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Colección Alternativas en Salud Me~tal

Dirigida por Haydée Echeverría Ricardo Rodulfo (compilador)


Cristina Fernández Coronado,
Gladys Garbolino ·de Bárbara,
Rebeca Hillert, Alicia Lapid-us,
Alicia Lo Giúdice de Mayer,
Liliana Peskins, Marie • Jose Puig • lzard,
Marisa Rodulfo, Liliana Serur

Paga·r de más
Estudios sobre la problemática del
cuerpo en el niño y en el adolescente

Ediciones Nueva VisióD


Buenos Aires

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A nuestros restantes compaiferos de la


Cdtedra, haciendo votos porque una
próxima vez sean ca-protagonistas
expUcltos del texto. Explícitos,
decimos, porque de hecho su traba;o
también estd aqu(.

I.S.B.N. 950.602-133-3
© 1986 por Ediciones Nueva Visión SAIC
Tucumán 3748, Buenos Aires, República Argentina
Queda hecho el depósito que marca ila ley 11.723
Impreso en la Argentina 1Printed in Argentina

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PRESENTACION

Este-libro supone varias espontaneidade~. En primer lugar, su


misma existencia lo convierte en testimonio. Efectivamente,
con una sola excepción (la que reproduce una presentación, a
instancias mías•. de una colega extranjera), 1 los que lo han es-
crito forman parte, en diversas funciones, de la Cátedra de
Clínica de Ninos y Adolescentes de la Facultad de Psicología
(U.B.A.). El texto es tributario de un trabajo en común que,
en algunos casos, lleva ya cinco aftos de experiencia docente
juntos, iniciado dictando Psicopatología Infanto-J uvenil en
la Universidad del Salvador, y cerca de diez compartiendo
otras actividades que hacen a la práctica privada del PSA.
Todo esto hace que, inevitablemente, este libro -bueno o
malo- const~tuya un primer punto de coronamiento produc-
tivo de tantas horas de trabajo sumadas, de tantas esperanzas,
de tantos entusiasmos.
Yo diría que la segunda espontaneidad en juego es la de
las múltiples convergencias que pueden encontrarse. Porque,
en función de nuestra posición teórica, 2 ni Marisa Rodulfo
ni yo -que cargamos con la conducción del grupo- hemos fa-

1 Y aun esta excepción se relativiza, si tenemos en cuenta que la invi-.


tación a Marie-Jose Puig-Izard hace a la posición teórica que desde nues-
tra cátedra sostenemos. '
2 Para una exposición detallada de ésta, y sus. supuestos epistemolb-
gicos, puede consultarse Clinica psicoanalítica en niños y adolescentes.
Una introducción, de Marisa. Rodulfo y Ricardo Rodulfo, Lugar, Buenos
Aires, 1986.

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vorecido algo así como uno de esos típicos efectos de "linea"
que inducen a "pensar en serie" (o reiterarse en serie). Por RECONOCIMIENTOS
el contrario, nos reúne como grupo de trabajo, entre otras
cosas, una toma de partido en pro del pluralismo y el estí-
mulo a lo diferencial en una posición. De este modo, las rea-
les remisiones de texto a texto que se encuentran no son una
condición previa, ni tendrían por qué reprimir sus matices.
Una tercera, acaso más inesperada, es la que me parece
reconocer en la diversidad tematica. (De hecho el libro se
planteó como un libro de campo, sin otro requisito en cuanto
a rasgo unario que lo unificase.) He aquí que se agolpa en cier-
ta dirección: la corporeidad del nifto y del adolescente, y
cómo, por las vías secretas del goce, por los entresijos del mito
familiar, con frecuencia debe pagar con ella, entregando -más
o menos literal, más o menos metafóricamente- su cuerpo Ante todo, a los estudiantes. Sus inseguridades -desde las "hi-
al Otro. Eso mismo hizo que el título del hermoso capítulo
perintelectuales" hasta las aparentemente "simples"-, sus co-
perteneciente a Rebeca Hillert (én su concisión -sin una pa- mentarios, la frescura con que respondieron al deseo de hacer-
labra de más, sin tributos a la retórica psicoanalitica- reve- nos entender, no es externa a estos textos: la informa.
lador de una frecuentación del hardbotled style), se convir- Por otra parte, un muy especial agradecimiento a Zulma
tiese sin esfuerzo, y sin ningún propósito previo, en el título Liamgot, nuestra colega, que tras encargarse tan solventemente
del libro todo. de traducir sobre la marcha la exposición de Puig-lzard nos la
Por último, quisiera agregar que, si bien el libro incluye entregó, en un nuevo esfuerzo, en su versión escrita, y, "como
teorizaciones nuevas, su razón es sobre todo una ''razón prác- de costumbre", a la valiosa ayuda de Laura Pound de Rodul-
tica": intercambiar una experiencia con los lectores en la es- fo en la versión final del libro.
peranza de ayudar en algo a pensar los difíciles problemas de
la clínica psicoanalítica (particularmente en sus direcciones
y extensiones menos tr~dicionales) a los estudiantes que se
acercan al campo por primera vez, a los colegas jóvenes y a los
que ya no lo son tanto. En la medida en que esto se logre nues-
tro esfuerzo se verá justificado.

Ricardo Rodulfo

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PAGAR DE MAS

Rebeca Hillert

Lo llamaré Juan; estaba por cumplir siete afios. La consulta


se ·había iniciado cuando tenía cinco y medio y comenzaba su
primer grado. Lo enviaba el gabinete de la escuela a 111 que con-
curría desde ·bebé. ·
Un chico bravo, decía de él la madre. Las cosaS no iban
bien, pero empeoraron críticamente al comenzar un nuevo
afio: el desencadenante fue el cierre por motivos económi-
cos de la sección primaria de la escuela adonde concurría
el chico. Había que inscribirlo en otra escuela. Juan no quería
quedarse en ninguna. El padre estaba prácticamente sin· traba-
jo, "tengo que dejarlo en algún lado", argüía.
Juan prefería quedarse solo en la casa. Después de mis va-
caciones de febrero lo encontré muy flaco y ojeroso; hosco,
negativo. Físicamente muy desmejorado, no dormía bien,
casi no comía, no había duda ante los signos de una depre-
sión. A mediados de abril llega a su sesión cinco minutos
antes de la hora en que comúnmente finalizaba. "
Dice: "Dentro de cinco minutos me voy a matar, ¿me
creés?" Casi no· se había movido del marco de la puerta;
ocultando su cara con un brazo·· en alto cruzado sóbre tos
ojos, de espaldas, apoyado a todo lo largo contra la pared,
inmóvil, repetía: "Me voy a matar dentro de cinco ininu·
tos, ¿me creés?"
Primero le aclaroJque a pesar de la hora, en· que había
llegado contábamos con más de cinco minutos. Lueao in·
tento en vano que proyect~ algo fuera de su própia penona.

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r--
~ Se- desplaza hacia una vent-. Siempre de espaldas. Se
sienta y repite sin mirarme y muy tenso: "Me voy a matar,
¿me creés?" Insiste: "¿Me creés?", y yo tenía que escuchar.
"como no era psicólogo", quería preguntarme qu6 expiAGI-
ción podía tener semejante conducta. Respondí simplem...
te diciendo que era un equivalente en el nifto de un intento
"Te creo -digo-. Si vos lo estás diciendo, creo en lo que de- de suicidio en el adulto.
cís. Sabés, hay mucha gente que dice y piensa que se va a Y a saliendo de la escuela, acompaflada por el padre de
matar, wnas se matan y otras no." ..
Juan, éste abruptamente informa que eso que yo había di·
Esto le produjo un alivio que no estaba en mis cálcu- che le impresionaba porque su seftora, antes del nacimiento
los; debió
suicida servirle para delimitar diferencias entre la idea
y el acto. de su hijo, había intentado suicidarse, cortándose las venas.
Esto que configura una situación que aparentemente se
Enseguida, ya de frente, extiende el brazo izquierdq, y con desarrolla fuera del marco o encuadre del análisis, es sin em-
el otro hace el gesto de cortar a la altura de la muneca. Le bargo un momento raro. Con sus características de escritura
transmito mi impresión de que está reproduciendo una escena al margen, tiene efectos sobre el desarrollo del mismo. Cité
que le es familiar, por lo visto u oído. Algo así le digo. Agrego a los padres, quienes ampliaron una historia compleja, la cual
que es como si se tratara de otra persona, y no de él. no había sido ocultada ni reprimida, sólo no actualizada.
Decide.
el final irse
de esa en ese momento, no recuerdo precisamente
sesión. Quizás un error en la dirección de esta cura, pensada
tiempo después, fue no haber intervenido haciéndome cargo
Hacía unas dos semanas, cosa que no había dejado de re- de la transferencia del padre, que se había instalado en el mo-
cordar durante el transcurso de esa sesión tan angustiosamente mento de su respuesta a mi intervención frente al director, de
larga, me había telefoneado el padre. Había llamado ya varias la cual él acusa recibo, asociando sobre la historia de su espo-
veces durante la semana por el tema de la escuela. Ahora el sa. Pensé que el paciente seguía siendo Juan, cuando era
director quería que fuera a hablar con él. El pedido era impe- mucho más complicado.
rioso, y como no tenía motivos suficientes para negarme, Insistí en la continuación del análisis del nifio, en el mis-
fui a la escuela. Sólo le impuse una condición al padre: "de- mo momento en que se desplegaba sincrónicamente y se
bía entrar a la dirección conmigo".
entrecruzaban las coordenadas del mito familiar.
Imaginemos nuevamente la situación, un poco cómica; allí Los padres, con los cuales había mantenido aburridísimas
se hat;í~ reunido no sólo el burocrático director, que sin em- entrevistas donde hablaban d,e su vida cotidiana, las dificul-
bargo no dejaba de estar preocupado, sino también las maes- tades económicas, la relación actual con los hijos, empezaron
tras, secretarias y varios cafecitos.
a rememorar las situaciones críticas que vivieron con sus res~
El hecho es que Juan había intentado o amenazado en va.;. pectivos padres. ¿Quién era el analizante?
rias ocasiones con tirarse por alguna de las ventanas, relato que Por un momento pensé que jamás debía haber tomado a
np me sorprendió porque en sesión, cierta vez, tuve que con- Juan en tratamiento individual; luego desheché la idea co-
tenerlo más allá de que pareciera que lo haCía jugando. Re- mo impracticable. En el momertto de la consulta tal plan-
cuerdo su alegría porque fue creído, y reaccioné tomando en teo hubiera estado totalmente fuera del tiempo lógico. Ni
serio s.u fantasía.
la madre ni el padre se habían planteado ninguna pregunta
Volviendo al día de la reunión, el director quería ama- acerca de sí mismos. Incluso un detalle me había llamado 13
blemente mandarlo a otra escuela. Ya se había querido es- atención: cuando me derivan a Juan, de la_ escuela me llegan
capar. Con una fuerza desusada, abrió el gran portón y cru- noticias de que los padres no respetan el horario de clases,
zó corriendo la calle; era una gran responsabilidad para ellos, ya que lo traen más tarde, y también van a buscarlo a cual·
no estaban en con~iciones de asumirla. Además el director, quier hora. Transmito esta inquietud, y el dato mismo es
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..._
~~ ..............................________
...-----~~~~
~do
~ :s~etuosos.
por los padn:s, quienes dicen ser muy puntuales y efectivamente sabe algo más, porque le es comunicado, qu1 IU
tarea se transforma. Es notable que al comienzo del an&Uil1
l¡ Comenzar el análisis de un niflo que habla las fantasías se le suponga un saber que no tiene, y cuando pareoe tener-
de los padres, les presta su cuerpo, replantea una de las especi- lo, ¿por qué se interrumpe el proceso?
ficidades del análisis con niftos. Se podría subrayar la iden- Deteniéndome más en esto, por primera vez se me ocu~
tificación de Juan con la madre. Es bastante evidente en la rre que el análisis de Juan estaba agotándose. Aunque él
sesión transcripta. A otro nivel, el peso de su drama indivi- quisiera continuarlo. Al menos planteado en los términos
dual residía en que se veía obligado a pagar no sólo los pe- del momento en que lo traen: ocultando y pagando por
cados del padre, smo los. de sus dos abuelos, quienes se re- otros. Juan, por esta época que relaté, quería venir como
sistían a morir en el mito. Juan; pero no eran ésas las circunstancias iniciales. Al co-
Cuando después del episodio relatado mi "saber" se am- • mienzo su "conducta" no denunciaba tan abiertamente lo
plía, pudiendo hacer reconstrucciones históricas, la madre que ocultaba: la impotencia-omnipotencia del padre, por
plantea la interrupción del análisis del hijo· por falta de decirlo rápido, el simulacro del poder de la madre, y ambos
dinero. unidos en la preocupación por el hijo.
Allí podría pensarse que la transferenr-ia del analista cons- Ahora bien, el nif\o seguía proponiéndose como anali-
tituye un obstáculo, y no, como aparenta, la resistencia de zante. Esto se sumaba a la reticencia del padre a comenzar
los padres. Quizás podría tratarse de una identificación del un análisis. Unica vía razonable para que cierta l~z producida
analista con el chico, una forma de evitar que el análisis ,.se en el papá terminara de desequilibrar una situación inestable,
anote como una de sus tantas pérdidas. De cualquier manera, en los límites de una crisis sin solución visible.
es probable que el de~nlace no hubiera variado mucho. Pe- El análisis de Juan se interrumpe en momentos en que su
ro si por algo uno se ve llevado a repensar un caso, aunque madre comienza a plantear la separación de la pareja, y el
lo que digo no ago~e el tema, es por cierta resistencia del marido le · implora entonces tiempo para demostrarle de lo
analista no trabajada en su momento. que es capaz.
Podría ser, a la distancia en que escribo esto, que la fas- Finalizaré este testimonio con el relato de las dos últi-
cinación de la idea de suicidio planteada obturó en mí po- mas sesiones de ese análisis, que vienen anunciadas por una
sibilidades de relanzar el análisis, en Una situación transfe- notita. La trae Juan a sesión, en un papelito minúsculo: el
rencia! diferente con los padres. padre me informa que no puede pagar lo que adeuda (dos
Ya que no se trataba sólo del intento suicida de la ma- meses) para continuar el tratamiento. La deuda no deja de
dre, relacionado con un mal encuentro con su propio pa- imaginarizar!lt. Lo curioso e.s el juego por el cual es el ana-
dre, quien la desconoce; también se hizo presente por pri- lista quien, haciéndose cargó de la deuda, brinda la ocasión
mera vez en este tratamiento la muerte sorpresiva del pa- para que se interrumpa su circulación y el análisis.
dre, cuando éste tenía 16 años. Y, más aún, la renegación Las sesiones que relato.·· fueron reconstruidas por mí,
de esta muerte en la casa paterna, ya que la madre del padre tiempo después. El juego que Juan escenifica viene siendo
de Juan, como en los cuentos, seguía para las fiestas sir- repetido en su secuencia y contenido. Se trata de que él
viendo la mesa incluyendo los cubiertos y el espacio para su me consigue trabajo. ·
esposo fallecido. Y el padre además hacía lo imposible para "Ponete contenta", me avisa por teléfono, para lo cual
fracasar como sostén de la familia. usa el tubo del portero eléctrico y agrega: "V ení a cobrar".
Sin pretender generalizar a todos los casos, pienso que es Luego saca unos billetes fuera de circulación que había traído
quizás' én el momento en que el analista más cree sabet, y al consultorio. Todo esto a un ritmo muy acelerado. El hace

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r
de jefe, trae papeles y sellos con el objeto de que los revise
y luego me extiende un cheque en un papel recortado donde Tener plata como los ladrones. . . ¿Dónde lo escuchaste?"
escribe: 100.000. Arma una mesa como si fuera la ventani- Juan: "Papá dice que los que tienen mucha plata son unos
lla de un banco. Frente a mí, ordena que vaya a cobrar. En- ladrones. . ." Aún me pregunto por qué dije algo como lo
trego el "cheque" y paga con los billetes fuera de circulación, que sigue: "Es cierto que estos últimos aftos hubo muchos
a los que agrega febrilmente más .billetes que va recortando, ladrones que sin trabajar hicieron mucha plata. Lo habrás
numerando y contando hasta superar los 100.000 que supues- oído en conversaciones entre los grandes. Pero no debe ser
tamente yo debía cobrar. Le digo. que está pagando de más. así. No hay por qué aceptarlo así, si no la policía se confundi-
Más de lo .que figura en el cheque. " ¡Lleva te el dinero!", ría con los ladrones. Hay quienes tienen, sin ser ladrones."
ordena. Di¡o que supongo que sabe por la notita que me en- No me respÓndió. Fue guardando lentamente todas sus
tregó al entrar, escrita por su papá, que no iba a venir por Uft cosas en el cajón que usaba habitualmente. Incluso decidió
tiempo, ya que no tenían dinero para pagarme. Agrego que dejar los. billetes hasta la vuelta.
quizás a él le gustaría pagar por su padre. Me responde que a Serio y sin volver la cabeza se fue corriendo.
fin de afio va a volver y hasta 7° no va a dejar de venir. Pre- Recuerdo haberme planteado ya en el momento de mi
gunto por qué 7°. Juan dice que es el grado al que va su intervención si no había hablado de más. Me preguntaba si
primo. Luego apaga todas las luces: hay que llamar a la poli- no le estaba inoculando denodadamente a Juan ideales. ¿Y
cía, vienen ladrones. Me ordena que busque un teléfono. si fuera as1? La cuestión no resuelta insiste.
En instantes se transforma en un policía que llega y arregla la Otra posibilidad de pensar mi intervención es como haber-
luz. Un juego dramatizado con diálogos y donde el problema le dado un palazo al superyó del paciente. Opino que tiene
de la casa es el corte de la luz. algo de superyoica la frase que recorto: "Tener plata como
Cuando viene el padre a buscarlo, lo hace entrar al consul- los ladrones" funcionaba en Juan como un mandato.
torio y le dice: "¿Sabés? Soy un guacho." "¿Un guacho?", Quisiera hacer unas primeras reflexiones. El analista
le hace eco el papá asombrado. "Sí. Con Fulanito, en la es- queda fuera de juego como tal en el momento en que el sen•
cuela, fabrico billetes falsos." tido lo aprisiona. Cuando esta historia se carga de conteni·
Aquí observamos -me lo hace notar un colega a quien re- do, allí se interrumpe.
fiero el caso- cómo se borra la noción de juego o de jugar. Releyendo los fragmentos que decido escribir, noto una
En la t1ltima sesión, la secuencia del juego se repite: pri- falta de relación temporal entre la demanda de análisis pri-
mero él consigue trabajo para mí en un banco. Aclaro que ª
mitiva que seftalaba Juan como paciente, y mi vacilación
la madre en la realidad es empleada de banco. Segundo: alar- en tomarlo; más tarde, mi obcecación en que continúe ese
ma por los ladrones. Hay que llamar a la policía. análisis cuando ya había eclosionado, transformándose en
En la escena del banco observo que nunca coincide el otros que solicitaban atención.
nt1mero que escribe en el cheque con el número de billetes Vuelvo a replantear la cuestión de un único sujeto en
.que me da. Insisto en seftalar que está dando de más. Como to- análisis, donde el analista se hace sujeto del inconsciente
da respuesta se encoge de hombros. Luego ordena: "¡Agarrá!" del otro. Cuando de niftos se trata, más aún, cuando el lu-
Inmediatarnene apaga las luces, habla de ladrones. "Llarná gar de ellos no puede discriminarse de la historia familiar,
a la policía." El hará de policía y ladrón alternativamente. abarcando varias generaciones, es decir, la prehistoda, la
Arregla la luz porque se había cortado, y a la analista se le pregunta es si hay que aferrarse a los individuos en análi-
enciende la lamparita. sis o al sujeto único que en cada momento habla. ¿Y có-
Digo: "¿No creerás que sólo los ladrones tienen plata? mo, desde qué lugar determinarlo?
Otra observación: es impactante que el análisis opere
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r sorprendiendo al analista allí donde él no piensa. A mi modo
de ver, es lo más interesante de nuestra tarea. "Es como si
fuera un suicidio", alcanza al padre más que cualquier otra
CRONICA DE UNA DEPRESION TEMPRANA

Cristina Fernández Coronado


intervención calculada. ..
Lo que fue pensado por mí es el hecho de haber impues-
to la presencia del padre en la reunión en la escuela.
Para concluir, por ahora, insisto en que haberme hecho car-
go de la deuda del padre, concretamente, ofrecer una prórro-
ga para el pago de mis honorarios, pudo, lo cual dudo, aliviar
momentáneamente a Juan, asegurándole continuidad a su aná--
lisis; pero, por el espejo que le brindaba, paradójicamente
aumentaba su deuda: debía pagar de más. ¿Dónde está el
padre?
Para tener al falo hay que robarlo. Legalmente, si hay cas- "Dad palabras al dolor;
tración se cumple una operación simbólica de sustracción y la pena que no habla cuchichea
don; este relato se sitúa en el terreno de lo ilegal. En lugar al corazón demasiado cargado
de regalo hay robo, en vez de castración, pérdidas mutiladoras. y le invita a romperse~"
Juan hereda el peso de una deuda que no puede saldarse.
Algunas entrevistas con sus padres confinnan elementos que W. Shakespeare,Macbeth, IV, 3
señalarían que los abuelos faltaron en el momento de la lucha,
tiempo de la adolescencia de los padres de Juan, como si se
hubieran retirado antes de dejarse matar: uno muere demasia-
do pronto y sorpresivamente; el otro en situación miserable. Parte l. La travesía de un discurso
· ¿Por qué Juan paga de más? Da sin medida: por falta de
referencia fálica. El no tiene, porque no ha recibido bastante Deseo transcribir algunos fragmentos de las primeras entre-
ni legítimamente lo que a los hijos se dona: amor. vistas realizadas con los · padres de Karen, que consultan
cuando la pequeña tenía 2 anos y 1O meses. Estas ·iluminan
el camino para ubicar algunos ejes que motivan este trabajo.
A medida que escuchaba surgieron interrogantes; algunos
de ellos aún siguen vigentes.
Cuando la consulta es .por una niña tan pequefi.a y que
ya padece sufrimientos evidentes: ¿quién es el paciente?,
¿cuál es su lugar en la estructura familiar? Producc:ión y per·
tenencia de los síntomas. Dirección de. la cura en la tranafe·
rencia.

20 lt:
111...._
r
Primeras entrevistas: fragmentos trato de estimularla y ensefl.arle nuevas cosas." "A lo mejor le
exigimos mucho, ¡como es tan despierta!" "A veces tiene
Silvina y Pablo consultan, pues están preocupados por su hi- contestaciones de adulta, otras dice las cosas con tono agre-
ja mayor, que tiene 2 años y 10 meses: Karen. Tienen otros sivo. Tiene berrinches."
hijos, Diego, de 1 año y 8 meses y Andrea, de 3 meses. Madre: "Me trata de igual a igual, y es difícil ponerle la
Comienzan a hablar de Karen. tapa; tiene épocas en que mejora, son los días buenos y la ne-
na dice: 'Estoy contenta hoy'. Es como si se aliviara. Esto dura
Madre: "Es indomable, se perfila así desde bebé. Pensamos como cinco días, después vuelve a ser igual. No sabemos cómo
que iba a pasar con el tiempo." "Nos llaman la atención si- tratarla; si la retamos, se ofende a muerte, y a veces se pone
tuaciones extrañas: por ejemplo la nena usa varios chupetes chocha: buenos y malos resultados." "Es muy antipática con
atados con una cinta, los tiene que llevar todos juntos y se- la gente, tiene berrinches en los negocios, frente a los extra-
cos. El que está mojado no lo quiere. Si se desatan o pier- ftos se altera o se asusta, también con los abuelos."
den, llora o grita. También usa un trapito doblado para dor- Analista: "¿Karen juega?"
mir, si está caliente lo tira, no lo quiere." "Tiene manías: Padre: "Juega en ocasiones con otros chicos, es egoísta
no soporta las plumas ni las pelusas, ni ensuciarse ni estar con los juguetes. Necesita mucho tiempo de adaptación para
con la ropa mojada." "Cuando tenía un año y medio me lla- estar jugando con otros. Si la agreden no pega. No se defiende,
maba la atención que en la plaza no jugaba con la arena; bue- grita, llora y está pendiente de nosotros."
no, en realidad nunca se ensuciaba ni cuando comía." "De Analista: "¿Juega sola?"
noche, se despierta y grita con quejidos molestos y dice: 'Es- Madre: "Pocas veces. Necesita que alguien esté cerca, pero
toy solita, acompafl.ame' (duerme con su hermano en el mis- si tropieza con alguna dificultad grita, se pone muy mal, dice
mo cuarto)." 'no me sale', y aunque alguien intente ayudarla, ya todo se
arruina, se va a la cama, se acuesta con sus chupetes. Esto de
.Analista: "¿Desde cuándo comienzan a percibir estas si- irse a la cama o quedarse acostada en un sillón es frecuente si
tuaciones que llaman extrafl.as?" alguien la contraría o la reta. Se queda tirada largos ratos y di-
Padre: "Hace alrededor de un año, aproximadamente. Nos ce: 'Estoy triste'. Duerme siesta varias horas pero se levanta
llama la atención porque nos parece que ella sufre, se desvela chinchuda igual que por las mafl.anas."
y le cuesta volverse a dormir. A veces voy yo y me quedo junto
a ella hasta que se duerme, pero otras veces quiere que vaya Introduciré aquí una breve reflexión: es poco frecuente
la mamá, o la llevamos a nuestra habitación." encontrar en nifl.os tan pequefl.os manifestaciones francas de
Madre: "Me obliga a acostarme junto a ella en su cuarto y abatimiento, tristeza, postración, similares a los estados que
dice: 'No quiero cerrar los ojos para que vos no te vayas'." describen los adultos (de letargo, insomnio y estados de me-
Padre: "No sé qué le pasa, porque es una nena avanzada joría). Más usual en la clínica con nifl.os es la aparición de
intelectualmente, dibuja, habla bien, cuenta los números, se equivalentes depresivos, que también aquí hallan su expre-
expresa con frases completas de 10 a 12 palabras." sión: trastornos precoces del sueno, imposibilidad de estar o
Madre: "Inventa personajes imaginarios, por ejemplo, jugar solo (simbolizar la ausencia), trastornos en la alimenta-
'Cuca', que grita y dice 'Cuca no quiere a los bebés'. La mamá ción, reacciones frente a la aparición de terceros vividos co-
· de Cuca también· grita. Karen le saca los chupetes a Diego pe- mo amenazadores.
ro no lo agrede. A veces se hace la mamá con él." . Podemos ir pensando un par de oposiciones: series de chu-
Padre: ''Y o tengo debilidad por ella, es muy despierta, petes atados, angustia amenazante cuando se desatan, el per-
22 . 23
sonaje imaginario Cuca que no quiere a los bebés: ¿un doble ¿Desencuentro entre el modelo ideal imaginado y esta
.
que puede decir lo contrariq a su actitud? nena que aparece como un ser extraflo, negra, peluda, mons-
truito?
Madre: ''Y o deseaba una nena modelo, pensaba que iba ¿Deseo desde el ideal, o deseo de un hijo?
a ser la perfección: obediente, que saludara. Desde que nació Uno de los primeros ejes enque se me ocurrió pensar fue
me siento culpable. No acepto eso que ella es." "Bueno, no en qué suelo medio se apoya esta nifla para crecer cuando
era el bebé perfecto, era negra, peluda, un monstruito, era falla el investimento fálico: condición de constitución sub-
muy fea." "Yo deseaba un bebé rubio y lindo, ¿vio?, como jetiva que desde el discurso materno toma la impronta de
los de la publicidad, las fotos de las revistas. Me siento culpa- la decepción, la ambivalencia, la hostilidad y el rechazo.
ble frente a mi mamá." La poca libido disponible desde la función materna indi- 1··
Padre: ''Y o enseguida pensé que iba a cambiar, que los ca un punto crítico si abordamos el tema de la función es-
bebés cuando nacen son un poco feos, después van cam- tructurante de la mirada ·del Otro. Pensando que el ser que /
biando; yo la quería igual." estuvo en el seno materno aparece ahora con la cualidad 1:
del extraflo (cuerpo imaginado), ¿cómo es mirada esta ni- :jt
1
Nótese la alternativa en la mirada paterna. fla? Desde que nació recibió un doble investimento, bajo 1n:
el signo negativo de rechazo, fealdad, desd~ la palabra· ma- ~·.
Madre: "Para mí era un horror, tenía una mirada pene- tema, y no así desde la alternativa paterna, que alcanza a .ha·
trante, no miraba como un bebé, comprendía demasiado, cer cierta falicización de la nena.
siempre atenta, tenía fuerza y profundidad en la mirada."· ¿Qué efecto· tiene sobre el cuerpo del ser en constitu-
'"Desde el nacimiento me miraba y· yo le tenía miedo. No ción el ser tapada, en lugar de exhibida como lo bello y lo
me podía aflojar cuando me miraba. Sentí que no podía hermoso?
darle lo que ella necesitaba. Era un ser extrafto para mí."

Obsérvese que la mirada profunda y activa de un bebé Segunda entrevista: Fragmento


presupone que ha sido mirado. Queda por develar: ¿por
quién y cómo? Madre: . "No me puedo relacionar directamente con Karen,
las cosas están cada vez peor." "Lo que más me desespera
Madre: "Y o la cubría cuando salía con el cochecito, es frente a la gente, me hace esto para hacerme quedar mal:
la tapaba para que no la vieran, tenía vergüenza de mostrar- no quiere hablar con nadie, se enoja, y siento que fallo a los
la. ¡Otra cosa que me salió mal!" ''Y o había fallado por esa demás." "Por ejemplo, cuando era bebita Karen no chupaba
idea de tener al bebé perfecto. Me hace sentir que no sirvo la teta, me ayudaba con una pezonera, y yo pensaba ¡ya es-
como mamá. ¿Qué podemos hacer para ayudarla?" toy fallando!"

Con una puesta en palabras que pocas veces se logra Vale la pena destacar la frase que la madre reitera de "ha-
aparece la temática de la conflictiva relación que plantea el ber fallado, algo que no le sale bien", y lo que expresa la nena·;
discurso materno hacia la nifla; y la versión-visión0 diferente "no me sale", que provoca el abatimiento.
que cor.sigue hacer el padre.
¿Encuentro fallido en la unificación narctsista, donde Madre: "Karen se quedaba dormida .cuando mamaba y yo le
UJ;la falla como hija y otra como madre? tiraba un poquito de agua para que se despertara. Le pregunté

24. 25

l
~

curso del preparto. Sin embargo, siempre quise tener beb6s.


al pediatra y me dijo: 'Hay que crearle el ritmo', pero igual se Soy fanática de los chicos." "En el puerperio famoso estuve
dormía o se despertaba cada 1O minutos. Fue muy angustian- muy deprimida." "El parto fue difícil, pues no tenía dilata-
te para· mí. Yo trabajaba y sufría mucho iil dejarla con una mu- ción, y los médicos y asistentes fueron muy antipáticos y agre-
cama porque se quedaba llorando. Como se dormía cuando la sivos. El trabajo de parto fue doloroso y largo." "En el parto
alimentaba, a veces prendía la televisión porque si no me abu- pensé: ¡otra vez fallé! No hice un buen parto, nada me sale
rría. El primer año fue un calvario. Yo estaba que trabajaba y bien, no sirvo, y lloraba."
que no, esperando que los abuelos me ayudaran, pero no ve-
nían, era algo que se caía de maduro. Pensé que mamá me iba El síntoma de la nena espeja al de la madre (¡no me sale!).
a ayudar, que iba a reaccionar, pues yo necesitaba apoyo y no Esta frase pasa de una generación a otra, produciendo efectos
lo tuve. (¿Hay algo de esta niña hecha para la madre y no pa- significantes. A Karen nada le sale bien, a su madre Karen no
ra el marido?) Me costó muchísimo disfrutar de mi casa al le ha salido bien.
contraer matrimonio y luego disfrutar a la beba. Sentía que
tenía que hacer las cosas bien, tipo modelo para un tercero. Analista: "Retomemos la primera frase: 'No puedo relacio-
..
Casarme, pronto los hijos, el trabajo y la casa." narme directamente con ella'."
Madre: "No puedo acercarme a ella, es como una prohi-
Indices de fallas en la falicización de la pequena. En los pri- bición, no puedo jugar, no me inspira, no se me ocurre nada,
meros cuidados nótese la falta de adaptación al ritmo de la es como una negación con Karen." "La relación es cada vez
niña, desacople de la función del Otro primordial e imposi- Peor, me molesta el contacto: cuando ella me besa o abraza
bilidad de plegarse, acomodarse del grande al pequeno. En su me molesta, es como un rechazo físico." "Si le hago la comida
lugar, la aparición de signos de aburrimiento y malestar. Las no la come y grita, yo me esfuerzo por prepararle algo rico;
dificultades como "hijos" aparecieron en el horizonte dis- ahí no entiendo por qué: ¿qué cosas tengo que hacer?" "Cuan-
cursivo de los padres, quedándose en este lugar y esperando do ella se enoja y grita me siento despistada y no puedo ser
la ayuda que no llega. natural con ella."
Recordando la delicada tarea que un bebé realiza para
construir su cuerpo extrayendo trozos, significantes áel Otro, Prosiguiendo con hipótesis anteriores, inferimos que antes
instalándose primero en el espacio continuo de madre-hijo del nacimiento ya existen las dificultades: no poder hacer el
versus la discontinuidad, el caos pulsional, ¿qué donación ajuar (imaginarizar el cuerpo del bebé), vergüenza por el em-
significante, qué mirada recibe desde el Otro? barazo y el preguntarse acerca del mismo.
¿Cómo alimentar a alguien a quien se ve como extrano, A priori del nacimiento está el rechazo, y en la génesis la
feo, y que además provoca angustia, aburrimiento? La fal- condena. Da la impresión de que la creación de un sentido ("por-
ta de erotización en la experiencia de donación y extracción que es fea, porque no se acerca al ideal y sufro la decepción",
de significantes, observable en la alimentación, interroga la o porque es "chinchuda, mala") reorganiza preconscientemente
constitución de la intrincación pulsional escópica oral. la posición desiderativa materna que aquí descubrimos: poca
libido disponible para investir al ser en gestación (en otros ma-
Madre: "Yo no podía nombrar la palabra embarazo, ni
hacer cosas para el beM. Me hicieron sabanitas a último mo-
mento. Me sentía avergonzada de mi embarazo cuando subía
al colectivo y me cedían el asiento. No podía plantear mis
,.
..
y


teriales clínicos aparecen índices como "lo tenemos, lo abor-
tamos", frases como "recorrimos varios médicos, ellos dicen
que es mejor abortar pues viene mal el embarazo". Esto puede
¡~·
ser real pero no es lo único.
inquietudes ni al médico ginecólogo ni a la partera en el
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1 i
i
K~chaw a la gestación. sultorio que me permitía ver a' los tres y estar lo suficiente·
Volvamos a la sentencia a priori hacia la niña, pues antes mente disponible si era solicitada por la niña.
eJe que Karen pudiese hacer algo,-esto o lo otro, en el entre- La madre comenta: ''Hoy le pegó al hermanito en la na·
tejido deseante algo del orden del mal parido o mal 'nacido riz. ( ... ) Karen se esconde cuando ve autos."
cue sobre ella. Mientras tanto Karen toma un cubo recubierto con cinta
¿Puede un nifío inscribir antes de la diferenciación yo- adhesiva de colores y dice: "¿Se abre la cinta? Quiero sacarle
no yo "mi mamá se aburre dándome la teta, me vio fea, algo la cinta" (grita y sigue en su intento de arrancarla emitiendo
no le sale bien"? ¿Cómo puede un niño inscribir la ausencia sonidos: be- bebe- a- a). ·
de amor, entendido como lugar estructuran te proveniente El padre dice: "Es difícU, te ayudo."
del Otro, en momentos en que no dispone de medios para A continuación ambos construyen una casita con maderas
su representación? y ladrillos y Karen descubre un muñeco bebé y lo mira, lo to-
En el horizonte aparece la depresión materna (depresión ma, lo deja. Más tarde alza un barco, trata de abrirlo y dice:
puerperal, primer año de calvario) donde se coloca más en po- "¿Cómo se abre? ¿Los nenes no se meten si está con cinta
sición de hija que de madre. Demanda ayuda más que dona, scotch?" ·
lo cual delata que en cierto período crítico (narcisismo lo), Hasta aquí me llamaban la atención sus intentos de extraer,
donde el bebé necesita contar con el objeto, surge el desamor, arrancar, separar.
la oferta pobre de espejos donde mirarse. A continuación Karen toma un lápiz y dice: "Quiero di-
Intermitencias, eclipses son los observables. En el incons- bujar." "Este es un lápiz verde. Me sale un palo, este es un
ciente no hay nada que se inscriba como ausencia, se inscribe sol." Luego intenta meter el lápiz en el barco que antes había
como odio y desamor proveniente del espejo primordial (el. dejado, pero no lo logra. Retoma a su tarea de dibujar, y mien-
rostro del Otro). tras está realizando unos trazos circulares interviene la mamá:
"¿Dónde dejaste la tapita del marcador? Buscala."
En seguida Karen tacha todo .lo realizado hasta el momen-
to en la hoja, se enoja y dice: "Es feo, me equivoqué"; des-
Primera entrevista con la niña y sus padres pués rompe el dibujo. Se pone triste y se acuesta en un sillón.
·Padre: "¿No te gustó el dibujo?"
Llegan a la sesión, los invito a pasar al éonsultorio, y mientras Karen: "No quería dibujar, y es feo, negro."
tanto observo cómo se van ubicando en el espacio del mismo. Obsérvese que después de que la mama interviene el dibujo
El papá comenta: ''Ya le explicamos a la nena quién es usted, se vuelve feo; como identificándose con la actitud crírica. El
y por qué vinimos a consult~:trla", "Cristina entiende de Cucas, dibujo es ella; ella es el dibujo. Ella hace con su dibujo y repite
de nenas que lloran y están tristes, ·y Karen consintió en ve- en su discurso lo que su madre con el fruto de su creación. So-
nir". Le digo a la pequeña que estoy contenta de conocerla y breviene la ,tristeza, se apaga, la actividad se interrumpe. (En
que vamos a pasar un rato juntos trabajando. lugar de tachar la omnipotencia del Otro se tacha a sí Dl,isma.)
~aren observaba el lugar y se dirigió a los juguetes que es- A continuación se dirige a mí, me mira largamente y luego co-
taban dispuestos sobre liP alfombra, y me pareció que .había menta: "Una araña que venía y una nena se asusta ... como
venido dispuesta a trabajar de inmediato. yo." Sigue con un tem~;t de autos que chocan.
El papá se sentó cerca de ella y ambos tomaron contacto ¿Es algo hostil de la madre lo que ella proyecta?
con los juguetes. La mama se sentó en el diván, un tanto ale- Luego Karen toma ~mtitos que tienen plastilina en su bale
jada en el espacio de ambos. Me ubiqué en un ángulo del con- e interior y me.dice: "¿Cómo se saca la plastilina? Ufa, uy,"
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r "Encontré otro auto con mucha plastilina, ¿se saca?" Mien-
tras tanto prosigue con su tarea de intentar sacar la plastilina, Nos reunirnos a trabajar tres sesiones semanales, descentrali-
repitiendo sus frases una y otra vez. Como no parece muy pre- zando: ¿quién es el paciente? Y así algunas transcurrieron con
ocupada por el objeto a que se refiere, sino a un espacio en los padres, de pronto con la madre, otra con Karen, o con
cuestión, lo tomo como un mensaje cuando la nifta se dirige a quien deseara participar o ella invitara.
mí por primera vez. Decidí no poner un rótulo: "el paciente es tal", pues a tra-
Arriesgo un comentario: "¿La mamá está llena, ocupada? vés de las sesiones descubríamos un conjunto de significantes
¿La nena quiere sacar algo?" Pensemos: ¿el deseo materno es- que venían a encarnarse en los síntomas que traía la pequeil.a
tá ocupado? ¿La pequeil.a querrá hacerse un lugar? ¿Estará so- produciendo sufrimiento.
lita ahí en ese punto? Seguidamente toma unos muil.ecos y di-
ce: "¡Cuántos nenes! ¡Cuántos bebés! Uno, dos, son Diegos,
todos Diegos, mi bebé Diego, yo soy Karen". "Jugamos con los•
animalitos", me dice a continuación. (Los toma, los mira, los
coloca en el suelo.) E interroga: "¿Tiene bebé en panza esta
vaca?" Parte 2. De la angustia aniquilatoria a la
¿Estará preocupada por el espacio para bebés? ¿Por los construcción de un caminito
embarazos sucesivos e interrogando su lugar en esta cuestión?
¿Y ·qué alternativa le queda: poco lugar respecto a la función El trabajo continúa.
materna? ¿Estará significando aquí que esos embarazos suce- En esta sesión que voy a relatar, Karen llega en brazos del
sivos vinieron porque no la quieren, porque es fea y negra? papá, con sus chupetes y su trapito. El papá se sienta y ella se
Esta niil.a no alcanza a instalarse por separación prematura o acurruca en un sillón bajito y dice: "Estoy cansada." Se da
destructiva (cito a los Lefort) significada desde estos émbara- vuelta (nos da la espalda) y pone su cara contra el sillón, agre-
zos y la decepción, el desamor, proveniente del Otro primor- gando: "Me perdí." El papá la invita a jugar y ella se incorpo-
dial, que precipita a la pequeil.a en las vivencias angustiosas. ra. Toma unos utensilios, tenedores, cuchillos, cucharas: "¡U y,
Reclama cierta unión que no constituida se evidencia en me equivoqué!" Luego saca plastilina de la base y del conteni-
los llantos nocturnos cuando no puede dormir, quedando sola do de los autos y la pone en varios autos que están vacíos.
sin adquisición simbólica para la separación significante. También hace bolitas de plastilina y observa cómo a veces la
Cierra los oj~s y la madre no existe más. pasta se pega en sus dedos. Se sorprende. Continúa su tarea
de extraer, manipulando la plastilina, elemento que nunca
Así finalizó este primer encuentro con Karen y sus padres había usado. Recuérdese sus manifestaciones al ensuciarse,
y una analista de quien se dice que entiende de Cucas y niil.os mojarse o quedar con algo pegado en su cuerpo.
llorones. Aquí se inauguró un espacio nuevo creado por la con- Está muy atenta a los ruidos que se escuchan (por ejemplo
fianza de los padres en. el análisis guiado por el trabajo de la un nene que llora en otro departamento, el ruido de un bail.o,
niil.a; quien con su juego y sus palabras constituyó un aconte- las puertas del ascensor). Pregunta:" ¿Qué es? ¿Quién es?"
cimiento para extraer algún sentido del caos. Y o respondo en espejo: "¿Qué es? ¿Quién es?"
Al preguntarme cómo seguir trabajando, barajaba distintas Karen dice: "¡Pobre nene, llora! ¿Es feo el nene? Hagamos
posibilidades: ¿Con Karen sola y con entrevistas periódicas casitas, dos casitas con estas maderitas."
con los padres? ¿Solamente con los padres? ¿O con la madre? Mientras hacemos las casitas, dice: "Papá se va en el avión
¿Quién es el sujeto del tratamiento? y para que no nos quedemos solos viene la muchacha. Va a
dormir conmigo." "¿Hacemos un avión?"
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Mientras tanto el p~dre _cuenta que una vez que fueron a Nótese también una inversión interesante, pues la mamá
buscarlo al aeropuerto, el avión en el que venía no llegó por tenía dificultades para decir: "Entrá vos primero."
inconvenientes. Karen agrega: "Mi mama llorába como un En vez de una "presentación en sociedad", Karen queda
bebé, ah, ah, ah, y yo le decía no mami, ah, ah, ah, ya pasa tapada por los deseos hostiles·del Otro hacia ella.
Recuérdese: "Cuesta ponerle la tapa, cubrirla para que no
(gesto de consolarla)." la vean, vergüenza por mostrarla, otra cosa que me salió mal."
¡Qué difícil para una nena tan chiquita decir ya pasa a la
mamá-bebé! Porque Karen está muy preocupada por sacar Tapada para que no la vieran por lo fea que la había visto,
cosas a la mamá y por los ruidos que despiertan de noche. pero también porque la mirada de Karen (no miraba como be-
Mientras hacía esta intervención, recordaba comentarios bé, mirada penetrante, atenta, comprendía demasiado, extra-
análogos de los padres cuando la pequefia se había caído y ña) reflejaba el sentimiento de amor que ella pedía y que la
lastimado. Su madre lloraba por la situación, y Karen la con~ , madre no podía dar.
solaba. Siempre está muy atenta a los estados de ánimo de la No tenía amor que darle, y la mirada de Karen lo delataba.
Otra variación era que Karen, al iniciar la sesión, se tapaba
mamá. la cara con sus manos o con los juguetes que a veces traía
Vemos aquí una inversión, donde la nifia cuida a la mamá-
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bebé-triste, en lugar de ser cuidada por su madre. (libros, su propio saco). En otros momentos decía: ''Hoy entro
Este índice clínico es importante. En la depresión es fre- tapada con la campera. ¿Es fea la nena que viene tan tapada?
cuente estar pendiente del estado de ánimo del rostro del Otro. En una sesión que trabajó con la mamá, ésta le pidió que
Pendiente de saber cómo "está" el espejo donde se mira más hiciera un muñequito con plastilina. Una vez que el mismo es-
que de la certeza.de que refleja y de que puede usarlo. tuvo finaliza9o, Karen lo tapó con plastilina marrón y agregó:
En las sesiones siguientes, los temas que Karen ponía en "Tapale la boca, la cara, bebé tapado." · ..
escena eran recostarse en un sillón, en el suelo, en el diván; Este fue un período donde Karen estaba muy triste (ella
luego \ jvgaba con rastis o m~deritas a construir torres, casas, lo decía y sus padres también) y coincidía con sus enojos e
casitas para el bebé, repitiendo: "No me sale", "me equivoqué", irse a dormir con su "no me sale" y el llanto angustioso.
y llorando en ocasiones frente a dibujos o trabajos en plasti- En una sesión donde puede quedarse sola conmigo toma
bL . un muñeco y dice: "Este es mi bebé, es chiquito" (se acuesta
1 \
Sus producciones son como un doble del cuerpo, lo que no en un almohadón), "soy una mamá, le doy la teta, el bebé
salió biep desde el punto de vista materno. está durmiendo, ¡ufa!, ahora llora, lo vamos a esconder''
No le sale ser agradable y bien mirada por el Otro. (lo pone debajo del almohadón). Agrega: "Vos nena no ha-
En ocasiones, merced a la transferencia instaurada, Karen blés, callate (se enoja conmigo), te tapo la boca, la cara,
sülicitaba mi· ayuda mediante un articulador (tren) que se acer- tenés feo pelo, caca, nena."
caba cuando lo pedía y a quien le decía: "No me dejes solita", Ella .es una mamá-Karen, y la terapeuta es una nena que no
"ayudame". Así se dirigía a mí y en ocasiones decía: "Colocá habla. Proyecta en mí lo feo de ella, la caca que es ella (tapo-
así los animales., traeme el globo, decile al trencito que traiga nada, constipada). Me mira mal a mí (identificación con el
agresor que la ve fea porque no la quiere).
más maderitas." · ' Recursos de juegos especulares permitieron trabajar esta
Karen muestra aquí la génesis y lo prematuro de "estar so-
la ahf'. Cuando su mamá la acompafiaba, en la puerta del con- temática, verbalizar en espejo sus angustias. La terapeuta de-
sultorio se ponía detrás de ella. Aparecía primero la mamá y be ser ella para que pueda verse (recuérdese lo amenazador
luego ella (no era un juego de escondite, como suelen hacer que era para Karen el extrafio, el tercero que acentuaba la
1
otros nmos, sino un eclipse). · umenaza de perder posición frente a la madre).
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lllllll•••~==:~mc::::..: _:_:_: .-:-.:.-:. :::.-.3_-~....-.......-.....~=----------

dos en distintas zonas del consultorio, golpeando con IUI


En estas sesiones trabajamos activamente con el signifi-- pies contra la pared o con un juguete.
cante tapar en sus múltiples direcciones: tapar }a boca-cara, Karen: ''Y o ahora· duermo y vos hacé un ruido con un ju·
muneco tapado para que no ~urja la hostilidad, bebé tapado guete." Juega a que se despierta, corre, grita.
que no se puede expresar, tapada, taponada, constipada, Después de esta .sesión invita varias veces a la mamá i que·
tapada para no hablar mal de los hermanitos, tapada-fea. darse, y recrea con ella lo que le pasa a la hora de dormir. Al·
También "taparse" es nacer, envolverse placentariamente, go interrumpe el descanso. Se despierta por un ruido, hay
intento de nacer mejor, creando un nuevo punto de partida otro ruido. En esta sesión Karen pide estar en brazos de la
(tomando aquí la teorización de R. Rodulfo como vuelta al mamá, quien la alza. Luego se baja y distribuye en el suelo
agujero de internación que el adulto depresivo realiza). dos grandes almohadones donde alterna,tivamente se acuesta
Seguidamente articulamos "tapar-algo que no sale bien''. y dice que es un bebé que quiere comer.
En los juegos repetitivamente surgían Karen como mamá • Karen: "Bebita quiere la tetita" (saca la lengua y realiza
enojada y analista como nena, poniendo de manifiesto la hijita ruidos de succión).
que no le salió bien a la mamá, la mamá que no estl1 contenta Permanece un rato en el primer almohadón y dice: "Un
con esta nenita q'tle le salió mal. · ruido, una cuca." Cambia de almohadón, se recuesta má~ tiem-
po en éste y repite la escena. Luego corre entre ambos con
ansiedad y dice: "Cuca viene ahí." Vuelve a los brazos de la
madre, permaneciendo un rato (pienso que trata de cotejar
La noche, los ruidos, estoy solita. Cuca en qué lugar se duerme mejor). Se dirige nuevamente al primer
almohadón, sigue con los ruidos de succión, corre al segundo
En una sesión Karen viene detrás de la mamá y del hermanito, y me dice: "Ayudame, la echamos a Cuca, que se jorobe, me
se tapa los ojos mientras la mamá dice: "Hoy Karen no quería mordió, mala cuca, abrirnos la puerta, quiero que se vaya."
venir a lo de Cristina." Vemos aquí cómo Karen construye un doble malo, diso-
La mamá y Diego se van, pero antes Karen dice: "Dame ciación bueno-malo. ¿Querrá echar aquí a la cuca mala que la
cinta scotch para pegar la cajita de pastillas, ayudame, que mamá no quiere?
se salen estas pastillas." Me pide que haga lo mismo con la La alternancia entre dos lugares me hizo pensar en las
caja del hermano. oposiciones siguientes: padre-madre que se levantan de noche
Cuando la madre se retira, se evidencia cierto temor a la para calmarla; los dos pechos, las dos camas (la propia y la
pérdida de partes de su cuerpo. parental).
Luego se despiden. Karen come algunas pastillas y dice: En el lugar donde se duerme, en el intento de querer sa-
"¿Jugamos a los ruidos?" car algo de la madre, en el deseo de una buena mamá, en el
Es importante destacar que si el cuerpo está pegado se espacio de una tetita aparece algo que no deja dormir: ruidos-
puede incorporar comida. cuca.
Karen toma un juguete y hace ruido en el piso varias veces, Va a buscar la teta y en su espacio encuentra una cuca
incrementando la sonoridad. Luego vuelve a las pastillas y mala, que representa dos aspectos: uno, su propia hostilidad,
dedica tiempo a buscar qué número de pastillas son iguales a y otro, el desamor materno.
las de la figura de la cajita; las descubre por la forma y se las En las siguientes sesiones continúa con esta puesta en es-
come, o bien las guarda en la caja. Dice: "Me comí un nú- cena: Karen es cuca que con ruidos despierta a la mamá (que
mero, me comí un cuco. Este número vive en la casita." se halla recostada sobre el diván).
"Otra vez el ruido.'' "¿Qui~n es?" Prueba variaciones de rui- .
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Nuevamente . aquí se observa cómo Karen aparece como
Karen: "Cuca tiene la llave de la casa, es mala y fea." causa: la que no puede dormir, la cfünchuda y enojada, cuan-
"Ahora vos, mami, acostate acá, mientras yo apago las luces." do en realidad es el resultado o efecto de la falla en la fusión
Seguidamente acota: " ¡Es Cuca!" Va y le pega a la mamá, la· narcisista, presentificación del desamor desde la función.
muerde y luego la abraza y la besa. Se confirma en la repeti- Aburrimiento en el amamantamiento, sueño en la fusión.
ción la creencia de que es su hostilidad la que ha provocado La creación de esta puesta en escena de la angustia noctur-
el rechazo na ocupó muchas sesiones. Pudimos asistir al drama de la pe-
En otramaterno.
sesión, Karen dice al entrar: "Cristina, sos mala, queña con su juego, con una frase, "estoy solita", y unos sig-
sos una bruja." "Decile a mamá que se quede y vos andate a nificantes, "cuca buena, cuca mala", que desplegó en su tra-
la cocina." "Te voy a encerrar ahí." "Sos una cuca." (Note- bajo analític9. En este período trabajó mucho con el signifi-
mos que aparece la cuca mala cuando ella se enoja.) cante cuca, que alternativamente era una nena, una mujer
Pensemos el significante cuca como flotante, recurso que mala, una bruja, una brujita, que a veces aparecía y le produ-
usa Karen para hablar de sus síntomas, de determinada imago cía miedo, y otras la trataba de expulsar. Este personaje ha-
suya y de la madre en su aspecto hostil. Prevalece una diso- bla, cuenta sus fantasías sobre lo que hizo ese día, por ejemplo
ciación imaginaria: "Si se va cuca buena, aparece cuca mala." que cuca es negra y fea y es la .que no quiere a los bebés,
Quiere que se quede la mama para que no aparezca la cuca es mala. Quedar sin el amor de la función materna, "estar so- j

mala.Seguidamente Karen se abraza a la mamá, y quedan así la ahí", desataba en ella, como al desparramarse sus chupetes,

un largo rato.
Madre: "¡Nos pegamos!", le dice a la niña.
Karen: "¿Jugamos a pegarnos con voligoma'?"
esta situación amenazante y aniquilatoria que repitió en la
transferencia.
Perder las cosas, perderse a sí misma. En este punto no
podía recurrir a la producción de irnagos que le permitieran
lo que otros niftos logran fácilmente: un buen dormir.
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Madre: "Jugá un ratito solita, esto me da sueño."


Karen: "Nos despegamos, pero no quiero que te vayas." Lo que ocurre durante la noche muestra que la operación
Madre: "lnventá vos, Karen, y yo te sigo en el juego." simbólica, llamada fort-dá üuego primordial de presencia"
ausencia), está comprometida en la niña. Requiere la presen-
"Hoy me cuesta un poco jugar." "Estoy cansada, me du~rmo" cia física, la adherencia al cuerpo (como lugar), corno lo evi-
(efectivamente, entra en somnolencia, recostándose en el denció en las sesiones.
diván). . .,El estar sola no puede llegar a ser una experiencia jubi-
Interesa señalar aquí cómo la madre se duerme frente a losa; estar solita es quedar librada al peligro de aniquilación
la posibilidad de creación del llamado espacio potencial. como pérdida .en un vacío.
En este último párrafo se repite en transferencia lo que su- Para poder separarse (dormir~ jugar sola, esconderse)
cede durante las noches: la madre no la puede sostener y en hay que estar bien unido. Si no es catástrofe y destrucción.
lugar de dormida se duerme, dejándola ahí sola. Karen reclama esa unión-fusión libidinal tempranamente
Karen: "¡Mamá, dale, hacé una casa!" Simultáneamente, fallida.
muy enojada conmigo: "No hables, no te cuento nada, me He aquí el problema: no es la se¡1aración sino la constitu-
enojé con vos." la maniá se incorpora y hace una casita, pero ción de la unión, y de allí el imposible desprendimiento.
finalmente Cuando la fusión está perturbada, lo paradójico, dice
Karen la tira: ·'Quiero irme a mi casa, quiero jugar en casa." Winnicott, es que no es posible separarse. ·
Madre: "¿Por qué estás tan enojada, por qué te ponés · · Sólo una fusión libidinal puede dar condiciones para la
chinchuda?"

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.
separación, y no un esfuerzo prematuro para separarse que
trae el aferramiento compulsivo al objeto. ·
Para quedarse sola y dormir, la nifia tiene que haber adqui-
t
.
.
Karen: "Hacemos como .el otro día, yo apago la luz y es
de noche, después prendo."
Juega a apagar las luces y dice: "Noche"; ia prende: "Día".
rido confianza narcisística básica donde apoyarse. Es un mo- La mamá está recostada en un almohadón, y Karen tr-'ae
mento de amenaza para esta nifia (cuca), es quedarse en el de- una serie de almohadones (caminito) y se acuesta aliado de
samor más absoluto. En esa separación presentifica lo que vie- ella.
ne de la función: el rechazo y desamor del Otro primordial. Karen: ''Y o soy una mamá."
Cierra los ojos y la madre no existe más. Madre: ''Y o soy una nena" (hace que llora y patalea).
"Prendé la luz, quiero agua."
Karen: ·• ¡Ay, nena!", y le pega varias veces.
En este período del trabajo conjunto comienzo a obser.-
El caminito en el espacio y en el tiempo var un mayor despliegue motriz usando todo el espacio del
consultorio, así como la posibilidad de jugar con plastilina,
En esta sesión que voy a relatar llegan Karen, la mamá, el papá ensuciarse y hacer superficies (pegados con plasticola, engru·-
y Diego. El papá decide irse con Diego, para que la sesión sea dos, comidas, etcétera).
de Karen y· la mamá. Karen está de acuerdo. En otra reunión llega Karen con la mamá y el papá. Obser-
Karen: "Se me cayó mi trapito en la calle." vo que entra primero la nena, pero tapándose la cara. Trae
Madre: "Sí, se fe·cayó en la alcantarilla." una bolsa de juguetes. Me da la espalda, no me mira, se acues-
A continuación Karen toma plastilina y <;omienza a traba- ta en el diván boca abajo.
jar solicitando la ayuda de la mamá (están sentadas muy cerca~ Padre: "Mostrale a Cristina lo que trajiste."
nótese la distinta distancia con la primera reunión). Es importante marcar cómo desde la función paterna hay
Karen: "¿Hacemos un caminito trencito?" "Caca, popó, ayuda para que muestre, se-muestre, y para sacarla de la si-
pis". "Un caminito trencito vamos a hacer." Se ríe. tuación de postración.·
Van pegando alternativamente en un cartón bolitas de plas- Karen se incorpora, se sienta, saca de la bolsa los juguetes,
tilina, de modo tal que construyen un c_amino (una bolita ma- los vuelca sobre la alfombra.
rrón, una verde y así sucesivamente). Madre: "Tené cuidado que no se pierdan las cosas. ¡Todo
Notemos que hacen entre las dos el camino que antes no pu- desparramado!"
dieron hacer. Karen con significantes que salen del cuerpo (ori- Se ve la nota depresiva de la madre: Pérdida= catástrofe =
ficio ):misional), como "regalos", y la mamá aceptándolos co- desparramo.
mo tales. · Karen empieza a jugar con un tablero donde se insertan
Recordemos el '.'Me perdt' de las primeras sesiones ( espa- piezas o palitos de diferentes alturas.
cio). Si hay un camino Karen no se pierde, y lo mismo ocurre Madre: "¿De quién es?"
respecto a su constipación: perder partes equivale a perderse- Karen: "De Diego, se lo saqué", y se ríe. (A diferencia de
toda-ella (en el cuerpo). la primera reunión conjunta, .esta vez Karen no detiene el ju-
Karen: ''Ya se terminó, ¡Qué lindo! Ahora me hago la lo- gar frente a la intervención materna.)
ca" (se tira al piso, se ríe, recorre el espacio del consultorio, Karen prosigue, deja una pieza sin poner y dice: "No está
salta contenta). la pieza, puedo poner otra" (que es el palillo del chupetín
Cuando se tiene un .camino hasta se puede hacer la loca. Dis- que está comiendo). Luego arman entre los tres un rompeca-
tinto es estar en "angustia" (enloquecer) a jugar con "ser loca". bezas que la nena elige: ''Es Pitufina." La van guiando y co-
38 39
:~ .,.
·,

.,1
~
ta. del Otro y del sujeto, presentificación de lo amenazador de-
locando cada uno una parte de la muñeca. Cuando el rompe- ·~ la ausencia materria. .
cabezas está· terminado, ~aren lo desarma, lo tira, desparra- La musiquita es el caminito en el tiempo, la promesa de
mando sus partes.· Reinicia luego· el armado con participación ~
~ retorno. Ella va a volver aunque no esté, aunque no la vea.
conjunta, hasta que en los últimos intentos ella sola arma la La aparición de este articulador, que llamaré caminito-
mayor parte del juego (construir un cuerpo de otra manera). trencito y que construyen la niña y su madre en el contexto
A continu~ción corre de un lado a otro, salta y dice: "Me transferencia! jugando ·con diversos objetos, nos permite pen-
escondo." "Ustedes hagan una torta para Pitufimi." sarlo en sus múltiples despliegues.
El papá y la mamá la construyen con plastilina y ·te dicen Recordemos la serie de los chupetes con el cordón que
que se tienen que ir, que luego la vendrán a buscar. los unía frente a su angustia de separación o pérdida de los
Karen: "Dejarne algo, mama." mismos. Este camino-superficie que permite separarse sin pér-
Madre (busca ·en su cartera, luego se le ocurre dejarle el dida masiva (separa-uniendo) es como el lazo de los chupetes
reloj): "Cuando suene la musiquita vendremos." que le sirvieron para restituir un lazo precario, frágil.
. Karen se queda muy tranquila. . El reloj en el tiempo y el camino en el espacio son media-
· Reloj como equivalente en el tiempo del caminito en el dores, objetos transicionales. Articuladores para permitir
espacio. operaciones en el propio cuerpo, imagen, lugar, espacio; que
Me invita a jugar con ·plastilina y 'la extiende en una am- no sean ni la pura GOnjunción ni la pura disyunción.
plia superfiCie; agrega sobre este plano más plastilina,. la En· cuanto a los síntomas que Karen presenta:, la consti-
mezcla, toma un cuchillo e intenta cortar la superficie en pación le sirve para resguardar la unidad corporal imaginaria
muchos pedazos. Luego vuelve a unir las partes (repite la frente a la pérdida absoluta, y un no saber si el Otro recibirá
operación). sus ofrendas, o ¿cómo las recibirá?
Karen: "Escu.cho ruidos, ·¿quién llora? ¿Es un bebé que . La anorexia es señal de fallido intercambio libidinal. Su
llora? ¿Es un perro?" Sigue con 'SU trabajo de plastilina. "Es- respuesta lógica al "amamantamiento" sin mirada de amor:
cucho otro ruido, ¿~s de agua? ¿Es de lavarse las manos? ¿Es "No quiero comida, quiero tu amor." Intrincación boca-mirada
un trueno?" fallida. ''No pudo ser comida con la mirada ni mirada para
Descubro aquí que la aparición de los ruidos amenaza- )~ ser comida."

~~¡·'
dores coinciden aproximadamente con la promesa de sonar Pudimos articular también que cuando se duerme más
la musiquita. Son ruidos versus musiquita-caminito. falta el caminito que conduce a las cosas de siempre, a lo que
A los pocos minutos los padres tocan el timbre y ·vienen se dej~, poder cerrar los ojos, esconderse y al despertar encon-
a buscarla.
Karen pregunta: "¿Quién es?" "Vení, Cristina, es .Cuca, 0t trar ·al Otro (se despierta chinchuda, enojada, ¿quién ven-
drá?).
nos hacemos las asustadas, corremos, viene Cuca." Luego di·
ce: "¿Quién es?" y abre la puerta, reclarnandole a su mamá:
" ¡No sonó la musiquita de tu reloj!"
Madre (toma el reloj, contrq~a la hora y acota): "Pucha,
¡· Este camino, aunque se arma, a veces se desarma, se pier-
de. Pudimos construirlo en el campo transferencia!.
La negación del caminito se correspondía con el retorno
de la ambivalencia materna. Las sesiones oscilaban entre la ·
me equivoqué, lo puse una hora más tarde." posibilidad de jugar juntas, donde la pequeña podía usar a
Aquí y en esta puesta transferencia} tomo el papel de la ne- J su mamá produciendo el acontecimiento que la sorprendía
na y digo: "Me vas a· dejar solita, ¿quién vendrá, ·los ruidos? ~ (camino-superficie), bañadp de palabras que tenían como ob-
¡No sonó la musiquita!" ·¡~ jeto el pasa!ie de Real a significante.
Los ruidos son los significantes de la· desaparición absolu-

40 ·l''-..*
~
41

ll
En otros momentos la niña temía perder cosas, perderse
a sí misma, verbalizando ansiedad porque no la buscaran a la las piernas: Soy un bebé que espero que me vengan a buscar,
sesión. Todo se volvía feo después de las peleas en sesión con porque creo que me porto mal, por eso no puedo salir."
su mamá, muchas veces disfrazadas por racionalización o for- · ·Karen: "Vamos a hacer una casita con almohadones. Vos
mación reactiva de los buenos modales en boca de su ma- sentate aliado mío. ¡Qué linda casita! Ahora vamos a comer.
dre, frente al desorden, suciedad o ~resividad de Karen en su Hacemos un cumpleaños, festejamos un cumpleaños de 'otra'
despliegue lúdicro. Karen que es una amiga mía."
Por ejemplo, Karen no podía poner los juguetes como de- En las sesiones con los padres trabajamos sobre el grado
seaba porque su madre monopolizaba la sesión, usurpando de dependencia de la nifia: que l:a busquen de noche. Ellos
el espacio de la niña con pretextos de normas de educación. nunca le dicen "vení vos, ya podés venir sola, no necesitás
En estas situaciones Karen protestaba o cedía melancólica- ayuda". Se olvidan de que Karen. posee piernas, lo cuJ!. implica
mente su espacio. No defendía su lugar, dejaba que el Otro pérdida de la adquisición motriz. Esto contrasta con us lo-
le hiciera el daño, o decía: "Vení sola, traélo a Diego, yo me gros en las sesiones y fuera del hogar (colegio). Señalo cómo
aburro acá." en este punto sólo retornan las quejas, que tienen que ir
Estas fluctuaciones rodearon la construcción y destruc- ellos hasta su cuarto.
ción del camino. En este período del tratamiento, Karen ju- ¿Cómo ayudarla? ¿Podrán crear un hilo, un "vení vos"?
gando o dibujando introduce en varias sosiones el tema ¿có- Esta falta de piernas, esta poca posibilidad de buscar
mo tener piernas? · · activamente, quedando a merced de que la busquen, se arti-
En una sesión con su papá dibuja: l) Una figura con pier- cula con toda la historia familiar. Esto es, con las dificulta-
nas largas: "Es un papá con piernas largas-fuertes, camina". des de Silvina que llama a su marido y espera "piernas" de él
2) Una figura más pequeña: "Es Karen con piernas cortitas". para salir al mundo externo. La falta de ·caminito se remitió
3) Una figura con otro color: "Es mamá" (le agrega muchas a puntos nodales de las generaciones anteriores que hacían
cosas en las piernas con distintos colores como trabas). 4) Una imposible la separación. Esto creaba síntomas: "Difícil escon-
casa que dibujan juntos. Se dedica más al trazadp de una derse, desaparecer de la mirada del Otro, tener piernas, salir de
jaula de un gato: "No lo dejan salir porque se porta mal, la postración depresiva. ¿Cómo separarse si no se cree que
está encerrado." hay un camino para reencontrarse? Desde la función paterna
En la sesión siguiente llega en brazos de su mamá, se baja. no se ofrece un puente para la salida de una nena que debe ser
La madre se sienta. Karen se dedica a cubrir los pies de suma- guardiana de un ser depresivo."
má con la alfombra. "Levantá los pies"; esto se repite dos ¿Alguien debe quedar en ca<ia generación y en el juego
veces. . de relevo de la posta recibiendo el testimonio de estar "so-
A continuación comienza a saltar, usando todo el espacio lito ahí en ese punto"?
del consultorio: "¿Estoy linda?" (se ríe mucho). Me invita Asistimos a la creación que hace esta nina cuando una
a saltar a mí. Mientras la inamá se despide ella salta, se tira en noche, frente al llamado que réaliza, sus padres inventan
la alfombra, recorriendo el lugar. las piernas largas para Karen. Con cierta desazón entre risa-
Karen: "¿Jugamos a tirarnos la pelota?" Continúa con su llanto se instala en un nuevo lugar de su casa que toma como
despliegue motriz. Luego se sienta en un almohadón, se po- transitorio para dormir: "Mejor me voy a otro lugar, me hago
ne otros sobre ella y dice: "No puedo salir, no me puedo otra casita para dormir."
mover." Si bien el aumento de confianza, la posibilidad motriz,
Yo me cubro los pies y digo: "¿Cómo no me dejan usar su creciente actividad se manifestaban en sus actividades
diurnas, la culpa por disponer de piernas y 'salir, alejarse, le
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43

·--~----~

g
hacía decir que estaba allí en penitencia (como el gato ence- Algunos datos genealógicos de la pareja que consulta
rrad e porque se portó mal). Del lugar de beba inerme a mer-
ced de los padres en la noche, ella se corre de este lugar, Silvina: Tiene 25 anos, es la mayor de cuatro hermanos. Po-
crea otro espacio, se aleja de la habitación parental. ¿Por qué see ascendencia europea por parte de ambos padres. Profesio-
se resiste con este. sentido que ella le da: que está en peniten- nal, actualmente no ejerce. Recuerda muchas exigencias fa-
cia, que llora? miliares en torno a su educación tenidas de ideales de bri-
En realidad, desde las funciones parentales no la han deja- llantez y perfección. En su infancia y adolescencia atravesó
do salir de esa situación. No se dispone de medios, salidas, se momentos de angustia y depresión.
necesita alguien en ese lugar, una nena que llorey pida estar Padre de Silvina (G): Es investigador científico. Lo describe
entre ellos. Alguien de quien se diga: "ella llora, no nos deja como melancólico con dificultades para triunfar en su trabajo
. dormir". · • a pesar de los esfuerzos que realiza. En su adolescencia sufrió
Juntos reconstruirnos cómo la noche y sus preparativos pa- mucho la muerte de su padre, quedando "ligado" a su madre
ra dormir constituían desde tiempo atrás (¿cuánto tiempo. y al hermano mayor. Contrajo matrimonio siendo joven. Su
atrás?, ¿hasta dónde nos podemos remontar?) ·una tortura, madre participaba en la vida de la nueva pareja, en la toma
desesperación. de decisiones, salidas e intromisiones que fueron perjudiciales
Los miedos a la oscuridad, los terrores nocturnos, los para los "que se amaban pero no podían estar solos". La
rituales para no morirse de susto y ·caer en un agujero negro, madre de G desempenó con su influencia un rol importante
formaron parte de la dimensión prehistórica de Karen. en la estructura familiar.
La madre manifiesta: "Separarla de mí es ponerla a .dor- Madre de Silvina (J): Es hija única. Pasó su infancia como
mir. Es separación.". "Cuando la pongo a 'morirse', digo dor- alumna en varios colegios de internos. Es emprendedora, diná-
mirse, me 'equivoqué." "El primer sueno de Karen es como de mica. Eje alrededor del cual gira la dinámica familiar, pero de-
muerte." "Siento una sensación amarga cuando ella se duer- pendiente de las palabras que sobre ella digan los terceros para
me; con los otros hijos es agradable, .de buena despedida." sostenerse y seguir adelante; en especial de su madre y de su
"Pienso 'me la saqué de encima', y también no quiero que suegra. Con ambas establece competencias y alianzas. Se re-
se duerma po:r si se muere." cuerda en el mito familiar el desprestigio que tenía para su ma-
. Dormirse es peligroso, y Karen capta la ténsión en los pre- dre la figura del padre.
parativos para que se duerma-muera. Pablo: Tiene 28 aí'los, su ocupación: empresario. Realiz
Dormir es equivalente del deseo de librarse. de la hija. Pe- viajes al interior del pais. Posee una hermana de 39 aí'los y ur.
ro aparece en una hija que no deja dormir, metid~ en el medio, hermano de 32. Describe a su familia de origen como armóni-
en la vida sexual de la pareja. ca, con ausencia de diálogos o discusiones. Sus padres dan la
Sin embargo, fue el amor de sus padres el que pudo sos- imagen de pareja unida que se complementan bien. Son respe-
tener este espacio analítico donde algo se inscribe simbólica- tuosos de las decisiones de los hijos. Entre los herm~nos hay
mente. El poder hablar, jugar el odio-rechazo hacia sti hija, algunas rivalidades que considera normales. Pablo cree que fal-
evitó el retorno como actuación real.. tó comunicación y hubiese deseado poder hablar más con los
padres. No se animaba a discutir.· Alude a la falta de rebeldía
adolescente que lo retuvo más en su casa, concentrado en sus
cosas, ~in poder expresar sus sentimientos.
Padre de Pablo (R): Es empresario. Estimuló a sus hijos a
través de iniciativas culturales que aún comparten. Les ensenó

44 45
juegos y a disfrutar de la vida y del trabajo. Comparte con su
esposa actividades independientes desde que los hijos son pe- "Estuve pensando en mi niflez", dice Silvina, "lo que yo
quenas, con colegas empresarios y amigos. no hice". "Me parece que ella lo saca por mí, digo, por ella y
Madre de Pablo (M): Es profesional. Callada, "vive para su por mí." "Cuando a veces Karen dice: 'acá no me quieren',
marido". Es afectuosa con los hijos y nietos. es como si fuésemos la misma persona." ''Y o sentía lo mismo,
pero no lo podía decir."
"Esa frase, 'estoy solita', lo pensaba en mi infancia, pero
no lo podía gritar." "Me parece que esta angustia es de cuenta
regresiva."
En el transcurso de las sesiones, Silvina y Pablo, impacta-
Genealoaía de la historia depresiva dos por el Juego de Karoo con el personaje Cuca, asocian que
les recuerda a un personaje terrorífico pero familiar.
En este apartado perse¡uiremos juntos, al igual que en el traba- La "bruja", así llamaban a la abuela paterna de Silvina, inter-
jo analítico, un manojo de significantes y observaremos su ac- fería perniciosamente en los padres de ésta: eran un matrimo-
ción a través de sucesivas generaciones. nio de tres. "Vivieron siempre juntos con esta abuela paterna."
Este material, hecho de trozos donde siempre quedan res- Aquí vemos cómo la 'estructura de repetición necesitaba un
tos, debe su riqueza a la articulación posible entre el grito de hijo que fuera rechazado para recrear el síntoma. Necesidad,
una nifla y el discurso que sus padres pronunciaron en el espa- desde la mítica familiar, de investir un personaje como "inter-
cio transferencia}. feridor" del goce de la pareja.
Así pudimos descubrir las dificultades de la pareja para es- En otras sesiones Silvina descubre que en un mes del ano
se pone mal, se deprime mucho, se intensifica su rechazo hacia
tar a solas, inventar, gozar en pareja. (Aclaremos que es un ma-
trimonio donde circula el amor y el deseo.) Karen. Este es el mes de su cumpleai'los (el de Silvina), y co-
Recorto aquí ciertos fragmentos del discurso familiar: mienza a circular la frase "que sus padres la gestaron por jóve-
"Desde que nos casamos, todos los fines de semana vamos nes e irresponsables, por no saber cuidarse y por estúpidos".
a casa de mis padres o de los de Silvina." "No salimos mucho, Silvina agrega: "Mi abuela los espiaba a mis padres, no los
¡con tantos chicos no se puede!, no tenemos momentos para dejaba vivir tranquilos, era una mujer terrible, etc." Esta abue-
nosotros", dice Silvina: "Fuimos tontos, no nos acordamos de la había perdido al marido y al hijo mayor, y estaba en duelo
disfrutar y aprovechar antes de la llegada de los hijos". El cuando nació Silvin'a.
padre acota: ''Me parece que no supimos disfrutar". "Nos casa- Silvina dice: "Nací para ser la primer sonrisa de mi abuela."
mos para darles hijos a nuestros padres." "¡Por qué no disfru- De allí en más ni su padre ni su madre (pero en especial, desde
tamos cuando no había que renunciar a nada!", dice Silvina. la función paterna) pudieron rescatarla de este lugar. Fue en-
Karen, síntoma de una pareja que no pudo gozar, o cuyo tregada a esta abuela para su educación.
goce se ve interferido. En vez de ser falicizada, debe ponerse a trabajar temprana-
Desde el discurso familiar Karen aparece como causa, cuan- mente en la imposible tarea de poner "una sonrisa" donde ha-
do en realidad es efecto metonímico. No puede haber una pa- bía un significante de muerte.
reja sola. Lo que motivó la aparición de Karen es que no pu- Karen encuentra acá un significante (Cuca) para hablar de
dieron estar juntos y disfrutar entre ellos, por sus obstáculos sus síntomas: "lo fea y mala que es para la mirada de la ma-
como hijos. dre", Cuca que no quiere a los bebés, etc. También, "sin saber-
K~1ren, síntoma de la pareja y síntoma de la madre. lo", es el retorno de aquel personaje prehistórico presente en
la mítica familiar. Repetición y diferencia.
46
47
Conclusión ---; "El mito primordial del depresivo", ídem, agosto de 1986.
Sami-Ali, Cuerpo real, cuerpo imaginario, Paid6s, Buenos Aires,
Karen empezó a verbalizar: "No tengo mas cosas que inventar, 1979.
jugá vos, yo ya jugué todo." Recordaba momentos acaecidos ---, De la proyección, Petrel, 1982.
en sesiones durante los dos años que tuvimos de trabajo. P~n­ Donald Winnicott, Psicoanálisis de una niña pequeña, Paidós, Buenos
samos juntas preparar la despedida. Aires.
A fin de brindarle una representación plástica del tiempo ---, Realidad y juego, Gedisa, Barcelona, 1979.
que nos quedaba para concluir, implementamos sus propios ---, Qínica psicoanalítico infantil, Paidós, Buenos Aires, 1980.
recursos creativos: la construcción de un caminito. Con fichas
y papeles de colores lo realizamos. •Sucesivamente, al terminar
cada sesión se llevaba un papel y una ficha.
La mejoría clínica de la nifi.a se evidenció en la evoluciG!n •
de los síntomas depresivos, que cedieron lugar a la aparición
de nuevos temas (edípicos, logros escolares, etc.). Karen se
transformó en otra nifi.a. '
El trabajo realizado motiva en la madre el deseo de iniciar
su propio análisis en otro espacio.

Bibliografía

Jacques Lacan, "El estadio del espejo como formador de la función


del yo tal como se 'nos revela en la experiencia psicoanalítica", Escritos 1,
Siglo XXI, México, 1971.
Rosine y Robert Lefort, Nacimiento del Otro, Paidós, Barcelona,
1983. •
- - , Diálogos sobre clínica de la infancia, Paradiso, Barcelona,
1984.
---, ¿Cómo se analiza hoy? El psicoanálisis con los niños, Manan-
tial, Buenos Aires, 1984.
Maud Mannoni, El niffo, su enfermedad y los otros, Nueva Visión,
Buenos Aires, 1976.
---, La primera entrevista con el psicoanalista, Gedisa, Barcelona,
1979.
Marisa y Ricardo Rodulfo, Qínico psicoanalítico en niños y adoles-
centes, Lugar, Buenos Aires, 1986.
Ricardo Rodulfo, "La clínica del rostro y el ataque depresivo", Ac-
tualidad Psicológica n° 102, Buenos Aires, agosto de 1984.

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49
,!
f
LOS AUSENTES OlAS DE ANA
Fragmento de historial, una aproximación clínica

Alicia Lo Giúdice de Mayer

·'
Escribo un fragmento de una historia de una paciente, Ana,
con diagnóstico de psicosis temprana. Los padres traen a su hi-
ja con preguntas que se articulan en un pedido: ¿se curará?,
¿será como sus otras hijas?, preguntas con respuestas en sus-
penso, entre paréntesis. Clínica de la psicosis que pone a prue-
ba al psicoanálisis, en donde no se trata de atacar las defensas
del niño, ni de reeducar el síntoma, sino de estar a la escucha
de su verdad para que surja lo que queda vivo tras su apariencia
de muerte.
~· Iniciamos un recorrido en donde la paciente dirá algo en
tomo a lo int~lerable de su situación; como analista, me con-
vierto en receptora de su malestar, de su síntoma.

¿Que se dice de Ana?

Que es diferente, inquieta, "no es como los demás chicos", es


~
agresiva, no habla (apenas unas pocas palabras), muerde, no pi-
de, no afirma, ni niega. No se interesa por los juguetes, rompe
ceniceros y lámparas, corre de un lado a otro sin parar, es tan
• molesta que cuando hay una reunión "la sacamos de circula-
ción". No puede dormirse hasta que la sacan a dar una vuelta,
~ así sean las tres de la madrugada.
Tiene casi cuatro años y no controla esfínteres; parece no
notarlo, ni come, ni se viste, ni se baña sola, siempre hay al-
guien cerca controlándola.

51
''"""'!!!

Todos los objetos que están a su alcance son para morder: desilusión, porque esperaban un varón, ya que las dos primeras
juguetes, personas, cosas, pareciera que el primer contacto es hijas son mujeres. El abuelo paterno no quiso brindar con
a través de sus dientes, lo que provoca terror en la gente. Ges- champagne porque era mujer. ·
to agresivo que le vuelve reduplicado, la reacción de los demás Los padres no pueden recordar nada acerca del primer año
es el grito, el reto, el chirlo y el mas desolador de los rechazos. de vida de su hija, ni detalles de· su desarrollo evolutivo, ni as-
"Sos hija de lobizón", dirá el padre. pectos de su vida en la familia; después logran ubicar aconteci-
¿Por qué su estar-en-el-mundo es tan terrorífico? mientos que se relacionan con situaciones familiares: mudanza,
Intento pensar acerca de los modos de producción de su casamiento de una hermana materna, viajes, problemas de pro-
sintomatología, de su problematica. Surge el diagnóstico: psi- lactina en la mamá. En otro momento, a través de un recorrí-·
cosi-s temprana con características autistas, que lleva algo de do por fotos familiares, van recordándola; dicen que "era nor-
esperanza a los padres, pues uno anterior había sido de "oli- mal", pero "le sacamos tan pocas fotos."
gofrenia con organicidad." Paralelamente, el neuropediatra El cuerpo imaginado es el primer don libidinal que los pa-
que había hecho la derivación inicia una serie de estudios para dres otorgan a su hijo, nifio que al nacer ocupa un lugar en el
detectar si la sintomatología que presentaba tiene origen orgá- discurso familiar, pero de quien se habla antes de nacer. La
nico. Los estudios realizados fueron auditivos, visuales, elec- mamá de Ana no puede realizar una rectificación entre el cuer-
troencefalograma, ·estudio metabólico, tomografía computada, po imaginado y lo que es Ana al nacer, pues parece no haber
estudio genético y potenciales evocados cerebrales (auditivo registrado el nacimiento y el embarazo como acontecimientos.
cortical); en ninguno de ellos presenta anomalías que fueran Acepta la maternidad, pero no aparece un deseo de hijo como
causa de su sintomatología. reconocimiento de que el engendramiento. fue fuente de pla-
Si pensamos qué condiciones necesarias deben darse para cer para la pareja.
que surja una psicosis infantil, me pregunto éntonces si, ade- Ana no tuvo cuna donde dormir ni ubicación en alguna
más, en esta historia particular fueron las suficientes para dar parte de la casa;.dormía en el cochecito, pues el padre había
cuenta de la situación de Ana. prometido construirle una, hecho que se fue postergando duran-
te un año. Ana dormía donde quedaba el coche: pasillo, dormito-
rio de sus hermanas, dormitorio de sus padres o living-come-
Vida familiar . dor. Cuando finalmente el padre manda a hacer la cama, no la

~
puede usar pues le quedaba chica. ¿En dónde albergar su cuer-
Me interno en hechos de la vida familiar y la prehistoria de po? Ni discurso, ni lugar, si pensamos la casa como parte de la
Ana·. Interrogada acerca del embarazo, la mamá cuenta que no función materna. .

~
esperaban ningún hijo y, en la búsqueda de diagnóstico por Si el nifio no encuentra causa que dé cuenta de sus orí-
malestares estomacales fuertes que padecía, se encuentra con genes, que son los orígenes del yo, del mundo, del placer y del .
la confmnación del embarazo, del cual manifiesta que no se displacer, y por tanto no accede a la tern.poralidad como pun-
producía en el morriento adecuado, pues su esposo, desde ha-
cía pocos años, viajaba fuera del país por razones de trabajo y
no tenían previsto otro bebé. Ante el interrogatorio del m6di·
t to de p·artida de una sucesión ordenadora, puede surgir como
respuesta el au tismo con la descatectización de las funciones y
la instancia pensante.
co que debía hacer un examen, recuerda tener un atraso, y se·
ñala que tuvo relaciones con el esposo, pero no puede asociar-
lo con el embarazo. Luego dirá, refiriéndose a 6ste: "Me sentía
r
,,.
Ana aparece herida: en su cuerpo a nivel de la asunción
simbólica: no habla, y sus ojos parecen muertos, pues la fun-
ción de relación con los otros está ausente. No pudo lograr el
bien, estaba más ágil que nunca." El nacimiento provoca aran

52 ¡.. _
estadio del espejo ni el yo especular. Su cuerpo no es simboli-

53
zablc, funciona como máquina con agujeros a ser llenados y duerme en la cama matrimonial entre ésta y el esposo. Comen-
vaciados. Vive en un mundo donde lo real es el mundo de los tando este viaje, la madre dirá que a sus hijas no las extrafió,
objetos aterradores, presa de una angustia de aniquilamiento pero hubiera deseado llevar a su propia madre con ellos. La
que surge de lo no reconocido, lo no identificable. mamá de Ana regresa sola del viaje, pues su esposo retoma el
Cuando era pequef!.a, Ana no soportaba que le sacaran un trabajo habitual que lo mantiene alejado del país; al día si-
enterito, "el trapo rosa"; si lo hacían para lavarlo se desespe- guiente fallece el abuelo materno de Ana, situación que lleva
raba y llena de furia golpeaba, rompía, pateaba. Luego seguía a su madre a una depresión importante.
~1 recorrido del enterito desde el lavarropa hasta el lavadero, Ana, de exclusión en. exclusión, se encierra cada vez más
se paraba frente a la tabla de planchar y no se calmaba hasta en un .mundo mágico y sólo se hace notar a través de su rabia
que se lo volvían a poner. Cuerpo cuya envoltura no es de piel y agresión. Se va con cualquiera, no estira los brazos para que
sino de ropa, como barrera protectora contra un mundo siem- • la levanten, no extraf!.a, parece que todo le da lo mismo, nun-
pre amenazante. Luego hará lo mismo con otras prendas, es- ca llora cuando se va su madre, su padre, sus herinanas, la se~
pecialmente con las medias. fiora que la cuida. _
Al no haber continuidad histórica, el mundo aparece igual Su madre e'Stá, pero ocupada con otras cosas, y no aparece
que su cuerpo desmembrado. Las pocas palabras que decía ningún signo de intercambio significativo entre ambas. Madre
eran: mamá, papá, kiki, significantes que no están retomados más ligada a su propia madre, pareciera que el nacimiento de
en una cadena asociativa y sólo llenan el agujero que es su Ana y los primeros signos de su malestar la hacen volver a su
cuerpo. propia madre, a través de su enfermedad, para ocupar el lugar
La violencia ejercida desde la concepción de esta nif!.a en fálico junto a ella, sin permitir a su hija que ocupe ese lugar.
su no reconocimi~nto de lugar y de su singularidad fue devuel- Ana no puede entrar en la cadena significante, pues no es re-
ta por ella a partif del af!.o en que realiza un viaje con toda la conocida como objeto metonímico, y no puede tomar de su
familia; cuentan que estuvo insoportable. A partir de ahí em- madre ningún objeto causa de deseo. Si el pecho es el primer
piezan a pensar que no es una nena como todas; luego la ma- objeto signific'ante, debe darse la ilusión de que pertenece al
. dre tiene una hepatitis que la hace permanecer ocho meses en bebé, y de que la madre lo dona; pero si el pecho no es del be-
cama. Durante este tiempo la mamá se instala en la casa de bé sino de la madre, el bebé siente que no tiene ningún objeto
sus propios padres, y el padre de Ana, que estaba viajando, para sí: si lo toma se siente caníbal, lo devora. De este modo,
vuelve para hacerse cargo de la situación. Sin embargo, Ana, el objeto oral no tiene lugar, el bebé no lo puede simbolizar,
que tenía 14 meses, permanece al cuidado de una sefiora que y queda en un puro real. Al no ser donado por la función ma-
está en la casa .desde el nacimiento de la segunda hija del ma- terna, no lo puede usar, es decir, no lo puede inventar. Si el
trimonio; sólo podía ver a su madre desde la puerta de la ha- objéto real no pasa a falta del objeto a ser nada, puede conver-
bitación, y el resto del día lo pasaba con la sef!.ora que la tirse en un real inalcanzable; el objeto debe perderse como real
cuidaba. Su padre recuerda que para esa época empezó a para convertirse en significante, y el Otro no es el reservorio
caminar y a decir las primeras palabras. Sus hermanas perma- de objetos reales sino el lugar de los significantes.
necían al cuidado de los abuelos paternos y Ana las veía poco; Ana fue destetada rápidamente, pues la mamá tenía mucha
con su padre mantenía contacto por las noches en que éste se leche y pensó que iba a ser difícil hacerlo luego, cuando co-
hacía cargo de ella. Una vez recuperada la mamá, deciden ha- menzara a trabajar. La madre aparece así corno un cuerpo en-
cer un viaje al exterior durante un mes, y nuevamente Ana tero, y Ana..no puede tomar nada para sí; impide así el paso
queda al cuidado de la sef!.ora o de los abuelos paternos; du- de lo real a significante, y el primer Otro no puede ser susti-
rante una semana la sef!.ora la lleva a su ·propia casa, y Ana tuido, en su ausencia, por sus huellas, olores, sonidos y prin·

54 55
cipalmente por el lenguaje. Durante mucho tiempo, en ausen- /nido del tratamiento
cia del padre, Ana duerme con la madre; las explicaciones
son diversas: molesta a sus hermanas, no se duemie, puede Inicio complejo del trataniiento, plagado por la ansiedad de
tener convulsiones "y no darme cuenta", "ahora está cari- los padres, la descrganización de Ana, mis· interrogantes.
1\osa, me deja acercar", "si pide algo, ¿cómo me voy a ente- Freud nos habla de tratar de entender al paciente en térmi-
rar?" Ana aparece en su relación con la madre como. un pu- nos de sí mismo, ¿se puede hacerlo con una nena "que llega a
ro "a", objeto de desecho; la caída del objeto "a" se ha vuel- la consulta a los tres .anos y ocho meses, con la mirada perdi-
to imposible, es un puro real que no sufre la mutación en sig- da, y que en el primer encuentro me hace sentir un mueble
nificante. Como el Otro, es inalcanzable, y a falta de ese ob- más del consultorio? Sus ojos no se detienen en nada: ni mi
jeto caído se ofrece como objeto de goce, del goce del Otro. presencia, ni mi ·VOZ parecen interesarte, y una furia ciega se
¿Puede. Ana dirigirse al padre? Muchas veces éste se ocupa apodera de ella, corre sin sentido por todos lados. Los padres
de atenderla: atención corporal, como objeto de cuidados, angustiados no saben qué hacer, se preguntan.: ¿se podrá? ·
y así funciona como relevo del cuerpo. materno, pero no es Comenzamos a trabajar en sesiones muy cortas con Ana,
el que habla; la imagen a que se reduce su función no se ins- en reuniones extensas con los padres.
cribe en ninguna dialéctica triangular y puede manifestarse Durante los primeros momentos la ·sigo, tratando de po-
a nivel de ciertos cuidados pero no a nivel del pacto. No inter- ner en palabras lo insoportable de su situación; en un momen-
viene en la relación de Ana con su madre, y sus continuos to su angustia, angustia de aniquilación, llega a tal punto que
viajes al extranjero hacen que todo quede en manos de su se tira sobre una estufa encendida.
esposa, como en el momento de inicio del tratamiento de Ana, En sesión pasaba objetos de una mano a otra sin realizar
donde realiza un viaje laboral que estaba previsto para tres ningún juego con ellos, encerrándose así en un mundo mági-
meses y dura seis. co, bajo su control, y protegiéndose con movimientos este-
El padre dirá con respecto a la situación familiar: "Si la reotipados en donde abandonaba la posibilidad de la predic-
fábrica tiene productos fallados no por eso dejo de creer en ción que le permitiría ordenar o modificar los acontecimien-
la fábrica." Parece muy preocupado en satisfacer los deseos tos. En esta ritualización se da una perversión de la predicción,
materiales de su· esposa. auto, joyas, ropa, casa; esto parece pues con sus movimientos reiterados asegura que nada suce-
ligado a cierta advertencia del padre de su esposa: "Se pue- derá: así mantiene el peligro a distancia. .
den casar si usted le puede dar más de lo que le doy yo." También toma una valijita que encuentra y se la cuelga
Las fallas en la función paterna impiden a la niíia la reali- del brazo, caminando sin parar; esta valijita funciona como
zación del significante padre, Nombre-del-Padre, a nivel objeto autista, es decir, objeto que. forma parte de su pro-
simbólico. El padre parece preocupado en ocupar un cierto pio cuerpo para prevenir cualquier intento de un no-yo que
lugar fálico, ofreciéndose él mismo más como falo al lado de cree aniquilador. Objeto que cumple la función de encierro,.
su esposa que como poseedor y, más tarde, como donador en negando la separación con respecto al otro. ~o hay separación
la triangularidad edípica, privando así a Afta de su lugar sim- entre ella y el mundo exterior, todos los objetos forman par-
bólico de hija en el orden de la ley del padre. te de ella. Al vivir su cuerpo agujereado, lo llena mágicamen-
te con objetos para calmar su angustia de aniquilación.
Luego de un tiempo aparece la imposibilidad de permane-
cer en el' consultorio, pues parecía que las paredes se le venían
encima. Ana se hace entender con gestos que quiere abrir •
puerta y estar afuera; entiendo que debemos salir y construir


111
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el espacio analítico fuera del consultorio: ahí algo tenía para También empieza a saludar a las personas cuando llega o se
decir. Comienzan· las s~siones en la calle, en una plaza, en el va de algún lugar.
arenero, corriendo a los chicos, en la calesita, lugar que la En el último año se producen algunos cambios que afec-
fascina y empieza a nombrar como ~'lili". Las cuatro sesiones tan la vida diaria de Ana. Los padres deciden cambiarla de la
semanales que tiene· en ese momento se reparten unas .en el institución a la que asistía desde hacía tres años; por suge-
consultorio y otras al aire libre. ' rencia del neuropediatra pasa a Hospital de Día. La decisión
Ana se conecta cada vez más, sale muy contenta, trae sus es repentina y la toman convencidos de que te.ndrán ~n nuevo
chiches para jugar en la plaza, se acerca más a los chicos y diagnóstico, más alentador. A los pocos días Ana tiene una
los agrede menos, a veces se pone tan cerca de ellos que se neumonía virósica y por lo tanto debe permanecer en la casa
asustan y se van, otras veces los manotea, les deshace las cons- durante un mes y medio; en este período las sesiones se de-
trucciones que hacen con arena. Muchas veces se queda solll, sarrollan en su casa. Las palabras salvadoras que esperan
otras alguien se acerca para darle una galletita, preguntar su los padres no llegan, pues el Instituto confirma el diagnóstico
nombre o decirle: ¿por qué no hablás o jugás? Persisten sus anterior.
movimientos e'stereotipados, pero su mirada empieza a cobrar A su vez los padres, luego 'del veraneo, deciden mudarse
importancia, protesta cuando se tiene que ir. de un barrio céntrico de la capital a uno en la periferia, algo
alejado. Este cambio trae aparejado que la mamá deje de tra-
Al verla más conectada, los padres empiezan a preguntarle bajar por primera vez desde su casamiento; también hay cam-
dónde quiere ir los fines de semana y al observarla tan con- bio de colegio para las hijas mayores, y deja de trabajar con
tenta en la calesita la llevan más complacidos. Mejora la rela- ellos la señora que hasta ahora se ocupaba de Ana'. Este cambio
ción con sus hermanas en la medida en que pueden inéluirla repentino se produce por decisión del padre, que piensa que
en algún juego. La hermana mayor toma el lugar de la sobre- así las cosas van a estar mejor para su esposa; luego comenta-
protección y la hermana del medio la rechaza abiertamente, rán que la mamá de Ana vio la casa y dijo: "qué lindo sería
le dice "la plomito". Ana responde haciéndola la receptora vivir acá". Solución mágica en donde se pone el acento en los
de sus agresiones. A veces, cuando la madre reta a alguna de cambios materiales y no en el reposicionamiento de lugares
sus hijas, Ana es la que les pega como ejecutora del enojo y familiares. Ante estas situaciones de cambio~ Ana reacciona
bra21o armado de la madre. con una regresión que la hace estar hiperkinética, agresiva y
Las dificultades en las relaciones familiares hacen pensar con poca conexión.
en una situación poco clara para todos, en, donde las actitu-
des de Ana son soportadas pero no pueden entrar en nin-
gún circuito significante. Con motivo del "Día del nifio",
su hermana del medio le dice que no la saluda por ese día El espacio analítico. Sesiones con Ana
porque "vos no sos ningún nifio para que yo te felicite".
En las sesiones al aire libre y las idas a la calesita se la ve Han transcurrido alrededor de tres años y medio desde el ini-
más conectada e interesada; se hace entender más por su len- cio del tratamiento, y a través del recorrido por algunas se-
auaje gesticular y parece mayor el nivel de comprensión. siones intentaré plantear en qué cuestiones y tareas está ocu-
En la calesita, yo me coloco en un lugar y al pasar le digo pada la paciente en el espacio analítico.
''chau" y hago el gesto con la mano; después de un tiempo Luego de las vacaciones de verano de este año retoma sus
Ana hace lo mismo, al pasar grita "chau" y saluda con lama- sesiones; 31 verme, en la primera sesión, me mira de costado,
no; lue¡o, cuando se va, muy a pesar suyo grita "chau, lili". baja la. mirada y se queda pegada a la señora que la trae. La

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invito a entrar, toma mi mano, pero su mirada está rara; Sale corriendo al bafio, abre ·las canillas de agua fría y
no está perdida, parece más bien apagada. caliente; cuando se quema saca la mano y se queja (cabe recor-
Entra en el consultorio y corre hacia donde están sus chi- dar que en el inicio del tratamiento parecía atérmica, sin reac-
ches, me mira, los saca, va, viene, toma la pelota, la tira, y ción ante el frío o el calor); yo juego a que me quemo, se de.
después quiere guardar todo rápidamente. Le digo que al no Lleno con agua la palma de mi mano, Ana la acerca a su boca
vernos durante este tiempo de vacaciones pensó que yo no y bebe el agua; me mira diciendo "Alita, Alita" y se queda
estaba en ningún lugar, ni yo ni los chiches,··tampoco ella. mirando mi mano vacía; pone su mano debajo para retener
Está atenta a lo que digo, pero se. quiere ir. Nos despedimos el agua: le digo si siente que es ella la que sthacía cuando ha-
con un chau, cuando se va vuelve a apagarse su mirada. ce pis o caca, se da vuelta, levanta la tapa del,inodoro dicien-
A la sesión siguiente su mirada sigue siendo apagada, va do "pipí, pipí'', saca un pedazo de papel higiénico, tapa el
a buscar los chiches, apoya la bolsa, saca la pelota y me mira, inodoro de un golpe y pone el papel en la pileta tapando el
acerca la cara a mi brazo, se apoya, acerca su cara a mi cata; agujero: la pileta se llena de agua, le digo si ella tiene miedo
yo le hablo de su tristeza por el tiempo que no nos vimos, de irse por el agujero, pero que es el pis, no ella lo que se va;
que creía que nunca más volveríamos a. vernos, como si algo mira y dice "chau, papá", "chau, Alicia"; la pileta se desago-
de ella también se perdiera. Se para detrás de mí, luego se ta, se desespera, y tira agua a las paredes, a mí. Le digo que tie-
sienta, se esconde si me doy vuelta para mirarla, se sienta en ne miedo de que la pileta me· trague a mí también; saca el pa-
el piso y se hace pis y caca. Se saca las zapatillas y se cambia pel y lo tira en el inodoro, mira, le digo que lo que se tiri'l. ahí
de lugar varias veces, manchando el piso con su caca; al adentro ya no Se puede sacar; al correr el agua se agarra de mi
caminar deja huellas en todo el consultorio, se ensucia las mano mientras le digo que es el papel, no ella el que se va. Sale
manos, toca las paredes, a mí. Corre al baño, se moja con agua, corriendo para la cocina, pide "titas" (galletitas), agua, ve un
me moja, me mira, luego lo hace a través del espejo, apoya su frasco con miel, se desespera para alcanzarlo, come con avi-
cara sobre mi brazo. Se la ve muy contenta, la mirada vivaz, dez. Hablo de su desesperación por llenar algo que siente va-
corre al consultorio, mira dónde están los chiches, parlotea y cío y que fue vaciado y echado en el inodoro. Come con la
dice "Alicia, Alita..." muchas veces. mano hasta vaciar el frasco, dice "mamá, mamita, mala",
En esta sesión se da algo en torno a la reinvestidura del va al consultorio y patea los chiches que encuentra; hablo
consultorio con su pis y caca, materiales de su propio cuer- del terror por las cosas que siente que .la amenazan, cierra la
po; es ·eua la que se va con ellos y le produce mucho miedo, puerta del consultorio; como yo quedo adentro grita mi nom-
es ella la que se va ante la ausencia del Otro, pero también bre y abre la puerta para buscarme, me toma de la mano,
puede así decir algo al analista, que la sostiene en su síntoma, cierra las puertas del consultorio, de la cocina y del baño,
en tomo a su cuerpo como un real imposible de significar en pide irse.
ausencia de un Otro. Al despedirnos Ana tira de mi mano para que vaya con
En otra sesión la .trae la madre, golpea la puerta y grit~ ella, le digo que yo me quedo, que ella se va pero va a volver
"Alita, Alicia"; viene comiendo un sandwich, entra al con- a la sesión siguiente; se va diciendo "chau Alicia".
sultorio y va hacia la cocina, come el sandwich por partes: En una sesión posterior llega gritando "Alicia, Alicia",
pan, jamón, tomate, no lo come todo junto. Me mira díciendó ve el frasco de miel, se acerca para tomarlo, lo deja sobre un
"Alita" varias veces, pone la mano debajo de la canilla. estante, luego vuelve a tomarlo, oscila entre tenerlo y de-
Le digo que si quiere jugar con agua vamos al bafío, donde la jarlo, pide agua, toma un trago, vacía el resto varias veces,
pileta está más baja y se va a mojar menos (precaución que debo luego quiere vaciar la botella y mirar dentro y verificar si está
tomar por constantes resfríos y bronquitis por mojaduras). vacía metiendo la mano y mostrando que no saca nada. Va
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al baf\o, tapa el agujero de la pileta con el jabón, llena la pi- ·libre, te podés mover pero también controlás todo, así no hay
leta con agua, mira de reojo el inodoro y el papel higiénico, peligro. Quiere irse, dice "chau Alicia" y se va llamando a su
dice "pipí", mira con angustia cómo se vacía la pileta; ha- mamá.
blo del temor a ser tragada, me mira, tira de mi pulóver y dice En varias sesiones, cuando se enoja me moja con agua o
"teta, tita"; hablo de su temor a tragarme, que la relación abre tanto las canillas que termina empapada; me preocupaba
entre las personas no es para ttagarse sino a través de las pala- entonces pensar hasta dónde se podía dejar que hiciera esto.
bras. Baja la cabeza, y cuando la levanta veo lágrimas que co- Intenté poner en palabras la situación, y también con algunas
rren por sus mejillas. Hablo de lo triste que debe ser sentir prohibiciones que debían tener un cierto efecto de corte en
que todos lós contactos posibles son comer o ser comido. situaciones que hablan de su actitud omnipotente y de la fal-
Sale corriendo, busca los chiches en el consultorio y se asegu- ta de legalidad, donde no funciona el no, porque al asustar
ra de que estén bien guardados; al ver que tengo un papel en con sus modos todos reaccionan ya sea permitiéndole todo,
la mano me lo saca y quiere guardarlo también, a diferenc'ia ya sea con el grito o el chirlo.
de otros objetos que hay en el consultorio y a los que no to- A estas prohibiciones Ana responde tirando agua, amena-
ma en cuenta: sólo si pasan por mis manos necesita guardar- zando' con tirar objetos, diciendo "mala", "no". Al prohibirle
los, en parte para mantenerlos a distancia pues se vuelven ate- el uso de ciertas canillas me mira de reojo y las abre cuando
rradores, pero también para conservarlos fuera de su vista y cree que no miro o en abierta actitud de desafío. General-
no destruirlos. mente llega al consultorio a los gritos, llamándome y pegan-
Parece que intenta construir algo en tomo al interior de do patadas a la puerta; en una oportunidad le digo que existe
su cuerpo con ese guardar todo en el placard, hasta el míni- el timbre para avisar que alguien llega; a partir de ahí, cuando
mo pedacito de papel, guardar y controlar también lo ·explo- llega se para al lado del timbre, dice bajito "Alicia, Alita ..."
sivo de los objetos, lo explosivo de su cuerpo. y a veces trata de tocarlo.
En un momento de otra sesión se acerca al frasco con En una sesión intenta abrir mucho la canilla mientras yo
miel, lo mira y lo tira dentro de la pileta, se asoma y mira el estaba sentada algo alejada de ella. Recordé que en sesiones
frasco que está volcado; me mira, mira la miel, pide "titas' anteriores si me apartaba de su lado hacía algún lío para con-
(galletitas), seftalando el lugar donde las guardo, come galle- vocarme. Le digo, entonces, que cuando quiere algo parece
titas pero está atenta al frasco con miel; me mira y dice "ma- que tiene que pedirlo así, que debe ser difícil para ella tener
má", le pregunto ¿mamá es la comida, se la· come?, ¿por eso que hacer tantos líos para que la escuchen. Que podemos es-
no podés comer la miel?, la comida ¿qué es? tar juntas, que puede sentarse al lado mío; entonces se acer-
Mira la miel que se había desparramado por la pileta, la ca, se sienta y me mira, le bablo de lo difícil que 'debe ser pa-
toca con los dedos, se los chupa, deja, varias veces la mira, ra ella querer decir cosas y no poder hacerlo porque no ha-
me dice "Alita, Alicia". ¿Qué querés, Ana? Decirme algo de bla con palabras que se entiendan, que posiblemente el dolor
la comida, que yo te diga que la miel se puede comer, pero Jo sienta acá (seftalo su corazón) y no encuentra palabras
a mamá no. para decirlo. Mientras hablo apoya la cabeza en mis rodillas
Toma agua y tira un poco, deja todo, me toma de la mano, y se queda escuchando. Luego vuelve a la pileta, abre un po-
va hasta el bafto, vacila entre entrar o no, por fin entra, abre quito la canilla y empieza a tirarse agua. Si no hay agresión
la canilla, con el jabón tapa el agujero, se llena de agua, me lla- a los demás hay autoagresión.
ma, mira el agua y dice "chau papá". Le pregunto qué es el . Muchas veces se impacienta si no le doy las galletitas o
agua: ella, mamá, papá, yo. Dice "¡Alicia, a lili!" "¿Qué es el agua enseguida, parece que es más soportable vivir en la
la lili?" La ~alesita, la plaza, la hamaca, la calle; ahí estás más agresión y el odio, pero muy difícil aceptar el amor. ¿Se pue.:

62 63
de comer algo con amor sin sentirse comi<lo o comer a los unificarse apoyada en la transferencia, intentando a través de
otros? Si eJ intercambio con los otros es así, nada se puede ella dejar de ser el monstruo que asusta subrayando lo insos-
esperar, es la catástrofe; de ahí su necesidad de control de ob- tenible de su situación.
jetos y personas, encerrada en lo mágico de las cosas en movi- Ana sin día, ser de significante desatado.
miento: agua que corre, arena que se escurre entre los dedos,
hamaca que se mueve, calesita que gira, ella caminando sin
rumbo ni fin.
. El analista en la psicosis interviene en lo real operando un
corte que extraiga el goce del campo del Otro y asimismo co-
mo pivote alrededor del cual se· ordenará el significante.
Con Ana intento trabajar algo a nivel oral, a nivel anal,
de acuerdo con lo que ella trae a sesión, en donde se ve que
algo está intentando decir sobre estos temas.
En la sesión donde dice "tetas, titas" aparece algo en tor-
rio a los objetos que podría tomar de mí pero que aún así
no la colmarían. ¿Qué intenta decir con sus lágrimas? Pare-
ce ponerse en juego la búsqueda de un objeto que tomándose
nada pase al status significante; en ese momento el Otro está
como portador de objetos causa de deseo.· .
En sus pocas palabras construye algo como intento de su-
perficie: "lili" puede ser la calle, la calesita, la plaza, la hama-
ca, significante que parecía irteductible pero que empieza a
hacer superficie· como primera forma de construcción del
cuerpo en el niflo. Intentos que empezaron en los inicios del
tratamiento con los juegos de agua y piel, sesiones en donde
se mojaba, me m9jaba: los brazos, manos y partes del cuerpo
frente al espejo; juegos donde quedábamos casi sepultadas
bajo la arena; caca que desparrama por el consultorio, por su
cuerpo, por el mío; miel que cubre su cuerpo y no quiere. que
se la saquen.
En la psicosis se da una ausencia de simbolización en los
estadios precoces del desarrollo, en donde lo forcluido retorna
desde lo real del cuerpo; en el caso del niño, en eLpl¡mo de.
la constitución de las primeras imágenes del mismo. Cuerpo
no cerrado, que es llenado, vaciado y actuado por otros,
nunca referido a la red del lenguaje. Cuerpo que no puede
construir nada, retener nada, dar nada a nadie, ni tener nada
para sí.
Ana aparece con un cuerpo hecho de trozos que intenta
64 65
EL PASAJE POR .tA ADOLESCENCIA

Gladys Garbolino de Bárbara

Cuando un paciente adolescente llega a la consulta, más allá


del cuadro psicopatológico al que rápidamente pueda quedar
reducido por cierto apresuramiento en borrar cuestiones que
puedan producir en el analista un malestar en cuanto a la in-
decisión, ambigüedad, rebeldía, y muchos ítem posibles que
forman parte de cierto tejido mítico en relación a esta "edad
conflictiva", sería necesario preguntarse primero, por una cues-
tión de método, si t:~almente tenemos frente a nosotros a
alguien que esté realizando un pasaje por la adolescencia.
Hablo de pasaje, con todo lo que esta palabra pueda
hacer resonar de un cierto, trayecto, un cierto viaje, no exen-
to por lo tanto de camb.ios de ruta, de desviaciones, impasses
o bloqueos que impidan el:t¡prenderlQ.
Aparece ya una segunda cuestión sobre la cual interro-
garse frente. a ese adolescente: lo vemos probando en la bús-
queda de nuevos lugares -más allá de las dificultades y tropie-
zos que esto le crea- o, por el contrario, imposibilitado, tra-
bado, demasiado fijado a uno en especial. ,
...... Si hablamos de un pasaje, existe un lugar del que se viene,
ya conocido y más o menos estabilizado -aquí las diferen-
cias tendrán que ver con las particularidades de cada sujeto--,
y uno al que se deberá arribar, no construido a priori, sino a
realizar.
Consideremo.s en este momento un material clínico para
pensar ciertas cuestiones.
Inés, de 19 anos, consulta por sen~irse invadida de sensa-

67
ciones de angustia que le imposibilitan hacer o disfrutar de 2) Abandono del terreno familiar y necesaria aparición de
las cosas. Trabaja con su madre y su tía, cursa junto con su lugares otros; si esto se encuentra trabado, aquello con lo que
novio una carrera universitaria que ninguno de sus padres logró se encuentra el adolescente, con mfltices diferenciales en cuan-
concluir, y tiene en su pareja alguien con el que comparte "la to a la distancia a la que pueda hallarse, lo condena a la inmo-
misma ideología, el mismo· idioma común, cosas de base". vilización en una posición cristalizada.
En .esta primera aproximación extrafia ya la falta de perso- 3) Problemática de la identidad sexual, aparición en 'es-
najes "no familiares": ámigos, grupos de pertenencia, etc. Por cena de un cuerpo en sus posibilidades de transformación.
supuesto que Inés, quien según sus palabras "maneja todo con En Inés, la posibilidad de que existan estos lugares otros
el análisis crítico" y con un discurso ideologizado y coherente, está en principio radicalmente excluida, ya que ese idioma co-
encuentra· rápidamente una explicación: "Yo soy muy abierta mún del que habla se transforma en dialecto incomprensible
en cuestiones teóricas, pero con la gente es distinto, no me ni bien se traspasan los límites del territorio conocido, redu-
banco que piensen diferente, no tolero la diferencia." ' ciéndola a un encierro cada vez mayor en el que la angustia
Su "manejo crítico" se instala muy rápidamente en las en- reina.
trevistas, cuestionando todo lo que hace a la situación analíti- Importante punto para detenerse, ya que será primordial
ca no quiere un tratamiento largo, "curar la angustia y ya es- estar a favor de esto que hace síntoma, no "curarla" pronto
tá", rio quiere rastrear en su historia y fundamentalmente no como era su pedido, sino permitir su despliegue, para que Inés
quiere cambiar: "No quiero que pase un tiempo y no recono- sea interpelada por este malestar y se pregunte por sus causas.
cerme." También entra en conflicto con la cantidad de sesio- Inés dice: "Soy conservadora, no me gusta cambiar, cam-
nes y el uso del diván, elemento que ella introduce desde el co- .biar es terminar algo y hacer otra cosa, y uno no sabe si es bue-
mienzo: "Quiero ver la cara de la persona con la que hablo, ver no o malo." "Y o puedo ser rebelde con causa en otros ·lados,
el efecto de las cosas que digo, si no te·veo la cara no sé q~é pero en mi casa. . . ahí no tengo razón para serlo. Si pasa algo
vas a pensar." · se habla. En mi casa se discute todo."
Cuando en ese momento le pregunto cómo piensa que en Por otra parte, si en su casa todo se conversa, lo privado
esas condiciones se pueda inaugurar un análisis -en el que por parece no existir, extrai\a indiscriminación donde lo personal
otra parte dice no creer-, se muestra sorprendida de que yo queda borrado, y todo pasa a ser tema familiar.
"me ocupe de esas cosas" y dice: "Quiero probar." Inés, para rebelarse -¿afuera?- necesita una causa; aquí
frente a alguien que no prueba nada, ya que parecen no existe una distancia considerable con tllntos y tantos adoles-
existir lugares donde hacerlo, decido iniciar el tratamiento. centes ''rebeldes sin causa", pero cuya rebeldía, si puede ser
El tema de esta posibilidad de probar me parece privilegia- sostenida por un adulto, será también una de ·las maneras de
do por lo. siguiente: en el reducido mundo en el que habita ir haciéndose una identidad. ··
Inés, poblado de familiares y falto de aquellos que no lo son, Otra cuestión que hace al funcionamiento de esta familia
surge la cuestión de cómo podrán aparecer la serie de replan- pasa a ser la importancia que se concede a "tener una línea
teos y reposicionamientos necesarios para· que alguien atravie- coherente, no pensar una cosa hoy y otra mai\ana".'·-·· ""·=·
se la adolescencia. Esta coherencia, tan valorizada por los padres, aparece
Con esto me refiero a que si J:lO existe una distancia ópti- tempranamente impuesta a alguien que como Inés debería
- ma ~e lo familiar, en qué lugar ocurriÍ'á: poder abjurar de ella, ya que si existe una sola línea a seguir,
1) Desidentificación de ese nifto ideal que se fue, a través todo lo que hace a la cuestión del pasaje por la adolescencia,
de la búsqueda en nuevos territorios de marcas significantes con sus múltiples idas y vueltas, cambios de líneas, queda im-
con las cuales construir-una identidad. posibilitado.

68 69
Volvamos en este punto al material clínico: dad, y entonces, ¿qué responder? Sumergida en lo familiar, lo
Inés: " ... la facultad ... no puedo sentirla mía, no me co- único que queda es ser una cabeza hueca.
necto con nada. Me siento extrafla." En un momento posterior del tratamiento, Inés llega un
Analista: "¿Eso te pasa en otros lugares?" día comentando que "quiero mandar todo al diablo, la facul-
Inés: "No, en mi casa y en el trabajo no. Los siento como tad, el trabajo, mi novio, pero primero tendría que saber qué
lugares míos." me pasa, si no es estar paseando la locura por distintos luga-
Analista: "¿Qué hace que lo sean?" res."
Inés: "Porque no hay extrafios, supongo." Le señalo entonces que el problema parece radicar no en la
Analista: "¿Quiénes son extninos, extrafios a qué?" locura (¿por no tener una línea "coherente"?), sino más bien
Inés: ''A mi familia." si existen lugares para pasearla. En ese momento recuerda que
Analista: "Entonces parece que todo el que no sea de tu cuando buscaba su primer trabajo, su madre le pidió ayuda
~~~~·
Inés: "Sí, más o menos, si estoy pura y exclusivamente
. por unos días, ya que estaba sobrecargada de ocupaciones; es-
to, limitado en el tiempo, 15 días, para luego buscar otra co-
con mi familia termino mal, pero es porque no puedo .hacer sa, se convíerte en dos años, todavía está ahí. Similar cuestión
otra cosa, no tengo opción." se plantea con la facultad y su noviazgo; a pesar de las dudas y
Analista: "¿No hay opción a estar con tu familia?" cuestionamientos, también están ahí.
Inés: "No hay nada que me llene lo suficiente, lo otro es Todas estas situaciones marcan la imposibilidad de instau-
un lugar donde me siento cómoda." rar cierto jugar, algo así como un paso y me voy, llego, veo
En este fragmento aparece claramente expuesta la inver- qué me sirve o no de esto, y después paso a otro lado, algo
sión del proceso adolescente en Inés: el territorio familiar que que en la paciente queda transformado en un llego, me quedo
debería entrar en crisis y devenir extrafio pasa a ser el único y no puedo salir más.
donde ella se reconoce, produciéndose ent<?nces la neutrali- Para que algo de una salida se inaugure, será necesario que
zación de todos los otros que continúan en la categoría de lo un afuera deba ser construido en el análisis, y para esto será
extrafio. Nuevamente la dimensión de encierro. fundamental introducir en este punto qué lugar deberá ocupar
¿Qué reconocimiento encuentra Inés en ese lugar? ¿Será el analista en aquellos casos en los que el pasaje del campo fa-
que cierta identidad se encuentra asegurada en calidad de hija miliar al extrafamiliar esté bloqueado.
de, hermana de, novia·de? Si el espacio del análisis se convierte en una reduplicación
¿Alcanzarán estos "títulos familiares" en otros espacios de lo ya conocido, es decir, si excluye que puedan existir
para dar cuenta de quién es? "No me gustaría que vieran en otros territorios por conocer, con los que más tarde pueda
mí a una cabeza hueca." "Si me preguntan qué hacés... y, entrar en colisión, ofreciéndose como 'único, pasará a conver-
no sé qué decir, no estar haciendo nada ... nada mío." tirse en otro lugar más de encierro.
Analista: "¿Como una cabeza hueca?" Si, por el contrario, puede funcionar como extraf'lo, como
Inés: "Me siento obligada a contar, me parece que no no familiar, ofrecerse como lo que podrá colaborar en la cons-
go por qué contarte nada, no hago una confidencia porque trucción de un boleto que sirva para múltiples idas y múl-
va a pasar mucho tiempo hasta que yo no sienta esto como tiples vueltas, algo del acompai'iamiento necesario para esta·
interroga torio policial." travesía estará logrado.
Nada para decir, nada para contar, un interrogatorio
presupone alguien que indague sobre su documento de iden

70 71
FUN<;IONES FALLIDAS Y PROBLEMATICA
DE UN ADOLESCENTE

Alicia Lapidus

Alejandro tiene 20 años. Es el segunde hijo de dos varones,


t
·;1
n

cuya diferencia de edad es sólo de 14 meses. ·


Su aspecto físico es el de un adolescente temeroso, con
una conformación física que impulsa a imaginarlo con unos
cuantos años menos. Es delgado y camina con el cuerpo rí-
gido, los hombros bajos y la cabeza agachada. Pareciera no
animarse a mirar a su interlocutor, su mirada se dirige hacia
algún otro lugar, y cuando saluda sólo coloca su mano, sin
estrechar la del otro, tratando de retirarla lo más pronta-
mente posible .
. También su vestimenta invita a una observación: un saco
muy formal, zapatos abotinados, pesados, vestimefl.ta de hom-
bre grande, Curiosa combinación de tiempos: ropas serias y
muy formales, de adulto o quizás de viejo, con un aspecto
de extrema juventud y fragilidad.
Relata muy detalladamente una serie de enfermedades
y síntomas a repetición: anginas, alergias, dificultades diges-
tivas, procesos infecciosos, cuyos momentos de iniciación
sitúa históricamente como "desde siempre". Manifiesta además
encontrarse muy mal con su cuerpo, al que ve demasiado
delgado, "deformado", desconocido desde que tuvo el "es-
tirón", dado que "los pies quedaron d~masiado lejos, las pier-
nas muy largas, el piso excesivamente abajo". "Al caminar, a
veces temo no llegar hasta el suelo." "Me miro el cuerpo y,
cuando lo veo, me produce rechazo."
Relata también que nunca tuvo novia, que ~o puede vin·

73
r------· . ·l-

cularse con las chicas, "con este cuerpo no me llevan el,ilpun- · En relación con la madre, el paciente relata que tiene 43
te", y que no sabe si alguna vez podrá aprender a "levantarse años, que se dedica a las labores domésticas y familiares ex-
·a una mina". Surgen también dudas acerca de su identidad clusivamente, sin haber mantenido vínculos con amistades
sexual: "A lo mejor no soy hombre, soy mujer, por eso las que supuestamente tuvo en el pasado, "cuando era soltera".
chicas no se fijan en mí." Según sus descripciones, "siempre está enferma", transi-
Dice además que se encuentra muy deprimido "desde ha- tando continuamente de tratamiento en tratamiento, de un
ce tiempo", e interrumpiendo una carrera universitaria que médico a otro. Pero no parece haber una determinada enfer-
hasta entonces cursaba velozmente, ya que no sabe si quiere medad, sino "enfermedad", como algo generalizado. Ofrece
recibirse, se siente "demasiado chico para tener un título". una imagen de abandono, sin cuidar de su aspecto personal,
Llega a la consulta en circunstancias en que una crisis . siempre "desgreñada", de "entre casa" y, al decir de Ale-
amen~za desestructurar la estabilidad familiar: Gabriel, su he'r- jandro, "vestida con harapos".
mano, repentinamente, y por haber entrado en una situa- Parecería que sól'o puede cuidar su cuerpo desde la enfer-
ción de deudas impagas, decide abandonar la. casa e irse al medad, desde la medicina, y en parcialidades (el médico de
campo, donde conoce.a una mujer que lo duplica en edad (al la columna, el homeópata para los problemas digestivos, et-
igual que su madre). Al cabo de un tiempo, contrae matri- cétera), no pudiendo atender a una totalidad. Por otra parte,
monio con ella y se afinca en ese lugar. Hecho vergonzoso siempre está malhumorada, y "no hay lugar en el que se halle
e inaceptable para los padres, que deciden mantener en secre- bien", pese a los continuos cambios de vivienda impulsados
to esta situación, aun para los familiares más cercanos. por ella, no importando dónde o cuán cómoda estuviese
Ante esto, y la perspectiva de un traslado de la familia toda la familia. En relación con el marido, es habitual que· se
hacia el interior, Alejandro comienza a preguntarse qué va a dirija a él con reproches centralizados en la difícil situación
ser de él. · económica y lo escaso de sus ingresos. .
En relación con su historia, articula una frase que no Si bien se manifiesta conforme con el hecho de que sus
deja de escucharse como significante: "Yo no tengo historia hijos estudien, critica continuamente el ambiente universita-
en ninguna parte, no podría decir que soy de un determinado rio, atribuyéndole un liberalismo sexual al cual condena ba-
lugar o de· otro, a pesar de haber nacido en una provincia sándose en sus preceptos religiosos. Son habituales en ella
de este país." comentarios tales como: "En la facultad, las chicas son unas
En· este punto, relata detalladamente que su familia nunca locas, se van a vivir con los chicos así nomás, en una total
se estableció definitivamente en un lugar, sino que (como con inmoralidad."
una modalidad errante), al cabo cte una estadía que en ningún ¿Qué sucede con esta madre, en cuanto a una posición
ca~o superó los 3 o 4 af'l.os, se trasladaba de un punto a otro, de femineidad?
dentro y hasta fuera del país. Pese a haberse casado y tenido hijos, la dimensión desean-
Alejandro manifiesta desconocer los motivos que impul- te parece haber quedado aplastada.
saban y aún impulsan ese continuo abandono de sitios y bús- Es difícil encontrar, en un cue~o harapiento, una mirada·
queda de otros. de deseo dirigida hacia un hombre, como también lo es, des-
De esto no se habla, se hace, es algo que se pone en ac- de ella, vislumbrar un lugar que convoque a ser deseada como
tos y no en palabras. Sólo puede relatar que al cabo de cierto mujer.
tiempo de estar en un lugar comienza a surgir un malestar Aún más, un cuerpo que es vestido con harapos es un
(especialmente en su madre), que termina erigiéndose en moti- cuerpo que ha sido libidiflizado fallidamente. ¿Cómo podría,
vo de un nuevo traslado.
74 75
r

a su yez, ser ella quien libidinice a sus hijos sin carencias signi- del suyo. Desde ese lugar, Alejandro manifiesta con frecuen-
ficativas en este aspeCto? cia que él jamás va a tener hijos.
En cuanto al padre, su historia es de pocas palabras. No
es mucho lo que se sabe en la familia, y pareciera haber un Es desde estos materiales míticos de donde emergen los
consenso implícito de no preguntar, porque "no le gusta ha- significantes qu~ marcan a Alejandro, proyectándose en pro-
blar de eso". blemáticas que parecen v.riorizarse, durante un largo tiep1p0
Al fallecer su madre siendo él pequeño (se desconoce a del análisis, en torno a d·os ejes: Cuerpo y Espacio.
En relación con el cuerpo, además de sus preocupaciones .,.·.f,'
qué edad), su padre lo ·'cede" a una familia que se encarga
hipocondríacas, incluye, muy como al pasar, un ep'isodio: 1~
de su crianza. Indicios de una función paterna fallida, donde unos meses atrás, aquejado por un problema de hongos en :;
hay un padre que no puede hacerse cargo de su paternidad. sus genitales, procede a tratarse con una medicación de apli-
También se dice en la familia que el apellido, tal como es' cacion local. Pero el hecho es que, confundiéndose de frasco,
recibido por el padre de Alejandro, no es el original, sino que se quema con ácido, cuyo envase había sido guardado en el
es producto de un corte: sufre la eliminación de la última baño junto con los medicamentos. ·
sílaba, a instancias del abuelo del paciente, sin que se llega- Ante los gritos por el dolor de las quemaduras y el r>edido
ran a conocer los motivos de tal modificación. Algo en la para que llamen al médico, la familia no accede, esgrimiendo
transmisión de la identidad, de la pertenencia a un lugar, se como argumento que "ya se le iba a pasar", y que no se po-
ve fallido. Algo no puede ser heredado por un hijo, algo no día hacer entrar a nadie, porque "'la casa estaba desordenada".
puede ser donado por un padre. Esto trae como consecuencia que Alejandro, por varios
Se enlaza a esto otra circunstancia: el abuelo era un hom- meses, no pueda mantener relaciones sexuales, ya de por sí
bre de buena posición económica (en contraste con la de su escasas.
hijo), dueño de algunas propiedades y titular de cuentas ban- Algunas cosas surgen en tomo a esta cuestión: hay una ge-
carias. Esta situación fue mantenida en secreto durante toda nitalidad que queda apJastada. ¿A quién le ofrece el paciente
su vida, y al morir la herencia queda perdida, distribuida sus genitales cuando se los deja al ácido? Significante del
en bancos desconocidos. superyó que emerge con toda su fuerza a través de esta actua-
ción (¿mutilatoria?), tn una dimensión que impide la emer-
Nuevamente aparece aquí algo que no puede ser heredado.
gencia de manifestaciones que tengan que ver con un orden
No hay quién se ofrezca para donar, no hay quién sea reco-
nocido como destinatario de esa donación. Algo del orden de sujeto deseante. ...
Pero el ácido en los genitales es nuevamente algo que se
de lo masculino aparece fallido en su transmisión.
repite: una masculinidad que, en tanto bloqueada en su trans~
Nos encontramos con un padre que no recibe el ap~llido misión (vía paterna), no le pert,enece, y de la cual, por ende,
de su hijo, que no recibe don ("yo represento algo de la
no puede disponer: .
masculinidad que luego podrá representar mi hijo"). ¿Qué Estructura mítica que se irilpone, el cuerpo no parece ser
podrá transmitir el padre del paciente? de Alejandro. Esa historia que· dice no tener, surge como
Relata Alejandro que ni bien se casaron, sus padres deci- perforada por enfermedades y ataques corporales. ·
dieron tener hijos, ya que había que probar que el padre "era Llegan, vía asociación, otros elementos: siendo pequeño,
hombre". durante los meses que-'duraba el invierno, no se lo baftaba,
En una relación invertida, los hijos parecen estar en el lu- dado que por ser "'debilucho" podía tomar frío y caer en
gar de dar a su padre aquella masculinidad que no recibió una nueva enfermedad.

76 77
~,.,

. ~.:
criminación. ésta que ine\'itablemente .remite al aquí y allá,
al yo-no-yo como producto de una operación fort-da que en
En la escuela, y sin que fuese indicado por médico alguno,
los padres gestionan una autorización para que Alejandro que- este caso ha resultado severamente fallida.
En este momento de su análisis, surgen en Alejandro acti-
de eximido de la asignatura Educación Física, así "no le ex.igía
. tanto al cuerpo". tudes tales como ubicar su ropa en un solo lugar, reservar pren-
~~·

Si pensamos en el estado de prematuración, en esa falta das para su uso exclusivo, adquirir un mueble y guardar allí
de 1er con la que nace el infans, y .en la necesidad de un Otro todas sus pertenencias. Hechos éstos que logra sostener pese
que nos mire, que vea un ser ahí donde todavía no lo hay, ~j¡{
a los continuos embates familiares (invadiendo los espacios
como.posibilidad de unificación, de poseer un cuerpo simbó- diferenciados). · ·
lico, ¿qué dimensión unificadora proporciona el Otro en este \ Se abre también una nueva dimensión: la búsqueda de acti-
caso? La de un cuerpo enfermo, "debilucho", frágil, sin "fu- \r vidades deportivas al "aire libre", donde "pueda recibir .el ca-
lor del sol y hacerme un cuerpo diferente".
turo", pensado y tratado más como un cuerpo orgánico, ro-
deado de un ambiente amenazador (con un baño se puede
. ¡: Se . podría pensar que Alejandro proviene de un medio
• desin~egrar),. y con gruesas fisuras en cuanto se refiere a *· familiar en el que estos fallos en las funciones parentales se
traducen en dificultades para ofrecer un espacio como lugar
una identidad sexual.
Tal parece ser el cuerpo imaginado que le fue concédido lf de unificación, de cristalización de una identidad adolescente,
y en el que está apresado, pero que al mismo tiempo le sirve ·~r
it•,
como no sea en un aspecto hipocondríaco, único recurso que
como factor de unifiéación. lntimamente relacionadas con lo ha encontrado para annarse un cuerpo. Se trataría de una bús-
corporal, se plantean cuestiones referidas a la espacialidad. queda de Significantes de Sujeto que lo representen, que lo
Con frecuencia menciona lo que él llama "tres a uno", conduzcan al encuentro de, como diría Mannoni, "un lugar pa-
que, según aclara, s~ reduce finalmente a un "uno. a uno". ra vivir".
Del ladó del "tres" sitúa al padre, a la madre y a él mismo,
como un bloque, "los que viven en casa". Del lado del "uno"
se encuentra Gabriel, el que se fue e "hizo lo que quiso".
En relación con el bloque de los "tres", relata que vi- Bibliografía \
viendo en un departamento de dos ambientes, una habitación
Piera Aulagnier, Observaciones _sobre la estructura psicótica, Letra
es destinada a dormitorio para ·todos y la otra es utilizada
como Ji·;~ng. ¿Acaso un solo cuerpo que necesita nada más Viva, Buenos Aires, 1970.
---,La violencia de la interpretación, Amorrortu, Buenos Aires,
que .una habitación? Como una falta de delimitación en el
.espacio para cada miembro de la familia. 1977.Jacques Lacan, "El estadio del espejo como fonmidor de la función
Tampoco los · lugares destinados a los objetos aparecen del1yo", Escritos, Siglo XXI, México, 1969. '
discriminados: todo está mezclado, cualquier prenda de ves- l.tarisa y Ricardo Rodulfo, Clases teóricas de Clínica de nifl,os y ado·
tir se guarda en cualquier placard, pero además cualquier lescentes, UBA, 1984-85. ·
prenda puede ser utilizada por cualquier cuerpo (¿o acaso Sami-Ali, El espacio imaginario, Amorrortu, Buenos Aires, 1980.
el mismo cuerpo?). La madre utiliza calzoncillos de los hijos Américo Vallejos, Topología de Jacques Lacan. Del narcisismo,
a modos de bombachas, o se abriga con los suéters que encuen- Helguero, Buenos Aires, 1980.
tra, no importa de quién sean. . Donald Winnicott, Realidad y juego, Gedisa, Barcelona, 1977.
Esta no diferenciación se extiét\'de a otros lugares de la
casa, ya que en un mismo sector del armario se guardan ro-
pas, comestibles, medicamentos, herramientas, libros. lndis- ~

78
FALLOS TEMPRANOS EN EL FORT -DA DESDE UNA
RECONSTRUCCION EN EL ANALISIS DE UN ADULTO

Liliana Peskins

. .

El acontecimiento del fort-da, que tiene lugar en época muy


temprana, lo podemos ver in statu nascendi o en pleno des-
pliegue en un ni.fto. Pero si algo trastabilla allí, en ese ~·período
crítico"' dejará secuelas, marcas que podremos. observar aun
en los adultos.
A veces nos encontramos en nuestra práctica analítica con
sujetos en los que si bien no podemos decir que no hubo
fort-da sí diremos que hubo fallas, deficiencias en su cons-
titución.
Este jugar del fort-da (viejo juego del carretel del nieto
de Freud) tiene que ver con la creación del propio cuerpo
simbólico y del afuera. El ni.fto trabaja-juega sobre los bordes
de su cuerpo, creándolos y creando el afuera. No es tanto
que actúe sobre ellos, como que en ese jugar los crea. Los
significa. Para poder hacer fort hay que haber podido crear
el espacio al que salir, el "afuera".
Ampliaré el sentido en que estoy usando el concepto de
fort-da:

1) Como momento princeps que una vez atravesado va a


permitir:
a) un adentro-afuera (yo-no yo, un borde del cuerpo;
hasta entonces banda de Moebius con el Otro);
b) abrirse a un espacio tridimensional, un aquí y un allá
(saliendo de un espacio de inclusiones recíprocas, plano, bi-
dimensional);

81
CJ maugurar un antes y un después (ya que las catego- Inclusive llegaba vestida con la falda de Mengano, la blusa de
rías espacio y tiempo están imbricadas. ~ la temporalidad del Zutano ...
bebé, hasta este acontecimiento, es de ahora o nunca); Dice no tener recuerdos de su 'infancia, sólo imágenes
d) imaginarizar ·una presencia en una ausencia (hasta en- donde está estática, "como una muñeca", o bien fotos que
tonces sólo existiría aquello que esté dentro del campo visual). ofrece traer (¿lagunas en los recuerdos, fotos que intentan
Sólo a través de la simbolización algo puede existir en cali- construir una continuidad que no hubo?).
dad de ausente. Y esto es una de las cosas que va a permitir "Yo miro atrás y no estoy, no recuerdo, no sé dónde es-
el fort-da: hacer de un real un significante; se va la madre real taba; dónde dormía, sólo cosas fugaces."
y vuelve la madre simbólica. ¿Qué tipo de espacio es éste donde todo es de todos,
2) Y con Sami-Ali como juego primero por su valor de pro- donde lo privado no aparece? Es un espacio anterior al fort-
totipo, como modelo de ulteriores separaciones. da. Veamos qué datos de su historia temprana contribuyen
a la cuestión.
Antecedentes lógicos (en tanto tiempos lógicos) de este Nace de un parto muy rápido. "Nací expulsada ..." En
central momento de la construcción de un cuerpo simbólico el decurso del tratamiento advierte que su nacimiento fue pos-
serán: el cuerpo imaginado, la construcción de una superficie, terior a un aborto de la madre, lo que la hace imaginar no el
de un tubo ... Vehiculizados por una adecuada funciót:t ma- vientre materno privado, sino mezclado con los restos del
terna sosteni~a por una función paterna. Mas no me deten- aborto.
dré en estos aspectos. Hay una serie de interferencias y controles sobre las fun-
Sí quisiera señalar que hay que estar bien pegado (al pro- ciones de su cuerpo: la alimentación, la adquisición de la mar-
pio cuerpo y al del Otro) para poder despegarse. Ese especial cha; sobre sus juegos infantiles: le abrían las puertas "para
espacio en que se da el "buen pegado" lo encontraremos ba- ver" mientras jugaba; había elementos que no se podían to-
jo diferentes nominaciones en distintos autores: espacio de car, porque sí o porque se "inutilizaban" (por ejemplo, harina
inclusiones recíprocas, Sami-Ali; Banda de Moebius con el o cualquier otro material para jugar a las comiditas).
·Otro, Lefort; espacio potencial, Winnicott; mutualidad, Se les compraba ropa igual a todos los hermanos, iban
Bettelheim. todos juntos en el colectivo y los contaban, para ver si esta-
Para intentar ilustrar estas deficiencias de las que habla- ban todos: 1, 2, 3 ...
ba;tomaré fragmentos de un material clínico. "Siempre todos juntos" (literalmente en esto· consistía
estar juntos: en estar juntos físicamente). Cuestión que apare-
ce exacerbada en oportunidad de un censo, cuando se los obli-
ga a estar presentes en la casa. Sólo ante un fallo de la simbo-
Tipo de espacio en que se mueve, aire que respira lización del par presencia-ausencia, la presencia se transforma
en presencia literal,.
Helena se presenta con un discurso difícil de hilar, confuso, A nadie le dieron nunca las llaves de la puerta de calle,
todo en un mismo plano, pura yuxtaposición, puro desplaza- el teléfono tenía· éandado. ¿Qué pasa con las salidas en esta
miento metonímico. familia, con el "afuera" de esa casa? Aparecen coartadas,
En su casa no hay cuarto fijo, ni privado (a pesar de que controladas.
cuentan con muchas habitaciones), no hay cama fija, hoy "Cuando salía de casa me dolían las piernas, tenía páni-
se duerme en una, mañana en otra. La ropa de los integrantes co, taquicardia ..."Un paro de transportes la paraliza a ella,
de la familia está en cualquier placard de la casa, mezclada. no puede comunicarse, no puede llegar. "Esa mierda de paro,

82 83
estaba todo parado, pasa un colectivo que no sé adónde "Comida envenenada, los dedos en la boca, yo tenía mie-
va, el treri parado, no haber poóido comunicarse ... "(¿dentro- do a esos dedos."
fuera?). Otra vertiente será, a posteriori: "Si como.queso, como sé
Esta serie de interferencias ~plican el agujerear tem- que constipa, tomo salvado" (como si nada pudiera ser COJl- 1

pranamente a un niño y dejan, en este caso, notables dificul- tenido en ese cuerpo; como si no· hubiera órganos que proce-
tades para atravesar el fort-da. Otras veces, en otros sujetos, sen la comida). A lo largo del tratamiento se suceden tras-
ni siquiera se puede llegar a ese momento. No. está de más tomos digestivos, irritación intestinal, episodios de diarrea re-
sefi.alar que en esta familia hay antecedentes de psicosis efec- pentinas...
tiva en algunos de sus miembros. Recordemos con Piera Llenar-vaciar, como un niño jugando con un recipiente 1

Aulagnier que hablar de condiciones necesarias no es lo mismo y distintos elementos que pone y saca (momento del tubo), ,
que hablar de condiciones suficientes para arribar a tal pro- construyendo de ese modo cierta permeabilidad, cierta posi-
blemática. Y que ~n la distancia que media entre unas y otras bilidad de contenido del propio cuerpo. Jugar que se da to-
condiciones hay algo que escapa a nuestro saber. davía . en un espacio de inclusiones recíprocas, anterior al
fort-da.
El "lo trago-lo escupo", el no de Freud: todo lo malo
debe ser exterior a mí. ·
¿Intento de fort-da en el propio cuerpo? Helena relata en una oportunidad un recuerdo según el
cual, siendo una beba, se produjo un golpe de estado. Al
Estas discontinuidades, estas interferencias en ~1 espacio, enterarse la madre, que la estaba. amamantando, se desvane-
aparecerán como entorpecedoras de la construcción de ese ció, quedando bruscamente separadas. ¿Recuerdo mítico de
cuerpo simbólico (y afectarán la imaginarización de los órga- una drástica separación? (como la de su alumbramiento):
nos internos). Construcción que decíamos tiene lugar tempra- ¿Dónde se da el corte allí? ¿Dónde queda el pecho? Si el cor-
namente y en un mismo acto, y concierne al propio cuerpo te se da entre la madre y el pecho, éste pasa a pertenecer al
y al afuera. bebé, con lo cual. tendrá elementos para hacerse un cuerpo
Helena se provocaba vómitos: llenarse y después ir al bafi.o (hacer de un real un significante). Si no es así, no tiene nada
a vomitar. Tratemos de recorrer el camino que la conduce a esto. para tomar de esa relación, se encuentra con un cuerpo entero.
"Nunca hubo esa imagen de vemos sentados comiendo.
Ir a la mesa ¿para qué? ¿Para comer? Comer cosas qué hacen
mal; hay que reunirse para comer nada más; la última cena,
se mueren todos ..."Por esta vía, la comida pierde su carácter La función de una pastilla
de significante libidinal.
Siendo niña, la madre sirve la comida y de pronto se da Helena toma hace afi.os, en distinta proporción, un tranquili-
cuenta que había estado echando veneno; como no recuerda zante, que ella llama "la pastilla". Esta "pastilla" se convier-
si se lavó las manos, la hace vomitar (poniéndole los dedos en te en punto de condensación; trataré de despejar al menos dos
la boca). En otra oportunidad se da lo mismo a raíz de unos de las variables que intervienen.
medicamentos que, estando al alcance de la mano, Helena En la pubertad~ ante un furor por adelgazar, la madre
ingiere. la proveía de anorexígenos y decía: "Sería más fácil darles
O bien la madre le da torta y le dice: "Camela, no la anorexígenos que darles de comer."
vomites." "Había unas pastillas y me las tomé todas, mi vieja llamó

84 85
WF ~

al laboratorio y el que la atendió le dijo que aunque molie- pa." "Algo que se me ocurre, en la religión no podés estar
n no sé cuántas pastillas e hiciera una papilla no me iba a mal porque Dios te ama, tenés que estar bien." ·
pasar nada." "¿Sonríe, Dios te ama?" • · ·
· He aquí cómo la pastilla se transforma en alimento, la Se tratará de ¿Sonríe, mamá te amará? La pastilla es pa.:-
papilla de pa~tillas parece mejor que una papilla. ra que ella y la madre sigan sonriendo. Estar sonriente, tran-
Sabemos de la importancia de la relación alimentaria, quila, controlada, que nada se note, y esto le dará la sonri-
que va mucho más allá de una función nutricia. Aquí apa- sa de complac·encia de la madre: no pasa nada.
rece la comida desligada, disyunta de todo el plus que acom- ¿De qué la salva la pastilla? (hostia, cuerpo de. . . ¿la
pafta esa relación. Plus que permite hacerse una boca, luego madre?). De recibir el odio sin sentido de la.función materna,
un aparato digestivo ... etcétera. el odio que la trasciende, que no tiene nada que ver con lo
Otra vertiente de la pastilla: que ella haga o deje de hacer y para cuya justificación hay
La madre le cuenta que cuando era beba se acercaba que sentirse culpable de algo.
a la cuna y al verla sonriente se sentía bien, se recomponía Así la pastilla se toma para enfrentar el día, para que ha-
de sus malestares. "No pierdas nunca esa sonrisa" aparece ga las veces de esa presencia sutil y silenciosa que debió acom-
tanto por vía materna como paterna, convirtiéndose en pe- paiíarla en épocas tempranas. .
sado significante. "Sin ella me siento sin nada, desnuda", y la toma para
Algo que sería Significante del Sujeto: "Qué hermosa "salir" a la calle, al mundo.
sonrisa, no la pierdas", al serie arrancada para otros fines
-"No pierdas nunca esa sonrisa" (que me hace bien)-, . co-
mo le es arrancada la comida -manos que dan, dedos que qui-
tan-, se transforma en Significante del Superyó.
He aquí, además, un elemento para pensar (no es el úni- El falso fort-da .
co): en una inversión de la función, ¿quién sostiene a quién?
Menudo trabajo el de aquellos hijos que advienen a un lugar Hay una serie de falsas salidas que Helena efectúa que hacen
de sostén de los padres, en vez de ser sostenidos, acompafta- pensar si no se podría hablar de un "como si" del fort-da,
dos en su proceso de constitución por las funciones materna de un falso fort-da (al modo del falso self, de adaptación).
y paterna. Intentos fallidos de producir un "afuera".
¿Por qué no puedo sacarme este tranquilizante? (es la pri- Una de estas falsas salidas es "la pastilla". Otras aparecen
mera vez que lo nombra así). "Puedo estar sin él. El miérco- en sus distintos medios de relación, como por ejemplo el la-
les, para no tentarme, no la llevé conmigo y no pasó nada, boral, donde se recreaba nítidamente el ambiente, el aire fa-
estaba ansiosa ... " miliar. Un espacio de encierro, con reglas rígidas y perverti-
"¿Y al día siguiente?" das, con normas pasibles de sanción de no ser cumplidas, con
"Como algo religioso, ¡pum!, tomarla, pero me banco más controles e interferencias, con espacios a la vista, nada priva-
tiempo sin tomarla." do y con situaciones que implicaban riesgo de vida.
"¿Algo religioso?" Este lugar le daba la ilusión de "salir" de su casa por unas
"Y o sentí una tranquilidad quizás parecida cuando tomé horas, cuando era una puesta en otra escena de uria situación
la primera comunión; te dan la hostia, el cuerpo de Cristo, harto conocida.
uno siente. . . es raro explicarlo, siente que se salva no se Estas fallas en el fort-da que la clínica nos presenta, si
sabe de qué. Uno se confiesa... la alegría, está libre de cul- ·bien no conforman un cuadro per se, deben alertar nuestra
8fi 8'1
PONER EL NOMBRE/PONER EL HOMBRE
~scucha, pues hacen a nuestro posicionanüento. en la direc-
ción de la cura. ¿En qué espacio vive, se mueve el paéiente? Liliana Serur
Al decir de Winnicott, nuestro trabajo se da en la superpo-
sición de dos zonas de juego. Si algo está fallido en la zona
(espacio, lugar simbólico para vivir) del paciente, habrá que
abocarse primero a esta cuestión. · -
Hay que dejarse usar para que pueda establecerse el jugar,
hay que ofrecer cierta continuidad, "estar".
"Me gusta ver las películas del sábado a la tarde todas
corridas." Hacer de archivo de esas películas-recuerdos que lle-
gan discontinuas, agujereadas, para que pueda hacerse d6
ellas un continuo.
Dejarse usar. . . que se puedan arrancar de ese espacio
analítico significantes. Este trabajo es parte de un tratamiento que Il~yo a cabo en
Por un largo período las sesiones comenzaban en el bafto; una institución ubicada en la zona del Gran Buenos Aires. ·
esto apareció luego como cierto ritual de bautismo corpo- Es una institución de asilo temporario de nifl.os, no depen-
ral, de resignificación del cuerpo. diente de ninguna entidad pública: se trata de una Fundación
. "Me acabo de mirar en el espejo, me queda linda la perma- que se sustenta con aportes y donaciones en forma particul;:p-
nente, recién me miro" (y en la peluquería, en· la casa, ¿no y/o privada. Allí se encuentran internados nifl.os pequefíos,
había espejos?). generalmente hasta los 12-13 afíos; muchos de los casos han
Hasta aquí llegaré, en este trabajo, con las puntuaciones sido confiados temporalmente, por ·enfermedad de alguno
sobre los fragmentos que tomé de un' análisis, para tratar de los progenitores, muertes, falta de recursos económicos,
el tema del fort-da fallido. Punto que se erigió en el nudo más desempleo, etcétera y, en otras ocasiones, por abandono to-
complicado de desatar, el más difícil de elaborar para esta tal de sus progenitores.
paciente. "Producir, crear un afuera". Ariel es un paciente que actualmente continúa en trata-
Sospecho que este escrito tiene que ver con la cuestión. miento; iniciado desde algo más de un afio.
Conozco a Ariel a raíz de una demanda de la institución:
"Evaluar las posibilidades de ingreso a la escolaridad prima-
ria." Lo describen como un nene inquieto: "quiere hacer...
y en seguida pierde el interés", "le cuesta estar sentado, va
y viene de un lado a otro, corre, salta, etcétera." .
En esos momentos nadie puede informarme claramente
cómo llega el nifl.o al Hogar ni el motivo de su internación.
Una de las personas encargadas del cuidado de los nifl.os
dice: "Es el nene que pelaron ... que 6staba pelado porque
tenía piojos incrustados en el cuero cabelludo. . . tenía sar-
nilla . . ." Esta misma persona aporta como dato que Ariel
llegó en el momento de las inundaciones que afectaron el

n 89
í'

cono urbano, junto con varios de sus hennanos, quedando él


porque "era el que en peor estado se encontraba".
·En el primer período de trabajo ·con Ariel los encuentros
tienen una duración de 15 minutos aproximadamente. Por
momentos no comprendo lo que dice, habla "ligero".

Primer encuentro

Dice que lo trajo el papá. "Mamá está en mi casa", "no sé '.l'


cómo se llama ..." "Me trajo para que ju ... para que trabaje ·
con el hombre ... sí, con Daniel. .. " ~
"Nosotros vamos a hacer un Palacio. ¿Vio un Palacio? ... " o
*~
"¿Quiere quede dibuje ... ?" "Una casa ... " "Me hace el nom-
bre. . . el pibe." Dibuja una figura humana. "¿U na nena ha-
go ... ?" Sigue dibujando. Me mira de reojo. "Listo. Una casa
y una nena ..." "Patricia... le hago el nom ... el pibe ... Lis-
to. El pibe ... sí, el nene ... No sé cómo se llama... " (gráfi-
co 1). Relata que el pibe está teniendo el palo ... "Lo encontró .....
en la calle. . . estaba por hacer la chimenea y ahora no se la 8
puede poner..." A medida que va relatando agrega algo más ~
e;:,
en el dibujo. "El auto ... le hago la manija ... los faroles ...
la luz roja ... la tierra... listo."
Posterionnente juega algunos minutos con los coches, se
interesa por los ruidos. Lo deja. "Chau... me voy, no quiero
jugar más."

Segundo encuentro

Está sentado solo en el comedor. Dice que me está esperan-


do ... "para trabajar... "
Llega al consultorio corriendo, va a la caja. Encuentra
plastilina. "¿Esto qüé es?. . . Puedo trabajar..." Guarda to-
do lo que sacó y comienza a modelar, separa un trozo de 11
plastilina. Modela con dificultad en el manipuleo.
Hace un caracol: antena, boca, ojos ... "Las antenas para
90
~

caminar... hago otro ..." Intenta varias veces, se pone moles-


to. Finalmente logra hacerlo. "Listo. El hermanito ..." Colo-
ca uno al lado del otro.
"Voy a buscar otra" (no hay más plastilina). Le pregunto
si quiere guardarlos. Acomoda sus modelados en una caja.
"Voy a dibujar. .. " Hace una rayita en la hoja y dice:
"No es negro ... ¿Es negro? ... " "Sí."
Continúa dibujando. "U na casa y un pibe. . . Ariel. . .
está haciendo un puente ... un puente quiere hacer ... un
puente para pasar y no puede ... Para pasar con el coche ...
Voy a hacer el coche ... Es el coche para ir a la casa de la tía.
No puede pasar por el puente ... está en la casa ..." (gráfico 11).
En ese momento pienso que tía es toda persona adulta que
llega al Hogar.

7 de octubre·

Llega corriendo. Me abraza. Mira sus dibujos. Comienza a di-


bujar e introduce el marcador en su boca. Cuando está dibu-
jando el nene, levanta los ojos y me mira fijamente durante
=8
!5
algunos minutos ... Luego sigue dibujando. "El sol, una esca- t5
lera y una casa. Dos casas... una escalera, un sol y un pibito.
Nada más..." "No sé cómo se llama ..." "¿En la casa? Vive
el pibe, en la otra también... en las dos vive el pibe ..."
Silencio. "Me quiero ir allá ... a jugar en la casita" (habían ar-
·mado una casita en la sala de juegos).
La semana siguiente no quiere veilir a sesión.
Las sesiones posteriores se desarrollan en forma semejan-
te. Por lo general llega corriendo, durante la sesión hay mucho
despliegue de movimiento, habla "ligero", etcétera. Sólo se
produce un cambio cuando dibuja. Se queda pensativo. Por
momentos mirándome.

18 de octubre

Cuando llega me pregunta si los coches los regalo. "Uno era


mío ... éste ... No, me olvidé de darle al pibe. . . ¿De quién

l, _ 92
'~

son los coches? ..." T_rae figuritas de He-Man. Juega a sepa-


,rarlas, .aparea. "De He-Man ... " "¿Quién es? "Este {seftala),
el que pelea ... "
"Quiero dibujar. . . ¿La bandera de qué color es? .. :•· "Si-
gue dibujando, hace una rayita y me mira. Pregunta: "¿Es
negro éste? . . ." Sigue dibujando. Se queda unos minutos
mirándome fijamente, baja sus ojos . y hace un movimiento
cómo si quisiera borrar lo oibujado. "Un globo ... (y golpea
con el pufto sobre el escritorio). . :• "U na nena. Listo. Una
nena, una flor, una antena, un globo, el agua, la bandera .. .''
(Mira atentamente cuando escribo.) "Voy a hacer la luna...
Así es la luna. Este es el sol y ésta la luna" (cambia lo dicho,
G
finalmente no queda especificado cuál es el sol y cuál la lu-
na) (gráfico lll). "¿La nena? ... Patricia. Está haciendo la ca-
sa. El papá se fue a trabajar y la mamá está cocinando en la
casa ... en ésta ... " @)
En estos momentos de trabajo con Ariel me pregunto qué
dirección tomar. ¿Cómo encCJrar el trabajo con este nifto?
Hay dificultades institucionales, que hacen pensar en ese
in omento en el cierre del Hogar y, en consecuencia, la posi- 6
ble interrupción del tratamiento en el momento menos pre-
visto.
Me pregunto acerca de un nino que tuvo que soportar con-
tinuos abandonos y maltratos sociales en su corta vida, al no
1
tener acceso a algún tipo de escolaridad, y que pertenece a
un grupo "marginal". Qué hacer cuando aparecen continuos
deslizamientos de promesas, donde nada se concreta, o, dicho
de otra manera, dopde aquello que se diga se torne en un lu-
gar p.osible para alguien.
Dado lo. irléierto de la posibilidad de encarar un trabajo
sin tiempo estipulado a priori, decido tornar el pedido de la
n
institución y analizar en una serie de encuentros la posibili-
dad de ingreso a primer grado, para poder decirle que, en el """- . ~
mes de marzo, él concurrirá a tal escuela.

21 de noviembre

Le pregunto si alguna vez fue a la escuela. "No .... (gesto·con


94
1\!""

la cabeza)." Le cuento que vamos a ver si el año próximo él


puede ir a la escuela. "Quiero hacer los deberes..." "Voy a
dibujar..." Pide hojas, y en ese momento yo saco 'una lapi-
cera. Me la pide. "Yo se escribir mamá ... " Hace la "m" y
me pregunta qué dice. Intenta escribir otra letra. Luego rota
la hoja e intenta hacer otra "m". Pregunta qué dice ... En ese

..
momento escribo mamá t>n la hoja. Mira· atentamente. "Una .~
casa ... ¿no? ... hago una casa..." Dibuja. ''Esta lapicera es-
cribe más (cambia por marcadores)." Sigue dibujando. "Flo- ~ ~
res ... Listo ... Un auto, una casa, una flor.·.·. (gráfico IV)."
"Ahora quiero jugar con los coches... Se acomoda en el

-'
piso y juega con tres coches, lanzándolos para atrás. Se escu-' fP
cha muchísimo ruido de afuera, y en ese momento me dice
que se quiere ir a jugar con los chicos. Le digo que su hora
aún no terminó. Sigue jugando. Encuentra una cajita con
plastilina y pregunta por sus trabajos, "los que hice con plas-
tilina ... en la hoja ..." Se los doy. "¿Tenés tijera? ... "Me
mira y dice: "Voy a recortar así (señala con el dedo)." Mien-
tras recorta por momentos me mira. Cuando se va, escucha
que le digo chau, se da vuelta, me mira unos segundos, dice
chau, y se va.
Aquí un espacio para poder pensar acerca de la demanda
de este niflo, y en todo caso, también, cómo se ubica Ariel
frente a este pedido institucional, qué sentido cobra en él.
La cuestión no es simple. Por ejemplo, no se busca el sen-
tido como se busca el sentido de una frase en una traducción.
En todo caso, lo que se busca es cómo se inscribe esto en él y
qué pone en juego en torno a su deseo.
Ariel dice en la primera sesión que lo trajo el papá, para
que "trabaje con el hombre". Seguidamente pregunta, me pre-
gunta: "¿Vio un Palacio? Nosotros vamos a hacer un Pala-
cio ..." Y aquí se produce algo significativo: Palacio sustituye
al apellido real de él; Ariel utiliza una palabra que coinciden-
temente es también su apellido. Pide: "Me hace el nombre ...
el pibe ... "
¿Qué significa esto? Poner el nombre, ver un Palacio...
Se podría pensar en ciertas fallas en cuanto a la función pa-
terna. Un papá que aparece como abandonante: "Es el único
Gráfico IV
que queda internado". ¿Abandono? ¿Qué constitución de ope-

96
ración simbólica le permite este pasaje/separación? ¿Abando-
nado, o elegido para cierta transmisión?
Ariel es el séptimo de 1O hijos. Ninguno de sus hermanos
concurre ni concurrió a la escuela. Pasan la mayor parte del
día en las calles, muchas veces expuestos a situaciones~ peli-
grosas. (Todos estos datos me llegan como información varios
meses después, a través del informe social.)
El padre trabaja a destajo, y de su mamá sólo se dice que
~~ es una mujer que se encuentra la mayor parte del tiempo muy
deprimida, pasando varios días casi sin moverse de la cama.

:0
En este contexto, ¿qué le posibilitaría a Ariel poder apren-
der a leer y escribir? Poder "hacer los deberes", como dice
él. ¿Será el deber de hacer un Palacios? ...
.S,
::S Por un corto período Ariel vuelve a su casa, y durante casi
®
...
2 meses no tengo contacto con él. Se produce en ese período
una reestructuración institucional, en la cual hay variás per-
sonas que pasan a vivir en el Hogar con los nift.os (encargada,
nift.eras, etcétera).
Se trabaja conjuntamente con la dirección,un equipo de
profesionales asistentes, etcétera, y se resuelve la asistencia
de los nif'ios a establecimient,ps escolares de la zona.
1 ~ Ariel continuaba en el Hogar, con ~isitas semanales a sus
familiares.· Se resolvió que el nift.o continuara el tratamiento
. ¡'• ~
6Ei
psicológico.
Vuelvo a tener un contacto continuo con Ariel a princi-
i
'· o pios del mes de marzo, con una periodicidad de 2 veces por
semana. Se lo ve más "tranquilo". Y a no corre por todas par-
------ >
::S tes. Pennanece más tiempo concentrado en una actividad.
Acaba de cumplir 8 aftos.
·ª~ En las primeras sesiones pide plastilina. Que le haga un
caballo. Luego el modelado se transfonna en una tortuga.
Juega con esto. En otra sesión, modela una casa para la tortu-
~ __,._, ga y la pone dentro.

20demarzo

Cuando ingreso al consultorio está acomodando y contando


las plastilinas. "Hay 7. . . y este pedacito que yo usé el otro

99
~ ~

Gráfico VI. Trae a sesión una bandera tejida. Dice que se la regaló "M" (niñera). Hace este gráfico, dibujando
la bandera con escalones para subir.•. Del margen derecho contornea la radio tratando de copiar las letras y el
dial. Esto lo tacha... "Me salió mal"

1' "...... lt

\ ----------------~
\
\
Grifico VD. Dibuja un barco, lo recorta, escribe su nombre dentro del barco y, luego de prc::guntarme'la fecha,
la escribe al otro lado.
día." Toma la caja de sus modelados. "Voy a hacerle la chi-
menea (la casa de la tortuga de sesiones anteriores)." Tiene
una mayor habilidad en el manipuleo de la plastilina. Sus movi-
mientos de aprehensión son más precisos y ajustados. Mode-
la por partes y las agrega a la casa. --_, , e,. --~--,--1-· ¡ -n"·tf1'-T.-T··/
--r--:-t¡-t-
!- .. ~--=~:~_-:::·:::.~~-L. -=-:-.-~~-~
. . .·· 1 ·;-·

Guarda las plastilinas. Las cuenta l. ... 5. Las envuelve. _¡ [-


Saca un marcador y me lo da. Me mira y dice: "Ponele el nom- . --- ' ·• -
.
1 .
···t· -· -----·"t.--.¡

bre." "Ponele casa." Escribo donde él me indica. Mira aten-


tamente. "Ya está." Acomoda las cosas. "Dibujar." Toma una
hoja y un marcador. Usa un marcador de regla. Intenta hacer
una. casa. Separa la hoja. "Me salió mal." Me acetca una hoja
y un marcador. ''Haceme una casa ·para que yo la pinte."
Dibuja la casa en el aire. Atiendo sus pedidos. Mira con aten-
ción cada cosa que dibujo.
En la sesión del 26 de marzo está surnal\lente excitado.
Es su primer día de clase. Me lleva a su -habitación para mos-
trarme sus útiles. Luego vamos al consultorio y continúa
pintando la casa. Se siente molesto. "Se copia" (transparenta
del otro lado de la hoja, y esto lo enoja muchísimo).
Afuera se escucha una conversación entre una niñera y
la encargada acerca del camino para llegar a la escuela. Se
escucha una voz <Uie dice: "Ariel sabe cómo llegar." Levanta
sus ojos y me mira: "Y o sé ir a la escuela ... se va hasta la
esquina... etcétera. ¡Quién no sabe!" Se lo.ve muy ansioso.
Tiene muchas ganas de irse.
En la sesión 'siguiente trae un revólver y pide que lo dibuje.
Lo pinta y saca sus modelados en plastilin.a. Los acomoda, en
un momento quiere pegarle con la mano, en ese momento
me mita, y lo acomoda suavemente. Le ·digo que si quería
pegarle por qué no lo hacía, y pega con muchísima fuerza,
destruyéndolo. Me mira con ojos brillosos: "Se aplastó. . ."
Posteriormente. pide que eso ya está, que lo tire. Juega con
los coches, a lanzarlos con fuerza. Organiza un juego con mu-
cho movimiento.
A partir de este momento comienza a hacer juegos de ta-
parse los ojos, traer sus anteojos, llegar antes al consultorio
y esconderse. Un día trae un anteojito para que yo lo calque.
Orifico VIII. Trae a sesión el dibujo ... "Una escuela. Dame papel para
Después lo pinta. Esto ocurre durante varias sesiones. 'picA' ... " Luego pinta la escuela y las flores.
Durante ese período, en una sesión llego al consultor-io.
102
y ~1 está arrodillado en la camilla mirándose en el espejo.
Sonríe. Me miia, ~~ acuesta en la camilla y dice: "Curame". yo la que llama, sino que él tiene mi número de teléfono pa-
Se tapa los ojos con las manos, se ríe, y yo, a su lado, le hablo, ra llamarme cuando así lo desee.
''jugando" a "desaparecer". Luego sigue pintando el "antio- Ariel continúa en tratamien~o. . . Hay muchas cosas por
jito" (así lo llama al mufteco. que trajo). Por momentos, an- decir. Una: será él quien determine a partir de su deseo hasta
tes de pintar se queda mirándome. cuándo continuar el tr~bajo comenzado. · ·
En este jueg'o de no mirar él, de buscar mi mirada ante ca-
da cosa que está por hacer, ¿no estaría allí bascando, jugando,
ser visto en la mira de Otro, Otro que le dé palabra, Otro que
·¡
le ponga un nombre, que pueda ver un "pibe"? El no ve, se ;'
tapa los ojos, él no es transparente. (¿Quizás por esto su mo- ···
lestia, porque se copie el dibujo?) Pero puede ser visto, puede •
existir en la mirada de Otro.
• Así va apareciendo su interés por la voz. Me pide que trai-
ga música. En una sesión trae un disco que habla de un teléfo-
no y "ensefta" a hablar pÓr teléfono. Una y otra vez, lo vuelve
a poner, duranté 40 minutos de sesión. Lo mismo sucede con-
una revista que trae, y me pide que se la lea. Es una historie-
ta. ¿El "juego" está aquí en la revista, en el contenido del
relato? En todo caso, no estaría en el mismo estatuto de la
mirada, la voz. Ser mirado p·or Otro, ser hablado por Otro:
una y otra vez pide que "le lea" esa revista.
Durante ese período de más de dos meses, las sesiones
transcurren con la radio, que es incorporada a su pedido.
La voz de la radio está presente mientras dibuja, mientras
juega, etcét~ra.
Efio ocurre al mismo tiempo que él pasa a dibujar casas
"distintas", cosa que durante varios meses me pidió que hicie-
ra yo, para poder pintarlas, y juegos de escribir él su nombre.
En una sesión escribe su nombre en su mano, luego toma la
mía y escribe Ariel. Me mira y sonríe con una mirada brillante.·
Quizás haya ya un lugar asegurado en el OtrO. Quizás, ya
no sólo son promesas de lo que a~S,una vez ... a lo mejor... ·
Lugar asegurado, en .el sentido de poder extraer signifi-
cantes que lo. repre~ten. Poder tener un nombre, Ariel
Palacios... ·
Otro juego que introduce en· estos momentos es el telé-
fono. Pide que llame al Hogar y solicite hablar con él. No soy

104
""{ TRASTORNOS NARCISISTICOS NO PSICOTICOS*

~ Marisa Rodulfo
·•, en colaboración con Ri~o Rodulfo

l~
.•, La vieja nóción psicoanalítica de detención del desarrollo~
ligada al primer modelo de evolución libidinal que construye-
ran Freud y Abraharn, ha sufrido una transformación fecun-
da en los últimos decenios, particularmente en manos de
Sami-Ali. Mejorada con respecto a ciertas linealidades inicia-
les, se ha rebautizado al agrupar todo lo que conocemos como
trastornos narcisistas no psicóticos. Sobre las diferencias clí-

11 nicas y teóricas \con las psicosis infantiles no nos vamos a


extender aquí. Bástenos recordar que toda psicosis implica
profundos 'fallos narcisistas, pero la inversa no es verdadera:
todo fallo narcisista no implica ni presupone una psicosis.
En el territorio de los trastornos narcisistas no psicóti-
cos nos encontramos con un número abigarrado de fenóme-
nos. Es un campo que abarca desde trastornos leves, sutiles,
hasta trastornos de consideración y gravedad; desde proble-
máticas con base orgánica hasta otras que no la tienen; desde
trastornos qúe se presentan solos hasta otros que se hallan
asociados a problemáticas neuróticas, o depresivas, o trastor-
nos psicosomáticos en el mismo paciente. Abarca por otra
parte trastornos de tipo espacial, de las distancias del propio
cuerp.o y referidos al otro; trastornos de la coordinación fi-.
na, categorías tales como el arriba-abajo, lejos-cerca, derecha-

• Leído en las Primeras Jornadas sobre Clínica de Nii'ios, Monte


Grande, Provincia de Buenos Aires, 9 de agosto de 1986.

107
. 'IUll juegue; el mismo modelo binario de las camisetas hace a
Izquierda, hasta trastornos en la abstracción; trastornos en la
111 codificación. Todo esto para él se va perdiendo, y la cancha
lecto-escritura, trastornos a nivel del cálculo, etcétera. Hay
11e convierte en una especie de "tierra baldía" sin ninguna refe-
un campo muy disperso de fenómenos. Acaso sea mejor
rencia, como si uno dijera: se halla perdido en el espacio,
aquí tomar el consejo de Freud: cuando existe heterogenei-
sin señalizaciones geográficas, apareciendo el fenómeno de
dad y diversidad en cuanto a la gravedad de la problemática
pérdida de distancia, de pérdida de volumen: calcula mal
tratada, lo mejor es comenzar a esclarecer primero lo más
todo, hace los movimientos o demasiado cer~a ·o demasiado
sencillo, a partir de las situaciones más simples.
lejos, se encima con los compañeros, se lastima a veces o co-
Una categoría que puede servir para introducir un princi-
pio de ordenamiento es lo que denominaremos la categoría rre el riesgo de lastimar a otros.
Algo similar ocurría con un niño que se hallaba en análi·
de la torpeza. De una manera u .otra nos vemos enfrentados sis conmigo. Había llegado a tratamiento con un diagnóstico
a ella, e incluso esa misma torpeza, al no tratarse de una pro- previo de características confusas en torno a una dimitmia.
blemática de tipo psicótico, ha servido de base a muchos gran- Para él, la plaza (que es un primer espacio socializado, extra-
des efectos de comicidad. Destacados cómicos han funcio- familiar, importante para un chico) no era aún, a los 7 aftos,
nado creando personajes .que podrían ser pensados como ca- un espacio de referencia, sino que permanecía adherido al
racterísticos de trastornos narcisísticos no psicóticos. Uno
cuerpo del Otro., al que se pegaba. No se atrevía a internarse
de los casos más logrados y recientes es el de Peter Sellers,
en hamacas, toboganes ... ni a utilizar ningún elemento de
con la composición del personaje del Inspector Clouseau, la plaza; aún más, había una problemática muy particular
cuyos típicos desencuentros espaciales son todo un paradigma.
en torno a la calesita, ya que la misma le ocasionaba pánico.
La categoría de la torpeza fue pensada por el psicoaná-
Debemos puntualizar que este juego, si bien por una parte
lisis primeramente como acto fallido, de término erróneo,
está ligado a la producción de un placer apoyado en sensacio-
equivocadón, pero esto es válido para conceptualizar un acto
ocasional que sería expresión del retorno de lo reprimido; nes laberínticas, por otro lado supone un nivel de fort-da ya
trabajado, en el sentido de que para soportar la calesita solo,
ahora, en cambio, nos referimos a la torpeza como una mani-
festación crónica. un chico debe creer en un juego de apariciones y desapari-
Acotaré lo expuesto con un fragmento de material: es un ciones dialécticas, o sea, debe saber qUe quien lo acompaf'la
adolescente ·que trata de jugar al fútbol. Trae una serie de vi- desaparece momentáneamente hasta terminar la vuelta: mo-
vencias angustiantes que se van ordenando poco a poco a me- mento de reencuentro. Para ello el niño necesita tener simbo-
dida que se desarrolla el partido, perdiendo su lugar en la can- lizada la ausencia, confiar que los demás existen aunque no
cha. Empieza a chocar a sus propios compafieros, a estorbar- estén. Por eso, en el juego del carretel, cuando el niño arroja
los cuando van a tirar la pelota; no tiene un plan fijo. En un algo lo hace ante la seguridad de que lo arrojado puede retor-
momento dado se siente "delirado", porque se da cuenta que nar. En este material no sucedía tal cosa; por eso, a esta edad,
no está jugando para· nadie; no es que esté jugando mal, no una vuelta de calesita seguía provocándole crisis de pánico.
se trata de eso, ·sino que termina en la cancha como perdido He de puntualizar dos cuestiones en las que el· proceso de
construcción del propio cuerpo está detenido en estos tra•
. en. lo Real, jugando para nadie, corriendo sin saber adónde
tornos que afectan profundamefite la motricidad: una el el
va. Una cancha es un espacio altamente simbolizado: están
fallo que encontramos en la agresividad, una detenci6n, una
las líneas que demarcan los distintos sectores, los arcos, las
·obstrucción en el proceso de la misma (agresividad producto-
posicione~ relativas de los jugadores en el campo, hay un sis-
ra de separaciones diferenciales, no como emoci6n)¡ por
tema de referencia simbólica que orienta a cada uno según ejemplo, para poder irse de un lugar, hace falta ejercer cltrta
sea arquero, mediocampista, etcétera, según la posición en

108
lOt
agresividad: realizo el acto de irme, de despeganne en el espa-
cio. En estos nifios la posibilidad de despliegue de agresividad lar que implica un Yo claramente diferenciado. Aquí todo
creadora, que en otros genera un espacio de separaciones di- ocurre como si una mano detuviese una acción de lanzamien-
ferenciales, se encuentra en franca impasse. to y algo reverberase siempre en el mismo plano, lo cual nos
Aftado otro material aún: un adolescente acostumbra a indica el camino hacia el segundo fallo que implica esta proble-
llegar en fonna errática a las sesiones, pero lo llamativo es mática: la imposibilidad de constitución del fort-da .1 El psi-
que esto no' depende como en otros pacientes de resistencias coanálisis encuentra la torpeza como testimonio del fracaso
de tipo neurótico; a él no le ocurre así, sino que, si en el ca- en acceder a la tridimensionalidad.
mino se encuentra con un conocido, se queda "pegado" con Otra dimensión en juego en los trastornos narcisistas no
él; entonces, es el azar el que decide su llegada; depende con psicóticos es el déficit en la producción de imagos que acarrea
quién se encuentre. Aspecto interesante para destacar, ya que la dependencia física respetto del adulto, la necesidad de la
el tiempo de sus desplazamientos está en manos del Otro. presencia efectiva de éste. Todo lo antedicho apunta a que tal
Este es uno de los puntos clave en esta cuestión, porque si adquisición se vuelva imposible o por lo menos muy difí-
la agresividad fracasa en la constitución de un sistema de se- cil. El nino pennanece adherido al campo de lo concreto, y
paraciones, el chico pennanece siempre viéndose desde el pun- es acá donde debemos situar a muchos pequeftos sujetos que
to de vista del que tiene enfrente. Esta es una· de las diferencias deben restituir las imágenes convirtiéndose en adictos a la te-
que nos van a pennitir distinguir claramente un trastorno nar- levisión o a las historietas al fallar su propia posibilidad de
cisista no psicótico de un trastorno narcisista psicótico. En la armado. Apelando a un sociologismo superficial se llega a sos-
esquizofrenia alguien no se ve en el espejo, falla la posibili- tener, invirtiendo el orden, que el problema radica en los
dad de reconocerse como sujeto, como persona; en el ·caso m·edios de comunicación, sin tener en cuenta que el nifto tu-
del nifio con un trastorno narcisístico no psicótico, no se tra- vo que "agarrarse" de imágenes a falta de producción propia,
ta de que no se vea, sino que lo hace desde el punto de vista lo que acarreará luego todo tipo de dificultades en la abs-
del Otro. Ello explica muchos síntomas que son objeto de la tracción. ¿Cómo leer, por ejemplo, si uno no dispone de sus
atención de psicoanalistas, psicopedagogos, psicomotricistas, propias imágenes para hacerlo? Considero este campo como de
etcétera, por ejemplo, el no poder atarse los cordones o anu- mucho futuro para el psicoanálisis. En tanto no hay des-
darse una corbata. Lo que sucede en estos casos es que la ac- trucción, a diferencia de lo que ocurre -en las psicosis, sino
ción no puede ser ejecutada, ya que el nifio no procede a la obstrucción, los resultados, las remisiones, no pocas veces, son
re.ctificación de los movimientos sino que los repite exacta- de una rotundidad bastante difícil de lograr en otros terrenos
mente igual a como los ejecuta el otro, no cambiando, no ha- de la psicopatología.
ciendo el viraje, sin hacerlos atravesar su t:ealidad corporal; Presentaremos a continuación fragmentos del análisis de
esto es lo que explica la adhesividad hacia los objetos signifi- un nifto2 al que llamaremos Gustavo.
cativos propia de estos casos. El analista se confunde y lo ad-
judica al complejo de Edipo, viendo al nifio adherido a las po-
lleras de la madre, sin reparar que el Edipo es mucho más que
estar pegado a ella. En realidad, en el Edipo ya existe una di-
ferencia con el cuerpo <le la madre para poder seducirla, para
poder volver a ella incestuosamente; cualquier pegoteo no
es Edipo, al contrario, lo obtura, y sólo cuando se desbloquea 1 Remitimos al punto correspondiente en nuestro libro Clínica
el nifio puede avanzar hacia una verdadera posición triangu- fllicoanalitica en niños y adoleacentea, L:uaar, Buenos Aires, 1986.
2 Analizado por Marisa Rodulfo.
110
111
1!

El caso Gustavo pedía dibujar; enviaba sus relatos que eran escritos por ]a
madre.
Lo conozco en circunstancias próximas a ser operado por cuar-
ta vez de un padecimiento congénito en las extremidades:
presenta en sus manos sindactilia y en sus pies polidactilia
al momento del nacimiento, con reduplicación del pulgar que Su historia
le fue amputado tempranamente.
Esta afección tiene un eco particular en esta familia para Los padres comentan que, habiéndose casado muy jóvenes,
la cual el "cuerpo bello" y todo lo emblemático ligado a su el embarazo se produjo inmediatamente después de la boda,
fabricación se halla falicizado, con"stituyendo un aspecto muy cuando ellos estaban de "luna de miel". Seg(ln sus manifes-
relevante de sus vidas. taCiones, "algo anduvo mal de entrada... conti,nuas pérdidas
En este contexto, el nacimiento de Gustavo con un "cuer- y dolores. . . muchos amigos nos decían que cuando los eip-
po fallado", al decir de la madre, representó una herida narci- · barazos empiezan con pérdidas es seguro que va a nacer un
sística que se trataba de aminorar~ través de la insistencia en chico malfonnado, y entonces es mejor perderlo directa-
el discurso de los padres de la "perfecta normalidad" del mente". Esta hostilidad inconsciente surge como uno de los
paciente. polos de la ambivalencia que genera Gustavo, ya que, por
Por otra parte, cabe subrayar que la falla en lo Real del otra parte, -aníbos se ocupan del cuidado del niño y a pesar
cuerpo y las móltiples intervenciones quirúrgicas realizadas de las dificultades llevan adelante difíciles tratamientos.
en el exterior van a dar un sello particular a las relaciones Grisel, la madre, es una mujer de 30 aflos, hija de una aco-
de Gustavo con sus progenitores, ya que este problema no ocu- modada familia de comerciantes. Su propia madre, persona
rre sólo a nivel del cuerpo imaginado, sino que los padres han descripta como pueril, jamás se hizo cargo verdaderamente
debido sostener desde el lugar de las funciones materna y pa- de ella ni de sus dos hermanos. Su padre es caracterizado co-
terna a un niño que ·debe ser continuamente objeto de cui- mo de "carácter fuerte" y ocupado en sus negocios. Consti-
dados, debiendo viajar constantemente por sus operaciones tuye para la hija un motivo de admiración su habilidad en el
y, controles, permadeciendo en el exterior (cada vez que se campo del trabajo. Es de destacar que la madre de Gustavo
lo opera) por períodos muy prolongados, en los que se le padece desde pequef!.a una severa afección psicosomática por
enyesan los pies y se le vendan las manos, a veces simultá- la cual ha tenido que ser hasta internada.
neamente. Esto da lugar a que aurante ese lapso el niño depen- El padre del paciente, Abraham, también de 30 af!.os,
da exclusivamente de la madre y de los sustitutos matemos sostiene con sus propios padres y hermanos una relación de-
para cubrir todas sus necesidades. ' pendiente, pero a la vez muy cariñosa. Su madre, la abuela
El análisis mismo reviste características particulares, por del niño, es una figura importante para su hijo y también
darse en su seno intervenciones quirúrgicas de importancia, para su nuera, quien parece haber realizado con ella una trans-
viajes al exterior cada seis meses por controles y hasta la sor- ferencia materna. Se la considera una mujer "buena, afecti-
presa de una operación en un momento no previsto, que impli- va y dedicada a su descendencia". El abuelo de Gustavo,
có la ausencia durante dos meses del nmo a sus sesiones. En "comerciante exitoso y honesto", ha sido muy exigente con
este tiempo nos comunicamos por correspondencia. Gusta- sus hijos varones, a quienes ha hecho trabajar desde temprana
vo enviaba sus gráficos y comentarios, y yo, a mi vez, cualquier edad.
palabra que· creyera pudiera serie Otil. En otras operaciones, Abraham, en relación con los conflictos corporales de
cuando éstas afectaron también las manos. y el vendaje le im- ( ;ustavo comenta sus propias dificultades al respecto, co:itsis-

112 113

L ~~----·
1 1

prado en su casi totalidad por un grupo de amigos, estando


tentes en extrema torpeza para los deportes y una obesidad permanentemente en relación de continuidad con esta "fami-
siempre amenazante. lia ampliada". ·
El núcleo central desde donde se posiciona el paciente lo
constituye el deseo que circula en la pareja de los padres. La
madre se orienta libidinalmente hacia el esposo, quien a su vez
la localiza como deseante-deseable. En muchos aspectos se los Su descripción
nota inseguros y contradictorios en la educación de sus hijos,
no pudiendÓ sostener, en múltiples ocasiones, su propia pala- A pesar de haber padecido desde pequefto situaciones de ais-
bra. lamiento a causa de prolongados posoperatorios en hospita-
Cuando el nifto tiene tres afios, nace su hermana Alejandra, les del exterior del país, que lo obligaban a estar separado de
quien ha colmado el ideal familiar de "tener una bella muñ~­ amigos y algunos miembros del grupo familiar, sostiene una vi-
quita rubia". da social muy intensa. Es cariftoso y comunicativo. No es agre-
·' sivo con sus pares, pero tampoco se deja agredir por ellos. Se
manifiesta como voluntarioso y emprendedor. Enfrenta las di-
ficultades e intenta, dentro de lo posible, superarlas.
Sintomatología inicial. Estructura psicopatQlógica. Reflexio- A sus sesiones concurre con un interés constante. Es parti-
nes teóricas cularmente sutil en sus refl~xiones, develando agudeza intelec-
cual. Puede, de distintas formas, contar lo que le pasa y sabe
El nifto presenta una estructura defensiva cíclica, con ·brotes dónde ir a buscar ayuda.
hipomaníacos y componentes obsesivos. Durante el primer tramo del tratamiento se le cae todo de
Sus síntomas revelan un trastorno fundamental del esque- las manos, su torpeza es tan grande que pasa más tiempo reco-
ma_ corporal, pero sin base neurológica. Cuando llega al trata- giendo las cosas del suelo que jugando o dibujando. Durante
miento se presenta como enurético, con una obesidad incipien- este período rompe diversos objetos del consultorio en forma
te y marcados trastornos del suefio. involuntaria.
Demuestra ser reflexivo e inteligente, a raíz de lo cual re-
salta como síntoma contrastante su torpeza motriz y su depen-
dencia del cuerpo del Otro. Las cosas que no puede hacer por
SÍ mismo. inmediatamente son realizadas por SUStitutos mater- Primeras sesiones
nos: nifieras, mucamas, etc. Estas las hacen por él: atan· sus
cordones, lo llevan al bafto, lo visten, etc., estableciéndose un\ Cuando inicia el análisis, contando con cinco afios y medio, so-
complementariedad imaginaria que desde el inicio se instaura licita que entre al bafio con él, que lo atienda, arregle sus pan-
en el centro de' los intercambios corporales. Lo que pasa en talones y aun su ropa interior. Su cu&rpo no le pertenece en
uno de ellos refleja lo que sucede en el otro, puesto que el ni- tanto autonomizado; en razón de ello, él debe entregarlo. Es-
fio es identificado o se identifica a su vez con un objeto parcial. tas demandas no son satisfechas, trabajánqose analíticamente
Siendo parte de un todo, Gust¡lvo no soporta ninguna si- la carencia de autonomía; no obstante, el nifio intenta. persis-
tuación que implique separación: no puede dormir solo, tam- tentemente que mi cuerpo sustituya y reemplace a. partes
poco ir al bafio, ni atenderse. Los propios padres del nifto no del suyo. ,.
tienen resuelto este tema, que se pone de manifiesto en el si- Viéndose acorralado por la imposibilidad de situarse en el
guiente ejemplo de su vida cotidiana: viven en un edificio com-
115:
114
,---- ---
.-·
! '

espacio, fuera de la referencia corporal al Otro, cu~;~ndo se diri- do a una formación imaginaria complétamente simétrica, en la
ge al blJfto (acto que ejecuta varias veces por sesión) se angus- cual los dos polos límites lo constituyen el cuerpo del sujeto y
tia y empieza a gritar fuertemente mi nombre. el del Otro, siendo éste el referente privilegiado. Dentro de es-
En estos momentos iniciales tampoco es capaz de arreglar te sistema sólo estará en condiciones de establecer relaciones
sus prendas de vestir: calzoncillos, pantalones, etc. Incluso des- espaciales irreverSibles. El nifl.o, que puede situarse en relación
pués de un tiempo de tratamiento, le resulta imposible atarse al Otro, no puede efectuar la relación inversa. Pero este otro
las zapatillas. Lo que sucede es que el espacio visual inmediato que funciona como un doble pertenece. al registro de lo imagi-
ejerce en él tal fascinación que lo obliga a copiar el gesto sin nario, así como el campo que él mismo origina. Ese otro es, en
corregir su sentido en relación con el cuerpo propio, llevando a primera instancia, el cuerpo materno con el cual el nifl.o forma'
cabo la acción desde el punto 'de vista del partenaire. De esta un todo indisoluble y complementario. En lugar de poder vi-
forma él se ata los cordones como si fuera otro, por lo cual es- vendarse como una persona autónoma, se ve como un objeto
ta acción se ve impedida. Lejos de limitarse a los movimientos parcial perteneciente a un cuerpo compuesto.
y dimensiones del cuerpo, la confusión del espacio propio con A lo largo del análisis hemos seguido una progresión que
el del Otro se extiende al plano de la representación: gráficos va desde una relación corporal objeta! a la conquista de una
en general, modela\ios, etc. • imagen corporal autónoma.
Con el propósito de adentrarnos en este proceso haremos
una secuencia de los materiales significantes que emergieron
en el trabajo analítico y sus elaboraciones posteriores.
El cuerpo sign.ado por la falla

1
Mencionábamos que, desde el inicio, sus ditiujos constituyen
garabatos indi(erenciados y sus modelados grandes conglome-
Su primer modelado rados de plastilina. Algo que resulta ilustrativo es que después
En razón de su imposibílidad de separación, el modelado refle- de hacerlos me interroga: ''¿Qué hice, decime qué hice?", es-
ja lo que en la teoría de la especularidad se denomina como es- perando una respuesta de mí como si yo fuera él.
pacio de inclusiones recíprocas. Al tratar .de representar a sus En un momento ulterior realiza los gráficos 1 y 2, siendo
padres, hermana y a sí mismo, ~1 conjunto resulta un cuerpo éstas sus representaciones acerca de sí mismo y del mundo. El
abigarrado de múltiples otros cuerpos y objetos, un cuerpo que primer gráfico es su propia imagen, dentro de ooa superficie
que él denomina casa. Debemos puntualizar la .marcada dife-
es a la vez otros cuerpos. rencia entre el nivel intelectuál del nifl.o y su expresión gráfica.
En la .medida en que en algunos aspectos él mismo no fun-
ciona como un sujeto separable y autónomo (al faltar lo que En este dibujo las manos adquieren una dimensión despropor-
Fralwoise Dolto designa como castración anal), no puede cons- cionada. En lugar de constituir la "llave del corte" del momen-
tituir unidades diferenciadas. Esta problemática se extiende to de arrojar fuera, estas manos-ventosas están imposibilitadas
más tarde a la confusión entre derecha e izquierda y al inicio para realizar este trámite expulsivo.
de la escolaridad primaria a la lectoescritura y matemáticas. En el segundo gráfico hace un elefante (figura derecha) y
Gustavo empieza a sustituir una letra por otra, a reduplicarlas, un árbol (figura izquierda). Agrega: "Está suelto y tiene hiji-
invertirlas, etc., ocurriendo algo similar en el plano numérico. tos, no nacieron los hijitos. . . el papá ya nacieron, la mamá
Estas inversiones, confusiones y errores de localización que co- no". Creo poder puntualizar a través de este dibujo y sus aso-
mete el paciente se fundan en una intuición del espacio rP.ctüci- elaciones verbales que a pesar de la emergencia de símbolos

117
116
*----=----, '-
---- ~--·---··.

.. '\.'
•'

-
-8
~

~
\~.
'
~

fálicos, como lo constituyen el árbol y el elefante, los mismos


no llegan a inscribirse en una problemática de corte edípico
(por ejemplo, fálico/castrado), sino que aluden a otros cortes
no realizados, como los que atañen a la diferenciación entre el
cuerpo del Otro y el propio.
En el gráfico 3 resulta significativo que Gustavo dibuje
una figura humana cuyos pies tienen forma de patas de pato y
está desprovista de una mano cuya proyección (realizada en
forma análoga a los pies) se multiplica, invadiendo el espacio
de la hoja, sobre la que realiza varios intentos.
La torpeza que se pone de manifiesto en los gráficos río
.
la atribuimos en ningún,momento a problemas intelectuales o
de maduración, como se llegó a creer en la escuela, sino que la
pensamos dentro de un contexto donde las dificultades que se

~
plantean en la construcción del cuerpo propio son las que con-
curren una y otra vez a la sesión, en los dibujos, modelados y
¡-----
otras formas de expresión. La temática gira en torno al naci-
miento de los hijos, al propio cuerpo, a su 'falla'' y a la impo-
'
sibilidad del logro de cortes a nivel de lo sádico anal. •. ~t
Coincidentemente con este graficar, Gustavo realiza un jue-
go consistente en lo siguiente: toma muñequitos con los que 41
constituye dos bandos enfrentados bélicamente, comandados
a su vez por dos reyes, que en un efecto de reduplicación espe- ...~.
cular se denominan prácticamente de la misma manera: Rey
Hielo y Rey Castillos de Hielo. Expondremos para una mayor
comprensión un fragmento del juego. El niño dice: "La banda
le tiró un disparo al Rey Castillos de Hielo y se lastimó la pier-

ur
na. Ataca y gana. Tenemos que matar· a todos, los buenos ma-
tan a todos. Ellos los ayudan y van a caminar, se caen, se les
sale el ye_so y puede caminar. Con los puños atajan las balas y
las devuelven."
Cabe destacar que la banda del Rey Hielo es la que hiere
al Rey Castillos de Hielo, como si algo del orden del doble sur-
giera como el fantasma capaz de lesionar; fantasma al que des- ·
pués se mata para que de esa manera al unísono el yeso pueda
ser roto, otorgándole movilidad. Nótese que las balas que rebo-
tan y vuelven al punto de partida siguen un movimiento
bién especular. Gr4fico 3

120 .
,'él

La emergencia ~e las manos en ta~to autónomas


En un momento ulterior ocupa sus sesiones en la autonomiza-
ción de sus manos, todo su grafic4r está destinado a ello. Las·
apoya; intenta hacer el contorno, las pinta y luego las recorta.
A través de este proceso Gustavo busca darse a sí mismo ma-
nos.no falladas.
Este es. un punto centr~l del tratamiento, ligado al auto-
reconocimiento y al descubrimiento de su propio cuerpo en
tanto autónomo, jugados en la transferencia. Este hecho de
darse a sí mismo una~. manos capaces de actividad tórnase
decisivo para un niflo que ha padecido y aún padece el peso de,
un impedimento físico. La sindactilia le impide al sujeto que la
sufre apropiarse plenamente de sus dedos, disponer de los mis-
mos con la extensión que poseen otras personas. Aunque este
nifl.o es operado tempranamente y luego reoperado cada vez
que su crecimiento así lo detennina, la movilidad de los de-

[
dos, la apertura de los mismos, siempre le resulta problemática. .,
Pensando en la función de la mano, pieza clave delfort-da, en
la relación con el objeto y en la posición relativa del sujeto con
respecto a éste, me interrogo de qué manera se simboliza para
Gustavo e interviene en la constitución del mundo y de sí mis-
mo. Lo que marcábamos es que él no se puede separar del ob-
jeto otro, y siendo su cuerpo uno con él no puede arrojar las
cosas, Sino que éstas, al inicio del tratamiento, ca~n de sus ma-
nos, faltando ese movimiento de arrojar de sí (gráfs. 4, 5 y 6).

Acerca del nacimiento en la transferencia: el corte umbilical


Teniendo como desencadenante un embarazo mío, que es ya
percibido por el, se produce un juego de nacimiento que con-
siste en lo siguiente: construye una "casa-caja, (gráf. 7) donde
aparece el volumen. El nifl.o se coloca dibujado en la puerta en
fonna de mural hecho sobre ella, mientras que todos los otros
elementos de la construcción tienen la cualidad de ser agrega-
dos en fonna de pegado. Lo' único no agregado es justamente
el nifl.o, quien fQnna parte de la casa, fonna masa con ella; no
Gráfico 4. Recortado
122
..~!\.
·' -
1

l es un elemento que coloca encima de la puerta, sino que el ni-


no es la puerta y la puerta es el nino, funcionando en un espa-
cio de inclusiones recíprocas que remite a un nino incluido
en el vientre materno (ausencia de corte umbilical).
Después de una interventión en ia que interpreto su fanta-
sía, pone la "casa-caja" en el suelo y comienza a entrar y salir
de ella varias veces, como si tuviera que renacer para investir-
se de otra manera Trabajamos aquí la fantasía de un renaci-
miento posibilitado por la transferencia, emergencia nueva, sin
malformaciones .. Nacer a un espacio autónomo, libre de envol-
.turas placentarias tentaculizantes.

La construcción de un nuevo cuerpo


'il Posteriormente el paciente me empieza a solicitar que lo dibuje
de cuerpo entero. Pocas sesiones más tarde trae una foto suya
como para que me sirva de modelo. En este momento toma
una posición más activa, completando estos dibujos con el
agregado de detalles: "Le hago mis pecas, también· mis rulitos,
etc." Este pedido está ligado a la posibilidad nacie te de apro-
piarse de un cuerpo que no conlleve los signific tes de la
anormalidad. Por esta misma época recurre a un es jo donde
puede jugar con su imagen reflejada. Debemos a í puntuar
dos momentos: el primero, en el que debo conve irme en su
espejo que le posibilita reflejarse; el segundo, fr: te al espejo
óptico en el cual puede recrear su propia imagen·.
. A posteriori de este trabaj_o pu,..e.cFe em¡rger por primera
vez la figura humana con otras Car'ácterístic~s. Figura humana
' en movimiento, figura humana en actitud ')'e jugar; un ramille-
\ \ te de ninos diferenciados y autónomos coqéteando en una pla-
za (gráfico 8). Son figuras no parciales, no monstruosas y en
movimiento 16dicro que emergen por primera vez.
Debemos sefialar sobre este gráfico que su ililportancia ra-
dica en tanto se establece en él un corte; se trata de un mo-
Gráfico 7. Reproducción de una construcción del niño que mento de ruptura, lugar de quiebra que le da la posibilidad de
corresponde a la casa-elija, un verdadero cubo sin tapa ni piso en el que
qpiza las paredes con papel glacé, siendo la fi¡ura humana del niño recrearse a sí mismo como ser distinto. Si tiene valor el traba-
el único elemento que no pega sobre la construcción, sino que dibuia jo analítico, lo es en este sentido y no en el estético. No es
a manera de mural en la pared.
127
\
' ''
porque ahora el paciente dibuje mejor que el gráfico resulte
-
significativo, sino porque en este recorrido Gustavo ha logrado
darse a sí -mismo un cuerpo autonomo. Es a través de este trán-
sito que ha podido sustraerse de los significantes que lo marca-
.C\_ ban como defectuoso para apropiarse de su cuerpo en forma
diferente.

Acerca de cómo el fort-da nos sorprende

Después de la elaboración de la separación del cuerpo mater-


no, en una sesión me solicita latas para construir un teléfono.
Una vez conseguidas las mismas surge una secuencia conducen-
te a la posibilidad de un fort-da. ·
La serie comienza con la construcción, por parte del pa-
ciente, de' un aparato de teléfono con dos latas unidas y sepa-
radas a la vez por un hilo (versión transformada del carretel
freudiano). Este aparato es usado al principio en juegos en los
que estando ambos en la misma habitación podíamos mirar-
nos.
La primera transformación ocurre cuando el nifto abando-
na la habitación en la que trabajamos; teléfono en mano, nos ·
encontramos cada uno en una habitación con la puerta abierta.
Segunda transformación: colocados él en una habitación
y yo en otra (a pedido suyo), cada uno con un extremo del.
teléfono en la mano, Gustavo cierra la puerta.
Tercera transformación: abandona el teléfono. Esta vez
se va él de la habitación a dibujar a otra, pidiéndome que no
me mueva de .allí hasta que no me llame. Cierra·la puerta. Es
significativa la introducción de este nuevo elemento, la puerta,
tan ausente cuando su cuerpo hacía masa con las manos del
Otro. Tal puerta tiene el valor de un esfínter que corta y re-
gula el paso.
Cuarta transformación: jugando al almacén confecciona un
Gráfico 8
cartelito donde escribe de un lado abierto y del otro cerrado.

129
El nifío logra, a partir de esta secuencia, que despliega en desde mi punto de vista, emprender un tratamiento sólo de
un largo período, establecer una !¡eparación raqical, porque lo reeducación psicomotriz es negativo·, ya que conduce -en el
interesante de esta última transformación es que el "cerrado" mejor de los casos- a la adaptación. En cambio, poder desa-
opera como categoría fort: aunque el nifío se halle ·dentro del rrollar un psicoanálisis en el cual se puedan trabajar estos tras-
almacén al golpear la puerta, marca con su .índice el cartel y tomos resulta clave para la apropiación del cuerpo propio y
no abre. El negocio cerrado marca la ausencia en el plano sim- desde allí para la concomitante adquisición de conocimientos.
bólico. El puede decir: "No estoy aquí aunque esté aquí mi
cuerpo, no estoy disponible incondicionalmente. Puedo nom-
brar mi ausencia y enmarcarla con un significante verbal: ce- El material de un sueño
rrado. No estoy disponible para vos." 3
El esfínter se repite ahora en un mayor nivel de abstrac- En épocas en que transcurría un paréntesis en el tratamiento,
ción que permite instaurar definitivamente la categoría M la motivado por mi licencia por maternidad, Gustavo tuvo un
ausencia, a partir de la cual sus letras comienzan a constituir- sueño de angustia que lo aterrorizó durante algunos días, re
se como tales, a dejar de ser un garabato escasamente dife- pitiéndose inclusive en otras oportunidades, a raíz de lo cual
renciado. solicitó que se me llamase para contánnelo.
El texto del sueño era el siguiente: "Soñé que mis 'manos
se volvían de piedra y me desperté llorando asustado." Comen-
ta que lo tuvo después de ver una película por televisión que
El momento de la inclusión de otros profesionales le impresionó mucho, en la cual los hombres se convertían
en piedras.
En aquellos tratamientos en que desde el inicio evalúo como En el sueño se pone en evidencia de qué manera mi ausen-
necesaria la presencia por ejemplo de un fonoaudiólogo, psi- cia, que en la transferencia ocupó el lugar del Otro, es viven-
copedagogo, etc., para trabajar un aspecto en el cual hay un ciada por Gustavo como un deshacerme de él debido a sús
déficit marcado instaurado, introduzco a ese otro profesional malformaciones. Como mi" amor le es negado, sus manos pasan
sólo en el momento más beneficioso para el· paciente. Consi- a ser de piedra. Manos desinvestidas sería el equivalente a ma-
dero que el mismo va a producirse después de entablada una nos de piedra, cueypo no disponible para el deseo, manos no
sólida transferencia en el análisis, acompafíada de la elabora- disponibles para el juego. En épocas previas a la interrup.ción
ción de los aspectos conflictivos ligados a 'la emergencia de surgía con insistencia la idea de que todo le salía mal, que no
esas dificultades. Sugiero en este tipo. de casos trabajar desde podía, que no sabía. Insistencia en el discurso de juicios de
un comienzo sólo con el tratamiento psicoanalítico, ya que imposibilidad, pero esta impotencia la encontramos luego en
por mi experiencia. en más de una oportunidad no hubo nece- grado superlativo presentificada en ese cuerpo-piedra, mortí-
sidad de recurrir a otros tratamientos, pues desde el análisis fero, aterrorizante y siniestro.
remitió el síntoma,. y en los casos en que así no fuera recién
allí se habrán creado las condiciones de posibilidad para
inaugurar otro tipo de trabajo. Síntesis final
Cuando existen dificultades psicomotrices sin base neuro-
lógica por problemas en la constitución de la especularidad, Actualmente, S11 corporalidad se halla· constituida como sepa-
rable del cuerpo del Otro. Su enuresis ha desapareci~o. junta-
3
Marisa y Ricardo Rodulfo, op. cit., p. 40. mente con los trastornos del sueno. Realiza deportes, aquellos
130 131
que no impliquen mayor despliegue que el- que permiten sus
pies con férulas. Su ansiedad lo lleva a veces a comer en forma
exagerada. Eh la escolaridad se ha nivelado con el resto de sus
compafieros en la parte escrita, .demostrando en lo oral y el
cálculo cualidades que lo hacen destacar. El reciente embarazo
de su mamá lo está elaborando, tratando de lograr lugares pri-
vilegiados dentro de la escuela que lo marquen como el mayor,
diferenciado del resto de sus hermanos. Se lo ve con capacidad
para crear y disfrutar .de los juegos con pares, mayores o en
forma solitaria.
Estamos dedicados al análisis de fantasías edípicas li~adas
al embarazo de su madre (gráfico 9), que en otro trabajo de
mayor extensión analizaremos, junto con otros materiales.
Al cabo de todo este recorrido, nos empezamos a plantear
el término de su análisis. ·

Conclusión

Ricardo Rodulfo: Al escuchar el material fui marcando una


serie de puntos que se me fueron ocurriendo. En primer
lugar, en este historial observamos un problema típico que se
nos presenta cuando hay una composición sintomática mixta:
aparecen algunos rasgos neuróticos; algunos funcionamientos·
depresivos, cierta tendencia a una problemática psicosomática,
la enuresis y los trastornos específÍcamente psicomotrices o
narcisistas no psicóticos. ¿Por dónde empezar entonces?· Por
donde empezar no es aleatorio, no es conmutativo. El punto
central sería cuáles son las .tareas básicas que el nifio tiene que
ir realizando me<,liatizadas por la transferencia. En cuanto al
ord~n de prioridades, la cuestión es .separar a Gustavo del
cuerpo del Otro (verdadero corte a nivel umbilical). Tarea
previa lógica y cronológicamente a las manifestaciones edí-
picas que pudiera tener, ya que sería inútil apuntar a esto
último, sin haber trabajado sobre lo anterior.
4
.
Se anexa parte del debate consecutivo a la lectura del caso en la
preaentación mencionada supra.

132
•• ll!lumida como taL bste es un punto decisivo de diagnós-
Marlsa Rodulfo: Lo que hice en relación con este U~u diferencial con la psicosis.
sis fue lo que intento realizar con todos los pacientes:
me conducir por ellos e Írlas acompaflando en este proceso.
Ricardo Rodulfo: En cuanto a las prioridades, de
dejar que sea el nifto quien nos vaya diciendo cuáles
para él.
En relación con otro aspecto estimo que existe un
donde se puede articular claramente la diferencia entre
tos momentos en la construcción del cuerpo. En este
te, a diferencia de lo que podemos observar en un
o en una depresión, vemos que hay función de superfi"i'
por demás, por ejemplo: la adhesión al cuerpo del Otro;
edificio de departamentos en los que viven todos juntos
mo un clan, y en donde existen diversas bandas de supe..+t
cie. Lo que se transforma en necesario para Gustavo es
tablecer cortes; por eso mismo la analista rehúsa la dem
de tocamiento formulada por el paciente.
En este material se puede ver claramente la
entre trastorno narcisista no psicótico y psicosis. Por "'J"'...~ ... ,
cuando el nifto interroga: "¿Decime qué hice?", eso sólo
ta como diagnóstico diferencial, ya que el psicótico no
pensar que el adulto va a recodificar algo de lo que él
dándole sentido. Esta pregunta la formulan muchas veces
aun sin palabras los niftos pequef\os, cuando por ejemp ...
se caen y miran a la mamá para ver si tienen que llorar o
cosa de poca monta y pueden reírse. En el rostro de la
hallarán una respuesta al "decime qué hice", ya que
el sentido de la acción para saber si les tiene que doler o
Pero si en un nifto de un afio esto constituye algo saludable
a la edad de Gustavo marca una detención del desarrollo
ya debería saber qué hizo sin acudir al Otro.
Lo mismo ocurre cuando hace modelados con
superpuestos o cuando el cuerpo de él se encima al de
casa: pero hay un cuerpo y una casa; la dificultad radica
que no establece un corte entre ambos.
En relación con las manos de pato que están separadas
de su cuerpo, diremos que si bien el nifto tiene manos, no
pertenecen. El psicoanálisis deberá realizar la tarea de
esa mano, que está proyectada a distancia en sus dibuM••
135
\34
''YO ... VIVIR AQUI"
(La clínica psicoanalítica y el campo del retrasado grave)

Marisa Rodulfo y Ricardo Rodulfo

/. El estado de las cosas

Se trata de una temática que ingresa· tardíamente al PSA.


Hay que esperar a la década del 50 para que se produzca una
incorporación teóricamente significativa del problema, parti-
cularmente en Francia, por parte de algunos psicoanalistas
de pensamiento no convencional vinculados a Lacan, como
Francisco Tosquelles, Maud Mannoni, o aun en el ámbito d~
la IPA (Roger Mises).
Una primera discriminación importante (a la que entre
nosotros aportó justamente otro pionero: Enrique Pichon-
Riviere) llevará a diferenciar aquellos casos de genuina debi-
lidad m~ntal de los seudo-débiles u oligotímicos. Sin em-
bargo, con no ser desdeñable, el acento se desplaza luego a
otro punto fundamental y más envolvente: la articulación,
largamente evadida o largamente debatida, de lo orgánico con
el fantasma. ¿Cómo se inscribe la deficiencia en ese disposi-
tivo de prácticas cotidianas, normas consuetudinarias, ideolo-
gemas encarnados, relatos históricos y/o legendarios, que re-
cortamos como discurso familiar, o mejor aún mito fami-
liar? ¿Y cómo se inscribe en el mismo sujeto a ella?
Para no incurrir en ese conocido pecado de redundancia
nos bastará con un brevísimo .flash a modo de alusión contex-
tuadora: esto para tener presente la condición de humanidad
no realizada del recién nacido y todo lo que en el trabajo del
PSA en torno al mito de Narciso viene a dar cuenta de cómo

137
¿Por qué, entonces, dadas estas condiciones que cual-
y con ayuda de qué funciones aquél se da un ser del que ini- quier psicoanalista puede fácilmente detectar, esa insisten-
cialmente carecía. Ahora bien, si para cualquier infans va cia en una salida terapéutica decorativa o decorosa: reeducar?
tratarse de un tiempo arduo, lo crítico de esta travesía ¿cuán- Parece tomarse el déficit orgánico de una manera que
to no se intensificará en el pequef\o que soporta un déficit lo asimila a una categorización axial del sujeto. Como si lo
orgánico en lugar tan decisivo como el SNC? único que le pudiera acontecer a un débil fuera su propia
Aquí el rebote . de lo constitucional biológico sobre el debilidad, y sólo ella. Capturado en el rigor de esta extraf\a
tejido fantasmático familiar 1 suele. agudizar en éste no sus tautología, el psicoanalista abdica de su posición como
funciones estimulantes y facilitadoras, sino las de inhibición tal. En sustitución de lo acostumbrado, y que hace a una di-
y bloqueo en lo que hace a la constitución del sujeto. Es mensión ética y no meramente "técnica", que es inaugu-
lo que explica cómo dos nif\os pueden compartir el m~smo rar una función de escucha, aquí el psicoanalista deriva, em-
C.I. bajo, pero uno de ellos conducirse como el retrasado puja, más o menos suavemente, hacia una adaptación super-
"bobo" o aun retrogradar hasta más acá de lo que un término ficial reeducadora.
como "humano" procura designar, y el otro, en cambio, apa- No se trata de hostigar ésta en sí misma cuanto de de-
recer como un retras~do capaz, a su manera, de cierta crea- nunciar que· en este uso deviene represiva; su efecto así no pue-
tividad. Desde los viejos tiempos del PSA, muchas cosas apa- de ser sino de silenciar el síntoma, silenciamiento presenta-
rentemente cambiaron, pero hay un punto nodal que no ha do como éxito de un tratamiento. Más aún, una reeducación
hecho sino perfilarse más y más, impregnando incluso los en condiciones y momento no propicio de hecho refuerza
niveles "cuánticos" de esa trans-subjetividad, el discurso in- los aspectos más patológicos de la situación, pues al no apun-
consciente: es el relativo a la determinación de todó lo que, tar a la producción de significantes en el nif\o y la familia
con mayor o menor fidelidad al modelo neurótico clásico, po- que mínimamente dialecticen un campo plagado de círcu-
demos llamar síntoma. El PSA no ha hecho sino seguir desple- los viciosos, estereotipos y prejuicios, lo que opera es una ma-
gando las consecuencias de que todo lo del orden del sínto- nipulación del débil como Real no significante (salvo como
ma habla, sólo que ya no nos circunscribimos al habla del significante de todo lo deficitario, de todo lo.caído del nivel
sujeto en cuestión o del sujeto en sesión. El horizonte ha ido humano) para articularlo o atornillado adaptativamente de
retrocediendo, y el habla tanto de la prehistoria como del algún modo a una realidad cuya exigencia de standing es
medio en que vive (y aquí estamos de nuevo en e1 mito, pues feroz para con la diferencia.
para el PSA rige la ecuación medio = mito) interviene más Interrogamos la resistencia del analista que le impide
y más en nuestro trabajo. El del nif\o retrasado es uno de los cuestionar cierto S.S.S. según el cual va de suyo que, allí
casos en donde· se impone con más fuerza recordar lo que nos donde la debilidad "es" (efecto de reificación o de medica-
inclinamos a llamar ley de Pankow, que correladona zonas lizaci6n), el PSA no debe advenir. Uno se siente inclinado
patógenas del discurso familiar con zonas patologizadas en a pensar en una travesura de la polisemia de un término co-
el cuerpo del hijo. 2 mo "discurso", que lleve a confundirlo no sólo con "pala-
bra", como es tan frecuente que ocurra, sino peor aún, con
palabra "inteligente" o "intelectual", reaparición de una fa-
1
licización imaginaria (la inteligencia, recordemos, es "brillan-
Acerca de este problema, o de este aspecto del problema de la te", se dice) en el seno de una terminología supuestamente
sobredeterminaci6n y de las series complementarias, poco tratado en la
biblioarafía psicoanalítica, pueden encontrarse algunas indicaciones va- simbólica.
liosas en El niifo y su cuerpo, de Kreisler, Fain y Soulié, Amorrortu. En definitiva, el psicoanalista que intenta remontar
2 Giselle Pankow, Estructura familiar y psicosis, Paid6s.
139
138
estos obstáculos encuentra en sí y fuera de sí la huella vivien- más pura. Es sabido que una barrera tal históricamente se ha
te de los poderes de · una antigua operación humana: el ra- solido trazar . de un modo reduccionista, ora psicologizante,
cismo, que nunca dejó de incidir sobre aquellos que, en un ora biologizante. Nuestra función, pensamos, debería ser más
momento u otro, el PSA decl.ara "inanalizables", como bien la de problematizarla todo lo que sea posible, y todo lo
cuando Freud descartaba cualquier modificación posible en que sea posible, también, estar sensibilizados a aquellos fe-
mujeres después de los 30 aftas. Después de todo, y no sólo nómenos susceptibles . de pasaje, de torriarla poroSa ~ no
en tan remotas épocas, a veces los niftos en su conjunto han ineluctable, por pocos que parezcan, por ínfimos que sean.
sido declarados inanalizables . . . Vale la pena recordar una Cuando se está . debatiendo de una manera, tan raElical la
sigla significante de "paciente analizable" como el WASP condición humana de ·alguien, cualquier brizna que pueda
en su versión "consultorio privado" (Y ARVIS syndrom), cruzar una frontera tan cruel es de un valor incalculable.
y concluir, entonces, que el débil ha devenido, y se ha man- Otro ángulo para plantear esta intervenciórr puede plan-
tenido, el "negro" de la clínica psicoanalítica. ' tearse así: nuestra función es resistir al, hacer la crítica· del
El punto es que, como esta exclusión reduplica la que cociente intelectual, en tanto éste se transforma abusivamen-
ya pesa sobre el débil en el campo social y muy a menudo te en una entidad, co.bra status ontológico -bien que pntolo-
en el campo familiar, al expulsar así de nuestro ámbito a es- gía de la burocracia- y al que entonces se le encomienda la
te retrasado que tanto y tan insoportablemente contrasta y distribución de los sujetos, por ejemplo en la escolaridad. No
tan radicalmente con el vt!rosímil estabilizado de "nifto en pocas veces debí resistirme y poner entre paréntesis una
tratamiento psicoanalítico"(y aquí conviene insistir y marcar "demanda de cociente" que me venían a formular al consul-
con fuerza que nuestra habitual evitación "fóbica" del campo torio porque cumplirla en ese moinento con un nifto psicó-
y del tema no es pasiva como parece, es la contracara d~ una tico, dado el caso, hubiese resultado una acción iatrogénica,
vigorosa operación de pujo), con tal procedimiento nosotros en condiciones en que el paciente no respondería _sino en
también aportamos a la producción de una patología del re- sentido favorable a su segregación, cerrando así el círculo de
trasado cuya condición necesaria es la segregación. Produci- su detención psicótica. Y el enlace que en este texto acaba
mos' en concurrencia con otras intervenciones, retrasados de darse entre debilidad y locura no es fortuito.
"enfermos" y/o retrasados "bobificados". De ningún modo Desde luego que esta serie de cautelas metódicas o
basta con leerlo como una negativa "fundamentada" a traba- metodológicas requiere también la de soslayar el analista lo
jar con el débil sin más consecuencias que las de la omisión; que tenga que ver con fantasías terapéuticas de corte mesiá-
es hacer lo nuestro para, con esa materia prima: un débil, nico. Es bien conocida la patología del deseo del psicoana-
fabricar un "bobo" que no tenga con qué sostenerse en el lista que suele generarse en la atención de pacientes muy
orden simbólico, para el cual no haya otro mito posible que graves, débiles o. no, y que traza un eje cuyos polos son la
el de su idiotez, cerrado a toda metamorfosis. ¿Qué ptra co- omnipotencia y la desesperanza. Precisamente esta última se
sa que una catástrofe puede resultar de semejante y radical enlaza muy particularmente al nifto retrasado. Es su sombra,
retiro de catexia libidinal? y ~ombra del Otro que le cae encima, a la vez. Sólo sortean-
Si el psicoanalista acierta en cambio a mantenerse en do esta oscilación puede la intervención analítica hacer algo
una posición más consecuente como tal, uno de los primeros ·para que el sujeto disminu\do encuentre "un lugar para vi-_
efectos de su no abdicación es que no se pronunciará a priori vir". En estas condici9~es dirá al fin de una sesión uno de
sobre el emplazamiento de cierto límite en lo que hace a un estos niftos: "Y o vivir aquí'' (nótese; triunfo a pesar de todo
"aquí termina" lo fantasmático,.la eficacia de lo fantasmáti- de una subjetividad, cómo la frase se abre hacia una dimen-
co, "aquí empieza" la eficacia de lo orgánico en su forma sión metafórica al mismo- tiempo que la. literal: momento
140 141
r

en que este niñ.o consigue prenderse al lenguaje no psicó- ni como inaugural para toda entrada posible en PSA de un
ticamente). retrasado: develamiento de los fantasmas de muerte que lo
Las cuestiones concernientes al deseo del analista, a sus impregnan·, relación entre ellos y "cosas que le pasan", como
vicisitudes contratransferenciales en el tratamiento de débi- cuando el mismo paciente del que antes trajimos una frase
les se emparentan bastante a las que se dan en la clínica de capital pasa a un "yo morir aquí'', mediante el actó de inten-
las .QSicosis, excepto en los retraso~ .leves, donde la situación tar arrojarse por la ventana al vacío; imposibilidad de dedr
es más asimilable al campo clásico del PSA. Digamos que el o hacer algo como sujeto deseante si no se levanta algo del
lugar del psicoanalista es puesto a prueba de una manera muy embargo que aquellos fantasmas impone:(~. Hay que sefia-
dura. Cursos típicos: rechazo familiar a reconocer algo que lar la extrema dificultad de articular algo de todo esto en
aparezca en el nii'io como en alguna medida fruto del trabajo las sesiones·, con un paciente que de tal modo y por tal "mons-
analítico, adjudicándolo todo a la propia familia y/o a in-, truosa injusticia cósmica" presentifica la negación de ·lo· hu-
tervenciones pedagógicas. Idealización del PSA que deman- mano.3 Pero para el acceso a una verdadera dimensión de
da de él el "milagro": que refluyan, e irreversiblemente, las sentido no es negociable el atravesamiento de esta trama de
aguas del déficit orgánico. El riesgo estriba aquí en que se muerte que empapa al pequefto. Hay que llegar al punto de
genere del lado del analista un reflejo defensivo, ante el pro- poder formularla, escribirla en el registro simbólico-imagina-
fundo y ambiguo malestar que produce la tentación de acep- rio, por muy rudimentaria que. sea la· sintaxis. De aquí la
tar la invitación que una demanda tal formula. Entonces, importancia que damos, convergiendo una vez más con aque-
por ejemplo, puede llegarse al acting-out de dar por termina- lla autora, a poder como analistas más y con mayor feroci-
do el análisis abruptamente, no aguantando la intensidad que dad que nunca silenciar en nosotros toda solicitud de "pro-
se intuye de los fantasmas de destrucción subterráneos o con- gresar", aun mínima, dirigida al paciente, hasta radicalmen-
secuentes a esa esperanza imposible. te convertirnos en un muerto más muerto que el que él so-
A nuestro entender, la interrupción del tratamiento se porta, para que por ese agujero en que .nos metamorfosea-
debe en la mayoría de los casos a resistencias del analista. Y mos él 'pueda llegar a pasar. Quizás. Pero hay que apresurar-
resistencias de muy difícil elaboración. Por tradición y hábi- se a subrayar, y todo lo posible resulta poco, la arista para-
tos de formación los más de nosotros preferimos el trabajo dójica de una posición tal: sólo el poder desear que el pacien-
en o\Jrdas del Inc. lejanos a la muerte. Inconfesablemente te viva la hace posible y la hace eficaz. Si se extravía la para-
abrumado por la presentificación de la muerte que el débil doja como punto de referencia queda tan solo una carica-
encarna, el analista cede al impulso de declararlo muerto tura "técnica" .
prematuramente, diciendo a los padres que los magros pode- Por otra parte, las resistencias del paciente aquí alc;:anzan
res del PSA ya han encontrado su límite infranqueable. No su máximo coeficiente de inercia. Como lo seftalara con
pocas veces, además, es justo lo que la familia desea escuchar, tanta justeza Winnicott, la transformación de una posición o
a título de "autorización" para desinvestir al nifto o al ado- condición de objeto (o de falso self) a la de sujeto, y sujeto
lescente. No es raro, entonces, encontrarnos ya no con que más rengueante aquí que en otros destinos, no puede efec-
el PSA se abortó a sí mismo, sino con que ni siquiera llegó tuarse sin un desencadenamiento de angustia persecutoria y
en rigor a comenzar, pues el trabajo se detuvo una vez con- aniquilatoria de magnitud tal que, siendo insoportable la expo-
sumado cierto "reajuste" del paciente, bastante antes de lle- sición a ella, el que está naciendo a la subjetividad retrocede
gar a una "zona analítica" en la tarea. '- a una identidad menos crítica, funcionar como el muerto, el
A través de todo esto es como decir: variaciones, co-
mentarios, de un punto nodal destacado por Maud Manno- 3 La expresión entrecomillada pertenece a Ortega y Gasset.

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.•

loco, en fm y sobre todo, el bobo. Sin contar con las muchas siciones).4 Actualmente concurre a una escuela especiali-
veces en que la deficiencia viene "mezclada" con rasgos neu- zada. Es precisamente desde allí que emerge el requerimien-
róticos graves o francamente psicóticos, lo cual no. puede no to de una evaluación psicoanalítica del nifto, que hasta ese
implicar una función en el equilibrio narcisista familiar que se momento no había tenido ningún contacto en este campo.
ve amenazado por la intervención psicoanalítica, lo cual Más. aún, los padres se declaran asombrados ante la posibili-
nos devuelve a carriles más familiares en nuestra práctica... dad, que no imaginaban- (subrayamos porque esto hay que
Nuevamente aquí, para eludir las complicaciones de una pensarlo como elemento del cuerpo imaginado de Facundo),
reacción "en cadena", el analista puede salir del paso con un que el PSA pueda tener algo ·para hacer con alguien como
acting, apresurándose a. declarar finalizado el tratamiento. él. Esto, pese a que ambos se han psicoanalizado, a posterio-
Racionalizaciones teóricas, o usos defensivos de la teoría, no ri de su nacimiento. ·
son lo que nos falta. Situamos como punto de partida tres demandas a des-
pejar y con las cuales trabajar: ·
la de la escuela, el Otro social;
la de los padres, región del mito familiar;
II. El PSA a prueba la del nifto, que en bien de él debemos postular, supo-
ner, debemos poder imaginar (como se ve, insistimos en qne
Abriremos ahora una exposición, bien que escueta, del mate- la dimensión del cuerpo imaginado en la transf~rencia es ab-
rial de un paciente en análisis actualmente con uno de no- solutamente esencial).
sotros, para una primera presentación de algunos puntos La primera ya presenta cuestiones de interés clínico,
que retomaremos en un próximo libro. Facundo tiene 11 pues contiene una pregunta por la procedencia de impulsio-
años, en una serie de cinco hijos en la ·cual su déficit lo ubi- nes aparentemente de origen motriz, y que llevan ese sello
ca particularmente. Se detecta al nacer un síndrome de Down del retorno como Real: fuera de toda contextuación, se de-
(no deja de resonar aquí un significante para la oreja ana- sencadenan con indiferencia a cualquier· cadena significante;
lítica) del cual es informada la madre a dos días del parto. pregunta a la que se aftade otra por los límites, o por la consis-
Es sensible- en las entrevistas primeras que los padres han tencia de los límites, en Facundo entre fantasía y realidad
hecho todo lo posible por amarlo y no segregarlo, y duran- (teóricamente podemos referirla al eje simbólico de parti-
te sus anos tempranos realizan .un trabajo muy intenso, con ción fundamental yo/no-yo). Conjuntamente, el informe
él o sobre él, a fin de procurarle adquisiciones en cuanto a su escolar habla de ausencias y· retracciones por cuya significa-
imagen corporal, desarrollo de la motricidad, capacidad de ción se interesa.
verbalización y, digamos, un estar en sociedad aceptable. ·La demanda que formulan los padres aparece ligada, en
Fracasa, no obstante, el intento de integrarlo a un jardín su punto de partida, a una evaluación de su hijo que pueda
de infantes común y corriente. (Vale la pena hacer notar que ayudarles a precisar, también en la medida en que venir a
esta práctica, implantada en Rusia para casos como el de consultar instituye un momento de corte y dá la ocasión de
Facundo, y que en lo manifiesto apunta como radicalizar un cierto balance, cuál es el estado de situación actual y en
el no-segregacionismo, al tomar partido por una renegación qué medida se desfasa de sus expectativas. A lo largo del
de la diferencia conduce de hecho de vuelta a él. No hace- trabajo con ellos en las entrevistas surge el momento de la
mos más que recordar lo que Foucault ha denunciado tan
bien, no dejándose deslumbrar por el resplandor de las opo- 4 Véase, por ejemplo, el traspasamiento de este jue¡o de antittlil
en Vigilar y castigar, Siglo XXI.

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pubertad de Facundo como factor desencadenante de cri- mente también se entrega al juego, aprovechando de los dis-
sis familiar, particularmente para el padre, para quien este tintos elementos que la analista deja esparcidos por el con·
hijo se va asimilando más y más a la muerte, pero no ese gé- sultorio, al alcance de su mano pero lejos de la imposición
nero de muerte que se abre a una continuidad simbólica, del Otro a que juegue. Tiene acceso así a cosas para comer
muerte en cambio en lo estúpido de lo real, donde la debi- y beber, juguetes, y diversos desechos susceptibles de brico-
lidad cierra el paso al trabajo histórico de la diferencia que su- lage. Lo heterogéneo de esta lista no es casual: apunta a que,
pone la transmisión de un apellido. "Todas son puertas que se más que ofrecer juguetes, la situación analítica propiamente
cierran...", dirá, " ... en cambio hace unos aflos ... estaba dicha consiste en ofrecer la posibilidad de que los más diver-
todo por hacer..." Conviene detenerse en este punto, para sos objetos devengan al pasar por la mano del nii'lo "chiches".
destacar cierta regularidad que constatamos. La pubertad y esto es, significantes. En cambio, la imposición "técnica"
adolescencia como acontecimiento provoca en este tipo de • de un producto terminado y terminado también en su signi-
niños y en sus familias la emergencia masiva de fantasmas de ficado lúdicro fijo, aplasta el jugar.s La moraleja del caso po-
mu6rte que se vehiculizarán en diversas angustias donde· se dría ser que el lugar del analista no es el lugar del juguetero.
reconocen tanto la aniquilación como la castración en su Casi, todo lo contrario. En cuanto a la diseminación de ele-
vertiente imaginaria. Lo que en aquel acontecimiento biológi- m'entos, en vez de que estén reunidos en ese cuerpo singu-
co-mítico retoma implacablemente como real es, por ejem- lar que históricamente produjo el PSA con niños: la canas-
plo, que la ·generación, la paternidad, está clausurada para ta, obedece -especialmente en pacientes como Facundo,
ellos. La doble y simétrica muerte que es tarea de la adoles- o afines en cuanto a problemática narcisista- a lo impor-
cencia llevar a cabo -más aún, la tarea cuya existencia. jus- tante que es no .presuponer ni forzar una unificación que
tifica psicoanalíticamente hablar de adolescencia- un niño puede no estar constituida o sólo muy precariamente, ni
retrasado grave no la puede hacer. Por lo expuesto supra, ese tampoco una discriminación dentro/fuera con respecto a la
desprendimiento simbólico fundamental que conceptualiza- cual el paciente puede hallarse muy distante.
mos como Muerte del Padre es imposible, ¿y cómo matar a Encontrando en Facundo, "al lado" de su grave retraso,
ese Niflo Imaginario cuando tan poco es lo que se puede sintomatología neurótica de tipo fóbico y obsesivo6 en alter-
avanzar más allá de la categoría de hijo? nancia con verdaderos pasajes al acto, impulsiones como la
Despejada y desplegada así, la demanda de los padres suicida narrada páginas atrás que no podían sin más endosar-
se convierte en material para poner en el campo de lo hablable se a su condición orgánica, la analista propone un análisis de
el odio, la muerte, la imposibilidad. Operación fundamental prueba· por tres meses, lapso destinado a evaluar de más
aquí de un PSA, efecto liberador para los padres justamente cerca las posibilidades de trabajo con el niño y del nifio. En
en la medida en que el analista logre preservar. un espacio
otro que el de las culpabilizaciones, presiones "reeducado- is Para un mayor desarrollo de este punto remitimos a l~s teóricos
ras", etc., que a lo sumo consiguen el "éxito" de ayudar a dictados por nosotros en la U.B.A. durante 1984 (Clínica de niños y ado-
establecer formaciones·reactivas. lescentes), como asimismo a "La clínica psicoanalítica y a los alcances
subjetivos de la metafísica occidental", de Ricardo Rodulfo, Gaceta Psi-
¿Y qué de la demanda de Facundo? Por lo pronto, seco- cológica, n° 64, Abrill985.
necta desde el vamos a la analista de modos particularmen-· 6 En particular rituales de acentuada rigidez (disponer los juguetes
te vívidos. Su instalación como paciente, y la de la transfe- en determinada secuencia témpora-espacial, etc.) respecto a los cuales
rencia por lo tanto, es pronta. Esto, pasando por encima de nos preguntaríamos bastante más adelante en qué medida no eran pensa-
la severa dificultad para hacerse entender verbalmente dada bles como estereotipias. Del lado de la fobia, una intensa angustia a la
la hipotonía de los fonadores habitual en estos casos. Prdnta- oscuridad.

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un principio, las sesiones transcurrían entre comer y beber do el rostro, con trapos grandes y pequeftos, o pide que se lo
Facundo y a su vez darle de lo mismo a su analista. Primer cubra; luego apaga todas las luces, baja las persianas, consigue
punto remarcable: su interés ávido en observar la alternan- toda la oscuridad posible en las dos salas que se usan para su
cia en el cuerpo del Otro entre boca llena y boca vacía. Algo tratamiento. Ahora el Cuco se pone máscaras. Pensamos aquí
importante parece girar en el descubrimiento de un aguje- en un procurarse otro cuerpo, cuerpo de horror "cocido",
ro en ese cuerpo vuelto primordial por la transferencia. A su por lo menos, con respecto al cuerpo de horror en crudo que
vez, coexistencia en este comienzo de su análisis entre estos estos niños suelen encamar. 8 En la doble oscuridad con que
juegos, donde se plantea la constitución del cuerpo como se envuelve y juega, Facundo puede aparecer en la transfe-
tubo, y puestas en escena de· su muerte a manos del Otro rencia como un niño de tantos, travieso, asustado, pedigüe-
y recíprocamente, dramatizar de un fantasma de destruc- ño, y, por qué no, creativo. En ese punto sus rabietas actua-
ción que planea sobre y envuelve al niño. El transitivismo das al término de cada sesión se trocan en palabraS: "no quie-
• ro", "asco mamá", "asco legio" (por la escuela), "ero más••,
campea en .estas puestas: así, al dar muerte es él quien cae
muerto y a continuación pide auxilio. A través de estos jue- "ero una".
gos se ve perfilando una imago: la del Cuco o Monstruo, Había sido un .cuidado constante desde el principio el
indistintamente, el asesino. Además de señalar cómo este poner nombre a todo lo que se hiciera, a todo lo que se diera
material pone de manifiesto cierta posibilidad de construir. en el análisis, y promediando el segundo mes se empieza a
juegos y juguetes sobre cuyos límites es función del analista hacer evidente un incremento de su vocabulario permanecien-
no prejuzgar, conviene puntuar dos aspectos más. Los inicios dÓ en cambio invariable la poca claridad de la pronunciación,
del tratamiento confirman el carácter .de pasaje al acto de sus por razones que hacen al déficit orgánico. Es de observar, por
impulsiones: son imprevisibles, dada su descontextuación·; por otra parte, que todos estos pasos los da Facundo apoyándose
ejemplo, súbitamente arrojará por una ventana una maceta, en una decidida r~gresión en transferencia: quiere ser ·el bebé
una "pelela", sin que parezca darse registro subjetivo de la para su analista, toma la mamadera y es precisamente en este
importancia del hecho. Por otra parte la agresividad -estalla en contexto, un día que se estaban haciendo juegos de presen-
sus manifestaciones más concretas -pegar, romper- cuando cia/ausencia característicos, que se produce su ya comentada
es tiempo de concluir la sesión y separarse, obligando a con- actuación suicida. Tras la conmoción, la analista habla de la
siderables esfuerzos físicos para contenerlo. La analista pien- muerte, se la nombra, y Facundo responde, se re-posiciona:
sa e interpreta esto como la reacción y la presentificación "susto . . . morir no". Pensamos cómo en su pasaje al acto
de un sin lugar que retoma para Facundo cada vez que ter- retoma el deseo de destrucción del Otro primordial hacia él,
mina la sesión, sin lugar que no puede sino mover a la eclo- el malnacido. Más aún: ¿es excesivo apuntar a cómo circula
sión de. angustia "indecible". 7 Así considerada, la explo- en la estructuración del Otro social, del mito en su alcance
sión del paciente toma un valor eminentemente vital pese a más genérico, ese mismo de·seo de muerte para con el débil?
todo, en tanto haciendo destrozos reclama por un esp~cio Es evocable aquí la matanza planificada de retrasados y de-
para ser. Y qu~ una actuación como ésta. ~eve al abrazo para formes, desde Esparta hasta el Tercer Reich. E insistimos en.
detenerla, a la concavidad del abrazo claramente dibujada si la importancia absolutamente esencial· de que el trabajo
sacamos el cuerpo abrazado de allí, es altamente significativo. analítico promueva y permita en los padres nombrar y sopor-
Transcurriendo el segundo mes· Facundo produce varia- tar los impulsos asesinos y suicidas que tener un hijo retra-
ciones en los juegos: empieza a cubrirse enteramente, incluí- 8
Para esta oposición, consúltese las Mitológicas, de Claude Lévi-
7 Según la excelente expresi6n de Winnicott. Strauss.

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sado, y grave, suscita. Abdicar de esta tarea complica al ana-
lista en la iatrogenización del ni.fto, por mucho que se la ha- TRASTORNOS DEL DESARROLLO Y FANTASMA*
ga en nombre de valores de adaptación. (Puntuaciones acerca de la intrincación
. Durante el tercer mes, último del PSA "de prueba", entre lo orgánico y lo fantasmático)
Facundo incluye por su cuenta lápices y papeles entre las co-
sas que usa en sesión, oportunidad aprovechada para escri- Marisa Rodulfo
bir su nombre, mostrárselo y leérselo. También aquí el niño
se las arregla para sostener la situación: pide que la analis-
ta escriba el suyo propio y a continuación sorprende tomando
un marcador y gat;abateando, por primera vez en su vida,
una rudimentaria pero humana figura humana, de la cual
localiza ojos, boca, piernas. Sólo poniendo este momento
en su relación diferencial con el de su impulsión autodes-
tructiva le damos su justa relevancia: pasaje del pasaje al acto
f.' • •
donde la muerte irrumpía en su violencia indecible a una di- Historiaré acerca de mi interés por una zona marginal del
mensión donde no cabe sino reconocer una incipiente pero psicoanálisis: uno de mis primeros trabajos, antes aún de ter-
efectiva "muerte de la cosa" y acceso consiguiente a la di- minar mi carrera, consistió en una tarea llevada a cabo en una
mensión significante. Apropiación simbólica de su cuerpo, escuela rural diferencial de tipo múltiple; de entrada el contac-
que se hace letra, trazo, archiescritura. No se trata de "ex- to con este tipo de problemas dejó cierta huella en mí, y du-
presión" en el dibujo de un ya-cuerpo; antes bien, en el acto rante todos estos afl.os he seguido recibiendo en análisis chi-
de este grafismo originario construye algo como cuerpo y cos con debilidad simple, retrasados mentales graves, chicos
puede donárselo a sí mismo y al Otro de la transferencia. con malformaciones congénitas, con patología del lenguaje,
Acto de amor, en suma, si es cierto que el amor supone cierto etcétera. Los pacientes me invitan, me ayudan a pensar esta
bien-decir. articulación tan compleja.
Y es en el crepúsculo de ese tercer mes donde pronun- Mi propuesta, cuya primer tentativa de teorización inten-
ciará aquel ''yo. . . vivir aquí", como si juntase en esa frase to aquí, lleva a disolver la dicotomía entre lo psíquico y lo
la "prueba" analítica atravesada con éxito -hubo andlisis, y somático y se va a ubicar en un espacio intermedio: en la in-
nada de "reeducación"- con esa problemática del "lugar para trincación de estos dos conceptos: lo orgánico y lo fantasmá-
vivir" tan clausurada en niños como éste (y por una doble tico. Me apoyo en el moc;lelo de intrincación que Freud propu-
-~
cerradura a la vez que biológica, mítica), tan trágicamente so para pensar su teoría de las pulsiones de un modo menos
disyuntos del Cuerpo Ideal. Y es muy importante, e indicati- simplista que el de la oposición pura y simple. El mismo po-
vo de cuál sea nuestra función, que en esta frase culminante, dría representarse con el esquema topológico de la Banda de
verdadero significante del Sujeto, frase de advenimiento "allí Moebius: un sistema de continuidad donde no existe interior
donde Eso era" (ver el "Eso" del pasaje al acto), la referencia ni exterior. Podríamos decir: el cuerpo es el psiquismo y el
decisiva sea espacial, antes qué mentar algún objeto. psiquismo es el cuerpo. La propuesta es: intrincación en lu-
gar de sujeción o dicotomía entre uno y otro.

• Este trabajo fue presentado en las Primeras Jornadas sobre Cíni-


ca de Niños, Monte Grande, Provincia de Buenos Aires, el 9 de a¡osto
de 1986 ..
lSO
1s1

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..
·por este tipo de cuestiones. Este tema constituye una de
mis preocupaciones. Si bien los colegas recibidos en estos úl-
La historia
timos aí'l.os tropiezan éon problemas de inserción laboral, lo
La metafísica occidental es la responsable de esta disociación que podemos observar es que resulta difícil encontrar analis-
en mente-cuerpo, alma-cuerpo. Si el que teoriza posee una tas que quieran hacerse cargo de este tipo de pacientes. Inclu-
orientación psicologista: sostendrá que el cuerpo va a ser so es dable observar que si estos nií'l.os son tomados en trata-
aquel que determinará el campo de lo psíquico. Con una orien- miento, en algunas oportunidades se debe a que la persona
tación contraria, polar de reduplicación-inversión de la pro- que los atiende lo hace sin detectar el trastorno del desarro-
blemática, uno diría: lo psíquico va a constitui_r la sede de de- llo y sin preocuparse demasiado por él, emergiendo recién
terminaciones de lo somático; si bien parecen posiciones en el contexto de una supervisión o en una interconsulta.
opuestas, existe un punto de entrecruzamiento, ya que cada El problema de esta posición es que puede ser muy peli-
una de ellas es arbitraria. grosa, incluso más peligrosa que una posición organicista,
En un momento histórico inicial, de este tipo de pacientes ya que en la primera es más difícil que el paciente muera;
afectados por trastornos del desarrollo no se ocupaba el psi- lo contrario, no siempre es segúro. Los psicologistas resultan
coanálisis; se consideraba que no se los podía analizar, como una plaga. Digo psicologistas y no psicoanalistas, psicologistas
es el caso de los ni~os con debilidad intelectual. Hace un par y no psicólogos, porque entre los psicologistas encontramos
de aí'l.os, en unas Jornadas, una de las preguntas del público múltiples especialistas. Tenemos una versión aún peor que
a raíz de haber leído material de un nií'l.o afectado por sín- la de aprendices_ de hechiceros, que es la de aprendices de
drome de Down fue: ¿cómo es posible tratar a estos nií'l.os psicólogos.
si no poseen inteligencia? . Se cuentan entre sus filas ... no pocos psicoterapeutas.
El segundo momento histórico se caracteriza por la inclu- Ejemplo clínico: Me consulta muy preocupada una familia
sión del nií'l.o afectado por trastornos del desarrollo al campo porque la terapeuta se opone a una operación de urgencia
del psicoanálisis, pero todavía impregnadf> por la dicotop1ía sosteniendo que la paciente no está en condiciones psicoló-
lo psíquico-lo orgánico (probablemente porque no se podía gicas para ser operada. Recuerdo: para poder seguir atendien~
hacer de otra manera), en este caso para enfatizar el peso de do a un paciente es necesario que viva.
lo psíquico. Perspectiva que destaco como de enorme valor Se cuentan entre sus filas ... no pocos pediatras, analiza-
coyuntural porque puso el dedo en la llaga. Entonces: puede dos o no, que creen dominarlo todo en este terreno Psi. Uno
de ellos dirá a propósito de un pequeño paciente, Matías (so-
ser de otra manera.
, En esta dirección fueron pioneros algunos psicoanalistas bre quien volveremos más adelante), ''todo lo que le pasa es
franceses como Maud Mannoni. En El niño retrasado y su psicológico, concurriré a su casa para tomarle un Bender"
madre nos dice: "Débil o no, debemos averiguar qué pertur- (aclaro que en ese momento el nií'l.o tenía do·s años. . .)
bación existe a nivel del lenguaje (relación madre-nií'l.o) para ¿Psicometría silvestre?
que se exprese por un camino desviado." Al sostener: débil Se cuentan entre sus filas ... algunos obstetras demasia-
o no, a la vez está connotando: da lo mismo, por eso, como do interesados en aparecer como modernos. Citemos un ejem-
soy psicoanalista me ocupo de ellos. Porque anteriormente plo clínico: Una paciente en curso de análisis conmigo tenía
el psicoanalista no lo hacía, tácitamente necesita borrar_ la pérdidas vaginales importantes, malestar, decaimiento y fe-
diferencia para incluirlo en el campo del psicoanálisis. brícula por la tarde. Su obstetra, con el cual mantenía con-
Hay un aspecto a destacar en el Prólogo de Francisco versaciones telefónicas, lo conceptualizaba como una depre-
Tosquelles a este libro: es la preocupación de este autor y su sión puerperal, de la cual el psicoanálisis no arrojaba indicio
denuncia explícita acerca del desinterés de los psicoanalistas
153
152
...

alguno. Al llegar ella a ·una sesión, me pareció percibir un


olor que me alarmó: a fétido. Trabajamos a partir de allí una parte del problema. Marca esta intrincación que tiene la
sobre la importancia de una consulta, ·cosa que efectuó el mis- cría humana en el momento de nacer cuando es todavía un
mo día, resultando un diagnóstico de infección con tiempo ser por hacer, cuando aún necesita del Otro para existir. Para
largo de evolución. transformarse en Sujeto habrá de pasar mucho tiempo, y tam-
Se cuentan entre sus filas ... muchos psicólogos improvi- bién ocurrirá lo mismo para la maduración del sistema nervio-
sados. En un ateneo surge la siguiente pregunta en torno a so central. No sólo va a depender de un crecimiento pautado
un paciente que no habla. Dice alguien del público: "¿Este biológicamente, sino que ello está en articulación permanente
niño es autista o hipoacúsico?" Ante lo cual el profesional su- con el medio simbólico ·en el cual se va a alojar el niño al
puestamente a cargo responde: "A mí no me interesa si es nacer.
autista o hipoacúsico, yo escucho el discurso, yo lo analizo." Realizando una segunda transformación a la propuesta
Por mi parte sostengo que no hay escucha posibl~, que no de este psicoanalista español, mi hipótesis sustenta que, en
hay análisis posible, si el analista no puede soportar este ti- lugar de una causalidad unidirigida, reemplacemos este concep-
po de interés. El interés por investigar en torno al paciente to por el de intrincación. Utilizando lenguaje de otro campo,
que nos conilollta. El diagnóstico psicoanalítico, no clasifica- apelaría a la conocida metáfora del "efecto dominó" (si cae
torio del niño, que nos permite orientar la escucha y la di- una ficha en un territorio dado, ello producirá efectos de caída
rección de la cura se transforma en un elemento indispensable. en cadena en otros territorios), marcando el daño que puede
Otro ejemplo clínico: Hace unos años me hallaba a punto ocasionar en uno de los niveles la falla en el otro; por eso la
de iniciar el tratamiento de una chica con un diagnóstico de importancia acerca de dónde se inició la cosa, dónde se origi-
debilidad mental leve, con estructuración neurótica que hacía nó. Pero ... nos preguntamos, si esto no es una contradicción,
eclosión en el momento adolescente. Hablando con el neuró- ¿para qué es necesario puntualizar este aspecto? Pasemos a
logo que la había tratado desde que nació, escéptico después desarrollarlo. Si tratamos a un hipoacúsico como si fuera un
de recibir durante muchos años llamados de colegas, me res- autista, se producirá una verdadera metástasis del déficit
ponde diciendo: ''Y a sé, seguramente lo que va a decir es que que gravará la simbolización toda. Por eso la precisión diag-
B. es una psicótica." Me sorprendo y le manifiesto que no es nóstica utilizada psicoanalíticamt'mte es la única que va a per-
así, que el diagnóstico elaborado por mí es otro que inmedia- mitir despejar el campo. ·
tamente pongo en su conocimiento. El neurólogo, asombrado, Esto se agrava si la emergencia de tal tipo de patología
manifiesta que cada vez ·que tiene un paciente retrasado en se instala durante alguno de los "períodos críticos" desarro-
tratamiento "las psicólogas le dicen que se trata de un psi- llados por Bettelheim. ¿Dónde empezó a andar mal algo? ...
cótico". Es la pregunta por el origen. Si no habla ese pequefto paciente
de aquel despreocupado colega porque realmente es autista,
vamos a tener un tiempo para una intervención efectiva. Por
ejemplo, Fran~oise Dolto plantea como límite para el trabajo
El estado actual con el autista .los tres aft.os; incluso esta autora sostiene lapo-
sibilidad de cura espontánea a través de cambios en la familia
Retomando mi posición he de agregar que parte de la concep- anterior a esa edad. Superado este límite tendrá que inter-
tualización que estoy intentando desarrollar se debe o está venir, según ella, un psicoanalista y el trámite de la cura va
apoyada en mi lectura de Francisco Tosquelles. Este autor se a ser más largo y costoso. Hay un tiempo. No todo el tiempo ...
ubica en una posición distinta a las dos anteriores, puntuando para el cual no da lo mismo que el pequefto paciente sea au-
tista o hipoacúsico. Además, si pensamos que se trata de un
154
155
.
nifto afectado por un autismo psicótico, habremos de trabajar acá la representación inicial a través de la Banda de Moebius.
psicoanalíticamente con el nifto y sus padres. En cambio, si No son meras sumas o agregados, sino la interpenetraciqn. Un
pensamos que se trata de un hipoacúsico (donde también se déficit orgánico está en lo psíquico generando efectos; por eso,
nos concede un tiempo para la intervención efectiva) plantea- el recurso clásico de sumar especialistas da por resultado el
remos una estrategia distinta, con la participación de un equi- desmembramiento del sujeto.
po interdisciplinario: un otorrinolaringólogo, un fonoaudió- Puntuemos aun más esta intrincación: el sistema nervioso
logo, y si ese duro Real a simbolizar, que es la falla en el cuer- no está terminado de constituir en el momento del nacimiento;
po, ha originado perturbaciones a nivel de la estructuración es en el transcurso de los primeros afies cuando se "fabrica";
subjetiva, también deberá actuar, si es demandado, el psi- dependiendo fundamentalmente de la relación con ese Otro
coanalista. primordial. Este nifto ingresa a un espacio que no es meramen-
Mi postura es pensar estos trastornos del desarrollo iibres te el mundo físico-químico, sino a un espacio de deseo. De
de una significación determinada. Me opongo a generalizacio- ahí se va a nutrir, de allí ha de mamar. Esta fabricación depen-
nes indebidas, como por ejemplo a aquellas que sostienen que, derá de ese Otro primordial, primer lugar donde se ha de alo-
ante el nacimiento de un nifto afectado por el síndrome de jar el infans al nacer, y de la salud de su sistema rrervioso cen-
Down, su madre indefectiblemente reaccionará de cierta ma- tral. Fabricación que quedará realizada a través de la intrinca~
nera, o cuando se dice en relación al retrasado grave que su ción del campo mítico y del campo biológico, ya que los de-
condición implica invariablemente ser significado como el fectos del nifio y sus incapacidades serán tanto más importan~
eterno feto, etcétera, etcétera. tes cuanto más temprana haya sido la lesión (no sólo del· siste-
SI paru la cría humana transformarse en un sujeto abiefto ma nervioso, sino que hablamos además de otro tipo de heri-
al duauo c11 un trAmite difícil y costoso, para estos nifios, que das, otro tipo de lesiones).
desdu el nacimiento cargan con un trastorno del desarrollo, En este sentido sostengo como fundamental la detección
el tr,mite se dificulta más aún. Este trastorno se constituye del trastorno a nivel orgánico, a fm de poder operar con él
·en un elemento más resistente a la simbolización. No da lo psicoanalíticamente. En lugar de formular como este despre-
mismo nacer con malformaciones congénitas que lleven a ocupado colega: "Yo escucho la fantasía, no me interesa la
intervenciones quirúrgicas en épocas tempranas de la vida, que hipoacusia", diría: ''Como soy psicoanalista, escucho la hipo-
. nacer sin ese problema. Esta malformación es algo más a acusia." El psicoanalista no es el "especialista de la fantasía",
simbolizar, no se trata de que sea mejor ni peor que otros des- tampoco es el "especialista de la interpretación, sino que el
tinos, bueno o malo en sí mismo, sino que algo ofrece más psicoanalista debe ser el especialista del c~o", el "clínico del
resistencia a ser simbolizado. Esto se irá resolviendo de acuer- detalle", tal es la práctica que sustentamos.
do con la trama en que se enclave y de acuerdo a la gravedad
del trastorno en juego.
Este tema que estoy desplegando me permite hacer una Fragmentos de un análisis infantil
reconceptualización del modelo freudiano de las series com-
plementarias. El planteo clásico responde -como la célebre Matías es un nifio de dos años y diez meses cuando lle~a a la
metáfora de las "capas de lava"- a un esquema de sumación: consulta, y su único lenguaje verbal lo constituyen las vocales,
lo constitucional más las experiencias infantiles más el factor siendo el mismo básicamente gestual. Según palabras de la ma-
desencadenante. La tesis por mí propuesta consiste en soste- dre, "existen problemas en la motricidad gruesa." Desde el
ner: esto en esto. Lo constitucional 1n las experiencias infan- ano y medio ella insiste en la consulta con diversos especialis-
tiles, las experiencias infantiles 1n lo constitucional. Vuelv~ . tas sin obtener resultado alguno. Estimo que su demora allle-
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157
gar a la primera entrevista está vinculada a su desesperanza, empujan a definir el problema como de origen psicógeno. "Es
ligada al deambular por distintos profesionales sin resultado al- un malcriado, todo es psíquico/' "Es el único varón". "Es un
guno. No la podemos interpretar como una resistencia de la bebote." Y hasta ... por qué no: "Es el falo materno."
madre, sino que caracteriza su desazón ante los reiterados ma- Conozco a Matías, trabajo con él durante dos reuniones, al
los tratos que sufren ella y su nifio. · • cabo de las cuales llego a la conclusión de que el nifio tiene un
Después de insistentes pedidos, el pediatra concurre a la problema de lenguaje que no responde en sus inicios a causas
casa del nifio a tomarle un Bender, después de lo cual lo deri- psicógenas, sino que me planteo como hipótesis que el proble-
va a un neurólogo. La segunda entrevista se realiza con un neu- ma es originariamente de orden orgánico y podemos datar su
ropediatra, quien sostiene que Matías no padece ningún pro- emergencia alrededor de los 11 meses, como consecuencia de
blema neurológico y lo deriva a un traumatólogo, pues le diag- una prolongada infección gastrointestinal que se· extiende por
nostica hiperlaxitud ligamentosa. La tercera consulta se lleva más de veinte días con diarreas y vómitos, a consecuencia de
a cabo con un traumatólogo pediatra, quien sostiene que Ma- lo cual Matías pierde dos kilos, que en ese momento (período
tías no padece ningún problema traumatológico, pero que crítico mediante) representan el veinte por ciento de su peso
posee inmadurez neurológica, comentando la importancia de total. Vale la pena, además, retomando al concepto de intrin-
efectuar un fondo de ojos. El cuarto especialista en ser consul- cación que propuse, recordar la determinación psíquica de
tado, ya que de fondo de ojos se trata, es el oftalmólogo, que una infección de tales características en la infancia, tal cual lo
le encuentra en el ojo izquierdo un ligero estrabismo y le pres- seftalan autores como Tosquelles y Dolto, y tal cual lo corro-
cribe realizar un estudio con potenciales evocados para "ver · bora mi propia experiencia en un servicio de pediatría consa-
de qu6 se trata eso del lenguaje y la.motricidad." grado a la atención de enfermedades infecciosas.
En este momento la mamá se comunica telefónicamente Otra pérdida acaecida juntamente con esos dos kilos está
conmiao por primera vez y me pide que le diga qué tiene que constituida por las dos consonantes que el nmo poseía para ese
hacer, ya que está asustada porque le deberán efectuar este entonces: las letras p y b, dejando de pronunciar además lapa-
estudio con anestesia total. Le respondo que no puedo resol- labra aba (agua), que era la única que el nifio sabía. La madre
ver por los papás, pero que si tienen alguna duda al respecto recuerda que a partir de allí no siguió el decurso esperable, re-
se guíen por aquello que sienten. Combinamos una cita acla- trasándose la locomoción hasta los 18 meses y persistiendo una
rándoles que a partir de esas reuniones podremos entender marcada dificultad en la marcha, que por mi parte pude espe-
de qué se trata. · cificar como un trastorno del equilibrio, ligado por lo tanto
A la primera entrevista la madre concurre sola, y tarde, co- al órgano del laberinto, órgano de los sentidos menos conoci-
mo había mencionado antes. A la segunda asiste el padre, · do que los demás pero no por ello menos importante, cuya
quien también aporta su interpretación propia de la situación. presentación depende de la función materna, a través de los
Me pregunto: si todos la tienen, ¿porqué no va a tenerla él, movimientos ritmados asociados al acunamiento y al canto.
que es el padre? Dice: ''Todos los problemas de Matías están Este órgano; próximo al oído, regula el equilibrio, estando .la
referidQS a que la madre lo· málcría, es el varón mimado, la ma- posición erecta estrechamente asociada a él; por eso encontra-
dre lo prefiere y lo consiente, lo trata como a un bebé. Matía& mos a nifios autistas sin dano neurológico alguno que no pue-
es hermoso, es un nene amoroso, y por lo tanto su mamá no den mantenerse erguidos o no pueden caminar, teniendo que
le saca los ojos de encima; ya va a hablu, mi abuelo habló muy~ ser transportados como si fueran pacientes orgánicos.
tarde ..." · Prosiguiendo con Matías... una infección intestinal, una
Los cuatro profesionales conaaltados y el propio padre del; como tantas otras que aquejan a muchas personas, pero... a
nifto me impo.~en, m.e ordenan, me conminan, me dictan, me los once meses. Una como tantas otras, pero ... reconstruimos

158 159
en fonna conjunta con un pediatra, con iatrogenia, porque el que se empefta en mostrar a su madre y al analista. Cuando se
bebé llega a perder un veinte por ciento del peso total sin ha- lnKustia, prontamente inaugura rituales obsesivos, consisten-
cérsele prácticamente tratamiento alguno. Esto lleva a los pa- te• en colocar en fila los bancos del consultorio, cerrar todas
dres a cambiar de especialista. La infección avanza, ataca el luN puertas, acomodar la alfombra una y otra vez, etcétera.
crecimiento y no puede ser controlada hasta que se .realiza el En un momento ulterior comienza a encender y apagar
cambio de profesionál. ha luz en forma repetida; al tratarse de una sesión vespertina,
Estas inf~cciones, frecuentes en la infancia, pueden llegar quedábamos a oscuras. Se angustiaba. Le. digo: "¡Qué feo es
a afectar al cerebro inmaduro. A veces, seftalando su paso, de- nu poder ver! ¡Qué feo es no poder oír! ¡Qué feo es no
jan huellas. Allí es cuando Matías pierde: pierde peso, pierde poder hablar!" En sucesivos momentos el nifto apaga y en-
letras. . . y hasta la palabra aba. Agua de su cuerpo, agua de ~lcndc la luz.
sus letras, palabra aba que aún hoy no recuperó. • Mut(as vuelve a prender la luz, me mira, me agarra la boca.
Matías pierde y ... ¿qué más pierde en el proceso difícil Lr digo que él también tiene boca, que quizás él y los papás
de crecer? Sabemos que un retardo en la función del lenguaje crcun que no la tiene porque no habla, pero que si él lo desea
trae aparejado perturbaciones en las funciones intelectivas, ya Vltrnos a trabajar juntos para que pueda hablar. Nos ubicamos
que la eficacia de la inteligencia en los primeros aftos de la vida frente a un espejo, y con gran alegría se toca los labios, intro-
está centralmente ligada a la capacidad de hablar. ducl~ sus dedos adentro, se ríe, juega con su lengua. Vuelve
A partir de lo trabajado en estas entrevistas iniciales y del u lu hu hitación con su mamá, comienza a desplegar nuevamen-
retrabajo del material del nifto con otros profesionales, cons- '" lu11 rituales obsesivos: ordena bancos, cierra puertas, y nos
truyo la hipótesis de que el nifto está afectado por un retardo dl'llpcdirnos ..
anArtrtco del lonauaje. A nivel del jugar lo podemos ubicar en l>e11pués de esta entrevista con el nifto, en la que estaban
101 lnlclol de un fort-da que aún no ha terminado de construir am•11cntes su dolor y su pedido de ser atendido, me reuní
11 GltiiOrfa de la separación y de la ausencia. Matías ha alcan- l'llll los padres, que para ese entonces, en razón de conocer
aado la lmaaen eapecular, pero su estructuración se atasca 'lttucntos del diagnóstico, se hallaban ya muy aliviados, y
ouando 11 plantea la 11paración con el Otro (más tardía en estos lJrtiJmNc realizar en forma simultánea tratamiento psicoanalí-
nlftot, lmpollbllltadoa en alaón aspecto). El pequefto reclama U"u Individual y tratamiento fonoaudiológico.
del adulto que lo sustituya, pide prestada su boca, sus ma- lJn nino que tiene la capacidad de transmitir su fantasmá-
no•~ 1toda una ortopedia placentaria de la cual no ha podido
1 U~• y de pedir ayuda es un nifto que está ell las mejores con-
Ubrane aón. &JiuloncN posibles para ser tratado.
La tercera entrevista resulta esclarecedora para precisar Adctnás, cuando los padres sienten que se abre un espa-
la demanda de análisis en niftos pequeftos. En ella ocurre algo utn JliUU ser escuchados, en especial el papá, sobre quien pe-
diferencial a las otras dos: Matías sale de la sesión y busca •h• un temor de que su hijo fuera un retrasado, cambian to-
a su mamá en la sala de espera, en un intento por contat:Ie llhnontc de actitud, y Matías, que funcionaba en fonna sobre-
la angustia que está sintiendo y exp,resando por primera vez ldlptadu siendo tan P.equefto, puede empezar a demostrar la
en el mundo social, como por ejemplo el jardín de infantes .. lftiUitlll que le produce este problema de lenguaje.
Algo se ha alterado en el equilibrio de este "nifto figurín de Nt h11ce necesario destacar cómo en esta intrincación,
Burda al que no le pasa nada.·..", salvo que le falta hablar. '" 111 cllte caso se origina en una perturbación a nivel labe-
Toma dos títeres a los cuales les pone· cosas enormes en lnlhm y vestibular, este duro Real a significar es una especie
la boca, los hace golpearse, llevar la cabeza hacia adelante, 1 "'"~or que cae sobre lo simbólico .. Si no se inicia en fonna
repitiéndose el hecho de esa~ bocas obturadas por objetos multJI10it un tratamiento fonoaudiológico y psicoanalítico,

160 161

L
'
el dafto ha de ser mucho mayor. De ahí la importancia del Por ello, para concluir, sostengo, a diferencia del postu-
momento para la intervención en la infancia. El lapso de un lado de que con estos niftos el psicoanalista no debe trabajar,
semestre · a esta edad tiene una dimensión absolutamente ' que en realidad pueden estar tanto o más necesitados de aten-
distinta que para un adulto. ción psicoanalítica que cualquier pequeflo que no ha sido afec-
El momento para la intervención y el lugar de la inter- tado por enfennedades que bloquean, inhiben, perturban su
vención van a posibilitar la dirección de la cura. Si ello, como desarrollo nonnal.
lo han puntualizado distintos autores en psicoanálisis, es cen- Si así lo demandan: el psicoanalista ha de concurrir allí
tral en el adulto, en el nino puede revestir a veces dimensiones al encuentro del deseo en el pequef'io paciente; me parece
del orden de la apertura al deseo o la condena. que esto es más acorde con la ética inherente a nuestra
A la pregunta por el tiempo -que en el libro Conversación práctica.
en la Catedral el protagonista reitera una y otra vez: ¿Cu~n­
do empezó a andar mal la cosa?- agregaría la pregunta por el
lugar: ¿A dónde? ¿En qué sitio empezó a andar mal algo?
¿Cuáles fueron sus repercusiones? ¡Qué intrincada red! Sa-
bemos por ejemplo que la marca de una alteración en el cuer-
po de un nifto puede tener el efecto más variado no sólo en la
constitución del esquema corporal, sino en la imagen incons-
ciente del cuerpo, en relación con las inscripciones que ese
daflo haya tenido en la dialéctica familiar, inscripciones a
las cuales ya no podríamos atribuir, como dije antes, tin signi-
ficado fijo como se estableció en los primeros momentos en
que los psicoanalistas empezaron a investigar estos temas.
Debemos aclarar que en estas familias no encontramos
en absoluto, como rasgo específico, las características pecu-
liares de las familias de pacientes psicóticos con las cuales
desde un comienzo se las emparentó. Un nifto afectado por
problemas del desarrollo puede psicotizarse como cualquier
otro nifto, pero el contexto psicotizante no va a ser una con-
secuencia de que este niflo haya nacido con determinad
características o sufrido luego ciertas enfermedades o
dentes· invalidantes, sino que encontraremos los
para la emergencia de una psicosis en la trama mítica que
va a indicar que en algun lugar de la prehistoria el trípode
edípico ha fallado.
Para finalizar, deseo puntualizar que· si bien sostenemos
que para cualquier infans el medio simbólico al que adu'""'"
va a jugar un papel centr¡¡J en la constitución subjetiva,
es más cierto aún cuan~o se trata de niftos que han sufrido
sienes a nivel del cerebro o de los órganos de los sentidos.

162
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NOTA SOBRE LA RESIGNIFICACION

Ricardo Rodulfó
en. colaboración con Marisa Rodulfo

1
El ya clásico concepto psicoanalítico de a posteriori, en ri-
golj uno de los primer.ísimos en forjarse, y que tan renovador
resultara para hacer mayor justicia a la. complejidad de los
,, procesos históricos, ha dado en recibir ·en nuestro medio (o
por lo menos en algunos de sus sectores) un uso que no deja
de ser curioso y, más allá de la anécdota, quizú revelador
de lo que Lévi-Strauss remitiría a las constricciones del pensa-
miento humano. En efecto, introducido por Freud para evi-
tar las simplificaciones dél post hoc, ergo proptu hoc, he
aquí que se lo usa en sentido ~étrico inverso al del ev.olU-
tivismo lineal, produciendo así una nueva (pero no mejor)
simplificación, que esta vez reduce a nada el encadenamiento
cronológico de los sucesos y el valor causal de lo más arcaico.
En efecto, con demasiada frecuencia los estudiantes nos plan-
tean cosas como ésta: poco importaría que tal acc-ntecimiento,
de tipo traumático, por ejemplo, haya tenido o no lugar, po-
co importa incluso su persistencia durante un período dado,
cuando ello ocurre en los anos mls tempranos de la vida
de un sujeto. A su tiempo, llegarán, no se sabe :muy bien
cómo, las primeras simbolizaciones edípicas y sobre todo ese
verdadero Deus ex machina, el "Nombre del Padre'' (apodo
con el que la tilinguería local designa el concepto de· Lacan
apellido del Padre), barrerán con todo y restablecerán el or-
den, o sea el Orden Simbólico. ¡Argumentación que lós geno-
cidas argentinos se entusiasmarían en conocer, si por acaso

165
sospecharan qué inesperado aliado pueden encontrar en mu- viniese en gana, ni tampo~o como una suerte de sustancia
chos reductos del show bÚsiness psicoanalítico porteño! indefinidamente moldeable que no opusiese ·Ja más mínima
El hecho es que hace ya tiempo nos hemos acostumbrado resistencia a un a posteriori fabulado como infinitamente po-
a considerar .. lo que entienden los alumnos" como algo no tente. A nuestro juicio, este concepto de resistencia a la resig-
imputable a sus propios errores y limitaciones en la adquisición nificación debe ser promocionado y desarrollado en refe-
de un concepto, aunque también puedan producirse, sino co- ~encia a vicisitudes concretas que el trabajo clínico pone co-
mo un índice a tener en cuenta para 'evaluar los circuitos rea- tidianamente' de manifiesto. Si, pongamos por caso, en una
les· por donde pasa la transmisión de una teoría, más allá o prohibición del ~ncesto en el terreno fálico, un corte edípi-
más acá de las declaraciones fastuosas en las grandes oca- co, se tropieza con la evidencia de un corte umbilical no rea-
siones. Nos ha resultado un buen hábito para .escuchar "lo lizado, el poder de resignificación de esa intervención se verá
que en serio dice" una teorización interesarnos en ver lo que comprometido en la medida en que tienda a hundirse en ese
en serio hace en las mentes que entran en contacto con ella. ' ombligo no sellado y se vea así neutralizado. (Que el destino
Por esto mismo, nos es imposible despachar esta nueva forma final sea ése u otro muy distinto dependerá, para cada caso
de simplificar las cosas como algo sin importanCia, mero des- particúlar, de toda la delicadeza de la sobredeterminacióri en
vío en la recepción de un concepto. Mucho menos cuando este juego, en esa siempre indecisa lucha entre las potencias del
"error" se repite con perfecta regularidad. Something is totten acontecimiento y de la estructuración.) O para ejemplificar-
en la transmisión que genera esta clase de cosas. . lo en relación con la clásica ecuacióil pecho=pene, si el saldo
Con todo, tal situación repetitiva pot sí sola no nos hu- del vínculo con el primero es terrorífico, difícilmente pueda
biera decidido a plantear en estas notas el tema; más decisivo darse una conexión con el segundo sin resto, sin "cicatriz",
resultó el pensar en las gravísimas consecuencias clínicas que para decir lo mínimo, de aquella .pre!,istoria. De lo contrario,
resultan de menospreciar la historia (y la forma en que en ella podría desprenderse del PSA .una ética muy singular: los
se ejecutan los mitos familiares sobre el cuerpo de un pequeño adultos dispondrían de un cierto tiempo para hacer lo peor
ser sujeto) de los primeros años de la vida. Nos limitaremos o lo mejor de su goce con y sobre el cuerpo de un niño peque-
al replanteo de los puntos por donde debe reubicarse la ño sin recato ni medida alguna, como no fuera la de conser-
conceptualizaciqn y a señalar cuáles.son los malos entendidos a varlo. con .Yiüa (al menos el "estructuralismo" porteño aún
sortear. · no ha pontificado. que este punto sea pasibl~ del apres coup),
l. En primer término cabe precisar que sólo se resignifica toda vez que; al modo de una elegante am11istía, la "función
lo resignificable. Es necesario enunciar esta tonta perogrulla- paterna" vendría a lavar todas las. asperezas y las tenebrosida-
da porque un empleo demasiado mecánico, demasiado priva- des y a sobreimprimirles un adecuado punto final. Parece
do de reconstrucción reflexiva por la subjetividad de cada cual obvio que, si alguien desea sostener una posición semejante,
(fruto de la costumbre porteña de ·aprender el PSA de memo- .debería avalarla con al menos un historial clínico donde ese
ria), terminó por hipertrofiar la operación de vuelta hacia milagro sucediera.
atrás, como si se tratase de un jueguito automático, y a olvi- Acaso sea más prolijo mantenerse en el campo de una de
darse por completo de ese "pequeño" detalle: el material las mejores cosas que ha producido la teoría psicoanalítica
móvil, viviente, histórico, que está allí "esperando" Ja· re- ~a saber, la categoría del conflicto- y utilizar algo del tipo
significación. · de las series complementarias, para articular el movimiento
Nada en la experiencia psicoanalítica autoriza a concebir del a posteriori con la resistencia o las· condiciones que pone
ese material como una tábula rasa, donde la m:ítica y todopo- y opone el material del pasado.
derosa resignificación podría escribir cualquier cosa que le 2. Se dice: resignificación. La diferencia, que abre por sí

166 167
misma el tiempo de una distancU., con la significación es te(>-. neutraliza en un fonnalismo reductor del acontecimiento,
ricamente elemental. Lo que se. desprende son consecuencias del cual,- por pura razón. de supervivencia, aquél tendría que
nada elementales. Antes que nada, la significación, se la conci- procurar siempre ·mantenerse en tensión. diferencial.
ba como se la conciba\ (v. la conocida remisión a una acepta- Si aquí se objetara que, a su vez, toda significación es
ción originaria), es condición para que ''después., haya algo ya·resignificación (de lo. que sea), no habrá.nadaque objetar...
a resignificar.. ~ncorporando otro cóncepto, la .simbolización salvo que tal argumento· confirma lá voluntad indeclina~le del
tardía únicamente puede desenvolverse sin tropiezos cuando ·que lo fonnula de retroceder a un terreno puramente especu-
retrocede sobre algo que ya ha atravesado el estatuto de Real lativo, donde de la validez de las razones en juego decide la
hacia el campo de }o Significante, o sea, opera "normalmente., filosofía y de ningún modo nada q1,1e tenga que ver, o que al
en tanto se mantenga la homogeneidad de un ·espacio. Lo menos considere seriamente, con la experiencia clínica que
cual plantea el i.riterroganfe de un muy diferente destino de convierte a un sujeto, durante algunos breves momentos, en
la resignificación cuando, en su movimiento hacia atrás, ' psicoanalista. De forma que no es ésta objeción que pueda·
VJl· a dar con elementos que no han sufrido esta transforma- alcanzarnos, en tanto de· las razones teóricas .nos interesen
ción. Piénsese lo que ocurre, verbigracia, cuando, sin haberse sobre todo las prácticas ...
inscripto el corte (o castración, en 1~ terminología de Fran- · 3. Este último punto lo mencionamos exclusivamente a
~oise Dolto) primario que hace a la aceptación de la biparti· los efectos de devolverle todo el estatuto polémico; único en
ción sexual, alguien es arrojado al abismo del encuentro que por el momer\to puede plantearse, y del cual tienden a
genital con un Otro no sólo diferente sino Insimbolizado. sacado· (d.aro que sólo imaginariamente, Plfes de hecho sigue
De este hilo penden -·en una trama donde se agolpan otras sólidamente allí instalado), las declaraciones dogmáticas. Nos
determinaciones-: muchos· brotes psicóticos consecutivos· al referirnos, por supuesto,· a la función, posición y límites del
intento de primera aproxima'ción heterosexual. En particular, PSA respecto al estado de cosas que hemos bosquejado en
no pocas eclosiones psicóticas o de conmoción narcisista ex- gr~des líneas. .
trema tienen que ver con el momento en que se ejecuta el ac- Es la base de la pregunta por las condiciones de eficacia
to de la resignificación sobre un material que no fue tramita- ·, terapéutica. Que el PSA puede (y debe) aportar o producir
do en el orden simbólico y, en lo fundamental (pese a las apa- o cataliiar alguna resignificación en el transcurso de una cu-
riencias del estilo de un falso self, donde se ha hecho el simu- ra (especialmente en su ·campo predilecto, las neurosis de
lacro 'de tal operación de pasaje sin otra consistencia que la transferencia), de esto no pueden quedar dudas serias. La ex-
de una engaft.osa pero efectiva adaptación a la realidad), per- periencia de cualquier analizado sirve para demostrarlo. La
siste del lado de lo Real en m(lltiples fonnas, por ejemplo, cuestión entonces se cine a: ¿puede el PSA significar por vez
las del compromiso psicosomático. De este- modo muchos, primera, originariamente, algo que . en su debido y posible
al devenir fonnalmente padres, "enloquecen'' cuando la asu~ momento pasó de largo a la simbolización?
ción de tal categoría pone al desnudo algo preparatorio de Nos parece esencial, y éticamente esencial, dejar en claro
aquella posición que no fue simbolizado a tiempo, es decir, '· que toda respuesta categórica ·a esta pregunta, por sí o por·
. durante detenninado período crítico. no, se descalifica a sí misma en términos de seriedad cientí-
· Una vez más, esto no demuestra otra cosa que la insoste- fica. ¿O es que hará falta evocu las "apuestas" de ciertos fi-
nibilidad histórica y .lógica dé conceptualizar o imaginarizar lósofos a que nunca sería posible llegar a descubrimientos
un a posteriori funcionando en el vacío, fuera de. cualquier que poco o mucho más tarde se hicieron efectivos, como el
serie complementaria, punto donde todo el progreso meto- ·de determinar la velocidad de la luz? Lo que implica que to-
dológico que trajo el análisis estructural se compromete· y do principio de respuesta pertinente pasa por la provisorie-
169
168
""' ~
\

~ lli·
dad y el acotamiento. Esto mismo lleva a precisar mejor la FUNCIONES DE SUPERFICIE Y FUNCIONES DE CORTE
pregunta: así fonnulada le falta un· párrafo, que diría, por EN LA ADOLESCENCIA.
,)
.ejemplo, "en ciertas condiciones y dentro de cierto margen SUS FALLOS A ~A LUZ DE UN CASO
r
de período crítico":· Sin este párrafo, nuevamente, la respues- ~
1 Ricardo Rodulfo
ta inevitablemente se ideologiza, se vnelve filosófica y nada
17
más. Carece de utilidad clínica. Y, en :}:>SA, las discusiones no
se "ganan" en un salón.
De hecho, al nivel de lo que en la práctica sucede, la cues-
tión aún permanece jndecidible: algúrios éxitos, perforacio-
nes del opaco muro, se oponen a muchos fracasos, pero
~
la impresión por lo cuantitativo disminuye si se atiende a las
condiciones en que se intenta' una terapia, en estos casos ·~ '\
demasiadas veces aplastantemente desfavorables de entra- \

~
da, cuando no decididamente iatrogénicas. Hay que hacer Itinerario
intervenir además la categoría de lo bloqueado o no consti- ,J
tuido (la vieja "detención del desarrollo") junto a la de lo El PSA situó muy tempranamente, ya en los primeros anos
"deStruido" (Pankow), para ·matizar cuall1uief' juicio ,global ~ de su existencia, un concepto, el de castración, que es la pri-
mera introducción de la idea de corte simbolígeno en la teo-
~1 ·~~·
-y en este terreno nada más inválido que la pretensión de
globalidad- y no dejar de recordar, prudentemente, la valio- ría. También tempranamente se intuyó la importancia de
sa metáfora, o algo más que metáfora, freudiana de las "ci- lo que estaba en juego. Así, Freud asignará a ía terminación
catrices", que son a la vez testimonio y limitación de una cu- ~
•, i
1 del Edipo, presionado por el complejo de castración, la posi-
ra, última formación transaccional que nos recuerda que por ~J f bilidad de volcadura de la libido en el espacio social extrafa-
miliar, haciendo estallar los bordes del espacio incestuoso.
allí pasó el P'SA. ~ ~
~- Un poco ~n bruto todavía, todo lo qué se quiera, pero la
' noción de un cierto corte diferencial, marcando un antes y
un después en la estructuración subjetiva, ha hecho su primera
eclosión.
El futuro no sólo dio lugar al ahondamiento en esta pri-
mera idea. A medida que se desarrollaba, el PSA fue descu-
briendo otros. modos de corte, modos que no "caben" en la
castración edípica y que a su vez tienen también efectos es-
tructurantes y reestructurantes decisivos. Por ejemplo, el
concepto de destete implica uno de estos cortes, de impor-
tancia comparable en sus consecuencias al que ciásicame~te
ocupó el centro de la escena. Un libro como el recientemente ·
,,.
' 1 ·aparecido de Fran~oise Dolto 1 permite apreciar el camino
,1; recorrido, en su cuicl.ad!lso. punteo de operaciones de corte
i\
·~
1
La imagen inconsciente del cuerpo, Paid6s, Buenos Aires, 1986 .

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que ella denomina castraciones simbolígenas. Por mi parte, vuelto d.e lll~. De manera que me. pm:ece mejor de$ngi-
prefiero un término como el de corte en la medida en que .se narizarlas un cuarto de vuelta .~s. y hablar ya no de función
me aparece como menos fuertemente imaginarizado por el materna y de función paterna sino. de función de superficie
PSA, si bien en definitiva es una diferencia poco relevante. y de función de corte. 2
La obra de Dolto va más lejos que la de los demás en cuan- En lo concreto habrá que especificar caso por caso de
to a la precisión con que se inventarian los diversos matices qué modo se posicionan un padre y una madre en relación
y los diversos aspectos de lo que está en juego en cada una con todo esto.
de estas castraciones simboHgenas. Como ya en otros lugares he expuesto mis concepciones
Otro tipo de dificultad deriva en la fuerte asoCiación que sobre la importancia capital de la función superficie en la for-
desde un principio ligó "castración" a "padre", castración mación de un sujeto, no me voy a detener en ello aquí. Abor-
como asunto del padre. Poco tiempo después, el PSA descu- daré directamente, cosa que falta hacer, qué pasa con todo
bFe otros aspectos del inconsciente humano que no se refie- esto en la adolescencia. Una paciente de 19 años, tras un
ren al Edipo sino que, en todo caso, obligan a convocar otro tiempo de análisis, entra en un período en el cual se dedi-
mito. Así se acuña el concepto de narcisismo,· para resumir ca a romper, no sin colérico entusiasmo, determinados objetos
una miríada de funciones que convergen hacia la unificación y recuerdos de su infancia. No es una destrucción masiva.
del sujeto y hacia la fusión con un objeto primordial. De En el análisis descubre que recae sobre todo lo asociable a
aquí derivarán . cosas tales como "cuerpo", como "yo". Y, una palabra clave: "muñeca". Esa muñeca es ella misma co-
a su vez, esto quedó de entrada connotado como cuestión mo Y o Ideal para el deseo de la madre, posición en que la
de la madre. Este primer hito en la teorización tenía la des- paciente se mantuvo hasta muy avanzada la adolescencia.
ventaja de homologar en exceso ciertos acontecimientos de- Es interesante que algunas de sus referencias más furiosas al
cisivos a ciertos. personajes concretos. El peligro de simpli- impulso de romper hacen especial hincapié (una palabra co-
ficación o de reduccionisrno estaba más que latente. De mo- mo "estrellar", por ejemplo) en el hacer trizas, en el desga-
do que fue un verdadero avance cuando en la década del 50 rrar una continuidad, esto es, una superficie. Sueños de la
se empieza poco a poco a hablar y .a pensar más en térmi- época tienen la misma temática. Se trata para ella de desha-
nos de funciones. Decir función materna, función paterna, cerse de una superficie que la conduce directamente hacia
protege de un imaginario a veces demasiado folletinesco, y la madre, que la unificó en su momento, pero que ahora de-
además se es más justo con los hechos. viene una envoltura aplastante donde procura producir un cor-
Sin embargo, pienso que es necesario dar un paso más te. Corte edípico en este caso, puesto que como muñeca
para desprenderse de un problema que la denominación an- para el deseo de aquélla no podía advenir a mÚjer para los
·terior sigue. arrastrando. En efecto, es tradición- seguir ligando hombres.
todo lo que tenga que ver con castración a la función pater- Otro fenómeno típico que nos sirve par~ adentramos en
na y todo lo que tenga que ver con unificación a la función esta problemática concierne a· la formación de nuevas super-
materna. No es tan difícil advertir lo ideologizado de una bi- 2 Para todo lo referente a mi concepto de superficie remito a "La
partición semejante, incluso no es tan difícil descubrir el pre- clínica psicoanalítica y los alcances subjetivos de la metafísica occiden~
juicio androcentrista. Pero además es clínicamente inexacta. tal", trabajo mío publicado en La Gaceta Psicológica, marzo de 1985, y
Lo que la experiencia analítica enseña es que las t\ulciones al reciente libro en coautoría con Marisa RodUlfo: CUnica psicoanalz"ti-
.ca en niños y adolescentes. Una introducción, Lugar, Buenos Aires, 1986.
narcisistas y las funciones de ~corte involucran de .distinta También pueden consultarse mis teóricos de 1984 y 1985 para la materia
manera tanto al padre como a la m•dre. Hasta hay casos don- Clínica de niños y adolescentes (Facultad de Psicología, U.B.A.), Centro
de se distribuyen en forma exactamente lnvena a la que se ha de Estudiantes y Tekné.

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ficies, de nuevas bandas de Moebius en la adolescencia. Vea- quien los abandonó sin dejar rastros cuando tenía pocos me-
mos por ejemplo una de las primeras manifestaciones que nos ses de edad. En general se rehúsa a hablar de esto, por más
avisan de que en una casa ha llegado un púber: su pieza ·se ta- que se lo invite. La segunda: K. tiene un tío psicótico, esqui-
piza, y literalmente se tapiza, con posters, afiches, etcétera. zofrénico crónico, con quien él y su madre viven. La madre
Como siempre ocurre, esa literalidad conlleva la más profun- cuida a éste, su hermano bastante menor, como una suerte
da dimensión metafórica. Su cuarto es su cuerpo, al que col- de bebé.
gando todas esas cosas insiste en re-vestir de un nuevo mo.do, Lógicamente, sólo voy a seleccionar algunos aspectos del
que entre en cierto acuerdo con las metamorfosis corpora- material que hacen al tema de este trabajo. Pero sí es impor-
les que lo interpelan y a las que a su vez trata así de dar un tante puntuar un error de enfoque: haber tomado al chico
sentido que aún no tienen para él. Todas esas figuras que se en tratamiento contando sólo con la demanda de la madre y
van depositando sobre las paredes son· nuévos ideales· ofre- • no con la de él. El chico aparecía muy mal: fracasaba en la
cidos a ··~·'en Sú' mayo'tía' tioiTorosos''para'fos escuela, dormía y dormía, llevaba un largo tiempo ya de abu-
padres, justamente porque implican tomar irreconocible no lia muy marcada, y no parecía interesarse en nada que no
sólo el cuerpo de la niftez sino también el cuerpo imaamado, fuera pelearse interminablemente con su madre. Esta, por
esa primera superficie que para un hijo se preparó. su parte, como muchas mujeres que no han vuelto a formar
Concluiré este capítulo con otro material muy probato- pareja, recurría al psicoanálisis con la fantasía de procurar a
rio de la nueva vigencia que alcanza en esta época de la vida la situación algún tercero que efectuara el corte que ella ·no
humana la construcción de superficies. Otra paciente habla- podía realizar. Es interesante que K. no se oponía activa-
ba a menudo de "su gemelo". Con esta categoría del doble mente a iniciar un tratamiento. Su apatía no daba para eso.
designaba a un amigo con el cual, entre los 13 y los 16 anos, Manifestaba no importarle venir o no venir. La situación, por
iba a todas partes; digamos que cada uno hacía banda con el eso mismo, se hubiera prestado más para introducir la condi-
cuerpo del otro, y la identidad de cada cual necesitaba del ción de sesión a pedido que para convenir un inicio formal.
"gemelo" tanto como del propio cuerpo. Cuando por contin- Las primeras sesiones no aportan mucho de nuevo: el
gencias familiares se ve separada muy bruscamente de él, ella estilo reticente propio de la edad, la tendencia a contar cosas
habla en análisis de cómo se le fue también una· porción sin mayor importancia. Más específico de K. es que aquí y
sustancial de sí misma. "Con él se me fue la cabeza, dejé de allí reconoce dificultades, en particular no poder salir de la
pensar, de estudiar, de leer..." A su vez, esta superficie con cama y no tener ganas de hacer nada, pero sin ningún propó-
el gemelo le obviaba o dilataba el corte primario no edípico: sito articulado de cambiar algo en cuanto a ellas. Paralela-
igual en todo a él, podía negar la diferencia sexual, el hecho mente, una intervención ocasional de la madre permite una
de la existencia de varones y mujeres, que desde la puber- primera observación estructural. K. manda decir a través de
tad se le había vuelto poco tolerable. ella que no quiere concurrir. Luego lo relativizó como "mo-
mento de. rabia", pero quedaba en pie que él actuaba como
un sin boca, un infans que necesita de la boca del Otro. En
una primera aproximación diríamos que falta aquí ese corte
Del corte umbilical fundamental entre yo y no yo. Más radicalmente interesa
precisar la posición de bebé aún no nacido en que de entra-
K. es un chico de 1 5 anos. En la entrevista que pide la madre da el chico se coloca. No nacido al mundo de la palabra arti-
para hablar de él dos cosas inmediatamente quedan pues~ culable en su· propia boca. En todo caso, elementos posterio·
tas ·sobre la mesa: K. no ha prácticamente conocido al padre, res confirmarán la primacía de un corte umbilical fallido.
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Situación central cotidiana de enfrentamiento con referente absoluto que por eso mismo tiene la culpa de todas
adherencia a la madre: A K. hay que levantarlo cada las cosas.
fiana, y· eso es Ün trabajo que lleva mucho tiempo, · Fueron surgiendo al respecto algunos cambios recientes
alcanzarle la ropa, empujarlo al bafío a que se lave y que que el análisis con el tiempo situó como factor desencade-
peine; todo .este operativo se repite invariablemente y el nante del agravamiento en la inactividad del chico. Una
a la escuela y el ir en condiciones sociales potables está en ma- mudanza en particular, pero también el que, trabajan(io más
nos exclusivamente de la madre. Cuando ésta no lo hace, él tiempo afuera de la casa, la madre tenía menos disponibili-
sigue durmiendo. Además hay que fijarse si lleva los úti- dad para atenderlo. Es de notar que K. pasaba muchísimo
les, si lleva dinero para el viaje, etcétera, etcétera. tiempo· dentro de su casa. Pero lo más interesante es el mo-
Aquí se nos imponen dos observaciones. Primeramente,
~~· ~s~a ~~~~i~~fe>id~e~~·'-t:J?í~N:~riJév~Í:bi-~
·~í~~~~:~~=é~~~.:aa~i~·
PSA localizó en sus inicios c<;>mo f~se. ~: c<ll)t:wl,.
es una desmesurada pasividad. Ni siquiera vemos alzarse la,s
manifestaciones agresivas más comunes; ni el grito ni el por~
te~$, desarrollo nuevo de la mu~latu'ra estriada. priJÍl tazo, la postración. L~. ad~u.isi~nes a partir del corte anal
bozo de la distinción entre público y privado, que el chicO: parecen en su mayor parte perdidas.
plaQtef .~umdo. intenta vestirse y desvestirse .solo, época.· de En el PSA esto se va juntando con un repliegue progresi-
la puerta más que del espejo, delimitación cada vez 'mA"RWne vo de los víncúlos y lugares extrafamiliares, de lo cual se in-
del yo/no yo. Desde ya una tal renuncia no puede sino poner fiere una conclusión: K. persiste en hacer superficie.s a elemen-
a K. en una condición regrediente. tos extremadamente arcaicos: la boca de la madre, sus manos,
Desde otra perspectiva,. es dable pensar que todo este ti- las sá.f?anas. en las que se envuelve intennmable¡n~u~ •. No
ra y afloja se ha convertido para él en una práctica incestuosa se procu~·a las formaciones de superficie nuevas esperables a
singular. Es determinante para esta hipótesis un detalle que la su edad, como un grupo de pares en el cual se embandara,
madre cuenta: en este ceremonial matutino no basta con la por ejemplo. Sin necesidad de forzar las cosas, el material
palabra, K. no se despierta si sólo se le dice su.nombre; es pre- insiste en cond_uc;imo~ a ..'peniar en .una dim.~sión. d~ replie-
ciso· tocarlo, sacudirlo, levant~lo, ~n, su~ ~~Nr. sin me- gue f~,~.,~l:,4ri.kó~d~ó ~bfevi\dente pareci~ra ser el
diación sobre su cuerp01; Forma pregenital de incesto, no hay de d<iiiiili, lo cual lleva a cuestionar la consistencia entre este
nada que separe esa mano de ese cuerpo, lo cual acentúa el chico y su madre de la primera castración simbolígena: el
hecho de que a veces se hayan pegado. K. recurre además a corte 'umbilical.
la proyección y a la ambivalencia para mantener este status P.aralelamente se va patentizando en el curso del tra-
quo. En sesión, se queja reiterativamente de que ella "lo car- tamiento un punto que no deja de producirle cierto impac-
gosea" hasta sacarle las ganas de ir a la escuela, ella es la to, el que él en definitiva se revela reproduciendo todo lo
culpable absoluta en su discurso de todas las cosas que le posible la posición del tío esquizofrénico. Porque este tío
pasan. Pero las pocas veces en que la madre no se mete con él es un esquizofrénico cuya característica principal no es deli-
se lo reprocha amargamente, muy lejos de significar esto co- I'8J;, lo cual recordemos implica un empuje vital, sino la a_pa!fa,
mo una jubilosa liberación. Conviene acotar que la proyección la ausencia marcada de aJ&fm movW:Iiento 4~tf:. Q.J&aPios
no tiene como finalidad principal descargarse de responsabi- que la competencia celosa con él asume para K. un camino
lidades. Hay otro aspecto mucho más importante: constituye autodestructivo, o sea la pérdida d~ los cortes más ,9 me;ws
a ese otro en quien se proyecta en un Otro, lugar de Ideal, bien o más· o menos mal,. ~qqui.fidps, extremarse al grado ce-
lugar de Ideal falicizado. Es porque la madre se toma como el ro de la condición de sujeto aún no producido. Así, signi-

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deseo de reconstrucción de su propio cuerpo doblegado
ficativamente, había llegado casi a perder un grupo de perte- por un destino de pasividad.
Este material esclareció el verdadero factor desencadenan-
nencia que tenía en la escuela. te en juego en la mudanza, pero por otra parte inevitablemen-
La gravedad del caso se advierte tomando en cuenta este
movimiento mortífero -del que es muy difícil hasta aquí te llevaba a pensar en qué medida la pérdida de la conviven-
precisar su carácter de depresión o de esquizoidía- que arras- cia con el tío no presentificaba lo traumático del abandono
sin sentido a manos de su padre (sin sentido en términos de
tra con todos los cortes diferenciales que en el curso de la
período crítico, dado que tuvo lugar cuando él no tenía nin-
vida van individuando a un ser humano como sujeto desean-
te, y que llegan en K. a comprometer la polaridad familiar/ guna posibilidad de escribirlo como un hecho· encadenable a
una cierta significación, aunque fuese una significación nega-
extrafamiliar, tan decisiva en la adolescencia. Junto a eso,
hay que volver a marcar la preeminencia de lo pasivo. Esta tiva). Este es uno de esos casos que nos imponen la diferen-
se vislumbra bien observando los caminos que resultan de la ciación conceptual entre algo del orden del corte, sianifi-
cante o simbolígeno, de lo que es pura mutilación, siempre
faila en el corte edípico. Tal falla no hace que K. se .postule,
poteneia.J.mellte patógena, en tanto precisamente obstruye
en tanto varoncito activo, como "marido" de la madre, lo en mb o en menos los cortes que es nece~ario hacer para vi-
b~b.é en ~0-
cual sería, por lo menos, atrincherarse en una pose fálica. La
vir y para cre~~r· frecisamente, el hecho de que en el lugar
fuerza del envión regrediente que l(\. tira bacía el
:~o
sición horizontal pone -::.ot. uña -infraestructura
de un potenciál 'de corte hubiese una mutilación efectiva era
cortespregefiffát~s;
muy precaria en los -
lo que forzaba al paciente a seguir haciendo superficies regre-
sivamente. Después de cada corte, una vez que éste se ha
Con todo, el tratamiento logró producir un momento en estabilizado (lo cual, es bueno recordar, lleva su tiempp),
que la tensión del cambio se hiciese imaginable cuando K. hi- el sitio para reunificarse generando nuevas continuidades es
zo la cesión de un material que resignificaba extraordinaria- otro.
mente la mudanza de dos anos atrás. Esto apareció vía una La fantasía de la pieza es la únic~ fantasía de corte que
rara fantasía (rara porque era un chico con un discurso de es- produjo K. en su breve experiencia de análisis. Aclararé mejor
caso relieve, muy apegado a lo concreto), que consistía en las el punto relatando las condiciones en que dormía. Una
ganas de hacerse una pieza para él y tener así un lugar úonde sola habitación, en la que un ropero atravesado insinuaba una
poder estar solo. Hete aquí una ocurrencia sorprendente. Pe- bipartición. De un lado está la madre, del otro su tío y él,
ro lo más sorprendente es que había una precedencia: algo gemelizados. La superficie es una sola. Hacerse la pieza sería
así efectivamente había hecho ayudando a un tío político, en sí mismo acto de corte restaurante en el orden del yo/no yo,
que era albañil, entre los 12 y los 13 anos, ó sea poco an- situar su cuerpo en un espacio heterogéneo al de ellos. A pro-
tes de la mudanza que lo privó de vivir junto a aquél. Era la pósito de esto, él cuenta que es cqstumbre estar todos hasta
única figura masculina activa y no severamente dai'\ada, y muy tarde de un solo lado, en una sola cama, mirando la te-
presente, que pudo traer K. en su material de análisis. levisión. Se repite el encontrarlo en una posición eminente-
No nos extrai'\ará que este episodio de levantar unas mente pasiva, entregada al consumo de imágenes que lo con-
paredes ayudando a un hombre mayor reverbere en múltiples IUmen. No es subsidiario sei'\alar que K. es un chico muy
direcciones. Sobre todo porque era sensible en la fantasía empobrecido en cuanto a la producción propia de imagos que
de K. la nostalgia y el llamado de que ese hombre acudiese Yehlculicen deseos. Y la televisión es otra especie de doble
a auxiliado a erigir esa habitación para él solo. Espacio para t¡ut• le proporciona un stock de imágenes que él no puede
él en primer término, pero también, como una mínima fre- 11encrar por sí mismo. Al mismo tiempo, haciendo superficie
cuentación del dibujar infantil lo evidencia, la casa cuerpo,
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-
a ella, consumidor consumido, está también fusionado en el a la locura. (Hace al caso añadir que esta mujer había pasado
co-lecho con la madre. Añadiré que K. mostraba la más abso- inmovilizada, inválida, sus últimos años, en cama o en un
lu ta reticencia con respecto a chicas de su edad. A ·lo sumo sillón, en esa posición horizontal o inerte que ahora chupaba
podía decir de un interés que repudiaba lo corporal, dirigi- del muchacho~) Personaje en la línea materna muy antiguo,
do a "cómo sean interiormente". O argüía que la conexión además, quien lo convoca, es como si dijéramos "el incesto
co~ una de ellas le haria perder (lo que le quedaba de) su gru- del incesto", la reunión mortífera con ·lo más deteriorado y
po de pares. Privilegio de la superficie homosexual que en deteriorante del mito familiar' en su mensaje más terrible.
este caso es una de las pocas manifestaciones típicas de la En este momento, llegado a este punto, a esta verdadera.
posición adolescente. encrucijada que marca, para cualquier sujeto, la hora de su-
"Sin saberlo, el análisis había llegado a su punto más alto cumbir o "tomar al Destino por la nuca", K. toma efectiva-
(sólo de pasada llamo la atención sobre el contenido transfe- mente posición. ¿Cuál? Escuchémosla. Dice que él sabe
rencia! que tomaba la fantasía de la pieza propia como deseo ' que todo esto viene muy feo, que por otra parte está vivien-
de curación en el acto mismo de ser enunciada durante una do muy mal, pero que no le importa, ni pretende vivir mejor.
sesión) en cuanto a la posibilidad de que pasara algo diferente Dicho por un chico de 15 años, y con una sencillez tocante
con la vida de K~ Y como no era eso lo que estaba "escrito por la dimensión de entrega a las entrañas de la prehistoria,
en las estrellas", todo ocurrió como si esa leve insinuación quedó claro que las fuerzas del PSA eran por contraste extre-
de cenit provocara el rápido contragolpe de las oscuras resis- madamente débiles. La suerte estaba echada.
tencias que defmitivamente se oponían a cualquier viraje, que Importa aquí detenerse a localizar un punto crucial en que
arrojaron sobre la mesa su carta más pesada. Así fue que unas la operación de corte falla, y aun falla por completo. Me
pocas sesiones más adelante K. narra, sin el monto de angus- refiero, claro está, al corte con aquella prehjstoria, o con los
tia o de lucidez que cabría esperar, la siguiente escena, que aspectos más destructivos de ella. Y a ese· ancestral ''vení,
se le ha repetido algunas veces en los últimos años. El no sa- vení", que lleva cobradas en su familia unas cuantas ·piezas,
be muy bien, y de hecho resultó imposible determinarlo, si él no tiene nada que oponerle, ningún punto de anclaje desde
se trata de una franca alucinación o .de algo que tiene lugar el cual resistir. En términos generales, así .como el mito fami-
en esos momentos de fronteras indóciles entre el sueño y liar unifica, ofrece materiales para hacerse de una superficie
la vigilia .. El hecho es que una voz se dirige a él con un ''vení, en un determinado lugar, así también es importante que es-
vení". "Me quiere comprar'', agrega el paci~nte. Y lo asocia, pecialmente en la adolescencia un sujeto pueda efectuar cier-
. acontecimiento más bien raro, a un sueño perenne de caída tos distanciamientos, dejar caer ciertos aspectos en relación
donde algo lo arrastra. Pero resta aún el elemento más impor- con él.- En cambio, K. tiene que tomar todo en bloque. Le
tante: K. "reconoce esta voz como la de una bisabuela con es imposible plantarse y sostener. un "eso es de otro, le pasó
quien también había vivido, y que murió esquizofrénica al- a otro, no lo quiero para mí", lo que yo desi~no como nega- ·
gunos años atrás. · ción originaria. 3 Y no puede así usar de su adolescencia,
Ahora bien, me gustaría subrayar lo que particulariza es- tiempo decisivo en cuanto a las chances para escupir, como
ta invitación, este llamado, que en sus condiciones generales Freud decía, la prehistoria. Así el "vení ..." se manifiesta
uno podría enlazar a una apelación erótica, a la tentación, como un Significante del Superyó que lo arrastra, hacia esas
en un contexto más histérico (el mismo Freud menciona al- sábanas, por ejemplo, que son una especie de sudario que lo
gún caso semejante, propio de la combinación empuje puberal/ envuelve. Incorporo aquí una sugerencia aportada, aún sin
represión agudizada). Pero aquí lo siniestramente partic:ular
es que se trata de un llamado a la muerte, de una invitación. 3
Marisa. Rodulfo, Ricardo Rodulfo, op. cit.

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tiempo para desarrollarla teóricamente, por Marisa 'Rodulfo, rizontes. Al respecto acota K., muerto de risa, "es tan fiaca
y en sí misma articulable al concepto de castración o corte que seguro que no se casó por no ir hasta la iglesia". Nunca
umbilical: esa cama, esas sábanas, la apatía misma que revis• por tanto salido del grupo 'familiar, el corte edípico no ha pa-
te a K. por entero, son como la puesta en juego de una pla~ sado por allí. Pero es grave que, en este punto, el chico apa-
centa devenida mortífera, odiante y no alimenticia, placenta rezca idealizando la no realización heterosexual de un hombre,
que intoxica, del mi$mO modo que yo hablé en mis trabajos de un hombre o remedo de hombre que, ciertamente, no se
sobre depresión de un rostro del Otro en posición odiante, ha construido su propia casa.
rostro que alternativamente quita el aire y apaga la vida. 4
'Esto, que una vez más hay que dejarlo a partir del campo de.
lo literal y resonar en todas sus implicancias metafóricas,
serviría para dar cuenta de un montante de abulia, de envol- Corolario
vimiento en la inmovilidad, tan abismal e intenso como el que
embargaba a K. Concluyo indicapdo dos direcciones de trabajo que me. pare-
Lo que no llegó a ser marea ascendente del análisis empie- cen importantes y a las que me propongo retornar en algún
za su reflujo. El ausentarse pasivamente de las sesiones reco- otro lugar, en algún otro texto.
mienza su crecimiento. Una tarde, K. se explaya sobre su En un muchacho como éste, donde era tan flagrante el
teoría de cómo se imagina un cambio subjetivo. Los chicos fracaso de lo que he definido como clave o esencia del proce-
cambian, porque sí, "de un día para el otro", sin el menor so adolescente, o sea, investir, desterritorializándose con res-
índice de participación personal en el asunto. Si él· mejora pecto a los' lugares y objetos primarios, un espacio extrafa-
será así, "de golpe''. No hay en esta teorización o ideología miliar que devenga más libidinizado para el sujeto que el
de la cura el menor sitio para el deseo, para la intervención familiar originario, se hace patente a todo lo largo· del trata-
actiya de un sujeto en la posibilidad de modificar en algo el miento la falta. radical de cualquier proyecto anticipatorio,
decurso de su propia vida. De rebote, esta posición inviste a de toda convocación al orden del Ideal del Yo. Es más, ni
un Otro de toda la omnipotencia, como a la madre duefl.a siquiera se las había arreglado para conservar el que un niflo
de la decisión y la energía para despertarlo. pequefl.o forja bien pronto, en tanto deseo de "venirse"
En lo que resultó ser una de sus últimas sesiones, K. tra- grande, y que lo sostiene ya en el decurso de su unificación
jo . otra imago masculina, interesante como "alternativa" a primera, por cierto nada exenta de peripecias. K., por el con-
la de la psicosis, dentro del reducido espectro en que había trario, vivía absolutamente al día, al margen de todo "qui-
decidid·o mov~rse. Seflalaré que presentó esta imago en un to- siera ser", si exceptuamos la fantasía de hacerse la pieza él
no festivo en que se transparentaba una inocultable ideali- y para él. Ahora bien, en relación con todo esto lQ...gue me in-
zación, y sin el menor asomo de juicio crítico. Se. trata de teresa lantear es el hecho de una articulación entre ese pro-
otro tío carnal, extremadamente obeso (K. tenía una inci- yecto antici atorio ligado al Ideal del Yo y la 1mens1ón
piente tendeneia a la gordura, que su pasividad, claro, poten- que desde iera Aula nier conocemos como e cuerpo ima-
ciaba enormemente), que desde siempre vive junto a su madre gina o. e parece compraba e que, en sus or genes, la
y una hermana, con un trabajo absolutamente carente de ho- categoría del proyecto anticipatorio está a cargo de aquél;
es en el deseo de los padres, y aún de una manera mucho más
4
Véase Ricardo Rodulfo, "La clínica del rostro y el ataque depresi- extendida, en las capilaridades de la prehistoria familiar, don-
vo", Actualidad Psicológica, agosto de 1984; "El mito primordial del de las primeras enunciaciones de aquel proyecto pueden ani-
depresivo", ídem, agosto de 1986. dar, puesto que el bebé aún no está en condiciones, o no

182 113
.....T

to. contrario, en lo concerniente al proyecto anticipatorio


ha ni siquiera nacido ... Pero entonces, ¿qué ocurre cuando localizable en el cuerpo irti'aginado, fallo que hasta entonces
esa dimensión está fallida, o aun falta en absoluto, al nivel no se había puesto de manifiesto, pero trabajaba en el secre-
del mito que precede al sujeto? Mi hipOtesis es que algo así to de su metástasis. Correlativamente, es también el ámbito y
se daba en este caso, visualizable si tomamos en consideración el tiempo en donde, por el PSA o por otros medio~ de la vida,
los tipos de imago de hombre que abrumadoramente preva- tal abertura puede ser sobrepasada.
lecían, en ese arco que va del padre sólo biológico que no
logra inscribirse simbólicamente como tal al obeso idiota y
pueril, enredado indefinidamente con las mujeres de su fa-
milia, pasando por el esquizofrénico vegetativo, ajeno inclu-
so a las glorias de un delirio. Mi hipótesis se extiende a propo-
nerse pensar si en los casos decididamente graves desde ei pun-
. to de vista de forclusión del Ideal del Yo, de inexistencia de
la categoría del futuro, el déficit no excede en mucho lo in-
dividual y se asienta en las características' patológicas del
mito familiar, de aquello que hace cuerpo imaginado.
En segundo lugar, pienso que una misión o función espe-
cífica de la adolescencia, algo que hace a sus derechos estruc-
turales y no de mera cronología más o menos insolvente, es
precisamente que aquí por primera vez en la vida es tarea
del sujeto hacer un relevo y tomar sobre sí, "en sus propias
manos", la categoría misma del proyecto identificatorio que
hasta entonces, en lo principal, estaba del lado del cuerpo
imaginado. (Pues aun el deseo de ser grande, en el riiito,
fundamentalmente se constituye en aliado de aquél y por lo
tanto de los suef'ios familiares al respecto.) Por eso mismo,
la adolescencia debe ser entendida como a la vez, ambivalen-
temente, relevo y c.orte con el cuerpo imaginado, por lo cual
la derivación hacia ideales que no formaban parte de éste se
vuelve gravitante. Huelga observar que en el caso de K. se ha-
cía caso omiso de tal misión de posta o de relevo, luminosa
oscuridad donde al~o pasa de una instancia a otra (y tanto
más imposible si no está terminado, y bien terminado, dentro
de lo humanamente posible, aquello del corte umbilical.
Porque en el terreno que estamos considerando algo pasa
sólo a través de un corte, paradoja que los analistas debemos
encargarnos de mantener).
Ultima hipótesis, "convenientemente" estructural, porque
es histórica hasta la médula: la adolescencia es el sitio '
vilegiado" para la emergencia de un silencio, o de un ma:uu<~-;
185
184
~r

EL CONCEPTO DE PASEAR EN PSICOANALISIS (PSA).


UN GRUPO DE TRANSFORMACIONES
(Observaciones suplementarias a un trabajo de Tosquelles)

Ricardo Rodulfo

Advertencia

El presente artículo tiene su apoyo (en el estricto


sentido psicoanalítico del término) en el tan origi-
nal "Los paseos" de Francisco Tosquelles, capítu·
lo VI de la segunda parte del libro El maternaje
terapéütico con ·los deficientes mentales profun·
dos, Nova Terra, Barcelona. Que haya que acla-
rarlo es porque se trata de un texto y un autor
muy poco conocido en nuestro medio, por razones
que nos llevarían a pensar en los azares de la for-
mación psicoan8l.ítica en Buenos Aires. Además, al
momento actual se halla agotado. Esto supone un
problema, ya que mi propio texto lo supone
constantemente.

La cUnica y la conceptualización

Sin saberlo, muchos autores en PSA se ocuparon del paseo.


Más raros son los enfoques específicos. Ahí está ese viejo pe-
ro magnífico trabajo de Abraham: "El gasto de dinero en los
estados de ansiedad" (PSA clínico, Paidós) que, un boco de
costado, toca el tema con esa finura clínica en que reconoce-
mos a un psicoanalista importante. El de Tosquelles es el más
notable que me ha sido dado conocer. De alguna manera,
el trabajo directo en PSA con nifl.os se inició con Juan, un
chiquito que no podía salir a pasear. Más· cerca nuestro,
intuitivamente, los que atienden psicóticos conocen del pa-
sear con ellos, sea éual fuere su filiación o afiliación teórica.
Puede entonces que valga la pena avanzar un poco en las di-
recciones que el capítulo de Tosquelles permite. Paseemos
pues con este autor, o partiendo de él.

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Empezaré en serio, o sea por la clínica. Cuando de chicos do como función, función pasear como categoría conceptual,
se trata, el rubro "paseos" aparece como una extensión o com- en una relación de extensión y diferencia con el jugar tal co-
plicación o variación de lo que suceda con el jugar. Pero la mo, usando de Dolto, de Lacan y de Winrticott, he llegado
relación no es de continuación directa necesariamente. Así, a pensarlo. Supongo que no sorprenderá demasiado que a
muchos pequeños que no pueden jugar con lo que habitual- continuación haga girar este concepto -a cuya introducción
mente se juega, consiguen, en el mejor de los casos, darse esa le doy valor clínico, en la medida en que necesitarnos de no-
posibilidad divina (bueno es recordarlo) a trav~s. de activida- ciones mediadoras entre lo concreto de una sesión y formula-
des que presuponen el poder pasear. Por otra parte, en ese c.iones a menudo demasiado generales ("el" jugar podría lle-
mismo terreno, la inquisición a los padres sobre el lugar y gar a ser una de esas, como a su turno "el" deseo, "la" castra-
estilo de los paseos en la vida cotidiana familiar no pocas ción y tantas otras)-, en torno al más abarcativo de fort-da.
veces nos proporciona materiales clave. Si se arguye que lo Tosquelles lo enuncia bien al comienzo de su capítulo: antes
mismo podría decirse de tantos otros aspectos de la vitia en que nada, pasear implica la existencia dé un afuera. Por lo
común: la mesa, por ejemplo, habrá que recordar qué, como tanto, antes del fort-da no hay derecho, hablando con pro-
Tosquelles bien lo señala, el· paseo mantiene cierta proximi- piedad, a designar una cosa tal corno paseo, o una praxis co-
dad particular con las manifestaciones más abiertas del deseo mo pasear. De hecho el b~bé es paseado, y nadie discutirá
en el plano de lo manifiesto. Como que decir "paseo" conno- que eso es condición esencial de una infancia saludable, pe- ·
ta por sí solo cierta potencialidad de transgresión, A su vez, ro siempre está en el cuerpo de la madre. Aunque, sin embar-
muchas consultas del y por un adolescente incluyen, algunas go, una consideración se nos impone: ¿no es el cuerpo mater-
veces corno uno de los síntomas más significativos; conductas no lugar originario de paseo? En todo caso, el dejarse recorrer.
de reclusión, para no mencionar otras deformaciones del por parte de la madre reviste una importancia capital para
pasear. Simultáneamente, me he acostumbrado a escuchar, en la producción de significantes del sujeto. Así com6 Tosquelles
esos recuerdos encubridores tan frecuentes en el discurso del señala la importancia del recoger cosas en el paseo, cosas que,
paciente adulto más o menos neurótico, que evocan el a veces bien mirado, componen el espacio transicional o se dejan si-
único o en todo caso no usual paseo a solas con el padre (como tuar en él, poder extraer, recoger cosas del lugar-cuerpo
asimismo ~n esa abundancia de paseos q~e un día, a partir materno resulta decisivo (por ejemplo, para no contraer una
de cierto viraje en el desarrollo -rnenarca, por ejemplo- o psicosis).
de determinada coyuntura histórica, encontró su interrupción Pero creo que esto se puede desarrollar un poco más:
tajante), un verdadero "índice de función" en lo que hace a me interesa sobre todo .pensar cómo aquel afuera es eyecta-
la intervención paterna. En otro orden de cosas, la temática do, inventado de una manera muy radical por el pasear mismo
del fin. de semana y de las vacaciones, a veces tan abusada por (si bien no solamente por él, encuentro fundamental que
el PSA,. y su carácter de lugar privilegiado de emergencia, podamos llegar a pensar más a menudo en la lenta formación
incluso de síntomas enmascarados durante el período de tra- de una categoría lógica como ésta).l A modo de subraya-
bajo, constituye otra manifestación directa de la problemáti- miento de esto, incluiré un trozo de material clínico. Tráta-
ca del paseo.
Este ramillete de fenómenos, que podría fácilmente am-
1 Reivindicando así los derechos de la historia y la posibilidad de
pliarse, unido a las profundas reflexiones de Tosquelles, me
incita ahora a proponer "oficializar" un desplazamiento investigar en PSA ese lento espesor, esa capilaridad cotidiana que cada
tanto produce un salto, una discontinuidad, una crisis contra un no ~lo
transformador (que de hecho en el mismo texto de aquel mítico sino aprehensible exclusivamente a nivel macro "efecto de estruc-
autor se realiza), y pasar así del "paseo" al pasear ~oncebi- tura", por lo mismo indeterminable. ·

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se de un hombre joven que vivía "programado", según él, da la planificación concreta del viaje (duración, periodización
lo cual tornaba su análisis tan aburrido como su vida (dicho de del recorrido, reservas, etcétera), ya todo se había terminado
otra fonna, no se había llegado a producir aún ningún efec- para él antes de empezar: el placer prometido se· desvanecíi,
to de análisis, no había llegado a "sorprenderse a sí mismo"). cierto vacío volvía a extenderse (el vacío que en la transfe-
Arrastraba, por cierto que con mucho éxito social, una de esas rencia yo experimentaba como aburrimiento), nada iba a ocu-
existencias para las que un concepto como el de falso self rrir. Conviene aclarar, a los efectos diferenciales, que la prepa-
parece de lo más adecuado. Sin duda fue él quien me permi- ración preliminar, la programación que finalmente se lo devo-
tió pensar la diferencia radical entre el turista y el viajero-. raba todo, se daba en él como puro pensamiento operatorio,
En el viaje se trata de la búsqueda de lo nuevo, es decir, del discurso de adaptación aplastante a la realidad, sin trazas de
acontecimiento capaz de introducir alguna diferencia en la la erotización y del plus de goce que conllevaría un disposi-
Identidad de percepción. Desde ese punto de vista, el viaje tivo semejante en una neurosis obsesiva. Más bien cabía pen-
entra en una relación de máxima tensión con la estructura sar en un intento de libidinización fracasada. Al no existir
y, en el límite, ésta se rompe (véase,.por ejemplo, Una tempo- afuera como categoría simbólica, y existir sólo c:.bmo catego-
rada en el infierno de Rimbaud). Contrariamente, el cálculo ría adaptativa, el viajar se aplanaba en un espacio de inclu-
que el turista hace de su paseo está fundamentalmente des- siones recíprocas.
tinado a no dejarse sorprender. Es muy ilustrativo ver cómo Por entonces, un pequeño episodio desencadenó el primer
esto se transparenta en los protocolos de los tours grupales: genuino efecto de insight del paciente. Contó que el día
invariablemente se leerá estipulado un "día "libre", adonde anterior había hecho un viaje relámpago por un asunto de tra·
queda . confinada toda posibilidad de algo imprevisto; claro bajo que implicaba- casi cien kilómetros entre ida y vuelta.
que, en la práctica, esta módica transgresión se neutraliza Lo hizo solo, en su auto. Se constituyó en toda una conmo-
enseguida al reservarlo, de hecho, para las inevitables y por lo ción para él, y una afortunada conmoción, cuando, ya de vuel-
tanto previsibles compras. . . Mi paciente era un hombre al ta, retroactivamente se dio cuenta de que había ido y venido
que, por sobre todas las cosas, lo que más parecía gustarle "en un tubo", y ello sin necesidad. Hay que aclarar que, teó-
era viajar. Además, un punto decisivo de su prehistoria se ju- ricamente, él era su propio patrón. Grande fue, al menos
gaba allí: en su padre se habían combinado una grave depre- en el nivel de las modestas cargas afectivas que solían ser de
sión con una fobia radical a los viajes y a prácticamente _cual- su estilo, su sorpresa y su malestar cuando recordó que se tra-
quier medio de transporte, de medo que superar eso hacía taba de un hermoso día pero no lo había notado, que no sólo
del viajar una cuestión extremadamente importante, y de he- no se le ocurrió detenerse o desviarse, sino que ni siquiera
cho lo más parecido al deseo en este hornbre sin deseo pasaba había desviado la mirada del camino, "con anteojeras". Y que
por ahí. Por desgracia, la "programación" metida también en rigor esa hermosa tarde de primavera, una tarde irrepeti-
aquí volvía eso totalmente imposible. El paciente se encon- ble de su vida, no había existido para él. A lo cual le pregun-
traba planificando seudoviajes ya previstos hasta en sus meno- té si el punto no era preguntarse si existía algo. así como ''él".
res detalles que, con todo derecho, podernos pensar desde De esta manera, el proceso analítico tuvo una vía de entrada
el punto de vista teórico como recorridos aparentes sin verda- y, coh las limitacione5 imaginables, comenzó a funcionar.
dera dimensión de afuera. No casualmente fue por este lado Pero fue mucho más que una coyuntura más o menos trivial;
por donde el PSA logró que algo empezase a hacer síntoma, si la queremos pensar como resto diurno, vale, en tanto ten¡a·
requisito indispensable para que pase algo que merezca llamar- mos presente la nítida diferencia que Freud traza entre el res-
se análisis cuando se trata un caso de falso self. En efecto, to diurno con importancia propia y el que sólo acced.e a ese
el hombre terminó por darse cuenta de que, una vez termina- lugar por desplazamiento. Pues de aquí en adelante el pacien·

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""""
te pudo empezar a traer un sinnúmero de situaciones donde abriendo las puertas a todos los ensueños del formalismo,
la no vigell.'cia del [ort-da como operación constituyente era ensueños que en última instancia se reducen a un imposible
el factor común. Ahorraré ahora el camino intermedio para wishful thinking: erradicar esa molestia, el acontecimiento, es-
llegar, y eso con una diferencia de algunos años, a otro inci- pecialmente en lo que tiene de más corpóreo, de más trivial-
dente decisivo, que esta vez toma el carácter de aconteci- mente material. Así, se verá a muchos de nosotros partir apu-
miento. Se ha producido una discusión explosiva, evacuativa rados hacia las reverberaciones metafóricas de> pasear, que son
diríamos, entre sus socios, discusión que también lo ha invo- finitas pero ilimitadas, y que cualquier PSA puede descubrir
lucrado a él. Normalmente, una situación de esta clase termi- a cada rato, descuidando (error metodológico, de últimas,
naba con el paciente en cama, deprimido, o con un acceso tributario del idealismo que el PSA no cesa de no olvidar) ese
de bulimia (era obeso), o uria mezcla de las dos cosas. Es primer tiempo en el pasear que debe,.por razones lógicas y no
aquí que se da, con esa frescura de toda primera vez en análi- solamente ni principalmente empíricas, atravesar el espacio del
sis que constituye uno de 'los momentos probablemente más ' cuerpo en su desanudamiento subjetivo originario respecto
genuinamente hermosos de nuestro trabajo, tantas veces del espacio. Otra vez discutiré esto con un material. Esta vez
áspero y monocorde, una respuesta totalmente diferente: el asunto es el destino de un caso en supervisión. Se ventila-
el paciente se sorprende a sí mismo yéndose, desenganchán- ba el de un paciente con un atascamiento adolescente (tenía
dose de la pelea, que seguía in crescendo, y se va a dar una a la sazón 20 años) en cuanto a su identidad, que lo precipi-
vuelta. Hecho banal, acontecimiento estructural. Sin rumbo fi- taba en un sinnúmero inconsistente de identificaciones imagi-
jo, se encuentra en Florida, una soleada tarde de otoño. Aho- narias, en el registro no del Ideal del Y o cuanto del Y o Ideal.
ra sin retroactividad, ahí, se da cuenta- de que hace muchos Puede verse. que, en lo fundamental, a despecho de las dife-
años que no está en esa calle a una hora como esa, tan de tra- rencias en el plano de las manifestaciones clíniCas, se trata de
bajo para él. Envuelta en una luz nueva, la calle toma un aire un caso situado en el mismo plano que el anterior. También
de jamais vu. 2 . Una cierta dimensión del afuera, del fort, el viajar aparecía en su discurso pero de otra forma, ora como
y el pasear han nacido simultáneamente en el mismo tajo del impulsión, ora como fantasía de fuga, de huida de lo no se
mismo acontecimiento. Sólo que, al nJ.vel psíquico en que el sabía qué. Desde la supervisión se marcaba constantemente, y
paciente se encontraba, era absolutamente necesario e insus- eso no dejaba de influir en un analista muy joven, que el punto
tituible que el acto concreto del paseo produjese concreta- era mostrarle al paciente cómo su PSA era el verdadero viaje,
mente la categoría del afuera. Las metáforas pueden espe- siendo los otros meras resistencias. Prescindiendo de otros ma-
rar, como lo señalara Lacan.3 tices teóricos, creo que aquí se puede localizar un muy típi-
Es que, 'como tantas otras veces en PSA, también en el co cortocircuito que afecta frecuentemente el pensamiento de
registro del pasear reencontramos una dimensión literal y una los analistas, sea cual fuere su credo. Lo que el supervisor de
dimensión metafórica -que la desplaza, la prolonga, la diversi- ninguna manera podía pensar no dependía tanto de que cono-
fica- en implicación lógica y cronológica, siendo esto último ciera más Klein y menos Lacan cuanto de su descuido de que,
lo que, por lo menos en nuestro medio, tiende a olW.darse, dado un punto de fijación muy primitivo de donde no consi-
gue soltarse el desarrollo simbólico de un sujeto más que en
2 seudo formas de solo valor adaptativo, todo salto hacia adelan-
Categoría que vale la pena incorporar a este comentario, en tanto
funciona como índice de que se ha producido paseo. Algo nuevo ha ocu- te únicamente puede tener lugar a través del registro corporal
rrido, arruinando la Identidad de Percepción en su dimensión más inercial. más concreto, pues si las categorías simbólicas no hacen carne
3
Véase J. Lacan, Las formaciones del inconsciente, Nueva Visión, en lo concreto, toda posterior derivación quedará afectada de
Buenos Aires, 1980, p. 47. fragilidad, "pegada con alfileres", por así decirlo.

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Mas allá del fort-da, la conceptualización psicoanalítica del con el bebé. La plaza es justamente una curiosa suerte de
pasear encuentra otros matices relevantes. Acaso pocos sean espacio transicional oficializado socia!dlente que el chico acep·
tan importantes como los que concierne-n al espacio transicio- ta de buena gana. Pero es también un lugar de exposición pa-
nal. No estará de más recordar el hecho evidente de que sin ~ ra las madres; la que subjetivamente no puede serlo o termi-
sentimiento de ilusión no hay posibilidad alguna de verdadero nar de instalarse en serlo no siempre ha de tolerar el "simple"
paseo, que todo paseo empieza, en su gestación, en la mecáni- estar ahí. ·Para esta madre, pasear es escapar de su nifio y de
ca de sus preparativos, cuando alguna subjetividad se ilusiona su función respecto a él; imposible, por lo tanto, pasear con
con él y se lo promete y anticipa como goce, o sea cuando al- él.s Pero todo esto es como hablar de protocondiciones pa-
guien empieza a jugar con la idea, acariciándola, según se dice. ra fobias o agorafobias bien tempranas.
Sabia expresión, este "franeleo" es inseparable de un pasear Quisiera detenenne en la idea de oscilación, tan pro-
efectivo. Pero también la apertura a veces súbita de la promesa pia de una categoría como la de espacio transicional, tan de-
de lo imprevisto, de sustraerse a las monotonías de la realidad cisiva en su fragilidad paradójica para entender lo que está
en su perfil mlis confonnista de contrato social para hacer sólo en juego y que se rompe tan fácilmente en una dimensión
lo esperado, necesita imperiosa e ineluctablemente de un con- como la del pasear. En efecto, la posibilidad de constitución
sistente, irreversible espacio transicional para desplegarse. Pa- de éste (no hablo de sus desarro.llos posteriores, que pueden
radoja típica de la subjetividad humana, ese apoyo de lo emi- alejarse mucho de esta condición inicial) depende de un mo-
nentemente disruptivo en la convencionalidad de una estruc- do particular de inclusión, y no de oposición, entre lo fami-
turación con la cual se pueda ya contar y descontar. Siguiendo liar y lo extraterritorial. Este es uno de esos casos de parado-
una idea de Diego García Reynoso,4 la región que crea el "pe- ja que no debe resolverse, ya que "resolución" implica tanto
ro aún así" és justamente la esencial para que el pasear' tenga como polarización que hace imposible la categoría. Así, si
sentido categorial, y es la región de la que "cuelga" este espa- predomina lo familiar, la .función pasear se verá anulada en
cio potencial. Habrá que recordar, volviendo a la creación de un espacio de inclusiones recíprocas, pero si lo extrafl.o es el
una zona intennedia, zona de ilusión, cómo el pasear gené~ polo hegemónico, pasear devendría espacio de ·puro no-reco-
ticamente se gesta entre una madre y un bebé que aún no sabe nocimiento, insoportabilidad de lo absolutamente extrafl.o,
nada de eso ... pero que, por cierto, aprovechará de la capa- sitio esencia\Jnente fobígeno, en suma. Hay una banda de
cidad simbólica de ella para hacerlo. "No vamos a ninguna par- a
Moebius constituir, a cargo de la madre, ¿que umbilique en
te en realidad (apenas a 'dar una vuelta', como se dice), pero el acontecimiento pasear lo mismo de siempre y lo incansa·
aún así pasearemos" es lo que aquí rezaría el adagio que torna blemente distinto? Para poner un ejemplo simple, es una co-
milagrosa esa vuelta. No se trata, en todo caso, de uria vuelta sa que una madre fóbica no puede hacer: en sus brazos el
mecánica, ya que en el retorno habrá alguna transformación ... chico no cesa de recibir significantes posturales, kinésicos,
después de ir apenas a ninguna parte. Justo a la inversa del ma- laberínticos, etcétera, con los que construye una matriz de
terial que expuse supra, caracterizable por un "vamos muy peligro inminente. Pero este ejemplo nos sirve para algo más,
lejos, pero ni aún así habrá paseo". :Muy cerca, en cambio, es y es para entender que, lejos d~ constituir una acción con-
posible descubrir el barrio y hacerlo oscilar entre lo familiar tingente, cuya significación se limitaría a lo epidérmico, pa-
y la extraterritorialidad. Es interesante senalar cómo muchas sear penet~a en el cuerpo, lo moldea de un modo u otro;
disfunciones maternas se ponen de manifiesto en la plaza, o dicho conceptualmente, tiene potencia de metamorfosis.
en una singular incapacidad para ir a ella y soportarse allí
5
Tambi6n estén la madre o la abuela esquizoide que se lo olvidan
4 "Jue¡o, creaci6n, Uulli6n", Revista A.P.A., Buenos Aires, no 32. en un paseo.

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seo de perderse, de olvidar un rostro que ya no quieren tener,
Conviene tomar esto lo más a la letra posible, pensando por pueden multiplicar las ilustraciones o ias evocaciones.
ejemplo en los efectos de castración simbolígena que ejerce Pero jugar a perderse, la mejor definición posible de pa-
un pasear a tiempo, en los más diversos niveles del desarrollo sear, si quisiéramos una, supone también haberse reconcilia-
libidinal: verse paseado marca que se ha nacido,6 pasear dan- do con la categoría de lo extrai'i.o, haberla despojado de to-
do los primeros correteos subraya el florecimiento de la au- da asociación con lo siniestro (que es en cambio perderse en
tonomía del segundo ai'i.o de vida, concomitante a la inscrip- el seno mismo, sin más transformación que una, de lo fami-
ción de los esfínteres anal y uretral; darse una vuelta con liar), así como, por otra. parte, haberla podido escribir como
papá puede ser una intervención feliz para sacar al nii'i.o de tal, no moverse siempre "como en su casa". Cualquier analis-
una permanencia en la casa que ha devenido incestuosa y pro- ta dispone de materiales donde un chico, tras cierto tiempo
voca ansiedad y malos humores; pasear a su vez en determi- de trabajo, empieza a traer con entusiasmo el tema de "luga-
nados momentos implica ponerse a prueba en el cotejo y en- • res nuevos" a los cuales va, así como de un adulto que, acaso
frentamiento con la diferencia sexual, en muchas ocasiones por primera vez en su vida, accede a ese misterio, apenas re-
más fácilmente eludida en el ambiente familiar, con su poten- cubierto por la trivialidad cotidiana, del salir afuera. ·
cial regrediente por lo general disponible. Es justamente esta Quisiera volver unos momentos• sobre una palabra que se
potencia de metamorfosis la que el PSA puede movilizar, escribió al pasar: el laberinto. Reflexionando· sobre ciertos
transformándola en potencial de cura, como cuando la sesión materiales clínicos, me parece que este órgano, invariable-
se arma ambulando. Y no sólo el PSA, si nos atenemos a ejem- mente en segundo plano en la literatura "Psicoanalítica, donde
plos célebres en la cultura, desde el paseo del compositor al como en todo órgano confluyen (es construido por) la función
del filósofo con sus discípulos. Lo que sostengo es que aquí parental y el proceso imaginario del sujeto, tiene un lugar muy
la actividad "motriz" (lo cual dicho así es un reduccionismo) decisivo, particularmente en cómo se inscriban las primeras
apoya un despegue, un corte profwndamente reestructurante experiencias del pasear. No olvidemos su esencial conexión
para la subjetividad. con una de las ansiedades psicóticas elementales: caer para
Nuevamente en este punto distinguiríamos al turista del siempre (o sea, caer en un espacio de inclusiones recíprO-
viajero. Aquél sólo puede traer al regresar coment'arios super- cas). Extremando una hipótesis, lo propondría como el ór-
ficiales: si ha habido verdadero pasear, no importa la dura- gano en que se registra -en esa "primera vez", siempre a
ción rii la extensión del trayecto, no se vuelve exactamente caballo ambiguamen~e entre la historia y el mito- algo de
igual. Esta ausencia de diferencias registrables, esta no-marca- ese protoacontecimiento que es salir o ser sacado a pasear.
ción en el cuerpo deseante, seftal de que se ha atravesado una Para no remitir a materiales acaso demasiado obvios como las
experiencia, era muy notoria en el caso que antes expuse. "descomposturas" que algunos chicos tienen durante los via-
La "última" transformación del fort-da, que comenzara jes, verdadero equivalente de angustia, evoco una sesión de
con jugares de arrojar y de escondite, es perderse, o, mejor una adolescente donde la· referencia interpretativa al naci-
dicho, gozar, buscar activamente esa dimensión de perderse, miento de un deseo ·de fuera de lo familiar asociado a un
de "olvidar su rostro", como decía F oucault. Y a proporcioné viaje, que en sí mismo funcionaba como ritual de pasaje, pues
un ejemplo interesante en su sutileza, cuando el paciente, a se trataba del viaje de egresados, provecó una brusca e inten-
su manera, se extravía en la calle Florida. Más abundantemen- , sísima vivencia de caída que la hizo aferrarse al diván, como
te, los adolescentes, que de suyo no saben mucho de este de- si literalmente estuvi~ra en el aire, momento en que el diván
en su materialidad habitualmente opaca cobró en el ámbito
6 Véase el niño bobo, el malnacido, criado oculto por sus padres. de la sesión una importancia muy poco habitual.
No sale nunca, una forma de repudiar, de "corregir" su nacimiento.
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hasta corno inerte telón de fondo está caído en los agujeros de
El espacio psicopatológico. . la no-significación. Como un pájaro a ciegas; ese deambular
psicótico busca perforar y pasar, pasar y pasear.
La pregunta fundamental ¿adónde vamos'! puede ser útil Si aquel deambular balbucea la lengua no obtenida del
punto de partida para la constitución de un grupo de transfór- paseo que restituye, muy diferente me parece la salida disper-
maciones en torno al pasear, grupo de cuyo valor clínico deci- sa, la salida de consumo. que muchas veces su~le aparecer en
dirá el futuro. Por lo mismo de ser una pregunta absolutamen- un nifi.o con ritmos o funcionamientos hiponianíacos. En ese
te elemental, tornada por el PSA, este Rey Midas contemporá- comprar que torna irreconocible el salir a pasear "originario",
neo de la vida cotidiana, resu'tta plena de un potencial· teóri- la relación ya no es de restitución (y en ese sentido tiene me-
co del que carecen, por contraste, interrogaciones tanto más nos valor corno tentativa de curación espontánea), sino de
rebuscadas. ·· sustitución. La distinción me parece importante, porque si
Para empezar, si hay adónde ir. Cuestión absolutamente • pasear y restituir el pasear pueden encontrarse, se sitúan de
radical, corno que por allí pasa unalínea divisoria entre neu- cierto .modo en un espacio que puede llegar a devenir cm:nu-
rosis y psicosis.' Sin hablar por ahora del autisrno (que cons- nicable, si no común, adonde una cosa puede llegar a convér-
tituye un verdadero "agujero negro" del pasear, correspon- tirse estructuralmente en otra. En cambio, eso me parece que
diéndosele como una partícula de la antirnateria a una de la no sucede con esta alternativa hipln:naníaca: sustituye y por
materia), estrictamente la situación que· se le plantea al peque- taJ,ltO aplasta la dimensión del pasear, no la busca a través,
ño sujeto esquizofrénico es que no existe, y esto en un gra- corno en el caso de la akalicia. 8 De alguna manera, entonces,
do de intensidad, de 'rigurosidad difícilmente imaginable para una actividad de este tipo viene a encontrarse con el replie-
quienes suelen vivir más tiempo "del otro lado" (y no existe gue, el desplome, depresivo, que en su momento de mayor
literalmente adónde ir, por lo menos en las condiciones del postración abole toda posibilidad de salida. Sólo que, si es
discurso familiar, en las condiciones de lo que remeda para cierto que en los nifi.os predominan de hecho los equivalentes
su caso al cuerpo imaginado que le concierne). El descubri- depresivos, nos encontramos aquí con ot;ros matices clínicos:
miento por Bateson del double bind corno pieza maestra del así, el pequefi.o depresivo podrá llevar a pasear a los hermanos
enunciado esquizofreni~ante muestra. esta imposibilidad ·de que el mito familiar ha asignado a su cuidado, pero· a costa
afuera con toda claridad. Pues lo decisivo, al menos para un de que pasear para él se transforme en cuidar de otros.9 En
psicoanalista, es: "respondas lo que respondas estarás en mi mi opinión, este es uno de los modos que reviste lo que-llamo
égida". · falso self depresivo. Sobre otros más afines a la caracteriza-
De · aquí el valor eminentemente restitutivo que doy a ción que hace Winnicott no me voy a embarcar ahora, por
la deambulación del psicótico, aun bajo sus formas más "auto- cuanto los puntué en alguna medida a través del material ci-
máticas", más aparentemente degradadas de valor sirnbolí-
geno. Beckett viene a cuento: tanto corno en una pieza del .
1
Por lo tanto, planteo la dimensión ~etonímica del deambuleo,
que por contigüidad aproxima al pasear, y la dimensión metafórica del
tipo de Esperando a Goiot se hace abrurnadorarnente patente comprar o consumir que reprime aquél, si es que alcanza aquí con un
que el sol ha caducado, no hay paisaje, cuanto más los des- concepto como el de represión. ..
protagonistas se obstinan en un pasear vacío pero que alza 9 Por otra parte, el retroceso al agujero de internación, cuando pre-
su voz en medio de ese universo apagado. Los mismos peque- domina lo reconstructivo, puede devenir punto de arranque para un ge-
fi.os objetos que colecciona un psicótico;esas basuras, operan nuino salir: la convalescencia del depresivo. Consultar mi trabajo 'La clí-
en mi opinión corno un intento de restituir ese paisaje que nica del rostro y el ataque depresivo", Actualidad Psicoló¡ica, Buenos Al·
res, agosto de 1984.
7 Recordemos la distinción que traza Winnicott: jugar con/estar en.
199
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tado más in extenso. Baste acotar a aquellas observaciones
como toda la ·estrategia de la formación que llamamos falso lidad: es durante su trayecto, por primera vez, que la catego-
self, dirigida a la anulación del acontecimiento como tal, ría pasear toma una impmtancia estructurante decisiva como
pero no anulación obsesiva (que está siempre en relación 16- nunca antes y cuya mejor o peor resolución acotará el devenir
gtca, ya que no en todos los casos cronológica, a un pensa- del adulto. Por ejemplo, es la primera vez en la vida que el
miento inconsciente intensamente saturado de ,pasionalidad), pasear está a cargo de salir de lo edípico. ¿Recordaremos las
anulación en bloque que mata en su raíz la posibilidad misma historias, escuchadas afl.<;>.s más tarde, donde la primera y has-
de generar pensamientos que sean acontecimientos (en tanto ta ahora única pareja re'sultó ser alguien de la vecindad, meto-
aquélla se dirige a pensamientos que ya no lo son). nímico al objeto primordial, demasiado metonímico al obje-
Vale la pena detenerse más en las funciones. y trastornos to primordial?
propios del adolescente en· lo que a pasear se refiere. La erran- Después de recordar la ida al médico como equivalente
da de éste se ord,ena muy firmemente cuando pensamos (entonces, ni del orden de la restitución ni del orden de la
que su clave, su esencia, reside en investir libidinalmente un sustitución) en el psicosomático y sobre todo en las formacio-
espacio extrafamiliar más importante que el familiar que has- nes hipocondríacas, me gustaría considerar el pasear en las
ta ahora lo ha orientado. El punto es la invención de lugares fobias. Pues en lo que hace a otras neurosis no encuentro de
para nuevas identificaciones, o mejor dicho (o debe decirse momento mucho que decir, excepto lo que me llama la aten-
antes), para proceder a una "limpieza" de identificaciones ción: la desaparición del paisaje en el discurso obsesivo.
narcisistas familiares. Deshacer un territorio laboriosamente Pero hay que re.cordar, en cambio, que la localización más
adquirido desde su nacimiento y su momento de acople con o menos autónoma de algo así como formaciones de tipo fó-
el cuerpo imaginado (acontecimiento que el PSA tiene muchos bico prácticamente empezó por el inventario de sus imposi-
motivos para considerar como el ''verdadero" punto de na- bilidades en cuanto a que pasear implica, elementalmente,
cimiento). Ahora bien, cuando según las experiencias infan- los medios de transporte (al primero de los cuales ya nos re-
tiles y, sobre todo, según el mito familiar, no hay adónde ir, ferimos). Es difícil sustraerse como psicoanalista a la impresión
unido a sufrir violentos ataques de odio desde el dispositivo de que algo en las fobias, su nudo más problemático, apunta
que aquél genera, uno de los recursos posibles es el inmó- a destacar lo que es la esencia misma del pasear. Por mi parte,
vil ''viaje" que proporciona la adicción como sustitución re- cada vez ·pienso más estas formaciones desde el punto de vis-
gresiva de la función pasear. O bien, la sorda· y enmudeciente ta de un cierto dualismo, según el cual se plantea algo como
desesperación que provoca la comprobación de que no hay contenido edípico en formas de corporeidad-espacialidad
adónde ir en realidad desemboca en el reclamo vandálico de tanto más arcaicas. Ambigüedad, entonces, de estos destinos
espacio: al respecto La naranja mecánica nos ofrece un verda- subjetivos. Característicamente, la fobia desparrama sus car-
dero modelo fenomenológico desde las primeras páginas: tas en el espacio: de un lado, el acompañante, a quien se le
todo el itinerario psicopático o antisocial se despliega a partir demanda función de anulación del posible paseo (subrayo
del rechazo de la comprobación de que, como tantas otras la noción de lo posible, porque en este terreno, donde siempre
noches, tantos otros días, no }}ay adónde ir. A su manera, se está a la espera de lo posible, fascinante y catastrófico,
nadie más dolorosamente consciente de la futilidad que 1'\J me parece insoslayable), del otro, la dimensión de lo exó-
recubierto la pregun~a vital ¿adónde vamos? que el sujeto tico, que hace ya dieciséis afl.os tan magistralmente -y tan
que viene a parar a esta posición de recurso al acting, otra olvidadamente- seftalara o descubriese-Rolla:lO exasperación
manera de intentar perforar un espacio impaseable. · del ·paseo, polarización d~ lo desconocido, de lo extrafl.o,
De todos modos, cabe a la adolescencia una responsabi- tan importante por lo méÍtos como lo siniestro. Aunque un
1o Edgardo Rolla, Personalidad fóbica, Kargieman, Buenos Aires.
200
201
~

en aquelJ.os .casos de trastornos narcisistas no psicóticos, don-


fóbico sólo lo roza, podría decirse: de lo siniestro hacia lo de la detención en formas de la torpeza obstruye el pasaje a
exótico ha de desplegarse la cura. En muchos adolescentes la· metaforización del paseo. Además, con el correr de los
he ppdido ver esa mutación operarse en el mismo punto tiempos, el PSA PlfdO llegar a descubrir que, en muchas sit4a-
·del genital femenino (hasta entonces sólo abordable median- ciones, su condició'n de existencia dependía, para un caso da-
te la· estratagema de un ritual fetichista). Como si dijéramos do, en poder inventar una situación de paseo como punto
que, ya desde pequeño, él saber inc.<?nsciente del fóbic<1 es de partida.ll
que lo siniestro y lo exótico se hallan én un espacio de inclu- Fueron sus mismos pacientes quienes le aportaron la "com-
siones recíprocas. Pero deslindarlo sería tanto como una paración" con un viaje, con un trayecto pleno de peripecias
renuncia edípica. no ciertamente turísticas. Pero la limitación teórica de esto,
Pero todo esto descansa sobre otro nivel. "Nunca pensé debida fundamentalmente a· la resistencijj. del analista, consis-
que esto fuera tan lejos" es el primer dicho de una adolescen- tió en tomarlo como pura metáfora. Sin embargo, y en serio,
te, fóbica por ese mismo dicho, al llegar a su primera entre- era algo más. (Si bien la "técnica" analítica se obstina desde
vista. Transformación interpretativa posible: ¿Y cómo hizo siempre, en . todas sus formas, desde el ideologema del "en-
para llegar con su cuerpo? O: "Nunca pensé que pudiera cuadre" hasta el initema de la "intervención", se empeña con
llegar tan lejos sin perder mi cuerpo." Lo cual incita a todo no pocos éxitos en aplanarlo a la categoría de "tour"). Fueron
fóbico a múltiples y a veces inútiles retornos ... cuando lo los analistas, especialmente armados como institución, y no
que más desea y lo que más sabe hacer es pasear. Acaso nadie los pacientes, quienes pronto empezaron a visualizar la emer-
como él ha comprendido, ha captado, cuánto de metamorfo- gencia siempre potencial de lo imprevisto como amenaza para
sis se juega en el más pequeño,. en el más anodino paseo. ''su" PSA.
Pero ¿cómo hacerlo, si ni la madre primero, ni el padre "des- Así se escapa lo esencial. El PSA es un viaje al futuro con
pués" (en el PSA, caricaturescamente, los padres, estructura- todas las apariencias y los protocolos de una incursión arqueo-
listas o no, siempre llegan después, como héroes distraído&), lógica en el pasado (espacio de inclusiones recíprocas, banda
le aseguran una cierta conservación e inmutabilidad de su cuer- de Moebius mediante). Un puro recorrido hacia el pasado es
po? Y un fóbico no está tan asediado (término clave) por los sólo y apenas su caricatura. Un poco como lo proponía Hal,
fantasmas incestuosos como por las angustias psicóÜcas tru- la única máquina ·que desencadena el único conflicto en el
cadas de lenguaje. Por eso mismo, y ya ad~lto; podrá llegar 2001 de Stanley Kubrick. ·
a asumir esa condición extrema y detenida del pasear: la del
exiliado. -

ElPSA

Cualquier PSA afronta tareas claras en cuanto a la función


pasear: o bi'en des-reprimirla,- como cuando nos consultan por
un chico que no sale lo suficiente, aun teniendo ganas (decir
mejor des-inhibirlas equivale a lo mismo en la práctica de un:
tratamiento), o bien apostar a rehacerla cuando intervenci()o! u Véase trabajo al respecto en este mismo volumen.
nes psicotizante~ la han destruido, o bien des--bloquearla
203
202
¿QUE ES VER?
EL PSICOANALISIS CON NI~OS CIEGOS*

~ Marie-Jose Puig-Izard

Adrián Grassi: Es bastante poco frecuente que en nuestro me-


dio psicoanalítico tengamos oportunidad de escuchar confe-
rencias, charlas, relatos de experiencias que tengan la pecu-
liaridad, la particularidad de la que hoy oiremos de la Dra.
Marie-Jose Puig-Izard. Ella realiza su práctica profesional
como médica psiquiatra y psicoanalista en Toulouse (Francia), '
en. el Centro La Strade, que se especializa en la atención de
niños ciegos y con problemas de visión, y en un centro psiquiá-
trico para jóvenes. Va a colaborar con la Dra. Puig-Izard, en
la traducción, la Dra. Zulma Liamgot, también psicoanalista.
Debo, por otra parte, señalar mi satisfacción por el hecho de
que, desde la Secretaría Científica de la Asociación. de Psicó-
logos y el Departamento de Clínica de la Facultad de Psico-
logía, podamos realizar actos como éste. Escuchamos, enton-
ces, a la Dra. Puig-lzard, quien en el curso de esta exposición
debatirá con Ricardo Rodulfo y Marisa Rodulfo ..
M.- J. P. -1.: No sé hablar suficiente castellano, pero puedo
entender muy . bien las preguntas, y con ellas pienso que
podremos trabajar en el mismo clima de amistad que he
ientido estos días en Buenos Aires. Creo que les interesa la
:>ráctica que tengo con criaturas pequeñas ciegas de naci-
niento, pero trabajo también con niños de poca visiÓn y rea-
izo consultas de niños de todas partes y hasta de adolescen-
tes. En mi consultorio practico psicoanálisis de adultos. ·
• Conferencia dictada en la Facultad de Psicología de la U.B.A. el
19-9-86. Versión no revisada por la autora. ·
205
-..,.,. !"'"
,1
·>
,.
~ y la ceguera ocurre luego de la estadía en la incubadora por
Voy a delinear los aspectos principales de mi trabajo jun-
to a chicos ciegos. El primer punto que desearía sefialar l. falta de regulación del oxígeno.
¡ De ahí proviene la necesiad de hablarle al nii'l.o de esos
es que se debe hablar con los niños desde muy pequefios. ' ~~ momentos que ha vivido en el hospital, en general separado
Coincido aquí con Fran~oise Dolto en hablarles, desde que

i
de sus padres, pero escuchando palabras que van a convertir-
nos son presentados, de su ceguera. Trabajando con chicos se para él en significantes que son casi siempre muy definitivos.
ciegos de cinco o seis afias, hemos comprendido que cuando En este primer caso, el nii'l.o es traído muy pequeft.o;
llegan a la edad. escolar ya es demasiado tarde para abrir una t los padres están muy doloridos, muy deprimidos, y casi no
comunicación lo suficientemente viva que permita al nifio ~
(f pueden soportar contar lo que ocurrió. Pero es mucho más
desarrollarse. Ha ue ocu arse de los nifios ciegos antes conveniente que vengan Jlronto, antes de que el niño tenga
de los seis afias. Es importante para os _pa res encontrar un . i·
l~ar "desmedicalizad~", y ésta es la paradoja que vaya { varios meses.
En todo esto la escucha psicoanalítica es muy importan-
"
desarrollar.
Y o soy médica y preconizo un lugar desmedicalizado. r• te, pero nosotros no somos consultados como psicoanalista~,
sino como er as com etentes para llenar ese agujer ,
{"
Por consiguiente, un lugar que sea lugar de recibimiento, de para par un imaginario a esos padres, contándoles cómo \!!1
palabras humanas muy simples, para hablar con los padres
de un nifto muy chico lo más pronto posible después del des-
f'(f, nifto ci~go puede crecer. Vemos entonces que estar presentes
eñ ~na institución MeS un peligro. Esos padres no vienen a
cubrimiento de la ceguera. Si es factible, desde la salida del ·;¡¡. la ·insHtución, pero saben que nosotros trabajamos para ayudar
hospital.
Los padres están muy deprimidos. En general, si no se tra- lof. a los niños que crecen allí.
:'~_· ,j~.¡1
En la ma oría de los casos, el niño es llevado con retra-
ta de una enfermedad hereditaria, no han pensado nunca· en·
so. Este es el segun o punto sobre e cua quería atraer la aten-
el drama que representa el tener un hijo que no los verá ja-
más. Y' lo que dicen los padres cuando hablan de este aconte- ¡·. ción de ustedes, y tiene que ver con un enfoque técnico, del

,'l'
f

cimiento configura una actitud que Freud describe en las neu- lado de la oftalmología.
Ustedes comprenderán que ~s casi imposible conocer
rosis de guerra: es una neurosis traumática.
la agudeza visual de un n· o de un be é. Sin embargo, lama-
Los adres usan alabras tales como "es el ne o tata"' .':··¡.
~ .
yor a e los oftalmólogos se creen obligados a dar una eva-
(la oscurida , para ellos que sin embargo ven), o "una caver- •"

na" (no es posible aceptar un agujero al lado de nosotrOS}. luación que, en general, es pesimista.
Por debajo de un centésimo de visión -con corrección-
AOviértase que los adres hablan como si ellos mismos estu-
vieran cte_jos. todo esto, por supuesto, ocurre rente a un un ñíno es lfamado . en Franc!a "ciei§:Jes.al", pero el nii'l.o
no es ciego en el sentido de que puede desplazarse, evitar los
bebé pequeftito, que ya ha sido separado de sus padres en el
obstáculos, percibir la luz, los matices entre los cc;>lores: por
supuesto, esto depende de la lesión. Pero lo que los padre~
hospital por razones médicas y ha soportado muchos exá-
menes.
Otra idea que quiero subrayar, para comenzar, gira en ~:an escuchado es~bra prof~ticJ.: "S~ hijo es cie_¡_o;"
( he aquí que cuando nos traen nift.OS que ya tienen ·Un año,
torno a la generalización. Creo que no se deben generalizar
las cuestiones, y por ello me siento obligada a darles· ejemplos
r· que comienzan a desplazarse gateando o a caminar un po-
más precisos. ~ .t co, los padres afirmen: ."Es ciego." Yo contesto:
un oco", o le di o: "Vos ves este ob ·
1
"Pero él ve
', y los padres in=

sisten: "Pero no, él es ciego". -''¿Por~


Los primeros momentos del nacimiento de estos niños son .
muy importantes. Algunos han nacido sin ojos, otros han si- que él es ciego? -"¡:Porque el doctor lohadicho!" Y esto
do prematuros: en consecuencia han vivido en incubadoras,
207
206

-~
r

"
es terrible, porque el niño despliega mucha energía para se-
guir a su libido, y cada vez se lo impiden. rido; refiéranse ustedes a la frase de Freud en donde habla con
ternura del narcisismo paterno. Freud habla de ello sin seve-
Es más grave decir: "Sos ciego y por consiguiente no po- ridad, y parece no considerar esta posición como molesta.
dés hacer nada", que decir: "¡Cuidado! Te vas a lastimar."
Hago esta observación porque en mi trabajo he not~do que
Costumbre lógica, ya que se trata de niños sobreprotegidos ..
se tiene un poco la tendencia a culpabilizar a los padres. Creo
Y con esta categoría de padres se puede trabajar, analizar
que a éstos· les es imposible, sin la ayuda de una persona que
la sobreprotección. Con la otra categoría de padres esta- •
mos en la denegación. les merezca confianza, considerar que su hijo está entero,
mientras que efectivamente, en relación con ellos, les falta
La paradoja entonces es que los padres afirman la ley co-
algo.
mo una ley: "El es ciego", pero para ellos, en lo imaginario,
El narcisismo de los padres está horriblemente herido,
ser ciego es no ver nada. Y el deseo inconsciente es'que el ni- ;
y ellos hablan con frecuencia de soledad, como si el niño fue-
ño no vea nada. Así éste puede ser tomado en el deseo eroti-
ra monstruoso. Y a este niño que no ve, no se lo muestra\
zado inconsciente de su madre como el objeto pequeño
no sale. No hago generalidades, hablo de un caso concreto.
"a", y es este enganche muy profundo el que organiza la edu-
cación y la vida de este niño. · Porque, a pesar de todo, es bastante frecuente el "puesto que
no ve, ¿para qué sacarlo de día?", "puesto que no ve, ¿para
En este punto hay niños, me parece, que serían psicóti- qué decirle que nos vamos de la habitación donde se encuen-
cos cualquiera fuera su visión. La madre habría encontrado
tra?" "Lo engáñamos, él confunde el día y la noche." Y
otra inscripción sobre el cuerpo de su hijo para sujetarse, o
cuando el niño está acostado y sus ojos están cerrados, es co-
habría sido una madre fusional. El trabajo psi~oanalítico mo cualquier lactante, como cualquier bebé, como cualquier
con niños deficientes visuales no tiene ninguna diferencia
niño. Y frecuentemente los padres ponen mucho a dormir
con el psicoanálisis con niños videntes. De lá misma manera a los bebés. ·
que en la vida real, en la realidad de esta familia sería muy
Hay que interrogar también las pulsiones de muerte, ya
útil que los padres acepten la idea de que el niño tiene su to-
que el niño duerme. Pero creo que él, para apaciguar el sufri-
do, y que él ve como ve, y él sólo sabe lo que ve. Esta es ente- miento de los padres, busca hacerse olvidar. Y cuando se
ramente la definición del Sujeto, que debemos respetar en la
le dice: "Vos no querés que tu madre sufra. Preferís dormir",
cura psicoanalítica. Y pienso que el trabajo con un chico
sucede que el niño, un chico muy pequeño realmente, sonríe
ciego en toda su vida, en toda su realidad, es el de acompañar
a un niño que es en principio una persona diferente. con un aire un poco cómplice.
¿Tendrían ustedes preguntas para formular? Y cuando se le dice a un niño "Tus ojos no ven muy bien,
pero hay cosas que podés hacer", si los padres pueden reci-
Marisa Rodulfo: El otro día hablábamos de la importan- bir esto, él va a mostrar inmediatamente que, en efecto, él
cia, en este tipo de chicos (no sólo en ellos, pero si especial-
puede hacer algo. Si los padres no pueden oír, él muestra
mente en ellos), de la imposibilidad de la madre de mirarlos,·
lo contrario, tiene una conducta regresiva en relación con el
y lo que usted denominaba el efecto poupée, el efecto muñe-
ca, de dejar permanecer a estos niños en posición horizontal. comienzo del examen, de la entrevista. Por eso he visto, so-
bre todo cuando las madres no están ayudadas por una abuela
M.-J. P-l: Eso sería otra parte de mi trabajo con uste- u otra persona, a chicos totalmente transformados en mu-
des. He dado, en principio, grandes direcciones; me parece
muy importante difundir mis observaciones, que son histo- ñecas.
rias singulares, que con seguridad tienen rostros para mí. Le dábamos también al niño una muñeca, en particular
Es el narcisismo de los padres el que está terriblemente he- muñecas que lloran o ríen. He visto a varios~·"niños-muñecas"
de este tipo. Se habían identificado totalmente con la rigidez
208
209

l,
Sabemos que el chico no ve en absoluto. Si el nifto no es
de la expresión, con la pobreza del intercambio de lenguaje, psicótico, autista, no hay ningún problema en lo que respec-
siempre vestidos con esmero, como muftecas. Con este tipo ta al conocimiento de su cuerpo. Al crecer, incluso puede di-
de niftos creo que es evidente que hay que trabajar en psi- bujar un hombre. Nunca ha visto su imagen en un espejo.
coanálisis. . Esta es una pregunta común: cómo se ha unificado para él
La consulta para los chiquitos sería el equivalente' de las la imagen de su persona (refiriéndose al texto nodal de Lacan,l
entrevistas preliminares. Si vemos que .la evolución del nifto que para nosotros es un fundamento). .
es buena, no empezamos necesariamente con una cura psico- Creo que existe una imagen del cuerpo (en este momento
analítica. Si el nifto no progresa, si la madre continúa extre- no hablo de la noción de imagen inconsciente del cuerpo tal
madamente deprimida, en ·los casos en que el nifto es muy pe- como la utiliza Franr;oise Dento: hablo solamente de la ima-
quena le propongo a la madre, o al padre, que vengan regu- gen del cuerpo consciente, que podemos· manifestar en la
larmente, y trato de hacer un psicoanálisis de niftos con uno vida corriente). Yo atestiguo que los niftos construyen un
de los padres. Hay que trabajar en estos casos con los signifi- esquema corppraf, tal como lo enuncia Franc¡:oise Dolto; ella
6antes de los padres, y· lograr, en consecuencia, que éstos afirma que el esquema corporal es diferente de la imagen in-
acepten asociar, mientras le hablo siempre al nifto, que tiene consciente del cuerpo.
un lenguaje corporal pequei'lito. Es un 'trabajo muy largo, y Un nifto que no ha visto jamás su imagen en un espejo
en él he sido ayudada realmente por Franr;oise Dolto. construye, sin embargo, una imagen consciente del cuerpo.
Este proceso puede durar dos o tres aftos~ )'"-luego, si las Es lo que Franr;oise Dolto llama el esquema corporal. Creo
cosas marchan bien, llega un momento en que el nifto efec- que podemos preguntarnos cómo se organiza lo especular a
tivamente quiere estar solo conmigo. En ese mome.nto le pro- partir de los otros sentidos: el tacto, el olfato, la audición,
pongo a la madre continuar las entrevistas con una colega y pienso que son muy importantes los receptores articula-
relativamente ligada a la institución, y al chico que venga res propioceptivos del peso y del apoyo.
solo, aunque alguien lo traiga a la consulta. Le pido un pago Como referencia psicoanalítica, podemos evocar el concep-
simbólico: deberá traerme una piedrita. Si tiene ganas de to de moi piel de Didier Anzieu. A mi juicio, la utilización
hablar puede hacerlo, pero no 11ay una especificidad muy del tacto, del contacto corporal y de los receptores articula-
grande, fuera de que el nifto no dibuja, a veces modela, y res de postura nos ayudan a integrar constant~mente la po-
todo transcurre en juegos corporales. De acuerdo con nuestra . sición, las diferentes posiciones del cuerpo.
técnica, no toco a los niftos, solamente· les hablo, y los dejo El espejo en estos casos es frecuentemente la mufteca.
desplazarse en la habitación, en la que hay alfombra y al- El nifto juega a la mufteca, pero todo esto no es nada sin el
mohadones. No sé si tienen preguntas para formularme. lenguaje, nada se organiza si no se le habla al nifto, si el nifto
Ricardo Rodulfo: Días pasados nos hablaba usted de có- no le habla a su madre o a la persona que está cerca de él.
mo el trabajo con chicos ciegos la había enriquecido, la había Por otra parte el nifto -todos los bebés- oyen muy fi-
ayudado a repensar cuestiones relativas a la especularidad~ namente. Esta posibilidad de ·escuchar bloquea los esfuerzos
sobre todo en relación con ciertas teorías clásicas en este te- que podrían hacer aquellos que· todavía ven un poco, los
rreno. Me gustaría que nos devolviera a esa conversación. que tienen un poco de visión. El hecho de servirse de la audi-
M.-J. P-1.: Siempre nos estamos reflriendo a chicos que ción les impide hacer un esfuerzo para mirar. Digamos que el
no ven en absoluto. Si ustedes quieren, por una reflexión cien-
tífica, efectivamente lo más simple es ver cómo ocurre el d,e-; 1 Se refiere al texto clásico sobre el estadio del espejo. Véase E1·
sarrollo sensorio-motor de un nifto que no tiene ojos, o que ha rrlto1 l, Siglo XXI, México, 1971.
sido operado y lleva ojos de·vidrio. ·
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niflo se las arregla con lo que escucha, lo que huele y lo que Esta es una respuesta que concierne al nifto ciego. En mi
se le dice. trabajo analítico, si el chico se acerca para sentarse en mis
Si retomamos la primera idea de esta prohibición que rodillas, no lo rechazo, pero le digo: "No soy tu mamá",
el chico cree recibir: "Vos no ves", él no mira nunca: está "Estoy aquí para escucharte y para hablar con vos". Trato
fuera de la comunicación con el exterior. Con frecuencia me de hacerle comprender que nuestro trabajo no necesita seduc-
han traído a consulta niños autistas que no miran, pero cuyo ción. Por ejemplo, como pago simbólico les pido una piedri-
aparato visual está intacto. Y los oftalmólogos siempre les ta. Hay algunos chicos que me traen· un caracol. Entonces
encuentran algo: "Parece que tienen la retina, la fóvea muy les digo: "Pero esto es un· regalo, no es un pago." Es un mo-
pálida"·; se llama a eso la morosis, una palabra muy linda. do de evitar la erotización y la seducción. Sobre todo cuandó
Y cuando se interroga a los oftalmólogos, dicen que no saben los niftos son muy pequeftos, creo que es importante hablar-
lo que es. Por consiguiente, los chicos autistas no miran, no les en ·los mismos ténninos en que les hablo a ustedes. Nadie
ven. Y los chicos ciegos o los que tienen dificultades•visuales, les habla de esta mane.ra en su medio, y a ellos les gusta m_u-
los amblíopes, no miran tampoco. cho eso.
He aquí todo un campo de reflexión y de trabajo para Pregunta: Continuando con la misma pregunta, usted di-
los psicopedagogos, los educadores: tratar de darle al nifto jo que el problema de los niños que ven poco es que lama-
ganas de mirar. · dre no los mira cuando ellos ven. Yo pensaba, tal vez, que
Yo no he olvidado la mirada de la madre. La madre no no en forma de seducción, sino de reconocimiento corporal
mira al hijo ciego porque tiene miedo de encontrar ese vacío. por parte de un tercero que salga de esa dualidad, éste puede
En realidad, podemos creer que cruzamos la mirada de un cie- hacer de mirada especular, puede servir para ayudar a la cons-
go. Me ocurre con frecuencia en psicoterapia: . creo que él titución, a la unificación narcisística.
ve, porque es una mirada transferencia!. Frecuentemente me M. -J. P.-l.:· Sí, creo que ese es el rol de la tercera per-
digo: "Pero, no es posible, ¡él me mira!" Eso es lo que le sona, el de organizar una suerte de espejo que no es posib:l:e
falta a la madre. Ella también está bajo la ley de lo prohibi- con la madre, ya que frecuente.mente ella no mira a su hi-
do, digamos, de eso prohibido edípico, incluso refiriéndose jo. Y cuando digo que no lo mira, hablo de la mirada, no
al médico/imagen paterna: "Vos no verás", y él no ve, él de la visión: por supuesto que ella lo ve. Hablo de la visión
no la mira. Y, sobre todo, ella no lo mira.cuando él ve. comunicante, de la mirada de amor, de la pulsión escópica.
Se necesita una tercera persona, un testigo, para romper Pregunta: ¿Cómo se comporta usted cuando el chico fue
esa "locura de a dos" (folie adeux). abandonado en su contacto con los padres y ya es autista?
·Pregunta: Usted mencionaba antes que en los juegos, en M.-J. P.-l.: ¿Cómo me comporto? Igual.
la sesión, no intervenía corporalmente, sólo verbalmente. Pregunta (la misma persona): ¿Cuále.s son los resultados?
¿Podría explicar cómo es esta fonna de trabajo? Soy oftalmólogo. (Risas del público).
M. -J. P-1.: Es una pregunta muy buena. El nifto psic6- M. -J. P. -1.: ¿Usted se refiere a cuando el· chico es psicó-
tico está ofrecido al tacto del adulto. Yo respondo por el tico, cuando es autista? Cuando el niño acepta oír las pala-
chico ciego, pero hago lo mismo con los otros. Pero éste, bras, yo trato de reconstruir la historia desde el momento en
más que cualquier otro, está ofrecido, entregado al tacto ero- que se "caracolizó", en que regresó completamente. Se trata
tizado de los otros, del adulto. Creo que es muy importante de retomar eso en palabras. Si el autismo es muy precoz,
no repetir el maternaje insistente que el nifto soporta durante nunca obtuve resultados biológicos positivos: el nifto conti-
mucho tiempo, ya que aprende a vestirse, a baftarse, muy núa sin tomar las cosas, no se sienta, es pasivo en sus pulsio-
turde. Es siempre la proa del tacto de los otros. nes de muerte y de goce de estar ahí. Lo que he obtenido es

212 213
que dé signos de inJeligencia a través de la mirada y de la
mímica. los padres es que tienen otro hijo. Y nosotros los ayudamos
Pregunta: ¿Encuentra usted un aumento considerable mucho durante el embarazo, porque tenemos tanto miedo
de autismo en chicos que no han sido tocados cuando eran como ellos mísmos de que el segundo nifto sea también ciego.
muy bebés, y no se les ensenó a tocar? Ciegos absolutos, Y eso ocurre, incluso, en las enfermedades que no son here-
por supuesto. ditarias, como por ejemplo en la anoftalmia (no tener ojos).
M ..J. P. -L: Sí. Los chicos que son ciegos, a los cuales He conocido un caso rarísimo en que en una misma fami-
no se les ha hablado, no se los ha llevado en brazos y se los lia han nacido en cinco anos dos chicos anoftálmicos.
·ha dejado en el aislamiento, pueden hundirse enteramente Pregunta: ¿Qué diferencia hay entre el chico que nace
en el autismo. ciego y el que por algún tipo de enfermedad enceguece a los
Pregunta: ¿Su conducta es enseftarle a la madre a ha- seis o siete meses, y qué tipo de tratamiento diferencial pue-
blar o a tocarlo? • de haber?
M. -J. P. -1.: Ahí ya no soy más psicoanalista. Por eso M. -J. P.-L: Es. muy interesante y muy importante esta ·
es interesante para mí seguir siendó médico práctico. Porque pregunta. La posición de los padres es diferente. En el segun- ·
puedo trabajar con personas que van a ir, si los padres lo de- do caso el ninó no es totalmente un extrafto. Está el sufri-
·sean, a domicilio para ayudar concretamente a la mamá. miento de que ha perdido la vista, pero existe la esperanza
Con frecuencia, por ejemplo, el bano es muy interesante. La de haber sido visto por él. Por ejemplo el glaucoma: son ni-
mamá se pone en posición de tercero, deja la mufteca y mi.:. nos que han sufrido mucho y que pueden presentar carencias
ra a la educadora, que tal vez es un yo auxiliar que hace el graves porque hán sido hospitalizados. Pero en general, cuando
maternaje de su hijo. Esto dura cierto tiempo,· y un día la el nii'lo pierde la vista el primer ano, o después, su desarrollo ,
educadora llega··y la madre le dice: "¡Oh, ya lo bailé!" Ya psicomotor es mucho mejor, mucho más rápido, sobre todo
no v.ale la pena ir más. cuando los padres no saben que él no ve. Los chicos que se
Pregunta: ¿CóJll() trabaja con la culpa de los padres? las arreglan mejor son aquellos a cuyos padres no se les ha
M..J. P.-l.: Es verdad que los padres se sienten horri- dicho, o no han sabido descubrirlo, que el chico· no veía,.
blemente culpables. Además es la cuestión del Edipo, pero cuando el descubrimiento de la disminución visual es tardío.
algunos no saldrán nunca de eso y otros ... Yo trabajo escu- Hay también niftos que pierden la vista· más tarde, en la
chándolos. Ellos vienen y cuentan que los médicos son unos institución, cuando ya son más grandes. Es muy útil ayudar
sinvergüenzas, que no se les dijo la verdad, que el parto ha si- í a los padres a hablar siempre de eso. Si no, piensan que son
do mal hecho. Algunas veces es cierto. Y las incubadoras,~ culpables, y ocultan que el nii'lo no ve.
las operaciones fallidas, la rubéola. Pero el chico hace pro""..- Pregunta: ¿Qué experiencia tiene sobre el ejercicio de
sos. Puedo asegurarles que es un trabajo muy positivo. la función simbólica en el nifl.o y, un poco más adelante, so-
bajar con chicos ciegos es un trabajo feliz.· bre la persistencia del uso de la tercera persona, la no apa-
Yo trabajé también en un hospital de día con chicos rición de pronombres de primera persona en el nifl.o ciego de
cóticos, y ahí es la muerte, algo horroroso. En cambio, nacimiento normat?
esos niftos no sólo hay psicóticos, hay chicos muy in M.-J. P.-1.: Ese se ve mucho. Es verdad que el nii'lo ha-
chicos medianos y también psicóticos, autistas: todo hla de él en tercera persona durante más tiempo que los
muy mezclado. Algunos son muy inteligentes, y ..... t,...., ntroA. Al respecto, trato de no engancharme en eso, como
los padres ven los progresos del nifto. •1 fuera un síntoma psicótico. No lo creo. Pienso que el chi-
llO •• fusiona! más tiempo que los otros y que poco a poco
En general, el buen signo de la restitución narcisística
d•hl1r4 también tomar conciencia de que el Otro es distinto
214
215
~

prevenido de no lastimarse, no quemarse. Esto es una genera-


a él. En este sentido tengo una experiencia que tal vez· lidad, pero cuando se trabaja en psicoanálisis con un niño di-
interese, y que es muy reciente. Desde hace dos años ferente, se descubre la identificación con el animal. Aquel
mas comprado tres radares. Son ultrasonidos que al que le falta algo, es ei animal. Lo decimos por el perro:?
un sonido diferente según la distancia del obstáculo y en francés se dice "Sólo le falta la palabra para ser un humano".
también dan cuenta de sus materiales. Gracias a este También está sin duda la cuestión del conociniiento de las
to, los niños que son completamente ciegos descubr~n los relaciones sexuales, la cu.estión del tacto, por ejemplo. Hay
objetos inanimados, y por supuesto también la presencia que dejar al niño tocar todos los objetos, incluso si se lasti-
de los otros. Y supe que un niño ciego, ya grande, había des- ma un poc<;>; debe permitfrsele que haga experitmcias vitales
cubierto que las otras personas se movían. El chico pensaba de autonomía.
que él se movía y que los otros estaban quietos. Ahora bien, en general se le prohíbe tocar todo. Para él
Ustedes. comprenderán cómo es casi normal q\le, duran- es simple: no debe tocar su sexo .
. te mucho tiempo, hablando de él, dijera "él". Para nosotros, Pregunta: Quisiera saber si dentro de esa institución se
hace varios años, era inquietante, nos preocupaba. Esta mane- llevan a cabo actividades pedagógicas, o si ello es indepen-
ra de nombrarse no se correspondía con irastornos de la diente. También me gustaría saber si usted notó en los chi-
comunicación; no siempre, porque eso lo vemos por supues.. cos pequeños una carencia o una pobreza muy marcada
to en niños psicóticos. . de juego simbólico, y si es así a qué se debe o qué explica-
Pregunta: Hay juegos comunes en los chicos, como por · ción puede existir.
ejemplo el juego de las escondidas, taparse los ojos y escon- M.-J. P.-1.: Voy a dar una respuesta estereotipada. Para la
der algún objeto, juegos de presencia y ausencia.· ¿Hay tam- simbolización está siempre la cuestión del lenguaje. Si el ni-
bién en los chicos ciegos juegos típicos para constituir esta fío está en una relación de lenguaje, todo ocurre como habi-
categoría? tualmente. Si es 'un niño rechazado o abandonado, tendrá
M. -J. P.-1: Es igual con el oído. Juegan "j se esconden, los mismos trastornos, los mismos retardos para simbolizar
llaman y esperan los ruidos. Es igual. que cualquier otro. Hay niños que aprenden a leer a los cinco
·"--¡,.. Pregunta: Quisiera saber si en el niño ciego la conoci- aí'íos, incluso en Braille, y otros que no leen a los diez aftas.
da etapa de los "por qué" y el llamado "interés intelectual" Cada caso' es particular. Pero estoy contenta de que me haya
de la latencia difieren respecto de los otros niños. ¿Cuál es formulado la pregunta sobre la escuela. Pensamos que la fre-
su experiencia? cuentación escolar es muy estructurante, e indispensable
M.-J. P.-1: Con los niños que se desarrollan normal- para la socialización de los más pequeí'íos. El proyecto de la
mente es igual, y más. Recuerdo, por ejemplo, una chiquita institución ideal sería que este niño no entre jamás a ella. Los
ciega que hacia juegos de palabras con la palabra glace, que niftos que están en buen estado, con buena salud, con una
en francés es helado, espejo y hielo para patinar. Pero las buena familia cooperante, con la ayuda de los educadores pue-
preguntas son muy numerosas, y nosotros les pedimos a los den ir al jardín de infantes y seguir una escolaridad normal, a
padres no sólo que respondan, sino que pongan al niño en condición de que se adapten al mate.rial. Sin embargo, la escue-
contacto con las cosas. Alguien, creo que un oftalmólogo, la es muy rígida en Franela, y tenemos no pocas dificultades
me ha preguntado si los padres deben tocar al· niño o hablar- para hacer aceptar a niños deficientes v!suales en las escuelas,
le. Ambas cosas, todo el tiempo. No hay que alejar a los ni- sobre todo en jardín de infantes.
ños de los peligros. Ellos tienen en general una actitud fó- Nuestro objetivo es que el niño no sea separado de su
bica, repliegan los dedos así, y empujan los codos hacia atrás: medio familiar, si éste es bueno y si él se desarrolla bien ahí.
seguramente ustedes lo han visto, es que siempre se les ha
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~

No obstante, para los chicos completamente ciegos, se 'plan-


tea la cuestión del aprendizaje d~tl Braille. Se puede llegar a M.-J. P.-l.: Sí. Tenemos varios ninos ciegos y sordos
enviar maestros de Braille a una escuela para que vayan a en la institución. Vuelvo siempre a la· noción de que la ce-
sei'lar esta técnica a la maestra. EJ.Braille es un medio, y por guera no es siempre total, ni la sordera ·tampoco. Nosotros
lo tanto el ~hico debe servirse de él constantemente en todas les permitimos tocar, oler, y últimamente hemos tenido
las Iecéiones. No es suficiente tener un profesor una hora por la sorpresa de escuchar hablar a un sordo hipoacús'ico, pe-
semana. Se necesita entonces que el docente aprenda el Braille ro completamente ciego. Se puso a hablar cuando aprendió
y el chico también. Y a veces el chico ensena el Braille a sus el Braille. . ··
padres. · Pregunta: ¿Hasta qué punto esa relación de pegoteo, de
Algunos pueden quedarse fuera de la institución; evi- toqueteo con el nene ciego puede impedirle expresarse?
dentemente, son los más favorecidos socialmente y en cuan- Recuerdo un caso de una nena ciega psicót~ca que cantaba
to a sus posibilidades. Pero si un chico pertenece a.una po- pero no hablaba, no pedía; ella también era como lUla mu-
blación no favorecida, si vive muy lejos, entrará en una ins- ñeca, siempre en brazos de todos los terapeutas de la ins-
titución, un· internado, para poder seguir su escolaridad, al titución. ¿Hasta qué punto esa relación simbiótica puede
menos para adquirir· este equipamiento. No sé qué piensan perjudicar esa posibilidad de expresarse? Ella ya no habla·
ustedes al respecto, pero creo que dentro de algunos aflos ba, solamente cantaba.
la informática se encargará de proveer el equipamiento ne- M. -J. P. -1.: Usted tiene razón. La nina estaba en la ero-
cesario, y muchos n.iftos, solamente ciegos, sin trastornos tización constante y, además, pasiva. No hay que mano-
asociados, podrán vivir en su medio y con su familia. sear a los n.iftos. Una nif!.ita ciega a la que se quiere manosear
Hay dos escuelas en la institución: el jardín. de infantes no puede escaparse corriendo: ella no sabe que alguien se
y la escuela primaria. abalanza sobre ella y va a tocarla y abrazarla. Es necesario
Pregunta: ¿Cómo es la organización 'sexual en los ninos que el bebe sea maternado, acunado, llevado por su ma-
que no ven y a los cuales no se les permite tocar nada? dre o por un sustituto materno, pero no por educadores.
M.-J. P.-l: Esto se encara con mucha culpabilidad, y Eso es pedofilia. ¿Por qué el chico· no habla? Porque. se
no me animo a hablar de toqueteas. Pero sobre todo para lo manosea y no se le habla. La libido se hace autoerótica,
los ninos que están relativamente encerrados en la insti- y entonces aparecen las estereotipias que sólo tienen por ob-
tución, me parece que los adÓlescentes tienen flirts, rela- jetivo gozar de la presencia del cuerpo en el mundo. Esto
ciones de erotización totalmente evidentes, pero en las no es grave si el n.ifto es capaz de interesarse por otras co-
familias esto es absolutamente rechazado, muy gravemen- sas, si está dispuesto a mirar.
te reprimido. De manera general, los padres tienen miedo No sé qué/ piensan ustedes de esto, pero yo he llegado a
de que el chico crezca, lo que yo denominaría el "síndrome decirme que la visión es una disposición.
de la muf!.eca". La adolescencia es mal tolerada. Voz de hombre: No creo. Creo que el que no ve, no ve.·
Los ninos aprenden también téc11icas de desplazamien- Hay en este momento determinaciones. muy exactas para sa-
to con el bastón; por lo tanto salen, van a pasear. A medi- ber si un chico ve o no. Partiendo de los estudios electro-
da que crecen, tienen la posibilidad de andar por la ciudad. fisiológicos que producen una estimulación· de la retina o
Pregunta: Yo trabajo con chicos sordos. Algunas de patterns muy particulares se puede saber si la cisura calcad-
las características que ha sef!.alado las he observado tam- na fue estimulada. Cuando usted afirmaba que había oftal-
bién en el trabajo con estos chicos. ¿Ustedes han hecho algún mólogos en su centro que no sabían que el chico era autis-
tipo de investigación en chicos sordos y ciegos, por ejemplo? ta, y si veía o no, eso puede ser una falen~ia de los oftalmó-
logos. (Risas.)
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..,.,.,

M.-J. P.-L: Continúa mi problema con los oftalmólo- M. -J. P.-l.: Yo estoy muy interesada en trabajar con
gos. La visión funcional no es nunca el reflejo de las cifras adultos ciegos de nacimiento, pero desgraciadamente nin-
que ustedes proporcionan.
guno ha venido a pedirme análisis. En cambio, he trabajado
Voz de mujer: La predisposición a la que se refiere la doc- con ciegos tardíos, y ellos sueñan con visión. '
tora es más bien una predisposición a querer mirar, querer· Pregunta: Yo trabajo con ciegos y también soy psicó-
conocer el mundo que nos rodea. El doctor habla como en loga. Tengo un paciente adulto que es ciego congénito. Mu~
el caso de la anoftalmia, si no ve, no ve. Visión subnormal chas veces hemos tocado la cuestión de los sueños, y él siem-
es una cosa, ciego legal es otra cosa. pre ha negado la posibilidad de sofiar, porque es una pala-
M.-J. P.-l: Para aclarar este punto, quería decir que he bra que para él no tiene contenido. Ha tenido vivencias,
utilizado el ejemplo de la anoftalmia en relación con el es- sensaciones de tipo corporal, pero nunca ha podido trans-
pejo.· Es todo. Insisto en que hay muy pocos ciegos com~ mitir ningún relato de un sueño. Como si fueran sueños
pletos.
de angustia, él se despierta y no sabe explicar por qué. ·~
Marisa Rodulfo: Quizás en castellano entendamos mejor M. -J. P. -l. : Le agradezco haber dado este testimonio. ·i~
la diferencia entre la visión· del ojo y lo que en psicoanáli- Voz de mujer: Chicos sordos con dificultad en el habla,
sis denominamos pulsión escóp1ca. Creo que la doctora está porque todavía no habían aprendido a hablar, relataban por
tratando fundamentalmente de desarrollar el campo de la ejemplo sueños en donde hablaban de músicas diferentes
pulsión escópica, es decir, qué es ver, aun para un nifto que y que remitían a sensaciones cenestésicas que ellos lograban
no posee visión.
al caminar o mover determinados objetos. Es decir, el mo-
Pregunta: Justamente quería consultar algo al respecto. vimiento pasaba a tener una representación sonora, aunque
. ¿Hay posibilidad de que por un problema estrictamente nunca hubieran podido escuchar un sonido. Y en los sueños
psicológico se produzca un bloqueo de la zona ocular que aparecían como músicas lindas, agradables, sabiendo noso-
no permita la visión, y que por medio de un psicoanálisis tros que no habían podido nunca ser escuchadas. Entonces
se produzca un desbloqueo?
pienso si esto no podría darse también ert los ciegos, que
M.-J. P.-l: Sí, es el caso de la ceguera histérica. Usted sin ver las formas, así como arman el esquema corporal,
tiene razón, pero no era mi propósito referirme al tema es-
podrían armar los objetos del entorno.
ta noche. Para retomar lo que les decía hace un momento, Marisa Rodulfo: Quisiera agregar a lo que decís, Marta,
no sé si se dice así en español, pero en francés para decir dos relatos de supervisiones de pacientes psicóticos adultos,
"yo entiendo" se dice "yo veo" (je vais). La visión .es muy uno ciego que tenía alucinaciones visuales, y otro sord() que
amplia, es la comunicación con el exterior, con los demás. tenía alucinaciones auditivas.
Es lo ·que ustedes llaman la pulsión. La pulsión escópica M.-J. P.-l.: Son efectos del lenguaje.
es lo mismo que la pulsión de oír. La pulsión escópica es Voz de mujer: Quiero decir algo que considero intere-
la pulsión de conocer, la pulsión epistemofílica. Cuando no sante con respecto a la persona que intervino anteriormen-
hay órgano visual, el chico hace lo que puede. Pero lo que te y que tiene un paciente ciego adulto. Ese paciente se le-
es interesante reflexionar es que, es una frase espantosa, vanta y dice que tuvo un sueño, que lo angustió, o sea que
pero .. , es posible utilizar el resto visual. Hablo así por- hay una represión, donde él no puede hablar. Se podría
que desgraciadamente hablamos siempre de resto en lugar de trabajar con lo que él imagina, con sus fantasmas, sería una
hablar de un todo visual. vía posible, y posiblemente pedirle qué es lo que imagina,
Pregunta: Quisiera que usted nos dijese acerca de su expe- por qué se levanta angustiado. Esto se articularía con ese
riencia en tomo al soñar de pacientes ciegos de nacimiento. · sueño que dice que sueña, pero hay una represión total,
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--... -~~

donde él no puede verbalizarlo, pero sí podría hacerlo co- IN DICE


mo ensueftos diurnos a través del trabajo imaginario.
M;-/. P. -l: Esto confirma la cuestión de la prohibición.
Voz de mujer: De todas maneras hay una gran dificultad
para poner en palabras su relación con el espacio. Cuando
había una relación con el espacio, esto Jo llevaba a situa-
ciones muy angustiantes. Cuando terminaba la sesión no
sabía salir, preguntaba adónde tenía que dirigirse, adónde
estaba la puerta.
Marisa Rodulfo: Es tarde. El interés de ustedes es muy
grande, pero debemos cerrar. Agradecemos a la Dra. Puig-
Izard el haber estado con nosotros en esta facultad, y les 9
agradecemos a todc;>s ustedes su presencia en esta reunión. Pres~ntación
Muchas gracias. 11
Reconocimientos
Rebeca Hiller 13
Pagar de más
Cristina Fernández Coronado
Crónica de una depresión temprana 21.
Alicia Lo Giúdice de Mayer
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Los ausentes d{as de Ana
Gladys Garbolino de Bárbara
El pasaje por la adolescencia 67

Alicia Lapidus 73
Funciones fallidas y problemática de un adolescente
Liliana Peskins
Fal~os tempranos en el fort-da desde una reconstrucción
en el análisis de un adulto 81
Llliana Serur
Poner el nombre 1Poner el hombre 89
Marisa Rodulfo, en colaboración con Ricardo Rodulfo
Trastornos narcis{sticos no psicóticos 107
Marisa Rodulfo y Ricardo Rodulfo
"Yo ... vivir aqu(" 137
Ricardo Rodulfo, en colaboración con Marisa Rodulfo
Nota sobre la resignificación 165

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r~ f''
1

Ricardo Rodulfo
1
Funciones·de superficie y funciones de corte en la ado-
lescencia. Sus fallos a la luz de un caso ·~n..
Ricardo Rodulfo
El concepto de pasear en psicoanálisis (PSA). Un grupo
de transformaciones
Marie-J ose Puig-lzard
..,
1

1' ¿Qué es ver? El psicoanálisis con niños ciegos


'os
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1

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Este libro se tenninó de imprimir en el mes de mayo de 1987


en Impresiones Sud América, Atuel666, Capital.

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