Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
INTERNACIONAL
Los Estándares Sociales y Ambientales del PNUD comprenden varios elementos: los Principios y
Políticas Globales, los Estándares a nivel de proyecto y el Procedimiento de Implementación de
las Políticas. A continuación se presenta una visión general de los componentes cruciales del
SES:
1. PRINCIPIOS Y POLITICAS GLOBALES
La sostenibilidad social y ambiental son fundamentales para alcanzar los objetivos
(outcomes) de desarrollo y se deben incorporar de manera sistemática en los ciclos de
gestión de los programas y proyectos del PNUD. En la primera etapa del diseño de
programas y proyectos, se identificarán las oportunidades para fortalecer la
sostenibilidad social y ambiental, que se concretarán en la implementación y se
supervisarán durante las tareas de seguimiento y evaluación. Se procurará la debida
diligencia social y ambiental para todos los programas y proyectos.
Los programas y proyectos del PNUD se adhieren a los objetivos y los requisitos de los
Estándares Sociales y Ambientales. Los objetivos son: (i) fortalecer los efectos sociales y
ambientales de programas y proyectos, (ii) evitar impactos adversos en personas y el
medioambiente, (iii) minimizar, mitigar y manejar los impactos adversos cuando no sea
posible evitarlos, (iv) fortalecer las capacidades de gestión de riesgos sociales y
ambientales del PNUD y sus asociados, y (v) asegurar la plena y efectiva participación de
los actores claves, por ejemplo, a través de un mecanismo para responder a denuncias
de personas que se vean afectadas por un proyecto.
El PNUD aplica los Principios de Programación por Países del Grupo de las Naciones
Unidas para el Desarrollo en la elaboración e implementación de programas nacionales,
regionales y mundiales. Incluyen los siguientes principios: (i) enfoque basado en los
derechos humanos en la programación del desarrollo, (ii) igualdad de género y (iii)
sostenibilidad ambiental. Los SES refuerzan su aplicación a nivel de programas y
proyectos.
En años recientes, la liberalización comercial ha pasado de disminuir aranceles (los cuales han
llegado a ser bastante bajos alrededor del mundo) a la eliminación de barreras no arancelarias.
Dado que algunas regulaciones domésticas pueden potencialmente ser interpretadas como
barreras no arancelarias, el alcance e impacto de los compromisos que se adquieren al tener
acceso a un mercado (y en otras disciplinas de regulación en el campo del comercio), se han
expandido. Un buen número de las disputas de comercio internacional que han surgido en la
última década tienen que ver con conflictos entre regulaciones domésticas y reglas de comercio.
Por ejemplo, Estados Unidos prohibió las importaciones de atún mexicano, alegando que el
método de pesca utilizado por los mexicanos provocaba la muerte incidental de delfines. Ante
esto, en 1991 México obtuvo una resolución favorable , en la cual declaraban que los Estados
Unidos estaba violando las obligaciones adquiridas con dicho acuerdo al imponer tal prohibición.
• De Técnica. Estos surgen de la tendencia hacia procesos de producción más limpios, a medida
que el bienestar aumenta y la expansión del comercio permite el acceso a una mejor tecnología
y a “mejores prácticas” ambientales.
El tomar los temas ambientales seriamente, debe ser entendido por quienes abogan por el libre
comercio como una necesidad de política. Descartar los temas ambientales, incrementa la
oposición de la comunidad ambientalista y genera una innecesaria resistencia al libre comercio.
Algunos ambientalistas van a oponerse siempre a la liberalización del comercio porque se
adhieren a la filosofía de que el crecimiento económico debe tener límites. Pero la comunidad
ambientalista no es uniformemente proteccionista. Muchos ambientalistas creen en un
“desarrollo sostenible” y apoyarían un comercio más libre si tuviesen la percepción de que el
manejo de la contaminación y de los recursos naturales está siendo tomado con mayor seriedad.
Tras la pre publicación de los nuevos estándares, los costos que asumirá el nuevo postor de La
Oroya se reducirían en cerca de US$600 millones. Una de las propuestas con las que Pedro Pablo
Kuczynski llegó a la presidencia fue reactivar el Complejo Metalúrgico de La Oroya, que junto
con la mina Cobriza serán subastados a partir del 6 julio. La reciente flexibilización de los
estándares ambientales de aire apuntaría a lograr dicho objetivo. El Minam prepublicó los
nuevos Estándares Nacionales de Calidad Ambiental del Aire, que elevan en hasta 212% el
estándar de calidad de dióxido de azufre, de 80 microgramos por metro cúbico (ug/m3) diario a
250 ug/m3.
Explicó que con los nuevos estándares también se reducirán los montos de inversión necesarios
para reactivar el proyecto. En un inicio, quienes deseaban adquirir el Complejo Metalúrgico de
La Oroya preveían invertir US$1.000 millones-para terminar el 50% de la construcción de la
planta de ácido sulfúrica del circuito de cobre y el circuito de plomo para capturar los gases
fugitivos y emisiones fijas- ahora se prevé invertir alrededor de US$400 millones. Por su parte
quienes adquieran la mina Cobriza destinarán aproximadamente US$90 millones.
¿Paquetazo antiecológico o medidas para alentar las inversiones? El Gobierno peruano apuesta
por dinamizar los proyectos mineroenergéticos a través de la audaz iniciativa de flexibilizar la
normativa ambiental. Las propuestas presentadas para el efecto el 18 de junio han encendido
la pradera ambientalista y llevado una brisa de satisfacción a los sectores que consideran que el
Ministerio del Ambiente (Minam) frena las inversiones con desmedidas regulaciones.
Esta última es la opinión de Cecilia Blume, ex asesora del Consejo de Ministros, quien afirma que
el Minam “se ha excedido de los límites razonables” al imponer estándares suizos de calidad
ambiental de aire, agua y suelo, en un país como el nuestro. Otro tanto apunta el economista
Miguel Palomino, director gerente del Instituto Peruano de Economía, quien advierte que el
Minam obra irracionalmente al imponer estándares que no se cumplen ni cerca de su misma
sede, pero que son exigidos a la industria como si esta pudiese ser tratada como “un parque
natural”.
Remarca que los estándares ambientales no han generado ninguna dificultad a la industria
mineroenergética (la más regulada por el Estado), salvo en el caso de los nuevos ECA del aire,
cuya aplicación se ha reconocido como inviable en tres industrias específicas: la refinería de Ilo,
el Complejo Metalúrgico de La Oroya y el parque automotor de Arequipa.
Sin embargo, funcionarios de la minera comentaron a Día_1 que los ECA sí afectan sus
operaciones en Ilo. Para adecuarse a la norma, la fundición debe hacer paradas periódicas que
en el primer semestre del 2013 reportaron pérdidas de 18.000 toneladas de producción en
cátodos. “Pensábamos incrementar la capacidad de la fundición, de 1,2 millones a 1,8 millones
de toneladas, para dar mayor valor agregado al concentrado que producimos, pero con el ECA
no se puede”, dijeron.
¿AGILIDAD O CALIDAD?
La FAO está a la vanguardia en la labor hacia una agricultura sostenible mediante la promoción
de la protección y el uso sostenible de los recursos naturales, a la vez que se satisfacen las
necesidades crecientes de la sociedad de medios de vida decentes y resilientes.
En este contexto, la FAO ha actualizado sus Directrices de Manejo Ambiental y Social para apoyar
la implementación de normas ambientales y sociales. El objetivo de las Directrices es identificar,
evaluar y gestionar los riesgos ambientales y sociales de un proyecto, adoptar una jerarquía de
mitigación y promover sistemas agrícolas y alimentarios sostenibles.
Las normas sociales y ambientales de la FAO están relacionadas con las siguientes áreas:
8. Igualdad de género
El Gobierno peruano aprobó hoy nuevos estándares ambientales más flexibles para las
actividades extractivas, productivas y de servicios, alineándolos a los que adoptan otros países
de la región como Chile y Colombia.
El Ministerio del Ambiente publicó un decreto con nuevos Estándares de Calidad Ambiental
(ECA) para el aire y el agua, entre los que se modificó el parámetro de emisión de dióxido de
azufre a 250 microgramos por metro cúbico para periodos de 24 horas, desde los 20
microgramos por metro cúbico anterior. Los nuevos parámetros regirán para los sectores
extractivos, como el vital rubro minero, así como para las industrias y el sector de servicios.
El proyecto de esta nueva norma había sido publicado en abril, con el objetivo de recibir
comentarios de los sectores involucrados, y hoy se oficializaron los nuevos estándares.
Algunas empresas del sector minero habían calificado de "estrictos" los estándares de calidad
previos debido a que no existían plazos ni la tecnología necesaria para cumplirlos y tampoco
hacían distinción entre las diferentes ciudades del país. El presidente peruano, Pedro Pablo
Kuczynski, afirmó en julio del año pasado que los estándares ambientales en Perú eran "irreales"
y más exigentes que en Finlandia, lo cual había frenado la construcción de más fundiciones y
plantas de procesamiento de minerales.
Según un estudio organizado por el Programa de Inversión Responsable (PIR), dirigido a 207
empresas que participan en el mercado peruano de valores y emiten reportes de sostenibilidad,
la adhesión a estándares sociales y ambientales aún es limitada. Solamente el 41% de estas
empresas está adherida a algún estándar y el 33% de éstas reporta información adecuada. Entre
los estándares que adoptan, están el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, ISO y Global
Reporting Initiative (GRI).
“Hay una relación directa entre tener un buen gobierno corporativo y un análisis de
sostenibilidad”, señaló Arturo Caballero, secretario técnico del PIR, quien participó en el evento
“Inversión responsable: creando valor a largo plazo”. En éste, analistas nacionales e
internacionales discutieron sobre la situación actual y las perspectivas a futuro de las empresas
peruanas que presentan reportes ASG (ambiental, social y gobierno corporativo).
Existen cuatro factores que inciden en la adopción de estos estándares ambientales y sociales:
1. Las empresas de capital extranjero suelen tener un mayor nivel de adopción. Solamente
el 33% de las empresas peruanas los tiene, frente a un 55% de capital extranjero. Esto
se debe a que estas últimas tienen mayor demanda por sus stakeholders y accionistas
para el cumplimiento de estos estándares.
2. Mientras mayores sean los ingresos de las empresas, más probabilidad de adhesión a
estándares tiene. En el estudio de PIR, los ingresos de las empresas oscilan entre
S/.500,000 y S/.13 millones, donde el 75% de ellas tenía ingresos menores a S/.1 millón.
Sin embargo, hay empresas grandes que no se adhieren y empresas pequeñas que sí.
3. La cantidad de directores independientes que tenga la empresa guarda relación directa
con la adopción de estándares. “Solamente el 30% de ellas no tiene directores
independientes. De las que sí, el promedio de ellos en un directorio es 38%”, indica
Arturo Caballero, de PIR.
4. En los sectores como Materiales o Energía, donde hay mayor impacto en las
comunidades, se suele reportar más; no obstante, solamente el 60% estandariza sus
buenas prácticas en sostenibilidad.
Además, el estudio revela que hay empresas que dicen tener políticas ambientales pero no las
realizan correctamente. Del estudio, solamente el 27% de las empresas reporta huella de
carbono (13% de forma inadecuada) y 47%, huella hídrica (33% de manera inadecuada).
Entre las empresas que destacan por la calidad de la información en sus reportes de
sostenibilidad, están Ferreycorp, Scotiabank, Pluspetrol Camisea, Petroperú y Transportadora
de Gas del Perú.
UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO
ESCUELA DE ADMINISTRACION