Thilmans, Guy, 141 - de Oxford, 24, 68, 251
Thomson, Gary, 183, 186, 223, 245, 263 - de Yale, 60, 76
Thompson, John M .A., 249, 328 - Lava! de Quebec, 323, 329
tiara de Saitafernes, 236 universidades, 61
Tiberio, 66 Universita degli studi di Roma, La Sapienza, 307
Tiempo, el Gran, 42 University of Leicester, 40
tiempo de los museos, El, 36, 41, 43, 272 University of Newcastle, 10, 15
tiendas (en los museos), 323 -324 Ur, 45
Tiengtsing, 61 Urania, 28
Tillotson, Robert G., 196, 246, 250-253, 280, 311 usos, funciones y roles convencionales del museo, 149
Timéneto, 65 Uylenburg, Gerrit, 235
Times, The, 21 Uzzell, David, 268
tipologías de la exposición, 207-208
tipologías museísticas, clasificación del ICOM, 109
tipologías en el origen del edificio actual del museo, 275 Vaillancourt, Maryse, 329
tipos y categorías de museos, 107-147 Valéry, Paul, 38
Tirrul-Jones, J ., 104, 106 Valode, Denis, 290
Tódai-ji, templo de, 46, 175 Valois, los, 67
Tolomeo I, 48 Van Eyck, hermanos, 53
Tolomeo Soter o Tolomeo Filadelfo, 28, 48, 174 Van Eyck, Jan, 176
Tokio, 61, 79, 139, 280-281, 300, 311 Van Gogh, 91, 115, 241
Torre de Londres, 14 3 Van Scorel, Jan, 176
Torre del Oro, 143 Vanee, Cyrus, 46
Torres, Amparo R., 249 Vanee, David, 314
Toscano, B., 66 Vandetti, M., 314
Towneley, Charles (gabinete de), 20, 67 vanguardia, 115
Tradescant (padre e hijo), 36 Varine-Bohan, Rugues de, 24, 26, 30, 43, 52, 62-63, 66,
Trallero, M., 39 71-72, 83, 85, 93, 108, 136, 143, 334
transformación y rehabilitación de edificios para museos, Varnedoe, Kirk, 258
275-277 Vasarely, Víctor, 82
transporte de obras, 163 - 165 Vasari, Giorgio, 53, 236, 272
tratamiento del objeto (Riviere), 201 Vaticano (ver Museos)
Tremblay, Katherine, 329 Vattimo, P.A., 139
Treinen, Heiner, 233 Vázquez de Castro, Antonio, 290
Trinity Hall College, 68 Veillard, Jean-Yves, 108, 143, 336
Ts'in Che-Huang-Ti, 65 Vela, Concha, 240
Tsong, emperador, 65 Velarde, Giles, 257
Tumosa, Charles S., 194, 248 Velázquez, Diego de Silva y, 54, 90, 209
Velde, Henri van dec 308 Weitling, Otto, 139, 287
Venecia, 50, 68 weltanschaung, 50
Venturi, Lionello, 180, 235 Wenheimec M., 261
Venus Genetrix, templo de, 49 Westminster, 20
Yergo, Pete e 37 WFFM, 92
Verhaar, Jan, 257 White, Raymond, 256
Vermeer de Delft, 236 Whitechapel Art Gallery (véase Museos)
Verana, 137, 292, 307 Wiedenec colección, 70
Yerres, Gaio, 49 Wilkinson, Irma B., 31 L 314
Verrocchio, 53 Wilson, M., 223
Versa lles, 142 Wilson, Scott, 147
Viaplana, Albert, 139, 310 Winckelmann, Johan J., 68
Viardot, L., 57 WINS (Women Into Natural Sciences), 15
Victoria, reina, 123 Winschester, obispo de, 50
VidaL Henrt 139 Witteborg, Lothar P., 258
Vidas paralelas, 64 Wittelsbach, los, 67
Viena, 55, 67, 69-70, 102, 123, 140, 236, 306 W.M.N.E.S., 38
vigilancia (véase también seguridad), 197 Woche, Die, 21
Villafañe, Justo, 261 Wohlen, Wilhelm, 138, 263, 284
Villanueva, Juan de, 138, 144, 273 Woodhead, Peter, 36, 40, 88, 135
Viollet -le-Duc, Eugene-Emmanuei, 177, 243 Woodley, sir Leonard, 45
Visconti, los, 53 World Expo 88, 140
visión de las obras, 216 World Federation of Friends of Museums (WFFM), 81
visión humana, cono de, 217 Worm, Ola{, colección de, 68
visitantes (ver Público y museo) Wright, Frank Lloyd, 117, 120, 21 O, 279, 285-286, 308
vitrinas (véase diseño de) Wu, emperador, 65
Vitrubio, Marco Lucio, 49, 66, 175, 243 Wunderkammers, 67
viveros, 31 Wuppersee, lago, 90
voluntarios, 324
Von Ritterhausen, 57
Yan, emperador, 65
Yee, Roger, 198
waaf 46
Waagen, Gustav, 22
WaddelL Gene, 150, 155, 158, 209, 233-235, 319, 327 zares, 76
Waeber, MicheL 142, 263 Zervos, Christian, 308
Waetzoldt, Stephan, 233 Zetterberg, H.L., 266
Ward, Philip R., 66, 102, 170, 172, 179-180, 188-189, 193- Zeus, 28
194, 243, 248, 249 Ziobland, 21
Washington D.C., 81, 113, 133, 139, 142, 144, 146, 172, Zoelly, Pierre, 142, 263
195, 240 Zoffany, Johann, 20, 53
Washington, George, 60, 143-144 Zoo Emmen, 14
Wasserman, Frarn;ois, 38 Zoo Nacional de Washington, 14
Watkin, William Ward, 309 zoos y jardines botánicos, 14- 15
Watzlawick, 261 Zurbarán, 138
Weil, Stephen, 318, 319, 327
Cultura artística
Cultura artística ofrece materiales
e instrumentos de estudio, investi- Entre las series que hacen de Cultura
gación y trabajo en el campo de la artística una biblioteca universal del
creación, de la restauración, de la con- arte sin parangón en el panorama
servación y de la historia de las artes editorial actual destacan:
plásticas y de la arquitectura.
Materiales, técnicas y procedimientos
Es una colección instrumental y útil del arte
para todas aquellas personas: artistas,
historiadores del arte, restauradores, Enciclopedias, diccionarios y guías
conservadores, museógrafos, arqui - iconográficas
tectos, coleccionistas, estudiantes o,
simplemente, amantes del arte que Guías instrumentales para los estu-
precisen aproximaciones científicas, diantes de Historia del Arte, Bellas
metódicas y sistemáticas pero, a la vez, Artes, Arquitectura y Estética
claras, concisas y eficaces a los diver-
Enciclopedias, diccionarios y guías de
sos campos del saber y de la práctica
los principales movimientos artísticos
artística.
del siglo xx
Para satisfacer las diversas necesidades Síntesis e historias cronológicas de los
de los que dedican su vida al universo grandes períodos culturales
de las formas y los distintos niveles de
conocimiennto artístico que el mundo Diccionarios de términos artísticos
actual exige, Cultura artística publica
varias series que abarcan desde los Museografía
diccionarios hasta los corpus docu-
Documentos y escritos para el estudio
mentales, pasando por los manuales,
de la historia del arte y la arquitectura
las monografías y las guías.

1. Materia e imagen 10. Conservación y restauración A-Z


Silvia Bordini Ana Calvo
2. La pintura italiana hasta 1400 11 . El arte del siglo xx en sus exposiciones.
D. Bomford, J. Dunkerton, D. Gordon, A. Roy 1945-1995
3. Iconografía del arte cristiano Anna M. Guasch
Introducción general 12. Arte y cultura en China A-Z
" Louis Réau Isabel Cervera
4. Iconografía del arte cristiano 13. La restauración de obras de arte
Iconografía de la Biblia I James Beck con Michael Daley
Antiguo Testamento 14. Arte y cultura de India A-Z
Louis Réau Carmen García-Ormaechea
5. Iconografía del arte cristiano 15. Cómo escribir sobre arte y arquitectura
Iconografía de la Biblia/ Juan Antonio Ramírez
Nuevo Testamento 16. Museología y museografía
Louis Réau Luis Alonso Fernández
6. Iconografía del arte cristiano 17. Mirando a través.
Iconografía de los santos A-F La perspectiva en las artes
Louis Réau Javier Navarro de Zuvillaga
7. Iconografía del arte cristiano 18. La invención del cuadro.
Iconografía de los santos G-0 Arte, artífices y artificios
Louis Réau en los orígenes de la pintura europea
8. Iconografía del arte cristiano Victor l. Stoichita
Iconografía de los santos P-Z 19. Cómo y qué investigar en historia
Louis Réau del arte. Una crítica parcial de
9. Rembrandt la historiografía del arte española
D. Bomford, C. Brown, A. Roy Gonzalo Borrás Gualis

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