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INTRODUCCION

La minería ilegal es uno de los problemas socioambientales más


graves que se producen dentro de la región amazónica en el Perú es
la proliferación de campamentos mineros informales. Madre de Dios
es el lugar en donde se produce una mayor explotación de oro.
Generalmente Madre de Dios es percibida como un espacio
abundante en tierras. Los estudios de la región suelen hacer
referencia a su baja densidad poblacional como una muestra de la
amplitud de estos territorios. Sin embargo, esa imagen contrasta con
la cantidad de tierras realmente disponibles y con los espacios
susceptibles de ser ocupados. Si se hace un análisis de densidad
poblacional por cuencas, veremos que la población de Madre de Dios
se encuentra especialmente concentrada a lo largo de ríos como el
Tambopata, Inambari y bajo Madre de Dios, aquellas zonas más
aptas para el desarrollo de actividades de producción forestal,
pesquera y agropecuaria.

Este lugar cuenta con decenas de campamentos mineros informales


que destruyen irremediablemente el ecosistema y la biodiversidad de
la región. Además de ello, Madre de Dios es la región que concentra
las mayores tasas de contaminación de los cuerpos de agua con
mercurio y otros metales pesados utilizados en el proceso ilegal de
extracción de oro.
Minería ilegal

Es una Actividad minera que se encarga en la obtención de minerales metálicos

como el oro, níquel, plomo y zinc, además los no metálicos como el mármol,

arcilla etc. que no es controlado y no cumplen con un permiso del estado para

que puedan realizar dicha explotación en una zona o lugar definida , incluso

practican personas naturales del mismo lugar o forenses como grupo de

personas que son organizadas para actuar dicha actividad, utilizando equipos y

maquinarias que no corresponden a las características de la actividad minera

que desarrolla ya que no cumple con las petición de las normas formatos

de organización de carácter administrativo, técnico, social y medioambiental que

guían dichas actividades que se realiza en zonas en las que esté prohibido su

preparación .
Según Guillermo medina "La Minería ilegal promueve, Realiza y dispone

de medios de organización que actúa al margen de los mecanismos

del control del estado y evaden sistemáticamente las normas legales

pertinentes"

Características de la minería ilegal

- La minería ilegal se caracteriza por desarrollarse en lugares remotos, donde

existen pocas instituciones del Estado, lo que dificulta la labor de vigilancia y

fiscalización en menoscabo de la legalidad.

- Lo informal de esta actividad conduce a la ilegalidad, desarrollándose en distintos

niveles: mediana minería, minería a pequeña escala y minería artesanal.

- Un aspecto que caracteriza a los involucrados es que actúan de manera

premeditada, al margen de la ley, por lo general esta es una característica de los

mineros que utilizan maquinaria e invierten en métodos tecnificados, a diferencia

de otro sector que trabaja sin maquinaria pesada.

Un buen sector de los ilegales aún teniendo medios para desarrollarse legalmente, no lo

hacen, no pagan impuestos y no permiten el desarrollo de las comunidades donde se

produce la extracción. A diferencia de otro grupo humano que ha decidido ingresar al

mundo de la legalidad.
Los extractores ilegales conocen las reglas y saben cómo evadirlas;

promueven operaciones ilícitas; compran la producción de quienes extraen minerales

como estrategia de sobrevivencia y suelen mantener una relación de dependencia con los

microextractores o mineros artesanales, facilitándoles insumos y dinero como forma de

asegurar su fidelidad y dependencia permanente.

Los extractores ilegales usurpan concesiones y terrenos de propiedad privada o del

Estado. La ilegalidad en que se desenvuelve este tipo de actividad y los conflictos que

genera, colocan a los extractores ilegales en situaciones de incertidumbre e inseguridad

jurídica, lo que contribuye a un estado de temporalidad.

La extracción ilegal tiene carácter de subsistencia para los microextractores, pues

perciben bajos ingresos. Esto restringe las posibilidades de asumir los costos requeridos

para la mejora de la situación ambiental y las condiciones de seguridad. Además, explotan

los recursos con poca recuperación y alta depredación de los mismos, sin tener ningún

cuidado por el medio ambiente.

En julio de 2007, los agricultores y ganaderos de los distritos de Las Lomas, Tambo

Grande, Suyo, Sapillica y Distrito de Paimas de la provincia de Piura, en el departamento

de Piura, marcharon por las calles de la ciudad por los problemas de contaminación que

genera la minería ilegal en esas zonas. Esto debido a que los microextractores ilegales

utilizan cianuro y mercurio, elementos químicos que, usados sin observar normas,

protocolos ni medidas de seguridad, se convierten en contaminantes tóxicos y dañinos

para la salud humana, la agricultura y el ecosistema.

José Málaga, presidente de la Junta Nacional de Usuarios de los Distritos de Riesgo del

Perú (JNUDRP), opinó que deberían declararse intangibles, las áreas afectadas por la

minería ilegal en Piura.


Las personas dedicadas a esta actividad tienen un bajo nivel de instrucción y realizan la

extracción de manera individual o en pequeños grupos. El Estudio de Investigación de la

Minería Ilegal en el Perú: Repercusión para el sector minero y el país, indica que esta

situación desintegra el proceso productivo, dificulta la explotación sostenible del recurso

y el manejo medioambiental.

Causas

La minería ilegal ocurre como consecuencia de problemas socioeconómicos. La Sociedad

Nacional de Minería, Petróleo y Energía indicó que la agresiva expansión de esta actividad

registrada en los últimos años, ha sido alentada por la falta de empleo en el área rural, el

elevado precio de los metales, y porque las organizaciones o grupos que están detrás de

esta actividad, muchas veces aprovechan la ausencia del Estado para actuar al margen de

la ley.
El crimen organizado y sus vínculos con la minería ilegal de oro en
América Latina

La minería ilegal se expande por América Latina. La creciente demanda de cobre, estaño,

tantalio, wolframio, pero sobre todo de oro, ha multiplicado la aparición de maquinaria minera

pesada que, sin permiso y a veces a gran escala, operan en recónditos rincones de la

geografía regional, incluyendo al menos 80 áreas naturales protegidas y zonas de

amortiguamiento, según apunta la ONG Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA).


Definir satisfactoriamente minería ilegal es el primer desafío. Aquellos que explotan los

recursos minerales sin los permisos necesarios (contrato de concesión minera, licencia

ambiental) conforman un grupo muy diverso que demanda distintas estrategias. Pese a que

en la práctica, como señala el experto Luis Álvaro Pardo, Estados como Colombia no hacen

una diferenciación real entre informalidad e ilegalidad, es clave matizar términos para

encontrar soluciones.

Quienes están inmersos en procesos de regulación suelen denominarse mineros informales,

una etiqueta que abarca a los que extraen minerales de forma artesanal, sin usar apenas

maquinaria o tecnología y en condiciones muy precarias, o a aquellos que operan sin

sometimiento al control estatal.

Otras actividades mineras, en cambio, no podrán ser regularizadas porque están asociadas

intrínsecamente a la ilegalidad. Algunas incluso están vinculadas a grupos criminales que

no dudan en usar métodos violentos como la extorsión, las amenazas o la extracción de

minerales en zonas prohibidas.

La llamada “Guerra contra las drogas” lanzada por Estados Unidos y la drástica subida del

precio de oro (entre 2002 y 2012 aumentó un 500% a nivel mundial) han situado a la minería

ilegal como uno de los negocios más lucrativos en la región.

Hoy, la minería ilegal, especialmente de oro, es más rentable en América Latina que el

narcotráfico. El propio presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, afirmó que “la minería

criminal es más lucrativa que el tráfico de drogas”. Esta industria genera alrededor de 2.400

millones de dólares al año en este país, según cálculos del Gobierno.

Pese a que la minería al margen de la institucionalidad no es nueva, su inminente auge la

ha convertido en una grave amenaza regional. “Los Estados latinoamericanos no han

reaccionado a tiempo —lamenta el economista Pardo—. Cuando al fin se dieron cuenta,

encontraron un problema gigantesco, que iba más allá de la existencia de mineros

informales o ilegales. Era un desafío de orden público”.


Coste humano y medioambiental

Para combatir el expolio ilegal de minerales, muchos Estados han optado por destruir y

quemar maquinaria. También por la represión. Sin embargo, para expertos como Julia

Cuadros de la ONG peruana CooperAcción, la reconfiguración del mapa minero en América

Latina responde a un tercer factor: la falta generalizada de apoyo estatal para generar

alternativas de desarrollo en las comunidades. “La minería a pequeña escala y artesanal se

ha convertido en una actividad de supervivencia para muchas personas desplazadas por la

violencia o que han perdido sus trabajos por las privatizaciones y los cambios en la normativa

laboral —señala Cuadros—. A esos pequeños mineros hay que darles alternativas

económicas: los reprimes acá y se van para allá”.

El incremento en el uso de insumos como mercurio o los crecientes niveles de exportación

evidencian un descontrolado auge minero que demanda la implementación de políticas

efectivas de rastreabilidad de minerales y una regulación de los mineros informales.

“Formalizar la actividad no debería limitarse solo a que los Estados expidan autorización,

sino a evitar que la minería genere impactos ambientales y sociales y a erradicar los delitos

conexos a esta actividad”, apunta el especialista ambiental César Ipenza.

La extracción clandestina de minerales es el atajo rápido para que los grupos criminales de

la región laven dinero. Pero la ilegalidad trasciende al plano humanitario. Trata de personas,

explotación sexual, trabajo infantil y adolescente o la pérdida de la soberanía alimentaria al

producirse un abandono de las actividades agropecuarias son solo algunas de las

consecuencias directas de la minería ilegal. También se ha registrado un incremento de las

violaciones de los derechos de las mujeres: ha aumentado la violencia intrafamiliar y su

dependencia económica debido a que la mina es una actividad predominantemente

masculina.

Según la organización Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, América

Latina es la región que extrae de manera ilegal mayor porcentaje de oro. Venezuela lidera
el ránking con cerca del 90% de oro extraído ilegal, seguida de Colombia con un 80%,

Ecuador con el 77% y Bolivia y Perú, que rondan el 30%.

Aunque la minería ilegal es un fenómeno regional, no afecta a todos los Estados por igual.

“En la zona amazónica, todos los países están en riesgo”, explica Cuadros. A

la deforestación de bosques, muchos de ellos protegidos, y a la afectación de importantes

fuentes de agua, se suma la contaminación por mercurio, el químico usado para separar el

oro. Se estima que por cada kilo de oro producido, se liberan cerca de 1,3 kilos de mercurio

que contaminan las fuentes acuíferas y las poblaciones humanas que consumen agua y

pescado.

La Unión Europea y Estados Unidos prohibieron hace alrededor de siete años la exportación

de mercurio a la región y el convenio Minamata, aprobado en septiembre de 2017, limitó las

importaciones y exportaciones a los Estados. Sin embargo, y pese a los intentos

internacionales por obstaculizar la adquisición ilegal de mercurio y las prohibiciones de uso

en países como Ecuador o Venezuela, su tráfico, sobre todo en zonas fronterizas, aún no

está controlado. “La gran minería de oro tiene como subproducto el mercurio, que debe ser

dispuesto de manera adecuada —explica Ipenza—. Así se podría frenar el avance de la

minería ilegal”.

MINERÍA INFORMAL EN EL PERù

Zonas mineras auríferas de minería ilegal

Las zonas con mayor actividad minera ilegal en el Perú se realizan en los siguientes

departamentos:

Departamento Provincia

Tambopata
Madre de Dios
Manu
San Antonio de Putina
Puno Carabaya
Sandia

Palpa
Ica
Nazca

Caravelí
Arequipa Camaná
Condesuyos

Lucanas
Ayacucho
Parinacochas

Pataz
La Libertad Otuzco
Huamachuco

Piura Ayabaca

La extracción ilegal en cifras

En el Estudio de Investigación de la Minería ilegal en el Perú se estima en 60,000 el número

de familias que en forma directa o indirecta están involucradas en la extracción ilegal; en

50,000 la cantidad de personas ejerciendo en forma directa la actividad y en 300,000 el total

de las personas que de manera directa o indirecta son dependientes de esta actividad. De

ese total, el 85% participa en la extracción ilegal aurífera, actividad que al año produce 24

toneladas de oro. Esta cantidad representa el 14% de la producción reportada como país.

El mismo estudio valoriza este monto en 500 millones de dólares de los cuales el Estado

peruano no percibe un solo centavo por concepto de impuestos.


IMPACTO DE LA MINERÍA ILEGAL

Los principales impactos que genera la minería ilegal en el país son de carácter ambiental y

socioeconómico.

El impacto ambiental que genera la minería ilegal es por contaminación de

los suelos, agua, aire.

Impactos en el suelo

El gran movimiento de tierras que ocasiona la extracción ilegal de los recursos mineros

afecta la topología de la zona donde se realiza la explotación, ocasionando la alteración de

ecosistemas y la pérdida de hábitat para algunas especies.

Los procesos de beneficiación de los minerales, que son extraídos de forma ilegal,

producen Residuos tóxicos, ya sea por los insumos utilizados o por la liberación de

sustancias químicas como resultado del proceso.

Contaminación por mercurio

La contaminación por mercurio es el principal problema ambiental, además tiene efectos

perniciosos para la salud de los trabajadores y su entorno. El uso indiscriminado e ineficiente

del mercurio para amalgamar el oro ocasiona que grandes cantidades de esta sustancia se

pierdan y viertan en el medio ambiente en forma gaseosa o líquida.

La pérdida del mercurio líquido se produce durante la amalgamación del oro en los

quimbaletes, donde se realiza la separación del mismo. En este proceso se calienta la

mezcla mercurio-tierra con el fin de extraer el oro. El mercurio se evapora dejando sólo el

oro. Ese gas es el que es llevado por el viento y una vez frío se condensa y se introduce en

suelos y cuerpos de agua.


La porción acuosa del relave tiene alto contenido de mercurio y de oro. El contenido de

esta sustancia será mayor si el mercurio utilizado es reciclado. En ese estado pierde su

poder de amalgamación y los mineros suelen añadir más mercurio, agravando aún más

la contaminación.

En las regiones donde hay extracción ilegal existen alrededor de 42,000 micro extractores

auríferos que trabajan al margen de la ley, sin elaborar ningún tipo de estudio de impacto

ambiental que pueda determinar los impactos ambientales, así como el tratamiento

adecuado de los mismos.

Esta actividad anualmente desecha entre 26 mil y 36 mil kilos de mercurio, lo que afecta

las corrientes fluviales y contamina a los peces, principal insumo alimenticio de las

comunidades nativas y poblaciones ribereñas, informó Antonio Brack, primer ministro del

Ambiente.

Contaminación por cascajo

La extracción ilegal puede producir deforestación, movimiento de tierras, erosión forzada,

acumulación de gravas que conlleva a la eliminación de la cobertura vegetal (tala y quema

de bosques). La acumulación de material grueso, que resulta del lavado de grava durante el

proceso de recuperación del oro, al estar desprovistas de material fino, no ofrece el sustrato

adecuado para la recuperación natural.

Deforestación

En los últimos 15 años, la extracción ilegal aurífera(Maquinaria pesada , Excavadoras,

Cargadores Frontales, Volquetes) ha perturbado unas 7,000 Ha. de bosques tropicales en


Huepetuhe , Caychiwe, Delta Uno, Rio Inambari, (Reserva bionatural del Manu y Reserva

del Bahuja Sonene) en el departamento de Madre de Dios.

Contaminación de las aguas

En el proceso de la extracción de oro en la minería ilegal se incrementan sólidos en

suspensión en el agua, que afecta la vida acuática. Se produce una descarga

de sedimentos con la consiguiente colmatación y modificación morfológica de los cauces.

La contaminación de las aguas podría provocar el trastorno y hasta la desaparición de

la flora y fauna, además del alejamiento de la fauna terrestre.

Otra forma de contaminación se produce por el mal uso del cianuro a través de métodos

artesanales de “vat leaching”, en plantas portátiles de geomembranas con el apoyo de una

motobomba, realizándose la aglomeración de manera manual.

Este procedimiento constituye un riesgo para los operadores y el ambiente, en especial en

las localidades cercanas a los cursos de agua.

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