Muero de viejo y no aprendo

Autor: Germán Torres Rey

Hoy me pregunto, señores, por qué sigo tan pendejo; en asuntos de política muero de viejo y no
aprendo. Falsas promesas me aguanto, vuelvo y me como sus cuentos; y aun presintiendo el
engaño, otra vez voto por ellos. Cada cuatro años lo mismo, se aparecen por el pueblo, vienen y me
hablan bonito, me echan el brazo al pescuezo, me invitan a comilonas, a bazares y festejos, y hasta
el cielo me prometen para que vote por ellos. Tantos años aguantándolos y creyéndome sus cuentos,
que nos suben los salarios, que nos bajan los impuestos, que habrá más educación y más salud para
el pueblo, sabiendo que son mentiras para otra vez convencernos. No importa si fue ese mismo que
me jodió con impuestos, que me negó la salud con cien leyes y decretos, y reparte entre los ricos el
dinero que es del pueblo. El que de grandes extensiones de tierra es único dueño, mientras que para
el que trabaja, un lotecito es sólo un sueño. Los que la pensión me niegan vulnerando mis derechos,
y con torcidos contratos tienen sus bolsillos llenos. No sé cómo es que aguantamos tanto corrupto
viviendo del dolor y las lágrimas del trabajador honesto. No me explico lo que hicieron pa’
convencernos de nuevo, y que por años nos tengan comiendo lo que sabemos. Ya mi país tocó fondo
con tanto politiquero. Los que con enormes sueldos van a dormir al Congreso, los que acomodan las
leyes a conveniencia y provecho, y nos llevan a las urnas como res al matadero. Los que con un gran
cinismo nos echan un jurgo de cuentos, nos enfrentan, nos dividen y logran que nos peleemos,
logran que usemos el odio sólo para defenderlos, apoyando a unos partidos que sólo hacen daño al
pueblo. Me agarro con el vecino, por un político infecto, me peleo con mis hermanos, defendiendo a
un deshonesto, para que después se ajunten para repartirse los puestos, y a reírse de nosotros por
ignorantes e ingenuos. Pero ya estoy despertando, me cansé de desafueros, me cansé de ver a mis
hijos sin salud y chanchirientos, mientras ellos viven bueno, paseando en el extranjero, robándose el
presupuesto y recortando mis derechos. Ya se me llenó la copa porque esta vez se excedieron, se
pasaron de corruptos, de incapaces y embusteros. Me cansé de forajidos que se han tomado el
Congreso, mientras que niños con hambre se mueren por culpa de ellos. Me cansé de falsos odios
que difunden en los medios, logrando que entre nosotros haya odio sin conocernos, que olvidemos
tantos años de dolor y sufrimiento, y que esas penas pasadas no hayan servido de ejemplo. Ya me
cansé de los mismos que han traicionado a mi pueblo, me cansé de las izquierdas, las derechas y los
centros, y de las mismas familias que, junto a sus testaferros, desde hace ya muchos años se
apropiaron del gobierno. Me harté de todo el apoyo que di sólo en su provecho, y que crean que aun
así aquí siguen sus borregos. No puedo caer tan bajo volviendo a votar por ellos. ¡Castigo; castigo es
lo que merecen por todos sus atropellos!