Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
Este proceso de traducción puede ser llevado a cabo de tres maneras: 1) Investigación de datos
secundarios: Si la información que se pretende cuantificar no ha sido producida por el propio
investigador, éste podrá llevar a cabo una base de datos a partir de los datos obtenidos
clasificándolos ordenadamente. Este proceso será posible en la medida que la información obtenida 5
sin el objetivo de realizar una investigación social se trate de hechos registrables cuantitativamente;
2) Investigaciones observacionales: La información cuantitativa básica ha sido producida por el
investigador y se lleva a cabo sobre hechos que se codifican. 3. Investigador produce por sí mismo los
datos que va a analizar, pero su fuente son las declaraciones de percepción de terceros. En este caso,
es necesario que la información sea recabada directa o indirectamente por el investigador a través de
un instrumento que pueda recabar la información de manera cuantitativa. Estos instrumentos son
llamados “cuestionarios”, de manera genérica.
En este caso, se trata de una “estrategia metodológica basada en la esquematización analítica de los
procedimientos” pero basado en una tarea que parece “más un oficio o artesanía” que un proceso
ordenable en etapas, paradoja que se explica dado que el aprendizaje de esta estrategia se lleva a
cabo mayoritariamente a través de la observación de aplicaciones previas de ella. Por ello y dado que,
para el desarrollo de este tipo de instrumentos se requieren o experticias tanto metodológicas, como
teóricas y socio-antropológicas, se hace necesario el trabajo en equipo.
2. ¿QUÉ ES UN CUESTIONARIO?
De acuerdo al autor, “Un cuestionario es un dispositivo de investigación cuantitativo consistente en
un conjunto de preguntas que deben ser aplicadas a un sujeto (usualmente individual) en un orden
determinado y frente a las cuales este sujeto puede responder adecuando sus respuestas a un
espacio restringido o a una serie de respuestas que el mismo cuestionario ofrece”. Se trata, entonces,
de un instrumento diseñado como “conversación no horizontal”, donde el encuestador formula
preguntas preestablecidas y ofrece las opciones de respuesta pre-redactadas de entre las cuales el
sujeto encuestado debe elegir, aunque excepcionalmente se le puede dar la opción de expresar su
opinión de manera más libre con un rango limitado de espacio o tiempo para contestar.
incluso totalmente al encuestador del encuestado (como sucede con encuestas telefónicas o por
internet), simplificando su aplicación y reduciendo sus costos, consiguiendo “medir” el grado en que
los entrevistados poseen las variables, ya que cada pregunta está orientada a ese objetivo,
traduciendo un concepto que el investigador desea medir en ella.
Para la operacionalización de conceptos complejos (aquellos que el habla cotidiana de las personas
no utiliza) se hace necesario un proceso de “traducción” hacia el habla de los sujetos, en dos fases,
una teórica y otra empírica. En la parte teórica el investigador define el concepto y lo fracciona en
unidades teóricas menores (más simples), repitiendo el proceso hasta llegar a conceptos (o
“subconceptos”) comprensibles y hablables por los encuestados. En una segunda etapa, la empírica,
se lleva a cabo un procedimiento que permita integrar las respuestas generando una sola puntuación
(construcción de índices o escalas).
También pueden clasificarse las preguntas de acuerdo al tipo de alternativas de respuesta que
incluyen: a) Preguntas abiertas: se deja un espacio pequeño o mediano para que sea el mismo sujeto
el que estructure su respuesta. b) Preguntas cerradas de respuesta múltiple: alternativas de respuesta
en que se puede elegir más de una. c) Preguntas cerradas de respuesta simple: se permite escoger
sólo una alternativa de respuesta (en caso de que la respuesta no se encuentre entre las alternativas 5
presentadas, se obliga a escoger a la persona la alternativa “menos mala”).
Un tercer camino para clasificar las preguntas es de acuerdo al nivel de medición que implican: a)
Preguntas de respuesta nominal dicotómica: el encuestado debe escoger sólo entre dos alternativas
de respuestas o polos (verdadero/falso, sí/no, acuerdo/ desacuerdo, etc.), obligando simplificar
fuertemente la situación estudiada y muy rápidas de responder. b) Preguntas de respuesta nominal
no dicotómica: se construye una serie acotada de respuestas que no se encuentran ordenadas entre
sí, en que es imprescindible que el investigador conozca sobre las formas en que la población podría
responder a la consulta, ya que de no ser así puede que un conjunto de personas dejen preguntas sin
contestar o que opten por utilizar la respuesta “otros” o marquen una alternativa que no sea
realmente de su agrado, distorsionando los resultados de la investigación. c) Preguntas de respuesta
ordenada: las alternativas de respuesta constituyen un continuo ordenado desde la máxima
aceptación, frecuencia o cercanía a un tema, hasta el máximo rechazo, lejanía o mínima frecuencia de
ocurrencia del fenómeno. El principal defecto es que salvo los extremos, el resto no tiene un sentido
asignado, por lo que es el encuestado quien le da sentido y es posible que dos personas utilicen de
manera diferente la escala.
Índice es “una fórmula que combina en forma más o menos arbitraria un conjunto de preguntas con
el objeto de producir una sola puntuación que indicará el grado en que los sujetos de estudio poseen
un concepto latente”. Existen dos orientaciones generales que tienden a guiar las decisiones del
investigador en relación a los índices: a) En relación al peso de cada pregunta: si no hay ninguna razón
para asignar más peso a una pregunta o a otra, todas deben pesar, pero si existe reflexión que indica
que un tema es más relevante que otro en la conformación del concepto a medir se debe dar más
peso a las preguntas que miden esos temas; b) La consistencia interna de respuestas, de personas
realizando análisis del grado de asociación que tienen las preguntas entre sí (análisis factoriales,
matrices de intercorrelación, grados de asociación, etc.), si una pregunta cualquiera no se encuentra
suficientemente relacionada con las demás, debe ser eliminada del índice.
4
,
Facultad de Humanidades
Pedagogía en Historia y CC.SS.
Metodología de la Investigación en Ciencias Sociales
Las escalas, por su parte, son índices, sólo que se rigen por reglas de construcción fuertemente
estructuradas (índices formalizados), que determinan: el tipo de preguntas que se pueden formular;
el tipo de alternativas de respuesta que se puede incluir; y el análisis estadístico que hay que realizar
para su construcción definitiva. “Hay tantos tipos de escalas, como procedimientos de construcción
formalizados se han desarrollado en la literatura y en la práctica de la investigación social”. El ejemplo
más conocido es la escala Likert, que incluye la necesidad de frases polares.
La forma en que esperamos sea aplicado el cuestionario (teléfono, internet, cara a cara, etc.) es
también un aspecto muy relevante, ya que puede determinar varios aspectos de las respuestas, por
lo que debe ser diseñado para su aplicación en determinado contexto; así como la calidad de las
respuestas dependerá del interés que el tema despierte en las personas.
En cuanto a la fiabilidad del instrumento (capacidad de obtener siempre el mismo resultado, cuando
aplicamos el instrumento a un sujeto que no ha cambiado en la propiedad que deseamos medir), se
enfrentan dos dificultades: a) Impacto de variables externas sobre las respuestas; y b) El componente
de azar que incluye la selección de respuestas.
Los principales síntomas empíricos que pueden indicarnos la existencia de problemas en una
pregunta son: a) La pregunta no discrimina (más del 85% de las respuestas se concentran en una sola
respuesta); b) Las respuestas a una pregunta no se relacionan coherentemente con otras preguntas u 5
otra información preexistente (contradicción lógica entre una pregunta y otras del cuestionario, u otra
información relevante y que se considera válida); c) Aumento fuerte de las no respuestas o de las
respuestas “otra" (Posiblemente hemos omitido alguna opción de respuesta relevante y pertinente)
Al momento de interpretar la información obtenida, como forma de mejorar este proceso, se pueden
utilizar una serie de procedimientos como muestra de otros grupos, comparación con información
similar del pasado, o comparar entre diferentes temas, así como aplicar varias veces el instrumento,
contrastar las respuestas con las conductas reales de los sujetos, lo que, en todo caso, requerirá de
otra investigación.
CONCLUSIONES
El proceso de operacionalización siempre implica un grado de distorsión o mutilación del sentido
teórico de un concepto, y por ello nunca es posible medir totalmente los conceptos buscados, sólo
conseguimos interpretaciones empíricas. Puede haber, por otro lado, situaciones complejas que
resulten complejas de encasillar en las alternativas presentadas. De ahí que se haga muy relevante
poner atención a los tips que nos presenta el autor.
Para aumentar la probabilidad de que un cuestionario –y por tanto las mediciones que dan paso a
interpretaciones- sean válidas y fiables debemos redactar todas preguntas necesarias para medir un
concepto con atención a las recomendaciones anteriores, utilizar encuestadores correctamente
capacitados Se debe, también, construir una buena introducción que ayude a generar confianza y
responsabilidad en la persona que responda, así como probar el instrumento de manera previa,
sometiéndolo también a jueces externos.
Debemos, por otra parte, concentrarnos en aquellos temas que no han sido previamente estudiados
y aplicar o adaptar instrumentos pre-existentes enfocando los esfuerzos y permitiendo comparar
nuestros resultados con los de otras investigaciones.
Algunas recomendaciones prácticas para redactar preguntas y respuestas que nos parecen relevantes
son: trabajar en grupo; conocer lo mejor posible la cultura y lenguajes de las personas a las que se va
a aplicar el cuestionario; adaptar el lenguaje a las personas a las que va a aplicar el instrumento;
utilizar palabras usuales en una conversación cotidiana; y someter el cuestionario final a jueces que
evalúen la pertinencia del lenguaje, longitud, e interés que suscitará en los encuestados.