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–UCATECI-
Nombre:
Asignatura:
Civil VII
Maestro:
Pascual Moricete Fabián
Tema:
Historia De Las Sucesiones
Fecha De Entrega:
Jueves 6 De Septiembre 2018
Historia de las sucesiones
Si, por tanto, ocurre que el legislador asigna a estos derechos normas partícula de
trasmisión, es por razones especiales y no inherentes a su naturaleza y a su
carácter.
Y este concepto, aunque todavía subsiste para ciertos intérpretes del Código civil,
hoy en día, sin embargo, es discutible y está sujeto a revisión.
En las regiones de derecho escrito se aplicaban los principios del derecho romano
contenidos en las novelas 118 y 127 del emperador Justiniano. La sucesión tipo
era la testament211 A falta de ésta se aplicaban las reglas de la sucesión ab
intesta es decir, las que no estaban reguladas por las disposiciones
testamentadas.
El derecho sucesorio según Ias novelas mencionadas era Confuso, lo cual obligó
a una serie de reformas introducidas por las disposiciones imperiales de
Justiniano.
De conformidad con la novela 118 del año 543, estaban llamados a la sucesión
hereditaria los parientes agrupados de la manera siguiente:
Cual una persona promete a otra dejarle a la hora de su muerte toda su Sucesión
o una Cuota parte de ella o un objeto determine conviene tener presente que la
institución Contractual se permite en el Contrato de matrimonio, por un tercero en
provecho de uno de los futuros cónyuges y los hijos por nacer, o por uno de los
futuros esposos en provecho del otro Cónyuge. También se puede hacer por
medio de un acto auténtico en provecho de las indicado anteriormente, partes que
hemos.
LA APERTURA DE LA SUCESIÓN
INTRODUCCION Y PLAN. La Sucesión se abre al momento de ocurrir la muerte
de aquel a cuyo patrimonio corresponde y se repartirá entre los sucesores, de
conformidad con las previsiones de la ley.
APERTURA DE LA SUCESIÓN.
Un día, que solo Dios conoce, muere una persona y automáticamente se abre la
sucesión de ella. El punto de partida de la apertura de la sucesión es la hora, el
día, mes y el año en que ocurre la muerte.
Así lo expresa de modo no dubitativo, el artículo 718 del código civil. ARTÍCULO
718.’ Las sucesiones se abren por la muerte de aquel de quien se derivan.
La sucesión es Ia transmisión, a una o varias o varias personas que aún viven, del
a la hora de su muerte, patrimonio que deja una persona Incluye el activo y cl
pasivo de los bienes.
Por error’ bien por una confianza excesiva en la iniciativa de los interesados para
suplir a la omisión de la ley, o bien a causa de la existencia de Ia sociedad
conyugal, el cónyuge ha estado esperando por largo tiempo un mejoramiento de
su suerte que al fin se ha impuesto ; pero a pesar de las reformas realizadas en su
favor falta todavía restringir sus derechos hereditarios a un usufructo cuando
concurre con otros parientes, si se quiere evitar la traslación de los bienes de una
familia a la otra.
Es que las lagunas y las insuficiencias de nuestra ley merecerían una revisión
completa; pero ello significaría reformas de gran envergadura cuyas incidencias y
repercusiones son múltiples, difíciles de controlar, y que requieren una
intervención legislativa largamente madurada. Ningún proyecto legal se ha
presentado aún sobre estas cuestiones.
Nociones generales
Del orden del derecho natural de las “leyes inmutables” (2),o ya jurídica, corno
cuando se le da por origen la ocupación concordada por la prescripción (3), o bien
que se le tenga por un postulado de hecho, impuesto a los legisladores por una
experiencia y una tradición casi universales convertida en uno de los ejes
fundamentales.
son numerosos y resulta evidente que tienen una importancia particular en lo que
concierne a la transmisión propiamente dicha. En tanto que el título primero,
previendo la ausencia de testamento, tenía que hacer obra positiva y constructiva
para la atribución de la vocación hereditaria según el estado de la familia.
De ahí que las reglas de la transmisión abintestato y de la trasmisión
testamentaria, que desde el punto de vista el contrario estrechamente solidarias
en el terreno de su reglamentación. El título H, que no se bastaría por sí mismo,
resulta por así decirlo incrustado en el título 1. Es por esta razón que este volumen
se titula “De las Sucesiones” y no “De las Sucesiones Abintestato”, aun que
excluye en principio todo lo que concierne a la tras misión testamentaria y se limite
a la exposición de Ias cuestiones reguladas por los artículos 718 al 892.
forman parte del conjunto de las medidas de orden Sucesorio puestas en vigor
durante los siglos XIX y XX en favor del cónyuge supérstite (Leyes de 1 de julio de
1866, 25 de marzo de 1873 y 14 de abril de 1924; infrà, nums. 150 ysigs.).
Conflicto de leyes
Descartar esta noción de testamento presunto, que no viene impuesta por la letra
ni por el espíritu de la ley, y con venir en que la base de la transmisión intestada
descansa en un deber, personal y social a Ia vez, de cada individuo hacia sus
parientes. Este deber el que la ley’ constata y del cual delimita el campo de
aplicación al precisarse a calidad y la jerarquía de aquellos en relación con los
cuales existe. Este concepto, que encaja sin esfuerzos en la realidad, tiene la
ventaja de colocar la organización legal por encima de toda discusión, y es el
único aceptable para los que quieren ver en el Estado un verdadero heredero
llamado a recoger los bienes de un intestado (1).
Si bien es cierto que las cosas futuras pueden ser objeto de obligación, no se
puede renunciar a la sucesión aún no abierta, porque no se puede hacer
estipulaciones sobre ella, ni siquiera con el consentimiento de aquel de cuya
sucesión se trata, de conformidad a lo que expresa la parte in fine del artículo
1130 del código civil:
ARTÍCULO 1 130. Las cosas pueden ser objeto de una obligación. Sin embargo,
no. se puede renunciar a una sucesión no abierta, ni hacer estipulación alguna
sobre ella, ni aún con el consentimiento de aquel de cuya sucesión se trata.
Los redactores del código civil adoptaron un régimen ecléctico. Del derecho escrito
tomaron el principio de la unidad del patrimonio y del consuetudinario, el hecho de
considerar como verdadera sucesión la ab intesta, es decir, la regulada por la ley,
prescindiendo del testamento.
No obstante, el legislador francés del código napoleónico, sufrió las influencias del
derecho revolucionario. A este se debe la exclusión de toda regla especial de
devolución para los bienes propios y para algunos bienes calificados como bienes
nobles. La evolución no se ha detenido. Las ideas liberales han debilitado el
legislador la estructura fuerte y rígida de la familia, Las ideas socialistas a as de
los tiempos presentes influyen pode las estructuras bies y su tenencia. Por otro
lado, la mujer.
Los tribunales, llamados a intervenir, nunca han admitido que el derecho de decidir
sobre estos puntos deba atribuirse según la jerarquía legal de los herederos que
sirve de base a Ia atribución del patrimonio; lo ha concedido como prerrogativa del
parentesco más próximo o de la afinidad (2). A su vez, vacilantes en sus
decisiones sobre la persona que deba ser atendida en estos casos, ias sentencias
han marcado una preferencia sensible por el cónyuge su pérstite (3). La cuestión
ha tomado un tinte de actualidad con motivo de las dificultades relativas al traslado
de los restos de los soldados muertos por la Francia durante la guerra de 1914.
Los Tribunales se han atribuido un poder sobe rano de apreciación para decidir los
conflictos de etc orden, relvándose así la posibilidad de adaptar cada de cisión a
ias circunstancias particulares del caso dado (4). En efecto, elementos especiales
intervienen para dictar Ia solución, como por ejemplo, relaciones de patria otestad
o de autoridad marital que hubieran existido entre el difunto y los supervivientes.
Pero si, dejando a un lado estos casos