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Dejarás de creer en el amor después de leer éste texto.

El sentido del amor es meramente proporcional al sentido de la existencia. El


camino a la felicidad fielmente creído por algunos; El motor de la humanidad y el
eje de equilibrio de nuestro día a día.

Es así que existen muchos tipos de amor, está: el amor fraternal, el amor erótico,
el amor pasional, el amor a la naturaleza y lo que hay dentro de ella. Podría seguir
mencionándolos pero imagínalos tú. Al respecto, hablaremos de aquel que nos
hace suspirar, que nos quita el aliento, que nos arrebata sonrisas y lágrimas. El de
la espada de doble filo. El que todos necesitamos y que buscamos en otra
persona.

En la búsqueda del amor nos equivocamos, nos dañamos, sin embargo, estamos
en pos de él una y otra vez. Aun siendo pocos los que tienen la dicha de haberlo
encontrado (realmente) –o al menos así lo creen, pareciera que lo conocemos a
detalle, y es que se encuentra presente en cada hora, minuto y segundo de
nuestro existir.

Si nos ponemos a pensar a profundidad, ¿qué es el amor?, ¿cuál es su


propósito?, ¿por qué un sentimiento que percibimos como bueno, nos puede
provocar heridas al grado de no querer vivir más? Nos damos cuenta de que éstas
preguntas fueron abordadas por algunos filósofos. Te advierto que su opinión y su
definición-punto de vista, te costará creerlo.

De las pocas referencias que se tienen de filosofía abordando el tema del amor
tenemos "El Banquete", el cual pertenece a los diálogos de Platón. Se hace
referencia a un banquete servido en honor a Agaton, donde asistió Sócrates y en
el cual se tomó por tema de conversación: el amor.

Fedro toma primero la palabra, para hacer del amor un elogio muy levantado.

-El amor es un dios, y de todos los dioses el más antiguo, el más respetable y el
más capaz de hacer al hombre feliz y virtuoso durante su vida y después de su
muerte.

Por su parte, Pausanias complementó la opinión de Fedro haciendo énfasis en


que hay dos tipos de amor:

-Hay por tanto dos amores: el primero, sensual, brutal, popular y en el cual se ama
al cuerpo por encima del alma o virtudes (no físicas) de la otra persona. Su amor
no puede tener duración, puesto que se ama una cosa que no dura. El segundo,
es el amor con sentimientos más elevados que se basa en la honestidad y que se
dirige a la inteligencia, al cual considero el más bello y el único digno de ser
honrado.

Asimismo, el médico Eriximaco que habló después que ellos, se adelantó mucho
más en la conversación y se propuso probar que el amor no reside solo en el
alma, sino que está en todos los seres.

-El amor está en todas partes: en los cuerpos de todos los animales, en las
producciones de la tierra, en otras palabras, como la unión entre contrarios: la
armonía entre lo grave y lo agudo que forma el arte musical, el punto templado y
confortable entre lo caliente y lo frio que forma el clima ideal.

Aristófenes se refirió al amor con una historia:

-En otro tiempo, la naturaleza humana era diferente de lo que es ahora. Primero
había tres clases de hombres: los dos sexos que hoy existen y el tercero
compuesto de estos dos que se llama andrógino. Tenían formas redondas como
una esfera, la espalda y los costados en círculo, cuatro brazos, cuatro piernas, dos
órganos sexuales, dos rostros diferentes y puestos sobre un cuello circular. Eran
muy fuertes, vigorosos, de corazones intrépidos y un poco engreídos, y por eso,
concibieron un día la atrevida idea de escalar al cielo, y combatir contra los dioses.
Cuenta el mito que Zeus al ver tal acto decidió partirlos en dos, así se hacían
débiles. Hecha esta división, cada mitad se esmeraba en encontrar la otra mitad
de la que había sido separada y cuando se encontraban ambos, se abrazaban y
se unían, llevados al deseo de entrar en su antigua unidad, con ardor tal, que
abrazados perecían de hambre e inacción. De aquí procede el amor que tenemos
naturalmente los unos a los otros; él nos recuerda nuestra naturaleza primitiva,
hace esfuerzo para reunir las dos mitades y para reestablecer nuestra antigua
perfección. Cada uno no es más que la mitad que ha sido separado de su todo.

Agaton tomó a su vez la palabra y anunció que completaría lo que faltaba aún, en
la teoría del amor.

-El amor es el más dichoso de los dioses porque es el más bello, escapa siempre
de la ancianidad y es compañero de la juventud. Es también el más sutil
deslizándose por todas partes, penetrando en todos los corazones y saliendo de
ellos. El amor siempre está acompañado de la belleza y peleado con la fealdad.

Sócrates, el único que continuaba silencioso. No sin razón habló al final, pero
primero se esmeró por desmitificar todo lo dicho anteriormente:

-El discurso de Agaton es muy bello, pero quizá tiene más poesía que filosofía;
quizá más aparente que verdadero. El amor no es bello, porque no posee belleza,
ya que es lo que desea. Uno siempre desea lo que no tiene. Tampoco es bueno,
porque siendo lo bueno inseparable de lo bello, todas la cosas buenas son bellas.
Resta probar que no es dios porque si fuese dios, sería bello y bueno; porque
como dioses, nada les falta, no pueden estar privados ni de bondad ni de belleza.
El amor es un ser intermedio entre el mortal y el inmortal. Su objeto, como último
resultado es la posesión de lo bello y del bien. El amor no es más que otra cosa,
sino que es el deseo mismo de inmortalidad. Esta es la única inmortalidad posible
para el hombre respecto a su cuerpo. De esta manera perpetua la sabiduría, y se
asegura una inmortalidad muy superior a la primera.

Otro autor que describe al amor es Arthur Schopenhauer, quien en su libro el


amor, las mujeres y la muerte, nos dice que es imposible concebir al amor siendo
un sentimiento extraño o contrario a la naturaleza humana o un puro capricho, que
no se cansen de pintarlo los poetas, ni la humanidad de acogerlo.

Hace hincapié en que por muy desinteresada e ideal que pueda parecer la
admiración por la persona amada, el objetivo final es en realidad, la creación de un
nuevo ser. El que cierto hijo sea engendrado, ese es el único fin y verdadero de
toda novela de amor, aunque los enamorados no lo sospechen. Este ser que van
a engendrar será como la prolongación de su existencia y la plenitud de ella; en
donde continuarán viviendo reunidas y fusionadas sus cualidades heredándolas
como padres. Esta es la voluntad de vivir, manifestada en toda la especie.

A su inteligencia le cuesta trabajo, ya que se dirigen siempre de manera egoísta


sacrificando su vida individual por la procreación y el bien de la especie.

Para alcanzar tal fin y excitar la actividad de un ser individual es preciso pues, que
la Naturaleza embauque al individuo con alguna añazga, en la cual vea, de forma
ilusa su propio beneficio. El individuo se hace esclavo inconsciente de la
Naturaleza en el momento que solo creé obedecer sus propios deseos. Esta
ilusión no es más que el instinto, un instinto muy determinado, muy manifiesto, y
sobre todo, muy complejo que nos guía en la elección tan fina, tan seria, tan
particular, de la persona que se ama, y la posesión de la cual se apetece.

Si el placer de los sentidos no ocultase más que la satisfacción de una necesidad


dominante, sería indiferente la hermosura o la fealdad del otro individuo. Siendo
aquí lo importante mantener lo más íntegro y puro posible el tipo de la especie.
Por tanto, no hay hombre que como primer término, no desee con ardor y no
prefiera las más hermosas criaturas, porque realizan el tipo más puro de la
especie. Después buscará sobre todo las cualidades que le faltan, o a veces las
imperfecciones opuestas a las suyas propias, y que le parecerán bellezas.
El amor tiene a su favor la capacidad de trascender el espacio a través de
continentes, países y ciudades, de trascender el tiempo haciéndose presente en el
presente, en memorias del pasado y en añoranzas del futuro. Trascender lenguas,
religiones y razas.

A veces lo único que podemos hacer es limitarnos sólo a experimentarlo, pero si


pudiera darte un consejo sería el siguiente:

No creas en el amor porque no existe. Aunque cada vez que te miro, no puedo
más que admirar tu belleza, y la belleza es amor .

No creas en el amor porque siempre que lo buscas debes subir a la luna y tratar
de encontrarlo aunque esté muy lejos. Aunque si tú estás ahí, todo vale la pena .

No creas en el amor porque solo es una bomba de tiempo. Aunque si tuviera que
esperar a tu lado, no me importaría que pasara un ciclo más de vida

No creas en el amor porque te puedes volver adicto a una persona. Aunque si tú


fueras esa persona, te fumaría todos los días.

No creas en el amor porque siempre le das a una persona lo mejor de ti y si


termina, tú eres el más afectado. Aunque si fuera contigo, cometería los mismos
errores y viviría la misma historia una y otra vez.

No creas en el amor porque es pura maldad. Aunque cada vez que te miro, no
puedo dejar de ver lo buena que estás.

No creas en el amor porque te puedes enamorar.

No creas en el amor porque tal vez puedas encontrarlo de verdad.

Pero sobre todo, no creas en el amor porque te amo.

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