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Identidad en el adolescente
INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................................... 3
APLICACIÓN ............................................................................................................................................... 15
CONCLUSIONES .......................................................................................................................................... 20
ANEXOS ..................................................................................................................................................... 22
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INTRODUCCIÓN
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IDENTIDAD EN EL ADOLESCENTE
Definiciones de identidad
1. Gilberto Giménez
2. David Hume
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animales, en las plantas y por ello mismo se les atribuye identidad. Una de las
percepciones fundamentales ha de ser, según consideramos, la de sí mismo.
3. Giampiero Arciero
Teoría de E. Erikson
Los estudios de Erik Erikson tratan a la adolescencia más allá que una simple etapa.
Como un ego-psicólogo freudiano, aceptaba las ideas de Freud como
esencialmente correctas, sólo que en lugar de preocuparse por los instintos y los
conflictos inconscientes sobre la sexualidad, Erikson se interesó por las relaciones
entre el individuo, la sociedad y la cultura, y cómo esas relaciones intervienen en el
desarrollo de la identidad.
Freud propuso que el desarrollo de la identidad ocurre en una serie de
estadios, siendo la adolescencia donde termina el último. Erikson refinó y expandió
ésta y otras teorías de estadios para reconocer que el desarrollo psicológico no se
termina a la edad de doce o trece, sino que existen ocho estadios separados que
van desde el nacimiento hasta la vejez. De acuerdo a Erikson, todos participan en
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dichas etapas en una secuencia universal e invariante; si bien el tiempo puede
variar, cada uno se desarrolla en el mismo orden.
En cada etapa, existe una crisis que tiene que ser resuelta, pues el éxito o el
fracaso sobre ella afectará en lo que ocurra en las etapas posteriores. Si cada
estadio es manejado adecuadamente, se tendrá una virtud o fortaleza psicológica
que ayudará en etapas posteriores. Por el contrario, si se falla en el intento de
resolver la crisis de una etapa determinada, el individuo desarrollará una debilidad
o desadaptación que pondrá en riesgo su progreso en todas las etapas
subsiguientes.
Tabla 1. El cuadro epigenético de Erikson. Los rangos de edad, especialmente en la adultez, son sólo aproximaciones que pueden variar
drásticamente.
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Anterior al proceso de la conformación de la identidad llevado a cabo en la
adolescencia, Erikson señala el proceso de la identificación en la niñez, un
desarrollo homólogo en cuanto a la personalidad del sujeto. Éste se genera con las
tareas de identificación que comienzan por la confianza original. Para Erikson “la
composición final de todos los elementos de identificación convergentes (y la
eliminación de los divergentes) hacia el final de la infancia parece ser una tarea de
una dificultad inaudita: ¿cómo se puede esperar que un estadio tan ‘anormal’ como
el de la adolescencia sea capaz de dominar esa tarea?” (Brenesch, 2009).
Los niños que recién han salido del periodo de la edad escolar pasan por la
adolescencia siendo acosados por la revolución fisiológica de su maduración genital
y ante la incertidumbre de sus roles adultos, “parecen muy ocupados con
caprichosas tentativas por establecer una subcultura adolescente mediante lo que
tiene el aspecto de una identidad final, más bien que de una identidad transitoria,
de hecho, inicial” (Erikson, 1980). Otro cambio drástico en el mundo del niño es la
aparición de una unidad más amplia que sustituye el entorno infantil: la sociedad. Si
en el estadio más precoz la crisis de identidad abarcaba la gran necesidad de
confianza original en sí mismo y en los demás, en la etapa de la adolescencia, se
buscará intensamente hombres e ideas en quienes tener fe.
Para Erikson, la incapacidad para establecer una identidad ocupacional es lo
que más perturba a los jóvenes, quienes “a fin de mantenerse así mismos juntos,
se sobreidentifican provisionalmente con los héroes de pandillas y bandas, hasta el
punto de una aparente pérdida completa de individualidad” (Erikson, 1980). Este
proceso de “saturación” de la identidad con frecuencia lleva a la intolerancia de los
adolescentes con todos los demás grupos que no son como ellos, cayendo en el
fanatismo. Por otro lado, también hay otros adolescentes que deciden hacer frente
a la crisis de la identidad con una actitud moratoria psicosocial, prescindiendo de la
necesidad por tener una identidad y su pertenencia en el mundo de los adultos. En
un caso más excepcional, el adolescente opta por la creatividad para resolver la
crisis de la identidad simplemente ofreciendo a sus contemporáneos un nuevo
modelo de solución, tal como el expresado en las obras de arte o en hazañas
originales.
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Conceptos relacionados
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cuales determinarán sus acciones. De este modo las expectativas del sujeto
están influenciadas por los factores situacionales. Si existen nuevas
situaciones que se presenten ante el sujeto, la reacción de éste se basará en
una generalización de expectativas a partir de su propia experiencia. El
adolescente se crea a sí mismo un sinnúmero de expectativas una vez que
ha logrado conformar su identidad, si no, carecerá de una motivación fuerte
que determine su futuro.
Aspiraciones. Es la acción y efecto de pretender o desear algún empleo,
dignidad o cualquier otra cosa. El nivel de aspiración de una persona podría
definirse como todo aquello que una persona desea lograr en la vida; ya sean
bienes materiales (como por ejemplo una casa, un auto, viajes, etc.) o bienes
inmateriales (como por ejemplo: una familia, una buena posición social,
amigos, etc.). Las aspiraciones van de la mano de las metas.
Ideología. La ideología es el conjunto de ideas fundamentales que
caracteriza el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un
movimiento cultural, religioso o político. La formación de las ideas obedece a
un saber precientífico, como un reconocimiento de los modos de aparición
de las cosas y es el desconocimiento de la estructura bruta que produce la
apariencia. Así que está a la mitad entre la comprobación científica y la
inclinación por la apariencia; construye todo el cuerpo de ideas y valores que
una persona apropia como suyos.
Cultura. Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado
de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época para un
determinado grupo social. Este gran conglomerado de contenidos se ve
transmitido a todos los individuos del grupo a través de la moral para generar
expectativas en los adolescentes a partir de lo moralmente correcto, sin
embargo, no siempre van a considerar su cultura como adecuada, sino más
bien como deficiente, iniciando un proceso autocrítico que en ocasiones
puede dar lugar a una contra-cultura.
Sociedad. Conjunto de personas, pueblos o naciones que conviven bajo
normas comunes. En cada sociedad impera una particular idiosincrasia de
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donde nace una serie de valores que son impuestos, implícitamente, a todos
los individuos que nacen ahí. La sociedad es la portadora de la cultura
dominante. Cuando el adolescente llega al nivel de crítica social en la
conformación de su identidad, pone en jaque la construcción social que en èl
se ha venido forjando desde su nacimiento.
Estadios
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significativa y permanece arraigado y comprometido a los valores aprendidos
durante su infancia.
3. Difusión de identidad: Evita a toda costa el compromiso. Su aversión a éste
le lleve a probar en distintos caminos y ponerse en los zapatos de muchas
identidades. El adolescente no ha hecho un proceso de exploración
significativa para encontrar una identidad ni se ha comprometido a nivel
vocacional ni ideológico.
4. Moratoria: el adolescente está aún en crisis: Se dirige al compromiso
experimentando un tiempo para encontrar una identidad y unos roles
socialmente aceptables. La identidad moratoria suele ser previa a la
alcanzada.
Junto con otros autores, Zacarés considera que estos cuatro estatus pueden
encuadrarse en dos únicas categorías (Zacarés y otros, 2009:316):
Estatus "activos" y "maduros". Son los que están formados por las
identidades alcanzada y moratoria y generalmente están asociados a
características positivas (altos niveles de autoestima, autonomía y
razonamiento moral).
Estatus "pasivos" e “inmaduros”. Formados por las identidades hipotecada y
difusa y asociados a características más negativas (bajo nivel de autonomía
y razonamiento moral y mayor grado de convencionalidad y conformismo).
Factores
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Podemos clasificar los factores que influyen en la formación de la identidad
de la siguiente manera:
a) Influencias cognoscitivas: los adolescentes que ya dominan las
operaciones formales y el razonamiento lógico e hipotético se encuentran en
mejores condiciones para imaginar y contemplar las implicaciones que conlleva las
decisiones e identidad elegida. De la misma manera, serán más capaces de resolver
problemas relacionados a su personalidad.
b) Influencias familiares: contar con influencias parentales con las que se
tenga una relación cercana y llena de respeto mutuo facilita el proceso de la
creación de una identidad ya que será posible imitar cualidades admiradas en los
padres. Por otro lado, cuando la familia es controladora promueve el apego, la
obediencia a la autoridad y, por medio del miedo al rechazo, la no necesidad de
autonomía ni identidad.
c) Influencias de la escuela: además de la obvia presencia de compañeros y
profesores que pueden jugar papeles similares a los de los familiares de un
adolescente, se ha descubierto que quienes pretenden continuar estudiando o ya
asisten a la universidad tienden a tener más clara su identidad en el aspecto
vocacional. Por otro lado, los adolescentes que se integran al ambiente laboral sin
mayores estudios tienden a tener sus ideas políticas y religiosas más claras que
quienes continúan en la escuela. Desde luego, también hay que considerar que las
carreras que estudian algunos adolescentes ayudan, por medio de la exposición, a
formar nociones sobre política y religión, aunque esto, en ocasiones, por
sobreexposición y especulación excesiva puede resultar contraproducente.
d) Influencias socioculturales: este aspecto puede ser dividido en tres
subcategorías.
1) Economía: en los países en vías de desarrollo hay una tendencia muy fuerte a
que los adolescentes simplemente “interpreten su papel” sin pensarlo mucho, es
decir, que se siga la tradición familiar; el hijo del pescador se dedica a la pesca,
el del albañil a la albañilería, etc. En los países de primer mundo los
adolescentes tienen todo el tiempo para pensar sobre su futuro, además de
mayores opciones, recursos y margen de error en sus proyectos de vida.
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2) Cultura: la presencia de códigos morales y religiones en distintas partes del
mundo también juega una parte importante en la formación de la identidad. Por
otro lado, la cultura ofrecerá la presencia y fama de celebridades, que son un
factor que ya se había mencionado anteriormente.
3) Internet: las redes sociales ayudan a comprender ideas de otras personas para
posiblemente adaptarlas a la propia vida. Además, permiten crear identidades
virtuales con las cuales experimentar sin mayores repercusiones ni riesgos.
Crisis de identidad
Ya hemos visto que quien tiene una identidad bien definida se preocupa menos y
tiene una mejor autoestima. Del otro lado encontramos a personas que fracasan en
sus intentos por encontrar su identidad, lo cual las conduce a la frustración y a una
eventual crisis, sobre todo en contextos en los que conviven con personas que han
desarrollado exitosamente su personalidad.
Peter Madison define a la crisis de identidad como “una crisis de desarrollo
originada por la conciencia del individuo de que sus capacidades y cualidades
personales son incompatibles con las funciones sociales disponibles para él en su
situación presente o anticipada” (Watson y Clay, 1991).
De esta definición podemos inferir que de hecho la mayoría de las crisis de
identidad tienen un origen vocacional y que se califican en términos de éxito laboral
y profesional. Sin embargo, existen otros tipos de crisis como la llamada “no ser”:
cuando una persona basa toda su identidad en un aspecto que no depende
directamente ella corre grandes riesgos de sufrir daños psicológicos, por ejemplo,
“yo soy el novio o novia de x persona”, “yo soy el campeón de atletismo”, son
nociones sobre la personalidad extremadamente frágiles ya que pueden
desaparecer en cualquier momento. La crisis de esta naturaleza no necesita
hacerse presente para generar problemas en la vida de una persona, la simple
amenaza de perder todo lo que define a uno como persona única es suficiente para
dañar la autoestima de los adolescentes.
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Descubrimos, pues, que el trasfondo de muchas crisis de identidad es la
formación de expectativas poco realistas. Esto es un problema para la sociedad ya
que ante la falta de identidad algunos preferirán identificarse como delincuentes
antes que carecer de personalidad propia. Nuestra propuesta para combatir el
problema es de naturaleza preventiva:
a) Orientación vocacional extensiva que permita a los adolescentes encontrar
las cosas que realmente les apasionan y a las que podrán dedicar su vida.
b) Ofrecer modelos con cualidades admirables por medio de tutoría.
c) Debatir con los adolescentes el realismo de sus expectativas sobre el futuro.
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de decirse que esta identidad se ha desarrollado una vez que el sujeto se
muestra cercano a determinados colectivos con los cuales coopera de
manera equitativa, de modo que, se muestran con ella los líderes, es decir,
aquellos que dirigen, guían y colaboran, no los que dirigen y arrastran.
Identidad falibilista. Con ella, el individuo ha de reconocerse como agente
inacabado o incompleto, por lo que, puede tener carencias en todo momento
y, asimismo, errores en sus aspectos teóricos o prácticos. En la medida que
reconsidere sus carencias e intente subsanarlas, pero sobretodo, según la
disposición a aceptar y corregir sus errores, entonces esta identidad ha de
decirse que se ha desarrollado.
APLICACIÓN
Hemos considerado para esta actividad un par de participantes los cuales han
aceptado colaborar sin restricción. Se les proporcionó el material y las debidas
instrucciones y aclaraciones, luego los hemos dejado solos para que encontraran
concentración e interiorización.
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bueno y saludable. En cuanto a las relaciones íntimas considera que algo
así es meterse mucho en la vida de otras personas, la intimidad entonces
la ve de manera peyorativa.
El segundo y último participante es Enrique Torres de Luna, tiene 18 años de
edad y cursa el sexto semestre de preparatoria técnica.
- En la ventana de Johari ha puesto un mayor número de ellas en la “parte
ciega” y sólo una en la “parte pública”. Ninguna en la “parte desconocida”.
- En el cuestionario de Groningen él ha sido más extenso en sus
respuestas. Se cree religioso pero no practicante e un tanto indiferente en
el aspecto político. Sus padres son importantes y basa en el trabajo “la
buena vida”. También, se muestra algo colaborador y como apoyo para
con sus seres queridos y con los amigos es más extrovertido. Intenta ser
un joven emprendedor y no cree seguro formar una familia en el futuro,
sin embargo, desea buena remuneración. Le interesa lo sociable que
pueda ser, su salud y la diversión, tomar alcohol quizá y tratar a la gente
de acuerdo a como lo traten. No ha dado respuesta a la preguntas
nominativas de ¿qué es lo masculino y qué lo femenino? Las relaciones
íntimas son más complejas en él pues cree que eso es un intenso
compartir lo propio con otra persona pero no menciona cómo sería él con
esa persona, sólo lo que quiere recibir bajo el supuesto de que para recibir
se debe dar.
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Todos creemos conocernos bastante bien, no obstante, en nuestra
experiencia con los demás, éstos nos muestran que no todo lo que manifestamos
es lo que queremos expresar ni lo que creemos estar expresando. En la reflexión
sobre la propia identidad, tal vez, habría que considerar con mayor seriedad la
opinión del otro para tener una identidad manifiestamente coherente con el hecho
de cómo queremos ser y congruente entre nuestra vida privada y nuestra vida
pública. No todas las opiniones valen y las que valen, no valen igual.
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Durante la década de los sesentas llegaron a la adolescencia y juventud
muchos de los hijos de los veteranos que combatieron en la segunda guerra
mundial. Eran jóvenes criados en un ambiente principalmente ateo, además de que
las historias de los horrores de la guerra eran sus cuentos de cuna.
En plena guerra fría, con la participación de Estados Unidos en la guerra de
Vietnam, estos jóvenes comenzaron una serie de protestas que rápidamente fueron
imitadas y se expandieron por todo el globo (de ahí que por aquel entonces se habló
mucho de una conspiración comunista para corromper a todas las juventudes del
mundo). Se pedía paz y amor. Además, se buscaba la igualdad de todos los seres
humanos y, sacado de las religiones y filosofías orientales, se pretendía alcanzar la
iluminación (sólo que en lugar de sentarse a meditar por años se buscaba la vía
rápida con drogas como la mariguana y alucinógenos como el LSD y algunos tipos
de hongos).
Al hippie se le asocia con la vestimenta extremadamente colorida (de hecho
la ropa no importaba tanto, lo que importaba sobre lo que te pusieras más bien era
que no te importara lo que te pusieras), con el uso de drogas, con la música
psicodélica, con el existencialismo filosófico, con la liberación sexual y las grandes
orgías y, finalmente, con el poco cuidado de la higiene personal (es que se buscaba
estar en sintonía con la naturaleza, se pensaba que no había que avergonzarse de
los olores y procesos naturales del cuerpo).
Al llegar a México, a los hippies se les conoció como “jipitecas” (pero muchos
de ellos eran gente de dinero que sólo seguían la moda que veían en la televisión o
en sus viajes por Estados Unidos o Europa) y estuvieron fuertemente relacionados
con el movimiento estudiantil que condujo a la masacre del 2 de octubre en
Tlatelolco.
La decadencia del movimiento hippie precisamente vino con la persecución
de los jóvenes que hacían protestas (otra vez lo de la conspiración soviética, en
Estados Unidos y gracias a Charles Manson hasta de satanistas que sacrificaban
niños se nos acusó).
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A continuación, se muestran algunas respuestas proporcionadas por Alfredo acerca
de su experiencia dentro de esta tribu:
- ¿Qué te llevó a unirte a esta tribu urbana? Todo, pero yo le echo la culpa
más que nada a la música. A mí me gustaba mucho el rock viejito como los Beattles,
Pink Floyd y los Doors, quizá porque eso era lo que escuchaban mis papás y con
eso fue con lo que crecí. Cuando estuve en la secundaria me encontré con que la
gran mayoría de la gente ni siquiera conocía esa música y en cambio escuchaban
pura ranchera y banda y algunas cumbias. Al poco tiempo se formó un grupo de
amigos que compartían el mismo gusto por la música que el mío. Éramos cinco en
toda la secundaria pero en el recreo nos juntábamos e intercambiábamos música.
Después todo pasó muy rápido, de pronto todos traíamos morral y huaraches.
- ¿Qué pensaba la gente de ti? Pues a mis papás no les importaba, me
imagino que sabían que se me pasaría. En la escuela y la calle sí había mucha
gente que me hacía burla y me ponía apodos. Cada que me topaba con una patrulla
me paraban para revisarme y en algunas fiestas y bares algunas veces me
preguntaron si vendía drogas. Hay muchos estigmas y estereotipos pero la mayoría
de la gente sólo quiere vivir en paz.
- ¿Por qué dejaste de identificarte con los hippies? Tuve una razón
práctica y otra política. La práctica es obviamente que necesitaba dinero y para eso
había que trabajar y en ningún lugar querían a alguien con la imagen que yo tenía
en aquellos días. La política está en que noté que muchos de los que andan en el
movimiento están ahí por motivos políticos. Ahora resulta que si no te gusta lo que
hace el gobierno o la sociedad o la iglesia o tu familia inmediatamente pasas a
formar parte de alguna tribu urbana y a hacer activismo político. A mí no me
importaba ya lo protesta, yo quería escuchar mi música, vestirme como me diera la
gana y ser feliz. Claro que eso a muchos no les gustó, si no estabas en la misma
línea de ideas políticas y no te unías a las protestas no podías ser hippie. Nunca
entendí por qué había que politizar los gustos o estilos de vida de uno.
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CONCLUSIONES
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FUENTES DE CONSULTA
Arciero, Giampiero. (2005). Estudios y diálogos sobre la identidad personal. Buenos Aires:
Amorrortu editores.
Erikson, Erik H. (1980). Identidad. Juventud y crisis. Madrid: Taurus. Trad. Alfredo Guéra.
Sarafino, Edward P. y James W. Armstrong. (2000). Desarrollo del niño y del adolescente.
México: Trillas.
Watson, Robert I. e Henry Clay Lindgren. (1991). Psicología del niño y el adolescente,
México: Editorial Limusa.
Zacarés, J., Iborra, A., Tomás, J. y Serra, E. (2009). “El desarrollo de la identidad en la
adolescencia y adultez emergente: Una comparación de la identidad global frente a la
identidad en dominios específicos.” En Anales de psicología, 2 (25), 316-329.
http://www.descrittiva.it/calip/Teoria-de-losestados-dela-Identidad.pdf
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ANEXOS
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