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Bienes Raíces
01/08/2006
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A) PLANTEAMIENTO
Nos hemos formulado esta interrogante porque hemos advertido en la practica diaria
registral que no todos los operadores del sistema llámense, agentes inmobiliarios,
corredores de propiedades, procuradores, abogados y aún los propios
Conservadores han comprendido el real alcance de la disposición del articulo 92 del
Reglamento del Registro Conservatorio, cuyo tenor es el siguiente: “El Conservador
no hará cancelación alguna de oficio; no obstante, en las inscripciones anteriores no
canceladas, será obligado a poner una nota de simple referencia a las posteriores
que versen sobre el mismo inmueble”. Disposición ubicada en el Titulo octavo del
Reglamento denominado “De las subinscripciones y cancelaciones”.
Como sabemos la cancelación de la inscripción, es el modo singular de poner fin a
la posesión de los bienes raíces inscritos. De acuerdo a lo dispuesto en el art. 728
inciso 1º del C.C. – disposición básica en la materia – “Para que cese la posesión
inscrita, es necesario que la inscripción se cancele, sea por voluntad de las partes,
o por una nueva inscripción en que el poseedor inscrito transfiere su derecho a otro,
o por decreto judicial”. La cancelación por voluntad de las partes que intervienen en
el acto o contrato es un caso de no muy frecuente aplicación y se traduce en la
resciliación de la que se toma nota marginalmente practicando la correspondiente
subinscripción.
Con esta cancelación, queda sin efecto el acto jurídico de que da cuenta la
inscripción. Se puede decir que con esta cancelación se destruye jurídica y
materialmente la inscripción.
Es una cancelación expresa. Lo mismo ocurre cuando se cancela la inscripción por
resolución judicial, por ejemplo, cuando se declara la nulidad de una inscripción.
Frecuentemente, las inscripciones se cancelan, al practicarse una nueva inscripción,
en que el poseedor inscrito transfiere su derecho a otro, es decir, por la inscripción
del titulo traslaticio de los derechos del poseedor inscrito a otra persona y emanado
de él, inscripción en la cual se mencionará la precedente inscripción( arts. 696 C.C.
y art. 80 Regl.). Estimamos que en este caso, la inscripción cancelada sigue siendo
eficaz, sus efectos jurídicos siguen vigentes y se traslada a favor del adquirente, la
finalidad del acto no es la muerte de la inscripción sino continuarla con vida en la
inscripción posterior, así se explica la accesión de posesiones que regula el art. 717
del C.C. Esta cancelación sería de carácter solamente jurídica, a diferencia de las
anteriormente analizadas que son cancelaciones jurídicas y materiales. Al
practicarse la inscripcióna favor del adquirente, ipso jure, tácita, virtualmente se
cancela la inscripción del tradente, y sin que sea necesario practicar anotación
marginal alguna, de tal suerte que la anotación marginal no tiene ninguna
importancia jurídica para la cancelación. De no entenderlo asi habría que sostener
que la cancelación se produce no ipso jure al hacerse la transferencia sino que
cuando el Conservador cumpla con la nota material administrativa de la cancelación,
y la estabilidad del sistema registral dependería innecesariamente de la diligencia o
negligencia del Conservador.
Así lo ha sostenido la doctrina y la jurisprudencia en forma mayoritaria a partir de la
tesis sustentada en el famoso alegato por el ex Decano yjurista don Arturo
Alessandri Rodríguez, sobre “Prescripción de bienes raíces inscritos” (1), cuya
pagina 76 transcribimos en parte“Es un error creer que la cancelación a que se
refiere el articulo 728 es una cancelación material, análoga a la que tiene cabida en
materia de hipotecas. Si así fuera, no podría aplicarse respecto de los inmuebles la
regla del artículo 717 del Código Civil, toda vez que mediante la cancelación
desaparecería la inscripción, se borrarían sus efectos, y no podría el actual poseedor
añadir a su posesión la de sus antecesores, que en tales circunstancias habrían
desaparecido en todo momento por su cancelación. Una cancelación de esta
especie sólo tiene lugar cuando se hace por voluntad de las partes o por decreto
judicial, pues entonces aquellas convienen y el juez ordena dejarla sin efecto
materialmente.
Tan cierto es lo que vengo sosteniendo, que no hay ningún artículo del Código Civil
ni del Reglamento del Conservador de Bienes Raíces que disponga que cuando se
hace una nueva inscripción con relación a un derecho antes inscrito, se haga constar
en la inscripción anterior que ésta ha sido cancelada, a pesar de que el artículo 80
de ese Reglamento exige que siempre que se transfiera un derecho antes inscrito,
se mencione en la nueva, al tiempo de designarse el inmueble, la precedente
inscripción, citándose el registro, folio y número de él. De modo que si bien se
requiere que en la nueva inscripción de un derecho antes inscrito se mencione la
precedente, no se exige que en la antigua se haga constar que ha sido cancelada
por la nueva. Las referencias marginales que en la anterior inscripción se hagan a
la nueva, no están pues, autorizadas legalmente, y si en el hecho se practican, es
sólo para facilitar su examen.
No es de creer que si el artículo 728 de Código Civil hubiera entendido por
cancelación de la inscripción mediante una nueva el hecho de dejarla sin efecto,
hubiera omitido consignar las reglas en conformidad a las cuales debía procederse
en casos semejantes.
Es por esta razón que cada vez que se transfiere un inmueble inscrito y se practica
una nueva inscripción, las anteriores quedan vigentes materialmente, y si V.E.
examina el Registro del Conservador de Bienes Raíces, encontrará la comprobación
de lo que digo, y que propiedades que en la actualidad pertenecen a Pedro, Juan o
Diego, se hallan con sus inscripciones vigentes a favor de los poseedores anteriores,
sin que tengan constancia de haberse cancelado, porque en tales casos la
cancelación se opera por la sola circunstancia de hacerse una nueva inscripción.
En consecuencia, la cancelación de una inscripción se produce y cesa una posesión
y comienza una nueva, por el solo hecho de inscribirse un título translaticio en que
el poseedor inscrito transfiere su derecho a otro, y como el recurrente reconoce, y
lo mismo dice la sentencia en los considerandos 11º, 12º y 14º, que se hizo una
nueva inscripción a favor de la Compañía Lautaro en forma legal, no hay duda que
el artículo 728 del Código Civil se cumplió estrictamente y no ha habido violación
alguna a su respecto.”.
El ex profesor de Derecho Civil de la Universidad de Concepción don Emilio
Rioseco Enríquez en su obra “La Posesión inscrita ante la jurisprudencia” (2),
comentando fallos sobre la materia, sostiene (Nº 149) “Casación, 18 de octubre de
1924. Rev., T. 22, Sec. 1ª, Pág. 1085.
DOCTRINA. Por la cancelación de la inscripción cesa una posesión y comienza otra
nueva; ello por el hecho de inscribirse un título en que el poseedor inscrito transfiere
su derecho a otro y no es necesario que se cancele materialmente la inscripción
anterior.
COMENTARIO. La nueva inscripción, en que el poseedor inscrito transfiere su
derecho a otro, opera ipso jure la cancelación de la anterior (art. 728 del Código
Civil) sin que sea requisito de la cancelación que se anote al margen de la inscripción
antigua el hecho de haberse practicado otra nueva.
La nota de referencia es obligación administrativa del Conservador, pero no es
requisito de validez de la cancelación (art. 92 del Reglamento Conservatorio)”.
Por último, fallos mas recientes de nuestros tribunales, confirman la doctrina
expuesta, como por ejemplo, el que aparece en la Revista de Derecho Tomo 47
año 2000 (3) que transcribo: sexto, “b) La ley no exige como requisito de la tradición,
según los artículos 686 y 690 del Código Civil y 78 del Reglamento del Registro
Conservatorio de Bienes Raíces, algún acto material que cancele la inscripción
anterior; pues, por el contrario, como se ha visto, ello se produce por ministerio de
la ley, con la nueva inscripción, se haya o no anotado materialmente el hecho de
haberse realizado ésta, al margen del primitivo título; c) Ni la negligencia, no
probada, que se imputa a la actora, ni el cuidado en el estudio de los títulos que dice
tuvo la demandada, pueden alterar lo que se ha concluido, al estimar de mero papel
y producto de un error del Conservador, la inscripción a su nombre”.
A la luz de lo antes expuesto, podemos preguntarnos entonces cual es el real sentido
y alcance del art. 92 del Reglamento. Queda claro que solo obliga a poner nota
simple de referencia en las “inscripciones anteriores no canceladas”. Y cabe
preguntarse cuales serían éstas?, cuales serían entonces las inscripciones
anteriores no canceladas?.
El profesor don Daniel Peñailillo Arévalo en su obra “Bienes” (4), sostieneque esta
nota no está clara en su alcance, y nos señala como ejemplo de una inscripción
anterior no cancelada, el que se produce cuando se transfiere y se inscribe solo
parte de un inmueble.
En la parte no transferida, la inscripción se mantiene vigente y no se cancela. Así
sostiene: “Por otra parte, el Conservador debe poner, en las inscripciones anteriores
“no canceladas”, una nota de referencia a las posteriores (art. 92). Esta nota, muy
útil, que podría estimarse como la recíproca de la recién referida, no está clara en
su alcance. Luego se verá que una inscripción se cancela mediante una
subinscripción al margen; para ese caso no hace falta la nota de referencia; pero
también se puede cancelar por la sola circunstancia de practicarse más adelante
una nueva inscripción, sin necesidad de una subinscripción en la anterior. Ahora
bien, puede entenderse que en tales casos no está obligado el Conservador a poner
la nota de referencia (del art. 92), porque debe hacerlo en las “no canceladas” y ésta
estaría cancelada por la posterior; dándosele ese alcance, estaría obligado a poner
la nota sólo en los casos en que, por ejemplo, se inscribe una transferencia de parte
del inmueble, con lo que la anterior no quedaría cancelada en su totalidad. En la
práctica, y para beneficio del Registro, frecuentemente se entiende que la nota
procede cada vez que no haya subinscripción, es decir, incluso en los casos en que
se cancela virtualmente, de manera que al examinarse la inscripción sea posible
percatarse de que más adelante hay una nueva inscripción que la ha cancelado, ya
parcial, ya totalmente”.
C) CONCLUSIONES
Primera) En suma, la anotación marginal de transferencia no es una obligación
legal, solo procede en los casos de “inscripciones anteriores no canceladas” y es
solo una obligación de carácter administrativo y de ordenamiento, que le da una
connotación de folio real al Registro, que facilita su examen y que permite un mas
eficiente y seguro trabajo del Conservador, facilitando una mejor aplicación del tracto
sucesivo, lo que redunda en una mayor seguridad jurídica que es el objetivo final al
cual debe alcanzar el Registro de la propiedad inmueble.
Segunda) Los diferentes casos de inscripciones anteriores no canceladas
precedentemente analizados, nos permiten arribar a la conclusión de que la
disposición del artículo 92 adquiere una mayor claridad en su alcance, puesto que
es de perfecta lógica relacionar las inscripciones vigentes entre si, lo que potencia
la eficacia del registro ya que, una simple observación de éste, proporciona una
radiografía completa del inmueble, objeto central de la inscripción, lo que nos
permite concluir con el profesor español de Derecho Registral del CINDER(9)don
Nicolás Nogueroles – estudioso de los sistemas registrales europeos – que nuestro
sistema, no sería un sistema de folio personal en sentido estricto, sino que sería un
sistema sui géneris, con alcances de folio real.-
BIBLIOGRAFÍA